EXPERTO EN PC
El disco duro El disco duro es el dispositivo que más ha evolucionado en términos de capacidad y fiabilidad desde la aparición del primer PC. Hoy en día es habitual encontrar discos con una capacidad cercana a los 100 GB y un tamaño poco mayor que una disquetera.
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l disco duro es un dispositivo que permite almacenar gran cantidad de información a la que puede accederse de forma relativamente rápida. Estos dispositivos, al igual que las cintas y los disquetes, son de tipo magnético; a diferencia de los CD-ROM y DVD-ROM que se agrupan en la categoría de dispositivos ópticos debido a que su funcionamiento se basa en la reflexión de un haz de luz infrarrojo. Los discos duros, al igual que el resto de dispositivos de su categoría, basan su funcionamiento en el electromagnetismo. Cuentan con una superficie recubierta de una fina película de partículas de un compuesto de óxido de hierro que es magnetizado por los pequeños electroimanes situados en los cabezales. Estos electroimanes, que están colocados por encima del medio, reciben pequeñas corrientes eléctricas que consiguen polarizar la superficie en un sentido o en otro, dependiendo de la polarización de los propios cabezales. En los discos duros, los elementos magnetizados son una serie de "platos", que están fabricados con materiales resistentes (compuestos de cristal, aluminio o cerámica) y cuentan con ese recubrimiento de algún compuesto magnetizable. Los platos están colocados, con una ligera separación, uno sobre el otro y giran de forma uniforme gracias a un eje que es común a todos ellos (ver gráfico de la página siguiente).
Por encima de cada una de las dos caras de los platos se encuentra el cabezal, que se mueve de forma tangencial a través de toda la superficie del plato. Los cabezales, al igual que ocurre con los platos se mueven gracias a un único eje, de forma que la posición de cada cabezal respecto del plato es la misma para cada uno de ellos. Mediante estos dos movimientos, el de los platos girando y el de los cabezales moviéndose se consigue llegar a cualquier punto de la superficie de forma directa.
Geometría del disco duro Como ya se comentó en la unidad anterior dedicada a la interfaz IDE, la información contenida en el disco duro debe poder referenciarse inequívocamente con el fin de acceder a ella de forma directa. Para ello, cada uno de los platos del disco se divide en pistas, que son anillos concéntricos que van desde la parte externa del disco hasta el centro del mismo. A diferencia de lo que ocurre en los discos de vinilo, en los que la aguja efectúa un movimiento en forma de espiral; en los discos duros el cabezal recorre la superficie pista a pista. En cada una de esas pistas se puede almacenar muchísima información, razón por la cual dichas pistas se dividen en sectores. Éstos son simplemente el resultado de “cortar” de forma transversal las pistas mediante unas líneas imaginarias que partiendo del centro del plato llegan hasta el borde exterior.
Electromagnetismo El sistema que subyace en el funcionamiento de dispositivos como los discos duros, el electromagnetismo, fue descubierto en el año 1819 por el físico danés Hans Christian Oersted, quien comprobó que la aguja de la brújula se alejaba del norte cuando se acercaba a un cable que conducía una corriente eléctrica. En el momento en que se interrumpía esa corriente, la aguja volvía a alinearse con el campo magnético de la Tierra, apuntando nuevamente al norte.
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Componentes de un disco duro La tapa cuenta con una serie de agujeros de ventilación. Tapa de la caja metálica que protege los componentes internos del disco duro. Esta caja debe ser totalmente hermética para evitar que la entrada de cualquier tipo de partícula pueda afectar al rendimiento del disco.
El actuador del cabezal empuja y tira del grupo de brazos móviles a lo largo de la superficie de los platos.
Cable plano de gran capacidad de transferencia que conecta los componentes mecánicos del disco con la parte lógica del controlador.
Los cambios bruscos de temperatura pueden provocar condensación y humedad dentro de la carcasa hermética del disco. Por tanto, no es conveniente instalar un ordenador en una terraza a pleno sol y entrarlo después en una habitación con aire acondicionado a pleno funcionamiento. Si se pasa en segundos de una situación térmica de mucho calor a un ambiente fresco, conviene dejar reposar la máquina antes de volver a arrancarla. Brazos móviles que sirven de soporte a los cabezales. El sistema electromagnético que desplaza el grupo de cabezales suele ser de tipo rotativo, aunque también existen sistemas de tipo lineal. En el rotativo, los brazos están unidos por el eje sobre el que giran con el fin de alcanzar todas las pistas de la superficie de los platos, lo que provoca una ligera desviación respecto a la tangente de los cilindros que, si bien limita el aprovechamiento de las últimas pistas permite que los cabezales puedan cambiar de pista a mayor velocidad. Los sistemas lineales desplazan el conjunto de los brazos sobre una línea recta, que evita las desviaciones de los sistemas rotativos. Los platos, sensibles al magnetismo, están unidos al mismo eje y alcanzan velocidades de rotación elevadísimas (desde 5.400 a 10.000 revoluciones por minuto según los modelos). La precisión del motor que hace girar los platos debe ser altísima para garantizar la integridad de la información almacenada en el disco. El aire que generan a esas altísimas velocidades se desplaza por el i nterior de la carcasa del disco. Algunos elementos situados en el interior de ésta ayudan a dirigir las corrientes para evitar turbulencias que pudieran afectar al acceso a la información. Los cabezales de lectura/escritura están unidos a los extremos de los brazos móviles y se deslizan a lo largo de la superficie de los platos giratorios del disco duro. Los cabezales escriben los datos procedentes del controlador alineando las partículas magnéticas sobre la superficie, y leen los datos mediante la detección de las polaridades de las partículas ya alineadas. Cuando el disco está en reposo, los cabezales descansan en su superficie, presionados y sujetos por los brazos móviles. Al arrancar el disco, el aire que genera la rotación de los platos genera una presión sobre los cabezales que los mantiene separados de la superficie magnéctica.
Conectores de interfaz. Conectores de corriente.
Conectores del controlador a la unidad.
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El controlador que envía y recibe comandos del disco duro es, a su vez, dirigido por el sistema operativo. Este controlador garantiza también que el eje que mueve los platos gire a una velocidad constante.
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El sector es, por tanto, la unidad mínima a la que se puede hacer referencia de forma directa y, por ello, se considera la unidad básica de almacenamiento. Cada sector es capaz de almacenar 512 bytes. Vamos a profundizar algo más en esta estructura. Ya se ha comentado que normalmente los discos cuentan con más de un plato, y que estos giran siempre a la misma velocidad pues están unidos al mismo eje. También se ha dicho que por el mismo motivo, todos los cabezales se mueven al unísono. De ahí se deduce que cuando un cabezal está situado sobre una pista concreta en un plato concreto de una cara determinada, el resto de cabezales están, a su vez colocados en la misma pista en cada uno de los platos y caras que forman el disco. Esto, que dadas las explicaciones anteriores podría parecer una obviedad, es de vital importancia tenerlo en cuenta ya que es posible grabar o leer desde todas las pistas de una forma muy rápida indicando simplemente el número del cabezal al que se quiere acceder. El conjunto de todas estas pistas se conoce con el nombre de cilindro. El coste en tiempo que supone el desplazamiento de un cilindro a otro hace que se intente grabar la información en cilindros completos, y que el brazo móvil sólo se desplace al siguiente cilindro cuando en el que se encuentra en ese momento ya no queda más espacio libre. Recuerde que, si bien estos desplazamientos los efectúa un elemento mecánico, y por tanto relativamente lento; la elección entre un cabezal u otro es una cuestión de conmutación electrónica.
Especificaciones de los discos duros
den ser recogidos por los cabezales, aunque esto también ocasionará problemas adicionales como un aumento en el consumo y en la temperatura de funcionamiento, que deberá tenerse en cuenta sobre todo en equipos con escasa ventilación. Los modelos actuales de gama baja funcionan aún a 5.400 rpm, aunque lo más habitual es encontrar modelos que giran a 7.200 rpm o incluso más, como las 10.000 rpm de los discos de gama media/alta (los discos duros más avanzados, en especial aquellos que cuentan con interfaz SCSI trabajan a 15.000 rpm). Otro parámetro importante a la hora de hablar de los discos duros es el tiempo de búsqueda ( seek time ), que se expresa en milisegundos (ms) e indica el tiempo que tarda el conjunto de cabezales en desplazarse de una pista a otra. Normalmente se suele indicar el tiempo medio, ya que no es lo mismo desplazarse de una pista a la contigua que hacerlo desde la primera hasta la última. Este es un valor especialmente importante en aquellas máquinas que actúan como servidores, en los que normalmente se accede al disco de forma aleatoria. En esos entornos, los cabezales deben desplazarse repetidamente de un sector a otro en busca de la información requerida por los usuarios que suele encontrarse en ficheros o localizaciones distintas. Cuando el tiempo de búsqueda de sitúa entre los tres y los diez milisegundos cabe considerarlo como normal. La tercera especificación técnica que hay que
CLUSTER
EJE CILINDRO PISTA
SECTOR
Dispositivos “sellados” Normalmente las especificaciones a las que se acostumbra a prestar más atención, además de la capacidad, son las que intervienen directamente en el rendimiento del disco duro, aunque en ocasiones no es fácil comparar los datos que ofrecen distintos fabricantes pues los valores pueden haber sido obtenidos siguiendo criterios diferentes. En cualquier caso, uno de los valores que no puede prestarse a ningún tipo de confusión es la velocidad de giro de los platos, que viene especificada en rpm (revoluciones por minuto). Cuanto más rápido sea capaz de girar el plato, mayor es el número de datos que pue-
Los discos duros son unos dispositivos que sólo pueden abrirse en recintos especiales que se conocen como “cámaras limpias”. Esto es así porque ninguna impureza, incluso aquellas que el ojo humano es incapaz de detectar, debe depositarse sobre la superficie de los platos ya que podrían resultar dañados de forma irreparable. Hay que tener en cuenta que ni siquiera los cabezales están en contacto directo con el medio magnético, pues el desgaste producido a tan altas velocidades acabaría con él en poco tiempo. Sin embargo, gracias al colchón de aire que generan los discos mientras giran y al diseño de los “patines” que sustentan a los propios cabezales, éstos se quedan en suspensión por encima de la superficie de los platos a una distancia que permite leer y escribir en el medio sin provocar en él ningún tipo de desgaste. Para el momento en que deja de recibir corriente, el disco cuenta con un mecanismo que es capaz de retirar los cabezales hasta una zona segura evitando que estos caigan sobre los platos.
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¿Sabía qué? Se denomina firmware al software que se encuentra incluido en la mayoría de dispositivos informáticos como los controladores del disco duro. Este firmware está contenido en unas memorias y proporciona las rutinas y los datos necesarios para el correcto funcionamiento del mismo.
tener en cuenta es la tasa de transferencia interna, especialmente significativa en aquellos entornos en los que prima el acceso a grandes archivos de datos sobre el acceso a un número muy elevado de archivos pequeños. Este valor depende de la velocidad de giro y del número de sectores con los que cuenta cada pista. Dado que este segundo valor suele variar si se trata de pistas externas o internas, los fabricantes acostumbran a ofrecer el valor máximo (a veces, incluso, el máximo y el mínimo). La tasa de transferencia interna se indica en megabits por segundo (Mb/s)
ECC
¿Cómo se consulta la información? La información obtenida a tra vés de SMART puede ser consultada por muchos programas de diagnóstico o por software especializado, e incluso algunos sistemas operativos como Windows 2000 y XP hacen uso de ella. En todo caso el propio BIOS deberá ofrecer dicho soporte y estar convenientemente activado.
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Los discos duros utilizan, al igual que la memoria, un sistema de corrección de errores (ECC) para evitar problemas de integridad en el trasiego de datos. A diferencia de la memoria (ya se dijo que sólo algunos modelos hacen uso de esta técnica) todos los discos duros la emplean. Junto con los datos almacenados en cada sector se reservan unos bits que contienen los códigos, generados por un algoritmo, que permiten su posterior validación en el proceso de lectura de los datos e incluso podrán llevar a cabo correcciones si se detecta algún error. Gracias al avanzado firmware incorporado, todo este proceso lo lleva a cabo el propio controlador del disco, de forma totalmente transparente y sin afectar a las prestaciones del dispositivo. Cuanto mayor sea el número de bits utilizados como código de detección, mayor será la capacidad del sistema para detectar y corregir los posibles errores. Sin embargo esto irá en detrimento del número de sectores que será posible almacenar en cada pista.
SMART Una de las funcionalidades incluidas ya de forma habitual en los discos duros es la que se conoce con las siglas SMART ( Self-Monitoring, Analysis and Reporting Technology , tecnología de automonitorización, análisis e infor-
mes). Esta tecnología, desarrollada por la empresa IBM, implementa una serie de rutinas que constantemente monitorizan los principales parámetros de funcionamiento del disco, almacenando la información obtenida y lanzando determinados avisos o alertas cuando se advierte que algunos parámetros alcanzan un determinado umbral de errores. Algunos de los indicadores que advertirían de posibles problemas son los siguientes: Número de sectores erróneos: Un número de sectores erróneos demasiado elevado o en continua progresión indicará sin duda un problema en el dispositivo. Altura de los cabezales: Un valor descendente en este parámetro indicaría un posible “aterrizaje” de los cabezales con el consiguiente riesgo para la integridad de los datos contenidos en los platos del disco. Número de errores ECC: Aún cuando estos puedan haber sido corregidos por el propio mecanismo del ECC, un número elevado de ellos, y aún más, un aumento progresivo de los mismos, es también un indicativo de que se está produciendo algún tipo de problema. Velocidad de giro del motor: Algunos cambios en la velocidad de giro del motor podrían anunciar también problemas con el motor o con los cojinetes del mismo. Temperatura excesiva: Un aumento excesivo en la temperatura del dispositivo apuntaría también a un posible problema en el motor que hacer girar los platos. Caudal de datos: Una reducción en la tasa de transferencia interna puede ser una señal de que algún problema está afectando a la unidad.
Interfaces La interfaz es el método de conexión utilizado para que el disco duro pueda comunicarse con el resto del sistema. La interfaz se comunica por un lado con el bus del sistema y por el otro con el dispositivo propiamente dicho, permitiendo aislar el uno del otro de forma que dispositivos muy distintos puedan interactuar a través de la misma interfaz. Ésta cuenta con unas normas que deben cumplir todos los dispositivos que quieran utilizarla, por ejemplo los cables utilizados, el tipo y el número de dispositivos soportados o los comandos utilizados para interactuar con ellos, así como las distintas velocidades y modos que serán capaces de soportar dependiendo
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de la versión concreta de dicha interfaz. Las interfaces más conocidas para la conexión de discos duros son, como ya vimos en la unidad anterior, IDE y SCSI (pronúnciese ESCASI), aunque existen otras que se utilizan sobre todo en dispositivos externos tales como IEEE1394 o USB (algunas de estas no son más que dispositivos IDE o SCSI empaquetados conjuntamente con un adaptador de interfaz).
Sopesando las interfaces Como se explicó en la unidad anterior, las principales ventajas de IDE son su bajo coste y su amplia difusión; mientras que la opción SCSI resulta más cara pero más adecuada cuando se trata de integrar un mayor número de dispositivos de distintas características, incluso externos (posibilidad que no es capaz de soportar la interfaz IDE). Se podría resumir diciendo que SCSI es más cara, pero a la vez más robusta, rápida y normalmente más adecuada cuando se trata de máquinas como servidores o estaciones de trabajo en en tornos profesionales.
Búfer de datos Formateo físico
Ya se ha comentado que la interfaz, y más en concreto la versión de la misma, es la que proporcionará las especificaciones sobre la velocidad a la que será capaz de comunicarse el disco con los demás elementos, es decir, la velocidad o tasa de transferencia de la interfaz. Sin embargo, en la mayoría de casos, los fabricantes utilizan los mismos discos para distintas interfaces, por lo que aún utilizando la más rápida (por ejemplo Ultra SCSI- 160 ) las prestaciones del conjunto vendrán limitadas por la mecánica del mismo. Una forma de intentar aprovechar este ancho de banda y aumentar las prestaciones del conjunto es utilizando memoria caché integrada en la propia unidad. La memoria caché se usa para proporcionar los datos de forma rápida en el caso de que la petición efectuada por el sistema haya sido ya realizada con anterioridad, y los mismos permanezcan todavía en dicha memoria. A su vez también es utilizada en la escritura de los datos. En este caso, y para minimizar el acceso al disco propiamente dicho, se almacenan el máximo número de datos en la caché, que posteriormente serán grabados de una forma más eficaz, sobre todo en el caso de que se hayan efectuado muchas pequeñas peticiones de escritura que provocarían una gran actividad en los cabezales para un reducido número de datos. La memoria caché utilizada acostumbra a ser de tipo SDRAM y es habitual incluir cantidades entre los dos y los ocho megabytes.
Formatear el disco duro Los discos duros se dividen, como ya se ha explicado, en sectores. Para que el cabezal sepa exactamente dónde está cada uno de ellos deben generarse previamente una serie de “marcas” de reconocimiento.
Estas marcas se escriben en los primeros bytes de cada sector e identifican el sector, el cilindro y el cabezal, de forma que mediante estas tres coordenadas es posible saber exactamente dónde se va a grabar o leer la información. Estas marcas, junto con un código, son la que se generan mediante el llamado formateo físico o formateo de bajo nivel, que realiza el propio fabricante en un proceso que ya no es necesario volver a repetir. No hay que confundir el formateo a bajo nivel con el formateo que efectúan los sistemas operativos. El formateo a bajo nivel es independiente del sistema operativo y únicamente sirve para que el disco pueda llevar a cabo su cometido sin cometer errores. Formateo lógico
En la imagen superior puede verse el conector de alimentación de un disco duro; en la inferior, cables de alimentación.
El formateo lógico lo lleva a cabo el sistema operativo, y puede variar dependiendo del sistema de archivos con el que se esté trabajando. Al realizar este formateo, el sector deja de ser la unidad mínima de acceso a la información, y su lugar lo ocupa el clúster. El clúster es la unidad mínima direccionable por el sistema operativo, y hace sólo referencia a un único archivo o a una parte de él en el caso de que éste necesi-
El conector de alimentación En los ordenadores personales, el conector de alimentación de las unidades de almacenamiento ha permanecido inalterado con el paso del tiempo. Este conector es el que emplean todos los dispositivos internos, con independencia de la interfaz utilizada; a diferencia de los conectores de datos que pueden variar de un sistema a otro. La única excepción es la disquetera, que utiliza un tipo de clavija con un diseño distinto, aunque idéntica a nivel eléctrico. Ambas utilizan clavijas macho de cuatro contactos desde las que reciben los voltajes requeridos de +5 y +12 voltios.
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Sistema de archivos Sistema de archivos FAT12
Sistema operativo MS-DOS y Windows
Capacidad máxima 15 MB
Tamaño máximo de clúster 4 KB
2 GB en Windows 9X/Me 4 GB en Windows NT/2000/XP 2 TB (Terabytes) 32 GB en Windows NT/2000/XP) 16 Exabytes*
32 KB
(hoy día sólo en los disquetes)
FAT16
MS-DOS, Windows 9X/Me/NT/2000/XP
FAT32
Windows 95OSR2/98/Me/2000/XP
NTFS
Windows NT/2000/XP
64 KB 32 KB
64 KB (en NT 3.50 y anteriores) 4 KB (en NT 3.51 y posteriores)
1 Exabyte equivale a 1 millón de Gigabytes
Tamaño del disco 512 MB o menor De 513 MB a 1.024 MB (1 GB) De 1.025 MB a 2.048 MB (2 GB) A partir de 2.049 MB (+ de 2 GB)
Los discos duros externos, como el de la imagen, utili zan distintas interfaces, como USB o Firewire.
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Tamaño del clúster 512 bytes 1.024 bytes 2.048 bytes (1 KB) 4.096 bytes (4 KB)
Número de sectores 1 2 4 8
te ocupar más de un clúster. Para entender porqué los sistemas de archivos no utilizan directamente los sectores es necesario explicar que dicho sistema de archivos debe guardar un índice en el que se establece una relación directa entre los archivos y el lugar en el que estos están almacenados físicamente. Este índice se denomina MFT ( Master File Table ) en el sistema de archivos NTFS y FAT ( File Allocation Table ) en el sistema de archivos que lleva el mismo nombre. Trabajar con sectores en los sistemas actuales supondría manejar un índice con una descomunal cantidad de entradas dado el pequeño tamaño de los mismos ( 512 bytes). Por ejemplo, utilizando un tamaño de clúster de 4 KB, lo que representa ocho sectores, se logra reducir el mencionado índice a una octava parte. En la tabla Sistemas de archivos pueden verse algunos de los sistemas de archivo más utilizados en la actualidad. Como ejemplo puede ser en la siguiente tabla el tamaño de clúster que utiliza NTFS por omisión, dependiendo del tamaño del disco. No se pueden utilizan sectores de más de 4 KB pues el sistema de compresión incorporado en el propio sistema de archivos (a partir de
Windows NT 3.50 ) no puede trabajar con tamaños de clúster mayores.
Particiones Antes de poder dar formato lógico a un disco duro es necesario “particionarlo”. Las particiones permiten crear varias unidades lógicas en una misma unidad física, de forma que cada partición pueda contener un sistema de archivos distinto. De este modo es posible crear hasta cuatro particiones primarias que podrán contener cada una de ellas un sistema operativo o un sistema de archivos distinto; o crear una partición primaria y hasta tres más extendidas que contendrán unidades lógicas del mismo sistema de archivos. Incluso en el caso más habitual, en el que sólo se va a utilizar una única unidad lógica, será necesario efectuar la consiguiente partición; aunque en ese caso y en la mayoría de sistemas operativos será el propio programa de instalación el que se encargue de llevar a cabo esa tarea (de la misma forma que normalmente también se encargará de realizar el formateo del disco). Únicamente una de las particiones, que será además la encargada de arrancar el sistema operativo, podrá ser designada como activa. Sin embargo, si van a utilizarse varios sistemas operativos que se encuentran en distintas particiones, es posible usar algún programa específico como Powerquest Boot Magic o alguna utilidad propia del sistema operativo, como por ejemplo el conocido LILO de Linux, que se encargará de mostrar un menú que permite al usuario elegir el sistema operativo que se quiere utilizar. El propio programa se encargará de arrancar el sistema operativo desde la partición en la que éste se encuentre. Dependiendo del sistema operativo que esté instalado y de los sistemas de archivos que soporte podrán verse, o no, el resto de particiones. Por ejemplo, utilizando Windows XP se ven varias particiones como unidades lógicas, C:, D:, E: conteniendo distintos sistemas de archivos como FAT16, FAT32 y NTFS de forma totalmente transparente.
RAID RAID son las siglas de Redundant Array of Independent Disks, serie redundante de discos independientes (aunque a veces también
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se les denomina Redundant Array of Inexpensive Disks , serie redundante de discos económicos). RAID define toda una serie de normas para trabajar con varios discos a la vez y proporcionar al sistema una mayor seguridad o una velocidad de trabajo más elevada. Hay que tener en cuenta que para obtener el máximo rendimiento de estas tecnologías es recomendable trabajar con series de discos idénticas (si bien en algunos “modos” no es estrictamente obligatorio). RAID permite trabajar con discos redundantes con el objetivo de que si uno de ellos falla no se pierda la información del sistema; de hecho, tampoco se detiene el equipo. También puede utilizarse para combinar la velocidad de dos o más discos duros, con lo que se obtiene un subsistema de disco mucho más rápido pues es capaz de aceptar y recibir peticiones por varios canales a la vez y hacer trabajar a todos los discos de forma coordinada. Hay que tener en cuenta que este sistema no equivale a tener instalados dos o más discos en los que se almacenan archivos. En este supuesto, aunque se acceda de forma simultánea a archivos contenidos en varias unidades, nunca se podrá alcanzar la efectividad de RAID (aunque como podrá comprobar más adelante esto también tenga sus desventajas). Este sistema se utiliza conjuntamente con un adaptador que suele soportar varios de los distintos modos existentes y que proporciona los conectores necesarios para instalar los discos, así como un BIOS desde el que se pueden realizar las tareas de configuración de los mismos. Este adaptador también puede venir integrado en la propia placa base. Los modos más usados son los dos que se comentan a continuación.
información contenida en el sistema, ya que el contenido de la mayoría de archivos estará repartido entre todos ellos. Este modo también tiene la ventaja de mostrar todos los discos como un único volumen, de tal forma que si hay tres discos de 20 GB cada uno, estos aparecerán como un único disco de 60 GB. RAID 1
Este modo, denominado mirror o “disco espejo”, es capaz de lograr realmente redundancia o duplicidad de datos. Así, si uno de los discos falla, el contenido quedará todavía intacto en cualquiera de los otros discos que estén realizando mirroring . En este modo todos los discos tienen exactamente el mismo contenido, por lo que el hecho de disponer de muchos discos no modificará para nada su capacidad total, pero sí la fiabilidad del conjunto. El rendimiento en la lectura de los datos suele ser mayor debido a que se realiza en paralelo a partir de varios discos; sin embargo, en la escritura el rendimiento no suele variar si es la propia tarjeta adaptadora la que lo realiza. Las técnicas de mirroring unidas a discos que pueden conectarse “en caliente” (es decir, sin necesidad de apagar el sistema) permiten obtener máquinas con tasas de disponibilidad increíbles. Piense sólo por un momento que se estropea uno de los discos duros; sólo es necesario sacarlo y colocar en su lugar uno nuevo. Los usuarios que estén conectados al sistema ni se darán cuenta de que ha ocurrido un grave problema, y el sistema ya estará trabajando con un disco totalmente nuevo.
¿Sabía qué? También suelen ser habituales configuraciones combinadas como RAID 0+1, que permiten redundancia y prestaciones a la vez. Por ejemplo, se podría utilizar una configuración de cuatro discos, dos de los cuales harían stripping entre sí, mientras que los otros dos efectuarían mirroring con los dos anteriores, con lo que se obtendrían las ventajas de ambos sistemas aunque para ello es necesario emplear el doble de discos.
RAID 0
A este modo se le conoce con el nombre de stripe o distribución por bandas. En él, las
lecturas y escrituras se realizan en paralelo a todos los dispositivos, lo que realmente aumenta la tasa de transferencia y, por tanto, el rendimiento, ya que todos los discos se van llenando por igual. La gran ventaja de esta configuración es que las prestaciones del subsistema de disco llegan casi a multiplicarse por el número de discos utilizados; el inconveniente, que el fallo de uno solo de los dispositivos arruinará prácticamente toda la
Fiabilidad o prestaciones. A la hora de decidir por un sistema RAID hay que saber valorarlas para tomar la decisión acertada.
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