VIDA SECRETA P asc ascalQ uignard ard
V ida secreta
PascalQ uignard gnard
Elam or com o un u na fuerza erza trágica y rad radiical,com o un u n salto alvacío,com o un u na adicci adicción. ón .Tan in intenso,tan apasi ap asionad on adoo com com o elm ás exigen exigentte idealpolí olítico,com com o un u na lucha cha que qu e no nos convi con vierte en disident entes de no nosotros sotros m ism os,en seres seres en enfrentad rentadoos a la sociedad edad con una un a idea,con un enam oram iento ento por bandera, ban dera,con nues nu esttros sent sentiim ientos entos com o fuente ente y or origen de toda od a rebel rebelión. ón . En V ida secreta PascalQ uignar gn ardd nos sum erge erge en la hi historia de de un un am or ocul ocu lto,absorbent absorben te,acuci acuciante y arras arrasador ador cont contado ado en prim era era per perssona on a que, qu e,com o retazos de un un rom pecabezas hecho hecho de recuerdos, recuerdos,se nos nos m uest estra a tr travésde evocaci evo caciones on es de su protago rotagonnista con con una insólita,lírica,brillant ante prosa prosa narr narrad adaa m agi agistralm ent ente y ent entreverada reverada de de reflexi reflexioones so sobre la verdad verdadera era naturaleza de la pasi pasión. ón .Porque, orque,com o elautor autor afirm a:“La vi vida de de cada un u no de nosotr nosotros no es una tent entativa de de am ar.E s el elúnico intent tento”. o”. Tras Terr 2000)) y Las tabl 2003), ),elpoli olifacéti acético PascalQ uignard gn ard – Terraza en en R om a (E spasa,2000 ablillas de boj bojde A pronen pron eni ia A vitia(E spasa,2003 Prem io G oncou on court rt2002 2002 – vuel vu elve a dem ostrarpor qué qu é la poesí poesía,su sen sensibil bilidad y esa esa intensa m usicalidad de d e su su plu plum a le han han convert con vertido en uno de d e los autores autoresm ás aclam ados ados de su paí país. PascalQ uignar gn ardd nació en 1948 1948 en V ernui ernuil-sur-A vre (Franci ancia). a).H as si sido profes profesor or de de la U niversidad de V icenn cennes y de de la Escuel E scuela Práctica de de Est E studios Sup Su periores en C ienci encias Soci Sociales.Junto con co n Françoi ranço is M itterran errandd fundó elFestivalde la Ó pera y Teatro Teatro B arro arroco de V ersal ersalles. es.D esd esde abri abrilde 1994 19 94 se consagr consagraa pl plenam enam ente a ejercer ercer su su trabajo de escri escritor. or.H a pu publi blicado cado una vein veintena ena de d e pequ p equeñ eños os ensayos donde don de la la ficci ficción se m ezcl ezcla con la reflexi reflexión ón..D e todos od os ellos los m ás con conoci ocido doss son son los ocho och o tom os dePequeños equeños tr tratad atados os,La Tam bién bién ha escri escrito num erosas erosas novel novelas,entre las que que des desttacan lecci ección de m úsica y Elodi odio a la m úsica:diez pequ pequeños eños tratad atados. os. adaptada par p araa elcine por por ély di d irigid gida por p or A lain C orneau orneau en 1991 1991,,Elsalón de W urtem berg, Todas las m añanas añan as delm undo un do,adaptada berg,Las qu e obtuvo obtuvo elPrem io de d e N ovela de la A cadem ia Francesa, Francesa,y Las tablillas escaleras de Cha C ham m bord,Terr erraza en R om a (Espasa,2002 2002) ),que uno de los escritores res de de m ayor ayor prestigio gio de las letras etras francesas cont con tem poráneas, oráneas, de boj bojde A proneni pronenia A vitia (Espas pasa,2003 2003) ).E s un aclam ado ado tanto tanto por p or la crí crítica com o por p or su sus num erosos erosos lectores. ores.E n 2002 2002 obt obtuvo elPrem rem io G oncou on court rtde Li Literat eratura. Traducci Tradu cción de En E ncarn carna Cas C asttejón T ítulo original:V ie secrète (c) PascalQ uignar gn ardd,199 199 (c) Éd Éditions on s G allim ard,1997 1997 (c) Espasa Espasa C alpe,S.A .,2004 2004 A seso sesoram ient ento lingüí gü ístico: co:Teresa San Sanss D iseñ seño de d e la colecci colección: ón :Tasm ani anias Ilustración de cubi cubiert erta:Juan Pabl ablo R ada ada /Paso de de Zebra Z ebra Foto del d elaut autor (sol (solapa): apa):Jacqu acques Sassi Sassier,cedi cedida por p or G allim ard R ealización de cubi cubiert erta:Á ngelSanz San z M artín D epósi epó sito legal legal:44. 44.543-200 543-20044 ISBN ISBN :8484-670-153 670-1537-3 7-3
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Elam or com o un u na fuerza erza trágica y rad radiical,com o un u n salto alvacío,com o un u na adicci adicción. ón .Tan in intenso,tan apasi ap asionad on adoo com com o elm ás exigen exigentte idealpolí olítico,com com o un u na lucha cha que qu e no nos convi con vierte en disident entes de no nosotros sotros m ism os,en seres seres en enfrentad rentadoos a la sociedad edad con una un a idea,con un enam oram iento ento por bandera, ban dera,con nues nu esttros sent sentiim ientos entos com o fuente ente y or origen de toda od a rebel rebelión. ón . En V ida secreta PascalQ uignar gn ardd nos sum erge erge en la hi historia de de un un am or ocul ocu lto,absorbent absorben te,acuci acuciante y arras arrasador ador cont contado ado en prim era era per perssona on a que, qu e,com o retazos de un un rom pecabezas hecho hecho de recuerdos, recuerdos,se nos nos m uest estra a tr travésde evocaci evo caciones on es de su protago rotagonnista con con una insólita,lírica,brillant ante prosa prosa narr narrad adaa m agi agistralm ent ente y ent entreverada reverada de de reflexi reflexioones so sobre la verdad verdadera era naturaleza de la pasi pasión. ón .Porque, orque,com o elautor autor afirm a:“La vi vida de de cada un u no de nosotr nosotros no es una tent entativa de de am ar.E s el elúnico intent tento”. o”. Tras Terr 2000)) y Las tabl 2003), ),elpoli olifacéti acético PascalQ uignard gn ard – Terraza en en R om a (E spasa,2000 ablillas de boj bojde A pronen pron eni ia A vitia(E spasa,2003 Prem io G oncou on court rt2002 2002 – vuel vu elve a dem ostrarpor qué qu é la poesí poesía,su sen sensibil bilidad y esa esa intensa m usicalidad de d e su su plu plum a le han han convert con vertido en uno de d e los autores autoresm ás aclam ados ados de su paí país. PascalQ uignar gn ardd nació en 1948 1948 en V ernui ernuil-sur-A vre (Franci ancia). a).H as si sido profes profesor or de de la U niversidad de V icenn cennes y de de la Escuel E scuela Práctica de de Est E studios Sup Su periores en C ienci encias Soci Sociales.Junto con co n Françoi ranço is M itterran errandd fundó elFestivalde la Ó pera y Teatro Teatro B arro arroco de V ersal ersalles. es.D esd esde abri abrilde 1994 19 94 se consagr consagraa pl plenam enam ente a ejercer ercer su su trabajo de escri escritor. or.H a pu publi blicado cado una vein veintena ena de d e pequ p equeñ eños os ensayos donde don de la la ficci ficción se m ezcl ezcla con la reflexi reflexión ón..D e todos od os ellos los m ás con conoci ocido doss son son los ocho och o tom os dePequeños equeños tr tratad atados os,La Tam bién bién ha escri escrito num erosas erosas novel novelas,entre las que que des desttacan lecci ección de m úsica y Elodi odio a la m úsica:diez pequ pequeños eños tratad atados. os. adaptada par p araa elcine por por ély di d irigid gida por p or A lain C orneau orneau en 1991 1991,,Elsalón de W urtem berg, Todas las m añanas añan as delm undo un do,adaptada berg,Las qu e obtuvo obtuvo elPrem io de d e N ovela de la A cadem ia Francesa, Francesa,y Las tablillas escaleras de Cha C ham m bord,Terr erraza en R om a (Espasa,2002 2002) ),que uno de los escritores res de de m ayor ayor prestigio gio de las letras etras francesas cont con tem poráneas, oráneas, de boj bojde A proneni pronenia A vitia (Espas pasa,2003 2003) ).E s un aclam ado ado tanto tanto por p or la crí crítica com o por p or su sus num erosos erosos lectores. ores.E n 2002 2002 obt obtuvo elPrem rem io G oncou on court rtde Li Literat eratura. Traducci Tradu cción de En E ncarn carna Cas C asttejón T ítulo original:V ie secrète (c) PascalQ uignar gn ardd,199 199 (c) Éd Éditions on s G allim ard,1997 1997 (c) Espasa Espasa C alpe,S.A .,2004 2004 A seso sesoram ient ento lingüí gü ístico: co:Teresa San Sanss D iseñ seño de d e la colecci colección: ón :Tasm ani anias Ilustración de cubi cubiert erta:Juan Pabl ablo R ada ada /Paso de de Zebra Z ebra Foto del d elaut autor (sol (solapa): apa):Jacqu acques Sassi Sassier,cedi cedida por p or G allim ard R ealización de cubi cubiert erta:Á ngelSanz San z M artín D epósi epó sito legal legal:44. 44.543-200 543-20044 ISBN ISBN :8484-670-153 670-1537-3 7-3
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I Los rí ríos se se aden adenttran etern ernam ent ente en elm ar.M ivida en elsilenci encio.Todas las épocas épocas se se des desvan vanecen ecen en su pasad pasado com o elhum hu m o en elcielo. E n junio de d e 1993, 1993,M .y yo vivíam os en A trani ani.E ste dim dim inuto puer pu ertto se encuent encu entrra en la costa de de A m alfi, debajo de R avello.A penas enas se se pu puede ll llam arpuert erto.A penas enas es es una un a ens ensenad enada. a. H abí abía qu que subi subir cient ento cincuen cuentta y siete escalones por por elflanco anco delacant acantilado. ado.Se ent en traba en un ant antiguo gu o oratorio cons con struido por la O rden de M alta,con dos terr errazas en ángu ángullo que daban daban alm ar.Sól Sólo se veía elm ar. A llá do donde un uno dirigiese la m irada, rada,lo único que di distinguí gu ía era elm ar blanco, anco,cam biant ante,vivo, vo,frío de la prim avera. avera. D irectam ent ente enf en frent ente,alotro lado ado delgol golfo,alalba,a veces, veces,m uy raras veces,se veía elprom ontorio de Paestum y las colum nas de de sus tem plos intent entaban aban aup auparse arse so sobre la línea fict fictiicia del delhorizont zon te,ent entre la brum a y la in incon consistenci encia. E n 1993, 993,M .era si silenci enciosa. M .era era m ásrom ana qu que los rom rom anos anos (había nacido en C art artago). ago).E ra m uy herm erm osa. osa.H ablaba un italiano m agní agn ífico.Pero ero M .iba a cum cum plir treinta y tr tres año años y recuer recuerddo que se habí había vuel vu elto silenci enciosa. E n todas las pasi asiones on eshay un m om ento ento de d e saci saciedad esp espantoso. antoso. C uand ando uno llega a ese m om ento, ento,sabe de d e repen repentte que, qu e,im potent otentee par paraa acrece acrecenntarla fiebr fiebree de de lo que qu e est está viviend endo,o incluso incapaz de per perppetuarl arla,esa esa fiebre fiebre va a m orir.U no llora de de ant antem ano, ano,brusc bruscam am ent ente,para ara sus aden adenttros,en una esqu esquina de de la calle,depri eprisa y corr corriiend endo,atem orizado zado por la po posibilidad de atraer la desgracia sobre sobre sí,pero ero tam bién por profil profi laxia axia 1,con con la esperan esperanza za de de desp despiistar o retrasar retrasar eldestino. A rgum gum ent ento es una un a ant antigua gu a pal palabra qu que des desiigna gn a la bl blancu ancurra del delalba. ba.E s todo lo que qu e se aclara ara y se disc disciiern erne en esa esa pal p alidez qu que sobr sobreviene ene en unos poco po coss instant antes. es.Peren erenttorio es elargu argumm ent ento:nunca se pu puede ede des d esvi viar el río justo en elm om ent ento de la creci crecida. C om o tam poco puede pu ede det deteners enerse eldía en elalba. U no espera. pera. E spera era si sin poderhacernada, ada,de repen repentte,en una cont con tem plación que qu e se se ha ha vuel vuelto desgrac esgraciiada. ada.O bien elam or surge de d e la pasi pasión,o no surgirá nu nunca. C iert erto que qu e no no esfácildesem esem brujarese ese m om ento ento petrificado. cado.C ada ada cual cualdebe cruzar ese ese extraño año pasaj asaje en elque qu e todo lo que qu e era era des descu cubri brim iento ento en elfond on do delalm a des descu cubre bre que que ya no n o segui eguirá descubriendo. E n elque qu e todo em pieza pieza a recono econocer.
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* Todo lo que ha sido contrastado en la prim era dependencia tiende a refluir hacia la huella que lo atrae sin cesar.N unca nos alejam os deltodo de nuestras m adres.N os quedam os en las faldas deltiem po,de la lengua de los prim eros días,de los alim entos descubiertos entonces,de las form as de los cuerpos y de las expresionesde los rostros experim entados en esos prim eros m om entos delm undo en nosotros.Som os com o las tortugas;pero no con relación a las islas delPacífico,sino de las voces de soprano.Tam bién som os com o los salm ones.N uestrasvidas están fascinadas por elacto en elque nacieron.Por su origen.Por la aurora.Por la prim era aurora que nos descubrió la luz y nos deslum bró.C ierto que nos presentam os húm edos y antiguos ante ella. * Sólo am am os una vez.Y no som os conscientesde la única vez que am am os,porque la estam os descubriendo. * D escubrir y reconocerno determ inan regím enessem ejantes.D escubrir y reconocerson com o nacery envejecer.A partir de ese instante de m áxim a altura que im agino com o eldesbordam iento de un río (com o levantarse de la cam a),todo lo que está a punto de ocurrir ya no desvela nada,pero lo recuerda todo. Reconoceres un régim en tan terrible pero aún m ás fascinado que lo que puede llegar a serlo elfulgor del flechazo,y todavía m ás despótico. Pasarde la pasión alam or es una ordalía. Es una peligrosa travesía,porque la elección a la que nos expone es radical:ora azarosa,ora m ortal.Enfrente –enfrente de la terraza,alotro lado de la bahía de A m alfi–,elque saltó delprom ontorio de Paestum ,m anos juntas extendidas hacia delante,hace dosm ilochocientosaños,se zam bulló en la m uerte.Era un poco de agua verde.Yo,alm enor sobresalto,m e zam bullo en otro m undo.V ivía inm erso en otro m undo.Escribía al alba,con elrecuerdo de los sueños y de los periplos en coche de la víspera,aprovechando las viejas im ágenes que nos rodeaban para enredar en torno a ellas m is deseos y para interrogar elvínculo que m e ataba cada vez m ás a ese algo pasm oso que sucede a todos los hom bres y a todas las m ujerescon elnom bre latino, bastante estúpido y totalm ente pueril,de am or. A m or viene de una antigua palabra que busca elseno. U na palabra de la antigua Rom a que,curiosam ente,llam a de lejos alatributo que caracteriza a la clase de los m am íferos vivíparos,aparecidos en eltranscurso de la era terciaria,cuando se form aron las condiciones m ás singulares de nuestro destino. Am or es una palabra que se deriva de am m a,m am m a,m am illa .M am ario y m am á son form as casiindiscernibles.Elam or esuna palabra sim ilara una boca que,m ás que hablar,m am a espontáneam ente,entreabriendo los labios ham brientos. A lo largo delgolfo,por encim a de la costa,esos frescos antiguos en las paredes o en las entradas de las cuevas de piedra,solem nes,soñando con elam or,aterrorizados,de un rojo y un am arillo intensos, esperaban tam bién.Esperaban absolutam ente.Esperaban sin indignarse representar su deseo.Todos estaban
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inm óvilespoco antes delacontecim iento inevitable que iba a producirse y que nunca m anifestaban en la pared desnuda que se ofrecía a la m ano delpintor. Los héroes m iraban eternam ente a su propio pintor,que anteslos había visto dentro de sím ism o,en la noche detrás de sus párpados,antesde grabar su reflejo en la pared.Reconocem os a quienesse am an por la m irada. * A lcé los ojos.M .Leía.N os m irábam os.Em pujé la m esa llena de libros.C errábam os las cristaleras para que no volaran los papeles.N os cogíam os de la m ano para bajar los ciento cincuenta y siete escalones de piedra, tan em pinados,que llevaban alm ar. A m ediodía com íam os en la playa. D espuésde los cafés(que M .tom aba por docenas),cogíam os elpequeño Fiatrojo.Seguíam os la ruta m ontañosa.Íbam os a N ápoles,a Paestum ,a M isena,a Stabias,a Bayas,a H erculano,a Pom peya,a O plontis. C ontem plábam os uno por uno a los héroes que estaban a punto de ser devorados por la escena de la que desde m ucho tiem po atrás form aban parte activa.Yo hacía fotos m ediocres,en blanco y negro,en los m useos desiertos.
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II Elnom bre de N ém ie Satler esfalso.A síescom o voy a llam ar a una m ujer que existió,que ya no está,que am é.Es di fícilexpresar nuestro pensam iento cuando nuestro pensam iento es nuestra vida.Lo que proviene delpasado hacia elque tendem os desesperadam ente la m ano no sólo sustituye a las nuevas horas,sino que se deja ganarpor lasem ocionesque nacen en ellas.Sin em bargo lo que nos conm ueve,surgido de lo que un día nos em ocionó,sigue sintiéndolo en elpasado.A veces nos pa parece que toda nuestra vida anterior no es para nada una nueve de polvo o un jarrón que se desvanecen en elfondo de nuestro cuerpo.Esa m ujera la que am é hace años,incluso décadas,ya no está en este m undo –nien ningún otro–,pero alfo que essu cuerpo sigue fluyendo en elm ío.Esta huella viva (puesto que estoy vivo m ientrasescribo esta frase)está dom iciliada en elcuerpo que responde a la llam ada de m inom bre:m ás aún que elalm a,que talvez se separe de élcom o un eco,todo cuerpo am ado reside para siem pre en elcuerpo donde no ha hecho otra cosa,desde ese prim erm om ento en que su form a consistió en la em presa,que recuperar ellugar que lo acechaba.Lo que intento pensar no se distingue en nada de lo que he vivido y sobre todo de lo que vivo y quiero seguir viviendo.Los que en otros tiem pos llam ábam os filósofos eran dichosos reflexionando en público,a los ojos de todos.Pretendían afirm ar que la prim era persona delsingular hería sus labios.Por elbien de la ciudad,su cuerpo no les pertenecía,su dom icilio no podría sustraerse a la investigación pública,no podían ser sospechosos de indiscreción niblanco de anécdotas.N ada en su vida personalse veía afectado por lo que habían contem plado desde lo m ás lejos que podían.Eldistanciam iento era su técnica,ellenguaje los espoleaba.Preferían un señuelo o una pantalla o una bandera antesque una red o un venablo.D ecían lo que la com unidad quería oír.U n poco com o los sacerdotesque los habían precedido.U n poco com o la televisión en nuestros días.La asociación de los hom bresentre síestá m ás interesada en su futuro que elcuerpo de cada hom bre que m edita.Por desgracia para quien m e lee,a la fam ilia,la lengua en la que ésta se reflejaba,o la lengua que le im ponía su tiranía (la fam ilia de m im adre se com ponía de gram áticos,aligualque la fam ilia de m ipadre contaba,a lo largo de cinco generaciones,con unos sesenta m úsicos),a la m ayoría de los íntim os y ellugar de origen lesdio por rechazarm e com o una sobrecarga que planteaba dem asiados problem as con respecto a lo que esperaban,lo cualno m e incitó a zam bullirm e de cabeza en elalm a del grupo.D esde elm om ento en que elindividuo se alegra de separarse de la sociedad que lo ha visto nacery se opone a sus entusiasm os y efusiones,la reflexión se vuelve singular,personal,sospechosa,auténtica, perseguida,di fícil,desconcertante y sin la m ás m ínim a utilidad colectiva.N isiquiera es exacto por m iparte retranscribir lo que siento ahora com o sise tratase de una enseñanza profunda y llena de consecuencias que debería a una m ujer–incluso sidebo todo lo que voy a contar a la que he decidido llam arN ém ie Satler–, porque nipor un instante lo sentícom o talm ientraslo estaba viviendo.Este recuerdo se ha abierto paso en m ipensam iento com o un rayo que se hubiera tom ado m ilesde díaspara dar con elroble concreto que iba a fulm inar.A m enudo parecem os efectos que esperan su causa.Son laspalabrasdesengañadas de Tukaram en D ehu,en 1640:“H e venido de lejos.¡H e sufrido espantosos infortunios e ignoro lo que m ipasado m e tiene
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reservado todavía!”.H ace treinta años era perfectam ente consciente de que N ém ie m e estaba enseñando algo,pero creíque se trataba de m úsica.A hora sospecho que talvez m e estuviera enseñando sim plem ente lo que con tanta tozudez intento buscar. ¿Creía ella que eladulterio es elvínculo m ás intenso? ¿Y que elsecreto absoluto es m ás grave,m ás denso que la m ism a m entira? ¿Q ue la infidelidad era la brecha posible en ellenguaje hum ano,en la contigüidad im periosa,totalm ente hum illante de las relaciones e intercam bios diarios y de la palabra dada? ¿U na brecha en esa m uralla,en esa m ontaña que es,en sentido estricto,cualquier duración,cualquier acto cotidiano,las com idas,las noches,las tareas,las enferm edades,los días? * Podría titular este capítulo elcuento de los labios m ordidos. Ella decía a todas horas,de todo lo que hacía,fuera lo que fuese,que le hacía m orderse los labios. * Es un placer descubrir ante sía un sercuyos ojos se ilum inan alver elplato que le sirven,que deja de escuchar lo que le están diciendo,cuya m irada huye,que lleva irresistiblem ente eltenedor a la cinta de ceps, alcalam ar negro,alhígado de la becada,a la cresta dentada y gris delgallo,a la blanca rodaja de rape; que ya está en elotro m undo de bosque,de océano,de anim alidad,de caza a la que elham bre la ha devuelto; que de repente coge con los dedos elhueso de liebre m ondado con elcuchillo para repelar la pizca de carne oscura que le queda; que después de tom arse elcafé coge por últim a vez la cucharilla para rascar un resto de salsa o de crem a inglesa que se ha acum ulado en elborde delplato siguiendo la inclinación de la m esa; cuyas m ejillas se colorean,cuyos ojos se abren de par en par hasta elpunto de reflejar lo que desean y de hacerque rebote en su sustancia com o sobre la superficie de un espejo; cuya lengua asom a,hum edeciendo los labios m uy deprisa; que no se bebe de un trago la copa de C ôte-de-N uits que ha levantado; que chupa un poco la espina o la vértebra de la anguila antes de escupirla; que le sonríe alcocinero cuando sale de la cocina,que se levanta bruscam ente cuando se acerca a la m esa,que lo retiene para asegurarse de haberreconocido correctam ente cada uno de los ingredientes de lo que ha saboreado. La he descrito. * ¿Por qué tiem bla elalm a cuando elcodo roza por casualidad elbrazo de una m ujerque todavía esuna com pleta desconocida? * En la calle,era una puerta m arrón.Elvestíbulo em baldosado de rom bos blancos y negros daba directam ente,a la derecha,a los dos salones de m úsica.A lfondo se había confinado una habitación cuya 7
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ventana se abría aljardín trasero y alfoso que quedaba de las fortificaciones norm andas,por elque fluía el Iton o uno de sus afluentes.Elprim ersalón de m úsica era m uy sencillo y estaba pintado de color de yem a de huevo.H abía un piano de pared,una larga librería negra llena de partiturasy de biografi ́asde m úsicos,que N ém ie Satlerm e perm itió leeruna por una,y un piano de cola rodeado por todo un regim iento de pupitres. Elsegundo era m ucho m ás espléndido,revestido hasta dos m etros de altura de roble claro con m olduras no dem asiado recargadas que databan delsiglo X IX ,una herm osa chim enea ya m ás am arilla que blanca sobre la que se apoyaba un espejo trem oly dos grandes pianos de cola. A la izquierda delvestíbulo estaba elcom edor,luego la enorm e cocina y elcuarto de baño (que se reducía a dos barreños de porcelana blanca,dos jarros grandes de porcelana blanca y una bañera de hojalata,porque no había nicalefacción centralniagua caliente y había que hervir elagua en elhornillo),que daba aljardín trasero y cuyo desagüe,a partir delsum idero de la cocina,iba a pararalfoso,lo cualera un problem a para N ém ie. Todas las habitaciones estaban en elprim er piso. N unca subíalprim erpiso de la villa de N ém ie.N unca m e dio perm iso. * La prim era vez que N ém ie m e oyó tocarelviolín,m e dijo: –¡N o se anda usted con chiquitas! A ñadió que yo tenía razón,porque había dem asiadas m anos lánguidas en elm undo de la m úsica.Y se calló. Yo no entendía bien lo que quería decirm e. U na m ano blanda e indecisa m e da m iedo. En ruso,cuando una m ujertiende la m ano lánguida,se dice que está ofreciendo un niño m uerto. * N ém ie no sólo decía “no andarse con chiquitas”,tam bién decía “no hacertiquism iquis”. Estas expresiones corrientes,que yo no solía usar entonces,m e im portaban com o sifueran las llaves que abrían elm undo. Su novedad m e parecía de un valor inestim able. Elvalor de lo rotundo. Valioso com o cuando se descubre por prim era vez elsentido exacto de una grosería o de una palabra de argot. Lo m alo es que,en cuanto las descubría,yo intentaba descifrar la m anera en que estaba com puesta la im agen para com prender elsentido.¿D e dónde venían esos tiquism iquis,esas chiquitas,para decir m ás o m enos lo m ism o,lanzarse alfondo,hacersonar con una energía no contenida? * A cabábam os de term inarelfragm ento.Yo m iraba alsuelo. Para elverdadero m úsico,la m úsica suscita,alacabar,un silencio sólido y preciso rayano en las ganas de llorar. C reo que esun silencio que aplasta alintérprete de la m ism a form a que elagua pesa sobre quien se zam bulle 8
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en elocéano. D urante este silencio,yo alzaba la vista para m irarla. A brir por fin los ojos,cuando se toca de m em oria,escom o respirar.C om o una foca que asom a elm orro fuera de su agujero. Los esquim ales,en lengua inuit,llam an “ojos” a esos agujeros que las focas excavan en los bancos de hielo para sobrevivir tom ando oxígeno delaire. Esos agujeros oscuros sobre elfondo blanco delbanco de hielo son com o estrellas invertidas sobre elfondo negro delcielo. Los ojos de N ém ie estaban en blanco.Ya no veía.Yo m urm uré: –Es usted una pianista prodigiosa. N o contestó. Fue ella quien m e enseñó la m úsica. * Su voz era insidiosa y baja.Siem pre suave,com edida,plácida,en m odo alguno seductora,m uy articulada, sin m ucha inflexión,siem pre decidida,siem pre sensata,explicativa,abría sencillam ente elalm a, argum entaba o m ásbien ponía en m ovim iento dentro de m ísus propiasrazones,depositaba sus indicaciones,penetraba en m iinterior con una claridad que yo era incapaz de contrarrestar. Yo obedecía a esa voz. A lm enos,obedecídesde que la oí. Es posible que elnacim iento delam or sea la obediencia a una voz.A la entonación de una voz. La voz de N ém ie atrapaba,no intentaba m odular y excluía cualquier retórica.O rdenaba,no dejaba ninguna elección,volvía una y otra vez sobre los m ism os puntos,las m ism as debilidades o m ás bien los m ism os olvidos,y com o siem pre se hacía esperar,despertaba elrecuerdo de lo que uno estaba seguro de que repetiría,anticipándose a sím ism a en elalm a,baja,apacible,desinteresada,absoluta.Yo esperaba elretorno de esa voz desde que levantaba elarco o cuando lo dejaba colgar alfinalde m ibrazo,esperaba lo que iba a prescribir y que ilum inaba la m úsica sin pretender niuna sola vez asignarle un significado. U n suspiro de N ém ie ante su piano,sin necesidad de que m e m irase,m e hería elcorazón. Ya había entendido lo que ella quería decir.Sin em bargo esperaba,con aprensión,descubrir qué adjetivos crueles iba a utilizar.Y alfin llegaban,siem pre donde los esperaba,y encontraban allísu lugar grave y doloroso;se depositaban en m ícom o gotas de ácido.A lhablarm e,ella se dirigía alconjunto delgran cuerpo que form aban nuestros dos instrum entos y nuestros dos cuerpos,alvolum en de la habitación pintada de gris,a las m olduras,incluso a la corriente que pasaba directam ente entre nosotros desde que em pezábam os a tocar. * N o era m ujer que se inclinara ante algo o alguien. Sin em bargo era católica y piadosa.Incluso obstinadam ente piadosa. Q uizá la im agino con un orgullo excesivo;que no la im pregnaba tan de piesa cabeza com o supongo m ásde treinta años después. Pero es así.La im agino así.D e algún m odo,tenía que serasí. 9
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La seriedad,elodio a la coquetería,la belleza concebida com o odio a la coquetería,com o no seducción,el arrebato inexplicable,la alucinación siem pre m uda,la unidad de la inspiración o de las violencias,la autenticidad m eticulosa,altanera,llegando hasta elorgullo de desagradar,elexam en de conciencia sin piedad,elcatolicism o tam bién;ésos eran los valoresque ponía por encim a de nosotros m ism os. Era irascible,terriblem ente seca,m ás seca que áspera (pero venía a serm ás o m enos lo m ism o),tenaz en todo.A prenderm úsica con N ém ie era llevar la concentración hasta la tortura.Q uien no se som etía por com pleto,sobre todo alesfuerzo m em orístico que exigía su enseñanza,se veía apartado de un día para otro, con cortesía pero con firm eza. Saberse un fragm ento de m em oria era para ella la m enor de las cosas. La m úsica no tenía nada que ver con elanálisis,elaprendizaje,la técnica.Lo que ella enseñaba era una especie de autohipnosis de la obra a interpretar que debía alcanzar elcuerpo y grabarse en elinterior del cuerpo .Era un viaje sin retorno.Recuerdo que la expresión –que a veces se tom a por laudatoria– “caer siem pre de pie” era,en su boca,elpeor insulto que podía encontrarpara criticar tu interpretación.Las aletas de su nariz se estrem ecían.Eran delicadas,un poco chatas,respingonas,y se entreabrían cuando decía con m ala intención: –Lo que ha tocado no era en absoluto un canto.N o estaba im plorando nada.N o se ha elevado.U sted... ¡siem pre cae de pie!
Expulsaba de sus labios con desprecio esta últim a frase. * Lo que otorgaba toda su fuerza a los vapuleos de N ém ie Satlerlo descubrím ás tarde,oculto en una confidencia que M ozartle hizo a Röchlitz:todo llega en bloque,de una sola vez,sin desplegarse,casi panorám ico,en cualquiercaso corrítm ico.Lo cualfatiga m uchísim o tanto elcerebro com o elcuerpo del com positor,que entonces debe tener elvalor de anotarlo. Sino,no espara nada un com positor,tan sólo un hom bre acosado.Sufrir la acom etida de la visión,hacerel viaje no es lo esencialdelarte:hace falta esa pizca de valor adicionalpara regresar y anotarlo. * A notar a partir de esa sinopsis interna,abierta,vacante,supone una pizca de valor,un paso atrás,un valor que hace entrecerrar los ojos y que es increíblem ente fastidioso. * Las sencillas palabrasde M ozarta Röchlitz son m ás precisasde lo que parece:se trata de poner junto lo que se ha visto junto.D e com poner la panorám ica.H ay que captarlo todo entero,a m anos llenas,de una sola vez. A notarun “todo alm ism o tiem po” de una sola vez. G anarle la carrera es,alm ism o tiem po,llorarlo. H ay que atraparlo en su adiós. A brir los dos batientes de la puerta:son las páginas que se suceden sin que las veam os.Se abren a un espacio que quien anota no ve.U n com positor,un escritor nunca ve la hoja en la que escribe,niencuentra bajo sus 10
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ojos en toda su vida,m ientras escribe,su escritura. N unca ha habido una página en blanco. Sólo los profesoreso los periodistas hablan de la página en blanco. N unca he visto m im ano escribir. * A prender era un placer intenso.Aprender equivalía a nacer.Se tenga la edad que se tenga,elcuerpo experim enta entoncesuna especie de expansión. D e repente la sangre fluye m ejor en elcerebro,detrásde los ojos,en las yem as de los dedos,en la parte superior deltorso,en la parte baja delvientre,en todas partes. Eluniverso se dilata:de pronto se abre una puerta donde no había puerta alguna y elcuerpo se abre con esa m ism a puerta. Elcuerpo antiguo se convierte en otro cuerpo.U n país desconocido se extiende o avanza a toda velocidad y crecem os con lo que crece.Todo lo conocido cobra un nuevo sentido,atrae una nueva luz,y todo lo que hem os abandonado regresa de repente a la nueva tierra con un nuevo relieve todavía inexpresable,porque no era posible preverlo. Esta m etam orfosis se describe en todos lo héroes de todos los cuentos antiguos,y quizá sea eso lo que suscita cada tres o cuatro noches la irresistible atracción que la lectura de uno de esos pequeños m itos tiene para m í:tanto en la lectura delcuento com o en elpropio cuento se liberan ciertas fuerzas.U nas pocas palabras susurradas por hadas o anim ales se convierten en poderosos gestos o m iradas sem ánticos.Esas palabras casise convierten en m anos que inventan realm ente a su presa,inventando a su vez una aprehensión com pletam ente nueva:un bastón,un arco,un lazo,un ladrillo,una fronda,una barca,un caballo. Las nuevas arm as,inventando sus nuevas presas,engendran nuevas astucias,dan lugar a nuevos cazadores. D esafi ́os que no conciernen a nadie se descubren de pronto en elazarde una consecuencia que no habíam os buscado.Eso es aprender.C aen las barreras y,alcaer,desaparecen las distancias.Eso es aprender.La oscuridad delbosque se desvanece.A um enta elrecorrido delviaje. N o hay que enseñara quien no siente alegría de aprender. A pasionarse por lo que es otro,am ar,aprender,es lo m ism o.
*
La singularidad de N ém ie saltaba a la vista de todo elm undo.Su atención silenciosa e intensa rayaba en la belleza.Sus ojos pequeños,negros e im placables,su habla lenta,intim idaban tanto a sus alum nos com o a los cam areros de los restaurantes.La suavidad de su voz y la lentitud de su elocución necesitaban elsilencio.Su m anera de hablar,suiza,por asídecir,y la necesidad de desarrollar hasta elfinalfrasesque habían dejado claro elobjeto que pretendía describir o eljuicio alque quería llegar m ucho antes de que acabasen,eran exasperantes. A m ím e exasperaban a veces. 11
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* Esa época era otro m undo.H e vivido en otro m undo.Pero elverdadero m undo siem pre ha hecho caso om iso de cualquier sincronía.Recuerdo que un día trajeron barras de hierro.H acía calor.Yo había ido a dar m iclase y,no sé por qué,aqueldía N ém ie estaba sola en casa.Elvendedor de hielo puso las barras en el barreño grande,colocado sobre elem baldosado rojo de la cocina.N ém ie m e pidió que la ayudara a alinear las barras,a cortarlas un poco,a envolverlas en toallas lim pias antes de ponerlas en los com partim entos del aparador que hacía las vecesde nevera.Los com partim entos,encim a delcajón largo de donde salía el desagüe,estaban recubiertos de zinc gris que olía claram ente a m adera enm ohecida.Yo tenía los dedos entum ecidos por elhielo.Todavía creo recordar lo que m e costó volver a tocar.Pero lo cierto es que m e lo estoy inventando.Invento para que parezca verosím il.Invento acontecim ientos que m e dan la im presión de haber vivido.Lanzo cosas verosím iles com o señuelos para tentar lo que fue. * C reo que es elm ism o día. Estoy casiseguro,porque vuelvo a ver los brazos desnudos y blancos que asom aban de las m angas largas de su vestido,que ella había arrem angado para disponer elhielo. H acía calor.N o llevaba m edias. C alzaba alpargatas de esparto. A m ím e sudaban los dedos y los secaba en elpantalón de franela gris cada vez que la partitura m e lo perm itía.Eltraste delviolín estaba resbaladizo.Lo im pregnaba una especie de aceite negro. Era alfinalde la clase,los dos estábam os de pie. N ém ie m e tendió una lista de libros para que yo los com prara. N o cogíla lista (escrita,com o todo lo que escribía,a lápiz). Lo que cogífue su m ano. Intenté atraer su cuerpo hacia m í.La abracé con fuerza.Sentíbruscam ente sus senos,que eran m uy abundantesy bellos,apoyarse en m í.Los senos de N ém ie m e tocaban,entraban en contacto con m ipecho; recuerdo que la sensación m e parecía totalm ente inverosím il.M icuerpo creía en esa sensación.Era yo el que no conseguía creerlo que había deseado. A spiré su olor,elolor que venía de su blusa y que era elperfum e m ás dulce que haya olido jam ás.M ientras tanto ella m e decía que debía dejar de ir a su casa,que no debíam os volver a alm orzar juntos en elhostal,que su edad,que la vida que había elegido... Pero yo no prestaba oído a lo que decía.Sentía elcalor y elpeso de sus senos en m ipecho,aspiraba el inim aginable perfum e que venía de ella.Entonces rocé con los labios elinicio de sus senos.Ella se calló. Entreabrísu blusa y acerqué la boca.Pero en ese m om ento ella m e abrazó todavía m ásfuerte,tanto que m e im pedía hacernada m ás.Volvía levantar la cabeza. Cubrísus labios entreabiertos con los m íos.Bebísu aliento tibio.A partó la cara casien seguida.N os quedam os así,abrazados,N ém ie apartando la cara,sintiendo los latidos enloquecidos de nuestros
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corazones.Lo único que sentíam os eran esos fuertes y extraños golpes que no parecían provenir de nosotros,hasta talpunto iban a contratiem po de la dulzura que nos invadía.Estos latidos no tenían la m enor arm onía.Lo que nos unía era un caos de sangre.Eran ritm os cardíacos m uy bruscos,com o soplos,con síncopas increíbles.D e pronto ella se alejó de m íy m e suplicó que m e fuera.Tenía la m irada triste,esquiva. M e fui.N o recuerdo en absoluto cóm o,nilo que hice durante eldía que siguió a ese abrazo espontáneo y ese trastorno deltiem po y de m im anera de vivir que ella provocaba. * A síatravesaba V erneuil:cam inaba com o un niño pequeño que cruzara la cocina con untazón lleno hasta el borde de leche hirviendo para llevarlo –lo m ás deprisa posible porque le quem a las yem as de los dedos,lo m ásdespacio posible para no derram arlo– a la m esa delcom edor. Em pujaba la puerta de la casa de Sylviane.Subía la escalera de piedra gris,entraba en elcom edor,m e adentraba en elhum o de tabaco Scaferlatim ezclado con Prince A lbert. Los m iraba cenar.N o sabía quién,ellos o yo,se había trasladado a otro m undo y nunca volvería. * Cuando volvim os a vernos,elprim erserm ón que m e echó fue para explicarm e que no volveríam os a vernos.Era a principios de m arzo.Elm esen que m urió D ios.Elm esde las prim eras flores.La prim avera estaba a punto de llegar. H acía buen tiem po. Era bastante lejos de V erneuil,alaire libre,en eljardín de un hostal. Ella estaba sentada a pleno soldelante de una m esita redonda.U na m esita cubierta con un sencillo m antely un ram o de flores.Ya no recuerdo qué clase de flores había en eljarrón.Q uizá ya había rosas.Era una m esa escondida,allado de la escalera que usaban los cam areros,que llevaba deljardín a la escalinata propiam ente dicha. A lacercarm e a la m esa m is pasos rechinaban sobre los guijarros,y veía en la m irada de N ém ie que esos ruidos aplastados y desagradables,que a m ím ism o m e m olestaban,la irritaban a ella porque atraían sobre nosotros la atención de otros clientes que com ían o hablaban alsol. Ella sonreía.Yo m e quedé de pie un m om ento.M iraba su cara grande y cuadrada.Sus ojos oscuros estaban llenos de angustia. –Siéntese,siéntese –m urm uró alfin. M e habría gustado abrazarla;pero dejé caer los brazos y levanté los largueros de hierro blanco delasiento para que no rechinara sobre la grava.M e senté.C om im os deprisa,casien silencio. –Pero ¿qué le ocurre? –N ada.¿Por qué? –Tiene cara de estar sufriendo. Furtivam ente,una vez,m e tocó la m ano. En los prim eros tiem pos,hacerelam or en su propia casa le parecía un crim en.
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Fue la últim a ve que com im os en un restaurante.Fue ella quien tom ó esta decisión absurda,y no hubo m anera de discutírsela. * N ém ie era un diccionario m usicalam bulante.Incluso para un m úsico de su virtuosism o y de su edad,tenía una erudición excepcional.Elaprendizaje que nos exigía –pero que,por supuesto,ella se había im puesto a sí m ism a– hacía que conociera de m em oria la m ayor parte de la m úsica.M e confesó que su aptitud para recordar una partitura no le exigía elm enor esfuerzo.A veces aprendía de m em oria obrasescuchadas en la radio y las tocaba de oído. * Elpiano no esun instrum ento m usical.En algo donde elunísono siem pre esfalso,lo m ism o que la octava y la sensible,no puede reinar nada que se llam e m úsica. Elpiano sólo era soportable bajo sus dedos. Su m ano izquierda era un puro gatillo.Era una percusión dolorosa,de una eficacia insensata en elalm a. * Se sentaba alpiano m uy arqueada y a la vez proyectaba hacia delante toda la parte superior delcuerpo, abriendo los brazos,de esa form a un poco chusca con la que los patos aterrizaban o se posan en los ríos. Tenía las m uñecasm ás redondasde lo norm al,los dedos caían sobre las teclas com o u sem icírculo cuya influencia parecía tan com pleta com o inm óvil.Elbusto apenas oscilaba.La concentración era de una sola pieza,no parecía haber ningún esfuerzo,la pulsación era incom parablem ente suelta,variada,violenta,seca, saltarina,débil,sin que nada de eso se notara en su cuerpo o pudiera preverse en su frente o en sus párpados.Lo prim ero que m e fascinó esque ponía los piescom o un organista,com o yo había aprendido de niño,listos para bailar,sobre la punta de la suela,aunque casinunca utilizara los pedales. * Yo le suplicaba que m e concediera una noche entera.C uando pudo ser,resultó un terrible fracaso.Pasam os la noche levantándonos.Bebiendo tragos de agua. * Cuando m e despertaba y abría los ojos en la penum bra veía brillar,junto a la bom billa,la plata delcrucifijo sobre las verdes hojas de bojbendito que caían sobre elhom bro de D ios. *
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N ém ie siem pre ponía la m ano sobre m íde form a indecente y posesiva. * A N ém ie le obsesionaba su origen social.Su infancia la había herido,hasta elpunto de que no podía hablar de ella.Siem pre im aginé una pobreza inicial,pero no tengo nada en lo que basar este presentim iento.En cualquier caso,le faltaba esa com binación de confianza y falta de pudor que le habrían perm itido tocar en público.Q ue ella se subiera a un escenario,ella,la interna cuyo internado había pagado la m adre de Sylviane,era algo com pletam ente ilícito. N o podía visitar un m useo sin sentirse apurada y convertir elapuro en diligencia y apresuram iento,por no decir carrera.Lo único que no la ponía incóm oda eran los restaurantes caros,pero los lujosos barrios donde estaban situados la espantaban.La glotonería podía con todas sus inhibiciones,por eso tendríam os que haber seguido yendo juntos alrestaurante.Pero cualquier cosa que no fuera la alim entación contribuía a volverla huraña,acentuaba su desconfianza,com o sise tratara de una identidad,de una traba voluntaria en la que se acurrucaba y se reconocía.U n secreto que oponía a la com odidad,a la riqueza,a la despreocupación,a la soltura relajada y am able que en su opinión caracterizaba “un m undo diferente”que no era elm undo en elque deseaba vivir. U n m undo alque nunca tendría acceso,porque no quería aventurarse en él. * H e leído que uno de los signos certeros que dem uestran,sin som bra de duda,elam or en quienesam an esel intenso placerque sienten alam pliar de inm ediato la vida de quienes los han seducido evocando su infancia, que a fin de cuentas,junto con la confidencia de los sueños,es la narración m ás pesada que existe. Falso. N o supe nada de ella.M antenía a distancia las confidencias.O m ás bien las expulsaba.Su rostro se contraía en una m ueca.Lasahuyentaba de un m anotazo.La verdad esque no sé nada de su vida.Cuando insistíasen preguntarle sobre su infancia,N ém ie sólo pronunciaba una frase.La decía una y otra vez,en voz m uy baja: “Lo único que podía hacerera m orderm e los labios,¿lo entiende?”.Y luego se quedaba callada,com o silo hubiera dicho todo.Y en cierto sentido lo había dicho todo,puesto que se trataba de callar.M e gustaba m ucho esa frase.Pensaba en m ipropia infancia desgarrada entre dos lenguas,y alfin conquistada por el silencio y la m úsica que,hablando con franqueza,yo había m ezclado hasta form arcon am bas una pequeña dem encia. * N ém ie la de los labios m ordidos,la de los ojos entrecerrados para despedirm e.N os sum ergíam os juntos en la intensa com plicidad delsilencio rítm ico y vacío que precede a la despedida. A lacabar la sonata nos volvíam os a encontrar,juntos y atónitos,en la orilla de lo real.
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* ¿Iba yo a tener éxito en lo que ella no se había atrevido a tenerlo? Ella tenía la absoluta certeza de m italento. Sobre la carrera sacrificada de N ém ie,quiero argum entar que elarte tiene una parte m aldita. Voy a definir esa parte m aldita delarte:tirarse de cabeza alagua.Vuelvo a Paestum y a su saltador,con los dos brazos extendidos hacia delante sobre eldorso de la piedra de la tum ba.Es un juicio divino.Todo artista debe acceder a perder la vida. N ém ie,fuera cualfuese su talento,nunca logró sacrificarse para que su talento la suplantara.Podría haber sido un genio.Pero no quiso. A m is ojos era algo inexplicable y tam bién –yo era asíentonces– im perdonable. * D espués,en cuatro ocasiones(adem ás de N ém ie),y sobre todo en dos,cuando estaba organizando un festivalde ópera barroca en elcastillo de V ersalles y otra vez,antes,cuando JordiSavallm e pidió que le ayudase a dirigir elC oncertdes N ations para que pudiera tocar en todas las capitales europeas,m e encontré cara a cara con esos virtuosos que,aunque tienen un talento m usicalincom parable,de pronto ya no pueden tocarelinstrum ento que,sin em bargo,dom inan a la perfección. D e repente,desisten de sím ism os. N adie entiende elm otivo.(Sólo m ás tarde em piezan a beber,se drogan,se encierran,se desesperan,se m atan.C om o sirecurriendo a esos com portam ientos extrem os,intentaran darcon la explicación de una decisión que,evidentem ente,ha precedido a su causa.) A cada uno de ellos,sin m ucha delicadeza,pensando en N ém ie,le preguntaba la razón de ese casisuicidio m usical,o alm enos profesional. Todos te m iran con cara de confusión.Se lo piensan. Se lo piensan sinceram ente,pero no consiguen darcon la razón de una decisión que hace dem asiados estragos en su vida y que casiles ha sido arrancada contra su propia voluntad,o alm enos contra su deseo m anifiesto.D os de ellos tuvieron la hum ildad de confesar que niellos m ism os lo sabían.Estaban deprim idos.D ecían que tenían m iedo y que no podían tocar.Sin em bargo,elm otivo está tan claro com o puede estarlo elagua de un m anantial.Lo dijo Racine aldejar de escribir después delalboroto que acabó con Fedra. Le explicó a G ourville que elplacer que sentía alcrear era m enor que eldisgusto que le causaban las críticas.Ya no sentía el“deseo de exponerse a las heridas”.A algunos hom bresles resulta insoportable aceptar la com petencia a m uerte.C om petir,rivalizar,ocupar ellugar de otro,arriesgarse a m orir en la prueba de cada novedad,renovar constantem ente eldesafío,es m atar o m orir constantem ente.Es elduelo. Lo que consigue asustar a quienes han sido niños no es nisiquiera m atar.Es la posibilidad de m orir.Y la posibilidad de m orir otra vez cada vez. A lgunos sereshum anos no pueden enfrentarse a esta perspectiva. C reo que esa “posibilidad de m orir”la detenía. Tocar en público,crear,exponerse,poder m orir no se distinguen entre sí.Por eso,adem ás,vem os a personas
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rebosantes de talento que se quedan en la opción de m atar.Las llam am os críticos.¿Q ué es un crítico? A lguien que ha tenido m ucho m iedo a m orir.En las grandescapitales de las naciones occidentales y norteam ericanas podem os ver cara a cara a quienespueden m orir y resucitary a quinesno pueden resucitar y m atan.A eso lo llam am os vida cultural.D ebo añadir que la palabra cultura no es adecuada.Pero subrayo que la palabra vida esaún m ásim propia. * Entonces,ella era m im aestro.Lo que decía una autoridad absoluta sobre m í.M e dorm ía pensando en las observacionesque m e había hecho y lasrepasaba m entalm ente.En elm om ento en que dejaba elarco en el pupitre y m e m asajeaba los dedos esperando su juicio sobre lo que había tocado,todo lo que yo era sucum bía a la fascinación. * –¿M e prom ete,m e jura que no dirá nada? –Se lo prom eto.Se lo juro. Ella estaba arrodillada en la alfom bra deldorm itorio,delante de m í.Yo estaba de pie,chorreando agua.Le hablaba a la cola de caballo inclinada a m is pies que intentaba desatar las cordonerasem papadas de lluvia y tan hinchadas que no conseguía quitarm e yo solo los zapatos. –Entonces venga conm igo. Se levantó,m e tendió am bas m anos.Las cogí.Ella ya había cerrado los ojos. * Recuerdo una por una,con tristeza,con una sensación de ridículo,todas las triquiñuelas que tuvim os que usar para vernos. * La casa estaba allí,a la derecha delpuentecillo que cruzaba elrío y que la m ayor parte deltiem po no servía para nada,de estrecho que era elfoso cavado por los antiguos islandeses.D esde elpuente no se veía la casa, oculta por elfollaje de los enorm es nogales plantados a lo largo delrío.Yo seguía elcurso delrío.Saltaba agarrándom e a una gruesa ram a dellaurelde N ém ie tendida sobre elafluente delIton,que en aquellugar era casiun arroyo ancho,y,sin soltarm e,porque la hierba era fangosa,subía aljardín de N ém ie pasando por delante de las conejeras. * Ella corría las cortinas sobre la varilla de cobre,procurando que no quedara ningún resquicio,ya que no se
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podían cerrar cerrar las cont contravent raventanas anas exteriores.N uestros ojos se se acost acostum braban a la oscuri oscuridad. ad. N os am ábam ábam os en la sal sala del delfond on do,cont con tigua gua alsalón de los piano anos. A lprincipio la os oscuri curidad parecí arecía com com pleta y luego,poco a po poco,la vent ven tana ana de de m ica de de la estufa,cuan cuanddo a finales de de m arzo y en en abri abrilvol volvió vió elfrío,irradi rradiaba aba su respland an dor,se veí veían los carbo carbones y las astillas m ezclado ados.D esp espués nos veíam os a no nosotros m ism os,cub cubiert ertos por un reflej eflejo rojo.A lfinalincluso aquel aqu el m atiz se volvía fam fam iliar.V eíam os cada vez con con m ayor clari aridad nuest estros refl reflej ejos en elazogu azogue del delesp espejo que había enci encim a de de la est estufa y cuya cuya bas basee se se apoyaba apoyaba en la repi repisa de de la chim chim enea enea de m árm árm ol. N o era era una un a cam cam a de ver verdad; dad;apenas era era m ásque que un sofá rod rodea eado do por por un m ont ontante ante de m adera. adera.La cam cam a estaba aba encast encastrada ent en tre do dos pequ equeñas eñas estant anterías de m adera adera negra do donde se se alineaban eaban libros, bros,objet bjetos frágiles,cosas cosas raras. raras.E n elestant ante sup superior hab habíía pl platos ant antiguo gu os y cerám cerám icas deco decorad radas. as. * R asqu asquéé elcri cristalde la ventan ventanaa un un m om ento. ento.D espu espués ésm e entr entró m iedo y ya no no m e atreví.E speraba eraba en la oscuri scuridad. ad.¿Có ¿C óm o hacerle sab saber er que est estaba aba allí,esperánd esperándola? Pero tem tem ía com com prom eterla sino estaba aba sola,si est estaba con un alum no,con sus hijos,con su m ari arido. * N on m ani an ifeste sed in occulto.
A síes com o Jesús asistió a la fiest fiesta de de los Tabern Tab ernácu ácullos en Jerusalén (“N o abi abiertam ent ente sino a escond escon didas”, as”, Juan, an,V II,10). A sífue com com o nos n os am abam bam os. os. N o abi abiert ertam ent ente,sino a escond escondidas. as. A sívagaba yo por Ver V ernneuil euilcada no n oche,nunca segu segurro de que qu e fuera era ni niposible ni niim posible.Ya porqu porquee m e prohibiera entrar.Ya porq porquue tuviera que qu e esperar la ho hora acordad acordadaa para para reu reunnirm e con con ella.Prefería no no vol volver a casa de de Syl Sylvian vianee en segui seguida,para no no tener en er que que justificarm e sivovl vovlía a salir. * N on m ani an ifeste sed in occulto.
E lcielo era am arillo pálido.V erneu erneuiiles un una ext extraña raña vi villa m edi edieval eval. * N on m ani an ifeste sed in occulto.
E s natu naturalque qu e cite la Bi B iblia alhablar de N ém ie.N o sólo N ém ie creí creía real realm ent ente en D ios,sino que qu e ense enseññaba las m aneras an eras de tocar, car,los attaca,las actitudes,las ent entonaciones,los enf enfoques y concep con cepci ciones propi prop ios de cada cada obra refi refiri riénd éndose,la m ayor ayor parte de de las veces,a escenas escenas de de la Bi B ibli blia,a las parábo parábollas del delN uevo Testam ent ento,a las estaciones de de la Pasi Pasión de Jesú Jesús, s,a las vidas y los su suplicios de lo los m ártires.N ém ie venerab ven erabaa a san Juan (y
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Leyenda a dorada dorada ).Fue ella,a fu tam bién bién a san Pablo,y la Leyend fuerza de de citarlos,quien m e hi h izo descub escubrir su su pens ensam ient ento.H ast asta ent entonces on ces –has –h astta qu que llegó N ém ie– yo sólo veía en ellos precep preceptos aborr aborrecibles bles y tan tantto m ás ri ridícul culos cuant cuan to que du durant ante siglos habí habían cons con siderad eradoo indiscuti scutibles bles y habí h abían llevado evado a los hom hom bres a arrod arrodillarse y a asu asumm ir un una falta ficti fi cticia. Lo cierto es que, qu e,por m iparte,nisiquiera po podía ent entend ender la idea de de creenci creencia. Tení enía qu que intent entar im agi aginar lo que po podía serla fe. C uand ando era era ni n iño hacía pr pregun eguntas a m ialrededor ededor,,pero ero no m e atrevía a interr errogar a N ém ie sobre es este tem a, porqu orque sabía qu que la hab habrí ría con contrari rariado. ado.Llegué egu é a a la con conclusión de qu que creer creer era un una experi exp erienci encia bast bastant ante sim ilar a lo que debí debían sen sentir los niñ niños m onol on olingües gües en entre los que que tan intensa ensamm ent ente habrí habría des desead eadoo cont contarm arm e:en su casa casa sólo reson esonar aríía un un único idiom a. E n los labio abios de su sus m adr adres nunca la im presi esión de pose po seer er,en esa esa ún única cont continuidad sono sonora de de su sus bocas y oídos,una sola ti tierra erra qu que ni nisiquiera con conocían. an .Su única lengu en guaa era todo ellengu enguaj aje di dispo sponible baj bajo elcielo. Su terri erritorio no era un una prov proviincia,sino la T ierra erra ent en tera. Su fam ilia est estaba en elcentro del d elm undo. E n cuan cuantto a m í,a part partir de m idim inuto exil exilio interior,desgarrado ado ent entre tres lengu enguas, as,cada cada cual cualem pleada eada para ara ocu oculltar lo que se decía en ella,no lograba ent en tend ender.M e habrí habría gus gu stado ado ent entrar en en la cabeza cabeza de de N ém ie para ara introducirm e en la creenci creencia m ism a. M e habrí habría gus gu stado ado ent entrar en en su vida secr secreta.C onocím ejor su cuerpo cu erpo y sus sus reacciones, es,e incluso sus sensaciones on es,,que qu e eleco qu que ella pr prest estaba en su alm a a lo que qu e est estábam os viviend endo.N unca su supe nad nadaa de de su su infanci ancia.N ada ada sobr sobre los m otivos vos de esa esa po pobreza que qu e la hab habíía vuel vuelto tan tan com com pleja,tan inexpl explicabl cablem ent ente retirada y m odest esta,tan im periosa y, y,a la vez,tan inhibida.N ada ada sobr sobre su su ado adolescenci escencia.N ada ada sobr sobre elam or que la hab h abíía em pujado ado a casarse, casarse,sobre sobre elafecto ecto que sent sentía po por su sus hij hijos. V ivíjunto a su secreto.C om partíenseñ enseñan anzas, zas,luego su cuerpo cuerpo,,luego su silenci encio.Pero, ero,para sertotalm ent ente sincero,nunca desvel d esvelé su fe.N isiquiera llegu egué a ent entreverl everla. *
E n eluniverso todo tod o se estira,se po polariza.Todo se di dilata ata en elcielo o en elm undo.E sta exp expansi ansión delsilenci encio sobre sobre ellugar gar que que se enraí enraíza,esta exp expansi ansión delsecret secretoo sobre sobre elcuerp cuerpoo que se ocu oculta,esta exp expansi ansión y este acot acotam ient ento,este océan océanoo qu que se se exti extiend ende y est esta insularización que se se concen con centtra en la intim idad extr extrem a creaban eaban una un a prof profun undi didad dad que qu e los dos com com part partíam os m ásaún por porque qu e no la com com part partíam os con con nadie m ás. ás. * N o estaba aba en elpunto de d e m ira de de nad nadaa ni nide nad nadiie.N ém ie era era si silenci enciosa,severa. severa.M ás im púdica que qu e sen senssual. Tení enía un un tem peram eram ent ento silenci encioso,que qu e sólo enar enarddecía elgesto.E lam or abría de de rep repent ente lo incom unicable, com o una llave.Tam bién bién los libros,cuan cuanddo son herm erm osos,no sólo echan echan abajo las defens ensas delalm a,sino todas las fortificaciones on es del delpensam ensam ient ento alque,de pr pronto,pillan despreveni esprevenido. Tam bién bién los gran grandescuadros cuadros que que colgam os en las las paredes, aredes,cuan cuanddo son adm irables, es,abren abren la par pared ed m ejor que que una pu puert erta,una vent ventana, ana,un m irador ador,,una tr troner on era, a,etc. A ligual gualque qu e la m úsica con conmm ueve m ás allá de un uno m ism o e im pone on e su sus ritm os alcorazón corazón y a la res resppiración y
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a la separación prim era,y a la angu angust stia pri prim ordialque la acom acom pañab añaba, a,y a la espera qu que nace nace de de ella a lo largo de to toda la vi vida. * C on N ém ie,la rel relación sexualdejó de ser,para m í,únicam cam ente ente hum hu m ana.Es decir,m áso m enos eno s anón anónim a. La des desnnudez dej dejó de serun est estado ado interm erm itent ente,extr extraviado, ado,que se descarr descarriaba de vez en cuan cuanddo en el arrab arrabal aldelinstituto.U na apari aparición azarosa azarosa baj bajo elpant antalón o elvesti vestido.U n origen devu evuelto alolvid vido en el instant ante en que lo vem os.Se vol volvió person ersonal al.D espués, espués,singul gu lar.Y luego m últiple.A pasionant ante.Portent entosa. Im previsible.¿H abría algo que qu e no no m e ense enseññara? ara? N ém ie jurab raba,sin duda por por del delicadeza, cadeza,que des descu cubrí bría lo m ism o que qu e yo y alm ism o tiem po.Q ue no sabía que qu e existía lo que q ue hací h acíam os hast hasta que qu e lo hací h acíam os.Sin em bargo bargo no n o hací h acíam os nada nada que que no haga todo od o elm undo,pero ero m antení anteníam am os la puer puertta res resuueltam ente ente abiert erta a esa esa nad nada. a. * D ebo conf con fesar esarque qu e est este est estado ado de uni un ión ha si sido poco fr frecuent ecuente en m ivida.N o ent entiend endo bien por qué qu é en el curso curso de d e los años años,las decenas de años años que qu e si sigui guieron eron,,no lo eché eché de m enos enos m ása m enud enu do.C on otr otras m ujeres,en otros ab abrazos, razos,elrespet respetoo,la relació ación soci social,la ad adm iración que les tení en ía,la di d istanci an cia vo voluntaria (la terri errible apr aprensi ensión que du durante rante año años m e pr provo ovocó su talent ento para la intuición),elsim ple m iedo, edo,la conven convenci ción, ón ,elpud pu dor cont contrari ariaron aron a m enud enu do m is deseos. eseos.La afectación, ón ,o la preocupaci preocup ación por que que no no m e am aran aran lo suficient ente,o un am or excesivo, vo,o m ás bien excesi excesivam ent ente expr expresad esado, o,cul culpabil abilizaro zaron la cod codicia.La cost costum bre qu que nací n acía de de to todo ello,la repetición que la seguí seguía,la con consideración o la sim patía qu que se con consolidaban aban son con consejero eros m uy restricti ctivos. vos. C on Ibelle descu descubbría un un am or físico irr irresistible,pero ero cu cuyos yos gestos se vol volvían vían de inm edi ediato m utuam ent ente inadecu adecuad adoos y casi casivol voluntariam ent ente m onót on óton onoos.C om o sila m ani anifest estación cont con trolada ada y pacien pacientte deldeseo eseo físico hu hubier bieraa hech hechoo du d udar delam or que qu e sen senttíam os eluno po p or elotr otro. * U no siem pre se se sorprend sorprendee aldescu escubri brir hasta qu qué pu punto pueden est estardesu esunidas la pas pasiión am orosa y las audaciasdelabraz abrazo. o.Pero Pero hay h ay un m oti otivo:no pr provienen delm ism o m undo. un do.Y no penet p enetran en una un a m ism a oscuridad. ad.A veceslos dos dos m undos form an uno,pero ero sólo por pur pu ro azar.Sise encuen encuenttran escasi casien cont contra de su propi op ia nat n aturaleza y de d e su innegabl egable intensi ensidad. ad.Y a deci decir verd verdad no es que que se encu encuen enttren: en:coin coinciden. en.E s com o un accidente: ente:elencuen encuenttro de d e un un árb árboly un un coche coche roj rojo.E s im previsible en la la m edid edida en que qu e no no hay m anera anera de organi organiza zarrlo de d e ant antem em ano. ano. * E lla gi giró de repen repentte eltabu aburete del delpiano ano hacia m í. M e m iró con sus pequeños pequeños ojos negros negros..
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C olocó las m anos sobre las rodillas.Yo le cogíla cabeza entre las m anos y la estreché contra m í. –C reo que estam os com etiendo un error –m urm uró. Yo negaba con la cabeza.Ella no lo vio,pero debió de sentirlo.Em pezó a repetir m inom bre com o una letanía.En voz m uy baja. A síescom o m inom bre se convirtió en un lam ento. * Ella llevaba m edias griseso ahum adas.Y botinesm arronescon cordoneras.N unca había que hacerle preguntas sobre nada. En casa,cuando no tenía clases,solía llevar un viejo traje sastre de lana blanca,cerrado con un broche. Elpelo m oreno con raya en m edio,elm oño lim piam ente recogido,justo encim a de la nuca,sujeto por una peineta de concha casiroja. * La habitación era oscura y estaba parcam ente am ueblada.U na cam a verde,un sillón tapizado con una tela que representaba a Saúlcantando.Sobre la chim enea,un gran espejo inclinado en elque uno se veía de cuerpo entero.D elante de la chim enea una estufa m oderna de color verde,un cubo para elcarbón,una pala, una escobilla am arilla y rosa. Elfuego ronroneaba ruidosam ente.N ém ie era friolera. Las llam as lam ían la m ica. A la derecha había un aparador de dos cuerpos donde guardaban la ropa blanca. Elpapelque cubría las paredes repetía m otivos rojos que y ano recuerdo. * La cocina daba alnorte. Junto a la puerta de la cocina había un gallinero con cuatro gallinas.C ostum bresde pobreza y de guerra que N ém ie había conservado.C erca dellaurelque se tendía sobre elIton estaban los conejos,en cuatro arm azones de m adera que se habían vuelto grises a fuerza de em paparse e lluvia. Pasa lo m ism o con la afición a los restaurantes.Revela carencia,pobreza,desaparo.Por eso los grandes cocineros son tan gruñones,y los gastrónom os tan m aníacos y desdeñosos.Seam os sinceros:los que com en en los restaurantes m ás lujosos ofrecen un lúgubre espectáculo. * La puerta está cubierta por una vieja pintura rosa y araña elsuelo alabrirse.Encim a de la estufa,cerca del tubo de zinc que form a un codo para no superponerse a su reflejo,está elenorm e espejo rectangular, inclinado,enm arcado en concha negra y roja.
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Ella está m uerta,pero la veo trabajando,tum bada en un diván am arillo.Siem pre estaba descalza,con los pies recogidos contra los m uslos,delante delespejo. Indica en las partituraseldedo con elque hay que tocar.Lee. A veces m ira su reflejo en elespejo inclinado,le gusta ver su im agen duplicada. Ya no veo realm ente su im agen,pero ella form a com o un círculo dentro de sím ism a –círculo que su im agen duplicada term ina,m itiga,afianza– y se esfuerza aún m ás. Cuando trabajaba así,se retorcía elpelo entre los dedos. La estufa de hierro fundido esm uy fea,con pesados adornos color verde m ostaza.Sin em bargo,en elfondo de m is recuerdos,su aspecto se ha vuelto tan poco corriente que ahora tem o no haber sabido darm e cuenta de su singularidad y quizá de su belleza. Por m ucho que lo intente,no consigo recordar elm otivo de los rollos de papelgranate o ciruela de las paredes.A unque m e parece verform as ovales,jaulas o barcos.Pero sison jaulas,no veo pájaros dentro.Y si son barcos,no veo m arineros. * N o le gustaba elsexo que la contingencia o elnacim iento le habían otorgado.Silo pienso,creo que puedo decir que sólo las m ujeres,en elcurso de m is encuentros,han sido capaces de despreciar con tal encarnizam iento la apariencia genitalque elazar les había reservado.N unca la vielogiar una herm osa figura fem enina.Era uno de sus defectos.N o creo que un hom bre,ante la inestabilidad y la irregularidad anatóm ica y antiquísim a de su sexo,haya depositado nunca en éltanta esperanza,nisentido por éltanto despecho.
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III EL PIANO SILENCIOSO Eljardín era estrecho.N o había un árbolen elcentro. A las gallinas les encanta deam bular entre las ortigas.M e alegra expresar elparaíso que calla dentro de nosotros y que tan poca cosa exhum a. Las veía deslizarse bajo la tela de alam bre a rasde suelo,trashaber picoteado un túnelde evasión.Parece que las ortigas eran su lugar idealpara poner. Yo levantaba la tela de alam bre.C ogía a los polluelos todavía húm edos que acababan de nacery titubeaban junto a su m adre.Loscascarones,rosas y pardos,estaban rotosjunto a sus patas.Ver un polluelo provoca en hom bresy m ujeres una em oción curiosa.A ellos tam bién los han llam ado polluelos m ásde una vez.Tienen la im presión de volver a ver la fragilidad de su nacim iento.Suprim en toda la suciedad.Lo rodean con la ternura de las pálidas plum as.Los hom bres,en sus engañosas visiones,se sienten m ás polluelos que m am íferos. La eclosión les parece un origen m ás verosím ilque las espantosasim ágenes de la gestación y la escena, m ucho m ás dram ática,de la expulsión estridente a la boca delsexo de su m adre. Y entonceselgeneralD e G aulle cedió elSahara a A rgelia. Cuando los generales Challe,Jouhaud,Salan y Zeller vieron que elgeneralD e G aulle renunciaba a las pinturaspaleolíticasdelTassilin'A j-jer,serebelaron. A veces quedan,incrustados en un gesto,en uno de nuestros gustos,en elsonido de nuestra voz,ciertos desechos indecibles y casiinconscientes.Son patitas de cangrejos verdes o fragm entos de caracolas que la m area baja no ha sabido llevarse consigo alretirarse.A síes com o pienso en elpiano silencioso. A sistídos veces a esta asom brosa experiencia,durante la cualN ém ie creía tocar elpiano sin tocarlo. Se quedaba inm óvil,con los ojos bajos,m uy inclinada sobre elteclado,con las m anos sim étricam ente curvadas sobre los m uslos,o suspendidas sobre las rodillas,en elaire,sin alcanzar deltodo la altura del teclado:exactam ente en la m ism a actitud que cuando releíam os interiorm ente,en elfondo de nuestros cuerpos,elconjunto de la partitura antesde interpretarla,com o ella m e había enseñado,salvo que entonces los m úsculos se tensaban,ella se balanceaba,elcuerpo estaba m ás presente y m ás enérgico,y ella gastaba m ás energía. Pero en esos casos,sencillam ente,la segunda vez no era m ás sonora que la prim era. H e dicho que su form a de tocarrecordaba un aterrizaje. En esos casos ella creía haber aterrizado:en realidad,se había quedado en elaire. D espués,cuando yo le decía que sólo había tocado la sonata en sueños,no m e creía.Se reía com o siquisiera
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engañarla,tom arle elpelo. * A hora la entiendo,por fin.Entiendo por fin a N ém ie Satler.A veces pienso,alm enos en lo tocante a la m ayor parte de las obras europeascom puestas desde elRenacim iento hasta la Segunda G uerra M undial,que las hem os oído tanto que nos cuesta oírlas,y que en las salas de conciertos sólo deberían interpretarse com o una m uda pantom im a.Sería una m isa m uy especial.Toda la sala,en elteatro o en la ópera,estaría en silencio.C ada cual,con lo ojos cerrados,evocaría en su fuero interno elrecuerdo de lo que tanto se ha m achacado.Incluso se podrían elim inarlos aplausos com o sifueran una chochez delm ism o estilo.O un insulto a la convocatoria desacostum brada,excepcional,sem elfactiva de la m úsica. * ¿H ay alguna diferencia entre un lector,un escritor,un intérprete,un traductor,un com positor,etc.? D udo que estas palabrasquieran decir gran cosa.Todo traductor interpreta com o sihubiera escrito.Todo intérprete traduce com o sihubiera com puesto.N ém ie decía que nadie debería tocarlo que no desearía ardientem ente haber escrito. M uchos virtuosos de nuestra época deberían hacersuya esta indicación de N ém ie. Porque,según ella,lo que habría que tocar no es la notación de la partitura,nisiquiera elespíritu de la obra; lo que habría que exhum ar esla fuerza que había poseído alcom positor.Exhum ar no es volver a expresar. Exhum ares destruir.Elarte siem pre destruye.Elarqueólogo,cuando desentierra un pozo o una tum ba, descom pone irrem ediablem ente lo que saca a la luz. * La m úsica debía serdicha cada vez,surgiendo de su nom bre im pronunciable,de igualm odo que elnom bre de quien am am os no recibe una m ism a entonación sise dirige a quien am am os o sipor casualidad lo lleva el cam arero de un restaurante,elcajista de una im prenta de pie ante los tipos,elem pleado delbanco detrásde su cristalo elhijo pequeño de la panadera que quiere,a toda costa,serquien devuelva elcam bio. * La creación debía esperar elbrote;elfragor delrayo en elcielo oscurecido por la torm enta;la apertura de la noche subterránea;la irrupción.Todo lo que crea,todo lo que procrea hace oír elorigen. U na buena interpretación m usicalda la im presión de un texto originario. D e un significante que precede allenguaje. Su astro inm inente. U no lee la partitura,que luego resuena dentro delcuerpo com o las im ágenes nocturnas se proyectan en los sueños,detrás de los ojos cuyos párpados se cerraron hace m ucho tiem po.En la m úsica,para N ém ie,no había niyo,nicuerpo,niinstrum ento.N isiquiera un autor.N o es Purcellen persona por las calles de
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Londres.Y sobre todo no eselm ism ísim o Bach lo que invocan las letrasde su nom bre,que élcreyó disponer.Lo que resuena es el“puro signo”.Ese “algo im personal” acude a su fuente;en ese afluir que sorprende alpropio Bach.En alem án,Bach quiere decir río.La partitura canta su parte,fascinándose. C reyéndose elorigen de la m úsica m ism a. * U n herm oso texto se oye antes de sonar.Es la literatura.U na herm osa partitura se oye antes de sonar.Es el esplendor preparado de la m úsica occidental.La fuente de la m úsica no está en la producción sonora.Está en ese O ír absoluto que la precede en la creación,que elcom poneroye,con lo que elcom ponercom pone,que la interpretación debe hacersurgir no com o oído sino com o oír.N o esquerer decir:no es m ostrarse. Es puro O ír. Interpretar m udam ente. U na lengua se habla.Por eso toda lengua se oye.U na lengua que se escribe puede leerse.Pero por eso m ism o,incluso antesde que nadie la lea,lo que se oye en ese leeres la lengua m ism a. Por eso toda literatura m antiene un vínculo personalcon las lenguas m uertas,que deberíam os llam ar expresiones anteriores. Leer en silencio las notas de la m úsica,interpretarla m udam ente (sin pizzicati,sin arco),interpretarla,todo esun m ism o oírse.Es elm ism o tañido;pero que se desfasa para siem pre en eladiós cuando la m úsica se escribe.En ello radica la extrañeza,la cualidad sublim e,la alteridad propias delotro m undo de la m úsica culta:está desfasada en su aliento,en eloírse y hasta en su reverberación sonora a causa de su notación. Incluso para quien la com pone. *
Este oírse previo (m udo) está,por definición,por debajo delum bralsonoro (es el sub de ese lim en):esla sub lim itas propia de la m úsica culta com parada con la m úsica im provisada.Los m úsicos de O riente se inclinan m ás hacia elA ntaño que hacia elsigno (letra o nota).Se inclinan hacia lo retenido,la huella m em orizada en elcuerpo en elm om ento delaprendizaje,varían y deam bulan aligualque elcham án m odela y provoca su viaje y su sueño.Elm úsico europeo es un cham án que despierta después de su sueño,que cuenta su sueño. C om o cuando U lises,ocultando su identidad,coge elm antel,se cubre con élla cabeza y llora en la corte del rey de los feacios m ientras elaedo cuenta,en su presencia,elim posible retorno de su vida que com puso para su vida,com o su estuviera m uerto,elpoeta que la está cantando. * La m úsica,en relación con elcuerpo (con la doble articulación no síncrona delritm o respiratorio a partir delritm o cardíaco),contrae un m uelle hasta su tope. Luego elim pulso (o la insufración,o la inspiración,com o cuando elbañista saca la cabeza delagua,o la
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anim ación). * H ay algo en ellenguaje que se desgañita,algo que dem uestran los cantos de los pájaros cuando elsolse levanta en elcielo y despeja las som bras.Este fenóm eno está tan ligado,en todos los sentidos,a la diferenciación fotofónica de la vida en elvolum en delespacio (la invención inm óvilde las form as vegetales, la invención m ovediza de las form as anim ales,la invención alucinante de los colores,la invención inaudita de los sonidos),que la unidad continua que sella la noche se pierde en ella.Q ue la oscuridad deluniverso desea estar perdida. * Las im ágenes no están hechas para la luz. Todo sueño lo sabe y cada noche lo dem uestra. Las im ágenes son lucífugas y N ém ie m e había enseñado a interpretar con los ojos cerrados,sin em pezara tocar la partitura hasta haberla percibido un instante com o una sola figura. Im agen sinóptica que debía asum irse en com pleto silencio antes de em pezara tocar. * A sus ojos,nuestro am or –aunque ya no com parto esa m anera de concebir elam or– se confundía con nuestro punto de silencio. Ese punto de silencio se confunde con elpunto ciego social. Para am arnos,teníam os que estarcom pletam ente decididos a callarnos.Entoncesseríam os elgrupo antitodos.Para ella,eso eran los am antes;todo elresto delm undo debía quedar excluido;esa exclusión nos uniría m ás;lograría nuestra eterna fidelidad.Cuanto m ás lo pienso –y estas investigaciones sobre elam or que le tenía a N ém ie sólo son ese esfuerzo,ese alfo que pesa,que m e angustia todavía,cada vez m ás,a m edida que avanzo–,m ejor recuerdo que ella pensaba exactam ente así,pero que se equivocaba alhacerque elam or se apoyase en la exclusión de todos los dem ás;la exclusión de todos los dem ás sólo definía elsecreto. N os alojábam os en elm ism o hostalsilencioso,con la enseña de la alcoba prohibida. Yo m e ocultaba en ella com o un ladrón. * ¿Q ué es elam or?A ntesde conocerla,yo no im aginaba un “m undo delam or” com parable a una experiencia fundam entalcom o la m úsica (o la atracción por los libros)y cuyo acceso fuera elabrazo de la desnudez hum ana.Ella m e hizo entraren ese m undo,com o un anfitrión que llevara a un am igo a visitary descubrir su tierra.A ligualque un hom bre que viaja por m arabraza una m edida deltiem po y una idea de la naturaleza diferentes a las que se experim entan en elsuelo m ás firm e y m ás estable de la tierra y de los árboles o las
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m ontañas que rodean su pueblo,cuando la travesía dura m eses.(N uestro am or sólo duró tresm esesy seis días.N uestro am or duró exactam ente noventa y seis días.) * Los enam orados,los am antes,los esposos no designan a los m ism os sereshum anos.Elam or se opone a la vez a la sexualidad y alm atrim onio.Elam or se asem eja alrobo y no alintercam bio social. Lo que ocurre esque,desde la noche de los tiem pos,quien se enam ora designa a la m ujero alhom bre que se sustrae alintercam bio que los suyos,los aliados y elgrupo le han preparado desde hace m ucho tiem po. Los cuentos oponen de form a bastante sim ilar tanto elam or alm atrim onio com o la huida a la alianza. Elam or siem pre se define en los cuentos antiguos a partir de tres características:una gem elidad incom prensible (dos extraños descubren un entendim iento casiincestuoso),elflechazo (la fascinación súbita,no preparada,silenciosa,no m ediatizada),y finalm ente la m uerte voluntaria o elhom icidio o el crim en pasionalque acaba con elam or o m aldice a los am antes.Esta cualidad asocialque m arca elam or, que ,o arrebata de golpe tanto a la conyugalidad com o a los acostum brados lazos sociales,se traduce en las historias antiguas delsiguiente m odo:estar desgreñado,estar com pletam ente desnudo,no tener casa,vivir de aire y de agua fresca,com er alim entos crudos,convertirse en pájaro. * N ém ie tocaba elpiano de m anera prodigiosa.En eltranscurso deltiem po,cada época se sorprende al im aginar que los pintoresm ás im portantes nunca se hayan expuesto en ningún sitio.Yo sólo los conozco a ellos.Siem pre tenía esta im presión cuando,años después,iba a Bagnolet,altaller de Jean Rustin.O curre así en cada siglo,desde elalba.Llam o alba a la noche de los tiem pos.D esde elalba,elm ás anciano prefiere la estación anterior,cuando era m ás joven. Era sorprendente constatar que los m ejores intérpretes estaban encerrados trasm uros tan gruesos,y entum ecidos por una tim idez o un terror de niveles tan patológicos que nadie leshabía oído nunca. Q ue incluso sus cónyuges o sus hijos sólo podían oírlos por sorpresa y,por asídecir,haciendo tram pa. Q ue su concierto era m udo. Incluso cuando la criada estaba allí,N ém ie se prohibía tocar con libertad. N adie cree que exista un escritor de gran talento de quien no se haya leído una sola línea;nique no haya consentido alguna vez en confesarla fiebre que se apoderaba de élcada noche,en un pequeño sótano, apartado de los suyos.Sin em bargo es lo que ocurrió con elduque de Saint-Sim on antesde que se encontraran,ochenta años m ás tarde,cinco cajas llevadas en carreta en pleno invierno,cinco cajas selladas y consignadas en elm esde diciem bre de 1760 en elD epósito de A suntos Exteriores,por aquelentoncesen el quaidu Lovre.Es Lucrecio antes delPogge.Es la gruta que está encim a de M ontignac antes de 1941. Es la gruta C osquer antes de H enriC osquer. C on la diferencia de que algunas civilizaciones han sido exterm inadas con cuerpos y bienes,lenguas y vestigios. C reo que desconocerem os para siem pre jam ás la m ayoría de lasobrasm aestrasque la hum anidad ha creado.
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Son com o ese concierto m udo.Todas fueron ese brote.Fueron ese eterno instante en su surgim iento. Su ausencia en la m em oria de los hom bres debe estar presente com o tal.C om o carencia.Ésta es m ife. * C reo que no se trata,en absoluto,de una im agen.C reo que debem os im aginarese instante de m úsica exactam ente com o un brote en prim avera,replegado sobre sím ism o,em pujando con la cabeza,irreprim ible. La prim avera en la naturaleza esla creación m ism a. N acer,entre los vivíparos,proviene de ella. Buscarla prim avera,esperar los signos que la anuncian,fue la prim era caza constelar. Elbrote em puja con su cabeza pegajosa contra lo visible. Lo que exam inaba la enseñanza de N ém ie Satler no era la técnica,sino la propia atención,la posibilidad de concentración y de surgim iento irreprim ible en elseno delsilencio.Esta concentración m odificaba la técnica.Pero,sobre todo,lo que se veía enteram ente afectado,de form a casidram ática,era elsilencio sobre cuyo fondo podía desplegarse la m úsica.Elsonido surgía en elsilencio,desde elfondo delinstrum ento, com o elhecho de nacer.Elterrible acto de nacer.U n silencio total.Luego,com o un prim er grito. C om o la im previsibilidad irrevocable delplacer. M iadm iración por la enseñanza de N ém ie era servil,total.Presiento alfo detrás delnom bre de N ém ie Satler que habría dado cualquier cosa por conocer.N unca lo descubrí.N o he logrado restituirlo.Pero tengo el presentim iento de una em oción,elestrem ecim iento de una criatura anim ada que se habría ocultado bajo el nom bre.Q ue lo habita de repente y lo levanta,asom a elm orro,se retira,que se m ueve realm ente dentro de la palabra cuando alguien la pronuncia,con una eficacia pasm osa. Q ue realm ente llam a desde lejos. A lprincipio,este nom bre m e hacía tem blar.Buscaba a alguien que m im ente hubiera olvidado,o que talvez se hubiese extraviado en elam or que yo le tenía. Tam bién m e daba esa im presión entonces,cuando tocaba m úsica a su lado. Era una consecuencia im prevista de la técnica que la propia N ém ie m e había enseñado.N o interpretábam os una sonata:buscábam os una idea perdida,que se había olvidado,y que era la obra m ism a.A decir verdad no buscábam os un apellido,un nom bre,un rostro o una persona olvidados,sino un estado que ellenguaje había escindido y que no podría reconocer.
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IV DEL nombre de satler Elnom bre de V ivaldi,por m ucho que en cierta época fuera fam oso entre los m úsicos,llegó a ser objeto de desprecio en vida delcom positor.Esto le causó alanciano una gran tristeza.Pero sobre todo,m ás allá de la am argura que pudo sentir ante eldesdén que rodeaba las obras que había com puesto y que, indiscutiblem ente,eran tan herm osas,em pezó a tener auténticas dificultades financieras,por no decir apuros,que ensom brecieron los últim os años de su vida. Tuvo que resignarse a alquilarle una habitación a un casero que se llam aba Satler. A ntonio V ivaldim urió a finales delm esde julio de 1741 en casa de H err Satler,en V iena,cerca de la puerta de C arintia,y fue inhum ado en elcem enterio de los indigentes. Por toda m úsica,sólo tuvo derecho a lascam panadasde los pobres. ElK leingeläut.
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V Todavía m e digo:“N o sé lo que ella sentía.N o sé cuálera su verdadera naturaleza.Sé que no la poseí,porque alposeera una m ujerno se posee nada.N o se penetra en anda alpenetrara una m ujer.Sé que no la abarqué alabrazarla.Pero la am aba”.
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VI Ya no teníam os derecho alrestaurante.A ndábam os en círculos en cinco m etros cuadrados.C on la nariz pegada a una alfom bra de cartas y,encim a de ésta,una cesta de fichas y una caja de juegos. Las peleas de pareja tam bién son partidas de cartas. Robam os cartas a la culpabilidad delotro,en silencio. N os cuidam os de no enseñarla carta que hem os cogido.D espués,bruscam ente,desplegam os la victoria ante los ojos deladversario,que palidece.Cuando,alcabo de algunos años,lo hem os ganado todo,lo hem os desvalijado todo,podem os irnos.Los divorcios son esos juegos.Por joven que fuese,esos juegos ya m e parecían partidas fastidiosaso que se volvían indefectiblem ente sádicas a fuerza de ser lentas.Jugam os durante dos sem anas.Voy a contarcóm o nos interrum pim os bruscam ente. N o cuando tocaba,sino en público,sin duda por culpa de su tim idez o de sus terrores,o por la ausencia repentina de m úsica,ella no tenía m uy buen oído.Por eso m e hacía repetirle lo que acababa de decir. Yo tengo la voz apagada. N ada ha conseguido que la coloque tras una m uda desastrosa que hizo que m e rechazaran en las dos corales que eran m im ayor alegría.M uda que m e desterró para siem pre no sólo de todos los cantos,sino incluso de todos los tarareos.Para colm o,yo tenía elm alhadado hábito de dejar la frase en elaire apenas em pezada, com o siya entrañase no una evidencia sino una traición,com o siya arrastrara su destino de ridículo error. Esta costum bre irritaba a N ém ie,que una vez m ásse em peñaba en hacerm e repetir lo que yo ya no deseaba decir..La habría m atado.N o soportaba elridículo interior en elque m e sum ía la repetición de una frase anodina,la reiteración de una brom a sin gracia,elrefrito delrefrito delrefrito de una inacabable estupidez. Para no tener que repetirla,la solución m ás sim ple que se m e ocurría siem pre era abstenerm e de hablar.Su propia tim idez recelosa m e anim aba a callar.Y asíllegué a recurrir a una taciturnidad sistem ática que casaba con la genuina devoción que ella sentía por la autenticidad y elsilencio. Los silencios,que están com puestos de una sustancia m ás privada y m enos belicosa que ellenguaje colectivo,sefascinaron.Encajaron. Lo curioso es que alprincipio m is silencios la hicieron sufrir (cierto que sustituían a una frase incom pleta cuyo significado ella no había entendido bien,hasta elpunto de que en elacto m e im ponía que volviera a decirla).Luego,estos silencios que la llenaban de rabia se ajustaron a los instantes concentrados y m udos en los que ella le gustaba m overse y vivir. * –¿D ónde estaba usted? Yo callaba,llevándom e un dedo a los labios. –Es dem asiado fácil. Y cuando m e acercaba,lo prim ero que ella hacía era negarm e sus labios. 31
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* Em pezam os a contener laspreguntaspara serfielesa nuestro nuevo m odo de vida.N ada es m ásdoloroso que esas frases form adas,que uno tiene ganas de decir y que debe dejar disolverse en su fuero interno, aunque su expresión es la única form a conocida de deshacerse de ellas.Yo conseguípoco a poco hacerlas vacilar dentro de m í,tom arlas a brom a para perderlas.C uando no lo lograba,las escribía y luego rom pía su endeble soporte.Tenía que ganarle por la m ano a ese lenguaje m ás fuerte que elalm a,a toda costa.Tam bién llevé un diario.N o lo he conservado.La violencia y la estupidez delejército pasaron por encim a de todo ello y ya no sé qué destino tuvieron esas páginas de desahogo. N egándonos a explicarnos,talvez evitábam os caer en las redes que despliega ellenguaje,en sus reglas del juego codificadas,pueriles,escolares,agonísticas,retóricas,autoritarias,dem ostrativas.A sínos libraríam os de la tram pa donde la relación de fuerzas de los saberesy la guerra de posición de las edades prevalecían, im perceptiblem ente,sobre la transm isión de la em oción,es decir,sobre la influencia directa de la sensación delpensam iento. * Todo lo que venía a los labios debía perecer.A labrir la boca habríam os perdido elhálito delalm a.Incluso la conciencia tenía que desocuparse un poco de todo.Ya no era una reserva de rencoresni,sobre todo,un depósito de arm as. Poco a poco,juntos,percibim os cosasque no tenían nom bre. M ásexactam ente,cosasque no correspondían a nom bres. Todo lo que era ajeno allenguaje,todo lo que era áspero,sin refinar,indivisible,tenaz,sólido,im perceptible nos abordaba,se acrecentaba.En elsilencio,los oloreseran m ucho m ás num erosos.Se aglom eraban resplandores nunca vistos,colores nuevos. N uestros cuerpos se resistieron m uy deprisa,con una sutileza y una rapidez que sin duda la m ente de quienesviven hablando a todas horasnunca podrá im aginar. Ser ajeno allenguaje descubría algo.D ragaba algo.A unque sólo fuera la extrañeza de todo,com o un nuevo sentido.C om o un tacto m udo y conm ovedor. N o entendernada de nada esun órgano m aravilloso. * D urante los tres días que definen la Pascua según la liturgia de los cristianos,los m aitines se llam an tinieblas. Ellenguaje se apaga hasta im pregnarse de la noche que lo precede. La Pascua cristiana está form ada por tres m om entos:eljueves de agonía,elviernes delcalvario y elsábado delsepulcro. La literatura entera se halla presente en las características de este ritual,cuyo origen parece m ás antiguo que
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elpropio cristianism o.Es elsacrificio de las litera,letra por letra.Son los tres días en que se extinguen las letras delalfabeto,una tras otra.Se trata delalfabeto hebreo,es decir,fenicio.Se extingue aleph.Se extingue bet.Se extingue gim el,luego dalet...La voz las adorna m ucho tiem po,las engalana de un m odo m aravilloso, las cercena de form a conm ovedora antes de abandonarlas alsilencio.A síse extinguen una a una las letras que com ponen no sólo las palabras de los hom bres,sino ellibro donde elEterno se reveló antes delexilio en Babilonia,en resum en,elnom bre indecible de D ios m ism o. Entonces cesa elsigno.C esan todas las m oléculas que de élse derivan (nuestros nom bres,nuestras genealogías,nuestras ciudades,nuestros am oresya no son nada). Entoncesm uerte elVerbo. Por lo dem ás elcarnivorism o,la antropofagia,la teofagia cesan durante tresdías. C om o en elam or,durante el triduum pascual,lenguaje y luz se identifican,noche y silencio se confunden. Cuando llegaban los gestos delim pudor,las partes delcuerpo que quedaban aldesnudo,com o otras tantas letras descom puestas,hicieron surgir una realidad m ás grave.Elm utism o acarreó una voluptuosidad m ás concentrada y m ás lenta.Los vaivenes m ism os,que son com o elorigen involuntario delritm o en el advenim iento de la alegría,alaum entar en núm ero se volvieron m ás im previsibles y m ás lentos. Su arritm ia,su irregularidad pueden com pararse a las pequeñas suites francesas de la época barroca –que en nuestros díasnunca se interpretan com o habría que hacer–,m ucho m ás dolorosas y desarm adas,m ás desconcertantes de lo que se suele creer,m ás im pregnadas de danza –elplacer inherente,fluyendo, brotando,erigiendo,elplacer evidente de levantarse,de bailar– de lo que las reinterpretam os. Las grabaciones las repiten com o sise pudieran leer,tocar y escuchar sentados. Elam or esanacrónico,y la lentitud –elm ás anacrónico de los tem pi,es decir,elestrem ecim iento m enos depredador– le conviene tanto com o elno-lenguaje.Jean Racine decía que en las representaciones delam or había que instilar cierto alejam iento,cierta inverosim ilitud,cierta tristeza m ajestuosa.Elestupor casa con el deseo.Eldeseo sólo puede nacerconcediéndose poco a poco,y no habiéndose concedido. Cuanto m ás silencioso es ellenguaje,tanto m ás se derrite com o una vela su disidencia y m ás arcaico se vuelve. * Los am antesestán aislados delm undo y deben vivir com o lo que queda de un pueblo prim itivo que el tiem po m ism o ha perdido. Los am antesdeben vivir desam parados por elam or que se tienen,m ucho m ásen eltiem po que en el espacio.D e igualm odo que fue m ucho antesde la historia,en eltiem po puro,o alm enos en elinstante aún sustraído altiem po,cuando la genitalidad se extravió alposarse en sus cuerpos. Entonces,en ese tiem po sin conciencia,los prim eros hom bresla experim entaron m ucho antes de percibirla. * Ellenguaje es un filtro de receptividad organizada,una hospitalidad exogám ica y a la vez m uy selectiva.Es un guardafronteras extraordinariam ente obsesivo.Está hecho para decir lo que no es,bajo la form a de lo que
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ya no es o de lo que desearíam os que com pusiera lo eralo de lo que querríam os que lo realestuviese dispuesto a hacer.Ellenguaje es una colección colectiva.Siem pre esalgo de todos,disponible para todos, antes de ser para sí,sies que alguna vez lo es. Los deseos,las pérdidas,las decepciones,las nostalgias,las recrim inaciones,las quejas form an dentro de nosotros un coro antiguo que busca una víctim a,a serposible externa,para lincharla. Siem pre es un coro de m oda.U na coraljuvenilque repite las palabras de la generación delpadre y de la m adre. U n código que incrim ina y recrim ina. Ellenguaje no es una herram ienta de la felicidad y nunca es una creación individualo singular. * Ellenguaje se convirtió en m iadversario personal,sies que no lo había sido desde que lo reconocíen elaire atm osférico,en form a de odiosasondas.N adie hace de la m úsica y luego de la literatura las pasiones de su vida por capricho.Si querem os sobrevivir,las palabras son cosas sospechosas,recientes,fútiles. A lprincipio,la vida fue expresión de sím ism a. La carne que la m anifiesta y la reproduce sigue siendo su único rostro verdadero.Las palabras no constituyen un rostro.La vida puede prescindir dellenguaje.La palabra es un lujo sin elcualla vida es posible.Cuando hablam os,no habla elorigen:som os nosotros quineslo adornam os o quienes,m ediante la palabra,m ediante nuestros propios rodeos y la propia división de nuestro río en varios brazos,form am os una pantalla ante lo que inventó la palabra.La inm ensa extensión delm ar disim ula elm anantialm inúsculo y fresco que contuvo y lo contiene aún en lo alto de cada m ontaña. A síque m architam os de antem ano lo que iba a abrirse com o una flor en un extraño acto. Por eso la palabra es,obviam ente,aún m ás inútilque nefasta. * D urante elreinado de Luis XIV,los jansenistas tom aron prestada de los m onjes deldesierto esta frase:toda conversación es peligrosa. Lejos de recogernos y de dejarnos absorber por entero en elam or que nos había lanzado eluno contra el otro y en la com unicación directa,no verbal,encantada,fragante,desnuda,turbadora que nuestros abrazos entreabrían,habíam os hablado tanto...A currucados uno frente a otro en la cam a deshecha,desnudos,en la oscuridad,en elresplandor rojo que venía de la estufa a finales de invierno,hablar interm inablem ente de nosotros m ism os nos había vuelto a sum ir en una soledad,una preocupación por nosotros m ism os que ningún yo en nuestro fuero interno m erece,una auténtica m iseria,una pose m iserable. N os convertíam os en m entirasa fuerza de pretender ser sinceros. N os apegábam os absurdam ente a las palabraso a los juicios que pronunciábam os.N os enardecíam os con lo que elotro decía de sím ism o para sacarde ello ventajas cuyo uso resultaba perverso. A llenguaje le gusta contradecir.Y no sólo le gusta contradecir:ellenguaje nos vuelve im pacientes por hablar.Busca elascendiente.Su función es eldiálogo,y eldiálogo,digan lo que digan en nuestros días,es la
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guerra.Es una guerra verbalen lugar de un duelo físico. A los cabecillas siem pre les ha gustado,antes que cualquier otra cosa,ellenguaje. H asta la propia audición dellenguaje,que exige los ojos abiertos,es decir,que separan de todo lo que se siente. D escubrim os un tiem po que no com partim os,que no vivim os juntos,cuya evocación nos hacía daño. Em pecé a querertom arpartido en todos los juicios que N ém ie hacía de m odo perentorio y que m e parecían falsos.Se entrem ezclaban las indirectas vengativas,los interrogatorios celosos.La cólera nos excitaba por culpa de confesionesque nunca tendríam os que habernos hecho eluno alotro. * ¿Q uién escapa a la desgracia de una palabra de m ás? * Ellenguaje no es contem poráneo de la diferencia entre los sexos. N o es adecuado para elam or. Ellenguaje esm ucho m ás reciente que la separación que opone a hom bres y m ujeresy que distorsiona la naturaleza.Ellenguaje esm ucho m ás reciente que lo que los reúne en elabrazo,lo que los m adura en la gestación,lo que los reproduce en elalum bram iento. Im aginem os un ordenador dentro de una gruta paleolítica:la distancia que separa alprim ero de la segunda no estan grande com o la extensión que separa ellenguaje de la sexualidad. Ellenguaje aleja alam or,aligualque la sexualidad incom oda allenguaje y no deja de ocultarse en él.La diferencia sexualno puede desnudarse en ellenguaje. * Elsilencio escom o un trapo húm edo:quita elpolvo sin hacerlo volar. La superficie de la estantería negra brillaba en elsilencio. La superficie delespejo resplandece,sus ojos se agrandan,la pielde su torso bebe la luz,todo espera. * La pureza en elam or es que la desnudez,la pobre desnudez silenciosa,pasa a prim er plano.La pureza (llam o pureza a la diferencia sexual) se yergue de m anera inevitable,irresistible,ridícula,m aravillosa,intratable. Elam or ya está en esa inevitable audacia.En ese desnudam iento de lo que precede allenguaje,de lo que el lenguaje no dom ina y la sociedad quiere olvidar m ientras indica un origen natural,deshonroso y no social para su renovación.Lo sexuales lo innom brable.Todo am or se consagra a este secreto de lo innom brable. D esde la pureza bestiale indecible a lo socialhum ano,hipócrita,parlanchín,confusísim o.Elviejo erem ita que está entre las piernas desvela su rostro.
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Pero la palabrería retuerce la realidad en ellenguaje y poco a poco la desarraiga y la olvida. * N o es posible m entir a los afásicos.Los afásicos no com prenden las palabras,pero la percepción que tienen de la sinceridad delcuerpo de quien habla es,en todos ellos,un sentido infalible. Los m édicos cuentan que cuando por suerte (¿por desgracia?)consiguen que un afásico recobre ellenguaje, pierde en la m ism a proporción la intuición directa delsignificado m ás allá de las palabras,elsignificado extraverbal,tonal,m usical,em ocional. A m edida que una enferm era o un profesor lesenseñan los rudim entos dellenguaje (m ás concretam ente,a m edida que com ienzan a esperar un sentido tras las palabras pronunciadas)se viene abajo ese acceso directo,sponte sua,involuntario a la expresividad sensorialdelcuerpo que tienen delante. * Los hom bres y las m ujeres sólo pueden entretejerrelaciones profundas cuando em piezan por hacerse cargo de los hilos verbalesy em otivos m ás espontáneos que preceden a la lengua adquirida,por rem ontar uno a uno los telaresde los rituales m ás antiguos que constituyeron las sociedades anim ales:talvez entonces puedan pasara lo hum ano,a pensarcon ellenguaje,a com ponerm úsica,a pintar,a anudar lazos de am istad, a vivir m ás profundam ente,a am ar.Q uien quiere saltarse las etapas de una vez cae,no dice nada,vocifera,es m ás anim alque un anim al,extiende la m ano delante de su cara,hacia eltirano,dando alaridos. Los buenos m úsicos hacen sonarla m orada m ás antigua delcuerpo (la m orada anterior,la caja de resonancia,elvientre,la cavidad uterina). N o hay duda de que la m úsica eselarte m ás antiguo.Elarte que precede a todos los dem ás.Elarte que toca ritm os desfasados delcorazón que late y ensangrienta la carne,de los pulm ones que inspiran y espiran el aire delque la boca tom a una pequeña parte para hablar. Y que después los asocia a los de las piernas que patean,las m anos que golpean. A ligualque lastortugashacen su nido en la m ism a arena donde su m adre puso sus huevos,com o su m adre y la m adre de su m adre, aligualque los salm onesdesovan en elm ism o m anantialdonde sus padresfueron a m orir para alum brarlos, quienesam an de verdad no se avergüenzan de buscarelam or antiguo que ha precedido su existencia singular,o alm enos autónom a. Esa vergüenza que no hace acto de presencia entre quienesse am an recibe elnom bre de im pudor. Elim pudor silencioso es la decencia extrem a delam or. * Elam or antiguo es la dependencia,doblem ente rítm ica,de la vida.Es la esclavitud de supervivencia que entre los vivíparos se le debe a la m adre después de que elcuerpo individualse haya separado de ella, m ientrasque la neotenia acrecienta,adem ás,esa dependencia fascinada.
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U n am or que en elhom bre es «antiguo» porque elparto es m ás«prem aturo» en elhom bre que en cualquier otro m am ífero. Elam or antiguo extraía la vida deldepósito activo que elprelenguaje había dejado en nosotros.Porque durante años hem os confiado huellas aldepósito,en elcuerpo,de lo que precedía a la m em oria.Este depósito es eltesoro.Esta área no verbales elespacio m ism o delsilencio.A prender una lengua quiere decir que nunca hem os hablado. * A lprincipio fue un juego de inhibición psíquica,un juego de estupor sexual.Q ue se inclinó hacia la m ística sin que nunca nos atreviéram os a insinuar una palabra tan pretenciosa.¿Por qué se habrá vuelto tan incóm oda esa palabra? En griego, m ystikos,ese pequeño adjetivo,quiere decir silencioso.N o tienen un m atiz m ucho m ásprofundo que la palabra latina infans,igualm ente sencilla,y conm ovedora. Elsilencio dejó de serun «callarse».Se convirtió en una jerga de sensaciones y signos que conseguían traspasar la pielgracias a la com plicidad delsilencio. * A lprincipio,la penum bra lo ofuscaba todo.Sólo se distinguían las cuatro m inúsculas lum breras de m ica de la estufa.Luego enrojecían y em pezaban a irradiar un resplandor que progresivam ente que progresivam ente nos perm itía ver nuestrasform as,luego nuestros gestos,luego los reflejos que proyectaban en la superficie delespejo. Elacecho está vinculado a las tinieblas.D espués,a la inm ensidad desconocida y flotante se sum a la noche antigua.D espués,antaño,sobre elfondo negro de esta tiniebla se atisbó elcam ino de los astros que avanzan en elcielo nocturno. La densidad delpensam iento en la oscuridad es vecina de la intensidad de la excitación en la incom odidad. Elolor oscuro y por ello m ás fuerte que la im pregnaba,elresplandor que revelaba su cuerpo,lo volvían fantasm agórico.A fuerza de serelcuerpo singular de N ém ie y su silencio,ya no era N ém ie. Q uiero defender elsiguiente argum ento:la desnudez y la som bra son colaterales.La desnudez ilum inada por la lám para,o cuya carne dispuesta brilla en elespacio social,no está desnuda.Todo lo que se despoja de su form a va hacia la desnudez.Por elcontrario,todo lo que se exhibe se perfila,reclam a la m irada,se m uestra,afirm a una voluntad de aparecer que eslo opuesto a la desnudez,o alm enos lo opuesto al desvelam iento de lo que se oculta. * Los dos ganam os con elcurioso juego delsilencio.D e la no separación.Eljuego delSilencio hospitalario. * Inventam os,por casualidad,una pared de silencio.Es curioso que esto se m e ocurriera a m í,cuando ellogro
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era totalm ente de N ém ie o,alm enos,cuando esta noción se derivaba directam ente de lo que N ém ie m e enseñaba alm ism o tiem po:grabar elconjunto de la partitura en elcuerpo antes de tocar. En la m úsica,en efecto,se trataba de separarse de la partitura para grabarla com o una letra única,una cifra única,en elcuerpo. Sihablar es un m edio de investir alprójim o y colonizar asíla m orada interior,la cavidad interior –elalm a– con elpensam iento,con una sustancia de sícasiinm aterial,uno no puede pretender acercarse alotro hablándole de sím ism o aloído. Elsilencio perm ite escuchar y no ocupar elespacio que deja desnudo en elalm a delotro. Sólo elsilencio perm ite contem plar alotro. C allando,nieluno nielotro se parapetan trassu pensam iento,no pisan la tierra de la otra patria.En el silencio,extraño frente a extraño,am bos intim an.Es elestado de la extrañeza íntim a.En elverdadero abrazo descubrim os que elcuerpo habla una lengua extranjera,extraordinariam ente silenciosa.H ablando no la entendem os.Pero siescucham os elsilencio,podem os aprenderla. * Ella no tenía derecho a gritar;yo no tenía derecho a responder;am bos nos m ordíam os los labios;una especie de candado nos aherrojaba hasta elalm a;todo refluía dentro de nosotros;cada sensación se transform aba,por prudencia o con una leve culpabilidad,en una extraña om isión voluntaria.Ellenguaje dejaba de refrescar la m em oria;ninguna ocasión parecía ya oportuna para su cotorreo;elhum or se resentía, a pesarde las alegrías o a causa de ellas,porque éstas y ano podían reproducirse en las confidencias o verificarse en susurros;m endigábam os poco a poco,en elcuerpo delotro,m ás silencio que reconocim iento; no había bienestar;no había futuro porque no había pasado;pero fue la puerta.Fue la extraña puerta.Todo se desplazó poco a poco;lo forzado se convirtió en audacia;lo desasosegado se transform ó en una especie de sentido,lo que nos llevaba aldesacuerdo m ediante la palabra se desvaneció;elsilencio llegó a ser una m ano que entraba en contacto con algo situado m ucho antes de lo que disim ulaban o revelaban las palabras y sus pudoresy sus precisiones escisíparas en elalm a y las evaluaciones sociales que acarreaban;detrásde la desnudez,tocam os lo desconocido.Esta experiencia,tan difícilde describir,es lo que m e em puja a escribir estas páginas.Tuve la im presión de una piedad,de una lección,talvez de una iniciación que se sum aba a las clases de interpretación que N ém ie seguía dándom e;a fuerza se separarnos aluno delotro,nos abrim os aún m ás alabrazo m ism o;nos olvidam os m ás.A fuerza de encerraren nuestro pecho o nuestro cráneo nuestros pobres com entarios interiores sobre lo que estábam os viviendo eluno con elotro,desapareció la conciencia de talvivencia,y con ella eldisim ulo;se desm oronó la reserva,que no es m ás que elorden colectivo alrevés; elpudor se transform ó en algo sucio.La m ano de nuestro silencio ganó en sentido deltacto.U na vez repudiado todo juicio,lo que este tacto se perm itía añadía a la alegría física una especia de luz,una especie de lucidez,y a la lucidez la indecencia.O cultar un secreto puede m atar,pero este gusto por elsecreto no m ató la pasión,sino la idea que nos habíam os hecho de nosotros m ism os,y no dañó nuestra desnudez.Este rechazo a cualquier revelación,tanto a nosotros m ism os com o a los dem ás,de lo que estábam os viviendo, absorbió en su oscuridad los papeles,los usos de la época,las fidelidades requeridas o esperadas,nuestras edades.N ém ie ya no m e hablaba de sus hijos,de su m arido,de su vida,de la m úsica:poco im portaba.Yo
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descubríalgo distinto y,evidentem ente,a ella le pasó lo m ism o.Libresdellastre dellenguaje,éram os cada vez m ás perspicacessobre elgrado de sinceridad o de presencia de nuestros cuerpos ante sím ism os;ya no m entíam os;la pielentre am bos había perdido grosor;sentíam os lo que elotro sentía con una susceptibilidad de cuyo alcance no puedo darm edida.
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VII La m úsica evoca eladulterio.C ada adulterio es una m aravillosa sonata,porque la esencia de la audición está ligada alacecho que nace en elsilencio.En cuanto se creyó culpable,A dán oyó a D ios en las hojas deljardín. Sólo después,en la som bra,se descubrió desnudo.Fue m ucho despuésde N ém ie y de la villa de Verneuil cuando sentíese vínculo que va delsonido a la som bra.Elpom o de la puerta de la casita que daba a la playa era de cerám ica.Parecía un huevo húm edo y reluciente en elcalor de finalde verano.Era com o aceite fresco en la yem a de los dedos. Elm enor ruido era peligroso. Yo em puñaba aquelhuevo blanco de porcelana. G iraba suavem ente elpom o,que daba una vuelta sobre sím ism o. Elpestillo se retraía en la cerradura pero yo no soltaba elpom o,que m ipropio m iedo había cubierto de sudor. Esperaba eldébilchasquido delpestillo alsalir otra vez. Entoncesdejaba que elpom o blanco volviese alpunto de partida.Em pujaba suavem ente elpanelde m adera de la puerta a la vez que tiraba delpom o hacia m í,para que la puerta se abriera sin hacer ruido. * Vuelvo a cam inar por elpasillo en la oscuridad. * Evoco las sonatas que a los hom bres infieleslesgustan m ás que nada en elm undo.Yo tenía m iedo de reunirm e con la m ujerque am aba.Todos los hom bresdesean ese m iedo. Su deseo essu m iedo. * Se hace un nudo en elvientre.M e gusta ese m iedo en la oscuridad,acrecentado por la oscuridad.Elcorazón late m ás deprisa.C am ino en elsecreto com o en la oscuridad. * H abía cruzado eljardín m arítim o. A gacharse bruscam ente en elescalón,junto a la puerta.Q uitarse los zapatos para no dejar huellas húm edas en elsuelo.(O para no llenarlo de arena de la playa.) 40
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C am inarde un m odo absurdo,sosteniendo en la m ano elpar de zapatos con lassuelasm ojadas y un olor todavía tibio.N o voy a describir esas noches en las que ellenguaje era ridículo.Lo seguiría siendo.Siem pre lo será. * N os despertábam os apresuradam ente.N o podíam os encenderla luz sin peligro.A penas nos vim os.A penas pudim os vernos.N o hay duda de que sólo nos vim os eltiem po de enam orarnos.Salíam os corriendo,cada cualpor su lado,para ir a trabajar. * C reo que esdifícilconservar elrecuerdo de lo que ocultam os a nuestros íntim os. * En las prim eras horas deldía,bajo los ojos de las m ujeres y de los hom bressigue habiendo som bras de oscura beatitud que no confesarían a nadie en elm undo.
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VIII EL SECRETO Tener alm a quiere decir tener un secreto. C orolario.Poca gente tiene alm a. * Elam or y elsecreto delotro son lo m ism o.Elam or alborde de la desnudez es com o elsecreto:se halla al borde de la desnudez. * Elpensam iento y elam or están ligados alsecreto.Es elfuero interno,lo privado.Es lo no colectivo,lo no público. Elsecreto esm ásantiguo que elhom bre.M uchos son los anim alesque buscan un escondite cuando presienten la m uerte.La m uerte inventa en ellos elsecreto.Y la tum ba.Y tam bién la soledad.C ierto que la m uerte esla prim era prueba delalejam iento.La distancia llam a a la distancia.La m uerte esla m áxim a distancia delgrupo;la soledad y elsecreto (eldepósito de desnudez en los seres hum anos)sólo son m odalidades m ásexiguas. * C on nadie,en ningún m om ento,he sido capaz de superaresa distancia de soledad que afecta de entrada a todo lo que siento. Q ue lo transporta a una parte secreta donde se deposita. N unca he logrado arrancarde su rincón a esta grieta de silencio m ía en la que todo cae nada m ás em pezar. Sin em bargo,elam or eseso:la vida secreta,la vida alejada y sagrada,la vida apartada de la sociedad.La vida apartada de la fam ilia y de la sociedad porque recuerda la vida antes de la fam ilia y de la sociedad,antes del día,antes dellenguaje.V ida vivípara,en la som bra,sin voz,que ignora incluso elnacim iento.
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IX EL SECRETO II C am inaba con m isecreto esperando la noche. U n río atravesaba los parados que los álam os separaban entre sí.Era elAvre.A dos m etros,lo flanqueaba un bosquecillo de alisos. H abía m uchas cornejas y pequeñas m irlasde color castaño claro.M e apoyaba en elm uro en ruinas de la fortificación delduque G uillaum e.Encajaba los pies en las piedrasdesprendidas que había entre la hierba. M e rodeaban zarzalesy m oras. C ontem plando elpueblo y los tejados de pizarra que brillaban bajo elsolponiente. * Cuando llegaba a los alrededores de la plaza Saint-Jean,m ientrasavanzaba silenciosam ente alotro lado del Iton,lo prim ero que notaba era elolor de las conejeras que había alfondo deljardín de N ém ie.Cuando la noche era oscura,la sofocante pestilencia de los conejos m e perm itía orientarm e con seguridad. Luego m e agarraba allaurel. Cuando ya había cruzado a la otra orilla,a poca luna que hubiera,veía los ojos rojos y fosforescentesde los conejos;luego,a partir de los ojos,distinguía sus siluetas,las orejas erguidas,sentados com o leones o esfinges sobre sus patas traseras.Los aterrorizaba alpasar junto a ellos en la oscuridad.Veía que tenían m iedo,que habrían huido de haber podido hacerlo. A veces arm aban un estrépito que N ém ie oía oculta tras la ventana,ansiosa. * Tertuliano decía:Incluso en elparaíso hay que disim ular.La prim era m ujer,en elEdén,tendría que haber guardado su secreto.Incluso D ios lo guarda:a nuestros ojos,es inescrutable.Es im penetrable en sus designios.Es eternam ente silencioso. Eva tendría que haber callado.Ésta era la tesis a la que volvía una y otra vez elteólogo cism ático de C artago. Tendría que haber guardado en su corazón lo que la serpiente le había susurrado a la som bra delárbol.N o tendría que haber m anifestado su deseo a A dán,nicom unicareltenor delm ensaje,nitan siquiera tener en cuenta su existencia. 43
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N o entiendo bien por qué elargum ento de Tertuliano no ha tenido la m enor posteridad. Este argum ento tiene una fuerza perturbadora que se transm ite a quien lo lee por prim era vez,hasta el punto de dejarlo desam parado.D ios m uere en este argum ento.(D ios,elVerbo,ellenguaje,eltexto revelado, todo elcristianism o m ueren en él.) * Elverdadero nom bre de dios es Erm itaño. * Los erm itaños repliegan sus pinzasrojas para que no asom en delnácarde la caracola en la que se ocultan. Elpaguro es elseñor del pagus.Lo cualquiere decir:es elseñor de la concha abandonada. Toda lengua es una concha abandonada. Los erm itaños se acurrucan m ásalfondo. Sus pinzastiem blan ante la idea de que puedan descubrirlos. Los erm itaños no dejan de replegarlas.D e hacerlas retrocederdesde la boca de la pequeña gruta que parasitan.V iven encerrados.Se concentran.Es m ucho m ás intenso vivir encerrado que expuesto.H ay especies que guardan secretos,perlas.H ay anim ales expuestos,alados,hay flores,criaturas extrovertidas,la bola blancuzca deldiente de león que m endiga elviento y la dispersión. * Elsecreto no es escapar a lo sexual-m ortal,sino a lo verbal-social. Elalm a esun secreto en todaspartes.Lo que se m uestra esun cuerpo.Lo que se encubra es un alm a.U n hom bre que dice su nom bre secreto ya no tiene alm a. La lengua entraña la posibilidad de callarse,de negarse a expresar. La entraña a guisa de corazón. A ligualque la hum anidad entraña la castidad com o un enigm a dentro de su propia naturaleza anim aly com o un desafío a las condiciones de su reproducción.A ligualque la pintura entraña lo irrepresentable. * Elalm a define elsecreto delcuerpo. * Los secretos propios delam or son los únicos que perm iten entreabrir e incluso abrir las seis puertas de hierro de las prisiones de la subjetividad,elsexo,eltiem po,elespacio,elsueño y la desaparición.
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* V ilos objetos m etidos en lascajas de m adera que rodeaban elcam ión de m udanzas.La cam a de la alcoba estaba apoyada contra la verja.V ila alfom bra enrollada. N o la via ella. V isu espalda en elcoche de su m arido. EntoncesvielSim ca blanco alejarse lentam ente.A delantó alcam ión de m udanzas.G iró a la derecha y luego avanzó a lo largo de la nave de la iglesia.Tom ó la carretera de París.D espués desapareció.N o pude hablarle a nadie de m idolor.Lo expreso aquí.O m ás bien lo disim ulo en estas páginas.
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X -¡Es usted!–le grité a N ém ie–.¡Es culpa suya!Es usted quien ha m atado nuestro am or condenándolo al secreto.D esechándolo,apartándolo de todo y de todos.¡C óm o sinuestro am or fuera basura!
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XI la relacion despiadada Elam or es la relación sin piedad.N ada lo satisface.N o puede esperar paz alguna.Y sies asíno es por culpa delam or nies responsabilidad de uno de los dos m iem bros de la pareja que elam or unce y a la vez exilia, que instala en la pared delotro (trasla pieldelotro) a la que siem pre hace caso om iso, que encaja y m ata. Lo que no puede sertratado niconciliado nisuperado nitrascendido es la diferencia sexualque se halla en elorigen de cada ser hum ano. Q ue espura. Q ue esabsoluta. Esa diferencia es lo incom prensible,lo incesante,lo inherente,la reproductora,la proliferante,la coriácea,la no estacional,la obsesionante. Lo ineluctable de las relaciones sexuales esque son am bivalentes.N o están vinculadas a la desnudez,sino al desnudam iento.Pureza anim alcontam inada por lo que llam am os asco hum ano o pudor.N o hacia la desnudez,sino hacia eldesnudam iento hum ano.Elodio alam or está en elam or com o su conciencia.Y la conciencia le resulta tan útilcom o las plum as a los peces.
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Xii N ada rebaja y envilece tanto com o dejarde seram ado. * N unca hay una auténtica ruptura. Los hom bres y las m ujeresocultan de buena gana este aspecto. Elam or –la extraña com unicación por la que se ponen en contacto dos sensibilidades– subsiste tras las rupturas e incluso tras los duelos.N o es elam or lo que huye.Es uno de sus cuerpos lo que se aleja de un intercam bio que está directam ente em parentado con la m uerte,porque esinherente a la reproducción;y la reproducción es esa inm ortalidad extraña,ese retrato tan parecido,horrible,vivo que pasa por la m uerte de aquellos cuyos rasgos fueron copiados durante la escena que quien resulta de ese acto nunca podrá ver. Q uien resulta de ese acto no puede borrar la huella que lleva en elrostro,en la form a de las m anos,en el color de los ojos. A unque sólo sea en la m áscara que adopta o cree elegir. * C asipuede decirse que elabandonado no puede abandonarelórgano m isterioso en elque se ha convertido y que interpreta todo elpasado. * C orolario.Por eso elnacim iento de un niño siem pre equivale alfinaldelam or:se ha reproducido una apariencia,abandonando trasde síla apariencia fulgurante. La apariencia prim era se ha abandonado a sím ism a. La «cosa» se ha reincorporado a otro lugar. * N o es la com unicación lo que huye,no es la confusión lo que se reordena,com o sielorden y las discontinuidadesdelm undo form asen un estado prim igenio.Som os nosotros quienes,alirnos,hem os sido infieles alam or.Som os nosotros quienes hem os cegado la grieta,calafateado la abertura que se ofracía,que no deja de ofrecerse a los m ortalespuesto que con la m uerte volvem os a pasar por ella,prim ero para deform arnos,luego para descom ponernos,finalm ente para disolvernos. Cuando dos am antes se separan,los dos siguen deseando para siem pre. 48
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Eldeseo persiste en ellos trasla separación.Esa abertura no se sacia nunca.En esto nos m entim os siem pre: som os nosotros quienes rehusam os eldeseo (lo vivo) cuando lo acusam os de abandonarnos. * Todo hom bre o toda m ujerque renuncia a su deseo rechaza su propio abandono. Su nacim iento. Es decir,elabism o que es elverdadero núcleo. Este abism o es elque se abre a los pies delsaltador de Paestum cuando llega allím ite delprom ontorio que se alza sobre elm ar. * Som os nosotros quienes traicionam os la región m isteriosa.Pero elotro m undo es inolvidable,porque precede alnacim iento m ism o.N o vim os la escena que nos form ó.N o la vem os,continuam ente.Esta im agen que falta nos obsesiona.La im aginam os hasta que logram os reproducirla.Todos som os m isteriosos.Y lo seríam os m ás siestuviésem os m enos recargados:cóm icam ente revestidos,ordenados,asalariados, divididos,com puestos,locuaces,trabados.La región m isteriosa donde todo se confunde:desde la rotación de la Tierra altiem po,alciclo de las estaciones,a la reproducción sexuada,a la m uerte que cerca a los seres para rejuvenecer y resucitar,a los astros que distribuyen elretorno de los solsticios,desde la gravedad de las piedras a los cantos y las alas de los pájaros,desde elsilencio y la espera de los peces en elfondo de los lagos oscuros albrote de las hojas en elaire,desde la luz solar a la noche estelar. Pero todos vivirem os la confusión,la inm ensidad,su explosión,su expansión.
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Xiii la escena H ay una m irada a la que no podem os resistirnos. U na m irada que existía incluso antes de la hum anidad. A partir de esa m irada,los cuerpos encajan com o las presas en las m andíbulas de los carnívoros. * Las m ariposas,que son sim etrías de flores,las fecundan por pura fascinación . * Fue en A tranidonde m e dicuenta una m añana,de repente,de que en los antiguos textos rom anos que leía al sol,a principios de junio de 1993,en la terraza que m iraba a la playa y a la srocas negras donde se estrellaba elM editerráneo espum oso y blanco de la prim avera,reaparecía una y otra vez una palabra tan sencilla curiosam ente traducida.Esta extraña palabra era fascinus.Los rom anos nunca dijeron « phallus» para dar a entender lo que los antiguos griegos llam aban phallos.D ecían fascinus,y llam aban fascinatio a la relación que se establece entre elsexo m asculino erguido y la m irada que lo sorprende en esta contractura.Los traductores francesesdecían sexo,lo cualera poco exacto y adem ás tenía un sentido m ixto,particularm ente im pensable para un A ntiguo.Por otra parte,m ientrastraducía estos textos,veía que conservando esa palabra bárbara (fascinum ,fascinus)las escenas descritas cobraban un sentido com pletam ente distinto al que traslucían hasta entonces. D ecidíconservar en todas partes la palabra latina en elcuerpo textualde la traducción. Podem os llam ar «palabra bárbara» a la palabra no traducida. U n m ago de la antigua C aldea (O ráculo caldaico,C L,103) prescribe no traducir nunca las palabras antiguas, porque sino pierden su poder.N o se puede dom esticara las fieras.Elverbo que em plea elm ago caldeo es allaxes.Se trata de no convertir en allos (otra)la m ateria delelnguaje que se ha revelado eficaz en su origen. * Elam ado im anta alam ante. 50
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La fascinación hipnotica y paraliza a la víctim a en su form a durante eltiem po necesario para darle m uerte (para devorarsu figura).Es una autom utilación de la «gran form a» (com puesta por las dos m orfologías petrificadas que se m iran m utuam ente,inm óviles,en eltranscurso de la fascinación,o que se abrazan durante la cópula).Es una autom utilación de la relación fascinante-fascinado (que linda con el engullim iento delparam ecio):la relación se devora los ojos com iéndose a sím ism a. Elfascinado es una pieza que se pronto encaja exactam ente en elrom pecabezas especular delrostro im previsible y esperado,de la form a soberana delacecho.La form a alacecho escom o una cerradura;la form a m ás pequeña,que esla víctim a,se hunde en ella com o la llave que la abre. Es la prim era característica delam or. A ligualque la pequeña boa contrita (la rata) se convierte en la gran rata constrictor (la boa) que su form a petrificada im itaba (ha sido devorada),de la m ism a form a que la pieza suelta delrom pecabezas pierde su form a desconcertante en elm om ento en que encuentra la escotadura,elpaís,la casa,las fauces,la dentadura,alfrontera escarpada que la espera,aligualque elgalo se convierte en rom ano,que le franco se hace galorrom ano o que,en C hina,el ghyana se transform a en ch'an y que en Japón el ch'am se convierte en zen,etc.,todo serfascinado padece su sem ejanza. * A ligualque le enam orado se enam ora de su enam orada,elam or deriva de la fascinación. * Elfascinado es un ojo que hace alque ve convertirse en lo visto a fuerza de m irarelojo que,frente a él,lo m ira fijam ente:elfascinado es un instante extático ante la form a autoritaria (ante la preform a filogenética) que lo dom ina. En la gran despensa deluniverso,la vida derrocha,prueba form as vivas que se devoran sim étricam ente. * Las dosescenas.H ay dos escenas invisibles para cualquier m ujer o cualquier hom bre:la prim itiva y la últim a.
Son las dos escenas sin presencia.(Son las dos escenas de lo que es irrepresentable para cada individuo presente,es decir,con vida.) La escena que quien está presente nunca ha visto es la escena prim itiva (la concepción de nuestro cuerpo,las condiciones deldeseo que la presidió,la posición elegida,la identidad delhom bre que cubre elcuerpo de la m adre,etc.) La escena que quien está presente nunca verá es la delenfrentam iento con la m uerte,la escena últim a (las circunstancias de la parada delpulso cardíaco que se inició en elfeto,y las de la asfixia delritm o pulm onar que invadió con un alarido alrecién nacido,m ezclándolo allenguaje). Silo decim os en latín,estas im ágenes son las Espantosas. Silo traducim os a palabras griegas,estas escenas son las Fóbicas.
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Sin em bargo,atorm entan com o tales tanto la visión voluntaria com o elespectáculo involuntario de los sueños.La m em oria delpasado,la im aginación delfuturo se confunden en su revulsiva carencia. Tocarestas dos escenas que son los extrem os de nuestra singularidad es tan desagradable y tan íntim o com o tocar la desnudez viscosa de nuestros ojos sin que elpárpado se cierre. * La skené.La palabra escena,en griego antiguo,significaba eltoldo,en segundo plano,delárea visible,del espacio contem plable (en griego,literalm ente,teatral).A llí,ocultos por la tela deltoldo,o por la pantalla de una sim ple cortina,o por los paneles de una especie de cabañuela hecha con cualquier cosa,los actores se quitaban las m áscarasque acababan de usarpara ponerse otras. Luego esa palabra,skené,que había servido para designar la parte oculta alfondo delespacio visible,abrazó todo elespacio que la precedía. D e hecho,sólo hay una escena para las especies sexuadas,y la expresión «escena prim itiva» es una repetición.Ellugar donde se cam bian las m áscaras (donde se truecan las figuras,donde se renuevan los rasgos y los rostros hum anos en elcurso de la cópula) esla escena prim itiva.Es elcam bio de personajes a la som bra de un toldo. * Fascinatoria. Los antiguos rom anos se sorprendieron delm ovim iento irresistible de los ojos que el
desvelam iento delsexo antepasado im ponía de inm ediato,deteniendo la m irada en la m etam orfosis erigente,perturbadora,petrificante,creciente,tum escente,colorante que proviene de él. Eldeseo hace nacer esa pieldistinta,esa pintura tum efacta,tensa,m ucho m ásfina y m ássuave,m ucho m ás roja,a veces azulada,que inform a y alza por encim a delcuerpo corriente. Eldeseo arquea elcuerpo que hincha y que después esculpe hasta la m etam orfosis de la postura,abriendo los ojos de par en par a una vista sepultada,una vista ahogada (elque ve convertido en lo visto). La fascinatio que ejerce el fascinus sobre la otra form a codiciada está ligada alpavor.A esa obsesión fóbica. A lespanto. * ¿Q ué es elpavor?¿Q ué es elespanto? Es quedarse clavado en elsitio.Es estar som etido tanto a la im posibilidad de la huida com o a la im posibilidad delcontacto. U na form a que se queda petrificada se ve enfrentada a lo irregrediente.C om o todos esos héroes de los m itos o los cuentos a quienes les está prohibido m irarhacia atráso volver sobre sus pasos. La regresión im posible y la fascinación son inherentes. Salvo en un caso:en elsueño.C uando sueña,eldurm iente sufre regresiones ( im agines colocadas en el pequeño arm ario delatrio,es decir,bustos de antepasados m uertos surgiendo alfondo de los ojos cerrados) alm ism o tiem po que su visión m entalerige el fascinus.
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En elsueño,la representación hum ana lingüística,codificada e ilustrada vuelve a su m aterialde im ágenes:el sueño (no la vista) es la fascinación óptica en estado puro . Entonces elojo regresa hacia su im agen,donde elcuerpo cae,m ientrasque a causa de esta caída se yergue el deseo m am ífero.En eltranscurso delsueño,volviendo a recorrer elcircuito delpasado (elrecorrido por el que elser vivo ha pasado),elhom bre vuelve a serelcarroñero ante su carroña (la form a descom puesta). Es elsecreto de la escena pintada en elfondo delpozo de Lascaux y que unos niños descubrieron a com ienzos de la Segunda G uerra M undialencim a de M ontignac. Elratón ante elgato,elpájaro ante elm ilano están en estado de sueño ( en la no-m otilidad propia delsueño; esta no-m otilidad es la huida im pedida,es lo irregrediente). * La alerta acalla ellenguaje y suspende elm ovim iento. Sin duda es elorigen vitaldeltabú dellenguaje en elam or. D e pronto,los cazadores dejan de hablar y preparan la m uerte activa que va a saltar en su interior. M ás allá de la sexualidad,elsilencio de los depredadores(elsilencio delbuitre)anticipa elorigen deltabú dellenguaje colectivo en la relación radicalm ente asocialque define elverdadero am or. Elverdadero am or es la relación no preparada,no negociada.Es la irresistible com unicación entre dos individuos que hace caso om iso de todos los consejos fam iliares y de todas las m ediaciones sociales,cuando no las contraviene de m anera provocadora.(C om o la crecida delrío,en elinstante deldesbordam iento, cuando la orilla todavía tiene un sentido,todavía ofrece una apariencia a la m irada,es decir,tiende a la m ano una últim a discontinuidad.) * Sea cualsea la form a en que considerem os lo que los antiguos rom anos llam aron fascinación,es inútil buscar las palabras,bárbaras o no,para dom esticar la im agen,para velarla,para am ansarlo visible en silenciosa alerta antes de la depredación. Elargum ento que debo presentaressim ple:la im agen esm uchísim o m ásantigua que las palabras.La depredación esm uchísim o m ás antigua que la especie hum ana.N isiquiera las im ágenesde los sueños son características de los hom bres.Los pájaros sueñan. O tros m am íferos sueñan. Los hom bressueñan noventa m inutos aldía y los tigres,com o los gatos,doscientos. * Fascinus repentino:nos dam os de bruces con la puesta en escena que hace de nosotros su elem ento.«D e
bruces» expresa bien elcarácter frontaly coalescente de la fascinación de las verdaderasim ágenes.Toda juntura fascinante hace que nos encarem oscon ella.O jo contra ojo,nariz contra nariz,diente contra diente, boca contra boca,sexo contra sexo,poco im portan los atributos delcuerpo (cuerno contra cuerno)que se
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polarizan o que se aparejan:elabism o donde caem os es la situación frontal. Es eltoro –o elbisonte– que se da la vuelta ante eltrapo rojo –o ellancero– y lo encara. (N o se puede estar fascinado lateralm ente:de ahíproviene la larga evolución de la obsesión supersticiosa propia de la pintura alfresco de los grecorrom anos,que desem bocó en elicono.) H ay que aceptar esta serie de equivalencias:la im agen que nos devora:la posición delm isionero:la depredación fauces contra fauces. La fascinación anim alsiem pre esun prim erplano que se convierte de un salto en la form a entera,de pie. O en un niño. * Las pinturas,desde elorigen de los frescos en las paredes de las grutas m ás antiguas,no presentan nada a este m undo que le pertenezca de hecho.Representan la presencia fascinante.Representan la escena que para cada uno,individualm ente,es invisible.La presencia fascinante es la presencia que desencadenó la vida en nosotros,que «nos» hizo presentes.Elam or,com o la pintura,tiene su origen en la única im agen que es im posible a ojos de quien proviene de ella. Por eso som os nosotros los re-presentados,es decir,re-producidos por la renovación de esa escena,sea cual sea eljuicio que nos m erezca o eldesagrado que evocarla nos provoque. La reproducción hum ana sexuada nos convierte en reproduccionessexuales. La palabra im agen se rem onta a un antiguo rito funerario rom ano.O riginalm ente, im ago quería decir la cabeza delm uerto cortada,colocada bajo elhogar;luego m odelada,clavada en una pica y afirm ada en el tejado;luego la m áscara de cera delrostro;luego la pintura de cera que representaba sus rasgos sobre las vendas de la cabeza m om ificada. La m anera propia de cada pintor esuna m anera fascinada.U n verdadero pintor ignora lo que hace.A veces elpintor cree que es com o un águila con los lebratos de las im ágenes bajo sus garras,cuando en realidad todos los pintoresson lebratos,ratas,pequeños pájaros sobre los que se abren elpico y las garras de la gran águila de las im ágenesnocturnas que yergue cada noche varias veces su fascinus. * Lo que nos concierne,lo que está hecho para nosotros,lo que nos corresponde,lo que esm ás nosotros m ism os que nosotros m ism os,consiste en los que nos hicieron,en la figura a la que se som etieron cuando nos hicieron,es decir,en los que nos m iran desde elfondo de la figuración. N uestra figuración fue nuestro cuerpo,que resultó de ese abrazo en elque no estábam os,en elque nunca estarem os,en elque em pezam os a sersin que fuésem os todavía. En eso consiste eltabú de la curiosidad. Elflechazo tiene su origen en la im agen invisible que nos atorm enta en elfondo de la visión y nos vuelca en ella hasta renovar elabrazo delque provenim os.Es la prim era fascinación. *
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C on lo que llam aba cristalización,Stendhaldaba a entenderun proceso que tam bién inm ovilizaba elcuerpo y llenaba elalm a de estupor.La fascinación anim ales una confianza absoluta,hasta la m uerte.Stendhal resum ía la belleza delcuerpo cristalizado en esta pregunta ciertam ente extraña:¿cóm o llegam os a dotar al ser am ado de atractivos que no tiene? La fascinación revela un m ecanism o m ás am plio y m ás im placable.Pero elanálisis sigue siendo elm ism o que reveló Stendhal:elam or es com o una fiebre delpasado.Esta fascinación se deriva de la precedente.En el am or,lo que acecha es todo elpasado.N o es posible tener fiebre voluntariam ente.La tram a de la situación actualy elrostro de la escena antigua entran de pronto en contacto,provocan un cortocircuito en elalm a, abrazan elcuerpo. La intim idad ya está totalm ente presente en elflechazo. Sin que sea posible,en sentido estricto,que la fascinación en elam or cause una disyunción. Eldisyuntor está dellado de lo socialo de lo verbal. Los cuerpos anim ales,atóm icos,no tienen esa posibilidad de sustraersu circuito im aginario a la fulguración. Elflechazo en la naturaleza m ata a los asaetados y los desviste. Lo m ism o ocurre a los am antes. Es paradójico.Los placeres sólo dependen de los sentidos m ediante recuerdos de los que la m em oria no dispone.Toda profundidad ha sido preparada de antem ano.Todo serhum ano espera alanim alque le acecha en la selva que élm ism o ha sido . * En consecuencia,elam or recibe una prim era definición negativa:elam or se nota por elaniquilam iento inm ediato de todos los dem ás placeres(com er,leer,estar atento a una tarea o a un juego,dorm ir,etc.).La m ente está obsesionada por la idea de fundirse con el fascinator que la atrae y que traba todos sus gestos en un tiem po suspendido. En elam or,la alternativa es siem pre la m ás sim ple:o soy am ado,o m e m uero. Por lo dem ás,es lo antisocialpor excelencia:desacredita todos los dem ás valores,deseculariza la época, desnacionaliza los individuos,desocializa las clases sociales,etc. Ya sólo cuenta ese rostro único que de repente polariza elm undo. * En elm undo anim al,los dos m edios que los m achos tienen a su disposición para conseguir el consentim iento de la hem bra alacto sexualson la violencia palpitante o la parálisis por fascinación.Ésta es la segunda fascinación.Esta estupefacción,o fascinación,es visualo sonora.La fascinación sonora confina la palabra rom ana obediencia alborde de la obediencia m ortal.Es la m úsica.Es elrugido delgato sobre la hem bra. O elaturdim iento de la pata m ientras elpato acom ete su cabeza son elpico.
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Elhipnotizado regresa a la fase de niño im personal,recobra la sum isión hipnotizada delbebé a la voz y a la m irada de la m adre. Elanim alque se hace elm uerto no siem pre aleja aldepredador que lo m ira fijam ente. En elm undo vegetal,la fascinación se precede a sím ism a.Es elentorno lo que se refleja a sím ism o en el m im etism o.La fascinación es elresto de una experiencia en la que lo patético (lo psicopatológico) y lo m orfológico (lo fitozoofisiológico)no estaban diferenciados.EL entorno no intentaba inm ovilizar las polarizaciones que ponía a prueba.La estructura dualdellenguaje todavía no había dividido y separado el espectáculo no las consecuencias que la observación podía suscitar.Interior y exterior seguían siendo lo m ism o.La apariencia provocaba la em oción y elpavor abría elrostro (las fauces frontales deldepredador). Ver seguía siendo devorar.Los ojos,abriéndose de par en par,eran las m andíbulas. * Elbebé vivíparo se queda con la boca abierta ante lo que com e. La m adre abre la boca m ientrasle da de com er en su silla alta.Recobrar la sensación de tener la boca abierta es propio de la fascinación m ás antigua.Labios protuberantes,ojos extáticos;la palabra de los antiguos griegos ekstasis describe la salida fuera de sí(elcuerpo) y fuera delinstante (la futura succión). En latín,esta boca de la m adre que se adelanta y prefigura la apertura de los labios de su hijo es el am m a del am or.Para quien asiste a este espectáculo,la protuberancia de los labios escasiuna pequeña m am a. Elgriego ekstasis equivale en latín a existentia. Significan elnacim iento m ism o en los vivíparos. La salida de la oscuridad. Esta salida,esta existencia tiende íntegram ente a la fascinación,a la réplica que busca para fascinarse. * La naturaleza esun gigantesco cam aleón.La vida se autofascina.Sólo en un m om ento posterior,cuando observó elhom bre la naturaleza,acechó a los anim ales,sus artim añas,partos y hábitos,se unió a la naturaleza hasta la m im esis.C om o una m adre:pasando de la fascinatio a la m im esis. La m adre que da de com era su bebé con una cucharilla abre la boca casiantesque él,abre la boca adelantándose a su existentia propia.Los dos em pujan hacia delante,alm ism o tiem po,tendiendo los labios. Toda im agen,toda aparición de un optativo,de una carencia,de un objeto externo,de una im agen incorporable,de un futuro abre la boca y se adelanta altiem po. Toda im agen satisface un ham bre. Todo pensam iento concluye una tensión,un ham bre,una orexis. C onsecuencia I.Toda im agen reencarna la prim era aparición:ese algo perdido que era indistinto de uno m ism o.Toda im agen reencarna a la m adre sin cuerpo.Proviene de ella en la ausencia. C orolario II.A ligualque cada im agen reencarna a la m adre,su visión reencarna a la que se adelanta a la m irada personal,se encarga de la petición de epifanía en la m irada,se sum erge en la im agen que falta (incluso en eltranscurso delsueño deldurm iente),desposee de cualquier subjetividad a quien ve.
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* Elpasado ataca.Eltiem po pasado m uerde elpresente com o sifuera su presa.C uando elpasado ataca,los M odernos lo llam an angustia,pero la angustia sólo describe la tonalidad de la escena y no evoca en absoluto la acción que se desarrolla en ella. En este caso,podríam os llam ar alflechazo angor,angustia,y no sería erróneo. La fulguración (elflechazo),la angustia,la fascinación,elsueño son originalm ente lo m ism o (niim agen ni signo todavía). fulgura no sólo designa los relám pagos y elrayo que se derram a en ellos y cae delcielo;tam bién En latín, designa los objetos sagrados,los objetos fanáticos,los objetos intocables. En Rom a,cualquier objeto fulm inado por elrayo era algo aparte,sagrado,secreto,oculto,venerado, inhum ado,com o un antepasado. C om o un am ante. * ¿Q ué fascinó a los prim eros hom bres? Fulgur. Elrayo que desgarra elcielo oscurecido o nocturno.En nuestros días,las torm entas siguen aturdiendo elcuerpo de los hom bres.La lluvia los sosiega aligualque un orgasm o sacia sus cuerpos tensos o alm enos atorm entados y devuelve la serenidad a sus alm as. Elrelám pago es la im agen nocturna en la que toda torm enta se envuelve.C om o elfogonazo de placerdetrás de los ojos en elm om ento de la em isión voluptuosa.EL jadeo sonoro que la acom paña es involuntario:essu trueno. Cuando la fulguración visita elcielo,atraviesa ellugar y trastorna a su testigo o a su víctim a, la precede una inm ovilidad m ayor que tensa todo elespacio antes de desgarrarlo,antes de que elagua brote,se extienda por todo ellugar,sobre eltestigo,elinstante,y los inunde. * C om o los labios de una m adre que se entreabren y de los que aprendem os a com ery aprendem os el lenguaje. (Labios de los que aprendem os ellenguaje antes dellenguaje. Labios que,alcom er,nos dejan estupefactos;nos hipnotizan elruido ham briento y a la vez saciante del lenguaje que la m adre nos dirige a pesar de nuestra incom prensión,fascinando nuestra incom prensión.) * H am briento,por serinm aterial. Saciante,por ser bucal,interno.
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Ellenguaje es a la boca vacía lo que elsueño a los ojos cerrados. * Sicutoculiservorum ...
A ligualque los ojos de los esclavos están atentos a los gestos de su am o,asívivim os.A síam am os.A sí leem os.A sítocam os m úsica.N unca salim os delpaís de Egipto. * En la biblioteca m unicipalde Rouen,en la sección de m anuscritos,hay un libro escrito a m ano por M onsieur de C ideville en la prim era m itad delsiglo XV IIIque se titula Traits,notes etrem arques.En la página 87 se lee:«M onsieur de Fontenelle decía:¿Q ué es lo m ás dicífilde aprender,que la gente que ni piensa en enseñarlo enseña a la gente que nipiensa en aprenderlo? La lengua,que sin duda es lo m ás difícil que existe.¿C óm o puede ser? M onsieur de Fontenelle dice que lo ha pensado m ucho y que nunca ha hallado la respuesta». * Elam or es una form a de inteligencia (de ham bre en los labios,de viaje en la m irada)a la que sólo le concierne la alteridad delotro.Es un m odo de conocim iento cuya prim era característica consiste en que su clarividencia está en contradicción con ellenguaje.La lengua constituida,nacional,aprendida (aprendida tras haber sido leída en los labios m aternos)siem pre está en una posición anacrónica respecto a la arm onía de m ás antigua influencia:porque,a diferencia de la concupiscencia,es esta arm onía lo que elam or despierta. * La pasión es elapego involuntario e irresistible a la proxim idad de otro cuerpo distinto alnuestro.Este apego m udo y súbito suscita accionesque exaltan elalm a –o que incluso la enloquecen– y que ponen en peligro la situación fam iliar,conyugalo social. La pasión,alcontrario que eldeseo (eldeseo que es lo contrario de la passio,que es im paciente) es,a m is ojos,forzosam ente desinteresada,porque despierta un estado en elque la identidad aún no estaba construida.O ,m ás bien,elam or «no es interesado»:todo su interés esla proxim idad respecto alotro.Esta proxim idad no esapropiación dentro de sí,porque se sueña com o incorporación alcuerpo delotro,en la alteridad de la que provenim os.Puesto que se sueña com o una fusión,poco frecuente y casiim posible (salvo en los casos de devoración),o alm enos,una confusión,de ello se deduce que 1.Elam or va en contra de sus intereses. 2.Elam or desafía los intereses de la sociedad. 3.Todos los actos irreprim ibles que engendra tienen un carácter de expansión,de desinterés. D e belleza.D e júbilo,es decir,de desbordam iento.D e contraste con todoslosdem ás com portam ientoshum anos
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socializados.Estos perturbadores acting out,estas conm ovedoras estupefacciones,estas perversiones distantes,estas m anías obsesivas,estas audacias que desprecian cualquier seducción suscitan desde elalba dellenguaje relatos con los que la sociedad se consuela y se venga (o,a posteriori,se arrepiente).La sociedad siem pre se arrepiente de sus m alas acciones cuando ya no tiene que tem er las consecuencias de su arrepentim iento. * En elam or,elser que nos es m ás cercano no está cerca.Está m ás lejos que nadie.Tan lejos com o la escena inalcanzable cuyo producto (lo reproducido) som os.Es antiquísim o. Es elA ntiguo entre las piernas. M ás lejano todavía es lo que sentim os,y aún m ás lejano está la otra desnudez,la desnudez que descubrim os en elotro la prim era vez que lo desnudam os. * ¿Por qué sólo sentim os elam or en la violencia de la pérdida? Porque su origen es la experiencia de la pérdida. N aceresperdera la m adre. Es abandonar la casa de la m adre.Su huella es «todas las cosas perdidas».Todo lo que perdem os conm em ora elam or com o en elprim erinstante . Porque su alba es lo perdido (la m adre perdida en elprim er instante,elprim er grito). D efino com o am or todo lo que renueva en nosotros el nascor,eldescubrim iento puro,la violencia de la oscuridad perdida,elespasm o y la inspiración delcuerpo,la desnudez expulsada alaire. * En elam or,la im presión de algo ya conocido y ya vivido es una percepción exacta.La m em oria no ha podido conservar elrecuerdo de la prim era fusión,y ellenguaje no lo ha distinguido,porque nila una niel otro se habían constituido entonces.Este retorno de la fusión (vivida pero no percibida por una identidad que pueda tom ar distancia de ella y m anipular su recuerdo,nipor un sujeto lingüístico que pueda nom brarla o redescubrirla,adhesión por lo tanto inm em orial) nos angustia,porque en la sensación de la unidad,en la con-fusión,en la fascinación,lo único que puede retornar eseldesgarram iento que le sucede y donde nace la m em oria y donde se engendra ellenguaje,la expulsión que fuim os,elrechazo alque la m adre dio lugar con todas sus fuerzas para que apareciéram os a la luz deldía y nos convirtiésem os en nosotros m ism os. Lo desunido grita junto a lo que ha desgarrado para sery se espanta en lo perdido. En las especies sexuadas,elpolo opuesto de la fascinación es elparto:elm om ento en que la form a única se desdobla alsalir delsexo m aterno. La fascinación da cuenta de las coincidencias m aravillosasque pueblan los cim ientos delam or.La
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fascinación es un no ver que precede alver personal,un ver aglutinante,un ser-tragado por la m irada del otro que desencadena eldeseo de ver a cualquierprecio lo que le ocurre.Es un ver que no tiene conciencia y que esm ás continuo,hasta elpunto de ser fusionalen estado bruto y hasta en la violencia m ortaldel carnivorism o. * H ay m ovim ientos a los que nos resistim os violentam ente,pero cuya influencia es tan poderosa que nos em pujan con brusquedad a situacionesque no nos atraen.C edem os a nuestro pesar.C edem os com o cedería un dique.N uestros astros m ás antiguos nos siguen atrayendo hacia sus órbitas apasionadas.Esos astros son nuestros palacios odiosos. Los tom anos llam aban sidera a estos astros.Los oponían a las estrellas (stellae) com o grupos de stellae que form aban im ágenes,«constelaciones»,una serie de signos que se siguen,que sobrevienen y luego se retiran delfondo nocturno en eltranscurso delinvierno:un rinoceronte,un cazador,un bisonte,las Pléyades.Estas cuatro sidera eran los astros que culm inaban a finalesde invierno y que anunciaban sobre elfondo negro de la bóveda celeste la inm inencia de la prim avera,elretorno de las crías,los brotes y los colores,el renacim iento del Prim us tem pus,la inm anencia de la caza en cuanto nacían las cam adas vivíparas. * Estos astros,que nos observaban en elm om ento de nuestro nacim iento,sideran 1 eltiem po de los hom bresy prescriben las alegrías,los partos,los sacrificios de las prim icias y de los recién nacidos,las recolecciones de los frutos,las depredaciones renovadas,los ritos que garantizan elretorno anual(la supervivencia anual) de todas las cosas. Estos astros sideran a los anim ales,sus cópulas,elrecorrido delsol,las lluvias,los brotes,las flores,los frutos,a nosotros. * U no de esos astros,y uno delos prim eros,esun gesto fem enino inexorable e inexorablem ente im púdico. Elprim er gesto de las m ujeres,por puritanas que sean,incluso antes de que se corte elcordón que liga al recuerdo de su m undo interior alniño que acaban de expulsaralaire y la luz,consiste en abrirle las piernas para descubrir su sexo. Seguim os siendo algo que grita,es decir,que no habla,observado desde la prim era m irada a partir de la diferencia sexualy no a partir delrostro. D espués nos confían a esa m irada que ha visto,que em pieza a hablar de cierta m anera a partir de lo que ha visto,que nos da un nom bre a partir de lo que ha visto,que com ienza a enunciaruna lengua incom prensible y la supone nuestra a partir delprim er signo.Es lo que tanto los naturalistas com o los sociólogos llam an im pronta.Pero queda ese resto sin lenguaje,ese brusco gesto inicialque no podem os olvidar:nuestras piernas abiertas con violencia y esa m irada ávida y rápida que clasifica a partir delsexo desnudo que
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descubre,que nom bra,que a partir de ese m om ento –quizáselm ás violentam ente sexualde todos los que podam os experim entar– habla para siem pre en nosotros y pos nosotros. ______________ En francés,sidérer significa pasm ar,desconcertar,apabullar,dejar estupefacto.Eltérm ino deriva dellatín sideratus,alcanzado por la influencia de los astros.D ado eljuego constante delautor con eltérm ino,asícom o con elvocablo por élfraguadodésidérer y elverbo considérer a lo largo de los capítulos siguientes,en lugar de optar por traducciones m ás ortodoxas pero m enos consonantes nos hem os tom ado la licencia,para facilitar la coherencia deldiscurso,de em plear elgalicism o «siderar» y sus derivados «desiderar» (des-siderar) y «considerar» (con-siderar).EL caso se repite,com o ellector tendrá ocasión de com probar, con algunos otros térm inos,a los que esperam os que elpropio desarrollo deltexto conceda cartas de naturaleza durante la lectura. (N .de la T.) 1
* D espués,sólo elegim os las distintas vidas que nunca nos separarán por com pleto delazar. N o som os concebidos. N ingún serhum ano ha sido concebido. En la pareja que se abraza nadie concibe lo que ha de venir cuando,a posteriori,som os concebidos.Por m ucho que lo intentásem os,lo concebido no correspondería en absoluto a lo engendrado.D urante tres m illonesde años,la cópula de las m ujeresy los hom bresno ha sido un acto que decidiera una concepción y anticipara,diez lunas después,un parto sangriento. A labrazarsu desnudez,los cuerpos apagan una sed que los precede y sacian una excitación que ignora su fin. Elnacim iento no esuna elección. La posibilidad de m orir no esuna elección. N uestros antepasados no son una elección. La lengua que nos im pregna antesde que la hablem os no esuna elección.N uestra racionalidad no es una elección.N o podem os hacer nada contra eldía,la sem ana,las lunas,las estaciones,elaño,elenvejecim iento, le tiem po.N unca nos librarem os delham bre.N idelsueño.N o hem os elegido estarfascinados.Estam os fascinados en la totaldependencia de los prim eros m eses. * ¿Q ué es elam or?La sexualidad nos cautiva a todos.Pero la influencia,la dependencia originaria,elpasado nos cautivan diez vecesm ás.Llam o influencia a la im pronta antesde la m em oria.Llam o dependencia originaria a las condiciones de la condición,im aginaria,sim bólica,lingüística,sexual,m am ífera,naciente, m ortal,hum ana.Llam o pasado a la influencia fingida dellenguaje convertido en lengua y en soporte de la m em oria y de la identidad. ¿Por qué la influencia sin m em oria sigue cautivándonos de m odo irrem ediable,inm em orial,ahistórico? Porque ya nos ha capturado.Es decir,por fascinación. N o sabe deltiem po,porque esantesdeltiem po. Elnacim iento hum ano es antes deltiem po,y la cópula que precede a la concepción interna propia de los m am íferos vivíparos constituye elA dviento de ese antes. 61
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Paradoja.Por desgracia,la sexualidad no nos ha capturado alnacer,sino m ucho antes de nacer:alnacer,ya no som os sino su fruto. * Capere es elverbo de los cazadores.Elam or cautiva,la influencia capta,la lengua captura,la dependencia
fam iliar acapara com o los labios y las m iradas de la m adre acaparan los labios y la m irada delniño,lo alim entan y alfin elcurioso alim ento llam ado lenguaje se introduce tam bién en sus bocas y pasa de unos labios a otros porque no podem os pasarnos todo eldía devorando. * Los ojos de nuestra m adre son elprim errostro. ¿Cuándo se convirtió en rostro elcielo? (Elcielo sigue siendo elrostro de una m adre.Los inform ativos m eteorológicos en los países m enos agrícolas,los m ás industrializados,reúnen las m ayores audiencias ante los aparatos de visión lejana,las «tele-visiones».M ás que las religiones,los deportes,las guerras,los m itos,etc.,las «pre-visiones» delsoly de las nubes alcanzan los índices de audiencia m ás elevados.) ¿Q uién no alza la cabeza todos los días de su vida allevantarse,com o cuando nació,y busca en lo alto una expresión? ¿Q uién no interroga la m eteorología celeste para leer en ella elrostro deldía que com ienza? ¡C ielo,te cam bia la cara! A vecesno eselcielo,sino elhum or m ism o de la vida lo que cam bia de rostro. ¡C ielo,cóm o te ha cam biado la cara de pronto! ¿Ya no m e quieres? Todas las im presiones delalm a se reflejan en un rostro aligualque vem os reflejado en elcielo eldía que se anuncia cuando nos levantam os,abrim os la ventana,em pujam os las contraventanas y alzam os la cara hacia él. * Los deseos avanzan y se retiran com o las olas que periódicam ente se desbordan sobre la orilla.C am inam os por un m ero terraplén.Eldique se rom pió cuando nacim os.A ntesde expulsarlo que se va a separar de ella tom ando la form a de su hijo,la que lleva en su seno lo-que-aún-es-su-cuerpo rom pe aguas. * N adie se libra para siem pre delocéano de su propia pasión.
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Xiv La noche Por la noche,elm ar am arillo se extendía ante elpuerto de A trani. Q uedaban algunos pétalos m ás blancos que saltaban de ola en ola.Resplandores que revoloteaban. Por su parte,las som braslejanas se alargaban cada vez m ás,antes de que cayera elcrepúsculo tiñendo el horizonte de la extraña sangre que derram a elcielo. Sentía en elritm o de m ipropia sangre una pérdida total,infinita,dulce,inexorable y rítm ica. Era una especie de hem orragia interna delcielo m ism o,vom itando sobre las aguas. La caída de la noche instaura una debilidad que lelva elcuerpo alsueño. ¿Cuáles la noche en la caída de la noche? Sim plem ente,la única noche absoluta. Porque no hay noche que no sea absoluta. A lfinalde cada día,la noche que cae es absoluta. C ada vez,alfinalde cada día,vuelve toda la noche,la noche sideral.Y allíse queda.M ientrasque cada m añana,con eldolor delalba,con la acritud delcuerpo en su excesiva plenitud,con la conciencia,no siem pre vuelven todo eldía no toda la claridad. * Argum ento delsueño. C reo que elsueño no desea la noche en la que se hunde. C reo incluso que podem os decir que los anim alesy los hom bres huyen de las tinieblas durm iendo.
La alucinación esm ásfuerte que la noche que anula la im agen.Es elpensam iento.Tam bién eselam or. C errar los ojos,soñar,es ver todavía,es ver im ágenes cueste lo que cueste,es no dorm ir deltodo. Soñar eshuir de las tinieblas que envuelven los ojos de los m am íferos;los m ism os anim ales que,para reproducir su im agen,prefieren la gestación interna y oscura. H ay una huida en las im ágenes,y su punto de fuga está en la tiniebla que es com o elcorazón de las tinieblas, de la que elsueño se protege con ayuda de una especie de visión espontánea y,en cualquier caso, involuntaria.Elhom bre no sueña por capricho o por deseo.H ay una extraña invención delpudor antesdel hom bre que visita sus escenas oníricas,hasta elpunto de que podríam os pensarque las tinieblas terroríficas e inform esson talvez m ás im púdicasque los sueños.
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Sin em bargo,algunas locuras huyen m enos que los sueños y las pesadillas (que sólo son una m ala lectura de los sueños,una lectura m aldispuesta de un texto siem pre siderado por lo que en élvuelve una y otra vez.El sueño tam bién es una fiebre de pasado). * Elsueño quiere elcum plim iento deldeseo,lo concede en una alucinación que em puja hacia su form a,se une con lo que añora in absentia. Es una visio por anticipado.Es una visión influyente.U na visibilidad inm inente. Elsegundo argum ento es elque sigue:elorigen delfuturo debe situarse en la im agen onírica. Las constelaciones de estrellas en elcielo (las sidera)fueron especies de anim ales que se iban y regresaban anualm ente,que vivían,que precedías las estaciones com o elganado precede a los depredadorescarnívoros que lo espían y a los carroñeros que lo sobrevuelan. Elam or tam bién es un sueño que se actualiza,que recobra la identidad de percepción m adre-hijo,elflujo de ida y vuelta de rostro a rostro,perpetuam ente de rostro a rostro,la identidad que se revela en la relación de fascinante a fascinado. Elam or recupera,incluso antes de la división en dos form as que perm ite la fascinación,la identidad de sensación (de m adre a feto) y la identidad de pensam iento en elseno dellenguaje (de significante a significado). Todos estos hallazgos son ilusorios,porque no han sido contem poráneos.Y por eso no se pueden sincronizar.Son anacrónicos.Sin em bargo,los am antes los experim entan com o sielA ntaño irrum piera en ellos a sem ejanza de la erupción de un volcán. * Argum ento de lossím bolos. Invariablem ente,elam or obra com o silos dos sexos diferentes,m ás que
oponerse,se articularan entre sí,aligualque un significante y un significado.Esta febrilidad,que a decir verdad es lingüística,se halla en elorigen de los sym bola.Los sym bola son los verdaderos fulgura.Los antiguos griegos rom pían vasijasde barro en elm om ento delintercam bio o de la inhum ación.C uando acercaban entre sílos bordes rotos,los fragm enta se unían,encajaban com o las m andíbulas alcerrarse.Los llam aron sym bola.A sícom o los párpados cierran sobre los ojos,en ellos se ajustaban la hospitalidad y el reconocim iento delam igo.En elorigen de la m oneda –donde,m ás allá de la am istad,se equilibra todo intercam bio– hubo lanzasquebradas.Los dos sexos hum anos que se contem plan fuera de la sexualidad,en elam or,creen ensam blarse com o sím bolos de barro cocido.Elam or es una locura delintercam bio.La fascinación preside la invención delintercam bio,la ruptura de los sym bola y su reajustam iento.Y,com o los fulgura,se hunden en la noche. * Elerror propio delam or responde a que m acho y hem bra no se oponen com o significante y significado.
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Pero la m ujery elhom bre,alm irarse a los ojos,se confunden. * Los am antes están som etidos,m ás que a cualquiersigno,a los sím bolos (a ese error que confunde la diferencia sexualy ellenguaje hum ano).Los am antes se creen los elem entos de un lenguaje inefable, ultrasingular;creen form ar un nom bre propio presocial,inaudible para la sociedad inm ediata (la fam ilia,el entorno,elvecindario).Im brican lo que les sirve para reproducirse y para dialogar.Elam ante y la am ante deberían transform arse en ese nom bre (sustituido,en las sociedades reciente,por la frecuente encesidad de sacrificarelpatroním ico para cam biarlo por elpatroním ico socialdelam ado),un nom bre propio e inaudito cuya función sería com parable a la de un interruptor que detuviera ellenguaje . * Elargum ento IV es antijurídico.En la Introducción a la teoría delD erecho ,K antdefine con m ucha firm eza el m atrim onio com o «elintercam bio contractualde las facultades sexuales de los cuerpo». Elm atrim onio se opondía frontalm ente alam or,que en este caso deberíam os definir com o la im previsible identidad psíquica.
A fin de cuentas,en elam or,dos seressexuados de m odo diferente no intercam bian nada:se creen iguales. * En las sociedades hum anas,la identidad de cada cualestá totalm ente som etida allenguaje,es decir,al intercam bio de sípor los otros o de cada cualpor todos.Eso es lo que las define com o sociedades (elnom bre delabuelo que pasa alnieto,elpatroním ico delesposo que pasa a la esposa,etcétera).Elam or es el acontecim iento intem poralm ediante elque la identidad de una m ujero de un hom bre deja de pronto de estar íntegram ente som etida alintercam bio que ejerce un tercero.Es elparentesco desafiliado,elestatuto pisoteado,la clase encarnecida,la genealogía desgarrada.Elam or escapa altexto social,a la iniciación,al tiem po ritual,a la deuda genealógica,a la ligadura fam iliar,alcircuito de intercam bio de nom bres,de poderes,de bienes.D e inm ediato,todas estas instancias intentan desquitarse con los am antes que huyen de ellas. Podem os proponeruna definición universaldelam or:está enam orado elserhum ano que cae en elO tro sin m ediación social.La relación am orosa caracteriza la fascinación que no sale delcircuito interno,el intercam bio que no ha pasado por elintercam bio externo. * Corolario púdico. Elam or –a diferencia delm atrim onio– redescubre la sexualidad, pero por casualidad .Los
que se fascinan responden de m ala gana a una llam ada que proviene,m ásque de sus propios cuerpos,de la vibración de una cuerda interior,y que los lleva a la sexuación prim itiva de la escena prim itiva.En elam or,
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la sexualidad no es elprim erobjetivo.N o es prim ordial,com o en eldeseo.Y tam poco está instrum entada no esfuncional,com o en elm atrim onio. Precisam ente porque cada uno de los am antesbusca elorigen de la concepción de cafa uno de los sexos,los am antes tropiezan con la escena,esa escena los sidera y caen en ella.M itesis es la siguiente:los enam orados pueden hacerelam or por sorpresa. C om o en las declaracionesde gendarm ería de los siglos XV IIy X V IIIen los que la m uchacha encinta dice haber sido la prim era sorprendida.N o es forzosam ente una m entira (una absurda hipocresía,un fingim iento). Puede que elcoito,elir-juntos (en latín, co-ire),la desbordara de buena fe. * La fascinación se apoya en dos palabras:borde y desbordam iento. C ada noche –delante de Paestum – elm ar se desbordaba en la noche . Bajábam os todas las noches. A llíera donde nos gustaba cenar,alaire libre,con elruido delm ar. A ntes de la cena,m ientras bebíam os vino,m irábam os elm ar decolorarse en elhorizonte,sobre la im perceptible línea delprom ontorio. Entonces,rodeados por esa belleza,cenábam os. * Elritm o de la noche y tam bién elritm o deldía,com o elde las olas y las m areas,se desposan,se ajustan,se dislocan,saltan,se desbordan,vuelven a em pezar. * La m asa delocéano esinform e.Esa m asa eselorigen de lo inform e,y por eso nos hace experim entartodos los sentim ientos.Se despliegan en ella,sin form a,sin m ás esqueleto que elm ar.Van y vienen com o sus olas, acom eten a quien ve com o sise hubiera ido,com o silo hicieran tam balearse.Vuelven a desbordarse.Todo lo que esdifuso en elfondo de nuestro corazón encuentra allísu form a ausente y su dilatación ilim itada.Todo lo que no está com puesto en elfondo de nuestro corazón,todo lo que sigue siendo indefinido,se m oviliza a su incierto contacto. Incierta,incierta es la palabra m ar.C om o sus olas. Inciertos com o los vasos que com unican entre síelnivelde agua y lo equilibran,elcuerpo y elm ar se vierten eluno en elotro y se equilibran desbordándose sin descanso sin desbordarse jam ás en elvestigio de la única fuente que los reúne,que los em puja a abrazarse en una m ism a fuente elem ental,elantaño.Elm ar eselA ntaño. *
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Los sentim ientos provienen de los hum oresque provienen de los intercam bios de las nubesy de los coloresy delvapor que iban y venían entre elprim er océano y elprim er sol,antaño,antes incluso de que las tierras surgiesen y la vida anim alinventara sus cuerpos sobre las tierras. * M .y yo descendíam os cada noche las interm inables escaleras delacantilado.D e pronto dejábam os atrásla antigua m uralla y pisábam os la playa arenosa y nos rodeaba la noche que devoraba elm ar. Las olas proyectaban ante sí,alalzarse sobre la arena pardusca,de un gris oscuro,una som bra negra que de repente sepultaban com o una m andíbula superior,preanim al,antes de retirarse para volver a proyectar esa som bra,esa som bra que em pezaba a serla oscuridad de un nacim iento distinto alde la noche,esa som bra que las precedía. Yo sentía que una som bra m e precedía en m ivida. Escrutaba esas som bras bajo las olas que las hacían surgir.
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XV FA SC IN A ¿Por qué los antiguos rom anos colocaban fascinus,fascinum en todas las esquinas de las calles,en los tejados,en la entrada de todas las habitaciones,alpie de las lám paras,en la vajilla,en las cam panillas,en las joyas,en todas partes? Los encargados de los m useos abrían para nosotros los depósitos de los sótanos,donde se am ontonaban en la oscuridad y elpolvo. ¿Por qué pondrían tanto em peño en ocultar a la vista delpúblico a aquellos m iles de testigos cuya apariencia obscena,supersticiosa e innum erable seguía haciéndolos reír? ¿Por qué esta incesante protuberancia llam ando la atención sobre ella? (Y no sobre la propia protuberancia eventual,involuntaria.) H ay que argum entara partir deltiem po. ¿Q ué eseltiem po? Lo que ellenguaje ordena en tres dim ensionesen torno a la tom a de la palabra.Lo que, por función,ignora eldepósito que se ha aglutinado en torno alpuntaldellenguaje.Sila cría delhom bre es prem atura,la m em oria consiste en ese retraso que desfasa para siem pre su función con relación a la existencia que ya ha llevado.Éste es elprim er argum ento.La espina,la arista sexuales m orfológica:presenta dos estados claram ente disform es en elespacio.Pero la m orfología ignora eltiem po elm ism o que elespacio, en elespacio,precede altiem po,que sólo rubrica su expansión.Los sexos no saben deltiem po.Y su presencia,sus costum bres involuntarias,nos trastornan o nos incom odan com o órganos fósiles,zoológicos, inhum anos,prepaleolíticos,entados sobre nosotros m ism os.U r en elcentro de nosotros m ism os.M e cuesta distinguir a Van Eyck de Bach en elrecuerdo que tengo de sus obras,aunque los separen los siglos.M e habría gustado serelalum no de Sem im aru.M e habría gustado serel acom pañante de Purcell.Pero tengo que pensarlo dos veces para desglosareltiem po,elespacio,las lágrim as,la voz ronca,elbajo som brío (el ground)que los separan. M e habría gustado desleír polvos de coloresen una vasija de m adera y tenderlos alm aestro de Flém alle. Se trata de la sencillez que agrede con m ayor pureza,la protuberancia de las cosasque surgen en un aluz cruda,arrojando una som bra m ás clara que la m uerte. Es tam bién la últim a parte delinvierno,o elprim er asom o de la prim avera. Los diez m eses que siguen ya no tienen esa arista que proporciona un relieve sin par a lo que aparece otra vez de la vida. * Siem pre hay un ángulo m uerto.N uestra m irada parte de un solo cuerpo.A unque m irem os atrás,aunque instalem os todos los retrovisoresdelm undo,nunca verem os la escena que nos hizo y que nos tienta y en la 68
Vida secreta
PascalQ uignard
que todavía no estam os.Lo que falta no es sólo un fragm ento de la im agen.Lo que echam os de m enos no es sólo un fragm ento delcuerpo.Es m ásque un cuerpo,porque lo que nos desconoce en esa escena son dos cuerpos.N os falta para siem pre la diferencia que nos separa:en prim er lugar com o diferencia,en segundo lugar en la posición propio delotro sexo.A esta triple inexistencia m ás un jirón de tiem po se sum a cada día, cada noche,cada hora otro jirón de tiem po finito pero inm enso:eltiem po que nos sobrevivirá y en elque faltarem os de nuevo. * 1.En la visión nos llam a un fragm ento de im agen,pero nunca lo verem os. 2.U n fragm ento de cuerpo atrae.(N o se m antiene taly com o fascina.El fascinus es altam ente tem poral;en prim erlugar,essu m ism a m etam orfosis lo que lo hace aparecer;en segundo lugar,la breve duración de la nueva form a erigida hace de esta últim a un espacio poco frecuente en eltiem po.) 3.Elabrazo unce esa im agen que llam a y ese fragm ento de carne que la tienta,pero los fragm entos nunca se corresponden com o sím bolos (nunca se ajustan com o sihubieran sido desgarrados de un solo cuerpo).N o encajan deltodo,y los am antes se separan. * Elabrazo sólo puede aferrarse a una letra.Elalm a no tenía en sím ism a littera donde aferrarse.Elfondo de los ojos,fascinados por elsueño que la visión y ellenguaje reflejan en elespacio que sus presencias distienden en elcerebro,no tenía literatura donde volver a representar,en silencio,la inscripción debida a la im pronta.Es decir,sus nom bres divinos.Es decir,sus sidera. D e ahíviene la lectura. * En el«Infierno» de D ante (V,131),Paolo y Francesca leen juntos Lancelot.En élse define elam or com o un doble abrazo:elabrazo dellenguaje y elabrazo delsilencio. Es elabrazo del lenguaje acallado. A híestá elvínculo entre la experiencia delam or y la de la lectura. U na de las sorpresas de esta m editación sobre elam or es esta correspondencia esencialque atisbo entre la experiencia delam or y la experiencia de la lectura. U na m ism a privación de la oralidad. U n m ism o lenguaje privado. Paolo da M alatesta y Francesca dicen lo m ism o que Pedro A belardo y Eloísa (o alm enos dicen lo m ism o que Eloísa aprendiendo a leercon Pedro A belardo). *
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