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Arqultectura sin arquitectos Los arquitectos sólo definen una exigua parte del medio ambiente construido de nuestros pueblos y
ciudades. El resto abrumador de obras vernáculas, que no pasan por las manos de estos profesionales, siguen -sin embargo- pautas y estilos
tradicionales bien definidos por el paisaje y la cultura de cada lugar. De la exuberancia de materiales de nuestra selva, asícomo de la escasez de estos en la sierra altiplánica; de climas agresivos o de climas templados, surgen pujantes estilos vernáculos que resuelven apropiadamente el cobijo de sus ocupantes en un inicio. Luego, por un proceso de decantación, va quedando lo más valioso y adecuado. Aquello que convierte altipo en arquetipo, integrándose al acervo cultural del lugar.
Aquíse presenta los tipos básicos de la arquitectura vernácula peruana y sus variantes, que se esfuman poco a poco arrasados por una modernidad extraviada.
ARQUITECTURA VERNÁCULA PERUANA Un análisis tipológico
A Cecilia que abnegadamente me dio el tiempo y la tranquilidad
para escribir y dibuiar este trabajo.
ARQUITECTURA VERNÁCULA PERUANA
Un análisis tipológico Hecho en el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú No 2011-00372
Golegio de Arquitectos del Perú San Felipe 999, Jesús María, Lima, Perú. www.cap.org.pe
@lorge Burga Bartra Primera Edición: 2010
Editor Carlos Cosme Mellarez
lmpresión Punto & Grafia S.A.C. Av. Del Río N'113 - Pueblo Libre, Lima - Perú Telf.: (51-1) 332-2328
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tnorce PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
CAPITULO l: TIPOS Y TERRITORIOS Las regiones, su historia y su cultura viva............. Las regiones, sus climas y sus pisos ecológicos Las regiones, sus materiales y sus sistemas constructivos .............
10
15
20 23 27
CAPITULO ll: LA COSTA O CHALA 30 36
Los Horcones de Túcume y Lambayeque...............
42 48
Los Tipos de Alta Densidad en Lima"...... Los Ranchos en las Haciendas de la Costa
56
El Rancho
68
Mojinetes en Tacna, llo y Moquegua ...............
76
CAPITULO lll: LA SIERRA, YUNGAY QUECHUA
CAPíTULO IV: LA PUNA ALTO ANDINA
64
CAPíTULO V: LA SELVA: OMAGUA Y RUPA RUPA Expresión de sierra en plena selva: Lamas Tipo germánico en la selva alta:
.................
Oxapampa
128 138
CAPíTULO VI: COMPLEMENTOS URBANOS
CAPíTULO Vlt: LA CHICHA ¿MODERNIDAD VERNÁCULA? Autoconstrucción y Material Noble Arquitectura chicha y arquitectura vernácula rural Barriada y tugurio, unifamiliar y multifamiliar Posibilidades y alternativas de la chicha
157 158 160 161
CAPíTULO VIII: CONCLUSIONES Algunas observaciones a modo de
resumen
164
BIBLIOGRAFíA
170
AUTORíA DE DIBUJOS
172
Prólogo
H"'.iffiq' Punta Sal
Una mirada amplia en la arquitectura construida en el Perú, nos permite observar en ella períodos claramente diferen-
ciados, llamemos básicos - para no ingresar en el territorio complicado y erudito de la historiografía- . Tal simplificación nos permite poner un orden elemental en nuestro stock edilicio acumulado durante miles de años: (a) Arquitectura
Prehispánica, (b) Arquitectura Virreinal o Colonial, (c) Arquitectura Republicana. Acudimos a esta seriación elemental para señalar que, si bien en cada etapa así conceptuada históricamente, se agrupa a formas, tipologías y procesos constructivos diferenciados y propios, al ojo analítico no se le escapa escudriñar y ver
en los objetos arquitectónicos todavía existentes, cierta continuidad que traspasa los períodos y que da cuenta,
en última instancia, que no existe proceso cultural químicamente puro y que en la vida real los procesos culturales se traslapan y superponen; de tal suerte que, podríamos decir que existe una genética del geográfico y cultural peruano que da continuidad al proceso edificatorio entre nosotros. Esta es precisamente la mirada aguda de analista y dibujante (el dibujo es el lenguaje de la reflexión arquitectónica) de
Jorge Burga que, con el título de la Arquitectura Vernácula Peruana, nos muestra y enseña cómo es que en la arquitectura producida
por
diseñadores
y
constructores no formalizados del Perú, los arquitectos y no arquitectos
podemos, seguir la huella de un largo proceso histórico arquitectónico a través de valiosos ejemplos de arquitectura vernácula elevados por Jorge a categorías tipológicas, y como este proceso sigue pujante, aunque seriamente amenazado por la incultura y el desarraigo de autoridades ediles que viven sumergidos en un deseo de modernidad inconsistente, cursi y agresivo. La arquitectura moderna, aquella que la Escuela de Ingenieros, hoy UNl, introdujo formalmente entre nosotros en 1910, produjo un sismo cultural que hasta ahora nos sacude.
Cuando la enseñanza formal de la arquitectura en el siglo pasado generaliza en nuestro espacio cultural, que el cliseño moderno abre la posibilidad casi infinita de formas arquitectónicas - ahora nos damos cuenta- borra a su vez la conciencia edilicia hasta ese entonces imperante, que prescribía tácitamente, que los edificios específicos son -deben ser- ejemplos de una tipología conocida y comprobada y no intentos, generalmente fallidos, de especies singulares. t,a anterior observación no es banal, para decirlo de otra manera ¿ Acaso nuestros centros históricos, no son lo más valioso que poseen nuestras ciudades y resaltan cada vez mejor frente al feo telón de edificios modernos diversos, ()uya propuesta formal apenas dura unos cuantos
años y decae inexorablemente en edificios fallidos?.
lal vez esa arquitectura vernácula no se contaminó con estilos pasajeros, incluido el que se autodenominó , y mantuvo su esencia con pocas modificaciones a lo largo de los tiempos. Esencia que recoge el autor en distintos lipos arquitectónicos, surgidos de cada lugar y cultura. l)ues bien, invito a ver y leer este importante trabajo, estos dibujos y textos de Jorge Burga, que nos convocan finamen-
kl a observar nuestro proceso histórico de producción arquitectónica sin la veladura de una modernidad mal entendida r¡ue envuelve nuestras ciudades.
Javier Sota Nadal
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Introducción
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Am*urrrcrNm¿ VcpmÁct"r¡-tL Fr¡at;¡r**a
Este libro tiene su origen en un interés personal por las ricas expresiones de arquitectura vernácula que se despliegan sobre nuestro territorio. Dicho interés surgió de la oportunidad de viajar, por diversas razones, a través de los
hermosos parajes del Perú; por un lado, debido a la ejecución de proyectos de arquitectura o al dictado de cursos o conferencias y, por otro lado, por ser parte de una familia provinciana que vivió en varios lugares antes de asentarse en Lima. Mi interés inicial fue la interpretación del lugar y el paisaje en mis proyectos de arquitectura, más tarde
ese interés se amplió hasta convertirse en una pasión por esa arquitectura en sí misma, desligándose de lo utilitario y valorando su ligazón al lugar y a sus materiales; planteando soluciones simples de control del clima, brindando confort dentro de lineamientos sostenibles. Una libreta de notas y dibujos, algunos planos y mapas, además de una cámarai fueron el equipaje básico con el que se inició la aventura de descubrir, a pie, los rincones de cada pueblo y ciudad. Luego, en el hotel o la casa,
escribía lo que no quería olvidar, dibujaba lo que mis retinas aún retenían o pasaba en limpio los esquemas hechos en el lugar. Después, como tratando de entender mis trofeos, los comparaba con estudios sobre el sitio, buscando documentación sobre el lugar y su cultura; así quedaba ese conjunto de papeles, esperando una decisión sobre
qué hacer con ellos; pero esa decisión debía también tener su oportunidad. Recuerdo que redondeé un libro pequeño sobre la vivienda en Cajamarca durante un tiempo que estuve enfermo" En otra oportunidad, avancé la publicación de un libro durante un tiempo sin trabajo estable. Hace algunos años organicé algunos de estos dibujos en un libro sobre escritos y paisajes, el cual nunca vio la luz; pero otros libros fueron exitosos como el que publiqué
con Miguel Alvariño -apoyado por nuestros dibujos a los que añadimos los de sus hijos-, me refiero a Arquitectura Popular en la Costa Peruana. (Alvariño; Burga. 2001) Pero lo más importante de este quehacer -que se fue convirtiendo poco a poco en un hábito- fue tomar la decisión cie cuáles ejemplares vernáculos escoger, estudiar y dibujar. Esto me llevó a visitar y volver a los mismos lugares para buscar y encontrar lo típico. Significó determinar las constantes, pero también las variantes; es decir: encontrar la norma y la forma en que se expresa la arquitectura vernácula de cada lugar las que, a la larga, van configurando el estilo. Así, estilo, norma y tipo no son sino definiciones de la forma en distintos niveles. Mientras el tipo se relaciona con el nivel más elemental, el estilo lo hace en el más complejo.
[:n sus orígenes, los tipos vernáculos surgieron del uso directo de los materiales del lugar en el empeño de edificar trn cobijo que protegiera a sus ocupantes de las condiciones climáticas imperantes, seleccionando los materiales ¡rdecuados y aplicando un sistema constructivo simple y lógico. Luego, por un proceso de decantaciÓn a lo largo de l6s años, fue quedando lo más valioso, aquello que convierte al tipo en arquetipo, integrándose al acervo cultural
I'ág. opuesta: Hotel Monasterío en Cusco y su magnífico claustro.
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del lugar. Entonces, buscar las constantes, encontrar las diferencias, rescatar lo trascendente de esta arquitectura en proceso de desaparición es uno de los objetivos básicos de esta recopilación. Se buscó lo auténtico, lo representativo, lo surgido del lugar y adecuado a él; entendiendo como lugar no sólo el paisaje, el clima y los materiales, sino también la gente que lo habita y su cultura; es decir, aquello que expresa una identidad y le otorga coherencia expresiva a la arquitectura. Este punto de partida deja fuera del estudio la arquitec-
tura fastuosa ligada, en cada época, al poder. AsÍ, descartamos los templos y las casonas señoriales, no por el hecho de ser ricas, sino porque han sido las más estudiadas, existiendo una información relativamente amplia sobre ellas. Serán tomadas en cuenta sólo cuando ayuden a explicar algún estilo o norma dominante en la arquitectura vernácula. Es cierto que lo vernáculo se liga a
lo propio
y a lo artesanal por limitaciones económicas; en
cuyo extremo estarían las viviendas putucosl que surgen del uso del suelo mismo, así como las de las islas de los
uros, edificadas con las mismas fibras de totora de las que están hechas las islas sobre las que se asientan; pero también se hace por razones culturales, las que no siempre se reducen a lo más simple ni a lo más barato. También trataremos tangencialmente el caso de una arquitectura que -construida con material so pretexto de ser moderna y universal- viene arrasando con la arquitectura vernácula de todos nuestros pueblos. Este estilo
que se consume masivamente en los alrededores de las ciudades es el que, habiendo surgido en Lima como producto de la masiva migración, difícilmente se puede considerar limeña. Es más bien un híbrido serrano-costeño, urbano-rural, tradicional-moderno que se ha generalizado en los ámbitos urbanos mayores y menores de nuestro
país. Este estilo chlcha2, está diluyendo toda la riqueza y la expresividad de la arquitectura vernácula tradicional popular sin lograr aún plasmar una nueva identidad.
Con relación a los tipos que presentamos, estos no han sido organizados atendiendo a sus lugares específicos de origen, pues sucede que varios lugares pueden compartir un mismo tipo. Se ha preferido tener como eje la caracterización del tipo, aunque en algunos casos éste coincide con el lugar. Porotro lado, no se ha pretendido abarcar
toda la multifacética realidad de nuestra arquitectura vernácula, aunque sí se ha intentado cubrir los tipos más característicos. Después de todo, este es un primer esfuerzo por abarcar la totalidad de nuestro territorio. Sabemos que, por una parte, hay estudios específicos como los de Ferruccio Marussi sobre las malocas y los putucos, el de Rosana Correa acerca de los horcones y la muesca en Amazonas, el de Leopoldo Villacorta sobre la calle Lima y el
de Eliseo Guzmán respecto a los tallanes, ambos en Piura, el de Luis Montenegro acerca de los mojinetes truncados en Tacna, el de Miguel Alvariño, sobre la quinta en Lima y el mío del retablo en Cajamarca. Es posible encontrar también esfuerzos integradores como el que emprendiéramos -eon el mismo Miguel- sobre la costa peruana. Este libro pretende ser un trabajo más ambicioso, pero se basa en todos los mencionados y en otros más, sobre todo a nivel de tesis universitarias. Mención aparte merece nuestra participación conjunta, con algunos escritos y dibujos, en la Encyclopedia of Vernacular Architecture of the World que editara Paul Oliver.3
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Es claro que la pretensión de abarcar más reduce y concentra necesariamente la extensión que se le podía dar a cada tipo. Por ello se ha tocado en cada caso sólo tres aspectos: primero el origen y el paisaje, buscando
contextualizar el tipo en su lugar y su historia. En segundo lugar, se desarrolla las características específicas de los tipos y sus variantes para terminar con una descripción de los materiales y sistemas constructivos. Eso ha permitido abarcar un conjunto de tipos representativos de nuestra arquitectura sin arquitectos, que no pretende cubrir la totalidad de los existentes pero sí hacer un primer intento globalizante. Esta no es pues una publicación cerrada sino, por el contrario, abierta a otros estudios que deberán sumarse en el futuro. En el capítulo I se argumenta el enfoque del trabajo para luego pasar al meollo del asunto y analizar los ejemplos identificados en el país. Finalizamos esbozando el tema de lo vernáculo moderno y las conclusiones. Especialmente los textos relacionados con los tipos van acompañados de dibujos que ayudan a la compresión del argumento. Para terminar esta introducción, sólo queda agradecer a quienes han apoyado la publicación de este libro. En primer lugar, a Javier Sota Nadal, Decano del CAP, que apreció la importancia de mi propuesta, relacionada con el impulso a la investigación desarrollado en su gestión, reflejado también en la creación de un Centro de Investigación del CAP. Seguidamente, vaya mi testimonio de aprecio a la empresa CELIMA que ha colaborado para hacer realidad este esfuerzo, que es el inicio de un camino por recorrer en la valoración de nuestra arquitectura
vernácula. No sería justo dejar fuera de este agradecimiento a Rosana Correa Álamo, quien aportó textos importantes; también a Ferruccio Marussi Castellán, quien aportó algunos conceptos y dibujos que aparecieron en su libro sobre los putucos, lo mismo que a Miguel Alvariño Guzmán, Mercedes y Gabriel Alvariño Florián quienes Iricieron lo propio con dibujos aparecidos en Arquitectura Popular en la Costa Peruana. l'inalmente, es bueno advertir, que en este trabajo se presentan dibujos y no fotografías, por lo que hay que
y creer que corresponden a la realidad y no a lo imaginario. Consecuentemente se debe ;r<;eptar que el estilo de estos dibujos debía ser descriptivo y realista. Este es un libro que se ha hecho lr¿lcer un acto de fe
;¡rtesanalmente en todas sus etapas a lo largo de años de trabajo, que rinden culto a quienes construyeron esta
;rrquitectura durante siiglos.
Véase página 116.
l.o chicha, término que originalmente se refiere a un fenómeno musical, se expande a otros campos de la cultura denotando una mezcta cntre lo urbano y lo rural, entre lo tradicional y lo moderno, entre Io artesanal y lo industrial. t-..n
la Enc¡clopedia of Vernácular Architecture of the World elaboramos las secciones: El Colca y los Collaguas; Los Lambayeques en
l[rcume v El Rancho en la costa.
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Capítulo l: TIPOS Y TERRITORIOS **3
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Algunos de los diferentes tipos arquitectónicos vernáculos
en sus distintas dimensiones y no sólo en base a las ca-
de nuestro país han sido reconocidos aunque no susten-
racterísticas formales que las distinguen.
tados ni explicados. Partimos de la hipótesis que dichos tipos surgen en territorios específicos por razones claves,
LAS REGIONES, SU HISTORIA Y SU CULTURA VIVA
no sólo dependientes de los materiales disponibles y los
Piura, Tumbes
climas, sino coincidentes además con otras manifesta-
gistro de la presencia temprana de los tumpis, excelentes
e his-
navegantes, expertos en el trabajo con el spondyllus, con-
tóricas. Creemos que así como se puede identificar la de-
cha marina de importancia reconocida en todo el territorio
pendencia de los estilos culinarios, tanto de una tradición
como alimento de los dioses, altamente valorada en la
y una cultura, como de la disponibilidad de insumos de un
confección de objetos ceremoniales y de culto. Luego, el
lugar, deberíamos poder identificar los estilos vernáculos
territorio fue ocupado por los señores del reino Chimú que
como expresiones de territorios, materiales y costumbres
lo dominaron hasta la llegada de los incas y, luego de
específicas.
1532,la de los españoles.
Para ubicar estos territorios, aplicamos una estrategia con-
Piura tiene en sus orígenes a los tallanes, también bue-
sistente en proponer distintas entradas de modo de ir dilu-
nos navegantes, quienes fueron precedidos por los vicús
cidando poco a poco la relación entre los tipos y los luga-
con una antigüedad mayor a los 2,000 años. Estos elabo-
res donde estos se posicionan. Primero exploramos bre-
raron una cerámica de gran calidad, la que ha influido en
vemente las culturas vivas y sus regiones, para definir
la que se produce hasta nuestros días en Chulucanas.
los ámbitos en este campo y poder reconocer los elemen-
En Lambayeque floreció la cultura Sicán, cuyo fundador
tos de identidad que puedan justificar esos tipos. Debe-
mítico: Naylamp, llegó acompañado de un gran séquito,
mos señalar que asumimos cada cultura viva como el re-
en una lujosa embarcación. Esta cultura tuvo gran influen-
sultado de un devenir determinado de los acontecimientos
cia en el desarrollo de la posterior cultura Chimú.
de una sociedad y, en tanto tales, definitivamente históri-
Lambayeque comparte con Piura y Tumbes el bosque seco
cas. En segundo lugar, exploramos los climas y pisos ecológicos, dado que ellos son claves respecto a las va-
formado básicamente por algarrobos -notables árboles muy usados en la construcción vernácula-, que crecen
riaciones del medio ambiente y el paisaje. Finalmente, se
naturalmente en épocas del fenómeno del Niño y no re-
¡luscultan los materiales y sistemas constructivos utili-
quieren de riego alguno. En la arquitectura prehispánica
zados en dichos pisos ecológicos, cuestión clave en esta
de la región predominó la tipología de pirámides escalona-
búsqueda. Como conclusión, establecemos los estilos
das de adobe, a las que se ascendía mediante rampas,
ciones culturales, con sus prácticas sociales vivas
y Lambayeque:
En Tumbes se tiene re-
vernáculos y sus territorios sobre los que trabajamos on esta publicación. Creemos que una entrada como esta 1¡arantiza la identificación plena de cada tipo, sustentada
Pá9. opuesta: Algunos tipos de Ia arquitectura vernácula de la costa peruana.
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en cuyo nivel superior se edificaba recintos de adobe o quincha, destacando igualmente el uso, hasta nuestros
dose la influencia de las zonas serranas hacia la costa.
días, de horcones de algarrobo para sostener las techum-
En el folclore liberteño destacan la marinera, el tondero y
bres. Las pirámides de Túcume y las del bosque de Pomac
los valses criollos, mientras en Ancash predominan las
son las más representativas de esta arquitectura. En cuanto al folclore, en toda la zona se cultiva la cu-
danzas de la sierra como la chuscada ancashina, el pasacalle y la marinera, lo mismo que danzas de
manana y el tondero. Su gastronomía tiene fama interna-
indumentarias elaboradas e incluso con uso de máscaras
cional, predominando los productos del mar con los que
como la huaquilla y los negritos. La gastronomía liberteña
se prepara el cebiche, el chilcano, el sudado, la parihuela,
presenta platos similares a los de Lambayeque: entre
la malarrabia y el majarisco, asimismo son platos popula-
otros: cebiche, cabrito, shambar, sopa teóloga, pepián de
res el seco de cabrito, el de chabelo y la tortilla de raya, acompañados siempre por chicha y complementados con
pavita, mientras en Ancash predomina el charqui, la pachamanca, las humitas y el cebiche de pato.
dulces.
Lima e lca: En el departamento de Lima durante el perio-
La Libertad y Ancash: A las culturas Cupisnique y Virú, en La Libertad, le suceden los Mochicas (siglos I al Vll) y
do preinca floreció la cultura denominada con el mismo nombre: Lima, cuyos ejemplos arquitectónicos principa-
los Chimú en el siglo Xll. Los primeros construyeron las huacas de Magdalena de Cao, así como las del Sol y de
les son, entre otros, el complejo Maranga y la huaca Pucllana. Con la conquista de los Wari, estos impusieron
la Luna, los segundos Chan Chan, la más extensa ciudad
sus patrones urbanos en asentamientos
de barro de su época.
Cajamarquilla
En Ancash la cultura originaria fue Chavín, cuyas cons-
permitió el desarrollo de culturas como Chancay, localiza-
trucciones en piedra se localizaron en el Callejón de Conchucos. Luego de Chavín se estableció en la zona la
da en el valle del mismo nombre, cuyos asentamientos principales fueron Pisquillo chico y Lumbra.
cultura Recuay, hacia el siglo ll. En el siglo XV fueron con-
Pizarro fundó Lima en 1535 con el nombre de Ciudad de
quistados por los incas y luego por los españoles.
los Reyes y con el rango de capital del Virreinato, esta ciudad mantuvo su primacía durante la república pues fue
La arquitectura del pasado prehispánico es singular en cada una de las zonas. En La Libertad predomina, como
remoniales y religiosos fueron construidos en piedra, irradián-
y
como
Pachacamac; su posterior decaimiento
nombrada caoital del Perú.
en las anteriores zonas del norte, el barro con el que se construye pirámides escalonadas con rampas laterales
y Nasca con extraordinarios trabajos en textilería la pri-
para conectar sus distintos niveles. El algarrobo se usa
mera y con un manejo profundo de la ingeniería hidráulica
aunque no crece en esta zona con la misma fuerza que en
y la cerámica la segunda. La cultura Nasca tuvo su centro
el cálido norte.
en Cahuachi habiéndonos dejado también, como registros de su grandeza, las líneas de Nasca y el uso de téc-
En Ancash encontramos patrones distintos, los edificios ce-
En lca florecieron, en la época preinca, las culturas Paracas
7,
II
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A wñf{NÁ*Lt!{-A pfr:RuAF,¡A
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ilir ¡r'. l)itrA el uso agrícola de las aguas subterráneas. Pos-
fueron las de los Collaguas y Cabanas, específicamente
el norte, la cultura t lrirrr:lli¡, destacando sus centros ceremoniales de La I r¡rrlrrrcla y Tambo de Mora.
en el Cañón del Colca, con posterioridad a la ocupación
f rr lnrr¡¡ se baila la marinera limeña y el festejo. Se coci-
sistemas de riego. Esas poblaciones edificaron en piedra
,'l r:cbiche, la causa y el anticucho como expresión de lrr.r r;r¡ltura que es resultado de la presencia de distintas
la muralla La Trinchera. En 1450 fueron inteorados al im-
r,¡.',r', la blanca, la indígena ytambién la negra, a las que
En cuanto al folclore y la gastronomía, Arequipa destaca
¡¡,! nrtoqraron elementos culturales aportados por las dis-
en la región. Allí se cultiva, entre otras formas musicales,
lirrl,r; inmigraciones: la china, la japonesa y la europea, ¡ ¡rnrrrnidades que se instalaron en la capital lo mismo r¡rr. ()n otros lugares del interior.
el yaraví, la marinera -algo más lenta y señorial que la limeña-, la pampeña y el carnaval arequipeño. La gastronomía se disfruta en picanterías tradicionales donde,
Irr
lr:¡¡ se ubica uno de los más importantes centros de
entre otros platos, se sirve rocoto relleno, chupe de ca-
el distrito del Carmen en la provincia de
marones, ocopa arequipeña, adobo y chayro; se com-
lrrrrr;ha, donde se baila el festejo, el landó y el panalivio,
parte en toda la zona el cuy chactado o frito, el choclo con
',r¡.r(lo notables los contrapuntos de zapateo de las com-
queso, el queso frito y los camarones preparados de dis-
r,.rr;its de navidad.
tintas formas, así como los dulces. Pero mientras en Arequipa se consume la chicha y el anís, en Moquegua y
Lrrti¡rnrcnte floreció, un poco hacia
rr¡r
, ullr¡r¿l negra:
I
| .r ;rrquitectura prehispánica utiliza, como t,1', ./onas del norte,
en las anterio-
el barro para construir monumentos
del territorio por los Wari. Estos últimos desarrollaron la agricultura incorporando la andenería y mejorando estos
perio incaico y en 1535 al dominio español.
Tacna se consume el pisco y el vino.
y rampas para conectar los distintos niveles.
Respecto a sus técnicas constructivas, cabe señalar que
I rrcl sur, el huarango se utiliza en vez del algarrobo, acom-
las culturas de costa utilizaron la quincha, mientras que
l,,rn¡¡do por la quincha desde esas épocas hasta nuestros ,ll,u;.
en las zonas más altas se empleó piedra con argamasa,
Arcquipa, Moquegua y Tacna: En esta extensa zona
de monumentalidad. Es posteriormente, con la llegada de
,h':rtacó la cultura de los Chiribayas que tuvo su centro en
los españoles y el empleo de bóvedas y cúpulas, que los
l.r:; orillas del río Osmorne desde el S. lX hasta la anexión
picapedreros del Cañón del Colca adquieren fama, por la
r[: csto zona al imperio incaico durante el S. XlV.
Esta
construcción de iglesias monumentales en la zona, lo que
, ultr¡ra, aparte de la agricultura y la ganadería integró a su
motivó que fueran llamados de Arequipa cada vez que, por
,.':onomÍa la pesca y el comercio. Su arquitectura se cons-
la ocurrencia de algún terremoto, había que reconstruir
truy<) con quincha, por lo que sólo
obras importantes.
¡,rr,rrrridales
se puede encontrar en
Lr ;¡ctualidad rastros rudimentarios de cañas enterradas. (
)lras culturas que se desarrollaron al norte de Arequipa
lo que trajo como resultado edificios simples desprovistos
Cajamarca
y Huánuco:
Los vestigios más antiguos de
esta región son: el Piruro precerámico y Kotosh, ambos
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S t"¡¡ac& ffi snrr¿s
mada de hasta 5,000 años. En Cajamarca se desarrolló la
Junín, Ayacucho, Huancavelica y Apurímac: En Ayacucho habitaron los Huarpas entre los siglos lll y Vl
cultura del mismo nombre; toda la región fue, más tarde,
de nuestra era, cuya tradición cultural se fusionó con ele-
dominada sucesivamente por los Wari, los incas y poste-
mentos de las culturas Nasca y Tiwanaku para configurar
riormente los españoles. Este fue el escenario de la eje-
la cultura Wari, la que expandió su influencia hasta Caja-
cución de Atahualpa y del inicio de la conquista española.
marca por el norte, mientras que por el sur, hasta Arequipa
Del período prehispánico han quedado un conjunto de im-
y Cusco entre los siglos Vlll y Xlll. Esta cultura asumió las
portantes monumentos en esta zona: Kunturwasi, Layzón,
características de un imperio, pues dominó militarmente
Huacaloma, Cumbemayo, Baños del Inca y Ventanillas
amplios territorios de los Andes Centrales habiendo esta-
de Otuzco. En Huánuco -aparte de Kotosh- destacan las edificaciones preincas de Tantamayo, con varios pisos,
blecido su capital en el complejo del mismo nombre, muy cerca de la actual ciudad de Ayacucho. En Junín las edifi-
en los que se usa la falsa cúpula. También destaca
caciones pre hispánicas importantes no son numerosas,
Huánuco Pampa, importante centro administrativo inca.
aunque los Wari dejaron su huella en Wariwillca, poblado
Durante la colonia la piedra fue el material fundamental de
construido con piedra canteada. La zona del departamen-
toda esta zona, destacando el uso de arcos, bóvedas y
to de Huancavelica fue poblada por los Cajas, también
cúpulas en la construcción de sus iglesias.
dominados por los Wari. Tras la caída de estos últimos, la
En el folclore, son diversas las expresiones que podemos
zona fue dominada por los Huancas y los Chancas hasta
encontrar en cada zona. En Cajamarca domina el car-
la llegada de los incas en el siglo XV. El más importante
naval; en Huánuco, los negritos y los chunchos. En la gastronomía encontramos algunas costumbies comunes
poblado inca en la zona fue la ciudad de Vilcashuamán,
en el departamento de Huánuco, con una antigüedad aproxi-
con muchos otros lugares de la sierra, como la pacha-
en el actual departamento de Ayacucho, sobre una de cuyas plataformas edificaron los españoles una iglesia,
En la región del actual departamento de Apurímac encon-
manca -más cultivada en F{uánuco que en Cajamarca-, el cuy en picante o el chactado -que se cocina sobre pie-
tramos Saywite y Choquequirao; mientras que en el sut
dras calientes-, las humitas, el chicharrón, con particula-
de Huancavelica el centro poblado de Huaytará, donde
ridades de cada lugar. Asimismo mencionaremos el cal-
posible además encontrar múltiples
do verde de Cajamarca.
gios prehispánicos como el complejo Inca Wasi.
El manejo de la piedra pulida y la piedra con argamasa fue-
El predominio de la edificación en piedra, fue continuadc
ron comunes en esta zona antes de la llegada de los espa-
por los españoles quienes construyeron en Ayacucho ca'
ñoles, destacándose las finas edificaciones incas de Huá-
sonas de patio y un conjunto de iglesias de gran factur¿
nuco Pampa y las rústicas de Tantamayo. A su llegada, los
en ese material. La plaza principal de esta ciudad, rodea'
españoles continuaron construyendo con piedia, aunque in-
da
corporaron los sistemas basados en el principio del arco.
te entre los espacios urbanos del país.
e interesantes
es
vesti.
de galerías de arquería en piedra, es un hito importan.
a 'ls
:lr*fi e vün¡'tA*#LA }l3ilailAf{e
la danzade las tijeras en
yó los valles interandinos al norte del Cusco, región a la
rrrrrrlio de un conjunto de manifestaciones muy ricas, rela-
que se denominó Kuntisuyo. Los territorios altiplánicos al
l.rrildas fundamentalmente con las celebraciones de fiesl,r; ¡ratronales y algunas efemérides. Tan rica como Aya-
sur,
rrrr:lro es Junín, pródiga en expresiones de música y dan-
Los cuatro territorios conformaban el Tawantinsuyo. Nu-
.',r, irllí se celebra La Herranza Junina, El Kiulla, los Arrie-
merosos centros urbanos fueron establecidos en este pe-
ro:,, los Huacones y los Abelinos, pero los más difundidos
ríodo: Ollantaytambo, Sacsayhuamán, Tambomachay y
'.{)rr, s¡n lugar a dudas, el Huaylars y la Muliza. Su gastro-
Machu Picchu en Cusco. En Puno encontramos eviden-
rnlia tiene un común denominador en el mondongo, el
cias de ocupación desde el horizonte temprano como Pucará, hasta el Intermedio tardío y el Horizonte inca entre las cuales destacan las Chullpas de Sillustani.
I
rr cl folclore de la zona destaca
rr,
y la pachamanca, degustándose el cuy en distinl.r', formas, pero el plato destacado en Ayacucho es el
¡rrrr:lrero
1,il(:i¡ picante mientras en Junín:
la pachamanca.
que fueron llamados Qollasuyo. Los ubicados hacia la costa: Chinchaysuyo y hacia la amazonía: Antisuyo.
Así como Cusco hegemoniza en la gastronomía, con pla-
I rrl¿ts arquitecturas pre inca e inca destaca el fino trabajo
tos más elaborados como el lechón al horno o los chicha-
,,rr ¡riedra de sus monumentos los que, en algunos casos,
rrones; Puno es considerada la capital del folclore. Ambas
hrr:ron alterados por los españoles durante el proceso de
regiones comparten platos en base a carnes, en especial
,,xlrrpación de idolatrías.
el cuy, papas y choclo, mientras en danzas comparten
(;usco y Puno: El desarrollo de la cultura y la organiza, rorr social en esta región fue influenciado por los rema-
distintas formas de carnaval, otras relacionadas con la co-
rrr.rrtes de la cultura Tiwanacu del Altiplano peruano boli-
moración a los santos patronos de cada lugar.
vr.uro. Esta última zona tiene vestigios de ocupación que ¡,r,rlríafi tener una antigüedad de 14,000 años. En Cusco
El desarrollo urbano de la zona presenta patrones muy elaborados: Pikillacta, Ollantaytambo y la propia ciudad
cvidencias son posteriores, aunque no hay mayores
inca del Cusco, destacando también Machu Picchu. En
,,vr(loncias de desarrollo hasta la llegadas de los Wari (ori-
arquitectura predomina el uso de la piedra muy bien labra-
,¡rrr:rrios de Ayacucho), que ocuparon
la región en su inl.nto de crear un imperio, sobre cuyos avances se asenLrrr¡rr también los incas. Los Wari construyeron en esta
da o la aparejada con barro y luego tarrajeada utilizada para la construcción de templos, fortalezas y palacios. Amazonas, Loreto, San Martín y Madre de Dios: En
.',,rr¡r la ciudad de Pikillacta, un monumento urbanístico
esta extensa zona de nuestra selva los principales vesti-
rh.{lt-ar'r factura a 30 km de la actual ciudad del Cusco.
gios de culturas importantes están vinculados a los
|
Chachapoyas que tuvieron una presencia entre los años
1,r,,
',1;r fue
la región más importante en el desarrollo del te-
rrrlorio de los Andes Centrales, pues fue la cuna de la
800
y
1500 dC. En Amazonas edificaron la majestuosa
por Pachacutec Inka
fortaleza de Kuelap, con sus murallas ondulantes y sus
rrlxlnQUi, que en su momento de mayor expansión inclu-
edificios circulares en piedra y en San Martín construye-
l'r¡:r r
secha, la construcción, las lluvias y también en conme-
{1€l imperio incaico, fundado
Jcnee &unos tl¿nrna
2A
ron El Gran Pajatén, con similares características de edificios circulares en piedra. Estos centros urbanos fueron
diversas poblaciones que llegaron al territorio. Ser Crisol
construidos en zonas altas, entre los 2,000 y 3,000 msnm.
terística de nuestros procesos culturales históricos, así
Los Chachapoyas se resistieron a la dominación inca hasta
como la de nuestra cultura viva. Al parecer, incluso la de-
que fueron conquistados por ellos, pero luego se aliaron a
limitación política de las regiones, no sólo se fue dando
los españoles en su contra.
sobre demarcaciones económicas, sino también cultura-
En la gastronomía se puede encontrar un común denomi-
les, con diferencias que permanecen hasta nuestros días.
nador en los insumos: la yuca, el plátano, carnes de tierra
El único proceso de homogenización que se viene dando
y peces de río, con los que se prepara platos como los juanes de yuca o de arroz, el tacacho, la patasca, el timbuche, la cecina, las humitas y los tamales. Mientras
es el de la modernidad que ha hecho estragos en algunos
en el folclore predomina el uso de instrumentos de viento
no parece haberse integrado a lo tradicional sin sobresal-
y percusión, cuya música acompaña a un extenso y varia-
tos. El problema es que en la música o en la danza, así
do número de danzas. Es destacable el caso de Lamas, en San Martín; reconocida como la capital del folclore de
como en la gastronomía, la modernidad convive más fácil-
la Amazonía.
concretada en un club provincial o en un restaurante al
Su arquitectura evidencia un patrón consistente en conjun-
que se va regularmente; mientras que la gente piensa que
tos de edificios simples con muros circulares de piedra, fri-
para alcanzar Ia modernidad en la arquitectura debe pri-
sos geométricos zoomorfos y antropomorfos, cornisas de
mero destruir su vivienda vernácula, para reemplazarla
piedra en voladizo sobre las que se caminaba y techos cóni-
después por una de concreto, plástico y vidrio.
de culturas y evidencia de fodas /as sangres es la carac-
campos de la cultura, especialmente en la arquitectura, no así en otros, como la gastronomia, en la que lo moder-
mente con una tradición que queda grabada en un disco,
cos de palo y paja sostenidos por muros perimétricos ondulantes. En las zonas más bajas los materiales más delezna-
LAS REGIONES, SUS CLIMAS Y PISOS ECOLÓGICOS
bles, como la madera, no resistieron el paso de los años,
En esta sección delimitaremos los pisos ecológicos ba-
pero mantuvieron a través de la historia formas constructivas
sándonos en los planteados por Javier Pulgar Vidal (Pul-
tradicionales como las malocas.
gar Vidal, 1969), por constituir una propuesta más integral
que la basada solamente en el clima. A esa propuesta Variedad
añadiremos como variable la ubicación de los principales
Desde la época anterior al surgimiento de los incas la gran
asentamientos de cada región. Ya desde 1955, Colea se-
variedad cultural es el signo característico de nuestro territorio. En muchos casos es una pluralidad que no se ha perdido, por el contrario a ella se agregó la cultura inca, así como posteriormente la española y las culturas de las
4
Cole John P. fue un estudioso de la estadística de la población peruana quien, a partirdel censo de 1940, dedujo interesantes conclusiones sobre la población y sus tendencias de ubicación en el territorio.
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Pisos altitudinales (según Pulgar Vidal) y población con ciudades impoñantes. Vemos que se concentran en tres ámbitos: Chala, Quechua y Omagua.
rr,rlaba la concentración de la población mayoritaria en
asentamientos. mientras sí se los encuentra en esa mis-
rlrlostro país sobre la vertiente del Pacífico (75%), contra
ma altitud en la Yunga fluvial, que se ubica, sobre todo, en
asentada en la vertiente del Atlántico. De nues-
la vertiente del Atlántico pues como sabemos nuestros
lr,r:; 56 principales ciudades en la actualidad 25 se asien-
ríos más importantes son afluentes de los que desembo-
y 500 msnm.), alber-
can en ese océano. Más arriba de esa franja poco poblada
,,to el
25o/o
Lrn sobre la costa o Chala (entre 0
2lo
hacen
se encuentra la zona Quechua con 10 ciudades impor-
a 1500 msnm), mienlr:rs 3 se ubican en la Yunga fluvial (1,500 a 2,300
tantes sobre valles interandinos entre los 2,500 y 3,500
rrr;rrm.). Luego se encuentra una zona del lado del Pacífi-
minuyen. En la zona Suni, entre los 3,500 y 4,000 msnm.,
'o, cntre los 1,500 y 2,500 msnm, de características
se localizan sólo 5 ciudades importantes, mientras en
,¡,rrrdo a la mayoría de nuestra población, sólo
, n la zona Yunga marítima (500
ma-
,/,rillrente desérticas, por lo que se localizan allí pocos
msnm. A mayor altitud los asentamientos humanos dis-
la
zona Puna (entre los 3,800 y 5,200 msnm) sólo 2, no
"ionoe Rusa¿ &nnrns
¿z
ubicándose ninguna en la zona Janca (sobre los 4,800
do de vez en cuando por ríos y valles de pequeña enverga-
msnm.). Finalmente, en la zona Rupa rupa o selva alta
dura, con excepción de los del norte que son de mayor
(entre 400 y 1,000 msnm.) se puede identificar 3 ciudades
caudal. Pampas y dunas predominan, aunque se puede
importantes, mientras en la zona Omagua o de selva baja
observar una agresiva transformación de arenales cultiva-
(entre 50 y 400 msnm.) hay hasta 6 ciudades de nivel (Ver
dos en Trujillo al norte, lca y Tacna al sur. En cuanto a la
dibujo de altitudes y población en pá9. 21).
flora y su producción de materiales constructivos, desta' ca el algarrobo en el norte y el huarango en el sur, famo-
Como vemos. los asentamientos humanos se establecen
dades productivas y dificultan el desarrollo humano. El buen
sos por su nobleza y dureza para la construcción. Los humedales o wachaquess cerca al mar, posibilitan el recojo de totora para los petates; la caña en las márgenes de
clima así como las condiciones para la producción y el
los ríos es el material con el que se arman la quincha y
sostenimiento parecen ser los dos factores naturales
estera.
donde existe mejores condiciones de habitabilidad, Hay territorios inhóspitos debido a que ofrecen pocas posibili-
-a
le
tablecen las cualidades necesarias para el desarrollo de
De igual modo, la región Quechua; templada y seca, cor temperaturas entre 11 y 17 grados (Cajamarca, Huaraz
las ciudades y la arquitectura. De las altitudes analizadas
Tarma) baja y se liga a los valles cálidos de la Yunga
es claro que la más poblada es la Chala o Costa, luego la
(Arequipa, Moquegua) y sube, relacionándose con la zon¿
consistente zona Quechua, seguida de asentamientos en
Suni, más húmeda y fría (Jauja, Puno) lo que abarca ur
la Selva y ceja de selva (Omagua y Rupa rupa), pero muy
ámbito que va desde los 1,500, hasta los 4,000 msnm. E
distantes y distribuidos en la enorme extensión selvática.
paisaje es cambiante, mientras en los valles yungas
Si analizamos los climas de la costa, por ejemplo, encontramos uno semi tropical en el norte (Piura, Chiclayo) y
puede ver huarangos, maguey, carrizo y cabuya; en la zon¿
Quechua vemos eucaliptos, alisos, molle y -últimament<
otro sub tropical en el centro (Lima, Huacho, Chancay) y,
debido a la reforestación- se encuentra laderas con pi
en el sur (Pisco, llo), condicionados por la presencia de la
nos. También a esta altitud y más arriba se puede encon
corriente de Humboldt. Las más altas temperaturas se
trar piedra de diverso tipo. En el nivel Suni o Jalca el clim¿
registran en el norte. Sin embargo eso también ocurre en
se torna más frío, húmedo y nublado, con mayor precipita
lca y en Tácna, curiosamente ambas son zonas retiradas
ción pluvial y con heladas. Los árboles desaparecen y sól<
del mar y de cierta altitud -alrededor de 500 msnm.-, cercanas a la Yunga marítima, con cielos más despejados
se encuentra arbustos como el queñual y la quinua; mien
que en las zonas de costa cercanas al mar por lo que, así
y olluco.
los que se sumaría una buena conectividad vial-, que es-
como llegan a altas temperaturas durante el día, durante
la noche suelen bajar significativamente. El paisaje costeño está marcado por el desierto, atravesa-
tras la siembra de subsistencia se reduce a cañihua.
5
se
oc¿
El wachaque es un sistema de cultivo de origen prehispánico qu, consiste en hundir zonas del terreno para aprovechar la hume dad del subsuelo. (N: del E.)
¡\nt¡xryxexuns VxxxÁ*r"¡*-s Fxs**,*r.s
23
En la Puna (Juliaca, Huancavelica) especialmente en el
neral, vegetal y animal. Entre los primeros tenemos el agua,
centro y el sur del territorio, por su clima frío y seco, sólo
la tierra, la arena y la piedra. Entre los de origen vegetal
crecen el ichu y otras herbáceas, allí también se puede
tenemos la madera, las palmas, fibras y hierbas. Final-
encontrar diferentes tipos de piedra. En las zonas de me-
mente entre los materiales extraídos de los animales, en-
nor altitud de selvas montañosas, el clima es más templa-
contramos tientos para las amarras, pieles para recubrir o
do, más lluvioso y se encuentra árboles útiles para la cons-
trucción. Las difíciles condiciones de la Puna se agravan
armar puertas y tambores, cuernos y pezuñas usados, por su dureza, como útiles y herramientas. Los materia-
en la Jalca, haciendo difícil su ocupación por asen-
les van marcando los sistemas constructivos que muchas
tamientos humanos.
veces combinan materiales diversos.
Tanto en el nivel Rupa rupa (Tarapoto, Jaén, Leimebamba, Chachapoyas), como en el Omagua (lquitos, Pucalpa, Puer-
Minerales
to Maldonado) el clima se vuelve más caluroso, cuanto más bajo es el nivel, con presencia de lluvias. Por otro
La tierra y Ia arena: Se usan en forma de barro, para asentar piedra y adobe, también en el tarrajeo o embarra-
lado, contrariamente a lo que sucede en los niveles altos
do de muros, columnas y techos, así como en la elabora-
y fríos, se dispone de abundante madera, mientras la pie-
ción de quincha adobe y tapial. Este es un material dispo-
dra resulta muy escasa.
nible en todos los pisos ecológicos, sin embargo no es
Algunas características no se explican por el clima ni por
usado en todos ellos; por ejemplo, en el nivel Omagua o
el piso ecológico, obedeciendo más bien al intercambio histórico de modelos y materiales, se manifiesta en luga-
de selva baja por razones climáticas. Allí se prefiere usar
res como Lamas, en la selva, donde se observa una arqui-
lar. El tapial es más utilizado en las zonas Quechua, Suni
tectura serrana, basada en el uso de tapial y el techo de
y Rupa rupa o de selva alta, exceptuando la selva baja. En
teja. De modo contrario, en lugares de sierra como La Jalca y San Bartolo, cerca a Revash, se utiliza el sistema
la Costa o Chala se le usa mayormente en cercos.
rle muesca, con uso intensivo de madera, más propio de
zado desde épocas prehispánicas en distintos pisos
selva. Asimismo, en Piura, Chiclayo y Trujillo, encon-
altitudinales. Todas las argamasas se combinan con agua,
lramos ejemplos de arquitectura cercanos a los de ()ajamarca con muros de adobe y balcones.
que debe ser dulce pues la marina es muy salitrosa; para
l¿¡
muros diáfanos por donde pueda pasar el aire para venti-
El
asentado de piedra con barro también es de uso generali-
evitar que se raje se le agrega paja o cáscara de arroz.
La piedra: Es usada en distintas formas que van desde LAS REGIONES, SUS MATERIALES Y
el canto rodado hasta la roca en trozos; empleada tal como
SISTEMAS GONSTRUCTIVOS
es encontrada o tallada para darle forma. El canto rodado
Si sistematizaramos la disponibilidad de materiales en
está disponible allí donde haya ríos que crucen zonas ro-
nuestro territorio podríamos diferenciar los de origen mi-
cosas, de las que se van desprendiendo y rodando hasta
24
adquirir su forma final. Esto deja fuera, nuevamente, a los ríos de la selva baja (Omagua) que atraviesan zonas sin montañas rocosas. Ese material se usa en muros y pircas
"iüm*¡n
Sunm.q
Snm:n*
La madera: En la zona Chala encontramos un magnÍfico espécimen que en el norte asume el nombre de algarrobo y en el sur el de huarango. De este árbol se corta el horcón o columna horquillada para recibir vigas, para las que
en todos los niveles donde se encuentra. Otro tanto sucede con los muros elaborados con piedras sin tallar, que se
también se usa ese material. Para colocar este tronco se
acoplan con o sin mortero. Eventualmente, las piedras lar-
le saca la corteza. No se lo azuelai para buscar una sec-
gas son usadas como dinteles o como piezas de techo en
ción cuadrada, pues ello no ayuda a nivelarlo, dado que es
el sistema de falsa cúpula o bóveda. Así se usa intensivamente en Tantamayo, asentamiento pre inca en Huá-
un material muy ondulante, que se nivela algo sólo al tarra-
jearlo con barro. También se usa el maguey para vigas,
nuco ubicado en el nivel Quechua, donde se edificó cons-
más en las zonas Yunga, Quechua y Suni. Ambas espe-
trucciones de hasta 5 pisos. Finalmente, la piedra tallada
cies son también de uso alimenticio y medicinal. En las zonas Yunga, Quechua y Suni, predomina el euca-
es muy usada en los niveles Quechua, Suni y Puna, en lugares como Ayacucho, Cusco y Puno, así como en Arequipa (Yunga) donde el sillar se usa hasta nuestros días para construir las cúpulas y bóvedas que trajeron los espa-
ñoles como sistema constructivo.
lipto, cuyo uso rollizo, azuelado e incluso aserrado permi'
te distintos usos en la arquitectura; desde los estructurales, en columnas, vigas y tijerales, hasta de carpintería, También en estas zonas se ha impulsado, en las últimas
décadas, la siembra del pino que tiene sobre todo usos er
Vegetales
carpintería.
Entre los materiales de origen vegetal tenemos una gran
Pero allí donde abunda la madera útil para la construcciór
variedad. Desde troncos para columnas y vigas, pasando
es en los niveles Rupa rupa y Omagua, correspondientes
por hojas y follaje como la palma, utilizada para techum-
a la selva alta y baja respectivamente. Si bien existe un¿ variedad aparentemente infinita de especies madereras que pueden ser usadas rollizas, azueladas o aserradas
bres especialmente en la selva alta y baja. Toda la variedad de cañas: el bambú, el carrizo, usados en la fabrica-
ción de quincha, estera y también como columnas y vigas, hasta llegar a las hierbas como el ichu, usado en las
también se produce algunas de modo preferente, como
l¿
zonas Suni y Puna, la herbácea acuática totora, que cre-
llamada aceite kaspi, perfectamente cilíndrica y recta t otras como la shungo, muy útil y resistente para colum
ce tanto en las cercanías del mar, como al borde de lagos
nas empotradas en el suelo. En los techos se usa made
como el Titicaca en la zona Suni. Los árboles comienzan
ras rolfizas como la yanavara.
a escasear en las zonas altas de Puna y Janca, donde sólo crecen los queñuales y otras especies arbustivas,
6.
cuyos troncos no son útiles en la construcción por lo que
se emplea sistemas constructivos que no usan madera.
Azuelar es el término usado para referirse a la acción de corta madera con azuela: herramienta para desbastar, compuesta dr una plancha de hierro acerada y cortante y un mango corto dr madera oue forma recodo.
F ¿3
',;rrs*Tlift,&V$l:tfurrÁ*x}-* Fcnugiurls I
os sistemas constructivos desarrollados con madera son
LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS
nrriltiples, comenzando por los más simples de columna
Surgen de la aplicación de los materiales, directamente o
y viga, hasta los tijerales complejos de la selva, los de
combinados. Hemos visto como hay una regular disponi-
nruesca, que utiliza maderas apiladas horizontalmente, ,rllí donde abunda este material, los de par y nudillo en la
bilidad de materiales diversos en las distintas altitudes, con excepción de la madera, que no se produce en la
y mojinete truncado en las
Puna ni a mayor altura. Asimismo, es escasa la piedra en
¡orra Quechua o de mojinete .,orras Yunga
y Chala.
todas sus formas en la selva baja (Omagua). Aunque el
y otras
hecho de disponer de los mismos materiales no significa
,':;pecies crecen en las zonas bajas Chala y Yunga ha-
plantear el mismo sistema constructivo. Las tipologías
el Pacífico, también en las de Rupa rupa y Omagua lr;¡cia la vertiente del Atlántico. Las más gruesas como
constructivas parecen seguir otros caminos ligados al cli-
tijerales, mien-
Un breve resumen de los sistemas constructivos nos per-
I as cañas: El bambú, la caña brava, el carrizo
,'r¡r
,
rl bambú, son útiles en columnas, vigas y
ma, la tradición y la cultura.
lr;rs las cañas más delgadas son usadas en la elabora-
mite establecer las siguientes particularidades:
r;rirn de la quincha, para asentar tejas, para la elabora-
Muros como cerramientos y estructura, en adobe o quin-
,.rrln de la estera y otros artefactos como canastas, lám-
cha, con techos básicamente planos de vigas a veces con ramadas exteriores sostenidas por columnas, sea de ma-
¡r;rras, etc.
y herbáceas: Las palmas son usa-
dera o de pilares en adobe, ladrillo o piedra. Este sistema
,l¡rs en los niveles Rupa rupa y Omagua, para cubrir los
se desarrolla en la región Chala al norte y centro, mien-
y proteger las construcciones de la lluvia. Con el nr:jmo fin se usa el ichu en las áreas Quechua, Suni y
tras en el sur el techo varía hacia el empleo de mojinetes
l'rrna, mientras la paja de arroz y cebada, que crece en la
extremo norte, alrededor de Tumbes, donde la vivienda se
t;lrirla, Yunga y Quechua respectivamente, se usa en las
suspende sobre pilotes y los techos son inclinados y cu-
.',rnas lluviosas de estos niveles.
biertos de paja, dadas las torrenciales lluvias eventuales y
l,r
el fuerte calor.
I as palmas, fibras t,rr:lros
lotora es otro material que crece en los humedales de
truncados. Otra variante en esta región se observa en el
l.rohala, así como en los bordes de lagos como el Titicaca
En los niveles Yunga, Quechua y Suni se impone el adobe
1:;rrrri), utilizándose en la construcción, así como en la
,.l.rlroración de embarcaciones (Uros en el Titicaca) y ca-
o el tapial como estructura y cierre pero aquí los techos son inclinados a dos aguas, usándose tijerales de par y
lr,rllitos de totora (Huanchaco en Chala norte).
nudillo como estructura y teja o calamina como cobertura.
l n lil antigüedad se usó algas marinas en la argamasa
El terrado resultante es usado para guardar granos y como
t,.nir unir las piedras de los muros, este sistema ha sido ¡,lr:rrtificado en construcciones pre incas en la costa o
depósito en general. También aparece, en las zonas más
t,lr¡rla.
madera, con balcón corrido y balaustre en caso se trate de
cálidas, el corredor exterior soportado sobre columnas de
Joner ffiunss &,qnw*
Columnas de madera, horcón, con y sin base, adobe y piedra.
Muros de piedra, piedra y barro, adobe, tapial, muesca y quincha.
,:J*itü{:Ttiñ& V,¡:r¿¡xÁ*r"::-,q
2'l
$P¡:gtL¡¿l¡,q
rrna edificación de dos pisos. Pero este espacio está conterrido por los muros laterales que sobresalen, generándose el
tioo retablo.
I n las zonas Suni y Puna, el frío extremo hace que la (;asa se cierre en sí misma, con muros de adobe o clrampa, puertas y ventanas mínimas y techo de mader¡¡ o falsa cúpula de champa o piedra (dada la escasez rle la madera). La cobertura es de paja o del mismo rrraterial del muro. Las islas de los Uros, son una ex-
Síntesis por oposición El mejor ejemplo es el sistema de localización de las ciudades y pueblos prehispánicos, que se asentaban en las laderas, sobre la cabecera más alta y menos rica de los valles, destinando las áreas más bajas y productivas para
la agricultura, es el caso del Cusco y Cajamarca; mientras las ciudades de fundación española tomaron el centro de los valles, con el gran inconveniente que el creci-
,:r:pción pues allí se cierra la vivienda con algunos ele-
miento ha consumido más rápidamente sus áreas más ricas como el caso de Lima y Trujillo.
rnentos rígidos y totora.
Con el tiempo estas distinciones, entre construir en el va-
I inalmente en la selva alta (Rupa rupa) tenemos muros de
lle o sobre laderas, se van limando o integrando absorbi-
y barro (tapial) o de troncos trabados en muesca,
das por el crecimiento urbano. Posteriormente los centros
r;on techos de estructura de fuerte pendiente en troncos y
urbanos recibirán diversas influencias como la francesa,
r;obertura de palma y paja. En la selva baja (Omagua), se
la inglesa y la italiana, así como la china o africana.
r:onstruye elementos flotantes o sobre pilotes enteramen-
vcrticales y otra alta con estructura de tijerales particula-
Síntesis por semejanza También hubo semejanzas que permitieron procesos de integración: la plaza formal española, con sus calles que la rodean y permiten el ingreso a ella, tiene un parangón con la explanada prehispánica. Estos patrones de espa-
rcs, diferentes del par y nudillo. Sobre esta base de siste-
cio público confluyeron en Cusco y Cajamarca. Otro caso
rn;ls constructivos, se produce variaciones que explicare-
es el del patio y la cancha, soluciones concéntricas semejantes alrededor de las cuales se ubicaba las habita-
¡riedra
Ic en madera, con estructuras de fuerte pendiente y colrcrtura de palma. En estas estructuras se diferencia una ¡rirrte baja muy ligera
y abierta, apoyada sobre columnas
rnos al tocar los tipos específicos.
ciones. También fue una semejanza la presencia del alar I A ARQUITECTURA VERNÁGULA
o galería española, de tanta similitud con la masma o
Nuestros antepasados, poseedores de una larga tradiciÓn
huayrona, usada en la arquitectura inca. Uno de los casos
,rr<¡uitectónica y urbanística, enfrentaron la dominación es-
emblemáticos de esta síntesis se hace evidente en Ollan-
¡r;rñola estableciendo patrones nuevos como expresión de
taytambo, en el Cusco, donde las casas cancha se inte-
r¡rra relación de síntesis entre su tradición
y los modelos
gran o transforman con pocos cambios en casas patio.
.r¡rortados por los conquistadores. Estas síntesis se esta-
Síntesis por apropiación
l¡lccen a partir de tres procesos: Por oposición, por seme-
En este aspecto se puede mencionar la estructura reticular
l,tt/-a y por apropiación.
ortogonal que los españoles impusieron y que luego se
3S
"i*xsn
lll$cJmüs lfl$,q*r¡qe
Machu Picchu, en zona yunga, rica en piedra, con Ia que se modeló Ia topografía a través de la andenería.
aplicaría en todos nuestros pueblos y ciudades, adoptada
existencia de modelos y códigos no significó en absoluto
y adaptada a cada caso. El modelo fue definido en una ordenanza que Felipe ll diera en 1573, que establecía el
una tipología homogénea ni monocorde de espacios urba-
esquema de cuatro calles principales que salÍan de la pla-
tura y el urbanismo evidenciarían variantes y estilos enlazados con la gran diversidad de climas y culturas que
za mayor, la que se construiría en el centro urbano como
nos o arquitectónicos. Muy por el contrario, la arquitec-
símbolo de la presencia y dominación española. En el de-
atraviesan nuestro país. Si bien originalmente se produ-
talle, la construcción con adobe madera y tejas en la defi-
jo una fusión solo entre las culturas locales y la espa-
nición de portadas y balcones, así como el uso del arco,
ñola, se iría enriqueciendo luego con la llegada de otros
fueron también tomados de los españoles, combinándose
grupos étnicos, con sus productos y estilos, desde Europa, Asia y África.
con la piedra y otros usos oriundos. Pero el hecho de
la
't
1tT**1 vlw.f\W
nw*.4kt{:1.:}*f3"
#
29
*x* aun
y hace
I-squema territorial
topografÍa, lo que complica su integración
lrrtentando hacer un esquema de las grandes zonas en r¡ue podemos organizar los tipos vernáculos a partir de un
muchas veces estén más ligadas a la costa que entre sí.
r:riterio de homogeneidad, se puede proponer cuatro gran-
con tipologías muy semejantes, predominando el tipo pa-
rlrrs zonas: La Costa o Chala, lazona Quechua en la sie-
tio, producto de la fusión entre patio y cancha, proceso que se puede entender con facilidad en Ollantaytarnbo, asi como en el tipo retablo, síntesis entre el corredor o galería y la masma, que puede encontrarse en muchos
y su continuación'. la zona alto andina, finalizando con l;r zona amazínica de gran extensión. n¿r
Zona Ghala: Ha quedado establecido que los territorios rlt¡nde se localizan los asentamientos y, por tanto, la ar-
que
Pero, a pesar de esta pobre integración esta zona cuenta
pueblos andinos en el norte y centro.
rrs extraño que la costa haya recibido la mayor cantidad
Zona alto andina: Con fuerte presencia en el sur, presenta condiciones criticas para la supervivencia en sus áreas de puna. De allí se ha tomado el ejemplo extremo
rk-' ooblación. Esa zona ha desarrollado una abundante
de los putucos, al norte del Titicaca, construidos íntegra-
¡rroducción agropecuaria, marina, industrial y comercial. I as comunicaciones son más fáciles a lo largo de ella
mente con champaT del mismo suelo, además de las is-
rnisma y en el sentido transversal, siendo abastecida por
tora, material que hace las veces de suelo y del que tam-
¡rroductos de la sierra y selva. Cuenta con los principales ¡ruertos y aeropuertos de intercambio internacional. Histó-
bién fabrican sus embarcaciones
También de esta zona se incluye los tipos de puna grupo
rrr;amente, a partir de la presencia española, fue un área
de Abancay
¡rriorizada. Este eje costero ha dado un conjunto de tipos r:irracterísticos que usan el adobe, la quincha y la made-
Zona amazónica: Caracterizada en su zona baja: Omagua
ri¡, rolliza y aserrada para definir los tipos de casa patio, r:ompacta, ranchos de hacienda y de balneario, culminan-
dos sólo a través de los ríos, con expresiones en madera
rlo en el sur con los techos de mojinete truncado. La ra-
el suelo. Más arriba, sobre la ceja de selva, relacionada con la sierra por carreteras, encontramos el uso del sistema de muesca, pero también el de tapial y teja, de in-
r¡rritectura son los que pueden sostener a sus poblacio-
nos en lo inmediato y mediato. Con esas condiciones no
o alar y los sistemas de iluminación y ventilación en krs techos, como la teatina y la linterna, caracterizan tamnr¿¡da
t
rién esta arquitectura.
las flotantes de los uros, construidas íntegramente en to-
e incluso se alimentan.
y la cancha del cañón del Colca.
por una enorme dispersión de asentamientos, comunicarolliza
y palma, en versiones de palafito, flotante y sobre
fluencia serrana, como en Lamas-
Zona Quechua: Ligada a sus áreas inmediatas: la más lr:rja: yunga y la de mayor altitud: suni. Esta es una zona ;¡ndina. oue se extiende sobre los valles cordilleranos. (
)uenta con áreas agropecuarias ricas, con riego de ríos o
lltrvia y ciudades comerciales. Sin embargo son de difícil
7
Bloque de tierra superficial que contiene hierbas, cortada con lampa, que se usa como adobe rústico.
3ü
Capítulo ll LA COSTA O CHALA
Portales de madera en Tumbes
*{*mcr ffi}u¡q*s ffisxrxs
lrü$ITñüTUR& vnmru"q*¡"¡¡*s ff x*¡L¡a¡*¡t
Orígenes
y
31
paisaje
diendo, siendo reemplazada por una expresión monocor-
Como ya se vio, en esta zona vivieron expertos navegan-
de que rompe con los patrones arquitectónicos y urbanís-
les y pescadores. La buena pesca y su presencia en la
ticos tradicionales, dañando el entorno construido, que no
g;astronomía han perdurado hasta nuestros días, así como
aprovecha las características y ventajas de la arquitectura
el valor turístico de sus playas. Este lugar se emplaza en
vernácula.
un clima semi tropical, con sol todo el año y una tempera-
tura promedio de 24" C. Su paisaje se comparte entre
Tipos y variantes
playas y manglares en la costa; con arenales, ríos cauda-
En la arquitectura tumbesina aparece como una constan-
y bosques secos tierra adentro.
esta zona se deja sentir fuertemente los efectos del fenó-
te el alar o ramada, que en el campo y el balneario, así como en casas aisladas, es privado y constituye parte de
meno del Niño, que pueden hacen aparecer esporádi-
la casa, mientras en la ciudad se convierte en un portal
<;amente espejos de agua con especies de flora y fauna,
continuo de uso público. Este espacio de sombra es ca-
pero también producen daños a la pesca y la agricultura.
racterístico en esta arquitectura siendo su función mitigar
En las ciudades, este fenómeno se ha convertido en pre-
el fuerte calor. Esta propuesta se complementa con el tra-
texto para hacer desaparecer los últimos vestigios de una
tamiento de los frentes que dan al espacio público exte-
arquitectura vernácula valiosa.
rior, provistos de celosías
Esta arquitectura se caracteriza por incorporar elementos
brayan su carácter definitivamente tropical. En realidad se
de gran factura en su carpintería, en especial detalles de
puede definir un solo tipo con tres variantes. El tipo base
tiligrana en madera para la creación de zonas de sombra,
sería el alar y las variantes: el alar de campo, el de playa
permitiendo una ventilación natural apropiada para las con-
y el urbano.
losos, plantaciones
En
y persianas de madera que su-
diciones de calor imperantes. Los orígenes inmediatos de csta arquitectura podrían rastrearse, por un lado, en cons-
El alar de campo: Es una arquitectura muy simple que
lrucciones similares realizadas en el siglo XIX en el Ecua-
casi siempre se eleva sobre pilotes de madera rolliza con-
rlor, pues existe evidencias que demostrarían que fueron
siguiendo así una mejor brisa. Los muros son de quincha
r;arpinteros del país vecino quienes realizaron esos traba-
o madera, dejando libre un alar o pórtico delantero al que
dada la cercanía territorial y el intercambio comercial
se accede por una escalera. El techo a dos aguas se cubre con paja o quincha y se ventila por los hastiales, a
¡os,
intenso en la frontera de nuestros países. Por otro lado se
¡;odrÍa establecer similitudes con la arquitectura de selva y ceja de selva peruanas, que poseen clima y cultura si-
través de una celosía de caña, la que también se aplica sobre los balaustres del pórtico que permiten el paso del
r¡rilares. Se puede rastrear influencias inmediatas en Piura
y poblados cercanos, pero lamentablemente, el proceso rle desaparición es intenso. Esa arquitectura se va per-
Pág. opuesta: Esquina tumbesina donde se aprecian los portales
públicos y la rica carpintería
1
3?
*$*süfr ffir:w*p"T&*'*"rwa
aire al interior. La distribución interna es compacta y consta
de oocas habitaciones. El alar de playa: Se desenvuelve dentro de un esquema semejante al campesino pero con algunas variantes. Si bien
la casa está sobreelevada, lo está sobre una base sólida y no sobre pilotes -lo que mejora la vista al mar-. Este tipo es común a toda la costa peruana por lo que se detallará cuando tratemos este tema (pá9. 68).
El alar urbano: Esta variante mantiene el alar característico, pero se torna continuo convirtiéndose en una circula-
ción peatonal pública de portales. El esquema de planta de su interior es similar al del tipo playa concluyendo, al fondo del lote, en un patio dentro de una trama urbana de manzanas. Este tipo se vuelve algo más complejo cuando se trata de viviendas de dos o tres pisos, con dos posibili-
ów:ffiiar.j Arriba: Casa campesina sobre pilotes. Abajo: Vivienda urbana con galería pública
dades de fachada: La primera repite la galería del primer piso en el segundo en la forma de balcón corrido; en la segunda, el cierre del segundo piso avanza hasta el plo-
mo exterior de la vereda, manteniendo la galería del primer piso. La distribución interna es más compleja y varia-
da, manteniendo una edificación compacta dejando libre
el sector trasero. Los techos se estructuran con tijerales de madera aserrada en pendiente y se cubren con calami-
na. En la ciudad de Tumbes, estos tipos se suceden en una topografía ondulante, con un trazado definido por ca-
lles estrechas e irregulares que definen un conjunto muy interesante. Estas unidades vienen siendo reemplazadas
por otras, desapareciendo las galerías sombreadas y la carpintería elaborada ocurriendo una distorsión de tal mag-
nitud que las alteraciones resultan mayoritarias, dejando solo vestigios de lo que pudo haber sido una ciudad consecuente con su clima y su cultura. Ante este panorama,
7 ii\¡rr:tt"r,l;T'geruK& WEra¡ilÁ*x¡-* Fg¡q{"eai*"&
Carpintería típica de Tumbes, con giros, calados y apersianados de gran factura.
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34
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Arriba: Vivienda con galería pública en primer piso y balcón en el segundo. Abajo: Los tipos campesino, de playa y urbano con galería pública, de uno y dos plsos.
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ol problema de reponer lo perdido se asemeja al armado
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rlc un rompecabezas teniendo a la mano sólo un mínimo rle piezas que incluso siguen desapareciendo.
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Materiales y sistemas constructivos
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I n la variante de campo los materiales son el tronco rolli-
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zo, la quincha, la caña y la paja. A partir del empotramiento
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Yrrueo C'FLÓP,
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rkl los palos que harán de columnas, se arma un plano r:ntablado elevado que sirve de piso a la vivienda. Sobre
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r:sas columnas se va armando las paredes de quincha o cntabladas y se construye los techos con viguetas, tam-
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lririn rollizas, sobre las que se coloca cañas y paja. Cuanrkr el techo es de quincha, el entramado de caña se emlr¡¡rra. En los dos casos el techo tiene pendiente para re-
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:;olver la evacuación de las torrenciales lluvias de las épo-
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I n las construcciones de playa y urbanas se usa un sislnnra de estructuras de madera aserrada de uno
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o más
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llrjos, con muros entablados o de quincha y techos de lr¡cral cubiertos de calamina. Las columnas estaban anti,¡rrirmente forradas con tablas talladas lo mismo que los r:rclo rasos. Todo ello se perdió muchos años atrás, fueron
rrrnovidos por temor a la peste pues se habían convertido
,,r t.'scondrijo de roedores. Sin embargo aún encontramos tr:r;timonios de una carpintería que utiliza elementos r,'r¡rrlables de madera que, junto a celosías y persianas, ,¡,rr:rntizan una buena ventilación ante las altas tempera-
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lr¡r¡s dominantes (ver pá9. 33). Detalle constructivo de galería en el 1er. piso y balcón en el 2do.piso. Uso intensivo de madera
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Piura variedad
J*rqsm ffius*¡;q ffi"qax*&
f "rr:iili,,tr'tr
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it{T*ññ SEnrA:*ia $}rn*gxs
Orígenes
y
paisaje
posteriormente la población adoptó y difundió hacia varias
Piura También tiene una tradición pesquera y de produc-
casas de playa cercanas, comprobando el éxito de esta
ción cerámica excelente, que influyó la de Chulucanas
propuesta (Guzmán, Eliseo
y Luisioni, Emilio; 1988).
que se produce hasta nuestros días. Sus zonas cultivadas están localizadas cerca al rio Piura, el que torna en
Garacterísticas y variantes
productivas la zonas del valle que irriga; aunque este pai-
Entre los tipos de arquitectura vernácula que se puede
saje se complementa con bosques secos y arenales, ade-
encontrar en Piura tenemos: El rural, el urbano
más de playas importantes. A diferencia de Tumbes, ciu-
variantes abierta o cerrada- y el de los pueblos aledaños,
dad pequeña con originales y evidentes propuestas liga-
semejante al tumbesino.
das al lugar y su clima, Piura es una ciudad mayor con procesos de cambio más acusados y con mayores in-
El tipo rural: Es muy simple, a veces consiste de solo dos habitaciones. Sea en adobe o quincha la constante es
fluencias e intercambios por lo que encontraremos una
la existencia de un espacio de recepción techado, pero bási-
mayor variedad de tipos foráneos adaptados al medio. Comparte lamentablemente con Tumbes el proceso de
camente abierto con muretes bajos alrededor que a veces
abandono de los modelos tradicionales más adecuados a
espacio de recepción lo mismo que de trabajo doméstico y
su clima y cultura.
de reunión. Los otros ambientes son más íntimos y cerra-
La vivienda rural en Piura tiene características propias, po-
dos, con ventanas preferentemente cenitales. Cuando las
see un espacio exterior abierto: el alar, de dimensiones
ventanas están en el muro, son cubiertas con celosías rec-
mayores que las de la galería tumbesina, constituyéndo-
tangulares y diagonales. Los techos de quincha se inclinan
se en un espacio abierto de uso intensivo pero de carácter
para evacuar el agua de lluvias que -aunque eventualessuelen ser torrenciales.
privado; a diferencia del tumbesino que adopta un carácter
público. En el caso del prototipo urbano piurano es posible encontrar variantes y combinaciones de la arquitectu-
ra cajamarquina, trujillana o tumbesina lo que la hace múltiple y variada (Villacorta, L. y Alvarado, S; 2004). Mención especial merece la experiencia de La Arena en Piura, desarrollada por el arquitecto peruano Eliseo Guzmán y el arquitecto suizo Emilio Luisioni en la década
de 1980. Este proyecto innovó los sistemas constructivos locales utilizando básicamente los mismos materiales y
-en
alcanzan una altura superior a la de un alfeizar. Este es un
El tipo urbano cerrado: Tiene la fachada a plomo de vereda, con puertas y ventanas de diversos estilos y rejas de protección en el primer piso. Se ventila por la parte alta
de las habitaciones a través de pequeñas ventanas altas sobre las ventanas exteriores o las puertas. Cuando se
trata de edificaciones de dos pisos, el segundo cuenta con balcones cuyos balaustres se elaboran de madera o fierro, sobresaliendo el techo encima del ancho total de la
respetando la forma de vida de la población pero introdur;iendo elementos nuevos como la cúpula de quincha que
sus
Pá9. opuesta: Calle con galería sombreada. Catacaos. Piura.
38
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vereda. Este prototipo, por su lenguaje, es muy semejan-
te al de la arquitectura cajamarquina, compartiendo con ella las ventanas de reja, los balcones y el voladizo del techo. En la calle Lima encontramos un voladizo que adopta
la forma de un inmenso friso. Exceptuando este último elemento del volado, este tipo también sería semejante al
trujillano. En el interior, si bien encontramos casas con patio central, la mayoría son compactas con corredor cen-
tral o lateral que culmina en un patio posterior.
El tipo urbano abierto: Este tipo puede haber sido el dominante, pues se asemeja más al de la arquitectura tumbesina por contar con un espacio abierto en el sector delantero que cumple funciones de recepción, con la diferencia de ser aquí privado y enrejado. Cuando'este proto-
tipo alcanza dos o más pisos, el cierre exterior de los pisos superiores, se produce a plomo de vereda, con tratamiento en madera calada y apersianada, rematado por
el techo en voladizo. La distribución interior es semejante a la del tipo urbano cerrado. También es común que estos tipos se combinen. En una parte de la fachada predomina lo cerrado y en otra parte lo
abierto, aunque esta combinación también se presenta en
I
la arquitectura cajamarquina y en la de otros lugares quechuas o yungas, donde la parte abierta
-o de retablo-
se intercala con la parte cerrada a plomo de vereda. El tipo de pueblo: En pueblos cercanos, como Catacaos, se encuentra principalmente el modelo de la vivienda abier-
ta, con balcones en el segundo piso y voladizo, aunque también aparecen parcialmente portales de circulación pú&
Ariba: Vivienda rural en quincha. Abajo: Vivienda urbana tipo cajamarquino
blica, tanto en la plaza principal como en algunas calles comerciales. Este tipo no se encuentra en Piura pero sí
en Tumbes, donde fue característico. En el caso de la
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Vx¡r¡rÁ*um
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calle que se muestra en la página 36, la estrechez crea un espacio de sombra, que se incrementa y amplía con estos portales con una proporción curiosa: La mitad del ancho de
A
la calle y también la mitad de su altura. Materiales y sistemas constructivos En concordancia con la variedad de tipos encontrados en
Piura, los sistemas
y materiales son también
variados.
/tll ,1, tJ ,1-p3
En los muros de uno o dos pisos, por ejemplo, se puede encontrar desde quincha hasta adobe
y ladrillo;
materia-
les que, en algunos casos, se combinan ubicándose pre-
ferentemente el adobe
y ladrillo en el primer piso y la
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quincha en el segundo. La casa campesina de un piso se construye con adobe o quincha y se techa con el sistema de caña y barro, manteniendo una pendiente suficiente para permitir la evacuación del agua de las esporádicas lluvias. Los horcones de algarrobo rollizo, pero azuelado, son usados para sosteB
ner el techo del alar o ramada. Las ventanas pueden ser cenitales o sobre los muros, en cuyo caso -como ya se
dijo- se usa celosías rectangulares o triangulares
para
wryIs q:' tr
ls
ventilar.
En las cimentaciones de la arquitectura urbana se usa el
es mezcla de cal y piedra de canto. Sobre csta cimentación se edifica en adobe y también en ladrillo, especialmente en portadas y pisos. Como entrepiso
<;alicanto que
:je usa vigas aserradas y entablado, con falsos cielo ra:-;os
de quincha y yeso.
l-n los segundos pisos se emplea la quincha para los nluros pero con caña, barro y madera aserrada con diagorrales para arriostrar los paños de este sistema. En los lr:chos se utiliza vigas y entablados aserrados de madera
A: Casa chalet con iardín delantero. B: Similar a la tumbesina pero galería privada. C: Combina frente cerrado con abierto en ambos pisos.
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ffi¿a;ru,s
1 Casa tipo caiamarquíno en Piura.
2 Sistema de ventilación sobre vanos. 3 lrpos piuranos: De campo, cerrado (caiamarquino), con galería privada y balcón, y combinado abierto-cerrado.
'. f- '...:' T-,o r..",¿v \.1 ¡*1 .,¡.."',',','.''.,,,.w_
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sobre las vigas o tijerales, usándose como cobertura la
ingreso del viento al espacio entre la cobertura y el cielo
calamina, mientras los cielo rasos del segundo piso tam-
raso, creando un colchón aislante entre los espacios inte-
bién se trabajan en quincha y yeso.
riores y el exterior.
Es importante remarcar que, aparte de las puertas y ven-
En los acabados de la carpintería de puertas, ventanas y
tanas convencionales, se emplea pequeñas fenestraciones
balcones, se usa intensamente madera aserrada, así como
sobre los vanos, a manera de ventanas altas con el fin de
el hierro forjado o fundido en balaustres y rejas de venta-
incrementar la ventilación, dejando salir el aire caliente.
nas, sin embargo no se llega al nivel de elaboración alcan-
También los techos suelen tener ranuras que permiten el
zado en Tumbes.
c¡.r+l,ttrr A o lo Rva tsApRa
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Vivienda rural con alar o ramada delantera y celosía en triángulos para ventilación. lzq.: Vaiantes en sisfemas constructivos que se encuentran en Piura.
42
#*ffi*s ffi¡,¡s*¿
Los horcones de Túcume y Lambayeque'
8
Texto de Rosana Correa Alamo
ffi,qmrffi.&
r :\lr$x¡rr*t*xn Orígenes
y
Vs¡qr,¡Á*{..}Ln ñt:¡q*srus
Paisaje
Viajando hacia el norte de Chiclayo, entre sembríos de arroz y maí2, camino a Motupe vamos encontrando una
s3 manifiesta Campana, este ambiente semi techado al ingreso de la edificación permite una renovación del aire frío.
serie de pueblos que se alínean a lo largo de la antigua Panamericana Norte con nombres derivados del idioma Muchik como Mochumi, lllimo, pacora o Javanca hasta
Características y variantes En el pueblo de Túcume predomina la construcción en adobe mientras en los caseríos y en el campo se usa ta
llegar después de 30 km. a Túcume. Los caseríos rurales de Túcume rodean un gran cerro que
quincha. Sin embargo, el algarrobo como viga se utiliza en ambos lugares mientras que, como horcón, mayormente
corona todo el valle llamado El Purgatorio en cuyas faldas descansan 26 edificios piramidales de barro, construidos
en el ámbito rural. Támbién la distribución de la vivienda es diferente lo que amerita considerarlas como dos tipos
consecutivamente por las culturas Lambayeque, Chimú e
distintos. A estos habría que sumar el tipo patio en Lambayeque, menos artesanal y vinculado al de la casa patio
Inca. De acuerdo a las investigaciones realizadas por lzumi
Shimada en Batán Grande
y las financiadas por Thor
que veremos en Trujillo.
Heyerdhal en Túcume, el Dr. Krzysztof Makowski señala que, entre los siglos lX y Xl d.C., Batán Grande se consti-
El tipo de adobe: Constituido por un pequeño patio de ingreso que se usa como ambiente de distribución de la
tuye en el principal centro político de la región, instaurándose el estilo Sicán. A fines del siglo Xl d.C. el fenómeno del Niño, contribuyó probablemente a la caída de los
casa con respecto al exterior. De este patio nace un co_ rredor lateral que recorre tangencialmente los ambientes internos terminando en un patio-corral grande que se comunica con la cocina, ta que cuenta con un horno de barro
señores de Batán Grande, abandonándose la capital y cesando la construcción monumental. Mientras tanto,
para sus hornados.
Túcume adquiere el status de capital en el nuevo sistema político ocupando una extensión aproximada de 220 has.
Las fachadas están coronadas por cornisas en forma escalonada a manera de pirámides, bajo las cuales sobre-
En cuanto a las construcciones, es importante tomar en cuenta las hipótesis y reflexiones del Dr. Cristóbal Campa-
salen los cañones o gárgolas sostenidas por pilastras molduradas en yeso de forma muy sencilla. Los colores rosado y celeste son los predilectos, lo cual le da un aire
na a partir de la obra alfarera de los Mochicas que son los antecesores de los Lambayeque y los Chimú, quienes en
festivo a algunas calles.
sus ceramios representaron las edificaciones como una su-
Interiormente los ambientes son frescos, aireados y de gran
cesión de plataformas piramidales con recintos de techos en
altura, con ventanas de madera de tipo claraboya que sobresalen del techo y vigas retorcidas de algarrobo recu-
pendiente instalados en su parte superior, dichos recintos aparecen sostenidos por horcones de algarrobo y poseen ventanas altas para una mejor ventilación. La ramada tam-
bién aparece muchas veces representada y, tal como lo
Pá9. opuesta: Huaca del pueblo en Túcume, rodeada de algarrobos, Lambayeq ue, Ch icl ayo.
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biertas con barro que amarran los gruesos muros de adobe. Cuando el sol se oculta, algunos pobladores, al retor-
nar de sus labores agrícolas en el área rural, ingresan con sus animales: vacas, toros o caballos por la puerta estrecha de sus viviendas y los acomodan en el patiocorral del fondo, para asegurarse que no sean robados por los abigeos. El tipo de quincha y horcón. Los caseríos rurales están ubicados en los alrededores, entre campos de maí2, frijol
y algarrobo; con nombres peculiares como La
Raya,
Nancolán, Et Horcón o El Pavo. La concepción que tiene
el poblador rural sobre la vivienda es que debe ser temporal. Él está consciente que vive en una zona de constantes desastres ocasionados por el fenómeno del Niño y no construye una casa fuerte para soportar las inundaciones
sino una que sea fácil de reconstruir; por ello la hace de quincha, tal como los gentiles, al lado de las pirámides, para su uso temporal durante los días de ritos, ceremonias e intercambio entre señorios y pueblos. La vivienda rural está compuesta por los siguientes ambientes:
La Ramada: Espacio caracterizado por proporcionar sombra, es un entramado de caña soportado por horcones de
algarrobo que en muy pocos casos tiene muros altos, generalmente está rodeado de un muro bajo; su mobi-
liario está constitu.ido por tarimas de adobe o bancas de algarrobo que rodean una mesa de esta misma madera en la que se ofrece a los vecinos o invitados piqueos y rica chicha de jora. Esta ramada se puede encontrar
representada, desde siglos atrás, en ceramios arquitectónicos de la cultura Mochica' En la arquitectura ruArriba: Tipo urbano en adobe y cañones" Abajo: Tipo rural en horcones y ramada.
ral de la Sierra también aparece este espacio con nombre de masma y cumple la misma funciÓn.
el
r I\riüutr**Tr"¡*,e
W€RruÁ*mü-"& Pllmu¿run
;*$
Casa rural en quincha, con ramada, horcones, patio cerrado, noria y puentecito sobre acequia.
La Sala: Se ubica a continuación de la ramada. Es un
algarrobo tallado en forma de batea sobre el cual se
gran ambiente que tiene, en una de sus paredes, una hor-
mece una piedra para moler alimentos como ajíes o maíz
rracina para adorar a un santo o a la Cruz de Chalpón. Allí
para la chicha. Al lado del fogón se encuentra un peque-
se come de cotidiano y también se celebra las fiestas,
ño corral para cuyes y aves menores.
tanto las de cumpleaños como las de mayordomía.
Los dormitorios: Se les ubica detrás de la sala, son llamados cuartos, se conectan entre ellos a través de puertas continuas. Cerca al corral de animales mayores
l-a Cocina: Es una zona de techo más bajo. Su mobilia-
rio culinario está constituido por el fogón con varias hor-
rrillas para colocar ollas de barro; los tabancos, que son mesas de caña con amarres de junco para el pre¡rarado de los alimentos; el batán que es un tronco de
se encuentra el dormitorio del jefe de familia o hermano mayor, quien hace guardia toda la noche, escopeta en mano.
*Nnress ffi$ugss S,s,mrna
+o
Una letrina ubicada en el patio posterior o corral de la
lantero de uno o dos pisos y un zaguán, dejando un patio
vivienda, cumple la función de servicio higiénico.
más estrecho y
alargado.
i
El tipo patio en Lambayeque. Muy cerca a Túcume, en
y sistemas constructivos
la ciudad de Lambayeque, podemos encontrar un tipo ca-
Materiales
racterístico de vivienda de un piso con patio delantero, con
El algarrobo, especie nativa de la zona, fue utilizado como
una galería a partir de la cual se organiza las habitaciones
elemento estructural en la construcción de las plataformas y los muros; habiéndose escogido, al parecer, por su
sucesivas y con un corredor lateral que llega hasta un patio o huerto posterior. La fachada está constituida por
gran resistencia a la humedad y a los factores climáticos.
un muro alto con un portón que conecta al patio sin za-
De ese árbol se obtiene los horcones que se incrustan en
guán. Este tipo puede variar al crecer con un volumen de-
el subsuelo y, con sus horquetas en forma de Y, sostie-
Casa patio en Lambayeque sin zaguán y con un solo frente de galería en pat¡o.
nü{.!i rffi i{}T{"ié;tÁ wrrarueei..f u,e
$p
g¡ra¡..¡¿¡{*
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l.4uR$pE,&t)óÉg gñrJJ¿tbo
r:;rlle principal de Lambayeque, con el batcón de r oasa Monjoy e iglesia al fondo.
/.
ncn las varas o vigas. Dos horcones y la vara que los une krrrnon un caballete, sobre el cual se apoyan las varas se_ ,:r
lndarias.
| :; también muy difundido el uso de la quincha, que es un tc¡ido de caña a manera de cesta con recubrimiento de l,,rrro trabajado. Es fácil de tejer para el poblador, quien la l,rl)r¡ca con caña brava, cortada en mañanas de luna men_
Slsfe¡nas constructivos urbano y rural.
brava crecen con facilidad y en forma natural. En las c?sas más antiguas se puede ver todavía muros con doble quincha y barro de relleno al centro, lo cual es doblemen-
te resistente y térmico. Al igual que en las capillas y an las pirámides prehispánicas, esta estructura de algarrobo es cubierta con caña y barro trabajado. Los techos tienell muy poca pendiente y no tienen ningún material que l?s
,¡rurnte, entretejida con amarres de junco. Coinciden_ tcnlente esta forma de construir también era conocida por
impermeabilice.
lo:; españoles a través de su contacto con los árabes,
que adolecen de notables falencias. Sus muros son mUy delgados, no tienen cimíentos ni mochetas, tampoco Vi-
En cuanto a las construcciones de adobe, debe decirse
l)()ro con estructura de madera. Esto facilitó su permanen_ ,,ri¡ y continuidad como sistema constructivo tradicional
gas collarín. Se construye sobre zonas inundables, sl,1
''n ./onas de valle costero, donde la caña bambú v la caña
drenajes para aguas de lluvia.
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De Trujillo a GhancaY
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Orígenes
y
rural, ocupándonos de las ciudades y pueblos, dejando
paisaje
Es este un territorio con un sinnúmero de huellas de anti-
para un tratamiento específico las haciendas, los puertos
guos centros poblados. El paisaje típico de su sector cos-
y los balnearios (págs. 64 y 68).
tero está marcado por arenales con dunas caminantes,
Es indudable que el centro urbano de mayor jerarquía en
interrumpidos esporádicamente por valles fértiles bañados
esta zona es la ciudad de Trujillo. Su importancia data de
por ríos que permiten el desarrollo de la agricultura. Des-
la Colonia pues fue el principal centro de la zona norte,
graciadamente los valles correspondientes a grandes ciu-
desde donde ejercieron su poder y control los españoles.
dades se han visto afectados, disminuyendo drásticamente
Su fundación obedece al mismo patrón español aplicado
sus cultivos a manos del crecimiento urbano. A pesar de
en Lima y Arequipa. Se ubica en el centro del valle y no en
partir del desvío del
su cabecera como ocurre en Cusco y Cajamarca. Su tra-
río Santa- han convertido extensos arenales en zonas ver-
zado en damero y su claro ordenamiento en plazas y pla-
des cultivadas, lo que modifica parcialmente el paisaje. Sobre estas extensas zonas se han distribuido asenta-
zuelas -correspondientes a las parroquias y sus iglesias-, han logrado mantenerse hasta nuestros días, preservados
mientos de tres tipos: poblados, haciendas y puertos. Es-
dentro del casco histórico.
tos últimos jugaron un rol importante en la época de es-
Los pueblos se ubican sobre la red de carreteras que
plendor de la industria azucarera y su exportación du-
cortan el desierto o suben a la sierra, las ocupaciones
rante los tres primeros decenios del siglo XX. También
y la comercial. Su estructura urbana es similar a la de la ciudad colonial,
ello, irrigaciones como Chavimochic
-a
la industria algodonera contribuyó a mantener activos los puertos. Las ciudades no han perdido su empuje, mientras las haciendas decayeron en las últimas décadas al ser administradas por cooperativas, aunque vienen mejorando en años recientes al pasar a un manejo empresarial. Los puertos, ligados a los terminales de
predominantes son la agrícola
poseen una retícula ortogonal, que define manzanas cua-
dradas o rectangulares. En el centro, la ausencia de una de esas manzanas da lugar a la plaza, con pérgola en el centro, árboles y veredas alrededor. Las edificaciones que circundan la plaza son la iglesia, la municipalidad y otras
las vías férreas entraron en decadencia y cerraron deri-
dependencias oficiales, así como algunas tiendas. En
vando en balnearios, sin embargo la infraestructura que
para su uso turistico, siendo presa del deterioro y el
los alrededores se localizan las viviendas que pueden ser clasificadas en tres tipos: Las casas patio, las casas compactas y las que tienen un alar delantero. En
i¡bandono.
las ciudades y pueblos podemos encontrar tipos distin-
dejaron -como los muelles- no ha sido puesta en valor
tos. Para comenzar, se puede identificar la casa patio; Características y variantes Siendo el universo tipológico de esta área relativamente vasto, abordaremos el tema sin distinguir entre urbano y
Pá9. opuesta: lrrigación Chao Virú, transformando el desierto en verde. sobre la costa truiíllana.
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con el proceso de densificación surge -por un lado- el multifamiliar, todavía influido por la casa patio y sus balco-
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nes y, por otro, la subdivisión en lotes muy estrechos lleva
a la casa compacta. En las afueras de las zonas urbanas, ligada al campo y a la agricultura, aparece la casa con alar, común a toda la costa.
La casa patio: Sobre esta estructura urbana genérica se produjo un desarrollo dominante de la casa patio, con distintas variantes, así como una posterior presencia de vivienda multifamiliar, que inicialmente utilizaria el modelo de la casa patio para luego asumir una mayor independencia, orientándose hacia otros tipos más cercanos a la quinta limeña. Desde la casona patio con un zaguán central que entre-
ga invariablemente a un patio duro flanqueado por cuatro o tres galerías que lo bordean; al disminuirse los frentes por efectos de la subdivisión de lotes aparecen las casas patio de dos o una galería, llegándose también en ese proceso a la eliminación del zaguán (semejante a la casa de portón que entrega directamente al patio de Lambayeque). En los dibujos de la evolución
del patio, en esta página, vemos como, al llegar a
su
mínima expresión, la casa se va despojando de sus ga-
lerías laterales y del zaguán, quedando lo esencial: el patio, el cuerpo edificado y el traspatio. El multifamiliar: Aparentemente, las casonas patio subdivididas y tugurizadas dieron la pauta para diseñar y cons-
truir complejos habitacionales multifamiliares, como unidades de vivienda de una o dos habitaciones, distribuidas alrededor de patios y a lo largo de balcones que luego Casa patio y su evolución hacia vivienda
vernácula popular.
contaron con baños comunes. Estas construcciones aparentaban ser casonas de patio, con balcones corridos, pero
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eran en realidad los primeros edificios multifamiliares. Otro modelo que no parte ¿s ninguno existente con anterioridad es el que aún se puede ver en la cuadra 7 de la calle Independencia. Se trql¿ de un edificio que se organiza a partir de un eje principal de circulación perpendicular a la calle, a la manera de un zaguán alargado, desde el que se
accede a las viviendas dispuestas a ambos lados. Este espacio central está su5¡s6o por un techo más elevado
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que permite iluminar las viviendas a través de una sobre luz en las puertas de ingreso a ellas. El conjunto cuenta con un acceso secundario complementario que se integra al principal. Se dice que este fue originalmente un hotel
llamado La Verdad, que luego devino en vivienda multifamiliar. Este prototipo es similar al callejón limeño, sólo que de mayor jerarquía.
El tipo compacto: También fue visto
al
analizar el caso de Lambayeque. Consiste en una habitación de recepción a plomo de vereda con una sola puerta, por lo que cuenta con una mampara de vidrio inmediatamente detrás a modo
de contrapuerta que permite su iluminación. Esta habitación es seguida por otras, alineadas en una o dos crujías contando, en ciertos casos, con un corredor lateral que conduce a un patio posterior. Las habitaciones interiores
y el corredor son ilu¡¡¡¿das cenitalmente con farolas v teatinas.
El tipo con alar: Este es un tipo que encontramos en toda la costa, tanto en las casas de playa como en las de campo. Es menos cornún en el centro de los pueblos y
llt¡tt¡l La Verdad. Primer multifamiliar en Truiillo. I
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¡tlt¡ pendencia cu
adra
7.
más frecuente en las afueras. En el valle de Huaral se puede observar un conjunto de unidades de vivienda que delimitan una plaza. En este caso las macizas mochetas
de adobe pintadas
de diversos colores, marcan los espa_
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Materiales y sistemas constructivos Si bien hay variedad en los tipos, los sistemas constructi-
y los materiales son muy similares, basados en cimientos de piedra y barro, muros de adobe y mochetas
vos
del mismo material, con techos y entrepisos de madera aserrada en las zonas urbanas y madera rolliza en las áreas rurales. Las construcciones llegan solamente a un piso, las pendientes en los techos son mínimas, utilizándose farolas y perforaciones en ellos techos para ventilar
e iluminar. También se utiliza sistemas regulables
para
ese fin.s En el caso de construcciones de dos pisos, la tendencia general fue la de reemplazar el adobe por quincha, por su mejor comportamiento frente a los sismos, frecuentes en
nuestra costa. Este sistema constructivo combinó, en las ciudades, un entramado de madera aserrada con un'iecubrimiento de caña y barro mientras en el campo se empleó la quincha tradicional de caña trenzada y embarrada, f¡ada a parantes o columnas verticales empotrados en el suelo, que
reciben a las vigas y viguetas, así como al techo de caña
y barro. En el caso de las ramadas, estas pueden ser techadas por completo, en cuyo caso son extensiones del sistema
fffi. Multifamiliar en Trujillo, tomado del modelo de casa patio.
constructivo del techo interior, o pueden ser caladas en caña o bambú, sobre las que crecen parras o buganvilias, popularmente llamadas papelillo, produciendo la sombra necesaria para mantener fresco ese espacio de recepción.
Este sistema de ramada es común a toda la costa del cios de recepción o ramadas que se multiplican alrededor del espacio público. A esos espacios les sigue una o dos habitaciones más, interconectadas directamente o por un
zona agrícola (campesinos).
pasaje lateral, culminando en un patio corral (pá9. 54).
9
país, tanto en la zona de playa (pescadores), cuanto en la
Véase final del título Rancho de pueblos y balnearios, pá9.75.
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FERROCARRIL
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Wrt Arriba: En San Pedro de Ltoc se presenfa variarttE interesante con patio delantero y patio cental'
Abajo: Vivienda compacta en Santa María. Se c¡rcula por habitaciones y se ilumina los ambientes con teatinag.
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Aniba: Vivienda con alar en Poroto. Abajo: Conjunfo de casas rurales con alar en Aucallama, cerca a Huaral.
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A¡AR O RAI"IADA Arriba: Sistema constructivo de casa compacta de un piso con teatinas. Al medio: Slsfema de balcón conedor. Aba.¡b; Sisfema para alar o ramada.