P R E F A C I O Muchos de los que asistimos a Al-Anon nos criamos en hogares afectados por el alcoholismo. Sin embargo, no siempre reconocemos la influencia de esta enfermedad y cómo contribuyó a convertirnos en las personas personas que somos somos hoy hoy.. Como Como ni sospec sospecháb hábamo amoss que nuestras eperiencias infantiles afectar!an nuestra vida adulta, "por qu# habr!a de sorprendernos el que nos sintamos confundidos cuando descubrimos que hoy nuestras vidas son ingobernables$ Al compartir las sinceras vivencias de los miembros de Al-Anon que durant durantee su ni%e& ni%e& con conviv vivier ieron on con el alcoho alcoholis lismo mo de otras otras personas, nos ayudan a fi'arnos en nosotros mismos con más claridad. A pesar de las heridas con frecuencia bastante graves y el abuso que tuvieron que soportar, cada uno de ellos se mantuvo aferrado a la esperan&a, elemento esencial para poder recuperarse. (odos nosotros tenemos historias familiares en que se presentaron episodios vergon&osos e inclusive devastadores. Afortunadamente, la eperiencia, fortale&a y esperan&a de nuestra hermandad, epresadas en estas páginas, pueden ayudarnos a eplorar la ra!& de la situación y conducirnos a niveles de recuperación más elevados.
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A S U N
S P A C
P A L A B R A S E C I AP LA ER SA L Q U IQ E U R E A A R E U A V I 1O L E N C I A
)l proceso bondadoso de Al-Anon se desenvuelve gradualmente, a lo largo del tiempo. *ero aquellos que encaramos situaciones violentas que ponen en peligro nuestras vidas debemos a veces adoptar decisiones inmediatas para garanti&ar nuestra seguridad y la de nuestros hi'os. *or e'emplo, tener disponible un lugar seguro en casa de un vecino o amigo, protección policial o de'ar dinero y un 'uego de llaves del auto donde puedan tomarse en cualquier momento en caso de emergencia. N o e s n e c e s a r i o d e c i d i r c ó m o r e s o l v e r l a s i t u a c i ó n d e u n a v e z p o r t o d a s , sólo sólo cómo cómo evitar evitar el peligr peligroo hasta hasta que el proce proceso so de con concie cienci ncia, a, acept aceptaci ación ón y acció acciónn pue pueda da liberarnos para adoptar las decisiones que más nos convengan. (odo aquel que ha sido ob'eto de maltrato f!sico o abuso seual o que ha sido amena&ado puede sentirse aterrori&ado ante cualquier tipo de acción. Se requiere todo el valor y la fe posibles para actuar
con decisión. *ero nadie tiene que aceptar la violencia. +o importa cual sea la ra&ón que desencadene el ataque, todos merecemos vivir seguros.
'...En todas nuestras acciones: sacando provecho de las crisis, / Al-Anon 0amily 1roup 2eadquarters, 3nc.
N U E S T R A S M Ú L T I P L E S F A C E T A S ¿PERTENEC EMOS
A
AL-ANON?
con decisión. *ero nadie tiene que aceptar la violencia. +o importa cual sea la ra&ón que desencadene el ataque, todos merecemos vivir seguros.
'...En todas nuestras acciones: sacando provecho de las crisis, / Al-Anon 0amily 1roup 2eadquarters, 3nc.
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Siento que debo esta en este !o"a#a $ quieo !etene%e a &'( !eo %uando #e )i*o en #i )a#i'ia( 'a +ni%a !esona de quien !uedo de%i %on ,onestidad que !obab'e#ente sea a'%o,-'i%a es #i #ade( $ no tu.o una "an in)'uen%ia in)'uen%ia sobe #) !oque #e abandon- e' d/a que na%/01 E' *o.en que ,ab'- %on ino%en%ia en una euni-n A'2Anon e.e'- su an,e'o de se !ate de a'"o $ su ne%esidad de en%onta a a'"uien 3%ua'quiea2 que !udie !udieaa ea'# ea'#ent entee intee inteesa sase se en &'1 Lo e%ibi e%ibi#os #os %on soni sonisas sas %o#!ensi.as( !a'abas de a'iento $ un #u#u''o de %4'idas %a%a*adas1 5Po %ieto( &' $a ea !ate de nosotos6 Su ais'a#iento $ %on)usi-n a%e%a de' si"ni)i%ado de su teib'e !&dida a' %o#ien7o de su .ida son a'"unas de 'as %aa%te/sti%as %o#unes que %o#!ati#os todos 'os que nos ,e#os %iado en )a#i'ias a)e%tadas !o e' a'%o,o'is#o1 Cua'qu Cua'quie ieaa que ,a$a ,a$a e8!ei e8!ei#en #entad tadoo 'os e)e%t e)e%tos os de.ast de.astado adoes es de' a'%o,o'is#o a*eno es bien.enido a A'2Anon1 Aun si !ensa#os que ,e#os sido #u$ !o%o a)e%tados( a)e%tados( este es nuesto 'u"a1 Aqu/ a!ende#os a!ende#os que e/#os *untos( !ese a 'a os%uidad $ e' do'o que senti#os( es uno de 'os #a$oes b4'sa#os %i%ati7antes de A'2Anon1 Nos e/#os *untos no s-'o !oque !ensa#os que so#os "a%iosos 3$ a #enudo 'o so#os3 sino !oque e%ono%e#os #u%,os de nuestos as!e%tos en otos1 Pode Pode#o #oss .e .e en oto otoss nues nuest tas as !o! !o!ia iass a%ti a%titu tude des( s( a%%i a%%ion ones es $ senti#ientos1 Pode#os senti su do'o $ e%ono%e su ne"a%i-n de 'a ea'idad ea'idad !oque nosotos nosotos ta#bi&n ta#bi&n ,e#os su)ido su)ido $ nos ,e#os ,e#os o%u'tado o%u'tado 'a .edad1 No obstante( a!endi#os que
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con el fin de cicatri&ar y recuperar la alegr!a que nos pertenece, debemo deb emoss ver el mundo mundo tal como es. Aprende Aprenderr a hacerl hacerloo pue puede de asustarnos, pero en Al-Anon contamos con la comprensión y el amor de otros que recorren el mismo camino y 'untos encontramos el valor para cambiar lo lo que podemos. )n una famili familiaa alcohó alcohólic lica, a, las necesi necesidad dades es y eigen eigencia ciass del alcohólico a menudo opacan las otras necesidades. *reocupados por el alco alcohó hóli lico co,, los los otro otross miem miembr bros os de la fami famili liaa pu pued eden en esta estarr dema demasi siad adoo agot agotad ados os,, irri irrita tado doss o abru abruma mado doss para para aten atende derr las las necesidades de los hi'os. Algunos ni%os tratan de ayudar a su familia siend siendoo 'uicio 'uiciosos sos,, compor comportán tándos dosee bien bien y sin sin ped pedir ir nad nada. a. Si bien bien llegamos a dominar el arte de desaparecer en un rincón remoto de la casa, escondi#ndonos en la casa de un amigo o pareciendo invisibles en medio medio de la multi multitud tud,, aqu aquell ellos os que 4no 4noss perdim perdimos4 os4 tambi# tambi#nn perdimos nuestra identidad y no podemos creer que nuestras necesidades sean válidas. Algunos nos convertimos en camaleones humanos que cambiamos de personalidad para a'ustamos al medio social o personal en el que nos encontramos. Crecer en el caos y la incertidumbre creados por el alcoholismo hace que muchos disfracemos nuestra confusión, ira y verg5en&a tratan tratando do de ser perfect perfectos. os. *ara *ara probar probarle le al mundo mundo y a nosotr nosotros os mismos que no nos pasa nada malo, ni a nosotros ni a nuestra famili familia, a, nos esfor& esfor&amo amoss en la escuel escuelaa para para obtene obtenerr las me'ore me'oress calificaciones o traba'amos arduamente en casa para que todo est# ordenado y limpio. +os convertimos en atletas, artistas, dirigentes de empresa, funcionarios humanitarios y ciudadanos e'emplares. Sin embargo, en nuestro interior nos sentimos presionados, nos aterra el fracaso, incapaces de rela'arnos o 'ugar, y nos sentimos muy solos. Con respec respecto to a las person personas as menos menos respo responsa nsable bless que parec parecen en complicar nuestros esfuer&os en pos de la perfección, a menudo nos sentimos arrogantes y enfadados. Convencidos de que algo terrible suce sucede derá rá si perd perdem emos os el cont contro rol, l, no noss agot agotam amos os trat tratan ando do de encargarnos de todo y no sabiendo nunca cuánto es suficiente. 2asta que comen&amos a recuperar recuperarnos, nos, muchos muchos nos sentimos sentimos atrapados atrapados en una necesidad necesidad compulsiva de dar más, amar más y hacer más. )s devastador ver actuar de manera caprichosa e irracional a quiene quieness amamo amamoss y de quiene quieness dep depend endemo emos, s, destru destruy#n y#ndos dosee a s! mismos y amena&ando a otros. Cuando #ramos ni%os necesitábamos una familia unida que nos amara. *ero el alcoholismo imped!a que nuestros padres fueran modelos de amor y a veces los convert!a en modelo modeloss de terror terror.. *ara *ara aplaca aplacarr las batallas batallas que a menudo menudo se desataban a nuestro alrededor o para desviar los ataques de nuestros padres entre s! o contra otros miembros de la familia, algunos
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aprendimos a entretener. (ratábamos de mitigar crisis familiares con chistes, cuentos, actuaciones musicales o incluso comedias. 6esarrollamos un cierto talento y resultábamos ser bastante populares con los compa%eros de escuela. 7a sociedad nos recompensaba con risas, aplausos y atención, pero con el correr del tiempo comprendimos que aunque deseábamos con desesperación quitarnos la máscara, no pod!amos hacerlo. +os sent!amos obligados a actuar o hablar compulsivamente aun cuando estuvi#ramos agotados o necesitáramos consuelo nosotros mismos. 7a intimidad era dif!cil de alcan&ar porque los momentos de ternura o pasión nos llevaban a chistes o salidas agudas. Algunos de los que crecimos en hogares alcohólicos encarábamos una violencia incre!ble y ataques seuales siendo muy 'óvenes. Aunque pareciera lógico intentar escapar de un medio tan horrible, de ni%os #ramos totalmente indefensos y dependientes, y una ve& adultos descubrimos que poca era nuestra capacidad para relacionarnos de forma positiva. )n lugar de ello, nos atrapó la compulsión por repetir las mismas circunstancias que aborrec!amos. Culpábamos, 'u&gábamos y odiábamos con la misma intensidad demostrada por nuestros padres. )n ve& de escapar, nos convertimos en v!ctimas una y otra ve& y creamos una nueva generación de v!ctimas en nuestros propios hi'os. A veces el alcoholismo parec!a no manifestarse en una generación pero se manifestaba como adicción al traba'o, control compulsivo, eceso de comida y enfermedades f!sicas o mentales. 7a enfermedad de los abuelos se transmit!a a trav#s de generaciones para arruinar las vidas de los que a8n no hab!an nacido. Criarse con adultos que demostraban emociones etremas o falta de ellas nos de'aba temerosos de nuestros propios sentimientos, confusos y muy irritados. Sin ninguna demostración saludable acerca de cómo encarar posibles emociones, algunos actuábamos de manera destructiva. 7os familiares consumidos por la enfermedad del alcoholismo anteponen sus necesidades personales y de alcohol a las del resto de la familia, incluidos sus propios hi'os. +osotros, los hi'os, a menudo anhelábamos atención a tal punto que cualquier clase de atención era me'or que nada. 2asta un comportamiento negativo atra!a al menos la atención y de'aba, por un momento, al bebedor en un segundo plano. +os liberábamos, de un modo pasa'ero, de la terrible sospecha de no ser dignos del cuidado de nadie o de que se nos ignoraba. 7a atención debida a comportamientos negativos nos hi&o pagar un precio muy alto cuando nuestra autoestima se desplomó y la culpa aumentó desmesuradamente, pero en nuestras 'óvenes mentes parec!a me'or que encarar el abandono y el horror de darnos cuenta de que los adultos de quienes depend!amos estaban ausentes o se comportaban
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de manera abusiva. )l alcoholismo es una enfermedad artera, poderosa, desconcertante, no sólo para el alcohólico sino para toda la gente que se relaciona con #l. )s una enfermedad f!sica, emocional y espiritual progresiva que abarca a varias generaciones, con enormes y a veces trágicos efectos. 7os que hemos tenido que enfrentar los problemas creados por un alcohólico hemos intentado imponer soluciones para, finalmente, vernos derrotados una y otra ve&. +os sentimos ehaustos, enfadados, frustrados e insensatos, sin siquiera saberlo. Aquellos que crecimos en familias afectadas por el alcoholismo fuimos particularmente vulnerables a sus efectos porque el contacto con la enfermedad ocurrió de manera temprana en nuestra vida, durante esos a%os de formación tan susceptibles. Como ni%os dependientes, no ten!amos posibilidad de escapar y cre!amos con inocencia que nuestras familias eran un refle'o de todo el mundo, un mundo que parec!a peligroso e imprevisible. Aprendimos a no hablar, a no confiar y a no sentir. )l alcoholismo familiar tambi#n nos hi&o vulnerables a los abusos fuera de la familia cuando buscábamos amor y consuelo en cualquier lugar donde pudi#ramos encontrarlos. Cada miembro de una familia alcohólica trata de a'ustarse al problema a su manera. 7os a'ustes dependen de nuestra situación en la familia 9seamos cónyuge, hermano, pariente le'ano o hi'o: y de nuestro temperamento individual. (enemos en com8n la tendencia a seguir cambiándonos a n o s o t r o s m i s m o s para tratar de solucionar algo que está más allá de nuestro poder; el alcoholismo a'eno. Atrapados en el mundo incierto, confuso, solitario y, a veces, lleno de terror del alcoholismo a'eno, muchos de nosotros concebimos medios etraordinarios de adaptación. +egamos la eistencia de cualquier cosa inusual o reordenamos nuestros recuerdos para reducir al m!nimo sus efectos en nosotros. 4+o fue tan malo4, decimos, o creemos que todo se ha terminado al de'ar el hogar. Creamos realidades alternativas y tratamos de vivir en un mundo imaginario. )nterramos el pasado tan profundamente que no podemos recordar nuestra ni%e& en absoluto, o la recordamos pero separamos nuestros sentimientos de nuestra conciencia con tanta eficacia que podemos hablar sin emoción aparente de sucesos llenos de abandono y crueldad.
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enfermedad. 2ay algo claro; casi todos tratamos de moldearnos para enca'ar en la situación o arreglarla, y en este proceso perdemos de vista nuestros propios sentimientos reales. 7os comportamientos adoptados para encarar el alcoholismo en nuestra familia se hicieron tan habituales que pensamos que eran parte de nuestra identidad. Sin embargo, independientemente d# cuánto lo intentáramos, de cómo nos empe%áramos, o del #ito logrado a nivel eterno, la autoestima, la agradable intimidad con los seres queridos y la pa& de esp!ritu nos elud!an. +o nos sent!amos cómodos con nosotros mismos. Antes de venir a Al-Anon no reconoc!amos que nuestra vida a8n refle'aba las vie'as respuestas al alcoholismo a'eno, y no sab!amos cómo tomar decisiones saludables. Al atravesar las puertas de Al-Anon algunos sentimos un dolor intenso, otros casi no sienten nada. (odos somos bienvenidos aqu!. 2oy ya no vivimos solos en un mundo loco. Aprendimos acerca de la enfermedad y nos estamos recuperando de sus efectos. Al asistir a las reuniones y escuchar a otros compartir sus verdades con valor, nos sorprendimos al principio cuando escuchamos partes de 4nuestras historias4 en boca de aparentes etra%os. >econocimos situaciones similares y nos sentimos consolados y menos solos al comprender que nuestras eperiencias no eran eclusivas. )perimentamos emociones similares a las de los otros participantes, enterradas por mucho tiempo, y comen&amos a entendernos mutuamente como pocos podr!an hacerlo, debido a que nosotros tambi#n hab!amos pasado por lo mismo. )l comprender a otra persona nos dio el valor de incluirnos a nosotros mismos en esa toma de conciencia. A veces lenta y delicadamente y a veces con un reconocimiento pun&ante, comen&amos a ver hasta qu# punto estábamos atrapados en nuestros vie'os hábitos. )n muchos aspectos, los que hemos crecido con el alcoho-
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lismo somos milagros de supervivencia. 2emos sobrevivido a la violencia en nuestros hogares y amena&as a nuestra propia eistencia. +osotros y nuestros seres queridos hemos sobrevivido al incesto y al abuso seual. 2emos sobrevivido a la cárcel, hogares destruidos y humillación social. Algunos hemos sobrevivido al asesinato o al suicidio de familiares más queridos. ?tros hemos sobrevivido a la eperiencia mucho más sutil pero devastadora de padres emocionalmente ausentes que desaparec!an silenciosamente detrás de una botella noche tras noche. Sobrevivimos pero descubrimos que no #ramos libres. *ara muchos, la alegr!a era un sue%o le'ano. Constantemente viv!amos una vida muy acelerada, sentirnos siempre como etra%os y como si no formáramos parte de nada, luchar con la seualidad y la intimidad, la depresión e incluso pensamientos o intentos de suicidio formaron, a menudo, parte de nuestra realidad. Sobrevivir a una ni%e& marcada por el alcoholismo nos de'ó heridas invisibles que no hubieran sanado, pero en Al-Anon encontramos un programa de 6oce *asos de ayuda espiritual y calor humano que nos otorgó el valioso don de la serenidad y que nos ha mostrado el camino hacia la madure& emocional de la que carec!a nuestra familia. >odeados por otros que se recuperan, aprendemos cómo curar nuestros cora&ones destro&ados y construir vidas sanas, productivas y felices. )speramos que prueben nuestro programa que condu'o a muchos a la serenidad, al compa%erismo y alivio de la soledad y el dolor. 2oy todav!a continuamos progresando un d!a a lá ve& y desear!amos compartir nuestras eperiencias con ustedes.
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M E OCULTO A (u) se aseme*a+ "Cómo es crecer en un hogar alcohólico$ Si me lo hubieran preguntado hace unos a%os hubiera dicho; 4+o tengo idea4. Mi ni%e& fue tan dolorosa que la 8nica manera de sobrevivir era bloqueando el dolor@ pero tambi#n bloqueaba lo bueno. )ra como si no estuviera viva. Cuando en mi familia se hablaba de cualquier suceso del pasado, me sent!a como una tonta porque no pod!a recordarlo y me angustiaba no poder hacerlo. (ampoco sent!a nada. )staba aturdida. "A qu# se aseme'a$ )s un temor incesante; temor al recha&o, temor a lo desconocido, temor a que me cono&can@ un temor constante y persistente que nunca me abandona. )s soledad. )s querer desesperadamente ser parte de algo@ sin embargo, ale'aba tanto a la gente que no pod!a relacionarme. )s aislarse de los demás y convertirme en un espectador que observa desde afuera y que nunca se integra. A menudo me invade un sentimiento de verg5en&a. (engo miedo de perder a las 8nicas personas que dicen amarme. Me atemori&a que no vayan a volver, y luego temo que regresen. )s muy confuso. 7a gente dice que me quiere y luego me hiere. )n mi interior s# que algo no funciona, pero me dicen que eagero o que soy demasiado sensible. As! que aprendo a no confiar en mis instintos. )s necesitar. )s estar convencida de que no me quieren y que no me pueden querer. )s la necesidad de escuchar una y otra ve& 4)res maravillosaB4, pero no creerlo. As! que necesito escucharlo otra ve& y a8n no es suficiente. )s sentir que o no soy suficiente. )s tener que hacer cosas por otros para ganarme su amor, pero con la impresión de que lo que doy nunca es suficiente. )s cuestión de confian&a. )s aceptar que no vi lo que acabo de ver y creer en los demás en lugar de creer lo que ven mis o'os. )s no poder confiar en nadie -ni en m! misma- porque toda mi vida se basa en simulación y la negación de la realidad. ni siquiera s# qu# siento al respecto. Dn d!a, cuando mi vida se hab!a vuelto totalmente ingobernable, con mucho dolor llegu# a una reunión Al-Anón. )ra una v!ctima. Alguien me hab!a dicho que fuera y yo era una v!ctima obediente, as! que hice lo que me indicaban. 0ue la primera ve& que esta estrategia me dio resultado. )ntr# sola y temerosa. 7as personas que conoc! di'eron que ellas tambi#n se hab!an sentido 4desamparadas y fracasadas4 y que ser!a posible hallar 4satisfacción y hasta felicidad4. 6urante la pausa se abra&aban y re!an. *ens# que eran un montón de falsos y que no iban a poder mantener esa comedia. Son como yo, r!en para fuera y lloran por dentro. 7uego, el colmoB, alguien di'o que
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4llegar!a a apreciarlos de la misma forma en que ellos ya me apreciaban4. 3mposibleB +o era digna de ser amada. +adie me quer!a e incluso si alguien lo hiciera, "cuál ser!a el precio$ Sin embargo, esa noche compr# el libro n d / a a l a v e z e n A l 0 A n o n . 7e!a sólo una página por d!a porque alguien me lo hab!a dicho. +o usaba el !ndice temático. +o pod!a. Como no lograba siquiera identificar lo que sent!a, era in8til consultarlo. +o te%!a la menor idea de lo que era un sentimiento. 6e alguna manera consegu! una madrina maravillosa y afectuosa. +o s# cómo lo hice, porque no confiaba en nadie. Sospecho que mi *oder Superior tuvo algo que ver con esto. Mi madrina, cálida y compasiva, siempre dec!a; 4(e quiero muchoB4. +unca tuve que decirle lo mismo. o lo hac!a a pro pósito sólo para comprobar si ella me lo segu!a repitiendo. Cada tanto balbuceaba un 4s!, yo tambi#n4, porque tem!a que ella interrumpiera sus palabras, pero no lo hi&o. *or primera ve& en la vida, sent! queme pod!an querer sólo por ser yo. 6esde el momento en que llegu# a Al-Anon mi vida ha cambiado. +o s# cómo ocurrió. Supongo que ocurrió 4poco a poco, un d!a a la ve&4. +o me aislo tanto ni me siento tan sola ni llena de temores. 2e aprendido a confiar en m! misma y en otros. Me siento querida y digna de serlo. 2asta aprend! a re!rme de m! misma. "Euelven esos antiguos sentimientos$ *or supuesto que s!. *ero ahora puedo reconocerlos e inclusive buscarlos en el !ndice de n d / a a l a v e z porque puedo identificar lo que siento. *uedo tomar el tel#fono y saber que otra persona se ha sentido de la misma manera. a no tengo que reprimir todos los sentimientos pese a que muchos sean dolorosos. 7o más importante que aprend! es la compasión, no sólo por los demás sino por m! misma. Cuando la gente no entiende por qu# alguien se esconde y se aisla, yo s!. 1uando escucho 4"por qu# no se van$4, s# que es porque no pueden. Cuando escucho 4les di'e que los quer!a, "acaso no es suficiente$4, s# que no lo es. Cuando dicen 4"por qu# no hacen algo$4, s# que rio saben qu# hacer ni cómo hacerlo. (odav!a no. *ero estoy aqu! para ofrecerles amor, compasión y un abra&o. )stoy ansiosa por compartir la comprensión, la pa& y el amor del programa porque recib! la bendición de la vida y quiero trasmitirla. 7os quiero muchoB ledad hace surir Cuando mi novia ingresó a un programa de tratamiento del alcohol, llevábamos una relación de tres a%os, pero no ten!a idea de que fuera alcohólica. Sab!a que beb!a todos los d!as, pero sólo cerve&a. (en!a alguien de quien ocuparme y eso era lo 8nico que me importaba. 7a visitaba dos o tres veces al d!a y aprovechaba para preguntarles sin tregua a los administradores del programa de tratamiento y a cualquiera que encontrara para saber qu# deb!a hacer para ayudarla. )llos siempre contestaban; 4"2a
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asistido alguna ve& a una reunión Al-Anon$4. Como estaba all! para ayudarla a ella, no a m! mismo, no les prest# atención hasta el terrible d!a en que ella me pidió que la de'ara de visitar. Solo conmigo mismo y cada ve& más temeroso de que ella se curara y no me necesitara, mi angustia comen&ó a crecer. 7o intent# todo para ahogar los sentimientos. Com!a, beb!a, miraba televisión durante horas y gastaba sin son ni ton. +ada funcionaba. 0inalmente, luego de agotar todos mis recursos caseros, le prest# atención a la pregunta del personal del hospital; 4"2a asistido alguna ve& a una reunión Al-Anon$4. (otalmente derrotado, asist! a una reunión Al-Anon. Me sent# en el suelo detrás de la 8ltima fila de sillas, cerca de la puerta por si quer!a escapar. Aunque soy muy t!mido, el dolor que crec!a en mi interior amena&aba con eplotar si no hablaba, pero sab!a que si lo hac!a iba a llorar y no pod!a tolerarlo. (om# lápi& y papel, escrib! lo que necesitaba decir y le ped! a una desconocida que lo leyera por m!. Cuando ella pronunció mis palabras no pude contener el llanto y llor# durante el resto de la reunión. 7os miembros me brindaron su amor incondicional y me di'eron que hab!a llegado al lugar adecuado. 2oy me doy cuenta de que esas lágrimas fueron el comien&o de mi recuperación. )n las reuniones observ# que la gente que más se parec!a a m! se identificaba como hi'os adultos de alcohólicos, as! que comenc# a asistir a reuniones Al-Anon que se concentraban en hi'os adultos, aunque en esa #poca ni me imaginaba qui#n era el alcohólico en mi familia. All! empec# a recobrar el sentido de identidad personal que ni siquiera sab!a que hab!a perdido. Dna ma%ana, al comien&o de la recuperación, permanec! de pie en el ba%o mirándome en el espe'o y observando a un perfecto etra%o. Dnos grandes o'os a&ules me miraban desde un rostro inepresivo. Al ver mis propios o'os me sumerg! en un profundo r!o de triste&a. =uer!a escapar de ella, pero era demasiado tarde@ hab!a comen&ado a fi'arme en m! mismo. >etroced! lleno de asombro y hu! hacia el traba'o. )n el automóvil, me di cuenta de que maniobraba entre el tráfico como un soldado en combate. )n el traba'o ve!a que funcionaba más como una máquina que como un ser humano. Sab!a cuándo re!r y cuándo estar serio y cómo ganarme la confian&a de mis compa%eros. *ero no compart!a nada de m! mismo. Como un camaleón calculador, sab!a rehuir cualquier contacto humano, y me sent!a desesperadamente solo. )n casa, el espe'o me mostraba un hombre que se hab!a ocultado de s! mismo y del mundo con tanta eficiencia que se hab!a convertido en un misterio completo aun para s! mismo. *ara resolver el misterio contaba sólo con el est!mulo de una gran triste&a, el apoyo afectuoso de los nuevos amigos del programa y los 6oce *asos de Al-Anón. *ara encontrar al hombre necesitaba recuperar al ni%o, pero no ten!a
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recuerdos de mi ni%e&. *ara protegerme del dolor intolerable de haber crecido en una familia de alcohólicos, hab!a enterrado todas las emociones y olvidado inmediatamente todo lo que suced!a. Ahora no pod!a recordar y mi familia no quer!a hacerlo. (uve que escarbar mucho para recordar el detalle más somero de mi vida. Aparentemente, al nacer, fui llevado directamente del hospital a vivir con mi abuela, porque mi madre alcohólica, que ya ten!a un esposo violento y dos hi'os, rehusó llevarme a casa. Cuando surgieron los recuerdos, todos eran de soledad. Cuando era peque%o 'ugaba solo en el patio durante horas, ale'ado de mi abuela la mayor parte del tiempo. (al ve& me daba cuenta de que era un estorbo para ella e intentaba proteger mi hogar. 6espu#s de todo, si no era lo suficientemente bueno para vivir con mis padres, deb!a tener mucho cuidado para que mi abuela no se deshiciera de m! tambi#n. Mi abuela casi todo el tiempo estaba de mal humor y a menudo me tildaba de 4incorregible4. o no sab!a lo que quer!a decir eso, pero sab!a que era algo malo. )n caso de sentir algo, por lo general era algo terrible, as! que trataba de no sentir nada. Cuando llegu# al quinto grado me sent!a tan desdichado que decid! suicidarme. 7lev# a la escuela unas semillas que pensaba eran venenosas y all! ten!a la intención de ingerirlas y morir. 7as mastiqu# en clase y puse la cabe&a sobre el escritorio esperando no volver a despertar. *or fortuna me equivoqu#; las semillas no causaban ning8n efecto nocivo. Creo que a veces 6ios hace por nosotros lo que nosotros no podemos y nos salva de nuestra propia locura. Carente de afecto y solo, mi 'uventud fue una larga s8plica en busca de atención. Dna ve& una conse'era me prestó atención, as! que confi# en ella. Me di'o que los problemas que ten!a no eran culpa m!a sino de mi abuela. )ntusiasmado, me apresur# a llegar a casa y le cont# a mi abuela. 0uriosa, se dirigió a la escuela@ nunca volv! a ver a la conse'era y aprend! a no volver a hablar de mi familia. A medida que crec!a pensaba menos en m! mismo. )n el vecindario, la falta de seguridad en m! mismo era mortal. 7os matones locales me hicieron su blanco preferido. 0inalmente logr# conseguir un amigo que era gracioso y popular. Mientras estuviera con #l, no ten!a que preocuparme de estar solo ni de ser atacado. Fl hac!a muchas bromas a costa m!a y algunas eran muy hirientes, pero yo estaba dispuesto a pagar c u a l ( u i e r precio con tal de que me tuvieran en cuenta. )n la escuela secundaria, cuando lograba atraer una chica, mi me'or amigo, alegre, popular e implacable, siempre me la robaba. 0inalmente encontr# una chica que me trataba con dul&ura y me enamor# perdidamente. 6urante seis meses me sent! en el otro mundo hasta que descubr! que sal!a conmigo para estar cerca de #l. 7a poca confian&a que ten!a en m! mismo se esfumó ese d!a. Convencido de que al seguir siendo como soy nunca conseguir!a el amor y la atención que anhelaba, me convert! en una persona complaciente y hac!a cualquier cosa para ser lo que otros quer!an que fuese. *or un tiempo parec!a
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que hab!a descubierto el secreto del #ito; si le prestaba atención a alguien, esa persona me prestaba atención a m!. *ero la atención fue para m! como el primer trago para un alcohólico. )ntre más obten!a, más quer!a. 3ncluso cuando lograba atraer la atención, no quedaba satisfecho porque creaba un dilema; la necesitaba pero tambi#n desconfiaba de quienes me la daban. )ra paradó'ico que a pesar de ocuparme de todos los que me lo permit!an, tambi#n trataba de ser autosuficiente. )ra el 4hombre de la casa rodante4 9totalmente autónomo:. Eigilaba continuamente a mis 4amigos4, esperando que me defraudaran. )n general lo hac!an y entonces redoblaba mis esfuer&os en pos de la autosuficiencia. >epetir el ciclo de cuidar de otros mientras ten!a carencias emocionales me llevó a llorar desesperadamente durante mi primera noche en Al-Anon. )n Al-Anon encontr# un lugar seguro para epresar mi dolor por todo el da%o que sufr! durante mi ni%e&. Cada ve& que supero el dolor, me siento más aliviado y algo más libre. A medida que emergen los sentimientos escondidos de triste&a y dolor, otros sentimientos tambi#n aparecen y descubro una gama de emociones, incluyendo el humor y la felicidad. 7os *asos me muestran cómo liberar el pasado y no temerle al futuro. 7os miembros Al-Anon me brindan amor incondicional y atención sana. Con su ayuda, me estoy convirtiendo en un hombre diferente del que una ve& se sentó en el piso de una sala y le pidió a un desconocido que pronunciara las palabras que #l no hab!a podido articular. Si me 'u&gan por mi apariencia, podr!an pensar que las cosas no han cambiado mucho. (odav!a traba'o en el mismo empleo, asisto a la misma escuela y a veces condu&co como un soldado en combate. *ero en mi interior se está produciendo una metamorfosis. Cada d!a que pasa estoy más cerca de convertirme en un hi'o de 6ios, alegre, libre y feli&. )n mi interior, mi actitud está cambiando y el cambio de actitud marca toda la diferencia en el mundo. 2i vida pend/a de un hilo el hilo estaa a punto de romperse Soy una sobreviviente de una familia alcohólica. Siempre pero que siete eran demasiada responsabilidad para #l. o era la quinta de los siete, y en mi mente infantil cre!a que hab!a desnivelado la balan&a en contra de nosotros. )ra todo culpa m!a y comenc# a desear no haber nacido nunca y a pensar que todos ser!an felices si no fuera por m!. 6ecid! que si 6ios eist!a, Fl hab!a cometido un error, y abandon# mis plegarias. *ara mantener a siete hi'os mamá tuvo que traba'ar mucho y estaba demasiado cansada para prestarme atención. )n secreto tem!a que un d!a ella tambi#n se fuera, as! que, para retenerla, me convert! en su ayudante, la 4ni%a buena4, 4la 8nica en quien mamá pod!a confiar4. 3ntent# ser feli& pero no sab!a cómo hacerlo, as! que fing!a. 3ncluso re!a cuando otros lo hac!an y dec!a lq que los demás deseaban o!r.
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Cuando cumpl! nueve a%os, consegu! un traba'ito limpiando la tienda de un &apatero los sábados. Me gustaba mucho el due%o. Me dec!a que era hermosa e inteligente. Me prestaba mucha atención y dec!a que yo era especial para #l. Anhelaba tanto ser amada, y era tan 'oven, que no comprend!a que lo que este hombre me dec!a -y la manera en que me tocabaera enfermi&o. Sólo sab!a que #l me quer!a, as! que volv! una y otra ve&, pese a que de alguna manera sab!a que algo andaba mal. Me amena&ó con de'ar de quererme si se lo contaba a alguien. 6urante tres a%os no lo coment# con nadie y trataba de no pensar en esto. Comen&aron entonces la culpa y las mentiras. ?cultaba dos grandes secretos; hab!a hecho que mi papá se fuera y ya no era una 4ni%a buena4. Sin duda, 6ios deb!a odiarme. )n mi escuela, que era de religiosas, el a%o de mi seto grado fue terrible y confirm# mis peores temores. Mi piaestra nos dec!a que 6ios puede ver todo lo que hacemos, escuchar todas las mentiras que decimos, y que nos puede hacer morir en el momento que quiera. Si #ramos malos, ir!amos directo al infierno y nos quemar!amos en un enorme fuego hasta la eternidad. o sab!a que era mala y me sent! aterrori&ada. Dn d!a mi maestra colgó un peque%o 4esp!ritu4 9hecho con una bolita envuelta en tela: con un peda&o largo de hilo sobre cada escritorio. +os di'o que el peque%o 4esp!ritu4 era nuestra alma y que el hilo era nuestra salvación, nuestro camino para ir al cielo. 6ios pod!a cortar el hilo cuando fu#ramos malos o cuando quisiera. (oda la ma%ana me qued# mirando 4mi alma4 balanceándose sobre mi cabe&a. )staba tan asustada que no pod!a prestar atención. )n silencio rogaba desesperadamente que papá volviera y me salvara. *or supuesto no lo hi&o y comenc# a llorar. Cerr# los o'os e intent# desaparecer. Cre! escuchar mi nombre pero no pude responder. Dn estr#pito me obligó a abrir los o'os y all!, sobre el escritorio, estaba mi 4esp!ritu4, mi peque%a alma. 7a maestra estaba de pie 'unto a m! con una ti'era en la mano a punto de cortar el hilo. Con o'os centelleantes me gritó que era una ni%a muy mala y que 6ios acababa de enviarme al infierno donde arder!a para siempre. >ecuerdo con claridad que eperiment# una especie de separación dentro de m!. )staba el interior que nadie conocer!a 'amás y el eterior, que de todas maneras no importaba. Creo que ese fue el d!a en que perd! el deseo de vivir. *oco tiempo despu#s, casi por casualidad, descubr! el alcohol. Meme me dio un buen sorbo de 'ere& para que lo mantuviera en la boca debido a un dolor de muelas. (odav!a recuerdo la sensación cálida del vino desli&ándose por mi garganta y la sensación cálida que produ'o en mi estómago. 6espu#s de un par de sorbos le di'e a Meme; 4AhB Con ra&ón papá bebe4. )sa noche no sólo habl# con mamá y su amiga sino que tambi#n cant# una canción. Mamá rebo&ó de alegr!a y di'o; 4Mi peque%o pimpollo acaba de florecer4. Me sent!a feli& y segura por primera ve& en la vida. +o es el momento de decir lo que me depararon los siguientes GH a%os, ecepto que me convert! en alcohólica y adicta. 0ui directo al infierno y
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nunca crec!. 7a separación intolerable de mi personalidad me hi&o perder todo. Casi perd! la vida. 6espu#s de muchos intentos de suicidio, al fin descubr! a Alcohólicos Anónimos. 6urante el primer a%o de sobriedad descubr! a Al-Anon y desde entonces he estado en el dif!cil camino para salir del infierno. 2oy entiendo la enfermedad del alcoholismo y los efectos que tuvo en m! y en toda mi familia. 2ay mucha gente enferma en el mundo y entre ellos están mi maestra de seto grado, el hombre que abusó de m!, mi papá y yo. 2oy no estoy condenada por el 6ios de mi entendimiento. Al crearme, 6ios no cometió un error. +o fue un error hacerme mu'er. +o soy mala. A veces estoy enferma, pero mucha gente me quiere, incluyendo a mi mamá y a mi papá. 2ace cinco a%os papá de'ó de beber y comen&ó a asistir a Alcohólicos Anónimos. Eolvió con nosotros. Mamá nunca nos abandonó. 2oy asiste a Al-Anon y ella y papá son felices. )stamos reconstruyendo nuestra familia y cuando cantamos 'untos mamá no act8a de manera etra%a. a no estoy sola@ tengo muchos amigos. Dno muy especial con mucha paciencia y comprensión me ayudó a encontrarme a m! misma. Me condu'o a Al-Anon, me acompa%ó a lo largo de las rabietas, las lágrimas, y compartió las pesadas cargas de mi cora&ón. Me ayudó a entender a papá y creyó en m! antes de que yo pudiera hacerlo. Con su amor y el amor de Al-Anon he llegado a comprender que todos en mi familia nos estábamos ahogando, y necesitábamos a gritos amor y aceptación. 7a separación dentro de m! cicatri&a lentamente. 2e rastreado los miedos del pasado, los he encarado y me he liberado de ellos. Cuando vine a estas hermandades de los 6oce *asos, mi vida pend!a de un hilo, y el hilo estaba a punto de romperse. +o puedo epresar con palabras la gratitud que siento por haber recuperado mi eistencia, mi 6ios 9lo etra%# much!simo: y un plan de vida 9los *asos y las (radiciones: que podr# seguir por el resto de mi vida. 7o me'or de todo es que me alegro de estar viva y estoy feli& de ser mu'er.
9EBO SER PERFECTA No me lir) Soy hi'a 8nica de un padre alcohólico y una madre mártir que inspiraba culpabilidad. Cuando encontr# a Al-Anón, casi cre!a que era mi destino luchar para levantarme todas las ma%anas y vivir con el dolor sordo de la depresión crónica. )n más de cinco a%os de terapia con cuatro diferentes terapeutas, a quienes siempre les hablaba del alcoholismo de mi padre, ninguno me sugirió Al-Anon. 2ab!a orado sin resultados durante cuarenta a%os hasta que finalmente renunci# a 6ios. 6e no ser por un libro popular de autoayuda que vi en todos los quioscos, qui&ás nunca me hubiera
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recuperado. +o soy alcohólica@ evito a los alcohólicos como si fueran la peste y no me cas# con un alcohólico. *ensaba que despu#s de la universidad me hab!a librado y estaba decidida a no casarme nunca con un hombre como mi padre. +o lo hice. )n lugar de eso, me cas# con un hombre... como mi madreB 6os vecesB )ra una profesora universitaria con mucho #ito, madre de dos hermosos ni%os, tratando por todos los medios de ser una buena esposa con mi segundo marido, y era completamente infeli&. +inguno de mis esposos beb!a, ni me golpeaba, ni le pegaba a los ni%os, o andaba detrás de otras mu'eres. Supon!a que deb!a tener un problema terrible como para ser infeli& en tales circunstancias. Mi familia y cada uno de mis dos maridos estaban de acuerdo. Siempre dec!an; 4)l problema contigo es...4. Mi padre se emborracha por temporadas. 6urante mi infancia, cada seis meses o una ve& al a%o se emborrachaba de tres a seis semanas consecutivas. )l resto del tiempo no tocaba el alcohol. Cuando beb!a de'aba de ser una persona apacible y de buen humor, aunque algo irracional, y se transformaba en un maniático delirante, violento, grosero y abusador seual. )l cambio era tan enorme que cualquiera se podr!a dar cuenta de que #l ten!a un problema. 7o que yo no sab!a, y mi madre todav!a se niega a admitir, es que su alcoholismo nos afecta a todos, aun cuando #l est# sobrio. Cuando mi padre estaba borracho, acusaba a mi madre de ser una mu'er fr!gida y usaba palabras vulgares de contenido seual que ning8n ni%o deber!a o!r. Sol!a sentarme en su rega&o, llorar y abra&arme con mucha fuer&a. Me daba besos atrevidos y si lo recha&aba me reprend!a por no quererlo lo suficiente. ?l!a muy mal y se babeaba@ si yo retroced!a estallaba en ira y amena&aba con descuarti&arme. Cuando mamá le escond!a las armas la intimidaba para que le di'era dónde estaban, las sacaba y las limpiaba, o las cargaba y las bland!a, amena&ando con volarnos en peda&os.
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Eolv!amos a casa y los tres actuábamos como si nada hubiera pasado. *ese a que mi madre nunca mencionó el alcoholismo, no se recuperaba del todo de cada ataque de malos tratos. Iorracho o sobrio, ella no confiaba en #l. 7o criticaba cada ve& que se presentaba la oportunidad, atormentándolo por cualquier falta peque%a, y entonces yo sent!a lástima de #l.
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Me encantaba cuando estaba sobrio porque me compraba regalos y por un tiempo fue un buen camarada, antes de volver a ignorarme. Como era la nena de mamá, lógicamente me aferr# a ella con firme&a, aunque despreciaba su cobard!a al permanecer con #l. Aunque ella ten!a un empleo y se ocupaba de la familia, era obvio que sent!a que no pod!a sobrevivir desde el punto de vista emocional sin un hombre. Me contó acerca de su ni%e& desesperadamente solitaria y yo me sent! responsable de ser 4la t!nica alegr!a en la vida de mi madre4. 2oy lucho contra el auto-desprecio porque yo tambi#n tengo una necesidad y una dependencia profunda de amor y afirmación masculinos. Me 'u&go sin piedad cada ve& que estoy necesitada y solicitar ayuda es lo más dif!cil para m!. 2ace poco comprend! que, cuando era ni%a, cada ve& que lloraba o necesitaba ayuda, escuchaba; 4)l problema contigo es... -o- de'a de llorar o te dar# motivos para hacerloB4. Como esposa e hi'a adulta de mis padres, el estribillo 4el problema contigo es...4 surg!a cada ve& que admit!a una necesidad. +o es de etra%ar que me resulte tan dif!cil pedir. A pesar de desempe%ar todas las funciones en la familia, lo más importante es tratar de ser perfecta. Soy competente, cumplidora, honesta, amistosa y tengo #ito, aunque me siento insegura, e independientemente de lo bien que haga las cosas o de lo mucho que ame, creo que nunca es suficiente. Me aterrori&a que me abandonen y tambi#n me aterra consumirme@ en consecuencia mis relaciones, en especial las !ntimas, son como un campo minado. Mis padres me llenaron de culpa pero me aferr# a ella fuertemente porque si era mi error, al menos pod!a corregirlo. *ensar que la gente que quer!a, y de las que depend!a, abusaron de m! en forma horrible y que no pod!a controlarlas, me hac!a sentir tan vulnerable que era un sentimiento peor que la culpa. 2oy todav!a no puedo controlarlas, pero puedo fi'ar l!mites para m! misma, decidir lo que necesito y aprender a proteger mis propios intereses.
Cuando era ni%a, si dec!a la verdad tal como la ve!a, mi madre constantemente insist!a en que yo ten!a 4tanta imaginación4 que hoy todav!a siento que no puedo confiar en lo que veo. 7uego de dos a%os de recuperación, los recuerdos de incesto comen&aron a surgir. Mi primera respuesta a esta información no fue de gratitud al programa sino de ira. Me sent!a traicionada porque hab!a aplicado el programa con tanto empe%o para tener que enfrentar este nuevo horror del pasado. )staba tan consternada que trat# de negar toda sensación f!sica e imagen mental, dici#ndome; 4Ah, noB *or supuesto que no4. Arrastrándome en la repugnancia, me desesper# porque ahora ya no ten!a esperan&a y ning8n hombre me amar!a 'amás. *arece que fui ultra'ada y violada por mi padre antes de los cinco a%os. 7as dos personas que podr!an confirmar esta eperiencia insisten en que yo lo invent# y dicen que mi ni%e& no fue tan mala. )n Al-Anón estoy aprendiendo a confiar en m! misma ante la negación de mis padres. )l me'or instrumento que tengo es que estoy otra ve& conectada con mi *oder Superior. Me llevó mucho tiempo restablecer esa coneión porque ten!a la impresión 9y todav!a la tengo cuando atravieso por una situación dif!cil: que un 6ios que permite que se viole a un ni%o y que #ste viva en continuo temor no eiste o es malo. +o tuve dificultades con el *rimer *aso@ sab!a que era incapa& y que me hab!an hecho un da%o. )l Segundo *aso fue el verdadero desaf!o. 6eb!a enfrentar a 6ios para aplicar el Segundo *aso, pero por fortuna lo 8nico que tuve que hacer fue 4seguir viniendo a las reuniones4. *or más de un a%o sólo asist! a reuniones, escuch# a otros, compart! lo que pod!a y di'e la ?ración de la Serenidad una y otra ve&. )mpec# a confiarle mi vida a 6ios cinco minutos cada ve& y a observarlo con mucho cuidado para ver qu# suced!a. )l escuchar me ayudó a comprender que otros miembros ten!an resentimientos no resueltos con 6ios y me permitió despotricar y enfurecerme hasta que al fin logr# encontrar un *oder, un *oder femenino, superior a m! misma, en quien pod!a confiar. Cuando di'e; 4Madre nuestra, que estás en el Cielo4 y nadie me miró con ira o me echó de la reunión, decid! que era un lugar seguro y me qued#. 2abr!a ayudado volver a redactar los *asos para eliminar 4Fl4 pero llegu# a la conclusión de que "según acoesCro mCeadcmcenCo "para mí significaba "Ella ".
7a recuperación ha sido un camino escabroso y dif!cil. Soy fuerte pero me da miedo, as! que no cambio con facilidad, en especial si eige pedir ayuda. A veces, mi 6iosa debe golpear la puerta con fuer&a para atraer mi atención. 6espu#s de un a%o en Al-Anón por primera ve& 4el mundo se derrumbó4. (en!a un empleo nuevo y más
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comple'o, mi esposo me abandonó y mi hi'o tuvo un ataque repentino. 6eb!an hacerle una ecograf!a del cerebro para ver si hab!a un tumor y en un momento de desesperación hice algo inusual. Me levant# durante una reunión y ped! a la gente que me llamara y me ayudara. lo hicieronB Dno de los que me llamó es hoy mi marido. 7a +avidad siguiente, otra serie de crisis me puso a prueba. Mi madre tuvo una hemorragia cerebral, mi me'or amiga del programa y mi novio me abandonaron, una t!a que viv!a con mis padres se estaba muriendo de cáncer y mi hi'a adolescente se fue de la casa. )sa +avidad le ofrec! a mi 6iosa todo un a%o de mi vida. Supuse que )lla no embrollar!a todo más de lo que yo lo hab!a hecho. 6esde entonces, 4mi vida dio un giro total4, mi vida ha me'orado lenta pero firmemente. 2oy soy capa& de agradecer. )stoy agradecida por todos los instrumentos que Al-Anón me ha ofrecido. (odos funcionan en un momento u otro. )l camino del 6uod#cimo *aso me lleva a la madure&, al esclarecimiento y a la pa& de esp!ritu. Con la ayuda de Al-Anón de'o que me quieran, hasta que llegue el d!a en que yo pueda quererme, que los demás crean en m! hasta que yo me atreva a confiar en m! y que acepte mis sentimientos de rabia, dolor, y humillación hasta que por fin, poco a poco, comience a aceptar todos mis sentimientos. A medida que acepto los sentimientos inaceptables, la depresión que me ha acompa%ado durante más de cuarenta a%os se disipa. 3ncluso siento alegr!a y ternura. 7a alegr!a con la que a8n no estoy familiari&ada a veces me asusta, pero s# que puedo llamar a un amigo Al-Anón, que entiende eso de tenerle miedo a la felicidad, y que podemos re!rnos 'untos. )sa es la recompensa de entrar a Al-Anón 9no hay cuotas ni honorarios:@ además, si no me gusta, un miembro antiguo me garanti&ó que me restituirán la infelicidad. Como no quiero regresar a la desdicha, seguir# viniendo hasta que haya logrado la completa madure&. 2asta entonces, nos vemos en una reuniónB azanear es divertido A medida que pasan los a%os de la recuperación, cada ve& me doy más cuenta de que el control es algo importante para m!. Cuando empec# a asistir a Al-Anon no pensaba que fuera un tema importante a tratar. )n realidad, ten!a una enorme necesidad de controlar todo y a todos a mi alrededor para sentirme segura. Cuando se que'aban de mis conse'os, pensaba que mis padres y hermanos eageraban o que simplemente no entend!an. Se%alarles sus errores, decirles qu# hacer, decir, pensar o sentir no me parec!a ilógico, pues estaba convencida de que ten!a ra&ón y que ellos necesitaban mucha supervisión y ayuda.
Cuando mi propio agotamiento me obligó a ser 4irresponsable4 por un d!a, me di cuenta de lo ilógico que era asumir una responsabilidad ecesiva. )ra el cumplea%os de mamá y le hab!a prometido preparar uno de sus platos preferidos para la reunión familiar. Como siempre, con ecesivos compromisos, se me hi&o tarde. 6urante varios d!as me de'# llevar por la inercia. (en!a un traba'o importante aparte de la familia, me 'ustifiqu#. 7legu# tarde a la fiesta y sin el plato@ me sent#, agotada, terri blemente decepcionada de m! misma y segura de que todos los demás se disgustar!an por haberle fallado a la familia. 7a fiesta iba a ser un desastre y ser!a por mi culpa, pero no me pod!a mover. *or primera ve& en mi vida, permanec! sentada observando las cosas. )n forma sorprendente, sirvieron la comida, apareció el pastel de cumplea%os con las velitas y las canciones, y la celebración prosiguió alegremente. +adie me reprochó nada. )l no ser necesaria fue un poco desconcertante, pero cuando me quitaron la carga de los hombros pude rela'arme y sentarme erguida al mismo tiempo. *or fin pude soltar las riendas. )ste fue el comien&o de mi recuperación de la verdadera confian&a. *od!a confiarle algo a mi *oder Superior e incluso a algunos de los miembros de mi familia. Soy una persona muy responsable y es probable que nunca llegue a ser realmente irresponsable, pero aprender a haraganear de ve& en cuando y de'ar que otros me llenen el plato para variar, es una bendición deliciosa e inesperada. Las mentirit as inocentes con* "Cómo fue haber crecido con el alcoholismo$ ConfusoB 6esconcertante. *erturbador. Aterrador. )ra tan dif!cil encontrar mi lugar en la vida, que ten!a dificultad en mis propias cosas y en ve& de ello, terminaba haciendo las cosas de otros. (odav!a no s# bien qu# sucedió. Mis padres hicieron todo lo posible para ocultar
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no lo era. Me sent!a bastante aislado y solo. (en!a un amigo en la escuela con el que pas# tres a%os 'ugando a'edre&. *articip# en el programa acelerado para terminar con antelación. 2oy pienso con nostalgia que hubiera preferido seguir el programa de cuatro a%os, dedicando más tiempo al f8tbol, al baloncesto o simplemente a 'ugar. *robablemente mi obsesión por las actividades y logros escolares era un intento por compensar una vida en un hogar en donde nada era sencil sencillo, lo, en la que los proble problemas mas siempr siempree eran eran compli complicad cados os y abruma abrumador dores es y en la que nad nadie ie estaba estaba satisf satisfecho echo.. Aun durant durantee per!odos de sobriedad, mis padres se peleaban. 6iscut!an por cosas como si el c#sped deb!a ser cortado de forma profesional o si los caprichos de papá eran aceptables. o intentaba solucionar o mediar, pero sólo lograba que ambos se disgustaran conmigo. Sus conflictos nu nunc ncaa se cent centra raba bann en el prob proble lema ma real real;; el alco alcoho holi lism smoo y la irresponsabilidad irresponsabilidad de papá. Me sent!a confundido e inquieto y cuando #l beb!a, la confusión daba paso a un miedo profundo que yo trataba desesperadamente de reprimir. )n nuestra nuestra familia familia los intercam intercambios bios humanos humanos habituale habitualess eran evasivos. 7as mentiras sutiles y la negación constante hicieron que la honestidad, la confian&a y la intimidad nos evadieran, en el me'or de los casos. 2ace poco me sorprendió un buen e'emplo de esto. Mi hermano, riendo, comentó que su hi'a hab!a vuelto de visitar a la abuela y le preguntó; 4*apá, "por qu# dice mentiras la abuela$4. +uestra madre hab!a caminado con la nieta una gran distancia de regreso a su casa asegurándole en forma repetida que sólo hab!an sido unas pocas cuadras. 7e di'e; 4)n realidad no miente. Sólo que no siempre dice la verdad4. Sin embargo, al epresar esto, me di cuenta de inmediato que estaba ayudando a aumentar la confusión, tal como mis padres me hab!an confundido a m! cuando era ni%o. ?'alá hubiera podido decir; 4+o s# por qu# miente la abuela. (al ve& sea uno de los efectos de haber vivido con el alcoholismo del abuelo4. Me impresionó la ingenuidad de mi sobrina y me sent! consternado al ver que mis propios intentos por aclarar aclarar una pregunta incómoda hab!an sido poco sinceros. )n nue nuestr straa famili familia, a, las mentir mentirita itass con consti stitu! tu!an an una forma forma de negación que se hi&o habitual hasta el punto de que todo intercambio era potencialmente deshonesto. *apá estaba enfermo de alcoholismo pero cuando beb!a simulábamos simulábamos no darnos cuenta. cuenta. Más tarde, cuando alcan&ó la sobriedad, simulábamos que estaba bien pero lo tratamos con guantes de seda hasta ahora, que lo vemos como un enfermo. )stá )stába bamo moss muy muy conf confun undi dido dos. s. Como Como veo veo ho hoyy las las cosa cosas, s, deci decirr mentiras era una forma de darle vo& a las ilusiones. =ui&ás cre!amos que si insist insist!am !amos os en que #ramos #ramos 4una gran gran famil familia ia feli&4 feli&4 nos
convertir!amos convertir!amos en una. Dn buen e'emplo de cómo reempla&amos la realidad por nuestros deseos provino de mi padre. Dn a%o se entusiasmó con un persona'e de historietas cuyo lema era 4todo bien, dice Iug4. *apá lo adoptó como como la ep epres resión ión pop popula ularr y ning8n ning8n proble problema ma era era demasi demasiado ado comple'o o intimidante para contestar 4todo bien, dice Iug4. Al recordarlo hoy, supongo que esa epresión absurda podr!a haber sido el lema familiar. (odo, hasta el problema más espinoso, recib!a la respuesta 4todo bien, dice Iug4. )n muchos aspectos mi ni%e& parec!a muy buena. 2ab!a dinero, prestigio social y go&ábamos del respeto de la comunidad. +o obstante, me faltaba el aliento, la coherencia, el apoyo emocional y el amor, que no sólo afirma sino que tambi#n se nutre con honestidad inquebrantable y llena el alma de confian&a. Sin confian&a en uno mismo, la confian&a en los demás, y por consiguiente una profunda intimidad, se hacen imposibles. 1ran parte de mi recuperación en AlAnón ha consistido en la dif!cil tarea de permitirme llorar la p#rdida de estas cosas intangibles y de aprender a de'ar que otros miembros me las devolvieran. (odav!a tengo la tendencia a restarle importancia a mis eperiencias. *or cierto no se comparan con las de otros miembros, pero su recuerdo todav!a me duele. 7acera esas partes más vulnerables y s# que todo no es 4todo bien, dice Iug4.
PERM:TAM E ENTRETENERLO 4en/a (ue usar la dole m5scara Crec! con un miedo horrible a las vacaciones. Siempre se convert!an en un campo de batalla. Cada uno de mis padres trataba de superar al otro con acusaciones. Con regularidad mi madre amena&aba con 4llamar a +ueva orJ4 y mi padre arrancaba el cable del tel#fono y se lo enrollaba en el cuello de mamá hasta que yo gritaba y le rogaba rogaba que se detuviera. detuviera. +o imaginaba qu# pudiera haber en +ueva orJ, pero sab!a que esto despertaba en mi padre instintos asesinos. 7as salidas en familia eran tambi#n desastrosas. Siempre inclu!an una heladera portátil llena de bebidas alcohólicas, !bamos al parqu# y, a veces, en alg8n momento del d!a, mis padres se transformaban, se ca!an o perd!an el conocimiento. o me sent!a muy avergon&ada. Dna ve& mi madre, bastante borracha, trató de nadar y casi se ahoga. (uvieron que sacarla del agua. "6ónde estaba papá$ Ca!do en alg8n lugar. "6ónde estaba yo$ )s probable que escondida, tratando de desaparecer entre los arbustos para no tener que admitir que
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los conoc!a. Al crecer, aprend! a bromear para sobrevivir el dolor de ver cómo mis padres se destro&aban. Me convert! en la payasa de la clase. clase. Como la doble máscara de la comedia comedia y la traged tragedia, ia, ten!a ten!a un rostro rostro sonrie sonriente nte para para el mundo mundo y uno trágico en mi interior. )l interno estaba en la clase pensando si al regresar a casa encontrar!a una competencia de alaridos o un silencio mortal. *asaba muchas horas sola o cuidando ni%os para escaparme. Oab Oabaa por las noches para convertirme en una hi'a me'or o para obtener me'ores notas, y as! 6ios detendr!a las peleas. +o sab!a entonces que yo era incapa& ante el alcohol. *ensaba que 6ios deb!a estar muy enfadado conmigo para castigarme con tanta infelicidad. Me ha llevado a%os en Al-Anon creer que en realidad 6ios me ama tal como soy. )n mi adolescencia segu! haciendo gracias, tratando de hacer feli& a todos y traba'ando con ardor para ser buena y responsable. Sin embargo, mi madre me llamaba est8pida, vagabunda y cosas peores. 2asta el d!a de su muerte, nunca me di'o que me quer!a. Mi padre trató de quererme, pero estaba tan atrapado en su propio alcoholismo y propiciando el de mi madre, que simplemente no pudo. *ara escaparme, me cas# con una de las pocas personas con las que sal! en la escuela secundaria. 7os dos proven!amos de hogares alcohólicos y continuamos con las discusiones, tal como lo hac!an nuestros padres. Como dos ni%os inmaduros, peleábamos para ver qui#n era el ni%o de la familia. Sin tener idea de cómo comunicarnos o crecer emocionalmente, nos despeda&amos durante cinco infelices a%os hasta que mi cara de payasa se entristeció y no hab!a nada ni nadie que nos aliviara a ninguno de los dos. *or esa #poca mi padre murió y yo empec# a tener recuerdos etra%os. Me sent!a desubicada, como si hubiera estado en una familia equivocada, qui&ás hasta adoptada. 7os sentimientos eran tan persistentes que comenc# a hacerme preguntas y un d!a ped! mi cert certif ific icad adoo de naci nacimi mien ento to.. =u# =u# sorp sorpre resa saBB )l apel apelli lido do en el certificado era diferente al m!o. >ecord# que mi madre siempre amena&aba con 4llamar a +ueva orJ4 y yo finalmente lo hice. Me sorprendió encontrar un n8mero de tel#fono 'unto al nombre de la persona que aparec!a en el certificado. 7lam# a ese n8mero y le pregunt# a la desconocida que me respondió si hab!a conocido a alguien con mi nombre. )lla di'o; 4S!. )s el nombre de mi hermana menor. "*or qu# me lo pregunta$4. Comenc# a llorar y a contarle qui#n era yo, pero no pude terminar, as! que le entregu# el tel#fono a mi marido, quien le habló acerca de m!. 6el otro lado de la l!nea hubo alegr!a y dolor, luego un fuerte ruido, y silencio. 7a mu'er se
hab!a desmayado por la emoción. Mi cu%ado pasó al tel#fono y #l y mi esposo comen&aron a poner las pie&as del rompecabe&as en su lugar. o pen pensab sabaa que era hi'a hi'a 8nica, 8nica, pero en reali realidad dad tengo tres hermanas. )l padre que me crió no era mi padre, aunque ambos eran alcohólicos. 7a 8ltima ve& que mis hermanas vieron a nuestra madre fue en su auto saliendo de la ciudad con el 'efe de un club donde traba'aba, y conmigo -de tres a%os de edad- en medio de los dos. 0ui una ni%a que nació muy tarde en la vida de mis padres, mucho más 'oven que mis hermanas pero muy querida por ellas, quienes cuidaron de m!. Mi desaparición hab!a sido una p#rdida tremenda para ellas. Me he reencontrado con ellas y el v!nculo de hermanas a8n eiste aunque no la estrecha relación de haber crecido 'untas. (ambi#n conoc! a mi padre biológico dos meses antes de su muerte. 2oy soy la 8nica de la familia que ha logrado pa& y serenidad en la vida. (odos hemos bregado con los efectos de la enfermedad del alcoholismo de muchas maneras, pero gracias a Al-Anón, pare&co go&ar de mayor claridad y tranquilidad. 7as quiero profundamente y le agrade&co especialmente al programa que me haya ayudado a descubrir y a aceptar el pasado. 2oy s# que no caus# el alcoholismo de nadie, que no lo puedo curar y no lo puedo controlar. *uedo acep acepta tarr qu quee come cometo to erro errore ress y qu quee el prog progra rama ma me ayud ayudar aráá a corregirlos. +o tengo que ser perfecta ni el centro de atención, y puedo llorar y re!r. Al haber encontrado la recuperación en Al-Anon puedo aceptar a mis tres padres y vivir feli& un d!a a la ve&. )s una bendición que comparto con gusto con los reci#n llegados al decirles que ellos ellos tambi# tambi#nn pue pueden den progre progresar sar en la herman hermandad dad si siguen siguen viniendo.
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No me di cuenta +o vi alcohol mientras crec!a. A veces, durante la #poca de la cosecha, papá compraba una ca'a de cerve&a. )so era todo. *ese a que yo era miembro de Al-Anón a causa de mi matrimonio con un alcohólico, ten!a dificultades para relacionarme con los hi'os adultos del programa. Me parec!a que se que'aban por todo y siempre me identificaba con los cónyuges más que con ellos, sin darme cuenta de que yo tambi#n era hi'a adulta de un alcohólico. Como adulta en Al-Anón, nunca vi una botella o a alguien beber, pero mis hi'os s!.
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tir compasión de ellos y de m! misma. *uedo entender por qu# inventaba historias para aliviar mi propio dolor. )ste es el resultado de poner en práctica los *asos y de servir a la hermandad. 6esde que comenc# el programa Al-Anón y, en especial, desde que apliqu# el Cuarto y el =uinto *aso, la mayor parte de mi vida tiene nombre, es m!a y la acepto. a no guardo rencor contra mis padres porque eli'o ser feli& todos los d!as. Si cometo errores, ya no me arruinan el d!a. 2ago mis reparaciones y cambio mi comportamiento en lugar de simplemente 'ustificarme, y sigo adelante. 7as claves de mi felicidad son el apadrinamiento y el servicio. (rato de ser un modelo para los reci#n llegados y los aliento a que participen tambi#n en el servicio. *uedo compartir una historia graciosa o triste de mi propia vida si creo que puede ayudarle a alguien, pero no me siento obligada a contar cuentos cada ve& que alguien admite su dolor. 6ebido a que acepto la verdad del dolor de mi ni%e& no tengo que disfra&ar rápidamente el de otra persona a trav#s de un chiste sólo para eludir mis propios sentimientos. 6e no ser por el servicio, me hubiera perdido de conocer a esos hi'os adultos que tanto ten!an para ense%arme. )l servicio nos mantiene vivos a Al-Anon y a mi propia recuperación, as! que en realidad me ayudo a m! misma cada ve& que participo en el servicio. El servicio proundizó mi recuperación 7levaba doce a%os en Al-Anon, cuando comen&aron las reuniones locales enfocadas hacia los hi'os adultos. 2asta ese momento cre!a sinceramente que el alcoholismo no me hab!a afectado antes de conocer a mi marido y casarme. Como las reuniones de hi'os adultos eran nuevas y a menudo buscaban oradores y ayuda de otro tipo, decid! servir y asist! a algunas reuniones. 7e! algo de literatura y tuve una revelación incre!ble. 6escubr! que mi abuelo materno era alcohólico y que mi madre hab!a sido muy afectada por ese alcoholismo activo. )legir un esposo alcohólico, en mi caso, fue unKcomportamien-to aprendido. 6espu#s de doce a%os, me perturbaba encontrar en m! aspectos de mi vida que a8n requer!an recuperación. 6urante un tiempo asist!a a las reuniones de hi'os adultos y de'aba de asistir, porque el dolor de eaminar mi ni%e& se convert!a en un arma de doble filo. Cada ve& que recordaba el pasado y ve!a lo que me hab!a sucedido, tambi#n me daba cuenta de lo que le hab!a hecho a
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mis propios hi'os. Ciertamente, ese comportamiento lo hab!a aprendido, pero una cosa es sentir rabia y resentimiento contra mi propia madre y otra muy distinta es eperimentar esos mismos sentimientos provenientes de mis hi'os. Al final comprend! que la 8nica manera de recuperarme era practicando el programa y me compromet! a agregar otra reunión a mi apretada agenda. 6ecid! asistir a la reunión como si fuera reci#n llegada para escuchar y aprender, porque ya conoc!a mi peligrosa tendencia a ser una sabelotodo. Cuando me creo muy 'usta y buena, no se me puede ense%ar. Cuando era ni%a a menudo actuaba de manera insoportablemente sensata, siempre intentando dirigir todo lo que suced!a. +o ten!a idea de cuan compulsivas eran mis acciones hasta que trat# de eliminarlas mediante mi recuperación en AlAnon. Dno de los beneficios de haber eaminado la cuestión de los hi'os adultos desde el punto de vista de hi'a y de madre, es la profunda compasión que llegu# a desarrollar hacia mi madre. S# que si ella hubiera sabido más lo hubiese hecho me'or, de la misma manera que yo hubiera cambiado si hubiese tenido más información. >econocer que hablaba sin parar para atraer la atención y para llenar vac!os cuando ten!a miedo, tambi#n me ayudó a ser tolerante con mis hi'os, cuando demandaban atención con su mal comportamiento, o dándose lecciones mutuamente como peque%os sabelotodos autoritarios. )n este proceso, yo, al igual que otros hi'os adultos, tuve que eperimentar mi dolor y mi ira ante los abusos infligidos por mi madre. (ambi#n tuve que comen&ar a establecer l!mites. a no pod!a permitir que ella me interpusiera entre los dos para que'arse de #l. +o pod!a tolerar su concepto de un 6ios castigador. 2ab!a temas que ya no pod!a volver a tocar. Mi madre, irritada, recha&ó estos l!mites. Afortunadamente 6ios llena mi cora&ón de amor a pesar de que mamá se estremece como un terremoto porque yo cambi# las reglas. 6espu#s de un tiempo, pude lentamente volver a amarla, porque los miembros Al-Anón y mi *oder Superior hab!an Lllenado mi copa hasta desbordarla. Aunque al principio se resistió, al final aceptó el afecto que le ofrec!. Sab!a que era yo quien ten!a que dar afecto, pues era la 8nica que contaba con los recursos para la recuperación. *oco tiempo despu#s mi mamá comen&ó a perder la vista. Ahora ya casi no ve nada. Me agrada poder cuidarla sin convertirme en su enfermera y me sorprende la felicidad con que mi madre acepta el amor del que alguna ve& creyó simplemente poder prescindir, e incluso cómo florece con #l. Dna recompensa adicional para m! es comprobar que yo tambi#n puedo de'ar de lado mi papel de v!ctima. +o tengo que de'ar de vestirme bien y de ocuparme de mi apariencia
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para ser una buena persona. +o tengo que hablar compulsivamente para llamar la atención. *uedo de'ar que mi apariencia refle'e mi nueva autoestima interna, gracias a los 6oce *asos, y a comprender que amar no significa vivir una vida de sacrificios interminables. Amar quiere decir brindar aceptación y compasión a nosotros mismos y a aquellos que amamos, ya que sólo as! podremos amar a otros c o m o a nosotros mismos. La ri(ueza la posición social no son una 7arant/a contra el alcoholismo +o creo que nada me haya afectado en la vida como el alcoholismo que dominó mi ni%e&. Mis padres beb!an a diario@ viv!amos A L A " E % ! E " A % $ 8 N una vida aristocrática en San 0rancisco y en todo el mundo. o era el tercero de cuatro ni%os, todos son alcohólicos menos uno. 6ebido al alcohol y a la hora del cóctel diario, en casa no eist!a un orden. +unca desayunábamos porque la idea de comer por la ma%ana le causaba náuseas a mi madre. 7a cena nunca se serv!a antes de las die& porque ten!amos que esperar a que nuestros padres tomaran sus tragos. A menudo no com!amos nada y la larga espera era in8til. )n nuestra familia, el resentimiento y la religión estaban curiosamente entrela&ados. Mi madre odiaba a los católicos, pero mi padre era católico y yo comenc# mis estudios en un colegio de mon'es, a los tres a%os de edad. Comer pescado los viernes se convirtió en motivo de grandes peleas, y a menudo resultaba que no com!amos ni carne ni pescado. Cuando yo ten!a seis a%os, mi madre decidió llevar a los tres hi'os mayores a )uropa. 3nternó a los dos mayores en un colegio en Sui&a, y a m! me sacó del colegio de mon'es, que me encantaba debido a su organi&ación y seriedad, para que via'ara con ella por el continente. Creo que durante ese per!odo comen&ó mi tendencia a oscilar entre el etremo de querer ser totalmente invisible y desear que alguien, cualquiera, me prestara atención. (om# clara conciencia de que mamá beb!a porque con frecuencia se ca!a o se desmayaba en p8blico. Dna ve& se desmayó en un aeropuerto. 7as personas que pasaban presurosas con sus maletas le echaban un vista&o. (rat# de levantarla pero era demasiado pesada. +adie se detuvo a ayudarme y me sent# en el piso de esa gran sala y llor#. )l sentimiento de abandono y la indiferencia de la gente todav!a me acosa. *or otro lado, debido a la
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verg5en&a que sent!a con tanta frecuencia, tiendo a permanecer callado. Me siento como si bailara en una cuerda flo'a gritando 4M!renme, por favorB4. *ero si alguien lo hace, respondo con un hosco 4"=u# mira$4. Con mensa'es tan contradictorios, no es de etra%ar que la gente no sepa cómo tratarme. *or lo menos hoy estoy apren
diendo a ser-ompasivo conmigo mismo y comien&o a entender por qu# me siento confundido tan a menudo. )n el primero de muchos via'es a )uropa mamá conoció a un mon'e católico y nuestra vida cambió para siempre. Se enamoró de #l y #l abandonó los hábitos. Mamá se divorció de mi padre y se casó con el mon'e. Fl nunca beb!a y no ten!a idea acerca del alcoholismo. 3nsist!a en decir que ella no estaba borracha sino cansada. 2oy s# que no ment!a; en realidad viv!a en una negación absoluta. Cuando finalmente se dio cuenta, sent! alivio, pero para entonces, despu#s de veinticuatro a%os de intentar convencerlo y chocar con su negación, yo hab!a de'ado de confiar en la gente y en mis percepciones. 7a confusión y los comportamientos etremos en mi familia me han afectado much!simo. Me siento muy incómodo con gente incoherente y con los cambios inesperados. +i siquiera me hab!a dado cuenta de cuan confuso era todo hasta que mi padre murió y otro hombre, de quien mi madre hab!a dicho que es!aba muerto, reapareció. 2ab!a vivido con nosotros hasta que cumpl! cinco a%os y yo lo quer!a mucho. Cuando volvió a aparecer en mi vida, era un alcohólico en recuperación en AA, y me di'o que ) l era mi padre biológico. *oco tiempo despu#s se suicidó. A los trece a%os trat# de obtener ayuda. 0ui a la oficina central de Alcohólicos Anónimos en San 0rancisco. All! conoc! a una mu'er de la edad de mi madre que di'o ser una alcohólica en recuperación. *or un instante sent! una gran esperan&a, luego la mayor desesperación porque sab!a que mi madre nunca se unir!a a AA. +o volv! a intentarlo hasta cuando tuve treinta y un a%os. Consult# con un psicólogo acerca de mamá. +o sab!a mucho sobre la enfermedad pero conoc!a Al-Anón y me orientó hacia all!. 0inalmente mis emociones y mis reacciones empe&aron a tener una eplicación. 2oy la confusión se disipa lentamente. a no me siento obligado a eigir atención ni a ocultarme de ella. Me estoy recuperando, pero el alcoholismo contin8a hacien-
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do estragos en mi familia. Mi frágil madre de setenta a%os todav!a bebe y a menudo es pat#tica. Cuando encaro el dolor continuo de observarla, pronuncio la ?ración de la Serenidad una y otra ve&. Me ayuda a aceptar el hecho que no puedo obligar a mi familia a ale'arse de la destrucción y la muerte del alcoholismo, pero puedo cambiar mi propia vida. 7o más dif!cil para m! es desprenderme, con amor, de los miembros alcohólicos de la familia. Me da la impresión de que los estuviera abandonando, as! como yo me sent! desolado y abandonado en ese aeropuerto hace mucho tiempo. Sin embargo, estoy aprendiendo que la gente merece la dignidad de tomar sus propias decisiones, aun cuando a los seres queridos nos pare&can equivocadas. )s una manera de reconocer su naturale&a humana. Sin el programa no habr!a podido hacerlo, e incluso con Al-Anón, puedo hacerlo sólo un d!a a la ve&.
POBRE 9E M: Nunca ser) como mi madre; Soy la decimoquinta de una familia de dieciocho hi'os. 6esde que tengo uso de ra&ón mi padre ten!a problemas con el alcohol. )n nuestra casa hubo mucho abuso f!sico y mental, e incesto. )n muchas ocasiones nos encerrábamos en una peque%a habitación, temiendo por nuestras vidas. *apá siempre llevaba una pistola o un cuchillo y los usaba para amena&ar a mamá. )n varias oportunidades trató de matarla@ la que recuerdo con más claridad fue cuando trató de matarla con un hacha. )n esa #poca yo hab!a llegado a odiarla. 7a culpaba por mantenernos en una situación tan mala y le rogaba a 6ios que me permitiera ser como cualquier otra persona, pero no como ella. Aterrori&ada desde la 'uventud, odiaba y le tem!a a toda la gente que conoc!a. Cuando mi padre murió, yo ten!a siete a%os y me hab!a retirado a un mundo de silencio donde era casi imposible encontrarme. Cuando comenc# la escuela, todos pensaban que era retrasada mental. +o comprend!a la muerte, pero me alegraba que #l no volviera a casa. *ensaba que las cosas me'orar!an, pero en lugar de ello, empeoraron. Mis hermanos, que prácticamente pasaban desapercibidos, ahora se hicieron notar. )n ve& de un padre ahora ten!a siete hermanos, y el mayor empe&ó a hacerme ob'eto de abusos seuales. Me dec!a que era mala y que merec!a que #l me castigara de esa forma. (ambi#n amena&ó con matarme si se lo contaba a alguien. 2ace unos meses me enter# de que hab!a hecho lo mismo con algunas de mis hermanas. Dna noche, cuando ten!a once a%os, mi madre nos llevó a la iglesia y luego salió diciendo que iba al ba%o. +o la volvimos a ver sino hasta varios a%os
despu#s, cuando regresó a morir. Me cas# por primera ve& a la edad de trece a%os, con un hombre mucho mayor, que ya ten!a un problema de alcoholismo. )n ese tiempo viv!a con mi hermana y ella arregló el matrimonio. 6espu#s de la ceremonia escuch# a mi cu%ado hacer comentarios groseros acerca de lo que me iba a ocurrir esa noche. Al.recordar lo que mi hermano me hab!a hecho, no pod!a revivir esa situación. 7e rogu# a mi hermana que me de'ara vivir con ella pero rehusó sin siquiera pensarlo. As! que hu! de la casa, sabiendo que nunca podr!a volver. Agotada, encontr# por mi cuenta una casa vac!a, y en la ba%era hice una cama con algunas cortinas que estaban en el suelo. 6urante las dos semanas siguientes pas# d!as robando lo que pod!a para comer y por la noche regresaba a la casa sin que nadie me viera. Dna ma%ana, la due%a de la casa me encontró durmiendo all! y me llevó a su casa. 7e di'e que no ten!a familia y, curiosamente, me creyó. Me qued# con ella unos dos a%os y mi matrimonio fue anulado. A los diecis#is a%os decid! que lo me'or ser!a abandonar mi )stado natal y me cas# con un soldado que prometió llevarme con #l cuando terminara su servicio. Mi marido, un alcohólico
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declarado, me era infiel y me golpeaba. +o obstante, cada a%o yo ten!a un hi'o, hasta que tuvimos cinco. *ese a que por las golpi&as generalmente terminaba en el hospital, ment!a tan bien que no creo que nadie supiera que algo andaba mal. 0inalmente ped! el divorcio y regres# a casa con mis hi'os. Antes de casarme ya sab!a que mi siguiente marido beb!a, pero no sab!a que yo me hab!a enfermado mentalmente. 7a violencia comen&ó muy pronto en nuestro matrimonio, y esta ve& puse resistencia. Me sent!a tan frustrada que, a veces, cuando mi marido volv!a a casa tan borracho que ni pod!a caminar, lo atacaba con lo que tuviera a mano, tan pronto entraba a la casa. Dna ve& tom# un &apato y le pegu# hasta quedar sin fuer&as. 0ue la primera ve& que pens# en que pod!a estar enferma, pero lo ignor# pensando que era su culpa. Si no hubiera hecho las cosas que hi&o, yo no hubiera actuado de esa manera. 2ab!a aprendido a racionali&ar y a 'ustificar todo lo que hac!a, incluso mis intentos de suicidio, como si fueran culpa suya. Cuando mi esposo fue detenido por cuarta ve& por conducir en estado de embriague&, el 'ue& le dio la opción de elegir entre la cárcel o un programa de tratamiento. *or supuesto eligió el programa de tratamiento porque era más corto. Me llamó desde el centro para decirme que hab!a encontrado algo que le podr!a servir y me pidió que hablara con su conse'era. 7o 8nico que recuerdo de esa reunión es que cre! que esa mu'er dec!a que o era la loca. Aunque me pasaba los d!as encerrada en mi dormitorio de'ando que los ni%os se las arreglaran por su cuenta, la insult# y le di'e que no sab!a lo, que estaba diciendo. 6ecid! probar la flamante sobriedad de mi esposo el d!a de mi cumplea%os, as! que le anunci# que quer!a celebrarlo. Cuando aceptó, eleg! el bar más cercano. +o habló mucho mientras estuvimos sentados all!, pero no bebió, y al poco rato me sent! muy incómoda. Salimos y nos dirigimos a una reunión donde recibió una peque%a medalla por sus meses de sobriedad. 4=u# regalo de cumplea%osB4, pens# con amargura.
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Me aterraba darme cuenta de que #l estaba tomando en serio lo de Alcohólicos Anónimos. +unca en mi vida hab!a estado en contacto con gente sobria y no sab!a cómo tratarlo. *rob# Al-Anón pero decid! que no era para m!. *rob# reuniones de AA pero estaba tan celosa de sus nuevos amigos que era algo que yo no pod!a soportar. (rat# de emborracharlo pero se dio cuenta de mi 'uego. )staba segura de que me estaba volviendo loca. Dn a%o despu#s de que mi marido llegara a AA, mi 8nico hi'o se escapó. *ens# que lo encontrar!a con mi hi'a, a quien no hab!a visto durante varios a%os porque ella no quer!a saber de m!. )lla ten!a dos hi'os a los que yo no conoc!a pues ella no quer!a que tuviera ninguna influencia sobre ellos. Mi querida hi'a llegó hasta la puerta, se enfureció y comen&ó a blasfemar contra m!. Con lágrimas en su rostro me di'o cuánto me odiaba por lo que yo hab!a hecho de su vida. Al mirarla a los o'os ese d!a, me di cuenta lo que yo hab!a sentido por mi madre muchos a%os atrás. (odas mis 'ustificaciones y racionali&aciones se derrumbaron. Me hab!a convertido en lo que más aborrec!a; 2 i m a d r e ; )nfrentarme con lo que les hab!a hecho a mis hi'os fue horrible pero me ayudó a sanar. 2ac!a mucho tiempo que no lloraba, hab!a perdido la capacidad de hacerlo, pero ese d!a no pude de'ar de llorar. Mi marido me invitó a ir con #l a una reunión. )ntr# a Al-Anon llorando@ all! encontr# gente que no ped!a nada, ni siquiera una eplicación. )sa noche pronunci# las palabras más importantes de mi vida; 46ios, ay8dame4. 6esde la noche en que ped! ayuda mi vida ha ido me'orando poco a poco. +unca la hab!a pedido, pero en Al-Anon consegu! una madrina y segu! sus sugerencias. +uestra vida empe&ó a cambiar en forma gradual a medida que mi esposo y yo aprendimos a comunicarnos y a ayudarnos mutuamente. *oco a poco nuestros hi'os están comen&ando a acercarse. Al-Anon no me libra de todas las dificultades pero me da la fortale&a para enfrentarlas. Cuando nuestra hi'a intentó suicidarse, una ve& más me sent! asustada y llena de amargura, pero
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con la ayuda y la orientación de mi madrina y el amor de las personas en el programa, logr# salir adelante. Cuando mi querida hi'a menor comen&ó a abusar de las drogas y el alcohol, en Al-Anón encontr# la fuer&a para soltar las riendas. 2oy está limpia y sobria, ha terminado sus estudios y está a punto de casarse. Mantengo una relación afectuosa con mi marido, algo que no pens# que ser!a posible. )spero no olvidar nunca la fuente de mi fortale&a y tambi#n me sentir# privilegiada si puedo devolver aunque sea una peque%a parte de lo que 6ios me otorgó mediante el programa Al-Anón. %ulp) a todos, sore todo a m/ misma +ac! el d!a de +avidad y soy la mayor de una familia de seis hi'os. 6urante los seis primeros a%os de vida fui hi'a 8nica y me sent! querida... pero sólo si hac!a las cosas 4bien4. )ra t!mida y muy ansiosa por complacer a los demás. Mi madre es hi'a adulta de un alcohólico, pero hasta el d!a de hoy le resta importancia al alcoholismo del abuelo. Fl era un hábil carpintero que ven!a a menudo a nuestra gran'a para ayudar con el mantenimiento de las edificaciones. Con frecuencia se 4enfermaba4 y se orinaba en los pantalones. +unca hab!a escuchado que alguien se enfermara de esa manera@ pero en realidad era mi abuela, gru%ona y malhumorada, la que me causaba un profundo resentimiento. 6espu#s de todo, se dec!a que mi abuelo estaba enfermo y no pod!a valerse por s! mismo. Mi madre no beb!a pero creo que traba'aba demasiado. Siempre ten!a mil cosas que hacer y a menudo me enviaba a visitar a mis otros abuelos. +o me importaba, me encantaba. Mi ni%e&, libre de preocupaciones terminó cuando cumpl! seis a%os y ocurrieron los dos acontecimientos más trágicos de mi 'oven vida; nació mi primer hermano y mi padre aceptó un empleo que lo obligaba a via'ar constantemente. Me encargaron de mi hermanito, y luego del resto de los demás. A los N a%os me sent!a como una madre de cinco hi'os y me molestaba,
pero como deseaba complacer a todo el mundo, no dec!a nada. Mamá traba'aba compulsivamente ecepto cuando papá ven!a a casa y se iban a la ciudad. Mi padre beb!a mucho cuando estaba con gente, si bien no se enfermaba como mi abuelo, pero las discusiones entre mis padres me resultaban etra%amente familiares. Dna noche me despert# y vi a papá persigui#ndola por toda la casa. A la ma%ana siguiente ella ten!a un o'o amoratado y #l parec!a muy arrepentido. Culp# a mi madre del problema. Crec!, me cas# con un alcohólico y comenc# a asumir la res ponsabilidad de nuestros problemas, pero al mismo tiempo me sent!a resentida por esa carga. *arece que toda la vida me he sentido avergon&ada cuando algo sale mal y siempre he culpado a mi madre por los problemas familiares causados por el alcohólico. 6ebo de haber aprendido esa etra%a asignación de responsabilidad en mi familia porque a%os despu#s, cuando mi cónyuge inició un tratamiento, mi madre me di'o; 4=u# verg5en&a que no hayas podido curar el alcoholismo de tu maridoB o cur# el de tu padre4. Mientras tanto, sufr! una serie de problemas de salud que tuvieron como resultado varias hospitali&aciones, pero nunca encontraron causas f!sicas. +i los m#dicos ni yo relacionamos los problemas con la tensión provocada por el alcoholismo a'eno. 2oy, despu#s de a%os en Al-Anon, mis problemas f!sicos casi han desaparecido. 7legu# a Al-Anon debido a otra crisis que sacudió a nuestra familia. 7as notas de nuestra hi'a se hab!an deteriorado con rapide& y le ped! a la conse'era escolar que le hiciera una evaluación con respecto al alcohol. Mi hi'a le confió a la conse'era que su padre hab!a abusado seualmente de ella durante la madrugada, en los d!as en que beb!a. Mi marido fue arrestado y entró voluntariamente en un programa de tratamiento para su problema de alcohol. +uestra hi'a se aisló mucho, hasta se negó a volver a la escuela. Ante esta espantosa revelación me sent! confundida, sola, y llena de rabia asesina. 6urante la recuperación mi marido escuchó acerca de una 4convivencia4 de tres d!as y me sugirió que fu#ramos. +o ten!a nada que perder. )staba agotada y podr!a aprovechar los tres d!as de descanso. Me llev# una gran sorpresa. )n lugar de descansar, esperaban que me eaminara interiormente, que descubriera mis derechos y reconociera que ten!a necesidades. 7os dos primeros d!as me refugi# en una absoluta negación. +o ten!a ning8n problema. Culpaba a mi marido por todo. Si #l volv!a a la normalidad y mi hi'a se recuperaba, yo estar!a bien. Mi negación se derrumbó cuando me pidieron que yo misma me escribiera una carta. "Cómo podr!a hacerlo$ +o ten!a idea de a qui#n le estaba escribiendo. Se abrieron las compuertas y llor# durante varias horas. >!os de ira reprimida, de decepción y de dolor rodaron
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por mis me'illas. Cuando pude ponerme en contacto con mi verdadero yo descubr! que ya no estaba sola. 2ab!a gente con la que pod!a relacionarme y reuniones Al-Anon a las que pod!a asistir. )l *rimer *aso fue el más dif!cil y el más gratificante. )ra incapa& ante el alcohol y no todo era culpa m!a. 7o curioso acerca de culpar a otros es que cuanto más les apuntamos con el dedo, interiormente nos sentimos más culpables. 6esde mi ni%e& hab!a estado culpándome y reprimi#ndome. A medida que empe&aba a liberar responsabilidades que no me pertenec!an y al aprender a soltar las riendas y entregárselas a 6ios, no sólo mis emociones cicatri&aron sino que mi cuerpo tambi#n comen&ó a recuperarse. )l desprendimiento fue muy dif!cil pero a la ve& gratificante. 7os miembros Al-Anon me apoyaron con respecto al amor que sent!a hacia mi marido pero se rehusaron a aceptar su comportamiento inaceptable. A #l le correspond!a eperimentar las consecuencias de su comportamiento. 6ebido al abuso seual, tuvo que vivir fuera de casa durante GO meses. )n ese per!odo aprendió, por primera ve& en su vida, a ocuparse de s! mismo y yo aprend! a permit!rselo. Con la práctica de los 6oce *asos y los lemas, nuestras vidas comen&aron a cambiar. 2oy vivimos 'untos y ambos nos hemos recuperado. 6isfrutamos de la vida. Asistimos a reuniones semanales y nos hemos acercado a nuestro Creador. )stoy muy agradecida a mi *oder Superior y estoy descubriendo que puedo utili&ar los dones que 6ios me ha concedido. +uestra hi'a todav!a está sufriendo y me preocupa cuando no logro penetrar en su aislamiento. Mi madrina Al-Anón me ayuda a comprender su dolor y su ira sin abusar más de m! misma. Sabemos que es posible que necesite terapia, as! como recuperación y nuestro amor incondicional. 2ay cosas en la vida que no pueden olvidarse. Con la ayuda de AlAnón espero poder aceptar todos los sentimientos de mi hi'a cuando ella est# dispuesta a compartirlos, y espero no seguir haci#ndole da%o al negar su dolor para protegerme a m! misma. +o podr!a hacerlo sin el amor y el apoyo que me otorga la hermandad. (ambi#n agrade&co el que haya reuniones para ayudar a nuestros hi'os a recuperarse@ si ella lo desea, podrá asistir a reuniones que se concentran en hi'os adultos para sanar las heridas de un trauma que ninguno de nosotros hubiera deseado causarle, pero que mi marido le causó, y del cual no pude protegerla. )s un consuelo para m! saber que, independientemente de dónde o cuándo ella pueda reconocer la necesidad, Al-Anón estará disponible para nuestra hi'a como lo está para m!.
9EBE 9E SER M I CULPA
"evelar los temores ocultos auda a sanar Mi hermana menor, alcohólica, sufrió un terrible desconsuelo cuando su hi'o 8nico murió. 0ue v!ctima del descuido de un 'oven conductor que sal!a de una fiesta de despedida de soltero que duró toda la noche. Aunque ella vive a muchos Jilómetros de distancia, irrump!a en mi casa con llamadas telefónicas noche tras noche. 6urante tres meses, recib! llamadas a las tres de la ma%ana que me informaban que se iba a sui-cidar en ese instante. Me asust# y empec# a temer por mi propia cordura. 1racias a 6ios, finalmente llegu# a una reunión Al-Anón y recib! ayuda. *oco despu#s de unirme al programa, comenc# a sospechar que yo tambi#n podr!a ser alcohólica. Mi diagnóstico resultó correcto. 0ui a Alcohólicos Anónimos, donde comenc# un via'e hacia mi pasado olvidado. 0ue un camino escabroso. Me daba la impresión que no lograba captar el programa de AA y que no podr!a recuperarme. 0rustrada y desesperada, le ped! al 6ios que fuera, que me curara a m! y a mi familia. Me promet! a m! misma y a mi *oder Superior que si me ayudaba aplicar!a con fidelidad tanto el programa Al-Anón como el de Alcohólicos Anónimos, y estaba dispuesta a hacerlo. Con el tiempo, mi *oder Superior abrió una puerta de mi pasado que yo hab!a cerrado y sellado desde cuando era muy 'oven. >ecord# haberme despertado de repente, cuando era muy peque%a, y salir volando de mi cuerpo. Mi padre, que parec!a estar en trance y furioso, me estaba violando. Como ni%a inocente que era, le cont# a mi madre que papá me lastimaba. Mis dos padres son alcohólicos y a8n viven. Aunque pare&ca dif!cil de creer, mi madre es más violenta que mi padre. Su respuesta a mi revelación de lo que me hab!a hecho papá fue pegarme. Me sacudió con fuer&a, gritando con rabia; 4+o vuelvas a decir eso nunca másB4. o estaba aterrada y me sent! muy sola en un mundo hostil. *od!a morirme. Me tiró al piso y me golpeó. 6e repente se volteó, tomó un cuchillo y lo clavó en el hombro de mi hermanita. 7o 8nico que recuerdo es un miedo terrible, la sangre y el sentimiento de que todo hab!a sido mi culpa. Eolvió a cambiar de personalidad. 0ue a su cartera, sacó una moneda y me la dio diciendo; 4Ee a la tienda como una ni%a buena y cómprate un chocolate4. Sal! corriendo asustada y totalmente confundida. *or terrible que pare&ca, ese horrible recuerdo fue el comien&o de mi recuperación. 6esde entonces he recordado otros episodios de incesto y violencia, incluyendo la noche en la que papá abusó seualmente de mi hermanita mientras yo me hac!a la dormida, y la culpa y el terror que sent! a la ma%ana siguiente cuando mi madre la
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golpeó y la trató de prostituta. *ara conservar la cordura en medio de estos recuerdos tan crueles y sentimientos insoportables, necesit# terapia, dos programas de 6oce *asos, y much!sima ayuda de mi *oder Superior. 2e mantenido mi promesa con 6ios y asisto con regularidad a las reuniones, aplicando los *asos de Al-Anón y de AA. 6ios, a su ve&, me dio la capacidad de epresarme y me proporcionó gente bondadosa que me consuela cuando lloro. 6ios hace por m! lo que yo no puedo, me alivia lentamente del odio y del rencor que siento hacia mis padres. Aun con la ayuda de 6ios, de muchos de los dedicados y cari%osos amigos de Al-Anón y de una lluvia incesante de eperiencias espirituales, el camino sigue siendo abrupto. Mis padres lo niegan todo y me castigan Ppor decir la verdadP con el desprecio, el rid!culo y el distanciamiento. Si bien no puedo hacer que me amen, encontr# el valor para evitar que abusen de m! emocionalmente. (odav!a estoy nerviosa y lloro mucho, pero comien&o a querer vivir, y lentamente mi cora&ón cicatri&a. Antes de venir a Al-Anón, me hab!an catalogado de catatónica, psicótica, loca e in8til. A medida que aplico los *asos, desentierro el pasado y aprendo a aceptar la verdad. +o es etra%o que antes de la recuperación viera la vida como una carga que con frecuencia me hac!a pensar en el suicidio. 1racias a Al-Anon, tengo mis principios y estoy aprendiendo a liberarme. =reina del menosprecio= Dn buen libro, unos buenos amigos y el temor de perder mi empleo me llevaron a Al-Anon. 7a crisis que más tarde se convirtió en una bendición comen&ó cuando mi novio llegó tarde a una cita y luego vomitó y se desmayó en el ba%o. 7lena de asco, fui a casa de una amiga y vecina que era asistente social especiali&ada en ni%os de hogares alcohólicos. Me invitó a cenar con ella y su amiga. 96e'amos a esa piltrafa desmayado en el suelo y no me importó nadaB: 6espu#s de la cena me mostraron un libro sobre el matrimonio y el alcoholismo. 7o le! con avide& pero no estaba lista para ir a Al-Anon. Al fin y al cabo, o no ten!a ning8n problema@ ) l era el que lo ten!a. Al d!a siguiente, sinti#ndome tensa e infeli& con mi vida privada, tuve un altercado en el traba'o y sal! llorando. Cuando mi supervisor llamó a casa y con gentile&a me preguntó por qu# hab!a huido, no pude más y sollo&ando le cont# toda la historia. Me sugirió que fuera a Al-Anon. Mi vecina hab!a mencionado a Al-Anon, el pastor a quien recurr! despu#s del desastre de la oficina me habló de AlAnon, pero no fui a Al-Anon sino hasta que mi 'efe lo sugirió y tem!
perder el empleo si no lo hac!a. +o sab!a qu# esperar en Al-Anon, pero no esperaba encontrar tanta gente. Al verlos, decid! que no iba a hablar, pero lo hice. 7a amabilidad, la aceptación y el apoyo de una sala llena de desconocidos me sorprendió. Algunos se acercaron despu#s de la reunión para decirme que no pod!a hacer que el alcohólico de'ara de beber. )staba encantada. Al fin descubr! que no era mi responsabilidad. Contest#; 4)n lo que a m! respecta, puede beber hasta que se muera, no me importa4. )staba tan cansada de estar siempre trastornada, que ni siquiera me di cuenta del profundo desprecio que hab!a en mi vo&. +o sab!a que estaba por comen&ar un via'e que me llevar!a a lugares que nunca hab!a imaginado. Como gesto generoso hacia mi novio, cuya madre era alcohólica, decid! leer un cap!tulo de un libro que mi vecina me prestó acerca de lo que les ocurre a los hi'os de familias alcohólicas. *ens# que al leerlo podr!a comprender me'or a mi novio. 0ue terribleB )ste cap!tulo no hablaba de #l, sino de m!. )sas páginas revelaban mi vida con tal claridad que parec!a como si alguien se hubiera escondido con una cámara en nuestra casa. *ensaba que mi padre no pod!a ser alcohólico porque siempre manten!a el traba'o. Mamá por cierto lo sermoneaba, siempre le dec!a; 4+o prepares los tragos tan fuertes. +o a todos les gusta beber como lo haces t84. 7uego record# que sol!a llamar a papá un borracho feli&. (odas las noches se tomaba sus tragos frente al televisor y se quedaba dormido. As! era. +o se pon!a violento o irritado, pero no estaba disponible ni se involucraba en nada. Su cuerpo estaba all!, pero #l no@ igual que los hombres que eleg!. =u# impresiónB Cuando me un! a Al-Anon, perd! la popularidad que ten!a en mi familia. *ens# que iba a ser una #poca de '8bilo. Ahora sab!amos lo que no funcionaba y cómo se pod!a solucionar. As! que les di'e qu# era necesario arreglar y me contestaron que era una persona despreciable por insinuar que papá fuera alcohólico. *or lo menos hab!a aprendido lo suficiente en las reuniones como para continuar en el programa a pesar de ellos 9"o para mortificarlos$:. 7levaba unos tres meses de recuperación, cuando tuve que enfrentarme al más doloroso y desconcertante descubrimiento en AlAnon; parte de mi infelicidad hab!a sido causada por m / . 2ab!a cre!do que todo desaparecer!a si mi familia y mi novio lograban endere&arse. 0ue desgarrador admitir que mi propio martirio ten!a visos de melodrama. 7entamente sub!a las escaleras hacia mi trono de compasión, cantando mi sufrimiento, el vestido con una cola de quince metros de dolor y disfrutaba cada minuto de la función. me preguntaba por qu# a veces la gente me consideraba una persona dif!cil de tratar. )se momento terrible de toma de conciencia fue un momento culminante en mi recuperación. 6e ah! en adelante me
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concentr# en m! misma y en lo que pod!a hacer para sanar. +o me cas# con mi novio. Fl asist!a a AA por un tiempo pero luego lo abandonaba, y yo lo abandonaba a #l. +unca entend!
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todo e' desprecio que sent!a por #l sino hasta un par de a%os des!u&s de nuestra ruptura final. 2ab!a aprendido a despre %ia %o#o mi madre, que se burlaba de mi padre; 4Sólo me tom# un trago@ no n e c e s i t o más4. *ero yo tambi#n lo hac!a muy bien. Le hac!a saber a mi novio a cuántas reuniones asist!a y contaba 'as de #l. >echa&aba sus insinuaciones seuales. Confund!a el desprendimiento con alardear que mi programa era 4me'or4 y quer!a impon#rselo. 7a reina del menosprecio estaba ocupada ascendiendo a su trono de mártir. 7o hab!a dicho en la primera reunión; no me importa si bebe hasta morir. +o me importaba si se mor!a. 6ios m!o, cómo era de cruelB )stoy avergon&ada de mi comportamiento, pero no s# dónde está, as! que no puedo disculparme. 6e ve& en cuando pronuncio una plegaria por #l y le pido a mi *oder Superior que me perdone. (rato de aceptarme y comprender que mi ira y desprecio son parte de la enfermedad, al igual que su alcoholismo. *or supuesto no siempre supe que abrigaba ira. )sta enfermedad es muy astuta. 2e tenido que tragarme muchas de las palabras que he dicho. *or fortuna algunos miembros bondadosos las rociaban con un poco de a&8car para que me pudiera tomar el medicamento. Dna ve& le di'e a mi grupo; 4*uedo identificarme con cualquier emoción menos con la ira. +o siento ira. 7a ira es un sentimiento que no eperimento4. =ui&á no, pero tomaba antidepresivos y luchaba contra frecuentes pensamientos de suicidio. +o eagero al decir que sin Al-Anon hoy podr!a estar muerta. Mi ira estaba enterrada tan profundamente dentro de m! que no ten!a ning8n indicio, hasta que un d!a, en una reunión, mis o'os se llenaron de lágrimas y con furia le eig! al grupo una respuesta; 4"Cómo pudo 6ios permitir que eso me sucediera$ )ra sólo una ni%itaB4 2ace poco me cambi# de casa@ durante la mudan&a percib! algo de lo que hab!a sido antes. Al desempacar, escuch# algunos discos vie'os que no hab!a o!do hac!a mucho tiempo. 7a letra de las canciones estaban llenas de furia. 7a m8sica que
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me hab!a gustado era m8sica de ira. 2oy, a medida que mi ira se disipa, este episodio me parece una curiosidad del pasado. )l amor de mi *oder Superior tambi#n llegó lentamente. 7e di'e al mismo grupo; 4*uedo aceptar todas y cada una de las partes del programa ecepto la espiritual. +o creo en ella. )n lo que a m! respecta, pueden quedarse con su espiritualidad4. Sonrieron, me di'eron que siguiera viniendo y que la espiritualidad me llegar!a. >espond! que deber!a llegar sola porque yo no iba a salir a buscarla. llegó. La autocompasión ocultaa la ver7>enza la culpa Mi madre abusaba del alcohol. Creo que mis padres segu!an 'untos por los hi'os, pero se concentraban tanto en sus propios problemas que no estaban presentes emocionalmente para nosotros, a pesar de sus buenas intenciones. (odos negábamos el alcoholismo de mamá y recha&ábamos a mi hermana cuando trataba de contarnos acerca de botellas ocultas ba'o el fregadero de la cocina. Cuando mamá se emborrachaba, a veces me confiaba su infelicidad por estar casada con papá. +o me gustaba estar entre los dos, odiaba esta situación, en especial porque era el 8nico momento en que ella confiaba en m!. Mi hermano y mi hermana eran los chicos buenos. o me sent!a la mala. Ment!a, le pegaba a otros, robaba, lloraba, me que'aba y gem!a mucho. 6esde muy ni%a me obsesion# con el seo. Ahora me doy cuenta de que muchos de mis amigos proven!an de hogares alcohólicos con problemas@ mis amigos hombres eran adictos o alcohólicos. +os atra!amos como imanes. Anhelaba amor y atención desesperadamente y pensaba que el seo era la manera de obtenerlos. Me involucr# con un chico mayor y pens# que me recha&ar!a y abandonar!a si no le daba lo que quer!a. )n ese entonces no sab!a nada acerca de tener opciones. A los diecis#is a%os, embara&ada y soltera, mi escan-
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dali&ada familia, me envió en secreto a un hogar para madres solteras. Avergon&ada y culpable, sent! que deb!a entregar a mi hermoso beb# en adopción. A lo largo de todo ese dif!cil proceso nadie me preguntó por mis sentimientos@ as! que decid! enterrarlos profundamente para protegerme de más dolor. Cuando regres# a casa, parec!a que los problemas familiares se concentraban ahora en m!. Mi familia se fi'aba en lo que hac!a, a qui#n ve!a, y se preocupaba de que volviera a quedar embara&ada. *ara escaparme me cas# con un alcohólico, cuyo padre tambi#n era alcohólico. 7os 8ltimos a%os de nuestro matrimonio de ocho a%os estuvieron llenos de crisis, caos y violencia de ambas partes. 7a autocompasión me ayudaba a 'ustificar gran parte de mi comportamiento irracional. 1astaba dinero en forma desaforada, tuve muchas aventuras con hombres, viv!a un mundo de fantas!a, abusaba de pildoras para la depresión e intent# suicidarme. )ra emocionalmente inmadura y fing!a en el momento oportuno. *ensaba que si alguien descubr!a lo que en realidad era no me querr!an y, lo que es peor, no me amar!an. Earios a%os despu#s de mi divorcio me cas# con mi actual esposo. )n realidad le cre! cuando me di'o que beb!a porque se sent!a solo y pens# que podr!a eliminar su soledad con mucho amor, devoción y control. +o cur# su soledad pero #l logró ingresar a un centro de tratamiento del alcoholismo. 1racias a 6ios me alentaron a ir a AlAnon. Me compromet! a asistir a las seis reuniones recomendadas y qued# enganchada. +o queda ninguna duda; mi vida era absolutamente ingobernable. =uer!a alcan&ar lo que esa gente sonriente y alegre ten!a, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por lograrlo. )n esas reuniones descubr! que no ten!a poder sobre las personas, los lugares o las cosas, pero no estaba perdida, ten!a esperan&a. 0inalmente encontr# la esperan&a. $ Comenc# a comprender la forma de vida enfermi&a que 4hab!a elegido. Me di cuenta de cómo me hab!a enfermado a causa de la enfermad familiar del alcoholismo. 6escubr! cómo hab!a usado la seualidad, y abusado de ella, para evitar la intimidad, el amor y el acercamiento emocional, para probar mi capacidad de atracción y para controlar a otros. )n realidad, yo era la 8nica controlada por la verg5en&a, la soledad, el temor y la negación de los sentimientos. 2oy he aprendido a amarme y respetarme a m! misma y a los demás. *uedo amar de forma incondicional y ya no equiparo el amor y dolor. *uedo eperimentar una relación !ntima y digna de confian&a con mi esposo, un miembro en recuperación de Alcohólicos Anónimos. Agrade&co su paciencia, amor, tolerancia y comprensión. 1racias a las puertas que Al-Anón me abrió, #l es mi me'or amigo. Me siento muy agradecida porque Al-Anón tra'o bienestar a mi vida. Creo que el padrina&go es un beneficio adicional de Al-Anón. Con un padrino o una madrina aprendemos a amar. Aprendemos que la aceptación, la comprensión, el dar y recibir tienen que ser
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rec!procos. Si bien muchos perdimos la capacidad de confiar -o incluso de relacionarnos- durante nuestra ni%e& impregnada de alcohol, al ponernos en contacto con nuestro padrino o madrina, podemos volver a go&ar de estos elementos vitales. +o podemos hacerlo solos porque las traiciones y las p#rdidas sucedieron con gente y necesitamos a la gente para que nos ayuden a sanar. )stoy eternamente agradecida por la gran recuperación de mis relaciones que Al-Anón facilitó, y sigo involucrada en la labor de servicio porque quiero darles a otros lo que tan generosamente me fue dado.
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S u " e e n !% ai a sa e % o n o % e $ . e n % e' a n e " a % i - n 7os que crecimos con el alcoholismo hemos vivido en un mqndo de negación durante tanto tiempo, que nos parece casi imposible distinguir entre la tensión cotidiana y los efectos de la enfermedad. +os preguntamos si tenemos problemas diferentes de los de otras personas. "Acaso la gente no se siente insegura o eperimenta una crisis$ 7a negación es en gran parte un proceso inconsciente en el cual el conocimiento de las repercusiones de lo que ocurre en realidad se reprime gradualmente hasta que la conciencia del mismo se pierde por completo. 7a negación y la confusión se entrela&an y la negación familiar incrementa la confusión. *odemos confundir la autoestima sana con el ego!smo o preguntarnos si la vida en nuestras familias fue 4realmente tan mala4 9ya que todos los demás insisten en que no lo fue:. Algunos encontramos el camino a Al-Anon cuando el alcohólico de nuestra vida entró a AA. Algunos quedamos aislados, #ramos los 8nicos que sospechábamos que algo no funcionaba bien, mientras que otros miembros de la familia se enfurec!an ante la idea de que asisti#ramos a Al-Anon. Einimos porque los terapeutas nos enviaron o porque le!mos un libro y decidimos intentarlo. "Cómo podemos saber si este es nuestro lugar si no estamos seguros$ Al-Anon es una hermandad de personas que se sienten incómodas con el beber de otros. Somos gente que vive con el alcoholismo activo en sus hogares, amigos de personas que parecen tener problemas con el alcohol, y personas que han roto relaciones con alcohólicos o bebedores de cualquier tipo. Somos un grupo muy variado. 7a recuperación puede comen&ar cuando reconocemos que el beber de otros nos ha afectado. "Cómo lo sabemos$ 2emos encontrado que las respuestas a las preguntas siguientes G nos ayudaron a decidir si crecimos o vivimos con el alcoholismo, y tambi#n pueden ayudarles a ustedes.
N. "Iusca constantemente aprobación y afirmación$ Q. "6e'a de reconocer sus propios logros$ R. "7e inspira temor la cr!tica$ . "Se desvive por todo$ O. "2a eperimentado dificultades con su propio comportamiento
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compulsivo$
. "*recisa la perfección$ G/. "Se inquieta aun cuando su vida transcurre serenamente, anticipando problemas continuamente$
G. "Se siente más en#rgico en medio de una crisis$ GG. "Se cree a8n responsable por los demás, como lo fue por su ser querido alcohólico$
GH. "7e es fácil ocuparse de los demás, pero le resulta dif!cil ocuparse de s! mismo$
GN. "Se aisla de las demás personas$ GQ. ">esponde usted con miedo ante autoridades y personas enfadadas$
GR. "Cree que las personas y la sociedad en general se aprovechan de usted$
G. ")perimenta dificultades con las relaciones !ntimas$ G "Se crió 'unto a un bebedor con problemas$ ON Al-Anon 0amily 1roup 2eadquarters, 3nc.
GO. "Confunde la piedad con el amor, como le sucedió con el bebedor con problemas $
G. "Atrae yTo busca gente que tiende a ser compulsiva yTo abusiva$ H/. "Se ata a relaciones por temor a estar solo$ H. "Suele desconfiar de sus propios sentimientos y de los sentimientos epresados por los demás$
HG. "Se le hace dif!cil identificar y epresar sus emociones$ HH. "Cree usted que la forma de beber de su padre o su madre puede haberle afectado$ Si contestó afirmativamente a algunas o a todas las preguntas anteriores, Al-Anon puede ayudarlo. 2emos visto que la enfermedad del alcoholismo perturbó nuestra 'uventud y contin8a afectando nuestra vida adulta de maneras sutiles y evidentes. 6ebido a la enfermedad, nuestros padres no pudieron darnos lo que necesitábamos cuando ni%os para poder madurar en plenitud. +uestra carencia de bases emocionales a veces se disfra&a de responsabilidad ecesiva. *odemos parecer maduros y serios cuando en realidad nos falta confian&a y empu'e.
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)l temor que acompa%a la enfermedad del alcoholismo crea dificultades para hablar de nuestros problemas, confiar en nosotros mismos y en otros, y sentir nuestras verdaderas emociones. +o hablar, no confiar y no sentir nos ayudó a sobrevivir cuando #ramos ni%os, pero ahora, como adultos, esas cosas son las que nos mantienen enganchados a pautas que no funcionan. Mientras estemos atrapados por las pautas de la ni%e& sobre relaciones aprendidas en hogares alcohólicos, obtendremos los mismos infelices resultados. >epetir comportamientos y al mismo tiempo esperar resultados diferentes es una forma insensata de comportarnos, que en Al-Anon aprendemos a detener. Antes de poder interrumpir un comportamiento es necesario reconocerlo, lo que eige vencer la negación que hemos construido en torno a esos a%os infelices para mantener nuestros secretos ocultos de nosotros mismos. 7a negación se vence cuando de'amos de esperar un pasado me'or, aceptamos la realidad de ese pasado y nos empe%amos en crear un presente distinto. )n Al-Anon aprendemos a abordar los vie'os problemas de una forma diferente. Al intentar cambiar, se nos alienta a crecer a nuestro propio ritmo y a utili&ar las sugerencias que funcionen para nosotros@ as! se desarrollan la responsabilidad y el individualismo, aspectos importantes de la madure&. Sentir aflicción por nuestras p#rdidas es doloroso y triste, pero en la hermandad encontramos consuelo. 6e'ar que afloren la ira y el miedo ocultos puede atemori&arnos, pero encontramos el valor para hacerlo. )l desprendimiento puede parecer como si estuvi#ramos abandonando o como si nos abandonaran, pero tenemos un apoyo nuevo. Al asistir a las reuniones de Al-Anon, hacemos nuevos amigos y encontramos bondad y amor incondicional. *racticar los 6oce *asos nos abre a la espiritualidad y nos ense%a a amar en lugar de facilitar. Eencer la negación vale la pena. )n Al-Anon aprendemos a fortalecer nuestra verdadera personalidad y descubrimos que ya no estamos solos. )ntender el alcoholismo como enfermedad nos permite sacarlo del reino de la culpa y la verg5en&a, liberándonos para ver nuestros propios errores. Con el tiempo, a medida que descubrimos las pautas maravillosas de vida que los 6oce *asos nos otorgan, generamos gratitud por los dones espirituales de la recuperación. Al escuchar que llegar!amos a agradecer al alcoholismo, estábamos seguros de que los miembros de nuestro grupo estaban locos. 2oy sabemos que aunque no le estemos realmente agradecidos al alcoholismo, s! estamos agradecidos por haber descubierto el mundo de cicatri&ación y bienestar que
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Al-Anón nos ofrece. )sto no quiere decir que al aplicar el programa Al-Anón los retos y los problemas hayan desaparecido por completo, pero hemos encontrado nuevos medios efectivos de enfrentarlos. vivir con serenidad entre los desaf!os de la vida es un don espiritual que desear!amos compartir. So responsale 2ace die& a%os me encontr# en una reunión Al-Anon. >ecuerdo haberme sentido asustada, sola, confundida, herida, enfadada, ahogada, indefensa e infeli&. Sin embargo, no sab!a por qu# estaba en esa reunión. "=u# pod!a hacer esa gente por m!$ +o ten!a conciencia en ese momento de que el alcoholismo que reinaba en mi casa durante mi infancia, todav!a estuviera afectando mi vida. 2ab!a ido sólo para darle el gusto a un compa%ero de traba'o. 6urante los meses anteriores a mi primera reunión eperiment# un desinter#s y una soledad constantes. Sent!a una ira y un dolor infinitos y estaba abatida, totalmente desesperada y terriblemente sola. *oco despu#s del nacimiento de mi hi'a, mi madre murió y la compa%!a donde traba'aba mi marido se cerró. )n nuestra desesperación nos culpábamos el uno al otro, hasta que destruimos todo rastro de amor y confian&a. Mi compa%ero de traba'o escuchó con atención mis historias de dolor y al final me sugirió que recurriera a Al-Anon. )staba divorciada y viv!a con mi hi'ita en ese momento, pero no quise ir. +egu#. 6iscut!. >ehus#. 6i'e; 4S!, pero...4. 2u!. 7lor#. >abi# y me sal! de las casillas. *as# por alto. segu!a sintiendo dolor. Dn d!a mi amigo di'o algo que me llegó al alma. Me hab!a escuchado, apoyado, sostenido y hab!a sido paciente. 6urante mucho tiempo hab!a sido testigo de mi perturbación pero mientras tanto yo no estaba haciendo ning8n esfuer&o por obtener ayuda en la hermandad. 0inalmente, como si quisiera deshacerse de m!, di'o; 4Iueno, debes estar sacándole prove
cho a todo esto. 2ay algo en ti que requiere la enfermi&a satisfacción que obtienes de toda la infelicidad por la que decides atravesar4. 3mag!nenseB *or la que d e c i d o atravesarB Cómo se atreve a decir esoB 7o voy a poner en su sitioB Eoy a ir a su est8pida reunión Al-Anon y le demostrar# que está equivocado. )n lugar de eso, fue la conmoción de mi vida. 7as puertas se abrieron. Muchas cosas -en realidad t o d o 0 cambiaron. 7o me'or; yo cambi#. )staba demasiado ofuscada como para comprender gran parte de lo que o! en aquella primera reunión, pero un miembro sugirió que probara asistir durante tres meses. 6i'o que si despu#s de ese per!odo todav!a quer!a irme, con mucho gusto me devolver!an mi infelicidad. 2an sido die& a%os dif!ciles pero provechosos desde esa reunión, y no tengo la menor intención de recuperar mi infelicidad. 1racias a Al-Anon he podido superar las #pocas duras de mi vida. Muchas veces las cosas o los acontecimientos de mi vida no cambian@ sencillamente aprendo a mane'arlos me'or. 2e tenido que aprender a defenderme a m! misma. +o fue fácil, pero como resultado, mi autoestima se elevó. Dna de las cosas más importantes que he aprendido es que no lo s# todo. 2oy, la alentadora realidad es que no debo saber ni resolverlo todo yo sola. 6!a a d!a traba'o con mi madrina, o leo, o le conf!o cosas a mi *oder Superior. Siempre consigo lo que necesito. A veces releo algo y descubro una idea totalmente nueva. Me sorprendo y me pregunto dónde estaban esas palabras durante la primera lectura. 2oy mis o'os se llenan de lágrimas al tratar de encontrar palabras para describir lo que Al-Anon me ha brindado. 2ay un hermoso cuento infantil clásico donde el autor describe 4la realidad4 como algo que sólo aparece despu#s de haber pasado una prueba muy dif!cil, de la que sales agotado por haber dado tanto de ti. (uviste que 4vivir4 la realidad, y luego es dif!cil volver a
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ser irreal. )so es lo que siento que Al-Anon hace por m!. A trav#s de la firme&a y la honestidad del programa, del cuidado y el amor de muchos miembros y de la orientación de mi *oder Superior, aprendo qu# significa que me quieran de verdad, y todos los d!as me vuelvo un poquito más real.
C O M E NL ;A A R RECUPERACI
Un miembro muy antiguo de Al-Anon recordó que uno de sus más valiosos discernimientos fue darse cuenta de que 4la gente herida hiere a la gente4. )sta declaración ayuda a eplicar cómo las personas que se aman pueden, sin embargo, continuar inconscientemente el ciclo destructivo de actitudes y comportamientos abusivos, pese a desear fervientemente actuar de manera distinta. 7a gente que ha sido herida o que siente dolor, trata por supuesto de despo'arse de ese dolor. Al hacerlo, con frecuencia repiten lo que le hicieron o, en cambio, intenta furiosamente hacer lo contrario, hiriendo de esa forma a otros. A menos que se inicie la recuperación, la culpa, la ira, la depresión y muchas otras actitudes negativas pueden perpetuarse por generaciones #n una familia afectada por el alcoholismo. 7as personas que no obtienen ayuda para s! mismas seguirán sufriendo a causa de sus heridas emocionales y lastimarán a otros sólo porque no saben cómo n o hacerlo. +o obstante, al tomar conciencia del peligro, podemos aprender a protegernos y a ocuparnos de nosotros mismos, y, al ir cicatri&ando, herimos menos a los demás. Abrumados por asumir responsabilidades de otra gente, podemos resistirnos a la sugerencia de concentrarnos en nosotros mismos, ya que podemos pensar que ser!amos un problema más en la monta%a de problemas que ya acarreamos. *ero en Al-Anon encontramos que asumir la responsabilidad de nuestras propias acciones y de nuestra felicidad es el comien&o esencial para recuperarnos de las
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penosas eperiencias de crecer con el alcoholismo. Centrarnos en nosotros nos permite liberar a otras personas para que resuelvan sus propios problemas y nos permite encontrar la satisfacción y tambi#n la felicidad. )n Al-Anon aprendemos a reempla&ar ideas y comportamientos negativos por alternativas positivas, pero puede ser muy complicado hacerlo sin culpar a otros o a nosotros mismos por el dolor que sufrimos. +o negamos que estamos heridos. >econocemos nuestro dolor y su origen pero no nos aferramos a la ira o la culpa. )l camino hacia la recuperación de los efectos del alcoholismo en la familia puede ser más prolongado y más lento de lo que desear!amos, pero muchos miembros Al-Anon transitaron senderos apropiados que tambi#n pueden servirnos a nosotros. )s un camino de nutrición, de autoafir-mación, a menudo dif!cil, que iniciamos 'untos, comparti#ndolo tan honesta y amorosamente como nos sea posible. )n Al-Anon creemos que un *oder superior a nosotros nos ayuda y nos gu!a en el via'e hacia la serenidad. +o definimos este *oder pero compartimos nuestra eperiencia acerca de #l con el pró'imo. (ambi#n compartimos nuestra eperiencia, fortale&a y esperan&a al aprender formas diferentes de relacionarnos. Al comien&o, algunos consideran que el grupo funciona como un *oder superior a nosotros mientras que otros desarrollan un 6ios de su entendimiento. Al admitir que nuestras vidas y familias no son perfectas despu#s de todo, sospechamos que nuestras dificultades actuales pueden ser el resultado de haber crecido 'unto a bebedores con problemas. )aminamos nuestras vidas y decidimos; 4)sta infelicidad debe terminarB4. (al ve& estemos ansiosos de cambiar todo y a todos a nuestro alrededor, pero, "cómo$ Si lo supi#ramos, "acaso no lo hubi#semos hecho ya$ Dna de las consecuencias de crecer en una familia en la que el alcoholismo imperaba es que algunos tendemos a creer que estamos indefensos. Con frecuencia nos sentimos in8tiles pese a que eteriormente tengamos #ito. Confundidos y desconfiados, ya hemos intentado cualquier plan o t#cnica conocidos para ser felices, pero sin #ito. Algunos tratamos de ocultarnos de las emociones terribles y obsesivas que eperimentábamos en nuestros hogares evitando premeditadamente cualquier tipo de emoción. +os volvemos intelectuales y podemos anali&ar todo y a todos. Sin embargo, nuestras relaciones no funcionan y un análisis prolongado no consigue resultados. )l alcoholismo afecta a los alcohólicos y a sus allegados en forma emocional, f!sica y espiritual. Cicatri&ar todos los aspectos es imprescindible para la recuperación. A veces nos sentimos tristes y desalentados por nuestros esfuer&os de recuperación y nos parali&a el miedo. 3ncluso los primeros intentos parecen una tarea monumental. =ueremos hacer todo
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-incluyendo la recuperación- perfectamente, pero aun dar el primer paso es dif!cil. "*or dónde deber!amos empe&ar$ )s 8til recordar que cualquier proceso de crecimiento, desde aprender a caminar hasta convertirse en un adulto pleno, es gradual, y rara ve& se cumple a la perfección. Avan&ar poco a poco, aunque se presenten obstáculos, es me'or que quedarse inmóvil. Al avan&ar lentamente podemos disminuir nuestros temores y aprender que ninguna situación es totalmente desesperada, que no estamos indefensos y que ning8n dolor es tan grande que no se pueda aliviar. 6ado que tenemos necesidades diversas, en Al-Anon se nos alienta a tomar lo que podemos utili&ar de las ideas de otros y a de'ar el resto. +o hay dos personas que apliquen el programa de la misma manera. A menudo, los reci#n llegados preguntan; 4"=u# debo hacer$, "cómo funciona Al-Anon$4. 7a mayor!a de nosotros no puede contestar esas preguntas sin un debate profundo que tal ve& ni siquiera sea necesario, ya que el proceso es 8nico para cada persona. 7o que cada uno de nosotros aprendió proviene en gran parte de la eperiencia personal que debe sentirse para poder ser comprendida. *or eso animamos a los reci#n llegados a que asistan a las reuniones y luego decidan por s! mismos. )sto puede ser muy frustrante para un nuevo miembro porque el mensa'e requiere cierta confian&a, algo que los familiares de alcohólicos no poseen en mayor medida. *ero la confian&a crece a trav#s de mutuos actos de bondad, que vemos en abundancia en Al-Anon, cuando nos damos el tiempo de recibirlos. Eenir a Al-Anon sin epectativas o compromisos previos permite fomentar lentamente la confian&a y el desarrollo natural de la identificación con otros miembros. Sin embargo, es natural que preguntemos qu# deber!amos hacer. 4Aplica los *asos -puede decir alguien o- Consig8ete un padrino4. 7eer folletos o libros@ ofrecerse para preparar caf# u organi&ar las sillas@ hablar con la gente. (odas estas sugerencias son formas prácticas de comen&ar. +o hay un 8nico camino apropiado para la recuperación, ni tampoco un camino totalmente errado. Alternativas muy diversas pueden resultar incómodas a los reci#n llegados que han vivido en el caos y la confusión, y en familias que cambiaban de orientación en medio de compromisos asumidos. 1ran parte de nuestra 'uventud estuvo inmersa en la incertidumbre y la imprevisión. =ueremos una ho'a de ruta. @ a ; 7o que sigue es u n a ho'a de ruta, u n a manera de empe&ar la recuperación. Algunos desearán tomar la ruta pintoresca, otros la directa y estrecha. (ienen la libertad de adaptar el camino conforme a sus necesidades y a su propio ritmo. (odos los caminos pueden conducir a la recuperación si los recorremos de manera diligente. )st#s o no seguro, si has llegado hasta aqu! ya sabes lo suficiente para comen&ar. 2a&lo con calma, pero h a z l o .
A S I S T I R = L A S R E U N I O N E S ( ES V I T A L
9ebo tene a'"+n !ob'e#a teib'e0 es un !ensa#iento sed&tO qi> #u%,os "uada#os en 'o #4s e%-ndito de nuesta #ente1 Tene#os 'a i#!esi-n de !osee una )a''a o un !e%ado a' sentinos tan in%-#odos %on nosotos #is#os $ %on e' #undo1 Con )e%uen%ia( si 'a e%u!ea%i-n no ,a %a#biado 'as !au'as "astadas en nuestas !etubadas )a#i'ias( se nos %on2 )i#ai?# nuestos !eoes te#oes1 Si nos ate.e#os a ad#iti una ne%esidad o e' senti#iento de inada!ta%i-n( se nos a!un2 ta %@11111I dedo es%u%,a#os 05T+( t+1 t+6 E' !ob'e#a b?flti"o es111 5Mi !ob'e#a ees /+601 Ata!ados en 'a ta#!a de' 0*ue"o de 'a %u'!a0( in%'uso si se%eta#ente sos!e%,a#os que todo e' !ob'e#a está e t i nosotos( no quee#os ad#iti'o ante nadie1 Poque enton%es !od/a#os realmente esta en !ob'e#as1 En esas %i%unstan%ias( asisti a nuesta !i#ea euni-n A'2 Anon !uede se un a%to de eno#e .a'o1 Pode#os en%onta ese .a'o en 'a deses!ea%i-n1 Es!ea#os a!ende a''/ 'a )o#a de %onto'a a ota !esona o una situa%i-n que $a no !ode#os to'ea1 A .e%es un a#i"o o %onse*eo que %o#!ende nuesto do'o nos "u/a %on de'i%ade7a a una euni-n1 A'"unos nos es%onde#os en e' !ete8to de 0in.esti"a0 e' !ob'e#a 0!aa un a#i"o01 Otos I%e#os un 'ibo $ de%idi#os que .a'e 'a !ena !oba A'2Anon1 Casi todos te#e#os que se nos a%use( %u'!e( ase"ue( asesoe o de %ua'quie #anea %on
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firme nuestra sospecha insistente de que algo anda mal. Asistir a las reuniones es una buena forma de comen&ar la recuperación aunque dudemos que Al-Anón puede ayudarnos. All! escuchamos a mucha gente tratando de resolver las eigencias -a menudo in'ustas- de la vida. 6ado que no nos apuntan con un dedo, podemos ver nuestras propias caracter!sticas reveladas en otras personas, a medida que cuentan sus propias historias. 7a honestidad de los compa%eros, que han luchado con las mismas dudas y heridas que nosotros, nos induce afablemente a admitir lo que hemos intentado negar. 0uimos y estamos afectados por la enfermedad de nuestra familia. +o hemos podido escapar, pese a haberlo intentado firmemente. Si concurrimos lo suficiente a diversas reuniones podremos escuchar fragmentos de nuestra propia historia contados por otros. )ncontraremos que aunque se nos invita a compartir, no tenemos la obligación de hacerlo. +adie nos 'u&ga ni dice; 4(8, t8, t8, el problema contigo es...4. +o nos dicen qu# hacer@ no nos critican por nuestra forma de sentir. +o ser abrumados con conse'os puede resultar raro e incómodo, pero ayuda a crear un lugar seguro. Aprendemos que la me'or manera de averiguar si Al-Anón puede ayudarnos a vivir vidas más ricas, plenas y felices es simplemente venir, mantener un criterio abierto y escuchar.
LA LECTURA LAS REUNIONES ABRIERON LAS PUERTAS 9E NUESTROS CO RA;ONES 4em/ el aandono Mi padre murió cuando yo ten!a un a%o y mi madre se volvió a casar cuando cumpl! los tres. (anto mi madre como mi padrastro son hi'os de alcohólicos. 2oy veo que tambi#n
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sufrieron en su vida los terribles efectos de la enfermedad de sus padres. Antes de unirme a Al-Anón luchaba contra pautas continuas de abandono, abuso y un sentimiento penetrante de na ser lo suficientemente buena. Mis primeros recuerdos se refieren a la ira de mi padrastro. (rat# de escapar de esa ira comportándome muy bien, no causando ning8n problema y so%ando cómo habr!a sido la vida si mi padre no hubiese muerto. )staba convencida de que habr!a sido mucho me'or. 7a conducta de mi padrastro era totalmente caprichosa. A veces era afectuoso, pero en un segundo pod!a convertirse en un monstruo vociferante. Con frecuencia perd!a cosas y se enfurec!a. )ig!a un silencio absoluto mientras miraba televisión y gritaba si yo me asomaba. o cre!a entonces que hab!a hecho algo malo. Cuando mamá sufrió un ataque al cora&ón me for&aron a desempe%ar el papel de cuidadora de la familia. Sent!a que la casa era una ci#naga de arenas movedi&as que me tragaba. *ermanec!a a flote limpiando la casa, de forma compulsiva, ocupándome de mis hermanas y siendo una estudiante modelo. )l miedo al abandono controlaba todas mis acciones. *ensaba que si no manten!a las cosas en su lugar y controlaba el caos, mamá y papá se enfadar!an mucho y podr!an abandonarme. )n mi mente y en mi temeroso cora&oncito cre!a que deb!a encargarme de todos para que as! me necesitaran y fuese digna de su amor. *ero, sin importar lo que hiciera, papá se eno'aba y me persegu!a. o me escond!a en el armario. Corr!a a casa de alg8n amigo. A veces #l me sacaba de la cama a tirones, a las tres de la ma%ana, para castigarme de nuevo por alguna falta por la que ya hab!a sufrido. o pensaba; 4Seguramente es mi culpa. 6ebo tener alg8n problema terrible4. 7os mensa'es de mis padres eran muy confusos. *arec!an decir; 4(e quiero TEeteB -(e necesito T)res una cualquiera- Si no fuera por ti, vivir!a me'or4. 6e ellos aprend! tres cosas sobre
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m! misma; no soy nada, pero tengo mucho poder@ puedo solucionar cualquier cosa si lo hago más rápido, más intenso, me'or@ yo soy el problema, pero todos dependen de m!. )leg!a amigos -alcohólicos y gente con un comportamiento imprevisible- que refle'aban mis sentimientos de poco merecimiento. Cuando no les ca!a bien o me trataban mal, me preguntaba una ve& más qu# problema tendr!a. 2ace seis a%os, cuando mi relación con un alcohólico sobrio se tornó insoportable, prob# Al-Anón. Si bien eperiment# cierta pa& despu#s de la primera reunión, tuve dificultades en contraer compromisos con otras personas. Cuando compart! mi preocupación con un miembro Al-Anón, me di'o que siguiera asistiendo. Me alegro much!simo de haberlo hecho porque sucedieron cambios maravillosos en mi vida simplemente mediante la asistencia regular a las reuniones. 7as reuniones Al-Anón son una fuente inagotable de amor, apoyo y recuperación. Siempre escucho algo con lo que puedo identificarme y usar en la vida. ?tros miembros comparten recuerdos que desencadenan mis propios recuerdos ocultos. )n las reuniones encontr# una madrina que me precede alg8n trecho en el camino de la recuperación, alumbrándome el camino. Al escucharme y valorar mis sentimientos, aprend! a confiar. Me ense%ó a hacer las cosas de manera diferente, un poq'uito a la ve&. 7ogr#, finalmente, tener la primera relación en la cual me sent! amada y aceptada incondicionalmente. +o ten!a formación religiosa formal o conceptos de 6ios o de *oder Superior. Sólo sab!a que en caso de eistir un 6ios, yo no le importaba ni me ayudar!a. +unca lo hab!a hecho. )n las reuniones conoc! amigos que sugirieron que actuara como si creyera, sólo para ver qu# suced!a. 7o hice, y fue el inicio de mi confian&a en un *oder superior a m! misma. )sa confian&a era tan peque%a como una semilla de mosta&a. Creció lo suficiente como para llenar el gran vac!o espiritual que he sentido a lo largo de mi vida. Cada ve& que he llorado de dolor, el amor de 6ios y Su gu!a se hicieron presentes para atravesar ese dolor y me ha fortalecido hasta recuperar la confian&a. *ude probarlo a trav#s del fallecimiento de muchas personas que amaba. Con cada muerte ca!a en crisis y dudas. Sucumb! a un agu'ero negro, pero incluso de all! 6ios me rescató cuando estuve lista para soltar las riendas y confiar. Con una relación con el 6ios de mi entendimiento que nunca imagin# posible, ya no me siento abandonada. Con reuniones, amigos, una madrina y mi *oder Superior, ya no
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estoy sola.
Escuch) con atención Dno de los primeros dones logrados en Al-Anon fue la capacidad de identificar sentimientos. )n las reuniones escuchaba a otros referirse a los diversos sentimientos que eperimentaban y trataba de identificar con mayor claridad los m!os. 7a sensación de vac!o en el fondo del estómago era miedo. >econoc! el enorme peso en el pecho de algunas ma%anas como terror. Aprend! que el miedo y el terror no eran presagios sino sentimientos, y que pasar!an. Al despertar cada ma%ana observaba lo que sent!a. Si dec!a; 4Ah, s!; 2ola, miedo. (e cono&co4, el temor desaparec!a. 7os sentimientos iban y ven!an. 7ogr# distinguir la angustia del terror matinal de otros sentimientos como la insatisfacción, la frustración o el disgusto. 7a asistencia continua a Al-Anon me dio esperan&as y fuer&as para anhelar buenos sentimientos. Siento satisfacción al observar la acera ba%ada por el sol ba'o mi árbol preferido. >ecordar los veranos que pas# con mi abuela en su 'ard!n evoca la ternura. )scuchar el canto de los pá'aros me causa alegr!a. 6icha, pa&, satisfacción, calma... ahora los cono&co y eli'o esos sentimientos. )n las reuniones de Al-Anon aprend! a prestar mucha atención a la gente y a escuchar lo que en realidad dec!an. )ra capa& de entender lo que mi esposo quer!a decir en medio de una discusión o cuando llamaba, mucho despu#s de que la cena fuera servida, para anunciar que no vendr!a a cenar. Crec! con una madre gritona. 3nsultaba y blasfemaba con mucha imaginación hasta que cumpl! once a%os. 7uego mamá conoció la religión y de'ó de insultar. (odav!a gritaba, humillaba, criticaba, ignoraba, despreciaba y avergon&aba. 7o hac!a estando sobria. *apá era el bebedor que deb!a tener lista la 'arra de martini en el congelador cuando volv!a a casa del traba'o, pero yo lo consideraba una persona dulce que me amaba. Se iba al traba'o horas antes de que yo me levantara, volv!a tarde y pocas veces hablaba, pero cuando lo hac!a recuerdo que era con sonrisas, palabras simpáticas y regalos. o estaba equivocada. )n realidad, papá reclamaba el t!tulo de arbitro en la familia. Dn 'ue& estricto que dictaminaba cómo deb!amos tratar a mamá y cómo deb!amos hablarle. 6ecid!a lo que
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pod!amos hacer y luego se escandali&aba de lo que hac!amos. 2ace poco lo llam# y le ped! que me ayudara a entender mi segundo divorcio Pel divorcio maloP el de los tres ni%os, la casa elegante, el marido e'ecutivo. Me di'o que yo era sólo uno de sus cuatro hi'os. (en!a otros tres, además de su propia vida, su propio matrimonio fracasado, sus propios problemas de salud, sus propios males. Me dolió escuchar eso, pero lo hice. 7o que o! me ayudó en la recuperación porque papá me habló como mi elegante marido e'ecutivo me hablaba. )scuch# que papá her!a emocional-mente, del mismo modo que mamá lo hab!a hecho. Me escuch# a m! misma pidiendo por algo que no sólo fui recha&ada sino tambi#n despreciada y ridiculi&ada. )scuch# y llor#. Solloc# pero no me desplom# ni mor!. +o sent! ese nudo fr!o en el centro del cuerpo que dec!a que estaba equivocada. )n cambio me sent! aliviada despu#s de llorar. Ahora comprendo por qu# eleg! amar a hombres ego!stas, vac!os, distantes. Mi 4dulce4 papá estaba absorto en su propio dolor y yo estaba ecluida de ese dolor. +o tengo que odiarlo@ puedo 4vivir y de'ar vivir,4 porque a trav#s de Al-Anón he aprendido a vivir y a sentir todas las sombras y las luces de las emociones, y la vida es hermosa.
Decirlo en voz alta me audó Mamá, tengo once a%os y todos los d!as espero que vengas despu#s de la escuela. Me di'iste que esperara as! que espero y espero y espero. 7os otros chicos se fueron. Me quedo con la cabe&a gacha. +o quiero ver la forma en que me miran. Saben que no mere&co tu amor. "6ónde estás$ *robablemente en la 4(aberna de la Amistad4. *or fin llegaste. )stás enfadada. Creo que preferir!as estar con tus amigos bebiendo cerve&a. (e causo tantos problemas. 7o siento. Eamos al encuentro de la cerve&a. *ides cerve&a y te enfadas porque pido una bebida sin alcohol. 7o siento, mamá. Dn hombre te compra una cerve&a y pregunta si puede bailar conmigo. ?dio esoB Como siempre, dices; 4S!, pero no aprietes demasiado a mi beb#4. *ero estás demasiado borracha para ver con cuánta fuer&a me aprieta o dónde pone sus manos. +o se lo digo a nadie. (e espero. Dn hombre viene y dice; 4(u mamá me envió4. Me subo a su auto y trato de hacerme invisible. )sa
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noche t8 y papá pelean. Fl se enfada porque un etra%o me recogió. 6ice; 4)se hombre pod!a haberle hecho cualquier cosaB4. (8 dices; 4?h, es buena persona. 7o he visto en el bar un par de veces4. Ahora he logrado que papá se eno'e. 7o siento. (8 y papá se divorcian. (engo doce a%os. (8 te vuelves a casar. Fl no me gustaB (e quiere sólo para #l. 6ice; 4?'alá no tuvieras hi'os4, y le respondes; 47o s#, lo s#, pero soy su madre4. ?'alá no fueses mi madre. *apá, tengo trece a%os y te casas de nuevo. 6ices; 4Een a vivir con nosotros4. )lla parece simpática. (iene cuatro hi'os y su casa huele a comida rica. Cocina y limpia. Mamá bebe y va a fiestas, as! que no siempre s# si habrá algo de comer. Me mudo con ustedes. )ntonces comien&as a hacer esas visitas a mi dormitorio temprano, cuando todos duermen. +o me atrevo a contárselo a nadie. (engo catorce a%os y estoy e n a m o r a d a C . (8 tienes diecis#is. 6e'as la escuela y te buscas un traba'o. )res bueno conmigo y me dices que me amas y que quieres casarte conmigo. Me imagino una casa con una peque%a cerca de estacas blancas y alguien a quien amar. Se lo cuento a mamá el d!a de +avidad. 6ice que ella se casó a los quince a%os y que si esperamos hasta que tenga quince, firmará los papeles. Soy tan feli&B 0altan sólo tres meses. Euelvo y te cuento las buenas noticias... creo que estoy embara&ada. )stoy tan emocionada que no veo tu disgusto. +o s# nada de ti por dos semanas y un amigo me dice que te mudaste a otra ciudad. Se me rompe el cora&ón. +o estoy embara&ada despu#s de todo. +o s# si estoy triste o contenta. +o se lo digo a nadie. (engo veinticinco a%os. )ncuentro a un hombre a quien pens# que pod!a amar. 7levamos cinco a%os de casados. (enemos un hi'o. Siempre estoy cansada. (8 usas el tiempo y el dinero en bares y con otras mu'eres. Me gritas por no ganar lo suficiente para pagar la hipoteca y comprar alimentos. *eleamos todas las noches. S# que es mi culpa. 7o siento. Mis amigos dicen; 46#'aloB +o tienes por qu# aguantar esto4. "+o$ )s lo 8nico que s# hacer pero no se lo digo a nadie. Me abandonas. 2ay fiestas. 2ay hombres. Me siento vac!a, hueca. +ecesito ayuda pero no s# c ó m o pedirla. (engo treinta y cinco a%os, casada otra ve& hace dos a%os. Me paro ante su tumba, atontada. Iebió hasta morir. o se lo permit!. +o siento nada ecepto alivio. B N o p u e d o contárselo a nadieB (engo cuarenta y cuatro a%os. Me he estado recuperando en reuniones Al-Anon para hi'os adultos de alcohólicos durante
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cuatro a%os. Con su ayuda, ahora soy due%a de mi pasado. Eivo el presente con un 6ios de mi entendimiento y encaro el futuro sin temor. 7es cuento acerca del dolor. 7es cuento acerca de la ira. 7es cuento acerca de mi verg5en&a. 7es cuento mis secretos. Con cada historia, cicatri&o. Cuento, cuento y cuento, y no me arrepiento. )stoy agradecidaB Me aceptan como soy y me doy cuenta de que los lugares vac!os se llenan de amor. Con cada historia, mi cora&ón sana y comien&o a vivir de nuevo.
%ompartiendo la revelación de secretos olvidados +unca olvidar# ese momento. )staba sentada en una sesión de terapia familiar en el centro de rehabilitación de alcoholismo y drogas a donde asist!a mi hermana y el terapeuta me miró y di'o; 4(odos los demás han compartido y t8 has estado en silencio, pero parece que sufres mucho4. 4"o$4 pregunt#, sorprendida. 2ab!a estado tan involucrada en los problemas a'enos que no ten!a tiempo de eaminar mi propio dolor. )staba muy herida, sin embargo no sent!a nada. (en!a entumecidos todos mis sentimientos ecepto el temor, la culpa y la triste&a. "0elicidad$ +unca. Mi madre siempre dec!a que sólo la gente est8pida es feli&. Cuando comenc# a asistir a reuniones Al-Anon, me odiaba a m! misma y sent!a como si me hubieran tatuado el alma con una U negra. Me sent!a culpable de que mi hermana menor fuera alcohólica y adicta. .Cuando escuch# por primera ve& la frase 4no lo causaste, no puedes curarlo ni controlarlo4, me invadió un alivio enorme. )sas 4tres C4 eran mi primera toma de conciencia de que la enfermedad y el comportamiento a'enos no eran mi responsabilidad. 2asta ese momento cre!a que su adicción era de alguna manera mi culpa, y que ser una estudiante e'emplar o popular y hermosa era más un deber que una venta'a. )n mi familia alcohólica, la gente asum!a responsabilidades por los otros pero no por s! mismos, y se echaban la culpa entre s!. 7a carga que hab!a soportado inconscientemente comen&ó a aligerarse. 7uego me di cuenta de que mi madre es alcohólica y, lo más importante, que hab!a dependido emocionalmente de ella para obtener aprobación. *ensaba que hab!a algo malo en m! y que no importa lo que hiciera no podr!a ganarme su amor. Mi madrina sugirió desprenderme emocionalmente de mi madre y buscar amor
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dentro de m! y en un *oder Superior. Al comien&o fue dif!cil, pero lentamente aprend! a de'ar de recurrir a gente enferma para obtener el amor incondicional que sólo un *oder Superior puede proporcionarnos generosamente. 7lena de ese amor y aprendiendo a amarme siento menos ira contra mamá y estoy menos eno'ada conmigo misma. )l siguiente despertar para m! fue mi padre alcohólico. *ercib! que hab!a algo oculto entre nosotros. 0inalmente, cuando tuve la fuer&a suficiente, me enter# de lo que era. Mi padre hab!a abusado seualmente de m!. Afrontar esta dur!sima realidad me liberó al fin. )l abuso seual y mi verg5en&a oculta acerca de ello hab!an generado el odio hacia m! misma. Con el apoyo de los amigos de AlAnon y de los 6oce *asos pude enfrentar el horror de los recuerdos, y la angustia silenciosa que hab!a sobrellevado durante tantos a%os empe&ó a disiparse. =uererme más a m! misma me llevó a separarme de alguien muy cercano. a no puedo vivir con mi esposo, que no me trata con amor, respeto y dignidad. Antes de Al-Anon estaba tan aturdida que escasamente pod!a oler, sentir y o!r. 2oy estoy viva con sonidos, aromas y sensaciones corporales. >econo&co y acepto gustos espec!ficos. 3ncluso mi seto sentido -mi intuición- se fortalece gradualmente al depender más de mi *oder Superior. Suena descabellado, pero estoy verdaderamente agradecida A L A " E % 9 ! E . " A % $ & N de haber crecido en una familia alcohólica. 6ebido a eso encontr# a Al-Anón y una vida emocionante e interesante. +o lamento el pasado porque estoy cambiando mi historia de dolor en las bendiciones y la fuer&a de hoy.
Lo nico (ue conoc/ ue amar7ura Crecer en un hogar alcohólico me devastó mucho más de lo imaginado. Cuando descubr! Al-Anón, me consum!a la rabia, el resentimiento y la amargura. +o confiaba en ning8n ser humano, mucho menos en un *oder Superior. )l temor era mi compa%ero inseparable y me tambaleaba al borde del suicidio. Dn d!a, en un momento de desesperación, comenc# a romper cosas. Mis hermanos lloraban en la escalera.
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46ios m!o -pens#- estoy haci#ndoles lo mismo que me hicieron a mfK. *ese a estar dispuesta a solicitar ayuda, todav!a me resist!a a ir a Al-Anón porque cre!a que te ense%aban a ser amables con los alcohólicos y yo los odiabaB Sin embargo la desesperación ganó y fui. )n mi primera reunión escuch# asombrada cómo la gente compart!a sus eperiencias acerca de convivir con un alcohólico. Si bien mi esposo a8n beb!a, mis pensamientos volv!an una y otra ve& a mi ni%e&. +uestra familia de trece hi'os hab!a sufrido la mayor!a de los abusos que acompa%an al alcoholismo, pero nunca hab!a vinculado esos incidentes con el alcohol. )n nuestro pueblo minero todos beb!anB (odav!a furiosa y con recelo, le di al grupo cuatro semanas de pla&o para que me curaran. 7a coordinadora me disgustaba y le comuniqu# que noV pod!a indicarme qu# hacer. )l 8nico miembro en la sala que me resultaba sensato era un 'oven que dec!a sentir ira y odio. *ensaba que era la persona más normal de ese lugar. 1racias a #l regres# la semana siguiente. 6e esto hace catorce a%os. 0ui un caso dif!cil. Cuando escuch# acerca de algunos de
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los m#todos de desprendimiento decid! que podr!a usarlos para controlar a mi marido, as! que volv! por más. Cada ve& que se mencionaba un *oder Superior, bloqueaba mi mente. Me llevó mucho tiempo disipar mi amargura y mi obstinación. ?bserv# que las personas más felices parec!an tener un *oder Superior, pero no quer!a la felicidad a ese costo. 2ab!a decidido que 6ios, que nunca me hab!a salvado, no ten!a lugar en mi vida, aun en caso de que eistiera. Dn d!a miembros Alateen vinieron a nuestra reunión y me liberaron de la prisión que me hab!a impuesto. Me 4encantó4 ser amable con esos 'óvenes@ el tema de la reunión era el *oder Superior. Al escuchar a esos chicos epresar su profunda creencia en un 6ios de su entendimiento, me sent! impresionada. 7iteralmente me tomaron de la mano y me presentaron a 6ios, y les estar# agradecida por siempreB Con la orientación bondadosa de mi *oder Superior y la aplicación consciente de los 6oce *asos, he recuperado escenas de mi ni%e& y, lo más importante, los 'uicios, evaluaciones y sentimientos infantiles al eperimentar la agon!a de la vida en un hogar alcohólico. Me gustar!a compartir algunos de esos recuerdos con ustedes porque aprend! que compartir el pasado libera la amargura de mi cora&ón destro&ado e inunda el espacio vac!o con comprensión y piedad por la ni%a que fui, y por todos los que sufrimos la enfermedad del alcoholismo en la familia. >ecuerdo a dos personas sosteniendo a mi padre borracho contra la puerta. Mamá llora. Me arrodillo a sus pies llorando. *apá, hablando entre dientes, me ordena que vaya a dormir. )stoy aterrada pero no me voy a la cama. S# que debo mantener el control a cualquier precio. "=ui#n es este hombre$ "*or qu# mamá no hace algo$ "*or qu# le permite salirse con la suya$ "*or qu# no madura$ +unca me mira, ecepto para rega%arme. 7o odioB Siempre se emborracha y causa problemas. "*or qu# mamá no lo de'a$ o puedo ocuparme de todos. Alg8n d!a... Mi madre lee un cuento. Mi hermana mayor y yo estamos sentadas tranquilamente en su rega&o, subyugadas. "*or qu# la vida no puede ser como un cuento$ Cuando sea grande, voy a leer todos los libros que pueda. Cada a%o veo llegar un nuevo beb#. Eeo que mi madre se muere lentamente. Eeo a mi padre bebiendo. 3nsultando al nuevo beb#. Iebiendo. 3nsultando. )stoy indefensa y tengo iraB )s mi cumplea%os y no lo s#. Mi primo me env!a un regalo. Mamá está eno'ada. +o me iba a decir que era mi cumplea%os porque no hay dinero. 2ubiera querido que mi primo no me hubiera enviado el regalo. Siempre me equivoco. ?'alá mi madre me prestara atención.
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(engo siete a%os y debo llevar a los más peque%os a nadar. 7a bebita sigue llorando pero yo quiero nadar. Cuando la levanto, su pa%al está lleno de sangre. 2a estado sentada sobre una botella rota. Me siento muy mal. "*or qu# no la levant# antes$ Soy ego!sta y detestable. Mi nuevo tra'e de ba%o es precioso. =uiero ir a nadar pero tengo que llevar a mi hermanita y temo cometer otro error. Arro'o el tra'e de ba%o deba'o del armario. Mis maestros dicen que soy inteligente. )n realidad no saben lo est8pida que soy. )spero que nunca lo descubran. Mi madre ha estado enferma desde que nació el beb#. (iene sólo tres semanas. 7lora mucho y la llevo a la cama conmigo. 7lamo a mi hermana para saber cómo está mamá. 4Se está muriendo@ "quieres venir al hospital$4 4+o puedo -le digo- porque el beb# está llorando4. 6e nuevo en la cama, tiemblo. (oda la cama tiembla. +o puedo parar. Soy cobarde. Mi madre murió y debo ayudar a papá a elegir el ata8d. Fl no puede hacer nada. 7e pido a 6ios que me ayude a no culparlo. +o funciona. )stá siempre borracho. Amena&a a mis hermanitos con ponerlos en un asilo. ?dia especialmente a mi hermano que es discapacitado mental. Dn d!a lo arro'ó contra la pared. Corro escaleras arriba, lo levanto y digo; 4Si lo vuelves a tocar, te mato4. Ahora mi padre sabrá que ya no está tratando con mamá. 4Een prontoB -grita un vecino- tu papá tiene un problema4. o pens# que se hab!a vuelto a emborrachar, pero voy. )stá muerto. Siento alivio porque el ni%o más malo ya no está. 4=u# p#rdidaB4, pienso. Me caso con un alcohólico. "*or qu# ten!a que emborracharse el d!a de nuestro casamiento$ 7a vida contin8a con odio y amargura. )s culpa de 6ios. 7e importa un comino. 7o odio. +o necesito toda esta infelicidadB Si los ni%os no eistieran, me matar!a. +o me suicido@ en cambio, encuentro Al-Anon. "*uedo contarles lo que me dio Al-Anon$ Me dio gente que me ama pero no quiere dirigir mi vida, y un 6ios o n d a d o s o que puedo compartir cuando otros sufren. Me dio la posibilidad de ver cómo ocurren los milagros una y otra ve&, y un sentido del humor para poder re!rme hasta de m! misma. Me dio una fuente infinita de sabidur!a en los *asos y un amor a la vida que nunca imagin# que eistiera. Mi hermanito con s!ndrome de 6oWn todav!a vive con mi esposo y conmigo, y no siempre lo considero una carga. )n realidad, agrega una nueva
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dimensión de amor a mi vida. Aprend! a tener la suficiente humildad como para decir con sinceridad 4Me equivoqu#4, y el valor para creer en mis propios dones. S# que mis pre'uicios provienen de la falta de confian&a en m! misma, y puedo ir eliminándolos poco a poco con la ayuda de mi bondadoso *oder Superior, que siempre me comprende. Siento que la vida reci#n comien&a, y todo empe&ó en esa reunión con los miembros Alateen, cuando a trav#s de su fe escuch# una vo& suave y afectuosa dentro de m! que susurra ba; 4Soy 6ios, y s# lo que estoy haciendo4. Al fin s# que 6ios no me odia, y tengo la confian&a suficiente para soltar las riendas y entregárselas a 6ios.
APREN9AM OS A COPIAR( UN 9:A A LA VE;
Aunque no #e %ean 3e'i*o un #ie#bo en una euni-n3 #e ''e.- se#anas en A'2Anon s-'o !aa euni e' .a'o ne%esaio !aa !e"unta ?DQu& diab'os es un O9AT? 0 Esta''aon %a%a*adas1 Mu%,os nos identi)i%a#os %on e' te#o de e.e'a %ua'quie ti!o de i"noan%ia esta#os %on.en%idos de nuestos de)e%tos( !eo no quee#os que nadie se entee1 Ta#bi&n nos e/a#os %on !esa de nosotos #is#os1 Con qu& a!ide7 ado!ta#os un nue.o 'en"ua*e $ es!ea#os que otos 'o se!an1 Cuando e''a !e"unt-( a'"uien 'e sea'- Un día a ta vez en AlAnon! 'ibo a' que %on %aio ''a#a#os 0e' O9ATG HSi"'as( en in"'&s( de ne #a$ at a %ime.& 0Un d/a a 'a .e70 es ta#bi&n un 'e#a( %ada uno de 'os 'enas e!esenta una dis%i!'ina es!iitua' !ati%u'a1 Usa#os e' 'e#a 0Un d/a a 'a .e70 !aa a$udanos a !a%ti%a 'os !in%i!ios A'2 Anon en dosis !equeas( de )4%i' #ane*o1 Pone en !4%ti%a nue.os %o#!ota#ientos !uede %ausa toda %'ase de senti#ientos no ,abitua'es o indeseados1 En e' !asado( a )in de e.ita senti#ientos desa"adab'es( #u%,os ,e#os inte'e%2tua'i7ado 'a situa%i-n( ea%%ionado )/si%a#ente o es%a!ado ,a%ia di.esas adi%%iones1 Estas ea%%iones %o#!ensib'es nos ,an !e*udi%ado a+n #4s1 No desea#os %ontinua e' %o#!ota#iento autodestu%ti.o( !eo debe#os senti !aa !ode %uanos1 Si nuestos senti#ientos ,ubiean sido a%e!tab'es desde e' %o#ien7o( no 'os ,ubi&se#os e!i#ido duante 'a ni%e& y más
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tarde en nuestra vida adulta. Aprender a eperimentar nuevamente toda la gama de emociones entra%a confian&a y sólo podemos aprender a confiar en forma gradual, haci#ndolo un d!a 9a veces una hora, un minuto: a la ve&. 7os lemas son muy 8tiles tanto para los reci#n llegados como para los miembros antiguos porque nos recuerdan 4Mantenlo simple4 y son breves y fáciles de recordar. Aquellos con intelectos muy desarrollados pueden resistirse a lo que parecen simples trivialidades, pero podemos recordarnos a nosotros mismos de 4Manten un criterio abierto4. +adie nos ha pedido deshacernos de todo lo aprendido, o aceptar ideas como verdaderas sin haberlas eperimentado en nuestra propia vida. )n realidad, en Al-Anon se nos alienta a tomar lo que nos gusta y a de'ar el resto. 4*iensaB4 y 4)scucha y aprende4 son tambi#n lemas. Al principio puede resultar 8til para las personas con una mente cient!fica considerar la práctica del programa como un eperimento o una hipótesis de traba'o. (al ve& no seamos conscientes de cuántos pensamientos -cuántos pensamientos n e 7 a t i v o s giran sin control en nuestra mente. 6ac'o que un solo pensamiento puede ocupar la mente en un momento determinado, los lemas son un medio práctico de reempla&ar una obsesión negativa por una idea positiva. Si reaccionamos f!sicamente a nuestras tensiones con malestares, m8sculos tensos, insomnio o agotamiento, concentrarnos en una sola idea puede ayudar a rela'arnos. *odemos 4Soltar las riendas y entregárselas a 6ios4 o 4Confiar nuestra vida a 6ios4. +o debemos subestimar la dificultad de intentar seguir este conse'o. Cuanto más agobiante es un problema, con mayor firme&a tratamos de aferramos a #l. Sólo estamos muy dispuestos a admitir que estamos desesperados@ lo que no conseguimos ver es que tambi#n somos incapaces. (enemos miedo de soltar las riendas. 4"=u# suceder!a si lo hiciera$4 nos preguntamos. 7a respuesta es; nada, ecepto que de cualquier modo esto habr!a sucedido, o qui&ás algo maravilloso que nunca hubi#ramos imaginado. 7a realidad de nuestra incapacidad ante el alcoholismo y los alcohólicos debe ser aceptada antes de lograr cualquier progreso. Dna ve& que de'amos de intentar controlar lo incontrolable, podemos confiárselo a 6ios. +o nos derrumbamos sin hacer nada por nosotros mismos@ cooperamos haciendo lo que podemos y aceptando que los resultados no dependen de nosotros. 7a aceptación es una disciplina espiritual dif!cil pero provechosa. 7os que somos perfeccionistas a menudo nos sentimos abrumados por la magnitud de lo que imaginamos debe ser la recuperación. 42a&lo con calma4 y 4*rimero, las cosas más importantes4 nos
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ayudan a seguir adelante, pero nos recuerdan que debemos avan&ar con pasos peque%os. 0i'ar metas muy ambiciosas puede llevar a la frustración y la desesperación. 4*rogreso, no-perfección4 nos permite ser humanos y nos proporciona un ob'etivo realista que reempla&a las eigencias insensatas para nosotros mismos y para otros. 7os que ahogamos nuestros sentimientos en alcohol o drogas o los enterramos con comida, traba'o o relaciones, podemos comen&ar a aplicar 4Eive y de'a vivir4. )n cierta forma sabemos que no podemos vivir realmente cuando nos mane'an las compulsiones y las adicciones. 7a tolerancia hacia otros se vincula con la tolerancia hacia nosotros mismos. *odemos amar a la persona sin fomentar la enfermedad. Si asistimos a reuniones con regularidad, escuchamos y compartimos nuestra propia verdad, estamos en el camino de la recuperación. 7os *asos y las (radiciones nos proporcionan el marco. 7os lemas son la baranda, que nos ayuda a subir las escaleras hacia la serenidad. 4
U TILI;A R LOS LEMAS A 9 Q U I R IR S E R E N I9 A 9 Anhelaa el rescate Al crecer en una familia alcohólica, descubr! que muchas de mis necesidades no fueron satisfechas. "Cómo era posible$ Me criaron padres y hermanos cuyas propias necesidades no se hab!an satisfecho. *or ello crec! pensando que yo ten!a que hacerme cargo de todo. *ensaba que no pod!a confiar en ninguna otra persona. )s irónico que al mismo tiempo que soportaba el peso del mundo sobre mis hombros esperaba secretamente 4ese d!a4 en que 4ese alguien4 apareciera y me liberara de t o d a responsabilidad. Cuando vine a Al-Anón y le! el lema 4Suelta las riendas y entr#gaselas a 6ios4, pens# que 4ese d!a4 y 4ese alguien4 hab!an llegado. Ahora podr!a ponerme cómoda y de'ar que
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6ios se ocupara de todo. Curiosamente, soltar las riendas fue muy dif!cil, pues a8n no hab!a aprendido a confiar. Con el tiempo adquir! suficiente confian&a para entregarle algunas cosas a 6ios. (ambi#n aprend! que 6ios me devolver!a lo que era mi responsabilidad. +o obtuve un via'e gratis, pero s! obtuve ayuda. 2oy formamos una alian&a. Si estoy dispuesta a hacer lo que me corresponde y no intento hacer lo que le corresponde a Fl, 6ios se ocupa del resto. 7a responsabilidad que asumo por lo que 6ios me asigna me brinda una estructura firme para que pueda caminar derecha y con la frente en alto. a no me destro&o la espalda cargando el peso del mundo sobre mis hombros, ese es traba'o de 6ios. (ampoco permane&co encorvada esperando sumisamente el rescate. *uedo andar erguida y caminar por este camino de esperan&a. (ambi#n puedo decir lo que pienso y puedo escuchar. )n mi familia nadie parec!a escuchar más que el sonido de su propia vo&. Me sent!a ignorada y descuidada. o tampoco escuchaba porque siempre ten!a miedo de las cosas negativas que oir!a. Aunque anhelaba la intimidad y la comunicación, me aterraba permitir que alguien me conociera. )n el ambiente seguro de mis reuniones Al-Anon, donde eperimento amor incondicional, poco a poco ba'o la guardia. Sin temor, pude escuchar y aprend! mucho. 2oy, 4)scucha y aprende4 quiere decir que no tengo que saber todas las respuestas. =uiere decir que 6ios nos habla a cada uno de nosotros y tambi#n a trav#s de cada uno de nosotros. 7a humildad aprendida en Al-Anon me permite abrir la mente a criterios a los que me resist! con obstinación en otras #pocas. *uedo deshacerme de pre'uicios e identificarme con otros sin eigir que sean como yo. Al no sentir la compulsión de criticar a quienes me rodean, ha disminuido la eigencia de criticarme a m! misma. 7a vo& de castigo que una ve& me condenó sin piedad está en silencio. )n el silencio me escucho a m! misma y a los que me rodean, y aprendo aceptación, tolerancia, perdón y amor. Cuando estoy en calma para escuchar, aprendo acerca de 6ios. 2e sent/a indi7no 7uego de estar tres a%os en Al-Anon, parec!a que ser!a fácil confiar todo a 6ios, pero me he convertido en un
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eperto en confiarle las cosas sólo cuando se convierten en un problema grave. *or eso sólo pude confiarle a 6ios mis problemas nuestra vida cambien o no, pero nuestras actitudes se modificarán, seguramente, si practicamos estos principios en todas nuestras acciones. 7a alegr!a y la pa& de esp!ritu son algunas de las recompensas que buscamos cuando decidimos 4=ue empiece por m!4.
U T ILI; A R LOS LEM AS A9 QU IRIR SEREN I9A9 Anhelaa el rescate Al crecer en una familia alcohólica, descubr! que muchas de mis necesidades no fueron satisfechas. "Cómo era posible$ Me criaron padres y hermanos cuyas propias necesidades no se hab!an satisfecho. *or ello crec! pensando que yo ten!a que hacerme cargo de todo. *ensaba que no pod!a confiar en ninguna otra persona. )s irónico que al mismo tiempo que soportaba el peso del mundo sobre mis hombros esperaba secretamente 4ese d!a4 en que 4ese alguien4 apareciera y me liberara de t o d a responsabilidad. Cuando vine a Al-Anón y le! el lema 4Suelta las riendas y entr#gaselas a 6ios4, pens# que 4ese d!a4 y 4ese alguien4 hab!an llegado. Ahora podr!a ponerme cómoda y de'ar que 6ios se ocupara de todo. Curiosamente, soltar las riendas fue muy dif!cil, pues a8n no hab!a aprendido a confiar. Con el tiempo adquir! suficiente confian&a para entregarle algunas cosas a 6ios. (ambi#n aprend! que 6ios me devolver!a lo que era mi responsabilidad. +o obtuve un via'e gratis, pero s! obtuve ayuda. 2oy formamos una alian&a. Si estoy dispuesta a hacer lo que me corresponde y no intento hacer lo que le corresponde a Fl, 6ios se ocupa del resto. 7a responsabilidad que asumo por lo que 6ios me asigna me brinda una estructura firme para que pueda caminar derecha y con la frente en alto. a no me destro&o la espalda cargando el peso del mundo sobre mis hombros, ese es traba'o de 6ios. (ampoco permane&co encorvada esperando sumisamente el rescate. *uedo andar erguida y caminar por este camino de esperan&a. (ambi#n puedo decir lo que pienso y puedo escuchar. )n
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mi familia nadie parec!a escuchar más que el sonido de su propia vo&. Me sent!a ignorada y descuidada. o tampoco escuchaba porque siempre ten!a miedo de las cosas negativas que oir!a. Aunque anhelaba la intimidad y la comunicación, me aterraba permitir que alguien me conociera. )n el ambiente seguro de mis reuniones Al-Anón, donde eperimento amor incondicional, poco a poco ba'o la guardia. Sin temor, pude escuchar y aprend! mucho. 2oy, 4)scucha y aprende4 quiere decir que no tengo que saber todas las respuestas. =uiere decir que 6ios nos habla a cada uno de nosotros y tambi#n a trav#s de cada uno de nosotros. 7a humildad aprendida en Al-Anon me permite abrir la mente a criterios a los que me resist! con obstinación en otras #pocas. *uedo deshacerme de pre'uicios e identificarme con otros sin eigir que sean como yo. Al no sentir la compulsión de criticar a quienes me rodean, ha disminuido la eigencia de criticarme a m! misma. 7a vo& de castigo que una ve& me condenó sin piedad está en silencio. )n el silencio me escucho a m! misma y a los que me rodean, y aprendo aceptación, tolerancia, perdón y amor. Cuando estoy en calma para escuchar, aprendo acerca de 6ios. 2e sent/a indi7no 7uego de estar tres a%os en Al-Anon, parec!a que ser!a fácil confiar todo a 6ios, pero me he convertido en un eperto en confiarle las cosas sólo cuando se convierten en un problema grave. *or eso sólo pude confiarle a 6ios mis problemas empresariales y mi futuro financiero el a%o pasado, cuando todo parec!a tan sombr!o que no me quedaba otro camino. =u# sorpresaB 7a parte empresarial y financiera de mi vida se hicieron más llevaderos. *ese al #ito, todav!a tengo dificultades para soltar las riendas. 7e confi# una parte de mi vida a 6ios, pero no le confi# toda mi vida. *ensaba que pod!a permitirle a 6ios que se encargara de mis finan&as, pero yo deb!a ocuparme de mi salud. 6e alguna manera hab!a llegado a creer que no ten!a m#ritos suficientes para que 6ios cuidara totalmente de m!. (al ve& eso proven!a de mi ni%e&, cuando me ense%aron que 6ios sólo ayuda a los que se ayudan a s! mismos. 7o interpret# como que yo deb!a hacer todo, o nada se har!a. Al fin y al cabo, sab!a que nó pod!a confiar en que mi padre hiciera algo por m!, ni en que mi madre
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hiciese algo que no fuera ocuparse de mi padre. +o confiaba en nadie más que en m! mismo, pero tampoco confiaba mucho en m! mismo. *or fortuna finalmente vine a Al-Anon, donde los miembros me aceptaron y me brindaron su amor, sin importar si yo confiaba en ellos. *oco a poco fui aprendiendo a desprenderme de mis problemas confiando en 6ios un poquito a la ve&. )l crecer con el alcoholismo me hab!a de'ado mucha ira, resentimiento y dolor. )stoy aprendiendo a desembara&arme del resentimiento permitiendo que el *oder Superior se ocupe de los problemas. )scribo todo lo que me molesta en una ho'a de papel que coloco en una ca'a que llamo mi bu&ón de 6ios. 7uego, cuando comien&o a preocuparme, puedo mirar dentro de la ca'a y recordar; ya he compartido mis problemas con el Xnico que puede ayudarme y que con seguridad lo hará. 3ntento esperar con paciencia la gu!a, pero sin desentenderme@ a8n as! tengo que hacer lo que me corresponde. 7a diferencia es que no tengo que resolver todo por m! mismo o hacerlo solo. )stoy empe%ado en permitirle a 6ios que diri'a mi vida en general. )stoy aprendiendo a aceptar mis m#ritos gracias a la ayuda de todo el amor incondicional que recibo en el programa. Sigo cometiendo errores, pero con el apoyo de AlAnón tambi#n sigo progresando, aprendiendo a confiar en 6ios, en m! mismo y, alg8n d!a, incluso en la 4gente com8n4, si es que la gente maravillosa de Al-Anón puede considerarse 4com8n4.
No pod/a rela*arme Cuando empec# esta aventura llamada recuperación AlAnón, primero me afectó darme cuenta de que mis padres eran alcohólicos. 7uego me sent! aliviada, con la esperan&a de uña vida llena de eli!idad" Me da#a cuenta de $ue el %!&en'e por ciento de mi energ!a se consum!a preocupándome por gente que no pod!a controlar o cambiar. +o aprend! de inmediato cómo interrumpir esa pauta. Al principio utilic# la recuperación como una oportunidad nueva de dirigir a mi descarriada familia. Me siento agotada de sólo pensar en toda la energ!a que us# tratando de convencer a la gente de las venta'as de la recuperación cuando ellos no ten!an el más m!nimo inter#s en lo que les dec!a. 0inalmente escuch# 4Eive y de'a vivir4. Comenc# a aceptar las diferencias entre las personas. 6e'# de lado mi necesidad de cambiar a todos los demás y tuve una
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sorprendente revelación. 2ab!a muchas cosas que quer!a hacer en la vida. Comenc# organi&ando mi casa para complacerme a m! misma, y aprendiendo a divertirme. 4Eive y de'a vivir4 significa para m! vivir una vida plena y de'ar que otros vivan su propia vida. (ener una vida plena y feli& le quita poder al alcoholismo y me ayuda a recuperar mi propio poder. Ahora ya no me inmuto cuando estoy con mis padres porque he aprendido a mantener el equilibrio. 4Sim8lalo hasta lograrlo4 me ayuda a correr riesgos. Cuando escuch# este dicho por primera ve&, me pareció sospechoso y me sent! ofendida. "=u# ten!a que hacer$ "Convertirme en una persona que complace a todos con falsedades o volver a la negación$ )n ese momento tambi#n estaba deprimida y eno'ada. =uer!a la tranquilidad y la pa& que ve!a en otros, pero las quer!a aut#nticas. +o sab!a cómo lograrlo y no me di cuenta de que no era el carácter lo que hab!a que fingir, sino nuevos com portamientos. *od!a simular confian&a al intentar algo nuevo. +o ten!a que negar la eistencia de un problema o de'ar de lado mis sentimientos. Simplemente no permit!a que un atisbo de temor me detuviera en mi camino. =uer!a ser libre, as! que decid! correr algunos riesgos e intentar respuestas nuevas. Cuando la gente me preguntaba 4"Cómo estás$4 intentaba decir, 46e maravillaB4 2ab!a desconcierto, luego sonre!an y yo sonre!a tambi#n. Aunque pare&ca mentira, yo tambi#n sonre!a en mis adentros. Dn triunfo me condu'o a otro triunfo. *oco a poco fui encontrando amigos positivos y felices. Me concentr# en lo bueno de mi vida que me'oró aun más. *ronto me sent!a feli& de verdad. a no ten!a que simular la felicidad. *or ser la mayor de seis hi'os de padres alcohólicos, he descubierto que soy muy responsable, demasiado responsable. *or e'emplo, mis hi'os siempre me ped!an que 'ugara con ellos.
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en el programa, intentaba devolverme mi 4vie'o yo4. +o s# si mi familia se recuperará o no, pero me gusta mi nuevo yo y nunca volver# a ser ese triste persona'e eageradamente responsable que sol!a ser.
La 7ratit ud me dio poder sore mis estados de 5nimo 6escubrir que la gratitud cambia mi actitud es uno de los dones más maravillosos de mi programa Al-Anón. Me recuerda que estoy a cargo de cómo es mi vida. Cuando practico la gratitud, mi perspectiva me'ora y me torno más positiva. 2e encontrado que la clave, como en muchas otras disciplinas, es la práctica. Cuando voy mane'ando hacia el traba'o hago mentalmente un listado de agradecimientos, en orden alfab#tico, buscando pa& de esp!ritu. Eeamos; agrade&co mis nuevas Actitudes@ convertirme en una persona más Iuena@ ControlB +o, eso es negativo. "*or qu# no Claridad$ S!, es me'or@ la a capacidad de adoptar buenas 6ecisiones. Sigo murmurando mi lista en orden alfab#tico, recientemente descubierta, a medida que me ocupo del tráfico. )s asombroso, pero los peores conductores de la ruta se vuelven más amables. A veces puedo completar todo el alfabeto en mi via'e de veinte minutos, a veces no. )l resultado siempre es un sentimiento de pa&. Al conducir al traba'o y sentirme más cerca de 6ios, estoy tambi#n más serena y preparada para los desaf!os de mi empleo. Mi lista de agradecimiento cambia cuando cambia mi estado de ánimo. 6e ve& en cuando me gusta hacer dos listas una de actitudes positivas y otra de negativas. Comparo la ira con la aceptación, trato de encontrar un equilibrio entre los etremos a los que recurro cuando me olvido de dar prioridad a la serenidad. >ecordar alegrarme y ser menos estricta conmigo misma me ayuda a sentir gratitud. )sta ma%ana me puse una chaqueta que no hab!a usado durante meses y me encantó encontrar mis guantes 4mágicos4 en el bolsillo. Cada dedo es de un color diferente, brillante. Me resulta muy dif!cil tomarme a m! misma con demasiada seriedad o sentirme melancólica cuando llevo un arco iris en mis manos. Siempre fui consciente de la belle&a natural, pero, como hi'a de padres alcohólicos, la usaba para evadirme del dolor que hab!a en mi vida. Eiv!a en un mundo de fantas!a de libros y naturale&a. Como adulta, agrade&co esta capacidad
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de apreciar la belle&a, y s# que hay más para apreciar en la naturale&a y en la literatura que la simple evasión. 2ace poco me di cuenta de que la aceptación tambi#n lleva a la gratitud. *or fin, die& a%os despu#s de su muerte, con la ayuda de la buena gente de Al-Anón, he llegado a aceptar a mi padre tal como era. 2ab!a pasado a%os atormentándome acerca de por qu# #l no era como yo quer!a que fuera. (uve que compartir mucho con otros antes de reconocer sus buenas cualidades. 2e cambiado totalmente de idea con respecto a mi padre. *or fortuna, nunca es tarde para go&ar de una ni%e& feli&. *uedo ser feli& hoy. 7a aceptación de m! misma y la del mundo tal como se desarrolla, tambi#n producen alivio y gratitud. (iendo a querer cambiar todo de golpe. A menudo debo recordarme que puedo vivir sólo un d!a a la ve& y que t o d o s B o s momentos son valiosos. 2oy me siento agradecida por los silencios y los vac!os, porque s# que crean espacio en el cual puedan entrar nuevas rique&as y reali&aciones.
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La recuperación atravesó culturas 7eneraciones 2ace unos dos meses tuve oportunidad de hablar con un autóctono americano que di'o que, donde #l viv!a, los cónyuges de personas alcohólicas no sab!an cómo ocuparse de s! mismos. 7os alcohólicos activos de su vida hab!an logrado una cierta recuperación, pero el resto de la familia no me'oraba. Se sent!an muy irritados debido al da%o que sufr!an. 7os problemas no se resolv!an y casi nadie admit!a el hecho de que el alcoholismo es una enfermedad familiar. (erminaban por descargar su ira sobre sus hi'os, quienes a su ve& se relacionaban con gente abusiva o se convert!an en abusadores. )sto es lo que en gran parte me sucedió, pero por la gracia de 6ios, mi familia y yo nos estamos recuperando. 2ace varios a%os atraves# las puertas de Al-Anón totalmente incapa& de comunicar qui#n era o qu# ocurr!a realmente en mi interior. 2ab!a evadido esa parte del desarrollo humano eligiendo un traba'o y un estilo de vida que eig!an poca o ninguna interacción con otras personas. 7a gente que conoc!a evitaba la intimidad. Como la hi'a menor de una familia alcohólica, aprend! que mi contribución en las conversaciones o la actividad familiar ten!a escasa o ninguna importancia. Mi madre tambi#n hab!a sido la hi'a menor de una familia alcohólica. Su madre hab!a muerto cuando ella era peque%a y su hermana más querida, en la adolescencia. Mamá fue criada por la hermana de su padre, quien se resent!a por tener que ocuparse de su hermano alcohólico. )n esa #poca no se reconoc!a el alcoholismo como una enfermedad. )l padre de mi madre sab!a que ten!a un problema. 3ncluso llegó a pedir que lo denunciaran 9que lo pusieran en la lista ind!gena o lista negra que eist!a en Canadá en esos d!as: para que no se le diera licor en el hotel y se viera obligado a controlar su consumo de bebida. Sol!a decir; 4Dn trago es demasiado y cien tragos no son suficientes4, mucho antes de conocerse Alcohólicos Anónimos. Comprend!a que estaba enfermo pero no sab!a cómo encontrar ayuda. o tambi#n clamaba por ayuda pero no la encontr#. Mi padre, que tambi#n es alcohólico, traba'aba con geólogos, y siempre ten!a mercurio cerca para anali&ar muestras de rocas. Mi hermano y yo 'ugábamos con el mercurio. )n alg8n lugar hab!a le!do que pod!a morir a causa de esa sustancia. Dna noche 9a la edad de die& a%os: decid! que ya hab!a aguantado lo suficiente y beb! de una botella rotulada como mercurio. Al d!a siguiente, con sorpresa e ira, descubr! que a8n estaba viva. Como tambi#n estaba confusa y preocupada por el hecho de no estar muerta, le cont# al resto de la familia lo que hab!a hecho. Como #ramos una familia tradicional, no recuperada, herm#tica, aislada y enferma, no
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reaccionaron en absoluto. )n realidad, no me creyeron y ni siquiera se molestaron en llevarme al m#dico. 6espu#s de ese episodio comenc# a observar la vida a mi alrededor muy pasivamente, ale'ándome cada ve& más de mi familia. )n mi interior me concentraba en el d!a en que pudiera irme de la casa. 7a gente que sufre un dolor emocional muy intenso busca cualquier tipo de alivio. Me aferr# a cualquier forma de afecto humano que pudiera encontrar y lo encontr# fuera de mi familia en hombres que abusaban de m! seualmente. )sa conducta abusiva, as! como la desesperación, me acercaron a un mundo completamente viciado de alcohol y drogas. Creo que el primer regalo de 6ios fue un perro. 7levándole la contraria a mi familia, me compr# un Setter irland#s antes de irme de casa. 6e no haber sido por ese perro, qui&ás no estar!a viva para escribir esto. Como era un animal grande tuve que mudarme de donde viv!a, 'usto en el centro de las drogas. )l perro y yo nos trasladamos al campo, donde me relacion# con gente cuyo estilo de vida era muy diferente del que hab!a conocido. *asaba mucho tiempo entre los abor!genes. Me c o n v e r t / e n una eperta diplomada en hierbas y curaciones tradicionales. # i v / e n un t o l d o durante un invierno. 7uego me 7 r a d u ) en f!sica en una universidad. 4 o c a a la guitarra y aprovech# mi creatividad en varios medios de comunicación. # i a * a a mucho y sigo haci#ndolo. 2ago hincapi# en todo lo que 4hice4 en el pasado porque la locura y la desvalori&ación en nuestra familia eran tan evidentes que, independientemente de lo que hiciera, me trataban con tal condescendencia que dudaba de mi realidad y me preguntaba si realmente hab!a hecho algo. *ese a que hab!a abandonado la ciudad, en el centro de las drogas, a8n entablaba relaciones con personas que me trataban como mi familia lo hac!a. 2ablaban de amor y en el mismo tiempo me ofend!an con palabras y acciones crueles. A veces dec!an que lo blanco era negro. 2ice todo lo posible para recibir amor, pero no sab!a cómo amarme a m! misma o a otra persona. +o despert# de esta pesadilla hasta que finalmente conoc! y conviv! con un alcohólico activo. Sólo entonces se aclaró el problema lo suficiente como para acercarme a Al-Anón, donde pude finalmente contar mi verdad y ser escuchada. 2oy s# que los cónyuges no recuperados de los alcohólicos ocasionaron en m! efectos más desastrosos que el mismo alcohólico. (odav!a debo mantenerme alerta cuando estoy cerca de ellos. Si bien la mayor!a de los miembros de mi familia tiene un programa de 6oce *asos, es lamentable que la necesidad de sentirnos v!ctimas no se ha curado por completo. A8n tenemos cicatrices y a veces intentamos apaciguar el dolor descargándolo sobre otra persona. +adie puede desconcertarme tanto como alguien de mi familia. Mi familia tambi#n me mantiene concentrada en el programa Al-Anon, ya
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que no me atrevo a quitarle tiempo a mi recuperación. *or fortuna, estaba tan enferma cuando llegu# al programa que de inmediato me involucr# en el servicio para no tener que pensar mucho. Cuanto más compart!a mi recuperación, más sana me sent!a. 6irig! talleres donde combinaba recuperación con mi conocimiento de la espiritualidad nativa. Aunar dos tipos de espiritualidad me ayudó a 4Mantener un criterio abierto4. )l servicio en Al-Anón es una manera de 4=ue empiece por m!4 y en ese medio he descubierto que si bien lo me'or de m! puede que no sea perfecto, es suficientemente bueno. Mi lema esencial es 4*rogreso, no-perfección4. Mi *oder Superior me lo recuerda a menudo, de hecho me lo está recordando ahora. 2ay una iglesia muy cerca de donde vivo. )n este momento son las cinco, y me sent! furiosa porque las campanas de la iglesia estaban sonando, y me distra!an de lo que estaba escribiendo. 7as campanas invadieron mi tranquilidad con la 4?da a la alegr!a4 de Ieethoven y en realidad sent! una furia homicida. 6espu#s la melod!a cambió a 47a fe de nuestros padres4 y de pronto comprend! que si mi padre no hubiese dedicado tanto tiempo a la recuperación y al servicio en Alcohólicos Anónimos antes de su muerte, tal ve& yo no hubiera tenido la confian&a de aplicar hoy este programa. *or suerte, puedo re!rme de mi disgusto y soltar las riendas y entregárselas a 6ios. Al-Anón me dio vida. (en!a mucha educación, mucha formación, mucho talento creativo y dones de 6ios. +o ten!a una forma de vida plena, capacidad para relacionarme o calidad humana. 2oy, luego de veinte a%os, todos mis familiares cercanos, ecepto un hermano, están en un programa de 6oce *asos. 2ay nueve generaciones de alcoholismo en una parte de nuestra familia y tres generaciones por la otra. 7a recuperación está atrasada.
U S E M O S LOS I N S T R U M E N T O S
Un e%i&n ''e"ado 'e !e"unt- a un #ie#bo anti"uo 0DPo qu& no es su)i%iente %o#!ende 'os %on%e!tos A'2Anon en 'a 'iteatua DQu& quiee de%i eso de ?a!'i%a e' !o"a#a0 de 'o que tanto se ,ab'a?1?01 ubo una !ausa 'a"a( #ientas 'a ota #u*e se es)o7aba en tata de e8!'i%a a'"o tan %o#!'e*o que !uede ,a%ese( $ bien( de #i' #aneas di)eentes1 Fina'#ente 'o e8!'i%- as/ 0S& que so$ b4si%a#ente !ee7osa J? !uedo .i.i %on 'a ia %ausada !o 'a %on.i.en%ia %on una en)e#edad %u 'a que no !ed/ !ati%i!a1 Pienso que no es %u'!a #/a $ quieo una so'u%i-n 4!ida1 59en#e una in.e%%i-n $ #e*-en#e6 Peo no ,a$ una in$e%%i-n !aa e' a'%o,-'i%o( ni ta#!o%o !aa nosotos1 9ebe#os %a#bia %o#!ota#ientos ,abitua'es $ )o#as de !ensa que no )un%ionan( $ que son( en ea'idad( au'od%stu%'i.os1 Los ,4bitos no %a#bian si#!'e#ente 'e$endo a%e%a de e''os1 In%'uso de%i ?S/( ten"o ese ,4bito0( no 'o %a#bia1 E' %a#bio tiene 'u"a #ediante 'a !4%ti%a de a'"o di)eente1 Paa #/1 a!'i%a un !o"a#a si"ni)i%a to#a uno de 'os instu#entos 2un 'e#a( un Paso( 'a Oa%i-n de 'a Seenidad( 'a 'ista te'e)-ni%a( #i !adino o #adina2 $ uti'i7a'o en 'a .ida1 Mientas taba*o en e)e%tua %a#bios en #/( .eo que donde antes ea%%ionaba C?6 ia $ abia( a,oa 'o ,a"o %on a#o $ %o#!asi-n( $ eso #e ,a%e senti bien1 a no so$ ./%ti#a de 'a s idaK so* una sobe.i.iente %on o!%iones01 Co#o nios que %e%e#os en ,o"aes a'%o,-'i%os( todo 'o to#a#os #u$ en seio1 La #a$o/a de 'as .e%es n% %ono%i#os formas de rela'arnos y divertirnos. 7a vida, a veces incluso la supervivencia, fue un traba'o arduo. 7o 8ltimo que queremos escuchar es que tenemos que traba'ar tambi#n en la recuperación. 7os que ya somos demasiado responsables, serios y traba'amos en eceso debemos entender que aplicar un programa puede ser tan simple como hacer una lista de cosas divertidas y luego concretar una de ellas. *odr!amos comen&ar preguntando; 4"Cuan importante es$4 y soltar las riendas de algo o de'ar una tarea sin hacer.
)n otras oportunidades, los que hemos sufrido tanta incertidumbre, o incluso caos, necesitamos la estructura y la disciplina que proporciona un programa espiritual. 6eambulamos en la tierra del dolor donde todas las salidas parecen estar cerradas. 6ebemos hacer algo para cambiar nuestras actitudes, pero "qu#$ *uede ser incre!blemente dif!cil ale'arse de 'uicios negativos arraigados. Dn miembro describió sus pensamientos negativos como un grupo de ocho caballos atados a su calesa, a todo galope hacia un abismo. 6esviar esa yunta, di'o, entra%ó valor, fuer&a y una firme decisión. )n esos momentos, aplicar el programa significa levantar el tel#fono y llamar a alguien, o leer un cap!tulo acerca de un *aso y encontrar un medio de aplicarlo a la situación. *odemos decir 4IastaB4 a los murmullos negativos dentro de nuestras cabe&as, pero luego tambi#n debemos reempla&arlos con una alternativa positiva, o el vie'o esquema ocupará muy pronto el vac!o en cuanto ba'emos la guardia. 7as sugerencias del programa son como un con'unto de herramientas. +ada cambia si nosotros no lo cambiamos. 7a ca'a de herramientas permanece en el banco esperando que el artesano la utilice. )legir el me'or instrumento demanda cierta pericia pero no somos aprendices solitarios que debemos valemos por nosotros mismos. *odemos solicitar ayuda a otros miembros, leer literatura Al-Anón, llamar a nuestro padrino, asistir a una reunión, orar o eperimentar con las sugerencias por cuenta propia. Al practicar, no se pierde ninguna lección y se descubre más. *odemos ayudarnos con cualquiera de los instrumentos, a nuestro propio ritmo. *odemos tomar lo que nos gusta y de'ar el resto. *odemos tomarnos nuestro tiempo o arremeter a una velocidad vertiginosa. Con el tiempo muchos nos damos cuenta de que no vamos a obtener una cura rápida. Al principio, despu#s de refunfu%ar un poco por lo que consideramos in'usto, descubrimos que todo es precisamente como debe ser, pues siempre se puede aprender más y encontramos la serenidad en el curso del camino en ve& de al final del via'e. 7os amigos aparecen a lo largo del camino. 7a diversión aparece a lo largo del camino. "6esaf!os$ Siempre hay algunos a lo largo de la vida. Ahora, al menos, estamos equipados con nuevas aptitudes, compa%eros afectuosos y
apoyo espiritual que nos ayudan a enfrentar esos desaf!os. 0inalmente, el amor y la autoestima tambi#n aparecen a lo largo del camino.
E L I IE N 9 O L O S IN S T R U M E N T O S REPARAN 9O NUESTRA VI9A No ue sencillo heredar Al0Anon Si bien mi padre hab!a estado sobrio en AA durante catorce a%os y mamá hab!a concurrido a Al-Anon cerca de die& a%os, yo no me un! a Al-Anon hasta die& a%os despu#s de ale'arme de casa. Me hab!an llevado a algunas reuniones abiertas AA cuando era peque%a e incluso acompa%# a mamá a Al-Anon por un tiempo. )n esa #poca estaba involucrada con un hombre que nunca quer!a hacer nada con mi familia, y nunca !bamos más allá del salón de aperitivos cuando sal!amos a cenar. 2ab!a pasado muchas horas de mi ni%e& esperando que papá de'ara de beber y reconoc!a esa inquietud en el comportodav!a me las ingeniaba para tener relaciones enfermi&as. Agrade&co a mi padre por haberle puesto un nombre a la enfermedad y dirigirse al camino de AA. Mi madre me ayudó a encarar y a comen&ar a practicar los *asos cuando me di'o; 4Muchos de tus problemas pueden llevar mi nombre pero todas las soluciones tienen el tuyo4. (en!a ra&ón, puede que ella me haya herido, pero no pudo darme lo que yo necesitaba, la autoestima. *ensaba que era menos valiosa que otra gente. *ara recuperar mi identidad, ten!a que aceptar ayuda de mi *oder Superior, llamar a otras personas y aplicar los *asos. 2oy mi ira y rabia se disipan en gracia y dignidad humana. Complet# la universidad y he comen&ado mis estudios de postgrado. 2oy s# que soy una persona valiosa, y si lo olvido, s# que en Al-Anón encontrar# gente que me lo repetirá hasta que lo vuelva a recordar. Si bien todos estamos en recuperación, no hemos llegado al
*ara!so y a8n tratamos de lograr la serenidad, d!a tras d!a, aqu! en la (ierra. Mi familia todav!a representa mi mayor reto en la aplicación del programa. Dna noche, camino a una reunión Al-Anon, mi cu%ada comentó; 4"Se dan cuenta de que tenemos veintitr#s a%os de recuperación en este auto$4. 4?hB -respond!- imag!nate cuántos tendr!amos si toda la familia estuviese aqu!4. 4Alrededor de dos minutosB4, di'o mi hermano en broma. (odos nos re!mos y seguimos tratando, un d!a a la ve&. 7a vida en recuperaciónKha encarado algunos grandes desaf!os; un divorcio, el embargo de nuestra casa, la decisión de mi hi'o de vivir con su papá. Sin embargo, el 6ios de mi entendimiento me ha ayudado a superarlos. (ambi#n la gente de Al-Anon me ha apoyado. 2ace poco escuch#; 46ios no me llevará donde Su amor no pueda protegerme4. Dtili&o este dicho a diario para recordarme que lo 8nico que debo hacer es levantarme por las ma%anas y salir con fe. 2asta ahora ha funcionado. El desprendimiento ue en)volo 2ac!a sólo nueve meses que estaba en Al-Anón cuando recib! la primera lección fuerte sobre desprendimiento. )ran las once de la noche de la v!spera del 6!a de Acción de 1racias y acababa de acostarme. Mi madre, que se hab!a dormido luego de beber toda la noche, se despertó e irrumpió en mi habitación. 47evántate y limpia el refrigeradorB4, eigió. )n el pasado, yo hubiera estado en la cocina, limpiando, antes de que ella terminara de hablar. )sta ve&, las palabras de mis amigos de Al-Anón resonaron en mi cabe&a. 4+o reacciones4, me recordaron. Apretando los dientes, decid! probar una sugerencia que hab!a escuchado en las reuniones. 4Mamá, la limpie&a del refrigerador puede esperar hasta ma%ana. Me voy a dormir. (e quiero. Iuenas noches4. >epitió la orden, en vo& más alta. *ermanec! en calma 9al menos aparentando: y repet! que lo har!a por la ma%ana. )n mi interior pronunci# la ?ración de la Serenidad una y otra ve& tan rápido como me era posible. Mi cora&ón lat!a con fuer&a. Siempre hab!a puesto las necesidades de otros
en primer lugar@ actuar con firme&a era algo tremendamente auda&. )levó el volumen y la fuer&a de sus furiosas palabras, eigiendo que me levantara de inmediato y limpiara el refrigerador. Me concentr# en los miembros de mi grupo Al-Anón y record# cómo me ehortaban a no recurrir a ideas locas. >ecord# que ten!a una opción. 6i'e; 4Iuenas noches, mamá4. +o era lo que ella quer!a escuchar. 3ntentó de todo. Conoc!a bien mis debilidades y golpeó todos mis puntos d#biles emocionales. Me sobresalt#, pero por fortuna, esa gente maravillosa en mis reuniones me hab!a dicho que actuamos con violencia cuando sentimos dolor. Ee!a con claridad el dolor de mi madre al gritarme. +o quer!a aumentarlo o asumirlo como propio, as! que permanec! en silencio. Salió airadamente de mi habitación. *ronto escuch# una conmoción en la cocina. Eolvió a aparecer en mi cuarto y di'o; 4Iueno, hi'o, lo lograste. )l pavo y el resto de la comida están en el piso de la cocina. )s me'or que lo limpies4. Se retiró a su habitación, dando un porta&o. *or un instante mi desprendimiento se derrumbó. 4?h, noB Ppens#- ma%ana la familia tendrá que comer emparedados de mantequilla de man! y 'alea en la cena, y será por mi culpa4. 7os miembros Al-Anon en mi cabe&a contraatacaron; 4"*or qu# es tu culpa$ (8 no tiraste el pavo al suelo4. Atrapado en la culpa, me desembarac# de las voces y corr! a la cocina, donde comenc# a guardar la comida. Con un ligero coda&o de mi *oder Superior y muchas reuniones en mi historial, las voces volvieron; 4Mientras sigas limpiando sus l!os, ella no tendrá que hacerlo. (u KbondadK podr!a matarla4. 6e'# el pavo en el piso, donde lo hab!a encontrado, y volv! a la cama. 7e confi# mi madre, el pavo y los posibles emparedados de mantequilla de man! a 6ios. A la ma%ana siguiente todo estaba en el refrigerador. Mamá hab!a asumido la responsabilidad por sus propias
acciones. 2oy en d!a, mi madre ya no bebe. Si bien no fui la causa de su sobriedad como tampoco de su alcoholismo, me siento bien al saber que, al desprenderme con amor, al menos no le permit! que se siguiera matando. (iene mi amor y la dignidad de hacerse cargo de lo que ocasiona. 7os dos tenemos vidas más positivas. La 8ración de la Serenidad iluminó mi camino Mi padre bebe, algo que no hab!a observado durante mi crecimiento. Soy la mayor de una familia de cinco hi'os. +uestra familia carec!a de contacto f!sico y de cualquier tipo de comunicación, pero yo no lo asociaba con el alcoholismo. )n realidad pensaba que era normal. )l ale'amiento nos determinaba de tal manera que a los ocho a%os, cuando mi hermano mayor me ordenó salir de su habitación, promet! no volver a hablarle, y no lo hice hasta que me cas#, a los G a%os. Mi padre era distante y parec!a ocuparse sólo de mi hermano. 6ominaba a mi madre y yo no quer!a ser un felpudo que pod!a ser pisoteada como ella, por lo que trat# de enca'ar en el c!rculo de hombres comportándome como un marimacho. Dna ve&, cuando mi padre descubrió que ten!a un paquete de cigarrillos, lo aplastó con el pie y me abofeteó con fuer&a. ?! decir a mi madre; 4*#galeB *#galeB4. Me hirieron tanto sus palabras que sólo pude llorar. Comenc# a rebelarme, escapándome por la ventana de mi cuarto y fumando d a 7 7 a toda la noche. *asaba el tiempo en las calles de Sudáfrica con gente oprimida, con los marginados de la sociedad. 0inalmente mis padres me atraparon. Aunque esa parte de mi vida es muy oscura, de'# de consumir drogas. A los diecisiete a%os me enamor#. )n los siguientes cinco a%os, fuimos temerarios, irresponsables y nos emborrachábamos la mayor parte del tiempo. =uer!a ser alguien, alguien diferente. Actuaba, me pon!a en rid!culo cantando en un club nocturno y corr!a en motocicleta a gran velocidad. Me encantaba perderme... y por fin ser popular.
)l d!a que cumpl! G a%os nos comprometimos. *arec!a lo lógico. Seguimos comportándonos como antes pero empec# a pensar que deb!amos crecer y actuar como una pare'a. Fl no comprendió mi cambio. Compramos una casa, y como yo traba'aba para un abogado me ocup# de todo el papeleo. )staba asustadaB (en!a miedo del matrimonio. Miedo de distanciarnos, como parec!a. Miedo de estar sola con todas las responsabilidades por la compra de la casa. +uestras familias se prepararon para el casamiento y yo estaba demasiado asustada para decepcionarlos, as! que decid! seguir adelante con el mismo y divorciarme despu#s. Antes de dirigirme al altar ya hab!a aceptado que el matrimonio no funcionar!a. +o funcionó. >egresamos de nuestra luna de miel y encontramos a todos nuestros amigos en nuestra nueva casa con la ahora familiar botella. Sin las restricciones de los padres, todos se abandonaron a la bebida. A menudo me despertaba en una casa llena de gente que ni conoc!a. 6espu#s de unos meses le ped! el divorcio a mi marido. Me sorprendieron las lágrimas de angustia que derramó pero no ced! ni un ápice. 2ab!a algo que me hac!a continuar. Mi prima me hab!a dado una copia de la ?ración de la Serenidad cuando cumpl! G a%os, la cual colgu# en la pared como un rayo de lu&. 7e lan&aba una mirada de ve& en cuando y me familiaric# con las palabras. Cuando algo ocurr!a o ten!a un problema, me preguntaba; 4"*uedo cambiar esto o no$4. Si no pod!a, dirig!a mi atención a otra cosa. Sobreviv! las aguas turbulentas de mi matrimonio utili&ando la ?ración de la Serenidad como mi salvavidas. 6espu#s del divorcio, regres# con mis renuentes padres, que en realidad no me quer!an en casa. Me sent! terrible cuando descubr! que además estaba embara&ada, y ellos reaccionaron conmocionados. Mi madre cambió de idea y me apoyó, pero mi padre pretendió que mi embara&o no eist!a. Me sent! tan culpable que intentaba no vomitar en los primeros meses de mis malestares matutinos. Sólo la ?ración de la Serenidad me brindaba un rayo de esperan&a durante esos meses oscuros. 7a repet!a una y otra ve& cuando recordaba hacerlo. *ronto aparecieron en mi vida personas que me hablaban del amor de 6ios. Mi madre estuvo a mi lado durante el nacimiento de mi beb# y,
por primera ve& en la vida, me sent! cerca de ella. 6espu#s del nacimiento, una buena amiga de mi madre observó cuan deprimida estaba y me guió a Al-Anon. Asist! muy irregularmente a reuniones Al-Anon durante bastante tiempo. *ensaba que seguramente mi padre no era alcohólico. 2asta que lo observ# un sábado por la tarde, mientras estaba en la calle con una manguera mirando con ira a dos chicos que se re!an de #l y le tiraban piedras a nuestro perro. Me dio lástima. Me di cuenta de que hab!a estado bebiendo y la verg5en&a me invadió. Eolv! a las reuniones Al-Anón pero pronto encontr# más ecusas para irme. 6ecid! que no hablaban del alcoholismo en forma suficiente y hablaban demasiado de psicolog!a para aficionados. Con paciencia y compasión, la amiga de mi madre me alentó a seguir intentándolo. Mi siguiente ecusa fue mi beb# eigente, que hac!a dif!cil la concentración. 3ncluso cuando sufr! un colapso nervioso y acab# en un hospital psiquiátrico, donde otra paciente pensaba que o era s u beb# 9tambi#n me di cuenta de que me pod!a pasar lo mismo:, ten!a dificultades en seguir los principios del programa. Dna noche, el furioso comportamiento de mi padre en la mesa me asustó tanto, que fui a una nueva reunión sólo para escaparme de casa. 7a calide& de la hermandad me rodeó una y otra ve&, agotando todas mis ecusas hasta que finalmente decid! quedarme. 7a ?ración de la Serenidad hab!a sido mi ancla antes de venir a Al-Anon. Eerla en mi primera reunión fue como encontrar un amigo perdido por mucho tiempo. (engo un largo camino por recorrer antes de comprender completamente todo lo que el alcohol me ha hecho, pero a medida que avan&o, s# que Al-Anon y e l D i o s d e m i e n t e n d i m i e n t o me ayudarán a aceptar las cosas que no puedo cambiar
y a darme el valor para cambiar las que puedo. AlAnon ilumina mi vida y mis retos, y me ayuda a encontrar la sabidur!a para conocer la diferencia entre lo que necesito aceptar y lo que necesito cambiar.
2i madrina me enseFó a ser uena conmi7o misma "*or qu# siempre me he sentido tan mal$ 7a impaciencia ante peque%as frustraciones me causaba diariamente una profunda rabia. 7e gritaba a mi marido y a mis dos hi'os. A menudo me despertaba de 4mal humor4 que significaba que todo me saldr!a mal ese d!a. 3nsultaba. 6ec!a malas palabras. 6aba porta&os. A veces me encerraba en el dormitorio o ba%o durante horas, a punto de llorar. Amigos y familiares pensaban que era una ecelente administradora y que realmente pod!a organi&ado todo, pero sólo era una impostora competente. Mi perfeccionismo y mi arduo traba'o compulsivo los hab!a enga%ado. 2ac!a mis tareas dom#sticas con toda el almaB 2ac!a las compras, cocinaba y limpiaba con sombr!a determinación y, d!a tras d!a, me sent!a más infeli&. Cuando mis hi'os llegaron a la adolescencia sufr!a tanto que entend! que deb!a hacer algo. Mi sobrino estaba en recuperación en AA hac!a cinco a%os y gracias a #l hab!a le!do libros acerca del alcoholismo. 0inalmente llam# a una amiga suya que era conse'era de alcoholismo y que conoc!a muy bien a nuestra familia. 7e cont# que no sab!a qu# me pasaba pero me sent!a enloquecer. +o pod!a decir no a nadie y siempre terminaba haciendo cosas que no quer!a hacer. Me sugirió Al-Anón. +unca hab!a considerado esa posibilidad. Sab!a que mi hermana era alcohólica, pero pensaba que eso no era para m!, pues no cre!a que mi marido fuese alcohólico. Iueno, beb!a pero siempre nos atendió bien y mi vida no era como esas de las que se hablaba, con golpi&as y furias alcohólicas. )ra una persona muy cr!tica, pero, "alcohólico$
6e todos modos, empec# a asistir a reuniones Al-Anón y a leer literatura Al-Anón. )n forma gradual aprend! acerca de m! misma al escuchar a otros, pero faltaba algo. 7lam# nuevamente a la amiga de mi sobrino. 4"(ienes una madrina$4, me preguntó. 4+o4, respond!. 4)ntonces consigue una4. )n una de mis reuniones escuch# a una mu'er -a la que admirabacomentar que su hermana era alcohólica. +o di'o nada acerca del esposo. *asaron varias semanas para que yo pudiera tener el valor necesario y pedirle que fuera mi madrina, y cuando contestó con entusiasmo 4Me encantar!aB4, mi vida cambió. 3ndependientemente de lo mal que me sent!a, de las cosas horribles que pensaba que hab!a hecho, mi madrina di'o que no le parec!a tan malo y se%aló cuánto iba me'orando. *od!a ser honesta con ella y aun as! ser aceptada. >eci#n entonces me di cuenta de lo falso que era decir siempre 4s!4 y luego quedar resentida. 4+o seas tan estricta contigo misma4, sol!a decirme esos primeros meses. +o me daba cuenta de que era estricta conmigo misma. 2ab!a sido as! toda la vida. 4?c8pate de ti misma, t8 lo merecesB4, dec!a. =u# conceptoB )n mi familia, donde las cr!ticas flu!an como el agua, hab!a sido la 4dulce4 mientras que mis hermanas eran 4bonitas4 e 4inteligentes4. 7legu# a creer que ten!a tanto poder para herir, decepcionar o irritar a otros que podr!a matarlos. Dsaba mi dul&ura para que todos me quisieran y tuve tanto #ito que era la sobrina, la prima y la hermana preferida@ pero el precio que pagu# fue nunca decir 4no4 a ning8n pedido o eigencia. Eiv!a todos los momentos para los demás y pensaba que no ten!a derecho a ocuparme de m! misma o a pensar qu# deseaba. 0ren#ticamente activa, sin tiempo para m! misma, estaba completamente desubicada con respecto a mis propias necesidades. Agradar a los demás continuamente me de'aba llena de ira, resentimiento y sinti#ndome v!ctima. 7a noción de que cuidar de m! misma no era ego!sta, sino una afirmación de la vida, constituyó una gran sorpresa. Concentrarme en m! misma fue muy dif!cil. Me sent!a culpable y no ten!a idea de lo que quer!a. Aprend! a sentir la culpa, pero a hacer cosas de todas maneras.
+o hab!a reconocido el alcoholismo de mis padres porque parec!an demasiado perfectos. )ran personas muy devotas que asist!an diariamente a oficios religiosos, arrastrando a sus hi'os con ellos. Mi padre hab!a abandonado la bebida por su cuenta cuando yo era muy peque%a, pero siguió siendo desdichado, siempre enfadado. )n Al-Anon comenc# a darme cuenta de que mi padre ha sufrido por ser un 4borracho seco4 durante más de treinta a%os. Mi madre tomaba algunos tragos bien cargados todas las noches, antes de la cena. *ese a que arrastraba las palabras y hablaba fuerte, no lo relacion# con el alcoholismo. A una conciencia profundamente enterrada le lleva tiempo salir a la superficie. )scuch# los 6oce *asos cientos de veces antes de que el *rimer *aso realmente adquiriera sentido. S o por cierto incapa& ante el alcoholismo. +o ser responsable del alcoholismo de mi hermana, de mis padres o de mi marido me alivia much!simo y, hasta que llegu# a Al-Anón, no hab!a comprendido cuan responsable me sent!a. Cuando comenc# en Al-Anon estaba segura de que era demasiado tarde para mis hi'os@ tem!a haber sido tan abusiva como para haberles causado da%o de por vida. Me dol!a tan sólo pensarlo. Dn d!a mi madrina me di'o; 4">ecuerdas los conflictos que ten!as cuando eras una 'oven que necesitaba apoyo moral pero no que alguien le di'era lo qu# ten!as que hacer y lo que más le conven!a$ Ahora que tienes más discernimiento, tus hi'os tendrán el apoyo que necesitan sin que interfieras en sus vidas4. 6ebo admitir que no soy una madre perfecta y no siempre s# lo que es más conveniente. Me siento aliviada de no tener que ser una madre perfecta para amar y apoyar a mis hi'os en su crecimiento. +o puedo enumerar todo lo que he obtenido gracias a la práctica del programa Al-Anon. Cuando tengo una reca!da y empie&o a decir 4s!4 en lugar de decir 4no4 o intento solucionar los problemas de otros, puedo llamar a mi madrina y ella me ayudará amorosamente a hacer lo correcto. Dna madrina que me ama lo suficiente para
decirme la verdad con compasión es un don que no tiene precio. El amor es un tr aa*o interior +ac! en un lugar al que cari%osamente me refiero como 47a roca4. 2asta hace tres a%os, cuando vine a Al-Anon, era lo 8nico que me daba un cierto sentimiento de identidad. Aunque sólo fuera eso, yo era de 47a roca4 y pod!a estar orgullosa de ello.
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Mi hogar de la infancia era como el de cualquier otra persona, o al menos as! lo cre!a. (en!a un papá que beb!a a diario y una mamá que estaba muy afectada por ello. Cada ve& que papá y mamá estaban 'untos más de cinco minutos, hab!a una pelea. Cuando era 'oven, evitaba en lo posible perturbar la armon!a porque ten!a miedo de que parte de la 4basura4 cayera sobre m!. *ensaba que mamá ten!a un problema. Si de'ara tranquilo a papá, todo andar!a me'or. )staba aterrada pensando que cuando yo creciera fuera como ella. 7as ense%an&as más importantes que etra'e de mi situación familiar fueron sepultar todos los sentimientos en la profundidad de mi subconsciente y convertirme en una eperta en el arte de no comunicar. 6ecid! que por cierto la vida era más que esto y me empe%# en obtenerlo. Mi b8squeda seria del amor y la aceptación comen&ó a la edad de catorce a%os. Sol!a pasar el tiempo con un grupo de muchachos mayores, en el cual conoc! a uno que me prestó un poco de atención. Me sent!a tan afortunada de tener mi primer novio de verdad, que no lo pens# dos veces. Si lo hubiera hecho, habr!a visto indicios de la clase de hombre que elegir!a por largo tiempo. 7a chica con la que se hab!a relacionado antes de m! ten!a cuatro meses de embara&o, pero #l di'o que todo hab!a terminado entre ellos y que yo era la 8nica en su vida. Me com! el cuento y cerr# los o!dos a cualquier otra cosa. 2abiendo conocido ya el alcohol y las drogas, con #l agregu# el seo. )ra una combinación embriagadora para alguien tan 'oven. *ensaba que perdiendo la virginidad me convertir!a en adulta. 3gualaba seo con amor y madure&, obviamente un gran error. Fl tambi#n me presentó un grupo de chicos del club de motocicleta de 47a roca4. +o eran precisamente los 42el*s Angels4 94Angeles del infierno4:, pero tampoco eran angelitos. Mi supuesto novio comen&ó a pasar bastante tiempo con su vie'a pasión, por lo que yo dedicaba más tiempo a los c h i c o s del
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club. )mpec# a salir con el presidente del club. Con #l me sent!a protegida y tambi#n me sent!a a l 7 u i e n . 6e'# de lado, sin pensarlo demasiado, el hecho de que #l ten!a una novia con quien viv!a y aprend! a mentir con soltura las pocas veces que nos sorprendieron 'untos. )star 'unto al presidente me dio la categor!a de que 4nadie se mete con ella4, ya fuese en un bar, una fiesta o el club. )n casa, con mis padres, no me resultaba de gran ayuda. Mis padres me acosaban por la elección de mis amigos, as! que resolv! el problema mudándome con una amiga. *ese a que sólo ten!a diecis#is a%os, traba'aba en un bar donde sol!an ir los motociclistas. A veces iba a la escuela. 6urante die& a%os dediqu# lo me'or a una relación irregular con uno de los chicos del club, a quien cre! amar. Cada ve& que pensaba que lo hab!a olvidado, aparec!a de nuevo y yo volv!a a los altiba'os emocionales. 7o visit# en casi todas las cárceles de esa parte del pa!s. 7e llevaba drogas de contrabando a la prisión, sin considerar las posibles consecuencias. 2uyó y lo segu! por todo el continente. Cuando finalmente terminamos conoc! a otro alcohólico y me sub! a otra monta%a rusa emocional. +os mudábamos continuamente, y cada ve& que lo hac!amos yo pensaba que hab!amos de'ado atrás a sus compa%eros de bebida y que podr!amos arreglar nuestra vida 'untos. +o lograba darme cuenta de que siempre habr!a nuevos compa%eros de bebida en cualquier otra ciudad. Me llamaba perra gorda y glotona, y yo con mis O Jilos, me odiaba a m! misma. Dna noche perd! los estribos. 7o golpe# en el pecho con los pu%os mientras gritaba como una loca; 4(u propósito en la vida es enloquecermeB Iueno, "estás contento$ M!rameB )stoy locaB4. )sa noche empec# a eaminarme y a buscar ayuda. 7a encontr# en Al-Anón, donde aprend! que yo no caus# el alcoholismo, no lo pude controlar y por cierto no pude curarlo. Si bien yo no beb!a, el alcohol me controlaba. 7as cosas que 'ur# nunca har!a, las hice. 7o que hab!a sucedido en mi infancia, suced!a ahora en mi propio hogar. *or primera ve& en mi vida, en Al-Anón encontr# mi lugar. 7o 8nico que esperaban que hiciera era volver. 7o hice. 7a gente en los grupos me demostró el amor que nunca hab!a conocido, pero que hab!a buscado toda la vida. Me dieron los instrumentos que pod!a usar para ayudarme en la recuperación; los *asos, una madrina, las reuniones, los amigos y los lemas. A diario me aferr# a los lemas 4*iensa4, 42a&lo con calma4 y 4Eive y de'a vivir4. Aprend! la ?ración
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de la Serenidad y la repet!a una y otra ve&. )ncontr# un *oder Superior al que pod!a confiarle todo, incluso las cosas más !ntimas. Al aplicar los *asos, aprend! a quitar los escombros del pasado y a vivir cada d!a como se presentaba. 2asta empec# a pensar que yo ten!a alg8n valor. (odo lo que quer!a y buscaba en otras personas, lo encontr# finalmente en m! misma. =u# alivioB *od!a de'ar de buscar, rela'arme y disfrutar la vida tal como era. )s un concepto simple, pero debo concentrarme en #l para mantenerlo vivo. 6e'o la puerta abierta para que ocurran cosas buenas. Conoc! al hombre que hoy es mi marido. Mis padres via'aron una distancia de die& mil Jilómetros para asistir a nuestro casamiento. Ahora mantengo con ellos una relación que nunca imagin#. Me pare&co mucho a mi madre, pero, hoy me enorgulle&co de eso. *uedo aceptar que son personas reales con problemas, además de ser mis padres. Mi esposo y yo tambi#n somos personas reales. (enemos problemas, pero compartimos un con'unto de principios que nos ayuda a encararlos . 7a aceptación del valor de mi marido como ser humano, y por ende del m!o, es uno de los dones más importantes que obtuve de Al-Anón. Cuando me olvido del derecho que tenemos todos a ser como somos, recuerdo que soy una hi'a de 6ios en el universo de 6ios y que tengo el derecho de estar aqu!. Sigo viniendo porque funcionaB
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CUAN9O OL PEA LA CRISIS
Un #ie#bo que %oodinaba una euni-n( %o#ent- que a' %o#ien7o de 'a e%u!ea%i-n so'/a !asa !o a'io 'a !a'aba 0sano *ui%io0( en e' Se"undo Paso1 0En ea'idad no #e "ustaba esa !a'e sobe 'a de.o'u%i-n de' sano *ui%io 3di*o3 !oque !ae%/a esta i#!'/%ito que o estaba 'o%a1 Me i#a"inaba que se a!'i%aba a 'os a'%o,-'i%os que %ono%/a1 E l l o s estaban 'o%os $ $o( !o %ieto( no que/a que #e aso%iaan %on e''os1 S u 'o%ua ea 'o que #e ,ab/a ta/do aqu/1 Ce/a que #i .ida estaba ''ena de %isis que $o no ,ab/a %eado( $ no 'e#a idea de %-#o detene'as1 Enton%es( un d/a es%u%,e?2 a a'"uien de)ini 'a 'o%ua %o#o 'a e!eti%i-n de 'o #is#o( una $ ota .e7( es!eando esu'tados di)eentes1 Me eto%/ en 'a si''a !ues 'a de)ini%i-n #e ''e"aba a' %oa7-n1 0Po%o tie#!o des!u&s( en 0ia euni-n A'2An-n( es%u%,& una de)ini%i-n tan inquietante %o#o 'a anteio1 Se des%ib/a e' 0sano *ui%io?( *o%osa#ente( %o#o ?'o que obtene#os %uando de*a#os de es!ea un !asado #e*o?1 Con %u4nta )e%uen%ia ,ab/a !ensado se%eta#ente o*a'4 #is !ades #e ,ubiean querido, o*a'4 a' #enos #e quisiean a,oa( o*a'a no ,ubiese tenido tanto #iedo1 O*a'4( o*a'4( o*a'4111 se"u/a $ se"u/a( %o#o ta#bi&n se"u/an #is %isis $ #i in%a!a%idad !aa aboda'as1 Ni siquiea #e ,ab/a dado %uenta que eso ea .i.i en e' !asado1 A''/ %o#en7- .edadea#ente 'a e%u!ea%i-n01 La insania es a #enudo suti' $ %on)usa( %o#o 'o es 'a en)e2 #edad de' a'%o,o'is#o1 usto %uando ''e"a#os a danos %uen
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ta de que no tenemos que vivir en la calle, sin empleo, cubiertos con papel de diario, para sufrir la enfermedad del alcoholismo, finalmente entendemos que no es necesaria, la internación en un hospital psiquiátrico o cortarnos las venas para tener comportamientos que no son precisamente modelos de racionalidad. 7a ira y el resentimiento acompa%an el abuso y el eceso de responsabilidad derivados de la convivencia con el alcoholismo activo, y bloquean tanto nuestra serenidad como la del alcohólico. a que muchos de nosotros somos 4ciudadanos modelo4, nuestra irracionalidad es a menudo dif!cil de entender. A veces, la sociedad incluso elogia y apoya nuestro martirio, porque ese comportamiento ale'a las comple'idades de la enfermedad 4de la calle4. A diferencia del alcohólico en recuperación, que puede encontrar que la gente se sienta agradecida por el hecho de que, al menos, ya no est# borracho, encontramos poco apoyo en nuestra familia cuando iniciamos la recuperación. Al de'ar de solucionar los l!os a'enos o de asumir responsabilidades adicionales, a veces las cosas empeoran y no todos se sienten cómodos. )s dif!cil comen&ar y mantener un programa de recuperación cuando eiste oposición e incluso hostilidad. +ecesitamos muchas nuevas ideas y mucho apoyo mutuo. )s un camino arduo, diferente del que estamos acostumbrados, pero puede, literalmente, salvarnos la vida. 7as respuestas negativas no desaparecen sólo porque hemos de'ado de lado la negación y ahora las reconocemos como tales. 2emos visto que reempla&ar ideas negativas por palabras, acciones o pensamientos positivos funciona me'or que simplemente tratar de bloquear o detener lo negativo. )n el pasado utili&ábamos nuestras vie'as respuestas, ya fuera negación, culpa, ocupación ecesiva, perfeccionismo o rabia, porque no conoc!amos nada me'or. *ara abandonar esas reacciones, incluso luego de aprender que no funcionan, necesitamos entender otras cosas. Al-Anon nos ofrece alternativas nuevas para reempla&ar aquellas de las que hicimos uso y abuso. =ui&ás no produ&can todos los resultados esperados. A veces ni siquiera sabemos cuáles son, para nosotros, los me'ores resultados pero, al menos, si intentamos algo distinto podremos obtener resultados diferentes. )n medio de una crisis, cualquier idea nueva puede ser me'or que las que ya sabemos que no funcionan. Con la práctica, aprendemos cuáles son eficaces en cada situación. >epetir un lema puede apaciguar un temor creciente. 7eer literatura Al-Anon puede proporcionarnos nuevas perspectivas en una situación dif!cil. 7lamar a un padrino o a un amigo Al-Anon puede brindarnos amor y compasión
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cuando nos sentimos atacados o recha&ados. Aplicar un *aso puede sincerar nuestras ideas obsesivas o calmar nuestros temores. Asistir a una reunión Al-Anon puede disminuir nuestro aislamiento y el sentimiento de vac!o causado por el pensamiento de que otra ve& estamos solos ante los problemas que acompa%an al alcoholismo. *ronunciar la ?ración de la Serenidad puede relacionarnos con la ayuda de un *oder superior a nosotros. +o podemos impedir que otros provoquen una crisis. (al ve& debamos aceptar que algunas dificultades inesperadas son parte de la vida. +o obstante, a medida que aplicamos los principios de Al-Anon en nuestra vida descubrimos que no es necesario encarar las dificultades solos e indefensos.
E N F R E N T A R L A S C R IS IS C O N S E R E N I 9 A 9 Le aud) a mi hi*a a m misma Mi marido se encontraba fuera de la ciudad cuando una noche me despert# a las dos de la madrugada, con el cora&ón en la mano, presa de una terrible pesadilla. Apenas pod!a respirar y casi no ten!a conciencia de lo que me hab!a despertado. Mi hi'a, que tambi#n se hab!a despertado, me llamó pidiendo un poco de consuelo y un masa'e en la espalda. Me levant# con dificultad, dándome cuenta de que ahora estaba despierta y segura. Aunque un poco temblorosa, record# la sugerencia de un miembro Al-Anón acerca de cómo abordar el miedo. 4*ara encarar emociones fuertes pon tu cuerpo en marcha4, dec!a. 0ui a la habitación de mi hi'a para darle el masa'e y me concentr# en ese momento preciso. +o estábamos en peligro. Mientras le masa'eaba la espalda ped! a 6ios que me librara de los pensamientos surgidos de la pesadilla. Se me ocurrió preguntarle a mi hi'a por qu# se hab!a desvelado. )lla tambi#n hab!a tenido un sue%o aterrador. 2ablar acerca de los sentimientos no hab!a sido habitual en mi abusiva y peligrosa casa natal, ba'o el predominio del alcohol. 2ab!a aprendido a abordar los sentimientos hablando en reuniones Al-Anón. Cuando terminó de relatarme su sue%o rec# por las dos, mientras recordaba la 4versión abreviada4 de los tres primeros *asos; 4o no puedo. 6ios s! puede. Se lo entrego a Fl4. Me fui calmando. Mi hi'a se durmió y busqu# mi diario. Cuando es muy tarde para llamar a alguien, escribir tambi#n es 8til. Mientras escrib!a ca! en cuenta de que hab!a tenido ese espantoso sue%o porque ese d!a, al entrenar al equipo de f8tbol, me hab!a sentido
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como una bru'a horrible. 2ab!a presionado a los 'ugadores más lentos, rega%ado a otros para que prestaran atención y e'ercitado demasiado con la pelota. Me hab!a sentido incompetente como entrenadora porque mi esposo, el 4verdadero4 entrenador, estaba fuera de la ciudad, y hab!amos perdido el 8ltimo partido. Al proyectar mis propios sentimientos de incapacidad en ellos, les hab!a eigido demasiado. A trav#s de Al-Anón he aprendido a anali&ar mi pensamiento r!gido, de tipo 4o es blanco o es negro4 y a buscar los matices de grises. )s positivo para el equipo que lo aliente a pirar y casi no ten!a conciencia de lo que me hab!a despertado. Mi hi'a, que tambi#n se hab!a despertado, me llamó pidiendo un poco de consuelo y un masa'e en la espalda. Me levant# con dificultad, dándome cuenta de que ahora estaba despierta y segura. Aunque un poco temblorosa, record# la sugerencia de un miembro Al-Anon acerca de cómo abordar el miedo. 4*ara encarar emociones fuertes pon tu cuerpo en marcha4, dec!a. 0ui a la habitación de mi hi'a para darle el masa'e y me concentr# en ese momento preciso. +o estábamos en peligro. Mientras le masa'eaba la espalda ped! a 6ios que me librara de los pensamientos surgidos de la pesadilla. Se me ocurrió preguntarle a mi hi'a por qu# se hab!a desvelado. )lla tambi#n hab!a tenido un sue%o aterrador. 2ablar acerca de los sentimientos no hab!a sido habitual en mi abusiva y peligrosa casa natal, ba'o el predominio del alcohol. 2ab!a aprendido a abordar los sentimientos hablando en reuniones Al-Anon. Cuando terminó de relatarme su sue%o rec# por las dos, mientras recordaba la 4versión abreviada4 de los tres primeros *asos; 4o no puedo. 6ios s! puede. Se lo entrego a Fl4. Me fui calmando. Mi hi'a se durmió y busqu# mi diario. Cuando es muy tarde para llamar a alguien, escribir tambi#n es 8til. Mientras escrib!a ca! en cuenta de que hab!a tenido ese espantoso sue%o porque ese d!a, al entrenar al equipo de f8tbol, me hab!a sentido como una bru'a horrible. 2ab!a presionado a los 'ugadores más lentos, rega%ado a otros para que prestaran atención y e'ercitado demasiado con la pelota. Me hab!a sentido incompetente como entrenadora porque mi esposo, el 4verdadero4 entrenador, estaba fuera de la ciudad, y hab!amos perdido el 8ltimo partido. Al proyectar mis propios sentimientos de incapacidad en ellos, les hab!a eigido demasiado. A trav#s de Al-Anon he aprendido a anali&ar mi pensamiento r!gido, de tipo 4o es blanco o es negro4 y a buscar los matices de grises. )s positivo para el equipo que lo aliente a estar en su me'or forma, a seguir desarrollando sus capacidades y a prestar atención. *ero tambi#n debo traba'ar en mi forma de epresarme, mane'ando lo que siento
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interiormente. )se d!a, sentirme incapa& como entrenadora me impulsó a dirigirme a ellos con tanta dure&a. )scribir acerca del tema me ayudó a recobrar el equilibrio. )n realidad he sido una buena entrenadora. Soy humana y cometo errores. (ratar de aplicar el programa Al-Anón con demasiada rigide& y convertirme en madre totalmente recuperada y en entrenadora perfecta es tan ilógico como esperar que todos los 'óvenes fuesen 'ugadores de f8tbol de calidad internacional. 2oy entiendo que el temor que me dominaba se va desvaneciendo. A medida que ese temor va disminuyendo, gracias a las ideas de Al-Anón, la parte de m! que fue ob'eto de repetidos abusos durante la ni%e& se siente más segura y logro tener dominio sobre ella. Mi temor se disipó@ de'# mi bol!grafo y regres# a dormir.
La pr5cti ca diaria ue mi clave Cuando vine a Al-Anón sufr!a de pánico emocional. Si bien hab!a sido un estudiante sobresaliente, hab!a pertenecido cuatro a%os a las fuer&as armadas y hab!a obtenido muchas satis- , facciones ayudando a familias que ten!an ni%os con defectos cong#nitos, a duras penas pod!a enfrentar mis propios altiba'os emocionales. Siendo un ávido lector, hab!a le!do acerca de la enfermedad del alcoholismo y con facilidad hab!a identificado a mi familia en la literatura. o no era alcohólico, pero comen&aba a vislumbrar ciertas tendencias de comportamiento alcohólico y eso me alarmó. Si no hubiera sido por el lema 42a&lo con calma4 y la acogida de los miembros Al-Anón que me aceptaron en las reuniones a las que asist!, podr!a haber enloquecido a8n más,
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Y intentando aplicar el programa solo, con el fin de borrar lo que pensaba eran caracter!sticas negativas adquiridas de un padre cruel y una madre autocompasiva. )l alcoholismo me acompa%ó desde mi nacimiento y pudo haberme afectado incluso en el vientre de mi madre. Mi padre alcohólico y mi madre tuvieron un beb# durante la 1ran 6epresión y mi madre amena&ó con suicidarse si continuaban los nacimientos. A%os despu#s nac! yo. +uevamente embara&ada y conviviendo con un hombre seual y f!sicamente acosador, mi madre aumentó su propio consumo de alcohol. 7a bebida no la tornaba tan desagradable como a papá, pero fomentaba la compasión de s! misma. *ara complicar las cosas, tuve el atrevimiento de nacer el d!a de +ochebuena. A mi madre realmente le molestó perderse los feste'os navide%os, cosa que escuch# a lo largo de mi infancia. (ambi#n me di'o que hab!a padecido diarios malestares por mi culpa. +ac! a las G./R del mediod!a@ escuch# que esa fue la 8ltima ve& que llegu# tarde al almuer&o. Mis problemas m#dicos 9nac! con defectos cong#nitos: ocasionaban a mis padres más gastos de los que pod!an afrontar, y mantuve a todos despiertos los tres primeros a%os de vida, llorando toda la noche y todas las noches. 7a capacidad de mi padre para el alcohol y la crueldad era conocida por los vecinos. (en!a apodos despiadados para todos nosotros. Mi madre era 4Sal, la suicida4@ yo era 4el raro4. *ens# que podr!a escapar siendo ecepcionalmente bueno o y#ndome de casa, pero hasta que encontr# Al-Anón nunca pude deshacerme de la dolorosa sensación de que nada de lo que hiciera me har!a aceptable y digno de ser querido. Segu! sufriendo a diario el dolor y la soledad hasta que encontr# el amor y la aceptación en AlAnon. Ahora practico el programa con gratitud todos los d!as. )l *rimer *aso ha sido mi gran consuelo pues me permite pedir ayuda sin sentirme culpable. 7e agrade&co mucho a mi grupo al que asisto con regularidad.
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*ese a que he asistido a otras reuniones donde me han recibido cordialmente, en mi grupo he encontrado por primera ve& en mi vida una familia cari%osa que me quiere. )s el mayor de los regalos que he recibido de mi *oder Superior. )l grupo tambi#n me ha otorgado la capacidad de go&ar de una relación afectuosa con mi *oder Superior. Antes de venir a Al-Anón hab!a recha&ado la religión como algo superficial e hipócrita sin reempla&arla por otra cosa. +o ten!a un *oder superior a m! mismo y no ten!a consuelo. Al-Anón me ha ayudado a reconocer mi necesidad y mi voluntad de aceptar un profundo sentimiento de espiritualidad. Mi gratitud no tiene l!mites. La aceptación me rindó paz )l *rimer *aso, la ?ración de la Serenidad y la aceptación se superponen para m! porque todos se refieren a la incapacidad. 7legar a Al-Anón fue admitir que mis padres eran alcohólicos y que eso hab!a hecho mi vida ingobernable. Antes de poder aceptar algo, primero debo reconocer que eiste. Admitir el alcoholismo de mis padres significaba revelar secretos familiares y quebrantar la lealtad familiar. 0ue un primer paso hacia la aceptación de algunas de las cosas que no puedo cambiar. *oco a poco, al admitir que eisten sentimientos y acontecimientos desagradables y al permitirme eperimentarlos y aceptarlos, la pa& va llegando. *ara m!, aceptación no representa simular felicidad por todos los hechos de la vida. Aceptación significa que recono&co la realidad tal como es y acepto mis sentimientos de p#rdida o frustración y mis humanas limitaciones. +o controlo la realidad. (ampoco controlo la forma en que percibo la realidad, que a veces es indudablemente violenta, pero s / controlo cómo decido actuar sobre mis sentimientos respecto de esa realidad. )li'o mi comportamiento y mis actitudes, y ese conocimiento me ha dado una pa& más profunda de la que sol!a tener. Al practicar la aceptación, me he abierto camino a trav#s de grandes y peque%as crisis. "=u# clase de cosas he aceptado que no puedo cambiar, controlar o hacer desaparecer$ Mis padres eran alcohólicos. Mis padres me descuidaron. Mis padres murieron. Mi hermano murió. Mi otro hermano está mentalmente enfermo y es un pervertido seual. Mis padres abusaron de mis hermanos quienes, a su ve&, abusaron de los ni%os menores. o fui ob'eto de abusos seuales. Mi organismo no puede producir una en&ima importante. 7os semáforos no cambian cuando yo quiero. ?tros conductores a veces son groseros. o soy grosero a veces. Mis estudiantes tienen dificultades. )n el programa, otras personas a las que quiero sufren penas y dolor. 7a vida nos hiere de ve& en cuando. 7a vida se termina.
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Si puedo aceptar la vida tal como es, se torna más llevadera. 7a vida fluye como un r!o, est# de acuerdo o no. *uedo optar por de'arme llevar por la corriente. *uedo remar r!o arriba. *uedo flotar r!o aba'o. +o soy el responsable del curso del r!o, pero tengo opciones. 2oy siento mayor pa&, alegr!a y rela'ación. A esto yo lo llamo serenidad. Cuando estoy dispuesto, 6ios me otorga la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar.
%omprender la incapacidad alivia mi culpa 6urante una reunión Al-Anón coordinada por una 'oven descubr! un significado de incapa& que me sirvió. )plicó el concepto como 4no importaB4. 4+o importa lo que hago, digo, pienso, siento o creo. +o puedo ni podr# hacer que alguien de'e de beber -di'o- sin importar cuántas veces pagu# una fian&a para sacar a mi hermano de la cárcel, o cre! que #l ten!a ra&ón, o lo 'ustifiqu#, hoy todav!a está en la cárcel. *odr!a haber dedicado esos momentos valiosos a m! misma y tal ve& tendr!a recuerdos más felices que tristes si me hubiese desprendido de mi hermano con amor. 2oy me rescato a m! misma4. )l t#rmino incapa& me hi&o anali&ar profundamente la relación con mi propio hermano. 7os a%os anteriores al accidente de motocicleta que lo de'ó paral!tico me dediqu# a seguirlo, protegerlo, controlarlo y apoyarlo. Sin embargo se aferró a la bebida y a las drogas. (oda la familia se inmiscuyó en su vida. Mis padres le dieron empleos y dinero. Mi madre le cocinaba, le compraba ropa y se preocupaba constantemente por #l. Mis hermanas mayores lo sacaban de los bares y las cárceles de la ciudad. o alimentaba sus problemas dici#ndole que era un buen chico con unos pocos problemitas. (odos, en alg8n momento, le dimos automóviles, que chocaba porque los conduc!a ebrio. Cuando se compró la motocicleta, la condu'o sin licencia ni registro. (odos sab!amos que beb!a mucho, pero estábamos demasiado ocupados tratando de rescatarlo como para ayudarlo a encarar el verdadero problema. )staba incapacitado por el alcohol. )n todo momento fuimos incapaces. 7a negación de mi propia impotencia pasó como un rayo frente a mis o'os. 2ab!a estado ocupada con el rescate porque era demasiado doloroso aceptar que no pod!a impedir que un ser querido se destruyera. )l cuerpo deforme de mi hermano y su silla de ruedas son pruebas concretas de nuestra total incapacidad ante el alcohol. Si hubiera eistido una forma de ayudar a mi hermano, de mantener su seguridad, de hacer de su vida lo que quer!amos que fuera, nosotros, una muy dispuesta familia de nueve miembros, seguramente la hubi#ramos encontrado. +o lo logramos. Al-Anon me llevó a entender mi propia incapacidad. A8n siento dolor al mirarlo, pero al menos no debo sentirme culpable. (engo derecho a mi propia vida, as! como #l lo tiene a la suya.
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amor da resultado Aunque no pod!a entender por qu# o cómo funciona el programa, segu! asistiendo a las reuniones porque eperimentaba un profundo sentimiento de necesidad. Dna noche escuch# que un hombre dec!a; 4AlAnon es un programa perfecto. 7os que no somos perfectos somos nosotros4. Ia'ó la cabe&a y luego nos miró sin pesta%ear. 4 nosotros no tenemos que serlo. Amor. )so es. Amor, amigos, es lo que encontramos aqu!. )so lo abarca todo. )l amor es la ra&ón de su eficacia4. *arec!a tan simple y tan abiertamente meloso que casi me echo a re!r. 7uego sonre! porque sab!a que #l ten!a la ra&ón. Cuando llegu# a mi primera reunión de Al-Anon, mis sentimientos reprimidos irrumpieron y pens# que enloquec!a. >ecuerdo esos primeros d!as. )l primer a%o estuvo lleno de angustiosos momentos que parec!a que nunca terminar!an. Cre!a que 'amás cicatri&ar!an las profundas heridas de la ni%e& en un hogar alcohólico. 7os miembros Al-Anon me amaron y me aceptaron cuando yo no pod!a hacerlo. Sus abra&os eran importantes. Me sent!a segura. +o me 'u&gaban como buena o mala. (odo lo que requer!an era mi presencia. (uve la suerte de que no me pidieran nada más, pues no ten!a nada para dar en ese momento. Eiv!a semana a semana, dependiendo de las reuniones. +o era dif!cil asistir puesto que en la hermandad encontr# la primera muestra de amor incondicional. 2oy celebro mi quinto aniversario Al-Anon y estoy llena de valiosos regalos de cumplea%os. 7os *asos me ense%aron a perdonar el pasado, vivir el presente y de'arle a 6ios el futuro. 2oy recono&co cuánto amor me ha brindado 6ios a trav#s de los miembros Al-Anon. )l amor es tan rebosante que me desborda. *uedo compartirlo con otros. *uedo compartirlo con abra&os. *uedo compartirlo con servicio. Cuanto más lo comparto, más amor recibo, as! que nunca se acaba. Me da much!sima alegr!a traba'ar en eventos de Al-Anon y servir a mi grupo. +adie parece criticar mis esfuer&os. =u# bendición saber que hay cosas que puedo hacer bienB 2e aprendido a complacerme a m! misma. (rato de no leer la mente de las otras personas. Me valoro. Al-Anon me ense%ó que los demás me respetarán si primero lo hago yo. 2oy tengo opiniones. +o necesito probar si son o no correctas, y puedo permitir que otros tengan las suyas. +o hace falta estar de acuerdo en todo para vivir en armon!a. +o soy un ser ilimitado. +o tengo que serlo. *uedo fi'ar l!mites a lo que har#. a no siento que debo ser todo para todos. +i siquiera tengo que serlo para mis seres queridos. Sigo progresando. 2oy encaro las dificultades con respecto a la intimidad. Me siento vulnerable y a veces temo derribar los muros que me proteg!an del dolor de la infancia. Antes de Al-Anon pensaba que el amor, la seualidad y la intimidad eran tres palabras que
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describ!an lo mismo. 2oy s# que pueden describir emociones o comportamientos. )stán relacionadas pero no son interdependientes. 7entamente, a medida que voy madurando en Al-Anon, comprendo la profundidad y la variedad de las relaciones humanas. Si hoy me preguntaran cómo funciona Al-Anon para m!, dir!a; 4Muy bien, gracias4. 2e asustaa mi ir a Cuando yo ten!a seis meses, mi padre decidió que ten!a un problema, porque era &urda. As! que lo solucionó. +o recuerdo ese per!odo conscientemente pero s! emocionalmente. 7uego, en la edad adulta, necesit# ayuda para mi depresión nerviosa. Ah! descubr! el da%o que me hab!a causado reprimir mi &urdera y tambi#n que mi padre era alcohólico. Alentada por mi terapeuta, ingres# a Al-Anon, donde aprend! acerca del alcoholismo y de mis reacciones ante la enfermedad. )n el grupo Al-Anon encontr# algo que necesitaba desesperadamente; permiso para eno'arme. 2ab!a tenido mucho miedo de mi ira, en particular porque me hab!an ense%ado que eso era peligroso y feo en una mu'er. Con el apoyo de mi grupo y de mi madrina aprend! a mane'ar esa poderosa emoción de manera más sana. )ncontr# medios para liberar mi ira sin lastimar a nadie, ni siquiera a m! misma. *ude epresar mi cólera sin temor de herir o ser herida@ tambi#n aprend! a identificar los motivos de esa ira y hacia qui#n iba dirigida. +o me hab!a animado a pensar que ten!a ese sentir hacia mis seres queridos. A lo largo del tiempo, la ira reprimida se hab!a convertido en rabia profunda y, a menudo, no poder epresarla me causaba una dolorosa tensión en todo el cuerpo. Con la ayuda de una compa%era de Al-Anón que me escuchaba hablar acerca de mis sentimientos ocultos, descubr! un m#todo para abordar mi rabia encubierta. 2ablar y escribir acerca de ella me ayudó, pero me'or a8n, encontr# el valor de liberarla a trav#s del e'ercicio f!sico intenso. 2oy todo mi cuerpo está más rela'ado y yo me siento f!sica y mentalmente sana. Al ir anali&ando mis problemas, más cosas se me van revelando. 2e llegado a comprender que el hecho en s!, pese a ser abusivo, es sólo una parte del problema. )l resto del problema es mi reacción ante el hecho. 0ue mi ira, que persistió incluso luego de que mi padre 4solucionara4 mi problema, lo que causó mis dificultades posteriores. +o puedo volver atrás y borrar la realidad de mi infancia, pero puedo modificar mi actitud mental al respecto. +o tengo poder sobre el pasado pero no estoy indefensa en el presente. Antes de enfrentarme con la ira sólo pod!a tolerar una amiga a la ve& y prácticamente quer!a ser su due%a. +o aceptaba que tuviese tiempo para otra persona. 7uego de enfrentar la ira vi que pod!a tener muchos amigos y compartirlos. Sent! más amor hacia mis hermanos y mi madre. 3ncluso pude amar a mi padre.
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)l me'or regalo que me brindó Al-Anon fue ser aceptada y no ser 'u&gada por los demás miembros. 0ue dif!cil admitir mi gran temor y la ira que sent!a contra m! misma, porque necesitaba creer que amaba a mi familia. )n Al-Anon descubr! que puedo amar mucho a alguien y, no obstante, sentir temor e ira por las horribles acciones de esa persona. +o debo pasar por alto mis sentimientos para convencerme de que hoy amo a mi familia, pues los amo realmente, y puedo eperimentar muchos sentimientos, positivos y negativos, sin 'u&gar a nadie ni ser 'u&gada. Aprender a confiar lo suficiente como para soltar las riendas no resultó fácil. 0ue algo as! como tratar de 4llevar la monta%a a Mahoma4. *or fortuna, como les cuento a los nuevos miembros, cuando en Al-Anon lo hacemos con calma, podemos llevarle la monta%a a Mahoma piedrita por piedrita. Al principio le confiaba a mi *oder Superior los problemas sólo cinco minutos a la ve&. 7uego pude hacerlo durante per!odos cada ve& más prolongados. Sin darme cuenta, mi *oder Superior ten!a el problema en sus manos, y descubr! que, despu#s de todo, era sólo un grano de arena y no toda una monta%a.
Nin7una situación es desesperada )l alcohol comen&ó a destruir mi vida el d!a de mi nacimiento. Me parece que nadie se puso muy contento cuando nac!. )ra la s#ptima hi'a de una madre alcohólica de GQ a%os. Mi padre alcohólico hab!a desaparecido. >ecuerdo que en casa se hac!an fiestas colosales, con el alcohol corriendo a raudales y gente bebiendo y maldiciendo. )n una de esas fiestas me emborrach# por primera ve&, cuando ten!a dos a%os. 7a habitación giraba y yo no pod!a permanecer de pie. 7a cabe&a me &umbaba. )staba asustada y me sent!a mal. +adie me sostuvo. +adie me consoló. )staba en una sala llena de borrachos... totalmente solaB (en!a sólo tres o cuatro a%os y ya era una eperta manipuladora, con una gran eperiencia calle'era, que hab!a aprendido a robar y a mentir bastante bien. A mis hermanos más 'óvenes y a m! nos llamaban 4los cuatro beb#s4. Mientras 4los cuatro beb#s4 nos mantuvi#ramos le'os de los demás, nos toleraban. Abandonábamos la casa al levantarnos y permanec!amos ausentes hasta el anochecer. obábamos alimentos de los almacenes y ped!amos agua o comida en casa de vecinos o mendigábamos en la calle. A veces llamaban a la polic!a y entonces escapábamos. Mi hermana se casó a los quince a%os, dos semanas antes de que yo cumpliera seis, y me convert! en la hi'a mayor, encargada del cuidado de la casa. Mamá, muy enferma, no se quedaba mucho en casa. *apá siempre estaba ausente. )n general, cuando mamá estaba en casa hab!a otro hombre con ella. Dna noche me sent! enferma y fui a buscarla y la encontr# teniendo relaciones seuales en el sofá. +o entend!a lo que pasaba, pero me asust#
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much!simo. Eolv! corriendo a la cama. Mamá se casó con mi padrastro cuando cumpl! ocho a%os. +os mudamos a una ciudad ale'ada, a una linda casa de cuatro dormitorios. Fl no beb!a y mamá de'ó de hacerlo. !bamos a la iglesia y a la escuela y hasta com!amos con regularidad. Me sent!a bien y lo quer!a, pero #l ten!a su propia enfermedad. *or las noches 'ugaba seualmente con mi hermana y conmigo. =uedamos desoladas. Cuando por fin le contamos a mamá, ella no hi&o nada, ecepto decir que estaba enfermo y que todos deb!amos ayudarlo. 0inalmente lo enviaron de servicio al etran'ero. Me alegr#, pero antes de irse se declaró en quiebra. *erdimos todo y mamá volvió a la bebida. (uve problemas con varios de los hombres de mamá y me sent!a asustada a todo momento. Cuando yo ten!a die& a%os, mamá tuvo dificultades con la ley y terminamos viviendo en un auto con remolque. Siempre estábamos enfermos y nadie iba a la escuela. 6e alg8n modo mi padrastro obtuvo un permiso de emergencia y volvió a casa. obábamos y ment!amos. +o sab!amos cocinar, limpiar, ba%arnos o hacer nada bien. o era como un beb# de die& a%os. +uestros padres adoptivos nos brindaron una casita cálida, comidas diarias, ropa, y nos enviaban a la escuela, pero eran 'óvenes y ten!an dos hi'os, as! como sus propios problemas. )l era un alcohólico que abusaba de su mu'er. )lla descargaba su frustración en todos los ni%os. *ronto mis dos hermanos menores y mi hermana 94los cuatro beb#s4 menos yo: fueron echados de la casa. )ra lo 8nico que amaba y sent! que me desgarraba. Mis padres adoptivos di'eron que hab!a sido culpa de los ni%os. +o me permitieron despedirme. +o pude abra&arlos. +o pude llorar. Al a%o siguiente se fueron mis dos hermanos mayores, as! que perd! a toda mi familia y quer!a morirme. +o me mor!, pero descubr! que la marihuana pod!a ahogar una realidad dolorosa. )l 8ltimo a%o de la escuela secundaria permanec! drogada casi todo el tiempo. *oco despu#s de la graduación conoc! a un hombre que beb!a y se drogaba. 3ncluso vend!a drogas, pero me trataba como una reina y yo lo quer!a mucho. Me sent! feli& cuando qued# embara&ada. )l aseguró que tambi#n era feli&, pero me abandonó cuatro meses despu#s. Mis padres adoptivos insistieron en que yo era igual que mi verdadera madre y me repudiaron. *ese a encontrarme en uno de los momentos más oscuros de mi vida, estaba decidida a tener a ese beb#. Ser!a mi familia. Mi sangre. 7o quer!a tanto que estaba dispuesta a aguantar las acusaciones de ser una ramera. +unca he lamentado el nacimiento de mi hi'a mayor. 6os a%os despu#s de ese nacimiento me cas# con mi marido. )ra muy traba'ador y nos amaba a ambas. (ambi#n era alcohólico, pero yo pensaba
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que, con amor, pod!a llevarlo a la sobriedad. +o pude, pero con tres hi'os y luego de once a%os, a8n estamos casados. encontr# un programa que l i t e r a l m e n t e me salvó la vida; Al-Anón. A medida que nuestras vidas se deterioraban debido a la enfermedad, el suicidio comen&ó a perfilarse como la 8nica solución para poner fin al dolor. *or fortuna, una ve& más no me mor!, y esta ve& encontr# un terapeuta que me envió a Al-Anón. 6esde ese d!a mi vida ha cambiado drásticamente. *or primera ve& he descubierto que la serenidad es posible y que la felicidad surge desde el interior. 2e visto los dones con los que he sido bendecida y tengo una relación con un *oder Superior. Siempre hab!a pensado que 6ios llevaba la cuenta de todos mis errores y que nunca ir!a al cielo. Al-Anon me demostró cuan equivocada estaba. )n lugar de un 6ios vengativo y cr!tico, encontr# que Fl me ama tal como soy y como mere&co ser amada. 7a gente en recuperación constituye el tesoro de Al-Anon. 1racias a las personas que practican este programa he descubierto aceptación, apoyo y un cálido amor, dif!cil de describir. +o sab!a que eist!a el amor incondicional. Ahora s# que eiste en abundancia. 2e aprendido que es mucho más da%ino y doloroso cargar con rencores y resentimientos que atravesar cualquier proceso de duelo necesario para olvidar el pasado y perdonarme a m! misma. 2e aprendido que no soy perfecta y no hace falta que lo sea. 2ace poco nos reencontramos mi madre y los siete hermanos, por primera ve& en GG a%os. 0ue como un milagro. )n mi
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familia todos tienen su propia versión de la enfermedad y admito que duele verlo y saber que no tengo poder sobre ella ni puedo rescatarlos. *ero tambi#n s# que hay un programa y un *oder Superior que yo que los espera, si alguno decide que desea recuperarse. (ambi#n está disponible para mis padres adoptivos, que se han separado. Me ayuda perdonarlos y apreciar lo que pudieron darme, pese a sus propias limitaciones. )stoy le'os de sentirme bien del todo, pero he progresado mucho de donde estaba. Cambiar mi actitud ha permitido que el amor me llegue a raudales de todas partes. )s una gran manera de vivir, mucho me'or de lo que hubiera imaginado. +o estar!a viva para escribir esto sin la ayuda recibida de todos los que me llevaron de la mano a lo largo del camino. Se dice que la me'or manera de mantener este programa es transmitirlo a otros. )spero que el compartir mi historia pueda ayudar a alguien más. 6eseo fervientemente ayudar a alguien debido a todos los magn!ficos 4alguien4 que me ayudaron a m!.
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S u " e e n % i a s ! a %a o # e n 7 a Cuando comen&amos algo sentimos entusiasmo y ansiedad. +os entusiasma pensar que realmente puede haber soluciones a las eperiencias de la vida que nos han herido y confundido. +os ilusionan los nuevos conocimientos porque el aprendi&a'e es emoción, pero a la ve& nos sentimos ansiosos. *odemos creer que hemos llegado al l!mite y temer que esto tampoco funcione. *uede preocuparnos el hecho de que, si bien puede funcionar para otros, estamos tan afectados que no funcionará para nosotros. (al ve& no sepamos qu# esperar, y como en el pasado el cambio a menudo ha sido para peor, algo diferente puede parecer amena&ante. 7a clave para comen&ar una nueva aventura, que es emocionante pero que qui&ás nos asusta, es nuestra buena v o l u n t a d y que otra gente nos a l i e n t e . Compartir nuestra eperiencia, fortale&a y esperan&a, en las reuniones y por tel#fono, hace igualmente posible que tanto los reci#n llegados como los miembros más antiguos aprendan y se apoyen mutuamente, al intentar nuevos comportamientos. Si bien los reci#n llegados pueden obtener, en momentos dif!ciles, la tan deseada esperan&a de los miembros que se han recuperado de situaciones similares, tambi#n aportan su contribución, pues muchos miembros antiguos han descubierto nuevas facetas de progreso personal luego de escuchar a miembros nuevos. )l aioma seg8n el cual dando es como conservamos lo que tenemos, es una verdad muy conocida en la labor de recuperación de Al-Anón, donde los reci#n llegados son necesarios y bienvenidos. )l primer paso hacia la recuperación puede ser, simplemente, llevar nuestro cuerpo a una reunión para escuchar y aprender. Se necesita tiempo para cicatri&ar heridas profundas@ la paciencia para con nosotros mismos le permite a nuestra mente avan&ar a un ritmo que podamos lograr. Como epresó un miembro; 4Si están pensando en ir a una reunión, vayan a la reunión y pi#nsenlo despu#s4. *ara algunos, aprender a disciplinarnos con bondad y delicade&a creará un mundo nuevo, en el que la autoestima tan deteriorada pueda finalmente
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florecer y crecer. Dna ve& que un alcohólico ha reconocido la enfermedad del alcoholismo, la receta, por más dif!cil de aplicar que sea, es bastante obvia. )l alcohólico no puede tomar ni un trago sin desencadenar los mecanismos de la enfermedad. *ara los afectados por el alcoholismo a'eno, los desencadenantes y las recetas no son tan obvias. A diferencia de la bebida, los comportamientos de responsabilidad o atención ecesivas no necesariamente son caracter!sticas que deseemos eliminar por completo. *reocuparse por otra persona y ofrecer ayuda es admirable, a menos que lo llevemos a etremos. Con frecuencia padecemos de un eceso de algo bueno, que debemos dominar para poder vivir una vida sana, amorosa y equilibrada. "Cómo podremos saber si nos estamos resbalando hacia comportamientos destructivos y si debemos usar uno de los instrumentos de Al-Anon$ "=u# principio deber!a aplicarse en una determinada situación$ +o hay respuestas fáciles@ en el programa no hay una sugerencia perfecta para cada situación, pero con voluntad y perseverancia hemos aprendido que todos somos capaces de encontrar soluciones que nos lleven a la serenidad. Si se preguntan qu# aspectos de la vida necesitan sugerencias de Al-Anon o cuándo deben llamar por tel#fono, les sugerimos que escriban sus sentimientos, lean literatura Al-Anon o pasen un momento de tranquilidad buscando ayuda de un *oder superior a ustedes@ las siguientes preguntas pueden ayudarlos a reconocer la necesidad de practicar el programa de recuperación;
HN. Cuando ocurren dificultades, "necesita culpar a alguien, incluso a usted mismo$
HQ. "Se siente incómodo o se queda perple'o cuando se le pregunta qu# es lo que desea en realidad$
HR. "7o invade a veces, sin motivo aparente, una oscura desesperan&a o una progresiva depresión que le impide actuar$
H. "Se siente culpable o ego!sta cada ve& que dice 4no4$ HO. "Se siente solo o aislado$ "Se siente marginado en medio de una multitud$
H. "*uede identificar uno o dos sentimientos etremos, como el temor o la ira$
N/. "7leva las cosas a los etremos, o es blanco o es negro$ "7a vida
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es maravillosa o desastrosa, sin ning8n mati&$
N. "Se siente aturdido o abatido, sin ning8n tipo de emociones intensas$
NG. "Se le nubla a veces la memoria o tiene lagunas importantes, donde no recuerda nada$
NH. "(iene instintos suicidas o necesidad de herirse a s! mismo o a otros$
NN. "(olera el comportamiento inaceptable incluso luego de afirmar que no lo hará$
NQ. "(iene dificultad para rela'arse y divertirse$ "+o reconocer!a la diversión aunque la tuviera delante de sus narices$
NR. "Se impacienta con frecuencia con usted mismo o con los demás$
N. "*iensa que usted es el 8nico en quien se puede confiar$ NO. "Se siente obligado a hacer por otros lo que ellos no pueden hacer por s! mismos$
N. "2ace cosas que no desea hacer en lugar de arriesgarse a decepcionar a los demás$
Q/. "7e resulta dif!cil confiar en sus propias percepciones y, para convencerse a s! mismo, necesita probar que tiene la ra&ón y que otros están equivocados$
Q. "Se siente avergon&ado o confundido a causa del comportamiento a'eno$
QG. "Se sobresalta con facilidad$ QH. "Cree que la me'or manera de satisfacer sus necesidades es no tener ninguna$
Si reconocen estos sentimientos de ve& en cuando, tal ve& no sea significativo, pero si varias de las preguntas les resultan incómodamente familiares o una o dos de ellas son com pa%eras constantes, los principios de Al-Anon pueden ayudarlos. Aprender cómo lograr desprendernos con amor de
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nuestros seres queridos permite establecer una sana distancia emocional entre ellos y nosotros, sin abandonarlos. )n pocas palabras, descubrimos hasta dónde nos corresponde nuestra responsabilidad y dónde comien&a la de los demás. *uede resultar una sorpresa descubrir que no somos responsables y por lo tanto no debemos sentirnos avergon&ados por el com portamiento a'eno. A menudo, la sociedad no entiende nuestro desprendimiento, y puede seguir epresando que somos culpables si nuestros seres queridos beben o act8an de manera inadmisible, pero no debemos aceptar ese punto de vista. 7a clave para el desprendimiento puede ser la iniciativa de llamar a nuestro padrino o a otro miembro Al-Anon, que reconocerá nuestra incapacidad de controlar a otro ser humano@ o leer acerca del desprendimiento emocional en la literatura Al-Anon, o pedirle a nuestro *oder Superior que nos ayude a desprendernos. Con frecuencia, sentirnos incómodos es la se%al necesaria para recurrir a uno de los instrumentos Al-Anon. Aprender a reconocer y confiar en nuestros sentimientos es uno de los mayores dones que obtenemos al aplicar el programa Al-Anon. )n el proceso, vemos que incluso los sentimientos negativos, que en el pasado tratábamos de evitar o borrar, pueden ser factores importantes en nuestra recuperación. +os hacen tomar conciencia de nuestros defectos, nos advierten cuando algo inaceptable está sucediendo y nos recuerdan seguir esfor&ándonos en la recuperación. 7a recuperación es un proceso de aprendi&a'e para nuestro conocimiento personal. Como proceso, nunca finali&a, y los cambios siguen teniendo lugar. )s parte de una vida activa. A medida que algunos problemas se van solucionando, nos internamos en niveles más profundos de la conciencia. Al comien&o puede parecer desalentador, pero los miembros antiguos lo consideran un don porque, incluso luego de superadas las crisis, el crecimiento y la serenidad son cada ve& mayores. 0inalmente llegamos a sentir gratitud por las angustias que nos condu'eron a este lugar y nos acercaron a Al-Anon, pues reconocemos que nuestro via'e durará toda la vida y que las formas de traba'o y el apoyo que necesitamos están aqu!, a nuestra disposición. Mientras tanto, a medida que transitamos el camino, queremos saber qu# instrumento aplicar en cada problema, y puede ser muy frustrante tantear en la oscuridad. 7os miembros más eperimentados nos dicen qu# ha funcionado para ellos@ sin embargo, no pueden
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garanti&ar que funcione para nosotros, pues si bien libramos una lucha com8n contra la enfermedad
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del alcoholismo, tambi#n somos individuos que debemos encontrar las soluciones más apropiadas para cada uno. Sólo podemos saber qu# funciona para nosotros poni#ndolo en práctica. Si no saben qu# instrumento utili&ar, traten alguno. )li'an el que les pare&ca más convenien conv eniente. te. *regunten *regunten a otras otras personas personas cuáles les han servido. 7a clave es la buena disposición@ el ob'etivo es el progreso, no la perfección. A la larga, como cualquier estudiante que comien&a sin eperiencia y avan&a hacia el conocimiento, se habituará a usar las capacidades y el discernimiento de Al-Anon. en los momentos 9que todos tenemos: en los que nada parece servir y en que, pese a los a%os de aplicar el programa, nos sentimos otra ve& como reci#n llega llegados dos,, es import important antee recor recordar dar volver volver al inicio inicio,, asisti asistirr a una reunión, hablar con alguien, y darse cuenta de que todo el traba'o reali&ado no está perdido. )n cambio, se nos presenta un nuevo nivel de recuperación que se irá ampliando a medida que 'untos via'emos a trav#s de la maravillosa aventura de la vida. 7a clave es la buena voluntad.
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A P L I CL AO RS P A S PO AS RL AA R E C U P E R A C I < N Eivir una vida rica en cuidados, reali&aciones y pa& interior es un desaf!o. )s una meta digna vivirla con sabidur!a y bienestar, una meta que muchos buscamos en Al-Anón. +o proclamamos que hemos resuelto resuelto los acerti'o acerti'oss más dif!ciles dif!ciles de la vida, pero descub descubrim rimos os que aplica aplicarr los 6oce *asos *asos de AlAnon nos ayuda a encarar la vida desde un ángulo espiritual espiritual,, y que logramos logramos progresos progresos definiend definiendoo nuestra idea de lo que representa la plenitud a la ve& que comprendemos que somos dignos de una vida sana y feli&. *ocos de nosotros vinimos a Al-Anon convencidos de que hab!a llegado el momento de comen&ar el via'e filosófico hacia la esencia de la verdad y la belle&a y de aprender cómo vivir una vida plena. Seguramente llegamos colmados de ira o doblegados por la depresión y convencidos de que
nuestra infelicidad era culpa de otro o, lo que es peor, que era nuestra culpa. Muchos vinimos buscando desesperadamente un medio para impedir que el alcohólico bebiera. Si bien algunos ya no viv!am viv!amos os con el alcoho alcoholis lismo mo activo activo,, llega llegamos mos malhumorados y en papel de mártires, ansiosos de que nos arreglaran el problema para poder irnos. A decir verdad, hubi#semos preferido ir a bailar en lugar de estar sentados en una reunión Al-Anon. 1enera 1en eralme lmente nte,, cuando cuando llegam llegamos os a Al-Ano Al-Anonn padecemos tanto dolor y tantas crisis en nuestra vida que la felicidad y la plenitud parecen metas remotas e imposibles. 7os miembros
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rán. 7as crisis nos traen, traen, la esperan& esperan&aa nos hace seguir viniendo y la serenidad -en medio de la confusión y la alegr!a-recompensa nuestros esfuer&os. Dna ve& que comen&amos a eperimentar la serenidad percibimos que Al-Anon no es sólo un programa donde la gente enferma se me'ora, sino una forma de vida gratificante. (al ve& no deseemos los nuevos desaf!os, pero sabemos que 'untos podremos encararlos, y nos sentimos agradecidos de contar con un programa que crece a medida que nosotros lo hacemos y adapta su duración a nuestras necesidades, as! como con una bondadosa familia Al-Anon que nos acompa%a en nuestro camino de vida. 7a soledad y la desesperación a veces nos siguen visitando, pero no las invitamos a cenar ni les damos el cuarto de hu#spedes. )n cambio, vamos a una reunión o anali&amos un *aso, y con el tiempo las reempla&amos con camarader!a y esperan&a. Sonre!mos con más frecuencia. Aplicar los *asos eige progreso, esfuer&o, quedarse a veces sin aliento y voluntad. Algunos miembros comparan los *asos con la baranda de una escalera. )stá puesta all! con amor por los que nos precedieron, para que podamos aferrar-nos mientras reali&amos el esfuer&o esfuer&o de progresar progresar y convertirn convertirnos os en las personas que deseamos deseamos ser. )ste via'e cuesta arriba puede parecer intimidante cuando lo vemos desde aba'o, pero por fortuna lo 8nico que se nos pide en AlAnon es dar el *rimer *aso. Eemos que, al hacerlo, aparece toda clase de ayuda. Alguien, qui&á nuestro padrino o madrina, nos da un mapa, nos equipamos con lemas y compa%eros, y sentimos emoción, espe espera ran& n&aa y la ansi ansied edad ad a medi medida da qu quee avan avan&a &amo moss haci haciaa la recuperación. +o teman, puede ser un camino en ascenso, pero el via'e vale la pena.
RECOBRE MOS CICATRI CEMOS LA FE 9ESTRUI9A
Los tes !i#eos Pasos de A'2An-n %onstitu$en 'a base es!i2 itua' de 'a e%u!ea%i-n1 Sin a$uda es!iitua'( .i.i %on un a'%o2 ,-'i%o( o in%'uso ,abe .i.ido %on e' a'%o,o'is#o( nos debi'ita $ es desastoso !aa nosotos1 A' 'u%,a %onta 'a en)enneiDid )a#i'ia de' a'%o,o'is#o #u%,os !ede#os 'a )e $ nos senti#os so'os $ abandonados en un #undo ,osti'1 Intenta#os %onto'a ese #undo 'o #e*o !osib'e !aa tona'o se"uo( !eo ,asta nuestos #e*oes es)ue7os no tu.ieon nin"+n i#!a%to sobe esta de.astadoa en)e#edad1 9esea#os a$udDi1 !eo 'os e)e%tos de' a'%o,o'is#o en nuestas )a#i'ias di)i%u'taon #u%,o 'a %on2 )ian7a en un Pode su!eio a nosotos1 A #enudo nos !e"unt42 ba#os d-nde estaba ese Pode #ientas se destu/an nuestas *-.enes .idas1 Mu%,os nos senti#os tai%ionados $ abusados1 La su#isi-n ea !e'i"osa $ nos daba #iedo1 Antes de %onsidea siquiea 'a a$uda bondadosa de ota "ente o de un Pode Su!eio( !i#eo ne%esita#os en%aa 'a situa%i-n nosotos #is2 #os111 $ )ina'#ente a)onta 'a deota1 In%'uso 'ue"o de #u%,as )usta%iones( a'"unos ''e"a#os a A'2 An-n a)e4ndonos a 'a es!ean7a de en%onta un #edio !aa i#!edi que ota "ente beba1 Ad#iti que &a#os in%a!a%es de a)onta so'os e' a'%o,o' $ e' )a#i'ia a'%o,-'i%o( !ae%e una !i'doa di)/%i' de ta"a( !eo !o%o a !o%o %o#en7a#os a enten2 de que es e' +ni%o %a#ino !aa 'o"a 'a 'ibetad1 E' Pi#e Paso ?0Ad#iti#os que &a#os in%a!a%es de a)onta so'os e' alcohol, y que nuestra vida se hab!a vuelto ingobernable4, nos pide que encaremos nuestras limitaciones con humildad. "=ui#n desea realmente aceptar limitaciones$ Sin embargo, reconocer que no podemos controlar a otro ser humano nos alivia para de'ar de asumir responsabilidades por el comportamiento a'eno. )ntender que no causamos la enfermedad, que no podemos controlarla y que no podemos curarla nos eime de esa culpa permanente que llevábamos durante tanto tiempo, de manera inconsciente. 0inalmente tuvimos la libertad y el valor de concentrarnos en nosotros mismos y en las
satisfacciones, esperan&as y sue%os perdidos cuando ocupábamos tanta energ!a en los demás. Admitir la incapacidad no quiere decir que estemos totalmente indefensos, sino que no somos responsables de todo el mundo. Somos un grupo de personas diferentes. +uestra formación religiosa var!a. (raemos o no nuestras creencias religiosas, pero las de'amos fuera de la reunión y nos concentramos en mantener una mente abierta, recordando que los *asos son sugerencias, no dogmas. +o eiste el requisito de aceptar una creencia espec!fica para pertenecer a Al-Anon. )l Segundo *aso, 47legamos a creer que un *oder superior a nosotros podr!a devolvernos el sano 'uicio4, está redactado en tiempo pasado, como todos los *asos, porque epresan lo que sucede cuando aplicamos el programa. *ara algunos de nosotros el *oder Superior ha sido la 8nica fuente de amor y consuelo en un camino largo y penoso. ?tros hemos orado tanto, in8tilmente, que nos encontramos llenos de amargura y recelo. (ambi#n están los que nunca han refleionado acerca de la eistencia de 6ios y otros, incluso, que han eperimentado el abuso y el alcoholismo dentro de una religión organi&ada. Si bien muchos miembros deciden llamar a su *oder Superior 6ios, otros pueden encontrar ese *oder superior en el mundo de la naturale&a o en la comprensiva atención de su grupo. )vitamos los debates acerca de creencias religiosas particulares porque perturban la unidad y nos desv!an de nuestro ob'etivo primordial, que es la recuperación de los efectos del alcoholismo a'eno. Compartimos entre nosotros nuestras eperiencias con respecto a un *oder Superior, pero se nos alienta a tomar lo que deseamos y a de'ar el resto. )n las reuniones encontramos, al menos, un foro para nuestra b8squeda espiritual individual as! como la aceptación del derecho a encontrar a un 6ios de nuestro entendimiento que nos ayude en la recuperación. 1racias al apoyo humano y la orientación espiritual, resulta de gran alivio comprobar que no estamos solos en nuestro dolor. A medida que va creciendo nuestra fe en un *oder superior, necesitamos estar dispuestos a actuar con la orientación recibida. 7a acción requiere de una decisión. )l (ercer *aso, 4>esolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de 6ios s e 7 n n u e s t r o p r o p i o e n t e n d i m i e n t o d e G # B nos pide que abandonemos el control y permitamos que nuestro *oder Superior nos ayude. 6e'ar el control 9o la ilusión de control: parece muy arriesgado para los que hemos crecido con la soledad, el caos, la decepción y, a veces, el terror del alcoholismo. )l temor de derribar
las defensas levantadas durante nuestro crecimiento que, despu#s de todo, nos mantuvieron vivos, puede hacernos pensar que el (ercer *aso es peligroso. *or fortuna, nadie nos despo'a de nuestra seguridad eigiendo que de'emos de lado lo aprendido para adoptar una nueva filosof!a. )n cambio aprendemos a practicar el (ercer *aso un d!a, tal ve& una hora, o incluso un minuto, a la ve&. Si no estamos dispuestos a hacerlo, podemos volver al Segundo *aso y reunir más confian&a o pedir la voluntad de intentarlo. *oco a poco, lentamente, vamos liberando el control que aferrábamos y descubrimos que rendirse no es un acto suicida. Cuando nuestra destruida fe en 6ios, en otros seres humanos y en nosotros mismos comien&a a recobrarse, estamos listos para aceptar la responsabilidad por la propia vida. Sabemos que si nos falla la fe siempre podemos volver al *rimero, Segundo y (ercer *aso.
C O M E N ; A ME OL VS I A E Al0Anon ue el lti mo recurso Abandonar el poder que nunca tuve ha sido un desaf!o para m! porque sigo creyendo que puedo hacerlo sola y, lo que es peor, que debo hacerlo. Dn a%o antes de llegar a AlAnon le! un art!culo referente a los hi'os de alcohólicos. +o me identifiqu# con ninguna situación, por lo tanto decid! que el alcoholismo de mi madre no me hab!a afectado. 7uego vi en televisión un programa sobre hi'os de alcohólicos y reconoc! una similitud al escuchar 4estamos tan enfermos como nuestros secretos4. Mi familia siempre nos advert!a 4no sacar los trapitos al sol en p8blico4. )n realidad tampoco los sacábamos en privado. Sólo fing!amos que los problemas no eist!an. )l hombre del programa sugirió reuniones de Al-Anon, pero pens# que ahora que conoc!a el problema podr!a resolverlo por mi cuenta. Cómo me equivoqu#B *or suerte, durante una visita a mi hermana menor, me invitó a su reunión de Al-Anon. Al volver a casa, decid! acudir a una@ el tema era control y supe que estaba en el lugar apropiado. *ero todav!a no estaba lista para adoptar y aplicar un programa. Eivo en un mundo de operaciones instantáneas por 3nternet, hornos de microondas y pel!culas en las que la gente resuelve problemas gigantescos en una hora. Eine a buscar una solución rápida. ?diaba escuchar que me hab!a
tomado cuarenta a%os llegar adonde estaba y que no cambiar!a de la noche a la ma%ana. (odav!a espero escuchar la palabra o la frase mágica que me haga bien. 7uego veo que ha llegado el momento de esfor&arme más en el programa y me recuerdo esperar progreso, no-perfección. Al principio el *rimer *aso parec!a fácil. a hab!a intentado todo para evitar que mi madre bebiera y me hab!a dado por vencida. (ambi#n sent!a que si mi vida hubiera sido gobernable, no hubiese asistido a estas reuniones. 7o dif!cil era aceptar que el alcoholismo es una enfermedad. o pod!a beber un par de copas y detenerme. *ensaba que ella tambi#n podr!a, si lo quisiera. Cuando tom# conciencia de mis comportamientos adictivo-compulsivos, comprend! el concepto de enfermedad. +unca se me hab!a ocurrido que fuera adicta a las relaciones, pero cuando en Al-Anón eamin# mi vida, las compulsiones se hicieron evidentes. Mi primer matrimonio hab!a durado menos de seis a%os. 6espu#s de estar sola nueve a%os me cas# nuevamente, con un hombre que bebió y fumó hasta morir de un ataque al cora&ón, dos a%os más tarde. Cuando llegu# a Al-Anón hac!a cuatro a%os que estaba otra ve& sola, y miraba con mo'igater!a a otras mu'eres que necesitaban tener a un hombre a su lado. Cómo me sonro'# al darme cuenta de que siempre hab!a tenido un hombre cerca, pero nunca el mismo durante mucho tiempoB )n esa #poca manten!a una relación con un hombre casado, alcohólico, y que traba'aba en eceso. Con la ayuda de Al-Anón termin# esa destructiva relación y decid! tomarme unos meses para conocerme a m! misma. Se suger!a un a%o, pero supuse que no necesitaba tanto tiempo, pues era muy inteligente. ?tro errorB 2an pasado cuatro a%os y a8n intento conocerme a m! misma. 2ab!a cambiado tantas veces para amoldarme a mi circunstancial compa%ero que tuve que ahondar much!simo para descubrir mi verdadero yo ba'o los comportamientos diferentes que hab!a adoptado. 2oy estoy dispuesta a esperar que 6ios eli'a el próimo hombre de mi vida. 6escubr! tambi#n que puedo convertir caracter!sticas positivas en compulsiones. Soy una lectora compulsiva. Me aislo del mundo leyendo, lo mismo que mi madre lo evad!a con el alcohol. Soy compulsivamente buena. +o es una elección real y consciente sino un impulso irrefrenable, como si el no ser buena me fuera a ocasionar un inmediato desastre. 7uego de practicar el *rimer *aso, a menudo me encontraba volviendo a la 4compulsión de la ni%a buena4. (odav!a intentaba ser lo suficientemente buena como para merecer una madre sobria. *ara modificar esta idea tan arraigada aplico
diariamente el *rimer *aso. Sab!a que deb!a recuperar el sano 'uicio, pero no cre! en la primera parte del Segundo *aso. Me molestaba que las reuniones finali&aran con el *adre +uestro pero hab!a escuchado 4(oma lo que quieras y de'a el resto4, as! que de'# el *adre +uestro. (ambi#n me molestaba que se mencionara tantas veces *oder Superior o 6ios. o era un ser humano racional que s a / a que no hay un poder superior. *ensaba que el universo hab!a evolucionado del caos y mi vida era prueba de ello. 6i'eron; 4Sigue viniendo.4 )so lo pude hacer. 1radualmente llegu# a creer en un *oder Superior. +o estoy muy segura de cómo ocurrió, pero me alegro de que pasara. )l 6ios de mi entendimiento no tiene nada que ver con mi 6ios infantil que hac!a una lista de mis malas acciones y nunca se fi'aba en las buenas. Ahora veo que, creyendo en un 6ios de temor o aun no creyendo en nada, un *oder Superior me cuidaba. Me ale'aba del peligro cada ve& que mi madre conduc!a su auto borracha, incluso luego de dos accidentes. Cuando iba a los bares a levantar etra%os, 6ios me proteg!a. Cuando por fin estuve lista para la recuperación, 6ios me condu'o a Al-Anón, pese a que tuvo que usar diarios, revistas, televisión y a mi hermana para atraer mi atención. Con paciencia, Fl velaba por m! mientras yo intentaba aplicar todo el programa de 6oce *asos en sesenta minutos. 1racias a 6ios, hoy no tengo que vivir mi vida como si fuera un toque de sonar o un aviso televisivo de treinta segundos. Soy la esencia de todas mis eperiencias. 7as malas me han hecho fuerte. 7as tristes me han dado compasión. )n Al-Anón aprendo a valorarme un d!a a la ve&. Ser incapaz no (uiere decir indeenso )l alcoholismo puede convertir el triunfo en tragedia y el amor en sombr!a determinación. 2ace poco comprend! que ni siquiera practicar fielmente el programa Al-Anon durante a%os me protege de las tragedias causadas por la enfermedad. Me eno'# con el programa y me sent! traicionado, como antes me hab!a sentido traicionado por 6ios, cuando era un ni%ito atrapado en un hogar alcohólico. 7uego, en mi mente infantil, hab!a pensado que si 6ios me hab!a dado un padre alcohólico que me pegaba y amena&aba con asesinar a mi madre, o bien lo merec!a o bien 6ios era cruel. +inguna de las opciones me dio esperan&a. Al-Anon s! lo hi&o y tambi#n me ense%ó acerca de un 6ios bondadoso que me acompa%a en el camino de la vida. Sin embargo, hoy, que soy un adulto tratando de aceptar el
alcoholismo habitual de mi padre y el martirio voluntario de mi madre, vuelvo a caer en ra&onamientos infantiles cuando los acontecimientos son particularmente devastadores. Con qu# rapide& me hundo en la desesperación y la compulsión de hacer algo, cualquier cosa, para solucionarlos. Cuando nada de lo que hago da resultados positivos y a duras penas puedo resolver las situaciones dif!ciles, es hora de volver al *rimer *aso, pero primero a8n me siento caer en un t8nel lleno de ira, desesperan&ado e indefenso. Algo as! sucedió este a%o. 2ace un a%o volv! de +ueva orJ trayendo triunfalmente mi primer contrato para editar un libro. )staba ansioso por contárselo a mis amigos y saborear el inicio de un logro por el que hab!a traba'ado y esperado por más de die& a%os. Mientras me encontraba en +ueva orJ, mi padre -que si bien no está en recuperación pero lleva cuatro a%os sin beber- me llamó desesperado pidi#ndome que lo ayudara a cuidar a mi madre, cada ve& más d#bil, dependiente y demandante. *ese a su propia incapacidad 9#l tiene OQ a%os y una sola pierna: hab!a intentado cuidar de ella, pero ya necesitaba atención diaria y #l estaba desesperado. Corr! hacia allá el fin de semana siguiente. =uer!a que yo contratara una persona para cuidarla en forma permanente -algo que ellos no pod!an afrontar, pues no ten!an recursos suficientes- y eso sin mencionar la dificultad de emplear a alguien para convivir en casa de un hombre que hab!a protagoni&ado incidentes alcohólicos con armas de fuego y amena&as de muerte a la familia. (rat# de eplicárselo con delicade&a y le suger! una ayuda durante el d!a. +o era lo que quer!a escuchar. *or la tarde estaba borracho y se comportaba de modo abusivo. 3ntentando aplicar el programa de Al-Anón, luego de una advertencia, me fui de la casa. Cuando sal!a del estacionamiento, vi a mi madre espiando por las cortinas con mirada furiosa. (oda mi vida quise proteger a mi madre de mi padre. Cuando ni%o me avergon&aba de no ser lo suficientemente mayor como para protegernos. Como adulto, sent! repugnancia por los 'uegos evidentes de mamá para obtener la atención de papá por medio de su adulación hacia m!, su hombrecito. +o lo abandonaba, pero me cargaba de culpas si no acud!a enseguida cuando #l se emborrachaba. Si bien ya no tem!a la agresión f!sica de mi padre, toda la escena me sacaba de quicio. Sent!a náuseas. Sab!a que no podr!a vivir con mi madre aun pudiendo afrontar el costo de una atención permanente en mi casa, cosa que no era posible. (ampoco pod!a de'arla all!, pues necesitaba
dos inyecciones diarias, cuidados para higieni&arla, alimentarla y vigilarla 9pues ya hab!a comen&ado a desvariar y a caerse:. Me seren# y volv!. Mi padre estaba furioso y se tambaleaba por toda la casa@ ella hab!a desaparecido. 0inalmente la encontr# encogida ba'o la cama, como un animal aterrori&ado. 7a saqu# de la casa esa misma noche, pero como requer!a atención continua busqu# un hogar para ancianos. Aunque era el lugar más nuevo y agradable de la ciudad, mamá estaba desolada. 7as enfermeras comentaban que todos los d!as hac!a su maleta y anunciaba que volv!a a casa. Me rogaba; 4"+o puedes darle a tu madre ni un rinconcito en tu casa$ +o te molestar#. +o como mucho4. Con el cora&ón destro&ado, trat# de consolarla desde le'os. Mi padre logró la sobriedad, pero sólo luego de romperse la pierna que le quedaba. )ra poco probable que #l pudiera atenderla, pero antes de que se curase del todo y de que considerara llevarla de regreso a su casa, ella se rompió la cadera y murió por complicaciones derivadas de la operación. (odos los seres humanos deben afrontar la muerte de los seres queridos y dudo de que sea fácil, pero el alcoholismo salpicó la muerte de mi madre con culpa, traiciones y recriminaciones que aumentaron nuestro dolor. Su muerte fue tan dif!cil como su vida. Su amargura ante lo indigno de haber sido enviada a un asilo de ancianos, mientras papá beb!a en la casa donde ella hab!a traba'ado, ahorrado y escatimado toda su vida, no le brindó ninguna pa&. 6urante esas 8ltimas semanas dese# amor, perdón, comprensión y una mayor relación, pero la enfermedad a8n ten!a demasiado poder en nuestra familia. )n cierta ocasión mi madre logró decirme que yo hab!a sido un buen hi'o y que tal ve& ella deber!a haber ido a AlAnon. 0ue el 8nico momento de consuelo en una larga serie de airadas y pat#ticas que'as por no haberla salvado. =uise salvarla pero no pude hacerlo. A lo largo de esta terrible eperiencia me aferr# a ese momento de consuelo y repet! la ?ración de la Serenidad. Atraves# severas crisis que me catapultaron de vuelta a mis defectos de carácter como una piedra lan&ada con una honda. Antes de poder practicar mis principios, mis pensamientos se precipitaron confusamente hacia la negatividad y el control. *ensaba; 4"=u# clase de programa es Al-Anon si pese a asistir, a traba'ar intensamente y a ser una buena persona a8n tengo una familia que no está recuperada, donde todas las opciones son penosas$4. )s mi mente infantil la que habla, la del ni%o que siguió creyendo que si se portaba bien el horror se detendr!a y mamá y papá se amar!an. A8n tengo dificultades en darme cuenta de que ser bueno no tiene nada que ver con el
alcoholismo a'eno o con la reacción de otra persona ante el alcoholismo. (odav!a me siento a veces traicionado por 6ios y por Al-Anón cuando la vida parece demasiado lamentable para soportarla. *ero si pongo un pie delante del otro y voy a suficientes reuniones, leo literatura y llamo a mi padrino, incluso si mi confian&a en obtener resultados es escasa, siempre escuchar# algo que me ayudará. As! ocurrió con esta 8ltima crisis. A la larga se me ocurrió que hab!a llegado el momento de volver al *rimer *aso. Soy incapa& de afrontar solo el alcohol. Al-Anón es un grupo maravilloso de gente como yo, pero incluso como grupo, somos incapaces ante el alcohol y los alcohólicos. )s un hecho doloroso tener que aceptar la incapacidad ante algo que destruye a los seres que amamos y que es horrible observar. +o es etra%o que a menudo recaigamos en nuestra antigua forma de negación y tratemos una ve& más de encontrar alguna manera de solucionar la situación. +o es etra%o que a menudo reprima mi dolor hasta que los o'os se me llenan de lágrimas, me duelen los hombros por aferrarme tanto al control y me pregunto por qu# estoy otra ve& deprimido. Aunque pueda parecer siniestro, agrade&co que mi padrino, cuando le cuento lo sucedido, pueda decirme; 4)s espantosoB )s una eperiencia terrible y penosaB4 )n mi familia, por más horrible que fuera lo que pasara, me dec!an; 4+o fue tan malo4. )s un consuelo que otra persona se d# cuenta de que s! ha sido tan malo, porque aun despu#s de muchos a%os de recuperación todav!a necesito a veces que otro ser humano me brinde apoyo y me d# permiso para sentirme tan mal como me siento. )n Al-Anón me permiten sentir y comportarme de manera genuina. Al-Anón me ha ense%ado compasión, y al aplicar el programa 9automáticamente durante las #pocas dif!ciles: lentamente la compasión tambi#n llega para m!. 2oy puedo perdonarme
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por no haber sido capa& de salvar a mi madre de su dolor y me doy cuenta de que no fue por falta de amor. )stoy aprendiendo a aceptar que me ha llevado un a%o comen&ar a lamentar su muerte y a comprender que ocasionalmente necesito que el dolor f!sico me recuerde que debo tomarme el tiempo para sentir. 2oy, cuando asoman los pEoblemas familiares, puedo perdonarme si me acosan sentimientos de ira y traición con respecto a esos mismos miembros Al-Anon que amorosamente me ayudan a recuperarme, porque s# que ellos comprenderán. S# que trope&ar# con frecuencia, incluso en Al-Anon, pero si contin8o caminando hacia la recuperación, pese a no poder ver por qu# o cómo, llegar# una ve& más al *rimer *aso, y finalmente triunfarán el alivio, la serenidad y el amor de la hermandad. S!, incluso acerca de este tema. 2e culpaa a m/ misma Como muchos de nosotros, necesit# a Al-Anon mucho antes de llegar a mi primera reunión. 7os primeros ocho a%os de mi vida los pas# 'unto a un padre alcohólico y una madre que necesitaba desesperadamente el consuelo de Al-Anon, pero que nunca lo encontró.
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A8n sin admitir conscientemente la posibilidad del alcoholismo, su padre y yo sab!amos que algo no funcionaba. 7a internamos en un hospital psiquiátrico. Creo que 6ios intervino en ese momento, a trav#s de un m#dico saga& que nos di'o claramente que ella era alcohólica. =uebrando mi negación, me informó que yo tambi#n necesitaba ayuda y que pod!a encontrarla en Al-Anón. >ecuerdo bien cómo me sent! al entrar a mi primera reunión, pese a que han pasado siete a%os. )staba furiosa con mi hi'a, asustada porque ignoraba si ella me'orar!a y tan segura de que era mi culpa que cre! nadie podr!a comprenderme. 7a gente en Al-Anón me di'o que estaba bien sentirme as! ese d!a, pero que podr!a ir cambiando si continuaba asistiendo. )l *rimer *aso no fue un problema para m!. Me sent!a incapa& porque lo hab!a intentado todo para cambiar el comportamiento de mi hi'a. )l Segundo *aso resultó otra cuestión. +o cre!a que pudiera vivir una vida sana. )staba segura de que mi *oder Superior me estaba castigando por divorciarme y por ser una mala hi'a, madre y esposa... lo que fuera, se me castigaba por ello. 6urante esas primeras reuniones las personas sólo escuchaban y escuchaban, y me abra&aban, y me dec!an que regresara. Consegu! una madrina, asist!a a las mismas reuniones que ella y la escuchaba. Con el tiempo comenc# a orar nuevamente. 2ab!a de'ado de hacerlo por desesperación y porque ten!a miedo de 6ios, pero ahora re&aba de un modo diferente, no sólo cuando estaba desesperada sino diariamente. Con mucha lentitud, la cordura comen&ó a insinuarse en mi vida. Cuando pude ver que los otros chicos ten!an problemas con el alcohol, pude buscar ayuda para ellos. Comenc# a eaminar mi ni%e& y descubr! que el secreto de mi hogar era el alcoholismo. Aprend! a darle un nombre a mis sentimientos, a reconocerlos y a de'ar a un lado a los que ocasionaban acciones destructivas que me her!an. 1racias al programa, mi hi'a y yo mantenemos nuevamente una relación, luego de casi cinco a%os sin ning8n contacto. Dno de mis hi'os me abra&ó el d!a de su matrimonio y me di'o; 4Siempre s# que me quieres, mamá, sin importar lo que haga4, y otro, hace poco me di'o que me amaba. Si tuviese que elegir el regalo más sanador, ser!a el que recib! en la relación con mi madre. )lla murió hace poco y yo estaba con ella. )l amor y el perdón que eperiment# hacia ella mientras sosten!a su mano no puede epresarse con palabras. (ambi#n sent! triste&a pues ella nunca aceptó los dones de Al-Anón, pero me sent! agradecida porque yo los obtuve. )l dolor provocado por el alcoholismo data de hace cuarenta a%os, pero en siete cortos
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a%os pude reempla&ar el dolor por amor, perdón y serenidad. a no tengo problemas con el Segundo *aso porque cada ve& que me siento fuera de mis cabales, s# que mi *oder Superior puede ayudarme a recuperar la cordura y cada d!a 7e agrade&co ese don. Disip) la ver7>enza 1racias a la hermandad de los 1rupos de 0amilia Al-Anón hoy tengo esperan&a. 7a tengo porque si contin8o utili&ando los instrumentos y aplicando los *asos y las (radiciones como o r m a d e v i d a , mi vida seguirá me'orando. Sigo recobrando la cordura a trav#s de los magn!ficos dones de esta hermandad. 7a semana pasada di un gran paso. Alc# la mano para compartir sobre el tema de la reunión, el Segundo *aso. 2ace un tiempo, algunos obreros y artistas restauraron parte de la obra de arte en el techo de la Capilla Sitina del Eaticano. 7a obra ya era hermosa. 7o 8nico que hac!an era repararla y destacar a8n más su belle&a. Siento que algo similar está sucediendo en la relación con mi *oder Superior y la hermandad. o hago el traba'o, pero mi *oder Superior me ayuda a ver la belle&a que ha estado presente desde que nac!. "Cómo agrade&co seme'ante don$ 7o intento viviendo una vida lo más plena posible y trasmitiendo el mensa'e lo me'or que puedo. 1racias a Al-Anón puedo pedir ayuda@ no siempre lo hab!a podido hacer. Crec! en una familia muy afectada por la enfermedad del alcoholismo. Dn t!o muy querido murió, en parte, como resultado de su alcoholismo. 0ue asesinado por alguien que lo conoc!a, probablemente por alg8n asunto relacionado con alcohol, drogas o dinero. Crec! en una. &ona de guerra, con un padre violento, perturbada por su alcoholismo. Muchas veces la polic!a llegó a casa respondiendo a una llamada por maltrato familiar. +unca arrestaron a mi padre, sólo le ped!an que abandonara la casa un par de d!as y volviera cuando estuviera calmado. Mi sentido de la realidad se distorsionó por vivir en esa casa. +o pod!a confiar ni en mis propios o'os. 2oy comprendo por qu#. >ecuerdo un episodio muy violento, cuando ten!a cinco o seis a%os, durante el cual mi padre atacó a mi madre. Segura de que la estaba matando, grit# y chill# con todas mis fuer&as para que se detuviera. 7uego de que todo acabara una t!a me di'o que mis padres sólo estaban 'ugando. )so destruye el sentido de la realidad de un ni%oB (oda la familia negaba y restaba importancia a la horrible y continua violencia, hasta que ya no pude confiar en lo que ve!a o sent!a. 7a violencia siguió hasta que, cuando yo era adolescente, mis padres
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se separaron. 7ogramos sobrevivir a la &ona de guerra, gracias a maestros que se ocupaban de m!, vecinos que intentaban ayudarnos y a un pastor maravilloso. 6ebido a que atravesamos esas circunstancias, mis hermanas y yo obtuvimos cierta eperiencia que nos beneficia en la vida, pero algunas de esas habilidades, aprendidas con el ob'eto de sobrevivir en ese medio, no nos ayudaron en la etapa adulta. 7a desconfian&a y la inseguridad que arrastraba me costaron empleos, relaciones y precipitaron muchas 4curas geográficas4. Dna de esas curas geográficas me s i r v i ó . )n cuanto pude me fui de casa a la universidad. 7a universidad era fabulosaB *or primera ve& en mi vida me sent!a segura. Me hice de grandes amigos, aprend! y progres# much!simo. 1racias a Al-Anon puedo recordar con gratitud a toda la gente que me ayudó a sobrellevar mi ni%e& y a madurar en la universidad. Cuando parte del dolor se aten8a puedo ver cuan lleno estaba mi vaso, pese a los muchos traumas. 7os 6oce *asos me ayudan a recuperar la cordura y a me'orar mi actitud, ense%ándome que la gente no tiene la capacidad de arruinar mi d!a a menos que yo lo permita. >ecuerdo que alguien en la hermandad describ!a as! los 6oce *asos; del *rimero al (ercero, aclararB@ del Cuarto al +oveno, limpiarB@ del 6#cimo al 6uod#cimo, progresarB Me identifico con esta descripción. 0ui a mi primera reunión Al-Anon llena de verg5en&a y trat# de ocultarme para que nadie me viera. 1racias a la aplicación de mi programa, a una madrina maravillosa y a mi *oder Superior que siempre está alerta para devolverme la cordura, hoy puedo creer lo que dice la literatura Al-Anon; 42ay una persona segura y radourte en cada uno de nosotros.4 *oco a poco comien&o a ver más y más de esa persona segura y radiante que 6ios quiere que sea. 7a hermandad me ayudó a recuperar el orgullo cultural de mi origen puertorrique%o. Antes de Al-Anon me sent!a muy avergon&ada de ello, as! como por haber crecido dependiendo durante cierto tiempo de la asistencia social, debido a la enfermedad. Al-Anon me dio el valor de convertirme en m8sico, todav!a novata. 6escubr! que no tengo que tocar a la perfección para poder go&ar de la m8sica. Como sucede con la m8sica, cuanto más practico lo aprendido en Al-Anon, me'or lo har#... y el go&o está en la práctica. 2oy amo la vida y espero más de ella, y ustedes, queridos amigos de Al-Anon, son el motivo de ese sentir. 6esde lo más profundo de mi cora&ón, graciasB No coniaa en Dios; )n mi libro de recuerdos de beb# dice que mi primera palabra fue 4pa-pa4 a los seis meses. )s interesante que primero identificara al
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miembro alcohólico de la familia, qui&á porque aprend! a temerle desde el principio. Mis hermanos confirman que tambi#n le ten!an miedo y se concentraron en hacer lo que fuera para irse de casa e independi&arse lo más rápido posible. *ese a que mi padre ya beb!a en eceso cuando corte'aba a mamá, ella nunca imaginó que se convertir!a en alcohólico. (odos sus amigos tambi#n beb!an y ella atribu!a el eceso a la tensión por la Segunda 1uerra Mundial. *or supuesto la guerra terminó y papá siguió bebiendo. *apá era cari%oso y satisfac!a nuestras necesidades, pero siempre lo conocimos como una persona que se irritaba con facilidad y ten!a un carácter más bien violento. Mis primeros recuerdos al respecto se remontan a los cinco a%os de edad. Mi madre me advirtió que me quedara en silencio para no molestar a papá que estaba arriba y se sent!a enfermo. Cuando #l ba'ó me sent# en el sofá observándolo con los o'os muy abiertos, y de'# de 'ugar y cuchichear para no perturbarlo. Seguramente percibió la tensión y se sintió censurado, pues re&ongó furioso; 4" por qu# diablos estás tan callada$4. o era demasiado peque%a para entender sus desagradables estados de ánimo. Mamá me hab!a contado una ve& que cuando los cólicos me hac!an llorar papá sol!a sacarme de la cuna y me pegaba hasta hacerme sangrar la nari&. 7uego se retractó. >ecuerdo a papá empu'ando a mi hermano contra la pared y golpeándolo en la cara. Cuando me descubrió observando la escena me mandó a la cocina, a menos que deseara ser la siguiente. Dna ve& se sentó encima de m! y me pegó hasta que me sangró, la nari&. 2asta hoy mis padres insisten en que me lo merec!a por impacientarme ante alguno de los comentarios alcohólicos de papá. Además de la constante violencia en el hogar, el alcoholismo creaba una atmósfera de desconfian&a y desilusión. A menudo mi padre llegaba a buscarme muy tarde. 7a noche de un baile en el cual yo iba a ser miembro del corte'o de la >eina llegó tan tarde a buscarme a la escuela, que el peluquero no tuvo tiempo de arreglarme el cabello. (uve que presentarme vestida y cal&ada y con el cabello largo mo'ado y en desorden. Me sent! humillada. 7o soport# pensando que cuando me fuera de casa los problemas se acabar!an, pero me esperaba una gran sorpresa. (anto en la escuela como en mi empleo por horas, la gente consideraba que era etra%o que rara ve& fuera a casa y por lapsos breves. +o tuve en cuenta esas preguntas. 7as evaluaciones de rendimiento en mi primer empleo efectivo deber!an haberme alertado. Me describ!an como una persona compulsiva y temerosa de la diversión o de tomar un descanso para hacer actividades con compa%eros de
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traba'o, como la decoración del árbol de +avidad de la oficina. +o sab!an lo peor. )n mi adolescencia fui anor#ica e iba directo a un colapso nervioso. 0inalmente la consulta terap#utica se convirtió en requisito obligatorio para conservar el empleo. *or fortuna ese requisito me puso en contacto con una conse'era que conoc!a acerca del alcoholismo y sus efectos en los hi'os de familia. Me recomendó a Al-Anón. Como era algo paranoica y sospechaba de la gente, me costaba confiar en que alguien quisiera estar conmigo. Mis necesidades reprimidas hab!an terminado por ale'arme de los pocos amigos que consegu!a. (ambi#n desconfiaba de 6ios. )l (ercer *aso fue muy dif!cil para m!. Me ped!a que confiara mi voluntad y mi vida al cuidado de 6ios, seg8n mi propio entendimiento de Fl. Me parec!a que hab!a sufrido suficiente dolor e in'usticia a Su 4cuidado4 y sólo confiaba en mi propia voluntad para mane'ar mi vida. )l grupo me ense%ó a reconsiderar mi entendimiento de 6ios, definición que seg8n comprend! estaba influenciada por la asociación de 6ios con mi padre, la figura más poderosa y abusiva de mi vida. Con la ayuda de mis amigos de Al-Anón, pude ver a mis padres como los instrumentos biológicos de mi eistencia y dos personas afectadas gravemente por una enfermedad. Aprend! a verme a m! misma más como superviviente en lugar de como v!ctima y a reconocer la mano de 6ios en mi supervivencia. 2ab!a gente y circunstancias en mi vida que me ayudaron a sobrevivir y un 6ios bondadoso que me orientaba hacia el bienestar incluso en los momentos más oscuros y autodestructivos. Cuando pude concentrarme en los que me hab!an ayudado en ve& de hacerlo en el dolor comenc# a sentir algo de gratitud y cierto alivio del dolor. Concentrarme en m! misma y no en el alcohólico me ayudó a ver que la mayor!a de la gente no hiere a otros intencional-mente. Se comportan impulsados por su propio dolor, as! como a m! me impulsaba el m!o. +i siquiera el alcohólico se propon!a herirme@ sus acciones eran el s!ntoma de una enfermedad que hab!a progresado, del mismo modo que las manchas ro'as son un s!ntoma del sarampión. Sin embargo, no me epongo voluntariamente a las enfermedades ni permito que nadie abuse de m!, ni me maltrato de'ando de comer o privándome de los placeres de la vida. )ste programa es una forma de vida y es 8til en la vida diaria, porque otras personas tambi#n provienen de familias disfuncionales, y las dificultades entre personas no terminan cuando uno se va de casa. )l trato con mi familia es a8n el mayor desaf!o. Soy la 8nica que está en recuperación y a veces me critican por ello. Mis hermanos, que se fueron de casa antes de las 8ltimas fases de la enfermedad, se preguntan por qu# no puedo simplemente olvidar el pasado y de'ar de lado el programa. S# que no puedo, y no quiero de'ar Al-Anón. Cuando me atacan debido a su necesidad de
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negar el problema, en primer lugar conf!o mi voluntad al 6ios de mi nuevo entendimiento. 7uego los conf!o a ellos tambi#n. +o todo es perfecto. +o siempre tengo las respuestas apropiadas pero es mucho me'or que cuando transitaba sola por el camino dif!cil, usando mi propia fuer&a de voluntad. 7e! que en algunas pruebas cient!ficas, al aplicar electrodos en ciertas &onas del cerebro, los recuerdos pasados reaparecen y pueden volver a eperimentarse en el presente. (engo novedades para esos investigadores. (ales eperiencias no requieren de electrodos ubicados estrat#gicamente para reproducirlas. 6e ve& en cuando, algo que ocurre en las actividades habituales provoca que sur'an antiguos resentimientos o reacciones, y debo ocuparme de la cuestión una ve& más. Me dicen que eso es normal. (engo que aplicar los *asos a diario, no se practican una ve& y duran para siempre. 7os que crecimos con el alcoholismo tendemos a reaccionar eageradamente ante situaciones sobre las que no tenemos control, ya que en el pasado han sido continuas fuentes de dolor. (engo esto en cuenta cuando el presente parece amena&ador y recuerdo que este no es un castigo de 6ios por haber tenido una ni%e& dolorosa, sino que me permite ir recuperando paulatinamente mis recuerdos, ahora que tengo la fuer&a y el apoyo suficientes para cicatri&arlos. Saber estas cosas acerca de m! misma me ayuda a brindar compasión a otros. Cuando me relaciono con gente que parece dif!cil tengo en cuenta cuánto me afectó el pasado e intento darles un respiro. )n ve& de echarle en cara a alguien un error porque yo debo ser perfecta para evitar la ira de un alcohólico, eli'o fomentar la conciliación y responder con tolerancia. )stoy agradecida por contar con un programa de recuperación que la generación de mis padres no conoció. Agrade&co no tener que corregir todos los errores del mundo antes de recuperarme, y que la esperan&a y la ayuda est#n disponibles, ya sea que mis padres se recuperen o no. 7a eperiencia, fortale&a y esperan&a que tengo para compartir es que pude sobrevivir y que la vida se ve mucho me'or desde la actual perspectiva. El pro7rama se (uedó conmi7o 2e le!do que las personas tenemos tendencia a celebrar con determinadas ceremonias algunos acontecimientos significativos que indican cambios importantes en la vida, porque esos eventos nos de'an marcas indelebles. 7os ritos religiosos, son e'emplo de ello; la circuncisión, el Iar Mit&vah, la Confirmación, el Iautismo. >eali&amos ceremonias de graduación en las universidades para honrar las reali&aciones acad#micas y ceremonias matrimoniales para reconocer la unión de dos personas en una relación amorosa.
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Cuando alguien muere asistimos a servicios f8nebres u observamos Shiva 9ceremonia 'ud!a:, o en +ueva ?rleáns, desfile por las calles para recordar el paso por la vida. Sea cual fuere la ocasión, queremos guardarla, reconocerla, reafirmarla con la plegaria, el canto, el baile, el silencio o la celebración comunitaria. Cuando refleiono acerca de mi recuperación en Al-Anón, veo que las se%ales que me guiaron hacia el programa fueron similares a los *asos. Crec! en medio del alcoholismo y de la enfermedad que afecta a todos los que están en contacto con #l. +o me etender# en los incidentes de mi ni%e&, pues son variaciones de lo que todos hemos eperimentado. *uedo agregar algo; #ramos 4disfuncionales4 mucho antes de inventarse esa palabra.. Aunque ten!amos lo básico -un hogar decente, alimentos, ropa, incluso una educación ecelente, de la que estoy agradecido- estábamos emocionalmente discapacitados. Mi hermano dice que se nos negó un derecho de nacimiento; la epectativa de ser amados, aceptados y acompa%ados en nuestra formación por los que nos tra'eron al mundo. (iene ra&ón. "Cómo podr!amos sentirnos amados si las personas importantes de nuestra vida no pod!an epresarnos amor$ "Cómo podr!amos sentirnos aceptados si permanentemente se%alaban nuestras deficiencias y casi nunca recompensaban nuestros logros$ "*odr!amos ser ayudados en nuestra formación si nuestros familiares estaban siempre borrachos, irritados o ale'ados de la realidad$ Crecimos pensando que #ramos una carga para nuestros padres, ni%os 4malos4 que ten!an que ganarse el amor y que nunca eran aceptados tal cual eran. )legimos diversos comportamientos para desenvolvernos en nuestro medio. Me convert! en s8per responsable 9s!, soy el mayor: mientras que mi hermano solicitaba atención mediante un comportamiento espantoso, siempre desafiando y violando la autoridad. +os ale'amos de casa con muy poca confian&a en nosotros mismos o madure& emocional para orientar nuestras opciones de vida. A los treinta a%os, un amigo me convenció de asistir a Al-Anón. Como supongo que no estaba listo para reconocer el vac!o emocional resultante del alcoholismo en mi vida, no me qued# en el programa@ en cambio, como luego entend!, el programa se quedó conmigo y marcó mi vida aun antes de reconocer su plena significación. *rimer *aso. >ecuerdo claramente el momento. Eisitaba a mis padres para informarles de una importante decisión que sab!a no aprobar!an. Su reacción refle'aba 8nicamente cómo esa decisión los afectar!a, no cómo me afectar!a. +o solamente me negaron su apoyo sino que prácticamente me ignoraron. 0ue una prueba de mi propia estupide& buscar primero su aceptación y su
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amor, ilusionado 9como muchos lo hemos estado: en que 4qui&á esta ve& las cosas fueran diferentes4. Sin embargo, ese momento fue un 4a'aB4 para m!. *or mucho que deseara su amor y aceptación, sab!a que no podr!a obtenerlos. Mi b8squeda de la serenidad y la cordura comen&ó ese d!a. Creo que 4a'aB4 fue mi *rimer *aso. Admit! que era incapa& ante la apro bación paterna y que mi vida se hab!a vuelto ingobernable. Segundo *aso. 6os a%os despu#s realic# un via'e largo con un amigo cuyo comportamiento se volvió cada ve& más perturbador, a lo largo de las semanas. )n un pueblito de +evada estall#, totalmente fuera de control. Mientras volv!a al hotel solo, record# las palabras de la ?ración de la Serenidad que, a%os atrás, escuchaba en las reuniones de Al-Anón. 7as pala bras me consolaron y me permitieron dormir. )sa noche apliqu# el Segundo *aso al llegar a creer que un *oder superior a m! mismo podr!a devolverme el sano 'uicio, cosa que sucedió. (ercer *aso. )n octubre de ese a%o un incidente familiar me eno'ó tanto que pens# podr!a herirme a m! mismo o a otros si no lograba cierta comprensión y control de mi comportamiento. Si bien a8n no hab!a relacionado el alcoholismo con mi lamentable estado emocional, algo en mi interior me susurró que Al-Anon me ayudar!a. Al d!a siguiente asist! a una reunión. Me sent# y escuch# a otros compartir su eperiencia, fortale&a y esperan&a, y de pronto los acontecimientos de los 8ltimos a%os adquirieron un conteto y una eplicación. lo más importante, reconoc! que Al-Anon, pese a mi recha&o inicial, hab!a continuado proporcionándome los instrumentos y la gu!a necesarias. )n esa reunión me rend!, pero se dir!a que hab!a estado gestándose a nivel subconsciente durante siete a%os. Adopt# la firme decisión de confiar mi voluntad y mi vida al cuidado de 6ios s e 7 n m i e n t e n d i m i e n t o d e E L 6esde entonces he vivido con los *asos, las (radiciones y los lemas, y he crecido espiritual, mental y emocionalmente. 2oy la gente no puede creer que en alg8n momento ni siquiera tuviera la confian&a de hablar ante un peque%o grupo. +o pueden concebir que me sintiera incapa& de tomar decisiones o de tener relaciones amorosas y enriquecedoras, pero, claro, ellos no crecieron con el alcoholismo. Sólo los que hemos pasado por eso podemos apreciar verdaderamente el milagro de la recuperación mediante este programa simple y sensato.
e descubierto algo -comentaba una compa%era en una reunión P en realidad soy como mi madre. Asumo responsabilidades por todo el mundo ecepto por m! misma. A menudo me irritaba con mamá por hacerme responsable de su felicidad y culparme cada ve& que no satisfac!a sus epectativas. Se preocupaba por mis hi'os sin cesar y siempre me hac!a saber lo infeli& que era, sentada en su casa esperando que yo la llamara, pero ella nunca me llamó ni buscó su propia forma de diversión. )n mi vida adulta, cuando rehusaba visitarla y compartir su infelicidad cuando papá beb!a, se pon!a furiosa, pero no se iba ni se ocupaba de s! misma. o tambi#n asum! la responsabilidad de todo menos de mi propia felicidad. Cuando nuestra nación recientemente comen&ó una guerra me sent! culpable y responsable@ en cambio cuando mi esposo pregunta; K"=u# quieres hacer esta noche$K, me quedo sin saber qu# responder. Me ocupo de los demás esperando secretamente que me entiendan y por fin se ocupen de m!. +o lo hacen. 7o que me resulta más dif!cil en AlAnón es pedir lo que quiero, porque generalmente no s# y creo que pedirlo demuestra que soy ego!sta, tal como me lo dec!an mis padres. )se m#todo de intentar conocer mis necesidades simplemente no funcionó4. )n una familia afectada por el alcoholismo, es una ardua tarea decidir cuáles son nuestras responsabilidades, diferenciándolas de acusaciones inapropiadas y culpas de todo tipo
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dirigidas hacia nosotros por familiares enfermos. 7as familias que enfrentan la seria enfermedad de uno de sus miembros a menudo asumen responsabilidades y funciones que normalmente ser!an asumidos por el familiar enfermo. )n una enfermedad como el alcoholismo que es crónica, progresiva y con frecuencia de muchos a%os de duración, las responsabilidades que le corresponden al alcohólico poco a poco se van transfiriendo a otros, hasta que toda la familia se distorsiona. 7os ni%os, que obviamente tienen muchas necesidades, pueden ser acusados de ego!smo por tener a l 7 u n a . 7os compa%eros de los alcohólicos, de los que se espera que asuman responsabilidades etremas, pueden sentirse tan abrumados que inconscientemente traten de trasladar parte de la carga a sus hi'os, o qui&ás est#n demasiado cansados para prestarles atención. Cuando #ramos ni%os, naturalmente amábamos a nuestra familia, depend!amos de ella y tratábamos de ayudar de la me'or manera posible. 3ntentar llenar el vac!o de'ado por un adulto que no está disponible f!sica ni emocionalmente crea ni%os ecesivamente responsables, con una capa superficial de madure& que cubre una enorme cuota de necesidades insatisfechas. Algunos nos comportábamos con hero!smo mientras interiormente nos sent!amos manipulados, asustados, vac!os y creyendo que nunca ser!amos suficientemente buenos. ?tros eig!an la atención que la familia no pod!a darles actuando de manera salva'e, rebelde e inquietante, como si gritaran; 4M!renmeB4. !ntimamente sent!amos verg5en&a, culpa y dolor. Algunos hi'os de alcohólicos intentan desviar la atención del problema real 9el bebedor: haciendo chistes, hablando sin parar, o siendo el centro de atención de la fiesta, mientras que otros se refugian en un rincón, haci#ndose totalmente invisibles por propia decisión. Si bien esas adaptaciones pueden ser, en un comien&o, consecuencia de aspectos inherentes a nuestra personalidad, pueden tornarse eageradas y compulsivas al punto de eclipsar nuestra verdadera personalidad. *ara establecer la diferencia entre nuestro verdadero yo y los r!gidos roles que cumplimos, debemos aprender a escuchar atentamente nuestros sentimientos y a eaminar nuestro comportamiento y motivaciones con claridad y compasión. Dn eamen de conciencia puede ser atemori&ante para alguien que ha sido culpado, avergon&ado, criticado y abusado. Convencidos de que tenemos serias deficiencias y temerosos de no ser dignos de amor y aceptación, a menudo ignoramos cómo tratarnos con gentile&a. =ui&á no tengamos ning8n modelo de bondad, y la idea de mirarnos con benevolencia podr!a ser totalmente desconocida. Al abordar el Cuarto *aso, 4Sin temorV hicimos un sincero y minucioso
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eamen de conciencia4, a veces queremos escapar de Al-Anón o nos lan&amos al eamen con la energ!a de un perro furioso, persuadidos de que finalmente descubriremos lo que no funciona con nosotros y lo solucionaremos. Si bien ambos etremos son comunes a aquellos que tienen la tendencia de eagerar o es blanco o negro, ninguno funciona bien. *ara comen&ar a hacer un eamen, primero ser!a bueno conseguir un padrino o al menos conversar con otros miembros Al-Anón con el ob'eto de proporcionarnos apoyo, aliento y perspectiva. +ecesitamos a alguien con eperiencia en la aplicación de los *asos para obtener equilibrio y para que nos recuerde que debemos emplear el conocimiento de nosotros mismos para nuestro progreso personal en lugar de más autocr!tica. +ecesitamos que nos recuerden en todo momento tratarnos a nosotros mismos con la misma simpat!a y ternura que con tanta rapide& otorgamos a otros. Si no sabemos cómo hacerlo, puede ayudarnos pensar en nuestro me'or amigo o en un ni%o muy amado. "Cómo tratar!amos a esa persona si admitiera sus secretos más profundos$ *odemos, entonces, tratarnos del mismo modo. Compartir los secretos vergon&osos que nos han agobiado es tarea del =uinto *aso, que dice; 4Admitimos ante 6ios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturale&a eacta de nuestras faltas.4 Muchos abordamos este *aso aun con más temor que el que ten!amos cuando estábamos haciendo nuestro eamen, porque sospechamos que nadie está tan avergon&ado como nosotros. (al ve& nos hayan dicho que fuimos la causa de las desgracias de nuestros padres. (al ve& sintamos, muy hondamente, que hicimos algo despreciable para merecer todo el dolor que sufrimos. / qui&á tengamos una imagen de un 6ios vengativo, que sólo espera castigarnos en cuanto admitamos l o que hicimos, sea lo que fuere. Compartir es importante en este proceso de purificación porque sólo V mediante el compartir podremos liberarnos de las sombras ocultas en nuestro interior y comen&ar a vivir el presente. Muchos nos sorprendemos al ver que nuestras faltas no son el fin del mundo. 2asta podemos comprender cuan ego!sta es creer que somos los peores seres humanos@ llegamos a descubrir que no somos malas personas sino que adoptamos decisiones imperfectas, qui&á porque eran las 8nicas que pod!amos tomar en ese momento. 3ncluso nuestros peores comportamientos representaban un intento de aliviar ese antiguo dolor y pueden entenderse a la lu& de la compasión. Con mucho alivio, logramos una visión realista de nosotros mismos como seres humanos con limitaciones y capacidades. Dna ve& que hemos descubierto nuestros defectos de carácter y nuestras cualidades, a8n queda mucho traba'o por hacer. )l Seto
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*aso, 4)stuvimos enteramente dispuestos a que 6ios eliminase todos esos defectos de carácter4, nos recuerda que cambiar es un proceso de colaboración. +o debemos escudri%ar en nuestro interior y eliminar cada defecto y caracter!stica que consideremos indigno. Aceptamos la responsabilidad por nosotros mismos y por las decisiones que adoptamos. +os disponemos a p e r m i t i r que 6ios elimine los aspectos de nuestro carácter que ya no nos sirven. +osotros aportamos la buena voluntad y luego confiamos en que nuestro *oder Superior hará el resto. Al-Anón nos ense%a a separar nuestras responsabilidades de las que los demás deben asumir. (ambi#n nos recuerda que, como seres humanos, no estamos dotados de esa inmensa visión universal que pertenece al dominio de un *oder superior a nosotros. +i siquiera podemos ver desde los variados ángulos que el grupo nos aporta. A veces ignoramos qu# es lo me'or para nosotros. Algunas caracter!sticas que encontramos totalmente inaceptables pueden tener un propósito 8til en el universo. Mientras se va desarrollando un sentido de responsabilidad adecuada, tambi#n aparece la humildad, que definimos como saber lo que nos corresponde hacer y aceptar en forma realista nuestro lugar en el universo, para luego de'ar que 6ios haga su traba'o. *ara soltar las riendas y entregárselas a 6ios, tal ve& debamos ampliar nuestra confian&a en 6ios, en nosotros mismos y en otras personas. 7a mayor!a de nuestros defectos de carácter tuvieron un propósito en alg8n momento. *odemos haber aprendido a controlar para evitar el caos o a emitir 'uicios para disminuir nuestra abrumadora verg5en&a. *odemos comer, comprar cosas o dar regalos que no podemos afrontar los gastos, en un intento por atenuar la soledad. *odemos re!r y bromear, aun de manera inapropiada, en lugar de llorar sin control. *odemos enfurecernos para ocultar aterradores sentimientos de impotencia o rehusar cualquier oportunidad con tal de no correr el riesgo de fracasar. *ara estar dispuestos a eliminar un defecto de carácter, debemos asegurarnos de encontrar una opción positiva en nuestro comportamiento defensivo. Adquirimos esta fe viendo en las reuniones cómo otros van progresando con valor, y desarrollamos confian&a encomendando peque%os asuntos a nuestro *oder Superior. Cuando aplicamos los principios de Al-Anon vamos cosechando cada ve& más #itos, y nuestra fe aumenta al observar la fortale&a y la esperan&a de los que nos precedieron en el mismo camino. 7uego de reunir el valor y la fe suficientes como para confiar en que sobreviviremos al cambio e incluso hasta podemos concebir que
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encontraremos una nueva vida me'or que la anterior, estamos listos para el S#ptimo *aso, 42umildemente pedimos a 6ios que nos librase de nuestras culpas4. Aqu! aparece de nuevo la palabra 4humildad4. "Acaso no hemos sufrido suficientes ultra'es$ "+o hemos sido criticados y humillados mucho más de lo que nos merec!amos$ "+o perderemos la peque%a venta'a que ten!amos en materia de supervivencia y nos debilitaremos si practicamos la humildad$ )s fácil entender mal algunos de los conceptos de Al-Anón porque las prácticas espirituales son simples y profundas a la ve&. )n otras palabras, practicar los principios de Al-Anón es fácil de decir pero dif!cil de hacer. 7a humildad, para aquellos que hemos sido ob'eto de abusos a lo largo de los a%os, puede parecerse a arrodillarse otra ve& ante un tirano, pero es algo mucho más ben#volo y hermoso. 7a humildad no significa p#rdida de la autoestima sino más bien apreciarnos a nosotros mismos por lo que en realidad somos y amarnos lo suficiente como para desear crecer y convertirnos en me'ores personas, más felices y más 8tiles. Dna ve& más nos encontramos en relación con un ?tro. (al ve& hayamos pedido una y otra ve& a 6ios que terminara con el alcoholismo de alguien, y luego nos hayamos sentido abandonados y traicionados cuando el alcoholismo continuó. Si pedimos la atención a un adulto que ya estaba abrumado por las eigencias del bebedor, nuestras necesidades pod!an considerarse como una nueva carga a la tensa situación, y podr!an 'u&gar nuestra demanda como ego!sta y caprichosa. Si tambi#n nos que'ábamos, llorábamos o eig!amos, pudimos recibir una bofetada y mientras se nos dec!a; 4Dstedes se lo buscaron4. Framos demasiado 'óvenes para entender cuan enfermos se encontraban esos adultos y qui&ás llegamos a la conclusión de que el propio acto de pedir era peligroso. 6ado que los v!nculos han sido nuestra fuente de dolor y enfermedad, somos muy cautelosos en ese aspecto, pero a la ve& los anhelamos. >ecomponer todas nuestras relaciones es un ob'etivo fundamental en Al-Anón, como lo es aceptar que en el universo hay un *oder superior a nosotros. +o podemos relacionarnos con un *oder Superior si nos aferramos con tanto fervor a nuestra propia voluntad, nuestra arrogancia, y nuestra obstinada convicción de que sólo nosotros sabemos qu# es lo me'or. Adoptar la humildad no significa que no sepamos nada ni que no tengamos logros@ quiere decir aceptar que no lo sabemos todo, estar dispuestos a que se nos ense%e. 3ncluso si estamos dispuestos a ser humildes, podemos trope&ar con la palabra 4pedimos4. Muchos conocimos, en nuestras familias
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alcohólicas, lo peligroso que era pedir algo. 6escubrimos que, si ped!amos algo, se promet!a pero nunca se cumpl!a, y eso nos causaba una profunda decepción. *ara quienes crecimos con el alcoholismo, el hecho de pedir algo nos eige mucho valor y confian&a, cualidades que lentamente hemos ido fomentando a medida que practicamos los *asos anteriores. A la larga reunimos el valor suficiente como para pedir. 7iberarnos de nuestras culpas puede ser dif!cil. 6espu#s de todo, son nuestras y nos resultan familiares. )l cambio nunca es totalmente previsible, por lo que resulta tentador volver a la vie'a rutina y a la cómoda idea de 4me'or malo conocido que bueno por conocer4. )n este punto de nuestra recuperación, todo el dolor y los fracasos sufridos, que nos acercaron a Al-Anón, se tornan en realidad en factores positivos. Si somos honestos, recordaremos cómo funcionaban las cosas 9o, me'or dicho, cómo no funcionaban: antes de decidir probar esto llamado recuperación. Algunos volvemos por un tiempo a la antigua manera de actuar, para comprobar que en realidad era 4tan malo4. *ero pronto nos encontramos nuevamente en una reunión, listos para intentar el S#ptimo *aso, preparados para considerar el cambio como un desaf!o en lugar de como una derrota. Dna ve& más recomen&amos con valor nuestra caminata por los 6oce *asos@ puede que nos tiemblen las rodillas, pero tenemos los pulmones llenos de aire fresco y puro.
A P R E N 9 AE SR E RR E S P O N S A B9 LE E NUEVO La clave ue el resentimiento 7legu# a Al-Anón siguiendo a otra persona. Mi marido finalmente admitió su necesidad de Alcohólicos Anónimos. Dn d!a llegó a casa y di'o; 4Soy alcohólico, pero t8 estás tan enferma como yo, y tambi#n necesitas ayudaB4. Me llevó a una reunión Al-Anón a la misma hora y en el mismo lugar donde #l asist!a a la reunión de AA. +o s# qu# me asustó más de esa primera reunión; si atravesar una habitación llena de alcohólicos o la puerta del salón de Al-Anón. *or fortuna, #l estaba all! para darme el valor de pasar por AA, y como yo era demasiado cobarde para admitir que tem!a la otra puerta, comenc# la recuperación. *ese a que los tres primeros *asos fueron muy fáciles para m!, durante un tiempo el Cuarto *aso bloqueó mi
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recuperación. (en!a miedo de lo que encontrar!a si me eaminaba m i n u c i o s a m e n t e , as! que lo pospuse por casi dos a%os. Cuando lo intent#, me sent! muy mal tratando de encontrar una manera de hacerlo. (rat# sin #ito de escribirlo, usando nuestro ! l a n d e t a l l a d o p a r a p r o 7 r e s a r . Alguien propuso el libro del Cuarto *aso de Alateen. (ampoco esta ve& logr# progresos. Mi marido me sugirió leer literatura de A A. 7o intent#... y fracas#. ?tra persona me propuso escribir la historia de mi vida. *or desgracia tengo muy buena memoria. )scrib! d!a tras d!a sin llegar siquiera a mi tercer aniversario y, con franque&a, me aburr! terriblemente. 0inalmente encontr# una solución que sólo puede haber venido de mi *oder Superior. 2ab!a escuchado muchas veces; 4Si algo te molesta acerca de otra persona, probablemente es algo que t8 mismo haces4. 6ecid! intentar usar esta llave para abrir la puerta de m! misma. )leg! la persona que más resentimiento me causaba, mi madre, para encarar la mayor!a de las cuestiones de una ve& por todas. Con gran alegr!a hice su eamen concien&udamente. 7uego de desmenu&ar sus defectos de carácter, tom# otra ho'a de papel y pas# revista a la lista para ver si, en realidad, esas cosas se aplicaban a mi vida. 4 o d a s enca'abanB +o hab!a ni el más m!nimo defecto que yo no tuviera. Me sent! tan perturbada y deprimida que casi no pod!a tolerarme. 6e'# de lado esa lista. Mi *oder Superior fue paciente, pero no estaba dispuesto a de'arme caer eternamente. 2ab!a adoptado la costumbre de arrodillarme a diario para pedir orientación. Dn d!a, sin pensarlo demasiado, me arrodill# y le ped! encontrar el tiempo para terminar mi eamen. Casi de inmediato pude escuchar las palabras en mi cabe&a; 4Si te pones de pie, tendrás tiempo de hacerlo ahora4. A veces mis plegarias son respondidas más rápidamente de lo que deseoB 0ui a la mesa, saqu# las ho'as y eamin# lo que hab!a escrito. *ese al tiempo transcurrido, no tuve mucho que agregar a la lista de defectos, as! que pens# esperan&ada; u"a habr# terminado$ -una ve& más la vocecita en mi cabe&a contestó de inmediato- no, no has enumerado tus me'ores cualidades. (ambi#n debes reconocerlas4. )n unas pocas horas complet# al fin esa terrible tarea y me sent! casi eufórica. (en!a cualidades as! como defectos y un lugar donde comen&ar a crecer. 6espu#s del Cuarto *aso, el =uinto fue bastante fácil. 7uego de eaminar esas cuestiones yo misma, y s a i e n d o que 6ios todav!a me amaba, compartirlas con otra persona no parec!a tan
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tremendo. +o lo fue. *oco tiempo despu#s traba'# en mi lista de reparaciones y descubr! algo maravilloso. A medida que iba escribiendo vi que ya no ten!a resentimiento contra mi madre. Aplicar los otros *asos hab!a solucionado esos amargos resentimientos y me hab!a liberado. ?cuparme de m! misma tambi#n ayudó a cerrar la brecha con mi hi'a. 2oy nos comunicamos a un nivel antes desconocido para ambas. 6esprenderme emocionalmente de su vida con amor me ha brindado fantásticas recompensas. Aplicar los *asos lleva tiempo. *uede que no sea una tarea sencilla, pero el progreso, la libertad y la pa& que nos proporcionan sin duda valen la pena. El pro7reso ue sui ciente 6urante mi ni%e& en un hogar alcohólico pensaba que si me esfor&aba lo suficiente podr!a compensar los sentimientos de abandono, triste&a y aislamiento que eran mis continuos pero silenciosos compa%eros. Cuando fracasaban mis me'ores esfuer&os para sentirme segura y cerca de mi familia, llegaba a la conclusión de que, simplemente, no eran suficientes. *ens# que podr!a lograr la felicidad solucionando todo lo eterior y manteni#ndome demasiado ocupada como para observar cualquier sentimiento de infelicidad oculto. +o ten!a idea del precio que tendr!a que pagar debido a esa idea hasta que finalmente realic# el Cuarto *aso de Al-Anón. >efleionar acerca del Cuarto *aso me aterró. (ambi#n me provocó confusión, temor al fracaso, impaciencia y mo'igater!a. *asó mucho tiempo antes de darme cuenta de que pod!a hacer 4sin temor un eamen de conciencia4 con la ayuda de mi *oder Superior. 3ncluso luego de completar el eamen y entregárselo a mi madrina, sent!a una tena& incertidumbre y eperiment# la conocida sensación de que no lo hab!a hecho bien. *ese a mis esfuer&os, esa impresión no desaparec!a, hasta que entend!, sorprendida, que esa constante sensación de infelicidad era algo más que una evaluación de mi traba'o del Cuarto *aso, era la presunción que sosten!a mi vidaB *ensaba que nada de lo que hac!a era correcto o suficiente. )n otras palabras, nunca hab!a aprendido a sentir satisfacción por mis esfuer&os y luego liberarlos. Al intentar actuar de manera diferente -aceptar que hab!a aplicado el Cuarto *aso de la me'or manera posible en ese momento y que
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merec!a una cierta satisfacción- comprend! que mis sentimientos no surg!an de mi traba'o o de mi naturale&a esencial, sino de un perfeccionismo autodestructivo, aprendido como defensa contra las cr!ticas. Me hab!a persuadido de que si primero enumeraba mis defectos, podr!a evitar el dolor de la cr!tica a'ena. Si bien desvió mi atención de otros, me castigu# sin piedad y me her! continuamente. 6e alguna manera, disfrutar mis logros parec!a deshonesto. )n Al-Anón comenc# a entender que esperar perfección en todo eige mucho orgullo y voluntad. 6eb! abandonar el falso orgullo de mi perfeccionismo, pero ahora encuentro placer en el fruto de mi traba'o. *ara mantener la perspectiva, he reempla&ado el grito de batalla de mi 'uventud, 4*erfección o nadaB4, por 4)l progreso es suficiente4. (ambi#n uso otro vie'o dicho con un mati& diferente. Me recuerdo; 4Eale la pena hacer algo, no importa que lo haga mal4. *ara m! esto quiere decir que puedo limpiar una habitación apropiadamente en lugar de estancarme sin limpiar ninguna, abrumada por la perspectiva de tener que limpiar toda la casa. )scribir un poema puede ser 8til, incluso si no es muy bueno. Al menos puedo de'ar al descubierto algunos sentimientos y escribir algo me'or otro d!a, o puedo apreciar un buen poema de otra persona. Aplicar el Cuarto *aso me ha ayudado a reempla&ar el perfeccionismo por diversión y eperimentación. 2e descubierto la alegr!a de haraganear. )l sentimiento de que siempre tengo que hacer algo 8til para 'ustificar mi eistencia se va atenuando, y ahora me permito la recreación, el entusiasmo y el deleite. Me ha llevado muchos a%os darme cuenta de que mi *oder Superior no espera de m! más de lo que puedo dar. Ahora s# que nunca podr# ganarme el amor de aquellos que no pueden amarme, pero puedo encontrar otros que s / p u e d e n . Cuando acepto su amor en mi vida, desaparece el antiguo temor persistente de que sólo ser# feli& cuando todo en mi vida marche tan bien como pueda imaginar. *or supuesto que no he tenido #ito en cambiar el pasado, pero el presente es promisorio y, sorprendentemente, estoy descubriendo que es divertido ser yo. =Atrap)= la enermedad de mi madre Cuando ten!a tres o cuatro a%os me di cuenta de que mi padre -a quien adoraba-, necesitaba protección de mi madre, que a su ve& era intolerante, eigente y aparentemente fr!a. Fl la llamaba diariamente antes de salir del traba'o para comunicarle que ya iba para casa. )n esa #poca no ten!amos automóvil, de manera que tomaba el autob8s. Cuando #l
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llegaba a casa, mi madre siempre estaba enfadada, gritando y llorando. 6ecid! encontrarme con #l en la parada del autob8s para poder estar con #l y protegerlo al llegar a casa. 2oy me doy cuenta de que en esa esquina hab!a un bar. (odos los d!as se dirig!a al bar y beb!a antes de volver a casa. Cuando me reun!a con #l, es probable que sólo se hubiera tomado un par de tragos, y cuando hab!a problemas serios con mamá eran los d!as en que hab!a bebido bastante y llegaba tarde a casa. Eeo que cuando era muy 'oven trat# de controlar el alcoholismo, aunque no ten!a una idea clara de lo que hac!a. A los seis o siete a%os mis padres se divorciaron, y odi# a mamá por echar a mi padre. 6urante los siguientes trece a%os, luch#, llor# y le grit# a mi madre. 7as cr!ticas manchaban todo lo que yo hac!a@ nada le parec!a bien@ nunca ser!a lo suficientemente buenaB Mi autoestima se derrumbó y el resentimiento contra mi madre aumentó much!simo. 6ecidida a hacer lo que quer!a, cuando lo quer!a, y como lo quer!a, rehus# a'ustarme a sus eigencias. 6espu#s de todo, "qu# sab!a ella$ 2ab!a hecho que mi padre se marchara. 2asta me empe%# en no utili&ar el plato o el vaso que ella hab!a usado porque tem!a 4contagiarme4 de lo que ella ten!a; tanto la odiaba. )lla no toleraba al primer hombre que apareció en mi vida, por lo tanto, me cas# con #lB )l permanec!a más tiempo fuera que en casa. +unca regresaba a casa directamente despu#s del traba'o 9cuando traba'aba: sino que antes se tomaba unos tragos. )ra probable que saliera a comprar cigarrillos y volver dos d!as despu#s. "Cómo pod!a ser tan irresponsable$ o ten!a la cena lista y su hi'o, que lo adoraba, esperaba y esperaba. +o reconoc! esa pauta hasta mucho despu#s de comen&ar a asistir a Al-Anon. +os divorciamos y me volv! a casar. Mi nuevo esposo no iba a los bares@ encontró el 4hoyo diecinueve4 en el campo de golf local. +o hac!amos nada 'untos, como una familia. ?tra ve& me divorci# y pas# los siguientes doce a%os como mamá soltera. Mi hi'o rehusaba hacer lo que le dec!a, o seguir mis indicaciones. 1ritábamos, chillábamos y peleábamos. )n realidad, #l permanec!a temblando mientras yo gritaba y chillaba. A decir verdad, lo trataba de haragán, gordo e in8til y le hac!a saber cuánto más fácil habr!a sido mi vida si #l no eistiera. Dn d!a horrible me di cuenta de que, si bien nunca hab!a comido del plato de mi madre o bebido de su vaso, hab!a 4atrapado4 lo que ella ten!a. Sin recuperación que me ayudara, detest# a mi madre as! como a m! misma. Conclu! que hab!a algo terriblemente malo en m!. Mi vida era *H
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insoportable y trat# de suicidarme. +o fue el primer intento, la primera ve& hab!a sido cuando ten!a once a%os, pero este fue el me'or. (ermin# en un hospital psiquiátrico, donde me diagnosticaron depresión y aseguraron que era hereditaria. Mi abuela tambi#n hab!a sufrido depresiones, pero como hab!a muerto, no pod!a hablar con ella al respecto. A uno de mis primos, residente en otro estado, tambi#n lo hab!an internado por esa causa, as! que le telefone#, pensando que lo hac!a por #l, para que supiera que no estaba solo. Me hi&o preguntas acerca de mi forma de beber y llegó a la conclusión de que yo no era alcohólica. Me reveló que #l s! lo era y que la depresión era parte de su enfermedad. 7uego se%aló algo muy obvio, pero que yo no hab!a percibido; nuestros padres parec!an beber mucho y pasar más tiempo en bares que en casa, y mis dos esposos se hab!an comportado de la misma forma. +o sólo me recomendó Al-Anón sino que atravesó medio pa!s especialmente para llevarme a mi primera reunión. *arec!a que los asistentes a la reunión hablaban de m!. Sab!an cómo me sent!a y dónde hab!a estado. Comprendieron cuánto sufr!a y me di'eron que ya no ten!a que seguir sufriendo. =ue no era culpable. Me dieron esperan&a. )so era algo que no recordaba haber eperimentado... nuncaB 6espu#s de casi un a%o en Al-Anon, me cas# nuevamente, pero sólo duró doce d!as. Mi madre vino a consolarme. Comentó lo bien que encaraba mi situación y le cont# acerca de Al-Anon. 6i'o que el comportamiento imprevisible y el cambio de personalidad de mi marido le recordaban a mi padre. Asombrada, la mir# de frente por primera ve& en la vida, a la lu& del amor y la compasión. 46ios m!o, mamá, viviste con un alcohólico. (odos estos a%os sent! odio y resentimiento hacia ti por tu forma de ser y por echar a papá de casa4. >espondió; 47o s#, pero te demostr# cuánto te quer!a de la 8nica manera en que supe hacerlo. *use un techó sobre tu cabe&a pero no pude poner mis bra&os en torno a ti. *ude comprarte ropa pero no pude decirte que te quer!a. (em!a que tomaras tus propias decisiones, porque la desilusión de un fracaso podr!a haberte llevado a intentar suicidarte de nuevo, y t8 eras la ra&ón de mi vida4. )n ese momento comprend! que s! hab!a tomado algo de mi madre; los efectos del alcoholismo a'eno. )l alcohólico ya no estaba, pero la enfermedad segu!a transmiti#ndose de madre a hi'a, de hi'a a hi'o. Con la afectuosa comprensión de los miembros de AlAnon he podido aplicar el Cuarto *aso y ver las cosas que hice a otros en lugar de detenerme en lo que otros me hicieron a m!. 2e continuado practicando los *asos y he
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reparado lo hecho a mi madre y a mi hi'o. )stoy aprendiendo a permitir que los tres cometamos errores y, aun as!, compartir el amor. *uede que yo no haya sido la que comen&ó a difundir esta enfermedad en mi familia, pero puedo ayudar a comen&ar la difusión de la recuperación. As/(ue era eso; 0ui concebida, nac! y crec! en un hogar afectado por la enfermedad del alcoholismo. Al crecer me cas#, conceb! y cri# cinco hi'os en mi hogar, que tambi#n sufren por la enfermedad del alcoholismo. +o supe la primera parte hasta hace muy poco. 7legu# a Al-Anon hace cinco a%os y medio, por la gracia de 6ios, pues estaba desesperada y lista para que me internaran en un manicomio. Me tomó mucho tiempo y muchas reuniones, pero cada d!a me sent!a menos mareada, a medida que mi presión arterial 9que hab!a estado alt!sima: comen&ó a normali&arse. Sab!a por eperiencia personal que convivir con el alcoholismo puede enfermarme f!sicamente. 7a mención de que el alcoholismo es una enfermedad familiar era un tema que me hac!a sentir mal. Me pon!a furiosa con mi marido por hacerme parte de la enfermedad y condenarme a vivir un futuro sombr!o. )l camino de Al-Anon es lento pero seguro. 2ace unos meses cayó en mis manos un folleto para hi'os adultos de alcohólicos. 7o le! y entonces comprend!B +unca hab!a relacionado la clase de vida que llevábamos -llena de conflictos, celos, rabia, inmadure&, soledad y mentiras- con el alcoholismo de mi padre. 2oy, que ya es un anciano, necesita consumir alcohol para tomar un avión, para divertirse en una fiesta y hasta para comer. 7o necesita diariamente para mitigar su desesperación interior. Mi madre niega su alcoholismo y hay muy poco respeto, privacidad o gentile&a en su casa. 2ace veinte a%os me cas# con un 'oven bien parecido, traba'ador y que estaba lo suficientemente desesperado como para necesitar un trago para poder pasar un buen rato. Me doy cuenta de que a veces aborre&co ciertos comportamientos de mi esposo sólo porque mi madre o mi padre sol!an hacer lo mismo cuando era peque%a. Fl tambi#n es hi'o de padres alcohólicos y puedo ver qu# in'usta es mi intolerancia. a no me incomoda cuando se menciona la enfermedad familiar del alcoholismo. Comprendo que mi esposo no me contagió la enfermedad. a estaba afectada cuando lo conoc! y me cas# con #l,
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eligiendo una pauta de vida familiar. *ude quitarme un gran peso de encima aceptando la verdad de mi familia de origen. Cuando me invade una ola de hostilidad, s# que necesito hacer mi propio eamen. 7uego recurro al =uinto *aso y llamo a mi madrina, aguardo hasta que termine, uso el tel#fono o leo literatura hasta que puedo admitir ante 6ios, ante m! misma y ante otra persona la parte que me corresponde de esta rabia. A veces, cuando he aplicado todos los *asos relativos a la hostilidad, puedo intentar eplicarle a mi marido, con amor, por lo que estoy atravesando, no lo que #l provocó. *or la gracia de 6ios, #l tambi#n está en recuperación y a veces logra escucharme. Mi ob'etivo es formar, aqu! en Costa >ica, un grupo Al-Anón
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para hi'os adultos de alcohólicos, para que tambi#n otros puedan liberarse de la carga que han llevado toda la vida. 4uve opciones Si tuviera que definir con una sola palabra mi eperiencia de crecer con la enfermedad familiar del alcoholismo, ser!a soledad. 2asta que llegu# a Al-Anón mi soledad era tan intensa y de tal magnitud que supon!a que siempre me hab!a acompa%ado. *ensaba que e r a , p o r n a t u r a l e z a , un solitario t!mido, silencioso y retra!do, que se sent!a me'or ignorando todo intento de comunicación. Al-Anón me ense%ó a separar la enfermedad del alcoholismo de la gente que la padece y a distanciarme de mi propia imagen distorsionada por haber vivido con el alcoholismo. Al mirar vie'as fotos y pel!culas familiares, tom# conciencia del ni%o alegre, 'uguetón y travieso que una ve& fui. Iusqu# las ra&ones que hab!an transformado a ese peque%o mano'o de energ!a en el ermita%o triste y asustado que hoy soy. Aunque era el cuarto de cinco hermanos, fui el primer hi'o de mi madre. Mi padre era viudo con tres hi'as cuando ella se casó con #l, y me convert! en el cemento que deb!a unir a esas personas en una familia. )ra una dif!cil tarea para un beb#. 2ace poco mi t!a me contó un incidente que ocurrió cuando era peque%o. Mi madre, herida y perturbada por un altercado, salió violentamente de la sala. Mi t!a la encontró luego meci#ndome en sus bra&os y consolándose a s! misma diciendo; 4*or lo menos siempre te tendr# a ti. +unca me de'arás. Siempre me amarás.4 )l mensa'e que me inculcaron desde el principio fue que yo eist!a para satisfacer las necesidades a'enas. 7a carga era tan sutil que no la reconoc! durante mucho tiempo. A medida que el alcoholismo de mamá aumentaba las grietas de la estructura familiar, obligando a mis hermanas mayohecho en mi vida. Significó infringir muchas de las normas que hab!an regido mi vida. Significó encarar la realidad. Significó buscar relaciones. Significó deshacerme de la fachada de que 4todo está bien4. *eor a8n, significó revelar los secretos de la familia. Si bien lo ignoraba en ese momento, quebrar esas normas me salvó la vida. 3nmediatamente luego de la primera reunión me sent! me'or. Sin embargo, Al-Anón no borró como por arte de magia los efectos provocados por esta horrible enfermedad. Cada nueva sugerencia era un desaf!o para una vie'a defensa, pero lentamente las fui encarando. Cuando hablaba con las personas en las que confiaba, el sentimiento de soledad se atenuaba. )scuchar me vinculó con mis sentimientos, algo que no cre! poseer. Siempre hab!a hecho las cosas solo, as! que pedir ayuda y usar el tel#fono no me resultó fácil. Con
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el tiempo, hasta le ped! a alguien que fuera mi padrino y mi capacidad para intimar aumentó considerablemente. 2ablar en reuniones abiertas me ayudó a cambiar, no sólo a m! mismo sino tambi#n la percepción de m! mismo. >ecib! el reconocimiento por mi valor. )staba epresándomeB 6espu#s de todo, tal ve& no era tan silencioso y t!mido... 7a gente que me conoc!a no lo pensaba as!, y otros que lo cre!an estaban cambiando de idea. Mi padrino sugirió que echara otra o'eada al espe'o a trav#s del Cuarto *aso. Si bien todos los *asos me ayudaron, los más beneficiosos fueron los que me despertaron más resistencia. )l Cuarto parec!a especialmente intimidante@ siempre hab!a evitado todo lo que pudiera revelar qui#n era en realidad. Mi padrino y los amigos Al-Anón sugirieron que el hombre que descubriera en mi, podr!a gustarme. ?tro hecho que facilitó la tarea fue que el Cuarto *aso, como los tres anteriores, deb!a traba'arse primero en mi cabe&a. +adie más deb!a estar involucrado. )l =uinto *aso fue otra historia. Aplicarlo se convirtió en mi mayor desaf!o en Al-Anón. Compartir mis conclusiones con mi *oder Superior no fue tan dif!cil, ya que hab!a reempla&ado al 6ios castigador de mi ni%e& por un Creador afectuoso y ben#volo. *ero, por cierto, otro ser humano no aceptar!a tanto como mi *oder Superior... eso es lo que hac!a S u p e r i o r a ese *oderB *ese a mi temor al recha&o, lo hice. )l resultado me asombró de verdad. 2asta donde pod!a recordar, era la primera ve& que me sent!a v e r d a d e r a m e n t e un ser humano. +ecesit# el =uinto *aso para aprender que en realidad yo no era un marciano ni un mu!ante, sino una persona de este planeta, parte de la humanidad. 6e no haberme arriesgado a admitir mis caracter!sticas ante otro ser humano, no hubiese cicatri&ado un aspecto importante de mi vida; mi relación con otras personas. Mi incapacidad para relacionarme con otros y confiar en ellos desarrollaron mi soledad, mi aislamiento y la errónea creencia de que era t!mido y que estaba condenado a una vida solitaria. Ahora puedo correr el riesgo de conocerme de verdad y ser aut#ntico con los demás. >ara ve& me acosa la soledad y ya no camino sin rumbo, como un alma perdida, temeroso de los otros seres humanos. 2oy tengo muchos amigos y muchas oportunidades de compartir con otros. !uedo perciir todos mis sentimientos 6esde que tengo memoria, padec!a depresiones profundas y recurrentes, que se duraban hasta dos semanas al mes. Aprend! a ocultarlas en p8blico y me ganaba bien la vida. Sin embargo, cada noche, al llegar a casa, mi 8nica defensa contra la desesperación era adormecer mi mente con la televisión, sumergirme en la lectura u obsesionarme con otra gente. Al cumplir los cuarenta a%os mis depresiones empeoraron. +o me hab!a convertido en la eitosa autora que tanto hab!a anhelado.
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*ensaba que si fuera famosa, podr!a decir que hab!a superado el alcoholismo de mis padres y probar!a que su abuso no me hab!a afectado. *rimero concentr# mis esfuer&os en escribir, pero me asustaba la intensa ira y la violencia que brotaban en mis cuentos. 7uego, ya no pude escribir@ resultó una terrible p#rdida, pues la escritura era mi escape de la depresión y mi instrumento de vengan&a contra mis padres. Cuando mi querido perro murió, los sentimientos me abrumaron. Dna vo& interior me dec!a; 4>!ndeteB >!ndeteB4 y cre! que significaba que deb!a suicidarme. Antes de hacerlo, consult# a otro terapeuta. Me escuchó durante die& minutos, luego preguntó gentilmente si hab!a alcohólicos en la familia. +adie hab!a relacionado mis depresiones con el alcoholismo de mis padres, pero me doy cuenta de que casi le hab!a recitado el folleto 4"Se crió 'unto a un bebedor con problemas$4. Me entregó una lista de reuniones y me instó a que fuera con la mayor asiduidad posible. )sa noche asist! a una reunión de Al-Anon para hi'os adultos, donde me sent! tan abrumada por la sinceridad de lo que estaba escuchando que sólo pude llorar. 7a gente hablaba de s u ni%e& y de s u s propias caracter!sticas, y sin embargo parec!an conocerme me'or que yo misma. (en!a escasa conciencia de estas realidades pero sent! un enorme alivio y gratitud, y recono&co que provocaron mi despertar espiritual.
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idea de que pod!a controlar la ira o el deseo de herir de otra persona estaba tan arraigada, que necesit# repetir el *rimer *aso para recordar que soy inca pa& ante las reacciones de otras personas y que mi intento de controlarlas hicieron mi vida ingobernable. )stoy aprendiendo que sólo soy responsable de mi propio comportamiento. Mi madrina y muchas otras personas me han apoyado amorosamente para superar el horrible dolor del incesto, pero debo mi recuperación constante al Seto y S#ptimo *aso. )sos *asos me ayudaron a poner la ira, el dolor, el resentimiento y la hipocres!a en manos de mi *oder Superior. (en!a derecho a esas tremendas emociones pues mi ni%e& hab!a sido verdaderamente espantosa. Sin embargo, pude ver que aferrarme a esos sentimientos 'ustificados me lastimaba desde el punto de vista espiritual, emocional y f!sico. Confiando en que 6ios 'u&gar!a el comportamiento de mis padres, ped! con humildad ser liberada de esas penosas emociones. Dn! la voluntad de perdonar a mis padres por el alcoholismo y el incesto con la de perdonarme por no haber podido superar sola los terribles efectos. 2oy, luego de seis a%os y medio, ya no me siento abrumada arrastrando mi pasado. (odo lo que me ha sucedido es 8til cuando apadrino a otra persona. 2e podido trasmitir a otros el amor incondicional que AlAnón me brindó generosamente, incluso a mi padre. Al principio me avergon&aba admitir que lo amaba pese al mal causado, pero el perdón tra'o consigo la libertad de amar a otros aun si están enfermos o equivocados. Sin la gracia de 6ios, yo tambi#n podr!a haber sido alcohólica y perversa. Sin Al-Anon tal ve& nunca hubiera aprovechado esa gracia y la capacidad de amar, tanto a m! como a los demás, tal como somos. *or cierto, poder amar es una gloriosa libertad. Aprend/ con risas 4(en cuidado con lo que pides en tus oraciones... puedes obtenerloB4. )scuch# esto con frecuencia y, al comien&o de la recuperación, hab!a pensado con cinismo; 4"Ah, s!$ Iueno, or# y or# para que papá de'ara de beber y nunca lo obtuve4. +o pod!a apreciar la sabidur!a de que todas las plegarias se responden, pero a veces con un 4no4. *ese a todo, hab!a sobrevivido mi ni%e& y cuando, en Al-Anon, me atrev! a orar nuevamente, ya hab!a visto suficientes 4coincidencias4 como para convencerme de que la oración era poderosa y deb!a ser usada con prudencia. (ambi#n hab!a obtenido algunas respuestas decididamente incómodas. A veces las ve!a sólo despu#s de una serie de altiba'os debidos a p#rdidas y a cambios vertiginosos, que me de'aban agitada y vacilante. Algo estaba claro; era prudente ser cuidadosa con mi plegaria.
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Cuando llegó el momento de aplicar el S#ptimo *aso decid!
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eperimentar una moderación inusual; concentrarme en un solo defecto de carácter a la ve&. )staba cada ve& más claro; ten!a tendencia a 'u&gar, y como pens# que podr!a vivir sin eso, decid! pedirle a mi 6iosa que lo eliminara. Consciente de eperiencias anteriores, me apresur# a agregar; 4"y esta ve& puedes por favor ense%arme con alegr!a y humor, en lugar de darme palos$4. 2e escuchado a algunos miembros decir pesarosos que cada ve& que piden a su *oder Superior que elimine algo, varios acontecimientos conspiran para fortalecerlos, indicando que al pedir la eliminación de un defecto deberemos enfrentarlo continuamente hasta poder liberarlo de nuestro dominio. *or cierto, en una semana recib! una gran lección en mis propios 'uicios, pero debo agregar con gratitud que tambi#n )lla escuchó mi plegaria adicional, pues esa lección llegó con buen humor. 6urante varias semanas me hab!a comunicado telefónicamente con un miembro Al-Anón, a quien sólo conoc!a por la vo&. Cuanto más hablaba con este hombre sensato, divertido y afectuoso, más deseaba conocerlo. 7os dos #ramos solteros y ser!a tonto no admitir que yo esperaba que de esta amistad surgida en Al-Anón floreciera algo más !ntimo. Aparentemente #l pensaba lo mismo, pues si bien nunca propusimos encontrarnos personalmente, un d!a apareció un etra%o en mi clase. Cuando los estudiantes se marcharon y fui al encuentro de esa persona, me dio una man&ana para la maestra y me informó su nombre. Al principio no reaccion#, sobresaltada e incr#dula, tratando de ubicar a los hombres que conoc!a con ese nombre, pero finalmente reconoc! a mi amigo telefónico. 0rente a m! se encontraba un hombre alto, muy bien parecido, con grandes o'os dulces. Mi inmediata respuesta fue una atracción sensual, claramente erótica. 2asta ahora la historia parece una perfecta fantas!a. 2ab!a un solo inconveniente; era claramente die& o quince a%os menor que yo. Me mov! torpemente, intentando ocultar mis sentimientos, que seguramente se proyectaban en mi cara como luces de neón. Sent! alivio cuando #l se marchó con rapide&, murmurando algo banal como encontrarnos en una reunión. )n cuanto desapareció me sent! desilusionada y supuse lo peor acerca de su reacción ante mi edad. *ese a ello, pas# el
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d!a brincando, muy entusiasmada, yendo de un lado a otro con renovada energ!a. Me di'e que aunque no lo volviera a ver, val!a la pena la sorpresa de sentirme viva otra ve&. )ntonces... me reun! con un colega que se maravilló por lo fresca que luc!a ese d!a, y por lo feli& * o v e n que me ve!a. entonces la lección se volvió toma de conciencia. )se hombre era uno de mis colegas, famoso por perseguir a * ó v e n e s alumnas. 7o hab!a 'u&gado como un pelma&o inmaduro en más de una oportunidad. All! estaba yo, ante sus o'os llenos de admiración, sonro'ada por los mismos sentimientos que #l pudo haber sentido, muchas veces, por esas estudiantes. Mis me'illas se pusieron coloradas como la man&ana que ten!a en la mano, tan acalorada me sent!aB 6urante la práctica del S#ptimo *aso seguramente obtuve cierta recuperación, pues luego de que mi colega se fue y el sonro'o disminuyó, pude re!rme sinceramente de m! misma, sabiendo que turbación no es lo mismo que verg5en&a, es simplemente reconocer mis muchas y humanas debilidades. (odav!a lucho con mi tendencia a 'u&gar, pero me esfuer&o en no apresurarme a evaluar las relaciones sentimentales de los demás, en especial desde que ese 'oven buen mo&o con grandes o'os siguió insistiendo, hasta que finalmente ced! y me cas# con #l. Los !asos son mis herramientas de *ardiner/a Sufr! mucho a causa de mis sentimientos reprimidos y padec! serios dolores de espalda durante ocho a%os, aunque pensaba que ten!a todo lo que pod!a desear; un empleo, una
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casa, seguridad y muchas otras c o s a s . 2ab!a logrado controlar todos los aspectos de mi vida, con ecepción de mi aspecto humano. +o pod!a imaginarme aceptando la vida tal cual es, ni apreciaba que, con solo pedirla, ten!a a mi alcance la rique&a de la epresión humana. )l control significaba que no pod!a confiar en la seguridad de mi futuro a menos que me encargara de todos los detalles. (en!a un miedo atro&, as! que hac!a todo lo posible para no repetir las eperiencias de mi ni%e& en un hogar alcohólico. )s muy penoso dirigir, controlar y tener presente en tu mente todos los aspectos de la vida. 6eb!a aprender a confiar en lo que el cora&ón me dicta al igual que la cabe&a. 1racias a Al-Anon, emprend! un via'e que, como el de 6orothy en E l m a 7 o d e 8 z , casi comen&ó con un tornado. Al igual que ella, encontr# amigos verdaderos en el programa.
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transformaciones sorprendentes a la tierra, lo mismo que el esp!ritu hace por m!. )n el Cuarto *aso aprend! a eaminar la semilla de donde comen&aron a surgir mis defensas de carácter, as! como a aceptarme y amarme por desarrollar tácticas de supervivencia. A medida que la flor crece y produce más pimpollos, mi *oder Superior me da el valor para reconocer comportamientos que ya no funcionan. A veces debo podar, como en el caso de una planta rebelde que crece sin ramas, mirando al sol. ?tras, eamino hasta dónde llegan las ra!ces y arranco las male&as. Cuando en el Seto *aso acepto quitarlas y pido al econo&co que en el nuevo terreno -aun con mucho sol y tierra rica y fertili&ada- crecerán nuevas male&as y algunas plantas eigirán una poda constante. 7os *asos me dotan del control de las male&as y de manuales de 'ardiner!a. As! como las antiguas male&as se convierten en fertili&antes luego de un tiempo en la pila de desechos, nada de mi vida fue un desperdicio. 7o considero parte del plan concebido por mi *oder Superior. )l Cuarto *aso mostró mi lado oscuro, donde la lu& y el sol no penetraban. Mi negación se etend!a como las ramas de un roble, nublando mi pasado de crecimiento en un hogar alcohólico hasta hacerlo casi invisible. *ero, al igual que no ver el roble por la noche, no significa que no estuviera all!. >ecordar con gratitud muestra a mi pasado como un magn!fico 'ard!n de posibilidades humanas en espera del 'ardinero con la carretilla adecuada, llena de herramientas; los 6oce *asos. )l programa funciona@ los milagros se producen, y yo soy uno de ellos.
PASEMOS
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NUESTRO PROPIO BENEFICIO
El
!ed-n $ 'a e!aa%i-n !o nuestos eoes son taeas esen%ia'es en e' !o%eso de e%u!ea%i-n !aa %o#en7a a .i.i e' !esente %on intensidad1 Sin e#ba"o( no esu'ta )4%i' ad#iti un eo $ ado!ta 'as #edidas ne%esaias !aa %oe"i 'a situa%i-n1 Ce%e %on e' a'%o,o'is#o o%asiona #u%,a %on)usi-n $
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a .e%es obsta%u'i7a nuestos #e*oes es)ue7os1 Paa a'i.ia e' te#endo e#odi#iento $ 'a %u'!a que a%o#!aan a' %o#!ota#iento a'%o,-'i%o( 'os #ie#bos de 'a )a#i'ia des%a"an a .e%es sus senti#ientos %on quien est4 dis!onib'e $ #enos %a!a%itado !aa de)endese1 La %u'!a se ente#e7%'a %on 'a %/ti%a $ se ao*a ,a%ia a)uea ,asta que %ae sobe %ua'quie ./%ti#a %on)iada e inde)ensa1 Con )e%uen%ia( e' ,i*o es e' %,i.o e8!iatoio1 Los que %e%i#os %on e' a'%o,o'is#o a #enudo )ui#os ./%2 ti#as ino%entes de' #a' %o#!ota#iento a*eno $ de 'a !o$e%%i-n de su %u'!a1 Paa 'os adu'tos que a+n se sienten ./%ti#as ino%entes( esu'ta tan !etubado %o#o %on)uso en%aa 'a !o2 !ia %u'!abi'idad en e' dao %ausado a te%eos1 Co#o #u%,as .e%es se nos a%usaba !ese a se ino%entes( es di)/%i' de'i#i'a nuesta a%tua' es!onsabi'idad $ di)een%ia'a de 'as e8a"eadas que antes asu#i#os o nos i#!usieon1 Los e8te#os ente 'a es!onsabi'idad de#asiado "ande o de#asiado !equea e!esentan una eno#e %a"a que aasta#os sin !ausa1 Os%i'a#os .io'enta#ente ente esos e8te#os( %on es%asa capacidad para distinguir la realidad de lo que se nos hi&o c r e e r que era la realidad. Muchos superamos con valor los llamados 4*asos dif!ciles4 9Cuarto y =uinto:, para trope&ar luego en el ?ctavo y darnos de bruces. +o se puede predecir qu# *aso será el 4dif!cil4 en nuestro proceso de progreso, pero descubrimos que los que parecen 4dif!ciles4, una ve& aplicados suelen brindarnos mayor progreso y libertad. )l ?ctavo *aso nos pide que hagamos 4una lista de todas las personas a quienes hab!amos per'udicado4 y que estemos 4dispuestos a reparar el mal que ocasionamos4. Si padecemos de un eagerado sentimiento de responsabilidad, nuestra lista se hace interminable. *ensamos que hemos per'udicado a casi todo el mundo. *or cierto, en el ?ctavo *aso es importante evitar incluir a alguien en la lista sólo porque nos resulta embara&oso o especialmente doloroso, pero tambi#n debemos recordar el *rimer *aso, en el cual admitimos nuestra incapacidad, para no suponer que tenemos facultades sobrenaturales para herir a otros, as! como antes pensábamos que pod!amos controlar y solucionar los problemas a'enos. Algunos tratamos con gente que insiste en que los per'udicamos cada ve& que rehusamos rescatarlos o vivir de acuerdo con lo que a ellos les gustar!a. +uestra primera responsabilidad es decidirnos a
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poner l!mites y lograr nuestro bienestar, y es posible que esto no agrade a nuestros familiares. 7iberarnos de responsabilidad por los sentimientos, reacciones y obligaciones de aquellos que amamos es tan esencial como admitir que, en efecto, hemos causado da%o. 7os que tenemos tendencia a sentirnos v!ctimas podemos irritarnos, sentir -arrogancia- que nunca nos equivocamos o tener miedo de admitir nuestros errores ante los que nos han herido, debido a la posibilidad de que dicha admisión condu&ca a nuevos abusos. 46e ninguna maneraB -decimos pero teniendo en cuenta 4progreso, no-perfección4, tal ve& podemos dividir nuestras listas en 4s!,4 4qui&ás4 y 4de ninguna maneraB4 y comen&ar con la lista del 4s!4. A medida que podemos avan&ar en el alivio de nuestra culpa y en me'orar la salud mental, vamos descubriendo cómo continuar el camino y obtenemos recompensas para que el via'e sea más atractivo. Caminemos 'untos, pero no nos castiguemos con el látigo del perfeccionismo y la hipocres!a, adquirido en nuestros hogares enfermos. Einimos a esta hermandad para sanar, y no lo lograremos abriendo nuestras heridas y derramando sal en ellas. Sin embargo, a veces se requiere de un medicamento fuerte que no tiene sabor a trufas de chocolate. Al anali&ar a quienes les hemos hecho da%o podemos encontrar que la mayor!a de nuestros comportamientos ofensivos fueron 4pecados de omisión4, causados por un miedo parali&ante. *rimero debemos perdonarnos a nosotros mismos por esos temores, que nos impidieron actuar en nuestro propio beneficio o tal ve& proteger a nuestros hi'os. 7as v!ctimas generan v!ctimas. *or fortuna, la recuperación funciona de la misma manera; la recuperación promueve una mayor recuperación. A trav#s del !ntimo proceso que nos vincula estrechamente con los seres queridos y con los que más han influido en nuestra vida, la enfermedad familiar del alcoholismo puede de'ar paso a la recuperación de la familia. (al ve& lleve un tiempo, pero con paciencia y esfuer&o se difundirá. Dna ve& que tenemos la lista, encaramos el +oveno *aso; 4>eparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, ecepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más da%o, o per'udicado a un tercero4. Aqu! se nos pide que usemos sentido com8n, valor y buena voluntad. *odemos haber desarrollado mucho valor, sobreviviendo en un hogar alcohólico, pero, no obstante, padecer la distorsión de nuestro buen 'uicio.
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"Cómo saber si lastimaremos a otros$ "2emos recordado incluirnos a nosotros mismos entre los 4otros4$ "Cómo reconocemos la diferencia entre herirnos a nosotros mismos y la saludable inquietud que acom-
3 pa%a cada admisión de los errores$ 7a eperiencia indica que, al llegar al +oveno *aso, hemos encontrado medios para evaluar nuestro pensamiento de manera realista. )n lugar de lan&arnos a las reparaciones, nos tomamos un tiempo para considerar las consecuencias de nuestras acciones. Si no podemos prever la vastedad de las consecuencias, llamamos a nuestro padrino o a un amigo Al-Anon para discutir acerca de nuestras dudas y confusión. +os preparamos y luego pedimos a nuestro *oder Superior que nos proporcione la oportunidad y la gu!a, orando para que el resultado resulte beneficioso para todos los involucrados, y recordando incluirnos a nosotros mismos en 4todos4. Dna ve& que hemos reducido nuestra tarea a etapas que podemos encarar, nos disponemos valerosamente a limpiar nuestro pasado. >eali&amos una reparación a la ve& y, sin darnos cuenta, el camino hacia el futuro se vuelve brillante y luminoso. 7os antiguos y empon&o%ados errores y remordimientos ya no nos hacen encerrarnos en nosotros mismos, deseando que la vida no fuera tan peligrosa. *or cierto, la vida tiene sus desaf!os, pero se pueden encarar si vivimos el presente como adultos con plenas posibilidades, en lugar de como ni%os aterrados, en el pasado traumático. Cuando resurge nuestra faceta temerosa -y lo hará ocasionalmente- sabemos que podemos calmarnos, cuidarnos, aceptar nuestros sentimientos y seguir progresando, pues nos estamos convirtiendo en las personas maduras que no tuvimos en nuestro hogar infantil. Saber cómo querernos adecuadamente nos permite amar a nuestros seres queridos sin sentirnos dominantes ni abrumados. Con la ayuda de los amigos, el padrino, la literatura Al-Anon y nuestro *oder Superior, aprendemos a distinguir lo real de lo imaginario@ el da%o, de los l!mites leg!timos@ la acción del agen te humano falible que la reali&a y, tal ve&, finalmente podamos pulir el pasado opaco y convertirlo en una valiosa antig5edad. Muchos sentimos que en Al-Anón encontramos la familia saludable que no tuvimos y, en los *asos, las gu!as sensatas hacia la madure& de la que carec!an las familias distorsionadas por la enfermedad del alcoholismo. 7uego de
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concluir el +oveno *aso, la serenidad y la gratitud ya no parecen ideas tan alocadas.
R E P A R A RE N M E N 9 EA LRP A S A 9 O n !oder Superior auda Cada ve& que llegaba al ?ctavo *aso, me estancaba. Al principio mi madrina me di'o que no estaba lista para abordarlo. )l alivio de no tener que obligarme a hacerlo, como tantas veces hab!a ocurrido en mi vida, liberó una corriente de afecto y agradecimiento. "=uiere decir que no t e n 7 o que reali&ar ha&a%as ni ser ecelente para ser aceptada en Al-Anon$ Me sent! feli&, sumergida en ese amor incondicional y maravilloso que tanto necesitaba. Sin embargo, con el tiempo volv! a chocar con el ?ctavo *aso. Me sent! estancada en el programa, con un desaliento que ya hab!a eperimentado en terapia, cuando llegu# hasta donde pude, pero sin lograr ser feli&. Si bien intentaba no hacerlo, me comparaba con otros fervorosos miembros Al-Anon que. habitualmente proclamaban sus triunfos durante las reuniones. Se sent!an tan bienB )l V amor florec!a en sus vidas. Sab!an que sus padres hab!an hecho todo lo posible. Cómo aborrec!a esa fraseB *arec!a que solucionaba todo; los ataques verbales, la violencia y las amena&as contra m! y contra mi madre, el incesto, y, lo que es peor, su negación acerca de que algo hab!a sucedido, su insistencia en que todo era producto de mi imaginación. *od!a decirme a m! misma que el alcoholismo era una enfermedad, pod!a entender racionalmente que mi padre ten!a una laguna mental cuando me violó, su hi'a de cinco a%os de edad, pero "cómo pod!a disculpar a mi madre$ )lla no era borracha o, por lo menos, no sol!a beber. Con franque&a, no s# dónde se encontraba en esos momentos. *ese a que el ?ctavo *aso sólo sugiere que enumere a los que he per'udicado, me encontraba desesperadamente enredada en culpas, negación, acusaciones y contraacusaciones, y, ahora puedo ver mi intenso resentimiento. *uedo horrori&arme ante la idea de tener que solucionar problemas a'enos, y considero incre!blemente dif!cil perdonar a gente que proclama no haber hecho nada malo y, sin
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embargo, lo sigue haciendo. Cuando intento ordenar mis propios asuntos, como lo requieren el ?ctavo y el +oveno *aso, me siento parali&ada al intentar diferenciar mi propia culpa de la que mis padres enfermos descargaron sobre m!, además de mi tendencia a absorber cualquier culpa como si fuera una espon'a seca. +o quiero lastimarme aun más adoptando las insensatas epectativas de mi madre, siempre que'ándose de cuánto la hab!a per'udicado cada ve& que yo intentaba fi'ar alg8n tipo de l!mite. Si le ped!a que llamara por tel#fono antes de presentarse en mi puerta, dec!a; 4+unca me han herido tantoB4. Cuando insinu# que no era un buen momento para recibirla, un sábado en que llegó sin avisar temprano en la ma%ana, epresó; 4"=u# estás haciendo tan vergon&oso como para no recibir a tu madre$4 Cuando intent# ponerla en mi lista 9sabiendo que ella pensaba que la hab!a herido terriblemente:, no logr# determinar qu# deb!a reparar con ella y qu# conmigo misma, algo que, sin duda, la herir!a a8n más. Dn amigo sugirió que tratara de incluir sólo a la gente con la que me sent!a incómoda, y as! lo hice, pero, por cierto, mis padres encabe&aban esa lista. Cuando pasaba más de dos horas con ellos necesitaba dos d!as para recuperarme de la depresión que esto me ocasionaba. Sab!a que hab!a herido a mis hi'os. 6ivorciada y medio loca, no era, realmente, una madre modelo@ pero en esto tambi#n me resultó dif!cil delimitar mis responsabilidades. ")ra per'udicial estar deprimida y no disponible emocionalmente, o era peor sentirme tan culpable por estar deprimida y por consiguiente centrada en m! misma, que les ense%# a mis hi'os a manipularme con mi propio sentimiento de culpa$ 6e alguna manera, me ayudó la sugerencia de Al-Anón acerca de que un cambio en mi conducta ser!a una reparación me'or que una disculpa. A menudo me siento v!ctima@ sin embargo, observar a mi madre y a mi primer esposo, que tambi#n 'ugaban el papel de v!ctimas, me demostró que la gente que se cree v!ctima hace en realidad mucho da%o. Ambos actuaban de tal forma como mártires que no de'aban lugar para mi dolor o mis necesidades. o, la fuerte, la culpable, qued# sin consuelo, agotada, ehausta@ pero "cómo pod!a concentrarme en mis propias necesidades sin volverme como ellos$ *ensaba; 4 Ah, ah! está el quid de la cuestiónB4. Segu!a estancada pues sent!a que la mayor!a de las personas de la lista me hab!a herido mucho más de lo que yo los hab!a herido a ellos 9con ecepción de los ni%os, por supuesto:. Como todos supon!an que yo era el 8nico problema y dado que ninguno estaba en recuperación, no lograba descubrir cómo reparar sin eponerme a
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nuevos ataques. Si bien a8n no s# cómo hacerlo, en el proceso aprend! algo acerca de m!. Se me hace dif!cil perdonar y tiendo a abrigar resentimientos, aunque s# que estar resentida es per'udicial para mi salud. Ahora entiendo que guardo resentimientos debido al temor. Si no aprendo a protegerme de los que a8n siguen haci#ndome da%o, será dif!cil para m! perdonarlos y admitir mi parte en los errores. Mi ira -en forma de resentimiento- me otorga cierta protección. +o obstante, en Al-Anon he aprendido me'ores m#todos, tales como desprenderme emocionalmente y epresar claramente mis sentimientos, sean escuchados o no. Creo que, con el tiempo, lograr# un perdón estable. (odav!a contin8o traba'ando con el ?ctavo *aso. Mi progreso es lento, pero e s progreso. (engo tres nuevos instrumentos que me ayudan; mi *oder Superior, practicar la moderación y concentrarme sólo en lo que me corresponde de cada situación. )staba tan ocupada tratando de hacer y solucionar todo bien, que olvid# un principio básico de nuestro programa; si pedimos, nuestro *oder Superior hará por nosotros lo que no podemos hacer solos. 2oy puedo pedirle a mi *oder Superior que me ayude a diferenciar los errores de los abusos y que me gu!e en lo que debo reparar. (ambi#n pido eliminar mis vie'os e inadecuados temores, manteniendo los que me ayudan a evaluar cuándo debo protegerme. )n Al-Anon he aprendido a moderar mi etremada forma de pensar 4o es blanco o negro4, as! que ya no debo estar totalmente temerosa o ser absolutamente osada. S# que mi familia, origen de gran parte de mis temores y de mi necesidad de recuperación, representa el mayor desaf!o a la hora de efectuar las reparaciones. *uedo entender y perdonarme viendo lo dif!cil que me resulta el ?ctavo *aso, ba'o condiciones etremas de amor y miedo. >ecuerdo algo que escuch# en una reunión. 3ncluso en la poco probable situación en la que una persona está equivocada en un noventa y cinco por ciento, y yo sólo en un cinco por ciento, a8n soy responsable de mi cinco por ciento. (eniendo esto presente, y tambi#n que no soy responsable de la parte que le corresponde a los demás, avan&o lentamente hacia la recuperación, efectuando mi lista de reparaciones de acuerdo con el tiempo de 6ios, no con el m!o. )sta es una de las veces en que esta impaciente hi'a de un alcohólico, que generalmente se irrita porque 6ios act8a con tanta lentitud, ha estado dispuesta a darle a Fl el tiempo necesario.
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Actu) como una niFa Soy hi'a de tres alcohólicos; mi padre 9quien murió de alcoholismo agudo:, mi madre y mi padrastro. Antes de mi trig#simo cumplea%os ya hab!a tomado conciencia de cuánta represión me originaba mi historia, pero no sab!a qu# hacer al respecto. Alguien me sugirió a Al-Anon, pero luego de asistir a una reunión me fui decepcionada. =uer!a hablar acerca de mi madre@ me di'eron que hablara acerca de m!. =u# idea ridiculaB )so ser!a bueno si no hubiera crecido con una madre o un padrastro alcohólicos, o si mi padre no se hubiera muerto de alcoholismo. *asaron otros tres a%os antes de intentarlo nuevamente y quedarme. 4)so ser!a bueno si...4 resultaba ser la historia de mi vida. (odo cuanto hab!a deseado se hab!a visto obstaculi&ado por algo o por alguien. *obre de m!B +o digo que el alcoholismo que reinó en mi infancia no tenga nada que ver con la completa inutilidad de mi vida. Aprend! muy bien cómo adoptar una actitud desfavorable. Siempre me sent! negativa y sin esperan&as. +ada funcionó bien en mi vida. )n Al-Anon aprend! que cuando era ni%a hab!a desarrollado esa filosof!a por necesidad. "Cómo me afectó, eactamente, crecer en un hogar alcohólico$ *ara m! era un sistema de mentiras, distorsiones, verdades a medias y manipulaciones que comen&aron cuando, como familia, tratamos de comprender, controlar y 'ustificar el comportamiento de familiares que se emborrachaban con frecuencia. )ste sistema de enga%os falseó mi 'uicio acerca de la realidad y me quitó la capacidad de vivir apaciblemente conmigo misma y con los demás. Cuando #ramos ni%os, hac!amos lo que pod!amos para protegernos de la furia de un padre alcohólico. (anto mi madre como mi padrastro por lo general estaban borrachos a la hora de la cena. 7a borrachera de mi madre era evidente en primer lugar porque arrastraba las palabras, los o'os vidriosos y en movimientos lentos y pausados. Cuando conversaba repet!a las cosas con retraso respecto de la conversación o lo hac!a de manera inapropiada, como si no oyera bien. Mis hermanas y yo repet!amos con cuidado lo que ella no entend!a, simulando que no hab!a nada malo en esto, y evitábamos revelar cualquier acto o palabra que indicara que algo no funcionaba. Si de alguna manera descubr!amos lo que ya sab!amos que intentaba ocultar con desesperación, se volv!a irritable. 4"*or qu# me miras de esa manera$4 sol!a eclamar con aspere&a. 4+ada, mamá. +o te estoy mirando4.
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4S!, lo estásB *arece que ya no puedo hacer nada bien aqu!4. lo repet!a una y otra ve&, irritada y compadeci#ndose de s! misma. )ntonces estallaba la furia de mi padrastro, que ya hab!a tomado cuatro o cinco WhisJies. >efunfu%aba, entre dientes, acerba de sus que'as habituales y de lo absurdo del mundo en general, mientras nosotros permanec!amos sentados en medio de un silencio glacial, mirando fi'amente nuestro plato, sin permitirnos levantar la vista. )n cuanto terminaba la cena hu!amos de la mesa y simulábamos que nada hab!a pasado. Mis padres no se emborrachaban cuando hab!a otras personas presentes. Ambos parec!an seres bonachones y agradables, que pocas veces beb!an en p8blico. Antes de que la enfermedad progresara, eran padres cari%osos y bondadosos. >ecuerdo que mi padrastro, en particular, fomentaba mi imaginación y era muy simpático con una ni%ita que hab!a perdido a su padre pocos a%os antes. Mis amigos pensaban que mis padres eran 4muy buenos4 y no comprend!an mis que'as, as! que de'# de hablar. 6e la forma que actuábamos ante toda la gente era impecable. Adentro, sin embargo, la vida se desgarraba en todas las costuras. Sarcásticas y celosas, mis hermanas y yo compet!amos para obtener la poca atención que mi madre brindaba en el escaso per!odo entre el traba'o y su tercer WhisJy. 6espu#s del tercero, se emborrachaba tanto que sus caricias y sus arrullos nos asqueaban. 6ebido a que ambos padres beb!an, prácticamente me crió mi hermana mayor. *reparaba mi cena, me llevaba a actividades despu#s de clase y me secaba las lágrimas. Sin embargo, a veces era ella la que me hac!a llorar. )ra sólo siete a%os mayor, con sus propias rabias y frustraciones, y no era una gran madre. Eiv!amos en una gran'a, y un d!a insistió en que 'ugáramos a los 4vaqueros4@ ella ser!a el 4vaquero4 y yo la vaca. Montada en su caballo, trataba de atraparme con una cuerda, persigui#ndome por el campo hasta que el 'uego terminó cuando el caballo me atropello. Aprend! a ver el mundo como un lugar negativo, que inspiraba desconfian&a. Como le ten!a miedo a mis padres, nunca les di'e que mis hermanas me pegaban. Como no pod!a predecir las reacciones de los demás -y a veces los miembros de mi familia se tornaban muy hostiles- aprend! que formular preguntas era peligroso. 6e'# de hacerlo. Cuando me fui de la casa de mis padres comenc# una prolongada serie de entusiasmos pasa'eros, mudándome de un lugar a otro y de un empleo a otro. Como me adaptaba con facilidad y siempre buscaba aprobación, me convert! en una ecelente empleada. Me resultó fácil ser una buena empleada debido a mi perfeccionismo, pero a la ve& me creaba problemas porque no pod!a admitir que comet!a errores. (oda mi autoestima se basaba en sobresalir más que los demás y cualquier error amena&aba revelar mi imperfección. Antes que sufrir tal humillación, renunciaba y segu!a mi camino, echándole la culpa
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a las circunstancias o al resto de la gente. A medida que se suced!an los episodios, se agregaba peso al lado equivocado de la balan&a. )l sentido com8n me dec!a que era imposible que toda situación fuera irredimible. Siempre supe que mi ni%e& no hab!a sido buena, as! que cambi# ser v!ctima del mundo por ser v!ctima de mi crian&a. (odo era por su culpaB 2ablando con mis amigos acerca de mi terrible ni%e& descubr! que todos ten!an algo malo en la suya. )n realidad, la mayor!a ten!a padres que beb!anB Algunos de mis amigos con mayor madure& hab!an obtenido ayuda, uno en Al-Anón y el otro en A A. Me sonre! interiormente ante su debilidad y me felicit# por mi propia superioridad. +o ten!a que caer tan ba'o. 6ecid! que pod!a conseguir ayuda en alguno de los libros publicados sobre el tema de ni%os que crecen en hogares alcohólicos. Compr# varios, pero nunca logr# terminarlos. *od!a leer la parte que identificaba el problema, pero cuando se concentraba en soluciones, de'aba de leer. Aunque hab!a de'ado de ir y venir de allá para acá, el ciclo no se hab!a detenido. (uve dos puestos de voluntaria y un empleo muy eigente con un 'efe que beb!a demasiado. 7uego de un d!a particularmente tenso, apenas logr# evitar un accidente automovil!stico de regreso a casa. Mi cora&ón lat!a con tanta fuer&a que pens# que sufr!a un ataque card!aco, de modo que llam# al tel#fono de emergencias m#dicas. 7a enfermera escuchó y me respondió; 4*arece que usted está sufriendo un ataque de ansiedad4. Colgu# el tel#fono y estall# en llanto. 2ab!a llegado al l!mite de mi capacidad de aguante y sab!a que necesitaba ayuda, pero a8n no estaba dispuesta a admitir que necesitaba a Al-Anon. Ser!a mi 8ltimo recurso. )n su lugar prob# la terapia, y encontr# un terapeuta que me segu!a insistiendo que fuera a Al-AnonB +o obstante, segu! inventando ecusas hasta que me qued# sin dinero para la terapia. Eencida y en bancarrota, atraves# las puertas de Al-Anon para asistir a mi primera reunión. )ra una reunión con el enfoque puesto en los hi'os adultos y uno tras otro se refirió en vo& alta a los pensamientos que yo nunca me hab!a atrevido a epresar, ni siquiera al terapeuta. tamiento de mi novio, por lo que le escrib! una carta eplicándole mis sentimientos. Me respondió diciendo que yo enloquec!a cada ve& que me reun!a con esas 4mu'eres locas4. 6ecid! creerle y de'# de asistir a Al-Anon. )sa relación terminó y me cas# con un hombre que no beb!a. +o obstante, me di cuenta de que me concentraba eclusivamente en mi marido. (rataba de 4ayudarlo4 y lo amaba tanto que quer!a arreglar sus problemas, mientras mis dos hi'itos la pasaban plantados frente a la televisión. Dna noche, esta imagen de mis ni%os descuidados y la obsesión por mi esposo me golpeó con fuer&a y comprend! que mis prioridades estaban confundidas. 6ebido a que
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mis padres hab!an continuado aplicando sus respectivos programas de recuperación, pude ver que, si bien se hab!an comportado de manera insensata, ahora ten!an serenidad y hab!an recobrado el sano 'uicio, y yo sab!a a dónde acudir para obtener ayuda. 2ab!a observado sus cambios a trav#s de los a%os@ mientras ellos eligieron la recuperación, yo eleg! la enfermedad. >ecuerdo tener conciencia de un cambio por primera ve& cuando todav!a viv!a con mi familia. (en!a GG a%os y mi hermana GO. 7as dos estábamos totalmente fuera de control e iniciamos una pelea de horribles insultos, patadas y golpes. *apá, que en ese momento recib!a una visita, salió de la casa con calma y siguió hablando con su amigo en la puerta de entrada. 3ncluso en medio de esa gran pelea reconoc! que algo hab!a cambiado. A la semana siguiente mamá nos escribió una nota a mi hermana y a m! pidi#ndonos a una de nosotras que se mudara de casa porque nuestro comportamiento amena&aba la sobriedad de papá. 0ui yo quien se mudó, llena de resentimiento. 2oy veo que fue muy 8til para m!. Cuando de'# a mi familia, llev# conmigo mi propio 4yo4. (en!a que vivir con todos mis defectos de carácter, sin nadie a quien culpar por mis sentimientos de depresión e ira. *ese a no vivir con un alcohólico activo, )ntraba en su casa con una actitud de ni%a y luego me resent!a cuando me trataba como tal. As! que, con una actitud infantil, la arranqu# de mi vida. 6esde hace dos a%os no he sabido de ella. 2oy está al principio de mi lista de reparaciones y le ruego a mi *oder Superior que me conceda la voluntad de hacerlo. 2oy me concentro más en las soluciones que en los problemas. Contin8o haciendo servicio en Al-Anón. (engo una madrina que es una bendición del cielo y más a8n lo son aquellos de quienes soy madrina. 2e escuchado que la serenidad no representa una vida sin problemas sino la capacidad de vivir pese a los problemas. 2oy cuento con instrumentos para vivir y, en general, mi actitud es positiva. Cuando recaigo en la negatividad y la desesperan&a, me apresuro a asistir a una reunión, donde escucho con atención las palabras de miembros Al-Anon sanos y pronto puedo compartir con ellos la sana-ción. "edu*e el ue7o Como ocurre a menudo, una breve conversación con mi esposa me ha dado un nuevo punto de vista acerca de mi eperiencia de haber crecido en un hogar afectado por el alcoholismo. )lla observó
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que cuando cocino -lo que es inusual-tengo tendencia a aumentar al máimo la llama de la cocina a gas. Sugirió que quemar!a la comida con menos frecuencia si disminu!a el fuego, y me preguntó por qu# ten!a esa porfiada tendencia a cocinar con la llama tan alta. 7e contest# un poco a la defensiva que mi madre siempre cocinaba con una llama muy alta y que para ella estaba bien. Mientras hablaba la imagen de mi madre me vino a la mente y me di cuenta de que la atmósfera eigente y fren#tica de cocinar con fuego fuerte representaba bastante bien el cabal refle 'o de mi ni%e&. +unca se me ocurrió, al crecer, que podr!a beneficiarme con una disminución del fuego tanto literal como metafóricamente. 1ran parte de mi eperiencia en Al-Anón involucra el lento descubrimiento de prácticas y actitudes que me alientan a hacer algo similar a ba'ar la llama cuando cocino. )ste concepto fue particularmente 8til al aplicar el +oveno *aso. Con respecto al trato con mi familia, las reparaciones efectuadas equival!an a reducir el fuego de esas relaciones. 2e tenido #ito for&ando menos y aceptando más. A menudo, hacer una reparación sólo significó disminuir mis epectativas. 6isminuir mis epectativas me llevaron a una más equilibrada aceptación de mis familiares. Comenc# admitiendo con cierta triste&a que todos estábamos afectados por la convivencia con el alcoholismo y que no necesariamente tenemos un alto grado de equilibrio emocional con'unta o separadamente. 6ado mi conocimiento acerca de los efectos de la enfermedad me sorprendo menos de los comportamientos etra%os o dif!ciles. 2oy recono&co cuánto de verdad hay en una reciente observación de mi esposa; 42ay mucha tensión en tu familia4. Dna ve& más, lo epresó en pocas palabras. Eivir con el alcoholismo dificultó Ppor decirlo suavementeP la rela'ación en mi familiaB Al disminuir mis propias normas y epectativas, no sólo he descubierto que puedo sentirme más cómodo esperando lo inesperado sino que tambi#n he aumentado mi aceptación para apreciar el ocasional nivel de comunicación y goce con mis familiares. Como gasto menos energ!a esperando y deseando un sólido apoyo y afecto que no son realistas, puedo disfrutar más los momentos placenteros por breves que sean. ?tra venta'a deriva de haber ba'ado la llama de epectativas de m! mismo. a no anuncio mis visitas como 4el se%or 2#roe en >ecuperación que lleva a cabo un encuentro familiar perfecto4. 3ntento recordar que es posible que haya reca!das en medio de situaciones resbaladi&as y que estar cerca de la familia -que a8n sufre los efectos del alcoholismo- es para m! una de estas situaciones. 2ago lo me'or que puedo@ y si pierdo el equilibrio, intento recuperarlo. Cuando una llama es demasiado fuerte, trato de disminuirla, pero
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si de ve& en cuando la cena se arruina, acepto el problema como parte de mi aprendi&a'e y como una oportunidad de crecimiento en lugar de como una prueba palpable de incompetencia. o tambi#n he sido afectado profundamente por el alcoholismo familiar, y ni siquiera la ayuda de AlAnón, los 6oce *asos, mi padrino, y mi *oder Superior me pueden garanti&ar que pueda evitar el peligro latente de estar con mi familia. Sin embargo, ahora puedo tratar a mi familia con cortes!a y respeto y pasar menos tiempo ocupándome de sus asuntos. As! reparo situaciones, tratando a los demás con el mismo afecto que deseo recibir. Como ser humano gano algo y pierdo algo, pero cuando ba'o un poco la llama es posible que prepare una comida sin ahumar toda la casa. La reparación me lieró de la esclavit ud Eine a Al-Anon por sugerencia de alguien que ni siquiera me gustabaB )lla me di'o; 4Cono&co una persona que era borracho perdido y cambió. =ui&ás #l pueda contarte cómo hacer que tu marido abandone la bebida4. )ra todo lo que necesitaba escuchar. 7o llam# y me habló durante unos minutos acerca de Alcohólicos Anónimos y luego me orientó hacia Al-Anon. )sto ocurrió luego de que durante HN a%os tratara de impedir que los alcohólicos que me rodeaban bebieran e intentara gobernar la vida de los demás. *apá fue el alcohólico con el que comenc#. Sab!a lo que le pasaba a mi papá, pero no lo que le suced!a a mi mamá. )lla me ense%ó muchas cosas, pero no pude aprender lo más importante; que los intentos de impedir que un alcohólico bebiera no tuvieron #ito en su caso ni en el m!o. Ambas #ramos incapaces y no quer!amos admitirlo. Conoc! un 'oven en la universidad, mi primer encuentro con un alcohólico que no pertenec!a a mi familia. 9(en!a montones de familiares alcohólicosB: )nloquec! por #l en el verdadero sentido de la palabra. Me descompon!a cuando se acercaba o lo ve!a llegar imprevistamente. )staba tan loca que eso me pareció un buen motivo para casarme con #lB 6urante nuestro matrimonio de once a%os tuvimos tres hi'os e innumerables peleas. A menudo estaba ausente, bebiendo. (erriblemente asustada y fuera de control, imaginaba que todas las mu'eres del vecindario estaban tras de #l. Al llegar a casa lo acosaba con mis celos hasta que se iba nuevamente. Comenc# entonces a 4desquitarme4 haciendo lo que yo pensaba que #l hac!a. Mi vida secreta empe&ó con la bebida, citas con hombres casados y drogas. a ver!a de lo que era capa&B
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7o que en realidad hice fue descuidar a nuestros tres hi'os, que se interpon!an cada ve& que necesitaba vengarme. *erd!a mucho tiempo averiguando lo que #l hac!a para luego hacer algo peor. Dn sábado por la noche choqu# el auto. Eolvió a casa borracho decidido a matarme por lo que hab!a hecho. )staba tan loca que le di'e que si quer!a disparar el arma, yo ser!a un blanco voluntario. Apretó el gatilloB Como nada pasó, me tiró el arma y salió furioso para irse en el auto chocado. Me escond! y luego corr! a casa de mamá, pero volv! al d!a siguiente. 3ntentó matarme varias veces. 0inalmente logr# abandonarlo f!sicamente aunque siguió controlándome mentalmente durante a%os y a%os hasta que apliqu# el +oveno *aso de Al-Anon. Me cas# con el segundo hombre alcohólico para mantenerme ale'ada de mi primer esposo. *agu# un precio muy alto por esa protecciónB Ieb!amos e !bamos a fiestas, y #l apreciaba en m! todo lo que mi e-marido despreciaba. 7e gustaba mi actitud en las fiestas, mi maquilla'e y mi modo de vida. Mientras fuimos novios mantuve un buen empleo, de modo que pod!amos ir de fiesta, llevarlo a casa, acostarnos y al d!a siguiente ir a traba'ar. 6espu#s de casarnos necesit# seguir traba'ando pero no siempre pod!a regresar con #l a casa despu#s de las fiestas, porque generalmente no quer!a irse, as! que yo no pod!a descansar. Agotada, decid! que nosotros deb!amos terminar con la bebida y las fiestas y calmarnos. )staba muy equivocadaB Sólo la mitad de 4nosotros4 de'ó la bebida y la lucha continuó. )n mis intentos de seguir con el control llegu# a entregar a mis hi'os a su padre, una decisión incorrecta seguida de visitas a los tribunales y, básicamente, la p#rdida de mis dos hi'os mayores. (engo muchas reparaciones para con mis hi'os debido a mis desatinos. Ahora son adultos y tambi#n hi'os de alcohólicos, como yo, que seguramente sufrirán tanto dolor como yo. Cuando yo trataba de que mi segundo marido hiciera algo que #l no quer!a hacer, se pon!a violento. Como yo hab!a logrado la sobriedad, me perturbaba su comportamiento. A menudo lo abandonaba, con la consecuencia de dormir en el auto, ya fuera en la monta%a, en el estacionamiento de un hospital o en cualquier otro lugar. 2asta que encontr# a Al-Anón nada cambió, sólo el nombre de quien era mi marido. )n Al-Anón las cosas comen&aron a cambiar, aunque me resultó muy dif!cil hacer lo apropiado. Aprend! a de'ar que se las arreglara solo y a aceptar los resultados de mis propias acciones. Siempre me hab!a telefoneado, cuando cerraban los bares, para que lo fuera a buscar. Me levantaba, conduc!a hasta donde se hallaba y lo segu!a camino a casa, pues #l no quer!a de'ar su auto estacionado. +o quer!a hacerlo, pero tampoco deseaba pagar el precio de no hacerlo. ?! mucho en Al-Anón acerca de 6ios seg8n mi propio entendimiento de )l, de aceptar las cosas que no puedo cambiar, de entregar, de estar dispuesta y de preguntarme; 4"=u# es lo peor que puede pasar$4. Con
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mi imaginación, la respuesta a esto 8ltimo era bastante espantosa. 6ecid! probar lo que hab!a aprendido sobre rescates nocturnos. 7a próima ve& que me llamó, le di'e 4+oB4 y o! todas las amena&as de lo que har!a. +o fui a buscarlo sino que volv! al dormitorio, me arrodill# y le ped! a este 6ios, de quien no entend!a mucho, que me ayudara a aceptar las consecuencias de lo que hab!a hecho. Me dorm!@ mi marido volvió a casa y no hubo ning8n precio que pagar. +unca me volvió a llamar. 0uncionaB pens#. 7uego de tres a%os de Al-Anón, llegu# a la conclusión de que no ten!a que vivir de la forma en que lo hac!a, y decid! de'arlo. 7e di'e que si quer!a ayuda con su alcoholismo, lo ayudar!a, pero ya no vivir!a con #l. *idió ayuda y fue a Alcohólicos Anónimos. Eolvimos a vivir 'untos pero la sobriedad no solucionó todo de la manera en que yo pensaba. Me de'ó por mi me'or amiga Al-Anón. )sa conmoción sacudió con fuer&a mi programa, pero logr# quedarme en Al-Anon con la ayuda de otros y de mi *oder Superior. Aun despu#s de muchos a%os, no estaba libre del todo de mi primer marido, que era el padre de mis hi'os. (odav!a bebe y no tiene planes de de'ar la bebida. A%o tras a%o continua controlándome y manipulándome mentalmente, a veces a trav#s de los ni%os. )l +oveno *aso por fin me liberó de esa esclavitud. 2oy puedo amarlo porque es el padre de mis hi'os y un hi'o de 6ios como el resto de nosotros. )l desprendimiento se produ'o cuando lo perdon# y repar# el mal que le hab!a causado. Fl no tuvo que cambiar para que mi libertad se manifestara. )ste es un don invaluable de Al-Anon que conquist# con mucho esfuer&o. Al-Anon me ha brindado una nueva vida, y la libertad para vivirla plenamente en el presente. Al-Anon me ha ense%ado que la verdad me liberará pero observo que siempre me enfurece primero.
Una ve& cicatri&adas las heridas más importantes sufridas por haber crecido con la enfermedad del alcoholismo, estamos en el umbral de una nueva vida gloriosa. *odemos erguirnos, relativamente libres de dolor por primera ve& en la vida. 7a verg5en&a se ha encarado y eliminado, y hemos aprendido a relacionarnos con el pró'imo con honestidad y confian&a. Al aceptar la parte que nos corresponde en for'ar actitudes sanas y bondadosas a partir de los fuegos de la enfermedad, reconocemos la necesidad de supervisar dichas actitudes y comen&amos a percibir cuándo asumimos responsabilidades que les corresponden a otros. "+o ser!a maravilloso si esta situación de serenidad permaneciera constante a lo largo de nuestras vidas$ +o es as!. 6os cosas impidieron que vivi#ramos con felicidad e inocencia; el regreso sigiloso de nuestras vie'as pautas y el hecho de ser seres humanos que vivimos en un mundo en el que todos los seres vivos nacen, crecen, enve'ecen y mueren. )l cambio está a la orden del d!a. 3ncluso si lográramos atrapar todo resto furtivo de la enfermedad familiar del alcoholismo cada ve& que intenta volver arteramente a nuestros pensamientos, a8n estar!amos encarando la realidad fastidiosa de que los seres humanos no son perfectos y que la vida está llena de desaf!os. 4Iueno -decimos, con los dientes algo apretados- si no hubiera desaf!os, ser!a aburrido, y nos disgusta e' aburrimiento mucho
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más que los desaf!os4. (al ve& por eso la vida tiene momentos, pero sólo momentos, de perfección absoluta y feli&, y el resto del tiempo debemos encarar el cambio. 7os 8ltimos tres *asos nos proporcionan una ho'a de ruta cr!tica y muy necesaria para apuntalar los triunfos y los #itos modestos logrados al aplicar los primeros nueve *asos. Algunos reconocemos que los 6oce *asos son un ecelente sendero hacia la espiritualidad que nunca hubi#ramos encontrado de no haber tenido que encarar una familia desgarrada por el alcoholismo. Algunos de nosotros nos sentimos agradecidos en esta etapa de nuestro compromiso con Al-Anón, pues nos damos cuenta de que los dones recibidos a lo largo del camino eran me'ores que los que hubi#ramos encontrado por nuestra cuenta en una familia más saludable que la nuestra. Algunos todav!a refunfu%amos por tener que aplicar los *asos para permanecer cuerdos, aunque reconocemos -tal ve& probando no hacerlo por un tiempo- que es parte esencial del mantenimiento de nuestra salud espiritual, as! como la buena comida y el e'ercicio regular son necesarios para la salud f!sica. >e&ongando o agradecidos, llegamos al 6#cimo *aso, 4*roseguimos con nuestro eamen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas, al momento de reconocerlas4, listos para aprender cómo go&ar más de la vida d!a tras d!a y a encarar sus desaf!os con humor, con el apoyo afectuoso de gente como nosotros y la orientación de nuestro *oder Superior. 2emos tenido suficiente eperiencia para entender que las confusiones pueden erradicarse con mucha más facilidad si se aclaran rápidamente. 7uego de tambalearnos durante mucho tiempo con enormes resentimientos sobre nuestras espaldas, aplastados y deprimidos por una ira amarga y abrumados con la suficiente culpa como para hundir un transatlántico, sabemos me'or -cuando podemos recordarlo- cómo evitar que se acumulen otra ve& nuestros errores y resentimientos. 7os miembros se dan cuenta de que pasar unos minutos todas las noches evaluando el d!a y enmendando o pensando enmendar cualquier comportamiento del que se enorgullecen, ayuda a mantener la serenidad. )n el 6#cimo *aso aprendemos que vivir un d!a a la ve& significa algo más que no preocuparse u obsesionarse por el ma%ana@ tambi#n significa desembara&arnos de los pesares del ayer para poder sobrellevar sólo el peso de hoy. 7a libertad que disfrutamos mediante la disciplina espiritual continua del 6#cimo *aso puede transformar la vida que, en lugar de una penosa caminata, se convierte en una dan&a grácil y alegre. Conservar una vida espiritual eige disciplina, diligencia y constancia. )speramos integrar a 6ios, s e 7 n n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o d e E l ,
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en todos los aspectos de la vida, no sólo porque necesitamos un apoyo continuo para mantener nuestra salud, sino tambi#n porque hemos llegado a creer que un *oder superior a nosotros se ocupa de nuestros intereses y puede relacionarnos con la comprensión y los conocimientos que trascienden nuestra limitada inteligencia humana. +o quiere decir que de'emos de usar nuestra inteligencia, pero descubrimos que es mucho más efica& lograr pa& cuando la situación está en manos de algo superior a nosotros, o de una conciencia superior, que algunos llamamos 6ios. >econocemos dónde nos ha llevado el ego y la soledad de tratar de vivir una vida basándonos 8nicamente sobre nuestra obstinación, nuestra inteligencia y nuestra determinación. 2ay un me'or camino, el que nos conduce a nuestro *oder Superior. *ero, "cómo sabemos cuándo es el ego y cuándo es nuestro *oder Superior el que nos dirige, antes de volver a meternos en dificultades$ Dn miembro Al-Anon comentó una ve&; 4Cuando comprend! lo terrible que hab!a sido mi ni%e& y todas las ense%an&as per'udiciales, confusas e incorrectas que mis padres me hab!an inculcado, decid! que ellos no sab!an absolutamente nada y que yo deb!a comen&ar desde el principio. Me sent! como un ni%o peque%o@ era aterrador. 7uego reconoc! que tengo la tendencia a irme a los etremos, incluyendo mi forma de pensar. *or e'emplo, mi madre no cesaba de usar aforismos. 6ec!a cosas como; K7o pasado, pisadoK, y KMe'or prevenir que tener que lamentarK. Cuando yo lloraba o hab!a hecho algo malo, formulaba prestamente un aforismo y yo no pod!a aguantarlos. Como el alcoholismo distorsionó mucho el modelo de mis padres, lo rechac# todo, incluso lo que conten!a una cuota de sabidur!a. Supongo que pequ# por eceso de celo. Al rescatar aspectos positivos de mi ni%e&, recuerdo que mamá dec!a que si no escuchaba las eperiencias de los demás tendr!a que aprender Ka los golpesK. )s muy confuso saber qu# tomar y qu# de'ar, pero escuchar las eperiencias de otros compa%eros en Al-Anon y a mi *oder Superior me han evitado muchas lecciones en la Kescuela de los golpesK4. 7a vida es un aula rigurosa. *odemos aprender a trav#s de nuestra propia eperiencia, de las eperiencias a'enas, o podemos rehusar aprender y aferramos de manera obcecada a lo que creemos es la verdad. a tratamos de vivir nuestras vidas basándonos en nuestras eperiencias limitadas y hemos descubierto que nos faltan algunas lecciones. *ero, "qui#n se las sabe todas$ " cómo sabemos qu# vo& seguir$ 7a maestr!a espiritual no es diferente de otros tipos de aprendi&a'e. )l discernimiento eige pericia y la pericia eige práctica. Aprender a o!r y seguir la orientación sutil de un *oder
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superior a nosotros requiere much!sima práctica. A nosotros nos toca proporcionar la buena voluntad y dedicarle tiempo. )ste es el propósito del Dnd#cimo *aso; 4Mediante la oración y la meditación, tratamos de me'orar nuestro contacto consciente con 6ios, seg8n nuestro propio entendimiento de Fl, y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer Su voluntad y las fuer&as para cumplirla.4 Si no nos interesa seguir la voluntad de 6ios, tenemos la libertad de rehusarla, y podemos encontrarnos nuevamente en la no tan sutil 4escuela de los golpes4. Como se%aló un miembro; 46ios me susurra con dul&ura en todo momento. Cuando no lo escucho, me diri'o hacia los problemas o el dolor. )ntonces escucho, porque el dolor habla en vo& muy alta4. Dna pa& interior, tranquila y sólida, es una buena indicación de que estamos bien encaminados. Se ha descrito la oración como hablar con 6ios y la meditación como escuchar a 6ios. )s probable que haya tantas maneras de orar y meditar como interpretaciones del *oder Superior, y cada uno debe encontrar lo que me'or funciona. Como una escuela, Al-Anon nos pone en contacto con gente que ha buscado me'orar su contacto consciente con 6ios, y podemos practicar algunos de los m#todos que han utili&ado, hasta encontrar el que me'or se adapta a nuestra relación personal con un *oder superior a nosotros. )s 8til contar con una variedad de t#cnicas para orar en el caso en que nuestro m#todo preferido no funcione en todas las situaciones. Dna plegaria tan simple como 4Ay8dameB4 puede utili&arse a lo largo del d!a en cualquier situación que requiera ayuda de un *oder Superior. Si practicamos una religión espec!fica podemos usar los m#todos que #sta sugiera. *odemos tomar las plegarias de la literatura Al-Anon, o repetir la popular ?ración de la Serenidad;
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o s , c o n c ) d e m e l a e r e n i d a d p a r a a c e p t a r a s c o s a s ( u e n o p u e d o a m i a r , v a l o r p a r a a m i a r a ( u ) l l a s ( u e u e d o , s a i d u r / a p a r a e c o n o c e r l a d i e r e n c i a .
7o importante no es c ó m o oramos sino ( u e oremos, por lo que consideramos 8til practicar el Dnd#cimo *aso con regularidad, recordando decir 41raciasB4 por los beneficios recibidos as! como4Ay8dame B4 ante los desaf!os. *uede describirse la meditación como una tranquilidad con-
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centrada. (omarse un tiempo en un fren#tico programa de actividades para rela'arse, respirar, concentrarse y escuchar puede otorgar serenidad y pa& para adoptar cualquier decisión. 7a meditación no es necesariamente m!stica o complicada, sino que nos permite aquietar las voces en nuestro cerebro 9algunos nos referimos a ellas como el comit#: el tiempo suficiente como para que un *oder Superior nos susurre con delicade&a en nuestra mente. 2ay muchas t#cnicas que pueden serenarnos. *odemos concentrarnos en una respiración rela'ada, prolongada y sencilla. *odemos refleionar con profundidad en un lema o un pensamiento tomado de nuestra literatura. *odemos traba'ar en la rela'ación de todos los grupos musculares, sentarnos en silencio contemplando la naturale&a o repetir una sola palabra o sonido muchas veces. )l significado de escuchar a 6ios en silencio podr!a aseme'arse a la diferencia que eiste entre el impacto de una piedra arro'ada a un estanque de agua cristalina y calma o a un r!o turbulento. 7a piedra de'a ondas en ambos casos, pero sólo pueden distinguirse en la superficie tranquila del estanque. As! reconocemos la gu!a sólo cuando aquietamos lo suficiente nuestros estanques mentales para permitir que el impacto de 6ios se nos revele y, para la mayor!a de nosotros, esto lleva tiempo y práctica constantes. +ecesitamos aprender que la oración no consiste en sermonear a 6ios acerca de qu# esperábamos o necesitábamos, sino sentir humildad y orar para recibir el conocimiento de la voluntad de 6ios y comprender que no siempre sabemos qu# es lo me'or. *edimos y confiamos en que lo que vamos a recibir nos beneficiará al máimo. >econocer cuál es la voluntad de 6ios con respecto a nosotros, en lugar de usar nuestra propia voluntad, requiere humildad y confian&a. Si fallamos en esto -como ocurre a menudo- podemos volver al *rimer *aso y comen&ar de nuevo. Cada ve& que volvemos a los *asos, los hacemos de una forma más rápida, más fácil y más profunda. Aprendemos practicando, cometiendo errores, a'ustando y aprendiendo. Al familiari&arnos con el Dnd#cimo *aso reconocemos una y otra ve& las enormes venta'as que obtenemos cuando caminamos por un sendero espiritual en la tierra, y el aprendi&a'e se convierte en una alegr!a en s! mismo.
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M A N T E N UE NR AV I 9 AS A N A na artista aprende el arte de vivir Soy artista. Mi padre es alcohólico pero ni #l ni mi madre lo han reconocido nunca. 6urante mi ni%e& pasamos de un elegante estilo de vida de alta burgues!a en una gran ciudad del medio oeste, a una eistencia más modesta en un pueblo peque%o. )s probable que haya sido resultado del alcoholismo de papá. +uestros vecinos pensaban que papá estaba loco, pero creo que nunca sospecharon acerca de su alcoholismo. +uestro cuarto de hu#spedes estaba tan atiborrado de ca'as vac!as de WhisJy que casi no se pod!a caminar. 7as ca'as nunca se sacaban a la calle con la basura, porque la gente podr!a verlas. Cuando comenc# mis estudios de postgrado, mis libros fueron enviados en ca'as de WhisJy. Como cre!amos que todo y todos estaban en contra nuestra, viv!amos en un total aislamiento. Me convert! en una ni%a que solo conoc!a los etremos. (odo era amor u odio. +o hab!a t#rmino medio. A%os despu#s, cuando llegu# a Al-Anón, un hombre epresó algo asombroso. Me di'o que de toda la gente que yo conoc!a, el dos por ciento me querr!a, independientemente de lo que hiciera@ el dos por ciento no me querr!a, independientemente de lo que hiciera, y el resto permanecer!a indiferente. )sto aclaró un tanto mis ideas al introducir el concepto de equilibrio e indiferencia en la fren#tica oscilación de mis odios y amores. Crec! emocional y espiritualmente desequilibrada. 2asta los veintidós a%os tuve ataques de llanto a diario. (emblaba casi todo el tiempo. Mis padres, que se consideraban casi perfectos, pensaban que yo, con mis dificultades emocionales, era su 8nico problema. "Acaso cualquier padre no se sentir!a preocupado si su hi'a no estuviera bien$ Si bien crec! en medio del alcoholismo, asumo la responsabilidad por la persona enferma en que me convert!. Mucha gente que he conocido proviene de ambientes similares y no demostraba sus defectos de carácter hasta el punto en que yo lo hac!a. )n la escuela secundaria y la universidad empec# a hacer cosas etra%as, como tocar la nari& de mamá y decir; 4)res mala4. A veces la hac!a llorar, como pueden imaginar, y eso me complac!aB )n la universidad me gradu# en arte, as! que mi comportamiento inusitado era en cierta forma aceptado, y yo pensaba que era la prueba de ser una verdadera artista. )n realidad, creo que estaba bastante desequilibrada y el arte me brindaba una diaria liberación emocional que me manten!a fuera de un asilo. A menudo comen&aba el d!a pintando y concentrándome en todas las cosas malas que ve!a a mi alrededor. Como sobresal!a en el mane'o de los colores, dise%o y dibu'o, como en la investigación, me fue bien en la universidad. A los diecinueve a%os me dieron mi propio taller y pronto
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comenc# estudios de postgrado siendo asistente en ense%an&a. Con total falta de gratitud, me concentr# en lo mal que me hab!a tratado la universidad, creyendo que deb!a haber sido admitida en un instituto de arte más famoso. Aun sin el alcohol ten!a un ego alcohólico principesco. 7legu# a la universidad con la intención de reformar la facultad de artes. Mis amigos eran gente como yo, que no quer!a asumir ninguna responsabilidad por su propia vida. Con el tiempo, aparecieron las consecuencias de tal irresponsabilidad. Ante mi asombro, uno de mis amigos empe&ó a vivir en la calle y otros estaban al borde de la indigencia. 3nmersa en un estilo de vida que no funcionaba, tuve la suerte de conocer una nueva amiga con las mismas dificultades emocionales que yo, pero que sin embargo ten!a una solución; un sólido programa de Alcohólicos Anónimos. o no beb!a, pero ella sugirió que los 6oce *asos podr!an ser una respuesta a mis dificultades emo
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cionales, si bien no reconocimos, en ese momento, el alcoholismo de mi familia. Agrade&co que A A y Al-Anón no ei'an pruebas de pertenencia. Simplemente nos dan la bienvenida y nos permiten ver si funciona. )n realidad, no reconocer al principio el alcoholismo de mi padre fue algo casual, pues me concentr# en m! misma. 7o que me atra'o fue el principio de gratitud. Mi amiga me recomendó que pusiera en práctica este principio en momentos de crisis -que ocurr!an a. diario-, de modo que adquir! mucha práctica. Cada ve& que pensaba que no me valoraban lo suficiente o que me trataban mal, deb!a recordar algo por lo que pod!a estar agradecida. Me compadec!a tanto de m! misma que se me consum!a la vida y era muy muy infe infeli li&. &. 6esd 6esdee qu quee apre aprend nd!! a apli aplica carr la grat gratit itud ud,, la autocompasión no ha vuelto a ser un problema serio. )s un gran alivi alivioo ver que que,, si bien bien las frust frustra racio ciones nes y los desaf desaf!os !os siguen siguen eistiendo, la infelicidad es optativa, ya que es el resultado de mis actitudes y no de circunstancias circunstancias eternas. 7uego 7uego de utili& utili&ar ar ped pedaci acitos tos de los 6oc 6ocee *asos *asos durant durantee och ochoo meses, decid! que ya era hora de tomar la dosis completa. 6urante el receso de primavera comenc# a aplicar los *asos seriamente. Mi amiga amiga sugiri sugirióó que reemp reempla& la&ara ara la palabr palabraa 4alcoho 4alcoholis lismo4 mo4 por 4problema 4problemass emocional emocionales4 es4 o 4emotivos4 4emotivos4.. 0uncionó. 0uncionó. 6onde dec!a dec!a 4alcohólico4, yo le!aTKenfermo emocional4. *uede que mi familia me haya transmitido la enfermedad familiar de alcoholismo, pero eran mis propias acciones y reacciones las que me hab!an hecho perder mi equili equ ilibri brioo emocio emocional nal.. Apliqu Apliqu## los primer primeros os nue nueve ve *asos, *asos, y mis mis actit ctitud udes es,, las las relac lacione ioness con la gent gentee y mi arte rte fue fueron transformándose paulatinamente. Ahor Ahoraa vivo vivo a diar diario io con con los los *aso *asoss 6#ci 6#cimo mo,, Dnd# Dnd#ci cimo mo y 6uod#cimo. Como sugiere el 6#cimo *aso, cuando hago algo que me hace sentir mal o que hiere a alguien, le digo algo rápidamente. )n el traba' traba'o, o, por e'emplo, e'emplo, a veces veces me tienta tienta inmisc inmiscuir uirme me en situaciones que no son de mi incumbencia o que están más allá de mi responsabilidad. Dna ve& le reproch# a una persona por un error que deb!a haber encarado un supervisor. 7o que es peor, rega%# a alguien frente a sus compa%eros de traba'o y lo avergonc#. 2oy me doy cuenta de que si admito mi error de inmediato e intento no repetirlo, es probable que se me perdone. 6e otra forma, los resentimientos envenenan la atmósfera y me siento incómoda por largo tiempo. 2oy prefiero la incomodidad incomodidad a corto pla&o. pla&o. 6edico tiempo para meditar a diario, por lo general antes de ir a traba'ar. Cuando lo hago, el traba'o resulta más fácil y esta sencilla disciplina me recompensa constantemente. A veces son sólo cinco minutos antes de cepillarme los dientes, pero es tan placentero que habitualmente lo prolongo y lo espero con inter#s. *ara vivir el 6uod#cimo *aso estoy dispuesta a hacerle saber a
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cualquiera que soy miembro Al-Anón, si considero que puede servir de ayuda. 3ncluyo aqu! a la gente del traba'o, en eventos sociales y en la universidad. 2ace poco me di cuenta de que practicar estos principios en todas nuestras nuestras acciones quer!a decir realmente realmente t o d a s . Cuando llegu# a Al-Anon no comprend!a que ten!a que poner en práctica algunos principios tales como la consideración, tolerancia y perdón más allá de mis relaciones familiares, amigos cercanos o en las reuniones Al-Anon. Segu! con mi carrera art!stica, como siempre lo hab!a hab !a hecho. hecho. )n el traba' traba'oo segu!a segu!a practi practica cando ndo defect defectos os como como la intolerancia 9me averg5en&o de haberme re!do del traba'o de un estudiante estudiante:, :, la dilación dilación,, la envidia y el resentimiento resentimiento.. Como no aplicaba los principios en el traba'o, me relevaron del puesto de asistente en ense%an&a. 0ue un duro golpe, pues mi autoestima e identidad se vinculaban con esa tarea. (ermin# en un empleo con salario m!nimo, que consist!a en enmascarar con cinta plástica los accesorios de ba%o para que los pintores pudieran volver a pintar los dormi dormitor torios ios colect colectivo ivoss de los estudi estudiant antes@ es@ una ep eperie erienci nciaa muy humillante. *or cierto, mi *oder Superior me dio en este caso lo que necesitaba y no lo que quer!a. Aprend!, y lo super# aferrándome a mis principios Al-Anon y cumpliendo esa tarea tan modesta de la me'or manera posible. 6ebido a mi reacción, al semestre siguiente me restituyeron el puesto de asistente en ense%an&a. (ambi#n recib! un nuevo est!mulo por mi arte. Mientras estaba en el equipo de pintores comenc# a crear arte por distintos motivos. Dn temor que me hab!a perseguido era que si no ten!a un empleo art!stico no tendr!a tiempo de crear arte. )n su lugar, encontr# que desp despu# u#ss de habe haberr comp comple leta tado do mi labo laborr para para el equi equipo po de mantenimiento a8n me quedaba tiempo para pintar y dibu'ar. Como mis pensamientos y mi enfoque eran más claros y más sistemáticos, sin darme la posibilidad de eoneraciones negativas, mi arte me'oró en gran medida. )stos principios se convirtieron en el sustento diario de mi vida. *or e'emplo, el valor de la paciencia surgió s8bitamente cuando casi choqu# con el auto. Sucedió en una situación de tránsito en la que fácilmente pod!a haber permitido a otro auto ocupar el lugar frente al m!o, pero era demasiado impaciente. *erd! mucho más tiempo por mi impacienciaB 7os princi principio pioss de Al-Ano Al-Anonn son como como las reglas reglas del tránsi tránsito. to. Cuando obede&co los semáforos y las se%ales y respeto a otros conductores, la conducción es segura. Si me cambio imprevistamente a otro carril o cru&o el semáforo en ro'o como si fuese la 8nica persona que transita por la calle, la situación se torna peligrosa. 7os 6oce *asos constituyen una buena ho'a de ruta en la vida, haci#ndola segura y cuerda la mayor parte del tiempo.
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A veces todav!a me impaciento con la recuperación. Al principio, cuando comenc# a cambiar, me sent!a muy frustrada porque pocas personas lo notaban. )n la universidad, mis amigos y profesores segu!an tratándome basados en mi comportamiento pasado en lugar de mi comportamiento actual. Me ha tomado cinco a%os generar la confian&a de algunas de estas personas, en especial la de aquellas a las que her! a lo largo del camino. 0inalmente, el a%o pasado, logr# reconq reconquis uistar tar el respe respeto to de mi famil familia. ia. Aho Ahora, ra, al vivir vivir nue nuevas vas situaciones, intento imponer respeto en mis relaciones con la gente. (ambi#n he aprendido a valorar a la gente por lo que hace en el presente, no por lo que hi&o en el pasado. 2a habido tanto progreso en mi vida gracias a Al-Anón que hoy considero el alcoholismo familiar, que me llevó a practicar la recuperación por medio de los 6oce *asos como un regalo de mi *oder Superior. La medi me dita taci ci ón apor ap orta ta ene e nei i cio ci o a mi s d/as d/ as >ecibo pa& y consuelo todas las ma%anas aplicando el Dnd#cimo *aso. Si no lo hago temprano en la ma%ana, termino el d!a sinti#ndome desesperada. Me siento y repito las palabras del Dnd#cimo *aso. 7o hago en silencio, cierro los o'os y visuali&o una escoba en mi cabe&a que barre el pasado, mi adicción a la culpa, mi negati neg ativid vidad ad y mis temore temores. s. >espir >espiroo con norma normalid lidad ad y mien mientr tras as inha inhalo lo y eha ehalo lo,, sien siento to qu quee 6ios 6ios me ama. ama. 7entamente me invade la pa& y puedo sentir Su presencia. A veces me siento con las palmas de las manos hacia arri ba para recibir Sus dones. ?tras con las manos entrela&adas. A veces presiono los pies contra el piso y permito que todo el dolor y el temor drenen hacia la Madre (ierra donde se transf transform ormar arán án en nue nueva va vida vida y crecim crecimien iento. to. Cuando Cuando mi mente divaga, repito las palabras del Dnd#cimo *aso otra ve&, repito la ?ración de la Serenidad o pienso en las palabras del *adre +uestro para volver a la pa& y al contacto consciente. Medito Medito alrede alrededor dor de trein treinta ta minuto minutoss al d!a. d!a. *ara *ara no distraerme considerando cuánto tiempo he estado sentada, programo el relo' del horno. Cuando suena 9siempre es demasiado pronto:, me quedo unos minutos más. 7uego s# que he confiado mi d!a a mi *oder Superior. 6ios está a cargo y yo quedo libre para comen&ar la 'ornada. Si as! lo hago, mis d!as están llenos de gracia@ si me olvido, la perturbación emocional emocional me lo recuerda recuerda con rapide&. rapide&.
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!aso !a so ti empo em po con co n Di os 2ace 2ace poco le! en la revis revista ta 4 h e J o r u m : 47a 47a reli religi gión ón es para para los los qu quee teme temenn ir al infi infier erno no.. 7a espiritua espiritualidad lidad es para los que ya han estado all!4. )sta idea 'ustificó los mensa'es de mi padrino acerca de la aplicación del Dnd#cimo *aso y de un despertar espiritual en Al-Anón. +o me di cuenta del tiempo transcurrido en el infierno hasta que descubr! cuánta alegr!a puede tener la vida. )n las reuniones de Al-Anón leemos la frase; 4Sin tal ayuda espiritual 9quiere decir la ayuda del programa:, vivir con con un alco alcohó hóli lico co era era dema demasi siad adoo para para la mayo mayor! r!aa de nosotros4. >ealmente fue demasiado demasiado para m! antes de que mi padrino me hablara acerca de la espiritualidad. 7a enfermedad familiar del alcoholismo afecta a cada miembro de la fami famili lia, a, ment mental al,, f!si f!sica ca,, emoc emocio iona nall y tamb tambi# i#nn espiritualmente. 7os s!ntomas de enfermedad espiritual que yo evidenciaba eran el resentimiento, la autocompasión, la falta de fe y una manera distorsionada de demostrar amor@ es deci decirr qu quee como como hi'o hi'o adul adulto to de un alcoh alcohól ólic icoo teng tengoo la tendencia a amar a aquellos a los que puedo compadecer y rescatar. (ambi#n suelo pensar que si hago lo suficiente por la gente, verán cuánto los quiero y a su ve& me amarán y apreciarán. Cuando no lo hacen, que se cuidenB Se genera el rese resent ntim imie ient nto. o. +o es qu quee qu quie iera ra comp compra rarr su amor amor@@ simplemente es que siempre cre! que esa era la forma, qui&ás la 8nica, de actuar. Ahora he aprendido algo diferente. Sol!a resentirme con 6ios por no rescatarme del hogar alcohólico. Al-Anon me ense%ó que 6ios nos da la vida, y si nos dio padres alcohólicos, tambi#n nos dio los 6oce *asos de la recuperación. Se me ocurrió luego que, a diferencia de un padre que no conf!a en la capacidad de su hi'o para enfrentar determinadas situaciones, que lo sobreprotege y lo rescat rescataa en todo todo moment momento, o, 6ios 6ios deb debee hab haber er tenido tenido la fe suficiente en la fuer&a interior que me dio como para confiar en qu quee yo segu seguir ir!a !a Su orie orient ntac ació iónn cuan cuando do la pidi pidier eraa y apartarse para otorgarme el libre albedr!o. 6ecido reali&ar yo mism mismoo la labo laborr bási básica ca de la recu recupe pera raci ción ón y me sien siento to fortalecido cada ve& que escucho y luego act8o con base en lo que escucho. *ara m!, esto no es negligencia sino un voto de confian&a. Cuando estaba lleno de resentimientos, resentimientos, #stos obstaculi&aban la lu& de cualquier fuente o posibilidad de ayuda espiritual. Mi padrino de Al-Anon me presentó el concepto de considerar a aquellos que nos per'udican como espiritualmen-te enfermos, como nosotros, pero tal
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ve& con diferentes s!ntomas. Cuando alguien me trata mal, me resulta 8til pensar; 4)s una persona enferma. 6ios, por favor lib#rame de la ira. Mu#strame cómo puedo ser 8til a ambos. Si no puedo serlo, o si la persona recha&a mi ayuda, entonces ens#%ame la tolerancia y la bondad, 6ios, y otórgame la voluntad de utili&arlas4. (ambi#n aprend! que si re&o por la persona que es ob'eto de mi resentimiento, siento que este se alivia. Como la alternativa es permitir ser controlado por los errores de las personas que son ob'eto de mi resentimiento, trato de orar, aunque admito que a8n lucho por orar por cierta gente. Sigo esfor&ándome, porque es cierto lo que dice el refrán; con la vara que mides serás medido, y no deseo que las condenas y los 'uicios recaigan sobre m!@ por lo tanto, mi conciencia no puede permitir que contin8e reparti#ndolos como lo hac!a antes de aprender la lección. )n los grupos Al-Anon para hi'os adultos de alcohólicos aprend! que este es un programa espiritual que se origina en el amor. +o podemos dar lo que no tenemos, as! que no podemos amar a otros si no nos amamos y nos respetamos a nosotros mismos. Aprendemos a amarnos al ser amados por nuestras familias, pero a veces esas familias no pueden dar amor. Cuando la tensión y la irritabilidad me llenaban de autocom-pasión, el resentimiento, y en arranques emocionales de ira envenenada, los estupendos miembros Al-Anon me amaban sin condiciones. Me dec!an la verdad, a veces con rigurosa honestidad, pero el amor brillaba a trav#s de cada una de sus palabras. Me amaron -verdaderamente- hasta que pude amarme a m! mismo. Creo que esta es una poderosa evidencia de la espiritualidad del programa. *ara encontrar la espiritualidad que anhelaba desesperadamente, tuve que profundi&ar acerca del perdón. Cuando aprend! a perdonarme a m! mismo por el da%o que me hab!a infligido, estuve dispuesto a perdonar a otros por sus errores. Con el perdón encontr# la aceptación de los que me rodeaban, y eso es una prueba del esp!ritu que funciona en mi vida. 7a espiritualidad es una fortale&a, no una debilidad. )n Al-Anon aprend! a adoptar medidas en beneficio propio y luego permitirle a 6ios que hiciera por m! lo que yo no pod!a. 7a confian&a en m! mismo, con sus limitaciones, estaba bien, pero nunca llegu# suficientemente le'os. (ambi#n sufr!a por mi f#rrea voluntad. Me hac!a pisotear a los demás cuando trataba de controlar las situaciones o las personas. Mi obstinación pocas veces generó armon!a y pa& en mis relaciones. Muy a menudo supon!a que ten!a ra&ón y que era poderoso, y me llevó al 4s8per competente4 cierto tiempo en AlAnon para aceptar que el alcoholismo es más poderoso que yo. 2oy s# que hay un *oder mayor que el alcoholismo -mi *oder Superior- y mi función es hacerme a un lado. Cuando lo hago, las cosas se
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solucionan de manera inimaginable. )s bastante misterioso, pero funcionaB 7a práctica diaria es la clave para el progreso espiritual. +o tengo que ganarme el favor de 6ios haciendo siempre todo a la perfección, como intentaba hacerlo con mi padre alcohólico perfeccionista, duro y cr!tico. Sin embargo, debo renovar diariamente mi serenidad a trav#s del 6#cimo *aso. Dtili&o grandes dosis de amor y tolerancia 9algo que aprend! de otros miembros: para encarar mis cotidianos errores y me recuerdo que soy un organismo en crecimiento, no una estatua perfecta que acumula polvo en un estante. 7a espiritualidad a veces es m!stica, pero no es un concepto endeble e impreciso. +o creo que seamos humanos con eperiencias espirituales, sino que somos natural y básicamente seres espirituales que lidian con los sentimientos y las frustraciones de ser humanos. )l amor y la espiritualidad llegaron a mi vida con facilidad cuando de'# de sentir resentimiento por la gente y por la vida porque no eran lo que yo quer!a que fueran. (engo reca!das, por supuesto, pero la aceptación crece cada ve& que me levanto, y es mZs fácil hoy que cuando dirig!a resueltamente mi propio espectáculo. *ractico el Dnd#cimo *aso, un d!a a la ve&, desembara&ándome de mi necesidad de saber todas las respuestas y los resultados de cualquier situación por adelantado. Me alegro de que haya un *oder superior a mi misma, dado que, en realidad, no tengo todas las respuestas. +o hace falta conocer toda la historia para participar en ella, ni saber eactamente cómo funciona mi auto para conducirlo. (engo que saber la parte que me corresponde en este d!a, as! que trato de hacerlo mediante un momento diario de tranquilidad. Dna ve& o! describir la meditación como pasar un tiempo con 6ios. )s el tiempo más agradable y fruct!fero que he pasado en mi vida. El auelo me de*ó re7alos )l primer alcohólico de mi vida fue mi abuelo materno. Mamá y yo vivimos con mis abuelos los primeros dieciocho meses de mi vida, cuando papá estaba en el etran'ero. 6urante mi infancia pasaba los veranos con mis abuelos, y me encantaban esos d!as. *ero crec! confundido y con temor. +o comprend!a cuánta confusión abrigaba hasta que llegu# a Al-Anón. Aqu! aprend! que, si bien no ten!a el poder de cambiar el pasado, pod!a sentir el dolor y cicatri&ar el presente, y, por cierto, el futuro.
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Cuando beb!a, mi abuelo recurr!a a abusos verbales. Mis abuelos se peleaban y se gritaban por m!, y yo cre!a que quer!an que eligiera entre ellos. 7os quer!a a ambos y no pod!a elegir. (oda la escena era muy penosa y confusa y repercutió por muchos a%os. 2ace alg8n tiempo mi abuelo falleció, de'ándome muchos recuerdos tristes y dolorosos. +unca tuvimos una conversación franca acerca de nuestros sentimientos y, aunque lo deseaba mucho, no encontraba pa& y calide& en su recuerdo. )l apoyo de Al-Anón y el Dnd#cimo *aso terminaron por aclarar mi mente, permiti#ndome escuchar y eperimentar con sinceridad mis sentimientos hacia mi abuelo. *or medio de la oración y la meditación, aprend! a escuchar a 6ios, a mi cora&ón y, con el tiempo, aun a trav#s de la muerte, a mi abuelo. Sólo fue posible porque llegu# a sentir mis sentimientos y a aceptar mi espiritualidad y a un *oder superior a m! mismo. 7e confi# todo a mi *oder Superior y le ped! sabidur!a y fuer&a para encarar el problema con mi abuelo. Mis plegarias fueron escuchadas en forma de un sue%o. )n #l, mi abuelo ven!a hacia m! y me daba un peque%o regalo. o abr!a la ca'ita y adentro hab!a un carretel de hilo. Como mi abuelo era &apatero, supe que este regalo ven!a de #l. 1racias al Dnd#cimo *aso, estuve dispuesto a escuchar cuando un amigo Al-Anón me di'o que nunca es tarde para que nuestro cora&ón se eprese, y ahora puedo decirle lo siguiente a mi abuelo; 4*ienso en todos los regalos que me diste a lo largo de los a%os. 7os regalos materiales no fueron muchos, pero siempre especiales@ los inmateriales fueron los más importantes. Me diste tu presencia, me tuviste en tus bra&os y bromeaste conmigo. )so me gustaba y siempre esperaba o!r tus pasos. Sin embargo, a veces, hab!a alcohol en el aire y las cosas cambiaron. Con el correr del tiempo, crec! en un hogar sin abra&os ni besos. Aprend! a permanecer en silencio. Cuando entrabas, no corr!a a abra&arte@ creo que ni pensaba en ti. *erdimos la oportunidad de darnos muchos abra&os, t8 y yo, pero as! es como sucedieron las cosas. KMe diste el don de tu sentido del humor, que adoptó diversas formas. (e vi sobrio y sonriente, y llor# ante tu humor mati&ado de alcohol. Creo que el humor fue un v!nculo entre nosotros, e incluso el alcohol fue, tal ve&, un la&o que nos unió. Cuando hablabas en vo& alta y te re!as y yo pensaba que eras gracioso, te odiaba y amaba al mismo tiempo, y me sentaba contigo para mantenerte tranquilo. *ero no me re!a. (u humor mati&ado de alcohol her!a, y en mi interior yo lloraba. KMe diste muchos regalos. Me de'abas observar cómo reparabas &apatos. Me llevabas en el auto. Me escuchabas.
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(8 tambi#n esperabas o!r mis pasos, "verdad$ )n cierta forma tus regalos en mi vida diaria significan que a8n comparto mis d!as contigo y me regoci'o. KAhora me das un carrete de hilo que me cabe en el bolsillo. Dn carrete es una herramienta, si as! lo considero. *uedo decidir qu# es lo que voy a hacer con ella. "=u# coser#$ Creo que comen&ar# con mi cora&ón. (iene un agu'ero. )s ahora más peque%o. +o es tan grande como cuando moriste, pero a8n eiste. KMe diste valor enrollado en un carrete de hilo. *uedo reparar ese agu'ero y restaurar mi esp!ritu. o s#, abuelo, que tambi#n has tenido bastante que coser. Abuelo, con la fuer&a de mi *oder Superior, la serenidad que adquiero en Al-Anón y el carrete de hilo que me diste, hoy estoy cicatri&ando y estar# bien. )stoy sanando, y con el tiempo, lo 8nico que quedará será el amor.4
COMPART AMOS NUEST RA BUENA SUERTE
En el momento de llegar al 6uod#cimo *aso; 42abiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensa'e a otras personas, y practicar estos principios en todas nuestras acciones4, ya hemos eperimentado muchos cambios y transformaciones en nuestras vidas y actitudes. 7as vie'as relaciones cambian y tenemos nuevas relaciones en la hermandad y con nuestro *oder Superior. Algo ha hecho 4clic4 en nosotros, y queremos mantener esta nueva forma de vida vital. 7os miembros antiguos nos dicen que para mantener el progreso espiritual, debemos transmitir el mensa'e. +os motivan no sólo a que lo epresemos con palabras sino tambi#n que lo demostremos con hechos, ya que dar el e'emplo es la me'or -qui&ás la n i c a 0 manera de encender una lu& que otros puedan usar. )l servicio es el cora&ón de Al-Anon, pues nuestro programa depende de que cada uno de nosotros haga lo que le corresponde. Sin el servicio, Al-Anon pronto desaparecer!a. *odemos contribuir simplemente llegando temprano a una reunión para organi&ar las sillas o ayudar a preparar el caf#, y servimos cuando somos padrinos de miembros, damos la bienvenida a reci#n llegados, coordinamos reuniones, somos voluntarios para ser secretarios de una reunión, pedimos literatura, creamos literatura, y de otras muchas maneras, grandes y peque%as. 7o que es más importante, d e s e a m o s compartir
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nuestra eperiencia, fortale&a y esperan&a porque parte de nuestro despertar es comprender que no estamos solos, sino que somos parte de la comunidad humana, y que otros todav!a sufren como sufr!amos nosotros antes de llegar a Al-Anon. 6ado que muchos crecimos cuidando a otras personas mucho antes de lo que hubiera sido esperable, algunos aspectos del servicio pueden hacer que tropecemos en el camino de la recuperación. 1ran parte de nuestra recuperación como hi'os adultos de alcohólicos requiere que aprendamos a crear y mantener l!mites ra&onables. Aprendemos a no entregar tanto de nosotros como para no quedarnos sin nada y, no obstante, debemos compartir con los demás nuestra recuperación para mantenerla. Servir a otros manteniendo al mismo tiempo el equilibrio en nuestra vida y preservando l!mites firmes pero fleibles eige a8n más recuperación. *or eso, mientras aprendemos el servicio en Al-Anon, tambi#n me'oramos nuestro propio programa. )tremistas desde la ni%e&, ahora podemos ver matices grises en la vida en lugar de blanco o negro, y la labor de servicio nos permite practicar estas habilidades en un lugar seguro. +o tenemos que dar todo o nada. *odemos dar un poco y recibir algo, y beneficiarnos tanto del dar como del recibir. *racticar el 6uod#cimo *aso nos acerca cada ve& más como parte integrante de Al-Anon, y la importancia de las 6oce (radiciones para el funcionamiento y la armon!a del grupo se hace más y más evidente. Algunos hemos comprobado que los principios de las (radiciones funcionan tambi#n en otros ámbitos. (al ve& deseemos consultar los 6oce Conceptos, que son una gu!a para el servicio a gran escala. Sea cual fuere el enfoque que adoptemos con respecto al servicio, encontramos que trasmitir el mensa'e es un privilegio, más que otra tarea para nuestros esp!ritus sobrecargados. +uestras copas ya no están vac!as sino desbordantes, y cuando a veces parecen vac!as, sabemos dónde ir a recargarlas. Aprendemos que el
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amor -a diferencia de las cosas en el mundo material- crece con más abundancia cuanto más lo damos a otros.
I S T O R I 9A ES9 A R R E C I B I R No (uer/a un despertar espiritual "=u# es y qu# significa tener un despertar espiritual$ Sólo puedo decirles lo que hoy significa para m!. Ma%ana, cuando haya progresado más, es probable que lo entienda de otra forma. Mis inicios en Al-Anón no fueron promisorios. N o buscaba un despertar espiritual cuando vine aqu!@ sea lo que fuere que buscara, no era la espiritualidad. ?!r hablar de 6ios y el *oder Superior me desanimaba, y como no entend!a la diferencia entre religión y espiritualidad, tem!a involucrarme con un grupo de fanáticos religiosos. A partir de los doce a%os hab!a de'ado de creer en 6ios, y no ve!a motivo alguno para hacerlo. Cuando la gente contaba que dedicaba entre veinte o treinta minutos al d!a a la oración, no imaginaba qu# era lo que pod!an decir en todo ese tiempo, y de ninguna manera hubiera pensado en ponerme de rodillas. Me resist!a fero&mente cuando la gente hablaba de espiritualidad... y de cualquier otro tema. 0ui a mi primera reunión Al-Anon porque mi terapeuta sugirió que podr!a ayudarme@ hab!a estado en terapia durante casi tres a%os y mi vida no me'oraba. 3gnoraba que necesitaba recuperarme, pero aunque considerara que podr!a hacerlo, la recuperación me parec!a una tarea imposible. Segu! viniendo sólo porque no sab!a qu# otra cosa hacer. Al principio, las palabras que o!a eran galimat!as para m!, nada ten!a sentido. Además de no gustarme lo relacionado con 6ios, pensaba que gran parte de la literatura no ten!a nada que ver conmigo. )l alcohólico era mi padre, y #l hab!a muertoB Me irritaba cuando me dec!an que no tra'era material eterno. A'aB pens#, e s un grupo de fanáticos que teme otras opiniones. Algo que comprend! de inmediato fue que todos los que estaban all! tambi#n ten!an problemas. 7uego de unas pocas reuniones me di cuenta de que resolv!an algunos de sus problemas y esa era la 8nica ra&ón para volver. Algunas semanas despu#s compr# el libro n d / a a l a v e z e n A l 0 A n ó n porque todos lo ten!an. 7o puse en la mesa 'unto a la puerta de entrada y me deten!a un par de minutos todas las ma%anas para leerlo, antes de salir de casa. Aunque no lo sab!a, ese fue un comien&o. 6espu#s de un tiempo, me encontr# sentada leyendo una página y la ?ración de la Serenidad se filtró en mis pensamientos matutinos. 1radualmente empec# a leer otros libros y comenc# a pronunciar algunas
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plegarias personales. Dn d!a not# que pasaba veinte o treinta minutos diarios haci#ndolo y, asombrosamente, ten!a mucho que decirle a 6ios. A8n sent!a aprensión acerca del despertar espiritual, porque se aseme'aba mucho a la religión y me recordaba algo que un profesor hab!a dicho a%os atrás. Comparó una eperiencia espiritual que hab!a eperimentado con el golpe de un bate de b#isbol en el pecho. *ens# que el 4despertar4 significaba algo as!, o qui&ás como mil soles eplotando en el hori&onte, y yo no estaba all! para eso. >echa&ando un despertar espiritual, sin embargo, descubr! mi propia idea de esp!ritu. )sp!ritu es lo que se encuentra en el centro de mi ser, apoyándome, dándome la fuer&a para seguir adelante en las buenas y en las malas. Me llevó más de cuatro a%os, pero al final encontr# las definiciones de espiritualidad que ten!an sentido para m!. 7o que finalmente me convenció fue escuchar a otro miembro decir que para #l t o d a eperiencia fue una eperiencia espiritual. Al pensar en ello, comenc# a ver que mis despertares espirituales no deb!an limitarse a relámpagos cegadores acerca de un *oder Superior. *uede ser cualquier cosa que aumenta mis conocimientos, mi comprensión o la aceptación de la gente y la vida. Siempre que contacte mi esp!ritu, puede ser de cualquier dimensión. Aqu! describo algunos despertares que tuve. Cuatro meses despu#s de llegar a Al-Anón, me dirig! a otra ciudad, un hermoso d!a de primavera, enceguecida por el resentimiento. >ecord# 'usto lo necesario del programa para darme cuenta del resentimiento y entender que arruinar!a mi via'e si se lo permit!a. >ecord# tambi#n lo que otro miembro sugirió acerca de hacer una lista de agradecimientos para curar el resentimiento, comenc# a hacerla mentalmente. )mpec# con grandes elementos cósmicos y cuando llegu# a agradecer los barrotes a los lados del camino que imped!an que me saliera de la carretera evitando as! una desgracia, el resentimiento hab!a desaparecido. =ued# atónita ante cómo hab!a cambiado la situación. ?tro descubrimiento fue la naturale&a espiritual del tiempo. Dna ma%ana me qued# dormida. Apresurándome en mis preparativos para ir al traba'o, ve!a cómo se reduc!a el tiempo restante. Cuanto más rápido hac!a las cosas, menos tiempo me quedaba. 7legu# a la conclusión que el mundo no se acabar!a si llegaba die& minutos tarde, as! que me calm#. 6e pronto, pareció que el tiempo se prolongaba más y más. Ahora ten!a mucho tiempo. 6esde entonces, cada ve& que me pongo fren#tica porque se va a cumplir un pla&o, disminuyo el ritmo pensando que tengo tiempo suficiente para hacer lo que tengo pendiente de reali&ar. )sto tambi#n funciona en general; tengo tiempo suficiente en la vida para hacer lo que debo hacer y lo que mi *oder Superior quiere que haga. 2e llegado a comprender que cada uno de nosotros es un espe'o para los demás. Sin espe'os, no sabr!a cómo lu&co. Si otra gente no refle'ara mis cambios, no podr!a ver el progreso en Al-Anón. )s una parado'a que todo lo
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que s# acerca de m! misma lo aprend! de otros, y al compartir sus eperiencias, otros me demuestran cómo he cambiado. 7os logros a'enos me dan esperan&a. ?tro despertar espiritual tuvo lugar al escuchar que la humildad significa mantenerse en el punto medio. +i el eceso de orgullo ni la verg5en&a deben perturbarme cuando me doy cuenta de que no soy ni me'or ni peor que otros, sino tan buena como los demás. Algunos despertares espirituales se producen en un momento de serenidad. 6espu#s de mi primer fin de semana intensivo con amigos de Al-Anón, sent! que me inundaba una incre!ble pa& y bienestar, un sentimiento diferente de todo lo eperimentado hasta ese momento. +o quer!a que se terminara nunca. A la ma%ana siguiente esa sensación hab!a desaparecido, pero sab!a que era posible recuperarla... esto significaba esperan&a. Cada ve& que esto ocurre, ya sea comiendo bi&cochos con mermelada o escuchando m8sica, eperimento el mismo sentido de armon!a con el mundo, y el mismo deslumbramiento me colma de gratitud.Z Dn despertar de suma importancia sucedió cuando descubr! el incre!ble poder del perdón. +o pod!a creer cuando la gente dec!a; 4?ren por la persona con la que están resentidos4, pero lo intent#. 0uncionaB 2a funcionado cada ve& que lo hago. (ambi#n he tenido despertares que me ayudaron a aclarar mi concepto de *oder Superior. *ara alguien que, como yo, se resist!a a la charla acerca de 6ios, mis opiniones sobre este punto eran notablemente r!gidas. +o quer!a a 6ios, pero me sent!a capacitada para definirlo. Me fastidiaba que alguien en una reunión cambiara el pronombre masculino y se refiriera a 6ios como algo neutro, o cuando alguien se atrev!a a decir 4danos hoy la fuer&a diaria -en lugar de- el pan nuestro de cada d!a4. *ude refleionar acerca de esta infleibilidad y llegu# a comprender que cada uno de nosotros tiene la libertad de definir al *oder Superior y que en Al-Anon hay un buen motivo para no vincularnos con ninguna visión espec!fica de 6ios, o con ninguna en particular. )n Al-Anon, la tolerancia que los demás tuvieron hacia mis conflictos con la espiritualidad está generando mi tolerancia hacia el pró'imo. Mi progreso en el programa y en mi vida data desde el momento en que el esp!ritu se convirtió en espiritualidad. Cuando dediqu# tiempo cada d!a para leer y orar, aun sin ser creyente, la práctica facilitó que continuara haci#ndolo. 7legu# a Al-Anón aislada de la vida, del amor, de la comprensión, de la fe y de la esperan&a. )ra como si estuviese completamente envuelta en un pesado pa%o de terciopelo negro. Mis despertares espirituales han sido como pincha&os en el terciopelo, cada uno permitiendo la entrada de un min8sculo rayo de lu&. Con tantos agu'eritos, el pa%o se ha convertido en una noche que resplandece con miles y miles de estrellas. )n lugar de un bate de b#isbol en el pecho, como lo describió mi e-profesor, he sentido suaves
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golpecitos en el hombro@ son despertares que prefiero en ve& de la versión más espectacular. Cada ve& que tengo un despertar espiritual mi alma se colma, la comprensión de m! misma aumenta y tengo motivos para sentirme agradecida. Cada uno ser!a motivo suficiente para seguir buscando al 6ios de mi entendimiento. +o s# mucho más de 6ios hoy que cuando comenc#, pero he aprendido mucho; encender una lu& no requiere conocer los principios de la electricidad, sólo tengo que mover el interruptor. +o necesito entender qui#n o qu# es 6ios, por qu# o dónde está. *ara prender la lu& de 6ios sólo es necesario practicar las ense%an&as espirituales de Al-Anón todos los d!as, de la me'or manera posible. Le ten/a miedo al traa*o de servicio 6urante mi ni%e& me obsesionaba mi incompetencia. *ensaba que no pod!a hacer nada bien. Sea cual fuere la tarea, no confiaba en mi capacidad de completarla. 7os alcohólicos de mi familia necesitaban de un torpe incompetente para alimentar su propia autoestima; yo desempe%aba ese papel. Cuando crec! me ale'# del mundo para protegerlo del da%o. Me sent!a salva'e, peligroso e ignorante. *ensaba que deb!a estar en una 'aula. )n mi interior ard!a de rebelión contra mi papel de amena&a incompetente y so%aba con ser amado y admirado por hacer todo bien. )n mi primera reunión Al-Anón los miembros di'eron que todos deber!an contribuir con el servicio en el grupo. )leg! una forma de servicio que los protegiera de mi contacto pon&o%oso; limpiaba la cafetera. 7a cafetera se convirtió en la protectora de mi vida y el ba%o donde la llenaba, en mi 'aula. 7os otros miembros estaban a salvo de m! y yo de ellos. +adie pod!a ver si hac!a un traba'o chapucero. )n esa #poca no ten!a idea de que sufr!a de un falso orgullo, pensando que era poderosamente peligroso. )vitaba con el máimo cuidado el servicio de abrir el salón de reuniones para no tener que saludar a la gente. 7os demás miembros me agradaban y no quer!a lastimarlos. *ensaba que cualquier saludo m!o ser!a inadecuado y podr!a per'udicar su recuperación. )n cambio me ofrec! como voluntario para inventarios de literatura, donde deb!a ocuparme de formularios de pedidos dando la espalda a otros miembros. )l orgullo me imped!a admitir que no pod!a relaN cionarme en sociedad. 7uego de ocho meses en un grupo Al-Anón de habla francesa, conoc! algunos miembros que hablaban ingl#s que me propusieron que les ayudara a formar un grupo de habla inglesa. Como #ramos muy pocos, no hab!a dónde
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esconderse. (odos compart!amos el traba'o de fieles servidores y nos encargábamos de las tareas semanales. Con propósitos similares, no era demasiado dif!cil. (odos nos estábamos iniciando en el servicio y aprend!amos 'untos. *or primera ve& me sent!a parte de un grupo de iguales. Cuando me llegó el turno de abrir la puerta, no perd! la llave, no olvid# la leche ni provoqu# la muerte de nadie al darle la mano. Al llegar mi turno para el servicio de 3nformación p8blica, el terror que siempre me acompa%aba se hab!a reducido a un ocasional acceso de inquietud. (rasmit! el mensa'e con felicidad, agradecido de tener un mensa'e que trasmitir. 7as reuniones sobre asuntos del grupo constituyeron una parte important!sima en mi recuperación. 1racias a la Segunda (radición, aprend! a epresar mi opinión sin disculparme por ello y a epresar mis ideas sin imponerlas. *ude separar mis emociones en cuestiones álgidas y me e'ercit# en confiar en que un *oder Superior nos guiar!a, sin desmoronarme cuando surg!an diferencias de opinión. 7o me'or de todo fue descubrir que cometer errores es algo normal, no un delito punible con la condena eterna. *ara servir como >epresentante de grupo no necesit# ser perfecto, aunque admito que me llevó tres a%os asimilarlo. )l servicio en Al-Anón me brindó sólidos principios para la vida, un valioso sentimiento de pertenencia y un entusiasmo en la participación que se ha etendido a otras muchas facetas de mi vida que cada ve& es mucho más ocupada. Sin los requisitos del servicio dudo que hubiera adquirido el valor de epresarme en vo& alta, de abrir la puerta, de creerme competente y de correr el riesgo de permitir que otros confiaran en m!. +o siempre termino mis compromisos, pero cuando no lo hago, ya no me escondo en una 'aula de orgullo y verg5en&a. >eparo lo que puedo y sigo adelante. Si esto no es un milagro, entonces no cono&co el verdadero sentido de la palabraB Los lemas son como los venda*es Como en muchas otras familias, la enfermedad del alcoholismo tuvo efectos devastadores en la nuestra. +o sab!a que el alcoholismo era el problema, pero sab!a que mi padre y mi madre eran diferentes en comparación con los padres de otros chicos. Mi hermano menor y yo #ramos muy unidos porque en muchas ocasiones depend!a el uno del otro. 2ab!a pocos ni%os en nuestro vecindario y pas# gran parte de mi 'uventud sola. (ambi#n eleg! la soledad porque me sent!a avergon&ada de mi familia. Cuando mamá beb!a, sol!a maltratar verbalmente a mi padre y a otros y nos hac!a pasar verg5en&a en
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p8blico. Dna ve&, en tercer grado, yo ten!a una cita con el m#dico y pasó a buscarme por la escuela para llevarme. 3rrumpió en la clase borracha y eigió que me de'aran salir. Cuando la maestra le preguntó si se hab!a registrado en la secretar!a de la escuela, mamá le di'o de forma grosera que no era asunto suyo, me arrastró de mi asiento y me llevó hasta la puerta. )n mi 'uventud, la verg5en&a fue mi me'or amiga. 7a decepción y el temor eran mis otros amigos. Dna y otra ve& pensaba; 4"*or qu# mamá tiene que comportarse as!$4. )l miedo me acompa%ó constantemente en mi infancia. "=u# har!an mis padres si no obtuviera las me'ores notas$ [=u# pasar!a si se divorciaran$ "=u# pasar!a si tuvi#ramos un accidente de auto$ "=u# pasar!a si$ "=u# pasar!a si$ "=u# pasar!a si$ )l pasado me persegu!a y el futuro se ve!a aterrador. *ara enfrentar estos miedos me escond!a o bromeaba. *ienso que aparentaba ser normal porque sonre!a y bromeaba mucho, pero en mi interior temblaba y sufr!a constantemente. +unca sonre! de verdad hasta que mis padres lograron la sobriedad. Cuando alcan&aron la sobriedad, tambi#n descubrieron que el alcoholismo es una enfermedad familiar y que yo hab!a sido afectada. +o me dieron otra opción que asistir a Alateen. Como la palabra 4no4 a8n no era parte de mi vocabulario, fui. +o puedo se%alar con eactitud qu# me hi&o seguir viniendo pero creo que fue la primera ve& en muchos a%os que hab!a eperimentado una emoción positiva. 7os primeros instrumentos del programa que acept# y puse en práctica fueron los lemas. Me ayudaron a comen&ar a aprender a vivir el presente, a de'ar de reaccionar ante todo lo que me rodeaba, a abrir mi mente lo suficiente como para conseguir una madrina y a aplicar los *asos. Ahora me gusta pensar en los lemas como un venda'e, en los *asos como el tratamiento y en 6ios como el doctor. Cuando algo me duele, antes de ir al doctor para que me cure, en general recurro a los primeros auilios para detener la hemorragia, para eso sirven los venda'es. 7uego busco un doctor para que me recete el remedio adecuado. 0inalmente tomo el medicamento recetado y me curo. Ahora me doy cuenta de que crecer en un hogar alcohólico hi&o posible que pudiera obtener la me'or asistencia m#dica disponible. 6escubrir la espiritualidad ha sido la aventura más grande de mi vida. )n verdad, la gente de la hermandad Al-Anón me mostró el camino hacia la alegr!a, el amor y la vida. Cuando llegu# a Alateen, el 6ios de mi entendimiento era nebuloso porque yo no ten!a idea de qu# o en qui#n cre!a. )staba perdidaB Mediante la aplicación de los *asos con una madrina, hoy creo que el amor de mi *oder Superior abarca todo lo eistente, y eso me incluyeB Mi nueva espiritualidad cambió mis percepciones, me dio unos nuevos lentes que me permitieron ver amor donde antes sólo hab!a resentimiento y turbación. )stupendoB Apenas puedo comen&ar a enumerar los cambios de percepción eperimentados en Alateen. 7as nubes y las telara%as dieron paso a una visión clara. Cuando regresan y todo se pierde en
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la bruma, s# que debo ir a una reunión, hablar con mi madrina y aplicar un *aso. 7os *asos me clarifican acerca de qu# es lo que mi *oder Superior quiere para m!. )l despertar espiritual no me llegó como un rayo fulgurante sino poco a poco como una cuidadosa eliminación de mi ceguera. *oco despu#s de llegar a la hermandad Alateen le ped! a quien me gusta llamar 4una mu'er eperimentada en *asos y (radiciones4, que fuera mi madrina. Me de'ó ir a mi ritmo un par de meses y luego me apuró a que aplica aplicara ra los los *asos. *asos. Me resist resist!, !, pero pero finalm finalment entee los muros del temor temor se derrumbaron y lo intent#. Cuando por primera ve& me tom# un minuto para leer detenidamente los 6oce *asos sent! recha&o, en especial por la palabra 6ios. Cómo alguien se atrev!a a decir que deb!a cambiar mi vidaB *ara m! eso significaba que hab!a fracasado o -peor a8n- que yo era un fracaso. 2uelga decir que mi obstinación e infelicidad duraron un cierto tiempo. >eci#n cuando me involucr# en el servicio pude encontrar la voluntad de intentarlo nuevamente. 7a primera ve& que me ofrec! como voluntaria estaba sin aliento y asustada, pero cuando me di la oportunidad, llegu# a conocerme, a adquirir compasión y comprensión de los demás, y a encontrar a 6ios. 7o pongo en este orden porque as! me sucedió. *rimero encontr# en mi interior una persona que anhelaba amar y ser amada. Antes de aplicar los *asos no me sent!a digna del amor de nadie y, al mismo tiempo, no cre!a que nadie merec!a m i amor ya que era probable que me de'aran o abusaran de ese amor. 6escubrir que merec!a el amor de alguie alguienn y que pod pod!a !a dar mi amor amor desint desintere eresad sadame amente nte fue el desper despertar tar espiritual más importante de los muchos que obtuve como resultado de la aplicación de los *asos. Al descubrir descubrir al yo interior interior que se escond!a escond!a detrás de un muro de temor temor e inseguridad, pude entender a otros que tambi#n se empeque%ec!an por el miedo. Mis propios sentimientos me dieron compasión por los sentimientos a'enos que en general eran similares a los m!os. Mi deseo de 'u&gar a otros se esfumó al 'u&garme a m! misma con más bondad. Mediante mi propio proceso de aprendi&a'e, as! como el de los demás, empe empec# c# a reco recono noce cerr a un *ode *oderr Supe Superi rior or actu actuan ando do en mi vida vida.. 7as 7as coincidencias ya no pod!an considerarse meras casualidades. Cuanto más oraba y ayudaba a otros, más se materiali&aban mis deseos. 2oy traba'o en la labor de servicio no sólo para complacer a mi madrina sino porque en mi interior s# que me nutre. Cuando comenc# a adquirir un poco de confian&a, mi madrina me di'o que en un grup grupoo Al-A Al-Anó nónn veci vecino no al nu nues estr troo cele celebr braba abann un aniv aniver ersa sari rioo y necesitaban un orador. Con amor, pero a la ve& con firme&a, 4sugirió4 que le retribuyera a la hermandad mi eperiencia, fortale&a y esperan&a. Como me gustaba gustaba complace complacerr a la gente gente acept#, acept#, pues tem!a tem!a decepcion decepcionarla arla.. 7a primera primera muestra de la alegr!a que se deriva del servicio la obtuve momentos antes de subir al podio para compartir mi eperiencia. Mi madrina me llevó a un salón
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vac!o y unimos nuestras manos para decir una plegaria pidi#ndole a 6ios que me utili&ara como instrumento de Su pa& y me otorgara las palabras para ayudar a otros. >econoc! como serenidad el sentimiento de humildad que eperiment#. +o puedo decirles lo que di'e esa noche, pero s! que -desde ese d!a- no he de'ado de servir cada ve& que me lo han pedido. A trav#s del servicio 6ios hace por m! lo que no puedo hacer por m! misma; alimenta mi esp!ritu. *or eso es que, el servicio es para m! el secreto de la recuperación. 4odo se ha hecho antes Cuando llegu# a Al-Anon no estaba convencido de que hab!a sido afectado por el alcoholismo de mi madre, pero s! de que mi vida era ingo ingobe bern rnab able le.. Me ob obse sesi sion onab abaa el prob proble lema ma de la bebi bebida da del del guitarri guitarrista sta de mi banda 4punJ4 4punJ4.. 6ebido 6ebido a esa inquietud, inquietud, asist!a asist!a con regularidad a reuniones Al-Anon y obtuve una buena comprensión del programa. Con el correr del tiempo asist! a una reunión Al-Anon para hi'os adultos de alcohólicos, sólo para ver cómo era. Sab!a que mi madre ten!a un problema, pero no pensaba que me hab!a afectado. )n esa reunión los miembros leyeron la primera página del folleto 4Al-Anon es para hi'os adultos4, y me identifiqu# de inmediato. >esultó toda una sorpresa, porque hab!a le!do muchas publicaciones sobre hi'os de alcohó alcohólic licos os pero pero nun nunca ca me hab hab!a !a sentid sentidoo identi identific ficado ado con esas esas lecturas. )sas pocas frases de'aron en claro que hab!a sido afectado, a trav#s de un proceso que no comprend!a y a8n no comprendo. 7uego tom# el folleto 4"Se crió 'unto a un bebedor con pro blemas$4 de la mesa de literatura para leerlo. Contest# 4s!4 a diecinueve de las veinte preguntasB a no pod!a escaparme de la realidad de mi situación. )stas eperiencias me convirtieron en un asiduo lector de la literatura AlAnón Anón.. o hab! hab!aa le!d le!doo un libr libroo del del auto autorr del del cap! cap!tu tulo lo 4)l 4)l proc proces esoo de s e e n r e n t a a l recu recupe pera raci ción ón44 de A l 0 A n o n a l c o h o l i s m o , pero ese breve art!culo en nuestra literatura me llegó al cora&ón, mientras que antes no hab!a entendido lo principal. +o s# por qu# me resulta bueno, ni tampoco entiendo del todo por qu# fui afectado, pero s# que funciona. funciona. (eng (engoo much muchos os temo temore res. s. Cuan Cuando do ni%o ni%o era era muy muy caut cautel elos oso. o. )n la universidad, durante mi adolescencia, me inquietaba y elud!a involucrarme con grupos de fanáticos a los que defin!a como grupos pol!ticos marginales, sectas religiosas y c!rculos intelectuales en boga. (al ve& mi propio interior era demasiado endeble y tem!a involucrarme. Ee!a con desaliento que las corr corrie ient ntes es de m#to m#todo doss de auto autosu supe pera raci ción ón en bo boga ga se reno renovab vaban an constantemente. "6ónde se pod!a buscar ayuda sin correr el riesgo de formar parte de un grupo de fanáticos$ 0ue un consuelo consuelo enterarme de que los 1rupos
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de 0amilia Al-Anon comen&aron hace más de cincuenta a%os y han sido 8tiles para miles de personas. Me gustaba que no hubiera una burocracia 8nica y monol!tica sino un lidera&go de turno. =ue nadie estuviera a cargo se tornó tan importante como el hecho de que realmente funcionara. Si tanta gente lograba mantenerlo activo sin ning8n autócrata, deb!a haber algo positivo. 7o que yo necesitaba para mi recuperación otros miembros ya lo hab!an hecho; hecho; toda toda clase clase de person personas, as, de todos todos los nivele niveless social sociales, es, filoso filosof!a f!as, s, culturas y ra&as. 6esde el *rimer *aso hasta la =uinta 1arant!a de los Conceptos, cada segmento de la labor de servicio, cada dificultad en la vida, cada detalle ha sido hecho y puesto en práctica... y por mucha gente. )so me dio confian&a, en el sentido de que si segu!a el e'emplo de otros, obtendr!a los mismos resultados. =ui&ás no entienda todos los matices del proceso, pero no me afectan las nuevas teor!a teor!ass psicol psicológi ógicas cas o fisiol fisiológi ógicas cas que pue puedan dan aparec aparecer. er. +o necesi necesito to el próimo e s t 0 s e l l e r referido a la autosuperación. (engo los clásicos a la mano. 1racias a Al-Anon he tenido un despertar espiritual y deseo trasmitir el mensa'e a otros, porque esos miles de personas que aplicaron el 6uod#cimo *aso y me marcaron el camino constituyen uno de los mayores dones de mi vida. Si sigo el camino de los que me precedieron, es probable que llegue al mismo destino. =ui&ás, hasta pueda ampliar el camino para la próima persona. +o me preocupa mucho saber por qu# soy como soy. 7o que me preocupa es saber primero cómo soy soy en realidad, y luego, qu# debo hacer hacer para convertirme en lo que quiero ser. Las La s auto au tori ri dade da dess me asus as usta ta Mi madre generalmente le gustaba pararse enfrente de m! gritando. )n general lo hac!a en un dormitorio del piso de arriba, no en la parte principal de la casa, donde otra gente pod!a ver u o!r. >ecuerdo que muchas veces los cuatro hi'os estábamos all!, sentados en el suelo, mientras nos gritaba. +o recuerdo bien si estábamos todos all! o si a veces estaba yo sola, pero s! s# que frecuentemente sent!a que estaba sola. Con los o'os centelleantes, sol!a despotricar y desvariar en mi cara. A veces hac!a una pausa, fulminándome con la mirada, y luego segu!a gritando. o aborrec!a esos momentos de irritante silencio tanto como los gritos. +o tengo idea qu# la enfurec!a de esa manera. Sólo recuerdo la eperiencia y mi intenso temor ante su ira. (rataba de permanecer tan le'os de ella como fuera posible. Me escond!a y permanec!a perdida, sola, sin que notaran mi presencia, cada ve& que pod!a. 7o interesante es que mi madre no era alcohólica pero s! creo que era nieta de un alcohólico. )n casa no se permit!a beber, fumar, decir malas palabras, ni
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siquiera 'ugar a las cartas el domingo, pero creo que el abuelo de mi madre era bebedor. 7as reacciones a pautas emocionales alcohólicas se profundi&an a lo largo de las generaciones. )sta )staba ba tan tan deci decidi dida da a pasa pasarr inad inadve vert rtid idaa qu quee saca sacaba ba no nota tass mediocres en la escuela para no ser ob'eto de atención. )sa era mi meta; meta; no sobres sobresali alirr en la escuel escuela, a, sino sino pasar pasar desape desaperci rcibid bida. a. +o deseaba elogios ni cr!ticas por temor a los gritos. +o pod!a hablar con la gente y, a la ve&, pasar desapercibida@ por lo tanto, ten!a pocos amigos. Me cas# con un hombre que se convirtió en alcohólico. Me gritaba palabras crueles y llegu# a tenerle tanto miedo como a mi madre, de modo que intentaba no dar motivo para sus gritos. Como me aterraba la ira de la gente, las cr!ticas personales o los 'uicios de valor, me acobard# ante la vida. 7as figuras de autoridad me asustaban. Dna We&, cuando necesit# un permiso de construcción para hacer una reforma en nuestra casa, no pude solicitarlo pues no pod!a darle a ninguna figura de autoridad la oportunidad de 'u&garme o controlarme. )speraba que me gritaran en la oficina de planificación urbana. A8n tengo muchas dificultades para hablar con la gente por tel#fono por temor a sus opiniones. (odos esos temores hicieron que mi vida fuera solitaria e infeli&. Ahora que estoy en recuperación hablo con mi madrina y con otros compa%eros. Me atrevo a contarles cosas acerca de m! porque me siento segura. Me aman tal como soy y nunca gritan. Su amor y su aceptación me ayudan a cicatri&ar las heridas. (odav!a temo a la gente que no es del programa y a figuras de autoridad, pero no tanto como como en el pasa pasado do.. *oco *oco a po poco co comi comien& en&oo a sent sentir irme me con con la seguri seguridad dad sufici suficient entee como como para para intent intentar ar hab hablar lar con otra otra gen gente. te. Cuando lo hago, pese al temor ante esa situación, adquiero valor y confian&a en m! misma. )mpie&o a dar peque%os pasos hacia la superación de mis miedos ante mi marido y hacia la definición de comportamiento inaceptable. Mis madrinas han sido la clave de mi recuperación. (engo más de una madrina porque para m! la idea de una figura de autoridad es tan peligrosa que necesito repartirla. Cuan agradecida estoy por tener tantas formas aceptables de aplicar el programa AlAnónB +adie dice; 4)stas son las reglas@ sólo una madrina por
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clienteB4. Mis madrinas me demostraron con tanta claridad el valor del amor y el servicio, que espero con entusiasmo el d!a en que tenga el valor suficiente para ser madrina de alguien que, como yo, se estremece como un álamo tembloroso ante una ráfaga de 'uicios de alguien con autoridad.
P A S O S A C I EA L F U T U R O Aprender a eaminar nuestras actitudes, motivos, comportamiento y sentimientos para poder avan&ar en la cicatri&ación de nuestras heridas es una tarea dif!cil para los que nos criamos en hogares afectados por el alcohol. Muy temprano aprendimos a no hablar acerca de lo que ve!amos, a no confiar en nadie sino en nosotros mismos, y -sobre todo- a no sentir, dado que nuestros sentimientos eran, muy a menudo, desoladores. Sin embargo, vamos descubriendo que necesitamos poner en tela de 'uicio estas tres sentencias de nuestra infancia acerca de la esencia de la vida si hemos de recuperarnos de la enfermedad familiar del alcoholismo. 7os sentimientos, una ve& liberados, constituyen nuestra más certera gu!a hacia los rincones más recónditos de nuestra psiquis. Eenir a Al-Anón nos proporcionó el amor, la comprensión, la compasión y la seguridad necesarios para comen&ar a poner en duda las más arraigadas premisas aprendidas en nuestra familia de origen. )l programa mismo se mantiene constante, estable, seguro, cualidades que no eran muy conocidas en casa. +o obstante, las formas de aplicar el programa son tan variadas como la creatividad de la ra&a humana. Cada uno de nosotros lo hace a su manera y a su ritmo, y se nos alienta a desarrollarnos como individuos. Aprendemos que una autonom!a sana es esencial en nuestro ob'etivo de ser adultos maduros. *ara comen&ar a aplicar un *aso sólo debemos elegir, entre diversos m#todos, el que más nos conviene en cada momento. )n esta etapa sabemos que no tenemos la necesidad de alcan&ar la perfección, ya que no hemos terminado con los *asos una ve& que los hemos 4aplicado4. >epresentan permanentemente las columnas de la recuperación y pueden ser revisados -a lo largo de la vida- de maneras venta'osas. Algunas opciones incluyen leer acerca de un
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*aso en particular en el libro L o s D o c e ! a s o s l a s D o c e 4 r a d i c i o n e s d e A l 0 A n o n , para refleionar con detenimiento cómo podr!a aplicarse a nosotros, o para preguntar a otro miembro cómo lo hi&o. *odemos asistir a una reunión referida a un *aso, escuchar a los oradores, decidir hacer algo distinto sólo por hoy, o pedirle orientación a nuestro *oder Superior en silencio y luego seguir las sutiles se%ales de nuestra intuición. Algunos formulamos por escrito cada *aso, buscando resistencia, temor, ira o cualquier otro indicio, como tensión corporal, que se%ale que necesitamos la ayuda de un *oder superior a nosotros. Si encontramos resistencia podemos orar para obtener la voluntad o para que se elimine nuestro temor. Cuando estamos dispuestos, es notable cuan a menudo aparecen los maestros. )l maestro puede ser el comentario de un amigo, la repetición de una conocida situación desagradable que nos permite recomen&ar con una actitud diferente, o un despertar interior. *ara ver y entender el mensa'e sólo debemos aprender a ser abiertos y receptivos. )l compromiso con una aplicación sistemática de los *asos es importante para la recuperación. Algunos miembros practican en un *aso al mes, conscientes de que, en ese momento, no es necesario hacerlo más minuciosamente. ?tros deciden avan&ar al ritmo que les resulta cómodo, o al que le sugiere un padrino con más eperiencia. 2ay un motivo para ordenar los *asos; cada uno suministra base y apoyo para el siguiente@ sin embargo, no hay un 4*olic!a de los *asos4 que nos multa por no respetar el orden. )ncontramos esenciales la oración y la meditación constantes, como sugiere el Dnd#cimo *aso, desde el comien&o mismo del programa. Dn *aso espec!fico puede ser 8til en una situación perentoria aunque todav!a no hayamos 4llegado a ese punto4. 7uego de completar los 6oce *asos, nos damos cuenta de que los practicamos a diario en muchas circunstancias de la vida, pues nos ayudan en todos nuestros asuntos. A medida que seguimos utili&ándolos, evolucionamos de manera maravillosa, 'amás imaginada. Sin importar cómo ordenemos nuestro via'e, debemos dar un paso a la ve&. Al poner un pie delante del otro nos dirigimos hacia la libertad y la plenitud. Necesitaa todos los Doce !asos
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Amo a los alcohólicos y me siento agradecida de que mi amor por ellos me haya causado suficiente dolor como para encontrar un programa de recuperación llamado Al-Anon. Mi padre, el primer alcohólico que am#, ten!a un encanto especial y gente de todas las edades se sent!a atra!da por #l. )l alcohol lo ale'ó de m! una y otra ve& y yo padec!a un profundo dolor. 6urante mi infancia, parec!a que ten!amos otro miembro en la familia; las botellas de WhisJy. Cada ve& que buscaba una toalla en el armario ca!an las botellasB +o sab!a qu# conten!an, sólo que cuando papá las empinaba y beb!a, cambiaba y se volv!a amena&ador. A medida que progresaba la enfermedad, me sent!a feli& cuando lo arrestaban o era hospitali&ado, porque tanto #l como nosotros estábamos a salvo por un tiempo. Mis hermanos y yo sólo ten!amos seguridad cuando viv!amos con la abuela. Me encantaba ese lugar porque era un refugio sereno en un mar caótico, pero no pod!amos quedarnos siempre all!. (ambi#n me gustó la reunión de AA a la que asist! con papá y mamá. )ra una reunión de aniversario y nos divertimos como una familia y nos estrechamos las manos. *ero papá no se quedó en AA, y cuando se divorciaron, me sent! aliviada. 6esapareció de mi vida -sin llamadas telefónicas, sin apoyo-pensamos que hab!a muerto. A%os más tarde, mi marido y yo decidimos reclamar un peque%o seguro de vida de papá para aliviar nuestros problemas financieros, pues el alcoholismo de mi marido estaba agotando las pocas reservas que ten!amos. As! nos enteramos de que mi padre estaba vivo. *or un tiempo vino a vivir con nosotros. Dn verdadero desastreB +os de'ó otra ve& y nuevamente sent! dolor y alivio. )l alcoholismo progresó en mi matrimonio y pens# que hab!a algo malo en m!. A medida que progresaba la enfermedad, mi locura aumentaba. 6esesperada, incluso intent# con la bebida pensando; 4Si no puedes vencerlos, 8nete a ellos4. Mamá vio lo que me estaba pasando y llamó a papá para pedirle que me llevara a AA. Eia'ó a mi ciudad, me llevó con los ni%os a almor&ar y luego, a una reunión Al-
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Anón. Coment# que me encantaba lo que AA hac!a por #l 9hab!a vuelto al programa por un tiempo: pero que eso no era para m!. Sab!a que algo estaba cambiando mi personalidad, parec!a que mi esp!ritu mor!a lentamente, pero no me qued# en Al-Anon. 6urante mucho tiempo mi marido y yo 'ugamos al gato y el ratón con el programa. o lo de'aba, #l iba a A A un tiempo y dec!a las palabras mágicas acerca de ir donde papá iba@ lo de'aba volver a casa y todo era agradable@ luego de'ábamos de asistir y de nuevo comen&aba la locura. Cuando papá murió, perd! el contacto con el programa, pero no la noción de que all! hab!a ayuda disponible. A la larga, el alcohol ten!a el control total de nuestra vida y ya no ten!a dónde ir. Me sent!a indefensa y sin esperan&a. 7o que pensaba era el fin de toda esperan&a, fue en realidad el comien&o. 0inalmente escuch# y llegu# a entender la parado'a de que, en cierta forma, sólo podemos ayudar a los alcohólicos ayudándonos a nosotros mismos. 6etestaba el poder que el alcohol ten!a sobre m! y las serias crisis financieras que provocaba. Mi madrina me ense%ó que si bien soy incapa& ante el alcohol, no deb!a permitir que el alcohol tuviese poder sobre m!. Aprend! a no reaccionar, a de'ar de ser v!ctima, a ocuparme y ser responsable de m! misma pero no del alcohólico. 7lenar en forma separada la declaración de renta hi&o surgir espantosas realidades. 2ab!a cre!do las mentiras de mi marido porque eran lo que yo quer!a creer. Con los 6oce *asos he aprendido a encarar la verdad, y toda la verdad, por terrible que fuera. Me hab!a sentido abandonada por 6ios, pero paulatinamente llegu# a creer que el *oder Superior nunca nos desampara, y puede devolvernos la cordura, si nosotros no lo abandonamos. *ara ello tuve que de'ar de entrometerme en el camino de 6ios, en especial con respecto al alcohólico. >econoc! un nuevo poder en esta impotencia; el poder de los 6oce *asos. Adopt# la me'or decisión de mi vida en el (ercer *aso. +o pod!a encargarme de m! misma o de mi familia cuando estaba afectada emocionalmente debido al alcoholismo de un ser querido. *oner mi vida en manos de 6ios me calmó. *oner tambi#n la vida del alcohólico en manos de 6ios reempla&ó el pánico y la determinación por pa& y aceptación. Al inicio de la recuperación llam# a mi madrina y le anunci# que
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iba a comen&ar el Cuarto *aso porque necesitaba acción en mi vida. Me sugirió que lo postergara@ de otra forma, ser!a como un beb# que quiere caminar antes de gatear. As! que gate# a trav#s del *rimero, Segundo y (ercer *aso una y otra ve&, hasta que pude caminar a trav#s del Cuarto. =u# gran via'e de autodescubrimiento resultaron los *asosB Me consum!a tanto tratando de controlar al alcohólico que no me hab!a eaminado a m! misma durante mucho tiempo. Cuando termin# con el Cuarto y el =uinto *aso, le pregunt# a mi madrina; 4"Crees de verdad que 6ios puede hacer algo en todo esto$4. >espondió; 4S# que Fl puedeB4. )ra obvio que pod!a, pues mi madre notó que mis o'os hab!an vuelto a brillar y continua dici#ndome que agrade&ca a mi madrina por haber ayudado a su hi'ita moribunda. >epito el Seto *aso una y otra ve&, porque ante cada nuevo desaf!o nunca estoy 4enteramente dispuesta4. A la larga, cuando me siento enferma y cansada de estar atada, estoy dispuesta a desprenderme. Sin ayuda, no puedo modificar mis actitudes. )l S#ptimo *aso me alienta a pedir ayuda a mi *oder Superior. A veces debo sentir mucha incomodidad antes de lograr la voluntad de estar enteramente dispuesta, y entonces debo ser lo suficientemente humilde como para pedir. Me gusta ser autosuficiente y competente pero necesito la ayuda de otras personas y de mi *oder Superior. +unca se me impone la ayuda, pero si la pido, la fuer&a para cambiar llega. [ Me gustó el ?ctavo *aso, al menos la parte de hacer una lista. =uer!a que otros se disculparan conmigo si yo lo hac!a con ellos y eso interfirió con la aplicación del *aso. Con el tiempo comprend! que sólo pod!a hacer algo acerca de m! y estuve dispuesta a hacerlo. )l +oveno *aso fue toda una aventura. 0ue más dif!cil reparar el mal causado a los seres que más amaba. )l momento y el lugar me esquivaban, hasta que estuve dispuesta. Mi madrina me ayudó a eaminar situaciones en las que realmente deb!a reparar para separarlas de otras áreas donde el da%o mayor lo hice para m! misma. Si bien ten!a la esperan&a de que mi esposo y yo nos reuni#ramos nuevamente con amor y sobriedad, mi matrimonio terminó en divorcio y #l se casó otra ve&. Confesarle a 6ios -durante el Dnd#cimo *asoP cuánto hab!a deseado que mi historia hubiera sido
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diferente me ayudó a aceptar la realidad. Dna de las cosas más dif!ciles que me ha tocado hacer fue orar por su felicidad, pero esto tambi#n alivió mi dolor y me ayudó a aceptar. (odas las noches refleiono acerca de los acontecimientos
C I C A T R I ; A R L A S E R I 9 A S 9 E L A IN F A N C IA LA ALER:A ES UN 9ERECO 9E
)*a ambivalencia4 describe bien los sentimientos que eperimentamos al crecer en familias afectadas por el alcoholismo. +os sentimos ambivalentes hacia los alcohólicos, hacia los padres no alcohólicos y hacia la vida misma. )n nuestra 'oven vida, el amor y el temor se combinaban tan !ntimamente como el WhisJy y la soda. A veces, el temor era agudo y potente como un WhisJy puro@ otras, el amor era tan burbu'eante como la soda, pero a menudo las dos emociones se entrela&aban de un modo confuso. Mane'arse en etremos emocionales, tanto en nuestro interior como en la familia, distorsionaba nuestra percepción acerca de la verdad, la realidad, la compasión e incluso la decencia humana. Aprendimos a negar, a minimi&ar, a eagerar y, con el tiempo llegamos a sentirnos agraviados y a enfurecernos con la vida misma. )stábamos a'enos a las causas de nuestra confusión, lo mismo que cualquier alcohólico. A la mayor!a nos llevó a%os -llenos del amor y apoyo que encontramos en Al-Anón- poder comen&ar a desenredar las hebras de nuestra vida y entrela&arlas con nuestra propia visión creativa, particular y hermosa de lo que puede ser la vida. *ero incluso la felicidad puede plantear problemas para los hi'os adultos de alcohólicos. A veces, al seguir desprendi#ndonos de las capas de nuestro pasado, descubrimos que deliberadamente hemos olvidado nuestra ni%e& infeli& o que hemos imaginado los recuerdos gratos de la 'uventud. A veces, hasta la felicidad actual parece sólo otra forma de negación. 6espu#s de habernos sentido deprimidos y desesperados, o eageradamente valientes, insensibles o haber vivido en un mundo de fantas!a, aunque nos puedan suceder cosas buenas se cierne sobre nosotros una sombra que espera el próimo desastre. 6ado que nuestras eperiencias pueden haber oscilado entre emociones etremas o sentimientos anestesiados, nuestro reto en la recupe
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ración es lograr un equilibrio en la vida y aceptar las muchas variantes de color y tetura que ella nos presenta. )n ve& de vivir siempre pensando en los etremos, blanco y negro, en la recu peración intentamos encontrar el arco iris dentro de nosotros. )aminarnos interiormente es fundamental para recuperarnos de los efectos del alcoholismo a'eno, ya que si bien podemos haber eperimentado dificultades y traumas en los a%os de formación, es en realidad la reacción continua ante estas cosas lo que hoy nos perturba. Aunque hayamos de'ado al alcohólico, no escapamos de la confusión, la culpa, la inseguridad, la rabia y el temor que conocimos en la 'uventud. 6e hecho, nos sofocábamos en nuestras propias costumbres malsanas, sin comprender que otro camino, uno espiritual, podr!a llenarnos de un aliento vital de esperan&a, amistad y amor. V$ 7a toma de conciencia no lo resuelve todo, ni tampoco ocurre el cambio de la noche a la ma%ana. )l crecimiento espiritual lleva tiempo. 3ntegrar lo 4nuevo4 como una parte familiar y confortable de nosotros mismos entra%a el compromiso personal y el apoyo de otros en la hermandad para ayudarnos en el camino. +o obstante, el esfuer&o parece valer la pena, y tratamos de comprender y aplicar lo que escuchamos una y otra ve& en las reuniones. Dn miembro, al describir la serenidad, epresó sorprendido; 4Al principio no pens# que deseaba la serenidad. 7a comparaba con algo parecido a una especie de sonambulismo o muerte emocional. )n ese entonces no me daba cuenta de cuánto depend!a de las crisis para sentirme vivo, pues no ten!a idea de cuan profundamente hab!a reprimido la mayor!a de mis sentimientos. 2ace poco, eperiment# una sensación nueva e inusual. Sent! una pa& total ante la vida y, al mismo tiempo, me invadió una gran alegr!a. )n ese momento, comprend! que e s o era la serenidad, y me re! mucho por el simple y glorioso placer de hacerlo4. Eivir con plenitud eige confian&a suficiente para liberar nuestro r!gido y manipulador control de la vida, ya que sólo as! podemos aceptar la gu!a de un *oder Superior a nosotros. *ara los hi'os adultos de alcohólicos, nuestra confian&a da%ada y devastada tiene que cicatri&ar y ser alimentada poco a poco hasta sentirnos con la suficiente seguridad como para soltar las riendas y entregárselas a 6ios. 7a confian&a no proviene de leer un libro, por más inspirador que sea, sino de eperimentar relaciones nuevas que conf!an en nosotros y en las que nosotros podemos aprender a confiar. Al-Anón nos suministra oportunidades magn!ficas de unirnos a otros que, como nosotros, han sido heridos y traicionados. Si bien somos muy vulnerables al llegar al programa, finalmente logramos compartir nuestras historias as! como nuestra eperiencia, fortale&a y esperan&a. Milagrosamente comen&amos a cicatri&ar. 7a comunicación con los miembros, las reuniones, la meditación y la
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oración son necesarios, pero tambi#n descubrimos que es esencial poner en práctica los 6oce *asos de Al-Anón. Si nos entregamos voluntariamente a la disciplina espiritual de los 6oce *asos, nuestras vidas se transformarán. +os convertiremos en personas maduras y responsables y con una gran capacidad de alegr!a, reali&aciones y asombro. *ese a que nunca seremos perfectos, el continuo progreso espiritual nos revelará nuestro enorme potencial. 6escubriremos que somos dignos de amar y ser amados. Amaremos a otros sin perdernos a nosotros mismos, y aprenderemos a aceptar el amor. +uestra visión, antes empa%ada y confusa, se aclarará y podremos percibir la realidad y reconocer la verdad. )l valor y la camarader!a reempla&arán el temor. *odremos correr el riesgo del fracaso en el desarrollo de talentos nuevos y ocultos. +uestra vida, sin importar cuan maltratada y deteriorada est#, nos brindará esperan&a para compartir con otros. Comen&aremos a eperimentar y conocer a fondo nuestras emociones, sin ser esclavos de ellas. +uestros secretos ya no nos sumirán en la verg5en&a. Al adquirir la capacidad de perdonarnos a nosotros mismos, a nuestras familias y al mundo, nuestras opciones se incrementarán. +os haremos respetar, pero no agrediendo al pró'imo. 7a serenidad y la pa& tendrán significado para nosotros al permitir que nuestra vida y la de nuestros seres queridos fluyan d!a tras d!a con la tranquilidad, el equilibrio y la gracia de 6ios. 7ibres del terror, descubriremos que podemos deleitarnos en la parado'a, el misterio y la admiración de la vida. +os reiremos más. )l temor será reempla&ado por la fe y la gratitud aparecerá naturalmente al comprender que nuestro *oder Superior hace por nosotros lo que nosotros no podemos lograr por nuestros medios. "*odemos crecer de esa forma$ Sólo si aceptamos la vida como un proceso continuo de madure& y evolución hacia la plenitud. 6e pronto advertimos que esos dones van apareciendo. 7os vemos en los que nos rodean. A veces lentamente o con vacilaciones, a veces como destellos, aquellos que aplican los *asos cambian y crecen hacia la lu&, hacia la salud y hacia su *oder Superior. Al observar a otros, nos damos cuenta de que esto tambi#n es posible para nosotros. "7legaremos alguna ve&$ "+os sentiremos siempre alegres$ ")staremos libres de enfrentarnos con la crueldad, la tragedia o la in'usticia$ )s probable que no, pero adquiriremos una creciente aceptación de nuestra falibilidad humana, as! como mayor amor y tolerancia mutuos. 7a autocompasión, el resentimiento, el sentirnos mártires, la rabia y la depresión se desvanecerán de nuestra memoria. )l esp!ritu comunitario definirá nuestra vida en lugar de la soledad. Sabremos que somos parte, que somos bienvenidos,
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que tenemos algo que aportar... y que eso es suficiente.
V I V I RC O NS E R E N I 9 A 9 La recuperación disipa la conusión Cuando ten!a cinco a%os, papá sol!a llevarme sobre sus hombros por calles y tiendas llenas de gente. )ra tan alto que yo pensaba que estaba en la cima del mundo y pod!a ver hasta el infinito. Cuando ten!a cinco a%os, papá me de'ó ayudarlo con dificil!simos rompecabe&as para adultos. +unca se burlaba de m! como lo hac!an mis hermanos. Me daba el tiempo necesario para poner las pie&as en orden. 3ncluso dec!a; 4Miren cómo sus deditos pueden ordenar este dif!cil rompecabe&as4. )staba orgulloso de m!B Cuando ten!a cinco a%os, mi hermano, mi hermana y yo dorm!amos 'untos en la misma cama, cada uno con su 4arma4 para pegarle a papá cuando volv!a a casa borracho y empe&aba una pelea. Mi hermano ten!a un bate de b#isbol, mi hermana una plancha y yo un pesado frasco de loción. )ra lo 8nico que cab!a en mi manita. )staba asustada. Cuando ten!a cinco a%os, papá me llevaba a la piscina. Sol!a quedarse en el agua conmigo todo el tiempo que yo quer!a. Me de'aba usar sus rodillas como trampol!n. Me ense%ó a nadar y a &ambullirme. Cuando ten!a cinco a%os y mi papá se emborrachaba, le pegaba a mamá. (en!a moretones luego de una pelea ruidosa y aterradora. o lloraba mucho. 7e ped!a a mamá que de'ara a papá, pero me dec!a que necesitaba quedarse con #l para poder alimentarnos. =ui&á si no hubiera tenido que comer, ella lo habr!a de'ado. Cuando ten!a cinco a%os, la vida era muy confusa. Ahora tengo muchos más y la vida sigue siendo a veces confusa. *ero hay cosas que s# con certe&a; mi vida fue afectada por la enfermedad del alcoholismo@ hay un lugar para encontrar la recuperación de la enfermedad, y se llama Al-Anón. Ahora tengo mucho más de cinco y, a veces, a8n me siento temerosa. 7evanto el tel#fono y comparto mi temor con otro miembro Al-Anon, y el temor se reduce hasta hacerse más peque%o que mis propios cinco a%os. Ahora soy más madura que cuando ten!a cinco a%os y la aceptación de Al-Anon me ayuda a rescatar las cosas buenas de mi padre; la capacidad de amar a una ni%ita tal como es, sin epectativas. Ahora s# másVque cuando ten!a cinco a%os y s# cómo la enfermedad familiar del alcoholismo distorsionó el pensa-
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miento de mi madre y el m!o. Si bien somos incapaces ante el alcohol, podemos ayudarnos. Ahora s# que mere&co vivir. Ahora tengo más de cinco a%os y voy a reuniones de AlAnon, donde aprendo a entender que el alcoholismo de'a dolor y desconfian&a persistentes, confusión y temor, y que hay soluciones en los 6oce *asos, compa%eros en recuperación, y sola& en un *oder Superior siempre presente. Ahora soy adulta y s# que la solución es más fuerte que la enfermedad y que el amor es más fuerte que el temor. La recuperación es la liertad de vivir tu propia vida Dna ve& escuch# que los *asos estaban numerados sólo para intelectuales. Me alegro de que esa información haya entrado en mi cabe&a, pues habr!a perdido una parte importante de mi recuperación. Mi abuela alcohólica fue a buscarme al hospital cuando yo era beb#, me llevó a su casa y me adoptó, porque mi madre alcohólica no pod!a cuidarme. Mi abuela era una mu'er malgeniada y dominante, y yo era una ni%a molesta. +o importa lo que yo hiciera, no estaba lo suficientemente bien o correcto para complacerla. +o estaba permitido que me eno'ara en lo absoluto@ despu#s de todo, miren todos los sacrificios que hac!a por m!. Aprend! acerca del resentimiento cuando era muy 'oven. )lla sent!a resentimiento hacia m! y yo, a mi ve&, hacia ella y la verdadera familia que no ten!a. o tambi#n anhelaba desesperadamente que me miraran y apreciaran. 6urante muchos a%os trat# en vano de obtener su afecto volviendo obedientemente a casa los d!as festivos para reali&ar las labores que ella hab!a reservado para m!. )n lugar de agradecerme, me reprochaba recordándome que deb!a apreciarla, pues esos ser!an sus 8ltimos d!as festivos que ella pasar!a en la tierra. 0inalmente, despu#s de varios a%os en Al-Anón, 'unt# el valor como para no volver y go&ar de mis vacaciones. *or supuesto, ella tuvo que hospitali&arse y tem! que se muriera. +o ocurrió. )ntraba y sal!a del hospital hasta que mi t!o le consiguió un hogar donde la cuidaran, en otro estado, cercano al suyo. Dn d!a mi t!o me llamó para decirme que ella se encontraba nuevamente en el hospital. Mi intuición 9o qui&á mi *oder Superior: me indicó que esta ve& las cosas ser!an distintas. Aunque sólo hab!a llegado hasta el =uinto *aso, no estaba dispuesta a de'arla ir sin hacer mi +oveno *aso con ella. ?r# por voluntad y paciencia, y las obtuve.
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Como viv!a muy le'os, no me era posible ir a visitarla personalmente, as! que decid! que grabar un cásete ser!a una alternativa aceptable. )n el mismo aceptaba la responsabilidad por todo el dolor que le hab!a causado. >econoc!a los resentimientos y las heridas que soportaba debido a las in'ustas epectativas que hab!a puesto en ella. 7e coment# las cosas que admiraba de ella y los regalos que me hab!a dado. 7uego la liber#. >econoc! que hab!a hecho mucho procurando criarme bien y que ahora pod!a ocuparme de m! misma. 2abl# de la manera más amable y afectuosa que pude, y luego envi# la cinta sin esperar nada a cambio. Mi abuela nunca me di'o que lo hab!a recibido, pero sent! un gran alivio. Murió seis meses despu#s, y gracias a mi reparación, pude hablar sincera y amorosamente en su funeral. 7ibre de resentimientos y epectativas, no ten!a que mentir ni embellecer las cosas. Me esperaba otro regalo más. )n la reunión de familia que siguió al funeral, mi t!o habló acerca del 8ltimo a%o de mi abuela. Me contó acerca de su deteriorada salud y la p#rdida de su deseo de vivir, hasta que un d!a recibió por correo una cinta grabada. 7a escuchaba a menudo y pareció recuperarse. 3ncluso durante un tiempo hablaron de de'ar la cl!nica. *or unos meses se sintió animada y era muy placentero estar con ella, una transformación asombrosa. 7uego se enfermó y murió rápidamente. Fl nunca hab!a escuchado la cinta, porque era de mi abuela, pero pensaba que yo deb!a recuperarla. Creo que mi abuela pasó toda su vida ocupándose de otros y esperando el permiso de vivir su propia vida. )s lamentable que haya tenido que esperar ochenta y seis a%os para obtener ese permiso, pero gracias a 6ios y a Al-Anón se lo di antes de su muerte. *or un breve lapso mi abuela vivió con la libertad con la que yo vivo hoy, gracias a 6ios y a Al-Anón, un d!a a la ve&. La recuperación es un compromiso de por vida )n mi peque%a ciudad la semana de carnaval es un momento emocionante para los ni%os, en especial para los adolescentes. Se pavonean toda la noche tratando de lucir 4s8per4. +o les importaba subirse en los 'uegos@ estaban all! para ver con qui#n pod!an encontrarse. 6urante la 8ltima noche de carnaval, yo era tambi#n una de las adolescentes 4s8per4, hasta que llegó mi papá. +os estábamos divirtiendo much!simo coqueteando con los chicos y charlando con las chicas. Ei a mis padres y a mi hermano entre un grupo de personas, as! que nos dirigimos hacia ellos para saludarlos. Dnos minutos antes de encontrarlos, mamá se hab!a dado cuenta de que hab!an
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de'ado los boletos de entrada en casa. *apá estaba furiosoB (en!a esa mirada cruel y fr!a como una piedra@ esa cara yo la hab!a visto un millón de veces. Al instante se volvió hacia m! y preguntó; 4"(ienes los boletos de entrada$B4 Antes de poder contestar que no, en ese mismo momento, en medio del carnaval, empe&ó a pegarme. Mir# hacia adelante, simulando no ver a nadie pero viendo en realidad a todos. )llos tambi#n me vieron y clavaron la mirada en nosotros. )l cora&ón me lat!a con fuer&a y sent! el agui'ón de cada bofetada, pero más penoso a8n fue que la gente me observara. >eprim! mis sentimientos y me proteg! de los golpes, pero no pude defenderme de la verg5en&a que sent!a ante esos o'os escrutadores. +adie trató de detenerlo. "*or qu# me dirig! hacia mis padres$ "*or qu# no les hice una se%al con la mano y continu# paseándome$ "*or qu# no corr!$ Ahora s# que era totalmente incapa&@ una ni%a atrapada en los abusos de toda una vida. A%os más tarde, sola y aislada, me cas# con un alcohólico y algo bueno me ocurrió; un hermoso beb#B 7o adoraba. *or fin alguien me quer!a y me necesitaba. Mi vida ten!a un propósito y #l se convirtió en mi salvador. Aunque hoy s# que es in'usto esperar que un beb# salve a su madre, de alguna manera lo hi&o. Cuando ten!a unos siete meses de edad, su padre vino a casa tan borracho que apenas pod!a caminar. *rácticamente subió las escaleras arrastrándose. 7uego, para mi asombro y mi horror, se trope&ó y cayó con nuestro beb# en los bra&os. +o s# qu# me sucedió, pero ver a mi precioso beb# en los bra&os de ese borracho de pronto me abrió los o'os a la devastación que hab!a soportado a lo largo de mi ni%e&, y decid! que nunca har!a que mi hi'o tuviera que pasar por todo eso. Al d!a siguiente llam# a Alcohólicos Anónimos, y me dieron el n8mero de tel#fono de un miembro Al-Anon. Al-Anón reempla&ó toda mi eistencia@ practicaba el programa con vehemencia como si mi vida dependiera de ello. depend!aB Con el tiempo de'# a mi marido alcohólico y encontr# un hombre que es un padre maravilloso y un marido cari%oso. Adoptó a mi hi'o y tuvimos 'untos otro hi'o. Mi vida se llenó de alegr!a y felicidad. Sin embargo, a8n nos queda una lección que aprender, y la aprendimos a las malas. Como mi marido no ten!a antecedentes alcohólicos, me instó a que de'ara de asistir a las reuniones luego de nuestro casamiento. Al recordar que mi madrina me hab!a dicho que necesitar!a un programa por el resto de mi vida, al comien&o me resist!, pero dado que #l consideraba las reuniones como una amena&a y el hecho de no de'arlas como una prueba de que a8n me aferraba al pasado, finalmente ced!. 6urante un tiempo intent# aplicar sola el programa de Al-Anón, pero este no es un programa que se practica 4solo4. Mis libros segu!an en un estante llenándose de
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polvo, mientras yo volv!a, sin darme cuenta, hacia vie'as pautas. Como ya no era la persona con quien mi marido se hab!a casado, trat# de controlar la vida de todos, y me preocupaba por todo. Cuanto más intentaba controlar, más pasivo se tornaba mi marido. (odav!a trataba de controlar, y nuestros hi'os se tornaron pasivos, rehusando asumir responsabilidades. *ronto sent! resentimiento contra mi esposo y mis hi'os y, a la ve&, ellos se refugiaron en una pasividad mayor. )ra un c!rculo vicioso que se alimentaba a s! mismo. Al final tuve una terrible discusión con mi hermana, en parte debido a mi actitud. *or suerte, ese desacuerdo me abrió los o'os y vi eactamente lo que necesitaba; Al-AnonB 2an pasado casi tres a%os desde mi regreso a Al-Anon. 7a vida maravillosa que comparto con mi marido y mis hi'os ha florecido otra ve& desde que volv! al programa. Mi esposo aprendió a respetar el hecho de que mi pasado es parte de m! y que nuestro pasado afecta nuestro futuro. (odo es me'or gracias a mi participación activa en AlAnon. Al-Anon me ense%ó que soy una persona digna y que no mere&co ser ob'eto de abusos por parte de nadie, pero, sobre todo, que puedo decidir cómo vivir mi vida. Al-Anon me dio el valor y la autoestima para ir a la universidad. 6esde que estaba en primer grado he querido ser maestra de primaria, y pronto mi sue%o se convertirá en realidad. Al-Anón me ayudó a deshacerme de mis esfuer&os por controlar a mi marido y, a la ve&, he logrado su activa colaboración. Cuando me sent# a la mesa del comedor para garabatear algunas ideas para este aporte, volv! a eperimentar esa escena del carnaval. )sta ve& sent! lo que hab!a reprimido durante tanto tiempo. Comenc# a temblar y casi vomit#, mientras derramaba lágrimas que deb!a haber derramado mucho antes. Mi marido me abra&ó, mientras el dolor me desbordaba. Me sent! otra ve& como una ni%a de catorce a%os y por primera ve& eperiment# su dolor. 2oy me siento privilegiada por tener un hombre afectuoso que me abra&a. +unca lo habr!a reconocido sin la ayuda de Al-Anon, y #l sabe %uan valioso es mi programa para todos nosotros. Si se me olvida, la noche de la reunión #l me lleva suavemente hacia la puerta. Agradecida, y sabiendo que mis hi'os están seguros en manos de su padre, salgo tranquila. La recuperación si7ni ica nunca aandonar la esperanza Mamá comen&ó un tratamiento para su enfermedad de alcoholismo a la edad de ochenta a%os. Anteriormente, admit!a que ten!a un problema pero nunca se decidió a pedir
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ayuda hasta que empe&ó a tener alucinaciones y se discutieron opciones sobre cómo vivir!a. )ra evidente para m! -confirmado por su conse'ero- que mamá no ten!a idea de que su alcoholismo hab!a causado problemas a otra gente. Ahora tiene ochenta y un a%os y el 6!a de la Madre celebró seis meses de sobriedad. A la edad de cuarenta y ocho a%os y luego de trece a%os en Al-Anon, me siento etasiadaB =u# regalo me brindó mi *oder SuperiorB *ara todos los hi'os adultos que a8n tienen padres alcohólicos activos, nunca digan 4+unca4. La recuperación es encarar la realidad sin perder la capacidad de amar )l recha&o era una forma de vida para mi padre alcohólico, que murió hace once a%os. Mi madre nos hab!a recha&ado tanto a #l como a m! durante mucho tiempo, culpándonos de todos sus problemas. Crec! pensando que mi madre me amar!a si yo fuera diferente y si pudiera convencer a mi padre de que me amara. Me cas# con un alcohólico que ahora está sobrio. Con la ayuda de Al-Anón, aprend! que lo que yo pensaba era recha&o hacia m!, era en realidad recha&o a s! mismo. +o ten!a nada que ver conmigo. )sta nueva libertad motivó mi deseo de amarme y aceptarme, pero era dif!cil. 7a aceptación de m! misma me resultaba a'ena por completo. +unca hab!a eperimentado la aceptación o el amor cuando era ni%a, no me sent!a digna de serlo. Alguien sugirió que hiciera una lista de mis cualidades. Al principio fue una lista muy breve, pero con la ayuda de miembros Al-Anón creció y creció. Ahora me veo como una persona !ntegra con muchas cualidades. 3ncluso mis cualidades cuestionables eran tácticas que sol!a utili&ar para tratar de obtener el amor de mi marido. )ste traba'o me ayudó a salvar mi matrimonio y estoy agradecida. (odav!a quedaba un obstáculo; m i m a d r e ; Manten!a la vie'a pauta del recha&o. )ncar# cada barrera con amor, fortale&a y esperan&a. o me quer!a Ky la quer!a a ella. Al-Anón me proporcionó la fuer&a, y cada ve& que ella me recha&aba, yo anhelaba un ma%ana más feli&. 0inalmente ambas debimos afrontar la amarga verdad; mi madre no me amaba ni yo le gustaba, y no era mi culpa ni de mi cónyuge alcohólico. +inguno de los dos le hab!amos hecho da%o. 7as relaciones con mamá hoy están en un punto muerto. 7as dos sabemos la verdad y asumimos nuestra responsabilidad. +o puedo obligar a mi madre a que me quiera y ella no puede obligarme a que yo la odie. *uedo aceptar la posibili-
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dad de agradarle, o incluso amarme, en el futuro, pero no golpeo mi cabe&a contra la pared eigiendo lo que ella no puede dar. Con mucha dificultad he llegado a la conclusión de que no amo a mi madre pero la respeto como tal. La recuperación es el don de la 7racia )l d!a que murió mamá, permanec! en el 'ard!n, furiosa. 7lena de ira, odio, autocompasión y decepción, pensaba que deb!a escaparme de la pesadilla en que viv!a, pero no sab!a cómo. Salir a nuestro 'ardincito era lo 8nico que pod!a hacer en ese momento. Dnas semanas antes, durante uno de sus escasos d!as de sobriedad, mamá y yo hab!amos estado conversando acerca de los anuarios de la escuela. )l d!a antes de su muerte, hab!a corrido a casa con mi primer anuario escolar. )mocionada, no pod!a esperar para mostrárselo. Al llegar todo estaba oscuro y silencioso, como si nadie viviera all!@ en realidad, en nuestra familia nadie viv!a. Sólo eist!amos, aislados por completo, repitiendo la rutina como autómatas. Mamá estaba en su habitación, desmayada en la cama como siempre. 2ab!a sucedido infinidad de veces antes, pero esta ve& no estaba dispuesta a soportarlo. *ensaba que estar!amos me'or sin ella@ en verdad, durante a%os se lo hab!a dicho a papá. +o entend!a por qu# #l no la de'aba y nos llevaba le'os de ese infierno en la tierra. Sol!a decir que yo eageraba y que no era tan terrible. *ero lo eraB )se sábado de 'unio por la ma%ana, en el 'ard!n, todas mis emociones tormentosas eplotaron. 7lor# y supliqu# a 6ios, que en realidad no estaba segura si eist!a. a no pod!a más. 6e pronto me invadió una oleada de compasión. Sab!a que mi madre no hab!a elegido ser as!, que era una v!ctima de la enfermedad del alcoholismo. *romet! que tratar!a de no emitir 'uicios sobre ella. )periment# un asombroso sentimiento de pa& que disipó mi confusión. *ara sellar mi promesa, 'unt# algunos lirios del 'ard!n y los puse en un vasito. Se los llev# a mamá, 'unto con un t# servido en una de sus ta&as de porcelana preferidas. A8n no hab!a vuelto en s!, por lo que de'# una nota en su mesa de noche. Creo que sólo dec!a; 4(e quiero4 o 47o siento4. (uve el impulso de tomarle la mano pero no lo hice. Algo me detuvo. 7e di'e que guardar!a el anuario hasta que se sintiera con ganas de mirarlo y part! a mis actividades diarias. Earias horas más tarde papá me llamó con una vo& etra%a, ahogada. Me di'o que mamá estaba muerta y que parec!a que hab!a
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ocurrido hacia rato, probablemente durante la noche. 6urante a%os me sent! irritada y traicionada porque nunca tuvimos la oportunidad de hablar como lo hace la gente, y porque no pude conocerla en realidad. )sa ira casi me llevó a seguirle sus pasos, pero por fortuna 'amás olvid# el olor y las escenas de esa ma%ana de silencio sepulcral. Eeinte a%os despu#s levant# un vaso de WhisJy y en los cubitos de hielo vi a mi mamá muerta. Sab!a que ten!a que cambiar. )so, y un compa%ero de traba'o que me comprendió más de lo que nunca me hubiera imaginado, me tra'eron a Al-Anon. 6urante un tiempo pens# que estar atrapada tanto tiempo en mi odio, traicionaba la promesa que hab!a hecho aquella ma%ana, de amar y comprender. Ahora comprendo que sin un programa que ayudara en mi reconciliación, era tan incapa& ante mi odio como lo era mamá ante el alcohol. (ambi#n me doy cuenta de que di un primer paso importante en el camino hacia la cicatri&ación cuando le ped! a un 6ios -a quien ni siquiera entend!a- que me ayudara, y 6ios respondió con una bendición verdaderamente asombrosa. Me gusta pensar que, aunque su cuerpo estaba muerto, el esp!ritu de mamá esperó a que pudiera despedirme de manera adecuada. 7as cosas no salieron como las dos quer!amos, estoy segura, pero s# que ese momento de gracia, que plantó la semilla de la compasión en mi cora&ón, lo propició 6ios, haciendo por m! lo que yo no pod!a hacer por m! misma. 2e llegado a la conclusión de que nunca estuve sola, ni siquiera entonces, y que mis padres eran gente imperfecta, en las garras de una terrible enfermedad, que se enamoraron y tuvieron esperan&as y sue%os para ellos y para sus hi'os que no pudieron concretar. *ocos lo logramos. *or fortuna, con la ayuda de Al-Anón y de mi *oder Superior, puedo intentarlo. La recuperación es un pro7rama de autodiscipli na 6urante veinte a%os me sumerg! en libros de esfuer&o propio, seminarios, terapias e iglesias@ cualquier cosa que pudiera ayudarme a sentir bien, que me impidiera elegir gente que parec!a afectuosa al principio, para luego robarme dinero, propiedad, para terminar amena&ándome con maltratos f!sicos cuando yo protestaba. 0inalmente conoc! un hombre en AA que compartió su programa conmigo, me llevó a reuniones abiertas y, a veces, mientras #l asist!a a AA, yo iba a Al-Anón. Dna noche, en una reunión abierta de AA, relacion# mi vida actual con mi ni%e&. 7a noche siguiente fui a AlAnón dispuesta a escuchar tanto con mi cora&ón como con mis o!dos. Alguien mencionó que mucha gente de AA empie&a con noventa
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reuniones en noventa d!as. Supuse que si era bueno para ellos, ser!a bueno para . m!. 3ntent# todo lo que me sugirieron. 6e todo lo que escuch#, algo persiste en mi mente, si bien recuerdo haberlo escuchado sólo una ve&. Alguien di'o; 4+o nac! as!, lo aprend!.4 Al o!rlo sent! más esperan&a de la que nunca hab!a eperimentado. S u p e que lo que hab!a aprendido, pod!a olvidarloB )l miembro de A A que yo amaba me tra'o al programa, pero mi madre fue siempre el tema que planteaba en las reuniones. *or primera ve& encontr# gente que comprend!a que, por más horribles que fueran los acontecimientos de mi vida, no hablaba de una persona malvada. 6escrib!a a alguien a quien amaba, lo que me llenó de dolor y confusión. *ermanec! atrapada en la confusión hasta que mi madrina me di'o que los 8nicos *asos que no serv!an eran los que no usaba. As! que apliqu# los *asos. Me sugirió reuniones AlAnón enfocadas a hi'os adultos y fui. A cada paso que daba, la gente me recordaba que este no era un programa de c h a r l a sino de a c c i ó n . 6e manera que apliqu# lo que me dec!an y comen&ó a funcionar. Al amparo de las reuniones intensas y emotivas de hi'os adultos, esas lágrimas que hab!a reprimido en mi ni%e& por fin fluyeron y comen&ó realmente la cicatri&ación. Aprend! a reconocer mis propios l!mites y a respetarlos. Si otros rehusaban respetarlos, pod!a ale'arme sin defenderme ni atacarlos. 7as reuniones Al-Anon de hi'os adultos fueron el e'e de mi crecimiento. *ero entonces, hasta ese refugio seguro comen&ó a perturbarme. *arec!a que algunos grupos estaban en guerra con Al-Anon. Algo no funcionaba, pero no sab!a qu# era. Sólo sent!a una profunda inquietud. )stuve de acuerdo con los miembros que opinaban que no se deb!a usar otra literatura que no fuera literatura de Al-Anon, cuando no hab!a nada que se refiriera a nuestros casos. Me frenaban las limitaciones a nuestros recursos para progresar. *ronto yo tambi#n estaba en guerra con Al-Anon y defend! mi posición en#rgicamente. Con el tiempo, mi madrina me ayudó nuevamente, conduci#ndome hacia una lectura más a fondo de las 6oce (radiciones. )l significado de 4unidad de propósito4 y nuestra ubicación en el programa como estudiantes, miembros y hacedores de recuperación se hicieron evidentes al aplicar las (radiciones como antes hab!a aplicado los *asos. 2oy, cuando escucho las que'as acerca de la falta de literatura aprobada por la Conferencia para hi'os adultos, digo; 4"2as enviado tu historia$ )s la 8nica manera de obtener esa literatura, escribiendo nuestras historias de recuperación en Al-Anon.4 2oy eiste alegr!a en mi vida y en nuestra familia. 2ace poco
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lo percib! en la epresión de mi hi'a mientras 'ugaba con sus hi'os. Eerla a gusto y en pa& cuando de'a a sus hi'os conmigo, sabiendo que la casa de la abuela es un lugar seguro y feli& a donde los ni%os quieren venir, es uno de los mayores dones que recib! de la aplicación de los 6oce *asos y las 6oce (radiciones. Me siento privilegiada al escribir y contribuir al crecimiento continuo de Al-Anón, que me ha sacado de la locura en la que estaba prisionera. 7uego de nueve a%os en Al-Anón me siento viva y animada, y sigo me'orando. )n una #poca pensaba que la desesperación no tiene fondo, pero ahora s# que la alegr!a no tiene l!mites. Dn terapeuta me preguntó una ve& cuánto tiempo pensaba asistir a Al-Anón y le contest#; 42asta que apare&ca algo me'or.4 )spero estar aqu! mucho tiempo. La recuperación es una elección "*or dónde se empie&a a contar una historia que comen&ó hace casi sesenta a%os$ "Cómo epresar en palabras las heridas que se han de'ado de lado durante decenios y sólo ahora comien&an a cicatri&ar$ "*uede una persona encontrar en alg8n momento una salida al dolor sufrido por haber pasado la ni%e&, la adolescencia y la edad adulta en un ambiente alcohólico$ 7a respuesta es 4s!B4, y puedes empe&ar hoy mismoB Eine a Al-Anón a causa del alcoholismo de mi hi'o. Aunque mi vida estaba totalmente descontrolada, sólo ve!a lo que #l hac!a. 6espu#s de mucho tiempo dedicada a un arduo traba'o, a asistir a muchas reuniones y tratando de aprender todo lo que pod!a, me di cuenta de que mi hi'o no estaba listo para mantener su sobriedad, pero para entonces ya sab!a lo suficiente como para de'arlo vivir su vida de la manera que eligiera. )ntonces recib! una gratificación, dolorosa al principio, pero que finalmente se convirtió en la clave de mi propia vida. Cuando por fin me sent! cómoda con el anonimato y confia
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da en la confidencialidad que es la base de Al-Anón, mi pasado oculto afloró. Sólo mediante el gran amor de la hermandad pude encarar lo que me hab!an hecho en el pasado y lo que le hab!a hecho a otros. Cuando era una ni%a, durante muchos a%os fui usada como un 'uguete seual. 6esde los cuatro o cinco a%os mis t!os y primos abusaron seualmente de m! y eso continuó hasta la adolescencia. Muchos de los que hemos sufrido abuso seual en la infancia nos preguntamos dónde estaban en esa #poca nuestras madres y otras mu'eres de la familia. "*or qu# no nos protegieron$ )n mi familia las mu'eres eran consideradas como ob'etos. 7as mu'eres de edad no recib!an un me'or trato que las ni%as y la 8nica forma de sobrevivir era simulando que nada ocurr!a, que el comportamiento era normal. >econocer el abuso infantil hubiera requerido que las mu'eres encararan la verdad acerca de su propio abuso. +o pod!an, y a veces incluso empeoraban el problema desquitando sus enormes frustraciones en los ni%os. )l resultado de seme'ante crueldad fue que, antes de Al-Anón, ten!a miedo de cualquier contacto f!sico, incluso los abra&os. Dsaba diferentes máscaras con el ob'eto de complacer a cualquiera que se me acercaba, y me perd! en ese proceso. )staba convencida de ser tan imperfecta que ni siquiera mi madre podr!a quererme. Eiv!a en una prisión terrible y ni siquiera sab!a que estaba encarcelada. Mi legado no es lindo y está lleno de triste&a, pero es mi legado, y hoy ya no me siento triste. +o tengo que simular ser una persona distinta de lo que soy. 6eba'o de la careta, he descubierto una se%ora muy simpática, con heridas y todo. +o soy perfecta pero no tengo que ser perfecta para que me quieran. Cuando me miro al espe'o veo una mu'er digna, con mucha gente que la quiere. +o puedo ser todo para todos pero puedo ser alguien especial para algunas personas. 2oy, a los sesenta a%os 9y sigo contando:, s# que la vida es lo que uno haga de ella. )n relación con mi *oder Superior, puedo estar feli& o triste, pero siempre puedo ser yo misma. )perimento lo que eli'o@ puedo ser la persona que deseo ser. )sta es toda una declaración y es posible que d# lugar a muchas discrepancias, ecepto en Al-Anon. )n Al-Anon encontr# gente que pod!a re!r y sonre!r aunque sus seres queridos estuvieran condenados a destruirse a s! mismos. +o ten!an que elegir tambi#n la autodestrucción, pues hab!an aprendido que destruirse no ayudaba a nadie. )n esas reuniones descubr! la aceptación de hombres y mu'eres que buscaban la cordura a su manera y a su ritmo. Si bien todos eperimentamos el dolor que la enfermedad nos causó, tambi#n
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escuchamos palabras de consuelo y 'untos hemos sentimos calor humano y amor. )n Al-Anon aprend! que tengo derecho a elegir mi vida, lo que voy a tolerar, lo que quiero para m! misma, lo que es inaceptable para m!. =u# libertadB +o siempre es fácil aceptar la responsabilidad de la elección. )ncargarme de mi propia vida requiere mucha práctica. A veces, al tratar de e'ercer esta libertad, puedo parecer prepotente o conflictiva, pero poco a poco aprendo a epresar mis decisiones con amor y consideración por los demás. )n Al-Anon aprend! que puedo tener opciones, donde no me obligan a aceptar lo que no va conmigo. Aprend! que mi rostro puede tener la epresión que yo decida. Aprend! que puedo hablar con franque&a, aunque me contradigan. Ahora nadie puede hacerme sentir, pensar o incluso parecer lo que no quiero. 7a sociedad fi'a ciertas normas de comportamiento aceptable, ciertas nociones de lo que es hermoso, pero la decisión acerca de las pautas que me fi'e o los valores est#ticos que adopte sigue siendo m!a. Con la libertad viene la responsabilidad y las consecuencias, pero la elección siempre es m!a. 2oy observo mi vida y veo las venta'as en lugar de los inconvenientes. +o eleg! que el alcoholismo fuera parte de mi vida, pero de m! depende impedir que destruya el resto de mi vida. 2oy prefiero la serenidad y estoy dispuesta a pagar el precio de esa elección porque s# cuan valiosa es. La recuperación es ver el mundo con admiración >ecuerdo esa noche. )ra 'ueves. Si esperaba un segundo más, enloquecer!a. 7lam# al n8mero de tel#fono y pregunt#; 4"6ónde está la reunión Al-Anon más cercana$4 Dna vo& femenina me informó sobre tres reuniones en la &ona. Cuando colgu# el tel#fono quer!a llorar, pero no hab!a llorado por a%os, desde mi primer marido alcohólico. 2ab!a llorado por, para, y con #l durante muchos a%os@ pensaba que no me quedaban lágrimas. Ahora me obsesionaba mi hermano. )ntraba y sal!a de la recuperación una y otra ve&. o hac!a todo lo posible por ayudarlo. *ensaba que, si pudiera, morir!a por #l. )n cambio, perd!a lentamente la ra&ón. Soy la mayor de die& hi'os. Cuando mi padre 9probablemente alcohólico: murió, mi madre se quedó con die& hi'os menores de quince a%os. 7a botella se convirtió en su me'or amiga. Con horror ve!a a cada uno de mis
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hermanos y hermanas seguir el mismo camino. 7os arrastr# a conse'eros, centros de tratamiento, Alateen, y los sacaba de la cárcel continuamente. +ada cambió y me sent!a abrumada por la culpa. )l alcohol nublaba mi vida tanto como la oscuridad envolv!a mi auto esa noche, al dirigirme a la reunión más cercana. )mpe&aba a creer que me hab!a perdido cuando la iglesia surgió de la niebla. )n el abarrotado estacionamiento hab!a un solo espacio libre, 'usto para m!, cerca de la puerta. Mientras me arrastraba desde mi auto, apareció una mu'er con un paraguas, esperándome. +o recuerdo qui#n era, pero la bendigo. (emerosa y sollo&ando interiormente, lo 8nico que deseaba era obtener ayuda para mi hermano. 7a mu'er sentada a mi lado me dio el libro n d / a a l a v e z e n A l 0 A n o n . Me di'o que pod!a usarlo hasta que adquiriera mi propio e'emplar. Me sent! abrumada por todo el amor y la comprensión. (res a%os despu#s, estoy maravillada ante lo que dos reuniones AlAnon semanales han hecho por m!. )ncontr# una pa& que va más allá de mi comprensión. Con la mente abierta, hace poco camin# -tal ve& por primera ve& en mi vida- acompa%ada por mi *oder Superior, a quien eli'o llamar 6ios. 7os pá'aros cantaban y observ# peque%os pimpollos verdes que brotaban de árboles aparentemente muertos, lo que llenó mi cora&ón de una alegr!a ineplicable. Mientras caminaba lentamente, go&ando de la obra de 6ios, una admiración y un amor indescriptibles me inundaron. Al detenerme para disfrutarlo, vi que algunos árboles muertos hab!an sido derribados por la tormenta. 7as ho'as cubr!an el terreno entre los árboles. ?tros árboles crec!an aqu! y allá sin ning8n orden. *ocos lo hac!an rectos y altos. o me detuve, observando muy de cerca, se me ocurrió algo acerca de mi vida. Al igual que los árboles muertos, la falta de perdón y la autocompasióh distorsionan la imagen de m! misma. Mis pensamientos negativos están esparcidos por el suelo. Mis imperfecciones crecen torcidas, aqu! y allá. +o obstante, cuando mi 6ios me mira, lo hace como a un todo, con admiración y amor.
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A veces, en nuestro via'e hacia la plenitud, qui&ás en medio de una nueva crisis familiar o de grandes cambios en la vida, vuelven sentimientos aterradores de la ni%e& y nos encontramos luchando de nuevo con emociones no deseadas. *odemos pensar que Al-Anón no funciona y que no hemos logrado nada, a pesar de todo nuestro esfuer&o. *odemos tener la tentación de culparnos una y otra ve& por no haber aplicado 4bien el programa4. 6espu#s de todo, si lo hubi#ramos hecho, "sufrir!amos tanto dolor$ *odemos ir a un grupo nuevo y de pronto sentirnos tan t!midos y etra%os como a%os atrás, escuchando los saludos familiares retumbar como palabras huecas y sin sentido. *odemos hallarnos otra ve& desesperan&ados e indefensos. )n esos momentos es 8til recordar que lo que aprendimos no está perdido@ puede haberse etraviado o desdibu'ado por un tiempo, pero, en verdad, no se ha perdido. Dna ve& más recomen&amos, un d!a 9una hora, un minuto: a la ve&, a aplicar los principios que conocemos y que antes hemos aplicado. 7eemos algo de literatura@ vamos a una reunión sin saber qu# esperar a ciencia cierta, sólo con la suficiente desesperación como para ir@ reunimos el valor necesario para levantar el tel#fono y compartir la realidad acerca de nosotros mismos. 7os miembros de la hermandad esperan nuestro regreso. Aunque pueda parecerlo, nuestro *oder Superior no nos ha abandonado@ sólo hemos perdido la confian&a. Al-Anón no nos ha fallado@ ni nosotros le hemos fallado a Al-Anón. A veces la vida es dura. A veces es hermosa. Ayuda reconocer que ambas facetas son reales. Aceptación no significa que todo nos tiene que gustar@ sólo significa que debemos entender que la realidad es la realidad. *oco a poco volvemos a entender que no estamos solos, que incapa& no es estar desamparado, y que esto, incluso esto, tambi#n pasará. Siempre habrá noches oscuras y desaf!os mayores que los que elegir!amos, pero a8n contamos con la hermandad de Al-Anón y los 6oce *asos, que en el pasado representaron nuestra fuente de fortale&a. )n Al-Anón nos sentimos agraciados por el compa%erismo espiritualmente consciente y bondadoso que nos acompa%a a lo largo de nuestro trayecto. )stamos bendecidos por el don de la vida, en su totalidad, la vida con risas y sus lágrimas, su soledad y su amor, su sabidur!a y su idiote&, su 'usticia y su crueldad, su enfermedad familiar del alcoholismo y su recuperación familiar en Al-Anón. As! que hoy podemos decir 4s!4 a la vida y 4gracias, Al-Anón4 por ayudarnos con el valor y la ternura para vivirla.