CARACTERÍSTICAS DEL ESPERPENTO Y SU REFLEJO EN LUCES DE BOHEMIA
Luces de Bohemia es una obra de teatro publicada en la revista España en 1920, y posteriormente como libro en 1924, 192 4, es la primera obra a la que su autor, Ramon del Valle-Inclán, da el nombre de esperpento y, por tanto, contiene una nueva teoría literaria.
La técnica del esperpento consiste principalmente en crear una realidad totalmente deformada y grotesca, todo ello mediante el lenguaje. le nguaje. En Luces de Bohemia, ya encontramos en la escena XII la teoría del esperpento: “ La tragedia nuestra no es una tragedia”. […] “ España es una deformación grotesca de la realidad europea”. […] “ El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.” En primer lugar, encontramos una distorsión de la realidad, ya sea por el enaltecimiento o por la degradación. Este rasgo forma la base del esperpento. Un ejemplo significativo lo encontramos en el hecho de presentar a la policía a caballo hablando de “trote épico” y de “soldados romanos” (escena romanos” (escena IV). Además, observamos algunas referencias históricas y literarias en un confuso anacronismo , lo que no nos permite ubicar la acción en un tiempo determinado, (pérdida de las colonias (1898), reinado de Alfonso XIII…) que Valle utiliza para producir la deformación temporal que pretende. Cabe destacar también el empleo de contrastes , especialmente entre lo doloroso y lo grotesco, como por ejemplo el velatorio de Max, donde se recrea el velatorio de Alejandro Sawa con la visita de Basilio Soulinake Souli nake quien pone en duda la muerte de Max (escena XIII). Por otro lado, los espacios y ambientes también aparecen degradados (casi siempre son mal iluminados, sucios y chabacanos) y desordenados. Por ejemplo, la librería de Zaratustra es una cueva donde “rimeros de libros hacen escombro”(escena escombro”(escena II); o el hecho de que los ambientes aparecen mal iluminados (“La taberna de Pica Lagartos: Luz de acetileno”, acetileno”, escena III). La degradación de los personajes también es destacable a lo largo de la obra. Son seres ridículos y grotescos que viven una tragedia. Para describirlos, Valle-Inclán utiliza diversos recursos estilísticos: la animalización, atribuyendo rasgos de animales a los humanos (“Los tres visitantes, reunidos como tres pájaros en una rama”, escena III); la cosificación, con la que Valle describe a los personajes por los objetos que los caracterizan y elude los rasgos que los harían personas (“Zaratustra…cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente”, escena II); la muñequización, los personajes son vistos como muñecos y fantoches (“Dorio de Gadex, Clarinito y Pérez, arrimados a la pared, son tres fúnebres fantoches en hilera”, hilera”, escena XIII);
la presencia de máscaras tienen como objetivo descubrir la realidad esencial de los seres que están tras ellas (“En la sombra clandestina de los ramajes, merodean mozuelas pingonas y viejas pintadas como caretas”, escena X). También se observa una desmitifiacion de la realidad (“Su excelencia, tripudo, repintado, mantecoso…”, escena VIII) y la denominación de los personajes (“Serafín el Bonito”). Por último, cabe destacar la presencia de la muerte, que constituye un elemento argumental de la obra y acompaña al protagonista a lo largo de toda la trama. Finalmente, cabe destacar el uso del lenguaje, a través del cual ValleInclán consigue presentar esa realidad deformada. La literaturización se utiliza también como recurso deformador: Max es ciego como Homero, además de encontrar referencias a Calderón de la Barca (“Mal Polonia reciba a un extranjero”). En Luces de Bohemia observamos también una amplia riqueza lingüística (rasgo que caracteriza el esperpento). Destacamos la variedad de registros empleados, y los distintos tonos con fines de caracterizar personajes, o al servicio de la intención crítica. En resumen, es un lenguaje lleno de contrastes, donde conviven el lenguaje pedante y vulgar con el uso paródico de citas literarias. En conclusión, Luces de Bohemia es una obra en la que Valle-Inclán pretende, a través del esperpento, dar una mirada renovadora y ferozmente crítica a la sociedad española de principios del siglo XX.