heurística del diseño
humano, ni uno ni otro pueden proceder ni estar en soledad, sin embargo un pensamiento puede evocarse por un tercero, en ausencia del protagonista originario. Lo que no se puede es pensar sin un contenido, así sea este difuso, la nada es impensable, lo mismo que el todo. ¿Qué es un pensamiento? Un acto de conciencia, un contenido o tema en mi conciencia, un algo aprehendido por el sujeto en el mismo acto y el resultado del acto mismo. Como construcción mental un pensamiento tiene un contenido o concepto y una forma de conectarse en una proposición; por lo general ésta se materializa en una exposición lingüística lingüística que resulta un dato de sígnica. Acto, contenido o tema, proposición y expresión lingüística —o de algún otro nivel de signo— son los factores. Está la cosa concreta, la mesa, la palabra en alemán, italiano o japonés, y está el concepto o designatum (designata). El pensamiento no es equivalente a conocimiento. De hecho en general el ser humano no piensa cabalmente ni constantemente ni positivamente. Pensar generalmente es repetir lo ya sabido u oído. Por cierto pensar “originalmente”, pensar lo nuevo, lo inédito es, poco menos, que “impensable”. “ impensable”. Quizás hayan de deslindarse cuatro escalones: 1. puedo pensar algo real, una mesa presente o ausente; 2. puedo pensar un objeto objeto general o abstracto, abstracto, la idea o concepto de la mesa, para ello debe intervenir algún factor de recuerdo o experiencia; 3. puedo pensar un objeto nuevo, pero que no es nuevo total tan solo es un remade, un constructo, un ensamblaje, como pensar en un hada; 4. pensar lo absolutamente inédito, inexistente y no construido a partir de combinatorias de partes o factores. Pero, tal posibilidad quizás tan solo sea una hipótesis. Lo “nuevo” sería tan solo un dato relativo, ¿puedo pensar lo no pensado antes? A lo largo de la historia de la filosofía han sido temas obligados. Un tema muy actual se refiere a los modos del pensar. A diferencia de la escueta y simplista dicotomía clásica de la doxa y epistheme —la opinión y el pensar racional— hoy día la tendencia es deslindar en la función pensante mecanismos de tipo, clase u orden de pensamientos. Surgen así los modos del pensar. La bibliografía al respecto es muy abundante y resulta un tema muy productivo. Cada tipo de pensamiento —ver más adelante— exige mecanismos humanos distintos, objetivos, tiempo, sentido, disciplina, razones varias que arman como estructuras ad-hoc. Un pensamiento manual radicado en el uso de herramientas puede tener muy poco que ver con un pensamiento poético o con una práctica esotérica. Contemporáneamente Contemporáneamente se cumplen replanteos radicales. El inicial y radical es de Husserl: “El pensamiento es un acto intencional que apunta a un objeto” . La intencionalidad es lo definitorio. En ese caso Husserl reintroduce los términos griegos de noesis y noema. Noesis como el acto de pensar al objeto, como salida del sujeto a la realidad. Noema como el objeto en cuanto es pensado, como dato de llegada del acto noético, como objeto intencionado, como contenido de lo pensado. El pensar y el pensamiento son temas en los cuales el ser humano juega su destino y sentido. Por eso la urgencia existencial del hombre contemporáneo respecto