COMENTARIO DE: “¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA?” De WILLIAM OSPINA
William Ospina pretende en su libro describir la causa madre de la situación antidemocrática y violenta perenne en Colombia. La contradicción de que aunque el país, que es rico en cuanto a diversidad y recursos que le deberían permitir la satisfacción de las necesidades básicas a todos sus habitantes así como el gozar de una calidad de vida muy alta, presenta desde hace ya Bastante tiempo altos índices de pobreza y violencia que a los ojos de muchos (extranjeros) es injustificada. Él no exagera al afirmar que Colombia, en comparación con los países contemporáneos dentro del continente americano, pasa por una crisis trágica y muy particular. Él acarrea entonces las causas primeras y sustanciales de la violencia, pobreza, injusticia e iniquidad a la mentalidad pasiva e indiferente del pueblo colombiano, que se ha configurado así por una serie de sucesos trascendentales e imponentes que en su hora se fortalecieron y se hicieron prácticamente una fuerza autónoma arraigada y casi insuperable, lo cual la la hace difícil de extirpar de la sociedad colombiana. El problema es que, después de librarnos del gobierno y de la conquista de España hubo quienes persiguiendo sus propios intereses detentaron el poder, gobernaron para ellos mismos, no para nosotros los colombianos y quisieron someterse y por ende someter a todo el pueblo por ser ellos los representantes al yugo de países extranjeros como Estados Unidos cuya ideología económica y el rendirles pleitesía les garantizaría garantizaría la satisfacción de sus propias necesidades y caprichos aún si ello significaba el empobreciendo el país que los vio nacer, que los alimenta, que los mantiene allá. La gratitud para con el pueblo que les da de comer la manifiestan despreciando, odiando, detestando y atacando al país. Lo anterior conlleva a que la situación del país se caracterice por la existencia: de ineficiencia estatal, puesto que los conflictos que se resuelven son los que tienen que ver con la prolongación y expansión del poder que ostentan, para que no se vean afectados sus bolsillos; pobreza, pues los recursos son repartidos inequitativamente al ir a parar en manos de las élites que nos gobiernan, es ínfimo lo que se invierte en educación y en salud; más buenos índices de crecimiento económico, pues la política económica estatal consiste en que enviamos nuestras materias primas a los países extranjeros para consumir sus manufacturas no permitiendo así que aquí se dé el surgimiento de una industria local, de un mercado interno. El anterior pensamiento, que era liberal, fue derrotado en 1886 cuando se impuso un régimen aristocrático clerical volviéndose Colombia uno de los países más conservadores del continente con esquemas sociales cerrados y oscuros. En ese entonces la iglesia católica y el Estado se confundieron y el soberbio poder de la
iglesia detuvo el avance al restringir los procesos de educación y de pensamiento a la ideología y filosofía que profesaban. Medio siglo después de la hegemonía conservadora un sector del liberalismo se rebeló y Alfonso López Pumarejo intentó una reforma democrática que llevaría a la sociedad colombiana a su adecuación conforme a los avances mundiales favoreciendo la industrialización y cambiando la relación Estado-Iglesia; Pero el país, aún feudal, se opuso al cambio desatándose por ello una contrarreforma que trajo mucha violencia antiliberal a los campos. Como respuesta a la violencia antiliberal, el sector popular del liberalismo emprendió la defensa de los campesinos lo que fue a parar en una en una enorme rebelión popular orientada por Jorge Eliecer Gaitán. Este último “entendió que el principal enemigo de la sociedad colombiana era ese bipartidismo aristocrático cuyos jefes formaban en realidad un solo partido de dos caras” distinguía entonces en su discurso el “país político” que atendía a los dirigentes mezquinos que gobernaban para unos pocos privilegiados y el “país nacional” configurado por las mayorías humildes. Su oposición al verlo tan aclamado y querido por el pueblo emprendió una lucha de difamación de Gaitán realizada contra él por la gran prensa que lo hacía ver como un peligro para la sociedad, al ver sus intentos frustrados decidió darle muerte y culminó así la primera etapa de la contrarreforma o contrarrevolución; la segunda etapa fue la violencia de los años cincuenta que despobló los campos dejando en las ciudades millones de desplazados, esto se dio porque los dos partidos tradicionales temerosos de que los seguidores de Gaitán se levantaran en un movimiento popular se dieron la tarea de recuperar su tropa, sus partidarios, para ello volvieron más extremista su lenguaje partidista y engrandecieron las diferencias entre ambos partidos con lo que lograron fanatizar a la población campesina, fue así como empezó a dividirse la población humilde, que embelesados por la retórica de su partido correspondiente suscitó el odio por el partido opositor que se desencadenó en caos, violencia y carnicería; y la tercera fue el frente nacional, que fue un pacto entre los dos partidos hegemónicos, el partido liberal y el partido conservador para alternarse el poder en periodos de cuatro años y repartirse paritariamente los cargos en las tres ramas del poder publico, fueron 16 los años en que se hizo esto prohibiendo toda oposición, manteniendo a los pobres en situación de total desamparo mientras incrementaban indecentemente sus propios capitales y se lucraban de la miseria nacional; e impidiéndole a las clases medias emprendedoras el acceso a la riqueza lo que las llevó a entregarse al desarrollo de actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico y a la delincuencia común. En ese tiempo de la contrarrevolución hubo varios movimientos y personajes que quisieron combatir el bipartidismo, pero sus esfuerzos fueron en vano puesto que se prohibió legalmente toda oposición, esa represión que contra ellos se dio marcó para siempre la mentalidad de los colombianos, el que se enfrentara al sistema pretendiendo defender sus derechos era aprehendido y se le reprimía, se le privaba de sus derechos fundamentales como el de la libertad e incluso se le violaba el derecho primero y más importante: el derecho a la vida.
En vista de la prohibición de la oposición surgieron grupos opositores ilegales armados como las guerrillas, en un principio estas estaban influenciadas por el pensamiento comunista y fueron ampliamente combatidas. Escribe William Ospina que todo lo que somos socialmente desde entonces es fruto del Frente Nacional, porque en últimas cuentas esto fue el establecimiento de la dictadura de un solo partido político con dos colores distintos y la misma ideología: lucrarse a expensas del pueblo colombiano marginando a todo el que no perteneciera a esa clase privilegiada dirigente. Consecuentemente al irrespeto y represión que a través de la historia se les ha dado a los colombianos no privilegiados (quienes no detentan el poder) se ha perdido la esperanza y el respeto por la ley, por los gobernantes, por los administradores de justicia que permiten la impunidad, por el Estado, por COLOMBIA; tanto así que se han des-culturizado y lo que es aún peor, se han des-colombianizado, indignados por la historia del país se ponen en actitud de indiferencia ante la injusticia, que es también una forma de proteger la vida ante el miedo de que por darse a escuchar se les reprima quitándoles la vida. Actualmente, por las razones ya mencionadas men cionadas el pueblo se ha vuelto inconsciente de todas las riquezas que pose es por ello que no pueden sentirse orgullosos del país en cual viven y por lo tanto no luchan por él y lo dejan en manos mezquinas y egoístas que pretenden lucrarse solos y de por vida. Se esta cerca entonces de ser una Colombia con personas anónimas, que no se identifican con el lugar en el cual nacieron y por ello se dedican a copiar culturas o a identificarse solo con uno de sus ascendientes, el pueblo Europeo y de ellos se copia todo, pero se copia. Es por lo anterior que aún con la existencia de tanta injusticia el pueblo simplemente se acomoda a ello, se acostumbra, lo acepta sin más reproches, no se manifiesta en contra de tan altos gravámenes que contra ellos se cometen día a día en el país. Día a día el pueblo colombiano permite que sean pisoteados sus derechos y no se dice nada. Somos hoy una colonia de Estados unidos, el ha intervenido en conflictos con Irak y a nosotros nos facilitó la perdida de panamá que después creó un canal que permitía la comunicación entre el océano Atlántico y el Océano Pacífico y cuyos derechos de producción el cobro, las ganancias fueron para los estados unidos, no hace mucho quería también violar la soberanía de nuestro país con el establecimiento de bases militares en varios departamentos del país. Es esto lo que permiten los gobiernos, los representantes que nosotros mismos elegimos, Donde esta entonces la conciencia colectiva, la conciencia y aprecio por nuestro país, la conciencia de ser colombianos.