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Un movimiento estudiantil donde la iniciativa y la responsabilidad respecto al testimonio y a la evangelización en la universidad descansa principalmente sobre los hombros de los mismos estudiantes. Este es un movimiento esencialmente de estudiantes y para estudiantes1. (Stacey Woods) "Y en la práctica, sin intervención de afuera, vez tras vez han aparecido grupos universitarios evangélicos, con los mismos principios y fines que profesamos. El movimiento del cual somos herederos nació por medio de la iniciativa estudiantil. Dios pone en el corazón de uno o dos la inquietud de alcanzar a los compañeros, ellos buscan con quienes orar y servir, y así nace un núcleo de testimonio estudiantil evangélico"2. (Douglas Stewart) ¿Qué es lo básico que debo saber para iniciar un grupo misionero en la la universidad?, ¿Qué implica esa responsabilidad?, ¿Cuáles son las ventajas y sus peligros?, peligros?, ¿Cuáles ¿Cuáles son los lineamientos básicos que debo tener en cuenta antes de iniciar? Son algunas preguntas a las que daremos respuesta con el fin de contagiar una visión misionera a los jóvenes universitarios de las iglesias locales.
El estudiante evangélico es un misionero El Dios de la biblia es un Dios misionero de principio a fin, La biblia muestra a un Dios con una misión en el mundo, escoge a su pueblo y le da una misión, envía a su hijo como misionero y comisiona a su iglesia con una misión. El estudiante evangélico
universitario como parte de la iglesia local debe tener en cuenta la identidad misionera que ha caracterizado a los evangélicos en la historia. Ya sea al cruzar barreras geográficas o culturales, siempre ha deseado extender el evangelio donde nunca ha sido conocido y es por esta razón de que si la universidad es una frontera misionera que cruzar, entonces los misioneros de Dios deben ser los estudiantes evangélicos que se encuentran en estos centros. La acción misional debe ser asumida, iniciada, establecida, continuada y sostenida por ellos.3 el estudiante evangélico por el hecho de ser estudiante debe estar comprometido con la universidad y con la visión de servicio que tiene hacia la sociedad. La universidad es su tierra de misión porque el Dios Trino es el soberano de todo lo que existe y además tiene para toda su creación un plan de redención, donde la universidad está incluida.
Privilegio y responsabilidad misionera No se trata de que los universitarios sean mejores candidatos a misioneros porque poseen una superioridad espiritual innata. Se trata más bien de que en cualquier sociedad el estudiante es un privilegio. El que ha llegado al nivel universitario ha tenido más oportunidad que otros y ello representa el privilegio de mayor movilidad social, mayor posibilidad de expresión, mayor acceso a una cultura global. Ello es así aun dentro de la angustiosa situación económica latinoamericana, por lo cual se aplica las palabras de Jesús: A mayor privilegio mayor responsabilidad. Así ha sido en la historia4. El estudiante evangélico debe darse cuenta que el privilegio conlleva responsabilidad porque aún hoy ser universitario no es sencillo; se tienen que estudiar y competir por una vacante en los exámenes de admisión, se tiene que lidiar con las necesidades económica, etc. Hoy en las universidades del país existe más presencia de jóvenes de iglesias evangélicas pero son muy pocos con entusiasmo evangelizador y menos las iglesias locales que los respalden. Las iglesias locales en su mayoría olvidan lo que puede significar para la iglesia y la sociedad la conversión de un estudiante universitario. En cambio el gran predicador del siglo XIX Charles Simeón, de Cambridge, cuando en su iglesia entraba un estudiante, se decía a sí mismo: “¡Ahí van seiscientas personas más!”. Pensar en la gran influencia que pueden llegar a tener en el futuro 5, el privilegio que tiene el joven de acceder a los estudios universitarios entraña la responsabilidad de ser un agente del reino de Dios en un lugar de estudio, y luego en su lugar de trabajo profesional.
Los que tienen la responsabilidad de la evangelización en la facultad, son precisamente los que se encuentran ahí, los que tienen el privilegio de estudiar: los estudiantes. No hay nadie más indicado que ellos para hacer el trabajo en ese contexto. La iglesia local no puede ir a la facultad, ni siquiera el pastor, y aun los profesionales y profesores cristianos encuentran barreras para llegar a los estudiantes con el evangelio. Los estudiantes tienen mejores oportunidades para evangelizar a otros estudiantes6. Son los estudiantes evangélicos los responsables de anunciar el evangelio en palabra y vida, y así ser la expresión del Reino de Dios en esta tierra de misión en particular. No se trata, claro está, de que Dios tenga algún tipo de preferencia por quienes tienen el privilegio de haber llegado a beneficiarse con la educación superior. Dios usa para sus propósitos príncipes y mendigos, carpinteros y doctores, empresarios y futbolistas, porque ello refleja su gracia multiforme que alcanza a todo ser humano que cree en él. Pero probablemente en momentos y lugares cruciales Dios ha usado las especiales características del medio estudiantil como un instrumento eficaz para la extensión de su Reino y el cumplimiento de su propósito. Que Dios haya querido usar poderosamente a los estudiantes en el pasado no debe darle hoy al estudiante ni a quien sirve entre estudiantes un orgullo infundado. Más bien debe darle un sentimiento profundo de responsabilidad, temor y temblor ante las posibilidades de quemar la propia vida al servicio de Cristo en la esperanza de que ella alumbre en una hora difícil7.
Ventajas de un grupo estudiantil en la universidad 8 I.
Un grupo estudiantil goza ante las autoridades universitarias de los derechos correspondientes a los otros "universitarios. Esta ventaja vale mucho. Por ejemplo, muchas veces el grupo estudiantil, como parte integral de la comunidad universitaria, ha podido utilizar la propiedad y edificios universitarios para realizar reuniones, con acceso además al uso de los medios de publicidad de la universidad.
II.
Un grupo estudiantil tienen mayor aceptación entre los universitarios no cristianos, precisamente porque es de los estudiantes. En cambio una obra dirigida desde afuera parece ser ajena a la universidad, se le mira con recelo por
causa de la traición de la autonomía universitaria y las susceptibilidades ante cualquier movimiento dirigido desde afuera por sospecha de que haya de por medio intereses creados. III.
La responsabilidad estudiantil9 responde también a las características de los jóvenes estudiantes. Como dice el Sr. Woods: “Tal acercamiento tiene toda la debilidad e inestabilidad de los estudiantes cristianos, pero también utiliza todo el entusiasmo, la iniciativa, la fe y el amor a la aventura que les son innatos, sin los estorbos causados por ataduras propias de la edad y la experiencia. Da rienda suelta al amor a la aventura y el arrojo que caracteriza a los jóvenes durante su edad de rebeldía y perfilación de la personalidad”.
IV.
La responsabilidad estudiantil solamente tiene sentido cuando la colocamos en el contexto de la marcha de la causa de Cristo en el mundo. En muchos casos los universitarios cristianos de hoy serán los líderes de las iglesias de mañana. Más aún, la historia del gran avance misionero del siglo pasado y del presente contiene páginas conmovedoras de millares de jóvenes universitarios que han respondido al llamamiento de Cristo a llevar el Evangelio a tierras y pueblos lejanos.
V.
Si desarrollamos el sentido de responsabilidad estudiantil, evitamos la necesidad de la multiplicación de obreros cristianos y del dinero requerido para colocar a un dirigente profesional en cada grupo. En consecuencia, no hará tampoco falta de la presencia constante de un dirigente para que el grupo continúe. Otra vez, la experiencia ha confirmado lo que aquí afirmamos.
Algunas quejas históricas que tienen las iglesias frente a los grupos misioneros universitarios 10. I.
Algunos grupos estudiantiles tienen una visión pobre de la iglesia local. Algunos de ellos actualmente funcionan como iglesias para estudiantes. Y otras más funcionan estrictamente dentro de sus líneas denominacionalistas. No es de sorprender entonces que las iglesias locales muestren mucha reserva para extender su apoyo a la obra estudiantil.
II.
Los ancianos de las iglesias se sienten amenazados cuando los estudiantes hacen preguntas desconcertantes o inteligentes en los estudios bíblicos, ó cuando los graduados insisten en elevar la calidad del manejo de los asuntos de
la iglesia. El hecho de que estas preguntas no son siempre presentadas en un espíritu de humildad y discreción simplemente agrava el problema.
III.
Una queja común es que creen que las organizaciones para-eclesiásticas (en este caso las Comunidades Bíblicas Universitarias CBU’s nombre tradicional que se le dan a los grupos estudiantiles misioneros en el Perú) vacían las iglesias tomando sus recursos humanos y financieros. La atención de los estudiantes y de otros es fácilmente atraída por los grupos para-eclesiásticos porque es allí donde “pasan cosas”, por ejemplo: pequeños grupos de estudio bíblico, conferencias, seminarios de enseñanza, esfuerzos evangelísticos, etc. En algunos casos toman medidas para desanimar a los estudiantes de verse involucrados fuera de la iglesia.
En cuanto a (I), es debido al descuido a la mala elección del liderazgo en las CBU’s; porque se comete el error de elegir un liderazgo no adecuado y que no ha pasado por los espacios formativos locales o regionales, y en muchos casos sin una ayuda de un obrero que respalde para encontrar una visión de trabajo misionero que incluya a la iglesia local como eje fundamental en su trabajo misionero, ya que es la iglesia quién envía y respalda como en el caso de la iglesia de Antioquía: ”El espíritu Santo dijo: Apárteme a Bernabé y a Saulo , porque los he llamado para un importante trabajo. Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los enviaron”. (Hechos 13:2-3). (II) En las CBU’s se ha enfatizado que los estudiantes desarrollen una mente cristiana pero en muchas ocasiones no un corazón cristiano, es decir uno humilde. Es necesario fortalecer la formación integral (mente y corazón; intelecto y espíritu) en los grupos universitarios. (III) Las CBU’s siempre deben tener en cuenta que debe servir a las iglesias y no servirse de las iglesia. Los movimientos estudiantiles deben siempre recordar que su vocación humilde pero gloriosa es la de ser un fermento, un movimiento en marcha dentro del pueblo de Dios, aunque sean frágiles y pequeños. Ello es más bíblico y realista que convertirse en un movimiento institucional ajeno a la vida de las iglesias11.
Lineamientos básicos de un grupo misionero en el ámbito estudiantil I.
La espontaneidad, siempre parece que la receptividad estudiantil toma por sorpresa a los visionarios que comparten su inquietud, los grupos estudiantiles
han nacido por iniciativa estudiantil espontáneas , dentro de la universidad. Se puede citar numerosos casos de grupos cristianos que empezaron mediante la acción de dos o tres estudiantes quienes se preocuparon por sus compañeros y juntos se dedicaron alcanzarlos para Cristo. Creemos que si de pronto desaparecería toda jerarquía de nuestros movimientos y de la Comunidad, muchos grupos seguirían, y Dios seguiría levantando grupos de estudiantes para alcanzar a su generación.12 II.
Un carácter evangélico, porque tomamos como punto de partida y fundamento de nuestra acción misionera a la Biblia , muchas veces es un regreso a la Palabra de Dios; luego una disciplina de oración y vida espiritual cultivada con regularidad, y también con entusiasmo exuberante por el servicio de Cristo 13. En ese mismo sentido John Stott afirma:” Los evangélicos compartimos dos creencias principales fundamentales. Somos gente de la biblia y por ello insistimos en el conocimiento de las escrituras. Y somos pueblo del evangelio. Lo primero nos caracteriza por dar supremacía a la Biblia, lo segundo apunta a la centralidad del mensaje contenido en los evangelios…En último término, lo que en verdad cuenta para un evangélico no es la etiqueta, ni la identificación. No es un visado de libre acceso y ni siquiera es lo definitivo el contenido de la biblia y evangelio. Lo que en verdad nos mueve es la honra y la gloria debidas a Jesucristo tal como se desprende de la biblia y el evangelio”. 14 En nuestros grupos estudiantiles históricamente se ha enfatizado a ver la vida con un sentido de misión, esto solo se hará realidad cuando se mantenga una identidad evangélica en cada estudiante.
III.
Un entusiasmo evangelizador, porque entiende que la prioridad de la misión cristiana es dar a conocer a Jesús de una manera fiel y contextual. La evangelización personal de tipo intensivo y los encuentros bíblicos evangelísticos han sido históricamente sus formas de presentación del evangelio más fructíferas. Al entusiasmo siempre hay que añadirle conociendo para evitar relacionarlo con el hecho de solo ganar almas y cuantificar conversiones, también podemos caer en el error en confiar más en las estrategias y métodos que el poder de Dios.
IV.
Una clara eclesialídad, es decir, no buscar separarse de las iglesias o intenta poner a estas a su servicio. Los que participamos en las CBU´s somos gente de iglesia, juventud arraigada en comunidades locales visibles. Estamos llamados a Desarrollar una misión hacia adentro de la iglesia ejerciendo los dones y ministerio que el Señor nos impartido a través de su Espíritu para crecer como comunidad; también desarrollamos una misión hacia a fuera de la iglesia, es
decir en el mundo y en el caso específico de nosotros en la universidad. Muchas veces las iglesias locales han olvidado su vocación misionero y es nuestra responsabilidad levantar la voz e impulsar una renovación misional a partir desde nuestra ejemplaridad porque la iglesia que deja de ser misionera, deja de ser iglesia. Nada importa las pretensiones que ella tenga, porque un aspecto integral de la realidad de la Iglesia de Jesucristo es que haga obra misionera. No basta la ortodoxia de su teología, no basta la pureza del culto que practique, ni la forma ideal de organización eclesiástica que tenga. Una iglesia digna de llevar el nombre de Cristo ha de ser iglesia misionera15. V.
Una organización para la misión, las CBU´s no se quedan en la espontaneidad sino que buscan definir objetivos concretos para una práctica misionera responsable en el mundo estudiantil. Es algo inteligente usar las herramientas administrativas para nuestra labor misional, no debemos apelar a la improvisación y actuar con desorden, si contamos con estudiantes que se están formando en la universidad en estas áreas, debemos usar sus conocimientos en la ejecución de los presupuestos, la elaboración de los planes estratégicos, la coordinación del recurso humano, la presentación de los informes, la implementación de sistemas de fiscalización y auditorias, en fin, en todo lo que gira alrededor de la gestión de proyectos de servicio.
VI.
Una amistad en y para la misión porque entendemos que se necesita compañeros para el camino misionero y como signo de la nueva humanidad que del evangelio deriva. El ejemplo del apóstol pablo, como un misionero que no viajo sola para cumplir con el encargo dl Señor, sigue siendo todavía un modelo de misión pertinente para ese tiempo de avivamiento misionero. Más aún, la historia de la iglesia cristiana nos enseña que siempre será mucho mejor trabajar en equipo y, por otro lado, como compañeros de una misma tarea con otros creyentes. Nunca será totalmente fructífero trabajar de manera solitaria y por nuestra propia cuenta. Indudablemente, la experiencia misionera del Apóstol Pablo y la historia de la expresión del testimonio cristiano, ilustra ampliamente la inmensa ventaja de formar parte de un compañerismo en la misión16. En este sentido también es una amistad generacional que es algo así como una infraestructura de relaciones, que hace posible la empresa misionera. Los viajes, los encuentros, la hospitalidad, el afecto manifiesto, refleja en cada uno de estos momentos la red solidaria como las que tenían Jesús con los doce y Pablo con su equipo de colaboradores17.
Una formación para la misión, los estudiantes que participan en las CBU’s , ser forman en el camino de una manera creativa, es decir usan la mente que Dios les ha dado para glorificarlo porque entienden que “creer es también pensar”. como cristianos en el mundo universitario creemos que tenemos una responsabilidad especial de fortalecer a los estudiantes cristianos para tener una comprensión firme e inteligente de la fe, y mientras están luchado por la fe una vez entregada a los santos, deben ser audaces y creativos en su pensamiento, su conversación y su acción acerca de los candentes temas en esta época de la vida. Este trabajo también requiere un tipo de sensibilidad especial: los estudiantes necesitan estar enterados de las preguntas reales que están presentando los demás, y saber tanto como puedan acerca de las diferentes religiones y las ideologías que están representadas en la comunidad estudiantil. Deben aprender el arte e escuchar y hacer preguntas, y saber cómo comunicar su fe con los diferentes estudiantes de la forma más apropiada18.
VII.
Notas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18.
Citado por Douglas Stewart, La responsabilidad estudiantil en la obra universitaria, pág.2. Ibíd.; pág.11. Darío López, tomado del resumen CBU: un modelo de misión, pág.4. Samuel Escobar, Una década en tiempo de misión, CIEE, Quito, 1987, Págs. 29-30. Michael Green & Alister McGrath, ¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes,CLIE,2003,Pág.73 Pedro Blowes, Universidad un desafío a la iglesia, Certeza, Buenos aires, 2007, pág.16-17. Samuel Escobar, La chispa y la llama, Certeza, Buenos Aires, 1978, pág.12. Estas cinco ventajas son tomadas del libro de Douglas Stewart, La responsabilidad estudiantil en la obra universitaria, págs. 6-7. La responsabilidad estudiantil no significa que toda la iniciativa procede de los estudiantes, o que no necesitan de la ayuda de los de afuera, es decir, de pastores, profesionales, secretarios de los movimientos, egresados y amigos. Significa que, si bien la iniciativa a veces viene de otro (para el caso de empezar un grupo nuevo, por ejemplo), la meta siempre es la de establecer un grupo plenamente responsable. Y a todas luces queda evidente que esta meta debe determinar los métodos que se emplean (por ejemplo, en cuanto a las finanzas, ¿se le exige sacrificio o se les da todo servido en bandeja a los estudiantes?; respecto a la conducción del grupo, ¿se buscan líderes o funcionarios?). Y además, significa que aunque los estudiantes pidan ayuda de los de afuera (como es necesario y correcto, puesto que forman parte de la iglesia de Cristo y necesitan de los miembros de ella, con sus dones), no deben llegar a depender de ellos ni estar subordinados a ellos. Así entendemos y utilizaremos el término responsabilidad estudiantil". Estas tres quejas históricas más comunes son tomadas del libro de Samuel Escobar, Bobby Sng, Oliver Barclay, El estudiante evangélico, Certeza, 1993, págs.21-22. Samuel Escobar, Una década en tiempo de misión, CIEE, Quito, 1987, Pág.34. Douglas Stewart, La responsabilidad estudiantil en la obra universitaria, pág.6-7. Samuel Escobar, Una década en tiempo de misión, CIEE, Quito, 1987, Pág.32. Roger Steer, John Stott: Un hombre de Dios Excepcional, Andamio, 2011, pág. 267. Juan A. Mackay, Realidad e idolatría en el cristianismo contemporáneo, La Aurora, Buenos Aires, 1970, pág.65. Samuel Escobar, Una década en tiempo de misión, CIEE,;pág.32-33. Darío López, Compañeros de misión del apóstol Pablo, Lámpara, La Paz, 2012, pág.55. Colín Chapman, Principios básicos del trabajo de los movimientos estudiantiles nacionales asociados a la CIEE, revista kairos ,1976.