Relata, en cuentos cortos, las andanzas aventureras y detectivescas de un fraile franciscano singular: el padre Metri. Este cura italiano, argentinizado a la fuerza en el Chaco santafecino, vivió en el tumultuoso período de colonización finisecular de esa región. Fue un ser caritativo, de alma ien templada, aguda inteligencia y srcinalísimo car!cter. Con esta materia nuestro autor talló un homre religioso en medio de un amiente revuelto, violento y tr!gico. "iempre, #eonardo Castellani uica a los protagonistas de sus relatos en lo $ue los cristianos llaman %el mundo&, es decir, un medio de vida pagano, desacralizado, casi siempre degradado. #o mismo $ue en Camperas '()*(+, lo mismo $ue en Martita Ofelia y otros cuentos de fantasmas '()+, lo mismo $ue en Historias del Norte bravo '()*-+, el inters narrativo de Castellani se alimenta en este filón: la convicción de $ue trasgredir el orden moral es causa de la desdicha del homre. /o es cuestión solamente de atenerse al orden positivo de la sociedad formal. "e puede ser un canalla, un s er miserale, un homre degrad ado, aun$ue no se mate al pr ó0imo ni se roe a una viuda. Est! el pecado individual , profundo, $ue acaa con el e$uilirio de la salud del alma. 1ras este crimen invisile y personal, el homre pasa a ser un transgresor de la convivencia social. padre Metri, en sus2muertes, este de mundo descripto,coincida $ue no tiene par en Este la literatura argentina. trata detropieza $ue la con 0usticia los homres con la 0usticia esencial3 pero en caso $ue no pueda darse esta coincidencia, lucha para $ue esta 4ltima prime en el !mito trastornado por el crimen.
#eonardo Castellani
Las muertes del padre Metri
1ítulo srcinal: Las muertes del padre Metri #eonardo Castellani, ()5
6l doctor #uis 7. Castellani, para $ue vea por dónde han ido a reotar las lecturas infantiles de /ic8 C!rter y 9uffalo 9ill.
El autor. 9uenos 6ires, ()5.
"ore esta edición
sta es la terc era edi ción de Las muertes del padre Metri y reproduce el te;to completo de la segunda '()<5+, $ue fue aumentado con respecto a la primera '()5+.
6 mi hermano #uis, $. =. h.
>n día, si es $ue no he de andar huyendo siempre e;ilio,hermano me ver!smío, sentado 0unto a tuenhuesa, gimiendo tu fin in0ustamente anticipado? 1u fin $ue fue mi fin, oh hermano, siendo t4 mi me0or amigo, es$uife dado al n!ufrago por =ios en golfo horrendo, tutor preciso al hurfano sagrado. /o temí la tormenta por tu arigo, y ella me azota a4n tozudamente, despus $ue dio al travs antes contigo, cuando estaa en sazón tu nole mente. Mdico y guarda mío, estoy doliente: mírame desde el cielo, mi sapiente menor hermano, mi me0or amigo.
El autor. Manresa, ()@.
6dvertencia
=eo advertir formalmente a mis envolos lectores, $ue la figura novelesca del padre como Metri,traa0an levantada por mí, no tiene dehistoriógrafos la figura histórica de fray Erm!s mete Constanzi Atal en a$uí diseBarla actualmente y cronistasA $ue el mero nomre, algunos sucesos y los grandes lineamientos de su psicología3 y tamin, $ue todos los persona0es centrales son puramente imaginarios o al menos legendarios. Ese gran fantasma del e;traBo misionero del Chaco "antafesino, envuelto en relatos y recuerdos familiares, me llegó a mí por la leyenda mucho antes $ue por la historia3 pero leyenda e historia tendr!n $ue atestiguar contestes esos perfiles de grandeza de alma, espíritu de empresa, e;traBa penetración de ingenio, con erudición poco com4n, ferviente pasión por la 0usticia, porte y actitudes tal vez un poco e;cntricos, y, en fin, a$uellos e;cesos, a$uellos e;tremos, a$uellos generosos o impulsivos errores $ue hacen de l este dram!tico oceto de santo a medio concluir, puesto en marco purp4reo por tr!gica muerte. Esa figura soB, lector. =ee advertirse tamin $ue el mismo marco de la figura, la escenería topogr!fica e histórica, est! falseada un poco, corrida hacia delante, para mayor facilidad $ue tuya,a fines comodel si el padre Metri huiese actuado m!s ien a principios del siglo presente pasado. Con esto, lector amigo, te entrego a mi frailecico. El autor.
6sesinato frustrado
%Como no llega todavía el momento de la acción, me limitar a ligeras indicaciones. 6un$ue no sea usted el de Rodas, entre cuyas mares, pie en cada margen delColoso río, eche una mirada a las piernas colonias,pasaan re4na los cerca de latenga costaunlas fuerzas $ue pueda economizar, y tenga siempre en vista $ue puede ser necesaria su presencia con fuerzas en Corrientes o "anta Fe. "u gloria estar! en acudir r!pidamente a uno u otro punto y salvar la situación. &Es un dolor $ue nos hagan interrumpir nuestra ella ora de la frontera?3 pero $u hacer contra los vicios de nuestra situación y de nuestra historia?&. "6RME/17 D( #o m!s difícil de este relato es comenzarlo3 es decir, 0ustificar cómo y por $u estaa fray =emetrio Constanzi D5, misionero, a la orilla del 6lto aran! en la histórica noche del - de octure de (@? "upongamos $ue fue la rovidencia, 0unto con su afición a la pesca grande y con una de esas ine;plicales melancolías $ue de tanto en tanto le hacían uscar hundirse en el tempestuoso mar Rosas de susChico pensamientos. El #ozas caso es $ue sta fuelalasoledad noche eny $ue el goernador de Corrientes, 'don edro Rico+, cruzó el aran! a cola de caallo a la altura de Goya, llegó medio muerto a Recon$uista , y con un pi$uete de línea y algunos voluntarios en dos alleneras alcanzó a los caecillas Roertson y los derrotó y apresó en medio del Gran Río, regresando así como triunfad or a la ciudad de donde huyera a$uel día como prófugo. ero todo esto pertenece a la historia. #o $ue sta no sae es el crimen del padre Metri, a no ser por la leyenda. 6$uel homre lo saía contar con un temlor en las manos, diciendo $ue fue la noche m!s negra de su vida, a pesar de una clara luna3 en $ue dos veces estuvo a punto de matar y tres veces de ser muerto, y cuatro veces fue au;iliado por el !ngel de la guarda en forma de un caallo lanco. Este caallo apareció como un dragón marino o como un fantasma infe rnal en el medio del Río-Como-Mar, y fue el primer espanto de a$uellas fierosas veinticuatro horas3 y lo m!s enlo$uecedor fue $ue el padre Metri creyó $ue lo traía enganchado de de su e$uinos anzuelo,de como si diaólicamente el seno fangoso del río estuviese recorrido por tropas aracadara, con montura y todo. Era noche plenilunar, con nuarrones vagaundos $ue operaan una continua alternativa escenogr!fica, como a golpes de conmutador. El gran espe0o alumínico del río se empaBaa de golpe, y las limpias siluetas negras de los !roles se difuminaan en fantasmas difusos, para volver al rato a su ser primero. /oche oscura y plenilunio se alternaan rusca e imprevistamente, lo mismo $ue en la vida del fraile Apensaa l medio dormidoA, formada de grandes ímpetus hazaBosos cortados de atroces intervalos de confusión, aulia y melancolía. Estaa por dormirse del todo, cuando sintió el gran chapoteo hacia la derecha y $ue la gruesa liBada se le ia de las manos. Empezó a recoger con furia y sintió el peso de la presa, al mismo tiempo $ue el chapo teo se hacia enorme3 y cu ando c reyó ver aparecer por el recodo alg4n suruí de dos metros o un yacar suicida, casi se cae de susto al ver surgir del río y venir hacia l, tran$uilam ente, un enorme caallo tordillo, $ue aordó cerca de l
dando un relincho. ero lo $ue haía pinchado su anzuelo, era nada m!s $ue una gran rama de ceio. El caallo venía detr!s, acezando. Cuando agarró las riendas del ruto, los dos temlaan. El animal temlaa de dolor de una enorme herida $ue tenía en la paleta iz$uierda, ancha y honda como dos puBos, de donde corría, como dole cincha, una oscura fa0a de sangre aguada, y hacia la cual volvía con impaciencia la caeza y los elfos temlones. El fraile se $uedó mir!ndola hipnotizado. /i una oma era capaz de hacer eso. #a carne haía sido como macheteada, pedazos de cuero yAHalometasI? m4sculos pendíanAdi0o deshilacliados. el fraile, y empezó a verter en el cruento hoyo el contenido de media lata de sardinas, al cual aBadió su paBuelo hecho un ollo y empapado en vino, y una capa de tierra greda para sostenerlo, mientras su cerero pensaa a toda marcha. #as palometas no ian a morder a un caallo nadando, y menos en la paleta3 a no ser $ue? 6partó r!pidamente el apósito y e;aminó el o$uete. AHEso esI Adi0o. En el centro de l se hundía un cr!ter pe$ueBo, un agu0ero de ala. #a sangre de esa herida inicial haía atraído a las feroces piraBas del río, $ue haían empezado a devorar vivo al nole ruto. >n momento despus, la verdad empezó a estallar en el cerero del fraile como una serie de e;plosiones. El matra$ueo le0ano de a$uel atardecer, $ue l creyó escopetazos de cazadores? #a revolución de Corrientes, $ue les contó el chas$ue en el camino? #a noticia de $ue Rosas Chico huía por$ue agua a "anta Fe, cerca a uscar las fuerzas del interventor nacional? #a montonera a caallo se haía visto de 7campo cruzar dos veces el 6mores? El fraile vio como un rel!mpago $ue descure un aismo el mensa0e desastroso de a$uel caallo herido. "in duda posile, el e;imio goernador de Corrientes haía sido asaltado y vencido, $uiz! e0ecutado, en mitad del río y de a$uella noche propicia al asalto: la sulevación de los feroces hermanos Roertson era entonces un hecho irremediale. Este pensamiento lo puso sore el caallo de un salto: desorden, amición, codicia, despotismo, venganzas y revueltas sin trmino3 eso era lo $ue significaa la sulevación victoriosa: ruinas y ruinas y m!s ruinas en el /orte santafesino. AHJanazziI HJanazziI "u compaBero no daa seBas. "e haía marchado en la canoa, a pesar de la prohiición. Metri vaciló. Empezó a e;aminar los anillos de su deducción instant!nea. >n caallo herido de ala no se va a tirar al río: luego, fue herido en mitad del río. >n tiroteo en mitad del río entre una lancha y homres a caallo es un tiroteo a muerte. El 0inete del tordillo haía vencido y aordado la lancha3 de otro modo, no lo huiera aandonado: se huiera aferrado a las riendas y salvado o hundido con l. 2 adem!s, no huiera retirado las pistolas de la cu0a ni sacado el lazo, puesto $ue el lazo aparecía limpi amente cortado. Entonces, la triste conclusión se imponía: el enrgico Rosas Chico, el pacificador y ordenador implacale y tenaz de la provincia vecina, haía sido asaltado y vencido. Estaa perdido, y con l, veinte aBos de ora civilizadora. AHJanazziI Agritó el fraile, desesperado. 2 al no otener la menor respuesta , tomó la dura decisión: hacer a revientacaallos las cincuenta leguas a Recon$uista y avisar del suceso al capit!n del (( de infantería $ue allí hacía de 0efe, en nomre del interventor nacional? Casi antes de decírselo, haía
pisado el ligero y lu0oso estrio chorreando agu a y puesto el caallo al galope corto. #a luna se apagó de nuevo. El fraile no era 0inete grande, pero saía sostenerse y tenía mucho aguante. Refrenó su in$uietud y la del caallo, saiendo la 0ornada enorme. "e acomodó en la incómoda monturita inglesa , empapada. 6ndaa sin talares, con un simple tra0e orero de lona azul. Rumeó el camino, taloneó al montado y se sumió en sus preocupaciones. "intió $ue tenía el deer de avisar a toda costa. "e sintió capaz de morir en la empresa, su raiosa pasión por el orden social inflamada de golpe a la idea del triunfo de los agitadores. paróela galope arrancardeuna espinosa para reen$ue, previniendo y entonces oyó "e detr!s otrorama caallo, y escudriBó la oscuridad recelosa:apremios, era seguido. 6l principio solamente oyó los cascos y vio una mancha lanca y espectral $ue se le venía a la altura del pecho. Parecía como una gran lechua con las alas abiertas parada sobre un caballo invisible, pensó el fraile. #a lechuza detuvo a su misma anca, y entonces vio el gran ulto de un caallo oscuro como el demonio, con un homre de negro en mangas de camisa. /o era Janazzi. AKLuin es "ilencio. El incógnito lo 4nico $ue hizo fue mantener su caallo al anca del otro, desasosegado. El fraile vio $ue en la mano le lucía un arma. Reiteró su pregunta, sin resultado. uso en marcha su montado, y el otro lo galopó como su somra, parando cuando l paró de nuevo. =e nuevo increpó, eno0ado. Entonces salió la luna, y Metri e;aminó suspenso la fachaderuta e;traBo compaBero. Estaa empapado arriadelaa0o, desde el caello y ara negrísimos hasta el pie desnudo, pegada la camisa, una manga arrancada, sin montura ni estrios, descalzo. #os o0os le ardían en la oscuridad con una furia lívida. "us laios rezongaan en lo oscuro: %!Maldita pistola" !Maldita pistola"&, y su derecha sostenía una enorme arma de fuego, como un rifle de caallería o un RmingtonNColt, $ue parecía a punto de descargar sore su compaBero. El fraile se vio muerto y castigó de golpe. "altó el animal y se puso a la carrera. "intió el estampido del disparo detr!s suyo, y un momento despus la persecución desenfrenada. "e agachaa sore el cuello, esperando el otro tiro $ue no vino. Oino una voz confusa: AH!rese o lo matoI H!rese o lo matoI H!res e o lo matoI Paía perdido los estrios, sentía $ue estaa por rodar, el otro caallo ganaa distancia. "e un paró? ia a hacer El otro venía de furor, un largo rato, se hizo hieloK$u el corazón de Metri delante delciego segundo caBónlodeencaBonó una enorme pistola Montecristo. Clamó: AH6ltoI "oy el padre Metri, soy un sacerdote. Hor =ios, no tireI ero le esperaa otra suerte. El andolero lo desvió del camino monte adentro, y hacindolo desmontar, lo amarró duramente con su propio renda0e a un guayac!n, manos detr!s y pies maneados. Pay $ue saer $ue el camino pantanoso del puerto de Recon$uista estaa a$uel entonces ordeado de frecuentes islas de arolado, como la $ue hoy llamamos Caronera. Como a doscientos metros del camino amarró el andolero al otro, $ue parecía m!s andolero $ue l, y despus hizo esta terrile e incoherente escena, $ue heló hasta la mdula de los huesos del aventuroso fraile, su0etado al palo. "e le plantó delan te, pistola en mano iz$uierda. "e santiguó lentamen te y empezó a rezar.
AEncomend!te a =ios Ale di0oA, por$ue llegó tu hora. Camió de mano la pistola, la montó cuidadosamente y se la asestó al corazón, pronunciando en voz muy alta estas hor riles palaras: AEn nomre de =ios 7mnipotente y por mi propia autoridad, yo te 0uzgo y a0usticio por reelde a la autoridad legítima, amicioso, asesino, inoediente, ser socialmente daBino y deprav ado. 2 $ue =ios te ayude. A!#up$ gua% Agritó el frai le con un alar ido de terr orA ina yutori ume ume ntende"=os veces gritó la s4plica guaraní. ero el tiro no partió. Clicó el gatillo siniestramente tres o cuatro veces, pero la carga deía de estar mo0ada. El andido la arro0ó con raia, y se aalanzó sore los dos caallos, diciendo: A2a lo preveía yo. or eso te at primero. Luería ahorrarte la horrile muerte $ue te espera ahora, si =ios no te lira. /o puedo hacer otra cosa, y te la mereciste. Lue =ios te ayude, si $uiere3 yo tengo mi $uehacer delante. 2 ante la desesperación del fraile enmudecido, el siniestro arudo saltó al oscuro y se perdió en la noche, llevando al tordillo de cuartago. El preso hizo un esfuerzo desesperado por romper sus ataduras. 6 lo le0os ladró el aguar! dos veces. "alió la luna. #as grandes crisis pasionales son sencillas y complicadas. 1oda el alma profunda realsa a la conciencia derretida en afectos m4ltiples3 pero hay uno de ellos $ue impera y a los otros digiere y suyuga. En las horas en $ue el fraile se agotó deatindose contra sus ligaduras,ysurugiente alma nocomo era miedo, ni tristeza, ni desesperación, sino una formidale cóleraera desatada lava. 1odo su cuerpo era como un dolor difuso3 pero su alma como un palpitante hervor de impaciente impotencia: la raia del vencido. 2 su odio inconmensurale enfocaa a a$uel horroroso desconocido negro, $ue aparecía a su rencor como un vivo símolo del desorden y el mal $ue m!s haía odiado en su vida. 1odos saen $ue la vida vehemente del padre Metri se agotó en una serie de comenzar grandes empresas malogradas: militar en Francia, fraile 0eromiano, profesor de teología en Fiesole, misionero e;claustrado, p!rroco de "an Qos de Flores, fundador de los #anceros de "an 6ntonio y cura de "an 6ntonio de 7ligado. Este continuo iniciar proezas sin rematarlas ha sido achacado a un dese$uilirio nativo de su poderoso car!cter, a algo de moroso y e;cesivo en ese temperament o cuasi dole, $ue haiendo heredado a la vez por 0unto las dotes del ho mre de acción y el homre de ciencia, parecía no haer podido llegar nunca a completarlas, ni menos a armonizarlas. AEselhomre nacidocolono para arir picadas, yCastellani. no para trillar caminos Adecía de l su gran amigo ar$uitectoA don #eonardo Aarece un tigre atado corto $ue se lastima por soltarse Adi0o una vez de l un criollo3 met!fora $ue en este momento era verdad literalmente. or supuesto $ue sus enemigos lo tenían por loco de atar3 y aun sus mismos amigos, en algunos momentos. /o he dudado nunca $ue huo algo de anormal en l Aal menos, si se entiende por anormal el no haer realizado en sí esa potente armonía de fuerzas dispares $ue, cuando milagrosamente se logra, constituye el genioA3 pero estoy cierto $ue al % fracaso de su vida&, como l decía amargamente, contriuyó en gran parte el amiente: talia lieral y urguesa del siglo , Chaco de principios d el . /inguno de los dos medios iológicos era para dar un gran conductor, un gran oispo, por e0emplo3 ni sarían $u hacer con un gran oispo, uno por chato y el otro por caótico. #o 4nico $ue podían dar y pedir era un pioneer, un bandeirante vagaundo y solitario, una especie de sir Galaad, o de Lui0ote, o
de fray CastaBeda, o de "avonarola Asin la religión, fuera un Roin Pood o un =iego CorrientesA3 un alma desesperada $ue se rompiese contra una muralla de desorden insuperale, para de0ar en ella una mancha de sangre? y la forma del orden futuro. >n semrador de ideas inflamadas, traducidas en gestos e;traordinarios3 y e;travagantes, de puro cuerdos. >n actor instintivo y potente de par!o las en acción. Pe dicho el nomre: un poeta de su propia vida. ero un poeta tr!gico. Esta definición la he hecho para mostrar cu!l era el odio $ue en este momento lo ar rastraa, y $uAno e e;pl a, si lenollaman e;cuodium sa, su teologicum moment!nAeoa la e;in0usticia travío. Ermetafísica, a el odioal inconmensurale enicalde desorden esencial, sore el $ue surgía esta sociedad de la cual l era outla& y $ue hacía derrumar como arena la materia de sus creaciones. "us construcciones se derrumaan, no por ruines, sino por grandes3 no por culpa del plano o los materiales, sino por lo deleznale del cimiento: su ora religiosa no prosperaa, por falta de ase natural. #a fe supone la razón, la sorenatura presupone la natura, el apostolado e;ige un mínimo de compostura social y orden político3 no se puede enseBar a volar al $ue ni anda todavía. 6sí $ue la lucha del fraile no era contra la carne y sangre, sino contra las esencias invisiles y los espíritus rectores de la tierra $ue andan en el viento, contra las fuerzas tentaculares $ue rigen el orden moral indivisilemente. /ada e;traBo, pues, $ue al verlo dar mandoles al aire, el pat!n muchas veces lo tuviese por alucinado. demonio horrile de lacapital amición, encarnadoel en a$uel andolero, el fraile enEleste momento: el vicio $ue mantenía /orte ensiniestro estado constante de veía motín, inseguridad, in$uietud, esteriliz!ndolo todo3 el apetito del poder por el poder3 la sensualidad del ordeno y mando3 la odiosa insuordinación y caci$uismo, hi0a corrupta de la antigua altanería espaBola, $ue era la 4lcera endmica de a$uella tierra tropical y e;cesiva. #a visión de ese espíritu malo $ue desde $ue llegó a la 6rgentina se le haía plantado enfrente y malignamente haía insidiado su afanosa ora de apóstol, ad$uirió en esos momentos contornos casi tangiles. Estaa allí atado y derrotado para siempre: moría a sus manos. 2 lo $ue es peor, moría tamin el goernador Rosas Chico, don edro #ozas, el gran civilizador, el creador de Corrientes, alma gemela de la suya. /unca lo haía visto, y no lo conocía sino a travs de su fama3 pero la misteriosa voz de la sangre le haía dicho con certeza, al oír sus hechos, $ue a$uel machito admirado y odiado era de su misma raza. "e sacudió con raia sorehumana. 1emlaa de fiere. roó una vez m!s a romper sus grillos. Eradeso in4til. >na traaa piesconc y una detec!Bamo las muB ecas, ya lladas , ymanea despu s enrolos llaa iensoguita zudamen su cueestrangulaa rpo como una morcilla. "udaa copiosamente3 y el pensamiento se le ia, se le perdía en im!genes incoherentes. Entonces se puso a rezar el rosario y se durmió. Paía pasado veinticuatro horas sin sueBo3 y esto de ahora no fue sueBo, sino una sucesión de semil4cidas pesadillas. #e pareció de golpe $ue estaa en las montaBas de su infancia en Ramicale, Oeneto, y caminaa en un caallo lanco por un pretil angostísimo, al orde de un precipicio3 s e sentía s udar de miedo, y el caallo res alaa al orde mismo del negro aismo, mientras el temeroso resalto se ia angostando por momentos, hasta $ue llegó un punto en $ue dar un paso m!s era muerte segura. /o pudiendo por la estrechura volver grupas, se tiró al suelo por ellas, para retroceder a pie limpio3 pero le cerró el camino un repugnante negro, $ue era el mismísimo demonio, con un caBón de escopeta puesto al ro0ofuego $ue lo aterecía de angustia. a a saltar sore l, presa de golpe de una desesperada ira3 pero una mano lo su0etó de atr!s,
diciendo: %No matar' (s tu hermano&? KEra un !ngel KEra su madre El caallo haíase trasfigurado en una figura lanca. "e sintió su0eto fuertemente e izado en el aire por dea0o de los razos3 y un sentimiento refrescante de liertad comenzó a invadirlo. ero la mano $ue lo agarraa oprimíalo hasta la asfi;ia, le cortaa las carnes, le aplastaa el pecho? =io un grito y arió los o0os. /o $uiso creer lo $ue ellos vieron. El gran tordillo herido estaa de nuevo a su lado, apoyando en su pecho la caezota lanca.El KCómo haíaunescapado Ko r $u KLuatado hacía animalsehizo violento envión conlolahaía testa,uscado y el homre sintió $ue todas sus ligaduras se apretaan cruelmente y sus costillas cru0ían. =os ideas igualmente fant!sticas cruzaron su fiere como centellas: una, $ue la estia era realmente un ser inteligente $ue estaa proando desatarlo, agarrando la soga con los dientes3 otra, $ue el caallo era un espíritu maligno, ocupado sore l en una misteriosa tortura. ero en ese momento la luna llena aBó de nuevo el paisa0e en su pl!cido mar de clara de huevo, como una uena hada con una linterna fosfórica, y el cautivo comprendió con un grito de alegría. El animal sangraa otra vez cruelmente del cuello3 y Hoh asomroI? el rolo del freno se le haía enredado de la soguilla $ue engaraitaa al fraile. "in duda haía venido a frotarse contra suyo, uscando $ue lo medicaran de nuevo Acaído el r4stico apósitoA, y en sas el freno, $ue era de filete, se le haía enganchado. 2 K$u hacía el nole ruto Como si tuviera inteligencia, estaa cortando la soguilla.maBero 6sí como cara sae roer unacontra cuerdalayarista un toro partirla fuerza ruta, un caallo saeuna desgastarla roz!ndola filosa de una poste. >n rato despus, $ue al fraile pareció un siglo, este angelito, $ue era canchero, consiguió su o0eto. "intió a$ul un chas$uido y $ue el atroz lazo de las manos se aflo0aa de golpe3 se de0ó caer y soltó la manea de aa0o incontinenti, y un minuto despus estaa montado, pagando al pore tordillo su milagrosa intervención con !raros guascazos. /o haía un minuto $ue perder. =eía alcanzar al sulevado, deía matarlo en el camino, deía salvar al goernador de Corrientes. "u mano apretaa por el caBón, como una maza, el enorme pistolón de cao de hueso y plata $ue el otro aandonara. El fraile Metri supo decir despus $ue a$uella noche descomunal aprendió l a andar a caallo, Hamn de otras muchas cosasI Paía puesto su montado al galope y no rodaa3 y no sólo no rodaa, pero se hamacaa en la silla, castigando metódicamente y cantando una vie0a canción italiana $ue haían encontrado sus laios, y $ue traducida venía a decir, m!s o menos:El udista se circunscrie, pero el musulm!n va a #a Meca: el $ue no hace nada, no peca3 pero lo $ue se mueve, vive? H6yayayI? $ue di0o el panzudo3 yo soy homre correcto y recto, por$ue no hago nada. ero ríe el dialo coludo $ue va montado en un insecto y comiendo una empanada? 2 entonces fue cuando casi rodó, y se topó con la parte m!s horrorosa de sus aventuras. El caallo se haía parado en seco, y olfateaa rumorosamente, las ore0as tiradas
atr!s en viva alarma. #o castigó con furor, y el animal se espeluzó sin moverse, y 0untó las patas, pronto a encaritarse. 6 sus pies se e;tendía un charco ancho, pantanoso, sucio, y m!s all!, hasta la le0anía, una serie de char$uitos con camalotes y 0uncales, cortados de trozos de arrial luciente, polado todo del cantar interminale de las ranas. 1odo eso invitaa m!s vale a caminar por encima, como una alfomra, campo liso y mo0ado, en vez de las horriles g)eyas gredosas del terrapln. "iguió la vista del caallo y vio, a los treinta metros en frente, un ulto negro sospechoso modoaldesalir, osamenta. al cielo ymueca, esperóseunempezó momento $uecomo se descapuzase la luna. ero laa luna, le hizoMiró una horrile a reír una calavera y a gritarle desde all! le0os: AHCorrientesI HMuerteI HerdónI HMe hundoI HPorrileI Hor QesucristoI Hadre MetriI 2 la voz demoníaca a0ó y se posó en el ulto all! enfrente. Era otra vez en esa noche el ulto de un caallo viniendo sore el agua3 pero era un caallo negro, y 0unto a su caeza haía una caeza de homre, aruda. El fraile agarró con las dos manos la suya pró;ima a estallar3 y un momento despus la luz se hacía en l. AHEl pozo de Estero OillacoI Adi0oA. H=esdichado, est!s perdidoI H6hora comprendo cómo se te fue el caallo lancoI =el Estero Oillaco no $ueda en el camino $ue va de Recon$uista al puerto m!s $ue el nomre. ero en a$uel entonces era un peligrosísimo tremedal alimentado de filtraciones del aguaensusuelina, m!s hasta las lluvias del cielo. E;cepto en elpues tiempo animal entrara el temladeral las rodillas, estaa perdido, no sedeloseca, podría salvar$ue ni con lazo3 y a veces estaa tan hondo, $ue literalmente lo engullía de a po$uito hasta la cuerna, $ue ni la osamenta $uedaa. 6llí haía caído el andolero3 y miraa llegar la muerte m!s atroz sostenindose como en una mísera isla sore la caalgadura enterrada. AH"ocorro, socorro, socorroI? Ade all! venía una lamentale salmodia ininteligile, como un canto f4nere ahogado por el croar insoportale de las ranas. El fraile consideró la situación fríamente . Materialmente no tenía medio alguno de salvar a$uel pró0imo3 aun$ue lo tuviera, ello implicaría prdida de horas $ue le faltaan a l para alcanzar al capit!n =iez su vital mensa0e3 y aun$ue por imposile huiera tenido lazo y tiempo, tan atroz era la ira $ue alergaa contra a$uel protervo, $ue es posile? ero no $ueramos entrar en corazón a0eno. /osotros no saemos lo $ue Metri sintió, sino lo $ue Metri hizo. 2 lo $ue al hizo, fue gritar aalsudesdichado momento antes, aandonarlo suerte: casi las mismas palaras $ue l usara un AH70al! pudiera lirarte de esa hor rile muerteI /o puedo hacer otra cosa, y la has merecido. 1e de0o al 0uicio de =ios. 2o tengo mi deer en otra parte. *!#up+ gua% , ina yutori ume ume ntende" 2 cerrando sus o0os a la horrile visión de lo $ue ia a pasar, soltó sore el lomo las riendas, confi!ndose al instinto del caallo. /o se e$uivocó. El animal viró a la iz$uierda y empezó a rodear la cinaga tentando cuidadosamente con las patas el arro chirle. A"in duda Apensó el fraileA este ruto es de por a$uí, y tiene conocido ya este camino y este peligro. "u seguridad, a la cual deo dos o tres veces la vida, no se e;plica de otro modo. Entonces el caallo empezó a trotar, y viose $ue salía otra vez al terrapln, sore el
$ue galopó pesadamente, acezando. Mas la luna se curió entonces, y el 0inete sintió $ue la noche descendía tamin sore su corazón, h4meda y triste. Luiso cantar, y no pudo. /o estaa seguro de haer or ado ien? El e;traordinario proceso anímico $ue culminó en una alucinación al pie de un espinillo y $ue ocupó lo $ue podrí amos llam ar el tercero y %ltimo galope del tordillo herido, es ien difícil de poner en palaras. El poco h!il 0inete estaa cansadísimo y afierado3 y el alma y cuerpo se le mezclaan en una 4nica angustia, a la vez moral y física. #oda conciencia estabaperder/ concentrada m+s tarde, el estribo i.uierdo/ .uemi arreo se me .uería a causa,escribir+ de la mala andadura delen caballo/ el cual/ herido y e0hausto/ galopaba s1lo con los cuartos traseros/ trotando con las manos y martill+ndome el c2 sobre el duro recado atromente' (l cuerpo lo sentía como un dolor difuso' 3e ve en cuando/ un mal paso del galope me ramaleaba un pinchao agudo/ .ue de la nalga me subía a la nuca/ como un rel+mpago de fuego' Pero lo peor de todo era el torcedor de mi conciencia2*' Este % torcedor de su conciencia & consistía en definitiva en preguntarse si tenía derecho de matar a un homre en alg4n caso y por ninguna causa, por importante $ue fuese. En vano se respondía l $ue no había podido salvarlo. #o $ue sentía all! dentro era $ue de cual$uier modo había .uerido matarlo, si es $ue no lo haía muerto de terror con a$uellas palaras ine;orales con $ue lo aandonó a su suerte. El fraile haíatrataa sufridodeuna temporada$ue de su enfermedad psí$uica escr4pulos3 y ahora persuadirse esta0uventud terrile latristeza y agitación $uedelolos inundaa por momentos no era m!s $ue un idiota escr4pulo. ero en vano: toda su suconciencia emestía contra su razón. 2 lo m!s curioso es $ue a causa de su estado psí$uico e;hausto Afiere, sueBo, fatigaA todo este proceso de remordimientos se desenvolvía, no en la forma astracta en $ue lo pongo, sino en semialucinaciones auditivas y visualesD*. #a primera alucinación fue ver de golpe $ue el tordillo $ue montaa volvía hacia l la testa y le decía con toda formalidad: % No lo mates4 es tu hermano&. >n momento despus comprend ió $ue era su fantasía la $ue haía halado AHtan fuerte, QesucristoIA y $ue los elfos del tordillo adonde tendían era hacia la pore herida del cuello, inflamada como un flemón c!rdeno. =espus vio con toda precisión en su mente un liro aierto, y conoció hasta la p!gina laerMoral de 9ucceroni, donde estaa elprivata prolema cu!ndo .uidem y cómo nun.uam seddepublica se podíyaelinp!rrafo: fligir laeramu te a un homre A% auctoritate&A3 y al mismo tiempo, las palaras misteriosas del desconocido: % Por mi propia autoridad y delante de 3ios te a5usticio&, le retaBían en los oídos como si las estuviese oyendo. AKLu autoridad p4lica desempeBo yo, para fallar $ue un homre dee morir, por culpale $ue sea, aun$ue sea para salvar una provincia y un mundo? or otra parte, Kno conviene $ue un homre muera para salud de todo un puelo? Aero HhorrorI? stas son las palaras $ue di0o el hipócrita Caif!s para condenar a Qesucristo. AHEs $ue yo no puedo, no puedo hacer por l asolutamente nadaI Aaluceó el fraile con angustia3 y en el mismo instante, su cerero cansado le tra0o vivísima una imagen del uen samaritano, alguna oleografía chillona $ue vio antaBo $uin sae dónde. 1odas estas im!genes se sucedían en su mente en tumulto tal, $ue ni si$uiera notó
$ue su caallo ya aflo0aa el andar y sólo trotaa penosamente. #o castigó fuerte, y la 4nica respuesta fue un ron$uido estertoroso. #o miró, y comprendió $ue el noilísimo ruto estaa reventado. Entonces otra imagen alucinante, la m!s viva de todas, lo deslumró. Oio dos caallos igualitos en todo, alzada, raza y hechura, pero uno lanco y otro negro, $ue eran un !ngel y un demonio: el lanco le haía salvado la vida y el negro haía hundido A K$u tengo yo $ue ver con esoA a su desdichado 0inete en la cinaga? En este momento, su caallo se paró del todo en la mitad del camino, y gimió. #as mientras narices elle tóra; sangrhipaa aan to candun o fuelle. el suelo y los cuartos traseros temlaan convulsos, como AH6diós mi plataI Adi0o el fraile, y se preparó a desmontar3 per o inesperada mente el animal viró y se dispuso a a0ar el terrapln en dirección al agua $ue resplandecía all! al costado. El cura conoció $ue estaa a la entrada del puelo, cerca del Rancherío, en la alcantarilla del % Poo donde se ahog1 6erafín&, así llamado. ero antes de poder resolver o prever nada, vino el derru me: cedieron las rodillas del no le potro, y rodó lastimosamente terrapln aa0o con 0inete y todo. Oio ste millones de centellas repentinas, y se sintió volar, caer, hundir interminalemente con muelle lasitud en el aismo lando, de olor a chinche y menta, mientras su mente se aandonaa en un deseo invencile de acaar de una vez y dormir para siempre. 6sí se durmió sin $uerer el padre Metri por segunda vez a$uella insomne noche. se fi5an de bien ,decía Metri tarde/ caso,/ .uemerced el tordillo/,6i al lanarme cabea contra el m+s tronco de uncontando espinillo/elme hio laver+n cuarta de a.uella noche4 por.ue me proporcion1 el sopor restaurante .ue mi testa a la deriva reclamaba' 7o no s$ cu+nto dormí desmayado en el suelo4 creo .ue como dos horas de absoluta inconsciencia/ pues cuando abrí los o5os se venía el alba' (ntonces/ la %ltima imagen .ue me estaba obsesionando al caer/ volvi1 a mi mente8 pero esta ve mi mente estaba fresca/ y vio lo .ue la imagen .uería decir/ y fue la salvaci1n de todos*' El ala aría el cielo azule0o all! al este en una amplia la0a ro0a. El enfermo se alzó pesadamente y miró el cad!ver del tordillo. Recordó otro cad!ver, y el prolema sordo $ue lo venía traa0ando se formuló con rapidez en sus laios. Kor $u a$uel caallo se precipitó a la cinaga y este otro supo evitarla Entonces la luz ovia y sencilla, facilísima, evidente, rompió por todos lados en su alma, y el fraile comprendió de un solo tiro todos los enigmas noche. AHEsdeuna$uella correntinoI AgritóA. HEs inocenteI HPe matado a un inoce nteI "i estuvierais allí, huierais visto la cosa m!s graciosa del mundo: un homre emarrado y sucio, araBado, ensangre ntado, con un horrile vestido de dril azul, ponerse a correr a los gritos alzando las manos como si el mundo se viniera aa0o, mientras el mundo se aría riente al frescor de la maBanita con cantos de p!0aros y rumoreo de ho0as. Es $ue comprendió de golpe $ue un caallo se haía encenagado con su 0inete por$ue ninguno conocía la región, por$ue eran los dos pueleros, forasteros3 y $ue su tordillo lo haía salvado por$ue era paisano, y por lo tanto era de un andolero y el otro era un escolta correntino. El arudo, $ue l reputara un chas$ue de los sulevados, era en realidad un homre del goernador. ero en este punto el fraile detuvo su carrera loca, se paró y pensó de nuevo penosamente. AHEra lI Ae;clamóA. HEra lI /o puede ser m!s $ue l? H=ios me conceda salvarlo todavíaI HEse gesto es de l y de ning4n otroI?
#a comproación de la verdad le produ0o lo $ue un aldazo de agua fría a un orracho: ella implicaa volver camino y empezar ya e;hausto otro arduo traa0o físico. ero nada hay tan reconfortante como la certidumre. El fraile volvió atr!s al trotecito, recordando haer oído ladridos de perros allí cerca, a la iz$uierda, all! en medio del sonamulismo de su noche agitada. En efecto, a poco andar dio allí mismo con una chacra3 pero casi lo come vivo un enorme mastín arcino, por saltar la tran$uera sin llamar, a causa del apuro. 1uvo $ue trepar la"alió tran$uera deescopeta nuevo y pedir au;ilio a losdegritos. all! una por una ventana la cuadrada casita de material, de donde partiera el perrazo , preguntando $uin era. =espus s e arió la puerta y salió una mu0er con dos criaturas agarrad as a la falda y una magnífi ca arma europea empuBada con una visile pericia $ue no se prestaa a ro mas. Pizo ella algunos pasos y gritó esta ingenua mentira: AMi marido est! dentro, ar mado. /o venga c on r omas y v!yase al momento, $ue no tenemos dinero ni nada $ue dar a nadie. El otro comprendió $ue con su desastroso talante su identificación era casi imposile, y el au;ilio $ue necesitaa con urgencia? Con una s4ita inspiración sacó su vie0o crucifi0o de ronce y un escapulario del pecho, y empezó a perorar c on la elocuencia de la desesperación: A9uena mu0er, alma de =ios, $ue Qesucristo la salve3 yo soy el padre Metri, el misionero: Kno ha oído halar del crucifi0o del padre Metri Me encuentro en la mayor aflicciónyysienyatremendo apuro.est! >n en homre ha hundido mi culpaesall! en Estero de Oillaco, no ha muerto, peligrosehorroroso. 2 por ese homre el goernador Corrientes, don edro #ozas. /ecesito dos caallos y un lazo. >st tendr! su recompensa, mayor de la $ue puede pensar, si nos au;ilia. ero si se niega, sepa $ue la maldición de =ios caer! sore ust y sore sus hi0os3 y sore mí, desdichado, para toda la vida? sore mí, desdichado Aconcluyó, sollozando. Media hora despus salía Metri en un caallo fresco del todo aperado, llevando de cuarta otro caallito montado por el hi0o mayor de la casera, un avispado chir% de diez aBos, mientras una chi$uilina de ocho salía en un petiso a toda guasca a uscar al padre, $ue estaa afuera desichando. 6 las leguas de camino tropezaron los rutos la cinaga y empezó el proli0o rodeo capaz de enlo$uecer de impaciencia a un santo. Cuando llegaron a la mitad de l, el fraile empezó a llorar de alegría y a gritar como un descompuesto: AH=on #ozasI H>n momento m!s y est! salvoI Herdón, goernador, por edro lo $ue di0eI 2o HGoernadorI lo creí un andolero? "ore la faz horrenda del pantano emergía el usto de un homre, cuya caeza haía camiado de color y estaa lanca como la nieve. "u caalgadura se haía hundido del todo, sirvindole de pedestal suterr!neo. "us manos se aferraan desesperadamente de un mano0o de pa0a, desoll!nd ose. /o dio seBal de reaccionar a los gritos, hasta $ue la armada de un lazo cayó cerca de l3 entonces tan sólo pareció desperta r de un fatídico ;tasi s, y se agarró de ella con un manotazo de animal. El fraile haía entrado como $uince metros en el pantano con el caallo, $ue se resistía con toda su alma al terrile castigo, atado con el lazo a los tientos del caall ito del niBo, all! en la orilla. =espus cincharon los dos despacio, y rotó con el ruido de un !rol $ue se desarraiga el otro homre Ao lo $ue de l $uedaaA enyesado en un lo$ue de arro c hirle. atinó penosamente hac ia fuera, medio hundido, aandonado y la;o. 6ntes de salir, se revolcó en el agua verdosa de la chacra. "us primeras palaras fueron:
Aerdóneme us t, padre Metri. /o s có mo no lo mat? HCómo ha y $ue pensarlo ien antes de matar a un homreI El chi$uilín haía traído una muda de ropa, y all! en su casa aguardaa al resucitado una atea llena de agua tiia. Cuando salió limpi o, parecía otro homre, aun$ue la palidez mortal de su rostro y sus movimientos e;angSes atestiguaran de su aventura. =urmió dos horas, mientras el puestero volaa en su me0or flete a enterar de todo al capit!n =iez en Recon$uista. Cuando lo despertaron, tomó casi medio litro de caBa, y di0o: APeesa0ado delamigo, inf ierno, como dice la$ue 9ilia3 K$u importa, si el triunfo mío hasta K6 $uelasnopuertas sae, mi cómo descurí ust pero era realmente el padre Metri, a pesar de $ue todo y todo lo acusaa, desde el caallo lanco $u e yo mismo ali, hasta sus gestos de culpale y su sospechoso continente? #o descurí demasiado tarde, cuando me engulleron los laios inmundos del infernal arrial. 6llí estuve pidiendo a =ios perdón de su muerte? y de todas las muertes precipitadas $ue a lo me0or he hecho en mi vida? y pidindole el milagro de no morir de a$uel modo. AKCómo lo supo Ainterrumpió el fraile, viendo $ue el otro empezaa a temlar de nuevo, pero con sacudones totales $ue tenían de convulsión y de ramido. Aor su e;clamación guaraní, antes de $uererse morir Adi0oA, $ue se me $uedó en el oído retiBendo como una trompeta. Me di cuenta $ue era latín, y no guaraní3 $ue es el principio del rezo del 9reviario: %3eus in ad5utorium meum intende&. "ólo ust, fraile ch4caro, di0o #up+ :ua%, en vez de 3eus/ y lo pronunció medio en italiano, medio en toa. 2o he estudiado latín con los 0esuitas de "anta Fe Adi0oA. 6llí tamin hice mi derecho. #o $ue siguió es saido de todos. ostrado y medio muerto, el goernador #ozas persiguió a sus enemigos con las dos alleneras y el pi$uete del capit!n =iez3 los cazó frente a Corrientes, hacia la costa de 9arran$ueras, y los ani$uiló en pocos momentos. El menor de los hermanos Roertson murió en la acción3 el otro fue procesado en Corrientes, haindose opuesto redondamente Rosas Chico a $ue fuese a0usticiado sore el tamor, como pedían la ley marcial y todo el pi$uete a gritos. Condenado por los triunales, fue indultado por el goernador, pero finalmente fusilado por el goierno federal, con la convicción de crímenes comunes. Rosas Chico se retiró de la vida p4lica y vino a 9uenos 6ires, con la intención de educar a sus hi0os. =e l es el folleto titulado #6 M>2 /79#E C>=6= =E "6/16 M6RT6 2 "6/ Q>6/ =E OER6 2 6R6GU/ =E #6" "E1E C7RRE/1E", casi agotadoEnhoy, $ue conocen comocompaBero golosina y ypresa regiade losuna iliógrafos. cuanto a su eventual enemigo noche, el padre Metri, cuando llegó a Recon$uista el presente de $uinientos pesos fuertes y una vaca mestiza $ue envió el goernador como limosna a sus misiones, ya se haía cortado el fraile para $uin sae dónde, y ninguno daa razón de dónde andaa.
Canción del amor patrio
6mar la patria es el amor primero el crucificado postrero amor despus de =ios3 y es si es y verdadero, ya son un solo amor, ya no son dos. 6mar la patria hasta 0ugarse entero, del puro patrio 9ien Com4n en pos, y afrontar mare0ada y viento fiero: eso se inscrie al crdito de =ios. =ios el $ue no se ve, =ios insondale3 de todo lo $ue es 9ien, oscuro aismo, sólo visile por oscura Fe. /o puede amar, por mucho $ue dVl hale del fondo de su glido egoísmo, $uien no es capaz de amar ni lo $ue ve.
Pomre al agua
%? sine templo et domo, su diu, sine pecunia, adustus ardore diei et frigore D
noctis?& . amigo: #ector En una gran sala rococó caoa y oro, amuelada con lu0o pretencioso y $ue oscilaa lentamente como una muelle hamaca, haía una vez un polichinela, un pierró, una colomina, co&boys, mar$ueses versallescos, gauchos con chirip! de percal, muchas damas en decollet$ francs, al gunos smo;ings en ingls, camareros de fra$ue, un demonio, un gracioso disfrazado de fraile? 2 en una mesita rinconera haía un homre $ue sería m!scara o no Ano lo sA, p!lido como un pierró de m!rmol o un reo en el an$uillo, sentado con rigidez delante de? Hun fraile autnticoI #o m!s raro del caso es $ue el fraile autntico era mucho m!s raro Ay por supuesto, m!s graciosoA $ue el fraile disfrazado. =e modo $ue yo nunca lo creyera autntico, a no ser por este di!logo camareril sorprendido: Aero Kes fraile de veras, t4 AH2 tantuIeío, "i es dime el capell!n de tercera, chicu. Como lo han de0au entrar? HesuI? AKEstar! A/o. 1odos son así, chicu. "ólo $ue ste es m!s dese mozadu $ ue los otrus. KLu te piensas t4 $ue no son de carne y hueso comu nusotrus >na pare0a empezó a ailar un tango, y despus otra, y otra. #os sentados en mesitas estallaan petardos rompiendo pa$uetesNose$uio con caramelos y chucherías, y adem!s tiraan confettis, reían a carca0adas, se calaan onetes de tonis y hacían mil pavadas, con una desesperada voluntad de estar o parecer alegres. El fraile estaa perfectamente dormido al aloroto, con los o0itos vivos estudiando al homre enfrente, como si soBara. 6 veces repetía meditaundo: AHChi$uilinesI H"on todos chi$uilinesI HChi$uilines y nada m!sI =ios lo permite así? Resonaa el lustroso local como un lo$uero3 y la discordante gritería '% !divinar"* !bestial"&+, a los dulces valses Oiena a!divino"* los tangos!colosal"* argentinos,!estupenda"* hacían un efecto en el almamezclada como huevos $uimos con de salsa de y tomate. Entró una fila de cuarenta homres de mandil lanco, precediendo a cuatro $ue traían en andas, como imagen de procesión, una enorme ande0a de helados con un cuo de champaBa3 pero venían los cuarenta dando pasos de aile, sonando chirimainas y cantando en alem!n, con esa poca gracia $ue tiene el alem!n para los chistes, algunos tiznados de carón, otros con escoas a guisa de fusil, todos con capacetes de papelNseda, y el 0efe de fila, $ue era el ste&ard, con caallito de palo y gorro con plumas ella$ueando a lo loco con una espada de lata. AHero esto es un cuento de hadasI #ector, Hun momentoI Esto pasaa en una como tiia ca0a de peluche y oro, la cual estaa inclusa en un inmenso cascarón de hierro, el cual a su vez estaa suspendido en el espacio entre dos aismos infinitos. H7ye, no te vayasI El primer aismo era de color
morado, in$uieto y rugiente arria, y recorrido en su seno de monstruos enormes y de cad!veres de antiguas naves despanzurradas. En cuanto al otro aismo, m!s importante todavía, l era un cóncavo y altísimo cristal azulNla$u, con millares de o0itos parpadeantes $ue miraan impertural emente el cascarón mec!nico cargado de insectos, en ese mismo instante en trance de cruzar la línea imaginaria AKy por $u la llamar!n imaginariaA $ue corta perpendicular al e0e la esfera terrestre, dividindola en dos hemisferios? AHPomreI HEs el salón de invierno de un gran trasatl!ntico la noche de la fiesta llamadaAE;acto. de %La Línea&, es decir, días amigo de #ondres y a$ue dos homres días de RíoI ero Kte parecea diez posile, lector, y mu0eres grandes hagan cosas como las mentadas Aerfectamente. Es lo m!s lógico del mundo. AMe alegro. or$ue entonces aceptar!s? veo $ue tienes tragaderas? como posile lo $ue hicieron y di0eron esa n oche el fraile y el homre p!lido, lo cual fue astante increíle. ero lo tengo de una persona $ue lo vio con sus propios o0os. (l fraile era un hombre fornido y malh+bil/ con cer.uillo entrecano/ barba cuadrada/ manos y pies grandotes en sandalias enormes/ todo saliendo desgarbosamen te de un gran sayal 5eromiano' Le oí ser llamado padre Metri' (l otro/ .ue call1 su nombre2 llam$mosle
?(RO' ,@Me va a entregarA BR>=L(' ,Puede' 3epende' @u$ obligaci1n tengo yo de esoA No es mi oficio' <=>?(RO' ,No entiendo c1mo supo' BR>=L(' ,=ngenuamente ust$ me lo di5o' <=>?(RO' DLigero sacud1nE' ,=ngenuo2 =ngenuo es ust$/ .ue piensa .ue me tiene en sus manos' 6e e.uivoca' BR>=L(' ,(n las manos de 3ios estamos todos8 y ust$ y yo terriblemente en esta hora' >ntes de una hora/ uno de los dos habr+ cambiado2 D(l Braile habla siempre soFando/ los o5os fi5os en las cuatro e0traFas flores del centro deenmesa' (l otro calla/(lmuy abiertos los o5os/ y el cigarrillo .uedetiembla un un po.uito sus dedos de se du.ue' suelo se empiea a inclinar/ a inclinar lado/ como Gslogan' Los danantes prorrumpen en chillidos y fintas de caerse' Pero el bu.ue se enderea de golpe/ con vasto tintineo de taas/ mientras una enorme ola se rompe con un bandao tremendo/ salpicando con cascadas de espuma las ventanas' 3espiertan los dos duelistas/ y de a.uí adelante el sal1n de baile con todo su estr$pido desaparece para ellos y para nosotrosE' <=>?(RO' ,@CambiadoA @7o me volver$ fraile/ seguroA BR>=L(' ,(sto es como una capilla' >.uí est+ 3ios' Hoy a.uí se decide su destino para siempre' <=>?(RO' ,@Por .u$ no me llam1 a su capillaA @(s a.uí el lugar para una conversaci1n secretaA BR>=L(' ,?usto a.uí/ hi5ito' @No ves .ue esta gente me es precisa para poder hablar en secretoA
<=>?(RO' ,No tengo tiempo para chistes' BR>=L(' ,No es chiste' Con un hombre como vos/ cre$s .ue voy a elegir tu camarote o el mío para hablar de2 @lo digoA <=>?(RO' ,@3e .u$A BR>=L(' ,3e tu crimen' Ha llegado el momento de confesarlo/ amigo' D6ilencio' (l ?(RO' ,@u$ .uiere ust$ de míA BR>=L(' ,Cu$ntame todo' <=>?(RO' ,@No lo sabe ust$A @7 .u$ le importaA Le advierto .ue lo %nico sano para ust$ ahora es salir de a.uí y olvidar todo lo .ue sabe/ sea lo .ue sea' BR>=L(' ,@Por .u$ no sales t%/ en veA @ui$n te su5etaA @ui$n te for1 a venirA <=>?(RO' ,6olamente la curiosidad' No le tengo miedo/ cura2 y le ruego a ust$ .ue no me tutee' Ni a ust$/ ni a 3ios8 s$palo/ cura' !3etective aficionado" 6olamente la curiosidad de saber c1mo hio para desmayarme a.uella noche/ y .u$ pretende con su ridículo mensa5e y su pretenso secreto2 BR>=L(' ,No es yadesapareci1 secreto paraunmí2 La noche la tormentita en en el Cant+brico/ a dos días de 6outhampton/ pasa5ero' In de rasg1n de casimir un garfio indic1 el lugar de su caída al mar' #odo sugería un suicidio' >sí se crey1/ en efecto' Bue un asesinato' <=>?(RO' ,No fue un asesinato' #enga cuidado' Miente ust$/ y minti1 en ese aviso idiota .ue me dirigi1 d+ndome cita' He acudido s1lo para e0igir silencio' No saldr$ de a.uí sin formal 5uramento suyo de sepultar en secreto de confesi1n lo .ue una maldita casualidad le ha hecho creer no s$ c1mo' !:uay de ust$/ si intenta bromear conmigo" D(l Braile calla' Mira como distraído un n%mero del diario de a bordo Bahrt Nachrichten Jeitung/ donde al lado del programa de la fiesta resalta un e0traFo aviso con letras ro5asE' ><=6O =MPOR#>N#(4 >L >6(6=NO (L B>N#>6M> 3(L MI(R#O LO C=#> >L L=<=N: 3( PR=M(R> L> NOCH( 3(L 9>=L( 3( L> LKN(>' 3=6BR>J 3( BR>=L( CON 9>R9>' 6(R IN>(#(RN>L #>L B=(6#> I( OL<=3>R #O3O 7 POR CON<(N=(N#( PR(C=O 6( O9#(N3R 6=L(NC=O' BR>=L(' DRisita traviesaE' ,6abía .ue vendrías' !7 pensar .ue si no venías/ 5am+s conociera yo al matador de Brancis Campbell" <=>?(RO' ,!Maldici1n" !(ntonces dice ust$ .ue2 no me conocía" BR>=L(' ,No tuve tiempo de fi5ar tu aspecto' >l rodar sobre la ban.ueta hiciste tal bochinche/ .ue yo huí a mi cabina/ sintiendo venir al sereno' #e has traicionado tres veces' (so prueba .ue sí/ es verdad/ no sos G.ui+2 propiamente2 un asesino' (n alma proterva no hay remordimiento' <=>?(RO' D#ono profundo y llano/ casi .ue5umbrosoE' ,>corralar a un hombre como yo es lo peor .ue hay2 6ilencio y mar2 l debía morir2 (l espectro/ el vampiro de mi vida2 7 se llamaba amigo/ Gmi me5or amigo2 (ntre mi felicidad y la mu5er amada' BR>=L(' ,>pareci1 ella' <=>?(RO' D>creE' ,Ist$ no sabe lo .ue es eso' !C+llese" Ist$ no puede
comprender eso/ y motivadamente son incapaces de matar a un hombre/ por.ue son incapaces de amar a una mu5er' 6e pasan la vida reando y temblando' BR>=L(' ,(n efecto' <=>?(RO' D6oFando y .ue5+ndose de nuevoE' ,(ra algo tan e0ecrable ese hombre pesando como un anatema sobre mi vida/ re5a de c+rcel delante mi dicha allí a un paso/ y yo/ malaventurado/ muerto de hambre y sed2 =nsoportable sed' 6in .uererlo ni saberlo $l mismo2 esto es lo m+s terrible2 $l era la re5a' Romperla de una ve/ todo salvado' >sí lo creí' =L(' ,(l homicidio es un pecado grave/ hi5o' 3espu$s de los #res de la Primera #abla/ es el m+s grave' #odo pecado grave abre un bo.uete en la tierra/ hacia el cual/ .uiera o no .uiera/ el criminal pende como un +rbol hachado' <=>?(RO' ,>hogado el grito por el ruido de la ma.uinaria' Costumbre de inclinarse cada noche sobre la borda allí mismo' Buera de la vista de toda ventana' Le5os de los e0tremos del corredor' Ocasi1n %nica/ %nica/ %nica' Hay .ue tomar una determinaci1n' Mi vida empantanada atascada' !Maldita sea mil veces mi estrella" !In fraile bruto/ el m+s est%pido animal del mundo/ por arte del demonio sospecha de mí/ me tiende una trampa/ y yo2" BR>=L(' 6iDComo un rel+mpagoE' tu mano i.uierdaA no la sacas/ grito' (res,!In urdomomento/ @verdadA hi5o" !Las @uieres dos manosde5arme sobre laver mesa" <=>?(RO' DObedeceE' ,@C1mo sabe .ue soy urdoA BR>=L(' ,>sí/ .uerido' 6i .uieres .ue hablemos/ las dos manitas bien .uietitas sobre la mesa2 siempre' <=>?(RO' ,No intentaba nada' BR>=L(' ,Pero la gente nos ve' La gente nos ve/ hi5ito/ nos ve' @ntonio/ y a.uí est+ 3ios/ y hasta la caba/ hi5o/ tu confesi1n/ .ue despu$s te har$ yo la mía" >mor con amor se paga' <=>?(RO' DMirando magnetiado al interlocutor increíbleE' ,7a est+ todo' Buimos compaFeros de colegio' l/ de poco ingenio y estudio/ pero avispado/ vividor/ de recursos' 7o/ terriblemente concentrado/ soFador y estudioso' Primer premio en matem+ticas/ cero en por la vida2 7o/ afectuoso y d$bil8 $l/ sanguíneo/ instintivamente egoísta y aprovechador' ?untos por la vida/ como dos mellios' l me prestaba su despe5o y osadía/ yo pensaba por los dos' 6ubi1/ triunf1/ escal1 posiciones ping)es/ gracias a mí' 7o goaba vi$ndolo subir con lo mío/ en traba5ar por $l/ en respaldarlo' 7o con mis libros/ mi
m%sica/ mi vida dormilona2 !?(RO' ,@No es divinaA BR>=L(' 6upongo2 3el momento .ue te has ido al infierno por eso2 !u$ no hacen los hombres por alcanar ese bien"2 No se puede negar .ue es un bien8 pero2 DMuy serioE es un bien .ue se acaba2 !?(RO' D6umisoE' ,No' (s prima de $l' l es casado2 (ra casado/ con hi5os' (sto es lo espantoso' Por el mero hecho de e0istir/ me impedía llegar a ella' La re5a2 ust$ no puede comprender' @No ve .ue sin $l era yo sub5efe de comprasA 7 sin mí/ 5am+s $l hubiera llegado' 7 la familia de ella me tenía por loco bohemio soFador papaviento in%til2 y ella estaba acostum brada a una vida de lu5o2 y toda la ri.uea del canalla me la debía/ era mía2 y de golpe esa ri.uea .ue yo cedí a la amistad se volvi1 el precio sacrosanto del amor2 y !maldito sea mil veces"2 el canalla me dio la increíble/ la enorme/ la monstruosa patada' Hio algo digno de muerte' 7o lo 5ugu$ y lo conden$' ?ue fui/ .ue no asesino' ?ue 5usticiero y estricto' Ni en el cielo ni en la tierra acepto otro 5ue de mi vida' BR>=L(' DMeditabundoE' ,GLa mu5er a los veinte aFos es una ilusi1n8 pero a los cuarenta es una necesidad2 !Nunca me olvidar$ de esa frase de mi padre instructor" GNoelseamor fíen nideaun.ue sean vie5os/ nostedecía el buen Poulier' No hay amorfem+s volc+nico .ue un casto' !Pero nunca/ hubiera pasado/ de haber tenido en 3ios/ incauto" !Ni tampoco eras casto de veras/ presumo" >cidia es lo .ue tenías8 Gacidia/ .ue es uno de los vicios capitales2 <=>?(RO' ,@>cidiaA BR>=L(' ,Perea intelectual/ peor .ue la corporal' Candela deba5o del celemín/ habías puesto tu sede en lo mediocre/ !y creías .ue 3ios te iba a de5ar dormir" #e creías honesto/ por.ue no robabas8 y noble/ por.ue tenías sentimientos finos2 !y he a.uí .ue ahora has matado/ has robado y has per5urado" !3e5aste pudrir tu inteligencia/ hecha para la creaci1n est$tica o la acci1n política/ en est$riles placeres egoístas/ y ahora ten$s cara todavía de llamarte casto" <=>?(RO' D6ilbando muy ba5itoE' ,@7 ust$ .u$ puede saber de eso/ pedao de memoA BR>=L(' ,Concedido' No s$ nada' >bsolutamente nada' Pas du tout" D9arriendo
el aire con un vasto gestoE' >bsol utamente incapa de amar ninguna cosa' =ncapa de ver si.uiera una mu5er' Las veo como bultos de colores/ miope .ue soy8 como bichos raros/ como cris+lidas de abe5as de las .ue criaba en Biesole4 absolutamente la misma formita de guitarra redondeada/ cintura estrangulada' >sí son' >sí est+n hechas y así est+n pintadas' #ienen esa forma y esos colores' @7 de ahíA @(nseguida hay .ue matarse por esoA 7o no conoco el cora1n humano/ pero debe ser bastante ono/ para .uien lo conoca' !7o soy un pedao de palo/ un tri.uitra.ue con cuerda/ eternamente ocupado en hablar latín/ decirmareado gsrcoris la y disparar todo"entera !7 propenso al en mareo en el mar/ mitad dedel losinfierno" días" !7 !7 lasmiedoso/ noches" 7sobre la noche .ue pas$ el ansia2 me ahogo en la cabina/ salgo al fresco/ medianoche era por filo2 !y veo de golpe/ a la lu de mi :ale0/ un fantasma en la baranda mirando el mar/ 5usto en el sitio en .ue se suicid1 el finado Brancis Campbell/ .ue 3ios tenga" <=>?(RO' ,!6inverg)ena" @Me golpe1 la cabea/ digaA2 BR>=L(' ,!No" !Me asust$ yo/ eso es lo .ue pas1" !<+lgame .ue yo he sido profesor de l1gica/ por suerte" (se fantasma acodado tiene .ue ser dos cosas ,me di5o enseguida la l1gica,4 o es el fantasma de un suicida/ o el bulto de un asesino' !6ilogismo disyuntivo/ amigo" Pero di5o Roger 9acon/ fraile ingl$s muy vivo/ .ue no hay silogismo seguro sin la e0periencia' La e0periencia fue f+cil/ yo soy travieso como un indio' Me encogull$ hasta la barba/ abrí las dos o5eras/ puse atr+s la linternita/ y mo5ando la mano en agua/ te la pas$ despacito en la nuca' !6an Brancisco me valga" !u$ respingo y .u$ Conseco' la urda me manoteaste/ en elvenir piso al desereno' cabea >l contra ydando" .uedaste 7o temí y escondí elresbalaste bulto/ viendo otro una día/ ban.ueta/ mareo de nuevo' Pregunto al sereno a .ui$n había levantado anoche/ y el gallego se me cierra el negao/ creyendo guardar reserva profesional sobre la curda de un seFor1n de primera' Resultado4 necesidad del inocente lao del aviso ro5o' sa es la historia' > la semana del crimen/ te vendiste tres veces' Ina yendo de noche al sitio' 3os/ asust+ndote de un falso duende' #res/ viniendo mansito a.uí a confesar conmigo' No sirves para criminal' Por eso/ 5ustamente/ hi5o mío/ pens$ en invitarte a de5ar de serlo' <=>?(RO' DCon los o5os de loco y un tartamudeo ronco/ atropellado/ hondoE' , @Cu+nto .uiereA BR>=L(' D6onrienteE' ,Mucha plata/ mucha plata8 m+s de lo .ue piensas' Pero no m+s de lo .ue puedes/ 3ios ayudando2 (s necesario/ hi5o' (s para tu bien' @Has leído a Plat1nA 3ice Plat1n en el :orgias2 Parte 6egunda/ n%mero Q2 .ue es un bien para el criminal para ser descubierto y castigado' Parece mentira/ un crimen es sino m+s desastre el mismo culpable .ue un crimen punido'pero Mi oficio no esimpune castigar/ absolver' (so .uisiera/ amigo mío' Pero2 no se puede absolver de cual.uier modo/ has de comprenderlo' <=>?(RO' ,No .uiero bromas' 6i no 5ura ust$ .ue guardar+ en secreto de confesi1n2 BR>=L(' ,3epende de si aceptas la penitencia' <=>?(RO' ,@#res padrenuestros al 6agrado Cora1n de ?es%sA BR>=L(' ,!No blasfemes/ desdichado" (so es m+s de lo .ue yo te pido8 pero no puedes darlo/ por.ue no tienes fe' (n la =glesia primitiva se daban penitencias bien fuertes' La mía es dura/ pero 5usta' (s el precio ine0orable de mi silencio' (st+ a.uí/ en estos dos papeles' ste es para firmarlo vos8 y $ste/ para anotar yo los tres puntos de la penitencia/ tal como ahora lo hago2 <=>?(RO' ,> ver'
BR>=L(' ,Primer punto4 maFana romper+s tus relaciones con la muchacha rubia de all+ atr+s' Le dir+s .ue eres indigno de ella/ lo cual es la pura verdad' <=>?(RO' DCon furorE' ,!?am+s" BR>=L(' D=mpert$rritoE' ,6egundo4 el s+bado/ al llegar a 9uenos >ires/ monetiar+s tu fortuna y har+s llegar de modo conveniente y oculto a la familia del muerto los dos tercios de ella' <=>?(RO' ,Pero !est+ loco"2 BR>=L(' ,#ercero4 renunciar+s posici1n la 6alt-9eef >nglo >rgentino Company8 emigrar+s a (uropa/ y a ganaratutuvida con tuensudor/ como un pobre obrero' 6alar tu alma estancada y tu cuerpo muelle en el amargor del traba5o y el destierro/ para redimirlos2 <=>?(RO' DLívido/ cru5iendo los dientesE' ,@72 si2 me2 nie2 goA BR>=L(' D#ran.uiloE' ,(l hombre grandote all+ al lado del capit+n' (l detective del bu.ue' l fue .uien me facilit1 el aviso ro5o' Me basta una sílaba2 <=>?(RO' DLívido y escarlata por momentosE' ,!Pruebas2 pruebas"2 !No tienen pruebas" BR>=L(' ,#e e.uivocas' #an tonto no soy' <=>?(RO' ,In momento' D(n los o5os una lu refucilante .ue se ahog1 al punto/ e0tendiendo la larga diestra a trav$s de la mesa hasta tocarloE' (ntendido' >cepto' Le estoy inmensamente agradecido' Har$ todo al llegar' Me har$ cat1lico' 3ar$ limosnas al clero8 aBR>=L(' su convento/ principalmente' ?ureantes ust$ silencio ,3e buena gana' Pero firm+ vossobre este este otrocrucifi5o' papel' <=>?(RO' ,@u$ es esoA BR>=L(' ,6eguridad para mí de .ue cumplir+s la penitencia en la cual yo te conmuto/ creyendo hacer un bien/ ante 3ios y mi conciencia/ los est$riles aFos de Ishuaia' 6implemente/ una confesi1n detallada de tu crimen dirigida al 5ue de instrucci1n de la Capital' La romper$ el día .ue hayas cumplido tu penitencia' <=>?(RO' DLívido como la cera/ como si hubiese recibido un baldao de agua/ crispado en la silla hasta hacerse chi.uito la mitad de su tamaFo/ el blanco de los o5os revirado en rel+mpagos/ las manos golpeando como un par;ins1nicoE' ,9ien' >.uí tengo mi pluma fuente' In segundo2 ste es el fin del di!logo entre Fraile y Oia0ero3 al menos, del di!logo p4lico. 6$uí volvieron>n a entrar en escenatardó los coros, estruendo tronituante $ue siguió ay layapalara segundo. solo segundo el frailealen darse cuenta de su distracción, rilló en la zurda del otro un o0eto negrito, rillante, cilíndrico. El segundo siguiente haían volado por el aire tazas, florero y ande0a, rodado mesa y sillas, y un fraile macizo aferrando la zurda de un energ4meno $ue lo aporreaa con la derecha cayó como un ólido entre las pare0as d e fo0-trot despavoridas. 1odos corrieron. Mas el fraile, sin soltar presa, los detuvo con un grito de clo&n y un 0adeante y grotesco monólogo acompasando sus force0eos: AHLuietosI Adecía con voz de m!scaraA. HEs una romaI HEs carnaval, carnaval todoI H>n ata$ue de yiuyitsuI K/o ven como pega despacio, y eso $ue pega derechazos H/o me lo to$uen, $ue ya es míoI H6tención a la torsión del razoI HiuN0uN0ui, machitoI HWi8iri8íI? canta el gallo? HWi8iri8íI? canta el gallo suicida3 H8i8iri8íI? canta $ueriendo $uitarse la vida
de miedo a mí, de miedo a mí? Era una escena tan asurda como una pesadilla. /o se saía si era lucha o si era roma. El fraile haía acogotado al via0ero. El otro rugía y force0eaa. Mas cuando el capit!n se apro;imó a trancos, diciendo % !9asta/ esto es inaceptable" &, ya uno de los contendientes estaa contra la mesa, escondida la caeza y sacudido en sollozos, $ue parecían verdaderos. ero lo asomro so era el fr aile. Con los razos aiertos, curiendo al otro frente al p4lico amontonado, cantaa a lo loco Amientras simulaa una especie de danza indiaA parecido esto: =0enloalgo llorar, d0enloa llorar. Es el pore mío3 d0enlo sollozar, sollozar m!s l!grimas $ue el vasto mar, es un pore crío. ste es el carnaval de la vida, d0ennos llorar. #es de0amos la rica comida, regalamos la risa fingida, la plata, la mu0er escogida, nos $uedamos con el cielo y mar. =0ennos ir por el camino oscuro, opacos visilesala humano =ios solomirar, 0usto y puro, descalzos sore el ripio duro, desnudos entre cielo y mar. 2 así siguió payaseando, hasta $ue levantó al otro payaso por los homros, y llev!ndolo contra sí como a un enfermo, caeza contra caeza, salieron del salón de primera, para no de0arse v er m!s en todo el via0e. Cosa curios a, una preciosa 9roXning de seBora, pavón negro, fue hallada al día siguiente en la alfomra, y no fue reclamada por nadie. Esta escena intemperante, $ue guillotinó la fiesta, y 0unto con la desaparición del otro Campell fue esc!ndalo y comidilla de todo el resto del via0e, ocasionó la persistente sospecha del dese$uilirio mental del padre Metri, el cual fue acusado de imprudencia a Roma, y m!s tarde, no haiendo saido sincerarse, desposeído del cargo $ue traía de visitador general en las misiones estavez escena la primera de todas las peloteras incomprensiles $uecha$ueBas. lo hicieron 2cada peor fue vistotamin de su comunidad, hasta su e;claustración, despus de la cual se convirtió en el e;traordinar io misionero amulant e y fundador de puelos $ue todos conocen y est! retratado en la historia, la tradición y la leyenda del Chaco santafesino.
Canción del corazón cora0udo
6 uno, si le cortan la pata, andar puede pata de palo3 sacan unlao0o, no $ueda si le estora diestra mano,ciego3 con un gancho ya no es tan malo: se la corta y se la echa al fuego? ero hay una cosa $ue si la tragas, estallas y ardes, y ien lo sae el $ue esto escrie en versos como los Qargotes $ue inventó aco #uis 9ern!rdez: el $ue no resuella no vive. Cuanto m!s $uieren $ue me muera, menos $uiero yo morir3 no me da por darles el gusto. Morir cuando es hora, pues fina por fin la cuerda del vivir3 morir por$ue =ios $uiere, es 0usto3 pero morir por$ue le hago somra sin $uerer a un pavo, morir por el hecho $ ue hay sol, morir por$ue alzada A=ios la hizoA $ue un enano esclavo, eso tiene m!s tengo de un otra emol. Fui a pedir a mi madre un pan, y enseguida me dio una piedra, una víora y un escorpión3 fui a uscar la casa mi padre, peregrino $ue nada arredra y en la puerta encontr un dragón3 me enferm en el medio del desierto de "ahara, y era la enfermera y el mdico yo3 sentí a0o un molle $ue arreo se enmollecía mi mollera? pero entonces di0e: H/7I >n sacerdote no h!i permitir haga la glesia una cochinada a nadie, ni si$uiera a l. '/o soy digno de haerlo sido3 pero ya hecho, la sagrada sotana se me ha vuelto piel+. permitir $ue lamisma glesiaessea violada en elleza y su y>nsi sacerdote para curirnounh!iarro tu sangre re$uisada, esosuest! dentro delrecato3 contrato. 2 despus, $ue uno es argentino K$u va a hacer >no es argentino, nacido entre #a lata y el Chaco. Es uno como =ios lo ha hecho, y aun peor, por$ue yo imagino $ue uno no es flamencoNpolaco. /adie puede volver a nacer, no camia uno su natura, si =ios no lo mata y sus cita3 y si no es posile aBadir ni un palmo solo a la estatura, mucho menos hacerle $uita. #a autoridad puede matarnos, si ella $uiere3 ella viene de =ios3 pero no imponer el suicidio. 6 un Gran Oisir nunca hay $ue irle con poesías as í inter nos como hacía Oirgilio a 7vidio. ero nadie puede imponerme $ue yo me suicide a mí mismo, y menos mentira o cohecho.
2o me confieso pecador, mas no puedo ni ante un aismo confesar lo $ue yo no he hecho.
Envío H7h Gran OisirI KLuedar! mucho dentro de una centuria y media de vos y yo Luedar! poco. 2a estoy viendo la parte cómica de toda esta tragicomedia, 2 L>E 26 /7 M E O>E#O7 #7C7.
Montevideo su Cerro?
1. El crimen del Cerro
%El autor del horrendo crimen del Cerro est! a punto de caer y no escapar! ya de las manos de la policía, las cuales ha urlado dos veces, $ue se est!n cerrando sore l. Felicitamos al comisario rendes y nos congratulamos 0unto con la 0usticia de la r!pida YreivindicaciónZ de este suceso luctuoso $ue ha enlutado un sector distinguido de la sociedad montevideana?& decía la prensa del s!ado ((. El fraile $ue leía este recorte, sentado ante una mesita de pino lanco cuierta de papeles, dio una especie de gruBido o $ue0ido y de0ó caer las manos sore ellos. Era el famoso6Metri, 0eromiano de haía fantasía. su vuelta de talia sido castigado por sus superiores por un esc!ndalo $ue promovió en el u$ue. El castigo no fue cosa ma yor, una semana de e0ercicios espirituales y tres meses de reclusión en el convento de Montevideo, la hermosa capital, donde el misionero del Chaco tenía amigos, como en todas partes Ay enemigosA. >no de ellos A un amigoA lo tenía en preocupación grave. erseguido por asesinato. /ada menos $ue el doctor [erne. El arudo sayal salió de su aatimiento, como $uien se sacude y siguió leyendo recortes: %stos son anteriores&, musitó entre dientes. %#a policía de 9uenos 6ires ha identificado el relo0 del feroz asesino $ue el puelo ha dado en llamar la estia argentina. r!cticamente la investigación est! terminada. El paradero se ignora, pero no puede ser por mucho tiempo. =el país no puede salir, ni si$uiera de la ciudad3 y la campaBa est! vigilada. 1endremos al tanto a nuestros lectores? Cuando se sepa $uin es, el mundo $uedar! atónito. /o podemos decir m!s por ahora&, informaan los diarios del domingo <. El tercer recorte, roto nerviosamente con los dedos y no recortado, era intermedio 'mircoles @+ y decía: %El su0eto uscado por la 0usticia como responsale de la muerte violenta del #alo 7rdóBez "i$ueira, cuyos horrendos detalles conocen nuestros lectores, ha urlado por segunda vez a la policía. Paía lleva do su audacia hasta esconderse como enfermero en el Pospital de la Merced. "e trata de un ser diaólico. "e sospecha $ue tiene amigos en el estalecimiento y aun en toda la ciudad. El grueso relo0 de oro con las iniciales C. P. [. ha sido enviado a 9uenos 6ires para su identificación?&. El 0eromiano de0ó escapar una risa sardónica. El doctor [erne 'Hla estia argentinaI+ era uruguayo y conocidísimo en Montevideo, aun$ue e0erciera desde mucho ha en la 6rgentina. El fraile recordó la entrevista feril y terrile del día anterior. /o reconoció al
principio a su amigo a travs de su h!il disfraz y sore todo de su terrile demudación: parecía realmente un enfermo Ay sin duda lo estaaA. /o podía halar. #e puso el pa$uete de papeles en la mano y le rogó con voz ronca $ue lo salvara. El locutorio era terrilemente aierto, y un delgadísimo tai$ue tan sólo lo separaa del refectorio3 y a$uel homre se ponía a halar y gritaa. ara me0or el lego portero tenía la manía de ichar. ero el aspecto y los gestos del e;traBo visitante eran m!s elocuentes $ue toda narración, y en los papeles estaan todos los datos. H[erneI H#a distinción y la corrección en persona, el gran clínico y acadmicoI Herseguido y acorralado por la policía, sospechado de un crimen inverosímilI El fraile empezó a leer de nuevo la documentación del asurdo asesinato. 1enía todos los datos, >na pes$uisa es una investigación científica. /ada importaa $ue no pudiera salir, al contrario3 se trataa de meditar3 y estaa ahora oligado a meditar cinco horas por día en el silencio profundo de %los e0ercicios de la comunidad&, así se lo haía e;plicado al homre de la faz desenca0ada, el cual sin emargo no $uería a$uietarse? El fraile suspiró al levantar una ho0a de papel de oficio garrapateada: nforme del comisario rendes. =ea0o una mano feril haía escrito con l!piz: %Conseguí este orrador a precio de oro. 6$uí est! todo?&. El fraile leía esta vez r!pidamente, saltando frases enteras, los trazos toscos, confusos%? y caóticamente tachados, interlineados y corregidos: Este crimen es un c4mulo de asurdos, de los cuales el principal es el siguiente: parece cometido a la vez por un gigante y u n enano. %El cad!ver tiene araBazos, repelones y mordiscos3 y ha sido muerto por dos golpes violentísimos, herc4leos, uno en la sien derecha y otro en el vientre, los dos mortales de necesidad. %#os mordiscos son de una estia 'Kcoatí, Kmono, Kgato onza+ en el anterazo la ore0a, la me0illa derecha. or desgracia son indistintos, aun$ue se notan perfectamente los dos caninos de arria. #os moldes de cera no han resultado? %KLu hacen un enano y una estia donde luchan dos gigantes El #alo 7rdóBez era formidale y se defendió con desesperación. #as malezas est!n hechas pedazos en torno, el terreno trillado y pulverizado. Maldita la lluvia $ue orró las huellas? 6un$ue no todas, por suerte. ara matar a un atleta, un gigante s ólo es m!s eficaz $ue un gigante y un enano: el enano%KEl estora. móvil fue la venganza o el roo En los olsillos del interfecto se hallaron dos liras esterlinas y dos illetes argentinos de cien falsificados 'asunto del comisario #astiri+ y en el arro del campo de atalla la rastreada encontró tres o0etos de oro: un arete de mu0er, una medalla de la Oirgen y un estuche en forma de lapicero $ue contiene un termómetro y una fina lanceta. %Kor $u el atacado no hizo uso del revólver $ue lleva a Kor $u no huyó Kor $u no gritó En el rancho de los Ma$uenna, a <\\ metros del lugar del suceso, oyeron al anochecer agudos chillidos de animal3 ning4n grito humano. El padre ausente, la mu0er supersticiosa se asustó y se encerró con los chicos. %Kor $u el asesino eligió para su hecho un lugar tan ostensile, casi la cumre del cerro, entre los dos caminos de acceso Hoco m!s, la plaza p4licaI "in emargo, nadie lo vio a0ar. =e sierto a causa de la tormenta $ue se venía Ko e;itosa caut ela de un malhechor avezado
%"in emargo, el crimen fue premeditado y alevoso. #a víctima no esperaa a nadie, se haía echado a descansar en el pasto3 cama de hiera a pocos pasos con seBas de cuerpo humano claras. %Puellas del asesino: un relo0 de oro anti$uísimo, modelo alem!n, grandote, con cadena corta y maciza, muy valioso3 un trozo de camisa de seda en el puBo apretado del muerto3 una pisada de homre, zapato gastado fino, $ue se salvó por chiripa de la lluvia al lado de una roca, por venir la lluvia de soslayo. Esto asta. Cuando lo hayamos agarrado, e;plicar! l todos no hay $ue afligirse. #o haremos cantar. o gato onza, y %9uscar porlosel misterios, lado del circo "arrasani, un animal como comadre0a, un atleta. El golpe de puBo en el vientre denot a un o;eador e;perto3 es uno de los golpes prohiidos, para el cual pr!cticamente ha y $ue tirarse al suelo. Muy peligroso para el $ue lo da, si yerra. El golpe de la sien est! hecho con un o0eto duro, piedra, astón o puBo de hierro. %KCómo se concilian estos golpes mortales $ue parecen dados a un dormido, con los araBazos y mechones de pelo arrancados, y la violenta lucha $ue aconteció sin lugar a dudas %El muerto est! semidesnudo, en mangas de camisa, y sta, como los pantalones, desarochada y rota. 1iene lastimad os los nudillos del puBo derecho y roto un dedo. =ee haer seBalado terrilemente a su agresor. "e defendió con furor3 pero Kpor $u en silencio y a mano limpia #e ia la vida Ky guardó las leyes del o;eo, como en un ring E;traBa gentil homría. YneneZ como el Espíritu muerto. deportivo fuera de sitio. Generosidad incomprensile3 y m!s en un %El ensaBamiento del asesino denota móvil venganza. #os o0etos valiosos desparramados, móvil roo. #a lógica diría amos 0untos. ero la forma y circunstancias del acto e;cluyen los dos. Esto no es el hecho de un criminal sino de una estia. %6ntecedentes del muerto, psimos. Capaz de cual$uier cosa. "eBor de horca y cuchillo en su estancia del Cuareim, patotero distinguido, tres entradas por tumulto, lesiones y emriaguez, acusado de homicidio y asuelto por defensa propia? o coima3 sospechado de contactos con los monederos falsos, relacionado con el hampa, copropietario de un pas$uín en 9uenos 6ires. %9uscar por el lado de los peringundines del puerto3 hacer halar a las mu0eres? %Comunicar todo esto a la policía de 9uenos 6ires3 colaoración? "eguían unas líneas confusas. cura,a cerrar despus musitar para síhaía dos osonado tres cosas, $uedó pensativo3 despus se levantóEly fue su de puerta con llave: una campana estridente? %H#ectura espiritualI Adi0oA3 Hvaliente es la $ue estoy haciendoI?&. 1omó de sore la mesa una carta sin firma. %H"!lveme, padre MetriI %Estoy perseguido por asesinato. #as circunstancias deponen contra mí, como ver! usted en la relación ad0unta3 y aun$ue nada proar!n fuera de ellas si me prenden, mas solamente $ue estuve cerca del cad!ver, como es verdad3 con todo deo oligadamente esconderme. En estos momentos sería desastrosa para mí la prisión. %Oer! >d. lo $ue ha p asado. %Oine a 9uenos 6ires en usca de mi novia Asi tengo derecho a llamarla asíA la doctora Oirginia, de la cual me ha oído halar. Me comunicaron $ue haía desaparecido de su casa y me alarm mucho. #e he contado a usted sus dos YfugasZ anteriores, cuando huyó de casa de su padre en Rosario para venir a estudiar medicina en 9uenos 6ires, siendo
0ovencita3 y una vez $ue tenía $ue operar con Poudais y desapareció presa de p!nico y la encontraron despus en unta del Este inmmor de todo. %Esta mu0er es el todo para mí, padre. 6lg4n día la ver! y lo comprender!. Es una mu0er e;traordinaria. /o haga caso de lo $ue ha oído decir al vulgo grosero y maldiciente. #es parece machona por$ue simplemente es un ser humano completo3 y esa e;centricidad de sus gestos y gustos varoniles es accidental en ella, solamente una pose para desafiar la imcil opinión provinciana, adoptada desde niBa contra la resistencia a su genio del medio chato mí esos gestos me parecen no ya disculpales sino admirales3 la verdadyesrutinario3 $ue estoya como loco por ella. Es una real mu0er. %erderla ahora sería peor $ue la muerte, no hay palaras para decir eso, mi caro amigo y hermano. /o me $uiere todavía, por desgracia, o no lo de0a ver, o yo no estoy seguro3 somos dos uenos camaradas de profesión y dos uenos amigos. 2a no somos 0óvenes los dos, aun$ue vie0os tampoco. Es la solución del prolema ravo de mi e;istencia, el descanso al fin. #a conocí poco antes de e;iliarme a 9uenos 6ires, despus de mi fracaso político y fue el deslumramiento3 la conocí de cerca, $uiero decir K$uin no conocía de nomre, o de mal nomre, a la famosa mdica feminista ero conocerla de cerca es todo lo contrario. #o m!s e;traordinario en ella es su modestia, si no fuera su caridad, su humanidad, o como dicen ahora, su humanismo3 o su talento. En fin, no $uiero hacer su loa, $ue usted reputa r! chochera. ero decirle $ue para mí es la vida, la ri$ueza y el edn, es poco. %1oda mi vida ha sidooun continuo luchaPe y una especie defensa: usted sae ien lo $ue he sufrido, me0or dicho,conato, nadie una lo sae. suido a la de honorale situación $ue gozo A$ue gozaaA a costa de un esfuerzo ininterru mpido de muchos aBos y contra los mayores contrastes del medio amiente, del azar, del despotismo y de la envidia. 6hora lleg aa para mí la felicidad, y un premio mayor de lo $ue se puede soBar y he a$uí esta diaólica cominación de muerte, una estia $ue irrumpe, una muerte, una fatalidad. =ios no me $uiere. %ero noto $ue estoy halando de mí AK$u importo yoA estoy olvidando la narración del suceso, $ue es adonde ia. rosigo. %Oine, pues, a Montevideo y vi a la tía de Oirginia, $ue me haía telegrafiado: faltaa hacía tres días de casa y no se daa con ella. 1ran$uilic como pude a sus familiares, aun$ue yo estaa m!s in$uiet o, volví al hotel y me puse a uscarla ferilmente con la imaginación y a hacer planes para el día siguiente. 6l día siguiente, marzo (, mircolesenfermo. Ano lo Cólico olvidarA $ue fue, como recordar!, día ladelmaBana, Ycrimenretorcindome del CerroZ, de amanecí hep!tico. mpotente en la camaeltoda impaciencia. /o $uería confiarme a mis primos ni a mis amigos por no descurir esa deilidad de mi futura A$ue =ios lo hagaA $ue indica una ligera di!tesis epilptica, esa fuga ine;plicale. 2o solo haía de encontrarla3 y cuanto antes. %6l mediodía me levant, presa de una irresistile necesidad de acción3 recorrí las casas de varios amigos míos y de ella, uscando datos, hasta el atardecer3 y entonces movido de un impulso oscuro, me dirigí al Cerro por el camino m!s largo3 y me sent un largo rato en la cima. #a tarde era pesada y nulada y se preparaa tormenta. Cavil largamente, avizor la ciudad y el puerto, y al crep4sculo emprendí la a0ada por el otro camino. 6 poco rato de andar, una mirada casual a un lado me hizo descurir el cad!ver del perdulario ese, $ue ahora los imciles de la policía me cargan encima. %Estaa en un matorral, a la iz$uierda, unos <\ metros, los dos pies entresalían. 6l llegar al sitio, la vista espantosa me devolvió toda mi lucidez. Estaa despatarrado en
actitud convulsa, como un energ4meno, las facciones descompuest as en un rictus de fiera. #o e;plor todo sin tocar nada, todo lo $ue el comisario con mucha e;actitud dice en su informe. Mi haitud de clínico me di0o muchas cosas? Paía haido una lucha corta y violentísima, incruenta. #a mente se me llenó de pavor. 6llí haía pasado algo infame. /o podía separar los o0os de la horripilante vista. Cuando me arran$u y empec a des cender, otra vez no era dueBo de mí. Me perdí, empezó a llover a aldes, sin truenos ni rel!mpagos, como si el cielo se viniera aa0o en medio de espesas tinielas. #a lluvia me cegaa. caí varias veces,deasí meguerras cayó elprusianas. relo0 $ue/o el emperador Guillermo regaló a%1ropec mi aueloy como veterano lassetres s cómo llegu al hotel. 6l día siguiente me entero por el diario $ue los polizontes haían hallado las huellas mías y era uscado. 1emí y me escondí. /o pude soportar la idea de $ue me vinieran a estorar torpemente mi suprema tarea de hallar a Oirginia. KLu tengo yo $ue ver con ellos Lue se fastidien. %/o me encontrar!n. 1engo a$uí muchos amigos y recursos. "oy tan h!il por lo menos como el sagaz rendes. #o espantoso es la interrupción forzosa de mis 4s$uedas. KLu ser! de ella entretanto Fiaa de usted3 pero usted me dice $ue no puede salir del convento durante siete días. Respeto su decisión, pero por =ios, padre, si me $uiere, no me aandone, en nomre de nuestra amistad. %or la fe com4n $ue profesamos le ruego $ue me salve de este trance de muerte, es decir, $ue salve a Oirginia Caylus. =e nuevo repito $ue yo, mi uen nomre, y aun mi misma felicidad, importan 1engo confianza en tengo usted, confianza en su inteligencia, energía formidale y en su menos. gran corazón3 y sore todo ilimitada en en su la rovidencia del =ios de $ue es usted ministro? #e ad0unto todos los papeles $ue pueden informarle de los sucesos. >sted tiene a$uí uenos amigos, amigos poderosos? %Espero en usted ciegamente&. El fraile suspiró y sin m!s tr!mites empezó a revolver otros papeles3 illetes, programas, recortes de diario con noticias sore la rillante y azarosa carrera del gran clínico y 0efezuelo del artido 9lanco, uno de los fundadores de la Escuela de Medicina3 y de la otra mdica $ue haía venido a irrumpir como un ólido en su vida. #evantó uno donde estaa su retrato, y lo miró largamente. arecía inglesa o nórdica, alta3 eselta, aun$ue no fr!gil, sino m!s vale al contrario, caellos ruios platinados '%teBidos&, musitó el fraile+ los o0os orgullosos, la caeza echada para atr!s, omachas lancas d eAcomo pelotari,a una ra$ueta la mano. 6l fraile no le gustaan nadieA las en mu0eres modernas3 y menos las masculinas. Era la crónica de un campeonato de pelota, escrita en cursi y rimomante estilo periodicastro? #a primera mu0er en "udamrica graduada en medicina Alos uruguayos son los primeros en todo, sore todo en las cosas rarasA aun$ue sta era uruguaya de adopción, hi0a de Rosario de "anta Fe3 haía ganado varios partidos contra homres avezados, al final haía 0ugado uno $ue perdió, a mano limpia sin paleta, linda manera de hacerse mano de ciru0ano. Fumaa y eía, andaa a caallo a horca0adas, haía fundado el partido feminista uruguay o. Ganaa dinero, se metía en negocios. /unca haía $uerido dedicar su profesión a mu0eres solas o a niBos, atendía todo. Chocaa a muchos y estridía en el amiente de la pe$ueBa ciudad, a pesar del avanzado cosmopolitismo y la modernidad de la erla del lata3 pero era respetada y admirada en su amiente de mdicos, de universitarios y de poetisas. Cosa rarísima, de sus costumres nunca se haían atrevido a murmurar nada3 ruidosamente, al menos. #a tenían por una e;cntrica simplemente, de
srcen ingls o noruego, a 0uzgar por su apellido, y por su apostura tiesa y distante. #a silueta no era ciertamente homruna y las facciones no eran anormales ni asimtricas, aun$ue sí un poco tiradas y e;traBas. %icante&, murmuró el fraile. %/o es linda, sino graciosa3 stas son las peores&. "e levantó pesadamente por$ue haía sonado la campana llama ndo a puntos. %9onitos e0ercicios estoy haciendo Adi0oA $ue =ios me perdone. Estoy desoedeciendo cínicamente y eso es un castigo impuesto por desoedienci a3 pero Kpuedo hacer otra cosa 6un$ue $uisiera el Yrincipio y FundamentoZ podría. "oy un animal. ero a Kpuedo falta r a laspensar leyes en de la amistad sas son leyes de no =ios mismo , Cristo se sometió ellas. #o malo es $ue voy a un fracaso seguro, si =ios no hace un milagro. "anto Cristo de Fiesole, K$u puedo hacer en este caso ensar solamente3 y con pensar solamente no se puede apagar una vela. =ios es grande. 1engo siete días. En siete días no fusilar!n a mi ansioso enamorado, aun$ue mucho me temo $ue lo pillen. HEste rendesI? El doctor Luesada? ero K$uerr! el doctor Luesada K2 podr! "í3 poder puede todo. HGlorioso atriarca "an Qos, un milagritoI /o hay duda $ue es inocente3 pero para proarlo deo encontrar sin salir de a$uí al verdadero culpale&. El milagrito sucedió. >nos diez días m!s tarde salían de un lu0oso despacho el franciscano y su amigo el doctor alem!n despedidos ceremoniosamente por un gran seBor de igotes entrecanos, homros anchos y varonil apostura. El fraile di0o al dueBo de casa al darleElladoctor mano:tropezó en el dintel, estaa p!lido y azorado. AConfiamos en usted, pues. alara de caallero. AHalara de vicepres idente de la 9anda 7rientalI Adi0o son riendo el otroA. Es lo mismo, por otra parte. "í. Me ha convencido usted. "epultaremos todo. Es lo me0or. ero usted no me falle. AGracias Adi0o el doctor alem!n, m!s con los o0os y el enrgico apretón de manos $ue con la voz. 2 la puerta del despacho senatorial se cerró para siempre sore el misterio del crimen del Cerro y la estia argentina. =e no haer sido por el Cuaderno del padre Metri? El homre se volvió hacia el fraile con la misma e;presión de pattico reconocimiento, mezclada ahora a la de incertidumre. A/o s $u hacer Adi0oA. /o deería irme. se va, no respondo nada Adi0o e l curaA. Crame a mí. 2oahallar mu0er yA"i se lan omandar tamin a ladeotra anda. 1area de niBos. Casi s ahora priori a la adonde est!. AMi deer es hallarla. óngase en mi caso. A"u deer es no estorar. El otro tragó saliva. El fraile empezó a halar volulemente. AEstos goiernos sudamericanos tienen esa venta0a. "uerte $ue la dictadura en este caso ha servido para hacer una tremenda 0usticia Apara ocultar una tremenda 0usticia hecha por =ios, me0or dichoA. Es $ue ha sido suerte tamin $ue ste fuera a la vez el 0uez, y $ue yo lo haya tratado tanto en aran!. 9uen homre, Kno >n poco altanero al principio, creí $ue nos salía mal, usted tamin no deía haer halado3 y de0arme a mí. ero astó $ue entendiese $ue se trataa del honor de una mu0er? >n verdadero hidalgo espaBol, de esos de antes. H2 mis %meditaciones&I 6 medida $ue las ia leyendo se le iluminaa el rostro, se rió varias veces. "on uena gente estos uruguayos, gente nole. Es la me0or
provincia argentina, dicen. A"omos ingoernales. Aor eso mismo. A#o asomroso es $ue haya llegado usted a la verdad por ese camino, s in moverse. >sted es un genio desconocido, padre. A#a verdad $ue me ocultó usted? Pizo muy mal? aun$ue con ese concepto del honor? tenía $ue hacerlo. >sted es otro calderoniano, como este Luesada? AKCómo ero yoe;adivin todo enseguida. o tenía datos $ue usted nopodía tenía.halar 2o fui al cerro profeso. 2 yo conocía la/aturalmente. medallita y el2estuche de oro. ero mi deer era callar. A2 fastidiar a su propio fraile. H=ios míoI /unca he pensado tanto en mi vida. H2 $u insomniosI ero ha sido divertido. Me valieron las s4mulas de edro #omardo. =esde luego, compre ndí $ue el golpe en la sien era un puntapi , un zapato punti agudo. ero H$u vericuetosI H2 $u suma de horroresI 1engo la mente manchada. AHLu infamia, padreI arece mentira $ue e;istan homres tan perversos. Pay muchos asaltos de esos ahora, es alarmante. AOiciosos. "e vuelven estias. %#a estia argentina&. /o era usted, por suerte? y por de contado. ero el vulgo n o se engaBó en el apelativo, a un$ue mal aplicado. =escanse en paz? si puede. 9orracho estaa, sin duda. =e no Kcree usted $ue no se sale con la suya A/i nomrar eso, padre. HLu espantoI a se acaó la pesadilla. 6hora tomamos un coche y el vaporcito esta noche. K1iene A2 el salvoconducto AMe lo mandar!n a ordo? el mis mo rendes, por cierto. HLu homreI arece un lerel. AH2 pensar $ue estaa revolviendo el puerto y enlo$ueciendo al circo "ar rasaniI A2 yo en la casa de Goierno. Pe tenido verdadero miedo, padre. AKor usted Adi0o el otro con malicia. A=e sora sae usted $ue no? 6hora mismo tengo miedo? no vivir hasta $ue no vuelva a ver a Oirginia? Creo $ue es coar día $ue huya. A=0ela de mi cuenta. 2o me encargo. AH=ios mío, si ella me $uisieraI AEso corre de cuenta suya? de usted. 9astante maltratado tendr ! ahora su orgullo. A/o es orgullosa, padr e, es todo lo contrario. /o la conoce usted. Es independiente y valiente. /o est! ienpara $uemi yo la alae? A=emasiado gusto, no demasiado me gustan valiente. las mu0eres modernas. HComo para encontrarse con la niBa en descampadoI A6 usted no le gusta ninguna, moderna o no. AEs verdad. Me dan raia. =an traa0o. 7 ser! $ue me gustan demasiado. #os e;tremos se tocan. ero todas en general, Keh 6sí no hay peligro. El otro sonrió. AKPa visto la iet! $ue haía en el despacho del vice Acamió el fraile la conversación. AK#a $u ara fi0arme en nada estaa yo. AEsa Mater =olorosa tallada en nogal de talia $ue est! en el fondo. Gran estatua. #a Oirgen sosteniendo el cuerpo de su Pi0o muerto. sa es la verdadera mu0er fuerte? moderna. A"í. #a he visto muchas veces antaBo. >na talla de 9artoli. #a tra0o de Roma el
vice. AEl cuerpo de Cristo con la lasitud de la muer te y el dolor infinito, los razos $ue cuelgan yertos sostenidos por las manos de ella3 caeza contra caeza, una echada atr!s inerte, la otra al lado inclinada adelante con una e;presión de energía dolorosa, de tristeza firme, in$uerantale. 1odo est! consumado, la paz despus del sacrificio. #as rodillas del Pi0o sore las rodillas de ella, los dos cuerpos como haciendo uno y ella dando de nuevo la vida, la sangre, el alma? la esperanza de la resurrección. Aonga eso tamin en sus %meditaciones&, padre. A/o emrome. AKMe las da =me el cuadernito. AKara $u ARecuerdo imorrale? prenda de amistad para lerselas a mis hi0os? futuros. Me pertenecen. Me salvaron. A"on un atiurrillo de cosas, un garaatal. /i las va a entender, son casi ilegiles. AHCómo $ue nos las entenderI Oenga el cuadernito, padre. /inguno m!s interesado $ue yo en $ue nadie m!s las vea. or eso no tema usted. A6hí va, pero mucho cuidado. #a verdad es $ue yo necesito pavonearme ante mis amigos. El homre necesita tener ante $uien pavonearse, así como necesita alguien ante $uien poder llorar. 2o no tengo mu0er ante $uien pavonearme3 me dio por pavonearme ante mi comunidad y me fue mal3 pero pavonearse por escrito es todavía peor? asomrosas, padre. no sal Oice. cómo Oaya pudo allegar enmuertos tan reve tiempoalg4n a la verdad.A"on "on deliciosas, la parte $ue2leo leyó saer si nosotros, loco de verano no las pulica, para la posteridad? A=ios nos lire y guarde. ero, en fin, muertos nosotros? 2. Las «meditaciones»
=omingo (5, a las ) rincipio y fundamento3 el homre es creado para conocer, hacer reverencia y servir a =ios /uestro "eBor, y mediante eso, salvar su !nima3 y todas las cosas creadas sore la faz de la tierra? 6hora tengo $ue salvar estas dos anímulas v!gulas l!ndulas. KLu voy a hacer "i puedo. Pe leído todos esos papeles horrorosos. 1engo $ue pensar, sólo así puedo ayudarlos. Mi caeza est! emotada y cansada, tengo $ue escriir para pensar. #o $ue vaya saliendo. /o podría pensar a derechas sin el estímulo y el freno de la pluma. >na pes$uisa es una investigación científica y no otra cosa. >na vez $ue se tienen todos los datos hay $ue pensar. 6lgunos piensan movindose, pero 6mp]re una vez $ue tenía todos los datos se pasaa días enteros metido en la cama. se era un saio. 1oda 4s$ueda de cosas concretas a partir de hechos, desde la invención de un plato de cocina hasta la victoria de una guerra es una investigación científica? pero con m!s arte $ue ciencia, eso sí, y los otros nomres $ue les dan no son m!s $ue motes. Esos papeles $ue me han dado son un verdadero logogrifo3 pero ahí est! todo, y por tanto de ahí tengo $ue sacar
la verdad? hacerla. Pacer la luz, como dicen. #a luz desde el caos la hizo el intelecto de =ios? el Oero. Este crimen es demasiado contradictorio, asurdo. /o se ve luz alguna. "on puros cho$ues. ero en fin, de los cho$ues surgen las chispas. rimera chispa: este crimen dee ser muy simple. #a imagen $ue da a primera vista es demasiado estrafalaria: gigantes, enanos, estias, comportamientos idiotas. #uego es una imagen radicalmente falsa: y en su raíz hay un falso supuesto. KCu!l es el falso supuesto $ue sutiende la imagen formada por el comisario rendes Pe ahí $ue la clave del plar asunto. /o veoe nada. 1engo contem largament los hechos y formar im!genes, formar im!genes cada vez m!s a0ustadas y comprensivas. onerme en el lugar y en la piel de los persona0es, $ue son pocos. 6l dialo las talas de "tuart Mill. /adie ha inventado ni encontrado nada con ellas. 6pli$ue usted las %talas de presencia, ausencia, variació n y residuo& a estos hechos. M!s aceite da un ladrillo. m!genes? Kero son las de "tuart Mill o las de 9acon oco importa, dialos. /o puedo hacer ninguna imagen coherente con estos datos. ero eso mismo es algo. Estoy parado en un falso supuesto, $ue da asurdos. sta es la primera chispa: Estoy mirando las cosas del revs. =omingo (5, a las (( el pecado de los pecados ^ngeles,$ue el pecado homre#os $uetres est!pecados: en el infierno con menos yo? de 6d!n y el pecado de un El padre Francisco "u!rez e;plica el misterio de la Eucaristía, endito sea, diciendo $ue hay allí una nueva creación del cuerpo y el alma de Cristo y una ani$uilación de la sustancia del pan. 6l dialo. Es la e;plicación m!s simple3 pero despus rinde una cantidad de asurdos. "anto 1om!s dice simplemente $ue hay una transformación, pero K$u transformación #uego opina $ue hay una transformación accidental, un nuevo ui3 "u!rez, $ue hay una transformación trascendental, una creación nada menos. K=ios no puede crear Esto parece hasta m!s devoto, m!s digno de =ios. "í, pero luego salen asurdos. El teólogo 6rriaga, e;planando la teoría de "u!rez, se ve oligado a conceder $ue =ios puede ani$uilar un atallón entero y crearlo de nuevo convertido en un solo homre3 ani$uilar a un homre $ue se ha condenado y crearlo de nuevo de modo $ue se salve, y sea el mismo. Oamos. sos son imposiles. parte un de principio un falso supuesto3 por lo menos nos e;plicaa el maestro de rima. "u!rez 1oma como metafísicoasíasoluto este principio: En toda transformación hay mutación de los dos trminos. ste es un principio sacado por inducción de las transformaciones sensiles. /o es un principio %analítico&, notum $uoad se. 6$uí pasa lo mismo. Pe leído de nuevo los papeles? $ue ya s de memoria. Pay un falso supuesto, tan sencillo $ue no se ve. ero ahí est!. K=ónde Conclusión: hay $ue desmontar todos los asurdos uno por uno. ensar lo contrario de lo $ue parecen. =omingo (5, a las (_ #os pecados propios: Pacer una especie de e;amen de conciencia sinttico de toda la vida? #os pecados de toda mi vida. "intti cos. Lue se los pregunten al padre #osada. Me revienta este 0esuita. =icen $ue es un gran orador y un gran psicólogo. ero a mí me
revienta. /o me gustan los oradores. or lo dem!s, durante todos los %puntos& no hago m!s $ue pensar en mi caso. or eso $uiz! me revienta3 me estora pensar. En vez de pensar en el %primer pecado& he estado pensando en el primer asurdo. 1iene razón rendes. Me he puesto a contemplar un gigante y un enano acollarados en un homicidio. Lu imagen. El enano desaparece. =espus desaparece el gigante. "e anulan. 7 me0or, se recortan y cominan y sale un homre medio. ero la verdad es $ue sólo un niBo, ymortal no unalhomre, acomete a otro a araBazos y repelones3 y un un golpe olicuo hipocondrio, un rodillazo o un puBetazo. rendes lo niBo 0uzgónoundao;eador. "anto Cristo de Fiesole. =uns "coto decía $ue ve nuestro intelecto directamente la esencia de las cosas concretas. "i así es, lo deería ver de golpe a este matador como es, y no lo veo3 "anto 1om!s en camio dice $ue el intelecto humano ve lo concreto %per conversionem ad phantasma& Apero no dispongo de ninguna fantasmaA $ue limit!ndose m!s y m!s llegan a definir un individual: %"ócrates es un homre calvo, gordito, filósofo, hi0o de "ofonisa, amigo de 6lciíades?&. Estas dos notas gigante y enano 0untas no van. Pay $ue fundirlas en una. "anto cielo. KLu es un homre pe$ueBo con las fuerzas de un gigante Conclusión de hoy provisoria: el matador es un loco. #unes (*, a las (( /o dormí anoche. Me dormí hoy en la capilla, y ron$u. Mala suerte? p ara el prior. ore padre #osada. Pe estado anoche mirando %la estia &. /o hay tal estia. #a estia estora m!s $ue el enano. =esentona. /o entra. Este rendes lee demasiado novelas policiales. 6postaría $ue ha leído a oe. #os mordiscos proceden del matador. 1amin los chillidos. "on chillidos de loco. Es un homre al cual le faltan los incisivos, y tiene una oca chica. #a causa final de los mordiscos es desconocida, pero la causa eficiente es clara. Mordió lo mismo $ue araBó, rodaron por el suelo. 9onita figura haría por las calles de Montevideo, y eso de noche, un homre desgreBado y ensangrentado con un coatí o un gato onza a cuestas. Como para pasar desaperciido. Este rendes no tiene sentido com4n, $ue es el principio de la metafísica, y de todo ien. Conclusión: un ser humano sin incisivos, con dos agudos caninos. Martes (, a las (_ 6yer no pude hacer nada. 6atimiento y emolismo de caeza. =ios mío, esto no marcha. #os incisivos son los 4ltimos en caer. K>n vie0o K>n o;eador /o puedo ver ien a este mellado siniestro. Me estoy melodramatizando como rendes. Mi imagen est! tan inverosímil como la de l. K Est! 1odavía no. Es una somra. ero las conclusiones son lógicas. "eguir sacando chispas. #a esencia y la e;istencia. Martes (, a las 5 Pay $ue seguir aBadiendo notas generales hasta llegar al singular3 "anto 1om!s tiene
razón contra "coto, por lo menos en este caso: loco, mellado, o;eador? Pay $ue completar la imagen, aun$ue ya veo $ue es falsa3 por$ue en ella late el falso supuesto. Es una imagen en negativo3 para hacerla servir hay $ue concluirla? y darla vuelta. Maldito falso supuesto. 6llí est!3 por momentos lo rozo? y no puedo echarle mano. 6 dormir? si puedo. 1omar ismuto? o como se llame: eso $ue me dio e l mdico. Mircoles (<, a las (5.*\ Esto va mal.al1engo $ue halar al doctor $ue yo no $uería a4n. Pan prendido enamorado y estapor veztelfono no se les escapa.Luesada, Palar aloescondidas, ahora $ue est!n comiendo. Poy me tiraron por la anderola una pelotita de papel: %Me han descuierto y estoy cercado. Estoy frito. 6pure&. 6rí de golpe la ventana y un pilluelo astroso, un canillita, se ale0aa silando muy tran$uilo, a las patadas con un troncho de repollo a guisa de pelota. Menos mal. "i se ingenió a hacerme lleg ar la noticia, $ue se ingenie a romper el cerco. /o es tonto el alem!n. Mircoles (<, a las (_ Meditación del Pi0o ródigo. Luesada me promete estar atento. /o me entendió ien, pero lo convencí. Me $uedan tres días. /ovena a "an Qos. /o puedo pensar. otro asurdo unpor homre $uefurioso tiene un Ay se sae servirse6dever. l, El achidenteA $ueidiota: atacado un loco $uerevólver al fin lecargado da muerte, defiende a golpes de puBo y pata y se contenta con arrancarle un trozo de camisa. 'Este loco usa camisas de seda? como el =r. [erne+. Camisa de homre. #o menos $ue pudo hacer era huir o gritar. KLu hice yo cuando me acometió el loco Rotar "i llego a $uitarle el revólver, le pego un tiro. KLu razón podía haer para $ue yo en ese trance callara la oca Oamos a ver? H6hI #a misma $ue tuvo el indio "an alo. 2a est!. Ese homre tenía una razón perentoria, de vida o muerte, para no entrar en contacto con los transe4ntes, no digamos con la policía, aun con peligro de su vida. Conclusión: el muerto necesitaa ocultarse. Queves (-, a las 5\ Este crimen es !raro. 6noche soB con el cad!ver. Lu violencia inaudita, como diría Goll!n. /ada hay de humano o simp!tico en este sórdido dra ma del hampa. 1odo es a0o. =e esas estialidades del puerto $ue la policía ni si$uiera anota. ero entonces Kpor $u tan hermtico >n asesinato se hace por roo, venganza o pasión. /o conozco otros motivo s. 6$uí no calza ninguno de los tres. Claro: /o hay motivo. El asesino es un loco. 6lto ahí. Eso es un errar. #os locos oran por motivos3 sólo $ue no son motivos cuerdos. "in motivo no hay activo. 7mne ali$uid est propter ali$uid. #a causa final es la madre de todas las causas, y sin fin no hay retintín. /o me vengan a contar a mí $ue este loco no tuvo motivo. Es un loco $ue se hizo humo. /adi e lo vio ni lo ha vuelto a ver. #a policía agarr ó a [erne, $ue es inteligentísimo3 y este loco est! lire incluso de sospechas. Es un loco con mtodo. Es un loco inteligente. >n loco puede serlo. KLu tiene $ue ver 2o conocí un loco
$ue era m!s inteligente $ue yo. 6lto ahí: 7tro error. =e0monos de agudezas. nteligente y loco se destruyen. #o mismo $ue enano y gigante. "i es enano no es? Cominar. unto medio. "i es loco no es? H6hI Hah, ah, ah, ahI EnNloN$ueNciNdo. >n ser dil enlo$uecido tiene la fuerza de un gigante. Repentinamente enlo$uecido pero muy inteligente de suyo. >n type affol, $ue diría Goll!n.K>n Claro. cuanto acaó, /o recoró la mente. serEn dil HistolasI me $uisiera encontrar con l en descampado. Conclusión: se trata de un tipo inteligente, dil, sin dientes, muy chillón, muy e;citale? s4itamente %energumenizado&. Queves (-, a las ) Es raro3 pero me est! pasando algo raro. "e me est! haciendo sin $uerer simp!tico el asesino y antip!tico el muerto. >n homre de psimos antecedentes. Estos ichos mueren a manos de la policía o de otro con antecedentes pessimiores $ue l. or eso el crimen fue tan rutal, la lucha tan violenta3 y el ensaBamiento de patearlo despus de muerto. =os estias, agredido y agresor. H70oI KLu do impide dos hayan sido agresores 6tención, el agredido estado dormi o no $ue m!slos echado en la cama de hieras $ue notó la"ipolicía, Kharíahuiese podi do haer lucha =ole agresión. "e vieron y se lanzaron uno contra otro como fieras. #eyó en la cara del otro la intención, cada uno de los dos. Evidente. >no ya venía enlo$uecido o se enlo$ueció allí. #ugar demasiado inverosímil y riesgoso si lo huiese premeditado. HLu motivo !raro tiene $ue haer surgido allí para enlo$uecerlo así de golpeI Conclusión: crimen no premeditado3 frenesí repentino3 vio o sufrió algo $ue lo trastornó de s4ito. Muy posilemente? /o. /o s. Queves (-, a las ) Quro a =ios $ue hoy voy a pasar todo el día en oración, por mucho apuro $ue tenga el maldito alem!nOoy de alos demonios. Estoy emalado, na en círculdicho o, como mula al prtigo. de0ar el maldito asunto del todomiencaeza manos funcio de =ios, o me0or de "an Qos y "anta 1ais de 6le0andría y de "an #uis Gonzaga? y "an gnacio, no menos $ue de "an Q udas 1adeo y la Oirgen de #u0!n. Me estoy volvindo eata. 1engo anteo0eras. /o veo na da. K2 har! algo $ue ver K2 si lo mató [erne no m!s /o. Quro a =ios $ue no voy a pensar nunca m!s en crímenes ni asesinos. Estoy mal. 2o soy sacerdote y no deo andar ensuciando mi mente con esas cosas. /uevas seculares oídas fuera no se cuenten vanamente y sin fruto. El chiste en la oca del sacerdote es lasfemia? dice "an 9ernardo. HLu individuo ese "an 9ernardoI Luin me mete a mí con los a0os fondos de la sociedad, como diría el padre #osada, confesor de la aristocracia. Confesor de 6lvearas y ereas. KLuin confiesa las vie0as y las feas #os $ue est!n enamorados $ue se las arreglen: $ue se casen o se emromen Alas
dos cosas 0untasA. "i soy infiel a =ios de0ando la oración, me puede pasar algo Ay me pasar!A. Me h orrorizo de pensar en un día sin oración, dice 1ertuliano. HLu tipo este otro taminI /o deo meterme con los a0os fondos? con los a0os f ondos? ni pe nsar en cosas malas. #as doce dan, ya me duermo. ero esas cosas e;isten, y son ellas la $ue se meten conmigo, $u diantres les voy a hacer. ero esto no lo entienden los de mi comunidad? El culpale? 9ueno. /odespus, pienso m!s. hay tal culpale. El culpale soy yo. =os horas entre/osueBos HHHEl falso supuestoIII #a imagen del revs. El agredido es agresor y el agresor agredido. El arete de mu0er. 1odo el tiempo allí la verdad, y yo ciego. "i ser idiota. >n ladrón no saca a su víctima tres o0etos de oro y luego los de0a tirados. 2 un asesino, menos $ue menos. MaBana me escapo del convento. 1otal, por un día menos? H2 para los e0ercicios espirituales $ue yo he hecho?I H"e e$uivocó el Concilio de 1rentoI HOiva "anta Quana de 6rco y el Jar Meneli8?I Mi corazón es un muerto $ue espera resucitar. Es un cofre al fondo del mar. Es un pelle0odedetesoros acíarhundido y una ve0iga de hiel Lue el $ue la ee sana de la escarlatina? 3. Cabo
"armiento la tra0o, tr!0ola #iertad, de pensamiento 2 hora es prohiido pensare #iremente de "armiento 2o sono un uen torero /acido a Catanzaro Me lo sóltano al icho, lo sóltano E me le voy derecho? al alamrado. "i estuvierais en el locutorio de las clarisas de Montevideo, huierais oído a un fraile nervioso, cantando coplas de a$uel tiempo y ufando como una mula. El cura Metri era imposile para halar con mon0as. #as clarisas de Montevideo Atodo esto pasó en otra ciudad, donde hay un cerro. ero lo hemos puesto en Montevideo para despistar? y hacer eno0ar, si a mano viene, a mis amigos los uruguayosA es un cl!sico convento colonial color amarillo, con un inefale h!lito de eternidad, andalucismo y virreyes, con un portalón de talla $ue es un primor y los !raros de los munícipes lo est!n de0ando carcomer, con el cerro verde a l fondo cerrando la calle, una verdadera vista. El fraile ni vio la ora de arte. %2o no me enternezco ante los
vegetales&, solía decir cuando le mostraan un paisa0e. %Mi dominio son los animales&. "e haía peleado con la lega portera, $ue lo haía hecho raiar. Casi dolado en dos, con la caeza metida en el hueco del torno, $ue era a0o, la mon0a invisile le haía hecho un sermón. El sermón versó sore las prerrogativas de la seBorita por $uien preguntaa Ala cual no estaaA, la %mdica&, $ue las atendía a ellas gratis, hacía donaciones a la glesia, y haía salvado de la muerte a la madre Gertrudis de "an Quan de la Cruz. 2 despus le negó la visita $ue solicitaa. rimeramente, la persona $ue dice no est! a$uí, no la conocemos 'es la mdica de a$uí, mentirosa del dialo, las mon0as mentirosas, liosas y rencorosas, decía fray l!cido de la primera az+. /omentira, $uerr! venir al locutson orio, ella misma ha dado orden? 'segunda mentira+. /o puedo llevarla esa carta sin $ue la ara la superiora. #a superiora est! en maitines Ano es hora de maitinesA. En Cuaresma no reciimos visitas Auna verdad por fin. El fraile dio por fin en el clavo. A"i no tuviera usted ese maldito torno, vería $ue soy sacerdote y 0eromiano, achidente, m!s %clariso& $ue ustedes. "u caridad tome este papelito $ue dice: %Me han descuierto& y dígale a esa persona A$ue yo s $ue est! a prioriA $ue el cuyo es esa letra le manda la carta $ue he pasado a su caridad hace un momento. 2 no me la pierda, HachidenteI H"i su caridad no ra0a inmediatamente a lo $ue digo, la voy a maldecir y la voy a e;comulgar por falta grave de caridad, por$ue tengo facultad del preste Quan y del protonotario apostólico de e;comulgar ipsofacto a todos los $ue resisten"ea la moción inmediata Espíritu "antoI oyó ruido de vestidosdel y de una puerta $ue se aría con presteza. El fraile gritó: A6 las mon0as yo las hago a0ar a la realidad de la vida. "alió ufando de la portería. 6l rato de esperar, $ue no hacía m!s $ue ufar y cantar de raia en la silla renga del locutorio, se oyeron pasos y una vocecita3 y despus: A6laado sea el "antísimo "acramento. AKLuin es A>na indigna esclava de /uestro 6mo el "antísimo Corazón de Qes4s? A6 las mon0as yo las hago a0ar a la realidad de la vida. 1engo $ue halar urgente con la seBora Oirginia Caylus. "oy capaz de e;comulgar a todos los $ue resistan a la oediencia. "e oyó como una risita ahogada detr!s del pesado cortinón de sarga3 y una nueva voz medio masculina AK>sted es el di0o: cura loco de verano AK2 usted es la nena $ue no tiene dientes, la nena de las patadas A/o estoy para urlas. A#o s todo. AK>sted es el padre $ue me escriió mi? KEl padre heroico AEl mismo $ue usted di0o primero: el loco. /o me urlo. Estoy alegre? y apurado. "u novio? AMi camarada. A"u futuro el doctor Casimiro [erne? A#e repito $ue es sólo un amigo? A9ueno? >n uen amigo. Mío tamin. Casimío podía llamarlo usted en lugar de Casimiro. "i las conocer yo a ustedes. A=espus de lo $ue ha pasado, 0am!s me casar con nadie, padre. #o 0uro.
A/o 0uremos, niBa mía, /o 0uremos, no 0uremos, =esta agua no eer or si alguna vez eemos. AK>d. es el fraile misionero del Chaco $ue una vez se comió la firma de un pagar para salvar a un amigo de una estaf a A6sí dicen. /o me acuerdo. ALu !raro3 se parece a mí, padre? A/o tan !raro>d. como eso, %Oirginia $uerida&. AKLuerida /adie me $uiere a mí, padre? AMirenl!. Luiere $ue le endulcen los oídos? A? como yo $uiero ser $uerida. AEso sí, yo lo s, como una diosa. 1odas son iguales. ero ya andamos por ahí cerca? como comproar! >d. en reve. Oengo a sacarla del claustro, y ponerla en el 6rtigas. AK6hora mposile, padre. /o saldr de a$uí. AEs preciso $ue via0e a 9uenos 6ires. 6solutamente necesario. #o he prometido a? un alto persona0e. A/o ir a 9uenos 6ires. >d. no sae? AK6un$ue fuese necesario para salvar la vida de su? camarada "ilencio de nuevo. empezó a cantar los gozos de "an Ro$ue, tal como los haía oído una vez por all!Elporcura el Mocoret!: "oNsoNsoNerano "an Ro$ue =eNdeNdeNdevino seBor LueN$ueN$ueN$ue 0uiste legido aNpaNpaNpa madre de =ios AEstamos perdiendo tiempo Adi0o. A/o puedo salir. "e levantó y cerró la puerta: AK1iene compaBera A"í. A=esp!chela. A/o puedo. "oy novicia ya. A%El matador dioestaa al muerto unaypatada en la sien cuando estaa muerto? o desvanecido3 fuera 'recitando+ de sí de miedo raia3 perdió su dentadura postizaya y varios o0etos de oro?&. AH=ios míoI KLu es eso, padre A>na novela policial. A/o lea esas cosas, padre. A/o las leo. #as escrio. AK6hora est! escriiendo? a$uí AK2 $u voy a hacer si >d. no responde KEs eso cortesía r eligiosa A2a le he dicho $ue? A#l!meme a la superiora. A/o. AOoy yo.
AEst! enferma. Estoy terrilemente impresionada, padre. =0eme resollar. /o se eno0e. /o s $u hacer. =0eme. MaBana. Estoy enferma. AEs $ue no hay tiempo, hi0a. #as papas $ueman. HPoy me escap del convento y me andan uscandoI >d. no sae lo $ue ha pasado. Pan prendido al doctor [erne? AH=ios míoI A"ospechoso de asesinato. Murió el animal a$uel, con el cual tenía no s $u vie0a deuda? A"í, mismo. yo lo s. H Lu horrorI er o Kes posile 1engo $ue salir a salvarlo, pase lo $u e pase. 6hora ACalma. 6hora mismo y d e cual$uier manera, no. 6hora es >d. la apur ada. Pemos de halar. =espacito y uena letra. AHLu despacitoI Est! en peligro. "us enemigos de ac!? or mi culpa. KCómo ha sido KCómo estaa l a$uí AFue al Cerro en usca de >d? y encontró un cad!ver. #a haía rastreado a >d. AEstaa terrilemente nerviosa, al orde de un ata$ue. >n cho$ue con mi tía. Es una mu0er terrile. Pay $ue conocerla. Como yo me conozco, salí de casa, me fui a una fonda3 y ese día suí al Cerro sola? A" toda la historia. AHLu vergSenzaI KCómo lo supo AMe lo contó la lógica? AKLuin A#o sa$u yo sólo tirando d e los caitos: astante est4pidamente po r cierto. Estaa allí patente. AHore de míI AKor $u AHLu vergSenzaI A9ueno. Oemos $ue el muchachote pelotari se vuelve fmina. 2a tiene vergSenza. 6laado sea =ios. A/o vergSenza por lo $ue >d. cree, padre. A2o no creo nada. #o s todo. AEstamos perdiendo tiempo, padre. H=ios míoI KCómo hago yo ahor a para salir A"aliendo. KLu la come A/o puedo. Mire, padre. 7yó $ue se levantaa dando un gemido un momento despus se corrió vacilantemente la gran pesadamente cortina oscura. /o haía mon0ayalguna. 6 travs del enre0ado de madera vio el fraile impaciente un fantasma. =olada, toda llena de vendas y izmas, $ue incluso desfiguraan los vestidos, una mano envuelta y un pie hecho ola de venda0es3 la ore0a tura, la cara con cardenales, sin la dentadura postiza, el laio superior $uedaa detr!s del inferior hinchado. #a mdica enmedicada. >na vie0a. >na vie0a? gallega. AH6chidenteI #a otra $uiso sonreír. A#o $ue no comprendo es cómo pudo llegar a$ uí? inoservada. A>n feliz accidente de auto en la falda misma. Cómo andaría yo. Me arrolló un auto. A2a lo veo. 6sí parece. A/o. /o me hizo nada. ero me alzaron y creyero n? AQuro a =ios $ue >d. lo provocó adrede?
A/o dir $ue no. Mi suconciencia? AHLu suconcienciaI >d. es m!s viva $ue un gato. AGracias. KCómo me pres ento yo ahora /o lo ver m!s, padre. /o puedo volverlo a ver en la vida. AH#indoI H#a gran feministaI 1oda la vida haciendo macanas masculinas y ahora salimos con escrupulitos de mon0a. KLu culpa tiene >d. A1uve culpa, padre. Grande culpa. Enorme. 1oda mi vida. Con esas macanas $ue >d. dice.de#opadre. $ue hice sufrirdespus a mi pore =esacredi t anomis hermanas. 6 $uella huida de casa l vino y memadre. perdonó, pero yo cedí. /os constreBía demasiado mi padre. ramos seis hermanas y un hermano, para l eran todos los mimos. Mi padre era uno de esos gallegos antiguos, muy rígido, recio: esa idea $ue tienen de las mu0eres. ara ir a tomar el tranvía a dos cuadras, haía $ue salir acompaBada. 2o? mi hermana 1hea? "e echó a llorar desconsolada. El cura vio a la gallega, toda su pose de nórdica desaparecida. El ruio platinado de los caellos se volvía castaBo sucio. "u altiva m!scara de inglesa se haía derretido. >na verdadera %C!ndida&, en pinta. #a hi0a del almacenero Caylus. A/o se haga ahora de masiado culpale. Est! a0o el influ0o de un cho$ue. 1odo eso de su vida se e;plica, si no todo se e;cusa: tempe ramento, amiente familia r adverso, una di!tesis? nada grave. /adie la condena. 2o la condeno, sí, teóricamente halando3 pero HachidenteI encontrado con un defensor suyo? AKlmemeheperdona ACreo $ue mismo la admira m!s por todo eso. 6sí somos. Es zonzo el cristiano homre, cuando el amor lo domina. A2o s oy otra, padre, enteramente otra. /o soy a$ulla. 1odo a$uello era tonteras. Este encuentro con el demonio me ha camiado? decisivamente. 2 del todo. /o me reconozco. Aero >d. no es para mon0a, hi0a. 1ampoco para líder político y luchador social. Crame. "i lo fuera, se lo diría? >d. es para casada. AH6y, padre, $u vergSenzaI "i lo supieran las mon0itas? AH#as mon0itasI Ecco la solución $ue andaa uscando. #isto. >n h!ito. 9us$ue un h!ito de clarisa? y al vapor. ida? A#o tengo ya, padre. ero tengo miedo. #as clarisas no salen nunca y via0an de a dos.
AKLu sae de eso la gente AK#a gente de Montevideo HCómo $ue noI #o sae p erfectamente. El fraile hizo un gesto de impaciencia y luego soltó la carca0ada. A2? Me vestir yo tamin de mon0a, si es preciso. #a otra se alzó de nuevo con traa0o y se apro;imó a la re0a. asó las dos manos por dos agu0eros y $uiso esar la del fraile, pero no pudo. #o miró con la cara pegada a la re0a y con un o0o empavonado. El otro comenzó a cohiirse a0o el un o0o ardiente y lloroso. Entonces ella le di0o a0ito, con la voz cortada de una e;traBa emoción. A9endito sea =ios, padre. El infame solamente me rompió una ore0a. =espus de esta aventura, el fraile Metri via0ó a "an #orenzo, y luego al Chaco, huyendo de aventuras y decidido a pasar el resto de sus días en paz y gracia de =ios. ero le salieron al paso otras, y el arudo K$u ia a hacer 6 nadie le pasan cosas terriles si se lleva adentro algo terrile. ero esas otras no las contaremos ya, pues %sería necesario un
gran liro para contar toda la vida, azarosa y e;cntrica, de a$uel eficaz varón&, como dice en sus memorias don Manuel Roselli, senior.
El fusil $ue tira solo
%? 2 sar! ". E. $ue a$uí, a causa de las deficiencias de la 0usticia regular, la gente D<
se la toma ut es sólitum por su mano, y hay muchos crímenes homicidios?& A"í3 la muerte m!s insólita y desconcertante $ueyha ocurr ido en el .mundo Adi0o don edro Cormic$, el 0uez de instrucciónA. El doctor eBala fue muerto por un fusil $ue se disparó solo mientra s l dormía en cuarto cerrado a llave de una casa desierta. KLu me dice K#o conoció ust "u acompaBante era un fraile grande, fornido, de ara negra, vestido astante irregular: una especie de grueso sayal 0eromiano, pantalones lancos de soldados, otines patrios con polainas y un chamergo de pa0a. ero era homre tan ien conformado Aalto, homros anchos, caos finosA y se movía tan fle;ile, $ue su irregular vestimenta no lo hacía ridículo, a modo de esas mu0eres a $uienes cual$uier trapo les cae ien. 7 sería $ue toda la gente de la zona norte santafesina estaa ya haituada a verlo de patrio y a mirar con uenos o0os al gran misionero. A#o conocí de fama Acontestó steA, la cual no era muy uena. de la gente 0uezA. eBala uen homre de mucha Aamplinas pericia en su profesión. "e Adi0o vino deelCua, a causa de la era guerra $ueamigo, all! estalló contra los espaBoles. Era espaBol, del Rif. 6$uí siempre marchó derecho. A1uvo $ue ver con la policía de 9uenos 6ires, creo. AEs falso Acontestó secamente el magistradoA. sta es la casa. Pe de0ado todas las cosas tal cual desde anteayer? menos el cad!ver, naturalment e? saiendo $ue estaa al caer el fraile amigo de los crímenes. >st ver! si ste no es despampanante. AHCuidadoI Adi0o el otro, alzando un dedoA. /o amigo de los crímenes, sino de las adivinanzas. /o confundamos. Paían lleg ado a un portal de hierro $ue por un caminito entre rosales daa entrada a un altillo3 casita acomodada de puelo: simplemente, un cuo revocado en cemento, con un alconcito en el segundo piso. El 0ardinillo se prolongaa a los lados de la casa, y terminaa en el fondo de la posesión, $ue era larga y estrecha, en una caalleriza y un alfalfar, stedecomo una hecha verde por alfomra pana. =etr!s la casa y a su haía unatupido especie glorieta cinco de palmeras, entre de cuyos troncos se derecha haía tendido un parral de esa uva dulce y un poco salva0ina, $ue llaman uva americana, cua0ada ahora de racimos negros y ho0as verdeseco en a$uel otoBo cha$ueBo, pl!cido y triste como un desangrarse de algo, como un error sin remedio. 6l llamado del 0uez, un criollo vie0o de ara entrecana, gordo y retacón l, se levantó de un anco de la glorieta y vino a arir con pachorra. Era el 0ardinero. AKPa pasado algo A/ada, doctor. #o $ue hay es $ue yo $uisiera reciir relevo, doctor. AKLu te duele AEs muy triste esta casa, doctor. Pay algo negro y pesao a$uí, doctor. 2 yo tengo tamin $ue reuscarme traa0o. 6rió el portón sin prisa. 6Badió despus de vacilar un momento, con risita tímida: AEsta madrugada me supe despertar de golpe, doctor, y andaa el muerto por mi
cuarto con la oca aierta. Haten te, doctorI Me pareció, doctor. >st puede reírse no m!s. Oenga ust a dormir a$uí entonce, dotor. El 0uez de instrucción rió alegremente. El nuevo amigo del padre Metri era un mozo e;cesivamente alto y flaco, medio encorvado y emarullado de miemros, de líneas angulares, movimientos a escuadra, con unos grandes $uevedos de carey $ue le daan una gravedad humorosa. 1r aía un liraco en pasta espaBola con un dedo aden tro a guisa de seBal, y accionaa con l aco mpasadamente. =on edrito llegó miemro laati "uprema Corte3 a$uel muchach o mac aneaCormic$ dor y al orotaado , lectordeinf gale, pas eantpero e solahora itario,erapes cador e;cntrico, $ue Metri encontrara un día a punto de ahogarse en el Riacho Grande. AMir! Adi0o al 0ardineroA, and! a uscar el ama de llaves del doctor a su casa. =ecíle $ue la necesito. 2 despus te pods marchar. MaBana $ued!s lire, si llega, como tiene $ue llegar, a hacerse cargo el sorino de 9uenos 6ires. or ac! est! el despacho, padre Metri, el lugar de la tragedia. 6tención, $ue voy a arir la ventana sore el 0ardín. #a tiia luz de una siesta de otoBo se colaa por las rendi0as y entró a raudales por la puerta, tiBndose de un tono azulado. El despacho era una estancia empapelada celeste, grandísima3 pero haía tantas cosas en ella, y sore todo tan desordenadas, $ue daa la impresión de no poder uno ni moverse. #as paredes azules desaparecían casi dea0o de vitrinas con aves y alimaBas emalsamadas, algunas de las cuales pendían del techo o encomraan las mesas3 una ilioteca con vol4menes despare0os, un ana$uel con instrumental mueles ero lo $ue m!s llenaan asomroso una cantidad $uir4rgico, de armas defrascos, fuego papeles de todasyclases, deheteróclitos. tipos anti$uísimos, losera lienzos del muro en panoplias y rodelas arregladas de cual$uier modo. ACasa de vie0o solterón Amusitó Metri, A=e e;cntrico Adi0o don edrito. Metri levantó con aprensión un estrafalario instrumento de fino acero con tres patas y una especie de monstruosa tenaza triple al otro lado. A"í? AmusitóA. 1amin esto me han dicho? AKLu es eso Apreguntó el 0uez. AK/o conoce Es un asiotripsor. AKCosa de mdicos A7 de asesino, seg4n? Acontestó Metri, meditaundoA. >n arma m!s alevosa $ue todas stas 0untas? a veces. K>st no recuerda lo $ue dice Qos =e Maistre edrito, gran aspavientoA. MaNístre autor nuembre $ue leeAK=e Goll!nMaNístre H/i me loAdi0o a =econ MaNístre, padre MetriI K=e HEstoy harto deKEse ese MaN ístreI A=e Maistre di0o: %#engo m+s terror de un m$dico impío .ue de un pistolero4 por.ue del pistolero me puedo defender/ y adem+s el pistolero a veces va a parar a la horca&. AMi desdichado amigo no fue un andolero Aprotestó don edritoA. K"e da cuenta $u colección A=eió de tener plata? Aarece. "on todas armas antiguas, estrafalarias, como ust ve. >na de ellas, peor $ue estrafalaria, HsiestaI =eió de ser? AKCu!l fue Apreguntó el fraile. AMire, K$uiere encontrarla 6comódese en ese sillón tal y como estaa el muerto, y vamos a reconstruir policíacamente el caso.
El fraile retiró con una vaga sensación de asco la mano del respaldo de un vie0o sillón de mimre, y oservó $ue la haía tenido sore un grueso co!gulo oscuro con A HQes4sIA, un trozo de cuero caelludo. 1odo el respaldar estaa cruentado horrorosamente, y dos o tres gruesas roturas marcaan allí el paso de voluminosos proyectiles. El 0uez curió con ho0as de diario esas seBales siniestras. El fraile se sentó con aprensión. AOuelva la caeza a la derecha, como $uien duerme. El razo derecho caído, con un cigarro en la mano. #os pies dentro de este fuentón con agua tiia. 6$uí est! a mano todavíaElla fraile, ca0a dealcigarros. 6ra o0os, ahora. oedecer, vio los asestada contra su caeza la negra oca de un enorme mos$uete suspendido de la pared frontera. =anzó una e;clamación de asomro. #a pared estaa ennegrecida por el fatal fogonazo. AEs un arma inverosímil Adi0oA? Kor $u estaa cargada A1enía la manía de cargarlas y disparar con ellas, para desesperac ión de los vecinos Acontestó el otroA. Muchas otras lo est!n todavía. #a carga de sta era formidale: recortados de plomo, ulones, remaches y tuercas. >na carga de trauco con un cuartillo de pólvora. El efecto fue hor ripilante. #a mandíula fue hecha trizas, un pro yectil salió por la nuca, encontramos, un diente en la masa encef!lica? Hore eBalaI El fraile se haía puesto de pie y contemplaa con o0os como dormidos el fuentón de zinc, el sillón, la ca0a de haanos y la cenicita a mano derecha. A6ccidente casual, imposile? AmurmuróA. >na casualidad puede inflamar un arma, ycasualidades otra casualidad puedenunca apuntar un caBo, otra casualidad marcar tiempo3 tantas no andan en yunta. Es ysimplemente asurdo. El el fusil no tirópero solo. A#o malo a$uí es $ue otra suposición cual$uiera es m!s as urda todavía AaBadió el 0uez vivamenteA. Fí0ese, padre Metri. El doctor eBala se recostaa a$uí cada día a las once de la maBana, con las pantorrillas en un aBo tiio de sulimado? para curarse una linfagitis? y un haano en la oca. 6 veces se dormía. #a mu0er $ue cuidaa la casa entraa entonces a ver si faltaa algo, y cerrando la puerta con llave, se ia despus adonde su hi0a hasta la una, hora en $ue volvía a servirle el almuerzo. &"ucedió $ue anteayer el doctor le dio franco la tarde, por tener ella su hi0a enferma, moriunda mismo. =e hecho murió a$uella noche tamin ella, la hi0a. 6sí $ue entró la mu0er, preguntó si faltaa algo, cerró con llave y se marchó. 6ntes de una hora despus suena adentro un caBonazo. El 0ardinero, $ue estaa all! mismo ocup!ndose de a$uella 0aula de icharracos, se vino corriendo a la puer ta, cerrada3 llamó a gritos a los vecinos, y de0ando entonces de ellos de guardia selofue alarmado. Cuandodos arieron, encontraron? $uealeuscar di0e. la llave de la puerta, muy &"i el fusil no tiró solo, entonces lo dispararon desde le0os, por medio de alguna magia o ru0ería. Mire, Metri, yo he leído? AK2 el cigarro Ainterrumpió ste. AKLu cigarro AEl pucho del cigarro. K=ónde estaa el pucho del cigarr o AHLu puchoI H 6h, entonces ust no saeI stos son haan os Monterrey, padrecito, puros de ho0a, ochen ta pesos la ca 0a. >st no s ae lo $ue es ueno. >n cigar ro d e stos se $uema hasta lo 4ltimo, de0ando apenitas unos grumos de ceniza lanca. HLu cigarrosI? 1omó un grueso puro de la ca0a con cierta duda. #o cru0ió con la uBa, lo olió, le mordió la punta, lo su0etó en los laios. AEn servicio de mi amigo, y para $ue ust vea? Adi0o. #o encendió, parpadeando los dos o0os y soplando suavemente Aun vie0o tic $ue
teníaA, y tum!ndose en una utaca, se puso a dar nerviosas chupadas, ennuol!ndose como una chimenea. Auro aroma y humo AdecíaA3 cigarros hechos de puro humo, de aroma, de ilusión, de ensueBo y de pereza en las tardes nuladas y frías? KLuiere uno K>st no fuma El fraile estaa entretanto al lado de la monstruosa arma homicida, descolgando una a una la panoplia. "acó una rica pistola morisca de largo caBón damas$uinado y culata de marfil3 luego, pistolón estaa rutal hecha hecho sin en herrería campestre, Colt americano de caBo aserrado? #aun colección inteligencia alguna3unsimplemente se haían ad$uirido armas vie0as y raras. Cuando alcanzó a descolgar el mos$uetón, Metri se hizo cruces. AEsto es asomroso Adi0oA. Es un arma vie0ísima, una especie de arcauz con cazoleta o un fusil de chispa3 esto es del tiempo de la ndependencia o m!s? HLuI HMucho m!sI arece un arma del tiempo de Carlos Luinto, de esas $ue se disparaan sore un trípode, aplicando una mecha al oído. "í, a$uí est! la hor$uilla agarrada al garfio3 ella fue la $ue su0etó el arma en el disparo, y con eso y todo, casi descua0a el garfio el coso este. HLu cosa !raraI "e necesita ser loco para tener este armatoste cargado? y para suicidarse de ese modo. El 0uez lo miraa sonriendo, sentado en la ventana, entre arom!tica niela. AEl doctor ha sido asesinado Adi0o. AK2 AHEsocómo $uería yo saerI Hor medio d e un dispa ro a distanciaI Fí0ese, ste es el liro de las memorias de Gaoriau, 0efe de policía de arís. Est! lleno de crímenes raros, pero $ue despus parecieron sencillos. >na vez un tipo mató a otro disparando desde una ventana una pistola $ue estaa en la mesa, por medio de un dole hilo de seda invisile $ue enrolló al gatillo y retiró despus tirando de un cao, para hacer creer en un suicidio? El fraile estaa mane0ando el pesado arcauz, e;amin!ndolo, olindolo y creo $ue hasta lamindolo casi. A"í Adi0o sin volver la caezaA3 pero e sto no se dispara con un gatillo3 esto, no lo olvide, es una pe$ueBa pieza de artillería ligera? K2 la llave Adi0o de pronto. AKCu!l llave A#a de la mu0er. K/o la har! podido dar a otro El otro guiBó los dos o0os y emitió un suave silido o soplido de impaciencia. A#o heac onsiderado puedeestuvo ser. >na llave laatenía el dentre octor,una est!punta a$uí3 la otra la lleva la mu0er enAdi0oA. un llavero/o al cinto3 cuidando su hi0a de gente, todos la veían. 2 adem !s? Huna gran siestaI? como diría Goll!n? Kno ve ust $ue si alguno huiese entrado, lo huieran pillado al salir Kor dónde salió, despus del tiro El otro no lo oía m!s, ocupado otra vez en e;aminar el arma sore la mesa. El 0uez charlaa, entretanto. A7tra vez Adi0oA, v olviendo a Gaoriau, un arma se disparó por un rayo de sol $ue pasó por una 0arra de agua, la cual hizo de lente ustoria. ero un tipo haía preparado antes la cominación fotognica matem!ticamente. 6$uí no hay nada. 6$uí tienen $ue haer sido los rayos del gringo Marconi? Miró a su desatento compaBero A$ue haía metido la nariz en la cazoleta del arcauz y fruncía toda la 0eta, como un perdiguero $ue estudia un rastroA, el cual se volvió s4ito hacia l y le di0o con rus$uedad:
AKLuiere apagar ese cigarro y tirarlo Me es t! estorando. El otro oedeció con sorpresa, ma$uinalmente. AH#a gran siestaI? como diría Goll!n Arezongó. El fraile volvió con af!n a su e;traBo manipuleo. AComo le ia diciendo, hay un italiano en #ondres $ue inventó un telgrafo sin alamre, con el cual puede disparar desde una legua de distancia un tiro o dar un Bo$ui a otro tipo $ue est! en la loma del dialo, adentro de un calaozo. La Naci1n lo dice. AatraBas de los Arepuso fraile, sin como interrumpir e ;amen. sólo $ue no A"on ondas de diarios electricidad, porelsupuesto, en elsutelgrafo3 precisan alamre y se vienen no m!s s olitas por el aire para donde $uiera el ingeniero. AatraBas para los oos AgruBía el fraileA. El aire no atraviesa paredes. Non datur actio in distans, como dicen los filósofos. Eso es imposile. =0eme en paz con esas patraBas. ara ir de u n e;tremo a otro hay $ue pasar por un medio, d ice 6ristóteles. Eso no tiene sentido com4n? AK2 eso $u tiene $ue ver Ainsistía el otro, muy picadoA. #a ciencia moderna? ero en este instante el fraile alzó algo de sore la mesa, olió, y se volvió al otro con un aspecto tan e;citado como si le huiesen pegado. #os o0os casi cerrados echaan chispas. #a voz sonó alta y trmula. A=on edro AarotóA, esto es algo de lo m!s raro y de lo m!s simple. Era verdad $ue el mos$uete disparó solo. K1iro a distancia, dice usted Mucho m!s f!cil $ue eso. KLu le parece AKCómo tirosiadi0ramos plazo tiro a plao A"í. Fig4rese $ue yo agarro y le digo a esta culerina: % Ist$ .u$dese a.uí s1lita/ y de a.uí a una hora revienta y me destroa a.uel fulano&? El 0uez empezó a parpadear y sopló como cinco veces. >n rayo de luz cruzó su mente y se perdió, se apagó de nuevo. El padre Metri se haía interrumpido, inmovilizados de sorpresa sus o0os sore dos personas $ue ingresaan al atrio r!pidamente: AH9!rara MarchesiI Ae;clamóA. H>stI? HEs posileI? Asta es la persona $ue hacía la limpieza Aanunció ruscamente el 0ardineroA. 9uenas Ay se marchó sin m!s cumplidos. #a mu0er era una seBora de negro, de talla mediana, 0oven a4n, a pesar de mechones p!lidos en la opulenta caellera ronceada, $ue mal contenía un paBuelo de seda. 6un vestida con suma poreza, haía un sutil aire de suma distinción en ella. arada en el umral,Aadre haía roto en sollozos e;agerados. Metri AaluceóA. HMi hi0aI HLu me dice ust de mi hi0aI El sacerdote se volvió al otro y le di0o: AOoy a halar con ella. AK#a conocía ust Adi0o el 0uez. AHFig4reseI Areplicó el otroA. "u finado marido fue mi mayor ienhechor y amigo. "u padre fue como hermano conmigo. 2 antes $ue el 0uez pudiera protestar, se ale0aron dos figuras hacia la glorieta, ella sollozando sin cesar, l monologando gravemente. 6ll! se de0ó caer la mu0er sore el anco, y el fraile permaneció de pie ante ella, apo yado en una palma. 6 la luz mate del cielo nulado, en medio del 0ardín vie0o y desolado, sore la alfomra flava de las ho0as secas, las dos oscuras figuras decían de una dram!tica tristeza sin esperanza. AHamplinasI Adi0o edrito Cormic$, lleno de impaciencia. Encendió otro cigarro, se sentó en el poyo de la ventana y se enfrascó en la lectura
del tomo de Gaoriau resueltamente. Cuando salió de ella, haía consumido el cigarro y m!s de medio liro3 miró, y las dos figuras no se haían mudado, pero ahora dialogaan con animación. AHEh, vamos, es para hoy esto o vamos a pasar la nocheI Ales gritó con impaciencia3 pero ellos no dieron la menor seBal de oírle. 1uvo un impulso de agarrar y marcharse3 pero la curiosidad lo retenía. AH>na gran siestaI? como diría Goll!n. cigarroel de la ca0a, guard!ndolo cuidadosamente en el en olsillo chaleco.6garró 1omóotro de nuevo liro, acercó una uta$uita, reclinó la caeza la re0adel y empezó a devorar p!ginas. ero esta vez el tirón fue m!s reve3 un momento despus se levantó a mirar con impaciencia. #as dos figuras venían hacia l lentamente, departiendo con gravedad. AH6ca!ramosI >na conf esión general Adi0o, arr ufadoA. ara es o es t! la glesia. /o te digo nada3 ni $ue fueran los pecado s míos, $ue deen de ser muchos m!s $ue los de doBa 9!rara. El fraile empezó solemnemente. A#a seBora doBa 9!rara Marchesi de 9engo a ha co municado su decisión de partir a Corrientes, donde est! su otra hi0a, cuanto antes pueda. Kuede hacerlo hoy mismo, don edro AKor $u no /adie m!s lire de sospecha $ue ust, seBora Adi0o el 0uez, compasi vamenteA. 2 le conviene huir el recuerdo de estos horriles sucesos, olvidar a su pore hi0a? AK"ae ust de $u murió Ain$uirió el fraile. A"í3 es decir? Creo $ue del corazón, insuficiencia. A6sí es Arespondió gravemente el o troA. KLuiere hacerme el favor de acompaBar a esta seBora Paía ya un ancho crep4sculo dorado, triste. #os crep4sculos de otoBo en Recon$uista encienden medio cielo en una polvorosa purpurina tan espesa, $ue parece como si un gran navío lanco, ro0o y tur$uí pudiese navegar en ella. ero la neulosidad de este día sólo de0aa colar una luz cenicienta y mate, inmaterial y opresiva. #a mu0er lloraa de nuevo. El 0uez se sentía oprimido. APay algo negro y pesado a$uí Arepitió, como el 0ar dinero3 pero de s4ito recordó y di0oA: 6ntes acae, padre, lo $ue estuvo diciendo. KCómo fue eso del tiro a plazo El frailesiItitueó un rato, mir!ndolo emarazo: AH6h, Adi0oA. 9ueno. Eso escon . 6hora caigo. El tiro a plazo. /o ha y plazo $ue no se cumpla, ni deuda $ue no se pague. Es un refr!n espaBol. Luería decir yo $ue cuando hay deuda de sangre con =ios, sta se paga al llegar el plazo, aun$ue un fusil tenga $ue tirar solo. "í, el pecado es una especie de fusil $ue tira solo? 2 girando sore sus talones, se largó a los trancos. 2 de la otra, $ue haía recaído en su mutismo, el 0uez no logró sacar nada, fuera de llorosos monosílaos. 1res o cuatro aBos m!s tarde, don edrito Cormic$ era 0uez de primera instancia en "anta Fe, puesto ien merecido, por su decencia y talento? y conseguido por una uena cuBa. "upo $ue estaa en el colegio de los 0esuitas el padre Metri, haciendo un retiro espiritual o algo así, y convaleciendo por orden del oispo de una seria caída. "e fue a visitarlo. Entró en el histórico colegio de Garay y Pernandarias3 la portería estaa a4n en la parte antigua. Contempló los pesados porches, los arcos a0os, los muros
macizos, el patio de los naran0os, el claustro sin adornos, cluido de somra fresca y recogimiento3 y vio despus el nuevo colegio caalgando encima y devorando al otro, ramplón y cuadrado galpón con adornitos charros, casillero incómod o y chato, sin confort ni elleza, disparate ar$uitectónico y pr!ctico del costo de un millón de pesos. #os nuevos 0esuitas de ahora no poseían la vitalidad de los antiguos, al menos a 0uzgar por? #a fealdad es mala s eBa: donde$uiera hay falta d e elleza, hay falta de vida. "ea moral, sea intelectual, sea física. #a ley es sa, es una ley iológica, Hla gran siestaI? nterrumpióefusivas sus refle;iones calladasellegada del padre Cuando lo vio, las e;clamaciones $ue traíaacres en lala lengua le atracaron. El Metri. misionero estaa mudado, ave0entado, medio canoso, con una figura de agoio. #e dio una impresión de l!stima. "e demoró en pre!mulos de cordialidad3 pero al cao, despus de largos rodeos vacilantes, el 0uez se dirigió a su tema. AKPa olvidado el caso del doctor eBala HCómo va a olvidarI KRecuerda lo $ue me di0o del disparo a plazo 2o caí despus en lo $ue ust $uiso decir: una mecha, es evidente. Era un fusil de mecha. 6hora, $uin la puso, el doctor o alg4n otro, y por $u motivo, nunca se supo. El fraile empezó a halar dilmente a sí mismo. A2a se acaa tu carrera, Metri. =escargarte de tus secretos. Esta historia ya no puede daBar a nadie. #e conviene al 0uez conocerla Adi0o. #evantó la voz y encontró de nuevo su antiguo tono de narrador $ue tantos triunfos le diera, esa voz monótona, incisiva, prieta de emoción represada y rompiendo en clarazones imprevisiles. A>na vez Adi0oA huo una 0oven viuda con dos hi0as, la menor de las cuales er a e;cesivamente hermosa. Codiciada, por tanto. "e casó muy ien. #a cas yo. "e casó con el me0or partido del puelo, un gallardo homre de gran fortuna, hi0o de un poderoso estanciero de la zona. Paía sido un poco calavera3 o mucho, lo mismo da3 chinero, como dicen all!3 mu0eriego hasta decir asta. "on cosas de 0óvenes, ust sae3 la 0uventud tiene $ue divertirse. "irve hasta para ad$uirir e;periencia de padre de familia. 6l fin y al cao, esos $ue han echado un poco el cohuelmo son despus los me0ores maridos. &Ella era casi una niBa, Martha 9engoa Marchesi3 la veo todavía? Lue se recuerde, 0am!s huo en Goya oda m!s lucida, ni pare0a me0or concertada, ni madre m!s feliz, ni novia m!s ella3 y la unanimidad del regoci0o popular en torno a ella fue cosa nunca vista? AH6h, vie0oI /o me venga a$uí a hacer propaganda del "anto "acramento Adi0o don edrito, con undiría aspaviento uey suelto, como Goll!n. inverosí mil de sus largos razos. 2a sae $u yo nací para AEspere. >nos meses m!s tarde la volví a ver de paso en Oera, y la encontr desme0orada3 m!s a4n, marchita. Estaa p!lida y con dos suaves o0eras violetas. arecía $ue una helada? arecía talmente $ue una helada huiese pasado sore un duraznero en flor. K"ae $u haía pasado A/o s. AEste? contaminada. AH6hI A"e supo despus. Ella lo atriuía al anuncio de su pró;ima maternidad, $ue la llenaa de ilusión. =io a luz antes de trmino3 se encontró en la cunita lanca, digamos llena de enca0es y tules, con un monstruo lamentale, con un pe$ueBo horror $ue haía costado mucho y haía $ue hacer desaparecer cuanto antes en secreto y a0o tierra. AEvidente Adi0o el otroA. Est! ien. ero no poetice, padre. Eso es m!s com4n de
lo $ue ust cree. AEl contragolpe moral fue aterrador. /adie lo supo ien, fuera de la madre de ella. >na esperanza inmen sa tronchada en seco, una ilusión segada al ras de la carne viva. ues ien3 ese suceso horroroso s e repitió cinco, seis? yo no s cu!ntas veces. a consternación de la 0oven crecía hasta la desesperación. >st fig4rese. 6nsiaa dar un hi0o a su marido, a $uien amaa siempre m!s, con un apego increíle3 lo deseaa para ella, con esa ansia de ensueBo $ue nosotros no creo podamos nunca mensurar? es cosa de las mu0eres.hamrienta 2 vez a vez ese resultado atroz3 la esperanza renace despus desesperadamente y avasalladora. 2 conyesto, celos del$ue marido y un amor m!s indomale. AK2 el otro, $u Ain$uirió el 0uez. AOolvió a las andadas, a correr tras las polleras3 eso sí, con mayor precaución y cierta decencia relativa. Cazaa en coto a0eno, si podía. "e creyó sano, por un tratamiento de tres meses de un mdico 0udío? o raro del caso es $ue cuando todo el mundo conocía la tragedia y estigmatizaa al canalla, su mu0er no saía nada, creía estar enferma del corazón, hacía tratamientos y via0es periódicos a 9uenos 6ires, y tenía a su marido en un nicho en lugar de =ios. KCómo e;plica ust esto A2? como diría Goll!n: así son nom!s las mu0eres. /o las comprende ni 6ristóteles. mu0erreligiosa, es Ae;presó el frailederefle;ivamenteA comunican1al a suvez amor especieAPay de calidad una especie infinitud mística$ue desmesurada. hayauna homres tamin, pero son m!s raros. #o $ue nosotros decimos de la tendencia primordial e incontenile de la voluntad hacia el `ltimo Fin? sí, eso es. /ormalmente, ella dee desdolarse en una tendencia asoluta y trascendente hacia arria, al "er "upremo, y en varios arroyuelos diferentes, hacia los seres creados. 6$uí se da una involucración, una mi;tura !rara y turia del amor místico y del amor profano3 adoptan hacia un homre las actitudes de adoración, de total su0eción y de ani$uilamiento de la personalidad $ue sólo =ios merece, Hpores almasI "e ponen de rodillas delante de un ídolo, incondicionalmente? A=ostoieXs8i Ae;clamó el otro, $ue seguía la divagación con o0os perdidos, ensimismadoA. #as heroínas de =ostoieXs8i. El mismo caso. A/o conozco esa familia Areplicó el fraile muy serio. hermano portero, un leguito menudo, delgado, de del caeza grande, viveza ratonil y grandesElo0os de niBo, entró titueando en la salita adornada retrato de don atricio Cullen y uscó en la semioscuridad a los huspedes. Encendió la luz y di0o: Aadre Constanzi, Kust preguntaa por el padr e Roca A"í Adi0o el misionero. APa vuelto del mdico3 est! a su disposición en su aposento. AGracias, hermanito. Ooy enseguida Adi0o el fraile. Miró a su visitante, y preguntó: AKEn $u est!amos AEn el crimen Adi0o el otroA. En la muerte del mdico eBala. KLu tiene $ue ver con todo esto el fusil $ue tira solo A2 ien Aprosiguió el curaA3 ella fue la 4ltima $ue lo sup o, si es $ ue una vez lo supo3 $uiero decir, la causa verdadera de sus incurales y multiformes acha$ues, de su horroroso martirio de cuerpo y alma. El amor le vendaa los o0os. Es decir, a lo me0or
huiese sido un golpe tan sore todas fuerzas humanas, $ue misericordiosamente la naturaleza le hacía cerrar los o0os a la verdad ultraevidente. "í, creo $ue nunca lo supo hasta $ue murió. Murió como una santa, =ios sea loado. "u madre fue $uien lo supo la pen4ltima. AK2 el doctor eBala AKComprende ust la infinita indignación de esa madre al conocer la infa mia $ue se haía cometi do con su hi0a #e digo a ust $ue el /orte santafesin o es una selva ruta, no hay leyA#a ni orden, se vive al alurpor del azar o de la rovidencia? infamia cometida el yerno? Aapuntó don edrito, atento a no de0ar divagar. AEl yerno ya estaa en el manicomio, atacado de par!lisis general Adi0o el otro incisivamenteA. Paía otro culpale, tan culpale como el otro a los o0os de la madre ofendida. Era el mdico de la casa, $ue saía y calló, $ue de0ó hacerse las odas, $ue cerró la oca, Kentiende ust Ay su voz se levantaa en tonos agudosA, por de0adez o inters, la oca cerrada con esa sonrisa cínica, con ese rictus de mofa o desprecio, $ue lo hacía tan repelente. udo prever el desastre, lo vio venir, y lo de0ó llegar despiadadamente. =on edrito no pudo retenerse. "iló dos o tres veces, guiBando los o0os3 se alzó y dio dos o tres vueltas en redondo. "e sentó de nuevo y preguntó con dureza. AEsa mu0er $ue parecía una s anta, doBa 9!rar a? premeditó una atroz venganza y la puso por ora con hailidad demoníaca. H#a gran siestaI /i un solo instante sospech de ella. H9rava mu0er,elcaramaI A/olaAdi0o fraileA, no es así, no premeditó nada. "us sentimientos religiosos a la larga huieran sofocado su rencor, si una maldita casualidad no la huiese tentado sore sus fuerzas. Estaa de sirvienta en casa del mdico? 7tra desdicha. "e les derrumó la fortuna cuando la crisis, como ust sae, como a tantos otros. 1uvo $ue entrar a traa0ar. 2 de repente, supo. Cuando supo, su humillación la enconó m!s, la humillación de servir al malvado. El día $ue ia a morir su pore criatura, estaa fuera de sí, y fue presa del antiguo demonio llamado /mesis. 6l entrar al despacho de su malhechor, lo vio dormido, un cigarro humeando a su lado, y asestado casi sore l un mos$uete $ue ella viera cargar y tamin disparar por medio de una mecha. #a acción criminal fue instant!nea y no duró ni un minuto: tomar del suelo el cigarro y colocarlo punta arria en la cazoleta ceada de pólvora, corregir la puntería? >na hora despus, su acción instant!nea era irremediale. =os horas despus estaa arrepentida, pero in4tilmente. El 0uezcastaBeteando de instrucción haíadepuesto a trotar en $ue redondo porun la aspa. haitación en gesto de asomro, lossededos su larga diestra, parecía AH"iestaI AdecíaA. HLu cosa !raraI H>na mu0erI HEn el /orte no ha y 0usticiaI H6ndamos con la ley de la 0ungla, como fierasI HPay $ue volver a la religión católica, a la monar$uía? y a la pena de muerte, como diría Goll!nI "e encaró con el fraile y preguntó: AK=ónde est! ahora ella AFuera de sus garras, don edrito. A/o? /o piense mal de mí. /i por asomo se me ocurre. Curiosidad no m!s era. =ios la dee de haer perdonado. AOolvió a su tierra natal. Est! en Europa. =ee de estar de lega visitandina en alg4n oculto convento de talia. El padre Metri se levantó pesadamente, suspirando, y se encaminó a la puerta. 6l llegar a ella se volvió y envió a don edrito un e;traBo saludo con la mano, acompaBado de
una prolongada sonrisa triste, y se fue. 6lg4n tiempo despus, don edrito descifró $ue a$uel amigale y ceremonioso saludo $uiso decir $ue no se volverían a ver m!s en la tierra. 6lg4n tiempo despus, $uiero decir, al suceder la postrera muerte del padre Metri.
ayada del parangón entre la malicia del homre y la mu0er [6]
3e los bichos del 6eFor demacho peuFa/esgarra o ala/ el el peliador/ pero la hembra es la mala' %El criollo $ue caza tigre en el Chaco o en Formosa, un poncho envolviendo un puBo y al otro la refalosa, cuando sale tras un rastro sae $ue arriesgó la vida, pero sae $ue la 0uega si es una tigra parida3 por.ue en los bichos .ue alientan demacho peuFa/esgarra o ala/ el el peliador/ pero la hembra es la mala' %El cuyano $ue uscando nido de cóndor, se encumra, sae $ue har! fiesta y cueca si el macho cóndor lo adumra: mas si no hay pichón y hay huevos, y la seBora empollando, ya no supo lo $ue viene, ni si volver!, ni cu!ndo: pues todo bicho .ue alienta/ de peuFa/esgarra o ala/ el macho cora5udo/ pero la hembra es m+s mala' %El toro es cosa de empu0e, sore todo cuando toria3 cuando est!n emrama y topan, no hay cosa pior en la historia3 con todo y eso los torian en la tierra de los godos, pero toriar una vaca no es asunto para todos3 por.ue los seres .ue nadan
o reman a pata o ala/ el macho ser+ violento/ pero doFa (lla es mala' %KLuin dir! la ti0ereta, con ser un r$til de nada, lo saca huyendo al chimango si le la roza la nidada, y es madre la $ue pega siempre el primer grito y sa$ue, revoliando como chispas contra el otro adula$ue3 por.ue de todos los bichos .ue el mar y la tierra encierra/ la mu5er es la vengana y el hombre es s1lo la guerra' %KLu varón clavara un clavo en la sien de un enemigo, o le trozara el pescuezo cuando eido >stedeselnootro ir!nest! a crerlo, mas la 9ilia, liro santo, de dos mu0eres lo cuenta $ue lo han hecho, y otro tanto3 pues de todo par .ue e0iste defendiendo nido y cuero/ $l es el m+s peliador de los dos y no el m+s fiero' %El caallo sólo cocia3 patea y muerde la yegua. El homre es guerrero y transa, tregua, ydaencondición, las luchasfirma m!s fatales guarda honor y acepta ley. #a mu0er tiene sus hi0os, tiene un solo =ios y un Rey3 por.ue desde el r$til .ue anda hasta el ave .ue navega/ la ira del hombre es bruta/ pero la mu5er es ciega' %El homre 0unta conse0os y para sus parlamentos, mira paVtodos los lados de la rosa de los vientos3
pero la mu0er furiosa no la para ni el Eterno. or eso, pues, las mu0eres no las ponen de goierno3 por$ue si se eno0a y manda 0usticia seca ahora mismo, ella agarra un país entero, capaz aismo. %2 es $ue lVhunda dee seral$ue el homre tiene oficios mil diversos, y ella no tiene m!s $ue una $uehacer 4nica y deida. El homre afuera agenciando mil tesoros y universos, y ella guarda dentro della lo m!s caro, $ue es la vida. 7 por eso/ de los bichos de todo pela5e y suerte/ el var1n es m+s robusto/ pero la madre es m+s fuerte
>n ru0o en la c!rcel [7]
Para ?orge Castellani
1. La apuesta
AH#o $ue pasa, padre, es $ue ust nunca ha estao en la c!rcelI or eso. H>st no sae lo $ue son las cosasI Avociferó Enri$ue Pocedez, dirigindose al padre MetriA. Hor esoI El famoso director de El /oticiero estaa mediomamao, y le haía dado por agarr!rselas con el fraile desconocido $ue sentado a la caecera respondía a los chistes anticlericales o verdes con chunga o con raia, mostrando una dentadura de loo entre la espesa ara agrisada. A>n fraile est! siempre en la c!rcel Acontestó el 0eromianoA. H2o soy captivus ChristiI AH#inda c!r celI Agr itó el gordo don #aurencio, el dueBo del diarioA. HComiendo en un fondín a las dos de la madrugada con una patota de periodista sI HMe gusta tu c!rcelI HOos sos un vagoI Hncapaz de estar tres días $uietoI H#inda c!rcelI AC!rcel moral, don #aurencio. >sts no entienden de eso. AHC!rcel moralI Agritó PocedezA. 2 en alguna c!rcel inmoral Kno ha estado alguna vez, padrecito AHoco tiempoI HMe es capI Acontestó e l fraileA. 6 mí me echan de todas par tes, y me echan tamin del calaozo. 2o %perturo&. 2o perturo donde hay pecao y me hago $uerer donde hay santid!. %Fraile perturador& me llaman. AHOos tens una cop as de m!s, fraileI HPas tomao de m!sI /o est!s acostumrao a esto. Hor esoI A/o tan acostumrao como vos? ien sas Adi0o Metri. #os dem!s coreaan con carca0adas el di!logo. El coronel >lloa se agarraa la arriga. AFuera romas, padre Adi0oA. KEstuvo preso AHMe escapI Arepitió el fraile. AHLu te vas a escaparI A"os pesao? A"i sos ru0o? AKEn talia AH6c!I AHCuente, padreI Adi0o el militar.
AMacanas Adi0o MetriA. a $ue ust me vuelva en chirona? A/unca Adi0o el su0efeA. 6$uí estamos entre amigos Kverdad don #aurencio 6$uí no tengo nada $ue ver con la policía. El policía lo de0 en la puerta. Kor $uin me toma AMac!nase Adi0o el fraile. ronunciaa a la cocoliche mac!nase. AH6puesto $uinientos patacones a $ue se escapóI H"e escapó no m!s si l lo diceI H2o lo conozco al fraileI HEs !raro este fraileI HLuinientos patacones y doy usuraI Adi0o el propietario de El #evante, don #aurencio de Oedia, acometido de un s4ito prurito de romas. 1amin el gordo haía tomado muchísima cerveza. 2 eso $ue era diatico. AHLue me tr!igano un vaso de leche con pa$uitaI Aorden ó el fraile. AHatrónI H1r!iganle la a$uita al fraileI Agritó PocedezA. H6cepto la apuestaI A6cepto Adi0o >lloa. A6cepto Adi0o el sordo G!ndara, sin saer de $u se tra taa. A2o apuesto trescientos por el fraile Adi0o El 2erno. AHagoI Adi0eron dos o tres voces. AHMac!naseI Adecía el fraile, soriendo tran$uilamente su vas o de leche helada. =on #aurencio, cuando se acaaa el traa0o de la redacción y estaa contento, tenía la manía de arramlar con todos los presentes y llevarlos a cenar a las tantas de la noche a la fonda %"urrentu&, donde se comía muy ien3 y a nadie le era permitido rehusar la invitación. El del fraile hacíasantafesino, varios días $ue a laen redacción, no sEn $ucamio asuntos de sus misiones Chaco y leconcurría haía caído gracia alpor Gordo. Pocedez, el director, le tenía tirria. Ese día lo llevaron a cenar casi a la fuerza, y le hicieron perder la misa, por$ue comió de madrugada3 pero di0o $ue no haía comido en el día, y adem!s $uería rematar el asunto, $ue le $uedaa poco tiempo. or supuesto $ue no remataron nada: se armó una trifulca veral con Pocedez, acerca de la pena de la muerte3 y de esa discusión de achispados salió la aventura m!s graciosa y e;traordinaria del gran pionero del Chaco santafesino. AK>st es partidario de la pena de muerte Ale haía dicho Pocedez? A2o no son partidario de la muerte ni de ninguna pena. H=emasiado tengo, penaI Ma? la pena de muerte iene aplicada necesaria a la societ Ahaía respondido l3 y el otro se le haía puesto furioso. AH>st tenía $ue pasar tres días, nada m!s tres días, en la celda n4 mero cero, donde yo estuve, y entonces íamos aa hacer verI Adecía el Enri$ueA. H/o derechoI Entonces íamos a ver si hay derecho eso a una criatura? 6 unahaycriatura humana? personal? a una criatura personal? AgritaaA. Hor esoI AKOos estuviste macaniador en la celda cero Apregun tó >lloa. AHEn la celda n4mero cienI Adi0o el gordo y todos rieron. AEn la de aa0o, la dieciocho, tres días. 2 lo oía gemir al $ue estaa arria? la noche antes? al cufien =i ascuale, el $ue lo fusilaron por el descuartizao de alermo? Luisiera verlo a este clrigo. 2o tenía frío en los huesos. A2o me escapo Adi0o l muy templado. A=e la celda n4mero cero e l 4nico escape es para la Chacarita, padre Adi0o >lloa A. Es la celda donde ponen a los sentenciados a muerte. HEs !raraI =e ninguna de la eni se escapa nadie3 pero de sa no se escapa ni =ios. K>st ha visto la enitenciaría A2o me escapo Adi0o tercamente el fraileA. ó no respeto pela ni marco. AEst! vigilada la celda por los dos lados, en el medio de un corredor vigilado por
amos lados, en el medio de un edificio vigilado por todos lados. Est! hecha científicamente3 ora de Qulierac: la puerta se are con tres llaves, una de ellas en poder del alcaide. HEs de piedraI En la revolución del setenta allí fue donde "armiento lo encerró a #ópez Qord!n. Es una tuma, padre. >st no sae. AH>st est! fuera de la realid!I H#os frailes viven fuera d e la realid!I Avociferó el dire. AH"alí, mamaoI 2o me ha escapao de una tuma. H2o me ha escapao de un campamento toa con perro alrededore, prrose, toa, mase de diezeI 2o soy profesare de de indio teolo$uía, isoBa pensare un poco, isoBaprrose saer pensare, HisoBa pensare finoI H9isoBaI pensare m! $ue "anto 1om! de 6$uino pa entender un indio, pa saer cósa piensa un indio? cuando te mira e se caya. E 4ltimamente, yo entiendo hasta Hla moncaI $ue son la cosa mase liosa $ue e;iste. #a monca hay $ue mat!rlase a palo por$ue si no, non se murono. E 4ltimamente, yo he peliado Hhasta con el dialoI AH9ravoI Adi0o unoA. H9orracho del dialoI Adi0o Pocedez y el coronel >lloa muy picado: Aadre, una cosa es e l dialo y otra c osa son dos re0itas? H $u digo dosI HcuatroI ? de arrotitos de fierro de dos dedos o m!s de di!metro? "i ust se viese allí dentro, se muere. A2o me escapo de allí s i $uiero? pero no $uiero. 6c! drento est! una cosa m!se fuerte $ue el fierro Atoc!ndose la frenteA ac! est! la lima Hde la intele$uencia, $ue lima pa drento y pacómo fueraIpens!s salir AK2 A/o conozco. /o he visto. 9isogBa ver. AK2 $u es lo $ue harías Aensar. >n día pensar, ver todo, por arria aaco delante atrase. 7tro día, cerrar lo oco y rezar. 6l tercer día HafueraI3 y si te han visto, no te acuerdes. Eso. 1odos se rieron sin ganas, y la cosa huiese acaado allí, de no ser por la formidale comezón de hacer romas y apuestas del dialo de don #aurencio. "e levantó medio inseguro y dando un golpe en la mesa, gritó: AMire, >lloa. #e apuesto mil patacones contra cien a $ue se escapa el fraile de la celda cero si lo encerramos por roma. H"e escapaI H6puesto al $ue rayeI or supuesto $ue no lo pensaa. #o $ue $uería era emromarlo a >lloa y crear un tema para su diario. A"i $uiero? AH/o puedeI Adi0oA. ero no $uiero? AHuedoI H"i $uieroI AK2 cómo A/o s. ens!ndochi s4. >lloa se haía puesto serio. '%Eso sería posile, si este !raro acepta3 pero es imposile. =igo, si acepta la pruea. 6l Qefe le haría gracia? y a todo el mundo? #o $ue se divertiría el carcelero Castellani, $ue es garialdino. Es claro $ue todos est!n medio orrachos, yo mismo3 y el fraile, $ue no ha tomao m!s $ue leche, est! m!s orracho $ue todos? o es loco? >na lección le vendría ien, $u dialo&?+. AHago los mil pesos contra otros mil, don #aurencioI Adi0oA. Me hacen f alta mil pesos. "i ste se presta? KLu hay, padrito Aor n ada no me voy a prestar Adi0o steA. 2o no traaco de alde. 1engo poco tiempo. Me esperan all! en "antV6ntonio.
AH"e achicóI Agritó Enri$ueA. HQarae de picoI =ecíme, fraile, Kvos conocs a esas mu0ercitas de 9uenos 6ires $ue est!n en la vereda con un paBuelito o una cartera en la mano AH#as conozco mucho tiempo antes $ue vos nacieras, y las he visto entre re0as, como a vos te voy a ver un díaI H1e apuesto mil pesos $ue nos encierran a los dos en el n4mero cero y yo salgo despus de darte una patiadura, y vos no saes por dónde he salidoI AHLu apuestenI Adi0eron todos. A2 o no soy ru0o Adi0o Pocedez. AH"e achicóI A6puesto los mil pesos a $ue ust no sale? AHComo no apueste lo h!itoI /o tengo mil pesos. ero el $ue pierda, $ue tenga $ue hacer $uince díase lo $ue le mande el otro3 apostemos así, se es trato. "i vo perd, $uince díase de oediencia ciega. AH1rato hechoI Adi0o PocedezA. K>sted se presta 1odos se miraron suspensos. AH"íI Adi0o el fraileA. H1e voy a tener a pura agua $uince días escriiendo a favor de las reducciones y en contra del general RocaI >lloa no $uería creer a sus oídos. El cura de "an 6ntonio se volvió y le di0o: A"i ust me puede encerrar, yo $uiero salir y salgo. /o perdemo nada. 1r díase incomunicao, yo rezo por lo tr mese $ue no rec casi nada. HagoI Ay el gordo don #aurencio le guiBaa o0o yserio. le hacía seBa $ue l lo ia a ayudar. >lloa se haía el puesto AHEs una roma ravaI AdecíaA. ero este fraile es un toro, daBo no le v a a hacer. H#o $ue se va a reír el 0efeI KLu dialos pensar! hacer /ada $ue hacer? ero? no perdemos nada. AKCu!nto tiempo precisa para prepararse A/ada. MaBana mismo me encierra. /o tengo tiempo $ue perder. KLu día es hoy A1res de marzo, 0ueves. APoy mismo a las do de la madrugada me encirrano AHya son las tresI, gritó PocedezA pa no perder la misa del domingo. AHCómoI KCu!ntos días pide ust para escapar A1r díase. AH9estiaI K2 sin preparación ninguna A/inguna. AK2 $u pide para llevar al calaozo Menos limas y armas, le facilitamos todo? A/ada. #o $ue llevo encima ahora. El fraile se levantó y vació sore la mesa dos enormes faldri$ueras: un reviario, unos cuantos illetes de a peso A$ue no eran como los de ahoraA, dos paBuelos sucios, una ca0a de rap, una pipa, dos rosarios grandísimos y una otella con agua endita? A"i fuer a $uince de marzo Adi0oA peder ía $uince día3 pero siendo tr de marzo, ahora mismo. AKor $u A#una nueva Adi0o mostrando la ventanaA. /o hay luna. El coronel se rió con ganas. AHa0ueranoI Adi0oA. "e ve $ue no conocs la penitenciaría. Mir!. Oolcó vino sore la tala y diu0ó con el dedo el cuadr!ngulo de la penitenciaría, la lomita, la calle y la arranca.
AKOes estos cuatro puntos "on cuatro potentes focos elctricos con reflector $ue de0an la c!rcel, el patio, las tapias e;ternas y la arranca como si fuera de día, a yorno. En cada foco hay una garita y un centinela3 de noche se dola la guardia? A2 prosiguió haciendo con mucho entusiasmo la descripción tcnica de la caf4a grande, $ue el fraile escuchaa con gran atención y los dem!s con sueBoA. =os puertas de fierro y centinela a la entrada, idem al pie de la escalera, puerta arria para ingresar al corredor del 5.b piso, centinelas en los dos e;tremos, celdas con tragaluz de re0as y guardianes circulando todo el día y viendo cadaal momento a secar tres días cuete. a los presos por los tragaluces. Renuncie, Metri, mire $ue se va A2o salgo por el punto m!s dil Adi0o l muy campanteA. 2o encuentro el punto dil. /o hay homre ni hay cosa $ue no tenga un punto dil. AEs simplemente loco Amusitó G!ndara. 2 así fue como al ala de a$uel día el arudo Metri $uedó encerrado en la celda n4mero cero, adonde llegó en medio del asomro del alcaide y los carceleros en un coche aierto acompaBado del su0efe de policía y unos cuantos periodistas entre dormidos y e;citados. "e despidió de ellos hasta el domingo sin falta y tendindose en el camastro se $uedó dormido profundamente, como si estuviese en su casa. El tano carcelero di0o: A6lfine lo ag!rrano a esto fraile criminale? 2. La celda número cero
#a famosa celda de los condenados, faricada por Qulierac, era peor $ue sus descripciones m!s e;ageradas. "iempre se ha halado del horror de las celdas lóregas, es mucho peor el horror de una prisión plenamente iluminada? %como la mente de un racionalista&, pensó el fraile al despertarse a media maBana. 6l ingresar en la madrugada, haía ido clavando los o0os por todo donde pasaa3 y sus o0os de homre de monte haían ido registrando impresiones casi fotogr!ficas de la serie de puertas y re0as $ue se arían chirriando, del corredor lanco y desolado y de la cavidad fría, geomtrica y astante espaciosa donde lo de0aron Aprometiendo volver despus del mediodíaA con sus dos ventanas de arrotes frente a frente, por donde entraa una luz amarillenta. Cuando a media maBana el guardi!n le tra0o un pan y un c!ntaro de agua, lo encontró parado sore el an$uillo de tres patas mirando por la clarao ya $ue daa afuera, agarrado a los arrotes. El tano lo saludó con un gruBido. El e;cntrico no respondió palara. or el ventano se divisaa a0o un claro sol de fin de verano el patio de tierra de los penados y las enormes tapias de tres metros coronadas de pinchos, y m!s all! la lomita verde de la arranca y los sauces del río. Gritos de muchachos 0ugando al f4tol llegaan de m!s all! de los tapiales y sore su caeza resonaan los pasos de un centinel a. El guardi!n giró las tres llaves y s marchó en silencio3 y tampoco otuvo una palara del preso cuando al mediodía le tra0o la comida. Cuando a eso de las tres de la tarde llegar on sus visitantes, lo viero n por el tragaluz sentado en el an$uillo , medio agachado y con la vista clavada en un rincón. /o se movió al ruido de las puertas ni cuando uno tras otro lo contemplaron: parecía hipnotizado. 6 su
lado estaan los restos del almuerzo3 un trozo de $ueso, tocino y re$uechos del grueso pota0e de locro con tasa0o. Cuando lo llamó >lloa en voz alta volvió la caeza como si despertara, y vieron con asomro dos o0os rillantes con picardía de niBo y una ancha sonrisa $ue le partía en dos la hirsuta pelamre de la cara. Estaa contento. Entraron. Eran el alcaide, el carcelero, >lloa, #aurencio de Oedia, G!ndara y El 2erno: el centinela armado $uedó fuera. /o di0o una palara. Ellos miraron sorecogidos las peladas paredes de piedra sucia, el camastro, el c!ntaro m!s haía haía un allí.ingenioso En el rincón del lado corredor, de el 4nico escapaay aellaan$uillo. vista del /ada tragaluz, aun$ue suciodel dispositivo letrina.$ue %1otal Apensó >lloaA para los tres días $ue pas an a$uí?&. #e preguntó si desistía, guiB!ndole el o0o a =e Oedia. El cura le rió: A/o hay nada imposile. El alcaide estaa un poco nervioso. Paía reciido la orden de internación deidamente firmada, con una severa admonición de $ue se trataa de un preso peligroso, del cual lo hacían personalmente responsale. AK1iene algo $ue pedir AOea, alcaide, Kno me podría prestar un reló ARió pesadamente. AH6hI El vie0o 0ueguito. #a cuerda de un reló con un poco d e ac eite convertida en lima. ero Kust ha visto esos arrotes /o, $ueridos sacerdotes, no lo puedo complacer en eso, el reglamento prohíe al reo todo o0eto de metal o vidrio. #o siento mucho, pero ese frasco de aguaandido, endita me $uede0as est! allí, me hacecontra el favor de pas!rmelo. A6h sin defensa el dialo Adi0o el fraile, alcanz!ndoselo. "e levantó, dio dos o tres manotaz os al aire como para atrapar un mos$uito, cerró el puBo, lo arió, y presentó al alcaide asomrado un reló con cadena. A6h Adi0oA estas mangas de los frailes, $u es lo $ue no tienen. 9ru0ería arata AaBadió sonriendo: A"í, le voy a pedir algo. "i no pueden d!rmelo, no importa, me escap ar lo mismo3 pero le agradecería me proporcionara Acues tión de higiene, saeA un cepillo de dientes y un pote dentrífico. El alcaide anotó sonriendo un poco. ACepillo e;tradur o Kno3 y pasta dentífrica 0aonosa Calandria. =e lo me0or. H6hI 2 por favor, me hace lustrar ien lustrados estos patrios. "e los sacó, grandes tamangos negros groseramente claveteados. Fuera del sayal, $ue era$ue siempre la vestimenta de Metri era conocido $ue variaa como vestía ello mismo, $ue le regalaan las gentes. 6hora llevaa otines negrosal yinfinito3 gran chamergo negro3 y cuando lo registraron, le vieron pantalones de soldado amarillos y una camisa celeste claro de lo m!s fino: de poplín o de seda, $ue chillaa de verse sore esos pantalones. AK/ada m!s Aor favor, ien lustrados. Es mi 4nico lu0o. En el calzado se conoce al galantuomo. AK/ada m!s /adie se reía. =e Oedia le hacía seBas a hurtadillas. l le di0o: A6pueste dos mil, don #aurencio. /o es imposile nada. "e v!mose a d ivertir. 2 cuando salían los visitantes, gritó: A6tención, alcaide, $ue van a comenzar las cosas raras. 2 hasta el domingo, todos3 los invito a comer en el fondín "urrentu. #leven plata para pagar?
Cuando el guardi!n volvió a mirar por el tragaluz, lo vio dormido sore el camastro, con el somrero sore la cara y roncando sonoramente. 2 de veras empezaron las cosas raras. 3. restidi!itaciones
Esos tres días de marzo de ()? han $uedado famosos en las memorias de la c!rcel, sore todo en la memoria del tano carcelero. "e llegó a asustar de veras. asaron tantas cosas $ue pareció un lapso de $uince días3 y tan raras $ue a$uello era un finimondo. /unca se vio allí cosa igual. Cuando le tra0o los otines y el dentífrico, vio $ue el arudo andaa descalzo y a cuatro patas por el calaozo. /o $uiso acudir al tragaluz cuando lo llamó, y el tano le tiró todo adentro y se fue a la cocina, a preparar la noche. Cuando tra0o el rancho al atardecer, el fraile estaa en el rincón de la letrina, resoplando y halando en voz a0a. arecía $ue estaa sentado en el suelo, con el an$uillo delante y el lirote del reviario sore l, como si leyera o escriiera. "e le divisaan solamente los dos pies descalzos, los otines estaan al lado. /o acudió al llamado. El guardi!n tuvo $ue ir a uscar al centinela, $ue tenía la tercera llave, puesto $ue la del alcaide se la de0aan a l ordinariamente. El fraile de0ó a un lado el rancho y se puso a halarle, esta vez muy alegre y locuaz. Contestó a sus preguntas, y le preguntó a su vez cómo se llamaa, dónde era nacido, cu!nto ganaa, cu!ntos hi0os tenía, dónde vivía y a $u hora salía3 y lo hizo halar de lo cara $ue estaa la vida, y halar mal del sargento, del alcaide y de toda la superioridad en general3 y adem!s del Goierno y de los mitrist as. =e repente sacó de la manga tres patacones roBosos y una olita lanca y landa en forma de alóndiga y se los dio. AMuchísimos m!s pesos le voy a dar Ale di0oA pero muchísimos, si ust me hace este pe$ueBo favor, $ue no es daBo para nadie. /o s si estar! en contra de sus oligaciones, ust me dir!. Esta olita me la tira a la calle Kno 6hora mismo cuando salga: pero no en cual$uier parte, al medio mismo de la calle, al f rente de la puerta, de es paldas al centinela, a tres metros m!s o menos de la garita. 6 ver si hacemos trato y se gana una ponchada de pesos. ero s in arirla, o0o, Keh tiene veneno. El tano guardó los pesos y la olita, y cinco minutos despus estaan amas cosas en la alcaidía. El alcaide desplegó el ultito y apareció un cuadradito de lienzo lanco muy compacto y fino, de ese $ue llaman holanda, cuierto de letras de punta a cao: de letras sin ning4n significado. A=ee de ser latín Adi0o el tano, $ue miraa por sore el ho mro. El otro le dio un codazo. #as letras eran: R 1 E M E # 9 " 7 M 6 = 6 / 2 6 P 7 / AK=e dónde ha sacao l!piz Apreguntó intrigado el alcaide. A/o tenía. 1ampoco tenía este gnero, si vamos a eso. /o tenía nada cuando lo registramo. #as letras eran todas may4sculas, gruesas y perfectamente legiles3 la tinta era negra, grasosa y con un olor raro. El alcaide di0o:
AEsto no me gusta. 6lguno le est! dando cosas? AKLuin Adi0o el otro resentido. AOamos a verlo ahora mismo. Esto no lo tenía esta maBana. "uieron la escalera y recorrieron el corredor de puntillas, sin encender las linternas y seguidos del centinela. El preso estaa otra vez asomado al ventano $ue daa al patio, trepado sore el an$uillo, recortada su enorme caeza sore los arrotes por la luz ro0iza amarillenta de los focos de afuera3 y no los sintió llegar. El alcaide aseBó silencio a sus compaBeros. "e oíay claramente un levedechirrido, comoaldos fierros roz!ndose. alcaide disparó su linterna el preso, enfocado golpe, saltó suelo, escondiendo lasEl manos. AHMiseriaI Aaulló el funcionario entrando. El preso tenía escondido un miserale pedacito de fierro en forma de media luna, con el cual estaa rascando la arra. Era una de esas piecitas de metal $ue se ponen en los tacos de los otines para refuerzo: el alcaide arrancó la otra del otro otín, $ue estaa en el suelo, y las tiró por la ventana con una carca0ada. %HmcilI HCon los dientes lo vas a aserrar antes $ue con estoI&. En el arrote el inofensivo fierrito no haía de0ado ni seBa. AK=ónde tens el l!piz y el lienzo El preso le opuso un risueBo silencio. AKCon este fierrito y con este mensa0e? en latín, pensaas escapar te AH/o, mi capit!nI Adi0o el fraile. AKLu pensaas entonces AHEmromarlo ust, miregistro, capit!nIcon ufidos de impaciencia. /o haía nada. #a rocedieron a una nuevo camisa del fraile era azul y no le faltaa un solo pedazo. A"í. Me vas a 0oroar mucho. Oeo $ue $uers molestar. odr!s molestarme. ero de ahí no pasar!s. Aore ho mre Ae;clamó el cen tinelaA. ensar $ue el domingo? 'El tano creía no m!s $ue era un condenado a muerte+. Aero ni si$uiera podr!s molestar, me0or dicho. /o. "e te acaó el taaco. =esde ahora vas a $uedarte $uieto Ae;clamó el alcaide al salir. "alió medio pensativo sin emargo. 2 se e$uivocaa. Esa misma noche? 6 medianoche estalló de golpe un griterío del demonio, corridas, órdenes, e;plicaciones a gritos. El alcaide se levantó y acudió corriendo en camisón al medio del corredor del primer piso, donde se amontonaa el personal. reclusode/.bhaer (@, encerrado enmu0er la celda est! 0ustosedea0o la /.brepentinamente \, un feroz asesinoElacusado matado una de $ue un hachazo, haía de vuelto loco. ". Este #raile es bru$o
El viernes fue el día m!s movido. El recluso (@ se haía callado a una paliza $ue le propinaron. ero en la maBanita empezó de nuevo a gemir y a $ue0arse, pidiendo con l!grima s $ue lo sacaran de esa celda, $ue estaa emru0ada. Lue lo llevaran por amor de =ios a cual$uier parte. l era inocente,
no haía matado a nadie. HLue lo sacaran de allíI HLue lo sacaran de allíI /o podía m!s. Era un animal ceBudo y ronco, $ue se haía cerrado desde el principio en el m!s ostinado silencio. 6hora era otro enteramente. M!s acoardado $ue un perro $ue oye truenos. El mdico le sacó por fin el entripado. HOocesI HOocesI 7ía voces siniestras y siilantes, como de serpientes, $ue le decían toda la noche: %Me has matado y yo te $uería. 1e va aAH2 llevaryoelno dialo&. la he matadoI Adecía, retorcindose las manos. AK=ónde suenan las voces AH=e las paredesI H=e todas partesI =e las paredes, de arria el tech o y del piso. "e callan un rato y empiezan de nuevo. 2 se ríen. Me dicen de todo, me insultan y me amenazan. Esto no es posile. /o hay derecho. Me voy a $ue0ar al comit de mi partido. El mdico diagnosticó delirio agudo ciclotímico con manía persecutoria, y dictaminó romuro y camio de celda. #o malo es $ue no haía m!s celdas lires. Paía $ue camiarlo con otro penado, y eso no se podía hacer sin 0efatura, sin orden firmada, sin e;pediente y sin urocracia. Estaan en eso muy fastidiados, cuando llegó un guardi!n del 5.b con la historia m!s inverosímil. "eg4n l, haía mirado por el tragaluz n4mero cero Atodos andaan ya curioseando cada momentoA el $uiso ara dar: lo llamó y le pidió $ue le camiara un le illete de <\el pesos. "e lo mostró, pero no sey lo $ue tra0era el camio primero. l di0o $ue reglamento prohiía tener dinero los presos. Entonces el fraile hizo lo siguiente A$ue el guardi!n empezó a narrar con mímica muy e;citada, imit!ndolo en los gestos?: Encerró el illete hecho una ola en el puBo derecho, 0untólo al iz$uierdo , rezó una oración, arió las manos y no haía nada. Cerró de nuevo los puBos, los 0untó, rezó una oración, arió la mano iz$uierda y haía cinco illetes de (\ pesos. Empezó a manotear con la derecha en el aire, cerró el puBo, lo arió y haía un illete de cien pesos. 6rió la mano iz$uierda y no haía nada. El guardia salió disparado para el alcaide. ero agarró la dirección contraria, se topó con el centinela y le contó entrerrotamente lo $ue haía visto. Oolvieron los dos y vieron al fraile sentado en el suelo 0ugando a las cartas con illetes de uno, cinco, diez, cincuenta y cien pesos, ponindolos en fila por orden de tamaBo. HLue me caiga muerto si no lo he vistoI HCuando lo revisamo tenía$ue m!sdon $ueQuan ochoManuel pesosI d e Rosas , yo lo voy a ag arrarI A AH6un$ue sea m!s no 0esuita 0uró el alcaideA. Poy es día de revisión de celdas. Oamos. Cuando se dirigían los tres hacia la escalera empezó a chillar de nuevo el carnicero, el preso de la celda (@. #os dem!s presos impacientados empezaan tamin a los gritos y a$uello se hacía un pandemónium. El alcaide renegó enrgicamente. %. &e'isi(n de celda
#a revisión de celdas se hace cada semana. El alcaide, el secretario y un herrero
pasan pieza por pieza golpeando con un martillo los arrotes, proando las cerraduras, e;aminando las puertas y tanteando las paredes y el piso. ura rutina3 pero a$uel día $uería aprovechar el alcaide para hacer un registro en forma? en la celda n4mero cero. Esa maBana lo haía llamado por telfono el coronel >lloa. AKCómo va la celda cero A/ormal, seBor. El homre ya est! aatido. =uerme o se la pasa agarrado de los arrotes, como hacen los presos antiguos. =e vez en cuando se mete en el rincón y reza a gritos, convauna liro rezos $ue tiene. Pa hecho dos o tres cosas raras, de criatura? ero a mí no me ponerdenervioso. AKLuin ha cantado AKCómo, seBor AKLuin es el $ue se ha destapado y ha hecho s alir afuera las cosas de allí dentro "epa >d. $ue los diarios est!n halando? Palando de lo $ue no deen saer. A/o es posile, seBor. AH#o tengo ante mis o0os, la edición del /oticiero de ayer tardeI Esto se nos va a volver una roma muy cara. Qam!s huiese creído $ue =e Oedia fuese tan desleal, parlanchín lengualarga amu0erado del demonio. HOamos a tener aile con el ministroI? AH=e a$uí no ha salido nada, seBorI A#o responsailizo gravemente? Ay siguió una soflama avinagrada? El fraile estaa roncando sonorament e, con su haitual pose de somrero en rostro. "e levantó perezadeynoche saludóyrisueBo. A2con o traa0o duermo de día Adi0o con voz aflautada y mu0eril. AHOentrílocuo d el demonioI Ae;clamó el alcaideA. 2a te vamos a arr eglar, andar asust!ndome de noche el penal. AK2o Adi0o con inocenciaA. KLu pasa 7í un ochinche anoche. AHEntregue dinero, papel, pluma y tintaI A1ómelos ust mismo no m!s, capit!n. H"írvase de todo lo mío dond e$uiera $ue lo encuentreI AH2 claro $ue lo he de encontrarI Adi0o el correntino. 2 empezaron la revisión. /o encontraron nada. El rincón letrinal fue e;aminado y golpeado. Estaa perfectamente limpio: en eso segur o gastaa el preso los c!ntaros de agua $ ue pedía. Era un dispositivo inventado por Qulierac, cavado en la piedra, con una cueta hermtica aa0o, $ue se vaciaa desde fuera por un resorte mandado por el carcelero: ni un saliente, ni un repliegue esconder un alfiler. aa0o, K$u >ndonde montoncito de asura. El ero, preso,a$uí limpio como unhay gato, haía arrido con los pies los restos de comida $ue el día anterior desparramara, pedazos de pan, $ueso y tocino. El alcaide hurgó con el pie, y el guardi!n, tomando su escoón, lo movió a un lado. KLu hay a$uí 6tención: un agu0ero redondo entre dos piedras, taponado con un trozo pardo del taardo del arudo. >n agu0ero en forma de emudo olongo. El alcaide lanzó una e;clamación de triunfo y arrancó el tapón del emudo. Metió los dedos adentro y empezó a tirar algo fuera. HuahI HLu ascoI 1enía en la mano una as$uerosa rata muerta, sin saer dónde tirarla. El fraile di0o: AClaro, a$uí no me ponen tarro de asuras y de0an entrar ratas de noche, yo $u voy a hacer? #a cac y la mat? "e puso a halar volulemente: A#etrina viene del latín latrina. #atrina viene de latro, $ue significa ladrón. or la
letrina se escapan los ladrones. 7iga capit!n Kpuedo escriir los pensamientos ingeniosos $ue se me ocurren en estas paredes sucias de honguito negro HMire las zafadurías $ue han escrito los presosI HLu esc!ndaloI H2 o le voy a escriir las m!;imas de los "antosI 7iga, capit!n. H2o no puedo estar sin escriir algoI Escritas en las elegantes versalitas $ue ya conocía, el alcaide vio con asomro en las paredes los siguientes letreros: %1e odian gratis: la peor venganza es amarlos gratis&. %/o te el e;asperes contra la ofensa: enseBadegratis el el sutil arte de$ue la defensa&. %1odo mundo te desprecia para ella $ueteacaes perder respeto tenías al mundo&. %El segundo ien de esta vida es hacerse $uerer3 el primero es $uerer&. %Paer sufrido mucho es saer muchos idiomas&. %Cuando te duermas di: /6=6 E"1E3 cuando te despiertes: 17=7 E" ECE#E/1E&. %El alcaide es un uen chico: aprende del alcaide el arte de de0arse engaBar&. "e $uiso poner furioso3 pero en ese momento, unos golpecitos en la fornida puerta de Banduay llamaron urgente. Era un agente $ue traía una pelotita de paBo lanco, un poco mayor $ue la ya ien guardada en el ufete de su escritorio. >n centinela de terraza la haía visto salir del ventanoencontrado de una celda y caer al patio: la indicó seBas por al agente. pelotita igual haían en el lavadero de lasecocina, todapor orrada el agua7tra caliente. El 0efe la arió con eno0o y se encontró con otro paBizuelo lanco cua0ado de letras may4sculas de todos tamaBos y posiciones, sin ton ni son, como si se huiese hecho allí pruea de una pluma o caligrafía3 pero er a un l!piz m!s ien $ ue pluma, grues o e irregu lar. Mas en el medio de la sopa de letras haía otra cosa: una calavera diu0ada en ro0o con dos tiias cruzadas y la palara M>ER1E3 y aa0o el nomre y apellido del alcaide, tamin en ro0o: Celedonio 1rai. AH1inta ro0a taminI Adi0o con raia3 y por$ue el preso lo miró humildemente3 y por$ue recordó de golpe al cor onel >lloa, no le pegó una cachetada. 6. M)s 'oces
Esa noche no durmió ien 1r ai. "e levantó dos o tres veces, sacó el lenzuelo de la gaveta, y $uiso descifrar el mensa0e, in4tilmente. ara me0or, sucedieron dos cosas raras Hdos m!s, =ios del cieloI #a luz de los potentes focos superiores parpadeó dos veces: un simple parpadeo, un apagarse de cinco segundos3 pero eso no ocurría antes. 2 lo m!s e;traordinario, la mu0er $ue haían trasladado a la celda / (@, una desdichada alcohólica $ue haía muerto a su nena de una patada en el vientre, empezó a decir $ue tamin oía voces. #o $ue le decían era diferente: %1e $ueda poco de vida, tens un c!ncer&: una voz de mu0er. H#a MuerteI, decía ella. Aero Kcómo este condenado ventrílocuo puede hacerse oír a travs de un piso de
cemento y pedregullo de \ centímetros de espesor Apreguntó al guardi!n $ue informaa. AKCómo Eso no es nada. HEl carnicero, en la otra celda donde lo pusimos, sigue oyendo lo mismoI AEs $ue se est! loco. AEs $ue nos vuelve loco a nosotros y a todos los presos. H=esde la celda 4ltima del corredor sigue oyendo las vocesI H2 la mu0er lo mismoI H2 yo mismo me parece $ue comienzo a oírlas, 0efeI AO amos a verlo Adi0o ste. con las dos manos al tragaluz, una cara espectral. El carnicero estaa agarrado Empezó a llori$uear apenas los vio. El homre estaa rendido. AConfieso. Confieso todo. /o me importa lo $ue me hagan. 2o la mat. 7igo la voz de la >logia. Me va a volver loco, no me de0a dormir ni parar un momento. =ígale al 0uez $ue confieso todo, y $ue me sa$ uen de a$uí aun$ue sea pa a0usilarme. AK6hora est!s oyendo la voz A6hora no, capit!n, pero en cuantito usts se vayan, r ecomienza de nuevo? AH6lucinacionesI H9estiaI K/o ves $ue eso se te figura 9uena paliza te vas a chupar si comenz!s a aullar otra vez. ero eso sí, voy a llamar al escriano para recoger tu confesión? AEl otro comenzó a llori$uear. AHLu cosa cruel es una c!rcelI Asalió pensando el alcaide, a pesar de $ue tenía corazón curtidoA. HOaya a saer lo $ue vale esta confesión, despus de las palizas $ue le han dado,yyatormentar el estado ena los $uehomres. est!I >noEstiene fuerza. manera de destrozar claro$ue $ueseres cruel me0orpor la pena deLu muerte3 se acaa pronto la tortura, aun$ue sea m!s grande por el momento3 y casi todos antes de morir se vuelven me0ores. Esto pensó el alcaide al acostarse, cuando perciió el parpadeo. Estaa cansado, sentía el eco de las palaras del día y todas las cosas le parecían vie0as, antiguas y como repeticiones gastadas de cosas ya sentidas. /o se imaginaa lo $ue ia a ver al día siguiente, la repetición de su pesadilla de esta noche. 7. La pena de muerte
%#a pena de muerte es una cosa lamentale y terrile Arezaa el artículo de El #evanteA pero es necesaria para el orden de la sociedad. %/o hemos $uerido darnos por entendidos hasta hoy de la campaBa $ue por la supresión de esa antigua y terrile función 0urídica lleva a tamor atiente nuestro colega El "ocial: pura ignorancia y sentimentalismo. %#a pena de muerte ha e;istido siempre, y e;iste hoy en todas las naciones europeas, incluso la repulicana Francia, no menos $ue en Estados >nidos y en todo nuestro continente. E;iste en los Estados ontificios. E;istió en tiempo de Cristo y e;istir! en tiempo del 6nticristo. %Es pura deilidad la idea de suprimirla $ue agitan los lierales: la c!rcel perpetua no es me0or: es una mayor cruelda d, aun$ue crueldad encuierta e invisile, no patente. 2
con eso se contentan los lierales: con no ver los males. /o les interesa suprimirlos. H/o verlosI %#a c!rcel perpetua pudre al homre3 la muerte lo redignifica. %=icen $ue no tiene derecho un homre a $uitar la vida a su seme0ante. %#o mismo decimos. Luisiramos suprimir enteramente $ue un homre $uite la vida a su seme0ante: por lo tanto YH$ue comiencen los seBores asesinosIZ, como di0o 6lfonso Warr en la C!mara del "ena. $ueremoslasuprimir pena de muerte, suprimiendo el asesinato. lierales%/osotros $uieren suprimir pena delamuerte para los asesinos y mantenerla para #os sus víctimas, aumentada y empeorada. %#a muerte reciida por 0usticia y en las deidas condiciones suele dignificar y levantar al homre, despo0!ndolo de un manotón rutal de la venda de sus errores y vicios, como notó "chopenhauer. Ese espantoso despliegue del aparato de toda la sociedad A religión, magistratura, e0rcito, goiernoA $ue dice a una conciencia ocecada y negra: Yvas a morir por$ue has hecho un crimenZ, derria la ostinación del criminal y lo convence de $ue no tenía razón, de $ue hizo algo horroroso, de $ue pecó, en una palara3 la noción religiosa de pecado y con ella toda la religiosidad ingresa de nuevo por la recha de ese corazón roto de horror y terror. >n criminal $ue confiese $ue pecó, de0a de ser criminal. %latón ha dicho $ue el castigo es un inmenso ien para el in0usto cuando le hace reconocer su in0usticia. Pe a$uí un ien $ue no consigue la cadena perpetua y consigue de ordinario la pena de muerte. parecen no tener aiertos los o0os al Yien moralZ, $ue es el %/uestros adversarios ien propio de la persona humana. arecería no percien sino los ienes e;teriores y materiales. 2 claro, entonces la muerte se les aparece como algo horroroso, y los hace temlar. Hor esoI %En este país en otro tiempo se ha saido afrontar y hasta despreciar la muerte, mirando a ienes supremos, la liertad, la honra, la conciencia. %ero ellos dicen: Y>st, por$ue nunca ha estado preso, por$ue no sae lo $ue es una c!rcel, por$ue nunca ha sufrido? H"i ust supieraIZ? "on sentimentales mamaos? El alcaide de0ó caer el diario encima de los otros y se secó el sudor. El artículo continuaa media columna m!s, enumerando las condiciones del e0ercicio 0usto de esa terrile función de la autoridad Acuyo auso, claro est!, podía ser espantosoA, y al final firmaa: %Permete Constanzi, 7. Q. A =e la enitenciaría, a del mes de marzo, celda /.b \&? AHMalditos diariosI Aramó el capit!n 1rai. Paían armado un trepe del demonio y alorotado a la gran aldea. 2 no se saía cómo. El alcaide empezó a e;aminarlos de nuevo. El 0ueves * a la noche el /oticiero haía pulicado un filete anunciando $ue un preso misterioso haía ingresado a la celda \, donde los sentenciados esperan su 4ltima hora: $ue se creía era un caecilla revolucionario de Corrientes o del Chaco, $ue ian a fusilar en secreto. %1endremos al tanto a nuestros lectores&. Cuando leyó este filete, el su0efe >lloa tiró el diario, maltrató fieramente de palara a la seBora madre de don #aurencio de Oedia y tomando el telfono haló unas palaras con el director del diario oficialista. #a maBana siguiente #a Gaceta desmentía rotundamente la noticia del /oticiero, negaa $ue en la celda cero huiese ning4n alo0ado, y atriuía la especie a una maniora maligna de la oposición.
or la tarde el /oticiero arro0ó un tarro de dinamita: una historia fant!stica llena de detalles intrigosos acerca del preso de la celda \, con nomres, pelos y seBales $ue acreditaan la veracidad de la información. #o notale era $ue no contaa la historia de la noche del 5, la apuesta y el via0e a la c!rcel, cosa notoria a #aurencio y sus compinches3 sino todo lo $ue stos no podían saer3 es decir, lo $ue haía pasado en la c!rcel3 el preso $ue se volvió loco, los mensa0es en lienzo y l!piz, el soorno frustrado y el truco de los dineros3 y hasta el chasco del alcaide cuando metió la mano en una cueva y sacó un ratón muerto. cantado&.Entonces fue cuando >lloa, eno0ado de veras, interrogó a 1rai sore el %$ue haía El s!ado de maBana #a Gaceta sacó otro desmentido tan solemne y categórico $ue se veía a la legua $ue era mentira3 y terció en la contien da El #evante. El diario oficiali sta apelaa al patriotismo de los argentinos y a la memoria del general Qos de "an Martín para $ue no dieran el menor crdito a las %versiones& alarmantes y %deleznales& $ue gentes de mentalidad averiada y %aviesa& propalaan con fines %inconfesales&3 pero con la intención manifiesta, maligna y calumniosa de desprestigiar al ilustrado y progresista ciudadano $ue la rovidencia haía colocado al frente de los destinos del país3 en el sentido de atriuirle actos dictatoriales y antidemocr!ticos como sería el fusilar a sus enemigos políticos sin previa formación de causa. 7tro p!rrafo tan elocuente como ste ridiculizaa la noción de $ue un diario cual$uiera pudiese tener noticia de lo $ue pasara en la celda fatídica de los fusilados, dado el riguroso sigilo a $ue estaan oligados los empleados por reglamento. Finalmente de enlos el argentinos 4ltimo p!rr afo$ue , %clnoamo reante aly /oticiero encendido&, estaa ala#aape lación al patriotismo para creyeran y creyeran Gaceta. ero lo malo fue $ue en la misma maBana El #evante pulicó el artículo #a pena de muerte firmado por Metri en la celda o con fecha del día anterior3 ofreciendo a la comproación de sus ilustrados lectores el srcinal manuscrito con la típica caligrafía del misionero, si por caso se llegara a arigar dudas: %Est! en redacción, Corrientes <, a disposición de nuestros ilustrados lectores&. Esta nota al pie fue la $ue hizo sudar al alcaide3 apretó el timre de llamar al 0efe de guardianes. En ese momento sonó el del telfono y estuvo con l la voz seca y cortante del coronel >lloa. AKLu est! pasando allí, dígame, alcaide KLu hace el preso n4 mero cero HMe va a hacer perder la apuesta y hundirme en un enredo !raroI AEnteramente normal, 0efe. Est! tendido en el camastro, durmiendo toda la maBana.AK"eguro "e ha rendido, 0efe. A"eguro. /aturalmente, ha perdido la apuesta3 y ya se ha dado cuenta, si es $ue alguna vez pensó otro? =os o tres tentativas pueriles? de evasión, algunos chistes, y molestar un poco? astante3 y nada m!s. AKLu tentativas de evasión >d. est! nervioso, 1rai. /o lo niegue. A>na grose ra tentativa de soorno, una ten tativa demente de limar un arrote, dos o tres tentativas de enviar afuera un mensa0e cifrado y unos 0uegos de prestidigitación arata? AEso de los mensa0es? Kust leyó el /oticiero de hoy A"í, 0efe. Mistificación. 6rtículo escrito por el director y el dueBo del diario, ese =e Oedia, evidente. APm? Kusted lo cree Es el estilo e;acto del fraile, su modo de halar3 y repite literalmente la discusión de la noche del 5, metiendo incluso las muletillas y frases de ca0ón
del dire Pocedez? AKEllos estaan allí, no es así #os dos. HPe ahíI Aero es $ue, $uerido, ellos ignoran a latón y no saen nada de "chopenhauer? AEso se pregunta. Crame, 0efe3 es imposile $ue de a$uí haya salido nada. mposile escriirlo, imposile sacarlo, imposile remitirlo. /o creemos en los espíritus, al fin y al cao, ni yo ni ust, coronel. A9ien. =entro de un momento lo sar. Pe mandado al oficial ma yor al diario par a $ue constate e;istencia del ahora %manuscrito&3 tengo carta ydeelpuBo podemos comparar las laletras. =ígame Kde dónde sacóuna la tinta lino de deMetri, los mensa0es cifrados Ksos e;isten, no AEso, 0efe, lo sar hoy. 1odavía no he podido e;plic!rmelo. er o los mensa0es no salieron. AKLu sae usted KCómo sae cu!ntos mandó AEs imposile, 0efe Atartamudeó el 1rai. A"i le es pos ile escriirlos, Kpor $u no le s er! mandarlos =isculpe, pero allí h ay descuido, y descuido muy peligroso, cumpa. /o son los mil pesos de la apuesta3 es el descrdito $ue va a caer sore ust y sore mí. "i un preso se escapa en tres días de la celda me0or hecha de la c!rcel Ay estos imciles del /oticiero lo saen todo, no puedo entender cómoA eso no puede ser, eso significa $ue hay en la institución un des$uicio enorme, una corrupción total. K"e da cuenta Me ha atrapado ese maldito #aurencio. #a roma se me est! encrespando. Aero Kust teme eso, 0efe KLue se escape AK2 ust no teme H=iga la verdadI H>n momentoI 6$uí ha llegado el oficial $ue fue al diario. /o corte. Espere un minuto. AOea, capit!n, lo siento3 pero esto es muy serio. El escrito ha salido de allí. Es la firma indudale del fraile Metri y encima tiene sus impresiones digitales Himpresas con el moho verduzco de la pared de la celdaI AKEl moho Ae;clamó 1raiA. H6 lo me0or de allí ha sacado la tintaI A/o. El srcinal est! escrito en tinta colorada sore p apel de seda muy f ino. Eso no puede ser, dice ust3 pero E". Ooy al momento hacia all!, es menester $ue yo tome cartas en el asunto. 6lgo est! fallando y he de saerlo. Media hora despus el su0efe de policía, encargado del rgimen carcelario, desemocaa ante la celda /.b \3 seguido del alcaide y un soldado con ayoneta. AKLu es estodel preso. El tragaluz tapado. AEl somrero El alcaide dio un puBetazo al somrero y de adentro le respondió un sonoro ron$uido. Oieron al preso tendido en la cama, al parecer dormido. A/o duerme nada Adi0o 1raiA. Est! emromando . J!s. Me olvid la llave en el escritorio. "alió corriendo para aa0o, y los otros se $uedaron mirando el cuerpo yacente del fraile, con el coco hacia ellos. =e repente sonó un alarido all! le0os. AEs el loco del (@ Adi0o el tano con un temlorA. Oe fantasma. Este ruco de a$uí le ha tirado una escom4nica e lo hace vedere lo fantasma. AKCómo es eso AH#a esco m4nica, $uefeI K7st no sae #a esco m4nica $ue tiran lo cura. =eería decarlo de una v. "ofre mucho. 2o le hai pedido $ue lo de$ue, $ue le retire la escom4nica3 el tipo se ríe. HCoidao con la escom4nica, $uefeI
6rieron la puerta y >lloa sacudió al reo, $ue se levantó hacindose m!s dormido de lo $ue estaa. >lloa le di0o: AOea, padrito, entregue el papel, el l!piz, y la tinta por las uenas 3 ya ve usted $ue es in4til. "i yo lo registro, no va a esconder nadita. AH6 sus órdenes, coronelI Adi0o Metri3 y empezó a tirar manotazos con la diestra, hasta $ue arindola en una de esas, mostró una pelota de lienzo lanco, $ue entregó enseguida. AK/o tienea m!s AHOamos verI A#a misma operación y otra olita menorA. H/oI H2a no hay m!sI A6hora la tinta, o el l!piz. El fraile fingió un rato e;traerla del aire, hasta $ue di0o: A"e acaó la tinta. /o tengo m!s. /i la necesito, vaya. A=esn4dese. El 0efe escudriBó despaciosamente las ropas del fraile, $ue envuelto en una coi0a se reía muy alegre. =e repente, di0o el coronel: AHucha, $ue so mos sonsos, alcaideI Es decir, sonso fue ust, para se r m!s e;actos. 6$uí est!. Mire la camisa. Estas camisas finas tienen un refuerzo, un relleno de lienzo en la pechera y el cuello. Mire cómo ha descosido a$uí aa0o y ha ido sacando trozos de tela a medida $ue se le anto0aa. 6hora vamos a encontrarle la tinta colorada, el papel y el l!piz. El fraile A/o hayrió: m!s Adi0oA. "e acaó. /o precisa tampoco. Efectivamente, el escudriBamiento del camastro y las ropas no dio el menor resultado. El coronel estaa nervioso y al alcaide se lo llevaa el dialo. El fraile comenzó a recitar al pie de la letra el comienzo del artículo #a pena de muerte. El 0efe di0o: A6lg4n día lo vamos a saer. A"í, maBana mismo, en la comida se los voy a decir: invítelo al alcaide, 0efe. AEso es . MaBana a las , a las _5 h oras 0ustas d e h aerte entrado, te vo y a venir a sacar. A/o se moles te, 0efe. 2o ya estar fue ra. >st reciir! una nota mía con el anuncio en el momento $ue yo salga. Esta noche. Oaya tran$uilo. =uerma ien. AH"acramentoI Agritó el alcaide. mucho APasta $ue hacer.maBana todos Adi0o el presoA. =e0emn dormir, $ue esta noche tengo *. +n accidente casual
#os dos carceleros creyeron $ue el arudo estaa lufando3 y estaa no m!s lufando, pero no donde ellos cre ían. El arte del ilusionista consiste en dos c osas: en gaBar con la verdad, y hacer mirar al espectador hacia donde no est! la trampa. 1oda esa tarde lo vieron al fraile durmiendo3 y de vez en cuando oían sus fuertes ron$uidos. >na sola cosa pasó rara: al caer la noche, el guardi!n encontró el tragaluz tapado con una cutícula
amarillenta3 la manotió, y se encontró con $ue era un iomo delgado de ho0as de reviario pegadas con goma. Miró adentro y el fraile comenzó a roncar. %K=e dónde sacaste la goma& le gritó y el fraile siguió roncando. El alcaide se estaa acostando, tran$uilizado por los informes, cuando sucedió el despatarro, $ue fue el principio del fin. #a luz de los faros de arria empezó a parpadear dos, tres, cuatro veces, y se e;tinguió de golpe. #a ventana iluminada de la alcoa se eclipsó de repente? "onaron voces alerta y alarma por todas partes. El alcaide salió corriendo y paró al primer soldadode$ue corría. A>n contacto, seBor. "e han $uemao los faros. APay $ue arreglar eso inmediatamente. AK2 cómo "i camiamos los carones y no encontramos el contacto, se $ueman de nuevo. El electricista no viene hasta el lunes. APay $ue encontrar la avería. AK2 cómo, 0efe A#lamen a la central elctrica. AK6 esta hora Cerrada, seBor. El alcaide entró indignado y telefoneó al guardiaNcapo. Amposile hasta maBana, seBor. 9uscar un contacto recorriendo los cales en la oscuridad, es e;poner a los agentes a una muerte casi segura. Aeroespantoso Kno ven $ue esta noche 0ustamente no puedo consentir? $ue tengo un compromiso AK2 $u le va a hacer, seBor /o es posile. AOeremos. #lamó al diario /oticiero, $ue traa0aa de noche, y pidió por favor prestado el electricista, e;plicando a toda prisa el desperfecto. 7yó una risita en la otra punta y le pareció voz conocida: AKLuin es el $ue hala AEl ca0ero, seBor. AK/o es don #aurencio A"e ha retirado, seBor. AKLuin manda allí ahora A"oy yo, seBor. #o voy a complacer con gusto en servicio de la patria. ero para eso $ue dice les necesita cinco homres, seBor. #e voy a mandar ahora mismo cinco oreros. ero Kcómo doy salvoconducto A=iga los nomres de los cinco. A/o los s todavía. Me0or es esto: el electricista es un gordo alto, $ue llevar! su lireta de enrolamiento y responder! por los otros cuatro. H/o vaya a de0ar entrar m!s de cinco, seBorI HCinco y no seisI HCinco con tra0e azul de oreroI AHLue entren seis si pu eden, la cuestión a$uí es salirI Adi0o el alcaide con sorna. E inmediatamente dio las órdenes a la portería. #a oscuridad reinaa sore la c!rcel, una oscuridad llena de sigilosos rumores. =e repente un centinela nervioso daa un alerta, $ue era coreado. El capit!n 1rai a0ó tropezando y se encaminó a la entrada, a dar órdenes personalmente3 y volvió a su despacho al lado del telfono, el centro nervioso del inmenso estaleci miento. >n rato despus, $ue le pareció un siglo, reciió noticia de $ue los oreros del /oticiero haían ingresado y pustose al traa0o. #a noche se le hizo interminale, la oscuridad lo impacientaa y el
silencio lo sofocaa. 6 eso de las tres, las luces se encendieron de golpe, con un salto del 0efe, $ue dormitaa. >n rato despus le telefonear on el informe: %El preso de la celda cero sigue du rmiendo, seBor. 1odo normal&? ,. Metri est) a#uera
En ese momento, pidieron refuerzos de guardia aa0o, por$ue numerosos grupos de personas se amontonaan en la puerta de la c!rcel para curiosear lo $ue pasaa, alertados por los diarios y la noticia de la curiosa apuesta. 6l poco tiempo empezaron a llegar coches, y de ellos a0ó ruidosamente la pandilla de don #aurencio con el coronel >lloa, $ue entraron sin dificultad en la c!rcel3 lo raro es $ue tras ellos siguieron dos desconocidos, emozados hasta los o0os con ponchitos de vicuBa, $ue para entrar no hicieron m!s $ue decir una palara al portero, $ue se les cuadró rígido como una piedra. #a comitiva desemocó en el despacho del alcaide, riendo a carca0adas3 los dos emozados se instalaron en un rincón. AHCapit!n 1raiI KLu ha hecho Agritó >lloa. AHPe cumplido, seBorI AEl preso n4mero cero? AEst! en su celda, seBor. AK"í 2 esto K$u significa El alcaide reciió un trozo de papel fino y se puso p!lido. En todas may4sculas y letras coloradas, en la característica caligrafía y con la inconfundile firma del padre Metri, se leían estas palaras: QEFE: 6C697 =E "6#R =E #6 CE#=6 =E #6 M>E R1E. G6/ #6 6>E"16. /7" E/C7/1R6REM7" E/ E# =E"6CP7 =E# 6#C6=E. "ERO=7R ">27 ME1R? A6cao de reciir por un mensa0ero este papel hac e un momento Aramó >lloa. El alcaide alzó los razos como un loco y gritó: AH6caan de verlo acos tado allí en este momento3 no creo en los espíritus, cane0oI Ay $uería salir corriendo para el piso dos3 pero se encontró en la puerta con los cinco oreros $ue venían caminand o en fila, encaez ados por el gordo don #aurencio vestid o de orero, y detr!s del $uinto orero venía otro orero arudo vestido tamin de azul. Eran seis oreros. El alcaide se $uiso desmayar y empezó a gritar: %HmposileI HmposileI H>n mellizoI& y $uería salir como un loco corriendo para la celda. ero fue interrumpido de nuevo por uno de los emozados, alto y arrogante, $ue adelant!ndose y sac!ndose el chalín, de0ó al descuierto una conocidísima caeza calva de o0os de carón y pera lanca. AH#o felicito, padre Metri. Es usted un mago. 2a nos contar! cómo lo ha hechoI Era el presidente de la /ación, general Qulio 6rgentino Roca. 2 volvindose hacia el alcaide, le di0o: A1rai estr!ico: vos ves la pa0a en el o0o a0eno y no ves la trae en el propio.
1-. Lo ue /ab0a en la celda
>n momento despus todos estaan en el tragaluz de la celda, 1rai el primero. Envuelto en un taardo pardo, con la ara escapando dea0o el somrero y los gruesos tamangos de punta, reposaa un cuerpo. El padre Metri se arió paso diciendo: %=0eme ver a mí tamin? =e0en $ue despierte a mi mellizo&. Entró en la celda antes $ue todos, y dirigindose al camastro tiró por todos lados una ara postiza, un somrero negro, un h!ito relleno de almohadas y s!anas y dos tamangos vacíos. =espus agarró un cao de la coi0a y di0o, mirando a su auditorio como un prestidigitador en escena: %6tención a$uí, seBores. HOean mi arsenalI&. 1iró de un sa$ue la coi0a, y aparecieron dea0o de ella y sore el colchón: >na rata podrida, un lirito de papel de fumar, tres limas triangulares, una sierrita sutil de acero "chneider, una palan$ueta, un rollo de liBada, un carrete de seda, un cepillo de dientes, un pomo de pasta vacío, cinco metros de cuerda fuerte, una lapicera, un fras$uito de goma y una pistola 9roXning con un montón de cartuchos? #evantó la pistola y di0o guiBando el o0o: Aor si haía $ue matar a un centinela? 6puntó a los arrotes del ventano e;terior a oca de 0arro. Haf, paf, pafI: llenó de humo la celda. 6 cada tiro un arrote se desprendió del ventano y cayó para fuera con estrpito. Estaan limpiamente aserrados y pegados con 0aón dentífrico. AH=emonioI Ae;clamó el presidenteA. H/otaleI El fraile levantó el somrero y saludó inclin!ndose como un artista a un aplauso. AHOiva la Rep4lica 6rgentinaI Adi0o. 2 despus tomó los tamangos y se sentó en la cama. AEstos zapatos de goma $ue me tra0o don #aurencio me est!n apretando una cosa !rara Adi0oA. erdón ustedes. Me lastim un talón al saltar, la cuerda era muy corta. Como "an Quan de la Cruz? "e descalzó y empezó a recalzarse diciendo: A#o m!s difícil de todo, Ksaen $u fu e egar de nuevo los arr otes con una mano y con la otra colgado del orde de la ventana, agarrado a la cuerda. El centinela por poco me siente y me manda un chumo. Aero este arsenal a$uí, Kcómo dialos lo entró Apreguntó >lloa con ríoA. KCómo lo hizo AK/o se d an cuenta Ale guiBó el o0o a do n #aurencioA. H6l mediodía les cuento todoI 6hora tengo $ue decir la misa. 2 aBadió riendo: Aerdonen $ue tenga $ue hacer novelas policiales para ganarme la vida.
11. C(mo lo /io
El almuerzo de a$uel día en el fondín "urrentu fue honrado con la presencia nada menos del presidente de la Rep4lica Ael cual, aun$ue masón, haía ido tamin a la misa del padre MetriA, y de un atallón de gente $ue espiaa por la ventana, inclus o damas de la aristocracia. #os comensales estaan astante cortados3 y el alcaide 1rai contrariado aun$ue no corrido3 por$ue era uen perdedor, y el presidente le haía dicho $ue su fracaso no significaa nada y no tendría consecuencias. #indo seBor el Jorro Roca. "e haía convenido $ue no se relataría nada hasta los postres. El fraile Metri comí a como un saaBón, resarcindose de la c!rcel3 Pocedez eía con gran parsimonia3 don #aurencio estaa e;uerante y don >lloa mordaz. El sordo G!ndara gritaa de vez en cuando: %HEhI KCómo di0o&, creyendo $ue le halaa el presidente. Roca estaa sencillo y campechano. "ólo un momento se formalizó, y su figura tomó el gesto altivo y dominador $ue era tan conocido. En la mitad de la divertida e;plicación del fraile huo una interrupción $ue =e Oedia llamaa despus el %arntesis ersonal&. A6 mí no me gustan los curas, usted sae, padre Ainterrumpió RocaA pero ust me gusta. El otro cerró los o0os. A6 lo me0or le gusta lo $ue ha y de malo en mí Adi0oA y le disgusta lo $ue hay de ueno en los otros. Roca lo miró con cierta dureza y no di0o nada. A1odo puede ser Acontinuó el curaA. ero, fí0ese, e;celencia: >d. no se guía por sus gustos o disgustos. >st es un político: ust se guía por el peso de las personas, por decirlo así3 por lo $ue representan para >d. en la continua acción de mover cosas en $ue est! empeBada su vida. ara ust, las personas son como cosas y lo $ue a ust le importa, es el peso. 6hora ien, yo no peso nada. A6un$ue no lo sigo muy ien Adi0o el magnate con despegoA todo puede ser, como ust dice. A9ueno Adi0o el curaA3 yo soy diferente. 2o me guío por mis gustos y disgustos3 y soy capaz de perder horas con un perfecto desconocido de $uien no puedo esperar utilidad alguna, solamente por el anto0o de conocerlo3 de hacerme una pintura de l3 de su car!cter, se entiende. ACurioso Adi0o el magnateA. ero vea3 con ust a mí me est! pasando eso mismo ahora, por primera vez? 2 despus aBadió sin consecuencia: APoy día est!n irritadas con la glesia Católica incontales personas. #uego pensó en voz alta: A/o creo $ue el papa actual crea en =ios. 2 finalmente: AMaBana halaremos de todo esto. 1engo una cosa $ue preguntarle. Puo un instante de curiosa astracción durante este di!logo: como si todos huiesen sido trasladados un momento a otro piso. =on #aurencio $ue era un poco místico
a su manera Acon una mística m!s ien temerariaA solía decir m!s tarde $ue el Jorro Roca tuvo a$uella vez una ocasión de salvar su alma y la perdió? perdió la ocasión, se entiende. El cura no pudo verlo al día siguiente, aun$ue esperó cuatro horas en antesalas. =espus no volvió m!s. Cuando $uisieron acordarse de l, estaa en "alta. En cuanto a cómo lo hizo A%cómo p? lo hizo& $ue decía PocedezA, no le interesaa m!s, aparentemente3 narraa como por fuerza. al haía mediodía me di cuentonces enta $ue mismo era po sile cuando ustedes vinieron yo teníaAO miean, plan: descuierto una es víacapar3 de comunicación y un mensa0ero: con eso astaa. &Estaa comiendo y vi en frente mío una cosa movediza y plomiza: Hun ratónI $ue se deslizaa cautamente hacia una c!scara de $ueso. Me moví y desapareció. ar las dos ore0as. &>na serie de inferencias surgió como un rel!mpago: haía una salida en la celda3 esa salida daa al río, se trataa de un ratón de agua, de esos lindos celestes, no era una rata parda cas era3 el conducto er a familiar para las ratas3 al lado del río haía chicos 0ugando al f4tol? AEfectivamente Ainterrumpió >lloaA, hemos encontrado un caBo aandonado de las cloacas vie0as, las $ue yo hice camiar cuando me recií del cargo. A>st no me avisó deso, 0efe Amasculló 1rai sentido. A/i yo lo supe hasta hoy Ase e;cusó s teA. =escuido de esos rutos de alaBiles o plomeros. A6prendan la lección Adi0o la figura de la caeceraA. "iga, padre. AEnseguida pens en un mensa0e. El papel, >lloa sae de dónde lo sa$u. =el refuerzo de la camisa. AK2 la tinta AEl et4n de los otines, disuelto en agua con un poco de 0aón dentrífico? AH6yI K2 la pluma El cura se inclinó y levantó una especie de palito. AK>st ha visto esos chufletes de lata $ue ponen en la punta de los cordones para otines Con los dientes se los puede volver una pluma astante aceptale. Cuando ustedes me registraron yo ya la tenía aa0o de la lengua. =espus don #aurencio me mandó una pluma fuente? =on #aurencio soltó la carca0ada. AHor eso no halasteI H2o esperaa $ ue me ias a decir algo a escondidas, cuando te visitamosI A1enía un medio mucho m!s seguro. =espus de comer cac dos ratones. "umamente f!cil, atraerlos con $ueso y cerrarles la retirada. >no de ellos me mordió, de ahí salió la tinta colorada con $ue hice el diu0o del paBito $ue ustedes encontraron segundo. #a mat al defenderme3 y con esa rata taponaa yo el agu0ero. Estuvieron a punto de descurirlo todo. "i huiesen metido los dos dedos? huiesen encontrado un caBo de pipa con un cordel atado, $ue de mi celda ia a la orilla del río? un telgrafo, o me0or dicho, un min4sculo funicular. #aurencio rió de nuevo. 1rai di0o mohíno: A1engo horror a las ratas3 y ust me distra0o con su charla. AEl ilusionista charla por los codos cuando viene el momento de apuro: es increíle lo $ue atrae la voz humana Acontinuó MetriA. Escrií un mensa0e cifrado con
instrucciones para don #aurencio, 6Badí cinco pesos y otro mensa0e no cifrado $ue decía: %"e ruega al $ue lo encuentre lo lleve dirección el /oticiero, donde le dar!n otros diez pesos. mportante y urgente&. >lloa sacó dos paBizuelos y los pasó al presidente. Asos son orradores Adi0o MetriA. 2 me sirvieron para poner nervioso al alcaide. >sted perdonar!, capit!n. oner nervioso al enemigo pertenece al arte de la guerra? mohíno.AEl 0uego es el 0uego. Cuando se 0uega, hay uno $ue pierde? Amasculló 1rai AKLu dice a$uí A"implemente escrií en vesre. /7 P62 /6=6 M7"9#E, ME1R. A "onrieron. A2o Adi0o don #aurencioA recií la carta a las ocho, y al día siguiente cumplí las instrucciones. A2o haía roto la pata al ratón para $ue no pudiese disparar y se arrastrase en usca del agua. #e at ien visile la correspondencia en el lomo, de modo $ue no pudiese roerla con los dientes. Era imposile $ue alguno no reparase? A>n chico me la tra0o, y yo me hice acompaBar enseguida al lugar donde lo encontró Ainterrumpió riendo don #aurencioA. oco traa0o fue encontrar la oca de la cloaca, al pie de la arranca. Compr en el mercado una rata lanca y los muchachos me cazaron uncaBo, ratón larg!ndole del río. Cargu la ratón rata lanca fa0oundehilo dinero, y la solt en el detr!sa al celeste,con al un cualmensa0e le at aylaunpata de seda, empard!ndoselo con alamre: yo saía $ue ia a perseguir raiosamente al congnere disN gnere, sore todo si yo lo irritaa con tirones del hilo. Cuando salieron del otro lado, Metri tiró despacito de la hera de seda, a la cual at la punta de mi piolín fuerte. >na vez $ue reciió el piolín? todo lo dem!s fue f!cil. AMenos las voces Adi0o MetriA: 6hí creí $ue nos pillaan, cuando el loco de aa0o las confundió con fantasmas. 6 don #aurencio se le ocurrió halar pegando la oca al emudo y yo la ore0a en el otro: resultó esplndi do y simplificó muchís imo? hasta $ue al estia de aa0o se le ocurrió convertirlas en la voz de su conciencia. Cuando pudimos halar directo, el cordel sirvió solamente para trasportar cositas? dinero, limas, una ara postiza, una pistola 9roXning desarmada pieza por p ieza? A/o s cómo no lo pillaron haciendo tantas manioras. calcular las co cooryunturas cosas aA/o su time eme;puse po. Esnunca. o dicenErafucuestión e el secrdeetatiempar3 o de /apo león, la dinacióny hacer de lolas s movimientos. ensarlo el total primero y de0ar cada cosa para su coyuntura? como dice la Escritura. AK2 si huiesen registrado la celda el s!ado por la tarde A/o era proale. ara eso pro vo$u por la maBana un registro $ ue s alió ridículo. #os cans. AK2 si nadie huiera pillado al ratón mensa0ero AH>fI Casi imposile. 2 yo tenía ya preparado otro. AKCómo saía ust $ue ian a mandar los electricistas del /oticiero 0ustamente A2o no saía nada. =ict a don #aurencio: %6rrglese para entrar esta noche con los electricistas. 1raiga otro tra0e de orero encima. 2o estar en la mitad del muro sur, al pie, tendido en el suelo&. A2o me arregl Arió don #aurencioA. or un porsiacaso, hal a los dos diarios
$ue traa0aan de noche, imitando la voz del 0efe >lloa, $ue si haía una petición de oreros desde la c!rcel, la remitieran al /oticiero? ero llamaron al /oticiero, de entrada, por suerte. A1odo estaa previsto Acomentó Metri. AK2 si le faltaa el tiempo AMe s oró tiempo? hasta para hacer romas. El 4nico apuro fue anoche, cuando no podía provocar el contacto. >stedes han adiv inado $ue lo hice con la ho0a del cortaplumas atadoaa0o a un la alamre visto enseguida $ue"ilos cales elctricos corrían cornisadea fardo3 menos yo de haía dos metros del ventano. no dos huiese sido por la sierrita alemana Amírela, es una 0oyaA, con las limas solas no acao en toda la noche. Con la sierra, me soró tiempo para pegar de nuevo los arrotes con 0aón dentrífico? el cual me sirvió maravillosamente tamin para apagar el chirrido. AK2 si no huiese haido ni caBo ni ratones Apreguntó el presidente. APuiese elegido otro plan. Pay por lo menos tres asolutamente infaliles, en mi conocimiento. AH/oI Ae;clamó l. A"í, general. El plan d e "an Quan d e la Cruz, el plan de 9envenuto Cellini y el plan de Par4nNelNRaschid. A/o emrome Adi0o el presidenteA. Fue una casualidad. A2 despus aBadió, parodiando a 6le0andro: A"i $uisiera ser misionero. A2o,nonifuera uno presidente, ni otro Adi0o MetriA: Cuando era chico soBaa con ser presidente, pero despus? se me han pasa o las ganas? AK=esde cu!ndo, diga, Metri Adi0o Roca. A/o s? =esde? desde? AH=esde $ue goierno yoI Adi0o Roca. Ermete Constanzi rió modestamente.
Canción del caviloso corazón
7h =ios, dame la pureza de corazón 14 $ue lo $ue esenigmas lo mismo $ue a las cosas $ue no son Lue mellamas de0e dea escifrar Lue de0e atr!s mi vida como el paisa0e en un tren. Lue olvide toda la metafísica y sus paradigmas 2 las pores cositas de mi v ida tamin Lue a lo me0or no fue otra cosa $ue una interrogación y osadía Contra 1i, $ue por lo mismo no di0iste esta oca es mía? Lu hermoso ser! saer Cuando ya no haya $ue pensar en el maBana. Cuando llegue el momento solemne en $ue todo ser! ayer "aer $ue todo fue macana. 2 es seguro $ue para mí ser! un gran consuelo =el trance horrile y el 4ltimo duelo Cuando solo velo Me separe deun la tenue Oerdad 6un$ue haya alguito pecado de curiosidad? 2 esta cosa $ue fue mi vida de dos caras =onde me dicen no faltan cosas raras "epamos lo $ue es, ues. "i realmente fue una cosa uena y caalleresca 2 pecado y locura parece por el otro lado 2 con los $ue así lo creen no $uiero andar a la gresca 2 les doy de arato $ue fue locura y pecado? 'or$ue el principal es mi adre Espiritual Es decir, un amigo vie0o $ue tuve llamado ap! /egro o 1ata rincipal+ Contento con pedirles perdón =e haer nacido para ser estorón con tal $ue me salven la uena intención D@?
#a mosca de oro
%recisaría un gran volumen para descriir la vida, apostólica y e;cntrica, de a$uel D)
eficaz varón &. Metri presenció los primeros fuegos artificiales $ue huo en Resistencia El padre $uin sae por $u: creo $ue haía venido a la capital del Chaco a hacerse arrancar una muela. #a noche esa de los fuegos estaa de pie a0o la c!lida óveda estrellada, en mitad del gentío, 0usto delant e del palco oficial $ue coi0a a al goernador y a las autoridades, y casi m!s divertido con los comentarios pirotcnicos de la paisanada $ue con la misma pirotecnia, a pesar de $ue sta fue muy uena, seg4n decir de testigos Atraída de 9uenos 6ires por la "ociedad taliana >nione e 9enevolenza para feste0ar las odas de ". M. Pumerto rimo. "e haía venido al olor todo el puela0e de en torno cinco leguas: chacareros gringos Ani $u decirA, mens4s de los ingenios, p eones y r eseros, hacheros de los ora0es y has ta indiada mansa3 una muchedumre recia $ue se arremolinaa alrededor de los m!gicos fogones en nutrida y ondulante corona3 y para la parte cat$ de la ciudad se haían levantado m!s le0os talados por con arria. sillas y sitiales no del todo e;entos de herrumre por aa0o y de cuetes y buscapi$s El fraile, recostado con desgano a un poste del palco oficial, tenía a un lado un grupo de 0inetes muy atareados en la guapeza de sofrenar sus montados, $ue tiritaan, piafaan y ufaan, materialmente locos de espanto AHocurrencia de estos gauchos rutos, no ser capaces de de0ar el caallo ni para ver rel!mpago s con truenos y luces malasI A, y delante suyo haía un grupo de peones de crencha negra y chirip! sucio en pleno ;tasis de asomro y regoci0o, $ue solamente haía $ue oírlos. >no tenía un guainito de unos siete aBos parado sore los homros, y gritaa a todo pulmón a cada nueva rueda multicolor $ue se incendiaa: AH6hi0una gran perra $ue lo retiró y la punta del sauce verdeI HMir!, anchitoI HMir!, anchitoI HMir!, anchitoI Acomo si el pie fuera capaz de hacer otra cosaA. HLu no inventan estos gringos de la gran flautaI >n mulato repetía con convicción a gritos, sinasaer cosa: H6 mí AH=e lVinglaterra lVhangran tr!ido, a mí noy me vengan decirIdecir H=eotra lVinglaterraI no me vengan a decirI H=e lVinglaterraI H=e lVotro lao lV>ropa lVhan tr!idoI "on pólvora de colore. HGuardaI H>epa, chVamigo, ypor! cat4, aB!rahy, $ue disparó feoI H>epa, el otro !huraI HGuarda, loco vie0o, $ue so (e desocó el 0uegueríoI HCha $ue somo locoI H>epa, chVamigo, y otroI H2 otro m!sI? 2 así, entre la gritería, los estruendos, chillidos, incendios multicolores, estrellas de pedrería, artillería celeste, ro0a y plata, con humaredas y $uemazones de ensueBo, llegó el cl% del espect!culo, las moscas de oro. >na llamita verde diu0ó contra el cielo una gran colmena fulgurante $ue empezó a vomitar por sus cuatro pi$ueras un en0amre tupidísim o de chispas doradas, $ue revoloteaan en torno, partían a todas direcciones y estallaan con ruido graneado de fusilería. Como una en0amrazón de ae0as en un sol de fantasmagoría. #a vista era pasmosa y el estruendo ensordecedor. #a muchedumre estaa asorta: sin emargo, en este preciso momento fue cuando se aguó de golpe la fiesta. 6un$ue
parezca increíle, u n clamor humano, u n grito de mucha s voces 0untas super ó el granizado omardeo, llegó hasta los palcos y desparr amó hasta el 4ltimo espectador la ttrica noticia. AH>na muerteI H>na muerteI H>n homre muertoI El grito haía partido de la delantera del monstruo de mil caezas, el cual se arremolinaa peligrosamente. El fraile se arió paso a tremendos empu0ones. >na voz di0o a su lado: AHCayó "anariaI HEs el gato "anariaI 7tras AH6sívoces tenía comentaron $ue acaarI rencorosamente: HEn su leyI AH#e dio un ata$ueI Ae;clamó otro. A"oy cura, de0en pasar Agritaa Metri, naveg!ndose la tura a codazo seco. Finalmente llegó al n4cleo del loco remolino, y casi cayó sore un despo0o tumado de ruces en el suelo, $ue dos homres medio ahogados por la apretura estaan poniendo oca arria. arecía un muBeco de trapo. AHFueraI Agritó furioso el fraileA. 6 ver ustedes cuatro si pueden hacer cancha? vos, vos y estos dos? $ue de no, lo vamos a matar del todo? 6 la luz viva de la colmena ígnea $ue todavía chisporroteaa alegremente, una cara redonda y congestionada, negra de polvo y sangre, $ue encuadraan dos manos crispadas, apareció en el centro del círculo, los laios movindose. El fraile se arrodilló y apro;imó el oído. El moriundo di0o: AHMe han? asesinadoI? Golpe de atr!s? Reen$ue? 9us$uen? Coarde? Golpe tremendo? Muero? Era verdad. 9uru0as de sangre reventaan en la oca estertórica y los negros o0os se empaBaron. El fraile intimó. A=entro de poco estar! delante de =ios? K"e arrepiente de su s pecados #a oca del herido se despalancó toda y de su garganta rotó un sonido sordo. /o haía un minuto $ue esperar. AMisereatur tui/ Omnipotens 3eus Adi0o Metri alz ando la manoA , et dimissis peccatis tuis? En ese momento el ramido del pecho del moriundo se hizo inteligi le, y el fraile escuchó las siguientes palaras, pronunciadas con lentitud y claridad siniestra: ,3ominas ?esus Christus te absolved/ et ego/ auctoritate ipsius/ te absolvo/ ab omni vinculo e0communicationis et interdicti in .uantum possum et tu indiges' 3einde ego te absolvo a peccatis tuis/ in nomine Patris/ et Bilii/ et 6piritus 6ancti2 H#a fórmula de la asoluciónI El asomro haía enmudecido al sacerdote. Luiso repetirla l, como deía, y en ese instante un rutal empu0ón lo incorporó, mientras una mano poco dulce lo retiraa a un lado. >nos agentes de policía haían traído linternas y hacían cancha con rutal apuro. El mdico de policía haía ocupado el lugar del fraile, y al lado suyo la alta estampa del goernador se recortaa en la noche como una imponente estampa de Remrandt ro0a y negra. El mdico se alzó enseguida y di0o: AEste homre est! muerto. 6pople0ía, proalemente. /ada $ue hacer yo. El fraile se desprendió con verdadero furor de los razos del milico, se arrodilló de nuevo y asolvió casi a gritos el cad!ver. Entonces lo reconocieron. A>n padre Adi0o el caoA. =0enlo. El sacerdote se alzó hecho una furia. "e encaró con el goernador y el mdico, y
empezó a increparlos con amargura: AH6hí lo tienenI H6hí tienen el desdichado $ue fue instrumento de ustedesI Muer to sin confesión. >st, $ue ya no lo puede curar, me impide $ue yo lo asuelva. 2 eso es en puridad lo $ue hace ust cada día con tantos colonos, impidindome llegar a tiempo y cerr!ndoles las puertas del cielo. 6lg4n día dar! cuenta a =ios. Mdico de cuerpo, asesino de almas. Eso es un crimen, m!s crimen $ue el $ue mató al pas$uinero "anaria. or$ue este homre no ha muerto de apople0ía, sino de un atroz golpe en el cr!neo con un cao de reen$ue. sido El Pa mdi co asesinado. cayó de nuevo sore la lívida caeza descompuesta y la palpó cuidadosamente. Cuando se alzó, se oyó su característica risita sarc!stica. A#a autopsia dir! $u Adi0oA. ero de un golpe en el cr!neo, es sencillamente idiota: no hay el m!s leve chichón, y la ca0a cr!nea est! ilesa. "e volvió al goernador y di0o riendo: Aste es el mentado padre Metri. "e volvió al fraile y le di0o: AMaBana, a las diez, en la comisaría, a declarar. >s t parece $ue sae algo. 2 no intente hacer estupideces. 2 mientras dos agentes angarillaan al muerto y la muchedumre se volvía en grupos caiza0os, una corona de estrellas policromas suió al cielo y como una atroz ironía empezó a deshacerse en lluvia de monedas de oro, de rosas de p4rpura, de florones de sangre, de gato,enenResistencia un fondo de de color naran0a? Era de vozo0os corriente $uehumo el doctor #eónidas Mascagno, socialista Ael $ue, como =iego Corrientes, se preciaa de curar de alde a los pores y sangrar a los ricos A, impedía tamin sacramentar a sus enfermos con esta frase temerosa para la gente humilde: %3onde entra el cura/ no entro yo' Istedes eli5an&. 1amin era voz com4n $ue el gato "ofanor "anaria haía de morir un día con los otines puestos. ste era un ciudadano espaBol, director de Prensa libre, ho0ita semanal $ue llevaa como sutítulo: 3efensora de la libertad/ la democracia y el derecho. Este homre tenía un talento fenomenal, al decir del puelo3 hasta latín saía3 l!stima $ue era medio sinvergSenza. Ello no ostaa a $ue su despailada ho0a fuera devorada con delicia, aun por las personas m!s decentes, incluso el cura y los maestros. H1enía una gracia este sinvergSenza para sacar el cuero al pró0imoI Es cierto $ue algunas veces ia muy le0os: chistes envenenados, calumnias atroces, adulterios veros o supuestos y otrose;torsionaa gatuperios gravísimos haía echado al viento, h!iles alusiones. voz de $ue dinero a camio de su silencio. Encon suma, era un canalla3 Corría pero erala un canalla respetado o al menos asolutamen te inmune. El secreto era estar siempre ien con los de arria y no atacar 0am!s a muchas víctimas a la vez. Cuando "anaria le ponía los puntos a uno, todos los dem!s reían Apuelo chico, infierno grandeA, sin precaver $ue maBana le tocaría a otro. El padre Metri sintió como una n!usea de asco: maldiciente vulgar, verdadero andolero de la pluma, resumidero de veneno y humana víora, el pas$uinero "anaria e ra llevado en palmas por el Goierno, por$ue era un roda0e necesario de la m!$uina electoral. "i no estuviera mal maldecir de un finado? #legó con retraso al 0uzgado. El doctor haía hecho ya la autopsia y estaa e;plic!ndola al goernador, al 0efe político, al 0uez de instrucción, al comisario, al cao cuarto y a la chinita 9onifacia, $ue contemplaa horrorizada los pedazos de calota o de cerero $ue el galeno manoseaa, perfectamente olvidada de su función profesional de
cear mate. El mdico mostraa un sanguinolento pedazo de casco cereral a4n cuierto de cuero caelludo, y peroraa con fuerza: A? un homre $ue no tuviera espíritu científico. >n homre sin un corte de cerero científico, huiese dicho: o0os sanguinolentos, hemorragia ucal, facies congestionada, masa encef!lic a aBada en co!gulos de sangre, K$u significa eso #a cosa era clara, Kno es verdad 6pople0ía. 2o no. 2o estoy acostumrado al mtodo e;perimental. uso la calota a la luz, y di0o: A2o hice2atras$uilar al encontró melenudoen"anaria, la caeza la ver deshice metódicamente. el pelu$uero la nuca unfotografi pe$ueBo co!gulo. Payy $ue $ue el gallego "anaria tenía una melena aceitosa, como para nidal de cucarachas. K2? /ing4n chichón, seBores, atención Amirando al fraileA. ero K$u es esto $ue est! a$uí en el seno posterior del occipital, voto a Cristo >n agu0erito de dos a tres milímetros, seBores, hecho con la perfección de una perforadora elctrica. 2 a$uí empieza el misterio. #os oyentes se haían arrimado vivamente, y comproaan con asomro el fenómeno. En el trozo de cr!neo rapado correspondiente a la nuca, una limpia estrellita de orde ro0o colaa la luz de la ventana. El goernad or hizo un gesto de asomro. AK9alazo Apreguntó. A/o e;iste arma ninguna de calire tan diminuto Areplicó el mdicoA. "i e;istiera, la ala no podría tener fuerza para perforar tan limpio este casco, goernador. 2 los tres testigos, K$u han dicho K/o estaan detr!s del muerto /ing4n tiro, ning4n golpe de golpe. reen$ue, sino "anaria $ue se lleva las manos al mate y se va de oca como un tronco, de El 0uez de instrucción e;aminaa el hueso con atención est!tica. 7pinó meditaundo: A>na es$uirla. >na astilla de madera o de hierro, un trozo de alamre calentado al ro0o $ue se desprende de los fuegos de artificio y alcanza al homre. "í. "upongamos un recortado de alamre como los de gomera de muchacho puesto al ro0o. >na chispa de oro, las malditas moscas de oro del italiano ese? El mdico rió sardónico: A"í? una mosca de oro $ue da vuelta carnero en el aire para clavarse e n la nuca de un homre. Refle;ione, doctor. K2 dónde hay a$uí seBal de $uemadura ero su mosca picó y se fue, doctor Masedo. or$ue en el cerero no encontró asolutamente nada. En ese momento, sonó la voz del cao cuarto. AHero a9onifacia, est!s a$uí todavíaI KLu and!s haciendo HMarche inmediatamente la cocina, grandísima descaradaI #a chinita, con el mate en la mano, y $ue haía estado acechando muy curiosa, se apro;imaa al muerto hipnotizada. AH#a mosca de oro, araíI AdecíaA. 2o la conozco. Pay en mi tierra, araíD(\: en araguay y el 9rasil, araí. ica y pone gSevo y se va, y sale un gusano rechoncho como un arrilito , duro, con cerditas negras, a modo de catanga lan$uecina, araí. 2 el gusano come la carne, y va haciendo un canalito en la carne, Hy agu0erea el gSeso limpito, con un agu0erito igual a seI 1odos los circunstantes rompieron a reír sin ganas. #a muchacha levantó con impudor hasta la mesa su patita descalza y seBaló el toillo. AEs una mosca dorad a $ue se llama Fa-ca% Adi0oA. HMire la cicatriz, araíI H=e a$uí me lo sacó el dotor Gonz!lezI HMire si no es el mismo tamaBo y layaI Hgualito $ue ese de ahí fue el au0ero del toilloI
El cao tomó del razo a la negrita y la sacudió sin contemplaciones. ero ella no ce0aa:
A"e le pasmó Adi0oA al mbaracay+ "anaria. H"iguroI #a mosca le entró por la oca, durmiendo? un suponer? y el gusano le andió los s esos y salió por el otro lao. 2 cuando arió el gSeso, entró el aire y se pasmó la herida y murió el mbaracay+3 por$ue una herida nunca uno no la siente hasta $ue se enfría. H"iguro, dotor, siguroI ARetírate, muchacha3 est!s estorando Adi0o una voz detr!s de ella. miraron al fraile, $ue haían olvidado3como pero altaladrarlo no los veía. Con el"e ceBo fruncido1odos clavaa los o0os en el cr!neo despedazado, de nuevo. alzó la voz del mdico, sarc!stica. AReverendo sacerdote Adi0oA. KLu e;plicación propone >st $ue es teólogo? Kno le parece científica la e;plicación de la huaina KLu dice la teología sore eso El memrudo misionero le levantó unos o0os como dormidos y sonrió, como un tonto. A2 ueno Aarticuló lentamenteA. =el punto d e vista teológico, me parece ien la e;plicación de la muchacha. =el punto de vista físico, doctor, yo propondría un recorrido contrario. A#a mosca de oro, Keh A7 ien de plomo. "í. ero caminando al revs. 2 K$u hay de imposile en eso, a ver Esas moscas met!licas, azules, verdes y doradas, van a lo podrido. K6caso no estaa podrido el cerero de este K"ude oca nospanlo, echaa ycontinuamente aliento, teológ icamen te halando Erahomre un homre talento, un homre de mal estudio. /o por$ue lo ha yan visto d egradado, amanceado con una china en un rancho as$ueroso, con cinco o seis hi0os hamrientos, envenenando a su puelo y lamiendo los pies de los mandones? Era un homre de estudios, un homre nacido para la vida intelectual3 pero su intelecto se haía pervertido. Paía nacido para el m!s alto oficio, para la m!s alta dignidad $ue hay en la tierra, $ue es uscar y enseBar la verdad. >stedes mismos lo usaan como ariete y mano de gato3 lo respetaan y lo temían. #a inteligencia, por desgradada $ue est, es una fuerza cósmica. Kor $u se llaman ustedes lirepensadores 7ponen el pensamiento a la religión, por$ue sienten $ue el pensamiento es la cosa m!s sutil, m!s fuerte, m!s tererante, m!s vivaz y m!s e;plosiva $ue e;iste. ero Hay del maestro $ue traicionó su alto llamadoI %:uardaos de los falsos profetas&, di0o Cristo. AKEs verdad $ue fue sacerdote Ainterrumpió el goer nador con un gesto. A1e$ue ológicamente fue un cerero podrido, es decir, la cosa horrile y m!svino par ecida al demonio hay en el mundo Aprosiguió el cura, impertrritoA. 2 entonces la mosca, con alas de fuego movidas por la ira de =ios? 2o halo de una mosca de metal con alas de fuego, mucho peor $ue la de 9onifacia. ero no le entró por la oca y salió por la nuca, sino 0ustamente al revs. Entró por la nuca y salió en un orollón de sangre $ue manchó estas manos mías. Estoy seguro. 6ll! la hallar!n ustedes, entre el polvo y el pasto? si fuera posile hallarla despus de a$u el pisoteo. El goernador asintió. A>na ala. 2a lo di0e yo. Es evidente, una ala min4scula. 6stuto asesino. K=ónde poder soltar un tiro $ue no se advierta, o iga ni vea En el medio de unos fuegos artificiales. Aero, permítame, goernador, permítame Aaroteó el mdico, e;alt!ndoseA. HEs imposileI 2a lo indi$u antes. K/o v e el calire de es te orificio Es el de una munición de liere. 2 una munición se huiera aplastado contra el cr!neo, o resalado a0o la piel, inevitalemente.
A=isparada con una fuerza enorme Adi0o el fra ile. A"i ust tuviese un cerero de corte científico? Ae;clamó el mdico, impaciente A. /i disparado con un caBón puede un perdigón horadar un cr!neo como un arreno de acero. #a percusión es proporcional a la velocidad, y la velocidad es función de la masa. HComprndanmeI 6un$ue un gigante me tire un corcho de otella, no me va a atravesar el cuerpo. 6un$ue un tit!n me arro0e una ho0a de papel, no me va a cercenar la caeza. "i Prcules mismo me tira con una pluma, no me va a romper las costillas. /o hay peso astante. plomo? Esta mosca de a$uí tendría $ue volar m!s $ue un vendaval y pesar mucho m!s $ue AHesar m!s $ue plomoI? Agritó el fraile, soresaltado. "e $uedó frente al mdico con la oca tan aierta, $ue ste tuvo ganas de meterle adentro el trpano $ue tenía en la mano. #a cara se le demudó toda y la mirada se le volvió para adentro. >n instante p areció $ue ni respiraa. =espus volvió la caeza, y encontrando la ventana, empezó a mirar las casas enfrente, recorrindolas lentamente, hasta $ue se posó en una, all! le0os. 6l fin suspiró, y di0o: A9ien. 2a s. 2a s cómo fue, y tamin $uin lo hizo, y lo $ue tengo yo $ue h acer. =octor, hasta luego. 9us$ue a ver si encuentra la mosca fatídica, la mosca de plata holandesa, pesada y rillante como una chispa de fuego. 2 salió, sin despedirse ni hacer el menor caso del goernador, $ue le voceaa. #os crímenes misteriosos loslom!s f!ciles m!s, de descurir. un crimen vulgar, usted encuentra al autor allí mismosono no encuentra por$ue seEncortó al araguay o se perdió en la masa hu mana con su f atal secreto. ero en un crimen ien planeado apenas el asesino se pone a hacer cosas para encurirse o inculpar a0eno, entonces empieza a semrar rastros propios. "i este su0eto huiese asesinado a su enemigo con un vulgar Colt *@, 0am!s lo huiese yo rastreado Apensaa el padre Metri, sentado tran$uil amente esperando turno al atardecer de a$uel día en la antesala del dentista. %(lías Pontanchis/ ciru5ano dentista diplomado&, rezaa la placa de core de la antesala, salita alargada m!s ien somría, con un sof! manido y utacas de diversas hechuras, empapelada de flores ro0izas y ornada con una oleografía de la atalla de Maip4, otra de 6lfonso , una acuarela con una ninfa en cueros y una tar0eter a de mimre. =os chi$uilines del dentista, varoncito y nena, vestidos de guardapolvos negros, 0ugaan allí ochincheramente. El fraile los miró un momento con ternura. #a nena, $ue tendría unos cuatro aBos, haía inventado un yiu-yitsu para tirarlo al suelo al varón, astante mayor $ue ella: una maniora en dos tiempos $ue repetía siempre igual, con agudos grititos de 04ilo y risotadas. ero cuando el pie se ofendía y la tiraa a ella, se ponía simplemente a llorar y le decía: !Malo" 7tro piit o, retenido en el regazo de una seBora gorda en turno, mira a con envidia la escena. =e repente se desprendió de la madre y $uiso hacerse invitar, acerc!ndose a los alorotadores con una sonrisa estereotipada de lo m!s gracioso: una sonrisa tímida y ancha, de humilde s4plica y enorme comprensión y simpatía, $ue vertida al castellano era: @Por .u$ ustedes no se dan cuenta de mi e0istencia y 5uegan sin míA @No ven .u$ simp+tico .ue soy yoA ero reciió una dolorosa repulsa. El varoncito cesó un momento, lo miró de arria aa0o y le di0o categórico: AHOo no so de nosotroI
El pie forastero se apoyó en el sillón, con un amago de pucherito. #a madre seguía leyendo su revista. El fraile suspiró, y, de0ando de contemplarlos, prosiguió una especie de operación aritmtica $ue haía comenzado en la portada de un Caras y Caretas. En el papel haía estos signos caalísticos:
6caadas estas cifras, sacó del olsillo un perdigón mediano de cartucho para lieres, y por otra parte una cantidad de diminutos perdigones pateros, y sopesando en la diestra el uno ia aBadiendo unidades de los otros, al mismo tiempo $ue hacía c!lculos en voz alta. Miró alrededor y vio $ue estaa solo: el 4ltimo. Entonces un incidente en el 0uego de los niBos lo distra0o y atra0o nuevamente. "igilosamente haía entrado un mayorcito de unos ocho aBos, tamin de riguroso luto, y mostraa a los otros deslumrados un o0eto met!lico, cel!ndolo como un culpale. A#o encontr en el al0ie AdecíaA. Me mandó >genia a sacar un alde y me lo encontr. A1e va a dar padre Adi0o el menor. AK2 por $u K/o es mío, acaso Me lo r egaló tío a mí. adre se eno0ó, por$ue no pudo matar el gato. 1ienen siete vidas los gatos. "e le aplastó la ala en la caeza, en vez de entrar. 1ienen dura la caeza los gatos. or eso lo har! tirado padre. ero yo me lo pes$u, y entonces le he de pedir a padre $ue me d otrav$ las alas. El fraile miraa intensamente. "acó una estampa del olsillo y llamó al chico con la mano. A=e0!me ver tu matagato Ale di0o. Era, en efecto, una de esas pistolas de niBos, de calire diminuto y construcción tan somera, $ue son peligrosas. 1odos los $ue hemos tenido matagatos de chicos nos hemos aleado. El f raile tomó el ar ma y se en tregó a una inspección e;travagante: la e ;aminó, la olió, metió el pico del paBuelo en el caBo y olió el paBuelo3 y por 4ltimo la empuBó, y ocult!ndola a0o la manga del h!ito, gatillo una o dos veces, como $uien tira cautel!ndose mucho. En ese momento el chico dio una e;clamación de alarma, y el padre Metri vio al dentista $ue lo miraa desde la puerta del consultorio con o0os furiosos, mientras salía el chi$uilín con la seBora gorda. AHQaleoI Ae;clamó el fraileA. HMe ha vistoI El dentista saía ser un homrecillo petiso, arrugado, co0o, de aspecto sumiso. ero ahora estaa transfigurado de raia. 9aluceó dos o tres gruBidos confusos y al fin arotó con ira: AHO!yase de a$uíI /o lo puedo atender. /o puede ust halar con mis hi0os. Es tarde. HM!rchense inmediatamente de a$uí, malandrinesI Agritó a los chicos, despavoridos. ero el potente fraile hizo todo lo contrario. "e incorporó s4ito y se dirigió a la puerta, y dando un tremendo empu0ón al tío plantado en ella, lo metió y se encerró con llave. El resultado fue ien inesperado y m!s all! de sus intenciones. El dentista, $ue tenía
una pierna seca y nunca andaa sin astón, rodó por el suelo lastimosamente, y se agotó despus en esfuerzos por levantarse, hasta $ue su contrincante le tendió la mano3 y entonces estalló en un terrile sollozo o rugido, de0!ndose caer en un sillón con la caeza entre las manos. #o miró con l!stima largamente. =ecían $ue era un homrecito e;traBo, sin relaciones, sin amigos, llegado de la Capital hacía unos meses, siempre retraído, preocupado de sus tres chicos, irreligioso, ateo, here0e, susur raa la gente. En este momento era una pore humana transida ostante, de0ó cosa caer palaras duras. en inmenso y desesperado desconsuelo. El fraile, no A"ólo el 0oyero y el dentista Adi0oA mane0an platino, metal caro y raro. Qoyero a$uí no hay3 dentista, uno solo. Cuando vi $ue el gato "anaria haía sucumido a un proyectil de platino, vine a$uí. Kor $u lo hizo El otro levantó la caeza al oír el nomre de "anaria y apretó los dientes. AHCanallaI AtartamudeóA. Mi mu0er? AKMuerta Aapuntó el fraile, recordando los chicos de luto. AOive. Oive mal. Mala mu0er. Me aandonó. En 9uenos 6ires. Es preciso $ue mis hi0os crean $ue ha muerto. 2 ese homre me amenazaa contar mi historia en su diario. Me sacó plata, plata. /o haía m!s remedio $ue matarlo. HMis hi0osI #a ley dice: % O5o por o5o y diente por diente&. El rostro del fraile se ensomreció todavía: AH/oelhaía Ae;clamóA. asesinato remedia nadaI Qam!s mal remedia mal, m!s sino remedioI $ue lo aumenta. Mire el H>n remedio $ue hanoconseguido ust con su el crimen: nunca m!s se sentir! ust padre de sus hi0os3 y ellos maBana ser!n hi0os de una ramera y un presidiario. El efecto de estas palaras fue fant!stico. El homrecillo se retorció como tocado por un rayo. ncorpor!ndose, se arrodilló en el suelo y despus se postró en tierra con los razos rodeando la caeza3 y entonces empezó a gemir o cantar una especie de salmodia incomprensile, desgarradora, m!s triste $ue la muerte. 6costumrado a actitudes y a momentos e;traordinarios, Metri no pudo, sin emargo, reprimir su asomro. Comprendió $ue era una actitud religiosa y una especie de plegaria, aun$ue para l desconocida. =e repente empezó a entender algunas palaras y comprendió $u lengua se mezclaa allí al castellano: Mimma gha ma;;in ;erafiha ?ahu$' >dormí , gau del he;olí2 El llantoshin tristísimo pore homre decía m!s o menos: Nunca m+s padre de mis hi5os/ y ellos hi5os de un preso' S>sí es' Lo sentí desde el primer instante/ al tomar a mi nena en las manos llenas de sangre Salucinante' Lleg1 el fin' Las tinieblas cayeron sobre mí y la ruina Sabri1 su boca' La tierra me es un hierro candente y el cielo es una Sroca'
He a.uí .ue mi triste vida llena de males se hio pedaos' 7a tengo derecho a irme/ el infierno me abre sus braos' Lisiado salí del seno materno/ mi padre me despreci1' (sta vida es demasiado para mí' 6e acab1' La
Mala facies/ malum facies, decían cruelmente los paganos: el homre contrahecho tiene el alma torcida. ero el cristiano conoce otra solución me0or. El cuerpo contrahecho se har! un alma sulime. ues es difícil $ue pueda mantenerse en el medio y ser un homre com4n. #os otros homres comunes no lo de0ar!n. 2 m!s cuanto m!s comunes sean. /o hay cosa m!s despreciadora $ue el homre mediocre y satisfecho. 1u mu0er deió de ser una mu0er mediocre. ero proalemente pecaste contra ella de falta de firmeza. #a mu0er dee ser sostenida. >na mu0er sin religión, es punto menos $ue una vaca. /o la culpes a ella sola. Qam!s elAKLu homreremedio dee culpar susmí desdichas a los dem!s solamente. $uedadepara Apreguntó el lacerado. A"uicidio Adi0o el fraile severamenteA. Pas estropeado m!s tu causa con este crimen. >na derrota m!s se sumó a las otras. #a mosca met!lica se te alo0ó en el corazón para siempre. Con esa indignidad has minado hasta la pureza de su apasionado amor paterno, $ue era el resorte $ue te $uedaa. KLuieres saer cu!l es aho ra tu 4nico camino El 0udío asintió vigorosamente. AOivir para tus hi0os como esclavo de ellos Acontinuó e l fraileA. /o co mo padre. Rea0!ndote en tu corazón hasta la tierra, servir a =ios en esas criaturas tuyas. AK/unca m!s podr apagar, o rrar, olvidar esta horrile vergSenza y repugnancia, esta molestia insufrile $ue sentí ahora al tomar mi nena en razos AEs muy difícil Adi0o el otroA. 6 menos $ue no resucite el muerto? o ien alg4n día salves la vida a un homre, o ien? El fraile largamente seguridad de un miró profeta sacro. la le0anía, y cuando volvió a halar su gesto tenía casi la A6lg4n día aparecer! tu mu0er en tu casa AprofirióA, m!s degradada $ue una perra, fea, vie0a, gastada, y hu millada hasta la tierra por la cruel lascivia del homre3 y sin emargo, orgullosa, caprichosa y depravada. 2 entonces t4 la reciir!s en tu casa y curar!s sus p4stulas con la energía sorehumana $ue no tuviste para impedir $ue se fuera. sta es tu redención 4nica. sa es tu penitencia. AHQam!s, por =ios vivo y verdaderoI Agritó el desdichado, descompuesto y perl!ticoA. HQam!s traspondr! mi umral, 0am!s ver! a mis hi0os, no infectar! mi casa? o la matoI H/o hay fuerzas en mí para eso, no se me puede pedir esoI H/o puedoI HEn nomre de =ios, no puedoI HReh4soI 1oda su agitación se haía convertido en un manso llanto $ue corría a hilos interminales de sus o0os cerrados, mientras repetía suplicante: AH/o hayMetri una sola gotaunderato: fuerza en míserenamente, para esoI? las manos sore las rodillas, El padre lo miró lloraa inmóvil, sosegado. 2 entonces el fraile, con gran delieración y tiento, en puntas de pies, como para no despertar alguno, ganó la puerta sin rumor ninguno y se marchó sin m!s tr!mites. Mas al llegar al pie de la escalera notó $ue haía perdido en la lucha del consultorio su gran crucifi0o de ronce, el crucifi5o de los votos , $ue llevaa siempre atravesado al cinto como un facón, al modo misionero. Oolvió con las mismas precauciones a uscarlo, y al entornar de nuevo el atiente, vio esta escena. El dentista haía alzado el artefacto y lo tenía sore una rodilla, la otra mano en el pecho, la caeza caída, y los o0os estaan escudriBando curiosamente el e;traBo Pomre coronado de espinas y pendido con tres garfios de un palo. #loraa todavía. El fraile no entró. Pizo un gesto indefinile y se fue sin hacer ruido. El día siguiente estaa en su reducción de "an "alvador del 1oa. 6llí reciió varias circulares del 0uzgado y una carta apremiante del goernador del
Chaco para comparecer como testigo al proceso en curso acerca de la muerte del mbaracay+ "ofanor "anaria. 1odas las cuales desoedeció tran$uilamente.
Canción del silencio
Mi mal tomó condición delodesesperado asedio: si callo, no hay remedio3 si lo cuento, no hay perdón. 6 callar, pues, corazón, y $ue la fe lo digiera, pues la pena echada fuera se pudre, y echada al centro, limpia el corazón adentro como una fiera salmuera. " generoso de todo, menos del propio dolor3 deso hay $ue ser guardador y avaro en supremo modo. Movido, vuelveargentino. lodo3 $uieto, sesevuelve Es tu tesoro divino, $ue nadie puede roar, pues cuando est! $uieto el mar, lo visten de azul marino. 1e has $ue0ado demasiado y a muchos3 y tu castigo ha sido el tedioso amigo y el consolador frustrado. H6y, tengo sedI? y te han dad o vinagre, y 0am!s dan m!s. El vino sólo otendr!s de =ios, cuandotu=ios te encuentre solo, y digiera vientre las dos onzas de aguarr!s. 6ntes de ser aceptada, la muerte es muerte3 despus no s lo $ue pasa3 no es ya muerte, es vida pasada. 1odo lo pasado es nada3 la sangre es nuevo autismo. "i te parece un aismo tu mal, no lo de0es $ue hale: del dolor, lo insoportale es lo $ue pone uno mismo. =olor $ue ya reverencio,
envulveme como una tuma $ue fuera una cuna en sudario de silencio. Lue me valga "an Crescencio, santo de mi natalicio. 2o ordenar mi estropicio como un uen rompecaezas: he visto rotarde cerezas de un montón desperdicio. 2 si tienes $ue de0ar lV4ltima esperanza a un lado, es f!cil morir callado cuando es in4til halar? Es m!s f!cil e;presar el ser en un comedido gesto de león herido $ue se tuma con desdn, $ue andar a e;plicarse a $uien nos odia y nos ha perdido.
El caso de 6da 1erry
El caso de 6da 1erry es uno de los tantos $ue muestran al claro las dotes de homre de acción A$ue ya lasantafesino leyenda hay capell!n recogido de y magnificadoA padre Metri, misionero del Chaco los #anceros dedel "anclere 6ntonio. Oerdad $ue la revelación de la misteriosa muerte se deió en parte a la casualidad3 pero, ciertamente, ni la imprudencia del comisario, ni la clave procurada por el dueBo del hotel #a 9ella 1urinesa, huiesen desmaraBado el enigma sin la fulminante intuición y actuación del 0eromiano, a estar a los hechos tal como los relata mi tío Celestino, testigo presencial de ellos. Mi tío y otros vie0os $ue conocen el /orte, pretenden $ue este capítulo de novela policial no fue sino el dram!tico desenlace de una larga lucha espiritual entre dos homr es machazos, 0efes natos amos, $ue en medio del monte cha$ueBo se hallaan en el mismo imperativo de atalla $ue el perro y el gato3 o, si se $uiere, $ue el león y el tigre. %In misionero tiene .ue hacer de todo&, era uno de los ritornelos del padre Metri3 y se refería no sólo al arar, desmontar, hachar, semrar, construir, caalgar y aun domar, si a mano venga, sino tamin a otras cosas m!s serias, como el hacer 0usticia o el desarzonar prepotentes. AEra triste Apensaa l ese atardecer, mientras se encaminaa a Oilla 6na a defender a uno de sus pupilos, el indio "an aloA3 era triste, pero así es el monte. /o hay nada $ue hacerle. "e refería al estado de aandono civil de la región $uerachera. #a 0usticia y la autoridad no e;istían sinó como tenues somras o como repugnante m!scara3 y en todo caso, si e;istían realmente, era al margen y a veces en contra de las autoridades $ue llevaan el nomre. Qefe político, 0uez de paz, comisario, receptor de rentas y hasta el maestro, y =ios $uiera $ue el cura no, eran siervos o al menos cautivos de la política. Era proverial la frase del 0uez 1oal: % !3iande vas a tener ra1n vos/ si en maro votaste por los contrarios"&? Cada nueva elección traía, despus de la docena de desgracias entre esos homres ravíos listos a las armas, la nueva repartida de puestos, las terriles enemistades y enconados rencores, venganzas insidiosas, la m!s cruda parcialidad en haía los mandones. #o peor eslas$ue todo eso cruentas no era yaoestado anormal3 antes ien, lo contrario llegado a causar e;traBeza. A@Para .u$ lo hemos puesto allí/ sino para .ue ayude a los amigosA Arezongaa la gente, si por milagro de =ios aparecía un 0uez o un policía con veleidades de imparcial y 0usto. En ese estado de cosas Ade an-ar.uía, en el sentido primitivo del vocaloA, el mens4, el ora0ero, el peón, el olichero y el colono perdían necesariamente la fe en la 0usticia3 y desesperados de encontrarla donde deían, cada vez $ue eran víctimas de un malhecho, se veían impelidos a uscarla por su mano. Esa misma semana, haía tenido en su zona nada menos $ue dos casos de esos doles homicidios frecuentísimos allí: por cuestión de terrenos, de límites, de pago de deudas, de fraudes o cual$uier agravio o disputa, dos homres se trenzaan a tiros o puBaladas Ados ho mres honradísimos, decen tes, traa0adoresA, saiendo segurísimo $ue
nada haía de esperar de los aves negras o politi$ueros del Quzgado. Menos mal cuando venían por gracia de =ios a uscar como !ritros de sus pleitos al cura o al mdico3 pero el cura o el mdico, $ue deseaan y a veces podían dar fallo 0usto, carecían de la autoridad para imponerlo3 tesoro com4n $ue detentaa in0ustamente cual$uier caudille0o político, par!sito social in4til y daBino. 6$uí sí $ue aprendió incluso sociologí a el cura Metri, y no en sus aulas de Fiesole, en talia. A6$uí Asolía lAcriminal3 cómo nació Córcega profundo la famosainstinto y horrile institución de lacomprendo Oendetta. /o es undecir instinto es el en mismísimo de la 0usticia $ue crea esas aerraciones, cuando ella escasea en su sede natural. &6$uí comprendo cu!n profunda es la palara del m!s grande de los estadistas santafesinos, el rigadier Estanislao #ópez: Y (l primer derecho de un pueblo es elegir su caudilloZ. El mal es $ue a$uí no los eligen3 antes ellos se les encaraman, a veces criminalmente. &6$uí comprendo la necesidad de los poderes e;traordinarios: todo el poder, aun el de la muerte, en manos de uno solo $ue merezca e0ercerlo? ahí est! lo difícil. &2 aun así parece poco3 por$ue, así repartido en multitud de tinterillos ineptos o mandones sin moral, da la impresión de una fusta para contener a un toro. HLu constitución ni $u macanasI 6$uí se necesitan militares, pero cristianos y decentes, no como el dspota criminal mayor 70eda. recisaría, santo cielo, mano de acero y corazón de santo. &2o a$uí, o de0o el oficio, o acao mal Apensó de golpeA3 pero como de0ar el oficio, no puedo? ser! lo $ue =ios $uiera. H7h =ios, no me de0es acaar mal, si es posileI =e golpe le haía venido la idea de adónde ia y la lucha $ue le aguardaa: ia a defender al caci$ue "an alo, un pore toa a $uien l haía criado entenado3 a defenderlo de sí mismo tamin, por$ue era de car!cter violentísimo. Paía sido acusado de la muerte de la desdichada 6da 1erry, decedida cinco aBos antes en circunstancias rarísimas3 6da 1erry, la flor y el orgullo del /orte, segada de a$uella terriilísima manera. Recordaa con una tristeza honda la dulce figura infantil de a$uella niBa, hi0a de uno de los altos empleados de la Forestal, $ue l instruyera para la comunión Aya prenunci!ase, entonces su futura e;traordinaria ellezaA3 recordaa la e;presión de adoración infinita y muda, callada como la de un perro, con $ue la seguían por la iglesia los o0os del muchacho toa, sacristanzuelo ch4caro3 pero estaa segurísimo de $ue el toa, perfectamente de tumar desupuesto frente enridículo? un arran$ue de irauna al patrón e;plotaa al matón $ue locapaz agraviase, era un H$uI? impos$ue iililodad asoluta,o asesinar a traición una niBa? Hy esa niBaI Cuando sucedió a$uella diaólica desgracia, el cura de "an 6ntonio sintió uno de los grandes furores y penas de su vida. Paía amado como un padre a a$uella criatura, che par che sia una cosa venuta del cielo in terra a miracol mostrare2* como decía l, y haía sentido in$uietud por la atracción terrile $ue desde su adolescencia empezó a e0ercer con instintiva co$uetería y despreocupación de reina nata. A#a elleza corporal es tamin un don de =ios Ale decíaA, pero es el m!s peligroso de todos. Pay $ue administrarlo ien. ero lo $ue haía sido sore todo ve0ado y maltratado en l cuando murió su porecita criatura, era su sentido innato y vehementísimo de la 0usticia y el orden. Es verdad $ue l haía llegado, despus de meditar todos los pormenores del horrendo suceso,
a la opinión de un accidente, de una muerte casual3 y hasta haía inventado para su uso una teoría ingeniosa, $ue e;plicaa mal $ue ien el misterio, y la haía narrado a muchos, incluso al nuevo comisario Rotart, cuando andaan ien entre ellos todavía. "in emargo, la gente 0am!s se aplacó: despus de cinco aBos, se halaa del suceso como si fuera ayer. 2 he a$uí $ue ahora, inesperadamente, su pore amigo el indio "an alo aparece inculpado del crimen, seg4n decían, con indicios arumadores. HmposileI AKLu pasa, toiano Paían llegado. Eradesarrugaa tiempo. El sol ponía algarroos, en un magnolosincendio de oro, calor aflo0aa, un viento fresco los se hirsutos $uerachos, loselchaBares y los guayaos. El caallo relinchó delante de un recio portónNtran$uera de pinotea arnizada. El dueBo del hotel, su compadre Carlos 9uttini, cruzó corriendo el sendero p ara llevarlo a las casas. ero en la mitad del camino de vuelta, los dos homrachones, como movidos de un mismo impulso, se detuvieron, a0aron las arudas faces y se signaron gravemente. 6llí mismo, sore la tierra gredosa, atravesada de csped, a la altura del segundo mandarino, haía yacido ensangrentada la celestial criatura $ue los dos solterones haían amado $uiz! lo m!s en este mundo, como un milagro de gracia y gentileza venido del cielo para suavizar con su solo aspecto las rutales mentes de los homres, perecida en flor en a$uella tierra salva0e $ue no la merecía? Fue esa misma noche, en el comedor planta a0a del hotel #a 9ella 1urinesa, Oilla 6na, Chaco, es decir, la noche antes dedelasu revisión delsuicidio sumarioD((del decir, e;actamente cinco aBos despus presunto ?.caso de 6da 1erry3 es "uicidio, seg4n los mdicos3 muerte casual, seg4n el hotelero3 homicidio, seg4n su marido, $ue haía renunciado su cargo de comisario departamental, desesperado de no poder hacer la luz en caso $ue le ataBía al alma, y $ue era, sin duda, el m!s enigm!tico $ue imaginarse pueda, seg4n todos. 6l promediar un día primaveral cha$ueBo, al aire aierto, en medio de un camino, a la puerta de un hotel, en plena luna de miel, diez minut os despus de despedir a su marido con un gor0eado eso de inconfundile e induitale felici dad, una niBa de dieciocho aBos es hallada muerta de una ala en las sienes, despus de retumar el disparo de un Colt. sta es la imagen increíle $ue vio el dueBo del hotel, don Carlos 9uttini, un minuto despus del tiro, al arir precipitadamente la ventana de su aposento del primer piso, $ue dominaa el camino y el 0ardín. El eselto ulto tumado miseralemente de travs, 0usto en la mitad del trayecto portón a la somrero puerta de de casa3 la y, mancha del vestido de crep claro3 la del mancha ro0ae;terior del ancho pa0a, al lado,graciosa una mancha m!s ro0a todavía, sore la $ue esplendía el acero de un gran revólver de policía? El uen don Carlos no pudo de primero creer a sus o0os, deslumrados de siesta y sol, y se reputó víctima de una monstruosa alucinación. or$ue l reconoció inmediatamente, en a$uel ulto tr!gico, a su gentilísima husped de ha pocos días, a la novia cuyas odas hacían halar a toda la zona, a la elleza del /orte, la tirana de Oilla Guillermina, la hi0a de su compadre el gerente 1erry, la recin casada con su grande y admirado amigo el comisario G!lvez. Ella era y no podía ser ella3 por$ue, como decía don Carlos, % si se 5untase todo el mundo y se pesasen los motivos .ue cada uno tiene para .uitarse la vida/ mi ahi5ada tendría n%mero cero&. 2 eso no lo decía l: astaa verlo. El paraíso en esta vida, si es posile $ue un ser humano lo tenga, era ella. #a felicidad en estado puro, sin mezcla3 la alegría imperturale del niBo sano y ien $uerido3 la e;ultación serena y permanente $ue comunicaa a su
halar una especie de m4sica y a su moverse una especie de danza imperceptile, era ella en pinta. AK"uicidarse H=octores de los demoniosI "i es sa su ciencia, la mando al dialo yo toda su ciencia, por$ue toda su ciencia no vale un pepino. 6sí como los mdicos con toda su ciencia no me har!n creer $ue el día es noche? por$ue si es día, no es noche? así tampoco har!n creer a don Carlos 9uttini, ni tampoco a una sola de las personas cuerdas de la ciudad, como a la vista estaa? Hni una solaI? $ue mi ahi0ada se haía 0ustamente suicidado. homreI Pay cosas $ue no pueden ser, y por lo mismo $ue no pueden ser, no son.HOamos, /o me halen. A"e trata de un disparo casual Aremataa acalorado do n Carlos 9uttini. ero el mdico allí presente, mi tío Celestino, decía $ue era asolutamente imposile $ue un disparo casual taladrase limpias las dos sienes de una persona en pie. A>st, hotelero, se acog e a una imposiilidad psicológica3 pero yo me aco 0o a una imposiilidad mec!nica. >n revólver $ue, por caer al suelo o por cual$uier otra causa, se dispara solo, puede dispararse en mil !ngulos diferentes, pero no puede asolutamente dispararse en una línea horizontal a la altura de una sien3 puede atravesar un cuerpo en todas direcciones, e;cepto esa sola y 4nica dirección del e0e de los temporales. >n revólver no puede mantenerse volando en el aire en posición horizontal, para darse el gustazo de $ue se le escape un tiro e;actísimo: un pulso tiene $ue sostenerlo. &2 ste es el primer imposile y el m!s chico, y con l asta3 pero hay otro imposile peor, y es $ue un Colt$ue deun policía seguroo autom!tico? dicho unni Colt de poNliNcíNa? un Colt, lo mismo "mithcon [esson cual$uier armahedecente, golpeado con una maza puede dispararse, si no se monta el gatillo. Es asolutamente imposile $ue se dispare solo, sin $ue un dedo levante el gatillo? cosa $ue sólo un dedo humano hace? y lo vuelva a de0ar caer. &/adies estamos lires de un minuto de locura Aconcluía el mdicoA. 2o no s por $u se mató la desdichada niBa3 y m!s, s $ue nadies sar! nunca por $u se pudo matar3 pero s con certeza física $ue ella fue $uien se mató. ero los cuatro sentados a la mesa, y la corona de oyentes confluidos en torno, saían tamin $ue el marido de la muerta, y con l todos los haitantes de la zona, afirmaan con ostinación de osesos $ue % a mí nadie me .uita .ue a ella la mataron &. KLuin pudo matarla >n fantasma, solamente. En el mismo instante $ue sonó el fragoroso disparo, don Carlos saltó de la cama y arió la ventana del primery piso, y elelsargent o de ía $ue haía$ue acompaBa do al marido de 6da, volvió corriendo entró por portón. >npolic asesino tendría haer pasado al huir, no ya delante los o0os, sino aun encima del cuerpo del sargento o ien a0o los pies del hotelero, si es $ue $uiso lanzarse a la calle o ien lanzarse al hotel. 2 si corrió por el aierto 0ardín ensoleado, peor todavía. /o, se tendría $ue ser un homre invisile3 y no sólo invisile, sino tamin sin peso, sin ruido, sin cuerpo. Era asurdo3 y sin emargo? AK2 ust $u piensa, padre Metri Paía dos homres silenciosos en la mesa con el mdico y el hotelero. El terrile don Gaspar Rotart, comisario regional, $ue 0ustamente acaaa de alorotar de nuevo el avispero, ariendo el antiguo proceso con una acusación contra un indio vagaundo $ue l mismo tra0era preso3 el otro era un fraile corpulento, atezado, de ara entrecana y negrísimos o0os, $ue contestó con aire vago: APasta hoy pens $ue fue una muerte casua l. AK2 hoy
APoy ya no lo pienso m!s. AKCreo ust $ue fue el caci$ue "an alo AEstoy seguro $ue no fue el caci$ue "an a lo. AK2 cómo est! seguro $ue no fue ese toa hediondo Asonó la voz llena del comisario Rotart. "us o0os azules y fríos se alzaron. #os dos se miraron de hito en hito. AHor$ue noI Acontestó rudamente el fraile. Puo un silencio emarazoso. /ocomisario: era com4n contestar de ese modo a Rotart. Entonces el hotelero se volvió al AK2 ust, mi comisario K>st $u piensa A2o me futro en todos los indios Acontestó el alem!n groseramenteA y en los $ue van a lamerles la r oBa. 2o no pienso, yo s. 1odo indio es un animal daBino. 2 maBana se ver! $ue este caci$ue engreído, $ue hace mucho deería estar colgado de un !rol, es el asesino y ning4n otro. rimero, por$ue estaa enamorado rutalmente de la muchacha3 segundo, por$ue odiaa al lanco $ue se casó con ella, peor $ue a todos los otros lancos3 tercero, por$ue lo vieron correr desatinad o, los o0os virados, pocos minutos despus del crimen, cerca del lugar del crimen3 cuarto, por$ue días pasados se echó sore mí como una fiera, para arreatarme el revólver Colt $ue fue el 4til de esa muerte, pretendiendo $ue esa arma era suya? Hor eso lo tomI 2 por 4ltimo, por una razón contundente $ue dar maBana delante del 0uez de instrucción, lo $ue tenga la pruea materialAK2 en lacómo mano.pudo el indio hacer e se tiro y, lo $ue es m!s, hacerse luego humo de es e modo AComo ellos saen malditamente hacerse humo Ae;clamó RotartA. Mi versión es sta, y es la 4nica posile: el indio estuvo escondido todo el tiempo en los siempreverdes del seto, 0unto al portón. El indio vio la despedida de 6da y su marido3 vio, supongamos, carsele el revólver del cinto al primer rinco de su rioso tostado3 me vio a mí ale0arme en dirección opuesta, y dio el golpe: levantó el arma, disparó, la arro0ó sore el cuerpo de su víctima y se acurrucó en su escondite hasta $ue nos vio a don Carlos y a mí inclinados hipnotizados sore el cad!ver. Entonces huyó, desliz!ndose a lo comadre0a a lo largo del seto. Hero alguien lo vio huir, maulaI 2 hay otra cosa. 2o oí el tiro de una distancia muy corta. 2 ien, mi impresión clavada fue entonces, como lo di0e en el sumario, y aun todavía me dura, $ue el tiro haía retumado no adentro, sino afuera del 0ardín. Entonces creí en una ilusión. Poy comprendo. Aero Kust estuvo, comisario Apreguntó mi tío. AEl sargento $ue don Carlos vio entrar inmediatamente despus del crimen, soy yo Adi0o el comisarioA. El inmundo asesino deió de creer $ue yo e staa le0os3 per o yo me haía detenido al lado de mi caallo, tapado por el verdor, a ver un nido de pa0aritos. AKCu!nto tiempo demoró ust Ase oyó la voz pausada del fr aile. AKCómo sae ust $ ue el indio inmundo no fue el asesino Areiteró el comisario, sin contestar, flech!ndolo con los o0os. AKCu!nto tiempo demoró usted, don Carlos Adi0o el fraile, volvindose al hotelero, sin responder tampocoA, en arir esa ventana? 2o leí en el diario a$uel entonces $ue era imposile para un asesino haer salido, y creí en una muerte casual 3 pero ahora $ue oigo los testigos, me hacen dudar. =ígame, por favor, don Carlos, Kcómo est! seguro ust de $ue su demora? AK2 cómo est! seguro ust de $ue el caci$ue "an alo no ha sido Adi0o don
Carlos, con un gesto hostil. El fraile tragó saliva y dulcificó la voz. AUigame, don Carlos, no se me alce. KCó mo est! seguro ust $ue su ahi0ada no s e mató sola AHor$ue la conocía, nada m!sI A#o mismo le digo. 2o conozco al pore indio "an alo desde niBo. Estoy seguro de $ue la acusación es errónea. or eso estoy a$uí. ero entonces todo se enreda de una manera espantosa. 2 lapudo solución de estar en el tiempo. Con medio minuto de diferencia, un homre haer dee salido? AEs asolutamente imposile un homre mortal haer salido Aaseveró el hotelero A de mientras yo tardaa en ar ir. "i huo un asesino adentro, cuando yo vi el 0ardín deía de estar adentro. 2 no estaa. AHPumI Adi0o el fraileA. /o es f!cil calcular el tiempo a un homre medio dormido. >st dormía la siesta? AHFalsoI Aclamó el turinsA. H=espiertísimo estaaI Estaa tumado en la cama, de lomo, me acuerdo ien, mirando las manchas del sol en el techo, unas manchas $ue se movían? no olvidar 0am!s a$uel momento. El tiro hizo temlar la ventana3 yo me incorpor de un salto. Entonces? Entonces se interrumpió, y miró al fraile. ste se haía $uedado inmóvil, con el vaso de ítter a mitad camino de la oca, en un gesto de infinito asomro. "us o0os tenían esa e;presión de vueltos hacia adentro $ue seBalaan en l uncomo soresalto de pensamiento. AH=on CarlosI Adi0o lentamen te para sí mismo, tropezando en las sílaasA. HManchas $ue se movíanI K"er! posile Fí0ese ien en lo $ue dice, don Carlos3 no enredemos. >st vio en el techo de su cuarto, ste $ue est! a$uí arria, en el primer piso, manchas movindose? manchas de sol movindose? K>st vio manchas en plural, manchas, m!s de una mancha y no una mancha sola H"anto ciel oI H7h =ios, $ue no de0as perecer al inocente, dame luz para disipar es te aismo de tinielaI El fraile paró de golpe el vaso, y sus o0os se volvieron chispeando de nuevo al hotelero estupefacto. A=on Carlos Adi0oA, H$uin sae si =ios ahora no nos mandó luzI Fí0ese ien en lo $ue voy a preguntarle. H/o me haleI Concentre toda su atención en a$uella mancha $ue vio hace cinco aBos en el techo, a$uella mancha fi0a formada por un rayito de sol entrando por un o0uelo de la anderola aierta. H/o me diga nadaI H"olamente conteste con todo a0uste aAKCómo mis preguntasI unaH"dole mancha#averde, conrasilera, una largacomo mancha lo sa eKEra ust í, peraccoI andera yo amarilla la llamaa. >n olongo verde cortado por una linda diagonal anaran0ada. AKQura ust por la salvación de su alma $ue en esa fa0a amarilla vio manchas movindose, y $ue esas manchas eran m!s de una KQura ust $ue haía dos manchas moviles KLue no era una sola, ancha o ien dole AComo si lo viera. H/o, por cierto, peraccoI Ae;clamó don CarlosA. Fí0ese si serían dos, $ue eran de distinto color y se movían como persiguindose. Fí0ese el movimiento $ue hacían. HCristoI KLu ve ust en esas manchas H"iempre me $uedó clavada en el alma la impresión in$uietante de a$uellas dos manchitas de luz tan lindas, como un remordimiento o una preguntaI El fraile lo detuvo con un gesto y soltó un suspiro. A2o s de $u color era una de ellas Asiguió soBandoA3 era ro0a, un redondel colorado. 6hora a ust le toma decirme? pero no se e$uivo$ue? de cu!l color era la otra3
pero no me vaya a mentir, por$ue sería fatal. A/o precisa. #as veo ahora clarito. 2 ahí est! el sumario escrito, $ue no me de0ar! mentir. /o s $u me dio de contar esta tontería en el proceso. 2o sentía algo allí, aun$ue sin saer $u. Pay dos manchas redondas $ue se mueven despaci o: una es ro0a, como ust dice, y la otra, $ue viene detr!s y la alcanza? y se separan un momento y se re0untan? es lanca como la nieve. AK9lanca H/o puede serI AHEs comocon la nieveI AK/olanca ser! lanca un carozo negr o, o marrón, o gris, o de color d e oro AH9lanca como la nieveI AHCielosI? 7tra vez los o0os del fraile se anularon, se empaBaron, se volvieron para adentro, mientras sus $ui0adas se asentaan y el cuerpo se contraía como en un esfuerzo. #os laios se le movían como redando. arecía un hechicero en comunicación con los espíritus. =e repente sus o0os empezaron a posarse, opacos como o0os de muerto, en cada uno de nosotros. Entonces sufrió un cho$ue, un estremecimiento $ue le atió las manos. =io un suspiro y di0o: A2a s? ya veo? HLu horrileI "u rostro ad$uirió una e;presión de alarma e;trema. "us o0os se alzaron un momento y volvieron a a0arse, y así $uedaron hasta el fin, como miedosos de $ue leyramos su secreto. El murmullo de sus=os laios se convirtió en palara inteligile. A=os homres? AmusitóA. homres roustos, terriles. Furiosos como fieras. =os homres, por lo menos? "u torso se tornó a mi tío: ACelestino, Ktens tu pistola A"í. KLu pasa AKFr!ncil est! lire K2 Quan Kods ir maBana con los dos? y con m!s homres, me0or? a la sala del 0uzgado #leven armas. AKara $u ACreo $ue har! $ue su0etar a dos tigres furiosos, dos toros, dos demonios. KLuers acompaBarme hasta mi cuarto 6nd!te allí a la puerta y esper!me. "eBores, hasta maBana. =on Carlos, yo le ruego por la Oirgen 6nnunziata $ue rememore e;actamente durante esta noche el color de esas manchas y $ue no vaya a e$uivocarse3 por$ue si una mancha era ro0a y la otrauna lanca, maBana ocurrir una cat!strofe3 pero si ust se e$uivoca, puede ocurrir cat!strofe peorpuede todavía. El fraile se alzó toda su estatura y salió de la sala de la siguiente manera estrafalaria: a reculones, de espaldas, sin de0ar de mirarnos, tropezando con las sillas y medio encogido, escondida la caeza, como si se huiese vuelto loco. Mi tío llegó la otra maBana con Fr!ncil y Quan al 0uzgado de Oilla 6na, cuando el comisario Rotart, erguido y feril, haía comenzado su peroración. /otó la presencia de muchos testi gos: en torno del 0uez de instrucción, adem! s del torvo caci$ue "an alo y el padre Metri a su lado, estaan el hotelero, el cao y dos soldados, dos o tres desconocidos, y un 0oven alto, rousto y moreno, con una pinta canosa en las sienes, $ue le designaron como el antiguo comisario G!lvez, el desdichado viudo de la hermosa 6na, hoy algodonista. El nuevo comisario Rotart tení a en la mano un grueso lega0o de papeles3 su rostro parecía maldormido, y halaa con a$uella voz inconfundile de caudillo, a la vez
imperiosa y dulce. "u figura alta, fle;ile y fornida era digna de su e;traBa fama. Mi tío rememoró los decires en torno del prepotente alem!n. Era el 0efe indiscutido de la zona, no sólo el caudillo político, pero el seBor de horca y cuchillo. /i el general 7ligado, ni don Florencio #lana en todo su auge, ni otro alguno $ue se recordara, alcanzó 0am!s el poder y el nomre de este estanciero !raro, arruinado dos veces, $ue haía hecho todos los oficios, !vido de luchas y de aventuras, dominador nato. l hacía en la ruda zona $uerachera, donde las nat uras ravuna as 0usticia e;igíansumaria poderesa lo aso os AH$ cons titución pero argent inavez ni inicua3 $u och cuartosIA, donlutedro el u Cruel, durísima, rara yo era aceptado como una fuerza de la naturaleza temile y necesaria, como el toro, el zonda o la tormenta. 1enía la manía de aorrecer a los indios, los cuales, cuando l era muchacho, haían alanceado a su padre y a su tío en su presencia. =ecía la gente $ue donde$uiera don Gaspar hallase un indio a solas, lo a0aa de un Xinchestazo sin m!s contemplaciones, fuese $uien fuese, como a una estia. 7tras ancdotas terriles se contaan de su salva0e energía. 9astardos de l haía por todo: por$ue tenía fortuna con las mu0eres. Montaa, cazaa, pescaa, tiraa y luchaa maravillosamente. 2 leía. =icen $ue solía caer en accesos de melancolía, en los cuales se encerraa en un cuarto y leía interminalemente novelas y liros de todas clases. Eso e;plica lo ien $ue halaa. Cuando entró mi tío, estaa e;plicando por $u retiraa inesperadamente su acuse contra el indio. no dormí Adi0oA pensando en este asunto, y he visto $ue los mdicos A6noche tienen razón en rechazar la hipótesis del homicidio, y creo haer visto claro tamin la 4nica solución posile de este horrendo caso. 6$uí est! el perita0e de los dos mdicos $ue autopsiaron: esto me ha convencido. >n tiro a $uince metros no puede de0ar un gollete negro de pólvora en los laios de la herida3 y el cad!ver de 6da 1erry lo tenía. Ella fue muerta, pues, por un tiro a $uemarropa $ue le chamuscó la piel. 7tra cosa no es posile, y es in4til cavilar m!s. Esto li$uida el asunto. AKCree ust en un suicidio, entonc es, o en una muer te casual Apreguntó don Ra4l #oefgren, el 0uez. A#as dos cos as a la vez Acontestó son riendo el co misarioA. Es una teoría e;traBa $ue me he formado. Es una teoría e;traBa, pero la 4nica posile, y por tanto, la 4nica verdadera. Kuedo hacer un poco de novela mdicos dicen tamin $uesuicidio es físicamente imposile una muerte casual3 don Carlos,os a$uí presente, pretende $ue un es psicológicamente imposile. ero esy la psicología 0ustamente lo $ue e;plica todo3 pero no la psicología ordinaria, sino la ps icología de lo anormal. Esa niBa era entonces anormalmente dichosa3 y la dicha en el homre es una orrachera. Estaa en un estado de ;tasis, de e;altación 0uilosa, de arroo? todos lo saen. ero la felicidad e;cesiva es peligrosa en este mundo. KCómo me e;plicar? #a 9ilia dice estas palaras: Y3el medio de la plenitud de la vida/ ba5ar$ a las puertas de la muerteZ. El luterano miró al cura, el cual le sonrió ferozmente. A2o creo Aprosiguió el comisarioA, y, m!s $ue creo, veo $ue esa niBa se mató 0ugueteando con esa arma de su marido. /o hay otra solución posile. Qugueteando se r acó el arma a la sien, y por una casualidad de esas $ue el dialo hace, salió el tiro. "uicidio, pero suicidio casual, por decirlo así. A6surdo y est4pido Adi0o una voz ronca del fondo de la sala.
AGracias Adi0o el alem!n. "us o0os se hicieron duros y su mandíula asentó. Paía en su rostro ese algo de incompleto, de inacaado o informe, com4n a muchos rostros teutones. Rostros ellos, pero con algo pesado o empastado, como si la forma no huiese acaado de asimilar la materia. AGracias. KLuieren de0arme halar Kuedo fantasear un momento H1raten de hacerse capaces de imaginar la posiilid ad interna de esta hipótes isI Esa niBa despide a su esposo, a $uien ama desapoderadamente3 le $uita del cinto el revólver o l se lo de0a a guardar3 lo llevadel colgado razo comoy un tímido3 va pensando por el camino olicuo 0ardín del en su homre en niBo su dicha3 va arroada en sulentamente dicha? KLuieren tratar de representarse conmigo lo $ue puede ser el hilo de su pensamiento or e0emplo, digamos así: *G!u$ hermoso es $l" !u$ bueno/ .u$ fuerte/ .u$ guapo/ .u$ grande y admirable es $l" !C1mo me .uiere" !7 es mío/ mío para siempre" @Cu+ndo merecí yo ser tan feliA @No ser+ demasiada mi felicidadA @(s posible .ue esto pueda durarA @No dicen .ue no hay cielo en este mundoA @(s posible .ue $l de5e de .uererme alg%n díaA2 !>y"2 !sin su amor yo no podría vivir"2' &Entonces, otra imagen suyugante pasó por su mente Aprosiguió el comisarioA3 la imagen del posile derrume de su amor. *G@C1mo hay tantas mu5eres .ue puedan resignarse a perder el amor de sus amadosA morirpueda mil veces primero"2 !.u$ horrible debemu5er/ ser morir" !C1mo es posible!7o .uemorir/ una mu5er .uitarse la vida Pero a sí propia/ una fr+gil una horrible arma como esta"2 7 sin embargo/ ocurre8 lo vi días pasados en el diario2 !C1mo deber+n de haber sufrido" !u$ desesperaci1n ser+ $sa/ para tener fuera de levantar ese horrible instrumento de muerte a sus sienes/ para apretar el dedo/ para2"' El comisario se detuvo, dudoso. 1odos estaan suspensos de sus gestos, de su actitud concentrada, de su voz $ue se dulcificaa y femineizaa, como si l estuviese viendo? no, como si estuviese viviendo el tr!gico solilo$uio. El espíritu de la muerta parecía flotar sore l, inspir!ndolo. A"eBores Aconcluyó de golpe, con un ges to cortanteA, he a$uí una niBa aturdida y profundamente ena0enada en sus pasionales pensamientos, para la cual el mundo entero desaparece. "u mano inconscientemente se ha alzado con el revólver y lo ha posado en su sien. "u índice pesa sore celoso gatillo, y ella nopor sae nada. En la arca, el demonio, el genio de laelFatalidad pasó volando el 0ardín3 la ese vio momento, en esa terrile actitud, hermosa y tr!gica como una estatua de la fr!gil felicidad humana3 se enamoró de ella y la escogió como presa? &KLu fue K>na cotorra $ue lanzó un grito estridente, un perro $ue ladró, la caída de una rama, un resalón del menudo pie? 6lgo pasó $ue hizo estremecer sus dedos ruscamente, y el tiro partió. #a hermosura imperial del Chaco santafesino, adorada desesperadamente por docenas de varones, ya no era de ninguno. Es una ley, seBores. Ella era algo? no de este mundo3 algo demasiado hermoso para ser de uno solo. =ios no hace esas hermosuras e;traordinarias para $ue sean acaparadas en provecho de una pare0a humana. "on de todos, o de nadie. AH=iosI Agritó otra vez la voz ronca del fondo de la s alaA. K=ónde est! =ios HEn el cielo, en la tierra y en todo lugarI HEn todas partes, menos en la oca del mentiroso, del emustero y del impíoI
AHLuieto, comisarioI Atronó el 0uezA. KLu le pasa a ust, fraile Ksa es la manera de halar en una audiencia El fraile se haía descompuesto todo. AH14 varías AgritaaA, luego no eres la verdad, como di0o el gran oispo de Meau; de la Galia /aronenseI HEs mentira $ue la elleza y la felicidad siempre tengan $ue traer desgraciaI H#a elleza la hizo =ios y la hizo para $ue corriese por su propio cauce, lo mismo $ue la fuerza, el saer y todo lo $ue es grandeI Hero hay otra ley $ue no es mentira, y es la ley de $ue el culpado se enreda siempre en su propio crimenI Casualidad, dicen, o destino3 Hpero se llama rovidenciaI AKLu $uiere decir con este esc!ndalo este f raile Agritó el 0uez, consternado. AH#as dos manchas, s eBor 0uez , las dos manch as $ue se mueven, una ro 0a y la otra lancaI? 1oda esa psicología estaría ien y convencería a cual$uiera, a no ser por las dos manchas. =on Carlos 9uttini, a$uí presente, las vio3 y si lo $ue dice es verdad, a$uí llegó el momento de la 0usticia de =ios. El tío cuenta $ue el padre Metri estaa tan agitado, $ue no vio un movimiento $ue pasó a sus espaldas, a una s eBa del 0uez o del comisario. El cao de policía, $ue se mantenía en la puerta, se movió livianito como un felino y se puso sin ruido a sus espaldas, preparado. Era un magnífico mestizo retacón, vestido de rin lanco, con una hermosa caeza redonda tocada del casco colonial de corcho, $ue usa por all! la policía. ero el padre Metri haía hecho ya un esfuer zo sore sí, calm!ndose. A"eBor Adi0oA, perdón3 e;plico momento. =io laelcasualidad $ue me haya alo0ado ayer0uez en el cuarto del primerme piso, dondealestaa don Carlos día del terrile suceso. =e0ando el cuarto a oscuras para la siesta, not una curiosa mancha de luz coloreada, hecha por un rayito de sol en el techo del cuarto. regunt!ndome $u sería, suena un ladrido afuera, y veo cruzar r!pida por la mancha fi0a verde y amarilla, una manchita redonda, de color caf. Comprendí. Era una c!mara a$uel cuarto, una tosca c!mara fotogr!fica refle0ando todo el 0ardín y el camino de enfrente, las dos andas verdes cruzadas por la fa0a naran0a, o sea los canteros de csped y el camino. ero don Carlos vio m!s $ue yo: Hdon Carlos vio el crimenI >st, don Carlos, vio dos personas vistas desde arria, caezas de personas en forma de medallones confusos. KCu!ntas manchitas vio, don Carlos A=os manchitas distintas Adi0o el hotelero. A#uego, la desdichada niBa no estaa sola, Hno se mató solaI #a manchita ro0a de su granA9lanca champiF1n ro0olafue alcanzada por otra mancha? Kde $u color, don Carlos como nieve. AK"eguro, seguro AH"egurísimoI A"eBor 0uez, un homre $ue visto desde arr ia refle0a un medallón lanco como la nieve, K$u es AEs un anciano. AEs un anciano Agritó el fraileA, o ien es? En ese momento ocurrió algo violento. 6 una seBa del comisario, el cao situado detr!s del fraile se arro0ó de golpe e intentó sacarlo fuera como se arro0a a un loco. ero no contaa con su corpulencia ni con su furia repentina. Oolvióse l como un puma acorralado, y despus de un terrile envión y zamarreo, rodó el cao redondo contra unas sillas volteando su casco lanco. AH6$uí est!I Aaulló el otro, levantando el casco del sueloA. H>na caeza lanca o
un casco lanco, un casco de policíaI H>n casco de policía, un revólver de policía, un asesino $ue dee de estar adentro, y un sargento de policía $ue entra repentinamente en ese instante, $ue entra sin 5amas haber salido , $ue se torna r!pidamente y finge entrar en el momento mismo $ue al arirse de una ventana lo est!n por divisar huyendoI El fraile no acaó su grito, ahogado por otros dos terriles rugidos. El comisari o se lanzó sore l, y, en el mismo instante, el 0oven ceBudo y taciturno $ue seBalaran como el marido de 6da 1erry cayó sore el alem!n de un salto. Fue como el topetón de dos toros. >n revólver Colt de calire se alzó en elero aire la en atahola una manoduró crispada, todos los>n otrosgran homres cayeron sore el montón a gritos. un soloy instante. tiro retumó como un trueno, y el montón se desmoronó por sí mismo3 y cuando todos se hicieron atr!s un paso, la figura central del comisario se derrumó sordamente, con una ro0a flor en las sienes. AKLuin ha tirado Agritó el 0uez. #a figura yacente movió dos o tres veces la oca: una maldición, un gemido? o un nomre de mu0er. Mi tío miró instintivamente su mano, armada de una pistola de gran calire, intacta. ero nadie respondió al 0uez. 1odos los o0os estaan hipnotizados sore a$uel montón lamentale. El tra0e de seda cruda hacía una gran mancha lanca, de travs3 una mancha ro0a ensanch!ndose rotaa de sus sienes, y en medio esplendía el ní$uel de un gran revólver de policía. #o mismo $ue en a$uella terrile siesta de hace cinco aBos. "ólo $ue en vez de la mancha ro0a del champiF1n femenino, haía la mancha lan$uísima del casco deKPomicidio, corcho. suicidio o muerte casual /unca se ha saido3 proalemente, nunca se sar!? 2 tal vez sea me0or $ue no se sepa.
7ración del homre con la manía de sentirse culpale
2o no te veo, pero 14 me ves, adre nvisile, en tucomo presencia pensando en nadaestar y tonto tres, nervioso y ruto es mi m!s alta ciencia. 2 presentar, no con mucha altivez, del 1eratólogum de la conciencia, piezas de mi nativa estupidez, locuacidad $ue tu temor silencia. 6ntes ha de olvidar, oh rimer adre, la casadita al ee $ue levanta y $ue en grito y dolor la selló madreD(5, $ue 14 a la pore vida $ue no canta y $ue, $uerada y fea ante tu faz, te da cuenta de un mundo $ue no aguanta. 2 te dice $ue ya no puede m!s.
#a muerte en el Ma0estic Potel
%Este uen fraile, Ermete Constanzi, capell!n de la frontera, nos animó, nos aconse0ó , nosGoierno, dio instrucci ones acerca de ser nuestra nueva vida3 nos aseguró protecci del "uperior recomend!ndonos uenos y firmes en nuestra fe de en la=ios, en elón Goierno y en nuestras mismas fuerzas, asegur!ndonos como resultado de esto nuestro ienestarD(*&. 6 principios de este siglo, el Ma0estic Potel no era el inmenso rascacielos $ue conocemos3 pero sí un amplio caserón de cuatro pisos, palaciego y suntuoso para a$uel tiempo. '#a increíle transformación de 9uenos 6ires en estos treinta aBos hace $ue no nos formemos idea ahora de lo $ue parecía entonces a$uel rincón de alermo, frente al lugar donde Rosas tuvo su tienda la víspera de Caseros+. 1enía su gran escalera imperial con alaustres dorados, y, al lado, una gran novedad de a$uel entonces: un ascensor elctrico. 1enía un gran frontón arroco lleno de columnas falsas, capiteles in4tiles, guirnaldas innecesarias y cari!tides $ue no sostenían nada, de acuerdo con la cursi fórmula ar$uitectónica de nuestros padres, $ue podría resumirse así: % Ina casa hermosa es una gran ca5a chata con muchos adornos afuera&. 1enía umrales de m!rmol rosa, un hall de alaastro verde, y guarniciones de caoa sore el tuo del ascensor, al cual haían pintado de dorado hasta los alamres. Qustamente delante del umral principal huierais visto una escena de lo m!s e;traBa, si huieseis madrugado astante a$uel día en $ue la muerte hizo una pe$ueBa incursión inesperada en el dorado hotel Ma0estic. 2 digo inesperada, por$ue Ka $uin se le ocurre pensar en la muerte en un aile de Mi-CarTme El aile fue todo un ;ito de la gerencia del hotel. Concurrió toda la crema de 9uenos 6ires3 incluso el presidente de la /ación se dignó de0arse ver un rato, tomar parte en una cuadrilla y catar una copa de Clic$uot vie0o en el >mbig%. El gran salón central, decorado de escarlata y oro, parecía todaví a un estuche de raso, pero un estuche ensuciado con todos los restos un poco ridículos de un amanecer de fiesta mundana. "erpentinas, otellas, horror detrapos, la nuevacolga0os escena.chillones, alfomras a medio retirar, hicieron decorado propio al Esta escena consistió en un tremendo encontronazo entre dos individuos, uno $ue pasaa delante el umral muy recoleto, otro $ue surgió de allí como disparado por un caBonazo. El cho$ue fue tan tremendo, $ue los dos rodaron3 y eso $ue el chocado era un homre alto y corpulento, memrudo como un oso, vestido de sayal frailuno demasiado corto. El cual se incorporó velozmente y agarró al otro por el razo con furia. AKEst! loco ust, para correr de ese modo Ale di0o, escudriB!ndole la cara. #a cara del otro desaparecía del todo entre ufanda, espe0uelos y gorra. "e $uería desasir cuanto antes, presa de un apuro desesperado3 pero la curiosidad del aprehensor suió de punto, y lo apretó m!s fuerte. Entonces haló el emozado con una e;traBa voz, alta y aflautada. AH>n sacerdoteI AchillóA. HLu feliz azarI HPay un moriundo arriaI "ua inmediatamente, mientras, yo corro al mdico.
AK=ónde, arria Adi0o el fraile, sin soltarlo. A1ercer piso Atartamudeó el otro, con la misma e;traBa voz de caezaA pieza *(5. HMuy urgenteI #lame al portero. El fraile se dirigió r!pidamente al hall, y asomrado de hallarlo desierto, llamó al portero a gritos. /adie res pondía. Fr ente su yo vio la puerta aierta del ascensor y se metió adentro antes de pensarlo. >n instante luego llamaa al *(5 del tercer piso, hermticamente cerrado, golpeando ruidosamente. respondió tampoco. El fraile se de sentía desasosegado, en casa intruso. ero su/adie instinto haía olido algo serio. Golpeó nuevo con impaciencia, y dea0ena, adentro le respondieron alaridos incomprensiles3 pero nadie aría. >n moriundo no se ia a levantar a arir. Entonces empezó a maniorar con violencia el picaporte, pensando ya en saltar la cerradura. #os clamores arreciaron, y la puerta se entornó un po$uito, apareciendo un arma seguida de un razo lanco y un gran camisón con un homre adentro. El del camisón, al ver al fraile, de0ó caer el revólver de puro asomro, mientras de atr!s seguía chillando con desesperación una ronca voz femenina: AHManeco, apag! la luz, te digo, y no ar!s antes $ue te digan $uin es, o si no, tir!le un tiro a travs de la puertaI El fraile se dio cuenta de $ue se haían urlado de l y $ue haía perturado sin $uerer el sueBo conyugal de un urgus asustadizo3 y atió retirada a toda marcha, tan confundido, $ue a lo primero no a0aa el ascensor, por$ue olvidó cerrar la puerta. m!,mucho Metri, de porl.meterte en hotelesI Arezongaa con raiaA. Fraile d e ventorro y hostel,AH1o no fíes Maldecía su imprudencia y ya $uería verse afuera, cuando sus o0os a0os distinguieron en el encerado lanco del ascensor, $ue se hundía parsimoniosamente, una, dos, tres, cuatro manchitas negras, estrelladas. "e arrodilló y las tocó con el dedo: sangre fresca. "e $uedó asorto, casi en cuatro patas, pensando intensam ente. 2 en ese momento, el otro encontronazo. >n homre de lirea arió el ascensor y se le vino encima a gritos, golpe!ndolo con un o0eto pesado y halando en gallego a toda furia. >n solo envión del torso astó al fraile para enviar al espacio al portero, $ue era flaco y petiso, trastaillando3 pero el homre seguía chillando como cuarenta loros 0untos, y una multitud de mucamos y pasa0eros amenazadores, tamin gritando, acudían de todas partes y cercaan al fraile en su 0aula, $ue parecía un aguar! entremedio una perrada. Pay $ue saer $ue haía llegado ya a la planta y"eestaa ante el$ue lustroso dio cuenta pelearvestíulo. era peor y $ue halar era in4til: el portero pregonaa a gritos desde le0os $ue a$ul era un ladrón $ue lo haía riducidu a limputencia de un golpe en la nuca y de0ado aterecidu y asu5etu de pies y manos en el cuarto de los paraguas. El fraile se adelantó tendiendo las muBecas y diciendo: Aueden atarme. 1res o cuatro homres le traaron los razos. Entonces aprovechó el silencio para decir con la misma voz imperiosa: A>st, d0ese de chillar y vaya a uscar la policía. "e volvió a la tura y clamó: A"eBores, proalemente acaan de asesinar a un homre en esta casa. 6$uí hay sangre, y hay sangre en el umral, y sangre a$uí en mi manga derecha, donde se apoyó el asesino. =io un encontrón conmigo en la puerta de calle, y me engaBó con la verdad, hailísimo. Me di0o $ue haía un moriundo, pero me dio falso el n4mero de la pieza.
Mientras yo suía, huyó. H=ivídanse en dos gruposI H>no salga a perseguir al criminal, $ue no puede andar le0os, y otro recorra las piezas gui!ndo se por los rastros de sangreI H2 a mí sultenmeI 2o soy fray =emetrio Constanzi, misionero del Chaco santafesino. Puo un momento de indecisión silenciosa. Entonces se oyó una orden seca como un a$uetazo, y un homre rasurado, ien vestido, resuelto, apareció entre la corona $ue se le arió saludando respetuosamen te. "u mano asestaa al prisionero una pistola ricamente repu0ada. $ue las entraBas se leor$ue a0aan a los y $ue #eXis se le enfriaan los huesos.El"efraile $uedósintió perfectamente inmóvil. leyó en talones los de míster "mith Fores, gerente y copropietario del Ma0estic, $ue no solamente era homre para tirar del gatillo, sino $ue estaa a un pelo de hacerlo. El fraile sostuvo la mirada. A9a0e el arma Ale di0o a0itoA, no soy el ladrón. El tipo le era conocido, como a todos en 9uenos 6ires. HCu!ntas veces los diarios haíanlo retratado como el perfecto gentleman, el gran comerciante y el distinguido clubmanI #levaa el hotel con una rigidez de puritano y un porte de gran seBor: era homre capaz de alternar con un du$ue, como de no$uear a un cocinero. "u corrección era proverial en 9uenos 6ires: elevaa el escr4pulo de la respectability a una altura religiosa. =e l se di0o $ue llegaa a las citas a minuto sonado y pagaa los pagars con el relo0 en la mano3 así tamin los coraa. ara completar su retrato en estilo propio, se podría aBadir: 3eportes: golf, tiro al pichón. Clubes: GolfQersey Clu, yQoc8ey Clu y Residentes 9rit!nicos. ires Herald. (studios: M. 6. Eton. 3istinciones: Foreign "erviceVs Commander Medal? Mr. #eXis era en 9uenos 6ires el prototipo vivo de una gran nación amiga. El fraile, en su vida selv!tica, haía leído una decisión fatal en el tono de unos o0os o de una voz demasiadas veces, para poder dudar $ue a$uellas claras pupilas de acero impertrrito le prometían la muerte con un furor frío. K2 cómo no KLu cosa podía lastimar m!s mortalmente la respetailidad de míster Fores, $ue a$uel tremendo atifondo de orrachos a prima madrugada nada menos $ue en su copetudo hotel, al ala del gran triunfo APale social deust. su fiesta "u mano no se movió una línea cuando imperó: KLuaristocr!tica pasa Mas en ese instante, otra irrupción interrumpió la escena. El comisario =eza y dos agentes arriaan al remol$ue de un lacayo enlo$uecido: A=esaparecido como el humo Adecía el lacayoA. Pacia el a0o hay huellas de sangre en el suelo, hasta la tercera ventana, donde hay una mano sangrienta estampada. 6 dos cuadras, en la otra ocacalle, hay un guardia. or ahí no pasó, por lo tanto. Entonces, doló la primera ocacalle. ero si doló por la iz$uierda, lo huiesen visto doBa Remedios y sus hi0as, $ue hace rato arieron la merenguería. or la derecha, tampoco3 lo verían en la pelu$uería de Feliciano? Retrocedió el tipo, entonces? AconcluyóA, o si no, se hizo humo. AKLue si ritrucidió Arugió el portero, a $ uien, por lo visto, el chichón le escocía a4nA. HCiertu $ue ritrucidióI Comu $ue lu hall yo en el ascensor orrandu la sangre. H/o te vale el disfraz de fraile, asesinuI Comu $ue ahora mesmitu?
AK6sesino a $uin Apreguntó el preso con iraA. H"anto cieloI Est!n perdiendo tiempo a$uí, y Kdónde est! el herido, entretanto #a respuesta la dio un homre $ue se descolgaa en ese momento a rincos por la escalera imperial, como un mono por una re0a. Estaa lívido. AHEl dosNunoNtres est! muerto AgritóA, o poco le faltaI HEs un mar de sangreI AKEl dosNunoNtres Apreguntó el fraile, ponindose p!lidoA. KCómo es eso Comisario Ae;clamó enseguidaA, e;i0o $ue se me permita suir con usted. #a víctima puede necesitar de mis au;ilios. AEste homre es altamente sospechoso, comisario Adi0o pausadamente míster #eXisA. /adie sae $u tenía $ue hacer en el hotel a estas horas. E;i0o $ue se le arreste. AMe $ue0ar al presidente de la Rep4lica Ae;clamó el fraile, c!ndidamente. Entonces se vio intervenir a un nuevo actor, asomroso. >n homre de delantal y gorro lanco, fornido, moreno, se hizo adelante con resolución y alegó con cerrado tono napolitano: Audeno larg!lo. #o conozco perfetamente. E lo frate $ue diche la mesa nel hospedale a$uí al lado. "toy cansado de vedelo nela mesa e nel convento an$ue. "e yama así como lo ha dicho. El cocinero Giacomo se ve $ue hacía fe en el Ma0estic. El gerente guardó la pistola, y seguido del comisario, m!s la inmensa arra de curiosos estorones, con el fraile entre ellos, se precipitaron todos escalera y ascensor arria al n4mero 5(*. despus, la pieza 5(* de lestal descuría secreto ocas haíacon visto el fraileMinutos tanta sangre, y desparramada modo3 osu$uiz! era ro0o. el efecto delveces contraste las doradas molduras, las alísimas s!anas, las utacas de raso rosa, todo el lu0o aparatoso de la alcoa. 2 en el medio de a$uella paleta de pintor $ue reveló la cenicienta luz del ala, en medio de un chafarrinón ro0ísimo, yacía un homre gordo y en camiseta de seda, degollado horrilemente. El cuello parecía una enorme sandía. arecía $ue huiesen asper0ado sangre con una 0eringa. AHCondenaciónI Adi0o el gerenteA. HEl doctor 9arreto, 0ustamenteI Ay salió a contener a la gente $ue se amontonaa. El comisario levantó del suelo un enorme cuchillo de cocina, nuevo, y se volvió hacia el fraile, impacientemente: AH/o me to$ue nadaI Ale di0o. Mas el fraile estaa ungiendo con el pulgar la cara rechoncha del degollado, todo concentrado decir est e;actamente fórmula eventual sacramento moriundos: ,6i en adhuc capa02 laper istamdelsanctam unctionem de et los suam piissimam misericordiam/ absolvat tibi 3eus .uid.uid2 deli.uisti' =n nomine Patris/ et Bilii/ et 6piritus 6ancti' >men' "e volvió con la mano toda manchada en sangre, uscando dónde limpiarla. El comisario discutía vivamente con el pinche napolitano. AHMa sicuroI Vno cochiyo come lo nostro. AKertenece a la cocina El pinche Giacomo lo empuBó tran$uilamente, malgrado los horriles co!gulos, y lo e;aminó a la luz matinal. "i antes su aspecto pareció grotesco, ahora era siniestro. 1enía una facha ruta, mal hecha, con líneas despare0as, y landía el cuchillo con familiaridad profesional3 pero en la ase de la fr ente estrecha le lucían dos claros o0os verdes de niBo. AEh, me pare Adi0oA3 propio come lo nostro. 6 ver. /o. /on de lo nosotro.
1ropo noevo me pare. H/oI Ae;clamó, tirando al suelo el cuchilloA3 esto no apartiene nada a la cuchina nostra. AKertenece o no pertenece Asiiló el comisario. AHEhI K$u po rcaría me estai armando ac! os t Adi0o GiacomoA. Hartenece a la porca maronnaI Ay se $uiso march ar3 pero lo paró el cao. El policía se volvió al cuarto y encontró al fraile lav!ndose tran$uilamente las manos en la 0ofaina. "e puso furioso y empezó a increparle $ue le estaa emrollando las pistas. El fraile lo oyó respetuosamente, y despus le di0o: AMire, comisario, a$uí no hay pistas. Esa ca0ita chata, dea0o de la almohada, deió de contener valores3 pero 0uraría $ue el ladrón la tocó con guantes. Puo una lucha raiosa antes del asesinato, la víctim a est! herida por todo3 pero fue una lucha muda, el asesino le atenazó la garganta, era un homre fuerte? H"i lo sar yoI Ae;clamó MetriA. #as 4nicas pistas a$uí, las tengo yo, comisario. AK=ice $ue vio al homre A/o lo vi3 lo sentí, comisario. Era un homre de talla normal, vigorosísimo. Me voy, comisario. AK2 cu!les son sus pistas A#a misa en el hospital, las hermanitas $ue me esperan? M!s tarde halaremos, comisario. ero mire, ya $ue pregunta, escuche un poco: un homre $ue hala con una voz científicamente desfigurada, primero3 $ue desaparece como un humo a la puerta del hotel, segundo3 y $ue me da el n4mero *(5 en vez del 5(*, K$uin es ese homre iense, comisario. AK#o sae ust Aprorrumpió el comisario. A/o s $uin es, pero s dónde est! Ale susur ró el fraile al oído, y se deslizó como un gato escalera aa0o. 6l llegar al hall, se encontró en la mesa de entradas con el seBor del camisón del tercer piso, acompaBado por una seBora gordita $ue despotricaa como una tarailla. Paía $ue oírla. A"í, seBor AdecíaA, ahora mismo me voy3 antes de una hora $uiero salir de a$uí, spalo, gerente, Hantes de una horaI /o lo puedo soportar. H>n asesinato en el Ma0esticI Me voy al Ritz. HEl pore doctor 9arretoI 2a se lo decía yo: 0am!s se dee llevar dinero encima3 hay $ue de0arlo en el anco, en che$ues. HCasi un millón de pesos, María "antísimaI H2 pensar $ue vino con nosotros desde arísI HLuin ia a pensar esta cosa atrozI Qusto El cuando haíadeería redondeado su fortuna. HEs una multiplicados. aominación, Estamos es diaólico, demoníacoI goierno intervenir. Estos crímenes viviendo entre asesinos Achillaa la uena mu0er todo seguido, como una lección de memoriaA. /o hay temor de =ios, seBor3 no ha y religión ni nada. /o s e va a poder v ivir m!s. Este país es una por$uería. #o me0or $ue podemos hacer es volver cuanto antes a Francia. 1e lo decía yo en 9ou logne, Maneco? H6yI? "e $uedó de golpe con la oca aierta, viendo al fraile $ue se deslizaa sigiloso hacia la puerta. AH6ll! est!I HEse fraile vino a des pertarnos a la medianocheI H2 a lo me0or es otro asesino disfrazadoI El fraile se volvió chi$uito, se hundió en el sayal y se hizo humo, viento y polvo impalpale. /i $ue fuera un asesino dispararía m!s fuerte. or$ue, tímido a su manera, tenía casi m!s miedo a un necio $ue a un asesino. AMe voy pasado maBana, $uiera o no $uiera ust, comisario Arepitió el fraile
ostinadamenteA. Pe venido a ver al presidente, a pedirle au;ilio para los #anceros de "an 6ntonio3 pero ya $ue no $uiere reciirme, me vuelvo a mi reducción. En este asunto no tengo nada $ue ver3 y all! ur0o? AEl famoso misionero del Chaco santafesino est! a cuierto de toda sospecha A di0o el comisarioA. H/aturalmenteI Eso no osta a $ue su presencia en el lugar de los hechos lo haga sumamente interesante a la pes$uisa y sumamente sospechoso, diría, a muchas personas $ue no tienen oligación de conocerlo, o no curan de evidencias morales. #egalmente, podría detenerlo, aun por medio de arresto? "u ter$uedad en negarme los datos $ue diceyoposeer? AHQes4s, comisarioI /o, eso no puede ser e;acto Agimió el padre #osada, p rior del conventoA. Es imposile $ue el reverendo padre? 2o no podría oligarlo por santa oediencia3 pero yo creo $ue el reverendo padre? /uestro deer es servir a la autoridad constituida. Este asunto es muy eno0oso3 un sacerdote no dee andar mezclado en estas cosas? 2o le suplico, seBor comisario, haga todo cuanto pueda por sacar el nomre del reverendo padre Metri inmediatamente de todo este ruido y este revuelo en $ue se ha mezclado. H"eBor =ios míoI HLu dir! el seBor arzoispoI A2o no me he mezclado, =ios me mezcló, y yo no tengo datos, comisario A contestó Metri, malhumoradoA. ste no es mi oficio, yo no soy policía. Este asunto no me interesa para nada. >na desdichada casualidad? Estaan los tres en el locutorio del convento Atres días despus del crimenA, una salita e;traordinariamente y despo0ada, conadvertir vie0as sillas de Oiena una estampa del "agrado Corazón, $ue teníafría aspecto de $uerer al visitante $ueydeía irse lo m!s pronto, =ios me perdone la irreverencia, pero así era. El comisario =eza se retorció una guía del igote mos$uetero, y prescindiendo del superior, replicó al misionero severamente: A>st di0o $ue saía dónde est! el asesino. A=ónde estaba el asesino Acorrigió el fraile. AK2 dónde estaa Ain$uirió el comisario. AEscondido entre un centenar de pers onas. AKero en $u lugar AEn un lugar donde ustedes lo ech ar!n a perder todo s i se lo digo Adi0o el fraileA. Mire, comisario, todo eso fue una roma. 2o no le puedo decir cosas de $ue no estoy seguro, y pueden causar mucho daBo si me e$uivoco. El comisario pensó, con amargura, $ue el fraile mentía. Es evidente $ue lo $ue lo cerraapor eraazar unahaía especie de envidia profesional. o tres casos misteriosos $ue truculentas el santo varón develado, lo haían vuelto=os golosísimo de esas adivinanzas $ue un crimen propone, por a$uello de $ue las primeras fi0aciones de un instinto determinan su desarrollo. El penetrante ingenio, a la vez especulativo y pr!ctico, del mon0e misionero, se haía apegado con fuerza a la solución de esos prolemas psicológicos concretos. Eran su deporte. =esde chico recordaa el fraile su manía de preguntarse interminalemente cosas así3 por e0emplo: la verdadera razón de un gesto raro en una persona, el significado profundo de una situación? #e ocurrió alguna vez, dos o tres aBos despus de una palara, caer en la cuenta de pronto del oculto motivo o sentido de la misma. ero tenía ruor de mostrar esa su ciencia un poco esotrica. El comisario decidió sonsacarlo por las uenas. AMuchos hilos ya est!n patentes Adi0o como al descuidoA. El criminal llevaa guantes. #a puerta estaa cerrada con llave, pero no tenía cerro0o: el cerro0o estaa descompuesto. /o parece $ue viniera decidido a matar3 proalemente tra0o el cuchillo
para asustar a su víctima o e;torsionarle el sitio del dinero. Mató por$ue fue atacado, o $uiz! reconoci do. #levaa plantil las de goma. 6tacó de atr!s al portero, y lo durmió de un golpe violentísimo, $ue no parece de puBo. Era un homre fuerte? y un homre listo? 1odo el cariz del crimen revela un homre inteligente? dese$uilirado, pero de talento? un homre $ue discurre? un paranoico Aconcluyó el comisario, con importancia. A1odo eso no s irve para nada, comisario Ainterrumpió Metri con cierto fastidioA. /o es se el camino. 2a saemos $ue el criminal no es un homre torpe3 le0os de eso . 1odos los est!n cuidados. #o $ue yo tenía $uisiera saer es listo, Kporpormenores $u salía del hotel KLu necesidad de correr el esto: riesgosiendo de serhomre visto ytan sentido, como de hecho lo fue por mí 6verígSeme esto, comisario, s i puede. Aero K$u ia a hacer, entonces KLuedarse adentro El fraile no contestó y se $uedó un momento suspenso. Cuando sus o0os volvieron a mirar, tenían la alegría de un chi$uilín con sentido. AHero ya lo s, comisarioI Es sencillo. #a sangre? se pringó sin $uerer? l no haía previsto eso? "alía simplemente con el fin de manchar de sangre el ascensor y el frontispicio. AReverendo padre Aintervino el superiorA, todo eso $ue ust dice, no nos da a nosotros mucha luz. AK2 para $u $uiere ust la luz Apreguntó Metri c!ndidamente, sin somra de ironía. El rostro del otro enro0ecióA. Luisiera tenerla yo la luz AaBadió Metri, cayendo en su gaffe.A"ería muy deseale, por cierto Adi0o el superior con cierto calorA. 2o no s si ust realia toda la importancia de este asunto, reverendo padre. El presidente de la Rep4lica, dice a$uí el seBor comisario, est! interesadísimo en el uen ;ito de la pes$uisa, y est! apremiando al 0efe de olicía. >n crimen en el principal hotel de 9uenos 6ires, en el centro de nuestra sociedad m!s dintinguida, y un crimen de esa naturaleza? compromete hasta el nomre de la nación. 2 despus, el doctor 9arreto era una persona muy importante para la Rep4 lica Aprosiguió oviamente r epitiendo palaras a0enas A3 un apellido próce r, dueBo de media provincia de 9uenos 6ires, miemro de muchos directorios, un gran financista, una de las figuras? AEl doctor 9arreto era un chancho Ae;clamó groseramente el padre Metri, cuyo rostro se haía enro0ecido paulatinamente. El otro religioso se $uedó como si huiese visto al dialo o le huiesen dado un puBo enAHEpa, la pl!cida arriguita. El comisario rió padre. ruidosamente. amigoI Adi0oA. /o se eno0e, Aerdón Acontinuó MetriA, pero todo el mundo lo dice as í, con es a palara, y yo lo creo. /o se dee halar mal de los finados3 pero la e;presión $ue la muerte fi0ó para siempre en la cara de ese homre, era de una animalidad perfecta. "us 4ltimas palaras fueron: %H6ocorro/ policía" !Mi plata"&. &Era un perfecto caallero, un homre fino, Kverdad? 2o tamin lo sería f!cilmente, si no tuviese $ue traa0ar? homre fino. Oivía en arís de las rentas de sus latifundios, los cuales tuvo el traa0o de heredar de su padre, el cual los heredó de su auelo, el cual los otuvo con el traa0o de alamrarlos o escriturarlos. l vivía en arís? como ustedes saen, y yo s cómo vivían ac! sus arrendata rios, y los de tantos otros como l: yo he visto el campo argentino. Oenía ac! a alzar dinero, y volvía all! a de0ar $ue sus campos se avalorasen solitos, a costa del traa0o de $uienes, sacrific!ndose, hacen a$uí 6rgentina. /o es 0usto. El derecho de propiedad 0am!s autorizó una aerración seme0ante.
A9ien Adi0o el padre #osada con ironíaA. Entonces era un chancho, el asesino hizo ien en degollarlo, y nosotros los religiosos deemos encurirlo? El misionero cha$ueBo se movió todo en su asiento, como un nadador $ue se da vuelta. arecía $ue ia a levantarse e irse. A/o emrome, padre AgruBóA. >st sae $ue el homicidio es un gran pecado, peor $ue la for nicación simple y el roo. Es un gran crimen. ero Kacaso es el 4nico crimen $ue hay en el país Ae;clamó, acalor!ndoseA, para $ue se vuelva patas arria la ciudad y hasta el Goierno, como si se acaaranoelven mundo K2 mis delven Chaco, e;plotados y oprimidos como animales H>stedes crímenes hastaindios $ue no sangreI H2 la ver!n la sangre, la ver!n pronto, por poco $ue no me hagan caso, y m!s sangre $ue en ese hotel, y sangre de la me0or del país, y no de un panzudo z!ngano $ue andaa llamando sore sí el cuchillo con el insolente e;ceso de su dinero in0ustoI H"angre inocente se derramar! pronto en "an 6ntonio de 7ligadoI 6sí se lo puse en la carta al presidente? y no se dignó reciirme? %HEst! muy ocupadoI&? El padre Metri, testarudo como una mula, haía caído en uno de sus humores e;cesivos, tan temiles al padre #osada. or fortuna, en ese momento estalló en lo alto, como un volar de p!0aros un!nimes, la armoniosa campanería del convento llamando a Oísperas, mientras el es$uilón de la comunidad cascaeleaa con risa de plata. #os dos frailes se alzaron al punto, y el comisario se despidió malhumorado. Mas al transitar hacia el coro los claustros profundos, el superior, $ue se sentía terrilemente desazonado, no pudo omitir volver a padre la carga. AReverendo AmusitóA, creo $ue ust se coloca en una actitud asur da, $ue puede costarnos cara, y eso por una impaciencia inmotivada. El pres idente sólo le ha dicho a ust $ue espere. El seBor arzoispo me prometió, por su parte? AEs in4til, no hay nada $ue hacer con ustedes Arepuso el tozudo italiano, envolviendo en ese ustedes su car!cter impaciente de tr!mites a todo el mundo 0er!r$uico, desde el simp!tico comisario =eza hasta el puntilloso presidente de la /ación, realmente muy ocupado, incluyendo su vie0o condiscípulo el superior #osada, perfectamente arrepentido a estas horas de haerle dado alo0amiento en el convento. % Braile comprometedor' 7o no .uiero líos&, pensó el padre #osada. 2 Metri era el homre de los eternos líos3 o, como decía #osada, los eternos revuelos. El canto de Oísperas calmó su humor concitado. "olía decir el padre Metri $ue el rezo del 9reviario, $ue antes de ordenarse temía como una carga, haía resultado su m!s dulcel: reposo. =ecía era como devoción porn=ios mismo para una hora de $ue o ración vocal,una p ara l, $ue inventada muchos días o es taa par ae;presamente la mental3 una devoción gravemente oligatoria, para l, cuya vida tumultuosa le peligraa las devociones lires3 y una oración rítmica y poderosa de inflamada y e;traBa poesía siempre camiante y nueva. #a lectura pausada de los salmos de =avid le refrescaa el corazón, le polarizaa los pensamientos, le remansaa la meditación. Mas cuando se aBadía el canto, el efecto era maravilloso. AMe zamulle en vino, en cordial y en tila Adecía el fraile. Qustamente en este momento salmodia an los coristas el hermoso Himno del sueFo de Completas: >ntes .ue la lu se e0tinga/ oh 6eFor de lo Creado/ cierra en torno tu carlinga/ s$ mi fuerte y fiel armado'
Los lascivos sueFos mata/ y el fantasma no me alarme/ y a 9elial las alas ata/ .ue no ensucie nuestra carne' 3+noslo/ Padre piísimo/ y #%/ el Hi5o/ de consuno/ y #%/ (spíritu 6antísimo/ .ue rein+is los tres en uno' >m$n' >leluya' "e levantó pausadamente, por$ue le tocaa el turno. #as turulentas emociones del día estaan en el fondo de su alma remansadas en oración y en pensamiento. Empezó a articular con voz potente el gregoriano de los rezos de E"CR1>R6 $ue constituyen el Responsorio. =e repente su voz se $ueró, y su alta figura se $uedó inmóvil, en uno de sus s4itos y típicos pasmos. Musitaa entre dientes, todo interlocado. >n corista se movió hacia l sin ruido y le susurró al oído: AK"e siente mal, reverendo padre El e;traBo fraile volvió hacia el estudiante un rostro tan arroado como el de un santo. ,(t cecidit in foveam .uam fecit" AKCómo ,!(t cecidit in foveam .uam fecit" Entonces volvió de su distracción y concluyó con voz tonante el versículo $ue haía comenzado: ,=nsidiavit pee catar 5ustum et cecidit in foveam .uam fecit' DPuso insidia el pecador al 5usto y cay1 en la trampa .ue pusoE' Rato despus, mientras la comunidad cenaa, Metri estaa otra vez fuera de casa con gran disgusto del superior, encerrado con el comisario =eza en el 0uzgado, en una discusión interminale. 6seguraa $ue haía encontrado el medio de discernir al asesino y hacerlo caer en su propia trampa, como dice la E"CR1>R6, con tal $ue el 0uzgado le facilitase una maniora $ue a =eza parecía asurda. "e trataa de comenzar de nuevo los interrogatorios del caso hotelera en presencia del fraile, incluyendo dos preguntas est4pidas $ue ste traía escritas. 'El $ue el dueBo del Ma0estic ya se haía $ue0ado al ministro del nterior del desastre $ue representaa para su fama y su distinguida clientela la acción interminale de la policía?+. "ería nunca acaar. ero al fin aceptó Metri una transacción propuesta por el otro: e;purgar la lista de los pasa0eros del hotel, suprimiendo a todos los $ue a la hora del crimen evidentemente estaan coartados3 y adem!s, a todos los muy altos, los muy petisos, los muy gordos y los muy flacos, ya $ue el homre de la voz cantarina era de mediana hechura. 'K>na mu0er disfrazada de homre =el todo asurdo+. "ometer a cuestión rigurosamente todos los otros, sin e;ceptuar ninguno? El comisario =eza saía mantener al homre m!s ducho en vilo y azoramiento a0o una granizada de preguntas divergentes y sardónicas, como un tigre a0o los chas$uidos del l!tigo3 era un maestro en cross-e0amination. ero el mismo 0uego repetido docenas de veces era agoiante, aun para los escriientes y oyentes. El escriano sudaa copiosamente
y le dolía la mano y la caeza de estenografiar siempre lo mismo. El sargento se haía sentado, manos en las rodillas, y caeceaa. =espus de un día de traa0o casi ininterrumpido, la tarde caía inundando los ventanales del oeste con una luz cansada y fría, amarillenta. El comisario $uemaa los tr!mites. "ólo el fraile clavaa en los e;aminados sus o0os sin pestaBear, a0!ndolos sólo para anotar algunas palaras en una ho0a. =esde el gerente del hotel hasta el 4ltimo groom, sin e;ceptuar los via0eros copetudos $ue haían reciido orden de mantenerse a disposición de la policía, fueron"ezarandead os desunuevo. El comisari o acaó con un suspiro, no s si de fastidio o de raia. volvió hacia compaBero, AK2? Adi0o. El fraile se incorporó con los puBos en la mesa. "ore ella estaan dispuestos siniestramente, por e;presa e;igencia suya, el rudo instrumento del crimen, la camiseta del muerto hecha un pegote negruzco, la illetera met!lica, el cerro0o estropeado y otras atenencias al hecho: alucinante colección de horrores. El fraile los contempló sin verlos. =espus se puso a pasear por el ancho living-room sin decir palara. arecía terrilemente indeciso, perple0o, improvisando. =e pronto di0o: ALuiero $ue me traigan de nuevo al gerente, al lacayo $ue orró los rastros y al cocinero Giacomo. 6hora los tres 0untos. Enfrentó la ancha mesa. "u frente refle0aa preocupación y duda. AComisario Adi0oA. agarrando un h ilito tanendelgado, $ue un soplo no m!s me lo rompería. KRecuerda las Estoy preguntas $ue le hice incluir el interrogatorio El n4mero de la pieza del crimen y el lugar donde cesaan las huellas de sangre. El criminal, $ue al $uerer darme a mí un n4mero falso, me dio el n4mero ueno invertido, es un homre $ue conoce el hotel, $ue es del hotel, por m!s $ue haya atacado al portero para fingir una intrusión y haya salido luego, al notarse chorreando sangre? y eso fue su prdida? para fingir una salida. /o tuvo calma para $uedarse adentro a limpiarse, temeroso $uiz! del ruido de la lucha. iensa estupendamente las cosas en frío, pero de golpe le falla la serenidad en caliente. &2 ien Acontinuó refle;ivamenteA. 1odo el hotel ha dado ien el n4mero 5(*, menos un homre? fí0ese ien, un homre dio mal el n4mero? y todos han dicho $ue las huellas sangrientas terminaan en la ventana, menos dos homres. se es el resultado de nuestro e;perimento. AHCiento elveintitrsI de golpelasel cifrasI escriano, e;citadísimoA. H"ólo unEshomre no ha recordado n4mero, Asaltó y ha ara0ado HQesucristoI K"er! posile demasiada casualidad, ero Kcómo no reparar en trampa tan urda El fraile lo detuvo con un gesto imperioso. 2a volvía el sargento con los tres homres. Metri se encaró con el napolitano: AKRecuerda ust el n4mero de la pieza del crimen AH>na altra voltaI Ma $u? Adi0o GiacomoA. H"icuroI =uchento e treche. AK2 cómo al preguntarle el comisario se e$uivocó y di0o ciento veintitrs AH/on veroI HMaronnaI H impossíileI Me ne ricordo ene. 1anto lo hanno dicho e ridicho e volta a dirlo? El fraile se volvió al lacayo, consultando su papel. A>st ha declarado $ue vio huellas de sangre por la acera de la ocacalle? AEs verdad. AEs raro. En el momento del crimen ust afirmó $ue llegaan sólo has ta la ventana.
A#as vi despus. Oolví a mirar. AKCu!ndo A6 la tarde. AKCómo se le ocurrió El lacayo vaciló. AMe mandaron a limpiar Adi0oA. Paía m!s. A/inguno otro las vio, fuera de ust y el seBor gerente Aoservó el fraileA. KLuinEl lo gerente, mandó $ue escuchaa con visile fastidio, intervino con su voz cortante: AKCu!ndo acaamos K2 adónde van estos e0ercicios de memoria El ensayalado 0uez de instrucción se volvió hacia l lentamente, como un u$ue $ue vira, y lo miró largo. =espus di0o: AEl seBor gerente tiene muy mala memoria. ero tiene muy uena vista. Oeremos cómo anda de oído. 1omó de sore la mesa una roda0a de latón, en forma de lente0a, y la introdu0o en la oca. Era uno de esos chifles $ue se usan para mostrar a cantar los canarios. Cuando haló, su voz sonó alta, femenil, met!lica, irreconocile. A#a uena vista del gerente se compruea, por$ue vio las huellas de la ocacalle antes $ue ninguno, ya por la maBana, seg4n consta ahí. El ingls hizo un levísimo gesto de supremo desdn, y sin decir una palara se volvió hacia salida. ero el otroEssepreciso fue sore y lo detuvo: A>n lamomento Adi0oA. $ueloiga. #e halaa con la cara encima. #a vocecita aflautada chillaa de modo insoportale. AHMala memoriaI? El 4nico $ue no recuerda el n4mero e;acto de la pieza, o al menos el orden de los n4meros. 2 en cuanto al oído? AH>n sacer dote, $ u feliz azarI HEl cuar to piso, la pieza *(5I Achilló el fraile con insolencia. El ingls saltó de sus $uicios. "u puBo se alzó como un resorte de acero, y un tremendo upper-cut amoleó al fraile insolente, $ue huiese rodado como una olsa de papas, a no haerse asido de su terrile adversario. ste perdió todo control entonces. 6rreató el revólver al sargento, $ue haía saltado a separarlos, y disparó un tiro $ue descacharró el techo. Era uno de esos vie0os revólveres Colt, puro ruido y humareda, $ue parecen traucos. Cuand o se disipó el humo, vieron todos $ue el ingls de0aa caer el arma, se agarraa la frente y miraaAe;clamó, a todos con yo0os enlo$uecidos. AHLu he hechoI? como presa de s4ito ata$ue de pavor, echó a correr hacia la puerta, cruzó el hall y saltó el umral y los escalones de m!rmol. 2 en ese instante tropezó violentamente con una persona $ue entraa, y rodaron los dos agarrados. Este otro era un homre grandote, vestido de un sayal oscuro. El fugitivo dio un verdadero alarido. AHCondenaciónI AclamóA. H7tra vezI H7tra vez el fraile cort!ndome el caminoI ? Hero ahora morir!s, damned fool?I Hcondenado idiotaI 2 lo huiese estrangulado, si no los separan. Mas el nuevo fraile se levantó como $uien duda de si sueBa o vive, y e;clamó despavorido: A"oy el portero de los franciscanos y vengo a preguntar por el padre Metri, $ue falta del convento hace una noche y un día. El padre Metri fue reciido al fin por el presidente de la /ación, $ue tenía curiosidad de verlo y el deseo de felicitarlo por su feliz actuación en uno de los sucesos m!s
lamentales. #a confesión del gerente del hotel Ma0estic, como autor de la muerte del doctor 9arreto, dos sucesos increíles, espantosos, inconceiles, asurdos, cosas de pesadilla, $ue a l le costaa creer todavía, haía puesto otra vez la opinión p4lica en mare0ada. or eso haía hecho esperar otra semana a su reverencia. ero cuando su reverencia intentó e;ponerle el complicado prolema de su $uerida Reducción de "an 6ntonio de 7ligado y convencerlo de su proyecto de solución astante insólito, el primer magistrado se perdió varias veces y $uedó un poco perple0o. fin prometió encargarse asunto, halar alcon ministro de la7li Guerra delsi se nterior,6lintere sar al goernad or de del "anta Fe, consultar el general gadoy yalver podía separar al mayor 70eda y tomar las difíciles medidas propuestas por el fraile para regularizar las relaciones entre indios y colonos. El fraile salió astante mohín o, y emprendió el regreso a toda velocidad y cortando camino, por haer reciido de su puelo noticias muy alarmantes. Como haía temido, en efecto, las medidas del presidente llegaron tarde, y los #anceros de "an 6ntonio, ruscamente sulevados, escriieron con sus lanzas una p!gina luctuosa en la histor ia de las misiones cha$ueBas, a la luz de un puelo entero incendiado. ero sta es otra historia.
Canción del aspirante al martirio
En la mitad de la vida, tanNtan, una AKLuin escampanada: A"oy tu prometida la Muerte? AH7h, p!lida 6madaI K1an pronto H/o tengo nadaI H/o me gusta dese modoI A60uar, arras y arracada, la novia corre con todo. A"oB un dios de pedrería, y salí estatua de lodo? AHEntrgateI #a hora es mía, y es el 4ltimo acomodo. ACon el lacer, la 6legría ganar $uise negociante. HerdíI? y confulgurante. la sangre mía merco el Gozo A=ios adre $uiera los huamos de tu limo hacer diamante. AMadre del Oalle, los ramos mirra y azahar fragante. #a luna por los retamos vierte su livor cruel. 2o y la Muerte nos esamos. 2 la luna era de miel.
El degSello de "an 6ntonio
%"ervía al mismo tiempo la capilla de vivienda y cocina al capell!n. El altar era una mesa con gradaselcolocada contra un mo0inete3 al poniente estaa una especie fogón donde cocinaa sufrido franciscano? #a atería de cocina consistía en una de gran sartn de cao corto? para $ue no estorara mucho a los $ue entraan en día de fiesta? permanentemente colocada sore una mesita de carpintero? El confesonario era una tapa de ca0ón de fusiles, en la pared del sur? con un rallador de lata agu0ereada en figura de cruz mal hecha?&D(. Con este relato entramos en materia delicada y deatida. ero sin aventurar opiniones, ni mucho menos censuras, !stenos anotar los hechos con el mayor rigor, sin apartarnos un punto de la verdad, tosa $uien tosa. 6$uel domingo amaneció sofocante y ochornoso. El /orte soplando tres días seguidos, primero en r!fagas calientes y despus en deshecho vendaval pulverulento, calcinaa los semrados, caldeaa las paredes y aatía los !nimos, con la colaoración de un cielo de horno y un sol implacale. el padre Metri se tumó 0ergón, ien antes del ala, el viento y todo Cuando anunciaa pró;ima tormenta: el del oriente de color Hc!rdeno, la pesadez delhaía aire,caído su fatigada caeza?I 6 pesar de haerlo el calor desvelado, sentíase como arrancado a un sopor secular3 como si huiese dormido aBos y viniese de all! muy le0os, de una región profunda, llena de pesadillas irrecordales, pero hench idas de espeluzno y n!usea. "intió un leve mareo, $ue atriuyó al poco sueBo3 pero se despailó con un manotón de agua, aomada y oleosa. or$ue tenía astante $ue hacer antes de la solemne misa y endición de "an 6ntonio: un autizo, confesiones, arreglar la capilla, anotar un matrimonio? "intió un gemido en el cuchitril del lado: el indiecito "an alo se despertaa o soBaa. 7yó roncar a Cautivo. "e movió sin ruido hasta la iglesia. #a pore iglesia de material, con su torre cuadrada, $ue acaaa de construirle traa0osamente don #eonardo Ala primerachisporreaa casa ien hecha estaa a4n en tinielas: en la l!mpara del "acramento el seodel de pueloA, vaca. 6rregló el autisterio y arió la puerta. >na figura somría se alzó a sus pies, en tanto $ue empezaa un llanto dil, lanco, mansito. AH2a est!s ac!, india terrile, con la pore criatura, $uin sae de $u horas de la nocheI? #a Chuca no le respondió nada, fuera de mirarlo largo con sus o0azos negros, insistentes. El fraile le hizo de0ar sore unos cortinados la criatura con sus piernitas secas y sus e;traBos o0os, y ocuparse del arreglo del presiterio, de las andas y del santo, hasta $ue viniesen los padrinos. #a muchacha toa empezó a moverse sin ruido, como una onza. #os padrinos eran el sacrist!n Cautivo y el capitane0o Miguel 9altasar 9igu!. El cura creía estar soBando a$uel e;traBo grupo en la semioscuridad, recortado por dos vacilantes hachones: los o0itos grisesNverdo sosNazulinos de la guagua negra $ue lloraa siempre3 o0os mal puestos, como dos florcitas de lino en un sapito, como dos pupilas de
cordero en un aguar! pichón? En fin, cuando lo huo hecho cristiano, sintió un alivio? ero todos estos mestizos, K$u clase de cristianos irían a dar #a luz terrile del sol cha$ueBo ya estaa inundando la iglesia como una serie de e;plosiones. 6lgunos otros indios recelosamente ian cayendo. >n grupo de colonos halaa en el atrio: conoció la voz del vie0o EtXald? A2a est!n los no vios, paitri1lecD(< Asonó a su lado la vocecita del monaguillo "an alo. Era a$uel día el casamiento de la hi0a del 0efe del fortín, el mayor 70eda, con el suizo EtXald, dueBo del aserradero. El fraile se dirigió apresuradam ente al cuartucho $ue le servía a la vez de comedor, despacho, oratorio, ilioteca y sacristía. 6 la somra del vie0o guayac!n, cerca de la puerta, lo esperaa la gentil pare0a tomados de una mano hal!ndose cara a cara en a morosa y fruitiva asorción de enamorados. Metri sintió, $uin sae por $u, una sensación aguda amarga, como sangre en la oca. rup era ellísima: un to$ue de sangre ruia Asu madre era hi0a de alemanesA ponía en su criollez trigueBa como una oculta llama, $ue hacía su cutis trasparente como cera3 sus laios e;cesivamente ro0os, sus caellos llameantes a la altura del homro de su arrogante compaBero, los pies pe$ueBitos en otas polonesas, las manos redondas? A/o se puede negar $ue esto lo hace =ios Apensó el fraile a0ando los o0osA3 esto no faricación dedeo homres: es la tierra, el sol y el cielo $uienes dan estos frutos. ero no es siendo míos, los respetar? Es una chi$uilina Apensó Metri3 pero EtXald no era mucho m!s vie0o. A2 ueno, chi$uillos3 K$u hay AK/os casa, padre Metri Adi0o EtXald. AK2o? /o puedo. AKCómo, no puede A>stedes dos se casan. 2o no soy e l ministro de este sacra mento. #o pre sencio. #o endigo, en todo caso. AHMire $u graciaI Adi0o ella, muy rosada. A/o, mVhi0ita. Es la doctrina. K1e has olvidado ya KLu clase d e madre de familia va a ser sta, Oirgen del Carmen? "on los esposos los ministros del sacramento. 6l concertarse para consentir de una vez por todas a la tendencia mayor de la =ivinidad, $ue es dar vida, seero vuelven un un poco sacerdotes, y participan de la sacrosantidad de todo lo $ue es la eterno? esto es pedazo de mi sermón. "uspiró cansado. A"on dos chi$uillos, ustedes AprosiguióA. KLuieren casarse K1anto apuro tienen K/o tienen l!stima del pore vie0o Metri, $ue hoy no da m!s de $uehacer K/o se interesan por toda esta indiada, $ue todavía no se sae si ser!n fieras o cristianos KEn tiempos tan peligrosos y tan duros, ustedes dos $uieren cuanto antes un rinconcito de paraíso terrenal para ustedes dos solos Paían entrado, y l se haía sentado al despacho, ariendo el liraco del Registro Civil. El 0oven colono se adelantó dos pasos Amientras rup fruncía los laios con mimo y se ponía colorada por gustoA, volteó el somrero, se pasó la zurda por la riza melena ruia, derecho y el!stico como un 0unco, y di0o con homría: Aadre Metri, no hacemos daBo a nadie, ni $ueremos mal a ninguno3 al contrario, Kverdad, 9it4 2o soy un homre de traa0o $ue no conoce m!s $ue su ocupación. El
aserradero me rinde. Mi padre me ha de0ado todo. Pe comprado una chacra de caBa dulce, y voy a levantar tamin una estancia: ocupación para el indio y progreso para la colonia. /ecesito una mu0er? y 9it4 me $uiere. 2 aun$ue no la necesitara, yo la $uiero. or$ue sí, por gusto, por lu0o? y por$ue así lo manda =ios. 2 aun$ue no la $uisiera, yo mataría al primero $ue se pusiera entre ella y yo, y le hiciera solamente somra con la punta del dedo? K/o es cierto, 9it4 =ecíselo al padre Metri. #os dos se echaron a reír con 04ilo. El fraile escriía lentamente fechas, nomres y apellidos. A6rturo EtXald? Adi0oA. 6guar! 9lanco, no te fis demasiado de la vida, guard! un repuesto para los días malos, no te gasts todo. A#a vida es 0odida Adi0o el otro con orgulloA3 pero yo s andar por el monte? 2o creo $ue =ios protege al homre $ue camina derecho. >st me di0o $ue tenía $ue autizarme y $u s yo, y entrar en la religión católica. En "uiza son de otra ley, astante parecida3 pero no creen en el apa. KLu me importa a mí 9it4 $uiere $ue yo sea de es ta ley, y yo soy como 9it4 $uiere. =e lo dem!s, ya se lo di0e ayer al confesarme. /o he hecho mal a nadie, defiendo lo mío, y lo a0eno no toco. =ios es ueno. "i =ios no hace m!s, dee de ser por$ue no puede. El fraile se sentía visilemente molesto, sin saer por $u. Paía oído el silato, $ue conocía de sora: ya llegó el mayor. En ese momento vio por entre la pare0a, en frente suyo, al caci$ue 9igu!, $ue haía aierto la puerta sin el menor ruido y desde ella los estaa curiendo con suya5+ mirada altiva. ,Mba$ icurei; boma/ patri1lecSUVW2 A=borema i% Arespondió el fraile con se$uedadA. Estoy ocupado. Aore indio precisa mucho m!s halarte $ue esos dos, padrecito Ainsistió el capit!n de los #anceros de "an 6ntonio. AOoy pronto. El fraile acaó de escriir, felicitó a los prometidos y se dirigió deprisa al atrio de la iglesia, donde el macizo grupo de colonos lancos rodeaa a los novios y sus familiares: la seBora del mayor, grande, ruia, opulenta, de o0os claros sin vida3 el vie0o EtXald, socarrón y dicharachero3 don #eonardo, siempre sonriente y callado? ero el mayor, a $uien uscaa, haía vuelto a caallo a casa, a dar una orden. #os indios estaan ya todos dentro de la iglesia. Entonces, con recelo recordó Metri al 9igu!"iny su misteriosa por todo. Paía desaparecido saer por $u,interrupción, entró el frailey lo enuscó el segundo cuarto de su palacio, $uetamin. servía de alcoa, cocina, despensa, guardarropa y depósito, adonde haía pasado el indio, y arió la alacena hecha de talas de ca0ón. En efecto, allí faltaa algo. H"anto cieloI El Rmington, la pesada caraina de caallería, $ue l mismo co mprara en "anta Fe para el 0oven caci$ue Aall! en los tiempos en $ue tocaa alg4n sueldoA, cuyo regio don le haía valido el reducir toda la triu3 y $ue despus haía retirado al indio por orden del mayor, con el prete;to mal acogido de cuid!rsela, y con la promesa de d!rsela en cada cacería de yaguaret, pecarí o ciervo? El arma faltaa del rincón, como la cartuchera y todas las alas3 y ese atrevimiento inaudito de su salva0e amigo no presagiaa n ada ueno. 1odos sus recelos de los 4ltimos días llamearon. #os cuchicheos de los lanceros, las izcas trazas de Cautivo, la anemia del traa0o en el ingenio, las hu maredas de conse0o en el monte de tarde3 y, sore todo, la inmediata dispersión y disimulo del conse0o indiano apenas l llegaa. "e hacían humo, Hsanto cieloI Encontraa un grupito de tapes muy
atareados, cuereando un huasuncho, y unas cuantas chinas muy inocentes ellas3 pero a l no lo engaBaan. Empezó a temer $ue su ceremonia de a$uel día 'misa de esponsales de rup y endición del 1up! 6ntonio de los #anceros+, planeada para conciliar un poco los dos andos advers os de su difícil grey, resultase un f racaso. 2a era tarde para volver atr!s, y así comenzó trepidando la misa. /o se engaBó. Resurgió otra vez la est4pida idea y eterna cuestión de las procedencias3 el fondo a el grave prolema y racial. Cuandopero ia aenllegar a laerconsagración, un reciosocial altercado, un grito de ira y todo el !mito atronado de irreverentes clamores. 6llí tuvo $ue sufrir un poco la liturgia romana: el p!rroco de "an 6ntonio de 7ligado interrumpió el s anto s acrificio, y revestido de lanco descendió presuroso al comulgatorio, comprendiendo de una o0eada lo $ue pasaa. El seBor caci$ue 9igu! haía llegado a mitad de la misa3 haía cruzado con estolidez arrogante el cuadro de sus lanceros, alineados de a ocho en fondo, y haía ido a plantarse tran$uilamente al lado del 0efe militar del fortín y comandante de las Misiones, el mayor 70eda3 adelante de rup y su novio, el 0uez de az y las autoridades. El 0efe de los lancos y el 0efe de los indios? K/o es cierto, patri1lec? en la casa de #up+ gua%, eran iguales3 y a l lo haía nomrado teniente de línea el coronel 7ligado. El mayor 70eda, lanco de ira, lo haía rechazado de un empu0ón de arreato3 y el indio caía sore l como un 0aguar, cuando intervino don #eonardo, y el grito imperioso del padre Metri desde el presiterio. 6$uella misa fue un desastre3 0am!s deió haerla empezado. #a indiada se haía arremolinado y los colonos formaan cerco, varones afuera, como una tropilla atacada por el puma. Menos mal $ue el respeto a la iglesia y la energía de Metri, recrecida de indignación, pudo parar el esc!ndalo. En guaraní empezó a increpar a los indios su irrespeto a la casa de #up+ gua% . ncrepó duramente la falta del capitane0o3 pero di0o tamin $ue el 0efe lanco haía hecho mal, por$ue allí no mandaa nadi e, sino #up+ gua% solo, $ue estaa en el altar3 y en castigo les anunció $ue no endeciría el "an 6ntonio corizo de la triu, hasta $ue huiesen dado su reparación. =espus se volvió a los lancos y los suplicó con l!grimas en los o0os. or 4ltimo dio una orden, y los mocetones y los homres de la Cofradía del an de "an 6ntonio se desparramaron por la iglesia, dispuest os a custodiar el orden. El mayor miraa la escena con fastidiada altanería. Muchos colonos se ian. Cuansilenciosamente do el cura se dilos o indios vuelta seal haían dominus, despus de lay la comunión, vio algo asomroso: marchado todos, iglesia estaa casi vacía. #a misa acaó sore los ancos vacíos y dicha a las paredes ro0izas, al monaguillo, la india Chuca y su desdichada criatura, y a pocas vie0ucas m!s, alg4n homre y el prefecto de la cofradía. El padre Metri comprendió $ue la marcha de los sucesos se escapaa hoy a sus manos. Gimió a =ios desde el fondo de su alma. #e parecía $ue estaa dentro de una 0aula tratando de impedir una atalla entre un león y un tigre, mano limpia en medio de los dos. "e encerró en la sacristía y trató de ordenar sus pensamientos y vencer la terrile mare0ada de tristeza y p!nico. "u voluntad se tendía como un resorte de acero, pero no para orar, sino para no orar, para calmarse primero: mil cosas $ue hacer se le presentaan tumultuosamente. 6l acaar su oración y entrar en la sacristíaNcomedor, se sintió con un poco de paz. Pasta se rió un poco. /o menos $ue u n medio lechón asado, humeando en s u fuente, con dos otellas de
Marsala de escolta, resplandecían en su mísera mesa, rumoso ose$uio del Mayor en nomre de su hi0a3 pero mucho m!s resplandecían los o0os del monaguillo "an alo y el sacrist!n Cautivo, $ue apoyados en la pared se vigilaan uno al otro, como dos perros sore un hueso. AKLu pasaría si huiese estado uno solo Asonr ió el p!rroco. En mal día llegaa el uen ocado. Metri recordó % la dura amohosada galleta diaria/ .ue había .ue romper a martillo/ y las piltrafas de carne de la Proveeduría/ .ue D(_
daban un caldo .ue para no hoy verloelera me5or1ragó tomarcon de esfuerzo noche?&dos o. tres zo$uetes y ues ien,negro/ peor a4n le saía regalo. tomó un vaso entero de aBe0o3 y despus entregó el festín a sus dos seides. /o se hicieron ellos de rogar. En un santiamn, del lechón no $uedaron m!s $ue los huesitos lan$ueando. =el vino, no se veía ni la eti$ueta. Metri miró con severidad a Cautivo, $ue haía escamoteado las otellas limpiamente3 ste se desentendió con una o0eada izca. /o le gustaa ese mestizo. or eso mismo $uería tenerlo cerca. #o conoció en "an Qavier, donde haía sido criado por una familia $ue no podía con l. #o tra0o a "an 6ntonio con esperanza de reformarlo. "in gran resultado. Parag!n, rencoroso, solapado3 pero ahora, algo m!s serio. #a llave de la alacena del Rmington, K$uin la haía sustraído ntentó en vano rezar el 9reviario, esperando la hora de ver al mayor. El calor $ue reviraa del techo de zinc era espantoso. "us dos al!teres roncaan . "e levantó y se fue a la iglesia, conocía un rincónestaa fresco. #a donde l!mpara del "antísimo apagada. #a preocupación mental le causaa una molesta agitación física. "u mente estaa osesa por su entrevista con el militar, su proyecto de componenda, la necesidad asoluta de prever remedio hoy mismo. #a indiada no tiraa m!s, y solamente el mayor tenía en su mano el remedio Ael remedio heroico, pero 4nicoA. "i lo persuadía, a la tarde, 0unto con el matrimonio de la seBorita princesa rup, podía convocar la triu, endecirles la imagen patronal, comunicarles la uena nueva, salvar la volc!nica situación? Oolvió sus o0os a "an 6ntonio, su cofrade portugus, musitando oración desesperanzada. Era una gran imagen de talla del tiempo de los 0esuitas, hachada a maravilla por anónimo artífice guaraní, y encontrada poco ha misteriosamente en un escondri0o del monte, sin duda trasmitido por tradición oral: un hermoso homre de manto y sandalias, con un niBito contra el pecho, amos rostros de indio. #as chinas lo haían aBado en río, y como don Q orge Cracogna, anilinas aceite demora, maní, $ue lo haía vestido de elchillón un chino en díacon de purpurina fiesta3 peroy la terrileal carcoma taladra el $ueracho, haía traa0ado ominosamente el recio ulto de Banduay. AHrotgeme en esta hora, franciscano de a$uel tiempoI Agimió el fraile, alz!ndole amos razos3 y como $uien se echa en un pozo, salió con un pa0izo al lago candente del sol cenital. 6l arir la puerta, la luz le e;plotó en la cara como un chumo de fusil. El mediodía lavaa el mundo con su luz clorhídrica, el aire se pegaa al rostro como una compresa, el polvo arasaa, dormía el puelo, la lagunita de la plaza ar día como una placa de cromo. El angustiado capell!n halaa en voz alta con el !ngel de la guarda del mayor. HCómo contarle lo $ue saía, sin peligro de un arreato, a a$uel homre durísimo, del cual lo menos $ue se contaa era la masacre de cien indios en la frontera del "ur, por una mera sospecha de motín no confirmadaI? #legó a la comandancia haciendo etapas de somrita en somrita. El vastísimo local
dormía. Como haía previsto, la negrita 6delaida le anunció $ue el mayor sestiaa3 $ue si $uería esperar, ien3 $ue las amitas estaan acostadas3 $ue podía sentarse por ayí? "e recostó en un sillón mimrero, sofocado. 7yó al lado parloteo de mu0eres3 la carca0ada cristalina de rup, vistindose. Malició $ue el mayor $uería humillarlo. Curioseó la vasta sala, empapelada de color de naran0a, cargada de adornos y enseres de un lu0o no muy fino, iomo de seda, pieles de 0aguar y ciervo, armas, porcelanas charras, muchos retratos.Reclinóse en el respaldo con fastidio, se amodorró, dormitó? y seg4n parece, soBó. Mucho se ha halado de los e;traBos sueBos prsagos del padre Metri. Ellos contriuyeron capitalmente a su e;traBa fama, y tamin a su inmensa autoridad. l lo saía. #o cierto es $ue l los narraa sin reparos, y hasta con un poco de relamio. Es proale $ue su talento de narrador emelleciese astante la realidad, por no decir e;agerase. #o $ue se puede presumir es $ue, siendo el fraile un tipo visual, un temperamento artístico nato, sus pensamientos profundos se construían durante su sueBo en esa forma de cuadros vivísimos, y de ese modo se resumían y aclaraan, como es propio de la creación artística, en la cual Aseg4n dicenA el artista, al ir haciendo, va entendiendo. ero lo $ue le pasó hoy, $ue fue el m!s notale de su leyenda !urea, ni fue propiamente sueBo, por$ue no llegó a dormirse3 ni fue tampoco visión, por$ue en suma no vio sino lo $ue tenía delante, es decir, el retrato de primera comunión de la niBa Oictoria Regia, deformado por una especie óptica? Pe a$uí cómo contó de el aerración fraile su caso alg4n tiempo despus al padre Roca. #o me0or es oírlo a l mismo: (l retrato representaba una niFa de unos doce aFos en pose de primera comuni1n/ de rodillas ante una Madona/ con su corona de aahares/ su crucifi5o/ su rosa y su aucena en las manos/ todo en una gran ampliaci1n hecha en 9uenos >ires e iluminada despu$s con colores m+s bien charros' 6u vista me retra5o el hilo de pensamientos de a.uella maFana' Cuando vi la 5oven pare5a radiante de felicidad en mi sacristía/ tuve un primer pensamiento amargo .ue ust$ sabe me ha perseguido mucho/ parecido a la envidia o a la tristea/ .ue me representaba mi vida como un error/ todo lo .ue he hecho como un fracaso/ y .ue hubiese hecho me5or en seguir el camino com%n de los hombres' Reprimí enseguida esa mala idea/ y pens$ .ue era hermoso tambi$n gastar la vida enhogar/ proteger/ sin goarlas/ las cosasG(l humanas .ue 3ios hecho hermosas/ como la familia/ el el amor de los hombres' matrimonio es unhagran sacramento/ di5o 6an Pablo8 yo pens$ .ue no es grande si no es sacramento' (l amor es una cosa hecha por 3ios8 pero no acabada' 3ios se la da a la pare5a humana para .ue la acaben/ colaborando4 a ver .u$ hacen' 6e pueden hacer cosas inmensas/ preciosidades/ maravillosas8 pero tambi$n se pueden hacer toda clase de por.uerías/ seg%n y conforme' Lo %nico .ue no se puede hacer es 5ugar con eso' Pens$ .ue si no es sacramento/ es decir/ un canal de gracia/ no era hermoso' 6i se reduce a la uni1n de dos instintos/ de dos intereses/ de dos egoísmos/ sus frutos no eran dulces' GPara dar hi5os a la =glesia y al cielo/ dice la doctrina8 no es tan f+cil como dar hi5os solamente' Record$ el matrimonio O5eda/ esa mu5er carnosa/ est1lida y glotona como una vaca/ y a.uel 5ay+n de mal genio del mayor/ ambos sin religi1n pr+cticamente4 $l/ iracundo y ambicioso8 ella/ in%til' 6i al menos la hi5a/ esta retratada niFita ya entonces pintona de gracia hechicera/ hubiese cumplido su misi1n en la tierra8 si hubiese hecho
algo2 =dolatrada por su padre/ @no hubiese podido ella humaniarloA !Cu+nto bien se hubiera seguido" (l fot1grafo había situado h+bilment e un espe5o al fondo/ de modo .ue la esbelta figulina aparecía doble4 de perfil y de frente/ bellísima' 7a entonces sabía ella .ue lo era' Co.ueteaba desde la primera comuni1n' Mi maestro de 6%mulas tenía una teoría acerca de la bellea en la mu5er/ y/ en general/ toda bellea4 seg%n $l/ no le pertenecía como un bien Gutiet abuti a ella sola/ sino .ue tenía una s$ yo' GLa >lgoco.uetería de eso creoes.ue hay en meFi.ue Plat1n8 pero no vienefunci1n al caso'trascendental/ (l caso es .ueo .u$ yo pens$4 el pecado de laa.uí mu5er/ no tiene importancia' Pero ,corregí enseguida, no hay pecado tan chico .ue no pueda traer uno grande' 7 con esto se me fue la cabea y me dormí' Le cuento esto/ para e0plicar mi sueFo/ .ue no fue sueFo4 simplemente el retrato empe1 a crecer/ llen1 mi vista y cobr1 vida' doraba su propia figura del espe5o' He a.uí el misterio de esos o5os bellos y altivos/ vueltos hacia ella/ ciegos a todo lo .ue no fuese ella/ la criatura asentada firmemente en el incestuoso contento de sí/ haciendo a todo el Iniverso girar en su torno8 la definici1n del pecado mortal/ seg%n 6an >gustín' !He a.uí el pecado grande .ue el chico enla1" !(l primero de los 6iete Capitales/ en esa dura estatuita de nieve y rosa/ m+s bella .ue una aurora"2 Lairresponsable/ frivolidad incurable/ al dolor a5eno/ el constante revoloteo mariposa el hielo la deinsensibilidad ese cora1n .ue yo había luchado por triar/ se me de apareci1 visualmente/ por así decirlo' Mi alma se encogi1 de aprensi1n' G3omine/ ab occultis meis munda me/ et ab alienis parce servo tuo' (ntonces repar$ en algo horrendo' (l crucifi5o en las dos manos era un puFal vuelto hacia ella8 la aucena sangraba/ la rosa parecía un borr1n de sangre' 7o no estaba dormido/ estaba como absorto/ no podía ver m+s .ue eso' Hacía enormes y vanos esfueros por disipar la est%pida ilusi1n de .ue era no m+s un corrimiento de los colores del retrato/ charro' (staba transido de miedo/ horripilado' Me debatía contra un horror absurdo/ como esas pesadillas en .ue uno ve una cosa ordinaria' (l caso es .ue hice un esfuero enorme/ di un grito altísimo y despert$ con el mayor O5eda parado enfrente mío/ sonriendo umbonamente2 Pastanarró a$uí el losfraile. papeles delenpadre Roca.su grito no fue m!s $ue un gemido sordo. El Esto ero realidad mayor lo chichoneó: Aadrecito, el lechón y el Marsala hacen milagros. Pace un rato $ue est! usted roncando y halando solo. /o me de0ó dormir, Hcane0oI Metri rompió a halar con incoherencia: A"u hi0a Adi0oA. >st tiene una hi0a, mayor, $ue tiene el deer de cuidar a co sta de la vida, a costa de cual$uier sacrificio. /o vengo a reprocharle falta en esto, ciertamente. ero tamin tiene ust? tenemos? otros deeres? hi0os adoptivos? El militar lo interrumpió con ceBo: Aadre capell!n, hay una idea idiota $ue le ha metido a ust en la caeza $uin sae $u india chiflada, de lo cual ya le he avisado no $uiero tratar con ust, ni con nadie. H2 astaI /i mentarlo, Kcomprende 6l fin y al cao, dice el refr!n: % 3onde pas1 una tropilla/ @.ui$n va a seguir un rastro?&.
El cura recapacitó. =espus di0o: A/o, mayor, no me he e;plicado ien. /o es eso. Oenía a halar de la reducción. "on como hi0os adoptivos $ue nos confiaron =ios y el Goierno /acional a ust y a mí? A2 ust es la mam!, Kno es cierto 2 $uiere caramelos para los nenes. H#indos nenes tamin, los suyosI? KLu anda $ueriendo ese negro 0etón de 9igu! con rondar por mi casa a la nochecita? Hse va a topar con la viuda, padrecitoI AMayor, oiga. 7lvide un momento los incordios de es tos días. >st es valiente3 no le temaAKLu a 9igu!.m!s Oengo a pedirle colaoración, /ecesito urgentemente colaoración #o $ue ustmayor. pide ahora es imposile. K/o su le ondad. de0o hacer en paz sus gsrcoris K/o voy a todas sus ceremonias, $ue no las entiendo ni medio K/o le salv todos sus utensilios de iglesia y la vida tamin, cuando el asalto del "alteBo? >st atienda a su tarea, $ue es meterles un poco de decencia en el mate a estos avestruces, $ue para eso tiene sueldo de suoficial. AHMi sueldoI Arió MetriA. K6caso no sae, 0efe, $ue hace tres aBos no veo un core? Est! ien, no lo necesito. "i lo perciiera, lo gastaría en escrituras de propiedad en favor de los indios m!s capaces, como hice en "an Qavier, para salvarlos del infierno del traa0o forzado $ue a$uí se les impone. erdón, mayor, pero hoy dee halar con m!;ima claridad. El otro tensionó lentamente sore el sof! petiso sus miemros pesados, fornidos, engallando la pilosa caeza negra como un felino en molestia. AH6pareció viudaI ArezongóA. y ust cree $uey me asustatamin halar claro, gran perraI? Mire, la Metri3 conozco sus ideasH6h, sore los indios, conozco las delu na Goierno. /o me haga sermones. "us ideas son uenas para la glesia, para los liros. En la vida real, el indio dee traa0ar, y dee traa0ar mucho, y traa0ar a la fuerza3 por$ue en otro estilo, no hay caso. &2 no se le ha de dar dinero, sino vales3 a no ser $ue $uiera tenerlo orracho perdido. 6 la primera sospecha d e reelión, hay $ue menearle ala3 a no ser $ue $uiera ser madrugado a traición. &H"i los conocer yo, padrecitoI? KOe esta cicatriz Recuerdo de un aipón? KOe esta ore0a #a otra mitad? preg4ntele a un pampa, si lo encuentra vivo. &El indio es un icho feroz de nacimiento, y no marcha sino a palos. ste es el catecismo del indio, patri1lec. /o confunda con el catecismo del cristiano, el cual se hizo para el cristiano. El mi ro hizocon unvoz a todemasiado rsión $ue mansa lo conm oviser ó uena: todo. =espus tragó saliva, silencioso. 6lsio finneempezó para AMayor, no confunda ust tampoco. El indio dee nacer a la vida cristiana. K/o me llamó madre agorita 1odo nacimiento re$uiere esa infinita solicitud, paciencia y complacencia $ue es una madre. "er!n fieras en el monte, pero para la vida civil son niBos, mayor, y nada m!s $ue niBos. KCómo $uiere e;igirles de golpe todos esos h!itos de traa0o y orden $ue a nosotros nos dio gratis la sangre heredada de siglos enteros de civilización cristiana 6l indio hay $ue darle tiempo, mayor, aislarlo primero, y despus auparlo línea por línea, a travs de generaciones, super!ndose. 6sí lo entendieron los antiguos 0esuitas. Crame, mayor, yo tamin los conozco. /o hay otro sistema. A2 ueno, Ken $u me opongo yo a todo eso K6caso voy a contarle a l indio $ue en =ios hay cinco personas, en lugar de tres o dos, como ust dice K2 ust $u caracho va a contarle al 9igu! ese $ue todos somos iguales, cuando es falso $ue seamos iguales El fraile meneó la testa resignadamente y sacó del olso unos papeles $ue empezó a
desplegar con cachaza. ero el otro e;tendió las dos manos en acto de cómica repulsa. AH/o me venga a$uí con recherchesI Adi0oA. Conozco su famoso Estatuto: me haló don #eonardo. =esde ya sepa $ue no informar al E0ecutivo, no lo recomendar a 7ligado3 y estando yo a$uí, 0am!s se ensayar! esa utopía sin nomre. &"eparar los indígenas de los lancos, darles tierras pingSes en coto cerrado, con independencia total, a0o la dirección de los misioneros. HCristiI? H>n imperio separado y enemigo, como $uisieron hacer los antiguos 0esuitasI? 2 $ue el Goierno preste mano fuerte solamente la esto: autoridad y los o sofocaren reeliones? 2 lopara m!svindicar chusco es $ue sedellemisionero pague 0ornal de alcaldes lanco, siindios, se lo contrata, dinero contante, $ue ir! al fondo com4n del puelo dos tercios, y un tercio al indio. HLu negocito para los 0eromianosI? &ero Kust no se percata? fuera de roma, padre? de los ost!culos de ese proyecto K=e dónde $uiere $ue sa$uemos plata para esos dispendios enormes, con un aserradero incipiente, un ingenio sin utilla0e, todo en construcción todavía? HQornal de lanco y en dinero contanteI HOamos, padre MetriI El fraile no lo miraa. "us o0os estaan fi0os m!s atr!s, $uiz! en el lu0oso atala0e de la pieza3 $uiz! en la toldería inmunda del indígena, al orde del puelo3 $uiz! en "anta Fe, en el general 7ligado, en el presidente? #a amición maldita, la codicia de dinero, este militar de frontera valiente como un león, cumplidor como un 0ornalero, manirroto, aguantador, generoso? pero $ue $uería volver a 9uenos 6ires, entrar en el Círculo Militar, actuar en política tener$ue coche en alermo. 2 no haíaynada hacer: era el homre de confianza de 7ligado, el puBo de acero cuyo solo nomre hacía temlar y sosegar de un golpe a todo toa o mocoví de diez fortines a la redonda. El fraile sentía en su corazón las convulsas ascas de la decisión e;trema. Aadre Metri, las mu0eres, cuando tienen un coch e o un caa llo lindo y ven $ue la vecina tiene otro me0or, enseguida el suyo les parece feo. >st es como las mu0eres, padrecito. >st no tiene mala intención Aproseguía 70eda, perezosamenteA3 sólo $ue no ve las realidades. &KPa esta do en "anta Fe K/o ha vist o el rancherío $ue circunda la ciudad, lo mismo $ue todas las de la zona, y aun 9uenos 6ires? Ese estilo es el indio, se es el mestizo, se es el chino. Es triste, pero es así. Es incapaz de educación, es incapaz de traa0o y progreso. l prefiere vivir miseria, con tal de traa0ar poco, tomar mate, dormir siesta, acostarse entre norteamericano el perrerío y el pulguerío de normal un rancho tuerculoso. "ólo el colono europeo, el ingeniero y el maestro salvar!n la patria. &"on las ideas de nuestro gran "armiento3 yo mismo las he oído de su oca. El indio nuestro tiene incapacidad iológica. Pay $ue someterlo a una presión violenta, para $ue se asimile a la civilización o reviente. "i el indio ro0o del /orte, $ue tenía m!s potencial iológico, huo $ue e;terminarlo para poder levantar una gran nación rica y progresiva? el nuestro, fig4rese. &El Cautivo y el 9igu! ese, a $uienes ust predica $ue ante =ios todos somos iguales? HCristiI H/o les vuelva a decir eso, por favor, padrecitoI El fraile se levantó de su silla lentamente, pidiendo a =ios su asistencia. 1emía halar y temía callar. "i revelaa lo $ue saía de una presunta con0ura, 70eda era capaz de una represión atroz3 al menos la vida del caci$ue era cosa m!s $ue 0ugada. "i callaa? ntentó el 4ltimo esfuerzo: AMayor AperoróA, yo no he v enido hoy a imponerle mi Estatuto. " $ue eso est!
muy le0os a4n? aun$ue creo $ue es lo me0or y lo 4nico. 2o noto a los indios soliviados, y venía a pedirle por favor, por caridad, por las llagas de Cristo, por el favor $ue siempre me ha testimoniado, por el a mor de su dulce niBa Oictoria? "e atoraa todo. APay $ue tomar con urgencia dos o tres medidas conciliatorias Adi0oA. HEsc4cheme un minuto no m!s, mayorI Aal ver $ue el otro se alzaa con fastidioA. Pay $ue pagar hoy mismo, todo o parte, los salario s atrasados del aserradero. Pay $ue reunirse en la iglesia a endecirles #up+3 halagar un poco a esos pores egoístas como niBos, $uis$uillosos como elgatos, resentidos como enfermos. 2 porhuainos, 4ltimo, hay $ue reparar de alg4n modo el daBo hecho a esa mu0er $ue anda como un demonio y como un tizón ardiendo entre la triu, con su guagua paralítica? AKLu mu0er A#a india Chuca. El militar se puso p!lido de ira. APasta la vista, capell!n Aramó, volvindole las espaldas. AKMe echa de su casa A/o. ero ya se lo previne. /o tengo m!s $ue dec ir. El fraile permaneció un momento caiza0o. "us manos golpeaan perl!ticamente. A2o tengo a4n algo $ue decir Aaluceó con iraA. >st me di0o el catecismo del indio. 2o le dir el catecismo del polador. El catecismo del polador es hacerse rico el mayor 70eda, hacerse rico el suizo EtXald y hacerse el proveedor Morfanti. El una catecismo del polador es hacer traa0ar como urros a rico los aipones, y despus tirarles panocha de maíz asado3 prometer sueldos a los lanceros, $ue despus no llegan n unca3 de0ar $ue los soldados ausen de las huainas zonzas3 ofender al indio con sus altanería s3 tratarlo sin caridad y sin ley, como a un animal3 darle una otella de caBa por un 8ilo de pluma de garza3 encadenarlo a una esclavitud peor $ue la muerte? 2 Htodo se sae, mayorI Agritó, e;alt!ndose de golpeA. H/o hay plata para pagar los sueldos, pero hay plata para mantener $ueridasI 6ntes de acaar este grito insensato, el fraile ya estaa arrepentido. Chismeríos de la colonia. /o estaa cierto de eso. 6un$ue estuviera cierto, no era el momento de decirlo ni a cincuenta mil leguas. ero palara y piedra suelta no tienen vuelta. 2a no haía compostura. Creyó $ue el militar le ia a pegar. "e $uedó un instante mir!ndolo, por a$uello de no parecer $ue le tenía miedo, y salió de la sala. En este estalló furia del ayaguare t 70eda. fusta $ue tenía en las manos comomomento si fuese un tallo.la"e dirigió la puerta lateral yRompió escuchólaun momento. ateó un almohadón y tropezó con el sof!. En ese momento se entornó de nuevo despacio la puerta, y la caeza aruda del f raile hizo capolino. AHMayorI Adi0oA. Pe estado mal? 6ntes de irme, $uería? =isc4lpeme? Pe visto? 1engo $ue avisarle? Oeo? 2 ruscamente saltó su rasa, su fatal recelo3 di0o otra vez algo $ue no deió decir, o, al menos, no de esa manera. AHOeo toda esta casa llena de sangreI Avociferó, arazando con un gesto todo el !mito, en efecto, lleno de luz purp4reaA. H"angre por todo en esta maldita casaI AH6hI Arugió el mayorA. H6hora te comprendíI 2 descolgando ferilmente sus pertrechos, sale, fusta, silato, otas, y despus de una granizada de órdenes a las mu0eres, $ue halaan todas 0untas, salió a trancos hacia el fortín.
El fraile haía salido en dirección contraria, e;citado y alorotado, repitiendo entre dientes esta frase3 AH1e di el tentetieso, te di el tentetiesoI? "e recordó de golpe frente a la puerta de cedro de la casa de don #eonardo. "e detuvo un momento y llamó. 6rieron y entró. Respiró hondo delante la familia de su me0or amigo. =on #eonardo Castellani Ano s por $u respetos no lo voy a nomrar por su nomreA era un maestro de oras italiano ar$uitecto y medio agricultor y medio de todo. refecto de la cofradía, constructor demedio la iglesia y el razo derecho del p!rroco en sus relaciones con los colonos. #o encontró en familia, sentado en paz, con su pipa sore la ancha ara entrecan a, mientras su mu0er, doBa Magdalena, apedazaa y adoaa un gran ciervo del monte A$ue todavía los haía por el ChacoA, y su 4nico hi0o, #uis Pctor, sostenía muy ufano el magnífico [inchester del padre. 6nte esta escena de paz, le atenazó de nuevo su temor de halar de m!s y precipitar alarmas. 6carició al chi$uilín para disimular su turac ión, diciendo: A=on #eonardo, ar$uitecto cazad or delante del Eterno, de us t saldr! una raza $ue sar! tener a la vez el rifle y la plomada Ay despus le di0o $ue haía $ue convocar maBana a la Cofradía del an de "an 6ntonio. AK/o ser! me0or ahora mismo Adi0o el italiano, sin preguntar por $u, para indicar Pay $ue lo $uesaía. saer $ue esa cofradía de eneficencia, $ue incluía en su seno a todos los colonos prominentes, se ocupaa de hecho de todo el rgimen de la colonia: un pe$ueBo caildo aierto e;tralegal halando en italiano, friulano, alem!n, guaraní y criollo entreverado, $ue haía enfrentado, moderado y aun dolegado m!s de una vez la misma rectilínea tozudez del mayor 70eda. ACreo $ue no es necesario, y podría ser daBoso Adi0o Metri duitativoA. 1engo $ue llegarme ahora mismo a la toldería y ver a mi indiada. "e dirigió primero hacia la iglesia a uscar al lenguaraz Cautivo, por$ue saía el guaraníNaipón, pero no el dialecto mocoví. Palló $ue tanto Cautivo como el niBo "an alo haían desaparecido sin rastro. "e lanzó otra vez a la calle, cansado, con una puntada nerviosa en el pecho, lado iz$uierdo, y atravesó de nuevo el puelo y la tarde a4n sofocante. Cuando llegó 0adeando al polado loindígena, situado en la sorpresa. línea de la iglesia al fortín, a las afueras, aguardaa la segunda 1od a la india da se pero haíacomo hechomedia humolegua sin ruido, lo mismo $ue en la misa de la maBana. Reinaa en la toldería un silencio malagSero. #os perros andaan de roo por las chozas. Entonces vio el fraile all! le0os, para el lado de la isleta El #apacho, alzarse al cielo vesperal otra vez las humaredas del conse0o. egó la vuelta y agarró al trote. ero enseguida vio $ue era in4til. 1anto los indios como el mayor lo haían madrugado. 6 menos de doscientos metros vio pasar en una nue de polvo los $uince soldados del pi$uete, refucilando al sol las latas, seguidos del mayor en uniforme de fa0ina y en su soerio oscuro cuatralo. 6pretó el paso hacia el puelo, con la asurda esperanza, en medio de su tremenda aprensión, de $ue los indios no resistieran y 70eda se contentase con aprisionar al caci$ue y hacerlo moler a guascazos, como haía hecho con Corpus Christi arra. 6l llegar al puelo, vio $ue toda la familia 1omassín, chicos y grandes, salió en procesión de su pa0iza choza, homres y mu0eres con armas en las manos, y se entraan en
lo de don #eonardo. Comprendió $ue ste tamin se le haía anticipado y haía alertado a los vecinos. AH"iempre llego tardeI Amurmuró amargamente. #a primera precaución a tomar era aandonar los techos de pa0a y refugiarse en las casas de ladrillo con troneras y puertas sólidas. El p!rroco cruzó las calles como una e;halación, suió a la torre y empezó a campanear a reato, rompindose los razos con su es$uilón lamentale. or fortuna, fue co mprendido. O mo fuertes, los cocon lonosus s armas ullíany enseres. aandonando las casas inermes y concentr!ndose eniolascóm!s Cuando cesó de repicar, ago tado, el sol se ahogaa en un gran rasero de p4rpura y sangre, torvo ocaso prenunciando tormenta. % Rosso al tramonto/ temporale pronto&. 6hora no haía m!s $ue orar $ue =ios evitase lo peor. >n tiro sonó a lo le0os, al ras del monte, en el horizonte ro0o. K>na seBal EscudriBó in4tilmente la le0anía, esperando ver volver al pi$uete. Estaa escrito $ue de l no volverían sino cuatro homres, dos de ellos gravemen te heridos. Entonces, como una $uemazón $ue empieza por diez partes a la vez, ocurrió el desenlace. #a noche se venía con demasiada prisa, apagando en plomo y pluma de paloma las nues ro0as lucient es. En el monte ladró de nuevo, una, dos, tres, cuatro, hasta doce veces, toda la carga de un rifle autom!tico, seguido de un le0ano tiroteo. Como si fuese una horrenda respuest a, resonó entonces por los cuatro e;tremos del puelo a la vez la gritería ensordecedora, saBuda,Constanzi terroríficaagarróse del malón. malónI de H=ios nos ampareI Fray =emetrio al HEl antepecho su alto alcona0e y presenció desde allí, paralizado de horror, la ruina definitiva de su vida y de su ora, el incendio de la reducción de "an 6ntonio de 7ligado. Oio a la luz diaólica del incendio la e$uivocación de toda su vida. H1anto haía temido esta escenaI? 2 ahora $ue sucedía, no $uería creerla, pesadilla insoportale, pero real. Comprendió el ardid del indio3 atraer al pi$uete con fogatas y retenerlo en el monte por el miedo de la noche y la emoscada, y así caer a mansalva sore e l puelo inmunido. Oio la masa de somras vociferantes inundar las calles, los lanceros 0inetes a la caeza, relumrando a la luz de las teas las terriles moharras3 la tura detr!s, enlo$uecida. Empezaron a ladrar por todos lados los rifles, en la oscuridad acriillada de rel!mpagos, de fogonazos, de alaridos. >n momento despus, las tinielas eran literalmente arridas por una serie de e;plosiones inmensas: los ranchos de pa0a $ue ardían como pólvora uno tras otro, irremisilemente. Empezótoda: la carnicería. #a triu haía venido hasta niBos veía salir con despo0os de los ranchos sa$ueados. #os guerreros y las mu0eres se amontonaan temerariamente en las casas defendidas, $ue vomitaan mortífero tiroteo. Oe ía morder el polvo a los asaltantes , retirar las chinas los muertos solevados por la nuca y los garrones, los heridos en razos, los despo0os en las manos. Oio en la casa de los 9inaghi ceder la ventana y arder el techo, y salir un indio con una mu0er desvanecida, y despus otra mu0er y muchachos y niBos ser amarrados a los caallos por a0o cincha. "u corazón despavorido le parecía aarcar toda la tragedia en una sola mirada3 las casas de ladrillo acriilladas a tiros, y asaltadas a fuego y ariete las puertas3 la gusanera demoníaca en torno, el lancero $ue surgía de la somra al galope, el $ue daa una voltereta limpia y rodaa, la india $ue huía con una caeza en la mano. =e repente advirtió horrorizado $ue la casa de don #eonardo, donde la resistencia era m!s tenaz, ia a ceder, incendiada la puerta. Corrió a ata0ar, a interponerse, a morir.
ero un s4ito incidente lo paró un momento, mirando. >n homre de uniforme lanco galopaa hacia la iglesia en un caallo de somra, lanzando agudos silidos, y los indios se precipitaan en pos de l aandonando todo. =escendió corriendo el fraile a arir la iglesia, entendiendo salvar al mayor 70eda. Fue derriado y arrinconado en la oscuridad por la muchedumre $ue entró a orollones3 pero despus ardió el $uin$u del presiterio, entraron antorchas, vio al sacrist!n Cautivo encendiendo todos los hachones y velas posiles, contempló la triu entera amonton!ndose detr!s lanceros, $ue, cuento en ste tierra,noseeraalineaan en formación de conse0odeenlos torno del uniforme lanco. el mayor,r!pidamente sino el horrile capit!n 9igu!, con todas las pertenencias del 0efe lanco, caallo, uniforme, silato, sale3 descalzo, desmelenado como una furia, ensangrentado un homro, pero triunfante. Oenían como dueBos. El misterio de su presencia en la iglesia y ese nocturno conse0o se disipó pronto. Oenían a llevarse el "an 6ntonio negro y a decidir allí su n uevo rumo erraund o. El capit ane0o imperó al fraile secamente $ue les endi0ese el #up+ indio, $ue ya cuatro lanceros haían levantado en andas. arado 0unto al santo, el fraile sentía deseos violentos de caer sore su e; amigo y derriarlo de un solo golpe en el entrece0o. Paía $ue verlo tamin, la porra greBuda, y los pies descalzos, con un lu0oso uniforme de rin lanco sore las carnazas desnudas. /o hay para $u reproducir su discurso, floreado, rítmico y escandido al uso indio: aFí potemoc ara ara uí2 i%Mbuí 9ah$emb$ ,tuy, mba$ potemoc La color de los blancos es una/ la color del indio es otra' La sangre de los blancos es una/ la sangre del indio es otra' (l cora1n del blanco es uno ,y es malo8 el cora1n del indio es otro' (l 3ios del blanco es uno ,!#up+ gua%"8 el 3ios del indio es tambi$n otro ,!#up+ mba$" :ua% le dio al blanco el río ,!.ue lo guarde" Mba$ le dio al indio el monte de nuestros padres' (l monte es del indio hasta la noche buena de echar alue blanco de donde nuestros padres' !>Fangay" venga el #upai nuestro' Huyamos del cruel #up+ de los blancos' AH6BangayI Avociferó la triu entera, al acaar el recitado. AQam!s endecir el santo, ni lo entregar tampoco Aarotó el fraile con indignaciónA a esas manos criminales llenas de sangre. ACuidado, patri1lec Aoyó una voz conocida. Cautivo, el mestizo, lo miraa desde all! con o0os izcos, y miraa a la vez una esplndida caraina $ue levantó, haciendo como $ue miraa la rec!mara. El fraile leyó en los o0os de su sacrist!n, ahora francos, el odio m!s salva0e. /unca le haía hecho sino eneficios3 pero 0am!s haía perdonado el salva0e a los lancos su cautividad de niBo. En esas naturas ruines, los eneficios aumentan el odio, al humillar al $ue los recie. ero en este momento, no era eso lo $ue considera a el fraile, sino la caraina. =e repente la conoció. Era la magnífica 6rmstrong del suizo EtXald. K2 Oictoria K2 el mayor
Comprendió $ue deía parlamentar. AMi corazón est! sangrando al ver lo $ue han hecho mis hi0os Aempezó en guaraní, con voz pausadaA y $uisiera morir. &Pe a$uí $ue mis hi0os han arruinado mi laor en el momento $ue llegaa el remedio. os $ue yo llev en mis razos me han traicionado y se han cavado su propia tuma. &Pan perdido en lasetierra y han ofendido =ioslos delcastigar!? cielo. &El Gran Qefe su de camino los lancos vengar! y el =ios delalcielo >n murmullo siniestro mostró al fraile $ue haía errado la tecla. #os indios no venían a discutir. ero 9igu! acalló a su gente con un adem!n, y contestó de acuerdo con el protocolo del conse0o: A/osotros no $ueremos al =ios de los lancos3 uscamos nuestro 1up! indio. &El 1up! indio tiene un niBo en la mano, y el 1up! lanco est! enclavado. &El 1up! indio cura los enfermos, y el 1up! lanco da armas a los lancos. &H/o $ueremos el 1up! lanco, $ue le gusta hacer sufrir y tiene el corazón ensangrentadoI? El fraile se sintió horripilado de sacro horror ante la lasfemia. Clamó en la semioscuridad como un profeta, aun$ue se sentía desfallecer de cansancio. Asas son palaras de men tira, y el indio sae $ue son mentira. El 1up! negro las est! dictando al indio? 6Bang, diosse delarió infierno Entonces una somra de el mu0er paso?entre dos lanceros y se encaró al fraile, desafiante. "ore su homro derecho se recostaa la criatura tullida, como si estuviera dormida o muerta. #a Chuca, la niBa morena de los o0os de fuego. A"i el ma yor 70eda va al cielo Adi0o ter minantementeA, nosotros no $uere mos ir al cielo. "i los lancos van al cielo? Hpores indiosI? nosotros $ueremos ir al infierno. H6BangayI AH6BangayI? Asonó en todo el !mito de la muchedumre la voz resolutoriaA. 6sí es. "ea así. El fraile, derrotado de nuevo, $uiso negociar a4n. Ados, pues, al monte con vuestro santo Adi0oA. 2o lo endecir solamente si el indio promete darme lo $ue yo pida. Cautivo lanzó un taco de impaciencia. ero 9igu! y los su0efes a su lado asintieron. APatri1lec hecho daBo al pore indio. #o $uey pide es de 0usto. =aremos. ALuiero la no vidahadel mayor 70eda, la vida de rup la vida su madr e. /i un solo rasgo de los indios del frente se inmutó3 pero en sus o0os vio danzar el pore fraile una chispa diaólica. El caci$ue contestó lentamente, despus de un largo silencio: A#a vida de rup y su madre te doy. El 0efe lanco? no s si est! en mi mano. 1e dar lo $ue pueda. 9endice, pues. Metri vaciló todavía. ero vio la caraina de Cautivo enderezarse lentamente. 1omó el hisopo y roció con agua endita la alta talla somría3 mas la fórmula de la endición se le negaa, su garganta estaa llena de las terriles maldiciones de los salmos de =avid, sus laios despedazaan ramidos inarticulados. 6lgo le decía $ue a4n le esperaa lo m!s horroroso. Cuando se volvió hacia la asamlea, oyó una voz $ue decía: AEl 0efe indio trata ien a sus mu0eres. rup es mi mu0er, su madre es mi cautiva.
Mano a mano las gan, en lucha leal con el 6guar! 9lanco. 6$uí est!n los dientes del 6guar! 9lancoD(@. ero la vida del 2aguaret 9lanco, mi triu la entregó a esta india. #a india Chuca se irguió como un demonio, alzando en los razos su criatura $ue, agotada de cansancio, parecía muerta. #as dos piernas secas, lamentalemente delgadas, pendolaan inertes, como dos patas de tuyango muerto. #a caeza colgaa al lado3 sólo los o0os azulinos vivían en ella. #a madre rugió como una estia. AEl ma yor 70eda me hizo esta criatura. 2 despus me echó de su casa. 2 despus yo $ue ste leero daríaste muerte. l entonce s le cumplió mandó hacer mal de o0o. HMlo ir! maldi las pi0eeryniletaavis s, patri1lecI? le dio2 muerte y ste mi promesa. Patri1lec? Hmir!I #entamente se levantó detr!s de ella el m!s siniestro estandarte: la caeza del mayor 70eda surgió de la somra en la punta de una tacuara, revueltos los caellos, lancas las óritas, la ara un solo cua0aron de sangre. #as dos filas de dientes lan$uísimos rillaan a la lumre como si rieran. Entonces ocurrió la cat!strofe. El padre Metri tamaleó y su mano se crispó convulsa sore las andas. #a estatua de "an 6ntonio se amoleó violentamente como para caer, y la caeza se deg olló y rodó al s uelo. "implemente, "an 6ntonio se decapitó limpio. "ea $ue la carcoma huiese reducido a aserrín el palo del cuello3 sea, como parece m!s proale, $ue la caeza fuese una pieza separada, como se ha visto en otras tallas guaraníticas, el caso es $ue la testa maciza del santo se inclinó, se desprendió, golpeó las andas y rodó por el suelo l4guremente, entre el aullido de los indios despavor idos ante el milagro. AHEl 1up! nuestro ha muertoI H> N eíI? HEl 1up! de los lancos ha vencidoI? Entonces, como respondiendo al secreto deseo de morir de una vez $ue haía centelleado en su mente, el padre Metri sintió un resplandor vivísimo y un dolor insoportale en la caeza, arotó un grito, manoteó en el aire y se fue de espaldas. >na ola arro0adiza lo haía herido en mitad de la frente. =e este modo naufragó la reducción de "an 6ntonio de 7ligado. =estacamentos venidos de los fortines cercanos, de 6ipones, El 1oa, Guaycur4, /asuhisatí, 7lmos, 1res ozos, #as Chilcas y Charr4a, intentaron in4tilmente dar caza a los alzados. /ing4n cautivo se rescató, e;cepto el niBo Quancito #evame, aandonado en el camino por enfermo. El padre Metri, postrado en casa de don #eonardo con altísima fiere, no pudo A como di0odelA no $uiso Acomo se malignóA suministrar ning4n dato sore el rumo proale los oindios. =e rup no se supo nunca m!s nada, como si huiese caído en el mar. El Goierno decidió tirar m!s al norte la línea de la frontera, y la reducción de "an 6ntonio de 7ligado prosperó como colonia lanca. El padre Metri no se movió de ella hasta su muerte, e;cepto un fugaz via0e a "anta Fe, /unca se recoró del todo de este golpe3 $uiero decir, de la herida moral insondale $ue arió en l la ruina de la ora de su vida. >na parte de los colonos, concitados por sus desgracias, lo incriminaron de culpa en el suceso con verdadera crueldad, y con evidente in0usticia, por cierto. 6un defendido por el general 7ligado y la casi unanimidad p4lica, esta sospecha le hizo un mal aominale. K>n mal o un ien? =esde entonces, su vida, cruelmente contrachocada, vuelve atr!s un momento, repliega, gira lenta sore sí misma, y se lanza mansa tristemente por un cauce diverso m!s sosegado.
ero eso no pertenece a este relato?
Canto del mar y cielo
=ichoso el homre $ue tiene un fin imposile, $ue lo 4nico $ue lanzado desea nofuera est! en mano3 dichoso el pore de su lo visile por un empu0ón sorehumano3 dichoso el homre $ue vio la ruta invisile, cual paloma el rumo del vuelo? 2 si partir para Roma es una cosa concupiscile, K$u ser! zarpar para el cielo Pe a$uí la cancha lí$uida, la inmensa pampa salada, la limpia línea azul en giro, movedizo espe0o de esta eterna gran llamarada y este ine;tinguile zafiro. KLu puede hacer m!s un homre en esta soledad soleada, sino resucitar su anhelo? 2 acord!ndose Kcómo no va a sentir su nada, aplastado entre de mar=ios, y cielo Como un preso $ue acerca su evasión un micrón por hora, una cuerda de relo0 por lima, esta gran liertad circular? K$uin no va a sentir ahora la cadena $ue lleva encima H7h, =iosI? no pienses $ue no te veo detr!s de la aurora, demasiado trasparente velo3 ni $ue vas a de0ar de oír mi oración cual la mar sonora $ue refle0a como puede el cielo. El $ue de0a su padre y su madre, est! escrito $ue no $ueda solo: de0ando ciento, encuentra >no. Pay un homre $ue 0uró de0arlos3 muchas veces 0uró sin dolo, y espera momento Pay un homre $ueoportuno. de0ó su tierra con sus p!0aros y sus c!nticos, y no se despegó del suelo. 2 en el puerto ya despedido, pierde todos los trasatl!nticos, y fluct4a entre tierra y cielo. Envío 7h mortales via0eros todos sin cesar devorando leguas, hurfanos en tierra de duelo: miren el mar, el gran camino3 miren el mar y no den treguas3 miren el mar de color de cielo.
#a cara sin cuerpo
%Era dado a caer en profundas melancolías, en las cuales se culpaa a sí mismo y se D()
achacaa toda vez clasemedesupe pecados, $uefiero era en imposile huiese &. A>na asustar mi vida$ue Adi0o a0itocometido el padre MetriA, y eso fue cuando vi una cara sin cuerpo. Creo $ue =ios lo $uiso, para enseBarme $ue nunca por nada hay $ue desatender un moriundo. 2 eso $ue yo miedoso nunca he sido. 1odos callaron. ramos en la mesa cuatro chicos Ade $ue yo era el mayorA, nuestra madre, el tío Celestino, el gringo "tfano y una vie0a solterona andaluza $ue solía comer en casa y se llamaa doBa Catalina erdigones. 2 el padre Metri. or si no han oído halar del padre Metri Afray =emetrio Constanz iA, ste fue el fundador de "an 6ntonio de 7ligado, un 0eromiano e;claustrado. or lo $ue dicen y yo recuerdo, este homre fue e;traordinario. 1odas las cualidades del homre de acción de gran estilo Aahora $ue he leído lirosA me aparecen en ese relato de mi niBez, sencillo y heroico. En cuanto a caeza, haía sido en talia lector de teología de Prima. "u temple de fuego, noenaguantando sofocodeurgus de una vida profesori l, sesantafesino. largó de los te;tos de la 6umma Fiesole a laelmisión los indios mocovíes en el Chaco =e sus letras $uedóle una afición a usar trminos difíciles y citar a todo propósito a un tal don Escoto, $ue yo al principio creí fuese alg4n gran amigo de l3 despus supuse sería un doctor de 9uenos 6ires, y finalmente supe $ue Asin haerme e$uivocado del todo A don Escoto era otra cosa: un santo padre o doctor de la glesia, de nación ingls, del tiempo de las edades medias, por all! mucho antes del tiempo de Rosas. or otra parte, poeta lo era, aun$u e $uiz! en s u vida escriió un verso. oeta de acción y de palar a viva. En suma, m!s $ue muchos otros merecería el nomre de una calle en 9uenos 6ires. En Recon$uista tiene una placa de m!rmol en la iglesia. Murió !raramente asesinado, le cortaron la caeza con un serrucho al cercn: alg4n estial asesino, $ue nunca se halló. 2o voy a escriir cuando pueda su iografía. A=e lo $ue vo y a decir, no retiro una palara Aprosiguió el recio fraileA, aun$ue ustedes Metri. no van a creer ni medio. O amos a ver. K#o cuento o no lo cuento, =ios mío? A suspiró =isgresión mía: en el tiempo $ue fui profesor del Escolasticado tercero y cuarto, Pistoria >niversal en segundo, ^lgera, Joología y Retórica en el menor, y me dio un sarmenage $uin sae por $u. El mdico recetó descanso un mes en el campo. El colegio tenía entonces una $uinta sore la arranca del "alado, y allí me instal en una casa $ue haía, solo. >n $uintero con su familia vivía a cien metros, $ue era el $ue me daa de comer. 2o decía misa en unas mon0as del vecindario y leía todo el día y todos los días? días lluviosos, feos, invernales? leía en latón, mientras revolvía en el mate la idea de escriir un liro, dudando entre una novela y un liro de metafísica. A/unca lo escrií. /i lo voy a escriir tampoco. &>na noche, pues, despus de cenar? Paía llovid o toda la tarde, y yo cenaa con el $uintero? >na noche llegu acompaBado hasta la puerta por Miguel? >na linda noche de luna, como hoy? #legu a mi casa, me tran$u adentro, atraves el salón y el pasillo,
me cerr en mi cuarto, aca el 9reviario y me sent a escriir. #a noche estaa en silencio profundo. En sas , escriiendo, me acord de golpe $ue haía de0ado en cendidas las luces, la del salón y la del pasillo, y me levant a apagar. Era un largo pasillo entre dos filas de aposentos, y en el fondo un salónNzagu!n $ue daa al 0ardín. 2 así, mientras ia yo perezosamente por el pasillo, veía en el fondo, por una puerta aierta, primero, la v entana de ste sore el 0ardín, revererante de luz, $ue estaa postigos aiertos Ahaía aierto yo los postigos esa tardeA, y a travs de los postigos el 0ardín mo0ado de agua y luna. &>stedes saen $ue a mi padre lodesde asesinaron de undegolpe de pistola a travs vidrio revererante, postigos aiertos, lo oscuro afuera. =esde niBo mededaun aprehensión una ventana así. 2 0unto con ella, suieron a mi conciencia entonces otras dos aprehensiones: primera, ese mismo día haían asesinado !raramente a un pore siciliano del arrio, separ!ndole la testa del cuerpo: vendetta3 y segunda, alrededor de la $uinta haía muchos linyer as acampados. or eso tenía yo un revólver, $ue haía de0ado 0ustam ente en una mesita del salón, haiendo estado tirando al lanco a la maBana. &2o no $uiero matar a nadie, por$ue los sacerdotes tenemos prohiido3 pero al irme a vivir solito mi alma, haía aceptado un revolvito "mith [esson 5 $ue me ofrecieron3 simplemente por$ue no me gusta $ue nadie me tome por mu0er, ni tampoco por zonzo. 1odo eso pensaa yo al llegar a la mesa del illar, cuando ocurrió lo espantoso. Como el cho$ue de un golpe en la caeza. &>na cara espantosa me miraa por la ventana, est4pidamente pegada al vidrio revererante. &Como les digo, fue el susto m!s grande de mi vida, un susto desproprocionado a la causa. >na cara sorenaturalmente fea, descompuesta y siniestra. a cara me apareció de golpe, como rotada de la nada, al llegar yo a diez varas de la ventana, 0usto al llegar al illar $ue est! en el centro de la sala, al lado de la mesita con el revólver. 2o me $ued helado, con la muerte en el alma, los miemros rígidos. #a cara volteó sus o0os en lanco y se partió en un rictus, como la cara de un homre $ue e;pira3 y en el instante mismo, antes $ue pasara un minuto, desapareció de golpe, al mismo tiempo $ue mi cuerpo y mi voluntad reaccionaan violentamente. 2 a$uí, seBores, se acaó el cuento. or$ue lo $ue viene, es muy por dem!s difícil de contar. AOamos a ver. K#o cuento o no lo cuento, =ios mío? Asuspiró Metri. El fraile calló, sonriendo con malicia. 2o veía a mi hermano #uis, al lado de l, con los caellos todos erizados. 2o me sentía aBado en sudor, atornillado a la silla. 1odos los comensales dieron a significante la negativa de una rplica contundente, $ue fue un silencio inmóvil y perfecto, concontar persuasivez invencile $ue nadie se movería hasta escuchar el fin. or$ue, si a los otros les pasaa lo $ue a mí, nadie podía moverse. El fraile saoreó un instante su triunfo de artista narrador3 antes di0e $ue ese fraile deió ser poeta. Era un narrador perfecto3 y de toda clase de historias, desde la terrorífica hasta la humorísticoNestrafalaria, con0unto de cariolas cuasi incoherentes de una fantasía poderosa lanzada a todo vuelo. Refle;ionando hoy día sore su tcnica de narrador, he hallado $ue ella consistía en tres cosas simples y profundas. #a primera, $ue tenía l enormemente cosas $ue contar, a causa de $ue todo lo $ue pensaa, lo pensaa contando. #a segunda, $ue al contar, mi homre revivía el suceso integral, aun$ue fuese inventado, fase a fase y frase a frase, el cual ia pasando todo entero a los m4sculos de su cuerpo, sus o0os y su lengua en cada frase, como un alucinado3 pero un alucinado $ue se dominara y mane0ara su alucinación a gusto. #a tercera, $ue el fraile deió ser poeta3 pero no en el sentido de saer decir ien,
florido, las cosas comunes, sino de saer y ver una cantidad de cosas no comunes. 1enía a modo de todo un sistema potico de l solo, con el cual veía y e;plicaa todo el universo de un modo e;traBo, cohere nte y verdadero. Recuerdo la oservación $ue me hizo Ao $ue hizo para sí oyndolo yoA una maBana de primavera. A#os !roles Amusitó de una voz profunda y convencidaA se han vestido pudorosamente hasta los pies. K2 en el invierno est!n desnudos Ciertamente, por$ue el invierno es la noche de ellos. El verano es el día de las plantas. En el verano ellas hacen sus cosas, frutos. la maBana se levantan se visten y? el fraile seguía cont+ndose una larga /o di0o6 m!s. ero yo saía $uey interiormente historia en $ue los !roles se movían, se hacían cortesí as, discutían entre ellos y con =ios, tenían amores y rencillas, se alegraan, sufrían y morían? Esto lo pienso yo ahora, en frío, repasando el suceso inolvidale de a$uella noche. ero entonces, otro $ue hacer an!lisis de tcnicas, literalmente tiritaa yo de miedo en el gran silenci o tr!gico, sin osar si$uiera volver la caeza uscando a mi madre, de miedo de ver a mi iz$uierda la cara sin cuerpo. "iempre he pensado $ue es antieducativo contar cuentos de fantasmas delante de niBos pe$ueBos. ero en a$uella cena, el padre Metri, de costumre tan prudente, parecía fuera de sí e invadido desde el principio por una oscura fatalidad. Ella fue, sin duda, la $ue lo hizo proseguir. AOoy a tratar de concluir Apros iguió Metri, despus de una larga p ausa e;pectante A3 pero hagan de en cuenta $uealma todo profunda, lo $ue sigue es mentira. 1odo es purallama mentira, mía. #o $ue pasa nuestra donde "an 9uenaventura la invención mente, es una cosa $ue, sin ser instant!nea ni simple, est! fuera del tiempo. 2 nosot ros, si $ueremos contarla, es imposile, a no ser desenvolvindola en una serie de cuadros sucesivos: tan rica es esa e;periencia s4ita y terrile. 6sí fue la segunda parte de este caso, si se puede dividir en partes. &1odo lo $ue pasó desde la visión infernal de la cara insoportale fue muchísimo3 pero estoy s eguro $ue pasó en medio minuto, aun$ue no f ue simult+neo, ciertamente, sino subordinado, $ue no es lo mismo $ue sucesivo. Pay gente $ue dice $ue en el tiempo de morir revive el homre en un punto toda su vida3 ciertamente no simult!nea, por$ue la vida no lo es, pero tampoco sucesiva, por$ue no hay tiempo. Casi despegada del cuerpo, en una hiperestesia inconceile, el alma se liraría de los marcos del Espacio y el 1iempo, y se volvería como !ngel. Y=nfinitos +ngeles caben en la punta de un alfiler Z3 sta es una ociosa cuestión de posile. escuela. H"anto 2o creía $ue de todo esto eran macanas3 pero desde esa noche horrile s $ue es todo Cristo FiesoleI &Ooy a enumerar primero lo $ue hice entonces e;teriormente con una e;actitud y rapidez sonam4licas, y despus e;plicar lo $ue sentí por dentro3 por$ue, como digo, todo eso fue como una gran visión y acción cuasi simult!nea, $ue pasó en el fondo de mi alma. &"in pensar ni saer lo $ue hacía, en una especie de inconsciencia terrilemente l4cida, hice tres cosas fulminantes, $ue, pens!ndolas despus, eran perfectamente razonales y acertadas. 2 despus de hecha la cosa, surgía en mí el raciocinio perfectamente silogístico Aa$uí empezó el fraile a halar en difícilA $ue e;plicaa todo, pero $ue haía llegado m!s tarde $ue e l instinto rapidísimo. #as tres cosas fueron: &rimera: cerr la luz y empuB el revólver. &"egunda: me agach detr!s del illar, apuntando3 vi el 0ardín iluminado por la luna, la tierra empapada en lluvia? y grit con espanto una cosa incomprensile? Kincomprensile? 3o/ siete/ cuatro/ cache 9ayardo. En el mismo instante comprendí de
golpe la frase. &1ercera: de0 el revólver, me pus e de rodillas y e mpec a rezar y a llorar. &Como digo, todo esto lo hacía antes de saer por $u, pero el por$u venía enseguida? or$ue la mente esencial, puesta rutalmente al vivo por el pavor, de0aa dos pasos atr!s al ntelecto y la Ooluntad, las otencias. as acciones e;traordinarias de los grandes homres, yo sospecho se verifican en esta especie de furor dionisíaco, en el cual el homre es m!s $ue sí mismo y es otro, por lo mismo profundamente l mismo. 6síproalemente. se hicieron los grandes poemas, las grandes atallas$ue y laessantidad en sus ciegos ímpetus, o $ue s es $ue a$uel día descurí lo $ue es el cora0e. El cora0e es sostenerse el alma a sí misma en razos, con un esfuerzo sorehumano, viendo claramente $ue no puede m!s, pero tamin $ue si se de0a caer? y est! por de0arse? se convertiría en una por$uería. 6sí he visto yo una vez a un mdico tirado desnudo en el suelo y llorando como una nena, al haerle anunciado yo de una manera rusca, imprudentemente, $ue tenía un c!ncer al estómago. &=igo, pues, $ue todo lo $ue hice, aun$ue autom!tico, fue lógico. &Cerrar la luz, era dar a mi enemigo la desventa0a del 0ardín lunarment e iluminado, $uedando yo fuera de lanco en las tinielas. &EmpuBar el revólver, era afirmar $ue no hay fantasma en la tierra $ue pueda resistir el o0o de un "mith [esson 53 a no ser? Ay a$uí tartamudeó el fraile, ponindose palidísimoA a no serde loshorror fantasmas decaer nuestra conciencia? Hde nuestra &=ar un grito y de0ar el arma al ver el limpio sueloconcienciaI del 0ardín terso como un espe0o, era comproar una cosa espantosa: $ue la $ue yo acaaa de ver en un rel!mpago místico? era una cara sin cuerpo. &El espanto venía de allí. Era una cara la peor $ue he visto? Hy mire $ue yo he visto cada indio sapoI? =e una palidez crea, o0os desenca0ados, $ue me hizo, al punto de huirse, una mueca horrorosa, sin lo cual huiese creído yo $ue era la cara de un cad!ver. ero el espanto venía de $ue esa cara estaa suspendida a la altura de mi caeza? sin cuerpo. "i esa cara tenía pies, Kdónde estaan las huellas inevitales de pies en el arrito chirle del 0ardín ensopado H"eBor, para llegar a mi ventana era inevitale cruzar el gran vial al frenteI H2 el gran vial resplandecía inmaculado como este plato a la luz de la lunaI H#isitoI H#ustradoI H"in huellasI &ero yo saía $ue el monstruo era homre y era visile. Lue estaa ahora a la derecha, entretenía la ventana del salón y la otra del comedor, $ue yo dominaa con la vista. Lue si salía, yo $ue verlo. &=igo $ue yo saía todo esto, pero en realidad yo supe despus. Entonces hacía primero y sabía despus. &Me agach, pues, tras el illar, racando mi arma. Hore del fantasma, si llegaa a cruzar la ventanaI? &2 entonces fue cuando me vino a mientes el sentido de mi e;clamación incomprensile, y la horrile relación de esas palaras con todo lo $ue ellas implicaan. 3o/ siete/ cuatro/ cache 9ayardo. "í, sa era la dirección del siciliano decapitado. 9uchardo XY, decía el diario $ue haía leído distraídamente esa tarde, sin acertar a uicar esa dirección vagamente recordada. ero Kpor $u al gritarla yo la pronunci en cocoliche y con voz de mu0er? &Entonces rutalment e otra escena entera apareció del fondo de mi suconsciencia. >na mu0er siciliana haraposa $ue me aorda al salir yo de la capilla de las mon0as de decir
misa. Lue me empieza a suplicar, entre l!grimas y largas historias, $ue fuese a convertir a su marido. Pacía unos $uince días. 2o la hice a un lado, creyendo $ue trataa de sacarme plata. Paía te0ido un enmaraBado plan de acer$ue y asedio de su marido, $ue era furiosamente antirreligioso, en el $ue entraan partidas de tarocchi $ue yo de ía previamente 0ugar con l sena rammentargli per niente =ddio3 visitas $ue hacerle, confianza cautelosa $ue ganarme, mentiras $ue deitar de un fingido parentesco peninsular? "i yo no hacía todo eso, % !per 3io/ per lamor di 3io/ por la mamma sua bella/ reverendo"&, su marido ia al infierno, por$ue estaa muydeenfermo. &Como yo saía por lassemon0itas $ue el marido, 0ardinero una vecina rica, estaa del todo sano, y, por otra parte, mi liro me acuciaa y el plan de conversión me pareció grotesco, rechac secamente, a pesar de su indiscuti le emoción, la charla interminale de la desdichada, d!ndol a ligeramente por una sarta de emustes. 2 en eso hice mal, y pe$u Adi0o, enrgicamente el franciscano. Calló un instante el fraile, todo sudoroso. AK2 la cara, sin cuerpo Apreguntó doBa Catalina, $ue se perecía por las novelas. AEra la mía. AKCómo, la suya A#a mía, refle0ada en el vidrio aBado en luz. AKCómo nos va $uerer ust hacer tragar Asaltó el primo del fraile, el gringo "tfano, ruscamente indignado3 y eso $ue el franciscano haía prevenido antes $ue todo era mentira propia caraA $ue ust, ust no va a conocer, no va a reconocer y se va a asustar de su 1odos nos volvimos al interruptor: el gringo "tfano estaa simplemente horrile. 1odo lo $ue vociferó desde este momento estaa mechado de pavorosas lasfemias, $ue no repito. "us manotas oleaan por sore la mesa. Cru0ía los dientes. AMi cara estaa demudada de terror y horror? y adem!s, yo hac e veinticinco aBos $ue no uso espe0o Aretrucó el franciscano derecho. El primo se haía levantado y estaa, $uin sae por $u, literalmente furioso. =io un puBetazo en la mesa, $ue despertó a MuBeca y 6rnaldo, $ue se haían dormido. En camio, el padre Metri, $ue haía empezado a narrar romeando, era asomroso lo $ue pasaa por l3 su voz se haía hec ho profunda y sorda, como a0o una depresión tremenda. AH2 hay $ue ver $u fea es AaBadió el fraile saBudamenteA mi cara por dentro? $u feo soy yo por dentroI? 2 a dem!s, no era mi cara la $ue yo vi3 era la cara del otro, la del siciliano decapitado confesión, por culpa mía. $ue parecía enlo$uecido, dio el En este punto fuesincuando su primo "tfano, puBetazo. AH"e va a de0ar de 0o?roar AgritóA con esa ca eza sin cuerpo $ ue es suya y es de otro, $ue no es de ust y es de ust al mismo tiempo, y $ue no es su cara de ahora, sino su cara futura, la $ue tendr! ust dentro de poco tiempo, la gran perra $ue los reventóI A gritó hecho un salva0e, y la echó redonda. El franciscano, entonces, cuya leonina movilidad ya he ponderado, se levantó espectacularmente con un amplio movimiento $ue pareció levantar toda la mesa con l, y a nosotros 0untamente, a regiones inaccesiles y secretas. "entimos todos en un instante relampagueante, en un instante horrile de sugestiones y sospechas sat!nicas, $ue el fraile haía llegado a un desenlace $ue con su narración haía estado a un tiempo uscando y temiendo, y un resultado $ue sólo dos en la mesa Al y su primo "tfanoA compren dían3 y $ue la narración pavorosa se haía convertido en un di!logo entre ellos solos para todos
nosotros hermtico, un duelo veral espantale de contenida violencia. AH"íI Agritó, como respondiendoA. H2o he ofertado mi vida a =ios, mi caeza, en satisfacción de a$uel yerroI H6hí llorando contra el illar se la ofrecí, y sentí $ue la aceptaaI Hero $ue nadie se imagine $ue el destino e;isteI H=ios permite el crimen para castigo del pecador, pero castiga despus al criminalI Propterea .ui tradidit me tibi ma5us peccatum habet" H/o hay destinoI 2 no me defender tampoco. ero Hay de ti, Caín, $ue =ios solo se reservó tu castigoI $ue pasó desdeEl esefraile momento, vívido de como lo pienso me hecho, parece a4n hoy#omentira y sueBo. sacó untanrevólver sus fue, talares, y todosahora, dimosy por dada la e;altación formidale y misteriosa de los dos homres, $ue ia a matar a su primo. ero a nuestro asomro inmenso, el padre Metri arro0ó en alto, por encima de la mesa, el arma, la cual fue a hundirse 0usto en el al0ie de casa, situado en el medio mismo del min4sculo patio. "tfano se puso a reír a carca0adas. El fraile tomó el somrero y se fue, sin saludar a nadie y encorvado como a0o el peso de una carga infinita. #os invitados desaparecieron como por encargo. Mam! nos llevó esa noche a dormir a su cuarto3 pero, en realidad, nadie durmió esa noche. El padre Metri, como digo, murió poco tiempo despus de esa manera atroz $ue han visto ustedes al principio de este cuento. "e di0o $ue fue venganza política, por apoyar el fraile entonces con su inmensa influencia a los radicales, $ue a la sazón estaan, como decían ellos, en el llano. apoyar la vive causa. #a niBita $uea$uí encontró su cuerpo limpio en el 0ardincito delor presiterio, todavía, y est! en 9uenos 6ires.degollado #a policía no encontró a los criminales.
Canción del cansancio de vivir
6lma, un po$uito m!s. Esta suida sue un instante, de0ar! serlo. =espus hay otra.y"í. Korde$u temerlo 6sí, pore alma mía ensomrecida. 6sí, pore alma dil, es la vida. H/o te puedes $ue0ar de no saerloI H1iempo no te faltó de conocerlo, con tanto golpe y tanta sacudidaI ues la filosofía y sus razones calmar intentan tu dolor en vano, y el $ue dan los amigos corazones es consuelo falaz3 al fin, humano. 2 vas cieguita y dando tropezones, sin $ue nadie te lleve de la mano?
#a caeza entre los lirios
%/ada m!s se ha podido averiguar sore la terrile muerte del p!rroco de "an 6ntonio de 7ligado. Ese homre tuvo una /o cantidad puntosloentienen su vida #a gente por ac! cuenta de l cosas inverosímiles. falta de $uienes poroscuros. una especie de santo?&D5\.. /ada diríamos acerca de la misteriosa muer te del padre Metri, $u e la p olicía 0am!s llegó a develar y cuya mera discusión provoca todavía en el /orte santafesino violentas pasiones, a no haer llegado a nuestro poder, por tres conductos diversos, un con0unto de datos $ue, arm!ndose y urdindose unos contra otros, edifican una con0etura proale, apta a de0ar fuera de la infamia del dole y horrendo asesinato a uno de los principales sospechados de la zona. Era ste homre de matar a cual$uiera frente a frente, aun$ue fuese un cura, y arigaa profundo fastidio al ya anciano y fatigado p!rroco de "an 6ntonio de 7ligado, no tanto por creerlo partidario del traidor turraspe, ?alas de los radicales, como se murmuraa sin verdad del vie0o p!rroco, cuanto por las firmes filípicas $ue volcaa con endialado desde p4lpito semrando hi0os naturales, vicio cha$ueBo del $ue #a río #lana, poreldesgra ciacontra , supo eldarandar e0tenso y longuirrepercutiente e0emplo, para decirlo con los dos ad0etivos del pintoresco 0eromiano. ero matar a un homre de frente, es una cosa, y matar a un vie0ito en esa forma de destroncarle la caeza a filo de cuchillo, eso es otra cosa de las $ue no est!n en el !mito de lo posile con don Florencio, el caudillo criollo. #as policías ravas del /orte se emarullaan enormem ente con los datos e;traBos del caso, a saer, el vaso vacío, la mano al o0o, los signos misteriosos del cura y las 4ltimas palaras del tano "tfano, m!s misteriosas a4n. "i no huieran espantado a la niBa $ue encontró el cuerpo m!s de lo $ue estaa, y la huiesen escuchado con paciencia, harían podido columrar de golpe la verdad, sup oniendo $ue así lo des earan, como la columr de golpe yo a cerca de medio siglo de distancia, apenas me contó la niBa Chela, hoy respetale matrona, los datos o0etivos del suceso, y los pude relacionar con otros escuchados en mi niBez detamin mi auelo donleyendas #eonardo, y m!sdel tarde en mi muchachez Celestino, archivo l de y casos /orte. ero la policíade lo mi $uetíotenía delantegran era la posiilidad de 0oroar fiero al caudillo ra dical Ay por eso di0e si lo hubiera deseado saber A, como de hecho lo re ventaron en dos inicuos aBos de c!r cel, en $ ue no le proaron nada de nada, y de donde salió ave0entado diez aBos y $uerado de amargura. or$ue así eran, seBores míos, las policías a$uel entonces, no como ahora en 9uenos 6ires, donde los de la 0usticia ya no aprisionan inocentes, ni detienen o retienen aritrariamente, ni tratan a lo perro, ni maltratan a los detenidos, ni se mueven por política, ni son m!s temiles $ue los mismos andoleros, ni en general hacen la menor in0usticia, aritrariedad ni rutada con los $ue son de goierno y tienen uenas cuBas, ni tampoco con los otros. Lue algo haemos de progresar de entonces a esta parte. 9asta de prólogo. =oBa Celia tenía entonces doce aBos, vivía con don #eonardo, ia dos veces al día a llevarle la leche, y los mircoles y s!ados a arrerle y arreglarle los ornamentos al cura. #o $uería mucho, como todos los antoBenses, pero le temía tamin
astante. "iempre Metri fue imponente, con a$uellos o0os imperiosos con un re$uinte o fugaz destello de loco3 pero ahora, en la ve0ez, se le haían ellos como ahondado en una especie de astracción nocturnal, donde rillaan le0anos puntos dorados como estrellas, $ue un paisano di0o Ay creo fue el indio "an aloA $ue % el padre Metri anda siempre viendo cosas&3 y como se rieran, dicindole: %
otra vez por la ventana, halló $ue las dos somras haían desaparecido, y entonces entró resueltamente, movida de la alarma o el miedo mismo. /o lo huiera hecho. KLu s er! para una chi$uilla asustada ver de golpe, en un gran cantero de lirios en medio del 0ardín de adentro, la caeza del padre Metri saliendo de la tierra como un hongo diaóli co de o0os enlo$ueci dos, como si estuviera enterrado hasta el cuello? Con razón hasta hoy no ha olvidado el menor detalle, y gracias todavía $ue no se volvió loca. Cayó redonda al suelo, desmayada. Cuando la gente $ue esperando salía,entre invadió impaciente la parro$uial, allíestaa la hallaron como la unasegunda muerta misa, frente$ue a lano caeza los lirios. El ingente cuerpo del pore cura yacía escondido en la matorra: el asesino le haía segado la caeza limpia, la haía parado cuidadosamente al orde del cantero y, detalle atroz, le haía cortado la lengua. =on #eonardo casi enlo$uece de raia y la gente de espanto3 y eso hizo perder varias horas, $ue huieran sido preciosas. Mi auelo hizo levantar el cuerpo3 se precipitó a uscar un arma3 re$uirió al sargento Cleto, al cua l halló en la comisaría orracho como una uva3 envió un chas$ue a por la policía de 7campo3 corrió al hotel a uscar a "tfano, donde le di0eron $ue faltaa el e;tran0ero del hotel y del puelo m!s de un mes hacía3 de donde resultó $ue cuando cayeron en la tapera del pescador $ue tenía el gringo "tfano a la margen del 6mores, era ya anochecido y encontraron al repelente forastero moriundo. Estaa revolvindose en una cama inmunda, donde parecía huiera yacido aandonado por meses =e hecho, $ue le fiere traía deA% comer haerlo cuidado m!s deenteros. dos semanas, $ue la lasvie0a pasóru0a con mucha maltestimonió de hi5ada &, decía ellaA y grandísimos dolores3 lo $ue hizo creer en una peritonitis a mi auelo y el doctor Gonz!lez, $ue lo autopsió3 AHvaya una autopsia la $ue har! hecho el gallego Gonz!lez, $ue era de a$uellos medicastros espaBoles antiguos de ruiaro y lavativaI? #a misma e;traBa e;clamación con $ue murió el desconocido: % Metri me ha matado&, sirvió a e;culparlo, por demasiado asurda. 2 la policía, con el 5ue destrucci1n A$ue así los llamaan por all!A, se precipitó contra #a #iana, en cuya casa hasta el cuchillo del crimen pretendieron hallar3 y H$u no encuentra el $ue $uiereI El vaso de cerveza, el rascar el o0o y la pantomima contada por la huaina fueron de0ados a un lado A el vaso de cerveza lleno, seg4n la niBa, $ue la policía encontró vacíoA, de0ados aparte y descartados, e;cepto de la memoria de mi auelo el ar$uitecto, $ue siempre $ue narraa el caso Ay era cada lunes y cada martesA, mencionaa los tres detalles y se $uedaa meditaundo? Encontr a doBa Gelia C. de 9!ez en arís, imagínense. Palando, nos hallamos paisanos, y por caso me entero $ue era la nomrada Chela del padre Metri, tan mentada de mi puelo. /o me $uería contar la muerte del padre Metri, por$ue la tenía su magín demasiado hincada, y cada vez $ue hurgaa allí, soBaa por la noche horrorosamente. ero al fin me relató lo $ue a$uella maBana misteriosa viera, y fue para ien de todos. Esposa de un afamado mdico porteBo, tenía un pisito al$uilado en Campos Elíseos, cerca de la Estrella, donde ia yo los días de vacación en usca de mate3 y a la vista del os$ue de 9oloBa, podado y peinado como un Corot, me contaa visiones de la fiera 0ungla cha$ueBa, $ue por momentos las veía la vie0ita m!s claras $ue a$uel os$ue pintado de enfrente. Pe a$uí lo $ue vio. #legaa con un litro de leche a la parro$uial por el lado de la iglesia, vale decir $ue antes tenía $ue pasar la ventana del despacho. #a cual estaa aierta, pero con parasol de muselina. #a voz del padre Metri discutiendo acaloradamente la paró curiosa, o me0or
dicho, otra voz fría, lenta, implacale, como una serpiente, $ue se mezclaa incisiva con la rica y orollante voz del franciscano. "e arrimó a la cortina y miró. Era un día ochornoso del verano cha$ueBo3 la cortina pendía lacia y tiesa3 el sol tupidísimo la criaa como un cristal3 se veía clarísima la figura de Metri en el fondo, apartado de la mesa, donde estaa su pipa y un vaso lleno de cerveza A%lleno/ lleno8 estoy segura &A, y a$uí mismo, al alcance de la mano, la espalda de un homre inmóvil, con los razos sore el escritorio y alguna cosa grande y rillante en sus manos.#a niBa no reconoció al homre de espaldas Apor lo dem!s, no conocía a "tfanoA por$ue su atención se hipnotizó inmediatamente en el e;traBo aspecto del amado p!rroco. 1enía el rostro desenca0ado, halaa con gran pasión, vertiginosamente, en un idioma incomprensile3 pero lo m!s sorprendente de todo eran sus manos. "us manos, $ue 0am!s halando l $uedaan $uietas Apor$ue Metri, como uen n!poli, si lo atan de pies y manos, se $ueda mudoA, hacían ahora un crochet indescriptile, una serie de interminales gestitos $ue se perseguían unos a otros y retomaan los mismos con regularidad osesionante: rascarse el o0o, en0ugarse la cara, golpearse la sien y otros parecidos, y vuelta el mismo 0uego, mientras la lengua no cesaa de ailar como tarailla. El otro homre le daa unas como voces de mando, como serpiente, como un 0uez $ue lee una sentencia de muerte, frío, siniestro, imperturale. #a niBa se encontró de golpe temlando de miedo. "entía algo en el aire3 era como una pesadilla, muBecos unaelincomprensile ma$uinaria asurda? Fuedos a gritar, y en mane0ados ese instantepor viohilos $ue elinvisiles, fraile ponía dedo en los laios y sus o0os imperiosos la paraan3 y esto se repitió cuantas veces arió la oca para halar, $ue serían tres o cuatro, y una vez $ue e;tendió la mano para correr la cortina. Entonces el miedo pudo m!s, y ale0!ndose de puntillas huyó como una e;halación a uscar a don #eonardo, tropezando, cayendo, halando sola. =on #eonardo, doBa Magdalena y #uis Pctor, su hi0o, haían salido3 la casa estaa sola. "olamente su hermano, el mudito 9raulio, dormía pl!cidamente en una mecedora. Chela corrió por los vecinos uscando al ar$uitecto, sin ocurrírsele en su azoramiento la sencillísima deducción $ue lo tuviera cer$uísima, es decir, en la iglesia esperando la misa. 1odo salió mal a$uel día. Cuando volvió a la parro$uia, el crimen estaa consumado, con rapidez feril, con astucia felina, con misterio impenetrale. #a caeza entre los lirios, con los o0os revirados. me contó estolosy empezó a llorar llev!ndose la mano a los o0os,=oBa peroCelia mir!ndome entre dedos, como es silenciosamente, costumre mu0eril. 2o la mir tamin, y de golpe me corrió un frío por el lomo y salt en la silla. AH=oBa CeliaI Ale di0eA. HR!s$uese el o0oI? H>n hermano sordomudoI? AKLu Adi0o ella. AK"ae ust halar por seBas, a lo mudo AHEs claro $ue sI Ame dice ellaA. =esde chica. AKCómo se hace la e con signo mudo K/o es algo como rascarse el o0o K/o es de este modo, índice y pulgar rozando p!rpado y o0era, el o0o en medio Pice el signo, y ella me miró petrificada. Entonces los o0os se le despalancaron. AH7h, =ios míoI Adi0oA. HEra eso mismoI KLu $uiere decir eso AEs sencillísimo Ale di0e, lleno de e;citaciónA: el padre Metri le estaa trasmitiendo un mensa0e mudo, al mismo tiempo $ue para ganar tiempo halaa en calars o en tano con su asesino3 lo cual elimina al criollo #a #lana, Hpor CristoI Oio su caecita
contra la muselina, y empezó a halarle a ust por seBas. roalemente, no podía halar de otro modo. H"íI? K/o dice ust $ue el otro tenía algo en las manos? algo rillante? "í, estaa encaBonado por una pistola. =e ahí sus gestos de Hcalla, callaI =e ahí su vertiginoso lengua0e mudo, $ue el otro no podía entender3 mas tampoco entendió ust, por causa del disimulo. HEl padre Metri le estaa pidiendo au;ilioI 6$uí vi cómo $uerían al padre Metri: apenas proferí esta imprudente revelación o con0etura, la pore vie0ita haía caído de ruces sore un almohadón llorando a mares A% !Oh idiota/ oh idiota fui" !Me llamaba/ yo$ue no tuve entendí/ fuidelaalgo causa de por$ue su muerte"&A, afligida de una.ue manera impresionante, miedo serio, el corazón no lo tenía muy fuerte. or suerte, =ios me inspiró otra idea, $ue fue eficaz para consolarla. Con0etur el mensa0e, no era difícil de adivinar m!s o menos, con la e;actísima descripción de los hechos $ue ella me hiciera: ese dole ras$ue o0o $ue volvía osesionante Aen menos de un padrenuestro, dos vecesA, un mensa0e corto, con dos e 0untas repetidas a poco intervalo? A"eBora Ale di0eA, no se afli0a ahora3 ust no tuvo la menor culpa. >st, sin saerlo, cumplió e;actamente lo $ue Metri le pedía. #evantó la caeza asomrada. A"í, seBora Ale di0eA3 instintivamente, ust hizo lo $ue Metri suplicaa3 fue la fatalidad lo $ue impidió salvarlo. KLu es lo $ue puede haerle dicho Estoy seguro de adivinarlo. K/o es una cosa como sta 2 rememorando mis días de colegial, tradu0e rapidísimamente en signos de mudo el siguiente mensa0e: >vise a don Leonardo urgente' >vise a don Leonardo urgente' >vise a don2 El aspecto de la pore vie0a no lo olvidar nunca. "e $uedó tiesa mir!ndome como hipnotizada, asintiendo $ue sí con la caeza, llorando hilo a hilo, mirando con los o0os perdidos, m!s all! de mi caeza, a$uella otra aruda caeza $uerida sore el fondo del presiterio hacindole una cadeneta d e seBales desesperadas e incomprensiles, $ue en este momento ad$uirían como un milagro un sentido fulminante y tr!gico. Hore doBa ChelaI ero fue cosa $ue =ios $uiso. Me faltó tiempo para contarle todo a mi tío Celestino en la hora del almuerzo. Estaan con l 1oto y tía Manuelita, puesto $ue era husped mío en la Ru$ de :renelle esos días. #e cont mi descurimiento y mi con0etura A$ue era la misma de mi aueloA de $ue el gringo al fraile en 9!ez, =ios sae $u sus diaólica vendetta. 2#eentonces report punto por "tfano punto lahaía narracmuerto ión de doBa Celia casi con mismas palaras. ocurre el segundo descurimiento. #os o0os flor de lino de mi tío en su cara regordeta y franca llamean de repente, pega un golpe en la mesa y dice todo atorado: AH2 ahora s $uin mató al tano "tfano y por $u di0o al morir $ue haía sido MetriI AKLuin lo mató Apregunt. AH#a pipaI Adi0o mi tíoA. H#a pipa de MetriI KEstaa armada o desarmada A"ore eso no me di0o nada ArepuseA. Estaa al lado de un v aso de cerveza? AH=e cervezaI H=e nicotina, $uers decirI K/o saes la vie0a costumre del padre Metri K/o te la contó nunca el nono HEs clarísimo como el sol nacienteI #a vie0a costumre del padre Metri era limpiar su pipa lo menos posile , cuando la nicotina ya tapaa los vericuetos de su cachima tirolesa enorme, m!s parecida a un narguile turco $ue a cosa de nnsruc8 o 1rieste. Metri llenaa con alcohol puro un vaso
alto, desarmaa su porcelana en diez a doce partes, y una por una las ia sumergiendo en el alcohol, $ue las deshollinaa $uímicamente o físicamente, no lo s. K"upongamos $ue haía acaado esa operación cuando entró el asesino El vaso de cerveza era una fuerte disolución cafecha de nicotina. K"upongamos $ue el asesino, sofocado con su terrile tarea, $ue tuvo $ue cumplir en media hora, retorna anhelante y sudoroso al despacho a uscar algo: su somrero, el cuchillo, cual$uie r cosa: huele el rico alcohol de caBa y, orrachón como era, lo confunde con un licor y se echa al coleto una dosis ponzoBa sorante para matarfraile, a un toro se dio cuenta de su mortífero error, de achacó perversamente al santo cuyo Cuando remordimiento le traspasaa el alma, la intención de matarlo $ue haía sido en su alma negra el torcedor de $uin sae cu!ntos aBos, achacando a intención lo $ue no fue seguramente sino uno de esos casuales con $ue 0uega la ironía terrile y vengadora de la rovidenc ia. /o $uiero acaar estos descosidos, aun$ue verídicos r elatos, sin mentar r!pidamente dos secuencias de la muerte de Metri: una, ya conocida por todos en Recon$uista3 la otra, de nadie fuera mío conocida hasta ahora. En la historia y la memoria de las gentes, la veneranda figura de Metri no podía desaparecer de0ando esa efigie atroz de su caeza trunca, oca sangrienta, o0os desesperados, por$ue para =ios eso no era decoroso. % Pretiosa va conspectu (5as mors sanctorum (5us&. #a imagen de la caeza entre los lirios fue sustituida al poco tiempo por la imagen de Metri arrodillado $ue vio "an alo. El indio alo $uisopronto hacerse y dos aBosera antes de morirduro Metri en el "emin ario "an de tatí. Como se sacerdote, vio $ue para el latín demasiado deingresó oca, el e; caci$ue de0ó los estudios y $uedó allí mismo de votero o sacrist!n de la Oirgen /egra. El día de la urísima de (@)_, el rector de tatí lo ve de golpe entrar en su despacho muy e;citado, anunci!ndole $ue haía llegado el padre Metri, grande amigo suyo. AEs imposile, por$ue hoy no hay tren, y adem!s n o me ha avisado nada. Entonces el indio contó $ue estaa limpiando la iglesia y acaaa de ver a Metri rezando delante de la Oirgen3 y no solamente lo vio, sino $ue lo oyó llamarlo dos veces, pues volvió hacia l la caeza sonriente. A6hí dee de estar todavía Adecía el indio muy fi0oA. 1enía en la mano una cosa como una palma y al cuello un cordón colorao. El rector salió corriendo a la capilla, y allí no haía nadie, por supuesto. El indio se arrodilló en el mismo lugar donde viera a su amado padre adoptivo, cerró los o0os, y di0o: A/o lo veio m!s,$ue peroestaa oigo $ue llama lo mismo,para de poVay! #a gente de tatí en elmeatrio 0unt!ndose segundale0o. misa, no haían visto entrar ni salir a nadie. Cuando al día siguiente se supo la desgracia, la e;traBa visión del indio corrió por todo el /orte como una pólvora. Paía tenido lugar e;actamente a la hora de la muerte del 0eromiano. 2o tenía siete aBos cuando se la oí a la nona, y tenía $ue hacer esos días Ala urísima, 0ustamenteA la primera comunión. Est!amos confes!ndonos por primera vez con una punta de chi$uilines Ame acuerdo $ue estaan Celestino #anteri y 1ony Castellani A3 era el atardecer, y yo estaa aurrido de esperar turno y de leer el letrero en negras romanas $ue graado en una placa de m!rmol delante de mí rezaa $ue: E# 6=RE ERME1E C7/"16/J 7. Q. M"7/ER7 67"1U#C7 =E "6/16 FE 2 E# CP6C7 EMEJU 6 C7/"1R>R E"16 G#E"6
=E #6 /M6C>#6=6 C7/CECU/ =E REC7/L>"16? cuando de repente vi en la semioscuridad, arria de la placa, el retrato arudo del misionero $ue estaa en la sala de mi auelo. "ólo $ue ste estaa vivo, y tenía en la mano un lirio. 2o veía $ue me miraa, y $ue los o0os se movían3 y no solamente se movían, sino $ue me llamaan. /o tenía el menor miedo3 solamente no saía adónde $uería $ue fuese, y así se lo pregunt en voz alta, con gran regoci0o de mi hermano #uis y de Celestino, $ue no s $upuesto se pusieron a reír =espus me di0eron $ue yo me dormido y $uepor haía una cara decomo pavo,locos. y estaa halando solo. Entonces vinohaía el padre 7lessio, y yo le cont todo, y encendió la luz, y haía un gran cuadro de "an Qos con un nardo y ara lanca. ero yo cierro los o0os, y veo lo $ue vi. Era el padre Metri de cuerpo entero, con una azucena en la mano, entre un montón de azucenas, y al fondo el paisa0e oscuro y enmaraBado de la selva cha$ueBa, $ue me causaa un vago miedo. 2 la figura me hacía seBas de $ue entrase con l a la selva y yo no $uería y l me animaa, y en el entretant o la figura se ia diluyendo y perdindose poco a poco, no en la selva, sino para arria, en una especie de fa0a de luz $ue cortaa la iglesia desde el suelo hasta el ventanal de colores, en una luz de coalto $ue los vidrios, a manera de falsificados zafiros, tendían como escala de Qaco en la pore y chata iglesia de puelo, como una invasión del crep4sculo divino en ese instante policromando el cielo? 2 esto es lo 4ltimo $ue se vio en este mundo del padre Metri.
Canción de la entrada al cielo
El muchacho $ue pasó raspando sudoroso e;amen, la hurfano sirvienta fea seca $uedos se casó, el $ueyencontró almas $ue lo amen, no saen lo $ue yo. /i el poeta $ue atrapó la rima alucinante, ni el incurale $ue en #ourdes se curó, ni el novio $ue escucha el sí, ni en ese instante, saen lo $ue s yo. /i en el =u; $ue 0ugó su vida y alzó la anca, ni en el Rey a $uien todo el mundo oedeció, ni en 9lanca Flor, ni en la r incesa 9lanca, ni en 9ara 6zul, ni en Cenicienta, no, no me trocara yo. /i el mariscal $ue ganó la guerra, ni el ingeniero la luz elctrica $ue y el hizo acero,la 1orre Eifel, ni el $ue inventó no digo $ue yo soy m!s $ue todos, pero? ninguno es como yo. or lo tanto, cantemos un canto interminale $ue nadie puede m!s $ue yo: el canto de diana del =ulzor interminale reventado en el pecho en surtidor interminale en verso dedicado a la Oida interminale, y a la Muerte $ue para siempre terminó.
Envío
Estos cuadritos al cromo, lector, coloreados, son mistan soldados de plomo con $ue 0uego a los soldados. or$ue el cansancio no mine mis secas filosofías, yo, lector, tengo mi cine para los lluviosos días. 1omo una filosofícula y unos fantoches de pndola, y me ruedo mi película, vindola a la vez y hacindola. 2 aun$ue mi profesoral crdito mengSe con eso, H$u el mal de ser$uieresI? de carne ypadezco de hueso. Luien canta, su mal espanta3 yo canto en ese motivo3 el aad, si canta, yanta: yo de lo $ue escrio, vivo. or$ue ya el aire no sopla $ue antaBo halagos y estragos soplaa por esta copla de por all! por mis pagos. Nunca hay cosecha sin siembra/ ni se puede arar sin buey8 cosecha/ pero no siembra/ el cura/ por.ue es su ley*' #os hay, y algunos he visto, $ue lo $ue no dan, cosechan. 2o soy de los otros, HCristoI, $ue siemran y no cosechan. ero piden la edición. =icen $ue hace ien. or ende, $ue me valga la intención, y a ti, $ue te coma el =uende. HRima malditaI erdón. /o $uise ofender. or tanto, $ue me valga la intención y a ti te haga =ios un santo.
#eonardo Castellani nació en Recon$uista, provincia de "anta Fe '6rgentina+, el (de noviemre de (@)). En ()(@ ingresó al noviciado cordos de la compaBía de Qes4s y en ()*\, en Roma, se ordenó sacerdote. "eis aBos estudió en Europa. En ()*<, ya graduado en filosofía en la "orona de arís y en teología en la Gregoriana de Roma, regresó a su patria. 6$uí se dedicó al periodismo y a la docencia superior y comenzó su sorprendent e laor de escritor, de la cual $ueda testimonio en cincuenta liros e;imios. =e esta poca son: (l nuevo gobierno de 6ancho, Las canciones de Militis y Crítica literaria. 6 partir de ()- comienza en su vida de escritor una nueva etapa con (l evangelio de ?esucristo y (l libro de las oraciones. Gran poeta y ensayista, gran crítico literario. "u ora y su figura han llegado a empare0ar a las de #ugones.
/otas
D(
=e la carta al coronel Manuel 7ligado, del (< de mayo de (@_@. "e refiere a la
revolución de #ópez Qord!n. D5 El nomre srcinal de nuestro hroe es (rmete Constanzi, tal como hemos puesto en el prólogo de este liro. En adelante, como a$uí, le llamaremos por su nomre traducido: 3emetrio Constanzi Acuando así cuadrareA, con el cual se e;plica me0or el alias de padre Metri $ue le ad0udica la fama. D*
>no $ue lo ve así, a sangre fría, se pregunta cómo pudo el fraile dudar un momento de $ue haía marchado torcido3 pero póngase en su lugar de responsailidad, pasión y apuro, encima de un caa llo al galope por un camino hórrido? %?sin techo/ sin templo/ sin dinero/ a la intemperie/ .uemado del ardor del día y del rigor de la noche&, de la carta de fray 9ernardo 1rippin, compaBero del padre Metri, al D
residente "armiento. D< Carta del padre =emetrio Constanzi al oder E0ecutivo /acional. Entre los papeles del padre Metri se hallaron estas rimas, suscritas por don Piginio M. Cazón, nomre no desconocido a mis paisanos. ero como, mir!ndolas ien, se advierten en ella ideas de un moderno poeta ingls y de varios escritores italianos de segundo orden, $ue no pudo conocer el gran mulato cantor santafesino, se entiende $ue esto dee ser una especie de arreglo, y no una mera trascripción del padre Metri, Pe a0ustado algunos versos. #. C. D-
D_
El argumento de este cuento no es mío3 lo han tratado varios autores, Qac$ues Foutrelle, Penry [impley?, y est! in nuce en una colección de antiguos cuentos !raes, $uiz! Las Mil y Ina Noches. #. C. D@ El resto de esta larga meditación poticoNmísticoNhumorística se ha perdido? D)
=e las Memorias de don Carlos Roselli, polador de Recon$uista.
D(\
araí: "eBor, en guaraní? 'o en toa+3 Mbaracay+: gato.
Este caso policial ocurrió realmente hace algunos aBos en una localidad del Chaco argentino, y permanece hasta hoy ine;plicado. or supuesto $ue la versión $ue el autor da es puramente fant!stica, y todos los nomres est!n camiados, mientras la escenería ha sido reculada a los tiempos del famoso padre Metri. 7tra e;plicación hipottica y plausile del mismo curioso caso apareció poco ha en el >rgentine Magaine, D((
n4mero de /avidad de ()*-. D(5
saías, Capítulo ).b versículo (<.
Memorias del inmigrante Qorge Cracogna, de los primeros poladores de 6vellaneda, (@_
D( D(< D(-
=e las Memorias de don Manuel Roselli, polador de Recon$uista. Patri1lec: padrecito, en lengua toa? Ao en guaraníA. %ndio precisa halarte ahora mismo, padrecito?& 'en lengua?+.
1e;tual. =e una carta de fray =emetrio Constanzi al prefecto de misiones de "an #orenzo, fecha de 0ulio de (@). D(_
D(@
1odavía se hala en el monte Ay ha pasado ya como medio sigloA del comate singular entre el colono EtXald y el caci$ue 9igu!. El suizo mató siete indios a tires y otro de un culatazo, y estaa por rescatar a su novia, cuando salió a su encuentro el caudillo, paró el tremendo mazazo del rifle con su Rmington, $ue se hizo pedazos, y aalanz!ndose a su rival lo derrió en tierra y lo estranguló, reciie ndo de l un desesperado mordis co en el homro. D()
=e las Memorias de don Manuel Roselli, snior.
D5\
=e una carta del comisario Ramayón al goernador turraspe.