GRUPO PLANETA Edición
CENTRO EDITOR PDA Realización
MULTIACTIVA LAS SIETE ACCIONES PARA LOGRAR TU BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL ha sido desarrollado para Editorial Planeta por el especialista Ricard Montseny, terapeuta psico-corporal, profesor de meditación y formador de terapeutas, fundador en 1984 de Hidra, Centro de Estudios Humanos, y autor de diversos métodos de curación y transformación personal, así como de diferentes libros de desarrollo personal e integración cuerpo-mente. © Editorial Planeta S.A.U., 2014 Avenida Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona ISBN: 978-84-8335-450-6 Depósito legal: B.1584-2014
Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial sin la debida autorización.
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MULTIACTIVA LAS SIETE ACCIONES PARA LOGRAR TU BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL ha sido desarrollado para Editorial Planeta por el especialista Ricard Montseny, terapeuta psico-corporal, profesor de meditación y formador de terapeutas, fundador en 1984 de Hidra, Centro de Estudios Humanos, y autor de diversos métodos de curación y transformación personal, así como de diferentes libros de desarrollo personal e integración cuerpo-mente. © Editorial Planeta S.A.U., 2014 Avenida Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona ISBN: 978-84-8335-450-6 Depósito legal: B.1584-2014
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LAS SIETE ACCIONES PARA LOGRAR TU BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL
ste plan integral para lograr el bienestar físico y mental propone una serie de acciones cuya puesta en práctica facilita la integración y el equilibrio entre los distintos aspectos de la estructura personal del ser humano, y está basado en lo que denominamos los siete pasos o acciones para lograr el equilibrio cuerpo-mente.
E
En primer lugar se explica que esta estructura es un sistema formado por cuatro partes, de las que solo una de ellas es el cuerpo físico, y a la que se suman las emociones, la mente y el yo. Se plantean después los objetivos del plan, qué queremos alcanzar. Qué metas nos proponemos para dar los siguientes pasos. Antes de ponernos en marcha, un paso previo, nuestra propia valoración del momento vital en que nos hallamos. Unos grupos de preguntas para reflexionar, para valorar en qué aspectos queremos incidir más o cuáles nos resultan más cercanos. Los siete pasos o acciones se van desarrollando con indicaciones y reflexiones detalladas. Cada acción incluye varias subacciones que acotan los elementos a trabajar para facilitar el recorrido. Las razones para plantearse la realización son simples: la unificación armoniosa de los aspectos o partes del ser nos proporciona verdadera paz interior, plenitud, equilibrio psico-físico y armonía en las relaciones humanas, además de permitirnos desplegar todo nuestro potencial pleno como personas.
SUMARIO
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LA ESTRUCTURA PERSONAL DEL SER HUMANO
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OBJETIVOS DEL PLAN
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VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN PERSONAL
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PLAN DE ACCIÓN
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ACCIÓN 1 1. 1 1. 2 1. 3 1. 4 1. 5
VITALIZA TU CUERPO Desarrolla la consciencia corporal Desbloquea y relaja el cuerpo Libera la respiración Armoniza tus glándulas suprarrenales Recárgate de energía vital
ACCIÓN 2 2 .1 2 .2 2.3 2. 4 2. 5
ABRE EL CORAZÓN Cura tus viejas heridas Reaprende a sentir la vida Instaura un espacio de calma y paz interior Aprende de tus emociones Vive las relaciones como espejo y crecimiento personal
ACCIÓN 3 3. 1 3. 2 3. 3 3. 4
EXPRESA Y CREA Expresa lo que sientes Usa el cuerpo para expresarte y comunicarte Comunícate conscientemente Haz visible lo invisible: manifiesta tus propósitos
16 16 17 17 18
20 20 21 22 22 24
26 26 27 27 28
30 30 33 34 34
38 38 40 42 43
44 44 45 45 47
50 50 52 53 55 56
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ACCIÓN 4 4. 1 4. 2 4 .3 4.4
APRENDE Y CONOCE Aprende a aprender Desarrolla la atención enfocada Equilibra tus mentes masculina y femenina Cambia tu visión de la vida
ACCIÓN 5 5.1 5.2 5. 3 5. 4
SÉ TÚ MISMO Sabes quién eres Recupera el poder personal y el liderazgo interior Sé causa y no efecto Vive sin máscaras
ACCIÓN 6 6. 1 6. 2 6. 3 6. 4
CONECTA CON TU ESENCIA Reconoce tu ser interno o esencia Crea un espacio interior de quietud y silencio Entra en el núcleo de tu ser Encuentra tu propio maestro interior
ACCIÓN 7 7. 1 7 .2 7 .3
AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER Conoce el proceso de evolución de la humanidad Toma tu parcela de responsabilidad Haz algo que sirva y ayude a los demás a crecer 7.4 Celebra que estás vivo y creciendo 7.5 Florece y prospera
PARA ACABAR
LA ESTRUCTURA PERSONAL DEL SER HUMANO l ser humano puede describirse desde muchos puntos de vista. Para abordar este plan que busca el bienestar a través del equilibrio, lo veremos como un sistema compuesto por cuatro partes.
E
EL CUERPO Constituye el soporte o base de las demás partes, es la que ejecuta las órdenes y la que recibe la información por los sentidos. LA NATURALEZA EMOCIONAL Las emociones son el motor, el elemento del sistema que motiva y mueve al cuerpo a la acción y la ejecución.
YO
LA MENTE Es el componente director, gestor y procesador. La parte racional es la que procesa la información del entorno, del organismo y la que gestiona las emociones.
MENTE EMOCIONES CUERPO FÍSICO
El YO Es la identidad individual central, la parte del ser humano que administra el poder a las otras tres, quien las articula, relaciona, coordina e integra. Al principio de su evolución
este yo es el YO PERSONAL o ego (orientado hacia el propio bienestar), para más adelante dejar paso al YO ESPIRITUAL o alma (orientada también hacia el bienestar de la humanidad). La mayoría de las personas no mantiene este sistema en armonía. Las causas pueden ser diversas (herencia genética, gestación, educación, entorno e influencias socioculturales), pero el desequilibrio entre los cuatro aspectos lleva a una división interna en el individuo que produce malestar, síntomas físicos, molestias y enfermedades, desórdenes psicológicos, neurosis y psicopatologías. Todo ello se traduce en infelicidad y sufrimiento. Para restaurar la armonía global del ser y vivir con plenitud, necesariamente hemos de hacer algo para recuperar, o crear, la integración equilibrada de las cuatro partes que forman la estructura personal del ser humano de modo que funcionen al unísono. LA ESTRUCTURA PERSONAL DEL SER HUMANO
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OBJETIVOS DEL PLAN
l objetivo principal de este plan integral es reunificar los cuatro aspectos del ser humano: el cuerpo, las emociones, la mente y el yo (personal y espiritual).
E
Este ambicioso objetivo es alcanzable a través de los pasos o acciones que tienen metas más específicas: • Aprender a instaurar un estado de salud y vitalidad en uno
mismo. • Equilibrar la dimensión emocional y afectiva para vivir
las relaciones desde la igualdad, la reciprocidad y la comprensión. • Cultivar una mente inteligente, intuitiva y creadora, con
capacidad para gestionar adecuadamente las experiencias del día a día. • Disponer de un yo o identidad autoarmada, auto-
determinada y segura de sí misma, capaz de llevar a cabo los propósitos vitales. • Saber escuchar la voz interior y entrar en contacto
con el alma o ser interno para vivir en coherencia. • Hacer extensibles estos logros a las demás personas.
Este plan puede ser llevado a la práctica por cualquier persona, sea cual sea su mentalidad o condición. Los padres y madres pueden tomar el plan como una enseñanza vital para la educación integral de sus hijos e hijas, una vez alcancen la madurez necesaria para emprender los pasos propuestos. El programa constituye un aprendizaje a aplicar día a día y sus efectos progresivos se orientan hacia la mejora del individuo en todos los aspectos de su ser.
VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN PERSONAL ara conocer cuál es el punto de partida de cada uno al iniciar este programa, puede resultar de ayuda responder con honestidad los siguientes grupos de preguntas:
P
TU CUERPO 1. Al empezar y al acabar el día, ¿te sientes con plena vitalidad, capaz y con ganas de hacer cosas? ¿O por el contrario te sientes desvitalizado, agotado, como si tuvieras las «pilas descargadas»? TUS EMOCIONES 2. ¿Tienes la sensación de ir por la vida a pecho descubierto, dejándote sentir y tocar por todo? ¿O sientes que vas cerrado, protegido detrás de una coraza que evite que sientas para no sufrir? ¿Has cerrado bien tus relaciones anteriores o quedan resentimientos y rencores en tu corazón? ¿Vives en paz con todos y contigo o existen en tu interior conflictos que trasladas al exterior? ¿Dominas tus emociones o ellas te dominan a ti? ¿Usas las relaciones para llenar tus vacíos o para crecer como persona?
3. ¿Te expresas libremente o tiendes a reprimirte para que
no te rechacen o conseguir la aprobación de los demás? Cuando interactúas y te comunicas con otros, ¿te fijas en tu lenguaje corporal y en el de tus interlocutores? ¿O tu interacción es meramente mental, centrada en lo intelectual? ¿Sabes hacer llegar tus mensajes (sentimientos, opiniones e intenciones) al otro y comprender lo que él o ella quiere comunicarte? ¿Sabes «ir del dicho al hecho» y materializar tus propósitos y proyectos? ¿O te quedas a medio camino y no llegas a manifestar tus ideas? TU MENTE 4. ¿Sabes aprender? ¿O te bloqueas cuando estudias y te cuesta hacerte una idea o representación mental de lo percibido? Cuando haces algo, ¿mantienes sin dificultad tu atención concentrada en la acción? ¿O te distraes y dispersas fácilmente dejando que tu mente divague hacia otras cosas? ¿Empleas por igual tu intelecto y tu intuición? 5. ¿Sabes realmente quién eres? ¿Podrías dar una respuesta
genuina y sin pensarlo a la pregunta «¿Quién soy?»? ¿Te sientes seguro de ti mismo en la vida y ante los demás? ¿O ante una situación que no controlas pierdes tu poder personal y eres víctima de las circunstancias o de otras personas? ¿Eres causa o eres efecto de lo que ocurre en el exterior? ¿Te muestras a los demás tal como eres, con todas tus cualidades e imperfecciones? ¿O, por el contrario, utilizas una máscara a medida de cada situación para esconder tus emociones y comportarte tal como crees que se espera de ti? VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN PERSONAL
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TU YO PERSONAL 6. ¿Sabes que tienes un ser interno o esencia? ¿O nunca te lo habías planteado? ¿Eres capaz de detener tu mente si te lo propones, o eres víctima de la «fábrica» imparable de pensamientos? ¿Has tenido alguna vez la sensación de que en tu interior hay algo o alguien más que no es tu ego o yo personal e individual? Cuando has de tomar una decisión (importante y no tan importante) en tu vida, ¿te dejas condicionar por lo que te dicen los demás? ¿O escuchas lo que te dice tu voz interior, aceptas las opiniones de los demás, pero actúas en función de las sugerencias de tu «maestro interior»? TU YO ESPIRITUAL 7. ¿Sabías que la humanidad y el ser humano son una obra inacabada, imperfecta, en constante evolución y desarrollo? ¿Te sientes parte de la «familia humana» o piensas que cada cual «ha de ir a su rollo»? 14
EQUILIBRIUM
¿Crees que tienes alguna responsabilidad e influencia sobre la evolución de los seres humanos? ¿O piensas que en tu propia individualidad termina todo? ¿Te gusta ayudar a los demás sin que medie retribución? ¿O no te importan verdaderamente los otros? ¿Vives para trabajar y hacer tus tareas diarias? ¿O también dedicas un tiempo en tu vida para celebrar que estás vivo y que conquistas tus pequeños y grandes logros? ¿Repites siempre los mismos patrones (creencias, actitudes, conducta) o, por el contrario, sientes que estás transformándote y floreciendo como persona? Seguramente más de una vez te has planteado algunas de estas preguntas y has reflexionado sobre ellas. Dedica el tiempo que necesites para que la sinceridad prevalezca en tus respuestas y, en función de estas, valora los aspectos del plan que requieren más tu atención y centrarte en ellos con más dedicación e interés. Tómatelo con calma y ¡recuerda que es un programa de vida! VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN PERSONAL
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PLAN DE ACCIÓN
xisten disciplinas milenarias, muchas llegadas de Oriente, cuyos maestros enseñan métodos y técnicas para que las personas se desarrollen como seres humanos completos. Buda mostró un camino activo para que cada uno alcanzara la iluminación por sí mismo y muchos desde entonces han seguido ese camino o han desarrollado otros alternativos.
E
De entre los elementos comunes de unos y otros, la respiración consciente y la meditación, con sus matices propios, destacan como las grandes vías para conseguir la plenitud.
El
programa de este plan de desarrollo personal comprende siete acciones, que son los siete pasos o acciones para conseguir el equilibrio cuerpo-mente, cada una de estas acciones está desarrollada en varias subacciones que facilitan el desarrollo progresivo de cada paso. El ritmo de aplicación de este programa dependerá de cada individuo y, y, en gran medida, de la motivación para llevarlas a cabo y aprovecharlas como un proyecto en constante proceso: un proceso de vida.
ACCIÓN 1 VITALIZA TU CUERPO La primera acción tiene como objetivo incrementar incrementar el nivel de energía vital en el organismo para poder hacer frente con éxito al resto de pasos y acciones del programa, programa, así como eliminar las causas del estrés, el principal factor generador de ansiedad, depresión y enfermedades psicosomáticas. Acción 1.1 Desarrolla la consciencia corporal Todo empieza en el cuerpo, la base del edificio de tu ser entero. Así que en primer lugar te proponemos que empieces a ser consciente de él, de tu postura en cada momento, de los movimientos que haces en cualquier acción, de cómo es tu respiración en cada situación u emoción, tratando de sentir cómo vive tu cuerpo y tu organismo cada experiencia cotidiana.
Se trata de mirar hacia tu interior, de piel para adentro, y de darte cuenta que tu cuerpo tiene vida y consciencia
propia, que es una entidad que existe y experimenta las cosas que suceden a su manera. Aprende cada día a observarlo mejor y a escuchar sus necesidades y sentir sus estados. Acción 1.2 Desbloquea y relaja el cuerpo A continuación, has de aprender a liberar las tensiones que has ido acumulando en tu cuerpo con el transcurrir de los años, el estrés y las situaciones que no has vivido bien y has retenido dentro.
• Haz algunos estiramientos estiramientos sencillos
cada mañana, en especial de aquellas partes del cuerpo o músculos que más contracturados sientes. Relájate dentro de la tensión y respira el estiramiento. • Luego, túmbate 15 minutos en el
suelo y haz un repaso mental de cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, invitándolas a relajarse y a dejar ir sus tensiones hacia la tierra.
• Luego repite el mismo ejercicio
pero con las manos sobre las costillas medias (en los costados bajo las axilas). • De igual modo vuelve a respirar
¡Te levantarás renovado y más ligero! Acción 1.3 Libera la respiración Con estos ejercicios de respiración te ayudarás con las manos a dirigir el aire que inspires y exhales, colocándolas en diferentes posiciones a lo largo del torso. Llévalos a cabo con mucha delicadeza, d elicadeza, sin forzar, tratando tu cuerpo con respeto y amor. • Túmbate de nuevo en el suelo
y coloca tus manos en el torso, una a cada lado, sobre las costillas inferiores. Respira y trata de llevar la respiración hacia tus manos, invitando a esas costillas a expandirse en la inspiración y a replegarse en la exhalación. Repite el ejercicio 4 o 5 veces respetando una pausa de reposo entre las respiraciones.
con las manos colocadas sobre las costillas altas (en la zona de los pectorales) y a lo largo del esternón. Por último, extiende tus manos para que abarquen toda la superficie que sea posible y ayuda a la caja torácica a respirar, desplegarse y replegarse globalmente, como un todo unificado. ¡Al terminar te sentirás más vivo y pletórico, vitalizado! Acción 1.4 Armoniza tus glándulas suprarrenales Las glándulas suprarrenales están situadas encima de los riñones y son las encargadas de segregar adrenalina, la hormona del estrés, en situaciones de alarma. En el amenazante contexto primitivo, su función ha permitido al VITALIZA TU CUERPO
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ser humano sobrevivir a múltiples peligros, pero es hora de intentar minimizar las reacciones instintivas. • De nuevo tumbado en el suelo,
tápate con una manta y pon una música relajante. Concéntrate en visualizar estas glándulas, siéntelas sobre cada riñón. Imagina que la música penetra en las glándulas y las tranquiliza y armoniza. • Respira llenando el vientre, llevando
el aire hacia la parte de atrás, con la intención de llenarlas de vitalidad: al inspirar, imagina que se llenan de vida, y al exhalar, imagina que se descargan de tensión y estrés, que la adrenalina se diluye y desaparece.
suprarrenales regenerándose, recuperando su energía vital. Ya no eres un animal en la selva ante mil peligros. En adelante, trata de no reaccionar instintivamente ante las situaciones que no te agradan o temes, para no producir adrenalina, la hormona del estrés que oxida tus células, envejece tu organismo y lo puede enfermar. Acción 1.5 Recárgate de energía vital La naturaleza ofrece un elenco de posibilidades infinitas de recuperar energía. No dejes pasar mucho tiempo sin salir de la ciudad y aprovecha tus visitas al medio natural para realizar estas actividades:
• Visualízalas para establecer una
relación directa e íntima; ante el miedo tú quieres hacerte cargo de la situación para que no sea necesaria su reacción, de modo que puedan relajarse y descansar. No necesitas la adrenalina para vivir, a menos que haya una situación de peligro. • Pon tus manos en la zona de los
riñones para transmitir calma, calor y seguridad. Imagina tus glándulas 20
EQUILIBRIUM
• Descálzate y camina un buen rato
con los pies desnudos sobre la tierra (en un jardín o en un parque, en la playa, en un camino, en el campo o la montaña), imaginando que al inspirar absorbes la energía vital que la tierra emana. • Deja que tu cuerpo tome los rayos
del sol un rato (en verano, solo en las primeras horas o las últimas del
día), imaginando que a través de la piel absorbes la energía vital de la radiación solar (para unos minutos no utilices protector solar ni bronceador). • Fuera de la ciudad, haz largas
inspiraciones conscientes imaginando que junto con el aire y su oxígeno entra a tu organismo la vitalidad, los biofotones, partículas azul eléctrico altamente cargadas de vida. • Abraza un árbol durante un rato
los elementos que te transmitan su fuerza vital, sintiendo respeto y gratitud por toda la vida existente. Al vitalizar tu cuerpo dispones de la energía vital que necesitas para poder abrir el corazón, el siguiente paso o acción en nuestro programa.
(cuanto más grande y viejo mejor, y preferiblemente una conífera, en especial pinos y cipreses), o apóyate de espaldas en él (mejor sin ropa), entablando una relación especial con su presencia, imaginando que al inspirar absorbes la energía vital que él exuda y no necesita; siente agradecimiento por esa energía. • Báñate en el agua que corre libre y
viva por la naturaleza: en el mar, en los ríos, en una poza, una cascada, un lago, con el conocimiento de que este elemento también te recarga de mucha energía vital. • Ve a la playa o al campo y túmbate
en la tierra, abandonándote por completo a ella, imaginando que al inspirar tu cuerpo absorbe la energía vital que la tierra emana hacia la superficie. Por último, en plena naturaleza, pide mentalmente a VITALIZA TU CUERPO
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ACCIÓN 2 ABRE EL CORAZÓN El objetivo de esta segunda acción del plan es sanar viejas heridas afectivas, aumentar la sensibilidad (capacidad de sentir la vida), dominar las emociones (sin reprimirlas) y aprender a crecer a partir de las relaciones para cultivar una actitud alegre, asertiva y compasiva, desarrollando los valores del corazón. Acción 2.1 Cura tus viejas heridas En este ejercicio de visualización se trata de dejar ir las cuentas pendientes con otras personas, de verlas desde el corazón y no desde la mente. • Túmbate en el suelo o siéntate
cómodo en un asiento confortable. Cierra los ojos y haz varias respiraciones profundas, llenándote de vida al inspirar y soltando lo que no es vida al exhalar. • Piensa en alguien con quien tienes
algo pendiente o algún rencor o resentimiento. Visualízale delante de ti, a unos metros, parado y
neutro. Mírale como persona que es, sin juicios ni condicionamientos. • Imagina la infancia que pudo
experimentar, en qué situaciones se encontró en su pasado. Trata de ver su niño o niña interior herido, qué heridas y traumas debe todavía acarrear sin sanar. Sé muy neutro en esta forma de verle. Toma distancia e imagina qué tuvo que vivir en su pasado o en su infancia para actuar como lo hizo o como lo hace aún. • No le mires desde la mente,
mírale desde el corazón. Mírale como esencia, no como ego. Es tan solo un niño o niña herido que se
protege para no sufrir, como tú y como casi todos nosotros. • Dile mentalmente que sabes que
hizo lo mejor que supo y que pudo. Dile que tú has hecho lo mejor que has sabido y podido. Dile que le comprendes y te comprendes, que le dejas libre y te dejas libre. Sintiendo comprensión hacia ti y hacia él o ella, visualiza cómo se aleja y se pierde en la distancia. Deja que en tu corazón solo quede paz y neutralidad. Cuando te encuentres con personas que no te agradan o con las que tienes algo pendiente, trata de no reaccionar instintivamente, de recordar este ejercicio o experiencia. Al curar las viejas heridas permites que el dolor interno se sane y pueda aflorar tu sensibilidad: tu capacidad de sentir la vida plenamente.
Acción 2.2 Reaprende a sentir la vida En cada situación cotidiana, enfócate conscientemente en percibir cada estímulo con total presencia y atención: sin analizar ni juzgar, siente la luz y las imágenes que llegan a tus ojos, los sonidos que te rodean, los contactos con las cosas, los olores que vienen a ti, los sabores cuando comes o bebes, como lo haría un bebé por primera vez. • No analices ni juzgues ni interpretes
nada, ¡tan solo siéntelo!, nada más. Siente a las personas, los ambientes de los lugares donde te encuentras, y siente también tu propio cuerpo y cómo reacciona a toda esa sinfonía de estímulos. • Si sientes algo bueno o positivo o
agradable, está bien, déjate traspasar por ello y vívelo; si sientes algo
negativo o desagradable, permítete también sentirlo y déjalo pasar. Pero no te cierres a nada, no niegues nada, ¡tan solo vívelo! De esta manera, permítete recuperar tu sensibilidad, esa capacidad que tenías en la infancia para sentirlo todo con total intensidad, sin racionalizar nada, sentir por sentir. Al experimentar las cosas tal como son, sin control, ni juicio censor, empiezas a crear en ti un espacio interior de calma y paz. Acción 2.3 Instaura un espacio de calma y paz interior Siéntate cómodamente durante un rato en el que no vas a ser molestado o interrumpido. • Comienza relajando todo tu cuerpo,
abandonándolo hacia la tierra, e instaurando una respiración amplia y profunda, sin prisas ni objetivo alguno. Inspira lentamente por la nariz, exhala lentamente por la boca, alargando poco a poco tus respiraciones, aquietando su ritmo. Respeta la pausa de reposo sin aire al final de la exhalación. 24
EQUILIBRIUM
Simplemente siente cómo inspiras por la nariz y exhalas por la boca, lenta y tranquilamente con este ritmo pausado y sereno. Constata cómo tu estado interior progresivamente se va desacelerando, aquietando, y que tu mente también se apacigua cada vez más. • Siente el espacio en medio de tu
pecho, a dos o tres centímetros de la piel, y experiméntalo como un foco tranquilo de calma y paz interior. Puedes prolongar esa sensación de paz el tiempo que quieras… ¡y llevártela puesta contigo cuando te levantes! Acción 2.4 Aprende de tus emociones No existen emociones buenas o positivas y emociones malas o negativas: todas, simplemente, existen y son lo que son.
Empieza a observarlas como algo natural, inofensivo, pues son los juicios de tu mente los que las condena. Una emoción solo se vuelve destructiva cuando la reprimes y la
niegas, cuando en lugar de vivirla la reprimes e intentas suprimirla. Cuando surge en ti un estado emocional, no luches contra él, ni lo rechaces, ni tampoco te aferres, o intentes poseerlo, simplemente obsérvalo y déjatelo sentir, deja que pase la ola y nada más. Sé neutro. No es nada fácil al principio y encontrarás mil justificaciones y argumentos para seguir rechazando las emociones que no te gustan y aferrándote a las que te agradan, pero si perseveras con paciencia infinita, irás aprendiendo. Y descubrirás que cada emoción es un maestro disfrazado que quiere enseñarte algo para tu crecimiento personal.
Puedes descubrir que la rabia aparece cuando sientes que traspasan tus límites, para preservarlos, hacerlos respetar y no permitir que te invadan o utilicen. Que la tristeza sirve para evitar que te endurezcas y cierres el corazón, para permanecer flexible y abierto a pesar de los golpes de la vida, y también para, mediante el duelo y el llanto, que lava el cuerpo y el alma, curarte de las pérdidas sufridas. Que la soledad te impide apegarte al otro y te motiva a mirar en tu interior y a conectar con tu ser interno. Que el miedo preserva tu integridad y te avisa de peligros.
Ante la ira, comprensión Frente a situaciones que en otras personas provocarían ira, los utku (un grupo de inuit que habita en Canadá) reaccionan con comprensión, como se haría ante un niño caprichoso. En vez de enfadarse, sonríen y ríen. No es que no sientan ira, porque sus niños sí la sienten, pero han conseguido gestionar ese enfado con sus propias estrategias mentales. Y educan a sus hijos para que reaccionen con amor ante la agresividad. Eso les hace adultos. ABRE EL CORAZÓN
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O que la culpa estimula tu responsabilidad y te enseña a identificarte con la ley de la causa y el efecto, aprendiendo los efectos creados en tu entorno con tus actos. Acción 2.5 Vive las relaciones como espejo y crecimiento personal Las relaciones humanas (en especial las de pareja) no son para llenar vacíos, para que alguien te quiera, ni para no sentirse solo, sino para crecer como persona.
Si no vives tus relaciones con esa actitud, no te aportarán verdadera plenitud. Nadie puede hacer feliz a otra persona; en las relaciones, solo dos o más personas felices que comparten lo mejor y lo peor de sí mismas pueden sentirse plenas y crecer en amor incondicional y libertad. 26
EQUILIBRIUM
Trata de ver al otro, sea quien sea, como un espejo de aquello de ti mismo que no reconoces ni ves: «Espejo, espejito mágico… dime qué admiras de los demás y te diré qué cualidades todavía no reconoces en ti mismo. Dime qué te molesta de los demás y te diré qué defectos e imperfecciones aún rechazas de ti. La otra persona siempre actúa como un verdadero y fiel espejo en el que nos vemos reflejados, experimentando atracción o rechazo, afinidad u oposición, según qué parte de tu ser el otro refleje en cada momento. El «espejo del mundo» es perfecto e infalible, y solo tú decides qué quieres mirar y ver. Las partes que admiras y rechazas en mi, son las partes que no reconoces o aceptas en ti; soy tu espejo y tú eres el mío. Cuéntame qué te agrada en mí y lo celebraremos
juntos; revélame qué te molesta en mí y lo trabajaremos juntos. A partir de este conocimiento, la acción transformadora consiste en que observes en tu día a día qué te
molesta de las personas más allegadas o con las que más te relacionas, y qué admiras de ellas; ello te dirá con claridad qué imperfecciones rechazas en ti y qué cualidades todavía no reconoces que tienes.
Actitudes a trabajar para completar la acción 1. No culpabilices ni idealices a tus
padres; permíteles ser imperfectos: han hecho lo mejor que han sabido y han podido, como tú. 2. No busques en tu pareja a un padre
o a una madre; la finalidad de una relación de pareja no es satisfacer carencias emocionales o llenar vacíos afectivos, sino conocerse, compartir, aprender y crecer juntos. No exijas nada y da todo lo que puedas y sepas, sin condiciones ni reproches; el otro no tiene la
obligación de amarte, el verdadero amor es libertad. 3. No busques ni esperes la pareja
perfecta, el alma gemela, el «príncipe azul» o la «mujer ideal»; reconoce tus cualidades y defectos en el espejo del otro, y creced juntos. Abrir el corazón te dará la fuerza que necesitas para saber expresar y crear, y para que tus expresiones y logros sean siempre constructivos. ABRE EL CORAZÓN
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ACCIÓN 3 EXPRESA Y CREA Con esta acción aprenderemos a expresarnos libremente sin dañar a nadie, saber comunicar adecuadamente nuestras emociones, sentimientos, ideas, opiniones e intenciones, emplear el lenguaje corporal de forma sabia, ser creativo y creador: saber ir del dicho al hecho y materializar propósitos. Acción 3.1 Expresa lo que sientes La próxima vez que te ocurra algo que genere un estado emocional en ti, observa qué es lo que sientes, ponle nombre a eso, respíralo y permite que circule en tu cuerpo, allá donde lo sientas, y a continuación exprésalo de una forma clara y sin que ataque ni hiera a nadie.
le moleste, valora tu sinceridad y transparencia.
Es muy fácil reprimir, cualquiera sabe hacerlo; atrévete a expresar lo que sientes a pesar del miedo al rechazo, a la incomprensión o al juicio; probablemente descubras que en la mayoría de los casos el otro también lo agradece y, aunque
El masoquismo consiste en reprimir lo que sentimos o pensamos (o incluso complacer al otro) para que nos acepten, nos aprueben o nos quieran, pero a la larga se paga muy caro.
Si te pillas cerrando la garganta, conteniendo la respiración y tensando los músculos, probablemente estás reprimiendo algo; entonces conscientemente relaja, respira y aprovecha la exhalación para darle voz a tu estado interior.
¡Aprende a expresar lo que sientes!
Acción 3.2 Usa el cuerpo para expresarte y comunicarte La mayor parte de lo que comunicamos no se transmite por vía verbal o intelectual. El cuerpo no engaña, y aunque a veces la palabra dice una cosa, el cuerpo dice otra que refleja la verdad interior. • Usa tu cuerpo y el lenguaje no verbal
para expresar lo que sientes, y comprobarás que el otro te entiende mucho mejor.
vas a decir, y hazlo desde el corazón. No eleves demasiado tu tono de voz y utiliza las mínimas palabras posibles para expresar lo que quieres y de forma precisa. • Dependiendo de la situación,
puedes modular tu tono de voz: utilizar un tono seguro te hará sentir más confianza en ti mismo; emplear un tono calmado te hará sentir más relajado interiormente; si usas un tono agradable te sentirás más cálido y abierto;
• Observa qué te está diciendo el
cuerpo del otro: sus gestos y posturas, sus movimientos, su cara y la mirada; le entenderás mucho mejor. Acción 3.3 Comunícate conscientemente • Cuando escuchas al otro, no estés
pensando y preparándote lo que le vas a decir, entrégate por completo y escúchale totalmente. Sé empático y ponte en su piel y sus creencias para comprender lo que trata de decirte. • Cuando hables tú, hazlo tranquilo
y sereno, reflexionando bien lo que
Frases para la reflexión «Se necesitan dos años para aprender a hablar, pero toda una vida para aprender a callar» Ernest Hemingway «No abras la boca si lo que vas a decir no es más bonito que el silencio» Proverbio árabe «Tenemos dos orejas y una boca porque hay que escuchar el doble que hablar» Proverbio anónimo EXPRESA Y CREA
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y un tono enérgico te hará sentir más vital y animado. Utilizar tonos graves de voz te dará fuerza, y emplear tonos agudos te proporcionará sensibilidad. • Di siempre la verdad sin herir y sé
honesto al expresar tus opiniones o sentimientos. 30
EQUILIBRIUM
Acción 3.4 Haz visible lo invisible: manifiesta tus propósitos La capacidad de crear y materializar es ir del dicho al hecho (recorrido en el que a veces hay mucho trecho), saber llevar a término tus proyectos y propósitos sin que se saboteen o aborten en el camino.
Proceso para poder materializar una idea 1. Crea la visión
Dibuja lo que quieres crear o llevar a cabo, tal como lo quieres ver realizado y terminado. Cuantos más detalles, mejor. Ha de ser un dibujo que te guste, que te sientas satisfecho al contemplarlo. Ponlo en un lugar a la vista donde puedas mirarlo frecuentemente. 2. Vitaliza y da energía al propósito
Cuando mires el dibujo, transmítele tus deseos de verlo realizado, y deja que este actúe como una especie de foco adonde va a parar toda tu motivación y entusiasmo por el resultado. 3. Planifica
Haz un plan de acción detallado con los recursos que necesitas, las personas adecuadas, las ayudas imprescindibles, el presupuesto aproximado (siempre cuenta el 50 % más de lo previsto inicialmente), las tareas a realizar y los plazos para ejecutar las mismas. 4. Atrae y magnetiza
Túmbate y relaja el cuerpo, respirando fluidamente unos minutos. Imagínate a ti mismo con el objetivo o el resultado ya materializado y disfrutándolo.
Observa cómo te sientes, cómo te hace sentir interiormente el haberlo conseguido y disfrutarlo. Irradia desde el centro de tu pecho hacia el mundo estos sentimientos, pues actuarán como un imán que contribuirá a atraer hacia ti los recursos, personas y circunstancias adecuadas para la puesta en marcha de tu idea. 5. Actúa
Siempre tranquilo y sereno, motivado por la aspiración y con alegría en el corazón, realiza una a una las tareas de tu plan de acción, por orden y en los plazos previstos, y sobre todo ¡disfrutándolas! Y lo que es muy importante: ¡celebra y comparte cada pequeño logro! Expresando y creando abonas el terreno para cultivar tu mente, para aprender y conocer. EXPRESA Y CREA
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ACCIÓN 4 APRENDE Y CONOCE El objetivo de la cuarta acción es aprender a aprender, eliminar las barreras al estudio y a la adquisición de conocimiento, desarrollar el poder de la atención enfocada, discernir las diferencias entre inteligencia, intelecto e intuición para saber usar todos los recursos mentales con equilibrio, aprendiendo a cultivar una mente luminosa y creadora, y mirar la vida con unos nuevos ojos. Acción 4.1 Aprende a aprender Para desarrollar tu mente has de aprender a aprender, algo que jamás nos enseñaron. Existen unas barreras mentales al aprendizaje que debes conocer para poder superarlas y tener una mente abierta y receptiva a los nuevos conocimientos que absorberá.
Es como si tu mente fuera un ordenador cargado de ciertos virus, que debes eliminar para que te trabaje al cien por cien y de manera eficiente. La primera barrera u obstáculo es el orgullo intelectual de pensar «Yo sé todo sobre esto». Si crees que sabes todo o casi todo lo que hay que saber sobre un tema, no serás capaz de aprender nada de él; sé humilde y mantente abierto a reconocer que te queda mucho más por saber que lo que ya has aprendido. La segunda barrera son los malos recuerdos del colegio: obligados a memorizar datos para aprobar un examen, pero sin interés personal en el tema de estudio en sí, en nuestra mente se grabaron sentencias como «Eres un inútil» o «Tú eres tonto» y similares, entre otros actos realizados para avergonzarnos e incluso humillarnos. Has de decirte que esas son grabaciones de la infancia y de
la escuela, y que no tienen nada que ver dichas sensaciones con el hecho de estudiar, ya que posees la suficiente inteligencia y potencial mental como para aprender lo que te propongas. La tercera barrera es la falta de aplicación práctica (quedarte en la mera teoría): si acumulas conocimientos y datos sin aplicarlos, a la larga crearás una especie de empacho o atiborramiento en tu mente que te impedirá aprender de verdad. Aprender no es lo mismo que estudiar; algunas personas pueden hacer un curso completo, obtener buenas calificaciones y no aprender nada. Una persona puede aprobar todos los exámenes, y sin embargo haber aprendido la información de manera que no sea capaz de aplicarla.
Buda decía que las personas que no aplican lo que saben son como burros cargados de libros, así que ¡pon en práctica siempre todo aquello que estés aprendiendo!
La cuarta barrera es la impaciencia: empiezas a estudiar un tema nuevo y tienes ganas de llegar ya al final, aprenderlo todo de golpe y saltarte las lecciones intermedias o aquellas que se te hacen más pesadas o aburridas. Ello hace que se salten los diferentes niveles de estudio y que surja el llamado gradiente excesivo. Por eso, respeta los pasos del aprendizaje y avanza de uno en uno; descubre el punto, paso o nivel del estudio en el que no estabas confuso con relación a lo que estabas estudiando e identifica dónde diste el salto brusco de gradiente o nivel, volviendo sobre tus pasos y retomando el estudio justo allí, pero esta vez siguiendo de forma gradual y progresiva. Y la quinta barrera y más importante al aprendizaje es la palabra o frase malentendida o no comprendida: una palabra o frase que no se entiende o que se entiende mal. Seguir leyendo después de una palabra que no se ha entendido produce en ti una sensación 34
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de estar en blanco o de agotamiento o embotamiento mental, una sensación de «no estar ahí». La incapacidad para comprender lo que se estudia suele aparecer después de una palabra que no se entendió, aunque no solemos ser conscientes de ello. La palabra o frase malentendida es mucho más importante que las otras cuatro barreras, y establece tu rapidez o tu dificultad para aprender y entender. Cuando estés leyendo y encuentres una palabra o concepto que no entiendas busca la definición que más se adapte al contexto que lees o estudias. ¡El resto seguramente se entenderá perfectamente! Por último, es interesante que conozcas las condiciones óptimas para aprender bien: responsabilízate de tu aprendizaje, estudia y asimila los conceptos y lecciones con tranquilidad, entiende bien cada tema antes de seguir adelante, practica y aplica los conocimientos aprendidos, sigue un orden de estudio, asígnate
un horario concreto para estudiar, sé fiel a ese horario y mantén un ritmo continuado de estudio diario, y no consumas tabaco, alcohol, drogas o fármacos, pues entorpecen tu mente, aletargan el cerebro y obstaculizan tu aprendizaje, además de sus efectos nocivos sobre el organismo. Acción 4.2 Desarrolla la atención enfocada • Coge una piedra, ponla en medio de
la sala, siéntate cómodamente y cierra los ojos. Relaja el cuerpo y respira amplia y profundamente varias veces, aquietando tu cuerpo-mente como ya has aprendido. Abre los ojos y deja reposar tu atención en la piedra de forma neutra y sin analizarla ni querer nada de ella, vacío de intención. No busques detalles, ni juzgues ni analices nada, solo reposa en la piedra. • Mantén el foco de tu atención en
ella durante unos cinco minutos de forma tranquila y serena, sin buscar nada más que reposar tu atención
en ella. No trates de concentrarte ni de hacer ningún esfuerzo mental, solo reposar tu atención de manera relajada en la piedra y nada más. Deja que el resto de la sala y del mundo desaparezca, solo estáis tú y la piedra como reposo de tu atención. En tu día a día, trata de mantener en cada momento tu atención enfocada en una sola y única dirección u objeto: en aquello que estás haciendo o experimentando en el instante. Céntrate totalmente en la acción presente; no existe para ti ninguna otra ni nada más. Si estás lavándote los dientes, pon toda la atención en ello y olvídate del resto. Si estás cocinando, haz lo mismo y olvídate de lo demás, no existe más que el acto al que estás entregado. Si estás leyendo, tan solo lee. Si estás comunicándote con alguien, enfoca toda tu atención en la comunicación. Y así con todas las actividades. APRENDE Y CONOCE
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Acción 4.3 Equilibra tus mentes masculina y femenina Puedes pensar que «ser inteligente» es tener muchos conocimientos o saber mucho de un tema, pero la inteligencia no es una acumulación de información. Ser inteligente es saber emplear todos los recursos de tu mente para hacer que tu vida funcione. Y los dos recursos principales de tu mente son: el intelecto y la intuición, que son tu mente masculina y femenina respectivamente, que todos tenemos independientemente de ser hombre o mujer.
¿Cómo sueles encarar una situación cotidiana o resolver un problema? ¿Cómo piensas al tomar una decisión? ¿Lo analizas todo? ¿O te dejas llevar por la intuición? ¿Analizas todos los pros y contras y deduces por razonamiento? ¿O haces lo primero que viene a tu mente sin pensar y te fías de tus corazonadas? Si no dejas participar la intuición te vuelves demasiado analítico y rígido, y si solo escuchas la intuición puedes 36
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equivocarte o actuar irreflexivamente. Busca el equilibrio entre ambos recursos y pondera cada situación o decisión echando mano de ambos, escuchando lo que te dice el corazón o esa luz que se enciende sin buscar respuesta, pero luego reflexiona también y racionaliza lo «presentido». Desde el otro lado, analiza, discierne, compara y razona, pero deja además participar tu voz interior para sentir si corrobora lo racionalizado. Acción 4.4 Cambia tu visión de la vida A partir de hoy, al comenzar la jornada empieza a mirar la vida como si fuera un juego, una escuela de evolución y aprendizaje a la que acudes a aprender a crecer como persona y a desarrollar tus cualidades humanas a partir de las experiencias del día a día.
Observa cómo te hace sentir ir por la vida con esa visión, y qué te reporta. Imagina que naciste con un cuaderno de instrucciones o reglas del «juego de la vida». ¿Qué podría haber escrito en un cuaderno así?
Las «reglas de juego» Regla 1 Recibirás un cuerpo-mente Se te dará un cuerpo y una mente, un tándem inseparable que te acompañará en lo bueno y en lo malo, y que será tu «ficha de juego» en el campo de juego que es la vida. Lo ames o lo odies, ese cuerpo-mente será tuyo durante toda tu estancia en la escuela de la Tierra y tendrás que aprender a cuidarlo para que te sirva muchos años. Nacerás con las ayudas adecuadas y tendrás todas las herramientas, recursos y materiales necesarios; utilízalos con habilidad. Regla 2 Aprenderás las lecciones evolutivas Estudiarás a tiempo completo en una escuela oficial llamada «la vida». Cada día tendrás la oportunidad de aprender nuevas lecciones, que sabrás reconocer y apreciar… ¡o no! Cada lección te enseñará a crecer como persona, y por lo tanto a evolucionar en la escuela de la vida. Dichas lecciones supondrán el desarrollo APRENDE Y CONOCE
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de tus cualidades humanas latentes, dormidas o subdesarrolladas en tu interior y todavía no sabes manifestar. Regla 3 El error no existe, todo es aprendizaje Cada experiencia que vivas tratará de enseñarte algo para tu crecimiento personal. El crecimiento se realiza con pruebas y ensayos, es una experiencia continua. Los llamados «fracasos» valen tanto como los éxitos (o más). Por ello, no existirá el error, el fracaso o la equivocación, sino el aprendizaje, la experiencia y el perfeccionamiento constantes. Regla 4 Repetirás las lecciones hasta que las hayas aprendido Cada lección te será presentada bajo formas diferentes hasta que te la aprendas. Cuando lo hayas hecho, pasarás a la siguiente. El terreno de las emociones es el que te va a enseñar más lecciones evolutivas, y cada emoción será para ti un maestro disfrazado. Si niegas, reprimes o rechazas las emociones, estarás suprimiendo a ese maestro y no podrás aprender lo que te ha de enseñar para tu crecimiento personal y tu desarrollo. Mientras no aprendas la lección, la situación se repetirá una y otra vez hasta que la asimiles. 38
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Regla 5 Los demás serán tu espejo Te guste o no, todo lo que ames o detestes en el otro será el reflejo de lo que amas o detestas de ti. Cada persona con la que te relaciones, especialmente las más importantes para ti, reflejarán las partes de ti mismo que aceptas y las que odias. Lo que admires en el otro te indicará las cualidades que tienes pero no reconoces aún en ti, y lo que te moleste o fastidie del otro te dirá qué es lo que aún rechazas de ti mismo. Para lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, todo será proyección. Regla 6 Tú serás el único responsable de tu vida y tus lecciones No eres una víctima, eres libre de elegir los caminos que tomas, las vías y opciones que escoges, las decisiones por las que optas, las creencias que te construyes, las actitudes con las que
respondes y los comportamientos que tienes hacia los demás. Todo lo que le lances al mundo: tus pensamientos, intenciones, emociones, deseos, actitudes, palabras y acciones, tendrá un inevitable efecto en los demás y a tu alrededor, y te será devuelto exactamente igual, como un bumerán. La vida te devolverá justo lo que des, y lo que irradies, atraerás. Por lo que recibas, aprenderás el efecto que tiene lo que tú lanzas, pues tal como tú trates al mundo, el mundo te tratará a ti. El victimismo, el sentimiento de culpa o la queja serán irrelevantes e inútiles. Regla 7 Todas las respuestas se encuentran en tu interior Tendrás la respuesta a todas las preguntas, bastará con que mires en tu interior, escuches y tengas confianza. A veces desde fuera te
tratarán de refrescar la memoria, y lo que alguien te pueda enseñar solo te recordará lo que en el fondo de ti mismo ya sabes y, tal vez, olvidaste. En realidad nadie podrá enseñarte nada, solo podrá ayudarte a que descubras lo que ya hay en tu interior. Regla 8 Integrarás en ti todo lo que aprendas Una vez aprendidas las lecciones, serán interiorizadas en tu consciencia, formarán parte natural de ti y ya no necesitarás recordarlas pues se convertirán en tu forma de ser y actuar, en acciones naturales de las que ya te habrás apropiado: te convertirás en la esencia y la cualidad de cada lección aprendida e integrada. Florecerás.
A partir de esta nueva visión de la vida, y con una mente que expresa y crea, que aprende y conoce cada día más, estás preparado para ser tú mismo. APRENDE Y CONOCE
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ACCIÓN 5 SÉ TÚ MISMO Tiene como objetivo autoafirmarse como persona, construir una identidad sana y con poder personal, disponer de un yo fuerte, sano y seguro de sí mismo, aprendiendo a actuar en la vida a partir de convicciones propias y a vivir sin máscaras. Acción 5.1 Sabes quién eres Ponte delante del espejo y pregúntate: «¿Quién soy yo?». Escucha todas las respuestas que vengan de tu mente. A lo mejor dirás: «Soy Pepe o Pepa», pero ese es tu nombre, no tú. O puedes decir: «Soy el marido o la esposa de fulanita/o», pero ese es tu estado civil, no tú. O: «Soy profesora, o médico», pero esa es tu profesión, no tú: O: «Soy el padre o la madre de fulanito y menganita», pero ese es tu rol como progenitor, no tú. O podrías decir: «Soy un hombre o una mujer de 53 años», pero ese es tu género
y edad, no tú. O decir: «Soy el dueño de esta casa, este coche, esta cuenta bancaria…», pero esas son tus posesiones, no tú. Y así podrías seguir. Entonces, ¿quién eres tú? Tu verdadera identidad, el yo que eres, no es algo que se pueda definir tan fácilmente, acostumbrados como estamos a identificarnos y definirnos por nuestros roles, relaciones o posesiones. Si pudieras desprenderte de tu cuerpo físico como de un traje, ¿qué quedaría de ti? Si pudieras desprenderte de tus emociones y reacciones, ¿quién habría en ti? Si pudieras dejar a un lado tu
mente, ¿qué es lo que quedaría de ti? Quedaría tu yo, tu identidad central, el elemento coordinador, aglutinador e integrador de tu cuerpo, tu mente y tus emociones. Lo suelen llamar el «ego», aunque la palabra es engañosa. A partir de hoy, en tu día a día y tus quehaceres cotidianos, trata de observarte a ti mismo como un espectador de tus diferentes partes: observa tu cuerpo y sus necesidades y deseos, observa tus emociones y reacciones cuando algo te afecta, observa tu mente y los pensamientos que fabrica constantemente. ¿Puedes hacerlo? Pues si puedes hacerlo es que tú no eres nada de eso, ya que, igual que el ojo no se puede mirar a sí mismo, el observador no puede ser
lo observado, son dos cosas distintas: el sujeto y el objeto. De hoy en adelante, considera tu cuerpo, mente y emociones como recursos personales de tu yo, la identidad central que eres y que está aprendiendo a dirigir esas tres partes de tu ser. Acción 5.2 Recupera el poder personal y el liderazgo interior ¿Alguna vez te has sentido víctima de algo o de alguien? ¿Has tenido la sensación de que el mundo exterior (los demás, las circunstancias) es el causante de tu felicidad o tus desgracias, de tus buenos o malos momentos? Eso se llama victimismo, y es un patrón oculto de la psique humana que, sin saberlo, nos hace la vida imposible y hace que entregues tu poder personal al exterior sin que te des cuenta.
Para recuperar tu poder personal y ser tú el líder que dirige tu propia vida, para desarrollar tu propia fuerza 42
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interior y ser más resiliente (capaz de resistir bien las adversidades y fortalecerte de ellas), es importante que descubras en qué momentos de tu día a día te estás comportando como víctima sin saberlo, para poder ¡desinfectarte de la «victimitis»!: esa tendencia a culpar al exterior y a los demás de tus problemas. Cuando te descubras encerrándote en ti mismo o haciéndote el reservado, cuando te veas intimidando al otro o siendo agresivo, cuando te encuentres mendigando cariño o aprobación, cuando te des cuenta de que estás haciéndote el orgulloso don perfecto que lo sabe todo y no tiene fallos, cuando choques contigo mismo evadiéndote de una situación o desapareciendo, huyendo de algún modo o no estando presente, es que has caído en la victimitis. Es momento de decirte: «No soy una víctima», y soy yo el único responsable de mis estados internos y mis reacciones. Esta afirmación
La elección Un discípulo que se sintió indignado por un hombre que había insultado a Buda le preguntó por qué lo había permitido. Buda le respondió sereno: –Si yo te regalo un caballo pero tú no lo aceptas, ¿de quién es el regalo? –Si no lo acepto, sería tuyo todavía. –Bien. Hay personas que emplean parte de su tiempo en regalarme sus insultos, pero yo elijo si quiero aceptarlos o no. Los insultos son como un regalo. Si no lo recoges, quien te insulta se lo queda en sus manos. No podemos culpar al que insulta de nuestra decisión de aceptar su regalo. Los insultos son para mí como un regalo que elijo no recoger. Simplemente lo dejo en los mismos labios de donde salió.
te devolverá mucho poder y ya no dependerás tanto del exterior y de las circunstancias. Haz un experimento: lanza una pelota a una pared, y observa: ésta te la devolverá; es una ley de la física que no puedes cambiar. En tu vida ocurre igual: lanzas una pelota y la pared que llamamos «el mundo», «la vida», «el destino», te la devuelve. Tantas pelotas como lanzas, tantas pelotas te devuelve el mundo y la vida. ¿Cuáles son las pelotas que tú lanzas a la pared del mundo? Son tus pensamientos e intenciones, tus deseos y emociones, tus sentimientos, tus palabras y actos, todo eso son pelotas arrojadas contra el muro de la vida que, actuando como muro que es, te las devuelve para que sepas el efecto que tiene lo que has arrojado. Se trata de una ley universal; la ley de acción y reacción, los hindúes, ley del karma, en la calle la oirás como «ojo
por ojo, diente por diente» (la antigua Ley del Talión) o «donde las dan las toman». Si la pelota que lanzas es de color amarillo, la pared te la devolverá de color amarillo, no cambiará el color de la pelota que le has lanzado. Dirás: «¡Claro, que estúpido, qué ridículo…!», pero no está tan claro cuando se trata de algunas pelotas que tú lanzas al mundo y luego te quejas porque el mundo no te las cambia de color y te las devuelve del mismo color que tu las has lanzado. Envías odio y pretendes que se te devuelva amor; lanzas rencor y pides que se te perdone, emites negatividad y exiges positividad. Si quieres recibir una pelota rosadita, lanza primero tú una pelota rosadita, y ¡observa lo que ocurre! Si lanzas a la pared una pelota con poca fuerza, ésta también te la devuelve con poca fuerza, y si la lanzas con mucha más fuerza, ocurre lo mismo. Volverás a exclamar «¡Claro, lógico!», pero, de nuevo, no lo ves tan lógico cuando lanzas SÉ TÚ MISMO
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al mundo un pensamiento, palabra o acto, constructivo o destructivo, con cierta intensidad o fuerza, y la vida te lo devuelve con la misma fuerza.
decir: que eres tú quien determina tu propia vida y no los demás (según te traten bien o mal) o las circunstancias (según vengan bien o mal).
Esta ley universal te hace a ti el único responsable de todo lo que lanzas al mundo, así que no eres una víctima, y tienes todo el poder para cambiar lo que quieras. No valen las quejas ni las lamentaciones, porque al final todo lo que vuelve a ti, como el bumerán, ¡es tuyo!
Prueba hoy a sonreírle a alguien amargado o triste y observa lo que ocurre. Prueba a devolver un grito con una frase cordial y comprensiva. ¡Haz realmente el experimento! Si el día se pone gris, vístete de colores. Si alguien te insulta, devuélvele amabilidad.
Acción 5.3 Sé causa y no efecto Sabiendo que eres el responsable de todo lo que te encuentras en la vida (y esta puede ser una verdad que te duela en ocasiones, te rebote o no te interese reconocer), ahora cambia tu actitud hacia el mundo y conviértete en causa, no en efecto. Ser causa significa estar auto-determinado, es
Si una situación no te gusta, cámbiala o acéptala. Tú tienes el poder para generar a tu alrededor efectos. No permitas que nada de lo que te digan los demás influya en tus convicciones, en tus actitudes, en tu estado de ánimo, en tus decisiones o en tus acciones. Conviértete en causa y dejarás de ser efecto de las causas de los demás.
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Una máscara que quita otra máscara Los carnavales o mascaradas son fiestas que muchas sociedades celebran para, precisamente, poder quitarse las «máscaras». Dan lugar a la exaltación de muchas de las pasiones o emociones que permanecen contenidas en la vida diaria. Liberarlas cumple una función catártica, de purificación, que prepara a la persona para una nueva etapa a la que llega fortalecida.
Acción 5.4 Vive sin máscaras Casi todos vivimos y nos mostramos al mundo con una máscara puesta, una auténtica careta que nos oculta el rostro (nuestra auténtica naturaleza) e impide que los demás nos vean tal como somos de verdad.
El miedo a que no acepten nuestros temores, debilidades, nuestra tristeza o rabia y nuestros «trapos sucios» hace que nos ocultemos detrás de esa máscara que es la imagen personal que queremos dar, la que creemos que nos interesa que vea el mundo. Empieza hoy a ser valiente y atreverte a ser tú mismo: a quitarte tu máscara. ¿Cómo? Deja de negar o justificar tus fallos e imperfecciones, deja de juzgarte y acéptate tal como eres: perfectamente imperfecto (como todos los seres humanos), empieza a arriesgarte y mostrar tu auténtica forma de ser. Si te sientes alegre o triste, acéptalo y manifiéstalo abiertamente. Si te sientes enfadado o avergonzado, dilo. Si tienes miedo, exprésalo sin temor. No juzgues tus estados y date el permiso, como los niños, de ser tal como eres en cada momento.
Y cuando te descubras interpretando un personaje para quedar bien, para que te acepten o agradar, o para ocultar sentimientos que consideras innobles, simplemente disfruta siendo ese personaje y aprende con él y de él. Nadie está obligado a ser perfecto, y todos tenemos derecho a ser tal como somos: perfectamente imperfectos, pues es nuestra otra humanidad. Siendo tú mismo posees la suficiente honestidad y veracidad como para poder conectar con tu esencia.
ACCIÓN 6 CONECTA CON TU ESENCIA El objetivo de esta actividad es aprender a reconocer tu ser interno o naturaleza esencial, a saber hacer el silencio interior para poder entrar en el núcleo de tu ser y encontrar en él a tu maestro interior o supraconsciencia, que es la parte de ti que sabe en cada momento de la vida cuál es el camino más adecuado para ti y la acción más apropiada en cada situación y experiencia. Acción 6.1 Reconoce tu ser interno o esencia De nuevo, vuelve a mirarte en el espejo: pero esta vez ve más allá de las apariencias y de lo que ves, mirando detrás de esa imagen o reflejo que el espejo te devuelve. Pregúntate: «¿Quién hay ahí dentro? ¿Quién se oculta tras esa máscara o apariencia?».
No busques una respuesta, sal de tu intelecto y tu cabeza, simplemente deja flotar la pregunta en tu pecho unos minutos y nada más, no esperes nada. Luego, mírate el pecho en el espejo y respira profundo varias veces, sintiendo que ahí algo se ensancha, que se abre una puerta. Imagina que dentro de tu corazón hay alguien más que no es tu yo mundano habitual
(tu «ego»), que hay otro yo más grande: es tu ser interno, tu esencia, aquello de lo que estás hecho, lo que da la vida y la consciencia a tu cuerpo y a tu mente. A «eso» que te anima puedes ponerle la etiqueta que más te guste pero, más allá de las etiquetas, simplemente siente eso dentro de ti. Acción 6.2 Crea un espacio interior de quietud y silencio Ahora, siéntate cómodamente y asegúrate de que no te van a molestar durante un rato (no realices estas prácticas tumbado porque corres el riesgo de dormirte y perdértelo todo). • Empieza a inspirar lentamente por
la nariz, tal como se infla un globo, y a exhalar lentamente por la boca, tal como se desinfla el globo; al final de la exhalación, respeta durante unos segundos la pausa de reposo sin aire antes de volver a inspirar. Sencillamente deja que suceda, respirando lenta y tranquilamente. Constatarás como poco a poco tu estado interior y tu mente van decelerándose, entrando en un
estado de calma y paz interior en el que todo está bien y todo está en paz, no hay nada que hacer. • De forma gradual, ve ampliando
cada vez más los espacios y tiempos de la pausa de reposo entre dos respiraciones, instalando todo tu ser en ellas mientras duran, dejándote acomodar en ese espacio vacío interior de quietud y silencio donde todo está parado. Identifica y siente ese espacio neutro, sereno y silencioso en medio de tu pecho y siéntelo ahí desde ahora: será tu puerta de entrada al núcleo de tu ser. Acción 6.3 Entra en el núcleo de tu ser El núcleo de tu ser es un lugar dentro de ti, fuera del espacio y del tiempo, que podríamos llamar el «espacio sagrado del corazón». • De nuevo siéntate con comodidad
y sin que nadie pueda molestarte. Apoya un par de dedos en medio de tu esternón y, por un minuto, siente ahí la sensación de este punto, respirando en él. Retira los dedos y sigue sintiendo el punto medio del pecho en el esternón, respirando CONECTA CON TU ESENCIA
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ahí con profundidad, imaginando que estás abriendo una puerta de acceso al interior del corazón. Siente el volumen interior de tu pecho, la presencia física del corazón, su espacio interior, e imagina que dentro hay una chispa de luz brillando dentro de un inmenso espacio oscuro y vacío, como un cielo nocturno en el que solo brilla esa estrella en el centro de su bóveda. • Siente que esta estrella brillando
en el centro del espacio sagrado del corazón es tu chispa de vida, el verdadero núcleo de todo tu ser. Ella te anima, te vivifica, te da existencia, sensibilidad y consciencia de ser y existir. • Juega con la imaginación y la
intención y, respirando ahí dentro, haz que tu chispa vital se agrande y brille más dentro del espacio sagrado de tu corazón, sintiendo no solo que estás vivo, sino que ese núcleo 48
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brillante y luminoso eres tú, tu yo más auténtico y esencial. Sal de la experiencia cuando gustes, a tu ritmo, sintiéndote renovado y nuevo. La práctica introspectiva que acabas de aprender en las tres experiencias anteriores te da la mano y te acompaña para que entres hacia dentro de ti mismo, en el núcleo de tu ser, donde reside tu otro yo más grande. En el proceso, al principio te puedes topar con cosas desagradables que habías enterrado en tu sótano (bloqueos, emociones dolorosas congeladas, miedos y temores, traumas olvidados, heridas profundas sin sanar, fantasías y fantasmas), cortándote el paso (porque no las has resuelto ni sanado), pero si pasas a través, sabiendo que solo son memorias, al final del túnel oscuro verás una luz (la luz de tu consciencia, de tu ser interno), descubrirás que ahí dentro hay escondido un «maestro»
Siddhartha Un príncipe educado para ser emperador, rodeado de lujo y comodidades encerrado en su palacio, salió un día al exterior y vio un cadáver, un enfermo, un anciano y un asceta errante que había renunciado al mundo para liberarse del sufrimiento y del miedo a la muerte. Esto le hizo reflexionar profundamente y renunció a su vida anterior para ir en busca de la iluminación. Tras visitar famosos maestros, sus dudas permanecían; tras sumergirse en la disciplina física, el dolor y el ayuno extremo, sus dudas permanecían. En su desesperación por hallar respuesta a sus preguntas, Siddharta se sentó a meditar bajo una higuera. Permaneció 40 días luchando con sus propios demonios interiores hasta que venció. Sus dudas se disiparon y alcanzó la iluminación. Se convirtió en Buda.
que te está esperando para revelarte sus secretos, para responder todas tus preguntas y desvelarte todos los misterios. Esto tal vez te pueda parecer ciencia ficción, pero no lo es. Acción 6.4 Encuentra tu propio maestro interior Ahora, vuelve una vez más a acomodarte en un lugar y momento tranquilo, un aparte de tus quehaceres diarios, como si entraras en un templo o lugar especial. • Relaja tu cuerpo y respira amplia
y profundamente en medio de tu pecho, activando ahí esa ya conocida puerta de entrada al espacio sagrado de tu corazón. Imagina que aquella chispa luminosa ahora se convierte en un ser de luz, un ser muy sabio, amoroso y poderoso; imagina que ese ser de luz es un maestro que había oculto en tu interior, esperándote hace tiempo: un maestro que lo puede todo, que lo tiene todo y
que lo sabe todo, que tiene acceso a toda la sabiduría del universo. • Puedes preguntarte lo que quieras,
realmente todo lo que desees saber, imagina lo que un ser tan sabio te respondería; escucha con atención y lucidez, porque todo lo que te susurre es muchísimo más valioso que todo lo que los libros, cursos o eruditos te puedan contar. Al salir de la experiencia, escribe lo que te ha dicho, y luego en tu día a día comprueba qué ocurre cuando pones en práctica sus consejos, sugerencias o indicaciones. Aunque al principio tu mente racional dude, ¡simplemente hazlo y observa! Naces sabio, pero dormido, ignorante de tu sabiduría. Es como si antes de nacer te hubieran dado un disco duro repleto de datos muy importantes y de información valiosísima, pero a la que no puedes acceder porque no posees la clave de acceso. CONECTA CON TU ESENCIA
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Como ya has visto en tu interior posees las respuestas a todas las preguntas e incógnitas que tu mente se pueda formular, y las llaves que abren todas las puertas cerradas. Tu reto aquí es aprender a abrir un acceso a tu sabiduría interior y a tu «cofre de llaves». A través de los misterios de la vida y de los interrogantes que se te presentan, has de aprender a hacer conocido lo desconocido y a desvelar lo que está oculto, corriendo el velo que esconde la verdad.
recuerdes. Los maestros externos pueden servirte durante un tiempo, pero tarde o temprano has de aprender a encontrar tu maestro interior, escucharlo, y confiar en él.
Cuando te preguntas algo, o le preguntas a alguien, puedes obtener mil respuestas del exterior, que solo servirán para recordarte algo que tú ya sabes en tu interior; tan solo te refrescan la memoria para que
Eso no significa que no tengas derecho a preguntar y a buscar, porque por naturaleza eres un buscador, y todo lo que encuentras fuera de ti, en el mundo exterior, te sirve durante un tiempo, hasta que
Puedes leer mil libros, realizar mil cursos y talleres, consultar todas las webs, asistir a muchas conferencias, conocer a personas muy sabias y eruditas que te muestran mil caminos, pero hasta que no aprendes a acceder a tu propia sabiduría interior no conoces la auténtica verdad: tu verdad.
has colmado esa sed de conocer. Pero llega un momento en el que sientes la necesidad de empezar a buscar en tu interior, y ahí vas a encontrar todas las respuestas. En esa búsqueda interior te va a ayudar la interiorización y la meditación: las cuatro subacciones que has aprendido, que son las vías rápidas hacia tu maestro y sabiduría interior. Conocer es recordar y despertar del sueño de la ignorancia y de la inconsciencia. Hacer conocido lo desconocido consiste en despertar el conocimiento anestesiado y olvidado que ya posees. Este conocimiento interior e innato se manifiesta cuando haces descubrimientos inesperados sin buscarlos («serendipia»), o cuando
espontáneamente haces cosas que no creías poder hacer o que nunca aprendiste a hacer. Los pasos aprendidos en esta acción, y que te enseñan a interiorizarte (a ir hacia tu interior), son tu GPS personal, que te permiten saber dónde te encuentras en tu trayectoria vital y a qué altura te hallas en tu propio ser, te orientan en el camino de la vida. Y a medida que avanzas en ese camino y vas creciendo cada día más como persona, desarrollando nuevas cualidades humanas, desplegando nuevos potenciales, te das cuenta que nace en ti el anhelo de ayudar a los demás a crecer, porque ¿de qué te serviría llegar a la cima si llegas solo y no puedes compartir tu gozo con nadie?
ACCIÓN 7 AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER Este último paso o acción concluye el programa con el objetivo de descubrir que existe un plan de evolución para todos los seres humanos, y que todos estamos formamos parte creciendo como personas, tomando la responsabilidad de nuestro papel en la familia humana, actuando para apoyar esa evolución global de la que formamos parte a través de algunas formas de ayudar a los demás a crecer interiormente y evolucionar. Acción 7.1 Conoce el proceso de evolución de la humanidad • Túmbate en el suelo, abandona
el cuerpo hacia la tierra y haz varias respiraciones profundas, entrando en el espacio sagrado del corazón donde reside tu esencia; el acceso ya está abierto y podrás entrar siempre que te lo propongas. • Imagina que te conviertes, todo tú,
en una pequeña célula, y que esa célula forma parte de un organismo más grande. Imagina que ese organismo es toda la humanidad, de la que tú, como individuo, eres tan solo eso: ¡una célula diminuta!
• Permite que esto rinda a tu ego
y te haga más humilde. Piensa que todas las células-seres humanos estamos en un camino de perfeccionamiento y mejora del gran cuerpo, y que tú tienes tu parte en esa gran empresa evolutiva. Aunque cada uno esté donde está en su grado de integración como persona, todos estamos en el mismo camino de evolución, un camino que va desde la imperfección hacia la perfección creciente. Podrás argumentar que hay mucha crisis, que conoces mucha gente mala, que todo va a peor, etc., (por supuesto desde esa parte de víctima pesimista y gris que a veces todos tenemos), pero eso sigue siendo pensar y mirar desde la superficie y las apariencias (desde el ego), porque desde la profundidad de tu esencia puedes mirar con otros ojos y ver que, detrás de cada suceso, hay una fuerza o impulso que pugna por cambiar las cosas y empuja para mejorar la vida humana. La vida puede ser trágica o mágica; solo tú decides con qué gafas la quieres mirar.
La física cuántica está demostrando que existe un campo unificado en el que todo está conectado con todo, y que como decía Walt Whitman «No puedes agitar una flor sin conmover una estrella». La biología más vanguardista también reconoce la existencia de un campo mórfico o red invisible que interconecta a todos los seres vivos y que explica cómo una bandada de aves pueden volar en formación perfecta, cómo un banco de diez mil peces puede nadar en diez mil direcciones distintas en una fracción de segundo sin tocarse ante el ataque de un depredador, porqué cuando un mono aprende a lavar patatas en un río en Sudamérica, al otro lado del mundo los monos ya saben hacer eso sin haberles enseñado, o cómo un perro abandonado a cinco mil
kilómetros vuelve a casa él solo sin GPS ni mapas de carreteras. Nos guste o no ¡estamos todos conectados!, y parece ser que la humanidad: «huma-unidad» es realmente eso: la unidad humana, una especie de gigantesca familia de la que formamos parte y, al igual que en tu cuerpo individual, si beneficias o perjudicas a una parte-célulaindividuo, beneficias o perjudicas al resto, porque todos somos uno. Quizá no somos uno ni estamos conectados al nivel superficial del ego: ese pequeño yo personal que tan bien defendemos, pero en el nivel profundo del yo grande (el ser interno o esencia) no hay separación: tú y yo somos prácticamente lo mismo y somos más iguales de lo que puedes imaginar. AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER
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fueron y sus heridas, cuáles deben ser sus luchas internas y externas, sus conflictos relacionales o profesionales, sus problemas de salud tan bien ocultos, sus miedos y pesares tan bien maquillados por una «buena cara», su incertidumbre ante el futuro, sus cargas y lastres del pasado. • Abre tu pecho y empieza a sentir
comprensión por cada persona que veas, una compasión que emana de ti hacia ellos como una corriente que surge de ese centro de calma y paz en tu pecho. Ahora vuelves a ti mismo y observa eso mismo en tu persona que también está creciendo y aprendiendo. • Siente que formas parte de algo
Acción 7.2 Toma tu parcela de responsabilidad • Sal a la calle y párate en el centro
de una plaza o lugar muy concurrido. Olvídate por un momento de ti y, como un espectador neutro y sin juicios, simplemente observa a las personas: qué hacen, adónde se dirigen, cómo andan y respiran, ¿qué te revelan sus cuerpos y sus gestos? ¿Cómo se deben estar sintiendo por dentro? ¿Cómo debe ser su mundo interior detrás de la máscara social y de la falsa sonrisa? Trata de ver al niño o niña que 54
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más grande que tu yo individual, que en realidad todos compartimos (con pocas variaciones) prácticamente los mismos problemas, los mismos miedos y temores, las mismas heridas, las mismas ilusiones y limitaciones. Sabiendo que todos somos garbanzos del mismo cocido, ahora pregúntate qué podrías hacer tú para curar y mejorar ese gran cuerpo en el que estás metido: la huma-unidad, siéntete una humilde pero muy importante hebra del tejido de la familia humana y toma tu parcela de responsabilidad.
Acción 7.3 Haz algo que sirva y ayude a los demás a crecer Al empezar la jornada decide con afecto y humor hacer algo por los demás, algo que les ayude a sentirse mejor, que les transmita confianza y paz; puede ser una simple sonrisa, una palabra amable, un toque en el hombro o todo un abrazo (respetuoso y pidiendo permiso), cualquier cosa que ayude a crecer y a brillar a esa célula vecina que se te pone delante.
Encuentra las cualidades humanas que cada persona ya ha desarrollado, florecido, y desprende, y reconóceselas, dile cuánto vale como flor del campo de la humanidad, qué valores tiene, cuán valiosa es su contribución al mundo. Cualquiera puede encontrar defectos y no hay ningún mérito en eso; ¡atrévete a encontrar cualidades! Cuando te encuentres con alguien que sufre, pregúntate en el corazón qué puedes hacer para que su cuerpo se revitalice, para que abra el corazón,
para que exprese y cree, para que aprenda y conozca, para que sea él mismo o ella misma, para que conecte con su esencia, y para que crezca, prospere, celebre y florezca. Crecer como personas no es tan solo algo individual, sino colectivo. No eres tú solo el que está creciendo y floreciendo, y los demás no (o no todos); la humanidad es como un campo que, aunque cada planta lleve su ritmo, todo él va floreciendo al mismo tiempo y derramando sus fragancias y frutos de forma grupal, global; unas se abren mientras otras ya han eclosionado, pero todo el tiempo hay en el aire el perfume que deleita al caminante. Aunque a veces no te lo parezca, y tu mente encontrará mil argumentos para justificarlo, ¡todos estamos creciendo juntos! ¿Puedes sentirte, aunque solo sea por un instante, parte del gran todo? ¿Puedes sentirte gota en el mar? Si lo consigues, llorarás y reirás de pura felicidad. AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER
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Acción 7.4 Celebra que estás vivo y creciendo • Sal de nuevo a la calle y vuelve a
observar a la gente: quién sonríe, quién va demasiado serio por la vida, quién actúa y se comporta con la misma espontaneidad y admiración de un niño o niña, quién va de adulto formal controlado o amargado, puede que descubras, con pesar, que la mayoría anda por la vida sin disfrutar casi nada de lo que hacen, como si todo fuera una obligación, un deber que se les ha impuesto. • Simula que haces una encuesta,
pregúntales a unas cuántas personas quién ama lo que hace, quién trabaja en algo que realmente le gusta, le llena interiormente y le permite realizarse como persona y expresar todo su 56
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potencial, cualidades y talentos. Puede que te decepciones con la encuesta. • Ahora mírate a ti mismo: ¿te gusta
lo que haces en la vida? ¿sabes disfrutar de las pequeñas cosas y actos? ¿O casi todo es un «qué remedio, hay que hacerlo»? Todo es cuestión de tu actitud: si no amas y disfrutas lo que estás haciendo, nunca podrás hacer lo que amas y deseas. Por eso, ¡disfruta de las pequeñas cosas!, y celebra cada logro, cada comida, cada beso o abrazo, cada palabra dada o recibida, cada mirada y contacto. Todo aquello que hayas hecho sin disfrutarlo, es un tiempo perdido que no podrás recuperar. Desde un punto de vista competitivo podrás haber sido
muy productivo, pero lo que no hayas hecho con alegría y buen humor no te hará crecer y cerrará más tu corazón. Todas las cosas que haces sin disfrutarlas carecen casi de valor, porque les falta la alegría de tu espíritu, la apertura de tu corazón, les falta tu vitalidad. Por eso, aprende a celebrarlo todo: cualquier cosa, grande o pequeña, es un motivo de celebración y disfrute, y celebrando y disfrutando aprovechas cada instante, será un minuto o un segundo muy bien vivido y aprovechado. Observa qué te enseña cada situación de la vida para tu crecimiento y florecimiento como persona, eso te facilitará saber vivir y saborear cada momento, valorar cada experiencia, celebrar que estás vivo y creciendo.
Acción 7.5 Florece y prospera • Tómate hoy tu día libre, olvídate
de todo y de todos, sácate a pasear y sal al campo o a la naturaleza. • Sin juicios ni análisis, sin
objetivos ni metas, respira la vida que te rodea, llénate de los olores que el aire te trae, escucha atentamente los sonidos a tu alrededor, percibe el bullicio y la actividad incesante de las formas de vida grandes y diminutas, que están ahí, ajenas a tu curiosidad, viviendo y celebrando la vida. Admira cada planta, y cada árbol creciendo hacia la luz solar, ofreciendo sus frutos y lo mejor de si misma sin pedir nada a cambio; descálzate y siente la tierra bajo tus pies, ¡está viva! AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER
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• Coge una piedra y contempla su
sencillez y solidez, los miles de años que debe de tener, embelésate con la grandiosidad y majestuosidad de las montañas, su presencia inamovible, viendo pasar las nubes sin perturbarse, observa esas nubes que pasan y se deshacen, enseñándote que todo es impermanente y no vale la pena pre-ocuparse por nada, enfocándote en medio del pecho coma sabes hacerlo, absorbe la vida que te rodea, está ahí para ti, para que te llenes y la disfrutes, para que la celebres como todo cuanto contemplas y sientes. • Ahora siéntate cerca de una or:
admira su belleza y su color, huele la fragancia que desprende y cómo expande tus pulmones, piensa en todo el largo proceso por el que ha pasado desde que era un 58
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botón hasta que se ha abierto por completo y puede dar lo mejor de sí misma, desplegar y ofrecer todas sus cualidades; ¡poco sospechaba ella cuando era un capullo cerrado toda la radiante belleza y esplendor que guardaba y que irradiaría a su alrededor cuando estuviera abierta! • Ahora imagina que tú eres esa or
y que, como ella, estás floreciendo, creciendo, aprendiendo a sacar lo mejor de ti mismo, a irradiar tus cualidades, todo tu potencial escondido, toda tu belleza interior. Cuando regreses a la ciudad o a tu lugar, llévate contigo toda la naturaleza en tu interior, guárdala en tu mente y en tu corazón, y recuerda cada día, cada hora, cada instante, que con cada experiencia que la vida te regala estás floreciendo y prosperando.
PARA ACABAR
El ser humano es una obra maestra. En los momentos difíciles debemos tener fe en su capacidad. En lugar de decirle lo que debe hacer o hasta dónde llegar, escucha tu voz interior. En cada persona existe un potencial insondable para la sabiduría y la compasión.