Demonología (Jerarquías demoníacas) La Demonología (del griego δαίίμων, Daimon)es la rama de la teología y de la mitología que se encarga del estudio sistemático de los demonios y sus relaciones, haciendo alusión a sus orígenes y naturaleza. Los demonios, cuando se le considera como espíritus, pueden pertenecer a cualquiera de las clases de espíritus reconocidos por el animismo primitivo animismo, es decir, pueden ser humanos o no humanos, almas o espíritus separables desencarnados que nunca han vivido en un cuerpo. A este respecto podríamos distinguir varios tipos de demonios:
1. Ángeles caídos en desgracia según la tradición judeocristiana. 2. Almas humanas consideradas como genios o familiares. 3. Aquellos que reciben un culto (culto a los antepasados). 4. Fantasmas y otros aparecidos de carácter maligno. Los íncubos y súcubos de la Edad Media son a veces considerados como seres espirituales demoníacos que además pueden dar prueba de su existencia corporal, como sería la supuesta descendencia (aunque a menudo deformada) entre estas entidades y el ser humano. Cabe destacar que el carácter maligno de los demonios no es ni mucho menos universal, ya que en algunas culturas y religiones, se les considera como entes inocuos e inofensivos para el hombre, tal es el caso de las creencias de los Mpongwe de Gabón y los Dayak de Borneo. La creencia en los demonios se remonta muchos milenios. Ya desde el Zoroastrismo, se enseña que hay 3.333 demonios, algunas de ellos con responsabilidades específicas en asuntos oscuros como la guerra, el hambre, las enfermedades, etc. La mayoría de las grandes religiones de la humanidad hacen referencia en mayor o menor medida de la existencia de los demonios.
Oriente Medio: En la mitología de Caldea estaba extendida la creencia de los siete dioses del mal conocidos como Shedu, espíritus demoníacos de las tormentas que eran representados como híbridos de toro con alas y hombre, derivados de los Lammasu utilizados como entes protectores del los palacios reales en la antigua Babilonia. En la mitología e Sumeria, también se hablaba del demonio Asag, un ser tan terrible que hacía hervir a los peces de los ríos tan sólo con su presencia. En Asiria y gran parte del resto de Mesopotamia existía la creencia en Pazuzu, el rey de los demonios del viento y las tormentas, aquel que podía traer plagas y peste. Este demonio es muy conocido por ser mencionado durante la famosa película de El Exorcista.
Lammasu.
Pazuzu.
Judaísmo: En el Talmud se menciona la existencia de 7.405.926 demonios, divididos en 72 compañías. Mientras que muchas personas creen hoy que Lucifer y Satán son nombres diferentes para el mismo ser, no todos los estudiosos aceptan este punto de vista. El uso del nombre “Lucifer” como identificador de el diablo, se deriva de una interpretación particular de Isaías 14:3-20, un pasaje que no se habla de un ángel caído, sino de la derrota de un determinado rey babilonio, a quien se le da un título que hace referencia a lo que se denomina la “estrella de día” o “estrella de la mañana” (en latín, Lucifer, que significa “portador de luz”). En 2 Pedro 1:19 y en otras referencias similares, la misma palabra latina “Lucifer” se utiliza para referirse a la estrella de la mañana, sin ninguna relación con el diablo. Es sólo en tiempos posteriores al Nuevo Testamento, en donde la palabra latina “lucifer” empezó a utilizarse como un nombre para el diablo, tanto en los
escritos religiosos como en la ficción, especialmente cuando se refiere a él antes de su caída del cielo. Los Grigori, Lilith y los Dybbuk, son también considerados entidades demoníacas en la tradición judía.
La Reina de la Noche – Lilith.
Cristianismo: En el Libro de Enoc ya se menciona a los Nephilim como ángeles caídos que tuvieron relaciones sexuales con mujeres en la Tierra (Epístola de Judas). En la tradición cristiana, los demonios son como ángeles: Espirituales, inmutables e inmortales. Los demonios no son omniscientes, pero cada uno tiene un conocimiento específico (a veces en más de una asignatura) y su poder se limita a lo que Dios permite, así que no son omnipotentes, ni se ha comprobado su habilidad de omnipresencia. También se cree que los demonios atormentan a las personas durante su vida mediante la posesión (Mateo 17:15-16), o simplemente por mostrarse ante personas que esto les asusta, o por visiones provocadoras que pudieran inducir a la gente a pecar o tener miedo. También se creo que los demonios tratan de tentar a las personas para que abandonen la fe y caigan en la herejía o apostasía. Según la tradición cristiana, los demonios poseen varios poderes sobrenaturales, entre los que se incluyen: Psicoquinesis, levitación, adivinación, posesión, telepatía, brujería, xenoglosia y capacidad para lanzar maldiciones, así como fuerza sobrehumana, el control de los cuatro elementos, control de animales y provocación. Los demonios utilizan varias combinaciones de estos poderes para hostigar, desmoralizar, confundir y desorientar a la víctima. Todos estos ataques, así como su efecto o alcance, puede ser anulada por Dios ya que los demonios se cree que tienen el poder de herir a las personas tanto física como mentalmente, pero sólo dentro de los límites de lo que Dios va a permitir. Según diversos grimorios medievales (Malleus maleficarum, 1486), cada uno de los demonios tiene
una firma o sello con el que firman pactos diabólicos. En cuanto a la simbología, la estrella de cinco puntas (pentagrama invertido), que ha sido utilizado con varios significados en muchas culturas, puede representar a los demonios si tiene dos de sus puntas hacia arriba y una hacia abajo. La figura de Satán o el diablo ha sido asociada a diversos animales como la serpiente, la cabra y el dragón. No todos los cristianos creen en la existencia de los demonios en un sentido literal, existe la opinión de que el lenguaje del Nuevo Testamento en cuanto a los exorcismos es un ejemplo del lenguaje de la época que se empleaba para describir las curaciones de lo que hoy se clasifica como epilepsia o enfermedades mentales. “Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha contra los dominadores de este mundo tenebroso, en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor”. Benedicto XVI (22-02 -2011).
Martin Schongauer – La Tentación de San Antonio (1470 – 1475).
Islam: En el Islam, la figura del Iblís ( )إبليسo Shaitán ( )شيطانequivale a Satán de la tradición cristiana. Iblís era un genio o yinn ( )جنcreado por Alá, el cual se consideraba superior a Adán, que fue creado del barro, mientras que él fue creado del “fuego sin humo”. Por este acto de desobediencia, Alá lo condenó al infierno por toda la eternidad, pero le dio tiempo hasta el día del Juicio Final. Durante ese tiempo, trataría de corromper a los seres humanos como una forma de venganza. Por rehusar obedecer a Alá, fue expulsado del Paraíso y a partir de entonces fue llamado Shaitán.
Yinn.
Hinduismo: En el hinduismo hay una serie de espíritus que pueden ser clasificados como demonios como son los Vetala (वव ववव), Ráksasa (वववव वव) y los Asura (ववव व), entre otros. Estos espíritus de quiénes han cometido ciertos pecados específicos, como castigo a sus faltas, están condenados a vagar sin su forma física durante un período de tiempo hasta que consigan purgar sus faltas y poder renacer de nuevo.
Raksása Rávana.
Budismo: Algunas ramas del budismo postulan la existencia de infiernos habitados por demonios que atormentan a los pecadores y tientan a los mortales, o actúan para perturbar su iluminación. Dentro del budismo, la figura más importante relacionada con seres espirituales maléficos es Mara (Príncipe de la oscuridad – Maligno), la presencia oscura que intentó que Buda no llegase a alcanzar la iluminación.
Ocultismo: Los practicantes de la magia ceremonial o alta magia, normalmente intentan ponerse en contacto con demonios para restringir sus acciones o bien utilizarlos para cumplir sus órdenes, utilizando para ello diversos métodos como la Goetia (brujería, invocación de ángeles, evocación de demonios) o mediante el Libro de Abramelin. Este libro nos enseña cómo controlar a un demonio mediante un ángel que a su vez domine a aquel, gracias a ello, podríamos obtener riquezas y habilidades extraordinarias. Aleister Crowley, que con todo fue el más insigne ocultista, místico y mago ceremonial del siglo XX, lo califica como “el mejor y más peligroso de los libros que se han escrito”.
Círculo Mágico – Goetia.
Satanismo: El Satanismo es un nombre que aglutina un grupo diverso de religiones que consideran a los demonios en general y Satanás, en particular, como entidades positivas, ya sea como entidades reales de ser adoradas (satanismo tradicional o teísta), o usando a Satanás y los demonios como elementos más simbólicos (satanismo laveyano o simbólico). En el satanismo se suelen tomar prestados conceptos de la naturaleza de los demonios en religiones establecidas, como el cristianismo, el judaísmo o el Islam, aunque en ocasiones también se elaboran conceptos originales de los propios demonios sobre su carácter y diversas habilidades.
Hay multitud de clasificaciones demoníacas, aparecidas en demonología cristiana, ocultismo e incluso en magia renacentista. Los sistemas de clasificación se basan en la naturaleza del demonio, el pecado con el que tentar a la gente, el mes en el que su poder era más fuerte, los santos que eran sus adversarios, u otras diversas características. Cabe señalar que de acuerdo a cada autor que ha realizado este tipo de clasificaciones, el dominio de cada demonio es muy diferente, también se puede ver que los distintos autores eligen y clasifican los demonios de manera bastante diferente. El jesuita Peter Binsfeld elaboró en 1589 una clasificación demoníaca atendiendo a los siete pecados capitales, estableciendo lo que se denomina como los Siete Príncipes del Infierno:
Lucifer: Soberbia. Del hebreo ( )להליל(ל(ל, estrella de la mañana, el portador de luz, es en la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos.
Mammón: Avaricia. Mammón es una palabra aramea que significa “riqueza”, aunque su etimología es algo confusa. Su transcripción en griego es (μαμωναίς) . En la Biblia, Mammón se personifica como símbolo de las riquezas en Lucas, y Mateo. Mammón es algo similar al dios griego Hades, y al dios romano Dis Pater, en su descripción, y es
probable que esté hasta cierto punto basado en ellos, especialmente puesto que Plutón-Hades, era el custodio de las abundancias de la tierra y los lobos que son asociados a avaricia en las edades medias.
Asmodeo: Lujuria. Asmodeo, del hebreo ( )אשמדאלי, es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit o Libro de Tobías, que no forma parte del Antiguo Testamento protestante ni del judío, pero sí del católico. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (Zoroastrismo) de los persas.
Satanás: Ira. Del hebreo ( )הה(ןָטש(ןָטט(ן, el adversario. Es el líder de los ángeles caídos y los adversarios a Dios, sobre todo en las religiones abrahámicas y confundido a menudo con Lucifer. En el satanismo teísta, Satanás es considerado como una fuerza positiva y la deidad que es venerada. En el satanismo laveyano, Satanás es considerado como la celebración de las características virtuosas. En el Apocalipsis, se describe una guerra en el cielo entre ángeles dirigidos respectivamente por el Arcángel Miguel y por “el dragón”, identificado con el diablo y Satanás, quien es derrotado y arrojado a la tierra junto a sus legiones.
Belcebú (Baal): Gula. El señor de las moscas, del hebreo ( )בע(ל זבוב. En la literatura cristiana se empleó para designar al Príncipe de los demonios, de acuerdo a la antigua costumbre hebrea de representar deidades ajenas en forma maligna. Hay tradiciones que indican que Lucifer, Satanás y Belcebú conforman el triunvirato que gobierna al infierno y sus legiones. Tiene su origen en la deidad filistea Baal Seabaoth, adorada en la ciudad de Ecrón.
Leviatán: Envidia. Leviatán (enrollado), del hebreo ( )ל(לוו(ןָטלי(ןָטת(ן. La interpretación cristiana del Leviatán le considera a menudo como un demonio asociado con Satán o el Diablo. En la demonología medieval, Leviatán es un demonio acuático que intenta poseer a las personas, siendo éstas difíciles de exorcizar.
Belfegor: Pereza. Belfegor (el señor de la apertura) procede del hebreo ( ופעו(ר-)הבהע(ל, es un demonio que ayuda a la gente a realizar descubrimientos, seduce a las personas a través de inventos ingeniosos que supuestamente les proporcionarán riquezas. Ha sido representado de varias maneras, como una joven y hermosa mujer o como un demonio de cuerpo atlético, con barba y afilados cuernos y uñas. Belfegor tiene su origen en Asiria con la deidad Baal-peor, dios moabita.
Durante el Siglo XVI se elaboró una clasificación demoníaca por mes del año, ya que se creía que cada demonio tenía más fuerzas para cumplir su misión durante un mes especial del año. De esta manera, sus poderes y el de sus asistentes iban a funcionar mejor durante ese mes:
Belial: Enero.
Leviatán: Febrero.
Satanás: Marzo.
Belfegor: Abril.
Lucifer: Mayo.
Balberith: Junio.
Belcebú: Julio.
Astaroth: Agosto.
Tammuz: Septiembre.
Bael: Octubre.
Asmodeo: Noviembre.
Moloch: Diciembre.
En 1613, el inquisidor francés Sebastien Michaelis elaboró una clasificación de los demonios (aparecida en su libro Historia Admirable) basada en la jerarquía angélica de Pseudo Dionisio Areopagita (Siglos V – VI d.C.). Michaelis aseguró haber recibido esta clasificación de parte del demonio Balberith cuando exorcizaba a una monja. Muchos de los nombres están exclusivamente en francés y no aparecen en otras clasificaciones demoníacas o tratados. Primera Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Serafines, Querubines o Tronos.
Belcebú: Fue un príncipe de los Serafines, justo por debajo de Lucifer y uno de los tres primeros ángeles en caer (Lucifer, Belcebú y Leviatán.). Tienta a los hombres con el orgullo y es opuesto a San Francisco de Así.
Leviatán: Fue un príncipe de los Serafines que tienta al hombre a la herejía. Es opuesto a San Pedro.
Asmodeo: Fue y en algunos cultos se asegura que sigue siendo un Serafín que tienta a los hombres a practicar el libertinaje. Es opuesto a San Juan el Bautista.
Balberith: Fue un príncipe de los Querubines. Tienta a los hombres para que comentan homicidio y sean blasfemos. Es opuesto a San Bernabé.
Astaroth: Fue un príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la pereza y es opuesto a San Bartolomé.
Verrine: Fue el segundo príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la impaciencia y es opuesto a Santo Domingo.
Gressil: Fue el tercer príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la impureza y es opuesto a San Bernardo.
Sonneillor: Fue el cuarto príncipe de los Tronos. Tienta al hombre con odio y es opuesto a San Esteban.
Segunda Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Dominaciones, Virtudes o Potestades.
Carreau: Fue un príncipe de las Potestades. Tienta a los hombres con la dureza de corazón, en oposición de San Vicente y San Vicente Ferrer.
Carnivean: Fue un príncipe de las Potestades. Tienta a los hombres a la obscenidad y la desvergüenza. Se opone a San Juan el Evangelista.
Oeillet: Era un príncipe de Dominios. Tienta a los hombres a romper el voto de pobreza, oponiéndose a San Martín
Rosier: Era el segundo en el orden de Dominios. Tienta a los hombres contra la pureza sexual, en oposición de San Basilio.
Belias – Belial: Príncipe de las Virtudes, el cual tienta a los hombres con la arrogancia. Es opuesto a San Francisco de Paula.
Tercera Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Principados, Arcángeles o Ángeles.
Olivier: Fue un príncipe de los Arcángeles. Tienta a los hombres con crueldad y ensañamiento con los pobres, en oposición a San Lorenzo.
Clasificación demoníaca aparecida en el grimorio La Llave Menor de Salomón (Siglo XVII) e ilustraciones con los sellos personales de cada uno de los 72 demonios descritos en el libro: 01. Rey Bael.
02. Duque Agares.
03. Príncipe Vassago.
04. Marqués Samigina.
05. Presidente Marbas.
06. Duque Valefor.
07. Marqués Amon.
08. Duque Barbatos.
09. Rey Paimon.
10. Presidente Buer.
11. Duque Gusion.
12. Príncipe Sitri.
13. Rey Beleth.
14. Marqués Leraje.
15. Duque Eligos.
16. Duque Zepar.
17. Conde/Presidente Botis.
18. Duque Bathin.
19. Duque Sallos.
20. Rey Purson.
21. Conde/Presidente Marax.
22. Conde/Príncipe Ipos.
23. Duque Aim.
24. Marqués Naberius.
25. Conde/Presidente Glasya-Labolas.
26. Duque Bune.
27. Marqués/Count Ronove.
28. Duque Berith.
29. Duque Astaroth.
30. Marqués Forneus.
31. Presidente Foras.
32. Rey Asmoday.
33. Príncipe/Presidente Gaap.
34. Conde Furfur.
35. Marqués Marchosias.
36. Príncipe Stolas.
37. Marqués Phenex.
38. Conde Halphas.
39. Presidente Malphas.
40. Conde Raum.
41. Duque Focalor.
42. Duque Vepar.
43. Marqués Sabnock.
44. Marqués Shax.
45. Rey/Conde Vine.
46. Conde Bifrons.
47. Duque Vual.
48. Presidente Haagenti.
49. Duque Crocell.
50. Caballero Furcas.
51. Rey Balam.
52. Duque Alloces.
53. Presidente Camio.
54. Duque/Conde Murmur.
55. Príncipe Orobas.
56. Duque Gremory.
57. Presidente Ose.
58. Presidente Amy.
59. Marqués Orias.
60. Duque Vapula.
61. Rey/Presidente Zagan.
62. Presidente Valac.
63. Marqués Andras.
64. Duque Haures.
65. Marqués Andrealphus.
66. Marqués Cimejes.
67. Duque Amdusias.
68. Rey Belial.
69. Marqués Decarabia.
70. Príncipe Seere.
71. Duque Dantalion.
72. Conde Andromalius.
Grimorios que establecen distintas clasificaciones demoníacas y de jerarquías infernales:
De praestigiis daemonum (Johann Weyer, 1563).
Pseudomonarchia daemonum (Johann Weyer, 1577).
La Llave Menor de Salomón (Anónimo, Siglo XVII). También conocido como Lemegeton Clavicula Salomonis, este libro incluye como primera sección el denominado Ars Goetia, con la descripción de 72 demonios que se decía que Salomón había evocado y posteriormente confinado en un recipiente sellado de bronce por magia y diversos símbolos. Esos demonios se veían obligados a trabajar para Salomón. Otras cuatro secciones componen este libro (Ars Theurgia Goetia, Ars Paulina, Ars Almadel, Ars Notoria).
El Gran Grimorio (Anónimo, posiblemente Siglo XVIII).
Diccionario Infernal (Collin de Plancy, 1818 – Ilustraciones posteriores realizadas por Louis Breton en 1863).
Partes
El libro se divide en cinco partes, que constituyen tratados sobre diferentes materias: Ars Goetia (demonología e invocación de demonios), Ars Theurgia Goetia (clasificación de espíritus aéreos y su invocación), Ars Paulina (angelología e invocación de ángeles), Ars Armadel (construcción de un almadel) y Ars Notoria (rezos mágicos). Ars Goetia
El círculo y el triángulo son usados en la invocación de los 72 espíritus del Ars Goetia: el practicante debe permanecer en el círculo, mientras que se cree que el espíritu invocado aparecerá dentro del triángulo. Artículo principal: Ars Goetia
La primera sección, llamada Ars Goetia (en latín medieval, el arte de la goecia, que significa brujería -del griego γοητεία, goēteia-) contiene las descripciones de los 72 demonios que se dice que Salomón invocó, encerró en vasijas de bronce selladas mediante símbolos mágicos y obligó a trabajar para él. El libro asigna un rango y un título de nobleza a los miembros de la jerarquía infernal, y un signo "al que deben lealtad" (más conocido como sello). Además, esta parte enseña a construir una vasija similar a las de Salomón y a usar las fórmulas mágicas para llamar a estos demonios de forma segura. Una edición inglesa revisada del Ars Goetia fue publicada en 1904 por el ocultista Aleister Crowley. Crowley la usó como pieza clave de su popular e influyente sistema de práctica de la magia. Los 72 demonios
La lista de entidades en el Ars Goetia se corresponde (en mayor o menor grado dependiendo de la edición) a la del Pseudomonarchia daemonum del demonólogo
Johann Weyer, un apéndice de las últimas ediciones de su De praestigiis daemonum, de 1563, aunque difiere en cuanto a número y rangos. Como resultado de muchas traducciones, existen pronunciaciones diferentes para algunos de los nombres. La lista de demonios es la siguiente:
Una ilustración de Buer, el 10º demonio, que enseña filosofía natural y moral. La ilustración fue realizada por Louis Breton para la edición de 1863 del Diccionario Infernal de Collin de Plancy (cuya 1ª edición es de 1818). 01. Rey Bael 02. Duque Agares 03. Príncipe Vassago 04. Marqués Samigina 05. Presidente Marbas 06. Duque Valefor 07. Marqués Amon 08. Duque Barbatos 09. Rey Paimon 10. Presidente Buer 11. Duque Gusion 12. Príncipe Sitri 13. Rey Beleth 14. Marqués Leraje 15. Duque Eligos 16. Duque Zepar 17. Conde/Presidente Botis 18. Duque Bathin
19. Duque Sallos 20. Rey Purson 21. Conde/Presidente Marax 22. Conde/Príncipe Ipos 23. Duque Aim 24. Marqués Naberius 25. Conde/Presidente Glasya-Labolas 26. Duque Bune 27. Marqués/Count Ronove 28. Duque Berith 29. Duque Astaroth 30. Marqués Forneus 31. Presidente Foras 32. Rey Asmodeus 33. Príncipe/Presidente Gaap 34. Conde Furfur 35. Marqués Marchosias 36. Príncipe Stolas
37. Marqués Phenex 38. Conde Malthus 39. Presidente Malphas 40. Conde Raum 41. Duque Focalor 42. Duque Vepar 43. Marqués Sabnock 44. Marqués Shax 45. Rey/Conde Vine 46. Conde Bifrons 47. Duque Uvall 48. Presidente Haagenti 49. Duque Crocell 50. Caballero Furcas 51. Rey Balam 52. Duque Alloces 53. Presidente Caim 54. Duque/Conde Murmur
55. Príncipe Orobas 56. Duque Gremory 57. Presidente Ose 58. Presidente Amy 59. Marqués Orias 60. Duque Vapula 61. Rey/Presidente Zagan 62. Presidente Volac 63. Marqués Andras 64. Duque Haures 65. Marqués Andrealphus 66. Marqués Cimejes 67. Duque Amdusias 68. Rey Belial 69. Marqués Decarabia 70. Príncipe Seere 71. Duque Dantalion 72. Conde
Andromalius
Ars Theurgia Goetia
El segundo libro de La llave menor de Salomón es Ars Theurgia Goetia (en latín medieval, el arte de la teúrgia goética, siendo la teúrgia la invocación de espíritus no demoníacos). Este libro explica los nombres, características y sellos de los 31 espíritus aéreos de los puntos cardinales (jefes, emperadores, reyes y príncipes) que el Rey Salomón invocó y encerró, así como su naturaleza (que puede ser buena o mala), sus sirvientes, las protecciones contra ellos y los rituales para invocación. Su invocación y control permiten -en teoría- descubrir cosas ocultas, como los secretos de las personas, u obtener, llevar o fabricar cualquier objeto que el conjurador les indique. Siguen un orden complejo en el libro, y sus nombres varían según la traducción. Los nombres de este libro, así como los del libro siguiente, el Ars Paulina, se corresponden con los de una lista aparecida en el libro Steganographia, de Johannes Trithemius (1500). Ars Paulina
Es la tercera parte del Lemegeton Clavicula Salomonis, que es conocida desde la Edad Media. Según la leyenda, la Ars Paulina (en latín medieval, el arte de Pablo) fue descubierta por el apóstol San Pablo, pero en el libro es mencionado como "el arte paulino del rey Salomón". Está dividido a su vez en dos partes: el primer capítulo trata de los ángeles de cada una de las horas del día, sus sellos, su naturaleza, sus sirvientes (llamados duques), su relación con cada uno de los siete planetas conocidos antiguamente, los aspectos astrológicos de su invocación, sus nombres (dos de ellos iguales a los de dos demonios del Ars Goetia) y sus rituales de invocación; el segundo capítulo trata de los ángeles que gobiernan cada uno de los signos zodiacales y cada grado de cada signo (hay 30º en cada signo), su relación con los cuatro elementos (aire, agua, fuego y tierra), sus nombres y sus sellos. El libro los llama "ángeles del hombre", ya que todas las personas nacen bajo un signo zodiacal, con el sol en un grado concreto de ellos. Ars Almadel
El Ars Almadel (en latín medieval, el arte del almadel") se explica cómo hacer el almadel, una tablilla de cera con sellos protectores, en la que colocan cuatro velas. El libro explica los colores, materiales y rituales necesarios para la construcción del almadel y las velas. También dice qué ángeles pueden ser invocados y cómo invocarlos, y explica que sólo se les puede pedir cosas razonables y justas. Menciona a doce príncipes que gobiernan con ellos. Las fechas y los aspectos astrológicos más convenientes para invocar a los ángeles son detallados, pero brevemente. El autor afirma haber experimentado lo que es explicado en este capítulo. Ars Notoria
El Ars Notoria (en latín medieval, el arte notable o el artede la magia) es la quinta y última parte del libro. Contiene una colección de oraciones (algunas de ellas divididas en varias partes) mezcladas con cabalística y palabras mágicas en diferentes lenguas
(como griego o hebreo). El texto indica cómo deben ser pronunciadas, y la relación que estos rituales tienen con la comprensión de todas las ciencias. También se mencionan la relación de estas oraciones con las distintas fases de la luna y que las oraciones funcionan como invocaciones a los ángeles de Dios. Según el libro, la ortografía correcta de los rezos (?) permite el conocimiento de la ciencia relacionada con cada uno de ellos, y también otorga buena memoria, estabilidad de mente y elocuencia. Añade los preceptos que tienen que ser observados para obtener un buen resultado. Por último, cuenta cómo el rey Salomón recibió esta revelación de un ángel.