MENTES PERVERSAS, SOBRE BLACK KISS DE HOWARD CHAYKIN
Visto en Mindless Ones ¿A quién no le gusta un poco de porno?.
En la década de 1970, el comediante británico Peter Cook estaba en la lona. La década anterior, se había convertido en el niño pródigo de la sátira inglesa y su fama parecía no acabar . Sin embargo, ciertos trastornos emocionales y su constante abuso de sustancias habían empañado su buena fortuna. Cook estaba arruindo tanto financiera como creativamente. Planeó una huída hacia adelante, arrastrando a su entonces amigo Dudley amigo Dudley Moore, creó Moore, creó Derek Derek y Clive . El dúo era una versión perversa de otro acto doble, Pete y Dub, Dub , que ambos habían realizado para el programa Not only… but also. El sketch es un hito de la comedia nihilista, llena de rabia, obscenidad y crueldad. Su primer disco Derek and Clive get the horn ha influenciado a muchísimos de los comediantes “enojados” y, la naturaleza descarada del show, vino como anillo
al dedo del movimiento punk emergente. Denostado por muchos, admirado por pocos, Derek y Clive fue también un horrible, horrible grito creativo por parte de alguien que coqueteaba peligrosamente con la autodestrucción. Cook empujaba a su mejor amigo hasta el límite,
rociando con veneno y mierda a todo y todos. Su angustia y odio es evidente. Por momentos, hasta se vuelve difícil de escuchar .
Esa fue una introducción larga. Puta, así es mejor. Bueno, Black- Kiss es el “Derek y Clive” de Howard Chaykin . El gran Fuck you a una industria con la que había ido decepcionándose cada vez más. Es una réplica grosa y violenta para un modelo editorial notoriamente mojigato, y una fantasía de corazón negro pero indulgente con las chupadas de pija, lencería, gangsters y vampiros. Chaykin desata todo lo que tiene en un intento de impresionar, ofender, y, presumiblemente, shockear a su público. Debe haber sido bastante sorprendente en el ’88, cuando inicialmente fue publicada, encontrarse con esta pieza desexplotation, innegablemente espeluznante. De ahí a que sea un buen comic, es otra cosa.
Quise leer este comic, incluso antes de saber qué era. Cuando era niño, recuerdo haber sido golpeado por la iconografía sorprendente de la serie (en particular, el logotipo intrépido y la huella de sangre manchada lápiz labial). Junto a Mister X, Grendel y Love and Rockets me presentó un fascinante mundo de comics adultos que, hasta ese entonces, me eran desconocidos. Por supuesto, cuando me enteré que Black Kiss era un cóctel de violencia explícita y sexo quise leerlo aún más. Pero yo sabía que su naturaleza pornográfica me impediría apoderarme de ella. Así nació mi Santo Grial, o algo así. Durante años estuvo agotada, inasequible. Si fue prohibida o no, es irrelevante . Se sentía prohibida. Entonces, por obra y gracia del Destino, una de las reimpresiones de editorial Eros cayó en mis manos. Se completaba el rompecabezas de mis comics imprescindibles.
Pero: ¿está a la altura de su fama ? Bueno, más o menos. Es sin duda una historia oscura y retorcida, Chaykin hace todo lo posible por no dejar tabú sin atacar. Tenemostransexuales, necrofilia, tríos, violación grupal,sadomasoquismo; perversión religiosa, cultos satánicos, vampiros y escenas de mamadas interminables. En serio, si alguien quiere descubrir para donde se inclina la balanza
de Howie, son un montón de rubias platinadas tragando baldes de leche. Eso y el perrito – casi no hay otra posición, ni misionero, ni vaquera, en este cómic . Hay un sesgo netamente machistatanto en los encuentros sexuales, como en los clichés / fantasías que la obra explora. Sin embargo, (ya sé que este es un argumento gastado) no es todo lo que sucede. La perversión que atraviesa Black Kiss es, de alguna manera, distinta a otras. Por un lado una de las rubias siliconadas que dominan el cómic, es en realidad un hombre. O por lo menos un transexual . Esto se revela en uno de los momentos más deliciosamente divertidos del cómic: justo después de un trío explícito y prolongado entre Cass, nuestro protagonista, y Dagmar y Beverley (las dos mujeres fatales, pero con corazón de oro, de la historia). Chaykin pervierte la típica fantasía masculina cuando revela que Dagmar viene con paquete sorpresa. Las dos vampiras toman una foto de Cass y su rostro conmocionado es un buen espejo de la propia perplejidad del lector . Es más, hilando más fino, todas las felatios de Black Kiss (y como dije antes, hay varias muchas), están realizadas efectivamente por un transexual y a los hombres de la obra, les encanta. uno peor que el otro. Asesinos a sueldo, estrellas de cine vanidosas, policías corruptos, sacerdotes pedofílicos. Todos unos imbéciles. Mierda, todo el mundo es un perfecto idiota en Black Kiss. Esta obra es nihilismo puro y duro (je), que toma forma noir y se expande por esa década infame que fueron los ´80 . Dos obras me vinieron a la mente durante la lectura: Blue Velvet de David Lynch y el cuento “The secret of summer” de Bret Easton Ellis. La primera no necesita introduccion, cuento profundamente retorcido del amor, la Oh! Y los hombres de este comic…
locura y la muerte que se esconde detrás de la fachada de normalidad. Un estándar para el cine policial de los ’80. Sexy, peligrosa, pero también desagradable. El sexo y la violencia
son parte intrínsecas de esta obras. Siempre pensé que Lynch hubiera sido un excelente pornógrafo.
The Informers. Utilizando como marco la ciudad de Los Ángeles en los ´80, el cuento es uno de los más desagradables que el autor deAmerican Psycho haya escrito. Su descripción de unos vampiros aburridos, nihilistas, “The secret of summer” es un de las historias cortas de
alejados de cualquier Dios en plena expansión del boom yuppie de los ochenta, es escalofriante. Su visión es tan opuesta a la edulcorada y romántica estupidez de Anne Rice [la nota es anterior al fenómeno Twilight], pero al mismo tiempo enfermiza y degradante. Siempre pornográfico, Ellis parece masturbarse con el corazón negro de sus personajes y demuestra por qué es uno de los mejores escritores satíricos [de E.E.U.U Nota del Traductor].
Le miro la cara mientras acabo, como siempre, y ella se asusta al ver mis ojos, negros brillantes, y ve los dientes y la boca torcida (lo que Dirk compara con “el ano de un pulpo”) y estoy gritando sobre ella… The secret of summer
Black Kiss comparte estas cualidades, aunque es una pena que no vaya más allá. La revelación de la verdadera naturaleza de Beverley carece de fuerza, por ejemplo. La verdad es que todo resulta algo tonto pero, tal vez, ese sea el encanto del comic: no tomarse tan en serio . La secuencia de la fiesta satánica parece sacada de una mala película clase B. Y no mala en el sentido de “graciosa porque es mala” sino en el sentido de “¿eh…?”. Da la sensación que Chaykin termina perdido en su propio juego de medias negras, encaje, tríos y lencería. Porque Black Kiss, en la sencillez de su historia, parece impulsada por la
energía de un adolescente enojado. Adolescente que sabe que sus toneladas de sadomasoquismo, sangre y violencia atragantarán a todos sus conservadores coetáneos. Y se conforma con eso.
Black Kiss anticipa al Sin City de Frank Miller y a gran parte de los comics policiales de los útlimos 20 años (Stray Bullets ,100 Balas, etc). También es una demostración cabal del buen uso del lenguaje comic y como la crudeza puede ser utilizada con fines narrativos. Tras esta fachada de clasicismo, se esconde un corrupto mundo de grises hirientes y moralidades ambiguas.
Tampoco cabe duda que Chaykin es uno de los más grandes innovadores de la forma. Junto con Walter Simonson y Frank Miller, ha potenciado el diseño de la
página, jugando con la iconografía fascista, exaltando el romanticismo por la década del ´50. Experimentó con el diseño y la incorporación de los efectos de sonido en sus comics. Chaykin es un conniseur de la ilustración Pulp, así como un ilustrador comercial consumado por derecho propio: Sus trabajos en “The Shadow” y “Blackhawk” son ejemplares. Lamentablemente, Black Kiss no es
su mejor obra. Las portadas, sin embargo, son hermosas piezas de diseño gráfico. Por ejemplo, la
portada reproducida al comienzo del post es de la recopilación de Eros. Maravillosa, mordaz, subversiva y picarezca. Lástima que Chaykin no se arriesgue más, no sigue la lógica de su premisa hasta las últimas consecuencias. Al final del día, Black Kiss no es una declaración de principios, ni un experimiento formal; es una porno con historia, máximo. O un policial con mucho sexo. Al menos está bien contado. El comic americano, super héroes o no, se h a vuelto un negocio frío, donde la sexualidad se sofoca bajo capas de spandex y represión. Al menos Black Kiss es sincera. Y agradable.
Y de (buena) mala calidad. Ciertas escenas me incomodaron, pero a la mierda, después de leer
cínicas historias disfrazas de nostálgia como Identity Crisis, prefiero estar incómodo. Hay una escena, casi sobre el final, donde Dagmar es asaltada y abusada por su amante ocasional Eric, y sus colegas sádicos. Todo retratado de una manera muy desagradable. Sin embargo, en cuanto Beverley llega y promulga una sangrienta venganza sobre los violadores, Dagmar confiesa “… esta puede haber sido la mejor experiencia sexual de mi vida” . Teniendo en cuenta la secuencia anterior, el comentario no sólo es de mal gusto sino también grosero y repugnante. Pero esa es la intención de Chaykin: ofender, sacudir el tablero de una industria remilgada. No puede evitar el ridículo, lamentablemente. El climax de Black Kiss casi se siente como la culmuniación de una farsa, una parodia de la propia violencia y sexo que venimos leyendo. En definitiva, Black Kiss es una gran, maravillosa, grotesca, ofensiva, broma de mal gusto. La prueba de palpable de todas las frustraciones que achacaron a su autor desde que comenzó en la industria, quince años atrás. No es gran arte, pero tampoco lo intenta .
Addendum – mi novia hojeó Black Kiss mientras escribía esto y me dijo “pero acá sólo hay chupadas de pija y culeadas, ¿no?”. Yo, tímidamente: “sí, pero hay más que eso…”
No le voy a admitir la verdad .