CUIDADO CON EL SINDROME DE ATENAS Hechos 17:13-21.
Siempre la sana doctrina ha sido atacada de diferentes maneras, Satanás la ha atacado por medio de espíritus de error y doctrina de demonios, los filósofos se han levantado como falsos maestros también atacando la sana doctrina, pero también a través del tiempo han germinado síndromes de enfermedades doctrinales que tienen el propósito de enfermar la doctrina de Cristo. I.- PRIMER SINTOMA: HAMBRE DE NOVEDAD Como leímos en Hechos 17, el corazón de Pablo se consumía con el fuego de aquella ciudad entregada a la idolatría. Por otro lado, la cabeza de los atenienses estaba congelada, ocupada únicamente en decir o en oír algo nuevo. A tal punto habían llegado llegado en esta búsqueda búsqueda que en el camino camino al Areópago Areópago habían erigido un altar dedicado AL DIOS NO CONOCIDO.
Esta hambre de novedad es un síntoma en nuestro tiempo, porque hay cristianos que se entretienen buscando lo novedoso, lo que atrae, lo que impresiona a los pobres incautos. Hoy muchos Pseudo ministros se han empeñado en descubrir verdades nuevas, en generar experiencias nuevas, en inventar explicacione explicacioness nuevas de las escrituras escrituras.. Por ejemplo la trinidad, trinidad, es un invento invento de los hombres, hombres, el árbol de pascua es un invento de los hombres, restarle divinidad al Señor Jesucristo es un invento de los hombres, nosotros no queremos el invento de los hombres, necesitamos el mensaje que es desde el principio aunque nos traten de dinosaurios de anticuados, creemos que sin santidad nadie vera al Señor, creemos en un solo Dios cuyo nombre es Jesús, no creemos en las vanidades de este mundo ni en otro evangel evangelio, io, creemo creemoss en el verdade verdadero ro evangel evangelio io de Jesucr Jesucrist isto, o, un evangel evangelio io de poder. poder. Más Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. (Gálatas 1:8-9). Cuando alguien no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo comienza a tener hambre de novedad, y la manera de vencer este síntoma es volver al mensaje antiguo de la palabra como nos dice el profeta Jeremías: Así Jeremías: Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por p or las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. (Jeremías (Jeremías 6:16). Tenem Tenemos os que que tener tener el espí espíri ritu tu nobl noblee que tení tenían an los los herm herman anos os de Bere Bereaa que confirmaban cada palabra del Apóstol Pablo y no se comían cualquier cosa: Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, Tesalónica, pues recibieron recibieron la palabra palabra con toda solicitud, solicitud, escudriñando escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11). II.- SEGUNDO SINTOMA: CEGUERA La plaga de Atenas produce ceguera, esta ceguera puede ser temporaria, pero a veces tiene efectos irre irrever versi sibl bles es,, si uste ustede dess notan notan el caso caso de los los ateni atenien ense ses, s, ador adorab aban an a un Dios Dios “desc “descon onoc ocid ido” o”,, evidentemente estaban ciegos, no podían ver al Dios verdadero.
Dice la escritura que Dios busca adoradores que adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:24). La adoración es un estilo de vida que se establece entre dos personas: Dios y la creacion, pero usted no puede adorar lo que no conoce, o lo que no siente. Los atenienses adoraban “por las dudas” “adoraban a ciegas” en búsqueda de novedades. Nosotros no adoramos a ciegas, nuestro Dios es verdadero, el se siente cuando le adoramos y muestra su gloria, el lo dijo: Donde se haga memoria de mi nombre vendré a ti y te bendeciré… la mujer samaritana padecía de este síndrome de Atenas, adoraba lo que no conocía, conocía, pero un día conoció conoció al todopoderoso todopoderoso,, el cual hablaba con ella y le dijo: Jesús dijo: Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
(Juan 4:21-22). Quien en un culto no adora a Dios es porque no le conoce, pero los que le conocen se esfuerzan y le alaban con todo el corazón.
El remedio para salir de esta ceguera espiritual es la palabra que ilumina y también el colirio del Espíritu Santo Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas (Apo 3:18). III.- TERCER SINTOMA: MENOSPRECIO A LA VERDAD Cuando el apóstol fue al corazón de su mensaje, es decir a la obra del Señor Jesús, muchos de los atenienses rechazaron la doctrina de la resurrección del Señor Jesucristo. Los atenienses tenían nada menos que el espíritu del Anticristo porque rechazaban la doctrina del Señor Jesús (1 Juan 4:1-6). Nosotros no podemos rechazar la verdad, la verdad es más que una palabra es una persona y se llama Jesús (Juan 14:6). Jesucristo resucito de entre los muertos, y gracias a su resurrección nosotros podemos bautizarnos y sumergirnos y salir hechos nuevos hombres y mujeres para la gloria de Dios, por eso podemos decir: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17). Quien menosprecia la doctrina de la santidad no menosprecia a una simple iglesia, sino que a Dios porque él es Santo. (Hebreos 12:14). Quien menosprecia el nombre de Jesús no menosprecia a cualquiera si no al mismo Dios porque es su nombre y es nombre sobre todo nombre (Hechos 4:12). Quien menosprecia la Iglesia menosprecia a Dios, porque esta Iglesia es de Dios, Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (Mateo 16:18). Quien menosprecia el poder del Espíritu Santo no es de Dios sino del diablo y no tendrá perdón ni en este siglo ni en el venidero (Mateo 13:31). No podemos menospreciar que “estamos en el verdadero en su hijo Jesucristo este es el verdadero Dios y la vida eterna” (1 Juan 5:20).
Sumémonos a esta campaña de sanidad y de sacar el síndrome de Atenas, debemos conformarnos con la palabra que el Señor nos entrega, no podemos ser como el pueblo de Israel que se canso del maná que el Señor les entregaba gratuitamente. Tenemos que sentirnos felices de que el Señor cada día nos brinda el alimento que necesitamos y no nos deja morir de hambre sino que tiene misericordia de nosotros.