Alegoría Alegoria La alegoría es el tema que toma la última parte del Trauerspielbuch casi Trauerspielbuch casi por completo, ya que se constituye, a los ojos de Benjamin, como la ley estilística dominante, la técnica de expresión, paralela al lenguaje y la escritura, que forece en el seno del barroco. l concepto concepto de alegoría est! íntimamente relacionado con una concepción particular de la naturale"a y la #istoria, con las ruinas y la caducidad, elementos que luego estar!n presentes en la $loso%ía de la #istoria de Benjamin. n primer lugar luga r, el concepto de alegoría se per$la en oposición al concepto pro%ano de símbolo, pero sin embargo ambos tienen en común el #ec#o de que #an sido caracteri"ados de manera muy pobre p obre por las estéticas del &lasicismo y el 'omanticismo. (ara estos el símbolo implicaba la mani%estación de una idea, y la belle"a de una obra simbólica se ponía en relación con lo di)ino *lo absoluto+ de %orma tal que constituya una unidad. n oposición a esta caracteri"ación, la alegoría aparece como mera imagen ima gen designati)a. ustamente contra esta concepción errónea se al"a el an!lisis benjaminiano de la alegoría. Benjamin plantea una restitución de la importancia de la alegoría, poniéndola en pie de igualdad con el símbolo, y teniendo en cuenta que gracias a las características del Barroco, %ue allí donde ésta alcan"ó su mayor may or grado de plenitud. -iguiendo a &reu"er, &reu"er, Benjamin retoma la distinción principal entre el símbolo y la alegoría en términos de temporalidad, temporalidad, aunque no retome exactamente sus opiniones, ya que para &reu"er el símbolo es como un %antasma que se aparece de repente o como un rel!mpago rel!mpa go que de pronto ilumina la noc#e oscura/ 0, mientras que para Benjamin se presenta siempre $jo e igual a sí mismo, y aparece en el marco ma rco de la #istoria asociado al presente pr esente eterno, mientras que la alegoría se presenta siempre )ariable, )a riable, tiene un car!cter de transitoriedad, lo cual la pone en relación con la #istoria natural. (or esto, la espontaneidad, la capacidad para sorprender como un rel!mpago o como un %antasma, quedan adjudicadas a la alegoría, m!s que al símbolo. Luego, y siguiendo aquí a 12rres, se caracteri"an las relaciones de la alegoría y del 0 &itado en Benjamin, 3., El 3., El origen del drama barroco alemán4 alemán4 &reu"er, 5., Symbolik und Mythologie der alter Völker Völker,, besonders der Griechen, Griechen, 06 parte, Leip"ig78armstadt, 090:, p.009.
símbolo con la idea4 ;el símbolo es el signo de las ideas, y la alegoría una réplica de dic#as ideas4 una réplica dram!ticamente mó)il y fuyente que progresa de modo sucesi)o, acompa
, la #istoria del símbolo es la #istoria de la redención. n el caso de la alegoría, todo lo contrario4 la facies hippocrática de la #istoria se o%rece a los ojos del espectador como pasaje primordial petri$cado/ ?, la alegoría se $ja en todo lo que de ruinoso, de %allido, y de doloroso tiene la #istoria. n la concepción alegórica de la #istoria no es posible ningún tipo de redención, no #ay %orma de sal)arse de su destructi)a transitoriedad. sta imposibilidad de detener el curso de la #istoria y de redimir el dolor y las injusticias es la %uente de melancolía del barroco/@. sta concepción de la #istoria en cuanto #istoria de los padecimientos del mundo pone de relie)e el papel central de la muerte, ya que es la muerte la que exca)a m!s pro%undamente la abrupta línea de demarcación entre la physis y la signi$cación/ , es decir, la caducidad de la naturale"a, su sujeción a la muerte, es la que permite abrir un abismo entre su objeto, y su signi$cación original, #aciéndola pro%undamente alegórica. odo lo intempesti)o de la #istoria, todo lo %allido, toda la naturale"a #umana y la biogra%ía de cada indi)iduo aparece aquí signado por la caducidad, y se plasma, para expresarse plenamente, en una cala)era. Cer la #istoria como la #istoria natural, como una pila de cad!)eres que se acumulan interminablemente entre las ruinas, es otro = &itado en Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán4 &reu"er, 5., Symbolik und Mythologie der alter Völker, besonders der Griechen, 06 parte, Leip"ig78armstadt, 090:, pp.0?D70?9. > Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán, aurus, Eadrid, 0::F, p. 0@:. ? Gp. &it., p. 0@:. @ Lucía Gli)!n -antaliestra, La alegoría en l origen del drama barroco alem!n de 3alter Benjamin y en Las fores del mal de Baudelaire/, en A arte !ei, re)ista de $loso%ía, n >, p. @. La impotencia %rente a la cat!stro%e es también el moti)o de la melancolía del !ngel de la #istoria. Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán, aurus, Eadrid, 0::F, p. 0@:.
de los puntos comunes de la teoría barroca benjaminiana y su $loso%ía de la #istoria. n el mundo )acío de signi$caciones del Barroco, es signi$cati)o a propósito de estas concepciones atra)esadas por la caducidad, que la alegoría ya no sea la réplica de una naturale"a di)ina, sino de lo que sea que el alegorista desee resigni$car4 cualquier persona, cualquier cosa, puede signi$car otra cualquiera, y al con)ertirse en alegorías o emblemas, tras pasar por las manos del alegorista, se )uel)en inconmensurables a lo pro%ano. La mirada de la melancolía pro)oca que la )ida sea desalojada del objeto, lo )uel)e incapa" de irradiar un signi$cado, y lo pone a disposición del alegorista, aunque no en términos psicológicos, sino ontológicos. La cosa se con)ierte para él en la cla)e de un dominio de saber escondido/ D. Bajo este proceso, la naturale"a entera se personali"a *se )e pri)ada de su alma+, y entra, desmembrada, a ser parte de un nue)o signi$cado. La naturale"a queda trans$gurada en el Barroco, al perder su signi$cado original, su propósito, que es el de expresar su sentido, se torna alegórico. Hueda reducida a escombros4 lo org!nico #abía de ser despeda"ado a $n de recoger en sus %ragmentos el signi$cado )erdadero, $jado y escritural/ 9. La palabra #istoria aparece escrita en la %a" de la naturale"a con los caracteres de la caducidad4 la #istoria se con)ierte en el modo de existir de la naturale"a en cuanto decadencia inarrestable, y las alegorías son su modo de expresión predilecto, ya que comparten el modo de ser de su objeto, las alegorías son en el reino del pensamiento lo que las ruinas en el reino de las cosas/ :. -ólo el arma"ón alegórico del Trauerspiel #i"o posible la absorción por parte de éste del material tem!tico disponible en sus condiciones #istóricas. n este marco, el incidente dram!tico naturalmente no es entendido en cuanto cat!stro%e indi)idual, sino que responde a una necesidad natural.
D Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán, aurus, Eadrid, 0::F, p. 0DD 9 Gp. &it., p. =0>. : Gp. &it., p. 0D0.
n el Barroco )emos un predominio de la imagen por sobre la escritura, ya que las palabras aparecen muc#as )eces al ser)icio de las im!genes, a modo de leyendas explicati)as, como un crudo destello en la oscuridad de la complicación alegórica/0F. I sin embargo, el lenguaje tiene un papel %undamental en cuanto a la alegoría, ya que al ser desintegrado y atomi"ado, se presta en sus %ragmentos a una exposición reno)ada, pierde su capacidad comunicati)a, y adquiere una dignidad igual a la de los dioses, los ríos, las )irtudes, y otras %ormas naturales an!logas trans$guradas en alegoría/ 00. Los di!logos %ragmentados y los abruptos laconismos cuadran bien con la imagen de lo roto y lo caótico que caracteri"a los Trauerspiels. l lenguaje escrito aparece como síntesis de la cual la oralidad y la música son tesis y antítesis respecti)amente. (or último, es destacable que en la genealogía de la alegoría la $gura central sea la tradición cristiana, y particularmente en relación a la religión y la cultura de la antigua 1recia. stos dioses %ueron alegori"ados en la cristiandad, %ueron despojados de su signi$cado original y encarnaron luego los )icios demoníacos, con el objeti)o de alejarlos de la memoria de sus $eles. -in embargo, %ue gracias a esta alegoresis que estos dioses sobre)i)ieron a tra)és de la dad Eedia. l #ec#o de que estas $guras de los dioses %ueran ya caducos, que estu)ieran perdiendo su signi$cado inicial, #i"o que la alegoría se $jara en ellos/ 0=. -in embargo, para que este proceso cobrara e%ecti)idad, %ue necesaria la aparición de la culpa, #ombro a #ombro con la caducidad4 la culpa tu)o que aparecer mani$estamente asentada en la es%era tanto de los ídolos como de los cuerpos./0> La culpa acompa. 0= Lucía Gli)!n -antaliestra, La alegoría en l origen del drama barroco alem!n de 3alter Benjamin y en Las fores del mal de Baudelaire/, en A arte !ei, re)ista de $loso%ía, n >, p. 0F. 0> Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán, aurus, Eadrid, 0::F, p. ==0.
-in embargo, la alegoría termina dando un salto traicionero #acia la redención/0?, al )er en la $gura de -at!n, que representaba al mal y a la materialidad, una alegoría del bien y la espiritualidad, y concluir que el mal no existe en el mundo, que los )icios absolutos, encarnados por los tiranos y los intrigantes, son alegorías. Jo son reales y tienen la apariencia de lo que representan sólo bajo la mirada subjeti)a de la melancolíaK son esa mirada misma, que es aniquilada por sus propios productos, ya que lo único que signi$can es su ceguera./ 0@ A pesar de esto, lo )alioso de la alegoría es su intuición de la caducidad de las cosas, y su cuidado por sal"arlas en lo eterno, de modo %ragmentario.
0? Lucía Gli)!n -antaliestra, La alegoría en l origen del drama barroco alem!n de 3alter Benjamin y en Las fores del mal de Baudelaire/, en A arte !ei, re)ista de $loso%ía, n >, p. 0=. 0@ Benjamin, 3., El origen del drama barroco alemán, aurus, Eadrid, 0::F, p. =>0.