El Asedio de La Mente Tim La Haye

Betania es un sello de Editorial Caribe, Inc. © 2002 Editorial Caribe, Inc. Una división de Thomas Nelson, Inc. Nashville, TN-Miami, FL, EE.UU. www.caribebetania.com Título en inglés: Mind Siege © 2000 por Tim LaHaye y David Noebel Publicado por Word Publishing, una división de Thomas Nelson, Inc. A menos que se señale lo contrario, todas las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas Unidas en América Latina. Usadas con permiso. Traductor: Carolina Galán Caballero ISBN: 0-88113-675-1 Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier forma, escrita o electrónica, sin la debida autorización de los editores.

Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto».

DEDICATORIA

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iguiendo la tradición del famoso escrito de 1788 del Dr. Benjamin Rush, «Un discurso a los ministros del evangelio de todas las denominaciones de los Estados Unidos sobre asuntos concernientes a la moral», dedicamos este libro a los doscientos cincuenta mil ministros evangélicos norteamericanos, que predican el evangelio de Jesucristo. Estos líderes cristianos dirigen la única fuerza viable que tiene suficiente consistencia como para dejar una huella en nuestra sociedad y en nuestra cultura: ¡la Iglesia! El Dr. Rush presentó un plan para el avance de la moral en los Estados Unidos. Y nosotros creemos, de la misma forma, que el plan presentado aquí nos habla en nuestra situación actual. Nuestra oración es que cada ministro del evangelio descubra su papel estratégico como animador de su congregación a involucrarse en la lucha por el corazón y la mente de nuestra gente en general y de nuestros hijos y nietos en particular. Esta lucha se da en primer lugar entre la cosmovisión cristiana y la humanista secular, e incluye todos los aspectos de la vida: teológicos, filosóficos, éticos, biológicos, sicológicos, sociológicos, legales, económicos, políticos, históricos, artísticos, musicales, literarios y científicos. Hacemos un llamado a todos los ministros evangélicos de todas las denominaciones a que se informen bien sobre estas dos cosmovisiones religiosas: el cristianismo y el humanismo, para que después también informen a sus congregaciones. Los desafiamos a que alienten a los miembros de sus iglesias a tomar las riendas de la batalla en todas las esferas de la cosmovisión, y que animen a los jóvenes a llevar cautivo todo pensamiento a la

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obediencia de Cristo (2 Corintios 10.5) cuando entren en los frentes de combate. Aunque este libro solo se centra en unas cuantas esferas —ateísmo teológico,conscientes relativismode moral y globalismo estamos totalmente que la batalla tienepolítico— lugar en todas las esferas de la cultura. Nuestra oración es que después de leer y estudiar este trabajo, los ministros del evangelio insten, de forma inteligente y activa, a su porción de entre los ochenta millones de creyentes adultos de los Estados Unidos a convertirse en ciudadanos cristianos informados y responsables. Oramos que cada ministro anime a su gente a leer la prensa y a mirar con entendimiento los informativos de televisión, a reconocer la propaganda humanista de izquierdas, a involucrarse en la educación de sus hijos, desde la primaria hasta el postgrado, y a votar a candidatos que estén a favor de la moral, a favor de los Estados Unidos, candidatos que de verdad crean en los documentos fundacionales de los Estados Unidos (la Declaración de Independencia, la Constitución de los Estados Unidos, el Northwest Ordinance Treaty) y en su misión para el mundo como una fortaleza para defender la fe en Dios, la moralidad, la libertad humana, la empresa privada y el gobierno limitado. Si los cristianos se involucraran de corazón en la vida pública podríamos llegar a vivir de nuevo en una Norteamérica a favor de la moral, en vez de en la nación anti-Dios, anticristiana, amoral y liberal socialista en que se está convirtiendo a pasos agigantados.

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Dedicatoria Podría Suceder... Introducción

PRIMERA PARTE: El Conflicto 1. Su increíble cerebro, su magnífica mente 2. LasabiduríadeDios 3. Lasabiduríadelhombre PARTE DOS: La situación 4. La herencia cristiana de Norteamérica 5. Secularizando Norteamérica TERCERA PARTE: La verdad 6. LaBibliahumanista 7. El humanismo no es científico 8. El humanismo es una religión 9. El humanismo controla Norteamérica 10. Lagranmentira CUARTA PARTE El reto 11. Lam ayoríaaf avord el am oral 12. Soldados de verano y patriotas que toman el sol 13. Despierta el gigante dormido

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14. Lo que usted puede hacer 15. Ya es hora de tomar partido Apéndice A Apéndice B Notas

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PO DR ÍA SU CE D E R. ..

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es repito que no fue culpa mía. ¿Cómo podía saber yo lo que iba a suceder? Todo fue tan rápido y tan confuso... Parecía que todo iba bien, y al minuto siguiente... bueno, la verdad es que ni sé. Todavía no lo creo. Pero quiero que ustedes sepan la verdad. Quiero contarles lo que pasó aquella semana para que ustedes no se equivoquen. Les repito que no fue culpa mía. Días de colegio Desde que nos vinimos a vivir aquí, en 2010 trabajé en la industria de la alta tecnología, donde las reglas cambian más rápido que la velocidad de la luz. Sé que las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos, y a mí me parecía bien. Llevaba una vida decente, y mi familia y yo teníamos nuestras comodidades. Por eso nunca le puse mucha atención a la política ni nada por el estilo. La vida es de por sí tan complicada que con solo preocuparnos de nuestra propia vida, ya tenemos un montón que hacer. Dejemos que se ocupen de cuestiones políticas los que ya saben hacerlo. Además, yo no quería decirle a otros cómo deberían vivir. Mi lema fue siempre: «Vive y deja vivir». De todas formas, me sentí molesto un día que oí en la radio a alguien hablando sobre cómo durante las últimas décadas reinaba oficialmente en nuestros colegios una «filosofía peligrosa», que estaba «corrompiendo» —así lo dijo— a nuestros hijos. El locutor explicó que esta filosofía —la llamó «humanismo secular» era anti-Dios y anticristiana, y estaba destruyendo la moral de nuestro país. Tengo que reconocer que eso me dejó un poco

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preocupado. Y además, encajaba con algo que me venía diciendo mi vecino desde hacía algún tiempo. Así que un día decidí preguntarle a mi hijo, Mark, cómo iban las La cosas en suescolegio. verdad que Mark y yo no conversamos mucho —la mayoría de los chicos de noveno grado no piensan que sus papás sean lo bastante listos, pero muy de vez en cuando llegamos a charlar durante unos minutos, sobre todo cuando le doy dinero. Una tarde, cuando volvió a casa después del colegio, le prometí que si me dedicaba diez minutos para contarme cómo le fue el día, yo se lo recompensaría con creces. —Ni siquiera sé qué materias tienes —le dije— y sí me gustaría saberlo. Si me lo cuentas, te mandaré al partido de fútbol con tu amigo Jim con suficiente dinero para que tengan los estómagos llenos y las gargantas húmedas durante tres horas. Mark se quedó pensando, pero como él y Jim eran fanáticos de los Cardenales, y estarían jugando contra los odiados Cubs en nuestra ciudad el siguiente fin de semana, al final dijo que sí. Y me extendió la mano. —Después de darme lo que quiero —le dije moviendo la cabeza. Mark suspiró y empezó a protestar, pero se dio cuenta rápidamente de que yo le daría el dinero después de que me contara su historia. —Muy bien —dijo. A ver. Se quedó pensativo un momento, y luego empezó: —Cuando el bus nos dejó en la puerta del colegio a las ocho de la mañana vimos un montón de chicos asociales, creo que la mayoría eran cristianos, que estaban alrededor del mástil de la bandera. Parecía que acababan de orar. Nosotros los ignoramos, pero en cuanto nos bajamos del bus se acercaron a nosotros y empezaron a repartirnos folletos. Yo no tomé ninguno, pero Jim sí. En la parte de arriba de la página estaba la palabra Orígenes, y decía algo así como que la evolución no tiene senti-

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do, y que un universo ordenador exige que haya un Diseñador inteligente. No pudimos seguir leyendo porque el señor Dewey, el subdirector salió corriendo de su oficina, gritando como un diciendo nosotros no debíamos quedar expuestos a unloco, «material tanque peligroso». Mark hizo una pausa, y después dijo con una gran sonrisa: —¡Lo que pasó luego sí que fue genial! A los pocos segundos llegaron rechinando al estacionamiento varios carros de policía y un furgón de los antidisturbios; unos cuantos policías salieron de allí con pistolas automáticas. Arrestaron a los estudiantes de los folletos y luego los lanzaron a la furgoneta. También les quitaron los folletos. —¿Y a ti no te molestó eso —le pregunté preocupado. —No, ¿por qué? —me preguntó mi hijo. Además, antes de que empezaran las clases Dewey habló por megafonía y dijo que la policía acababa de arrestar a una banda de terroristas que habían tomado nuestro colegio. «Por esta hazaña», dijo, «el colegio Margaret Sanger está esta mañana a salvo de fuerzas destructivas». Siguió así bastante rato, insistiendo en los peligros de la «religión acientífica», y en el «triunfo del espíritu humano»; todo el tiempo estuvimos oyendo eso tan aburrido. Yo no sabía qué decir. Lo que mi hijo me estaba contando me sonaba demasiado parecido a lo que había oído en la radio; y me hacía sentir... bastante molesto. Pero tenía que saber más. —Cuéntame algo de las clases —le dije. —La primera es ciencias —me explicó Mark. Hoy estuvimos discutiendo acerca de un clásico: Mala suerte para el brontosaurio, de algún tipo de Harvard. Lo más importante que aprendí es que soy un accidente de la naturaleza, un animal evolutivo. A nuestra especie le ha ido mejor que al brontosaurio, porque nuestro cerebro es más grande, pero por lo demás somos iguales que él. Y aunque no somos más que gotas de protoplasma flotando en el espacio, podemos «vivir con valentía, enfrentan-

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do nuestro incierto futuro». Una frase estúpida, la verdad, pero eso es lo que nos dijeron. —¿Todo eso fue en la primera clase? —le pregunté, casi sin creerlo. —Claro que sí. No es que no hayamos oído antes hablar de eso. El Sr. Athenos nos recordó que la Biblia es mito y leyenda, que Adán y Eva nunca existieron, y que la ciencia ha comprobado que la evolución no es una teoría, sino un hecho. Es más o menos lo mismo de los años anteriores. Apenas pude contenerme y no hacer unos cuantos comentarios, pero quería saber más sobre la jornada de mi hijo, así que solo dije: —Umm, bueno, ¿cómo fue la segunda clase? —Tuvimos historia —me contestó. Ahora estamos estudiando los valores de la historia nacional. Me deprime oír acerca del pasado tan opresivo de América. Yo ni sabía que George Washington, Thomas Jefferson y todos esos fueron un montón de esclavistas brutales. —Mark —le interrumpí—, ¿no han aprendido nada sobre la herencia cristiana de América? —¿Herencia cristiana? —Mark se quedó de una pieza. —Papi, creo que no sabes lo que estás diciendo. Todos esos tipos eran deístas, ateos o agnósticos. Este país se fundó en la base de la separación entre Iglesia y estado. Ellos no querían que la religión oprimiera a la gente, como la Inquisición española. La cabeza me estaba empezando a dar vueltas, y eso que no habíamos salido ¡de la segunda clase! —Dime algo de la tercera clase —le dije un poco nervioso, esperando oír algo mejor. —Era gimnasia —dijo Mark, e inmediatamente me tranquilicé. ¿Podría haber algo malo en la clase de gimnasia? Estaba a punto de averiguarlo. —Hoy volvimos a tener clase de educación sexual. Ya no ju-

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gamos tanto al balón —suspiró mi hijo mirando hacia lo lejos. El capitán Condón se volvió a presentar y nos dijo dónde podemos conseguir preservativos con los colores del colegio, y nos explicó usarlos. Me dio poco de pena, la verdad. —¿Elcómo capitán Condón? —leunpregunté— ¿Quién diablos es ese? —Está todo el día en el colegio —me explicó Mark. Es un tipo del gobierno. Me parece que está en tercer grado de medicina. Hoy nos dijo que el sexo es una función puramente biológica, como ir al baño, y si decidimos hacerlo es decisión nuestra; el sexo no es nada «sagrado». Nosotros somos los únicos que podemos decidir cuándo es el momento adecuado, y si alguien dice otra cosa es un fanático de la derecha religiosa, como los terroristas de antes. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral al ver a mi hijo, ese muchacho alto, guapo, pecoso, describir todo esto como cualquier otra cosa. Estaba claro que se había tragado todo. Todo. Me pregunté si ya habría ejercido su derecho a su «decisión sexual», y me estremecí al pensarlo. La verdad es que prefería no saberlo. Le pedí que siguiéramos con la cuarta clase. —La clase de literatura inglesa es superaburrida —dijo— y me cuesta mucho poner atención. —Shakespeare y Dickens son demasiado para ti, ¿verdad? —le pregunté— dándole unos golpecitos en el vientre. —¿Quiénes? —preguntó. Creo que ninguno de ellos escribió Viajes con Rigoberta. Eso es lo que estamos leyendo ahora. Estudiamos a muchas feministas, y no leemos mucho de los escritores viejos. ¿Para qué perder el tiempo con machos blancos opresores y heterosexuales? Eso es lo que nos dice siempre la Sra. Irving. —Bueno —balbuceé— ¿hacen algo de análisis sintáctico o de gramática? Mi hijo se echó a reír en voz alta. —¡PAPÁ! —se carcajeó—, ¿es que no sabes que el inglés es-

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tándar es un mito? Estudiar eso no tiene sentido. Detrás de sus risitas podía ver que mi hijo realmente sentía lástima de su viejo e ignorante papá. Pasamos rápidamente por la hora del almuerzo y llegamos a la quinta clase: ciencias sociales. —Estamos aprendiendo que todo es relativo, justamente lo que dijo Einstein —me explicó Mark. El bien y el mal, la vida y la muerte, todo es relativo. La verdad absoluta no existe, y los valores de la cultura se hicieron para servir a los intereses de los ricos y poderosos. Nosotros tenemos que crear nuestra propia realidad. Antes de que le preguntara cómo había llegado su profesor a esa conclusión, Mark me informó de que un representante de Planificación Familiar se presentaría en clase al final de la semana. El orador haría una semblanza de Margaret Sanger, la fundadora de esa organización, y la mujer que graciosamente le dio nombre al colegio —después de quitarle el que tenía antes, el de un blanco opresor llamado James Madison. El orador también hablaría de la crueldad de la ética cristiana, un sistema demoníaco empapado de mitos y leyendas, intolerante con otras formas de pensar. Miré el reloj. Obviamente ya se nos habían terminado los diez minutos, pero aún teníamos unos cuantos minutos. —Cuéntame algo de la sexta clase —le dije débilmente. —Ahora me gustan más las matemáticas que antes —declaró Mark muy contento. El Sr. Eldridge nos dijo que las calificaciones ya no son necesarias, y que ya no nos las van a dar más. Me gusta ese profesor; nunca le dice a nadie que su respuesta es mala, sino que le dice: «No es así exactamente», y hace que toda la clase junta busque una respuesta correcta. Dice que a él le preocupa mucho más nuestra autoestima, y yo le creo. Es un tipo genial. —A ver... ¿cuánto es siete por seis? —le pregunté.

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Mark se quedó sentado, mirándome con incredulidad, esbozando una mueca de disgusto. —Bueno, bien, ¿cómo fue la séptima clase? —le pregunté, tratando dede caldear el —contestó ambiente. Mark con un gruñido. —Hora estudio —Y... ¿qué estudiaste? —le pregunté tímidamente. Mi hijo suspiró profunda y largamente. —No se estudia realmente en la hora de estudio —me explicó Mark. Solo es para relajarse y descansar. Algunos chicos se prepararon para la clase de Educación Mortuoria, y empezaron a escribir sus propias esquelas, pero la mayoría se la pasaron hablando del viaje de Marilyn Madson, que estará aquí dentro de poco. Ya sé que es viejo, pero me gusta este «Anticristo Superstar». Mark se dio cuenta de que yo había levantado la ceja derecha, y preguntó: —¿Por qué me miras así?, ¿qué tiene de malo que cante sobre el Satanismo, asesinatos en masa y suicidios? ¡Solo es un espectáculo! Ojalá cante el «Himno del odio irresponsable». Es genial. Escucha, papi: «Soy totalmente americano, te convenzo del suicidio/ Soy totalitarista, llevo el aborto en los ojos/ ... soy el animal que no será el mismo/ ...eso ... soy el istmo, mi odio es un prisma/ Matemos a todos, y que tu dios lo arregle/... eso». No podía soportar ni una palabra más, así que le corté en seco. —Ya está bien, Mark. Empecé a sentir algo raro en el estómago. Aquí tienes la plata. Saqué mi billetera y le di una tarjeta de crédito con varios cientos de dólares disponibles. —¿Solo esto? —se quejó. —Lo siento —le dije. Esta vez tendrán que sentarse en las gradas. Antes de que dijera nada más, me di media vuelta y me fui directo al baño. Cuando cerré la puerta le oí murmular: —¡Qué basura! Sí, pensé, claro que lo es. Ojalá pudiera hacer algo.

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Y entonces vomité. Todas las noticias que no

son dignas de ser impresas

Durante varias horas estuve luchando para digerir mi perturbadora conversación con Mark. ¿Tendría razón el tipo de la radio?, me pregunté. Seguramente el colegio de Mark es una excepción. No puede ser que las cosas estén tan mal. Como estaba cansado de pasearme de un lado a otro, me desplomé en mi sillón favorito y apreté el botón de encendido que está en uno de los brazos. «A ver qué encuentro para olvidarme de todo esto», murmuré mientras la habitación se iba oscureciendo, y un gran menú de opciones brilló enfrente de mí. En silencio alabé a Dios por el sistema de entretenimiento de alta tecnología que presidía nuestra sala de estar: Un televisor holográfico de pantalla gigante, varios altavoces, que podrían resucitar a un muerto, y miles de canales agrupados en varias categorías (deporte, noticias, teletienda, películas, espectáculos para participar en casa, y todo lo que uno quiera). Seleccioné «talk shows», apreté el botón del escáner, y me recliné en el sillón para ver qué temas y qué invitados había por ahí que me pudieran animar un poco. Inmediatamente apareció el llamativo logotipo de El Show de Billy Waxman, y me encontré cara a cara con los ojos azules del mismo Billy. «Nuestra próxima invitada es Harina Shanaunda, hermosa y de gran talento», dijo Billy, deshaciéndose en efusiones, mostrando sus dientes blancos a un público que en ese momento sobrepasó los treinta y dos millones en todo el mundo. «Harina acaba de salir del estudio donde se está rodando su última película, Lenguas de fuego. ¡Le damos la bienvenida a Harina Shanaunda!» El público rugió de satisfacción cuando la bellísima estrella apareció por una apertura de las cortinas del fondo del escenario, y se deslizó en un sofá muy acolchado que había junto a la

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mesa de avellano de Billy. «Una gran entrada, Harina», ronroneó Billy, tomándole una mano y dándole un beso húmedo. «Dinos», añadió, «supongo que no serás la nueva portavoz del papel plástico».aulló, apreciando el chiste de Billy sobre el vestiLa multitud do transparente de su invitada. Harina sonrió, y se puso en pie suavemente, se colocó de cara al público, extendió los brazos y dijo guiñando un ojo: «El papel de plástico sería mucho más barato». Mientras el público silbaba y aplaudía embelesado, esa imagen tan carnal flotando en mi sala de estar se fundió en otra, cuando apareció otro canal. Un señor de aspecto distinguido, con cabello canoso, estaba hablando: «¡... realmente un nuevo día! El cielo marca el límite, y usted no puede permitir que nadie le diga que está bien o mal. Este es el mensaje básico de mi último libro, y por eso lo he titulado: No hay otro Dios que usted: decida ejercer sus derechos divinos». El escáner había seleccionado: Conversación sobre libros con Winnifred Opera, y apretando otro botón supe que su invitado no era otro que el Dr. Joseph Storm, autor de la tan venida trilogía: Ascenso al Cielo, y fundador de la Clínica de Salud Mental Pacífica, extendida por todo el mundo. —Dígame, doctor» —le preguntó Winnifred— si lo que usted dice es cierto, y se ha llegado a comprobar científicamente que no hay ningún dios fuera de nosotros mismos, ¿cómo es que el nueve por ciento de nuestra población todavía afirma que va a la iglesia todos los domingos? ¿Por qué persiste la creencia en un Dios transcendente? El amable doctor sonrió, tomando suavemente la mano de Winnifred. Con un parpadeo le preguntó a su anfitriona: —¿Dígame, mi querida amiga, es cierto lo que dicen las revistas de usted y su último libro sobre dietas, que desde que fue publicado, usted ha, bueno, ha estado luchando por mantener una dieta sana?

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Winnifred no se molestó en disimular su sorpresa. —Doctor, no se a qué viene esto... —Por favor, no se ofenda —le dijo el Dr. Storm en un tono tranquilo y calmado. estoyEsusando estotiempo como ejemplo. He leído su libro,Solamente y es excelente. al mismo sabio y entretenido. Usted cree en su mensaje, ¿verdad? —Por supuesto, pero sigo sin entender... —La cuestión es muy simple —le interrumpió el sonriente doctor. Usted y yo estamos de acuerdo en que los principios de su libro le harían la vida más agradable a millones de personas, pero a pesar de eso es muy fácil caer —aunque solo sea un momento— en nuestros antiguos hábitos. ¿Verdad que sí? —Claro que sí, Doctor. —Y lo mismo pasa con todo lo demás. Aunque sabemos perfectamente que Dios no existe, cuando las cosas se ponen difíciles, también caemos fácilmente en nuestros antiguos hábitos de la fe. Pero a medida que crecemos y maduramos, esas caídas son menos frecuentes y dañinas. Hace veinte años el cincuenta por ciento de nuestra población iba a la iglesia todos los domingos, y eso alimentó una irracional creencia en Dios, pero como usted misma ha mencionado, esa cifra ha descendido al nueve por ciento, y sigue bajando rápidamente. Es más fácil tratar la locura del nueve por ciento de la población que del cincuenta y nueve, ¿verdad que sí? Igual que es más fácil lidiar con diez libras de más que con veinte. Winnifred se echó a reír, asintiendo con la cabeza. —¡Exacto! Es correcto en ambos casos. Doctor, cuéntenos ahora... Pero el escáner la dejó a mitad de frase. La imagen fantasmal de Maury Povich estaba empezando a formarse mientras el logotipo de Conversaciones clásicas lucíaenloalto.Peroyoyaestaba harto de debates. Apagué a Maury y volví al escáner y seleccioné CNM, el Canal de Noticias del Mundo. En un instante flotaron a pocos metros de mí imágenes holo-

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gráficas de los imponentes edificios que hay pegados a las Naciones Unidas. La imagen nítida de la veterana locutora Sheila Wolf hizo su aparición, y cuando la cámara ofreció un primer plano, ellaadijo: unos momentos CNM que están punto«Hace de hacerse públicos losanunciamos planes de laenesperada “modernización” de las Naciones Unidas. Ahora le acompañamos a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde el Secretario General, Raúl Hernández, está listo para dirigirse a los delegados con un anuncio histórico». Mientras las cámaras de CNM me introducían en el gran vestíbulo donde durante décadas las naciones han estado intentando aporrear sus diferencias, me sentí como si estuviera sentado entre los hombres y mujeres más poderosos del mundo. Los representantes de todos los países de la tierra estaban sentados, esperando con expectación mientras el secretario general se acercaba al podio. El cuarto se quedó silencioso y tranquilo cuando Hernández observó el augusto cuerpo. Parecía disfrutar de la asombrosa variedad y la potencia allí presentes, y saludó formalmente a algunos de sus colaboradores más cercanos. Al poco tiempo carraspeó y, sin apenas un rastro de su acento centroamericano, comenzó a decir en inglés: «Amigos, este es un gran día para nuestro planeta. El día de hoy marca un punto nuevo y glorioso en nuestra lucha por la libertad individual y por los derechos humanos. Durante demasiado tiempo nos hemos estado tratando como competidores y rivales, en vez de lo que realmente somos: hermanos unidos en una lucha común por la dignidad y nobleza humana. Hoy es un gran día en nuestra historia, porque todo esto está a punto de cambiar». Un murmullo se extendió por la multitud cuando las palabras del secretario se tradujeron a docenas de idiomas, pero cuando unos cuantos miembros, emocionados, comenzaron a aplaudir, Hernández los hizo callar con una seña. «Escúchenme, distinguidos miembros, colegas y amigos, escúchenme. Para marcar el extraordinario progreso hacia la paz

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mundial, que hemos logrado durante los últimos años, les anuncio con orgullo que este cuerpo ya no se llamará más las Naciones Unidas. Este nombre representa el pasado, cuando las naciones, individualmente, posiciones, y problemas nacionalistas insignificantestomaban nos dominaban y nos dividían. ¡Esos días ya pasaron! En este momento les invito —como a iguales— a trabajar conmigo para lograr la prosperidad y armonía globales por medio del mejor vehículo que la humanidad nunca concibió para ascender a su legítimo y majestuoso lugar. ¡Les presento la Alianza Mundial!» En ese momento se desplegó en el aire, por encima de los delegados, un enorme holograma con el abrumador emblema de la anunciada AM; giraba lentamente brillando con bandas azules, verdes y rojas. Después de unos instantes de respetuoso silencio, se oyó el estruendo de un aplauso largo y atronador. El secretario general sonrió ampliamente y se bajó del podio, uniéndose a sus colegas, y uniendo las manos enérgicamente. Parecía que las ovaciones no iban a terminar nunca; Hernández volvió a acercarse al podio y volvió a pedir silencio con una seña. Solo así le hizo caso la multitud. Debo admitir que a mí también me conmovió la ceremonia. Apenas podía quitar los ojos del brillante emblema de la nueva AM, mientras flotaba majestuosamente en mi sala. Pero ¿qué significaba eso? «Amigos», volvió a decir el secretario, «queridos amigos, esto no habría sido posible sin los enormes sacrificios que hicieron muchos de ustedes durante las pasadas décadas. Jamás habriamos llegado a este día sin haber dejado a un lado primero nuestras diferencias infantiles, tanto nacionales como religiosas. ¡Pero ya lo hemos logrado! Y aquí estamos, un mundo unido, un mundo en paz, un mundo rumbo a un futuro de hermandad y prosperidad nunca vistas. Que no volvamos a caer en las épocas de ignorancia, cuando dogmas supersticiosos y prejuicios irracionales envenenaban lo mejor de nosotros. ¡La

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humanidad ha llegado a su mayoría de edad! Ya no necesitamos los confusos mitos y leyendas que mantuvieron a nuestros antepasados en la oscuridad. En vez de eso los invito a avanzar con valentía a la luzEldedía la razón humana, sin la¡hemos ayuda de ninguna deidad ficticia. de hoy, hermanos, llegado a la edad adulta!» Cuando el público, embelesado, rompió en otra avalancha de gritos incontenibles y alegría indescriptible, alargué la mano hasta el panel de control del sillón y apreté el botón de apagado. Las NU —o, ahora la AM— desaparecieron, y mi sala de estar volvió a tomar forma a mi alrededor. El corazón había estado saltando con toda esta charla sobre hermandad, paz y armonía. Y el recién descubierto nuevo emblema de la AM me deslumbraba. Pero ¿a qué se refería el secretario general con eso de «dogma supersticioso» y «deidad ficticia»? Al decir que «hemos llegado a la edad adulta» ¿quería decir que solo los niños creen en Dios? ¿Qué quería decir exactamente? Mientras pensaba en esto, apreté otro botón de la consola del sillón, y apareció impresa instantáneamente la última edición reducida de The Daily News y Courier. Por supuesto que podría haber tenido acceso a eso mismo en la televisión holográfica, pero después de oír el discurso del secretario, quería apagar aquello. Mientras examinaba la portada, uno de los titulares me saltó a la vista: «Los cristianos son declarados legalmente enfermos mentales, según los expertos». ¿Qué diablos? Me quedé con la boca abierta cuando leí el título del artículo, embutido entre: «Luchador profesional presentó su candidatura al senado» y «Una dama de nuestra localidad gana un billón vestida de travesti». Pero aquí estaba, tan grande como la vida misma:

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ASEDIO DE LA MENTE Washington, D.C. (AP) El renombrado siquiatra a nivel mundial Edwin B. Simpson declaró hoy que aquellos a quienes él denomina «cristianos fundamentalistas» deberían ser considerados legalmente enfermos mentales. Según el testimonio dado a un comité especial del Senado para la investigación del terrorismo internacional, Simpson insistió en que aquellos que profesan tener fe en un Dios transcendente, que se consideran «salvos» por medio de Jesucristo, y que interpretan la Biblia literalmente deberían ser considerados enfermos mentales por definición. «Si alguien cree ardientemente en la existencia de un ser que no existe, trata repetidas veces de comunicarse con ese ser mítico, y trata de discernir instrucciones actuales de un libro antiguo de leyendas, nos encontramos ante un caso totalmente legal de enfermedad mental», declaraba Simpson. «Esas personas deberían ser confinadas inmediatamente en una institución, y ser privadas de sus privilegios como padres. ¿Cómo podemos considerarnos civilizados, permitiendo que nuestros niños se vean expuestos a constructores mentales tan dañinos y torcidos?»

Otra vez sentí que el estómago se me hacía un nudo, como pasó varias horas antes, durante mi conversación con Mark. El papel se me cayó al suelo. Ya no tenía ganas de leer los chistes. Ya no tenía ganas de mirar los resultados del boxeo. Ni tampoco quería volver a prender la televisión. Lo que realmente quería en ese momento era irme a la cama, apagar las luces, orar brevemente por mi familia y por mi nación, y confiar en que las cosas serían mejores al día siguiente. Porque ¿qué más podría hacer? Tome un número, Sr. 439776 Gracias al Señor, el martes pasó más agradablemente que el lu-

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nes, y me pude relajar un poco. El miércoles por la mañana casi me había olvidado de todas las calamidades... hasta que vi a mi vecino, justo cuando me marchaba al trabajo. desde su garaje. Nos vemos—¡Buenos esta nochedías, a lasBruce! seis y —me media,gritó ¿verdad? Por las mañanas estoy un poco lento de reacción, así que por un momento no supe qué decir. —¿De qué está hablando? —me pregunté. ¿No se te habrá olvidado, verdad? —me preguntó Rick. ¿No te acuerdas? Estuvimos hablando de eso durante las últimas semanas. —Ah, sí, tartamudeé. —Vamos, me estuviste contando que te gustaría poder hacer algo para asegurarle un buen futuro a tus hijos, y yo te sugerí que te metieras en política. Tú te sentiste un poco acosado e indeciso, pero al final dijiste que me acompañarías a la próxima reunión de la municipalidad. Es esta noche. Te acuerdas, ¿no? —Ah, sí, rápidamente me vino todo a la mente. Rick tenía razón. Le había prometido ir con él a la reunión. Era la única forma de hacer que se callara. Ustedes tienen que saber algo sobre Rick Hawthorne. Es un buen vecino, y un respetado miembro de nuestra iglesia, la Iglesia del Redentor, pero es... bueno, un poco radical con algunas cosas, a ver si me entienden. Demasiado elocuente con sus puntos de vista. Cuando se pone a hablar de política me pone nervioso. Tomemos como ejemplo la conversación en la que prometí ir a la reunión de la municipalidad. Estábamos en el vestíbulo de la iglesia un domingo por la mañana después del culto, y Rick me lanzó una de sus diatribas «Todos deberíamos involucrarnos en política». Siguió hablando y hablando sobre cómo estábamos perdiendo nuestras libertades y cómo deberíamos hacer algo más que quejarnos. Rick se ha presentado varias ve-

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ces a las elecciones municipales, pero nunca ha ganado. (Nunca le dije que en las dos ocasiones me olvidé de votar.) Sea como fuere, después de hacerle algunas preguntas muy concretas tanto a la Señora Olson comosea volvió Fred Buckhalter sobre su participación en la vida política, a mí: —Bruce —me dijo— tú eres mi vecino. Tú sabes cómo me siento con todo esto, pero ¿tú sabes algo de cómo trabajan las cosas en la municipalidad?, ¿cuándo fuiste por última vez a una reunión? Tartamudeé algo acerca de un horario muy apretado, y sobre mi filosofía de vive y deja vivir, pero él me clavó los ojos como un perro de pelea atado ante un trozo de carne cruda. —Me dijiste que te preocupa el futuro de tus hijos —me dijo— así que ¿por qué no vienes conmigo a la próxima reunión y ves tú mismo cómo está empezando a ser ese futuro? ¿Qué te parece la idea? Todo el mundo me estaba mirando, y yo estaba empezando a sudar, ahí parado al sol de mediodía. Así que dije que sí: —Muy bien, iré contigo. —¡Genial! —replicó Rick— dos semanas a partir del miércoles, a las siete en punto. Yo manejo. Tendríamos que salir como a las seis y media. ¿Te parece bien? —Muy bien —dije— esbozando una sonrisa, pero sintiéndome como un oso atrapado en una trampa oxidada. Y ahora había llegado el horrible día. Se me esfumó el buen humor al imaginarme una noche echada a perder con un vecino testarudo en una reunión pública, pero lo había prometido, y Rick no lo había olvidado. —¡Nos vemos por la noche! —gritó, mientras se metía en el carro y se alejaba manejando. —Sí —respondí débilmente— por la noche. Tengo que confesar que ese día no avancé mucho en mi trabajo, sino que dejé pasar las escasas horas que se apresuraban hacia mí. Antes de que pudiera darme cuenta ya estaba en casa,

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duchado, cenado y sentado infelizmente en el carro de Rick de camino a la municipalidad. «Elegiste una buena noche para venir», estaba diciendo Rick, «los del consejo están pensando en varias reglas y normas que conciernen a la comunidad cristiana, y la mayoría de nosotros ni siquiera sabemos de qué se habla en esas reuniones». Le dejé seguir así durante los veinte minutos que dura el viaje al centro de la ciudad. Creo que ni se dio cuenta de que no abría la boca en todo el tiempo, y tampoco le había dicho que el silencio era mi plan para toda la noche. « Tú quédate callado y deja que los profesionales hagan su trabajo en paz», pensé. Llegamos a la cámara del concilio justo cinco minutos antes de que empezara la reunión. Aunque allí podrían caber unos doscientos cincuenta espectadores, solo había unas cuantas personas. Rápidamente me di cuenta de que Rick iba a las reuniones regularmente; cuando entró en la sala, unas cuantas personas del público le saludaron, otros cuantos gruñeron, y el alcalde y uno de los miembros de la municipalidad murmuraron algunas profanidades en voz no tan baja. Rick se limitó a sonreír y a sentarse. En medio de las discusiones de último momento y el ruido de papeles, el alcalde, Josh Williams por fin golpeó la mesa con el martillo, llamó al orden, y le pidió a todos que recitaran el himno de membresía: Prometo fidelidad al mundo, para cuidar de la tierra, el mar y el aire, para honrar a todo ser viviente, con paz y justicia en todo lugar. —¿Qué es esto? —le pregunté a Rick al oído cuando todos nos sentamos, eso no se parece en nada al himno que yo aprendí de niño. —¿No lo habías oído antes? —me preguntó Rick, sorprendido. Este es el himno que nuestros hijos aprenden ahora. El al-

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calde Williams ha recitado estas palabras desde el tercer grado, y, ¿te has dado cuenta de que la bandera de los Estados Unidos está al final de la sala, y en cambio la de las NU —¿o ahora es la AM?— la parte ydelantera? Miréestá a mien alrededor vi que todo estaba exactamente como lo había descrito Rick. —¿Desde cuando está esto así? —le pregunté. Mi amigo se quedó un momento silencioso, sacudió la cabeza y dijo: —No has estado poniendo mucha atención, ¿verdad? No dije nada, pero decidí que a partir de esa noche tendría los ojos y los oídos bien abiertos. Y no es que pasara mucho durante el primer cuarto de hora; el consejo trató varios asuntos internos, lo que parecía ser pura rutina. Por fin pasaron a tratar temas más importantes. Primer punto del orden del día, discutir el programa Paso derecho. —¿Qué es eso? —le pregunté a Rick. —Paso derecho es la versión de nuestra ciudad de lo que antes se llamaba Acción Afirmativa —me explicó. Hace varios años la ciudad comenzó a darle trato preferente a emplear y a contratar a miembros de grupos raciales que en el pasado habían sido discriminados. Pero desde hace algún tiempo el énfasis de Paso Derecho se centra en un trato preferente a la comunidad de homosexuales y lesbianas. Esta noche el consejo tiene pensado hablar acerca de cómo se podría atraer a más homosexuales y lesbianas a posiciones administrativas clave. —Espera un momento —le interrumpí. ¿Estás diciéndome que nuestra comunidad trata a los homosexuales y a las lesbianas de la misma forma que trata a ciertos grupos raciales? Rick me volvió a dirigir esa mirada que mostraba al mismo tiempo lástima y descrédito. —Bruce, ¿dónde has estado metido? —me preguntó— hace ya años que las parejas de homosexuales y lesbianas disfrutan de todos los derechos y privilegios de las parejas heterosexuales.

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Antes tenían que demostrar que realmente eran «pareja», pero ya incluso eso se considera pasado de moda. ¿Quién tiene derecho a decir que una unión de dos semanas merece menos apoyo delTodo estadoesto queera unanuevo de cincuenta la no razón oficial. para mí,años? y eso Esa que es aún había oído nada. —El tema de esta noche va aún más allá —siguió Rick. Están tratando de averiguar cómo reclutar para la municipalidad a tantos homosexuales como sea posible. Lo que se va a debatir es cuánto más quieren pagarles, y cuántos más beneficios quieren darles? —¿Solo por ser homosexual? —pregunté. Rick no me respondió, pero bajó la cabeza lentamente y fijó los ojos en la reunión. Permanecí silencioso escuchando a otros miembros del consejo debatir acerca de medidas compensatorias para los reclutados bajo Paso Derecho. Nadie se opuso a la idea básica; en lo único que no estuvieron todos de acuerdo fue en la cantidad de presupuesto que se destinaría para ello. El consenso final pareció ser cuanto más, mejor. Luché para prestar atención cuando se debatieron los otros puntos del orden del día: una declaración oficial de apoyo a la nueva Alianza Mundial, proporcionar fondos para la exposición de verano del Consorcio de Artes Cívicas: «Nosotros mismos: perdidos en un universo silencioso», y todas las quejas habituales de algunos vecinos sobre baches, perros que ladran y carros abandonados. Cuando la reunión ya estaba a punto de terminarse a eso de las diez y media, el alcalde Williams, dijo con desgano que se había llegado al momento de escuchar a los ciudadanos. Rick me había contado que el tiempo de «micrófono abierto» era un tiempo tradicional en nuestra pequeña comunidad. En efecto, una vez que el ayuntamiento había tratado de suprimirlo, hacía varios años, la multitud más grande que uno pueda recordar ha-

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bía aparecido por allí para protestar —todos los ciudadanos con la cara roja, enojados y gritando. El micrófono abierto siguió como estaba. Rick se puso en y se mínimo acercó alsumicrófono. Sin disimular enpie lo más disgusto, el alcalde dijo: «Se le concede la palabra a Rick Hawthorne». Rick ignoró el desaire y habló directamente frente al micrófono, en un tono respetuoso y confiado. «Me llamo Rick Hawthorne y vivo en la calle del Sicómoro, número 1327. Señor alcalde, me gustaría comentar brevemente dos de los temas de esta noche: Nuestro programa Paso Derecho y la decisión del ayuntamiento de apoyar lo sucedido esta semana en las NU. Me gustaría hablar primero sobre este segundo asunto». Williams hizo un gesto de impaciencia con los ojos y se reclinó en su silla, mientras los otros concejales comenzaron a hablar entre ellos. Es más, dos de ellos le dieron la espalda a Rick cuando este empezó a hablar. «Distinguidos concejales: yo no creo que sea una buena idea que nuestra ciudad apruebe la resolución de esta semana de las NU. La creación de una Alianza Mundial solo es un paso más hacia la creación de un estado único socialista en el que los ciudadanos no serán más que números dentro de una máquina enorme y ajena a Dios». Estoy seguro de que oí a uno de los miembros del consejo decir: «¡Cómo me gustaría que su número desapareciera!» Rick continuó hablando sin parar: «Durante los últimos años hemos estado renunciando a nuestras libertades, una a una. Este país se fundó con la convicción de que la libertad religiosa es uno de los derechos más preciosos que poseemos, pero en su discurso el secretario general pareció dar a entender que las religiones tradicionales, incluyendo el cristianismo, fueran males que debemos erradicar. Creo que hemos olvidado lo que el presidente de los EE.UU, Harry S. Truman nos dijo hace muchos años: “La base fundamental de las leyes de esta nación le

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fue dada a Moisés en el Monte Sinaí. La base fundamental de nuestra Declaración de Derechos viene de las enseñanzas que hay desde Éxodo hasta Mateo, desde Isaías a Pablo”. Creo que estos días no estamos haciendo suficiente hincapié bajo en eso. Sin los fundamentos morales adecuados terminaremos un gobierno totalitario, que no cree en los derechos de nadie más que el estado». «¿Ya terminaste, Rick?», se quejó, impaciente, el alcalde. «Nos queremos ir a casa». «Una cosa más», le contestó Rick con paciencia. «También quiero hacer constar mi disconformidad total con la decisión de este ayuntamiento de tratar de hacerse con cuantos administradores homosexuales y lesbianas sea posible, basándose solamente en su comportamiento sexual y no en su competencia». «¡Eso es!», gritó la concejal Evelyn Dirks, poniéndose en pie de un salto, y dirigiendo su dedo huesudo a mi vecino. Su explosión me hizo saltar como dos pulgadas en mi asiento. «¡Hawthorne!, usted sabe que por lo que acaba de decir podríamos denunciarle, alegando el cargo de injuria. Y ya estamos más que hartos de sus discursos moralizadores. Usted es un traidor, un simpatizante de los nazis, y un respetado miembro de ese horrible grupo de la colina, la Iglesia Fundamentalista del Redentor, ¡todos terroristas!» Ni Williams, el alcalde, ni ninguno de los concejales levantó la voz para tratar de calmarla; se quedaron mirando, sonriendo tranquilamente. Se veía claramente que estaban disfrutando la escena. «Precisamente esta semana me he enterado», continuó Dirks, «de que su grupo de odio, Hawthorne, rehusó contratar a Ben Clinton como pianista, aunque había solicitado la plaza, es un buen músico y uno de los miembros más destacados de nuestra vibrante comunidad homosexual. Como su abogada que soy, he comenzado un proceso legal para suprimir la inmunidad religiosa de su grupo, y le he pedido al abogado munici-

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pal que busque las penas más duras que la ley permita, y las aplique contra su organización y su maligno liderazgo. ¡No vamos a permitir que su odio se extienda más!» Rickponiéndose trató de responder, pero la municipalidad pleno le ahogó, en pie y aplaudiendo y gritando en hasta el delirio, mostrando su aprobación a Dirks. Algunos de los miembros del público se les unieron inmediatamente. Rick, viendo en lo que se había metido, regresó rápidamente a su asiento, agarró su abrigo y me hizo señas de que le siguiera, según iba saliendo de la sala. Al notar que varios pares de ojos me observaban airados, yo también me puse en pie, murmuré algo así como: «Lo siento por Rick», y casi salí corriendo del edificio. ¿Por qué fui?, me pregunté. Esto me pasa por meterme en política. Me debería haber quedado en casa, y ocuparme de mis asuntos. Al subirme al carro de Rick, le vi silencioso por primera vez. Estaba manejando, silencioso y conmovido por el inesperado curso que tomaron las cosas. Bueno, por lo menos así se calló, pensé. Ojalá lo hubiera hecho antes. No resulta nada bueno meter la nariz donde no te importa. Pero reconozco que admiré su valor. Al ver el sudor que le caía por la frente, no pude evitar pensar que esta noche podría haber sido diferente si Rick y otros como él hubieran resultado elegidos para la municipalidad. Qué vergüenza, pensé. Qué lástima que nadie más le apoyara. Límites y otras malas palabras Después de todas las sacudidas de la semana, me sentía más que listo para el fin de semana. Siempre me han gustado los sábados. Es el único día de la semana en que puedo descans ar, tomarme las cosas con calma, quizás trabajar un poco en el jardín,

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echarme una buena siesta, o revisar el correo. Procuro no planear ninguna cosa para el sábado, porque es mi día de descanso. Este sábado no fue diferente. Ya eran casi las diez cuando me levanté, y no mehasta habría movido de los la cama de noaromas haber de sido porque llegaron el dormitorio deliciosos los panqueques de mora, las salchichas crepitantes y el jugo de naranjas recién exprimidas. El profundo olor me empujó irresistiblemente a la cocina, donde encontré a mi esposa, Sally, sacando con cuidado algo caliente del horno y poniéndolo en la mesa. —Pensé que esto te haría levantarte —dijo al verme aparecer medio dormido. El olor de las salchichas y los panqueques de mora resultan mejor contigo que ningún despertador. La besé en la mejilla y me senté a la mesa. Bostezando ruidosamente pregunté: —¿Dónde están los niños? —Acuérdate de que es sábado, cariño. Ellos tienen sus propios planes. Mark se fue con Jim al partido, y Lauren se quedó a dormir en casa de Gina. No creo que vuelva hasta la tarde. Solo estamos tú y yo, mi amor. Sonrió, caminó hasta mí, y comenzó a darme un masaje en los hombros. Dejé escapar un gemido suave. —Estás muy tenso —me dijo. ¿Todavía estás preocupado por todo lo de la semana? —La verdad es que no quiero hablar de eso. Hoy quiero descansar. Mi buena esposa siguió masajeándome los hombros un rato más, después se dirigió al otro lado de la mesa y se sentó. Desayunamos despacio y en silencio, un agradable silencio fruto de años de plácida intimidad. Cuando el último sorbo de jugo de naranja me bajaba por la garganta me di cuenta que encima de la mesa había un montoncito de correo sin abrir. —Supongo que tendré que echarle un vistazo —dije, señalando el correo con la cabeza. —No sé por qué no tiras todo eso en cuanto llega —me dijo

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Sally—. Solo es basura. Ahora que han muerto nuestros abuelos nadie más nos escribe cartas. Y todas las facturas las pagamos por banco. Así que ¿por qué te empeñas en revisarlo? noparecía estaba bastante molesta, sin solosentido. sentía curiosidad. Esaagarró costumbreSally mía le Sea como sea, la correspondencia y me la puso enfrente. —Uno nunca sabe —respondí—. ¿No te sentirías mal si botara un premio de cincuenta millones de dólares en un sorteo? —Nunca nos habríamos enterado. ¿O sí? —me preguntó. La ignoré, y comencé a clasificar el correo. Como ella misma predijo, casi todo era basura, pero pronto me llamó la atención un sobre de aspecto clásico. Lo agarré y leí la parte alta del remitente. —Es del presidente y de la junta directiva de la Unión de Libertades Civiles de los EE.UU —dije. —¿Y? —¿Por qué nos escribirán? —No sé. ¿Quiénes son? —No estoy seguro. A ver. Rasgué el sobre y encontré una carta de cuatro páginas y una tarjeta que parecía un certificado oficial de membresía. Con letra muy elegante la tarjeta decía: «El presidente, el director ejecutivo y la junta directiva de la Unión de Libertades Civiles de América tienen el honor de invitar a Bruce Van Horn a membresía plena de la Unión de Libertades Civiles, con todos los derechos y privilegios que eso conlleva». Intrigante, pensé. Así que empecé a leer la carta: «Estimado amigo de la libertad», así comenzaba. Luego me informaban de que me invitaban a unirme a la «organización ciudadana más esencial» que pudiera existir. Decía que la ULCA había llevado más casos que nadie al Tribunal Superior, exceptuando al gobierno, y que lideraba la lucha en el «eterno sube y baja de la batalla por mantener la libertad sobre el autoritarismo».

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Después de lo mal que me fue la semana, eso sonaba muy bien, así que seguí leyendo. Aprendí que yo formaba parte del «remanente salvador» de la sociedad, yyque podría unirmeDescubrí a la luchaque contra «las fuerzas reaccionarias antiprogresistas». la ULCA se oponía a las fuerzas «antiliberalistas», y hablaba mucho sobre proteger y aumentar las «libertades personales» y los «derechos del individuo». Ah, pensé. Después de lo que he visto estos días, parece como una invitación del mismo Dios. En ese instante decidí enviarles un donativo generoso. Solo había una cosa que me molestaba en esa carta tan atractiva. Así como para la ULCA era muy importante la lucha por la libertad y los derechos del individuo, parecía que les importaba aun más nombrar a sus enemigos. Uno podía darse cuenta perfectamente. El enemigo real eran «la extrema derecha», «los extremistas derechistas» y «los esfuerzos de la derecha». No estaba muy seguro de eso, pero «la extrema derecha» era un término usado muchas veces en los medios de comunicación para identificar a los conservadores, especialmente a los cristianos. Pero rechacé ese pensamiento al instante. No puede ser lo mismo, pensé. Los cristianos siempre han luchado por la libertad. Se estarán refiriendo a otro grupo. Después de decidir eso me levanté, fui a la sala de estar, prendí la televisión, le hice una transferencia a la ULCA, y me di unas palmaditas en la espalada por haber aportado mi granito de arena a la causa de la libertad. El resto del día me estuve recreando en el brillo de mi conciencia cívica. Canturreé mientras lavaba el carro, silbé al limpiar de hierbajos el jardín, y sonreí dormido al tomar una siesta a la sombra del arce que hay en la parte de atrás del jardín. Todavía estaba de buen humor cuando Sally y yo nos alistamos para ir al teatro esa noche. Llevábamos meses con ganas de ir a ese estreno. En nuestra

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ciudad no tenemos muchas oportunidades de ver espectáculos, especialmente cuando se trata de uno de Broadway. ¡Y no fue nada fácil conseguir los boletos! Pero después de mover unos cuantos en lapara oficina me las asientos hilos de palco la noche delarreglé estreno.para conseguir dos Al entrar en el estacionamiento que está junto al Centro de Artes Dramáticas, me di cuenta de que en el letrero publicitario que había debajo de la carpa del teatro ponían: « Directamente desde Broadway gracias a la ULCA ». Eso despertó mi curiosidad. No podía esperar a ver cómo mi donativo había hecho posible esta representación. (Bueno, si no esta victoria en particular, podría hacer posibles otras similares en el futuro.) Llegamos antes de que abrieran las puertas del teatro, así que nos quedamos fuera, al aire frío de la tarde, con otros cientos de patrocinadores impacientes por ver el espectáculo. Poco después nos encontramos involucrados en una conversación con la pareja que estaba delante de nosotros. —¿Ustedes tienen tantas ganas de ver esta obra como nosotros? —preguntó Sally. —La verdad es que ya la vimos en Nueva York el mes pasado —respondió una mujer de unos treinta años, vestida como para parar un tren, con un vestido negro muy elegante, una tiara de joyas y un collar muy fino de perlas. Pero queríamos ver también esta representación para ver si han... cambiado algo... por el bien de los, bueno, de los del Medio Oeste. Sally y yo nos lanzamos una mirada que seguramente reveló nuestra ignorancia. La mujer notó nuestra perplejidad y continuó diciendo: —Seguro que ustedes están al tanto de la controversia. Contestamos con la cabeza que no. Con una mirada de reojo a su compañero, como diciendo: «¿Qué te parecen estos ignorantes?», la mujer continuó: —Ha salido en todos los medios de comunicación. En Nueva York no hubo mucha controversia, claro, porque allí tende-

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mos a abrazar todas las obras de arte, especialmente las de genios auténticos como Una noche en el paraíso. El furor no comenzó realmente hasta que los productores decidieron hacer unaHizo gira.una pausa, y al ver que ni Sally ni yo respondíamos, continuó con su condescendiente explicación: —Sí, bueno, en Nueva York, por supuesto, el público no se ... escandaliza... por escenas reales de homosexualidad, pederastia y bestialismo. Consideramos que son parte de la naturaleza y, por tanto, hermosas. Pero en lugares como... bien, como aquí... ya saben que ese no es siempre el caso. Sally me pellizcó en la cintura y me preguntó al oído: —¿Qué es la pederastia? Tan suavemente como pude, le respondí: —Creo que es sexo entre hombres y muchachos. Y el bestialismo es... Mi esposa me cortó en seco, estremecida, pero sin decir nada. La mujer estaba muy ocupada, sonriendo con afectación a su compañero, que iba vestido impecablemente, así que no se dio cuenta de nuestra breve conversación, por lo que yo estuve agradecido. Pero la verdad es que a mí no me agradó el tono con que nos habló. Parecía estar disfrutando esta improvisada conversación con plebeyos del Medio Oeste. —Robert y yo tomamos un avión para acá esta tarde para asegurarnos de que se va a representar la obra completa, sin ningún corte —dijo— abrazándolo con sus ojos. Algunos elementos de la extrema derecha en este... cinturón bíblico de ustedes intentaron censurar la obra, afirmando que se trata de una violación de «los niveles de decencia de la comunidad». Al decir esto ella y su compañero, que había estado en silencio, se echaron a reír. Pero por suerte... oh, perdón, perdónenme, permitan que me tranquilice... por suerte la ULCA tomó acción y fue a los tribunales para ahorrarles ese gusto a los terroristas culturales.

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Ahora consiguió captar toda mi atención. —¿La ULCA? —pregunté. ¿Usted se refiere a la Unión de Libertades Civiles de América? La mujer me miró como si un satélite se me hubiera salido de la cabeza. —Sí, claro —respondió— no conozco ninguna otra. Y con un movimiento de su mano enguantada en blanco nos dio la espalda y empezó a hablar en voz baja con su compañero. Pero estoy muy seguro de que no se olvidó de nosotros. El temblor intermitente de sus hombros me indicaba que nuestra breve conversación seguía divirtiéndola. Creo que Sally no se dio cuenta del desaire. Me dio un codazo y se adelantó un poco, para que nuestros sofisticados amigos no pudieran oírnos, y con voz preocupada me preguntó: —Bruce, ¿dónde nos hemos metido? Yo pensé que Una noche en el paraíso era una historia de amor de las antiguas. ¿No es lo que los críticos llaman «un amor moderno por todos los tiempos»? Yo no supe qué decir. Me había costado tanto trabajo conseguir los boletos que la verdad es que no me molesté en averiguar nada acerca de la obra. Las reseñas habían sido entusiastas; actuaba el elenco srcinal de Broadway. ¿Cómo podía haber imaginado yo la depravación que se representaría en vivo en el escenario? —Bruce —dijo con firmeza mi esposa después de un momento— Bruce, quiero irme a casa, no me siento bien. Sin dudarlo un instante dije que sí. —Sí, yo también creo que debemos marcharnos —respondí. La tomé del brazo, y juntos nos alejamos del teatro y caminamos hacia el estacionamiento. A la luz del anochecer vi otro letrero brillante que anunciaba las glorias de Una noche en el paraíso. Con gran pesar me di cuenta de que en la parte de arriba, con colores vivos, se leían las palabras: «¡DIRECTAMENTE DESDE BROADWAY GRACIAS A LA ULCA!»

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Me estremecí al darme cuenta de que el día me había costado bastante más que el precio de dos boletos de teatro no usados. Cállese y cante Pocas veces había tenido tantas ganas de ir a un culto como aquel domingo. Me hacía feliz que nuestro Señor nos hubiera dicho: «Venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados, y yo os haré descansar», porque me estaba sintiendo más trabajado y cargado que nunca. Necesitaba su descanso. Esa mañana yo quería que toda la familia fuese junta a la iglesia, pero Mark todavía estaba en la cama después del día tan largo que pasó en el partido con Jim, y no quise despertarlo. Lauren había decidido quedarse otra noche en casa de Gina, y como a los padres de Gina no les parecía mal, se lo permití. Así que una vez más solo éramos Sally y yo quienes le dedicábamos nuestro domingo al Señor (por desgracia, eso pasaba mucho en nuestra familia). Reinaba un silencio mortal mientras nos alistábamos, y yo sabía que eso se debía a algo más que a la falta de chicos ruidosos. Ni Sally ni yo podíamos quitarnos de la cabeza Una noche en el paraíso. Pero tampoco ninguno de los dos quería hablar de ello. También estuvimos silenciosos en el carro, camino de la iglesia, solo hablamos cuando los ujieres nos saludaron en la puerta. «¡Buenos días, Bruce, qué bueno verte!», dijo De McFarlane. «¡Qué linda estás hoy, Sally», dijo Barbara McFarlane. Intercambiamos galanterías, y luego Sally y yo nos dirigimos hacia el lado derecho de la iglesia, a la décima fila contando desde atrás —nuestro lugar habitual. Antes de sentarnos agarré un programa y miré el orden del culto y el pasaje del día. El pastor Ron siempre nos proporcionaba una hoja o dos con huecos para re-

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llenar para que el público siguiera mejor su mensaje. Al leer el pasaje bíblico impreso junto al sermón, caí en la cuenta de que podría haberme ahorrado un montón de angustias esa semana si me hubiera tomado tiempo para estudiar por mí mismo esas palabras antiguas: Así ha dicho Jehová: «Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová, porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto» (Jeremías 17.5-8).

Maldito el varón que confía en el hombre, no dejaba de pensar. Me da la impresión de que ese es exactamente el problema de este país. Entonces sentí como un golpe. ¿Sería eso de lo que estaba hablando el tipo de la radio?, ¿se referiría a eso con... ¿Cómo lo llamó? «humanismo secular?», «¿humanismo científico?», «¿humanismo planetario?» ¿Será que esta nación tiene tantos problemas porque nuestros líderes confían en el hombre? Una serie de imágenes de la semana pasada se sucedieron en mi mente. Ya sabía que aparentemente tendría que estar preparándome para la alabanza, pero no podía detener esas imágenes. Allí estaba mi guapo chico, explicándome con indiferencia que él no era más que un animal evolutivo, que la Biblia era un mito, que Dios no existía, y que él tenía que decidir por sí mismo lo que es bueno y lo que no.

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Y sentí la Biblia diciéndome: «Será como la retama en el desierto». Ahí veía a Harina Shanaunda con su vestido transparente... al Joseph General Storm y su libro No hay Dios sino ustedlamismo... al Dr. Secretario Raúl Hernández anunciando formación de la Alianza Mundial y proclamando que habíamos madurado, y nos habíamos librado de la infantil necesidad de Dios... al «experto» testificando ante un subcomité del Senado que todos los cristianos deberían ser considerados enfermos mentales. Y sentí la Biblia diciéndome: «No verá cuando viene el bien». Vi a nuestros conciudadanos cantándoles himnos al mundo en la reunión de la municipalidad. Vi a esta, por medio de Paso Derecho, planeando reclutar a tantos homosexuales como fuera posible para el gobierno de la ciudad. Vi a una furiosa Evelyn Dirks despotricando que todos los cristianos son monstruos, simpatizantes nazis, y tratando de cerrar nuestra iglesia. Y sentí la Biblia diciéndome: «Morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada». ¿Sería verdad? ¿Sería que estábamos empezando a ver el cumplimiento de la sombría profecía de Jeremías? Pero ya no tuve más tiempo de sopesar la precaria situación de nuestra nación porque los estruendosos acordes de nuestra llamada a la alabanza habían comenzado. Las inquietantes imágenes desaparecieron de mi mente cuando me empapé en los tan familiares acordes de: «Castillo fuerte». Aunque en nuestra iglesia la llamada a la alabanza es puramente instrumental, yo iba cantando mentalmente las estrofas que aprendí de niño: Castillo fuerte es nuestro Dios, un baluarte que nunca cae, nuestro Ayudador en medio de la corriente, de enfermedad mortal nos protege.

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ASEDIO DE LA MENTE Porque aunque nuestro antiguo enemigo desea hacernos daño, su fuerza y poder son grandes y, lleno de odio feroz, no tiene igual en la tierra.

Toda la orquesta se unió en la segunda estrofa, y mientras la música se sucedía, cerré los ojos y me repetí mentalmente: «Si confiamos en nuestras fuerzas perderemos el rumbo». Y después de eso se sucedió el caos total. El himno se interrumpió con una sucesión de notas desafinadas y trombas chirriantes, y vi que el director de alabanza era detenido por un oficial de policía uniformado. Algunos miembros de la orquesta se quedaron sentados en sus asientos, paralizados y con los ojos abiertos, mientras que otros dejaron caer los instrumentos al suelo, y lucharon por marcharse de allá. Antes de que el pastor Ron pudiera acercarse al púlpito a preguntar qué pasaba, también él fue detenido y sacado del edificio por un grupo de oficiales. El miedo y la confusión se apoderaron del público, y los que trataron de huir encontraron que la policía había bloqueado las salidas. De repente capté un cierto movimiento en el centro de la iglesia, y allí vi a una mujer de mediana edad caminando a grandes zancadas por el pasillo central, no hacia la salida, sino hacia el púlpito. La policía no intentó detenerla, sino que más bien parecía abrirle camino. Ella subió los peldaños de la tarima, se dirigió al púlpito, y se volvió hacia la congregación. Me quedé sin aliento cuando le vi la cara. Era la concejal Evelyn Dirks. «No se asusten», gritó, asiéndose de los lados del púlpito. «¡Atención, por favor! A nadie le va a pasar nada, pero necesito su atención, por favor». Dos oficiales uniformados se unieron a Dirks en la tarima, y me sorprendió lo rápido que se calló la congregación. Con la

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excepción de unos cuantos bebés que lloraban, y de varios niños asustados, todo el resto del público parecía haberse quedado congelado. Dirks sonrió. «Gracias», dijo. «Pido disculpas por las molestias de esta mañana, pero fue algo inevitable. Soy Evelyn Dirks, concejal representante del cuarto distrito, y nombrada recientemente el enlace con la Alianza Mundial. Aunque ninguno de nosotros desea dictarle a nadie cómo expresar sus creencias religiosas personales, algunas investigaciones oficiales llevadas a cabo recientemente han revelado que los líderes de esta organización, perdón, iglesia, han estado cooperando con ciertos grupos terroristas muy conocidos». Un murmullo de sorpresa y miedo corrió por el público, pero nadie se atrevió a hablar. Dirks volvió a sonreír. «Tenemos que actuar rápidamente, antes de que se haga más daño», continuó, «pero queremos asegurarles que los terroristas serán tratados con celerid ad y justicia, de acuerdo a la ley. Pero esta mañana queremos que ustedes continúen con su reunión, perdón, con su culto, con una interrupción mínima. Para lograr el objetivo, el Reverendo Philip Spencer, de la Sociedad Humanista de Amigos ha accedido amistosamente a ser su líder por un tiempo breve. Reverendo Spencer». Un hombre bajo y calvo, que llevaba una chaqueta demasiado grande, subió al púlpito y le apretó la mano con fuerza a Dirks. La concejal bajó de la tarima rápidamente, y el Reverendo Spencer se dirigió a su nueva congregación. «Mis queridos amigos», comenzó a decir, con una voz profunda y terapéutica, «no permitamos que la maldad de unos pocos ensombrezca lo bueno de la mayoría, sino alegrémonos de que la justicia y el derecho prevalecerán y la intolerancia y el mal serán vencidos. ¿Amén?»

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La congregación no dijo ni pío, pero el reverendo Spencer permaneció impasible. «Amén», repitió. «Esta mañana me gustaría estudiar con ustedes el gran poder liberador de las palabras un verdadero profeta de nuestro tiempo. Estepronunciadas hombre, un por heraldo digno de confianza del nuevo orden mundial, nos dio la verdad y nos liberó cuando dijo: “Por sus grandes logros el hombre, usando los recursos y las leyes de la naturaleza, y sin ayuda de la divinidad, tiene credibilidad total. De igual modo, es responsable totalmente de sus deficiencias. El humanismo le asigna al hombre nada menos que la tarea de ser su propio salvador y redentor”. Amigos buscadores de la verdad. Me gustaría ayudarles a desempacar estas preciosas palabras en los próximos minutos...» Tengo que confesar que no me enteré muy bien de lo que se dijo aquella mañana. Nunca pensé que llegaríamos a eso. Nunca pensé que mis pastores pudieran ser detenidos como si fueran terroristas, ni que la policía interrumpiría nuestro culto. Jamás imaginé que en vez de himnos o coros de alabanza se nos «animaría» a cantar las cuarenta melodías de más éxito, ensalzando las virtudes de genios humanos. (Cuando un hombre que estaba sentado en la fila de delante de nosotros se puso a hablar con su esposa, en vez de cantar, un oficial de policía que estaba cerca se inclinó, le dio un golpe seco y le espetó: «Cállese y cante, muchacho».) Y lo peor de todo fue... no puedo ni imaginarme cómo sucedió. 

¿Comprenden ahora por qué dije que no fue culpa mía? ¿Entienden por qué quería contarles la historia completa de esa horrible semana para evitar que ustedes tuvieran una idea equivocada? ¿Cómo podía haber sabido que gente poderosa de los me-

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dios de comunicación, del gobierno y del sector educativo estaban pensando en excluir a Dios de cada foro de nuestra vida? ¿Cómo podía haber sabido que intentaban corromper la moral de mis hijos y empujarlos a una cloaca de drogas y sexo depravado? ¿Cómo podía haber sabido que harían de la evangelización un crimen y declararían a los cristianos enfermos mentales? ¿Cómo podría haberme imaginado que me quitarían a mis hijos y me meterían en esta institución mental? ¿Cómo podría haberlo sabido? Ya les digo que no es culpa mía.

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INTRODUCCIÓN De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos. 1 CRÓNICAS 12.32

LA SABIDURÍA DEL HOMBRE porque si los hombres se dan cuenta de que su carrera vital se limita a este mundo, de que esta existencia terrenal es todo lo que tendrán, ya están a más de medio camino de convertirse en humanistas en funciones, no importando cuál sea su actitud general hacia el universo, ni lo que piensen sobre una deidad. Según mi opinión, la historia de la filosofía y de la religión demuestra que en el Oeste, al menos, la idea de la inmortalidad ha desempeñado un papel mucho más importante que la idea de Dios. William James asevera, sin ningún tipo de calificación para ello, que «la piedra de tropiezo para todas las filosofías es la pregunta: ¿Cuál es su posición con respecto a la vida eterna?» Si esto es cierto, James tiene razón al observar que para la mayoría de los hombres Dios ha sido principalmente la garantía de una vida más allá de la tumba.

Especialmente el cristianismo, con su énfasis central en la resurrección y en la vida eterna, se convirtió en la primera de las religiones vencedoras de la muerte. 64 La fe humanista en el hombre y en su bondad natural contrasta abruptamente con la posición cristiana sobre la caída. El hombre perdió el paraíso por voluntad propia, y carece del poder y la autoridad necesarios para reclamarlo. Pero otro humanista, John Galsworthy se atreve a exclamar: «El humanismo es el credo de los que creen que en el círculo de revelación del misterio el destino del hombre está en sus propias manos, una fe que para el hombre moderno se está convirtiendo en la única fe posible».65 Se llega a esto El humanismo está obsesionado con fundir en un único estado socialista las democracias occidentales, el remanente del comunismo y las dictaduras del Tercer Mundo. En dicho estado se cumpliría el sueño platónico de las «tres clases de personas»:

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EL HUMANISMO ES UNA RELIGIÓN Aquí están todos los elementos necesarios para una fe religiosa que no será confinada a una secta, clase o raza. Implícitamente tal fe siempre ha sido la fe común de la humanidad. Lo que ahora falta es hacerlo explícito y militante. JOHN DEWEY

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LA GRAN MENTIRA Deseo alentar a todos los norteamericanos que, al igual que yo, se sienten inclinados a ayudar a los Estados Unidos a regresar al imperativo moral con el que se fundó. Esto no es ni el grito de una revolución religiosa ni una cruzada; es algo completamente diferente. Es recordar que nos hemos salido del camino. Es sugerir que regresemos a casa. DANIEL LAPIN

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SOLDADOS DE VERANO Y PATRIOTAS QUE TOMAN EL SOL ¡Adelante, soldados cristianos!, marchando como a la guerra, con la cruz de Cristo siempre delante. SABINE BARING-GOULD

B

ruce Van Horn es un personaje ficticio, pero la mayoría de nosotros nos parecemos a él más de lo que creemos. Casi ninguno de nosotros nos damos cuenta de lo que realmente es el humanismo secular, y de cómo está destruyendo nuestra cultura, nuestras familias y nuestro país, y un día destruirá todo el mundo. No resulta exagerado declarar que la mayoría de los males de hoy se deben al humanismo secular, que ya ha tomado nuestro gobierno, las Naciones Unidas, la educación, la televisión, y la mayoría de los otros centros vitales. El humanismo secular —llámese humanismo marxista, humanismo cósmico, humanismo científico, humanismo planetario, humanismo posmoderno, o de cualquier otra forma— se ve impulsado por un odio flagrante a Jesucristo, y trata de erradicar la cosmovisión cristiana de los medios de comunicación, del gobierno, y especialmente de la educación pública. A los secularistas les molesta el creacionismo, el diseño de la naturaleza, el hecho de que el hombre sea imagen de Dios, la caída, la moral tradicional o bíblica, la familia natural con un padre y una madre, y la fe religiosa y política de la mayoría de los padres fundadores de los Estados Unidos. La terrible verdad es que el último obstáculo fuerte que les queda por conquistar a los humanistas es la Iglesia de Jesucristo... y ya lo están intentado. Por desgracia, la mayoría de las iglesias —especialmente las denominaciones y seminarios afiliados al Consejo Nacional y Mundial de Iglesias— han comido, tragado y digerido tonela-

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das de dogmas humanistas: evolución, socialismo, marxismo, crítica aguda de la Biblia, relativismo moral, educación sexual amoral, familias no tradicionales, teología de la liberación, teología los homosexuales, feminista, de la negritud,degobierno mundial yteología ciudadanía global,teología por nombrar solo unos pocos. Por lo tanto, a menos que los ochenta millones de cristianos evangélicos de nuestra nación adquieran conciencia de quién es realmente el enemigo, los humanistas pronto alcanzarán su objetivo de dominar el mundo. Una alcantarilla llamada de otra forma Brad Scott en sus Streams of Confusion (Corrientes de confusión ) hace una lista de varias ideas que amenazan el buen hacer del siglo veinte: el hombre hace bien las cosas; Dios, no; todos los hombres poseen un sentido innato de la moral; el hombre es bueno por naturaleza pero corrupto por la sociedad; la felicidad es la medida y el objetivo de una buena vida; el hombre también es un animal; los cambios sociales son producidos solamente por causas materiales y económicas; solo los esclavos y los tontos restringen sus deseos; Dios no existe, solo es una causa primitiva e inconsciente, el cristianismo es primitivo, incluso Cristo tuvo defectos; la vida no tiene sentido; la voluntad libre es una ilusión; todo es relativo, y todo lo que necesitamos es amor. Todas estas ideas podridas hablan directamente desde la alcantarilla maloliente del humanismo secular. Y eso que el humanismo secular, el postmodernismo, la Nueva Era, y otro montón de ideologías no son más que versiones recicladas de la vieja doctrina satánica que arruinó el Edén. ¿Recuerdan cómo el maligno convenció a Eva de que comiera del fruto prohibido? «Seréis como Dios», susurró la serpiente, «conociendo el bien y el mal» (Génesis 3.5). Desde aquel día fa-

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INTRODUCCIÓN

tídico el objetivo invariable de la humanidad rebelde ha sido sentarse —por sus propios medios— en el trono de Dios. ¿No lo cree? Entonces escuche las mantras que se entonan en El estahumanismo época: secular dice: «No hay ninguna deidad que nos ayude; tenemos que ayudarnos nosotros mismos». El posmodernismo dice: «La verdad absoluta no existe, debemos crear la nuestra propia». La Nueva Era dice: «No hay deidad cristiana; yo soy mi propio Dios». Como quiera que usted llame a estas cosmovisiones, sus pensamientos centrales y controladores siguen siendo los mismos: los seres humanos llegaremos a ser como Dios; conoceremos el bien y el mal por nosotros mismos y en nuestros propios términos. Esta mentira tan catastrófica se ha extendido como una plaga desde el principio de la historia humana hasta hoy, y la Biblia deja muy claro que continuará engañando al mundo hasta el final. El Anticristo, el hombre que la Biblia retrata como la misma encarnación de la rebelión humana, será ante todo un adorador de sí mismo. El profeta Daniel dice de él: Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios, y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. Del Dios de sus padres no hará caso..., ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá (Daniel 11.36-37).

Este epítome del humanismo secular «se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios» (2 Tesalonicenses 2.4).

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¿Se da usted cuenta? ¡La misma mentira que destruyó el Edén! Un hombre debilucho diciendo: «¡Yo soy Dios!» En toda época y lugar esta ha sido siempre la tentación, creer la domentira en Dios.del diablo y creer que nosotros nos hemos convertiEl Oxford English Dictionary contiene miles de palabras oscuras que no se usan mucho hoy día, pero creemos que una palabra en particular, sepultada en este grueso volumen, merece salir de allí más a menudo. Este diccionario define antropolatría simplemente como «adoración al hombre; otorgar los honores divinos al hombre». Antropólatras. En eso se convierten inevitablemente los hombres y mujeres no redimidos. Puede que los humanistas seculares, los partidarios de la Nueva Era, los posmodernos, y todos sus primos no se den cuenta de eso, pero cada uno de ellos está descendiendo rápidamente por la misma autopista hacia la muerte llamada: «Adoración humana». Pero si lo pensamos más detenidamente, se trata de algo mucho más personal que eso. Al principio la tentación es considerar a la humanidad como Dios. Después nosotros somos como Dios. Y finalmente yo soy como Dios. Así que la progresión avanza desde la adoración de la humanidad, a la adoración de nosotros y a la adoración del yo. Al final los antropólatras se convierten en egó-latras. «Yo soy Dios». Como pequeños anticristos, se exaltan y ensalzan a sí mismos, proclamando ser Dios. Este es el pantagruélico error que combate este libro. Queremos proporcionar una fuente que nos ayude a alejarnos de la antropolatría, a fijar el rumbo lejos de la ego-latría. Este libro analiza y explica el humanismo secular de forma muy sencilla, para que tanto el hombre de la calle como el que asiste a la iglesia entiendan lo peligroso que es, y se sientan motivados a oponerse a él. Pero queremos algo más que oponernos al

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INTRODUCCIÓN

humanismo secular, al posmodernismo o a cualquier otra mutación actual de la mentira original del maligno. Por eso usted encontrará sugerencias concretas en cuanto a qué hacer para triunfar mal ylahacer quemoral nuestras familias,Este iglesias, colegios sobre y país este recobren sanidad y espiritual. no es un libro desesperanzado, sino una llamada para que los cristianos evangélicos despierten a: •

ser heraldos del mensaje del Mesías;

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ser la luz del mundo (Mateo 5.16; Filipenses 2.15);

•

elevar la estatura moral de nuestra cultura (Mateo 5.13; 25.35-36; Romanos 12—14; Colosenses 3.12-23; Judas 22-23).

Y sobre todo queremos ayudar a la Iglesia a adorar debidamente al único Dios vivo y verdadero, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y el Padre de nuestro Señor Jesucristo. ¡Solo a Él sea la gloria! La batalla ya comenzó Así como cada generación tiene que enfrentar sus propios desafíos (Hechos 13.36), las ideas y creencias que batallan en la mente de todas las generaciones tienen mucho en común. Cada generación tiene que decidir si Cristo es superior a Nietzsche, si Dios es más inteligente que Platón, si la libertad es mejor que el totalitarismo, si la propiedad privada es superior al socialismo, si el creacionismo es superior a la evolución, si el propósito y el diseño son superiores a la casualidad, si la verdad es mejor que la mentira, si la belleza es mejor que la fealdad, si el amor es mejor que el odio, si el bien es mejor que el mal, si lo correcto es mejor que lo incorrecto, si el cielo es mejor que el infierno, si la moral absoluta es mejor que la moral relativa, si la adopción es mejor que el aborto, si el dominio propio es mejor que la licen-

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ciosidad, si la responsabilidad individual es mejor que la victimización, si el patriotismo es mejor que el globalismo. El cristiano está obligado a traer a la luz de Cristo ideas y creencias Como Pablo dice: os conforméis a este siglo, sinoerróneas. transformaos por medio de «No la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12.2). Los cristianos no podemos permanecer neutrales, e ignorar esta batalla por el corazón y por la mente. Elías desafió la religión estatal de Baal y Asera en el Monte Carmelo en 1 Reyes 18; Jesucristo desafió a los griegos (Pan ) y a los romanos (César) en el Monte Hermón en Mateo 16—17, y Pablo desafió a los filósofos griegos (epicúreos y estoicos) en el Areópago en Hechos 17. Todos ellos tomaron armas en la batalla. Ninguno sacó la bandera blanca para rendirse. Nosotros no podemos hacer menos, porque de lo contrario, cualquier cosa que los cristianos estimen, y cualquier institución basada en dichas ideas (hogar, Iglesia, estado), se perderá. Segunda de Corintios 10.5 deja muy clara cuál debe ser la respuesta cristiana. Nuestra responsabilidad es «derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo». Los cristianos debemos capturar todas las ideas y traerlas a la obediencia de Cristo, o de lo contrario dichas ideas los capturarán a ellos, lastimando su mente y alma y, finalmente, destruyendo su vida. Ojalá que los materiales que se ofrecen en las páginas siguientes les proporcionen a los cristianos, especialmente a los jóvenes, las municiones necesarias para abordar la batalla por la mente con inteligencia, estrategias, tácticas y oración.

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INTRODUCCIÓN

¡Aún estamos a tiempo! En 1980, cuando escribí La batalla por la mente, descubrí lo que se sentía al ser un profeta sin honor en su propio país. Así fue realmente. Cuando insistí en que el humanismo secular era una amenaza inequívoca para los EE.UU. y su fundación judeocristiana y para la buena marcha de la iglesia cristiana fui acusado por los medios nacionales de ser un alarmista. Pero ahora, veinte años después, y con la reciente publicación del Manifiesto humanista 2000, parece que sí que tuve razón. El humanismo continúa siendo una amenaza para el siglo XXI. De todas formas, creemos que aún estamos a tiempo de vencer los planes del humanismo y darle la vuelta al declive moral de nuestro país. Los Estados Unidos no tienen por qué seguir en esta corriente y llegar a convertirse en Sodoma y Gomorra. Creemos que Dios volverá a bendecir a esta nación y a darnos otro gran avivamiento, al que llamaremos el Gran Avivamiento IV. Pero esto solo llegará si nos tomamos en serio nuestras creencias cristianas, cosmovisión y acciones. sucederá cuando estemosmetas, informados sobre qué y quién Solo es el destructor de nuestro corazón y nuestra mente. Tenemos que aprender a combatir una nueva y sutil forma del mal, una que está amenazando a la civilización occidental. Como nuestro personaje ficticio Bruce Van Horn descubrió demasiado tarde, la vida es principalmente una batalla por la mente: vivir según la sabiduría del hombre o la sabiduría de Dios (1 Corintiosforma 1.17-25). La sabiduríasecular, del hombre ha tomado la multifacética del humanismo mientras que la sabiduría de Dios se revela en la Biblia y se desvela en la creación (Génesis 1.28; Romanos 1.18-20). Su forma de vivir y el lugar de su destino eterno va a depender de la opción por la cuál usted se decida.

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P RIMERA P ARTE : EL CONFLICTO

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SU INCREÍBLE CEREBRO, SU MAGNÍFICA MENTE ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia? JOB 38.36

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uestro cerebro es el mecanismo más complejo del mundo y el órgano del cuerpo que más influencia ejerce. Le permite a nuestra mente pensar, recordar, amar, odiar, sentir, razonar, imaginar y analizar.1 El peso medio del cerebro es de unas tres libras, y tiene doce mil millones de células, cada una de ellas conectadas a otras diez mil células del cerebro. ¡Eso hace un total de ciento veinte billones de conexiones cerebrales! Algunos han comparado el cerebro humano con una computadora muy sofisticada, pero la tecnología no ha llegado a duplicar sus capacidades. El Dr. Gerhard Dirks, a quien se deben cincuenta patentes de las computadoras IBM dijo que él adquirió casi todas sus ideas estudiando las funciones del cerebro humano. Nuestro cerebro supervisa todo lo que hacemos, desde el involuntario latido del corazón hasta las decisiones conscientes de nuestra vida. Controla el oído, la vista, el olfato, el habla, el comer, el descansar, el aprendizaje, los prejuicios y todo lo que hace que nos comportemos de cierta forma. Los científicos dicen que el cerebro es nuestro órgano más importante porque determina la función de los otros órganos y sistemas, incluyendo la glándula pituitaria, el corazón y el sistema nervioso. Nuestros hábitos individuales , nuestro temperamento e incluso los patrones físicos de crecimiento, todos son controlados por el cerebro. Casi no tenemos control consciente sobre muchos de esos hábitos, y aún hoy, los científicos no se han puesto de acuerdo hasta qué punto nos regimos a nosotros mismos. Pero la mayoría de los expertos sí están de acuerdo en que podemos regular

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mucha más actividad mental de la que nos damos cuenta. Una cosa es cierta: lo que elegimos ver y oír, y cómo pensamos (nuestra filosofía de la vida) son las influencias más significativas nuestra vida, afectan elgrandemente los tres aspectos másde importantes de lay mente: intelecto, lasaemociones y la voluntad. Su intelecto Una gran porción de ese cerebro de tres libras alberga nuestro intelecto. También es influido por el temperamento heredado. Esto ayuda a explicar por qué hay personas que por naturaleza son perfeccionistas y analíticas, con muy buena memoria, mientras que otras están destinadas a ser personas orientadas hacia los demás, amantes de la gente, que luchan con la organización y la concentración. Nuestro intelecto tiene un gran potencial. Los científicos nos informan de que por término medio usamos menos del diez por ciento de las capacidades de nuestro cerebro. Si esto es cierto, la mayoría de la gente muere sin haber llegado a usar entre diez y once mil millones de células. Casi todo lo que sabemos sobre el intelecto se descubrió durante los últimos cien años, pero los científicos afirman que aún nos esperan mayores descubrimientos. Las funciones principales del intelecto son el pensamiento y la memoria, pero también afecta a la intuición, conciencia, sexualidad y mucho más. Estudios recientes han mostrado diferencias en los cerebros de hombres y mujeres, proporcionando apoyo científico al clamor tradicional de que los dos sexos piensan diferente. Por ejemplo: los niños y las niñas de culturas primitivas respondieron de forma distinta al ser puestos en contacto con juguetes modernos. Sin el beneficio de la condición cultural, los niños se interesaron por camiones y soldados de juguete, y las niñas se sintieron atraídas por platos y muñecas.

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Como los ojos y los oídos son los dos canales de comunicación más importantes con el cerebro, la forma en que usted use esos recolectores de información determina en gran manera su forma de pensar. Y tenga por seguro esto: ¡su forma de pensar determinará su forma de vivir! Sigue siendo actual lo que observó hace mucho tiempo el autor de Proverbios: «Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él» (23.7). Nuestra forma de pensar es resultado del intelecto que heredamos, más nuestro entrenamiento, más todo lo que hemos visto, leído, hecho y oído. Nuestro temperamento heredado también influye significativamente en nuestra personalidad, ayudándonos a determinar cómo hacemos las cosas. 2 Por ejemplo: si usted es introvertido, es probable así porque usted nació con un temperamento introvertido. Aunque usted pueda llegar a ser más agresivo de lo que sugiera su mente heredada, nunca será extrovertido de forma espontánea. Su filosofía de la vida, adoptada basándose en lo que usted ha programado en su mente por medio de la razón, sentidos y estudios, determina la forma en que usted ve la vida. Sea que lo llamemos cosmovisión o simplemente la forma que tenemos de percibir la vida, nada hay más importante que la misma vida. Nos afectará en nuestra moral, ritmo de trabajo, integridad e inversión vital. Hasta esta generación los padres eran la influencia más fuerte en el desarrollo de la filosofía de la vida de los hijos. Pero hace mucho que ya no es así. La tecnología moderna nos ha proporcionado el internet y la TV por internet, y nos ha abierto incontables formas de exponer las mentes jóvenes a sonidos, colores e imágenes increíblemente seductoras. A causa de estos canales tan atractivos, miles de padres ya han entregado el intelecto de sus hijos a educadores ateos, artistas sensuales, clérigos liberales, políticos tipo Elmer Gantry y otro ejército de influencias amorales y contrarias a Dios. Ya desde que Dios les explicó a Adán y a Eva cómo debían

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pensar para llevar una vida de éxito, plena, obediente y feliz, ha habido una batalla constante sobre quién tomará el control del proceso mental humano: el hombre o Dios. Como nuestros mentales son cerebro, resultadoladeúnica los estímulos sensibles queprocesos haya recibido nuestro forma de ganar la batalla por el control de nuestro intelecto y el de nuestros hijos es siendo muy cuidadosos. El centro de las emociones La segunda parte en importancia del cerebro es lo que la Biblia llama el «corazón», nuestro centro emocional. No tiene forma de corazón, como lo representaron los románticos, sino que más bien parece una nuez. Neurológicamente está unido a todos los órganos del cuerpo, y activa tanto los sentimientos como los movimientos. Si algo afecta nuestro centro emocional, nos sentiremos mal en todo. Las enfermedades emocionales —que según los médicos suponen entre el sesenta y cinco y el ochenta y cinco por ciento de todas las enfermedades modernas— se srcinan en el corazón. Si alguien siente enojo, temor o tensión sufrirá un montón de molestias físicas, desde presión alta a ulceras y apoplejías. Hay una lista que describe cincuenta y un males causados por algún centro emocional que no marche bien. Conozco un hombre que fue al médico por sufrir de taquicardia. Descubrió que ciertos temores le habían hecho a su cuerpo simular un ataque al corazón. Aprendiendo a controlar sus miedos el hombre pudo bajar su frecuencia cardíaca. Nuestro centro emocional se ve influido por muchos factores, comenzando por nuestro temperamento heredado. Esto explica por qué algunas personas son excitables por naturaleza, mientras que otras son pasivas o indiferentes. Las experiencias vitales, educación, creencias y, lo más importante de todo, la mente también influyen en cómo nos sentimos.

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Para ilustrar la relación de la mente con las emociones, imagínese a un hombre que posee dos mil acciones de AT&T, adquiridas a cien dólares cada una. ¿Cómo se sentirá al leer en la prensa deenojado, la mañanadepresivo, que sus acciones han bajado asuicidas. diez dólares? Se siente con pensamientos Una vez que asimila la pérdida de su fortuna su «corazón» o emociones se ven involucrados. Ahora imagínese a ese mismo hombre llamando a su agente de bolsa para descubrir que en el periódico había un error tipográfico; en efecto, cada acción se revalorizó en mil dólares. La cara se le ilumina con una sonrisa, se siente aliviado, incluso estimulado. La mente es a las emociones lo que el alimento es al cuerpo. Por esta razón lo que alimenta a la mente se convierte en la fuerza de mayor influencia sobre nuestra vida. Uno de los grandes mitos de nuestro tiempo es que los sentimientos son espontáneos. A decir verdad, son creados según lo que pongamos en nuestra mente. Los expertos en computación nos advierten una y otra vez que lo único que le sacamos a una computadora es lo que hayamos programado. Lo mismo se puede decir de la mente. La mente procesa todo lo que capten los ojos y oídos. Los otros sentidos —olfato, gusto y tacto— también influyen en nuestra forma de pensar, pero no tienen un impacto tan significativo en nuestra mente. Piense, por ejemplo, en el estudiante soltero de veintiún años que reconoció ante mí que tenía un problema serio con sus pensamientos sexuales. No me sorprendió esa confesión, teniendo en cuenta que el joven se encontraba en el cenit de su impulso sexual. En un intento de ayudarle a aprender a controlar sus pasiones le pregunté: «¿Qué has estado leyendo y viendo últimamente?» Después de murmurar unas referencias vagas a periódicos y revistas, reconoció que estaba muy familiarizado con Playboy y algunos libros pornográficos. Cuando le hice hablar sobre el cine, reconoció que había estado viendo películas clasificadas X en la televisión por cable. Le dije entonces que

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todo ese consumo de pornografía era como echarle gasolina a un fuego. El viejo dicho: «Somos lo que leemos» se podría aumentar con: «Eres lo que ves». Lo quealimenta los ojos captan una impresión en la mente, que luego nuestrasforma emociones. Al igual que las drogas y el alcohol nos influyen físicamente, lo que vemos y oímos afectan nuestros pensamientos y emociones. Existe una evidencia creciente de que se confirmaron nuestras advertencias a los líderes civiles hace varios años en cuanto a que invertir las leyes morales sobre las que fue construido este país harían aumentar los crímenes sexuales y la violencia. En nombre de la libertad de expresión y de prensa hemos contaminado las mentes de nuestros jóvenes con pornografía, y los crímenes y los acosos sexuales son algo común ahora. Y los que se preocupan por el aumento de la pornografía no son solo los que se aferraban a la moral tradicional; las feministas, en una reciente manifestación en Nueva York, revelaron su temor ante el uso indiscriminado de pornografía, que representa una amenaza para ellas, ya que las mujeres son las víctimas trágicas de violaciones, asaltos e incluso asesinatos. El sociólogo Marvin Wolfgang ha declarado que la representación de la violencia tiende a instigar a las agresiones físicas. ¡Por supuesto! Todo lo que uno vea o escuche influye en su mente, lo que afecta también a nuestros sentimientos y a nuestro centro emocional. Los sentimientos son provocados tanto por lo que uno ve y escucha como por lo que uno es. Si usted desea tener los sentimientos adecuados, vea y escuche cosas adecuadas, para poder producir pensamientos adecuados. Miles de menores de edad están en reformatorios por crímenes que nunca habrían cometido si no fuera por la pornografía. Una vez visité a un muchacho de dieciséis años, recluido en un reformatorio después de haber cometido un crimen sexual que asustaba a todo el que lo conocía. En su cuarto encontramos un cajón prácticamente lleno de porquerías pornográficas. Fue fá-

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cil entender cómo este chico le trajo esa desgracia a su familia y vergüenza a sí mismo. En la época en que estaba empezando a sentir pasiones sexuales alimentó mal sus ojos para atizar su pasión hasta que sus emociones se incendiaron y quedaron de control. Probablemente pasará en la cárcel el resto de sufuera vida por ese horrible acto. Pero ese chico no era raro. Simplemente respondió de forma natural a estímulos anormales. ¡La pornografía es anormal! Nuestra juventud parece estar obsesionada por el sexo porque adultos depravados le están proporcionando el combustible pornográfico con el que quemarán su vida. También es cierto que no toda la basura visual —ya sea en internet, en televisión, en películas X, en videos musicales o libros— genera crímenes de violencia. Pero mi experiencia como consejero indica que por lo menos reduce la hermosa expresión de amor en el matrimonio a una actividad solitaria de pasión sexual. Es más, la pornografía es una de las causas de nuestra creciente tasa de divorcio. También hay que mencionar otra forma de pornografía, llamada música pornográfica. Como Carl Thomas dice: «la nueva generación necesitaba música y otras formas de diversión que reflejaran su creciente cosmovisión nihilista».3 ¡Y la consiguieron! Tomemos como ejemplo al cantante de rap Eminem. El crítico musical Gene Edward Veith afirma: «El cantante de rap más duro, y el más maligno, violento y sin ley es el blanco Eminem».4 Su LP The Marshall Mathers fue número uno en ventas en los EE.UU., con más de siete millones de copias. Lo que me rompe el corazón es la forma en que Eminem canta alegremente sobre sodomizar brutalmente a su madre (en «Matarte») con un texto demasiado pornográfico como para reproducirlo aquí. En «Amityville» prepara una violación para su hermana. Dice así: «Es el cumpleaños de mi hermanita/Me recordará/por un regalo que le tengo/diez de mis chicos/le roban la virginidad». Como si estas deplorables ideas no fueran lo

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suficientemente malignas, también habla de dos hombres teniendo sexo oral con un tercer compañero. Asimismo se menciona en el álbum el sexo con un animal muerto. Como me Bob especialista en cultura juvenil: «Recuerda quedijo solo hayDeMoss, unos veintinueve millones de adolescentes en los EE.UU., matemáticamente hablando, eso significa que uno de cada cuatro chicos tiene una copia de esta irresponsable grabación».5 Según Thomas, los tres problemas mayores de hoy son consecuencia del sexo extramatrimonial (enfermedades venéreas, hijos habidos fuera del matrimonio, abortos), abuso de drogas y crímenes violentos. Sin que sea casualidad señala que los tres temas más comunes del rock duro son: «el sexo, la violencia y las drogas».6 La pornografía, por supuesto, no es el único fenómeno que influye en las emociones, pero ilustra gráficamente que lo que vemos y oímos influye enormemente en lo que pensamos, y lo que pensamos influye en los sentimientos. Si usted reconoce sentimientos ilícitos en su interior, aquí hay una regla muy sana para probarlos: analice lo que usted ha estado viendo y escuchando, y sopese lo que ha estado ocupando su mente. Los sentimientos no son espontáneos; para controlarlos, primero hay que controlar la mente. La voluntad La tercera característica del cerebro es la voluntad, que hace a los seres humanos algo único entre los seres vivos. Nadie sabe dónde se localiza la voluntad, pero se sospecha que reside en el cerebro porque depende de la mente y de las emociones. Muchos moribundos han desarrollado una gran fuerza de voluntad después que cesaran casi todas sus otras funciones vitales, pero cuando el cerebro deja de funcionar la voluntad desaparece. Al igual que el corazón y la mente, la voluntad se ve influida

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por nuestro temperamento heredado, lo que explica por qué algunas personas tienen una voluntad débil, y otras, fuerte. La educación, la influencia del hogar y las experiencias vitales, lo que vemos y oímos, y laen forma en que pensamos y sentimos,leemos, todo eso influye también nuestra voluntad. Alguien ha dicho que si las emociones y la voluntad entran en conflicto, vencen las emociones. Eso suele ser cierto, especialmente si los pensamientos de alguien llegan a inflamar los sentimientos por un período de tiempo bastante largo. Tengo un amigo que es alcohólico, pero pasó seis años sin probar ni una gota de alcohol. Un día de calor le pasó por la imaginación un pensamiento urgente: Una cerveza helada sería excelente ahora. Su mente, consciente, le replicó: ¡No lo hagas! Eres alcohólico. Pero como la imaginación de este hombre visualizó la cerveza en tres dimensiones y en color, se convenció de que después de seis años ya había aprendido a controlar su problema. Dos horas después estaba en un bar, donde se bebió una, después otra... y ya se imaginan el resto. Nunca se debe desestimar la importancia de la voluntad. Nuestra vida terrenal y eterna dependen de ella. Si la voluntad decide rebelarse contra Dios, la vida será un desorden constante. Pero si usted le cede a Dios el control de su vida, disfrutará una vida plena en unidad con Dios y sus semejantes. Como los padres desempeñan un papel muy significativo en el entrenamiento de la voluntad de un niño, nos alarma ver la corriente actual que enfatiza los derechos de los hijos en detrimento de los de los padres. Creemos que eso inhibe a los padres para que estos ejerzan discipli na con amor; a decir verdad, ya hay muchos padres que tienen miedo de sus hijos. Los niños criados en dichos hogares crecerán sin dominio propio, corriendo el peligro de convertirse en parte de esa generación «antivalores» que se rebela contra las leyes de Dios y de la sociedad. Esos rebeldes son un pasto preparado para la filosofía cen-

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trada en uno mismo, fundada en la educación humanista, películas, libros y otros medios de comunicación. El bien o el mal De las tres partes independientes del cerebro humano, el intelecto es mucho más significativo, pues en última instancia determina tanto nuestros sentimientos como la fuerza y dirección de nuestra voluntad. Por eso le llamamos a este libro Asedio de la mente. La cuestión principal de la vida es: ¿Quién controlará nuestra mente? Tan atrás como podamos remontarnos en la historia vemos que los seres humanos siempre han sido conscientes de que la vida es una batalla entre el bien y el mal. Hace tres mil quinientos años se hablaba del mal como «el camino del hombre» o «el camino que al hombre le parece derecho». El buen camino siempre se ha llamado: «El camino de Dios». Estas dos avenidas de la vida son realmente filosofías de la vida, que dictan cómo hemos de vivir. El apóstol Pablo describió la diferencia entre las dos cuando le escribió a la iglesia de Corinto, Grecia, donde se srcinó mucho de nuestro pensamiento egó-latra: Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales,

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SU INCREÍBLE CEREBRO, SU MAGNÍFICA MENTE y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres (1 Corintios 1.17-25).

En este pasaje Pablo destaca dos líneas de razonamiento opuestas: la sabiduría del hombre y la sabiduría de Dios. Pablo les mostró a los griegos —que en su día representaban la vanguardia intelectual, científica, artística, literaria y filosófica— que la sabiduría humana es errónea inherentemente (Hechos 17.16-34). La llamó necedad (o futilidad). Por el contrario, la sabiduría de Dios es poderosa, es decir, posee la energía para producir la semejanza a Dios, contentamiento, plenitud y significación a que aspiran los sabios (1 Timoteo 6.6). Estos beneficios no nos los proporciona la sabiduría humana, sino solo la divina. La sabiduría del hombre sigue colocándolo entre las bestias, incapaces de percibir el ámbito angélico, celestial y espiritual. Aquí hay un ejemplo que quizás nos ayude. El decano de una facultad de ciencias, de cincuenta años, aceptó a Cristo por el testimonio de su esposa y de su familia. Varios meses después de su conversión este decano, que desde hacía mucho tiempo poseía un título de doctor, afirmó: «¡Apenas puedo creer que fuera tan estúpido durante tanto tiempo! Antes de convertirme creía que sabía algo, pero mi mayor período de aprendizaje ha sido durante estos últimos meses». Este hombre no era estúpido, sino simplemente educado en la sabiduría del hombre, que excluye la sabiduría de Dios. Hoy día hay millones de personas de las que se podría decir lo mismo. En efecto, la batalla por la mente es similar a la que tenía lugar en la época de Pablo. Nuestra generación habla de

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humanismo contra la verdad bíblica, pero es la misma batalla entre el bien y el mal. Está por todas partes Hay más gente (incluyendo a cristianos) afectada por la forma de pensar de manera secular de lo que nos damos cuenta. Es la cosmovisión dominante o filosofía vital del mundo occidental, que ha cautivado la educación, el gobierno, la ley, la medicina, la sicología, la sociología, el arte, los negocios, la televisión, las publicaciones, las películas y la radio. A veces parece ser omnipresente. Sus palabras y frases llamativas pululan por todas partes. Mire esta lista: justicia «social»,7 crímenes de «odio»,8 constitución vigente, entrenamiento sensible, globalización, gobierno global, seguridad global, ciudadanía mundial, nuevo orden mundial, democracia participativa, Gran Sociedad, equivalencia moral, celebrar la diversidad, socialismo democrá tico, imperialismo cultural, autoridad cuestionable, patriarcado, medicina social, salubridad mundial, complejo militar —industrial—burocrático —tecnocrático— corrección política, izquierda progresiva, constitucionalismo progresivo, marxismo cultural, hegemonía cultural, feminismo, femenización de lo militar,9 divorcio de mutuo acuerdo, tolerancia, 10 aborto en gestación avanzada, amor libre, tiempo de calidad, homo fóbico, falocentrismo, sexismo, derechos de los animales, derechos de los homosexuales, teoría de los maricas, teoría matriarcal, teoría crítica, facilitadores, educación progresiva, estudios femeninos, matemática feminista, estudios de homosexuales, teología homosexual, teología de los verdes, teóricos críticos —raciales— teología ecologista, ecología profunda, teología feminista, teología de la liberación, moralidad evolutiva, victimización, poder de las lesbianas, poder para el pueblo, socialismo del corazón, redistribución del bienestar, primates en el aula,

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SU INCREÍBLE CEREBRO, SU MAGNÍFICA MENTE

arte liberado, matrimonios de prueba, unión libre, educación permisiva, estilo de vida alternativo, «oligarquía del macho blanco», Capitán Condón, producto de pensamiento, agentes de La cambio, de la derecha. lista esconspiración interminable. Cualquier ciudadano de la cultura occidental que esté a favor de la moral necesita entender y desenmascarar esta ego-latría por la necedad religiosa, filosófica, moral y científica que representa. A eso vamos a llegar ahora en este libro.

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LA SABIDURÍA DE DIOS Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos. SALMO 19.1

M

i profesora de literatura de secundaria tenía una forma muy interesante de sacudir a sus aletargados alumnos y hacer que prestáramos atención. Se apoyaba en la mesa, ponía el puño bajo la barbilla, y desafiaba a sus alumnos a «imitar la pose de el pensador». Una y otra vez nos nombraba la estatua de bronce de un atleta griego, sentado delante de la Biblioteca Pública de Detroit. Con sus prominentes músculos permanecía absorto eternamente en sus pensamientos. Ese pensador —y todos los que son como él— podrían consumir cada miligramo de energía física de que dispusiera, y aún así nunca llegar a la verdad. En efecto, hoy día el hombre está más lejos de las respuestas a las preguntas con las que durante siglos se han tropezado los teólogos, filósofos y sabios que lo que lo estuvieron en la época de Grecia. Cualquier texto de filosofía o teología muestra que los mayores interrogantes del hombre universalmente han sido: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que está mal? ¿Cuál es la solución? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo podemos llegar allá?1

Investigaciones recientes demuestran que estas cuestiones continúan dejando perplejos a los estudiantes universitarios. Por

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desgracia, los que buscan las respuestas definitivas en los escritos de los secularistas están buscando en el lugar equivocado. No hay respuestas entre los hombres Los Friedrich Nietzsches y Michael Foucaults del mundo no tienen las respuestas. Nietzsche terminó su vida en una institución para enfermos mentales, y Foucault acabó en miseria y desgracia. Antes de morir de SIDA le pasó la enfermedad a todos sus «amantes» para que ellos también pudieran sentir nuevos placeres más allá del sexo. 2 Aquí tenemos un ejemplo del nihilismo de Foucault: «Cualquier rastro de nosotros mismos que sea moldeado por otros debe ser destruido: nuestras identidades políticas, culturales y sexuales, nuestra noción del bien y el mal, sanidad y locura, incluso lo que es verdadero y falso, todo se desvanece».3 La sabiduría del hombre no puede producir respuestas satisfactorias a las cuestiones fundamentales de la vida. Por consecuencia, un populacho educado con una dieta de secularismo no está preparado para la vida, y mucho menos para enseñar a sus hijos. Pero aún así, cuando escribo, los libros de Nietzsche y Foucault son los más vendidos en las librerías de los recintos universitarios. El apóstol Pablo les advirtió a los pensadores griegos de su época de que Dios había hecho necia la sabiduría del mundo. A decir verdad, Pablo dice que la sabiduría del mundo no lleva al conocimiento de Dios (1 Corintios 1.20-21). Sin Dios los pensadores del mundo no pueden apoderarse de los secretos de la vida, los orígenes y el destino. Como Pablo explicó, estas cosas vienen solo por revelación (la sabiduría de Dios). No es de extrañar que los pensadores de su época fallaran en su intento de conocer a Dios; no habían aceptado a Moisés y a los profetas. Y hoy día las cosas no han cambiado. Aunque Dios nos ha dado revelación suficiente sobre sí mismo y los misterios de la vida

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(registrados en los sesenta y seis libros de la Biblia), la sabiduría del hombre la ha rechazado en gran parte. La Biblia, que contiene la porción de la sabiduría de Dios que él ha decidido compartir con la humanidad, solosino produce una base sólida para una sociedad moralmenteno sana, que nos da respuestas claras a las cuestiones más persistentes de la vida. Estas respuestas reveladas no pueden ser deducidas de forma natural. Son de lo alto, y no de lo bajo. Consideremos las más básicas, que exponemos ahora brevemente. La verdadera sabiduría 1. Dios La Biblia presenta a Dios como la Causa incausada fundamental de todas las cosas, Infinito en sabiduría, Todopoderoso, Santo, pero amante de la vida del hombre, interesado en cada detalle de esta. El hecho de que nos resulte difícil imaginarnos a un Dios tan poderoso que podría crear más universos de los que pudiéramos contar —y a pesar de eso está interesado en cada faceta de nuestra vida— no niega esa verdad. El problema es que una mente finita y limitada solo puede concebir a un Dios limitado. Un Dios de sabiduría y fuerza infinitas queda más allá de las habilidades finitas del hombre para descubrirlo por medios naturales, de ahí la importancia de la revelación de Dios. 2. La creación «¿Cómo se srcinó la vida?» La respuesta a esta pregunta aparece en los primeros capítulos de la revelación divina, Génesis 1 y 2. El texto deja muy claro que la formación de nuestro universo físico y de la humanidad no fueron resultado de un proceso prolongado, natural y fortuito, sino de un poderoso acto de creación de Dios. Es más, Jesús dijo que desde el princi-

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pio de la creación: «Dios los creó “hombre y mujer”» (Marcos 10.6). Aceptar la creación del hombre por un acto directo de Dios siempre ha sidoyuna cuestión de fe en la revelación de Dios, pero las huellas marcas de dicha creación se ven en todas partes. Los cielos revelan la sabiduría, el poder y la gloria de Dios (Salmo 19.1). Por supuesto, a la persona que no cree en un Dios sobrenatural le resultará imposible creer en la creación, pero hoy día hay muchos hombres de ciencia que han analizado cuidadosamente las evidencias, y han ofrecido documentación científica para la validación del creacionismo. A uno de nuestros colegas, el Dr. Henry Morris, se le conoce como «Mr. Creación». Este científico, que fue educador durante más de cincuenta años (trece años como director del departamento de ingeniería civil de la Universidad Técnica de Virginia, la tercera mayor de los EE.UU.), y que cuenta con un doctorado en hidrología, otorgado por la Universidad de Minnesota, es un escritor muy prolífico. En 1970 fundó el Institute For Creation Research (Instituto para Investigación Creacionista), que emplea a muchos científicos creacionistas muy conocidos. El Dr. Morris también sirvió durante varios años como presidente de la Creation Research Society. Los miembros con derecho a voto de esta sociedad son solamente hombres y mujeres con titulación superior en ciencias, y que han firmado una declaración de su creencia en la creación.4 Así que ya no puede decirse que todos los hombres del campo de la ciencia y de la educación rechazan el concepto de la creación. Según el Dr. Morris, «durante el pasado cuarto de siglo ha habido un resurgir dramático del creacionismo, encabezado en gran parte por científicos que creen en la Biblia. Teniendo en cuenta que los científicos evolucionistas llevaron al mundo a capitular ante el evolucionismo, parece conveniente que los científicos creacionistas intenten recuperar el terreno perdido,

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refutando los así llamados argumentos científicos que habían convencido al principio.5 Los hechos científicos no prueban que la creación sea cierta (solo puede hacerlo la Palabra del Creador), peroque colocan al creacionismo un modelo mucho más 6 científico el evolucionismo paraenexplicar los orígenes». «Un paleontólogo chino», escribe Phillip E. Jonhson, «recorre el mundo dando conferencias, diciendo que los últimos hallazgos de fósiles de su país son incompatibles con la teoría de la evolución darwinista. Su razonamiento es este: La mayoría de los grupos de animales aparecen repentinamente en las rocas en un espacio de tiempo relativamente corto, más que evolucionando gradualmente de un ancestro común, como predice la teoría de Darwin. Como esta conclusión molestó a los científicos norteamericanos, él comenta irónicamente: “En China podemos criticar a Darwin, pero no al gobierno. En los EE.UU. ustedes pueden criticar al gobierno, pero no a Darwin”». 7 3. La moral civil A la base moral bíblica se la suele llamar la ética judeocristia-

na. decir, la baselos de niveles los escritos de los y de los cristianos Es proporcionan básicos de judíos moralidad sobre los que se fundó este país. Estos preceptos son absolutos, y no están sujetos a revisión o supresión por ningún Tribunal Superior terrenal. Rechazarlos invariablemente conduce al caos personal y social. La ética judeocristiana insiste, por ejemplo, que siempre es moralmente incorrecto violar a un niño, siempre es moralmente correcto amarse unos a otros, siempre es moralmente correcto ser amables con los enfermos mentales, siempre es moralmente incorrecto asesinar. En su poderosa obra Relativismo, Francis J. Beckwith y Gregory Koukl hacen una lista de razones de peso por las que el relativismo, la creencia en que no hay una moral absoluta, está en bancarrota: (a) Los relativistas no pueden acusar a otros de ac-

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tuar mal; (b) Los relativistas no se pueden quejar del problema del mal; (c) Los relativistas no pueden reconocer culpas ni aceptar elogios; (d) Los relativistas no pueden presentar cargos de injusticia; (e) Los relativistas puedendiscusiones mejorar suimportantes moralidad; (f) Los relativistas no puedenno sostener sobre moral; y (g) Los relativistas no pueden promover la obligación de tolerancia.8 Si el relativismo fuera cierto, este sería un mundo «en el que todo marcharía bien, nada se considera bueno o malo, nada es digno de alabanza o culpa. Sería un mundo en el que la justicia sería un concepto vacío, en el que no se rendirían cuentas, sin posibilidad de mejorar moralmente, sin discurso moral. Y sería un mundo sin tolerancia».9 El escritor Erick von Kuehnelt-Leddihn está de acuerdo en que no existe tal cosa como una moralidad «natural» puramente empírica. «¿Natural?», pregunta: «Los perros se comen a otros perros. Los indios Auca, del este de Ecuador, si sus bebés lloran demasiado, hacen un hoyo en la tierra, meten ahí al bebé, lo pisotean y dicen: “El próximo bebé llorará menos”». 10 Los cristianos y los judíos comparten un código moral básico de ética civil, porque está bien definido en la Biblia (Éxodo 20; Romanos 13). El Nuevo Testamento no presenta niveles civiles nuevos, sino que apunta a un código de ética cristiana aun más alto, obedecido voluntariamente por creyentes individuales. Como el código cristiano es más exacto que los niveles de moral civil del Antiguo Testamento, los cristianos automáticamente deberían cumplir el código moral de su país. 11 La moral bíblica está basada en seis de los Diez Mandamientos, que se refieren a la relación del hombre con sus semejantes: •

No robarás;

•

No dirás falso testimonio;

•

No matarás;

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LA SABIDURÍA DE DIOS •

No adulterarás;

•

No codiciarás los bienes de tu vecino;

Honrarás a tu padre y a tu madre. Este simple código de moralidad civil ha asegurado la sociedad moralmente sana y segura que desean casi todos los ciudadanos amantes de la paz. El gobierno debería ser responsable de mantener un clima legal que lleve a este tipo de comportamiento moral. Los educadores deberían compartir la responsabilidad de mantener tal clima. Sin embargo, como dice Charles Colson: «En nuestros colegios públicos resulta casi imposible enseñar los preceptos tradicionales de lo malo y lo bueno, lo que ha llevado a consecuencias desastrosas».12 •

4. Siervos de Dios «¿Por qué estamos aquí?» Para los individuos con conocimiento bíblico esta pregunta es fácil de responder. Nuestro propósito principal es glorificar a Dios, obedeciéndole y sirviendo a nuestros semejantes (véanse Apocalipsis 4.11; Romanos 6.11-13; 12.1-2; 1 Corintios 6.19-20). En ningún lugar las Escrituras nos animan a hacer las cosas «a nuestra manera». Tenemos una gran responsabilidad de servir a Dios, porque Él nos hizo, murió por nosotros y nos proporcionó su sabiduría para vivir según ella. Las personas más felices, plenas y satisfechas de nuestro país son las que obedecen a Dios. A diferencia de nuestros amigos

autónomos, loselcristianos mos quiénes egocéntricos, somos y cómoautoactualizados, debemos vivir. Por contrario,sabepor todas las universidades del país hay jóvenes muy brillantes, alumnos de profesores con mucha experiencia y conocimientos, enfrentándose a lo que ellos llaman crisis de identidad. A pesar de las enormes bibliotecas, del acceso ilimitado al internet, de las sofisticadas computadoras y de toda la tecnología in-

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formativa disponible, los estudiantes de hoy están perplejos por el quién y el porqué de la existencia humana. Una de las leyes fundamentales de la enseñanza afirma: «No puedes dar lo que no tienes». profesores seculares contemporáneos, los diseñadores de Los planes de estudio y los autores de libros de texto no tienen por sí mismos las respuestas a estas preguntas. ¡Ningún cristiano debería sufrir jamás estas crisis de identidad! Primero: por el mismo acto de la creación, somos creados a imagen de Dios (Génesis 1.26). Aunque esta imagen resultó dañada con la caída, todavía es nuestra herencia. Segundo: si usted ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador (Hechos 16.31), está claro quién es usted: un hijo y un siervo de Dios, heredero de Dios y coheredero con Cristo (Romanos 8.17). El porqué también ha sido revelado: nuestro propósito en la tierra es servirle. «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia» (Filipenses 1.21). Esta idea explica en gran parte por qué los cristianos han sido los mayores humanitarios del mundo.13 Con amor y dedicación han construido orfanatos, hospitales, universidades y escuelas. Han sido los paladines en alfabetización, abolicionismo, ciencia moderna, adopción, hogares para madres solteras, benevolencia, caridad, justicia, arte, música, y el ascenso de la mujer, por nombrar solo unos pocos. Muy raras veces se oye de secularistas defendiendo dichos proyectos humanitarios con su propio dinero. Su método consiste en infiltrarse y tomar dichos ministerios, financiándolos con dinero que les permitirá desgravar impuestos, impregnando todo de principios izquierdistas. Y lo llaman «progreso». Sinceramente, si el camino degenerado moralmente por el que hemos caminado durante los últimos cincuenta años es progreso, le debemos disculpas a Sodoma y Gomorra. Como consejero puedo dar fe de que la creciente desintegración moral de la familia, el alcoholismo, el suicidio, la homosexualidad y la drogadicción —los educadores humanistas y sus

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discípulos tienen especialmente la culpa— no muestran que la filosofía secularista proporcione la felicidad. Jesucristo dijo: «Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios guardan» (Lucasde11.28). Millones de matrimonios felices, ylalamayoría a favor la moral de la población de nuestro país, son un testimonio de que la promesa de nuestro Salvador todavía es válida. 5. Cosmovisión compasiva La cosmovisión conocida como «la sabiduría de Dios» es doble: temporal y eterna.

el Antiguo Testamento a losnojudíos ser La luztemporal de Dios. en Como las buenas noticias desafió sobre Dios se co-a nocen de forma innata por la sabiduría del hombre, Dios les mandó a los judíos que les comunicaran este mensaje a los gentiles perdidos. Mi coautor, David Noebel, ha enumerado los detalles de la cosmovisión bíblica basada en el orden creativo del Antiguo Testamento. 14 Señala que todos los ingredientes principales de una cosmovisión —teología, filosofía, ética, biología, sicología, sociología, etc.— se encuentran en los cinco primeros capítulos del Génesis. A los cristianos neotestamentarios se les ha dado una comisión semejante como «embajadores de Cristo» (2 Corintios 5.20) en un mundo perdido, moralmente oscuro. La Biblia considera al mundo como un campo espiritual de personas listas para la cosecha (Mateo 13.1-23). Por esta razón, casi sesenta mil cristianos estadounidenses están sirviendo como misioneros en otros países, predicando el evangelio de Jesucristo, atendiendo a los enfermos, ministrando a los pobres, y educando a los ignorantes. David también ha desarrollado una cosmovisión cristiana basada en el orden de redención, en la que Jesucristo es la piedra angular de la teología, filosofía, ética, biología, sicología, sociología, ley, economía, política e historia. 15 La segunda parte de una cosmovisión bíblica es la promesa

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de la vida eterna, una era de paz y justicia, una nueva tierra que algunos creyentes llaman «cielo» (Isaías 65—66; Apocalipsis 20—22). Aunque no todos los cristianos concuerdan en la naturaleza específica la otra como vida, todos estánTestamento de acuerdoseenrefieque sí existe. Tanto eldeAntiguo el Nuevo ren continuamente a una vida después de la muerte. La Biblia es incuestionablemente un libro de esperanza más allá de la existencia terrenal. Ha hablado a los corazones y mentes de millones de viajeros terrestres a lo largo de los siglos. Las Escrituras hablan Qué mejor resumen de la cosmovisión bíblica que las palabras de la misma Biblia.16 Aquí hay una colección de textos críticos para formar una cosmovisión que honre a Dios: En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Génesis 1.1). Creó Dios al hombre a su imagen ... varón y hembra los creó (Génesis 1.1). Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne (Génesis 2.24). Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan (Lucas 11.28). ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6.19-20). La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues,

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LA SABIDURÍA DE DIOS las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne (Romanos 13.12-14). No os engañéis, Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gálatas 6.7-8). Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Juan 3.16-17). En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis (Juan 14.2-3).

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LA SABIDURÍA DEL HOMBRE Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible. ROMANOS 1.22-23

E

l humanismo es la religión más antigua del mundo. Se ubica del lado de la serpiente en el Jardín del Edén, quien le dijo a Eva: «No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal».1 Todos los secularistas son realmente «como Dios», en el sentido de que creen que su conocimiento es superior al del Dios de la Biblia. O, como señala Alvin Plantinga, algunos rehúsan sentirse como en casa en un mundo que no hayan creado ellos mismos. 2 Y también usan los conceptos del bien y del mal, solo que ellos entienden el bien y el mal no según la versión de Dios, ¡sino la de la serpiente! Lo que Dios llama bien los secularistas lo llaman mal; lo que Dios llama mal los secularistas lo llaman bien. 3 Desde un punto de vista secularista, por ejemplo, creer en la simple existencia de Dios no es bueno. Por otra parte, creer que el hombre puede salvarse a sí mismo se considera bueno. Creer que el Dios del universo ama a la raza humana y le proporcionó salvación por medio de Jesucristo se considera malo. Los secularistas describen sus ideas usando palabras que significan una cosa para los padres con valores morales tradicionales, y otra para los estudiantes. Este engaño semántico ha sido tan inteligente que muchos han caído en él. Por ejemplo, en el Manifiesto Humanista 2000, Paul Kurtz parodió su ateísmo bajo el título de «naturalismo científico». Esa terminología está destinada a engañar a muchos padres que creen que su hijo o hija solo está aprendiendo ciencias. En realidad, el «naturalismo científico» no es más que otra forma de ateísmo.

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¿Habrá alguna forma de que la persona que no tenga estudios universitarios llegue a entender este dogma homocéntrico? ¡Sí! Una vez que se simplifiquen esos términos ambiguos, cualquier individuo puedeEso no requiere solo comprenderlo, también chazarlo con fuerza. conocer lossino cinco pilaresrebásicos del humanismo: ateísmo, evolución, amoralidad, autonomía humana y globalización.4 Primero vamos a analizar estos pilares individualmente, basándonos en las afirmaciones de sus autoridades más destacadas. En el capítulo 6 los estudiaremos en el contexto de las Biblias humanistas oficiales —Manifiesto Humanista I (1933), Manifiesto Humanista II (1973) y Manifiesto Humanista 2000 (1999). Y en el capítulo 7 demostraremos su base anticientífica.

Los cinco pilares básicos del

humanismo

Podríamos representar a las máximas autoridades del humanismo secular como los titulares de un equipo de béisbol: lanzador es John Dewey; 5 receptor, Isaac Asimov; primera base, Paul Kurtz; segunda base, Corliss Lamont, 6 tercera base, Bertrand Russel; campo corto, Julian Huxley, jardinero de izquierda, Richard Dawkins; jardinero central, Margaret Sanger;7 jardinero derecho, Carl Rogers; entrenador, Ted Turner8: «El cristianismo es para perdedores»; bateador emergente, Mary Calderone, los jugadores emergentes son los cientos de personas que firmaron el Manifiesto Humanista I y II, entre ellos Eugenia C. Scott, Alfred Kinsey, Abraham Maslow, Erich Fromm, Rollo May y Betty Friedan. En los palcos se sientan los patrocinadores u organizaciones que los apoyan, como la American Humanisst Association; la American Ethical Society, la American Ethical Union, la Fellowship de Religious Humanists, la Society for Humanistic Judaism, la Humanist Society of Friends, el Center for Inquiry Institute, la American Civil Liberties Union,9 la Emergency Ci-

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vil Liberties Union,10 la National Academy of Sciences, el National Center for Science Education, Inc; la National Assosiation of Biology Teachers, la National Organitation of Women, Planned Parenthood, la National Education 11 Association (y todos sus afiliadosSIECUS, estatales), las mayores cadenas de televisión, los diarios y revistas más notorios del país, el Departamento de Estado de los EE.UU., la Fundación Ford, la Fundación Rockefeller, la Fundación Turner, la Fundación Carnegie, la Fundación Samuel Rubin, 12 la Fundación W. Alton Jones, la Fundación Ploughsares, la fundación Merck, la Fundación Playboy, 13 la Fundación Hewlett, la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur (y decenas más), 14 la League for Industrial Democracy, la ONU, la UNESCO, la Asocaición Federal Mundial, la Sociedad Fabian de Gran Bretaña, la Escuela de Frankfurt, el ala izquierda del Partido Demócrata, los Socialistas Democráticos de América, la Universidad de Harvard, la Universidad de Yale, la Universidad de Minnesota, la Universidad de California (Berkeley), y otras dos mil facultades y universidades. 1. Ateísmo La piedra angular de todo el pensamiento humanista es el ateísmo, la creencia de que no hay Dios. Descartes, el famoso filósofo francés que trató de proyectar su mente al universo, concluyó finalmente con su famoso epíteto: «Pienso, luego existo». Esta deificación del hombre condujo a la adoración de la sabiduría del hombre. «Con esto [pienso, luego existo]. Descartes

desató la idea revolucionaria de que la mente humana, y no Dios, es la fuente de toda certeza; la actividad humana es el eje en torno al cual gira todo lo demás». 15 El racionalismo humanista de Descartes fue divulgado por los escépticos franceses, principalmente Voltaire y Rousseau. Más adelante fue desarrollado por racionalistas alemanes como Georg Hegel, Ludwig Feuerbach y Friedrich Nietzsche, hasta

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que llegaron al veredicto: «Dios ha muerto». El existencialismo moderno afirma que la idea de Dios se contradice a sí misma. De esta forma, el mismo Dios que nos dio una mente para razonar y creer ahora se encuentra con que esa mente se pensamientos usa para negarciertos, su misma existencia. Romanos 1.18-25 habla de esta cuestión, de que aun conociendo a Dios no lo glorificaron como Dios, sino que se hicieron vanos en sus propios razonamientos e imaginaciones, y terminaron adorando al cosmos o alguna de sus partes. En su definitivo libro La filosofía del humanismo, el Dr. Corliss Lamont hace estas afirmaciones, que establecen la base atea de esta religión: 16 En primer lugar, el humanismo cree en una metafísica naturalista o una actitud hacia el universo, que considera un mito cualquier forma de lo sobrenatural, y que considera la naturaleza como la totalidad del ser, y como un sistema de materia y energía en cambio continuo, que existe independientemente de toda mente o conciencia. 17 El humanismo cree que la naturaleza en sí misma constituye la suma total de la realidad, que la energía material —y no la mente— fue la base del origen del universo, y que los entes sobrenaturales simplemente no existen. Esta falta de realidad de lo sobrenatural significa, en el ámbito humano, que los hombres no poseen almas inmortales y sobrenaturales, y a nivel del universo como un todo, que nuestro cosmos no posee un Dios eterno y sobrenatural.18 La preocupación principal del humanismo siempre es la felicidad del hombre en su existencia, y no en una tierra fantástica de nunca-jamás [el cielo] más allá de la tumba; una felicidad que merezca la pena como un fin en sí misma, y no subordinada

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LA SABIDURÍA DEL HOMBRE ni dependiente de una Deidad Suprema [Dios], un rey invisible [Jesucristo] rigiendo en la tierra y en el cosmos infinito.19 20

Thomas Huxley fue quien srcinó la palabra agnóstico, de tanta utilidad. Este destacado biólogo inglés divulgó la teoría darwinista. Como los agnósticos dudan acerca de lo sobrenatural [Dios y el cielo] en la práctica tienden a ser humanistas.21

Otros portavoces importantes del humanismo también se han declarado ateos. Según Paul Kurtz: «El humanismo no se puede aplicar, en un sentido justo de la palabra, a alguien que todavía cree que Dios es el srcen y creador del universo». 22 De igual modo, Bertrand Russel reconoció que él creía en Dios hasta que cumplió dieciocho años. En ese punto se convenció de que toda la idea de Dios se derivaba de los antiguos déspotas orientales, y llegó a esta conclusión: «No soy cristiano... no creo en Dios ni en la inmortalidad; ni creo que Cristo fuera el mejor hombre ni el más sabio, aunque sí le otorgo un alto grado de moral y bondad».23 En casi toda la historia humana la existencia de Dios le parecía lógica a cualquiera que viera la obra de sus manos. Por esa razón, los antiguos raramente mencionan el ateísmo. Pero cuando la educación se extendió por Europa, también aumentó el ateísmo. Investigaciones recientes han revelado que cuanto más estudios tenga una persona (sobre todo en ciencias sociales y en humanidades) es más probable que sea ateo. Sin embargo, fue Francis Bacon, de un alto nivel intelectual, quien dijo: «Un poco de filosofía inclina la mente del hombre al ateísmo; pero una filosofía profunda lleva la mente del hombre a la religión». Podría parecer que nuestra élite educativa le está dando a los estudiantes alimento para bebés, en vez de «filosofía profunda».24

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2. Evolución Como los humanistas rechazan la creencia en Dios, tienen que explicar la existencia del hombre independientemente de

este. Por de esotodos han resucitado unala de las creencias religiosas antiguas los tiempos: teoría de la evolución, quemás se remonta a la Babilonia de dos mil años antes de Cristo. 25 La teoría de la evolución, aunque antigua y ciertamente precientífica, fue catapultada a importancia mundial por la publicación de la obra de Charles Darwin El srcen de las especies por medio de la selección natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida. El darwinismo, como puede llamársele, pasóenpor occidental fuego. Hoy díalaescomunidad el cimientoacadémica sobre el que descansacomo todaun la educación secular humanista. La sicología, la disciplina más influyente de la educación moderna, depende totalmente de la teoría de la evolución, al igual que la sociología, la antropología, la ciencia política, la biología y la geología. La teoría de la evolución ejerce una influencia drástica en el arte, la música y la literatura. Los humanistas son evolucionistas comprometidos. Corliss Lamont lo explica: La biología ha mostrado de forma conclusiva que el hombre y todos los seres vivos fueron resultado no de un acto sobrenatural de creación de Dios, sino de un proceso de evolución infinitamente largo, que probablemente duró más de dos mil millones de años. En este avance evolutivo gradual, que comenzó en su nivel más bajo con las amebas y otros seres aun más simples, marcando la transición de la materia inanimada a la vida, el cuerpo fue el más importante y básico. Con su creciente complejidad, se llegó a un desarrollo e integración de comportamiento animal y de control, culminando en la especie hombre y en el fenómeno llamado mente. Dicho de forma bre-

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LA SABIDURÍA DEL HOMBRE ve: la mente apareció en el clímax del proceso evolutivo, y no al principio. 26

los humanistas, creía que el hombre es un Como animal,todos porque: «El hombre,Lamont como los primates superiores de los que desciende, es una criatura gregaria».27 Dice con orgullo: «Biológicamente hablando, el animal, el hombre, ha sido un gran éxito».28 Sir Julian Juxley, uno de los fundadores de la prestigiosa Asociación Humanista Norteamericana, y el último presidente de la Asociación Humanista Británica, definió el humanismo con estas palabras: Yo uso la palabra «humanista» para designar a alguien que cree que el hombre es un fenómeno tan natural como los animales o las plantas, que su cuerpo, mente y alma no fueron creadas de forma sobrenatural, sino que son productos de la evolución, y que no está bajo control o guía de ningún ser o seres sobrenaturales, sino que tiene que confiar en sí mismo y en su propio poder. 29

Se podrían citar muchas otras afirmaciones semejantes para sustentar la obsesiva creencia humanista en la evolución. 30 Esta acientífica teoría es una parte importante de la doctrina humanista oficial. Algunos educadores informados están de acuerdo en que el darwinismo es la influencia más poderosa en la educación de hoy, aun cuando no haya podido probarse ni una sola de las teorías de Darwin ciento cuarenta años después de que fueran lanzadas por primera vez. Incluso Thomas Huxley, uno de los mayores exponentes de la evolución, tuvo que admitir: «La evolución no fue una teoría establecida, sino una hipótesis tentativa, una hipótesis extremadamente valiosa e incluso proba-

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ble, pero nada más que una hipótesis». Thompson hizo esta concesión:

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El Dr. D’ Arcy

En el estudio de la evolución y en nuestros intentos de rastrear los descendientes del reino animal, la cantidad de años que se han invertido estudiando El srcen de las especies han tenido un resultado decepcionante e inesperado. No sabemos cómo las aves descienden de los reptiles, los mamíferos de otros cuadrúpedos, los cuadrúpedos de los peces, ni los vertebrados de los invertebrados. Los mismos invertebrados presentan esas mismas dificultades, así que tampoco conocemos los orígenes de los equinodermos, o de los moluscos, o de los celentéreos, ni de ningún grupo de protozoos... Este fallo en resolver los problemas cardinales de la biología evolucionista es algo muy curioso. 32

Que no todos los científicos aceptan la teoría de la evolución queda claro en el libro de Homer Duncan, con las siguientes afirmaciones de un famoso biólogo del Instituto Smith: No existe ninguna evidencia que muestre la evolución del hombre paso a paso desde formas de vida inferiores. No hay nada que muestre que el hombre tuviera alguna relación con los monos... Apareció REPENTINAMENTE y en la misma forma que tiene hoy... Los llamados eslabones perdidos no existen... En lo concerniente a casi todos los grupos de animales, los creacionistas parecen tener los mejores argumentos. NO EXISTE LA MÁS MÍNIMA EVIDENCIA DE QUE NINGUNO DE LOS GRUPOS PRINCIPALES DESCIENDAN DE OTRO. Cada uno de ellos es una especie animal compleja, conectada en mayor o menor grado con todas las demás, y apareciendo, por lo tanto, como una creación especial y distinta. 33

A pesar de su obvia debilidad, los secularistas se aferraron

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celosamente al darwinismo porque así lo exige su falta de fe. La controversia reinante hoy día en los colegios públicos sobre la posibilidad de enseñar la creación junto con la evolución surge del que si la teoría de la evolución desacreditada, miedo toda lade cosmovisión humanista se caería resulta como un castillo de naipes. Permítanme ponerles un ejemplo: Un ingeniero de San Diego asistía regularmente a la iglesia con su esposa, aunque él era ateo. Por fin, un día me invitó a su casa. —Tengo tres preguntas —me dijo. Si usted me las responde de forma satisfactoria, me haré cristiano. Providencialmente yo había sido guiado a estudiar de manera precisa esas preguntas la semana anterior. Así que durante dos horas le estuve presentando las respuestas lógicas, basadas en la Biblia. Cuando terminamos le pregunté: —¿Esto responde a sus preguntas? —Sí —respondió. No sabía que existieran tales respuestas. —¿Está listo ahora para aceptar a Cristo —le respondí. —No tan rápido —respondió. No quiero precipitarme. Diez años más tarde su propia hija fue quien lo guió a recibir al Salvador. Hoy no puede creer que fuera tan ciego durante tanto tiempo. Es imposible sobrestimar la influencia que ha ejercido la evolución en nuestra sociedad. 34 El excongresista John Conlan y el abogado John Whitehead lo reconocieron cuando afirmaron: «La evolución ha alterado el curso de la historia, cambiando la base de la moral absoluta del teísmo tradicional al humanismo secular».35 3. Amoralidad La doctrina de la evolución nos ha conducido de forma natural a la destrucción de la base moral sobre la que se construyó este país. Si usted cree que el hombre es un animal, esperará que viva como tal. Igualmente, casi todas las leyes necesarias para

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mantener una sociedad moralmente sana, basada en la Biblia —como las concernientes al matrimonio y al divorcio o a asuntos sexuales como la pornografía y la homosexualidad— han sido de formaEso queyaello hombre seguir sus instintos ytruncadas apetitos animales. previópueda la revista El humanista hace más de treinta y cinco años: «El descubrimiento de Darwin del principio de la evolución sonó como el tiro de muerte de los valores religiosos y morales. Le quitó el apoyo a la religión tradicional».36 Los educadores, jueces y legisladores secularistas más destacados de este país han liberalizado nuestros estatutos una y otra vez. Se han propuesto terminar con todo vestigio de la responsabilidad y comportamiento moral que distingue al hombre de los animales. ¿Por qué? Porque el hombre es un animal evolutivo, y sus hijos no son más que ¡primates en el aula! Donde se hace más evidente esta abierta hostilidad hacia el cristianismo es en el exitoso intento de las últimas cinco décadas de destruir casi todos los estándares bíblicos y morales. Como dijo uno de los principales sexólogos (así se llaman a sí mismos) señalando al cielo: «No hay nadie por encima de nosotros que nos diga lo que está bien y lo que está mal». Dicho con otras palabras, sin un legislador eterno no hay un orden moral ni una moral absoluta. «Lo único absoluto es que no hay nada absoluto».Con estas palabras comienza su curso un profesor de filosofía. Pero nadie ha llegado a probar que no existen verdades absolutas. Los secularistas simplemente repiten una y otra vez esta máxima, esperando en vano que creer en ella la hará realidad. Esta filosofía le ha abierto la puerta a posiciones éticas situacionales: permisividad, amor libre, jóvenes sexualmente activos, y una retahíla de palabras codificadas para adulterio, fornicación, perversión y abominación, que son todas simplemente pecado. A los estudiantes de secundaria y de universidad —blanco de todas las enseñanzas amorales de las últimas cinco

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décadas— se les ha empujado a una enorme inmoralidad. El director de un colegio me confesó que el veinte por ciento de sus estudiantes de último año tiene o había tenido o iba en camino de El tener venérea. Dr.alguna Albert enfermedad Ellis, abogado de causas éticas desde hace mucho tiempo, ha declarado: «¿Cuáles son los principios principales de la ética humanista, de los que lógicamente se derivan los principios de ética sexual? Parece que nadie lo sabe exactamente, ya que los ideales éticos variables y absolutos no parecen ser alcanzables, ni son especialmente humanos». Si un doctor en filosofía se para enfrente de estudiantes o profesores de educación sexual y afirma que la moral o las cuestiones éticas no son «humanas», solo puede esperarse que esta persona descartará preceptos como: «No adulterarás». En efecto, Paul Kurtz hace exactamente eso: «Siempre y cuando no se dañe a otros o se anime a actuar de la misma forma, a los individuos debería permitírseles expresar sus inclinaciones sexuales y vivir su vida como deseen». 37 Cuando sostuve un debate con Kurtz ante setecientos educadores, él reconoció que no desalentaría a los jóvenes a practicar sexo prematrimonial. Observe estos consejos sobre experimentación sexual, que ofrece la Dra. Mary Calderone, antigua presidenta de SIECUS: Sobre experimentación sexual: Los años adolescentes son, entre otras cosas, para aprender cómo integrar exitosa y creativamente el sexo en la vida diaria. Por tanto, debemos aceptar que la experimentación sexual del adolescente no es solo inevitable, sino también necesaria para su desarrollo normal. Sobre relaciones prematrimoniales: Estoy a favor de hablar de ello, de modo que los jóvenes sepan que tienen varias opciones, comenzando por la masturbación y las caricias, y llegando al clímax y al orgasmo natural antes de pasar a la penetración.

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ASEDIO DE LA MENTE Sobre relaciones sexuales extraconyugales: Una aventura extraconyugal que sea realmente sólida podría traer muy buenos resultados. Sobre la revista Sexology: La revista Sexology no es más pornográfica que la Biblia.

No hay mayor evidencia de esta obsesión por las licencias sexuales que el hecho de que los líderes de la revolución sexual de los 70 fueran mayoritariamente humanistas. 38 Los autores de educación sexual, editores y miembros directivos de SIECUS, quienes proclaman que la homosexualidad es un estilo de vida optativo, son humanistas. En efecto, el movimiento homosexual de Norteamérica es creación de los humanistas. 39 Fue diseñado para destruir la moral cristiana, con el mismo propósito que la educación sexual en los colegios. 40 Hay muchos que no se dan cuenta de que la mayoría de los líderes del feminismo, que se presenta a sí mismo como el preservador de los derechos sexuales de mujeres y niños, son humanistas. Otros muchos son marxistas. Gloria Steinem, por ejemplo, es miembro de los Socialistas Demócratas de América; Margaret Sanger fue una izquierdista radical, que editó una publicación llamada La mujer rebelde, y se pasó la vida de fiesta con los Socialistas Fabian de Gran Bretaña. Madalyn Murray O’ Hair fue una amargada antiamericana que trató de emigrar a la antigua Unión Soviética; Betty Friedan fue una izquierdista radical a la que le faltó poco para unirse al Partido Comunista. 41 También ganó el premio Humanista del año, y puso su nombre en el Manifiesto Humanista II. Pero la agenda feminista no produce realmente una sociedad mejor. Carl Thomas lo explica: Helen Gurley Brown, la Hugh Hefner en mujer, que les ha vendido a las mujeres las mismas mentiras en la revista Cosmopoli-

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LA SABIDURÍA DEL HOMBRE tan que Hefner a los hombres en Playboy, ofrece algunos consejos en su último libro: The Late Show: A Semiwild but Practical Survival Plan for Women over 50. [El show tardío: un

plan de supervivencia semisalvaje, pero práctico, para mujeres mayores de 50]. Brown sugiere que las mujeres mayores contemplen a los maridos de otras mujeres como posibles compañeros sexuales. «Los maridos son una fuente de aprovisionamiento “para el sexo”», escribe. Con respecto a los posibles sentimientos de culpabilidad que pudieran surgir de una relación adúltera con el marido de otra mujer, Brown dice: «Nunca me siento culpable por la esposa si no es capaz de retener a su marido en casa. En lo que yo insisto es en “no permitir nunca que desaparezca el sexo, no importa lo mayor que sea uno”».42

No piense ni por un momento que los secularistas están satisfechos ahora que la perversión se considera normal en ciertas esferas del país. No van a detenerse hasta que sea reconocida universalmente. Realmente andan detrás de los jóvenes, quienes serán la clave que controle a la siguiente generación. Por eso —en nombre de la salud, los derechos del niño, el abuso infantil y el Año Internacional del Niño— los secularistas presionan a los líderes políticos a pasar una legislación que le quite a los padreselcontroldesushijosyselodéalestado.Bajoestadoseentiende, por supuesto, burócratas y agentes de cambio social que han sido entrenados cuidadosamente con una filosofía amoral. Usarán el poder del gobierno para enseñar sobre actividad sexual, anticonceptivos, abortos y permisividad con los niños. ¡Lo quieran los padres o no! Y obviamente habrá abortos financiados por el estado para los que no siguieron bien las instrucciones. Corliss Lamont insistió en que la persona verdaderamente moral se verá obligada a «descartar las anticuadas éticas del pasado... el simple bien es enemigo de lo mejor. El humanista

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rehúsa aceptar que los Diez Mandamientos o cualquier otro precepto ético sean algo inmutable y universal sin cuestionamiento. No se inclina ante ninguna autoridad moral suprema 43

pasada ni presente». El humanista rechaza «los prejuicios puritanos contra el placer y el deseo, que marcan la tradición occidental de moralidad. Los hombres y las mujeres tienen deseos y necesidades profundas de un carácter emocional y físico, que es un ingrediente esencial para una vida buena. Despreciar o suprimir los deseos normales podría resultar en una liberación de formas subrepticios, anormales o malditas».44 Por supuesto, Lamont no se dio cuenta de que el control de los deseos normales también puede desarrollar carácter y disciplina con uno mismo. Pero ¿qué significa esto para un humanista comprometido, que considera al hombre no sólo como un animal, sino como un animal amoral? 4. El hombre autónomo Los humanistas ven al hombre como una persona autónoma,

con criteriosipropio, semejante a Dios, apropiadamente, con bondad y potencial ilimitados, se controla su desarrollo dejando que su espíritu se desarrolle libremente. Uno de los peores pecados (según los humanistas) no es matar a los inocentes niños no nacidos, o incluso matar a niños nacidos con algún defecto, sino inhibir la libertad de otros para expresarse libremente. El humanismo asume que el hombre es bueno por naturaleza, y capaz de resolver problemas independientemente de ningún ser supremo. Esta asunción ha llegado a ser uno de sus pilares básicos. Jean-Jaques Rousseau (1712-1778) es uno de los filósofos escritores que ejerce más influencia en los estudiantes de hoy. Lo estudian con mucha atención, y la mayoría de los filósofos están muy versados en su pensamiento. Rousseau hacía hinca-

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pié básicamente en que si el hombre es bueno por naturaleza permanece así a menos que algo ajeno a él lo corrompa. Los catedráticos que elogian a este héroe de la Ilustración raramente le dicen a sus dieciséis estudiantes quevivió Rousseau degenerado moral. Durante años fuera fue del un vínculo matrimonial en París, con su amante, quien le dio cinco hijos ilegítimos —a todos los abandonó en el Hospital General de París.45 Los secularistas pueden exaltar este tipo de pensamiento autónomo, egocéntrico como «actuación propia», pero no podemos evitar el deseo de que alguien hubiera preservado el testimonio de sus cinco hijos huérfanos, las verdaderas víctimas de su egoísmo. En detrimento propio muchas veces nos pasan inadvertidos los comentarios de Voltaire a El contrato social, de Rousseau. Cuando Rousseau le envió una copia de su libro, Voltaire escribió: «He recibido tu último libro contra la raza humana, y te doy las gracias por él. Nunca se vio tanta inteligencia para hacernos a todos estúpidos. Al leer tu libro a uno le dan ganas de andar a cuatro patas, pero como hace más de sesenta años que perdí ese hábito, veo con tristeza que me será imposible recuperarlo».46 La historia muestra que el pensamiento autónomo no conduce a un mundo o a un ser humano mejores, sino al caos. La filosofía de Rousseau, por ejemplo, fue uno de los factores de más peso para producir la Revolución Francesa, que hizo estragos no solo en la monarquía, sino también en los pobres. La filosofía de la educación de hoy está obsesionada con la autoactualización, autoimagen, autoamor, autosuficiencia, autoestima, autosatisfacción —auto, auto, auto. De este cambio de «alma» a «auto» se habla en un artículo reciente del Wall Street Journal, de Katherine A. Kersten: «Hace treinta años», escribe, «el sicólogo y erudito Philip Rieff arrojó luz sobre esta cuestión en su obra clásica The Triumph of the Therapeutic. Mr. Rieff observó que las exigen-

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cias morales del cristianismo tradicional eran muy altas. Su meta era la salvación. Por consiguiente, se exhortaba a los creyentes a “morir a sí mismos”, a arrepentirse del pecado, a cultivar la virtud, a la autodisciplina a la humildad. Hoyestá día, posin embargo, escribió Mr. Reiff, “elyhombre sicológico” niendo a un lado rápidamente al hombre cristiano como tipo dominante de nuestra sociedad. Para el hombre sicológico —el descendiente de Freud y su cuadrilla— el centro de la vida no está en el alma, sino en uno mismo. El hombre sicológico rechaza tanto la idea del pecado como la necesidad de salvación. No aspira a nada más alto que a “sentirse bien con él mismo”. Mr. Rieff lo resume de esta forma: “El hombre cristiano nació para ser salvo; el hombre sicológico ha nacido para ser complacido”. La diferencia fue establecida hace mucho, cuando el “Yo creo”, el grito de los ascetas, perdió su prioridad ante “uno siente”, la advertencia de lo terapéutico».47 Considere esto: La clave del humanismo es la felicidad para toda la humanidad en su existencia, en contraste con la salvación del alma individual en una existencia futura y la glorificación de un Ser Sobrenatural. El humanismo le insta al hombre a aceptar libre y gozosamente la gran bendición de la vida y a darse cuenta de que la vida con su propio derecho y por sí misma puede ser tan bella y espléndida como cualquier sueño de inmortalidad. El humanismo afirma que la propia razón del hombre y sus esfuerzos son lo mejor del hombre y, realmente, la única esperanza; y el rechazo del hombre a reconocer esto es una de las principales causas de sus fallos a lo largo de la historia. El Occidente cristiano ha estado confuso y corrupto durante más de dos mil años con la idea, tan sucintamente expresada por San Agustín: «Maldito todo aquel que pone su esperanza en el hombre».49

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Partiendo de una base atea el hombre autónomo enfatiza los sentimientos más que la responsabilidad. Intente usted razonar con un fumador de marihuana, un adicto a las drogas, o un alcohólico, y verádestruyéndose que lo que predomina sentimientos. El hecho de estar a sí mismoson nolos le disuade de hacer lo que le gusta. El Dr. Francis Schaeffer señala: «Cuando muere el consenso cristiano no quedan muchas alternativas sociológicas. Una posibilidad es el hedonismo, según el cual cada uno hace lo suyo. Tratar de construir una sociedad sobre el hedonismo solo lleva al caos».50 Hoy día viven en nuestro país más personas egocéntricas que en ninguna otra época de la historia. ¿Por qué? Aquí hay dos razones básicas: la filosofía egocéntrica del humanismo, y las ideas humanistas de la sicología, que nos han enseñado a educar a los niños con permisividad. Los niños que crecen sin una corrección paterna amorosa resultan ser personas egocéntricas y egoístas, y su intento de ser independientes o autónomos siempre les lleva a la futilidad o al caos. En un programa de televisión me preguntaron cuál creía yo que fuera la causa principal de la desarmonía matrimonial. Mi respuesta fue: «El egoísmo». En efecto, la raíz de toda desarmonía social es el egoísmo. Una actitud indulgente hacia uno mismo engendra el síndrome infantil: «Quiero hacerlo a mi manera», provocando que un individuo pase sigilosamente por la vida de forma indisciplinada, insensible e irrefrenable. Buscará recibir antes que dar; el placer antes que el amor; exigir antes que contribuir. Si los que están a su alrededor hacen lo mismo el resultado es predecible: Distensiones, hostilidades y, posiblemente, combate abierto. Lo cierto es que el hombre es una criatura dependiente —primero de Dios; después, de sus semejantes. No reconocer esto le engaña, tanto en esta vida como en la eterna.

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5. Globalización Los humanistas tienen un romance ya viejo con el gobierno.41 Hace más de dos décadas Julian Huxley, que fue director

de la UNESCO durante años, lo expresó de acercamiento forma muy sencilla: «Es esencial quediez la UNESCO adopte un revolucionario... la filosofía general de la UNESCO debería, así parece, ser un humanismo científico mundial, de extensión global y de trasfondo evolucionista... Aunque la lucha por la existencia, que se lee detrás de la selección natural, se ve reemplazada constantemente por la selección consciente: una lucha entre ideas y valores en la conciencia».52 suelenesasumir gobierno es Su bueno, queLos un humanistas gobierno grande mejor que que el uno pequeño. inter-y pretación práctica de la democracia parece ser libertad solo para el individuo dentro de un gobierno socialista controlado, obviamente, por humanistas. 53 «Una verdadera civilización humanista», dice Lamont, «debe ser una civilización mundial».54 En cierta forma los hechos vitales se les han escapado a los humanistas. Pasan por encima de la verdad histórica —o la rechazan— de que siempre se ha disfrutado de libertad en proporción inversa al tamaño y poder del gobierno. Hablando en términos generales, cuanto menor el gobierno, mayor es la libertad individual. Cualquiera que esté familiarizado con escritores humanistas choca con su consistente hostilidad hacia el americanismo, el capitalismo y la empresa privada. 55 Al mismo tiempo ensalzan las virtudes y ventajas del socialismo, sin reconocer sus fallos históricos. 56 Una y otra vez Lamont llama al desarme general o a la seguridad colectiva. Elogió a un gobierno que acabó con el «monopolio de los negocios», porque hasta que no lo hagamos así no habrá una paz internacional duradera. 57 Lo que se le olvidó indicar es que esto requiere un control económico virtual por el gobierno, dicho con otras palabras: Socialismo. Como no tuvo ni tiempo ni paciencia para sociali-

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zar el mundo gradualmente, instó a que se hiciera rápidamente, y para Lamont eso significa comunismo. Él demuestra que existe una conexión muy importante entre el humanismo secular y el comunismo, que muyestán pocosrelacionados: se atreven a discutirle. El humanismo y el comunismo el humanismo es la madre; el comunismo, la hija; el humanismo es la raíz, el comunismo, la rama. Muchas de las ideas y creencias que inventó la cosmovisión comunista son similares o idénticas a la cosmovisión humanista. Desgraciadamente para nosotros, ambas se han introducido en el siglo XXI. Los humanistas se dieron cuenta muy pronto de que las Naciones Unidas ofrecían un tremendo trampolín para un gobierno mundial con un sistema económico socialista. 58 El propósito del humanismo es suplantar las fronteras nacionales por una organización mundial con soberanía internacional. Muchos creen que las Naciones Unidas les proporcionan los medios para ello. Por eso muchos líderes americanos de la legión de los organizadores de las Naciones Unidas son comunistas comprometidos. Tres miembros destacados de la Asociación Humanista Americana, por ejemplo, han sido directores generales de tres importantes organizaciones de las Naciones Unidas: Julian Juxley de la UNESCO, Brock Chisholm de la Organización Mundial de la Salud, y Lord Boyd Orr de COMECON. Si los humanistas pueden controlar la UNESCO, la UNICEF, la OMS y el COMECON no estarán muy lejos de implementar un gobierno socialista mundial. Tan celosos son los humanistas de un orden mundial que, según Claire Chambers: Algunos de sus líderes unieron esfuerzos con destacados defensores del control de población y de los abortos legales, con federalistas mundiales y otros, en la formación del Movimiento Americano por el Gobierno Mundial. La publicidad de este grupo, una página completa del New York Times del 27 de julio de 1971, hizo un llamado a un «gobierno mundial federal

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ASEDIO DE LA MENTE abierto a todos los tiempos y a todas las naciones sin derecho de secesión», con poder de controlar la sobrepoblación. 59

Otras de ideas importantes apoyadas por los veintiséis firmantes dellasanuncio del Times eran una «rama ejecutiva civil con poder para reforzar las leyes mundiales directamente sobre los individuos (lo que automáticamente suplantaría la Constitución de los EE.UU.)» y el «control de todas las armas de destrucción masiva por el gobierno mundial con el desarme de todas las naciones, bajo cuidadosa inspección bajo el nivel requerido por la política interna». ¿Cuándo y dónde sucedería esto? El anuncio explicaba: «Se debe establecer cuanto antes un gobierno mundial federal transformando profundamente las Naciones Unidas o por algún otro medio».60 Este documento no fue firmado solo por unos cuantos socialistas excéntricos, sino por el quién es quién del humanismo. Todos los humanistas comprometidos son primero mundialistas y después estadounidenses. Escuchen lo que dice Corliss Lamont: Todos los individuos de todos los países son todos juntos ciudadanos de nuestro único mundo, y miembros de nuestra única familia humana. Los norteamericanos, los rusos, los ingleses, los indios, los chinos, los alemanes, los africanos y todo el resto son parte de la misma raza humana: perpleja, orgullosa y con aspiraciones.

El punto de vista humanista sobrepasa todos los provincialismos nacionales y seccionales, proporciona una oportunidad concreta de superar la antigua escisión entre el Este y el Oeste. Incluso aquellos que se aferran a alguna forma de supernaturalismo pueden unirse a los humanistas, como lo hicieron durante la Segunda Guerra Mundial, en un programa de democracia y progreso que alcanza los rincones más alejados del planeta. El

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humanismo es una filosofía supranacional, panhumana, de relevancia universal; es la contraparte filosófica del patriotismo mundial.61 Si esto no está bastante claro, fíjese en otra afirmación del mismo autor: El principio en torno al que están organizadas las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional es que debe restringirse el alcance de la soberanía nacional, y que las naciones deben desear aceptar, en contra de lo que conciben ser su propio interés, la llegada democrática de decisiones de la comunidad mundial.62

Guiados por esta filosofía nuestros políticos han convertido el país más poderoso del mundo en un policía global bajo el mando de las Naciones Unidas, probando que están más interesados en el gobierno, en la ciudadanía y en el socialismo mundiales que en los EE.UU. Cuando usted lee esto recuerde el nuevo himno que se les enseña en los Estados Unidos a los niños de tercer grado: Prometo fidelidad al mundo, para cuidar de la tierra, el mar y el aire, para honrar a todo ser viviente, con paz y justicia en todo lugar.

Usted se dará cuenta rápidamente de que en este himno faltan unas cuantas palabras importantes, palabras como «una nación bajo Dios». Pero los humanistas no aceptan ni a Dios ni a la nación. Y su frase favorita es: «Por supuesto, los norteamericanos aún tenemos que renunciar a parte de nuestra soberanía».63 No hay humanista capacitado para abrazar ninguna oficina del gobierno de Norteamérica —senador, congresista, miembro del gabinete, funcionario del Ministerio de Asuntos Exte-

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riores, funcionario del Ministerio de Defensa— o algún otro puesto que le exija pensar en los mejores intereses de los EE.UU. Es en primer lugar un socialista mundial, y después un norteamericano. Se las puede contar con de tales paraparte votar por un aumento de apropiaciones lospolíticos EE.UU. por de las Naciones Unidas, poniendo a los ciudadanos norteamericanos bajo la jurisdicción del Tribunal Internacional, y a las fuerzas armadas de los EE.UU. bajo mando de las Naciones Unidas. Muy pronto nos olvidamos de que cada subida de impuestos es un paso más hacia un gobierno mayor y hacia más burócratas entrenados en el humanismo, dedicados a derrotarnos, patearnos y a gritar por un nuevo orden mundial. La hostilidad del humanismo hacia el

cristianismo

El espíritu de tolerancia que con frecuencia se ensalza en las enseñanzas humanistas no llega hasta el cristianismo. Los humanistas consideran a la Iglesia y sus doctrinas absolutas como el mayor enemigo de la humanidad. Más que un enemigo, la Iglesia es una amenaza mortal para el humanismo, porque es el único grupo que puede salvar al mundo occidental del control humanista. El cristianismo y el humanismo son totalmente opuestos en la cuestión de la vida después de la muerte. Acabo de terminar un libro sobre ese tema, así que puedo apreciar la frustración de los humanistas. Los cristianos familiarizados con la Biblia se enfrentan a la muerte con paz y confianza, mientras que los humanistas suelen temer y detestar este último encuentro con Dios. El humanismo es una filosofía trágica para vivir con ella, y una filosofía desastrosa para morir. Escuche lo que dicen Corliss Lamont y Willian James sobre la inmortalidad: La cuestión de la mortalidad contra la inmortalidad es crucial en el argumento del humanismo contra el supernaturalismo,

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LA SABIDURÍA DEL HOMBRE porque si los hombres se dan cuenta de que su carrera vital se limita a este mundo, de que esta existencia terrenal es todo lo que tendrán, ya están a más de medio camino de convertirse en humanistas en funciones, no importando cuál sea su actitud general hacia el universo, ni lo que piensen sobre una deidad. Según mi opinión, la historia de la filosofía y de la religión demuestra que en el Oeste, al menos, la idea de la inmortalidad ha desempeñado un papel mucho más importante que la idea de Dios. William James asevera, sin ningún tipo de calificación para ello, que «la piedra de tropiezo para todas las filosofías es la pregunta: ¿Cuál es su posición con respecto a la vida eterna?» Si esto es cierto, James tiene razón al observar que para la mayoría de los hombres Dios ha sido principalmente la garantía de una vida más allá de la tumba.

\C1 Especialmente el cristianismo, con su énfasis central en la resurrección y en la vida eterna, se convirtió en la primera de las religiones vencedoras de la muerte.64 La fe humanista en el hombre y en su bondad natural contrasta abruptamente con la posición cristiana sobre la caída. El hombre perdió el paraíso por voluntad propia, y carece del poder y la autoridad necesarios para reclamarlo. Pero otro humanista, John Galsworthy se atreve a exclamar: «El humanismo es el credo de los que creen que en el círculo de revelación del misterio el destino del hombre está en sus propias manos, una fe que para el hombre moderno se está convirtiendo en la única fe posible».65 Se llega a esto El humanismo está obsesionado con fundir en un único estado socialista las democracias occidentales, el remanente del comunismo y las dictaduras del Tercer Mundo. En dicho estado se cumpliría el sueño platónico de las «tres clases de personas»:

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la élite gobernante,

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la omnipresencia militar,

las masas, para las que no hay diferencia entre sexos: los hombres y las mujeres hacen el mismo trabajo, y los niños son pupilos del estado. Por supuesto, la élite gobernante estará compuesta por humanistas. Por suerte, nosotros no creemos que sea inevitable esta pesadilla orwelliana. Si la Iglesia de Cristo se da cuenta a tiempo de que el humanismo está ganando la batalla por la mente, despertará a millones de personas a favor de la moral y a favor de los EE.UU. y juntos le negarán el voto a sus humanistas amorales y mundiales, y los reemplazarán por líderes tradicionales, a favor de la moral. No debemos olvidar nunca que lo definitivo en un gran gobierno es el gobierno mundial. •

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P ARTE D O S : LA SITUACIÓN

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LA HERENCIA CRISTIANA DE NORTEAMÉRICA Los principios generales sobre los que los padres obtuvieron la independencia fueron los principios generales del cristianismo. JOHN ADAMS

A

ún a riesgo de parecer provinciano, diremos que de no haber sido por la influencia cristiana en Norteamérica nuestro mundo ya habría perdido la batalla por la mente y, sin lugar a dudas, estaría viviendo bajo un estado totalitario mundial. Se han escrito ejemplares sobre el secreto de la grandeza de los Estados Unidos de Norteamérica y sobre si la nación se fundó o no sobre una base cristiana. Nosotros creemos —y no somos los únicos— que los Estados Unidos son grandes y libres debido a su fundación cristiana. Cristianismo y libertad van unidos En su obra de dos volúmenes La democracia en Norteamérica Alexis Tocqueville reconoció que «no existe ningún país del mundo en que la religión cristiana ejerza más influencia sobre las almas de los hombres que en los EE.UU.; y la mayor prueba de su utilidad y conformidad con la naturaleza humana es que su influencia es la más poderosa que haya recibido la nación más iluminada y libre de la tierra». 1 En otro lugar declaró: «Los estadounidenses combinan las nociones de cristianismo y de libertad tan íntimamente en sus mentes que es imposible hacerles concebir la una sin el otro».2 De Tocqueville no fue el único francés que puso por escrito estas observaciones. En su obra de 1833 A Moral and Political Sketch of the United States [Un esbozo moral y político de los Estados Unidos]. Achille Maurat dijo: «No existe otro país donde la gente sea tan religiosa como en los Estados Unidos; a algunos extranjeros les podrá parecer demasiado. Es realmente sorprendente el número de sociedades religiosas que existen en

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los Estados Unidos: las hay para distribuir la Biblia, folletos, para publicar diarios religiosos, para convertir, civilizar, educar a los salvajes, casar a los predicadores, cuidar a sus viudas y huérfanos, para predicar, extender, purificar, perseverar, reformar la fe, construir capillas, dotar a congregaciones, realizar seminarios, catequizar y convertir a marinos, negros y mujeres de vida disipada».3 Desde la época del Documento del Mayflower («Nos comprometemos a darle la gloria a Dios y al avance del cristianismo»), pasando por la Plymouth Plantation («por la propagación y el avance del evangelio del reino de Cristo»), siguiendo con el primer capítulo de Virginia («propagando la religión cristiana»), los Estatutos Fundamentales de Conneticut («pureza del evangelio de Nuestro Señor Jesús»), y la Confederación de Nueva Inglaterra («avance de la causa del evangelio»), los años fundacionales de los EE.UU. hunden sus raíces en Cristo y el cristianismo. Este país se fundó sobre un consenso básico de principios cristianos. Aunque no afirmamos que todos los Padres Fundadores fueran cristianos 4evangélicos (Thomas Jefferson y John Adams eran unitarios), incluso John Adams reconoció que el ejército de los EE.UU. fue «educado en los principios generales del cristianismo y los principios generales de libertad de Inglaterra y los EE.UU.» Y sigue: «Los principios generales sobre los que los Padres obtuvieron la independencia fueron los principios generales del cristianismo».5 Aunque los secularistas están haciendo todo lo posible para degradar y distorsionar a los Padres Fundadores6 de los EE.UU. y a sus principios, creemos que Gary DeMar está mucho más cerca de la verdad cuando dice: «Un estudio del pasado de los EE.UU. mostrará que la mayoría de los norteamericanos compartían una fe y una ética comunes. Los primeros fundadores de este país eran cristianos practicantes, y sus documentos fundacionales muestran una creencia en una cosmovisión cristiana».7

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El rabino Daniel Lapin ciertamente está en lo cierto cuando afirma: «Mis extensas lecturas me han hecho ver sin duda alguna que esta nación se fundó por cristianos, con la intención de basarse principios La religión fue yelmujeres cimiento de la en nación, y sin cristianos esto esos claros. asombrosos hombres no habrían visto ningún futuro para el país que establecieron».8 En algún otro lugar dice: «El cristianismo es responsable, entre otras cosas, de la fundación de los Estados Unidos, la mayor civilización que ha conocido el mundo, y de hacer grande a América».9 La obra de David Barton David Barton ha realizado extensas investigaciones en esta esfera durante los últimos años. Su conclusión es esta: De los aproximadamente doscientos cincuenta Padres Fundadores, aproximadamente el noventa y cinco por ciento se podrían considerar cristianos creyentes en la Biblia. Cincuenta y dos de los cincuenta y seis de los firmantes de la Constitución de los Estados Unidos también. Baron afirma esto fijándose en (a) la educación de los Padres Fundadores; (b) sus comentarios individuales; y (c) las consecuentes opiniones legales y otros datos históricos que reflejan su carácter y forma de pensar. 1. Una educación cristiana La mayoría de los padres fundadores eran graduados de

Harvard, Yale, Princeton, Dartmouth o Columbia. En aquellos días todas estas universidades expresaban enseñanzas cristianas, y se consideraban instituciones cristianas de educación superior. Las reglas de Harvard para el aprendizaje incluían lo siguiente: «Que cada estudiante sea instruido claramente y empujado seriamente a considerar que la principal finalidad de su vida y

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estudios es conocer a Dios y a Jesucristo, que es la vida eterna (Juan 17.3), y a poner, por tanto a Cristo en la base, como el único fundamento de todo conocimiento y aprendizaje».10 Harvard produjo como John Adams, John Hancok, Elbridge Gerry,hombres John Pickering, William Williams, Rufus King, William Hooper, William Ellery, Samuel Adams y Robert Trear Paine. La Universidad de Yale instruía a sus estudiantes a «obtener la más clara concepción de las cosas divinas, y a conducirse a un conocimiento salvador de Dios en su Hijo Jesucristo». 11 Yale produjo hombres como Oliver Wolcott, William Livingston, Lyman Hall, Lewis Morris, Jared Ingersoll, Phillip Livingston y William Samuel Johnson. La Universidad de Princeton instruía a sus estudiantes a «asistir a la alabanza en el vestíbulo en las mañanas y en las noches a las horas señaladas, y a comportarse con gravedad y reverencia durante todo el culto. Todos los estudiantes deberán asistir los sábados al culto».12 Princeton produjo hombres como John Witherspoon, James Madison, Richard Stockon, Benjamin Rush, Gunning Bedford y Johnathan Dayton. En efecto, el treinta y tres por ciento de los Padres Fundadores eran graduados de Princeton. El College de Dartmouth se fundó «para educar e instruir a los jóvenes a leer, escribir y a todas las partes del aprendizaje que son necesarias y convenientes para civilizar y cristianizar a los niños».13 La Universidad de Columbia (llamada King’s College —Colegio del Rey—) no aceptaba a ningún estudiante «a menos que supiera traducir al inglés... los Evangelios del griego. También se espera que todos los estudiantes asistan al culto los domingos».14 Barton termina con estas palabras su panorama de las diferentes universidades que proveyeron a los Estados Unidos sus Padres Fundadores: «Quizás George Washington, “el padre de

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la patria”, nos proporcionó la más sucinta descripción de la filosofía educativa de los Estados Unidos cuando unos jefes de la tribu india de los Delaware le llevaron a tres jóvenes indios para ser preparados en colegios americanos. LoCongreso... primero quelosWashington les aseguró a los jefes fue que “el cuidará como a sus propios hijos”. Y luego alabó a los jefes por esa decisión, diciéndoles: “ustedes hacen bien en desear aprender nuestras artes y formas de vida y, sobre todo, la religión de Jesucristo. Estas cosas les harán gente más grande y más feliz de lo que son ahora. El Congreso hará todo lo que pueda para ayudarles con esta sabia intención”».15 2. Los comentarios de cristianos Estas extensas citas de Barton sobre el cristianismo de los Padres Fundadores ocupa todo el capítulo 6 de su libro. Para nuestros propósitos solo son necesarias unas cuantas. William Samuel Johnson dice: «Estoy esforzándome por cumplir mi propio deber solo como cristiano... cuidemos de que nuestro cristianismo, aunque puesto a prueba, no sea con-

movido, que nuestro amor cosas que 16 son realmente buenas no seyenfríe, sino todo lo por contrario». Robert Treat Paine dice: «Deseo bendecir y alabar el nombre de Dios por haberme hecho nacer en un país con la luz del evangelio, donde continuamente han sonado en mis oídos las gloriosas noticias de un Salvador y del perdón y la salvación que Él otorga».17 El Dr. Benjamin Rush no solo fue uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, sino también uno de los fundadores de la Asociación Bíblica de Filadelfia. Dijo: «El evangelio de Jesucristo proporciona las reglas más sabias para conducirse en todas las situaciones de nuestra vida. Felices los que le obedecen en toda situación». 18 La inscripción de su tumba reza: «Padre de la siquiatría norteamericana, firmante de la Declaración de Independencia, médico heroico, maestro, humanitario,

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médico general del ejército continental, médico del hospital de Pennsylvania, profesor de física de la Universidad de Pennsylvania». Entre otros solo citaremos a uno más, Charles Carrol: «Pormuchos la misericordia de mi Redentor mi salvación descansa en sus méritos, y no en las obras que yo haya hecho en obediencia a sus preceptos».19 Testimonios cristianos como ese se pueden citar de la mayoría de los Padres Fundadores. Por eso no es de extrañar que un Comité Judicial afirmara que: «El cristianismo fue la religión de los fundadores de la república, y ellos esperaban que siguiera siendo la religión de sus descendientes».20 La verdad sobre esos hombres cristianos y sus creencias ha sido suprimida. La historia que estudiamos hoy nos acerca a los padres que fueron menos religiosos, como Thomas Paine, que descartó el cristianismo en La edad de la razón. Lo que nunca se les dice a nuestros estudiantes es que, uno por uno, casi todos nuestros fundadores rechazaron a Paine y a su obra: Benjamin Franklin, John Adams, Samuel Adams, Benjamin Rush, Charles Carroll, John Witherspoon, John Quincy Adams, Patrick Henry y Zephaniah Swift, todos rechazaron la obra de Paine. En efecto, como señala Barton, las ideas de Paine fueron rechazadas «incluso por los Fundadores menos religiosos».21 3.Opiniones legales cristianas Los datos históricos y las citas de decisiones judiciales presentadas por Barton son impresionantes. Contienen páginas de

documentación que afirman, por ejemplo, que los Estados Unidos son «una nación cristiana» (una decisión de la Corte Suprema de 1892). Barton también cita un caso de 1931, en el que el juez George Sutherland revisó la decisión de 1892, mencionada antes, y reiteró que los norteamericanos son «un pueblo cristiano». Incluso el juez liberal William O. Douglas afirmó en 1952:

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«somos un pueblo religioso, y nuestras instituciones presuponen un Ser Supremo». Para nuestro propósito concluyamos el caso de Barton con un vistazo ciudadanos a Noah y Daniel Webster. Dijomuy Noah Webster: «Nuestros deberían entender pronto que la fuente genuina de principios republicanos correctos es la Biblia, sobre todo el Nuevo Testamento, o la religión cristiana». Y Daniel Webster hizo una afirmación que hoy día se suele olvidar: «La religión cristiana —sus principios generales— siempre ha de ser considerada entre nosotros como el cimiento de la sociedad civil».23 ¿Qué pasa con los judíos? ¿Dónde deja esto a las otras religiones? Dice John Adams: «Insisto en que los hebreos han hecho más para civilizar a los hombres que ninguna otra nación. Preservan y propagan a toda la humanidad la doctrina de un Soberano del Universo supremo, inteligente, sabio, todopoderoso. Yo creo que este es el mayor principio24 de moralidad y, por lo tanto, de toda la civilización». John Witherspoon dijo: «Primero a los judíos se les encomendó el cuidado de las Sagradas Escrituras... y la providencia de Dios se manifestó especialmente en su preservación y pureza. Los judíos llevaron a cabo cuidadosamente esta importante tarea».25 Y Elías Boudinot, presidente del Congreso en 1782-83, sirvió como presidente de la «Sociedad para mejorar el Estado de los judíos» y ayudó a traer a judíos perseguidos a América, donde podrían estar seguros. 26 La conclusión de Barton es la siguiente: «Hoy podemos describir con exactitud los “principios generales del cristianismo” como la “ética judeocristiana”, ya que los fundadores sintieron gran apego a los hebreos».27

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Esta misma razón es la que da el rabino Lapin en su deseo de defender a los conservadores cristianos de los Estados Unidos: «Con desesperación anhelo que mis hijos», dice el rabino «tengan la oportunidad de vivir enEstoy paz yseguro de forma productiva en los Estados Unidos de América. de que esto depende de que América recupere su nivel moral cristiano».28 Lapin concluye: «Al defender el cristianismo en América no estoy sugiriendo que los judíos deban abrazar la fe cristiana..., pero sí sugiero al menos que los judíos dejen de hablar y actuar como si los cristianos de América fueran sus enemigos. Creo que todos los americanos que aman la libertad, sean religiosos o no, deberían tranquilizarse, y no asustarse, por el avivamiento del cristianismo serio por todo el país. Yo trataré de hacer ver que los judíos y otras minorías son los que más tienen que temer de una América poscristiana». Nuestra forma de gobierno basada en la Biblia No cabe duda de que los Estados Unidos se fundaron sobre los principios bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento. 29 El Dr. Francis Schaeffer tenía toda la razón al considerar el pensamiento teológico, moral y filosófico de la América temprana como «el consenso cristiano». La mayoría de los colonizadores fueron ingleses y europeos que trajeron al Nuevo Mundo una mente acorde a la Reforma. Es cierto que algunos introdujeron los errores de Voltaire, Rousseau y otros, pero esos no predominaron. Por lo tanto, nuestro gobierno se basaba en un respeto y reverencia a Dios y la conciencia de que el hombre fue su creación más especial. Expresiones como «la divina Providencia» y «la naturaleza y el Dios de la naturaleza» aparecen en la Declaración de Independencia como la fuente de todos los derechos inalienables del hombre. Por el contrario, el secularismo considera al hombre y al estado las fuentes de las que se srcinan todos los derechos

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humanos —como en la Revolución Francesa— y, afinando más, podemos afirmar que la mayoría de los secularistas de hoy día no serían capaces de firmar o defender la Declaración de Independencia. Además de esto, los seis últimos mandamientos del Decálogo, que tratan sobre las relaciones del hombre con sus semejantes, junto con las leyes civiles del Antiguo Testamento, constituyeron las bases de nuestras leyes y de la Constitución de los Estados Unidos. Como señaló el Dr. Schaeffer, aunque un gobierno basado en principios bíblicos, moldeado por el pensamiento reformista no era perfecto, «le dio a la sociedad la oportunidad de una gran libertad pero sin caos». 30 Nuestro gobierno, un caso único con sistema de cheques y balances, nunca se hubiera logrado por medio del secularismo. Se tomó directamente de las Escrituras (Isaías 33.22), y se basa en la premisa de que la naturaleza humana es una naturaleza caída, no buena inherentemente, y que se debe repartir el poder, o la libertad morirá. «Los Fundadores», dice William F. Buckley, «no tenían ilusiones categóricas sobre las causas de los conflictos humanos. James Madison albergaba la perspectiva de un equilibrio favorable en la actuación humana, pero siempre sería un equilibrio. “Así como en la humanidad existe un grado de depravación que requiere un cierto grado de circunspección y desconfianza, también hay otras cualidades de la naturaleza humana que justifican cierta proporción de estima y confianza”».31 Los secularistas de hoy ridiculizan al Dios de los Puritanos, a la Biblia, la ética del trabajo, la empresa privada, la propiedad privada de la tierra y el capitalismo, aun cuando todos esos conceptos, que emanaron de las enseñanzas bíblicas, 32 han producido el mayor bien para el mayor número de gente en la historia. Los descartamos como peligro nacional.

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Nuestro sistema escolar basado en la Biblia Hasta hace unos pocos años los Estados Unidos les ofrecían a sus ciudadanos el mejor sistema educativo del mundo. Fuimos la primera nación que tuvo un sistema educativo obligatorio, haciendo posible que incluso los niños más pequeños aprendieran a leer y escribir. La asombrosa industrialización y mecanización de nuestra nación se debió en gran parte al alto grado de educación obtenido por la gente común. En las colonias de Nueva Inglaterra y Pennsilvania (bajo el gobernador William Penn) surgió la idea de que cada hogar debía educarcolonos a sus niños. No debemos olvidar ladurante motivación de era los piadosos y puritanos que vivieron la gran de la traducción bíblica, haciendo posible que la gente común leyera ella misma la Palabra de Dios. Esta fue una época monumental en la historia de Inglaterra. Los emigrantes al Nuevo Mundo no solo ansiaban libertad religiosa, sino que tenían un gran deseo de que sus hijos leyeran la Biblia ellos mismos. Entre los primeros emigrantes también hubo ministros del evangelio, fundaron iglesias el corazón de laspersonas nuevas comunidades.que Como el ministro eraenuna de las pocas de la comunidad con educación superior, y como tenía que trabajar para completar su pequeño salario (normalmente como granjero), había gente de la ciudad que muchas veces lo empleaba como maestro de sus hijos. A cambio de eso, los colonos se ocupaban de su granja. El término «escuela de una sola aula» es más que un cliché de la historia de América. En ese edificio de una sola hasta aula no solo recibían clase sino todosque lossegrados —desde primero séptimo u octavo—, albergaban la iglesia y sus actividades los domingos. Sería imposible sobrestimar la profunda influencia moral de las iglesias en la juventud y en la educación durante los siglos XVII y XVIII. Los niños de primer grado no aprendían a leer con «Mi mamá me ama» o «Mi mamá me mima», sino con «En

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el principio creó Dios los cielos y la tierra». El McGuffey Reader —muchas veces ridiculizado por los educadores seculares de hoy, que están haciendo un trabajo desastroso al enseñar a leer amundo Juanito— les lo decía los niños grado:lleno «Diosdehizo el y todo queahay en él».deElprimer texto estaba referencias a Dios, a la obediencia, a la moralidad y a la formación de carácter. Ese entrenamiento moral del carácter es fundamental para mantener una moral sana y una sociedad segura. La bondad moral tiene que serle enseñada de forma clara y consistente a nuestros jóvenes porque la humanidad no es buena por naturaleza. El hombre está estropeado por el pecado en cuerpo, alma, espíritu, mente y conciencia. A medida que iba madurando la joven nación, y sus ciudades crecían, el ministerio comenzó a exigir todo el tiempo del pastor. Entonces se capacitaron a maestros que tomaran el lugar del ministro en el aula, pero también ellos reflejaban un pensamiento bíblico. En 1636 el Rev. Thomas Sheperd y John Harvard fundaron el Harvard College —para ello el último ofreció su tierra y su biblioteca personal. En los postes de la puerta aún hoy se ve una inscripción que explica la razón de la fundación del centro educativo: para mantener «una clerecía culta». John Harvard se dio cuenta de que solo unos pocos ministros querrían emigrar desde Inglaterra a esta tierra nueva y dura, así que sintió la carga de comenzar una universidad cristiana en América. Durante los primeros cien años de la historia de los Estados Unidos todas las universidades que se abrieron en el país fueron fundadas por alguna iglesia, denominación o grupo religioso. O, dicho de otra forma, de las primeras ciento cincuenta universidades de los Estados Unidos, ciento cincuenta fueron abiertas por cristianos. Educación y cristianismo iban de la mano. Nunca se pretendió separar de Dios la educación de los Estados Unidos.

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Durante más de doscientos cincuenta años Harvard, Princeton y Yale fueron los primeros centros de capacitación de profesores de los Estados Unidos. Aunque cada uno de ellos tenía un srcen común: denominacional ellos compartían un objetivo preparar diferente, a ministrostodos y a misioneros para predicar la Palabra de Dios. Preparar a maestros para las nuevas escuelas fue una consecuencia natural de esta visión. Los maestros entrenados en estos colegios reflejaban de forma comprensible los valores morales de sus respectivas universidades. Como consecuencia, la educación pública, aunque nunca se pretendió que fuera una fuente de evangelización, se vio altamente favorecida con la moral bíblica, y formuló el mayor programa masivo de formación de carácter de la historia del mundo. Pero si eso es cierto, podría pensar alguien, ¿cómo es que al mayor sistema educativo del mundo, basado en sólidos principios bíblicos, lo tomaron los secularistas? Nuestra respuesta es: ¡Muy poco a poco! A esa triste historia vamos ahora.

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SECULARIZANDO NORTEAMÉRICA América, que en un tiempo promovió a Dios y los valores bíblicos, ahora se opone a ellos; y Rusia, que en un tiempo se opuso a Dios y a los valores bíblicos, ahora les da la bienvenida y los promueve. CAL THOMAS

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urante los últimos doscientos años la sabiduría del hombre —la ego-latría— cautivó el pensamiento del mundo occidental. Después de conquistar los colegios y universidades de Europa, saltó a América, donde desarrolló un dominio absoluto sobre toda la educación estatal.1 Reconociendo la naturaleza estratégica de los campos de la educación y de la comunicación, los secularistas se infiltraron en ellos hasta llegar a controlarlos. Hoy día casi todos los productores de revistas, diarios, programas de televisión, editoriales de libros seculares, películas importantes son secularistas, rodeados de editores y moderadores de noticias que muy raramente permiten que se presente nada que contradiga sus puntos de vista. La ola de violencia actual, la pornografía, la promiscuidad, las enfermedades venéreas, 2 el divorcio de mutuo acuerdo, la educación sexual libre de culpa, los niños habidos fuera del matrimonio, los abortos, la homosexualidad, la bisexualidad, el SIDA, la obsesión por uno mismo, los sueños y corazones rotos se pueden colocar a la puerta del humanismo secular. «La nación en que vivimos hoy», dice Bill Bennet, «es más violenta y vulgar, ordinaria y cínica, ruda y sin remordimientos, desviada y deprimida, que aquella que tuvimos una vez». 3 ¿Hasta qué punto es malo esto? El Index of Leading Cultural Indicators: American Society at the End of the Twentieth Century [Índice indicativo de la cultura: la sociedad americana a fines del siglo veinte], de Bennet indica, entre otras cosas:

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los crímenes violentos aumentaron en un cuatrocientos sesenta y siete por ciento en cuarenta años; el número de prisioneros estatales y federales aumentó en un cuatrocientos sesenta y uno por ciento en cuarenta años; el número de niños nacidos fuera del matrimonio aumentó en un cuatrocientos sesenta y uno por ciento en cuarenta años; se triplicó el número de los niños que viven con uno solo de sus padres; el número de niños nacidos fuera del matrimonio constituye un treinta y dos por ciento de todos los nacimientos nacionales —la tasa más alta se da en Washington D.C., y la más baja en Utah, con un diecisiete por ciento; el veintiseis por ciento de todos los embarazos terminaron en abortos provocados; las tasas de infecciones de gonorrea alcanzaron a ciento cincuenta de cada cien mil personas; La televisión se ve un término medio de siete horas y doce minutos por día.4

Según otra investigación sobre la familia, llevada a cabo por la Universidad de Rutgers, «hay indicadores sociales claves que muestran un debilitamiento progresivo de la institución del matrimonio. Los estadounidenses se casan menos que antes, y cuando lo hacen sus matrimonios son menos felices que antes. Y las parejas casadas se enfrentan a una alta probabilidad de divorcio. Durante los últimos cuarenta años el matrimonio ha dejado de ser la primera forma de vida en común para las parejas y

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el estatus para la paternidad. Las uniones libres y nacimientos fuera del matrimonio han crecido enormemente, y por lo mismo, el porcentaje de niños que crecen en familias frágiles». 5 El las estudio también encontró al 54.6 porlesciento de chicasdey Rutger al sesenta y dos por cientoque de los chicos parecía buena idea la cohabitación, y que el cincuenta por ciento de los adolescentes creen que tener hijos fuera del matrimonio es ahora un «estilo de vida aceptable». Y lo que es peor, Sandy Burchsted insiste en que en cien años los americanos se casarán por lo menos «cuatro veces, y tendrán aventuras extraconyugales sin ningún tipo de censura». Afirma que esto se contemplará como un «proceso consciente y evolutivo».6 ¡Qué ironía! América, que tiempo atrás promovió a Dios y a los valores bíblicos, ahora se opone a ellos, y Rusia, que en un tiempo se opuso a Dios y a los valores bíblicos, ahora les da la bienvenida y los promueve. 7 ¿Cómo hemos llegado hasta este punto trágico? ¿Cómo llegó América, fundada sobre principios bíblicos, a sucumbir ante el humanismo secular? Es una historia larga, gradual y dolorosa. Las raíces del humanismo Los orígenes del humanismo se pueden rastrear hasta el pasado lejano. Los griegos fueron los primeros en construir de forma sistemática una filosofía del humanismo. Su versión se basaba en dos concepciones falsas de Protágoras (ca. V a.C.): «El hombre es la medida de todas las cosas» y «afirmaciones contrarias son igualmente ciertas». Con el paso del tiempo estos conceptos los ampliaron ejércitos de ateos, hasta llegar a la existencia actual de un sistema de pensamiento bien definido que contradice casi todos los conceptos básicos de la revelación bíblica.

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La filosofía de los griegos decayó cuando los romanos conquistaron su patria. Pero los romanos adoptaron rápidamente la filosofía, el arte, la arquitectura y las costumbres sociales de Grecia, las mezclaron propias, y propagaron la cultura helenística por con todolasel suyas Imperio Romano. Preservaron diligentemente los escritos de los griegos a pesar de la extensión del cristianismo durante los primeros siglos después de Cristo. A pesar de eso, el cristianismo ejerció tanta influencia en el pensamiento occidental que desde la muerte de Cristo hasta el siglo doce es muy raro encontrar ideas homocéntricas. Pero la mayor parte de Europa estaba dominada por la Iglesia Católica Romana. Pero es muy interesante el hecho de que uno de los pensadores más importantes a la hora de poner la base del humanismo moderno fuera un dominico (más tarde canonizado) llamado Tomás de Aquino (1225-1274). Según Francis A. Schaeffer: Fue el teólogo más destacado de su tiempo, y su pensamiento aún domina en algunos círculos de la Iglesia Católica Romana. Santo Tomás sostenía que el hombre se había rebelado contra Dios, y de ahí su naturaleza caída, pero Santo Tomás tenía una visión incompleta de la caída. Pensó que la caída no afectaba al hombre en su integridad, sino solo en parte. Según su punto de vista la voluntad estaba caída o corrupta, pero el intelecto no se vio afectado por ello, así que la gente podía confiar en su propia sabiduría humana, y eso significaba que la gente era libre para mezclar las enseñanzas de la Biblia con las de filósofos no cristianos. 8 Entre los filósofos griegos, Tomás de Aquino confiaba especialmente en uno de los más grandes, Aristóteles (384-322 a.C.)... Aquino consiguió que Aristóteles fuera aceptado, así que la antigua filosofía no cristiana se puso en el trono nuevamente. 9

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El romance del hombre occidental con la sabiduría humanista renació en la Edad Media con Tomás de Aquino. Es una ironía de la historia que un hombre hecho santo por su iglesia fuera el responsable de revivir una filosofíadel casimundo. muerta, que se ha convertido en la religión más peligrosa Al concederle a la sabiduría humana el mismo peso que a la revelación bíblica, Aquino abrió la puerta a que los educadores librepensadores implantaran aun más sobre la sabiduría del hombre, incluso cuando descartaro n la sabiduría del hombre. La sabiduría del hombre se convirtió en «verdad» y la sabiduría de Dios en «error». Sobre el fundamento puesto por Santo Tomás —a quien muchos humanistas le consideran el pensador más influyente de la historia— se añadieron otros edificios de la sabiduría del hombre al «Así dice el Señor». Gradualmente el enfoque de la educación pasó de Dios al hombre, «la medida de todas las cosas». Fue un paso corto hasta la autonomía e independencia totales de Dios. Esto liberaba al hombre de la moral absoluta, y le permitía ser Dios y actuar como juez sobre su propio comportamiento. Cuando Florencia, en Italia, se convirtió en el cuartel general del Renacimiento, el arte empezó muy pronto a reflejar esta glorificación de la humanidad. Aún hoy una copia gigante del grandioso David de Miguel Ángel está desnuda, contemplando la bella ciudad. Esto contradice la sabiduría de Dios, porque ya en el libro del Génesis el Creador le dio al hombre pieles de animal para cubrir su desnudez. La obsesión renacentista por el desnudo fue precursora de10la moderna demanda de pornografía en nombre de la libertad. El resultado de ambas fue un destructivo descenso del nivel de la moral.

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Escepticismo francés y

humanismo moderno

Hay dos hombres que llevan mucho tiempo muertos, pero que continúan ejerciendo gran influencia en los ideales, la filosofía y la moral de los estudiantes universitarios de hoy. Los escépticos franceses Voltaire y Rousseau se formaron en colegios de jesuitas, pero ambos rechazaron todo lo sobrenatural, y adoptaron un código ético amoral. El escepticismo de Voltaire es un ejemplo clásico del peligro de darle a un niño un profesor no adecuado. Cuando sus padres vieron que su hijo estaba indudablemente dotado de una mente 11 disoluta que le superior, contrataronjunto a uncon tutor, «persona enseñó escepticismo las una oraciones». No es de extrañar que Voltaire rechazara el cristianismo y se convirtiera en agnóstico, porque su escepticismo había echado raíces antes de que llegara a la universidad. Schaeffer resume así el papel desempeñado por el humanismo ilustrado:

En de 1789 la primera fase del Los planmiembros burgués dedelalaRevoluciónjunio Francesa estaba en su apogeo. Asamblea Nacional juraron establecer una constitución. Su base, conscientemente, fue simplemente una teoría humanista de derechos. El 26 de agosto de 1789 firmaron la Declaración de Derechos Humanos. Eso sonaba bien, pero no tenía ninguna base. En esta Declaración llamaron «El Ser Supremo» a la soberanía de la nación, es decir, a la voluntad general del pueblo. Aquí no sin solosangre, se observa contraste la Revolución que fue sinoun también concon la Declaración deInglesa, Independencia de los Estados Unidos, que se firmaría trece años más tarde. Esta última tenía como base la Reforma (p.ej., la importancia de la Biblia y la sabiduría de Dios en lo concerniente a la caída del hombre); la otra, no. La Asamblea Nacional Constituyente tardó dos años en

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SECULARIZANDO NORTEAMÉRICA esbozar una constitución (1789-1791). En menos de un año ya era letra muerta. Por ese entonces se estaba dando lo que se conoce como la Segunda Revolución Francesa, que condujo a un baño de sangre que terminó con todos los líderes revolucionarios matándose unos a otros. Para hacer clara su perspectiva, los franceses cambiaron el calendario, llamando a 1792 el «año cero», y destruyeron muchas cosas del pasado, sugiriendo incluso la destrucción de la catedral de Chartres. Proclamaron a la diosa Razón en la catedral de Notre-Dame, París, y en otras iglesias de Francia, incluyendo Chartres. En París la diosa fue personificada por una actriz, Demoiselle Candeille, a quien llevaron en hombros a la catedral por hombres vestidos de romanos. Como los humanistas del Renacimiento, los hombres de la Ilustración dejaron a un lado la base y la herencia cristiana y volvieron la vista a los tiempos precristianos. En casa de Voltaire en Ferney el cuadro que había en la pared al pie de su cama —es decir, lo primero que veía cada día— era una imagen de la diosa Diana con una pequeña luna en cuarto creciente sobre su cabeza, y una muy grande bajo los pies. La diosa se inclina para ayudar a los hombres. ¡Qué rápido se vinieron abajo todos los ideales humanistas! En septiembre de 1792 llegó la masacre en la que asesinaron a mil trescientos prisioneros. Antes de que terminara todo, el gobierno y sus agentes mataron a cuarenta mil personas, muchos de ellos campesinos. Maximilian Robespierre (17581794), el líder revolucionario, también fue ejecutado en julio de 1794. Esta destrucción no vino de fuera del sistema, sino que se produjo por el sistema mismo. Como sucedió al final de la Revolución Rusa, los humanistas, con su base humanista, solo tenían dos opciones: anarquía o represión.12

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El incurable optimismo del

humanismo

A la vista del fallo total de la Ilustración para producir razón, libertad, y progreso mediante las revoluciones Rusa y Francesa, y a la vista del caos, sufrimiento, carnicerías y represiones totalitarias que instituyeron, uno podría esperar que pensadores serios podrían sospechar, quizás, que no se puede confiar en un hombre sin Dios y sin leyes divinas. Pero los humanistas no aprendieron (hoy día tampoco) la lección. En efecto, las guerras del siglo veinte convierten el baño de sangre de la Revolución Francesa en un picnic de Escuela Dominical, excepto, naturalmente, para cuarentaque mileliminar que perdieron cabeza. siempre En vez delos reconocer la morallaabsoluta produce caos y después represión, los pensadores de la Ilustración decidieron que habían actuado demasiado rápido. Como resultado de eso establecieron un asedio doble a la mente humana: los libros y la educación. Irónicamente utilizaron el invento más importante del siglo quince, la imprenta, que se uso por primera vez en 1451 para imprimir la Biblia. Esta máquina tan asombrosa, emparejada nuevas traducciones de lasde Escrituras, contribuyó en altocon grado a la Reforma en el norte Europa e Inglaterra, permitiéndole al hombre común leer la revelación de Dios en su propio idioma. Además de eso, Calvino, Lutero y otros reformadores, todos ellos prolíficos escritores, también usaron las páginas impresas para explicarle a la gente la sabiduría de Dios. Los humanistas de la Ilustración sabían que el asedio de la mente humana se ganaría se perdería mediante la lectura y la educación, así que tambiénocomenzaron a comunicar su cosmovisión por medio del arte, la ficción, los dramas, la poesía y la enseñanza. Solo Voltaire produjo ochenta y tres ejemplares de libros, panfletos y dramas. Como algunos reyes del norte de Europa prohibieron la distribución de ciertos escritos ilustrados,

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en cierto modo su nocivo alcance se pudo controlar hasta los siglos dieciocho y diecinueve. Las universidades de Europa, levantadas con impuestos pagados por losdel trabajadores, convirtieron la fuenteuniversal ideal de transmisión humanismose«ilustrado». La en educación era desconocida, y solo jóvenes brillantes, los hijos de políticos o de ricos, podían obtener una educación superior. La literatura centrada en el hombre tomó gradualmente la mayoría de las universidades del continente, predicando con celo misionero sus prejuicios de: «No Dios, no maestros —no valores absolutos, sino el hombre autosuficiente y autoindulgente». Muchos padres se asustaron al ver lo que les estaba sucediendo a sus hijos. «¿No hay miles de niños», dijo Frederic Bastiat, «lanzados cada año a esta corriente, donde pierden su fe, sus principios morales, el sentimiento de la dignidad humana, el amor por la libertad y el conocimiento de sus derechos y de sus deberes? ¿No emergen completamente imbuidos con las ideas falsas del paganismo, con su ética falsa, sus virtudes falsas, al igual que sus vicios y su profundo desprecio por la humanidad?» 13 Aunque el lamento de Bastian suena completamente moderno, esta queja se escribió hace más de un siglo y medio en un artículo titulado: «Los grados académicos y el socialismo». A medida que avanzaba la tecnología crecía el gobierno, y casi todos los países de Europa comenzaron a multiplicar el número de sus funcionarios. 14 ¿Dónde recibieron su educación estos burócratas? En centros y universidades comprometidos con una cosmovisión centrada en el hombre. Una importación mortal El pensamiento existencialista permeó con tanta fuerza en la educación y en el gobierno europeos que antes del cambio de siglo el continente cruzó lo que Schaeffer llamó «la línea de la de-

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sesperación». Mientras Inglaterra salvó a Europa de Napoleón en el primer cuarto del siglo diecinueve, en el siglo veinte había perdido hasta tal punto su base de pensamiento bíblico y reformado que necesitó la ayuda de losIIEstados Unidos para que derrotar al emperador alemán Guillermo y a Adolfo Hitler, habían impuesto ambos el totalitarismo en Europa. El mismo Sir Winston Churchill admitió que la Segunda Guerra Mundial fue una lucha por la civilización cristiana. Schaeffer pensó que debido a su fuerte base de pensamiento bíblico, América no cruzó la «línea de la desesperación» hasta los años 30. Desde entonces, el humanismo ha corrido repentinamente por nuestro sistema de educación pública, 15 yhaengullido el pensamiento del gobierno, los medios de comunicación y, prácticamente, todas las esferas de comunicación, exceptuando los ministerios relacionados con la Iglesia. En 1920 había aproximadamente un funcionario del gobierno por cada cien ciudadanos; hoy de cada seis estadounidenses uno trabaja para la municipalidad o para el gobierno federal. El establecimiento de gobiernos grandes y su nivel sobre el nivel de regulaciones ha hecho mermar la libertad hasta tal punto que muchos expertos temen que vayamos por buen camino para perder nuestras libertades tradicionales. Por ejemplo, los pequeños negocios están siendo «asfixiados gradualmente por regulaciones hostiles, procedimientos mandatarios e impuestos punitivos. Por encima de todo es la suspensión del derecho a contratar a empleados libremente. El gobierno federal se ha convertido en un tipo de “súper” sindicato. Una pandilla de comisarios imponen edictos prescribiendo a quién se debe contratar, así como los términos del contrato laboral».16 Y en el campo de la educación es aún peor: La educación estatal de hoy en los Estados Unidos es totalmente anti-Dios. «No hay ninguna institución», dice el rabino Dennis Prager «tan falta de referencias a Dios y a la religión judeocristiana como la

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universidad».17 Con un Dios expulsado de los colegios fue muy fácil rechazar la idea de que al hombre lo creó Dios y por tanto, responsable de obedecer su moral absoluta. El caos reinante en el sistemapor educativo actual está en proporción condel su obsesión el humanismo y especialmente su directa enseñanza naturalismo científico, la teoría de la evolución y el relativismo moral. El humanismo destruye todo lo que toca, a pesar de sus promesas de utopía. Consideremos las predicciones del Dr. Horace Mann, quien probablemente hizo más para corromper el sistema escolar americano que ninguna otra persona. En 1850 convenció a los Estados Unidos de que la educación estatal secular resolvería los problemas de criminalidad y pobreza en cien años. Es obvio que no sucedió tal cosa, aunque cada año gastamos billones de dólares en promover la religión del humanismo secular en nuestros colegios estatales. 18 Pero este proceso de decadencia no comenzó con Mann, aunque tendemos a hacerle responsable del colapso. A Mann se le opusieron con fuerza los ministros de su día, que previeron el paso de una base bíblica a una secular para la educación, pero su resistencia fue superada gradualmente. El declive de la educación americana A finales del siglo diecinueve muchos de nuestros brillantes y jóvenes educadores fueron a graduarse a Europa. Se matricularon en la Sorbona, París, en la Universidad de Bonn, Alemania, en la Universidad de Edimburgo, Escocia, en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y en muchos otros caldos de cultivo del humanismo. A su tiempo, esos profesores regresaron con sus doctorados en la mano, trayendo con ellos escepticismo, ateísmo, colectivismo, estatismo, socialismo, evolucionismo, racionalismo y existencialismo. 19

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John Dewey, el educador de más influencia del siglo veinte, hizo más por la toma secular de la educación americana que ningún otro. 20 Dewey, líder del movimiento liberal progresivo de la educación, era ateo, evolucionista, socialista, miembro la Asociación Humanista Americana, y presidente de la Ligade por la Democracia Industrial, el brazo americano de la Sociedad Fabian Británica. 21 Dewey firmó el Manifiesto Humanista de 1933. Dewey cimentó sus teorías pragmáticas y experimentales sobre educación, afirmando que la verdad es relativa, que lo absoluto no se puede aceptar, y que la teoría evolucionista es válida. «No hay Dios y no hay alma», 22 afirmó. Dewey creía que una constitución fija impedía la evolución social del hombre, que se basa a su vez en la evolución biológica del hombre. Dewey contemplaba con preocupación la educación tradicional. Cuando observó niveles fijos y reglas de conducta, el entrenamiento moral que fluyó de forma natural de esos niveles, y el sentido de conformidad que guiaron a tantas instituciones, rechazó el tradicionalismo y propuso lo siguiente: •

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expresión y cultivo de la individualidad (opuesta a imposiciones de lo alto); actividad libre (opuesta a la disciplina externa); aprendizaje mediante la experiencia (opuesto a textos y profesores); adquisición de habilidades como medio de obtener resultados, que tengan un interés vital directo (opuesto al entrenamiento); aprovechar al máximo las oportunidades de la vida presente (opuesto a la preparación para un futuro más o menos remoto);

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familiarización con un mundo en cambio (opuesto a metas y materiales estáticos). 23

En su libro Una fe común, Dewey resumió su propia religión. Proclamó que la religión es básicamente un intento de ajustarse a las dificultades de la vida, y por lo tanto debería liberarse de las ideas pasadas de moda de confesiones antiguas, como el cristianismo. Así como el mundo cambia con el tiempo, también debe cambiar la religión. Y la ciencia debe ser la guía para toda fe moderna, porque es la única puerta al conocimiento seguro. 24 En un intento de aplicar a la educación la evolución, el socialismo y la ciencia secular, Dewey consiguió arrancar de la educación americana sus últimos vestigios de mensaje y propósitos cristianos. De vuelta a los días cuando junto con la instrucción básica también se enseñaban los principios morales y la formación del carácter, la escuela no era un lugar peligroso. Pero con la ayuda federal a la educación, que comenzó en serio en 1957, comenzó la dominación secular de nuestras escuelas. Desde el control filosófico de nuestras escuelas ha pasado de entonces, las comunidades locales al gobierno federal. La situación empeoró en 1979, cuando el gobierno federal formó un Departamento de Educación con un presupuesto de $ tres billones. Como el sistema educativo norteamericano ha sido subvertido y corrompido por el humanismo, 25 y como el humanismo es una religión 26 declarada legal, el gobierno está ahora en proceso de establecer religión del en humanismo lar y darle a su sumo sacerdote launa posición el gabinetesecudel presidente. Hoy día el presupuesto federal anual para la educación es de diez mil millones de dólares. No nos podemos ni imaginar el daño que los educadores humanistas pueden hacer con esos billones de dólares obtenidos con nuestros impuestos. Y la educa-

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ción ha empeorado progresivamente durante los años de aumento del presupuesto federal y del control federal de la educación. su libro aEllos agente de cambio, Barbara señala que los En individuos que llamábamos maestrosMorris ahora son «agentes de cambio» social. Su objetivo es modificar la moral de los niños en edad escolar de nuestra nación. Están más interesados en la modificación moral (que llaman «clarificación de valores») que en el nivel académico y en el buen aprendizaje. Nuestro Señor nos advirtió que sería mejor que alguien se colgara una piedra de molino y se echara al mar que destruir las mentes de los niños que creen en Él. La educación estatal de los Estados Unidos está diseñada conscientemente para erradicar a Jesús de la escena y reemplazarlo por tipos semejantes a John Dewey, Sigmund Freud, Wilhelm Wundt, Friedrich Nietzsche, Karl Marx, Charles Darwin y muchos más. Programas educativos del tipo Goals 2000 y Outcome Based Education se suman a la nacionalización de la educación norteamericana.27 Para conseguir ayuda federal, las escuelas han de aceptar policías aprobados federalmente, que compartan el pensamiento secularista, a pesar de los niveles de moral de la comunidad. Hoy día nuestras escuelas se han convertido en zonas de guerra. Pero aunque contemos los muertos, nadie se atreve a tocar el plan de estudios secular. Se discute todo excepto el humanismo. Como lo expresó Cal Thomas: «La izquierda humanista sabe que la única forma en que puede crear números significativos de la nueva ideología, y robots sociales deseosos de seguir sus huellas es aprisionar a un número sustancial de niños en escuelas estatales, donde están obligados a tragar ideología liberal, mentiras sobre el sexo y la historia, y otro montón de temas, a expensas de los contribuyentes».28

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Si la situación no fuera tan seria provocaría risa. Un niño de primer grado de una escuela pública de Medford, Nueva Jersey, es censurado por leer una historia bíblica sobre Jacob y Esaú, a pesar de queleída la historia a Dios. El profesor se negó 29 a que fuera en claseno«amenciona causa de su contenido religioso». Un juez federal, a instancias de la Unión de Libertades Civiles de América, obligó a colegios del este de Kentucky a suprimir los Diez Mandamientos, el Pacto del Mayflower, la Declaración de Independencia, («Todos los hombres son hechos por su Creador»), el prefacio de la Constitución de Kentucky («agradecidos al Dios Todopoderoso»), el lema nacional («Confiamos en Dios»), el «Año de la Biblia» del presidente Ronald Reagan, 1983, y la afirmación del presidente Lincoln de que la Biblia es el mejor regalo de Dios al hombre. El juez dijo que esos contenidos eran una violación de la Primera Enmienda. 30 Según el historiador británico Paul Johnson, las enseñanzas de Jesús siguen siendo relevantes hoy, porque su «tema central es que Dios, y no el hombre, es la autoridad final. Dios tiene derechos. Los seres humanos tenemos deberes; si negamos los derechos de Dios es a nuestro propio riesgo». 31 Pero en el aula no les podemos dar un mensaje tan simple a los estudiantes americanos. Eso es anticonstitucional. En vez de eso acentuamos sus derechos al tiempo que minimizamos sus deberes y responsabilidades. Mientras prevaleció el pensamiento bíblico en el sistema escolar público no existió una necesidad real de intentar conseguir que los moralistas fueran elegidos para el gobierno, ya que la mayoría de nuestros legisladores reflejaban la moral del pueblo. Pero todo eso ha cambiado. El humanismo comanda descaradamente en nuestro, antaño bueno, sistema escolar. Ingeniosamente ha concebido un plan para introducir en el gobierno un número desmedido de secularistas, donde continuamente se

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despiden leyes que favorecen el avance de sus doctrinas mortales. Con palabras de Car Thomas: Ellos y sus sistemas de valores, obligatorios en América, nos han proporcionado condones a los colegios, falta de dominio propio y virtud, drogas «recreativas», falta de «grandeza» obtenida por el honor, el deber y el carácter, divorcio de mutuo acuerdo, falta de compromiso y consideración para resolver las cosas, no importando cómo se sienta uno, acuerdos prematrimoniales y un ataque nuclear a la familia; el SIDA y la televisión basura, que continuamente se enfocan en la región que se localiza entre la cintura y los muslos, y32raramente se preocupa de las cosas de la mente y del espíritu.

El desafío Los próximos cien años serán un tiempo para definir el destino de los Estados Unidos. El nuevo siglo será o más cristiano o más secular. Ciertamente será un siglo de desafíos emocionantes para todos aquellos comprometidos con las metas cristianas, con principios bíblicos y absolutos. Rush Limbaugh tiene toda la razón al decir: «Los norteamericanos están cansándose de financiar un sistema educativo estatal que prohíbe a Dios, anima a la licenciosidad, censura la civilización occidental, acusa a la tradición americana, promueve la desarmonía cultural, y sirve como caldo de cultivo para adoctrinar a nuevos pequeños liberales». Estamos en un momento único de tomar decisiones. ¿Regresaremos al Cristo de la Biblia? ¿O continuaremos con el ateísmo, el socialismo, el caos y la desesperanza?

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T ERCERA P ARTE : LA VERDAD

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LA BIBLIA HUMANISTA No nos salvará ninguna deidad; debemos salvarnos nosotros mismos. PAUL KURTZ

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o que la Biblia es para los cristianos lo es el Manifiesto Humanista para los humanistas. Representa la posición oficial del movimiento humanista, y cada una de sus diferentes versiones ha sido aceptada como la primera cartilla del momento de las ideas, creencias, valores y objetivos humanistas. Los manifiestos muestran cuánto confían los humanistas en su triunfo final.1 Estos asombrosos documentos proyectan un incansable deseo de tomar el mundo. El Manifiesto Humanista I fue compilado en 1933 por treinta y cuatro secularistas de los Estados Unidos.2 Muchos de sus firmantes eran líderes de la educación, el gobierno y la clerecía unitaria. El Manifiesto Humanista II, una revisión de 1973 del srcinal, se autodenomina «declaración positiva para los tiempos de incertidumbre».3 Literalmente, cientos de humanistas firmaron este Manifiesto, entre ellos algunas lumbreras como Isaac Asimov, Paul Blanshard, Francis Crick, Edd Doerr, Paul Edwards, Herbert Feigl, Antony Flew, Alan F. Guttmacher, Sidney Hook, Lester A. Kirkendall, Paul Kurtz, Corliss Lamont, Lester Mondale, P.H. Nowell-Smith, John Herman Randall, Andre D. Sakharov, Roy Wood Sellars, B.F. Skinner, Bertram D. Wolfe, Joseph Fletcher, Betty Friedan, Sir Julian Huxley y A. Philip Randolph. El Manifiesto Humanista 2000: una llamada a un nuevo humanismo planetario (subtitulado: «Un plan para la paz, la dignidad y la libertad en la familia humana global») fue impreso en la edición de otoño de 1999 de Free Inquiry, y escrito por Paul Kurtz, editor de la revista. Esta versión fue firmada por humanistas tales como Richard Dawkins, Sir Arthur C. Clarke, E.O. Wilson, Steve Allen, Paul D. Boyer, Sir Harold W. Kroto, Richard Leakey, Alan Cranston y Jens C. Skou.

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Se puede observar una progresión interesante desde el Manifiesto Humanista I al Manifiesto Humanista II y al Manifiesto Humanista 2000. El documento de 1933 se caracterizaba por ser 1973, un humanismo lar; un y lahumanismo versión másreligioso; reciente, elundehumanismo planetario. secuPero en esencia no ha cambiado nada. Todos promueven el ateísmo, el naturalismo, la evolución, el relativismo moral y el gobierno mundial. 1. Ateísmo Kurtz es un poco más cuidadoso en el Manifiesto 2000 de lo

que lo fueron sus predecesores; eso usa laPero expresión «naturalismo científico» para ocultar por su ateísmo. el significado es idéntico. Los humanistas religiosos consideran el universo como existente por sí mismo, no creado.4 No encontramos suficientes evidencias para creer en la existencia de lo sobrenatural; eso es insignificante o irrelevante para la cuestión de la supervivencia y la plenitud de la raza humana. Como no teístas, comenzamos con los humanos y no con Dios, con la naturaleza, no con la deidad. La naturaleza debe ser, desde luego, más amplia y profunda de lo que sabemos; pero habrá nuevos descubrimientos que amplíen nuestro conocimiento de lo natural.5 Pero no podemos hallar ningún propósito divino o providencia para la especie humana. Aunque hay muchas cosas que no sabemos, los humanos somos responsables de lo que somos o seremos. No nos salvará ninguna deidad; debemos salvarnos nosotros mismos.6 El único mensaje del humanismo en la escena mundial actual es su compromiso con el naturalismo científico. La mayoría de las cosmovisiones aceptadas hoy son de carácter espiritual, místico

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LA BIBLIA HUMANISTA o teológico. El naturalismo científico le permite a los seres humanos construir una cosmovisión coherente, desenredada de la metafísica o la teología, y basada en las ciencias... El naturalismo científico representa una forma de materialismo no reductivo.7

2. Evolución El humanismo cree que el hombre es parte de la naturaleza, y el resultado de un proceso continuo.8 Considerando una concepción orgánica de la vida, los humanistas consideran que el dualismo tradicional entre alma y cuerpo debe ser rechazado.9 El humanismo reconoce que la cultura religiosa y la civilización del hombre, tal y como las retratan la antropología y la historia, son producto de un desarrollo gradual debido a la interacción con su entorno natural y su herencia social. El individuo que nace en una cultura determinada es moldeado grandemente por esa cultura. 10 La ciencia afirma que la especie humana surgió de un proceso natural evolutivo. Todo lo que sabemos es que la personalidad total es una función del organismo biológico, interactuando en un contexto social y cultural. No hay evidencia creíble de que la vida sobreviva a la muerte del cuerpo. Continuamos existiendo en nuestra progenie, y en la forma en que nuestra vida ha influido a otros en nuestra cultura. 11 La teoría científica de la evolución, sin embargo, nos proporciona un relato más parsimonioso del srcen humano, y está basada en la evidencia que arrojan una amplia gama de ciencias. Deploramos los esfuerzos de unos cuantos científicos, a

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ASEDIO DE LA MENTE menudo proclamados en los medios de comunicación, para imponer interpretaciones transcendentales para fenómenos naturales. 12

Kurtz no quiere competir con ningún científico que pueda ver diseño o propósito en la naturaleza, porque sabe que el diseño y el propósito significan momentos difíciles para el ateísmo. Casi todas las semanas los periódicos o revistas contienen algún tipo de historia que apoya la evolución, pero si un artículo se atreve a sugerir que existe un diseño, Kurtz protesta. ¡Qué hipocresía! 3. Amoralidad Afirmamos que los valores morales se derivan de la experiencia humana (no de Dios). La ética es autónoma y situacional (podría cambiar en cualquier momento, dependiendo de las circunstancias), sin necesidad de sanción teológica o ideológica. La ética surge de la necesidad y del interés humanos. Negar esto distorsiona toda la base de la vida. 13 En la esfera de la sexualidad, creemos que actitudes intolerantes, cultivadas con frecuencia por religiones ortodoxas (digamos el cristianismo) y culturas puritanas (la civilización occidental) reprimen sin causa las conductas sexuales (homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, travestismo, etc.) Debería reconocerse el derecho al control de la natalidad, al aborto y al divorcio. 14 Aunque no aprobamos formas de expresión sexual explotadoras o denigrantes, tampoco deseamos prohibir, mediante la ley o sanciones sociales, comportamientos sexuales entre adultos que estén de acuerdo. No deberían considerarse «malas» las muchas formas de exploración sexual. Sin llegar a consentir permisividad sin sentido o promiscuidad irrefrenable, una sociedad civilizada debería ser una sociedad

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LA BIBLIA HUMANISTA tolerante. Mientras no se haga daño a otros, o se les impulse a hacer lo mismo, a los individuos se les debería permitir expresar sus inclinaciones sexuales y perseguir su estilo de vida como ellos deseen. Deseamos cultivar el desarrollo de una actitud responsable hacia la sexualidad, en la que los humanos no sean explotados como objetos sexuales, y en la que se anime a la intimidad, sensibilidad, respeto y honestidad en las relaciones interpersonales. Una educación moral para niños y adultos es una forma importante de desarrollar conciencia y madurez sexual.15 Los humanistas han hecho un llamado a la liberación de códigos puritanos represivos (homosexualidad, transexualidad, travestismo, relaciones prematrimoniales, relaciones extraconyugales con el consentimiento de ambos, bisexualidad, asociación genital). 16

Esta cosmovisión amoral está respaldada oficialmente por nuestro gobierno y por el sistema de educación pública. Durante más de setenta y cinco años los jueces, legisladores, gobernadores, alcaldes y presidentes han introducido una legislación basada en esta destructiva filosofía. 4. Hombre autónomo, homocéntrico La vida humana tiene significado porque nosotros creamos y desarrollamos nuestro futuro. La felicidad y la realización creativa de las necesidades y deseos humanos, individualmente y de forma compartida, son temas constantes del humanismo. Buscamos una buena vida, aquí y ahora. El objetivo es perseguir el enriquecimiento de la vida a pesar de las desagradables fuerzas de vulgarización, comercialización, burocratización y deshumanización. 17

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ASEDIO DE LA MENTE La razón y la inteligencia son los instrumentos más efectivos que posee la humanidad. No hay sustituto: ni la fe ni la pasión se bastan a sí mismas. El uso controlado de métodos científicos, que ha transformado las ciencias naturales y sociales desde el Renacimiento, debe extenderse aun más en la solución de los problemas humanos. 18 Para mejorar la libertad y la dignidad el individuo debe gozar de una amplia serie de libertades civiles en todas las sociedades. Esto incluye libertad de discurso y de prensa, democracia política, derecho legal de oposición a las políticas del gobierno, procesos judiciales justos, libertad religiosa, libertad de asociación, y libertad artística, científica y cultural. También incluye un reconocimiento del derecho a una muerte digna, la eutanasia y el derecho al suicidio. Nos oponemos a la creciente invasión de la privacidad, por el medio que sea, tanto en sociedades democráticas como totalitarias. Salvaguardaríamos, extenderíamos e implementaríamos los principios de la libertad humana, contenidos desde la Carta Magna al Proyecto de Ley de los Derechos, el Proyecto de Ley de los Derechos 19del hombre y la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La belleza y dignidad de la persona individual es un valor central humanista (excepto, por supuesto, para el no nacido, que puede ser asesinado a voluntad). Se debería animar a los individuos a darse cuenta de sus propios talentos creativos y deseos. Rechazamos todos los códigos religiosos, ideológicos o morales que denigren al individuo, supriman la libertad de prensa, apaguen el intelecto, o deshumanicen la personalidad. Creemos en una autonomía individual máxima, en consonancia con responsabilidad social. Aunque la ciencia pueda explicar las causas del comportamiento, las posibilidades de libertad individual y libre elección existen en la vida humana, y deben ser implementadas.20

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LA BIBLIA HUMANISTA Las mujeres deberían tener derecho a controlar sus propios cuerpos. Esto incluye libertad para reproducirse, contracepción voluntaria y aborto. Las oportunidades para una educación sexual apropiada se deberían poner a disposición desde temprana edad. Esto debería incluir un comportamiento sexual responsable, planificación familiar y técnicas para el control de la natalidad. Tenemos que desarrollar una nueva identidad humana, la membresía en la comunidad planetaria.21

El propósito de la vida para el humanista contrasta agudamente con el del cristiano. «El humanismo religioso considera que la realización completa de la personalidad humana es el fin de la vida del hombre, y busca su desarrollo y realización en el aquí y el ahora. Esta es la explicación de la pasión social del humanista».22 Estos escritores se olvidan de señalar que para garantizar tal libertad sin cortapisas, tenemos que suprimir todas las restricciones. Y como hemos visto, la libertad total, o «democracia», como ellos lo llaman, conduce a la anarquía. 5. Gobierno socialista mundial Aunque los humanistas proclaman la libertad individual y aborrecen las restricciones externas, por alguna razón claman por una unicidad mandataria internacional para todos los pueblos, y parecen dispuestos, incluso ansiosos, a sacrificar los beneficios nacionales para la unidad internacional. Nosotros no le damos crédito a esa ingenua determinación

de descartar las libertades garantizadas por documentos legales americanos (especialmente el Proyecto de Ley de Derechos) para colocarnos a todos bajo el mando de leyes y procesos judiciales internacionales. Incluso en nuestro propio país, cuando le dejamos a «Papá Estado» que lo haga, nos quejamos de la burocracia y las vueltas, la falta de preocupación personal, los precios altos y las chapuzas a gran escala. Si una burocracia

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nacional puede ser tan torpe, ¡imaginemos lo inepta que será una burocracia global! Sin embargo, escuchemos la brillante resolución de los humanistas: Deploramos la división de la humanidad en suelos nacionalistas. Hemos llegado a un punto en la historia humana en que la mejor opción es no trascender los límites de la soberanía nacional, y avanzar hacia la construcción de una comunidad mundial en que puedan participar todos los sectores de la familia humana. Por eso buscamos el desarrollo de un sistema de leyes mundiales y de un orden mundial basado en un gobierno federal transnacional. Esto permitiría apreciar el pluralismo y la diversidad culturales. No excluiría el orgullo ante los orígenes y logros nacionales ni el tratar problemas regionales con una base regional. Pero el progreso humano no se puede lograr enfocándose en un solo sector del mundo, oriental u occidental, desarrollado o subdesarrollado. Por primera vez en la historia humana, ninguna parte de la humanidad puede separase de otras. El futuro de cada persona está ligado de alguna forma al de todos. Por tanto, reafirmamos un compromiso para la construcción de la comunidad mundial, reconociendo al mismo tiempo que esto nos traerá algunas decisiones difíciles.23 Los problemas del crecimiento económico y del desarrollo ya no pueden ser resueltos por una sola nación, sino que tienen un alcance mundial. Es obligación moral de las naciones desarrolladas proporcionar —mediante una autoridad internacional que salvaguarde los derechos humanos— asistencia masiva técnica, agrícola, médica y económica, incluyendo técnicas de control de natalidad, a las zonas en desarrollo del planeta. La pobreza mundial debe cesar. Por eso las grandes desproporciones en salud, ingresos y crecimiento económico deberían ser reducidas a una base mundial.24

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LA BIBLIA HUMANISTA El mundo necesita establecer en algún punto del futuro un Parlamento Mundial efectivo, elegido sobre la base de la población, que represente al pueblo, no a sus gobiernos. La idea de un Parlamento Mundial es similar a la evolución del Parlamento Europeo, solo que aún está en pañales. La detallada estructura formal solo puede ser resuelta por una primera convención de control, que debería convocarse para analizar cuidadosamente opciones para fortalecer las Naciones Unidas y suplementarlo con un sistema parlamentario... Recomendamos un sistema internacional de impuestos... Esto no sería una contribución voluntaria, sino un impuesto real (a la UNESCO, UNICEF, OMS).25

Todos los cristianos deploran la pobreza. Pero aún cuando se pudiera eliminar por un socialismo mundial (lo cual no es posible, porque el socialismo ahoga la producción),26 el precio sería demasiado alto, porque se haría a expensas del control de los humanistas ateos y amorales. «Unimundicidad» es lo que proclama la pose igualitaria humanista: El principio de igualdad moral debe ser llevado a cabo eliminando toda discriminación basada en la raza, religión, sexo, edad o nacionalidad. Esto significa igualdad de oportunidades y reconocimiento de talentos y méritos. Se debería animar a los individuos a contribuir a su propia mejora. Si son incapaces, la sociedad proporcionaría medios de satisfacer las necesidades básicas económicas, médicas y culturales, incluyendo todos los recursos que hacen posible una renta anual mínima garantizada.27

Una ayuda social continua y garantizada es el peor freno humano jamás concebido por el gobierno. No se ha ideado ningún

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otro sistema que sofoque más la creatividad e iniciativa humanas. La idea intelectual de paz del humanismo también le impulsa a declarar: Esta comunidad mundial debe renunciar a los recursos de violencia y fuerza como métodos de resolver las disputas internacionales. Creemos en una resolución pacífica de las diferencias en las cortes internacionales y en el desarrollo de las artes de la negociación y del compromiso. La guerra es obsoleta. También lo es el uso de armas nucleares, biológicas y químicas. Reducir el nivel de gastos militares y darles un uso pacífico y orientado al pueblo a esos ahorros es un imperativo planetario.28

El problema de tal idealismo es que malinterpreta la naturaleza básica del hombre. Los humanistas consideran que el hombre es inherentemente bueno, mientras que la Biblia lo pinta caído, pecador y no confiable. Inocentemente los humanistas se imaginan un milenio utópico, secular, mundial, donde todos los países renuncian a la guerra, y viven en paz, armonía y hermandad. Si los humanistas entendieran la historia sabrían que dicha utopía nunca ha existido ni existirá. Los hombres y las mujeres tienen que cambiar su naturaleza antes de poder vivir juntos como hermanos en un mundo de paz. Los dictadores del mundo son una prueba de que el hombre despiadado siempre pisoteará los derechos del débil. La miopía humanista no puede asimilar esto: Un gobierno mundial y socialista debe seleccionar a un gobernante supremo para que tome las decisiones finales, y tal persona debe ser humana. La historia demuestra que tales personas al final resultan ser Stalins, Hitlers y Maos: rígidos, despiadados, dictadores con mano de hierro, responsables de las muertes de miles de sus súbditos. Ninguna persona sensata podría imaginarse que tal

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LA BIBLIA HUMANISTA

gobernante mundial trataría de forma humana a la gente que él gobierna. Quizás los humanistas deberían revisar el papel de las Naciones Unidas en el genocidio de Ruanda, donde ochocientos humanos fueron asesinados. que allí sucedió fue mil que seres las fuerzas de las Naciones Unidas Lo entregaron a la gente, a la que aparentemente iban a defender, al gobierno que la asesinó. La hostilidad humanista hacia la Biblia El Manifiesto Humanista también es bastante claro al denunciar las creencias religiosas tradicionales: Ha llegado la hora de reconocer ampliamente los cambios radicales en las creencias religiosas por todo el mundo moderno. Llegó la hora de revisar las actitudes tradicionales (cristianismo). Los cambios científicos y económicos han trastornado las viejas creencias. Las religiones del mundo necesitan llegar a términos con nuevas condiciones creadas por un conocimiento y una experiencia que aumentan ampliamente.29 Sin embargo, creemos que las religiones tradicionales dogmáticas o autoritarias, que ponen a Dios, los ritos o los credos por encima de las necesidades humanas y la experiencia le prestan un mal servicio a las especies humanas.30 Como en el 1933, los humanistas aún creemos que el teísmo racional, especialmente la fe en un Dios que escucha plegarias, que aparentemente ama a las personas y se preocupa por ellas, que escucha y comprende sus oraciones, y es capaz de hacer algo por ellas, es una fe anticuada y no demostrable. El salvacionismo, basado en la simple afirmación, aún parece inofensivo, divirtiendo a la gente con falsas esperanzas o un cielo en un

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ASEDIO DE LA MENTE más allá. Las mentes razonables buscan otros medios para sobrevivir.31 Tanto las premisas de salvación inmortal como de condenación eterna son ilusorias y dañinas. Distraen a los humanos de preocupaciones presentes, de la autoactualización, y de rectificar injusticias sociales. La ciencia moderna no le da crédito a conceptos históricos tales como el «espíritu de la máquina» y «el alma separable».32 Hoy día el mayor conocimiento del universo que tiene el hombre, sus logros científicos y su profundo aprecio por la hermandad han creado una situación que exige un nuevo estado de los medios y propósitos de la religión. Esta religión vital, franca y sin temor, capaz de presentar adecuadamente los objetivos sociales y las satisfacciones personales, puede parecerle a mucha gente una ruptura completa con el pasado. Aunque esta época tiene una gran deuda con las religiones tradicionales, no es menos obvio que ninguna religión que pueda esperar ser una fuerza dinámica y sintética para hoy, debe ser modelada para las necesidades de esta era. La mayor necesidad del presente es establecer una religión así.33

Los propósitos del humanismo ¿Adónde quiere el humanismo que llegue nuestro mundo? ¿Cuáles son sus últimos objetivos? No tenemos ni que preguntarlo: El nuevo siglo puede ser y deberá ser el siglo humanista. Dramáticos cambios científicos, tecnológicos, sociales y políticos —aun más acelerados— pueblan nuestras conciencias. Prácticamente hemos conquistado el planeta, explorado la luna, superado los límites naturales de transporte y comunicación;

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LA BIBLIA HUMANISTA estamos ante los umbrales de una nueva era, preparados para ir más allá en el espacio, y quizás habitar otros planetas.34 El humanismo religioso sostiene que todas las asociaciones e instituciones existen para la plenitud de la vida humana. Las evaluaciones inteligentes, la transformación, el control y la dirección de tales asociaciones e instituciones con vistas a la mejora de la vida humana es el propósito y el programa del humanismo. Y ciertamente, las instituciones religiosas, sus ritos, sus métodos eclesiásticos y actividades comunitarias deben ser reconstruidos tan rápidamente como lo permita la experiencia, para trabajar de forma efectiva en el mundo moderno.35

Según estos textos, los humanistas desean controlar la vida y los destinos de los pueblos del mundo, y tratan de lograr sus objetivos en el siglo veintiuno. Doctrinas consistentes Los pilares del humanismo descritos en los tres manifiestos humanistas no son las ideas raras de unos cuantos individuos desconocidos que no son dignos de consideración, sino que son las creencias religiosas de algunas de las personalidades más influyentes de América. Los educadores encabezan la lista. Muchos de ellos dirigen universidades y departamentos de facultades que modelan el pensamiento de los maestros de nuestros hijos. Desde su publicación inicial en 1933 el Manifiesto Humanista ha sido considerado ampliamente como la Biblia de los humanistas seculares. Sus dogmas les han sido enseñadas sistemáticamente a nuestra juventud,36 y los que lo apoyan han usado su influencia para implementar sus objetivos e ideales.

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Pero a la hora de elegir una Biblia, hágase usted mismo un favor y olvídese de los manifiestos. La única salvación que ofrecen es de la vida misma.

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EL HUMANISMO NO ES CIENTÍFICO Esta creencia (en Dios y en la creación) constituyó la base sobre la que se levantó la ciencia. STANLEY L. JAKI, CIENTÍFICO Ahora creo que el balance de consideraciones razonables dice mucho a favor de lo religioso, incluso de la cosmovisión cristiana. C.E.M. JOAD, FILÓSOFO

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omo hemos visto, el humanismo se conoce de muchas formas diferentes: humanismo secular, humanismo racionalista, humanismo religioso, humanismo ético, humanismo evolucionista, humanismo ilustrado y humanismo planetario. Pero la expresión favorita usada por los mismos humanistas para su fe religiosa es humanismo científico. Este nombre aparece repetidamente en sus periódicos, libros y anuncios. Irónicamente, ¡el humanismo no es científico en absoluto! Como veremos, ni una sola doctrina humanista resiste el examen científico. Todo es un fraude celosamente defendido, fundado por contribuyentes de los EE.UU. Los cinco pilares básicos del

humanismo

No importa lo que escuchen nuestros estudiantes en el aula: ni uno solo de los cinco pilares básicos del humanismo puede probarse científicamente. 1. Ateísmo Si un hombre llegara a nuestra ciudad y dijera: «Cero más nada multiplicado por oportunidades ciegas igual a todo», diríamos que está loco, y listo para la jubilación. ¿Por qué? Por-

que esperaría que creyéramos que los efectos se pueden lograr sin las causas y que los diseños aparecen sin diseñador. Pero si ese mismo hombre llegara con un doctorado en filosofía o en antropología por la Universidad de Oklahoma, o un doctorado en educación por la Universidad de Massachusetts (Amherst) y dijera: «La gente con educación no cree en Dios. En lugar de eso cree que este impresionante universo comenzó con

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una explosión accidental, y que la vida surgió espontáneamente, y después evolucionó a lo largo de tres mil millones y medio de años. Nosotros, como nuestros hermanos animales y hermanas moscas, somos productos de laycasualidad y el accidente», se le consideraría un gran pensador se le contrataría para dirigir el departamento de alguna universidad estatal. En efecto, ni los cristianos ni los humanistas pueden probar científicamente la existencia o la no existencia de Dios. El método inductivo no sirve para tal intento. El universo es tan grande y tan complejo que, literalmente, aturde la mente. Forzosamente Dios tiene que ser superior a su creación. No solo debe ser más grande que el hombre, sino más grande que toda su creación —la tierra, los otros planetas y el universo. Obviamente no se puede discernir eso con el ojo humano, porque entonces cesaría toda controversia relacionada con su existencia. Es imposible probar empíricamente la existencia de Dios. Pero también lo es probar que no existe. Pero aún así, podemos mirar a nuestro alrededor y ver evidencias en una dirección o en otra. No tenemos que verificar las cosas directamente con nuestros cinco sentidos para llegar a la conclusión de que son reales. ¿Usted ha visto alguna vez la gravedad, la electricidad o el amor? Pero existen, y su existencia se prueba por sus efectos. Cuando vemos la luz de una bombilla, sabemos que la electricidad está pasando por allí, aunque no hayamos observado su forma esencial. Cuando una madre dice que ama a su bebé, no podemos ver ese amor. Pero cuando se arroja delante de un camión para salvar la vida de su hijito, por lo que hace sabemos que de verdad ama. Así es con Dios. No lo vemos, pero observamos sus obras por todas partes (Romanos 1.20). Los ciento veinte billones de conexiones de nuestro cerebro proclaman a voz en grito la existencia de un diseñador. Los capilares de nuestro cuerpo —que si se unieran unos con otros darían cinco veces la vuelta a la tierra— transportan sangre, nutrición y oxígeno a todo nuestro

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cuerpo. Como tanto la creación como la evolución tenemos que aceptarlas por fe, parece lo más lógico creer que un Diseñador planeó y creó el cuerpo humano. Lo mismo pasa con las montañas, corrientes, los ríos, lascausa estrellas y todo lo de este mundo; sonlasefectos que exigen una adecuada. John Polkinghorne, físico de la Universidad de Cambridge, dijo: «Cuando uno se da cuenta de que las leyes de la naturaleza tienen que haber armonizado perfectamente para crear el universo que vemos, esto contribuye a considerar la idea de que el universo no surgió por casualidad, sino que debe haber un propósito tras él».1 Charles Townes, premio Nobel de física en 1964, va más allá: «Muchos creen que en las leyes del universo debe estar involucrada algún tipo de inteligencia».2 Townes, que enseña en la Universidad de California en Bekeley, admite: «Como persona religiosa que soy, siento fuertemente la presencia y acciones de un ser creativo mucho más allá de mí mismo, y sin embargo siempre personal y próximo a mí».3 Cuando un evolucionista famoso ve los diseños de la naturaleza, los humanistas deberían analizarlo de nuevo. El evolucionista Paul Amos Moody reconoce que cuanta más ciencia estudia más se convence de que este mundo y el universo tienen «un diseño definitivo, y un diseño exige un diseñador». Moody dice que las evidencias del diseño están por todas partes, desde los cielos estrellados hasta los electrones que giran en órbita alrededor del núcleo del átomo. ¿Qué pasa cuando buscamos las leyes naturales que se ocultan detrás de tal diseño? «Allí encontramos al Creador», dice Moody.4 Por eso no es de extrañar que Henry Margenau comentara: «Si uno se fija en los científicos de nivel más alto, verá que entre ellos hay muy pocos ateos».5 La mayoría de los firmantes de los Manifiestos Humanistas no son de las ciencias «duras», sino de las humanidades y de las ciencias sociales. Paul Kurtz y Corliss Lamont, por ejemplo, son filósofos, no científicos. Margaret

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Sanger y Betty Friedan fueron feministas radicales, no científicas. Fijémonos también en la Biblia, el libro más asombroso del mundo. Escrita atiene lo largo seiscientos sobrenatural. años por más Ningún de cuarenta personas, unade consistencia otro libro ha sido tan amado, odiado, vilipendiado o tan extensa y devotamente usado como la Biblia. Desde el principio hasta el final declara un mensaje constante: Existe un Dios; Él es la Causa incausada fundamental de todas las cosas; y nos ama mucho. Este libro se completó hace más de mil novecientos años. Sus páginas contienen muchos signos de lo sobrenatural, incluyendo cientos de profecías que se cumplieron en la historia. La6 arqueología ha confirmado su increíble exactitud histórica. Para aquellos que la han estudiado cuidadosamente, la Biblia presenta todos los signos de lo que afirma tener: autoría divina. Los humanistas no pueden presentar ninguna prueba científica de que Dios no existe para contrarrestar las muchas evidencias de su existencia. Lo cierto es que no pueden presentar ni un ejemplo para probar que algo complejo haya llegado a existir sin un diseñador. La verdad es que el ateísmo es una noción teológica y filosófica, y no un hecho científico. Y no solo es ciencia de mala calidad, sino totalmente acientífica.7 2. Evolución La mayor broma de los siglos diecinueve y veinte es que la evolución es un hecho científico. Es verdad que es una teoría muy aceptada sobre el origen y el desarrollo del hombre, impul-

sada principalmente por los que no creen en Dios. Pero las teorías no son hechos científicos. La hipótesis que rastrea el srcen del hombre hasta la generación espontánea (vida de la falta de vida, el hombre de los protozoos y las amebas) nunca se ha podido sostener. La generación espontánea no ha sido probada científicamente, y hay bastantes evidencias de lo contrario.8 Un

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número creciente de científicos no teístas admite la sorprendente falta de evidencia que sostiene la teoría de la evolución.9 Como el universo se formó antes de que existiera ningún ser humano que pudiera de ello, es verificar lo que sucedió, exceptoser portestigo el testimonio deimposible Dios. Es más, la mejor evidencia de la evolución debería aparecer en los fósiles incrustados en las rocas, pero en este estudio (paleontología) surgen tantas preguntas que incluso muchos paleontólogos evolucionistas no se fían del registro fósil. Basar la creencia en la evolución en el suelo movedizo de la paleontología apenas puede considerarse científico. «Cuanta más paleontología estudia uno», dice L.T. More, «más convencido se queda de que la evolución solo se basa en fe; exactamente la misma fe que hay que tener cuando uno se enfrenta a los grandes misterios de la religión... La única alternativa es la doctrina de la creación especial, que debe ser cierta, pero es irracional».10 El Dr. David Raup, curador de geología del Museo de Historia Natural de Chicago, afirmó que las «doscientas cincuenta mil especies de plantas y animales registradas y depositadas en los museos de todo el mundo no apoyan la teoría del desarrollo gradual, propuesta por Darwin».11 El Dr. Robert A. Millikan, físico ganador del Premio Nobel, afirmó en un discurso pronunciado ante la Sociedad Química Americana: «Lo patético de todo esto es que muchos científicos están tratando de probar la doctrina de la evolución, algo que no puede hacer ciencia alguna». Karl Popper en su autobiografía, Tarea sin finalizar, va más allá que Millikan: «He llegado a la conclusión de que el darwinismo no es una teoría científica probada, sino un programa de investigación metafísica, un marco posible para teorías científicas comprobables».12 Quizás mi primera experiencia con la evolución ilustre mejor por qué hay tantos que aceptan como un hecho una teoría

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tan poco científica. En mi libro de biología del último año de secundaria vi con mis propios ojos una fotografía del eslabón perdido. Es más: vi cuatro de ellos: fotografías del hombre de Java, el hombre decriaturas Piltdown, el Pitecantropo y elrealmente hombre dehicieron Pekín. Esas fotos de semejantes al hombre temblar mi fe en la Biblia, es decir, cumplieron las intenciones de sus inventores humanistas. Investigaciones posteriores revelaron que esos cuatro «eslabones perdidos» eran fraudes: Nada más que uno o dos huesos o dientes de humanos o de animales. De unos cuantos huesos, los científicos o educadores hicieron modelos de yeso, los fotografiaron y los pusieron en nuestros libros de ciencias.13 No es de extrañar que tantos americanos crean que el hombre desciende de los monos, aun cuando ni un solo hecho científico pueda probar una idea tan fantástica. Otras dos «pruebas» de la evolución han sido desde entonces arrojadas al basurero cósmico: La polilla moteada y el arcaeoraptor. Ambos se han usado durante muchos años para lavarles el cerebro con la teoría de la evolución a inocentes niños en edad escolar. Y ahora resulta que ambos eran falsos. El científico británico Cyril Clarke pasó veinticinco años investigando la polilla moteada, y se dio cuenta de que H.B. Kettlewell, que una vez se jactó de que si Darwin hubiera sabido de esas polillas «habría visto la consumación y confirmación de la obra de su vida», fue deshonesto al presentar los hechos. Cuando los humanos pegan polillas muertas en los árboles para que se las coman los pájaros, uno siente que la teoría se desmorona. Las polillas que se filmaron siendo devoradas por pájaros fueron criadas en laboratorios y colocadas en tres troncos de árboles en Kettlewell. Jerry Coyne, biólogo evolucionista de la Universidad de Chicago, está de acuerdo en que la historia de la polilla moteada, que era «el caballo premiado de nuestro establo» tiene que ser descartada.14

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El paleontólogo chino Xu Xing explica que el arcaeoraptor, usado durante mucho tiempo por los evolucionistas como «prueba» de que las aves evolucionaron de los dinosaurios, es una combinación de dos fósiles: del cuerpo y ladecabeza de una criatura semejante a un ave; yUno el otro, de la cola un dinosaurio. Xing dice que ha encontrado otro fósil en una colección privada de China, que contiene la imagen inversa de la supuesta cola del arcaeoraptor. La revista Nacional Geographic publicó una nota en su ejemplar de marzo del 2000 donde decía que exámenes realizados en el fósil parecen confirmar las observaciones de Xing y «revelaron anomalías en la reconstrucción del fósil».15 Esta revista dice que «serán publicados más detalles en cuanto se completen los estudios». Traducción: ¡Nos han vuelto a engañar! Los evolucionistas quieren hacernos creer que hace tres mil millones y medio de años sucedió un gran milagro (la generación espontánea) y que la vida, en contra de cualquier evidencia científica observable, se desarrolló hasta formas cada vez más superiores hasta que el resultado fue el hombre. Esta es la supuestamente científica teoría que hace que los humanistas insistan en que el hombre continuará mejorando y mejorando. George Wald reconoció la pintoresca naturaleza de esta creencia, pero aun así escribió: «Uno no tiene más que contemplar la magnitud de esta tarea [obtener vida de la falta de vida] para reconocer que la generación espontánea de un organismo vivo es imposible. Pero aquí estamos nosotros, y como resultado de eso, yo creo en la generación espontánea». 16 La generación espontánea no es la conclusión de la ciencia, sino de la creencia. Wald llegó a admitir que la generación espontánea es un milagro: «En efecto, el tiempo es el héroe de la historia. El tiempo con el que tenemos que tratar es del orden de dos mil millones de años. Lo que nos parece imposible basándonos en las experiencias humanas es insignificante aquí. Concediendo tanto tiempo lo “imposible” se convierte en posi-

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ble; lo posible, en probable; y lo probable, en virtualmente cierto. Uno solo tiene que esperar: el mismo tiempo hace milagros».17 Los evolucionistas quieren hacernos creer queque haceelmillones de años sucedió algo —un accidente biológico— hombre no puede reproducir hoy en sus laboratorios tan avanzados. El proceso de la evolución exige un milagro —es más, varios milagros. El Dr. Richard Bliss, que fue profesor de biología y educación científica en el Christian Heritage College ha afirmado: «Los milagros necesarios para hacer creíble la evolución son mucho mayores en número y más difíciles de creer que el milagro de la creación».18 Ahora, si de cualquier forma se requiere de un milagro, ¿no parece más razonable creer que esos milagros fueron realizados por un Profesional de los Milagros, con inteligencia infinita? Después de todo, casi todo el mundo reconoce que el átomo, la vida19 y todo el universo revelan un diseño infinito. «Por todas partes donde miramos», dice el físico Paul Davies, «desde las lejanas galaxias hasta la profundidad del átomo, encontramos regularidad y organización intrincada... Mas aún, el comportamiento del sistema físico no es aleatorio, sino sistemático y sujeto a ley».20 La teoría de la evolución es una filosofía basada en la fe, no es un hecho científico. «Es», dice Phillip Johnson «sostenida largamente por una campaña propagandística apoyada en todos los trucos típicos de persuasión retórica: asunciones ocultas, afirmaciones cuestionables sobre el tema, términos definidos vagamente y que cambian de significado con cada argumento, ataques de hombres de paja, citaciones selectivas de evidencia, etc. La teoría también está protegida por su importancia cultural. Es la historia de la creación sancionada oficialmente por la sociedad moderna, y las autoridades educativas de centros públicos no ahorran esfuerzos para persuadir a la gente a que crea en ella».21

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Nancy Pearcey se fija en lo mismo cuando afirma: «El darwinismo se ha convertido en el mito oficial sobre la creación de nuestra cultura, protegido por un sacerdocio tan dogmático 22

como cualquier religiosa». Ella hace verpuesto que Kevin Haley, profesor de curia biología, fue expulsado de su docente por «exponer a los estudiantes a los errores de la teoría de la evolución».23 No nos causa asombro que Pearcey subtitule su artículo: «Defensores del darwinismo recurren a suprimir datos y enseñar falsedades». Por el contrario, la ciencia real es un método de investigación basado en el estudio de hechos fríos y duros. Por lo tanto, ¡la evolución no es científica! 3. Amoralidad Durante nuestra época la «nueva moralidad» ha cambiado centurias de valores morales y creado un nuevo estilo de vida virtual para millones de personas, especialmente para los menores de treinta años. Eso no quiere decir que las generaciones precedentes fueran puristas morales. Yo pasé dos años en las fuerzas aéreas, incluyendo en Alemania, así que sé lo que digo. Pero en esa épocaun unaño adúltero o fornicario era tachadode inmoral. La generación actual es amoral, sin conciencia, y negando una moralidad de base bíblica. En las generaciones pasadas solo los animales, las prostitutas y los degenerados morales participaban en «camas redondas», «cambios de pareja», o practicaban el «amor libre» sin sentirse culpables. Pero la nueva moralidad, depositada en las mentes de los secularistas que rechazan a Dios, es presentada como ciencia. Como apela a los instintos básicos de la humanidad, dándole una aprobación clínica o académica para practicar sus urgencias pecaminosas, silencia su conciencia. Un ser humano cuya conciencia ha sido matada es amoral. Por consecuencia, es capaz de actuar como el animal que considera ser. Para él no es problema ser inhumano si la inhumani-

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dad se considera un avance evolutivo. ¿Esto suena exagerado? Si así fuera, no olvidemos que los médicos y siquiatras 24 del Tercer Reich defendieron y practicaron la eutanasia (matar a los que no se consideraban para 25 vivir) antes de que Hitler la convirtiera en política deaptos estado. Los nazis llevaron a cabo tan fácilmente su genocidio contra los judíos porque para 1940 eliminar a los débiles, viejos y no deseados ya era algo habitual para ellos. ¿Necesita usted otro ejemplo de nuestra época? Entonces pensemos en el aborto. No hay nada que muestre tanto la influencia amoral del humanismo como la decisión de 1973 de la Corte Suprema de los Estados Unidos de legalizar el aborto. ¿Cómo pudo llegar la mayoría de tan augusto cuerpo a un aprecio tan bajo de la vida humana? ¿Cómo pudieron decidir que el no nacido no es persona? ¿Cómo pudo ningún grupo de individuos humanos decidir que la respuesta a un problema social tan terrible era matar al más inocente e indefenso? La opinión médica humanista fue lo que les llevó a los jueces a tomar esa decisión. Como señaló el Dr. Everett Koop, «me parece raro entender por qué a los biólogos les resulta tan fácil reconocer vida en lombrices, ranas, ratas y conejos, pero los médicos tienen problemas a la hora de determinar cuándo comienza la vida en su forma más alta: El ser humano». La verdad es que estos llamados hombres de ciencia no tienen problema en determinar cuándo empieza la vida; ellos lo saben perfectamente. Pero tienen una concepción baja de la vida misma, porque se les ha enseñado que la vida es un accidente. Desde 1973 se han practicado diez millones de abortos en los EE.UU., y este número aumenta a casi cuatro mil cada día. A este paso pronto les tendremos que pedir disculpas a Adolfo Hitler y a Joseph Stalin. Margaret Sanger y los partidarios de su movimiento de Planificación Familiar ya han vertido más sangre que Hitler, y se están acercando rápidamente a Stalin. Y recordemos que todo este derramamiento de sangre se realiza

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bajo la guisa de ciencia. O, en el caso de Sanger, para librarse de lo que ella considera las «malas hierbas» de la sociedad. No es que los que están a favor del aborto sean necesariamente humanistas, desde luego, han sido influidos porLa la idea de por que el el hombrepero es simplemente un animal evolutivo. Biblia, contrario, presenta un gran aprecio por la vida humana; por eso Dios entregó a su Hijo por toda la humanidad (Mateo 16.26). Por tanto, todo el que está a a favor del aborto se opone al punto de vista bíblico de la vida, y en lugar de eso favorece los puntos de vista del humanismo. La gran mentira es que la promiscuidad sexual o cualquier otra forma de amoralidad lleva a la felicidad. Aunque es cierto que gratificarnos nos proporciona un placer inmediato, hacer eso siempre sacrifica lo permanente (moral y salud) en aras de lo inmediato (placer y enfermedad). Grecia, Roma y la Francia del siglo XVIII eran libres sexualmente, pero destruyeron su propia cultura con el pecado. Pregúntele a los cincuenta y seis millones de estadounidenses infectados con enfermedades de transmisión sexual si eso les proporciona placer o diversión.26 Tanto de forma individual como nacional, las indulgencias de la carne producen miseria y muerte. La Biblia nos enseña: «Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan» (Lucas 11.28). Una investigación que realicé una vez entre tres mil cuatrocientos matrimonios cristianos reveló el más alto nivel de satisfacción sexual mostrado por ninguna otra encuesta. También mostró que los que eran vírgenes al casarse registraron un índice mayor de satisfacción que los que no lo eran. Y la respuesta a mi libro The Unhappy Gays [Los homosexuales infelices] me sorprendió incluso a mí. Hacer consejería con homosexuales me llevó a la convicción de que los homosexuales soportaban más soledad y dolor de corazón que los heterosexuales, y mostraban una tasa mayor de suicidios. Yo esperaba recibir un montón de mensajes cargados de odio —y sí

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que recibí algunos—, pero para mi sorpresa, los mismos homosexuales respondieron favorablemente en una proporción de diez a uno. Un hombre, el administrador de un parque de mil cuatrocientos una de máslagrandes leyó el libro y acres le dijodea uno de las misciudades socios que gente dedel su país, parque se juntaba de forma natural en cuatro grupos: hispanos, negros, caucásicos y homosexuales. Dijo que durante todos los años que había trabajado allí, la única zona de la que tuvo que sacar los cuerpos de las víctimas de suicidios fue la de los homosexuales. Solo los ciegos pueden negar que la perversión conduce al mal. Uno no tiene que ser un científico para deducir que la homosexualidad no produce felicidad. Realmente es una vergüenza que no se les pueda forzar a los humanistas a hacerse responsables de sus errores al enseñar que la homosexualidad es «tan buena como la heterosexualidad». Esto no es cierto. ¡Y tampoco es científico! «La homosexualidad no es hereditaria, según un nuevo estudio que descarta la idea del trabajo de un investigador del Instituto Nacional de Cáncer, que aseguró haber descubierto un “gen homosexual”», dijo un artículo reciente del Washington Times. «Los resultados no apoyan que exista un gen X para la homosexualidad masculina», afirma el autor, el Dr. George Rice, neurólogo de la Universidad de Ontario Occidental, hablando del estudio, publicado por la revista Science.27 Y con los últimos descubrimientos del genoma humano, la teoría del «gen homosexual» aún se ve más comprometida. Dice Jennifer Kabbany: «El genoma humano ha sido por fin rastreado, y con eso hay una teoría que ha caído, la del “gen homosexual”. Las ideas sobre el srcen de las preferencias sexuales están revirtiendo el argumento de que la homosexualidad es una decisión, y no un hábito heredado». 28 Si usted desea ver una instantánea de un país tomado por los humanistas, fíjese en Holanda, y especialmente en Amsterdam.

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Al lugar se le llama ahora «Sodoma entre tulipanes».29 Amsterdam es la capital europea del sexo y las drogas, solo precedida por Bangkok. Escuche cómo describe la situación Don Feder: «La de los canales la parte antigua de Amsterdam es un áreazona de alrededor de unademilla de longitud, jalonada de tiendas pornografía, shows de sexo en vivo, mujeres en bikini detrás de escaparates, y cafeterías que venden marihuana, hashis y hongos sicodélicos».30 Feder observa que: «Los Países Bajos es el país de Europa donde menos gente asiste a la Iglesia, y Europa ya es de por sí el continente más secular. Muchas de las hermosas iglesias de Amsterdam31se han convertido en museos; otras, en oficinas municipales». También se da cuenta certera de que «si América estuviera regida por un triunvirato formado por Larry Flynt, Madam Mayflower y el último Dr. Timothy Leary, se parecería bastante a la Amsterdam de hoy». Amsterdam, obviamente, no es el único lugar donde la amoralidad del humanismo ha traído tantas víctimas. Suecia también tiene su propia historia que contar. En los años sesenta Suecia se presentaba como la sociedad ideal: humanista, liberada sexualmente y socialista. Un gran número de nuestros educadores sexuales fueron modelados según los suyos. Reportajes actuales revelan que Suecia tiene la tasa de suicidios más alta del mundo. Las enfermedades venéreas y el alcoholismo van en aumento, y la gente ha perdido toda esperanza de cambiar. Un documental reciente de televisión ofreció una entrevista a varios jóvenes suecos. Ninguno de ellos dijo estar interesado en casarse, tener hijos o un trabajo seguro. Ninguno de ellos tenía ningún tipo de esperanza para el futuro. Al otro lado del espectro era apabullante la desesperanza de los ancianos. Entrevistas tanto con jóvenes como con ancianos mostraron claramente su deseo de no llegar a viejos. Los jubilados reconocieron una lucha sin fin entre vivir otro día —aburrido y sin significado— y suicidarse.

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Pero no hace falta que nos fijemos en otros países para refutar el clamor no científico de los humanistas de que la amoralidad lleva a la felicidad. Todo lo que tenemos que hacer es preguntarles jóvenes impotentes a enfermedades venéreas, o a alasloschicas promiscuas quedebido se sometieron a histerectomías para salvar la vida. O fijémonos en el reportaje de la Ohio State University, que muestra una tasa de divorcio más alta entre parejas que vivieron juntas durante al menos tres años antes de casarse, que entre las que no lo hicieron. El silencio de los educadores sexuales sobre los peligros de las enfermedades venéreas no solo es insuficiente, sino que raya en lo criminal. La Dra. Rhoda L. Lorand, una sicoterapeuta que ejerce en Nueva York, poseedora de altas calificaciones académicas, ha escrito un dictamen contra los educadores sexuales modernos por su silencio ante el creciente problema de cáncer en el cuello del útero entre chicas sexualmente promiscuas. En un escrito titulado: «La traición de la juventud», cita investigaciones médicas serias, señalando el poco conocido factor de que al mismo tiempo que el estado estaba favoreciendo los anticonceptivos (sin consentimiento paterno) para niños de entre diez y catorce años, los médicos estaban descubriendo que la promiscuidad adolescente puede hacer que aumente cinco veces la probabilidad de que una chica tenga cáncer. 32 La Dra. Lorand afirmó: Uno no tiene que ser un fanático religioso para darse cuenta de la naturaleza de este mensaje; el aparato reproductor es vulnerable e inmaduro en la pubertad, y las adolescentes corren el riesgo de verse dañadas prematuramente por involucrarse prematuramente en la actividad sexual adulta del coito.

Mas aún, tener varias parejas no parece ser parte del diseño natural para la especie humana, confirma una investigación llevada a cabo entre varones. Los muchachos y hombres promis-

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cuos corren el riesgo de ser portadores de cáncer, provocándoles cáncer en el cuello del útero a las mujeres. En 1966 el Dr. Clyde E. Martin presentó estos descubrimientos en un titulado: maritalesanual y dede coito en el cáncer del escrito cuello del útero»«Factores en el encuentro la Asociación Americana de Salud Pública. La investigación del Dr. Martin reveló que las mujeres cuyos esposos estaban involucrados en relaciones extraconyugales mostraron una incidencia mucho más alta de cáncer en el cuello del útero que aquellas cuyos maridos les eran fieles.33 El Dr. Irving I. Kessler de Johns Hopkins encontró que «las relaciones extraconyugales tanto de hombres como de mujeres están asociadas con el riesgo de contraer cáncer en el cuello del útero».34 El proceso aún no se conoce bien, pero está claro que la promiscuidad es el factor central. Las enfermedades venéreas —una amenaza creciente para esta generación— son consecuencia de la propaganda humanista. La Dra. Lorand añadió otro comentario interesante: «Otros investigadores han descubierto que esta enfermedad es prácticamente inexistente entre las monjas, mientras que hay un alto porcentaje entre las prostitutas». 35 Es evidente que la moralidad es buena para nuestra salud, mientras que la inmoralidad puede acortarnos la vida. El SIDA reduce las esperanzas de vida en casi un cincuenta por ciento. A los homosexuales activos a los veinte años les está resultando difícil llegar a los cuarenta. Mientras los filósofos humanistas pueden quedarse silenciosos ante las implicaciones de los comportamientos amorales, los científicos no deberían ser tan taciturnos. Deberían montar una campaña seria para advertir a los adolescentes de que la promiscuidad lleva al cáncer, de que el aborto también puede producir cáncer, y de que las actividades homosexuales llevan a una muerte temprana. Los científicos deberían prestarle un poco de atención al programa de Best Friends/Diamond Girls, concebido para chi-

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cas de quince a dieciocho años, que les enseña a respetarse a sí mismas y a controlarse, y compararlo con los resultados de los programas humanistas. Estos son datos de un estudio llevado a cabo entre 2.631 chicas de este programa: El cincuenta y nueve por ciento habían salido alguna vez con chicos; •

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el tres por ciento había tenido relaciones sexuales;

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menos del uno por ciento habían quedado embarazadas;

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Un setenta y siete por ciento afirmo planear dejar la actividad sexual hasta después del colegio, y un setenta y cinco por ciento hasta el matrimonio;

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Al catorce por ciento les ofrecieron drogas ilegales, el tres por ciento las consumió; El veintidós por ciento tomaba licores, cerveza o vino, y el once por ciento fumaba.36

De las chicas que completaron este programa (queelsecien ofreció en noventa colegios públicos de veintiséis ciudades) por ciento se graduó en el colegio. Deberíamos tener un programa así en todos los colegios de todos los distritos de los Estados Unidos. Pero no será el caso. ¿Por qué? Porque el programa enfatiza «las alegrías de los años preadolescentes y adolescentes, libres de las complicaciones de la actividad sexual».37 Tal meta choca con la idea humanista de la Se parece demasiado código moral no,libertad y comosexual. ese código es religioso, está alprohibido en el cristiaaula. Lo cierto es que la amoralidad no proporciona una vida feliz y plena. Sus distintivos son enfermedades, desalientos y muerte. Afirmar otra cosa es anticientífico.

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4. Hombre autónomo Todas las nociones sobre el hombre autónomo, autoactualizado y capaz de resolver sus problemas personales se basan en el

principio no científico de que el hombre es bueno por naturaleza. Como todo cristiano sabe, esto es contrario a la enseñanza bíblica: «Ninguno hay bueno» (Marcos 10.18); «Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3.23); «Engañoso es el corazón y perverso» (Jeremías 17.9); Jesús comenzó uno de sus comentarios con: «Pues si vosotros, siendo malos» (Mateo 7.11). La Biblia asume continuamente que la pecaminosidad dellahombre debe a laecaída. Pero consideran que caída esseun mito, insisten en los quehumanistas el hombre es bondad evolutiva, parecido a la divinidad. Desdichadamente para los humanistas, la «bondad del hombre» no resiste un escrutinio científico. Como observó G.K. Chesterton, la doctrina cristiana de la caída es una doctrina que se puede probar científicamente. Las portadas de cualquier periódico proclaman la inhumanidad del hombre. Si el hombre es bueno por naturaleza, entonces debería reflejar esa bondad en su forma de vivir. Deberíamos tener evidencias empíricas abundantes de la bondad del hombre. Algunos humanistas están comenzando a darse cuenta de que la historia va en contra de esa teoría. Fredrick E. Edwards, director de la sección de California de la Asociación Humanista Americana, dijo en una entrevista publicada en el diario San Diego Evening Tribune: «Los humanistas ya no tienen la extravagante fe que tenían durante los siglos XVII y XVIII, en la era ilustrada, en la habilidad del hombre para crear un mundo nuevo. Yo creo que la realidad pura y dura ha arrojado un balde de agua fría sobre algunas de aquellas ingenuas ilusiones. Puede que veamos que nuestros poderes son limitados, y que después de todo no somos criaturas tan maravillosas». 38

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La mejor forma de juzgar la calidad de la naturaleza humana es analizar lo que hace cuando es libre y sin restricciones, y la historia ha probado que el hombre sin restricciones tiene una inclinación natural por la pasando criminalidad y larato inhumanidad. más, los humanistas están un mal tratando de Es explicar la Historia natural de la violación, de Thornhill y Palmer. Esta obra explica que la violación es simplemente selección natural. «Dicho brevemente », dice Nancy Pearcey, «el darwinismo y sus implicaciones morales impalpables son un trato encubierto: proteste usted contra ello, y está invitando a regresar a la cosmovisión cristiana».39 Es imposible leer las ochocientas cincuenta páginas de un libro como El libro negro del comunismo: crímenes, terror, represión y seguir con la idea de que el hombre es bueno por naturaleza. El marxista V.I. Lenin, con educación superior, dio instrucciones escritas de colgar «al menos a cien kulaks, publicar sus nombres, derramar su grano, hacer esto para que las miles de personas que los rodean comprendan, tiemblen y se den cuenta de que vamos a asesinar a los sangrientos kulaks, y que continuaremos haciéndolo así».40 «La Primera Guerra Mundial», dice Carroll Quigley, «fue una catástrofe de tal magnitud que aún hoy tenemos dificultades para imaginarla. En 1916 en dos batallas (Verdun y Somme) en ambos bandos se sufrieron bajas de más de un millón setecientas mil... Más adelante, en un frente de once millas en Passchendale, los británicos dispararon cuatro millones doscientos cincuenta mil obuses en una cortina de fuego, y perdieron cuatrocientos mil hombres en el asalto de la infantería... en todos los frentes en toda la guerra murieron de heridas y enfermedades casi trece millones de hombres de las diferentes fuerzas armadas».41 El análisis que hizo Quigley de tal carnicería le llevó a esta conclusión: «Para quien creía en la bondad natural del hombre, en el inevitable progreso [evolutivo], en la comunidad de inte-

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reses, y en el mal como simple ausencia del bien, la Primera Guerra Mundial, con sus millones de muertos y los mil millones de dólares desperdiciados, fue un golpe tan terrible que queda fuera comprensión humana. Es más, no se logró ningún 42 éxito de realtoda al comprenderlo». El hombre tiende al egoísmo, no a la bondad, pero los humanistas se empeñan en no reconocerlo. Uno podría pensar que las noticias que nos llegan de la antigua Unión Soviética, Camboya, Vietnam del Sur, Corea del Norte, Cuba, China, Uganda, Ruanda y Kósovo, y las docenas de guerras que tienen lugar casi cada semana convencerían a los humanistas. Pero al igual que se niegan a hacer caso del testimonio del Dr. Tom Dooley (recogido en el Registro del Congreso), relativo a las increíbles barbaridades y torturas en la China comunista y en Corea del Norte, se niegan a aceptar que el hombre sin restricciones es notablemente inhumano. Si el hombre es realmente bueno por naturaleza, los humanistas deberían ser capaces de probarlo científicamente. Todavía estamos esperando tal comprobación. Este artículo de la fe humanista, al igual que los otros, no es científico. 5. Socialismo global El socialismo ha demostrado ser un error clásico en todos los países y regiones donde se ha probado (Rusia, China, Europa del Este, África, Cuba, y el estado social de los Estados Unidos). El socialismo desmotiva a los individuos y hace que produzcan menos, hundiendo a millones de personas en una vida de segun-

da clase y sin esperanza. Se sabe muy bien que durante la época de la Unión Soviética, los campesinos obtenían mejores cosechas en sus pequeños jardines privados que las que se producían en las grandes cooperativas dirigidas por el estado. El socialismo de estado ha demostrado ser tan desmotivador que incluso en la China comunista han comenzado a experi-

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mentar con algún tipo de pequeña empresa privada, tratando de incrementar su productividad. Los únicos que aún siguen enamorados del socialismo son los humanistas americanos, que nunca lo han vividoconservador, en carne propia. Un economista educado a finales de los 60 y principios de los 70, me sorprendió cuando le pregunté cómo se había escapado de los lazos de la visión socialista mundial. «No escapé», me dijo. «Yo era socialista liberal, pero hace cinco años hice un viaje de tres semanas a la Unión Soviética. Eso me abrió los ojos». Quizás todos los doctores en filosofía necesiten ir a Cuba por tres semanas para obtener tal cura. Por desgracia, un viaje así no mejoraría la estrecha visión de muchos humanistas, que perseveran tenazmente en su nada científica obsesión por el socialismo mundial. Olvidarán rápidamente que las revoluciones socialistas del siglo veinte solo trajeron como resultado el asesinato de entre ciento setenta y trescientos sesenta millones de seres humanos. 43 Escuche los gritos de hombres, mujeres y niños que fueron «disparados, golpeados, torturados, apuñalados, quemados, aplastados, enterrados vivos, ahogados, ahorcados, dejados morir de hambre, frío o extenuación, o asesinados de alguna de otra de las miles de formas con que los gobiernos han causado la muerte de súbditos y de extranjeros desarmados e indefensos».44 África tiene hoy día veintisiete dictadores, la mayoría de ellos despiadados e inhumanos, aunque no tanto como Idi Amin y Jomo Kenyatta. Recordemos que este último fue profesor de la Universidad de Columbia, y enseñó a miles de educadores que educaron a los maestros de nuestros hijos. Este es un examen muy sencillo para probar que el socialismo ha fracasado en proporcionar la libertad y prosperidad que sus defensores predijeron hace doscientos años: ¿Cuántas personas están tratando de hacerse ciudadanos de países comunis-

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tas? ¿Cuántas personas de Miami, Florida, están echando embarcaciones al Océano Atlántico para llegar a Cuba? Es muy raro que alguien desee ir a países que repriman a la gente e implementen elaborados seguridad para impedir que la gente escape. Si el asísistemas llamadodeparaíso de los trabajadores es tal paraíso, por qué no abre las fronteras y deja que la gente elija si quedarse o marcharse? El socialismo inspirado en el humanismo es un fracaso científico, como lo es toda la cosmovisión humanista, incluyendo cada uno de sus artículos básicos de fe. Lavado de cerebro darwinista Pero si esto es cierto, si el humanismo es real y completamente anticientífico, ¿por qué hay tantos educadores inteligentes que se adhieren a él? Nosotros creemos que es porque han sufrido un lavado de cerebro. «La medicina darwinista está revolucionando la forma que tienen algunos médicos de combatir problemas de salud pública», rezaba un anuncio pagado de la edición del 9 de diciembre de 1999 del Oklahoma Daily . Ese anuncio fue firmado por ciento veinticuatro científicos e historiadores de la ciencia de la Universidad de Oklahoma. ¿Cómo podrían ciento veinticuatro de los mejores de Oklahoma estar tan equivocados sobre una teoría que ha llevado a la tumba a millones de seres humanos, y llevará millones más durante el siglo próximo? Creemos que han sufrido un lavado de cerebro con la filosofía darwinista de John Dewey, el padre de la llamada educación progresista, y su legión de seguidores.45 Los ciento veinticuatro científicos de Oklahoma que firmaron una petición al gobernador de Oklahoma, protestando por el debilitamiento de la enseñanza darwinista en el aula ilustran lo efectivo que ha sido Dewey.

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Antes de que los cincuenta y cinco millones de niños de nuestro sistema escolar sean lo bastante mayores para comprender o analizar a los humanistas por ellos mismos, ya están convencidos es algo Después de todo, sus profesoresdelesque dijeron quecientífico. la evolución darwinista es científica, que la filosofía del naturalismo es científica, que el relativismo moral se basa en la teoría de la relatividad de Einstein, que el «socialismo científico» se basa en las ciencias sociales, que la sociedad y la ley están evolucionando con el animal humano y son, por tanto, científicas, que todas las políticas izquierdistas, medioambientales, colectivistas y estatales se basan firmemente en las ciencias físicas y sociales y no en el mito de la religión; y finalmente, que todo lo relacionado con la Biblia son galimatías precientíficas. Si a usted le presentaran tal caos educativo, seguro que también pensaría que el humanismo es científico. La asombrosa verdad es que el ochenta y siete por ciento de los estadounidenses, según una encuesta de Gallup de 1991 creían en algún tipo de creación llevada a cabo por el Dios del universo. ¡Seguro que eso no lo aprendieron en el colegio estatal! Los educadores honestos deben responder una pregunta: ¿Es educación o lavado de cerebro enseñarle a la juventud que algo acientífico es realmente científico? Hasta que los educadores del sistema público de educación no se despierten al fraude que están perpetrando, los humanistas seguirán dominándolos y forzándolos a diseminar dogmas sin soporte y acientíficos.

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EL HUMANISMO ES UNA RELIGIÓN Aquí están todos los elementos necesarios para una fe religiosa que no será confinada a una secta, clase o raza. Implícitamente tal fe siempre ha sido la fe común de la humanidad. Lo que ahora falta es hacerlo explícito y militante. JOHN DEWEY

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unque los humanistas de todas las épocas han admitido abiertamente la naturaleza religiosa de su fe, hay todavía mucha gente bajo el espejismo de que se trata de una filosofía, una expresión científica o una teoría académica y, por tanto, digna de ser divulgada en instituciones educativas sostenidas por impuestos. Bajo acreditada la guisa de en ciencia, el humanismo se ha hecho de una posición la sociedad norteamericana. La verdad es que el humanismo es, sin lugar a dudas, una religión. Uno solo tiene que echarle un vistazo a la segunda edición del A World Religious Reader para darse cuenta de la prominencia dada al humanismo secular como una de las religiones del mundo. En efecto, en una lista de las religiones del mundo —hinduismo, budismo, sintoísmo, judaísmo, cristianismo, islam y sikhismo— el humanismo secular está arriba. 1 Esperemos que los datos siguientes le motiven a usted a descubrirlo y a oponerse firmemente a él en su ciudad, estado y nación. Los humanistas lo llaman religión Roy Wood Sellars, autor del Manifiesto Humanista de 1933, y antiguo presidente del departamento de Nueva York de la Asociación Humanista Americana, escribió en 1918 un libro titulado The Next Step in Religion [El siguiente paso de la religión]. Allí dijo: «La próxima fase de la religión reflejará el poder del hombre sobre la naturaleza y su valor moral a la vista de los hechos y las posibilidades de vida. Será una religión de acción y pasión, una religión social, una religión de objetivos y perspec-

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tivas. Será la religión de un hombre libre, una religión para una democracia adulta y con aspiraciones».2 Sellars nunca tuvo inconveniente de llamar religión al humanismo. diezreligión años después otrodelibro , Religion llega aescribió su mayoría edad], donde ComingEsofmás, Age [La daba por hecho: «Este libro es un intento de mostrar la importancia de este desarrollo reciente de la religión. La clave es la unión del humanismo y del naturalismo. Lo espiritual debe ser naturalizado y analizado; pero es igualmente cierto que la cosmovisión científica requiere profundización e iluminación. Mas aún, la evolución humana y social debe ser tomada en serio y acoplada en el esquema de las cosas... Una religión fundada sobre la realidad es una religión mayor de edad». 3 Para suprimir cualquier duda sobre si Sellars estaba colocando al humanismo religioso al mismo nivel que la religión cristiana, citamos: «Ahora he llegado a la convicción de que la religión humanista, en la que se transformará gradualmente el cristianismo corregirá este error».4 Varios años después otro humanista, Charles Francis Potter, escribió El humanismo: una religión nueva. En esta obra Potter dijo: «Así que el humanismo no es simplemente otra denominación de la iglesia cristiana protestante; tampoco es un credo, ni un culto. Es un nuevo tipo de religión».5 Este es el mismo Potter que reconoció haber fundado la primera iglesia humanista en la ciudad de Nueva York, y en 1933 unió su nombre al de John Dewey, en el Manifiesto humanista. También es él quien dijo: «La educación es la aliada más poderosa del humanismo, y todos los colegios públicos de los EE.UU. son escuelas del humanismo. ¿Qué pueden hacer las escuelas dominicales, que se reúnen una hora a la semana, y que enseñan solo a unos cuantos niños, para detener el flujo de un programa de cinco días de enseñanza humanista?»6 El mismo año que vio la luz el Manifiesto humanista I Potter escribió Humanizando la religión. En esta obra dice: «Cuando

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once eminentes profesores de filosofía, teología, economía, medicina y sociología, y otros treinta y tres líderes del campo editorial, literario, educativo y religioso dan a la luz pública sus firmas una(doctrinas) religión nueva llamada humanismo, yy confiesan presentan creer quinceentesis con las que estamos todos de acuerdo, ha ocurrido algo de mucha importancia en los círculos religiosos».7 Un año más tarde John Dewey hizo un llamado a una nueva religión. Tituló su obra Una fe común, y afirmó abiertamente: «Aquí están todos los elementos necesarios para una fe religiosa que no será confinada a una secta, clase o raza. Implícitamente tal fe siempre ha sido la fe común de la humanidad. Lo que falta ahora es hacerlo explícito y militante». 8 Los Manifiestos Humanistas de 1933, 1973 y 2000 han hecho explícito al humanismo. El Ministerio de Educación lo ha hecho militante y lo ha convertido en la base de la educación pública.9 Tolbert H. McCarroll, director ejecutivo de la revista The Humanist, órgano oficial de la Asociación Humanista Americana, escribió un artículo llamado «Religiones del futuro». En él imaginaba cuatro religiones principales, y predecía que la denominada «humanismo privado» se convertiría en el «mayor cuerpo religioso del futuro».10 Lloyd Morain, que fue presidente de la Asociación Humanista Americana, afirmó: «A lo largo de toda la historia los hombres han estado buscando una religión o forma de vida universal... El humanismo... parece ir por buen camino de convertirse en una gran fe mundial. Los humanistas están satisfechos al fijar su atención en esta vida y en esta tierra. La suya es una religión sin un dios, sin revelación divina o escrituras sagradas. Pero es una fe rica en sentimiento y entendimiento... Ahora les ofreceremos algunos datos sobre el rápido crecimiento de esta filosofía y religión». 11 Casualmente Morain tituló el capítulo uno: «La cuarta fe» (Las otras tres son el protestantismo, el ca-

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tolicismo y el judaísmo). Está claro que hablar de humanismo es hablar de religión. Otro líder humanista, Edwin H. Wilson, reconoció: «Muchos pensadores famosos le han vozlos a laprocesos esperanza del humanismo religioso de que por puesto medio de creativos de nuestra época se desarrollará una religión mundial comprensible. En 1928 Roy Wood Sellars creía que el humanismo sería el siguiente paso en la religión. John Dewey en su libro A Common Faith [Una fe común] creía que tenemos todos los materiales disponibles para tal fe. Sir Julian Juxley predice que la próxima gran religión del mundo será alguna forma de humanismo».12 En algún otro lugar Wilson dijo: «La idea popular de que la religión es idéntica y exclusivamente relacionada con Dios, la inmoralidad y la revelación se niega en los escritos de Curtis Reese, J. A. C. F. Auer, E.E. Ames, H.N. Wieman, Alfred Loisy, Julian Juxley, A.E. Haydon, y muchos otros».13 La referencia de Wilson a Curtis Reese es obviamente a su serie de sermones humanistas. En 1926 Reese publicó una serie titulada Humanismo, que contiene el sermón «Humanizando la religión».14 Un año después publicó otra serie: Sermones humanistas. En 1931 escribió Religión humanista , donde dice: «Hoy más que nunca el humanismo se está haciendo sentir en los círculos religiosos».15 Henry Nelson Wieman, uno de los firmantes del Manifiesto Humanista I, escribió un libro de texto (en colaboración con Bernard Eugene Meland) llamado American Philosophies of Religion. No nos sorprende que el humanismo fuera incluido. «Como teoría de la religión», afirma el autor, «se puede decir que el humanismo religioso es la culminación del paso gradual del pensamiento teológico y filosófico de la orientación a Dios a la orientación al hombre».16 La Harvard Universtiy Press también se involucró al publicar Religion in 20th Century America [La religión en América en el

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siglo XX], de Herbert Wallace Schneider. Una vez más, el humanismo fue incluido como religión. Dice Schneider: «Intelectualmente el humanismo aún no ha logrado una ortodoxia propia, peroestá losencredos humanistas están circulando, y una 17 “cuarta fe” proceso». Pero dejemos que sean los abogados quienes hagan un gran caso del humanismo como religión. Leo Pfeiffer, humanista del año en 1988, y abogado de la ULCA, presenta el caso. «En este foro (una universidad) no será el protestantismo, el catolicismo o el judaísmo quien salga victorioso, sino el humanismo secular, una fuerza cultural que en muchos aspectos en los EE.UU. es superior a cualquier otro de los18grandes grupos religiosos o a cualquier alianza entre ellos». Pfeiffer coloca abiertamente al humanismo entre las religiones mundiales. Y lo mismo hizo Julian Juxley, un ex presidente de la Asociación Humanista Británica, y firmante del Manifiesto Humanista II. En su libro de 1957 Religion without Revelation [Religión sin revelación], Juxley afirma: «El hombre del siglo XX necesita un órgano nuevo para tratar con el destino, un sistema nuevo de creencias... en otras palabras. Una religión nueva».19 Huxley llegó a esta conclusión, según Norman L. Geisler, mirando libros en una biblioteca de Colorado Springs, Colorado. Dice Geisler: «Huxley se topó con unos ensayos de Lord Morley, donde encontró estas palabras: “La próxima gran tarea de la ciencia será crear una religión para la humanidad”. Huxley se sintió desafiado con esa visión, y escribió: “Sentí un fuego interno al tener la convicción de que la ciencia tendría que tener necesariamente una parte importante a la hora20de formular cualquier religión futura digna de tal nombre”». Huxley llamó a su religión «humanismo evolutivo», la fe de facto de los colegios estatales de los Estados Unidos. La primera organización humanista oficial de América fue la Sociedad para la Cultura Ética, fundada en 1879 por Felix Adler, que fue rabino y profesor de la Universidad de Colum-

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bia. Pronto se formaron treinta sociedades más, y en 1889, el Dr. Adler fundó una federación nacional de esas sociedades. En 1896 se internacionalizó el Movimiento Ético, o Movimiento de la Religión del Humanismo Secular.21 La naturaleza religiosa de esta srcinal organización humanista se hace evidente en la siguiente afirmación aparecida en la publicación Ethical Culture Today: «La Cultura Ética aparece en la lista de religiones del censo de entes religiosos, publicado por el gobierno federal, en varias publicaciones religiosas y en libros de consulta. Se han aplicado exenciones fiscales a las Sociedades Éticas Americanas».22 A finales de los setenta James K. Uphoff ofreció una amplia definición de religión que «contempla la religión como cualquier fe o conjunto de valores a los que las personas le rinden lealtad... La cultura ética, el secularismo, el humanismo, el cientifismo... ilustran este concepto de religión».23 La naturaleza religiosa del humanismo es obvia incluso en una carta que apareció recientemente en una columna de periódico VanHumanistas, Buren: «Soy cuyos un ministro humanista, de lafirmada Sociedadpor deAbby Amigos celebrantes, ministros, capellanes, consejeros y pastores, son todos humanistas seculares. Se nos encuentra en todas partes de los EE.UU. y Canadá. Para más detalles, pueden llamar de forma gratuita a la Asociación Americana de Humanistas. El número es: (800) 743-6646 o envíenos un mensaje a [email protected]. Desde 1963, en que obtuve mi licencia del estado de Ohio para oficiar matrimonios, he celebrado bodas no religiosas, funerales y ceremonias para poner nombres. Mi licencia oficial es idéntica a la de cualquier otro clérigo».24 El Dallas Morning News publicó un artículo sobre la Iglesia del Librepensamiento, del norte de Dallas, y la llamó «la congregación atea más grande de la nación».25 Según el artículo, «la iglesia le ofrece a los ateos, humanistas y otros “librepensado-

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res” muchas de las cosas que hay en los lugares de culto o teístas».26 El humanismo es sin lugar a dudas una religión, y así lo ha sido desde su srcen. Las Biblias humanistas lo llaman

religión

Nueve veces llama abiertamente el Manifiesto Humanista I religión a sus creencias. Por ejemplo: «El humanismo es un punto de vista filosófico, religioso y moral, tan antiguo como la civilización misma».27 Descartando la religión tradicional como habiendo perdido su importancia y ser «incapaz de resolver los problemas de los seres humanos del siglo XXI», el Manifiesto I hace un llamado a «romper con el pasado» y establecer una «religión franca, capaz de proporcionar metas adecuadas y satisfacción personal». Naturalmente, esa religión es el humanismo. A continuación el Manifiesto expone quince pilares sobre su religión, y concluye con las palabras: «Esas son las tesis del humanismo religioso». El Manifiesto II deja claro que el hombre solo sirve a su propio Dios: «como no teístas comenzamos con los humanos, no con Dios; con la naturaleza, no con la deidad». Sosteniendo que las religiones tradicionales son un obstáculo para el progreso humano, este manifiesto, que rechaza la revelación de Dios en las Escrituras, habla con una autoridad que o viene de una deidad omnisciente o de un ego omniconsumente, y eso es realmente el humanismo: el ego humano enloquecido. Así que el escrito sigue sin rodeos: «No nos salvará ninguna deidad, tenemos que salvarnos nosotros mismos». En una encuesta sobre la cuestión «¿Es una religión el humanismo secular?», Paul Kurts admite francamente: «El movimiento humanista organizado se encuentra en un dilema en América; la Hermandad de los Humanistas Religiosos, la Unión Ética Americana y la Sociedad de Judaísmo Humanista se consi-

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deran a sí mismas religiosas. Incluso la Asociación Humanist a Americana, que tiene miembros tanto religiosos como no religiosos, y con frecuencia se considera una asociación “humanis28

ta naturalista” de exención fiscal religiosa». En un escritogoza posterior Kurtz volvió a mencionar que la Asociación Humanista Americana tiene una exención fiscal religiosa. Dice Kurtz: «La Asociación Humanista American a todavía goza de su exención fiscal a pesar de un anuncio erróneo de 1990 de que ha cambiado su estatus fiscal; en cualquiera de sus eventos, la AHA continúa enfatizando que su programa de consejería es religioso, y que realiza deberes “pastorales” y “ministeriales”».29 En 1993 la Harvard University Gazette admitió abiertamente que el humanismo sí es una religión. «Cuando los estudiantes de primer año indican voluntariamente su afiliación religiosa al matricularse, casi unos doscientos señalan el humanismo (como su religión)»,30 indicaba el artículo. Para el registro, Harvard no es solo la única universidad que admite que el humanismo es una religión. El directorio estudiantil de 1985-1986 de la Universidad de Auburn incluye una lista de pastores y ministros de la Universidad. En la página 11 se menciona «humanista» junto con bautistas, católicos, episcopales, luteranos, metodistas y judíos. Según el directorio, el Dr. Delos McKown fue el consejero humanista de la universidad.31 (McKown todavía es editor honorífico de la revista Free Inquiry). El Manual para estudiantes de 1990-1991 de la Universidad de Arizona incluye a los humanistas bajo «Servicios religiosos»; entre tales grupos se cuentan: Embajadores para Cristo, Ministerio Universitario Bautista Americano, Baha’i, Unión Estudiantil Bautista, Cruzada Estudiantil para Cristo, Fundación Hillel, Centro Islámico y Los Navegantes. 32 Del mismo modo, la lista de organizaciones estudiantiles de 1995 de la Universidad de Minnesota coloca a los ateos y humanistas bajo «Religiosos», junto con la Asociación Budista,

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Unión Estudiantil Bautista, Cruzada Estudiantil para Cristo, Hermandad de Estudiantes Cristianos, etc. Desde entonces los humanistas han decidido inscribirse en la sección de «Acción política y social» de la de estudiantes. qué?para Todo el mundo involucrado enguía ese cambio sabe que¿Por se hizo engañar a los ingenuos estudiantes nuevos. Pero pregúntese a sí mismo: ¿Por qué los ateos y los humanistas no se inscribieron en la sección «científica»? El Tribunal Supremo de los Estados Unidos lo llama religión En 1961 el humanismo fue reconocido oficialmente como religión. Corliss Lamont describe el famoso caso Torcaso vs. Watkins desde la perspectiva humanista: El Tribunal Supremo de los Estados Unidos reconoció oficialmente el humanismo religioso con el caso de Roy R. Torcaso, un humanista al que le fue negada una plaza como notario público bajo una legislación de Maryland, que exigía que todos los funcionarios públicos de dicho estado profesaran creer en Dios. La opinión unánime del tribunal fue que ese estatuto era anticonstitucional según la Primera Enmienda. El juez Hugo L. Black hizo esta observación: «Entre las religiones de este país que no enseñan lo que se suele considerar fe en la existencia de Dios están el budismo, el taoísmo, la cultura ética , el humanismo secular y otros».33

La Texas Tech Law Review afirma que «la decisión de Seeger definió la religión como todas las creencias sinceras basadas enunpoder,ser,ofe,alasquesesubordinatodolodemás,ode las que depende todo lo demás». Según esto, como afirma Seeger, la religión «incluye a los ateos, agnósticos, y a los adherentes al teísmo racional».

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Puede que tales decisiones judiciales se hayan tenido en cuenta para la definición de religión del diccionario Webster: «todo sistema de creencias, prácticas, valores éticos, etc., que recuerden, sugieran o se relacionen con tal sistema (el humanismo como religión)». En la Texas Tech Law Review el abogado John W. Whitehead y el ex congresista John Conlan publicaron un largo artículo titulado: «El establecimiento de la religión del humanismo secular y las implicaciones de su Primera Enmienda». Estos abogados citaron varias decisiones judiciales que habían legislado o se habían referido al humanismo como religión. Por ejemplo, «Una corte federal de Reed v. Van Hoven sostiene que: “A la luz de los casos ya decididos los colegios públicos, entre religiones teístas y humanistas, deben evitar con mucho cuidado todo programa de adoctrinamiento sobre valores últimos”». 34 Obviamente este juez consideraba religiosos tanto al teísmo como al humanismo. Thomas Jefferson llamaba religión a la falta de creencias Nosotros tendemos a pensar que creer en Dios es una religión y que por tanto el no creer no es religión. Pero la verdad es que es más exacto decir que el punto de vista que uno tenga de Dios —sea cual sea— es una creencia religiosa. Los ateos creen en la religión del ateísmo. Thomas Jefferson, escritor de la Declaración de Independencia, entendió esto perfectamente. Durante el debate sobre la separación entre Iglesia y estado —que al final llevó a la Primera Enmienda— él definió religión como algo que incluye «a todos los creyentes o no creyentes en la Biblia». Este principio se aplica igualmente a los creyentes o no creyentes en Dios. Por tanto, según la tesis de Thomas Jefferson, si la fe en la Biblia y los valores morales que la acompañan fueron expulsados

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de nuestros colegios públicos, lo mismo debería hacerse con el humanismo y su consecuente amoralidad. El humanismo es una cosmovisión religiosa Todas las cosmovisiones religiosas se basan en enseñanzas relacionadas con Dios, los orígenes, el hombre, los valores y la vida futura. Como hemos visto, el humanismo ha construido una cosmovisión muy bien definida: •

No creer en Dios;

•

Creer en la materia como algo eterno; Creer en la generación espontánea;

•

Creer que el hombre es un animal evolutivo;

•

No creer en valores morales absolutos;

•

Creer en el hombre humanista como la autoridad final;

•

•

Creer en la maleabilidad del hombre y en su bondad natural;

•

No creer en el alma o el espíritu;

•

Creer en nuevos derechos y responsabilidades sexuales;

•

No creer en leyes eternas;

•

Creer en la regla humanista (a la que llaman

•

«democracia»); Creer en un gobierno socialista mundial.

•

No creer en el juicio final o en la vida eterna.

La cosmovisión religiosa del humanismo está tan bien definida35 que si fuera sacada de nuestros colegios públicos, y sus

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discípulos fueran retirados del gobierno por medio de unas elecciones, inmediatamente declararían que son una religión, y disfrutarían del estatus de exención fiscal. Ahora no puedenpara hacer eso porque reciben miliglesias, millones de dólares anualmente operar su extensa red de colegios y universidades. ¿Para qué iban a recoger ofrendas para sufragar la propagación de su religión si, por medio de nuestros impuestos, nosotros les financiamos todo? Whitehead y Conlan lo describen así: Aunque el humanismo secular no es teísta, sí es religioso, porque se orienta a creencias y prácticas religiosas, que están en abierta oposición al teísmo tradicional. El humanismo es una doctrina centrada solamente en los intereses y valores humanos. Por tanto, el humanismo deifica al hombre colectiva e individualmente, mientras que el teísmo glorifica a Dios. Mas aún, aunque el humanismo define sus valores y verdades absolutas del razonamiento finito del hombre relativista, el teísmo ha recibido sus valores y verdades absolutas por medio de la revelación de la Deidad infinita, el Creador. Tanto el teísmo como el humanismo alaban a su propio «dios». La diferencia es el objeto de adoración, no el acto. Por lo tanto, el humanismo secular es una religión cuya doctrina glorifica al hombre como la fuente de todo conocimiento y verdad, mientras que el teísmo glorifica a Dios como la fuente de todo conocimiento y verdad. 36

El humanismo debe ser aceptado por fe Los cristianos nunca han negado que sus seguidores aceptan sus enseñanzas por fe. Esto no se hace de forma ciega o irracional, sino que resulta de usar la mente, la voluntad y el corazón como respuesta a la revelación que Dios nos proporciona en la Biblia. La fe viene por oír la Palabra de Dios, y después, basar nuestra

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razón en ella. A esto se refiere Dios cuando dijo por medio de uno de sus profetas: «Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta» (Isaías 1.18). Del mismopor modo, la religión se acepta única y exclusivamente fe. En efecto, humanista Corliss Lamont cierra su libro con estas palabras: «Por sus grandes logros el hombre, usando los recursos y las leyes de la Naturaleza, pero sin ayuda divina, es totalmente digno de crédito. De igual modo, tiene que aceptar la responsabilidad de sus defectos. El humanismo le asigna al hombre nada menos que la tarea de ser su propio salvador y redentor».37 Este concepto, como cualquier otro del humanismo, es totalmente improbable científicamente y debe ser aceptado por fe. Es cierto que el cristianismo es una religión basada en la fe, pero también lo son el islam, el confusionismo, y todas las otras religiones del mundo, incluyendo el humanismo secular. Nadie ha expresado esto tan claramente como Iriving Kristol: «El hecho de que añadan la palabra “secular” al autodefinirse no significa que no se pueda contemplar seriamente como una religión competitiva, aunque sus adeptos se resientan y resistan a eso». 38 Y otra vez: «El humanismo secular es más que una ciencia porque procede a inferir sobre la condición humana y las posibilidades humanas, que realmente no son científicas. Esas inferencias son metafísicas, y al final teológicas... El humanismo secular es quien pone la base ortodoxo-metafísico-teológica de las dos filosofías políticas modernas: el socialismo y el liberalismo. Los dos son recurrentes en el espectro humanista: el socialismo es un extremo ateo mesiánico, y el liberalismo es 39 la versión agnóstica meliorística». Kristol nos hace ver también que la raíz de todo el caos moral es el desarraigo espiritual que trajo el humanismo. «Si existe un hecho indiscutible en la condición humana», dice Kristol, «es que ninguna comunidad puede sobrevivir si está persuadida —o tan solo lo sospecha— de que sus miembros están llevando

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vidas sin significado en un universo sin significado». 40 Kristol concluye así: «El cerebro del humanismo secular está muerto, aunque su corazón continúa bombeando energía a todas nuestras instituciones». El humanismo está enraizado en la

religión

Aunque el humanismo como sistema se srcinó en Grecia cuatro siglos antes de Cristo, los griegos no fueron los primeros en poner las ideas básicas de la religión. Esas enseñanzas se pueden rastrear hasta Confucio, Buda, e incluso Babilonia, la infame fuente de todas las religiones paganas. Incluso Lamont reconoce el srcen politeísta del humanismo. 41 Como los mismos humanistas reconocen claramente que sus enseñanzas se srcinaron en religiones paganas, podemos concluir diciendo que el humanismo es una religión, especialmente cuando vemos que ha mantenido muchos de los conceptos de esas religiones. El humanismo es tan religión como el budismo, el islam o el cristianismo. En efecto, realmente solo hay dos tipos de religiones en el mundo, las bíblicas y las paganas: Bíblicas (Sabiduría de Dios) Paganas (Sabiduría del hombre) Judaísmo cristianismo

Confusionismo budismo islam misticismo babilónico humanismo

Hay una religión en concreto, el unitarianismo, que ha contribuido más que ninguna otra al avance de la causa humanista en América. El unitarianismo se desgajó del cristianismo por causa del tema de la deidad de Cristo. Al igual que los humanistas, los unitarios también creen que Jesús fue solo hombre.

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El unitarianismo ganó prominencia en Europa debido a su punto de vista liberal sobre Dios, reduciéndolo a una impersonal fuente de todas las cosas. También enseñó sobre la autonomía y autosuficiencia del hombre, que era dueño de su propio destino. Muchos estadounidenses abrazaron el unitarianismo en el siglo XVIII, pero los unitarios no rompieron formalmente con la Iglesia Congregacional hasta 1825, fundando su propia denominación. Muchos unitarios notables son hoy líderes del movimiento humanista, y algunos pertenecieron a las Sociedades de Cultura Ética. Un veinticinco por ciento de los firmantes del Manifiesto Humanista I son unitarios. 42 Un sermón del reverendo John H. Dietrich de 1925 también indicó «cómo el unitarianismo ha sentado de una forma natural las bases para el humanismo».43 En el siglo veinte el unitarianismo había sufrido tanta influencia del criticismo agudo que las creencias deístas de sus miembros apenas se diferenciaban de la posición humanista. El unitarianismo largamente y significativamente humanista, porque acepta es cuatro de las doctrinas del humanismo —evolución, amoralidad, autonomía y gobierno socialista mundial. La única diferencia entre ellos es que uno abraza el deísmo, y el otro el ateísmo. Dicho con otras palabras: un maestro unitario de Escuela Dominical puede promover casi todas sus creencias religiosas en los colegios públicos, etiquetándolas de «educación», «humanismo secular» o «humanismo científico». De lunes a viernes los contribuyentes le pagamos para eso, ¡que es el fraude religioso del siglo! El humanismo es una forma de vida A los primeros cristianos con frecuencia los llamaban «seguidores del camino» porque sus creencias religiosas hacía que vivie-

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ran de una forma determinada. Con el humanismo pasa lo mismo. Uno de los líderes humanistas, Lloyd Morain, último presidente la Asociación de Humanistas de América, proclamó que el de humanismo se había doblado durante todos los años pasados. Después se jactó de que un número creciente de protestantes, judíos y católicos estaban empezando a seguir esta forma de vida. El hecho de que el humanismo sea una forma de vida -como cualquier otra religión- es una evidencia más de que se debe clasificar como religión. El humanismo inspira celo misionero La fallecida Dr. Mary Calderone, humanista destacada y defensora radical de la educación sexual, a sus setenta años continuó viajando cientos de miles de millas al año para predicar el evangelio humanista. Personalmente puedo entender muy bien lo que significa eso, porque durante treinta años viajé varias veces esa cantidad de millas realizando seminarios para la familia. Los humanistas hacen sacrificios similares porque tienen un celo misionero por propagar su religión. Durante años no podíamos entender cómo es que individuos con doctorados podrían malgastar su vida viajando por el país enseñando sexo permisivo a todo el que quisiera escucharles. Parecía no tener sentido. Pero según dice el Dr. James M. Parsons, un siquiatra de Florida: «Están tratando de crear tal obsesión por el sexo entre la gente joven que ya no les queda tiempo 44 o interés por los temas espirituales». Los humanistas seculares se entregan a pasar años con temas de educación sexual, no porque la función sexual sea tan compleja, sino porque se tarda años en socavar la ética sexual tradicional de casi todas las familias americanas. Esta dedicación se explica fácilmente cuando entendemos que el humanismo es

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una religión, y que a sus sumos sacerdotes de la educación los mueve un celo misionero. Escuche el celo de sus pronunciamientos: «La batalla por el futuro de la públicos humanidad lucharse ganarse en las aulas de los colegios pordebe maestros queyperciban claramente su cometido como proselitistas de una nueva fe: una religión de la humanidad que reconoce y respeta en cada ser humano la chispa de lo que los teólogos llaman divinidad. Estos maestros deben encarnar la misma dedicación desinteresada que los predicadores más rabiosamente fundamentalistas, porque serán ministros de otro tipo, utilizando el aula en vez del púlpito para transmitir valores humanistas en todas las asignaturas que enseñen, independientemente del nivel que enseñen —desde preescolar hasta universidad. El aula debe ser y será la zona de conflicto entre lo viejo y lo nuevo, el cadáver putrefacto del cristianismo, junto con sus males y miserias, y la nueva fe del humanismo, resplandeciente en su promesa de un mundo en el que por fin se alcance el nunca realizado ideal del cristianismo de “ama a tu prójimo”».45 Hasta que los ciudadanos de los Estados Unido no se den cuenta de que el humanismo es una religión y no solo una inocente filosofía de modernas teorías educativas, los humanistas continuarán asediando la mente de nuestros hijos. Una vez que el humanismo sea identificad o como la religión más peligrosa del mundo, y expulsado legalmente de nuestros colegios públicos, será aplastado por su propio peso, porque los americanos —sobre todos los que son padres— nunca estarán de acuerdo en apoyar la destrucción espiritual de sus hijos. Revelación en la Casa Blanca La inhabilidad de muchos líderes cristianos para entender los peligros del humanismo religioso, secular o planetario, puede ser entendida mejor si les cuento una experiencia asombrosa

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que tuve en 1980. Doce ministros —la mayoría de ellos predicadores conocidos en la radio y en la televisión— fuimos invitados a desayunar con Jimmy Carter, presidente de los Estados Unidos. Durante respondió seis preguntas, la mayoría de ellascincuenta sobre la minutos familia, los valores amorales y la defensa nacional, que ya había preparado de antemano. La última fue la más relevante: «Señor presidente», le preguntamos, «en vista de que en su campaña de 1976 usted pidió abiertamente el voto de los cristianos evangélicos, ¿por qué durante los primeros tres años de su campaña no ha nombrado ni un solo cristiano para su gabinete, como juez o para cualquier otra posición elevada en su gobierno?» Él hizo una pausa, y después negó que fuera cierto. «Tengo a varias personas religiosas en mi administración», explicó. «El vicepresidente Mondale es un hombre muy religioso y viene de una familia muy religiosa. Su padre fue ministro, su abuelo fue ministro, y su hermano también». Lo que dijo el presidente era cierto, pero lo que no dijo es que el mismo vicepresidente Mondale reconocía ser humanista, como señalan los abogados Whitehead y Conlan: El vicepresidente Mondale, que en el pasado contribuyó a El humanista, fue un participante destacado en el V Congreso de la Unión Ética y Humanista Internacional, celebrado en agosto de 1970 en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. En la ceremonia de apertura hizo los siguientes comentarios: «Aunque nunca me he unido formalmente a una sociedad humanista, soy miembro por herencia. Mi padre, un predicador, fue humanista —en Minnesota los llaman granjeros— y yo crecí con una dieta muy rica en humanismo, que me proporcionó él. Toda nuestra familia ha estado muy influida por esta tradición, incluyendo a mi hermano Lester46, ministro unitario, líder de la Cultura

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EL HUMANISMO ES UNA RELIGIÓN Ética y presidente de la Hermandad de Humanistas Religiosos».47

Esa visitaurgentemente. a la Casa Blanca mepresidente convenció de de los queEstados este libro se necesitaba Si un Unidos no entiende que el humanismo y su abuelo, el unitarianismo, son los enemigos inalterables de la libertad y la humanidad, hay que hacer algo para desenmascarar esta religión y exponer sus dogmas y prácticas mortales. Se tardó poco más de una generación para reducir nuestra nación a la degeneración y a la anarquía moral, al punto en que ahora somos el hazmerreír del mundo y la capital mundial del consumo de drogas. Los Estados Unidos son el número uno en todas las categorías morales erróneas: embarazos adolescentes, divorcio, crímenes violentos. Pero si los cristianos y otros que están en favor de la moral trabajan juntos, podemos hacer volver a esta nación a la sanidad moral dentro de pocos años. Si no lo hacemos, estamos ante la destrucción del alma de cincuenta y cinco millones de jóvenes.

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EL HUMANISMO CONTROLA NORTEAMÉRICA El sistema de valores del humanista [secular] se ha convertido en la forma de pensamiento predominante en la mayoría de los centros de poder de la sociedad. JAMES C. DOBSON

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parentemente los Estados Unidos de Norteamérica es la tierra de la libertad y el hogar de los valientes, un lugar que fluye leche y miel. Y en cierto sentido sí lo es. Los ciudadanos de los Estados Unidos disfrutan de una esperanza de vida de casi ochenta años. La tecnología de la nación no es superada por ninguna otra. Su nivel de vida es el más alto del mundo. Como lo expresó un escritor: «Hoy, de muchas formas, incluso los pobres tienen acceso habitual a alimentación de calidad, atención sanitaria, consumo de productos, ocio, comunicaciones y transporte, que ni siquiera se podrían haber permitido los Vanderbilt, Carnegies, Rockefeller y los príncipes europeos del siglo XIX, juntando toda su fortuna».1 Pero una nación y su cultura son algo más que los simples aspectos físicos, materiales y externos. También está el alma, la parte interna e inmaterial —lo moral, lo espiritual, esprit de corps.Una cosa es inventar y producir bombillas eléctricas y construir magníficas salas de cine, y otra cosa es proyectar películas moralizadoras, inspiradoras y redentoras socialmente. El nivel de vida de los EE.UU. sigue siendo alto, pero su nivel moral ha decaído. Todos los que amamos nuestro país deberíamos estar muy preocupados. Sucede muy pocas veces que prendemos la televisión y no la encontramos manchada de pensamiento amoral pro-humanista. No nos sentimos con confianza de enviar a nuestros hijos a un colegio público y esperar que estén a salvo de la violencia, las drogas y el gobierno antiamericano a favor de un único mundo, de la evolución, de la homosexualidad, del aborto y de la enseñanza sobre el preservativo. Un país libre, donde el gobierno «es para la gente y la gente

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para el gobierno» debería elegir líderes gubernamentales que respondan a su circunscripción pro-moral y pro-América. El nuestro no lo hace. Por ejemplo, las encuestas mostraron que el ochenta por de ciento de los estadounidenses senuestros oponíanpolíticos a entregar el Canal Panamá, pero sea como fuere, lo hicieron (y ni un solo representante oficial importante asistió a la ceremonia, incluyendo al presidente y al vicepresidente). Hoy nos preguntamos seriamente si se lo entregamos al gobierno panameño o a la China comunista. ¿Por qué suceden esos desastres políticos? Porque estamos siendo regidos por un grupo pequeño, pero muy influyente, de humanistas comprometidos. Estos políticos están decididos a convertir a los EE.UU. en un país amoral y humanista, listo para fundirse en un estado socialista mundial. Por supuesto, no lo llaman «humanismo», sino «democracia». Pero humanista en todo su sentido ateo, amoral y de gobierno mundial. El rabí Daniel Lapin reflexiona sobre la tremenda influencia de la cosmovisión anti-Dios, que está seduciendo a América actualmente. Dice: Sospecho que la mayoría de nuestras instituciones culturales están ahora firmemente en las manos de aquellos que rechazan al Todopoderoso. Quienes manejan nuestros programas de ocio y los medios de comunicación constantemente declaran en las encuestas que apenas asisten a cultos o tienen alguna afiliación religiosa. Quienes manejan nuestros colegios, universidades y juzgados están favoreciendo constantemente doctrinas anti-Dios, no importa con qué frecuencia invoquen su nombre.2

Degeneración por diseño Hace muchos años mi madre, junto con otras personas de su generación, lamentaba el rápido declive de la moralidad en Amé-

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rica. Consideraba que el descenso lógico del hombre caído, secular, era una tendencia irreversible. No me cabe duda de que ella compartía los sentimientos de la mayoría de los cristianos activos de su Lo que su época. generación no captó fue que la mayoría de los americanos eran conducidos cuesta abajo por el sendero de la degeneración moral por planificadores sociales humanistas que dominaban el liderazgo de la nación. 3 Un ejemplo típico es la amplia distribución de pornografía. Durante la juventud de mi madre, era extremadamente difícil adquirir pornografía dura. Hoy día nos llega con el correo (tanto si queremos o no), o es accesible de otras formas, tanto que hasta los escolares la pueden obtener. Cambios como este son en gran parte resultado del trabajo de organizaciones como la Unión de Libertades Civiles de América. Durante más de medio siglo, este grupo tan pernicioso se ha dedicado a acosar nuestros consejos municipales, comités de supervisores del condado, legisladores, juzgados y, finalmente, los tribunales supremos de los estados y de la nación, hasta llegar a destruir las leyes puestas para proteger los ojos inocentes de la basura de la página impresa. O piense usted en el mundo del arte. Últimamente hemos sido testigos de artistas colocando una figura de plástico de Jesucristo en una cuba de orina, ponerle preservativos a un Cristo, incluso untar de estiércol de elefante a la Virgen María, todo ello hecho bajo la guisa de la libertad de expresión. Pero ¿quién cree seriamente que los humanistas o sus amigos de los medios tolerarían que un artista colocara una figura de Martin Luther King en un recipiente con orina, lo mostrara con un preservativo, o llenara de estiércol de elefante fotografías de Hillary Clinton, Gloria Steinem o Betty Friedan? Hasta que un número suficiente de estadounidenses preocupados por la moral no comprendan lo que ha estado sucediendo durante las últimas décadas, los humanistas continuarán hasta llevarnos al caos de la Revolución Francesa, una catástro-

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fe que destruyó Francia y preparó el camino para el dictador Napoleón Bonaparte. Para esta época los humanistas esperan nombrar su propio dictador, y esperan que este cree —de las cenizas de nuestra república a favor de la moral— una «utopía» humanista. Aunque la izquierda está decidida a convertir a los EE.UU. en estado socialista amoral, semejante a Cuba o a China, eso se puede evitar. Todavía estamos a tiempo de poner rumbo hacia los valores morales y espirituales tradicionales, y restaurar la auténtica libertad individual. Pero debemos entender cómo han llegado los humanistas a controlar las mentes hasta tal punto que diez o quince millones de ellos pueden subyugar literalmente a una nación de más de doscientos setenta millones de personas. Cuando los humanistas acababan de llegar a los EE.UU. tuvieron que enfrentarse a obstáculos que parecían abrumadores. Pero en vez de derrochar sus recursos, se concentraron en cuatro canales para penetrar en las mentes de nuestro pueblo. Ya hemos analizado la educación. Fijémonos ahora en los medios de comunicación, las organizaciones humanistas y el gobierno. Los medios de comunicación Al mismo tiempo que John Dewey y sus compañeros humanistas tomaron la educación, sus compatriotas estaban muy ocupados tratando de apoderarse de los medios de comunicación, controlando no solo cómo lee y ve Juanito, sino, en gran medida, lo que lee y ve. Por razones de espacio no podemos detallar cómo poderosos intereses humanistas se fueron haciendo poco a poco con los periódicos, de costa a costa. Cuando surgió la radio también fue comprada por ellos mismos. Más tarde, cuando ya teníamos televisión privada, los humanistas acapararon el campo. Hoy día los humanistas controlan casi todos los medios, dominando

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varios programas por cable y un montón de cadenas de televisión importantes. Las excepciones son la radio independiente y la cristiana, la televisión cristiana y algunos programas por cable.Dice Cal Thomas: El único «pecado» que le queda a América es presuponer que se puede encontrar la verdad o, peor aún, haberla encontrado usted. Todas las preguntas se quedan abiertas y sin resolver, excepto las que la élite ha decidido que quedan cerradas (p.ej.: la evolución), y que ellos mismos resuelven. Las cadenas de televisión y la mayoría de la prensa escrita se niegan a defender la legitimidad de cualquier otro punto de vista (p.ej., el creacionismo), excepto los que prevalecen. Así que botan las opiniones con las que no están de acuerdo (si es que se dignaran a fijarse en ellas ) y promueven aquellas con las que sí lo están, muchas veces de forma injusta y desequilibrada, presentando la ficción como si fuera cierta, y el error como pureza doctrinal. 4

La prensa Aunque un periódico sea de propiedad privada, depende de la red de conexión (p.ej.: Associated Press and Reuters) para proveerse de noticias nacionales e internacionales. Estas noticias son editadas cuidadosamente antes de ser enviadas. Ningún reportero puede materialmente reportar todo lo que se dijo o hizo, sino que tiene que seleccionar los temas que él considera importantes. Si alguno de los políticos a los que él favorece dice algo que podría dañar su imagen personal, esa afirmación se suprime. Si escribe una palabra, se ignora. Pero si, por el otro lado, un político que represente los valores tradicionales morales o económicos, hace una afirmación equivocada, eso le puede poner en una situación difícil; usted puede estar seguro de que aparecerá en la primera plana de todos los diarios del país. Esto sucedió en 1992 cuando el vicepresidente Dan Quayle

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provocó gritos de burla en la izquierda a causa de su discurso «Murphy Brown». ¿Cómo se atrevió a defender a la familia tradicional, cuando toda persona instruida sabe que es restrictiva y «pasada de moda»? Chuck Colson dice que Quayle fue porque ridiculizado y llamado «arrogante», «agresivo» y «ofensivo» apoyó las verdades morales objetivas —y no las preferencias personales. «Esta sutil diferencia», dice Colson, «está en el fondo de los conflictos morales que dividen nuestra cultura hoy».5 Reed Irvine, Joseph C. Goulden y Cliff Kincaid, en su oportuno y poderoso dictamen sobre la prensa humanista, insisten en que en el enfoque de las noticias intervienen por lo menos estos seis factores: 1. promoción de agendas izquierdistas 2. aceptación de Chicken Little 3. promoción de detestables líderes izquierdistas 4. preferencias políticas determinadas 5. cinismo con las religiones organizadas 6. periodismo empaquetado (todos corriendo detrás del mismo en vez de buscar historias que la mayoría decide que ya no existen)6 Un ejemplo de cómo se tapan las cosas es ver cómo los periódicos cubren al presidente John F. Kennedy. Los reporteros de Washington conocían muy bien las indiscreciones morales de Kennedy, pero como a los secularistas no les parece mal la infidelidad, dejaron la verdad discretamente a un lado. En efecto, Katie Couric, presentadora de Today, se refirió a la administración Kennedy como «aquellos años dorados». En cambio, el presidente Nixon fue implacablemente perseguido por la prensa —y legítimamente— por sus errores. Y después tenemos el espectáculo de Willian Jefferson Clinton. La prensa hizo todo lo que estaba en sus manos para conseguir que el más inmoral de todos los presidentes de la historia

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de los EE.UU. continuara en su puesto. Es más, para la prensa los «malos de la película» fueron los directivos de la Casa de Representantes, que se atrevieron a cuestionar los derechos morales Clinton para el puesto más alto del país.y legales Fueron de equiparados conseguir el Ku en Klux Klan como «jinetes nocturnos pero sin sábanas blancas»7, mientras que el New York Times trataba de comparar el ambiente del Congreso con el de la Alemania nazi. Las entrevistas concedidas noche tras noche y los comentarios hechos día a día solían venir de la izquierda. Es asombroso lo rápido que los medios pueden encontrar a uno de los suyos para dar un espacio de seis segundos para exonerar a uno de los suyos. Qué mejor prueba de esto que las recientes críticas que sufrió George W. Bush siendo candidato a la presidencia al mencionar a Jesucristo en respuesta a una pregunta sobre quién había influido más en él, y a quién consideraba el mayor filósofo.8 La prensa no encontró suficientes palabras para condenar a Bush por mencionar a Cristo y usar la palabra J. Varias semanas antes otro candidato presidencial dijo que las mayores influencias de su vida fueron Jimmy Carter y Mikhail Gorbachev, y la prensa no dijo ni pío. Mencione usted a Jesucristo, y se alzarán voces airadas de desprecio; mencio ne a un ex dictador comunista, y los medios humanistas harán reverencias. La izquierda ha decidido ahora convertir a Hillary Clinton en su causa más célebre, por ver en ella el boleto de entrada para el nuevo siglo. Se la presenta como una persona experta en política. Lance Morrow dijo de ella en la revista Time: «Veo formarse una especie de bruma celta en torno a Hillary como nuevo arquetipo (entre Eleanor y Evita, trascendiendo a ambas) en un momento en que la civilización se dirige, por lo menos decisivamente, —quizás por primera vez desde el advenimiento del patriarcado cristiano hace dos milenios— hacia la mujer».9 Marvin Olasky dice que uno de los trucos de ciertas personas de los medios es llamar a sus propias posiciones izquierdis-

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tas «las del pueblo» o «la sabiduría» en general. De esa forma, si usted no está de acuerdo con la línea liberal, será tachado de ir en contra del pueblo o de ser, simplemente, estúpido.10 Otro aspecto preocupante es la sección de reseñas de libros de los periódicos. La de Los Angeles Times Sunday Book Review está dominada por la izquierda. David Horowitz observó que en el ejemplar del 9 de mayo de 1999 «tres eran reseñas de libros conservadores —y todos fueron atacados por la izquierda. Había también dos reseñas de dos libros sobre Clinton, ambos escritos por izquierdistas, ambos reverenciados por críticos de izquierdas».11 Este periódico fue el mismo que le proporcionó al marxista Eric Hobsbawn un espacio de tres mil palabras para celebrar el sesenta y cinco aniversario de la publicación del Manifiesto Comunista. (Un tributo justo debería haber mencionado a los cien millones de seres humanos muertos a causa de las enseñanzas del Manifiesto, pero por alguna razón, Hobsbawn no mencionó esa parte del genio de Marx). Para mostrar un «equilibrio» el Times dio a Horowitz un espacio de ciento veinticinco palabras paraleresponder. Los servicios de conexión humanistas muchas veces muestran sus inclinaciones por medio de fotografías. Raramente retratan a un político liberal con la boca abierta o en una pose poco elegante, pero sí lo hacen con su contraparte de la derecha. Durante varios años retrataron a la señora Phyllis Schlafly —una atractiva y elocuente abogada conservadora, opuesta a la Igualdad de Derechos— como una fanática. Nos alegra poder decir que la señora Schafly sobrevivió muy bien a las batallas del ERA, mientras que la izquierda humanista sufrió una derrota muy merecida. Su valiente posición frente a poderosos adversarios (el presidente de los Estados Unidos, la mayoría de los gobernadores y los canales de noticias) deberían animarnos a todos nosotros a batallar contra las mismas fuerzas. Ella fue ca-

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paz de abrirle un ojo al gigante dormido, y lo mismo deberíamos hacer nosotros. Televisión: control la mente La televisión es eldecanal más poderoso para controlar la mente de una generación. Los científicos nos dicen que recordamos el sesenta por ciento de lo que vemos, y solo el diez por ciento de lo que oímos. Como la televisión y las películas combinan esos dos accesos principales a la mente, se convierten en los objetivos principales para una toma de poder humanista. La degeneración progresiva de la programación de televisión es una prueba de que las principales cadenas y programas por cable están controladas sobre todo por secularistas. Un medio que una vez ofreció programación orientada a la familia, y observaba niveles morales discretos, ahora se burla de tales cosas, y en lugar de eso promueve la sexualidad, el incesto, la infidelidad matrimonial y la depravación. Una cadena parece orientarse no solo en ser inmoral en su programación, sino tam-

biénPero anticristiana. por muy malos que sean los programas de entretenimiento de la televisión, aún son peor los noticieros. La televisión es la fuente de información principal para la mayoría de la gente. Muchas ciudades tienen una cadena local afiliada a alguna de las principales cadenas, por lo que estas controlan las noticias. Obviamente, no todo el mundo que controla las noticias de las cadenas son humanistas comprometidos, pero la mayoría, sí. Si no lo cree, intente nombrar a varios presentadores nacionales famosos que sean conservadores. Anote el nombre de su presentador favorito de noticias en la televisión nacional, luego identifique a otros que usted conozca. Lo más seguro es que encuentre unos cuantos que son moderados, varios liberales y unos cuantos superliberales, pero muy rara vez un conservador.

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(La radio nacional es tan izquierdista que hay varios liberales que no la pueden localizar en el dial.) Un medio realmente libre debería representar por igual el punto de vista como conservador. Pero laliberal. mayoría de las noticias queliberal recibimos noselllegan con un talante ¿Por qué sucede así, teniendo en cuenta que aquellos que se autodenominan liberales nunca han sumado más del treinta y dos por ciento de la población? Si la mayoría de la población se considera conservadora ¿por qué no podemos tener por lo menos una cadena conservadora? Observe los comentarios después de los debates o los discursos presidenciales. Los portavoces conservadores —los que están a favor de los valores tradicionales y de la empresa privada— son ridiculizados y despreciados por los comentaristas, incluso si sutilmente apoyan o aprueban los puntos de vista de los candidatos liberales. Presentaciones con determinadas inclinaciones políticas ayudan a entender por qué una nación que se autodenomina conservadora vota una y otra vez a candidatos liberales y moderados para los oficios públicos. De todas formas, este tipo de electoralismo con los medios no siempre tiene éxito. Algunas veces los favoritos de los medios son tan superliberales que no pueden esconder sus puntos de vista radicales y socialistas, y por eso son derrotados en los sondeos. Pero cuando se acercan las elecciones, normalmente son los medios los que hacen la diferencia. Una regla muy simple: si una historia se puede inclinar hacia la izquierda en el espectro político o religioso, así sucederá. Si un evento implica aborto u homosexualidad, las noticias lo orientarán en una dirección pro-abortista y pro-homosexual. Si existe un contraste claro entre el bien y el mal, la orientación siempre será hacia el mal. Si hay un concurso entre arte hermoso, que refleje la bella creación de Dios, y arte feo que refleje la oscuridad del alma humana, la tendencia será favorecer lo feo. Si hay una disputa entre dos libros de texto, con uno que diga

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algo positivo sobre la civilización occidental, y otro que la vilipendie, se inclinarán contra la civilización occidental. Si solo hay tiempo para reportar un evento, y hay que elegir entre el dictador algún conservador norteamericano, ya sabe usted cuálchino de losy reportes saldrá al aire. Y así siempre. Talk Shows (Programas de entrevistas) En los talk shows se escucha una buena dosis de conversación absurda, pero el oído que discierne también capta una gran cantidad de propaganda humanista. La mayoría de los invitados

son amorales creencias y vida Muy de vez en cuando invitanenasus algún cristiano o a personal. algún conservador, pero calculamos que será como uno de cada treinta, de una población en la que uno de cada cinco profesa ser cristiano, y una gran mayoría cree en una sociedad basada en los principios morales de los Diez Mandamientos. Admitamos que esos programas normalmente no están llenos de propaganda ideológica, pero la tendencia liberal es implacable. Una portavoz a la que se le pidió representar a las amas de casa norteamericanas comentó, por ejemplo, que «ser ama de casa es muy aburrido», aun cuando esta señora representaba a una organización feminista y nunca se había casado ni había tenido hijos. Esto, por supuesto, no se dijo, pues podría haber arruinado su oportunidad de promover su causa en la televisión nacional. Hemos visto que los llamados sexólogos («expertos» en sexo y matrimonio) dan muy malos consejos sobre temas relacionales, apoyados por el presentador del programa, quien adula a dicho experto. Por el contrario, la persona que tenga una posición favorable a la moral, con frecuencia se ve atacada o ridiculizada. Los conservadores son tratados casi como una amenaza al estilo personal del presentador. Los humanistas consideran la televisión como un canal: pri-

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mero, para adoctrinar, y después, para hacer dinero. Poco después de haberme enterado de que Norman Lear produjo seis de las «comedias» más amorales de televisión, almorcé con un hombre negocios cristiano, que me dijo que se sentía muy aliviado de al haber vendido su programa de televisión por cable. ¿Adivinan quién lo compró? Norman Lear. No es raro que nuestro Señor dijera: «Los hijos de este siglo son más sagaces ... que los hijos de luz» (Lucas 16.8). La televisión se usa continuamente para promover libros o causas antimorales y anti-Dios. Se entrevista a muy pocos autores o cantantes cristianos; En efecto, es tan difícil penetrar la barrera liberal que varios editores importantes de libros cristianos han desistido. Los cristianos escriben buenos libros y pueden presumir de tener muchos autores interesantes y elocuentes, pero como esos escritores se oponen a las creencias seculares, se les excluye de la televisión. Puede que aparezcan cristianos en algún que otro programa local, pero con la excepción de Billy Graham o Amy Grant, muy pocos aparecen en la escena nacional. Reggie White, ex jugador del equipo Green Bay Packer atrajo la atención de la nación, pero solo porque fue criticado por su postura ante la homosexualidad. La televisión puede ser un medio de comunicación maravilloso, dependiendo de quién la controle. Por suerte hay unos pocos valientes que la usan para comunicar convicciones morales y cristianas. Sin sus voces este valioso medio se vería aplastado en las manos de los humanistas o sus simpatizantes. La industria cinematográfica Se podrían escribir volúmenes sobre cómo ha destruido Hollywood los valores morales de los Estados Unidos durante los últimos cincuenta años. Los magnates del cine tratan de defender la exaltación que hacen de la infidelidad, la homosexualidad, la violencia y la corrupción, diciendo que «solo están dándole al público lo que este pide». ¡Qué tonterías! Algunas de

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las películas de más éxito, y que han provocado altas ganancias monetarias —como Toy Story o The Straight Story— han sido limpias y orientadas a la familia. Para la mayoría, Hollywood golpea la sensibilidad de los ciudadanos a favor de la moral. 12 En un viaje reciente a Kansas City me senté en el avión junto a un exitoso hombre de negocios. Aunque no iba a la iglesia de forma regular, quería que sus tres hijos adolescentes crecieran con valores morales. Al hablar sobre las depravadas películas producidas en Hollywood, me contó algo que le había pasado hacía pocas semanas. Había llevado a su familia a ver una película a la que la publicidad había puesto muy bien, solo para disgustarse tanto al ver la basura moral, que él y su familia abandonaron el cine apenas diez minutos después de que comenzara la película. Hollywood produce historias amorales no porque sean algo bueno, sino porque ofrecen un canal muy efectivo para asaltar la mente de nuestros ciudadanos con propaganda humanista. Una vez que se entienden las doctrinas del humanismo, las vemos deslizarse sutilmente en estas historias. Y a veces también indiscretamente. ¿Cuándo fue la última vez que vio una película de Hollywood que mostrara al comunismo como un agresor mundial o un asesino de masas? Muchas películas revelan el lado sórdido de los Estados Unidos, pero muy raramente se ve una película anticomunista, y no porque a una película así le faltaría intriga o drama. Ochenta años y un recuento del terror comunista deberían proporcionar suficiente material para ello, pero solo si se desea mostrar al ateísmo y al socialismo en una mala luz. Si la verdad saliera a la luz probablemente nos sobresaltaríamos por la influencia procomunista de Hollywood.13 A algunos de nosotros nos resulta fácil entender esta situación porque nos acordamos de los años 50, cuando metieron en la cárcel a diez guionistas de Hollywood, acusados de comunistas. Sin embar-

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go, quizás no nos acordemos de que todos menos dos fueron readmitidos en Hollywood después de cumplir su condena. Cuando uno lee una lista de las celebridades de Hollywood apoyando la homosexualidad, ceno, el aborto, la legalización la depromiscuidad, la marihuana, el el lenguaje desarme obsunilateral y todo lo que es dañino para los Estados Unidos, no tenemos más que recordar que los humanistas salen en defensa de sus creencias. Dice Michael Medved: «Hollywood ya no refleja —ni siquiera respeta— los valores de la mayoría de las familias norteamericanas».14 Por suerte, hay algunos cristianos que están comenzando a introducirse en la industria cinematográfica, y a proporcionar otras alternativas al público, pero será un camino cuesta arriba, y no porque a los cristianos o a otros americanos defensores de la moral les falte talento, sino porque los humanistas controlan los puntos de venta mayoritariamente. Durante veinte años la ciudad de Dallas ha autorizado su propio comité de censura de películas: el Dallas Motion Picture Classification Board. Veintiséis personas que no cobran por ello son elegidas para clasificar películas, teniendo en mente a los menores, aprovechando una ley del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que apoyaba el derecho de las comunidades a limitar la exposición de los jóvenes a ciertos libros y películas. Cuando los miembros de la junta acababan de ser elegidos, de la costa Oeste se alzaron gritos de «¡censura!», insistiendo en que esos veintiséis no estaban cualificados para juzgar películas. La respuesta de uno de los miembros de la junta fue interesante: «Puede que no estemos capacitados para juzgar películas, pero sí lo estamos para decir lo que queremos que vean nuestros hijos».15 Hollywood nunca mejorará sus valores morales a menos que las comunidades hagan presión para lograrlo. Si todos los pastores del país y todos los padres que están a favor de la moral escribieran a sus alcaldes y concejales, podríamos forzar a

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Hollywood a adoptar algún grado de sanidad moral. Esta clase de activismo moral, lastimosamente ha estado ausente. Miles de organizaciones humanistas Los humanistas se dieron cuenta de que establecer una gran variedad de organizaciones y sociedades les daría acceso a muchos grupos de interés especial por toda la nación. Una de sus primeras organizaciones fue la Asociación Nacional para el avance de la gente de color (fundada en 1909-10), seguida de la Chicago Urban League (1917), formadas ambas por sociedades éticas.16 Desde entonces, veintenas de organizaciones han sido engendradas o asistidas por dichas sociedades, tales como Americanos por la Acción Demócrata (ADA), la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, la Hermandad de la Reconciliación, la Unión Americana contra el Militarismo, la Liga de la Iglesia Socialista, el Concilio Federal de Iglesias, la Liga Internacional Mujeres Liga Nacional de Consumidores, de la Liga por Trabajadoras, la DemocracialaIndustrial, la Unión Ética Americana (AEU), la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU), el Consejo de Información Sexual y Educativa de los EE.UU. (SIECUS), y la Organización Nacional de la Mujer (NOW). Muchas de estas organizaciones compartieron fundadores y directores. Líderes humanistas fundaron y continuaron dirigiendo las Naciones Unidas, la UNESCO, la UNICEF y la OMS. Muchos de los directores y líderes de esta última fueron firmantes del Manifiesto Humanista y —lo que no nos sorprende nada— defendieron el aborto y otras medidas asesinas de control de población. No podemos olvidar que tanto el Dr. Francis Schaeffer como el Dr. Everett Koop nos han advertido contra la eutanasia, es decir, matar a los ancianos. Pronto podremos ver un apo-

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yo aparentemente científico de la prestigiosa OMS para esta horrible práctica. Las Naciones Unidas y sus organizaciones afines les han proporcionado a los humanistas un trampolín ideal desde el cual saltan al gobierno, tanto como políticos electos, diplomático s de carrera o burócratas del gobierno. Consiguiendo que sus líderes sean nombrados para comisiones de la ONU —logrando esto fácilmente por sus adeptos en Washington— han usado la considerable fortuna pagada por los EE.UU. a la ONU para hacer avanzar la causa del humanismo mundial. 17 Hay muchos ciudadanos que no saben que desde un principio se decidió excluir a Dios de la ONU para evitar ofender a los comunistas. Uno no tenía que haber sido profeta en 1945 (cuando se fundó la ONU) para predecir que nunca lograría sus objetivos, porque nuestro Señor advirtió: «Separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15.5). De todas formas, esos líderes prometieron que la nueva organización resolvería los problemas de la guerra, y se llegaría a la paz mundial. Obviamente el experimento estrepitosamente. Hemos sufrido más guerras, muertes falló violentas y catástrofes internacionales durante los últimos cincuenta años que en cualquier otro período comparable de la historia mundial. El mundo ha puesto billones de dólares a disposición de estos controladores del mundo secularistas, que recompensan a sus adeptos con dividendos de inutilidad. La Unión de Libertades Civiles de América La organización humanista más efectiva para destruir las leyes, la moral y los derechos tradicionales de los norteamericanos ha sido la ACLU. Fundada en 1920 es el arma legal del movimiento humanista, establecido y nutrido por el Movimiento de Cultura Ética. «Organizaciones tales como la Unión de Libertades Civiles

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de América», dice The Great Deceit, «son ejemplos de... frentes socialistas».18 Uno de los fundadores de la ACLU —junto con Felix Frankfurter, Morris Hillquit, Roger N. Baldwin, Scott Nearing y Norman Thomas— fue el Dr. Harry F. Ward.19 Ward fue profesor de ética social en el Union Theological Seminary, y durante treinta años trabajó incansablem ente para socializar la United Methodist Church. El conocido paralelo entre las posiciones sociales de la iglesia metodista y el Partido Comunista se puede atribuir a las tres décadas de adoctrinamiento por parte del Dr. Ward de las mentes jóvenes de los candidatos más prometedores al ministerio del metodismo. Entre otros fundadores influyentes de la ACLU se cuentan William Z. Foster, que durante un tiempo dirigió el Partido Comunista de los Estados Unidos; El Dr. John C. Bennet, uno de los presidentes del Union Theological Seminary; los humanistas John Dewey, Clarence Darrow, Norman Thomas, Roger Baldwin, Corliss Lamont, y muchos otros. Después de diez años para la dirección de Roger la ACLU fue investigada a principios de los 30 por unBaldwin, comité especial de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos para investigar actividades comunistas en los EE.UU. El 17 de enero de 1931 este fue el reporte del comité: La Unión de Libertades Civiles de América está estrechamente relacionada con el movimiento comunista de los Estados Unidos, y el noventa por ciento de sus esfuerzos es a favor de comunistas que tienen conflictos con la ley. La ACLU proclama estar a favor de la libertad de opinión, de prensa y de asociación, pero parece bastante claro que su principal función es tratar de proteger a los comunistas en su apoyo de la fuerza y violencia para derrocar al gobierno, reemplazar la bandera americana por una bandera roja, y erigir un gobierno soviético

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ASEDIO DE LA MENTE en lugar de la forma de gobierno republicana garantizada para cada estado por la Constitución Federal.20

Según el comité antiamericanas legislativo del estado de yCalifornia, investigó actividades en 1943 1948, «Laque Unión de Libertades Civiles de América se puede clasificar definitivamente como un frente comunista o una organización de cambio». Un agente de policía encubierto, David D. Gumaer, reveló en 1969 que «doscientos seis miembros de la ACLU, antiguos líderes, tenían todos juntos un registro de mil setecientos cincuenta y cuatro afiliaciones comunistas citadas oficialmente». Continuó: «La actual junta directiva de la ACLU tiene sesenta y ocho miembros, treinta y uno de los cuales han conseguido acumular un total de al menos trescientas cincuenta y cinco afiliaciones al Frente Comunista. Este total no incluye las citaciones de aquellos individuos que aparecen en reportes del Subcomité de Seguridad Internacional del Senado».21 Otras actividades de la ACLU le sonarán conocidas a cualquiera que esté familiarizado con los sucesos de las últimas décadas: defensa legal de los que apoyaron a Fidel Castro; •

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defensa legal para los clubes comunistas DuBois; oposición tenaz a oraciones y lectura de la Biblia voluntarias en los colegios públicos; antagonismo hacia leyes que controlen organizaciones subversivas; esfuerzos por borrar las palabras «bajo Dios» del juramento de fidelidad; oposición a las leyes estatales contra los narcóticos.

La ACLU, con sus muchas secciones por todo el país, ha tra-

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bajado incansablemente contra todas las leyes que prohíben la pornografía. Ciertos líderes fueron elegidos para una comisión presidencial que pedía una educación sexual establecida federalmente (que ahora inunda loserótica colegios—y de amaterial inmoral del SIECUS, incluyendo la revista veces pornográfica— Sexology). Tanteo: humanismo, 7; cristianismo y sanidad moral, 0. La actitud anticristiana del ACLU es evidente no solo en su ataque persistente a la legislación moral, sino también en sus esfuerzos por obligar a nuestro país a hacerse totalmente secular.22 Todas las Navidades sus lacayos batallan con los símbolos religiosos que le recuerdan a nuestro pueblo el nacimiento virginal del Hijo de Dios. A causa de la ACLU se han reducido o eliminado las oraciones, la lectura de la Biblia, los Diez Mandamientos, el estudio bíblico, las clases voluntarias, y las celebraciones de Pascua y Navidad. Incluso los discursos de graduación que mencionan a Dios o a Cristo están prohibidos. Se suprimieron las oraciones de antes de los eventos deportivos. Pascua ha cambiado a «vacaciones de primavera», Navidad a «vacaciones de invierno». Los programas de Navidad donde aparecen Santa Claus, Rudolph y Scrooge están bien, pero olvídese de Aquel cuya llegada al mundo estamos celebrando. Hemos visto a los abogados de la ACLU acudir prontamente en ayuda de todos los que tienen conflictos con la moralidad, los derechos humanos, la desobediencia civil, o alguna otra cosa que destroce los cimientos de la moralidad bíblica sobre la que se fundó este país. Gracias a Dios, durante los últimos años algunos abogados cristianos como Jay A. Sekulow han militado juntos para formar sociedades legales cristianas para combatir la ACLU. Todo lo que podemos decir es ¡Amén! La Asociación Humanista Americana La Asociación Humanista Americana se fundó en Illinois

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como una «organización sin fines de lucro, con exención fiscal, concebida con propósitos educativos y religiosos». Además: La AHA es el buque insignia de una flota de asociaciones federadas que atraca en lugares estratégicos de los Estados Unidos y de Canadá. La Humanist House, en San Francisco, donde se alojan las oficinas centrales de la AHA, es un edificio de cinco plantas que da al Océano Pacífico enfrente del Golden Gate Bridge. Este edificio fue inaugurado oficialmente el 10 de diciembre de 1967, Día de los Derechos Humanos, izando la bandera de los Estados Unidos.23

Cuando yo debatí con el tesorero de la AHA en su encuentro anual en San Diego en 1994, este profesor de filosofía de la UCLA se jactó de que su mayor placer en el aula era reorientar las mentes de los estudiantes «de familias fundamentalistas». Con otras palabras: en este recinto universitario, donde no se les da la bienvenida a los ministros del evangelio, nuestros impuestos pagan el salario de este ministro —profesor humanista— para subvertir las mentes de los veinteañeros de nuestra nación. ¡Qué inversión tan absurda! El Consejo para el Humanismo Secular y otros grupos relacionados Paul Kurtz dirige otra organización humanista, el Consejo para el Humanismo Secular. El órgano oficial de este grupo es la revista Free Inquiry. Su principal objetivo es, por supuesto, destruir el cristianismo bíblico y sustituirlo por el humanismo secular. En esta cruzada se ve asistido por otra organización llamada la Hermandad, un acercamiento a ministros cristianos liberales: En 1963 un grupo de clérigos del humanismo secular fundaron la Hermandad (FRH), con el objeto de introducirse en el movi-

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EL HUMANISMO CONTROLA NORTEAMÉRICA miento humanista de ministros protestantes, que consideran que el humanismo es una religión. Localizada en Yellow Springs, Ohio, esta facción humanista está afiliada con la Unión Ética Americana, la Asociación Humanista Americana, la Asociación Universal Unitaria y la Unión Ética y Humanista Internacional.24 La FRH publica una revista cuatrimestral, Religious Humanism, y un boletín para sus miembros, The Communicator, además de patrocinar conferencias con los grupos abajo mencionados y otra organización hermana menos conocida, la Sociedad por el Judaísmo Humanista.25 Una rama de la Biblioteca Central Humanista de la FRH se encuentra entre aquellos que expresan la esperanza de que «una religión mundial comprensiva se desarrollará a través del proceso creativo de nuestra época».26

El Congreso Nacional de Iglesias, sucesor del socialista y procomunista Concilio Federal de Iglesias, y una de las voces más destacadas del Humanismo Religioso de América, quiere que la nación piense que habla a favor de la comunidad protestante. Pero no es así. Pues cuando el gobierno o los medios de comunicación desean oír hablar de la comunidad religiosa, se vuelve al CNI, que solo representa al punto de vista minoritario de algunos protestantes liberales. Estas organizaciones y decenas como ellas (la Alianza de Sociedades Seculares Humanistas presentaron una lista con docenas de ellas en el ejemplar de otoño de 1999 de la revista Free Inquiry) ejercen una gran influencia sobre la educación, el gobierno y los medios de comunicación. El canal del gobierno Nunca se debe desestimar la importancia del gobierno. ¡Dios

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no lo hizo! Él lo estableció, y sabía que si caía en malas manos se convertiría en la organización más dañina jamás concebida. La historia de los hebreos muestra que el gobierno era bueno o malo dependiendo de la condición moral del rey. Es más, los reyes eran juzgados según un nivel moral («hizo lo bueno a los ojos de Dios» o «hizo lo malo a los ojos de Dios»). Como advirtió la Escritura, cuando rige el justo, el pueblo se alegra; pero cuando rige un hombre malvado, el pueblo gime (Proverbios 29.2). Desde luego, a los humanistas no se les ha pasado por alto el poder del gobierno para muy influir y controlar las mentes de susa ciudadanos. Ellos vieron pronto la necesidad de colocar su gente en las oficinas gubernamentales o identificar a aquellos en dichos puestos que serían maleables. Hoy día no tenemos más que echarle un vistazo a la página de internet de los Democratic Socialists of America (DSA) para encontrar a humanistas en las posiciones más altas. La lista de dicha página suele incluir cincuenta y cinco miembros del Congreso. Algunas de las voces líderes del Partido Democrático están en esa lista. Y realmente cuesta trabajo entender que un humanista duro, procumunista dirija el House Armed Services Commitee.27 Estamos convencidos de que si los Estados Unidos cayeran pronto en un gobierno mundial sería un republicano el que nos empujaría, y un líder religioso evangélico el que secundara la moción. •

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El gobierno federal está compuesto por quinientos treinta y siete funcionarios electos Cuatrocientos treinta y cinco representantes, cien senadores, un presidente y un vicepresidente. Por supuesto que no todos esos quinientos treinta y siete individuos son

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humanistas, pero como grupo han apoyado los objetivos humanistas con la suficiente frecuencia como para ponernos al borde de una sociedad secular, amoral y a punto de colapsar.

Los humanistas no tienen inconveniente en votar a quien no sea de los suyos, siempre y cuando esté de acuerdo con un cierto número de doctrinas seculares clave. Los humanistas votarán por Bill Clinton y lo protegerán, por ejemplo, porque está a favor del aborto, de la homosexualidad, y es promiscuo. Apoya poner el ejército estadounidense bajo el mando de la ONU. Apoya que las mujeres intervengan en la guerra aun cuando él evitó el proyecto de ley. Le encanta gobernar por medio de decretos de ley. Le encanta bombardear otros países a pesar de la Constitución de los EE.UU. (un documento que todos los izquierdistas consideran restrictivo y reaccionario). La izquierda humanista adora a Bill Clinton. El hecho de que asista a una iglesia metodista liberal y humanista, cargando una gran Biblia no les molesta en absoluto. Los humanistas también votarán por Al Gore por sus posiciones radicales ecologistas28, a favor de la evolución y de un gobierno mundial en Earth in the Balance29, sus posiciones a favor del aborto y de la homosexualidad. El hecho de que Gore afirme ser un cristiano nacido de nuevo no les molesta lo más mínimo; eso pertenece a su vida privada; en su vida pública es humanista, y eso basta. Algunos políticos, y solo Dios sabe cuántos, son realmente malvados. Les venden el alma a los industriales o a las grandes corporaciones que los eligen, y después se quedan callados cuando celebran la Navidad con un árbol hecho de preservativos.30 Se venden a la industria del aborto, a los narcotraficantes, a la industria del juego, a la mafia, a las feministas radicales,31 a izquierdistas radicales y actúan como punto de contacto entre la academia y la cultura. 32 Por consecuencia, votan a cualquiera

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que favorezca el mayor interés para sus caciques. También usa su voto para incurrir en deudas sobre asuntos futuros que conciernen directamente a sus jefes. (El ciudadano medio no tiene idea sobre cuánto mercado de voto hay detrás lastales puertas legislativas.) La moral es una prioridad muy baja de para oficiales públicos. Como ejemplo, solo tenemos que pensar en uno de los temas de la actualidad política: Si los humanistas y sus poderosos amigos a favor de la homosexualidad33 logran forzar a la mayoría en favor de la moral a aceptar la homosexualidad como comportamiento normal, se esfumarán dos mil años de la cultura occidental, y más de trescientos años de la historia de los Estados Unidos. Una vez que los homosexuales ganen el caso, puede usted estar seguro de que legalizar la prostitución, las drogas, el narcotráfico y quién sabe qué más hay detrás de eso. Es más, continuaremos registrando y prediciendo que si no se para el tren de la homosexualidad, también se considerará normal la pederastia (sexo entre hombres y muchachos) y se legalizará en menos de veinte años.34 Pero quizás sea ya más tarde de lo que pensamos. Los humanistas ya están tratando de llevar la educación pro-homosexual a los primeros grados de las escuelas. De acuerdo a Just the Facts About Sexual Orientation and Youth [Solo unos datos sobre orientación sexual y juventud], un folleto de doce páginas producido por un grupo de sicólogos escolares, consejeros, educadores y médicos, «la homosexualidad es normal, y no es una enfermedad mental».35 Este folleto fue enviado por correo a todos los colegios públicos de la nación por la coalición Just the Facts. La coalición está formada por la American Psychological Assosiation, la American Academy of Pediatrics, y la Gay, Lesbian and Straight Education Network. También formaban parte de la coalición la American Federation of Teachers y la National Education Association. Así que, para que no se corran riesgos, el folleto amonesta a los funcionarios del Ministerio de

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Educación que «apoyar o promover» ministerios religiosos con el objetivo de superar la homosexualidad «por personal de los colegios o empleados públicos en contextos relacionados con el 36

colegio, crear aproblemas constitucionales». Pero, podría ¿apostamos que activistas homosexuales estarán trabajando en los colegios? El registro de muchos políticos actuales muestra que son humanistas amorales con fuertes convicciones socialistas, quienes, en nombre de los derechos humanos, le han privado al país de la protección necesaria para mantener una sociedad sana moralmente. Muy difícilmente se puede esperar de dichos individuos que tomen medidas a favor de la moral. Tampoco debemos buscar ayuda en el Tribunal Supremo. Durante el siglo antepasado la interpretación humanista de la ley fue favorecida por el Tribunal Supremo. Dice, por ejemplo, David Barton: «Oliver Wendell Holmes, Jr. (1841-1935), elegido para el Tribunal Supremo en 1902, explicó que los intentos srcinales y precedentes no valían mucho: “Nosotros no podemos justificar la existencia de una ley por el hecho de que nuestros padres (fundadores) siempre la hayan seguido, sino que la ley se justificará si ayuda a conseguir un fin social”»37 Sobre Benjamin Cardozo (1870-1938) dice Barton que «rehusó aferrarse a ningún concepto de leyes transcendentes o ideas fijas sobre lo correcto y lo incorrecto: “Si existe alguna ley que se deba a la soberanía del estado, y que sea, por tanto, superior, no es ley en tal sentido que concierna a los jueces o abogados; sin embargo, concierne más a los estadistas o 38 moralistas”». Cardozo fue quien dijo: «Considero las leyes hechas por jueces como una de las realidades existenciales de la vida».39 Y después tenemos a Charles Evans Hughes (1862-1948), quien señaló: «Nosotros estamos bajo una Constitución, pero la Constitución es lo que los jueces dicen que es».40

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En busca de verdaderos patriotas ¡Qué lejos nos hemos caído de nuestra herencia piadosa! El historiador británico Paul Johnson dice que George Washington, en vista de los horribles sucesos ocurridos durante la Francia revolucionaria, «deseó descartar cualquier idea de que los Estados Unidos fueran una nación secular. Era un gobierno de leyes, pero también, un gobierno de moral. “De todas las disposiciones y hábitos que llevaron a la prosperidad política”, insistió, la “religión y la moral son apoyos indispensables”. Todo el que trate de socavar estos “apoyos firmes de los deberes del hombre 41

y deYalos es todo lo contrario a un patriota”». es ciudadanos hora de volver a poner los apoyos de la moral y la religión en el lugar que les corresponde. Ya es hora de recordar que los Estados Unidos fue fundado como una nación de leyes y moralidad. Y ya es hora de que veamos nuestros deberes como hombres y como ciudadanos. Los mismos recursos que usaron los secularistas durante los últimos cien años todavía están abiertos para nosotros. Siunnúmero grandea de cristianos con dedicación, nistrossuficientemente y otros americanos favor de la moral usan sus miinfluencias, energía y recursos, podemos hacer que los humanistas regresen a la esfera de la vida privada, y reemplazarlos con quienes representan realmente a nuestra nación y a sus mejores intereses. ¡Nunca hemos necesitado de verdaderos patriotas tanto como ahora!

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LA GRAN MENTIRA Deseo alentar a todos los norteamericanos que, al igual que yo, se sienten inclinados a ayudar a los Estados Unidos a regresar al imperativo moral con el que se fundó. Esto no es ni el grito de una revolución religiosa ni una cruzada; es algo completamente diferente. Es recordar que nos hemos salido del camino. Es sugerir que regresemos a casa. DANIEL LAPIN

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na de las principales razones de la apatía de tantos cristianos ante la condición moral de nuestro país, sobre todo entre ministros del evangelio, es un gran malentendido sobre lo que es la separación entre la Iglesia y el estado. Por mucho que uno pretenda imaginar, la doctrina de la «separación» nunca se refirió a desconectar de Dios al gobierno o a prohibir al cristianismo influir en el gobierno con la verdad, la justicia y la misericordia. ¿Qué clase de separación? Robert L. Cord publicó uno de los estudios más profundos que se hayan hecho sobre este tema. En su Separation of Church and State: Historical Fact and Current Fiction, [Separación de Iglesia y estado: hechos históricos y ficción actual] hizo un comentario sobre la famosa afirmación de Harry Blackmun: «La Primera Enmienda ha erigido una barrera entre la Iglesia y el estado. Esta barrera debe mantenerse alta e impermeable. No se puede permitir ni la más mínima brecha»: Con esas líneas de ficción, Mr.Juez Blackmun (el mismo que escribió la decisión Roe v. Wade) concluyó la primera opinión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que trata del significado y del mandato constitucional de establecer una Cláusula de Religión de la Primera Enmienda. «Ficción» es una palabra fuerte, pero un análisis cuidadoso de la historia temprana de la República justifica su uso... La Primera Enmienda no creó —ni tampoco era su objetivo— una barrera «alta» e «impenetrable» entre la Iglesia y el estado. Más bien, su marco pretendió servir

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ASEDIO DE LA MENTE a otros tres propósitos. Primero: Las prohibiciones religiosas de la Enmienda se concibieron para limitar al nuevo Congreso Federal, denegándole constitucionalmente poder para establecer una iglesia nacional o una religión. Segundo: La Enmienda garantizaba salvaguardar el derecho de cada individuo a ejercer libertad de conciencia en asuntos religiosos contra invasiones del gobierno Federal. Tercero: La Enmienda se concibió para hacer real el hecho de que las relaciones entre la religión y el estado quedarían bajo control de cada estado, algunos de los cuales en 1791 habían establecido religiones de estado.1

La doctrina de la separación nunca se concibió para aislar a los cristianos de sus gobiernos, sino para garantizar que ninguna secta se convertiría en la iglesia nacional. Los estadounidenses conocían muy bien el caso de la iglesia de Inglaterra, y querían asegurarse de que no sucedería algo así en su país. Cord llama la atención sobre otro punto importante: «Con muy pocas excepciones, los que huyeron por persecución religiosa (los puritanos) no eran más tolerantes sobre disensiones religiosas (los bautistas) de lo que lo eran aquellos de los que huyeron».2 Ya fue suficientemente malo para los estados individuales tener una religión de estado —pregúntenles a Roger Williams y a los bautistas. Muy pocos querían una religión o iglesia federal o nacional. Ciertamente nosotros tampoco estamos llamando a ningún tipo de religión federal o estatal. Es más, estamos protestando por el hecho de que el humanismo secular ya se ha convertido en la religión de los Estados Unidos establecida federalmente, mientras que el cristianismo se ha marginado bajo la ficción de la separación de doctrina. Cuando estuve en Moscú antes de la caída del Muro de Berlín, mi guía proclamó orgullosamente: «Nosotros los rusos te-

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nemos la misma política en cuanto a la religión que ustedes los americanos: separación de Iglesia y estado». Al mirar a mi alrededor, de repente empecé a darme cuenta del énfasis tan exagerado este concepto para EndeRusia el estadoque erasupondría todo, y la Iglesia respondía porAmérica. ello. Antes la caída del comunismo, la iglesia de Rusia prácticamente no ejercía ninguna influencia. Estamos siendo guiados por el mismo inconveniente. Cada semana que pasa vemos al estado politizando alguna cosa nueva. Primero fueron los impuestos, después la defensa nacional y la educación, ahora la moralidad, especialmente el aborto y la homosexualidad. Los secularistas han politizado muy claramente estas dos últimas cuestiones. A un tiempo, las iglesias hablan claro sobre estas cuestiones, basándose en: «Así dice el Señor». Pero desde que el aborto y la homosexualidad han sido considerados políticamente, quedan fuera de la jurisdicción de la Iglesia, así ha quedado encuadrado el argumento. En algunas zonas, leer Romanos 1 se considera de mal gusto. En Canadá uno no puede citar Romanos en la radio o en la televisión. Durante un debate de televisión sobre derechos homosexuales, mi oponente volvió a sacar la misma cantinela: «La Iglesia no debería involucrarse en política. Eso pondría en peligro su estatus fiscal». Esto es ridículo desde cualquier punto de vista legal . En primer lugar, la moral es una parte importante de los negocios de la Iglesia. Si la Iglesia no habla en contra de la homosexualidad, pornografía, drogas, prostitución, aborto, divorcio, y etc., ¿quién lo hará? Si se permite esta situación presente sobre la separación entre Iglesia y estado, muy pronto la Iglesia será excluida de todas los asuntos significativos de la vida. Algunos hay que si pudieran hacerlo, pondrían la educación de nuestros hijos bajo jurisdicción federal. Entonces los cincuenta y cinco millones de niños se convertirían totalmente en secularistas, obedeciendo gustosos al gran gobierno.

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La verdad sobre la separación entre la Iglesia y el estado La Primera Enmienda de la Constitución dice: «El Congreso no hará ninguna ley que respete el establecimiento de religión, o que prohíba el libre ejercicio de alguna; o disminuya la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a asociación pacífica y a pedirle al gobierno una reparación de agravios». La separación de Iglesia y estado no significa que a los ciudadanos cristianos se les prohíba tomar parte activa en el proceso electoral. Nuestros predecesores estaban simplemente impidiendo el establecimiento de una religión nacional, Europa había sufrido durante siglos. Aun hoy existe algo tantoque en Alemania como en Inglaterra una iglesia sostenida por el estado o gobierno Nuestros predecesores nunca tuvieron la intención de que el gobierno estuviera separado de Dios, o de que reconociera su existencia. Pero con una interpretación falsa de la separación, los humanistas han convertido a nuestro gobierno en uno casi tan secularAcomo de la China comunista y lamás antigua Unión Soviética. decir el verdad, en cierta forma, hay libertad religiosaenlaRusiadehoyquelaquehayenlosEstadosUnidos. Aquí a los cristianos los pueden llevar a la cárcel por mostrar la película Jesús —patrocinada por la Cruzada Estudiantil— en los colegios. Pero esa misma película es bienvenida en los colegios rusos. A la larga los rusos podrían duplicar a los políticos humanistas americanos, y volver excluirylapor religión de los también colegios,la equiparar la moral con la areligión eso, excluir moral. Como ni la moral judeocristiana ni la religión tienen lugar en el esquema humanista de la educación, tampoco hay lugar para ellos en el esquema del gobierno. El método es el mismo: primero, separar religión y política; segundo, equiparar religión y moral, y más tarde, excluir a ambas.3

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Nos parece terrible que los cristianos se queden sentados tranquilamente sin hacer nada, mientras se está dando ese lavado de cerebro religioso. A menos que millones de nosotros nos involucremos hacer que cambie nuestro liderazgo nista actual en para el gobierno, la educación y los medios de humacomunicación, los Estados Unidos van en camino de convertirse en una nación humanista en el siglo XXI. ¿Jesús estuvo involucrado en política? Uno casi puede oír la cantinela: «Jesús nunca se metió en política, y por eso debemos seguirlo y esquivar también esa esfera. Dejemos que los pecadores del mundo se ocupen del gobierno y del proceso político». Nosotros nos atrevemos a diferir de esta opinión. Nuestro Señor estuvo muy involucrado en política, como puede darse cuenta cualquiera que lea Mateo 23. Los fariseos, los saduceos, el sumo sacerdote, y todos los que estaban relacionados con el templo judío eran los líderes políticos, religiosos y legales de la época.4 Todos ellos oyeron a Jesús decirles: «Vosotros devoráis las casas de las viudas», «dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe», «coláis el mosquito y tragáis el camello», «estáis llenos de robo y de injusticia», «estáis ciegos», «limpiáis lo de fuera del vaso», «por dentro estáis llenos de huesos de muerto», «por fuera a la verdad os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad», «sois hijos de aquellos que mataron a los profetas»,y «¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?» Jesús también derribó las mesas de los cambistas del área del templo porque habían hecho de la casa de su Padre un cuartel de ladrones. Se dirigió con dureza a los poderes políticos de su día. Una vez llamó «zorro» a Herodes (Lucas 13.32). También dijo: «Dadle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios» (Mateo 22.21). Con una declaración simple pero profun-

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da nuestro Señor le dijo no tanto al totalitarismo como a la anarquía. Claro que el Señor se interesó por la política y el gobierno. ¡Él (Génesis Él es yelelRey de reyes y Señorlos de creó! señores. Un día9.6). todosAdemás, los políticos gobierno estarán bajo su control cuando Él reine y gobierne (Salmo 2; Isaías 9; Apocalipsis 19). Nuestra nación no se fundó independientemente de Dios. Nuestro dinero lleva el mensaje: «Confiamos en Dios». Nuestro Tribunal Supremo, el Senado, la Cámara de Representantes abren cada mañana con una oración. Este país se construyó con principios bíblicos y un claro reconocimiento de Dios. Señor del universo Sin lugar a dudas el ministerio principal de la Iglesia es predicar el evangelio de Jesús, el Mesías. Este evangelio es proclamar a Jesús. Dice cómo el único Dios verdadero del universo «cargó sobre Jesucristo el pecado, la muerte, la culpa y la vergüenza, y ahora invita a hombres y mujeres de todas partes a abandonar los ídolos que los mantienen cautivos y a descubrir una nueva vida, una nueva forma de vida en Él».5 Pero eso también conlleva anunciar que Jesús es el Señor del universo, incluyendo esta tierra. Él gobierna sobre cada esfera de la vida. Como dice el teólogo Tom Wright: «No existe ninguna esfera vital, ni tampoco de la vida humana, que no resulte criticada a la luz de la soberanía del Jesús crucificado y resucitado, no hay ninguna esfera exenta de rendirle fidelidad». 6 Wright se fija en que ningún mensajero del mundo antiguo habría dicho: «Tiberio César es el nuevo emperador; acéptenlo si les place». Lo mismo es con Jesús, nuestro Señor: Él es nuestro Mesías, Salvador, Señor y Rey. La Biblia, además, nos instruye a predicar toda la Palabra de Dios (2 Timoteo 4.2), lo que incluye ser la sal de la tierra e im-

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poner influencia moral. Predicar la Palabra de Dios es predicar todo el consejo de Dios. Predicar todo el consejo de Dios incluye predicar toda la cosmovisión bíblica y cristiana. Biblia tiene algo queal decir sobre toda la realidad, y eso, porLadefinición, convierte cristianismo en una cosmovisión. La política no es más que un aspecto más de la cosmovisión cristiana, al igual que la teología, la filosofía, la ética, la biología, la sicología, la sociología, la economía, la ley y la historia. La Biblia tiene mucho que decir sobre el gobierno, las leyes y los asuntos legales. Votar e involucrarse en política es simplemente llevar a los foros públicos los valores personales de uno. Aunque aquí nos falta espacio para desarrollar este concepto, David ha escrito Understanding The Times [Entendiendo los tiempos]7, un libro de novecientas doce páginas sobre este tema, que le recomendamos altamente a nuestros lectores. El libro presenta el caso de que la Biblia es el fundamento de todos los aspectos principales de la cosmovisión cristiana, y que el Mesías de los Evangelios es teólogo, maestro, filósofo, moralista, biólogo, sicólogo, sociólogo, abogado, rey, economista y Señor de la historia. Él es el rostro humano del Creador, quien nos creó a su propia imagen. No es de extrañar que Charles Colson y Nancy Pearcey digan que: «El cristianismo es una forma de ver y comprender toda la realidad. Es una cosmovisión». 8 Tom Wright está de acuerdo: «Predicar el evangelio significa anunciar a Jesús como Señor del mundo; y, a menos que estemos preparados para contradecirnos a nosotros mismos cada vez que respiramos, no podemos anunciar eso sin tratar de traer ese señorío sobre todos 9 los aspectos del mundo». En otro lugar dice: «El idioma de la teología está íntima y vitalmente relacionado con todo lo concerniente a la vida, el amor, el arte, la política, e incluso la religión. Esto podría incluso desafiar al mundo académico a un camino nuevo, mostrando cómo está relacionado vitalmente el estudio de la teología con otras disciplinas».10 Y sigue: «La vida

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humana ha de ser invitada, enseñada, convocada, capacitada para descubrir la verdadera forma del ser humano, la forma de reflejar la misma imagen de Dios en cada aspecto de la vida y con cada fibra nuestro ser.Jesús Si a eso refieren ustedes con “religión”, seadebienvenido. y se Pablo la consideraban vida.»11 Observe cómo incluso la revista Newsweek retrata al cristianismo como una cosmovisión: Para los cristianos Jesús es la bisagra de la puerta de la historia, el punto de intercesión entre la eternidad y el tiempo, el Salvador que redime al tiempo, atrayendo todas las cosas hacia sí mismo. Cuando el segundo milenio se acerca, aproximadamente un tercio de la población del mundo clama seguirlo. Pero desde el punto de vista secular Jesús también es la figura dominante de la cultura occidental. Como el mismo milenio, mucho de lo que ahora consideramos ideas, inventos y valores occidentales encuentran su fuente de inspiración en la religión que glorifica a Dios en su nombre. El arte y la ciencia, la persona y la sociedad, la política y la economía, el matrimonio y la familia, el bien y el mal, el cuerpo y el alma, todos han sido tocados y con frecuencia transformados radicalmente por la influencia cristiana.12

Todas las cosmovisiones, incluida la cristiana, están inundadas de ideas, creencias, aspectos, y los valores de la vida, y son «en principio declaraciones públicas».13 Puede que por esta razón el apóstol Pablo dijo que los cristianos debían derribar «argumentos (ateos) y toda altivez (p.ej.: el naturalismo científico) que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo» (2 Corintios 10.5). Otra vez Colson y Pearcey: «Pero involucrar al mundo requiere de un entendimiento de las grandes ideas que compiten por las mentes y corazones de la gente. El filósofo Richard

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Weaver con razón titula su famoso libro Ideas Have Consequences [Las ideas traen consecuencias]. Las grandes ideas son las que informan la mente, espolean la imaginación, mueven el corazón modelan la cultura. historiaideas es poco que el registro dely alza y la caída de lasLa grandes —lasmás cosmovisiones— que forman nuestros valores y nos mueven a actuar».14 El cristianismo tiene mucho que decir sobre las grandes ideas que informan la mente y mueven el corazón. No podemos quedarnos quietos cuando abandonamos las cuatro paredes de nuestros santuarios. Permanecer silenciosos no es ni cristianismo bíblico ni histórico; es abandono. Nuestros predecesores eran mucho más valientes. Ciertamente el cristianismo tiene algo que decir sobre política y gobierno, porque la Biblia tiene mucho que decir sobre ambos. ¿Qué puede hacer la Iglesia? Un sermón fundamental que tiene que predicarse es que ¡El Gobierno no es Dios! Ni puede jugar a serlo. Ni el estado debe usurpar las prerrogativas que Dios ha ordenado para la familia o la Iglesia. El estado tampoco puede ignorar la moral bíblica. Tanto los individuos en su vida privada como los funcionarios del gobierno en su vida pública han de reconocer la misma moralidad. Mentir y estafar es malo para los individuos. Y lo mismo para los funcionarios. El adulterio es malo para Juan Pérez, y también para el presidente de los Estados Unidos. En un congreso de una organización nacional femenina, celebrado en Los Angeles hace años, las líderes feministas les advirtieron a las delegadas sobre el alza de la mayoría a favor de la moral, que estaba despertando rápidamente de su sueño, y haciéndose activista. Desafiaron a sus seguidoras a resolver el problema, marchándose a casa y amenazando a los cristianos con «el tema de la separación iglesia-estado». No les molestó tomarse una foto cerca de la iglesia, pero querían neutralizar su in-

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fluencia para poder continuar inundando nuestro país de «derechos de los homosexuales», «derechos de las lesbianas», «derechos de las prostitutas» y «derecho al aborto». A lo que loserrores. humanistas constantemente llama Por lollaman tanto,derechos, si fallamoslaalIglesia involucrarnos políticamente en esos temas morales, los humanistas contaminarán nuestro país. Alan Dye, abogado de Washington, y mi amigo de San Diego, James O. Hewitt, ambos abogados respetados, han escrito mucho sobre los derechos y responsabilidades de la Iglesia ante la ley. Ambos están de acuerdo en que las iglesias no pueden apoyar a candidatos políticos15 o dar dinero para campañas políticas, sin arriesgar su estatus de no tener fines lucrativos. Pero cuando se trata de actividad legislativa, es decir, hacer campaña a favor o en contra de la legislación, sobre todo cuando se refiere a la moral, se les permite a las iglesias involucrarse, siempre y cuando no gasten una cantidad sustancial de tiempo o dinero en el proceso. Por «sustancial» se entiende todo lo que esté por encima del cinco por ciento de su presupuesto anual, o el cinco por ciento de sus actividades. Como personas privadas, a los ministros no se les prohíbe apoyar a candidatos. Ni aún las iglesias más activas políticamente gastan más del uno por ciento. Por consecuencia, la mayoría de las iglesias están funcionando bien, dentro de los límites de la ley. Pero muchos se tragan la mentira de que las iglesias nunca se deben involucrar en política. Aunque las iglesias no deban apoyar oficialmente a candidatos para la función pública, eso no significa que los cristianos no puedan presentar su candidatura para cargos públicos, o que las iglesias no puedan hablar claramente sobre temas de moral. Tenemos que imitar al apóstol Pablo: dejar la seguridad de la Iglesia y meternos en los foros públicos (Hechos 17.16ss).

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¿Dónde se han metido los cristianos? En una reunión de ministros preocupados y otros líderes cristianos en Washington, conocí a un abogado de Memphis. Se le habían abierto los ojos al servir como fiscal federal en algunos juicios de asuntos sobre pornografía dura. La pornografía es un negocio de miles de millones de dólares, así que sus editores se pueden permitir pagar a los mejores abogados humanistas de la nación. Después de batallar durante casi tres años con esas fuerzas malvadas, este abogado lanzó una pregunta fundamental: «¿Dónde estánLlegó todosalos que «Creo afirman oponerse a la pornografía?» estacristianos conclusión: que la pornografía inunda nuestro país porque los cristianos rehúsan “involucrarse” en combatirla». Solo vamos a añadir un punto a esta observación: Muy cerca del aborto, la pornografía es el azote más contaminante de nuestro país. La comunidad cristiana no puede seguir en silencio. ¡Basta ya! Cuando Rick Scarborough se trasladó en 1990 a Pearland, Texas, un suburbio de Houston, para pastorear la Primera Iglesia Bautista, ni uno solo de los miembros de la iglesia era funcionario público de ninguna categoría en el gobierno civil. Pero la situación ha cambiado. hora de redactar esto, tresconcejales miembrosafirman de su iglesia sirven en A la lamunicipalidad, y los cinco ser cristianos. Cuatro de sus miembros sirven en la directiva del colegio. El gerente de la ciudad es miembro de su iglesia. El jefe de policía es miembro de la iglesia. El abogado municipal es miembro de su iglesia. El segundo abogado del distrito del Condado de Brazoria es miembro de su iglesia. Además de eso, otros cuantos

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miembros de la iglesia sirven como voluntarios en varios comités y comisiones en la comunidad, el condado y el estado. Como dice el pastor Scarborough: «Pearland no es una comunidad cristiana, peroque los cristianos están sus sirviendo en el liderazgo, y las decisiones toman reflejan convicciones y compromisos morales... Pearland es próspera porque el pueblo de Dios está liderando al servir. Las Escrituras nos enseña: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime” (Proverbios 29.2). Los cambios que han llegado a Pearland no han sucedido fácilmente, ni se dieron de la noche a la mañana, pero puedo dar testimonio de que el esfuerzo valió la pena. Satanás no devuelve sin lucha el territorio ocupado, pero lo devolverá si nosotros nos mantenemos firmes en la autoridad de Jesucristo y decimos: “¡Basta ya!”»16 Este pastor se involucró en la lucha moral cuando una estudiante de veinticuatro años habló sobre el SIDA en el liceo de Pearland. La reunión se había anunciado con el eslogan «Conciencia sobre el SIDA», y fue patrocinada por la organización pro-homosexual Fundación SIDA. El pastor asistió a la reunión, y se dio cuenta de que la estudiante «hablaba en el idioma del pueblo, usando solamente los términos técnicos necesarios para que todo el mundo se diera cuenta de que sabía de lo que estaba hablando. Después describió con gran detalle todas las formas de expresión sexual que uno pueda imaginarse. De vez en cuando decía cosas divertidas para aliviar la tensión y la vergüenza que podía sentir un público compuesto por adolescentes de ambos sexos, al describir de forma muy viva varias actividades sexuales. Tuvo el suficiente cuidado de no expresar ningún juicio moral».17 La estudiante continuó describiendo la penetración, el sexo anal, oral, etc. Sacó un preservativo, «la solución amoral de hoy día para la multitud de aflicciones que acompañan al sexo ilícito», y luego dijo: «Usados correctamente, los preservativos

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ofrecen una efectividad del noventa y siete por siento contra el contagio del SIDA».18 El pastor Scarborough desafío esas estadísticas, y ella insistió en que de el Centro de Control Médico Atlanta, Georgia, la fuente las informaciones. Él opinódeque, tratándose deera sexo ilícito, tres personas muertas de cada cien debían ser un precio aceptable. Pero este no es el final de la historia. «La chica informó a los estudiantes de que ella aún podía seguir teniendo relaciones sexuales porque usaba preservativos, y creía que eran seguros. Terminó con una afirmación muy típica de los liberales: “Estoy muriendo de SIDA 19 (ya murió), pero estoy aquí porque me intereso por ustedes”». El pastor grabó los comentarios de la chica en una cinta, y la llevó a la iglesia, haciendo que todos oyeran lo que dijo sobre el «sexo seguro». Y, como él dijo: «Ese día los miembros de la Primera Iglesia Bautista de Pearland decidieron que ya era suficiente». Animamos a cada pastor de los Estados Unidos a leer el libro del pastor Scarbourgh: Enough Is Enough: A Call to Christian Involvement.20 Tal valentía y activismo moral deberían ser parte de la vida cristiana normal, como fue para los grandes héroes de la fe. Escuche lo que sufrieron algunos por la causa de Cristo: Que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección,; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de eso prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo

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ASEDIO DE LA MENTE de espada, anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno (Hebreos 11.33-38).

Algunos consejos actuales Cerramos este capítulo con algunos consejos actuales de Daniel Lapin, el rabino del que ustedes ya han oído: ¿Por qué vemos ahora, al acercarnos a un siglo nuevo, los esfuerzos de los conservadores religiosos de los Estados Unidos esforzándose para pasar una enmienda sobre la oración en los colegios, una defensa del matrimonio, y de otras leyes que codifican temas morales? Hasta hace unas décadas no se necesitaban esos actos. Eran parte e incumbencia de lo que todo el mundo daba por hecho que era necesario para la vida americana. Los cristianos que lideran las medidas legislativas expuestas arriba no están siendo activos, sino reactivos. Están reaccionando a cambios en este país que no han sido neutrales hacia la religión, sino hostiles. Repentinamente, los cristianos de este país se han visto asaltados. Casi de la noche a la mañana Dios ha sido quitado de las instituciones educativas, legales y políticas de este país.

¿Y cuál es el consejo del rabino Lapin sobre cómo responder a esos hechos que nos horrorizan? ¿Qué sugiere él? Deseo alentar a todos los norteamericanos que, al igual que yo, se sienten inclinados a ayudar a los Estados Unidos a regresar al imperativo moral con el que se fundó. Esto no es ni el grito de una revolución religiosa ni una cruzada; es algo completamente diferente. Es recordar que nos hemos salido del camino. Es sugerir que regresemos a casa.21

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Querido amigo: existe un camino de vuelta a casa; no tenemos por qué continuar perdidos. En la sección final de este libro deseamos encender una luz en el sendero que creemos nos lleva de vuelta a la vida.

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C UARTA P ARTE EL RETO

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LA MAYORÍA A FAVOR DE LA MORAL Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. «Cuando yo dijere al impío: “De cierto morirás”; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano». EZEQUIEL 3.17-18

C

omo los humanistas controlan prácticame nte los medios de comunicación nacionales, los diarios, las revistas, la distribución de libros, la educación y el gobierno, da la impresión de hablar por boca de la mayoría de los norteamericanos. Y eso no es verdad. Según una encuesta de George Barna, solo un seis por ciento de los norteamericanos son ateos.1 Un expresidente de la Asociación Humanista Americana, Isaac Asimov, calculó la cantidad de humanistas en 7.3 millones, una fracción muy pequeña de los doscientos setenta millones de nuestra población. Y sin embargo, observemos cómo la prensa hace resaltar a las feministas radicales de América, llevándole a uno a creer que la mayoría de las mujeres americanas son feministas. Eso no es verdad en lo absoluto; nosotros calculamos que menos del uno por ciento de las mujeres americanas son feministas. La mayoría de ellas no desean destruir el patriarcado y establecer el matriarcado. La mayor parte de las mujeres americanas prefieren que sean los hombres quienes peleen las guerras de la nación. Hace un cuarto de siglo una encuesta de George Gallup reveló que el cincuenta por ciento de los norteamericanos declararon haber experimentado un nuevo nacimiento, y que más de un tercio de la población adulta reportó alguna experiencia religiosa que le cambió la vida (El sesenta por ciento identificó esa experiencia con Jesucristo). En 1998 Barna pudo decir: «En los Estados Unidos tenemos casi ochenta millones de adultos creyentes».2 Aun más: un ochenta y seis por ciento de los estadounidenses se llaman cristianos, o por lo menos describen su orientación religiosa como cristianos.3

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La verdadera mayoría a favor de la

moral

Analizando las estadísticas de Barna y de Gallup, uno podría llegar a la conclusión de que la abrumadora mayoría de los americanos prefieren educar a sus hijos en una cultura moral. Por eso parece lógico asumir que ochenta millones de adultos cristianos de este país votarían a favor de la moral si las cosas se explicaran claramente. Otros sesenta a ochenta millones más —incluyendo a los protestantes que no hablan de un nuevo nacimiento, a los judíos, a los católicos, a los mormones, a los musulmanes y otros, cuyos ideales morales son bíblicos, o por lo menos no son hostiles a la moral bíblica— también votarían por la causa moral si la entendieran claramente. Aunque también hay un tercio de la población que no va a la iglesia, calculamos que cincuenta millones o más podrían ser clasificados como «moralistas idealistas», que no consideran la moral bíblica una carga demasiado pesada. Es decir, fueron educados en un ambiente cristiano, y tienen una conciencia moral, dada por Dios. Puede que no vivan todo el tiempo según esos ideales morales —ninguno de nosotros lo hace—, pero los tienen en alta consideración. El grupo amoral es más difícil de identificar. Como hemos visto, los humanistas solo suman 7.3 millones de adultos, mientras que Barna dice que hay unos quince millones de ateos y agnósticos en los EE.UU. Añada a esa cifra los degenerados morales —gángsters, prostitutas, editores de pornografía, traficantes de droga, homosexuales militantes, partidarios del aborto, y otros sin los valores morales de ola treinta Biblia—millones y nos saldrá una cuenta de aproximadamente veinte de adultos. La conclusión obvia es que los Estados Unidos no son una nación sin Dios, de hedonistas o humanistas sin valores morales. Échele un vistazo a estas estadísticas: 4

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Sesenta y nueve millones de adultos esperan «ir al cielo solo por su fe en Jesucristo»; Ciento veinticuatro millones de adultos creen en la divinidad de Jesucristo; Sesenta y cinco millones de adultos creen que la Biblia es verdad; Setenta y siete millones de adultos creen que Dios creó a Adán y a Eva; cien millones de adultos son miembros de iglesias o sinagogas; cuarenta millones de adultos van a la iglesia todas las semanas; diecisiete millones de adultos van más de una vez por semana; ciento cuarenta y siete millones de adultos creen en Dios o en un Espíritu universal; ciento cuarenta millones de adultos creen en otra vida después de la muerte; ciento treinta y dos millones de adultos (ochenta y cuatro por ciento) creen que los Diez Mandamientos son válidos hoy en día.

Durante los cincuenta años que he estado en el ministerio he visto doblarse el número de cristianos de nuestro país. Hace años los humanistas creían que habían conseguido ahogar a la iglesia estadounidense con la fundación del Concilio Federal, Nacional y Mundial de Iglesias. Pero no habían contado con que el Espíritu Santo trabajaría por medio de iglesias de creyentes, que han crecido enormemente durante este período.

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Después de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las denominaciones grandes eran liberales. Pero esos grupos han sufrido un gran declive, en tanto que han florecido iglesias fundamentales, conservadoras, más ortodoxas, que casi cada ciudad del país puede presumir dehasta tenertalungrado gran número de congregaciones dinámicas y vivas. Hace cincuenta años yo solo conocía dos iglesias de más de mil miembros. Hoy día hay decenas de dichas iglesias, con algunas «macroiglesias» de más de quince mil miembros. Solo en California sé de seis iglesias que cuentan con cinco mil personas cada domingo. Conozco otra que tiene asientos para doce mil, y hay otra que necesita celebrar dos o más cultos para acoger a sus quince mil miembros. Por todo el país hay más de un cuarto de millón de iglesias donde se predica la Biblia. Hay una denominación, la Hermandad Bíblica Bautista, que comenzó hace cincuenta años; hoy cuenta con tres mil iglesias, algunas de las cuales son de las más grandes del país. La Convención Bautista del Sur parece crecer en una proporción de un millón cada tres años, y ahora tiene dieciséis millones de miembros. Además de eso, hay millones de personas que asisten a la «iglesia eléctrica» de la televisión cada domingo. Esto era algo desconocido hace cincuenta años. Muchas de nuestras congregaciones también están disfrutando de un movimiento refrescante del Espíritu Santo. Iglesias que estaban muertas espiritualmente hace solo una o dos décadas también han revivido, y el tipo de vida que enseñan, controlada por el Espíritu Santo, les ha dado a sus miembros una inyección de nueva vitalidad y alegría. ¡Es algo contagioso! Hace poco un reportero secular me llamó para saber mi opinión sobre el número de gente joven de la Generación X que está volviendo a las iglesias, aun cuando no fueron educados en ninguna de ellas. Yo hablé de la futilidad y la desesperanza que engendra el secularismo, y cómo este con frecuencia lleva al suicidio, cultos y modas pasajeras igualmente vacías. Pero en la

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Iglesia esa gente joven desilusionada está encontrando vida y una razón para saltar de la cama por las mañanas. Pero el crecimiento de la iglesia no es el único factor que muestra querápido el cristianismo buena es salud. to que más ha crecidogoza en ladenación el deEllamovimienescuela en casa y las escuelas cristianas (desde la primaria hasta el fin de la secundaria). Por eso los secularistas se oponen a toda clase de créditos, vales o ayudas para la enseñanza en colegios privados y religiosos. Preferirían que los niños del centro de la ciudad fueran enviados a colegios públicos de nivel bajo (que no educan a nadie), antes que verlos asistir a colegios religiosos donde recibirían una educación superior. Increíblemente ha habido algunos destellos de esperanza incluso en ciertos colegios públicos. Los legisladores de los estados de Georgia, Arkansas y Louisiana votaron recientemente para exigir que junto con la evolución se enseñe también el creacionismo. Otros estados como Alabama, Oklahoma y Kansas están advirtiendo a sus estudiantes de que la evolución es una teoría de la ciencia, y no un hecho científico. Los humanistas están poniéndose bastante nerviosos ante el éxito del movimiento creacionista al conseguir que sistemas escolares públicos equitativos insistan en que hay que enseñar tanto el creacionismo como la teoría de la evolución. Durante dos generaciones han tenido el campo para ellos solos, y ahora les hace perder la calma el hecho de tener que compartir el tiempo de enseñanza con la creación. ¿Y qué pasa en las universidades? Después que yo dejé las fuerzas aéreas, solo había unas cuantas universidades cristianas. Hoy día hay decenas de universidades con orientación bíblica. Y además, las más antiguas han doblado su tamaño. Mientras que los seminarios liberales, totalmente infiltrados de humanismo, han muerto o se han visto forzados a unirse a otros, los seminarios conservadores y los institutos bíblicos han florecido, y siguen surgiendo otros nuevos. Las universidades cristianas no

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solo se están multiplicando, sino que algunas están rebosantes de estudiantes, y le damos las gracias a Dios por eso. Oramos para que esas instituciones permanezcan fieles a Cristo y eviten con todo su poderhomosexual las influencias de las enseñanzas evolucionistas, propaganda e incluso herejías teológicas relacionadas con la naturaleza de Dios y del hombre. Nuestra oración es que todas las universidades cristianas se conviertan en bastiones de la cosmovisión bíblica cristiana, y en fuertes opositores de las cosmovisiones humanista, naturalista, evolucionista y de gobierno global. Durante esos mismos años hemos asistido a un fenómeno que ha contribuido a parar el tren humanista: el crecimiento de las editoriales cristianas. Los humanistas tuvieron en un momento dado tal dominio en el mundo editorial y en las redes de distribución, que los cristianos comenzaron a abrir sus propias editoriales, revistas y diarios. Hoy se producen anualmente millones de libros cristianos, que se venden por varios canales: •

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Seis mil quinientas librerías cristianas en todo el país; grandes cadenas seculares de libros y tiendas de descuentos como Sam’s Club y Wal Mart; mercado de masas; Club de libros y catálogos; estantes giratorios de las tiendas de los aeropuertos, tiendas de comestibles y otros puntos de venta;

venta por internet —Amazonas y sus competidores. En gran parte por esas tiendas de descuento, y por la gracia de Dios, el Señor ha bendecido mucho mi ministerio como escritor; he vendido más de diez millones de ejemplares. Mi reciente serie profética titulada, El ratpo (escrita en colaboración con Jerry Jenkins) ha visto incrementarse ese número en treinta •

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millones de ejemplares impresos. Estos libros representan una porción de mi llamado y de mi ministerio pastoral a los creyentes norteamericanos. Lasque editoriales cristianas están impactando tanto en el algumercado algunas editoriales seculares están tratando —en nos casos con éxito— de comprarlas. La última vez que asistí a un congreso de editores cristianos tres de esos editores tenían agentes tratando de averiguar si había editoriales cristianas a la venta. Cuando pasa una cosa así, uno puede estar seguro de que las publicaciones cristianas son un negocio rentable. Además de eso, cuatro editoriales seculares se acercaron para pedirme que escribiera un libro para ellos. Eso solo puede significar que les está llegando nuestro mensaje, a pesar del control que los secularistas ejercen sobre los puestos de prensa y las librerías, que con frecuencia rehúsan tener literatura cristiana. Otro factor poderoso en la reciente cosecha de almas es la nueva apertura de los cristianos a compartir su fe. Al Dr. Bill Bright, que fundó la Cruzada Estudiantil para Cristo (que ahora cuenta con una plantilla de dieciséis mil quinientos), le corresponde con mucho el mérito de encabezar el entrenamiento de miles de cristianos que están cayendo como torrentes en las sequedades espirituales de los recintos universitarios, llevando a miles de estudiantes a Cristo. Si tuviéramos más espacio aquí podríamos hablar de los otros muchos ministerios paraeclesiásticos (InterVarsity, Los Navegantes); las más de mil cuatrocientas emisoras de radio cristianas, las cadenas de televisión cristianas, y los que están alcanzando a millones más en todo el país. Enfoque a la familia y el Dr. James C. Dobson han sido un instrumento esencial para alcanzar a millones de familias, y para advertir a los padres de los peligros que acechan a sus familias. Enfoque a la familia también proporciona una gran cantidad de literatura educativa para toda la familia, y los libros del Dr. Dobson han alcanzado y alentado a millones. Enfoque tam-

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bién ha fundado un instituto que fortalecerá a los estudiantes universitarios para la batalla por la familia. Cumplidores de promesas ha alcanzado a millones de hombres Cristo,de haciendo en la importanciacon deellaevangelio familia y de tratando ayudar hincapié a los hombres a ser mejores esposos y padres. Las familias cristianas están recibiendo una instrucción de calidad sobre la vida familiar y las relaciones interpersonales, todas con base bíblica. Chuck Colson y la Hermandad Prison han abierto el camino para llevarles esperanza y amor a los que están entre rejas. Los escritos de Colson también han alertado a miles sobre los peligros del secularismo y la evolución. Su obra (con Nancy Pearcey), How Now Shall We Live? [¿Cómo viviremos ahora?] encierra una poderosa defensa de la cosmovisión bíblica. Otro poderoso testimonio de la fidelidad de Dios es el firme crecimiento de Concerned Woman for America desde hace apenas dos décadas hasta alcanzar sus actuales seiscientos cincuenta mil miembros. En cambio, la membresía de la Organización Nacional de Mujeres ha decrecido desde trescientos mil al número ridículo de la actualidad. Así que hoy día el mensaje antifamilia ha quedado confinado a los medios liberales. Lastimosamente nunca se busca la opinión de CWA. El ministerio de David, Summit Ministries, también de rápido crecimiento, está educando cada vez a más adolescentes cristianos a que conozcan la cosmovisión bíblica, preparándolos para resistir la tremenda presión que se sufre en los recintos universitarios de hoy por causa de la fe. Summit Ministries también está desarrollando una serie de planes de estudio para todas las edades, incluyendo secundaria y escuelas dominicales, basados en Understanding The Times. No cabe duda de que el cristianismo está en alza en los Estados Unidos.

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Cristianismo arriba, moral abajo Todas estas son buenas noticias, pero según la última encuesta de Gallup, Surveying the Religious Landscape [Examinando el panorama religioso] existe un problema grande. Como él explica: «Los norteamericanos siguen amando a Dios como antes, van a la iglesia y creen en la Biblia, pero —y es un gran pero— su fe tiene una milla de largo y una pulgada de profundidad». 5 «Una milla de largo y una pulgada de profundidad» se refiere en última instancia a la muerte de la Iglesia, la familia, los niños, la cultura y, finalmente, la civilización. Esta es una situación sorprendente que debe cambiar pronto. de los norteamericanos Dice Barna: «Aunque la mayoría cree que ya conocen las verdades fundamentales de las Escrituras, nuestras investigaciones han descubierto que menos del diez por ciento de los cristianos americanos tienen actualmente una cosmovisión bíblica».6 Y sigue: «En esencia, aunque millones de norteamericanos tienen creencias que les califican como cristianos, afirman que la Biblia contiene prácticas y principios para laignoran vida, y afirman creer quelecciones Dios quiere bendecir sus esfuerzos, sus recursos espirituales cuando la llanta se encuentra la carretera. En resumidas cuentas: la espiritualidad de los americanos es cristiana solo de nombre. Buscamos experienc ias antes que conocimiento. Buscamos comodidad antes que crecimiento. La fe tiene que ser a nuestra medida; de otra forma, la rechazamos. Nos hemos sentado en el trono nosotros mismos como jueces finales de la justicia, comoSomos gobernantes finalesdel denuevo nuestramilepropia experiencia y destino. los fariseos nio».7 Charles Colson dice que somos al mismo tiempo espirituales e inmorales. Ya ha llegado la hora de hacer un inventario espiritual serio. Según Barna, apenas se puede distinguir a los cristianos de los

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no creyentes «por su forma de vivir». Él dice que la evidencia muestra que la mayoría de los cristianos estadounidenses de hoy no viven de una forma que se distinga del resto de los no cristianos, a pesar delos quedebían afirman creer de enlos unademás. serie de 8 principios que claramente separar Según Barna: «La mayoría de los cristianos no se comportan de forma diferente porque no piensan de forma diferente, y no piensan de forma diferente porque nunca los hemos entrenado para ello, ni equipado, ni les hemos enseñado a rendir cuentas».9 Tenemos que oír lo que dice Barna, y después reevaluar nuestras prioridades y compromisos personales: El cristiano medio pasa más tiempo mirando la televisión en una noche de lo que pasa leyendo la Biblia la semana entera. Solo cuatro de cada diez personas que afirman ser cristianas también dicen que están «totalmente comprometidas con la causa de Cristo». Dos de cada tres creyentes nacidos de nuevo afirman que no existe una verdad moral absoluta. También hay otras consecuencias serias. Primero: millones de cristianos contemplan la transformación en Cristo como una solución momentánea a la «crisis», en vez de un «proceso» de toda la vida. Muchos cristianos que profesan serlo suponen que una vez que la persona se ha puesto en paz con Dios, declarando que Cristo es su Protector eterno, para toda intención y propósito ya han llegado al final de su viaje espiritual. La fe en Dios se convierte en una especie de póliza espiritual de seguros para cuando mueran. Las ceremonias, ritos, oraciones, enseñanzas y sacramentos de la Iglesia no tienen valor práctico para ellos. Segundo (y quizás una consecuencia del primero), muchos creyentes dejan de crecer espiritualmente. Al examinar su vida, en lugar de medir su actuación contra los mandatos de

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LA MAYORÍA A FAVOR DE LA MORAL Dios, el nivel de comparación es «¿Lo hice mejor que el vecino?» Tercero: muchos cristianos han desarrollado una idea distorsionada de lo que es una vida de éxito y con propósito. Cuando se les pide que expliquen cuáles son sus objetivos vitales, la mayoría de las respuestas fueron: buena salud, éxito profesional, comodidad material y una familia funcional. La mayoría de los cristianos asume que cuando nosotros somos felices, Dios también lo es. Cuarto: una gran mayoría de los cristianos se contentan con que el verdadero significado de nuestra existencia terrenal solo sea disfrutar la vida y cosechar todo lo que podamos de nuestros propósitos diarios y cotidianos. Aun cuando la mayoría de los creyentes reconocen que sus bendiciones vienen de Dios, también creen que el principal propósito de su bendición es hacerlos felices. Solo un número reducido de creyentes son conscientes de la explicación que le da Dios al hecho de bendecirnos: ser bendición para otros (Génesis 12.1-3). Y por último, los cristianos no están preparados para pelear la buena batalla de la fe. Hemos perdido de vista el desarrollo de la historia de la creación de Dios y del hombre, habiéndonos aislado dentro de una cultura que valora más los logros y la comodidad que los sacrificios y el sufrimiento. No estamos preparados en absoluto para pelear. Buscamos la mano de Dios para que nos bendiga y nos llene de bien en medio de los desafíos y los momentos duros, y no buscamos formas de servir a otros en situaciones semejantes o incluso más difíciles.10

Los que han sido testigos del deterioro del clima moral de los Estados Unidos se han alarmado por el aumento de niños que asesinan a niños, el uso de las drogas, la promiscuidad, la infidelidad, el divorcio, la homosexualidad y el aborto, signos

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todos de una sociedad en decadencia. La cuestión es: ¿Estamos decayendo por un proceso histórico natural o es algo diseñado? Un abandono desastroso Mientras estábamos tan ocupados construyendo nuestras iglesias, escuelas y ministerios, un grupo pequeño, pero poderoso, de humanistas se ha infiltrado en los canales más efectivos para influir en la gente: educación, medios de comunicación, organizaciones y el gobierno. Los cristianos hemos abandonado casi totalmente todos esos campos de influencia crucial. Es más, muchos líderes cristianos han estado tan ocupados luchando entre ellos sobre diferencias doctrinales o de denominación, que todavía no se han dado cuenta de que el verdadero enemigo es el humanismo, y su obsesión por secularizar la sociedad. A menos que esos líderes cristianos abran los ojos y vean que los EE.UU. están siendo tomados por la religión atea y amoral del humanismo, y se lancen unidos en un ataque basado en la moral, el humanismo lleva todas las de ganar. Desde que escribí La batalla por la mente sehadadouncambio significativo en nuestra nación: los medios de comunicación, incluyendo la industria del ocio, han reemplazado a la Iglesia como la influencia más significativa de la sociedad. Yo no creí a Ted Turner cuando en 1983, en su despacho privado, nos dijo a mi esposa, Beberly, y a mí: «La televisión es más poderosa que el gobierno. Elige al gobierno». Desde aquel día ha habido varias elecciones presidenciales, ¡y ahora sí lo creo! Sin comprender el poder de los medios, uno no puede comprender la elección de William Jefferson Clinton. ¿Cómo un hombre que no se presenta a filas, un mujeriego, un mentiroso patológico y uno que, en su época de estudiante, se manifestó en contra de su propia patria en un país extranjero, pudo resultar elegido presidente de un país patriota, moral, con ochenta

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millones de adultos cristianos evangélicos y otros cien millones de personas a favor de la moral, más de treinta y tres millones de veteranos y sus familias? Esto no se explica sin reconocer el poder de losdemedios. Después haber mentido al pueblo de los Estados Unidos, y haber sido destituido por el Congreso por perjurio ¿por qué no fue destituido de su puesto? Por una sola razón: es el niño mimado de los medios de izquierda. Le protegieron a toda costa porque él promueve su cosmovisión liberal: gran gobierno, socialismo, globalismo de las Naciones Unidas, feminización del ejército, aborto, homosexualidad y multiculturalismo. Hace todo lo que le dice la élite humanista, incluyendo gobernar por decreto ley. Solo una Iglesia informada, guiada por pastores fieles puede devolverle a nuestra sociedad la sanidad moral. Pero usted puede estar seguro de que eso nunca sucederá si el cincuenta y dos por ciento de nuestros miembros continúan rehusando estudiar estas cuestiones e ir a votar el día de las elecciones. Si alguien no vota por un candidato que esté a favor de la moral, que tampoco se queje de la tienda de artículos de pornografía que hay a la vuelta de la esquina, o de que la maquinaria abortiva asesine diariamente a miles, o del profesor que diariamente le hace perder la fe a su hijo o a su hija. Pureza doctrinal contra

degeneración moral

Durante cincuenta años he sido un fundamentalista bíblico con fuertes convicciones doctrinales. Todos los pastores o líderes de San Diego, California, donde ejercí mi ministerio durante veinticinco años, son testigos de que nunca comprometí mi integridad doctrinal. Hasta este día quedan algunos grupos cristianos con los que no puedo trabajar en proyectos de evangelización.

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Pero la batalla contra el humanismo secular es una lucha cósmica entre cosmovisiones. Escuche atentamente lo que dice Charles Colson: «La guerra cultural no es solo por el derecho a abortar o por los derechos o por elLadeclive la educación pública. Esas sonhomosexuales, solo las escaramuzas. guerradereal es una pelea entre cosmovisiones, entre la cosmovisión cristiana y las varias cosmovisiones seculares y espirituales (Nueva Era) dispuestas contra ella. Esto es lo que tenemos que entender si queremos ser efectivos tanto en la evangelización de nuestro mundo como en hacer que este se transforme para reflejar la sabiduría del Creador».11 Los humanistas han rechazado totalmente a Dios, la creación, la moral basada en la Biblia, y el estado caído del hombre. Ellos representan la amenaza más seria para nuestra nación en toda su historia. A menos que los que aman la virtud —tanto cristianos como no cristianos— permanezcan juntos como ciudadanos rectos y honrados, los humanistas convertirán a este gran país en una versión moderna de Sodoma y Gomorra. Para ser sinceros, podemos decir que algunas de nuestras ciudades ya lo son. Dice Dennis Prager: «Ninguna otra ciudad de los EE.UU. ha rechazado tanto las normas judeocristianas y la concepción tradicional de la santidad como San Francisco».12 Señala: «La razón principal por la que yo soy religioso fue ver las ideas que emanan de la universidad secular (humanista) y del secular San Francisco, y el caos en el arte desde que a Dios se le expulsó de la mayoría de las vidas y obras de los artistas. El compositor más apegado a Dios fue Bach, que compuso la música más grandiosa; en cambio la mayor parte de nuestro mundo musical secular produce porquerías. Hace bastante tiempo llegué a la conclusión de que no existe alternativa viable para un sistema de valores y una sociedad basados en Dios».13 Cuando me asignaron a la tripulación de un B-29 como artillero no les pregunté a los otros diez hombres si eran católicos, judíos o protestantes. Lo único que me interesaba saber era si

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sabían manejar el avión o las ametralladoras de cincuenta milímetros. Más tarde supe que el otro artillero era un mormón, el artillero de torrera, un católico, y el artillero de cola era bautista del sur. Probablemente habríamos podido trabajarhajuntos en ningún proyecto nunca religioso (es más, no podríamos blar sobre teología sin que surgieran desacuerdos), pero estábamos de acuerdo en algo fundamental: todos éramos norteamericanos interesados en preservar la libertad de nuestro país. La batalla de hoy no es física, sino moral. A menos que un número suficiente de norteamericanos a favor de la moral reconozca el hecho y desee batallar sobre la base de una convicción moral común, no vemos esperanza de libertad para el siglo XXI. Si, por el contrario, líderes de todas las convicciones religiosas, que estén a favor de la moral, están dispuestos a resistir juntos, como compatriotas preocupados por la preservación de la decencia moral y familiar, todavía podemos ganar la batalla por la mente y el corazón de nuestros hijos. Santos de sal y luz Durante dos mil años la iglesia del mundo occidental le sirvió de conciencia moral a la sociedad. Pero durante los últimos años muchos líderes eclesiásticos se han mostrado recelosos de hablar sobre temas morales. Algunos han alegado que hay algunos problemas sociales entre las paredes de sus iglesias, como si esa fuera toda su responsabilidad, pero ese es precisamente el problema. En las iglesias fieles a la Biblia hemos cumplido bien nuestra tarea de hacer brillar nuestra luz, pero esto es solo la mitad del mandato de Dios a su pueblo: Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

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ASEDIO DE LA MENTE Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5.13-16).

La sociedad está en un estado de decadencia moral, no porque a la mayoría de los norteamericanos les guste la degeneración, sino porque el humanismo ha ejercido más influencia moral en nuestra cultura que la Iglesia. Podemos contar miles de historias escalofriantes de individuos cuyas vidas cambiaron después de una experiencia personal de fe en Jesucristo, pero no hemos sido para nuestra comunidad la sal y la luz moral que deberíamos haber sido. No le hemos ofrecido a nuestra sociedad un buen liderazgo moral. Hemos permitido, bien por ignorancia, ineptitud o pereza, que una minoría poderosa se apodere de nuestra cultura. David y yo estamos convencidos de que tener creencias correctas, «caminar en el Espíritu» o incluso compartir firmemente nuestra fe con otros no es nuestra única responsabilidad como cristianos. Dios también espera de nosotros que seamos buenos padres, ciudadanos responsables, vigilantes de los muros, guardianes de nuestros hermanos, y la sal y la luz morales de la tierra. Y por supuesto, que votemos en todas las elecciones: locales, del estado y de la nación. Están en juego aproximadamente cincuenta y cinco millones de niños en edad escolar. Están creciendo en un ambiente amoral, mal guiados por educadores que los consideran primates. No es raro que a nuestros jóvenes les cueste discernir entre su mano derecha moral de la mano izquierda. Dios salvó a Nínive de la destrucción después de que se arrepintieran los líderes de la nación y los adultos, preservando la vida de ciento veinte mil personas que no sabían discernir entre

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su mano derecha y su mano izquierda. Creemos que del mismo modo Él salvará a América si la Iglesia guía firmemente a la mayoría a favor de la moral a detener este tobogán a la depravación, y aclase hacerdevolver a nuestrasolo nación a unasi sanidad Esta reavivamiento llegará ministrosmoral. fieles y los pastores de la grey ofrecen el mismo liderazgo enérgico que les trajeron John Wesley y George Whitfield a los colonos a principios del siglo XVIII, bendiciendo a nuestra nación con el Gran Avivamiento, gracias a sus esfuerzos. Alcemos la voz Nosotros, los que estamos a favor de la moral, es decir, quienes creemos en una moral y en un orden moral basados en la Biblia, hemos permanecido silenciosos durante demasiado tiempo. Con la excepción de unas cuantas voces esporádicas, los cristianos se han mostrado recelosos a darle voz a sus preocupaciones políticas y cívicas. No nos hemos dado cuenta de que la política y las elecciones no son más que la expresión pública de nuestros valores y creencias privados. Como usted ahora ya sabe que realmente representamos a la mayoría de este país, debemos alzar la voz para que todos oigan —desde nuestro vecindario hasta el gobierno de cada estado y la Casa Blanca. Estamos convencidos de que la gente está esperando un liderazgo a favor de la moral. Después de examinar cuidadosamente los datos que ofrece la historia de los Estados Unidos en el «estudio más amplio que nunca hemos hecho del área de la religión», dijo George Gallup, «los norteamericanos desean una iglesia que se pronuncie en temas espirituales, morales y éticos. Las personas de todas las confesiones religiosas quieren iglesias y otras organizaciones religiosas que abran la boca. Sin embargo, existe una gran divergencia de opinión entre los miembros de varias denominaciones y confesiones cuando se trata de temas sobre

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política y economía. Y esto, por supuesto, no nos debería sorprender». La electrizante respuesta de los norteamericanos, tanto católicos como protestantes, la visita del decirles Papa a los Unidos en 1979 y otra vezante en 1999 debió algoEstados a los líderes cristianos de todo el país. A todas partes a donde iba lo esperaban multitudes en números mayores de lo que se esperaba. Ninguna figura religiosa de nuestra época ha hablado tan firmemente sobre temas morales. Cuanto más fuertemente hablaba de ellos, más crecía la multitud. La mayoría a favor de la moral seguirá ese tipo de liderazgo, pero tienen que escuchar un llamado de sus pastores espirituales al activismo moral. Los editores de Christianity Today [El cristianismo hoy] tuvieron esto en mente cuando añadieron un comentario interesante sobre el artículo de George Gallup: El fracaso a todas luces obvio del liberalismo ha coincidido con un hambre por moralidad básica, y una revitalización del cristianismo fundamental. Esto les da a los evangélicos una oportunidad sin precedentes para presentar el evangelio al mundo en que vivimos, así como a efectuar cambios importantes para bien dentro de nuestra sociedad. Ahora debemos mostrarle al mundo que los evangélicos se preocupan por ello, y saben cómo traducir la teología en acción compasiva.

¡Estamos totalmente de acuerdo! Nuestra preocupación se debería ver en nuestro: •

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evangelismo: demostrando que nos preocupa el alma de los hombres; amor fraternal: probando que nos preocupamos de ellos como personas (cuando están heridos deberíamos ser los primeros en ayudarlos);

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activismo moral: mostrando que amamos a sus hijos al expresar nuestra oposición a la legislación amoral, y exigiendo acciones a favor de la moral por parte del gobierno, al votar por los candidatos adecuados.

Esto también significa que nos debemos involucrar en los procesos electorales, como ciudadanos fieles, bien como candidatos o apoyando a los candidatos adecuados. Debemos hacerles saber a los líderes políticos nuestras opiniones sobre legislación pendiente que involucre a la moral y a los valores familiares. Para ser más específicos, los cristianos deberían alzar la voz desde sus hogares, iglesias y centros de trabajo, cuando se trate de algo relacionado con: •

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Aborto: Debemos prohibir el uso de ingresos por impuestos para esta forma de abuso infantil. Homosexualidad: Nuestras leyes ya son demasiado

débiles en estahomosexuales esfera; nuncaodebemos aceptar los matrimonios que adopten niños. •

Pornografía: Necesitamos una legislación que elimine toda la pornografía de nuestro país.

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Prostitución: Esto es un mal para cualquier sociedad.

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Juego: Es malo, hiere a los pobres y alimenta el crimen.

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infanticidio Solo Dios tiene derecho de decidir quiény eutanasia: tiene derecho a vivir. derechos de los padres: Dios les dio a los padres el derecho y la responsabilidad de educar a sus hijos. Hasta que el gobierno no invente una forma de dar a luz debe refrenarse de usurpar los derechos de los padres.

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Drogas: Las drogas destruyen el cuerpo, dañan la mente y tuercen la moral de las personas. Debemos continuar oponiéndonos con firmeza al abuso de estupefacientes,

al igual quedea drogas. los esfuerzos por legalizar el uso recreativo •

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gobierno mundial: Debemos resistirnos a entregarle a la ONU la soberanía de los Estados Unidos, o a colocar a nuestros soldados bajo su mando. humanismo religioso o secular: Debe ser combatido en todas sus formas, especialmente en el gobierno y en la

educación. Si un número suficiente de norteamericanos a favor de la moral hablan claro en contra de estos temas, y vota de forma acorde, en nuestro país habría un número más que suficiente de personas con una mentalidad a favor de la moral, que actuarían para frenar nuestro descenso hacia el abismo moral. Y podríamos hacer que nuestra nación volviera a la decencia moral y a respetarse a sí misma.

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SOLDADOS DE VERANO Y PATRIOTAS QUE TOMAN EL SOL ¡Adelante, soldados cristianos!, marchando como a la guerra, con la cruz de Cristo SABINE BARINGsiempre -GOULDdelante.

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i esposa y yo hemos viajado por cuarenta y cuatro países, incluyendo cinco naciones comunistas, y puedo asegurar una cosa: ¡El cristianismo no está muriendo en ningún lugar del mundo! Quizás les sorprenda saber que estamos experimentando un movimiento poderoso del Espíritu Santo en todo el planeta. La prensa dice muy poco de eso, pero el cristianismo está en alza. Los misioneros reportan que hay personas de los países del Tercer Mundo —a pesar de regímenes opresivos, inflación galopante e inanición— que se están volviendo a Cristo en números sin precedentes. Durante dos décadas han llegado a Cristo un gran número de personas de América Latina. Misioneros que están en Europa hablan de un nuevo interés por el evangelio. Un misionero que estaba en Francia me dijo que en un año se convirtieron más de los que se habían salvado durante sus once años anteriores allí. Les podría hablar del trabajo de Dios en la India, Singapur, Corea del Sur y Taiwan. Las noticias que llegan de Rusia y de China indican una sorprendente sed de Cristo por parte de los jóvenes. El cristianismo está creciendo en todo el mundo, y no muriendo. Aunque no podemos evaluar exactamente su crecimiento, calculamos que la Iglesia se ha duplicado durante los últimos veinticinco años. La bancarrota del humanismo se está haciendo evidente con rapidez, haciendo que muchos regresen a lo básico. Con frecuencia eso significa regresar a la Iglesia y a los principios bíblicos para vivir. No hemos visto nunca una época mejor para

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compartir nuestra fe que el día de hoy. Los cristianos llenos del Espíritu, que son la sal del mundo, tendrán una buena cosecha. ¿Por qué este libro? Como mi esposa y yo hemos viajado por todo el mundo y hablado cara a cara con más del dieciséis por ciento de los misioneros y hemos visitado las emisoras de radio cristianas más grandes del mundo, nos hemos dado cuenta de un hecho fundamental: el ochenta a ochenta y cinco por ciento de los misioneros, la mayoría de la tecnología para predicar el evangelio, y la mayor parte del dinero para misiones sale de los Estados Unidos. La salvación de millones de personas depende de que cristianos estadounidenses les lleven las buenas nuevas. Si los secularistas anti-Dios, amorales, globalistas consiguieran esclavizar a nuestro país, se terminaría la salida de misioneros. A nosotros nos preocupa mucho que ese ministerio aumente. Esta es la razón por la que un ministro y un educador cristiano han combinado esfuerzos para atacar con fuerza la religión del humanismo. Aunque ambos somos patriotas estadounidenses, esa no es nuestra mayor preocupación. 1 Ante todo somos cristianos comprometidos.2 Y como tales, se nos ha ordenado predicar el evangelio a toda criatura (Colosenses 1.23). Esa es nuestra mayor prioridad. Contestamos «¡Sí!» con entusiasmo a la pregunta de la vieja canción: «¿Soy un soldado de la cruz?» Pero en esta batalla por la mente el humanista, o pagano, ha tenido mucho éxito al convertir en políticamente correctas palabras como «guerra», «batalla», «pelear la buena batalla». Prefieren palabras y expresiones como «pluralismo», «tolerancia» y «celebremos la diversidad». Pero en la práctica los secularistas resultan ser terriblemente belicosos e intolerantes. No permiten opiniones que desafíen sus dogmas. Si usted duda de esto, trate de llevar el creacionismo al aula, y rápidamente verá lo que signifca de verdad la teo-

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ría de la diversidad. O trate de defender a los Estados Unidos en un entrenamiento multicultural, y verá lo que realmente significa tolerancia. ¡No toleran competencia! Horowitz presenta este soberbioacuadro: hecho de es queDavid los izquierdistas de las universidades, través de«El décadas actuación y promoción política, y por medio de una sistemática intimidación intelectual, prácticamente han expulsado el pensamiento conservador de los pasillos de la academia. Un llamado hecho a uno de los pocos conservadores conocidos a los que se les ha permitido enseñar humanidades en Princeton confirmó la siguiente sospecha: en la historia del departamento de Sean Wilentz no se pudo encontrar a un solo3 conservador entre sus cincuenta y seis miembros facultativos». Este es un ejemplo perfecto de lo que la izquierda humanista entiende por pluralismo, tolerancia y diversidad. Un llamado a las armas Oramos de corazón que Dios use este libro para levantar a incontables lectores a defender la moral bíblica de nuestra nación. Si otros ministros del evangelio usaran su esfera de influencia para oponerse de forma similar al pensamiento humanista, aún podemos ganar esta batalla por la mente y por el corazón de la nación. Veremos derrumbarse el telón de acero que rodea nuestro sistema educativo, justo como se cayó el telón de acero con la caída del Muro de Berlín. Ninguno de nosotros desea oír una frase tan lastimera como esta: «Ni hay quien cuide de mi vida» (Salmo 142.4). ¡Nosotros sí lo hacemos! Nosotros creemos que un alma se merece nuestro tiempo, nuestros esfuerzos, nuestros recursos, y nuestra misma vida, así como el tiempo, el esfuerzo y los recursos de la Iglesia. Las iglesias deben hacer caso del consejo de Chuck Colson y Nancy Pearcey cuando dicen que los padres «necesitan el apoyo de la Iglesia, lo que significa que las iglesias locales nece-

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sitan alentar a los líderes de los grupos de jóvenes a ir más allá del volibol y las fiestas con pizza y a comenzar a enseñar temas relacionados con la apología y las cosmovisiones».4 No vivir hay nada la vida oy en la muerte seasumás importante que paraen la verdad la justicia deque Dios, orden moral, su orden social, su orden de gobierno y su orden eterno. En la epístola a los Colosenses Pablo nos dice que toda la sabiduría y el conocimiento están en Cristo (2.2-3). Cristo es la base de toda la verdad. La Biblia nos dice que el mismo Dios instituyó la familia, y la definió: un hombre y una mujer casados que viven juntos con sus hijos (Marcos 10.6-7). El profeta Isaías deja bien claro que el Hijo nacido en Belén es el mismo a quien le debemos nuestra fidelidad. En efecto, si no es Cristo, será Platón, Hegel, Marx, el estadismo, el colectivismo, el socialismo. Pero así como los cristianos no parecen tener pelos en la lengua cuando se trata de valores familiares, se convierten en soldados de vacaciones y patriotas tomando el sol en asuntos del gobierno, la política y la teoría política. La izquierda y sus amigos de los medios de comunicación dicen simplemente: •

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«No pueden hablar sobre el aborto, la homosexualidad, la pornografía, el juego y la prostitución, pues son temas políticos». «No pueden mencionar a Cristo en la plaza pública; eso es religión». «No pueden hablar sobre llevar a cabo la Gran Comisión, eso es discurso de odio», y demasiados cristianos cierran la boca, dejan caer las armas y se marchan.

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¿A usted le parece que hablar de evangelización como discurso de odio va demasiado lejos? Pues escuche entonces a Joe Lockhart, portavoz oficial de la Casa Blanca, quien dijo que «la noción cristiana evangélicasedepuede llevar comparar a cabo la Gran Comisiónely extender el cristianismo... con perpetuar “antiguo odio religioso”». 5 Como observó un comentarista: «En efecto, se tiene constancia de que la administración de Clinton cree que la práctica del cristianismo bíblico es equivalente a un crimen de odio».6 Además de eso, la Comisión Federal de Comunicaciones ha establecido un decreto (FCC Order 99-393) por el que el cincuenta por ciento de la programación de las emisoras de radio no comerciales «debe estar libre de lo que es su surtido habitual: cultos de iglesias, sermones, estudio bíblico, oración y cualquier tipo de debates cristianos, incluyendo los programas presentados por hombres semejantes a James Dobson y D. James Kennedy».7 Denunciar a Cristo parece ser «educativo», mientras que adorarlo es «no educativo». Y aún hay pastores cristianos que no se atreven a denunciar estas cosas. Este es el desafío que les proponemos: ¡Sean líderes! Muestren valentía cristiana. Párense delante de su congregación y prediquen todo el consejo de Dios. Denle a su rebaño una defensa detallada de la cosmovisión bíblica. Comience una serie de sermones sobre Mateo 23. Muy pronto verá que Cristo no temió a los poderes religiosos ni políticos de su época. Algunos dirán: «Sí, pero ya ven lo que le pasó; ¡lo crucificaron!» Ya lo sabemos. Pero de eso se trata el cristianismo bíblico. La Biblia nos dice que nosotros también debemos sufrir por nuestra fe en Él (2 Timoteo 3.10-12). Esos santos mencionados en Hebreos 11 —incluyendo el que fue aserrado— no fueron torturados por refugiarse en el banco de la iglesia, escuchar un sermón de diez minutos y cantar veintiséis líneas de «Tal como

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soy». Fueron torturados por dejar las paredes de la iglesia y aventurarse en la plaza pública (Hechos 17.16-17), armados de valores morales y creencias bíblicas. El mundo los odiaba por su forma de vivir y obedecer porque lolos que decían era Peropiadosa ellos decidieron mandatos de verdad. Dios, costase lo que costase. Por supuesto, donde quiera que usted hable sobre cristianos y otros ciudadanos comprometidos moralmente, que deseen ayudar a su país tomando posiciones de liderazgo en varias esferas de influencia, la izquierda ataca. Nos bombardea en la prensa y en los medios de comunicación, como si lo peor que le pudiera sucederle a la nación fuera la actuación social y política de estadounidenses temerosos de Dios. Olvidan —o quizás nunca se lo enseñaron— que la actuación cristiana en todas las esferas de la vida comunitaria es una herencia de los Estados Unidos. Sorprendentemente, parte de esa oposición a la actuación política de los cristianos viene de dentro de la misma Iglesia. Hay cristianos creyentes en la Biblia que miran con recelo a sus hermanos en Cristo que deciden meterse en política. Nosotros creemos que están equivocados. Por estas razones: Profecía bíblica e involucramiento político La mayoría de los cristianos que conocen y creen en la Biblia están «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2.13). La Segunda Venida de Cristo ha sido la esperanza de los creyentes desde el primer siglo (1 Tesalonicenses 4.13-18). El ateo Bertrand Russell pensaba que las Escrituras se equivocaban en Mateo 24, y en el pasaje de «esta generación», pero él y otros se han olvidado del contexto. La expresión que da la pista es «cuando veáis todas estas cosas». Esta expresión determina lo que significa «esta generación». Se refiere a la genera-

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ción que estará presente cuando «estas cosas ocurran»: el anticristo, la tribulación, las señales del cielo y el regreso de Cristo al Monte de los Olivos. las condiciones dellos tiempo presente parecen3.1-7; tanto a lasComo profecías bíblicas sobre últimos días (2seTimoteo 2 Pedro 3.1-4; Mateo 24.6-7,37-38), algunos cristianos han llegado a la conclusión de que es inevitable que nuestra cultura sea tomada por las fuerzas del mal. Como consecuencia, no hacen nada por impedirlo. Dicen: «Tienen que venir tiempos peligrosos cuando se acerque el final de nuestra época», así que no están dispuestos a alzar la voz para protestar. ¡Esto va totalmente en contra de las Escrituras! Se nos manda a combatir el mal y ponernos toda la armadura de Dios, para poder resistir en el día malo (Efesios 6.13). Los cristianos nunca fueron llamados a ser soldados de vacaciones y patriotas tomando el sol. Se nos llamó a ser activos por la causa de Cristo en temporada y fuera de temporada. Tenemos que imitar al apóstol Pablo, que dejó la comodidad del santuario, y salió a la plaza pública a confrontar a los humanistas de su día (Hechos 17.16-34). Varios siglos antes Elías también desafió a los humanistas de su época (1 Reyes 18). Y Jesús el Mesías se introdujo en los mismos cuarteles generales del humanismo y se enfrentó a los humanistas griegos y romanos en el Monte Hermón. Si realmente hemos llegado a los últimos tiempos, debemos alzar nuestras voces todo lo que podamos en defensa de la verdad y la virtud. ¿Vendrá Cristo por una Iglesia dormida o por una Iglesia que está en primera línea de batalla por el alma, el corazón y la mente del mundo? El mismo Jesús preguntó: «Cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿hallar á fe en la tierra?» (Lucas 18.8.) Parece que William Butler Yeats se hizo esta misma pregunta en su poema: «La Segunda Venida»:

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ASEDIO DE LA MENTE A los buenos les falta convicción, mientras que los malos rebosan de pasión.

Robert comenta: «Cuando esto en 1919 puede que Bork estuviera previendo que elYeats sigloescribió veinte experimentaría una marea roja, como de hecho sucedió». Pero probablemente no tenía la más mínima idea de hasta qué punto se iban a desmoronar las cosas cuando el centro fracasó al detenerlo en el último tercio de este siglo. No pudo ni haberse imaginado que una intensidad apasionada, separada de la moralidad, haría trizas la estructura de la civilización occidental. El horrible monstruo de la decadencia, que llevaba mucho tiempo gestándose, llegó a su madurez durante las tres últimas décadas, y ahora nos manda con los hombros caídos a nuestro nuevo hogar, que no es Belén, sino Gomorra.8 Aunque nosotros creemos que habrá siete años de tribulación futura, en que el Anticristo gobernará el mundo, no pensamos que parte de eso sea una toma humanista de los EE.UU. Eso ni está profetizado ni es necesario. Pero sí que inundará el país durante los próximos años a menos que los cristianos sean mucho más enérgicos en su defensa de la verdad, la moralidad, la bondad y la decencia. No estamos ciegos ante la degenerada situación del mundo. Hay un desenfreno de adulterio, fornicación, aborto, pornografía, drogas y homosexualidad (Lucas 17.26-30; Romanos 1.24-32), y los hombres actuales son «amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios» (2 Timoteo 3.2-4). Este pasaje podría parecer la portada de casi cualquier diario, sin embargo fue escrito hace casi dos mil años.

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Pero mientras vigilamos, esperamos y trabajamos hasta el regreso de Cristo, no tenemos por qué contemplar cómo se apodera del mundo una situación tan terrible. Antes de que aparezca en escena el anticristo oscuridad, Rusia será destruida porpara Diosestablecer por atacarsuareino Israelde (Ezequiel 38—39). Los profetas hebreos predijeron acerca de una confederación de naciones occidentales, que se opondrán levemente a Rusia. Los EE.UU., Canadá, Inglaterra, una parte de Europa, y Australia forman parte de esa confederación occidental. Pero no hay ninguna profecía referente a que esa confederación occidental sea un estado de bancarrota moral antes de ese día, el día que precede a los siete años de tribulación. Puede que Suecia y Holanda estén más cerca de las condiciones morales de la pre-tribulación que ninguna otra nación del mundo occidental. ¿Por qué? No porque fuera predestinado, sino porque los cristianos piadosos y los ciudadanos a favor de la moral que viven allí no hicieron nada para impedir que los socialistas humanistas tomaran las universidades, los medios de comunicación y el gobierno. Como consecuencia, han dejado que esos maravillosos países se conviertan en una cloaca moral. Puede que ya sea demasiado tarde para desalojar a los humanistas de Holanda y Suecia de los puestos del gobierno, pero desde luego, aún no es demasiado tarde para los Estados Unidos y Canadá. Y puede que todavía estemos a tiempo de salvar a Inglaterra y a Australia, aunque los socialistas Fabian de Gran Bretaña alardean de que veinte de los veintitrés ministros del actual gobierno laborista son humanistas y socialistas. Para poder ver una orientación hacia Dios, los cristianos deben involucrarse en el proceso político. Y deben hacerlo inmediatamente.

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Una visión de lo que podría ser Para cerrar este capítulo, permítanos echar un vistazo de cómo podrían ser las cosas si los Estados Unidos tomaran en serio el desafío de volver a ser la ciudad que está en la colina, lanzando su luz al mundo. Los cristianos se arrepentirían en serio de sus pecados, y le pedirían perdón al Dios del universo por los pecados nacionales, limpiando nuestra vida moral, y dándole a Dios, la familia, la Iglesia, nuestros conciudadanos, nuestras vocaciones y nuestro país la prioridad que les corresponde. 9

Los cristianos con amordeaque los se bárbaros moralesde de nuestra nación,alcanzarían y los convencerían han apartado Dios y de su orden moral. Insistirían en que la liberación sexual o inhalar cocaína no llevan a ningún paraíso terrenal. Los cristianos compartirían el hermoso mensaje del evangelio de Jesucristo con las víctimas de nuestra sociedad que tienen el corazón vacío, llevando a millones a conocerlo. Los cristianos tomarían en serio sus responsabilidades individuales y eclesiásticas, y así le darían al mundo la dirección moral y espiritual correcta, como hicieron los cristianos del primer siglo. Se rompería el silencio de las iglesias, y los pastores ya no estarían intimidados por los políticos, la prensa o el mundo académico. La Iglesia de Jesucristo volvería a convertirse en la conciencia moral de la nación, y hablaría claro sobre ciertos temas, como antaño con respecto a la y atocaba los derechos civiles,hizo cuando los púlpitos ardían deesclavitud justicia, y se la conciencia de los Estados Unidos. La juventud cristiana se comprometería con la Palabra de Dios, honraría y respetaría a sus padres, y obedecería a las autoridades.

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Los funcionarios públicos trabajarían para restaurar los derechos inalienables dados por Dios, para los nacidos y los no nacidos, la libertad de expresión religiosa, así como la libertad de perseguir sueños y ganar sustento la intromisión delnuestros gobierno. El aborto, un nuestro acto en contra desin Dios, se vería como lo que realmente es: una práctica cruel, inmoral, sin conciencia, y como tal sería perseguido en nuestra nación. La adopción sería una práctica nacional, en vez del aborto. Otros actos que van en contra de Dios, como la homosexualidad, la pedofilia, la prostitución y otras prácticas sexuales perversas, serían consideradas universalmente como algo inmoral, y serían evitados.10 Nuestra nación cortaría radicalmente el negocio de la pornografía, que mueve veinte mil millones de dólares al año. Legisladores con una mentalidad moralizadora, elegidos para sus cargos por la comunidad cristiana y a favor de la moral, se harían cargo de las emisoras de radio, bajo control federal, y establecerían estándares de decencia para la televisión, la radio y el ocio, y se negarían a concederles licencia para emitir a emisoras y cadenas de televisión que violaran ese código. Se les exigiría a los estudios de grabación y de video que produjeran música y otras formas de ocio que fueran acordes a la ley. Autores de letras de canciones que proclaman el asesinato de oficiales de policía, la mutilación y violación de mujeres, las drogas ilegales y el abuso infantil serían multados o por lo menos expuestos a vergüenza pública. A los padres se les permitiría enviar a sus hijos al colegio que desearan, con becas privadas y estatales o vales. 11 Los políticos liberales que envían a sus hijos a colegios privados para evitar la decadencia de los colegios públicos les darían esa misma oportunidad a las familias pobres de los Estados Unidos.

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Los políticos liberales reconocerían que se equivocaron al poner a mujeres en combates y al sodomizar las fuerzas armadas de los EE.UU. les darían las madres la oportunidad de quedarse en casa paraSecriar a sus ahijos. Las mujeres se darían cuenta de que fueron engañadas por las feministas radicales. Iglesias de todo tipo se tomarían en serio la educación de sus niños académica, espiritual y moralmente, proporcionándoles una educación de calidad con base bíblica. Los padres se quedarían en los hogares y practicarían lo que enseñan las Escrituras en cuanto a ser la cabeza espiritual de la familia, proteger a sus esposas y a sus hijos.12 Nuestros legisladores moralmente comprometidos reconocerían oficialmente que nuestro país es realmente una «nación bajo Dios» y llevarían a la nación a ponerlo por escrito en la ley, añadiéndolo a la Constitución de los EE.UU. En los colegios públicos se permitirían las oraciones voluntarias, y los que se sintieran ofendidos serían libres de enviar a sus hijos a cualquier otro sitio. Dios, los Diez Mandamientos, la Biblia y la oración se reintroducirían en los colegios públicos. En los colegios públicos se le dedicaría el mismo tiempo al creacionismo que al darwinismo. El gobierno federal se desentendería de toda la cuestión educativa, y el Departamento Federal de Educación, con su agenda antiamericana, mundialista, evolucionista y socialista, quedaría en el olvido. Los colegios públicos suprimirían sus explícitos programas de educación sexual (incluyendo el patrocinio del gobierno federal del Capitán Condom) y en lugar de eso ocuparían a los alumnos con asignaturas académicas como lectura, escritura y aritmética, al igual que otras materias que les ayudarían a prepararse para una vida noble y con sentido.

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Los colegios cristianos instruirían a sus alumnos en la cosmovisión bíblica cristiana. Las facultades de las universidades cristianas se ocuparían de explicar mentiraseldel feminismo, el aborto, ely multiculturalismo, la las evolución, socialismo, el globalismo los matrimonios homosexuales. Setecientos cincuenta y cinco jueces federales tendrían el cometido de apoyar la Constitución de los Estados Unidos, permitiéndole a los Estados Unidos volver a disfrutar de una «justicia bajo ley», en vez de imponer las interpretaciones liberales y humanistas que promueve el humanismo secular. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos interpretaría las leyes tal y como fueron concebidas por los Padres Fundadores, y no según caprichos pasajeros y preferencias personales. Los cristianos y otros ciudadanos de moral recta estarían representados en nuestro gobierno en la misma proporción que su número en la población, de forma que nuestra nación sería guiada por los valores divinos, y no por los de la izquierda humanista. El gobierno federal le devolvería a los estados mucho de su poder de toma de decisiones, según el diseño constitucional, y reduciendo, por tanto, los impuestos federales.13 Los padres exigirían que los educadores dejaran de reescribir la historia y en lugar de eso, dejaran que los hechos hablaran por ellos mismos.14 Los padres exigirían poner punto final a la cultura de las drogas, y perseguirían acciones para poner rápidamente ante la justicia a todos los traficantes. Se les enseñaría a nuestros niños el papel que desempeñaron los cristianos y otros en la fundación y el desarrollo de este país. Los temas de interés serían la verdad, la bondad, la moral y la justicia.

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El arte y la literatura reflejarían la creación de Dios, en vez de los confusos estados sicológicos del hombre. El gobierno federal dejaría de fundar cloacas culturales.15 sería un comienzo magnífico para esapara visión de la «ciudadEste sobre la colina». Este sería un comienzo asegurarse de que el gobierno descansa sobre los hombros del Mesías (Isaías 9.6), y no sobre Platón. Nuestra fe es una relación viva, de veinticuatro horas al día, con Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor, que trae como resultado una vida que beneficia a nuestras iglesias, hogares, cultura, país y a nuestra propia alma. Ahora tenemos que averiguar cómo despertar al gigante dormido y convencerlo de que el cristianismo bíblico exige más que dos horas los domingos por la mañana.

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DESPIERTA EL GIGANTE DORMIDO ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: «Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas». SALMO 2.1-3

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ntes de poder despertar totalmente al gigante dormido, tenemos que entender primero por qué se durmió. Y también tenemos que dejar claro por qué debemos despertarlo. Esto requiere que recordemos brevemente cómo es que hemos llegado a nuestra situación actual. Agujeros en el barco Hablando en términos generales, el hombre actual no ha captado los enormes agujeros que le han hecho Charles Darwin y Karl Marx al casco del barco de la civilización occidental. Hasta esa época la figura principal de la civilización occidental había sido Jesucristo, y la Biblia —tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento— su primer libro de texto. Parte de nuestra cultura era creer que Dios creó el universo y todo lo que hay en él, y que el hombre fue creado a imagen de Dios, un poco inferior a los ángeles, pero muy superior a los animales (Salmo 8.5-6). Se creía que el hombre era tan importante para los planes divinos que Dios bajó a la tierra en la persona de Jesús el Mesías, y estuvo dispuesto a vivir y a morir por los pecados del mundo entero, una maravillosa demostración del amor divino. Esta noción predominante sobre la vida y el amor divino cambió radicalmente con Darwin y Marx y sus millones de discípulos. En lugar de colocar al hombre bajo los ángeles, como en el esquema de la creación de Dios, fue puesto entre los animales, sin ser mejor que un insecto, una lombriz o un chimpace. «La mayoría de la gente», dice Daniel Lapin, «no sabe que el Museo Peabody, de la Universidad de Yale, hace poco hizo una reclasificación del Homo sapiens (hombres y mujeres), de for-

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ma que también se incluyen dentro del mismo género ciertas especies de chimpancés. Por primera vez en la gloriosa historia de la civilización occidental está siendo negado el ser único del ser 1

humano». Esta es la misma Universidad de Yale que le devolvió veinte millones de dólares a Lee Bass por no poder atenerse a lo estipulado por el regalo. Bass, un alumno de Yale, quería que su subvención se usara para estudiar la civilización occidental. La universidad quería usarlo para un estudio multicultural,2 y no para favorecer a la civilización occidental. 3 Que una universidad devuelva veinte millones de dólares por no querer estudiar la civilización occidental es una prueba de que ya es tarde... muy tarde. ¿Dios creó al hombre a su imagen, con mente, alma, espíritu y una naturaleza moral? ¿O es un animal evolutivo sin alma ni espíritu, con un cerebro físico y una moral evolutiva, y una estructura legal emparejada con esta? Gran parte de la historia de Occidente durante los últimos ciento cincuenta años ha sido una crónica de la lucha por esta cuestión. Daniel Lapin resume nuestro punto: «Si hemos llegado aquí por un proceso de evolución materialista sin ayuda, no somos muy diferentes de los animales, y todo el mundo sabe que los animales no tienen conciencia moral. No castigamos a un puma por robarle a un granjero una oveja para la cena. Así son los pumas. Podemos buscar alguna forma de proteger el ganado del granjero, pero no consideramos que el puma es malvado. Si nosotros somos como animales, atracar a las ancianitas es simplemente la forma de actuar de algunas personas. No tiene sentido tachar de malvadas esas acciones, y no se puede castigar a los humanos que no han hecho nada peor que los pumas».4 He aquí el dilema de Occidente: ¿creó Dios al hombre a su imagen o es un producto de la evolución, con una moral que evoluciona al mismo tiempo?

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La mayor parte del siglo veinte estuvo bajo el conflicto que causó este dilema. Musolini y el fascismo —basado en la evolución, el socialismo y el estadismo— procuraron crear el «nuevo hombre fascista». Hitler y el nazismo —basado la evolución, el socialismo y el estadismo— procuraron crearen el «nuevo hombre ario». Stalin y el comunismo —basado en la evolución, el socialismo y el estadismo— procuraron crear el «nuevo hombre soviético». Esos tres «ismos» dominaron durante el siglo pasado y a ellos se debe la muerte de diez millones de seres humanos. «Pero los hechos intransigentes», dice El libro negro del comunismo, «demuestran que los regímenes comunistas registran unos cien millones de víctimas, en contraposición con los veinticinco millones aproximados de víctimas de los nazis». 5 R.J. Rummel calcula en unos ciento setenta y dos millones el número de víctimas humanas a lo largo del siglo veinte, con la posibilidad de que en realidad sean trescientos veinte millones.6 Esta cifra no incluye los millones de abortos cometidos bajo el ojo vigilante de los humanistas y sus organizaciones de planificación familiar. Sin duda alguna, el siglo veinte fue el más sangriento de todos. Y aun así el Occidente en general, y los Estados Unidos en particular, están todavía debatiendo la cuestión de los orígenes del hombre: ¿Dios o la naturaleza? Uno no puede leer acerca de las carnicerías del siglo veinte sin dejar de darse cuenta de que todos los «ismos» responsables de esa sangre consideraron al hombre como un animal evolutivo. «En el comunismo existe una cuestión sociopolítica, una forma de darwinismo social. Con palabras de Dominic Colas: “Como maestro del conocimiento de la evolución de las especies sociales, Lenin decidió que deberíamos desaparecer en virtud de haber sido condenados al cubo de la basura de la historia”»7 En efecto, Lenin siempre animalizó a sus oponentes antes de matarlos, llamándolos «insectos dañinos», «piojos», «escorpiones» y «sanguijuelas».8

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Hoy día los humanistas, que, como hemos visto, solo suman de siete a diez millones, con quizás quince ó veinte millones de viajeros por todo el país, se han hecho —para todo intento y propósito— con los está mayores centros de ypoder la sociedad americana. ¿Dónde el otro ochenta cincodea noventa por ciento de la nación? Durmiendo. Durmiendo mientras se da el mayor asedio mental de la historia. ¿Quién está realmente a favor de la moral? Los humanistas han trabajado muy claramente la expresión «a favor de la moral» para ventaja propia, señalando las manías humanas (pecado, si tú quieres) de los que defienden la posición a favor de la moral. Pero el hecho de que todos hayamos pecado y estemos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3.23) no significa que no podamos defender nuestra posición a favor de la moral. La posición a favor de la moral dice que Dios, el Creador del universo, tiene un orden moral al igual que uno físico. Su orden moral se refleja en la conciencia de las criaturas que Él hizo a su propia imagen. El hecho de que el hombre cayera en pecado y estropeara su imagen, torciendo su conciencia, no merma la habilidad y responsabilidad del hombre caído de defender una posición a favor de la moral. De la misma forma podemos defender una posición a favor de la familia (un hombre casado, una mujer casada, hijos) y reconocer también que el divorcio es una realidad, incluso el adulterio. El hombre caído puede defender posiciones que él mismo ha empañado con su propio comportamiento pecaminoso. Pero esos lapsus hacen aun más difícil defender la posición a favor de la moral, y les dan a los humanistas gran cantid ad de argumentos para la prensa.

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Hace varios años se le oyó decir a un reportero que si la cabeza del Consejo Nacional de Iglesias cayera en adulterio, él lo ocultaría, pero si Jerry Falwel o Billy Graham cayeran en adulterio, lo plasmaría en lasviven portadas del periódico. ¿Por moral qué? Porque Falwell y Graham y predican un código definitivo, mientras que la clerecía liberal no lo tiene. (Poco después de que esta conversación tuviera lugar sucedió casualmente que el presidente del Consejo Nacional de Iglesias cometió adulterio, y el tema fue realmente ignorado por los medios de comunicación.) Los humanistas siempre defenderán tales actividades, y siempre protegerán a sus practicantes de la misma, pero cuando los que abogan por posiciones a favor de la moral son descubiertos violando su propio código, son ridiculizados o expulsados de su trabajo. A los humanistas no les resulta problemático emplear ese doble estándar, ya que operan desde una ética amoral y anti-Dios. Cualquier cosa que haga avanzar su posición es moralidad. ¿Comete pecados la gente que está a favor de la moral? Por supuesto que sí. Y cuando pecan deberían arrepentirse y pedirle perdón a Dios. Pero las personas a favor de la moral también saben que es importante mantener un estándar moral, aun cuando a veces ellos se desvían. Es posible que la ética amoral suene bien. Incluso muy bien. Es más, Paul Kurtz en el Manifiesto Humanista 2000 nos recuerda a Billy Graham. Dice que «deberíamos» decir la verdad, mantener las promesas, ser honestos, sinceros, dignos de confianza y fieles. Sería interesante saber cómo ha llegado a esos imperativos orales. Podemos asegurar que la mayoría los robó del cristianismo. Pero... no olvidemos que ese dulce «deberíamos» son solo temporales y oportunos. No son fijos. Cambian según la situación. Hoy día Paul Kurtz y sus compañeros humanistas pueden permitirse ser amables, incluso con una amabilidad tipo «ama a

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tu prójimo», 9 pero cuando los secularistas tengan poder para lanzar a los Estados Unidos a un gobierno global, pueden estar seguros de que esas expresiones que tan bien suenan moralmente, cambiarán inmediata radicalmente. nos dirá como el hombre evolutivo está yentrando en unaSe nueva era seque requiere de una nueva ética. Y la nueva ética repetirá exactamente los mismo horrores descritos en El libro negro del comunismo. En ese momento los cristianos serán considerados enfermos mentales o, como insiste el anterior experto en la ONU, el Dr. Brock Chisholm, se les hará responsables de todas las desgracias y la infelicidad del mundo, y serán juzgados según eso.10 Por resistir el nuevo orden social y político los cristianos volverán a enfrentar lo que ya enfrentaron en la Revolución Francesa, la Revolución Rusa y lo que George Bernard Shaw definió como «ejecución amable».11 Las fuerzas a favor de la moral deben despertar ahora y resistir esta amenaza, o serán testigos de una dictadura mundial sin fronteras. Esto es lo que describió el salmista cuando dijo: «¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: “Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas”» (Salmo 2.1-3). Por suerte, el salmista también nos dice que el Señor «se reirá de ellos». ¡Imagínense!: un hombre enclenque, que a las 2 a.m. no encuentra cómo llegar al baño, diciéndole al Dios del universo cómo deben hacer las cosas, y como instruir a la humanidad en lo que es mejor moral y espiritualmente. Un poeta moderno, Steve Turner, expresó en un poema justo lo contrario de lo que creen los cristianos y las fuerzas a favor de la moral. Este poema, de 1978, se titula simplemente «Credo»:

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DESPIERTA EL GIGANTE DORMIDO Creemos en Marxfreudydarwin. Creemos que todo está bien siempre que no hieras a nadie, según tu concepto de herir, según tu conocimiento. Creemos en el sexo antes, durante y después del matrimonio. Creemos en la terapia del pecado. Creemos que el adulterio es divertido. Creemos que la sodomía está bien. Creemos que los tabúes son tabúes. Creemos que todo está mejorando a pesar de las evidencias de lo contrario. Hay que investigar la evidencia, y todo se prueba con evidencia. Creemos que hay algo en horóscopos, ovnis y doblar cucharas; Jesús fue una buena persona, exactamente igual que Buda, Mohammed y nosotros mismos. Fue un buen maestro de moral, aunque creemos que su buena moral era mala. Creemos que todas las religiones son básicamente iguales, o al menos la que leemos que lo fue. Todas creen en paz y amor. Solo difieren en temas de creación, pecado, cielo, infierno, Dios y salvación. Creemos que después de la muerte viene la Nada porque cuando les preguntas a los muertos no contestan. Si la muerte no es el fin, si los muertos mienten,

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ASEDIO DE LA MENTE el cielo es obligatorio para todos, excepto quizás Hitler, Stalin y Genghis Khan. Creemos en Masters y Johnson. Lo seleccionado es término medio. Lo que es término medio es normal. Lo que es normal es bueno. Creemos en el desarme total. Creemos que hay una relación directa entre armamento y sangre. Los americanos deberían convertir sus pistolas en tractores y seguro que los rusos harían lo mismo. Creemos que el hombre es esencialmente bueno. Solo es su comportamiento lo que lo estropea. Es culpa de la sociedad. La sociedad es la falta de condiciones. Las condiciones son la falta de la sociedad. Creemos que cada persona debe encontrar su verdad. La realidad se adaptará a eso. El universo se reajustará. La historia se alterará. Creemos que no hay una verdad absoluta excepto la verdad de que no hay una verdad absoluta. Creemos en el rechazo de los credos y el florecimiento del pensamiento individual. «Posdata»

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DESPIERTA EL GIGANTE DORMIDO Si la casualidad es el Padre de toda carne, el desastre es su arco en el cielo, y cuando escuches ¡Estado de alarma! ¡Francotiradores, maten a diez! ¡Las tropas a sus puestos! ¡Blancos, vayan a saquear! ¡Una bomba explosiona en un colegio! Solo es el sonido del hombre alabando a su hacedor.

Los cristianos y (esperamos que también) todos los estadounidenses a favor de la moral también creemos en algo. Creemos en Dios. Creemos que Él es el Creador y el Redentor de la humanidad. Creemos que la tierra es el regalo que Dios nos dio para cuidarla. Creemos que Jesucristo es la figura principal de la cultura occidental. Creemos que la familia, la Iglesia y el país son regalos de Dios. Creemos en el orden moral y en el bien y el mal que se determinan en la Biblia. Creemos que del tres al seis por ciento de la población no tiene por qué dictar los planes de estudios de los colegios. Creemos que las oraciones, la Biblia, los Diez Mandamientos y Dios deberían regresar a nuestros colegios públicos, al gobierno y —esto no lo digo por todos— también a nuestras iglesias. Creemos que los documentos fundamentales de los Estados Unidos —la Declaración de Independencia, la Constitución, el Northwest Ordinance Treaty— deberían volver a enseñarse en nuestros colegios. Nos encontramos en una situación desesperada, y tenemos que despertar del ochenta y cinco al noventa por ciento de los norteamericanos—protestantes, católicos, judíos, mormones, musulmanes— a las verdaderas condiciones de nuestro país. Si no lo hacemos perecerá el último gran experimento en gobierno libre. Una de dos: o es un orden moral basado en la Biblia

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—la posición a favor de la moral— o es el caos y la desesperación —la posición amoral. En busca de héroes Uno de los grandes teólogos de América es el Dr. Carl F. H. Henry. En su libro Twilight of a Great Civilization [Ocaso de una civilización] dice: «Los verdaderos héroes de nuestro tiempo son aquellos que comparten, viven y defienden su fe en una era sin fe. El verdadero valor revolucionario les pertenece a los que permanecen fieles en Dios aun cuando los gobernantes ateos los castigan simplemente por ser cristianos. Los verdaderos inmortales serán los que quieren aplicar los principios de la Biblia de una forma concreta a las complicadas realidades de la vida moderna, quienes preservan una vida familiar devota y virtuosa, que permanecen fieles a los valores perdurables de ayer, hoy y mañana».12 Josué dijo: «Escogeos hoy a quien sirváis ... pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Josué 24.15). ¡Únase a nosotros! No se trata solo de un asedio de la mente; es un asedio del siglo veintiuno. Esta es una batalla en la que los cristianos no pueden permitirse quedarse a un lado. Si así lo hacen, muy pronto sus hijos estarán repitiendo la nueva oración del colegio: Ahora estoy sentado en el colegio, donde el reglamento prohíbe orar porque esta gran nación bajo Dios apenas si lo menciona si en clase recitamos las Escrituras violamos la Declaración de Derechos y cada vez que bajo la cabeza es un problema federal nuestro pelo puede ser rojo, naranja o verde,

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DESPIERTA EL GIGANTE DORMIDO eso no ofende, es libertad, la ley es específica, la ley es precisa las oraciones en voz alta son un vicio serio porque orar en algún lugar público podría ofender a alguien sin fe solo podemos meditar en silencio el nombre de Dios está prohibido por el Estado se nos permite jurar y vestir estrafalarios y ponernos aretes en la nariz, lengua y mejillas han prohibido las pistolas, pero antes la Biblia citar el Buen Libro me hace mentiroso podemos elegir a una miss del colegio preñada, y a un papá no casado como mister Es «inapropiado» enseñar el bien y el mal nos han enseñado que esos juicios ya no valen podemos conseguir condones y controlar los nacimientos estudiar brujería, vampirismo y tótem pero no se permiten los Diez Mandamientos ni una Palabra de Dios debe llegar acá confieso que siento miedo acá cuando reina el caos el colegio es un lío Así que Dios, te pido en silencio, que si me disparan, recibas mi alma.13

Si esta oración le incomoda a usted tanto como a nosotros, lea el siguiente capítulo, y pídale a Dios que le indique en qué lugar quiere tenerle en esta guerra de siglos entre la sabiduría de Dios y la sabiduría del hombre, y cómo puede ayudar usted a salvar a los Estados Unidos por el bien de sus hijos y nietos.

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LO QUE USTED PUEDE HACER Cuando la Iglesia cumple su mandato bíblico tenaz y estratégicamente, no existe otro grupo de personas en todo el mundo que impacte tanto a la humanidad. GEORGE BARNA

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ara que los Estados Unidos se salven del humanismo secular se requiere de los esfuerzos combinados de la mayoría a favor de la moral, y especialmente de la comunidad cristiana evangélica. «Aquellos que veneramos la libertad», dice Daniel Lapin, «seamos judíos o cristianos, religiosos o seculares, lo único que podemos hacer es orar por la salud del cristianismo en los Estados Unidos. Ningún otro grupo tiene tanto la fe como los números suficientes para reprimir el poder invasor, a veces siniestro, del estado humanista».1 Los cristianos evangélico s no somos los únicos interesados en la moralidad, la familia y la Iglesia, pero probablemente seamos los más motivados para hablar claro sobre estos temas. Si lo hacemos nos seguirán millones de otros que también están a favor de la moral. Hay mucha gente que está harta del liberalismo de sus denominaciones, y que gustosamente seguirían nuestro liderazgo si pudieran oír nuestra voz. Millones más, de la iglesia católica, también son una parte significativa de la mayoría a favor de la moral. La circunscripción católica ha estado durante años al frente de la lucha contra el aborto, aun cuando una gran cantidad de la educación superior católica ha caído en manos del humanismo, y la teología de la liberación ha empujado a muchos católicos al campo marxista.2 Estamos en una guerra gigante, cósmica, por el alma de nuestro país, y para ganar guerras hacen falta armas. Necesitamos un ejército de activistas a favor de la moral, alentados por sus ministros creyentes en la Biblia, que le proporcionarán a América el liderazgo espiritual y moral que este país ansía tener.

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Usted, querido lector, solo es una persona, ¡pero usted es usted! Usted no puede decidir por ochenta millones de evangélicos, pero usted puede decidir, con la ayuda de Dios, usar sus dones, talentos y energía paraCada alejaruno a este fuerapuede de las costas rocosas del secularismo. de país nosotros ser como un faro. Estrategias para la acción Le dejamos a su consideración las siguientes estrategias, tanto a corto como a largo plazo. Le pedimos que las evalúe cuidadosamente, y que actúe de forma acorde. El secreto es que todo el mundo haga algo. Ninguna persona puede hacer todo, pero todo el mundo puede hacer por lo menos una cosa. Que el Dios de toda gracia nos proporcione la sabiduría para saber lo que podemos hacer, y nos garantice el deseo de hacerlo. 1. Conozca la cosmovisión bíblica cristiana Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo:

Varones atenienses, en todovuestros observo santuarios, que sois muy religiosos; porque pasando y mirando hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas (Hechos 17. 22-24). Es tan imposible derrotar una cosmovisión sin tener cosmovisión como derrotar a los Green Bay Packers sin equipo de fútbol. Dice Charles Colson: «El principal fallo de la Iglesia durante las últimas décadas ha sido no entender que el cristianismo es un sistema de vida, o cosmovisión, que gobierna en cada esfera de la existencia».3 Y sigue: «Una debilidad de la evangelización moderna es que hemos estado sosteniendo escaramuzas cultu-

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rales por todas partes, sin saber exactamente por qué es la guerra. No hemos identificado las cosmovisiones que están en la raíz del conflicto cultural, y esta ignorancia echa a perder nues4

trosGeorge mejoresBarna esfuerzos». ha llegado a la misma conclusión. Dice: «Apenas un cuarto de todos los adultos norteamericanos afirma que su cosmovisión está fundada inherentemente sobre principios bíblicos. Y cuando se les pide que describan el contenido de dicha cosmovisión, o que expliquen cómo llegaron a ese entendimiento de la verdad, del significado y del comportamiento apropiado, menos de uno de cada diez fueron capaces de responder. La investigación deja ver que la cosmovisión de la mayoría de la gente no es poco más que una colección de ideales fragmentarios adoptados de la cultura popular».5 Colson y Pearcey desarrollaron la cosmovisión cristiana en su excelente trabajo How Now Shall We Live?, que le recomendamos a nuestros lectores . David también ha detallado lo que contiene una cosmovisión cristiana bíblica. La define como un conjunto de ideas o creencias relativas a la teología, a la filosofía, a la ética, a la biología, a la sicología, a la sociología, a la ley, a la economía, a la política y a la historia. También les animamos a estudiar este trabajo.6 Pero, hablando de forma realista, ¿de verdad podemos manejar este asunto de la cosmovisión? Barna dice que sí, y lo explica de esta forma. En los Estados Unidos somos unos ochenta millones de creyentes adultos. Como quizás solo el diez por ciento tiene una cosmovisión bíblica, ellos pasan a ser la base de nuestra construcción. Imaginemos que cada uno de esos individuos tomara no más que a tres personas para entrenarlas en la adquisición de una cosmovisión durante los próximos dos años. Después de veinticuatro meses pasaríamos del diez por ciento al cuarenta por ciento de la población cristiana con cosmovi-

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ASEDIO DE LA MENTE sión bíblica. Después repetimos el proceso, usando a ese cuarenta por ciento como la nueva base de los entrenadores. Hagamos las cosas fáciles, y digamos que cada cristiano con cosmovisión tomara a dos creyentes bajo su tutela. Después de eso ya ni quedarían cristianos sin cosmovisión para serles asignados a los entrenadores disponibles. Y lo que es más importante: en cuatro años teóricamente se podría borrar el analfabetismo bíblico y la indiferencia que hay en el Cuerpo de Cristo.7

2. ¡Ore!

28 de junio del de 1787 Benjamín Franklin se dirigió a uno de susElcompañeros Congreso Constitucional de Filadelfia. Dijo: «Si, he vivido durante mucho tiempo, y cuanto más vivo, más pruebas convincentes veo de esta verdad, que Dios gobierna en los asuntos del hombre. Y si un gorrión no se cae al suelo sin que Él se dé cuenta, ¿será posible que se hunda un imperio sin su ayuda? Las Sagradas Escrituras dicen que “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansa el albañil”. Yo creo esto firmemente; y también creo que sin su ayuda no tendríamos más éxito en esta construcción política que los constructores de Babel»8 ¿Cómo nos aseguramos la ayuda y dirección de Dios en nuestros esfuerzos? ¡Con la oración! Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscasen mi rostro, y se convirtiesen de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2 Crónicas 7.14). Orad sin cesar (1 Tesalonicenses 5.17)

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LO QUE USTED PUEDE HACER Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, con toda oración y ruego, con acción de gracias.

¿Y por quién debemos orar? Aunque usted probablemente ya habrá orado muchas veces por los Estados Unidos, le animamos específicamente a interceder por las dieciséis personas por las que usted vota en las elecciones. Orar por las autoridades es un mandato de Dios (1 Timoteo 2.1-2). Y no es una tarea tan difícil como se podría pensar. Usted solo elige a cinco personas a nivel nacional, cinco a nivel estatal, y seis a nivel local. Con sus impuestos usted paga sus sueldos, y ellos toman las decisiones que determinarán cómo vivirán usted y sus hijos. Así que, ore por ellos.9 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2.1-4).

3. Comparta su fe Aproximadamente la mitad de los ochenta millones de evangélicos de esta nación comparte su fe una vez por semana; cinco millones lo hacen una o más diariamente. Si el resto de nuestros evangélicos compartiera su fe de forma efectiva, podríamos resolver fácilmente los problemas morales de nuestra época debido al elevado número de los nuevos convertidos, siempre y cuando esos nuevos creyentes desarrollaran un compromiso firme con la moral absoluta. El nuevo milenio proporciona una oportunidad sin precedentes para que los cristianos diseminen su fe en Cristo. El hu-

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manismo ha traído tal anarquía moral que la gente está buscando algo real en qué creer. En Cristo tenemos la respuesta para los corazones quebrantados. ¡No nos la guardemos para nosotros solos! 4. Sea compasivo con las víctimas del humanismo La historia muestra que los cristianos han sido la gente más hospitalaria del mundo. Con la historia del Buen Samaritano nuestro Señor nos enseña a preocuparnos de verdad por otros. Tenemos que ayudar a los pobres, los refugiados, y a las verdaderas víctimas del libertinaje humanista. Se nos impele a lanzar gritos de protesta contra el aborto, la homosexualidad el adulterio, pero también tenemos que alzar nuestros brazosy amorosos a las madres solteras, los enfermos de SIDA, los divorciados, y los niños criados solo por uno de los padres. Le doy las gracias a Dios por esos hombres cristianos que con amor compartieron su tiempo y su energía conmigo y con mi hermano después de la muerte de mi padre. Esos cristianos fueron los modelos que necesitábamos desesperadamente durante nuestra crisis. Concerned Woman for America ha desarrollado posiciones fuertes contra el aborto, la homosexualidad y otros temas concernientes a los derechos humanos. Además, por medio de una organización relativamente nueva, CWA está tratando de crear un programa de consejería sobre el aborto para madres solteras, para que esas chicas jóvenes reciban el amor y los consejos que necesitan. Ciudadanos preocupados deberían ofrecer consejo moral y emocional a esas chicas que se enfrentan a la mayor decisión de su vida. Esperamos que este ministerio de consejería siga las cadenas de oración de la CWA por todo el país. 5. Proteja a sus hijos Charles Colson dice que la guerra cultural está dirigida especialmente a nuestra juventud: «La concepción naturalista de la

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vida acapara todas las esferas de la cultura occidental, pero en ningún lugar tiene mayor efecto que entre la gente joven». 10 En esta batalla cósmica usted no debe abandonar a sus hijos a las deaños, la oscuridad 18). Con ese fin, y durante casifuerzas cuarenta David ha(Mateo estado dirigiendo campamentos de verano de dos semanas para adolescentes. El Summit Ministries está enfocado en preparar a adolescentes cristianos no solo para sobrevivir, sino también para florecer en los campus seculares humanistas, marxistas y posmodernos. Nunca podremos decir lo suficiente en favor de este programa. Edificará a adolescentes con una cosmovisión bíblica cristiana y atacará la cosmovisión humanista secular porque es un cáncer.11 6. Alcance el recinto universitario La fuente de casi toda la enseñanza humanista de nuestra cultura se localiza en la esfera educativa, especialmente a nivel universitario. ¡Cuántos dolores ha causado! Fíjese en la angustia de una madre joven: «Nuestra hija fue educada en colegios cristianos y en un hogar cristiano, donde le enseñamos valores cristianos y morales, queterminar Jesucristo es el camino de la salvación. Dos añosy aprendió después de secundaria, se inscribió en la Universidad de Oregón. Nosotros estábamos un poco preocupados, pero confiábamos en su buen juicio, ya que ella siempre había mostrado una visión clara de las cosas. No sabíamos que es una de las universidades más liberales del país. Por desgracia, se vio abrumada por sus profesores, y empezó a creer sus filosofías. Hace dos años se graduó en ciencias políticas e inglés, y le ha vuelto la espalda a todo aquello en que creía. Estamos confiando en que Dios nos devolverá a nuestra hija. La espera es difícil a veces, pero nosotros estamos orando por ello». O escuche la indignación de un padre, preocupado por la experiencia de su hija en la Southern Oregon University: «Mi hija estuvo a punto de ser expulsada de la SOU, una universidad es-

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tatal que está cerca de aquí, a mitad de su primer semestre de estudios. Después de discutir largo y tendido con los funcionarios, se le ha permitido terminar el año académico, pero ha dicho en un queaños no regrese a estudiarseelleaño próximo. Mitono hija nada tieneamable dieciocho y es bastante tímida, empezó a estudiar en septiembre, y está tomando cálculo, física, química y clases de órgano. Tuvo cuadro de honor en el primer trimestre, con A en cálculo, física y órgano, y B en química. Es verdad que ella no participa en drogas, alcohol, promiscuidad sexual, aretes en la nariz, oreja y lengua, tatuajes, falta de respeto por los adultos, deshonestidad y lenguaje sucio, característicos de muchos de sus compañeros. Su comportamiento es diferente, pero la razón por la que los funcionarios de la universidad le han pedido que se marche no ha sido su falta de gracia social. Su pecado es haberse negado a tomar un curso —de tres trimestres, cuatro unidades por trimestre— de adoctrinamiento total en la religión del Estado de Oregón». Este padre identifica la etiqueta de humanismo secular del curso de la universidad. Nos comenta: «La religión del estado de Oregón que se promueve allí es diferente de otras religiones. Una gran religión enfatiza los hábitos humanos elevados. La religión de Oregón se basa especialmente en los aspectos más bajos de la naturaleza humana. Este curso se abre con un artículo de trece páginas sobre la violación, incluyendo descripciones detalladas de violaciones actuales, lo que prepara el campo para hablar sobre el feminismo, e ir cuesta abajo desde ahí». Summit Ministries se está preparando para ir a las universidades —junto con la organización Students for America— para distribuir miles de libros a los estudiantes. También estamos enfocándonos en la Universidad de Harvard, centro del humanismo en los Estados Unidos. A este proyecto lo llamamos «Operation: Campus Book Distribution». Planeamos distribuir miles de copias de libros como Asedio de la mente; Reason in the Balance, de Philip E. Johnson;

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Darwin’s Black Box, de Michael Behe; Mere Christianity, de C.S. Lewis; How Now Shall We Live?, de Charles Colson y Nancy Pearcey; Understanding The Times, de David Noebel; The Soul Science, de Nancy Pearcey y Charles Thaxton, entre otros. Losoflibros les serán regalados a estudiantes que prometan leerlos. Habrá anuncios de media página y de página entera en el periódico de la Universidad, reseñando los libros y explicando dónde obtenerlos. Usted puede involucrarse •

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adquiriendo libros para distribuirlos; enviando los nombres de estudiantes cristianos de varias universidades del país, que deseen ayudar con la distribución; orando por alguna universidad específica, especialmente sobre cómo nos podría ayudar usted a alcanzar a sus estudiantes y facultades.12

Hace varios años los estudiantes de la Universidad Carlos IV de Praga les dijeron a sus profesores que ya estaban más que hartos de propaganda comunista. Ustedes ya saben lo que pasó cuando empezó a temblar el Telón de Acero. Sería maravilloso que los estudiantes norteamericanos también se hartaran finalmente de la propaganda humanista y se alzaran y dijeran: «¡Basta ya!» Y si quiere un ejemplo clásico de lo mal que están las universidades, fíjese en la Tufts University. Por una parte: «A un grupo cristiano de la Tufts University se le había prohibido usar los edificios de la universidad, y se le había quitado la ayuda económica de la universidad después de negarse a aceptar la candidatura de una mujer lesbiana para una posición de liderazgo». 13 Por otro lado, la Universidad de Tufts era el enclave del programa «Teach out», de lesbianas y homosexuales, que ofrecía talleres sobre temas sexuales explícitos para adolescentes

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«inyectando temas homosexuales positivos en los materiales de los colegios públicos, incluyendo los niveles elementales». 14 ¿Está dicho todo con esto? 7. Lea, lea, lea El cristianismo siempre ha sido una cosmovisión de la Biblia, los libros, el estudio y el aprendizaje. No tenemos más que fijarnos en los ejemplos de la misma Biblia: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2.15). Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos (2 Timoteo 4.13).

Y hoy no debe ser una excepción. Todos conocemos muy bien la realidad de las horribles estadísticas: «Casi la mitad de 15

los Les adultos no leenaun solo libro al año». desafiamos ustedes a apagar la televisión unas cuantas horas cada día y a comenzar a leer algunas de las obras que enumeramos en la bibliografía. Tenga por seguro, además, que la información que usted recibe por televisión se inclina hacia el humanismo. En la televisión nacional usted no encontrará ninguna defensa del punto de vista creacionista. Ya puede usted buscar eternamente, que no encontrará ningún programa que hable del diseño inteligente del universo. En ningún programa sobre la naturaleza encontrará la palabra «propósito». No encontrará ningún satélite sobre la orquídea stylidium, el escarabajo bombardier, el pez coelacanto, o de la última información sobre el escándalo de la polilla moteada. No encontrará ninguna defensa sobre la familia tradicional, ni un programa que defienda la

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moral absoluta o basada en la Biblia. No habrá ninguna producción que muestre las raíces cristianas de la república constitucional de los Estados Unidos. Es más, nunca encontrará nada sobre la forma de gobiernoincorrecta. republicana, ya que «república» es una palabra políticamente Y finalmente, no verá en televisión imágenes de ninguna exposición de arte con imágenes figurativas, que usted pudiera reconocer. Entonces, ¿No será mejor tomar un libro y leer sobre estas cosas? 8. Despoje a la izquierda humanista

la derecha religiosa tuvierafiscal acceso directoela grito nuestra teraSipor medio de la estructura nacional, de billela izquierda humanista y sus amiguitos de los medios se oiría en todo el mundo. La izquierda estaría día y noche en las ondas, discutiendo por la separación iglesia-estado. Y sin embargo, los humanistas tienen acceso directo a nuestra billetera por medio de la estructura fiscal federal, y no se oye ni un grito de protesta. Los fondos federales que van al Departamento Educación, a la Academia Servicios de Legales Nacionales, al Fondo Nacional Nacional de de Ciencias, las Artes, aa Planned Parenthood, a la UNESCO y a literalmente cientos (más probablemente, miles) de otras organizaciones izquierdistas están haciendo avanzar la cosmovisión humanista. Todo ese financiamiento debería cesar como auténtica violación de la Primera Enmienda, que prohíbe el establecimiento de una religión nacional. Pero esto no sucederá hasta que se siente en el Congreso una mayoría a favor de la moral, y esto no sucederá hasta que los cristianos tomen en serio su obligación como ciudadanos. 9. Inscríbase en el censo electoral16 Un diecisiete por ciento de los cristianos adultos no se han registrado para votar. Esto hace casi quince millones de votos.

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Todas las iglesias donde se enseña la Biblia deberían designar un domingo especial para inscribir a todos sus miembros. Esto es ciudadanía no partisana, no política, y positiva, así que debería Cada perseguirse diligencia. iglesia con debería también señalar a uno o a dos miembros que hagan un registro de todos los asuntos políticos que influyan sobre la moral bíblica, la familia y la Iglesia, y reportarlo periódicamente a la congregación. Las iglesias ya cuentan con comité de misiones, comité de evangelismo, comité de educación y comité social. Ahora necesitan un comité de comunidad (Grupos Sal y Luz) para no perder de vista al Papá Estado y a los hermanos pequeños (colegios y universidades). Después de asegurarse de que usted ya se ha inscrito para votar, ofrézcase a inscribir a los otros votantes de su iglesia. Después de un corto período de entrenamiento, usted puede ayudar a otros a prepararse para el día de las elecciones. Nunca podremos insistir demasiado en la importancia de inscribir a millones de cristianos, permitiéndoles así ejercer su derecho al voto, dado por Dios. Un analista político dijo que actualmente va menos gente a las elecciones que nunca antes, y se espera que ese fenómeno empeore. Las ciudades de Nueva York, New Jersey y Conneticut eligieron funcionarios con menos del veinticinco por ciento de los votantes. Entendemos por qué la población general se ha desilusionado de los políticos. Son irresponsables con la gente que los eligió, no cooperan con ellos, sino con activistas morales y grupos de presión. Pero tal decepción solo debería hacer crecer la decisión de los votantes con discernimie nto y a favor de la moral, para hacer volver a los candidatos que representan la decencia moral y los ideales estadounidenses.

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LO QUE USTED PUEDE HACER

10. Colabore en la campaña de los candidatos a favor de la moral El factor más importante para que se ganen unas elecciones

—del que sea—son sonlos losmás trabajadores voluntarios, aquí es dondenivel los cristianos débiles. No hacen faltaypronósticos que le digan a uno que unas pocas semanas de trabajo a favor de los candidatos adecuados nos ahorrarían horas y años de confusión. Según el ex congresista John Conlan, trescientos trabajadores de un distrito electoral pueden elegir casi a cualquier buen candidato para el Congreso. Con solo cuatrocientos treinta y cinco distritos electorales, ciento treinta milpoco quinientos nuestros ochenta millones de cristianos —un más dede uno por iglesia— podrían cambiar fácilmente la constitución del senado en unas cuantas elecciones. Un político que conocemos se convirtió mientras servía como asambleísta. Después de no resultar elegido para el Congreso, al año siguiente se presentó como alcalde de una de las veinte ciudades más grandes del país. Resultó elegido gracias al apoyo comunidad cristiana y de otros también preocupados pordelaladecencia moral. En la actualidad están cerradas las tiendas de pornografía de esa ciudad, no se permiten películas degeneradas, y se han interrumpido otras tendencias seculares. Una ciudad hermana, a solo cuarenta y cinco millas de distancia, todavía sufre bajo esos males. Si vamos a cambiar este país será en las urnas electorales. Como nuestra prensa está tan dominada por liberales tenemos que hacer ver la diferencia mediante un gran ejército de trabajadores voluntarios. Tenemos más que suficiente material humano, lo que nos falta es educarlo y activarlo. A nivel local no es tan difícil ver elegida a la gente que nos interesa. Muchos cargos se ganan solo por unos cuantos votos de diferencia. Un antiguo gobernador de Ohio, por ejemplo, hizo todo lo posible para conseguir que los humanistas dejaran tran-

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quilos a los padres que decidían enviar a sus hijos a colegios cristianos. Fue elegido por poco más de once mil votos en un estado con más de un millón de cristianos con derecho al voto. Un concejal. diácono de iglesia de barrioaanunció su de candidatura como Youna invité a desayunar un grupo pastores para oír su testimonio, y ellos organizaron en ese momento un grupo llamado Ministros Preocupados por la Decencia Moral. Dieciséis de ellos estuvieron de acuerdo en que se usara su nombre para apoyar a ese buen hombre, usando su derecho como ciudadanos libres. La carta tuvo una amplia circulación, y ganó por seis cientos noventa y un votos. Incluso su oponente reconoció que la carta fue esencial para el resultado. Los cristianos se equivocan seriamente cuando insisten en que un candidato debe ser cristiano comprometido antes de ser digno de recibir apoyo. Tenemos que aprender que los cristianos no somos los únicos con convicciones morales fuertes. Necesitamos políticos realmente comprometidos con principios morales, que tengan carácter suficiente como para defenderlos firmemente. Personalmente, nosotros preferiríamos votar por un hombre o una mujer comprometidos con la moral bíblica, que por uno que proclama en voz alta su fidelidad a Cristo, pero rehúsa definir su posición moral. Es más fácil juzgar a los candidatos según la gente de quienes se rodean, y los consejeros que eligen, que por sus declaraciones de fe motivadas políticamente. Las personas con mentalidad moralizadora deberían tener en cuenta una cosa respecto a los políticos: ignoren lo que dicen, y examinen cuidadosamente lo que hacen. Recuerde: un político profesional dirá cualquier cosa para resultar elegido. Su programa electoral habla más alto que su retórica, porque revela lo que realmente cree, y demuestra cómo responde a la presión. Cualquier funcionario que haya votado a favor del divorcio, a favor del aborto, de la pornografía, de derechos especiales

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para los homosexuales, de la despenalización de la prostitución, y del derecho de los hijos a expensas de los derechos de los padres, es peligroso y amoral. Como consecuencia, deberá ser criticado sustituido por otro, independientemente de su partido, raza oyreligión. Hasta que los moralistas no consigamos hacer que algunas de estas personas dejen la función pública y regresen a la vida privada, ni Washington, ni Sacramento, ni Albany, ni otras capitales nos tomarán en serio. Los humanistas amorales y ateos no descansarán hasta que consigan separar a América de Dios. Esto es especialmente cierto para nuestros jueces.17 Como la mayoría de los juzgados son puestos dados, se tardará varios años en cambiar el panorama. La única forma de devolverle la moralidad a nuestro sistema judicial es elegir a candidatos fuertes, a favor de la moral, para todas las oficinas federales, sobre todo para las posiciones clave —presidente, senador y gobernador. Recordemos que la mayoría de los jueces federales son elegidos por el presidente, según recomendación de los senadores de su partido, y para posiciones judiciales más bajas se usa un proceso semejante. La única esperanza política para América es que millones de la silenciosa mayoría a favor de la moral se hagan militantes en cuanto a la moralidad, y elijan a hombres de convicciones y carácter para la función pública. Si somos diligentes al ejercitar nuestro derecho y responsabilidad de votar por tales representantes para el gobierno, seremos testigos de un renacimiento de sanidad moral y espiritual. 11. Denuncie a los candidatos amorales Analice cuidadosamente el programa electoral de los dieciséis ciudadanos clave que le representan a usted, o que presentan su candidatura para esos puestos. Se puede derrotar a todos los liberales, amorales, o de moralidad débil si usted les informa a tantos votantes como sea posible sobre lo que realmente defienden. Los votantes tienen que conocer la verdad sobre los

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políticos. Unas cuantas horas invertidas en investigar, y unos pocos dólares gastados en la imprenta local pueden ayudar a su comunidad a delatar a los candidatos amorales. Una de las razones las que los políticos no llegan a lograr ningún cargo por a escala nacional es quelocales los votantes se acuerdan de sus programas electorales. Los políticos nacionales muchas veces piensan que no sabemos por qué estamos votando exactamente, pero como nosotros tenemos que vivir bajo sus decisiones, a los que nos preocupa el tema deberíamos conseguir el programa electoral, imprimirlo y hacerlo circular. Todo político debería verse confrontado con su programa electoral el día de las elecciones. ¿Cuál es la idea fundamental? Ningún humanista es apto para la función pública. Los que han fallado el examen moral deberían ser reemplazados. Y eso se sabe por medio de su programa electoral. Cuanto antes se den cuenta de esto los millones de votantes a favor de la moral, y se alcen, y reemplacen a los secularistas por otro con convicciones morales fuertes, será mejor para el país. Cualquiera que pudiera votar a favor del aborto debería ser reemplazado. Todo político que pudiera votar a favor de convertir la homosexualidad en un estilo de vida alternativo podría ser rechazado en las urnas. Cualquier político a favor de ceder la soberanía de los EE.UU. a la ONU debería abandonar su cargo. Cualquier político que rechace la Biblia como nivel moral de lo bueno o lo malo debería cesar en su cargo. La afiliación a un determinado partido no es siempre un criterio adecuado para ver si un candidato es digno del puesto o no. Más importante que el partido es la posición de un líder político sobre el espectro ético y político. Actualmente los que están a favor de la moral —los que siempre votan a favor de la decencia y de la familia— suman un veinticinco por ciento (según el registro del Congreso). Otro diez a quince por ciento vota siempre o algunas veces con los que están a favor de la mo-

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ral. Los humanistas de izquierda y los políticos «comprados»,es decir, los políticos pagados por las feministas, el grupo de presión homosexual, los intereses del juego, Hollywood o la China comunista, votarána generalmente por—la la causa amoral. Reemplazando estos dos grupos izquierda humanista y los políticos «comprados»— podríamos devolverle la sanidad moral al Senado de los Estados Unidos, al Congreso y, finalmente, a los Estados Unidos. No hace falta reemplazar a todo el Congreso, sería suficiente con añadir un quince o veinte por ciento de moralistas, porque con un grupo sólido de un cuarenta por ciento que voten siempre por la moral y la familia, muchos de los que están a medio camino se inclinarían hacia la posición moral, lográndose así una mayoría. Bastaría con dos elecciones para cambiar drásticamente el panorama de nuestro gobierno nacional. 12. Informe a sus amigos y vecinos Es importante estar al día de los asuntos religiosos, políticos, morales y culturales. Recomendamos la lectura de las publica-

ciones Human Times, las revistas Citizen,World, de Enfoque a laEvents, familia,Washington y Family Voice, de Concerned Women for America. También les recomendamos que escuchen a Beverly LaHaye, Phyllis Schlafly, James C. Dobson, Charles Colson, Rush Limbaugh, Ollie North, y otras voces a favor de los Estados Unidos, de la moral y de la familia. También les recomendamos estos libros, que le pondrán al día de temas concernientes a nuestra nación: (1) Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, de David Noebel; (2) How Now Shall We Live?, de Charles Colson y Nancy Pearcey; (3) Children at Risk, de C. Dobson y Gary L. Bauer; (4) America’s Real War, de Daniel Lapin; y (5) America’s 30 Years War, de Balint Vazsonyi. Pero no basta con estar informado uno mismo, sino que tenemos que infomar también a nuestros amigos. Comience con

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este libro: présteselo a algún amigo. Asegúrese de que su pastor ya lo ha leído. Si no es así, regáleselo, y pídale que lo lea. En vez de botar a la basura las noticias que usted tenga sobre la moral, présteselas a sus amigos, los pasajes clavenación para quienes necesiten saber lo quecopiando está pasando en nuestra y en todo el mundo. Ya que tenemos vida y libertad, usémosla para preservar nuestra vida y libertad. Alguien ha dicho: «Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad». Un libro adecuado es una vela maravillosa. 13. Considere la posibilidad de presentarse a elecciones para la función Todospública los cristianos deberían considerar la posibilidad de presentarse a elecciones para la función pública. Obviamente, Dios no desea que los ochenta millones de cristianos presenten su candidatura, pero podría usar unos doscientos mil. (Véase Proverbios 29.2.) Lo primero es identificar sus convicciones morales. Después de eso, estudie el puesto, la necesidad, su habilidad como ora-

dor, y los —la amigos condirectiva los que podría contar. Comience con algo pequeño junta del colegio—, y vaya abriéndose camino. Definitivamente, es algo por lo que hay que orar. También tenemos que ser más activos reclutando a otros hombres piadosos para la función pública en esferas donde podría notarse su influencia moral. Si hoy día nos encontramos en un lodazal moral es porque los ministros del evangelio no han reclutado a «ministros de Dios» (Romanos 13.1-7) de entre su congregación para que se presenten a elecciones. En los años cuarenta mi pastor siguió el nada sabio consejo de muchos cristianos, y nos decía que «la política es algo sucio. En vez de meternos en política, nosotros los cristianos deberíamos concentrarnos en predicar el evangelio, y dejar a la gente con una buena mente cívica que dirija el país». No lo critico por esto, porque yo también fui apático durante los años cincuenta

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y sesenta. Hasta entonces yo no había reclutado a nadie para la función pública. Dios usó mi vida y la de mi iglesia —que durante mi época como pastor aumentó de tamaño diez veces y envió campo misionero a trescientos jóvenes—, pero nunca alpedí activamente candidatos parade la sus función pública. Pero, por la providencia de Dios, pasé por una experiencia dolorosa que me enseñó mucho: nuestra iglesia trató de obtener de la municipalidad una licencia especial de construcción. Después de invertir doscientos mil dólares y tres años, perdimos por seis a dos. Esa fue la primera vez que me di cuenta de que nuestra ciudad estaba controlada mayoritariamente por hombres y mujeres hostiles a la Iglesia. Eso ha ido cambiando poco a poco. Los cristianos, respaldados por amigos creyentes de toda la ciudad, han ganado elecciones, al tiempo que algunos humanistas —o los que son influidos por estos— han sido sustituidos por candidatos con altos valores morales. Estas incorporaciones nos han ayudado a tomar medidas severas contra salones de masajes y tiendas de pornografía, y ahora se escucha a las iglesias con sus necesidades. Permítanme explicarles un método muy simple sobre cómo los ministros podrían hacer cambiar el ambiente moral de nuestra época en un abrir y cerrar de ojos. Si los doscientos cincuenta mil ministros de nuestro país le pidieran a Dios que los usara para reclutar tan solo a dos miembros cada año para presentar su candidatura a la función pública, comenzando por juntas directivas escolares, municipalidades, etc., eso haría un total de medio millón de candidatos —suponiendo que haya elecciones cada dos años. Con ayuda de sus amigos, hermanos de la iglesia y vecinos, sería elegido un número importante de ellos. Algunos se harían de un nombre, y alcanzarían puestos en el ámbito estatal y nacional, y al final una mayoría de los quinientos o más, que ahora no nos representan en Washington D.C., sería reemplazado por los que de verdad representan a la mayoría a favor de la moral.

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Creemos que este plan es tan práctico y factible que ya estamos orando por eso, y esperando con impaciencia el día en que entremos en la cabina electoral y nos podamos permitir el lujo de elegir entre dos candidatos cristianos para el mismo puesto nacional. Una ciudad de Indiana, donde mi familia y yo dirigíamos un seminario sobre la familia, ya goza de ese privilegio. Dos abogados cristianos, miembros de la misma iglesia bautista, se indignaron porque los poderes legales del distrito se negaron a perseguir a los distribuidores de pornografía de su comunidad. Con la aprobación del pastor, presentaron su candidatura dentro de sus respectivos partidos para la fiscalía de distrito, y ganaron. El día de las elecciones la comunidad tuvo la oportunidad de elegir entre un demócrata y un republicano, ambos comprometidos con la moral. ¡Esto sí que es verdadera ciudadanía cristiana en acción! Después de un seminario en Illinois, donde yo había hablado de la necesidad de que las iglesias abrieran escuelas cristianas, el presidente del seminario me llevó al aeropuerto. Ante mi sorpresa, me dijo: «En nuestra comunidad no tenemos esos problemas, porque cuatro de los cinco miembros de la junta directiva del colegio son cristianos nacidos de nuevo, y nosotros nos negamos a contratar a humanistas en nuestro sistema escolar, o a usar libros de texto dañinos». Y después me contó el acuerdo al que habían llegado de que ningún miembro de la junta podría dejar esta sin encontrar antes a otro candidato cristiano a favor de la moral para reemplazarle. Si los mil seiscientos distritos escolares de los Estados Unidos actuaran así, podríamos romper el dominio absoluto que ejercen ahora los humanistas sobre la juventud americana. El Dr. D. James Kennedy, pastor de la famosa Coral Ridge Presbyterian Church, nos dijo que once de sus miembros se presentaban como candidatos municipales, y que él estaba orando porque un día fueran cincuenta. Si la mitad de los pastores que

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predican la Biblia tuvieran la misma visión y valentía, América no estaría enfrentándose a su crisis cultural actual. 14.Únase a organizaciones estén a favor de la moral locales, estatales y nacionales, que Sea miembro activo de uno o más de los grupos que ya hemos mencionado, o de otros similares. El tono moral del nuevo milenio será determinado o por las feministas, los humanistas, los homosexuales y la izquierda liberal humanista, o por cristianos a favor de la moral y a favor de los Estados Unidos. Usted decide. Si en la zona en que usted vive no existe ningún grupo

con dichas características, funde uno. 15. Hable y escriba claro sobre los temas de moralidad Barna descubrió que el año pasado solo el nueve por ciento de los cristianos evangélicos escribió alguna carta de protesta a alguna compañía para protestar por su falta de ética; solo un cuarenta y un por ciento contactó con algún funcionario público para expresar su opinión sobre algo; solo un cuarenta y un por hablótrató con alguien sobre el cuarenta sieteciento por ciento de influir en lapolítica; opiniónsolo de alguien sobrey algún tema; solo el treinta y siete por ciento asistió a alguna reunión municipal sobre algún tema local; y solo el veinticuatro por ciento dio dinero a personas pobres o sin hogar. 18 Ningún líder gubernamental es sordo a las preocupaciones de la gente de su circunscripción. Varias de nuestras victorias —frenar al ERA, por ejemplo— se debieron a que se recogieron firmas. Enlasudirección tarjeta dede oración por esas «dieciséis clave» anote cada uno, y hágale saberpersonas su opinión sobre asuntos importantes relativos a la moral y a la familia. Estamos en una época de presiones políticas. Por desgracia, las tácticas de alta presión, ejercidas por los activistas de los derechos humanos, les dejan a nuestros líderes la impresión de que hablan por boca de la mayoría, cuando la verdad es exacta-

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mente lo contrario. La única forma de cambiar esto es escribir cartas concisas, amables, respetuosas, pero directas y francas, explicando las razones que tiene usted para estar a favor o en contra de determinada o actividades les. Dichas epístolas sonlegislación más efectivas de lo quegubernamentausted piensa. Quizás usted recuerde cómo a principios de 1999 la ACLU emprendió acciones legales contra ciertos condados de Kentucky y de Ohio, que habían permitido que se colgaran los Diez Mandamientos en edificios públicos. En lugar de escabullirse, un grupo de cristianos formó el grupo «Condado de Adams por los Diez Mandamientos», y se lanzaron a la ofensiva. James C. Dobson describe así lo sucedido: En vez de hacerse el de la vista gorda ante la situación, un grupo llamado Condado de Adams por los Diez Mandamientos comenzó a ofrecer letreros azules y blancos con los Diez Mandamientos por una donación de dos dólares. Por todo el condado de Adams se empezaron a ver esos letreros. El movimiento se extendió rápidamente por el sur de Ohio y el norte de Kentucky, donde la gente ya había oído hablar de esos letreros, y los pedía. Judy Sears, propietaria de la librería cristiana Sonshine, en Corbin, Kentucky, dijo: «Siendo una mayoría cristiana, hemos permitido que la gente nos pisotee, y no hemos protestado... ya es hora de que recuperemos el condado para Dios».19

¿Cuál fue el resultado de ese gran esfuerzo? Júzguelo usted mismo: •

•

La legislación de Ohio aprobó una resolución de «apoyo, comprensión y simpatía» para la lucha del Distrito Escolar del Condado de Adams contra la ACLU. El movimiento se extendió a Ohio y Kentucky, y según la prensa, esos famosos letreros azules y blancos se han

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colocado en veinticuatro estados y en cuatro países extranjeros.20 •

Según el diario Cincinnati Inquirer, estudiantes de toda la nación llevan camisetas con los Diez Mandamientos para «mostrar su fe y protestar contra el decimonoveno aniversario de la regulación Stone vs. Graham del Tribunal Supremo, que prohibió la lectura de los Diez Mandamientos en los colegios de Kentucky».21

16. Funde causas buenas, a favor de la moral y de la familia Resulta muy caro luchar contra programas y legislaciones amorales, gubernamentales y patrocinadas por fundaciones. Pongamos como ejemplo a la ERA: Cinco millones de dólares federales fueron proporcionados por el fiasco de Houston llamado IWY (Año Internacional de la Mujer, una idea que surgió en el Kremlin de Moscú, según el News & Word Report, de los EE.UU.) Resultó no ser más que un llamado a toda prisa para aprobar la ERA. Ahora se está proporcionando dinero extra del departamento de personal (pagado por contribuyentes), e incluso se usa el prestigio de la presidencia para ganar aprobación para algo que dañará grandemente a las familias y a la moral de los Estados Unidos. Para luchar contra esto y contra otros programas humanistas tenemos que proporcionar fuertes donaciones. Dé lo que pueda. No se nos ocurren mejores causas que Concerned Women for America, Eagle Forum, Enfoque a la familia, Family Research Council, Prison Fellowship, WallBuilders o Summmit Ministries, por nombrar solo unos pocos. 17. Ayude a otras organizaciones a favor de la moral y de la familia Cuando escuche de otros grupos que comparten las mismas convicciones que usted, présteles apoyo moral y financiero. Re-

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cuerde que estamos en una guerra planeada por el enemigo durante más de cien años. «En la Inglaterra de finales del siglo diecinueve varios grupos pequeños de científicos y eruditos se organizaron bajocultural el liderazgo de Thomas H. Huxley paraeldestruir el dominio del cristianismo, especialmente dominio intelectual de la Iglesia Anglicana. Su objetivo era secularizar la sociedad, reemplazando la cosmovisión cristiana con el naturalismo científico, una cosmovisión que reconoce la existencia de la naturaleza solamente».22 Lo único que nos asegurará la victoria es la dedicación, el trabajo duro y la cooperación con otros activistas a favor de la moral y de los Estados Unidos. Después del triunfo sobre el humanismo y sus horribles efectos, habrá tiempo más que suficiente para dejar oír nuestro punto de vista teológico y otras diferencias que haya. Pero por ahora estamos obligados a luchar contra un enemigo común, y se requieren los esfuerzos combinados de toda la América preocupada e informada —protestante, católica, judía, mormona y musulmana. Ya es hora de votar para la función pública solo a los líderes que compartan nuestros valores morales y hagan volver las leyes a los principios bíblicos sobre los que se fundaron. No podemos hacer menos por nuestros hijos y nietos. 18. Capture la cultura «Las victorias políticas conservadoras siempre serán tenues y frágiles a menos que los conservadores vuelvan a tomar la cultura».23

La vida cristiana nunca debería ser triste o aburrida. Hay mucho que hacer en todas las esferas de la vida. Nunca se subrayará lo suficiente la importancia de que los cristianos entren en la esfera cultural (arte, música, ocio, teatro, medios de comunicación, ley, religión, educación). Como Robert Bork dice muy claramente en su obra, los conservadores con un punto de vista moral podrían llegar a contro-

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lar la Casa Blanca y el Congreso, pero todavía «no pueden atacar la fortaleza del liberalismo moderno... Hollywood, los noticieros, las universidades, la burocracia eclesiástica, el New York 24

Times y el Washington Post ». y su Losburocracia liberales modernos, dice Bork, «capturaron el gobierno porque capturaron la cultura».25 Los cristianos tienen que darle mucha importancia a esta cuestión. Los padres cristianos deben preparar a sus hijos para invadir esta fortaleza izquierdista. Algún día se jubilarán los principales locutores de noticias, y no es tan difícil creer que puedan ser reemplazados por cristianos bien preparados.

Los adolescentes cristianos tienen que darse cuenta de algo muy simple: puede que para el Reino de Cristo sea más importante ser profesor de biología en Harvard que predicador, compositor de canciones o productor de cine que misionero o presidente. En otras palabras: cada cristiano tiene que pedirle guía a Dios para saber dónde puede ser usado mejor en esta guerra cósmica de nuestra época. Escuche otra vez a Robert Bork: «Quizás el desarrollo más prometedor de nuestra época es el alza de un conservadurismo religioso enérgico, optimista y políticamente sofisticado. Puede resultar más poderoso que un conservadurismo simplemente político o económico porque los objetivos del conservadurismo religioso son también culturales y morales. Y aunque esos conservadores pueden ayudar a elegir candidatos para cargos nacionales y estatales, como lo han demostrado repetidamente, puede que su mayor influencia se dé en otra parte. Como es un movimiento de base, el nuevo conservadurismo religioso puede alterar la cultura tanto eligiendo a funcionarios municipales y para las juntas escolares (que tienen mayor efecto en la cultura que los políticos nacionales), como también ofreciendo un tono moral opuesto al relativismo liberal de hoy».26

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19. Vote en todas las elecciones Considere una de sus prioridades ser un ciudadano responsable, y vote en todas las elecciones. Algo que ha proporciona-

do libertad para gente duranteeselelperíodo tiempo másmás largo de toda la más historia humana gobiernode«del pueblo», que se nos dio por los Padres Fundadores Crist ianos. Es decir, nos dieron libertad dándole al pueblo el derecho a votar por los que toman las decisiones del gobierno. Dicho en pocas palabras: era una república. En efecto, en la Virginia colonial consideraban tan importante votar en cada elección que multaban con cinco chelines a los que no acudían a las urnas. Consideraban deber. que votar no era solo un derecho, sino también un Y así deberíamos verlo nosotros hoy también. La principal razón por la que hemos perdido influencia en nuestra cultura es por tantos cristianos que no votan. Piense: solo el cuarenta y ocho por ciento de los cristianos se molestan en votar en las elecciones, incluso en las presidenciales. Si pudiéramos motivar a otro veinte por ciento de nuestros hermanos a ejercer este mínimo deber como ciudadanos cristianos —votar en todas las elecciones— ejerceríamos más influencia sobre los que nos representan en Washington D.C. que los humanistas, a los que aventajamos en un número de dos a uno o más. Pero durante los últimos cincuenta años ellos han ejercido más influencia en los que eligen a nuestros jueces y funcionarios que nosotros mismos, simplemente porque un cincuenta y dos por ciento de los cristianos no votan, y los humanistas votan con creces. Según nuestra opinión, es un pecado contra Dios, contra nuestras familias y contra las generaciones futuras, que los cristianos que viven en un país libre no voten. En el año 2000 el Tribunal Supremo de los EE.UU. aprobó varias decisiones anticristianas y antimorales muchas veces por cinco a cuatro. ¿De quién es la culpa? De los cristianos que no se molestaron en votar en las últimas elecciones.

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Cuando usted ore por los Estados Unidos, ore por que más de nosotros vayan a votar en las próximas elecciones, porque si vamos a recuperar alguna vez al «consenso cristiano», del que habló el Dr. Francis Shaeffer, será por medio de las urnas. 20. No gane el mundo y pierda su alma Jesús respondió a una pregunta inquietante, que es tan relevante para nosotros hoy como lo fue hace dos mil años: «Porque ¿de qué le sirve a un hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?» (Mateo 16.26.) Todos los cristianos que creen en la Biblia saben que los temas políticos y de gobierno son no las es primeras al alma y sus valores. La política más quematerias sacar losrelativas valores de uno a los foros públicos. Por tanto el corazón, la mente y el alma de cada uno de nosotros deben ser conformados a la voluntad de Dios (Romanos 12.1-2). Eso solo es posible por medio de una relación personal con Jesucristo. George Barna lo expresó así: «Debemos predicar la Palabra de Dios porque la única forma de que la gente recupere una relación adecuada y duradera connuestro Dios es escuchando la verdad4.2). sobre 27 la santidad de Dios y sobre pecado» (2 Timoteo Cada uno de nosotros es responsable de lo que hacemos con el Hijo de Dios, el mismo al que los humanistas intentan reemplazar por Foucault, Derrida, Russel, Huxley, Freud, Rorty, Dewey, Wundt, Darwin, Marx o Nietzsche. Les instamos a cada uno de nuestros lectores a leer su Biblia y a descubrir lo que dice esta sobre Jesús el Mesías. Mientras tanto, considere el desafío de Barna: «Algún día Dios nos pedirá cuentas sobre nuestro tiempo en la tierra. ¿Qué reporte le podrá dar usted sobre su compromiso con un servicio práctico, santo y transformador?»28

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Ocúpese de los negocios de nuestro Padre Como cristianos adultos, ocupémonos de los negocios de nuestro Padre, protegiendo y defendiendo a nuestros hijos (Mateo 18). Luchemos seriamente por la fe (Judas 3). Declaremos el evangelio de Jesucristo como Mesías y Señor (Romanos 1.3-17; 1 Corintios 15.1-4). Seamos entendidos en los tiempos, sabiendo qué debemos hacer (1 Crónicas 12.32). Juzguemos todo pensamiento trayéndolo a Cristo (2 Corintios 10.5). Y no permitamos ser derrotados por cosmovisiones vanas o falsas (Colosenses 2.8). Estas cosas nos deberían mantenerhasta ocupados, desafiados, satisfechos y viviendo victoriosamente que termine nuestra vida o Él venga por su familia. Y por si acaso usted lee u oye que los cristianos están tratando de frenar el tren del progreso, permítanos recordarles que Jeremías se enfrentó al mismo problema hace miles de años. Su respuesta a Israel fue: «Así dijo Jehová: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad y hallaréisIsrael descanso para vuestra (Jeremías 6.16).por Porél,desgracia, respondió con unalma» seco: «No andaremos». Oremos que por medio de esta historia trágica de Israel América haya aprendido una lección.

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ste libro se escribió especialmente para creyentes en nuestro Señor Jesucristo. Se concibió para alertar sobre las poderosas fuerzas que se alzan contra ellos, fuerzas que desean derribar las cuerdas morales de Dios (Salmo 2), y se consideran a sí mismo liberadas, solo para darse cuenta de que en realidad son esclavas de sus propias pasiones e ideas (2 Pedro 2.19). Las mismas fuerzas paganas que se enfrentaron con Elías en el Monte Carmelo (Baal y Asera, 1 Reyes 18), que nuestro Señor combatió en el Monte Hermón (Pan y César, Mateo 16), y que batallaron contra Pablo en el Aerópago (estoicos y epicúreos, Hechos 17), están todavía entre nosotros... más poderosas que nunca. La religión de Baal y Asera exaltaba el culto a la naturaleza y al sexo, y eso lo celebraban sacrificando a niños. Hoy día ese mismo tipo de culto se llama ecologismo radical, educación sexual o sangerismo, y se celebra por medio del aborto. 1 La religión de Pan y César exaltaba al estado. Hoy ese mismo tipo de adoración se llama estatismo, gran gobierno, Papá Estado, gobierno mundial, o nuevo orden mundial. Los estoicos y los epicúreos promovían la religión del panteísmo y del ateísmo. Esa misma religión existe hoy día con las enseñanzas de la Nueva Era, el liberalismo, el humanismo científico, el humanismo secular, el marxismo, el marxismo cultural, el socialismo o el posmodernismo. Los nombres son diferentes, pero se trata de los mismos dogmas paganos. Hemos alertado a los cristianos sobre esta batalla por su corazón, mente, alma y espíritu.

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Hemos tratado animar a los cristianos a no quedarse sentados en las gradas como espectadores mientras la batalla ruge. Por supuesto, esperamos que usted responda de forma diferente a como lo hizo el pueblo los díasNuestra de Elías:ora«Y el pueblo no respondió palabra»de(1Israel Reyesen18.21). ción es que ustedes respondan con madurez y espiritualidad cristianas, y que entren en el campo de batalla. Su campo de batalla puede ser su iglesia, el colegio o la universidad, su lugar de trabajo, el gobierno, los medios de comunicación o la urna electoral. Sea cual sea, nuestra oración es que Dios le dé valor, conocimiento y sabiduría para sostener esta batalla por la mente. Y aunque usted pierda en esta vida, ¡sigue siendo vencedor! Porque habrá sido fiel y obediente al Rey de reyes y Señor de señores. Habrá entendido los tiempos en que usted vive, sabiendo qué se debe hacer (1 Crónicas 12.32), y habrá estado ocupándose de los negocios de su Padre, protegiendo y defendiendo su fe, su familia, sus amigos y su libertad. Todo creyente sabe que algún día los reinos de este mundo «han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos» (Apocalipsis 11.15). Es deber moral de cada cristiano vivir, esperar, vigilar y trabajar para ese tiempo, y sobre todo, manifestar el carácter de Cristo en nuestras circunstancias presentes. Él es nuestro Salvador, Señor y Rey, y su amor tiene que derramarse en nuestro corazón y en nuestro mundo ahora. ¡No existe mayor aventura que esa! Trate de imaginar el momento en que termine esta vida, y usted se encuentre ante el juicio final, y oiga de labios de Jesús: «Bien hecho, buen siervo y fiel. Has sido luz al mundo». ¡Todo habrá valido la pena cuando veamos a Jesús! Pero ¿Se puede imaginar lo que será para el cristiano que se desplomó en el sofá, y nunca se molestó en vivir la emocionante vida cristiana?

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Un lugar para usted Doscientos mil individuos lideran los Estados Unidos. Nuestro objetivo es conseguir que un número importante de esos veinte mil sean o bien cristianos maduros, o por lo menos no hostiles a Cristo y a su pueblo. Es obvio que de ochenta millones de adultos evangélicos podemos encontrar doscientos mil líderes. Y si no es así, quizás la Iglesia tendría que volver a pensar en sus prioridades. Quizás haya que apartar tiempo para tomar un curso sobre valentía. No nos engañemos. Si rehusamos involucrarnos en la batalla por la mente y el corazón, exponemos perderlo todo —nuestras familias, nuestrasnos iglesias, nuestroapaís, nuestra civilización. Recuerde que miles de personas ya le han entregado sus hijos a la educación humanista y a la cultura popular. Hay iglesias que ya han sido amenazadas por hablar contra el aborto, la homosexualidad, la pornografía y el juego. Nuestro país se encuentra en una encrucijada, sin saber si se pueden mezclar la moralidad pública y la privada. La civilización occidental se encuentra amenazada conengritos de: univer«Hey, hey, ho, ho, el Occidente seguirá», sonando nuestras sidades. ¿Hay alguien que pueda litigar con eso, y decir que vamos de camino hacia Gomorra? Estamos de acuerdo en que es mejor luchar y perder que nunca haber luchado. Tampoco nos importaría formar parte de ese grupo de gente «de quien el mundo no era digno» (Hebreos 11.38). Esos grandes santos «alcanzaron buen testimonio mediante la fe», pero «no recibieron lo prometido» (Hebreos 11.39-40). Ahora nos arrojan el relevo. Nos llegó el turno.

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¡Involúcrese! La única forma que tenemos de reclamar nuestro país y nuestra cultura es trabajando mucho, aunque nos cueste sangre, sudor y lágrimas. Eso significa oración. Orar para que Dios envíe un avivamiento moral y espiritual a nuestro país, como hizo en Nínive. Orar para que Dios cambie el corazón y la mente de su pueblo mediante una relación con Él. Orar para que Dios le abra los ojos a su pueblo sobre la necesidad de conocer y defender la única cosmovisión que es real y se refiere al mundo real, es decir, la cosmovisión bíblica cristiana. Y orar para que el pueblo de Dios no eluda sus deberes y responsabilidades concernientes a la ciudadanía cristiana. Esto significa aun más trabajo duro —estudio, pensamiento, evangelización, discipulado, afianzarnos en nuestra propia cosmovisión cristiana y, por supuesto, ¡la urna electoral! Históricamente los cristianos votan más del ochenta por ciento delos las valores veces por el candidato del partido másde comprometido con morales. Un bloque adicional un veinte por ciento más de cristianos que voten sería más que suficiente para devolverle al Tribunal Supremo una mayoría de jueces con conciencia de Dios. Y lo mismo para el Senado y el Congreso. E incluso para la Casa Blanca. No podemos hacer menos por nuestros hijos y nietos. Una palabra a los pastores Usted ya habrá notado que este libro está dedicado a los pastores de este país. Tenemos una razón muy clara: estamos convencidos de que si los hombres de Dios que ocupan los púlpitos de este país instaran activamente a los miembros de sus iglesias a convertirse en ciudadanos responsables, que en todas las elec-

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YA ES HORA DE TOMAR PARTIDO

ciones le den su voto a hombres y mujeres a favor de la moral, fácilmente podríamos hacer volver a nuestro gobierno a la base moral sobre la que se fundó. La historia queallos pastores de la América temprana fueron quienesenseña instaron pueblo a librarse de la tiranía de Inglaterra. También enseña que más adelante los ministros del evangelio instaron al pueblo a oponerse a la esclavitud, otorgándole libertad a una raza entera. Hoy día nuestro país se enfrenta al enemigo más cruel que ha confrontado hasta ahora: las fuerzas religiosas del humanismo secular. Los ministros del evangelio y los miembros de sus iglesias constituyen el único grupo de este país con suficientes seguidores como para negar su voto a los sinvergüenzas y para reformar los tribunales, los medios de comunicación, el ocio y la educación. Si los pastores se esconden tras excusas falsas tipo: «No quiero despertar controversias» o «Hermano, yo me limito a predicar el evangelio» (una libertad que perderán pronto si no hacen nada) o «Separación Iglesia-estado» (dos palabras que no se encuentran en la Constitución de los Estados Unidos), le venderemos todas nuestras libertades al gobierno mundial, con el que están obsesionados los secularistas. Uno de los mejores ejemplos que tengo sobre ciudadanía cristiana responsable sucedió el domingo anterior a un día de elecciones nacionales. Cuatro mil cuatro cientas personas asistían esa mañana al culto de una de las iglesias más evangelísticas de los EE.UU. Después del mensaje y de una invitación a aceptar a Jesucristo como Salvador y Señor, el pastor bajó del púlpito y le dijo a la congregación: «Antes de despedirles, deseo que oremos por las elecciones del martes. Como ustedes saben, se trata de un momento muy importante para nuestra nación, y me gustaría que todos los cristianos fueran ciudadanos responsables, estén informados, y vayan a votar. La Biblia dice que “la justicia en-

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grandece la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones” (Proverbios 14.34). Antes de que oremos quiero decirles que a instancias mías, el martes un miembro de la iglesia les llamará para vayan a votar. No ustedes les vamos a decir quiénrecordarles votar, peroque les animamos a todos a votar. Porpor favor, vayan a votar temprano para que no tengamos que llamarlos muchas veces». Esa gran congregación se echó a reír con ganas, probablemente porque muchos de entre el público habían oído rumores de que como estrategia electoral de un partido concreto, se ofrecían sumas de dinero a quien votara temprano. Sea como fuere, el pastor oró con la congregación por nuestra nación y sus futuros líderes. Un mes más tarde le pregunté que cuantas quejas recibió por ese acto patriota. «Ninguna», me dijo. Si todos los pastores de los EE.UU. hicieran algo así, y le enseñaran a su congregación que la libertad es un regalo de Dios y no del gobierno, los EE.UU. no se estarían enfrentando a esa falta de moralidad y libertad, que nos amenaza hoy. Y la Iglesia de Jesucristo seguiría siendo el bastión del evangelismo mundial. Y ahora, a la batalla Si su pastor es como el descrito arriba, anímele, ofrézcase voluntario para trabajar con él, y ore por él diariamente. Si usted no tiene un pastor así, ore por él y dele un ejemplar de este libro. Todavía está por ver si los ministros de América se levantarán ante este desafío del siglo XXI. La historia nos lo dirá. Si lo hacen, continuaremos gozando de las libertades que hemos conocido en nuestra vida personal, religiosa y política. Si no es así,

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los estadounidenses, y especialmente los cristianos, perderán todo vestigio de libertad. Pronto veremos si entre los líderes cristianos de los EE.UU. hay hombres y mujeres con visión y valentía, o hombres y mujeres que permanecen neutrales y son derrotados. El precio de la libertad siempre es estar alerta, tanto si es religiosa como política. Como nos recuerda James Russell Lowell: A todo hombre y nación le llega el momento de decidir en el conflicto entre Verdad y Mentira por el bien o por el mal. El hombre valiente toma partido, pero el cobarde se queda a un lado.

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APÉNDICE A Preguntas preliminares para candidatos para determinar su posición en cuanto a la moral 1. ¿Está usted de acuerdo en que este país se fundó sobre una creencia en Dios y en los principios morales de la Biblia? ¿Conviene usted en que se ha apartado de esos principios, y necesita volver a ellos? Sí _________ No _________ 2. ¿Aprobaría la práctica de un aborto cuando la vida de la madre esté en peligro? Sí _________ No _________ 3. ¿Está a favor de que se hagan oraciones voluntarias en los colegios públicos si estas son dirigidas por los estudiantes? Sí _________ No _________ 4. ¿Aprobaría leyes más estrictas relativas a la venta de pornografía? Sí _________ No _________

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5. ¿Está de acuerdo en imponer leyes más severas contra el uso y la venta de drogas duras? Sí _________ No _________ 6. ¿Está a favor de legalizar la marihuana? Sí _________ No _________ 7. ¿Está a favor de legalizar la prostitución? Sí _________ No _________ 8. ¿Está a favor de leyes que favorezcan un aumento de los derechos de los homosexuales? Sí _________ No _________ 9. ¿Votaría para permitir que homosexuales famosos enseñen en los colegios? Sí _________ No _________ 10. ¿Está a favor del derecho de los padres a enviar a sus hijos a escuelas privadas? Sí _________ No _________ 11. ¿Está a favor de más leyes del gobierno federal relativas a la educación? Sí _________ No _________ 12. ¿Está a favor de la pena capital para castigar ofensas capitales? Sí _________ No _________ 13. ¿Está a favor de suprimir la exención de carga fiscal para las iglesias? Sí _________ No _________

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APÉNDICE A

14. ¿Cree que el gobierno podría quitarles a los padres el cuidado de sus hijos aun cuando no haya abuso físico? Sí _________ No _________ 15. ¿Está a favor de la educación sexual en los colegios, los anticonceptivos o los abortos para menores sin consentimiento paterno? Sí _________ No _________ 16. Excepto en caso de guerra o de emergencia seria, ¿votaría para que el gobierno gastara en proporción superior a los ingresos?

Sí _________ No _________

17. ¿Está a favor de una reducción de impuestos para permitirles a las familias un mayor poder adquisitivo? Sí _________ No _________ 18. ¿Está a favor de una reducción en el gobierno? Sí _________ No _________

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APÉNDICE B Cristianismo y ciencia No vaya usted a pensar ni por un momento que solo el hombre «común» o el de inteligencia mediocre encuentra aceptable la fe. Esa es una idea errónea, popularizada por los secularistas. ¡Históricamente no es cierto! Algunos de los individuos más brillantes y con mejor educación de la historia han sido hombres y mujeres de fe. lumbreras como Wycliffe (1320-1384), Martín Piense Luteroen (1483-1546), Juan John Calvino (1509-1564), Isaac Newton (1642-1727) y Jonathan Edwards (1703-1758). Fíjese en que casi todos los hombres que fundaron las diferentes ciencias —Joseph Lister, Louis Pasteur, Johannes Kepler, Robert Boyle, Georges Cuvier, Charles Babbage, Lord Rayleigh, James C. Maxwell, Michael Faraday, Ambrose Fleming, Lord Kelvin, Jean-Henry Fabre, William Herschel, Gregor Mendel, Louis Agassiz, James Simpson, Pascal, William Ramsay, John Ray, Bernhard Riemann, Blaise Matthew Maury, David Brewster, John Woodward, Rudolf Virchow, Carolus Linnaeus y Humphry Dhabi— fueron hombres de fe. Los humanistas seculares de hoy día proclaman que la ciencia está bajo su dominio 1, pero se les olvida mencionar que el padre del método moderno

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APÉNDICE B

científico en sí mismo, Francis Bacon, fue un cristiano comprometido. El Dr. Schaeffer llama a Bacon (1561-1626), «el mayor profeta de la revolución científica». Abogado,cuidadosa ensayistayylalord de Inglaterra, Bacon enfatizó la observación recopilación sistemática de información para acceder a los secretos de la naturaleza. Bacon se tomó en serio la Biblia, incluyendo la histórica caída.2 Juan Kepler (1571-1630), un astrónomo alemán conocido como el padre de la astronomía moderna, fue el primero en observar que las órbitas de los planetas no son circulares, sino elípticas. Pues bien, habló abiertamente de su fe en el prólogo de su libro Los misterios del universo: «Ya que los astrónomos somos sacerdotes del Dios altísimo en las cosas del libro de la naturaleza, nos corresponde a nosotros meditar no en la gloria de nuestras mentes, sino por encima de todo, en la gloria de Dios». 3 Robert Boyle (1627-1691), conocido como el padre de la química moderna, era conocido por observar muy cuidadosamente las cosas. Según la Encyclopedia Britannica, Boyle consideraba la naturaleza como un «mecanismo que fue creado y puesto en funcionamiento por el Creador al principio de los tiempos, y que ahora funciona según leyes secundarias que podría estudiar la ciencia».4 Enfatizó que la investigación científica «ayudaba a revelar las grandezas del Creador». 5 Aun siendo miembro de la Royal Society y un científico dedicado a su trabajo, se sintió igualmente comprometido a propagar el evangelio, traducir las Escrituras al irlandés y al turco y escribir sobre la armonía de su posición científica y cristiana. Incluso con la donación que dejó en su testamento para las conferencias Boyle estipuló que estas continuarían para «probar la religión cristiana contra notorias infidelidades».6 Sir Isaac Newton (1642-1727), es famoso por haber descubierto la ley de la gravedad, pero con frecuencia olvidamos que

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también inventó el cálculo, y que en 1687 publicó Los principios matemáticos de la filosofía natural, que se convirtieron en uno de los libros que más influyeron en el pensamiento humano. Haciendo experimentos en la Corte de Neville’s del Trinity College, de la Universidad de Cambridge, averiguó la velocidad del sonido, cronometrando el intervalo entre el sonido de un objeto al caerse, y el eco que resulta desde una distancia conocida. Durante toda su vida Newton trató de ser fiel a lo que él creía que eran las enseñanzas bíblicas. Se ha dicho que los científicos del siglo XVII se limitaron al cómo, sin interesarse en el por qué. Eso no es cierto. Newton, como cualquier otro de los primeros científicos, no tenía problemas con el cómo, porque comenzó con la existencia de un Dios personal que había creado el universo. En sus últimos años Newton escribió más sobre la Biblia que sobre la ciencia, aunque se publicó muy poco. Los humanistas han lamentado que no dedicara todo su tiempo a la ciencia. Creen que desperdició las horas que pasó estudiando la Biblia, pero realmente están un poco ciegos cuando dicen esto. Como señalaron Whitehead y Oppenheimer, si Newton y otros no hubieran tenido una base bíblica, no habrían tenido en absoluto base para la ciencia.7

Blaise Pascal (1623-1662), un matemático brillante, inventor del barómetro, es considerado por algunos como uno de los mayores exponentes de la prosa francesa. Era un cristiano sobresaliente, e hizo hincapié en que no consideraba al hombre como una pequeña partícula de polvo en el universo (que ya era mucho más grande y complicado de lo que pensaba la gente), porque la gente —como seres únicos— pueden saber algo sobre el universo: los hombres pueden saber

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APÉNDICE B algo de las estrellas; las estrellas no saben nada. Y además, para Pascal las personas eran algo especial porque Cristo murió por ellas.8

Michael Faraday (1791-1867), nunca gozó de una educación formal, pero inventó el transformador eléctrico, el motor y el generador. Desarrolló el concepto de los campos magnéticos. Se dedicó a hacer experimentos de química orgánica, separando la bencina del aceite caliente. Faraday era cristiano y pertenecía a una pequeña orden religiosa que creía que «la Biblia y solo la Biblia, sin añadir ni quitar nada, es la única guía para el individuo, y la única guía completa, en toda época y circunstancia».9 La búsqueda de la verdad de Faraday, científica pero completamente cristiana, se basaba en la fe en la creación bíblica y en la salvación por medio de Jesucristo. El físico James Clerk Maxwell (1831-1879), es uno de los hombres de ciencia más respetados. Amplió las investigaciones de Faraday sobre los campos magnéticos y la electricidad, y unió el concepto de campos de fuerza (fuerzas que actúan a distancia) en un grupo de cuatro ecuaciones. Su teoría electromagnética fue fundamental para el avance de los experimentos de óptica y electrónica. Se educó en un hogar cristiano, y a los ocho años «memorizó los 176 versículos del Salmo 119. Maxwell vivió en la época de Charles Darwin, cuando se estaba extendiendo la fe en la evolución. Él se dio cuenta muy rápido de que eso iba en contra de la verdadera fe, y se opuso a ello». 10 Los avanzados niveles en educación y en tecnología del mundo occidental nunca se habrían logrado de no haber sido por hombres creyentes que modelaron la Revolución Industrial y la Científica. Científicos teístas creían que el universo fue designado para seguir leyes dependientes, incluso racionales. Imagínese usted dónde estaríamos ahora si humanistas ateos, obsesionados con la falta de guía y los cambios continuos hubie-

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ran estado a cargo de ellas. Nos habrían mandado de vuelta a las épocas oscuras de la historia. Francis Schaeffer señala que muchos científicos reconocen la deuda de la ciencia con el cristianismo más universal. que con teorías de ateísmo, naturalismo científico y casualidad De cierto, en un punto crucial la revolución científica descansó sobre las enseñanzas bíblicas. Tanto Alfred North Whitehead (1861-1974) y J. Robert Oppenheimer (1904-1967) han insistido en que la ciencia moderna surgió de la cosmovisión cristiana.11 Whitehead fue un matemático y filósofo muy respetado, y Oppenheimer, después de llegar a ser director del Instituto de Estudios Avanzados en Princeton en 1947 escribió mucho sobre ciencia, además de escribir sobre su propio campo: la estructura del átomo y la energía atómica. Según yo sé, ninguno de estos dos hombres era cristiano o afirmó serlo, pero ambos fueron firmes al reconocer que la ciencia moderna nació de la cosmovisión cristiana. Oppenheimer, por ejemplo, habló de esto en un artículo: «Sobre ciencia y cultura», en Encounter, octubre de 1962. En las conferencias Lowell, en la Universidad de Harvard, que se llamaban La ciencia y el mundo moderno (1925), Whitehead dijo que el cristianismo es el padre de la ciencia a causa de la «insistencia medieval en lo racional de Dios». Whitehead también habló de confiar en el «inteligible racionalismo del ser humano». En estas conferencias también dice que a causa de lo racional de Dios, los primeros científicos tenían una «fe ciega en que cada hecho, por más pequeño que fuera, se puede relacionar con sus antecedentes de una forma perfecta y definitiva, ejemplificando principios generales. Sin esta creencia la increíble labor de los científicos sería una labor sin esperanza». En otras palabras: como los primeros científicos creían que el mundo lo creó un Dios razonable, no les parecía raro descubrir

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APÉNDICE B que la gente podría averiguar algo cierto sobre la naturaleza y el universo basándose en la razón.12

Schaeffer allá al afirmar que aunque no todos los científicos devala más era ilustrada eran cristianos comprometidos, todos vivieron dentro de lo que él llama consenso cristiano. Como consecuencia de eso, en sus teorías influyó mucho la idea de un universo de orden y diseño. Dice: Al vivir con la idea de que el mundo lo creó un Dios que se puede comprender con la razón, los científicos se podían mover con confianza, esperando poder averiguar cosas sobre el mundo mediante la observación y la experimentación. Esta fue su base epistemológica, el fundamento filosófico que —estaban seguros— les serviría para el conocimiento. (La epistemología es la teoría del conocimiento: cómo sabemos, o cómo sabemos que podemos conocer.) Como el mundo había sido creado por un Dios racional, no les parecía raro encontrar una correlación entre ellos mismos como observadores y la cosa observada, es decir, entre el sujeto y el objeto. Esta base es normativa para uno que trabaja en el marco cristiano, tanto si está observando una silla o las moléculas que la forman. Sin este fundamento nunca habría nacido la ciencia moderna occidental. Y aquí hay que tener en cuenta algo importante: ¿Desempeña un papel importante en el nacimiento de la ciencia moderna lo logrado en el Renacimiento? Claro que sí. Más que eso: el despertar intelectual y cultural que se dio gradualmente durante la Edad Media también ejerció cierta influencia. Pero el conocimiento aumentado del pensamiento griego —en la Universidad de Padua, por ejemplo— también abrió nuevas puertas. Ciertamente en el despertar científico se combinaron elementos del Renacimiento con otros de la tradición intelectual griega. Pero decir teóricamente que la tradición griega habría resultado por sí sola un estímulo suficiente para la revolución científica choca con el hecho de que realmente no lo

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fue. Whitehead y Oppenheimer están en lo cierto. El cristianismo es el padre de la ciencia moderna porque insiste en que el Dios que creó el universo se ha revelado en la Biblia como el Dios es. Por consecuencia, hayMás suficiente base como para que laque ciencia estudie el universo. tarde, cuando se perdió la base cristiana, se puso en movimiento una tradición y un impulso, la ciencia se ve impulsada por la necesidad práctica de tecnología, e incluso por el control estatal, pero... hay un cambio de acento sutil pero importante.13 Hombres de fe y hombres de ciencia Ha tenido que ser un húngaro refugiado en los Estados Unidos quien hiciera esta observación tan obvia: «El siglo termina como empezó, y como ha sido el caso durante muchos siglos. Puede que sea injusto. Puede que sea cruel. Puede que nos moleste, pero el hecho es que los descubrimientos, los inventos, las actividades creativas de todo tipo siguen fluyendo de la fuente habitual: los países más avanzados de la civilización occidental».14 Después añade: «Sabemos muy bien que todo el mundo ha estado haciendo lo humanamente posible para ocultar una verdad incómoda. Inventamos un juego completamente mental llamado multiculturalismo. Escribimos historias completamente ficticias. Día y noche estamos “celebrando” la diversidad. Como si fuéramos niños, nos tapamos los ojos y pretendemos que nadie nos vea».15 Muy pocos aceptan que existe una relación entre la civilización occidental, el cristianismo y la ciencia. Daniel Lapin observó: «Prácticamente todos los descubrimientos importantes de física, medicina, química, matemáticas, electricidad, física nuclear, mecánica y, simplemente todo lo demás, se han dado en países cristianos».16 Con «simplemente todo lo demás» podría muy bien referirse al gran número de inventos hechos por cristianos y en países

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APÉNDICE B

cristianos. Por ejemplo: las tablas estadísticas y la calculadora, Charles Babbage; el cloroformo, James Simpson; el motor eléctrico, Joseph Henry; el caleidoscopio, David Brewster; el descubrimiento los Pasteur; gases inertes, William Ramsay; pasteurización,deLouis y el telégrafo, Samuel Morse. la Por razones de tiempo y de espacio no podemos describir lo que hicieron los otros muchos científicos hombres de fe, como John Philoponus, Robert Grosseteste, Roger Bacono, Dietrich von Frieberg, Thomas Bradwardine, Nicole Oresme, Georgius Agricola, Jan van Helmont, Francesco Grimaldi, John Ray, Isaac Barrow, Antoni van Leeuwenhoek, Niels Steno, James Bradley, Ewald von Kleist, Carolus Linnaeus, Leonhard Euler, John Dalton, Thomas Young, William Buckland, Adam Sedwick, Augustin Cauchy, John Herschel, Matthew Maury, Philip Grosse, Asa Gray, James Dana, George Boole, Humphry Davy, Lord Rayleigh, Abrose Fleming, Jean-Henri Fabre, George Stokes, William Herschel, James Joule, Georg Riemann, Bernhard Riemann, John Woodward, Rudolf Virchow, Edward Morley, Pierre Duhem, Georges Lemaître, George Washington Carver, Sir Arthur Eddington, y los cientos de competentes hombres de ciencia de hoy que creen en un Dios personal de diseño y orden, y que rechazan las ideas falsas del humanismo ateo. No fue hasta llegar a lo que el Dr. Schaeffer llama la era de la «ciencia contemporánea» que un gran número de científicos empezaron a hundirse en el escepticismo, el ateísmo, la amoralidad y el socialismo. A los humanistas les encanta identificar a los grandes científicos del pasado como sus amigos o predecesores. Desean especialmente darle crédito a la Ilustración y a la revolución científica. Se les olvida señalar que los librepensadores —los verdaderos predecesores del ateísmo y, al fin y al cabo, también de los humanistas— laboraron principalmente en campos no científicos: filosofía, sociología, sicología, humanidades y estu-

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dios sobre el comportamiento. Hay muy pocos en el campo de las ciencias «puras». Pero aunque esto es cierto, millones de personas se han creído el cuento de que solo los tontos se pueden el cristianismo. Pero durante los últimos cuarenta añostragar hombres de ciencia cristianos han fundado varias organizaciones creacionistas, como el Creation Research Center, que cuenta con una membresía de más de seiscientos científicos. Las universidades cristianas han crecido mucho durante las últimas cinco décadas, y muchos de sus graduados han pasado a escuelas de postgrado seculares, pero llevaban un entrenamiento bíblico tan fuerte que no se han rendido al lavado de cerebro humanista. Esta oleada de erudición cristiana, tan opuesta al humanismo, ha servido de catapulta a muchos libros nuevos, revistas y películas que presentan como un fraude la religión centrada en el hombre. Estos escritos, que se divulgan al mismo tiempo en que las teorías humanistas están demostrando ser un caos social, están creando una ola de preocupación nacional lo suficientemente grande como para alarmar a los humanistas. Estos se están dando cuenta de que si hubiera un número suficiente de ciudadanos cristianos que se informaran sobre los peligros implícitos en las teorías no científicas de los humanistas, se les desafiaría diariamente en las aulas, hasta que después de su jubilación serían sustituidos por una nueva generación de no evolucionistas que han decidido que ya es hora de recobrar a su país y a su cultura.

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NOTAS INTRODUCCIÓN 1. George Barna, The Second Coming of the Church: A Blueprint for Survival, Word, Nashville, 1998, p. 148. «En los Estados Unidos somos aproximadamente ocho millones de creyentes adultos». 2. Brad Scott, Streams of Confusion: Thirteen Great Ideas That Are Contaminating Our Thought and Culture, Crossway Books, Wheaton, IL, 1999. 3. Como Tim LaHaye escribió este libro hace dos décadas, continuaremos preservando su perspectiva de primera persona en esta edición de la obra. Por lo tanto, todos los ejemplos dichos en primera persona —«Hice esto o aquello»— vienen de Tim. Cuando se cuente algo del coautor, David Noebel usaremos la tercera persona —«Cuando David hizo esto o aquello». CAPÍTULO 1 1. Sobre el tema de la mente ver David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, ninth printing, Eugene, OR, 1999, pp.178—180; 401ss. También: Sir John Eccles y Daniel N. Robinson, The Wonders of Being Human: Our Brain and Our Mind, New Science Library, Boston, Mass., 1984 y J.P. Moreland y Scott B. Rae, Body and Soul, InterVarsity Press, Downers Grove, IL, 2000. 2. Ver Tim LaHaye, Why You Act the Way You Do, Tyndale House, Wheaton, IL, 1985. 3. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p.53.

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4. Gene Edward Veith, The Gangsta Next Door, World 23 de septiembre del 2000, p. 15. 5. De un correo electrónico al autor, 25 de septiembre del 2000. p.49. 6. Thomas, 7. Allen Charles Kors, «The Contradiction Inherent in Social Responsibility», Academic Questions 12, no. 4 ,invierno del 1999, p.21. «No existe la justicia social; solo hay justicia. La justicia social es una negación de la misma justicia». O Thomas Sowell, The Quest for Cosmic Justice, The Free Press, New York, 1999, p. 77 . «La envidia se consideraba uno de los siete pecados capitales antes de llegar a convertirse en una de las virtudes más admiradas y adquirir un nombre nuevo: “justicia social”». 8. Timothy J. Dailey, Family Research Council, «Hate Crime’ Laws Mean Unequal Protection», In Focus 4 de octubre de 1999: 1: «La legislación federal sobre el “crimen de odio”, según las Actas del the Hate Crimes Protección Acts (HCPA), significaría que una niña de ocho años está menos protegida por la ley que un estudiante universitario homosexual». 9. El ejército de los EE.UU. planea poner a mujeres en submarinos, ya que ellas son el último bastión por la falta de hombres en las fuerzas armadas. Esto ha sucedido así a pesar del hecho de que la mayoría de las feministas odian el ejército. 10. «En el mundo se llama Tolerancia, pero en el infierno se llama Desesperación... el pecado que no cree en nada, no se preocupa por nada, no quiere saber nada, no interfiere en nada, no disfruta de nada, no odia nada, no le encuentra sentido a nada, vive para nada, y sigue vivo porque no hay nada por qué morir». Dorothy Sayers, citada en Charles Colson y Ellen Santilli Vaughn, Against the

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NOTAS

Night: Living in the New Dark Ages, Servant Books, Ann Arbor, MI, 1989, p. 93. 11. Ver Concerned Women for America, «Outcome-Based

Education: EducationalRemaking Reform». Your Children through Radical 12. Product of conception, [Producto de concepción] CAPÍTULO 2 1. N.T. Wright, The New Testament and the People of God, Fortress Press, Minneapolis, 1992, pp.132—133 da la respuesta cristiana a ¿quiénes somos? («Somos seres humanos, hechos a imagen del Creador»), ¿dónde estamos? («Estamos en un mundo bueno y bello, aunque solo estamos de paso, creación del Dios a cuya imagen somos hechos»), ¿qué es el mal? («La humanidad se rebeló contra el Creador»), y ¿cuál es la solución? («El Creador actuó, está actuando, y actuará dentro de su creación para tratar con el problema del mal... enfocándose en Jesús»). «Encierra las ideas principales de la cosmovisión cristiana tradicional». 2. Arthur Herman, The Idea of Decline in Western History, The Free Press,New York, 1997, p.357. 3. Íbid. 4. Actualmente la sociedad tiene más de dos mil miembros, seiscientos de ellos con derecho al voto. 5. Henry M. Morris, The Long War Against God: The History and Impact of the Creation/Evolution Conflict, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1989, pp. 320—321. Ver también Morris’s The Biblical Basis for Modern Science, Baker Book House,Grand Rapids, MI, 1984. 6. A los lectores interesados en este tema les recomendamos las siguientes lecturas: Todos los libros publicados por el Institute for Creation Research; Walter Brown’s In the

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Beginning: Compelling Evidence for Creation and the Flood: Todos los libros de Phillip E. Johnson sobre la evolución; Norman Macbeth’s Darwin Retried: An Appeal Reason; Luther D. Sunderland’s Darwin’s Enigma; J.P.toMoreland’s Christianity and the Nature of Science; Walter James ReMine’s The Biotic Message: Evolution Versus Message Theory. Y a nuestros lectores ateos les recomendamos Richard Milton’s Shattering the Myths of Darwinism. Milton es un ateo que estudia los mitos de Darwin. 7. Phillip E. Johnson, «The Church of Darwinism», Human Events, 27 de agosto de 1999, p.16. 8. Francis J. Beckwith y Gregory Koukl, Relativism: Feet Firmly Planted in Mid-Air, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1998, pp. 61—69. 9. Íbid., 69. 10. Erik von Kuehnelt-Leddihn, Leftism Revisited: From deSade and Marx to Hitler and Pol Pot, Regnery Gateway, Washington, D.C., 1990, p.334. 11. Ver Josh McDowell y Norm Geisler, Love Is Always Right: A Defense of the One Moral Absolute, Word, Dallas, 1996. 12. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p.376. 13. Para un resumen detallado de este punto ver D. James Kennedy y Jerry Newcombe, What If Jesus Had Never Been Born? Thomas Nelson, Nashville, 1994. 14. David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991. 15. Íbid. También recomendamos Josh McDowell’s The New Evidence That Demands a Verdict [Evidencia que exige un veredicto], Thomas Nelson, Nashville, 1999 para un estudio más amplio sobre cosmovisiones.

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NOTAS

16. Como este trabajo es primordialmente un análisis del humanismo secular, queremos que nuestros lectores sepan que ellos pueden llegar a conocer con gran detalle la «sabiduría de Dios» en otrosBaker lugares. Ver (a) La Santa Biblia; (b) Norman L. Geisler, Encyclopedia of Christian Apologetics, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1999; (c) Josh McDowell, Evidencia que exige un veredicto, Thomas Nelson, Nashville, 1999; y (d) Carl F. H. Henry, God, Revelation and Authority, 6 vols. Crossway Books, Wheaton, IL, 1999. CAPÍTULO 3 1. Ver el capítulo 8 para una confirmación documentada de que el humanismo secular es una religión en el mismo sentido en que lo es el cristianismo. 2. Alvin Plantinga, Warranted Christian Belief, Oxford University Press, New York, 2000, p. 436. 3. Ver Joseph Epstein’s «Light As Ayer: The Illogical Life of a Logical Positivist», The Weekly Standard, 31 de enero del 2000, pp. 29—30 para conocer más sobre la vida moral de A.J. Ayer. Ayer «jugó con las mujeres» igual que otros hombres «jugaban al golf». Un amigo de Ayer, Stuart Hampshire, tuvo un hijo con la primera esposa de Ayer mientras este aún estaba casado con ella. Un comentario de Ayer sobre su obra en Language, Truth and Logic fue: «Bueno, supongo que el defecto más importante es que todo eso era falso». Como esta obra es lectura obligatoria en los colegios de los EE.UU., esperamos que ese comentario del mismo Ayer sobre su obra también les sea transmitido a los estudiantes. 4. Ver David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991 para tener más información sobre los cinco pilares del humanismo secular, in-

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cluyendo sus puntos de vista sobre sicología, sociología, ley, economía e historia. 5. La influencia de John Dewey en la educación norteamericana no puedeThomas exagerarse. involucró estrechamente con Norman en la Se organización socialista Fabian, la Liga por la Democracia Industrial. Esta organización publicó en 1934 la obra de Dewey Education and the Social Order. Dewey trabajó para establecer un «nuevo orden social», y con eso se refería a un orden socialista. Como señala Zygmund Dobbs en The Great Deceit , «Dewey dirigía la propaganda socialista en los colegios para preparar la revolution» (p. 260). 6. Ver la página web de Corliss Lamont, «dedicada al trabajo de Corliss Lamont y la filosofía del humanismo». La página habla de la relación de este con la Universidad de Columbia, la de Harvard, Free Inquiry, y muchos más. 7. Ver George Grant, Grand Illusions: The Legacy of Planned Parenthood, Adroit Press, Franklin, Tenn., 1992 para el trasfondo radical de Sanger. 8. La ex esposa de Ted Turner, Jane Fonda, ha mostrado interés por la fe cristiana, y hay cristianos orando que Ted Turner siga su ejemplo. Si Mr. Turner dejara de dirigir el equipo, Alan M. Dershowitz sería el sucesor inmediato. Ver Alan M. Dershowitz, «Taking Disbelief Out of the Closet»,Free Inquiry 19, no. 3 (verano 1999), p. 6. 9. Zygmund Dobbs, ed., The Great Deceit: Social Pseudo-Sciences, Veritas Foundation, West Sayville, NY, 1964, p.327: «Felix Frankfurter organizó la American Civil Liberties Union (ACLU) in 1920, en compañía de Morris Hiliquit (secretario del Partido Socialista Americano), Laski, Roger N. Baldwin, Jane Addams, Harry E Ward, A.J Muste, Scott Nearing y Norman Thomas. Esta organización fue ni más ni menos que un frente socialista. El Partido Comunista se acababa de separar del movi-

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NOTAS

miento socialista, y la ACLU le permitió a un cierto número de partisanos rojos tales como William Z. Foster y Elizabeth G. Flynn servir en su comité nacional. Los socialistas esperaban ser reconocidos por la Internacional Comunista de Lenin, yoficialmente estaban tratando de fundir a todas las fuerzas de izquierdas en un solo movimiento político». 10. Sobre su relación con la Emergency Civil Liberties Union ver la página web de Corliss Lamont. 11. Samuel L. Blumenfeld, NEA: Trojan Horse in American Education, The Paradigm Company, Boise, Idaho, 1990. También G. Gregory Moo, Power Grab: How the National Education Association Is Betraying Our Children, Regnery Publishing, Washington, D.C., 1999. 12. Ver J. Michael WaIler, «Funding Subversion of Nacional Security», Insight, 21 de agosto del 2000, p.16. 13. Ver Ann Coulter, «The Democrat Philosophy», Human Events, 4 de agosto del 2000, p. 6: «La Fundación Playboy colabora con la National Organization for Women, the Women’s Action Alliance, Emily’s List (para elegir a liberales para la función pública), Feminists for Free Expression, Voters for Choice, Planned Parenthood, the National Abortion Rights Action League, the American Civil Liberties Union, and People for the American Way». 14. Ver Rene A. Wormser, Foundations: Their Power and Influence, Devin-Adair Company, New York, 1958. FrankJ. Gaffney, Jr., revista Commentary, enero del 2000: p.27. «Gracias especialmen te a la generosidad de las fundaciones MacArthur, Ford, W. Alton Jones, Ploughshares, Hewlett, Carnegie, Merck, y Rockefeller, miles de profesores y estudiantes graduados han sido entrenados para... promover la necesidad de un gobierno global». William Rusher, Washington Times, 26 de di-

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ciembre 1999, B4. «Con otras palabras, es implacablemente liberal. Mr. Freeman cita un cálculo de que de las 50.000 fundaciones de todo tipo, solo nueve son explícitamente Carroll Quigley, Tragedy and Hope: A conservadoras». History of the World in Our Time, The MacMillan Company, New York, 1966, pp. 946—47 se refiere a la influencia de las fundaciones y a cómo Corliss Lamont y sus padres fundaron «una docena de organizaciones de extrema izquierda, incluyendo el mismo Partido Comunista». Incidentalmente, aunque Quigley es hostil al senador Joseph McCarthy, la derecha radical y los ex comunistas, está de acuerdo con los hallazgos de Rene A. Wormser sobre fundaciones. 15. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p.119. 16. Carroll Quigley, Tragedy and Hope: A History of the World in Our Time, The MacMillan Company, New York, 1966, pp.945—46 resume el apoyo de Corliss Lamont «a las organizaciones de extrema izquierda, incluyendo el mismo Partido Comunista». Lamont era considerado entre los humanistas como «la principal figura en los círculos de viaje, y uno de los principales portavoces del punto de vista soviético». 17. Corliss Lamont, The Philosophy of Humanism, Frederick Ungar Publishing Co., New York, 1977, pp.12—13. 18. Íbid., 116. 19. Íbid., 30. 20. Nancy R. Pearcey y Charles B. Thaxton, The Soul of Science: Christian Faith and Natural Philosophy, Crossway Books, Wheaton, IL, 1994, p.19: «En la Inglaterra de finales del siglo XIX varios grupos pequeños de científicos y eruditos se organizaron bajo el liderazgo de Thomas H. Huxley para derrotar el dominio cultural del

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cristianismo, especialmente el dominio intelectual de la iglesia anglicana». 21. Lamont, op cit., 45. 22. Paul Kurtz, «Is Everyone Books, a Humanist?» The Humanist Alternative, Prometheus ed. PaulenKurtz Buffalo, NY, 1973, p. 177. 23. Bertrand Russell, «Why I Am Not a Christian», en The Basic Writings of Bertrand Russell, ed. Robert E. Egner y Lester E. Denonn, Simon and Schuster, New York, 1961, p.586. 24. Francis Bacon, «Of Atheism» en Selected Writings of Francis Bacon, ed. Hugh G. Dick, Random House, New York, 1955, p.44. 25. Henry M. Morris, The Troubled Waters of Evolution, Creation-Life Publishers, San Diego, 1974. Ver también Henry M. Morris, Evolution in Turmoil, Creation-Life Publishers, San Diego, 1982 y Henry M. Morris y Gary E. Parker, What Is Creacion Science? Masters Books, El Cajon, Calif., 1987. 26. Lamont, op. cit., 83. 27. Íbid., 249. 28. Íbid., 110. 29. Henry M. Morris, Education for the Real World, Creacion Life Publishers, San Diego, 1977, p.82. Este es el mismo Julian Huxley que aceptó el desafío de Lord Morley de crear una religión nueva, basada en la ciencia. Huxley lo llamó «humanismo evolutivo». Ver Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1999, p.346. 30. Ver David A. Noebel, Understanding the Times, el capítulo 12 es sobre la biología del humanismo secular. 31. Homer Duncan, Secular Humanism, Christian Focus on Government,Lubbock, TX, 1979, p.16. 32. Íbid., 17.

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33. Íbid., 16. Para más información sobre este punto ver Walt Brown, In The Beginning, Center for Scientific Creation, Phoenix, Ariz., 1995 y Richard Milton, Shattering the Myths of Darwinism, ParklasStreet Rochester, Vt., 1997. Ver también todas obrasPress, de Phillip E. Johnson sobre el darwinismo. 34. Ver John P. Koster, The Atheist Syndrome, Wolgemuth and Hyatt, Brentwood, Tenn., 1989 para profundizar en la influencia de Charles Darwin, Thomas Henry Huxley, Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud y el ateísmo científico.

35. John W. Whitehead y John Conlan, «The Establishment of the Religion of Secular Humanism and Its First Amendment Implications», Texas Tech Law Review, 10 invierno 1978, p.54. Ver el capítulo 7 para saber más sobre el humanismo secular como religión. 36. S.S. Chawla, «A Philosophical Journey to the West», The Humanist, septiembre-octubre 1964, p.151. 37. Paul Kurtz, Humanist Manifesto II, Prometheus Books, Buffalo, NY, 1973, p.18. 38. Ver David A. Noebel, Understanding the Times, el capítulo 9, titulado «Secular Humanist Ethics». Allí se cita a Lester Kirkendall: «Los humanistas han desempeñado un papel importante en la revolución sexual». Para el trasfondo del papel de Margaret Sanger y Alfred C. Kinsey en la revolución sexual, les recomendamos George Grant, Grand Illusions: The Legacy of Planned Parenthood, Adroit Press, Franklin, Tenn., 1992 y Judith A. Reisman, Kinsey: Crimes and Consequences, Institute for Media Education, Inc.,Arlington, VA, 1998. 39. Enrique T. Rueda, The Homosexual Network: Private Lives and Public Policy, Devin Adair Company, Old Greenwich, Conn., 1982; Boris Sokoloff, The Permissive Society, Arlington House, New Rochelle, NY, 1972; Jef-

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frey Satinover, Homosexuality and the Politics of Truth, Baker Book House, Grand Rapids, Mich., 1996; Robert H. Bork, Slouching Towards Gomorrah: Modern Liberalism American Wolfe, Decline,ed.,HarperCollins, 1996;and Christopher HomosexualityNew andYork, American Public Life, Spence Publishing, Dallas, 1999. 40. B.K. Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education, Huntington House, Lafayette, La., 1998, p. 146 habla del trasfondo del bolchevique Georg Lukacs y sus «agresivos programas de educación sexual» en la Unión Soviética y Hungría. Su

objetivo era socavar la moralidad cristiana y la «estructura familiar arcaica». 41. Daniel Horowitz, Betty Friedan and the Making of the Feminine Mystique: The American Left, the Cold War, and Modern Feminism, University of Massachusetts Press, Amherst, Mass., 1998, p.93. 42. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p. 84. 43. Lamont, op. cit., 235. Paul Kurtz en Humanist Manifesto 2000 dice, «Aunque los humanistas han hecho un llamado a la liberación de códigos represivos puritanos, al mismo tiempo han defendido la responsabilidad moral». Código puritano es una forma de llamar al adulterio, la fornicación y la homosexualidad. En una publicación humanista, A New Bill of Sexual Rights and Responsibilities, de Lester Kirkendall, se mencionan estas prácticas sexuales: relaciones sexuales adúlteras, relaciones sexuales prematrimoniales, homosexualidad, bisexualidad y asociaciones genitales. Es interesante constatar que Kurtz en Manifesto 2000 está de acuerdo en que los humanistas «acepten la Regla de Oro de “no tratar a otros como no nos gustaría que nos trataran a nosotros”». 44. Íbid., 229.

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45. Paul Johnson, Intellectuals, HarperCollins,New York, 1988, capítulo 1. 46. Balint Vazsonyi, America’s 30 Years War, Regnery, Washington, D.C., 1998, «To p.95.Hell with Sin», Wall Street 47. Katherine A. Kersten, Journal, 17 de septiembre 1999, W 15. 48. Lamont, op. cit., 227. 49. Íbid., 14. 50. Francis A. Schaeffer, How Should We Then Live? Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1976, p.224. 51. Ver David A. Noebel, Understanding the Times, el capítulo 24, titulado «Secular Humanist Politics». 52. Julian Huxley, «A New World Vision: Selections from a Controversial Document». The Humanist, marzo—abril 1979, p. 35. 53. Cuando los humanistas usan la palabra «democracia», piense en el sistema educativo estatal de los EE.UU., donde no hay libertad de elegir el creacionismo. ¿Sería diferente un gobierno mundial regido por humanistas? E incluso si una mayoría de los norteamericanos estuviera a favor de la enseñanza del creacionismo además de la evolution, eso no significa nada para los humanistas. Recientemente, cuando la Kansas Board of Education decidió degradar la enseñanza de la evolution, los humanistas demostraron ser mal perdedores, y les resultó difícil incluso decir la verdad sobre la situación. Un voto democrático no significa nada para los humanistas. Las cosas se hacen asumaneraonosehacen.¿Ylesvamosapermitirquedirijan un gobierno mundial? 54. Lamont, op. cit., 281. 56. Ver Noebel, Understanding the Times, el capítulo 27, titulado «Secular Humanist Economics» ofrece un resumen del pensamiento más reciente de los humanistas sobre la economía.

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56. Ver Igor Shafarevich, The Socialist Phenomenon, Harper and Row, New York, 1980 para la historia del fracaso. 57. Lamont, op. cit., 281. 58. Progress Ver Georgi Shakhnazarov, The Coming World Order, Publishers, Moscow, 1981. Shakhnazarov ha sido durante mucho tiempo asistente de Mikhail Gorbachev, tanto fuera como dentro del gobierno. Este libro es un proyecto de un gobierno socialista mundial, y ni un humanista dejaría de comprarlo. Paul Kurtz en Humanist Manifesto 2000 hace un llamado a un sistema fiscal internacional. Dice Kurtz, «No se trataría de una contribución voluntaria, sino de un impuesto real. Las agencias de las Naciones Unidas se financiarían con estos fondos. Esto incluye a la UNESCO, UNICEF, la OMS, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y otras organizaciones». 59. Claire Chambers, The SIECUS Circle, Western Islands, Belmont, Mass., 1977, p.87. 60. Íbid., 69—70. 61. Lamont, op. cit., 28 1—82. 62. Íbid., 257—58. 63. «Cronkite Champions World Government», Washington Times, 3 de diciembre 1999, A2. Tomado de un discurso de Walter Cronkite ante el World Federalist Association en la ONU, 19 de octubre 1999. 64. Íbid., 82. 65. Humanist Society of San Francisco, Humanism: What Is It? Humanist Society of San Francisco, San Francisco, 1949, p. 3. CAPÍTULO 4 1. Alexis de Tocqueville, Democracy in America, Arlington House, n.d., New Rochelle, N.Y1, p. 294. 2. Íbid., 297.

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3. Achille Murat, A Moral and Political Sketch of the United States, London, Effingham Wilson, 1833, pp. 113,132, citado en David Original Intent: The Courts , the Constitution andBarton, Religion, WailBuilders Press, Aledo, TX, 1997, p.121. 4. No se debe confundir a los unitarios de la época de Jefferson y Adams con los unitarios de hoy. Como observa David Barton, el Theological Dictionary de 1823 describía a los unitarios con estas palabras: «Al igual que otros cristianos, también confiesan que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios vivo, y creen todo lo que dicen de Él los autores del Nuevo Testamento, especialmente los cuatro evangelistas». Barton también señala otras fuentes unitarias que afirman su creencia en la Biblia «sin admitir otro testimonio de la verdad cristiana, ninguna otra regla de las prácticas cristianas, mas que las palabras del Señor Jesús y sus apóstoles». Ver Barton, Original Intent, p.314. 5. Lester J. Cappon, The Adams-Jefferson Letters, University of North Carolina Press, Chapel Hill, N.C., 1987, pp.339—40. 6. Ver David Barton en Original Intent, capítulo 16, para el revisionismo humanista que se da hoy en nuestras instituciones educativas. Barton responde a cada cargo con datos y hechos históricos. Ver también la socialista Barbara Ehrenreich, «Why the Religious Right Is Wrong», Time, 7 de septiembre 1992, sobre su ataque a los fundadores de los EE.UU. 7. Gary DeMar, America’s Christian History: The Untold Story, American Vision Publishers Inc., Atlanta, Ga., 1993, p. 5. 8. Daniel Lapin, America’s Real War, Multnomah Publishers, Sisters, OR, 1999, p. 95. 9. Íbid., 12.

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NOTAS

10. Barton, op. cit., 81. 11. Íbid., 82. 12. Íbid., 83. 13. 14. Íbid. Íbid., 84. 15. Íbid., p. 85. 16. Íbid., p. 137. 17. Íbid. 18. David Barton, Benjamin Rush: Signer of the Declaration of Independence, WailBuilders Press, Aledo, TX, 1999, p.123. 19. Barton, Original Intent, p.167. 20. Íbid., 169. Ver también Tim LaHaye, Faith of our Founding Fathers, Wolgemuth and Hyatt, Brentwood, Tenn., 1987. La edición de 1988, publicada por New Leaf Press. 21. Íbid., p. 131. 22. Íbid., p. 336. 23. Íbid., p. 165. 24. Íbid., p. 167. 25. Íbid. 26. Íbid. 27. Íbid., p. 32. 28. Lapin, op. cit., 12. 29. Balint Vazsonyi, America’s 30 Years War, Regnery, Washington, D.C., 1998, p.46: «Se citan a todos los ilustrados [filosofía griega, derecho romano, Ilustración francesa], todos, [Lutero, Calvino, Zwingli] tuvieron su parte, todos influyeron en el pensamiento de los fundadores de los EE.UU. Pero el único libro que fue más allá del Canal de la Mancha, y que retuvieron completamente fue la Biblia». 30. Francis A. Schaeffer, How Should We Then Live? Crossway Books, Wheaton, IL, 1983, p. 105.

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31. William F. Buckley Jr., «The Meaning of Heritage», National Review 51, no. 22, 22 de noviembre 1999, p. 46. 32. Ver David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldview of OurOR, Day1991, and the Search for Harvest House, Eugene, el capítulo 29, Truth, titulado «Biblical Christian Economics»

CAPÍTULO 5 1. Ver George M. Marsden, The Soul of the American University: From Protestant Establishment to Established Nonbelief, Oxford University Press, New York, 1994; B.K. Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education, Huntington House, Lafayette, La., 1998; y Zygmund Dobbs, ed., The Great Deceit: Social Pseudo-Sciences, Veritas Foundation,West Sayville, NY, 1964 para datos históricos sobre cómo los humanistas se apoderaron del sistema educativo de los EE.UU. 2. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p.82: «Uno de cada cinco norteamericanos tiene alguna infection vírica transmitida sexualmente. Eso hace 56 millones de personas». 3. William E Buckley Jr., «Head to Toe Exam: USA, 1999» National Review 51, no. 24, 20 de diciembre 1999, p. 71. En este mismo artículo dice Buckle: «El principal problema social es, por supuesto, el de los nacimientos ilegítimos». 4. Íbid. 5. David Popenoe y Barbara Dafoe Whitehead, «The State of Our Unions: The Social Health of Marriage in America». (The National Marriage Project, Rutgers University, 1999) 2, citado en James C. Dobson’s «Family News from Focus on the Family», noviembre 1999, p.2.

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NOTAS

6. Cheryl Wetzstein, «Marriage Will Be Multiple in the Coming Millennium» Insight 15, no. 46, 13 de diciembre 1999, p.30. 7. Cal The1994, Thingsp.118. That Matter Most, HarperCollins,Thomas, New York, 8. Francis A. Schaeffer, How Should We Then Live? Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1976, pp. 51—52. Ver también Robert William Fogel, The Fourth Great Awakening, University of Chicago Press, Chicago, IL, 2000, p.117f. 9. Íbid. 10. Ver Matt Labash, «Among the Pornographers» The Weekly Standard 4, no. 2 ,21 de septiembre 1998, pp.20—25 ofrece un resumen sobre el humanismo actual y la pornografía. Vern Bullough, un editor honorario de la revista Free Inquiry , está metido hasta las cejas en la pornografía. «Esperamos», dice Bullough, «conseguir más depósitos [pornográficos] de la industria, para tener la colección pornográfica más grande del país... Los que están metidos en este negocio adoran su nuevo cachet académico. En el estado de California les ha dado por llamarlos “Entretenimiento para adultos”». El Bullough’s Center for Sex Research está en California State University, Northridge, «es una especie de Left Coast Kinsey Institute». 11. Will Durant, The Story of Philosophy, 2nd ed., Pocket Books,New York, 1961, p.203. 12. Schaeffer, op. cit., 122—24. 13. Frederic Bastiat, Selected Essays on Political Economy, D. Van Nostrand Company, Princeton, NJ, 1964, p.292. 14. William F. Buckley Jr., «The Meaning of Heritage», National Review 51, no. 22, 22 de noviembre 1999, p.42, «Fue en uno de sus [Albert Jay Nock] ensayos, creo, que vi citada por primera vez la admonición de John Adams de que el estado trata de convertir todas las situaciones en

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excusas para aumentar su poder, y por supuesto, el refrán de Jefferson de que el gobierno solo pueda hacer algo por el pueblo en la misma proporción en que le pueda hacer algo John al pueblo». 15. Ver A. Stormer, None Dare Call It Education: What’s Happening in Our Schools, Liberty Beli Press, Florissant, Mo., 1998; Charles J. Sykes, Dumbing Down Our Kids: Why American Children Feel Good About Themselves but Can’t Read, Write, or Add, Martin’s Press, New York, St. 1995; y B.K. Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education, Huntington House, Lafayette, La., 1998. 16. Balint Vazsonyi, America’s 30 Year War, Regnery, Washington, D.C., 1998, p.179. El libro de Vazsonyi es una letanía de las libertades que ha perdido América durante los últimos treinta años solamente. 17. Dennis Prager, «Levi Strauss and the Condom Christmas Tree» The Prager Perspective, 1 de enero 1999, p.3. Ver también Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, III., 1999, p.426. 18. El norteamericano medio invierte $7.000 por estudiante cada año, y hay unos 55 millones de estudiantes. La educación es la tercera mayor industria de hoy, por detrás de la salud pública y del gobierno. 19. Para un resumen excelente de cómo sucede esto, ver Zygmund Dobbs, ed., The Great Deceit: Social Pseudo-Sciences, Veritas Foundation, West Sayville, NY, 1964. Harvard hizo la investigación y escribió este volumen, lo que lo hace aun más interesante. Ver también B.K. Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education, Huntington House, Lafayette, La., 1998.

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NOTAS

20. Eakman, op. cit., 109—10: «¿Cómo cambió la cultura en una sola generación, de un enfoque dirigido al carácter, a las restricciones, al esfuerzo y al sacrificio, a una sociedad orientada al yo, obsesionada consigosexual misma, por la eterna juventud, la gimnasia y lapreocupada gratificación inmediata?... Gran parte del pensamiento y la cultura norteamericana fue profundamente influido por los semejantes a Wundt, Neil, Ellis, Owen, Gross, Steckel, Fromm, Reich, Adorno, Freud, Marx, Lewin, Marcuse, Gramsci, Rees, Orage, Chishoim, Lunacharsky, y Lukacs [incluso John Dewey y los progresistas]. 21. M. Margaret Patricia Mc Carran, Fabianism in the Political Life of Britain, 1919–1931, The Heritage Foundation Inc., Chicago, 1954). Christopher Story, ed. Soviet Analyst (octubre de 1999), p. 2: «El gabinete de Mr. [Tony] Blair tiene 23 miembros: en enero de 1999 el secretario de la Sociedad Fabian le escribió a Mr. Christopher Gill, el representante conservador de Ludlow, Shropshire, diciendo que estaba orgulloso de poder informarle que 20 miembros del gabinete de Blair pertenecían a la sociedad Fabian. Los fabianistas son revolucionarios “graduales” o “agentes de cambio”, con los mismos objetivos que los revolucionarios leninistas». 22. Paul A. Kienel, The Philosophy of Christian School Education, Western Association of Christian Schools, Whittier, Calif., p. 169. 23. Association for Supervision and Curriculum Development, A New Look at Progressive Education, ASCD, Washington, D.D., 1972, p. 2. 24. Gordon H. Clark, Dewey, The Presbyterian and Reformed Publishing Co.,Philadelphia, 1960, p.15. 25. Recuerden el intento de Julian Huxley de usar la ciencia para crear una religión nueva. La llamó «humanismo evolutivo», y la defendió como si fuera una religión. Ver

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Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1999, p.346. 26. Ver B.K. Eakman, CloningSupremo of the American Mind. junio 27. Una decisión del Tribunal de los EE.UU. 19 de 1961 llamada Torcaso v. Watkins. El Tribunal dijo: «Entre las religiones de este país que no enseñan lo que sería una creencia en Dios están el budismo, el taoismo, la cultura ética, el humanismo secular y otros». 28. Eakman, op. cit. 29. Cal Thomas, «Republicans Can Help Kids with Choice», Colorado Springs Gazette, 31 de agosto 1999, N7. 30. George E Will, «The Censoring of Zachary» Newsweek, 20 de marzo 2000, p.82. 31. Julie Foster, «Banned in Kentucky: God, Country, etc.», World Net Daily, 17 de mayo del 2000. 32. Paul Johnson, «The Real Message of the Millennium», The Reader’s Digest, diciembre 1999, p. 65. 33. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p. 112. 34. Rush H. Limbaugh, III, The Way Things Ought to Be, Pocket Books, New York, 1992, p. 302. CAPÍTULO 6 1. Por ejemplo, Leo Pfeffer escribió un artículo llamado «The Triumph of Secular Humanism» donde se jactaba: «En este foro [una universidad] no es el protestantismo, el catolicismo o el judaísmo lo que se alzará victorioso, sino el Humanismo Secular, una fuerza cultural que en muchos aspectos en los EE.UU. es más fuerte que la mayoría de los grupos religiosos, o las alianzas entre ellos». Leo Pfeffer, «The Triumph of Secular Humanism», Journal of Church and State, 19 primavera 1977, p. 211.

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NOTAS

2. Humanist Manifiesto I y II, Prometheus Books, Buffalo, NY, 1977, p. 3. 3. Íbid., p. 13 4. 5. 6. 7.

Íbid., Íbid., p. p. 8. 16. Íbid. Paul Kurtz, «Humanist Manifesto 2000: A Call for a New Planetary Humanism», Free Inquiry, otoño 1999, pp. 8—9. 8. Humanist Manifesto I y II, op. cit., 8. 9. Íbid.

10. Íbid. 11. Íbid., p. 17. 12. Kurtz, op. cit., 9. 13. Humanist Manifesto I y II, op. cit., 17. 14. Ver Barbara Dafoe Whitehead, The Divorce Culture, Alfred A. Knopf, New York, 1997 para un estudio de nuestra actual cultura del divorcio. 15. Íbid., pp. 18—19. 16. Kurtz, op. cit., 10, 13. Kurtz pone mucho cuidado en no ser demasiado específico, para no levantar a los «religionistas» dormidos. Insiste en que «La sociedad no debería negarles los mismos derechos a los homosexuales, bisexuales, o travestis y transexuales... Las parejas del mismo sexo deberían tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales». Kurtz ataca abiertamente a los fundamentalistas radicales de derechas, p.ej., los humanistas aceptan la Regla de Oro y el requerimiento bíblico de aceptar a los extranjeros entre nosotros. «No adulterarás», sin embargo, es una píldora demasiado difícil de tragar. 17. Humanist Manifesto I y II, op. cit., 17. 18. Íbid. 19. Íbid., p.19.

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20. Íbid., p.18. 21. Kurtz, op. cit., 13—14. Kurtz insiste en que «Los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes deberían ser confrontados diferentesSabemos puntos de y ser animados pensar porcon sí mismos». quevista, realmente no quierea decir eso, porque la cosmovisión cristiana sistemáticamente ha sido suprimida de los planes de estudio, y Kurtz no ha protestado por ello. En nuestros colegios solo se permite la cosmovisión humanista, y Kurtz lo sabe. Si uno sugiere que se debe enseñar la creación junto con la evolución, sus gritos se oirían en todo el mundo. La Promesa de Fidelidad a la bandera de los Estados Unidos también ha sido atacada por mencionar «bajo Dios». ¿Es esto una «exposición a diferentes puntos de vista»? 22. Humanist Manifesto I y II, op. cit., 9. 23. Íbid., p.21. 24. Íbid., p.22. 25. Kurtz, op. cit., 16—17. 26. Ver Ludwig von Mises, Socialism, Liberty Classics, Indianápolis, 1981; Igor Shafarevich, The Socialist Phenomenon, Harper and Row, New York, 1980; y Tom Bethell, The Noblest Triumph: Property and Prosperity Through the Ages, Martin’s Press, New York, St. 1998. 27. Humanist Manifesto I y II, op. cit., 20. 28. Íbid., p. 21. 29. Íbid., p. 7. 30. Íbid ., pp. 15—16. 31. Íbid ., p. 13. 32. Íbid., pp. 16—17. 33. Íbid., p. 8. 34. Íbid., p. 14. 35. Íbid., pp. 9—10. 36. Ver David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth,

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NOTAS

Harvest House, Eugene, OR, 1991 para un estudio sistemático de diez doctrinas humanistas que se enseñan en nuestros centros de enseñanza pública hoy día. Otro estudio profundo sobre los pilares humanismo en nuestros colegios públicos es elbásicos de B.K.del Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? contiene una gran cantidad del material que se enseña en los colegios públicos. CAPÍTULO 7

1. Sharon Begley, «Science Finds God». Newsweek, 20 de julio 1998, p.48. 2. Íbid., p. 49. 3. Íbid. 4. Paul Amos Moody, Introduction to Evolution, Harper and Row, New York, 1970, pp. 497—98. 5. Henry Margenau, «Modern Physics and the Turn to Belief in God». The Intellectuals Speak Out About God, ed. Roy Abraham Varghese Lewis and Stanley, Dallas, 1984, p. 43. 6. Ver «The Mysteries of the Bible: Archaeology’s Amazing Finds in the Holy Land», U.S. News and World Report, 17 de abril 1995, pp. 60—61. 7. Ver David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991, capítulos 5 y 8. Ver las obras generales de Norman L. Geisler y Philosophy of Religion, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1988 y Baker Encyclopedia of Christian Apologetics, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1999 en particular. También Josh McDowell, The New Evidence That Demands a Verdict [Evidencia que exige un veredicto], Thomas Nelson, Nashville, Tenn., 1999.

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8. Ver Charles B. Thaxton, Walter L. Bradley y Roger L. Olsen, The Mystery of Life’s Origin, Philosophical Library, New York, 1984. 9. Ver Denton, Evolution: Theory in Crisis, Adler and Michael Adler, Bethesda, Md., 1986.A Ver también Richard Milton, Shattering the Myths of Darwinism, Park Street Press, Rochester, Vt., 1997 y Henry M. Morris, That Their Words May Be Used Against Them: Quotes from Evolutionists Useful for Creationists, Institute for Creation Research, San Diego, 1997. 10. Luther D. Sunderland, Darwin’s Enigma: Fossils and Other Problems, Master Book Publishers, Santee, Calif., 1988, p. 27. 11. David Raup, «Conflicts Between Darwinism and Paleontology». Chicago Field Museum of Natural History Bulletin 50, enero 1979, citado en Sunderland, op. cit., 10. 14. Karl Popper, Unended Quest, Fontana Books, Glasgow, 1976, citado en Sunderland, op. cit., 28. 13. Ver Duane Gish, Evolution: The Challenge of the Fossil Record, Institute for Creation Research, El Cajon, Calif., 1985. 14. Carl Wieland, «Goodbye, Peppered Moths: A Classic Evolutionary Story Comes Unstuck», Creation 21, no. 3, junio—agosto 1999, p.22. 15. «Feathers for T. rex? » National Geographic 197, n o. 3, marzo 2000 forum 2. 16. George Wald, «The Origin of Life», en The Physics and Chemistry of Life, Simon and Schuster, New York, 1955, p. 9, citado in Morris, op. cit., 51. 17. Íbid., p. 12. 18. Richard Bliss, «It Takes a Miracle for Evolution», Christian Heritage Courier 1 de marzo 1979, p. 4.

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NOTAS

19. Ver Michael J. Behe, Darwin’s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution, The Free Press, New York, 1996 para un estudio extenso sobre las células vivas. 20. Paul Davies, God and p. the145. New Physics, Simon and Schuster,New York, 1983, 21. Phillip E. Johnson, Objections Sustained: Subversive Essays on Evolution, Law and Culture, InterVarsity Press, Downers Grove, IL, 1998, p. 9. 22. Nancy Pearcey, «Creation Mythology», World, 24 de junio 2000, p. 23. 23. Íbid. 24. Ver Thomas Roder, Volker Kubillus y Anthony Burwell, Psychiatrists: The Men Behind Hitler, Freedom Publishing, Los Angeles, 1995 y Bruce Wiseman, Psychiatry: The Ultimate Betrayal, Freedom Publishing, Los Angeles, 1995. 25. Ver Francis A. Schaeffer y C. Everett Koop, Whatever Happened to the Human Race? Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1979, pp. 102—10. 26. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p. 82. 27. «New Study Challenges Theory of “Gay Gene” in Homosexuals», Washington Times, 23 de abril de 1999 A3. Para más datos sobre el tema ver Jeffrey Satinover, Homosexuality and the Politics of Truth, Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1996, Christopher Wolfe, ed., Homosexuality and American Public Life, Spence Publishing, Dallas, 1999, The Weekly Standard, 17 de junio de 1996 y The Prager Perspective, 1 de marzo 1997 y 15 de marzo 1997. 28. Jennifer Kabbany, «Scientific Studies Fail to Corroborate “Gay Gene” Theory» Washington Times, 1 de agosto del 2000, p. 2.

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29. Don Feder, «A City Goes to Pot». The Weekly Standard, 13 de diciembre 1999, p.19. 30. Íbid., p. 18. 31. Íbid., p. 19.Update 3, no. 3 (verano 1979). 32. Education 33. Íbid. 34. Íbid . 35. Íbid. 36. Cheryl Wetzstein, «Most Girls in Best Friends Program Avoid Sex, Drugs, Booze, Survey Finds», Washington Times, 27 de noviembre 1999, p. A2. 37. Íbid. 38. Tim LaHaye, The Battle for the Mind, Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1980, p.118. 39. Nancy Pearcey, «Darwin’s Dirty Secret» World, 25 de marzo 2000, p. 15. 40. Stephane Courtois, ed., The Black Book of Communism: Crimes, Terror, Repression, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1999, p. 72. 41. Carroll Quigley, Tragedy and Hope: A History of the World in Our Time, The MacMillan Company, New York, 1966, p. 255. 42. Íbid., p. 27. 43. R.J. Rummel, Death by Government, Transaction Publishers, New Brunswick, NJ, 1994, p. 9. 44. Íbid. 45. ¡Pero ni Darwin ni Dewey eran científicos! Darwin era teólogo y Dewey, filósofo. CAPÍTULO 8 1. Ian S. Markham, ed., A World Religions Reader, 2nd ed. Blackwell Publishers, Maiden, Mass., 2000. 2. Roy Wood Sellars, The Next Step in Religion, The Macmillan Company,New York, 1918, foreword.

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NOTAS

3. Roy Wood Sellars, Religion Coming of Age, The Macmillan Company, New York, 1928, vi. 4. Íbid., 270. 5. Charles Potter, mon andFrancis Schuster, NewHumanism: York, 1930,Ap.New 3. Religion, Si6. Íbid., p. 128. 7. Charles Francis Potter, Humanizing Religion, Harper and Brothers Publishing, New York, 1933, p. 1. 8. John Dewey, A Common Faith, Yale University Press, New Haven, Conn., 1934, p. 87. 9. Ver Samuel L. Blumenfeld, NEA: Trojan Horse in American Education, The Paradigm Company, Boise, Idaho, 1990. 10. Tolbert H. McCarroll, «Religions of the Future» The Humanist, noviembre-Diciembre 1966, p. 51. 11. Lloyd Morain y Mary Morain, Humanism As the Next Step, The Beacon Press, Boston, 1954, p. 4. 12. Claire Chambers, The SIECUS Circle, Western Islands, Belmont, Mass., 1977, p. 92. 13. Paul Kurtz, ed., The Humanist Alternative, Prometheus Books, Buffalo, NY, 1973, p. 18. 14. Curtis W. Reese, Humanism, The Open Court Publishing Company, Chicago, 1926. 15. Curtis W. Reese, Humanist Religion, The MacMillan Company, New York, 1931, p. 5. 16. Henry Nelson Wieman y Bernard Eugene Meland, American Philosophies of Religion, Clark and Company, Chicago, Willett, 1936, pp. 258—59. 17. Herbert Wallace Schneider, Religion in 20 th Century America, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1952, p. 141. 18. Leo Pfeffer, «Issues That Divide: The Triumph of Secular Humanism», Journal of Church and State 19, no. 2 (primavera 1977), p. 211.

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19. Julian Huxley, Religion Without Revelation, The New American Library, New York, 1957, p. 208. 20. Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics, Baker House, Grand Rapids, 1999, p. 346. 21. Chambers, op. Book cit., 60—61. 22. Íbid., p. 92. 23. Barbara M. Morris, Change Agents in the Schools, The Barbara Morris Report, Ellicott City, Md., 1979, p. 19. 24. Abby Van Buren, Cincinnati Enquirer, 6 de septiembre 1999, D4. 25. Selwyn Crawford, «Atheists Need Fellowship, Too», Dallas Morning News, 8 de julio 2000, p. G1. 26. Íbid., p. G6. 27. Humanist Manifestos I and II, Prometheus Books, Buffalo, NY, 1977, p. 3. Se trata de las palabras inaugurales de Paul Kurtz al presentar los dos Manifestos. 28. Paul Kurtz, «The New Inquisition in the Schools», Free Inquiry 7, no. 1 (invierno 1986—87), p. 5 . 29. Paul Kurtz, «The Two Humanisms in Conflict: Religious vs. Secular», Free Inquiry 11, no. 4 (otoño 1991), p. 50 . 30. Debra Bradley Ruder, «Humanist Chaplain Serve s Ethical “Nonbelievers”»,Harvard Gazette 88, no. 42, p. 10. 31. Ver David A. Noebel, J. E Baldwin, and Kevin J. Bywater, Clergy in the Classroom: The Religion of Secular Humanism, Summit Press, Manitou Springs, Cob., 1995, p. 93. Contiene una fotocopia del directorio, contando al humanismo entre los ministerios del colegio. Summit Ministries también tiene un video del libro Clergy in the Classroom. 32. Íbid., p. 111. 33. Corliss Lamont, The Philosophy of Humanism, Frederick Ungar Publishing Co., New York, 1977, p. 24. Ver también Noebel, op. cit., 75—76.

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NOTAS

34. John W. Whitehead y John Conlan, «The Establishment of the Religion of Secular Humanism and Its First Amendment Implications», Texas Tech Law Review 10 (invierno p. 19.Understanding the Times: The Reli35. Ver David1978), A. Noebel, gious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991, capítulo 3. Noebel también define la cosmovisión del Humanismo Secular en filosofía, ética, biología, sicología, sociología, ley, política, economía e historia. El Humanismo Secular o planetario es una cosmovisión total, y una cosmovisión religiosa en su aspecto teológico. 36. Whitehead y Conlan, op. cit., 30—31. 37. Lamont, op. cit., 283. 38. Irving Kristol, «The Future of American Jewry», Commentary, agosto 1991, pp. 22—23. 39. Íbid., p. 23. 40. Íbid., p. 25. 41. Lamont, op. cit., 6. 42. Chambers, op. cit., 82. 43. Lamont, op. cit., 53 . 44. James. M. Parsons, The Assault on the Family, Pro/Media, Melbourne, FL, 1978, p. 10. 45. John J. Dunphy, «A Religion for a New Age», The Humanist, enero—febrero 1983, p. 26. 46. Lester Mondale fue uno de los firmantes del Humanist Manifesto I, 1933. 47. Whitehead y Conlan, op. cit., 33. CAPÍTULO 9 1. Stephen Moore, «The Greatest Century That Ever Was», Human Events 56, no. 1, 14 enero 2000, p. 7. 2. Daniel Lapin, America’s Real War, Sisters, OR, Multnomah, 1999, p. 57.

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3. Ver Rael Jean Isaac y Erich Isaac, The Coercive Utopians: Social Deception by. America’s Power Players, Regnery Gateway, Chicago, 1983; Richard John Neuhaus, The Naked PublicB.Square: Religion andRapids, Democracy in America, William Eerdmans, Grand MI, 1984; Richard Bernstein, Dictatorship of Virtue: Multiculturalism and the Battle for America’s Future, Alfred A. Knopf, New York, 1994; Balint Vazsonyi, America’s 30 Years War, Regnery, Washington, D.C., 1998; Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999; Thomas Sowell, A Conflict of Visions, William Morrow, New York, 1987;y Boris Sokoloff, The Permissive Society, Arlington House, New Rochelle, NY, 1972. 4. Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p. 108. 5. Colson y Pearcey, op. cit., 319. 6. Reed Irvine, Joseph C. Goulden, y Cliff Kincaid, The News Manipulators: Why You Can’t Trust the News, Book Distributors, Inc., Smithtown, NY, 1993, pp. xiv—xix. 7. Marvin Olasky, «Remarkable Providences: Hypocrisy Watch», World, 11 de diciembre 1999, p. 34. 8. Como los cristianos creemos que toda la sabiduría y el conocimiento residen en Cristo (Colosenses 2.2-3) y que Jesús el Mesías es la palabra o logos de Dios (Juan 1.1), Él merece ciertamente los títulos de filósofo o amante de la sabiduría, así como Salvador, Señor, Rey, Cabeza, Luz, Alfa y Omega. 9. Olasky, op. cit., 34. 10. Íbid. 11. David Horowitz, Hating Whitey and Other Progressive Causes, Spence Publishing, Dallas, 1999, p. 188.

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NOTAS

12. Ver Michael Medved, Hollywood vs. America: Popular Culture and the War on Traditional Values, HarperCollins, New York, 1992. 13. Ver Kenneth Seduced Lloyd Billingsley, Hollywood Party:inHow Communism the American Film Industry the 1 930s and 1940s, Prima Publishing, Rocklin, Calif., 1998. La forma de reaccionar de Hollywood ante un premio dado a Elia Kazan también nos dice mucho sobre cómo están allí las cosas. 14. Medved, op. cit., 10. 15. San Diego Union, 28 de diciembre 1979.

16. Claire Chambers, The SIECUS Circle, Belmont, Mass., Western Islands, 1977, p. 62. 17. Para un estudio detallado de estos esfuerzos por establecer alianzas, les recomendamos Claire Chamber: The SIECUS Circle. Zygmund Dobbs’s The Great Deceit: Social Pseudo-Sciences, Veritas Foundation, West Sayville, NY, 1964. Este libro de 500 páginas, muy bien documentado, también presenta pruebas de las interconexiones de las cientos de organizaciones socialistas de los EE.UU. Dice The Great Deceit, «Nunca existe ningún desacuerdo fundamental entre comunistas y socialistas sobre el hecho de que el socialismo es el fin último de ambos movimientos... Tanto los socialistas como los comunistas se enfrentan al mismo enemigo, el sistema de libertad individual y la empresa privada» (p. 16). 18. Dobbs, op. cit., 16. 19. Íbid., p. 327. 20. Chambers, op. cit., 27. 21. Íbid., p. 28. 22. Ver William Donohue, The Politics of the American Civil Liberties Union, Transaction Books, Piscataway, NJ, 1985. 23. Chambers, op. cit., 65 .

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24. Íbid., pp. 84—85. 25. Íbid., p. 85. 26. Íbid. 27. Ver Allen H. Ryskind, Radical New Political Chief», Human Events, «DNC’s 14 de mayo 1999, p. 1. 28. Ver Dixy Lee Ray with Lou Guzzo, Trashing the Planet, Regnery Gateway, Washington, D.C., 1990 para un antídoto excelente a la posición de Gore, que ella define como «ecología radical» (p. 170). El llamado de los ecologistas radicales a un gobierno mundial les agrada a los humanistas. Abrazar medidas globales para proteger el medio ambiente es otra forma de decir «gobierno mundial». Otra obra sobre el ecologismo radical es la de Michael S. Coffman, Saviors of the Earth? The Politics and Religion of the Environmental Movement, Northfield Publishing, Chicago, 1994. 29. Ver Al Gore, Earth in the Balance: Ecology and the Human Spirit, Houghton Mifflin, New York, 1992, p. 62. «Los científicos están esbozando el papel desempeñado por el clima y la ecología en el desarrollo de la evolución humana» (p. 62). «Los nuevos descubrimientos [enfriamiento global] que relacionan el origen del Homo sapiens con los cambios climáticos globales han desvelado uno de los misterios de la historia humana, proporcionando, al menos en términos de ecología, el eslabón perdido en la historia de la evolución» (p. 62). El vicepresident Gore no menciona el hecho de que hay millones de eslabones perdidos, y no solo uno. Lo que hace es usar ciencia barata para justificar la evolución humana y el gobierno mundial. Los humanistas no podrían estar más satisfechos... 30. Ver The Prager Perspective, 1 de enero 1999 para la guerra de Rabbi Prager con la Levi Strauss company por el árbol de Navidad de preservativos. Dice Prager, «Quizás la mentira más creída de América es que los grandes ne-

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NOTAS

gocios son una fuerza conservadora en la vida americana... Con respecto a cuestiones sociales, las grandes empresas son mucho más izquierdistas que derechistas. Los grandesentrenamiento negocios estándea “diversidad” la vanguardiay a“multicultula hora de promover ral”, en evitar prácticas políticamente incorrectas, como fiestas de Navidad, en patrocinar conferencias izquierdistas, consultas, shows de televisión, etc. La Levi Strauss Company, aunque más activa que la mayoría de las compañías, no es una aberración. En efecto, el presidente Bill Clinton distinguió a Levi Strauss con el premio “Compañía del año” en 1997, precisamente por su trabajo izquierdista, muchas veces radical y social». 31. Ver Michael Levin, Feminism and Freedom, Transaction Books, New Brunswick, NJ, 1988 para un resumen del feminismo en acción, académica y políticamente. 32. Ver David Horowitz, The Politics of Bad Faith: The Radical Assault on America’s Future, The Free Press, New York, 1998 para ver los nombres y las caras de los que estuvieron involucrados en este asalto. 33. Un homosexualista es un heterosexual que defiende la agenda homosexual. Bill Clinton es un excelente ejemplo de homosexualista. Desde homosexuales en el ejército hasta asignarles altas posiciones gubernamentales, incluyendo embajadas, Clinton ha hecho todo lo que está en su poder para hacer avanzar su agenda. 34. Si a usted le resulta difícil creer esto, le recomendamos que vea The Weekly Standard, 17 de junio 1996, para un artículo de Mary Eberstadt sobre la pedofilia. Ver también el número del 8 de mayo 1995 del New Republic, el cual contiene «el intento más abierto de un diario popular de darle a los pedófilos un lugar en la mesa». 35. Andrea Billups, «Pro-Gay Booklet for Schools Draws Ire», Washington Times, 24 de noviembre 1999, p.4.

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36. Íbid. 37. David Barton, Original Intent: The Courts, the Constitution, and Religion, WaliBuilders Press, Aledo, TX, 1997, 38. 39. 40. 41.

p. 229. Íbid. Íbid. Íbid., p. 230. Paul Johnson, A History of the American People, HarperCollins,New York, 1997, p. 229.

CAPÍTULO 10 1. Robert L. Cord, Separation of Church and State: Historical Fact and Current Fiction, Baker Book House, Grand Rapids, MI., 1988, p. 51. 2. Íbid., p. 3. 3. Para una crítica cristiana de esta estrategia humanista, ver Michael Bauman, «Dispelling False Notions of the First Amendment: The Falsity, Futility and Folly of Separating Morality from Law» Christian Research Journal 21 1999, pp. 20—23,36—41. 4. N.T. Wright, The New Testament and the People of God, Fortress Press, Minneapolis, 1992, p. 225: «El sumo sacerdote, que estaba a cargo del Templo, era una importante figura política, al mismo tiempo que religiosa». «El Templo reunía en sí mismo las funciones de las tres religiones, testaferro nacional y gobierno». 5. N.T. Wright, What Saint Paul Really Said: Was Paul of Tarsus the Real Founder of Christianity? Wm. B. Eerdmans Publishing Co., Grand Rapids, MI, 1997, p. 157. 6. Íbid., p. 154. 7. David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991. Este trabajo se usa como libro de texto en miles de cole-

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gios cristianos y también para la escuela y la casa, y el Moody Bible College está publicando un curso universitario basado en el texto. También se está traduciendo a numerosos idiomas. Explica dentro del importantes orden de la creación encontramos todas que las categorías de una cosmovisión: teología—Génesis 1.1 (en el principio Dios); filosofía—Génesis 1.1 (en el principio); ética—Génesis 2.9 (conocimiento del bien y del mal); biología—Génesis 1.21 (según su especie); sicología—Génesis 2.7 (un ser viviente); sociología—Génesis 1.28 (creced y multiplicaos); ley—Génesis 3.11 (yo te mandé); política—Génesis 9.6 (El que derrama sangre de hombre); economía—Génesis 1.29 (os serán para comer); e historia—Génesis 3.15 (simiente de la mujer contra simiente de la serpiente). Dentro del orden de la redención vemos que Jesucristo es la piedra angular de todas estas categorías de la cosmovisión. Ese solo hecho ya las hace sagradas. Los cristianos se han dado prisa en considerar seculares a esas categorías, y han permitido así que los humanistas se apoderaren de ellas. Observe los títulos de deidad asociados con cada una de las categorías que conforman la cosmovisión bíblica cristiana: teología—Colosenses 2.9 (Cristo es la plenitud de la deidad); filosofía—Juan 1.1 (Cristo es la palabra de Dios); ética—Juan 1.9 (Cristo es la luz verdadera); biología—Juan 1.4 (Cristo es la vida); sicología—Lucas 1.46—47 (Cristo es el salvador del alma); sociología—Lucas 1.30—31 (Cristo es el hijo de María); ley—Génesis 49.10 (Cristo es el legislador); política—Apocalipsis 19.16 (Cristo es Rey de reyes y Señor de señores); economía—Salmo 50.10—12 (Cristo es el dueño de todo); e historia—Apocalipsis 1.8 (Cristo es el Alfa y la Omega). Este trabajo desarrolla la cosmovisión cristiana en las diez categorías, al tiempo que presenta las

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cosmovisiones seculares, marxista y de la Nueva Era en las diez áreas. 8. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, 9. Wright, What Saint Paul Really Said, p. 154p.. 15. 10. Íbid., p. 163. 11. Íbid ., p. 182. 12. Kenneth L. Woodward, «2000 Years of Jesus« Newsweek, 29 de marzo 1999, p. 54. 13. Wright, The New Testament and the People of God, p.135. Wright desarrolla una interesante cosmovisión

cristiana, centrada en cuatro preguntas clave (a) ¿Quiénes somos? (b) ¿Dónde estamos? (c) ¿Qué es el mal? y (d) ¿Cuál es la solución? Dice que las respuestas a estas cuatro preguntas «constituyen un plan articulado y básico de las ideas principales de la cosmovisión cristiana tradicional» (pp. 131—32). 14. Colson y Pearcey, op. cit., 17. Todo predicador del evangelio de Jesucristo debería leer el libro de Colson-Pearcey en su totalidad. Es un llamado a la responsabilidad y a la acción informada. 15. A no ser, por supuesto, que usted sea el reverendo Jesse Jackson, que fue fotografiado recibiendo ofrendas en iglesias de negros para su campaña política por la presidencia. Los recatados, conservadores y valerosos noticieros liberales abordaron la situación con un silencio ensordecedor. 16. Rick Scarborough, Enough Is Enough: A Call to Christian Involvement, Liberty House, Lynchburg, VA, 1996, p. 201. 17. Íbid., p. 205. 18. Íbid. 19. Íbid.

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NOTAS

20. El prólogo lo escribió el Dr. Paige Patterson, ex presidente de la Convención Bautista del Sur, y por el Dr. Jimmy T. Draper, director de la junta de la Escuela Dominical de los Bautistas Sur. 21. Daniel Lapin,delAmerica’s Real War, Multnomah, Sisters, OR, 1999, p. 43 CAPÍTULO 11 1. George Barna, The Second Coming of the Church: A Blueprint for Survival, Word, Nashville, 1998, p. 67: «Siete de cada diez norteamericanos se consideran religiosos. La mayoría de nosotros —86 por ciento— describe nuestra orientación religiosa como cristiana; solo un 6 por ciento afirma ser ateo o agnóstico». 2. Íbid., p. 148. 3. Íbid., p. 67. 4. Tim LaHaye, The Battle for the Mind, Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1980, pp. 184—85. 5. Diane Winston, «Gallup Says America Has a Shallow Faith», Dallas Morning News, 11 de diciembre 1999, p. G1. 6. Barna, op. cit., 23. 7. Íbid. 8. Íbid., pp. 120—21. 9. Íbid., p. 122. 10. Íbid., pp. 123—24. 11. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p. 17. 12. Dennis Prager, «Levi Strauss and the Condom Christmas Tree», The Prager Perspective, 1 de enero 1999, p. 3. 13. Íbid.

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CAPÍTULO 12 1. Nuestra definición de patriota es aquella persona que pueda leer los documentos fundamentales de los EE.UU. (la Declaración de Independencia, la Constitución, el Northwest Ordinance Treaty) y respaldarlos. 2. Nuestra definición de cristiano es: alguien que cree que Jesucristo es el Salvador o Redentor de nuestra alma (1 Corintios 15.1—4) y está llamado a hacer buenas obras (Efesios 2.8—10). 3. David Horowitz, Hating Whitey and Other Progressive Causes, Spence Publishing, Dallas, TX, 1999, p. 153. 4. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p. 339. 5. Jennifer Harper, «A Lockhart Moment», Washington Times, 31 de diciembre 1999, p. A5. 6. Íbid. 7. Justin Torres, «TV As a Religion-Free Zone», The Weekly Standard, 24 de enero 2000, p. 22. 8. Robert H. Bork, Slouching Towards Gomorrah: Modern Liberalism and American Decline, HarperCollins, New York, 1996, prólogo. 9. Recuerden que fue Barbara Walters quien dijo: «La verdadera crisis es de carácter. Los adolescentes que están terminando la secundaria viven hoy en un mundo de valores falsos. No tienen sentido de la disciplina. Ni metas. Solo se preocupan por ellos mismos. Dicho en pocas palabras, se están convirtiendo en una generación de bárbaros indisciplinados culturalmente». Citado en Charles Colson, Against the Night: Living in the New Dark Ages, Ann Servant Books, Arbor, MI, 1989, p. 80. 10. Deuteronomio 23.17: «No haya ramera de entre las hijas Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel». 11. Jeff Jacoby, Colorado Springs Gazette, 5 de enero 2000, p. M6: «Ted Forstmann y John Walton, dos donantes de

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la Washington Scholarship Fund regalaron $170 millones —$100 millones de sus propios bolsillos— para crear un fondo de becas para niños, e invitaron a familias de bajos ingresos a solicitar algunadedecolegios las 40.000 becas Ante que sufragarían parte de los costos privados. su asombro, se presentaron casi 1.25 millones de solicitudes, que representaban a casi 1 de cada 50 niños en edad escolar de los EE.UU.» 12. Tim y Beverly LaHaye, A Nation Without a Conscience: Where Have All the Values Gone? Tyndale House, Wheaton, IL, 1994, p. 110: «En demasiadas familias los padres casi no existen. El senator demócrata Patrick Moynihan se ha convertido en portavoz contra los peligros del gran número de nacimientos ilegales entre la población negra. Como dice con mucha razón: “O la responsabilidad moral vuelve a renacer en esta esfera, o vamos camino a la ruina”». 13. John Godfrey, «Money Trail Marks Rise of Government», Washington Times, 26 de diciembre 1999, p. C1: «Al comenzar el siglo XX los gobiernos locales, estatales y el federal consumían $1 de cada $15 generados por la economía de la nación. Al final del siglo solo el gobierno federal toma $1 de cada $5 del producto doméstico bruto. Todos los niveles del gobierno combinados tomarán casi el 30 por ciento del PIB... La mayor parte ha sido en el área de transferencias de ingreso, “robándole a Pedro para pagarle a Pablo”, dijo Stephen Moore, economista del CATO Institute». 14. «The American Century», Washington Times, 31 de diciembre 1999, p. A18: «Durante los primeros años de la primera década del siglo XX, los Estados Unidos sobrepasaron a Gran Bretaña como nación más rica de la tierra... Debido al dramático aumento de la produccción durante el siglo XX, la renta per cápita, ajustada por la in-

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flación es ahora casi siete veces más alta que a principios de siglo. Al mismo tiempo la jornada laboral media por semana ha bajado de 60 a cerca de 40 horas. Mientras que en 1900 más 40 % de los trabajadores americanos se dedicaban a ladel agricultura, hoy solo lo hace un 3 %. Como hoy día se requiere de menos trabajadores para producir los alimentos que necesita el país, el porcentaje de gastos personales dedicados a los alimentos es mucho menor hoy (15 %) que a principios de siglo (44 %). El trabajador medio necesita siete minutos de tiempo trabajado cada día para adquirir cinco litros de leche, comparado con 56 minutos a principios de siglo. Una libra y media de pollo require de 14 minutos de trabajo hoy, comparado con las 2 horas y 40 minutos de hace 100 años. Los norteamericanos no solo viven mucho mejor. También viven mucho más tiempo. La tasa anual de muerte por enfermedades infecciosas ha caído en picada de casi 800 por 100.000 en 1900 a menos de 60 hoy. Al mismo tiempo, la esperanza de vida durante los últimos 100 años ha aumentado de 46,3 a 73 años para los hombres, y de 48,3 a 79.7 años para las mujeres. Hoy día el 66 % de las familias son propietarias de su casa, el 99 % de las familias tienen agua corriente, WCs y electricidad, comparado con el 24 %, el 15 % y el 3 %, respectivamente en 1900. En 1900, el 5 % de las familias tenía teléfono; hoy lo tienen el 94 %. En 1900 solo el 1 % tenía un automóvil; hoy es el 83 %». ¿Es raro entonces que los desheredados del mundo arriesguen todo para llegar aquí, a pesar de que la izquierda humanista les dice que América es horrible, e injusta socialmente? 15. Aleksandr Solzhenitsyn argumentó que el arte es un indicador muy exacto de lo que está por venir, y que el arte en Rusia pronosticó la revolución más destructiva físicamente del siglo XX. Ver el artículo de Solzhenitsyn

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«How the Cult of Novelty Wrecked the 20th Century», en American Arts Quarterly, primavera 1993. Todo el controvertido arte patrocinado por el Fondo Nacional para el Arte incluía Serrano, profanaciones cristianas (Mapplethorpe, etc.). Y de hoyimágenes día la Virgen María está envuelta en escrementos de elefantes en un museo de New York. Mañana será Jesucristo envuelto en preservativos, o Jesús y Juan retratados como homosexuales. Nosotros pensamos que los cristianos no deberíamos quedarnos callados, y que los senadores y diputados tienen que oír que el dinero de nuestros impuestos ya no irá para tales blafemias. Ver también la revista Commentary, enero 2000, pp. 61—62 para ponerse al día de por dónde va hoy el arte, incluyendo el escándalo del Museo de Arte de Brooklyn. Cuando los artistas venden como arte latas con sus propios excrementos, alguien tendría que darse cuenta de que el «arte ha perdido el alma». CAPÍTULO 13 1. Daniel Lapin, America’s Real War, Multnomah, Sisters, OR, 1999, p. 54. 2. Ver Alvin J. Schmidt, The Menace of Multiculturalism: Trojan Horse in America, Praeger Publishers, Westport, Conn., 1997 para la tendencia a la civilización antioccidental que se enseña bajo la guisa del multiculturalismo. 3. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p. 376. 4. Lapin, op. cit., 52. 5. Stephane Courtois, ed., The Black Book of Communism: Crimes, Terror, Repression, Harvard University Press, Cambridge, MS, 1999, p. 15. 6. R.J. Rummel, Death by Government, Tansaction Publishers, New Brunswick, NJ, 1994, p.

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7. Courtois, op. cit., 752. 8. Íbid., p. 50. 9. Kurtz en efecto trata de atenerse a la Regla de Oro. Ver Paul Kurtz,Humanism», «Humanist Free Manifesto 2000: A Call for p.10. a New Planetary Inquiry, otoño 1999, 10. B.K. Eakman, Cloning of the American Mind: Eradicating Morality Through Education, Huntington House, Lafayette, La., 1998, p. 109. 11. Ver Zygmund Dobbs, ed., The Great Deceit: Social Pseudo-Sciences, Veritas Foundation, West Sayville, NY, 1964, p. 144. 12. Citado en Cal Thomas, The Things That Matter Most, HarperCollins, New York, 1994, p. 113. 13. Autor desconocido; leído en el programa de radio de la Dra. Laura Schlessinger el 3 de diciembre de 1999. CAPÍTULO 14 1. Daniel Lapin, America’s Real War, Multpomah, Sisters, OR, 1999, p. 246. 2. Malachi Martin, The Keys of This Blood, Simon and Schuster, New York, 1990, p. 261. 3. Charles Colson y Nancy Pearcey, How Now Shall We Live? Tyndale House, Wheaton, IL, 1999, p. xii. 4. Íbid., p. 17. 5. George Barna, The Second Coming of the Church: A Blueprint for Survival, Word, Nashville, Tenn., 1998, p. 135. 6. David A. Noebel, Understanding the Times: The Religious Worldviews of Our Day and the Search for Truth, Harvest House, Eugene, OR, 1991. Por ejemplo, teológicamente el cristianismo bíblico es teísta; el humanismo secular es ateo. Filosóficamente el cristianismo bíblico es sobrenatural o logocéntrico; el humanismo secular es naturalista o materialista. Éticamente el cristianismo bíblico mantiene una moral absoluta; el humanismo secular mantiene

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una moral relativa. Biológicamente el cristianismo bíblico es creacionista; el humanismo secular es evolucionista. Sicológicamente el cristianismo bíblico acentúa el alma, el espíritu, la mente; elSociológicamente humanismo secular el cerebro físico-químico. el acentúa cristianismo bíblico defiende tres instituciones: la familia (padre, madre, hijo), estado e Iglesia; el humanismo secular defiende los matrimonios a prueba, el gobierno mundial, y las iglesias de cultura ética. Legalmente el cristianismo bíblico basa la ley positiva o hecha por el hombre en la ley bíblica y natural y en un orden moral objetivo; el humanismo secular defiende la ley positiva. Económicamente el cristianismo bíblico defiende el concepto de la propiedad privada, el trabajo, la herencia; el humanismo secular tiene una relación de amor con el socialismo (hasta que se unieron a sus filas algunos de los discípulos de Ayn Rand). Políticamente el cristianismo bíblico reconoce el estado como una institución ordenada por Dios, necesaria para controlar la maldad del hombre; el humanismo secular cree que la humanidad puede controlar su evolución futura por medio de la función del estado, hecho por el hombre. Históricamente, el cristianismo bíblico es el resultado del plan de Dios por medio de su pueblo desde Adán y Eva hasta el regreso de Cristo y aun más allá; el humanismo secular ve la historia como resultado de una evolución ciega y aleatoria. 7. Barna, op. cit., 148. 8. Ver David Barton, Original Intent: The Courts, the Constitution, and Religion, WaliBuilders Press, Aledo, TX, 1997, p. 111. 9. Los interesados en una tarjeta «Key 16» gratis pueden escribir a Concerned Women for America, 1015 15th Street NW, Suite 1100, Washington, D.C. 20005 o llamar (202) 488-7000.

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10. Colson y Pearcey, op. cit., 139. 11. Los programas se basan en el texto del éxito de librería de David, Understanding the Times, y les proporciona a los adolescentes de los mejores profesores del país, entrecristianos ellos J.P.algunos Moreland, Frank Beckwith, Michael Bauman, Norm Geisler, Ron Nash, Del Tackett, Mark Cahill, John Mark Reynolds, Phillip E. Johnson, Jobe Martin, Chuck Edwards, Jeff Myers, Chuck Asay y Kevin Bywater. Escuche lo que dice James Dobson sobre estos programas: «Uno de los mejores programas para enseñar los conceptos que he descrito se llama Summit Ministries, ubicado en Manitou Springs, Colorado. Dirigido por Dr. David Noebel, está concebido para preparar a estudiantes de 15 a 25 años a tratar con el humanismo secular que con toda seguridad encararán en el colegio o en la universidad. Es un programa económico de dos semanas cada verano que les abre los ojos a los adolescentes y adultos jóvenes». (James C. Dobson, Children at Risk: The Battle for the Hearts and Minds of Our Kids. Charles Colson: «Summit Ministries en Colorado está mostrando el camino. Situado en las alturas de las Montañas Rocosas, todos los veranos Summit toma a estudiantes de secundaria que quieren aprender cómo defender su fe contra las tendencias ideológicas del día. El fundador, David Noebel, ha elaborado un plan de estudios que les ofrece a los chicos cristianos una visión profunda en apología, enseñádoles cómo tratar con los desafíos intelectuales a los que se enfrentan en el colegio y en la universidad. Aprenden a analizar y a criticar el movimiento de la Nueva Era, el humanismo, el marxismo, el feminismo, el evolucionismo y cualquier otro “ismo” que esté poniendo pie en la cultura americana contemporánea. Las iglesias y los colegios cristianos de-

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berían seguir el ejemplo del Ministerio Summit (o usar el libro Understanding the Times) y comenzar a preparar a la gente joven para hacerle frente a una cultura cada vez más hostil» (Colson Pearcey, op. Cit.,de339). Como el espacio paray estos programas verano es limitado, Summit Ministries ofrece también una serie de planes de estudio basados en ellos para la secundaria y la Escuela Dominical. Estos materiales se usan en cientos de colegios cristianos y también para escuela en casa. La organización también está desarrollando un curso de cosmovisión cristiana para los grados 1—6. Este plan de estudios se podrá conseguir dentro de pocos años. Para contactar a Summit Ministries: P.O. Box 207, Manitou Springs, CO 80829 o (719) 685-9103. 12. Si usted desea ayudar a identificar a grupos universitarios o distribuir libros o apoyar financieramente el proyecto, póngase en contacto con Students for America, P.O. Box 649, Manitou Springs, CO 80829. 13. Andrea Billups, «Christian Group Fights Ouster at Tufts over Gay Student Flap», Washington Times, 20 de abril 2000, p. A3. 14. Frank York, «Public Employees Teach Kids “Gay’ Sex”, World Net Daily, 9 de mayo 2000. 15. Barna, op cit., 4. 16. Íbid., p. 6. 17. Ver David A. Noebel, Understanding the Times, capítulo 21, para un resumen de cómo los humanistas han subvertido la ley constitucional de los EE.UU. 18. Íbid. 19. James C. Dobson, Family News, febrero 2000, p. 3. 20. Íbid. 21. Íbid.

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22. Nancy R. Pearcey y Charles B. Thaxton, The Soul of Science: Christian Faith and Natural Philosophy, Crossway Books, Wheaton, IL, 1994, p. 19. 23. Robert Modern LiberalismBork, and Slouching American Towards Decline, Gomorrah: HarperCollins, New York, 1996, p. 339. 24. Íbid. 25. Íbid . 26. Íbid., p. 336. 27. Barna, op. cit., 102. 28. Íbid., p. 210. CAPÍTULO 15 1. Dios juzgó severamente a las naciones por destruir a sus hijos e hijas (cf. Génesis 15.16; Deuteronomio 2; y Deuteronomio 12.31). Dios también juzgó a Israel y a Judea por el mismo pecado de destruir a sus hijos e hijas (cf. 2 Reyes 17.17; 2 Crónicas 28.3; 33.6). APÉNDICE B 1. «El único mensaje del humanismo para la actual escena mundial es su compromiso con el naturalismo científico... La naturaleza es básicamente física-química en sus raíces... Deploramos los esfuerzos de unos pocos científicos, a los que a menudo se ven en los medios de comunicación de masas, por imponer interpretaciones transcendentales para fenómenos naturales», Paul Kurtz, «Humanist Manifesto 2000: A Call for a New Planetary Humanism», Free Inquiry, otoño 1999, pp. 8—9. 2. Francis A. Schaeffer, How Should We Then Live? Fleming H. Revell, Old Tappan, NJ, 1976, pp. 134—35 . 3. Dr. Donald B. DeYoung, «Creation Scientists, Part I», Institute for Creation Research, septiembre 1978, transmisión radiofónica no. 345.

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4. Encyclopedia Britannica, 1975 edition, vol.3, p. 97. 5. Íbid, p. 96. 6. Íbid, p. 97. 7. 8. 9. 10. 11.

Schaeffer, op. cit., 135. Íbid., p. 136. DeYoung, op. cit., no. 346. Íbid. Ver Nancy R. Pearcey y Charles B. Thaxton, The Soul of Science: Christian Faith and Natural Philosophy, Crossway Books, Wheaton, IL, 1994 para una defensa del papel del cristianismo en la ciencia. Ver también Stanley L.

Jaki, The Origin of Science, Regnery Gateway, South Bend, md., 1978 y The Savior of Science, Regnery Gateway, Washington, D.C., 1988. 12. Schaeffer, op. cit., 132—33. 13. Íbid., p. 134. 14. Balint Vazsonyi, «The End... of What?» Washington Times, 21 de diciembre 1999, p. A19. 15. Íbid . 16. Daniel Lapin, America’s Real War, Multnomah, Sisters, OR, 1999, p. 157. 17. Ver Dan Graves, Scientists of Faith: Forty-Eight Biographies of Historic Scientists and Their Christian Faith, Kregel Resources, Grand Rapids, MI, 1996.

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