Clendinnen – Crueldad feroz y antinatural Dos cosas ante todo: 1. la conqui conquist staa de México México se torn tornó ó un paradi paradigm gmaa para para desc describ ribir ir y expl explica icarr las las relaciones europeo-nativas 2. No habr habría ía posi posibi bili lida dad d (al (al deci decirr de la auto autora ra)) de una una hist histor oria ia cohe cohere rent ntee y “satisfactoria” por unitaria, unitaria, de la conquista. conquista. El punt punto o 2 se vincu incula la con con la ambi ambig güeda üedad d de las las fuen fuente tess por un lado lado,, y la fragmentariedad de las expriencias (de los protagonistas) por el otro. Así, la autora critica tanto a Sahagún como a Todorov por su pretensión de una historia coherente y unitaria de la conquista. Otra cosa que la autora descree es que la lecto-escriture signifique necesariamente un parámetro de evolución de las estructuras mentales. ¿Cuál es la primer primeraa medida medida que Inga Clendi Clendinne nnen n propon proponee para para estudia estudiarr la Conqui Conquista sta de México? Pues criticar las fuentes. El criterio de qué es verdad y qué no lo es en las fuentes de que disponemos, sólo provendrá de una exhaustiva crítica heurística. Por esta razón, ante todo debemos pensar en el contexto de producción y circulación de las fuentes (vg. cronistas de Indias). Así las cosas, el discurso cortesiano está viciado de intencionalidad. Cortés busca presentarse ante Carlos V no como un sublevado, sino como un hombre leal a su majestad e imprescindible para consumar la empresa de conquista. conquista. Todorov no advertiría advertiría que Cortés es ante todo un constructor constructor literario de su propia historia (expresada en la Cartas). Pensemos en que Cortés a más de ser un militar es también un notario que en cuanto tal, está preocupado por escribir un relato que legitime su obra. Pasando al Códice Florentino, también hay aquí una crítica heurística que nos revela muchas limitaciones a la hora de sacar del mismo una “verdad”. Pensemos que los info inform rman ante te conv convoc ocad ados os para para su elab elabor orac ació ión n eran eran (en (en los los años años del del rein reinad ado o de Moctezhuma), o muy jóvenes, o muy distanciados del entorno real. Sus descripciones no pueden considerarse realistas. Por otro lado tenemos el problema de las categorías culturales que cada actor utiliza. Cortés habla de “vasallos” para referirse a los señores étnicos (¿tlatoques?, ¿teteuctin?) que le envían regalos y suministros a sus hombres como parte de la cortesía protocolar. Así las cosas, cosas, Clendi Clendinne nnen n establ establece ece una distan distancia cia radical radical respect respecto o del anális análisis is de Todorov al decir que:
En la comunicación interhumana (comunicación hombre-hombre) faltan los mexicas y también los españoles. Esto Esto lo ejempl ejemplifi ifica ca estable establecien ciendo do cuán cuán inadec inadecuad uado o se mostró mostró Cortés Cortés al decir decir a los señores étnicos que él quería llegar a Tenochtitlán para “mirar a la cara a Moctezhuma”. Para la cultura nativa esto no podía ser menos que un deseo siniestro. Por otro lado, Cortés es para Clendinnen un hombre de su época, lo cual incluye la certeza de que el cristianismo en su versión romana (catolicismo) era la única religión válida y por ende, superior. Los nativos eran en el mejor de los casos idólatras que había que evangelizar o aniqui aniquilar lar.. De esta forma, el maquia maquiavel velism ismo o que Todorov Todorov le adjudi adjudica ca a Cortés, Cortés, es fuertemente matizado por el análisis de Clendinnen. Pasando a la guerra como sistema semiótico, Clendinnen establece algunos principios interpretativos contrapuestos a los de Todorov. La guerra enfrenta al enfrentar a dos
oponentes deviene una sistema de comunicación. En dicho sistema, agresores y defensores intercambian signos. En el sistema de los mexica la guerra se halla ritualizada, sin embargo ello no impidió que los mexicas se adaptasen progresivamente al tipo de guerra que hacía el español.