Cuando Rudolf Steiner hablaba de las abejas… * El ser humano en sus relaciones con los animales y los espíritus de los elementos (Ciclo de conferencias publicado en las ediciones del Centro Triades) Extracto de la conferencia del 2-11-1923
… Cuando los Espíritus del fuego (las Salamandras) se arremolinan en el aire, y especialmente cuando transportan el polen, el polvo de las anteras, se animan con un intenso sentimiento, más intenso aún que el que mueve a los Silfos. Estos sienten su Y, su propio ser, en el vuelo de los pá!aros. "os espíritus del #uego sienten algo análogo ante las mariposas y los demás insectos. "es gusta seguir sus rastros en el aire. Esto les ayuda a propagar las ondas de calor y a concentrar el $ter de calor en el ovario de las plantas. %ara o&rar la uni'n de este $ter de calor, que de&e descender al suelo, con la forma ideal de la planta, se alían con las mariposas y con los insectos. iguiendo su estela, se precipitan de flor en flor revolotean con ellos. Cuando seguimos con la vista a una mariposa o a un insecto, sentimos que su aura es algo muy especial que no se puede e*plicar s'lo por el insecto en sí. Las abejas, por e!emplo, tienen un aura clara, c+ispeante, maravillosamente luminosa, por así decirlo, deslum&rante, cosa que no se e*plica si no se seala que la a&e!a va siempre, acompaada de un Espíritu de fuego (alamandra), íntimamente emparentado con ella. %ara la mirada espiritual, la a&e!a vuela en el centro de un aura resplandeciente, transporta de flor en flor y de ár&ol en ár&ol a este Espíritu del #uego, que conoce el sentimiento del Yo gracias a la a&e!a, a la cual querría estar completamente unido. %or eso los insectos adquieren esa e*traa fuer-a, esa facultad de &rillar en el Cosmos espiritual pueden espirituali-ar totalmente la materia física que les +a sido otorgada, e irradiarla en el espacio c'smico. %ero, de la misma manera que es el calor de la llama quien la +ace &rillar, así, en la superficie de la tierra, son los insectos, inflamados de ardor +acia esta tarea c'smica por los Espíritus del #uego que les acompaan, quienes llevan +asta el estallido más vivo esa sustancia física espiritualizada que &rilla en el Cosmos y que el +om&re perci&e en el momento en que desciende a la ierra para encarnarse en ella…
Extracto de la conferencia del 10 de noviembre de 1923
…Cuando consumimos miel en la edad adulta, esta miel nos proporciona el mismo estimulante, las mismas fuer-as, que la lece al nio. e trata de fuer-as formadoras que a+ora actúan so&re todo el organismo desde el e*terior, mientras que en el caso del nio actua&an desde dentro de la ca&e-a y a partir de la ca&e-a. El nio, alimentado con lec+e, estimula con dic+o alimento las actividades plásticas de su organismo. El adulto, cuando e*perimenta la necesidad de estimular las mismas /
0e1 ‘Dioses, hombres y abejas’ 2 3rtículos e*traídos de la revista riades, riades, omo 45, n67 (verano (verano de 89:;) 2(pp.<9=>? de una traducci'n al espaol sin datos del traductor)
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actividades plásticas, de&e consumir miel. @o es necesario tomar cantidades enormes, pues lo que importa son las fuerzas presentes en la miel. 3sí, los preceptos para una adecuada +igiene alimentaria están inscritos en la propia naturale-a e*terior. ABu$ es lo que +acemos cuando imaginamos un país donde los ancianos son tan +ermosos como los nios %ensamos en un lugar donde manan ríos de lec+e y de miel. 4ed con qu$ e*actitud la antigua clarividencia instintiva inspir' a los poetas, que suean siempre con el país fa&uloso !donde manan ríos de lece " de miel#$ Dudolf teiner
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