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INIDICE DE LA NUEVA POESIA AMERICAI\A PROLOGO DE ALBERTO
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VICENTE HUIDOBROy JORGE LUIS BORGES
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TJO AQIN A8ESINAI'A8 IAS DISTANCIA8Sa l¡uede l¡ a,hor¿ eD ¡¡ocos Dltrutos rlede la esquina de Esmeralda y Corr¡e¡te$ eo Buenos Aires, hasta la callo de Ia Ma,gnolia, en Médco. Pgro no se cre¿ qus €sto es lula cont¡ibucióu al acerca¡otento de los pafses cuya ex¡llotación poralió Espa,ñ.ahace ya sur añlto€. Tengo premure en d.eclarar que ol hispa¡.o_ aDerlcaJxismo ¡!e ¡elrugaa. Eso'es una cosa falsa, utóplca y me¡d.az convertlcla, como ¡¡o podla ser de otro modo, en una profesión idéntica a otra cualquiera. ge es hfs_ panoamerlcanista comol méfucoi d comerciante. No conoz_ co uno solo de tales parásltos que éjerza su oficlo con desinterés, o asf fuera sólo con d.isioulo. E¡ América hay abundalrcia de repúbllcas a c.¿usa del exceso do caclques. Cuando haya muerto Bailto y Ordóñez, quó razón babrÁ para que subslsta el Uru_ guay? Sobran pafses y fa¡tan pueblos. gon los carclquer ¡os que sobortran a los hlspanoamerlcaristas, porque es cuestión de vida o muorte para ellos. La coDfrater¡Idad quo predican rcposa en eI hsti¡xto de conserÍació¡ y no eu el afecto mutuo nJ €l altruisD¡o. Adeuás, no hay siquicra si¡¡iütud. d6 caracteres e¡t¡e los paÍs€s Dispano_ an¡rfcanos. Nada tiene quo ver u¡ peruano con un parag'uayo. Entre un argentino y un colonrbiano ol abisao quo so columbra es inco¡mensurable. eue tod.os se¿u d.es_
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cendientes de españoleo, eso os lo de menoe. Log c¡nquistadores impusleron el idloma, psro no el espiritu. La influencia que predomina ea Ia do la ti6üa' y acaao la d.e la tribu con la, que se produjo el cruzamlento. I)€ oüro lado, afirmo que la iudependencia de España no se olrtuvo en los campoe de bata,lla. I,a verdadera intlependencia Ia está haclend.o, o la ha hecho ya, el lnmigraDto de Rusia, ftalia, Alemania, etc. Dentro de Bocos años muchos más során los americanosbijos cle ruso o italiano, quo Ios hijos do españoles.¿Cómo se puede hablar e¡ 6erio de hispanoamericallismo?(1). Eso cuanto al 6ur. Cuanto al norte, sostengo que los mericanos y centro¿rmericanos son intrusos donale están. Los grandes pueblos son como los lÍquidos: toman la forma dcl vaso que los contlene, Los Estaalos ünidcs están crecicndo, creciendo, Lógicament€ tendrátr qus extend.erse sobre Mérico, sobro Gr¡atemala, sobre Nica¡agua, sobre... (¿cuántaB aún? ¿cómo se llar¡ran las otras republiquetas?). Tienen derecho a ello. Son los dueños natr¡¡ales de todo eso, Ilasta donde el mar los deje ir, hasta ahl d.eben ir, hasta ahí irá.L Nad.a podrá para evitarlo la política de lloriqueo y adulación que México desarrolla en el sur para que lo d.efendamos contra el norte. ¡Basta ya de farsas! No es posible enmendarle Ia plana a la naturaleza. Nuestro continente, en cumplimiento de quiéni sabe qué secreto designio, está formado de t¡l modo, que tod¿ u¡ra parüo d.ebe sor sajona; toda la otr¿ latina. La doctrina de Mouroe, aunque en eI fo:rdo es jr¡st4 está mal planteaata. Ad.olece d.s excesivo romanticismo. I.e faltan medida, equilibrio. Iué constrúde a base de ambición, cuand.o sólo dl.ebió serlo a base de aspira(1) A fin de evitar tipanamer¡ca,ni8t¡.
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ción. Es poco próctic¿, Pualo etenerso ¿ lo positle, a lo fácilmente hacedero, ¿ las insinuacian€s del toEeno, o s€a al mand.ato de l¿ geologfa" Pero alur et tiempo de €nmendada. La d,oc'trin¿ de Mo¡¡oq Da¡¡ coDta.r cotr el beneplácito u¡iversal y especlalmBnt'e de la Juventud suramericanan d.ebo ser ésta: "América del Ilforte pa¡a los Dorteamericanos". El imperialismo yanqui no e! u¡¡ pellgro para la A.Dérica del 8u¡, Qr¡tzá sl es cou Brofét'lca lntuición que fueron los Dxismos norüeamericanos los que abrierotr el canel de Panauá. Ilasta ahf no más llegará la grao república. El ma,¡ es su lÍmite. El mar Ie impedirá que Base adelante, Si crec€ mucho y desbord,a, el mar se tragari sus desbordes. ¡El mar, el nar es una montañ¿! gobre esto tópico be de escribir un llbro. Estoy acrt.mulando datos y ¡aciocinios. AIIí habré de probar, haota con el apoyo de argr¡&entos cieutfficos, la verdad de rni tesis: América dol Norte para los norteamericanos. Aquf sólo quiero sig:rificar qne no opond.ré ningrrn¿ re€isteacla a que los yanquis se apoderen de M6xico el día que mejor les cuad.re, como veré con grad.o que la A¡gentina se apodere cuaJxto antes del Uruguay, etr viftud. de que actualmente ese paÍs parece una provincia argentina. Ni inferior a Jqiuy, ni superior a Santa fé. (¡tri amigo Pérez Buiz y yo, hablamos siempro d.e Mo¡rte\rtdeo como de u¡¡ arrabal de Buenos Al¡es), Otro üsco. Bollvia no tiorre representación en este libro debid.o a que en mis afanosos viaJes por los rr1a¡6a del mundo no me he encontrado con sus costas. ¿Es que no existe? Ilel Paraguay sé que no conoco ul de oÍd.as la Dalabr¿ arte, Alli sólo ge d.an loros y yerba mate. Prometo remenda,r las ausencia^se¡t futurag edlciones, si ap¿recen po€tas por ahí, o si hay alguno que, deBasiado tÍDido, no ha emprendido vlaje a ml conocirxiento. Ife suprimido datos biográficos y bibliográflcos, pa¡a,
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ro hac€r una aütología de nrlga,rialades y rlpios. QEton quiora éstos, cóDBrese cüalqr¡ier übro d.e los poetas quo no! Drepode¡r; quien lecesite aqueuos, pidalos a log auto'ras: a,hí est6n sr¡s ürecciones, Espero qtre 6to !r€ lo agtailezóa4 además, las admiradoras. Louis A¡agón üce que toda antologia es obra do conciüacló¡" Iista vieno a dosmoDtirlo. Yo no mo caso con nadie, lo cual es basta¡¿c lógico eD ur hombro que ya ao es solüero. Aquí no sobra nirgün mal poeta y e9 probable que no falte ninguno bueno. Mas coafieso que para hacer menos estruendosa la prosencia de los mejores, be di¡&tado el vacfo de los pésimos. Algunos desocupado8 ostán ahora practicando ol ospor de copiar a Gómez de la Serna, al cual lo usan üsfrazado e¡ una soluclón de Paul Mor¿Dd más unas gotas de pornografÍa. No lncluyo muestras de tales e¡gendros para ¡ro dar al pleglo carta de cludada¡xía artfstica. No es que me parezca repudiable la influencia de Ramón. Todo lo con tra,rio. Creo qr¡o en algún aspector de ni obra no €6 ditfcil perclblr la sugeltló! do eso genio, y hasta sospecho quo en easl todo escrltor modarno, así de aqui como de EuroBa, hay su pluca de ramonismo. Mas de a¡lí a la imitaclón, al calco, a ld supl¿ntación de la personaud.ad, so preüexto de que las palabras no so¡r las mispas, h¿y uD camino muy largo. ¡Quo a naüo s6 lq pued¿ llan¿r rliscíputo de nadie, porquo solre él será uDivorsal el dosprecioI No bemos nacidlo por generación espontóDea, Eaco alguno8 a,ños €stas cosan tEvleroD su ovidelte a¡ticipació¡r en la obra, brove pero cabal, del il¡menso poot¿ peruaDo Jos6 Ma¡la Egureu. Cuando la gente rubendariab¡ aún a voz eD cuello, mi paisano publicó los libros ,,SiBbóIicas" y "Ila Canción de las liguras', que son lrara los americanos lo que pa¡a los franceses la obra ale Ri¡nbaud: la Drecr¡rsiórt. Acaso los proced.l¡Dientos empleados I
por él lobrelteve¡. algnna etlad, pero el €sBfritu es nuevo, nnestro. Tras tle eso Ilo hu¡o rlada importa'nte basta qr¡o derroc¡ el en EspaÍa' a¡rar€cló Euidobro, Iluldotro, n¡bentt¿ri.soo, y Bl bie4 puede afirmarrio que su acción es igual a cero en América, a.lgo se fütra aquí, a través d6" los ultraistas argentinos puesto que el ultraisuc,o es becbura süya^ A*sf, el Boeta chileno se asemeja a nubéB. Ambos apreaden €l toúo de la hora en francia y lo trasladatr a España" Con ellos Verlai¡e y Roverdy entran Bor turr¡o en Amérlca. Abor4 bajo el sosiego de los años, emBiezan unog a d.ar voces ttuevas, aBartándose ds ]¡6 ¿sslrsl¿giniciales, y otúos inventan Bistemas Bara uso proBio, del misBo eodo quq cada quien se ajusta los B¿ntalo!.6 e la altula que Ie convtene. BeDrssentamos el ala que está tt6l laalo tlel corazón ¿Es que hay mejor manera de ser poetas? Totlo lo graDde llega por el misüro caEino. La ma¡cha ato los eJércitos se iaicia por la ¡lier¡la lzqderda- Las iglesias que sólo tienen sna torre, la que tienen uo es la derecha. Si a Cervauües no le huble¡an cortado a tiemBo la siniestra, no existirla el Quijote, pues esa mano es la r¡ue d.esd.ela Et€rDiaLad escritió aquellas páginas. Eu los días de oxcesivo tráfico, la policía mdtiplica los carteles de "conserve su izquierd.1". Dios bizo al mundo con la diestra,: por eso lo salió tan ma¡. Cuando;el sol se olvida la lección, se cnadra en el horizonte, alza los brazos para orientarse, y, naturalmonte, sa¡e pcr frente a la d.erecba.fjos hoBbres llevamos la virilidad. a ese lado y a las miujeres el seno que les crece más es el izquiordo, Y el qus no sepa hacia dóud,e ostá incunad¿ la torre d.e Pisa, veuga a pregunt6rEelo,
Alberto
IIIDAIJGO.
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ojo Bor el i¡terior rlel tubo, no es media¿to t¡Jt "lift" sino gracias a una lente imagi¡rativa. Nada de náquinas ni d.o mod.erno ou sí. Nada de golf-stream ¡i de cocteles, Borque el gou-atream y los costeles se han vuelto más maquinaria que las loco.Dotorag o lag escafandras y Eucbo más modernos que Nerr York y los c¿tá,logos. Milán... de Ciuilad lngenua, virgen fatigada los Alpes, virgen sin emba.rgo. Y EL GEAN PEI¡IGR,O DEI, POEMA ES I,A POESIA. Entonces yo os digo busquemos más lejos, lejos de la uáquina y de la aurola, ta!. üstaote de l[ew York como de Bizancio. No agreguéis poesía a lo que si¡ necesid.ad.de vosotros la tiene, Miel sobre ¡r.iel eul¡aIaga. Dejad secar al sol los pena,chos do las fábricas y los pañuolos de los adioses. Ponetl vuestros zapatos al cla¡o de la lu¡a y luego hablaremos, y sobre toalo no olvidéis que el Vesubio a pes¿r del futu¡Ísmo está ¡leno do Gou¡od. ¿Y lo iusrevisto? A pesar de que poclria ser muy bella una cosa que ss presenta co¡ la imparcialid.ad. de un gesto nacido del azar y uo buscad.o, debemos condenarlo, porque está más c6rca del instiDto y es más animal quo humano. Ill azar es bueno cuand.o los dados nos d.a¡¡ cinco ases o al me!,os cuatro reinas. fuora de eso debemos €xcluirlo. Naala d.e poemas tirados a la suerte. Sobro la mesa del Bo€ta no hay un tapiz verd.e. Y si el mejor poema puede form¿,rso eD Ia garganta, es porque la garga[t¿ es el justo medio ontr€ el corazón y la cabeza. Ifaced. la poesia, pero no la pongáis en torno de las cosas. Invenüad.la.
I A lo! verd¿aleror Boetas, fuertos y puro8, a todo¡ los e8Dflltus jóvenes, agetros r b¡JsB Irasloltor, que no h¡E olvtal¡alo quo fuó El ma¡o l¡ quo rr¡ojó l¡r aoDlU¡¡,
O II,AY RUTA EXCLUSTVA, NI ITNA POE. sÍa oscéptica de ella r4lqDta, ¿EntoDces? Buscaremos Biempre. Xn estremecimi€ntos d.ispersos mis vór8os
sin gultarra y sln inquietud, la cosa asÍ concebida ¡e.ios del pooma, robar la nlevs al polo y ta BiBa a¡ marino. Alg1uros dias des¡rués ms di cuenta de que el polo era uDa perla para ml co¡bata. lY los exploredor€s? Co¡rvertidos en poot¿s cantaban de pie sobre las olas dotramada8. óY los poetas? Convertidos en explorad.oros bugcaban cristales en la garganta do los ruiseñoros. Y por esto: Poota : Globe trotter sin oficio actipoeta sin oficio tivo, Globe trott€r : Basivo.
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Sobre todo, es necesario cantar o simplements hablar sin equívoco obligatorio, sino con alguaas olas disciplÍnadas. Ninguna elevación ficüicia, únicamenie la verdadera, que es orgánica. Dejemos el cielo a los aatró_ nomos y las cóh¡las a los químicos. El poeta no 6s siempre rur telescopio transforuable e[ su contrario, y si la estrella se desliza ha8t¿ el
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El poeta no debe ser el lluttr¡rmento de la Natur&leza, sino convertir a la Naüuralez¿ eD su tnstrume¡to. IIe ahf to¿la la diferencia co[ las vlejas esc¡lelas. Y be aquí abora que él os trao ur¡ hecho ¡¡üevo, simple en su esoDcla, independiente de todo otro fenómeno erterno, una creación humana, muy lr¡ra y trabaJada por eI corobro con uJxa paciencia dg ostr¡. ¿Es un poema u otre cosa? Poco Imports. Poco lDrporta guo la criatula sea va¡ón o rnujer, abogado, ingeulcro o biólogo, cou tal que eUa ed.sta. V¡vo o i¡quieta, arrn quedando en el foDdo tran_ qullo, QuizÁ no sca ol pooma habitual, pero es u¡ Boema sin embargo. Así, primor ofocto dol poem¡, trarufiguración d.o nuestro Cristo cotidlano, catástrofo ingenua, los oJos dosnesurados al bords de las palabras qus corren. el cerobro desciendo a¡ pecho y el cornzón subo a Ia cabeza, si:t perd.cr srls facultndcs oscnciales, ED fi¡- reyolución total, L¿ tierra gira et¡ sc.ntido inverso y el sol se levanta por eI occidonto. ¿Ixnde estás? ¿DóDds estoy? Los puntos ca¡diaales se ¡ran pcrüdo en el mo¡¡tón. como los ases de rm juego do cartas. Después, s€ acepta o so rcch¡rza, pero la ilusión ha tenid.o asientos cóuodos, ol fastid.io ha eBcontrado un buen tren y el corazón so ha yertido co¡ro r¡¡ frasco. (La aceptación o el ¡echazo no tienen ¡ingútl valor para el pocta yordadero, porgne él sabe q.ue ol muDd.o camin& de dorecha a izquierda y los hombres d,e la izclüerda hacia la d.erecha, Es Ia ley del equilibrlo). Y luego, es ri mano la gue os ha guiado, os ha,
mosürado los paisajos que quiso y ha becho brotar ün arroyo de un almeudro sin darle uaa lanzada en el costado. Y cuando los drometlarios de rnrestra imaginación querian üspersarse, yo los detuve e¡t seco, mejor qus un ¡adrón en €l desierto. ¡Nad¿ d.e paseos ind,ecisos! I.a, bolsa o la vitla" Esto es Deto, esto es claro. Ningun¿ itrter?reta, ciól personal. La bolsa no quiere decir el cotaz6n, ni la vicla los ojos. La bolsa es la bolse y Ia vitla es la vid.a. Cada verso es el vértlce de un ángulo quo so ciorra y tro d.€ u¡ ángulo que se abre a los cuatro vie¡rtos. El poena, tal como aqui se preseDt&, no eg realista sino hu¡xano. No es ¡ealist&, pero se rruelve realitlad.. Eealidatl cósmica, coo ruta atmósfera propia, y que tiene seguramente tierra y agua; coüro agua y tierre tienen todos los ¡nulrdos que s6 respetan. No busquéÍs Jamás en ostos poemas el recueralo do cosas visba,s, ¡xi Ia posibilictad de ver otras, Un poema es un poema, como uua naranja es un¿ naranj& y no tura r¡¡¿"nzana. No e[contraréis en él cosas que existan de anteElano ni coutacto di¡ecto con los objetos dlel mundo ext€rno. ¡l pocta tro debe iD.itaf la Naturaleza, porquo no tieno derecho d6 plagiar a Dios. Encontra,réis aqrrÍ lo quo no h¿béis eacontrad.o en niaguna partc: cl Poe¡na. Una croación del hombre.
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Y de todas las fuerzas humaJra,s la que más nos i¡¡teresa eg la fuo¡za cfead.ora.
condc cl ilu¡o ¡entl¡¡rfe¡to rlel ba¡rio on quo don Jua¡ Ma¡uol fu6 temlble. - el rovoroDcta'lor Et europeo faústlco do SpoDgler tle¡rBo' d.e lo leJano €o ol esl¡aclo y tto lo l¡deciso eD el a'rriboy ol que enüendc !ólo progresiaüa el arcalzanto o - tüvo una que vleno Úes o al antenocho u¡ 4 m¿lnalolo Ntn' tor?o teatucción al absuralo elr €l rubonlsta 'to eq'ul' guno de ellos !e aüeüó a supoaer Quo ya estaba en la dou'le ieaü¿Á: todos busca¡on ur¡a Yereda de elrfrcnto Per¡la o fuó Ve¡salles Yereda ega Rubá& Psra aloJarse. o el ![edltotsáneo o l¡ l¡¿mpa, y Do la Irampa de balao¡ y dfas largos, sl¡o 1¿ Paml¡a triDtolémica' crisol de raza'e leyentlas fslándicas ] to aenls. P¡ra Froyre fueron las y Da¡¡ 8a¡tos Choca,Do' el A¡abuac de don Antonio ile Eolis. En cuaÍto a nodó, fuó un norbeaBericano' ¡¡o l¡¡¡ de iluta¡qui pero sl un c¿ted¡ático do Boston, relleno footro es Lugones hlspanldad. e laünidad, sfoneg sobre ra,stero gleclzante, verseaalor de vagos paisaJer becbos & puro arbitrio do rlmas y donalo basta quo sea azul el aire eD urr Yorso p¿ra que al subsig:uiente le salga un abedul e¡ la puDta. De la Stornl y ale otras Dersouas que han met¡ificado su tedio do vivir e¡r esta ciudá de calles derechas, sólo .tir6 que el aburrimiento es qÚzá la rlnlca emocfón impoética (irreparablemeDto impoética, pese aI gFaD Pío Baloja) y que er también, la que con preferoncla ensalzan sr¡s plumas. gon lubenistas velgouzanteg'
vice¡te FttIDoBBo.
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N ANTIQUISIMO CUENTERO DE CUYO nombro ao quiero acordarme (es d.e Cervantes. elo fostoJBalo mellntlre y Be lo devuelvo en se. gulda) cuonta que en los principios d.e l¿ era. crlstla.na salió dcl nlar una gran voz, un evangelio prlmitivo y final, y ¿¡nució rr I¿ gerltiüdad que el dios Pan habfa muerto, Ta¡rto mo gusta suponer que las cosas. eleuentales participan en las d.el ¿lma y son gus chasqües o lenguaraces o r¡utrclos, que hoy guerria hablarles a todos con la voz salobrs dcl mar y la inca¡sablo de, Ios úos y l¿ enterrada de los pozos y la extática de log charcos, para decirles quo sel gastó ol ruberüsmo ¡al fin, gracias a Dios! Xl rubenismo fuó nuestra ailoranza de Europa. Fué uD suelto lazo do nostalgia ti¡ado hacia sus torres, fu6 un largo adiós que rayó el aire d.ol Atlántico, fué rur sentirnos extraños y descontentaüzos y finos. Tiem¡lo en que Lorras d.e Zamora versific¿ba a Chipre y elx que Eolemnizaban los mulatos acerca de Xstambul, se d.escompuso para dicha de üodos. Queds su eternidá er¡ las atrtologías: qued.en muchas estrofas de LubéD y alguaas de Lugones y otras d.e Marcolo del Mazo y ninguna dO Rojas... Hay otro verso rubenjsta hoy en pie: la suspirosa 3,osaleda quo con su cisnerio y sr¡ lrdolencia es-
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mledosos. Dcsde mil lovocietrtos veintidós - la fecha es tanteadora: se trata de una situ¿ción dc conciencia que ha itto tlefiniéntl.ose poco a Boco - totlo eso ha catlucatlo' I,a verdad. poetizable ya no está sólo allentle el mar' No es d.lllcil ni hu¡aña: está en la queja de la canilla del patio y en el Lacroze que rezonga una esquina y en el claror do la cigarreia frente a la noche callejera' Esto' aquf en Buenos Ai¡es. En Méjico, el compañero Maples
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Arce apura la avenid¿ Juárez en un t!¿go ile gasoliua; €n Chile, Rcyes eusalza ol cabaret y €l vi€r¡to del mar, rur viento nogro y de suiciüo, que trae aves marinas en su enylón y en el cüa,l las persianas de Valparaíso ostán siemple golpeándose. I¿as dos alas de esta poesía (ultraísmo, simplisno: et rótr¡lo es lo do menos) son el verso suelto y la imagen, La rima es aleatoria. Ya d.on francisco de Quevedo ao burló de ella por la esclavitud que impone at poeta; ya otro más ponderoso Quevedo, Milton ol Buritano, la tacbó de invencfón de una era bá¡bara y se Jactó dle haber dov¡relto al verso su libertad antigua, omanciBándole de la moderna suJoción de rima¡ (,,modern bondage of rihiñg"). Estas lhutrcs opiliones las saco a reluclr, para quo nuestro desdén de la rima no se juzgue a pü¡o capricho y a torpeza do mozos. Sín ombargo, mi mejor arg¡rme¡¡to es el empirlco do que las rimas ya nos cansart" Para cualquior¿ de nosotros, cstos versos blancos de Ga¡cllaso sotr entero y gr¿to arquetipo de musicaliclad: Corriontor 8gu¡c, Durf,s, crlstaltrr¡¡ Arbolcs qtro oE cstá,ls Dlr¿ndo en €llsJ, Vo¡alo Dr¡do do lrctca ¡ombra llsno...
gu auüor, ehpero, corr esa asidua observación ds l¿ r¡¡r¡ que hubo en su siglo, escrtbió, en seguida otras lí_ ]leas qüo etrtonces era¡, necesarias para cumplir la or_ trofa, esto es, el pleno halago musical, y hoy la rebaJaa siDg"ularmente: Avos qro aqui sembráir vuosirar quersllar, Yed¡¿ que por ¡os órbolos camlna8 To¡clo¡rdo el Daso por ru verde !oDo, Yo m€ vI t¿a ,,gotro De¡ grsvs Dal quo 6lelto co¡¡telto. . . Que óo ptro
y ¡o que subsigue. 16
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&cerca do la Quiero inscribir algr:¡a obsorvación los imagen. La imagen (la que llamaron traslación por boy es' y metáfo¡a) latinos, y los griegos tropo hoy, nuestro rüliv€rsal sanio y seña. Destle esas uoches incansables eD que el calaverón frailuro Quovedo holgabs cle con la lengua española, no han sucedido porretadas imágenes, plea,mares y malones d'o aetáforas, asemetay bles a los que en este libro verás. Des'le lo travesura de brujería de Macedonio Fernández hasta el resBlan¿lor Juicio final que altiveció los vetsos cte Piíero, 'Lesdo Ias firu^xs acertattas d.o lüclalgo hasta el rebaño do vebemeDci¿ bíblica que Brantlán rige bien, hay obtencione8 de expresión i[aualitas. El itlioma se suelta' Los verbos i:rtransitivos se bacen activos y el adj€tivo sienta plaz¿ pa' de nombre, Meilra¡ el barbarismo, el neologismo' las que labras arcaicas. Frente al proviDciaDisr¡¡o remilgado ejerce la Academia (deotro de lo universal español tar¡ provincia es castiua como soriano y tan casero es hablar de los cerros tte Ubeda como de dontte el Diablo pertlió el porcho) ¡rüestlo idioma va adinerántlose' No es de altos rÍos soslayar la impureza, sino aceptarla y con' vertüla en su envión. Así Io entendieron los hombres del sigto diez y siete: asi lo comprendió Saavettra qrre se burió de quienes end.eblecen nuestra lengua por rnantenerla pura, así don Luis de Góngora que (al decir de srr prinxer prologuista) huyó de la sencillez de nlrestra habla, ¡-rsÍel agringad.o Cervantes que se jactó del cauce do dulzura que abrió en üuestro lenguaje, a9í ese díscolo Qucuecloque sacó voces dcl latín y del griego y ann d€ Ia gcrmauía, así el piecursor de elIos, Tray Luis ale IÉó¡r' que hebraizó tau pertinazmente en sus traslados bíblicos... No l¡cmos nosotros de ser menos. ' Est;l clrre nos ciñe es la realidá, es ' 'ulla' realiüá,. Junto a llosotros cstón la Vida y la Muerte y las levintrrcnos cor¡ vcisos.
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I aI qüa aD t¡l güct¡ ac ¡,¡¡¡tr, Dcba c¡¡¡t¡a c[¡r¡lto ct¡lt¡ OoD toll. l¡ ror quc üs¡..
FENELON ARCE (Casü14 2898. -
Jorgo Luta TOBOEB
ganüago ate Chile)
D D IANO o páJa¡o pero algo ll6ga a mf tlesalelos bosgues I dond.e noras con las agujas d.e ese canto tejo esta malla d.e palabras levanto ecos alo sombra en l& t€rraza del cansaJxclo y no está atluIrclado el expreso ttel alba qus te trao baJo de mf el honbre mecánlco Ju6g¿ poker con el ualpe dlo los henlqferiog y el cambfavfas no ha tomadlo la palanca e¡ las manos no recuerdo la éBoca pero fué antes de tu primer sueño cua¡xdo abrlste tu alm¿ como un libro de cuontos yo era entonces el ünico grumete de tu barco ahora en los cimieutoe de tu sonrlsa d.e eD€ro y pertticla construyo esto andamfo enormo d,e nueve mll momontos pero tú no estás nl üegas y la espera es lnútil.
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G. horizontal de Norte a Su¡ llmite de sueño I\/IUJER. rvr¿¡¡sgl6 tr¡ maceüerode flores y no to encüetrt¡o en la plaza geométrlca €tr paracafdas fuó tu viaJe mufeca d.e resorto
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pero quoalaste desarticulaata, y bonrt& estamos UeDos de capftulos desdo que da,nzaste tu último sbimmy en mis recuerdos algo nos falta para estar distantes un radiograna o u! tren nocturno abre tus oJos de colores mientras me destiño a[te tus claridacles y d.etrás del paisaje gritan tus palabras huérfanas so me rluiebran ]as nanos si te toco niñ.a y te deshaces tampoco sabrfa suspenrlcrte en los brazos no quiero quo diluya tu actitud. de camino frente a mis actos colgados en la techumbre de la nocbe proyecto llev¿r tu sombra y tu retrato más allá de ¡ri dolor, siondo tu tristeza una caja de sorpreBas tengo fotografiad¿ la ópera de tu voz desde que to entretcnías en cl pixno del vie$to y ostoy solo frcnto ¡ tu calda 80 refleja ml vida cn tu chtrco do aguas sin orillas las banderas de tu no¡rbrc nto ll¿m¿u pero suena la hora de con:rtl'uír trr edificio de cascabele¡ p&sa una nube por uds rn¡,nos en tanto dialogo con tu cir¡dacl encuedernaclacle sueños tu última carta está girand.o en el circo clc mi esBera destruítta frasco de ti¡ta la noche so derrama por tus cabellos y tu entusiasmo de sábado se clurmió entrc tus labios despierta niña Ia alr,,ohad;r,sujeta tu fiscnomía antigua seDxejasuna cortina en la vent¿na rle la natr:r&leza se descuelga de tu boca tu sonrisa de vidrio mientras archivo trrs palabras y tts jestos y en la pizarra de tus bescs nuevos übujo el affiche de lo que piensas esta tard.e
AI,ITOI\IO ARRAZ (Caracas, Ve¡ezuole)
BARBO O mo Bopulto o! tf, amads; V I en tf, perfumada y ttbia como lul rddo on la selva. En tl, dulce como rura, Delodfa, tn tt que sólo er6s ¡ur gra¡ suspiro páUdo que crujs bajo mf. Soy un sello ca¡ld.ente. Y seüa,rto 68, atlada, mi más bella, mi ¡¡ás grand.e, ml más primorosa obra d.e arte. Yo soy d.e fuego y ca;nto: tu barfo desmayado y tlbfo, mi barro a¡doroso y fuert€.
t,,(
EI,
MIIEI|'TO
OY he recordad.o a Dl
Vtvló
20
?Í¡:R.MANO
borma"Do de sangXe quo tnr¡rló on la batall¿.
nucho ¡ntes que yo,
2l
/
Murló mucho &Dt€6 quo yo. Y, sin enbalgo, 6l ss rd hermano de s¿ng¡e. Ilernano, de guerr* y do paz. Ilermat¡o de br8zo y de mente. Horm¡no de vitla y do Druert€. Mi bermano de eangre murió heco ya tleo¡lo. La herid.a la tuvo on ol pecho. No bablaba osü& longu¿ extralJera que hablo yo ehor&. No tenia la freuto ultr&Jsd.a. No vlvía en caaas tapad.as al gol. corrla llbremerto colfnaE' creyó ar¡¡ oL Ptt¡o oozaaDa, el dios quo 80 orlgotrd¡a a af mlsmo. Ml hermano de sengro murló haco ya tlempo. ¡Qui6n fuera ml hermano de saJxgrol
RUBEN AZOCAR (Llceo de hombree, AJrcual. -
Ohile)
oy coN x,As oLoBosAs cA¡fcroNEs QUE Prr. RIFICABON SI' DET.EITE. r¿ lnfintta espelanz¡ que €r& cuando est¿ba I ¡nt lado. a travéB de su rosttro se alze la sombra gin lfmlts y Es descuelga sobre €stos caninoe &laleanos. Eumo torcid.o robre mis Bolitarios o1os trlst€s. Euyo hacla alonale tú qulebras los dlas on las manog t€¡rallt¡|. Aüenta las hojas. Espanta las estrellas, Cielo aüsetrt€. rt\quí se apoya la noche. Entonces era la alegrla al¡ecledor de gu aombre. Todo se va- Ilecir eso también no está más; aUá huía alguien e fbamos entre las hoJas.
I r ;l I I
Una palabra puede traer lo que I1o tien€ térñtno. Eso es la soledad, la profunda soled.ad.que yo hablo. Ahí hay historias de amor, campiñas llenas al€ fragancia, altos árboles musicales, mar de lr¡bos erf8tlte! o el sol cierra lag lentas alas frento I ois creB{reculos. .Entoncos era la alegrla. filu
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sln anécd,oües,
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s¡rcedialo €D Ot¡A éI¡OCB. Dulce suef,o alormialo a la oriüa alo su cuerpo srecldo do llores dle color; lento licor do dolette quo yo bebfa ávltl¿mente. Después la alta sombra de la aruencia hacla donde mf alm¿ Be tuerce como €l humo.
a tus fa¡ales
iluminados.
LeJanía, no erlsúes.
Toda la uoche c¿e¡á lo solealaal gobro ml ¿lm& Ee ahl mis palabras, moliao vagabuado, columpio de aguas azules, espoJo de otoños aú¿rluos.
Desde aquí mlro los astros dontlo eso rro e¡ist'ia.
AI otro latlo del ¡xar Buegan las velas del crepúsculo. CoEo u¡a, plaza eoütari¿ ml soledaal está &nocheciéudoFe.,
I¡eJanos Buertos. B¿rcos remotos, anclados al fo¡do de ml vlda vagabur¡da.
La Da¡oa t¡oplacable golpea Dl congoj¿, ¡ecinto de páJaros tristes; üe a[l cónro huyetr.
Quién era el v¡ajero
recién llegado.
Viajero taciturDq dclces c¿mi¡os do la tlerra, celidog a mi c¡rerpo como un cintüróD eb¡lo.
¡1 UMOR de Ia resac¡. Vlonto quo a,huyenta Eis vocos. f\ nuinas llenas do sombras, TorreoD€s sia páJaros y al poDlente l¿s c&rpas gitanas ds la ta¡de.
Para qu6 rlecir las Balabras ale las ausencias, catcÍoneg de humo, abandon¿dos c¿ntos de olv¡alo.
Detrás de la¡ vlilrierag mi abandono ae puebla rle im6geaes Pe¡o en tus ojos vagabunilos, Jugueteria de colores, el carrou.gel de la prlnav€ra d& Vueltas y hace müsica.
Quién empqia los astros, qulén d.€shoJal¿s co¡st€lecio¡rei;. dónde suJetan los paisajes y cortan las am+'ra,s al vlonto. Aü. Vastedatl boütblo. Soledail lnconclusa. Quién cantar6 mls pal¿bras tle Júbilo.
lr el tiempo rlQ las lluvt¿s, nollno de paisaJes despirtado8. Lloro y csnto. Alegda defi¡ltlva. Ah Dada pueclo contenerla y r€balB¿ en tug b¡¡zos cono el Et&r er¡ las playas.
Uimno de estrellas, surtidor b¿Jo la ¡och€, carrouse¡ onvejocido mi corazón esté triste.
Surco reclén araalo húmedo ari¡ de crepüsculo. CampaDa suspenrUcla de tus ojos ll€nos de páJaros.
lUDer¡ DE LA TARDE: SILENCIO SI¡f LIMITE, golpeado por el viento ávido: allá mueve los ceraos. hacs flamea¡ los árboles; ronda; huye; galopa, m¿tando la tristeza de los caminos dorrotados.
Aüarfa mis voces como cord.eles infiDitog
Ma¡ de colores. ocóano tle soletl.ad.
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/
da¡do tuEbo8, oriUa¡ralo el clelo, leuto creDúsculo dc (Xolo, silos como s las trlss mi corazón ¡ollta¡to. .Oa¡acol d€l creDfisculo: all6 caJrta le ols, allá doode ell¿ vuelca Bu voz bella y leJana. pena. ltisteza lncortoDlblo. Sol de adloses. Infhlta Ilulce mujer: cuanilo los pescadores recojen la€ redes colmadas ale ostrollas vlvas conozco quo en t¡t puorto, Uonq do páJaros y de barcoc pequoflor tú Juegas con ml anillo y tu corazón 86 anega de congoJr.
EN 3T. UATAO TLEOIIAS CLAVADAS COBAZON DEI, \rIENTO, son las campanas de la fglesla ontrlstecldas. Yo voy con ml hato do camlnos, como el rebenque co[ ol quo ms azotaba n¡l paclre, y 10 [ego salta,r volvletralo al puoblo. 8e sumergen las camptÍas y los altos árboles, al fondo de mi polvareda de vagabundo enveJecido, Ambulante Uuvla moJacla de grls trémulo, rocia[alo el corazón desuudo do los pueblos. Solariega barca llet¡a de canciones muerüas anclada en mealio de los ce¡ros fugitivos. Desde todas las orillas de los cielos iamóviles vuolan innumerables bandad.as de páJaros vlaJeros. 26
FRANCISCO LUIS BERNARDEZ (Bfo de J¿uelro 262, Bs. Alros)
TAR^I'E CON8TRUIDA
CON VERSOS
del horizonte se va poniendo mi cor¡zón ElnAg y la tarde se ti€r¡ale a descansar sobre ml 8lD&. Tarale lent& y silenciosa como un beso. T¿rd.o dulce como ol agua ile los ríos. Ta¡de ancha como el pecho d.e un hombre y acogoalor& coEo el regazo de uaa muJer. Ifay u¡a lu¿ de páJaro8 err Bu vor. üDa luz olvltlatla por muchacbas. Una luz pensads por alños. Llevo la tard.o a cuestar. como Ee lleva una gulta,rra, cono se lleva u¡¿ cruz En la boca redo¡xala del Espaclo, la tarde es u¡xa canción de cu¡a quo DioB me canta cacla día. Es ¡¡Da palabta de dlstanclag que el Tlempo d:ics, para consolaru.e, Y €s u¡ peltlalo más 27
Ba¡¡ subl! balta ttr amo!. DesmoleDadE d.6 versol, la ta¡ds ¡e tlende s desc¿¡la,r sobre ml alma, EloDtres ¡vaüz& l¿ muchedumbre de l¡ oombra, de ost¡ell¡s. entu¡l¡¡u¡d¡
SETS \¡lEB8Os
A
I'NA
La amjgtacl cotidia¡¿ de la tierra, contagiándote tod.a, de tus iled.os hizo las ciuco prEtas de una estrolla. Crispada ostás c'rrl remansado rÍo. Iú, otomial¿d es tu primer domipgo.
\rENTA¡IA
¡r OBRE ml ho¡ra lntügencia tle dktauclas J este vqntena og ¡ln& m¿¡o ablerte. En la morro, rugos¿ do caminos, su pa,ñuelo ds clelo mo co¡suola. Ml sodontarl¡ Borüd,oz sllvle con u.¡¡ pulado tá,clto do loguas.
ooA80 L süencto se abrló como una llaga. E IJ Crecen como recuerdos las ostrolla"s. Juega con un cantar l¡ fue¡te huérfsua y, en la ya,cento paz del borlzonto, solloza el canpo viudo sus tuclérD¿gas.
EPITAEIO
A ITNA
MA¡IO
DE
LABB.ADOB'
N el Pontágtane del labradfo il' tr escribiste la müsfca del trlgo. Tu eruatfcióu de soles y trabaJos, predicando palabras do sudor halló crucifixión en el arad.o. La noche d.o tu art€sa repoblaste co¡r u¡iv€rso8 lúclilos d.e pa¡¡es. 28
29
Y ¡é que h¡ de degemtoca¡ co¡ todas nts cá¡¡ditla¡ f[orre8 eD la rada ge¡isl alo I¿ Et€mitlaü ¡Yo 8oy Uu Maravlllogol Alluente de Dfosl
FEDERICO BOLAÑOS (Camaná 869, Lime. -
Psrü) EI¡ EO![ts8E
EI¡
ATLUENTE
vlolotrtas
8IN
ATIOB
Anfva A el anttguo híncfpe alo la Pasfóu de Arnor, Dordiendo la cal de los tnurog. quebrándose las ma¡os fal¿nge por fala,uge.
DIVINO
ENGO de la nlta montaña donde ha nÍrcldo €l llombre.
En mi lormaclón coufluYoron los antiguos d.oslgnios dsl Mundo.
I
A.hf va el acribillaclo ¡ra,ladeanalola sal amarga de su saDgre sin cerebro y sin estrella, ¡ecostándose como urr mendigo eD totlas las esqulnas de la Sombra.
Como soy torronto inflatlo de alogres ospumas, como soy naturaloza coronada de dinámica"g luces creadorss, como soy el Ifombro vienen d.el Dolor, las Nflos i¡visible¡ que fecundan mi cuerpo; voy pendiento abajo desmoronando piedras eD el camino, empollando en mis ondes las más dulces est¡ellas. sin Boder, sin pod.er detetrer Bi carrer¿.
Vedle. ¡Es ur insulto a la alegrfa d.e la Tier¡a! Con los ojos llorosos ciego y desmedulado camina entre los hombres, sin poder doblarse como un grito contra las costillas ágrias del gilencio El que tenia en slu¡ manos un inmenso penacho d.e luz, el quo caldeaba su corazón con un¿ llamarada de júbilo,
3l
I
LUIS
JORGE
hoy tieDe la frente entre el polvo y aun no acaba de traga,rse el co¡azón Como es un insulto al, carnavxl de la vida, atrapaallo con vuestlos brazos varoniles y crucificadle cual un Cristo de tiniebla eJxl¡ cruz do un viento cualquiera.
(Avonicl¡
Quintaua
2n,
3,s. Afros. -
Bep. Arg@tt¡s)
I4IL CI'ITABBA E ul¡atlo I¿ Penpa m BE@o¡ cle un patleclto de la c¿lle 8¿r¡nü Alre¡. Cuanclo eut'16 no l¿ vf. Est¿ba a€r¡.rrucatla en lo profundo do un¿ brqsca gult¡rta Solo so desmelenó a,l e¡tleyerar la dlest¡a la¡ cuertla,s. No sé lo que azuzaba¡r; a lo meJor fu6 un triste dsl Norts pero yo vl la PamBa. Vf muchas bragadas d.e clelo sob¡o u¡ maaojito de pasto. Ví u¡a loma que arritrco¡art quietas distancias m,ientras leguas y leguas caeü d.esd€ lo alto. Ví eI campo dond.e cabo Dios si¡ haber de l¡rclina¡se, vi cl único lugar cle la tl6ra donde puede s¿mln¿¡ Diog a gus aJ¡cbrt. Vl la pampa cansada quo antes hortorizaron los malones y hoy apaciguan cü quietutl macTza las lta¡fte
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¡
f
A
.T
De un tlró¡ vi toalo eso tn.f€cxtras so desesperaban las c1rerda's| eD u¡r comp6s tan zarand,eado como 6ste. (IÉ vl tambi6n o olla ctryo recuord.o aguarda en toda mustca). Easta qus eú brusco cataclismo se allanó la gultarra e¡cabritada y ostn¡Jomo el sllsnclo y hu¡añaDeúto volvió ol yivt¡ a estaucarsg,
ATAR.DECEB f L¿ El ha I,a de En
A
vthuota ya no üc€ Bu Amor €n tu regazo, silencio que vlvo cn los osp€Jos forzado su cárcel. oscurldá es Ia sangrs las cosas heridas. el poniente pobro la ta,rale mutilada, ¡ezó u¡ Avemaúa, de colo¡es.
SersIa la eter¡xictad. espera eD la encnrcijad¡ ile estrellat. I¡i¡do es vivi¡ en la amlstad oscura de ul zaguán, de u¡ alero y alo u¡ alJlbo.
LA
NOCEE
DE SAN JITAN
¡. L poniente implacablo en esplondores quebró a füo d.e espada las üstancias. ,?.. Suave como r¡Jx sauzal est'á la :xoche. Rojas chisponotean l?s guit?.rras calientes de las bruscas hogueras: leña sacrificada que se desangra en brlosa Uamarada' bandera viva en ágil travesura. f,a sombra es apacible como u¡la lejanía; bien ¡ecuerd.an las calles que fueron s¿mp6 un dla. Toda la santa noche la soled"ad.rezando el ¡osario üsBerso de astros desBarTamad.os.
ATA3,D3CER UN PATIO rr ON la ta.rde L.u ."rr."ron los dos o tres colorcs del patio, I,a gran franqueza de la luna llena ya no entusiasma su habitual firmarxento. Ifoy que está crespo el cielo tl.irá la agoreúa que ha muerto u¡ angelito. Patio, cielo eDcauzaalo. El patio es el decUve Bor el cual se derrana eI clelo en la casa. 34
1- oDA la charra multitud, de un ponieDto I alborota la callo la calle abierta como u¡r a¡cbo sueño hacia cualquier aza,t, La limpida arboled¿ que serena y bendice mi vagaocl¿ se olvid¿r del paisaje y acalla cl barullero respla,nd.orde sus ramag. La tarde naniatada sólo cla¡na su queja en el ocaso,
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La nano Jtro¡¡tta dc un menilfgo .lfuerza le co¡goJal ale I¿ teral6.
BI'SIA avanzada es eu la cctepa un berco ¡ A TRINCIIEBA IJ &l abordajo Gol gallardeter do hurar lÍetllorlfa¡ ostalleD on lor ojo6 BaJo bandoras do silenclo pasa la muchoalumbro Y el Bol cruclflcado on el poniento, 8e pluraliza en la voclnglería D6 las torrer del Kreml ll nar vendrá nadantlo a esos ejércitos Que envolverán sus torsos En toda¡ la¡ prader¡s del nacfonte En el cuerto salvaJe do uu arco lrle Clama¡emos 8u gesta Bayonetas Que lleva¡r en la punta I¡rs mañan¡.s.
DITLCIA
I,INQI'IITVS
ATT,VA
llfi canclón de crlouo flnal Po! Ir noche sg!¿ndad¡ ¿le rolámpagor Ea ól cxpreso del sur Que ales¡onda y pierdo lor caEpor:
NA amistad. hicieron mis abuelo¡ Con esta leJanía Y conquistaron la fntinldacl de la Panpa Y ligaron a au baqufa Ira tierra, el fuego, el airo, el agua.
fucon solalodog !r gta¡rc{oros Y apacentaron el corazón con maf,aua! Y el horizonte lgual quo uns boraloua AoItó etr la hond.u¡a de su ¿r¡¡tera Jor¡¡d¿ Su Jornatla fu6 cla¡a cono u¡ rfo Y era fresca Bu t¿rtle como ol algfbe itel patto Y en su vlür eran las cuat¡o estaclonos, Oomo los cu¡tro vergog d,e una copla esperaá.a. Desclfia,ron br¡ra,ñas l¡olya,red.ag Th ca¡Tstas o en caballadas Y lo! alegró el resBlandor Con que avlva el sereno la luz de Ia osBadal¿. Uno peleó contra los godos, Otro en el Paraguay cansó su espada; Todos supiero¡ del abrazo del mundo Y fué mujer Bu.mlsa a su querer la canpa,ñ¡. I¡s otros corazones fueron sorenog Como ventana que d.a al campo; Respland.ecientes y altos eran sus üag Eechos de cielo y llano. Sabitl.r¡¡fa d.e tier¡a ad.entro la suya, De la lazada quo es comitt¿ Y d.e la estrella quo es vereda Y de la guitarra encendida. gangre negra de coplas brotó bajo sus m¿no8; ge sirltieron confesos en el canto tte un páJa,ro. Soy un puebiero y ya no sé d.e esas cosas, Soy hombre de ciuilarl, do barrio, de calle: I.os tra,üvías leja¡os me ayudan la tristeza Con esa queja larga que sueltan en las tardos.
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![ONTEvfDEO lr /f I CORAZON resbata por Ia tartle corDo el ee¡r¡laucfo lVl p"t Ia Bieclaclde un deciive. La Iroche nu€va es como un ala sobre tug azoü¡s. Ere¡ ol Buenos Aircs que tuvimos, el quo en los a.ños ge alejó quietamonte' Eres remaEsada y clara e! la tarde como el rectrordo do una lisa amistad' El cariño brot¡ en tus picilras como un pastito hümilalo' Eros nu€stra y ficstera, como la esürella que duplica uD 'bañaato. Puorta falsa cn ol tlcn¡po, tus calles miralx al pasado más .levo. Claror de dondc la maflana nos llega, sobre la dulce turbied.ad de las ag"ua.s. Antos do llumlnar ml cslostn su bajo sol bienaveDtu¡a üus qui¡tas. Ciuttad quo 89 oyo como un vor8o. Galles con luz de Patlo.
A LA CAI.LE i
¡ I
Ife solt¿o ni vagancia lrof tu noche gua¡8nga" Ad.ontro de un fonégrafo Bersisto una guitaüre Y el sabor d.e Paleno so me subo hasta el 8¡.ú¿. La tie¡rda La gfteD¿ Se aneBintió d.e e¡seó¿. A¡te8 Eabfa rm corazón en cada casa: El corazóu ttel patfo. Me acuerdo de u¡a luna gla"ncle desde la ac€ra. (No s6 si era Carriego ol qus le daba cuerda.) tr(q a,cuerd.o de esas tapias rosad.as que slegFaban Y e¡a¡ cr¡no u¡t espeJo do Ia tartle ligora. Por ellas el po¡rfente Slsllpro estaba en tu tle¡t¿.
SERR.ANO
ALI¡E gerraJxo. \/os ya no sos Ia Bisma de cuando el Cent€n¿rlo: A¡tes eras más cielo y hoy sos puras fachad'as. El cfelo esta,ba en tod.o: En la, Iuz de los charcos Y en las tapia,s rosadas. A.hora te prestlgian El bar¡¡Ilo c¿liente de u¡a confitería Y un avigo punzó como una injuria. En la espa,ldla movltla de tusJ italia¡ita¡ No hay ni una trenza donde ahorcar la ternr¡r¿. .. . 38
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G-:-:.:....@
A. BRANDAI{ CARAFFA (¡an J¡a!
1886, DoD. 8. -
Bs. Alros, BeD. ArgeutJna)
EXPn,ESS N esaa horas grandes como cimlentos del tleEpo: ¿r I: cu¿ndo ol Júbüo de ml¡nrnos Dodaba nuest¡os oJos do tod¿ brlzna del mu¡do, y anudábamos con los c&blos do Ia f¡¡ica luz Du.estraa dos certld.umbrss do ostar vlvos y o¡¡testos. IbaEos de retorno. (I¡a eü€rDlttad alzada) Ttapasados d.e días. Con el rencor antiguo de los cuatro horizontes al vot qEe arrebatÁbamos lnsaclobles el vie[to. r:n una sutil cabltra Doblaala do virtuales ausenclas; pequeños corazones de metal gustadores de on¿las (ella,s se abren como coll¿res d6 eter más aUá de Ias nocho!) aleJados atrás los rápidos clamorosos y turbfos qne ftecuentaD los hombres. En las grandes behfas sensitivas del cielo, audacias I'minosas que difunden abismo; ¡ll[l¡cbealumbres de espacios que no se acuesta¡ nuncet Xn Un t¡ea-transatl6ntico-dtrigible. . . .
FBIUA19EBA I I'NA so¡l alo agu¿ sobre los tochos D6ltalor; Et r 'Ifaa sed. d.e acuf,¿¡ los rlsados crtstales stu DüUr d,e ls Uuvtq V el dulce tabletoa,r del citrc y del asfatto rove¡taüdo o¡ sotrid.os como frutos D.aduros.. . . Prinavetra.. . . Es u¡a sed de agna robro los techos pátfilo* Ios etpaclos d.el cielo su tfblo azul espesan y oprlmen las cludad.es como una pulpa ilócil. Una bla¡da epftlermis se desnuda en la copa dle lo¡ á¡_ 'bolos claro& Una bla¡rala a{rpereza se d.eFañ4 en €l aire, pat¿d¡s alol cslraclo. Y esperaado el augurlo de las aves vlajeras que remolcan. .la lluvia, escudriÍ¿¡r ansiosas los camlnos, las torres. los caminos del viento polvorosos y secos y aq¡rellos tan Drofulxdor que frecuentan las nubes. Prim¿vera. , . Es uua s€d de ag:ua sobre los techos páIid.os. Ua deseo de darnos o vibrar en el aire como u¡t arco transido bajo la cabellera vibra¡te de la iluvia que estalla en grandes nardos. ' IfD a.nsia de apretar las estrellas Jugosas en las nochef carnales, de coagular la luz ardie¡te en las pupilas y desnnda.r las párpadol y mojarnos los dedos y mancharnos la boca y hrudirnos en el balo de ungüentos y de zu.mos de las lunas violentas, del violento setiembre. En loca emrüación de cristalinos sones. las calles y las plazas, limpian ,* .opm de oro.
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T mientras el creBúsculo, garganta quo se ahoga de ||n amproso celo despedaza en sollozos de luz sus tard.os oJos, las manos do la sombra üspersas y liviana,s, anltlan largamento las voces de los niños que Juegan en los patio$ Hmavera... Es u¡xa sed. de agua sobre los techos pállctos. Ifn perfnne flltel al6 maÍa¡as antiguas y de vlrtuolar ;yerbas y una ronda profunda d€ clgarras aldeanas adormeciondo ostablos y ataJos en la si€sta. Olor del cabaUito de palo y d.el tambor afónlco y el sol salta[do petios y huertos y baldlos con la car¿ lav¡da por el üa. Los parques 8o ¡omaDsa¡¡ do brlsas y d€ pausadas horas. I,as camBanas ao aloJan hacia valles de donde ya no vuelven y laa mad.res retozan con sr¡s rubios hxfantes, dando ¿l.bricfas al alre quo d.escubre el secreto liviano d.o las vlrgenes y €nsa¡rcha log senderos del bosque y dol deseo. Primavera... Es ura sed. de agua sobre los techos páIlctos, Nacen tÍbios espejos en el airo lavado acumulan los labios, prodicación de besos y premura de cantos y las ma.nos,torcaces, se engolan de caricias... Una bl.auda eBidermis so dosnud¿ olr eI mundo, torpe vaso del cielo las palomas, jadea¡tos do deslertas Jortradas, traen al fin la llave d.ol leJano horizonte y se abren co¡r estrépito, s€rTentinas de plata, las cuencas de la lluvia, porteutosa y fragante. 42
DA¡IZA y porfecta como los ssres dlvi[os S LM.{NA Arco de flechas incendiadas, tiembla su cuerpo en el ai¡o. En sus ojos tsanquilos, Juegatr Ias últimas lucos de la ta.ralo. Sus ma¡os d,ecoran el silencio, con mucheclumbres de
E L
!Éreros. Y €n sus pies vive la dulce cogturDbre de una danza. El mu¡do Bs h¿ce pequeño como u¡a senda para adorar sus pasos; y la muerte Ia mira, como Abraham a su hijo: ¡Con la hoz levantada, pero el amor deshecbo en lla,ntol... Cuand.olleg4 una nube (le sueños se posa sobre laa horas, y antiguos horizor¡tes se asoman en los mareg... Cua¡do se va, la vida se desgaja en camiuos y la lur la sigue como |rn DáJaro... . . .Entoncos, La noche, construye la soledaal y el espanto y los ojos se queal¿n prlsloneros eDi l& torre sollad.a de rn 8¡¡Scncla
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7
E. BUSTAMANTE BALLIVIAN (Ipgacló¡
ilsl Perú. -
Eio ile Jalelro,
Bra¡il)
cuyo DÉrp8do 8sr¡l cúerre u¡¿ ¡ruplla qgónlcr de r€eücara¿cionfl y ile ma,f¿ua¡. Sangro, sElgre, r¿Dgrtt E¿¡ ablsto todas Eus trtülar Gl clo¡o, ol Er,r y l¡ plaV¡.
CABBON UIIITBO
l[IsTroa A catodraf f ¡-¿ atormentada do hft¡lto hunde sus torrgs en las nubes para brxcar ¿ dlo¡. Pero como sab€ qne es un ard.uo probleEs se tientlo de ospaldas para no caüra¡go do cglrersr. El órgano tlsfco hace gimn¿g¿ respiratoria porque sier¡te que so va a qued.ar afónlco.
PONIENTE -¡ fEMBITAN de anglstia ¡oja I las manos suicidas d.e la ta¡de
E N l¿ entraú¡
lJd€l rocavól late la bomba ahogándoso tlo profulü
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¡t5
€n las espaldas t€niamos al sol.
BaJo luces fijas y oJos que se cla,van la ogameDta del alestlno ru.eda sus senar¡ y sus aaes buscando Ia carno do promresas que le arra¡rcarán nuestros ca¡d¡og hambrientos,
NOCTTIR¡IO DEL
COLOIÍIZACION PENAS hay ul ümite ilusorio en el vago horizonte Itar¿ cerrar esta lÍnea interminable de la pampa quo bajo las ruedas del tren se deshace en u¡ polvo d.e asfixias. AUTO
A 1500 kilónrctros A el 2oo H. P. va empuJando cu la noche el triángulo do luz cuyo vórtico so lucrusta en el radiad.or. Trepida isócrono el anhelo d€ distaJxclag que agitan los émbolos y üiembla toalo el acero un vaBor de aceites y de gasol¡na y r¡na sed, de inme¡¡.sfdad. Planeantlo sobre el camJno como un ava do alas rod¿nt€s ds caucho. fué un vérbigo tod.o ¡a noche empujar la luz bacia occidente. Y cuando vino la ar¡¡ora
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Estaciones, casas, pueblos, árboles, todo numerado y con nombres para saber como se llama. Pueblos que no tienen rosfuo y en el rio que corre se desconoc€nal mirarse. Pueblos que apenas son un pedazo de carno arrancado a la ciudad Pueblos donale los campesinos tienen aun sus billetes de viaje y ro son leños de mil años los brazos que se siembran en la tierra Pueblos que han perdido el tren en que querían irse a cualquier parte. A apoyar en algún cerro, a mirar un¿ cascada, a baiiarse en el océauo o a anonadarseen la urbe en un suicidis millg¡¿¡is.
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Pueblos que por sor graDaaol ao han potliclo 6€r trlgales, oómo sl€nten su abandono cua¡rdo Be marcha un auhelo Jovcl tr¡s todo lo que ostá lejor, qB eI tops dol ültirqo carro.
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LUIS CARD OZA ARAGON (Legaciótr de México. -
Parls, Fratrci¿)
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-ü rt IGLO XX. \ L' Nuevo Renacfuriento, Aquf está la vid.a mía: Nacf cuand.o del sollozo ctel ültimo No se ofa nf utr solo eco, Y aeronauta ebrio ile vértigo, ¡Lancé ml lastre al pasado Y lne hico todo alas!
siglo,
Tal vez mis oJos tengaD f,as retinas convexas Y mi visión sea ünica: IVli mund.o es deformado, DoIorido, Xl úundo de los otros R.eflejado En mis curvos espeJos. (En los curvos espejos De la vida el ge:rto, MeJor so ve porque se ve gIotesco.) Mo ca¡ta la Adolescencia sus misterios.
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-¡Oa,nclonos de ¡lrenasl ¡g 08 toda u¡¿ locu¡a mi aüsts ild üytrl
¡SufrioDdo a¡¡gIstla8 d,e poeto: Alas en los hombrog Cetlo¡ras en los l¡ies, A¡hela reposa,r Ia Tlerra tocla, 8u cabeza de ¡iño pensativo, En el eeno ü,aternel de otro Blanetal
Ilerocüa,r Juveutud. Como u¡a forüune, Por mls oJos ae 6c&pa: 8o¡ dos goy8ors do espfrltu. ¡geal de sabsr dol placer, I)el dolor, dol amor y del oüo, Del ¡r.isterlo do l& vids y la muerte: ¡Vlvtr, vlvlr, vlvlrl Y en l¡ armonlos¡ locura dol mundo, -Monta;ñ& nus o8plrltu¿l El alma despoñarl
Vagabund.os En derredor de los muelles, Crucificantlo Bus almas En los mástiles de los ba¡cos que se v&tr. . , Viendo levar las anclas, Ante el crepúsculo na,rauja y verde, Gonstruyeron castillos en el aire. ¡Y si sus sueños Ilübiesen sid.o ciertos algún dfa, Ixistiera,n fabulosas ciud.ades de milagro, Fabulosas, fabulosas, fabulosas!
¡Que cada d.fa quo paso ostó Dlarro Do un nuevo eptsodio, lvIi aventura cn le vldat Nacl odiando la D,onotonfa De las almag en paz. Odio la llanura Por no accldentad.a: ¡Que alfombre la llanurs La senda en dond.e pasan Galopantlo las morrtañast
Por las noches, en el cielo, Uu Dios irónico, I¿s ofrece rut regrero d.e d.ollars. ¡Oh! la triste f¿rsa universal. "Baüet russot' I)u Mechant l)ieu!" LUNA PAR.K.
¡Itn grano d.e locura Floreció en mis entra,ñast il
I NQUIETUD, I fnquietud, Inquietud, 60
InquietuE Inquietuq Inquietud,
*
I,os yanquis -Niagún yanqui tiene más de 1b años "Y los niños dicen la verdad.,' Aseguran que más tard.e,
5t
Dios oirá 8ólo Ia¡ plegaria,s Illchas e¡ fnglés.
ANDRES L. CARO (üéxico
Como log Judfos, -¿ItD mlsmo tlestlno?I¡os rusos so derramaron por el multdo, "El pan nuestro de cada ü¿" Tal vez estó compuesto De trigo de los campos de batalla, De las estepas rusas Enormos, PIana"s, Tristog Como pochos do nruJer si¡ 6onos, Y gus rafce¡ 8o huntlan cn el dolor do nrrcsiros dias, Y la miga frrtura qulzás tcnga Un lejano gusto do rcncor. Quien no está en el Futuro no €xisüe. El Puturo empezó aycr. La brújula no quierc marc¿r más el Norte, Bohemía erra la Tierra por el éter, Se siente fatigado el Sol I)e nacer slempre elr Oriento; 3l blanco de ser blanco. ll negro de ser uegro, El llombrs de s€r llombro.
1416. 8s, Aires, nep. Argenti¡r¿)
NOCEE 1 ¡ ERDUZCOS esqueletos del i¡somúo V e! desgano Be tira, en las ve¡etlag y los faroles reman el silencio con sus ojos dé lr¡z entr6 la niebla. Iras donde Pobre por Ia
esquinas se agrietan cle cansaDcio ol dolor de andar su frente tizna, canción d.el tedio que te marchas múslca d.e una alcantariüa.
Pasará el carro viejo de la aoche con su roja e incomprensible ruta. Allá en los Buentes se suicida el mundo y utra estrella nos tiende su mano desnuala.
FIESTA ^ XDAS cosmopolitas ds banderas. ) 8u l*n. vestido l¡s casas con sus trajes de fiesta. Lenta fanfarria
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de cabaüeria
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I
troD¡ras de bronce que estallan d€ sol por las calles de la nllez desfila la troDa d.el rocusrdo con su roJo pompón Iog ¡nuseos blstóricos d.esperezan su bastío de vahos d6 antfguos mnrebles y viojos u¡ifornc¡. Con las oscarapelas del júbilo he pronüdo los anchos cuellos de a.trtes a mJs solapas tle homb¡c.
ANGELCRUCHAGA SANTA MARIA (MalllnErortt 170, Santiago de Chlle)
I,a tardo es un gramófono que cauta por todas las osqulnas roncog aires de marchs. NOSTALGTA A TARDE ostó como nsfixiada I rJ cn la8 lolanfns tcrros&B Euole a ksrosono b¡rr&to ñr lámpara maravfllosa Corfalón do maderaa con tu ruldo te hacos rur corazón e¡¡ormo do alma Yo también tengo uis negtos letreror en la pared. de cal de la esperanza tn los vid¡ios, que d.an a la trasüenda de r¡¡ suclo y gris hoja,latero la tarde suelda de Iüz su abandono mieDtras cada vo¡tana filma un sueño Pasa el vidriero verde, baJo el brazo filma¡rtlo el mund.o indiferenta Yo fibnaría de oro mi nostalgia por la pa,¡xtalla quo tu amor encie¡de. 54
IÍMOS de los cielos, navlos que se van, alas do loc páJaros, todo lo que at'ravlesa el arco de l¿ vid¿ hacie tf fluye. Eechlzadora, desdo el fo¡do d.e tus oJoE la eternidad me sorpronde. Te bo querirlo en un huracán de cu:nbres, dosorbitado. De pié sobre el Br¡¡do c€rrrido d.e catrellas como ü! clego solo supe alargat mis brazos a tu corazón lento de heridas. En la guav'iilad ds mrs cauas quo no verán al hijo d6ja quo tus ldradas so quedon bast¿ que muera. Ya nada firers de ti me llenará de asombro porque todo está en tus ojos y en la elegía de tus brazos. Acércate a mÍ como el musgo a l¿ tierra. Soy tsiste pero muevo co¡¡stelaciones en la noche llovid.a, de sueño. Cíñete a mi hecbizadora. Detrás als tus bombros el alÍa liborta en el yiento rosado su Bájaro dq oro, 55
7 gElffLl'A /-t ¡ UA¡rDO te sloDta u¡la como estag r&ya! d.e ¡¡i m¡uo vo coEo oste latido del r¡¡iverso en DiB Bulsos G¡tonceg ¡oh amparad.ora de mi día, encima de mis cumbre¡ eDcoDdoréla vast& hoguera do mi muert€l
Al andar, la noche te ciñe con su vel¿ descolorlda y el rnás largo d.o los viajes sobre úi colauór¡ coucluys. ALuond¡o tle mis rr¡inas, latido de uri costado, yencedora de mi muerte ¡cómo te sigue mi congoja! Bedes tendialas er tu busca, barcos que atarr los Polos' águifas ard.orosas, todo en rni desolación te Persigue.
Semilfa quo av€Btó llorendo sobro todos lo9 Burcos, páJa,ro quo lancó dosdo Ia herida d.e mi uano, tod.o seró de luz como e¡¡ lnm€nsa catedral de incenü0.
Entoruecido como el musgo cuando juegan los nilos, a la vera de tu cuerpo vlvo guemándome eo la soledaü
Y yo no süfriró por no te[er un hiJo qus pudo Uevar l:¡ Bu&vidad de tu voz.
Encumbro mi cometa en el vie[to vertiginoso I'¿ra quo sepas gue allá ¿rriba porrtransce tu recueralo.
8o¡o con tu &mor, vivlcndo dobajo d6 su cúpula d€senvolvoré las playas do mi corazón maravillado, En ól fulgirá,s tú elovad¿ sobro l¡ campana de mis islas que resuenan como los cscudos cn la lluvia dg las lanzas. Cua¡d.o te sienta mla como un¿r cic:rtriz que permanece ontonces desde el huracárr ds estrellas que to persiguo danzaré como los mundos h&stÍr quo Dios me desmenuce.
MIR,ADOR, I A TARDE sube a su mirador de müslca inyisiblo tr pata mirarte a ti que el€v:rs arco iris y vuelos de .pájaros quemad.ora de mi corazón en el crepüsculo de ceniza los brazos míos te buscau en el viento que va aiejáBdote. Penetracla de mi canción vas agonizando en los ojos, 56
AMADA MIA MADA mía, amada €n tienpos del primer arco iris o aliá en la creación jurto a las primeras alas. I)esde la sang¡e de mi madre hacia ti vuelvo mi rostro' las abejas de mis almendros vuelan en torno de tus oJos. Mi corazón, saeta gastada d.e noche en el cielo atraviesa la poma del día pa¡a borrarso en tu voz. Alargas en tus ojos, amiga. mía, los horizontes. La maiana se eleva de tus brazos. fe llevaré en la ola tle mis venas asÍ como el cielo lleva su largo temblor de pájaros. La tierra gira, mi amiga, en un rincón de tus ojos. El viento distancia estrellas de tu cabellora.
5?
r .IrITBAI'X I COR,A.ZON d.osc1¡brldor do tsles e¡ n¡odto do la.
A¡r¡¡ciadora tlel tlía, llamarada co¡r alas, te llevo coEo un8 pnlqs¡a que tfe&,bla y qrro tro puedo olvtrla¡Ío.
Ua,sas triz&
sus vltrau¡
y se va r€cl¡untlo
en eI ho¡{zonte.
.AnoJado como las estrellaa fuera del cteto en los bordes dol tlls 80 tome como un uáufrago. fEora dol porfil alo péta,lo ate la m¡dre y do tu suavldad, B¡dga, estoy mu6rto, La ho!& ha toJido su red con alas de murciélago. ¡MI leJaala y& no tteno sombra ni compañero! Salitto del¡ ciolo ya no hay sltio para mi estrolla. ü6-ntee mtos, pradoras, vaüos dond€ ol lrastor et¡cantó el panorem& y dotuvo el timón dol dla co¡r su caDción do suoño, ye fuorou borrados en ml espeJo. I)¡suelto en esplrales, solo on tu montafla ml corazón te entregas & la m&JeJada, del mometrto Te ha salvad.o la estrell¡ que besa los riacones, aqueüa quo te qui6r€ y está más allá d.e la vid¿. Ilermosa uía, polre mía, ml amlga, sola en la tierra ¡cómo ha g¡itado tu nombre en mi reino de muer.te! Tod.o lo olvido, totlo; soy el últi¡¡¡o brote de mi árbol. canción descolorida quo ha müado hacia atrás e¡ medio de lo rlesconocidoque tros sumerge, Sólo ella, mi pobr6 corazón, eetá conüigo, olla que orienta al cielo los cam,inos del orbe y que ata mi vida con su e.irad.a y sru, ma¡ros. 58
rlrTT-A,GR-O IT r:
A NOOEE úuevo arriba su E¿rejads de estreltae. f,¡ 9s6 temblor te mlro volteaDd.o como un¡ ola.
Te d.arfau las gracias mis br&zos alzand.o lla,mag, ¿ventadora del dia, llorose tea tlel Júbllo, Enve¡le¡rado do ca,ntos, latiendo entre aureolas vive mi corazón co¡rtro un cometa, eD el cielo. Todos los cristales asordan el día cuand.o tú vieneg. Tú, la quo estás inmóvil en los pobres espeJos, d.e nochc. Desde mis colinas avizoro tu laDguidoz tonditto el cuerpo a tu gargaJxt¿, hondo valle d6 músfca" Vuelto a ti como las torres o las sontañas buscándote €stoy ¡oh ¿nrg¡ mfa! I¡anal prenditto al ciolo. tres el cristal que me rotiene para siempre. !n todos los rürcones alumbra tu azucena coE el perfrrme des€sperado d.e lo que no l¡ued.e morir. Con tu perfil separas el día de la noche. Yo to encontré vi¡ienclo de retorno de la muerte. cerrados los oJos, mohosa la voz de sufrimiento. Goteaba la eternidad. su llurria y su musgo en mis tlluros. Mi cor¿zón era un viejo ñiqal descoloritl.o... 59
ELOGIO ll-rUEnPO tuyo, flec¡a crucfflcada en el arco de mls vbrazos. cu€rpo d.ela adoracióu alargaclo de múslca coDo el tna,r ¡Cóm.ote gofla¡on mis oJos en aniüos de fiebrg a¡dor de tu gargant¿, doseo incontenible ale tu caboUerar Sed do mi boca, r¡uemada por ost6 amor quo permrrneco, Cuerpo tuyo atr¿vosado como r¡n cr¡stal ds respland.ores por ti ho sufrldo l¡ obstinada lejanía rtel júbilo. Aún perfuma ml hombro cl ¡llcanto do tu frente y en mis venas ticmbla lo gota de miel de tus ojos. leJos el mundo dogcnvr¡clvogrr vieJo misal de sueño y yo vivo sitrtiéndoto rosplror cono un rctoño en el sol, ¡Oh, mi:rnlg:r, quo ¡lz&s tu prlio rlc estrcllas sobre mis r¡ilrros ! Mi &gradecimiento ronda ¿rrib¡ corrro cl nimbo d.e humo d¿ una ciudad. nodeado de llagas, mi corazón, solo a tÍ vuelve su proa, Tienes en torno ds los ojos el matiz de los !¡ontos üstantss Amatista mia, que yo prendÍ en el áspero vuelo de ml ¡ollozo a tí se yan mis ojos atando cielos y torres en el v¡ento,
y se destile el cielo coEo un panal d.e núsica"
MI R.EINO LAS de los pájaros, brote de los árboles, honita miratta twa... todo lo que sube hacia la luz me perüetrece. Torro de las tarcles, moute que haces el dia eD tu vientrg noche, ir¡mensa flor morada. Todo es mlo y lo entr€go, amor, entre tus brazos. No tengo más sortijas que las que el cielo lluevo. I!ünd.ate de estrellas, mi amiga, que la ¡ocbo se duerma en la mea!.ialuna de tus cejas, Brazos tuyos que yo no vi en mi adolescencia y a,hora abreD su arco d.e cometa en el cielo. Brazos que alzan la flecba dolorosa del beso con su sabor a muerte y con su heritla de ancla. Cabollera tuya, am.iga, quo estaba tras los muros trémrüos de los dÍas qu€ alzatr ciualades Degras. Cabellera tuya donde cabe mi cotazón como urr rostro desv¿íd,o en el ca.nto d.e un clego.
Desolación de Do sentirte entre mis brazos como una llama, aventade por el latido d.el corazón hacia lo alto.
Yo no combé el primero la vela de tus a,ños; ¡ú huracán vino tarde, pero te lleva envuelta y yo sé que mi mástil se romperá en rm grito llevánd.otc en la muerte, mi amiga desventurada.
lwe florecen los brazos cuanilo te estrecho delirante
Ahora te recojo, gavilla mía, en la red de mis canas.
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Yo siempre estüvo teJos de la üama ¿tel Jübüo, Iro¡ o8o viBs ta¡d6 hllanctq las listacioneg desde las orülas del cielo traata los brazos tuyos...
MARIO CHABES ("C¡ftica",
Sarml€nto 1546. -- Bs. Alres, Iüep. Argertha)
sAJ¡A EOSPITAIJARIA Og lechos, el reloj. f r¡Un sllencio de plata. El dolor del olvido os una placa "A mayor gloria ile Dios". Del pozo del silencio no sacarenu)s ni u¡a lágrina
do agua,
IIna voz - cucharad.a quo cosas bue¡¡as trabla... Ifn ronquido es uD sonoro moscardón y oI moscardón es batidor de la Muerte.
I { I
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¿Nos habremos caido en el Bozo d€l silenclo? Ilorece rrn a¡testésico. El corazón agriamente disputa con eI reloj. TARDE N HOI!fBB,E y un asno amigos Perros respotuosos, bueyeg pe¡Lsativog.
63.
Ilombres i¡quietantes, muJercs. , . ¡Por qu6 tan dolid.os los homb¡es y toalo eu tu tarde! En los cerros lejanos: copias exastaa de est6 a[ocbecer hoDdo exacto en los ojos y en las almas Un balido sülciata un aullido desertor, una quen& ¡qué enformo cstá boy lo que suena! Regresan del Dia lutados con sombrag y ¡as Bombr8s toca.¡rdoüus pasos. Y un¿ vcz más los l¡ombres y las cosas regrcsou d€l c¡rticrro del Sol.
Inccndiatr las piedras, l¿ Viala les pesa, ala¡ les espaüü& Ee la noche qne Dios log rssuclt¿ y la Mu€rte los tra€ a la conquista ercoBciolral tle los ablsmos. y rura sorDbre cualquiera los matató y e¡tra¡áD a.l f¡fioruo IXtr sobro los Plzarros, nás trlstes que los hombrog. Y allá var, destrozad.os por los roncos au¡lldo¡ de loe perroe BGrra;nog.
BAJOREIJEVE trtrTIET.T.EBOTO q E DESGALGA por l¡ cucst¡ d.el silenclo \, el galope inmortal de los caballos blspanos, tantos, juntos y tan solos. A¡ora en la pamBa que la luna origina restos de muertos, galopan como el remoli¡o rlel Djablo. Supremamerrte flacos y el Viento en los cascos la Muerte los lleva com¡o triunfatlor romano. 6,
O IIE visto los maros prolotarlos y eD, las rocas las voceg rede[tor&s. I,od hombres tecitnúxos, las muJeres arrulledorag de la inter¡¿cional de Toalo. Lo¡ nÍti¡es de las olas braviae, ¡Ínfórdcos discursos. mozag hermogas como arongas y la band.era de los vitorel sobre la Etemiata.d Pero nadie, "D.unca má8", sabrá del ffn de las empresas ldealor
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de los mares dolftlos, Y la lu¡a como un tren triunfel.
NOCI:I'R,NO DE LOS SAPOS L CERRO es u¡a momia del silencio ¡. Ir Qqrrs el VloDto como un ,,ccarabotas" y los ocos so d€spiertan aullando. Son los sapos 8¡r8 grltos do tierra 8e alzen como monolitos - &gue, agua _ Un rolám,¡¡ago aaoü¿ los lomog do l¡s nubos -¿P€ro no tieus Dlos uás qu6 darnos? Agua, agua.
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¡1610sólo los usaban pa,ra sang¡ar Io8 üa,res del viento. T¿mblén tetrfa,r¡ como los gaüos bombachas a metlia l¡iema Y cada palabra era un gallo que se ofa a la legua y que siempre c¿r¡taba rnadrugada en el corazón de las chinas. Solfan paaear, también, con éllas eD el corral de la pampa, y arülaban con ellas coBo a pollos, Ios picantes mates, en la tierra regada de soledad.; bajo las alas de los ponchos, bajo las manos tluras y ensortijadas d.e puñalad.as, baJo las ramas de ta tards.
UJxas ostrellas asorDa{oD las mi¡aro¡ venga¿ivas, y lloraron: -úSe ha deto¡rido arriba? que baje, que nos mato Agua, agua. Y nuestros corazones como los sapos. I,OS GAUCIIOS OS gauchos teDían espolones I ¡-r como los gallos de pelea,
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f ER'R OCARBrI,
LUF DE LA JARA
SIMPLISTA
A ESTACION tenclió eI arco de su bóveda I | . y el tron voló a clava¡se en el corazón de todos los idi[ttos.
(Arequip¡, Perú) Cada poste rompe el vidrio y nos azota en el rostro.
/ TORTONI r. Ir OJO do la taza tle caf6 L me mlra inoxorable y no r¡ro atrovo a meterle la cuchara de mledo a que enceguozca. E¡ otr¿ mo8a un qazagrán lova¡nt¿ su paJlta blanca y paraliza ol trúflco do ¡ni¡ pelsaElo¡¡to8. 8i¡¡ gue hay¿ Poditlo vainillas pasan doa hembras cuyas Piernas sopo en el cafó y muordo con fruición. El mozo deletrea el alfsb€to do banalerag con ql ala de su servlllet¿. En un impulso caníbal rorbo el irig ya frfo del ojo de la taz* de café y lo ilejo enorne y albo y pa¡a rlompro ciogo.
Nuestra nirada pulsa la interminable gütarra de los hüos del telégrafo: brotan velnte neloüas que los vientos aprovechan para bailar r¡¡ cako-walk IloJeamos sin leer las páginas d.el libro d.e los Uorizontes sucesivos. Miüones alo monstruos se mueven con rechinamientos férreos tritruadog bajo las ruedas. Xl detective iles¡osfmfl seguirá la e8tela tregra de sus cadáveres en polvo. Por fln el tren viola la virginitlaal de una montaña penetrand.o convulso en su túnel. Espasmog gozosos, bramitlos de pasión Luogo, amante vulgar, la abandona por otro tünel. 69
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El ciolo llovió su brea más tardo.
ALEXIS DELGADO
F",rtrrpamosciegos (Se Buede oscriblrle al clelo) por el hoDdo submarino de la noche. I.as horas caen del techo lentas viscosas PATIO
v amarillas CB
un gotear de ecoite ,No llegamos. No llegnrcmos nulca. (E¡r el vie[tre del monstruo desbocado somos algo que Do ha podid.o digerir)
f- L TELEFONO es una jada de voc€s E- en la pared. blanca El timbre en el juego de los niños os vértigo de pensamieBtos. El teléfouo espera con sus ojos úetálicos oientras el niño desgran& en sus Juegos el pájaro de hflos de -l recuerdo,
IIN
HOIVIBR,E
I. IIOMBRE que viene caminando Er ¡J largo fino las piernas chuecas que ha vivido mucho en la tierra cósmica y etérea de donde parecen raíceg en movimiento mie¡rtras la cabeza baja da la ilusión de que lleva¡ u¡¡ cÍrculo d.e peasaüdentos en el c¡epúsculo @canto.
?0
7l
ROSAMEL DEL VALLE (San Francisco 398 -
c131.-
Santiago de Ohile)
vEtroDn'oldo rr UEDA Uorizontal .ft áttot de estreuas LA NOCEE lfo nacen las palabras coEo ol sol o la lluvl¡ canto: tt¡ MAR IIEGE EN TI SU rÍELODP3P AGI'AS Las hoJas ale la t¿rd,e hacen rr¡ldo en oI Yionto
DE
MEDIODIA Del Est€ viaja tu recuerdo fr L SOL ataj& ol vlonto L Andarfvel dotcnido on la maña¡a El mer suslta su8 nvioüss otr torno e ls somb¡¡ dc los n¿vlos A¡dén del mundo Las estacioneg rueda¡r sobre la via abierta do mls oJos Aüora que la cludatl serpeutina dle luces haco danzar gu oso en ol recuordo
Ruetlas de nubes BrucaD trul costag Un arquero lanza su maüana a l& noche Andau las zonas encendidas en un canto de páJaros detrá$ del lDvlerno Desato los mu¡os que d.entro de mí se cimbran juego con las estrelas Y IÍACIA TT ENCIENDO I,AS PAJ"ABBAS QUE IiA. CEN ta
noche tuerce sng navfos hacia el Este
Pienso como estar6 Dl elna, elr su espejo de noc]te Ag DE ORO El pafsaJe juega con sartes ds müslca sobro las ventaDas de las palabras quo escribo Cono un Beterdlo salta desde el mar el meclioüa.
72
NDA tu aombre Bor la tarde ltti¡ BáJaros te buscan Sobre la mesa verile de la tleEa cccarlo de ases
73;
x Juego Dds palabrás a Is luz do tra Da'os Bastos espadas copas Ildúsica de tu lostro Dfi corazóD_as de oro_arrea et¡ el vier¡üo .Juego de hombro trisl de Ia tristeza rodean mis dodos ¡o ::*"t eI lxar a las eosüas "oj:
PABLO DE ROKHA (Casilla 2998. _
cs cl:lro pero andas por mi r¡ida ),"_ "_r_Or mls brazos to euvuclven nube de distanclas Estuvlsto g ol .luoco siempre lo misDro andabas ,,* *";"ril.tlt: como el sol en los árboles Oros ba8tog ospadns No to tcngo Estoy solo .Juego co¡ tus recuerdos cn el naipe del viento
Sartiago de Chile)
INNO}CNADO gran riebta arüda ^t}O- T*em€rsiendo o loi.ff"_:T,:^tas .d.israncias mismo que el torroot.. .. r.ecuerdo y Tjenerr piando ,^_le,hojas ras nra¡chitas
urnorjut
"oor"r, a:"1Tr:", catxtar la tonada
atardecer,
(
ea Ias cruces uuv¡ole"l-Tlit I Ias suitarras sas de pi €¡tendimiento. üegas desde la ori ',1: Ias- congoias sumas co¡¡ la cara trizada qe *eterrúdad y catrtos. pája"os de alambre ^^M-h trfste en tus crepúscutos, l. y _lhoguo yo giloo mamando ¡ieblas. , Y"""-.:r:
los perros mojados
irlluj l*"L,u., "n ", ",' ;;T."JS
,^^O.:gu .tu ausenciaes ¿¿5 ragrirnas ir,ou.urul'lrrllorriendo, mi hijita;
,o
extie[de[ nDa grau cortlna tte páJaros agonizantes encirna de Di guéño enorrne, y d.esd.elag abertu¡a d.e las ¡oches cafalas cantan los gallos hrrposos.,. (El inyieruo te llen¿ de caucÍones aD¡a¡illas). Sé qus todos los ba¡cos que emigrau va¡ a fondea¡ en tü corazóD, qr¡e las golondrinas saludaü con su bandera azul Ia melancoüa rBorena de tus acüitudes deshojadas y vagabund.as, y voy €dificando dolores al igual que graDd,es ciudades extranjeras. ¿Quién alegolló las gaviotas cla¡as de la alegla,. debajo ale los rios eternos?.. . ¿quién caDtar desd.o eI poniente, la canción de tod.as las tristezas?,.. ¿quién euluta de llauto la enrojecid.¿ soledad, alargánalola en lo obscu¡o obscuro, ertendiéndola en lo amargo am&rgo como u¡ta gra.n cama de sangre tronadora o una gran manta violenta?... Ay! querida, ol tienpo se he parado como un águlla en tu m¡emoria, 3ú das al Universo este color rodante y este rumor violeta cruzad.o de cigarras; l¿ inme¡sa bruma aquolla vien€ de tus sollozos; sie[to que so ha trizado la cu¡va de la.tie¡ra al Beso colosal de tu pie entristecido. v Ios papeles llorados del tiempo, o mejor, Ios uu¡_ dos llovidos del tiempo 76
tir¡tau amoutonados encima ile ¡¡1 angustta, y r¡na gra[ I¡alom¿ rregra 8e desnays en las arboladuras del occld.onte. I ¡La pena cuadrada, €l dolor anim¿l y rotuudo, la llagad.ura horre¡da dó ser¡ti¡se ¡¡edio a Doüo do la clrcu¡fereuci¿!. . . I'arado ¡medio a medlo de la cl¡cu¡fereucla! ¡Dlña!. . . T tu actitual de so¡¡b¡¿ llorando e¡ mi sntcaÍa8t,..
\
HUMBERTO DIAZ CASANI UEVA (Casiüa z8g8-Santiago
De Ia lentituil movlil* rle ¡nl alme 8e gu¿tscs 8f¡¡ cerrar €l vlsje sfu &corüa¡ 8¡r red. ale lejo! INgo qüe cl regoc'iJq !0o da,fla couo la túlstora inmeu:¡, Delcleutlen lts ca¡retas ape3&s cor¡ el cielo a cuestas
de Chüe)
aUI ESTA tnt alcgria blanallda como las bandsras A IIna vez siqulora pud€ contarle r¡n cuento Becllnada mi caboza como sobro una estrella La lu¡a equivocada buscó sitto en su vestido de luto La tristoza abatfa mi frente d6 pája¡o, Era en los potreros donde brlnca el ganad.o I¿a leche de cabras sirve pera tejer lino Ahl cl mantel flo¡ece alegros frutas domésticas Pitalr las chimeneas descuid.ad.asla aurora sale de los. buevoú d.e las galllnas A Jua¡a Bosa se le vuelan los ojos semeJantes a los tordos Gorro como las ventoleras ahora diviso el paisaie decaítlo Ad.ondo ms rodeo solo amBdrentado mi trabaJo de ¡úbito. Itri hon¿la lisia los páJaros r¡u monte se dcrinfl¡ 78
79'
MACEDONIO FERNANDEZ (Rivarlavia
26?Á, -
EI,
Buetro¡ Atres, B€I¡. Alget¡tiD'&)
X.ECIEN
VENIDO
r!r' GOüPE QI'E lfo r- IIE TAN FORTISnIO f lay mmorla on la tocalü¿d de que en loe ütl' regigtra¿o temP€ra:mos cuaroDta aüos 80 hsya tura ta¡ elevad¡ on l¡ reglón golpe&da. (Otra cos& quo loe mÁs ¿nclanon dol pals tampoco recuerdau es ,quo yo haya aldo vtsüo con dl'ero slgit¡¡ dla en eso !ris' mo intorvelo ;poro oso lo ttt¡ó ¡nás adelante, cus,ndo otro bocho e¡copclonal roqulera el ónfasls do una referencia a coga uo acaecicta on cu¿rent& aüos. Estos i¡lterYslos do 40 años t¿tr cómotlos 80 oncusntra,n en cualquier loc¿li' da,tt, a msno8 quc hayaD sldo recientemento atropell¿' 'dos por una locomotora y quo toalavl¿ el ayuntamiento loc¿l no haya reallzado su rocoüatrucción- ls muy collYoniento quo rut¡ voz rsgistaado utr torremoto y pue8tos hacia afue¡a sus bolsillo8, so le coloque oD el aleBartamen' 'to contiguo &1 do fnt€rrslos de 40 años y al do las tempsraturaa má8 rovisadas y rogistrad.as, y qua estos treg locales eetén slempro a la fzqule¡ala y a breve dlstarxclo do !a EsBación dsl treD, que es el lugar dontle go eleva! la¡ tarüas, con atqlrüa f¿cilitlad para descarrlla,mientog ¿ la derec,ha. Un poco u"ós alt6... Todlo viaJero que no so 'laya quodado en fll casa debe saber aüsü¡grir el luga¡ donor¡i¡¿do un poco - EÁs - sUÁ, siu Io cu¡l a¡rilsrfs :80
tau erlravledo como sf no bubler* leído nuaca - lo quo no pueato creer - ml discreta obr¡ "LB GuÍa ilel Cojo eD el CaEJ¡o Recto de la Vfd.a". Soy rle u.n temperamento tan fnstructivo que no lru.edo dejar d.e informaros que todos los pueblos eristentes - los ine¡dstentes son malsa¡os - deben tener una estatua del i.¡nventor d.el los lados derecho e fzquierd"q y alel tlel lado ctel revés y anveGro, austi¡xción 6sta. que eólo los agujeros de los manteles tro respetaa. No md pregurlten ahora el porqué los comisarios más abuslvos siempre se abstuvie¡on de llevar presa a ninguna estatua, que viver¡ en las plazas como los vagabu¡rd.os, ostentand.o el mal eJemplo d-e su holgazanería absoluta. Aborrezco las estatuas: casi siempre son bombres con sobretod.o griogo o amplia levita de m,ármol. Si absurdo es siempre el tr&Je actual ¡del varón, esos botones y trencillas de mármol, ese trozo gruesÍsimo tle mármol que simula los faldones levantados por el viento, son intolerables, y tod.o para que un hombre esté alli asegurándonos con su mano y su boca que nos va a decÍr cosas elocuentes y no se le oye nada en tod.o €l día. No soy yo, con este frÍo que hace, quien se aventurará a salir a Ia una de La mañana a escucharlos, Bor si acaso hablan de noche, Si u¡to fuera a hacerles caso, no penetraria en nlnguna plaza, pues están a la oDtrad.a con el brazo tendido haci.a mi (y tlcmás persona.s); dicho brazo grita: Vete, detente. No atienden recomendaciones, auaque en vida no hacÍan otra cosa que pedir o d.ar empleos. Felizmente Ia naturaleza los ha dotado de !a incapaci¿lad de darse vuelta, y aprovcchando un momento, el gran sjsüema es entrar por el lado opuesto apuntándose d.e camino un cafecito en el boliche de los Tres Angeles y Merlio, que bace tanto negocio a espaldas d.el grarid.ioso personaje. Voy a cerrar aqui el paréntesis: es fáeil volver a abrirlo de nuevo). 8l
ti'.+-+
s"T:: ffffi" t"::":lff il '"Jt[l; u:rlnsiarto'
ffi".Htii#-il.Hfr if"';;#{qpff "*"J; explosionesate srsansua ateMuchasente:, "r;;;;;;a áañada v tT po"l-Ttrirt*l"s casasde las ciudades' tescoearsenal* :lt^,1::";;;l ir., ut"r ta ciuclad_-volói y.cor otra miésta sería """-u1iTT'o"oi"'r."n*ecialo aver' a Ia tard€ v: t: *:t encontraronintacta8 ;;;; taal o dos mitades^Ao,' cir.to de 1ascuatro cuartas parresulra que el clento_:.;;;;; y noy tiune más mitades nuevo tes soza dr] *d"1^:;;;;;i; exprosióntienen d.e que antes'-r'o" i::it"" más: guiza casa's dos bÍry hast.r d.onnevivir v creo .i:" ;;;;r;rion ar a" los telesramas. pH;."" para v para ir a una una |tii i"*cilio ",i to":" i"'rJ "postergnda' Yo no voy a viaiar li:-:;" .t"ndo cuanc en este u. o'"" explosión viajar: Jiiñ ttt"tq "t-1tY*o' conoce'po! momentome avisan **"Jtti ol"' tt;;;; ": uno esbáexpuesto ""onto'
t" "i;;;; ',o est&rc¿nacto
'ro"::''11'.lTrft#irit:.:l:
noaumeniio;;; ou"-A-:.nT::#.""' ::'T l'l,"i,:," en ra 'iotla 1):::::' interpelaDto ll,T*ii#:1:lT-;ñ;* ;"*; "ten{*''Y:: rxación. Yo iba " alemrnia porque couro que no pott'" orientación "iout"Jl'i'-"-ott -"-;;;; de las "*""*11^n*o^t,ta renública que era ba¡itantes los de que '" rercaties puede las de entida't ""'i"Lote " J;'f";;'-;i"eooo casas las ocupen nar en ella. -'-^--rAó q no meterme eD 9eme ayude a' no-x Pero pitlo at lector tl1;,;l"H
i""ia"""ill'";;; meiantes la
::"ntu:'u"
Y * útil vitla sientlo como il;;;., '"*i" n*t"and'o'la'longevidatl'muert€ mefnútiles' Mejor es la si bien i;"ffi;;;tque Io hago vo d'es'te personas"" las de i;"; i" ieputación 82
Mes res¡erdo que he suspendido el escribir hace ya laucho rato y si el lector no se Ine ha rranda.]o mud.ar voy a expUc¿rle lo que pa.O aquel gotpf;. "oi Reco¡dalá el Iector que al empezat este libro r¡e dÍ rur gotpe y tomé la piuma .r;;gü";ara deratrar que por efecto de él _ como el sueto est¡ at alca¡cn de todas las persona,s,aún para oo faltará al lector ocasión de verific", "o".r", i* let sindro:n,,, a posteriori de un golpe. podré "**"iiioá d.ecir con soiemnidaC: Ios signos premo¡útorios o semioiógicos de ha:berse dado un golpe, son: tnn.efacción en ia region rece^ritot&, gra¡ número do espcctaclores oue anfes estab:¡l.t oculadísimos a varia
a piadas "ü:il,t _liiX;'J.'","rT*.,,'.11 r**r,,i*'...'
arrestar a ur¡ golpeado si¡r traer áucna ge¡rte). ¡cr¡ me temo que estos parétltesis oor, * .r'*?r ¿rI ]e.tor más aün que si se tratara d.e lee; oo -fi¡* consagradc conc la Dfvi¡a Comcdia o et laraiso n"á*ro u otr:r obra bcstezable como ias quejumbres ae fray f,. Ae Ledn o d.el constante zonzo Laopaltl!..... Sia e:ntrrrgo estoy con de León: hay qire huirle a los volumiu¡:e.r dorados y artescnados y buscarse clo:riln le crigan ¿ qtro, o entra¡ "ri*to-]fu¡odo en salonss donc.e ¡,3 s" hayau caíd.o o en que el artist¿ frnyu nrürdo e; ei piso las peligrosas cornisas. ¡s ae ¡orioriz-alre -.li* una lcetura de los resultaclos de la Ia i¡t:.-¿¡_ bilidad. de las conrnisas, "rru*rrr"o El suelo nunca se os cae et?i_ ma: es el mejor adomo de ru¡a lo.:^"ro .n t.. que es aqueuapu*u ¿.i-rii*ii'.o ""ro " -ílos que to_ ::t'^1,t:0"1 ao se h,.¿la bren, se colocaba o, ,rufo e¿iticios haciendo juego con el I
ern,,.;;:T"1,i Y,*:'.",?,.i*"T"'J'; I:l':'1 q.u.e
rmpelretrables _ en ellos, tenía el **i"'U" ignorrr contlnuanrente si había puesto lo piés _ e¡ cojo .q,ge_ silao ponÍa un pié y un¿ euleta, lo gue se le perdo-
AJE-_
¡rabe porque so [abla hoc[o querer - 6tt el cielo raso o en el Bieo. Esto ofrecfa l¿ ventajar nadle me lo va a cree& de... Pero se me ha olvidad.o esta vontaJa: dcbo haberla lefdo en algo gue s6 ha, escrito y en ol cfán d.e pasarle el libro a otro no ho retenido bien el párrafo, Lo que es üfÍcil de retener es al lector: Bor dond.e .andará ahcra,? Uno, al menos y sin preteDsióD, ¡recesito. Al principio lo lrabÍa conseguiclo y no ho sabido cuiatarlo. Ils inmotlesto que sea sienrpre el escritor el quo bable, pero yo voy a alistarle un entretenimiento y una dulce complicid.ad al lector. I{agamos este arreglo: cada cicn¿o novenia páginas, una de silencio y ade¡oás quo el lector ponga los rótulos a los capftulog y ordenc la pnginación corno le parezca, Que baga cUalqUter cos& n]enos auseniarse y sobre todo ausentarse para Iocr. oiro libro. En Io que precede, puedo haberme desconceptrrado,pero en adglante seré u¡ escritor agradable, nada enrd.ito ni genial y muy conocido.
ETJENA SELIJAItrT'ERTE quien por nombre tle misterto Ni O ERES tú, Muerte, I f logre hacer pálicla mi mente cual a los cusrpos haces. Nada eres y no la Nada. Amor no te conoce poder y pensamiento no te conoce incógnita. No es poder tuyo ¿zorar Ia luz de mi pensar: aunque de mejillas y rosas caiga el tinte tributo antiguo a la hacer¡dosa,ingenua Siega, que es el sencillo engaño donde tu simplicidad. se compl¿ce. irfortal üe veíamos Muerte. y en todo día veíamos más allá de tí. Y auxque una vez Ia dije: 84
"Por
que Do muet¡Btt
Con ¡osas aparüaró ile tl a la Blm¡¡le; Mordieado do ru8 hoJas mortales ¡r¡ df& y otro üa Oreeró Muerüe d€ tus msjüss gr¡star. Verás de losas llenoo Bus füxos, páüclos lablos. La hórrtda, apfad.a¡to vtsi6& eD boc¿ de trltuert€ roser! Las de t!, faz co¡vülsar6 quizá Más ¡pronto! de ver dolor enoJará t a llama de tu rost¡o Y o¡tentarés ¡¡á¡ cferüo la tnüolable viyoocla d,e tu ser. Muerte os 8€ldad, Solo do atnor es Muerte y es ta Bolitad de Amor. Cual mo lo hlzo a¡lrendld.o la Amorosa, la sabia riña Bor baber más amor ida, pot inquietar de mue$e mi amor, probándolo de auseucia y do espera. fu6 de amor Persona la que partió sin muerre, en quleD fué últiuo el sonreír, ei én nosotros el Uanto; certeza eD ella de amor y perennidad las lágrimas ¿, s¡ fuentc volvió, mieutras üoramos todo, perdidos en cortssía y mietlo de cortidumbre tant¿ en pecho de aiña, que ¡neta[te a insta[te se alejanaba, y se hlzo ocrüta por haber más amor; y, ea hor¿ última de muj6r, onvolvió e¡ luz do su prü¡er dia ter¡ono su frettg la lingaúosa, fingidora ds muerto l¡or h¿c€rl,e más suyo - para mostrarse a mf * cual todo amor lo anhela - en el Uega,r y er¡ el partir. Pues fué tard.fo eu la..vida" nuestfo e[cuo[tro, y, cual tod.os amantes, sufri6ramos üe qu6 do nu€stras infancias ¡¡ütuos tostigos no fulmos Y asf con sonris¿ y rubor, cual d.oncella que primera cercanfa de amor presiento, recog:ióse a so¡r¡eida muerte la ardiente por arriba d.eDica fingialora, en enga,ñoternisimo, j¡rvonto no sabiCo de p¿sión que rDe confuncle y d,obla do
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uclor mi ser cuando mi menoria s6 dA más a lo que vÍ que :l lo ql:e veré. Aquiétóse, tras baüalla crudísima de su fuerüe y cáUalo r:er-,cual se aquieta oncla que de la ribera al Dacizo d6l ..r:a,rvolvió. Un final de ola vino a ad.ormi¡se,enfrescá¡dola, en es& :l:'ente inventora, quo ardia aún del fingimieato cuando ya i¡ ¡¡irad.a hab¡a sido guarcladade mí, para colmar ficción. " n A-LUTACION ¡J No se justificaría que uno do nosotros, uno entre los hombtes, un númcro hrtnra¡lo, se dé a poseer de misterio y convidar con luz a s;us iguales, que asÍ somos todos igualmente dol¡Iados y alzados, nulos y totalistas por instantes. Sino que yo, aunque firme de que toclos poseemos eo mismo grado la ese¡rcia bumana que es doble: conocimiento de misterio y luz y apetencia de trageclia, creo que he extremado, por un favor cualquiera de circunstancias, el ejercicio de esperanza, pero más que esta calificación mÍa quizá ilusoria me decicle la persuación de haber perseverado en el labrado de Ia dicción del misterio. 86
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JACOBO FIJMAN (Zelaya 3166-08
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Bne[os Alros, Be¡1. Argontfna)
TOQUE DE BEBATO GUA do trlno¡ manó do lss gargantar ostelares; nos lavab& la angustia el sllenclo concéntrico do los cielos lejanos. EI¡ u¡ andar do modla luz volúan los caminoo. y u¡ gra¡ bosquo ds aroElas tañla en las campanas d,6 la aurors uD hlm¡ro de la vtdo.
rojo y bconco, rafdo alo alelodfas, otératdád y sblsno de I¡ ücba en la alegrfa loc¡ de loB vlcntor. Ca¡¡clons8 alc ua¡aAlos on I¿ Irled¡¿l ile log ca¡lnog. ¡fodas las aguas del BüeDclo romDhnqg en la ila¡za! Dlcba ile los abrazos y los besos; tod.¿ la glorla de la vid¿ ln nuestros pec[os Jadeantes y llgeros; ¡¡¡estros cuerpos: ¿utoras y ponlentes eD la aleg¡la loca de los vieutos. ¡El corazón del mutrdo en nuestr¿ boca!
COPUI¡A t\l OS unió la mañ.a¡racon sus risas! I\ ün las rondae del rol, caucio¡ros de naranJos. Da¡raa de nuestros cuerpor alosnr¡dos - rojo y bronco, lúl olo¡ de la lu¡ era tagrado: müsfc¡ de ho¡lzontes, esDacio de paicsJes 88
89"
JUAN FLORIT (SaDta Bosa 299, -
Sa¡tiago tle Chile)
que cayera en espiral baja las graalas do lag nubes Bi aeropla¡xo. Toco tiena, Xu el cielo se encietrale la ampolleta aDrariUa del sol
PASO TASIDO
\rTAJE
IIe madrqado,
caballo de Pueblo En la ciud.ad lletr¿ el caracol tle sus oÍalos una Babel de gritos
Alisto mi aeroplano do rccuerdos y parto.
Kláxones Ametralladoras del escape Ubrg
OLPEA las riltimas sombra^sde la nocbe I& auror¡ coD sus n¡anos azules y blancas.
Va1 por las calles ciudadanas per¡sando etr el silencio liviano de su pueblo - algodones ique flota,l en el airo -
Itrace ya dog mlnutos que vnelo por sobre aquel cflnlino tlonde EIln. abrió bajo el sol la tela nuova I' de su sombrilla clar¿.
Ahora tiene la¡ retlnas atra,vesadañ de lineas y rascaclelos
La héllce gira y gira Es un remolino v€loz, desconcertaDte. Asciendo,
El ovillo de las calles multiformes se desenreda uervioso ante sus ojos
Ul viento apaga las estrellas atrasad.as. Miraba! el vestitlo que se pu¡ro la malatra,
?ASO TAR.DO es €r¡emigo d.el Brogreso
OOmo'r¡& hOja seca
¡En su pueblo serla
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9l
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el c¿balüto del cura o clel ¿lcalde!
'TA.E$üE humoaog sale¡ I al,oltúnol largo do ml plp¡ Qaemqn cl carbóu am¿rlüo dol fa^sttdlo EI cale¡d¿rlo vlsto ol l,rAje nümoro g seDoj&nto I dos bocn¡ nblortn¡ fneta.r¡üAneomo llogn uü rocrrordo ¡Eoy teDls quo vorlol Eago otplot¡r lri. Frnn¡rde rlo nr¡ nomlro y tlro lot fragürontos como tl[do¡ sobro ls Dpsa lnüforonto
PABIS
C R E A C I o ¡N t s M O s F U U P T E U R R R I E s A M L ODAD AISM o C l U s B M I O U L T R Ar l S M (o
s
I M P L I
s
M
o
s
M
o
tos ojos verales do los árboles siguen atentos la partida.
tanglc-foot de los bombres AS maDoedo la Torre Eiffel me llaman I lTenrlido en la yorba de los Campos Elfseos el a,rte juega con las ficLa.s del domi¡ó de las escuelas
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ATMOSFERA g' STA noch€ las nub€s L son ovejas deformes En la Via Lá,ctea. naufraga[ trozos de icebergs
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El clown gaturno hace girar su aro luminoso lfna concentración de faroles las estrellas Tiran volantes al espacfo los reflcctores de la ]una Y lln aerolito lo¡¡1]¡ocol s:u plnm¿ cle oro eI block del ciclo.
S]DE - CAR, ELIPP"A¡Ío 1I nbrÍ las válnrlas d.cl cntusiasmo y preparé mi side car Desperté al motor Se echó a reir con todos sus nl'fisculos d.e acero iEra como un niño que le pronre¿enr¡.npaseo! A la ho¡a inútil de las tres de Ia taDde por los caminos baüando uo fox_trop dinámico enloqueció el side-car Ililos telefónicos senie[teras anima]es d.aban la sensación eléctrica de un paisaje a una velocidacl desorbitada Tardo ya de regreso respiraba asmiitico el Dotor 94
TACTICA r
AS caües
k;:'"t:T##1*'
I
i!'oporiuna Llega una visita ÚN TEBREMOTO las voces de m¡¡do! iti*i" ".*"o&
I
1
NICOLAS FUSCO (Mercedes 1480. -
NOCTTIBNO DEf.
I,a lentitual profunda de tü altufs está hec[a Dars el si€lo y los páJaros vagabundos. En las noches de los camrpos amlgos guardas para las muJeres y los hombrer la vida €terna de un recuerdo.
üfontevldeo,
A&BOI,
Urugn¿y)
EOIiO
q OLAMENTE Dosotros sabemos r-, cómo nacen lag noches ds los campos amlgos. lAlegría tle ver nacer, con la inoce¡cia de los uiños, l¿ lu¡a y las estrellas! EI árbol dulcemente abre al cielo la hora sercna do los ¡dd.os. (Una intensidad alo campana vivo en los m¡izales dormidos...) Los blchitos de luz -silenciosos juguetes de las nochesforman la rond& más pura en el sueño del árbol solo ¡Ya tienes, árbol, la canciótr d.o amor que to dieron las muchachas criollas y las guitaEas d.e secretos largosl 96
n
-t-#:-
J*
-,<:ffi
8e cuelgaa las palabras de los cables chirrld.os, voces. Elaxons, golos coeo thudas do blerro gonrfen los buzones.
EDUARDO GONZALEZ LANUZA
NOCTUR,I{O INTIMO (Castellt 216. -
Bernal, F. C. O., Bep. Argentfaa)
SOMBRA está araflantlo ¡ A l-¡ como nn perro la puerta. I¿ Iámpara el a,lma famili¿r de la noche. tstoy cerca de üi como nunca egtuvinog la clepsidra de nuestros corazones sÍente el rr¡mor del tiemBo deslizarse beso a beso. Glorifica
ATAITDECEB f N Ef, lago la tnrdo Bo diluyo f uo ¿fr no hnl¡rÁ cfolo ol co¡&zón ovillo do c¿rr¡¡lnos ¡e dormi¡Á cu las nr¡nos infsntüo8 del agu¿ ctrando la ginfoulo dol sfloncfo lave en su bendlcló4 tod.o cl Dnls&Je'
Te he mirado y te he visto: las canciones que haJx de vivirse un día estaba¡r en tus ojos remansos de luz prieta y en tus maDos una alegrÍa buena como el suave temblor de agua Doctürna quo calma sed acaricia¡do estrellas Te he mirado y te he visto en un silencio pleno de sonrisas. DIi corazón mi corazón quisiera se¡ una luz dormida en tus pupil&s
INSTANTA.I{EA -t IITDAD \z en la gloria vocingler¡ do las l¡ocinas hai u¡a auror& en todos los segund.os, paisajes dislocados huyen po¡ las esquinas y en las calles unánimes florece¡r los tumultos. El cielo es un paréntesis de calma. Los horizontes rectilíneos en la red incontable de las caües. Hai lejanias a cincuenta metros. f
98
POEMá'
¡1,
DE I.OS HOR^IZONTES
ORCA ¿le los paisajes dondc se mueren
i 99
rollozando
el t¡ueYo co¡azóu de los campos
arnonla las tardes,
I¡azo d.e las ulradas ¡idos tiblos para loa páJa¡os del anrle. Cóllces do soles Dtuertos crnltarra8 para los doscos ce,mlnos por Ios quo ¡u¡rca anrla¡emo!. Collar do constelaclonos ovluo do colores b¡azos tendldos brazos matornos €n los que vienen a llorar los sole¡. A¡co en tensión Dara rura flecba fnpo$ble cu¿ndo la alogrla te leva[ta ereg üD arcolrls, Idra para las tr¡aDos del vteuto arca ile las cosas quo fueron horizonte cerrado corno u¡r silsncto.
POEMAS DE LOS AIITOMOVÍ.ES
ABC+ANTASatolar üstancias. G f¡terminable
carretel
fl6 s¿ñinsg.
B¿jo
100
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talaal¡os del slleucio campeslno ¡ro! vosotros so tofDan provisorlos los Da,is&Je antes óofiniüivos. Campos que rro humodoco la mfrada humana de los bueyeg carret€ros y que EorproDdidas bañl8t¡s huyen de las imBlacables korlaks do vuostr&s venta¡dl¡&s. Vosotros hllvanáts a lo dlstanto y vuestros Barabrls¿B sou ur¡ ¡enovado afficho de ciudade¡. Socl¡ac aguzado clamor de cacerfa por el rastro impalpable de un seguado. Balas de la nervlosa catapulta do la cfudaal fa¡o¡ podadores de tinieblas. C¿miones! vuestros cabaüos de fuerza son caballos l¡ercherones sólitlos como ol ttempo optimis¡¡e de la fuerza constante fueron solo u¡r atlsbo más o meuos genial de vuestra solidez los elofautes. Tauques ds hierro náquilas de picar ca¡ne de bombres
t0r
*..::-.-,-:..+
que al a,spaviento del herofsmo replican con la certera i¡o¡fa de los cañones. ODrilbus eb¡iedatl del super-tranvfa Ubera,do d€l detorEllrislro reumático de las vías gambeüoadores del peligro cuorpeadores d6 los tuDulto8 gasálr con vuestros racimos d,e prlsas buyoDdo d€l apocalipsis de cada segundo. I4¡lorlalor osbozos de rascaclolos ambula,Dtos. TaJlmotros máqulnas do ecular distanciaÁ alcobas de un hot€l cl¡emáüco palcos avant-lcene do le cludad-to&üro I¡Ar& qulon la sorna.Da es u¡ra rotFhrla de domllgos.
-:-
de los árboles eolos s€ fuxdo en goütlarlilad ds e¡nl¡allzatla. ¡Automóv¡l€sl Elecalofrfo de l¿s dlstaúcfas I¡stru¡nentos de la ubicuirl¿d. desp€rtado! de los horl¿oates. IIn df¡ llov¿rélr a la vltla varlos tllómet¡os dc v€t¡tsja y la orlrlosiéu de vuegt¡s piesencd¡ se¡6 el d.rrumbe do le [ada. POSMA DE LOS ASSENSOBES n lf tL süencfo hümedo de eltlea É que entrañablenoDto aJrlata en cad,¡ c¡s¡ cols uJl oscalofrfo de c¿üe. Eay algo declslvo algo de verdadero vlaJe en €l trayecto y d.als a cada plso itleal leja,nía do esteclonss
á,utomóvllog de c¡nor¿ crotróDot¡os de sf mtsmos que ave¡ta,J¿¡r a.l uempo de loo taidos roloJ€s
¡Qué ovillo de kfldnetros log¡adog e¡rtre cuatro par€des! Cual ei fuerar¡ distauci¿s record.adas
desllzándose por las Ju¡tun¡ do los segundos,
Celda ideal Cuand.o vais os e¡vuelvo serledad d6
ADte los que so postran la¡ atónltas leJanías a,noJadas de Bronto en el p¡€so¡tüo y el inüviitualismo
102
t)
:_:-Ga;.
de un persamleuto actüvo descend.iendo n¡ra vage ataüdes
Vais por los basüldores de las cages y sois ol Broyisorio cam€ritlo en que ¡os cam.biamos do alt¡a
r0a
J_1
y sl bBjóls v¿cfos sols como rur anticlpo de ¿lcobs que rale a roctbl¡nos
como pulales on 8ur val¡8,8 alerta con el i¡r¡romrio ds l¿s luceg Ilasáis las horas €t¡ guariüa
frest¡os
Sois la s€renidad, del claro esfuorzo frente a la irouÍa diagonal de las puertas o¡xtoraadas y en Yu€stro primer viaJe largo como u.n desBerezo a las mañaaas vais contando los pisos con los dedos por si alguno faltara
espeJos
cuadros cubista€ ¿biortos ¿ las cuatro dimonsioleg saben d6 más miradas que l¿s nüostrag y al soslaya! en ellos r¡¡ ylstazo e¡contramos el rastro del que hace u¡os segund.os crucÍficó su rostro on sus c¡istales Consersáis cierto empaquo arfstocrático que acaso os quedo de vuestras abuelas las inválidas sillas de nanos cu¡sis como una bombouera Pero en la isocronía de vuest¡o esfuorzo clc pénclulos verticales laten txuestras boras inta,ctas ¿u¡r no vividas por ¡¡adie. vosotros hfclstois los raacaclelos izanalo en vuestros hombros piso a piso a las nubes Traidor¡s os envuelve¡ con eses de gerpieüte8 las escaleras buscando yuestra muerte para poder vlvlr ellas Y por las nochos cu¡urdo los corredores sg gune¡r en lag sombrag
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Rápitl.os ascensores: al cerrar vuestras puertas cabrlolea en el alua estÍ¡ osBoranz& Quo alguaa vez roto eI co¡dó¿ umbüical de las poleas os dispararéis corno cohote8 Ueváldonos a las estrellag
APOCAI¡IPSIS ^-' UAMO \/ €l jazz-bs¡d de los ánget€s toqus el for-trot, del juicio final y Uegrc Diog al g¿lope ten¿ido de sus tanques de hierro estaUetr los soles hechos di!¿mita ?ivlente y por los espacios, rüeden olead¿s de odiog rriql¡crgos Se eahebrarán las c[imene¿s y las torreg en ol aguJero dd l¿ luaa y un bosque do grito! t
r05
'1F
¡€torclalor cono lla¡¡s¡ el slleuclo de las ¡rochss i¡cetüará y llegará una vor iDfi¡lta' la voz del otro tücleatlo a Dios: -¿Quá [a,E hccbo de los hombter? y él temblar¿ de Dletlo coBo E¡r aiüo que ha roto lol Jwl¡etét
GUILLERMOJUAN (Moldes 2141. -
Bue¡ros Alres, Rep. A¡geqtJa¡)
TGI.ESIA rN LOg brazos do Cristo |.a Lr caDdelebro 8¿¡rgriento ardla¡ las heridas I¿s velaa floreclo¡d.o formaban ü¡ Ja¡,rrñ en eI sltar Gtrfsto lzado en l¿ cruz fgnsl que r¡aa bandera hocü& ,l¡oues
PIJAYA A NOCET en a¡enal de estreUa,g f L despanamada sob¡e el canpo f,¡ ca¡ava¡a d.e les olas oellre¡rdioad.o la marcbs antes quo el eol
¡ üf,A tN las quintas el !¡oU¡ro l{ ftor metátic¿ plagianrlo su altivez al mirasol Sobte u¡, arbolito huérfano dos palomec
10ó
107
be,Dal.orltag blancss con u¡ ca,riñito de sol sobre las alns Ios l¡aJaritos desparramados por ol ccmpo como pétalos de una flor ateshoJads Tus matros ülgenuas como los camlnor dol buortt y la ma,üa,nita asustaala e¡t¡e las zarzag
(Solls ü7.
PUEBTO r L
A CRUZ tlel palo maYor prsa be¡diciendo las ag¡ras
Xn la mano alel másttl eI galla¡dete es un paluelo que va rlicienato atüós al horizo¡to. .!f9 s¿mins perd.ido como r¡D ci€go por lae dos callesj largas de tw ojos. VOI,VIEI{DO
DEL AMOB
GUARDÉ el amor. oh Amatla, dulcemente, como, aguarda el agua de la fueuto a la imagen
de nila
c¡ue la
aclara.
A.sf abrilo ol corazón para que eDtrata suavcmente, como quion abre a la luna u¡14 venüaD¡. Oh Amada! hoy sólo eres una larga pena, bion llorada -pena que es todo ni corazóa por fueraYa la luna no abre las ventanas T vuelvo solo del amor, sin ella.
l0t
I GUIRALDES -
UI
8us¡og A$os, &op. A¡gonti¡8)
CABALLO
I IIN flete GtoUo vlolento y anontoDedo' Vivo Para el llano. Sr¡s vasos son ebrios de verale y l& tarde, en crepürculo orlflcado, 86 snemoró de sus oJos. Comió Pampa, eD grañiUa Y tr6bol' Y Bu hoclco to' sopla vastos golpes, en seal de borlzonte' I¿ llne4 la eter¡a lfnea, aüá, en que 80 acuesta el cfelo. Contra el amanecer, cuantlo la Doche olvid¿ sr¡s €süre' llas golpeóse ol pecho de oro, y en la tarde, enancó chapas tlo luz. Iluso, la tierra tod.ó al eDtrtuJe tle sus cascos; fu6 rft' mador del mund'o. ' ¿Reaüafa,at?¡Qué tmporta st vivló dc iualcanzable! "
IADRTDO UNA redo¡d¡, blaDca Y leJana' Paz sobre ol mundo Y coa nosotror. ?regusto de muerte. Calm¿. L¿ brisa tlisgrega el pecbo en r6ros.
r09
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color esü¿ d6 lüto. camlno, üvido, se va. _IIn ¡,ag sombras se achatan, esqulvas. hace gárgaras do eres. Yl ""no ¡Ja ¡Ana Eastlca BaU.llOs6onoros. Venusg.i¡¿a¡"ji
19ssri;os cñ";.,ffr:".,:to 5l
NOTAB fechas Escriblr pequeñag cifras en perpetua srma. E¡lptrJar los alias haci¿ el g¡a¡1 cero prórimo. Contar a Io la¡go do las frases, cada noche, Ios epísoclioe ¡ruertos. Que ot¡os sl quiereu pongat¡ terlmetro a srrs vid,as, imposiblo segufr asf, hora por hora, hecho Bor Tu "r hecho, haciendo picadillo de !d foiicidad. 8ólo canüar mi exaltacióa para hacerla rrás Bresente y balbuclr palabras que rodeeu ni senti¡ io, b¡azos u¡¿ ci¡tu¡'a. "o.o ¿Y €I tiempo? JBI tiem¡lo, desairado po¡ ¡ti iDatención, ha caído eD Do só qué horizor¡te.
punzanre.
üento, en las I ramas, chista par¿ Brofi¡¡dl¿¡r ol Éüencio. Las p¿¡6¿s ügitan. t"tl::-t:l"ftible palor del arro. Er eabeuo, es'i¡oso. 8e espanta de rocüo. ras no3ü ;;;;,":^y^I9T" eucaliptus' enganchau males pedazo" ¿" t*rltt lacrl¡I silencio se duerme. fregusto dg muerte.
VEEANO fl uENos Aires. galle. sa.nta To en el g00. Diciembrs. L, La, caÍa abiertal r()spiraudo nochg todo apagado alentro. Cielo, implacablements estrellado, --"v"@||v' cuyo azul uuyo azul de firo.o austraüano, de záaustr¿ti2.ñ^ se aleipl" qer aturdimje¡.to uu(¿ del ot¡r¿ *"' j1 aturdimje¡.' luDjuoso. oüo 4inoso, que mandau mr¡¡{o* ^^-i-' tos ojos, los focos eléctricos. Do tiemnn Áb +i^*--^ tinos,
uo,,u.oo, *;;;;;il:H l:. "u,'no
ii,lli,'jll *,,_
ra obe. # [ i'JT,,::.^"T:1i11*" madreaparea,
, sra u¿ore aparea, sidad de su flácido Ia obed.--'**' a ¡as las ep¡dérmicas epidérmica.s lasitu ces des de tasitude su sü hija, hiie. ^,,^ ::::j", Sue t"lo dlistraída, sobre su s>uralo rnusro, apenas Douslo, a,penassrr.oi,o"^co-l:: suavü¿dc , p o r u n budLur¡ a t ó n rosa. ¡osa. E l reflejo r e r t o ; ^ de ¡^ ,^ El los focse aplasta, extendido asfalto. falto. contra el Caballiüo, caballito r¡ el
un cuento,'¡i;;;:"-]T"Hvas il0
riacre vacÍq pareces
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?f ODO duermo, I La luna está en su medio día, susponsa en el cielo ernbrumado de claridad. Tus Bieraas se estiraD sobre el césped prolijo. Tus hombros reposaJxen mis brazos quieüos. CoDtra nxi espalda rribra el tronco de una, palmera inve_ cuy¿s hojas, casi olvid.ad.as,duermennarcotizadas. 1*Í.il de bla¡cura lunar. La Docho estaba hoy tan presente en la veuta¡a, qus por ella saümps para someternos a la voluntad de Ia tierra. Calña. Tus roBaa se abren como nubes causadas sobre ¡¡n cielo DUevo. Tu cuerpo está tibio como las frutas que largo rato so tun¡ero¡ eu las manos. Un millar de grillos hacen zumbar los oid.os del munalo. Tu ci]rtüa so arquea, fuerte.
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t h boca mailura dlce apenas: -Eoy es slempre.
POEllfA
SOI,ITAR,TO
ñlr labio$ er¡ los de la vld¿: LJ E PITESTO .I I Náusea. Ee vtsto la suorto giolpea¡ on torno snyo cotr Eaüo. plas tle lcüota. Y el üonbro es un espectáculo tau Doquoñ¿montc sórd.ido, quo busco eu mf la soleala¿ B¿cuerdos: ¡Qu6 blancos cran los muros de las casas, qu6 heróf'cos los hombro¡l BI caDpo cntraba hasta los aposotrtos y algo graD¿c ro acostaba, on todas la¡ sombras. Cualquler brts¡ tonla leguas de pabpa y los so¡ialos llegaban Btn roüure dcl llano, puro cotDo uD eieto. La tardo agrandaba los troncos del monte y el medlodla nos volvfa contro do nuestra sombra, caíd¿ s966 u¡ Éudor.
ctrarüos y la te,rde a toalol los ¡eüros En la d,efe:u¡ alol toro. OoDclüftls le Joraada, la slua tt6l patró& m¿nchsda oD la sombr¡ de los parafsos, tóDla br¡zos de tro[o. llflo¡rtras ol relsto dol capataz resurd¿ los trsbejos atol (U8. Y, yq c¡anilo el hombre call¡ba a¡to la noche, ls l¡D¡ so Derdfa o¡¡ las hue¡¡as qEe dual¡,!.
Ios árboles ostabnn más solos ante el firnxametrto.,. Y el sol estab¡ mÁs prosento eD Duestra carno y Duegtros sudores, El toro con süs gua,mpas rompfa viento como los aáStiles. Y todo era mós abierto: El pampero silbaba millones de silbidos, tajeáDaloso en tos paJonales que se clarc¿ban a listones, como si la t¡erra acosada de felino enoJo alisara el pelo del lono. Y los ñand.uces no hallaban Umlte a su andar meüalor do desiertos. La madrugada asistía a todos los despertares eD los 712
t13
ALEJANDRO
CuTIERREz (oasüla 2898'
gatlt'lsgo ae Cbllo)
Glróscopo vago ¡ecojss toalae las est¡ellas eB tu espejo absurdo y runca recoJiste mi palabra lacontenible úl lame¡rto sln cálculo, obstinado como podrfa yo espantar los recuerdos si tus oJos go¡r los hemisferios dol mapa-murdi y yo estoy crucificailo eu e8o8 dos bemisfer¡os
.. I tt,
lr
plalo sobre ua bolag locas cor¡o las boras va"r¡ rodaJ¡do ildilado
z '"ivo fl""'f#T"#I""HH l"fi'il:"il:"ü' cielos
'16
inmóviles
o inúe''o f# i;'ffit hliilnlñ'Í:"':T'lbuster pero me dueles
la
stlatl
frutal
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ya puedo recottla¡to
sin desespetar¡¡s
olouertos ihil"t,1*."if$"Li,Ti1T;."*'J##fi -Y ri Pue¿o dirigir 1t5 114
E R T A L G
A H (Vc¡rtu¡&
Bosch 6740. -
o
o
BuoBoB Alres, Be¡r. Atge[tl¡¡¡)
Tra¡¡polf¡
alo la sten¡fdad
ea el glmtrssto de los orbos.
AguJero hecho e¡ las pa,redes do la nocho por donde saca la cabez.t un pedacfto de auror¡ Dara vor al eg temprano toalavfa Merlida infintt¿ con que descifra¡ la anchr¡¡a del latlilo
del muntlo.
Ifora cero. sólo es vorso el r¡&cido en los brazos abiertos tle tu l¡stante. O* etr quo a los reloJes les dnele las 12 ilo Ia DochG H ABóntüce del tloEBo
NITEVO AUTORBETR,ATO
DoJor para las evasio¡es de Ia vida
I SIOORAfIA
es una osquina.
M Seg:rnrlo irúiDltoslmal, f¡terEinablo como muchag horss cosidas u!¿8 I otra!. Pt¡¡to seguido Bara que f,lnchen el pecho la¡ üstanclt!.
Soy el puato de choque de dos vientos, ![1 gráflco se haco metleDtlo un áng'ulo en Ia nada, En las noches Bi¡ türa encfenclo utr verso.
Apico do mov¡m,ionto, im¡rosiblo do fotografierse, porque con ól fraca,sa hasta Ia cómara ultrarráplda" Tenaplén do la nada en el que los mlnutos Bo p&r¿D & tomar alro, ávidos ya de ruta. lwomento adulto, tan mayor que se sale de la cueDt¿, único que hay de fugacictatl perrxaoeüte. Esquina por donde dobla el dle hacia la posibllldatl de otro pats*Jo. il6
A v€ces ca€ tula múslca tlesrle el quinto piso para dar a mi arritmo un ritmo atómico. El cielo ae agazapa en mis ventanas. fDieian su acrobacia los recuerdos hacia los cuatro puntos ca.rdinales. Una desannonfa me arD.onlza con el todo. Xntonces, resultante de dos fuerzas,
u7
\
camino más allá del horizoDto.
para que no se arranque su elástico fuvtsible.
soy una esquina eu malcba.
La soprano no t€rEina de r¡¡ fa sosterúdo,
de vomitar
la eolita¡l¿ I
ABENCA
SIMPLISTA
A IOS ASCENSOBES
hasta quo en forma brtsca, se le recoge en la garganta.
i¡sóUt8,
?Ta ODOS los a¡cengores saben que están €¡r la cárcel.
I
¿Es u¡¿ clnt¿ tle ré8orte?
EsBinas do¡sales de los etüfictos. 3brüllciones de la electricidail. Yo también soy l¡¡ ascer¡sor. A vosotros uo os deJa subir Eás el tocho. A mf me iu¡lide su,bfr más el cfelo. ¡Ascensores, e las armast I)ad cabezazos en los tochos Uasta abr¡rlss boquetes, y subi{ subfat, subiaL Yo eubiré I ml voz, aünquo mo rompa el ponsaElento contra, el cielo y se m.e salgan la.8 ldoas, ¡Al menos habrá asf unos cr¡aDto8 millones mÁs do estrellas!
El do de pecho del tenor levsuta el v¡relo haclo la cúDula segtrlalo por los üez mil oJos coDtentos de los melómanos. La voz tlel bajo tlene r¡.n üámet¡o de 40 centfmetros. t¡neJorable para a¡narra de paquebotes en las d.á¡senas. Por la ranura de la alcancía que es el descote do la contralto caen y ca€n las mi¡adag de los espectadores más o menos ye¡des. Ea terminado la fi¡¡cióD.
Tf.
OPERA SIMPIJISTA g
lr VIOUNISTA
esti¡á¡dola suavemente t18
L rll{
saca la ¡¡úsica del violín
EI¡f
SIMPT,ISTA"
v al cabo 'lecl'lió irse el Tlemlro,
A y se quedó l¿ vtd¿
119
sln le ¡¡oció¡r de ls hora.
¡Ers la nad¡
Y se Dxs,rchó el EsDa¿to.
ts s¡da'
. I¿s miradas so reBlegarou eu, Bl
d'el nnu¡üol
lqu,8s,
y la perspoútlva \ quetló para slenr¡rre estrangulad.a, tru¡c¿.
ET. SEPEI,IO f
Y ae perüó
^tñ¡
lnEortsl,
ol lfoln"ren"
SIMPI¡ISTá,
l, ZINO del cielo para el ataúd.
f-
Solalaalura tle lág¡imas. I-os cuerpos 66 prolo[garou
basta lo üflalto,
La caja construÍda de recuerdq la !¡adero m6Jor Ba¡a los que se vaD.
inclelineables, impalpables, üúorm€s. La tierra, el agua, el alre, perdieron sus propied.des, se disgregaron, so diqolvieroD en los horizontes d.esaparecid.os,
abiortos tras u¡ abrazo fi¡al. Murió todo. y se vió de repoDte leva¡tarso
llamas de somtra.
El dolo¡ queda encargado de Bresta,r los clavos para ajustar la tapa. ¡Que la fosa la cave[ eu el airel
ODA SIMPLISTA
A ABEQUIPA
N FORZADA si¡taxis pone el úo E I 'sobre el ala del viento su catrto d.e agua y piedr¿. Por los oJos de las muchachas se escapa todo el panora,na,
lenguas de sorabra,
120
Ua&arad.¿s do sombra
Ellas besan con los labios d.el cielo y abrazan co¡r las ramas d.e Ios árboles.
de un i¡ceBdio
¡¡Arjeres de mi tierra
de sombra.
121
I l,
que posێls stocks de una honradez antigua!
se escucha el do del establo y el sol de la sacristÍa.
El sol les s¿ca brillo a las paredes. Pa¡an las recuas de borricos con su rltmico trote aBrendldo er¡ los v€rsos de Chocsno. I¡s caballos d.e firerza de los autonóvlles 66 mueren d.e hambrg por las ealles.
¿U¡r traspiés? El crepüsculo se cae tras el monte.
j
¡A¡equipa, mi recuerdo doblado en cuatro pliegues te lo envÍo en sobre cet-üificado por este mismo correol
\ I
l
Do allf gus tumbos sobre el empeilraalo. ¡Esquel6ticos y I¿ EII¡
tristes
E,P.!
voz de las camparlas D.o ss aleJa Jam6s. flota
en ol alro
o so queda d.ormlala en las cordsas. ¡Arequlpa, del son do tus campanas arn pos6o un rotazo guardado en un b¿úl! I)octores do éplco cuya ágiles faldas lo ú¡ico que está a la voracid¿d. d€ Vibraüto
chaqu6 abanican vedado ¡as moscag y Ia maled,tceucia.
orquesta de aromas
su¡ca las hondas aguas del palsaje. Jutrto al ¡e de la ¡nanza¡a
722
SENSACIO¡T
DE
VELOCIDAI)
fOEfP. O blro.a y recta l¿ cllta del camlno. Be siento AGR,IMENSOB DEI, EO&IZONTE. Darcha125 kilómetros
por bora.
se eD¡olla Boco a poco la cinta del carino eD ol carrete bambriento qug es el "rolls royce'. al fir, u¡a mu¡alla do¡de termi¡ra la canetera. me qued¿ el gesto de quien ha MENSIIRADO EL y guardo €l auto e¡ el garagg bolsillo de los automóyiles.
INFINITO.
123
VTA,TT AI,R.EDEDOB
DE III
¡dI8MO
OMO los suspicaces politlcos l/^t \. sale¡ a recorrer sldear hacia laa vísperas do las elecclones, ¡le h€ puosto a camloa¡ Bor los camtDog de mf YO. ¡cómo tardo eu volver al pu¡to
qutz¿r be de morl¡ sin rotoma,Esl Du¡to de ¡tarttils....
B,ElB.Alo Dt
lor.rÍAa
7t IIAL eujeto cou clsvo¡ l¡.2 sobro o-l potro a.lezón, --{a lo rlsmo que ¡eg¡o o coloredo o Yerdo, 8eñot hlstorlatlorlo conteml¡lo a trsvós de u¡¡ vlalrlor¡ óe casi ul. 8lglo. era qulz6 dtstlnto ¡[e cual yo Ie Yoo, DOrO €r¿ asl.
I i
$areclen $¡s ojog dos fnDpnsos tor¡rillos qrts se facrtstaba¡r €¡ ef 8tro. clo¡ta vez agujereó con au mi¡ad¿ el clclo y Di¡ó lo lnflalto, caira a c¿ra. ¡oh, quó frlol ¡oh, que frlo de houor d€blé sentlr ol pobre dios al vei que atravcsaba l¿s ltaredes de su regfo palaclo ol tornillo de luz de €sa mirailat
l I I I
I \ \
la fiaa oreja gabla escucha,r, €n medio mismo d€ la algarabfa, las süenciosas voces del süenclo. ¡basta las pala,bras
r2E t26
que ¡o llegaron a ser dichaa nr¡nca las oyó aquel oÍd.ot cl Baso era ta¡r ¡eciamente füu¿ que aUá, bajo la tierra. Ios muertos setrtirÍa¡, á" a"goro, sensación semeJa¡to a Ia que los vivos senflmos cuando alguiea golpea el suelo con talones d.e plomo en el piso de arriba.. . ¿con qué Decha estaría Ia frente do este varón, que un dia saltaron chispas d.e ella? de tal manera incendió do libertario republicanismo los suranqericanos bosques vírger¡es. ¿la estatura? no se ha podido precisar, VARIABA SEGIIN LAS XMOCIONES DE SU ESPIR.ITTI: unas veces dos metros. otras quiDieDtos, otras... (¡toda medida hubieso stdo corta para-medir el tamaño de esüe lo¡rbre cuando Bensaba en libortar ,.;;;,;eI océano pacÍfico era manrsO y dlscretg. así lo hallaroD los conquistadores, ¡que Io üga balboa! Peró una vez eI héror
ronu n*r"rJ"ir" r,i'J'""i" u:ltoÍrffi.
corno se iba adentrando entre lag olas' ¡ettobl¿ba el latir su corazó!' hasta que d.e repents totlo el océano se llenó de ruido. desde ento[ceg ol ma¡, I¡or imiüar aquella müsica' voluptuosa Y salvajo' n¡go coútra la are¡a ale la playa. en la vaina ile algün anteBasado -exiguo molate para uJx gran proyectofil¡tl,ió un rayo de sol: así su espada que, Bor eI sol, sabia ilefentlerle de la sombra escondtda entro las sombras' ¡y la marcha desde las llanuras alel norte ba,sta los altiplanos del sur! ¿cómo pudo conilucir sus ejércitos en un tiempo en que la civilizacióo totlavia no lo era? bajo la omnipotencia de sus Pies, los a¡des, EN Sr MTSMOS, ENCTfi'TANDOSE se encogÍan a extremo d.e ponerse a nivel con la Planlcie: Bor sobre ellos llevaba sus soldados del uno al otÍo lado de la américa. (he ahÍ el retrato dc uno de los dos hombres
126 127
aa
MANUEL FIUBNER
a6s graodes de la creació¡ !e Buesto Ias lfueas go[oralott
(Catettral 2786. -
lo faltat¡ ün poco de retoquo slguna Bonbra' un plano de luz, un plncelazo doude egtá tlébft el color'
Santiago 'le ChUo)
TEA R,OOM
iuronrzo a rrN PTNToBDEr¡ Año 2n2t a QUE r,o acABE ir¡t, .l oiro homb¡e¡e ll¿maJesucrlsto)'
r N tL saroPhon de la orquesta .L oo o"g"o lmaginario egbra,nguta la tristeza' Torlos hemos pordltto la nostalgia con €l mis¡no destlén con quo se Piertle una monetl¿'
iit! rr
Easta la ceniza ee embruJa dentro de las Plpas haclentlo r¡¡a volterota" Gharlamos. Nadle se etrtiolr'le'
ii
Qniéu conoco el 8etregal? EaY u¡a mujer a mt l¿ilo'
II
El ¡nuralo se tlivitle en sr¡s ojos tan la¡gos'
¡
En 8us Pupilas rrrnca
Ia ,l
128
It I
r29
Alguien toca l¿ tiorba debajo de las palmeraÁ. Oh l)ios, oh Dios, qulén €star¿ lloraDdo allá
a¡riitará la t¡isteza. frente a ella yo traigo ttel Africa ml güebrs y mo la, bebo aspila,ntlo las aaen¿s. Mo observa. .A,alvierte que Yo he tliluído en el licor un¡ ostrella.
;I
ED
Gü¡e¡....
I
3,ocuc¡da. \alvez ha Bialo romántlca y tuvo ulla bistoria arcliente en el oasis de gu tierra. El núsico negto se hund6 en el slloncfo. Ella so ha iclo, Nadie movió les puertas. Ella se ha ido sin volver la cabeza. El jazz-band sobre los espeJosde humo se arrodilla y pi6nsa. Yo conozco el Senegal
v voy tras ella.
130
t3r
I-*i'ii.*;,'';:l'1_-..::.-..-.ri...'.-.-*'¡---.g5@qÑt5+i:-@
Tras la última moutañg los meses descendían Itn Dóstumo cantar ¡ros ce¡¡ó l¿ sallda.
HUIDOBRO (San Ignacio 66. -
Santiago alo Chlle)
EIJO f AS ventanas eerraalas l¿ y alguaa.s decora¿iones ilesholad,es La noche vlene ile los ojos ajenos Al fondo de loe años Ifn rufseñor ca¡taba en va¡ro. I,¡ lu¡a viva Blsnca do Ia, ¡rlov€ qus cala Y ¡obro los recuerdos Una, luz quo agoniza e¡xtro los d€do!.
MEDIA
NOCITE
n E DESIJZAN las bor&s rJ Como las gotas do agu¿ sobre un vldrlo Silencio de medianoche El Diedo so des€nrrolla en el airc Y el viento 8e esconcle en el fondo del pozo oh Es una hoja So piexsa quo la, tlerra va a acabar El tiempo gira en la sombra Todo el mu¡d.o d.uerms UN SI'SPIBO Alguien acaba d.e mori¡ en la casa.
TORBE EIPEEL LA SENDA ER,A TAN LASGA sTE vl€Dto veDfa de unas alas y fos dÍas pasan autlantlo al horizoltc Com.o un balandro Joveu Cruc6 muchas tormentas Entre cancionos mariDera8 Todas laa gavlotas dejaron plu¡DaÉ €D mlr Eanor n E
r32
ORR.E Etffol Guita¡ra del cielo Tu telegrafla si¡ hilos Atrae las Balabras Como un ¡os¿l las abeJar. Iluurauto la nocbe Ya no corre el Sena T€lescopio o clarf¡ Torre Elffel
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Y eg u¡a colulana de Balabrag O trn ti¡ltoro cüe Ei6l En el fondo del alba U¡14 ara,ña de Patas do alaEbrc IlrdÍa su tela de nubes
8¿Jo Veo toco Psrs
l¿ sombra de aus fueutes glrar la tlerr¡ el clsrfn toalos log ma¡c¡ Sobre el ca¡dno d.e tu Berfume Íodas las abejas Y Palabras so Y¿tt
Ml iño Para sublr a la torre Eiffel 8o t'rePa Por r¡na canción do
YO gOY I.A B,TINA DEI. AI,BA DE I,OS POLOA YO SOY LA AOSA DE LOS VTENTOS QUE 8E CADA OTOÑO ¡4ABCEITA¡I
¡€ rni f¿ sol la si Ya Un páJaro caota En las arteoa! ?olcgrÉffcas Es De EI
do estamos arriba
€l viento Europa vlento eléctrfco
Alló abajo f,og Sombreros vuelan flenen aIaB, pero no cantau J¿cobi¡a Eija ale francia Que ves allá en lo ¿lto El Sona duerme
t34
En los cuatto hrolzontes Quién ¡o oYó este canta¡.
Y TODA I,LENA DE NTEVE !trUER,O DE I,A MITERTE DE XSA BOSA EN UI CABEZA IIN PAJARO CANTA TODO ETJ AÑO.
Asf on dfa me habló la torro Torro Eiffel Jaüla d.el D,undo CaDta Canta ReBique dq Paris EI gigante colgado en medio del v&cío Es el ca¡t¿l de l¡anci¿ ll tl.ía dte la victorfa, Tú se lo couta¡ás a las estrellas¡.
r35
oo
PAISAJE
SE FASEAS,A
EN I,A TABDE
POB R,UTAS PARAIEI,AS
TI, A3BOÍ. ER,A MAS
Allá en la lejanfa Dond,e el mar araña los pies del ctelo Un reloJ cauta con ardor Qué hermoso viaje en los ojos tLe lentiturl. Al mirar este cielo de estío Que tan cargatlo de pájaros se üa roto El globo vuelve en los más bellos cuentos Trayerdo los dÍ¿s perdidos en su barquilla Y el mar golpea los pies del cielo Fara hacerlo llover.
ALTO QI'E
LI\
MONTA.ÑA PERO I.A MONTAÑA ERA TAN ANCEA QIIE
TR,ASPASABA
I,OS BOBDES DE LA TIERB,A
ITIERES coger los arroyos que me gustan Para hacerüe guantes Cuarrd.oalzas la mano Cargatla ds calorías hacia l¿s nubes oxtremas Te pareces a Ia p¿labra SUBITO
EI, RIO QUE COR,R,E gOBBE
POXMA
LOg PECES CI'IDADO CON JUGAB SOBRE I,A IÍIER.BA ESTA RECIEN PINTADA UNA
136
CANCION
CONDUCE I.OS CORDEBOSAIJ ESTABIJO
¡ar OLONIA universal repar.r, Ia temperatu¡a para la lr.zsalucLpriblica porcelana acumuladora la estación de log lobos cambia su aparato oriental. P"ebuscasgeográficas d"e puerto €n pu€rto a través de las sábanas de los accid.entes y la instalación de un nuevo duelo lejos del Sahaxa. I¡formaciones sobre el milagro Una alegoría de ternuras desde el subterráneo aI ..1araiso I,a ¡ein¿ de Saba atraviesa la neblina. f,a neblina agotada de recuerdos en música y las tempestad.es. Compa-
t3?
__.-_:
_
raal las tempestades 8on u¡ regalo sienpre apreciado llos grandes matches de los accldentes de la mtg tiembla Jardlnera el aeródromo los vernisaje8 de ocor coD¡o votos de año Duevo. Cara,col y dinamo tieDbla capitá¡ de ¡avfo. Eoy rlía los pañuelos de los sacudlmíerrtos sísmlcos e¡pecializados, el ventaJoso programa eléctrico Ea ese canasto Ia persecución de las perfumerfas co¡ ru¡ pequeño jattlín y t¡es sultana^e.Mira, admlra a.rñlra, Elra La muJer quo lava las vidrieras de Bulpos y uañaua las cascarlas eu soberbio estado y el oso como regalo de miel.
ESSTO EN SOR.DINA
Sigue te¡ltamento los camiuos del oÍre El cielo Et cielo mi redil I.e grfto a la pastora Ea^s entrar tu manada cle camas ilo hospital Es ya muy tarde e¡r tu pais D,atal MIs üas se vatr Ciera con llave el horlzonto El horizorte en el horÍzo[ts se catrsa Veniümia rle los alos Las nnbes varx al BlSadoro Iray que Iava¡ el cielo porquo se ba puosto nogro Demasiado tregxo. demesiado ¡r€gro demasfado negro Ira noche se escap¿ de Dli ¿rmario
1- L XBTIO de golpe sobre la vereda de e[frorrto lado d€ la sombra pasa el viento LO.t
I'a noche l,a luaa ha atravezado sin hace¡ ruldo
Estamos seDtailos al ¡eiletlor de una voz En tu dedo se Bosa un páJaro de color Mieut¡as que los duradlos sord.amento se binchan El pájaro picotea las nubes En que viajan las lluvias silenciosas Ven¿inia cle los meses y uvas del d.Ía Por dista,nto quo estó el pisadero siempre se llega a ól Y el tropel tle las nubes 138
OCEA¡IO O DA¡TCING ¡ AZZ-BAND del Océ¿no J Este barco baile mal y yo Dierilo el p&so
Aru
El cielo y ol mar so Juntan Tauto peor si el cielo es azul y el pez se ahoge A. bordo de la mar se mece el pueÉo Por d.onalevoy guardo esta cadencia
13t
Beso tus manos que d.esanud.anlos dfa¡ Tus manecitas Bo van siempre Como los barcos amor cabellera del horizontg
Beberás gota a gota el claro d.e luna cálido Xsta humared.a que subo do las ola.s A¡rastra lentamente su barco Poema de la tarde juguets fls ¡iñ6
Retrocedo el puorto úIfima canción
f,os navÍos se alejan como tus manos
!d. ga,rgarxta helada tus dedos tambi6¡ Y a lo lejos alzas tu corazó!, Como se alza u¡a flor Pero el ritmo de tu pecho está en el mar Y las olas están cáüd.as del ritmo de tu cor¿zón Amor amor d.el Joven nad.ador Que toca el arpa entro las olas El horizonte se desbacs Espuma que naco espuma que muero Espum& que danza entre las horas
OAMPA¡TAR,IO ¡ CADA son ds la campana .f1 Un pájaro volaba PáJaros d.o ala inversa Que mueren'entre la€ tejas Donde ha cafd.o la primera canción Al fotralo de la tardo I¡as llamas veg€ta.Ies En c¿d.a hoja tiembla el corazón Y u¡ra estrella se enclendo a cada paso Los oJos guardan algo Qüe Balpita en la vo¡ Sob¡e la leianía IItr roloj so vacis.
El mar está faüigado do agitar sus paluelos A los ¡avíos que se alojan La noche habitual cumple su. deber I¡una taza de leche Nuestras estrellas se culda,n El océa¡o del sur dos árboles Muchas cororras en el agua El bien guerido océauo bajo el mármol 140
t4l
EDUARDOKELLER SARMIENTO (Güemes 3041. -
NORA
(Tronaalor 1756. -
Bs. Aires, R,ep. Argentiaa)
Bs. Aires, !,0p. A¡g€nütn&)
JOR¡Í.LDA
PAnrs... es ull enorme Dapa gtris co¡ calles que se insultan y no saben rtónde ir Sfmbolo u¡ bailarín que se muere do sueño y delira coD buques confere¡cias y espejos Inoy luce un sol desnudo único ser humano la ma"ñana se ha Buesto su traje de verano mediodÍa se agrieta al peso de laB llaJxtas U¡ carnaval de a¡uucios incendiando las plazas Toldos con nid.os nrid.os de ayer sombra hecha trizas Retumba la gnsanera verde de los tranvlas Me veo en el tumulto de los obreros grises ¡rarüillando a la sombra de las torres felicog Son aqueüas muJeres cascabeles heridos alim€nto do los escaparates cfnlcos trl[i espalda ilógica d€bajo de los puentes está tiznada, por los trones de la muerte Por el rayón del Sena va el lápiz d.e algún másüil I{iosco de mi recuerdo me como urr caramelo Tod.o ante u¡ sol d.esnudoü¡ico ger humauo que ya está envejecido de mirarse en los años.
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LANGE
I'BOBA Iénpara
e¡realada en un caDl¡o de horizoutes. Después al medioüa en el aljibe se suicida el so¡. I,a tarde hecha jirones mendiga estrella8. Las lejanias reciben al Bol sobre sw brazos inceuü¿dos. IJa noche se persig¡a Anto un ponieute. Amaneoo la angusti¿ de u¡a esp€ra y aüIr uo es la hor¡... eI velorio l"; qIEMPRE \-racuDr¡laudo hogueras. Totlos los caminos se han quemealo. Sobre las ce¡izas tle la tartle ha broüado una ca¡ción de duelo La luna huye re¡dida d.e Dostalg"ias. Ee venido para incendiar ml alna junto a Ia lumbre de uD ocaao.
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Xl fuego atard.eció en ttu ojos y sobre tus labios buenos jugaron s669 nlñ6s las sonrisas. de palabra tmpostblo E N XIJ camino nr" unil"io l:!¿ l¿¡ds reza err su ermfta dg fuego Sobre el tlespoblado hacen penitencia las sombrag Las estrellas columpian Ia egcalera po! dond€ bajarán los ángeles a la tierra Mi vida se d.esa¡¡gra.gota a gota" l¡a tarde es urra sola lágrima clara Cada sombra es un latirlo que nog bes¿ Cerca, más cerca el corazón de la aoche. El silencio cloblega los l¡sta¡te8 Oada hoJa e! tura palabra nás que dlcs la primavera oste año Para Ber¡letuar la emoción cerr6 la noche la palabra que nacfa.
r- L coRAzoN se ba unJ-".iao l.a
lJcon u¡a Bena quo flor€ce !a angustia ca6 como lloylzDa sobre u¡os oJos ablertor Ife idlo por la tlerra sln hallar tu mu€rto Acaso esté clayada alll en la agonÍa dÍaria de utr Potiente O quizá no ores Muerto sino recuerd.o le[to y agudo
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que so enreala eD la canre tlolorida trllientras taDto ju¡to a tu olvido mi voz se resume eD un& frágil lejanÍa... rr L RECIIEn¡O numeAJ mi mañaua lt. u¡t sabor de alba ¡xueva, "oo que el Se diría alma cuelga de una brazaala de cielo. EI tañido de Ias campanas escribe un verso ea el viento gue baja, I nosotros soDrientlo. I¿a vltta detiene sus manos sobre los ojos de un ciego y d€Ja un grito de luz Benar¡.d.o sobre los labios mu6rto$.
IGIJEsiIA A IGLESfA es un murmullo d€ pau. El silencio de sus estanpas mira hacia fuera por las ventanas abiertas. I¿a lw 6e quema sollozando Ave MarÍas. Una suavidad' de sombra langrlclece sobre la noche adolescente. Los ojos del Cristo tiem.blan ün rezo, y sobre el crucifijo d.e sus brazos he sollozaclo mig recuerdos. ¡ .l:
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las ventanas abiertas & la noche.
LUIS ANGEL LEON
CATACI,ISMO
(Rfo Bamba, Ecuador)
I¡ I7OLCAN con las faucos abiertas Er I lad¡a a la lu¡a que pasa; el so¡xido abre las puertas y como u¡ ¡iño tiembla toda Ia casa. Por el negror Brofund.o vagan hombres como palabras {le Poe; €l cataclisBo roe. roe y como una fiera sacuclo el munalo.
TIADBUCADA L SOL brilla como utr timbre en la Buerte ttet tlís. E ¡-¿ El tiempo aplasta el sol: suena.nlas caEBanag y loE pAJoros. ?or el callejóu de la hora €ntramos al dfa. f,a luz haco nacer a lag cosas. Como u¡ra flauta eu los labio¡ de Ia Au¡ora se llena tle m,fisica dq aloudras la vfa Eay en sus bordes rosas y se mueveD como declog en los huecos de l¿ ca,Ía, Do los morrtos vuelan plrrnas de nobli¡a. nI río, como u¡¡a lágrina suspenüdo en l¿ p6s¡¿n¡ del bosque, cuelga €n el barrauco. Y cou el plco al cielo, sobre uu árbol de nubo, el nevado aletea cor¡¡o un pájaro bla,¡co. Lluevel tleue en el hor¡zoute eI dfa t46
Las nubes ss derrumba¡r Bobro nosotros. f¡uena y luego las estrellas se euc&britan como potros cünados de fuego. La gana del relámpago brilla er¡ el lomo negro/ de la nubo. Oh no poder cerrar el cielo como una sombrilla para que üueva¡¡ astros!
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ABIOS, fonta¡¿ de elmas. ¡ I: OJos saltari¡es: canarios en jaula: palabras de los Jardines. Mejil¡¿s de madrugada. Manos, suaves cono labios, l(I
labios como estambres de r¡na flor de sol. Senos, pipas de náca¡ para fuma,r esPasmos. Mujer, breviario para leer oraciones en los infienrog. Cielo, Íncenüo de esmeraldas en el carbón de las pestañas' Cielo lüa; este cielo ha nacido en tus ojeras. Quetlaron tus lágrirnas como puntos susperisivos en el azul de mi alma. "soy rln vaso, bébeme" no dejes de mí una gota. MI I,IBRO ¡1 ARA escril¡ir mi libro encu¡dcrlraró l¿ sombra, Y Con rura punta de estrelle escribiré ml rima, Y mi libro, empast¿rdo cle luna, temblará en las manos de la muerte, Tend.rá los párpados cerrados, como los de un ciego, porque mi libro será escrito para no leerlo en la vida.., y no habré acabado de escribir MI LIBRO. Y habré acabado totlas las pu¡tas do estrella 148
GERMAN LIST ARZUBIDE (18 Poniente 5O7.-
Puebla, Rep. Me:cicaua)
ESTACION RTICIII¡O 10. hay que tocar el plano en Ia balsa de log andenes. Mientras las locomotoras bufan su iml¡aciencle Ias a¡añas tejen su tela con hilos de múslca para aBresar la mariposa eléctrica. I,a meceflora sube por los pelda.ños de las notas y un pájaro se deshila elr una ovortura fa,scista me perdf en la noche lamida de sus meilias. ¡Cómo pesa este techo!! Allá fuera una ros& está pidiendo auxilio y peurar que los postes se muererr de fastidio. Eiastéi¡ no ha d.escubierto quien inventó las moscas, Iira tan jugosa
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de imposibles su boca. Al fin sus manos se hicieron pedazos. Pero a pesar de todo un grillo da su conferencia interceptando el mensaje crispado de las estreUas.
la t¡ocbe se ha caÍd,o tte mis manos. 8i Ia vida hablassltt Se gratlficará sin averiguación a quietr dovuelva uEa lista de ¡ombreg extraüada entre ChapulteBec y €l citre ItfA. ¿En 1950 las mujeres ltevarár¡ atrclas?
SILABAR,IO UTT y Jeff no sabfau que clla sc extravió en mis brazog por esto la Academia no la puso on su diccionario.
Eay que tirarse de 40 pisos Bara refledouar en el camir¡o. Xu esta hora de calcomar¡la desilvaüada las manos de la ris¿ estáD sembraDalo alas.
Xl otoño imprudonto rlos cspió por ol oJo de la chapa y oI silcnclo iba en za¡rcos, Será el mucrto el tluc chifla la Adelita en la esquina? Esto de las traiciones son chismes de la luna.
GR,AN CONCÜBSO UTTI tos trozos Ce humo de so cigarro I J y te dare¡nosun premio t50 t5t
JUAN JOSE LORA
No puedo dormir; mi vida Ine matari¿! si duermo.
(Lima, Perú)
cnoNIcA t' I
INEO¡rtrYIO L CArE do tu nuseDcl¡ E lJ dogvelo nll futuro. ¡fmposlblo quo duerma con ol nrldo do tu Büoncio! MIs tfopauos, sobre esüa almohatla ra,diotelefóüica, sienten tu urbe de nerrios; oyeD el tráfico de tus deseoseD la,s avenidas...; el escánd.alo de los glaros de los automévil€s lDstiDtivos en las esqui¡¡as de Ia voluDtad intelrumBida; oyeu el ¡itno de los rotatinos que imBrimen las "Circu¡staücias de la Vld.a". Más.., ¿qué escucho?... ¡Pitos! ¡Campanas! ¡Voces de alarma! il¡lce¡dio, Íncenüo, ince¡rdio! Arde la Penitenciaría de tu Olvtd,o. Se escapan los condeDados, tus cor¡cleDaalosrecuerdog.
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ORA caramelo Da,ranJa tle pié a caheza, on la clud¿d. Cruza todo en los ojos periodlsticos, -pue¡tas de virlrio tle esta moderna ca¡üina musicalI¡os nerviog ciudatlanos -los alambres eléo'trlcoscoBnnican a los postes noticias de humanldad. Yo sorbo un té d.e penumbra, victoria mu€rta, el sifótr fresco de mi vaniitatl. Tranvias ómnibus autos me anillan de ripios mágicos de id.eovelocidad. ¡Cbitón! ¿qué pasa? Sd empina la curiosidatl. El tráfico está suspenso. ¿qu6 bay?: Se ha muerto en Bie el policfan la vara en alto, como la newyorkina estatua cte l¿ Liberta.d.
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MANUEL MAPLES ARCE (SecretarÍa de Gobiers.o del Estado de Veracruz. República Mexicana)
Jal¿pa
V O SOY un pu¡to muerto e¡ medio de la hora,, I eqúdistante al grito náufrago de una estrell¿. lln parque de manub¡io se €ngarrota en l¿ sombra. y la luna siD cuerd¿ mo oprimo eu las vidrieras. Margaritas de oro deshojadas al viento. La ciudarl insurrecta de atruncios luminosos flota en los almanaques, y allá de tard.€ etr tardo, por la calle planchada se desangra un eléctrico. El insorrnio, Io mismo, que r¡na, oDrealadera,, se abraza a los andamios sinoples del telégrafo, y mientras que los ruidos descerrajaa las puertas, Ia aoche ha enflaquecido lamie¡do su recuerdo. El silencio arnarülo sue¡a sobre rnls ojos. Prismal, diáfa¿a mÍa, para sentirlo todo!
Yo departí sus mano!, pero en aquella hora, gris do las estaeiones, sus palabras mojadas se me ecbarou al cuello, y r¡na locomotola sedieBta, de kilómetros la arrancó de mis brazos. Hoy suenan sus palabras má,s heladas que nr¡nca. Y la locura de Ediso:r a lranos d€ la lluria! El cielo es un obstáculo para el hotel inverso refractado en las lunas sombrías de los espejos; los violines se suben como la champaña, y mientras las ojeras soDaleaBla mactrugada, €l i¡vierno huecoso tirita en los percheros,
Mis nervios se der¡aruan. La estreila alel recueralo ü&ufragadla e¡r el agua del silencio. Túyyo coinciilimos en la noche terrible, med.itación temátic¿ deshojada en jar¿ines, IJocoD,otoras, gfitos, arqen4.lss, telégrafos. El amor y la vitla sorl hoy si¡dicalistas, y toalo se dilata ea ci¡culos concéntricos.
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EN
I¡A
DOLENqTA
ESTATICA.,.
N IJA dolencia esüática de este Jardín mecánico E ¡- el olor de las horas buele a convalescencia. y el pentágrama eléctrico de tod.os los tejados se muere e¡ el alero tlel. ütimo a,Imanaque. llxtraüada err maneras musicales tle enferma. i¡moviliza un sueño su vertical blancura, en tanto quo ün obscuro violí¡ do quinto piso se desboJa a lo largo de un poema de Schumanu. y en todos los perióücos se ha suicidado uJr tlsfco) -Ifoy pasan los entierros, como r¡n cue¡to do oJeras, lo ¡dsmo quo en otoño. -Ese tema, no es t€ür¿ de prin¡avera, Ya ves lo que d.ice el méüco! (Eu el Jarün hay 5 centavos de silencio). -E¡tor¡ces, qniero un poco de sol azuca¡ado. -Ya vuelves con tu acúsüca. -Pues mirane las menos, ¡lfis dedos caligráficos so han vuelto endecasilabos. (Y me¿litantlo un lento compás de 3 por 4:) -¡Ob tus cosas melótUcas! -¡Soy un frasco de música! (Y en esta tard,e lírica 85-24, reñorita. .. la primavera pasa como en moüocicleta, y al oro uoribundo, historiad.a de cintas. lo mig¡lo que ur refaJo se seca mi tristeza).
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TR,AS I,OS ADIOSES ULTIMOS vidrieras de enfermo, T A.RDES alca¡foradas en I tras los atlioses úItimos de las locomotoras' y 6¡ la,3 palpitaciones cartlíacas del pañuelo hay ur dcsgarramiento de frases espasmódicas, El ascensor eléctrico y ün piaDo intermitente complican eI sistema de la cas¿ do "apart&e1ts", y en el grito morado de los últimos treJxes intuyo la d.istancia. A espal¿las de la ausencia se demud.a el telégrafo' Despachos emotivos desangxan mi iDteriox. Sugerencia, I, -10 y recortes de periódico; oh dolorosa mia. tú estás lejos de todo, y estas horas que caen amqrillean la vida. En el frrl-fru inalámbrico alel vestialo automático quo enreda por la casa su pauta seccional, i¡cido sobre un éxtasis de sol a las vid.rierxs, y la ciuclatl es una ferreüería esBectral. Las cauclones domésticas de codos a la caUe. (Ella era un desmayo de prestiglos supremos y dolencias católicas de perfumos en\rueltos a través de mis detlos!) Accidente de lágrimas, tocomotoras últimas renegridas a fuerza do gritarnos ad.iós, y ella en 3 latituales, ácicla de blancura,
l5?
de¡tamada eB sileocio sobro ni
corazóD.
ITR,BE
cA¡wo 3 acribillada do venta¡ras I A TAA,DE, ¡Jflota sobre los hílos tlcl teléfono, y entre los atravesaÍos tnvergog de la hora se cuelgan los adioses de las náquinag. Su juventud maravillosa estalló una mañana entre mis cledos, y en el agua, vacfa, de los ospejos, ¡raufragaron los rostros olv¡dados. Ob la pobre ciuclad sindicalista anda¡riada de hr¡rra8 y clo gritos, I.os obreros, sot¡ rojos Y anariUos. Eay un florecimiento de plstolas después del trampolin do los discursos, y mientras los pulmones del vionto, 8e SUpUrAIl, perdida en los oscuros pasillos de l¡ múslca algrtn.a novia blarrca 6s desboja. 158
CANTO 4 NrBE los !0atorlalos del silenclo la obscuridaal lame la sangte del cre¡rúrculo. L¿s esürell4s ca,ída.c, soa pájaros muertos en el agua sirr sueño del ospéjo. Y las arülllerfas sonoras del atlántico 5e apaga¡or¡, al fi¡, en la dlstancla. Sobre Ia arboladura del otolo, sopla no viento DocturDo: es el vie¡to de 8usla. d.e las grandes tragodias, y el jardfn, aúarillo, se va a piqüe on la sombra. Súbito, su ¡ecuerdo. chisporrotea en los i¡tteriores aBagados. gus Balabras d.e oro cribau e¡r m,i memoria. Los ríos de blusas a,zr¡les desbordan las esclusas de las fá,bricas, y lo8 árboles agitadores manotean sus discursos ea la ace¡a. Los huelgulstas se arroja¡x pedradas y de[uesto8, y la vida, es urra tunoultuosa conversióu hacÍa la izquierala.
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--F#F.t.*-?.----.*._
Al la y so
rnargen de la almoharta, noche, es un despeñadero; el insom¡rio, ha queclado escarbatrd.o €tr mi cerebro,
¿De quién son esa^svoces que sobre nadan en laj sombra? .!I estos trenes que aülan hacia los horizontes devastados. I,os soldados d.ormi!án esta aoche en el i¡fierno. Dios mío, y de todo este desastre sólo uuos cuantos pedazos blancos, de su recuetclo, se me han quedado €ntre las mal¡os.
LEOPOLDO MARECI-IAL (Monte EgmoDt 280. -
Bs. Aires, Rep. Argentiua)
rR, IO q E HA helado el reloj al.ela torre \,, Las agujas dejan caer un grauizo de minutos. Eu el vaso volcado de las canpanas se emborrachó el silencio colr un vino de b¡once. El viento sopla la llam,a de los sauees deshilachados. ¡frío que enrojece la r¡ariz de los santos tte pied.ra! Hay escalofríos en el perfil humano rle las cornisas; los adoquines se apretujan en rebaños friolentos, y el callejón se emponcha de soledad: Ahora los árboles proletarios dlrigea una arenga subversiva a las cariátides que levantan a prdso la,s maasiones de pied.ra,
I60
rct
¡A¡güD itia las cariátiileg sacudirán los bombros! El frío sals als la¡ casas tlosslqullaalaa y gotea en los canaloneg. La ciudad erige las estagalmltes de sus campanarios... ¡De Bronto se derrumba ol vonülsqucro dol ¡lbsl
8IE8TA BEJORROS do 8ol 30 dosllznbnn a tu¡ cadoras desde la parra. En los grifos chorrcnntos un pájaro do xgll& desovilló el nrcnttrlo c¡rrctel do sus voces para que sg durnrioran lor; ¡ratios itlfsntiles' Vientre ate la tinaj¿, donde los canaloncs rccogicrou el sol que llovÍa en los tcchoftl v los taladros de la cíga,rra, que abrían agujeros rnuslcales en un silencio do maderal Con sombras de hoja vertle se tatüaron tus muslos. Goffiones asoleados, las palabras,
no querfan dejar el cedrón d.e tu boca; tus ojos desma,yaban eD cojiJoes de bnrma; y los ciDco juguetes d.e tus dedos se dormian sin cuerda, entre log mfos... Becuerdo ese gotear de adormjderas eD tns llestañ,as curvas y aquella r¡sa que segó ou tr¡s lablos un alfang€ de sueño! Nuestros párpados niños amasaban sI cobre de fuertes medioclías. I.os ojos se colgaron en el vuelo de las cigüeñas, que picoteaban uvas torrenciales de sol en un azul tle pap¿gayo... Entonces bejo eI agua verticat dc la sombra dormían grandes rostros taciturnos y en todos los caminos invisibles del airs se deshojaba un árbol de mariposas rul¡ias. Y caían las voces en el aljibe del silencio y en el mate cordial se ahuecaron lr,s manos como en u¡r seBo virgen de nuchacha... Afuera los caballos olfateaban su sombra, pacientes, bajo grandes cojiniuos de sol. Entonces era bueno recordar 1as historias que dijo la nodriza con olor a pimienta: Grand.esislas colgadas en el hilo aLeltrópico, mujeres sudorosas y hombres color tabaco, fraguas de luz, tucanes con los picos abiertos en las hojas inmóviles... Y la pasión de algün filibustero
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103
-*:la
que tenla dos naves y trescle¡tos Biratas! En tus ojos do Eusgo desfilaron hespérides antiguas cotr u¡r ¡ecelo de pantelas curvag y un zumbialo de grandes moscas atornasolatlas. I Que haré con tu recuortlo! Que har6 do mi rcc[crdo sin mirsÍca ni llaDto! Ahora desarticrüan strs t¡uijattas en un bostezo do lcó¡r los Pirtios. Ahora los grillos cllv:rtt stts ngtt.ias en desgarrados ¡rottthos dc silcncio! Los alj:bes act¡flnn gu moncda do cfolo; ol¡ lo:: t;tt'f tno:i
el sol inyectít una y
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locttr¡ l¡s
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!,iot¡il.ll tu
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J, ;
I { I
Yo queria ser urr Dirata chitro y bacerme un collar de islas maravillosas, dond6 hubiera mujeres color de ciéBaga y pája,ros rabiosamente musicales! Tú soiabas en aquella pipa de escaparate cuyo dragón tallado etr €spuma do mar ae tragó la admiración do tus dias y el hambro de tus Doches..,
llr¡lrtb¡'o
Xntonces nuestro orgullo hizo reventar los neumáüicos de los automóvües; y el mundo era un estuche demaslado pesado que se ab¡Ía con bondas ga¡rzúas de trlstoza!
alr:obl:; rlo ¡lrl t:olotlrtd
so desnr¡da
J
se aalentraron los dos moscardones de tus ojos? En aquel instante eras Junchinlra, el narlno; Junchinla, el de las rraves con tinones d€ sol que descubrió u:r país, más allá alel silencio, donde las ma,ñanas vestían delautal€s de júbüo y donclelas novias dicen sf... siempre si... con sns dulces labfos de chocolate,
¡ttsolrt:irr. . .
Il,I(A IillUl'l:IN I LKA I(I:UllrilN,
I g U e r ' . l On l l c s l r o : : o1 1 l V o .c r : r : : : l : i í , ccn tu cotbatr color
"Sillarita" Cescenso...
Qué secreto guardaba tu sobretodo de prestamista? En qué tulipanes de Sucño l6il
Ilka Krupkin, te mando este recuerd.o para, que lo cuelgues en üü percba junüo con aqueüa bata rus& que tiene olor a Moscú.
CANTO PABA
ÜNA
SEGADORA
O TIIVE un corazón montarat 1rz I con árboles Bescadoresde bruma y rios atigrados de sol. Había en él mirlos oscuros
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l-=-*
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Í--lr'
quo picotearou las estrellas; alondras matinales gue roqpían la JaüIa de las noches y dehisccntes corolas dc sílencio, donde zumbaron todos mis más locos insectos musicales...
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, . .Pero allá, en ol ('onlin rlo u¡r¡ tlerra sobre ch&pincs do ¡rilcntio, venías con tu l¡oz y tus oJos do agna destrenzando canli¡ros!
senda.
l
Yo no sé la ralz do tus pasos, ignoro si teDías un aya zurciclora de müsicas. Yo no sá si tu nombre so alargó eu ol reci¡tüo de otra voz que la mía" ni sl has visto en mañanas de azafrán una yegua taladfa¡rdo el sileDcio que trasplran los bueyes. Torre con pájaros de alarma, flechero rojo, yo encoreaba mis arcos de soledaal y bacia flechas mortales cou ml suefio! Y un mundo de juguete se acuñaba en mis libros. Peto allá, en el confÍn d.e una tierra más honda. veuías con tu hoz y tua ojos d.e lluvia,
más hond¿.
Y tus dedos hacfan rr¡nos do solcdad: Xl tapiz do la tiorra so allrgaba en tus pasos. Abrías el estuchs d€ los amaDoceres, saltabas en la cucrda de los caminos ebrios; en Ia devanad.era de tus manos, curiosa, deshacías eI ovillo del sol. Y cerrabas los ojos de la tarde muerba de sueño: se arrodillaron todas las palabras en el cojin del aire;
¡66
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y tal vez te decías que algün d.ios infantil soplaba las estrellas Jugando cou tr¡s uoches..,
Adolescencia! Con llavines do asombro dostnpobírs el cofre lntacto do In vld:r. las mañanas dcJaron sus ¡rlfsos do sol y traían frutalos contr¡rbl¡¡rrlosdo Jribilo; tus oJos penotr¿l)trr t.o¡¡¡otlog .ieltalirr¡s hasta el ruJdoso (:orirzó¡¡rlol ¡nundo y en ei grrjo nrlis llllovo (l{, turlr noclto qu€ hizo llovcr sr¡s hoJtrs p;trl nlrlltr so maduraba el frr¡to do lrs lrrulrs casi junto a tus nl¡no¡...
r
t'
Ay, de Ia noche! Ay, de la noche atrtigua sobre un mundo frutal! Enüonces el silencio deseó ser rur ast¿ con banderas ate gdto; debió partirse en gajos la solerlarl y alza¡so la cúBula del viento eB nuestras voces! Tus palabras d.ecÍan: -Yo sé tocar los grandes ald.abones tlel júbilo. -Para cazar las hora,s he tejialo üra red. con el hilo apretado d.e mis d.anzas.. -I¡a vida es un juguetg de música en mis d.edos... -Yo encantaré tu cesta de s€rpienteg con el flautfu menudo ds uis risas. .. 167
rt I
Y se funüerou totlos los liugotes de nuestra8 rutas. ED la oquedatl humilale de tw maJxos el pájaro si! Dorte de mis ansias cabÍal Y era co¡ilial tu som.bra, como a.quella de las ramadas en el Sur, cuando para eI hasüio trenzaron los abuelos el lazo flojo alo las vidalitas... Me hablabas ale tr¡s dos pajareras y entonces ¡¡n g¡an sielo de alil ¡ecién ¡acla.
Nombraba lejanías durmientes en cunas d.e estupor' sin desflorar au¡r y deseosas de tura torpe violencia. El mar enfático, inventor de g6nesis, con la mania d.e los diluvios espectaculosog; y un secreto que a¡siaba doshojarse como una ros¡ ya bien madu¡a de amor... Pi¡taba sllencios culTados en sed tte gritos; una gran Soledad que tendía sus ramas bacia los cuatro puntos cardinales rtel Sueño; y una tlerra, en cuyos ojos lucientes pendlan las últmas gotas do la Nocbe Fi¡a.l. ..
IJ.trR{}O DIA DE COI,ERA fr N EL corazín del sfle¡cio .L lo¡ bombres clavan sus pasor. Cada talón golpea la blgornla dol mundo; se üejen las plsadas on colla¡og do fuga y el tiempo, castlgado do lnvlsiblcs otoflos, en los camlnos lroco llovcr nus l¡oJxs muertas, En el uso del hombro so f¡rtig:r ol giloncio: las rutas enveJeceu co¡r el p¡rco dcl hombre. La luz abrió sus párpados ur d[r! El sol gimnast¿ pudo saltar la cuerda floJa d,e un horizonte niúo. . . Sobre el navío err¿nte de las nocbes el Milagro calzó fuertes botas piratas! ign dios-viento solía desmontar junto al bombro y ataba su caballo de música en la tierra: Contraba,ndista de pájaros o mercachifle de torDorxtas, naITó sus episodios en la ruta clel aire. 168
El viento fué la tentación ttel viaje: Y los bomb¡es oían zumbar los planotas coD.o siete moscas azr¡le8; a sus pies yacía intacto el carretol de las dlstaeciag y los rÍos dijeron ya sus ripiosas verdadeg co¡¡ las barbas proféticas al sol! AsÍ, los hombres nuevos encordaron la tiorra ale caminos. En su.s talones rojos borclongaba4 las rutas u¡a caDcióa de ausenciat Mástil empavesado de mañanas, caballos red.oblantes de locura a lo lejos, botas de siete leguas del amor! Dónde fueron las proas enhebraclas de asombro quo bilvanaron el traje de las noches? Xl silencio juntó las pisadas del mu[do... tn el corazóo del sile]tcio los boEbres hunden sus cantos: 169
/
El silencio eB la rama dond.o se smboscan todos los pájaros de mfistca. Pólvora de canción ea los labios d€hlscenteg; ballesta de palabras que se curvó en el odio y en el amor, qué importa! Bosos podridos eD el á¡bol de un otoño de fiebre; hilo de risa para atar eI tiempo. ¡oto eu las viejas manos de u¡a hora frntsl.
sobre rura floración de ciudades ató4itas. Viejo trompo sin niños, e¡1 un rirxcón de loche se detendfá la tierra. Y un dios color de alga,s ha de amasar el barro de otro mund.o sitr voces atrte r¡na gran fr€scura de diluvio...
El motivo no importa! Iabricamos cÍrEp¿D¿s que muerdan el silencio; y eI mundo es un pandero que se quicbr¿ on tus pulos y en mis fuertes rodillas! Cantamos a la vida o a la muorto y el motivo no importa! Nuestra oración patina la car¡r do los dioses o revienta los ojos preÍaclos úo l& lluvi;¡... Lo esencial es roml)or el silonclo que vela, sofocar Ia palabra no (llch¡ rlol siloucio, cubrir el pozo donalo so desnrrcla nuestra girante solcdad (lc ilst¡.o! Y el sileucio es rrn buoy quc se ¿rrodilla. fustigado de grltos. Yo auu¡tcio utr l¿rgo clia do cólera. ale pié, gesticula[do cou¡o un dios. apretará su hinchado corazón el silencio. fruto de todas Ias palabras muertas.
Y er¡toD.ces,
El mar exte8derá sus puños de agua 770
l7l
T UAN
MARIN (Catedral
1166. -
Santiago
do Chile)
AMANECER, DE ITOEPITA¡ ¡ lJ
A SALA os lrrr n(tl¡nrlunrNlgrnto¡¡co con 24 pecos pltlltlox, lnnróvflox;
ls tos d.o u¡¡ vl6jo llonn ol trtro do lt¡n&ros ¡Oómo culde ol vtoJoctto la sonor¡ gult¡lrr¡ do rtlrr bronqtrlorl . . . LUI que no cs lu¡ t¡Rn l¡r¡r vor¡t&n[s; dentro los fnrollUos dol gae son cual los oJos do los paralftlct_ y ol reloJ, asomandotrnr tn ¡rlovo: ilc.tf|c, tic_tnc, 8or Egter aparoco o¡l cl c¡aro bost€zo de le luz, Con loe brazos cruzados os la Esflngo modcrn-etyle. Bajo el ala de avión do su toca blanca, Ya hizo ua décollage lÍr Cal¿vera, y viene a comulgar. -.Alabad.o sos INosUn algo lnforme se alza como uDa corola de yeDdas satrgraDt€s. Quisiera respo¡¡der y apenas puede t72
sscuBlr uuuuuuhhhhtrh... saasahhhhhb.., El co¡rvoy do la som,bra ha becho el alto fin¿1. y la noche Brocaz, quitándose su Yestialo negto, queda en ca¡risa blalca. -Buenos -Buenos -Buenos etc.,
dlas. días, dfas, etc,,
hermana. hermana. hermana, etc.
2 eDormes moscas bl¿ncas, vestidas de enfermeros hacen su aparlclón, y coEienza la faena. Orquestación de toses, bostezos y quejfdos; uúsica extraña de aceros y de losas. En un carro se ban llevado aigo hacia fuera, y ese algo, que ajitaba los l¡r¿zos como haspas, aprisionando el aire que iarnás Io envolverá .. . ese algo ha dicho: ¡Pied.aat! Al quitar uDa venda ha floreciclo u:¡ bermoso rosal sobre un adbomen. ¡Ay-ay-ay!. . . IIa nevado algodón sobre ios parqueg, y se agostó el rosal. Xs la faena!. . . En la doble manclíbula cr.ela sala hay 24 dierites de marfil. Cada d.ía cae uno, como utr pétalo, y llega otro casi igual. Por el muro, sonriendo, ha riescendido, 173
una serpie[te de oro, La mañ¿na está peinando gu cabello sus guedejas de ámbar o[ €l agua.
y moja
SUPERAVION q OBRE el trampolfu de los vientos vfrgenes \-, la mariposa férrea ha bri¡cado IIn corazón püoto sale a caza do con8tolaciones Aateojos tetr¿ód¡icos, chaquet|,s lm¡lermeablcs para el desconcierto t Ilrrrr¡trrr ¡Cómo zumbl nl ,,,ur.,,r.1¿n dc Ia mucrto en üos frcntcs grau,Ítit:or; tlo las corülloras ! El espacio cs la nolitrr.ión do si mjsnlo y e l t i e m p o v : r . t . : ¡ ¡ u i r ¡ : ¡ r r t l oh a c i ¡ atrós... R¡.rrLr-rrrr la hélice vibr¡r¡tc vt¡ triz:r¡rtlo los espejos dc ¡lieirl;r rlcl silonr.lo ¿c[ántos farolcs dc l¡r Rro:rtlrv:ry trórco puso un alcaldc lo<,o o¡r .l:r Vi:r Llrctoa? Utra mirad¿ de ho¡¡rbte al)iriíó (,u¡ttr.o cna¡ro aciolito;; lr¡Itt._'rr,.. Con la li¡terna tic sus rlns: ¡rrbr.c:; el hombre entra e¡r cl ¡rozo tlc l:¡, ¡¡ún¿ y encuentra filoues de oro crrrlltc. En los cordeles dc las ¡rebulo,sls como un pañuelo recién lav¿rlo uJra luna de lÍenzo está colgando. ..
Rrrrrrrrrr. . . Xl tirabuzón d.e hierro
¡adelante! ¡adelante! 171
dostapa todos los frascos del éter. 1.000 metros alas que acarician la médula, el alma sale a columpiarse en Dfos. Allá abajo la tierra se disfraza en el d.ía de naranJa Y luego se torna diminuta cabeza de Jack Jhonson Bajo las claraboy¿s del abismo la placa microcósmica hace el ciclo de su vida Infinita escalera del espacio mientras bajan las luces siderales u¡ Diógenes con alas va trepando. El hombre va embriagado de azul y d.e electrones ya tiene en sus aurículas la oscilación eterna. Su advenimiento es fruto de una pasión de Soles hacia lejos se ha apagado el ültimo recuerd.o el beso de la novia y el adiós con lágrimas cayeron al franquear lo3 500 metros: el ultimo terror, la sugerencia final, la de la muerte. quedó en los 1000 Después ¡oh borrachera de cósmicos brevajes! ¡oh epilepsias C.e amor err el ví,rtigo! ¡Succiones en los senos lactecentes de Ia Venus de ámbar! 3.000 metros 4. Oco 5. 000 por la película de sus tálamos ópticos Perla Wlite va rodanato d.isfrazada de estrella t7$
€n el carroussel de fuego de su elÍptica. Con las üijeras de sus alas el hombre ha cortado una guecleJa al aol. ¡Vuela el súper-avión. . . f,o atraen las lunas de ambal de los Oriones en los negros carnavaleg del sileuclo. . . 10.0O0 metros. Ifay una cruz vagabunda donde murió de asfixia Julio Verne y tuvo el primer síncope el enorme ElnstefD El motor . Rrrrrrfirrr. se ha perclido en las fuerzas múltiples. EI corazón del hombre sigue sigue... en los vórticos inliDitos ascendiend.o En el telón del ulivcrso se proyectan log slÍ{¡rosi gritos actuales nacen, se rompcn, y ulllcron elt sf n¡lsmos. Más allá de las lillctts, cn l:r rl:t¡tz¡t d e h o r i z o n t e s c r ) l r r l o sy r l c : ; i r 1 i o 1 ;r l i c r o l ; c ó p i c o s más allá de ios ltstros, sol)rc el llolvo de oro atónrit:tttlc I:tt; {ot] lol:l(:io¡los, sobrc cl galolto tlc l;t:; irler.rlo¡liits e n n r e d i o t l c l : L s r t r r ¡ r ' l l t ; r : )( l c l c o s r l l o s , el Hombro rliru¡lr, r,r¡ cxisl cl¡r'i:r r¡tilcnaria c o n e I S u p e r a v i ó l t l c r , t t D c t ¡ s ¡ t ¡ r ü c l t t o l ,. .
HUGO
MAYO (Qulto, Ecu¿dor)
DE TBET LIIEOWSKA OLfNETE hldráulico. Naufraglo en la vlslón lr¡eslstlble. Cu¡va sobre el horizonte. Esplral enlgmátlca que descoltorsion¿ la Bonumbra, eü hélices plurlcoloros... Célula de l¿ locu¡a cuerda. enbruJado I,ogaritnp eD utr espasmo oc€ÉnIco. La Dauza eucontró sus póatlulos elt tus senos vlbraclonistas... Toalo eI po[tagra¡r¿ se eultiplica con tü.s dorsos c¿derales. tl d.eclive de tus oJos plurauza la il¡vitació[ e tu ólbtte de destrudec€s voltalcas. Amalgama
f76 t77
con el vacfo.
LA NOCIXE DE IJ.¡IS ESIts,EL]-AS
PleaDar rebosada por el rDaromoto do los rttmos. Ebullictón en el panorama de la musicograffa. Ilnica clave del novlformo se¡suallsno astral. Tempestad. dispersa: el imán de tus pies vaúa el rumbo de los homlsfo¡los. . .
EL
JARDIN
DE NOSIEI\IBBE
q f IITIBIERE cn tr gnlorfn tod.os los asientog L,, Do t€ndrÍ:tn lls lutdrcs coll&¡es hcchos (lo lágriDras, LÍI huerta qr¡c no co¡toció su pasado, ha florecldo canrpaurs azulcs. Destle eI otollo alguien miral)a los n]ontones de hojas -decorado del ciolo do ayerpara sonrefr. Pero, bastó quo Barti€ra Ia señorlta de las máscaras pera que en la huert¿ nurieran las campaaas azules.
¡-N LA laguna habÍan caítlo toclas las estrellas,,. l- Muchas, que no sabian nad.ar, parecfau ahogarse. Y era para ver cómo u¡r par de chiquillas las aprisionaban co¡r las manos: pero las estrellas volvían a la laguna. Xl suelo, alfombrado de flores, había ¡¡andaclo su corazón hacia la lu¡a rxientras uaos chirtruillos arrancaban las flores formando letras sueltas. Xu tanto. el eomento ela una graJx ruleta que sólo jugaba noncs... Después, cuando regresábamos a casa la laguna había escrito con flores: ' 'I{a comenzad.olas nocho de las cstrellas' , Y era¡ un par de €strellas Ios ojos dc las niflas
I\TERCADO DE ]\4ANZANA8 ODOS los tableros fueron laberi¡tos de colores. Entre las mujeres algunas corrÍau a los zaguaneg p¿ra no ser vistas; y esto perjudlicaba a los espejos. Quizá la ed¿d. habia naufragado. luego, antes de que llegáranos, se veía algo para no decirlo.
178 179
MINUETO
GUILLERMO MERCADO (A¡equipan Perú)
r) AJO un á¡bol ancl¿no IJ vio" un n¡mor. Gomoallantoocanclóo, Secreto, pero slespro pore¡¡r¡g Talvez ua antlguo Dolor, Ente¡ra.d.o a su sombla. El eco q¡¡o perdurs todavl¡ de un último grito. . .
NOCTTIR-NO r r A.DRE: lYl e¡f. rdontro, on ol frío hospital de tu süonclo el enfermo ostá muY grave. Va llonándoso ln ost¡ncla con 8u tBngfo qu€ tus mfinos no saben contener. Ob m6dtco eombrto!
T'a voz de una lágrlma que humed.ece la tlerrn, y qu6 ¡¡o c¿lla Du¡lcst El ruego laútll do una tlslca Que se queclé soñarado ¡Piedaall ¡Pledaalt
La Docho posa mós, porqus Ée caiga de tus ojos otgrnos,
El temblor fl¡¡al De unos labios sin pau, Que se quedaron ablertog
Crujo on las puortas dol tráglco apose[to r¡¡a danza do eombrss rogoclJadar'
fodas las tardeg Euertas IJora u¡ Bájaro en sl¡s ¡ama8
Por las largas distancias quo 8e alrugan de nostalglao aülla, perro siD duoÍo, ol l)olor.
Y sobre el palsaje, slempre So desangra un crepúsculo.
Y el enfor¡no está muy graYe, mucho más, Ob médico sombríol En un ¡i¡cón ard.iqrdo va el aceits ds su úItimo anhelo froDto a utra estampa destolida.
r8l 180
I
R I C A R. DO M OLINARI (Donado 2544. -
E.
señores: que "Saata Lucís noe libre del mal de la gota sere[a... "
POEIIA
Bs, Aircs, Rep. Argentina)
DEE AI,IIACEN
EArrcN! 9o fui el lnüce imantado de tode tropelfa, ¡Alüracenes opacos de ml tiena, gu.e fufsteis el cart€l y la paloma de nuestra Bunterl¿! p I
MUSEO r SOLEDAI) hoy se comparte con los cuatro trozos do uD& ma¡rza¡ra de CézaDne, Mu6eos, los años son pamplinas ds p¡pel; aquella mujer me sigue mirand.o y aquel cristo de velásquoz, no pido quo lo descuelguo para lr a, una foria vestldo de cludadano. Josó do Togoros. tus muJeres do pecho hl¡medo De tfae¡ Un rosfrfo Daritlmo. . Don Joaquln Eorolla se ha pueBto a llorar, porque rrna ballena le ha pescado un rdño,
182
Yo a(üvtn6 el miste¡fo del c¿ndado y no mordf la poma, por ¡o perd.er ml Ed.6u c¿sero, que efa m€tal labrrdo, y compotero. Eoy digo a la despensa: ¡perdóuemo y reposr! qu8 ya :¡o me trastorDsn trrs vasua,s, annque louestren el mu¡do... llli nl[e¡ ha c¿ducatlo y yoy t¡as de lar hlJas de l¿ coma¡ca e: bosc¿ de la esposa, coD uDa ar¡or¡tro ce¡rüalo4 y con las ¡lete llaves ilo mi a¡c¿. . . tr[t Juego se Da tortrado en loterÍ¡ y me arora ol pavor dol bollllero, qne tr¡e ¡dr¡ lar maúor de nuevo pordlosero. I83
Yo quebrar6 la tierra labrantf¡ como lo hlclerotr mis herrr.anoa; y ence¡der6 una rela a 8a¡ Isi¿lro Labrador, para quo culde ml parcelr y me DroDlclo en el A¡or. ¡AlEacetes opaco8! Yosotros aeguiréfs vivlendo, cntro el clamor da las bal¡¿¡¡a y el cotrtüxu,o reEloDdo de los ¡acos y la zorob¡e d,e l¿s fta¡zar.
J.MORAGA BUSTAMANTE .
.l
(Ertacióu Alameda (Tratrsportes).-
Santiago de Chüc)
JAZZ-BAND Et N LOS avlon€s de oro
I/ivtréir c¡ la suba y 6tr le bsjs, y en el esc6ndalo de los muchacho¡ quo rCg8toan y so robau r¡uoc€si porque vucrtra stoDclóD cr la baraJa, cl camblo do los Juecoa, y ls docl[d¿d do los bor¡¿chos...
P del J¿z¡-Baud llega ua P¿rfs ¡evolucfon¡rlo.
Yo Áo bc de atlsb¡r ya le tda y vonldls do la gruora D&trotrs, Dorquc la hor¡ bertd¡ todo mo lo pordona. . .
Xs un ParÍs do atardecef con sug boulevares enceDüdo8 €n r¡rr, sol de otoúo grls.
Bavel, Dutrs y Dobu¡sy cautan ' en el Tea Boom de la d.ocadoÁcla.
Todo lo dfce el Jauz-Band. Yo catarú lo¡ vlnos, golpear6 muchB! puert&r y volvcré a tus camfno¡, cuancüovea a la vlda con la¡ f¡uccs ablorts|. , ,
I[ay mujeres en la sal¿ qtre recnerdan el A¡co del Trlu¡fo. ¿E¿ yisto a parfs? No miro. Sueño frente a Ei
t84
..cluza¡¡o",
t86
,
en cuyo fondo se desnuda una mujer exótica y lejana. Cier¡o los oJos para verla cami¡ar sobre mle tlerras. Todas las arenas d.el Sahara l¿ abrazan de espejlsmos lumi¡osos. Do vuclta, Blento que algo u,fo se muero para sfeDrpre. E¡r tanto ol Jazz-BaDd es rur loco ql¡o gostlcula en log "vltruux" do los ospeJosds humo. Molincro oxtrsvaglrnto ha qucbrndo rilLeultluss ostrolla!. AIor¿ ol nmor os un aro rodando hacl¡r P¡rfs. Ml alm¡ so arrodlll¡ ca ol Gllcncio y piensa,
doDale canta la priumvera y d.an vuelüa los ojos de la soledad Oonstruyo caminos y amarro palses con el humo de los sueños Sobre Ios continentes lluevo la esoncia do Ei
fortuEa
Estar aquf y aUá pero las fronteras atajan uis tre¡res tovolucio:rarios No obsta,nte etr el vierto echo a vola^r ml caución por la vetrtana del Xsüo, Desdoblada va El viala hacia l¿ cruz do los polos ¿Quién dibujará mi sombra en los espeJos do Europa?
¡Parfsl POEMA
Sobre mi corazín cae como lm ruego el Derfume de las dista¡rcias.
IINA do los turfstas 1I l-¿ suave como ulr nldo do plumas Alas de la ¡ocho
lgo
TEBBAZA z¡ U
IIIDAI) ¿ la hora del vermoutü
lE7
Múslc¿ danüo vuelta en el Mollno do la 6 Empleza la ¡ocho a colgar en los faroles de las calleg estrellas pe!.satinBs Los bombres 8e e¡trGtle!€Á üciendo gue Ios traüvfas perocen do Juguoto De aquf lag coeas ntlqulorou alegr.ia do Danclng Tot ¿Qulón egcrlbs tu nombro al venl¡ oI slba? Calls clow¡ ds Ia trfsto¡¡ Xn este lDetsDto bay negros quo hrgan Eu! arcog a ¡B lnñ¡
PABLO NERUDA (Castlle 2898. -
9antlago tle Chtlo)
¿ S liA maÍaua llens ale tompestaal f .f- en el e¡tazln d.ol vera[o. Couo pañuelos blancor de amor viaJan las nubes y ol vlento las eacude corr s¡ur vi&Jelas Eatros. Iu[uEerablo coraz6n. del vlento lationdo Eobro nuestro sllenclo e!.ano¡ado. Zu¡nbantlo entre los árboles, orquestal y dlvino, como u¡¡¿ lengua lleu¿ de gue$a y do csDtos. Viento que Ileva en rápfdo robo la hoJa¡asca y desvfa las flectas latletrtes ilo los páJaros.
L¿ noche ob ?o
Vieuto que Ia rotiene, ¡tat¡ Ir€queüa y tsn dulcel como ur¡a hojit¡ seca calala eDtre u,ls brazos.
ó^
-s
Q^
11 en el CAIBO
tE8
/'\ABX fusra del cielo anda ontre dos Do¡ta,fas \-Ia mitad de la lun¿. Girauts, orra,Dto Docho, la cavatlora tle oJos,
t89
A ver cuántas estrellas trizaalas en la charca, Eace una crr¡z de luto entre mis c€Jas, huye' Tragua de metales azules, noche de las calla.das lucbas, mi corazón da vueltas como nn vol:urte loco. Niña venida de tan lejos, traída do tan lcjos, a veces fulgurece su mirada deba.io dcl cielo. Quejumbrg tempestaq remolino dc furl¡ cruza oncima de mi corazón, sin dctcncrtc. Viento de los sepulcros acarrcr, do:rtroza, dispersa, tu ralz. soñolienta" Desarraiga los gÍa¡des ár'ltolcs rl ot¡o laclo do ella. Pero th, clara niñ¿, prcgunti¡, do hut)lo, cspiga. Xra la que iba formaudo cl vior¡to r:on ho.irs ilumlnadas. Detrás de Ias monteñ¿s r)o(ttur¡a:l, blanco lirio de i¡cendio, torcienclo l¡aci¡r cso l¿tlo o ¡uÍ.s nlll conti¡rüas siendo mÍa ab nada pucdo doclr: Xrit )rcclr:rdo todas l¿s cosas Ar¡siads quo p¿rti:ito nri pcclo :-r cuclrillazos, es hora do scguir otro t'anrilro, dontlc clla Do soDría. Tenpestad quo entorró l:rs cunrplrD.cs,turbio revuelo de tormentas para qu6 tocnrlx ahorir, plr;r quó entristecerla. Ay seguir el camino
molinero tacituruo. se to vieue de bruces la noch€, Iejos tle la ciudatl. Tu presencia es ajena, extraña a mf como una cosa. Pienso, camino largamente, mi vida antes de tf, Mi vida antes d.e Dadie, mi ásper¿ vid.a, El grito frente al rnar, entre las piedras, corriendo libre, Ioco, en eI vaho del mar. La furia tristq el grito, la soledad del ma,r. Desbocado, violento, estira.do hacia el cielo. Tü, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla de ese aba¡ico inmenso? Esta.bas leJos somo ahora. f[cendio en eI bosquo! Arde en cruces azules, Arde, arde, üamea, chispea en árboles de luz, Se derrumba, crepita, fncenalio, fncenclio. Y mi alma baila herida en virutas ds fuego. ¿Quién llama? ¿Qué silencio poblado de ecos? Eora de la nostalgia, lora de la alegría,hora de Ia soledad. hora mÍa entre todas! Bocina er¡ que el viento pasa cantando. Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo. Sacuditl,a dle toclas las rafces. asalto ale totlas las olas! Botlaba, alegre, triste, interminable, ml alma. ?ensanrlo, eDterranalo lámparas en la profuncla soledad. ¿Qüién eres tú, qld6D eies? L8 QUI' to amo. En los oscuros Dinos so d.esenreda el viento. I9t
fosforece Ia luna sobre las agras err¡¡tes. Andan dfae lguales persiguléndose Se desciñe la niebla en danzaütes figuras, Üra gaviota de plsts 8e d€scu€Iga ¿el ocaso, A veces una vel&, AJüas, altas ostrellas. O I¿ cruz nogra d.o un barco. Solo A veces amanorco, y hrists ml ¡l¡¡ oltÁ hümod¡. suena, resuen¿ ol &&r loJnuo. Esto os un puorto, Aquf to omo, Aqu.f te amo y on vfrno to ocr¡lto ol borlzonts. T€ estoy amando nr)n ontro ost&s frfes cosas, A veces v&n DfB l¡ono¡ on cBos bnrcos g¡&vos qUo corr€n por ol rnnr hncln dondo oo ll"g"o. Ya me cr6o olvjdndo como ostrs vloJas ancl¿s. 8on m6s trfstos lo, mlrelles cu¡ndo ¿tra,ca la tard.e. 8e fatlga ml vtds lt¡litflnrcnto Uamb¡lenta. t" no tongo. Estlre tri ran aisi"iie. f;3: _que MI hagtío forcej€a cou los looto, ---' la noche llcga y co&lonza "."pnr"o¡lr. ¿ cantarme. _Po¡o f.a luna hace gtrar su rodaJn do Bueño. Me miran coD tu8 oJos las ostrellas más grand.es. Y como yo to amo, los pltror, on ol \riellto,, ,q¡r¡ere4 canta¡ tu ¿ombre con Bus hoja8 d,e alam,bre,
t::.t1"u"- h_aciaese lado o más altá contürúas siendo mi4 e¿ la soledad del atardecer golpea tu ,""rr;; €¡ ese fnstante trel¡an en¡ed¿deras a ni verrtatr8 oI viento de lo Blto ci¡b¡¡ la se¿ ¿e i n"rt.r. 192
ün gosto cle aleg¡í4 uDa palabrs do ponl qno oit[vlcr¡ más cerca de tf en su ¡eloj profundo la Docbe alsl¡ horag si:r embargo, teniéndote entre los brazos vaclló' algo que no te perüenece desciende d.e tr¡ cabeza y so to llena de oro la ma¡o levantatla hay esto entre dos paredes a lo leJos raatia¡te$ ruedas de pletlra sostienen el dla mientrag ta'nto después colgatlo en la horca del crepúsculo pisa en los campanarios y en las muieres de los puoblor moviéndose en la, orilla de mis redes mujer querida en mi pecho tu cabeza cerra,da a grantles llamaradas el molino se revuelvo y caetr las horas nocturnas como murci6tagos del clelo €tr otra parte lejos existen tu y yo Darecidos ¡ ¡losotros tú escribes margaritas en la tierr¡ solitaria casc¿beles ¿ ese lado de la montaña es que eso pafs de cierto nos perteneco el amanecer vuela de nüegtra casa.
OLANTIN d.e los niños, alto, sobre los pueblos, d€slg¡&8 tu subida. Tulipán de Bapel, sujeto con humo, te caes haci¿ el Est€' Subi la loma, orillando el cielo. Ah. más libre que mi alma, errante, solo' Pasé el invierno ttetrás de ur¡a ventana y un sol de ¡ocío de reponte se paró de la hierb¡. De otra parte, de las ciutlades, leJos, lejos tte aquÍ. 193
Sira embargo,
orüla:rdo
Bailas grave y audaz, Ifermano de la flecha, arco d.e hilo. Viento, viento sin sostiene el Juguete y Mariposa Publicas blancos.
el cielo,
surgiste
en la
colina.
como enfermándote. asustas las abeJas y trepas a tu
Tulipán de papel, sostenido con humo en el viento apre surado. Giras erxtre sus aspas pesadar¡ de silencio.
presencia,
tiendes la, cuerda que esa frágll alcgrÍa. sin suerto, v¿cilante, anto todo. la prirnavera, nriis lrrriba do los Danzaneres cncumbras
Gota ds color, flor hcchlze, er¡tusltsmo do tod.o. Yo gritó sol¡ro l¡¡ lorn:r, huf¡ loJol; h;rcia, dotr
siempre,
A tí, te asocio, compañera, mi mujer dulcc. Era, sin duda, la eue el vienüo queúa arrastrar. detrás de su trineo, entre mariposas difrurtas. Lejos de la coiina, atajandlo cielo, cie pronto Lejos, lejos y ardiendo, alto sobre los árboles.
yacilasi.
aproimo aua[do -completameute
el cielo con l¿s manos para desperta,r
sus hümedos terrores Eu setl coDfusa se suelta tus besos se pega¡r couo caracoles a mi espalda gira el año de los calendarios y salen del munclo los f,ías como hoJas cada v€z cada t¡ez al norte están las ciudades incouclusas ahora el sur mojaalo encrucijaclo túste en donde los pecps ¡lo\¡ibles como ti.ieras ah sólo tu aparecesen mi espacio en mi anillo al lado de mi fotogra.fía couo la palabra está enfermo detrá"s de ti pongo una familia desventajosa radiante mía salto pertenecieute hora de mi distracción están encorvad.os tus perientes y tü con tranquilidad to Eiras en una lágrim.a te secaij lcs oJos doncle estuve está llovie¡rdo de repente ml puerta se va abrir
mes de juuio se extendió de repente €n el tiempo con seriealad y exactitud. como rur caballó y en el relámpago crucé la orilla ay el crugir del aire Bacífico era muy grande los cineinatógrafos d.esocupad.os el color de los cementerios los buclues destruídos las tristezas encima de Ios follajes encima de las astas de las vacas la noche tirante su trapo baila¡do gl
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el movimiento rápialo rlel üa igual al de las manos que detienen un vehículo yo asustado corrÍ& oh lluvia que creces como las Blantas oh victrolas ensiDismatlas personas de corazón voluntarioso todo lo celeb¡é en ulr tren de satisfacciotres desd.e donde mi retrato tiene detrás el muod.o que describo con pasión los árboles interesantes coüro periódicos los caserÍos, los neles ay el lugar decaído en que el arco iris deja su pollera enretlada al huir todo como los poetas los filósofos la,s parejas que se ar¡raD yo lo corrienzo a celebra¡ entusiasta séncilIo yo tengo la alegrÍa ale los panaderos contentos y entonceg amanecía débilmente con un color de violÍn con un sonido de s¿mFana con el olor de la larga distancia
SALVADOR NOVO (Diatio
"El
llnlve¡sal,'.
-
EANON OMO un fndico ¿^r v vago por ol teclado do los Afas y cada sieto veces u¡ra voz erclam¡ ol corazón uD do alo pecho. Las ¡ocheg slempre son más alüag Y u¡ bemol no reconoclble. Xsconderso entre dos altas noches y la rafz de un soll Envidia d6 los que tlenen rnanos áglleg ¡rara el recuerclo y la esperanz& porque de ellos es la Bonata, (La libertatL de imprenta oh cabezas numerotéesos da el derecho dg creerlo). Solo yo sé por mÍ método cartesla¡¡o -el mejor método de pianoque cada siete veces es clomlngo
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México, D. f,.)
J
hasta e:r Haití y hasta en Santo DoDiugo' . . . .
en el jacal perditlo de la sierra nos bastará un duchazo de arco irig nog secaremos con _algún stratr¡s.
Y qr¡e cada mañana la ciualatt rumia el chicle solar en sus pare¿les y 1o hace dúctil sobre las personag que como yo, no son nás que un ínttice y han recorrido ya todo el üeclaalo.
NAITTBAGIO
t, \/ I A J E
ff".ffi"*nilul,", oo.,,, Q lluyo de los hongos cüpulas paraguas paracaídas y caídos.
¡ OS NOPALES nos sacan la lcngtta L, pero los maizales por estaturas con su copetito mal rapado y su cuaderno debajo del brazo nos saludan con sus nxangas rotíui. I,os magueyeshacen gimnasia succa de quinientos en fondo y el sol - policía secreto -tira la piedra y escondc tn ¡¡¡x¡9d.enuncia nuestra fuga rirlicula en la li¡terna mágic:t. del ¡rr:rrlo. A la nochc Dos vonlJ:rrcrnos encendiendo nucstros farolcs o ecbaudo por ticrrr los lrosrlucs.
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¡Viento, lluvia, azótame, amásame un alma olorosa agua que fuist€ cenagosa y te purificaste en los azules teuded.eros! Sepültame contigo no esperesde mí ün imBulso he sido siempre solamente un caJón con un espejo y vidrios do colores. ¡Coframos a la lluvia! Nunca ha estatlo tan orquestad.a, es el pla,cer que duta uD iastantg y aclqnás ya inventaron los pararrayos.
Alguno quc otro árl)ol quierc dar cl¿sc ric filologfa, f,as nubes inspcctor.asde mor¡umentos sacuden las mftrluetas do los ¡Dontes.
Xsta ola de viento sabe a torsos y a hombros desuutlos y a labios y huele a miradas.
Quiéu quiero Jugar te¡nis con nopales y tu¡Ias sobre la recl rie los telégrafos? To¡raremos más tard€ un baño ruso
Ma¡ mar adentro y hrego húndeme y desgájame, no quiero nrurca gua,rala,rnada más.
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Romperó mls antooJos verdes y ol sol bailaró para mÍ como un nlllo idlota que busca ol J[guoto quo uaufrago.
DIT,IIITO 8P^CIOSA s¡la de baile Et r: ¡l¡¡¡¡ y cercbro do8 orqrrost&s,dog bsllo do tr&Jc8 las ¡rnllbras lban i¡trand.o lnn vocrlcs daban el brazo a las colgonaútes 8oñorftns acompañadas de caballeros y tonlnn trajes de la ettad metlla y do muchlslmo antes y ladrlllos cuneiformes pnplros, tablas, grrmas, alelta, omicróD, peplos, vestes, togas, armaaluras, y las pieles bárbaras sobre las pieles ásperas y el gran manto morado do la cuaresna y ol color de fnfiemo de la vestldura d€ Ilants y todo el alf¿lfar Castellano, las polucas de nuchas Julietas rubias las cabezas de Iokanaanes y Marías ADtonietas sin corazón al vieDtre y el Príncips Esplenalor vestitlo con briznas de brlsa y u¡a pritrcesa monosilabica que no era ciertamento Mcdamo Bütterfly y nn negro elástico de goma con ojos blancos como l¡¡crustaciones do Earfil. I)anzaban todos €tr mÍ
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cogidos de las manos frlas en un antiguo Berfirme s,pagado tenian todos trajes div€rsos y drstintas fecbas y hablaban lenguas dife¡e¡tes. Y yo lloré inconsolablemente porque en mi gran sal¡ d.o balle estaba¡ todas las vidas de todos los rumbos bailaudo la danza de todos los siglos y era siD embargo tar¡ trlste esa mescarada! Xntouces prendf fuego a ml cor¡zón y les vocalos y las consonantes flamearon un segundo su pe¡racho y era lástima ver el turbanto del gtan Visir tronar log rubfes como castañas y aquellos preciosos traj€s Wattoau y todo el estrado Queen Vlctorle de damas con a¡tos Beinados. También debo deci¡ que Ee i¡rcendiaron toclas las monJas B.C.yc.O.D. y que m.uchos héroes esperarotr estoicamente la mirerüo y otros bebfan sus sorüijas envenen&tlas. Y dt¡¡ó mucho el incendio ma,s vf al fin eB ¡¡i corazólx únicamente el coBfetti do toalas las cenizas y a¡ removerlo eDcoDtr6 uaa criatu¡a sin nombre enterane[te, entera¡neAte des¡uda,
2U
sin edad, mud.a, etertra, Y ¡oh! rruD.ca,nunca sabrá que Gfston las parras y las manzanas se ha¡ trasladado a O¡lifornia y ella no sabrá uu¡ca que hay t¡euest 8e ha clausurado ml sela de bailo ni corazón no tiene ya 14 múslca de tottas las pla'yas de hoy más tentlrá el silencio d.e tod.os los siglos.
EL MA3 p OST NATAL total üxmorsión para la ahijadla de Colón I con un tobillo en Patagonia y un masajista en Nueva York (Su apenalicitis a,brió el Canal de Panamá). Cal¡alleriza para el mar continentófago tloncellez d€I agua playera frente a la luna llena. Cangrc.fos y tortugas para los ejemplares moralistas; lrngostas para los gastrónomos. Sant:r Elena de Poseidón y g¿rlgo do las sirenas. ¡Hígado do bac¡l¿o calamarcs cn su ti¡rla! Ejemplo dc la BiologÍa en que los pcces gra[des no tiencn :nás quo bostozar y dejar que los chicos vengan a si.
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(Al muy prepotento Gnillermo eI Seguillo en la vieja gucrra torpedo alemán).
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¡Oh Do.ar,cuando no l¡abía este lamentable progreso y eran entre tus dedos los asirios viruta do carpinterfa y la cólera griega te hacfa fustigar con alfilerest Xn tu piel la llaga romana termoc¿uterizó C¿rtago. ¡Cirujía cle Arquímides! 3años, baños por la Física y a los romanos. Xuropa, raptad.a de toros buscaba caminos. Tierra insuficient€, problema para Galileo, Newton, los fisiócratas y Ios agraristas. ¿No te estremeces al recuerdo de l:rs tres carabelas magas que patinaroD mud.amente la arena azul do tu desiertot Nao do China cofro do sánclalo hoy los perfumes son dc Guerlain o do Coty y eI te es Lipton's. Mar, viejecito, y¿ no Juegas a los náufragos con Eolo desde que h¿y aire lÍquido agua y alre gratis.
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¡-
I,as volas hoy soq ba¡deras de colores y los transatlánticos planchan tu superficle y separan a faerza tus cabellos. I¡s buzos te poneD inyeccioneg lntrave¡og¡s y los submarinos burüan el privileglo de Jonás. Easta el 3ol se hc vuelto caData! de tu tsab8Jo y toclo el dfa derrfte tu vergüenza y ttr agotsmieoto Las gaviotas contraba[üstag son esplas o Eon aeropla,úos y si el buqne so hu¡ldo ----sin que tú intervengastodo cl mu¡.do se salva e¡¡ andad.eras ¡Oh Dár, ya que uo puedles hace¡ trn sinücato de océanos Di usar la huelga general, arma log batallones de tus pecos espadas, vierte ve[eno en el salmón y que tus peces sierras incomunique¡ los c¿bles y regálale a Nueva York un tibu¡ón do Troya üeuo de tus incógr¡itas veüga¡zas! Eaz un diluüo uliversal qug sepulte cl monto Ararat y que tr¡a sardiaag flrtu¡as
.--
--
r
coman cerebros fósiles y corazorxes paleontolóLicos.
CEABCOS A DE9CENDIDO el clelo por los ferrocarriles de la lluvia, Cristiarrismo, Narciso. ContemBlacióo. Egoaltruísno. ¡Y vosotros, oh torres, oh árboles que aulláis al sol! IIoy podéis llegar hasta el cielo y sorberlo con vuestras polvorlentas lenguas lentas. Pero una plgdra (¡Oh Einstein!) hizo volar mll murclélagos de la Torre do Babel.
CEIIENTXRIO L IÍOMBRE que lnventó los ángulos en su propio laborinto fatiga sus pasos. ¡Horizonte, curva, dos Buntos y el camino más cortol Pero siempre dos puntor y una dlstaucla,
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-----.--
¡Si naufxagásemos! Antlamos como Jesús sobre las aguas y asom&n nástiles ds los que ya se [urdieron en este nar.
CIUDAD .rr ARREÍES de hilo U nnrn enhebrar la sed infinits sobre los techos, Iluecos eu la carne de los etlificios Ilara eI dolor de atliviDar el aire reEoto. El suolo se pega a nuest¡os pies aunque ascendamos como se aspira para erpirar, Brochcs de sol absu¡d.o en la pared como en estantes hay vida en hojas iDterrumpidas.
HIMNO
DEL
DOLOR CONYEBGENTE
¡r OIiTO circúto \. en mi vital instalación. Mi preseDte es eI presente, mas mi pasado era diverso del pasatto del nunalo.
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Augulo agudo mi vida dividía el mar y d.os p¿sados la impelíaü. ¡Ay, ay, ay, ay! La hipotenusa del pasado no resistió la tlrantez y atornilló su latigazo en mi cateto vertebral. ! ¡ Sagesse No hacer ángulos con la Yida; las heridas abren así.
I a)
;',r i¿y.r/
Es necesario viajar en TranvÍa, cultivar eI senticio de lo paralelo y lro tropezar con nadie [unca, Ya veréis que no hay refaeciones para lo que no está Made in U. S. A. y, aunque no lo parezca,, hay que esperar la lluvia el sol €l viento y la amistad. de u¡ árbol diabético, Sentir en los oídos el caracol del corazóu. f.os ernclitos amigos se esfuman tras una tela de ealud. ¡Y ahogar la rabia y la esperanza y el inpulso y la itrtroslrecciór¡ como cosas ale Satr Agustín, Eurípides y Sara Bernhard!
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PUEBI,O AS ampuficacloDes I L t"¡o los bajos muros presenta¡r el Pasatlo en las fa,cclones. Au¡quc cl tren clnrJaDo hace a diario transfusión de glóbulos blancos' ¡o es más quo un cigarrillo €n un prndo y las c¡lles va:r ¿ tl:rr todas a la iglesia' IJn disco negro n¡l¡rica lt cludatl cn r)ucstro cerebro' Y la estatuc de la Libertad at¡ro la c&rt& do ñi cama.
INICOLASOLIVARI (Can¡ing
327, Buenos Aires -
MI
República Argentilxa)
I,fÜJER,
UANDO tenia veinticinco siglos cle hasiío y la fealctatl ¡spdsiv¿ d.el cinrlaciaro: cara de frente de fábrica, con dos ventanas por ojos y nn cerrojo en la puerta para las buenas palablas llrgas;te vos, bruta y sencilla como una vaca, con apeDas cirrco años dc eicuela primnria, que, felizmente, no to hicieron urclla. Por más qüe to cncRnalló nli cont¡rcto, tn pureza natural estaba tatua$. erl tu Dicl ))lanct, olorosa a lecho agria, y en el pozo de tus ojos grisg; y vlcíos d.e animal alegre. Cosa de carne tenias un almt marnvillostmcnte Blmple, como una columna de agua o como u¡r dolmen de pietlra de sepuJcro en la que los lagartos de tus pobrcs instintos f\ \z
salían nras g¿ Ce opaco
a tomar el sol de mi lujuri¿, la copa de oro de ia materia inerte, sin una verÍuitleal que alterase la maravillosjl, iiga de tu meta.l, y sordo.
¡Cuánto bien me has hecho! Volatilizastgs el hastío con un gr-uñido de felicidad al besarme y a ;tri mala pata le hicistes un guiño nluy mcno. Yo te bend.igo y te benüce mi entlaña renovada y la €¡rtríiña de tod.os mis ñniepasados, 10s ogros y burgueses,
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cargados de boiír en el asesinato moral de la lucha por l¿ vida. Mi cansancio racirl fué tu túnica en Ia alcoba y danzamos en el espasmo con la gravedad ensimismada y animal gue acaso hubier:r rlucriclo Nietzche. Tus vestidos eran lisos y b¡ancos como tu espíritu, y más de u¡r& vcz ],iriír l;r medía luna d.g celuloiate d.e tu b a r b i l i a l a c o r ¡ r p l i c r r c r ó u¡ r a r a d ó g i c a d e l n u d . o d e n a i c o r b a t a : s Í m b o l o d c i l ¡ l r r l - ¡ r r l i : ra c u c i a d a y t e n e b r o s a . Te auo por(Il¡o ¡¡ircasto los desvaües de mí -ismo con e I s o p l o ( l c t u t L l i c ¡ r r , o ,l l c l t a r i t c c o n l a s a l i v a d e t u b o c a , prolnndx !. (:ulr'c, los r;ótrrnosde ¡ri indjferencia pesimist a y r - ' l i t v : ¡ r t ec ¡ r l | r l r c ¡ r t c d c l ¿ p s ¡ s g ¡ t s l i d a ¿ t e l g a l l a r d e t o do sr¡ccderrnc cn tr¡ viclrtrc con carne col que yo to bincbar&. T e l l e l r r l i ¡ ; o e l t o l t r o r ¡ r l ¡ r ' ¡( l e n l i . r a d f e porque e¡es seu(illr[ ('onro l|;r y ltrrr ¡t¡iuij:u.c.i l-rru su mismo sabor do pueblo.
laCo estoy en mi tierra, en mi casa, en mi traje y en ml rrial
S¡ento que te ama¡é toda Ia vlda porque me has alomestica¿'.o y csjtás en r,rí couro un¿ nueva circulación saqguirea y oa mi mismo cerebro estás, alta y bella, pero muda, ciega y au5ente, para no €ntrornotcrte ctr la entliablada za-i¡.bauda de mis imágcilcs, c1e Ias quc no e¡ttenderías gr'an cosa, Eies la perfección dc 1o sencillo y de Io comiln y sólo con mirartc peDsativo siento riue r:re ag¡,rro a ti como u.n pulpo aegruzco se ¡.gaira a un algo elcgante y deriv¿nte. ;VÍno de tu p'fclsncia para uli eurbtiaguez noctur¡ra! f.ua Ce tll figrr.ru, pe"r.¡ ver¡iie sotubr-¡ y constatar que Y i T o ! ; T x b l a & r l u e 1 1 1 ea g a r r o ! ¡ s a l v a c i ó n d e m i f e , pilé;lsl'a y dcsangrad.a: iTurbión
l\fc lticistcs l¡u¡rüldo (olr:o lln pcrro, lgcio y leal, y ¿ m í i a I i ) í! q t t e t n : t : ; , l r ¡ , r c ¡ ¡ r l l ¡ s t i r l ¡ , ; d C l j a b a t í , p e r o i I D postt(i; ::. lrcto ittt I'rlir[trl;ilr .
gozosa después cle le.s I ho¡j¡s clc trulrfijo! d.e i{:r&titud p o e t a q u e h a e : l c o n t r a d o s u n 1 u s ¡ .d c c ¡ r . l t e . . . i d c c & r n e ! Darás tu alma sabis.rncntc nccla ¿ ¡r¡is l¡i.ios r- .}) les daré mi cochino nombre ¡rrcstituiclo c¡t tr.¡tlns las reclaccio[es po]Jxes.
L I ¡ : : ' ¡ l i ¡ , r : r l i z ; r s t r il l l u l ) i v c l y t c b c n d i g o p o r q ¡ u e I a colaz¡r.orin:r(l¡r rlo ¡:rf (.¡rltur:r lll'letrt::lla mis pulmones on oI grito oc¿ri¡l0sr:o dcl ¡retiugo¡1o, Ercs t:rn tlel tr¡¡brl r¡uo ticrrcs olor r tango y sabor aI ytryo r'lo la callc (lo¡l(lc tll,j a¡¡tcpasÍrdos jugaban a los cobres.
Yo soy el escarab¿jo, i.ed,onrio tr-c angustia, que se amp8.ró en tu luz. Así, tan sin idess ge¡lerales, esÍ, t¡¡.,.1::in cspecializaciones, asÍ, tan de calno franca y caritativ¡, dame siempre ol agua de tU ternr¡ra fiel pare tenrplítr ]os altos hornos cle nú orgullo estéril y literatizanto.
Tu voz cr; unt gllit¡r-ra l¡crida y cantas tus tres palab r a s c s o n c i ¡ . l t : s : ( . o r ¡ t ¡ 1 . ,g t r z l r , v e s t i i : . . . Tu piel granulada y blancrr, y blrDcos y granüados han de ser los 100C grarnos de tu cer.ebro justo. Te producistes en mágico milagro de creación y yo sé que el diviDo alfarero quc xlisó tus ancas, altas y ondulantcs, no te de.ió la n:arca de fábrica. Eres tan d.el iri¡¿b¿l que eres mi alma
2lo
ahora y a tu
2tl
\1
A.
ROBERTO (I\!éxico 1.116.-
Buetros Aircs, RepÍrirlica Argentiüa)
avs sln lfdo en el Tiempo se dará a todos los Ylento! como un¿ plega,ria.
Eenroaüo: ¡be do mortr bajo el grau dolor abierto de oste clolo enclavado en la cruz de los caEinos!
BESPOIT8O EN I,ÜTO MAYOE
I.LI'EVE I I
COBAZON:
I,UEVE El
cl,'lo eq un [Irln
Oscrrros nrholos Ios árholns mir:rn pas:rr l¿
dolor abierto,
frlcasados,
vida sionr¡rro do l)io, Junto a los caminos,
IJrrevo. El cielo
cs ll¡l
gr'¡n
dolo¡
.En tu ürrsc¡r los lielcs se ¡rcrdcráu por los caminos sÍn encotttrartc ¡¡unc¡r. Llueve.
Mi
212
cielo pobre
es un alma
gran
dolor
Ausplciaron tu m¿rcha oraclones de guavo optfEfuDo, dond.e la hermosu¡a ora ur¡ iDstante quo se proclamaba eterao y el amor e¡a ut¡ Juego amozado, ent¡istecldo do felictata¿
:rbierto.
Tu:¡l¡n¡ lo lr;r rlucrlrrlo c¡t el paisaje conro lula ¡jl'l¡l trlstczs olvidad¿,
El
¡ 1 N DIA te conquistó la ablerta gonerosidad del vlento L,/ y te e[tregaato a los caml¡os, lnaugurado coDo r¡¡ ¡oI maña¡ero.
al¡ierto,
La inocencia to proplci6 en su somb¡a, como a un caminante enfermo, y tf¡ te entregaste a ella con tu bagaj6 iDco!.scie¡xte, jugueteria si¡ brillo de uu vfoJo bazar que abantlonó la suerüe. Y cua¡rdo el auo¡ te hi¡ió, alargast€ en l¿ Bombra tr¡s manos de clego, meudigauilo la última piedad de uu etorao olvialo, más profi¡¡do que un sileacio do siglos. I[as muerto, Corazón. le donniste un dia en la palma generosa do un confiado amor y, cuaado ibas a despertar, las tinieblas euvolvfan tu cadiver, mient¡as a lo
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pautaüo, y lo alumbra iuacabable d.e mi recuerd.o.
lejos lloraba tu muerte el rostro dolorido de tu antigua esperanza. ¡Alt, Corazó¡l,Co¡azón! IIoy te a¡npa;ra,en el desallento final, el responso de luto mayor que conmovió la trágica media.nocbe do trr dcsgracia!
POEMA PAT¿A EI, AMTGO MUEBTO ABIA c¡r sus oJor clnron unl leyenda de los paÍses tr¡ I I nórdicos, y Ia II:r:lfI3 cst¡.I)¿ cn su fronto amplia y elt su cor¿zón do r¡üÍo. Sus labfos cono<.loron. los óbrios relatos dcl mar, y yo S0ñ,6frlguns vct r'(r¡¡ vlc.l¡r:l golot:rs r¡uo él olvld.ara en lejanos puortos,
corr¡o eD ur¡
temblorosa
la llal¡.s
r&acAao
I
I ¡ I
í I
pena A QI'I 4,e tiones, o¡tristecido y sólo, ahondads Ia que rno co[oclste, huérfauo el corazén y luérfana l{ la osperanza, I¡orque aquel amor qug amaba taúto, lo perdi eD el castlllo de papel quo tú, incendiaste. Me fué infiel tu. aE,or mas no tu llomoria, pues ml recuerdo te soblevlve, a l& manora del gravo eDitafio que etorniza eD piedra aobre lr fiDitutt mlserable do la tuúba. El Tiempo to voncid Junüo a mi v1¿18,y sbora estás lnmf¡¡il, ¡oh, Dromatura estatua do mi total fracaso! IU.AOENES
DE TTFIDIANOCID
ya la esporatrza y fatlSado ol pobro cor8T-\ ESIEA,TA L) 26^, tú te recogisüe, alma aIa, en una t¡isteza taciturr¡a doade la huailal¿d. es la lámpara generosa quo i[rmin¿ el perfü Y€ucldo de ls ültlma claud.lcaciótr' qu6 honY qu6 tristoza, EetmaDa ¡oh! da tristez¿ ruedla por nuestras calles, on les ma[anaa grises y en las tardes €nvejocl¿l¿Ls,Borque tu corazóu ya no es la encenclkla rise quo üuml¡a y ampara I esüo dolionto, I¡obre, cora!ó! mfo! Deslucido palsaje el que Do to conoce 6 lnútll squol eD que rnf recuerdo tro logra enmarcarte. Porque tan fratema €res de toalo lo hermoso quo te ¡€coaorco eD él
2tt
-.v,-,-#-:-tltrre._?-¡,?.
|; -t
I
I
eaDto ü¡artgural alo la maña¡a, y voy contlgo Dor la senala ua¡brfa, en la hora borracDa de la slesta, ¡o\ antigua troyla cuyo rocr¡eralo estó en ol sármtco polislts d.onde agonlza u¡ Grlgto Dolorosol
PARRA RIEGO
JUAN DEL
(9e Dueile esc¡ibirle
SEB.ENATA
al Cielo)
FIIIIAMBI'I,ESCA
CAOEATAS, and,arfnes y palomas. ¡ f'\ Encaje az!.I de la lung suspendldo en la gultana A.ngeles curiosos Junto al plano de olla. Sobre la mesa, solo, el abanico tiorDo S€¡IrentlDe, coluEpio, trampoltD, coDxeta. Flor del Mar... úBbes fellceg... ¡¡a¡lnerog.., Puer0o de sogas, tle lágrinas, cle locos y buques muertog. Aco¡ileón.. . tte\z.a8 azulos.. . BlBa lo[ta... P6li6hln6l¿, gaviota, Copa perdida... reg¡eso... Cotaz6n" páJaro clego. .. Auduo en el har... emotisis... so lo llevaron... ¡go lo ll€varon! Nocbe do lune. . . fsabel.. . plattllo... ros¿... strsplro las regat¿s de colores de su rfsa en el Jarctln. .. Arabo. . . tambor. . . puñalada. .. patfo noctr¡¡¡ro... slroD¿. . . Lu¡a de tapias... nn puentg.., ¡Llegaron los carabineros!
2r8
2tz
!-.{ l
I
I
I
Cuelga el ahorcado eD un Árbol, Pasó el f&rol de las bruJas... Ent¡e un zapato do sed.a le d.Í una rosa amarilla. Anraneció cl piano abicrto. . . A las tres de Ia m¿fhDa mucr€D todos tos onformos ¡Madre no vlono. . .l no vlonc! Eu el cuarto 6010el os¡roJollcno do dr¡mng fiJos... lucerlas d6 lo flost:¡. . Xl sermón dol vloloncclo n los orcó¡lttr:os. Palltle¿ XspaDto. Jota. PaDtomlna, frtc, :ln.qtrritl:r. Calavcr¡ dol pnynro Abanlco, volatln, canclón, olvido, Iucero lzrtl do In ltrrorn y en Ia ¡¡oslr ¡rollt.:rrirr rlol r¡uo tlió su cor¡zón u¡ revÓlvor y llnit rolitr (¿lro cllfi nltrtc¿ me dejó,
que er¡]papó súbito mi corazón en una invencible y misteriosa fe en la vida. Yo era el muerto homb¡e negro de las calles. Yo era el curvo and.arí¡x que fuó quedáodose en las lágrimas. Onda qne ¡ro só de d.ónde has venido traída por la noche y el silencio a mi alma. -Acaso, bajo las sensuales estrcllas dcl trópico, afirnoativa y tod.opoderosa, te la¡zó al coro de islas loJano el corazón azul Ce ulx emigrante Jovon; -&C&SO,
NOCTttItNO
No. I
NDA ql¡o hl! r'ccojldo c¡r l¡ nocho
la antena sonóurbul¿ do ml corazóu, Onda, lejauo aleteo calieDto d.e otra alna en mi alma. . . Llegada de u¡ desconocido éter fntinro de fuorza y de tlicha 218
-aventurer& cbispa cáIldate arraocaste a la esperanz¿! de 'n nocturno Jinete de la Parr¡la; ¿caño, cerca ya de la luna ártica, un explorador do oJos celestes martilló su voluntad contigo entre rnares soutarios y fruiosos... Onda, perdido labio ds fuego del corazón porflado de la vida...!
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Onil4 que esta Docbe has veniilo a tlecltuc gravo8 palabras del tlestiuq: lro ISCUCEES NADA .ANI}4.
CARLOS PELI-.ICER (Monetla 72, -
M.é\rco, D. F.)
SEIUBR,A.DOB
L SEMBR'ADOR' sembró la ar¡rora; Er I:5u )¡¿26 abarcaba eI mar. Etr su mirada las Donta,ñas podian eDtrar. La tierra pautatla de surcos oÍa los granos caer. De aqlrel ritmo sencillo y profunrlo melódic¿mente los árboles pusieron su da¡rza a mecgr. Sembrador silencioso: el sol ha crecido por tus mágieas maDos. El campo ha escogido otro tono y el cielo ha volado más alüo. Sembraba la tierra. 8u paso era bello: ni corto nl largo, Ea sus ojos cabían los montes y todo eI paisaje en sru¡ brazos.
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221
.t
AIfIVEB,SABIO ds u¡a lu:oa nueva, A NWERBARIO A aniversario do mi corazón. Y celebra Ia fiesta el mar divitro, cotr un soberbio sport. llstas olas desnudas de diecisiete años con sus cabellos cle brisa con luna y que juegan un juego extraño' A¡riversario dle una luna mla, aniversario. So canta en el poemal por tristeza y olvidanza, Ia gota perenDe de una estrella sobre la estalactita de la esperanza. L,as olas aburdantes y bailadas; fotografía del puerto y ojos dé mujer. Se canta ert el poema, amiga mÍa, lo que ao pudo ser. Aniversario. Cálida marina. Eternidadt de ayer.
POEI[43 PRIMERA
AEBEOS VAZ
ESDE el avión vi hacer pixu€tas a Rfo de Jatreiro arriesgandlo el porvenir d€ sus pu€stas de sol. Se ponía de cabeza sin derramar su babía. Y en Ia lotería de sus isletas ganaba y perdí4,
222
EI cielo se lleDaba de automóviles y de so&bra a las 12 del dÍa. El "pao de assucat" e¡a uu espa¡tapájaros soberlio, de lógica y fantasfa. Las palmeras desnudas andabau de compras por la Rúa Ouvid.or. De pronto la ciudad etrtró en espj.ral junto con el avión, Io mismo que 300 küates de diemantes en el embutlo do un bue¡ corazón. Al bajar, tenia yo los ojos azules y eI agua cle mar dentro del cotazón.
TER,CER"{ VEZ XSDX el avión la orquesta paoorámlca de Río de Janoiro se escucha en mi coraz6n, Desde la cumbre del Corcovad.o hasta l¿s olas de CopacabaDan la dicha es una simple distancf¿ que ha Basado borrando fechas próximas con sus m&tros plateaalas. Ata,ré mi existencia sid€ral a la divina roca del Pao de Assucar que ve nacer la aurora antes que el agua mer. XI mar de Bio de Janeiro es una antigua ba¡carola rlue está aprendienclo la ola lcvo de mi pensamiento. (l¡lerlabara su nombre. Gua[abara, ( r)lno ll1l. estrella que se alargara I0t¡rc cl ritmo de un morneBto.
223
Ciutlad. naval, tus aveDidas de orohidrográfIcos prodigios anclan m;s oJos en un air€ de eteuid¿des sin abiseos. Tu mar y tu montaña, -ur puiadito de Andes V ¡ril liüros d.o AuÁntrco_, pasan bajo las alas del avión, como sÍntesis d.el ContiDeDte amado. Las grandes rocas están de oro, Ias montañas er¡ verde y morado. El agua se muevo en semiüono. La ciudad es un libro deshoJado. El está en soprano ligero. I,¿ escr¡adra va a salir a pescar. Un "looping the loop" hacs pedazos el regreso y hace estallar la ciudad.
ALEl'ANDRO (Puro. -
CEOZAA DI
¡TOCET
plcapedrcro rom¡to la¡ Bole! fe,[tasma¡ E L SoI¿ fJ Ls tl¿rra hs dado e luz veinte tablones do pal,¿les A toalo vlonto el lago embarca y d.eteürba,rca c¡,rgatlet¡tol do ol¡¡
¡El
224
![EDH
P€rú)
¡A la faeD¿l Los vlentos baJan a saltos d.e log ceno¡ BaJ¡n como tÍopolos de vicul¡s I¡ las canteras rtel cleto hay u¡r fragc de mármole¡ ile Pa¡oó Las chozas - frescos mu¡ales do la Eo¡¡tsú¡ abron gus oJos lnccndfados fuertes l¡tllo¡ pogc¡dores for¡idas pantorrlürs alc DefoDcr s¡rtran a saco €n eI Dorko¡tc a golpes de pfcos Barlnsros. Sorpleutes extorsio4lstas de ¡umo cl¡lcotoan el aire constipado d.e noscerdotor. EL CA¡ffNO TAJEADO I}E \rIA;TEBOS 8E EA DIS.trNGRADO EN I¡A PBITVTÍ:BA oI'EETA
22ó
ILDEFONSOPERE. DA VALDES (YaSusrón 1519. --
I¡/\
¡n \z
Montcvldoo, Urugusy)
OUITABTTA
rlo ln ¡¡ttltnrrn UERDAB cnnrlnon
Camlnnndo, ctnrltrnrrrlo, las ¡r&¡¡n trnbnJln los sonldo¡. Dornrln r¡rrn cn¡¡t'ló¡r o¡¡ cl l¡uoco do rur¡r glrltnrr¡¡, s&lió vol¡¡ndo, volarrdo, on lrusc¡r do otro uldo, I,os payndoroJl tlor¡o¡r cn las ma[os la scda do los ca¡rtos, Lo mismo quo Jcsucristo la "Vid¿l¿" se va en saugro. Los payador€s siguen en el telar de las cuerdas tejientlo canciones gaucbas,
226
M.
FRANCISCO N (Se puode escrillrle
o al
Cielo)
(APPASIONATA) I._SOLEDA.I). Esta nocho, mi alma es una b¿rca Por ol tfempo' go ha vcnido fi bailrr elr mi mesil, el rocuerdo' ¡Estoy solo en l¿ cumbro do l¿ noche! (La uocbe es nn pui¡el qr¡o abre las almas)' De la mano, las boras vau rezand'o el sllenclo. Las cosas ritDan una marcl¡a fünobro' II._SOBR.ESATTO. Ejércitos de gritos colman mi soledad y la haccn trágica. Toda mi vlda antigus ciclótr amordazado, 3e mo prenale en las carnes' Qu6 voy a hacer con tanto sueño roto? Todos somos cattáver€s de auroras. Destino! Palacio de las dudas' (Arbolacto con mietlos tu camino, cómo harán Bara andar por él las almas?) DestlDo: carcelero del tiempo! Puerta tregra'
Antes de hab€r entrado tro ss sabo; cuando ya se ha pasado no 8o vnolvo De sólo imaginarlo, se han belad.o ¡nis versos, UT.-I,TBER,ACION, Amada: cnarbol¡ tu risal La nocho ostá onJaulads, y ol sol, grnn cornzóu, c¡ntr cn los vergos. Con log vorgos hncomos horcar pnrn lri r¡¡rrorto. Oonflanzn do ln vtrln: prondAmo¡ f uogo co!¡ tlls rilogrias e ontri r¡ogro cludnd do l¿[s tristoz¡s. lOb, Amnd¡, sl alcnnznr¡¡¡¡lor l¡rnzos pota alllunr lou mu¡do¡!
IORMENTA ORMENTAI Con
gu c&mpnna
dc
agua
va dorport:rndo los c¡ntor dor:nldos ATIIERA Xl cornzón hccho rrnri g8vlotf¡ 80 Dos pcrdló on ol l¡orlzonte En los ofdos dcl stlenclo go desmolon& un bosquo do ecos Las flores c¿ncioneg encerredas €n gf Elsm¿s evocaD la soledad dos[uda de las lónBaras El cielo eg como un polo Bara las brüjulas de las miraclas
228
Sombras... olor a tierra... luces... Xl viento os l¡¡ra atrgusüia que hace agobiar los árboles Las PersOnas caminan como tijeras atareatlas y en las torres se ensartan los corazones ávitlos: La lluvla!... ¡ l a U u v i a !. . . ?ara l¿ mirsica del mund.o se hace un espejo mi alma ADENTRO: Trl te ha:bías vestido de sllencio. . . La pieza tod-a €ra un epitrlanrio La lluvia presa en tu alma como un paiiuelo cnttc lus z¡¡zag La soledad estaba repleta de canr:ioncs Dijiste: Beetboven... Tu co¡azón fucrltc üocturna se pobló de las luces do tus suoños,
ADOI¡EgCENCIA I._AIBORADA: Aletargado, el corazón del campo parece uu gra:r lamento abandotrado l,lega la luz y enciende los ojos de las cosas. Se desmenuza el alba en las gargantas de los pájaros' En cada cosa se desBierta ü canto y es una fiesta desboralante el altDaI [._TR,ANCE: La tristeza nos dobla.
229
pesada como uD cielo. (Iros puntos cardinales no han nacldo: la vida está extraviada entre las horas). Melancolía! Iforlzonto do la melancolía donde so gnsta el alma cada dia. fmpostcrgablcme nte v& :xaufr&g¿ndo ol III._DEEORrENTACION: Brernldos tlislot:ados on pivoroso lnccndlo
tiemBo.
se llacen ascuaÁt sol¡re el alma,
Dclir¿¡¡tos lrvlo¡ros cmborrnchnlr llr, lnriJrüa del alba. Cor¡zótt, r'oirr;ót¡ rlolorlrlo, no te rompas! ( L n c s ¡ r r r r ; r r ¡ : ; : Lt l c l ; p i c r t a clc¡t lrrrr¡¡rlos cll rills cantos). D g s ( l o l ; r I r ¡ n r l r r t r r r : s l ¡ ;ltó l a E o c h e , l_¡on¡bnrrloo (lo (h¡dns sol¡ro ol crlita¡ dol sucño. dolor, osto rlolor qrro nbnrnre los caminos; o l ; t ¡ d c s l l r ¡ r ' l ó r ¡ ¡ ¡ l ; r ¡ r . : ¡ , ¡ r r l oe l p a s o ; y cl nuror t¡rro nos qrrita UDíl :L ltD:L lrt:i lroj:ts. (Nt ol (lcr:ti¡lo r:orn¡llcnds porque eriste!)
sobro las bayonetas d.e la duda AJriba cor¿zónl L¿ yiala se ha apagado si4 nosot'rqs. Trepemos en la cumbre del sol do la alegría, para echa¡:ros a vuelo como alertas camparus. Coraz.Ónt tu haces faltal
ETSTOR^IA
I¡AI.OA.
BXSI'MIDA
l[ I^AS clsternas de tus oJos E !J yo lba colmatrdo el óDfora de mi oecl Oh, este amor mfo, como ¡rna red do Eiletrclos oraugües. Oh, tu sonrlsa, como una amapola ogtallan¿lo otr ñi
¡r¡gustia.
Esto
IV.-8ECOMrENZO: Lovanta, cor¡zónl Ablert¿ (iorrro cl nr;rr c.;tá la Vida embal¡(lcrados co¡r ofrccimientos ge ¿clarau los canrlrros. Anlmo Vamos
corazó¡r! &mordazxndo los d.estinos: sobrs Ia cárcel dc los desalientos; sobre el pozo de so¡ul¡ras de Ia angustia, gobre las corrilrlera,s d.el orgullo;
2?O
La fragua borracha do los msdlodfas nos firnd.ió los labios, y en las cololas de los besos se enredó el a,lma de la sombr¿.
CAI{TA
EI,
An,BOI,
A¡fO de t€rciopelo do la hora que va borrando el campo etard.ecido. Cae sangraDd.o el sol: tal u¡ enorme flame[co herid.o. Cla¡os como el perdón,
291
los ojos de Ia tarcle campesina, donde so baña el fatigar alel alÍa.
MAGDA PORTAL
La tierra os ull silencio peñqativo que oyo baJar la sombra de los ast¡os.
(Casilla 409. -
La Pe4 Bolivta)
Y del olm¡ dsl órl¡ol dondo h r¡ltlnla luz quedó enredada, como un cnnto del árbol el l¡oudo nuocl¡ocor so desparrama. CROMOS DE I¡I'Z
,,cANCION" -r
t-
IIJER vostld¡ do &lma, con todo ol r:ortzón a flor de piel. Un df I to a &lborot¡¡r
llognxto como uu páJaro ol Br¡cflo dc la selva.
BaJo ln prlntÍrvoril do tr¡ nomlrre amanocfó ol nrllngro tlc las horas. Y ol nlmn rlosl¡ojadn cn tanta espera se hizo un¡ ¡Llfo¡¡¡bu! pÍrr¿ que llegaras. El
alma do ElIr Biontprc os uu Oh, alm¡ do oll¿l
milagro!
ON mig üneas profutdas
amanecÍ.
Estaba la ma,úaua fresc¿, recló¡ oliendo a humedad.
ba,ñ¿da
Qu6 alulce azul el cielo, los picos de los ADdes, los árloles la vast€dad del panorama Sobre los techos de las casar acurrucadas se abría el dombo de Iog cfelos cono si ¡ss drjera: PALOMAS id. al campo a retozaÍ, Pero ellas no se movl¿n en su trágica iDmovllidadl Amanecía ya. La üuvia refrescó mis neurona¡ y como la mañaua, cst¡ba dr¡lce, sitr memoria y páIida
232
23S
co¡l(} cotrva.l€clotrte Y deseosa do der¡amar ml sol alo perdón como Ia maÍana sobre las trágicas pa,lomas acurruc¿d¿c. sobre Ia mala Vlde quo todo lo niega Ilen¿ do absurdos hasta afllarmo ol rilmo Yo -
pa¡a qne picoteen las gaviotas de la ausencfa.Yo quiero lag cfuda¿es doud.o €l hembr€ tle los HOMBRE$ se ha t¡epad.o por los ¡ascaclelos y se e!¡eda & los ladiog¡amas del espaclo ¡¡aaa llora,r su esclavltual_
y luogo?
Is m¡ñann t¡u! lroscs Y taD BID ¡o¡ Y ou lo rocóu(llto l:r dulco voz qrro Dosrr ol nlu¡n conro ¡n ¡llrvlrl MADI¿E I,LENA DE I^AOI¡IMA8.
ILOMETI,O8 inDorpnoston cnbalg¡Dalo las rlistancias K todos los tronog pÁrtinn Bln llovsrno ml anholo vieJcrcy al otro lsdo mo estarfa osDor&Ddo yo misma con los brazos on los astas det tt€E¡ro_ Clnclados corr los Dorvfos do acero agua,rdanclo los muolles d.c mJs ojos para embarcar €rntgrantes qno se llovan el corazóü eD las maüos
Ciudades congestionadas de eDilepsis donde nos damos colt la muerte a la yuelta de cualquier esqul¡¿Yo qulorope¡oen vanoeD vaDo !o alargan Dls ojos com.o grúas ¿¡1 l¿ dlrf,¡¡sla profunda qlro I¡o cojen slDo L.ilómotros - kllómotros _ detrÁg de cuyas mruallas están l¿B ciu¿lades que sueflo -
UtrIANDO lai cigarro de spleen Er r qufebro la frágil humared.a d.el recuerdo _ El ca¡acol d6l ea¡ adorEeco mis norvios Tod.¿s uis costas €stán bafi.ad¿s con la sal de ttrs bosos trü voluntad ll€va sus trasatlá¡ticos b¿cia la Chftr¿-
23t
235
¡tasaDdo por lo €sclusa que abrió en la entraña do la tlorr& el aloseo de los bombres -
SALVADOR REYES (Alameda 440, -
Paisaje color de t6 -
Santlago de Chüe)
Iros amartUos descubrloron quo €rsn üombros co¡ farollllos do psp6l oDconüoDdo tüómotros De plo on I¡g n¡tn¡ do ln vlda guardo rrn o
TARDE D I
OB €I Puent€ de tu voz llega la última clarldad dol sol.
Muy pronto de l¿s torrog volarán algunos páJaros a picot€ar los calendarios.
Mañano rovontnrfur ¡on ('ohotoltdo nrl dolor incoD(lllndo lo8 100 pkos dol prcsoBte -
Algo habrá muerto etr tl. Bajo la lámpara el arco del tiempo estÁ demasiado tenso, Y las ciudades cambia¡r entre si sl¡¡t secretog. Totlos los trenes aúllan e¡¡ el fontlo de la vida. Más alli d.ol Ecuador €r¡ una veleta se ha en¡edado el dÍa.
236
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RUTA N MI plpa recibo Et l: lqg ¡¿¡ggrar¡ras dcl rccuerdo, Con las ostelas do todn8 las qufllas quo mo haü procodldo fabrlco unri mort&Jr¡ gara ll cnnclón do su nombrs. Ortntro o¡trolln¡ crtrclflc¡¡¡ l¡¡ no(:l¡o, ¡8u notnl)roI fnclln'¡do o¡¡ l¡r lprd¡ lo slonto lloS¡rr on l¡r¡ trlrtos corrlor¡lofl dol trorto. LoJor lor ptrortor rtrclon Dorfllnn gurl grlto,t rlo vlcio y do ¡!üo¡ton,
SAUDADE p I
y
UÑALEB tlc cami:tos cort¡rror¡ Lts pal^bras. Por tÍ ¡nl solodad caza crepúgcüos les roD¡po las alas.
Eacia tus pies desnudos va a morir el oloaje de mis días. Tú callas,
238
Y los cuatro üorlzontes se &marran con las letras
de tu aombre.
Yo te eBtr€gué el otoño Y lo Derdlste. Sin embargo, llorabas. Y e¡ el Jarün llovltto BOr tU ¡ecuerdo vuelvo ¿ beber tus lágrlmas.
MIA A I¡A sombra de mi chnm}orgo .{1hago la vendimia do sus l.tcsos. Por las callejas solas ol Otoño Dos sale al cncucntro. $iem¡rre nosotros pasamos sin vorlo. Ella tieDo en sus ojos do almeDdrs cautlvos los horizontes marinos, Su corazón d.e müsica es el puerto para todas las uaves de mi ensueüo. Y será en su alegúa quo beberá,n el agua de tristeza mis versos y mi vitla, Por no quetrar su i¡úage[ reflejada
239
etr la tristeza €s üúa cbarc4 muerta mi alma.
de todos lo8 mareg.
Los labios canta!, pero en los puertos siempre lag manos corta¡
dolienta guarclar el tesoio Y así Iruedo elesancia' Y su u.'rütri"ituad
FII,M
Cuando gc l¡rnrcho
'us mauos' JuvoDtu'lonre
".lii"ii Mucho nnro$ n" "l;:rfi"il".rorioo luc totlos
¡r
de ss labios.
BARCO
"
I' li |l tl It
I[ay u¡ "music-haU" dormido baJo el aol como. un lagarto. Con el trajín de los comercl¿trteg hace malabarismos un gnoqo antipático.
I'
lll'"::l'^fi'nli escotiua)' su Pa$uelo: El vlento agitÍt Aüós" A.iós" '
tle oro.
3as mujeros muslcalizan ol estruondo r¡rbar¡o 6n el po[tágram¿ do Bus pr¡os.
ortolo dol rocuortlo' No 8o corto la
vlila
cl sol.
Bltxca, ¿zul, amxrillÍ[, roja la ciudad en ol vionto Bareco una b&ndoro aouora.
lT r' vEr^aMEN. l:r clli ^r.:rrcn do la tarale E omPnPrtttool¡ y-enun mnrl¡roro vlo.Jo tnbnro dc silonclo. to ¡toPn f trnrn¡rdo
Glronos do svctltltrns I lo¡ tnflntllotr iu' lttto*" l:r rute' I enrnogttont$n
ANTA
Por las callos ruedan sus grltos
lo$ c¡rull¡ro$
Nostalgia" '
las amarrag.
Discutimos. El tiempo aDda.
I
i i
f¡a vid.a aquí es ün charco do agua oscura en el cual
MuJeres erranleg
241 t40
¡¡o 80 reflej& Torno
!ad¿.
a la
sobre mi corazón encharcaron sus aguag.
calle.
En [6
el caf6 dejado olvidados
mis guantes
y
mt
CABANET N LA vor rotr¡ rlo Io¡ vlollnsr me ripoyo, ('on¡o rut r.onvnlcsclonto oD utr rnyo dol ¡ol dol fuvierno. F l-
alma.
No obstante, muchas veces, oí sonar al fondo do las Docheg el canto qus derrlba las mu¡allas. ¡Ciudaal eD-mudecida, cübica, blanca; dado con quo ol t¡¿stfo me está juga¡do uno partial& ya demasiado largal. . ¡Ciuclatl
Lo¡ rndlnnto¡ n¡ollnor rto la t¡o glrnn on nrl,| l¡orvlo¡,
so ll¡oglrc
fatiga
fF
N EL
L
¡¡or-to!
I
Por tus calles, donde mi sombra &rr¡süro la sombra de ¡ul nlm¡¡. yo camino y canjno. . . Alguien pone ¿r sccnr sus rosadas percalas en la cuerd¿ de los horizontes domósflco!.
cIr l:rx oJ¡¡¡¡¡ f omeDiDaB,
SPLEEN
l/
I1
nocho,
A ln prrertn tlol cnllnrot Ic lntorrognr.lórr rlo n¡l vldl cuolgn tlo t¡r fnrolnt Los hornrlo¡ nrrn¡trnr¡ su pflr'a (¡llo el nlbl próxim¿
stn
I
sl¡1no anlrrillo
de las calles
yo ostoy con las manos atadas.
Y en las noches humosas. cuando aúllan los Berros, doblo rni vida en cuatro como un papel en el que hubie¡a escrito versos vulgares, lfremediablemente concluídos.
A mis ¡riornas so enredan carnlnos que no andau. Ocho i¡viernos
242 243
ALBERTO ROJAS GIMENEZ (Logxción
tlo Chilo, -
J. RUBEN ROMERO
P;rrfs, lra'ncia)
EL GR.ANEBO fH f A m u c r t o o l ( n l o n ( l n r l o I I EnKrlllnrlo (lo llol)ro r€poB¡r ot¡forr¡¡o ol ( lrorpo Nadlo snbo o¡tl¡ nocho r¡uo otfsto
D USCANI¡O huevos de gattina lJ por los rincones del granero hallé los senos de mi prima. €l clolo.
El
c l o l o o n n r fo A ¡¡¡dlo nrro¡rrl¡rró l¡n¡ ostrelli Ls vontntr& ¡rblclt.¡¡ Íc ontrcga, o l b u l ü < : fo D o ( : h n r u fo f i o En voz rlo nlr¡ur lo¡ ¡rlflos llcvan rlsucñ¡r l¡nft (:ornctrl Bru¡camo¡¡to el corazón tlospicrta cogo cI gabón y cl ('hxnrborgo y so ürlgc
ciolo abaJo hacia la
f,A SER,ENATA I A GUITA3R^a l:tis¡¿ embobad¿sa las estrellas co¡t las historias ds amor quo Darra.
EIJ R.EBAÑO
ciudaal en fiesta.
p I A al
244
ASAN las ovejas cubiofras de laua el Bastor las sigue desgarrado y mualo. ellas Dlos las viste, pastor el Amo lo tLej¿ desnud.o.
2t6
EL
MIDICO I
f.| ARBA c&nosa, lustrosa levitx. D Narrando sus vie.las memorias olvida col¡r¿r lft visita.
SALOMON DE LA SELVA
II Acudc n los cnforrnos (lo riotr¡brcro alto como si fttor¡}n rt¡nrllo ¡rl cnr¡¡Doti¡nto.
AEMANA
¡ l:y
8ANTA
LORA,
l:r t hfrlnri;r Josris, ¡ror oirla, ¡rrolong:r su agonía.
MI
IIEII,MANO
ORDITO, tr¡ hin( hazón ¡r \I es porquo no tc ('abs por grande el corazón.
REMON,DIIt(IENTO A NEBLINA hace intermlnable ¡ I: el paraje desolado: ¡No tieue borde el muntlo! La tierra es una llanura sln lfmites de lodo negro. ¿Quiétr habrá dado la, oralen de abolir por €ntero el horlzonte? Sobre los cuatro puntos cardinalos se alza espesa Ia Dlebla, Y el cielo es una masa húmeda, pegajosa, color del uniforme que se lleva en los hospicios de huérfanos, y gotea como gotean esos trapos dolorosos cuando se cuelgan aI sol después de ser cocidos. ¿Quién se ha quealado huérfa¡ro?
GRANADAS p I
246
ORQUE me parecieroD pájaros que volaban las gÍanadas, -
2t7
golondlriras de los atardeceres, me sorprendló como cosa de magia ver quo en rlondo cafan con Brr estruendo vasto, leva¡ta]an espirituales árbolos do ticna maravillosos do troncos y dc ram:rs ED el ¡am:rJo oóroo (lo osos lrrl¡olc:¡ esconalido cu ol follnJc clo l¡¡rro, hizo su nldo do l¡n lllst¡tt¡to rur tleseo olvklnrlo: Tal voz do dorn¡lr o¡¡ ¡¡¡ctllo rlo rur llosquo, quizás do toucr ¡rlnBi ¡tantos dosoo$ <'¡rbo¡¡6n 8ólo l¡no cuando go o8t1[ ('ír$l rr¡llo¡t(] rlo cans:urcio!
8erá como 6€rfa la canción de una rosa si las flores cantaran, o el olor do un topacio si las piealras olieran, o la piel de un¿ música si Dos fuese posible toc¿r a las canciones desnudas con las manog. Sl m¿ hiere el cerobro me dirá: Yo buscaba sonalear tu pensamiento. Y si me hiero el Pecho Be di¡á: ¡Yo querla decirte que te quierot
f,L I'ALOMAN, EL pnlonrnr vol¡¡rr¡n n lru tlcuU)o las Balomas: ¿Quodó do¡lorto ol ¡)fllor¡L1r? Más blon ¡¡o l¡¡ co¡rfr¡¡¡rllttocon ol cielo, y ol ruldo do t¡ut:¡t nlt¡ ¡¡ro l¡¡ r.ecordado el mar. Al palomar r¡ nn tlompo volvieron las palomas: ¿EstarÁ llcno ol pnlonar? Tal vez: Poro r¡ro lnr¡rorta sólo cl clelo, ¿y hacia dóndo ¡ulrlró para poder ver el ma¡?
I.A
BAIA
que me biera I A BALA L: 56¡[ bala co¡ alma. El alma de esa bala
2tE
249
FRANCISCO SANDOVAL (iEl Norter Trullllo
EL
*o
-
Perú)
IIOMBRE
ser homt,ro'
A qu6 sel'ó I¡r nluorto! Dstnrso solo como Bccrlttor dccfn. Y ser y& sólo trn ¡¡¡cro nor¡rbro. No me roguolvo. Aün Molsós, r¡rro vivló ll:rst:r ¡rrreve siglos, ar)¡¡ totlos! ¡Qulí'n ¡¡o llcgn?--dice Becquer. Ah,
A qrró, Eeflor, o¡¡touccs,t¡nt:rs cosas? Y yo, ql¡ó crrlplr? Yo ql¡c con tarrt¡ hu¡r¡ildad voy, vcngo, trírl¡Io nmor y espero tanto! N¡da mo duolo l)or(lue qüero yo quo mo ducla lo nronos, Y sl, por l¡ calls apagada, Do encuentro ¡ ¡r¿die en esta vida, es porquo nunca, hay nadie para uno. No tengo pensamietrto. Bueno; B€ro tengo mucba ternura que va sola, en el aire, solita. Dame a alguien, Señor, para querértelo; te juro
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que te lo guardaré. Pero hazme ciego, si¡ troley, como antaño cuand.o ¡dlo. Antes (hace ya 18 años) en mis cajitas de cartón-cle tantas que yo tenía-me guardaba todos mis queridos juguetes. Por la mañana, por la tarde, a tod&s horas, lloraba yo de Bura ternura. Y aun bajo de la almohada los ponía. Manuela, mi mamá, una vez se dijo: Si parece mayor mi pobre hijito. . . Sería asi, Señor, y guardarÍa entre cristal de roca, en cajas niqueladas d.e alegrÍa, el juguete adoral¡le. Pero dámelo J'a, quc tcngo triste mi postrero poquito; que así tiemblo, Señor, y mo da ganas de despertar a mamá, a M..rru.ia, a Carmen, a mi Nono ]a abu€lita -este montón de rrrsenciasy hasta a papá p¿ra que tome cartas en el asunto. Sí, Seiror, es mucho; ya no hay doncle guardar tanta esperanza. Tiemblo ser hombre; y suelo ya üo serlo; y ser sólo u¡a denominación mañana, en el espacio innominado. Y soy yo la esperanza, yo la vida, el juguete que espero, yo la auseucia. ¿Y el amor y la muerte, la cajita de cristal de roca? y que mañaaa, rri silencio; y ¡ri
2tl
siquiera se estará a oscuras como aquí. ¿Asf, maná, Maruja, Nono, )ierto? A toalas la.s planlcies abordablor de Jalón en Jnlón, llegaron, cxplornntcs, los avionos. Y saludaro! o la ctcruldad.
GERARDO SEGUEL (Casflla 269E -
Santiago rle Ohile)
PALABR,AS EBR,IAS Un CAIVIPANAR,IO sujeta el crepúsculo a la tierra puíales de sombra dividen este DIA lleno de Tl pero tú echas a volar las campanadas do tu risa envías el crepúsculo hacia mí y sabes übujar la primavera antes del mes de SETIEMBRE pequeño cascabel ebrio que aguJereas de sol mi soleclad AYER, cautábamos debajo de la troche pero aún hay sol sobro aquella fiesta apagada de dóntle traes esos besos que cada tard.e recojo de tu boca? ojalá mañana venga¡s trayeralo una ESTRELLA
232
oa ca(l"a mano.
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GALERIA la noche se pasea entre las casas dormldas YO R.ECUER,DO ur¡a casita de alas blancas Ia mirada dc ml nradro pastoreando mi infancla días de escuolír cargados rlo cscarcha y do nicbla después XT.T.A allarcctó cor¡ srr ¡lo¡rris¡ hacia el ¡nochocirlo fnrol (lo ¡ul nln¡¿ ahora ¡e Docl¡o so pÍutos f lrcrr¡ do ml llucrta, arragtra pons¡rnlc¡¡tos y a cada f¡¡stnnto doson¡l¡nrc¡r rocuordos
Ira r¡oche d.escierxde,cargada d.e €strellas, por los altos caminos de la eterniclad; resbala hacia la tierra agitantto Éu bandera negra. Y entre todas estas cosas, nis pensamientos son flechas que parten y retorBatr a mi corazón Abro los brazos y me siento crncificado en tu recuerd.o.
SENSACION
DE LA NOCIIE
donde está, nri¡¡ ol df n rlo ¡r¡¡rfln¡rn acaso acocl¡¡r
ITERA la noche Jira alrededor d6 las cos¡s. E r Dentro mi corazón so cimbra, Jtra y torna como ün molino crucificado frente al vietrto del recuerdo.
y mis oJoB conro rlos ftr:cl¡¡ts ¡lnvogír¡t hacia dr¡¡¡do ol clclo üc¡ro osco¡¡tlldlr su gonrisa
Noche. La noche do olas c&ruadas que pasa dantlo vueltas col¡ sU ¿lta rueda infinlt¿. Mi amor es como un faro que trizara sr¡s alas obscuras do rayag amarlllag.
cttvz A I l-rf,¡
TARDE ostf tolgarrrlo sus lámparas f¡¡ds os lrr¡ir tl¡;ut.:r do silencio y mi alma so disuclvo clltrc sus sombras.
de sombra.
Fuera la noche da vueltas alrededor de las cosas, Mi amor tiembla y oscila como uü péndulo sombrío.
Pero tfi, desdo allá, desde la alt& touo de tu como una lámpara lejana
recueralo,
siembras tu luz y a tu alrededor da vueltas mi como la rueda del crepúsculo.
254
vida
trloribuncla canción de amor, pequeño aleteo de muerte. Una estrella y muere,
que parte el horizonte
26ó
SERAFINDEL MAR (Casilla
40O. -
La
Paz, Boüvia)
La sangre d.el pensamiento chorrea y se va por los surcos
I t
II
¿
II
d.el puorto, más allá. . . ! Ifasta donde los cables ol)ren las puertas de la REVOLUCION para que paser DIOS y IENIN.
PUEBLO
i
CIIIDAD I
OS tranvías, los autos, los ómnlbus, r cavadores dol süencio, utnrcllnll L escoltando las vlctln¡ns que 8e quedaron orr ol c¡rnllno. .Por la vfa ogtrldonto so alarga nuostrn trlstozr¡ con los oJos t¡tro tlo ll¡lrnn en ol cBDcJo ¡r¡lcld¡r dcl 8ol. En l¡ nocho troplcal nuostroB cornzoltos nrdcn como brr,llns do nluorto quc vol¡n lo ¡rtlgustfa de la Ciudad quo so Pualr€ dO LUJUBIA. ebrios caminan I,os homb¡es de dolor. CIIICAGO. 1o. DE MAYO, Y en los ascensores del Pueblo grita la Í.IBERTAD.
256
ll
? ',
EDIA tarde cinrjaua, Ios rayos como bisturÍes ¡¡ IYI ¿!¡sn el paisajo nruerto tte las nubes dlondela noche mira on lru rlnr:ó¡r ¡ror solo una estrella. mie¡1tras nosotros ajusti(.i:r¡nos un puñaclo de aeryios en el danciug del crepirsculoPensativos sol¡ro al ocónno bmrnoso del café la tarde zapatea inslstento c¡r l¡s calles que so apaga;oTodas las esquinas tctul¡loros:rs ngnaitan con deseo de arrebatarnos l¿ sombr¿Pasa un hombre perseguitlo por ol sileucio, mientra.s eI farol so dcsangra en alumbrarLos perros pasan olfateando el sero de la tierra hümeda con los ojos bohemios donde se murió el día de eneroXN LAS CAI,LES TODAS L]IS SOMBR,AS SE IIAI\i AR,BODITLADO A R,EZAR, paso y me extienden las manos movidas por el viento-y yo les digo: Perdón!257
Las ramas se quejan como en uD hospital y me aqgustio en nl pequeñez de lro poder s&lv¿rla8-
mirado el sol que nos viste de sombra, En vauo mo mient€s hormano: Yo colgaré como üna pena €n tus ojos, sin darte miedo, hasta que me llores y me olvlales on ol camino.
Las hoJas se arraatratr como cansados férotros por el camino qus apenas es un puDto DogroY yo como u¡ 6rbol solitario con los brrzos oxtsndldos ¡De voy solo por la nocho sfn dcjnr huoll¿s...
q
XL POEMA INUTIL O EABIA mr¡crto parn lor ojor dol dfa. Es do r¡och€. 8o ¡l¡ro¡r l;u ¡rttorüar p:rrn doJ.r¡ ¡rrrnr ol $flenclo. En las psrodos volrn ml vldu, sepultando ltlgrlmns Lurbfn¡, p¡r¡l lavar tas herid¿s do mh nrnno¡.
el
FUTUR,O con uno ¡lnfonfn do allcgros; pgro yo no tongo nornbrc, co!3o cuando ni¡cf. Xl tl€mpo aguJorca ¡a rurgwti& de mi locrua lnritil, tnlitil, inútil. En vano mo micDte8 hermano: la vida nunca llega cuando se le busca. Todos somos caminantes perdidos en el d.esierto de nuestras palmas con los ojos ciegos de tanto haber 258
269
FERNAN (Uruguayant
csr¡. M:rtur¡r¡a. -
SILVA S Montevideo, Uluguay)
oToño fts. L
L OTOñO lr:r lle,1:rrlo, y como es forastero E l v i c t r t o l o ¡ r : r : : o : rl ) o r t o d x l a c i u d . a d .
ln vcrorl:r (L! luln r'¡llo l¡r¡miltlo rcnroll¡¡o rlo ;rtrr, r'icrrlr cl oJo dc un charco Con nr) rnorrt.ón tlo hoJ;rg. Xl ciclo orill¡ ln lll¡ulto ('or¡lo t¡lulca Porrlttc cl vlorrt<¡ Lo ha dcJ;trlo Irrrr¡rlto ( or¡ ur¡ cs¡ronja dc nubes. Xn Ifn
Anochcco. (lc nlrtomóvllos Las fills }laccn do llr ¡rvonirltr cuatro caminos rectosl Y por csos r:r¡r¡i¡los Pase:in Ils rnu.iorcs (lc tod{rs las tardes: Las cluc bttsc:rn rrtr rrovio; Las que so h&cen buscar; Y totlaB mo per€cen hermogas y elegantes; Y toalos los caminos llevan a una moneala O a un corazón, En
260
la
copa
de
un
plátano
I{ace burbujas la Primer estrella; Y en las vidrieras de tos glarcdes cotuerclos S¿le uo sol morcantil. En un hotel de moda, Señoritas snobs, en copas elegante! Toman solbitos de frivolitlad. Zumban los vendedores como moscas de invierno; Y entre las pieles tibias de las muie¡es ¡icas Asoma su hocico ds zo¡ro El lujo burgués. Ahi va la muchacha quc más me girsta; Al pasar Do me mira o no mo vó; Yo la sigo de cercÍr, rrtta cua
EI,
TANGO
.¿l$QQ mile¡gf¡, Corazón del ¿rrabal
Eres como nn4 Como una viruta
musical, viluta de bautloneón.
Como una queja que se estira
261
Prodluciend.o escozor y placor; Eres una mfrslca quo s€ respira, Que tiene forma d€ curva y que huele poro clvilizada; Música primltiva Que calienta h rnngro y cmborrncha üna múslca rat'¿ Quo se acom¡lnfla (:or¡ of cucrpo,
a muJor,
o ll8
goutes;
Y con los lablol, y <:o¡t los dlcntos, Como Bl go mns(:frrfr. Pegajosa como l¡r n¡lol, Y que fatign slr¡ fntl¡nr: Resbala ¡lor lox r¡orvfor (.otr¡o ¡)or rr¡r rfcl, Y sa ll¿ila
IIA
CATDO IINA
ESTRELLA
(El poema del hombre que suelda la vi&) ./1 lV
252
UE LINDO. o"og"o a ver qué lindo:
€n medio tle la calle ha cafdo una estrell¿; y un bombre enmasc¿rado por ver qué tiene adentro se está quema¡ralo en ella! Eay u¡l Doutón de gento co¡l la vista en el suelo, desale doDds se eleva nna gxan luz azul, que se apaga y se enciende en un r€lampagueo tal colxo si la estrella so estuviese lnurieDdo! Vengan a ver quó liDdo: €n metlio de la calle ha cafdo una estrell¿; y la gente, asombracla, le ha formado uu¿ ruod¿¡ para verla loorir ontre sus dcalumbrantes boquead.as cel€stos! Xstoy frente a un prodiglo, -¿ ver quién me Io nlegrr:en medio de la callo ha cafd.o r¡¡a estrellol
TEMA fF'
¡J en por de
N
EI,
filo
DE
NOMANCE
del c¡n¡i¡lo
hay un raDcho; el rancho un:r ventana donde se asoma cl alba uua lucecita blanca.
Dentro el rancho una pareja; afuera un caballo negro; el caballo atatlo a un árbol por dos vueltas del cabestro, v Ia moza con el mozo
268
abrochados
eu
un
CACIIAREOS
bcso.
La nledia ¡¡ocl¡€ arnanec€ en oI pico do los gaiios; süba cn lo oscr¡ro ltu chi!¡qolo romáutico, do osog r¡tto ctrtllri:r l:r ¡rot.ho cantaD lu¡ i.iollLo ciurtct.
E LEVAITTú con nocho a preDa,rarel barro pala mts cacharros, Yo soy nn poco indio gua,raní por mi cara' y soy indio del todo al ltaccr tnis cacharros Va ¿ amanocer, 6l :rlba es como uJx frlso PóUalo cbispead.o de estrellas; va ¡ amanocer, €l 8lb¿ es como un fdso rosa cüisp€ad.o de páJ¡ros.
Sigttctt ¡raslirrrlo l:r:i hr¡¡';r¡, cl (:i0lo l:0 v¡r ;tel:tL:r¡rrl0, y ol trlb:L ¡¡rrrrrrlorlcl rlÍlr np:r8¡! ol itlb¡r rtcl ritr¡(.1¡o.
I'AMI'A
ft x l:
Y VII]NTO
N I¡A Pnnt¡ltr lrurrorrr:r; 6¡ ¡" Pnru¡ll (¡llo on c¡¡utpo y os ciolo.
AroDiUs on l¡, l)o(.a, on los pliogucs e¡¡ IoB bollos dol sorubrcro; arenlua on todo, r¡roDlltn. hltsta €n ol ruldo que hnco ol cucLrlllo
del poncLo,
al sallr do l¡r v¡lnn. Y aürá,s, volando, ol vlonto, borroneador ile huellas: el vietrto como ur¡ gran póJaro afóDico con alas invlstbles y buche do nube d.e tierra. al g¿lopo va d.ejando rrna, slenbra d.e pisad.as st¡ pisedas para el pico, pisaalas pa,ra el buche, d.el viento! l!trl caballo
264
cue¡¡to;
Mo levaDt6 coD nocho & proD¡rr&r oI barro para mis cacharros. Está ¿clarando el illa, los páJ¡¡os dol alba eBtre triDos Y vuolos so han coBialo toütas laú ostrollas del cielo, Está aclarantto el clfa; - yo trabajo cantal¡alo, tengo la voz mpjada y la to¡¿ila fécil; (me leva.nt6 esta mañana con la gatgatrta taD fresc¿ como sl hublera al.oruldo con una estEella €n la boca). Y ast miertras trabaJo canüando a medla vor. leJos, eD el paisaje, 3e oyo salL ol !ol.
2alt,
J OSE
J UANI
T ( 1 C o n t l n c n t x l A v c ¡ ¡ i l 0 (ForoÍit IüUs Ncw York, U. L ^.)
APAI.ICION IT r:
r¡tto n¡r;rro('o, rrllrgo A MU.tnR ¡¡¡¡¡¡6¡llrl rlol n¡rotcósl.r rlo rrn pcrfume cs(:on(ll(llr ('ot¡¡(, ttr¡i¡ !'iolct¿
o on ol nirclo
LA
MI'JEN,
El vu€lo de sus ceJas En su frente admirnble Posa un perfil de zopiloto Sobre los cráleos del zorupantli, Que echa a volar cuanalo sus ojos X,uminoso se abretr... Espcjo dc obsidian¿ Dol l)rulo Tczcaülpoca; Yugo tlo gr:llito; ¡Cóncnvo Vaso do sacrlficios! Car¡e macerada do lncionsos Como las par€des dc los tenlplos. Un pasajero anante Dejó escrito su norrrl¡rc cn lrn tntun.ic Sobre su carDe,., . una tirrdo. . . Su esencial orquldea, Como las de Mitla, Sorge entre las piedras dol tcmplo Promulgand.o sangre de víctimas,
TATT'ADA
AS HUET,LAS do los pies de sus arnantes I .l-r ff¿¡1 cubierto su alcoba Con un tapiz d€ l¡eregrinaciones. La a¡cilla do su seDo Istá llena ds huellas digitales, 266
L. Y.
Y totlo sn cuerpo de .ieroglÍficos De colibrÍes, besos I)e sus ama¡tes niños. . .
fmán de la mariposa ilusión Que flota en clafos de luna o ticmbla En u¡ verde rayo d.e sol. . . Jra Teoyamique sonrÍe €n sus dientos Y el jaguar de su ardor abre las fauces Al través de uua enagua d.e serpientes.
267
Y, héIice clel Calenclario ancestral, Su misterio sobre Duestras escamag Suelta elásticas pluruns de quetzal.
En espejismos de Atlántitlas Ruedan sus ojos en blanco,
de loprrlcros De su alme llell Suben hnsta sus oJo:: Xspectros y vislrttullre:r do tcso¡o.e.
Cuand.o entre blasfemias roncas Su hombre se rintle al fin entre sus brazos Como un aho¡cado en una horca,
Y, tantx ¡rasión stt¡rrlmlrl:r, Momi¡s tlttc crn¡nrctló ol S:rnto Ottcio Y h o y i n r ¡ r l a t : n b l o s r ¡ ' r u r ' ! l¡ r ¡ r .. . 1
Nacla bay Tan semejante a una chinampa floritla Como su carne escondiala Bajo tápalosde Catay...
Mientrns sll ('rr¡lo rlo corn Ardo con fl;rnrn rlo ¡rlxl(lr Como grnn (:lr,o (lo ln Irrr¡rrljtlr.lón. Sc sionto Etrr¡rortrtrl¿ on lls vorllclr:ts Y O r r I A ¡ n o f r r r r r l : r o r ¡ . ¡ ( : r t . u l ; tt t o : ; r r s : r n t A n t C Sf e l n a Y as¡lirl conro lrkllo r.o¡rrlerr y :rlhucernas. Caon los bosor, tl6 rus ojorls a Ia sombra. E¡r cl fvlrlo $lrr(.o rlo tir¡ boca Y sus :Jcr¡oslio lllr¡r'r¡;rrr Colro sl fuoril¡¡ n l)lotí¡r dos ¡osrut... Xn su vlentro está la oqüno-cáctea Xn su üclrtro infccu¡rdo Tan L¡lauco conro ll Vi¿r f,áctea Llena do mllltdos.. Sus pésames a¡)llan con los coyotes de la sjerr¿ Y su máscara cstampada de flo¡es Cubre una so[risa de hiena. Como
submari¡as
medusas
Y a ella toda, como la gran crrrva de luz Del cohete que en silcncio vucla Y suspencle, dol¡lado eu fcstón do sauz, Un ja,rttín milagroso en la pl.rzuela. A tiempo que a la ver& do la vicja casona Ssquiva la Llorona Su flúdo cuerpo do léruur Y su gemir doliente y vano Como de flauta hecha en un fí.mur humano... XL BUERITO IENTRAS
lo
cargnn
Sueña el burrito amosquilado En paraísos de esmeralda.. JAGUAR, UCE del jaguar el blasón: ¡ .lJ En campo rle oro
288 269
rl I
PAI¡I.A
Las mancbas dsl sol,
I,OOPING
TITE
I'EC[g
la golondrina.
VOLADOIiEg
I.. GOLPE tlol oro nolnr Estnlln c¡l nitillr$ el vltlrio
(1. ¡'.
I l-r
r- RIGId una colum¡a E f,* I¡alma arquitectóDica y sus hoJas P¡oyectaD ya la cúPrü4.
LOOP
porspoctlv¿: ESPERAL En tor¡¡o do l¿ ltrua Eaco un "looplng tl¡o loop"
R,EAI
dcl u¡ar.
¡lI.
('on rir¡ ljrave grito A COLONDITIN^ f¡¡¿¡¡ o¡¡ el t lclo sfgrtos dc i¡finito,
8. p. m. ANTA lln rcsponso el sapo A lns pobros cstr€llas Cgfd&g ou su ch¿rco. ¡ \,
sauz L¡.oR,oN ñ, OMANTICO saúZ. Uoraste taDto f( Qo" agobiado, en el río te reflejas Como en tu propio llanto. . ,
2lo
2tl
fuó sacada, o tal vez qué habrá p¿rsado.
CESAR VALLEJO
Eas venldo teBlrrano a otros asrr¡ttos, y ya [o estás. Es el ri¡cón donde a tu lado, leí una noche, oDtre tüs tiernos puntos, un cuoDto de Daudet. Es el rincón aEado. No lo equlvoques.
i I
i (Lellrción
d'ol Pcrti'
-- ?arís, Trírncia)
![o he puesto I rocordar los üas de verano, idos, tu entrar y sallr. Poca y harta y pállda por los cuartoE. E¡ esta noche pluviosa ya lejos de ambos dos, salüo de pronto... 8on dos puortaa abrióndose, corrátrdose, dos puertaB quo al vlento van yl vienen BOEbr¿ Bombra a
I L tt:tl ORACIIDO tornrortto' ctttn' po, urt ¡l¡l¡¡tlo fot:rtlo
rI
lls co[tras A vocott (¡oynlo cont'rir todnB los ápices' y por ,,,to* ¡oy ol trllt)r Itcgro
xv jultos r. N EL rincón aquel, dlonde dormimos lt, tantas noches, ahora me be sentaclo a caminar. La cuja dei los novios 'lifuntos
xxxul l,
rl
I
solo, y Do he tenido. ff E almorzedo I I m¿dre, nl süpüca" nl lfrvct€, nl ag:u¡; ¡i D¿cl¡o que en ol facu¡do ofortorio de los choclos, progunto para su tardauza de imagen, por los broches mayoros del soni¿lo. Cómo lba yo a almozar. Cómo mo lba a gorvir d6 tales Blatos distantes esas cosag, cuando habráse quebrado el propio hogar, cr¡a;ndo Do asoma nl madre a los labios. Cómo iba yo a almozar, !on&da.
1l t
{
I
A I¿ mesa de un buen amigo he almorzado con su patlre recién llegatlo del Mundo, cou srui caaas tíag que hablan
27t 272
J UAI\i
on toraUllo retinto tlo porcslana' blsblseaualo pot totlos sus ru'los alvéolos y cou cubiertos fra¡cos de alegres tlrorlros potqoa estánso en 8u casÍr. Asf, qué g¡aclal Y me han ilolldo los cr¡c)rillos de esta meg& on todo ol Pnlndar' pruoba El yantrir
LUIS
VELAZAUEZ !
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r. r OCEE do estrellas en el alto l\ emparrado de Dios. Noche desapercibida en la humsdad reumática ile la hondura. Noche de estreUas, noche de fiesta para las alm¿s on vigilia va.rguardias de toda rxueva ETERNIDAD
1^t OMO llneas echadas \z por una mano iDfinita al fin nos encontr&mos, 9ólo en un Burto. 80LOtt! Ni tú ni yo supimos averiguar e¡ la ulrada sl estábamog de ida o de nrelta. Y las matemática,s de la vide
271
276
¡¡os üYcrgleron
alespués.
Talvez do Duostro orlgoD"
LUIS VIDALES (Bogotá, Colombia)
EN EL PASQUE f' l-, Y la
L RELOJ formula 12 ¡s¿ie-¡., cae sobro nosotros exacta gran l¡lomada.
Los árboles del parquo alharaquean como unos loros dentro de su Jaula" Yo he cogiclo tw manos e¡ mi diestra como un par tle guantes. Pasa.n lagunas d.e viento. Nos abunimos. Ilace mucba luz para amarnos. Pasan más lagu¡¡as de viento. Eé!
2ta
277
te he tendldo la mano para quo to lovaDtes y ol poso d€ tu cucrpo CO!¡o rrna bolo densa y Ubla ba cafdo on rul nrano. Vuelvs ¡r osporornos el escaño, ¡Cónro cs¡ror¡¡r los cscaños on ol Dsrquo! Esta clolo os rul gran pisapapeles do oso¡ quo ülonon u¡ paisaje por dentro. Y lo¡ dos nos nleJamor por ln cnlloclt& qlro l¡ay cn el pisapapeles.
de los hnecos do la ciuttatl elcerrados O[ los cajones de log cuartos. cINEMATOGRAFIA
NACIONAJ,
oR el cielo ama¡lüoso D I tle linterna pasan las ¡ubes colomblauas. y como ge las nota que no habfan ensayad.o antsg. Los árboleg -Dor ser la primera vez que trabajan on cin6aparece¡¡ tiesos cohibitlos aruaner¿d.o8,
EL IT('ECO fB vorsos dfcon. IIuoco flnlco ¡rltlo h¿rblt¿bls Oasa,B. OaBe^s, Cas¡rg, Iluocos lnt€rnrmpldos ¡,or paredes y puertss. Ifuecog rlivftlidog en cuaüos. lü vlala ml vid.a transeú¡to ostá llena de las troneras d.e las horrlbles caveruas que las casas les hacen a los huecog. Y ya ao puedo borrar eJx mÍ la se¡gaclón
27t
Pero el salüo do ToquenalaBa lo hace con ¡raturalidad como si tuviera una larga BráctÍca en ci¡e¡l0tó€rafo. Por los alreded,oros de Bogotl Derodea la luna. ¡Y qué luua! Xs una l,r¡¡a barnlzacla d.o bla¡co y coD instal*ción propl¿, Afuer¿ ol cielo d€ la aochc oscuro amDulogo es u[ inmotrso goDgorlsmo.
279
Luego veo la lun¡. oh! oh! Ires saca a los tra¡se{rntes sus fichas antropométricas coDtra el mu¡ol
I
gon como clichós quonrados que huyen! Y en el salón do ln nocl¡o yo aplaudo las películas lncoborcDtos de este Patl¡ó AobY. CUADI¿ITO DE MOVIMIENTO STOY ert l;r vollt¡tlít, ¡ f- Poquofllto ol paislJo sol¡orts onch¡r¡, todo ol cnort¡lo ¡loso rlc llr lcjanía, Oh! st don gan:rs do domcstlclr el palllaJo y amacstr¿rlo con docilld¿d hast¡ quo rc lo pueda poner un marco y asl -complctamonto civilizadoteDerlo colgrido on la biblioteca. Y entonces-micntras yo leyera el libro nuevo scntedo ¿u el slllón giratorforesultaría sumamente agradable alzar Ia vista de improviso y ver quo en el cuadrito llovf¡ o L¿cfa sol - o hacíe vlento o empezaban a lalir las prfuneras estrellas,
180
I
PROLOCO. AB,CENTINA BERNARDEZ, Franclsco Luis BOBGES, Jorge Luis BBANDAN CARAFrA, Alfredo CARO, Andrés L, Macedonlo fERNANDEZ, Jacobo rIJMAN, GONZAI,EZ LANUZA5 Eduardo GULI.LEB,MO JITAN . GITIRALDES, &icardo KELLER SAR^MLENTO, Ealuard.o LA¡feE, Nore , MABEqHAÍJ, Leopold.o MOLINABI, Rlcardo E. . ... Nicolós OLIVARI OBTELtrJ, Boberto A. . .. PIñEB,O, francisco I¿ .. .
27 33 {0 53 80 88 98 l0? 109 l4Z 143 16l 182 2Og Zl2 2ZT
coLouBra VIDAIES,
Luis
.
277 CEII¡E
A.RCE, Fe¡relón
t9
AZOCAR. Rubéu . CRUCEAeA SA¡flIAUABIA, Aagel DEL VAI¡LE, Rosamel DE ROCK,A, Pablo . DIAZ CASANITEVA Humberto ILORIT. Juan GUrIERREZ, Alejandro IrUBNER, Manuel IilIIDOBRO; Vicento MAR,IN. Juan . MOR,AGA BUSTAMANTE. J. NERIIDA. Pablo . BEYES, Salvaclor ROJAS cfMENxz, Albcrto SEGUEL. Gerardo
.
23 55 72 75 ?8 90 114 t29 t32 172 t85 189 237 244 253
PEBU BOI,AñOS, fedorico BIISTAMANTE Y BAIJÍ,MAN, CEABES. Marlo, DE I,A JAN,A, I,uTs . EIDALGO, Alberüo I,OBA, Juan Jos6 MEA,CADO, Guillermo PARRA DEL RTEGO. Juan . PERA.LTA Alejandro POBTAIT, Magda SA¡ÍDOVAI¡, fra¡clsco SEBATIN DEL MAR, VAIJ;EJO, César A. VELAZQITEZ, Ju¿¡ Luis .
En¡ique
30 44 63 68
u6 152 180 217 226 233 250 256 272 276
ECUADOII UEI'GUAY LEON, Luis Angnl MAYO, Hugo
146 177 MEXICO
CARDOZA Y ARAGON, Luis .. LfST ARZUBIDE, Germáu MAPLES ARCE, Manuel NOVO, Salvador PEI,LICER, Carios ROMERO,J. Rubón ... ,:.. TABLADA, José Jua.n
49 t49 184 197 221 245 266
NICARAGUA SAIOMON
DE LA
SELVA
2t7
DELGAIIO, Aleris . FU8CO SANAONE, Nicolás PEBEDA VAI"DES, Ildefonso SILVA VAI¡DEg, Iernán
?l 96 226 269
VENEZÚELA A.RBAIZ.
antonio
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ESTE LIBRO ¡E ACABO DE IMPRI. MIR EN LOS TALLERES CRAFTCO3 DE LA SOCIEDAD DE PUBLICACIONES EL INCA EL ]O DE JUUO DE t92ó
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