CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS
El toro Haraposo , lidiado en la feria de San Isidro de 1989, característico alipio alipio por por tipo, bravura y clase.
Alipio Pérez Pérez T. T. Sanchón Don Fernando Pérez-Tabernero fue el patriarca de una larguísima saga que durante más de un siglo ha dado renombre a la cría del toro bravo en Salamanca. Pero fueron sus hijos, con personalidades y estilos muy diferentes, quienes llevaron este apellido a la cumbre ganadera allá por las primeras décadas del siglo XX. La figura de don Alipio Pérez-Tabernero Sanchón emergió a la estela de sus hermanos Antonio y Graciliano, con cuyas reses formó su vacada, pero ésta alcanzó pronto una dimensión propia y singular. Sus toros, los alipios , lograron aunar en perfecta armonía la templada bondad de los apés apés yy el bravo picante de los gracilianos . En esa sabia combinación se basó la brillantísima trayectoria de esta ganadería, una de las que históricamente han dado más tardes memorables en la Monumental madrileña. Texto: Joaquín López del Ramo Fotos: Martín, Joaquín López del Ramo y archivo de J oaquín López del Ramo
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ras hacerse cargo del lote de la vacada paterna que le correspondió por herencia, procedente de una cruza entre vazqueños y miuras, don Alipio Pérez-Tabernero Sanchón emprendió muy pronto un cambio de rumbo. En 1912 decidió comprar a su hermano Antonio Pérez de San Fernando dos sementales murubeños de la parte que éste había adquirido al portugués Gama. En 1920, añadió una camada de eralas del mismo AP y eliminó totalmente los restos de la antigua vacada. Entre 1925 y
1929, don Alipio sentó definitivamente las bases de su ganadería al adquirir más de 100 vacas y varios sementales de hermano Graciliano, procedentes en línea directa del conde de Santa Coloma. Estas compras culminaron en 1933 con la adquisición del toro Hornero , un excepcional graciliano que padreó hasta su muerte en 1948. Por este influjo mayoritario, los alipios se convirtieron prácticamente en puros santacolomas , pero con un ligero toque de dulzura du lzura y bondad característica de los apés .
La morfología clásica de los alipios ofrece un tipo bonito, muy fino, lustroso, recortado, bajo de agujas y más bien cornicorto. El negro es el pelo mayoritario, dándose algunas particularidades blancas, como el lucero, calcetero, coletero o girón, que de forma ocasional puede llegar al berrendo. A raíz de la incorporación posterior de sangre Santa Coloma-Buendía, comenzaron a aparecer los clásicos cárdenos asaltillados de esta estirpe, que eran raros hasta entonces.
El 15 de julio de 1945 se lidió otro lote de gran clase, en especial un toro al que el mejicano Lorenzo Garza corta las dos orejas tras una soberbia faena en la que borda el toreo al natural de rodillas. Los astados de don Alipio dan un juego más irregular los dos años siguientes, pero el 12 de mayo de 1948 logran uno de los éxitos más importantes de su historia gracias a una excepcional corrida compuesta por los toros Presidiario , Ga- vioto , Montañés , Chazarito , Ranchero y Oficial , a los que Antonio Bienvenida, Ro vira y Paquito Muñoz cortan seis orejas y salen por la puerta grande. Otro buen encierro se lidia el 20 de junio, con el que también triunfan Parrita y Rovira.
ÉXITO PREMATURO
Para no confundirse en los carteles, todos los hermanos adoptaron denominaciones diferentes, que en el caso de don Alipio consistió en emplear su apellido materno y en dejar únicamente la inicial de Tabernero: Alipio Pérez-T. Sanchón. Sin embargo, muy pronto la simple mención de su nombre propio sirvió para identificarle sin equívocos en todo el orbe taurino. La ganadería tomó antigüedad en la plaza de Madrid el 18 de mayo de 1924, con una corrida compuesta por cinco toros negros y uno entrepelado que despacharon Fortuna, Nacional II y Algabeño, entre los cuales destacó el segundo, Chorlito . Si mencionamos las capas de los toros es para enfatizar que la preponderancia del negro era indicativa de que por entonces ya debía quedar muy poco de la vieja sangre vazqueña, en la que, como es sabido, se daba una gran variedad de capas y abundancia de tonos claros en la piel. Lo cierto es que muy pronto, desde los años 20 don Alipio logró una sucesión continuada de triunfos en los cosos más exigentes, y siempre a la vera de los diestros punteros. De esta época inicial, fueron ejemplares como Carmoneño , lidiado el año 1930 en Madrid; Fragoso , jugado en 1932 en Barcelona, o Marisme- ño , al que se le dio la vuelta al ruedo el mismo año en Zamora. La verdadera época de oro de esta di visa, como del campo bravo salmantino en general, arranca al término de la guerra civil. Lidia su primer toro en Las Ventas el 29 de junio de 1939 y no da buen juego, pero el 10 de agosto de aquél mismo año debuta con el primer festejo completo, una novillada en la que Paquito Casado obtiene un señalado triunfo. La primera corrida de toros es estoqueada el 8 de octubre de aquél 1939 por Marcial Lalanda, Villalta y Maravilla, y los morlacos salen bravos y manejables. Dos corridas lidia don Alipio en Madrid el año 1940,
LOS AÑOS GLORIOSOS Don Alipio Pérez-Tabernero Sanchón fue uno de los ganaderos salmantinos más importantes de la historia.
la primera se celebra el 19 de mayo y en ella salen a hombros Marcial Lalanda, Pepe Bienvenida y Juan Belmonte Campoy tras cortar cada uno las dos orejas de sus respectivos últimos toros. Sólo unos días después, el 26 de mayo, se juega el segundo de los mencionados encierros, pero esta vez cinco de los astados embisten sin clase. Los alipios corridos en Las Ventas en 1941 son mansurrones y con genio; éste sería el año del triunfo apoteósico de Manolete en la feria de julio de Valencia con el bravo toro Fragoso , hermano de camada de aquellos. El criador salmantino retorna a Madrid en la corrida de Beneficencia de 1943 y de nuevo en ella triunfan los toreros, pues tanto Belmonte como Manolete y Morenito de Talavera cortan una oreja. El 22 de junio de 1944 se lidia una excelente corrida, con la que El Estudiante y Manolete logran salir por la puerta grande; en ella destacan dos astados: Campogrande y Dor- mido . La ganadería se anuncia en la corrida de la Prensa de 1944 con El Estudiante, Belmonte y Manolete, y varios toros dan un juego superior, aunque esa tarde pasaría a la historia más por la memorable faena del torero de Córdoba al sobrero de Pinto Barreiros llamado Cen- tella, al que erróneamente se conoció como Ratón. El broche de oro de la temporada es la corrida del 20 de septiembre de 1944, en la que Arruza sale por la puerta grande tras desorejar a Hu- rón y Hormiguero y Pepe Bienvenida corta una oreja, tras compartir ambos un clamoroso tercio de banderillas.
Llega la década de los 50, y con ella el momento de máximo esplendor de la ganadería en Madrid. El primer éxito llega en la corrida de Beneficencia de 1951, en la que Litri forma un lío y corta cuatro orejas a un gran lote, mientras que Aparicio se lleva las dos de otro toro extraordinario llamado Rabicorto . Esa misma temporada se lidian dos novilladas del mismo hierro; la primera saca genio y la segunda, jugada el 27 de septiembre, derrocha bravura y clase, destacando un precioso berrendo coletero de nombre Te- merario que es premiado con la vuelta al ruedo. Don Alipio repite éxito en la corrida de Beneficencia de 1952, en la que, paradojas del destino, un morlaco es condenado a banderillas negras, mientras que cuatro de sus hermanos dan un juego soberbio: Menudito , Primoroso , To- rrebaja y Jabato . Un mes antes había lidiado una corrida en la feria de San Isidro, que salió muy floja por estar afectada de glosopeda. Finalmente echa un noble y boyante novillo Pirulero , que sale como sobrero el 27 de julio. La temporada de 1953 se salda con un doble triunfo, primero en la tarde isidril del 14 de mayo, en la que Rafael Ortega (que corta las dos orejas al cuarto), Aparicio y Antoñete realizan excelentes faenas y saltan tres toros muy buenos, llamados Rabón, Castero y Arriero . Más redonda si cabe en cuanto al juego del ganado es la corrida de la Prensa, toda ella brava y noble y con tres ejemplares sobresalientes: Pies de Plomo , Carasucia y Grajillo . El 29 de junio del año siguiente se juega una magnífica novillada de la divisa salmantina, en la que destacan los bravos y nobles Pi- ñonero y Polvorillo , y vuelve a la corrida de la Prensa, donde los toros sacan una
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Un instante de la faena de Julio Aparicio con el toro Hurón , el 19 de mayo de 1960.
gran nobleza y permiten la salida a hombros de Antonio Bienvenida y Julio Aparicio, que actúan mano a mano.
muy nobles, con uno de los cuales, llamado Guapito , toma la alternativa El Viti de la mano de Gregorio Sánchez y con Diego Puerta como testigo; todos ellos El 20 de mayo de 1955 se lidia otra co- triunfan y especialmente el alternatirrida seria, fina y de gran clase, en la vado, que sale en hombros de la plaza. que destaca un toro de bandera llamado El extraordinario momento de la gaBarrabás , para el que se pide la vuelta al ruedo después de que César Girón le nadería queda patente de nuevo en cocortara una oreja. Don Alipio envía otro magnífico encierro en el San Isidro de 1957, con el que Martorell, Litri y Chicuelo II ofrecen una gran tarde; en cuarto lugar se juega el magnifico toro Gracito , que finalmente obtiene el premio del Ayuntamiento al más bravo de la feria. La década culmina en la temporada de 1958 con otro buen encierro que despachan Aparicio, Chamaco y Luis Segura, y la notable novillada del 18 de julio, con la que debuta en Madrid Curro Romero.
La década siguiente no puede empezar mejor, pues tanto en San Isidro de 1960 como en la corrida de la Prensa del mismo año el ganadero salmantino vuelve a lidiar varios toros sensacionales: Hurón y Presumido , estoqueados respectivamente por Aparicio y Pedrés en la feria del Santo, y Hechicero , premiado con la vuelta al ruedo y desorejado por Gregorio Sánchez en el festejo de la asociación de periodistas. El 13 de mayo de 1961 saltan a ruedo de Las Ventas cinco toros
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rridas de la Prensa de 1963 y 1964. La primera de ellas se celebra el 4 de julio, es de ocho astados que dan un juego excepcional y en ella triunfan por todo lo alto César Girón, Pedrés, Curro Girón y Curro Romero, quien realiza con el toro Fragoso una gran faena premiada con dos orejas. El la de 1964 reaparece El Cordobés tras la cornada sufrida la tarde de
Pedrés conduce con mando la noble embestida del toro Presumido , en la gran corrida de don Alipio lidiada en San Isidro de 1960.
su debut en Madrid, y cuaja una gran faena en su primero, al que pincha en demasía, aquí saltan varios toros que aúnan bravura, nobleza y calidad. También sale muy buena la corrida de la feria de San Isidro de 1966, especialmente por su templada y alegre embestida. Este festejo se celebra el 21 de mayo y resulta triunfal en cuanto al número de trofeos; en el mismo confirma alternativa Tinín con el magnífico toro Perruno , al que corta una oreja; le apadrina Paco Camino, que obtiene un trofeo y actúa como testigo El Viti, quien cuaja una faena redonda premiada con dos apéndices. La temporada de 1967 marca de forma súbita el fin de una época. Los alipios están presentes en sus dos citas madrileñas clásicas: San Isidro y la corrida de la Prensa. Ambas dan un juego desigual y en la feria Diego Puerta, El Viti y Pedrín Ben jumea, no cortan trofeos. Si lo hacen Tinín y Sánchez Bejarano en la segunda, en la que actúan con Paquirri. Quizás no era previsible en ese momento, pero esa sería la última corrida que lidió en Madrid la ganadería salmantina en más de una década CAMBIO GENERACIONAL
A partir del año 1966, don Alipio comienza a repartir la vacada entre sus hi jos Fernando, Ignacio, Javier y Alipio, quienes se hacen cargo de sus correspondientes lotes de vacas y sementales, que traspasan a fincas y hierros separados. El insigne ganadero fallecería en 1978, pero en el año 1971 el hierro original y la parte correspondiente de la vacada pasa a titularidad de Alipio PérezTabernero Sánchez, para dar continuidad en los carteles al nombre de su fundador. Poco después, éste añade dos sementales puros buendías cedidos por Paco Camino, junto con un lote de reses de su esposa, Maria Lourdes Martín, quien era dueña desde 1956 de otro hierro compuesto por vacas y sementales de Casimiro Pérez-Tabernero, uno de los hi jos de don Graciliano. Dado su común origen, las ganaderías de ambos cónyuges lidiarán indistintamente, hasta que a comienzos de los años ochenta, María Lourdes Martín encasta su hierro con reses de Atanasio Fernández, que son las que posee en la actualidad y se anuncian a nombre de su hijo Juan Pérez-Tabernero Martín.
El temple y la inconfundible personalidad de El Viti en este gran natural a Guapito , el toro de su alternativa en Madrid el 13 de mayo de 1961.
éxito en la plaza de Barcelona y otras regentadas por la empresa Balaña. No así en Madrid, donde, para desgracia de la plaza y de la tauromaquia en general, se impone la dictadura torista. Como en el caso de otras muchas ganaderías ilustres que ya han pasado por esta sección, los preciosos y finos alipios no encajan dentro del nuevo patrón mastodóntico inventado por los mercachifles de la crítica que comandan el proceso.
De forma un tanto sorpresiva, la ganadería regresa a la feria de San Isidro de 1980 con un cartel excelente: Ángel Teruel, Dámaso González y Curro Vázquez. La corrida sale algo blanda, pero algunos ejemplares apuntan la gran clase y estilo característicos de su ilustre reata, y Dámaso González corta la oreja de uno de ellos, llamado Amapolo . Fue una pena que se tratase de una aparición fugaz, pues los alipios no volvieron a lidiarse en Las Ventas más que de forma aislada, como sobreros y en no villadas, aunque algunos de ellos han En esta etapa, la ganadería matriz de dado un magnífico resultado. Ese fue el don Alipio mantiene un excelente ni- caso de Haraposo , toro de la alternativa vel de resultados. Lidia mucho y con de Juan Cuéllar jugado el 25 de mayo de
1989, o de la excelente novillada del 9 de marzo de 1997, en la que Diego Urdiales y Curro Díaz tuvieron una brillante actuación. En el año 1990 se vendió la mayor parte de la ganadería a Rufino Calero, que la anuncia como “Riogrande”. En la dehesa salmantina de Matilla de los Caños quedaron únicamente diez vacas y el semental Noguero , a partir de los cuales sus propietarios han incrementado un poco el número de reproductores y lidian todos los años alguna corrida en plazas pequeñas, en las que regularmente dan un magnífico juego. De los demás lotes en que se fraccionó la vacada de don Alipio, únicamente se conserva la sangre original en la parte de Pilar Población, así como en la actual de “Hoyo de la Gitana”, propiedad de los hijos de Ignacio Pérez-Tabernero, si bien se encuentra muy cruzada con santacolomas de Buendía. Idéntica base tiene la excelente vacada de Ana Romero, formada en origen con un nutrido lote de vacas alipias a las que también se han venido echando durante muchos años sementales de Joaquín Buendía.
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