“CATECHESI TRADENDAE” TRADENDAE”
La catequesis es una actividad primordial para la iglesia, porque Jesús nos dio la instrucción de ir de 2 en 2 llevando la buena nueva a todas las personas, sin importar raza, lengua pueblo o nación, bajo esta necesidad surge este documento, para reforzar la catequesis ante un mundo que se encuentra en un cambio constante. CAPITULO I: “TENEMOS UN SOLO MAESTRO: JESUCRISTO”
El centro de la catequesis siempre debe ser Jesucristo, porque conociendo su vida y ejemplo, podremos llegar al conocimiento del amor del padre con el Espíritu; dándonos a conocer la Santísima Trinidad. El catequista es el portavoz de la vida y obras de Cristo, siendo solamente un medio de evangelización, el que obra siempre es Cristo, convirtiéndose así en el único maestro; haciéndose un testimonio vivo de su doctrina que está reforzada en cada momento de su vida. CAPITULO II: “UNA EXPERIENCIA TAN ANTIGUA COMO LA IGLESIA”
Jesús dijo. “id y haced discípulos a toda la gente”, esta fue la misión de los apóstoles y los discípulos, gracias a esto las primeras comunidades cristianas vivían unidas, perseverantes en la oración y escuchando atentamente la enseñanza de los apóstoles. Los apóstoles comenzaron con la catequesis, para preparar más discípulos que predicara la vida de Jesús, así la doctrina se propagaba por todas partes.
La iglesia en sentido catequético siempre ha sido “Madre y Maestra”, conduciendo desde sus inicios a través de los Santos Padres; permaneciendo así a pesar de las adversidades, y reforzándose por medio de los concilios y la actividad misionera. misionera. La Catequesis es deber (misión de Dios) y derecho de todas las personas, porque están llamadas a conocer la verdad religiosa. Además de esto la catequesis debe ser prioritaria, universal (de todos), maleable y con pleno dominio, para cumplir así con su propósito en nuestros tiempos. CAPITULO III. “LA CATEQUESIS EN LA ACTIVIDAD PASTORAL Y MISIONESRA DE LA IGLESIA”
La catequesis es parte del proceso de evangelización que inicia con un primer anuncio “El Kerigma”, para así ir enamorando a las personas de Dios y madurar su fe inicial;
formando auténticos discípulos, que se preocupen por llenarse de Dios a través de su palabra y finalmente que lo busquen cada vez más. Para lograr lo anterior la catequesis debe ser sistemática, elemental y completa, logrando así una catequesis integral, que lleve al creyente a vivirla cada día. Este vivir se refuerza mediante los sacramentos, en los cuales Jesucristo actúa en el hombre plenamente.
La catequesis conduce al cristiano“ «a vivir en la unidad de la fe, en el conocimiento del Hijo de Dios y a formar al hombre perfecto, maduro, que realice la plenitud de Cristo>>””. CAPITULO IV: “TODA LA BUENA NUEVA BROTA DE LA FUENTE”
La catequesis debe contener la Buena Nueva de Salvación, este contenido se basa en La Tradición y la Sagrada Escritura; todo esto se refleja en el credo que es una expresión de nuestra fe. La catequesis no debe reducir a Dios a simple cosa terrestre y debe buscar que se cumplan las exigencias de evangelio. Y debe ser integra, con pedagogía adaptada y ecuménica, El ecumenismo de la iglesia busca crear convivencia con las otras creencias, para que todos lleguen al conocimiento de la verdad, pero todo esto se debe llevar con una catequesis adecuada, como la que hemos descrito. CAPITULO V “TODOS TIENEN DERECHO A LA CATEQUESIS”
Actualmente la catequesis de niños y jóvenes debe tener más fuerza, porque ellos son la iglesia del mañana. La catequesis debe estar desde las etapas iníciales hasta la juventud, mediante diferentes pedagogías que se adecuen según la etapa de la vida. Los minusválidos, los no católicos, los adultos, los ancianos, los inmigrantes, ente otros, tienen el derecho de conocer la doctrina católica en plenitud. CAPITULO VI: “METODOS Y MEDIOS DE LA CATEQUESIS”
La catequesis debe adaptarse al mundo y usar los medios que este proporciona para llevar una evangelización más difundida, si mismo con el aumento de grupos en las iglesias diocesanas, que deben estar enfocados correctamente para poder vivir una vida conforme al Evangelio.
Otros medios son las Homilías que buscan hacer que la comunidad eclesial, a la luz de la palabra, aprenda cada vez más. Y en material escrito tenemos el catecismo y publicaciones catequéticas, que tienen la función de instrumentos para la catequesis. CAPITULO VII: “COMO DAR LA CATEQUESIS”
El método de la Educación en la Fe, debe estar adecuado al contexto del lugar, debe ser ajeno a intereses ideológicos, políticos, etc. También debe ser encarnada por el catequista (empatizar con las personas a la que sea llevada) para que sea recibida de una mejor manera. Para adaptar costumbres de los populares, estas deben ser rectificadas y enfocadas correctamente a la Doctrina. La memorización de la doctrina debe estar acompañada de la vivencia de la misma para propiciar la vida de fe entre los creyentes. CAPITULO VIII: “LA ALEGRIA DE LA FE EN UN MUNDO DIFICIL”
La catequesis reafirma a los cristianos en su fe, para que realmente sean “Luz y Sal de la tierra, en este mundo que crece en problemáticas; ayuda a los cristianos a vivir su fe en un mundo donde cada vez existe más indiferencia hacia Dios y se adapta y refuerza con las ciencias, para conducir a Dios que es la verdad absoluta. El lenguaje catequético debe adaptarse a las personas, para su mejor asimilación y así lograr que tengan certeza de su fe, que los lleve a encontrarse con Dios más fácilmente. CAPITULO IX: “LA TAREA NOS CORRESPONDE A TODOS”
Todos los bautizados (Obispos, Sacerdotes, Religiosos (as), Laicos, etc.) estamos llamados a llevar el Evangelio a todo el mundo, a través de los diferentes medios como son la comunidad parroquial, los movimientos, congregaciones, familia, etc. En cada ámbito de la sociedad donde exista un bautizado, se debe llevar la Buena Nueva, encarnándose y viviéndose, para cumplir nuestra misión como Iglesia Caminante hacia Dios. CONCLUSION
Toda esta acción de la Iglesia será efectuada por el Espíritu Santo, que actúa en cada uno de nosotros y nos hace verdaderos testigos de Jesús “Él dara testimonio de mi y
vosotros tierra.
daréis también testimonio.”; que finalmente vendrá a renovar la faz de la
Y también debemos tener presente la imagen intercesora de la virgen María que es la discípula por excelencia, que siempre actúo por medio del espíritu y está ahora con el padre.
“LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO, POR INTERCESIÓN DE MARÍA, CONCEDER A LA IGLESIA UN IMPULSO CRECIENTE EN LA OBRA CATEQUÉTICA QUE LE ES ESENCIAL” (J.P.II.)