CAUSAS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL EN BOLIVIA
¿QUÉ ES EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y PORQUE SUCEDE?
El calentamiento global es causado por la excesiva presencia de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) e la atmósfera que retienen mas calor en el planeta, lo que hace que aumente el calor en el planeta. Normalmente estos gases se originan por las siguientes causas: •
Dióxido de Carbono (CO2): Se produce por el uso de combustibles como gasolina, diésel, queroseno, gas natural, la deforestación, la degradación de los suelos, la quema de bosques y la industria
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Metano (CH4): Es producido por la actividad ganadera, la producción de arroz bajo inundación, los rellenos sanitarios, los escapes de gas natural y el tratamiento de aguas residuales.
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Oxido Nitroso (N2O): Producido por el uso de fertilizantes químicos, la deforestación y cambios en el uso del suelo.
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Gases Industriales fluorados: Emitidos por el uso de algunos productos en spray o aerosol como espumas, pinturas u otros. También el gas de los refrigeradores y aparatos de aire acondicionado.
INCENDIOS FORESTALES Y CHAQUEOS AFECTAN MÁS A BENI Y SANTA CRUZ Los departamentos de Beni y Santa Cruz presentan el mayor número de incendios forestales en el país, según la evaluación de la Superintendencia Agraria. Las provincias más afectadas son Cercado, Iténez, Marbán y José Ballivián en Beni y Chiquitos, Velasco, Angel Sandóval y Germán Busch en Santa Cruz. Se han registrado más de tres mil focos de calor en todo el territorio, lo que equivale a una superficie de 364 mil 573 hectáreas donde se presenta algún tipo de quema, la mayor parte ocurrida en pastizales y en menor proporción en Tierras Comunitarias de Origen (TCOs) y áreas protegidas. El informe de la Superintendencia señala que se identificaron 3.013 focos de calor, de los cuales el 50% se presentó en pastizales, que en superficie corresponde a 183. 436 Has, y un 13% en áreas protegidas. De acuerdo con los mapas de incendio de la Superintendencia, los municipios que tuvieron más focos de incendio fueron Santa Rosa, San Borja, Puerto Siles, Trinidad y San Javier en el departamento del Beni y en Santa Cruz San Matías, San Rafael, San José de Chiquitos y Puerto Suárez. En el caso de pastizales, hay quemas autorizadas que se gestionan en la misma Superintendencia, pero se anunció que este aspecto podría pasar a depender de los gobiernos municipales y prefecturas. Las áreas permitidas para la quema de pastizales se encuentran distribuidas en los departamentos de Beni, Santa Cruz, Pando y parte del norte de La Paz. El monitoreo de estos focos de calor se realiza a través del satélite NOAA-AVHRR (Radiómetro Avanzado de Muy Alta Resolución de la National Oceanic Atmospheric Administration). Según la Dirección de Medio Ambiente de la Prefectura, se detectaron alrededor de 600 incendios en el departamento, provocados por los chaqueos y la quema indiscriminada de pastizales.
DEFORESTACIÓN La deforestación de grandes extensiones de bosques, y no La Niña, es la principal causa de las inundaciones en el departamento del Beni que, en 2008, provocaron la muerte de 73 personas y dejaron más de 95 mil familias damnificadas. El fenómeno climatológico de La Niña ha sido mencionado en los últimos meses como el responsable de las catastróficas inundaciones en el departamento boliviano del Beni, con amenaza incluso de anegar su capital, Trinidad. Sin embargo, esta región amazónica sufre también las consecuencias del calentamiento global y, especialmente, de la deforestación de grandes extensiones de tierra utilizada para la siembra de diferentes cultivos, especialmente soya y coca. “No es La Niña, ni son desastres naturales”, sostiene la especialista en temas ambientales, Teresa Flores Bedregal. “La verdadera causa es el calentamiento global, que agudiza los fenómenos climáticos en todas partes del mundo; a esto se suma la gran deforestación que se produce en los bosques tropicales, precisamente en los lugares más afectados”, precisa. Los árboles tienen la capacidad de absorber el exceso de agua para luego dejarla fluir hacia tierras más bajas, donde brota en vertientes y ojos de agua; sin ellos, se pierde una barrera natural. Las inundaciones que se registraron en las zonas bajas de Bolivia, desde noviembre de 2007, a causa de intensas precipitaciones pluviales, ocasionaron la muerte de 73 personas y hay cinco desaparecidas; más de 95 000 familias resultaron damnificadas, de las cuales unas 20 000 se encuentran en el departamento del Beni, según el último reporte de Defensa Civil. El agua también ha destruido caminos y la infraestructura escolar, así como las viviendas de miles de familias. Y los animales son las víctimas sin cuantificar, no sólo los silvestres, sino los domésticos.
La deforestación para la plantación de soya se ha producido especialmente en el sur del Beni y el norte del departamento de Santa Cruz. En este último, se eliminó la cobertura vegetal sin considerar el Plan de Uso de Suelos, que preveía zonas de protección en las riberas de los bosques. Ahora, en época de lluvias, entre noviembre y febrero, el Río Grande se desborda con consecuencias muy graves para la gente empobrecida. La deforestación también ha ocurrido en el Chapare, en el departamento de Cochabamba, donde hay una creciente plantación de diferentes cultivos, en particular de coca. Debido a esto, las aguas de la Cordillera de los Andes y las de las lluvias van directamente a la cuenca del Río Mamoré. Este año, el río superó los dos metros de altura por encima de su nivel habitual e hizo colapsar el dique de protección de la ciudad de Trinidad.
TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES Del 100 por ciento de las aguas servidas que se generan en el país, 40 por ciento recibe tratamiento en 15 plantas. El resto, el 60 por ciento, continúa contaminada. “Tenemos más o menos de 30 hasta 40 por ciento (de agua residual) total tratada”, explicó Wolfgang Wagner, experto en plantas de aguas servidas del Centro Internacional para Migraciones (CIM) de la Cooperación Alemana. El técnico realizó un recorrido y análisis de todas las instalaciones del país y escribió un libro de recomendaciones para la elección de un sistema de plantas apropiadas, para las empresas de saneamiento básico en Bolivia. Las aguas residuales son las que provienen de usos domésticos, comerciales, agropecuarios y de procesos industriales o una combinación de varios. Por lo general salen de las alcantarillas. Si bien estas aguas son tratadas en las plantas, no son aptas para el consumo humano y sólo sirven para el riego.El propósito de la depuración de aguas residuales es el beneficio para el medio ambiente.
Wagner afirmó que “la planta tiene el sentido de eliminar patógenos que son un riesgo para la salud y de mejorar la calidad del medio ambiente. (Si no se tratan) pueden provocar la muerte de peces y presentar riesgo de enfermedades para los frutos de la tierra (cultivos)”, manifestó. Las plantas más grandes en Bolivia se encuentran en los departamentos de Beni, Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija y Oruro. De acuerdo con los datos del experto, “con excepción de la instalación que está en Sucre (Chuquisaca), el resto (de las plantas) son lagunas de estabilización. Solamente Sucre es una planta más técnica (con tanques)”, explicó. Algunos de estos complejos como el de la ciudad de Trinidad presentan problemas de sobrecarga. Por eso existe la intención de modificar su instalación, como ocurre con la planta de Puchukollo, en El Alto, que está siendo ampliada. Otro análisis del experto es que si bien en el país hay 15 plantas que tratan las aguas residuales de las ciudades, La Paz, la principal metrópoli del país, no cuenta con una instalación de este tipo. Wagner indicó que la sede de gobierno tiene un sistema de canalización que no garantiza una descontaminación. “Se tiene un poco de limpieza, pero no purificación, hay una dilución, pero sigue contaminada”, afirmó. Según el experto, la ausencia de este tipo de instalación en La Paz se debe a la falta de espacio. “La única solución que han visto es enviar toda el agua al sur de la ciudad y construir una planta (en ese lugar), pero tampoco hay mucho espacio”, dijo.
USO DE FERTILIZANTES QUIMICOS
La entrega de fertilizantes químicos por parte de la estatal Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) ha generado críticas y cuestionamientos por parte de la Asociación Nacional de Productores Ecológicos de Maca Pro-Maca. En diciembre de 2007, la empresa estatal informó, a través de un arte publicitario, que 672 familias del área central del departamento de Potosí recibieron 1.589 quintales de urea y fosfato (fertilizantes químicos), destinados a “mejorar” la producción de trigo en la región. La misma publicación precisa que en Tarija, se ha programado la distribución de 468 quintales de fertilizantes para 436 familias en 34 comunidades. “Debemos recordarle al señor presidente Evo Morales que en sus declaraciones pasadas, ha anunciado el fomento a la producción orgánica, en vista de que los fertilizantes químicos matan la vida microbiana de los suelos agrícolas”, afirma ProMaca en una carta enviada a los medios de comunicación. En la nota, la asociación recuerda, además, que la urea es el fertilizante que más daño provoca al medio ambiente, ya que acelera el efecto invernadero. Así, Pro-Maca demanda que el Gobierno dé “un apoyo real” a la producción sin intervención de químicos, que promueva el uso de humus de lombriz y que los técnicos del Ministerio de Desarrollo Rural, Agrario y Medio Ambiente presenten otras alternativas de fertilización orgánica. “No sigamos siendo dependientes de los químicos que ya no usan los países industrializados porque saben que causan problemas a la salud”. La nota agrega que esa es la razón por la que existe una gran demanda de alimentos orgánicos.