2000
AÑOS
Historia de la Iglesie
auhnas
MTONIAZZI HENRIQUE CRISTIANO JOSÉ MATOS
ALBERTO ANTONIAZZI HENRIQUE CRISTIANO JOSÉ MATOS GRUPO EDITORIAL LATINOAMERICANO ARGENTINA
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Cristianismo: 2000 años de caminada -Historia de la Iglesia-
aul'mas
Título original: Cristianismo 2000 anos de caminhada © Pia sociedade Filhas de Sao Paulo Sao Paulo, 1996 ISBN Libro: 958-669-083-0 ISBN Colección: 958-9419-79-8 Primera Edición 1998 Traducción: Carlos Mario Vásquez © Instituto Misionero Hijas de San Pablo Carrera 32A N° 161A-04 Teléfono: 671 1298 • Fax 670 6378 Santafé de Bogotá, D.C. - COLOMBIA Prohibida su reproducción
Se trata de una ilustración tomada de un misal del siglo XIV, que representa el nacimiento de la Iglesia. Del cuerpo de Adán, el primer hombre, Dios saca a la mujer; igual del costado de Cristo en la cruz, nace la Iglesia. A este nacimiento asisten, al lado derecho, Moisés -representado con las tablas de la Ley- y Juan, el evangelista -atrás de Moisés, con el Evangelio en la mano-; caracterizan el Antiguo y Nuevo Testamento. Al lado izquierdo, un religioso y un padre aparecen como ministros de la Iglesia. La imagen sugiere que la sangre de Cristo que brotó de su pecho abierto, comunica a toda la Iglesia la gracia divina que salva.
PRESENTACIÓN
Ei libro Cristianismo: 2000 años de caminada reúne quince temas y una completa cronología, que sitúa los principales acontecimientos de la Historia del Cristianismo en su contexto político y cultural. Presenta algunos instrumentos de trabajo, como: Un índice analítico, que permite encontrar con facilidad nombres y hechos. Un cuadro sinóptico de los concilios ecuménicos y siete mapas, que permiten visualizarla localización de los acontecimientos. Una original visión panorámica que ayuda a precisar las principales etapas de la Historia de la Iglesia. Una bibliografía, que orienta lecturas y estudios más profundos. Un pequeño comentario ilustra también la importancia de la Historia de la Iglesia en la catequesis y orienta a catequistas y profesores para utilizar este libro como subsidio en la catequesis y la enseñanza religiosa. El significado de la Historia de la iglesia y el enfoque adoptado en la selección y análisis de los temas, son presentados desde la primera página del texto bajo el título "Dos mil años de travesía". Nos gustaría terminar con una sugerencia para los lectores. Puede ser empleado de muchas maneras; es un libro abierto donde cada uno puede escoger lo que más le interese. Puede, incluso, comenzar por las últimas páginas, por el índice analítico, que nos dio mucho trabajo, pero ahora permite localizar rápidamente cualquier fecha o personaje. No es necesario leer el libro desde la primera hasta la última página. Tampoco es necesario leerlo una sola vez. Escoja lo que más le agrade: temas, mapas, figuras, 9
nombres, personajes, acontecimientos... Profundice, después, el tema que le parezca más valioso. Esperamos que el libro contribuya no sólo para aumentar el conocimiento de la historia, lo que de hecho enriquece nuestra humanidad, sino también para aumentar la fe y el amor a la Iglesia. ALBERTO ANTONIAZZI HENRIQUE CRISTIANO JOSÉ MATOS Profesores de Historia del Cristianismo en la PUC - MG -Pontificia Universidad Católica de Minas de Geraisy en los seminarios teológicos de Belo Horizonte
DOS MIL AÑOS DE TRAVESÍA
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.Los Evangelios presentan la Iglesia como un barco. En ese barco, Jesús está presente; algunas veces, sin embargo, parece dormir (Mt 8, 23-27; Me 4, 35-41). El mar es la agitada historia de la humanidad. La travesía se realiza desde hace casi 20 siglos. O, para emplear otra imagen bíblica, la caminada de la Iglesia se realiza desde hace dos mil años. Reducir la Historia de la Iglesia y concentrarla en "temas" de pocas páginas es un trabajo arriesgado. Es semejante a organizar una selección de fútbol. Se comienza con una extensa lista de jugadores y, al final, sólo quedan once titulares y algunos en la reserva. A quienes fueron excluidos no les gustará. Los que se consideran entendidos en el asunto - y son muchos-, también reclaman. Seleccionamos temas y, dentro de ellos, algunos acontecimientos significativos. No pretendemos haber hecho la única selección posible. Sólo procuramos hacer una buena selección. Los temas que escogimos fueron: 1) Dos mil años de travesía; 2) Los cristianos viven en comunidad; 3) Los cristianos redescubren servicios en la Iglesia; 4) De Pedro a Juan Pablo II; 5) Iglesia y Estado; 6) Los pobres cuestionan la Iglesia (I); 7) Los pobres cuestionan la Iglesia (II); 8) Al pueblo le gustan los santos; 9) Los hombres de la penitencia; 10) Devociones po13
pulares; 11) Cristianos de Oriente; 12) La Reforma Protestante; 13) La Iglesia en la tensión de la Modernidad; 14) El Concilio Vaticano II; 15) Treinta años, veinte siglos.
1. D E JERUSALEN A ROMA
Igualmente predomina el ámbito de la Iglesia Católica y aún así, no se deja de señalar la actuación de otras Iglesias Cristianas. Ellas también contribuyeron enormemente para la difusión del Evangelio, y no deseamos disminuir en nada su valor. Sólo consideramos que no somos las personas más adecuadas para presentar estos capítulos de la Historia Cristiana.
Las noticias de conversiones interesaban a todos los fieles y eran motivo de gran alegría para la comunidad cristiana. (Hch 11,18).
Finalmente, una palabra sobre el enfoque con que abordamos el asunto. La selección de los temas expresa que nos detuvimos en los problemas que interesan a los cristianos actualmente. Esta es nuestra perspectiva: interrogar el pasado para comprender mejor el presente y, por otro lado, cuestionar el presente y el futuro a partir del pasado. Es decir, leer la Historia para desarrollar una conciencia crítica de los acontecimientos que estamos viviendo, para no repetir la Historia, sino construirla a través de nuestro compromiso y nuestras opciones. De hecho, no se trata de reproducir hoy los modelos de la Iglesia del pasado. Se trata de descubrir, igualmente, a la luz de la experiencia pasada, la manera de encarnar la fe cristiana y el Evangelio en situaciones históricas nuevas e inéditas.
Lucas sintetiza en una frase toda la misión de Jesús: "Yo debo anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios... Para esto fui enviado" (Le 4,43). Desde los orígenes, la Iglesia entiende que la misión de EVANGELIZAR a todos los hombres y mujeres constituye su misión por excelencia. "Evangelizar es, de hecho, la gracia y la vocación propias de la Iglesia, su más profunda identidad" (Pablo VI). Los Hechos de los Apóstoles -que son la historia de la Iglesia naciente- describen la vida cristiana como comunidad consolidada por la Palabra y por la Eucaristía, animada intensamente por la vivencia de los valores evangélicos e igualmente abierta a irradiar la verdad del Evangelio en el mundo entero.
Es una tarea difícil que se presta a discusiones, divergencias, aclaraciones, adiciones. La iniciaremos presentando un cuadro general de la expansión del Cristianismo a lo largo de los siglos.
De la primitiva comunidad de Jerusalén, los cristianos se dispersan por las diversas regiones del Imperio Romano de aquel entonces, buscando inicialmente, como punto de apoyo, las comunidades judías de la diáspora (= "dispersión": Núcleos de judíos fuera de Palestina, especialmente en las ciudades más importantes del mundo greco-romano). Es la comunidad cristiana de Antioquía, en Siria, que enviará, por la imposición de las manos, dos de sus miembros "en misión" (Hch 13,2-3). Poco a poco, son fundadas pequeñas comunidades de cristianos que se estructuran en torno a la Palabra y a la Eucaristía, dando también origen a una gran variedad de ministerios, es decir, a servicios vistos como dones del Espíritu Santo -carismas- para la construcción de la comunidad. El alma de este primer impulso misionero en la Iglesia fue Pablo de Tarso. "¡ Ay de mí si no anuncio
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Está condenado a repetir la Historia quien la ignora. Quien de ella es consciente puede enfrentar el presente y el futuro con mayor libertad, responsabilidad y creatividad. Simplemente repetir los modelos del pasado en un nuevo contexto, diferente, significa traicionar el pasado. La verdadera fidelidad exige capacidad para diferenciar entre valores permanentes y sus expresiones provisionales, momentáneas. Además, exige el coraje de trazar nuevos caminos, inexplorados.
el Evangelio!" (1 Co 9,16). De hecho, la Buena Nueva del Reino sigue su camino en el mundo antiguo hasta llegar a la capital del Imperio: Roma. Es allí que las dos columnas del Cristianismo, Pedro y Pablo, se encuentran, y ambos son martirizados (67).
En el transcurso del siglo IV, el cristianismo va más allá de los límites del Imperio Romano, llegando a las regiones de Persia, Armenia, Arabia y Etiopía ( ver mapa).
EL CRISTIANISMO EN EL SIGLO V
2. CRISTIANISMO Y ANTIGUA SOCIEDAD PAGANA
E n aquel tiempo, muchos cristianos... abandonando la patria iban a cumplir la misión de evangelizadores, con el deseo de predicar a todos los que aún no habían escuchado la palabra de fe.... (Eusebio de Cesárea, Historia Eclesiástica-Inicios del siglo TV).
En la época patrística -finales del siglo 1 hasta cerca de la mitad del siglo V-, la evangelización penetra en los rincones más remotos del mundo. De particular importancia para el Cristianismo es su expansión por el norte de África con la impresionante figura de Agustín de Hipona (354-430). En la península itálica se destaca el gran obispo Ambrosio de Milán (339-397). Se realiza en este período de los Santos Padres una primera confrontación seria entre el Cristianismo y la Filosofía pagana, en la cual Justi no -quien murió alrededor del año 165- participó activamente. En Oriente, los emperadores se interesan vivamente por la religión cristiana, llegando a tener un papel decisivo en la convocatoria de los primeros Concilios Ecuménicos (= de la Iglesia Universal), donde son realizadas las primeras e importantes formulaciones de la doctrina de la fe (Nicea, 325; Constantinopla, 381; Efeso, 431; Calcedonia, 451). No debemos olvidar que en este período grupos de herejes, de modo particular los arríanos, desarrollaron una intensa actividad misionera, por ejemplo, entre los visigodos de la región del Danubio. 16
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
JERUSALEN
8.
NICEA
ANTIOQUIA
9.
CONSTANTINOPLA
ALEJANDRÍA
10. E F E S O
TARSO
11.
CALCEDONIA
HIPONA
12.
REIMS
MILÁN
13.
TOUKS
ROMA
14,
CANTORBERY
FRONTERAS DEL I M P E R I O R O M A N O EN EL AÑO
400
3. EL CAMINO DEL EVANGELIO FUERA DEL M U N D O R O M A N O
Inclina tu frente, sicambro altivo. Quema lo que adoraste, adora lo que quemaste ". (Frase atribuida a San Remigio, obispo de Reims, que bautizó a Clovis, jefe de los Francos, en la Navidad del 496, junto con sus 300 guerreros). 17
El cristianismo, inicialmente un fenómeno típicamente urbano, inicia paulatinamente, su penetración entre los campesinos -hasta entonces fieles a las divinidades del paganismo: Paganus = hombre del campo, adorador de estos dioses-. En este movimiento sobresale el obispo misionero de Tours -centro de la actual Francia-, San Martín -muerto hacia el año 397-, el primer santo no mártir. El papa Gregorio Magno envió en el año 596 al abad benedictino Agustín de Cantorbery con 40 compañeros a la misión entre los anglosajones. A partir de Inglaterra e Irlanda, el importante movimiento evangelizador alcanzará vastas regiones del norte de Europa. Se presentan las figuras de Vilibrordo, el Apóstol de los Frisones -norte de la actual Holanda- y Bonifacio, el Apóstol de Alemania. Son ellos, junto con muchos otros, los fundadores de numerosos monasterios y diócesis en estas "tierras de los bárbaros". La Migración de los Pueblos durante los siglos V y VI implicó un tremendo desafío para la Iglesia y su acción evangelizados: La necesidad de integrar nuevos valores culturales en el cristianismo, y "traducir" la Buena Nueva en términos comprensibles para los pueblos no latinos. Todo este proceso estuvo acompañado de tensiones y rupturas, pero todo resultó finalmente en una nueva síntesis que -con el pasar del tiempo- se mostró extremadamente fecunda para el futuro de la Iglesia.
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4. U N CRISTIANISMO COMPROMETIDO CON INTERESES D E LA SOCIEDAD CIVDL
"..Ja luna saca su luz del Sol y es, en realidad, inferior al Sol, tanto en tamaño y cualidad como en posición y efecto. De igual manera, el poder temporal saca su dignidad de la autoridad pontificia...." (Inocencio III, 1198).
La Edad Media (476-1453) se caracteriza por la consolidación de un régimen de cristiandad, cuyos orígenes se remontan a la figura de Constantino, el Grande (Edicto de Milán, 313). Son reforzados los lazos entre los dos "poderes": el "espiritual" (papa) y el "temporal" (emperador). La Iglesia ocupa un lugar destacado dentro de la sociedad con una posición altamente privilegiada. Es ella quien dicta las normas éticas para los pueblos y sus gobernantes. Se mezclan los intereses puramente "mundanos", de carácter económico - político, con auténticos intereses religiosos. Fenómeno típico de esta cristiandad son las Cruzadas, expediciones de carácter militar - religioso para reconquistar la Tierra Santa en poder de los musulmanes (Siglos XI - XIII). La excesiva clericalización de la sociedad y la escandalosa mundanización de hombres de la Iglesia provocan reacciones en el seno del propio Cristianismo. Surgen movimientos que buscan una mayor autenticidad evangélica en un espíritu de pobreza y simplificación de la vida. Tanto las Ordenes Mendicantes (especialmente los dominicos y los franciscanos) como algunas corrientes'heréticas se sitúan en este contexto (siglo XIII).
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5. L A " C R U Z Y L A E S P A D A " C O N Q U I S T A N UN M U N D O N U E V O
LA EXPANSIÓN DEL CRISTIANISMO EN NÚMEROS Es difícil calcular el número exacto de los cristianos en el pasado. Sólo se pueden establecer algunas cifras estimativas:
tíil principal fin por el cual se manda poblar Brasil es la reducción del gentío a la fe católica..." (Don Juan, Rey de Portugal, en el regimiento de Tomás de Souza, 17 de diciembre de 1548).
La gran expansión marítima del siglo XVI, con la conquista de amplias tierras hasta entonces desconocidas en África, Asia y América, provoca un extraordinario movimiento misionero. España y Portugal unen de forma directa a la Iglesia en sus empresas colonizadoras en las regiones de ultramar. El rey de cada una de estas potencias se convierte, prácticamente, en el responsable por la implantación y organización de la religión católica en las tierras conquistadas. Allí se sitúa el famoso "patronato" -tutela del poder civil sobre la Iglesia, a partir de concesiones hechas por el propio Pontífice Romano- con sus graves consecuencias para el desarrollo del Cristianismo en nuestras regiones. La espada y la cruz, íntimamente unidas entre sí, se lanzan a la "expansión del reino", lo que dejó profundas huellas en el Cristianismo de nuestro continente. La religión cristiana penetró en el alma del pueblo y dio origen a una vivencia popular de la fe, que se conservó intacta, incluso sin la presencia constante de la Iglesia oficial a través de sus ministros ordenados. Por otro lado, la religión, muchas veces fue manipulada por los poderes públicos en su propio beneficio, convirtiéndose en un instrumento para mantener bajo control a las masas populares. Así, el vigor evangélico y transformador del catolicismo en tierras americanas no puede actuar siempre de manera libre.
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A inicios del siglo IV, los cristianos están difundidos en el Imperio Romano y son 5 millones -o un poco más- en una población de 50 millones. En el siglo XIII, la población de Europa -excepto Rusiaes casi toda católica y alcanza los 50 millones; los cristianos orientales -separados de Roma- son menos numerosos. En la mitad del siglo XVI (1550), tenemos cerca de 60 millones de cristianos en Europa Occidental; 15 a 20 millones son protestantes; más de 40 millones, católicos. A inicios del siglo XX (1900), los cristianos son 558 millones (1/3 de la población mundial, que corresponde a 1.620 billones); los católicos son 272 millones (la mitad de los cristianos). En 1990, la población mundial era aproximadamente de 5,3 billones; los cristianos, 1.758 millones; los católicos, 962 millones. El cristianismo deberá continuar siendo, hasta el año 2000, la religión de una tercera parte de la humanidad. El número de católicos tendrá un pequeño aumento, pasando del 17% en 1900 al 18,3% de la población mundial en el año 2000.
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6. FE CRISTIANA Y CONCIENCIA MISIONERA
Lia vocación cristiana es, por su naturaleza, también vocación para el apostolado... orientando el mundo entero hacia Cristo" (Concilio Vaticano II).
El siglo XIX se caracteriza por una constante tensión entre la Iglesia y la sociedad occidental. Se puede decir que existía entre ambas una ruptura que se venía preparando desde los inicios del siglo XVI -Renacimiento y Humanismo- y en el siglo XVIII -Racionalismo-. Pero en esta misma época se respira un impulso misionero sin precedentes en la historia del Cristianismo. Son fundadas numerosas congregaciones religiosas que se dedican, casi exclusivamente, a la evangelización fuera de Europa. Importantes misiones católicas comprenden amplias regiones de África y Asia. Se presenta con agudeza el problema de la inculturación* frente a una simple imposición de modelos europeos y romanos, que no toman en consideración los valores culturales de los pueblos recién cristianizados -la cuestión es antigua y ya había provocado ardientes combates en el seno de la Iglesia: se recuerda aquí la famosa "Guerra de los Ritos" en la China, con el jesuíta MateusRicci, 1552-1610.
cuales, igualmente, se encuentran "semillas del Reino". Es el Concilio Vaticano II que dará nuevas y osadas orientaciones para la acción misionera de la Iglesia en los tiempos de hoy -especialmente el Decreto "Ad Gentes"-, doctrina enriquecida posteriormente con la Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi" de Pablo VI (1975). "Dar a conocer a Jesucristo y su Evangelio a aquellos que aún no los conocen, es precisamente a partir de la mañana de Pentecostés, el programa fundamental que la Iglesia asumió como algo recibido de su Fundador". No se tiene, en estas pocas líneas, la pretensión de hacer una descripción completa de la expansión del Cristianismo a lo largo de los siglos. Presentamos en rápidas pinceladas, algunos momentos significativos del movimiento evangelizador, con el objetivo de ofrecer al lector una visión panorámica cuyas diversas etapas piden, lógicamente, mayor profundización.
La primera mitad del siglo XX prolonga el movimiento misionero, iniciado en el siglo precedente con nuevos incentivos y desafíos (Pío XI). Crece, paulatinamente, la convicción de que el Evangelio no es monopolio de una expresión cultural particular, y que los modelos europeos no son intrínsecos a la presentación de la Buena Nueva en otros contextos religioso-culturales en los Inculturación: La tentativa del misionero de entrar en la cultura indígena, de asumir esta misma cultura como terreno donde el Verbo habitaba. (J. E. Martins Terra). 22
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LOS CRISTIANOS VIVEN EN COMUNIDAD
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n nuestro tiempo se presenta una impresionante búsqueda de formas de vida comunitaria. Por todas partes surgen grupos y asociaciones que tienen como denominador común la aproximación de las personas para realizar, en conjunto, determinado valor. Flota sobre muchos de nuestros contemporáneos el fantasma de la soledad, del aislamiento y del anonimato. En la era del computador y de la informática la persona corre el riesgo de ser reducido a un simple número o a una ficha de datos; pero este mismo hombre procura autoafirmarse como persona, como alguien dotado de voluntad, afecto e inteligencia propios, como un ser único e irrepetible. Si él es obligado a desaparecer en el anonimato de la fábrica o de la gran empresa, intenta recuperar su ser-persona en la familia, en el club, en la comunidad barrial o en la Iglesia, allí donde es conocido por su propio nombre y son reconocidos sus valores. Es la persona, como ser humano, que busca su identidad en comparación con los otros, dentro de una relación que sobrepasa la esfera del interés comercial. La expresión elocuente de esa búsqueda la encontramos en el fenómeno de las actuales Comunidades de Base, que están surgiendo poco a poco por todas partes, tanto en la vieja Europa como en los países del llamado Tercer Mundo. Los orígenes y las motivaciones son diversas, como también su evolución y estructuración, pero la universalidad de este movimiento es sintomática en el actual momento histórico. Trataremos experiencias concretas de vida comunitaria a lo largo de 2000 años de Cristianismo. Nos sentimos obligados a hacer una selección subjetiva, sin duda alguna, y como tal limitada, pero que puede dar una idea de la importancia de la dimensión comunitaria de la vida cristiana.
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La misión central de los Doce es la Proclamación de la Palabra de Dios (Mt 10, 6-7), de acuerdo con el ejemplo del Maestro (Me 1,14-15; Jn 18,20-21). Se dedica especial atención a la descripción de las primitivas -más antiguas- comunidades cristianas que surgieron después de la muerte y resurrección de Jesús, cuando la primitiva comunidad de los Doce -que se remonta al tiempo del propio Jesús históricoya no existía. Es precisamente en estas comunidades que los cristianos de las épocas posteriores, especialmente en los momentos de crisis y dificultades, buscarán -siempre de manera novedosasu inspiración y motivación evangélica para purificar la Iglesia de su tiempo, haciéndola retornar a su genuina vivencia del mensaje del Señor Jesús.
1. COMUNIDADES EN LA IGLESIA PRIMITIVA
J e s ú s reúne en torno a sí, un grupo de doce hombres que conviven con él y participan de su misión. Su autoridad está exactamente en el servicio a la comunidad (Me 10,42-45), lo que se diferencia nítidamente del ejercicio del poder en el mundo. "Llamándolos, Jesús les dijo: Sabéis que aquellos a quienes vemos gobernar las naciones las dominan, y los grandes las tiranizan. Entre ustedes no debe ser así: al contrario, aquel que entre vosotros quiera ser grande, sea el servidor de todos, y aquel que quiera ser el primero entre vosotros, sea el servidor de todos. Pues el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate de muchos".
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Una de las más antiguas pinturas que representa la cena fraterna, donde los cristianos celebraban la eucaristía (Roma, Catacumbas de San Calixto, siglos IJ-III).
Es, especialmente, los Hechos de los Apóstoles el libro que ofrece mayor información sobre las comunidades de la Iglesia Primitiva. 29
La audacia de la fe salta a la vista. Frente a los grandes del mundo y delante de las autoridades religiosas de aquel tiempo, los primeros cristianos no dudan en afirmar, con coraje, que el Crucificado de Nazaret, condenado por todos, es el Mesías anunciado por los Profetas. Para nosotros, hoy, es difícil imaginar el pleno significado del "escándalo de la cruz", el castigo más cruel, reservado a los peores criminales. La muerte de Jesús parecía un final sin gloria de las promesas no realizadas. Pero es desde este Derrotado que brotará la Vida Nueva. Sí, Jesús vive y está en medio de nosotros, y ésta es la síntesis del anuncio de fe de la Iglesia primitiva. La presencia actuante del Espíritu es un hecho notable en las comunidades de los primeros cristianos (Hch 13,1-3). Los diversos ministerios -funciones en la Iglesia- todavía no están claramente definidos, desde el punto de vista institucional. Poco a poco se comienzan a destacar las figuras del "apóstol" -misionero, enviado para anunciar la Buena Nueva en otras regiones-, del "profeta" -que habla "en el Espíritu", interpreta la Palabra de Dios y pronuncia la "acción de gracias" en las reuniones litúrgicasy del "doctor" -especie de catequista que garantiza una enseñanza más sistemática de la religión, fundamentada en la Escritura-. Las mujeres ejercen un papel activo en la vida de las comunidades, como lo testimonian los nombres de varias de ellas en el Nuevo Testamento: (Hch 21,9). Las cuatro hijas de Felipe que profetizaban; (Rm 16,4-15), donde son mencionadas varias mujeres que tomaron parte activa en el apostolado de Pablo, de modo especial los esposos Priscila y Aquila -curiosamente Pablo cita primero el nombre de la mujer-. Cuando el Apóstol de los Gentiles utiliza, con relación a las mujeres, la expresión: "que mucho se fatigaron en el Señor", quiere decir, concretamente, que asumieron pesadas responsabilidades (1 Ts 5,12; 1 Co 16). Incluso, en el culto cristiano las mujeres no se quedaron en un segundo plano (1 Co 11,5), aunque se les recomendara una cierta discreción (usar el velo, de acuerdo con la tradición judía). 30
Fundamental para la vivencia de la novedad cristiana en la Iglesia Primitiva, fue la celebración eucarística y el compartir fraternalmente los bienes. "Partir el pan" tiene normalmente, lugar en la casa de cada uno de los cristianos y consta de una ceremonia muy simple. La descripción más antigua que poseemos está en 1 Co 11, 23-26. Los primeros cristianos y, de manera particular, los de Jerusalén, no pertenecían por regla general, a la clase adinerada de la sociedad, como lo demuestran, entre otras cosas, las colectas que Pablo promueve entre las comunidades de la "Diáspora" (fuera de Palestina), "en favor de los santos" (Ga2,10; 1 Co 16,1; Hch 11,29). El desprendimiento de las riquezas en beneficio del hermano necesitado, es signo eficaz del ser cristiano. Por eso, la severidad con que es juzgado el fraude de Ananías y Safira (Hch 5,1-11). La vitalidad de la Iglesia de los inicios podemos aún saborearla en un bellísimo texto de finales del segundo siglo: la Carta a Diogneto, donde es descrita "la vida de los cristianos": "No se diferencian de los demás hombres, ni por la región ni por la lengua, ni por sus costumbres. No viven en ciudades apartadas, ni emplean un idioma diferente al de los demás, no llevan un estilo de vida extraordinario (...) Siguen las costumbres locales en cuanto al vestido, a la alimentación y a las demás costumbres de vida (...) Viven en su propia patria, pero como peregrinos. Como ciudadanos, participan de todo, aunque sufren como extranjeros. Toda tierra extraña es su patria, y toda patria es tierra extraña. Se casan como todos los hombres y, como todos, procrean, pero no rechazan a sus hijos. La mesa es común, no la cama. Están en la carne, pero no viven según la carne. Si su vida transcurre en la tierra, su ciudadanía está en los cielos (...) Aman a todos, y por todos son perseguidos. Desconocidos, son condenados. Son muertos y con eso vivifican..."
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2. COMUNIDADES D E MONJES
i^uando cesan las persecuciones sistemáticas contra los cristianos -desde el año 313-, algunos de ellos comienzan a buscar otras maneras de vivir más radicalmente sus compromisos bautismales. Surgen, inicialmente, los solitarios del desierto -anacoretas-, especialmente en Egipto. Sentencia del Abad San Antonio (250-356), eremita en el desierto de Tebaide (Egipto): 'Así como los peces mueren si permanecen demasiado tiempo fuera del agua, también los monjes que viven fuera de sus celdas, o pasan su tiempo con la gente del mundo, relajan la intensidad de su paz interior. Es necesario que, así como los peces van al mar, nos dirijamos a nuestras celdas con miedo de que-, demorándonos mucho fuera de ellas, nos olvidemos de nuestra vigilancia interior". Poco a poco, esta forma de vida da lugar a experiencias comunitarias (vida cenobítica), a partir principalmente de Pacomio (315). San Basilio Magno (329-379) le da una mayor organización a estos grupos dispersos, convirtiéndose así en el padre del monaquisino oriental. En occidente, la vida monástica (vida en común decristianos consagrados a Dios, mediante votos) recibió un gran impulso con la actuación de San Benito de Nursia (480-527). El escribió una famosa Regla para Monjes, donde la vida comunitaria ocupa un lugar primordial. Lleno de equilibrio, discreción y sentido psicológico, este documento mantiene, todavía hoy, una sorprendente actualidad. Al lado del ora -glorificación de Dios por el servicio litúrgico, especialmente a la oración del Oficio Divino, es decir, un conjunto de salmos, cánticos y lecturas bíblicas-, está el deber del labora -trabajo en la comunidad, de modo particular, actividades manuales-.
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La comunidad de monjes es una verdadera familia, bajo la autoridad del Abad (padre) que "en el monasterio cumple la función de Cristo" (cap. 2). Benito tiene un fino sentido humano y está atento a los pequeños gestos que construyen la vida en común. Así, por ejemplo, hablando a los monjes que sirven a la mesa, les dice: "Los semanarios reciben, una hora antes de la comida, además de la porción establecida, un poco de pan y algo de beber, a fin de que, en la hora de la comida, sirvan a sus hermanos sin murmurar y sin gran cansancio..." (cap.35). Refiriéndose a la medida de la comida, señala: "Creemos que son suficientes para la comida cotidiana...dos platos de cocidos, a causa de la debilidad de muchos, a fin de que quien no pueda, por acaso, comer de un plato, coma del otro..." (cap.39). En los huéspedes ve la propia figura de Cristo y pide que sean muy bien recibidos, principalmente cuando son pobres y peregrinos (cap. 53). Los monasterios benedictinos se convirtieron en centros de irradiación de la vida cristiana: una muestra de cómo podría ser la Iglesia cuando existe una verdadera comunidad fraterna, alrededor de la persona viva de Jesús. Los monjes de San Benito también ejercen un importante papel civilizador, exactamente en el paso de dos épocas históricas: de la Edad Antigua a la Edad Medieval. Su carisma servirá de inspiración para muchas otras órdenes religiosas a lo largo de los siglos y persiste hasta hoy en todo su vigor.
3. LAICOS REDESCUBREN EL EVANGELIO Y LA FRATERNIDAD
xLn plena época medieval encontramos originales experiencias de vida comunitaria, en el sentido de un regreso radical 33
al Evangelio: son los conocidos movimientos de evangelismo. Se podría hablar de las Ordenes Mendicantes -franciscanos y dominicos- que surgen en este contexto, pero suponemos que su historia es ya bastante conocida. Queremos presentar en este trecho un movimiento todavía poco conocido y estudiado entre nosotros. Nos referimos a los valdenses, que derivan su nombre de Pedro Vaud (Valdo), cuya "conversión" se sitúa alrededor del año 1173, cuando se presenta como "predicador del Reino". A su alrededor se forma un grupo de discípulos: Los pobres de Lión, simples laicos, sin estudio ni domicilio, viajando de dos en dos, descalzos, usando ropa de lana, sin bienes propios, teniendo todo en común y "siguiendo desnudos a Cristo desnudo". La ruptura con la Iglesia institucional no se hace esperar (1183). En ambientes eclesiásticos causa gran escándalo esta predicación de laicos, sin mandato oficial de la jerarquía y sin preparación específica para tal oficio. A pesar de los esfuerzos por recuperar a los valdenses para la Iglesia, un buen número rechaza la simple reincorporación. El grupo asume, cada vez más, el aspecto de un movimiento de protesta, criticando el mal ejemplo dado por los dignatarios eclesiásticos y acusando al clero de privar al pueblo del contacto vivo y directo con el Evangelio. Atribuyen los males de la Iglesia a sus alianzas con los poderosos y ricos, proponiendo un retorno decidido al Cristianismo primitivo. La comunidad eclesial sólo se regenerará cuando vuelva a ejercer su misión propia, esto es, la evangelización. Los valdenses fundan "escuelas" donde los futuros ministros adquieren conocimientos básicos sobre la Biblia y los Santos Padres. No obstante a su vida itinerante, el grupo conoce una vida comunitaria bastante exigente, que consistía en la camaradería durante las marchas, reuniones de oración, asambleas para discutir asuntos relacionados con la dirección del movimiento, confesión pública de los pecados y la celebración de la "fracción del pan". Más que ciencia o un arte del bien hablar, la pobreza -cuyo símbolo era la sandalia- es el arma predilecta de los valdenses. 34
Lo que nos impresiona en este movimiento de laicos es su deseo de renovar la vida cristiana mediante la constitución de vivas células comunitarias, teniendo como modelo las comunidades de los primeros cristianos. Quieren, así, liberar a la Iglesia de una dependencia incómoda del poder mundano, declarando la pobreza evangélica, condición indispensable para la autenticidad del anuncio de la Buena Nueva.
4. LA "DEVOCIÓN MODERNA"
rlm el paso de la Edad Media a la Edad Moderna encontramos en la Iglesia otro interesante movimiento comunitario. Hace parte de una más amplia corriente de renovación eclesial de la época. Se trata de la Devoción Moderna, cuya esencia está en la conversión, en el regreso al Señor y el seguimiento de Cristo. Es decir, es una orientación de la propia interioridad personal para la adhesión a la persona de Jesús. Los "devotos" no daban mucha importancia a las apariencias externas, a la elocuencia o incluso a las buenas acciones en sí, sino que valoraban especialmente el espíritu o la mentalidad que las sustentaba.
Esta pintura del siglo XV, representa una visión de San Bernardo que expresa claramente la búsqueda de la imitación de Cristo, propia de la "Devoción Moderna".
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Los orígenes del movimiento se remontan a la figura de Geert Crote (1340-1384), nacido en Deventer, Países Bajos. Después de su conversión, coloca su casa a la disposición de un grupo de seguidores que desean llevar una vida de mayor interioridad y una práctica decidida de las virtudes cristianas. Los hermanos y las hermanas que comparten los ideales de Grote meditan con frecuencia la vida de Cristo y de los santos, llevando una existencia de simplicidad y austeridad. Forman comunidades de laicos, sin votos específicos, pero viviendo según los consejos evangélicos. Se dedican a las actividades manuales, tales como copiar manuscritos y reformar libros litúrgicos. Tenían todo en común. Una costumbre muy interesante es la reunión de pequeños grupos donde alguien hace una breve, acertada y especialmente, práctica exhortativa, seguida por un intercambio de ideas, siendo prohibidas las discusiones eruditas de puro interés académico.
Regulares (1387). Fue en esta época que nació la famosa Imitatio Christi, de Thomas Hemerken (martillito) o Tomás de Kempis (1379-1471), la obra más leída después de la Biblia. Actualmente existen casi cien traducciones en cuatro mil ediciones diferentes. "Aprende a despreciar las cosas exteriores y dedícate a las interiores, y verás cómo llega a ti el Reino de Dios. Da, pues, entrada a Cristo en tu alma y no consientas que otros entren en ella. Si posees a Cristo, serás rico y él te bastará. El hombre interior se recoge rápidamente, porque no se entrega totalmente a las cosas exteriores " (Imitación de Cristo, L. II).
5. COMUNIDADES ECLESIALES D E BASE En poco tiempo, relativamente, los Frates de vita communis se expandieron por los Países Bajos, Flandes y Alemania. Una de sus principales actividades en los centros urbanos de la época, fue la educación de la juventud. Les gustaba que los llamaran de Fratres bonae voluntatis (hermanos de buena voluntad) y hacían parte del grupo tanto laicos como sacerdotes. Curiosamente, los hermanos estaban subordinados al vicario de la parroquia donde vivían y asistían a la misa en la iglesia matriz. La vida de un verdadero "devoto" comprendía tres etapas, íntimamente unidas: La vida del trabajo (reducir las malas inclinaciones) La vida interior (cultivar las cualidades) La vida contemplativa (entrar en contacto íntimo con Dios)
A l pasar, directamente a la segunda mitad del siglo XX, no significa ausencia de formas de vida comunitaria en los siglos precedentes. Podríamos hablar de experiencias originales que tuvieron lugar en las aldeas indígenas, organizadas por los misioneros, durante el período colonial en Brasil, o de las modalidades de vida apostólica y religiosa en el siglo XIX, incluso numerosos movimientos de laicos, que surgieron en épocas más recientes. Tampoco se puede olvidar el largo proceso de valoración de la dimensión comunitaria de la vida cristiana a partir de profundos estudios bíblicos y litúrgicos que prepararon el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Junto a las comunidades de laicos surgen también formas de vida religiosa que adoptaron la Regla de San Agustín -Congregación de Windesheim- y se constituyeron en Canónicos
Basta leer los principales documentos del Vaticano II para llegar al convencimiento de que la Iglesia, como comunidad, ocupa intensamente la atención de los padres conciliares. Pero será especialmente en los años posteriores que la riqueza de la reflexión comunitaria se manifestará en la constitución de
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pequeños núcleos de vida cristiana. Su variedad es inmensa, desde la división de la tradicional parroquia en sectores, hasta la vitalización de comunidades en torno a una antigua capilla, o la formación de nuevos grupos de cristianos en la periferia de las grandes ciudades. Es imposible tratar de este asunto de una forma unívoca. El fenómeno, sin embargo, merece toda nuestra atención e interés y es de excepcional alcance para el actual momento histórico de la Iglesia, especialmente en nuestras regiones. Nos limitamos a algunas observaciones que se refieren a las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base) en la zona rural o en los barrios periféricos de los centros urbanos. De entrada, se deja en claro que se trata de verdaderas comunidades de la gran Iglesia, núcleos populares donde se vive integralmente el misterio de la Iglesia y que están unidos a los pastores de la Iglesia. Existen dos ejes que sustentan la vitalidad de estos grupos en la base: la reflexión de la Palabra de Dios y la actuación del laico. En sus reuniones, esta misma Palabra es confrontada con la vida del pueblo y viceversa. Es interesante verificar cómo en tales comunidades no se vive más en la exclusiva dependencia del sacerdote, sino que son los propios laicos quienes asumen un papel activo en la dinamización de la vida cristiana del grupo. Surgen así diversos servicios -ministerios- ejercidos tanto por hombres como por mujeres. De igual manera, se realiza allí, la experiencia de que ser cristiano exige y pide constante donación de sí mismo. Vivir en comunidad no es nada fácil.
Testimonio de Maneláo, de Conceicao do Araguaia (en el sur de Para), quien participó del VEncuentro Intereclesial de las CEBs en Canindé (julio de 1983). "Para usted, ¿qué significa ser cristiano hoy? -Situarnos dentro de la historia del pueblo de Dios por medio de la Biblia, y saber que somos parte de esa historia. Es estar atento a la situación que vive actualmente el mundo. Es mostrar para esa sociedad que se está descomponiendo el verdadero plan de Dios: lo fundamental es compartir los bienes, como lo hacían los primeros cristianos. Debemos realizar esto con nuestras actitudes, vivir así entre los cristianos" (Citado por Frei Betto, CEBs, rumo á nova sociedade. Ed. Paulinas, Sao Paulo, 1983, p. 26). Desde el punto vista sociológico, nuestras CEBs realizan la función de escuelas de educación democrática -donde todos participan y todos son responsables- y política -la capacidad de sacrificar intereses personales en beneficio del bien común-. Las CEBs constituyen un lugar privilegiado de evangelización y "una esperanza para la Iglesia Universal", decía Pablo VI, en su Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi" (1975), refiriéndose a las promisorias experiencias de la "Iglesia en la base" en América Latina, África y Asia.
Quien, de hecho, se dedica al servicio del hermano en la Iglesia de la base, es sujeto de críticas, sufre incomprensiones y descubre en "carne propia" que mecanismos de dominación, celos e intereses propios impiden el crecimiento de la comunidad. Pero todas estas experiencias son supremamente válidas e impiden una visión romántica y apenas teórica del día a día desús comunidades cristianas. Apesai de todas las fallas y deficiencias, se experimentan en la CEB valores fundamentales del mensaje cristiano que Puebla (1979) resumió en la consigna: Comunión y Participación. 38
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LOS CRISTIANOS REDESCUBREN "SERVICIOS" EN LA IGLESIA
L/swaldo, 40 años, abogado, dedica varias horas por sema' na a un servicio gratuito en el centro social de una parroquia de la periferia. Orienta a los habitantes con respecto a sus derechos civiles y laborales. Ayuda a diligenciarlos documentos. Resuelve, algunas veces, por el diálogo, casos que terminarían en peleas 0 en la policía. José Sebastián, 37 años, labrador, es el animador de una comunidad eclesial de base en el campo. Reúne a los vecinos para rezar. Preside la celebración del culto los domingos. Está participando en un proyecto comunitario patrocinado por la diócesis. Ana María, 19 años, profesora recién egresada, ayuda a dar clases de catecismo para niños. Adélio, 61 años, trabajador pensionado de un banco, todo fin de semana lleva la comunión a los enfermos del barrio. También ayuda al vicario en la liturgia del domingo. Le gusta que lo llamen ministro de la eucaristía y vestir el alba.
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¿Qué hay de común entre Oswaldo, José Sebastián, Ana María y Adélio? Todos ellos ejercen ministerios eclesiales. Prestan servicios a la comunidad que es la Iglesia y, a través de ella y más allá de ella, a la comunidad humana.
¿Una Iglesia toda ministerial? La Iglesia Católica, durante siglos, parecía haber olvidado los ministerios. Apenas quedó en evidencia uno, el más importante, el ministerio jerárquico de los obispos y de los sacerdotes. Todos los otros cristianos estaban reducidos a la condición de laicos, de rebaño, de seguidores pasivos. Por lo menos, en teoría. En la práctica, siempre existieron cristianos trabajando por la comunidad y por la difusión del Evangelio. Pero parecía una excepción o una concesión. Inclusive, hasta se llegó a prohibir, en lugar de incentivarlo. Después del Concilio Vaticano II cambió la mentalidad. Bajo la influencia de una nueva visión de la Iglesia, en varios países, casi espontáneamente los ministerios fueron redescubiertos. Renació la conciencia de que, en la Iglesia, existen muchas vocaciones. Todas ellas son, de algún modo, vocaciones al servicio de la comunidad. Los seguidores de Jesús, que vino para servir, no podían dejar de ser servidores, ministros. Es Dios quien los llama. Y Dios no deja que falten los dones o carismas que cada uno necesita para realizar su misión.
Uno de los primeros documentos que habla de los nuevos ministerios confiados principalmente a los laicos, es la Evangelü Nuntiandi (EN) del papa Pablo VI (1975). En ella, el Papa observa cómo, redescubriendo los ministerios, la Iglesia vuelve a sus orígenes, al Nuevo Testamento, al ideal de una Iglesia toda ministerial. Y expresa esto con las siguientes palabras: "Una mirada a los orígenes de la Iglesia es muy iluminadora y nos permite beneficiarnos de una antigua experiencia, tanto más válida en cuanto fue ella la que permitió a la Iglesia consolidarse, crecer y expandirse. Pero esta atención a las fuentes debe ser completada por aquella que es debida a las necesidades presentes de la humanidad y de la Iglesia".
Una historia creativa A continuación, se presenta una pequeña historia de los ministerios eclesiales -del ministerio de los obispos y de los sacerdotes-, pero también de otros ministerios. Esta historia no sólo mira el pasado, sino que también comprende el dinamismo de la Iglesia, sus cambios. También nos sugiere en la actualidad que podemos ser creativos en materia de ministerios. Como decía Pablo VI: "Matar la sed en estas fuentes siempre inspiradoras, no sacrificar nada de estos valores y saberse adaptar a las exigencias y a las necesidades actuales: éstas son las líneas maestras que nos permitirán buscar con sabiduría y valorar los ministerios que la Iglesia tanto necesita y que muchos de sus miembros abrazarán con alegría para mayor vitalidad de la comunidad eclesial" (EN 73).
Hacer la lista de los nuevos ministerios sería muy largo... En Brasil, existe una diócesis que reconoció oficialmente 13 ministerios. Existen parroquias con una organización más compleja, donde se diferencian unos 40 ministerios. Y, en los Estados Unidos, una investigación a nivel nacional llegó a contabilizar 102 ministerios diferentes. 44
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C U A N D O L A I G L E S I A ESTABA E N CASA
-lim el primer siglo de vida de la Iglesia existía una gran variedad de ministerios. En el Nuevo Testamento se habla de apóstoles, profetas, guías, evangelistas, pastores. Durante el siglo II, rápidamente se impuso un nuevo modelo, síntesis de los anteriores. Tenía como base tres ministerios unidos de forma orgánica: Un obispo, considerado sucesor de los Apóstoles y jefe de la Iglesia local; presidía la eucaristía y predicaba. Un consejo de presbíteros, que debía interpretar la Ley de Dios, vigilando por la sana doctrina y la disciplina de la comunidad. Un grupo de diáconos, que estaban al servicio del obispo y de las obras de caridad de la Iglesia. El éxito de este tipo de organización fue muy grande. Hasta hoy la Iglesia, por el sacramento del orden, constituye diáconos, presbíteros -sacerdotes- y obispos. Pero también, muchas cosas cambiaron. Durante los siglos II y III, los cristianos todavía son grupos pequeños. No poseen templos. Se reúnen en las casas. Posiblemente eran los cristianos más ricos quienes ofrecían la iglesia {ekklesia = asamblea, reunión de los cristianos). Pobres y esclavos no tenían casa para ofrecerla, pero participaban activamente de las comunidades.
Reproducción de una pintura de las Catacumbas de San Calixto (año 220), con una mesa utilizada probablemente para la celebración de la Eucaristía.
También el obispo era generalmente un hombre sencillo, un padre de familia, que asumía la responsabilidad al mismo tiempo de su casa y de la casa de Dios. Un buen ejemplo está en la carta de Pablo a Tito: "Yo te dejé en Creta para acabar de organizar todo y establecer ancianos en cada ciudad... Escoge quien sea irreprensible, casado una sola vez, tenga hijos fieles y no acusados de mala conducta. Es necesario que el obispo sea irreprensible, porque es un administrador puesto por Dios. Ni arrogante, ni colérico, ni bebedor, ni violento, ni ávido de lucro" (Tt 1, 5-7). Parece que el peligro de estos desvíos era real. Pero seguramente las cualidades predominaban. La primera de ellas, para un obispo que debía reunir a los cristianos en su casa, era la hospitalidad.
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"El obispo -continúa la carta- debe ser hospitalario, amigo del bien, prudente, justo, piadoso, sobrio, firmemente apegado a la doctrina de la fe" (Tt 1,8). Fueron obispos como estos y sus pequeñas comunidades las que extendieron el Cristianismo por todo el Imperio. En la medida en que las comunidades iban creciendo, no cabían más en las casas. Fue necesario ampliar el lugar de las reuniones. La primera solución fue adaptar las casas comunes para servir de iglesia. Más tarde, a partir de Constantino (313), los cristianos construyeron basílicas, capaces de contener millares de personas. Basílica es la iglesia rectangular, que imita la arquitectura de los palacios de gobierno imperial (Basílica = imperial, en griego). La liturgia también se vuelve solemne, con música, incienso y procesiones. Y los ministros de la Iglesia también se transforman. Ellos son comparados con los sacerdotes de las otras religiones. Reciben honras. Para realzar la autoridad del obispo, ahora él reside únicamente en las ciudades importantes. Terminó el tiempo en el cual todo lugar tenía su obispo. Para el campo, especialmente a partir del siglo VI, son enviados los sacerdotes que dejan de vivir junto al obispo para asumir cada uno su propia parroquia. En esta época se difunde también rápidamente la nueva disciplina eclesiástica: sacerdotes y obispos son obligados a dejar la vida conyugal y practicar el celibato.
¿MUJERES ENTRE LOS APOSTÓLES? Junto al obispo, los presbíteros y los diáconos, habían también mujeres que prestaban su servicio a la Iglesia, en la evangelizacióny, especialmente, en las obras de caridad. Esto sucede en el ambiente griego. Los judíocristianos, sin embargo, están en contra, y su punto de vista terminará prevaleciendo. El Nuevo Testamento conserva características de una presencia femenina en los ministerios: mujeres que profetizan (1 Co 11), que enseñan o catequizan (Hch 18,26), que sirven a la comunidad (Rm 16,1), que acompañan a los apóstoles (1 Co 9,5). Y está el curioso caso de que Pablo, al final de la Carta a los Romanos, saluda "Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, los cuales son apóstoles muy estimados (Rm 16,7). Si Junia fuese la esposa de Andrónico, como es posible, sería el único caso en que una mujer es citada en el Nuevo Testamento como apóstol -esto es, como misionera, en el lenguaje de Pablo-.
AGUSTÍN: OBISPO-TEÓLOGO QUE NUNCA SE OLVIDABA D E LOS POBRES
Es una fase de transición, donde continúan todavía muchas cosas de la antigua simplicidad, pero también aparecen nuevas realidades que llevarán a cambios profundos. En esta época vive San Agustín, un ejemplo de obispo que marcará los siglos futuros.
xLstamos en Hipona, un puerto del Mediterráneo, en África del Norte, alrededor del año 391. El obispo de la ciudad, Valerio, quien es de origen griego, hablaba muy mal el latín. Se buscaba, entonces, un presbítero que lo ayudase en la predicación. Alguien descubre a Agustín, quien estaba de paso en la ciudad, y lo indica para el cargo. Inmediatamente el pueblo apoya la propuesta -en aquel tiempo todavía el pueblo daba su parecer para la elección de obispos y presbíteros-, y Agustín es llevado, a la fuerza, al obispo de la ciudad para que lo ordene. Agustín tenía 36 años.
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Agustín no quería pero, finalmente, aceptó. Ni siquiera sabemos si le concedieron las pocas semanas que pidió para prepararse. Así, solamente tres años después de haber recibido el bautismo, Agustín fue ordenado sacerdote. Poco después, en el año 395 y hasta el año 430, cuando muere, es decir, durante 35 años, será el obispo de Hipona. La ciudad tenía alrededor de 30 mil habitantes, que se dividían en católicos, donatistas -cristianos separados- y paganos. Incluso entre los católicos, las tradiciones paganas no habían desaparecido totalmente. La santa madre del obispo. Mónica, conservaba la costumbre de ofrecer comidas y bebidas a los muertos.
a llamar a sus fieles) me ofrezcan ropas preciosas. Un vestido bonito puede ser conveniente para el obispo, pero no para Agustín, hombre pobre, nacido de padres pobres..."
El día del obispo
Antiguo retrato de San Ambrosio (339-397), obispo de Milán, quien bautizó a Agustín y fue modelo de pastor, inclusive por el coraje con que se enfrentó al e m p e r a d o r Teodosio.
Por la mañana, Agustín celebraba la eucaristía con su comunidad de clérigos y algunos fíeles. (La mayoría de los católicos, así como sucede hoy, asistían a la eucaristía solamente los días domingos). Después, dedicaba toda la mañana a atender el despacho. En aquella época, el obispo también tenía funciones de juez. La ley imperial daba libertad al ciudadano de elegir entre la justicia civil y la justicia del obispo. Y era bastante solicitada, porque no era cruel ni corrupta. Así, Agustín, sin mucho entusiasmo, buscaba resolverlas peleas entre vecinos, cuestiones de herencia, de división de tierras, entre otros. Muchos iban a pedir orientación y consejos. Otros sólo querían ayuda, otros sólo contaban chismes. De estos últimos, Agustín no tenía buena opinión, y en tal sentido había escrito en las comidas: "Aquel que siente agrado por atacar la vida de las personas ausentes, sepa: no existe lugar para él en esta mesa". También protestaba contra los ricos, que le hacían perder el tiempo que le gustaría consagrar para los pobres y para Dios. Pero "de los pobres nunca se olvidaba", escribió su amigo Posidio. Por los pobres también suplicaba a los pies de las autoridades y los poderosos, cosa que le molestaba mucho.
Para el trabajo pastoral, Agustín contaba con la ayuda de algunos clérigos. Al final de su vida, eran dos presbíteros, cinco diáconos y un subdiácono -este último, un sobrino muy estimado del propio obispo-. Con ellos, el obispo formó una pequeña comunidad: vivían en la misma casa, colocaban todos sus bienes en común. El estilo de vida era pobre. En la comida, predominaban frutas y legumbres; raramente comían carne, pero siempre tenían vino. Agustín se vestía de forma sencilla y, un día avisó en la iglesia: "No quiero que vuestras santidades (así acostumbraba
En la tarde, cuando el trabajo en el despacho no se demoraba más de lo previsto, visitaba a los enfermos, huérfanos y viudas. Cuando visitaba a alguna mujer, llevaba consigo un clérigo, para evitar sospechas. Para rezar, meditar y estudiar, le quedaba la noche. Dormía poco y escribía mucho. Hoy tenemos más de 200 cartas -algunas largas como un pequeño libro- y otras 113 obras.
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Los domingos, en la única misa, Agustín predicaba media hora, una hora y hasta dos horas... Algunas veces era muy aplaudido, otras dialogaba con el pueblo. En más de 500 sermones que llegaron hasta nosotros, escritos cuidadosamente por sus secretarios y admiradores, descubrimos una impresionante penetración de la Palabra de Dios, y algunas alusiones a los pecados de los seres humanos. Entre los católicos de Hipona no faltaban los adulterios, supersticiones, injusticias, opresión a los pobres, alcoholismo, gusto por los juegos y los espectáculos obscenos... Hasta el obispo se desanima algunas veces. Pero después se consuela con el fervor de los buenos.
"Siempre de viaje" Agustín no solamente cuidaba de sus fieles. En sus 35 años de episcopado, viajó aproximadamente 25 veces a Cartago, la capital, donde casi todos los años se realizaba una reunión de los obispos de África del Norte. Y son 300 kilómetros de ida, lo que equivalía a unos 10 días a caballo. Iba a muchos otros lugares donde era llamado para resolver problemas, consagrar obispos, predicar. Todos querían al gran Agustín, a pesar de estar viejo y enfermo. De hecho, un obispo como él era muy difícil de encontrar, especialmente en África, donde los obispos no tenían mucha cultura. Agustín era la excepción. El fue el mayor teólogo de Occidente hasta el siglo XIII. También fue el mayor pastor. Y su experiencia de vida comunitaria con sacerdotes y diáconos servirá de modelo, durante toda la Edad Media para la vida comunitaria del clero.
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De la Edad Media al Vaticano II MIL AÑOS D E IGLESIA CLERICAL
Durante los primeros siglos de la Edad Media, hasta el siglo XI, las ciudades perdieron población e importancia. Paralelamente, la organización de la Iglesia se transformó. En la Iglesia antigua, el clero se concentraba en las ciudades, alrededor del obispo. Ahora, se dispersa en las pequeñas comunidades rurales. Los sacerdotes se encuentran cada vez más aislados. Pierden su cultura. Viven en medio de los campesinos y poco se diferencian de ellos: trabajan la tierra, están expuestos a los vicios del juego y la bebida.
LA HISTORIA DE LA SOTANA En los primeros siglos, los obispos y los sacerdotes usaban las mismas ropas que los laicos. La costumbre romana era usar una larga túnica. Cuando aparecieron los primeros intentos, en Galia (Francia), de usar ropas diferentes, el papa Celestino reclamó en una carta del año 428: "Nosotros, eclesiásticos, debemos distinguirnos del pueblo y de los otros por la doctrina y no por las ropas; por el modo de vida y no por el hábito; por la pureza de corazón y no por la ostentación. La túnica larga o vestido talar se conservó, sin embargo, como el vestido de los eclesiásticos y de los abades. Sus colores variaron. Antiguamente eran blancas. A partir del siglo XVI se definen mucho más sus colores: blanco para el Papa, roja para los cardenales, morado para los obispos, negras para los sacerdotes. Esta última norma apareció por primera vez en el Concilio Provincial de Milán (1565). 53
En búsqueda de la reforma El hecho más grave, sin embargo, fue la introducción de la mentalidad feudal. La Iglesia pasó a ser considerada como una propiedad. Diócesis, parroquias y monasterios, con sus tierras y sus rentas, se convierten en objeto de codicia de los laicos, especialmente de los poderosos hijos de la nobleza. Las consecuencias fueron desastrosas para el pueblo y para la vida cristiana. Y se suscitaron reacciones pidiendo la reforma de la Iglesia. En el siglo XI, los monjes lideraron el movimiento reformador y lo lograron: devolver la libertad al obispo de Roma, el Papa; reforzar el celibato de los clérigos; poner las bases para una nueva visión del ministerio sacerdotal, que predominó durante casi dos mil años. Otro soplo renovador vino de los movimientos de vuelta al Evangelio, en el siglo XIII, como los franciscanos y dominicos. Pero otra crisis fue madurando a lo largo de los siglos XIV y XV, contribuyendo para la eclosión del protestantismo.
Las innovaciones de Trento Al inicio del siglo XVI, la situación del clero es bastante grave. Muchos obispos y párrocos no vivían en sus diócesis o en su parroquia. Viven en las capitales, en la Corte y en la Universidad. En su lugar, dejaban sustitutos mal remunerados y mal preparados. Entre el clero de las parroquias, un número no pequeño -25 a 30%- inespetan el celibato. Muchos sacerdotes sabían leer y escribir muy mal. El Concilio de Trento (1545-1563) se preocupó por la reforma del clero. Manifiesta exigencias parala ordenación de los sacerdotes. Convierten en obligación los seminarios y la resi-
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dencia de los obispos y los párrocos. El deseo del Concilio encontró resistencias. Pero, poco a poco, triunfó, con el apoyo de muchas fuerzas. Todo el pueblo cristiano exige más religión y un clero más santo. Se multiplican los movimientos de espiritualidad. El sacerdocio es exaltado de modo extraordinario. Algunos exagerados llegan a colocar al sacerdote por encima de la Santísima Virgen María, porque -dicen ellos- María engendró el Verbo encarnado una sola vez, pero el sacerdote renueva todos los días, en la eucaristía, el misterio de encarnación del Verbo.
El triunfo y la crisis En general, la reforma tridentina logró santificar el clero, pero acentúa la distancia entre el sacerdocio y el laicado. El laico queda, en la Iglesia, un escalón más abajo. El clero queda encima, en una posición superior. El debe apuntar más para el cielo que para las cosas de la tierra, inferiores, dejadas ahora a los laicos. La diferencia es subrayada también en los signos exteriores y en el estilo de vida. Es esta la solución tridentina de los problemas a los ministerios de la Iglesia. Todo el ministerio eclesial se concentra en el sacerdocio. El sistema, sin embargo, después de dos o tres siglos de éxito, en el siglo XX presenta signos de crisis. El número de padres disminuyó rápidamente. En el siglo XVIII durante el auge de la reforma tridentina, en los países católicos había, al menos, un sacerdote para cien habitantes. En la época del Vaticano II, existe un sacerdote para mil católicos en los países de Europa y América del Norte, y un padre para diez mil católicos en América Latina. El Concilio no frena la crisis, sino que la acentúa. Pero abre una nueva perspectiva para los ministerios de la Iglesia. Después de una época clerical, en que la Iglesia se identifica con el clero, una nueva época está comenzando. La época de una nueva Iglesia totalmente ministerial.
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DE PEDRO A JUAN PABLO II
Liorna, 1978. En la tarde del 16 de octubre, el mes más bonito del clima romano, el pueblo aguarda. Un humo blanco sobre la Capilla Sixtina, al lado de la Basílica de San Pedro. Un nuevo Papa fue elegido. Cuando el Cardenal Felici anuncia el nombre a la multitud, sorpresa '.Karol Wojtyla! Es un polaco. Por primera vez después de Adriano VI (1522-1523), se trata de un papa que no nació en Italia. Pero, anteriormente, ya existieron muchos obispos de La Ciudad Eterna que nacieron lejos de Roma. Inclusive, el primero de todos ellos, Pedro, de Betsaida, en Galilea. Brasil, 1980. Del 30 de junio al 11 de julio, el papa Juan Pablo II -que cambió por éste su nombre de bautismo, Karol, siguiendo una tradición de mil años- visita por primera vez el Brasil. En las principales ciudades brasileñas se concentran inmensas multitudes. Muchos millones acompañan, por la televisión, el encuentro de Juan de Dios con su pueblo. ¿Qué sucedió entre Pedro y Juan Pablo? Pedro viajó muchas semanas para llegar a Roma, donde murió como mártir. Juan Pablo II, apenas en sus seis primeros años de pontificado, viajó 222 días Jt visitando 51 países y cerca de
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60 ciudades en Italia. En el mundo entero él es acogido como el Pastor Universal de la Iglesia. ¿Qué sucedió con los sucesores de Pedro? ¿Cómo fue ejercida su misión? ¿Cómo la interpretó cada uno de los papas? ¿Quiénes fueron ellos? No es posible hablar de todos y cada uno de los papas. Se presentan algunas personalidades que marcaron época, que imprimieron rumbos nuevos al papado durante siglos. Roma, 1981. Mayo. Un mes agradable, que atrae muchos peregrinos. El Papa los acoge en la Plaza de San Pedro, al aire libre. Se moviliza entre ellos en un jeep blanco, elpapamovil. Es el día 13, día de Nuestra Señora de Fátima, a las cinco de la tarde. Alguien, en medio de la multitud, entregó un arma a un joven. El dispara. El Papa cae, gravemente herido, en los brazos del secretario. Pero resistió a las heridas y regresó a su misión, a sus viajes, al encuentro cariñoso con los peregrinos. El episodio es símbolo de la historia de los papas. Hace . parte de su misión. Existen las dificultades, las amenazas y los peligros. Todos los primeros papas murieron mártires, otros murieron en el exilio, algunos fueron asesinados. El papado encontró adversarios muy fuertes. Y no escapó del más terrible de los males: el pecado, la corrupción y el escándalo. No podemos olvidarnos de esto ni callarlo. Porque Jesús prometió a Pedro que, definitivamente, el poder del mal no triunfaría sobre la Iglesia (Mt 16,18). Pero él no le prometió vida tranquila y sin sufrimiento. Ni impidió que el propio Pedro se acobardase en la hora de la Pasión y hasta que se convirtiera en tentador, en tropiezo (Me 8,33). Incluso así, él hizo de Pedro aquel que "fortalece a los hermanos" (Le 22,32).
apenas elementos o pistas para comenzar a descubrir la historia extraordinaria de una institución -el papado-, y de hombres -los papas- que, a pesar de debilidades y dificultades, se esforzaron para realizar y actualizar la misión que Cristo confió a Pedro. ¿QUIENES Y CUANTOS SON? El Anuario Pontificio trae en sus primeras páginas, la lista de los papas. Considera legítimos a 262 papas y menciona, también, 37 nombres de antipapas, que se hicieron elegir para la Sede de Pedro irrespetando las leyes eclesiásticas (otros cuentan 264 papas). Entre los 262 papas, encontramos 87 santos: exactamente el 33 % del total, un tercio del total. Los primeros 32 papas son venerados como mártires; los 22 inmediatamente siguientes, hasta Félix IV (aproximadamente en el año 530), como santos. En cuanto a su nacionalidad, existen 99 romanos, 109 de otras regiones de Italia; 17 franceces; 12 griegos; 7 de Siria y Palestina -incluyendo a San Pedro-; 4 alemanes; 3 africanos y 3 españoles; 2 de Dalmacia. Portugal, Inglaterra, Holanda y Polonia dieron un papa cada uno. Y de dos papas no se conoce el lugar de su nacimiento.
Siglo m CALIXTO: De esclavo a obispo de Roma
La historia de los papas muchas veces fue escrita de forma unilateral. Hubo católicos que sólo recordaron lo que era bueno, luminoso y positivo. Y hubo otros, no-católicos, que sólo describieron lo negativo. Se ofrecen elementos para un juicio equilibrado, para una comprensión más profunda y más exacta. Son
rLntre las catacumbas romanas, una es justamente famosa: la de Calixto, en la Vía Apia. En ella están sepultados casi todos
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lo:, papas del siglo 111. Su primer administrador, Calixto, fue el primer papa de origen esclavo. Tuvo una vida muy agitada. Aún como esclavo, tuvo una actividad financiera más o menos legal. El negocio fracasó y Calixto terminó condenado a trabajos forzados. Regresó libre y con fama de santo. Fue consagrado diácono y se mostró como un fiel administrador. Cuando murió el papa Zeferino, se convirtió en su sucesor (217-222). Según una antigua tradición, Calixto murió mártir. Calixto, papa, no se olvidó de su antigua condición de esclavo. Luchó para que, entre los cristianos, hubiese igualdad. Contra la ley romana, admitió el matrimonio de mujeres de las clases altas con esclavos y hombres de las clases bajas. Fue tolerante en materia de penitencia, aceptando de regreso a la Iglesia a pecadores, incluso herejes arrepentidos. Esta actitud le valió críticas violentas de los tradicionalistas de la época, como era el caso del teólogo Hipólito.
Siglo VI GREGORIO, EL GRANDE: Cuidando el presente, puso las bases del futuro
(jrregorio fue llamado Magno, el Grande, por sus contemporáneos. La historia confirmó ese juicio. Muchos consideran que fue él quien puso las bases del papado medieval y moderno. Pero Gregorio, personalmente, no estaba preocupado por el futuro. Tenía muchas cosas para atender con urgencia. Creía que el mundo estaba llegando a su fin. De hecho, mirando hacia Roma, sólo se veían señales de destrucción: Peste, hambre, inundaciones, guerra, edificios en ruinas... Gregorio apenas colocó, al servicio del pueblo de Dios, sus extraordinarias cualidades y la experiencia acumulada en su vida civil. Porque este hijo de la nobleza romana, 62
de treinta años, ya había sido alcalde de Roma (573). Ingresa, posteriormente, en un monasterio, atraído por el ideal de San Benito, y de allí sale para convertirse en embajador en Constantinopla. Finalmente, en el año 590, con cincuenta años de edad, fue elegido papa. Tendrá, entonces, catorce años de intensa vida, que conocemos a través de las 814 cartas que nos dejó. Escribió, también, el primer libro sobre el gobierno pastoral, así como muchas obras de espiritualidad, que lo convirtieron en uno de los cuatro Doctores de Occidente, junto con Ambrosio, Agustín y Jerónimo. El pueblo de Roma lo admiraba mucho como pastor porque luchó contra la peste, el hambre, la amenaza de la guerra y cuidó de los pobres y de las obras públicas. Así él, que siempre actuó como fiel subdito del emperador romano de Oriente, inauguró, sin querer, la serie de los papas que asumieron, poco a poco, el poder temporal y terminaron tomando el lugar del emperador. Gregorio se interesó mucho por la conversión de los pueblos. Su mayor éxito fue en Inglaterra. La Iglesia inglesa se convirtió en romana y, más tarde, ayudó para estrechar las relaciones de Francia y Alemania con Roma. A Gregorio le gustaba mucho la liturgia y el canto, que posteriormente, se llamará gregoriano. No impuso, sin embargo, la liturgia latina a otros pueblos, cuyas tradiciones respetó. Escribe: "Decidí que los templos de los ídolos de los ingleses no deben ser destruidos, sino solamente las imágenes de los ídolos que hay en ellos. Sean bendecidos con agua bendita y construyanse altares y coloqúense reliquias en ellos. (...) De esta manera, viendo que sus templos no fueron destruidos, el pueblo podrá llegar más rápidamente a los lugares que le son familiares".
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Siglo X: EL PUNTO MAS BAJO Después del asesinato del papa Juan VIII (882), un gran papa, encontramos un siglo de tinieblas. El trono de San Pedro se convirtió en objeto de codicia de las grandes familias romanas. El conde de Túsculo, Alberico, impuso, desde el inicio, hombres buenos en el trono de Pedro, como Juan XI o León VIL Pero al final, impuso a su propio hijo, de 18 años, quien tomó el nombre de Juan XII (955-964). Su comportamiento fue escandaloso. "El papa sentía poco placer en los ritos de la Iglesia. (...) Se enorgullecía, sin vergüenza, de sus sacrilegos asuntos amorosos. (...) La crueldad coronaba el libertinaje (...) Durante las festividades en Letrán, el Papa acostumbraba beber en honor del diablo." Otros escándalos y asesinatos mancharon la cátedra de San Pedro al final del siglo X. La reforma sólo llegó con León IX (1049-1057). Antes de esta reforma, dos laicos fueron consagrados papas de la noche a la mañana: Benito VIH (1012-1024) y Juan XIX (1024-1032). Tal y como se dice: Se levantaron por la mañana en la condición de laicos y se acostaron en la noche en la condición de papas. Todavía peor: cuando murió Juan XIX, la familia de Túsculo impuso a un jovencito de 13 años, quien fue papa tres veces (caso único en la historia): de 1032 a 1044, depuesto, regresó en el año 1045 y, finalmente, de 1047 a 1048.
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San Francisco explica al Papa la Regla de los Franciscanos (Pintura de Giotto).
Siglo XI GREGORIO VII: Un santo endiablado
vrregorio VII, a quien la Iglesia venera como santo, fue papa del año 1073 al año 1085. Llegó a la suprema autoridad de la Iglesia muy bien preparado. Desde hacía más de 25 años estaba al servicio de "los papas reformadores", desde que, joven monje, dejó el monasterio en Roma, para auxiliar a Gregorio VI, y después a León IX, Víctor II, Esteban IX, Nicolás II, Alejandro II. Durante el entierro de éste último, el pueblo aclamó a Hildebrando (así se llamaba hasta entonces el monje) como papa. Tomó el nombre de Gregorio VIL Era de origen modesto, nacido en Toscana. Pero su celo y su deseo de servicio a la Iglesia eran tan grandes que otro santo, San Pedro Damián, lo llamó "santo endia65
blado". Personalmente, Gregorio era muy humilde y benevolente. Sus cartas y el testimonio de sus contemporáneos no dejan ninguna duda al respecto. Pero su interpretación de la autoridad papal puede parecer un poco extraña. El se considera sucesor de los antiguos emperadores de Roma. Por eso, reivindica: "El romano pontífice debe, por derecho, ser llamado universal. Sólo él puede usar las insignias imperiales. El papa es el único cuyos pies deben ser besados por todos los príncipes. El tiene el poder de destituir emperadores". Estas convicciones y la lucha para recuperar la libertad de la Iglesia y el derecho de elegir a los obispos, lo llevaron al famoso conflicto con el emperador Enrique IV, a quien el papa excomulgó y después perdonó. Perseguido por el emperador, Gregorio VII terminó muriendo en Salerno. "Amé la justicia, y rechacé la iniquidad; por eso, muero en el exilio." Fueron sus últimas palabras. Aparentemente derrotado, en realidad había logrado poner las bases de un período de gran influencia para el papado.
Siglo x i n INOCENCIO HI: Aclamado "luz del mundo"
U n joven cardenal de 37 años, buen canonista, hijo de la nobleza del campo romano, se convertiría en el papa más famoso de la Edad Media: Inocencio III (1198-1216). Una serie de circunstancias le ayudaron a convertirse en el arbitro de los destinos de Alemania, Italia e Inglaterra. Fue también señor feudal de la mitad de Europa. No escapó de algunos fracasos, como los de la IV Cruzada que terminó atacando a Bizancio y su imperio cristiano en lugar de liberar la Tierra Santa. Por encima de sus éxitos políticos, Inocencio promovió intensamente el desarrollo de la vida interna de la Iglesia. Combatió las herejías. Reformó órdenes religiosas. Apoyó aFrancisco de Asís. Convocó y presidió el IV 66
Concilio de Letrán (1215) que estableció la obligación de la confesión anual y de la comunión por la fiesta de la Pascua. La admiración de sus contemporáneos se expresa en el seudónimo que le dieron: lux mundi, la luz del mundo.
Siglos XV - XVI EL RENACIMIENTO
rLn el siglo XIII, el papado alcanzó, al mismo tiempo, la más alta autoridad religiosa y un gran poder temporal. Pero esto trajo graves problemas: el conflicto con los reyes de Francia y el cautiverio de los papas en Aviñón (1309-1377); la división de la Iglesia por el Cisma de Occidente, con dos papas rivales (13781409) y hasta tres (1409-1415). El Cisma fue superado por el Concilio de Constanza y la elección de Martín V (1417). Pero la reforma de la Iglesia y de la Curia no se realizó. Los papas de la segunda mitad del siglo XV estaban preocupados con la promoción de las letras y del arte -como Sixto IV, quien nos dejó la magnífica Capilla Sixtina-. Su vida personal, sin embargo, estuvo manchada por faltas graves, como fue el caso de Inocencio IV o Alejandro VI. Hasta el papa Pablo III (1534-1549), quien convocó el Concilio de Trento y finalmente comenzó a realizar seriamente la reforma, tuvo una juventud agitada y, como papa, no dejó de proteger a su hijo ilegítimo y a otros parientes, dando así un ejemplo de exagerado nepotismo.
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SAN PIÓ V: Regreso a la austeridad
¡San Pío V (Miguel Ghislieri, de la región del Piamonte) fue el único papa canonizado entre Celestino V (1294) y San Pío X (1903-1914). Tuvo una gran influencia en la aplicación de las decisiones tomadas en el Concilio de Trento. En su corto pontificado (1566-1572), publicó el Catecismo Romano, el Breviario y el Misal, que permanecieron en uso prácticamente hasta el Concilio Vaticano II. El pueblo romano no sentía mucha simpatía al inicio del pontificado de este fraile dominico, cuya simplicidad le hizo merecer el sobrenombre de "fray Tamaco". Causaba recelo, especialmente, su experiencia como inquisidor. Pero Pío V prometió hacer que "su muerte fuese más lamentada que su elección". Y así fue. Disciplinó con energía la moralidad pública, abolió muchas de las fiestas y mandó encarcelar a sus vicarios más • desobedientes. Pero suscitó la mayor admiración por su piedad y austeridad. La admiración llegó al máximo cuando logró juntar la armada que derrotaría a los turcos, en Lepanto (7 de octubre de 1571). Para recordar este acontecimiento, Pío V mandó celebrar, el primer domingo de octubre, la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias, más tarde conocida como la Fiesta del Rosario.
Siglo XIX LEÓN XIII: Modernizar la Iglesia
JL/os historiadores señalan a León XIII como el mayor papa del siglo XIX. Su nombre era Joaquín Pecci. Hijo de la pequeña nobleza, realizó una brillante carrera en la administración de los Estados Pontificios. Con 33 años, era nuncio en Bélgica, lo cual 68
le proporcionó algunos contactos con la naciente economía industrial. Después, estuvo 31 años como obispo de Perusia. Como papa, el primero después de la pérdida de los Estados Pontificios, procuró levantar la posición de la Santa Sede entre las potencias mundiales. Publicó muchas encíclicas sobre temas políticos y sociales; la más famosa, RerumNovarum, es del año 1891. Restauró la enseñanza de la filosofía tomista. Dio gran impulso a la participación de los católicos en la vida pública, excepto en Italia. Apoyó las misiones. Su gran éxito fue devolver la confianza a los católicos, en un momento difícil y hostil, marcado por el anticlericalismo, masonería y el desprecio de la religión por parte de los intelectuales. A los ojos de hoy, el proyecto de León XIII, la restauración del catolicismo parece un poco medieval. Por otro lado, ningún papa -hasta Pío XI- hizo más que él para reconciliar a la Iglesia con el mundo moderno, modernizando la Iglesia y cristianizando el mundo. EN SÍNTESIS Se ha visto la historia de los papas a tra vés de algunas figuras importantes. También se puede considerar la misma historia desde otro ángulo: el de la institución, del papado. En los primeros siglos, es la Iglesia de Roma, la que está en el centro de las atenciones, por estar fundada sobre Pedro y Pablo y como garantía de fidelidad a la doctrina de los Apóstoles. La conciencia de autoridad del obispo de Roma se aclara mucho más durante los siglos P/ y V. A partir de Gregorio Magno (finales del siglo VI) y del apoyo de los reyes francos (siglo VIH), el papa también adquiere el poder temporal. Nacen los Estados Pontificios, que fueron suprimidos solamente en el año 1870. El dominio de los señores feudales anula la autoridad del obispo de Roma durante el siglo X. La reforma gregoriana devuelve la libertad al papa, cuya autoridad crece y se 69
impone inclusive sobre los emperadores. Al mismo tiempo, Roma centraliza mucho más la dirección de la Iglesia, y los títulos de papa (= padre), pontífice, vicario de Cristo -hasta entonces usados por todos los obispos- se convierten en títulos exclusivos para el papa. También se hace mucho más profunda la ruptura con el Oriente. El atraso de la reforma de la Iglesia Católica contribuyó a la eclosión del protestantismo (siglo XVI), que rechaza la autoridad del papa. Cada vez, más debilitado en su política internacional, el papado crece en fuerza moral y espiritual durante los siglos XIX y XX, encontrando la devoción entusiasta de las masas católicas y el reconocimiento de la infalibilidad pontificia por el Concilio Vaticano I (1870).
ORIGEN Y DESARROLLO DEL ESTADO PONTOTCIO
EXPANSIÓN | OCCIDENTAL EXPANSIÓN
DEL
CRISTIANISMO
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DEL
CRISTIANISMO
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E S T A D O D E LA C I U D A D D E L VATICANO (1929)
Extensión: 0,44 K m 2 1. Basílica de San Pedro 2. Capilla Sixtina 3. Apartamentos privados del Papa 4. Plaza de San Pedro 5. Guardia Suiza 6. Sala de Prensa 7. 'Osservatore Romano" 8. Museos 9. Acceso a los Museos 10. Pinacoteca 1 i. Galería de los Museos 12. Jardines 13. Radio Vaticana 14. Estación Ferroviaria 15. Palacio de Gobierno 16. Palacio de Justicia 17. Santo Oficio Q
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IGLESIA Y ESTADO
Lia relación Iglesia-Estado es una temática central en toda la historia del Cristianismo. Se habla de "clave de lectura ", es decir, una manera de leer e interpretar el pasado de la Iglesia partiendo de la óptica de su relación con la sociedad política donde se encuentra inserta. El propio Jesús confió a la Iglesia la tarea de evangelizar a todos los hombres (Mt 28,19). Ella realiza su misión esencial en medio de determinadas situaciones, que varían de acuerdo al tiempo y el lugar. Podríamos comparar -no sin un ligero toque de irreverencia- la relación Iglesia-Estado con las diversas situaciones que pueden ocurrir en un matrimonio. Hubo épocas caracterizadas como enamoramiento, tal vez un poco tímido al inicio, pero firme y decidido después; un noviazgo, con estrechas relaciones de simpatía y amistad y, finalmente, el matrimonio, dentro de una perfecta comunión de bienes. Pero también son conocidos los períodos de un progresivo enfriamiento de las relaciones mutuas, llegando al extremo que uno de los cónyuges solicitara la separación. Trataremos este complejo proceso. La materia es muy vasta y nos obliga a seleccionar algunos acontecimientos importantes, lo cual implica excluir otros, igualmente significativos.
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I. D E LA PERSECUCIÓN... A LA UNION
Ei propio Jesús, cuando recomienda: "Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios" (Mt 22,21), reconoce al Estado como realidad objetiva a la cual pertenece el ser humano en cuanto ciudadano. Y San Pablo sustenta, igualmente, la legitimidad del poder político y su soberanía, cuando éste cumple su función específica: promover el bien y reprimir el mal (Rm 13,17). Es en este sentido que exhorta a los cristianos a rezar por las autoridades civiles (1 Tm 2,1 -2). La relación entre el Cristianismo y la autoridad política del Imperio Romano, en los primeros siglos, sin embargo, fue siempre tensa. Los cristianos son acusados de "odiar al género humano", es decir, personas subversivas y peligrosas, porque no se dejan encasillar sin grandes reservas, en la cultura romana y en su cosmovisión. Estamos en la época de las persecuciones, que se extienden, prácticamente, del año 64 al año 313. La legislación romana oficial, muchas veces, oscila en su posición frente al Cristianismo.
Pintura medieval representando al emperador Constantino, quien entrega al papa Silvestre la tiara, símbolo de un poder temporal. La leyenda de la "donación de Constantino" contribuyó para reforzar el poder de los papas en los siglos IX-XV, pero también generó conflictos con el imperio.
El espíritu jurídico de los romanos no encuentra fácilmente una base legal para la condenación de los cristianos. Un ejemplo de esto lo encontramos en la famosa Consulta de Plinio, el Joven, gobernador de Bitinia (Asia Menor), al emperador Trajano (107). A continuación se transcribe la respuesta del emperador: "No se promuevan búsquedas para descubrir a esa gente. Cuando los denunciados y los cristianos confesaren el crimen (= ser cristianos), sean condenados con una restricción la cual consiste, sin embargo, en que negando el acusado ser cristiano y presentando las pruebas por la invocación de nuestros dioses, sea perdonado". No queda duda que, en general, los cristianos se consideraban subditos leales de las autoridades establecidas, como lo testifica Eusebio de Cesárea ( í 339), el más antiguo historiador eclesiástico, subrayando que la oracionero salute imperatorum
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era una de las más antiguas dentro del culto cristiano. Un verdadero cristiano, sin embargo, siempre rechazaría la divinización del emperador, práctica incompatible con su fe. En el año 313 se produce un profundo cambio en la relación Iglesia-Estado: de religión prohibida, perseguida y odiada, el cristianismo se convierte primero en una religión libre, para, posteriormente, ser reconocida, protegida e incorporada por el poder imperial. Lo que menciona Eusebio señala tres beneficios de la providencia divina que, ambos, participan de la maravillosa expansión de la Iglesia: el Imperio Romano, la paz que éste proporciona y la unidad religiosa en torno de la fe cristiana. El propio imperio de Constantino Magno se inscribe, según el mismo historiador, en los designios de la alianza de Dios para con su pueblo elegido, pues el reino de Constantino ofrece a los hombres una imagen terrena del Reino de Dios. Se esboza, de esta manera, lo que llamamos en la historia como el "régimen de cristiandad", es decir, la íntima unión y colaboración entre los dos poderes: la Iglesia y el Estado. El prestigio de la Iglesia crece tanto que, en la decadencia del Imperio Romano (476) ella toma las riendas de la sociedad occidental, impidiendo así la pérdida de grandes ideales humanos y culturales del mundo clásico. La Iglesia de Roma se presenta como caput et mater (cabeza y madre) de una nueva humanidad, construida a partir de la fusión de elementos del antiguo imperio y de los nuevos pueblos bárbaros. Poco a poco nace la convicción de que el poder espiritual (papa) está por encima del poder temporal (emperador), como lo expresa el siguiente parágrafo del papa Gelasio (492-496), dirigido al emperador Atanasio, de Bizancio: "Tú sabes bien, clementísimo hijo, que aunque tu dignidad te coloque por encima del género humano, tu deber religioso te obliga a inclinar la frente delante de aquellos que están encargados de las cosas divinas".
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H. U N MATRIMONIO DONDE ELLA M A N D A
E n la Edad Media tendrá su desarrollo la idea de la Ciudad de Dios, identificada con la Iglesia, a la cual están sometidos todos los gobiernos temporales. El rey debe estar al servicio de la Iglesia: "Que los príncipes de la tierra sepan que Dios les pedirá cuentas al respecto de la Iglesia, que recibieron del mismo Cristo para protegerla" (Isidoro de Sevilla,fi"636). Esa visión llega a su punto más alto con la figura de Cario Magno (742-814), en cuyo gobierno los intereses de la Iglesia y del Estado se funden en una nueva realidad. Magno encara su función real como un ministerio "sacerdotal": conducir a sus subditos a la salvación y convertir a todos los habitantes de las tierras conquistadas a la fe cristiana. A través de su coronación imperial, realizada por el papa León III (800), la Iglesia atribuye un carácter sagrado al poder temporal, estrechando así la alianza con los príncipes cristianos y compartiendo con ellos su misión espiritual. Crece la convicción de que ambos poderes tienen un mismo origen y un idéntico fin: provienen de Dios y deben llevar a la humanidad a alcanzar su fin supremo. No siempre fue tranquila la unión del poder espiritual y el poder temporal durante la época medieval. Todos estaban de acuerdo en cuanto a la necesidad de la unión. Pero el problema se presentaba cuando se trataba de determinar concretamente quién debía guiar la cristiandad: ¿el papa o el emperador? Hubo momentos en los cuales los emperadores y reyes llegaron a dominar la Iglesia, reservándose para sí el derecho hasta de nombrar a los obispos. Durante el gobierno del enérgico Gregorio VII (1075-1085), sin embargo, la Iglesia comenzó a recuperar su prestigio político en Europa. Este papa se declara superior a la autoridad civil, en una inusitada declaración conocida en la historia como el Dictatus 79
papae; -en realidad, este título corresponde más a una colección de sentencias-: "Sólo el pontífice romano debe ser llamado universal" (2). "Sólo él puede usar insignias imperiales" (8). "El papa es el único cuyos pies deben ser besados por todos los príncipes" (9). "El tiene la facultad de destituir emperadores" (12). Podemos decir, entonces, que durante los siglos XI al XIII se intentó transformar a Europa en una gran confederación bajo el dominio del papa: la concretización del Reino de Dios en la tierra. " A aquel que tiene las llaves son confiados, al mismo tiempo, los derechos sobre el imperio celeste y terrestre. El supremo patriarca posee los derechos del imperio terrestre, porque es con su autoridad que él confirma al emperador en su poder de gobernar sobre la tierra, a través de la consagración real" (Canonista Rufino, 1158). * A partir del siglo XIV esa visión sufre revisiones y por toda parte se manifiesta el deseo de mayor autonomía de los dos poderes, con el reconocimiento de su función específica. Dante Alighieri, poeta italiano (1265-1321), interpreta el pensamiento político de la época cuando escribe: "Es necesario que el hombre tenga su doble guía, de acuerdo con la doble finalidad, es decir, el sumo pontífice, que conduce al género humano a la vida eterna a través de la doctrina revelada; y el emperador, que dirige al género humano a su felicidad temporal a través de la enseñanza de la filosofía. Pero, debido al destino extraterrenal del ser humano, cabe al papa la preeminencia: que César use con relación a Pedro, aquella reverencia que el hijo primogénito demuestra para con su padre". 80
m . SIGNOS D E CRISIS MATRIMONIAL
E n la Edad Moderna (1453-1789) la tradicional unión entre la Iglesia-Estado entra en crisis. Ganan terreno las ideas sobre la libertad y la autonomía. La tutela de la Iglesia sobre las naciones es cuestionada. Martín Lutero (1483-1546), concede a los príncipes y señores territoriales un papel importante en su obra de Reforma. Enfatizando el sacerdocio universal de los fíeles, es decir, la igualdad de todos los cristianos delante de Dios, consecuencia de la gracia bautismal, exhorta a los emperadores y a los nobles a asumir la causa del Evangelio, una vez que la autoridad eclesiástica ha sido omitida. El Llamado a la nobleza cristiana (1520) es tal vez el más famoso escrito de Lutero, que causó un enorme impacto sobre la opinión pública de entonces: "Se inventó que el papa, los obispos, los sacerdotes y las personas de los conventos sean llamados de estado clerical; príncipes, señores, artesanos y agricultores, de estado secular. Esta es una gran invención y un fraude muy refinado (...). Todos los cristianos son verdaderamente de estado clerical, es decir, espiritual, y no existe ninguna diferencia entre ellos, a no ser, exclusivamente, a causa de su oficio (...). El dominio secular se convirtió en miembro del cuerpo cristiano. Aunque tenga ocupación secular, pertenece al estado espiritual, razón por la cual su actuación debe tener libre acceso a todos los miembros del cuerpo entero; debe castigar y reprender donde la culpa lo amerite o la necesidad lo requiera, sin excepción de papas, obispos y sacerdotes".
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de la Palabra de Dios. Surge una Iglesia territorial (= regional), donde el príncipe local ejerce considerable influencia sobre la vida interna de la comunidad de fieles. Esta situación no deja de ser ambigua y mostrará, en poco tiempo, sus inconveniencias. Es en este período de la historia que surgen, en varías regiones, tendencias para someter enteramente la Iglesia a los intereses de las respectivas naciones. Este fenómeno es conocido con el nombre de galicismo, porque su cuna fue Francia (= Galia). Se manifiesta en dos perspectivas: obispos que desean mayor independencia en relación con el papa, y reyes que desean controlar más directamente el episcopado y el clero en general. Durante el gobierno del rey Sol, Luis XIV, de Francia (16431715), las "libertades de la Iglesia galicana" son defendidas con ahínco y fervor. Bossuet, el gran orador sacro de Notre Dame, en París, se convierte en el portavoz de esta mentalidad. En un sermón, el día 9 de noviembre de 1618, afirmó: "Para el rey, Iglesia y Estado son siempre dos cosas inseparables en todos sus designios. Francia, ¡tú vivirás con estos principios, y nada será más seguro que un reino estrechamente unido a la Iglesia y sustentado por Dios! ¡Cómo debemos tener el máximo aprecio por un príncipe que une sus intereses a los intereses de la Iglesia! (...) La mano de Luis XIV está destinada para curar las llagas de la Iglesia". Como se puede apreciar, el antiguo ideal de Cario Magno, revive. Toda la autoridad viene de Dios, y su distribución en la tierra debe realizarla el vicario de Cristo, el papa. Es la idea que expresa este mosaico de la Basílica de Letrán, en Roma: San Pedro entrega al papa León III el palio, símbolo del poder espiritual, y a Carlos Magno, el estandarte del Reino, símbolo del poder temporal.
Lutero, de hecho, asocia el poder secular a la tarea reformadora en el campo religioso y eclesial. Valora al laico y coloca en el centro de sus intereses la preocupación por el auténtico anuncio
Una Iglesia sumisa al Estado, será especialmente en Austria donde esta política llega a su auge, durante los gobiernos de María Teresa y su hijo José II (1741-1790). Estos monarcas, de forma consciente, desarrollan una política que busca crear una Iglesia nacional autónoma, en comunión con la Santa Sede, pero en todo lo demás dependiente de la autoridad suprema del emperador. José II se consideraba el protector natural de la Iglesia en sus dominios, el "buen padre", preocupado por las mínimas cosas, la prohibición del culto a las reliquias, la sustitución del canto
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coral por la recitación, el número de velas que debían ser encendidas durante las ceremonias religiosas, entre otros. Regula, minuciosamente, la formación del futuro clero en seminarios del Estado. Delante del papa, asume una actitud de superioridad.
IV. EL CAMINO D E LA SEPARACIÓN ¿LA LIBERTAD RECONQUISTADA?
Lia historia contemporánea se caracteriza por un progresivo distanciamiento entre la Iglesia y el Estado. Las dos realidades se consolidan cada vez, una más distante de la otra, aunque la restauración de la cristiandad continúe siendo, todavía por mucho tiempo, un sueño alimentado por la Iglesia. Los tiempos, sin embargo, cambiaron definitivamente y la nueva mentalidad no permitió más un simple retorno al pasado. La Revolución Francesa, en el año de 1789, no constituyó solamente un fenómeno regional, sino que avaló los fundamentos de todo el mundo occidental. A partir de ese momento, asistimos a una profunda transformación de la sociedad europea. Un cambio radical en el campo socio-político y en la manera de pensar. Simplificando las cosas, podemos afirmar que, una sociedad hasta entonces fundamentada en los privilegios del nacimiento y de la riqueza, dejará el lugar a una convivencia humana donde los valores como la participación y la igualdad de todos ocupan un primer plano, es decir, los ideales democráticos se establecen en medio de la sociedad. Todo esto no era tan ideal y, verdaderamente, sólo una parte de la sociedad $Je benefició de las nuevas conquistas, pero, de cualquier forma, el movimiento tuvo una amplia resonancia y cambió los destinos de Occidente. La Iglesia fue el blanco de fuertes críticas, por parte de todos los revolucionarios. Su alianza con el antiguo régimen absolutista 84
y la enorme riqueza que poseía, la convierten en un blanco mucho más vulnerable. Ella fue vista como un obstáculo a la implantación de un nuevo orden social, y por esto mismo, su influencia debía ser disminuida. Comienzan las persecuciones y, sucesivamente, la Iglesia fue privada de sus bienes. A pesar de todos los aspectos negativos que la historia registra en este período, no podemos dejar de mencionar el mayor triunfo: la Iglesia se purifica, y en su desprendimiento material, ella descubrirá su verdadera misión. Será un joven padre francés, Felicité de Lamennais, quien llamó la atención de la Iglesia para su verdadera libertad. Con un gesto profético denuncia el antiguo pacto con los poderes temporales y los privilegios que, finalmente, esclavizaron a la Iglesia y la desviaron de su camino evangélico. Escribió en el año 1829: "Nosotros no nos cansamos de decir que, en las actuales circunstancias, el mayor deber del clero es el de separarse completamente de una sociedad atea. Si quieres salvar la fe y devolver a la Iglesia su necesaria independencia, sed sacerdotes, sed padres y nada más. Ninguna dignidad, ninguna función de orden civil es hoy compatible con la libertad de vuestro ministerio. Libérense de todos los lazos de partido" (Del progreso de la revolución y de la guerra contra la Iglesia, 1829). Su voz fue acallada y, en el año de 1832, Lamennais fue condenado por el papa. Los gobiernos de Gregorio XVI (1832-1846) y de Pío IX (1846-1878) se caracterizaron por una nítida oposición a la sociedad "revolucionaria, liberal y atea", como era clasificada. Se formó, entonces, dentro de la Iglesia, una mentalidad de desprecio y rechazo de valores considerados "mundanos", tales como: la libertad de pensamiento y de prensa, y el voto democrático. Los papas condenan los males como consecuencia de la separación de la Iglesia y del Estado. En su encíclica Mirari vos (1832) Gregorio XVI se expresa así: "Más grato tampoco es a la religión y al principado civil lo que se puede esperar del deseo de los que procuran separar a la Iglesia y al Estado y romper la mutua concordia del sacerdocio y del imperio. Se sabe, en efecto, 85
que los amantes de la falsa libertad temblaron ante la concordia que siempre produjo resultados magníficos en las cosas sagradas y civiles". Pío IX repite, en el año de 1864, el mismo pensamiento. Con León XIII (1878-1903) la Iglesia oficial comienza a abrir los ojos para la gran problemática de la época: la cuestión de la explotación de los obreros y su situación de miseria y marginalidad (Encíclica Rerum Novarum, 1891). Se difunde la convicción de que la Iglesia tiene una misión que cumplir en el mundo, partiendo de la realidad concreta en que se encuentran los hombres y las mujeres.
deramente democrático favorece, de hecho, la mutua colaboración entre Iglesia y Estado, exactamente por el reconocimiento y respeto de los respectivos campos de actuación, buscando siempre el bien del pueblo en general y de cada ciudadano en particular. Las conferencias episcopales de América Latina, en Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), con sus conocidos documentos, no dejan la menor duda sobre el compromiso de la Iglesia en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
En el siglo XX, alrededor del año 1930, la Iglesia se ve frente a un gran desafío: su posición frente a los regímenes totalitarios en Alemania -nazismo- y en Italia -fascismo-. Después de un período inicial de cierta simpatía, especialmente con relación al dictador Mussolini en Italia, el papa Pío XI (1922-1939), comienza a tomar distancia de estas ideologías y de absolutización del poder estatal. En el año de 1931 fue publicada su encíclica Non abbiamo bisogno, en la cual denuncia enérgicamente la prepotencia del Estado de Mussolini, que se atribuye el derecho de educar a la juventud. Fue en el Concilio Vaticano II (1962-1965) que las relaciones Iglesia-Estado fueron examinadas a partir del nuevo contexto histórico de lapost-guerra. Se abandona, definitivamente, la idea de "cristiandad". Es reconocida la legítima autonomía del poder temporal, y definida con mayor precisión la misión evangelizadora de la Iglesia. En la constitución pastoral Gadium et Spes los padres conciliares afirman claramente: "Cada uno en su propio campo, la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas una de la otra. Ambas, sin embargo, aunque por títulos diferentes, están al servicio de la vocación personal y social de los mismos hombres. Tanto más eficazmente ejecutarán para el bien de todos este servicio, cuanto mejor cultiven entre sí la sana cooperación". No queda duda de que en un régimen verda86
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LOS POBRES CUESTIONAN LA IGLESIA (I)
1 al vez ningún tema dentro de la Iglesia latinoamericana haya sido tan discutido como es el de la relación pobres-Iglesia, Especialmente después de la II Asamblea General de los Obispo^ de nuestro Continente, en Medellín (1968), los pobres adquiriera^ una significativa fuerza de expresión en la pastoral. No es d^ extrañar. Después que el Concilio Vaticano II (1962-1965) pre s sentó a la Iglesia como "pueblo de Dios en marcha", los obispo^ reunidos en la ciudad colombiana de Medellín comenzaron ^ percibir con mayor claridad, que la asombrosa mayoría del puebl^ católico en América Latina está conformada por los pobres. No hay duda que tal situación constituye un tremendo desas fío para la evangelización en nuestras regiones. Los cuestiona^ mientos, consecuencia de esta constatación, tuvieron enorme^ repercusiones en la vida de la Iglesia a partir de la década del 70 La opción preferencial por los pobres se convirtió en el hil<^ conductor de la misión de la Iglesia en este continente, culminando en la solemne declaración de Puebla (1979): "La Conferencia Episcopal de Puebla vuelve a asumir, con la renovada esperanza vivificante del Espíritu, la posición de la II Conferencia General (Medellín) que hizo una clara y profética opción preferencial por los pobres (...) Afirmamos la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, en búsqueda de su liberación integral" (n° 1134). La IV Conferencia General de Santo 91
Domingo, realizada en 1992, coloca entre las "Líneas Pastorales": "Asumir con decisión renovada la evangélica opción preferencial por los pobres, siguiendo el ejemplo y las palabras del Señor Jesús, con plena confianza en Dios, austeridad de vida y compartir de bienes" (n° 180). Esta toma de posición no es un fenómeno aislado o totalmente innovador en la historia de la Iglesia. Durante todo su largo camino, la presencia de pobres siempre ha sido una fuerte interpelación para la Iglesia y para los cristianos en general. En esta primera parte del tema, se estudiará el asunto durante los primeros siglos del Cristianismo, lo que corresponde, en líneas generales, a la época de la Iglesia Primitiva. En la segunda parte abordaremos la misma temática desde la Edad Media hasta nuestros días.
ser más grande. Percibimos con asombro, que las condiciones de vida de los que se encuentran en situación de pobreza se agravan diariamente: cada vez se hace más difícil alimentarse, satisfacer las más elementales necesidades de sobrevivencia, de salud, de instrucción, a fin de llevar una vida humana con lo mínimo indispensable de dignidad y comodidad. Estamos frente a un dilema: son seres humanos, nuestros semejantes, quienes sufren agudamente y se movilizan en un círculo vicioso de hambre y desempleo. Sabemos que el problema es de orden estructural, y que sus verdaderas causas deben ser buscadas en la organización injusta de la economía mundial. Pero este conocimiento no resuelve el enfrentamiento diario con los signos inequívocos de la realidad: "Esta situación de extrema pobreza generalizada adquiere, en la vida cotidiana, rasgos concretísimos, en los cuales deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, quien nos cuestiona e interpela" (Documento de Puebla, n" 31).
POBRES Y POBREZA ¿Cómo los cristianos reaccionaron y reaccionan frente a la pobreza? Ouando se habla de "pobres", ¿qué es lo que, concretamente, se entiende? En primer lugar, se hace referencia a la pobreza material, es decir, a la carencia de bienes económicos, necesarios para una vida humana digna de este nombre. Para ser mucho más claro: ser pobres es morir de hambre, ser analfabeto, ser explotado por los otros, muchas veces sin saberlo; en síntesis, llevar una vida inhumana, con escasas perspectivas de mejores días. El fenómeno de la pobreza y de la marginalización siempre existieron, pero en nuestros días han adquirido dimensiones desconocidas en el pasado. De hecho, asistimos atónitos a un tremendo drama, señalado por los últimos papas y enfocado por Puebla: la brecha que separa a ricos y pobres tiende cada vez a 92
A lo largo de toda su historia, hubo, en la Iglesia, gestos de expresa solidaridad con los pobres y una expresa oposición contra la pobreza en sí, considerada como el resultado de relaciones inicuas, es decir, el fruto concreto del pecado. Siempre existieron hombres y mujeres que, impulsados por el Espíritu Santo, asumieron libremente la pobreza cristiana como inconfundible expresión de amor para con Dios, identificado con los pequeños y descalificados de la sociedad. No existen dudas: "ser pobre", "hacerse pobres" es una constante aspiración de la Iglesia desde sus orígenes. Movimientos de pauperismo, en búsqueda de un regreso a la auténtica pobreza evangélica, surgen regularmente durante la caminada del pueblo 93
de Dios hasta nuestros días. Es interesante notar que los cristianos y la Iglesia como institución sienten, siempre de nuevo, la necesidad de desprenderse de las cadenas de la riqueza que esclaviza y de liberar el pobre de los grilletes de la miseria y de la opresión.
POBRES EN LA TRADICIÓN BÍBLICA
.L/os pobres tienen su lugar en la Iglesia como predilectos de Dios. De allí se puede afirmar que, no se trata de que la Iglesia sea pobre, sino de que los pobres de este mundo sean el pueblo de Dios, testimonio inquietante del Dios que libera. Ya en el Antiguo Testamento encontramos, con frecuencia, la idea de un dios que ampara y protege a los pobres y desvalidos (Is 25,4; Sal 69,34). En el Nuevo Testamento los pobres son proclamados felices, no por causa de su estado de indigencia o por motivo de su piedad, sino porque en ellos Dios puede manifestar, de hecho, su irrestricta bondad, justicia y misericordia. Así, las bienaventuranzas (Le 6,20-23) exaltan el amor gratuito del Padre, como característica esencial de Dios y del Reino anunciado por Jesús. Aquellos que ahora nada experimentan de este nuevo orden de fraternidad, justicia e igualdad, serán exactamente los primeros privilegiados del futuro prometido. El Señor no les destina preferentemente el Reino por ser mejores que los otros, sino porque no poseen nada; de gracia y no por recompensa de méritos. Dios ama al pobre en primer lugar porque "no hace distinción de personas". Amando a todos gratuitamente, ama de preferencia a los menos amados, aquellos a quienes la malicia humana y el pecado hacen sufrir; es decir a los necesitados, débiles e infelices. Es el amor que se manifiesta como misericordia.
El ejemplo de Jesús: (representado en el acto de curar a la suegra de San Pedro en una lámina del siglo XIII) inspiró el gran cuidado para con los pobres y los necesitados, entre ellos, los enfermos. Las comunidades no se limitaron a la práctica de la limosna, de vez en cuando. Desde temprano, organizaron las "matrículas" de los pobres, especialmente huérfanos y viudas. A partir del siglo IV, aprovechando la libertad que el Imperio les reconoció, los cristianos crearon una multiplicidad de instituciones: asilos, "casa de los pobres" y hospitales. Esas instituciones se multiplicaron durante la Edad Media y son el origen de los modernos sistemas de protección social. Pero de manera especial, los cristianos lanzaron las semillas de la transformación de la sociedad.
La propia existencia de Jesús fue también una clara manifestación de lo que significa asumir la causa del pobre. En su persona se revela el Siervo de Yahveh, a través de quien se cumple la justicia de Dios (Is 53). Jesús escoge entre el pueblo simple a la mayoría de sus discípulos y no permite que entre ellos prevalezcan órdenes anteriores de posesión. Existe una caja común que sirve
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para cubrir los gastos diarios y distribuir las limosnas (Jn 13,29; 12,6). Con la desaparición de la primera generación de cristianos, el problema de la relación pobre-rico en medio de la comunidad se torna más serio. La Carta de Santiago, es un reflejo de esta situación. En palabras fulminantes, el autor se dirige a los ricos explotadores que perjudican a los pobres, reivindicando para estos últimos el derecho a ser tratados con dignidad y respeto, haciéndoles justicia. "Estad atentos para esto, mis amados hermanos. ¿No escogió Dios los pobres en bienes de este mundo para ser ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman? Y, sin embargo, ¡ustedes desprecian a los pobres!" (St 2, 5-6a).
LA IGLESIA PRIMITIVA Y LOS POBRES
o i procuramos caracterizar las primeras comunidades cristianas, surgidas después de la resurrección del Señor y de la llegada del Espíritu Santo, notamos las siguientes características comunes: Entre el pueblo de Dios no puede haber indigentes (cf. 2 Cor 8,13). Todos son fundamentalmente iguales y no se permite la acepción de personas. Los bienes deben ser distribuidos o puestos a disposición de los otros, especialmente de los más necesitados. El ideal deseado es el amor fraterno que se revela en el ejercicio concreto de compartir el pan con los pobres: el "deber de la limosna". Es importante que cada uno reciba "según su necesidad" (Hch 2,45). "No había entre ellos ningún indigente, porque los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo colocaban a los pies de los Apóstoles; y se distribuía a cada uno según su necesidad" (Hch 4,35). Los primeros cristianos, de hecho, veían en el gesto de amor para con los pobres un testimonio elocuente de la justicia de Dios, que se esperaba llegase con la venida de su Reino. Entre las más antiguas formas de actividad caritativa se destaca el ágape, comidas fraternas de cristianos. Se reforzaba, de esta manera, la conciencia comunitaria entre los miembros de diferentes clases sociales. Al mismo tiempo, ofrecían la posibilidad de dar una eficiente ayuda material a aquellos que eran pobres y necesitados. Tales ágapes se realizaban en la casa de un cristiano 97
económicamente mejor situado o en locales que pertenecían a la Iglesia, bajo la supervisión del obispo o su representante presbítero o diácono-. Estos iniciaban la comida con una oración por los alimentos traídos. Durante la cena se discutían los problemas concretos de la comunidad. Los ausentes, enfermos y viudas, no eran olvidados, sino que recibían su porción de alimentos. A pesar de que se presentaban algunos abusos durante estas cenas, se puede decir que estos encuentros de fraternidad contrastaban nítidamente con las costumbres paganas de aquel tiempo y representaban, en la opinión de Clemente de Alejandría (c. 150215), una forma característica de convivencia fraterna, impidiendo el surgimiento de grandes contrastes en el seno de la comunidad cristiana. "No rechazarás al indigente, sino que, al contrario, repartirás todo lo que tienes con tu hermano, no considerando nada de lo que posees como propio, pues si divides los bienes de la inmortalidad, cuánto más lo debes hacer con los bienes que se corrompen " (Didaqué o Doctrina de los Apóstoles-segunda mitad del siglo I: Compendio de las obligaciones individuales y sociales de la comunidad cristiana).
LOS "PADRES DE LA IGLESIA" Y LOS POBRES
L/Os Santos Padres (título de honra concedido a los santos teólogos de los primeros siglos del cristianismo) no dudaban en llamar a los ricos a la conversión, para que se desprendieran de las riquezas, precisamente por amor a Dios. Sustentaban, con firmeza, que la sed de riquezas era incompatible con el Evangelio. En varios sermones, San Basilio (c.330-379) describe, de manera vivaz, el deber del cristiano para con los pobres e indi98
gentes. Especialmente durante la gran hambruna del año 368, él mismo dio ejemplo de entrega y dedicación, levantando su voz contra los especuladores y contra los ricos indiferentes. Organizó comidas gratuitas para el pueblo, accesibles también a los inmigrantes extranjeros, a los paganos y a los "hijos de Israel". Para Basilio, la pobreza es un mal que revela una gran injusticia: es el trágico resultado de la explotación social. "Si cada uno se contentase con lo necesario y dejase a los indigentes lo que no necesita, entonces no habría ricos ni pobres (...) Quien despoja a un hombre de su vestido es un ladrón, ¿merece, tal vez, otro nombre, quien no ayuda a un hombre desnudo a vestirse ? El pan que tú guardas para ti sin necesitar de él pertenece al hambriento. La capa que tú tienes en tu guardarropa debe ser para el desabrigado. Los zapatos que no usas deben ser para quien está descalzo, así como el dinero que tienes enterrado debe ser entregado a los necesitados. Tú cometes tantas injusticias cuantas son las personas a quienes evitas dar lo que puedes y compartir con ellas" (San Basilio, Homilía VI, 7). Para poder recibir la justicia del Reino, el rico debe cambiar, dar otro rumbo a su vida, compartir lo que tiene con el pobre. Escuchemos, otra vez, la fuerte voz de Basilio: "Cuando más abundante es tu riqueza, más eficiente debe ser tu caridad. (...) Conozco muchos que ayunan, oran, gimen, practican toda clase de obras de piedad que no afectan sus bolsillos y que, al mismo tiempo, no dan nada a los necesitados. ¿Para qué sirven sus méritos? El Reino de Dios está cerrado para ellos" (Homilía VII, 1, 34). San Juan Crisóstomo (ír407) afirma que la riqueza nos fue dada para ser administrada responsablemente. Su valor depende de su funcionalidad: crear condiciones para que los necesitados lleven una vida más digna. La riqueza debe ser compartida: los bienes materiales, en cuanto dones de Dios, son una propiedad social. 99
"Eduquémonos para no desear más de lo que es justo y no codiciar lo superfluo. En las cosas del cielo, el deseo no tendrá por límite el más o el menos; allí cabe desear siempre más. En este terreno, sin embargo, cada uno debe mirar sólo lo necesario y suficiente y no buscar nada más, para que, así, alcancemos los bienes verdaderos, por la gracia de Dios" (San Juan Crisóstomo, Homilía X sobre 1 Tesalonicenses). El amor cristiano para con el hermano necesitado se manifestó, de forma inequívoca, durante grandes catástrofes del siglo III. Dionisio, elegido obispo de Alejandría en el año 248, exaltó el espíritu de sacrificio de los cristianos que, en medio de la terrible epidemia, no buscaban la propia vida en su abnegada dedicación a los enfermos. En la acción caritativa de ese período se destaca a la Iglesia "que está en Roma", siempre lista para socorrer, con extrema generosidad, a los hermanos que sufren en otras regiones. Dionisio, obispo de Corinto, elogió la actitud de estos cristianos cuando escribió, alrededor del año 170: "Desde el principio ustedes tienen la costumbre de hacer el bien a los hermanos y de enviar ayuda a muchas iglesias. Así alivian la pobreza de los necesitados, asegurándoles el sustento. (...) Y su santo obispo Sotero no sólo conservó semejante costumbre sino que la incentivó".
aquel que posee bienes en esta tierra y divide con sus hermanos sus rentas y sus ganancias, imita a Dios Padre, porque se convierte en justo y se coloca a disposición de todos, distribuyendo gratuitamente". (Sobre las buenas obras y la limosna, 9-12; 26). Se destaca que los cristianos de los primeros siglos y la Iglesia de aquel tiempo no se quedan indiferentes frente a la problemática de la pobreza y de la presencia concreta de los pobres en medio de la sociedad en general. No se elaboran tratados teóricos sobre la pobreza, pero el fenómeno fue encarado a la luz del Evangelio, partiendo de situaciones reales. Siempre, de acuerdo con la tradición bíblica, se descubre que la pobreza, en el sentido de miseria e indigencia, refleja una ruptura de la solidaridad entre los hombres y de la comunión con Dios. La pobreza, así concebida, es expresión del mal y de una negación del amor. Por eso, es incompatible con la llegada del Reino de fraternidad y de justicia. En el siglo IV, los cristianos desarrollan en varias partes del mundo antiguo, iniciativas originales de asistencia social, que expresan vivamente su solidaridad para con los necesitados. Surgen así "casas de caridad", hospitales y refugios (Capadocia, Alejandría, Roma).
Finalmente, se cita a San Cipriano de Cartago (Ir 258), quien comenta: "A todos pertenecen los bienes de Dios que nosotros usamos. Nadie debe ser privado de sus beneficios y de sus dones. Todo el género humano tiene derecho a disfrutar, en condiciones de igualdad, la bondad y la libertad de Dios. Así, el día ilumina sin hacer distinción de personas, y el Sol emana gratuitamente sus rayos; la lluvia cae, y el viento sopla. El sueño es igual para todos los que duermen, y el esplendor de las estrellas y de la Luna se destina a todos. Siguiendo el ejemplo de esa igualdad,
La limosna toma, no pocas veces, dimensiones de un verdadero servicio público. Con ocasión de la muerte de su esposa Paulina, el senador Pamaquio, uno de los amigos de San Jerónimo (c.347-420), convoca a todos los pobres de Roma para un festín en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y la multitud llenó el recinto, a punto de ir más allá del atrio y llenando la plaza (397). San Paulino de Ñola (9413), quien nos relata este acontecimiento, manifiesta bien el sentimiento de inversión realizado en los valores sociales de la época; llama a los mendigos como "señores de nuestras almas ".
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¡Ahora son los ricos quienes aparecen en la posición de siervos!
LOS POBRES CUESTIONAN LA IGLESIA (II)
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Durante el Concilio Vaticano II (1962-1965), el Cardenal Lercaro, arzobispo de Bolonia (Italia), afirmó públicamente: "No cumpliremos eficazmente nuestra tarea si no colocamos, como centro y alma del trabajo doctrinal y legislativo de este Concilio, el misterio de Cristo en los pobres y la evangelización de los pobres". ¿Qué lugar ocupan los pobres, efectivamente, en la vida y en la misión de la Iglesia, a lo largo de los siglos? ¿Cómo los cristianos han dado testimonio de solidaridad para con aquellos que sufren? ¿De qué manera protestaron contra la pobreza y en favor de la justicia? ¿Cómo la Iglesia desempeñó su vocación profética en la implementación de un nuevo orden social, en la perspectiva del Reino de Dios? Más que nunca, hoy tenemos conciencia del escándalo de la pobreza deprimente que impide al hombre realizarse plenamente como ser humano. En ninguna época anterior llegó a ser tan grande la distancia que separa a las minorías enriquecidas de las masas que luchan por la simple sobrevivencia física. En el capítulo anterior, se estudió la relación Iglesia-pobres durante los primeros siglos del Cristianismo. Ahora, se retoma la línea histórica a partir de la Edad Media hasta llegar a nuestros días.
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POBRES E N LA EDAD MEDIA
CJS sintomático que, alrededor del año 500, 41 concilios (asambleas de obispos), se preocupan por la cuestión de los pobres. No deja de ser un signo que la simple existencia del pobre incomoda la conciencia cristiana e impulsa su acción en favor del hermano indigente y que sufre. San Benito de Nursia (480-543) en su famosa Regla para monjes, en el capítulo 53, que se refiere a la acogida de los huéspedes, recomienda: "Muéstrese, especialmente, un cuidado solícito en la acogida de los pobres y peregrinos, porque, sobre todo, en la persona del pobre, es a Cristo a quien estamos recibiendo". Esta tradición fue fielmente observada en otras experiencias de vida monástica. Así, en la Carta de fundación del Monasterio de Cluny (Francia), en el año 909, leemos: "Queremos que aquí . sean practicadas, todos los días, las obras de misericordia para con los pobres, indigentes, extranjeros y peregrinos". Y, refiriéndose a las limosnas, está escrito en otro documento de este mismo Monasterio, a finales del siglo XI: "Quien es responsable por repartir la limosna debe recorrer, una vez por semana, todo el territorio de la Abadía en búsqueda de algún enfermo pobre y postrado en cama. Si fuese un hombre, él mismo entrará a visitarlo; si fuese una mujer, se quedará en la puerta y pedirá a algún pariente que reciba el pan, el vino y lo que considere de mayor necesidad". El deber de la limosna hace parte integral de la caridad cristiana del hombre medieval. A finales del siglo XII, el predicador Raúl Ardent afirma que dar limosna es una cuestión de justicia: "Cuando ofrecemos una limosna a los pobres, no les estamos pasando algo que es nuestro, sino que más bien les devolvemos lo que les pertenece, y esto, ciertamente, es un deber de justicia". 106
La época medieval conoció varios movimientos de pobreza, vistos como un desafío frente a la riqueza y al poder de la Iglesia. Sus adeptos optan libremente por una vida de simplicidad y desprendimiento. Deseaban vivir pobres en medio de los pobres, sirviéndoles en nombre de Cristo. Son famosos los valdenses, movimiento suscitado por Valdo, un rico comerciante de Lión (Francia) quien, en el año de 1176, se convirtió después de haber leído atentamente el Evangelio. Resolvió vivir en absoluta pobreza, como los Apóstoles, con el fin de predicar, con toda libertad, la Buena Nueva al pueblo. Sus seguidores fueron llamados "los pobres de Lión": "Desnudos seguían a Cristo desnudo". Se trató de una manifestación laica de carácter misionero y apostólico. Los valdenses buscaban dar testimonio de la radicalidad evangélica, escogiendo para sí mismo una vida pobre. De esta forma, denuncian a los ricos, principales responsables por los males sociales de la época. Condenado en el año de 1184 (Concilio de Verona) como herético, el movimiento naciente se adhirió, más tarde, a la Reforma Protestante. Tras las huellas de los "pobres de Lión" aparece, en Lombardía (Italia), alrededor del año 1175, otro movimiento en contra del lujo eclesiástico, compuesto por artesanos de la industria de lana. Eran, en realidad, pequeños productores y comerciantes que se asociaban entre sí, adoptando un estilo de vida austero y de inspiración religiosa. Vestían hábito gris, rechazaban la mentira y el fraude -tan común en su ambiente de trabajo-. Aunque vivían inicialmente junto con su familia, formaban una especie de sociedad religiosa de tipo laical. Roma aprobó su modo de vivir, pero prohibió la predicación pública por parte de alguno de sus miembros, quienes se llamaban a sí mismos "humillados". La práctica de la caridad cristiana en el período medieval encuentra, en la figura de Santa Isabel de Hungría, quien murió a los 24 años de edad, en el año de 1231, una elocuente expresión: "Bajo el castillo de 107
Wartburg, donde ella residía, había una gran habitación donde eran hospedados muchos enfermos. Ella los visitaba varias veces al día, a pesar del gran cansancio que representaba bajar y subir la montaña. Entre estos enfermos ella escogía a los más pobres y débiles y los abrigaba en el propio castillo. Repartía con ellos los alimentos de su mesa, privándose de la comida, al igual que sus compañeras, para poder distribuirla entre los pobres" (Testimonio de Guda e Isentrude, damas de honra de Santa Isabel). Las órdenes mendicantes hacen parte de un amplio movimiento de "evangelización" que invade a la Iglesia del siglo XIII. Supieron captar las inquietudes de la época y atender a las nuevas necesidades de aquel momento histórico. En un bello día de febrero del año 1208, en la Iglesia de Santa María de la Porciúncula, durante la misa de San Mateo, Francisco de Asís (1182-1226) escucha el texto del Evangelio que dice: "Andad a predicar, no llevéis ni oro, ni plata, ni cobre ni dos túnicas". Este es el caminó: no huir más del mundo sino salir a su encuentro. Cambiarse a sí mismo para después transformar la sociedad. A los primeros compañeros, él les sugiere un proyecto de pobreza voluntaria, unido a la predicación itinerante. Ganar el pan con el trabajo de las propias manos y, si es necesario, pedir limosna.
Pobreza y libertad están íntimamente unidas entre sí, siendo condiciones básicas para una auténtica renovación de la Iglesia. Domingo de Guzmán (1170-1221), estaba convencido de esto cuando obtuvo, en el año de 1219, la aprobación de su Regla. En ella leemos: "Nosotros rechazamos, de manera radical, cualquier propiedad o renta". Y el propio Santo Domingo da ejemplo: nada de superfluo en las vestiduras, en el alimento y en la habitación. También las iglesias y los objetos sagrados deben ser de extrema simplicidad. La pobreza es vista y vivida como elemento esencial para la credibilidad del Evangelio. El estudio, expresamente recomendado a los dominicos -hermanos predicadores-, no se opone a la opción por la pobreza, sino que es asumido como instrumento indispensable para el servicio y el anuncio de la Palabra. A partir del siglo XIV, se percibe una progresiva desacralización de la pobreza y del pobre. Este último no es considerado más como un "predilecto de Dios" o "imagen de Cristo". Lentamente surge la idea de que se trata de una clase peligrosa. Frente a las masas indigentes y miserables, la élite se comienza a preocupar, pasando de la desconfianza al miedo, a la sospecha y a la acusación.
POBRES EN LA EDAD M O D E R N A
Este grupo constituyó una alegre fraternidad de iguales, llamándose defrades, es decir, hermanos, y menores, para enfatizar el deseo de rechazar cualquier grandeza del mundo. De dos en dos salen por las ciudades y por los campos, predicando en las plazas y en los mercados populares. Ayudan a los pobres en sus trabajos, compartiendo con ellos su pan. Viven concretamente la austeridad, pero siempre con mucha alegría. No se proponen a sí mismos como ejemplo de virtud, sino que indican a Cristo como el único modelo para ser seguido.
YJ& caridad para con los pobres coexistía con la humillación, el desprecio, el odio y la hostilidad para con esos mismos pobres. Los ermitaños reaccionaron contra esta actitud, escogiendo para sí mismos el modo de vida de los indigentes y los marginados. El fenómeno de la vida ermitaña floreció también en Brasil a finales del siglo XVII. Conocidos con el nombre de ermitaños o eremitas, hermanos o monjes, estos laicos se dedicaban, ente-
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ramente, a una vida de desapego y austeridad. Al mismo tiempo, promovían las obras de culto y de devoción. Un ejemplo típico de ermitaño en este período, fue el hermano Lorenzo de Nuestra Señora, natural de Diamantina (Minas Gerais). En el año de 1770, diciéndose "desengañado del mundo", cambió el cuidado de los negocios de diamantes por el cuidado de la capilla, el hospital y la comunidad que fundó en la sierra del Caraca. En la época del Brasil colonial también existieron grandes misioneros, verdaderos hombres del pueblo, que gastaron su vida en la predicación de la Buena Nueva. "No conviene que viajen en muías -recomienda José de Anchieta (1534-1597)- como lo hacen los señores esclavistas, porque la oveja debe ser cargada por el pastor, no al contrario". Entre estos antiguos misioneros se destaca el Padre Gabriel Malagrida (1689-1761), jesuíta, quien recorrió a pie el camino de Maranháo hasta Bahía, estableciendo seminarios para jóvenes, recogimientos -especie de internados para muchachas- y casas de oración. Sus numerosas instituciones estaban, casi todas, en la línea de una verdadera promoción de los pobres y de su efectivo acompañamiento pastoral. Pero el misionero no se limita al anuncio de la Palabra. También le compete proclamar la justicia de Dios delante de los poderosos. Fue sobre todo en torno al tema de la libertad de los indios que se realizó, en el Brasil colonial, esta proclamación de la justicia divina. El conflicto con la autoridad establecida no se hizo esperar, como lo expresa el caso de Fray Martín de Nantes, quien llegó al Brasil en el año de 1671. Se identificó de una forma admirable con el indio explotado y oprimido, convirtiéndose en su defensor y consejero. Sin miedo a las represalias, invocaba la justicia de Dios sobre los hacendados que robaban a los indiosy los despojaban de sus tierras. Incomprensión y sufrimiento fueron su recompensa.
capacidades, con fina sensibilidad social e ilimitada acción caritativa. En 1633, el P. Vicente inicio junto con Luisa Marillac, la Compañía de las Hijas de la Caridad. Decía: "Si les preguntaren quiénes son, si son religiosas, deben decir que no, por la gracia de Dios; no porque desprecien a las religiosas, sino porque si fueran religiosas deberían decir adiós al servicio a los pobres. Díganles que son pobres Hijas de la Caridad, que se entregaron a Dios para el servicio de los pobres" (22-10-1650). Y les dio el siguiente programa: "Ustedes, hermanas, tendrán comúnmente como monasterio la casa de los enfermos; por celda, un cuarto de arriendo; por capilla, la iglesia de la parroquia; por claustro, las calles de la ciudad y las enfermerías de los hospitales; por clausura, la obediencia; por virtudes, el temor de Dios; por velo, la santa modestia". Fue el remezón de las estructuras consideradas intocables. El clamor del pobre y la fuerza de la caridad exigían respuestas adecuadas, y Vicente entendió los signos de los tiempos. "Ustedes sirven a Jesucristo en la persona de los pobres. Una hermana que va a visitar diez veces al día a los enfermos, también encuentra diez veces al día a Dios. Cuando ustedes buscan a los pobres condenados a trabajos forzados, encuentran a Dios; sirviendo a esos niños encuentran a Dios. ¡Qué consolador es esto, queridas hijas! Ustedes entran en casas pobres y allí encontrarán al Señor. Hijas mías, ¡cómo es esto de confortante! El acoge el servicio ofrecido a los enfermos y lo recibe como hecho a sí mismo" (San Vicente de Paul).
En este siglo KVII vivía, en Francia, Vicente de Paul (15811660), llamado 'Padre délos pobres", persona de extraordinarias 110
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Hoy, tal vez consideramos su acción excesivamente paternalista y poco concientizadora, pero la generosidad de que dieron testimonio y su total donación a los pobres y desvalidos tenía un núcleo eminentemente evangélico. Es en este contexto que se sitúan numerosas congregaciones religiosas, fundadas en la segunda mitad del siglo XIX, casi todas con un origen estrechamente vinculado con las necesidades concretas, especialmente en los campos de la salud y de la educación. Una de ellas, de especial importancia, fue la iniciativa del laico universitario Federico Ozanam (1813-1853) que subsiste hasta hoy: la Sociedad de San Vicente de Paul (1833).
Grabado que representa un hospital del siglo XV. En esta época, los enfermos eran considerados, no como un objeto a ser asistido, sino como un "señor" a ser servido.
POBRES EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA
A n t e s de que la Iglesia oficial, en el siglo XIX, tomara clara conciencia del grave problema de los obreros empobrecidos por causa del sistema de explotación industrial capitalista, algunos cristianos movidos por la misericordia, se aproximaron a estos hombres marginados, poniéndose a su servicio. Es claro que la preocupación principal era de carácter religioso: salvar las almas de los pobres. Pero su acción realista los llevó, también, a generar iniciativas innovadoras para disminuir el sufrimiento. Así surgieron muchas organizaciones de carácter caritativo, tales como hospitales, escuelas, casas para menores abandonados, asilos para ancianos, entre otros. Se comenzó a desarrollar una vasta red de asistencia social.
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Es de sorprendente actualidad el análisis del problema social de aquellos días: "La cuestión que divide a los hombres de nuestros días no es un asunto de formas políticas; es una cuestión social, pues consiste en saber quién dominará: el espíritu del egoísmo o el espíritu de sacrificio; saber si la sociedad se convertirá en una gran explotación en provecho de los más fuertes o en una consagración de cada uno en bienestar de todos y, especialmente, para la protección de los más débiles. Existen personas que tienen mucho y que quieren tener todavía más, en cuanto que la mayoría no tiene ni siquiera lo suficiente; muchos nada tienen y están dispuestos a tomarlo por la fuerza si no les dan lo necesario. Una lucha que amenaza con ser terrible e interminable se desencadenará entre estos dos tipos de hombres. Por un lado, el poder del dinero. Por el otro, el poder del desespero. Nosotros estamos llamados a tomar partido entre estos dos grupos, si no para impedir, por lo menos para amortiguar los efectos de este gran choque. Esta función nos es pedida a nosotros, jóvenes cristianos. Esta es la mayor utilidad posible de nuestra Sociedad de San Vicente de Paul". En la segunda mitad del siglo pasado encontramos, en Brasil, la figura del P. Antonio María Ibiapina. Cearense (Departamento del Nordeste brasileño), nacido en el año de 1806, se formó como abogado en la Facultad de Derecho de Pernambuco, en el año de 113
1832. Entró en la vida política y llegó a ser Senador, durante la legislatura de 1834-1837. Por libre opción abandonó la vida política e ingresó en el Seminario Mayor de 01 inda (Pernambuco), siendo ordenado sacerdote en el año 1853, cuando tenía 47 años. Durante tres décadas se dedicó enteramente al servicio de los pobres en las planicies del nordeste. Conviviendo con el pueblo, comenzó a percibir que los mayores males presentes en la sociedad brasileña eran "la angustia en que vivían los pobres", "la fuerza contra la debilidad", y "la desesperanza por no encontrar confianza ni punto de esperanza". O, como lo decía el autor de la Crónica de las Casas de Caridad: "El había penetrado en medio de esta situación, había visto y conocido todas sus caras, en toda su podredumbre, la miseria en que se debatían las clases menos favorecidas de la fortuna". Ibiapina consiguió reunir a las personas excluidas por el sistema en originales experiencias, con la construcción, en mingas, de "casas de caridad, iglesias, guarderías y cementerios. Abrió el camino para lo que hoy llamamos proyecto popular, es decir, actividades comunitarias con la perspectiva de una real promoción del pobre. Las personas de la región eran motivadas para que, ellas mismas buscasen la solución a sus problemas, utilizando para ello las fuerzas y los recursos de la región. De las obras del P. Ibiapina merecen especial atención aquellas que buscaban amparar a las mujeres, dándole un mínimo de protección, conciencia de su dignidad y alguna orientación profesional y doméstica. También fundó una especie de vida religiosa femenina orientada hacia la solución de los problemas de la realidad local.
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RETRATO ESPIRITUAL DEL P.
IBIAPINA
(1806-1883)
"Preocupándose tanto con el alma como con el cuerpo, infundió fe y sembró esperanza; reconfortó con la simpatía de su presencia y la alegría que la dulce autoridad de sus palabras hacía nacer"
A finales del siglo XIX, León XIII (18781903) publica su famosa Encíclica Rerum Novarum (1891). En este documento, el papa asume la defensa de la clase trabajadora, amenazada y explotada, "...los trabajadores, aislados y sin defensa, se han visto, con el correr del tiempo, entregados a la merced de los señores inhumanos y la codicia de una competencia desenfrenada" (n° 2). "Lo que debe causar vergüenza para el ser humano es la utilización de los hombres como viles instrumentos de lucro". (...) Sí, "...cometería un crimen que clama venganza a los cielos quien estafase a cualquier persona en el precio de sus labores" (n° 12). La Iglesia no puede permanecer ajena frente a la triste suerte de los obreros: "No se puede pensar que la Iglesia se deje absorber de tal modo por el cuidado de las almas, que deja de lado lo que se relaciona con la vida terrestre y mortal. Lo que se refiere, en concreto, a la clase trabajadora, ella hace todos los esfuerzos para arrancar la miseria y buscarles una mejor suerte" (n° 17). Posteriormente, León XIII exhorta al Estado a preocuparse, de forma explícita, con los débiles y los indigentes, reglamentando concretamente, las condiciones de trabajo. A partir de estas iniciativas, los obreros comenzaron a crear sus propias organizaciones, con el objetivo de ofrecer estabilidad y sus legítimos derechos. 115
Mucho más se podría escribir sobre la relación Iglesia-pobres de nuestro tiempo. Las iniciativas son múltiples y variadas, desde las formas tradicionales de asistencia hasta las obras de verdadera promoción del hombre pobre. Por cuestión de espacio, sólo haremos mención de una contemporánea, la Madre Teresa de Calcuta, nacida en el año de 1910, Premio Nobel de la paz en el año de 1979: "¿mi vocación? Han sido siempre los pobres más pobres, aquellos en quien nadie piensa. Lo que más los hace sufrir es, exactamente, la sensación de ser rechazados, abandonados por todos. Bueno, nosotros comenzamos a identificarnos con uno de ellos, compartiendo sus dolores y sirviéndoles en todo. Cristo no sólo está presente en el sacramento, bajo las especies del pan y del vino, sino también en el cuerpo martirizado de los sufrientes, hambrientos y rechazados".
componente esencial del ser cristiano. Dice el número 8 de la constitución Dogmática Lumen Gentium: "La Iglesia llena de amor a todos los afligidos por la debilidad humana, reconoce, especialmente en el rostro de los pobres y sufridos la imagen de su Fundador pobre y sufrido. Hace lo posible para mitigarles la pobreza, y en ellos busca servir a Cristo".
Los cambios de estructuras no son propiamente su trabajo, piensa Teresa de Calcuta, aunque sin duda alguna son una tarea indispensable. Compete a las grandes organizaciones internacionales, trazar planos y promover iniciativas para llegar a un nuevo orden económico a nivel mundial. "Nosotros, que estamos diariamente en contacto con los individuos rechazados por la sociedad, por ella marginados, esforcémonos por ayudarlos a ser plenamente hombres. Busquemos devolverles el sentido de su dignidad como seres humanos e hijos de Dios". El estudio no termina aquí. No se puede dar por concluido un asunto tal envolvente. Se señalan algunos momentos significativos en la relación Iglesia-pobres, durante un período que comprende más de 1.500 años. En el capítulo anterior, se trató la "opción preferencial por ios pobres", solamente asumida por la Iglesia latinoamericana en las Conferencias Episcopales de Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). Sin embargo, no se puede olvidar que tal opción se extiende para toda la Iglesia Universal. Durante el Concilio Vaticano II fueion introducidas reflexiones respecto a la pobreza como 116
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AL PUEBLO LE GUSTAN LOS SANTOS
jL/as investigaciones revelan que en muchas regiones de América Latina, la población adulta, frecuenta regularmente la misa dominical y los sacramentos. Pero la mayoría conserva alguna devoción a los santos. Esta devoción u otras prácticas religiosas "populares" se desarrollaron, muchas veces deforma espontánea o al margen del catolicismo "oficial" dirigido por los obispos y los sacerdotes. Pero nunca dejaron de tener una gran vitalidad, tal vez porque representan una adaptación de la propia religión oficial a las condiciones reales de la vida del pueblo, una respuesta a sus ansiedades y a sus angustias. La historia de las devociones populares y del esfuerzo de la Iglesia para evangelizar la religiosidad popular será abordada en este y en los próximos dos capítulos. Ante todo, se evoca la historia del catolicismo más vinculado al culto a los santos. Se trata de un tipo característico de catolicismo; milagroso, porque está sediento de prodigios, de manifestaciones sensibles y maravillosas del poder divino; festivo, porque expresa su devoción deforma exuberante y alegre; social y popular, porque envuelve a toda la sociedad en sus expresiones colectivas. t
En segundo lugar, se aborda otro tipo de catolicismo aparentemente opuesto; el penitencial. Aquí la religión se expresa, especialmente, en variadas formas de penitencia y austeridad. Finalmente, se verá cómo la Iglesia procuró transformar estos tipos de catolicismo, encontrando una síntesis más equilibrada y cristocéntrica, en la cual María, la madre de Jesús, y la eucaristía tienen un papel central.
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entregar a los fieles el cuerpo del obispo. Decía que serían capaces hasta de abandonar a Cristo para iniciar el culto a Policarpo. Manda quemar el cuerpo. Los cristianos -quienes nunca podrían abandonar a Cristo, pues decían: "Nosotros lo adoramos solamente a él, cuanto más mártires, los amamos más como discípulos e imitadores del Señor") recogen las cenizas del cuerpo de Policarpo, las reliquias (= en latín, los restos).
El día 24 de junio de 1985, es asesinado, el padre Ezequiel Ramin, de 33 años de edad, en la frontera entre Mato Grosso y Rondonia. Después de la misa del 7 o día, los compañeros del P. Ezequiel levantan, en una cruz, la camisa ensangrentada. "La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos..."
1. TODO COMENZÓ CON LA SANGRE DE LOS MÁRTIRES
rLn el año 155, el obispo de Esmirna, Policarpo, murió mártir, con la garganta cortada. Sus fieles hicieron un relato del martirio para enviarlo a otras comunidades. Se iniciaba así la costumbre de escribir las "actas de los mártires", relatos de sus procesos y de sus sufrimientos.
"Así podemos recoger sus huesos, que para nosotros valen más que las piedras preciosas y el oro, con el objetivo de guardarlos en un lugar más conveniente. Es allí, donde nos reuniremos en la alegría y en el júbilo, y Dios nos dará la gracia de celebrar el aniversario del día en que Policarpo nació para el martirio. Será un homenaje a los que combatieron antes que nosotros y también un entrenamiento y preparación para las luchas futuras". Surge una tradición que dio muchos frutos: El día de la muerte del mártir se convierte en el día de su fiesta y es inscrito en el calendario de los santos y en la liturgia. Los mártires, y después los santos, son invocados como intercesores junto a Dios. La tumba de los mártires se convierte en un lugar de reunión y de oración y allí serán construidas iglesias y grandes basílicas. Con el pasar del tiempo, las reliquias comenzarán a ser repartidas, algunas veces en pequeños fragmentos, y distribuidas e incluso, hasta vendidas.
El "Martirio de Policarpo" es también el primer relato de culto a las reliquias de los mártires. El Gobernador se niega a
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2. RELIQUIAS E IMÁGENES
A partir del siglo IV y durante mucho tiempo, las reliquias de los mártires -y más tarde de otros santos- suscitaron un entusiasmo y una devoción sin límites entre el pueblo. Se llegó a abusos para poseer alguna reliquia. Pero la motivación inicial era religiosa, aunque haya sido de una forma un poco grosera. El pueblo quería ver, tocar, palpar alguna cosa de los santos. Los huesos de los mártires parecían una garantía de salvación. Si no era posible poseer algún fragmento de la reliquia, tocaban con un pedazo de tela el cuerpo del santo y lo conservaban. Otros querían ser sepultados junto a los santos. Y algunos otros, venían desde lejanos lugares para visitar la tumba de los santos con la seguridad de obtener las gracias y favores solicitados.
San Sebastián, mártir de inicios del siglo IV y el tercer patrono de Roma -después de San Pedro y San Pablo-, es muy popular desde la antigüedad. Uno de sus primeros retratos (a la izquierda) es el de la Basílica de San Apolínario en Ravena, que lo representa con las vestiduras de la gloría celeste. A partir del siglo XV y hasta hoy, la imagen del santo cambia: él aparece desnudo, con el cuerpo traspasado por m u e l a s flechas.
El deseo de encontrar reliquias fue tan grande desde el final del siglo IV, que se inicia una especie de "cacería" a los restos de los mártires. Las ciudades que no tenían la gloria de poseer una tumba de un apóstol o de un mártir famoso comienzan a buscar reliquias. Constantinopla, ciudad fundada en los inicios del siglo IV, por Constantino, consigue, en el año 356, las reliquias de San Timoteo y, en el año 357, las de San Andrés y las de San Lucas. En el año 386, en Milán, San Ambrosio quiere un mártir para la gran Basílica que acaba de construir. Tiene una intuición. Excava en los suelos de otra iglesia más antigua, y encuentra dos cuerpos grandes y bien conservados. Inmediatamente son transportados para la nueva Basílica y venerados como reliquias de los santos mártires Gervasio y Protasio. Las tumbas de los mártires originan las peregrinaciones. Ya en el siglo IV se presentan varios casos conocidos y famosos. Al mismo tiempo, las peregrinaciones también se dirigen a los
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"lugares santos" de la vida de Cristo. El mismo movimiento que lleva a los cristianos a buscar la tumba de San Pedro en Roma, de San Juan en Éfeso, de San Babilas en Antioquía y de muchos otros -incluso de los siete hermanos Macabeos, cuyo martirio es contado en la Biblia- los lleva también para la tierra de Jesús: para la Basílica cercana al Calvario, para el lugar de la tumba y de la resurrección de Jesús, para el monte de los Olivos, alrededor de Jerusalén y para Belén y otros lugares de la Tierra Santa.
los sufrimientos que padecieron por amor a Cristo. Algún tiempo después, algunos monjes famosos por su heroísmo y por sus sacrificios, comenzaron a ser venerados por el pueblo, incluso antes de su muerte: por ejemplo, San Antonio (1r356) o San Simón, el Estilita, quien pasó treinta años sobre una columna (ír 459). Y fue de estos santos que también comenzó, en el Oriente, el culto a las imágenes. Ya en las sinagogas judías y en las primeras iglesias cristianas se usaban las pinturas, pero más como una decoración. La veneración de las imágenes -con genuflexiones delante de ellas, velas, flores, tapetes, etc- se expandió más tarde, especialmente en Oriente, durante los siglos V y VI. La costumbre parece haber provenido de los homenajes que los bizantinos dedicaban al retrato del emperador. Al inicio se presentó una cierta resistencia frente a las imágenes de Cristo o de los santos. Eusebio, por ejemplo, decía que el Cristo glorioso no podía ser representado con los colores de la tierra, ya que parecían imágenes "muertas y sin vida".
Las reliquias eran expuestas para la veneración de los fieles de muchas maneras, pero más frecuentemente, en custodias de vidrio. Aquí, a la izquierda, el cofre precioso de las reliquias de los Santos Reyes, conservado en la Catedral de Colonia (Alemania), después que el emperador Federico Barbarroja los quitó a los milaneses. A la derecha, el busto que contiene las reliquias de Cario Magno, también considerado como santo.
Pero la devoción popular fue apoyada por muchos obispos y fortalecida por los hechos milagrosos atribuidos a las imágenes. Algunas de ellas fueron consideradas como "bajadas del cielo" y llamadas "aquiropitas" (de una palabra griega que significa "no hechas por manos"). La más famosa, en el Oriente, fue la imagen de Cristo que protegió a la ciudad de Edessa contra los persas en el siglo VI.
Finalmente, de la veneración de los mártires se pasó a la veneración de otros santos. Los primeros fueron los confesores. Durante la época de la persecución, muchos sufrieron en las prisiones y en el exilio, pero no todos llegaron al martirio. Adquirieron, sin embargo, un gran prestigio dentro de la Iglesia por 126
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mejor el sentido de ellas y a reglamentar su culto, para evitar los excesos o expresiones con sabor a idolatría. Entre los teólogos orientales que brillaron en este período, se destaca Juan Damasceno. En defensa de las imágenes recurre a la teología de la Encarnación: "¿Por qué yo no debería hacerme imágenes de aquel que, por mi causa, se hizo ver en la naturaleza de la carne?".
Antigua pintura representando a San Simeón, el Estilita, quien pasó treinta años de vida monástica en lo alto de una columna, sin dejar de ejercer un admirable trabajo de dirección espiritual y de conciliación.
Contra las imágenes, sin embargo, se levantó un gran movimiento, que duró más de cien años (726-843) y dividió a la Iglesia de Oriente. Llevó a la destrucción de muchas imágenes y a la violencia contra las personas. En él militaron el emperador y el ejército, apoyados por algunos sectores de la población.
3. FIESTAS Y SANTUARIOS, MILAGROS Y PEREGRINACIONES
JLva mayoría del pueblo, los monjes y los obispos, continuaron defendiendo el culto a las imágenes o iconos. Obtuvieron una primera victoria en el año 787. El culto fue definitivamente restablecido en el año 843. Hasta hoy, en la Iglesia de Oriente, se celebra esta fecha el primer domingo de Cuaresma como "Fiesta de la Ortodoxia" (= verdadera fe).
En una perspectiva más pedagógica y pastoral, había escrito el papa San Gregorio Magno (ft 604): "No sin razón los antiguos permitieron pintar en las iglesias la vida de los santos. Vosotros merecéis elogios cuando prohibís la adoración de las imágenes; pero merecéis la condenación cuando destruís las imágenes. Una cosa es adorar la imagen y otra aprender a través de la imagen, a quien debemos dirigir nuestra adoración. Ahora, aquello que la Santa Escritura es para quienes saben leer, es la imagen para aquellos que no saben leer. Por las imágenes, los ignorantes reciben la instrucción sobre lo que deben imitar; ellas son el libro de los analfabetos". En Occidente, las luchas iconoclastas tuvieron poca repercusión. La devoción a los santos generó la redacción de muchos libros sobre la vida de los santos. El propio papa Gregorio Magno escribió cuatro libros de "Diálogos", para contar la vida de San Benito y de otros santos de Italia, (ya existían biografías de los grandes monjes orientales y de algunos obispos, además de las "actas de los mártires", las cuales ya han sido mencionadas). Después de él, muchos se empeñaron en esta misma tarea.
El movimiento contra las imágenes (o iconoclasta, es decir, que quiebra las imágenes), también obligo a la Iglesia a definir
El éxito se debió también al gran número de milagros que Gregorio y otros escritores relataron. La época de Gregorio coincide con la conversión al Cristianismo de los pueblos germánicos. El mismo organiza la evangelización de los anglos (ingleses) y, un siglo más tarde, los misioneros ingleses evangelizan el corazón de Alemania. Estos pueblos buscaron en el Cristianismo, especialmente las manifestaciones visibles, palpables del poder de Dios. Buscan prodigios, milagros. Poco a poco la Iglesia llevó a los
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germanos a acoger más plenamente el Evangelio. Al inicio, ellos buscan los bienes de este mundo, mucho más que la salvación del alma.
innumerables santos (Ignacio, Teresa, Carlos Borromeo, Pío V y otros), conducen a los católicos a buscar una formación religiosa y una vida sacramental más profunda.
Los santos y sus santuarios se convierten así, durante toda la Edad Media, en centros que atraen multitudes de peregrinos, en búsqueda de gracias y milagros. El culto se transfiere también para todos los sectores de la vida social y familiar: cada ciudad quiere un santo patrono; igualmente cada profesión, también; cada iglesia está dedicada a un santo; cada casa debe tener una o más imágenes o reliquias.
Ese proyecto fue retomado durante el siglo XVIII, especialmente en los países de lengua alemana y en nuestro tiempo, por el Concilio Vaticano II. Busca superar los excesos que en el siglo XVI todavía eran muy comunes. Basta citar un ejemplo característico. El príncipe Federico, quien protegió a Lutero, poseía en el año 1518 una inmensa colección de 17.443 reliquias. Visitándola en la iglesia de su castillo, era posible ganarse 1.902.202 años y 270 días de indulgencias y más de 1.915.983 cuarentenas.
Santos y santuarios generan, asimismo, "días santos", consagrados a fiestas y procesiones; generan votos, promesas, fiestas y jolgorios. El culto a los santos alcanza una exuberancia increíble a lo largo de los siglos XIII-XV y es todavía más reforzado en la edad barroca. El barroco marca profundamente el catolicismo popular que llegó al Brasil en el siglo XVI y que predominó hasta el final del siglo pasado.
4. REGRESANDO A LOS MÁRTIRES
En este sentido, no deja de ser oportuno y necesario el llamado para un retorno a la Palabra de Dios y al testimonio de la coherencia de fe en Jesucristo. En América Latina, actualmente, testimonio puede significar -como en la antigüedad- martirio. Esta es la primera -y siempre será la principal- forma de santidad católica. Que el culto a los santos nos traiga también el coraje de los mártires.
SANTOS DEL CALENDARIO Y SANTOS DEL PUEBLO
En la Edad Media, sobresalen San Francisco de Asís y Santo Domingo. En el inicio de la época moderna, paralelamente a la Reforma de Lutero y Calvino -y no sólo como reacción a ella-,
Al inicio, fueron las comunidades quienes reconocieron la santidad, de mártires y "confesores", obispos y monjes. Mmchas veces, el pueblo se anticipó a la autoridad eclesiástica. A partir del inicio del primer milenio, aproximadamente, se hizo más frecuente recurrir al papa para la "canonización" -inscripción de un santo en la lista oficial o canon de la Iglesia-. Gregorio IX (1234) reserva a los papas el derecho de la canonización, pero los obispos continúan practicándola hasta los nuevos decretos del papa Urbano VIII (1634). Desde entonces, el papa reconoce solem-
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\L ara corregir y complementar las tendencias excesivamente festivas y hasta "paganas" del catolicismo "milagrero", la Iglesia encontró el apoyo de otra corriente popular bien diferente: el catolicismo "penitencial", Este asunto será abordado en el próximo capítulo. Desde ahora, se recuerdan a los grandes santos que contribuyeron para dar al catolicismo un carácter más evangélico.
nemente a alguien como santo, después de haber comprobado su santidad a través de una cuidadosa investigación de la vida y de los milagros. El pueblo continúa proclamando y venerando a sus santos. Tal vez exista algún desacuerdo con relación a los criterios usados en las canonizaciones oficiales. Entre los santos canonizados por los papas hasta el final de siglo XIX, el 87% son hombres y solamente un 13% son mujeres. En el siglo XX -hasta el pontificado de Pablo VI, inclusive-, la proporción se mantiene en 76% hombres y 24% mujeres. También los santos laicos son pocos: menos del 20%. Y los laicos casados, en menor proporción.
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LOS GRANDES CONCILIOS
FECHA
LUGAR
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CUESTIONES TRATADAS |
TOMA DE POSICIÓN
LOS PRIMEROS CONCILIOS ECUMÉNICOS: La Cristología 325
Ni cea
Las doctrinas de Ario
- Redacción del símbolo de Nicea.
381
Constautinopla I
Las ideas de Macedonio
- Igualdad de naturaleza del Hijo con el Padre
431
Éfeso
Las ideas de Ncstorio
- Doctrina sobre la divinidad del Espíritu Santo
451
Calcedonia
El nionofisismo
- Maternidad divina de María: "Theolokos"
553
Constantinopla II
Los "Tres capítulos" nestorianos
- Dos naturalezas en la única persona de Cristo
680/681
Constantinopla III
El monoteísmo
- En Cristo existen dos voluntades: la humana y la divina
787
Ni cea II
Los iconoclastas
-Sentido y legitimidad de la veneración de las imágenes.
LOS CONCIUOS GENERALES DE OCCIDENTE: La vida de la Iglesia 1123
Letráiil
Querella de las investiduras
- La mayoría de dos tercios para la elección del papa
1139
Leerán II
El catarisino
- La confesión de fe contra los calaros
1179
LetráüLn
El lugar de las órdenes mendicantes
- TransubsLinciacióu eu 1 a eucaristía
1215
LetránIV
La unión con el oriente
- Confesión y comunión anuales
1245 1274
Liónl Liónll
La Cruzada
- El papa será elegido en cónclave
1311/1312
Vieua (Francia)
La disputa sobre la pobreza
- Decretos de reforma
LA CRISIS DE LA TEORÍA CONCILIAR 1414/1418
Constanza
Coloca fin al gran cisma de Occidente
- Ordena la designación de un nuevo papa - Decide la supremacía del Concilio sobre el papa - Condenación de Huss
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1431/1449
Basilea / Ferrara/ Florencia
El concilianismo
- Unión con los griegos
1512/1517
LelránV
Condenación del Concilio cismático de Pisa
- Decretos de reforma
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LUGAR
1
CUESTIONES TRATADAS
TOMA DE POSICIÓN
FECHA
LOS GRANDES C O N C I U O S CATÓLICOS MODERNOS 1545/1563
Treílla
La reforma protestante
- Relación entre Escritura y Tradición. - Define la doctrina sobre la misa y los sacramentos - Decretos de la reforma
1869/1870
1962/1965
Vaticano I
Vaticano n
El liberalismo y el ateísmo.
- Defunción de ia fe católica
Fin de los Estados Pontificios
- Dogma del primado y de la infalibilidad del papa
Problemas planteados por la civilización moderna
- 4 constituciones: j /LUMEN GENTIUM, Sobre la Iglesia^ DEI VERBUM, sobre la Revelación Divina GAUDIUM E T SPES, sobre la Iglesia en el mundo de hoy. SACROSANCTUM CONCILIUM, Vsobre la liturgia. J - 9 Decretos sobre el Ecumenismo, los laicos, religiosos, obispos, presbíteros, y la actividad, misionera de la Iglesia. - 3 Declaraciones sobre la libertad religiosa
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LOS HOMBRES DE LA PENITENCIA
U na gran corriente de la devoción popular católica, desde el final de la Edad Antigua, se dirigió hacia los santos. Intentaba conseguir, a través de él, manifestaciones sensibles y maravillosas del poder de Dios. Buscaba especialmente milagros. De allí, surgió un catolicismo milagrero, marcado por la búsqueda de lo maravilloso, de lo divino tornado visible, palpable. A esas manifestaciones de la gracia de Dios, de su poder y de su misericordia, el pueblo responde con manifestaciones de alegría y gratitud. Ese catolicismo es esencialmente/esí/vo. Pero en el catolicismo medieval y moderno existe una corriente de devoción popular casi opuesta. Ella nace de otra percepción de la condición humana y de la relación del hombre con lo divino. Delante de Dios, hombres y mujeres se sienten culpables, pecadores. Es así, que antes de las fiestas o en lugar de ellas, buscan penitencia, la mortificación. Buscan voluntariamente el castigo por los propios pecados, juzgando que sólo de esta manera podrán purificarse, aproximarse a Dios y reconciliarse con él.
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COMENZÓ EN EL DESIERTO
primer gran movimiento penitencial fue espontáneo, nacido en medio del pueblo, practicado por laicos, y que en algunos casos entran en conflicto con la jerarquía de la Iglesia. Las causas fueron muchas, incluso cierta reacción al acomodamiento de los cristianos dentro del Imperio Romano, después de que terminaron las persecuciones (313). Lo cierto es que no faltó un gran amor al Evangelio, hambre y sed del Absoluto, búsqueda de una vida más cercana a Dios. Este movimiento fue, al inicio, de los llamados monjes -porque vivían solos- o eremitas -porque vivían en el desierto-. El primero y más famoso monje cristiano fue San Antonio, quien vivió en el desierto de Egipto (251-356); murió cuando tenía 105 años de edad. Hijo de una familia rica, quedó huérfano desde muy temprana edad. A los 20 años escuchó el llamado que Jesús hizo al joven rico: "Ve, vende lo que tienes y entrégalo a los pobres; después ven y sigúeme". Así que vendió todo lo que poseía, distribuyó el dinero a los pobres y comenzó una vida de oración y penitencia, primero cerca de su ciudad, después mucho más lejos, en el desierto. Solamente fue a la capital, Alejandría, dos veces: para consolar a sus hermanos en medio de las persecuciones del año 311 y, un año más tarde, para combatir la herejía de Amo. Y fue el obispo de Alejandría, el gran Atanasio, quien se encargó de divulgar la fama de Antonio por el mundo entero, escribiendo un libro sobre su vida. Pocos años después de Antón, un antiguo soldado romano, Pacoinio, organizó la vida de los monjes en comunidades o monasterios. Por el hecho de vivir en común fueron llamados cenobitas (del griego: kionos - bios). Rápidamente, la mayoría de los monjes se concentró en los monasterios, pequeños o grandes. Pero hasta hoy, algunos prefieren la soledad o el desierto. 140
Los primeros monjes cristianos se escondían en el desierto o vivían en grutas, como este monasterio entre las piedras de Goreme, en Asia Menor (hoy Turquía).
De Egipto, el monacato se expandió por muchos lugares: al sur, hacia Etiopía; al norte, en Siria y en Asia Menor; al oeste, en Libia y África del Norte, en la tierra de San Agustín; al nordeste, en Europa. Y los monjes no sólo se limitaron a practicar ellos mismos la penitencia, sino que también acabaron influenciando toda la vida de la Iglesia y llevando al pueblo cristiano a una práctica mucho más rigurosa. La irradiación de los monjes fue particularmente fuerte en algunos países, como Etiopía -donde impusieron 242 días de ayuno al año- y en Irlanda -los dos extremos de la cristiandad-. Los monjes de Irlanda fueron extremadamente importantes para el destino del catolicismo hasta nuestros días. Entre sus rigurosas penitencias, y también un poco extrañas -como bañarse en las aguas heladas o pasar las noches en oración sobre la tumba de un santo- también estaban presentes las peregrinaciones. Dejaban su patria querida para irse muy lejos, a predicar el Evangelio y la penitencia. Es así como se convirtieron en grandes misioneros, volviendo a evangelizar el continente europeo, fundando monasterios, introduciendo nuevas prácticas de piedad en medio del pueblo. 141
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San Bernardino predica en su ciudad, Sena (pintura del siglo XV). Se puede ver que los hombres están separados de las mujeres, y todas ellas usan velo. Bernardino muestra el emblema del nombre de Jesús, que él mandó colocar en las puertas de las casas y que estaba también fijado en la torre del Palacio Municipal.
Era el obispo quien administraba el sacramento, establecía el tiempo que debía durar la penitencia -algunas veces, un período muy largo: 20 años- y reconciliaba al pecador arrepentido con la Iglesia, readmitiéndolo en la eucaristía. Pero esa práctica era muy pesada para la mayoría de los cristianos. Así se inició la costumbre de aplazar el Bautismo (Ambrosio y Agustín sólo fueron bautizados después de ios 30 años de edad) y esperar hasta que la persona fuese madura y capaz de dominar las pasiones, evitando así los pecados. Especialmente, se inició con la costumbre de aplazar el sacramento de la penitencia hasta la hora de la muerte.
La mayor innovación que ellos trajeron se refiere al sacramento de la penitencia, lo cual sucedió hacia finales del siglo VI. Los obispos, al inicio, protestaron contra estas nuevas prácticas -como se expresa en el Concilio de Toledo (589)-. Después, tuvieron que aceptar la novedad.
PENITENCIA REGLAMENTADA
E n los primeros siglos de la Iglesia, el sacramento de la penitencia era considerado como otra especie de Bautismo o segunda tabla de salvación. Por este motivo, sólo podía ser recibido una sola vez en la vida. La penitencia solamente era necesaria para reparar pecados graves y más o menos públicos, como el homicidio, el adulterio y la apostasía. Los pecados leves eran perdonados por medio de la oración y la práctica de la caridad. 142
Una cofradía de penitentes que acostumbraban flagelarse en la espalda hasta sangrar. Muchos usaban un gorro especial para esconder el rostro y mantener el anonimato. Sobre el brazo está dibujada una calavera (siglo XV).
Los monjes irlandeses fueron los primeros en cambiar las cosas. Ellos establecieron que los cristianos podían recibir el sacramento de la penitencia muchas veces en la vida. El cristiano arrepentido buscaba a un monje o a un sacerdote -no sólo al obispo, como antiguamente-, confesaba sus pecados y recibía una penitencia para cumplir. Después, cumplida la penitencia, recibía el perdón y la absolución de sus pecados. 143
Para evitar las arbitrariedades, los grandes líderes de los monjes, como es el caso de San Columbano (siglo VII), establecieron unas "tablas" de pecados y de penitencias correspondientes. Y las penitencias por los pecados no eran sencillas. Por ejemplo: "Si alguien peca con el pensamiento quiere decir, deseó matar, robar, fornicar, embriagarse, entre otros; ayunará durante seis meses, a régimen de pan y agua. Pero si alguien se dejó llevar efectivamente por sus pensamientos o llegó a matar o cometer actos de sodomía, diez años de ayuno. Si fornica una vez, tres años de penitencia; si fornica más veces, siete años" (Penitencial de San Columbano).
También este sistema estaba destinado a entrar en crisis. Comenzó a hacerse común la costumbre de cambiar las penitencias: en lugar de muchos años de penitencia "leve", se podían hacer pocos días de ayuno, oración y flagelaciones. También se permitió cambiar una penitencia por cierto número de misas. La demanda de misas se intensificó a tal punto, durante los siglos IX y X, que se comenzaron a ordenar sacerdotes casi todos los monjes -quienes, anteriormente, eran en su mayoría laicos- y se permitió que un sacerdote celebrase varias misas en un mismo día -hasta siete, ordinariamente, pero existieron abusos, como el celebrar hasta 20 misas un mismo día-. Finalmente, el intercambio de penitencias se transformó en las indulgencias. Al inicio, la indulgencia -llamada plenaria, es decir, plena, total consistía en el perdón de todas las penitencias debidas, siendo concedidas solamente a aquellos que partían para las Cruzadas o hacían grandes peregrinaciones. Después, fueron introducidas indulgencias parciales, aplicables también a los difuntos. Y algunas veces', el pueblo las compraba con la convicción de estar adquiriendo el "pasaporte para el cielo". Las cosas variaron durante el siglo XII, cuando el propio sacramento de la penitencia cambió, colocando el acento sobre la confesión de los pecados y el arrepentimiento, no tanto sobre las obras de penitencia. El Concilio de Letrán declaró obligatoria la confesión anual de los pecados graves, regla que está vigente hasta hoy.
ENTRE EL MIEDO Y LA ESPERANZA
San Bernaidino (¿o San Juan de Capistrano?) predica a los fíeles. Su palabra y su uso del emblema del nombre de Jesús expulsa a los demonios de los poseídos (pintura del siglo XV).
u n soplo de esperanza renueva las prácticas penitenciales en el siglo XIII. Se redescubre el sentido evangélico de la pobreza
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y se lucha contra el lujo y el aburguesamiento de muchos cristianos, inclusive de obispos y abades. Pero, sobre todo, existe un renovado amor a Cristo y a la predicación del Evangelio. Las grandes figuras de San Francisco de Asís y Santo Domingo marcaron toda la vida de la Iglesia. Sus innumerables discípulos -los frailes menores o franciscanos y los predicadores o dominicosse expandieron por toda Europa. Predican a las masas, que los buscan y los siguen, algunas veces olvidándose de todo, para escuchar al predicador famoso, buscando siempre tocarlo y obtener así algún prodigio o milagro. No existe iglesia que abarque tal demanda, por lo cual es necesario predicar en las plazas y en los campos. Algunos nombres famosos de predicadores, quedaron en la memoria del pueblo y fueron pintados en las paredes de las iglesias y de los palacios. Sobresalen por su equilibrio y por el admirable buen sentido con que orientan la vida cotidiana de sus fieles, así como el gran Bernardino de Sena (1380-1444), franciscano y santo. Otros son más extremistas en sus críticas a la sociedad y en sus amenazas de castigos, como el dominico lerónimo Savonarola, quien murió en el año 1498 en la hoguera. Todos ellos fueron grandes líderes de las masas populares. Como Juan de Capistrano (1386-1456), compañero de Bernardino, quien condujo un ejército contra los turcos y llegó hasta Hungría. Al final del siglo XIII, la predicación de la penitencia parece asumir tonalidades más violentas, incluso sangrientas. Fue en 1260 cuando surgió el primer movimiento conocido con el nombre áe flagelantes. Ellos hacían procesiones que recorrían de ciudad en ciudad. Con la espalda desnuda, el rostro muchas veces cubierto con una capucha, ellos se azotaban como forma d e "disciplina" hasta sangrar. Pero su mensaje era pacifista. Invitaban a la reconciliación y al perdón. Cantaban salmos y gritaban incansablemente: "¡Paz, paz!"
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Esta es la más antigua representación de Jesús crucificado. Se trata de un retablo de madera de la Basílica de Santa Sabina, en Roma (año 432). Hace parte de una serie de retablos que ilustran la catequesis del Bautismo. Aquí se recuerda la confesión de fe del buen ladrón. El crucifijo no fue usado en las iglesias cristianas antes del siglo VI.
Por motivos de la Peste Negra (1348) los flagelantes se expandieron especialmente en Alemania. El papa Clemente VI (1349) llegó a condenar la "invención supersticiosa" para siempre. Pero otro gran predicador popular, el dominico Vicente Ferrer (1350-1419), retoma la práctica de las procesiones de los flagelantes a inicios del siglo XV. La Iglesia termina tolerándolos, pero los organiza en cofradías, sometidas a una rígida disciplina. Unido al sentimiento de culpa y al deseo de penitencia, no podía faltar el miedo al infierno. Inclusive, los propios predicadores buscaban mantener vivo este miedo. También se temía a la posible influencia del demonio. Se tiene miedo a la magia, a los hechiceros y a las brujas. Curiosamente, el miedo al demonio y la cacería a las brujas no son fenómenos típicos de los siglos de oro de la Edad Media. Sólo aumentan al final de esta época y se hacen mucho más fuertes en los siglos XVI y XVII, durante el inicio de la Edad Moderna. 147
Contra el miedo al pecado, a la muerte y al demonio, el pueblo cristiano buscaba protección. Entre todas las devociones populares sobresale la de la cruz. En la Iglesia Antigua, la cruz era venerada, pero no el Crucificado. Solamente en el siglo VI comienzan a aparecer pinturas y esculturas representando a Jesús crucificado. Pero en los siglos XIII-XV la devoción popular se aproxima mucho al "buen Jesús" del crucifijo, se aproxima al Señor Muerto. El pueblo se siente identificado con los sufrimientos de Jesús. Venera los símbolos de su pasión: la cruz, los clavos, la corona de espinas. Se crea la vía sacra o vía crucis. Y de esta manera, la cruz es venerada como el signo de fe y esperanza. Ella llegará hasta los confines del mundo, donde se continuará con la predicación del Evangelio, y muchos hombres y mujeres la encontrarán como camino de penitencia.
DEVOCIONES POPULARES
Los antiguos cristianos no acostumbraban representar a Jesús crucificado. Desde muy temprano, sin embargo, usaban el signo de la cruz, como un gesto o como una pintura o un símbolo. Las formas más antiguas de la cruz imitaban los símbolos tradicionales de otras religiones, como la cruz egipcia (número 1), que recuerda el árbol de la vida, o la cruz suástica (número 4) que recuerda el sol. La segunda cruz es griega y la tercera es latina. La quinta, en forma de T, preferida hasta hoy por los franciscanos, es conocida como la de San Antonio. La sexta es conocida como la cruz de San Andrés. Durante la Edad Media se presentó una gran variedad de cruces, pero aquí se reproduce un ejemplo, la séptima cruz, conocida con el nombre de cruz de Jerusalén, usada especialmente por los Caballeros del Santo Sepulcro.
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¿TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A CRISTO?
Jh/n la historia del pueblo cristiano, especialmente en el catolicismo medieval, se destacan dos comentes: el catolicismo "milagrero" y el catolicismo "penitencial". Fueron dos caminos tomados por el pueblo europeo, de fonna espontánea, desde su primer encuentro con el Cristianismo. Pero eran dos caminos incompletos, unilaterales, que muchas veces continuaban estando muy cercanos al antiguo "paganismo" de las religiones precristianas. Frente a esta "religiosidad popular", los pastores de la Iglesia reaccionaron muchas veces de forma negativa. Los teólogos la denunciaron como superstición o ingenuidad de los cristianos, considerándolos así, como ignorantes. Los obispos y los sacerdotes la condenan y muchas veces la rechazan sin llegar a comprenderla. Pero otros pastores -más atentos y más abiertos-, no se limitaron a rechazarla y a condenarla, sino que procuraron de manera positiva acercar la religión del pueblo a la religión de la Iglesia. No se puede pensar, sin embargo, que este movimiento haya tenido una sola dirección. El pueblo también buscó, asimilando la religión oficial -la predicación del clero, su doctrina, los sacramentos, la liturgia, entre otros- adaptarla a su propia sensibilidad y cultura. Se trata de un proceso que comprende toda la historia del Cristianismo y continúa hasta hoy. Imposible describirlo en toda su duración y complejidad. Veremos sus líneas esenciales, especialmente durante la Edad Media, donde funda sus raíces el catolicismo que llegó a nuestras iglesias.
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En el centro de la religión cristiana está -y sólo podría estarla propia persona de Jesucristo. El esfuerzo de la Iglesia y de sus pastores puede describirse como una aproximación de Cristo a la religión del pueblo. Esto se ve por tres caminos diferentes: el temor a la muerte y al juicio, la devoción a Nuestra Señora y la Eucaristía.
En el catolicismo medieval y moderno, la figura de Cristo se hace m á s humana, más próxima al sufrimiento de las personas. Aquí se reproduce una de las más originales y emocionantes representaciones del Señor muerto, realizada por un pintor del Renacimiento, A. Mantegna.
UN CRISTO MAS H U M A N O
A n t e s de iniciar la exposición, no se puede dejar de recordar la humanización de la figura de Cristo que hace el pueblo. En los primeros siglos del Cristianismo, la imagen de Cristo que predomina es la del Cristo glorioso. Los bizantinos difunden, 152
también en Occidente, el Cristo Pantocrator, Señor del Universo, Rey Todopoderoso. El Cristo no es representado colgado en la cruz. La cruz aparece dorada y luminosa, como un símbolo de vida y victoria. En el segundo milenio cristiano, la imagen de Cristo se representa de una forma más cercana a la condición humana, a sus alegrías y sufrimientos. La imagen del Crucificado se difunde por todas las iglesias, muchas veces representado con un cruel realismo. Al pueblo le gustaba mucho la representación del Señor caído, el Señor Muerto en los brazos de María, su madre, Nuestra Señora de la Piedad. El pueblo revive la pasión de Cristo en la semana santa, en el vía crucis y en otras representaciones en vivo del camino doloroso hacia el Calvario. Venera hasta los mínimos recuerdos de la pasión de Jesús: los clavos, el martillo, las espinas.... Y esta devoción fue mucho más alimentada durante los siglos XI-XIV, e incluso mucho después, a través de las peregrinaciones a Tierra Santa y de las Cruzadas. Pero no es solamente la pasión de Jesús la que suscita la devoción del pueblo. También se presenta este fenómeno con los relatos de su infancia. Su nacimiento es recordado en la fiesta de Navidad y por medio del pesebre, que San Francisco de Asís ayuda a popularizar y difundir. De allí nace la veneración de la Sagrada Familia, la devoción a San José y al Niño Jesús. Muchos "misterios" de la vida de Jesús son celebrados y revividos, así como los "misterios" de María. Más tarde, a finales de la Edad Media, se difunde entre los laicos de cierta cultura, en las ciudades, una nueva espiritualidad -la "devoción moderna"- que tiene como eje articulador la imitación de Cristo y que dará origen a una de las principales obras de espiritualidad: el libro de l&Imitatio Christi (siglo XV). En síntesis, el hombre Jesús se hace más próximo al pueblo cristiano, y el seguimiento de Jesús -o, la contemplación de su vida- se convierte en el camino que introduce al pueblo en el corazón de la fe cristiana y del misterio de Dios.
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EL MIEDO A LA MUERTE Y LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL
Desde el siglo XI, la Iglesia realiza un gran esfuerzo para revalorizar la liturgia. Los monasterios unidos a Cluny -que eran más de mil a finales de este siglo- construyen iglesias maravillosas y hasta lujosas, a punto de suscitar las críticas de los monjes más austeros, entre quienes se encontraba San Bernardo. El monasterio de Cluny reconstruye su iglesia, para convertirla en la mayor de toda la cristiandad. -Solamente la Basílica de San Pedro, en el siglo XVI, superará por pocos metros el tamaño de la iglesia de Cluny-. Entre las innovaciones de estos monjes, estaba el Oficio de los Difuntos. Ellos contribuyen a la difusión de esta costumbre -ya estimulado por el sistema de cambio de las indulgencias- de celebrar misa "por las almas", en sufragio por los cristianos ya fallecidos. También se presentaron exageraciones: sacerdotes que celebraban muchas misas al día u otras celebraciones de oficios fúnebres, con ornamentos negros y señales de luto en las puertas y fachadas de las Iglesias, a punto -según la expresión de un agudo observador- de transformar la apariencia de la Iglesia, esposa de Cristo, bella y resplandeciente, en una especie de viuda llorona y enlutada.
Esta preocupación por los muertos encontró apoyo en las creencias de los pueblos europeos, aún paganos, con respecto a la sobrevivencia e, incluso, a la transmigración de las almas. Pero la Iglesia se sirvió de ellas, justamente, para superar una visión puramente "pagana", terrenal, de la vida. La religión estaba orientada hacia los bienes de esta tierra: salud, riqueza, victoria en la guerra, paz, amor, felicidad de la familia y de los hijos. El pensamiento de la muerte debe ayudar a los cristianos a orientar su vida más allá de estos intereses, a descubrir los valores trascendentes, ultraterrenos. Deben buscar una felicidad eterna, que no pase, y por la cual vale la pena sacrificarse en esta vida, soportar luchas y privaciones.
E n la Edad Media aparece con frecuencia la escena del juicio final. El alma, después de la muerte, es pesada. El diablo intenta robar el peso, p e r o el arcángel San Miguel la defiende y la lleva al cielo, cuyas llaves están en las manos de San Pedro.
En esta pintura renacentista, se ve con claridad la importancia que se atribuía a la elevación de la hostia consagrada. El pueblo creía que bastaba ver la hostia para recibir innumerables beneficios en aquel día.
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El destino eterno, cielo o infierno, se convierte en una preocupación común del pueblo cristiano. El momento decisivo representado de forma muy concreta con la acción de "pesar el alma"- despierta angustias. ¿Quién puede ayudar al cristiano en la hora en que su vida, su alma, será puesta sobre la balanza? El demonio, todos lo saben, quiere hacer inclinar la balanza para su lado. Sin embargo, más fuerte que el demonio es el ángel de Dios, más concretamente, el arcángel Miguel, quien llega hasta "robar" el alma al demonio para introducirla en el cielo. La devoción a San Miguel se difunde y, con ella, la esperanza de la salvación. Apenas durante ciertas épocas, como la segunda mitad del siglo XIV, después de la Peste Negra del año 1348, que mató por lo menos un cuarto de la población de Europa, revelan signos de mayor pesimismo y cubren de danzas macabras las fachadas de las iglesias y de los palacios, para recordar que la muerte reduce a todos a esqueletos: desde el papa o el emperador hasta el último de los mendigos. Más tarde, en muchos países católicos, se llegó a abusar del miedo a la muerte y al infierno, para intentar despertar al pueblo para la búsqueda de la conversión. Hasta hace pocas décadas, se daba especial importancia al sentimiento de culpa y al miedo del infierno.
LLEGANDO A JESÚS P O R LA TERNURA D E MARÍA
camino de la salvación para los hombres y las mujeres de este pueblo, que tiene conciencia de los pecados y miedo a la muerte, pasa por la búsqueda de la misericordia de Cristo. La intercesión de María, "Nuestra Señora", en la cual el pueblo reconoce a la madre amorosa a quien se puede recurrir, es otro camino para llegar más cerca de Cristo. Entre todos los santos, Santa María, Madre de Dios, es la que está más cercana a Jesús. La Iglesia motiva a la devoción mariana, es decir, cuando ella se origina en los santuarios determinados por algún milagro, como cuando se originan por alguna reliquia -como la "casa de Nazaret" en Loreto, en Italia Central-, o cuando ella representa una manera de elevar la devoción del pueblo a un sentimiento más universal de los misterios de Cristo.
La Edad Moderna (siglos XVII-XIX) es, en este punto, menos equilibrada que la Edad Media, la cual conserva más vivo el sentido de la esperanza cristiana. La propia creencia en el purgatorio, mucho más fuerte durante los siglos XIII-XV, está profundamente vinculada a la certeza de la misericordia de Dios y de una purificación después de la muerte. Ella incentiva -además de las indulgencias- muchas devociones en favor de las almas afligidas, cuya liberación se quiere adelantar.
La Anunciación pintada por el Beato Angélico en el Convento de San Marcos, en Florencia (1450). La pintura de la Anunciación se multiplica en esta época, unida a la difusión del Ave María, del Ángelus y del Rosario.
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Los diversos momentos de la vida de María están estrictamente asociados a la vida de Jesús. La oración a Nuestra Señora se confunde con la meditación de la propia vida de Jesús. Poco a poco, a partir de las palabras del Ángel en la Anunciación, se elabora la más célebre oración mariana: el Ave María. Después, en el siglo XIII, para hacerse más común durante el siglo XV y siendo todavía más reforzado con la institución de la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario por el papa, después de la victoria en la batalla de Lepanto (1570), se toma la costumbre de meditar los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos -de la vida de Jesús y de ofrecer a María "coronas" de Padre Nuestros y Ave Marías, al igual que coronas de rosas que se usaban en esta época. Allí nace el rosario. Al mismo tiempo, los misterios son representados en las plazas en formas populares de teatro. Así mismo, son representados a través de pinturas en las paredes de las iglesias y de los conventos. La Anunciación se convierte en una de las escenas más queridas por el pueblo cristiano, al lado de innumerables representaciones de la gruta de Belén, donde María está cuidando al Niño recién nacido. San José estuvo presente en estas devociones populares, y hombres famosos de la alta jerarquía de la Iglesia las motivaron, desde el Canciller de la Universidad de París, Gerson (siglo XV), hasta el Papa Juan XXIII. Igualmente, la Asunción de María y su coronación como Reina del Cielo son celebradas con entusiasmo y, desde el siglo XV, se difunde la devoción a la Inmaculada Concepción, especialmente por obra de los franciscanos, después de superadas las objeciones de San Bernardo y de los grandes teólogos del siglo XIII.
LA EUCARISTÍA, MILAGRO PERMANENTE
x ara conducir al pueblo al centro del misterio de Cristo, 13 Iglesia encontró un tercer camino. Fue el culto a la eucaristía» considerada especialmente como "Cuerpo de Dios", como milagro permanente que transforma las especies eucarísticas -el pan y el vino- en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La celebración eucarística estaba en el centro de la vida de las comunidades cristianas antiguas de los primeros siglos. La liturgia romana, centrada alrededor de la eucaristía, se continuó desarrollando de forma admirable durante los primeros siglos de la Edad Media (VI-IX). En esta época se fijan, esencialmente, los formularios de las misas y de las grandes fiestas del año litúrgico, que permanecerán hasta la reforma del Concilio Vaticano II. Un gran esfuerzo de renovación litúrgica fue el realizado por los monjes de Cluny. Mientras tanto, muchos cambios de mentalidad estaban aconteciendo. Tal vez como reacción a las ideas de Berengario (Ir 1088), se acentúa en la eucaristía el aspecto de "presencia real". Se mira menos el conjunto de la liturgia eucarística como sacrificio y como comunión eclesial, para pasar a mirar mucho más el "resultado" de la acción eucarística. Se mira hacia la hostia consagrada, en cuanto Cristo está en ella realmente presente. De los santos se tenían las reliquias, de Cristo, tenemos su presencia real en la hostia. Y la Iglesia se sirvió de formas del antiguo culto a las reliquias para desarrollar ahora el culto al Santísimo Sacramento. Las custodias de vidrio, hechas para mostrar a los fieles las reliquias de los mártires y de los santos, ahora se convierten en "ostensorio" para exponer la hostia consagrada para la adoración de los fieles. En el año de 1264, se instituye la fiesta del Cuerpo de Dio s y, a partir del final del siglo XIV, la procesión del Corpus Christi 159
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se convierte en la fiesta más importante del año, que reúne a toda la ciudad. Ella se hace todavía más solemne en la Edad Barroca, tanto en Europa como en Brasil. (Basta recordar, solamente, el famoso "Triunfo Eucarístico" del año 1733, en Mariana-ciudad brasileña), y que todavía hoy anima a los habitantes de otras ciudades tradicionales a arreglar las calles y las casas con tapetes de colores, adornos, luces y flores.
la elevación de la hostia, para que todos puedan verla desde lejos. La elevación de la hostia, generalizada desde el inicio del si»l 0 XIII, se convirtió en el momento más importante de la misa. Algunos fieles, que no podían asistir a toda la misa, entranban a la iglesia sólo a ver la elevación. Otros, inclusive, corrían de iglesia en iglesia para ver varias elevaciones en el mismo día. La devoción al Santísimo Sacramento y a la presencia real de Cristo en la eucaristía valora mucho más la "reserva eucarística". En la Iglesia Antigua, se conservaban especies eucarísticas para distribuirlas a los fieles, especialmente a los enfermos, fuera de la eucaristía. Pero el local de la "reserva" estaba escondido, en la sacristía o en otro lugar fuera de la iglesia.
En el siglo XIV, la procesión más solemne era la fiesta del Cuerpo de Dios o Corpus Christi. En ella participaba toda la ciudad: clero, autoridades, asociaciones de profesionales, hermandades y congregaciones religiosas. Reproducimos la procesión de San Marcos, en Venecia, una pintura de Bellini.
Con la creciente devoción al Santísimo Sacramento no aumentó, a pesar de todo, la frecuencia de la comunión eucarística. La comunión en la misa, por parte de los laicos, era un acontecimiento raro durante los siglos XI-XV. El Concilio de Letrán (1215) exige lo mínimo: una comunión por año, durante el tiempo de la Pascua. El pueblo consideraba que bastaba con "ver" la hostia. Creencias populares refuerzan esta convicción: quien "ve" la hostia en la misa de mañana, no morirá en aquel día, no se quedará ciego, tendrá comida, sus pecados serán perdonados, entre otros. Así, se llega a dar una gran importancia a
Poco a poco se difunde la costumbre de conservar las hostias consagradas en un lugar visible a los fieles. Al inicio, se usaban pequeños armarios o cofres, en forma de paloma suspendidas sobre el altar. Más tarde, aparece el tabernáculo en un altar lateral y después del Concilio de Trento, en el altar central. En el siglo XV, durante el auge de la devoción de querer "ver" la hostia, se utilizaban los tabernáculos con escaleras que permitían ver el interior del mismo e, incluso, se construyeron especies de torres dentro de la propia iglesia. Poco después, se inició la costumbre de la exposición del Santísimo Sacramento, o de las "Cuarenta Horas" de adoración (1537), la adoración permanente y -desde hace más de cien años- se realizan los congresos eucarísticos (Lille, 1873). Numerosos milagros con hostias -de las cuales sale sangrerefuerzan, durante los siglos XIII-XV, la devoción del pueblo hacia la eucaristía.
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DEVOCIONES DEL PUEBLO, ALTARES EN LA IGLESIA
¿ I odos los caminos de la devoción popular conducen a Cristo? Tal vez sea exagerado decir que sí. Pero es cierto que, en su conjunto, los tres caminos descritos fueron llevados al interior de las iglesias y parecen haber aproximado más al pueblo a Cristo. Para constatarlo, entre las innumerables formas del catolicismo popular y oficial de la Iglesia que se encuentran en Brasil, durante los siglos XVII y XVIII, se puede fijar la atención en las iglesias matrices. Muchas de ellas tienen tres altares. El altar central o altar mayor, está dedicado al Santísimo Sacramento. Inclusive, existe una hermandad para cuidarlo. A la derecha, encontramos otro altar, generalmente dedicado a Nuestra Señora del Rosario, que también está bajo el cuidado de otra hermandad o cofradía. Finalmente, el tercer altar, a la izquierda del altar mayor, dedicado a San Miguel y a las almas. La respectiva hermandad cuidaba del altar, de las misas, de las procesiones y de la oración por las almas, principalmente los lunes. Así, el pueblo introdujo en la Iglesia sus devociones y su fe; y la Iglesia buscó aproximar a Cristo a la religiosidad popular.
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CRISTIANOS DE ORIENTE
Lía Iglesia de Oriente es la "gran desconocida" en medio de nosotros. Flota sobre los cristianos orientales algo de misterioso, de enigmático. Nos faltan conocimientos más objetivos para comprenderlos y apreciar su modo de vivir la Buena Nueva de Jesús en un contexto religioso, cultural y político diferente al nuestro. Cuando se habla de Oriente, se hace referencia de modo particular, a la región oeste del Mar Mediterráneo (ver mapa), donde actualmente se encuentran Turquía, Grecia, Bulgaria, Bosnia, Servia, Albania, Siria, Israel y Egipto. Durante el II Sínodo Extraordinario de Obispos, convocado por el papa Juan Pablo II para "celebrar, verificar y promover" el Concilio Vaticano II -24 de noviembre a 8 de diciembre de 1985-, varios sacerdotes sinodales de la Iglesia de Oriente se quejaron de la poca relevancia dispensada a los católicos de aquellas regiones por parte de algunos hermanos de Occidente. No se puede olvidar, recordó el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Paulus I Cheikho -en una breve intervención durante el sínodoque "Nuestro Señor Jesucristo nació en el Oriente. También los Apóstoles eran orientales. San Pedro, el primer papa, era oriental. San Esteban, el primer mártir, era oriental". Y, en esta misma ocasión, monseñor Emilio Eid, vicepresidente de la Pontificia Comisión para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental, recordó una afirmación expresada en el Decreto del Concilio Vaticano II sobre las iglesias orientales: "El patrimonio eclesiástico y espiritual de las iglesias orientales está firmemente considerado por este Concilio como patrimonio de toda la Iglesia de Cristo" (OE, n° 5). Incluso los cristianos orientales que no viven en plena comunión con la Iglesia de Roma -los ortodoxos-, son nuestros herma165
nos, que confiesan la fe en el mismo Cristo y poseen los mismos fundamentos de la fe apostólica. Con el objetivo de que podamos apreciar mejor las riquezas espirituales del Cristianismo Oriental y entender las causas de su lamentable separación, lo cual llevó al surgimiento de la Iglesia Ortodoxa Bizantina, algunos datos históricos son indispensables. La ruptura entre Roma y Bizancio, que originó el llamado Cisma Oriental, oficialmente se realizó el 16 de julio del año 1054. En realidad, no existe una fecha precisa para tal separación. El distanciamiento se fue dando progresivamente, definido por acontecimientos de naturaleza diversa. Factores políticos y culturales tuvieron gran importancia y un papel decisivo en este proceso. No sería justo hacer recaer sobre alguna de las partes la responsabilidad por el Cisma. Muy oportunamente los expresa la Declaración conjunta del papa (Pablo VI) y del patriarca de Constantinopla (Atenágoras), que fue leída en una de las sesiones finales del Concilio Vaticano II, el día 7 de diciembre de 1965: "Hoy se formula un juicio más sereno y más equitativo sobre estos acontecimientos. Es importante reconocer los excesos que lo marcaron y que llevaron, posteriormente, a las consecuencias que sobrepasaron, las intenciones, las previsiones de sus autores, cuyas censuras atacaban a personas y no a las Iglesias y no pretendían romper la comunión eclesiástica entre las sedes de Roma y Constantinopla.
El Cristo glorioso en un "icono" de Rublev, gran pintor ruso del siglo XV. 166
Cuando Constantino, el Grande, transfirió, en el año 330, la capital del Imperio de Roma a Bizancio, él, de forma inconsciente, levantó las bases para la futura separación. La ciudad de Constantinopla -así fue bautizada la nueva capital- se convirtió, con el pasar del tiempo, en rival de Roma, y su obispo -patriarcael correspondiente papa.
UNION IGLESIA - ESTADO
A.1 inicio del Imperio en Oriente se desarrolla una íntima unión entre el poder temporal -emperador- y el poder espiritual -patriarca-. Podemos hablar de una diarquía, es decir, un Estado gobernado simultáneamente por dos soberanos. El emperador ocupa el puesto de praesidium Ecclesiae -aquel que preside la Iglesia-, designación aceptada por el papa León Magno (440-461). El era considerado como el único representante y constructor del Reino de Dios en el mudo civil, el "nuevo David", "nuevo Moisés" y "guía del pueblo cristiano". Su toma de posición estuvo acompañada por una impresionante ceremonia religiosa. Adopta varios títulos cristianos: ieréuskai basileus (sacerdote y rey), isapóstolos (igual a los Apóstoles), filochristos (amigo de Cristo). El nombramiento de obispos queda en las manos del emperador y es él quien, por ley, convoca los concilios de la época. Pero no se trata propiamente de un régimen de cesaropapismo, es decir, un dominio absoluto del gobernante 167
civil sobre la Iglesia. El emperador se considera a sí mismo, sobre todo, como el legítimo "Defensor de la Fe ortodoxa" y en esta condición es acogido dentro de la propia iglesia. De otro lado, tenemos la importante figura del patriarca de Constantinopla. Se calcula que, en el siglo X, él gobernaba una iglesia organizada en 57 metrópolis -centros urbanos con mayor número de habitantes, 49 arquidiócesis y 514 diócesis-. Como jefe de la Iglesia Bizantina, es el primer personaje eclesiástico y el segundo en el Imperio, inmediatamente después de la "sagrada persona" del emperador. Estando constituida la comunidad de partes y de miembros, por analogía con el hombre individual, las partes más importantes y necesarias son el emperador y el patriarca. En consecuencia, el acuerdo completo y la armonía entre el Imperio y el Sacerdocio, traen la paz y la prosperidad de las almas y los cuerpos de sus subditos. Iglesia y Estado en Bizancio no son vistas como dos entidades jurídicamente separadas, sino, por el contrario, como dos realidades fundidas en una única sociedad cristiana: la oikoméné. En esta concepción, las esferas de lo temporal y de lo espiritual se complementan mutuamente y se interrelacionan. No se tiene la intención de seguir detalladamente todo el complicado desarrollo de las numerosas querellas doctrinales que tanto conmocionaron el Oriente y motivaron diferentes interferencias del emperador en los asuntos internos de la Iglesia, provocando, igualmente, serios conflictos con Roma. El siglo VII fue decisivo en la historia de la ruptura entre Oriente y Occidente. Fue en esta época que las invasiones árabes y eslavas causaron la pérdida de considerables regiones del Imperio. Las antiguas sedes patriarcales de Alejandría -en Egipto-, 168
Antioquía -en Siria- y Jerusalén -centros de irradiación del Cristianismo primitivo- sufren una profunda conmoción, lo que favorece indirectamente el prestigio del patriarca de Constantinopla. Las conquistas eslavas en la región balcánica ponen fin al dominio del cristianismo en aquellas tierras y constituyen una especie de barrera entre el Oriente y el Occidente, impidiendo la libre comunicación entre Roma y Constantinopla. Es interesante observar que muchas provincias periféricas del Imperio acogieron de buen agrado al invasor musulmán, viendo en él el instrumento providencial para liberarse del odiado centralismo de Bizancio. La misma función ejerció la herejía monofisista (en Cristo sólo existe una naturaleza), íntimamente unida a la formación de "iglesias nacionales" -como por ejemplo en Egipto y en Abisinia- que se oponían a la supremacía de la Iglesia "melkita" (del sirio melek = emperador) de Constantinopla, identificada con el centralismo opresor.
LA ALIANZA D E ROMA CON LOS FRANCOS
xLn el año 732, en Poitiers, Carlos Martel detiene el avance de los musulmanes, salvando así a Europa de un grave peligro. A partir de este momento, los papas buscaban cada vez más la protección y el apoyo del más prestigioso pueblo "bárbaro": los francos. Cuando los longobardos amenazan a Roma, el papa Esteban II hace un insistente llamado a Pepino, el Breve, "rey de los francos", que termina en la famosa donación pepina, origen de los Estados Pontificios (Patrimonium Petri), en el centro de Italia. Este acontecimiento señala, en verdad, el rompimiento con el Imperio Bizantino, teóricamente dueño de esas tierras.
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En este intervalo estalla, en Oriente, la Guerra de las Imágenes iniciada por León III, el Isáurico. Se prohibe el culto a las imágenes sacras que deben ser destruidas. Las causas de estas luchas iconoclastas son complejas, y la aplicación del decreto provoca una onda de protestas por parte del pueblo apoyado por los monjes. La polémica en torno a las imágenes sacras (iconos) dividió por más de cien años (726-843) a la Iglesia de Bizancio en dos bloques irreconciliables y tuvo enormes repercusiones en el campo político y social. Roma asumió la defensa del partido que estaba a favor de las imágenes -los inconódulos-, lo que llevó a empeorar considerablemente la relación con el emperador de Oriente. Alrededor del año 732, León III separó de la jurisdicción papal las provincias de Calabria, Sicilia e Ilírico subordinándolas al patriarcado de Constantinopla. La brecha entre Oriente y Occidente se profundizó: la coronación de Cario Magno por parte del papa, en la noche de Navidad del año 800, fue la "gota de agua" que hizo desbordar la copa. Las dos partes ya no se entendieron más: Bizancio miraba a Occidente como rudo y bárbaro, Roma encaraba al Oriente como decadente y herético.
EL CAMINO D E LA SEPARACIÓN
.L/as diferencias políticas entre Oriente y Occidente se agravaron más con la fundación del Sacro Imperio RomanoGermánico, en el año 962. Fue exactamente en esta época que el papado entró en una profunda crisis. Son los llamados Siglos de Hierro. La cátedra de San Pedro se convirtió en objeto de ambición por parte de algunas familias influyentes de Roma, y es el período en el cual encontramos pontífices de nivel moral espantosamente bajo. 170
En este mapa aparecen, a la derecha, el Oriente y, a la izquierda, el Occidente, con las ciudades y los países mencionados en esta historia del Cisma.
El Oriente, sin embargo, asiste a un gran florecimiento, después de la restauración del culto a las imágenes (843). Revive el espíritu misionero y crece la autoconfianza, junto con la consolidación de sus instituciones y su liturgia. Roma es vista con desprecio. Al inicio del siglo XI, durante el patriarcado de Sergio (999-1019), los nombres de los papas desaparecen de los dípticos bizantinos, es decir, de las listas de las personas de las cuales se hace memoria en las celebraciones litúrgicas en la Iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla.
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Factores que contribuyeron al progresivo distanciamiento: La cuestión de Focio, un laico elegido como patriarca de Constantinopla (año 858), como sucesor de Ignacio. El papa Nicolás I, inicialmente a favor de la elección de Focio, cambia de posición y apoya a Ignacio. Esta actitud fue interpretada en Bizancio como una injustificada intromisión del Pontífice Romano en asuntos internos de la Iglesia Bizantina. * Hasta entonces, los orientales siempre habían aceptado una especie de "primado de honra", del Obispo de Roma, sin determinar nunca con precisión la verdadera naturaleza de este primado sobre la Iglesia universal. Se atribuía la preeminencia pontificia, no tanto al origen apostólico de la Sede Romana, sino más bien a su localización geográfica en la antigua capital del Imperio y al hecho de haber conservado virtualmente intacta la ortodoxia cristiana. Pero no cabe duda que los bizantinos eran extremadamente celosos de la dignidad de "su" patriarca, obispo de la "nueva Roma", en nada inferior a la antigua y decadente capital. Las cruzadas influyeron negativamente en la relación entre Oriente y Occidente, especialmente debido al saqueo de Constantinopla, ocurrido durante la segunda Cruzada, en el año 1204. La desenfrenada ambición de los cruzados chocó profundamente al nacionalismo griego, hasta el punto que, en ciertos momentos, se escuchaba decir en Bizancio que era preferible caer en manos de los turcos que someterse al yugo de los latinos. La discusión sobre el término filioque en la profesión de fe. La cuestión tuvo mayor influencia en Bulgaria, originariamente evangelizada por los misioneros bizantinos. 172
El rey Boris, temiendo a una excesiva dependencia política de Constantinopla, se dirigió al papa solicitándole la creación de una jerarquía eclesiástica autóctona. Fue en este contexto que los misioneros romanos introdujeron en Bulgaria el término filioque, acrecentando el símbolo de la fe Niceno. Se trata de lo siguiente: ¿El Espíritu Santo procede sólo del Padre -como lo sustentaban los orientales- o del Padre y del Hijo -como afirmaban los occidentales-? La cuestión en sí es de orden secundario, una vez que ambas corrientes están de acuerdo en lo esencial de este misterio de la fe: la unidad de las naturalezas divinas y la distinción de las personas. La querella ofreció, sin embargo, a Focio un pretexto doctrinal para atacar a Roma y, en un concilio reunido en Constantinopla -en el año 867-, excomulgó al papa Nicolás I.
EL PAPEL D E LOS MONJES
N o podemos subestimar la importancia del monaquismo en la sociedad oriental de aquel tiempo. Al lado de los sacerdotes casados -el llamado "clero negro"- existía el "clero blanco", es decir, los obispos escogidos entre los monjes, célibes por vocación. Así se explica el porqué la dirección de la Iglesia Bizantina estaba prácticamente en las manos de representantes del monacato. El prestigio de los monjes junto al pueblo era muy grande y su influencia socio-política estaba en constante ascenso. Entre los numerosos monasterios se destaca el de Estudio, en Constantinopla, fundado por San Teodoro (759-826). Pero la vitalidad del monaquismo oriental se hace sentir sobre todo en el Monte Atos donde, en el año 963, el monje griego Atanasio fundó el Monasterio de la gran "Laura" (= una vida monástica 173
en comunidad, orientada por una Regla). La "Montaña Sagrada" constituye, hasta hoy, el centro supranacional del mundo monástico ortodoxo, con sus incomparables maestros espirituales y eminentes tesoros de espiritualidad.
LA RUPTURA CONSUMADA
1 radicionalmente el año de 1054 se considera como el del rompimiento oficial entre latinos y griegos. Ya observamos que no conviene atarse mucho a esta fecha. Es un contexto mucho más amplio donde se sitúa la dolorosa separación. Romanismo y helenismo; Imperio Franco e Imperio Bizantino, espíritu jurídicoorganizativo y mentalidad teológico-especulativa: esos son los componentes principales del lamentable distanciamiento entre los hermanos de una misma fe. El lenguaje de unos ya no podía ser comprendido por los otros. Las mutuas sospechas, alimentadas por intereses políticos, crearon un clima de desconfianza y polarización.
TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD
JLa teología bizantina oficial, desde San Juan Damasceno (c. 615-1 Al), procura, ante todo, venerar el pasado, la tradición. Según la convicción de los ortodoxos toda la verdad de la fe está comprendida en los siete primeros Concilios Ecuménicos y en los escritos de los padres griegos. Los cristianos bizantinos desarrollaron una concepción sacramental del cosmos en la cual, según su convicción, el mundo ya está redimido y definitivamente consagrado a causa de la presencia actual de Cristo y de su Espíritu. Su cristología es. especialmente, una cristología de "lo alto": Cristo es visto y comprendido como el Verbo, Señor del Universo, que se "abaja", tomando la naturaleza humana, por él santificada y divinizada. La vida espiritual consiste, exactamente, en la búsqueda de la "comunión" con la luz divina: un proceso de continua "deificación" del ser humano en un estado de "iluminación mística". En las Iglesias ortodoxas, la figura de Cristo resucitado ocupa un lugar de especial importancia: un Cristo triunfante que recapitula todo y a todas las personas en una nueva creación. La imagen preferida de los bizantinos era la del Pantocrator: el Cristo vencedor y omnipotente, cuyo culto se proyecta para el futuro. De hecho, en la celebración de la eucaristía se "conmemora" no sólo lo que ya pasó, es decir, la obra de la redención, sino también lo que vendrá, a saber, la segunda venida del Señor, cuya expectativa define profundamente el caminar actual del fiel.
A mediados del siglo XI, asume el patriarcado de Constantinopla un hombre violento y ambicioso: Miguel Cerulario (1043-1059). El publica un manifiesto en el cual denuncia las "falsas tradiciones latinas", acompañado por una orden de cerrar las iglesias latinas en la capital imperial del oriente. Alega una serie de factores, en sí superficiales, para justificar su posición. El papa León IX envía a Bizancio al Cardenal Humberto da Silva Cándida, hombre totalmente falto de tino diplomático. Se produjo ana fuerte confrontación entre los dos eclesiásticos que terminó con la Bula de excomunión de Cerulario, expedida por el legado papal y colocada sobre el altar de Santa Sofía (16 de julio de 1054). El patriarca, a su vez, proclamó el anatema contra los latinos. De esta forma, lacomunión estaba formalmente rota.
Con la ruptura del año 1054 ambas partes del mundo cristiano sufrieron graves pérdidas: el Cisma Oriental interrumpió el intercambio espiritual entre Oriente y Occidente, substitu-
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yéndolo por la alienación y la enemistad. Después de siglos de hostil distanciamiento, la Declaración conjunta del papa Pablo VI y del patriarca Atenágoras I, en vísperas de terminar la sesión final del Concilio Vaticano II, el 7 de diciembre de 1965, inauguró un nuevo período de aproximación, reconciliación y confianza mutua entre las dos Iglesias.
y lograr estos objetivos, removemos todos los obstáculos e impedimentos, delante de los obispos reunidos en el Concilio Ecuménico Vaticano II afirmamos sentir vivo pesar por las palabras dichas y por los gestos realizados en aquellos tiempos, y que no pueden ser aprobados. Deseamos, además, remover y borrar de la memoria de la Iglesia, y considerar totalmente sepultada en el olvido, la sentencia de excomunión en aquella época pronunciada".
El encuentro del papa Pablo VI y del patriarca de Constantinopla, Atenágoras, fue un paso decisivo para la reaproximación entre los cristianos y es el símbolo de la esperanza de una nueva unión de Oriente y Occidente.
En su breve Ambulate in delectione, Pablo VI se expresó así: "...en nuevos tiempos y con renovada disposición de ánimo, nos sentimos llenos de alegría por el hecho de ver a nuestro venerable hermano Atenágoras I, patriarca de Constantinopla, y a su sínodo, compartir nuestro deseo de encontrarnos recíprocamente unidos en la caridad, dulce y edificante vínculo de los corazones. Por eso, deseoso de que podamos continuar progresando en los caminos del amor fraterno que nos conduzca a la perfecta unidad, 176
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LA REFORMA PROTESTANTE
N o hace mucho tiempo que los católicos, recibían informaciones negativas sobre los cristianos "separados". Lutero era descrito como un pobre, rebelde, anormal o, inclusive, como el propio Diablo con vestidos humanos. Solamente a partir del final del siglo pasado comienza a aparecer, muy tímidamente, un movimiento de aproximación y diálogo entre los miembros de la Iglesia Católica y representantes de las Iglesias de la Reforma. Se destacan los esfuerzos de un Lord Halifa de la Iglesia Anglicana (tírl934), el Cardenal Mercier de Bélgica (las "Conversaciones de Malines", 1921-1925) y, especialmente, el profeta de la unidad, el P. Paulo Couturier (ir 1953). El papa Juan XXIII (ir 1963), señaló como uno de los objetivos del Concilio Vaticano II la unidad de los cristianos. El informe final del Sínodo Extraordinario de los Obispos, realizado en Roma del 24 de noviembre al 8 de diciembre de 1985, retoma explícitamente la posición ecuménica del Vaticano II cuando afirma que: "Después de estos 20 años podemos afirmar que el ecumenismo está inscrito en la conciencia de la Iglesia de manera profunda e indeleble. Nosotros, obispos, deseamos ardientemente que la comunión incompleta ya existente con las Iglesias y comunidades no católicas, llegue con la gracia de Dios, a la plena comunión". ¡Cómo cambiaron radicalmente el lenguaje y los términos en un tiempo de 35 años! La primera condición para el diálogo ecuménico es un conocimiento mutuo. A fin de poder apreciar los valores del protestantismo y detectar sus lagunas y eventuales errores, es indispensable una información histórica más objetiva e imparcial sobre las grandes figuras que dieron origen al movimiento de la Reforma Protestante del siglo XVI. Pero también el contexto histórico de 181
aquel tiempo es importante conocerlo para situar correctamente los hechos y para poder interpretar su evolución.
Grabado del siglo XVI: Lutero condena el papado. Ya se ve la violencia de la polémica que separará católicos y protestantes hasta los recientes caminos del ecumenismo.
SITUACIÓN D E LA IGLESIA ANTES D E LA REFORMA
L a Iglesia, a finales de la Edad Media, se encontraba en ana fase muy crítica. Por una parte, existía una fuerte inquietud religiosa, insatisfacción con las estructuras vigentes y rechazo frente a los abusos. La decadencia del papado y, en general, del centro administrativo de la Iglesia en Roma, era chocante. Basta recordar el clamoroso ejemplo de Alejandro VI Borgia, elegido 182
papa en el año de 1492. Como sacerdote y cardenal tuvo cuatro hijos de la romana Vanuza Cattanei y, tal vez, algunos más. Una vez elegido pontífice, tuvo dos hijos más: Juan y Rodrigo. Este papa, sin embargo, no fue el único dentro del escenario eclesiástico. El simboliza toda una época, caracterizada por la corrupción y la contaminación mundana. En realidad, los papas de este período parecen mucho más señores temporales, preocupados con su prestigio político y sus territorios, que pastores dedicados al bien espiritual de sus fieles. Se ocupan, con esmerada dedicación, con suntuosas construcciones y con la promoción del arte para lo cual destinan grandes cantidades de recursos financieros. En esta misma perspectiva también se mueven los pontífices sucesores de Alejandro VI (1492-1503), los pontífices Julio II (1503-1513)yLeónX(15131521). Roma se transforma, en estos años, en el centro cultural de Occidente, siendo los papas los grandes protectores de artistas que llegaban a la Ciudad Eterna. De otro lado, el clamor por una profunda reforma "en la cabeza y en los miembros" se hacía oír cada vez con más fuerza. Es cierto que, mucho antes de la Reforma Protestante, ya existían, en las bases de la Iglesia, movimientos espontáneos de renovación y de refundamentación evangélica. Recordemos, la "Devoción Moderna" en los Países Bajos, sustentada -esencialmente- por laicos en búsqueda de una mayor interiorización y fundamentación bíblica de su vida cristiana. Muchas de las antiguas órdenes religiosas son reformadas y regresan al espíritu original de su fundador: Agustinos, Franciscanos y Cistercienses. Asociaciones de laicos, como los "Oratorios del Divino Amor", en Italia, se dedican a la búsqueda de su santificación en la caridad para con los pobres y necesitados, especialmente, con los enfermos incurables. Los venecianos Paulo Justinianí y Tomás Quirini, monjes camandulenses, ofrecieron, en el año de 1513, al recientemente 183
elegido papa León X, un plan de reforma que comprendía seis puntos básicos, solicitándole tomara la iniciativa de este movimiento de reforma en el seno de la Iglesia, aprovechando el V Concilio de Letrán que se realizaba durante esos días (1512-1517). Pero ...fueron voces que clamaron en el desierto. El papa, y junto a él toda la Curia Romana, de hecho, no estaban dispuestos a ceder un poco de sus privilegios para iniciar una reforma.
de la fe para la fe, conforme está escrito: el justo vivirá por la fe"; descubrió -por iluminación divina- "el verdadero sentido del término justicia", entendido hasta entonces como castigo de un Dios airado que exige retribución por parte del hombre.
MARTIN LUTERO (1483-1546)
JN acido en Eisleben (ver mapa), el 10 de noviembre de 1483, de padres humildes, Lutero fue el segundo de ocho hermanos. Poseedor de una gran inteligencia, realizó con mucho éxito sus estudios básicos y secundarios, matriculándose, por deseo de su padre, en la Universidad de Erfurt. Un inesperado acontecimiento cambió, en el año de 1505, el rumbo de su vida: decidió entrar en el convento de los Agustinos en Erfurt, siendo ordenado sacerdote dos años después. Perfeccionó sus estudios de teología y enseñó Sagrada Escritura en la recientemente fundada Universidad de Wittenberg, dedicándose con ejemplar celo y competencia sin igual al magisterio.
A la derecha, retrato de Lutero (1540). A la izquierda, mapa de Alemania antes de la reciente unificación, con la indicación de los lugares donde Lutero actuó.
Lutero se presentaba como un hombre serio, profundamente religioso, siempre en búsqueda de Dios, a cuya causa entregó radicalmente su vida. En el convento sufrió terribles tormentos a causa de la inseguridad de su salvación. Experimentó de manera aguda la propia insuficiencia e indignidad; un trágico sentimiento de culpabilidad lo asaltaba con violencia, colocándolo así en una crisis religiosa que lo podría llevar al desespero, si Dios no hubiese actuado en aquel acontecimiento que, posteriormente, llamaría con el nombre de "experiencia de la torre". Meditando el texto deRm 1,17: "La justicia de Dios se manifiesta en el Evangelio
A partir del texto de San Pablo a los cristianos de Roma, Lutero comenzó a percibir que "justicia" significa "justificación", es decir, la acción misericordiosa y amorosa de Dios que perdona al pecador, por medio de Jesucristo, haciéndolo "justo". Así surge el núcleo de toda su doctrina: "el Evangelio es la Buena Nueva de la justificación por la fe solamente" -principio de la sola fide o, en otras palabras, la total confianza en los méritos de la cruz de Cristo es lo que nos salva-. En esta perspectiva, rechaza las obras comprendidas como acciones meritorias para que el hombre "ganara" su salvación.
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El conflicto con la Iglesia institucional no demoró, cristalizándose en la cuestión de las indulgencias. Esta práctica eclesial que, por sí, sólo se refiere a las penas temporales o canónicas que quedaban después de la remisión de los pecados en el sacramento de la reconciliación -confesión-, asumió, en la época, rasgos de verdadera charlatanería. Las indulgencias, muchas veces, eran presentadas al gran público como el medio más eficaz para "conquistar el cielo". Las piadosas predicaciones y recomendaciones, por parte de la alta jerarquía, no fueron capaces de esconder los evidentes intereses financieros. Fue contra este estado de cosas que Lutero levantó, con mucho coraje, su voz en nombre de la autenticidad evangélica. Al recibir noticias de la divulgación de una "gorda" indulgencia en favor de la construcción de la Basílica de San Pedro, en Roma, cuya renta beneficiaría al obispo -príncipe Alberto de Moguncia-, Lutero actuó con energía, lanzando el día 31 de octubre del año 1517 un manifiesto con 95 tesis contra los abusos de las indulgencias: un documento que, en realidad, • invitaba a los eclesiásticos e intelectuales a un debate académico sobre la cuestión. La amplia divulgación de las tesis, sin embargo, colocó en peligro el éxito del lucrativo negocio de las indulgencias y Lutero fue acusado en Roma, dándose inicio así a un complicado proceso eclesiástico contra el monje de Wittenberg.
Poco antes, en el año 1520, Lutero publicó tres famosos "escritos programáticos" conteniendo los elementos esenciales de "su" reforma. El primero, La nobleza cristiana de la nación alemana, acerca del mejoramiento del estado cristiano, convocaba a las autoridades civiles y cristianas a asumir, como bautizados conscientes, la reforma de la Iglesia, pues la jerarquía eclesiástica no lo quería hacer. En nombre del Evangelio, Lutero afirmaba la igualdad de todos los cristianos frente a Dios (el "sacerdocio general de todos los creyentes"); la libertad de la Palabra de Dios, testimoniada en la Biblia y la corresponsabilidad de todos por la Iglesia, negando así los privilegios de la clase clerical y del papado. En esta obra, que tuvo una enorme repercusión -la primera edición, con un tiraje de 4 mil ejemplares, se agotó en una semana-, estaba delineando con claridad el verdadero río divisor de las aguas confesionales entre las Iglesias de la reforma y la Iglesia romana: sus respectivas concepciones eclesiológicas (visión de la Iglesia).
En el año de 1520, el papa León X publicó la bula Exsurge Domine, amenazando a Lutero con la excomunión. El refonnador reaccionó quemando públicamente la copia del documento pontificio y varios libros de Derecho Canónico. Con este gesto, concluyó la ruptura con la Iglesia romana, ya certificada en el debate de Lipsia (1519) con el teólogo católico Juan Eck. La condenación oficial de Lutero fue comunicada por parte de la Santa Sede a través de la bula Decet Pontifican Romanum, del día 3 de enero de 1521. Y la ejecución de la excomunión, a través del castigo y eventual eliminación del "criminal" era responsabilidad del emperador católico Carlos V. 186
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LA NOVEDAD DE L U T E R O : L O Q U E CUENTA ES L A F E E N E L E V A N G E L I O
Además del principio de solafide -muy cercano a la tradición católica-, Lutero adoptó paulatinamente ideas innovadoras sobre la Iglesia. Negó el papel mediador de la Iglesia en la obra salvífica y, en consecuencia, la jerarquía -papa, obispos y presbíteros- perdió su papel de transmisor de la verdad recibida por tradición apostólica. En el transcurso de las discusiones teológicas, el reformador también rechazó cualquier opinión que no pudiese ser demostrada claramente por la Sagrada Escritura (sola Scriptura). En el centro de todo su pensamiento religioso está la persona de Cristo (solas Christus) y su cruz (theologia crucis), por lo cual el Padre nos salva por pura gratuidad (sola gratia). Aunque sea unilateral la afirmación según la cual Lutero defiende "apenas" una Iglesia espiritual, es verdad que su concepto de Iglesia constituye hoy la piedra de tropiezo para un mayor entendimiento con los católicos que confiesan la Iglesia como sacramento, es decir, "signo e instrumento de comunión con Dios y también de comunión y reconciliación de los hombres entre sí" (cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen Cent'ium, n° 1).
Según Lutero, no existen dos clases o "estados" en la Iglesia -clérigos y laicos-, sino que todos son fundamentalmente iguales a causa del bautismo común. El ministerio es, en su visión, un servicio a la comunidad eclesial. "La ordenación por el obispo no es otra cosa sino la lección que él toma entre la multitud en lugar y en representación de toda la comunidad -donde todos tienen el mismo poder- y le ordena ejercer ese poder para todos los otros. Lo que es de todos, nadie puede atribuírselo sin el deseo y la orden de toda la comunidad. Y cuando suceda que alguien escogido para semejante oficio fuese destituido por causa del abuso del mismo, será igual a como era antes..." (La nobleza cristiana...). La Biblia, como Palabra viva de Dios, está en el centro de los intereses de Lutero. La Iglesia se entiende a sí misma como "sierva" de esta palabra, siendo la ministra, la anunciadora y predicadora del mensaje contenido en las Escrituras. En una de sus Conversaciones de mesa, el reformador afirma que es a través del Espíritu Santo que Dios produce los frutos de la predicación, "pues Dios ordenó las cosas de tal forma que nadie debe ni puede creer si no es a través del ministerio de la predicación. Es por medio de él que se escucha su Palabra, siendo instrumento y canal por medio del cual Dios, el Espíritu Santo, alcanza el corazón, despertando y realizando el verdadero arrepentimiento y pesar para la conversión y la verdadera fe".
La Confesión de Augsburgo (1530) -elaborada por el teólogo Filipe Melanchton, amigo íntimo de Lutero-, documento que señala la "identidad luterana de las comunidades evangélicas", afirma: "Se reconoce la verdadera Iglesia de Cristo porque en ella se predica el Evangelio puro y verdadero, y en ella son administrados los sacramentos según la orden del propio Jesucristo" (art. 1). "La Iglesia cristiana propiamente no es otra cosa, a no ser, la congregación de todos los fieles y santos" (art. 8).
El Cristianismo moderno es impensable sin una referencia explícita al reformador de Wittenberg. Su muerte, el 18 de febrero de 1546, no impidió que la fuerte corriente evangélica por él desencadenada siguiese su curso, independientemente de la Iglesia -madre de Roma-, Lamentamos profundamente la ruptura entre hermanos que, finalmente, profesan al mismo Cristo y poseen los mismos fundamentos apostólicos. Nunca entenderemos el misterio de esta tragedia que dilaceró la única Iglesia de Cristo, dando origen a varias confesiones cristianas autónomas.
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JUAN CALVINO (1509 - 1564)
rLs la segunda columna del protestantismo. Nació en la ciudad de Noyon (Francia) en el año de 1509. Recibió una esmerada formación intelectual. Estudió jurisprudencia y después teología, aunque nunca se ordenó como sacerdote. Alrededor del año 1533 se pasó a la Reforma, obligado a dejar su patria y refugiándose en Basilea, Suiza, donde publicó, en el año de . 1536, su obra más famosa: Institución de la religión cristiana. Por invitación de Farel, ex-sacerdote y pastor en Ginebra, se fue para aquella ciudad donde intentó implantar decididamente las ideas de la Reforma. La resistencia fue fuerte, y Calvino tuvo que abandonar el campo de trabajo. Después de una experiencia pastoral en Estrasburgo, regresó a Ginebra por solicitud de la magistratura de la ciudad (1541). Comenzó a organizar la iglesia local, estableciendo una verdadera teocracia, es decir, una sociedad enteramente regida por los principios de la Biblia, donde el gobierno civil quedaba sometido a las autoridades eclesiásticas. Calvino adopta los elementos básicos de Lutero, pero desarrolla varios puntos originales, entre los que figura su famosa doctrina sobre la predestinación. Subraya con fuerza la total trascendencia divina, recordando sin cesar la infinita distancia que separa al hombre de su Creador. La gloria de Dios está en el centro de su preocupación. La respuesta del hombre a la acción de Dios es, en primer lugar, el temor y, solamente después, el
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amor filial. Afirma la absoluta predestinación del ser humano para la salvación o la perdición, independientemente de sus obras y debido a una decisión irrevocable de Dios que concede a los elegidos la ayuda necesaria para salvarse, en cuanto deja a los reprobados privados de su gracia. El hombre, en la opinión de Calvino, es irremediablemente corrupto por el pecado original y no puede hacer nada para adquirir su salvación. Por más importante que sea esta doctrina de la predestinación, ella no posee, sin embargo, la esencia del pensamiento calvinista. En la visión del reformador de Ginebra, no se trata de otra cosa sino de la ilustración tanto de la justicia divina como de su misericordia, a fin de que "Dios sea glorificado" en todo. Aunque las obras no valgan para merecer la gracia de la elección, ellas pueden ser consideradas como una demostración de la bendición de Dios sobre la vida del fiel. Éxito en los negocios sería de esta forma un signo inequívoco de elección. (Se recuerda, sólo un texto, la conocida tesis de Max Weber sobre la relación entre la ética del calvinismo y el origen del capitalismo moderno). La organización eclesiástica de Calvino es, sin duda, original. Su comunidad no tiene obispos, siendo dirigida por ministros -el colegio' presbiteral- que posee igual autoridad, y un consistorio de pastores y laicos, independiente del Estado. Contrario a Lutero quien siempre defendió la presencia física de Cristo bajo las especies eucarísticas, aunque rechazase el término católico de transubstanciación, Calvino negaba la presencia "material", afirmando que el creyente participa realmente de la comunión del cuerpo y de la sangre de Cristo, no porque éstos estén en el pan y el vino, sino por el hecho de que el Espíritu Santo realiza tal comunión.
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Para la formación teológica de los futuros pastores y misioneros, Calvino fundó, en el año de 1559, una academia cuya dirección confió a Teodoro de Beza. Esta escuela se convirtió en uno de los centros culturales más influyentes de Europa.
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Calvino murió el 27 de mayo de 1564, en Ginebra, donde pasó los últimos 23 años de su vida. Conforme a su expresa voluntad, fue sepultado en una tumba anónima, sin ningún signo que pudiera identificarla.
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Resumiendo, se puede decir que el punto central del pensamiento calvinista reside en la "gloria de Dios", en la cual está igualmente nuestra salvación. Dios "creó el mundo para que fuese el palco de su gloria". También la doctrina de la predestinación está íntimamente relacionada con la soberanía de Dios. La Iglesia, finalmente, es la comunión de los elegidos.
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Muchas cosas más pudieran ser dichas sobre los grandes protagonistas de la Reforma. Se destacan en estas pocas líneas solamente algunos aspectos fundamentales. El asunto amerita una mayor profundización, dentro de una perspectiva ecuménica, tarea ésta de gran actualidad para la comprensión actual del Cristianismo. 192
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EL CRISTIANISMO EN SU EXPANSIÓN POREL MUNDO SIGLOS XVI -XVH
| T E R R I T O R I O S POCO O NO ALCANZADOS POR LAS MISIONES CRISTIANAS
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M I S I O N E S ESPECÍFICAS ENTRE LOS INDÍGENAS ( "REDUCCIONES JESUÍTICAS") M I S I O N E S CATÓLICAS DE ESPAÑOLES Y PORTUGUESES
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Al término de estas reflexiones, se pueden tomar como propias las palabras del papa Juan Pablo II, en ocasión del 450° aniversario de la Confesión de Augsburgo (discurso del día 25 de juniode 1980): "Mirando la historia de las separaciones en la cristiandad, hoy más que nunca, estamos conscientes de cuándo fueron tiágicas y escandalosas las consecuencias del engaño y de la culpa del hombre en el tiempo, y cuánto pueden ocultar la voluntad de Cristo y perjudicar la dignidad de la fe en la Buena Nueva. El Concilio Vaticano II recuerda que existe una íntima relación entre la renovación continua de la Iglesia a partir de la fuerza del Evangelio y la salvaguarda de su unidad, así como también la restauración de su unidad".
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LA IGLESIA EN LA TENSIÓN DE LA MODERNIDAD
Ei siglo y medio, aproximadamente, que separa la Revolución Francesa (1789) y el Concilio Vaticano II (1962), es un período de mucha fecundidad en la historia de la Iglesia, pero, al mismo tiempo, un período de grandes tensiones. En esos 150 años el conflicto entre Cristianismo y Modernidad se acentúa, en cuanto la fe tradicional y la sociedad moderna se distancia una de la otra. La Iglesia salió de la gran Revolución despojada de su poderío temporal. Se hizo más pobre materialmente y perdió buena parte de su prestigio político. La tormenta revolucionaria fue una prueba de fuego, obligando a la Iglesia a reencontrar su lugar específico en una sociedad en profunda transformación. Esto no fue una tarea fácil. La nostalgia de los "buenos tiempos" de cristiandad, tipo medieval, en una convivencia armoniosa entre el trono y el altar, reaparece con toda su fuerza después del Congreso de Viena (1815) con la obra restauradora de la Santa Alianza, realizada por las Potencias Cristianas de la época. Asistimos, «dentro de la Iglesia del siglo XIX, a un doble movimiento: Por un lado, una fuerte tendencia de retorno al pasado y de combate al espíritu liberal. Por otro lado, los tímidos pero significativos esfuerzos para conciliar el Cristianismo con 1 a mentalidad moderna, interpretando la Buena Nueva de Jesús a la luz de las nuevas circunstancias históricas. El choque entre las dos orientaciones provoca permanente tensión dentro de la propia Iglesia y produce conflictos entre sus respectivos representantes.
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Tres acontecimientos definieron una actitud de reserva y encerramiento frente a los nuevos tiempos, en el transcurso del período estudiado: La actuación de los llamados católicos liberales, entre los cuales se destaca la figura del joven sacerdote francés, Felicité de Lamennais. En torno a él surgió un grupo de cristianos que defiende a Dios y la libertad. La herencia esencial de la Revolución puede ser aprovechada por el Cristianismo, especialmente la amplia libertad por ella promovida. Para que la Iglesia pueda cumplir su misión religiosa, debe estar separada del Estado. Roma reacciona enérgicamente, condenando los ideales de estos católicos-liberales. El papa Gregorio XVI (18311846) acusa a los protagonistas en la Encíclica Miran vos (1832), diciendo entre otras cosas: "De esa fuente pantanosa del indiferentismo brota aquella sentencia absurda y errónea, digo mejor, disparate, que afirma y defiende la libertad..." En el año 1864, el sucesor de Gregorio XVI, Pío IX (1846-1878), resume los errores modernos en el Sílabo -apéndice- de su Encíclica Quanta cura. Termina las 80 proposiciones afirmando que la tesis según la cual "El Pontífice Romano puede y debe conciliarse y llegar a un acuerdo con el progreso, con el liberalismo y con la civilización moderna", constituye un grave error y un principio en sí inaceptable. Papa Pío IX (1846-1878), un pontificado de 32 años, hasta ahora el más largo de la Historia.
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La Encíclica Passcendi, de Pío X (1903-1914), reprueba tendencias en curso en la Iglesia para expresar en un nuevo lenguaje las eternas verdades de la fe, teniendo en cuenta los progresos de la investigación científica en los campos de la Biblia, teología e historia del dogma cristiano. Los modernistas son considerados elementos peligrosos que se desviaron del recto camino de la fe, conducidos por la ignorancia, el orgullo y el libre pensamiento. Los acontecimientos mencionados son apenas algunos síntomas de toda una mentalidad que caracteriza el catolicismo del siglo XIX: el miedo a lo nuevo, el refugio en las seguridades de las estructuras comprobadas del pasado, la intransigencia en cuanto a la preservación de la doctrina y de la disciplina eclesiásticas. Lógicamente, este cuadro referencial es mucho más amplio y también más matizado en la realidad de la vida eclesial de la época. Innegablemente, existe en este mismo período momentos de lúcida apertura y de valientes actitudes que muestran una real preocupación con los desafíos que los tiempos presentan. Se recuerdan, como una simple muestra, algunos acontecimientos notables: La actividad de varios laicos católicos, en el campo político y social, con posiciones de vanguardia y de gran sensibilidad para con la problemática de la época. En este contexto se puede recordar la figura del incomparable Federico Ozanam (1813-1853), profesor de la Universidad de la Sorbona, en París, y fundador de la Sociedad de san Vicente de Paul (SSVP, 1833). La publicación de la Encíclica Rerum Novarum (1891), en la cual León XIII (1878-1903) asume abiertamente la 199
todo. Esas disposiciones serían para el apostolado como una peste miedosa".
defensa de los obreros, víctimas del capitalismo salvaje que los explota y aniquila en su dignidad humana. La creación de la Acción Católica (1922) por parte de Pío XI (1922-1939), en el período entre las dos Guerras Mundiales. Aunque inicialmente fue considerada como una colaboración al clero,
León XIII: el "Papa de los Obreros" (Cuadro de F. Laszlo).
la AC se desarrollará como un organismo de concientización de los cristianos laicos que asumen su misión evangelizadora en el propio ambiente donde se encuentran.
Papa Benito XV: un pontífice poco conocido, pero de gran irradiación apostólica.
La vida de la Iglesia entre los años 1815 a 1950 estuvo definida por un fuerte impulso misionero. Nunca en la historia hubo semejante expansión territorial que hizo llegar la Buena Nueva, literalmente, hasta los confines de la tierra. La Iglesia se convirtió, de hecho, en universal, aunque el modelo europeo sirviera -casi siempre- como soporte para la acción misionera, con poca atención a las culturas autóctonas de los pueblos. El movimiento evangelizador camina con las manos unidas a la expansión colonial de las potencias imperialistas. Contra el exagerado nacionalismo de varios misioneros, Benito XV (19141922), advierte, en su Encíclica Máximum Illud (1919), dirigiéndose a los sacerdotes: "Qué pena sería vera los misioneros desconociendo su dignidad hasta el punto de colocar en sus preocupaciones su patria en este mundo sobre la patria celestial, y dar testimonio de un celo indiscreto por el desarrollo del poder de su país, por la irradiación y la extensión de su gloria sobre
La preocupación de la Iglesia por insertarse, efectivamente, en las diversas realidades culturales, aparece igualmente en la Encíclica Rerum Ecclesiae (1926) de Pío XI: "Especialmente, queremos recordarles la capitalísima importancia que tiene la vinculación del clero indígena. Un descuido en este punto no los culpabilizaría tanto de no haber cumplido vuestro ministerio cuanto de estar demorando demasiado la constitución y organización regular de la Iglesia en tierras de Misión... ¿ Cómo se podría implantar la Iglesia) sino valiéndose de los mismos elementos que se utilizaron en medio de nosotros, -donde- cada país cuenta con su clero y grey cristiana, y con sus propios religiosos, tanto hombres como mujeres? ¿Con qué derecho se pedirá al clero indígena que trabaje en su propio campo, es decir, que gobierne su propia Iglesia nativa?"
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Esfuerzos de inculturación del Evangelio en contextos no europeos encontramos, por ejemplo, en la obra misionera del Cardenal Lavigerie (1825-1892), en regiones mayoritariamente musulmanas del Norte de África, para lo cual funda los Padres Blancos en el año de 1868. En general, debemos reconocer que la valoración de las culturas no occidentales aún se encuentra en un estado inicial y solamente en nuestros días esa temática se convirtió en el eje central de la evangelización ad gentes. La Cuestión Romana, es decir, la pérdida de los Estados Pontificios, a partir del año 1860, como consecuencia de la campaña unificadora de Italia, condicionará, en buena parte, las actitudes de política eclesiástica externa, en cuanto la intransigencia católica de la época encuentra allí una de sus fuentes de inspiración. Hasta los Acuerdos de Letrán (1929) -cuando es creada la Ciudad del Estado del Vaticano- los papas adoptan la posición de prisioneros voluntarios, negándose a cualquier entendimiento con el nuevo Reino de Italia.
Internamente, la vida católica es reanimada con un incremento notable de la devoción mariana. En el año de 1854 es proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y, en el año de 1950, el dogma de su Asunción al cielo, en cuerpo y alma, es proclamado dogma de fe. Lourdes, donde se apareció la Virgen María, en el año de 1858, se convirtió en el mayor santuario mañano del mundo. Pío X incentiva la práctica eucarística sacramental con la comamón frecuente y cotidiana y el acceso a la mesa eucarística Dogma de la inmaculada Conde los niños con edad de razón cepción (1854) (1910). El mismo papa promovió una reforma litúrgica, retomó el canto sacro y la enseñanza del catecismo. La codificación del derecho eclesiástico fue prácticamente concluida durante el pontificado de Pío X, pero su promulgación oficial sólo tuvo lugar durante el gobierno de Benito XV (1917).
1929: surge el Estado del Vaticano 202
Ha sido delicada la posición de los papas durante las dos Guerras Mundiales. La mitad del pontificado de Benito XV transcurrió durante el Primer Gran Conflicto Bélico. Por todos los medios, el pontífice intentó poner fin a lo que él llamó mortandad inútil, pero su mediación a favor de la paz no tuvo un efectivo eco. Pío XI, su sucesor, asumió valientes actitudes frente a los regímenes totalitarios que se establecieron después de la Segunda Guerra Mundial, condenando las pretensiones totalitarias 203
del fascismo -Mussolini, Italia- y del nazismo -Hitler, Alemania-. Instituyó, en el año de 1925, la fiesta de Cristo-Rey con el objetivo de mostrar al mundo que una paz duradera sólo podría ser posible en el "Reinado de Cristo", reino de justicia y fraternidad; en cuanto la fuerza brutal del totalitarismo estatal sólo contribuiría para alimentar las hostilidades entre las Naciones. Los primeros seis años del pontificado de Pío XII (19391958), estuvieron profundamente marcados por la Segunda Guerra Mundial. Injustamente, la historiografía posterior a su muerte, ha presentado a este papa como uno de los más diplomáticos y de los menos proféticos con relación a las atrocidades de la guerra, especialmente con relación a su toma de posición frente a los campos de concentración y al holocausto de los judíos. Motivos de prudencia pastoral y la convicción de su impotencia frente al poderío bélico de las grandes potencias hicieron que el papa Pacelli prefiriese la acción humanitaria a las declaraciones públicas, que, en realidad, tendrían poco efecto. Sin embargo, . no calló cuando su deber apostólico lo empujaba a pronunciarse. Famosos son sus vehementes llamados a la paz en los sucesivos radio-mensajes de Navidad. Así, en el año de 1942, afirma: "Esta guerra mundial y todo cuanto se relaciona con ella, sean sus precedentes remotos o próximos, o sus procedimientos y efectos materiales, jurídicos o morales, que no representan cosa distinta ano el descabezamiento, inesperado tal vez para los incautos, pero previsto y deplorado por los que penetraban con su mirada hasta el fondo de un orden social que, bajo el engañoso rostro o máscara de fórmulas convencionales, escondía su fatal debilidad y su desenfrenado instinto de lucro y poderío... (El mundo deseaba ardientemente el restablecimiento de la paz en ¡a justicia). Este voto lo debe la Humanidad a las centenas de millares de personas que sin culpa, algunas veces sólo por motivos de su nacionalidad o de su raza, se ven destinados a la muerte o al exterminio progresivo... Este voto lo debe la Humanidad al río de lágrimas y de amarguras, al cúmulo de dolores 7 tormentos que procedende la ruina mortífera del descomunal
conflicto y que claman al cielo, invocando la llegada del Espíritu que libre al mundo de la invasión del terror y de la violencia". Con Pío XII se cierra un estilo de gobierno papal en la línea de una monarquía pontificia. El período de la postguerra hará surgir una sociedad nueva que pide una forma de Iglesia, más solidaria y participativa. Una Iglesia, no tanto preocupada por su prestigio político o privilegios sociales, sino especialmente, centrada en su misión principal: anunciar el Evangelio a los hombres y a las mujeres de hoy. En este sentido, se realizan esfuerzos de verdadera renovación en los campos de la biblia, de la pastoral, de la teología, del ecumenismo, de la liturgia y de la eclesiología. Al final del pontificado de Pacelli, esos movimientos provocaron tensiones y algunas veces, verdaderas crisis, como lo muestra la Encíclica Humani Generis (1950), "sobre algunas falsas opiniones que amenazan arruinar los fundamentos de la doctrina católica " y la prohibición romana de los llamados padres obreros (1954), en Francia. Pero, al mismo tiempo, se presiente la llegada de nuevos tiempos, llenos de la presencia vivificante del Espíritu, cuya señal luminosa será el Concilio Vaticano II.
último de los Papas-Reyes: Pío XII (<í 1958) 204
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Brasil, en el período que se describe globalmente, entró en la fase de su Independencia política (1822). Durante el Imperio, la situación de la Iglesia no era favorable. Directamente depende del poder civil (regalismo), ella no puede desenvolverse libremente. Es sólo a partir de mediados del siglo XIX, que comienza con una reacción, liderada por algunos obispos, en el sentido de una liberación de esta incómoda tutela. Son reafirmados los vínculos con Roma y las directrices del papa tienen calurosa acogida entre los promotores del movimiento de reforma católica. Pero la verdadera revitalización del catolicismo en nuestro país se dará únicamente después de la Proclamación de la República (1889) y la subsiguiente separación de Iglesia-Estado. El nuevo camino a recorrer se presenta sin obstáculos. Nuevamente, surgen voces en favor de la antigua alianza entre los dos poderes. Se consolida, en las primeras décadas de la vida republicana, la organización de la Iglesia, con la creación de numerosas diócesis. La entrada de un gran número de Congregaciones Religiosas extranjeras posibilita un compromiso notable y creciente en las áreas de la enseñanza y de la asistencia social. Alrededor del año 1920, la militancia católica recibe un nuevo impulso. Aunque las formas concretas en que se cristaliza -en una óptica de neocristiandad-, pueda ser hoy cuestionada, no podemos negar la generosidad y la competencia del gran número de laicos que dieron testimonio de su fe en los más diversos campos de la vida social y política. La Constitución Federal de 1934 expresó de manera elocuente la exaltación del catolicismo y de su prestigio en la sociedad brasileña. La restauración de la cristiandad, sin embargo, se mostrará con el correr de los años, como una óptica inadecuada para los nuevos tiempos. Los años sesenta hacen sentir intensamente la necesidad de otros caminos, con el fin de que la Iglesia pueda responde: a los desafíos de una sociedad brasileña en un acelerado proceso de transformación.
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EL CONCILIO VATICANO II
rLn la tarde del día 25 de enero de 1985, con ocasión de la conclusión de la "Semana de oración por la unidad de los cristianos", Juan Pablo II estuvo presente en la Basflica de San Pablo, de extramuros, en Roma, celebrando la misa de la fiesta de la Conversión de San Pablo. Al terminar la eucaristía, el papa tomó la palabra, diciendo: "Este año se celebra el vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, cuyo primer anuncio fue dado por mi predecesor Juan XXIII, precisamente en esta Basflica y en este mismo día, un 25 de enero de 1959. El Vaticano II continúa siendo el acontecimiento fundamental de la vida de la Iglesia contemporánea: fundamental para la profundización de las riquezas que le fueron confiadas por Cristo, que en ella y por medio de ella prolonga y comunica a todos los hombres el mysteríum salutis, la obra de la Redención; fundamental para el encuentro fecundo con el mundo contemporáneo de cara a la evangelización y al diálogo en todos los niveles y con todos los hombres de recta conciencia. Para mí, el Vaticano II fue siempre, y es de modo particular en estos años de mi pontificado, un constante punto de referencia..." Pero, en realidad, ¿qué fue el Concilio Vaticano II y cuál fue su significado para la Iglesia de nuestros días? Este capítulo quiere ser una respuesta introductoria para tal pregunta.
EL PAPA JUAN XXHI
E i día 9 de octubre de 1958 falleció, en su residencia de verano, en Castelgandolfo, el papa Pío XII (1939-1958). ¿Quién tendría condiciones -preguntaban muchos- para suceder al "Pastor 209
Angélico" de quien se decía que hablaba 12 lenguas? Para enorme sorpresa de todos, fue elegido, el día 28 de octubre de aquel año, el Patriarca de Venecia, cardenal Angelo Roncalli, quien tenía 77 años de edad. En los medios de comunicación se hablaba abiertamente que se trataba de un "papa de transición", cuyo pontificado tendría breve duración. Pero fue exactamente este papa quien, impulsado por el Espíritu Santo y sensibilizado por los "signos de los tiempos", daría inicio al mayor acontecimiento del siglo XX: el Concilio Vaticano II. Es importante puntualizar que dentro de la Iglesia -especialmente en medio de la Curia Romana- muchos creían ' que la época de los concilios estaba definitivamente cerrada, después que el Concilio Vaticano I (1870) proclamara, solemnemente, la infalibilidad doctrinaria del papa y su primado de gobierno sobre la Iglesia Universal. ¿Qué sentido y qué necesidad habría para convocar a una asamblea mundial de obispos? Pero Juan XXIII pensaba de forma diferente.
la promoción de la unidad de todos los cristianos y la paz en el mundo. Finalmente, en el célebre discurso de inauguración del Vaticano II (11 de octubre de 1962), el papa desafió abiertamente a los pesimistas, afirmando: "En el ejercicio cotidiano de nuestro ministerio pastoral, llegan a nuestros oídos insinuaciones de almas ansiosas, sin duda por el celo, pero no dotadas de gran sentido de discreción y de moderación. En los tiempos modernos, sólo ven prevaricaciones y ruinas; repiten que nuestra época, en comparación con las pasadas, está empeorando... Pero a nosotros nos parece que debemos discordar de estos profetas de la desgracia...."
El padre Teilhard de Chardin, jesuíta (1881-1955), puede ser considerado precursor del Vaticano II, por su contribución al diálogo entre la Iglesia y el mundo científico.
El primer anuncio del Concilio Vaticano II fue hecho en el discurso del papa Roncalli a los cardenales presentes en la Basílica de San Pablo, de extramuros, el día 25 de enero de 1959: "Pronunciamos delante de vosotros, por cierto, temblando un poco de la emoción, pero al mismo tiempo con humilde decisión de propósito, el nombre y la propuesta de una doble celebración: la de un sínodo diocesano para Roma y la de un concilio ecuménico para la Iglesia Universal". En su bula de convocación Humanae Salutis (25 de diciembre de 1961), Juan XXIII indicó los objetivos básicos del próximo concilio: la renovación interior de la Iglesia,
En la opinión de Juan XXIII, el concilio debería tener un carácter fundamentalmente pastoral: "... es necesario que la Iglesia no se aparte del patrimonio sagrado de la verdad, pero al mismo tiempo también debe mirar hacia el presente, para las nuevas condiciones y formas de vida del mundo moderno..." Este mismo discurso programático nos ofrece un límpido espejo del alma del papa: "....La Iglesia Católica (...) desea mostrarse madre amorosa para todos, benigna, paciente, llena de misericordia y bondad con los hijos de ella separados.... Ella prefiere usar más el remedio de la misericordia que el de la severidad..."
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EL LARGO CAMINO PARA EL CONCILIO
Ei Vaticano II no cayó del cielo y tampoco fue el resultado de una repentina "inspiración divina". Como todas las realidades humanas, conoce su preciso contexto histórico. En realidad, es fruto de un largo proceso de maduración; la coronación de muchos movimientos preparatorios. Se señalan algunos pasos. Son como los afluentes de un gran río que, finalmente, desemboca en el mar. A principios de los años 20 de nuestro siglo, el teólogo alemán Romano Guardini (1885-1968), podía decir: "Está surgiendo un movimiento religioso de imprevisible alcance: la Iglesia renace en las almas". Diez años más tarde, algunos católicos franceses proclamaron: "Nosotros somos la generación que redescubrió la Biblia y la liturgia, que siente un apasionado deseo polla unidad de la Iglesia, que escuchó el grito de los países de •misión..." El período entre las dos guerras mundiales presentó, de hecho, una intensificación de la vida eclesial en muchos aspectos. La Iglesia y el Cristianismo en general están siendo directamente desafiados por acontecimientos que conmueven a la sociedad occidental: la grave crisis económica mundial; las agitaciones y reivindicaciones en el campo social; los regímenes totalitarios, tales como el stalinismo en Rusia, el nazismo en Alemania y el fascismo en Italia. Asistimos en este período a un acelerado progreso intelectual, de modo particular en la filosofía. Pero también el pensamiento teológico evolucionó, especialmente en su búsqueda de diálogo con la cultura contemporánea. Alrededor de los años 30, nace un nuevo "humanismo cristiano", centrado en la figura de Cristo, en el concepto de Iglesia, en los grandes temas de la Historia y de las realidades terrestres. No se pueden omitir nombres como los de Jacques Maritain (1882-1973) y del gran jesuita y hombre de ciencia, Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). 212
Las renovaciones que precedieron al Concilio Vaticano II y, en cierto sentido lo prepararon, se sitúan en el campo de la liturgia, de la investigación bíblica y teológica, de la actividad pastoral y misionera, del compromiso social y del diálogo ecuménico. Ante la imposibilidad de analizar cada uno de estos aspectos, elegimos solamente dos: el movimiento pastoral y el ecuménico. Al inicio de este siglo, la Iglesia se enfrentó con el creciente fenómeno de la urbanización. Hasta entonces, su pastoral se orientaba especialmente hacia el medio rural y agrario. Los nuevos desafíos se encontraron con un clero en su mayoría muy mal preparado. Al correr de los años posteriores, se siente, con mayor intensidad, la necesidad de comprometer a los laicos con el apostolado de la Iglesia, especialmente allí, donde la pastoral oficial no tenía acceso. Es en este contexto que surge la Acción Católica, inicialmente comprendida como "la participación y la colaboración del laicado en el apostolado de la jerarquía", según la expresión del papa Pío XI (19221939). La "recristianización" de la sociedad occidental está en el centro de la acción de los papas durante esta primera mitad del siglo XX. "Restaurar todo en Cristo", decía Pío X (1903-1914) y Pío XI insistió, en 1925, al instituir la fiesta de Cristo Rey: "Sobre manera eficaz para condenar y recompensar, de algún modo, esta apostasía pública, tan funesta para las naciones, generada por el laicisismo. En efecto, cuanto más vergonzosamente se pasa en silencio, tanto en las conferencias internacionales como en los parlamentos, el nombre suavísimo de Nuestro Redentor, tanto más alto lo debemos aclamar, tanto más debemos reconocer los derechos que a Cristo confieren su dignidad y poder real" (Encíclica Quas primas del año 1925). La Acción Católica es vista, exactamente, como el "ejército pacífico" al servicio de Cristo Rey, en la implantación de su Reino. 213
Aunque la mentalidad haya sido bastante paternalista y clerical con relación al laicado, encontramos en la Acción Católica los gérmenes de una efectiva participación del laico en la vida y misión de la Iglesia. Este tema será plenamente asumido y profundizado en el Concilio Vaticano II, especialmente en el decreto Apostolicam Actuositatem que se refiere a la participación activa y responsable de los laicos en la misión salvífica de la Iglesia como a ellos "propia y absolutamente necesaria: en efecto, el apostolado de los laicos, que se deriva de la propia vocación cristiana, jamás podrá faltar en la Iglesia". El camino de aproximación entre cristianos de diversas confesiones ha sido extremadamente penoso. Desconfianza y hostilidad impidieron, durante mucho tiempo, un diálogo abierto y fraterno. Pero lentamente, bajo el innegable impulso del Espíritu, el movimiento ecuménico ganó mayor fuerza y expresión. En el campo protestante se menciona, a modo de ejemplo, la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo (1910), donde "el escándalo" de la división entre las diferentes denominaciones cristianas en tierras de misión fue ampliamente debatido. Poco a poco, la búsqueda de una mayor unidad entre las Iglesias protestantes, estimulada por motivos prácticos y -ético-sociales, llevó a valientes iniciativas, desembocando en la fundación del Consejo Mundial de Iglesias, en Amsterdam (1948).
oficialmente en la posición ecuménica del Concilio Vaticano II, de modo particular, por el decreto Unitatis redintegratio, donde se dice textualmente: "Por movimiento ecuménico se entienden las actividades e iniciativas suscitadas y ordenadas a favor de las muchas necesidades de la Iglesia y oportunidades de los tiempos, en el sentido de favorecer la unidad de los cristianos". Después de esos breves acentos a algunos movimientos que prepararon el terreno para las semillas del Concilio Vaticano II, se pasa ahora a la historia del gran evento que tan profundamente marcó el Cristianismo del siglo XX.
LA PREPARACIÓN INMEDIATA DEL CONCILIO
L>a preparación del Vaticano II comenzó, oficialmente, el día 17 de mayo de 1959, con la creación de una comisión para recoger las propuestas y sugerencias de los varios sectores del mundo católico, teniendo en vista la temática del propio concilio. Los resultados de esta inmensa consulta fueron resumidos en 9.348 proposiciones, reunidas en dos gruesos volúmenes y agrupadas en 83 núcleos fundamentales, que se dividían a su vez, en 612 puntos específicos.
En el campo católico, el ecumenismo tuvo una significativa repercusión en Alemania, donde Max loseph Metzger (18871944) fundó, en el año de 1938, la Una Sancta, con la finalidad de preparar la unión por medio de la oración y del encuentro fraterno. En Francia, el empeño de Paul Couturier (1881-1953) hizo que se difundiese y se profundizara espiritualmente la "Semana mundial de oración por la unión de los cristianos", iniciada, hacíavarios años,en la Iglesia Anglicana. Todos estos esfuerzos de comprensión, diálogo y aproximación fueron asumidos
El día 5 de junio de 1960, Juan XXIII constituyó diez comisiones preparatorias y tres secretariados con tareas específicas. Entre ellas se destacó el Secretariado para la Unión de los Cristianos, organismo que desde el inicio despertó mayor interés y mucha esperanza dentro y fuera de la Iglesia Católica.
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provenientes de todos los continentes. A título de curiosidad se escribe que se realizaron 2.778 convocaciones: 80 cardenales, 7 patriarcas, 1.619 arzobispos y obispos residentes, 975 obispos titulares y 97 superiores de órdenes y congregaciones religiosas. La presencia promedio en el curso de las cuatro sesiones conciliares varió entre 2.100 y 2.300 personas. El carácter internacional de la magna Asamblea se manifiesta en las siguientes estadísticas: el 33% de los sacerdotes conciliares provenían de Europa Occidental; 13 % de los Estados Unidos y Canadá; 22% de América Latina; 10% de Asia; 10% de África; 3.5 % del mundo árabe y 2.5 % de Oceanía. Fue notable la presencia en la sala conciliar de observadores no católicos, cuyo número aumentó a lo largo de las sesiones de 31 a 93, representando un total de 28 Iglesias y confesiones.
El Concilio Vaticano II, iniciado el 11 de octubre de 1962, tuvo lugar en la Basílica de San Pedro en Roma, y fue clausurado el día 8 de diciembre de 1965.
El exhaustivo trabajo de las comisiones preparatorias resultó en 70 esquemas (= proyectos de futuros documentos conciliares), reunidos 119 opúsculos con un total de 2.060 páginas de texto. Se trata, de hecho, de un descomunal esfuerzo de síntesis, pero hecho en moldes tradicionales y dentro de una mentalidad típicamente curial. La visión de Trento (1545-1563) todavía prevalecía en los textos: una fuerte centralización jerárquica y de defensa contra todos los "enemigos", unida a una gran desconfianza delante del "mundo". Pero Juan XXIII pensaba a partir de otras perspectivas.
EL CONTENIDO FUNDAMENTAL DEL VATICANO II
En la mañana del día 11 de octubre de 1962, fiesta de la Maternidad Divina de Nuestra Señora, fue abierto el XXI Concilio Ecuménico, en la nave central de la Basflica de San Pedro, en el Vaticano. Estaban presentes, aproximadamente, 2.250 sacerdotes,
A n t e s de pasar a un breve análisis del contenido central del Concilio, conviene recordar que existían, básicamente, dos orientaciones o "líneas" entre los sacerdotes conciliares, hecho que se determinó llamar de "mayoría" y "minoría". Se trata de una división generalizada y hasta simplista, que debe ser utilizada con bastante cautela y sentido crítico. Pero no podemos negar la existencia de dos abordajes que, varias veces, entraron en choque. El primer grupo mostraba gran sensibilidad por las realidades del mundo y la necesidad de renovación. Estaba abierto al diálogo ecuménico y peleaba por una teología de carácter pastoral en sintonía con la Sagrada Escritura. En resumen, sus preocupaciones se situaban, especialmente, en el campo pastoral. El segundo grupo contaba con el apoyo de significativos sectores de la Curia Romana y obispos de "países de cristiandad". Para ellos, la conser-
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vación integral del "depósito de la fe" era una cuestión vital, unido a la estabilidad de la Iglesia y al carácter monárquico de su constitución. No es un secreto que el Concilio vivió momentos de gran tensión. Ya en la primera sesión del 13 de octubre de 1962, se decidió no aceptar las listas de comisiones, previamente elaboradas por la Curia Romana y, más tarde, los padres conciliares rechazaron varios "esquemas" preparados por las comisiones preconciliares, especialmente las que se referían a la Revelación y a la Iglesia. Eso significó, en la práctica, el retiro de buena parte del material elaborado antes del Concilio y la firme voluntad de partir de bases diferentes. Se inauguró, así, una nueva metodología eclesial, orientada para la pastoral y el diálogo con la realidad histórica. Los 70 "esquemas" iniciales fueron reducidos a 17, teniendo como objetivo la simplificación de los debates y un ritmo más acelerado en los trabajos. Lentamente, maduró entre los sacerdotes conciliares la convicción de que el papa no los llamaba a Roma sólo para decir amén a los proyectos que ya estaban listos, sino para contribuir efectivamente en la búsqueda común de la renovación de la Iglesia (aggiornamento), ejerciendo de esta forma su corresponsabilidad y su colegialidad episcopal. Para resumir todo el rico y amplio contenido del Vaticano II, a lo lkrgo de sus cuatro sesiones, que se realizaron entre 1962 y 1965, siempre durante el segundo semestre de estos años, se puede recurrir a la intervención del cardenal Gabriel-Marie Garrone, durante el Sínodo Extraordinario de 1985. Nos cuenta este veterano del Concilio que el objetivo central del Vaticano II fue la Iglesia en sí misma y en sus relaciones ad extra, es decir, con el mundo de hoy. "Esta simple e integral perspectiva unifica -dice Garcone- todo el trabajo conciliar: redescubrir la Iglesia en la plena luz de la fe (la constitución Lumen Gentium), en vi sta al diálogo con el mundo (la constitución pastoral Gaudium et 218
Spes)". Los nueve decretos y las tres declaraciones del Concilio son, por así decirlo, aspectos diferentes del contenido fundamental de las cuatro constituciones -que son, además de las ya citadas: Sacrosanctum concilium, sobre la liturgia, y la Dei verbum, sobre la Revelación-, las cuales abren el camino para la acción. Además de esto, el cardenal señala, en su mencionada intervención, los siguientes puntos de relevancia en los trabajos conciliares: La imagen del pueblo de Dios para designar el misterio de la Iglesia. Dice la Lumen Gentium (n° 9): "Los que creen en Cristo (...) constituyen la estirpe elegida, el sacerdocio real, la nación santa, el pueblo conquistado ...el pueblo de Dios (1P 2, 9-10)... Su condición es de dignidad y de libertad de los hijos de Dios... Para la humanidad, representan un germen fecundísimo de unidad, esperanza y salvación". La autoridad en la Iglesia es vista por el Concilio como servicio, el único que da sentido al "poder". La colegialidad y la comunión reciben un nuevo énfasis. En cuanto "libertad", "respeto mutuo" y "dignidad humana" son reconocidos como eminentes valores evangélicos que la Iglesia debe practicar y defender en nombre de Cristo. La valoración de las realidades terrenas en la perspectiva de nueva tierra y nuevo cielo. Este punto merece la especial atención de Pablo VI, en su discurso de clausura del Vaticano II: "El Concilio se interesó vivamente por el estudio del mundo moderno. Tal vez la Iglesia nunca haya sentido como en esta ocasión la necesidad de conocer, de aproximarse, de comprender, de penetrar, de servir, de evangelizar la sociedad que la rodea, y, por así decirlo, de seguir en sus transformaciones rápidas y continuas".
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LOS DOS PAPAS DEL CONCILIO
E l 3 de junio de 1963, durante el intervalo entre la primera y la segunda sesión del Concilio, falleció el papa Juan XXIII, ofreciendo conscientemente su vida por el Concilio y por la unión de los cristianos. Nunca un papa tuvo tanta popularidad. ¿Dónde estuvo el secreto de la fascinación que causara el 261° sucesor de San Pedro en medio de las masas? "El pueblo, confesaba Diño Buzzati, veía y ve en él, especialmente, sino exclusivamente, la encarnación feliz y suave de la bondad. Bondadoso era su rostro, su sonrisa, su mirada, su modo de hablar, el tono de su voz. Bondad que se extendía por toda su apariencia física, e incluso su propia vejez la revelaba". Un rabino americano tradujo bien la voz del pueblo cuando afirmó, al día siguiente de la muerte del papa Roncalli: "El mundo se quedó inmensamente pobre después de su muerte". El 21 de junio, el cónclave eligió al arzobispo de Milán, Juan Bautista Montini, como sucesor de Juan XXIII. El nuevo papa tomó el nombre de Pablo VI (1963-1978) y anunció, inmediatamente después de su elección, el firme propósito de proseguir el Concilio Vaticano II: "La parte principal de nuestro pontificado estará dedicada a la continuación del Concilio ...esto constituye el primer pensamiento de nuestro ministerio apostólico". De hecho, el día 29 de septiembre de 1963, Pablo VI dio solemnemente inicio a la segunda sesión del Concilio Ecuménico, pronunciando un importante discurso, en el cual trazaba las directrices de los trabajos a ser realizados. "La Iglesia -dijo el papa- descubre y confirma su vocación misionera, que es esencial para ella y que, coincide con el mandato recibido por ella, consiste en anunciar valientemente el Evangelio a todos los hombres, sea cual sea su condición... Que el mundo lo sepa: la Iglesia lo mira con profunda comprensión, con verdadera admiración, sinceramente dispuesta a no someterlo, sino a servirlo; a no despreciarlo, sino 220
a aumentarle su dignidad; a no condenarlo, sino más bien a ampararlo y salvarlo". Fue gracias a la firme y prudente orientación de Pablo VI que el Concilio pudo llevar a cabo su ingente trabajo a lo largo de las sesiones de 1963, 1964 y 1965. En la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, el día 8 de diciembre de 1965, con el Breve In Spiritu Sancto, Pablo VI clausuró oficialmente el Concilio Vaticano II, "uno de los grandes acontecimientos de la Iglesia... y el más oportuno, porque, teniendo presentes las necesidades de la actual época, enfrentó especialmente las necesidades pastorales..." BALANCE FINAL El Concilio Vaticano II fue, sin duda, el mayor acontecimiento del siglo XXpara la Iglesia Católica (José Comblin), inaugurando un nuevo período de su milenaria historia. Emerge como el divisor de aguas, fundamental para la Iglesia, originando un proceso de apertura, renovación y participación (José Osear Beozzo). Es verdad: un concilio es mucho más que los documentos que produce. Vaticano II significa, especialmente, "un espíritu nuevo", la experiencia de un nuevo comienzo, un profundo conocimiento de la identidad y de la misión de la Iglesia. O, como decían los obispos del Sínodo de 1985: "El mensaje del Concilio Vaticano II, ya acogido con gran consenso de espíritu por toda la Iglesia, es la Carta Magna y continuará en el futuro. Llegue, al fin, a nuestros días aquel "nuevo Pentecostés " del cual había hablado el papa Juan XXIII y que nosotros esperamos del Espíritu Santo, junto con todos los fieles cristianos. Conceda el Espíritu, por la 221
intercesión de María, Madre de la Iglesia, que al final de este siglo la Iglesia celebre en la Palabra de Dios los misterios de Cristo para la salvación del mundo ",
TREINTA AÑOS, VEINTE SIGLOS
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D e s d e la clausura del Concilio Vaticano II, el día 8 de diciembre de 1965, han pasado 30 años. Para muchos, especialmente para las nuevas generaciones, parecen siglos. El mundo marcha tan de prisa... Para otros, especialmente para los más viejos, esos treinta años fueron de angustia. Todo les parecía que estaba en crisis. Hasta la religión. ¿Todo cambia, todo pasa? Otros, todavía buscan resistir. Las novedades son modas pasajeras. El ser humano, en el fondo, permanece siempre igual. La fe y la tradición pueden ser olvidadas por un tiempo, pero no vencidas. Al final, ellas siempre triunfan. ¿Quién tiene razón? ¿Dónde estamos realmente? ¿Hacia dónde vamos? Son preguntas a las cuales podremos responder con seguridad, si no nos quedamos en las impresiones inmediatas y superficiales. Tenemos que compararlos acontecimientos de hoy con un período más largo de la Historia. Tenemos que considerar -dirían los historiadores- no el "corto plazo", sino el "largo período". No apenas 30 años, sino 20 siglos de Cristianismo. Es lo que intentamos hacer en este libro: Cristianismo 2000 años de caminada, que termina con una mirada a la historia reciente de la Iglesia Católica y a la de su futuro.
El primer gran viaje del papa Pablo VI fue a Jerusalén (enero de 1964), donde rezó en los mismos lugares que Jesús. La Iglesia se renueva regresando a su fuente: el Evangelio, la voluntad de Dios.
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LA CRISIS ES UN PARTO
Ei Concilio Vaticano II suscitó inicialmente un gran entusiasmo. Luego llegó a muchos una inmensa decepción. ¿Por qué? Quien conoce bien la historia de la Iglesia concuerda con la observación, hecha hace más de 100 años, por el gran teólogo y cardenal John Henry Newman: "Después de un concilio ecuménico, es raro que no venga una crisis" (Carta de 1870). Por el entusiasmo del Concilio y por la ignorancia de la historia, los católicos habían olvidado que, después de Nicea -el primer concilio ecuménico, realizado en el año 325-, vinieron 50 años de luchas internas. Éfeso y Calcedonia, en el siglo V, trajeron divisiones que duran hasta hoy. El Concilio de Trento no fue aplicado antes de 50 años o más, en la mayoría de los países católicos. Incluso, el Vaticano I encontró algunas dificultades para ser aceptado. Justamente porque estos acontecimientos fueron hasta el fondo de los problemas, provocaron impacto y encontraron resistencias. Si hubiesen puesto "paños de agua", no habrían provocado "crisis". ¿Pero la crisis es buena o mala? ¿Es necesaria o indispensable? A la luz de la Historia, las crisis -por más dolorosas que sean- aparecen siempre como benéficas. Ellas son como un parto. Son el paso hacia una etapa nueva en la vida. Exigen que se abandone la situación anterior, donde estábamos acomodados y tranquilos,para enfrentar una nueva situación, desconocida: un mundo más amplio y más peligroso. Pero parto y crisis son la condición para que nazca y crezca lo nuevo. La crisis del postconcilio tomó a muchas personas por sorpresa, porque consideraban que la Iglesia estaba completa y que 226
era inmutable. Ni soñaban con que ella pudiese renacer y renovarse.
N U E V O S S I G N O S D E LOS T I E M P O S
JNosotros sabemos que no fue así. La Iglesia constituye una realidad viva, que se renueva incesantemente. Así lo muestra toda su historia. El Concilio Vaticano II entendió e hizo de esa percepción el punto de partida para su programa. Exhortó a todos los católicos y a todos los cristianos a poner atención a los "signos de los tiempos", como ya lo quería Jesús (cf. Mt 16, 2-3; Le 12, 54-56). Desde el Concilio, el mundo aceleró sus cambios, y los nuevos "signos de los tiempos" están apareciendo. También, el Sínodo de los obispos de diciembre de 1985 lo constató. Llegó a decirse que "problemas y angustias" son hoy mayores. "Crecen en todas partes el hambre, la opresión, la injusticia y la guerra, los sufrimientos, el terrorismo y otras formas de violencia de todo tipo". No faltaron los signos de esperanza. Entre ellos, dos grandes apóstoles que Dios puso al frente de su Iglesia en este período turbulento: Pablo VI y Juan Pablo II.
PABLO VI (1963-1978)
Correspondió a este 262° sucesor de San Pedro, vivir en uno de los momentos decisivos de la Historia de la Iglesia que exigía, al mismo tiempo, apertura, capacidad de diálogo y firmeza, fidelidad al pasado y aceptación de los desafíos del presente. 227
Juan Bautista Montini, nació el 26 de septiembre de 1897 en Concesio, cerca de Brescia, al Norte de Italia, hijo del abogado Jorge y de Judith Alghisi. Después de su ordenación sacerdotal, en 1920, completó sus estudios eclesiásticos en Roma, de 1924 a 1932, cuando también desarrolló un importante trabajo junto a los estudiantes católicos de Italia, siendo un punto de referencia para las corrientes más progresistas de la época: antifascismo, oposición al clericalismo político, interés por la renovación de las estructuras, búsqueda de un Cristianismo más evangélico y de una espiritualidad propia de los laicos. En el año de 1937 comienza su período en la Curia Romana, donde llega a colaborar directamente con Pío XII (1939-1958), en calidad de "pro-secretario de Estado" (1953). Con su nombramiento como arzobispo de Milán, se inicia la experiencia propiamente pastoral de Montini. Es nombrado cardenal, en el año de 1958, por Juan XXIII. Con entusiasmo recibe la noticia de la convocación del Concilio Ecuménico Vaticano II. Casi al final de la primera sesión del Concilio, el día 5 de diciembre de 1962, el cardenal Montini realizó una histórica y decisiva intervención que abriría nuevos rumbos para el Vaticano II. Además de llamar la atención a la colegialidad episcopal, se pronunció a favor del espíritu ecuménico que debía presidir los trabajos conciliares. Junto con otros protagonistas de la renovación (los cardenales Suenens, Lercaro y Doepfner) insiste en que el esquema sobre la Iglesia sea totalmente revisado.
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El día 3 de junio de 1963 falleció Juan XXIII, el "papa bueno", cuando tenía 82 años. Para nadie era un secreto que él consideraba al cardenal Montini como "hijo predilecto" y eventual sucesor. De hecho, el cónclave eligió el día 21 de junio de 1963, al arzobispo de Milán, quien adoptó el nombre de Pablo VI. Tenía 65 años de edad. Inmediatamente después de su elección manifestó el firme propósito de dar continuidad al Concilio iniciado por Juan XXIII. Toda la actuación de Pablo VI en los sucesivos trabajos conciliares está marcada por una gran preocupación: promover dinámicamente la unidad y la comunión en la Iglesia, a fin de que ella sea transmisora fiel del "depósito de la fe" y pueda prestar un auténtico servicio al mundo, en nombre del Evangelio. En su primera Encíclica, Ecclesiam suam (seis de agosto de 1964), el papa define su programa de gobierno, incentivando el verdadero diálogo con el mundo moderno, trazando sucesivos círculos concéntricos: con toda la humanidad, con aquellos que creen en Dios, con los hermanos cristianos "aún separados" de nosotros y, finalmente, el diálogo en la propia Iglesia. Tomando a pecho, especialmente, la plena realización de la comunión en el seno de la Iglesia, el papa Montini dirige con prudencia y equilibrio los destinos del Vaticano II. Algunas veces interviene personalmente para definir temas polémicos, como en el caso de la discusión sobre el celibato eclesiástico, o el control de la natalidad y los matrimonios mixtos, dando la impresión de hacer concesiones a los grupos conservadores del Concilio. Pero no podemos olvidar que en otros momentos la valentía y el apoyo de Pablo VI fueron decisivos para llevar adelante importantes posiciones del Concilio, como la declaración sobre la libertad religiosa, el capítulo sobre la paz en el esquema XIII (la futura Constitución Pastoral Gaudium et Spes) y los textos que se refieren al ateísmo y al comunismo. Un documento de gran alcance fue, sin duda, la Encíclica Populorum Progressio, del año 1967, conteniendo un insistente 229
llamado a una acción organizada para el desarrollo integral del hombre y la solidaridad entre los pueblos. Concluyendo el documento, Pablo VI afirma que: " desarrollo es el nuevo nombre de la paz". Y haciendo referencia a la Encíclica Pacem in terris, de Juan XXIII, dice: "Combatir la miseria y luchar contra la injusticia es promover no sólo el bienestar, sino también el progreso humano y espiritual de todos y, por tanto, el bien común de la humanidad". Pablo VI realizó significativos gestos que manifiestan su deseo de diálogo, aproximación y servicio al mundo de hoy. En el campo del ecumenismo: el encuentro con el patriarca Atenágoras, de la Iglesia Ortodoxa, en Jerusalén, durante su visita a Tierra Santa (4 al 6 de enero de 1964); el viaje para Ginebra, con el objetivo de encontrarse con los miembros del Consejo Mundial de Iglesias (junio de 1969); el encuentro, en Roma, con el arzobispo Miguel Ramsey (25 de marzo de 1966), ocasión en que bendijeron al pueblo, y Pablo VI pasó al Primado de la Iglesia Anglicana su anillo de pastor. En el campo de servicio al mundo, dio apoyo a las organizaciones internacionales que se dedican a la promoción de la paz y del desarrollo. En su visita a la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Nueva York (4 de octubre de 1965), el papa Montini invitó a los países miembros a hacer verdaderamente universal su organización: "Vuestra vocación es llevar la fraternidad no sólo a algunos pueblos sino a todos". Delante del Moque comunista, Pablo VI siguió la línea de apertura adoptada por Juan XXIII. Durante su pontificado visitaron el Vaticano el jefe de Estado Soviético, Nicolau Podgorni, y otros estadistas del Segundo Mundo, como el presidente de Yugoslavia, Tito. Muy apreciado ha sido su gesto de renunciar a la tiara -último residuo de una época en que el papa era también señor temporal- en beneficio de los pobres.
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Las crisis en la Iglesia postconciliaralcanzó de modo particular a la persona de Pablo VI. Las fuertes reacciones negativas que siguieron a la publicación de su Encíclica Humanae Vitae (1968) dejaron profundas marcas en su alma. Significativo en este período fue el lamento que dejó escapar el día 20 de julio de 1972: "Pensábamos que después del Concilio el sol brillaría sobre la historia de la Iglesia. Pero, al contrario, llegó un día lleno de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda e inseguridades..." Pablo VI no fue, sin embargo, el "hombre angustiado" que algunos describieron con tanta vivacidad. Tal vez ningún documento como la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (1975), sobre la evangelización en el mundo contemporáneo, exprese mejor la línea directriz de su pontificado de 15 años: "La tarea de evangelizar a todas las personas constituye la misión esencial de la Iglesia... Es su gracia y vocación propia, su más profunda indentidad".
JUAN PABLO I (1978)
La elección del patriarca de Venecia, Albino Luciani, para suceder a Pablo VI, en agosto de 1978, fue considerada por muchos una "solución pastoral". El nuevo papa tuvo un brevísimo pontificado, de apenas 33 días. Inauguró, de hecho, un "nuevo estilo" de ser papa: enteramente orientado hacia la evangelización y la catequesis, presentán231
dose al mundo con una cautivante simplicidad, sentido humano e inolvidable sonrisa.
Sería mucha pretensión emitir en este momento un parecer global sobre el pontificado en curso. Podemos señalar algunas líneas inspiradoras de la actuación de Juan Pablo II en el gobierno de la Iglesia Universal.
JUAN PABLO H (1978 - hoy)
Ante todo, el actual papa quiere ser fiel a la herencia del Concilio Vaticano II. En el centro de su servicio apostólico a la Iglesia está la afirmación de la identidad católica y la misión evangelizadora en un mundo en transformación. Significativa, en este contexto, es su primera Encíclica Redemptor Hominis -4 de marzo de 1979-, que puede ser vista como una especie de "discurso programático" de su gobierno.
l^a muerte inesperada del papa Luciani, el 29 de septiembre de 1978, sorprendió al mundo, provocando dolor y consternación. Días después, 111 cardenales entraron en cónclave y eligieron al cardenal polaco Karol Wojtyla, el día 16 de octubre de 1978, quien tomó el nombre de Juan Pablo II. Nació el 10 de mayo de 1920 en Wadowice, a 21 kilómetros de Cracovia, en Polonia. De familia humilde, perdió a su madre a los 9 años de edad. Después de sus estudios básicos, asistió a la Facultad de Filosofía y Letras de Cracovia, pero a causa de la guerra tuvo que interrumpir sus estudios. Trabajó como minero y, más tarde, como obrero en una industria química. A los 23 años de edad decidió ser sacerdote, siendo ordenado en el año de 1946. Fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia el año 1958, asumiendo la responsabilidad de esta diócesis en la condición de obispo titular en 1964. Participó activamente del Concilio Vaticano 11(1962-1965). En sus intervenciones conciliares ya aparecen los elementos que serán directrices básicas durante su pontificado: la importancia del diálogo, el valor de la libertad y de la persona humana, la absoluta necesidad de la religión y de la redención de Cristo, el problema de la secularización y del ateísmo. 232
Juan Pablo II, ampliando e intensificando los viajes apostólicos iniciados por Juan XXIII y Pablo VI, quiere poner en práctica la función del Obispo de Roma y pastor de la Iglesia Universal de "confirmar a sus hermanos en la fe", dando forma concreta a la colegialidad en la Iglesia dentro de una constante búsqueda de comunión eclesial. Si la temática de la moral cristiana y de la identidad católica predomina en visitas a los países del Primer Mundo, en sus contactos con los pueblos del Tercer Mundo prevalece la problemática social. Así, en su primer viaje al Brasil, del 30 de junio al 11 de julio de 1980, Juan Pablo II, dirigiéndose a los habitantes del tugurio de Vidigal, en Río de Janeiro, dijo: "Sólo tiene razón de ser la sociedad socialmente justa, que se esfuerza por ser siempre más justa. Solamente tal sociedad tiene frente a sí el futuro. La Iglesia de los pobres no quiere servir a aquello que causa las tensiones y hace explotar la lucha entre los hombres. La única lucha, la única batalla a la que la Iglesia quiere servir es la noble lucha por la verdad y por la justicia y la batalla por el verdadero bien, la batalla en la que la Iglesia es solidaria con cada hombre". Es innegable el gran afecto que el actual papa muestra con relación a Brasil. Testimonio de ello fue su "Mensaje a los Obispos del Brasil", el 9 de abril de 1986, que, en realidad, se dirige a 233
todos los católicos. Después de haber hablado de los desafíos que la evangelización enfrenta en Brasil, Juan Pablo II afirma a los pastores: "En la medida en que la Iglesia en el Brasil se empeñe por encontrar aquellas respuestas justas -penetradas de comprensión respecto a la rica experiencia de la Iglesia, tan eficaces y constructivas cuanto posibles y al mismo tiempo en consonancia y en coherencia con las enseñanzas del Evangelio, de la Tradición viva y del perenne Magisterio de la Iglesia -estamos convencidos de que la Teología de la Liberación no sólo es oportuna sino también útil y necesaria. Pienso que, en este campo, la Iglesia del Brasil puede desempeñar un papel importante y delicado al mismo tiempo: crear espacio y condiciones para que se desarrolle, en perfecta sintonía con la fecunda doctrina (....), una reflexión teológica en plena sintonía con la constante enseñanza de la Iglesia en materia social y, al mismo tiempo, lista para inspirar una praxis eficaz a favor de la justicia social y de la equidad, de la salvaguardia de los derechos humanos, de la construcción de una sociedad humana fundamentada en la fraternidad y en la concordia, en la verdad y en la caridad".
tralizar. Pero los viajes del papa también son estímulo al crecimiento de las Iglesias locales. Ellos parecen corresponder a una preocupación que Karol Wojtyla tenía, cuando todavía era cardenal arzobispo de Cracovia, en su Polonia natal. El había dicho: "Los documentos que se prepararon en Roma siempre son elaborados desde la óptica de Occidente. Nunca se logra que tengan en cuenta las exigencias de las Iglesias del Este europeo y del Tercer Mundo".
UN PAPA MISIONERO
Desde su primer viaje a Polonia (1979), Juan Pablo II dejó claras sus reivindicaciones por la libertad religiosa y las quejas contra el totalitarismo soviético. El desmoronamiento del dominio ruso sobre Europa Oriental y la crisis interna del comunismo, de los cuales la caída del muro de Berlín (1989) fue el símbolo más evidente, no dejaron espacio para un "regreso a la religión" o una "victoria de Dios". El secularismo de la sociedad moderna, capitalista, desde siempre denunciado por el papa, invade también los países que habían estado por décadas bajo el régimen comunista, de inspiración materialista y atea.
Ei papa Juan Pablo II regresó al Brasil en el año de 1991 y prometió regresar en el año 1997. Esas visitas hacen parte de sus numerosos viajes, que convierten a Juan Pablo II en un misionero por excelencia. El papa itinerante, peregrino de Cristo en todas las partes de la tierra, quiere manifestar el amor de Cristo a todos los hombres y mujeres del planeta. Su presencia dinámica junto a las Iglesias de los diversos países pareció aumentar la "centralización" de la Iglesia, que el Concilio Vaticano II había buscado descen234
Auténticas o no, estas palabras, es cierto que Juan Pablo II dedicó una atención mucho mayor que en el pasado a Europa Oriental y a los países de otros continentes. El interés por el Tercer Mundo se confunde con el interés por la lucha contra las desigualdades sociales y económicas. "El Sur pobre juzgará al Norte rico", habló en Canadá durante su visita en el año de 1984. Más ampliamente, esa angustia se transparenta -hasta en el títuloen la Encíclica de 1987 "La solicitud sobre la cuestión social". En 1986, el papa aprobó la segunda instrucción acerca de la Teología de la liberación (Libertatis Consientia), que reconoce su necesidad y su valor, diferente de la primera instrucción (Libertatis Nuntius), muy negativa.
El cuadro es todavía más trágico por las numerosas guerras de Asia, África y Oriente Medio y hasta el reciente e inesperado conflicto en tierras eslavas, en la frontera entre el Occidente y el 235
Oriente de Europa, en el corazón y en el punto de encuentro de las tradiciones religiosas cristianas y musulmanas: la antigua Yugoslavia, ahora disputada por servios, croatas y bosnios.
UN PAPA ORIENTADO HACIA EL TERCER MILENIO CRISTIANO
Por la paz y, sobre todo, para dar testimonio de la fe en el único Dios, el papa no duda en convidar a la oración a todos los cristianos, incluso a otras religiones, como en Asís (19861993) o, desde ya, en Jerusalén, en el monte Sinaí (2000). Para fortalecer la unidad de Europa, el papa exhorta a redescubrir sus raíces cristianas. El mismo llamado es dirigido a América latina, para que de su tradición cultural católica encuentre las fuerzas para la nueva evangelización. La nueva evangelización, en la perspectiva de una Iglesia convertida y renovada, fiel a su misión evangelizadora, es el llamado insistente de los últimos años: en la Exhortación a los fieles laicos (Christifideles Laici, 1988), en Santo Domingo (1992), en la carta sobre la aproximación del Tercer Milenio cristiano y la preparación del Jubileo del año 2000 (Tertio Millennio Adveniente, 1994). Frente a los grandes desafíos de la actualidad, Juan Pablo II repite incansablemente las palabras de Cristo: "No tengan miedo".
JUAN PABLO H EN NÚMEROS APROXIMADOS
A.1 celebrarse los 15 años de pontificado de Juan Pablo II (16 de octubre de 1978 / 16 de octubre de 1993), fue hecha la siguiente estadística: DOCUMENTOS: 10 encíclicas; 5 exhortaciones apostólicas postsinodales; promulgación del Código de Derecho Canónico, del Código de los cánones de las Iglesias Orientales; del Catecismo de la Iglesia Católica y de la Reforma de la Curia Romana. Además de esto, numerosas Cartas apostólicas sobre temas relevantes -el sufrimiento, la mujer, los jóvenes...-, una carta para el Jueves Santo a los sacerdotes, mensajes anuales para el Día Mundial de la paz y otros eventos. GOBIERNO COLEGIAL: 5 sínodos de obispos; 4 sínodos especiales; 2 asambleas generales de obispos de América Latina; 4 consistorios extraordinarios -reuniones de cardenales-; encuentro con todos los obispos en la visita "ad limina" -cada cinco años-, entre otros. NOMBRAMIENTOS: Consagró 108 cardenales, reformó la Curia (1988) y nombró todos sus actuales dirigentes. Creó 49 nuevas nunciaturas -que a finales de 1993 eran 145- y nombró todos los actuales nuncios. De los 4.000 obispos vivos, nombró cerca del 60%. De las 2.625 diócesis o circunscripciones eclesiásticas, se aumentó a 2.785. CANONIZACIONES: 32 canonizaciones y 171 beatificaciones, con un total de 257 nuevos santos y 477 bienaventurados.
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VIAJES: Visitó más de 100 países en más de 60 viajes Sólo en Italia, ya realizó más de 100 visitas a las diócesis LOS SÍNODOS DE OBISPOS Después del Concilio Vaticano II, una nueva institución fue creada en la Iglesia Católica: el Sínodo de Obispos. El se compone de obispos, elegidos por sus colegas, para expresar al Papa su parecer con respecto al gobierno de la Iglesia. La primera asamblea del Sínodo fue realizada en el año de 1967, seguida de una reunión extraordinaria en 1969. Ambas se ocuparon de la aplicación del Vaticano II. De 1971 a 1983 se realizaron cinco asambleas ordinarias: sobre el sacerdocio ministerial y sobre ¡ajusticia en el mundo (1971), sobre la evangelización (1974), sobre la catequesis (1977), sobre la familia (1980), sobre la reconciliacióny la penitencia (1983). El Sínodo de 1974 fue especialmente importante por ¡a participación activa de los obispos de América Latina y del Tercer Mundo. Sus resultados fueron divulgados por el papa Pablo VI en la exhortación Evangelii Nuntiandi. En 1985, el papa Juan Pablo II convocó a un sínodo extraordinario para celebrar los 20 años del Concilio Vaticano II. En 1987, el sínodo se realizó sobre "Vocacióny misión de los fieles laicos". En 1990, sobre "La formación sacerdotal en las circunstancias actuales ". Enl 994, se realizó un Sínodo Especial para África y uno general sobre la Vida Consagrada.
RUMBO AL AÑO 2000
¿.Hacia dónde vamos? Sería muy pretensioso trazar los rumbos de la Iglesia Católica en el Tercer Milenio. Es válido, sin embargo, analizar a la luz de la situación actual los problemas y desafíos de los próximos años. Son las líneas del catolicismo en las puertas del año 2000. El catolicismo se convirtió realmente en una religión mundial. El catolicismo, hasta hace pocos años, era un hecho esencialmente europeo. En los últimos 20 años, los católicos de Europa y de América del Norte dejaron de ser la mayoría. Vean esta estimativa:
CATÓLICOS (en millones) CONTINENTE
1960
1980
2000
Europa América del Norte América Latina África Asia y Oceanía
239 52 179 26 45
269 59 314 57 66
300 80 592 175 87
Esto significa que los católicos de Europa y de América del Norte -los países ricos-, que eran cerca del 54 % del total en 1960 y 43% en 1980, serán poco más del 30% en el año 2000. Al respecto, los católicos del Tercer Mundo pasarán del 46% aproximadamente al 70%. El dinamismo de las Iglesias locales. Al mismo tiempo, el catolicismo multiplica sus esfuerzos para encarnarse
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mejor en la cultura de los diversos países. El Vaticano II adoptó las lenguas vernáculas en la liturgia, en lugar del latín. En los próximos años, continuará la búsqueda de liturgias más vinculadas a las diversas tradiciones culturales. Y no sólo en el campo de la liturgia, sino también en otros aspectos, las iglesias quieren dejarlas costumbres europeas, para adoptar las que corresponden a sus características locales o nacionales. Esto también exige la búsqueda de nuevas formas de comunicación y solidaridad entre las iglesias de los diversos países y una relación más intensa con el centro, Roma. La participación del Meado y los nuevos ministerios. El Vaticano II modificó en profundidad la "eclesiología" -el concepto de Iglesia-, En lugar de una Iglesia identificada con el clero -sacerdotes y obispos-, el Concilio exalta la comunidad de los fieles, donde todos los cristianos tienen igual dignidad y participan de la misma misión. A cada uno, el Espíritu concede dones y carismas para el servicio de los hermanos. De ahí el florecimiento de comunidades eclesiales de base y de nuevos ministerios, como lo vimos efectivamente en los últimos años, particularmente en América Latina.
La paz como condición para el desarrollo. Entre las constataciones dolorosas de la actualidad, está el aumento de la corriente armamentista. Nunca se gastó tanto en terribles annas de destrucción. La Iglesia busca la paz entre los pueblos y pide, con todos los hombres de buena voluntad, que la riqueza desperdiciada en armas sea colocada al servicio de la vida, en el combate contra el hambre, las enfermedades y la extrema miseria de gran parte de la población mundial. Es este el gran desafío del mundo y de los cristianos en los próximos años. Entre las Iglesias que están más orientadas hacia el futuro, muchos observadores colocan a la Iglesia del Brasil por su dinamismo, sus comunidades de base, sus nuevos ministerios, su opción por los pobres y por su empeño en el servicio de la justicia y de la paz.
El movimiento ecuménico y la reconciliación de los cristianos. De forma impensable hace algunos años, las iglesias cristianas separadas están buscando la unidad. La Iglesia Católica entró plenamente en el movimiento ecuménico. El diálogo entre católicos, ortodoxos, anglicanos, luteranos, calvinistas y otros, ha llevado a reconocer muchos puntos de consenso. Se creó un clima de respeto mutuo y confianza. Se esperan nuevos pasos que manifiesten al mundo el empeño de los cristianos en realizar la voluntad de Cristo: "Que todos sean uno!"
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CRONOLOGÍA
presentamos esta "franja del tiempo ", como un suplemento a los capítulos anteriores de Cristianismo: 2000 años de caminada. Se trata de una especie de síntesis, con la finalidad de registrar momentos significativos de la Historia del Cristianismo a lo largo de 20 siglos. Tuvimos que hacer una selección del material que la Historia nos ofrece. Somos conscientes de que toda selección es, en cierto sentido, un empobrecimiento. La vida no se deja captar en hechos matemáticamente ordenados. De igual manera, los criterios utilizados para escoger los elementos que figuran en esta cronología no dejan de ser subjetivos: dependen de la importancia que se atribuye a los diversos fenómenos y de la óptica en que el autor se coloca. A pesar de estas inevitables limitaciones, esperamos que el presente trabajo tenga una real utilidad para aquellos que se interesan por el Cristianismo en su desarrollo histórico.
unas indicaciones para el uso de la cronología La página está dividida en cuatro columnas: - a la izquierda, situamos los acontecimientos políticoculturales de la respectiva época, - a la derecha, los eventos directamente relacionados con el Cristianismo en general y con la Iglesia Católica en particular; - en el centro, la sucesión histórica de los papas, conforme a la lista oficial del Anuario Pontificio; 245
- entre los papas y la columna de la historia del Cristianismo, una caracterización global de un determinado período. 2)
3)
4)
5)
Los datos señalados con un círculo se refieren a personalidades que en aquel período tuvieron una presencia significativa: Padres de la Iglesia (en los primeros siglos), santos y santas, fundadores de órdenes religiosas o congregaciones, teólogos y escritores eclesiásticos, reformadores y místicos. Hechos relacionados con la época de las Cruzadas, en la Edad Media, son indicados con un cuadrado. Los elementos que se refieren directamente a la historia del Brasil son indicados con un triángulo. Los Concilios Ecuménicos de la Iglesia recibieron importancia mediante un cuadro sombreado. Es conveniente recordar que esta "franja del tiempo " no pretende ser completa ni exhaustiva. Otros acontecimientos podrían haber sido mencionados y las referencias a las iglesias cristianas no católicas merecerían probablemente una mayor importancia. ALBERTO ANTONIAZZI HENRIQUE CRISTIANO JOSÉ MATOS
VISION PANORÁMICA D E LA HISTORIA D E LA IGLESIA
CONTEXTO
HISTORIADEL CRISTIANISMO
1 - Muerte de Augusto. Tiberio emperador (14) - Poncio Pilato, procurador de Judea (26-36)
- Nacimiento de Jesús (6 o 7 a.C.) L A I G L E S I A
- Muerte de Tiberio. Calígula, emperador (37) - Los romanos conquistan a Inglaterra (42-44) - Los judíos son expulsados de Roma (± 50) - Emperador Nerón (54-68)
D E
L O S - Incendio de R o m a (64) - Revuelta de los judíos contra los romanos (66-70)
1 Pedro (64?/67?) 2 Lino (67?/76?)
T
oL 3 Anacleto (76-88)
- Emperador Domiciano (81-96)
- Predicación de Juan Bautista (± 28) - Muerte y Resurrección de Jesús (± 30) P E N T E C O S T É S -Lapidación de Esteban * Conversión de Pablo (± 32) - Martirio de Santiago Mayor, hermano de Juan (±42) - Concilio de Jerusalén (49) - Viajes de Pablo: 1° 45-49 2 o 50-52 3 o 53-58 - Prisión de Pablo en Jerusalén (58) - L a p i d a c i ó n de S a n t i a g o M e n o r , "hermano del Señor" (62) - Primera persecución: los protomártires romanos (64) * Martirio de Pedro y Pablo (64?/67?)
A P O
s
- Suicidio de Nerón. Vespasiano emperador (69) - Destrucción de Jerusalén por Tito (70)
E S
4 Clemente I (88-97) Y
- Redacción de los evangelios sinópticos (± 70-80) - Didaqué (escrito entre 60-90) - Carta de Clemente Romano a los Corintios (± 96) - Epístola de Bernabé (± 96-98) - Persecución a los cristianos (96) (cf. Apocalipsis)
100
- Emperador Trajano (98-117)
- Carta de Plinio, el Joven, gobernador de Bitinia (111) - Emperador Adriano (117-138) - * La mayor expansión del imperio - Revuelta de los judíos bajo Bar Kókeba (132-135)
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AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
M A R 5 Evaristo (97-105) T 6 Alejandro I (105- I 115) R E S
- Muerte de Juan (± 100) • IGNACIO DE ANTIOQUIA (* ± 107)
7 Sixto I (115-125)
Herejía g n ó s t i c a d e B a s í l i d e s . en Alejandría (120-145)
8 Telésforo (125136) 9 Higino (136-140) 10 Pío 1(140-155)
- El Pastor de Hermas (140-154) - H e r e j í a g n ó s t i c a de M a r c i ó n y Valentino (130-160)
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CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL - Emperador Marco Aurelio (161180)
1 - El filósofo Elso ataca a los cristianos (± 178) - Emperador Cómodo (180-192)
1 Aniceto (15566)
12 S o t e r o ( 1 6 6 / 175) 13 Eleuterio (175189)
14 V í c t o r 1(189199) - Emperador Septimio Severo (193-211) -*• Edicto contra los hebreos y cristianos (201)
15 Ceferino (199217)
HtSTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
- Policarpo, obispo de Esmirna Cff 156), se encuentra con el papa Aniceto: P controversia sobre la fecha de la Pascua (desde 134) - Persecuciones: Policarpo de Esmirna (161-169) JUSTINO D E R O M A (f ± 165)
-*• El maniqueísmo
- Edicto de tolerancia de Galieno: la pequeña paz en la Iglesia (260)
- Emperador Caracala (212-217) - Ciudadanía romana concedida a todos los habitantes del Imperio (212)
16 C a l i x t o 1(217222) 17 Hipólito 1(217? -235) 17 U r b a n o 1(222230) 18 Policiano (230235) 19 A n t e r o ( 2 3 5 236) 20 F a b i a n o (236250)
• IRINEO D E LION ( i ± 202) -Martirio de Felicidad y Perpetua (203) • CLEMENTE DE ALEJANDRÍA Oí antes de 215) - 1* controversia sobre la Trinidad. Los monarquismos (200-217) • TERTULIANO DE CARTAGO (ft después de 220) - Reforma de la penitencia, Condenación de Sabelio, Cisma de Hipólito (217-222)
- Orígenes abre su escuela; -* el Didaskaleion (± 220)
21 Cornelio ( 2 5 1 253) (Novaciano) ( 2 5 1 258?) 22 Lucio I ( 2 5 3 254) 23 Esteban I (254257) 24 Sixto H (257-258) 25 Dionisio (259?/ 60? - 267?/68?)
- Claudio II detiene los godos (268)
- Emperador Aureliano (270 -275): culto de Sol invictas
200
- División del imperio (293): Oriente-Diocleciano (Nicomedia) Occidente-Maximiano (Milán)
26 Félix I (269274) 27 Eutiquiano (275- 283) 28 Caio (283-296) 29 Marcelino (296304)
- E d i c t o c o n t r a los m a n i q u e o s (297)
300
- E m p e r a d o r D i o c l e c i a n o (284305) - Reforma del gobierno: Tetrarquía -*• Constantino emperador (311)
30 M a r c e l o ( 3 0 8 309)
- Batalla del Puente Milvia (312)
31 Eusebio (309) 32Milciades (311314)
-> Constantino señor de Occidente - Licinio (308-323), emperador de Oriente
33 Silvestre 1(314335)
- Inicio de la predicación de Manes (±242)
- Edicto contra los cristianos: obligación de sacrificar (250) - Sínodo romano contra Novaciano (251) • O R Í G E N E S 0* 253-254) - Controversia sobre el bautismo de los herejes (256) • C I P R I A N O D E C A R T A G O (ü256 ó 258) - Martirio del diácono Lorenzo y de Cipriano de Cartago (257-258) - Muerte de Dionisio de Alejandría (± 264) - Sínodo de Roma. Condenación de Pablo de Samósata (268) - Antón, anacoreta en Egipto (± 270)
- Los cuatro edictos de persecución (303-304) - Concilio de Elvira, España (306?)
- Edicto de tolerancia de Galerio (311) en Oriente - Inicio del cisma donatisla, en África (312) -Edicto de Milán(313): libertad para la Iglesia - Concilio de Arles, contra los donatistas (314) - Inicio de la herejía arriana (318) - Sínodo de Alejandría contra Ario (323) - Pacomio funda Tabenise -*• Nace el monaquismo cenobítico (323)
249
248
HISTORIADEL CRISTIANISMO
- Plotino en Roma (244): difusión del neoplatonismo - Milésimo aniversario de Roma (248) - Emperador Decio (249-251) -> Culto al Emperador - Invasión de los godos (250)
- Desarrollo del montañismo (± 170) - Mártires de Lión (177) S. Irineo: Adversus tiaerescs (± 180) - Mártires cilitanos, Cartago (180) - Carla a Diogneto (180-190) - 2 a controversia sobre la fecha de la Pascua (± 190) - Auge de la Escuela catequética de Alejandría (±195) - Tertuliano escribe su Apologetincum (197): Semen est sanguis chrisríanorum E n 2 0 8 , Tertuliano se adhiere al montañismo
AÑOS
HISTORIA DEL
CONTEXTO
POLÍTICO - CULTURAL
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
- Constantino, emperador único (324) "•*• Incremento del cristianismo - Fundación de Constantinopla, la Nueva Roma (330) - Muerte de Constantino y crisis de la sucesión (337)
C O N C I L I O D E NICEA - 1° Ecuménico - (325) * Contra Ario
CONTEXTO
- Prohibición de sacrificios paganos (±341/46) y cierre de templos - Constante persigue los donatistas (347)
- Invasiones: (± 352) Alemanes Sajones Francos - Juliano, el Apóstata (361-363) -*• Restauración del culto pagano
AÑOS
34 Marcos (336) 35 Julio I (337352)
36 Liberio (352366)
Félix H (355-58365)
37 Dámaso (366-384) Ursino (366367)
- Los ostrogodos invaden laPanonia (375), p a s a n d o el Danubio (376)
L A C R I S T I A N D A D R O M A N O B I Z A N T I N A
- Emperador Teodosio, el Grande (379-395) -> División del imperio después de su muerte
• E U S E B I O D E C E S Á R E A ('i 339) - Sínodo imperial de Sárdica (342) - Cirilo, obispo de Jerusalén (348) - Ulfilas traduce la Biblia al gótico (± 350) - Muerte de Antón a los 105 años (356) - Martín en L i g u g é - Inicio del monaquisino en Galia (360)
- I C O N C I L I O D E CONSTANTIN O P L A - 2 o Ecuménico - (381) * Contra los arríanos y pneumatómacos. 38 Siricio (384399)
- Prohibición de todos los cultos paganos (391) -*• Término del paganismo en la vida pública - Los hunos en Oriente, los godos en Grecia (396)
39 Anastasio (399-402)
250
I
- Jerónimo inicia la Vulgata (384) • CIRILO DE JERUSALEN ( í 386) • GREGORIO DE NAZIANZO ( í 390) • GREGORIO DE NISSA ( í 394) • A M B R O S I O D E M I L Á N (
HISTORIA DEI CRISTIANISMO
400 40 Inocencio (401-417) - Traslado de la capital de Roma para Ravena (402) - Toma y saqueo de Roma por parte de los visigodos de Alarico (410) - Los visigodos invaden Galia Meridional y España (418) - Los vándalos en África (429)
I
41 Z ó s i m o ( 4 1 7 418) 42 Bonifacio I (418-422) 43 Celestino I (422432)
• JUAN C R I S O S T O M O (-i 407) - Condenación del donatismo en Cartago (411)
L A C R I
s T
-»• Obispo de Tours (370) • H I L A R I O D E P O I T I E R S (f 367) • EFREN D E SIRIA ("t 373) • ATANASIO DE ALEJANDRÍA (1í 373) • BASILIO MAGNO DE C E S Á R E A (ír 379) - Sínodo en Roma (377) - condenación del apolinarismo - Edicto de Teodosio (380): cristianismo, religión del Estado.
AÑOS
44 Sixto I I I (432440) 45 León I (440461)
- Atila, jefe de los hunos, invade Italia (452) -*• Encuentro con el papa León Magno - Saqueo de Roma por parte de los vándalos (455) - Odoacro depone Rómulo Augustus, último emperador de Occidente (476)
- Reinado de Teodorico, jefe de los ostrogodos, en Italia ( 4 9 3 526)
46 H i l a r i o ( 4 6 1 468)
47 Simplicio (468483) 48 F é l i x II (III) (483-492)
49 Gelasio I (492496) 5 0 A t a n a s i o 11 (496-498)
251
I A N D A D R O M A N O B I Z A N T I N A
- C o n d e n a c i ó n del p e l a g i a n i s m o (418) •
J E R Ó N I M O (-r 419)
- Nestorio, obispo de Constantinopla (428) • A G U S T Í N D E H I P O N A (•* 430) CONCILIO D E EFESO - 3 o Ecuménico (431) * Contra Nestorio - E v a n g e l i z a r o n de Irlanda (desde 432) -* Patricio • CIRILO D E ALEJANDRÍA (tf 444) - Eutiques (monoñsismo) condenado en Constantinopla (448). -+ Latrocinio de Efeso (449) CONCILIO D E C A L C E D O N I A 4 o Ecuménico (451) * Contra Eutiques y Nestorio
•
LEÓN M A G N O (* 461)
- C o n d e n a c i ó n del Henofikon, elaborado por el patriarca Acacio con apoyo del emperador Zenón (484) -> Cisma acaciano (484-518) - La Iglesia de Persia se hace nestoriana (486) y la de Armenia monofisista (491) - Calla del papa Gelasio al emperador Alanasio sobre los "dos poderes" que rigen el mundo (494) - El o b i s p o R e m i g i o b a u t i z a a Clovis, rey de los Francos (496 o un poco después)
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL - Los Francos derrotan a los alemanes (496) y se vuelven católicos.
51 S í m a c o ( 4 9 8 514)
HISTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
- Decreto sobre la elección papal (499)
52 Hormisdas (514-523) - El filósofo Boecio es condenado a muerte (524)
53 Juan I ( 5 2 3 526) 54 Félix III (IV) (526-530)
- Justiniano I, emperador de Oriente (527-565) - Persecución de los arríanos y m o noficistas
- Guerra contra los godos y restauración del dominio bizantino en Italia (535-553)
- Los lombardos o longobardos invaden Italia (568) -Nacimiento de M a h o m a (570)
- En España, el rey de los visigodos deja el arrianismo y se vuelve católico (587)
55 B o n i f a c i o II (530-532) 56 J u a n II ( 5 3 3 535) 57 Agapito I (535536) 58 S i l v e r i o (536537) 59 Vigilio (537555) 60 Pelagio I (556561) 61 Juan I I I ( 5 6 1 574) 62 Benito I (575579) 63 Pelagio U (579590) 64 Gregorio (590-604)
252
I
L A
c
R I
s T I A N D A D R O M A N O lí I
z
- Construcción de la Hagia en Constantinopla (530)
- Fuga de Mahoma hacia Medina (622) - La Hégira: inicio de la era musulmana. - Los m u s u l m a n e s c o n q u i s t a n Siria, Palestina, Egipto y Mesopotainia (633-643)
65 Sabiniano (604606) 66 B o n i f a c i o III (607) 67 B o n i f a c i o IV (608-615) 68 Deusdedit (AdeodatoI)(615618) 69 Bonifacio V (619-625)
70 Honorio I (625638)
Sojia,
E CONCILIO D E CONSTANTINOPLA - 5° Ecuménico (553) * Condenación de los "tres capítulos"
A N T I N A
- Constantinopla rechaza varios ataques árabes (674-678)
- F u n d a c i ó n del m o n a s t e r i o de Luxeuil por Columbano (592) -*• Centro de irradiación de la evangelización de Europa. - Misión de 40 monjes romanos entre los anglos (596): Agustín funda Cantuaria
HISTORIADEL CRISTIANISMO
600
500 - Sínodo de Palma (502) - prima sedes e nemine ináicatur - Dionisio, el Pequeño (de Citia, desde el año 500 monje en Roma) ("t 540) -*• Cálculo del nacimiento de Jesús (754 a.U.c. = año 1" de la Era cristiana) - C o n c i l i o II d e O r a n g e ( 5 2 9 ) , contra los semipelagíanos - Benito de Nursia funda el Monte Cassino (529) -*- Regla Monástica: ora et labora
AÑOS
71 Severino (639640) 72 Juan IV (640642) 73 Teodoro I (642649) 74 Martín I (649653) 75 Eugenio I (654657) 76 Vitalino (657672) 7 7 A d e o d a t o II (672-676) 78 D o n o (676678) 79 Agatón (678681) 80 L e ó n I ( 6 8 2 683) 81 Benito JJ (684685) 82 Juan V ( 6 8 5 686) 83 Cónon (686687) Teodoro (687) Pascual (687)
253
L A C R I S T I A N D A D R O M A N O
• ISIDORO DE SEVILLA ( í 636) - Publicación de la Ecthesis por Heraclio (638) -* Imposición del monotelismo.
-
B I Z A N T I N A
- Exilio y muerte del papa Martín (•í 655) • M Á X I M O , E L CONFESOR (lí 662)
n i CONCILIO DE CONSTANT I N O P L A (Trulano) 6 o Ecuménico (681) * Candeaación del monotelismo
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
HISTORIA DEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
84 Sergio I (687701)
700
- Invasión de la Península Ibérica por los árabes (711)
- Victoria de Carlos Martel sobre los árabes, e n Tours y Poitiers (732)
85 Juan V I ( 7 0 1 705) 86 Juan VJJ (705707) 87 Sisinio (708) 88 Constantino I (708-715) 89 G r e g o r i o II (715-731) 90 G r e g o r i o III (731-741)
E V A N G E L I Z A C I O N D E
- Pacto de Kiersy (cerca de Lión) entre Pepino, el Breve, y Esteban II (754). Inicio del poder temporal de los papas y origen del Estado Pontificio (756).
- Cario M a g n o , rey de los francos (768-814)
- Guerra de Cario Magno contra los sajones (772-785); masacre de Verden (782) - Primeras invasiones de los normandos (vikingos) en Inglaterra (793)
91 Zacarías (741752) 9 2 E s t e b a n II (752-757)
93 Pablo I (757767) 9 4 E s t e b a n III (768-772) 95 Adriano I (772795)
N U E V O
- Los árabes conquistan a Sicilia (827) - Tratado de Verdón (843): triple repartición del imperio Carolingio.
- Saqueo de Roma por los sarracenos (846) -> Muros en el Vaticano (Ciudad leonina) - Edictos de León m , el Isáurico, contra las imágenes sacras (726-730)
-* Inicio de la "guerra iconoclasta" • B E D A , E L V E N E R A B L E (1f 735) - Wilibrordo, misionero en Frisia (^r 739), sucedido por Bonifacio, Apóstol de Alemania ( í 754)
E It I,
H CONCILIO D E NICEA T Ecuménico (787) * Condenación del iconoclasmo
O
s 96 León ID (795816)
9 9 E u g e n i o II (824-827) 100 Valentín (827)
- Primera misión de Anscario (Osear) en Escandinavia (826)
101 G r e g o r i o IV (827-844) Juan (844)
- Fiesta de la ortodoxia (I i -3-843) en Oriente -*• Restauración del culto a las imágenes
102 S e r g i o II (844-847) 103 León IV (847855) 104 B e n i t o I I I (855-858) Anastasio (855) 105 N i c o l á s I (858-867) 106 A d r i a n o I (867-872)
107 J u a n (872-882)
- Los normandos asedian a París (885)
p
- Alcuino, consejero de Cario Magno, incentiva los estudios (790-804) - Coronación de Cario Magno, en Roma (800) -*• Augustus et imperator romanorum
- Los magiares (los h ú n g a r o s ) ocupan a Hungría (895) e invaden Europa Occidental,
VIII
108 M a r i n o I (882-884) 109 A d r i a n o III (884-885) 110 E s t e b a n V (885-891) í l l Hermoso (891-896) 112 Bonifacio VI (896) 113 E s t e b a n V I (896-897) 114 Romano (897) 115 T e o d o r o II (897) 116 Juan K (898900)
800
900
97 E s t e b a n IV (816-817) 98 Pascual I (817824)
117 B e n i t o IV (900-903) 118 León V (903) 119 S e r g i o I I I (904-911)
254
HISTORIADEL CRISTIANISMO
• J U A N D A M A S C E N O (ir antes de 754)
s u
AÑOS
255
- Publicación de los decretos pseudo-isidorianos (± 850)
- Misión de Cirilo y Metodio entre los eslavos (862-884) - Boris rey de Bulgaria, bautizado en la iglesia Ortodoxa (864) - Cisma de Focio (867-869) IV C O N C I L I O D E C O N S T A N TINOPLA 8 o Ecuménico (869) , * Excomunión de Focio - Focio, nuevamente, patriarca de Constantinopla (877-886) -> Rechaza el Concilio - Asesinato del papa J u a n VIJJ (882). Inicio de la lucha de familias romanas para controlar el papado.
- "Concilio cadavérico" (897) en Roma, contra el papa Hermoso.
- Fundación de Cluny (910) por Guillermo de Aquitania.
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
- Nace el califado de Córdova (929)
- Otan 1, el Grande (936-973), rey de Alemania. - * Preferencia a los obispos en la concesión de feudos.
- Sacro Romano Imperio Germánico - * Otan I consagrado en la Basílica de S a n Pedro por e l papa.
120 Anastasio IH (911-913) 121 Lando (913914) 122 Juan X (914928) 123 León V I (928) 124 Esteban VII (929-931) 125 Juan X I (931936) 126 León VII (936-939) 127 Esteban VII (939-942) 128 Marino H (942-946) 129 A g a p i t o II (946-955) 130 J u a n XII (955-964) 131 L e ó n V I I I (963-965) 132 B e n i t o V (964) 133 J u a n X I I I (965-972) 134 B e n i t o V I (972-974) Bonifacio VI (974) 135 B e n i t o V I I (974-983) 136 J u a n X I V (983-984) 137 Bonifacio VII (984-985) 138 J u a n X V (985-996)
139 G r e g o r i o V (996-999) Juan XVI (997998) 140 S i l v e s t r e II (999 - 1003)
HISTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
AÑOS
mSTORIADEL CRISTIANISMO
1000
- Los normandos llegan al sur de Italia (1016)
- Inicio de la Reconquista Cristiana en la Península Ibérica (1031)
- El cristianismo penetra en Dinamarca, Suecia y Noruega (945-985) - Priviíegium Othonis (962) - * Confirmación del ofrecimiento de Pepino y Cario Magno
149 Clemente H (1046-1047) Benito K (10471048) 150 Dámaso U (1048) 151 León IX (1049-1054)
- Primer obispado e n Polonia (968)
152 Víctor H (1055-1057)
- Concilio Romano contra la simonia (981)
- Vladimír de Kiev pide el bautismo (987) -» Conversión d e los rusos (Iglesia ortodoxa) - Primera canonización oficial en R o m a (993): O b i s p o U l r i c o de Augsburgo.
141 Juan X V n (1003) 142 Juan XVIII (1003-1009) 143 Sergio IV (1009-1012) 144 Benito V m (1012—1024) Gregorio VI (1012) 145 Juan XIX (1024-1032) 146 Benito IX (1032-1045) 147 Silvestre m (1045) 148 Gregorio VI (1045-1046)
- Los normandos conquistan a Inglaterra (1066-1071) -> Fin del dominio bizantino en Italia (1071)
153 Esteban IX (1057-1058) 154 Benito X (1058-1059) 155 Nicolás U (1058-1061) 156 Alejandro II (1061-1073) Honorio II (10611072) 157 Gregorio VII (1073-1085)
- El sabio monje Gerberto de Aurillac, preceptor de Otan ÜI, se convierte en el papa Silvestre E
- Construcción de la Basílica de Santiago en Compostela (10781128) Toledo es retomada por las tropas cristianas (1085)
Clemente UI (1084-1100)
- Enrique TU obtiene el derecho de designar el c a n d i d a t o al p a p a d o (1046)
- C I S M A O R I E N T A L (1054): — Miguel Cerulario (1043-1058) patriarca de Constantinopla. - Excomunión recíproca de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa (retirada en el año 1964) - Decreto sobre la elección de los papas por los cardenales (1059) -* Primera prohibición de investidura laica
-Sínodo de Roma contra simonia y violación del celibato eclesiástico (1074) - Dictatus papae (1075) -*- Supremacía pontificia en la sociedad * Excomunión de Enrique IV (1076)
- Cuestión de las investiduras y reconciliación de Canossa (1077)
356
257
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
• Primera C R U Z A D A (10961099) - Reino latino de Jerusalén( 1099)
158 Víctor m (1086-1087) 159 Urbano H (1088-1099) 160 Pascual U (1099-1118) L O S
HISTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
- Fundación de la Gran Cartuja, por Bruno (1084)
• S e g u n d a C R U Z A D A (11471149)
- Concilio de Clermont (1095). • Convocatoria de la primera Cruzada. - Nace en Cister la Orden de los Cistercienses (1098) cuyo mayor representante será • B E R N A R D O D E CLARAVAL (1090-1153/1154)
- Ejecución de Arnaldo de Brescia (Roma 1155)
- Asesinato de Tomás Becket (1170) - Asia Menor definitivamente se convierte en territorio turco (1176)
s I G
1100
- Pedro Abelardo comienza a enseñar en París (1109), y muere en el año d e 1142.
Teodorio (11001102) Alberto (1102) Silvestre TV (11051111)
L O S O
s c u
R O
s 161 G e l a s i o II (1118- 1119) Gregorio VIII (1118-J12L) 162 Calixto (1119-1124)
163 H o n o r i o (1124-1130)
II
II
Celestino H (1124)
- Pascual II aprueba la Orden de los Juanistas u Hospitalarios (1113) * Más tarde: Orden de Malta - Bernardo funda Claraval (1115) - Creación de la Orden de los Templarios (1120) - Norberto de Chanten funda los Premonstratenses - Concordato de Worms (1122) -*• Fia de la lucha por las investiduras
C O N C I L I O S DE L E T R Á N : I; (1123) - 9 " Ecuménico II: (J139) - 10° Ecuménico Ifl: (1179) - 11° Ecuménico TV: 11215) - i r Ecuménico
164 I n o c e n c i o II (1130-1143) Anaclelo H (11301138) Víctor IV ( 1 1 3 8 1139) - D. A l f o n s o Henriques, Primer r e y de Portugal (1140)
- Decretum grafiani (± 1141) -* Derecho Canónico 165 Celestino II (1143-1144) 166 Lucio n (1144-1145)
258
CRISTIANISMO 167 Eugenio D3 (1145-1153) 168 Anastasio IV (1153-1154) 169 A d r i a n o IV (1154-1159) 170 Alejandro m (1159-1181) Víctor IV (11591164) Pascual m (11641168) Calixto m (11681178) Inocencio III (1179-1180) 171 L u c i o (1181-1185) 172 U r b a n o (1185-1187)
- Pascual II es obligado a conceder el d e r e c h o de investidura laica a Enrique V (1111) - Saladino conquista a Jerusalén (1187) • Tercera C R U Z A D A (11891192) - Federico Barbaroja f í 1190) - Orden Teutónica (1190)
HISTORIADEL
AÑOS
III III
173 Gregorio V m (1187) 174 Clemente n i (1187-1191)
175 Celestino III (1191-1198) 176 Inocencio III (1198-1216)
- Organización de la Universidad de París (1200-1231) • Cuarta C R U Z A D A (12021204) - Saqueo de Constantinopla por paite de los cruzados y fundación del I m p e r i o L a t i n o de O r i e n t e (1204) • C R U Z A D A D E LOS NIÑOS (1212) Juan, rey de Inglaterra, firma la Magna Carta (1215) • Quinta C R U Z A D A (12281229) -* Federico II - Pérdida definitiva de Jerusalén por los cristianos (1244)
- M u e r t e de P E D R O L O M B A R D O , teólogo influyente (1160) - Difusión de la herejía catara, en Languedoc (± 1165) L O S
s I G L O S
- Pedro Valdo dio inicio a los Pobres de Lión (1173) • DOMINGO DE GUZMAN (1170-1221) * Orden de los Predicadores (1215) • F R A N C I S C O D E ASÍS (11811225) * A p r o b a c i ó n de la R e g l a de la O r d e n d e los F r a i l e s M e n o r e s (1223)
O
s c V R O
s
1200 - Cruzada contra los albigenses y cataros (1209-1229)
177 H o n o r i o (1216-1227) 178 Gregorio (1227-1241) 179 Celestino (1241) 180 Inocencio (1243-1254)
259
III IX IV IV
D E S A R R O L L O
- Gregorio IX establece la inquisición (1231)
HISTORIADEL
CONTEXTO
POLÍTICO - CULTURAL
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
• Sexta C R U Z A D A (1248-1254) - • S a n Luis de F r a n c i a ( 1 2 2 6 1270)
C O N C I L I O S D E LION: I: ( 1 2 4 5 ) - 13° Ecuménico II: (1274) - 14° Ecuménico * Efímera unión con Bizancio, introducción del cónclave en la elección papal.
CONTEXTO
- Los griegos retoman a Constantinopla • Séptima C R U Z A D A (1270) - Viaje de Marco Polo a la China (1271-1295)
- Caída d e Acre: fin de la época de las Cruzadas (1291)
- Felipe, el Bello, rey de Francia (1285-1314)
AÑOS
181 A l e j a n d r o IV (1254-1261) 182 U r b a n o IV (1261-1264) 183 Clemente TV (1265-1268) Sede vacante (1268-1271) 184 Gregorio X (1271-1276) 185 Inocencio V (1276) 186 A d r i a n o V (1276) 187 J u a n X X I (1276-1277) 188 Nicolás n i (1277-1280) 189 M a r t í n IV (1281-1285) 190 Honorio IV (1285-1287) 191 Nicolás IV (1288-1292) Sede vacante (1292-1294) 192 Celestino V (1294) 193 Bonifacio VIII (12941303)
1300 - Atenlado ¿e Anagni (1303) - Dante escribe La Divina Comedia (1304-1321)
194 B e n i t o X I (1303-1304) 195 Clemente V (1305-1314)
- Fiesta del Corpus Christi (1264)
D E
• BUENAVENTURA (12211274) • T O M A S D E A Q U I N O (12251274)
L A
I
Sede vacante (1314-1316)
260
- Inicio del humanismo, fase científico-cultural del Renacimiento (1í Í350) - La Bula de Oro de Carlos IV (1356) - Petrarca (1304-1374) - Los turcos se toman Adrianópolis (1357) y Bulgaria (1393)
198 Clemente VI (1342-1352)
- Elección y renuncia del eremita papa Celestino V (1294)
- Exilio de los papas en Aviñón (1309-1377) C O N C I L I O DE VIENA (Francia) - 1 5 ' Ecuménico (1311-1312)
1
• M A E S T R O E C K H A R T (12601327) 196 J u a n X X I I (1316-1334) 197 B e n i t o X I I (1334-1342)
• GUILLERMO DE OCCAM ( í 1349). nominalismo
200 U r b a n o V (1362-1370) 201 Gregorio X I (1370-1378) 202 Urbano VI (1378-1389) Clemente VII (1378-1394)
1400
- Huss quemado en Constanza (1415) Revuelta nacional en B o h e m i a (1420-1431) Los turcos asedian Constantinopla (1422)
• C A T A L I N A D E S E N A (13471380)
199 Inocencio VI (1352-1362)
203 Bonifacio K (1389-1394) Benito XIU (1394-1423)
-Primer Año Santo o Jubileo (1300) - Bula Unam Sanctam (1302) • JUAN DUNS SCOTO (12651308)
HISTORIADEL CRISTIANISMO
- Aprobación papal de la Orden de Cristo en Portugal (1319) - Dieta de Francoforte (1338): La elección imperial no puede depender de la aprobación del papa (Contra Juan XXII). - Guerra de los Cien Anos (13391453) entre Francia e Inglaterra. - La gran peste negra (1348-1352)
C R I S T I A N D A D M E D I E V A L
AÑOS
204 Inocencio VH (1404-1406) 205 Gregorio XII (1406-1415) AlejandroV (1409-1410) Juan XXIII (1410-1415) 206 Martín V (1417-1431) Clemente V m (1423-1429) Benito XIV (1423-?)
- Supresión de la Orden de los Templarios (1312)
261
- Gran C i s m a Occidental ( 1 3 7 8 1417)-* Las dos "Obediencias"
M
o v
1 M I E N T O
• JUAN VAN R U Y S B R O E C K ( í 1381), místico - Juan Wiclif ( í 1384)-* los "lolardos" - Devoción moderna y Fratres de vita commurús (±1380) - Juan Huss, en Praga, acepta y difunde las teorías de Wiclif (1396)
s D K R E F O R M A
-Concilio de Pisa (1409); tres Papas. CONCILIO DE CONSTANZA (1414-1418) - 16° Ecuménico. D e c r e t o Sacrosancta: Afirma la supremacía del concilio sobre el papa (1415) ' * Fin del C i s m a Occidental (1417)
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL - Juana de Arco en la hoguera, en Ruán (1431)
- Callos VJ3 de Francia publica en Bourgues, la Sanción Pragmática, -> fundamento del galicanismo (1438) - Caída de Constantinopla (1453) G u t e n b e r g i m p r i m e la primera Biblia (1456)
207 Eugenio IV (1431-1447) Félix V (14391449)
M O y 208 Nicolás V I (1447-1455) M 209 Calixto m I (1455-1458) E 210 Pío n (1458N 1464) T O S 211 Paulo H (1467-1471)
- C o n s t r u c c i ó n de la C a p i l l a Sixtina (1473-1481) - Los Reyes Católicos, ei\ España (1479-1516) - Instituido en España, el Tribunal d e la Inquisición (1478) - * Persecución d e los nuevos cristianos - Colón en América (1492) -Conquista d e Granada (1492), fin definitivo del dominio musulmán e n la Península Ibérica. - Bula ínter Cociera (1493) y Tratado de Tordesillas (1494) - * Inicio de la colonización y evangelización de América: Formación d e la cristiandad colonial BARTOLOMÉ D E L A S CASAS (1474-1566)
212 Sixto IV (1471-1484)
D E
fflSTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIAiNISMO
POLÍTICO - CULTURAL
CONCILIO D E BASILEA (14311449) - 17° Ecuménico. Para - * Ferrara ( 1 4 3 7 ) , p a r a -* Florencia (1439)
- Dieta de Worms (1521) - C a r l o s V E m p e r a d o r (15191556) - Don Juan m de Portugal, Gran Maestro de la Orden de Cristo (1522)
- Decreto de unión con la Iglesia griega (1438) - Cisma de Basilea: Teoría Conciliatoria (1439) - Tomás de Kempis: De imitatione Christi (± 1441) - Se abre el período de los papas mecenas del Renacimiento de Nicolás V (1447) a León X (1521) - La Iglesia rusa se separa de Bizancio (1459) • NICOLÁS D E C U S A (i- 1464) - La llrútas fraírum de Bohemia: Iglesia nacional, independiente de Roma (1467) -*• Hermanos Moravios
- Guerra de los Campesinos (1525) en Alemania - Saqueo de Roma (1521) por las tropas de Carlos V - Los turcos frente a Viena (1529) NICOLÁS COPERNICO (1473-1543)
Cambio copernicano: símbolo del inicio de la Época Moderna - Tratado de Paz de Crépy (1544)
- V CONCILIO D E L E T R A N (1512-1517) - 18° Ecuménico 217 León X (1513-1521) 218 Adriano VI (1522-1523)
- Tesis de Lutero sobre las indulgencias (1517) - Excomunión de Lutero (1521)
219 Clemente VII (1523-1534)
- Los Capuchinos (1525), -* Mateus de Bascio - Segunda Dieta de Espira (1529): protesta de los príncipes evangélicos. - Confessio Augustana (1530) - Acto de supremacía de Enrique VHt de Inglaterra Martirio de John Fischer y Thomas More (1535) - Institutio christianae religionis de Calvino (1536) - A p r o b a c i ó n c a n ó n i c a d e la Compañía de Jesús (1540) - Bula Liccl ah 'miño (1542). -*• Inquisición Romana.
220 Pablo m (1534-1549)
CONCILIO DE TRENTO 1563) - 19° Ecuménico Tres fases.
o
213 Inocencio VIH (1484-1492) 214 Alejandro V I (1492-1503)
R M A
- Bula Summis desidetantes, las brujas (1484)
contra
- Ejecución de Savonarola (1498)
- Fray Bartolomé de las Casas pide a Carlos V la aplicación de las " Nuevas Leyes" para los indios (1551)
• ERASMO DE ROTTERDAM (1466-1536) • MARTÍN LUTERO (14811546) • U L R I C O Z W I N G L I O (14841531) • JUAN CALVINO (1509-1564)
215 Pío UI (1503) 216 Julio II (15031513)
- Indulgencia jubilar (1506) para la construcción de la Basílica de San Pedro (1534)
- Guerras religiosas en Francia (1562-1598) • Fundación de la ciudad de Rio de Janeiro (1565) - Batalla naval de Lepanto (1571). -*• Victoria sobre los turcos. - Noche de San Bartolomé, en París (1572) - Reforma del calendario (1582) - Derrota de la invencible (1588)
262
HISTORIADEL CRISTIANISMO
R E F
1500 • "Descubrimiento" oficial del Brasil (150O) - Maquiavelo: El Príncipe (1513) - Concordato de Bolonia entre el P a p a y Francisco I de Francia (1516)
AÑOS
armada
221 Julio m (1550-1555)
2 2 2 M a r c e l o II (1555) 223 Pablo IV (1555-1559) 224 Pío IV (15591565)
(1545-
- Book of Corrunon Prayer (1549) de la Iglesia Anglicana. A Primer obispado en Brasil (1551): Salvador de Bahía • F R A N C I S C O JAVIER (15061552) • IGNACIO D E LO YOLA (14911556) - Paz religiosa de Augsburgo (1555) - Los catecismos de Pedro Canisio (1549-1597) - I N D E X de libros p r o h i b i d o s (1559) - Los 35 artículos de la Iglesia Anglicana (1565)
225 Pío V (15661572)
226 Gregorio XHI (1572-1585) 227 Sixto V (1585-1590) 228 U r b a n o V I I (1590)
263
- P. Ricci en la China (1582) • TERESA D E AVILA (15151582) • JUAN D E LA C R U Z (15421591)
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
- Edicto de Nantes (1598)
HISTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
AÑOS
CRISTIANISMO 242 Inocencio XII (1691-1700)
229 Gregorio X I V 1590-1591) 230 I n o c e n c i o IX 1591) 231 Clemente V m (1592-1605)
1700 RENE DESCARTES. Inicio del racionalismo - * (15961650)
1600
- Las Reducciones del Paraguay (desde 1609) durante 150 años. - Puritanos ingleses (mayflower) - * América del Norte (1620)
233 Pablo V (16051621)
GALILEO GALILEI (15641642) 234 Gregorio X V (1621-1623) - Luis X I V de Francia (16431715) - Fin de la Guerra de los Treinta Años - Paz de Westfalia (1648) - Moliere:
Tarrufo(1664)
B A R U C E S P I N O S A (16321677)
235 Urbano VII (1623-1644)
236 Inocencio X (1644-1655) 237 Alejandro VII (1655-1667) 238 Clemente DC (1667-1669) 239 Clemente X (1670-1676)
240 I n o c e n c i o X I (1676-1689)
- Los t u r c o s a m e n a z a n Viena (1*85) Derogación del Edicto de Nantes (1655) - La gloriosa Revolución en Inglaterra (16S8)
- Veto de España en la elección del papa (1605) - lus exclusivae, derecho de las naciones católicas (solamente abolido en 1904) - Pedro Berulle establece el Oratorio, en Francia (1611)
243 C l e m e n t e X I (1700-1721)
1
• ROBERTO B E L A R M I N O (1542-1621) Fundación de la Propaganda Fide (1567-1622) • FRANCISCO DE SALES (1567-1622) Proceso contra Galileo: prisión (1633) - Condenación de Auguslus de Jansenio (1643)
• VICENTE D E PAUL (15811660) Orden de los Trapistas (1664)
- Bossuet: Expotition de la doctrine chréticnne (1671) - Revelación del Sagrado Corazón a Margarita María Alacoque (1673) Guía espiritual de Molinos (1675), -*• condenado en 1687. • Salvador, Bahía, se convierte en arzobispado (1676), con Olinda, Recife y Río de Janeiro c o m o diócesis sufragáneas. - Los Cuatro Artículos (1682): las libertades de la Iglesia galicana.
- Luis XIV ordena la destrucción de Port-Royal (1710) - Primer grupo masón, en Londres (1717) I S A A C N E W T O N (1642-1727) JUAN SEBASTIAN BACH (1685-1750)
M O N T E S Q U I E U (1689-1755) - Desarrollo del deísmo (17101 7 5 0 ) en I n g l a t e r r a , F r a n c i a , Alemania. El Espíritu de las leyes -* Montesquieu (1748) - Surgimiento del enciclopedismo (1751-1772) - Terremoto en Lisboa (1755) 30.000 muertos. - Pombal, omnipotente ministro de José II (1756) - Portugal. - El Contrato Social, Rousseau (1762)
- Guerra de la Independencia en Norte América (1775) - VOLTAIRE (1694-1778) - R O U S S E A U (1712 - 1778)
244 Inocencio XJJI (1721-1724) 245 Benito XIII (1724-1730) 246 Clemente XII (1730-1740)
247 Benito XIV (1740-1758)
P R G R E S I V A
I N D E P E N D E N C I A
D E 248 Clemente XJH (1758-1769)
249 Clemente XIV (1769-1774) 250 Pío V I (17751799)
L O T E M P O R A L
- Condenación por R o m a de los ritos malabares y chinos (1704- y 1742) • Las Constituciones Primeras del A r z o b i s p a d o de B a h í a ( 1 7 0 7 ) . Bula Vnigerútus (1713) contra las ideas jansenistas de Quesnel (1719)
- Bula ln eminenti: condena la masonería (1738)
- Jonh Wesley coloca las bases de la Iglesia Metodista (1743) • Creación de las diócesis de Sao P a u l o , M a r i a n a ( M G ) y d e las prelacias de Goiás y Cuiabá(1745) - Excomunión contra los miembros de la masonería (1751) - Expulsión de los jesuítas de Portugal y sus colonias (1759)
- Febronius publica De statu ecclesiae... (1763) - Supresión de la Compañía de Jesús (1773) - El papa visita al emperador José n , en Vtena (1782) - Sínodo de Pistóia (1786): Busca la modernización de la Iglesia. • ALFONSO MARÍA LIGORIO (1696-1787) - Constitución civil del clero en Francia (1790)
- Revolución Francesa (1789) Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano
241 Alejandra V m (1689-1691)
£64
- Cuestión del quietismo (1699) Fenelón - Inicio del pietismo protestante (1699) - Jacob Spener (± 1705)
o
- Jordán Bruno q u e m a d o vivo en 1
Roma (1600) 232 León X I (1605)
HISTORIADEL
265
CONTEXTO
ANOS
POLÍTICO - CULTURAL - Abolición de ía monarquía en Francia (1792) y ejecución de Luis X V I (1793) - Caída de Robespierre (1794) -*• Onda anti-revolucionana
HISTORIADEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
- Culto a la Razón, en "Notre Dame", en París (1793) y culto del Ser Supremo (1794). - * Onda de ••descristianización" de Francia. - Pío VI deportado a Francia (1798)
- Napoleón toma el poder en Francia (1799). -*• En 1804, emperador.
1800
- I n d e p e n d e n c i a de B é l g i c a (1831).
251 Pío VII (1800-1823)
- Concordato de Napoleón (1801) y artículos orgánicos (1802)
CRISTIANISMO
255 Pío IX (18461878) - Caída de Monarquía en Francia: Segunda República (1848) - Manifiesto del Partido C o m u nista (1848) de Carlos Marx (+ 1883)
I G L E S I A
- Proclamación de la República Italiana (1861) - Lincoln proclama la emancipación de los esclavos (1864) - Insurrección polaca (1863)
V E R S
u s
- 1 Internacional Socialista, en Londres (1864) - Toma de Roma: fin del poder temporal de los papas (1870)
- Deportación del papa a Savona y después a Fontainebleau (1S09). -*• Regresa a Roma en 1814. - Restauración de la Compañía de Jesús (1814)
252 León XII (IS23-1829) 253 Pío V m (1829-1830)
254 Gregorio XVI (1831-1846)
266
• Bula Praeclara Portugaliae (1827), -> patronato brasileño. - Desde 1830, movimientos de "despertar religioso" en EUA, -+• Mormones, Adventistas - Lamennais funda L 'Avenir (1830) * Condenación de sus ideas por la Encíclica Mirari Vos (1832) - Fundación de la Sociedad San Vicente de Paul por Federico Ozanam (1833) - Comienzo del Movimiento de Oxford (1833) - El benedictino Guéranger promueve en Solesmes el r e n a c i m i e n t o litúrgico (1837)
HISTORIADEL
- Partido Católico (centro), en Prusia (1858) y Kulturkampf (1871) - Fundación de los Testigos de Jehová (1872) y del Ejército de Salvación (1878) - Decreto Non expedit (1874). - * Prohibición de la participación de los católicos italianos en las elecciones políticas • Abolición de la esclavitud en Brasil (1888) • Proclamación de la República (1889) y Primera Constitución Republicana del Brasil (1891). -* S e p a r a c i ó n de la Iglesia y del Estado.
• Mons. Vicoso, obispo de Mariana (MG) (1844-1875). -Revitalización ultramontana en Brasil, Fuga de Pío IX para Gaeta (1848), D o g m a d e la I n m a c u l a d a C o n cepción (1854) - Apariciones en Lourdes (1858) - F u n d a c i ó n d e los S a l e s i a n o s (1859) por D o n Bosco (~t 1888) - L'Osservatore Romano (1861)
- Mons. Ketteler: La Cuestión obrera y el cristianismo (1864) - Encíclica Quanta cura e Syllahus errorum ( 1864)
M
u
zoo
- Chateaubriand: El Genio del Cristianismo (1801) - Bloqueo continental (1806) de Napoleón - Inicio de la lucha por la independencia en las colonias hispano-portuguesas de América ( e l 8 0 8 ) . - * Surgimiento de los Estados Nacionales Latinoamericanos. Unión de los Estados Pontificios al Imperio Francés (1809) - Napoleón exiliado en Elba (1814) - Congreso de Viena: Santa Alianza (1815) - * Restauración del Estado Pontificio • I n d e p e n d e n c i a del B r a s i l (1822) y Constitución Imperial de 1824, Catolicismo -»• Religión oficia! del Estado. - Doctrina de Monroe (1823) - Revoluciones y disturbios en Europa ( e l 8 3 0 )
AÑOS
I C O N C I L I O VATICANO (1870) - 20° Ecuménico - * D o g m a d e la Infalibilidad p a p a l ( 1 8 - 7 1870)
A 256 León X m (1878-1903)
u T O D E F E N S A
- Encíclica Aeterni patris sobre el tomismo (1879) - I Congreso Eucarístico Internacional en Lille (1880) • JOHN HENRY NEWMAN (1801-1890) - Encíclica Rerum Novarum (1891) sobre la cuestión obrera. - I Concilio plenario de obispos latinoamericanos, en Roma (1899) - Condenación del americanismo (1899)
1900 - S e p a r a c i ó n I g l e s i a - E s t a d o en Francia (1905) y en Portugal (1911).
257 Pío X (19031914)
- Proclamación de la República China (1911)
267
• Primer Cardenal Brasileño: Mons. Arcoverde (1905) - E n c í c l i c a Pasccndi (1907)-* condenación del modernismo. - D e c r e t o Quam Sigulari (1909) sobre la comunión de niños. - El j u r a m e n t o a n t i m o d e r n i s t a (1910)
CONTEXTO
AÑOS
POLÍTICO - CULTURAL
HISTORIA DEL
CONTEXTO
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
258 Benito X V (1914-1922) - Primera Guerra Mundial (1914-1918) - Revolución de Octubre (1917)—* Implantación del régimen comunista en Rusia.
259 Pío X I (19221939)
- Creación de la Unión de las Naciones (1920) - Gandhi proclama, en la India, la lucha por la no -violencia (1920)
- Encíclica Máximum sobre las misiones.
1925
- Crisis económica mundial (1929) - Pactos lateranenses entre la Santa S e d e y el Estado Italiano (1929)-* Creación de la Ciudad del Vaticano - Salazar, dictador en Portugal (1952) - Htler, canciller del " R e i c h " (1933)
- Inicio d e la Guerra Civil Española ( 1 9 3 6 )
• Stgunda Guerra Mundial (1919-1945) - I n d e p e n d e n c i a d e la I n d i a (1946) - Fundación del Estado d e Israel (1*8)
A PADRE JULIO MARÍA, CSSR (1850-1916) A Primera Carta Pastoral de Mons. Leme (1916) - P r o m u l g a c i ó n del Codex iuris canonici (1917) - Aparición en Fátima (1917)
260 Pío XA (19391958)
lllud
- Conferencias de Malines (1921): diálogo de católicos y anglicanos. • Centro Mons. Vital y revista A Ordem (1922) - E n c í c l i c a Ubi arcano ( 1 9 2 2 ) . "•Fundación de la Acción Católica. - Fiesta de Cristo Rey (1925) - Cardijn funda la JOC (1925) - Jornada Mundial de las Misiones (1926) - Fundación del Opus Dei, en España (1926) • JACKSON DE FIGUEIREDO (1891-1928) - Encíclica Quadragésimo anno (1931) A Liga Electoral Católica - LEC (1932)
- Concordato con el Reich, en Alemania (1933) A Primeros Congresos eucarísticos nacionales: Salvador (1933) y Belo Horizonte (1936) A Constitución Brasileña de 1934: victoria de las r e i v i n d i c a c i o n e s católicas. - Muerte de Lord Charles Halifax, pionero del ecumenismo (1934) - Las tres encíclicas sobre el nazismo, el comunismo y la persecución en México (1937) - Fundación del Consejo Mundial de Iglesias (1938) I Asamblea en Amsterdam (1948)
HISTORIADEL CRISTIANISMO
- República popular (comunista) de China (1949) - Guerra de Corea (1950)
- Muerte de Stalin (1953)
- Dogma de la Asunción de Nuestra Señora (1950) - Encíclica Hwnani generis (1950) - Concordato con la España de Franco (1953)
1950 C A M I N O
(1919)
A MONS. SEBASTIAN LEME (1882-1942) - Encíclicas Misüci corporis y Divino afflante Spiritu (1943); Mediator Dei\l941)
268
AÑOS
- Constitución de la CEE (1957) - Primera Revolución Socialista en América Latina. Fidel Castro asume el poder en Cuba (1959) - Kennedy, presidente USA (1960), asesinado en 1963. - Alianza para el Progreso (1961-1969)
261 J u a n X X I I I (1958-1963)
A P E R T U R A
Primer vuelo espacial de Gagarin (1961) A Golpe Militar en Brasil (31-31964) -*• Afirmación de la ideología de Seguridad Nacional (1968) - Crisis estructural del capitalismo n e o c o l o n i a l y d e p e n d i e n t e (± 1960)-* Auge de movimientos populares en América Latina, * Crisis de la neocristiandad. - "Revolución cultural" en la China (1966) - Guerra de los Seis Días en Israel (1967)
D E
262 Pablo VI (1963-1978)
Y D I A L O G O C O N E L
- Invasión de Checoslovaquia (1968) - Revueltas estudiantiles del "mayo francés" (1968) -Armstrong, primer astronauta en la luna (1969) - 1 Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente (1972) - Gobierno socialista de Allende (1970-1973) y golpe militar (1973) en Chile. - Guerra árabe-israelí y crisis del petróleo (1973)
M U N D O
A Fundación de la C N B B (1952) y de l a C R B (1954) - Primera intervención en el caso de los padres obreros (1954) -*• Nueva crisis en 1958 • PIERRE T E I L H A R D D E C H A R D I N (1881-1955) - Fundación del C E L A M (1955) - Anuncio del Concilio Vaticano II (25-1-1959) por Juan XXIU. Encíclicas Mater etMagistra (1961) y Pacem in Tcrris (1963) H CONCILIO VATICANO (19621965) 21° Ecuménico. * Cuatro sesiones.
- Viaje de Pablo VI a Tierra Santa y encuentro con el patriarca Atenágoras en Jerusalén (1964)
* Levantamiento mutuo de la excomunión de 1054 entre la Iglesia Latina y la Ortodoxa (7-12-1965) - El arzobispo anglicano Ranisey, de Canluaria, visita al papa en el Vaticano (1966) A PPC de la C N N B {1966)-> las seis líneas pastorales. - Encíclicas Populorum progressio (1967) y Humanae vitae (1968) - H Asamblea del CELAM-*- Medellín (1968)
A Documentos eclesiales: Escuché el clamor de mi pueblo y Marginalización de un pueblo (1973)
269
HISTORIADEL
CONTEXTO
POLÍTICO - CULTURAL
CRISTIANISMO
POLÍTICO - CULTURAL
CRISTIANISMO
- Revolución democrática en Portugal y Grecia (1974) - Año Internacional de la Mujer (1975) - Guerra civil del Líbano (desde 1975) - Muerte del General Franco, en España (1975) - Golpes militares en Argentina y Uruguay (1976) - Revolución en Nicaragua (197879) - Invasión soviética a Afganistán (1979) - Revolución islámica en Irán: Liderazgo de Khomeini (1979) - Sindicato de Solidaridad en Polonia (1980) - Guerra Irán-Irak (1980)
- Sínodo de obispos sobre la Evangelización (1974) - Exhortación apostólica Evangelii Nunúandi (1975) 1975: AÑO SANTO.
- Fin del gobierno sandinista en Nicaragua (25-4-1990) - Walesa elegido presidente en Polonia (9-12-1990)
- Encíclica Redemptoris Missio sobre las misiones (7-12-1990)
CONTEXTO
AÑOS
1975 263 Juan Pablo I (1978) 264 Juan Pablo H (1978- hoy)
C A M I N O D E A P E R T U R A
- Reagan, presidente de los Estados Unidos (1981) - Estado de emergencia en Polonia (13-12-1981) - Guerra de las Malvinas (1982)
Y - Elecciones democráticas en Argentina (1983) • Elección de Tancredo Neves pan presidente de la República (1984). -*Fin del régimen militar en Brasil. * Gobierno civil: 15-3-1985. - Reformas de Gorbachov en la Unión Soviética (1986)
D I A L O G O C O N E L
- Inlifada (revolución) de los palestinos (1987)
M U N D O
- Fin de la guerrslrán - Irak (1988) - Masacre de la Plaza de Tien An Men, en Pekín. China (3-6-1989) - Masacré de seis jesuitas en El Salvador (nov. 1989)
- UJ Asamblea del CELAM-* PUEBLA (1979) • Primera visita apostólica de Juan Pablo H a Brasil (1980) - Asesinato de Mons. Osear Romero (24-3-1980) - Atentado al papa en Roma (13-51981) - Año Santo extraordinario (1983) - Viaje del papa a América Central (marzo de 1983) y a Polonia (junio de 1983)
- Sínodo extraordinario para conmemorar los 20 años de la clausura del H Concilio Vaticano (1985)
- Instrucción de la Congregación para la I>octrina de la Fe sobre Libertad Cristiana y Liberación (223-1986) • Carta del papa al Episcopado Brasileño (9-4-1986) - Encuentro de oración de las religiones con el papa (Asís, 27-101986) - Sínodo de Obispos sobre la misión de los laicos (octubre 19S7) - Encíclica Sollicititdo Reí Socialis (30-12-H87) para el 20° aniversario de la "Populorum Progressio" - Milenario de la conversión de Rusia al cristianismo (1988)
AÑOS
- Encíclica Centesimas Annus (1-51991) conmemorando los 100 años de la "Rerum novarum" - Guerra del Golfo entre Occidente e Irak (16-1 a 27-2-1991) - Yeltsin, elegido presidente, disuelve el Partido Comunista y la Unión Soviética, proclamando la Comunidad de Estados Independientes (1991)
C A M I N O
- Guerra civil en la antigua Yugoslavia, envolviendo croatas, servios y bosnios (1991-1995) - Tratado de Maastricht buscando la Unión de Europa (10-12-1991) - Acuerdo de paz en El Salvador (15-3-1992)
D E A P E R T U R A
• Destitución del presidente Fernando Collor en Brasil (29-121992) - Intervención de la ONU en Somalia (4-5-1993) - Acuerdo de Israel - OLP para la autonomía de los palestinos (139-1993) - Fin del gobierno racista en África del Sur y elección de Nelson Mándela (1994) - Masacres en Ruanda (1994)
Y D 1 A L O G O
- Retorno del presidente Aristide a Haití (15-10-1994) - Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la población (Cairo, 5 a 13-9-1994) - Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Pekín -Beijin- 4 al 15-9-1995)
c oN E L M U N D O
- Sínodo de Obispos sobre la Formación Sacerdotal (octubre 1990)
- Cada del murode Berlín (1989) y «unificación da Alemania (3-1019»)
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HISTORIADEL
271
• Segunda visita del papa Juan Pablo H al Brasil (12 al 21-10-1991) - Sínodo especial de Obispos sobre Europa (diciembre de 1991)
- IV Asamblea del CELAM, — Santo Domingo (12 al 28-10-1992) - Publicación del "Catecismo de la Iglesia Católica" (8-12-1992) - Encíclica Veritatis Splendor (6-81993) - Sínodo de Obispos, asamblea especial para África (abril-mayo 1994) - Sínodo de Obispos sobre la Vida Consagrada (octubre de 1994) - Carta del papa sobre la llegada del Tercer Milenio y preparación del Jubileo del año 2000 (10-11-1994) - Encíclicas Evangelium Viíae (253-1995), sobre el valor de la vida humana, y Uf Unum Sint, sobre el ecumenismo (25-5-1995) - Viaje apostólico del papa a África, concluyendo el Sínodo africano (14 al 20-9-1995)
LA fflSTORIA DE LA IGLESIA EN LA CATEQUESIS
Lid catequesis será tanto más rica y eficaz cuanto más ella lea los textos con la inteligencia y el corazón de la Iglesia y cuanto más se inspire en la reflexión y en la vida dos veces milenaria de la misma Iglesia." (JUAN PABLO II, Catechesi tradendae, n° 27)
1. ¿POR Q U E ?
1 oda vía no es muy común incluir la historia de la Iglesia en la catequesis. Pero es necesario hacerlo. ¿Por qué? Podemos responder con la palabra del Papa y de los obispos. Vea, por ejemplo, el n° 27 del documento sobre la catequesis hoy, del papa Juan Pablo II (texto que el latín se conoce con el nombre de Catechesi tradendae). También podemos ver lo que dicen los obispos de Brasil, en el documento "Catequesis Renovada" (documento CNBB, n°26, de 1983): "La catequesis debe fundamentarse en su contenido en la única fuente de la revelación divina, utilizando sabiamente la Sagrada Escritura y todos los demás testimonios de la Tradición viva de la Iglesia" (n° 84). "Los planes de actividades podrán contener diversos elementos... como, por ejemplo, elementos de la historia delalglesia"(n°159).
275
Pero, ¿cuál es el motivo profundo de estas orientaciones de la Iglesia? El principal motivo es que... Dios se reveló a nosotros a través de la historia. Si la catequesis es educar en la fe, es decir, ayudar a los cristianos a acoger a Dios que se revela en sus vidas, la catequesis necesita conocer la historia de la presencia-revelación de Dios en la historia de la humanidad. Esa historia llegó a su punto más alto en Jesús; por eso, todo lo esencial está en la Biblia, que cuenta la historia de la revelación de Dios a su pueblo hasta Jesús y el inicio de la Iglesia. Pero, después de Jesús, en el tiempo de la Iglesia, Dios no deja de "caminar con su pueblo". Conocer la historia de la Iglesia es conocer algo que tiene un grande interés para nosotros, cristianos de hoy. Es saber cómo, concretamente, en situaciones y lugares diferentes, los cristianos fueron viviendo su fe y buscando impregnar con el Evangelio la sociedad humana. El asunto hoy se toma todavía más interesante porque estamos, indudablemente, en un cambio de la historia. Muchas cosas cambian, inclusive en la religión y en la Iglesia. Así los cristianos descubren mejor un lado de la condición humana: el aspecto de la "historicidad", de la provisoriedad, del caminar. El mundo de los hombres y de las mujeres no está quieto. Avanza. Descubre nuevos caminos. Se convierten, así, más serias las preguntas: ¿Cuál es el camino a seguir? ¿Cuáles son los criterios para vivir nuestra fe en nuevas situaciones? De la herencia recibida del pasado (¡y muchas de estas cosas costaron sudor y sangre a nuestros padres!), ¿qué debemos conservar y qué debemos cambiar?
continuar con el esfuerzo de comunicar el Evangelio en el mundo y para toda la humanidad.
2. ¿COMO?
Pero, ¿cómo hacerlo? La historia de la Iglesia -al menos la presentación que encontramos en los manuales llamados a sí mismos "Historia de la Iglesia"- parece algo muy complicado, no sólo para los jóvenes y los niños/as de la catequesis, sino también para los adultos, profesores y catequistas. Son listas interminables de nombres, acontecimientos, doctrinas, conflictos... y fechas de épocas distantes y para nosotros desconocidas. Debemos, entonces, indicar brevemente la manera de incluir la historia de la Iglesia en la catequesis. Vamos a diferenciar tres aspectos: contenido, enfoque y método.
a) Contenido ¿Qué interesa destacar de la historia de la Iglesia en la catequesis? Ante todo, interesan las grandes líneas, es decir, una visión de conjunto que muestre su desarrollo, sus principales etapas, sus grandes problemas.
Conocer la historia es un poco este proceso: descubrir lo que es permanente y lo que puede variar, diferenciar lo que es realmente esencial para nuestro caminar y lo que es superfluo... También para el cristiano de hoy, tomar conciencia de la historia de la Iglesia implica dejar de soñar simplemente con aquello que podría ser, para asumir un compromiso con su comunidad y
En segundo lugar, ya que no se puede tratar todo, se debe hacer una selección de contenidos. A partir de nuestra sensibilidad actual y de nuestros cuestionamientos, podemos elegir figuras o momentos de la historia de la Iglesia que nos impresionan más, que más nos atraen, que parecen aportar más luces a nuestra
276
277
situación. Serán, especialmente, algunas figuras de santos quienes podrán enriquecer mucho más nuestra catequesis e iluminar nuestra fe. También serán las comunidades o momentos de la vida de la Iglesia, donde el esfuerzo por impregnar con el Evangelio la vida social aparece más evidente o creativa. (Se comienza por aquella comunidad ideal descrita en los Hechos de los Apóstoles, que en todos los siglos de la historia de la Iglesia sirvió como modelo de inspiración, de cuestionamiento. En tercer lugar, se podrá hacer una elección a partir de los interrogantes de los catequizandos. (Se subraya esto también, al hablar del método). Dos ejemplos: 1) A lo largo de los siglos (estamos cercanos de completar 2000 años de cristianismo), se introdujeron en la Iglesia algunas expresiones, símbolos, ritos, gestos, estilos, entre otros; en conclusión, todo un lenguaje para celebrar la liturgia, manifestar la fe, organizar la presencia de la Iglesia en el mundo. Ahora bien, muchas de estas cosas que continúan presentes en la Iglesia de hoy, necesitan de un esclarecimiento a la luz de la historia. 2) Otro ejemplo: En el estudio de la historia general o de la literatura, del cine, de la prensa, de la TV, circulan informaciones e imágenes sobre la historia de la Iglesia, especialmente en términos polémicos (Inquisición, Galileo, persecución de los judíos...). También en estos asuntos el cristiano adulto tiene derecho a una aclaración con base en la veracidad histórica.
b) Enfoque No es suficiente, sin embargo, con hacer una buena selección del contenido. Aún más importante es el enfoque. ¿Cómo abordar lahistoriadela Iglesia, cómo mirarla?
familia. Es la historia de la fe que compartimos, de la comunidad que amamos. No es la historia de algunos extraños, de otras personas. Aunque se diga que el amor es ciego, esto no nos debe llevar, necesariamente, a ignorar los defectos y las fallas de este caminar. Nos alegraremos con las alegrías y los valores evangélicos; sufriremos con las tristezas y los pecados que los cristianos no supieron evitar. Debemos corregir, de cualquier forma el uso de "dos pesos y dos medidas". Es decir, no seremos benévolos con nuestra comunidad y rigurosos con las demás. Tendremos espíritu ecuménico, considerando con respeto a todos los que se separaron de la Iglesia. Según el precepto evangélico, buscaremos dar a los otros el trato que deseamos recibir. Procuraremos, en la catequesis, aquella serenidad que facilita la búsqueda de la verdad, que es lo que más nos interesa. No iremos en búsqueda de polémicas ni de apologías, de defensa intransigente y poco clara de toda y cualquier actitud de los católicos. Para realizar esto, necesitamos bastante madurez, tanto personal como en la fe. Para mirar la historia de la Iglesia con espíritu evangélico, es necesario poseer este espíritu. Muchas veces, el propio cristiano se deja llevar por la mentalidad del "mundo". En la historia de la humanidad, sobresalen especialmente los que tienen riqueza y poder. Y en la historia de la Iglesia, ¿qué lugar damos a los pobres, a los pequeños, a los predilectos de Dios? No podemos transferir criterios "mundanos" anti-evangélicos, para referirnos a la historia de la Iglesia. La atención a la vida del pueblo, de los pobres y de los pequeños, nos ayudará a mirar la historia de la Iglesia con criterio evangélico.
Especialmente, debemos decir que la historia de la Iglesia, en la catequesis, debe ser vista "desde dentro" y no "desde fuera". Es decir, debe ser mirada como si se tratara de la historia de nuestra
Tampoco caeremos en el peligro opuesto, de "separar" la historia de la Iglesia. La Iglesia vive en el mundo, penetrada en la sociedad. La historia de la Iglesia no puede dejar de explicitar esta relación y de mostrar los lazos recíprocos entre el cristianismo y la sociedad en la historia.
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Partir de la experiencia y de la motivación de los catequizandos, de sus interrogantes e intereses.
c) Método Finalmente, una palabra sobre el método para proponer el estudio de la historia de la Iglesia en la catequesis. (Las sugerencias pueden ser también aplicadas con las oportunas adaptaciones, a la enseñanza religiosa en las escuelas. Y para esto también se tendrán en cuenta las orientaciones de la didáctica para la historia general y la enseñanza de esta disciplina). Es claro que, en primer lugar, deberá ser considerada la edad de los catequizandos. No se puede proponer a los niños una visión crítica y sistematizada de la historia de la Iglesia que estudiantes de bachillerato o adultos pueden exigir. Pero sí pueden ser presentados a los niños momentos y figuras de la historia de la Iglesia. En líneas generales, pueden servir sugerencias como éstas: Mucho más que nombres, datos o acontecimientos, interesa presentar los grandes conjuntos, naturalmente, con sus datos básicos. Mucho más que insistir en nociones (datos para ser memorizados) conviene despertar actitudes y criterios generales de interpretación (ver la historia a la luz de la te, con criterios evangélicos, a partir del pueblo y de los pobres, en actitud ecuménica y abierta...).
No quedarse en el pasado como tal, (en el interés o curiosidad por aquello que sucedió), sino más bien, relacionar el pasado con el presente y sacar de ellos cuestionamientos e indicaciones para nuestra comunidad actual.
3. UNA A C L A R A C I Ó N
INuestro libro Cristianismo: 2000 años de caminada no fue pensado como un subsidio completo para la catequesis. No pretende realizar el programa de historia de la Iglesia que se sugiere aquí. Puede, sobre todo, ofrecer varios elementos útiles para los catequistas, adultos, jóvenes, estudiantes de bachillerato, para trabajar sobre la historia de la Iglesia a través de temas, textos, mapas, cronologías, esquemas sintéticos, entre otros. Estos temas se refieren a la historia de la Iglesia en general y se pretende presentarlos de una forma que interese a los lectores. Nuestra catequesis y nuestro caminar eclesial así lo exigen. R ALBERTO ANTONIAZZI HERMANO HENRIQUE CRISTIANO JOSÉ MATOS CFMM
Comprometer a los catequizandos en el trabajo de investigación, descubrimiento y reflexión (no sólo en las aulas, sino también en las actividades de equipo). Utilizar materiales de documentación, donde los catequizandos puedan buscar y descubrir un contacto más vivo con las fuentes de la Iglesia y délos testimonios.
280
Agradecemos al P. W. Gruen SDB sus valiosas sugerencias para esta parte final
281
BIBLIOGRAFÍA
obras que proporcionan una visión de conjunto de la Historia del Cristianismo son relativamente pocas. Y son, en su mayoría, traducciones.
M-JÜS
Indicamos aquí, en primer lugar, los libros de fácil acceso para los lectores. Señalamos, después, algunas obras de mayor divulgación.
Obras que ofrecen una visión de conjunto de la historia de la Iglesia (Católica) en un solo volumen: - FROEHLICH, Roland. Historia da Igreja. Ed. Paulinas, Sao Paulo, 1987; 174 pp.; (Contiene un resumen cronológico de los principales acontecimientos, una selección de documentos y cerca de 30 mapas; traducción del alemán, con adaptaciones). - MATOS, Henrique Cristiano José. Introducao á Historia da Igreja. Ed. O Lutador, Belo Horizonte, 1987. Describe, en 19 capítulos, todo el caminar de la Iglesia a lo largo de dos milenios. - PIERRARD, Pierre. Historia da Igreja. Ed. Paulinas, Sao Paulo, 1982, 304 pp.; 2a edición, 1986. (Traducción del francés).
Obras en varios volúmenes: - COMBY, Jean. Para ler a Historia da Igreja. Loyola, 19931994, 2 volúmenes, 192+242 pp. (Buena obra de divulgación, con algunas ilustraciones y documentos; traducción del francés) - DANIEL-ROPS. Historia da Igreja de Cristo. Ed. Tavares Martins, Porto, varios volúmenes (traducción del original francés, escrito entre 1948 y 1960). 285
- DANIEL-ROPS. Historia da Igreja de Cristo. Ed. Tavares Martins, Porto, varios volúmenes. (Existe una traducción brasileña de la Ed. Quadrante, Sao Paulo, que está comenzando: ya publicó 3 volúmenes, sobre la Iglesia Antigua y Medieval; la obra fue escrita originalmente en francés entre 1948 y 1960; el Autor es un escritor agradable de leer, pero no un historiador profesional). - MATOS, Henrique Cristiano José, Caminhando pela Historia da Igreja. Ed. O Lutador, Belo Horizonte, 1995, 3 volúmenes, 180+216+382 pp. (Una "orientación para los que se inician en el camino", con riqueza de ilustraciones y documentos).
- MARTINA, Giacomo. Historia da Igreja de Latero a nossos dias. Vol 1: O período da Reforma. Loyola, 1995, 262 pp. Incluye tres volúmenes sobre la Iglesia moderna y contemporánea; el autor es profesor de la Universidad Gregoriana de Roma). - MATOS, Henrique Cristiano José. A Igreja na Historia. Faixade-tempo da Historia do Cristianismo. Editora O Lutador, Belo Horizonte, 1990 (Visión panorámica de la Historia de la Iglesia dentro del conjunto de la Historia Cultural, Política y Social).
Obras extranjeras más accesibles: - ROGIER, L. J. - Roger AUBERT y M. D. KNOWLES (y otros). Nova Historia da Igreja. 5 volúmenes (el 5o en tres tomos). Ed. Vozes, Petrópolis, 1966-1976, casi 3.000 páginas (obra más actualizada y de espíritu ecuménico). - VARIOS AUTORES. E até os confins da térra. Urna historia ilustrada do cristianismo. Edigoes Vida Nova, Sao Paulo, 1980 y ss. (10 pequeños volúmenes, enfoque protestante).
Obras complementarias o especiales: - BEMZ, Ernst. Descricao do Cristianismo. Vozes, 1995, 460 pp. (El autor, gran historiador y teólogo, procura presentar las líneas fundamentales del Cristianismo como fenómeno histórico; punto de vista ecuménico; la preciosa bibliografía de casi 60 págiras es básicamente alemana, pero la obra es bastante accesible y de óptima calidad). - BETTENSON, Henri (organizador). Documentos de Igreja Crista. ASTE, Sao Paulo, 1967, 2a edición, JUERP, Rio de Janeiro, 1983, 370 pp. (Selección de documentos eclesiásticos sean católicos, anglicanos y protestantes; el autor de la selección es anglicano). 286
- FLICHE A. - V. MARTIN. Historia de la Iglesia. 30 volúmenes y 2 complementos. EDICEP. Valencia. 1975 y ss. (Traducción española de una amplísima obra francesa, iniciada en la década de 1930 y complementada después de 1950; la edición española actualizó algunas partes y enriqueció la obra con preciosas ilustraciones). - JEDI, Hubert (organizador). Manual de la Historia de la Iglesia. 8 volúmenes. Ed. Herder, Barcelona, 1966 y ss. (El más amplio -cerca de 7.000 páginas- manual universitario de historia de la Iglesia católica, elaborado por profesores alemanes bajo la dirección de H. Jedin; traducción española). - LLORCA, B. - R. GARCÍA - VILLOSLADA y F, J. MONTALBÁN. Historia de la Iglesia Católica. BAC, Madrid, 5 volúmenes, 1976 y ss. (5a edición). - LATOURETTE, Kenneth Scott. Historia del Cristianismo. 2 volúmenes. Casa Bautista de Publicaciones, s. 1., 1977, 3 a edición. (Traducción del inglés; obra de cerca de 1.800 páginas, escrita en los años 50, por un historiador protestante conocido principalmente por sus estudios sobre las misiones).
287
- VARIOS AUTORES; 200 Ans de Christianisme, 10 volúmenes. Societé d'Histoire Chrétienne, París, 1976 (obra ricamente ilustrada, de inspiración católica).
De orientación tradicional, con muchas informaciones detalladas: Arlindo RUBERT, A Igreja no Brasil, volumen I. (siglos XVI), volumen II (siglo XVII). Gráfica Pallotti, Santa María - RS, 1981, 392 y 433 pp.
Obras sobre la historia de la Iglesia en Brasil: Obras sobre la historia de la Iglesia en América Latina: - BEOZZO, José Osear. A Igreja do Brasil. De Juan XXIII a Juan Pablo II, de Medellín a Santo Domingo. Vozes, 1994, 342 pp. (Reúne 5 ensayos sobre Juan XXIII y el Brasil, Medellín, Santo Domingo y las relaciones Brasil/Santa Sede en las recientes épocas). - LUSTOSA, Osear de Figueiredo. A Igreja Católica no Brasil e o Regime Republicano. Um aprendizado de liberdade. Loyola CEPIHIB, Sao Paulo, 1990,160 p. (Reúne principalmente documentos délos años 1989 - 1910). En la Historia General de la Iglesia en América Latina (proyecto de la CEHILA, dirigido por Enrique Dussel), vea los volúmenes: IU1 E.HOORNAERT, R. AZZI y otros. Historia da Igreja no Brasil. Primera época (s.XVI-XVIII). Vozes/Paulinas, 1992,442 pp., (4 a edición);
- BIDEGAIN, Ana María. Historia dos Cristáos na América Latina. Tomo I (época colonial). Vozes, Petrópolis, 1993, 324 pp. (obra traducida del español; didáctica y bien informada). - DUSSEL, Enrique (Organizador), "Historia Liberationis " 500 Anos de Historia da Igreja na América Latina. Ed. Paulinas/ CEHILA, Sao Paulo, 1992, 712 pp. (Varios autores tratan diversos temas y países; amplia bibliografía de 60 páginas al final). - HOORNAERT, Eduardo. Historia do Cristianismo na América Latina e no Caribe. Paulus, 1994, 44 pp. (obra original, organizada por temas y no cronológicamente; ilustrada). - SUESS, Paulo (Coordinador), A Conquista Espiritual da América Espanhola. Vozes, Petrópolis, 1992,1028 pp. (contiene 200 documentos del siglo XVI, traducidos del español y del latín).
IÜ2 J. Fagundes HAUCK. Hugo FRAGOSO, José Osear BEOZZO, idem. Segunda época (S.XIX). Vozes/Paulinas, 1992, 322 pp. (3 a edición); esta colección se presenta como "ensayo de interpretación a partir del pueblo, en ella están anunciados tres volúmenes sobre la Iglesia en el Brasil del siglo XX. Un pequeño resumen de la obra anterior se encuentra en: Eduardo H0ORNAERT, A Igreja no Brasil - colonia (1550-1800). Brasilense, Sao Paulo, 1982, 96 pp. (colección "Todo es historia", 4á). 288
289
ÍNDICE ANALÍTICO
A
ACCIÓN CATÓLICA: 200;213 ÁGAPE: 97 "AGGIORNAMENTO": 218 AGUSTÍN DE CANTORBERY (± 604): 18 AGUSTÍN DE HIPONA (± 430): 16;49;50;51;52;141 ALBERTO, obispo de moguncia: 186 AMBROSIO DE MILÁN (± 397): 16;63;125 ANACORETAS: 32 ANCHIETA = José de Anchieta SJ (1534-1597): 110 ANTONIO, Eremita de Tebaide, en Egipto (356): 32;127;140 ANTIOQUIA DE SIRIA (ciudad): 15 ARRIANISMO: 16 ATANASIO de Alejandría (± 373): 140 ATENAGORAS I, Patriarca de Constantinopla (1886-1972): 176;230 AVE MARÍA (oración): 157;158 AVIÑON = Cautiverio de los papas en Aviñón (1309-1378): 67 AYUNO: 141-142
B
BASÍLICA: 48; 123 De San Pedro, en Roma: 154;216 De San Pablo de extramuros: 209 BASILIO MAGNO (± 379): 32;98;99 BENITO DE NURSIA (± 480-547): 106;129 293
BERNARDINO DE SENA (1380-1444): 142;146 BERNARDO DE CLARAVAL (1090-1153): 154;158 BEZA = Teodoro Beza (1519-1605): 192 BONIFACIO, Apóstol de Alemania (± 754): 18 BOSSUET (1627-1704): 83 BRUJAS: 147
c CALVINO = Juan Calvino (1509-1564): 190-192 CANONIZACIÓN: 131 CARLOS MAGNO (± 742-814): 79;83;126;170 CARLOS MARTEL (668-741): 169 CARLOS V, Emperador del Sacro Imperio Romano - Germánico (1519-1556): 186 CASA = lugar de reunión de los cristianos: 46-47 CASAS DE LA CARIDAD del Padre Ibiapina: 114 CATÓLICOS - LIBERALES: 198 CELIBATO: 48;54;229 CENOBITAS: 140 CERULARIO = Miguel Cerulario (1043-1059): 174 CESAROPAPISMO: 165 CIPRIANO, obispo de Cartago (± 1378-1409): 100 CISMA: 67 Cisma de Occidente (1378-1409): 67 Cisma de Oriente (1054): 175 CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (± antes del 215): 98 CLERO y clericalismo: 53-55 CLOVIS, rey délos francos (466-511): 17 CLUNY: 106;154;159 COLEGIALIDAD EPISCOPAL: 218;228;233 COLUMBANO(± 543-615): 144 294
COMUNIDAD: 24-39 En la Iglesia primitiva: 28-31 ;40 (mapas) De laicos de la "Devoción Moderna": 35-36 COMUNIDAD ECLESIAL DE BASE (CEB): Cómo son y cómo surgieron: 37-39 Fenómeno universal: 27 CONCILIOS ECUMÉNICOS: Cuadro sinóptico: 133-134 Los primeros: 16;175;226 IVdeLetrán(1215): 66; 160 Constanza (1414-1418): 67 V de Letrán (1512-1517): 184 Trento (1545-1563): 68;216;226 Vaticano I (1869-1870): 70;210;226 Vaticano II (1962-1965): 197;205;209-221 CONFESORES: 126 CONFESIÓN DE AUGSBURGO (1530): 188; 192 CONGRESO EUCARISTICO: 161 CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS: 214;230 CONSTANTINO, EL GRANDE (280-337): 19;78;125;167 COUTURIER = Paul Couturier (1881-1953): 181;214 CRISIS POST-CONCILIAR: 226;231 CRISTIANDAD: 197;206 Qué es: 77-78 Su expresión medieval: 19 Tendencias constantes de la historia: 84-87 Reminiscencias modernas: 217 CRISTIANOS DE ORIENTE: 70 (mapa); 165-175 CRUZ - CRUCIFIJO: 148 CRUZADAS: 19;66;172 CULTO A LAS IMÁGENES: 127 CUESTIÓN ROMANA (1860-1870 y 1929): 202
295
D
DANZA MACABRA: 156 DANTE ALIGHIERI (1265-1321): 80 "DEVOCIÓN MODERNA": 35-36;153-154;183 DEVOCIONES POPULARES: 121;151-161 DIÁCONO: 46 DIASPORA: 15;31 "DICTATUS PAPAE" de Gregorio VII (1073-1085): 65;79 DIDAQUE o doctrina de los Apóstoles: 98 DIOGNETO = Carta a Diogneto: 31 DIONISIO: Obispo de Alejandría (± 250): 100 Obispo de Corinto (± 170): 100 DOMINGO DE GUZMAN (± 1170-1221): 109;130;146 DONATISTAS: 50
E
E C K = Juan Eck (1486-1543): 186 ECUMENISMO: 181;213;228;230;240 ENCÍCLICAS: "Mirari Vos" (1832): 85 "Rerum Novarum" (1891): 86; 115; 199 "Máximum Illud" (1919): 200 "Quas primas" (1925): 213 "Rerum ecclessiae" (1926): 201 "Non Abbiamo Bosogno" (1931): 86 "Humani Generis" (1950): 205
296
Pacem in terris" (1963): 230 Ecclesíam Suam" (1964): 229 "Populorum Progressio" (1967): 229 "Humanae Vitae" (1968): 231 "Retemptor Hominis" (1979): 233 EREMITAS: En el inicio del cristianismo: 140 En el Brasil colonial: 109-110 ESTADOS PONTIFICIOS: 71 (mapas);169 ESTADÍSTICAS: 21;239 EUCARISTÍA: En las comunidades cristianas primitivas: 30 El culto eucarístico: 159 La fiesta del "Corpus Christi": 159 La "reserva eucarística": 161 La presencia real: 191 EUSEBIO DE CESÁREA (339): 16;77 EVANGELISMO = Movimientos de evangelismo: 34; 108 EVANGELIZAR: La misión de la Iglesia: 15;28;34;77-78;231 Y las CEBs: 38-39 Y los pobres: 91 Y las devociones populares: 121 En la visión de los monjes irlandeses: 143 Y el mundo moderno: 219 EVANGELIZACION: 205 EXHORTACIÓN APOSTÓLICA "Evangelii Nuntiandi" de Pablo VI (1975): 23;39;45;231;238 EXPANSIÓN DEL CRISTIANISMO: 17 (mapa); 21 (Estadísticas)
297
F
I
FAREL = Guillermo Farel (1489-1565): 190 FASCISMO: 86;204;212 "FILIOQUE" = La cuestión del término "filioque" en la profesión de la fe cristiana: 173 FLAGELANTES: 143;147 FOCIO = La cuestión de Focio (siglo IX): 172 FRANCISCO DE ASÍS (1182-1226): 108;130;146;153 FEDERICO DE SAJONIA (1463-1525): 131
IBIAPINA = Padre José Antonio Ibiapina (1806-1883): 115117 ICONOCLASMO: 128 "Guerra de las imágenes" (726-843): 170 IGLESIA Y ESTADO: 75-87;167;168 IMÁGENES: 125-127 "IMITACIÓN DE CRISTO" de Tomás Kempis: 37;153 INCULTURACION: 22;239-241 INDULGENCIA: 145; 186 INFALIBILIDAD PAPAL: 210 ISABEL DE HUNGRÍA (± 1231): 107 ISIDORO DE SEVILLA (± 636): 79
G
GALICISMO: 83 GARRONE = Cardenal Gabriel - Marie Garrone: 218 GEERT GROTE (1340-1384): 36 GUARDINI = Romano Guardini (1885-1968): 212
H
J
JERÓNIMO (± 419 ó 420): 101-102 JUAN DE CAPISTRANO (1386-1456): 146 JUAN CRISOSTOMO (± 407): 100 JUAN DAMASCENO (± 749): 129;175 JOSÉ II en Austria (1741-1790) y el josefísmo: 83 JUSTIFICACIÓN POR LA FE: 185 JUSTINO de Roma (± 165): 16
HIJAS DE LA CARIDAD: 111 HALIFA = Lord Charles Lindley Wood Halifa (1839-1934): 181 ^HUMILLADOS" de la Lombardía: 107
298
299
L
LAMENNAIS (1782-1854): 85 LETRAN, Acuerdos de (1929): 202 LAVIGERIE, Cardenal (1825-1892): 202 LEPANTO = Batalla naval de Lepanto (1571): 68;158 LERCARO = Cardenal Giacomo Lercaro (1891-1976): 105 LORENZO = Hermano Lorenzo de Nuestra Señora del Caraza: 110 LUIS XIV, el "Rey -Sol" (1638-1715): 83 LUTERO (1483-1548): 81;82;184-189 Principios básicos de su doctrina: 188 Palabra de Dios y predicación: 189
M
MAJLAGRIDA = Padre Gabriel Malagrida SJ (1689-1761): 110 MARÍA: Inmaculada concepción: 158;203 Intercesora del pueblo: 157-158 Nuestra Señora de la Piedad: 153 Nuestra Señora del Rosario: 158 MARITAIN = Jacques Maritain (1882-1973): 212 MARTIN DE NANTES OFM: 110 MARTIN DE TOURS (397): 18 MÁRTIRES: 122 MEDELLIN: 87;91;116 MELANCHTON = Felipe de Melanchton (1497-1560): 188 MENSAJE del papa Juan Pablo II a los obispos del Brasil, de 94-1986: 234
300
MERCIER = Cardenal Mercier (1851 -1926), primado de Bélgica: 181 METZGER = Max Joseph Metzger (1887-1944): 214 MIGRACIONES DE LOS PUEBLOS: 18 MILAGROS: 139 MILITANCIA CATÓLICA: 206 MINISTERIOS: Qué son: 15;43-44 Diversidad: 30 Y las CEBs: 38 Ministerio ordenado: 44;45;55 En la Iglesia Primitiva: 46 En la concepción de Lutero: 189 En la organización eclesial de Calvino: 191 MISA POR LOS DIFUNTOS: 154 MISIONES CATÓLICAS (siglos XVI-XVII): 193 (mapa) MODERNISTAS: 199 MONICA, madre de San Agustín: 50 MONJES: Difusión geográfica: 135 (mapa) Origen de la vida monástica: 32; 140 En lucha por la libertad de la Iglesia: 54 Culto de los santos monjes: 126 Misioneros irlandeses: 141 Clericalización de la vida monacal: 145 Su influencia en la Iglesia de Oriente: 173 MONOFISISMO: 169 MONTE ATOS: 173 MUERTE: 156 MUJER: En las comunidades cristianas primitivas: 30 Y ministerio eclesiástico: 49
301
N
NAZISMO: 204;212 NEPOTISMO: 67 NEWMAN = Cardenal John Henry Newman (1801-1890): 226
O
OBISPO: 45;51;52 ORATORIO DEL DIVINO AMOR: 183 ORDENES MENDICANTES: 34;54;108 ORTODOXOS: 166 OZANAM = Federico Ozanam (1813-1853): 113;199
P
PACOMIO (± 347): 32;140 "PADRESDE LA IGLESIA": 98 PADRES OBREROS: 205 PATRONATO: 20 PANTOCRATOR = Cristo Señor del Universo: 153;175 PAPAS: Títulos: 69-70 Evolución del papado: 69-70 Ministerio específico: 233 Adriano VI (1522-1523): 59
302
Alejandro VI (1492-1503): 67;182 Benito VIII (1012-1024): 64 Benito XV (1914-1922): 200 Calixto I (217-222): 61 Celestino V (1294): 68 Clemente VI (1343-1352): 147 Esteban II (752-757): 169 Gelasio 1(492-496): 78 Gregorio Magno (590-604): 62;69;129 Gregorio VII (1073-1085): 63 Gregorio IX (1127-1241): 131 Gregorio XVI (1831-1846): 85;198 Inocencio III (1198-1216): 19;66 Inocencio IV (1243-1254): 67 Juan VIII (872-882): 64 Juan XII (955-964): 64 Juan XIX (1024-1032): 64 Juan XXIII (1958-1963): 158; 181 ;209;211 ;215; 216;220;228 Juan Pablo I (1978): 231 Juan Pablo II (1978-hoy): 59-61 ;192;209;227;232;234 Julio II (1503-1513): 183 León Magno (440-461): 167 León III (795-816): 79 León IX (1049-1054): 64;174 León X (1513-1521): 183;186 León XIII (1878-1521): 68;69;86;200 Martín V (1417-1431): 67 Nicolás I (858-867): 172;173 Pablo III (1534-1549): 67 Pablo VI (1963-1978): 132;166;176;220;227;231 Pío V (1566-1572): 68 Pío IX (1846-1878): 85;198 Pío X (1903-1914): 68;199;213 Pío XI (1922-1939): 86;200;213 Pío XII (1939-1958): 205;209;228 Sixto IV (1471-1484): 67 Urbano VIII (1623-1644): 131
303
PAULINO DE ÑOLA (± 413): 101 PABLO DE TARSO: 15;49 PAZ = El empeño de la Iglesia en pro de la paz mundial: PENITENCIA: 138-148 PEPINO, el BREVE (714-768): 169 PERSECUCIÓN: 77; 140 POBRES-POBREZA: Quiénes son: 92 En las comunidades cristianas primitivas: 97-98 En el A.T., en las bienaventuranzas de Jesús: 95 En la Edad Media: 106-109 En la Edad Moderna: 109-111 En la Edad Contemporánea: 112-114 Opción preferencial de la Iglesia en América Latina: 9192;233 Fruto de la injusticia en las relaciones humanas: 93;233 En las comunidades de los valdenses: 34 PODGORNI = Nicolás Podgórni: 230 POLICARPO, obispo de Esmirna (± 1156): 122 PREDESTINACIÓN: 190 PRESBÍTEROS: 46 PROTESTANTISMO: 177 (mapa); 180-193 PUEBLA: 87 Y las CEBS: 37 Y la opción preferencial por los pobres: 91,93; 116 PURGATORIO: 156
RELIQUIAS: 125;131;157 REMIGIO DE REIMS (± 533): 17 REVOLUCIÓN FRANCESA (1789): 84;197 ROMERÍAS: 130 ROSARIO: 158
S
SOTANA o vestido talar: 53 SANTOS y culto a los santos: 121-132 SANTUARIOS: 130 SAN JOSÉ = Devoción a San José: 158 SAN MIGUEL ARCÁNGEL: 156; 162 SAVONAROLA (1452-1498): 146 SECRETARIADO PARA LA UNION DE LOS CRISTIANOS: 215 SIGLOS DE HIERRO: 170 SILABO: 198 SIMÓN, el Estilista (± 459): 127 SÍNODO DE LOS OBISPOS: 238 Sínodo extraordinario de 1985: 165;181;218;221; 227;238 SOCIEDAD DE SAN VICENTE DE PAUL (SSVP): 113; 191
R
T RAMSEY = Arzobispo anglicano Miguel Ramsey: 230 REFORMA PROTESTANTE: 177 (mapa);180-193 REGALISMO: 206 RELIGIOSIDAD POPULAR: 151 304
TEILHARD DE CHARDIN (1881-1955): 212 TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN: 234 305
TERESA DE CALCUTA: 116 TIARA = Antigua corona papal: 230 TRENTO = Concilio de Trento (1545-1563): Reforma del clero: 54 Modelo eclesial: 216 Su aplicación en la Iglesia: 226
V
VALDENSES: 34;107 VATICANO II (1962-1965): Su importancia histórica: 209;221 Convocación: 209, objetivos:210;219, preparación: 215, apertura: 216 Y la dimensión comunitaria de la Iglesia: 37;229 Ministerios y laicos en la Iglesia: 44;213;240 Relación Iglesia - Estado: 87 Sueclesiología:91;187;221 Y los pobres: 105;117 Y el culto de los santos: 131 Y las Iglesias orientales: 165;175 Y el ecumenismo: 181;192;216 Y la valoración de las realidades terrenas: 219 Y "los signos de los tiempos": 227 Pablo VI y el Concilio: 227 ss. Juan Pablo II y el Concilio: 232 VIA SACRA: 148; 153 VIAJES APOSTÓLICOS del papa: 233 VICENTE FERRER (1350-1419): 147 VICENTE DE PAUL (1581-1660): 110 VILIBRORDO, Apóstol de los Países Bajos (± 749): 18
306
ÍNDICE
Presentación
7
TEMAS Dos mil años de travesía
11
Los cristianos viven en comunidad
25
Los cristianos redescubren "servicios" en la Iglesia
41
De Pedro a Juan Pablo II
57
Iglesia y Estado
73
Los pobres cuestionan la Iglesia (I)
89
Los pobres cuestionan la Iglesia (II)
103
Al pueblo le gustan los santos
119
Los hombres de la penitencia
137
Devociones populares
149
Cristianos de Oriente
163
La reforma protestante
179
La Iglesia en la tensión de la modernidad
195
El Concilio Vaticano II
207
Treinta años, veinte siglos
223 309
Cronología
243
La historia de la Iglesia en la catequesis
273
Bibliografía
283
índice analítico
291
310