vivienda temporal sea firme; que tu pan sea consumido y no llegue nunca año de regocijo”. Esas no son maldiciones, hijo – dijo Rabí Shimón – sino bendiciones. Este es su significado; Tendrás hijos y no veras su muerte; verás entrar a tu casa tus nueras y no las verás abandonar a tus hijos para regresar al hogar de sus padres; a tus propias hijas las verás salir de tu casa, y no las verás regresar para vivir contigo, vivirás tanto tiempo que tu tumba familiar caerá en ruinas, pero tu casa será firme y perdurará por mucho tiempo. Tu pan será consumido por una familia grande. Finalmente, tu mujer vivirá mientras vivas tú, y no tendrás que volver a casarte ni tener el año de llevar regocijo a una nueva mujer como lo prescribe la Torá (Moed Katan 9). Una de las enseñanzas de Rabí Shimón bar Iojai es que cada judío es responsable de su prójimo, y como ejemplo relató lo siguiente: “Cierta vez uno de los pasajeros de un barco tomó un pico y comenzó a hacer un orificio debajo de su asiento. Los restantes pasajeros enseguida comenzaron a retarlo, a lo que él respondió: ¿Qué les importa a ustedes lo que yo hago bajo mi asiento?, ¡yo he pagado por el! “Tonto, tú has pagado por el viaje, pero no tienes derecho a perforar el barco ni siquiera debajo de tu asiento, porque de lo contrario nos hundiremos todos”. De la misma manera ocurre con el pueblo judío, ya que el comportamiento de cada individuo influye sobre sus semejantes.