Libro 2 El Éxodo y la travesía por el desierto INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN al Libro 2 El período tratado en los libros centrales del d el Pentateuco es el más importante del Antiguo Testamento Testamento en muchos aspectos, no sólo por lo que se refiere a Israel, sino también a la iglesia de todos los tiempos. Empeando con algunos siglos de silencio di!ino " de lo que parecía ser ol!ido durante la escla!itud en Egipto, el orgullo " el poder de #araón son interrumpidos bruscamente por medio de una serie de milagros, que culminaron en la liberación de Israel " la destrucción de las huestes de Egipto. En esa noche de pascua " ba$o la sangre rociada, Israel nació de %ios como nación, " el pueblo redimido es lle!ado a continuación para ser consagrado en el monte con ordenanas, le"es " $uicios. #inalmente, !emos cómo &eho!á trata a su pueblo, tanto con $uicio como con misericordia, hasta que al terminar lo lle!a a sal!o a la herencia prometida. En todo ello no sólo obser!amos la historia del antiguo pueblo de %ios, sino también una magnífica figura de la redención " la santificación de la iglesia. 'ueda toda!ía un aspecto por comentar, puesto que esta obra muestra el fundamento de la iglesia en el pacto de %ios " también los principios del gobierno de &eho!á en todos los tiempos. Porque, por destacada que sea la diferencia en su desarrollo, la esencia " el carácter del pacto de la gracia siempre son los mismos. El Antiguo Testamento Testamento " el (ue!o son esencialmente es encialmente un pacto )no dos, sino uno*, que se despliega gradualmente hacia la perfección, +siendo la principal piedra del ángulo &esucristo mismo, la piedra angular del fundamento que es tanto de los apóstoles como de los profetas.Además de todo esto, debemos considerar también la importancia intrínseca de este relato. a sido representado de un modo tan equi!ocado, especialmente en época más reciente, " tan a menudo se entiende mal o se lee sin prestar atención )sin obtener comprensión ni pro!echo* que parecía necesario in!estigar de nue!o en ello, siguiendo el relato sagrado consecuti!amente capítulo por capítulo, " casi sección por sección. Para ello, he realiado un cuidadoso estudio del te/to original, con la a"uda de las me$ores técnicas críticas. asta el momento " seg0n tengo conciencia de ello, no he ol!idado ninguna dificultad real, ni he de$ado desatendida ninguna pregunta que tu!iera moti!o raonable de ser planteada. Aunque ello implicara un e/amen más detallado, espero que, con la bendición de %ios, también haga el !olumen más 0til a largo plao. Además, ha sido mi ob$eti!o aportar ma"or lu al relato, con la a"uda de estudios afines, a fin de hacerlo !i!o " gráfico, capacitando a los lectores para darse cuenta por sí mismos de las circunstancias en las cuales se desarrolló el acontecimiento. Así, en los dos primeros capítulos he intentado leer la historia de Israel en Egipto a la lu de sus monumentos, " también retratar el estado político, social " religioso del pueblo antes del é/odo. Análogamente, al seguir la tra!esía de Israel hasta la orilla oriental del &ordán, he hecho uso de las in!estigaciones geográficas más recientes, para que el lector pueda casi !er ante sus o$os la ruta seguida por Israel, el paisa$e " todos los demás aspectos complementarios. 1asi huelga decir que el estudio de este relato debe ir siempre acompa2ado por una 3iblia abierta. Pero quisiera recordar, a los demás " a mí mismo, que la 0nica comprensión !erdadera de la 4anta Escritura es la que el Espíritu de %ios da al coraón. 5, sin lugar a dudas, dudas , en toda esta obra, ob ra, mi ob$eti!o no ha sido reemplaar el constante uso de la 3iblia en oración, sino guiarnos a las Escrituras, las cuales solas +pueden hacer sabio para sal!ación por medio de la fe que es en 1risto &es0s. A6#7E% E%E74EI8 E(IA1, 39:7(E89:T 11 Efesios 2:20.
1 El Éxodo
Capítulo 1 Éxodo 1!1"# $ Egipto y su historia durante la estancia de los hijos de Israel, tal como nos la muestran la Biblia y los monumentos antiguos :n buen estudiante de historia no puede por menos que darse cuenta que está analiando las mara!illosas disposiciones de la pro!idencia, " que el comieno " el final de la re!elación di!ina a la humanidad estaban ambas relacionadas con la más ele!ada cultura intelectual del mundo. 1uando los apóstoles entraron en el mundo romano, podían hacer uso de la lengua griega, hablada entonces uni!ersalmente, " de la cultura " las maneras de pensar griegas. 5 lo que ;recia representaba en el mundo en la época de 1risto era tanto como lo que había significado Egipto cuando los hi$os de Israel se con!irtieron en una nación escogida por %ios. En ninguno de estos dos casos la !erdad de %ios necesitaba la sabiduría del mundo, sino que, en cierto sentido, se opuso a la misma. 5 a pesar de ello, al proseguir la historia en lo que parecía ser un camino independiente, una filosofía, ciencia " un arte aparentemente des!inculadas de la re!elación, al final todo era usado para el a!ance del reino de %ios. 5 siempre sucede así. %ios usa mara!illosamente los medios naturales para finalidades sobrenaturales, " hace que todas las cosas colaboren para su propia gloria " el bien de su pueblo. Tal como lo !emos ahora, fue altamente importante que los hi$os de Israel fuesen lle!ados a Egipto " moraran allí durante siglos antes de ser una nación independiente. 6a temprana historia de los hi$os de &acob también debió demostrar tanto la necesidad de su separación de la gente de 1anaán, como de ser fundidos en el horno de la aflicción, aflicción, a fin de estar preparados preparados para heredar la tierra prometida a sus padres. (o obstante, esto podía haber acontecido en cualquier lugar fuera de Egipto. Pero no sucedía lo mismo con su formación como nación. Para esa finalidad, Egipto era el 0nico lugar que podía ofrecer, en aquella época, el escenario adecuado. Aunque debemos admitir que su morada allí también implicaba algunos peligros que !emos en su historia posterior. Pero los peligros los podían correr en cualquier otra circunstancia, mientras que los beneficios dimanantes de la relación con los egipcios eran 0nicos " de carácter particular. 5 toda!ía nos queda un punto por considerar c onsiderar al respecto. res pecto. 1uando 1uand o 4an Pablo estaba ante el re" Agripa, podía apelar a pelar confiadamente co nfiadamente al aspecto p0blico de la historia de 1risto, que no tu!o lugar en un oscuro rincón de alguna tierra bárbara, sino que fue plenamente presenciada por p or el mundo romano< +porque no se ha hecho esto es to en un rincón. r incón.- 5 del mismo modo, la escla!itud de Israel " la mara!illosa liberación de %ios acontecieron en el escenario más notable del imperio " del mundo egipcio. %e hecho, la relación entre Israel " Egipto fue tan estrecha que resulta imposible comprender perfectamente la historia del primero sin conocer algo de la del segundo. Por ello, ofrecemos en este capítulo preliminar una bre!e descripción de Egipto. Aunque algunos historiadores no concuerden con nosotros sobre las fechas de algunos acontecimientos en particular, la tierra en cuestión está plagada de reminiscencias de la historia de Israel. %ichos restos han sido sacados a lu por medio de in!estigaciones recientes, que casi cada a2o se a2aden a nuestro conocimiento. 5 en este punto, cabe prestar especial atención al hecho que cada nue!o descubrimiento histórico tiende a aportar ma"or lu sobre los relatos bíblicos " los confirma. (o obstante, algunos de los principales argumentos esgrimidos contra la 3iblia tenían su fuente en una historia supuesta de Egipto. Así, 11 Hechos 26:26.
mientras que los hombres siguen alando nue!as ob$eciones contra la 4anta Escritura, las que eran tenidas por fundamento en el pasado han sido rechaadas por los estudios más a!anados, realiados bastante independientemente con respecto a la 3iblia, del mismo modo en que un conocimiento más completo eliminará las ob$eciones presentadas en la actualidad. 6os monumentos asirios, la piedra que recoge la historia de 8oab,= los templos, las tumbas " los antiguos papiros de Egipto, "a han sido e/aminados para e/plicar, cada uno de ellos, su propio relato, " todos e!idencian mara!illosamente la !erdad del relato de la Escritura. >eamos lo que podemos aprender de dichas fuentes del estado antiguo de Egipto, en cuanto a lo que se refiere a una me$or apreciación de la historia de Israel. 6a relación entre Israel " Egipto puede decirse que empeó con la !isita de Abraham a dicho país. 1uando llegó allí, "a debió encontrar al pueblo en un estado ele!ado de ci!iliación. 6a historia del patriarca obtiene nue!a lu de parte de los monumentos " de los antiguos papiros. Así, un papiro )ahora en el 8useo 3ritánico*, conocido como Los Dos %er&a'os " que probablemente sea la obra de ficción más antigua en e/istencia, demuestra que Abraham tenía moti!os para temer por 4arai. 1uenta el relato de un #araón, que en!ió dos e$ércitos para tomar la hermosa esposa de un hombre " matar al mismo. 9tro papiro )en la actualidad en 3erlín* contiene la historia de la esposa " los hi$os de un e/tran$ero, que le fueron arrebatados por un #araón. Es curioso notar que este papiro está fechado casi en la misma época en la cual el patriarca fue a Egipto. %e este período también tenemos una pintura en una tumba, que representa la llegada de un $efe nómada, como Abraham, con su familia " sus ser!idores, en busca de la protección del príncipe. El recién llegado es recibido como una persona distinguida. Para hacer toda!ía más sorprendente la coincidencia )aunque no creemos que dicho $efe se trate de Abram* se e!idencia que es de descendencia semita, lle!a una +t0nica de colores, es llamado Hyk, o príncipe, el término equi!alente a Sheich, o $efe de la tribu, e incluso recibe el nombre de Abshah, el +padre de una multitud.? 9tro relato egipcio @el de (a')*a, +el hi$o del sicómoro@ nos recuerda la historia de &osé por el hecho que su héroe es un nómada, que asciende hasta el rango más ele!ado en la corte de #araón " llega a ser su conse$ero principal. Estos son algunos e$emplos de cómo la historia egipcia ilustra " confirma el relato bíblico. :na inscripción egipcia descubierta recientemente nos ofrece suficiente información, como !eremos, sobre el uso obligado de los hi$os de Israel en la construcción de ciertas ciudades " en obras en las mismas. También tenemos una representación pictórica de los cauti!os semíticos, probablemente israelitas, haciendo ladrillos del modo descrito en la 3iblia e incluso otra inscripción, de un reino posterior, en la que unos israelitas )"a sea cauti!os de guerra o, como se ha sugerido recientemente, mercenarios que se quedaron después del é/odo* son empleados para #araón en la e/tracción " el cortado de piedras en las canteras, " en el acabado o e/tensión de las ciudades fortificadas de 7amsés, que sus padres habían construido. 6os constructores descritos en esta segunda representación son llamados e/plícitamente Aperu, cu"a equi!alencia a la palabra %ebreo resulta e!idente incluso en espa2ol. Aunque estas dos representaciones pertenecen a fechas posteriores al é/odo, ilustran sorprendentemente lo que leemos sobre el estado " la ocupación de los hi$os de Israel durante el período de su opresión. Pero esto tampoco termina con la aportación de los monumentos egipcios sobre la historia antigua de Israel. %e hecho, podemos seguir las dos historias casi contemporáneamente, " !er cómo una da más lu sobre la otra. En términos generales, nuestro conocimiento de la historia egipcia procede de los monumentos, de los cuales "a hemos hablado, de algunas referencias de *istoriadores +rie+os, que no son de gran !alor, " especialmente de la obra histórica de 8anetho, un sacerdote egipcio que escribió sobre el a2o =BC antes de 1risto. En esa época los monumentos de Egipto estaban casi intactos. ,a'et*o tenía acceso a todos ellos estaba completamente !ersado en la literatura antigua de su país " escribía ba$o las instrucciones " el patrocinio del 22 2 Reyes 3. 33 Es preciso hacer referencia al gran ensayo sobre «The Bearings of Egyptan Hisory pon he !enaech"# co$o apen%ice %el &ol. '. %e lo (e nor$al$ene se conoce co$o The Speaker’s Commentary . )er n graba%o %e ese e*raor%inario fresco en The Land of the Pharaohs: Egipt and Sinai, Illustrated by Pen and Pencil # p. 102 +Religios Trac ,ociey-.
monarca del lugar. (o obstante, su obra se ha perdido " los fragmentos de la misma que e/isten aparecen en la forma distorsionada en la cual los presenta &osefo seg0n su propia con!eniencia, " en una crónica, escrita por un cristiano con!erso culto del siglo III ) -ulia'o ./ri)a'o*. Pero este escrito también ha desaparecido, " lo conocemos por una obra parecida escrita un siglo más tarde )por Eusebio, obispo de 1esarea*, donde se da forma a las in!estigaciones de Africano.D Tales son las dificultades con las que se enfrenta el estudiante. Por otro lado, tanto Africano como Eusebio tomaban su material de Egipto " eran competentes en su traba$o Africano, por lo menos, disponía de la obra de 8anetho " finalmente, seg0n se acepta generalmente, los monumentos de Egipto confirman de forma sorprendente lo que fueron las afirmaciones no dudosas de 8anetho. 1omo suele suceder con la ma"oría de cronologías paganas, también 8anetho empiea con dioses, después de los cuales enumera treinta dinastías hasta llegar al a2o ?D? antes de 1risto. 4in embargo, algunas de estas dinastías, e!identemente, no fueron sucesi!as, sino contemporáneas, es decir, presentan !arias líneas de re"es que gobernaron sobre di!ersas partes de Egipto de manera simultánea. Esto se aplica de forma especial a las dinastías conocidas como séptima, octa!a, no!ena, décima " undécima. Es totalmente imposible hacer con$eturas sobre el período de tiempo que ocuparon. 4abemos que todo Egipto estaba sometido a un solo dominio ba$o la duodécima dinastía. Por lo que se refle$a en los monumentos, entendemos que el país se hallaba en un momento de ele!ada prosperidad " ci!iliación. 4uponemos que la !isita de Abram tu!o lugar al principio de esta dinastía. El reinado de esta dinastía duró más de dos siglos,B " el ascenso " gobierno de &osé lo encuadramos al final de la misma o al comieno de la decimotercera. %esde el cuarto re" de la decimotercera dinastía al ascenso de la decimocta!a, la historia de Egipto es prácticamente desconocida. %icho período fue ocupado por el gobierno de los así llamados "sos, o 7e"es Pastores, una raa bárbara " e/tran$era de in!asores, odiados " combatidos por el pueblo, " hostiles ante su ci!iliación " religión antiguas. Aunque &osefo presenta como si 8anetho asignara un período mu" largo al reinado de +los Pastores, sólo da seis nombres. 4ólo estos seis son corroborados por los monumentos egipcios, " podemos deducir con toda garantía que sólo estos seis gobernaron sobre Egipto. El tiempo ocupado por su reinado puede cubrir un total de dos o tres siglos, " concuerda con la cronología de la Escritura. +6os Pastores, e!identemente, eran una raa oriental, " probablemente de origen fenicio. Así los nombres de los dos primeros re"es de su lista son claramente semíticos )(alatis, +poderoso, +gobernador, " 0eo', o 0e'o', +el hi$o del o$o, o el +amado* " hallamos e!idencias que esa raa tra$o con ellos su culto a 3aal " la práctica de sacrificios humanos )ambos de origen fenicio*. Es importante tener esto en mente, porque !eremos que hubo una guerra, casi sin interrupción, entre los fenicios de la costa occidental de Palestina " los ititas, " los re"es egipcios nati!os, quienes los tenían sometidos en su gobierno. Este estado de ánimo constantemente e/altado también e/plica, con sobrada raón, que +era abominación todo pastor a los egipcios realmente nati!os.F También e/plica por qué los 7e"es Pastores de$aron en pa a los pastores israelitas en la tierra de ;osén, donde los habían encontrado. Así, pues, la comparación de la cronología de la Escritura con la historia de Egipto, " el estado e!identemente pacífico " próspero del país, unificado ba$o el dominio de un solo re", tal como lo describe la 3iblia, nos lle!a a la conclusión que la estancia de &osé allí debió suceder al final de la duodécima dinastía, o, a lo más tardar, al comieno de la decimotercera. (o podía haber llegado durante el gobierno de los "sos, porque en aquella época se hallaba en un estado desorientado, di!idido " caótico " no pudo ser posteriormente, porque cuando los 7e"es Pastores fueron e/pulsados " los gobernantes nati!os restaurados, ning0n +re" nue!o, ni +nue!a dinastía, +se le!antó en Egipto. Por otro lado, la segunda descripción es aplicable con e/actitud a un re" que e/pulsó a los "sos cuando fue restaurado. 5 en este caso, los monumentos de Egipto nos pro!een de nue!o una notable confirmación de la historia de &osé. Por un detalle, los nombres de tres de los faraones de la decimotercera dinastía muestran una sorprendente 'nclso esa obra e*ise s/lo en na ra%cci/n ar$enia# pero no en el original. Re$it$os %e ne&o# a los lecores (e %eseen na infor$aci/n $s co$plea# al ensayo ya cia%o# cyas conclsiones a%opa$os &iral$ene. 66 nesis 6:3.
seme$ana con los que el #araón de la 3iblia dio a &osé )4afnatGpanéa$*. 6uego sabemos que los faraones de la duodécima dinastía mantu!ieron una relación mu" especial con la ciudad sacerdotal de 9n,H " que su sacerdote principal era casi siempre un familiar cercano de #araón. Así los monumentos de la época nos permiten entender la historia del casamiento de &osé. Pero también aportan lu sobre una cuestión de una importancia mucho ma"or< cómo podía, un sier!o tan de!oto " piadoso del 4e2or, entrar en una relación tan íntima con el sacerdocio de Egipto. Aquí nuestro conocimiento de la religión egipcia más antigua nos permite dar una respuesta completa. 4in lugar a dudas, toda la humanidad tenía alg0n conocimiento de %ios al inicio, " una religión pura heredada del paraíso. Esta religión primiti!a parece haber sido conser!ada durante un período especialmente largo en Egipto. 1iertamente, cada edad presenciaba nue!as corrupciones, hasta que, al final, la de Egipto se con!irtió en la superstición más ab"ecta. Pero los registros egipcios más antiguos, tal como los encontramos conser!ados en la notable obra, El Ritual de los ,uertos, muestran una situación di!ersa. (o cabe duda alguna que, una !e despo$ados de las glosas posteriores, contenían la creencia en +la unidad, la eternidad, la e/istencia propia de una di!inidad desconocida, la inmortalidad del alma, en la recompensa " el pago futuros, " además inculcaban los más ele!ados deberes de moralidad. 1uanto más detenidamente estudiamos estos escritos de Egipto, tanto más nos impresionan positi!amente con su carácter ele!ado " puro de su religión " legislación primiti!as. 5 cuando los hi$os de Israel fueron al desierto, se lle!aron de Egipto muchas lecciones al respecto que no tenían que ser aprendidas de nue!o, a pesar de que debían adquirir una grandiosa !erdad fundamental, que la %i!inidad desconocida de los egipcios era &eho!á, el %ios !i!o " !erdadero. Por todo esto podemos comprender cómo la relación íntima entre &osé " el sacerdocio egipcio fue posible " probable. Pero esto no es todo. nicamente ba$o un gobernante nati!o " poderoso podía darse la nue!a di!isión del país " la reestructuración del sistema presupuestario propuestos por &osé. Además, sabemos que ba$o el gobierno del 0ltimo gran re" de esta dinastía nati!a )la decimotercera* se introdu$o un sistema completamente nue!o de regadío del (ilo, como podemos imaginar, para e!itar otro período de hambre, ", lo más sorprendente, un lugar al lado del lago artificial construido por aquella época lle!a el nombre de ia'e*, +la casa de la !ida, que se parece mu" particularmente al que &osé recibió de #araón. 4i pasamos por alto la bre!e dinastía decimocuarta " el período de los "sos, durante el cual podemos creer fácilmente que Israel permaneció en pa en ;osén, llegamos al restablecimiento de una nue!a dinastía nati!a )la llamada decimocta!a*. %espués de la e/pulsión de los +Pastores, la población israelita, que quedaba relegada a la tierra fronteria de ;osén, debería parecer peligrosamente grande ante los o$os del +nue!o re", " mucho más al tener en cuenta que los israelitas estaban emparentados por descendencia " ocupación con los +Pastores,J " habían sido fa!orecidos por ellos. 3a$o tales circunstancias un monarca sabio intentaría debilitar una población así por medio de traba$os forados. 1on este propósito los empleó en la construcción de ciudades fortificadas, tales como Pitom " 7amsés.K Ra&ss lle!a el nombre de la región donde se halla, pero Pitom significa +fortalea de los e/tran$eros, indicando así su origen. Además, aprendemos por los monumentos que este +nue!o re" )Aahmes I* empleó para la construcción de su fortalea los llamados Fenchu @una palabra que significa +los que lle!an el bastón del pastor, la cual, por lo tanto, describe e/actamente a los israelitas. El período entre el +nue!o re" de la 3iblia )Aahmes I* " Thothmes II )su segundo sucesor*, cuando suponemos que tu!o lugar el L/odo, concuerda bastante bien con la Escritura. Este Thothmes II empeó su reinado de un modo e/celente. Pero al cabo de poco tiempo se da un silencio total sobre él en los monumentos. 6eemos acerca de una re!uelta general después de su muerte entre las naciones que su padre había conquistado. E!identemente, no podíamos esperar !er un relato en los monumentos egipcios sobre los desastres sufridos por la nación por causa del é/odo, ni de cómo perecieron #araón " sus huestes en el 8ar 7o$o. Pero sí que encontramos en su reinado las condiciones que cabía esperar en tales circunstancias a saber, un reino bre!e " 44 nesis 1:. 55 *o%o 1:7# 10. 77 *o%o 1:11.
próspero seguido de una caída inesperada el re" muerto ning0n hi$o que pudiera sucederle el trono ocupado por la !iuda de #araón ", en el transcurso de !einte a2os, no se da ning0n intento de recuperar la supremacía de Egipto sobre las naciones rebeldes de 1anaán " del este del &ordán. #inalmente, el carácter de la reina, seg0n aparece en los monumentos, es el de una mu$er orgullosa " amargamente supersticiosa, tal como nos la imaginábamos animando a #araón a +endurecer su coraón contra &eho!á. Pero la cadena de coincidencias no se rompe ni siquiera aquí. 4abemos por los documentos egipcios que en el reinado anterior )es decir, $usto antes de entrar los hi$os de Israel en el desierto del 4inaí* los egipcios de$aron de ocupar las minas en las cuales habían traba$ado hasta el momento en aquella península. Además, !emos que, durante el 0ltimo período de la estancia de Israel en el desierto, el re" egipcio, Thothmes III, realió " completó sus guerras en 1anaán, " que $usto antes de la entrada de Israel en Palestina la gran confederación de re"es cananeos contra él quedaba bastante destroada. Esto e/plica el estado en el cual &osué encontró el país, tan diferente del poder compacto que había aterroriado a los espías cuarenta a2os antes " también nos a"uda a entender cómo, en la época de &osué, cada peque2o re" sólo cubría su propia ciudad " región, " cuán fácilmente el temor de una nación, ante la cual incluso el temido #araón " sus huestes habían perecido, podía caer sobre los habitantes de la tierra )comparar las palabras de 3alaam en (m. =?<== =D
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)er a$bin el ar8clo «Egyp" en el ic!onary of the "ible %e ,$ih.
más encantadora " nutriente agua potable, " algunos médicos le han atribuido propiedades curati!as. Es casi redundante a2adir que el río está lleno de peces. 6as orillas del (ilo " de sus muchos canales, !erdes " ricas en lu$os, en medio de una desolación, son como un $ardín bien regado ba$o un cielo tropical. Allí donde el clima " la tierra son los me$ores que se pueden imaginar, la fertilidad debe ser incomparable. 6os antiguos egipcios parecen haber prestado también una gran atención a sus $ardines de fruta " flores, los cuales, como los nuestros, están $unto a nuestras casas. En los monumentos se !en $ardineros que regalan hermosos ramos $ardines cruados por caminos " adornados con pabellones " columnatas huertos llenos de palmeras, higueras, granados, cidros, naran$os, ciruelas, moreras, albaricoques, etc. mientras que en las !i2as, como en Italia, las plantas se entrelaaban por palos de madera " colgaban en ricos festones. Tal era la tierra por la que Israel, cuando se hallaba en la triste desolación " hambre del desierto, era tentado a contemplar con a2orana " deseo pecaminoso. 1uando Abram entró en Egipto, su atención, como la de los !ia$eros modernos, debe haber sido atraída por las grandes pirámides. 4e han contado unas sesenta, pero las más grandes son las que están cerca del antiguo 8enfis, a unas die millas por encima del 1airo. 8enfis )en la Escritura (of*-= era la capital del 3a$o Egipto, mientras que Tebas la del Alto Egipto )la Patrós de la Escritura*. -? 7esulta prácticamente imposible ofrecer una idea adecuada de las pirámides. Imaginemos una estructura con una base con un área de FB.CCC pies, que se ala con una pendiente de FCC pies-D o, para dar una idea me$or que la que ofrecen estas cifras, +más de la mitad de la longitud en cada lateral de estminster Abbe", ochenta pies más alta que la c0spide de la catedral de 4t. Paul, sobre trece acres de terreno ", seg0n se calcula, contenía siete millones de toneladas de traba$o de alba2ilería.-B Aquí no podemos detenernos a considerar las finalidades de estas construcciones tan mara!illosas, en todo caso, algunas tenían ob$eti!os científicos. 1erca de las grandes pirámides se hallaba la antigua 9n, relacionada con la historia de &osé, " probablemente el lugar donde 8oisés fue preparado inicialmente. Pero todos los alrededores están llenos de interés< sepulcros, monumentos, registros históricos " lugares de antiguas ciudades. (os encontramos en una tierra de sue2os, " todo el entorno lle!a esboos so2ados pieas gigantescas, que parecen a0n más impresionantes por su disposición. Probablemente los monumentos más admirables del Alto Egipto )el Patrós de la Escritura* sean los de la capital, Tebas, la (o, o (o Amón de la 3iblia.-F 7esultaría imposible describir su templo en pocas palabras. El santuario en sí era peque2o, pero delante del mismo un patio daba paso a una sala donde se podría colocar la gran catedral de París, sin que llegara a tocar los muros a los lados. Esta sala es mantenida por ciento cuarenta columnas, cu"os pilares centrales tienen una altura de sesenta " seis pies, " con una anchura tal que se necesitarían seis hombres con los braos e/tendidos para abraarlos. 6a mente casi se confunde con unas dimensiones tan gigantescas. 6as paredes tienen representaciones, inscripciones " registros )entre otros, los de 4isac, que capturó &erusalén durante el reinado de 7ehoboam*. Pero el templo en sí es casi insignificante en comparación con el camino de llegada al mismo. Es preciso pasar entre una doble hilera de sesenta o setenta esfinges con cabea de carnero, colocadas con una separación de once pies. 9tra a!enida lle!aba a un templo que contenía un lago para ritos f0nebres " finalmente una tercera a!enida de esfinges cubrían una distancia de F.CCC pies hasta un palacio. Estos datos han sido seleccionados para ofrecer una ligera idea de la magnificencia de Egipto. 4ería bastante difícil formarse una idea demasiado ele!ada de la cultura " ci!iliación del mundo antiguo e/puestas aquí ante nosotros. 6as le"es de Egipto parecen haber sido moderadas " sabias sus modales sencillos 1212 'sa9as 17:13 ;ere$9as 2:16 6:1# 17 Eanon Tre&or# #ncient Egypt # p. 0. 1616 ;ere$9as 6:2 E
" domésticos su pueblo satisfecho, próspero " culto. 6a mu$er ocupaba un lugar mu" ele!ado " la poligamia era prácticamente la e/cepción. 4e culti!aba la ciencia, la literatura " el arte el comercio " la na!egación continuaban, mientras que un e$ército !aliente " una flota eficiente mantenían el poder de los #araones. En términos generales el país parece antiguo en su ci!iliación, puesto que tanto los más antiguos sabios de ;recia como los legisladores de Israel aprendieron de su sabiduría. Pero cuán diferente fue el uso que Israel haría de todo ello del que sería ob$eto del saber de los filósofos. 6o que era cierto, bueno " 0til tenía que introducirse como elemento de la !ida de Israel. Pero esta !ida fue formada " moldeada de manera bastante diferente de la de Egipto. Israel, como nación, nació de %ios redimida por %ios lle!ada !ictoriosa al otro lado de las aguas por %ios instruida también por %ios preparada por %ios " separada para el ser!icio de %ios. 5 a este %ios le tenía que conocer como &eho!á, el %ios !i!o " !erdadero. 6as ideas que habían obtenido, el conocimiento que habían adquirido, la !ida que habían aprendido, e incluso las !erdades que habían oído en Egipto, podían ir con ellos, pero, por así decirlo, para ser bautiadas en el 8ar 7o$o, " consagradas a los pies del 4inaí. 6e$os de ellos, a sus espaldas, quedaba el Egipto que habían abandonado, con sus gigantescos esboos de ensue2o. %el mismo modo que la arena del desierto cubriría la tierra, también el pol!o de la superstición enterraría gradualmente las antiguas !erdades. Estamos dispuestos a admitir que Israel obtu!o un pro!echo de lo que había !isto " aprendido en Egipto. Pero es mu" sorprendente !er el contraste final entre la superstición egipcia, que se fue degradando hasta hacer dioses para casi todo lo que ha" en la naturalea, " la adoración gloriosa " espiritual del Israel de %ios. (os encontramos con este contraste $unto con la seme$ana de lo que había en Egipto, " se hace mucho más palpable por medio de la "u/taposición. 6a religión de Israel no es nunca tan sorprendentemente contraria a la de Egipto como cuando descubrimos similitudes entre ambas " sus le"es e instituciones no son nunca tan di!ersas como cuando traamos una analogía entre ellas. Tal !e Israel adoptara " adaptara muchas cosas de Egipto, pero aprendió sólo del 4e2or %ios, quien, en todos los sentidos de la e/presión, sacó a su pueblo con mano poderosa " brao e/tendido.
Notas sobre el libro de Éxodo Es con!eniente ofrecer en este punto un esboo del 6ibro de L/odo a fin de obtener una comprensión más clara. 1omo ;énesis )!er %istoria atriar)al , Introducción al 6ibro - p. -J*, consta de dos grandes partes de las cuales la primera describe la redención de Israel, " la segunda la consagración de Israel como el pueblo de %ios. 6a primera parte )caps. -@-B<=-* acaba mu" adecuadamente con el +1ántico de 8oisés mientras, que de modo similar, la segunda parte termina con la construcción " consagración del Tabernáculo, en el cual &eho!á moraría en medio de su pueblo, " donde tendría comunión con ellos. A su !e, cada una de estas dos partes puede ser di!idida en siete secciones )siete es el n0mero del pacto*, como sigue< -. =. ?. D. B. F. H.
arte I < Preparatoria< Israel crece, " es oprimida en Egipto )-* nacimiento " conser!ación del libertador )=* 6lamamiento " formación de 8oisés )?, D.* 4u misión ante #araón )B@H
arte II < -. Tra!esía de Israel hasta el 8onte de %ios )-B<==@-H
D. Instrucciones di!inas sobre la construcción del Tabernáculo )=D<-=@?-* B. Apostasía de Israel " su restauración para ser el pueblo de %ios )?=@?D* F. 1onstrucción real del Tabernáculo " de sus recipientes )?B@?K* H. Instalación " consagración del Tabernáculo )DC* esta 0ltima corresponde, como sección final de la Parte II, al 1ántico de 8oisés )-B*, con el cual había terminado la primera parte )!er Neil, 0ibel Co&3, !ol. I, pp. ?C=@?--*. El lector notará estas partes " secciones en su 3iblia " !erá la grandea " la unidad del dise2o del 6ibro de L/odo, " comprenderá cuán perfectamente cumple la idea de narrar la historia del reino de %ios.
Capítulo 2 Éxodo 1!4"22 $ Tres siglos transcurrieron entre el final del libro de ;énesis " los acontecimientos que empiean el relato de L/odo. Pero durante este largo período la historia de los hi$os de Israel es casi un silencio total. (os han llegado los nombres de sus familias, pero sin crónicas de su historia aparece su condición final en el tiempo del L/odo, pero sin comentario alguno de su desarrollo social o nacional. E/ceptuando unas pocas alusiones diseminadas por todo el Antiguo Testamento, no sabríamos nada de su situación, !ida o religión durante dicho inter!alo. Este silencio de tres siglos " medio es casi terrible en su grandea, como la soledad de 4inaí, el monte de %ios. %os cosas habían sido predichas como características de ese período, " sólo estas dos aparecen como hechos notables en el relato bíblico. En la frontera de la Tierra 4anta el 4e2or había dado ánimos a Israel< +(o temas descender a Egipto, porque allí "o haré de ti una gran nación. - 5 el libro de L/odo empiea con el registro que esta promesa se había cumplido, porque +los hi$os de Israel fueron fecundos " aumentaron abundantemente " se multiplicaron " fortalecieron en e/tremo, " se llenó de ellos la tierra.= Toda!ía tenía que cumplirse otra predicción hecha siglos antes a Abram. 4u descendencia debía +morar en tierra a$ena, " ser escla!a " afligida allí.? 5 al terminar los siglos determinados, +se le!antó en Egipto otro re", que +maltrató a nuestros padres.D Así, en el período más oscuro de su escla!itud, Israel debió entender que, con la misma seguridad con la que estas dos peticiones habían sido cumplidas literalmente, también se cumpliría la doble promesa< +Te le!antaré de nue!o, " esto +con gran riquea. 5 aquí !emos una analogía mu" cercana a la condición presente de los $udíos. En ambos casos el futuro prometido destaca con gran contraste con el estado real de las cosas. Pero, como el Israel antiguo, nosotros también tenemos +la palabra profética, más segura, como una +lu que brilla en un lugar oscuro hasta el alba.
Los hijos de Israel en Egipto: sus moradas 6os a2os finales de los tres siglos " medio desde su entrada en Egipto encontraron un Israel pacífico, próspero ", probablemente, en muchos aspectos, integrado con los egipcios de su alrededor. +6os padres habían dormido, pero sus hi$os toda!ía poseían con tranquilidad la región que se les concediera originalmente. 11 nesis 6:3. 22 *o%o 1:4. 33 nesis 1:13?16. Hechos 4:17.
6a tierra de ;osén, donde estaban situados, toda!ía ho" se considera la pro!incia más rica de Egipto, " podría, incluso ahora, sostener un millón de habitantes más de los que tiene.B ;osén se e/tendía entre la más oriental de las siete desembocaduras del (ilo " Palestina. 6a tierra fronteria probablemente fuera ocupada por las ramas más nómadas de la familia de Israel, para cu"os reba2os sus amplias e/tensiones debían pro!eer abundante pasto mientras que las ricas orillas del (ilo " sus canales eran la residencia escogida de los que practicaban la agricultura. 8u" probablemente, estos 0ltimos se desplaaron al otro lado del (ilo, donde encontramos !arios indicios su"os en di!ersas ciudades del lugar.F Allí seguramente adquirieron el conocimiento de las artes e industrias de Egipto. Parece bastante natural que, en un país que ofrecía tales incenti!os, la ma"oría de israelitas abandonaran sus tareas iniciales como pastores " se !ol!ieran a la agricultura. asta la fecha, siempre se ha notado una tendencia similar con los nómadas que se asientan en Egipto. Tampoco se trataba de una nue!a !ida totalmente a$ena a su propia historia. 4u antepasado, Isaac, sembró " segó durante su estancia con los filisteos.H Además, a su asentamiento en Egipto, la cesión de la tierra )" la me$or del país* les fue dada +en posesión, un término que implica propiedad " herencia fi$as.J 4us 0ltimas reminiscencias de Egipto concuerdan con esta opinión. En el desierto !ol!ían su mirada hacia atrás con un deseo pecaminoso del tiempo cuando echaban sus redes en el (ilo, " las sacaban repletas de peces " cuando sus huertos " campos al lado de las aguas producían ricas cosechas )+los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas " los a$os*.K 5 posteriormente, cuando 8oisés les describía la tierra que iban a heredar, les comparó su culti!o con su e/periencia pasada en Egipto, +donde sembrabas tu semilla, " regabas con tu pie, como huerto de hortalia.-C A modo de ma"or prueba de este cambio de dedicación pastoral a agrícola, también se ha hecho notar que, a pesar de que los patriarcas habían tenido posesión de camellos, no se hace mención alguna de este hecho en el relato de su descendencia. 4in duda alguna este cambio de ocupación tenía un propósito más ele!ado. Porque el asentamiento " la agricultura implican la ci!iliación que necesitaba Israel para llegar a ser una nación.
Los hijos de Israel en Egipto: sus oficios %e hecho, tenemos e!idencias de que adquirieron la ma"oría de artes e industrias del antiguo Egipto. 6a preparación de los di!ersos materiales para el Tabernáculo, como también su construcción, implican este hecho. %e nue!o, tenemos afirmaciones tan directas como, por e$emplo, que algunas de las familias de &udá eran +carpinteros-- )- 1r. D<-D*, +de los que traba$an lino )!. =-*, " +alfareros )!. =?*. Esto debe ser considerado sólo como e$emplos de las di!ersas ocupaciones aprendidas en Egipto.
Los hijos de Israel en Egipto: su situacin social Robinson# "ibl$ %es$ +2a e%.- &ol. '# p. . 66 *o%o 12. 44 nesis 26:12. 55 nesis 4:11# 24. 77 @A$eros 11:. 1010 eerono$io 11:10. 1111 Es probable (e se reCera a «gre$ios"# co$o los %e Egipo. =a palabra se sele ra%cir por «ar8Cces" y signiCca «carpineros".
6a separación entre Israel " los egipcios no era lo suficiente como para causar aislamiento. ;osén estaría, e!identemente, poblada en su ma"or parte por israelitas, pero no totalmente. 4eguramente se meclaron con sus !ecinos egipcios en las regiones agrícolas, pero lógicamente, mucho más en las ciudades. Por ello, se precisaba la di!isión de la sangre de la pascua para distinguir las casas de los israelitas de las de los egipcios-= L/odo ?<== parece indicar que no sólo se trataba de !ecinos, sino tal !e, en ciertas ocasiones, de residentes en las mismas casas. Esto también e/plica la +multitud mi/ta que acompa2ó a Israel en su é/odo, ", posteriormente, en el desierto, la presencia en la congregación de hi$os de casamientos entre mu$eres $udías " maridos egipcios.-? 8ientras que la ma"or parte de Israel "a había adquirido las costumbres asentadas de una nación, los habitantes de la región fronteria entre ;osén " 1anaán continuaban con su !ida nómada. Esto e/plica que las tribus de 7ubén, ;ad " 8anasés pose"eran unos reba2os mucho ma"ores que los de sus hermanos " pidieran las amplias e/tensiones de pasto al este del &ordán.-D También disponemos entre los +registros antiguos,-B un comentario sobre algunos de los descendientes de &udá que e$ercían dominio en 8oab, " leemos sobre una incursión preparatoria a ;at por obra de algunos descendientes de Efraín, que tu!o un final fatal.-F Es $usto inferir que estos son sólo e$emplos, mencionados, uno por su é/ito sintomático, " el otro, por su fracaso, " que ambos implican costumbres nómadas e incursiones a 1anaán por parte de los que habitaban en la tierra fronteria.
Los hijos de Israel en Egipto: su constitucin y religin Pero "a sea establecido o nómada, Israel conser!ó su )o'stitu)i5' " reli+i5' antiguas, a pesar de que aquí también hallamos modificaciones " adaptaciones, causadas por su larga estancia en Egipto. 6a di!isión original de Israel era de do)e tribus, seg0n los doce hi$os de &acob, una disposición que continuó, aunque los hi$os de &osé formaron dos tribus )Efraín " 8anasés*, "a que la tribu sacerdotal de 6e!í no formaba una entidad política independiente. Estas doce tribus, a su !e, estaban di!ididas por /a&ilias )o me$or dicho, clanes*, la ma"oría fundadas por los nietos de &acob, de las cuales encontramos una lista en (0meros =F, " sumaban un total de sesenta. En &osué H<-D se nos da a entender que esas +familias se habían di!idido por esa época, si no antes, en +casas, " éstas a su !e en lo que define la e/presión +hombre a hombre )en hebreo, Gevarim*. (o obstante, este 0ltimo término equi!ale, en realidad, a nuestra +familia, como se desprende de la comparación de &osué H<-D con !!. -H, -J. Así tenemos en los tiempos antiguos tribus " )la'es, " en los de &osué, si no antes, los clanes de nue!o se di!iden en )asas )parentela* " /a&ilias. 6os +cabeas de aquellos clanes " aquellas familias eran sus $efes los de la tribus, +príncipes.-H Estos doce príncipes eran +los príncipes de la congregación.-J &unto a estos legisladores, que formaban una aristo)ra)ia *ereditaria, encontramos dos tipos de o/i)iales por 1212 *o%o 12:13. 1313 =e&9tco 2:10. 11 @A$eros 32:1?. 11 1 >r/nicas :22. 1616 El e*o %e 1 >r/nicas 4:21 es co$plica%o y %iDcil. !ero los $eores cr9tcos lo han inerprea%o al co$o se e*plica en nesro e*o. 1414 @$. 1:# 16# 2:3# ec 4:10.
ele))i5',-K como +representantes de la +congregación.=C En %euteronomio =K<-C, se les llama +ancianos " +oficiales, o me$or, +escribas. Así el gobierno del pueblo estaba en manos de los +príncipes, los +ancianos o los +oficiales.=- 6a institución de +ancianos " +escribas "a había e/istido entre los hi$os de Israel en Egipto antes del tiempo de 8oisés. Porque 8oisés +reunió a los ancianos de Israel para anunciarles su comisión di!ina,== " por medio de los mismos comunicó al pueblo la ordenana de la Pascua.=? 6a mención de +escribas como +oficiales se da incluso antes de la de los ancianos, " a ellos, por ser la clase social letrada, parece ser que los capataces egipcios les confiaron la superintendencia de los traba$os designados para el pueblo.=D Por los monumentos de Egipto conocemos la importancia del papel desempe2ado por los +escribas en aquel país, " cuán frecuentemente son mencionados. Posiblemente, la orden de los escribas se introdu$era así en Israel. 1omo clase letrada, los escribas deberían ser naturalmente los intermediarios entre sus hermanos " los egipcios. Por ello, podemos considerarlos también como los representantes del saber, tanto israelita como egipcio. o" en día se admite generalmente que el arte de escribir era conocido por los israelitas en tiempos de 8oisés. 1laramente, el saber egipcio había penetrado en 1anaán mismo, " &osué encontró a sus habitantes, en su ma"oría, en un estado de ci!iliación mu" a!anado una de las ciudades lle!aba incluso el nombre de 6i7at*8sep*er , la ciudad de libros, o 6ir7at*8sa''a*, que casi podría traducirse por +ciudad uni!ersitaria.=B En cuanto a la reli+i5' de Israel, es importante tener en cuenta que, durante tres siglos " medio a partir de la muerte de &acob, todos los mensa$es directos del cielo, "a sea por profecía o por !isión, habían cesado, al menos por lo que nosotros sabemos. (i siquiera el nacimiento de 8oisés fue comunicado por obra di!ina. En esas circunstancias los hi$os de Israel dependían del conocimiento que habían adquirido de los +padres, " que, sin duda, había sido conser!ado entre ellos. 1asi resulta innecesario e/plicar, aunque demuestra la sabiduría de los preparati!os pro!idenciales de %ios, que las sencillas formas de adoración de los patriarcas enca$aba mucho me$or con las circunstancias del pueblo en Egipto que las que recibió posteriormente la religión de Israel. En este punto resaltan preeminentemente tres +ra'des observa')ias. Podemos decir que tanto la fe como el culto de los antiguos patriarcas, " posteriormente de Israel, se agruparon alrededor de estos tres aspectos. 4e trata de< )ir)u')isi5'9 sa)ri/i)ios " e l s:bado )o día de reposo*. Tenemos testimonio directo de que el rito de la circuncisión era practicado por Israel en Egipto.=F En cuanto a sacrificios, incluso la sugerencia de celebrar un 1515 *o%o 3:31 @A$eros 4:2 30:13 32:2 3:15. 1717 >o$p. eerono$io 1:7?1. 2020 @A$eros 24:2. 2121 >o$p. eerono$io 31:25. !arece ser (e en el %esiero la reni/n %e esos res legisla%ores se con&ocaba con el o(e %e %os ro$peas %e plaa# $ienras (e el soni%o %e na sola annciaba n conseo %e pr9ncipes +@$. 10:3# -. Ferece la pena %ecir (e esa for$a %e legislaci/n $i*a %e oCciales here%iarios y por elecci/n contn/ co$o gobierno constcional %el peblo# no s/lo %rane el per9o%o %e los ;eces# sino a$bin bao los Reyes. Ta$bin enconra$os s analog9a en la regla %e la sinagoga. 2222 *o%o 3:16 :27. 2323 *o%o 12:21. 22 *o%o :6# 1# 1# 17. 22 ;os 1:1# 7.
gran banquete de sacrificio en el desierto,=H indica que el culto con sacrificio había sido conser!ado en el pueblo. #inalmente, la instrucción de recoger dos porciones de maná el !iernes,=J " la introducción del mandamiento del sábado con la palabra +Acuérdate,=K nos da a entender una obser!ancia pre!ia del sábado por parte de Israel. %e hecho, el modo en que muchas cosas, como, por e$emplo, la práctica de !otos, son mencionadas en la le", parecen indicar ritos religiosos anteriores entre los israelitas. asta aquí las obser!ancias e/teriores, las cuales indican cómo, incluso durante aquellos siglos de silencio " soledad en Egipto, Israel toda!ía acariciaba las !erdades fundamentales de su religión ancestral. Pero toda!ía queda otro tema referente, no a sus artículos de creencia " obser!ancias, sino a la !ida religiosa de la familia " de los indi!iduos en Israel. Aparece en los 'o&bres que los padres daban a los hi$os durante la larga " dura escla!itud en Egipto. Es bien conocida la importancia que el Antiguo Testamento da a los 'o&bres. 1ada suceso espiritualmente importante daba su nombre nue!o " característico a una persona o un lugar. Algunas !eces, como en el caso de Abram, 4arai " &acob, era %ios mismo quien daba el nombre nue!o en otras ocasiones, era la e/presión de coraones que reconocían la actuación de %ios especial " decisi!a, o manifestaban sus esperanas o e/periencias, como en el caso de los hi$os de 8oisés. Pero si consideramos nombres tan frecuentes entre los +príncipes de Israel, como Eliasa/ )mi %ios que re0ne*, Eli;ur )mi %ios una roca*, " otros con matices similares, !eremos cuán profundamente había arraigado en los coraones " en las con!icciones del pueblo la esperana de Israel. Este punto será tratado más e/tensamente en el libro siguiente. 8ientras, sólo resaltamos los nombres de los $efes de las tres familias de los 6e!itas< Eliasa/ )mi %ios que re0ne*, Eli;a/:' )mi %ios que mira alrededor*, "
la ad!ertencia del sacrificio al +macho cabrío,?- " la e/hortación e/presa incluso de &osué )=D<-D*, +quitad de entre !osotros los dioses e/tra2os a los cuales sir!ieron !uestros padres al otro lado del río. 1on el mismo sentido tenemos la retrospecti!a en Eequiel =C
!"n nue#o rey $ue no conoc%a a &os'( Aunque ha" diferencias de opinión sobre este tema, parece, no obstante, que con toda probabilidad )como se muestra en el capítulo anterior* el ascenso de la nue!a dinastía coincide con el período cuando +se le!antó un re" que no conocía a &osé.?D Por raones "a e/plicadas, una de las primeras " más importantes medidas de su administración interior debía ser obligatoriamente debilitar el poder de los colonos e/tran$eros, que se hallaban en tan abundante ma"oría en la pro!incia fronteria de ;osén. Temía que en caso de guerra con e/tran$eros, se unieran con el enemigo, +" los sacaran de la tierra. El segundo temor también muestra el hecho que él conocía las circunstancias ba$o las cuales se habían asentado en la tierra. %e nue!o, en los monumentos de Egipto, parece haber sido siempre la política de #araón introducir un n0mero inmenso de cauti!os en Egipto, " retenerlos allí en escla!itud para traba$os forados. Ahora se estaba aplicando un procedimiento parecido a Israel. Aunque se les permitía conser!ar sus ganados " campos, fueron puestos a hacer traba$os forados para el re". 4e les designó +capataces egipcios, quienes +los afligían con sus cargas. 4e !e una notable ilustración de este hecho en un monumento egipcio. 6os traba$adores, que son claramente e/tran$eros, ba$o la superintendencia de cuatro egipcios, dos de los cuales parecen ser oficiales superiores, mientras que los otros dos son super!isores armados con látigos pesados, gritan< +Traba$ad sin desma"ar. El traba$o que habían recibido los israelitas consistía en hacer ladrillos, regadío artificial de la tierra, inclu"endo, probablemente, ca!ar o restaurar canales, " la construcción, o restauración " ampliación de las dos +ciudadesGalmacén?B de Pitón " 7amsés, cu"a situación ha sido traada en ;osén, " que sir!ieron de depósito tanto para el comercio como para el e$ército. 4eg0n algunos historiadores griegos era el orgullo de los egipcios 3131 =e&9tco 14:4. Tra%cci/n incorreca en casellano por «%e$onios". 3232 Hechos 4:3. 3333 Eso es arg$ena%o $y hbil$ene por el ,r. R. ;. !oole en el Smith’s ic!onary of the "ible# &ol. '''. «Re$phan". 33 =a palabra hebrea «se le&an/" casi sie$pre se sa para %escribir n co$ien
que, en sus grandes obras, solo empleaban cauti!os " escla!os, $amás su propio pueblo. Pero Aahmes I necesitaba mu" especialmente la mano de obra israelita, puesto que sabemos por una inscripción, fechada en el a2o !eintidós de su reinado, que estaba mu" ocupado restaurando los templos " edificios que los +Pastores habían destruido. Pero esta medida inicial contra Israel produ$o el resultado opuesto al esperado. En lugar de disminuir, su anterior crecimiento se aceleró, de modo que los egipcios +temían a?F estaban alarmados por causa de* los hi$os de Israel.?H Por ello #araón recurrió a una segunda medida, por medio de la cual todos los bebés !arones, tenían que ser destruidos al nacer, probablemente sin llegar a ser conocidos por sus padres. Pero las dos mu$eres hebreas, quienes, seg0n suponemos, estaban al mando del +gremio de las parteras, no parecen haber comunicado la orden del re" a sus subordinadas. 4ea como fuere, la orden no se cumplió. 6a Escritura ha conser!ado los nombres de estas !alientes mu$eres, " nos dice que su moti!o era que +temieron a %ios )en hebreo con artículo, +el %ios, indicando el %ios !i!o " !erdadero*. 5 como que eran el medio para +hacer o construir las casas de Israel, así %ios +les hio casas. Es cierto que cuando se enfrentaron con el re" no presentaron su moti!o real ahora bien, como destaca 4an Agustín, +%ios perdonó el mal de ellas por su bien, " recompensó su piedad, pero no por su enga2o. 6a tercera medida adoptada por #araón nos demuestra cuán poco podía impedir la ruina de Israel una medida solamente humana. %e$ando a un lado cualquier tipo de freno, " ol!idando, en su determinación, incluso sus intereses, el re" publicó una orden general de echar al (ilo todo bebé $udío !arón, al nacer. Esta orden, tal !e dada en un momento de ira, no fue cumplida por mucho tiempo "a sea porque los egipcios no deseaban caer en seme$ante crueldad permanentemente, o porque los israelitas encontraron medios para apartar a sus hi$os de dicho peligro. Pero lo que es cierto es que, a pesar de que muchos debieron sufrir, " todos necesitaban ir con mucha precaución, este 0ltimo intento despiadado de e/terminar Israel resultó !ano. Así se )u&pliero' las dos profecías. Incluso ba$o las circunstancias más ad!ersas Israel había crecido tanto como para alarmar a los egipcios " la +aflicción de Israel había alcanado su c0spide. 5 ahora debía aparecer también la liberación prometida. 5, como en tantos otros casos, llegó ba$o lo que los hombres llamarían las circunstancias más improbables.
Capítulo = Éxodo 2 $ Para el lector atento de la Escritura, el hecho de que precisamente la medida adoptada por #araón para destruir Israel, al final les lle!ara la liberación, no le parecerá e/tra2o )0nicamente notable*. 4i no hubiese sido por la orden de echar los ni2os hebreos al río, 8oisés no hubiera sido rescatado por la hi$a de #araón, ni instruido en toda la sabiduría de Egipto a fin de ser apto para su llamamiento. Pero, a pesar de todo ello, esta historia mara!illosa sigue un curso 'atural es decir, natural por su acontecimiento, pero sobrenatural por sus finalidades " resultados.
Nacimiento de )ois's
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=a e*presi/n a(9 es la $is$a (e en @A$eros 12:3# e i$plica «ser presa %el e$or".
3434 *o%o 1:12.
:n miembro de la tribu de 6e!í, " descendiente de 1oat, - llamado .&ra&, se casó con -o>uebed , que pertenecía a la misma tribu. 4u unión "a había sido bendecida con dos hi$os, 8aría " Aarón,= cuando se proclamó el edicto homicida de #araón. El nacimiento de su siguiente hi$o les produ$o más dolor " preocupación, porque +!iéndole que era hermoso no sólo les ganó el coraón, sino que parecía se2alarlo como destinado por %ios para alguna causa especial.? En esta lucha de afecto " esperana contra el temor del hombre, obtu!ieron la !ictoria, como siempre se obtiene la !ictoria, +por la fe. (o recibieron ninguna re!elación especial, ni tampoco la necesitaban. 4e trataba simplemente de una cuestión de fe, contraponiendo la orden de #araón a la orden de %ios " de la esperana de ellos. %ecidieron confiar en el %ios !i!o de sus padres, " desafiar cualquier peligro aparente. #ue en este sentido que +por la fe 8oisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque !ieron que el ni2o era hermoso, " no temieron el decreto del re". Al ser imposible esconderlo por más tiempo en casa, la misma confiana de fe hio que ahora la madre de$ara al ni2o en una arquilla hecha, como lo eran en aquella época las embarcaciones ligeras del (ilo, de +$uncos o papiros )un fuerte $unco de tres aristas que alcanaba una altura de die o quince pies*.D 6a +arquilla )un término usado en la Escritura solo aquí " en relación con la liberación de (oé por medio de un +arca* fue endurecida con barro del (ilo o con asfalto, e impermeable con una capa de +brea. Protegida de este modo, la +arquilla, con su preciosa carga, fue depositada entre los +carrios a la orilla, o embocadura del río, precisamente donde la hi$a de #araón solía tomar un ba2o, aunque el te/to sagrado no nos da información e/plícita sobre si el lugar fue escogido a propósito o no. 6a alusión en 4almos HJ<-= a +los portentos hechos +en el campo de Qoán, quiás nos lle!en al mismísimo lugar de esta liberación. Qoán, como sabemos, era la antigua A!aris, la capital de los re"es Pastores, arrebatada por la nue!a dinastía. Era mu" probable que continuase siendo la residencia de los #araones, especialmente por estar en la frontera oriental de ;osén, " además es confirmado por el hecho que en aquel tiempo, de todas las residencias egipcias, solamente .varis o Qoán estaban en un recodo del (ilo no plagado de cocodrilos, donde, consecuentemente, la princesa podía tomar su ba2o. En un monumento egipcio hallamos una curiosa ilustración de la escena descrita en el rescate de 8oisés. 4e !e una dama noble ba2ándose en el río con cuatro sir!ientas que la atienden, tal como la hi$a de #araón en la historia de 8oisés. Pero !ol!iendo a nuestro tema, el descubrimiento de la arquilla " del ni2o, que lloraba al le!antarlo la persona e/tra2a, es puramente natural. 6a princesa es conmo!ida por la atracción del ni2o a sus sentimientos de mu$er. Tiene compasión de él incluso perteneciendo a una raa condenada. Arro$ar el ni2o solloante al río hubiese sido inhumano. 6a hi$a de #araón actuó como hubiese actuado cualquier otra mu$er en las mismas circunstancias.B 4al!ar a un ni2o hebreo no podía ser un crimen mu" gra!e para la hi$a del re". Además, es sorprendente notar que, seg0n los monumentos, precisamente por aquella época, las princesas reales e$ercían una influencia notoria )de hecho, dos de ellas eran regentes simultáneamente*. Así, cuando 8aría, que había estado obser!ándolo todo a poca 11 *o%o 6:20 @A$eros 26:7. 22 El relao i$plica (e nacieron anes %e la procla$aci/n %el e%ico ho$ici%a %e Iara/n. Jar/n en9a res aKos $s (e Foiss +*. 4:4-# $ienras (e Far9a ya era a%la can%o Foiss fe e*peso +*. 2:-. 33 =a e*presi/n en Hechos 4:20 es «her$oso ane ios". To%os los %ealles son esrica$ene egipcios inclso algnos %e los r$inos sa%os en hebreo se %eri&an %el egipcio. El papiro ya no se clt&a por %ebao %e @bia# pero los $on$enos egipcios $esran $chas «ar(illas" pareci%as y boes hechos con esa plana y %ispesos %e $o%o se$eane. =os «carri
distancia, se presentó en el momento oportuno " propuso llamar a alguna mu$er hebrea para alimentar al ni2o que lloraba )un e/tra2o regalo concedido a la princesa al parecer por el mismo dios del (ilo*,F aceptó de buen ánimo. 6a nodria llamada fue, e!identemente, la madre del ni2o, quien recibió el ni2o como un encargo precioso, confiado a ella por la hi$a de quien ideara la destrucción del bebé. Así de mara!illosos son los caminos de %ios. :no de los antiguos escritores eclesiásticos ha comentado que +la hi$a de #araón es la comunidad de los gentiles, queriendo ilustrar con ello esta gran !erdad, que encontramos por toda la historia, que de alg0n modo la sal!ación de Israel estaba relacionada con la utiliación de los gentiles. Así fue en la historia de &osé, e incluso antes de esto " continuará así hasta que al final, por su misericordia, Israel obtenga misericordia. Pero mientras esto sucedía, aquellos padres hebreos cre"entes tu!ieron la gran oportunidad de moldear la mente del hi$o adopti!o de la princesa de Egipto. 6os tres primeros a2os de la !ida, el tiempo com0n oriental para la criana, a menudo son, incluso en nuestros climas nórdicos, donde el desarrollo es mucho más lento, un período decisi!o para la !ida posterior. (o requiere ning0n esfuero de imaginación pensar que el peque2o 8oisés aprendía en el regao de su madre, " que ella estaba en un pueblo perseguido. 1uando un ni2o conser!ado " preparado así se !io destinado a de$ar su casa hebrea para entrar en la corte de #araón )su cabea repleta de las promesas hechas a los patriarcas, " su coraón apesadumbrado por causa de sus hermanos*, resulta casi natural que pasaran por su alma pensamientos sobre una futura liberación de su pueblo por medio de sí mismo. 8uchos de nuestros propósitos más profundos tienen su raí en la más tierna infancia, " las lecciones aprendidas entonces, han sido realiadas firmemente hasta el final de nuestras !idas. Pero, como sucede con todos los propósitos más intensos de toda una !ida, no e/istía la temeridad de lle!arlo a cabo. 1uando &oquebed de!ol!ió el ni2o a la princesa, ésta puso a su hi$o adopti!o el nombre egipcio de +8oisés, el cual curiosamente también aparece en !arios papiros egipcios antiguos, entre otros, como el de un príncipe real. 6a palabra quiere decir +sacado hacia adelante o +sacado fuera, +porque, como di$o ella al ponerle el nombre, +de las aguas lo saqué.H Por el momento 8oisés posiblemente no residiera en el palacio real en A!aris. 4an Esteban diceJ que +fue instruido 8oisés en toda la sabiduría de los egipcios.
*ormacin de )ois's, en Egipto y en )adi+n (ing0n otro país !aloraba tanto los estudios, ni se iniciaba con ellos tan pronto como en Egipto. Tan pronto como un ni2o era destetado, era en!iado a la escuela, " recibía su instrucción de manos de escribas designados regularmente. Al no usar letras en la escritura, sino $eroglíficos, que podían ser representaciones pictóricas o símbolos )un cetro para re", etc.*, o un tipo de signos fonéticos, " seg0n parece e/istieron $eroglíficos para letras, sílabas " palabras, para este arte solamente deberían necesitar, por su complicación, casi una !ida entera para dominarlo perfectamente. Pero al margen de esto, los estudios eran grandemente prolongados, " en los casos destinados a profesiones superiores, incluían no sólo di!ersas ciencias, tales como matemáticas, astronomía, química, medicina, etc., sino también teología, filosofía " cierto conocimiento de las le"es. (o cabe duda que, como hi$o adopti!o de la princesa, 8oisés tenía que recibir la formación más ele!ada. 6a Escritura nos dice que, en consecuencia, era +poderoso en palabras " obras, " podemos tomar la afirmación en su sencille, sin introducirnos en las muchas le"endas $udías " egipcias que loan su sabiduría " sus logros militares. Así pasaron los primeros cuarenta a2os de la !ida de 8oisés. 4in lugar a dudas, con su disposición, una labor incluso más ele!ada que la de &osé podía abrirse delante de él. Pero, antes de entrar en ella, tenía que tomar una decisión sobre esa cuestión preliminar< Rcon quién iba a ser su parteS R1on Israel o con EgiptoS R1on 66 =os egipcios a%oraban al @ilo co$o a n %ios. 44 Mros han inerprea%o el no$bre co$o %eri&a%o %e %os antgas palabras egipcias (e lieral$ene signiCcan: «aga"# «sal&a%o". 5
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Hechos 4:22.
el mundo o con las promesasS En las circunstancias de persecución de los hebreos resultaba imposible +ser llamado el hi$o de la hi$a de #araón al mismo tiempo que formar parte del +pueblo de %ios, como uno de ellos. 6o uno significaba +los placeres del pecado " +los tesoros de Egipto )di!ersión " honores*, lo otro +aflicción " +el !ituperio de 1risto )o el sufrimiento " la deshonra contra 1risto " su pueblo* " también, mu" especialmente, a los que se aferraban al pacto cu"a substancia era 1risto. Pero +la fe, que es +la substancia de lo que se espera, la prueba de lo que no se !e, capacitó a 8oisés no solo para +rechaar lo que Egipto ostentaba, sino también para +escoger antes la aflicción, ", más que esto, para +tener por ma"ores riqueas el !ituperio de 1risto que los tesoros de los egipcios, porque +tenía puesta la mirada en el galardón.K 1on este ánimo +salió a sus hermanos, " los !io en sus duras tareas.-C Pero su fe, aunque era auténtica " profunda, toda!ía estaba le$os de ser pura " espiritual. 6os antiguos egipcios eran conocidos por la se!eridad de su disciplina, " sus monumentos presentan a los +capataces armados con látigos pesados, hechos con madera dura fle/ible, que usaban sin piedad. 6a escena de tales sufrimientos infligidos por sier!os a sus hermanos, lógicamente le!antó el ma"or resentimiento del hi$o de la princesa real. Esto, $unto con la resolución acariciada durante tanto tiempo de tomar la causa de sus hermanos, " el pensamiento naciente de ser su libertador, le condu$eron a matar al egipcio, al cual había !isto maltratando a +un hebreo, uno de sus hermanos. Pero tampoco se trató de un e/ceso de ira frenética, porque +miró a todas partes para !er que +no aparecía nadie para presenciar sus obras más bien se trataba de realiar fines espirituales con medios carnales, tales como los que en la historia de los antepasados de 8oisés habían conducido tan a menudo al pecado " al sufrimiento. 'uería ser un libertador antes que %ios le llamara a ello " lo realiaría con unos medios distintos de los que %ios iba a utiliar. :n padre de la iglesia comparó acertadamente este acto con el de Pedro al cortar la ore$a del sier!o del sumo sacerdote indicando al mismo tiempo el hecho de que el coraón de ambos )8oisés " Pedro* era seme$ante a un campo cubierto de malas hierbas, pero que precisamente por su loanía prometían mucho fruto, una !e arado el campo " sembrado con la buena semilla.
reparacin para su llamamiento En la dispensación de gracia de %ios, había llegado aquel momento. 8oisés, antes de ser trasplantado, por así decirlo, tenía que ser talado. Tenía que echar raíces antes de poder brotar. 1omo dice 4an Esteban, +sus hermanos no comprendieron que %ios les daría libertad por mano su"a, que es precisamente lo que significaban su aparición entre ellos " su conducta. Por ello, posteriormente, cuando intentó interferir en una pelea entre dos hebreos, el malhechor repudió su autoridad con palabras duras " le reprochó por su crimen. Entonces quedaba claro que el asunto era conocido por todos. También alcanó los oídos de #araón. Por lo que conocemos de la sociedad egipcia una ofensa así no podía ser pasada por alto, ni siquiera tratándose del hi$o de una princesa, " esto suponiendo que la mu$er que sal!ara a 8oisés estu!iese toda!ía !i!a al cabo de cuarenta a2os, " que el #araón que reinaba entonces fuese su padre. Pero, además, 8oisés no solamente había matado a un oficial que cumplía su labor, sino que se había puesto de parte de los hebreos, " los había animado a rebelarse. El hecho de que 8oisés ocupase una posición de influencia tan grande como para que #araón no pudiese ordenar su e$ecución inmediatamente, sino que +procuró matar a 8oisés, simplemente agra!aba el problema " con!ertía a 8oisés en una persona más peligrosa. 6a resistencia abierta contra #araón era lógicamente imposible. 6a 0nica posibilidad de sal!ación parecía ser renunciar a cualquier tipo de contacto con su pueblo, o escapar. Por otro lado, la huida podía pro!ocar ma"or ira al re", " ba$o tales circunstancias era lógico dudar sobre la posibilidad de recibir refugio seguro de parte de alguno de los países !ecinos. Por lo tanto, se trataba una !e más claramente de un acto de +fe, cuando 8oisés +abandonó Egipto, no temiendo la cólera del re" porque se mantu!o firme )es decir fiel a su elección " su pueblo*, +como !iendo al In!isible, eso es, como uno que, en !e de considerar al re" de Egipto, miraba por la fe al re" in!isible.-1omo &acob mucho antes, " &osé en circunstancias parecidas, ahora 8oisés debía ir a una tierra e/tran$era. 5a había obtenido todo lo que Egipto podía ense2arle. 6o que toda!ía le faltaba sólo podía ser aprendido en la 77 Hebreos 11:2?26. 1010 *o%o 2:11.
soledad, humillación " con el sufrimiento. %os cosas iban a manifestarse en el curso de su historia. 6o que, ba$o su propio punto de !ista, tenía que liberar a su pueblo de la miseria, simplemente había conseguido hacerle caer personalmente en la miseria mientras que lo que aparentemente le ale$aba de su llamamiento especial, iba a preparar el camino de su logro final. Así también sucede en los acontecimientos más importantes de nuestras !idas, a fin que aprendamos las lecciones de fe " la entrega personal implícita, " que sólo a %ios sea la gloria. 7epudiado por su pueblo " perseguido por el re", la pro!idencia de gracia de %ios preparó un refugio " un hogar para el fugiti!o. 6os madianitas, descendientes de Abraham por medio de 1etura,-= se habían establecido a lo largo de la costa oriental del 8ar 7o$o, de donde !agaban como nómadas, por un lado al sur de la península del 4inaí, " por otro, hacia el norte, hasta llegar al territorio de 8oab. 6a fuga de 8oisés se dio entre los madianitas, como sucediera anta2o con &osé. Al llegar al +poo consiguió proteger a las hi$as de 7euel, +el sacerdote de 8adián, contra la !iolencia de los pastores, que apartaban sus reba2os.-? En consecuencia fue in!itado en casa de 7euel, continuó allí " finalmente se casó con 4éfora, hi$a del sacerdote. Esto, $unto con el nacimiento de sus dos hi$os, a los que nos referiremos más adelante, es lo 0nico que 8oisés escribe sobre su estancia de cuarenta a2os en 8adián. Pero podemos inferir otros detalles importantes. El suegro de 8oisés parece haber adorado al %ios de Abraham, como también lo implica su nombre< Reuel , +el amigo de Ll siendo +Ll el nombre que los patriarcas daban a %ios, como El Shaddai, +%ios Todopoderoso.-D Esto es confirmado por su conducta posterior.-B 7euel también es llamado -etro " -eter ,-F que significa +e/celencia, " probablemente fuera su nombre oficial como sacerdote de la tribu, el mismo que el i&a' de los árabes modernos la palabra tiene un significado seme$ante.-H Pero la !ida de 8oisés en casa de 7euel debió ser de humillación " soledad. Por su conducta posterior -J suponemos que 4éfora era una persona de temperamento !iolento e imperioso, que sentía mu" poca simpatía por las religiosas con!icciones de su marido. 1uando le conoció como +un egipcio, debió quedar impresionada en su coraón por su !alentía. Pero el conocimiento más profundo de sus ob$eti!os en la !ida debió lle!arla a considerarlo un fanático lóbrego, que ocupaba su mente con pro"ectos !isionarios. asta tal punto parece haber tenido mu" poco en com0n con su marido que, en el período más delicado " noble de su !ida, en su misión ante #araón, tu!o que hacerla marchar.-K Tampoco pudo e/istir mucha confiana entre 8oisés " su suegro. Precisamente su posición subordinada en la familia de &etro )?<-* el hecho de su reticencia ante la 1111 1 Ti$oeo 1:4. 1212 nesis 2:2?. 1313 Tano en *o%o 2:16# co$o en 3:1# la e*presi/n hebrea para «rebaKos" i$plica (e eran %e o&eas y %e cabras# no %e gana%o &acno# %an%o as9 oro est$onio in%ireco sobre la reali%a% %el relao# por(e s/lo ese tpo %e rebaKos po%9a &i&ir nor$al$ene en a(ella regi/n. 11 *o%o 6:3. 11 *o%o 15. 1616 *o%o 3:1 :15. 1414 Tene$os (e hacer na %istnci/n enre ;ero Reel y Hobab# (ien parece haber si%o el hio %e Reel y cKa%o %e Foiss# y (e aco$paK/ a 'srael en s &iae +&er ;e. :11-. J(9 nos halla$os con ciera %iCcla%# por(e la palabra ra%ci%a por «segro"# %e hecho signiCca cal(ier fa$iliar por $ari$onio. 15
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*o%o :2.
!isión e/acta concedida a él por %ios )D<-J* " el modo humilde con el que 8oisés fue en!iado de !uelta a Egipto )!. =C*, todo da una !isión triste de las relaciones mutuas. (o obstante, los más profundos sentimientos " las e/periencias de su coraón se refle$an en los nombres que puso a sus hi$os. El ma"or ?ers5' )e/pulsión, destierro*,=C +porque di$o< forastero so" en tierra a$ena=- al segundo lo llamó Elie;er , +mi %ios es mi a"uda )-J
Capítulo @ Éxodo 2!2=A @!1# $ 1uando %ios está a punto de realiar una de sus grandes obras, lo prepara todo en silencio " con antelación. (o sólo pertenece a Ll echar la buena semilla, sino también abrir la tierra para su recepción. 4us instrumentos, que no son conocidos en el momento, traba$an silenciosamente ", $unto al buen don que !a a dar a los su"os, les proporciona la necesidad " el deseo de buscarlo. Así, las oraciones " las respuestas son, por así decirlo, la balana de la gracia en equilibrio. (o podía ser diferente cuando %ios lle!ara a cabo la liberación de su pueblo de la tierra de Egipto. :na !e más parecía como si las nubes sobre sus cabeas fueran más oscuras " más densas. abía muerto un re" " otro le había sucedido- pero el cambio de gobierno no comportó para los israelitas el ali!io que seguramente esperaban. 4u escla!itud parecía la política fi$a de los #araones. (ing0n ra"o de esperana alumbraba sus sufrimientos, e/cepto los deri!ados de la fe. Pasaban siglos sin re!elación alguna o comunicado del %ios de sus padres. Por ello debió ser considerado como un despertar religioso cuando, ba$o tales circunstancias, el pueblo, en !e de desesperarse o rebelarse contra #araón, recurrió al 4e2or con oraciones diligentes, o, como lo e/presa el te/to sagrado, al a2adir significati!amente el artículo a %ios, = +clamaron +al %ios, es decir, no a cualquiera entre tantos, sino al 0nico %ios !i!o " !erdadero. Este espíritu de oración, que aparecía ahora por primera !e 1717 *o%o 15:2# 3. 2020 El ,r. >ooG lo consi%era n co$peso %e na palabra hebrea y na egipcia# (e signiCca «forasero" en «na terra e*ranera". 2121 *o%o 2:22. 11 *o%o 2:23. ebe$os pe%ir al lecor (e lea ese cap9lo con na Biblia abiera a s la%o. 22 *o%o 2:23.
entre ellos, fue el primer !oto " presagio, ciertamente, el comieno de su liberación.? Porque aunque era solamente un +clamor, podríamos decir, inarticulado espiritualmente, no hubo ning0n tiempo entre su oración " la respuesta. +5 o"ó %ios el gemido de ellos, " se acordó %ios de su pacto con Abraham, Isaac " &acob. 5 miró %ios a los hi$os de Israel, " los reconoció %ios es decir, los reconoció como la descendencia escogida de Abraham, " al hacerlo les manifestó su amor para con ellos. El e/tremo sur de la península de 4inaí, adonde nos lle!a ahora el relato sagrado, consta de una confusa masa de picos )el más alto sobre los K.CCC pies*, algunos de pórfido de color !erde oscuro, pero la ma"oría de granito ro$o con diferentes tonos, que aparece roto con fa$as de arena " gra!a, con intersecciones de !adis o peque2os !alles, que forman los lechos de los torrentes de in!ierno, además de peque2os puntos !erdes, principalmente debido a fuentes perennes. El gran grupo central entre las monta2as es oreb, " un pico bastante especial del mismo 4inaí, el +monte de %ios. 4orprendentemente es también en medio de esta terrible desolación donde se hallan los lugares más fértiles del +desierto. Allí lle!an sus reba2os los beduinos cuando el !erano seca todas las regiones inferiores. En sus !alles crecen e/uberantes " ricos árboles frutales, " +los alrededores son los me$or regados de toda la península, encontrándose allí corrientes !eloces que se hallan por lo menos en cuatro de los !alles ad"acentes.D Allí fue donde 8oisés, probablemente al inicio del !erano, B condu$o al reba2o de 7euel para encontrar pasto " agua. %etrás su"o, al este, quedaba el desierto a sus pies se alaba con grandea la monta2a de %ios. El silencio de este lugar permanece inquebrantado su desolación sólo es ali!iada por la !ariedad de tono en los picos de color !erde oscuro o ro$o, algunos de los cuales +resplandecen a la lu del sol como cobre bru2ido. 6a atmósfera es tan límpida que incluso las siluetas más le$anas destacan claramente definidas, " el más ligero sonido ataca claramente el oído. Todo el con$unto es ciertamente +un cuadro e/tra2o. En un despe2adero solitario, o en alg0n !alle abandonado, una de tantas acacias, con sus pinchos " guirnaldas punantes, que forman una característica tan notable en los !adis del +desierto, del cual son ciertamente +el 0nico árbol de madera dura de medidas considerables,F se alaba en!uelta en llamas, " no obstante +la ara no se consumía. Ante esto 8oisés se !ol!ió para +!er esta gran !isión.
El llamamiento de )ois's 5 mucho más sorprendente era lo que le esperaba. Ahora aparecía una !isión que no había sido !ista durante muchos siglos una !o que había guardado silencio tanto tiempo, ahora hablaba. +El Angel de &eho!á )!. =*, quien es llamado inmediatamente después +&eho!á " +%ios )!. D, B*, le habló +de en medio de la ara. 4us primeras palabras fueron ad!ertir a 8oisés sobre la necesidad de descalarse, por hallarse sobre tierra santa luego se re!eló como el Mngel del Pacto, que se había aparecido a los padres como +el %ios de Abraham, el %ios de Isaac " el %ios de &acob. El moti!o de la primera instrucción, no fue solamente re!erencia, sino que surgía del propio carácter del que hablaba. Porque en oriente los apatos se lle!an como protección de corrupción " pol!o, " por ello se sacaban al entrar en un santuario, a fin de no introducir en el lugar puro la corrupción del e/terior. Pero el lugar donde &eho!á se manifiesta, sea cual sea, es +tierra santa " quien debe hablar con Ll ha de de$ar la corrupción que lle!e. Al anunciarse como el %ios de los padres, &eho!á estaba declarando la continuidad de su propósito de misericordia, su recuerdo de Israel " su !elo cumplimiento de las promesas hechas anta2o. %urante estos siglos de silencio había continuado siempre pensando en su pacto, "
33 *o%o 3:4 eerono$io 26:4. !al$er# esert of the E&odus# &ol. '# p. 114. Eso se %e$osrar al %escribir las %ie< plagas. 66 )er la ilsraci/n y %escripci/n en >anon Trisa$# 'atural (istory of the "ible# pp. 371# 372.
ahora, $usto cuando podría parecer que su propósito había fracasado totalmente, llegó el tiempo establecido, cuando se manifestaría p0blicamente como el %ios de Abraham, Isaac " &acob.H
La #isin de la -ar-a $ue ard%a 6a misma !erdad era e/presada simbólicamente por la ara ardiente. Israel, en su estado actual ba$o " despreciado, era como la ara en el desierto )comp. &ueces K<-B*, ardiendo en el caliente +horno de Egipto,J pero +no entregados a la muerte, porque &eho!á, el Mngel del Pacto, estaba +en medio de la ara un %ios que castigaba, pero +no consumía. 5 esta !isión no era solo para 8oisés, sino para todos los tiempos. 4imbolia la relación entre %ios e Israel en todos los tiempos, " análogamente la de %ios " su iglesia. Porque las circunstancias en las que se halla la iglesia, " el propósito de %ios para con ella, contin0an siendo siempre los mismos. Pero este %ios en medio de las llamas de la ara es igualmente un fuego consumidor, en el caso de ol!ido por parte de su pueblo,K " como un +fuego, que +abrasará a sus enemigos alrededor.-C Esta manifestación de %ios ba$o figura de fuego, que aparecerá a modo de comparación por toda la Escritura, se cumplirá totalmente cuando el 4e2or &es0s !enga a $ugar< +4us o$os son como llama de fuego, " sobre su cabea ha" muchas diademas.-- Pero 8oisés +cubrió su rostro, porque tu!o miedo de mirar a %ios. 6a !isión concedida " las palabras que la acompa2aban nos preparan para el siguiente mensa$e que el 4e2or se complacía en comunicar a su sier!o. abía oído el clamor de su pueblo conocía sus dolores " había !enido para liberarlo " lle!arlo a la Tierra de la Promesa, +una tierra buena, se a2ade, +" ancha, una tierra que +flu"e leche " miel suficientemente ancha " fértil como para haber sido en alguna ocasión el territorio de por lo menos seis raas cananeas )!. J*. #inalmente, el 4e2or di$o a 8oisés que fuera a #araón para sacar a su pueblo de Egipto. (o podría darse ma"or contraste entre el 8oisés de cuarenta a2os antes " el de ahora, que suplicaba para ser librado de su tarea. 4i pre!iamente su confiana propia le había lle!ado a tomar todo el asunto en sus manos, su falta de confiana en este momento le hacía sentir la má/ima a!ersión a realiar su cometido, incluso sólo como mensa$ero " ministro del 4e2or.
La misin ante *aran y ante Israel 4us primeros " profundos sentimientos se !erbalian con preguntas, +R'uién so" "o para que !a"a a #araón, " saque de Egipto a los hi$os de IsraelS )!. --*. Pero no se podía aplicar de nue!o el recuerdo del primer fracaso interior " e/terior, porque ahora %ios mismo estaba con él. 1omo se2al de esto le fue dicho< +1uando ha"as sacado de Egipto al pueblo, ser!iréis a %ios sobre este monte. 1laramente esta +se2al apelaba a su fe, como lo hace toda se2al, de ahí su mala interpretación de parte de los que +no son de la casa de la fe )comp. 8t. -=
44 'nclso la e*presi/n «No soy el ios %e pa%re"# en singlar# i$plica la i%ent%a% %e s acar por o%a la hisoria. To%os los pa%res eran co$o n solo pa%re anes %e l. >on ano %ealle %ebe$os es%iar las palabras %e la Escrira. 55 eerono$io :20. 77 eerono$io :2. 1010 ,al$os 74:3. 1111 Jpocalipsis 17:12.
sería pues que %ios !eía en el coraón de 8oisés un deseo de hacer la fe, " que ahora %ios la quería hacer brotarS Esta primera dificultad, por parte de 8oisés, había sido de$ada a un lado. 4u siguiente pregunta fue sobre qué debía responder a la pregunta de Israel sobre %ios< +R1uál es su nombreS )!. -?*. Esto significa< Rqué les debía decir ante las dudas " los temores de ellos sobre los propósitos de %ios para con ellosS Porque, en la Escritura, el nombre se considera una manifestación de carácter o de propósito más profundo, porque también, en general, se daba un nue!o nombre después de alg0n suceso decisi!o, el cual confería el carácter definiti!o para siempre a una persona o un lugar. En respuesta a esta pregunta, el 4e2or e/plicó a 8oisés, " le ordenó que hablara a Israel, de la introducción del nombre &eho!á, con el cual se había manifestado %ios al establecer el pacto con Abraham.-? Era, +5o so" el que so" )indicando estas palabras su naturalea inmutable " su fidelidad*. Así pues, +5o so" en!ió a 8oisés, ", como para eliminar todas las dudas, debía a2adir< +el %ios de !uestros padres, de Abraham, Isaac " &acob. +Este, declara el 4e2or, +es mi nombre para siempre, éste es mi memorial por todas las generaciones es decir, como tal se manifestaría siempre, como tal desea ser conocido " recordado, no solo por Israel, sino +por todos los siglos. Aquí, pues, $usto al inicio, cuando el pacto de Abraham era traspasado a su descendencia, la promesa también fue repetida, la cual incluía a todas las naciones en su bendición. Para una ma"or preparación de 8oisés para su misión, %ios le dirigió, a su llegada a Egipto, para que reuniera a los ancianos de Israel, ", utiliando las mismas palabras de la profecía de &osé cuando murió,-D para anunciar que el tiempo prometido había llegado, " que, sin lugar a dudas, %ios había !isitado a su pueblo. 6e fue dicho también que Israel escucharía su !o pero no lo haría #araón, aunque la primera petición debía ser de$ar ir al pueblo a tres días de camino en el desierto. Pero #araón no iba a ceder, +ni siquiera forado por mano poderosa )!. -K* es decir, incluso cuando la mano poderosa de %ios estu!iese sobre él. Pero, al final, el poder de &eho!á, autor de mara!illas, rompería la !oluntad obstinada de #araón " cuando Israel de$ara Egipto no sería como fugiti!os, sino como conquistadores cargados con los despo$os de sus enemigos. Así la predicción claramente de$aba entre!er que #araón sólo cedería después de un se!ero enfrentamiento. RPodría la fe de Israel soportar una prueba tan duraS 4eguramente esto es lo que significa la siguiente pregunta de 8oisés, en apariencia e/tra2a por ser plantada a estas alturas< +e aquí que ellos no creerán, ni oirán mi !o porque dirán< (o se te ha aparecido &eho!á.-B Ante tales dudas, "a fuera de parte de Israel, de #araón o de los egipcios, se ofrecía una respuesta triple, " no simplemente para acallar ob$eciones de los que las pusieran, sino también para animar a 8oisés. Esta respuesta implicaba la concesión del poder de hacer milagros en fa!or de 8oisés. 7emarcamos que aquí, por pri&era ve; en la historia del Antiguo Testamento, este poder se concedía al hombre, " en la ocasión era el primer gran conflicto entre el mundo " la iglesia. Estos milagros tenían por ob$eti!o ser como +una !o del cielo, que daba testimonio sobre la !eracidad de la misión de 8oisés. Por ello leemos en L/odo D
Las tres !se.ales( y su significado
En la pri&era seBal 8oisés recibió órdenes de mirar a la !ara que tenía en su mano. Era simplemente el bastón normal de un pastor. %ebía echarlo al suelo cuando lo ordenara %ios, entonces se con!irtió en serpiente, de la que 8oisés escapó aterroriado. %e nue!o %ios ordena " cuando 8oisés toma la serpiente por la cola, una !e más +se !ol!ió !ara en su mano. El significado era sencillo. En adelante 8oisés debía esgrimir el ca"ado. 1uando %ios lo ordenase tenía que arro$arlo su llamamiento tenía que ser cambiado, " debería encontrarse con +la serpiente no solo el antiguo enemigo, sino también el poder de #araón, del cual la serpiente era el emblema p0blico " famoso.-F +6a serpiente era el símbolo del poder real " di!ino de la corona de cada #araón-H el emblema de la tierra, su religión " gobierno. A continuación, por orden de %ios, 8oisés agarró esta serpiente, la cual se con!irtió de nue!o en una !ara con la que guiaba a su reba2o con la diferencia que ahora el reba2o era Israel, " la !ara de pastor la +!ara de %ios-J que hacía mara!illas. En resumen, el humilde pastor, que hubiese escapado de #araón, debía, por la fuera di!ina, derrotar todo el poder de Egipto. 6a se+u'da seBal mostrada a 8oisés se refería directamente a Israel. 6a mano que tu!o que meter en su seno se cubrió de lepra pero la misma mano, cuando fue introducida de nue!o, fue totalmente restablecida. Este mara!illoso poder de infligir " sacar una plaga, aceptado por todos como pro!eniente de %ios, mostraba que 8oisés podía infligir o sacar los más se!eros $uicios de %ios. Pero di$o otras +palabras al pueblo. Israel, de quien %ios di$era a 8oisés, +llé!alo en tu seno,-K era la mano leprosa. Pero con la misma certea " !elocidad con la que fue restaurada al ser introducida de nue!o en el seno de 8oisés, %ios les sacaría de la miseria " la desolación de su estado en Egipto, " los restablecería en su propia tierra. 6a ter)era seBal dada a 8oisés, por la cual el agua del (ilo se con!ertía en sangre cuando era derramada sobre el suelo, no sólo era persuasi!a para los israelitas, sino que hacía referencia especial a la tierra de Egipto. El (ilo, del cual dependía toda su fertilidad, " que los egipcios adoraban como di!ino, tenía que con!ertirse en sangre. Egipto " sus dioses tenían que ser humillados ante el poder absoluto que %ios iba a manifestar. Estas +se2ales, que no podían ser contradecidas, seguramente eran suficientes. 5 no obstante 8oisés dudaba. REra él el representante adecuado para dicho traba$oS (o poseía la elocuencia cu"o fuego enciende el entusiasmo de una nación " cu"a fuera barre todos los obstáculos que se le ponen por delante. 5 cuando esta ob$eción también fue respondida con la indicación que era necesario depender directamente de aquel que podía soltar la lengua " abrir o$os " oídos, se manifestó el rechao !elado pidiendo directamente que alguna otra persona fuese empleada para tal misión. Entonces fue cuando +se encendió la ira de %ios contra 8oisés. (o obstante, por su tierna misericordia, sintió pena por la debilidad de la fe de su sier!o " le a"udó. 1on esta doble finalidad anunció %ios que incluso entonces Aarón "a estaba de camino para unirse a él, " que tomaría la parte del traba$o para la cual 8oisés no se sentía apto. Aarón iba a ser el compa2ero ", por así decirlo, +el profeta de 8oisés.=C Aarón iba a declarar el mensa$e di!ino encargado a 8oisés, del mismo modo que un profeta entrega la palabra recibida. +A4 4E #:E 89I4L4.=A estas alturas, nos encontramos con dos detalles que necesitan una bre!e e/plicación. Porque, pri&ero, parecería que la primera petición que 8oisés había recibido para comunicar a #araón era de ir +camino de tres días por el desierto, mientras que la intención era que Israel se fuera de Egipto para siempre. (e+u'do, se había 1616 =a Escrira a $en%o sa la serpiene co$o s9$bolo %e po%er hostl al reino %e ios y aplica esa Cgra no s/lo a Egipo +co$o en ,al. 4:13 's. 1:7-# sino a$bin a Babilonia +'s. 24:1-. 1414 ,peaGerOs >o$$enary# &ol. '# p. 26. 1515 *o%o :20. 1717 @A$eros 11:12. 2020 *o%o 4:1. 2121 *o%o :15.
dado una promesa di!ina que Israel no se iría +con las manos !acías, sino que %ios daría al pueblo gracia ante los o$os de los egipcios, " que toda mu$er +pidiera prestado de su !ecina, de modo que +despo$aran a los egipcios. Al principio, obser!amos el modo altamente formal con el cual Israel debía dirigirse a #araón, seg0n las instrucciones recibidas. En términos absolutos #araón no tenía ning0n derecho para detener al pueblo en Egipto. 4us padres habían !enido con la condición de no quedarse, sino para +morar temporalmente, " ba$o estas condiciones habían sido recibidos. 5 ahora no sólo estaban siendo oprimidos erróneamente, sino que se !eían detenidos in$ustamente. Pero, a pesar de ello, no tenían que escapar a hurtadillas, ni alarse en rebelión. El poder di!ino con el que estaba armado 8oisés tampoco podía ser usado para !engar las maldades pasadas ni para asegurar su libertad. Por el contrario, debían solicitar a #araón el permiso incluso para realiar una e/pedición tan inofensi!a de tres días de peregrinación en el desierto para hacer sacrificios a %ios una solicitud mu" raonable, si consideramos que los sacrificios de Israel eran, desde un punto de !ista religioso, +una abominación para los egipcios,== " podían producir problemas. El mismo e/ceso de consideración por #araón pro!ocó una petición tan moderada al inicio. #ue una concesión infinita a la debilidad de #araón, por parte de %ios, no insistir pidiendo una salida total e inmediata de Israel. No se podía pedir menos a #araón, ni la obediencia podía ser planteada de un modo más fácil. 4ólo la determinación más tiránica para aplastar los derechos " las creencias del pueblo, " el desafío más osado a &eho!á, podían haberle impulsado a rechaar dicha petición, " ello ante todas las se2ales " mara!illas que respaldaban la misión de 8oisés. Así, al principio, su sumisión iba a ser puesta a prueba donde era más fácil hacerlo " la desobediencia sería +ine/cusable. Podía haber e/istido alguna raón por parte de #araón para rechaar de inmediato la idea de de$ar ir totalmente a los que habían sido sus sier!os durante tanto tiempo pero no e/istía ninguna en absoluto para resistirse a una petición tan moderada " respaldada por una autoridad tan impresionante. 1iertamente un hombre así estaba en el tiempo adecuado para el $uicio del endurecimiento del mismo modo que, por el contrario, si hubiese sido obediente a la !oluntad di!ina desde el principio, sin lugar a dudas hubiese sido preparado para recibir una ma"or re!elación de la !oluntad de %ios, " la gracia necesaria para someterse a la misma. Así es como %ios siempre trata con el hombre usando su misericordia. +El que es fiel en lo mu" poco, también es fiel en lo mucho " el que es in$usto en lo mu" poco, también es in$usto en lo mucho. 6o que %ios nos pide es para poner a prueba lo que ha" en nosotros. Así fue en el caso de la obediencia de Adán, del sacrificio de Abraham, " ahora de #araón con la diferencia que en el 0ltimo caso, como con la promesa de sal!ar 4odoma si se hallaban die hombres $ustos entre sus mal!ados habitantes, la paciencia di!ina llegó a las má/imas concesiones. El mismo principio de gobierno también aparece en el (ue!o Testamento, " e/plica cómo el 4e2or a menudo hablaba de +cosas terrenales, a fin de que la incredulidad para con las mismas con!enciera a los hombres de su incapacidad para escuchar +las cosas celestiales. Así el $o!en legislador =? que pensaba estar deseoso de heredar la !ida eterna, " el escriba que profesaba disposición para seguir a 1risto,=D a pesar de recibir solo una prueba de +cosas terrenales, sucumbieron ante ella. Esto nos ense2a una lección aplicable a nuestro propio caso porque +sólo entonces sabremos si continuamos para conocer al 4e2or. 6a segunda dificultad acerca de las instrucciones recibidas por Israel para que +pidan prestado=B alha$as de plata, alha$as de oro " !estidos, " así +despo$ar a los egipcios,=F se basa en una sencilla comprensión errónea del te/to. Incluso el sentido com0n indicaría que, dadas las circunstancias finales ba$o las cuales Israel de$ó la tierra, ning0n egipcio pensaría en la posibilidad de prestar temporalmente $o"as, para ser de!ueltas al cabo de 2222 *o%o 5:32. 23
23
Faeo 17:16 Farcos 10:16 =cas 15:15.
22 Faeo 5:17# 20 =cas 7:4# 5. 2
@oa %el ra%cor: ,egAn ra%ce la Jhorise% )ersion en ingls. Tra%ci$os esos prrafos para $anener la obra en s esa%o original y a Cn %e %ear ese pno claro# an(e la $ayor9a %e &ersiones espaKolas ra%cen si$ple$ene:«pe%ir". 25
poco tiempo. 4ino que, de hecho, la palabra traducida por +pedirá, no significa en préstamo, " no se emplea con dicho significado en todo el Antiguo Testamento. (ie&pre significa 0nicamente +pedir o +requerir. Esta +petición o +demanda )seg0n la llamaremos al tener en cuenta la $usticia del caso* fue satisfecha con mucho gusto por los egipcios. El terror de Israel había caído sobre ellos, " en lugar de escapar como fugiti!os, salieron como un e$ército triunfante, lle!ándose +los despo$os de los enemigos conquistados di!inamente. Es más importante comentar otro detalle. ,oiss /ue el pri&ero e' llevar u'a )o&isi5' divi'a a otros3 Ta&bi' /ue el pri&ero e' reali;ar &ila+ros. 6os milagros nos presentan la unión de lo humano " lo di!ino. Todos los milagros apuntaban hacia el ma"or milagro de todos, +el misterio de la piedad, el cual los ángeles desean !er la unión de lo di!ino con lo humano, en su aparición más completa en la persona del %iosG ombre. Así en estos dos aspectos de su ser!icio, como también en su misión de redimir a Israel de la escla!itud " santificarlos para con el 4e2or, 8oisés fue una eminente figura de 1risto. +Por tanto +consideremos al apóstol " sumo sacerdote de nuestra profesión, 1risto &es0s el cual fue fiel al que le designó, como también lo fue 8oisés en toda la casaU como un criado, para testimonio de lo que había de anunciarse después pero 1risto como hi$o sobre su casa, cu"a casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confiana " el goo de nuestra esperana.=H
Capítulo Éxodo @!1#"=1 $ 6a historia de la Escritura está llena de aparentes contrastes. Parece ininteligible al obser!ador superficial, pero el coraón del cre"ente se regoci$a en analiar, paso a paso, la diferencia entre lo que parece al o$o humano " lo que realmente es ante %ios " luego entre el poder de %ios " la humildad de los medios " las circunstancias que él escoge para manifestarlo. El ob$eto de lo uno es hacer surgir nuestra fe " animarla en las circunstancias que parecen menos prometedoras de é/ito mientras que lo otro es para dar toda la gloria a %ios, e incluso para hacer le!antar nuestra !ista de la tierra al cielo. Lste era el estado de cosas cuando, en los días de su carne, ni Israel ni los gentiles reconocieron la dignidad real de 1risto en la persona que entró en &erusalén, +manso, " sentado sobre un asna " un pollino de asna.
)ois's #uel#e a Egipto 5 así pareció también cuando, en el lengua$e sencillo de la Escritura, +8oisés tomó su mu$er " sus hi$os, " los puso sobre un asno, " !ol!ió a tierra de Egipto. 5 8oisés tomó la !ara de %ios en su mano. - 'ué contraste. El que lle!a la !ara de %ios es despedido de modo tan pobre )su esposa " sus hi$os, " todas sus pertenencias sobre un solo asno* R'uién hubiese reconocido con este aspecto tan humilde al que iba a herir el orgullo de #araón " el poder de EgiptoS A su !uelta del +monte de %ios, 8oisés anunció a su suegro simplemente que tenía el propósito de !isitar Egipto de nue!o. Probablemente &etro no tenía suficiente lu como para que 8oisés le comunicara la !isión di!ina. Además, las relaciones entre ellos en aquel momento )como adi!inamos incluso por el modo en que &etro le de$ó marchar* no parecen haber sido las adecuadas como para entrar en confidencias posiblemente, solo hubiese conseguido pro!ocar tropieos de parte de &etro o de 4éfora. Pero, en cambio, era una indicación 2626 *o%o 3:22. 2424 Hebreos 3:1# 2# # 6. 11 *o%o :20.
de que la mano de %ios estaba fa!oreciendo su camino el hecho que tanto su suegro como su esposa accedieron tan rápidamente a una e/pedición que, por sus circunstancias, debía incurrir en grandes peligros. 5 esto no era todo. U'a ve; >ue *ubo de)idido ir9 pero a'tes de e&pe;ar la &ar)*a, %ios le animó con la noticia de la muerte de todos los hombres que buscaban la !ida de 8oisés. %e nue!o, durante el !ia$e, le dio refueros triples para la obra que tenía por delante. Primero, le hio notar la !ara di!ina que lle!aba en su mano, con la que debía secundar su misión ante #araón con milagros.= En segundo lugar, por si acaso se desanimara debido al fracaso de estas se2ales para asegurar la sumisión a %ios de #araón, %ios no sólo le anunció de antemano el endurecimiento del coraón del re", sino que al decir, +"o endureceré su coraón )!. =-*, le demostraba que aquel acontecimiento también estaba ba$o su control " gobierno. #inalmente, había una doble seguridad en el mensa$e que tenía que dar a #araón )!. ==, =?*. &eho!á requería libertad para el pueblo, porque +Israel es mi hi$o, mi primogénito, " amenaaba, en caso de rechao de #araón, +con matar su +hi$o, incluso el +primogénito del re". Por otro lado, el título dado a Israel implicaba que %ios no de$aría +a su primogénito en su escla!itud en la tierra de Egipto. 4in lugar a dudas %ios iba a ganar en su lucha con #araón. Esa relación preciosa entre %ios " su pueblo, que fue establecida totalmente en el 8onte 4inaí,? puede decirse que inició con el llamamiento de Abraham. Israel era +el hi$o de %ios por elección, por gracia " por adopción.D Por ello, el 4e2or nunca quitaría su amor de en medio de ellos,B sino que sentiría pena por ellos, como un padre con sus hi$osF ", aunque castigara al pueblo por sus pecados, nunca les de$aría sin su misericordia. En todo el Antiguo Testamento no se registra otra relación como esta entre %ios " otra nación. Pero es mu" significati!o el hecho que Israel es llamado sólo +primogénito. Porque esto nos da a entender que Israel no iba a estar solo en la familia de %ios, sino que, de acuerdo con la promesa hecha a Abraham, otros hi$os nacerían en la casa del Padre. Así, incluso la más ele!ada promesa pronunciada en fa!or de Israel incluía la seguridad de una bendición futura para los gentiles. 5, a pesar de ello, el que iba a re!elar a Israel el heredero de su precioso legado era el mismo que en ese tiempo !i!ía en abandono de ese mismo pacto. 4u propio segundo hi$o H no había sido circuncidado seg0n el mandamiento di!ino )"a sea por abandono, por causa de una fe en desánimo, o más probablemente, seg0n adi!inamos por la posterior conducta de 4éfora, debido a la oposición de su esposa, la cual, en sus circunstancias de depresión, no pudo superar*. Pero el $uicio debe empear en la casa de %ios " nadie puede ser apto para ser utiliado como instrumento de %ios si en alg0n modo !i!e en abandono o descuido de los mandamientos di!inos.
/espedida de 0'fora %ios, incluso a su sier!o 8oisés, le trató como un enemigo. 4u !ida corría un peligro inminente, " 4éfora debía someterse, por poco deseosa que fuera, a las órdenes de %ios. Pero su estado de ánimo " conducta 22 *o%o :21. 33 *o%o 17:. eerono$io 32:15 'sa9as 6:5 ;ere$9as 3: Fala(9as 1:6 2:10. Mseas 11:1 ;ere$9as 31:7?20. 66 ,al. 103:13. 4
mostraban que toda!ía no estaba preparada como compa2era de traba$o de 8oisés en la obra que le estaba esperando. Parece ser que él comprendió esto " que en!ió a su esposa e hi$os de nue!o a la casa de su suegro. 4ólo más tarde, cuando +o"ó todas las cosas que %ios había hecho con 8oisés, " con Israel su pueblo, &etro se los de!ol!ió a 8oisés.J abiendo sido limpiado de este modo de toda le!adura de pecado, 8oisés continuó su !ia$e. :na !e más %ios había pre!isto las dificultades de su sier!o podríamos decir también, el cumplimiento de sus promesas. 5a había dado instrucciones a Aarón para que +fuera al desierto a encontrar a 8oisés.
)ois's se encuentra con arn 6os dos hermanos se encontraron en el monte de %ios, " Aarón se unió a la misión di!ina de 8oisés de buen grado. Tras llegar a Egipto, pronto +reunieron a todos los ancianos de los hi$os de Israel. Al oír las buenas noticias de misericordia anunciadas por Aarón, " al presenciar +las se2ales que las a!alaban, se dice que< +inclinaron sus cabeas " adoraron.
cogidos por los hijos de Israel Entonces %ios no había abandonado a su pueblo al que antes conociera. Así, pues, no se cumplieron los temores incrédulos de 8oisés )D<-*, sino las promesas de gracia de %ios )?<-J*. (i su larga estancia en Egipto ni su escla!itud habían conseguido apagar la fe del pueblo en el %ios de sus padres, ni su esperana de liberación. Por mu" seriamente que erraran o pecaran más tarde, las noticias que +&eho!á ha !isitado a su pueblo no les parecieron e/tra2as o in!erosímiles. 8ucho más que esto, su fe se asoció con humillación " adoración. Antes de pasar al relato de las mara!illas con las cuales 8oisés iba tan prontamente a demostrar ante #araón la realidad de su misión, sería con!eniente considerar bre!emente aquí un elemento realmente solemne en la historia de estas negociaciones nos estamos refiriendo al endurecimiento del coraón de #araón. (o se trata de poder $amás entender lo que mue!e las decisiones de %ios, sino de la administración de su gobierno, la cone/ión misteriosa entre la criatura " el 1reador, " los solemnes $uicios con los cuales rei!indica su poder sobre los rebeldes. Pero un estudio re!erente de algunos detalles, e/traídos directamente del te/to, nos pueden a"udar por lo menos, como al Israel antiguo, a +inclinar nuestras cabeas " adorar. 5a hemos mencionado que, antes que 8oisés !ol!iera a Egipto,K %ios "a había dicho sobre #araón, +"o endureceré su coraón, poniendo esta fase en el plano inicial, a fin de que 8oisés estu!iese seguro de la e/istencia de la !oluntad de %ios reinando en todo el asunto. 1on una finalidad seme$ante, aunque e/presado mucho más completamente, %ios ahora anunció a 8oisés, a'tes de e&pe;ar )o' las die; pla+as,-C +5o endureceré el coraón de #araón, " multiplicaré en la tierra de Egipto mis se2ales " mis mara!illas. Aquí nos hallamos con dos afirmaciones iniciales sobre el endurecimiento del coraón de #araón. En ambos casos el agente recae sobre %ios pero en ambos casos también, el suceso es futuro, " se comunica sólo para e/plicar a 8oisés lo que su fe necesitaba saber.
lgunos comentarios sobre el endurecimiento del cora-n de *aran
55 *o%o 15:1?4. 77 *o%o :21. 1010 *o%o 4:3.
:nas !einte ocasiones aparece la e/presión endurecer en el curso de este relato en relación con #araón. Aunque en nuestras !ersiones castellanas se utilia solamente la palabra +endurecer, en el original hebreo hallamos tres términos diferentes, de los cuales uno )como en L/. F* significa literalmente hacer duro o insensible, el otro )como en -C<-* hacer pesado, es decir, inimpresionable, " el tercero )como en -D
1111 Tal &e< %eba$os hacer noar (e die) es el nA$ero %e la pleni%. =os %ie< pasaes %on%e el en%reci$ieno se aribye a Iara/n son: *o%o 4:13 +«el cora
12
*o%o :21 y 4:3.
1313 *o%o 4:10. 11 =a ra%cci/n casellana pe%e %arnos na i$presi/n incorreca# co$o si ios hbiese en%reci%o el cora
poder de %ios, la !erdad de esta afirmación di!ina debía ser manifestada< +Para esto mismo te he le!antado, para mostrar en ti mi poder, " para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.-B Porque la longanimidad " la paciencia de %ios no esperará para siempre. Es absolutamente cierto que %ios +no se complace en la muerte del mal!ado, sino en que se !uel!a el mal!ado de su camino, " !i!a-F " que +todos los hombres sean sal!os " !engan al conocimiento de la !erdad.-H Pero +el hombre que reprendido endurece la cer!i, de repente será quebrantado, " no habrá para él remedio.-J 6a misma manifestación de %ios que representa +un sal!ador de !ida en !ida, es para los que la resisten +un sabor de muerte para muerte. 1omo alguien escribió, +la lu del sol que brilla sobre nuestra tierra produce resultados di!ersos seg0n la naturalea del terreno. 1on lengua$e bíblico<-K +la tierra que bebe la llu!ia que muchas !eces !iene sobre ella, " produce hierba pro!echosa a esos por los cuales es labrada, recibe bendición de parte de %ios pero la que produce espinos " abro$os es desechada, está pró/ima a ser maldecida, " termina por ser quemada. 9, como e/presa un autor alemán< +es la maldición de pecado lo que hace más duro al coraón endurecido contra las muestras de gracia del amor di!ino, de su paciencia " de su longanimidad. Así, los que se endurecen a sí mismos finalmente caen ba$o el $uicio di!ino del endurecimiento, con todas las consecuencias terribles implicadas en ello. asta aquí solo hemos seguido este asunto seg0n aparece en el curso de la historia de #araón. (o obstante, ha" implicaciones más profundas relacionadas con el trato di!ino, la soberanía " el poder de %ios. 6ógicamente este no es el lugar para dichos estudios. Pero sír!annos algunas lecciones de carácter altamente práctico. En primer lugar, en tiempo e importancia, aprendemos sobre la insuficiencia de los milagros más espectaculares a fin de someter la !oluntad rebelde, para cambiar el coraón, o para su$etar el hombre a %ios. 4obre un caso más o menos análogo, nuestro bendito 4e2or di$o que los hombres no creerían aunque alguien se le!antara de los muertos.=C 5 dicha afirmación ha sido ampliamente !erificada en la historia del mundo desde su propia resurrección. 6a religión es algo que ata2e al coraón, " no a con!icciones intelectuales sin la obra del Espíritu 4anto, que afecta las fuentes más íntimas de nuestras !idas. En segundo lugar, es difícil imaginar una e/tremada manifestación del osado orgullo humano, la confiana en el poder mundano, " un enga2o de pecado ma"ores de los que hallamos en la historia de este #araón. 5 no obstante esta lección parece haber sido ignorada por demasiadas personas. 6os e$emplos de una tendencia parecida nos los pueden pro!eer, no solo la historia sagrada, sino también nuestra propia e/periencia " en las profundidades de su misma alma cada cre"ente debe haber sentido este peligro, porque +enga2oso es el coraón sobre todas las cosas, " per!erso.=- #inalmente, la resistencia a %ios tiene que acabar sin duda con un $uicio temible. 1ada con!icción de pecado eliminada, cada admonición apagada " cada oferta de amor rechaada, tienden a aumentar la falta de sensibilidad espiritual, " a pro!ocar el final implicado. Es sabio " es seguro prestar atención a las benditas influencias del Espíritu de %ios " abrir nuestros coraones a la lu de su gracia. 11 Ro$anos 7:14. 1616 E
Capítulo 1 Éxodo "12!= $ El $uicio predicho llegó pronto. abía sido pro!ocado por la osadía del hombre, que quería poner su fuera a prueba contra la de %ios, " ser!iría para establecer dos hechos para todas las edades " toda la humanidad. Ante los o$os de Egipto )L/. H
)ois's y arn entregan su mensaje a *aran Dos ve)es, antes de que las plagas humillasen el orgullo de Egipto, 8oisés " Aarón tenían que presentarse ante #araón< una !e con un mensa$e sencillo )!!. -@B*, la segunda !e con un mensa$e " una se2al para secundar su misión )F<-C@-? H
=a co$prensi/n %e ese cap9lo ser especial$ene facilia%a por la co$paraci/n %e s oali%a% con el e*o b9blico. El obet&o no ha si%o sola$ene conar la hisoria# sino# %enro %e nesros l9$ies# e*plicar las aCr$aciones %e la Escrira. 1
22 *o%o 7:1. 33 Ro$anos 7:14. ,al$os 77:1.
contemplar la petición de 8oisés como un mero prete/to para conseguir una serie de !acaciones para el pueblo. Eran +palabras mentirosas )!. K* para hacer +cesar al pueblo de su traba$o )!. D*.
La opresin de Israel aumenta 1omo +pueblo de la tierra )es decir, los israelitas, la clase traba$adora* eran +muchos para +hacerles cesar de su traba$o )!. B* " significaría un gran per$uicio para el re". Para e!itar que tu!ieran el tiempo necesario o sintieran siquiera el deseo de prestar atención a dichas propuestas, el re" ordenó que, al mismo tiempo que la antigua cantidad de traba$o tenía que seguir siendo producida, la pa$a necesaria para hacer los ladrillos de barro )como los que se hallan en los monumentos egipcios* no les sería pro!ista. El tiempo necesario para recoger +rastro$o en lugar de pa$a les impedía, lógicamente, cumplir con su +tarea de cada día. El castigo ca"ó entonces sobre los +oficiales israelitas, o me$or dicho +escribas israelitas, a quienes los +capataces egipcios habían designado como super!isores del traba$o " como responsables del mismo. 6a apelación a #araón sir!ió solamente para conocer la causa de su se!eridad, " los +oficiales de un pueblo que habían reconocido solo recientemente que %ios les había !isitado, al no !er tal !isitación, sino aparentemente todo lo contrario, se a!enturaron a dirigirse a &eho!á contra 8oisés " Aarón. Así de rápidamente cede " se desanima la fe que !iene sólo por el oír.
/es+nimo de )ois's En cuanto a 8oisés, había llegado la hora de su prueba más dura. 1on las palabras de que$a de Israel fue directamente al 4e2or, como dice 4an Agustín, no con palabras contumaces o airadas, sino preguntando en oración. Ante esta pregunta< +4e2or Rpor qué afliges a este puebloS )!. ==*, " como sucede mu" a menudo con nuestras preguntas a %ios +RPor quéS, no recibió respuesta alguna. +6o que "o hago no lo sabes, pero lo sabrás después. A nosotros, ciertamente, la +necesidad de hacer el "ugo de Egipto lo más ofensi!o posible nos parece ahora e!idente, al recordar cómo los coraones del pueblo se aferraban a las ollas de carne de Egipto, incluso después de haber probado el maná celestialB " la más ele!ada +necesidad era que cuanto más ba$a fuera el estado de Israel " más tiránica la opresión de #araón, más glorioso iba a ser el triunfo de &eho!á, " más completa la manifestación de la impotencia de su enemigo. Pero a 8oisés se le ocurrió, en esa circunstancia de depresión, una !e más, la duda sobre su capacidad para cumplir la obra tomada. Porque cuando 4atanás no puede oponerse de otro modo, nos crea dudas de incredulidad sobre nuestra capacidad o nuestro llamamiento para un traba$o. 6as instrucciones que 8oisés recibió de parte de %ios son aplicables, en principio, a todo caso parecido. 6e conferían una nue!a seguridad que %ios, sin lugar a dudas, cumpliría su propio propósito recibió ma"or re!elación de su carácter como &eho!á, con las promesas especiales implicadas en ello )F<=@J* " el encargo a 8oisés de cumplir la misión fue reno!ado para que tomara la obra, acompa2ándolo con la animación " seguridad apropiadas para el momento. Aquí tenemos un punto que requiere atención especial, no solo por lo que respecta a las dificultades que presenta al lector en general, sino también por sus preciosas lecciones. 1uando, en la situación que acabamos de citar, %ios di$o a 8oisés )L/. F<=, ?*< +5o so" &eho!á. 5 aparecí a Abraham, a Isaac " a &acob en El Shaddai )%ios 9mnipotente*, mas en cuanto a mi nombre -e*ov: no me di a conocer a ellos,F no puede, ob!iamente, significar que los patriarcas desconocían la designación especial de -e*ov:, "a que aparece con frecuencia en su historia.H Para entender este te/to correctamente, hemos de tener en cuenta el significado de la e/presión +nombre aplicada a %ios, " el del término +&eho!á. Por el +nombre de %ios debemos ob!iamente entender no una mera designación de %ios, sino aquella con la cual Ll mismo se da a conocer al hombre. Así, la Escritura nos ense2a que solo )o'o)e&os a %ios en la manera que Ll se &a'i/iesta, o se re!ela a sí mismo. Por ello el @A$eros 11. 66 Es la ra%cci/n lieral# (e pe%e eli$inar algnas %iCcla%es.
'o&bre de %ios usado en cada momento indica el modo preciso en que Ll se había manifestado, o, en otras palabras, su carácter o tipo de tratos de la época en cuestión. Ahora bien, el carácter de los tratos de %ios )" por lo tanto su nombre* en la época de los patriarcas era indudablemente El Shaddai );n. -H<- ?B<-- DJ*. Pero su manifestación como &eho!á )cuando se manifestó a todos los hombres en su trato como tal* no eran de ese período, sino de uno posterior. Porque el término +&eho!á significa literalmente +el que es, que concuerda con la e/plicación que %ios mismo da< +El que es el que es )L/. ?<-D*. En este uso, la palabra + ser no se refiere a la naturalea esencial de %ios, sino a su relación para con el hombre. %ios se manifestó con esa relación, " era conocido como &eho!á )como +el que es el que es, es decir, como inmutable* cuando, después de siglos de silencio, " cuando el estado de Israel había llegado a ser casi sin salida, Ll demostró que no había ol!idado su promesa hecha a los padres, " que había estado preparando su cumplimiento durante todo el tiempo " que ni la resistencia de #araón ni el poder de Egipto podrían mantenerse ante su mano. 3a$o esta perspecti!a, la distinción entre la manifestación original a los patriarcas como El 4haddai " el conocimiento de &eho!á otorgado a los hi$os de Israel se !e clara " enfática. Pero !ol!iendo a nuestro tema, la primera entre!ista de 8oisés con #araón había ser!ido para determinar la relación de todas las partes con referencia a la orden di!ina. 8anifestó la enemistad de #araón, que estaba madurando para recibir $uicio la incredulidad de Israel, que necesitaba mucha disciplina e incluso la debilidad de 8oisés. Allí, en el comieno de su obra, incluso como el 4e2or &es0s al principio de su ministerio, fue tentado por el enemigo, " lo superó por medio de la palabra de %ios. Pero incluso en este caso !emos la gran diferencia entre la figura " la contrafigura.
arn da una se.al Así pues, aunque casi sin luchar, la competición fue ganada, " 8oisés " Aarón se enfrentaron por segunda !e al re" de Egipto. En esta ocasión Aarón, cuando #araón le desafió, demostró su derecho a hablar en nombre de %ios. Arro$ó su !ara al suelo, la cual se con!irtió en serpiente, " aunque +los hechiceros de Egipto +hicieron también lo mismo con sus encantamientos, la superioridad de Aarón se !io cuando su +!ara de!oró las !aras de ellos. 4in entrar aquí en todos los pormenores del tema general de la magia antes de la !enida de nuestro 4e2or, o del poder que el diablo " sus agentes e$ercitaron en la tierra antes de que el 4e2or sub"ugara su poder, " lle!ara cauti!a la cauti!idad, no había realmente nada de lo que hicieron los magos egipcios que los malabaristas orientales no digan que pueden hacer incluso ho". acer endurecer una serpiente hasta que pareca una !ara, " luego restablecerle s0bitamente en su forma !i!a, es uno de los trucos más comunes presenciados por los !ia$eros. 4an Pablo menciona a &anés " &ambrés como los que +resistieron a 8oisés,J " su afirmación no es confirmada solamente por la tradición $udía, sino también mencionada por el escritor romano Plinio. 4us nombres son egipcios, " uno de ellos aparece en un documento egipcio antiguo. 1on relación a esto también es importante !er que el término hebreo para designar la +serpiente, en la que se con!irtió la !ara de Aarón, no es el usado más generalmente, sino que lle!a un significado más específico. (o es el mismo término con el que se designa la serpiente )'a)*sa** por medio de la cual 8oisés iba a acreditar su misión ante su propio pueblo,K sino que indicaba el tipo de serpiente )ta''i'* usado especialmente por los con$uradores egipcios, " hacía referencia a la serpiente como gran símbolo de Egipto.-C Por esto también la 44 J pesar %e ello# ese pno %e &isa es respal%a%o por algnos especial$ene ;osefo# (e aCr$a (e el no$bre %e ;eho& fe re&ela%o por pri$era &e< a Foiss. 55 2 Ti$oeo 3:5. 77 *o%o :3# . 1010 «Jparece en el rial egipcio# c. 163# casi con la $is$a for$a# PTane$Q# co$o s9$bolo %el $onsro serpiene (e represena el principio %e anagonis$o conra la l< y la &i%a." Speaker’s Commentary # &ol. '# p. 246# noa 10.
e/presión +dragón, que es la traducción correcta de la palabra, se usa a menudo en la Escritura refiriéndose a Egipto.-- 4eg0n todo esto #araón debería haber comprendido, cuando la !ara de Aarón de!oró las demás, que se estaba indicando la sub"ugación de Egipto, " la e$ecución de $uicio +contra todos los dioses de Egipto. -= Pero, deseando cerrar sus o$os ante dicha e!idencia " considerar a 8oisés " Aarón como magos cu"o poder era igualado por los su"os, iba a endurecer su coraón " a conseguir las terribles plagas que ca"eron en $uicio sobre #araón " su pueblo.
2onsideracin general de cada uno de los die- !a-otes( o plagas Antes de describir en detalle las plagas de Egipto, unas peque2as aclaraciones nos a"udarán para comprender el tema. -. 6as plagas eran &ila+rosas pero no tanto en sí mismas sino por el tiempo, el modo " la medida en que se cernieron sobre Egipto. (inguna de ellas era totalmente desconocida en Egipto, porque había pasado por aquella tierra alguna !e " en alguna medida. 1omo sucede tan a menudo, el 4e2or usó aquí sucesos naturales comunes. El aspecto sobrenatural de las plagas es su se!eridad, su sucesión, su llegada " desaparición seg0n la palabra de 8oisés, su e/tensión parcial " la estación " manera poco normales ba$o las cuales se presentaron. =. >emos en ellas una disposición regular " un progreso firme. ablando con e/actitud, hubo sólo nue!e plagas )? V ?*, siendo el décimo +aote-? el comieno del $uicio de &eho!á, cuando Él +salió en medio de Egipto para matar al primogénito de ellos. %e estas nue!e, las tres primeras estaban relacionadas con el río " la tierra que formaban el orgullo de Egipto, " el ob$eto de su culto. 4e e/tendieron por todo el país, " en la tercera los magos confesaron< +Esto es el dedo de %ios. 1on ellas la tierra fue humillada en cuanto a su orgullo " su religión. 6as otras seis ca"eron e/clusi!amente sobre los egipcios, como había dicho el 4e2or< +5 "o haré distinción entre mi pueblo " el tu"o +a fin que sepas que "o so" &eho!á en medio de la tierra.-D 4i las tres primeras plagas e!idenciaron la impotencia de Egipto, las otras demostraron que &eho!á reinaba incluso en medio de Egipto. #inalmente, los tres 0ltimos +aotes no solo fueron mucho más terribles que los demás, sino que tenían como finalidad dar a conocer a #araón +que no ha" otro como "o en toda la tierra.-B Para mostrar que &eho!á es %ios que lo era en medio de Egipto " finalmente, que no había nadie como Ll en toda la tierra )es decir, que &eho!á era el %ios !i!o " !erdadero* tal era la triple finalidad de estos +aotes. ?. En cuanto a la duración de estos aotes, el inter!alo entre los mismos, " el tiempo ocupado por todos, sabemos que la primera plaga duró siete días,-F " que la muerte de los primogénitos " la Pascua sucedieron en la noche del decimocuarto .bib )o Nisa'*, correspondiendo apro/imadamente al principio de abril. En cuanto a la 1111 ,al$os 4:13 'sa9as 24:1 1:7 E
séptima plaga )la del granio*, tenemos esta afirmación que nos a"uda a esclarecer su tiempo<-H +El lino, pues, " la cebada fueron destroados, porque la cebada estaba "a espigada, " el lino en ca2a. 8as el trigo " el centeno no fueron destroados, porque eran tardíos. Esto fi$aría la época sobre el final de enero o a principios de febrero, de$ando un inter!alo de por lo menos ocho semanas entre el séptimo aote " el décimo, ", si lo tomamos como un !alor medio, más de dos semanas entre cada plaga. 4i calculamos a este paso, el primer +aote debió acontecer en setiembre u octubre, es decir, después de cesar las inundaciones anuales del (ilo. Pero esto parece poco probable, no solo porque el color ro$o aparece normalmente al i'i)io del crecimiento, sino porque las e/presiones )H<-K, =-* parecen implicar que el río se hallaba en su crecimiento )" no en su descenso*, " particularmente porque $usto antes de esto se da una imagen de los israelitas recogiendo +rastro$o para sus ladrillos, que debía darse inmediatamente después de la cosecha, o a finales de abril. Por ello parece más probable )como también suponen la ma"oría de intérpretes* que el primer +aote ca"era sobre Egipto a mediados de $unio, en cu"o caso desde la primera +plaga hasta la muerte de los primogénitos debió pasar un período de die meses. %urante todo este tiempo el 4e2or estu!o tratando con Egipto, " #araón estu!o en su $uicio. 1omo "a hemos indicado, ha" un aspecto terriblemente irónico de +las plagas de Egipto, "a que en las cosas que Egipto se enaltecía fue humillado. (os parece oírlo todo el tiempo< +el que mora en los cielos se reirá el 4e2or se burlará de ellos.-J Este hecho se !erá con más claridad al considerar bre!emente cada uno de los +aotes. El pri&er Fa;oteG o Fpla+aG. Temprano de ma2ana, durante el crecimiento del (ilo, #araón descendió al río para ofrecer su culto di!ino habitual a las aguas. Probablemente, iba acompa2ado por sus sabios " magos. Allí 8oisés le hio frente con el mensa$e de %ios. Ante la negati!a de #araón a prestar atención, 8oisés golpeó, como había amenaado, las aguas con la !ara de %ios, " el (ilo, con todas sus ramificaciones, canales, cisternas " depósitos,-K se !ol!ió ro$o como sangre. %icho cambio de color en el (ilo no era poco com0n en absoluto, de otro modo #araón no hubiese endurecido su coraón ante el milagro. En la época normal este aspecto del río !iene parcialmente de la tierra ro$a arrastrada por las aguas crecidas, " también debido a la presencia de peque2as plantas criptogámicas " de animálculos )infusorias*. El aspecto sobrenatural del suceso "ace en su acontecer repentino, al aparecer seg0n la orden de 8oisés, " en las características anormales del agua. +6os peces que había en el río murieron, eliminando así uno de los alimentos básicos del pueblo +" el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él, cortando, así, la principal fuente de bebida. Pero de alg0n modo los magos intentaron imitar este milagro, probablemente con el agua que habían sacado antes que +la !ara golpease el río. 5 así, durante siete días, por toda la tierra de Egipto, el agua no potable seme$ante a la sangre, que se hallaba en +los !asos de madera de todas las casas, o en los de tierra " los depósitos de piedra de uso p0blico en las esquinas de las calles " en las carreteras de los pueblos, dieron testimonio de &eho!á. 5 los egipcios tu!ieron que ca!ar alrededor del río, a fin de filtrar el agua para beber. Pero +#araón se !ol!ió " fue a su casa, " no dio atención tampoco a esto. El se+u'do Fa;oteG o Fpla+aG @la de las ranas@ también estaba relacionada con el río (ilo. %ebemos recordar que la rana también estaba relacionada con las formas más antiguas de idolatría de Egipto, de modo que lo que era ob$eto de su culto fue de nue!o su maldición. Aquí, otra !e, un suceso natural, no poco com0n en Egipto, no hacía imposible la incredulidad de #araón. %espués de la inundación anual del (ilo el lodo produce fácilmente miles de ranas )llamadas por los árabes hasta la fecha con el nombre correspondiente al término usado en la 3iblia*. Estas ranas +son peque2as, no saltan mucho, seme$antes a un sapo. 6as ranas llenaron el país entero con sus ancas " su croar. 4on consumidas rápidamente por los ibis, que protegen de este modo a la tierra del hedor descrito en L/odo J<-D.=C El aspecto sobrenatural de todo ello "acía en la e/traordinaria cantidad " en los grandes disturbios causados )J*, " en su 1414 *o%o 7:31# 32. 1515 ,al$os 2:. 1717 sa es la inerpreaci/n correca %e las e*presiones en *o%o 4:17.
aparición seg0n las órdenes de 8oisés. En este caso los magos consiguen de nue!o imitar a 8oisés en menor escala. Pero parece ser que eran totalmente incapaces de sacar la plaga, " #araón tu!o que pedir la intercesión de 8oisés, prometiendo al mismo tiempo de$ar salir al pueblo. Para dar una prueba me$or al re" que +el aote no era natural sino de %ios, 8oisés concedió a #araón la posibilidad de escoger el momento deseado para la liberación de la plaga< +;loria sobre mí< Rcuándo debo orar por tiS )Jui'to a;ote fue una gra!e fiebre )conocida por Egipto*, que se supone fue de la misma clase que la +plaga del ganado en nuestro país, pero mucho más e/tensi!a. 5 aunque #araón comprobó, por medio de en!iados especiales, que Israel no había sufrido la plaga, su coraón se endureció. El sexto a;ote llegó de nue!o de mano de 8oisés " Aarón. Por ser el tercero de la segunda serie, llegó sin ad!ertencia al re". 8oisés " Aarón recibieron órdenes de tomar +cenia de un horno )probablemente refiriéndose a grandes edificios " pirámides, sobre los que crecía el orgullo de los egipcios* " +esparcirla hacia el cielo " se con!irtió en sarpullido que produ$o 0lceras tanto en los hombres como en las bestias )K<-C*. Estos +sarpullidos que producían 0lceras pustulosas eran conocidos en el !alle del (ilo, pero sólo afectando a los 2020 Speaker’s Commentary # &ol. '# p. 247# noa. 2121 =a palabra signiCca bsica$ene liberaci/n# sal&aci/n y a$bin separaci/n# %istnci/n y selecci/n. Js9 el r$ino hebreo# co$o la reali%a%# relaciona las %os i%eas %e sal&aci/n y separaci/n. 2222 >o$p. ,al. 45:.
hombres.=? Parece ser que en este caso incluso los magos fueron afectados )!. --*, pero el $uicio de endurecimiento "a había caído sobre #araón. La sexta pla+a no solo castigó el orgullo " las posesiones de los egipcios, sino también sus personas. Pero las tres que se sucedieron rápidamente, aote sobre aote, fueron mucho más terribles que las precedentes, " e!identemente representaban +todas las +plagas de %ios )!. -D*. #ueron introducidas con la ad!ertencia más solemne, que fue desatendida por aquella persona que estaba cerca de su destrucción )!!. -B@-J*. 6a raón por la que %ios no destru"ó a #araón " a su pueblo de una !e por todas es e/presada como sigue por el mismo 4e2or<=D +Porque ahora si "o e/tendiera mi mano para herirte a ti " a tu pueblo con la plaga, serías quitado de la tierra. Pero ahora ciertamente por esta causa te he de$ado en pie )te he puesto, te he le!antado*,=B para mostrar en ti mi poder )quiás, para de$ar que lo !eas o lo e/perimentes esta es la primera raón, la segunda* " para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. En L/odo -B<-D comprendemos que éste fue el resultado real. Porque la noticia no solo se esparció entre los árabes sino que, al cabo de mucho tiempo, entre los griegos " los romanos, " finalmente, por medio del e!angelio, entre todas las naciones de la tierra. #araón recibió un solo día para recapacitar " arrepentirse )K<-J* antes de aparecer el spti&o a;ote. 4e trataba de un granio nunca !isto en Egipto, meclado con truenos " ra"os de fuego. El ganado de Egipto normalmente pace a la intemperie desde enero a abril así, los egipcios que prestaron atención a la ad!ertencia de 8oisés " pusieron a sus ganados " sier!os ba$o techo, no sufrieron las consecuencias, pero los demás sufrieron las pérdidas humanas " de ganado. El hecho de que algunos tu!ieron +temor de la palabra de &eho!á )K<=C* nos hace comprender el efecto espiritual de esos +aotes. 1iertamente el mismo #araón confesó< +e pecado esta !e )!. =H*. Pero esta limitación, " el endurecimiento de su coraón al cesar la calamidad, muestran que se trataba solo de temor de las consecuencias, ", como había dicho 8oisés, +no temeréis a &eho!á Elohim )!. ?C*. %ebemos hacer notar un a!ance mu" decidido con relación al o)tavo a;ote. Porque 8oisés " Aarón, basándose en esta confesión de pecado de #araón, le dieron este mensa$e de parte de %ios< +Rasta cuándo no querrás humillarte delante de míS.=F %e modo parecido, +los sier!os de #araón, ad!ertidos por los $uicios pre!ios, protestaban ante el re" )-CedX porque !uestro mal está ante !uestros rostros )es decir, !uestras intenciones son malas o, quiás podría traducirse por< >ed la situación porque he aquí el peligro está ante !osotros*. +(o será así. Id ahora !osotros !arones a lo que estáis buscando )e!identemente irónico*. 5 fueron sacados de la presencia de #araón. 5 sucedió que al e/tender 8oisés su !ara sobre la tierra de Egipto, &eho!á tra$o un !iento oriental sobre la tierra todo aquel día " toda aquella noche " cuando fue de ma2ana el !iento oriental tra$o=J las langostas. :na !e más el 4e2or usaba medios naturales. Porque la plaga de las langostas era conocida en Egipto, " a pesar de 2323 n escrior $o%erno spone (e se raa %e las Alceras negras si$boli
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