INFORMES NACIONALES Luko Hilje (Editor) Estos informes, que aportan una visión actualizada del estatus del complejo mosca blanca-geminivirus en Iberoamérica y el Caribe, fueron presentados en el IX Taller Latinoamericano y del Caribe sobre Moscas Blancas y Geminivirus, el cual se realizó en Panamá en noviembre de 2000. MÉXICO GUATEMALA EL SALVADOR HONDURAS NICARAGUA COSTA RICA PANAMA CUBA REPUBLICA DOMINICANA PUERTO RICO COLOMBIA VENEZUELA BRASIL ECUADOR PERU CHILE ESPAÑA
INFORME DE MEXICO Carlos Torres Robledo 1, José Luis Martínez Carrillo 2, J. Carlos Ramírez Sagahón3 1
Subdirector de Campañas/ Dirección General de Sanidad Vegetal. E-mail:
[email protected] [email protected] 2 Investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (INIFAP). E-mail:
[email protected] [email protected] 3 Jefe Departamento de Prevención y Emergencias Fitosanitarias/ Dirección General de Sanidad Vegetal
Introducción A partir de 1991, la mosquita blanca de la hoja plateada, Bemisia argentifolii Bellows and Perring, también conocida como biotipo B, es considerada en México como una una plaga plaga importante de varios cultivos. Entre los más afectados están el algodón, melón, sandía, calabaza, tomate, chile, berenjena, okra, soya, frijol, y nochebuena como planta ornamental. Debido a los severos daños ocasionados por esta plaga durante los ciclos agrícolas de 1991 y 1992, principalmente en los valles de Mexicali (Baja California) y San Luis Río Colorado (Sonora), se establece una campaña fitosanitaria contra B. argentifolii en la zona noroeste. Fue promovida por la Secretaría de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural (SAGAR), a través de la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV), la cual se hizo en coordinación con el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (INIFAP), los gobiernos de los estados y los productores organizados, en las zonas afectadas A partir de 1995, dicha campaña se extiendió a todo el territorio nacional, incluyendo a otras especies de mosquita blanca consideradas de importancia para la agricultura del país, como lo son: Bemisia tabaci (Gennadius), Trialeurodes vaporariorum Westwood, Trialeurodes abutilonea (Haldeman), Tetraleurodes ursorum Cockerell y Aleurothrixus floccosus (Maskel). Parte de los avances y resultados de esta campaña son presentados posteriormente.
Distribución geográfica La DGSV, a través del Centro Nacional de Referencia de Diagnóstico Fitosanitario, ha realizado una serie de diagnósticos en todo el país, para determinar la distribución geográfica de los biotipos A y B de B. tabaci. Los resultados indican que este complejo de biotipos se encuentra distribuido en todo el territorio nacional. El área geográfica donde se ha detectado ampliamente el biotipo B comprende los estados de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora, Región Lagunera (Durango y Coahuila). También se le ha hallado en áreas localizadas de los estados de Colima, Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Coahuila, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Puebla, Oaxaca y Tamaulipas, y recientemente en Nayarit y Guanajuato.
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Daños De las especies de Aleyrodidae presentes en México, B. argentifolii es la que ha ocasionado el mayor impacto económico, principalmente en los cultivos de algodón, melón, calabaza, sandía, pepino, lechuga, brócoli, rábano, jitomate, chile, col, okra, soya, fríjol, naranja, camote, cacahuate y nochebuena. Las estimaciones estimaciones de pérdidas para el Valle de Mexicali durante 1991 fue de 60 millones de nuevos pesos. Su combate requirió un elevado uso de insecticidas. Actualmente las poblaciones detectadas son bajas, a nivel nacional. Sin embargo, sobre todo varias hortalizas han manifestado en forma importante los efectos de enfermedades virales, caracterizadas por síntomas de amarillamiento y arrugamiento del follaje, follaje, asociados con altas poblaciones del vector. En el noroeste de México, B. argentifolii transmite el virus de la hoja enrollada de la calabaza, de la cual es la principal limitante para su producción; se estima que los rendimientos de calabaza pueden ser afectados entre 50 y 100%. Además, transmite otros virus en melón, chile, sandía y algodón. En la mayoría de los estados involucrados en la campaña se ha reportado la presencia de geminivirus, principalmente en hortalizas, transmitidos por la mosquita blanca.
Manejo El manejo de la mosquita blanca debe hacerse en forma integrada, ya que es difícil de controlar una vez que sus poblaciones alcanzan alcanzan altos niveles. La campaña contra esta esta plaga tiene como objetivo aplicar medidas fitosanitarias orientadas a prevenir, detectar, combatir, controlar y disminuir la incidencia o presencia de mosquita blanca, para así reducir las pérdidas en la producción. Esta plaga tiene un amplio ámbito de hospedantes, un alto potencial reproductivo, una gran habilidad de dispersarse, y las condiciones climáticas de casi todo el país son apropiadas para su buen desarrollo y reproducción. Las acciones técnicas que se deben aplicar en el territorio nacional para reducir los problemas con mosquita blanca, se contemplan en la Norma Oficial Mexicana NOM-020FITO-1995 por la que se establece la campaña contra la mosquita blanca publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de noviembre 1997. Se basa en el manejo integrado de plagas (MIP), combinando las siguientes actividades: muestreo, identificación y diagnóstico, control cultural, control biológico, control químico, investigación, capacitación a técnicos y productores, y la divulgación de la importancia de la plaga y de las actividades para su control. Por otra parte, parte, es importante en la operación operación de la campaña la organización organización de los productores. Las actividades establecidas en la campaña, son claves para su buen funcionamiento. El muestreo ha sido importante para determinar la fluctuación y dinámica poblacional de la
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plaga, así como para decidir la aplicación de medidas de control, principalmente de tipo químico. Los productos son autorizados por la Comisión Intersecretarial para el Control del Proceso y Uso de Plaguicidas, Fertilizantes y Sustancias Tóxicas (CICOPLAFEST), y son recomendados por personal técnico aprobado por la SAGAR y contratado por los productores. La identificación y diagnóstico son realizados por el Centro Nacional de Referencia de Diagnóstico Fitosanitario, y permite mantener actualizada la información sobre la distribución de las especies de mosca blanca en México. El control cultural es una de las principales actividades que han permitido reducir los problemas con B. argentifolii. Las actividades principales están encaminadas a establecer los cultivos dentro de fechas de siembra determinadas para cada Distrito de Desarrollo Rural, así como el tiempo de cosecha y destrucción de residuos. También se trata de dejar un período libre de cultivos susceptibles (ventana) que permita la disminución de las poblaciones de la plaga. Recientemente, se esta dando mayor impulso al uso de agentes de control biológico, como hongos, parasitoides y depredadores, de los cuales el más utilizado es el depredador Chrysoperla carnea. Sin embargo, se requiere mayor investigación para se evalúen y validen en cada una de las regiones los diferentes agentes benéficos, para conocer su impacto sobre dicha plaga. Hasta ahora la integración e implementación de los diferentes métodos de combate han sido herramientas eficientes para mantener bajas las poblaciones del insecto. Para el buen funcionamiento de la campaña son muy importantes los foros, en los que se discute la situación actual de la plaga y las actividades establecidas en la campaña. Este año se realizó una reunión nacional sobre la campaña, en la cual se presentó información actualizada sobre los patrones observados en cada uno de los estados que participan en la campaña, así como sobre las especies identificadas a nivel estatal. Por otra parte, se realizó el análisis de la normatividad vigente y de las actividades que se ejecutan en el marco de la campaña.
Perspectivas fitosanitarias De acuerdo a la discusión realizada en la citada reunión nacional, se determinó que la mosquita blanca en la actualidad no representa un serio problema para los cultivos de México, como plaga directa. Es importante mencionar que a partir de 1998 no se reportan niveles de población que pudieran poner en riesgo la fitosanidad en las diferentes regiones agrícolas de México, por lo que el estatus de la campaña ha pasado de prioridad nacional a campaña emergente. En este aspecto se debe considerar que la reducción de las poblaciones se debe principalmente al manejo que los productores le han dado a sus cultivos, siguiendo las recomendaciones especificadas en la norma NOM-020-FITO-1995 e implementadas a través de la campaña. El MIP ha sido aplicado de manera eficiente en los estados del noroeste del país y se realizan esfuerzos para que en las diferentes regiones del país se apliquen de la mejor manera posible.
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En la reunión nacional se acordó analizar la posibilidad de regionalizar la campaña, dando prioridad a cada una de las actividades con base en las áreas geográficas del país, tipo de cultivos y organización de técnicos y productores, así como a la presencia de las diferentes especies de mosquitas blancas en cada una de las regiones. Asimismo, dada la detección de problemas de virosis, se analizará la importancia de la mosquita blanca y su relación con la prevalencia de virus en cada una de las entidades. Se tiene como objetivo identificar también los diferentes tipos de virus relacionados con estos vectores. Finalmente, se ha reconocido la necesidad de revisar y analizar la normatividad vigente, para adecuarla a la situación que presenta actualmente la plaga en cada una de las regiones agrícolas, apoyándose también en la elaboración de un apéndice técnico de la norma NOM020-FITO-1995. Esto permitiría homogeneizar criterios entre los técnicos, en las diferentes actividades que se realizan en la campaña, las cuales son importantes en el permanente manejo de la mosquita blanca.
Referencias Anónimo, 1995. Desafíos fitosanitarios: Mosquita blanca. Fitofilo No. 88 .SAGAR. Fú, C., A., A. y Silva, S., F., C., 1997. Manejo integrado de la mosquita blanca de la hoja plateada ( Bemisia argentifolii). Folleto Técnico No. 13. INIFAP Produce. Hermosillo, Sonora. 59 p. Garzón, J.A. 1998. Geminivirus transmitidos por la mosquita blanca. In Temas selectos para el manejo integrado de la mosquita blanca. Memoria científica No. 6. Unidad de Difusión Técnica. Campo Experimental Valle del Yaqui. SAGAR-INIFAP-CIRNO. Ciudad Obregón, Sonora. 155 p. CONASAG, 2000. Informes estatales de la situación actual de la campaña contra la mosca blanca. Memoria. 1ª Reunión de la Campaña contra la Mosca Blanca. Cuernavaca, Morelos. Martínez, J. L. 1998. Estrategia para el manejo de resistencia en mosquita blanca. In Temas selectos para el manejo integrado de la mosquita blanca. Memoria científica No. 6. Unidad de Difusión Técnica. Campo Experimental Valle del Yaqui. SAGAR-INIFAPCIRNO. Ciudad Obregón, Sonora. 155 p.
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INFORME DE GUATEMALA 1
Luis Mejía1, Margarita Palmieri 2 y Danilo Dardón3 Facultad de Agronomía, Universidad de San Carlos de Guatemala. E-mail:
[email protected] 2 Universidad del Valle de Guatemala. E-mail: mgtapal@hotmail .com 3 Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA). Guatemala
Especies de Aleyrodidae Las especies más comunes en el país son Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporariorum. En la región sur, B. tabaci predomina en todas las épocas. En la región oriental, B. tabaci es muy importante y alcanza densidades muy altas en la época antes de las lluvias y en la época seca, mientras que en el período posterior a las lluvias las densidades de T. vaporariorum son mucho mayores; ésta es importante, pues puede causar daño mecánico y ser vector de un closterovirus es más común entre 0-400 msnm, aunque se puede hallar hasta 1200 m. En contraste, T. vaporariorum es frecuente a altitudes mayores que B. tabaci, entre 800-2000 m; sin embargo en la actualidad T. vaporariorum también se encuentra en cantidades relativamente altas entre 0-200 m. En cuanto a la abundancia de ninfas, B. tabaci prefiere a las cucurbitáceas y solanáceas, mientras que T. vaporariorum se distribuye más equitativamente entre los cultivos, con cierto predominio de cultivos de solanáceas y algunas malezas.
B. tabaci
Biotipos En Guatemala se han efectuado estudios detallados sobre biotipos, con la colaboración de la Dra. Judith Brown (Universidad de Arizona, Tucson). Se han encontrado siete biotipos de B. tabaci, denominados A, B, G3, G4, G5, G6 y G7. El biotipo B fue hallado exclusivamente en el área oriental, hasta 1995, pero actualmente se encuentra también en la zona sur. Aparece en tabaco, cucurbitáceas, chile, frijol y tomate. Dichos cultivos también son hospedantes de los biotipos A, G5, G6 y G7, mientras que los G3 y G4 predominan en cucurbitáceas. La distribución de los biotipos es afectada por la época de año. Por ejemplo, el G4 no se encuentra en ninguna de las dos regiones al inicio de las lluvias, mientras que las poblaciones del G6 y G7 se reducen mucho en esta época. Después de las lluvias, en la región oriental predominan el G5 y G4, cuando los biotipos B, A, G7 y G6 alcanzan densidades intermedias, y el G3 está ausente. En la región sur predomina el G3, el A, B, G7 y G6 alcanzan densidades moderadas y el G4 y G5 son muy escasos. En cuanto a su distribución altitudinal, el biotipo B se encuentra en cantidades altas entre 200-400 y 1200-1800 m; el A entre 200-400 y 800-1000 m; el G7 entre 200-400 y 800-
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1000 m; el G3 entre 800-1000 m y en menor cantidad entre 200-400 m; el G4 entre 200400 m y sobre todo entre 1200-1800 m; el G6 entre 200-400 m, principalmente; y el G5 entre 800-1600 m, y en menor cantidad entre 200-400 m. Es importante resaltar que los biotipos B y G4 se encuentran en las mismas altitudes, así como el A y el G7, lo cual sugiere que podrían ser un mismo biotipo, por lo que habría que hacer otros análisis y secuenciar.
Geminivirus En diagnósticos efectuados, se recolectaron muestras de cultivos que presentaron una gran diversidad de sintomatologías, como clorosis de venas, manchas en forma de anillos, mosaicos, manchas necróticas, deformidades en las hojas y frutos, enaciones, enrollamiento de las hojas, y enanismo. Del total de muestras analizadas de las áread del oriente y sur del país (408 para geminivirus, 271 para cucumovirus (CMV), 318 para tospovirus (TSWV) y 300 para potyvirus), se determinó que el grupo de los potyvirus predominó (12%), seguido por los los geminivirus (10%). Los geminivirus predominaron en la región oriental (15%), lo cual está muy relacionado con la presencia de B. tabaci en dicha zona, la presencia de numerosos monocultivos (cucurbitáceas, tabaco, tomate y chile) y el clima más seco y caluroso; por el contrario, en el sur alcanzó apenas el 7%. Además, se determinó el mayor porcentaje de infección por geminivirus (20%) en leguminosas, seguidas por malezas (18%); entre las solanáceas, la mayor parte de muestras positivas se presentaron en chile, seguidas por el tabaco. Las muestras de tomate presentaron casos de infección por geminivirus, pero no tanto como se esperaba. A su vez, las cucurbitáceas más afectadas por éstos fueron la sandía y el pepino. En el caso del melón hubo apenas algunos casos positivos, aunque se esperaba una mayor incidencia, debido a las altas poblaciones de B. tabaci observadas en este cultivo. La mayoría de geminivirus se encontraron en plantas provenientes de altitudes entre 16001800 m, lo cual no era esperado, ya que B. tabaci generalmente alcanza mayores densidades a altitudes bajas. Esto puede ser un reflejo del cambio de sitios de producción de diferentes hospedantes de B. tabaci, ya que a partir de 1989, y sobre todo en los años 90, cuando el problema de mosca blanca en las regiones bajas fue tan grande que obligó a algunos agricultores a abandonar esas regiones y trasladarse a tierras más altas, donde no se encontraba esta especie. Obviamente, si actualmente hay problemas con geminivirus a estas altitudes, es porque también existe su vector ahí y, además, porque no se requiere una alta densidad del vector para transmitir los geminivirus . En cuanto a los virus en tomate, se han identificado tres geminivirus bipartitos, denominados en forma tentativa Tomato Leaf Curl Virus (ToSLCV, AF130415), Tomato Golden Mottle Virus (ToGMoV, AF132852) y Pepper Golden Mosaic Virus (PGMV, AF136404). Estos han sido parcialmente clonados en la Universidad de WisconsinMadison y, además, se han desarrollado iniciadores y sondas específicas, lo cual ha
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permitido su identificación. El ToSLV se ha encontrado también en pepino y el PGMV en chile. Asimismo, los resultados preliminares sobre su frecuencia relativa indican que estos geminivirus comúnmente se encuentran en infecciones mixtas. Por ejemplo, el ToSLCV nunca se ha encontrado solo, sino que principalmente asociado con el ToGMoV, en tanto que el PGMV muestra una menor frecuencia que los otros dos geminivirus.
Manejo En relación con las actividades orientadas hacia el manejo integrado (MIP) del complejo B. tabaci-geminivirus, se ha dado un fuerte énfasis al establecimiento de parcelas demostrativas de validación, ya que el ICTA, así como otras instituciones, han generado un paquete tecnológico con 22 prácticas de MIP. Algunas de estas prácticas se han validado por parte de los productores de tomate, en lo cual ha jugado un importante papel el Proyecto ICTA-IPM CRSP, que propició investigación para determinar el efecto y eficiencia de combinar tres o más tácticas para el manejo de dicho complejo, así como su impacto en el rendimiento y la rentabilidad del tomate, en comparación con el manejo convencional de los agricultores. Esto se hizo en cuatro localidades del Departamento de El Progreso, en parcelas contiguas, de 600 m2 cada una. Las tácticas a validar han sido: 1) semilleros cubiertos con malla fina (tela espuma) más pilones (cepellones) hechos en cartuchos de papel periódico; 2) barrera de sorgo alrededor de la parcela (sembrada 45 días antes del trasplante); 3) trampas plásticas amarillas, impregnadas con aceite (SAE 40), cambiadas semanalmente; y 4) insecticidas, con rotaciones de distintos grupos químicos semanalmente. Se compararon con la tecnología convencional del agricultor, que incluía: 1) producción local de pilones, o comprados a empresas grandes; 2) ausencia de barreras de sorgo y de trampas amarillas; y 3) uso de insecticidas (sin rotación) dos veces por semana, en promedio. El resto del manejo agronómico de las parcelas fue el utilizado normalmente en la producción de tomate por parte de los agricultores de la zona. Ambos tipos de esquemas de producción se compararon en términos fitosanitarios y económicos. El saldo a favor de las tecnologías de MIP fue evidente, como lo demuestran las siguientes cifras (las de MIP se anotan en primer lugar): rendimientos de 30 vs. 26 t/ha, costos variables de Q10.849 vs.12.630, beneficios netos de Q19.302 vs. 12.772, y 10 vs. 20 aplicaciones de insecticidas. Asimismo, hubo diferencias significativas en cuanto a la reducción de las densidades de B. tabaci y la incidencia de virosis, en tres localidades. Posteriormente, algunas de estas tecnologías, con modificaciones leves, se evaluaron en una parcela en Sanarate (El Progreso), con los siguientes resultados: rendimientos de 53 vs. 45 t/ha, costos variables de Q6718 vs. 7260, beneficios netos de Q41080 vs. 33854 (tomando un precio de garantía de Q 1/kg), y 10 vs. 18 aplicaciones de insecticidas.
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En síntesis, se concluyó que la integración de las tecnologías de MIP fue eficiente para manejar el complejo B. tabaci-geminivirus, y permitió no solamente incrementar el rendimiento y la rentabilidad del cultivo, sino también reducir el número de aplicaciones de insecticidas. Por tanto, se sugirió continuar con la promoción del uso de las tecnologíasde MIP en áreas productoras de tomate. De manera complementaria, en la misma localidad se estableció un experimento que incluyó solamente dos tratamientos: barreras físicas artificiales (malla plástica de 2 m de altura y 50 poros ("mesh") colocadas alrededor del cultivo e intercaladas cada 15 m, más el uso de insecticidas (rotaciones de grupos químicos, con aplicaciones basadas en un umbral de 2 adultos/ 20 plantas, según muestreos semanales). Esta parcela se comparó con la del agricultor (sin barreras, rotación de grupos químicos, ni umbral). En la parcela MIP se logró reducir las densidades de B. tabaci en 30% y la virosis en un 8%, y se hicieron apenas ocho aplicaciones de insecticidas (versus 16 en la otra), mientras que en cuanto al rendimiento la superó en 16 t/ha. La relación beneficio/costo fue 10.50 (parcela MIP) y 7.70 (parcela agricultor). En síntesis, estas tecnologías fueron eficientes para manejar el complejo B. tabacigeminivirus, y permitieron disminuir los costos variables, así como aumentar los rendimientos y la rentabilidad. Por tanto, se sugirió incorporar dichas tecnologías al repertorio de tecnologías recomendadas por el ICTA para el manejo integrado del complejo B. tabaci-geminivirus en tomate. Además de estos esfuerzos de validación, en Guatemala actualmente se realizan estudios para la búsqueda de resistencia genética para geminivirus, en tomate. Desde 1998 se inició la evaluación de germoplasma resistente o tolerante al TYLCV (virus del rizado amarillo de la hoja del tomate), el cual se obtuvo de los siguientes tres programas de mejoramiento: a) Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), con Lycopersicon hirsutum como fuente de resistencia, b) Centro Volcani (Israel), con L. peruvianum como fuente, y c) INRA (Francia), con las líneas Pimpertylc ( L. pimpinellifolium y L. peruvianum como fuentes) y Chepertylc ( L. cheesmani y L. peruvianum como fuentes). Las evaluaciones se han realizado en el valle de Sansirisay (El Progreso). Hasta ahora se han identificado varias familias que muestran alta tolerancia a los geminivirus locales. Únicamente una línea proveniente del INRA (Pimpertylc J-13, seleccionada en Jordania) mostró buena tolerancia bajo dichas condiciones. Además, varias familias seleccionadas de los genotipos provenientes de Israel mostraron casi ausencia total de síntomas y produjeron mayores rendimientos que el testigo susceptible, que es el híbrido comercial de mayor uso en la región del estudio. En síntesis, estos resultados demuestran que el germoplasma de tomate seleccionado en la zona del Mediterráneo para resistancia al TYLCV, que es un virus monopartito, está expresando resistencia a los geminivirus bipartitos nativos de Guatemala.
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INFORME DE EL SALVADOR 1
José Miguel Sermeño Chicas 1 y Leopoldo Serrano Cervantes 2 Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador. E-mail:
[email protected] 2 Depto. Protección Vegetal, Fac. Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador. E-mail:
[email protected]
Introducción La incidencia de moscas blancas se agravó en la década de los años 90. Después de ser plaga comúnmente asociada al frijol y antes al algodón, empezó a colonizar con éxito cultivos de otras familias, como Solanaceae y Cucurbitaceae. Así, actualmente, productores y técnicos perciben ya su presencia y valoran su importancia en cultivos como tomate, pipián (Cucurbita argyrosperma), ayote (Cucurbita moschata), melón, pepino, sandía, chile dulce, frijol de costa (Vigna sinensis), repollo y loroco (Fernaldia pandurata). Entre 1996-1997, en El Salvador se realizaron trabajos de mosca blanca y virosis en frijol, melón y tomate, y los estudios se enfocaron hacia hongos entomopatógenos, extractos botánicos, variedades resistentes, sistemas de cultivos en asocio. Esto representó el esfuerzo de cuatro instituciones: CENTA, DGSVA/MAG, Escuela Nacional de Agricultura y la Universidad de El Salvador.
Distribución geográfica e importancia se encuentra distribuida en todo el país. En estudios recientes, se determinó que ocupa el segundo lugar en importancia económica (el primer lugar corresponde a los picudos Apion godmani en frijol común y Anthonomus eugenii en chile dulce) en las zonas Oriental, Paracentral y Occidental. Es la plaga de mayor presencia en el cultivo de pipián en la zona Oriental, y la principal del tomate. En la parte norte del Departamento de La Libertad, es la principal plaga del tomate y chile dulce.
Bemisia tabaci
Biotipos y daños Recientemente, con el apoyo del CIAT (Colombia), se detectaron en el país los biotipos A y B (o B. argentifolii). Las muestras de sandía, melón, pepino, chile dulce, ayote y loroco contenían ambos biotipos, pero las de tomate y pipían únicamente presentaron al A. Estas muestras fueron recolectadas en los departamentos de Ahuachapán, Santa Ana, Sonsonate, La Libertad, La Paz y Chalatenango, que comprenden altitudes de 1-800 m. Asimismo, se recolectaron muestras de adultos criados en repollo, en Sonsonate (50 msnm) los cuales se identificaron como miembros del biotipo B. La presencia de biotipos de mosca blanca en cultivos de importancia económica preocupa, ya que cada vez se amplía más la lista de plantas con problemas causados por geminivirus.
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Se han detectado geminivirus en tomate, pipián, ayote y chilipuca. El Valle de Zapotitan (La Libertad) posee un distrito de riego en el cual la siembra de parcelas de tomate y frijol se ha reducido drásticamente, por lo que los agricultores se dedican cada vez más a sembrar gramíneas (maíz, caña de azúcar, etc.) desaprovechando las mejores tierras agrícolas del país. Cabe indicar que en el CENTA se reciben, tanto en la época seca como en la lluviosa, cada vez más muestras de plantas de chile y tomate viróticas, y se han detectado altas cantidades de adultos aún en épocas de lluvias abundantes. Además, aunque generalmente en el tomate hay un alto grado de virosis, no existe una relación directamente proporcional entre el nivel poblacional de B. tabaci y dicha virosis. No obstante, el análisis de muestras de varios cultivos ha revelado que en varios casos la partícula viral no corresponde a geminivirus sino a potyvirus, los cuales son transmitidos por áfidos.
Manejo Se inventariaron experiencias de manejo de plagas con alternativas de tipo "natural", determinándose 62 casos (23%) de experiencias de productores relacionados con mosca blanca. Desde otro punto de vista, dicha plaga fue objeto de investigación formal en una relación de ocho estudios (8%) dentro de un total de 98 resúmenes de investigación sobre "manejo natural" de diferentes plagas. En el plano institucional, dos prácticas recomendadas para evitar o minimizar los daños de mosca blanca son las mallas protectoras de semilleros y las trampas amarillas adhesivas. La primera práctica está limitada por la poca disponibilidad de mallas adecuadas en el mercado nacional, mientras que para las trampas aún se requieren estudios detallados que evalúen el efecto sobre insectos entomófagos.
Agricultores de San Vicente. En una encuesta realizada a 100 agricultores del Departamento de San Vicente, se determinó que el 92% aplican insecticidas para controlar la mosca blanca. Predominan (23%) el metamidofós (Tamaron) (23%) y la fenpropatrina (Herald) (15%). Unicamente un 2% de los agricultores hace algunas prácticas agrícolas y físicas (eliminación de malezas y trampas amarillas impregnadas con aceite quemado), y apenas el 6% de ellos ha aplicado extractos vegetales. Los tratamientos químicos generalmente son recomendados por técnicos (49%) o por vendedores de agroquímicos (30%); además las decisiones de cuando y cuanto aplicar, normalmente son tomadas por los agricultores (70%) y en menor porcentaje por técnicos (17%), vendedores (10%) y amigos (3%). El criterio de aplicación del insecticida contra la mosca blanca es de tipo preventivo (77%), realizando el 72% de todos los agricultores más de 11 aplicaciones durante todo el ciclo del cultivo de hortalizas. Esto plantea la necesidad de orientar adecuadamente la capacitación a los agricultores de dicha zona, tomando en cuenta que el 42% mencionaron no haber cursado ningún grado académico y un 44% han
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realizado estudios de primaria. En cuanto a la tenencia de la tierra, únicamente el 64% son propietarios
Agricultores de la zona central (La Libertad y San Salvador). Mediante la realización de seis trabajos de diagnóstico rural participativo, en frijol, se determinó el uso de los siguientes productos o materiales contra la mosca blanca: fenpropatrina, metomidofós, metomil, paratión, nim (hojas), extractos vegetales (cebolla, ajo y vinagre), y trampas amarillas adhesivas. En el caso del tomate, se utilizan los siguientes productos: ciflutrin, fenpropatrina, y extractos de cebolla, ajo y vinagre. Control biológico. Se han realizado pruebas con el hongo Paecelomyces sp. (cepa nativa, de Usulután), en tomate, encontrándose que la aplicación del hongo incrementa de mortalidad de ninfas de B. tabaci. Asimismo, se evaluaron los sistemas de cultivo en asocio (pipián-maíz) y monocultivo (pipián) complementados con dicho hongo, y se logró un buen control de huevos, ninfas y adultos en el asocio pipián-maíz, concluyéndose que el respectivo microclima fue decisivo para el establecimiento y éxito del entomopatógeno. Este año se inició la evaluación de diez cepas nativas de Paecilomyces sp., así como un estudio de campo para comparar la eficiencia de P. fumosoroseus y Verticillum lecanii en el manejo de B. tabaci en pipián. Extractos vegetales. Para el control de B. tabaci en tomate se han reportado disminuciones de sus poblaciones al utilizar 24 l/mz de epasina (Petiveria alliacea) en aplicaciones de 5, 13, 21 y 29 días después del trasplante. Además, se han evaluado extractos de albahaca (Ocimum basilicum), altamiza ( Ambrosia cumanensis) y epazote ( Eryngium foetidum), ruda montes (Porophyllum ruderale), higuerillo ( Ricinus communis), flor de muerto (Tagetes spp.) y paraíso (Melia azederach), con resultados negativos. Al utilizar extractos de ajo, chile picante y cebolla hubo una disminución en el número de moscas blancas, pero ello no fue suficiente para disminuir la incidencia de virosis. También, al emplear sueros lácteos, no se pudo evitar la virosis. En otros estudios, se observó que al intercalar cuatro plantas de chile dulce, una de albahaca y aplicar nim (4 ml 80/l agua), se redujeron las poblaciones de B. tabaci, y que al utilizar extractos de chile picante, ajo, flor de muerto y orégano los mejores resultados se obtuvieron con la mezcla de chile picante y ajo. Además, para el frijol, se determinó que la mezcla de chile picante, ajo, cebolla y detergente redujo las poblaciones del insecto, lo cual no sucedió al utilizar varias dosis de leche.
Referencias ALAS, O.R.; MEJIA, R.D.; SANCHEZ, G.E. 1999. Manejo de mosca blanca (Bemisia tabaci Genn.) con un extracto botánico, en tomate ( Lycopersicon esculentum). Tesis Ing. Agr. Universidad de El Salvador, Fac. Multidiscip Parac. San Vicente. 88 p.
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NAKAGAKI, S.; BORJA, A. 2000. Informe de "Investigación sobre la nación de mosca blanca y virosis en el cultivo tomate en zonas de Zapotitán, Cojutepeque, Atiocoyo y Las Pilas". Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal. MAG. San Andrés. 16 p. ORANTES, O.; MORALES, C.V.; RODRIGUEZ, O.A. 1998. Control de mosca blanca ( Bemisia tabaci Genn.) en el cultivo de tomate ( Lycopersicon esculentum Mill) utilizando mezclas naturales y plantas repelentes. Tesis Ing. Agr. Univ. Tec. Latinoam. /UTLA. Nueva San Salvador. 59 p. PROMIPAC (PROGRAMA PARA EL MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS CON PEQUEÑOS PRODUCTORES DE AMERICA CENTRAL). 2000. Evaluación interna. Fase I. PROMIPAC-El Salvador /COSUDE-ZAMORANO. 120 p. PROYECTO SALVADOREÑO ALEMAN DE PROTECCION VEGETAL INTEGRADA MAG-GTZ. 1999. Manejo integrado de mosca blanca. 11p. QUIÑONEZ, E. 1996. Inventario nacional de experiencias en manejo natural de plagas: elementos claves para el desarrollo agrícola sostenible. SIADES (El Salvador) 14 (1): 2327.
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INFORME DE HONDURAS Mario R. Bustamante Centro de Evaluación y Manejo de Plaguicidas, El Zamorano, Honduras. E-mail:
[email protected]
Introducción El manejo de Bemisia tabaci en Honduras, con relación a investigación de control químico no ha avanzado más que en seguir recetas de manejo que se diseñaron, evaluaron y se pusieron en práctica hace unos años. Las evaluaciones de la resistencia quedaron finalizadas con los trabajos que se hicieron en El Zamorano hace cuatro años, con los insecticidas que se usaban en esa época, pero con las nuevas familias de insecticidas que se están recomendando y con los tradicionales, no se les ha dado el seguimiento correspondiente.
Manejo En los cultivos de tomate y cucurbitáceas, el manejo de B. tabaci se logra con la implementación de la producción de plántulas en invernadero y el uso de trampas amarillas para el control (no para el muestreo), con lo cual el productor considera resuelto su problema en un 50%. Por tanto, luego hace las aplicaciones de insecticidas correspondientes, usando agua con un pH entre 5.5 y 6.5, boquillas con el patrón de dispersión adecuado y aplicaciones tanto en el envés como en el haz. En los cultivos de melón y sandía para exportación, se utilizan boquillas electrostáticas. En los cultivos afectados por virus transmitidos por B. tabaci, se recomiendan labores de prevención tales como: 1.
Siembra en invernadero, para evadir el ataque de la mosca durante los primeros días.
2.
Control del área que rodea a la plantación por lo menos 15 días antes del trasplante, eliminando de preferencia malezas de hoja ancha.
3.
Llevar al campo plántulas robustas, de buena calidad y libres de virosis.
4.
Buen programa de fertilización
5.
Usar cultivos hospedantes de enemigos naturales.
6.
Siembra de barreras vivas que sirvan de cultivos trampa, para hacer aplicaciones de insecticidas.
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7.
Mantener en el campo una planta vigorosa
8.
Uso de plásticos repelentes a la mosca, así como de trampas amarillas.
Además, de acuerdo al valor del cultivo, el productor hace sus programas de aplicaciones de insecticidas. Por ejemplo, para melón y otras cucurbitáceas se sigue el siguiente programa: 1.
Al mostrar el cultivo las primeras hojas verdaderas (aproximadamente una semana después de la germinación), aplica acetomiprid, que es un insecticida sistémico de contacto. Aunque la casa distribuidora recomienda aplicarlo hasta el goteo, esto no se debe realizar, ya que es un producto sistémico; es decir, debe aplicarse con boquillas que emitan gotas pequeñas, para que queden completamente distribuidas.
2.
Tres días antes de salir la plántula al campo, se vuelve hacer una aplicación de acetomiprid. Otros agricultores hacen uso del imidacloprid, aplicado al cuello de la planta, antes de llevar las plántulas al campo, pero no hacen una segunda aplicación en invernadero.
3.
Si en invernadero se detectan individuos de B. tabaci, se aplica endosulfán.
4.
El programa que se sigue en melón (recomendado por la casa distribuidora de este insecticida), es que se mantengan las aplicaciones 5, 15 y 25 días después de trasplante, de manera "preventiva". Posteriormente, de aparecer B. tabaci, se deben aplicar endosulfán, dimetoato o deltametrina, tratando siempre de obtener una buena cobertura. Otra opción es efectuar una sola aplicación de imidacloprid antes del transplante, para después (hasta la floración) hacer aplicaciones endosulfán, dimetoato o deltametrina.
Por su parte, para cultivos como el tomate y otras solanáceas, el programa se basa en las siguientes especificaciones: 1.
Aplicación de imidacloprid al cuello de la plántula, antes del trasplante.
2.
En el campo, aplicaciones de endosulfán, Evisect y productos nuevos, como el Thiametoxan y el Clorferapir.
Perspectivas En la actualidad, en Honduras no se ha seguido investigando acerca del complejo B. tabacigeminivirus, debido a dos razones principales: a) la privatización de la investigación gubernamental y la falta de fondos que apoyen el programa de mosca blanca, porque
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aparentemente ya se resolvió este problema fitosanitario, y b) porque el agricultor considera que con el programa de manejo químico que se tiene, ya no tendrá los problemas con esta plaga. En cuanto a las actividades futuras, se debería seguir investigando sobre el aspecto de resistencia, tanto con los insecticidas tradicionales como con las nuevas familias de éstos, y mejorar el aspecto de aplicación en el campo. Asimismo, es preciso seguir insistiendo en la necesidad de aplicar los insecticidas en las etapas críticas de los cultivos cuando el efecto del complejo B. tabaci-geminivirus es más destructivo para el cultivo y la economía del productor.
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INFORME DE NICARAGUA Alberto Sediles Departamento de Producción Agrícola y Forestal, Universidad Nacional Agraria (UNA). Apdo. 453, Managua, Nicaragua. E-mail:
[email protected]
Introducción En Nicaragua las infestaciones de la mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) empezaron a cobrar importancia a partir de 1973, dados sus efectos sobre el cultivo del algodón. En 1986 se inician los primeros reportes de daño por este insecto sobre el cultivo del tomate y a partir de 1990 se producen grandes infestaciones y severas pérdidas sobre varios cultivos, tales como tomate, chiltoma (chile dulce), cucurbitáceas, frijol y tabaco, alcanzándose las pérdidas más dramáticas en el cultivo de tomate. Actualmente en Nicaragua el problema con el complejo mosca blanca-geminivirus se considera aún no resuelto, particularmente en el caso del tomate. En éste, continúa siendo el principal problema fitosanitario, sobre todo en épocas calientes.
Distribución geográfica Nicaragua está dividida en tres regiones geográficas: Pacífico, Central y Atlántico. B. tabaci se encuentra distribuida en todo el país, aunque con mayor presencia en la región del Pacífico, ya que es ésta hay tierras bajas (< 500 msnm) y un clima de cálido a caliente. Aunque en la región atlántica (que se caracteriza por una alta pluviosidad), no se dispone de suficiente información para valorar la importancia del insecto, se ha confirmado su presencia en plantíos de tomate ubicados en la frontera de dicha zona. Quizás lo más novedoso en los últimos años es su presencia e impacto como vector de geminivirus en zonas de mayor altitud, en la zona central del país, donde hasta 1998 no era un problema detectado.
Biotipos En cuanto a biotipos de B. tabaci, no se dispone información local sobre investigaciones realizadas desde octubre de 1998. Sin embargo, la posible presencia del biotipo B en Nicaragua es controversial. Aunque incluso en la Guía tecnológica del cultivo del tomate, editada por el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) en 1999, se menciona su presencia en el país, información reciente derivada de una identificación molecular realizada en el CIAT con muestras provenientes del valle de Sébaco, en Matagalpa (que es una muy importante región productora de tomate en el país), indica que los especimenes recolectados no pertenecían a dicho biotipo.
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Hospedantes No ha habido reportes de nuevos cultivos o nuevas especies de plantas silvestres que estén actuando como hospedantes, lo cual no indica que esta situación no pudiera estar ocurriendo
Daños e importancia económica Los daños principales han ocurri en el tomate, debido al efecto de geminivirus, y las pérdidas continúan siendo de severas a totales. Es frecuente escuchar a los productores mencionar que por efecto del “crespo” (arrugamiento del follaje) causado por los virus en casos exitosos se logra cosechar entre 200-400 cajas de tomate por manzana, de una cosecha potencial de 1000-1500 cajas. Es interesante que después del huracán Mitch, en octubre de 1998, las siembras de tomate iniciadas en noviembre aportaron excelentes rendimientos, quizás debido al fuerte impacto de este fenómeno sobre las poblaciones de B. tabaci. No obstante, en las siembras posteriores, desde 1999 hasta ahora, el ataque de virus ha sido severo.
Manejo de la mosca blanca A continuación se destaca lo realizado en el manejo de la mosca blanca en el tomate, dad la importancia de este cultivo. Dicho manejo se practica de las siguientes tres formas principales: - Uso de semilleros cubiertos, trampas amarillas y productos químicos - Uso de semilleros descubiertos, trampas amarillas y productos químicos - Uso de semilleros descubiertos y productos químicos La utilización de semilleros descubiertos predomina, especialmente debido a la dificultad de conseguir las mallas adecuadas para tal fin. Con respecto al control químico, el cual es de uso común, hay varios insecticidas, pero predomina el imidacloprid (Gaucho y Confidor). Los otros son el endosulfán, MTD 60 SL (metamidofós), Tamarón, y Basudin 60 EW (diazinón). Otras dos opciones que se están explorando se refieren al control biológico y al combate fitogenético. En cuanto al control natural, se ha registrado en el país la presencia del depredador Delphastus pusillus (Coleoptera: Coccinellidae), y ya había reportes sobre parasitoides de los géneros Encarsia, Amitus y Eretmocerus. En cuanto al combate fitogenético, en los dos últimos años el INTA (como parte de los esfuerzos de REDCAHOR) ha realizado numerosas pruebas de variedades en diferentes
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zonas del país, y principalmente el valle de Sébaco, para la búsqueda de materiales con tolerancia al “crespo” del tomate. Se evaluaron 75 accesiones de tomate, de las cuales siete (10660, TA 02288, L00170, L06674, L02094, 6225 y L01830) son promisorias, pues presentaron los menores daños de virosis. Se han seleccionado, para someterlas próximamente a evaluaciones más detalladas. Asimismo, actualmente se mantiene la evaluación agronómica de numerosas de variedades comerciales, tratando de estudiar, entre otros factores, su respuesta a las enfermedades virales transmitidas por B. tabaci.
Otras investigaciones Además de las investigaciones indicadas, es importante mencionar algunos esfuerzos realizados en los últimos dos años: 1. Se publicó un trabajo de investigación realizado en cuatro principales zonas de producción de tomate en Nicaragua, el cual profundiza en la naturaleza de cuatro diferentes tipos de geminivirus encontrados (Rojas 2000). 2. Se estudia el comportamiento de B. tabaci en plantas cultivadas y silvestres, para buscar plantas potencialmente útiles dentro de una estrategia de manejo mediante prácticas agrícolas. 3. Se están realizando evaluaciones de campo para optimizar el uso del nim ( Azadirachta indica) para el control de B. tabaci en tomate.
Referencias Jiménez, E. 1999. La mosca blanca, principal plaga en el tomate. Biología y control. IV Taller Hortícola Nacional (folleto). Nicaragua. REDCAHOR 1999. Informe de actividades 1998-1999: Recursos genéticos, ensayos regionales de validación de cultivares, y manejo integrado. IICA, San José, Costa Rica. Rojas, A. 2000. Geminiviruses infecting tomato crops in Nicaragua. Plant Disease 84: 843846 Sediles, A. 1998. La mosca blanca Bemisia tabaci (Genn.) en Nicaragua: Historia y problemática. (Informe) UNA. Nicaragua.
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INFORME DE COSTA RICA 1
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Luko Hilje 1, Pilar Ramírez2 y Guillermo Sibaja 3
Unidad de Fitoprotección, CATIE. Turrialba, Costa Rica. E-mail:
[email protected] Centro de Investigación en Biología Celular Y Molecular (CIBCM). Universidad de Costa Rica. E-mail:
[email protected] 3 Dirección General de Protección Fitosanitaria. Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). E-mail:
[email protected]
Introducción Este informe, que da continuidad a los de Hilje et al. (1993), Bolaños et al. (1995), y Granados y Hilje (1997), se concentra en Bemisia tabaci, que es la especie más problemática en Costa Rica., y destaca los aspectos más relevantes o nuevos, no incluidos en dichos informes. En esta oportunidad se incluye información más sistemática, en gran parte derivada del inventario de biotipos y geminivirus realizado durante 1998 en todo el país (Hilje et al. 2000a), como parte del Proyecto Mosca Blanca-CIAT (Sustainable Integrated Management of Whiteflies as Pest and Vectors of Plant Viruses in the Tropics).
Distribución geográfica Se ha confirmado que B. tabaci está ampliamente distribuida, en las siete provincias del país, y su ámbito altitudinal se ha ampliado de 0 a 1440 msnm. No obstante, es más frecuente y problemática en localidades de la vertiente Pacífica, donde hay un marcado patrón estacional de lluvias. Las poblaciones son mucho mayores en la estación seca, y aún en localidades húmedas de la vertiente del Caribe, no estacionales, los daños pueden ser fuertes durante períodos secos de corta duración.
Biotipos Aunque hasta hace pocos años, el patrón electroforético de isoenzimas revelaba la presencia, exclusiva para Costa Rica, del biotipo C (Brown 1993, Brown et al. 1995), así como la ausencia del B (o B. argentifolii), actualmente se sabe que el biotipo predominante es el A (77%, en 76 muestras). Además, se ha confirmado la presencia del biotipo B (9% de las muestras), aunque circunscrito a zonas muy delimitadas en las provincias de Guanacaste y Puntarenas, en campos de melón, sandía, pepino y chile jalapeño. En cuanto a otros biotipos, se les ha detectado en tomate, chile dulce y chile jalapeño, a veces junto con el biotipo A; en un caso, en chile jalapeño se hallaron tres biotipos ( A, B y uno desconocido) en una misma planta. No se tiene certeza de si alguno de los biotipos desconocidos corresponde al que previamente se había denominado como biotipo C.
Daños
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Hasta ahora, B. tabaci ha sido observada atacando los siguientes 11 cultivos: tomate ( Lycopersicon esculentum), chile dulce (Capsicum annuum), chile picante (Capsicum frutescens), tabaco ( Nicotiana tabacum), melón (Cucumis melo ), ayote (Cucurbita moschata), sandía (Citrullus lanatus), pepino (Cucumis sativus), frijol y vainica (Phaseolus vulgaris), algodón (Gossypium hirsutum) y camote ( Ipomoea batatas) El biotipo B se multiplica profusamente en campos de melón y sandía, en los que causa daños severos por extracción de savia y por fumaginas; aunque en melón se han detectado geminivirus, no se manifiestan síntomas fuertes ni daños de importancia. Por su parte, el biotipo A se reproduce masivamente en chile dulce, también provocando daños directos; aunque se han detectado geminivirus, tampoco hay síntomas ni daños de importancia. En cambio, en frijol y vainica, así como en tomate, sí hay graves problemas con geminivirus. Los más importantes, identificados hasta ahora, son el mosaico dorado del frijol (BGMV) y el moteado amarillo del tomate (ToYMoV). Este virus, que había sido denominado ToYMV-CR provisionalmente, hasta ahora se ha detectado únicamente en Costa Rica (Polston y Anderson 1997). En años recientes se ha informado de la presencia del Sinaloa Tomato Leaf Curl Virus (STLCV) (Brown et al. 1999), el cual a veces aparece en infecciones mixtas con el ToYMoV (Karkashian et al. 1998). En cuanto a hospedantes silvestres, se han hallado ninfas o adultos en 46 especies, pero en ninguna se ha encontrado al ToYMoV, aunque en algunas se han detectado otros geminivirus (Jovel et al. 1999). Aunque el biotipo A no se reproduce en el cultivo de tomate (solo en forma muy leve y esporádica, al final de la temporada del cultivo), los adultos tienen gran habilidad para diseminar los geminivirus. Por ejemplo, en la estación lluviosa bastan densidades de apenas 0,3 adultos/planta para provocar 100% de incidencia en parcelas de tomate (Cubillo et al. 1999a). En general, aunque las poblaciones de B. tabaci se han incrementado en forma desmesurada en melón y sandía en años recientes, este no es el caso de las hortalizas, en las que las pérdidas económicas han disminuido sustancialmente. Esto posiblemente obedece a que los métodos para su manejo han mejorado.
Manejo En realidad, el combate mediante insecticidas de amplio espectro ha cedido su lugar a la amplia utilización de productos novedosos y eficaces, como el imidacloprid (Gaucho o Confidor) y el acetamiprid (Rescate), los cuales normalmente permiten obtener buenos rendimientos. No obstante, existe la preocupación porque se ha detectado el sobreuso del Confidor, especialmente, lo cual podría originar resistencia eventualmente. Por tanto, a pesar de que aparentemente se puede convivir con el complejo B. tabacigeminivirus, no se debe sobreenfatizar una sola táctica, y más bien debe procurarse un enfoque de manejo integrado de dicho complejo. En tal sentido, otros métodos promovidos
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en el país, especialmente mediante las acciones colaborativas entre el CATIE y el MAG en el cultivo de tomate, incluyen varias prácticas agrícolas, sustancias repelentes y hongos entomopatógenos. De ellas, la más exitosa es el abandono total de la siembra directa, que anteriormente era el método predominante, y que exponía las plántulas de tomate al vector precozmente. Aunque hubo gran reticencia inicialmente, ahora ha sido sustituida por la producción de plántulas dentro de estructuras protegidas con mallas finas (como Tildenet IN50 y Biorete 20/10). Esto ha provocado el auge de empresas que las producen dentro de invernaderos y las venden masivamente o, en otros casos, que los agricultores produzcan sus propias plántulas mediante tecnologías de bajo costo (utilizando cartuchos de papel periódico, dentro de pequeños túneles de malla fina) (Cubillo et al. 1999b). En cuanto a coberturas al suelo, se han documentado en forma sólida las ventajas agronómicas y económicas de utilizar ya sea plástico plateado o coberturas vivas (maní forrajero, Drymaria cordata y culantro) (Hilje y Stansly 2000). Actualmente, las coberturas vivas se están validando ampliamente en campos de agricultores, en dos zonas productoras de tomate (Grecia y Turrialba), como paso previo a su transferencia y adopción. Asimismo, hay hallazgos muy promisorios en cuanto a sustancias repelentes, como el aceite mineral Volck 100 Neutral (Hilje et al. 1999) y aceites de cocina, así como de extractos vegetales (Gómez et al. 1997a, 1997b). Entre estos sobresalen los de follaje de madero negro (Gliricidia sepium, Fabaceae), apazote (Chenopodium ambrosioides, Chenopodiaceae) y chile muelo ( Drymis granatensis, Winteraceae), al igual que dos productos comerciales que contienen rotenona (True Stop) y un derivado de aceite de canela (Cinnamite) (Hilje et al. 2000b). También, una cepa nativa del hongo Metarhizium anisopliae (MA 5/89, de la colección del CATIE) ha mostrado ser superior a dos micoinsecticidas comerciales (Mycotrol ES y BotaniGard 22WP) a base de Beauveria bassiana (Herrera et al. 1999, Carballo et al. 1999). En la actualidad, estos hallazgos con sustancias repelentes y la cepa de M. anisopliae se están evaluando en el campo, para oportunamente incorporarlos en las parcelas de validación de coberturas vivas. Con esto se pretende estudiar la compatibilidad de todas estas tácticas y para diseñar esquemas novedosos, de tipo preventivo, dee manejo integrado del complejo B. tabaci-geminivirus.
Literatura citada BOLAÑOS, A.; HILJE, L.; MONTES, L. 1995. Reporte de Costa Rica. CEIBA 36(1): 149155. BROWN, J.K. 1993. Evaluación crítica sobre los biotipos de mosca blanca en América, de 1989 a 1992. In Las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en América Central y el
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INFORME DE PANAMÁ Rodrigo Chang Universidad de Panamá. Vicerrectoria de Investigación y Postgrado. Programa Centroamericano de Maestría en Entomología. E-mail:
[email protected]
Introducción En este informe se pretende destacar los aspectos más relevantes sobre Bemisia tabaci, que hasta ahora es la especie de Aleyrodidae más seria en Panamá. En el trabajo de Zachrisson y Poveda (1992) se hace referencia al inicio del problema de mosca blanca en el país. Desde esa fecha hasta ahora se ha realizado una serie de actividades, tanto científicas como políticas, que han permitido hacerle frente a esta plaga. Con este informe se pretende resaltar los aspectos más importantes de esas actividades.
Distribución geográfica aparece en las principales zonas hortícolas del país que se encuentran ubicadas a menos de 1200 msnm, y es en el área de las provincias centrales de Panamá donde mayores problemas ha causado. Por su parte, en las áreas hortícolas ubicadas a más de 1200 msnm (tierras altas de Chiriquí) predomina Trialeurodes vaporariorum.
B. tabaci
Biotipos Actualmente en el país se han identificado los biotipos A y B de B. tabaci. El primero está asociado con el,pimentón (Capsicum annuum) y el tomate ( Lycopersicon esculentum), mientras que el biotipo B, además de afectar a estos cultivos, también se encuentra asociado con el melón (Cucumis melo), sandía (Citrullus lanatus) y la calabaza (Cucurbita moschata).
Hospedantes En cuanto a cultivos, Zachrisson y Poveda (1992) reportaron una lista de los principales afectados por ambas especies de moscas blancas. De malezas, para B. tabaci, Ruíz y Lázaro (1994) reportan un total de 24 especies de plantas hospederas silvestres, pertenecientes a 13 familias. Además, Fernández et al. (1998) reportan cinco especies de malezas infectadas por geminivirus: Euphorbia heterophylla (Euphorbiaceae); Herissanthia crispa, Sida acuta y S. rombifolia (Malvaceae); Corchorus orinocensis (Tiliaceae); y Rhynchosia minima (Fabaceae); no obstante, no se determinó si estos geminivirus pueden afectar al cultivo de tomate.
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Daños e importancia económica Las principales afecciones por B. tabaci aparecen en el cultivo de tomate, especialmente industrial, que es cultivado en las provincias centrales, entre octubre y abril. El daño principal se debe a la transmisión de geminivirus. Por ejemplo, en la provincia de Los Santos se reportan infestaciones de hasta el 75% por presencia de geminivurus en el cultivo de tomate industrial (Vazquez 2000). Según Engel et al. (1998) el geminivirus que afecta al cultivo de tomate en Panamá es el ToLCV-PAN.
Manejo Actualmente el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), a través de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal, coordina y dirige la Comisión Nacional de Mosca Blanca, integrada por funcionarios de los sectores público y privado. Asimismo, en la actualidad está en ejecución el proyecto Transferencia de tecnología en manejo integrado de plagas de hortalizas, con énfasis en mosca blanca, el cual es financiado por la FAO, por un período de un año. Este tiene como objetivos transferir y divulgar la tecnología aplicable a las condiciones de Panamá, para garantizar el control eficiente de la mosca blanca y otras plagas, haciendo posible una producción rentable y sostenida de hortalizas, como contribución a la seguridad alimentaria del país. El proyecto contempla la visita de varios especialistas en las diferentes disciplinas de las ciencias agrícolas. Al final de proyecto se espera que 30 técnicos de los sectores gubernamental y privado, así como 300 agricultores, reciban capacitación directa para implementar programas de manejo integrado de plagas (MIP), y que estén funcionando 20 escuelas campesinas de MIP. En cuanto a las tácticas de manejo promovidas, en el combate fitogenético hasta ahora no se cuenta con variedades de tomate resistentes a los geminivirus, aunque el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Panamá (IDIAP) realiza esfuerzos en la búsqueda de variedades de tomate resistentes a geminivirus o a mosca blanca. Por su parte, dentro de las prácticas agrícolas más generalizadas entre los productores de tomate, destaca el uso de semilleros protegidos con mallas, lo que permite la obtención de material de mejor calidad fitosanitaria, que garantiza un mayor éxito en el trasplante y la obtención de mejores rendimientos. Asimismo, la utilización de altos niveles de fertilización con fósforo es una práctica que se implementó en el último ciclo del cultivo de tomate industrial (1999-2000), acogiendo una sugerencia del CATIE, lo cual ha resultado en la obtención de buenos rendimientos, aún en parcelas afectadas por geminivirus. De control biológico se ha realizado muy poco en Panamá; Bernal (1999) reporta porcentajes de parasitoidismo que varían entre 10 y 40%. En relación con el combate legal, en 1996 se aprobó la Ley No. 47 de Sanidad Vegetal, que creó el marco legal para la elaboración del Decreto Ejecutivo No. 53 (del 4 de agosto 1998).
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Mediante éste, el MIDA, a través de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal, estableció las medidas fitosanitarias para el manejo y control de las moscas blancas y otras plagas en las áreas declaradas como de alta prevalencia. Este decreto ha permitido normar y uniformizar una serie de actividades fitosanitarias para el manejo de la mosca blanca en las áreas de producción de hortalizas. Finalmente, en cuanto al combate químico, el uso del imidacloprid (Gaucho o Confidor), el cual es eficaz contra B. tabaci, se ha convertido en una de las prácticas más recomendadas, tanto en la etapa de semillero como en la de trasplante, permitiendo obtener rendimientos satisfactorios. Sin embargo, no se debe descuidar el riesgo de desarrollo de resistencia a este producto por parte del insecto.
Referencias Engel M., Fernández O., Jeske H. & Frischmuth T. 1999. Molecular characterization of a new whitefly-transmissible bipartite genome geminivirus infecting tomato in Panama. Molecular Plant Microbe Interaction. Ferrnández, O; Osorio O & FrischmuthT. 1998. Detección de Geminivirus en Malezas Asociadas al Cultivo de Tomate en Panamá. Memoria VII Taller Latinoamericano y del Caribe de Mosca Blanca y Geminivirus. Nicaragua. Guerra, .A., Fernández, O., Murillo, A. & Name A. 2000. Whitefly survey results for Panama. (Inédito). Vazquez L. 2000. Informe final de la Consultoria del Proyecto FAO TCP PAN 8922. Zachrisson B., & Poveda J. (1992) La mosca blanca en Panamá. In Hilje L. & Arboleda O. (eds.) Las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en América Central y el Caribe. CATIE.
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INFORME DE CUBA Luis L. Vázquez1, Olympia Gómez2, Gloria González1 y Madelaine Quiñones 3 1
Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV). Ministerio de la Agricultura. Ciudad de La Habana. Fax: (537) 240535; E-mail:
[email protected] 2 Instituto de Investigaciones Hortícolas "Liliana Dimitrova". Quivicán, La Habana. 3 Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA). San José de las Lajas, La Habana. E-mail:
[email protected]
Introducción Bemisia tabaci aún es la especie de Aleyrodidae de mayor importancia en cultivos anuales. Murguido et al. (1997) presentaron detalles sobre el inicio de esta problemática en Cuba,
las características de su manifestación y los principales componentes del programa de manejo. Posteriormente, Vázquez et al. (1998) actualizaron la información sobre la situación en el país. Más recientemente, Faure et al. (2000) ofrecieron un resumen para el cultivo del frijol.
Distribución geográfica está ampliamente distribuida en el país, tanto en los agroecosistemas ubicados al nivel del mar, como en la montaña. La mayor ocurrencia de este insecto se da en las siembras de la época de frío (octubre-abril), que es cuando se cultiva la mayor intensidad y diversidad de hortalizas y otros cultivos anuales. En las siembras de primavera-verano (mayo-agosto ) la incidencia es menor.
B. tabaci
Biotipos Se mantiene la presencia predominante y amplia distribución del biotipo B (conocido también como B. argentifolii).
Hospedantes Las plantas hospedantes de B. tabaci en el país aparecen enumeradas en Vázquez et al. (1996). De los geminivirus, para el Virus del Encrespamiento Amarillo de la Hoja del Tomate (TYLCV) aparecen en González (1995), y para el Mosaico Dorado del Frijol (BGMV) en Blanco y Bencomo (1981). se hospeda en numerosas especies de plantas, cultivadas y arvenses. Las mayores poblaciones de formas inmaduras colonizando las hojas se observan en col o repollo ( Brassica oleracea, var. capitata), pepino (Cucumis sativus), berenjena (Solanum
B. tabaci
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melongena)
y frijol (Phaseolus vulgaris ), aunque en otros cultivos también puede manifestarse en altas poblaciones. En tomate ( Lycopersicon esculentum) las mayores densidades de formas inmaduras se observan al final de la temporada del cultivo (fructificación-cosecha).
Daños e importancia La principal afección por B. tabaci en Cuba se debe a la transmisión de geminivirus, particularmente el TYLCV en tomate y el BGMV en frijol (Murguido et al. 1997). Los estudios acerca de la caracterización y diagnóstico de begomovirus por métodos biológicos y moleculares se han incrementado en años recientes, y de esta forma se han detectado en Cuba el Virus Taíno Moteado del Tomate (Ramos et al. 1997), y el Virus Habana del Tomate (Martínez 1998). Por otra parte, el Virus del Encrespamiento Foliar del Tabaco (TLCV) presente en Cuba y caracterizado de forma biológica por Quintero y Santiesteban (1979), fue estudiado por las técnicas de PCR y RFLP y Southern Blot, determinándose que es un geminivirus que no coincide con los otros señalados en Cuba. Por tanto, han continuado las investigaciones en este sentido, al igual que con el BGMV, para el cual se mantienen los estudios de secuenciación de diferentes aislamientos. Por último, se determinó biológica y molecularmente la presencia del Taïno Moteado del Tomate en el cultivo de papa (Marlene Cordero, com. pers.) dirigiéndose actualmente las investigaciones hacia el comportamiento de las variedades ante esta enfermedad. Asimismo, se ha iniciado la búsqueda de marcadores moleculares asociados al carácter resistencia al TYLCV en el tomate.
Manejo En la actualidad continúa el programa de manejo integrado de plagas (MIP) informado por Murguido et al. (1997), del cual se ha logrado consolidar y generalizar las siguientes tácticas: a. Coordinaciones territoriales para el plan de semilleros, la programación de las siembras, las medidas legales, la capacitación pre-temporada, las inspecciones estatales sobre el saneamiento antes de las siembras y la producción local de bioplaguicidas. b. El uso de variedades tolerantes de tomate se mantiene como una estrategia básica en el programa. c. La realización correcta de la etapa de semillero, así como la selección de plántulas.
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d. El seguimiento periódico de la plaga (individuos migratorios y colonias) y de la manifestación de geminivirus en tomate y frijol. e. La estrategia que combina las aplicaciones de insecticidas sintéticos con la Tabaquina (insecticida botánico derivado del tabaco, preparado localmente) y el bioplaguicida Vertisav 57 (a base del hongo Verticillium lecanii). El programa de manejo se aplica en más del 50 % del área cultivada de tomate, tanto en el sector estatal como en el cooperativo. La siembra de cultivares tolerantes al TYLCV asciende a 4 200 ha, que representan el 20% de la superficie de tomate sembrada en la temporada 1999-2000. Se continúa con la producción de semilla de cultivares tolerantes, tanto de tomate como de frijol. Se han obtenido híbridos F1 con resistencia al TYLCV en tomate. Como resultado, se ha logrado reducir a un tercio el número de aplicaciones anuales de insecticidas sintéticos, debido a las alternativas de uso de la Tabaquina y el Vertisav 57. El uso del imidacloprid, tanto en tratamientos a la semilla, como al suelo o la planta, se ha generalizado, aunque aún se emplea el endosulfán y otros insecticidas. De forma general, se ha logrado reducir a menos de dos el número de tratamientos foliares con insecticidas sintéticos. Un aspecto relevante es que desde los años 1998-1999 se han incrementado los agricultores que siembran maíz (Zea mays) en barreras o intercalado en franjas, tanto en el tomate como en el frijol.
Organización A nivel de provincia funcionan las Comisiones Provinciales, principalmente donde están las mayores áreas de producción de tomate y frijol. Estas comisiones adecúan el programa de manejo a cada localidad, teniendo presente las características propias de cada temporada. Además, implantan medidas de carácter organizativo y legal, ya que son comisiones con gran autoridad, bajo el respaldo del Ministerio de la Agricultura en el territorio respectivo. Las mismas son dirigidas por el servicio de Sanidad Vegetal y reciben el apoyo de los institutos de investigaciones y sus estaciones experimentales locales. El Centro Nacional de Sanidad Vegetal (CNSV), junto con el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) y el Instituto de Investigaciones Hortícolas "Liliana Dimitrova" (IIHLD) son las instituciones que dirigen el programa nacionalmente, como integrantes principales de la Comisión Nacional. Otras instituciones científicas participan también, principalmente realizando investigaciones en apoyo a este programa, como son el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT), el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias "Jorge Dimitrov".
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Literatura citada Blanco, N. & I. Bencomo. 1981. Presencia del virus del mosaico dorado del frijol en Cuba (BGMV). Cienc. Agric. 9: 118. Faure, B., M. Chailloux & L.L. Vázquez. 2000. Región Caribe: Cuba. In El Mosaico Dorado y otras enfermedades del frijol común causadas por geminivirus transmitidos por mosca blanca en América Latina. 1960-2000, 40 años de investigación colaborativa. F. Morales (ed.)., CIAT (Palmira, Colombia). p. 49-54 González, G.A. 1995.Virus del encrespamiento amarillo de la hoja del tomate (TYLCV) en Cuba. Caracterización, incidencia y elementos de lucha para el programa de manejo integrado en el cultivo del tomate. 100 p. Tesis Doctor en Ciencias Agrícolas. Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal. Ciudad de La Habana. Martínez, Y. 1998. Contribución al conocimiento del geminivirus que afecta el cultivo del tomate ( Lycopersicon esculentum Mill) en Cuba. Tesis Doctor en Ciencias Agrícolas. Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal. Ciudad de La Habana. Murguido, C., L.L. Vázquez O. Gómez & A. Mateo. 1997. Informe sobre la problemática mosca blanca-geminivirus en Cuba. Boletín Técnico No. 5. INISAV, Ciudad de La Habana. 13 p. Quintero, S. & V. Santiesteban.1979. Virus del encrespamiento foliar del tabaco ( Tobbaco left curl virus). Agrotecnia de Cuba 11(1). Ramos, P.L., O. Guerra, P. Peral, P. Oramas, R.G. Guevara & R. Rivera-Bustamante. 1997. Taino Tomato Mottle Virus, a new bipartite geminivirus from Cuba. Plant. Dis. 81 (9): 1095. Vázquez, L.L., M. de la Iglesia; A. Mateo & M. Borges. 1996. Plantas hospederas de Bemisia tabaci (Homoptera:Aleyrodidae) en Cuba. Rev. Biol. Trop. (Costa Rica). 44 (3)/ 45(1): 143-148. Vázquez, L.L., C. Murguido, O. Gómez, A. Casanova, G. González, Y. Martínez & B. Faure. 1998. Las moscas blancas y geminivirus en Cuba. Situación actual. In VII Taller Latinoamericano sobre Moscas Blancas y Geminivirus. Managua, Nicaragua. 26-30 de octubre.
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INFORME DE LA REPUBLICA DOMINICANA Augusto Villar1, Porfirio Alvarez1, Vinicio Escarramán1 y Emigdio Gómez2
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Programa Nacional Manejo Integrado de Plagas, Calle Euclides Morillo, No.51, Arroyo Hondo. Santo Domingo, República Dominicana. Fax: (809) 563-6181. E-mail:
[email protected] 2 Representante Técnico de Desarrollo, ZENECA Agrícola, CA & RD. E-mail: egomezrs @codetel.net.do
Introducción En el valle de Azua se inician actividades agrícolas con el cultivo de caña en la década de los 50. Años después, este renglón es sustituido por la producción de musáceas y sisal. A finales de los años 70 se concreta, a través del Instituto Agrario Dominicano (IAD) el proyecto Yaque del Sur Azua (YSURA), iniciándose con unas 200 ha, la producción de cultivos de ciclo corto. La región norte está enclavada en lo que se denomina como Valle del Cibao y la Noroeste se extiende hasta la frontera con Haití, con una agricultura diversificada, ambas con una extensión que comprende más del 30% del territorio dominicano, prevaleciendo desde hace más de 50 años una gran variedad de cultivos, tales como banano, yuca, café, cacao, tabaco, tomate y hortalizas. El valle de Azua fue la primera zona afectada por Bemisia tabaci con categoría de plaga. Un evidente mal manejo del complejo de plagas imperantes en los valles de Azua, San Juan y el Cibao fue una de las causas de que al final de 1988 hiciera explosión dicha especies. Otros factores fueron la siembra intensiva en monocultivo, el uso de variedades tradicionales, un manejo agrotécnico inadecuado, la falta de zonificación de los cultivos, sin vedas, y el uso inadecuado de los plaguicidas. Estas condiciones provocaron que en cultivos de importancia para la economía de la región, tales como tomate, habichuela, berenjena, melón, algodón, pepino y sandía, se registrara entre1989 y 1993 pérdidas anuales estimadas en más de RD$ 100 millones, debido a los daños de B. tabaci y los geminivirus. Al hacer explosión B. tabaci en 1988, hizo grandes estragos como plaga directa, pero en el 1990 aparece en la región sur del país un complejo de geminivirus transmitido por ella, en las mismas zonas agrícolas donde esta plaga había hecho explosión dos años antes. Esta situación hizo que entre 1992-1994 la virosis se extendiera a la mayoría de las regiones productoras del país, incrementando las pérdidas y originando la desaparición de algunas agroempresas dedicadas a la explotación de los cultivos afectados. Esto sucedió sobre todo con el melón, ají y berenjena, cuyo destino era los EE.UU. y Europa, y el tomate industrial para el procesamiento en la industria local. A partir de 1990, con la ejecución de prácticas de investigación y validación, así como la consecuente transferencia de tecnología, se desarrolla un conjunto de medidas, a cargo del equipo técnico del Programa Nacional Manejo Integrado de Plagas, con la participación de las agroempresas y los productores, lo que permite la recuperación de los cultivos afectados por mosca blanca y virosis en las regiones citadas. En la actualidad se están
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obteniendo excelentes cosechas de tomate industrial, melón y otras hortalizas, lo que se podría definir como el manejo sostenible de estos rubros en presencia del complejo mosca blanca-geminivirus.
Distribución geográfica De las 22 especies de mosca blanca reportadas en la República Dominicana, solo B. tabaci y Trialeurodes vaporariorum se consideran de importancia económica. La última predomina en zonas de mayores altitudes (>1000 msnm), como Constanza, Valle Nuevo y San José‚ de Ocoa. Por su parte, B. tabaci tiene mayor incidencia en las zonas bajas (<200 msnm). Las demás especies están reportadas en prácticamente toda la geografía nacional; aunque aperece en todo el territorio, no es una plaga de importancia económica fuera de las regiones sur y noroeste, lo que está relacionado al tipo de explotación agrícola de cada región. En dichas regiones se registran las más altas poblaciones entre enero y mayo. Esto asegura que al inicio de la zafra de tomate industrial, melón y otras hortalizas haya bajas poblaciones (entre septiembre y diciembre).
Biotipos En un inventario realizado en coordinación con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con muestras procedentes del sur y el noroeste del país en los cultivos de tomate, berenjena, melón y okra, sólo se determinó la presencia de los biotipos A y B de B. tabaci, mediante el análisis de PCR
Hospedantes Cultivos. B. tabaci se ha registrado en tomate, tabaco, berenjena, melón, sandía, pepino, okra, ajíes, auyama, algodón, frijol y otras cucurbitáceas del Asia oriental cultivadas en el,país para el mercado de las comunidades étnicas radicadas en los EE.UU. Malezas. En el país se ha reportado una amplia lista de malezas hospedantes de B. tabaci y geminivirus, la cual se incluyó en informes previos. En la actualidad se realizan investigaciones en la búsqueda de nuevos hospedantes del complejo mosca blancageminivirus (Dr. Robert Gilbertson, com. pers.). Daños e importancia económica Actualmente se siembran 10.000 ha de tomate industrial entre las regiones sur y noroeste, con un rendimiento promedio de 32 t/ha. Esto implica una producción total de 320.000 t de materia prima para la industria de pasta. Asimismo, la actividad involucra unos 3500 pequeños y medianos productores, quienes emplean a más de 7000 personas. La inversión
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promedio es de RD$ 14310/ha (US$ 1 = RD$ 16.50) para la fase de la producción de la materia prima al nivel de campo, lo que representa una inversión total de RD$ 144 millones, sin incluir lo concerniente a procesamiento, mercadeo y venta del producto terminado. Antes de iniciar las actividades de manejo integrado de plagas (MIP) en este cultivo, se hacía un promedio de 11 aplicaciones de plaguicidas/ ciclo vegetativo, y cada aplicación representaba un costo mínimo de RD$ 715/ha. En la actualidad, el promedio de aplicaciones de plaguicidas es de cuatro, lo que se traduce en una disminución de siete aplicaciones, con un ahorro de inversión para los productores de RD$ 5009/ha por ese concepto. Durante la zafra tomatera de 1992-1993 hizo la explosión el geminivirus TYLCV, lo que provocó que las plantaciones de tomate fueran abandonadas, y las agroindustrias debieron recurrir a la importación de materia prima equivalente a 45.000 t entre 1992 y 1995. Durante las dos zafras subsiguientes subsiguientes los rendimientos rendimientos fueron fueron inferiores a 15 t/ha, lo que implicó un déficit de materia prima durante tres años, que se tradujo en inversión de divisas en las importaciones de pasta semiprocesada.
Manejo Fitogenético. En el último año se ha continuado trabajando con la introducción y adaptación de nuevos materiales genéticos tolerantes a geminivirus y mosca blanca, sin desestimar las variedades tradicionales que habían demostrado buenas características para enfrentar la problemática. Entre las tradicionales que aún permanecen en la industria tomatera están Nápoli VF, UC-82 y Peto-98. Las de reciente introducción, y con características deseables, son Peto-9543, Peto-111, H-3318, H9425, Colorado y H-1061. Químico. Se están usando con éxito para el control de adultos e inmaduros de B. tabaci, aplicadas en forma alterna desde el semillero hasta seis semanas después del trasplante, los siguientes productos: imidacloprid, como tratamiento a la semilla y aplicado al cuello de la planta, tanto en el semillero como en pos-trasplante; y endosulfan y tiocyclam para el control de adultos, en pos-trasplante. En la actualidad está en proceso de prueba y desarrollo otra molécula del grupo de los neonicotinilos llamada Tiamethoxam. Control biológico. Se continúa trabajando en la preservación de los principales parasitoides y depredadores, a través de la selectividad de los plaguicidas y las prácticas agrícolas. Los depredadores más importantes son coccinélidos y crisópidos, y entre los parasitoides destacan representantes de los géneros Encarsia y Amitus. Prácticas agrícolas. Se ha desarrollado y ampliado la utilización de invernaderos para la producción de plántulas, aunque el uso de otras prácticas ha permitido que también al inicio de la zafra se puedan producir plántulas sanas en campo abierto, previo el establecimiento de una zonificación zonificación de siembra. En años anteriores anteriores se recomendaba la la siembra de hileras hileras intercaladas de sorgo o maíz, lo que en las últimas dos zafras ha sido modificado por la
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siembra del maíz en la periferia de la parcela, para no interferir con el control químico de malezas, mediante el uso de graminicidas. El sorgo ha sido desplazado como barrera viva, porque este cultivo es utilizado para rotación de la superficie sembrada de tomate y ello favorecería el desarrollo de altas poblaciones de la mosquita Contarinia sorghicola. Control legal : Estas medidas se aplican amparadas en una resolución emitida anualmente por el Ministro de Agricultura, la que a su vez se basa en la Ley 4990 de Sanidad Vegetal. Con la medida legal se asegura un período libre (veda) de los cultivos hospedantes de B. tabaci y geminivirus entre junio y septiembre de cada año, previo al inicio de la zafra de tomate, melón, tabaco y frijol, entre otros hospedantes. Para crear alternativas de producción de los cultivos vedados, se han establecido áreas de excepción (desde 1994), alejadas de las regiones tradicionales de siembra. En dichas áreas alternativas los productores tienen la oportunidad producir estos rubros para el abasto de parte de la demanda nacional. En el recién pasado período de veda se han ampliado estas áreas excepcionales, con la finalidad de aumentar la oferta de productos. En el último periodo de veda (junio-septiembre, 2000) se eliminaron unas 2155 ha, entre rastrojos y cultivo en desarrollo, en las regiones tradicionales de siembra del sur y el noroeste. Las medidas de tipo legal son reforzadas todos los años con una amplia campaña de divulgación y capacitación a productores y técnicos vinculados a la producción de los cultivos afectados.
Referencias ASOCIACION DE FABRICANTES DE CONSERVAS DEL AGRO. 2000. Informe anual de la zafra tomatera 99-2000. Santo Domingo. VILLAR, A.; GOMEZ, E.; ALVAREZ, P. 1999. Informe Nacional sobre la situación y manejo de mosca blanca y geminivirus en la República Dominicana. Programa Nacional Manejo Integrado de Plagas, JAD/SEA, Santo Domingo.
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INFORME DE PUERTO RICO Alberto Pantoja e Irma Cabrera Departamento de Protección de Cultivos, Universidad de Puerto Rico. Recinto de Mayagüez. P. O. Box 9030. Mayagüez, Puerto Rico 00681. E-mail:
[email protected]
Introducción Este informe se concentra en Bemisia argentifolii Bellows & Pering, que es la mosca blanca de mayor importancia en las siembras de vegetales y ornamentales en Puerto Rico. El informe enfatiza además los trabajos de manejo integrado de plagas (MIP) y control biológico con esta plaga, en tomate.
Distribución geográfica está presente en toda la isla y ha sido detectada en todas las áreas de producción agrícola. El sur de la isla, por ser el centro de producción de hortalizas para exportación, es particularmente afectado por la plaga. Dicha área, comparada con el resto del país, es de menor precipitación, lo que contribuye a la mayor abundancia del insecto. Durante las épocas lluviosas y de huracanes, su abundancia baja.
B. argentifolii
Biotipos Según Bird y Brown (1998) B. argentifolii desplazó a B. tabaci, al punto que actualmente es difícil hallar a la última especie. El diagnóstico mediante esterasas de insectos recolectados en tomate indica que la única especie presente en este cultivo es B. argentifolii (Bastidas 1999).
Daños afecta la producción de casi todas las leguminosas, solanáceas y cucurbitáceas cultivadas para exportación a los EE.UU. y para el consumo local; además, afecta plantas ornamentales. El daño a hortalizas ha sido mejor cuantificado que en plantas ornamentales y otros cultivos. La capacidad de transmitir geminivirus es considerada una característica de mayor importancia económica que el daño mecánico. En siembras comerciales de tomate de ensalada, el 80-90% de las plantas muestran síntomas de virosis a los 90 dias de trasplante.
B. argentifolii
La abundancia y el daño por B. argentifolii han disminuido considerablemente en los últimos tres años. Al presente y contrario a la situación cinco años atrás (1995), no es
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considerada la plaga principal de las hortalizas. Sin embargo, la alta capacidad vector del insecto hace que los agricultores se mantengan alerta y controlándolo preventivamente.
Manejo Tradicionalmente, el combate químico ha sido la alternativa más usada por los agricultores, y son las formulaciones de efecto residual y de aplicación al suelo, las que han permitido un manejo eficaz. Desde 1996, mediante un programa conjunto entre la Estación Experimental Agrícola de la Universidad de Puerto Rico y el gobierno federal, a través del USDA (APHIS-PPQ), se han podido liberar más de 850.000 parasitoides de mosca blanca, que incluyen a Encarsia formosa , E. sophia (transvena), Eretmocerus mundus, E. hyati, E. emiratus, Eretmocerus sp. (nueva especie), así como al depredador Serangium parcestosus. La reducción en el uso de insecticidas ha permitido el establecimiento de los parasitoides exóticos. Se ha promovido un programa de MIP que involucra la liberación de enemigos naturales y el uso de cultivos refugio para éstos, así como el establecimiento de barreras para reducir el movimiento de B. argentifolii entre predios, permitió una reducción drástica en el uso de productos agroquímicos, de hasta US$500/ha. Este programa fuertemente del establecimiento de cultivos refugio (Crotalaria juncea), cultivos repelentes del vector (Wedelia trilobata) y barreras vivas de caña de azúcar (Saccharum officinarum) previo a la siembra del tomate. El establecimiento de los cultivos refugio y repelentes permite liberar los parasitoides en los cultivos refugio donde no se aplican insecticidas y mantener alta su población. El mayor inconveniente es que los cultivos acompañantes, trampa y barreras deben ser sembrados unos 90 días antes del trasplante del tomate. Actualmente la Estación Experimental Agrícola (EEA) trabaja en la identificación de los mecanismos involucrados en la repelencia de W. trilobata y en la distancia de siembra entre las calles del tomate, requerida para un manejo eficaz. Además, trabaja junto con el USDAPPO-APHIS de Puerto Rico y de Texas en la recuperación de los parasitoides exóticos previamente liberados. Por ejemplo, en ausencia de plaguicidas se ha observado hasta un 90% de parasitismo en soya (Glycine max ). El estudio pretende además determinar las especies exóticas establecidas, su distribución geográfica en la isla y si existe preferencia por los parasitoides exóticos a las diferentes plantas cultivadas. Al menos tres de las especies exóticas liberadas se han establecido, y se recuperó una especie de Encarsia spp. nativa no descrita
Referencias Bastidas, H. 1999. Biocontrol dee Bemisia argentifolii Bellows & Perring (Homoptera: Aleyrodidae) en el cultivo de tomate Lycopersicum esculentum Mill. Tesis de Maestria, Universidad de Puerto Rico, Mayaguez, PR
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Bastidas, H., A. Pantoja, & I. Cabrera. 1998. Manejo integrado del gusano medidor de la soya, Pseudoplusia includens en el sur de Puerto Rico. Proceedings Sociedad Puertorriqueña de Ciencias Agricolas. Carolina, Puerto Rico, Nov. 13 1998. p. 7. Bastidas, H., A. Pantoja, I. Cabrera & C. Torres. 1998.Componentes de investigación para el desarrollo de un programa de MIP en tomate. In Proc. Sociedad Puertorriqueña de Ciencias Agricolas. Lajas, Puerto Rico, Nov. 21 1997. p. 7 Bastidas, H., A. Pantoja, M. Ciomperlik & L. Wiskovitch. 1998. Integration of biological control into management whiteflies on tomato in Puerto Rico. In Proc. 2nd Int. Workshop on Bemisia and Geminiviral Diseases. San Juan, Puerto Rico. Bird, J. & J.K. Brown. 1998. Dispalcement of the sida race of Bemisia tabaci by the b biotype of the B. tabaci complex in Puerto Rico. In Mayer R.T. and D.P. Maxwell (eds.) Int. Workshop on Bemisia and Geminivirus, San Juan Puerto Rico. p. 20. Gabriel N, P. Vazquez. 1999. Bemisia tabaci biocontrol project. In IV Int. Caribbean Conference on Entomology, Florida Entomol. Society and Puerto Rico Entomol. Soc. Annual Meeting, San Juan Puerto Rico. Pantoja, A., H. Bastidas, I. Cabrera & M. Ciomperlink. 1998. Manejo integrado de mosca blanca en tomate: adopción de tecnología. In Proc. Sociedad Puertorriqueña de Ciencias Agricolas. Carolina, Puerto Rico, p. 6. Pantoja, A., I. Cabrera, H. Bastidas & P. Stansly. 1999. Refuge crops enhance whitefly IPM. Biocontrol News and Information 20(4): 113-114 Pantoja, A., H. Bastidas, I. Cabrera, C. Torres, & P. Stansly. 1998. Effect of plant associations on management of the whitefly in commercial tomatoes in Puerto Rico. In Proc. 2nd Int. Workshop on Bemisia and Geminiviral Diseases. June 7-8, 1998, San Juan, Puerto Rico. Pantoja, A., E. Hernández, N. Vicente, J. Ortiz, I. Cabrera, C. Torres, R. Vargas, A. Salazar & H. Bastidas. 1998. Hacia el desarrrollo un programa de manejo integrado de plagas en cultivos de importancia economica en Puerto Rico. In Proc. Sociedad Puertorriqueña de Ciencias Agricolas. Lajas, Puerto Rico, Nov. 21 1997. p. 22. Ramos, S.E., H. Bastidas, I. Cabrera & A. Pantoja. 1999. Effect of Wedelia trilobata on Bemisia argentifolii incidence on tomato in the south coast of Puerto Rico. In IV Int. Caribbean Conference on Entomology, Florida Entomol Society and Puerto Rico Entomol. Soc. Annual Meeting, San Juan Puerto Rico.
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INFORME DE COLOMBIA 1
Javier García González1 y Aristóbulo López-Ávila 2
Investigador Area de Entomología, Programa Nacional de Manejo Integrado de Plagas, MIP. Corpoica, C.I. Tibaitatá . A.A. 240142 Las Palmas, Bogotá, D.C. Colombia. E-mail:
[email protected] 1 Investigador principal, Coordinador Programa Nacional de Manejo Integrado de Plagas, MIP. Corpoica, C.I. Tibaitatá. A.A. 240142 Las Palmas, Bogotá, D. C. Colombia. E-mail:
[email protected]
Introducción Los estudios e investigaciones relacionados con la familia Aleyrodida en Colombia han estado orientados hacia el reconocimiento de las especies que son plagas, incluyendo su distribución en el país, la determinación del impacto socio-económico en las áreas de influencia, el reconocimiento e identificación de los agentes de control biológico y su evaluación, y el desarrollo de estrategias de manejo integrado (MIP) de estas plagas. La revisión de especimenes ubicados en las colecciones del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Universidad Nacional de Colombia (sede de Medellín), permitió determinar la presencia de 62 especies. Además, se obtuvo información sobre la distribución de cada especie, sus plantas hospedantes y sus enemigos naturales. Destacó Trialeurodes vaporariorum por su importancia económica en el país, pues además de sus daños directos puede transmitir el virus del amarillamiento de las venas de la papa, el cual puede ocasionar disminución de los rendimientos hasta en un 55%. Recientemente se efectuó un estudio orientado hacia el reconocimiento, diagnóstico y caracterización de las especies de Aleyrodidae que son plagas en zonas tropicales altas, las cuales incluyeron la zona andina de Ecuador y Colombia, y la zona costera del Pacífico de Ecuador (e islas Galápagos) y la atlántica al norte de Colombia. Dicho estudio, efectuado en forma conjunta entre el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), permitió hacer un diagnóstico inicial de la problemática de estas plagas en el país, la ubicación de las regiones afectadas, su impacto socio-económico, las prácticas de manejo utilizadas, la identificación de sus enemigos naturales y se determinaron los niveles de resistencia de algunas poblaciones a los insecticidas más utilizados para su combate. La mayor parte de la información presentada a continuación proviene de dicho estudio.
Especies y biotipos En la primera fase del estudio sobre las especies se visitaron 382 predios y se entrevistó a 274 productores y a 168 profesionales agrícolas. El 94% de ellos manifestó que T. vaporariorum es la especie predominante en el trópico alto y valles interandinos de Colombia y Ecuador, y se encuentra a altitudes entre 400-3000 m. El 91% mencionó el
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predominio de Bemisia tabaci en las zonas costeras antes indicadas. Entre 70-88% de los entrevistados conocen ambas plagas y el 60% la consideran un problema importante. Se detectó la existencia de los biotipos A y B de B. tabaci, mientras que no se determinaron razas para T. vaporariorum. El biotipo B ataca algodón, tomate, melón, col, y berenjena, principalmente, en la costa atlántica del país (desde Córdoba hasta la Guajira), mientras que en el interior del país ataca tabaco, melón y auyama (Cucurbita maxima) (en Tolima) y poinsetia (en el Valle del Cauca). Por su parte, la distribución del biotipo A se restringió a los departamentos de Córdoba, Valle del Cauca y Huila. Además, unas pocas muestras tomadas en yuca fueron identificadas como Aleurotrachelus socialis, Bemisia tuberculata y Trialeurodes variabilis.
Enemigos naturales En el reconocimiento e identificación de enemigos naturales, se tomaron 179 conjuntos de datos, dentro de los que se incluyeron muestreos biológicos para identificar parasitoides, depredadores y entomopatógenos. De las especies de mosca blanca registradas en el estudio se identificaron las siguientes especies de parasitoides: Encarsia nigricephala, E. pergandiella, E. formosa, E. hispida, E. strenua, E. mineoi, Encarsia sp., Metaphycus sp., Eretmocerus sp. (Hymenoptera: Aphelinidae), así como Amitus fuscipennis (Hymenoptera: Platygasteridae). Las especies de depredadores fueron Delphastus pusillus, Hyperaspis festiva, Delphastus sp., Nephaspis sp. (Coleoptera: Coccinellidae), Geocoris sp. (Hemiptera: Lygaeidae), Chrysopa sp. (Neuroptera: Chrysopidae) y algunos arácnidos. En cuanto a los entomopatógenos, se hallaron los hongos Verticillium lecanii, Fusarium sp. y Paecylomices sp. De todos ellos, E. nigricephala, D. pusillus y V. lecanii fueron los más ampliamente distribuidos en el país, así como los más promisorios por su adaptabilidad a diferentes condiciones ambientales.
Manejo Puesto que el uso de insecticidas es común, se realizó un diagnóstico al respecto, el cual reveló que la mayoría de los agricultores utiliza insecticidas convencionales en las zonas altas y valles interandinos (88%) y en la zona costera ( 93%). En promedio, el 60% hace la primera aplicación entre la siembra y la primera semana de edad del cultivo. Se realizan seis a siete aplicaciones por temporada con organofosforados (52-64%) y organofosforados y piretroides (16-24%). Se usan hasta 36 marcas, correspondientes a 32 ingredientes activos, distribuidos así: organofosforados (42%), carbamatos (11%), piretroides (12%) y de nueva generación (29%). La eficiencia del método químico es cuestionable, pues el 46% de los agricultores mencionan que han abandonado alguna vez el cultivo por mal control y cerca del 40% estima pérdidas de 50-100%.
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Asimismo, una investigación relacionada con niveles de resistencia de poblaciones de T. vaporariorum al metomil, metamidofos y cipermetrina, en 40 localidades, se determinó que la plaga mostró resistencia baja al metomil, de intermedia a alta a la cipermetrina (en nueve localidades) y muy alta al metamidofós en la mayoría de las localidades. Por su parte, el biotipo B de B. tabaci fue muy resistente al metomil (en nueve de 13 localidades estudiadas), así como al metamidofóos (en toda la costa atlántica de Colombia) y medianamente resistente a la cipermetrina (en tres localidades de la costa atlántica). En la búsqueda de soluciones a estos problemas, se han efectuado experimentos replicados, en fincas de agricultores, para evaluar un plan de MIP contra T. vaporariorum. Al comparar tres esquemas de manejo (MIP, agricultor y solo insecticidas), en áreas de alta incidencia de la plaga el primero permitió reducir el número de aplicaciones en 54%, y los costos de producción en 18%, con respecto al segundo (agricultor); además, existió una ventaja económica para el esquema MIP y no hubo diferencias en el rendimiento o calidad entre los tres esquemas. El esquema MIP consistió en combinar prácticas agrícolas con la utilización de insecticidas granulares a la siembra, más insecticidas foliares aplicados según umbrales de acción. En la actualidad, un enfoque de las investigaciones realizadas en el país para el control de moscas blancas ha sido la evaluación componentes individuales de MIP, entre las que resaltan las referidas a insecticidas de nueva generación y a la evaluación de organismos benéficos. Por ejemplo, en experimentos realizados en Sumapáz (Cundinamarca), se demostró la actividad del insecticida imidacloprid que, al ser aplicado a las semillas de habichuela, dio protección eficiente durante 40 días. En condiciones de alta presión de población de mosca blanca solo fue necesario complementarla con algunas aspersiones foliares de este mismo ingrediente activo, en comparación con las aplicaciones semanales que realiza el agricultor. De los organismos benéficos evaluados para el manejo de T. vaporariorum se ha trabajado con insectos entomófagos y hongos entomopatógenos. Se han realizado estudios de biología, hábitos, comportamiento y eficiencia controladora de los parasitoides A. fuscipennis y E. formosa , y del depredador D. pusillus. se ha encontrado en varias regiones atacando a T. vaporariorum en el campo y ha mostrado ser eficiente si se le suministran condiciones favorables (baja presión de insecticidas y un adecuado manejo de socas de los cultivos). Este parasitoide ha sido estudiado en detalle en el laboratorio, incluyendo aspectos de su ciclo de vida, comportamiento y parámetros poblacionales, y además se han establecido parámetros para su cría masiva. Otro parasitoide estudiado en detalle es E. formosa, el cual se ha introducido en el país varias veces. Se ha logrado establecer en cultivos bajo invernadero y, aunque no se produce actualmente en forma masiva, se han desarrollado estudios sobre técnicas de producción masiva; para el campo abierto, dicho parasitoide presenta desventajas y no ha sido posible utilizarlo. Entre los depredadores, D. pusillus es quizás la
A. fuscipennis
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única especie investigada. Los estudios han estado dirigidos a determinar sus características biológicas y su comportamiento, con énfasis en el consumo de presas. En el caso de los hongos entomopatógenos las investigaciones están más avanzadas y se cuenta con productos preformulados y formulados, listos para su comercialización. Se ha trabajado con el hongo Beauveria bassiana para el control de T. vaporariorum, y ya se cuenta con un producto formulado. Asimismo, ya se dispone de preformulaciones y formulaciones de V. lecanii contra dicha plaga. En tal sentido, se seleccionaron dos cepas nativas de V. lecanii con alta actividad contra la plaga, se estandarizó una técnica de producción masiva artesanal y se realizaron estudios iniciales de preformulación. Se obtuvo un polvo mojable que, al ser evaluado en el campo, produjo niveles de control del 35%, superando a un bioplaguicida comercial (20%); además, se demostró que este preformulado no afecta adversamente las poblaciones de A. fuscipennis.
Perspectivas Con la revisión hecha sobre las investigaciones realizadas en Colombia para el control de las moscas blancas, y los avances que se han obtenido en materia de control biológico, las perspectivas en el uso de estos agentes son amplias. Ante la amenaza que estas plagas representas para un gran número de cultivos y las enormes pérdidas que éstas ha ocasionado en algunas de las áreas agrícolas más importantes del país, es necesario intensificar las investigaciones en los campos en los cuales el conocimiento es insuficiente para dar respuesta y soluciones satisfactorias a esta problemática. Las principales áreas en las cuales es necesario intensificar la investigación son: conocimiento profundo de la biología y ecología de las especies promisorias; determinación y estandarización de las técnicas, tanto de producción masiva como de utilización, bajo condiciones climáticas diferentes y variables; utilización de las técnicas modernas de la ingeniería genética en la manipulación de las características de las especies y razas, para obtener mejores respuestas frente a factores adversos; obtención y manejo de información sobre dinámica de poblaciones y sus interacciones en los diferentes niveles tróficos, para la formulación de modelos matemáticos que conduzcan a la utilización óptima y eficiente de los enemigos naturales en el control de la plaga.
Referencias Alzate AM, Luque JM, Suarez MR.1994. Cria masiva de Encarsia formosa. Manejo integrado de mosca blanca y técnicas de aplicación de pesticidas. Seminario comité regional de Cundinamarca. Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá, Colombia. p. 67-76.
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López-Ávila A. 1993. Avance y perspectivas del control biológico de las moscas blancas. Simposio moscas blancas. Memorias XX congreso de la Sociedad Colombiana de Entomología (Socolen) . Julio 13-16. Cali, Colombia. p. 303-314 Orozco O, Abella F, Pinzón C. 1994. Imidacloprid herramienta de la química del futuro dentro de un manejo integrado de mosca blanca. Manejo integrado de mosca blanca y técnicas de aplicación de pesticidas. Seminario comité regional de Cundinamarca. Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá, Colombia. p. 99-108 Pachon Barinas P. 1997. Evaluación del efecto de microorganismos entomopatógenos para el control de la mosca blanca de los invernaderos sobre la actividad parasítica de Amitus fuscipennis. Desarrollo de tecnologías para el manejo integrado de la mosca blanca de los invernaderos. Informe final PRONATTA. Santafé de Bogotá (Colombia) p.121-143 Prada PC, Rodríguez A, Cardona C. 1994. Evaluación de un sistema de manejo integrado de plagas de la habichuela en la provincia de sumapáz (cundinamarca). Manejo integrado de mosca blanca y técnicas de aplicación de pesticidas. Seminario comité regional de Cundinamarca. Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá, Colombia. p. 67-76 Quintana M, Vanegas C. 1997. Producción masiva y preformulación de Verticillium lecanii (Zimm.) Viegas para el control microbiológico de la mosca blanca de los invernaderos Trialeurodes vaporariorum (Westwood). Trabajo de grado. Universidad colegio Mayor de Cundinamarca. Facultad de Bacteriología. Santafé de Bogotá (Colombia). p. 123 Quintero C, Rendón F, García González J, Cardona C, López-Ávila A. 1999. La problemática de las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en cultivos anuales en el trópico alto, valles interandinos y costas de Colombia y Ecuador: 2. Especies y biotipos. Resumenes XXVI Congreso de la Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá (Colombia) p. 79. Rendón F, García J, Valarezo O, Cardona C, López-Ávila A, Bueno J, Ramirez J. 1999a. La problemática de las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en cultivos anuales en el trópico alto, valles interandinos y costas de Colombia y Ecuador: 1. Caracterización y diagnóstico general. Resúmenes XXVI Congreso de la Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá (Colombia). p. 78. Rendón F, García J, Valarezo O, Cardona C, López-Ávila A. 1999b. La problemática de las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en cultivos anuales en el trópico alto, valles interandinos y costas de Colombia y Ecuador: 3. Patrones de uso de insecticidas. Resúmenes XXVI Congreso de la Sociedad Colombiana de Entomología. Santafé de Bogotá (Colombia). p. 80. Saldarriaga A, Posada, JF. 1993. Moscas blancas de Colombia: reconocimiento, clasificación daños y comportamiento. Simposio moscas blancas. XX congreso de la
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INFORME DE VENEZUELA 1
Jorge Salas 1 y Eustaquio Arnal2 INIA, Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Lara. Apdo. postal 592. Barquisimeto, Lara, Venezuela. E-mail:
[email protected] 2 INIA, Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias. Apdo. postal 4653. Maracay. Aragua. Venezuela. E-mail:
[email protected]
Introducción Este informe se refiere especialmente a Bemisia tabaci (Gennadius), que es la especie de Aleyrodidae de mayor importancia económica en Venezuela, por su amplio ámbito de plantas hospedantes, que incluye cultivos, así como plantas ornamentales y silvestres. En orden secundario de importancia se ubican Trialeurodes vaporariorum, de reciente aparición en el país causando daños de importancia en tomate, caraota (Phaseolus vulgaris) y fresa, así como Aleurothrixus sp. en banano. Este informe complementa los presentados por Salas y Mendoza (1995) y Salas y Arnal (1997).
Distribución geográfica ha sido reportada en 12 de los 23 estados del país, a altitudes entre 10-1500 m, con alta probabilidad de estar en todo el país, que presenta dos períodos climáticos definidos, uno lluvioso (abril-octubre) y otro seco (noviembre-abril). El insecto se mantiene activo todo el año, pero sus poblaciones son mayores en la estación seca. Afecta 144 plantas cultivadas, ornamentales y silvestres (Arnal et al. 1993a, 1993b).
B. tabaci
Especies, biotipos y geminivirus En Venezuela se han registrado especies pertenecientes a los siguientes géneros: Aleurocanthus, Aleurodicus, Aleuroglandulus, Aleuroplatus, Aleurothrixus, Aleurotrachelus, Aleurotulus, Aleyrodes, Bemisia, Ceraleurodicus, Crenidorsum, Dialeurodes, Eudialeurodicus, Hexaleyrodes, Lecanoideus, Leonardius, Minutaleyrodes, Parabemisia, Paraleurobulus, Paraleyrodes,Siphoninus, Tetralicia cercano Tetraleurodes (nuevo género) y Trialeurodes.
En 1999 se detectó el biotipo B de B. tabaci (o B. argentifolii) en muestras de auyama (Cucurbita maxima), melón y pepino (Cucumis sativus), en las localidades de Quíbor y y Siquisique (Estado Lara), así como en tomate, pepino y auyama en Guanayen y El Cortijo (Valle de Tucutunemo. Estado Aragua), también se detectó el biotipo A (Salas y Arnal 2000). Ambos biotipos fueron determinados por especialistas del Proyecto Mosca Blanca-CIAT (Sustainable Integrated Management of Whiteflies as Pests and Vectors of Plant Viruses in the Tropics). Asimismo, se han observado los síntomas de maduración irregular de frutos en
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tomate y hoja plateada en auyama. Los geminivirus que han sido identificados son: Mosaico Amarillo del Tomate (TMV), Mosaico Dorado de la Caraota (BGMV), Mosaico Amarillo de la Papa (PYMV), Mosaico de las Euforbiáceas, Virus del Grupo del Tabaco, Mosaico de las Malváceas. En tomate se han observado dos síntomas de geminivirus, aun no descritos: a) encrespamiento de los folíolos ("engrifado"), que hace que la lámina se arrugue y adquiera un aspecto áspero como el estereofom, y b) el doblado de los folíolos hacia arriba (del envés hacia el haz), parecido causdao por el Tomato Leaf Curl Virus (TLCV). Además, en melón se ha observado un síntoma que se asemeja al Lettuce Infectious Yellow Virus (LIYV).
Daños causados B. tabaci ha sido reportada en los siguientes cultivos: tomate, tabaco, papa, berenjena, aji dulce (Capsicum annuum), melón , auyama (Cucurbita maxima), calabacín (Cucurbita pepo), patilla (Citrullus vulgaris), pepino, caraota (Phaseolus vulgaris), soya, maní, algodón, girasol,
ajonjolí, yuca, lechuga, repollo y batata. También se ha reportado en numerosas plantas ornamentales , malezas y silvestres, en varias familias (Arnal et al. 1993a, 1993b) Los principales daños causados se debewn a geminivirus o al daño físico, ya sea directo (por la succión de savia, que afecta el desarrollo normal de la planta, o indirecto, mediante secreciones azucaradas ("melao"). Este último es de gran importancia cuando las poblaciones son muy altas, ya que la secreción cubre y mancha el área foliar y el producto a cosechar, debido al desarrollo de hongos saprófitos (fumaginas). Aun cuando las estadísticas no son muy precisas, en la última década, las pérdidas económicas han sido grandes, de entre 2060% en tomate (dependiendo del estado de desarrollo en el cual ocurre la inoculación viral), 30- 60% en tabaco y 20-60% en melón.
Manejo A nivel de los semilleros, se emplean dos técnicas. Una es la utilización de semilleros cubiertos con malla fina (TRICAL 01-435), construidos en forma de túnel, con tripa de pollo. Se deben establecer antes de la germinación. Para su utilización, debe modificarse el riego, sin regar en exceso, y deben controlarse preventivamente las enfermedades. La aceptación de ésta práctica ha sido baja y lenta, pero cada vez tiene más aceptación, debido a la reducción del uso de insecticidas, así como a la calidad de plántulas producidas. La segunda técnica es la utilización de trampas de tonalidad amarillo fuerte (Valencia), las cuales ha resultado de gran utilidad para el monitoreo y/o control de B. tabaci, sin afectar las poblaciones de sus enemigos naturales (Salas 1995). Se recomienda el uso de trampas amarillas adhesivas (impregnadas con un pegamento especial para capturar insectos), a razón de 4 trampas/m2 de semillero.
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En el campo, existen varias opciones de manejo. En primer lugar, el control mediante insecticidas de amplio espectro no ha sido exitoso, debido la gran capacidad de B. tabaci para diseminar los geminivirus; a la baja o nula eficacia de algunos productos; al mal manejo de los mismos, en cuanto al "momento oportuno" de aplicación basado en el monitoreo de sus poblaciones, uso de sobredosis con aplicaciones frecuentes (cada 3-4 días), uso de aguas alcalinas (pH > 7) para insecticidas que actúan efectivamente a pH ligeramente ácidos; y al uso de equipos inapropiados de aplicación. Los insecticidas de nueva generación (imidacloprid, thiomethoxan, abamectina, etc.) han resultado muy eficientes, especialmente para controlar las formas inmaduras de B. tabaci. No obstante, existe la preocupación de que el sobreuso de éstos origine resistencia eventualmente, por lo que debe fomentarse aún más un enfoque de manejo integrado (MIP) del complejo B. tabaci-geminivirus. En relación con el combate fitogenético, aunque todavía en el mercado no hay cultivares resistentes o tolerantes al vector o los geminivirus, algunos de los híbridos actualmente sembrados pueden tolerar mejor ya sea el daño físico de B.tabaci o el efecto de los geminivirus, y mostrar un aceptable desarrollo y altos rendimientos, en comparación con las variedades disponibles. En cuanto al control etológico, se emplean trampas amarillas adhesivas, ya sea para el monitoreo o el control. En el primer caso, se usan 10 trampas/ha (dispuestas en dos hileras de cinco trampas, separadas 20 m de los bordes del campo y espaciadas a 60 m entre hileras y 15 m dentro de la hilera). Para el control, se usan 100 trampas/ ha (en 10 hileras separadas a 5 m, y espaciadas 10 m entre hileras y 10 m dentro de la hilera). Las trampas deben remplazarse cuando se llenan de insectos o pierden su adhesividad. De las prácticas agrícolas existentes, hay dos que se utilizan en el país. Una es el uso del pepino como "cultivo trampa", para lo cual se deben sembrar dos hileras a ambos lados de 10-20 hileras de tomate, lo cual se hace cinco días después del trasplante del tomate. La otra son las coberturas vegetales secas ("mulch"), de cascarilla de arroz, tamo de maíz, sorgo, caña de azúcar, etc., las cuales deben colocarse entre las hileras de tomate después del transplante, el arrime y el aporque; éstas ejercen un efecto repelente sobre B. tabaci y mejoran la estructura del suelo al incorporarlas. En cuanto al control biológico, la aplicación racional de plaguicidas sintéticos (insecticidas, fungicidas etc.), promueve la acción de enemigos naturales (parasitoides, depredadores y hongos entomopatógenos), que están presentes en forma natural en los agroecosistemas. Estos incluyen las siguientes especies: Amitus, Encarsia, Eretmocerus y Signiphora, siendo Encarsia la más frecuente y numerosa, con seis especies reportadas para Venezuela. Igualmente, el hongo Cladosporium herbarum atacando a Bemisia, Aleurothrixus y Dialeurodes. La acción de estos organismos puede incrementarse con la utilización de los siguientes agentes de control biológico. En primer lugar, aplicar los hongos Verticillium lecanii (Vertibiol) o Paecilomyces fumosoroseus (Bemisin) en dosis de 300 g/ha, y hacerlo a partir de la 17 h, ya que actúan bien a una humedad relativas igual o superior a 60%; no deben mezclarse con fungicidas, ni con plaguicidas que no sea compatibles. Además, se recomienda utilizar ya sea parasitoides ( Encarsia, Eretmocerus,etc.) o depredadores
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(Orius insidiosus, Chrysoperla sp, Delphastus pusillus y otros Coccinellidae). En relación con el combate químico, se tienen experiencias positivas al utilizar los siguientes insecticidas (a las dosis/ ha indicadas entre paréntesis): azadiractina (Sukrina,1000 ml); extracto de ajo (Garlic Barrier, 1000 ml), mezclado con Bio-Spray o aceite de pescado en partes iguales; imidacloprid (Confidor, Relevo, 500 ml); thiamethoxan (Actara, 400 g); abamectina (Vertimec, 500 ml); bifentrina (Brigade, 1000 ml); endosulfán (Thionil,Thiodan, 1000 ml); cipermetrina (Fenom 200, Arrivo, Nurelle, Sherpa, 1000 ml); alfacipermetrina (Fastac, Dominex, 400 ml); buprofezina (Applaud, 400 g); buprofezina + lambdacyalotrina (Applaud 400 g + Karate 1000 ml); y alfacipermetrina + metamidofós (400 ml + 1000 ml). . Finalmente, como complemento de las acciones orientadas al manejo integrado (MIP) del complejo B. tabaci-geminivirus, se han efectuado estudios de carácter bioecológico, para mejorar los métodos de manejo. Esos incluyen estudios sobre el ciclo de vida en tomate (Salas y Mendoza 1995) y la caracterización de la actividad del vuelo de B. tabaci con relación a la altura sobre el suelo, hora del día y orientación con respecto a los puntos cardinales (Salas 1997).
Literatura citada ARNAL, E., L.M. RUSSELL; E. DEBROT; F. RAMOS; M. CERMELI; R. MARCANO; A. MONTAGNE. 1993a. Lista de moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) y sus plantas hospederas en Venezuela. Florida. Entomol. 76(2): 365-381. ARNAL, E.; F. RAMOS; E. DEBROT. 1993b. Plantas hospederas de la mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) en Venezuela. Agronomía Tropical 4(5-6): 267-283. ARNAL, E.; F. RAMOS. 2000. Incorporación de registros de Interés a la lista de moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en Venezuela. Bol. Entomol. Venez. 15(1): 97-107. SALAS, J. 1995. Trampas amarillas en la captura de Bemisia tabaci y sus parasitoides Encarsia y Eretmocerus. Manejo Integrado de Plagas (Costa Rica) 37: 39-42. SALAS, J.; O. MENDOZA. 1995. Biology of the sweetpotato whitefly (Homoptera: Aleyrodidae) on tomato. Florida Entomol. 78(1): 154-160. SALAS, J y O. MENDOZA. 1995. Reporte de Venezuela. CEIBA 36(1): 49-50. SALAS, J. 1997. Caracterización del vuelo de adultos de la mosca blanca Bemisia tabaci en campo sin siembra y dentro de siembras de tomate. In Resúmenes VI Taller Latinoamericano y del Caribe sobre Moscas Blancas y Geminivirus, Santo Domingo, República Dominicana.
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RELATORIO DO BRASIL Francisca Nemaura P. Haji1 , Mirtes F. Lima1 , Flávia R. Barbosa1 , José Adalberto de Alencar1 , Maria Regina V. de Oliveira2, Lúcia Helena A. Araújo3 , Ervino Bleicher4 , Paulo Henrique S. da Silva5 e Jocicler da S. Carneiro5 1 Embrapa Semi-Árido. Cx. Postal 23 CEP 56300-970, Petrolina-PE. E-mail:
[email protected] 2 Embrapa Recursos Genéticos Cx. Postal 02372. CEP 70849-970 Brasília-DF (
[email protected]) 3 Embrapa Algodão Cx. Postal 174 CEP 58107-720, Campina Grande-PB (
[email protected]) 4 Embrapa Agroindústria Tropical Cx. Postal 3761 CEP 60511-110, Fortaleza-CE (
[email protected]) 5 Embrapa Meio-Norte Cx. Postal 01 CEP 64006-220 Teresina-PE (
[email protected])
Introdução No Brasil, a exemplo dos problemas enfrentados pela agricultura mundial com a moscabranca Bemisia tabaci (biótipo B ou B. argentifolii ), esta praga tem ocasionado severos danos às culturas, principalmente, nos sistemas agrícolas irrigados. Com ocorrência assinalada desde o início da década de 90 na região Sudeste, B. argentifolii se disseminou muito rapidamente, tendo atingido, atualmente, 21 estados da federação e o Distrito Federal. Diversos gêneros de moscas-brancas ocorrem no Brasil. Entretanto, B. argentifolii é a espécie mais comum e importante, causando sérios prejuízos em inúmeras culturas de importância econômica, tanto pelos danos diretos como pelos indiretos com a transmissão de viroses.
Biótipos Estudos realizados utilizando adultos de mosca-branca coletados em quinze espécies de plantas hospedeiras provenientes de onze estados brasileiros, demonstraram a predominância do biótipo B nesses estados; os estudos foram realizados por meio do polimorfismo de DNA amplificado ao acaso (RAPD). B. argentifolii encontra-se bastante disseminada no país, atacando as grandes culturas, hortaliças, plantas daninhas e ornamentais. Para a mosca-branca que ataca a mandioca ( Manihot esculenta), os dados indicaram ser um terceiro biótipo, diferente dos biótipos A e B. Pesquisas realizadas sobre a variabilidade genética da mosca-branca Bemisia spp. no Brasil, evidenciaram pela técnica RAPD-PCR a predominância do biótipo B, em quase todo o território brasileiro.
Distribuição geográfica No Brasil, o impacto da B. argentifolii na agricultura, fez-se sentir, inicialmente em 1991, no estado de São Paulo em culturas de importância econômica e em plantas ornamentais;
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em 1993, no Distrito Federal, estados da Bahia e Minas Gerais. Na região Nordeste, onde as condições climáticas associadas à grande diversidade de espécies de plantas hospedeiras, favorecem à manutenção de populações de mosca-branca durante todo o ano, sem interrupção do seu ciclo de vida. No Submédio do Vale do São Francisco, região situada nos Estados de Pernambuco e Bahia, elevadas populações dessa praga foram constatadas pela primeira vez, no final de 1995 em Petrolina, no Estado de Pernambuco em plantas de abóbora. Em 1996, esta praga disseminou-se rapidamente nos diversos municípios desta e de outras regiões dos mencionados estados, atingindo também a partir do referido ano, todos os estados da região Nordeste (Rio Grande do Norte, Ceará e Paraíba, Piauí, Sergipe, Alagoas e Maranhão). Atualmente, B. argentifolii encontra-se distribuída no Brasil nos estados São Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro, Espírito Santo, Paraná, Rio Grande do Sul, Goiás, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Tocantins, Pernambuco, Bahia, Ceará, Paraíba, Maranhão, Piauí, Rio Grande do Norte, Sergipe, Alagoas, Roraima e no Distrito Federal. Pesquisas realizadas no período de 1996 a 1999, demonstraram a ampla disseminação de geminivírus, principalmente em tomateiro, no Submédio do Vale do São Francisco. Em levantamento realizado em 14 municípios dessa região, do total de 1671 amostras de tomateiro, pimentão, feijão, caupi e maxixe, a presença de DNA viral foi confirmada por hibridização, em 995 amostras dessas culturas. Os geminivírus detectados no Brasil até o momento, são do gênero Begomovirus, entretanto, há relato de um possível membro do gênero Curtovirus . Atualmente, pelo menos seis novos geminivírus já foram descritos em tomateiro dos Estados de São Paulo, Minas Gerais, Pernambuco e Distrito Federal. A caracterização molecular parcial de isolados de tomateiro proveniente do Nordeste, sugere que há uma grande diversidade de espécies infectando essa cultura, a exemplo do que vem ocorrendo em outras regiões do Brasil. Outros relatos de geminivírus em tomateiro foram feitos recentemente, nos Estados de Goiás, Sergipe e Ceará, aumentando a área de disseminação de geminiviroses.
Danos e plantas hospedeiras Na prospecção de plantas hospedeiras e dos danos causados por mosca-branca, em espécies de plantas cultivadas e daninhas, realizado no Submédio do Vale São Francisco, no período de 1996 a 1999, foi verificada a presença de ovos e/ou de ninfas de B. argentifolii, em 50 espécies de plantas, pertencentes a 24 famílias botânicas. No tomateiro, observam-se danos diretos e indiretos, sendo a infecção por geminivírus registrada em vários estados brasileiros. Além do tomate, a presença de geminivirus foi confirmada também por meio de sondas moleculares em feijão, pimentão, caupi e maxixe. No Submédio do Vale São Francisco em 1996, a área plantada com tomate foi de 8111 ha, cerca de 11% menor em relação ao ano de 1995, com perdas na produtividade em torno de 30%, com apenas danos diretos. No ano de 1997, com ocorrência de danos diretos e
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indiretos, a redução da área foi de cerca de 50% e a produtividade média em torno de 30 t/ha. No ano 2000, segundo indústrias processadoras dessa região, a área plantada foi de aproximadamente 1500 ha. Em aboboreira, melancia e melão, observa-se apenas danos diretos. No Estado do Rio Grande do Norte, em 1997 o ataque de mosca-branca aumentou os custos de produção do melão, em U$ 100 por hectare, em média. Em feijoeiro, há a ocorrência de danos diretos e indiretos. No Município de Barreiras, no Estado da Bahia, as perdas médias na safra de 1993 ficaram em torno de 30% e o aumento no custo de produção ficaram em torno de U$ 30,00 dólares por hectare. No Estado do Ceará, as perdas na produção de melão, feijão, tomate e pepino foram de até 90%. Em videira, observou-se alta infestação de B. argentifolii e a presença de fumagina em folhas e frutos, tornando-os imprestáveis para a comercialização. Em algodoeiro, verificou-se queda precoce de folhas e o manchamento de fibras devido à deposição de secreções pelo inseto. Em Serra Geral, maior região produtora de algodão do Estado da Bahia, as perdas na produção devido ao ataque da mosca-branca variaram de 50 a 100%. Nas demais culturas não foram observados danos. Em plantas daninhas em geral, verificou-se a presença de adultos, ovos e ninfas de moscabranca B. argentifolii, observando-se sintomas de mosaico amarelo em plantas da família Malvaceae. A presença de ovos e de ninfas de B. Argentifolii foi detectada em 23 espécies de plantas, destacando-se os gêneros Amaranthus, Heliotropium, Waltheria, Sidastrum, Cassia, Cobretum, Bahuinia, Terminalis, Mimosa, Boerhavia e Phylanthus. Estudos da avaliação da infestação de Bemisia spp. em plantas invasoras coletadas em área de fruteiras irrigadas, indicaram alto grau de infestação desta praga em 14 espécies de plantas, pertencentes a 12 gêneros e 10 famílias, entre as quais Emilia sagitata, Amaranthus deflexus, Richardia grandiflora e Ludwigia sp. Plantas de gergelim (Sesamum indicum) apresentam níveis de infestação de até 80%, em campo. Diferentes níveis de infestação de ninfas e adultos foram observados em Mossoró, Rio Grande do Norte, entre as quais Amaranthus viridis, Ipomoea sp., Stachytarpheta sanguinea, Merremia aegyptia, Senna obtusifolia , Desmodium molle, Borreria verticillata, Herissantia hemoralis, Cleome espinosa, Waltheria indica, Portulaca olearaceae, Urana cf. lobata e Heliotropium sp., indicando essas plantas como fontes de multiplicação das populações desta praga.
Manejo A adoção das diretrizes, com ações a curto, médio e longo prazos e a implementação das estratégias de manejo da B. argentifolii, visando reduzir o seu impacto na agricultura brasileira, principalmente nas áreas irrigadas produtoras de frutas e hortaliças do Nordeste, onde em função das condições climáticas favoráveis, os danos dessa praga têm sido bastante significativos, possibilitaram um controle satisfatório da mosca-branca, exceto naquelas culturas, nas quais esse inseto é vetor de vírus, como tomate, feijão e pimentão.
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Para tomate e feijão já existem materiais resistentes ao geminivirus, entretanto, esses não se encontram disponíveis no mercado e/ou adaptados às diferentes regiões produtoras, como é o caso do feijão. Os trabalhos com a mosca-branca vêm sendo desenvolvidos no Brasil desde 1996 pela Embrapa, Universidades e outras instituições de pesquisa, envolvendo, principalmente, as culturas do tomate, melão, feijão, algodão e uva. Dentre os estudos realizados, destacam-se: a prospecção e identificação de inimigos naturais, biologia da mosca-branca em tomate, videira e repolho; identificação de fungos; parasitismo de Encarsia formosa sobre B. argentifolii ; avaliação e seleção de produtos químicos; detecção e levantamento de geminivírus em tomateiro e pimentão; caracterização de geminivirus de tomateiro; manejo integrado da mosca-branca nas culturas do algodão, tomate, cucurbitáceas, feijão (Phaseolus e Vigna ). Na cultura do tomate, 18 tratamentos foram avaliados no controle da mosca-branca: (1) imidacloprid, buprofezin, acephate, fenpropathrin; (2) fenpropathrin+acephate, buprofezin; (3) imidacloprid, metamidophos, betacyflutrin; (4) acephate + lambdacyalothrin, acephate + detergente, detergente; (5) imidacloprid, acephate, lambdacyalothrin; (6) triazophos + deltamethrina; (7) imidacloprid, triazophos + deltamethrina (6 aplicações), Beauveria bassiana (Hoe 158412) de 5 em 5 dias (6 aplicações); (8) imidacloprid, B. bassiana (IPA), de 5 em 5 dias; (9) OS-JG 200 (alga marinha, 2%); (10) imidacloprid, fenpropathrin, fenpropathrin + pyriproxyfen; (11) pirimicarb; (12) imidacloprid, buprofezin, B. bassiana (Embrapa Semi-Árido); (13) formetanate hidrocloreto; (14) óleo mineral + monocrotophos em 5 aplicações, depois apenas óleo mineral; (15) imidacloprid, óleo mineral, detergente; (16) óleo vegetal + monocrotophos, em 5 aplicações e depois apenas óleo vegetal; (17) acephate, em 7 aplicações, B. bassiana (Embrapa Semi-Árido); de 5 em 5 dias; e (18) testemunha. Imidacloprid foi utilizado em imersão ou esguicho de mudas e os demais aplicados a intervalos semanais, alternados, com a primeira no dia do transplante. Houve diferença significativa entre os tratamentos, destacando-se os de número 2, 5, 6, 1 e 3 para número de ovos; 10, 2, 5, 6, 1, 4, 3, 12, 7 e 8 para número de ninfas por folíolo e, 2, 1 e 6 quanto à porcentagem de frutos atacados por tratamento, diferindo significativamente da testemunha. O nível de ação para adultos da mosca-branca em feijoeiro é de 30% de plantas infestadas. A eficiencia no controle da mosca-branca, na porcentagem de infecção pelo vírus do mosaico dourado (BGMV) e na produtividade do feijoeiro foi avaliada para os seguintes produtos: imidacloprid 700 (PM e GRDA), acephate 750 BR, metamidophos 600 CS, cartap 500 PS; lambdacyhalothrin 50 CE; thiamethoxam (250 WG e 700 WS)o. Os produtos, utilizados no tratamento de sementes e em pulverizações, foram aplicados isoladamente a intervalos semanais. Houve redução significativa no número médio de ovos, ninfas e adultos e na porcentagem de infeção pelo BGMV (1,48 a 2,95%), contra 46,29% na testemunha, não havendo diferença entre os produtos. A produtividade e a porcentagem no aumento da produção variaram, respectivamente, de 1930 a 2405 kg/ha e 29,53% a 61,40%, enquanto para a testemunha obteve-se 1490 kg/ha.
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Outros princípios ativos foram avaliados no controle da mosca-branca na cultura do melão, no Submédio do Vale do São Francisco: imidacloprid, fenpropathrin, endosulfan e as misturas buprofezin + acephate, metamidophos + detergente neutro, e fenpropathrin + detergente neutro. A eficiência dos produtos variou de 77% a 99% para ninfas, com uma produtividade média de 32,70 t/ha para a área tratada, enquanto, na testemunha os frutos não apresentaram valor comercial. Ainda a eficiência do thiamethoxam, endosulfan e buprofezin, foi avaliada, isolados e em mistura, em quatro pulverizações. A eficiência foi maior quando os produtos foram usados em mistura, indicando um possível sinergismo no controle de adultos e de ninfas. Em videira (Vitis vinifera), a eficiência de produtos para B. argentifolii aos cinco e 13 dias após aplicação foi respectivamente, buprofezin (90 e 91%), detergente neutro (78 e 85%), óleo mineral (66 e 83%), pyriproxifen (75 e 79%) e Azadiracta indica (64 e 64%).
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INFORME DE ECUADOR Oswaldo Valarezo y Myriam Arias de López Departamento Nacional de Protección Vegetal (Entomología). INIAP. Ecuador. E-mail:
[email protected]
Introducción La problemática entomológica de las moscas blancas en el Ecuador ha tenido sus propias características en el período 1999-2000, etapa que siguió a los severos ataques iniciados en 1994 y que fueron alterados -al igual que otros componentes de los agroecosistemas- por el fenómeno El Niño, el cual se afectó al país en el período 1997-1998.
Diagnóstico En 1998-1999, mediante el proyecto sobre mosca blanca liderado por el CIAT a nivel internacional, el INIAP realizó un estudio que permitió hacer la caracterización epidemiológica y agronómica, así como el impacto socioeconómico y ambiental, de las moscas blancas en el Ecuador. Los resultados confirman a la plaga como de gran importancia económica en hortalizas y soya en el litoral, tomate en la región insular, frejol y tomate en la serranía, y en la Amazonia aún se considera solamente como plaga potencial. De todas las especies, la única que se encontró en las cuatro regiones fue Aleurotrixus floccosus. En la costa predominan , mientras que en la sierra los es Trialeurodes Bemisia tabaci y B. argentifolii vaporiarorum. En general, los productores estiman tener pérdidas de 25 a 50%, provocado por esta plaga. Para su combate, el método químico es el más utilizado, reportándose al menos 39 insecticidas, en su mayoría organofosforados. Los síntomas provocados por las moscas blancas no estuvieron relacionados con problemas de virosis. También se determinó que sus poblaciones decrecen mucho con la precipitación, y que su densidad aumenta en la estación seca, que dura ocho meses
Especies de moscas blancas y de enemigos naturales En visitas realizadas por entomólogos del CIAT por las siguientes provincias: Manabí, Guayas y Los Ríos (Litoral) e Imbabura (Sierra). Los cultivos muestreados fueron melón, haba, maní, pimentón, tomate, soya, frejol, col, sandía y malezas (Sida sp.). En ellos se recolectaron varias especies de Aleyrodidae, entre las que predominó B. tabaci. No obstante, la yuca ( Manihot esculenta) fue el cultivo en que se encontró la mayor cantidad de especies, como las siguientes: Tetraleurodes sp, Aleurotrachelus socialis, Aleuronudus
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sp, Aleurodicus flavus, A. coccolobae, Trialeurodes variabilis, Aleurothrixus aepim, Bemisia tuberculata y B. tabaci. Para identificar sus enemigos naturales, se tomaron muestras de ninfas parasitadas, para la recuperación de sus parasitoides en el laboratorio. Los géneros predominantes fueron: Encarsia, Eretmocerus, Signiphora y Amitus.
Daños Soya. A partir de 1995 este cultivo fue el más afectado por B. tabaci, al reducirse la superficie sembrada en un 80%. Actualmente se están recuperando las áreas de siembra, atribuyéndose a la aplicación de recomendaciones para su manejo, especialmente prácticas agrícolas, como las siembras tempranas, y el riego por aspersión para producción de semilla certificada. Tomate. Inicialmente los ataques de B. tabaci tuvieron a este cultivo como importante hospedante en la costa, pero la aparición de insecticidas de nueva generación para su combate (Confidor, Chess, Applaud, Rescate, Actara y Polo) han disminuido su incidencia. En la actualidad los productores las ubican en segundo y tercer lugar de importancia como plaga en sus cultivos, pues existen otros insectos, como Prodiplosis longifila, de mayor peligro. Afortunadamente, se ha confirmado la ausencia de geminivirus transmitidos por B. tabaci en este cultivo. Por su parte, en la sierra, en los últimos años se ha incrementado considerablemente la superficie de siembra bajo cubierta o invernadero, y aquí hay serios problemas con T. vaporariorum. Flores. Al igual que el tomate y otras hortalizas, las flores son cultivadas en invernaderos en la sierra y sus productores tienen que dedicar importantes recursos económicos para reducir las elevadas poblaciones de T. vaporariorum con sustancias y prácticas muy costosas en cuanto a riesgos de manejo de la plaga en esas condiciones y por las exigencias de los compradores de flores en el exterior. Cucurbitáceas. El melón, la sandía y el pepino son hospedantes preferidos por B. tabaci, pero ésta se ha combatido eficazmente mediante aplicaciones de insecticidas que son más selectivos y costosos. No obstante, desde 1999 la mosca blanca ha sido desplazada en importancia por trips (Thrips palmi), cuyo manejo es muy complejo. Banano. Entre 1985 y 1998 se presentaron infestaciones esporádicas de Aleurothrixus floccosus en zonas bananeras del litoral, y especialmente en las provincias de El Oro, Guayas y Los Ríos. Se observaron severos daños en las hojas, por efecto de la fumagina. Por ahora, parece que su presencia en este cultivo se ha detenido y ha dejado de ser motivo de preocupación por parte de los bananeros. Además, desde hace dos años Tetraleurodes mori ha infestado plantas provenientes de cultivos meristemáticos en la provincia del Guayas, pero la presencia de parasitoides y depredadores la mantienen regulada naturalmente.
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Capacitación Durante el período 1998-99 se han realizado eventos en los que se ha presentado temas sobre moscas blancas, lo cual consta en las respectivas memorias. En Quito se desarrolló el X Seminario Nacional de Sanidad Vegetal, y en Guayaquil la XIII Reunión de la Asociación para la Cooperación de Investigaciones Bananeras en Antillas y América Tropical (ACORBAT). En las ciudades de Portoviejo y Ambato se efectuaron dos talleres sobre moscas blancas para inspectores fitosanitarios del Servicio Ecuatoriano de Sanidad Agropecuaria (SESA) de las regiones de la costa y la sierra, respectivamente, y complementariamente se editó el manual de consulta Presencia, estatus de peste y manejo de las moscas blancas Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporiarorum en el Ecuador .
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INFORME DE PERU 1
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Luis Valencia V. 1, Norma Mujica2 y Fausto Cisneros 2
Consultor privado en Manejo Integrado de Plagas. E-mail: lvalen
[email protected] Centro Internacional de la Papa (CIP) , Lima, Perú. E-mail:
[email protected] y
[email protected]
Introducción Las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) constituyen un grupo de insectos muy poco estudiados en el Perú, debido a que tradicionalmente no habían sido asociados con problemas sanitarios en los cultivos. Así, por ejemplo, Wille (1952) solo cita a Aleurodes sp. como plaga secundaria de la "moena amarilla" (especie forestal) y a Aleurotrachelus trachoides, como la segunda plaga importante que ataca al ají. Sin embargo, esta situación cambió en los últimos 20 años, período en el que varias especies de mosca blanca alcanzaron el nivel de plagas clave para varios cultivos. Las primeras investigaciones sobre estas plagas a nivel nacional han sido efectuadas por el Centro Internacional de la Papa (CIP) en convenio con la Universidad Nacional Agraria de La Molina, especialmente para el cultivo de camote, y los aspectos básicos por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA). Valencia (2000) trata individualmente las especies citadas para el Perú hasta la fecha y comenta sobre las tácticas de manejo integrado de plagas (MIP) que se vienen empleando en otros países seriamente afectados por este problema. A continuación se presenta en forma resumida la información disponible sobre las especies identificadas, ámbito de plantas hospedantes, distribución geográfica y las tácticas de manejo investigadas hasta la fecha.
Especies de mosca blanca y sus plantas hospedantes Las especies de Aleyrodidae registradas en el país, y sus plantas hospedantes, son las siguientes: Aleurocybotus occiduus (arroz), Aleurodicus coccolobae morera, eucalipto, ( palto), Aleurodicus cocois m ( ango, palto, plátano, vid, pecano, molle de costa, morera, eucalipto, ficus), Aleurodicus linguosus g( uayaba), Aleurothrixus floccosus cítricos), ( Aleurotrachelus sp. (palto), Aleurotrachelus trachoides ají), ( Bemisia argentifolii (algodonero, zapallo, tomate), Bemisia complejo tabaci (algodón, tomate, camote, frijol, zapallo, pepinillo, berenjena, pimentón y más de 500 plantas hospedantes), Bemisia sp. (cítricos), Bemisia tuberculata (algodón, papa, camote, ají, Dunalia campanulata "quiebra olla", soya, yuca), Parabemisia myricae (cítricos), Paraleyrodes sp. (cítricos), Paraleyrodes sp. (cítricos), S iphoninus phillyreae ( fresno, pero, granado, álamo), Tetraleurodes acaciae (algarrobo), Tetraleurodes sp. (yuca), Trialeurodes sp. (yuca), Trialeurodes vaporariorum (algodonero, frijol, huacatay, tomate, lantana).
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De todas las especies registradas hasta ahora, las que usualmente alcanzan importancia como plagas son A. cocois en especies frutales y ornamentales, Bemisia ( B. tabaci y B. argentifolii ) y Trialeurodes vaporariorum en cultivos hortícolas e industriales (Valencia 2000).
Distribución geográfica La distribución geográfica de las especies registradas en el país son las siguientes: A. occiduus (San Martín), A. coccolobae (Costa central), A. cocois (toda la costa, Iquitos), A. linguosus (Iquitos), A. floccosus (todo el país), Aleurotrachelus sp. (costa central, Huánuco), A. trachoides (todo el país), B. argentifolii (costa central), Bemisia complejo tabaci (costa central), Bemisia sp. (Pisco (Ica)), B. tuberculata (costa central), P. myricae (Pisco), Paraleyrodes sp. (Ayacucho), Paraleyrodes sp. (Tumbes, Lima), S. phillyreae (Arequipa, Junín), T. acaciae (probablemente toda la costa), Tetraleurodes sp. (costa central), y T. vaporariorum (todo el país). Los trabajos de prospección son muy escasos y se necesitan mayores esfuerzos para conocer con cierta precisión las especies que ocurren dentro del territorio nacional.
Programa de MIP en camote (Valle de Cañete. 1997-1999) Durante la temporada agrícola 1997-1998, que fue afectada por el fenómeno de El Niño, en diversos valles de la costa del Perú se observaron elevadas y persistentes poblaciones de B. tabaci que afectaron significativamente los rendimientos del cultivo de camote (Cisneros y Mujica 1999b). Las altas poblaciones de adultos emigraron a otros cultivos, especialmente al algodón. De esta manera, el valle de Cañete empezó la temporada de algodón 1997-1998 con altas infestaciones del insecto, haciéndose necesaria una estrategia integral de manejo.
Investigación biológica básica. Se determinó que la especie de mosca blanca presente en el cultivo de camote en el valle de Cañete era Bemisia argentifolii Bellows & Perring. En cuanto a los hospedantes en los valles de la costa del Perú, entre 1998 y 1999 se recolectaron plantas cultivadas y silvestres infestadas con adultos y ninfas de B. argentifolii en los valles de Cañete, Ica, Chincha, Surco, Huachipa, Huaura, Barranca, Supe y Piura. Se registraron 29 hospedantes (20 en cultivos y 9 en plantas silvestres). Las especies pertenecen a las familias Solanaceae (6 spp.), Cucurbitaceae (4 spp.), Euphorbiaceae (3 spp.), Liliaceae (2 spp.), Leguminosae (2 spp.), Asteraceae (2 spp.), Labiatae (2 spp.), Cruciferaceae (1 sp.), Malvaceae (1 sp.) Verbenaceae (1 sp.), Convolvulaceae (1 sp.) Vitaceae (1 sp.), Amaranthaceae (1 sp.), Geraniaceae (1 sp.) Chenopodiaceae (1 sp.) y Polygonaceae (1 sp.). En relación con la presencia estacional de controladores biológicos, entre noviembre de 1998 y febrero de 1999, se evaluaron campos comerciales de camote. La presencia de B.
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fue mayor en la zona baja, que en la zona media del valle de Cañete. La población de parasitoides fue baja (<5%). La presencia de depredadores fue casi similar para la zona baja y media del valle, resultando ser los más frecuentes Chrysoperla externa, Aknisus sp. y Scymnus sp. argentifolii
Desarrollo de componentes de manejo. En este punto se recurrió primero a la revisión de literatura de prácticas de manejo de mosca blanca desarrolladas en diversas partes del mundo. Se seleccionaron aquellas que tenían correspondencia con nuestra realidad y podrían ser adoptadas por los agricultores. Por otro lado, dada la experiencia adquirida en el desarrollo de componentes para otras plagas, los componentes de control cultural, etológico y químico fueron rápidamente implementados. Prácticas agrícolas. Previamente a la siembra, se recomienda evitar la siembra de nuevos campos con cultivos colindantes de camote, así como la siembra del camote en campos en rotación. Además, en cuanto al uso de semilla, se deben seleccionar campos para semilla sin plagas; elegir del esqueje, para semilla, la parte final de la guía del camote; y desinfectar los esquejes para eliminar estados inmaduros de mosca blanca, cigarritas, pulgones y gorgojo del camote. Durante el desarrollo del cultivo, se recomienda la instalación de barreras vivas (maíz, sorgo o cebada) al sembrar el cultivo de camote, para evitar la inmigración de mosca blanca. Asimismo, la eliminación de fuentes de infestación de la mosca blanca, mediante la eliminación de malezas, la realización oportuna de las labores de cultivo y aporque, y la destrucción de residuos de cosecha.
Técnicas etológicas. Se recomendó el uso de trampas amarillas afhesivas, para la captura de mosca blanca. Las trampas consistieron en pedazos de plástico amarillo cubiertos con una sustancia adhesiva (un pegamento especial persistente, o aceites y grasas vegetales o minerales). Se recomendó la instalación de trampas amarillas fijas alrededor del campo en la primera etapa de desarrollo del cultivo y luego la instalación dentro del campo; asimismo, el uso de la trampas móviles (“pasada de manta”), desde la emergencia del cultivo (Mujica 1998). En el cultivo de algodón hubo una modificación del trampeo, creada por los técnicos agropecuarios. Esta consistió en el uso de un recogedor plástico pintado de amarillo y untado con aceite. Cuando las plantas de algodón eran pequeñas se les daba un golpe leve con una caña (teniendo el recogedor delante de la planta), de manera que los adultos de B. argentifolii quedaban atrapados en la superficie adhesiva. Esta técnica resultó muy eficaz, lográndose reducir en forma significativa la abundancia de adultos.
Control biológico. Debido al uso intensivo de insecticidas por parte de los agricultores, los niveles promedio de parasitismo en el Valle fueron menores al 5%. Por tanto, las primeras medidas estuvieron destinadas a la eliminación de insecticidas de amplio espectro, con el fin de estimular el desarrollo del control biológico natural. Asimismo, en aquellas zonas
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donde se presentaban niveles medios de parasitismo (25-30%), se propició la recuperación y reinfestación de parasitoides en zonas con bajos niveles.
Combate químico. Se evaluaron tres tipos de productos no convencionales. Los insecticidas vegetales incluyeron tres formulaciones a base de rotenona : rotenona líquida (Rhotenox 10CE 0.4%), rotenona en polvo (Extracto 50PM 0.1%) y rotenona más piretrinas (Rhotenox-SP 0.4%). La mayor mortalidad de ninfas (60-78%) se obtuvo con el último de ellos. Se evaluó un inhibidor de quitina (buprofezin), considerado como selectivo, para bajar los niveles de infestación de ninfas. Se obtuvo más de 90% de mortalidad, pero queda por verificar si es realmente inocuo para los enemigos naturales. Finalmente, de entomopatógenos, se trabajó con productos comerciales a base de Verticillium lecanii (Vertisol, 1 dosis/200 l), Entomophtora virulenta (Vektor, 1 l /200 l) y Beauveria bassiana (Bauveril, 1 dosis /200 l). A los 14 días de la segunda aplicación se obtuvieron controles superiores al 60% con los tres entomopatógenos (Cisneros y Mujica 1999a). Integración de componentes en campos de agricultores. Se plantearon diversas técnicas de MIP para las plagas del cultivo del camote, enfatizando en Euscepes postfasciatus y B. argentifolii . Estas técnicas incluyeron prácticas agrícolas (maíz como barrera viva alrededor del campo, y siembra de cultivos trampa, como el frijol o el pepinillo, también alrededor), técnicas etológicas (trampas amarillas fijas alrededor del campo inicialmente, y luego dentro del campo, así como la “pasada de manta” desde la emergencia del cultivo); entomófagos (eliminación de insecticidas de amplio espectro, así como recuperación de parasitoides y depredadores de campos infestados y su liberación en zonas con bajas densidades), entomopatógenos (V. lecanii, E. virulenta y B. bassiana a las primeras infestaciones), y uso de insecticidas (eliminación de los de amplio espectro; en infestaciones iniciales, rotenona o nim en combinación con aceite agrícola, y lavados a presión con detergente; en infestaciones altas, aplicaciones de buprofezin) Estas técnicas se implementaron en campos de agricultores, los cuales sirvieron como parcelas demostrativas para técnicos y agricultores del Valle. A pesar de las altas densidades de adultos de B. argentifolii en el campo, las densidades de ninfas fueron bastante bajas en comparación con campos aledaños. Es decir, esto fue una consecuencia directa de la integración de las diferentes medidas de manejo adoptadas, lo que permitió prescindir de las aplicaciones de insecticidas para mosca blanca y favorecer el control biológico natural (Mujica et al. 1998).
Capacitación y difusión. En cuanto a actividades de capacitación, se organizó el Primer Curso de Adiestramiento y Capacitación en el Manejo de la Mosca Blanca , dirigido a técnicos agropecuarios (52 participantes). Como resultado de este curso se coordinó con las instituciones del Valle para que sus técnicos realizaran jornadas técnicas de capacitación a agricultores, lográndose capacitar a 803 agricultores. Asimismo, se confeccionó luna hoja técnica sobre Manejo Integrado de Mosca Blanca, y una hoja divulgativa sobre el uso de trampas amarillas y afiches caseros. Se realizó la difusión en programas radiales cedidos gratuitamente por emisoras locales. Se publicaron los avances del programa en periódicos
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murales de las instituciones involucradas y, además, se elaboraron informes quincenales de los avances del programa para las instituciones participantes.
Organización. Las organizaciones involucradas en el programa de Manejo Integrado de la Mosca Blanca en el valle de Cañete fueron las siguientes: Comité de Sanidad Agraria de Cañete (COSAGRA-Cañete), Asociación de Agricultores de Cañete (AAC), Instituto Rural Valle Grande (IRVG), empresas desmotadoras de Cañete, Instituto Superior Tecnológico Público de Cañete (ISTPC), Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), y Centro Internacional de la Papa (CIP).
Literatura citada Cisneros, F. y N. Mujica, 1999a. Biological and Selective Control of the Sweetpotato Whitefly, Bemisia tabaci (Gennadius)(Hom.: Aleyrodidae). International Potato Center. Program Report 1997-98, Lima, Peru. p. 255-264. Cisneros, F. y N. Mujica, 1999b. Impacto del Cambio Climático en la Agricultura: Efectos del Fenómeno El Niño en los Cultivos de la Costa Central. pp 115-135. In Perú: vulnerabilidad frente al cambio climático, aproximaciones a la experiencia con el fenómeno El Niño. Consejo Nacional del Ambiente (CONAM). Lima-Perú. Mujica, N. 1998. Uso de trampas amarillas en el control de adultos de mosca minadora y mosca blanca. CIP- Programa de Manejo Integrado de Plagas. Hoja divulgativa Nº 1. Mujica, N.; Marchena, M.; Fabián, F. y F. Cisneros, 1998. Fluctuación poblacional de ninfas y adultos de la mosca blanca Bemisia tabaci en campos de camote bajo un sistema de Manejo Integrado de Plagas. XL Convención Nacional de Entomología. Lima-Perú. 812 noviembre. Resúmenes, p. 10. Valencia, L. 2000. Las moscas blancas en la agricultura peruana. 131 p. (En prensa). Wille, L. 1952. Entomología agrícola del Perú. Dirección General de Agricultura, Ministerio de Agricultura. Lima - Perú. 543 p.
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INFORME DE CHILE Pedro Mondaca Rivas Departamento de Protección Agrícola, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Ministerio de Agricultura, Chile. E-mail:
[email protected]
Introducción Este informe enfatiza lo referente a Trialeurodes vaporariorum (Westwood), que es la especie de Aleyrodidae más problemática en Chile en hortalizas y plantas ornamentales. En frutales, la especie más importante, aunque no clave, es Aleurothrixus floccosus (Maskell), la que afecta principalmente al limonero y naranjo.
Estatus de los Aleyrodidae en Chile Hasta ahora, las especies de la familia Aleyrodidae citadas para Chile, son las que aparecen en la siguiente lista. Posteriormente se describe el estatus de las especies más importantes en el país, incluyendo su distribución, hospedantes e importancia económica. 1.- Aleuroparadoxus punctatus Quaintance y Baker, 1917 2.- Aleurothrixus floccosus (Maskell), Quaintance y Baker, 1914 3.- Aleurothrixus porteri Quaintance y Baker, 1916 4.- Aleyrodes tinaeoides Blanchard, 1852 5.- Bemisia berbericola (Cockerell), Quaintance y Baker, 1914 6.- Dialeurodes citri (Ashmead), Takahashi, 1936 7.- Dialeurodes natickis Baker y Moles, 1923 8.- Metaleurodicus phalaenoides (Blanchard), Bondar, 1923 9.- Metaleurodicus pigeanus (Bakery Moles), 1923 10.- Paraleyrodes spp. Quaintance, 1909 11.- Siphoninus phillyreae (Haliday), Goux, 1949 12.- Trialeurodes swahundus Baker y Moles, 1923 13.- Trialeurodes unadutus Baker y Moles, 1923 14.- Trialeurodes vaporariorum (Westwood) Quaintance y Baker, 1915
Aleurothrixus floccosus
Distribución: I a VII Región (Fig. 1) Hospedantes: Cítricos en general Importancia económica : Primaria, según algunos autores. Su importancia varía de acuerdo a las condiciones climáticas imperantes. En algunas temporadas se presenta en altas poblaciones, pero aparentemente no causa una merma significativa en la producción.
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Control biológico: Posee varias especies de parasitoides, entre las que sobresalen noacki y Encarsia spp. (Hymenoptera, Aphelinidae).
Cales
Trialeurodes vaporariorum
Distribución: I a XI Región (Fig. 1) Hospedantes: Ha sido observada en los siguientes cultivos: tomate ( Lycopersicon esculentum ), pimentón, chile dulce o ají (Capsicum annuum ), tabaco (Nicotiana tabacum), melón (Cucumis melo), sandía (Citrullus lanatus), pepino (Cucumis sativus), frejol (Phaseolus vulgaris), camote ( Ipomoea batatas) y alfalfa ( Medicago sativa). También se ha detectado en kiwi, guayabo, palto, ciruelo, vid y eucalipto, así como en plantas ornamentales ( Euphorbia, Begonia, Chrysantemum, etc.), entre las que predominan las asteráceas, y en malezas. Importancia económica: Primaria en invernaderos. Es la principal plaga de tomate y cucurbitáceas cultivadas bajo plástico. En general, las poblaciones del insecto son bajas en cultivos al aire libre, pero muy altas en condiciones de invernadero. Se multiplica profusamente en tomate, pimentón y cucurbitáceas, en los que causa daños por extracción de savia y por fumaginas. Los problemas que se presentan con la transmisión de virus no han sido detectados en Chile. Control biológico : Principalmente especies de Encarsia y Eretmocerus (Hymenoptera., Aphelinidae). Manejo: El combate químico de la plaga aparece como el más frecuente dentro de la agricultura nacional, debido fundamentalmente a la ineficiencia de los parasitoides evaluados hasta ahora en el país, como Encarsia formosa, E. porteri y Eretmocerus corni. Investigaciones realizadas por univerisidades y centros de investigación han permitido definir estrategias de manejo integrado fundamentadas principalmente en las prácticas agrícolas. No obstante, el combate químico no pierde terreno aún, utilizándose con éxito en el último tiempo el imidacloprid (Confidor). Otras especies que han tenido importancia Siphoninus phyllyreae.
Presente en la zona central de Chile, provocando gran daño en Fraxinus spp. en áreas urbanas. Es exitosamente controlada con el parasitoide Encarsia inaron (Hymenoptera., Aphelinidae). Dialeurodes citri. Importante Aleurothrixus floccosus.
en cítricos hace algunas décadas, pero ha sido desplazada por
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Situación de Bemisia tabaci en Chile En Chile, B. tabaci fue hallada por primera vez en 1998, en plantas de alfalfa provenientes de los EE.UU. Estas plantas fueron tratadas y se logró erradicar el foco detectado. En 1999 fue detectada nuevamente, esta vez sobre especies de Hibiscus y Euphorbia en viveros de las regiones I, V y la Metropolitana. En las dos últimas regiones logró erradicarse, pero en la región I apareció en parques públicos, por lo que su erradicación no ha sido factible. No obstante, la situación no se vislumbra grave, pues la localidad en la que se estableció (Iquique) se encuentra en el extremo norte del país, separada de las zonas más productivas de la zona central por el desierto de Atacama, que es el más árido del mundo. Se desconocen los biotipos presentes, pero hasta ahora no se han observado los síndromes causados por el biotipo B en tomate, cucurbitáceas, brócoli y lechuga.
Referencias SAG. 1999-2000. Prospección de Moscas blancas en la Zona Central de Chile.Documento interno. Artigas, J.N. 1994. Entomología económica. Insectos de interés agrícola, forestal, médico y veterinario. Vol. 1. Ediciones Universidad de Concepción, Chile. 1126 p.
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Figura 1. Mapa de Chile, mostrando su división administrativa, por regiones.
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INFORME DE ESPAÑA Aurelio Carnero 1, Estrella Hernández1, Mariano Muñiz2 y Alberto Fereres2 1 Departamento de Protección Vegetal, Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, Islas Canarias, España. E-mail:
[email protected] 2 Departamento de Protección Vegetal, Centro de Ciencias Medioambientales (CSIC). Madrid, España. E-mail:
[email protected]
Introducción En este informe se enfatiza la importancia adquirida por Bemisia tabaci, (Guennadius), especialmente debido a su capacidad de transmitir virus. La secundan en importancia otras especies de Aleyrodidae como Trialeurodes vaporariorum y dos moscas blancas de los cítricos, Aleurothrixus floccosus (Maskell) y Parabemisia myricae (Kuwana). En las Islas Canarias, en particular, tras B. tabaci se puede considerar a la mosca blanca algodonosa, Lecanoideus floccissimus Martin, Hernández-Suárez & Carnero, como el aleiródido de mayor importancia económica.
Distribución geográfica En la actualidad, B. tabaci está ampliamente distribuida en la mitad sur de España, la costa Mediterránea, las Islas Baleares y las Islas Canarias. Este insecto adquiere importancia especialmente en las regiones más templadas, en las que se mantiene activo durante todo el año. Con respecto a L. floccissimus, restringida a las Islas Canarias, su distribución está marcadamente influenciada por la temperatura, de forma que sólo se observa en las áreas costeras, donde las temperaturas son templadas durante todo el año. Por encima de los 1000 msm, donde las noches son más frescas y los inviernos más fríos, no se ha recolectado.
Biotipos Se han detectado dos biotipos de B. tabaci, el B (= Bemisia argentifolii Bellows & Perring) y el Q (Guirao et al, 1997), si bien parece que este último está más extendido que el primero en la Península Ibérica (Simon et al, 1999). Los análisis de poblaciones de B. tabaci (mediante la técnica de RAPD-PCR) realizados en las Islas Canarias entre 19941999, muestran una situación algo diferente en el archipiélago, donde el biotipo B es el que se distribuye con mayor amplitud.
Daños Los problemas más graves producidos por B. tabaci se deben a la transmisión del virus del rizado amarillo (hoja en cuchara) del tomate (TYLCV). Este virus causa graves daños en
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tomate ( Lycopersicon esculentum), judías (Phaseolus vulgaris ) y pimientos (Capsicum annuum). En el sudeste español han llegado a citarse de forma frecuente durante el verano y principios del otoño infestaciones del 100% de cultivos de tomate y judías, lo que ha hecho que, por ejemplo en la región de Málaga, el cultivo de tomate al aire libre durante el verano sea abandonado (Anónimo 2000). Los importantes daños observados en el sudeste español durante 1999, como consecuencia del ataque del TYLCV, han estado asociados con elevadas poblaciones de mosca blanca entre junio y noviembre. Importantes pérdidas económicas en tomate causadas por el TYLCV se han producido también en las Islas Canarias durante los 199 y 2000, a pesar de que las densidades del vector en el cultivo han sido muy bajas. Tanto en la Península Ibérica como en las Islas Canarias están presentes dos tipos del TYLCV, que son TYLCVSar (Cerdeña) y TYLCV-Is (Israel). Recientemente se ha observado el incremento en la incidencia de otros virus transmitidos por B. tabaci, como el virus del enanismo amarillo del pepino (CYSDV) y el virus de la clorosis del tomate (ToCV). El primero afecta de forma importante a cultivos de pepino (Cucumis sativus) y melón (Cucumis melo) en las Islas Canarias desde 1999. Este virus está presente en la Península Ibérica y se considera que está desplazando en importancia a los daños producidos por el virus del falso amarilleo de la remolacha (BPYV), que es transmitido por T. vaporariorum (Célix y Rodríguez-Cerezo 1996). El ToCV se ha citado en Málaga y Almería (Navas-Castillo y Moriones 2000), así como en las Islas Canarias, tras muestreos realizados durante la temporada de 1999. Además de estos daños, se reportan daños importantes por B. tabaci en algodón, en Andalucía, como resultado de la abundante producción de melaza (Anónimo 2000). Es importante destacar aquí la particular amenaza que, en cultivos de frutales tropicales y subtropicales de las Islas Canarias, representa L. floccissimus. Esta posee en el archipiélago Canario más de 90 hospedantes y afecta a cultivos importantes, como banana ( Musa acuminata), papaya (Carica papaya), guayaba (Psidium guajava) y mango ( Mangifera indica). Desde su introducción, a inicios de los años 90, ha desplazado en importancia en estos cultivos a la mosca blanca de espiral, Aleurodicus dispersus Russell, y se ha expandido rápidamente entre islas. Sus daños provienen de la abundancia de secreciones céreas de los diferentes estadios ninfales, así como de la gran producción de melaza. Esta es invadida por hongos fumaginas, causando la depreciación de los frutos, así como la reducción en el rendimiento de las plantas, al reducirse la fotosíntesis.
Manejo El combate de B. tabaci mediante insecticidas, inclusive con aplicaciones frecuentes, ha resultado un fracaso en innumerables ocasiones, observándose en varias regiones el surgimiento de resistencia a diversos grupos químicos.
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Debido a la preocupación por el excesivo empleo de los insecticidas, el manejo integrado de los cultivos se plantea como una alternativa real, con énfasis en el control biológico y el mejoramiento genético. En la actualidad se está evaluando el control de B. tabaci mediante el manejo de diferentes enemigos naturales. España dispone de una importante fauna de himenópteros parasitoides de esta especie, y tan solo en las Islas Canarias se conocen más de 22 especies. Los estudios más recientes se centran en evaluar la eficacia de especies como Encarsia formosa Gahan, Eretmocerus mundus Mercet y Encarsia transvena Timberlake. De hecho, Eretmocerus mundus ha sido considerado un importante agente de control de B. tabaci en los invernaderos del sudeste español (Rodríguez-Rodríguez 1994). Además de la liberación de estos parasitoides específicos, la presencia de forma natural de depredadores polífagos en el campo y cultivos de invernadero, se estudia como otra alternativa en el manejo de T. vaporariorum y B. tabaci. Por ejemplo, en la región de Cataluña el manejo de T. vaporariorum mediante liberaciones de E. formosa se complementa con la acción natural de los míridos Macrolophus caliginosus y Dicyphus tamaninii (Castañe et al. 2000). En cuanto al mejoramiento genético, destacan los esfuerzos realizados en el cultivo de tomate. Esto ha sido acompañado por estudios importantes, de carácter biológico. Por ejemplo, se ha podido constatar que la inoculación de TYLCV por B. tabaci puede producirse con apenas 2 min de contacto con el floema de las plantas de tomate (Jiang et al. 2000). Asimismo, uno de los factores que puede contribuir al incremento de las poblaciones del biotipo Q es su mayor capacidad reproductiva y poder de infestación en plantas que pueden actuar como hospedantes alternativos (Muñiz 2000) y en ciertas hortalizas, como el tomate (Nombela et al. 2000). Por otra parte, investigaciones recientes han demostrado que el gen Mi, el cual ofrece resistencia en plantas de tomate a nematodos del género Meloidogyne y al áfido de la patata ( Macrosiphum euphorbiae) o algún gen otro ligado a él, puede estar implicado en la resistencia a los biotipos B y Q (Nombela et al. 2000a, 2000b)
Literatura citada Anónimo. 2000. Problems continue for Spain. EWSN Newsletter No. 2. p. 7. Castañe C., O. Alomar, M. Goula & R. Gabarra. 2000. Natural populations of Macrolophus caliginosus and Dicyphus tamaninii in the control of the greenhouse whitefly in tomato crops. IOBC wprs Bulletin 23(1): 221-224. Célix A. & E. Rodríguez-Cerezo. 1996. Closterovirus transmitidos por mosca blanca. In Cenis, J.L. (coord.), El virus del rizado amarillo (hoja en cuchara) del tomate (TYLCV) y
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