ANUNCIO DE ADVIENTO En la parroquia Santa Catalina Labouré, Madrid Miércoles, 3 de diciembre de 2014
! Oración inicial del vicario de la Vicaría VI-Sureste, que preside la asamblea ! Invocación cantada al Espíritu Santo ! Noticias del Camino
KIKO: Hoy va a ser muy importante el anuncio. No sé si sabéis la noticia de que el Santo Padre me ha concedido una audiencia el viernes próximo a las 11:45. Así que mañana tengo que marcharme otra vez a Roma. Esta mañana hemos tenido un encuentro con el Cardenal Kart Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, para hablar de la convivencia de rabinos que vamos a hacer, a nivel internacional, en la Domus, del 3 al 7 de mayo; tenía que informarle. Mañana me voy entonces otra vez para el encuentro con el Papa. He sentido del Señor hacer encuentros con los jóvenes porque pienso que el Señor les ha llamado a muchos. Bueno, sabéis que hice un encuentro en Cádiz, se levantaron mucho chicos y chicas; vino el arzobispo y algunos obispos de Andalucía, como el de Córdoba. Después fuimos a Santiago de Compostela y presidió el encuentro el Cardenal Pell y vinieron los obispos de Galicia. Y el obispo de Orense ha pedido un Seminario que ya está en marcha y está contentísimo. Se han levantado mucho chicos, muchas chicas y muchas familias. Después un encuentro en Varsovia, presidido por el obispo Cardenal Nicz y fue también fantástico. Después hicimos un encuentro en el campo de Mestalla del Valencia, con 45.000 hermanos; predisió el obispo, que entonces era Carlos Osoro, que actualmente es el arzobispo de Madrid. Y después fuimos a Asia, a Filipinas, donde presidió el cardenal Tagle. Y después nos fuimos a Japón y tuvimos un encuentro con las comunidades que están sufriendo la persecución; fue maravilloso. Y después pasamos a Corea; tuvimos un encuentro presidido por el cardenal de Seul, que ha pedido un Seminario R. Mater. Ya tenemos, con estos dos (Orense y Seul), 102 Seminarios en todo el mundo. De este viaje que hemos hecho anunciando el kerigma, al final hemos hecho números: se han levantado 800 chicos para entrar en el seminario, 800 chicas para monasterios de clausura y para ir a la China, y 870 familias se han ofrecido para la misión de Asia. Ahora están esperando en Italia que haga lo mismo, que haga un encuentro en el Norte, al Centro, en el Sur, en Sicilia, etc., pero yo les he dicho que esperen un momento, porque quizás podríamos hacer un solo encuentro con el Papa. Por eso he pedido una audiencia con el Papa. He participado, hace dos semanas, en el III Congreso Mundial Movimientos y Nuevas comunidades, organizado en Roma por el Pontificio Consejo para los Laicos. El último día el Papa concedió una audiencia a los participantes en ese Congreso. Aproveché para pedirle al Santo Padre una audiencia privada con él. Yo estaba con los fundadores en primera fila, con Comunión y Liberación, Focolarinos y otras 1
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realidades eclesiales que hay. El Papa entró y nada más verme vino a mi encuentro y me saludo efusivamente, delante de todos los obispos que estaban allí, y más de 300 representantes de todos los movimientos de la Iglesia. Después de decir el Papa: “Tenéis que ser fieles al carisma que habéis recibido ! No perdáis la frescura de la misión que Dios os confía, etc.” ! nos permitieron a algunos ir a saludarle. Yo le dije: “Padre, necesitaría que me recibiera 5 minutos”. Me dice: ¡Estoy lleno de actividades: tengo que ir a Estrasburgo, después a Turquía etc.”. Y al insistir, me dijo: “No te preocupes”. Y llamó al Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg. Estaba todo el mundo mirando. Le dijo el Papa: “Kiko me pide 5 minutos; consígueme 15..”. Así que efectivamente, he recibido una carta en la que me comunican que el viernes me recibe el Papa. Esa audiencia ya ha sido anunciada públicamente (recibe primero al Cardenal Filoni, después al responsable de los carismáticos, y después me recibe a mí). Tiene toda la mañana ocupadísima. Ya sabe toda la Iglesia que me va a recibir el Papa. Y después lo recogerá el Osservatore Romano. Quiero pedirle que venga a ese encuentro que tenemos que hacer para recoger la mies, las gavillas; es Dios el que llama, nosotros no hacemos más que recoger el fruto de lo que ha sembrado Jesucristo. Si el Papa quisiera tener con nosotros este encuentro vocacional, si nos dice que sí, podemos hacerlo a nivel europeo. Os invitaríamos al Santuario de la Virgen del Divino Amor, que es santuario mariano más popular de Roma y tiene una explanada en que caben 300.000. Bueno, veremos qué dice el Santo Padre. Y además podría enviar a las comunitates in missionem que están pidiendo algunos párrocos de Roma. Esto lo digo para que recéis. Estamos en Adviento, nos tenemos que levantar por la noche a rezar, tenemos laudes por la mañana temprano en la parroquia; pues acordaros ese día de rezar. Hoy iba a venir Carmen, pero no se encuentra bien, porque le han hecho una angiometría para ver sus arterias, que las tiene muy mal. Pero parece que tiene una arteria que está bien, con lo cual le podrán hacer un by pass, y le podrán salvar la pierna. Ha dicho el médico que es una buena noticia. Pobrecilla, está crucificada; la estamos llevando a la cámara hiperbárica para ayudarle a cicatrizar sus llagas, pero no es suficiente. Lo está llevando bastante bien y me dijo que vendría si se encontrara bien, pero ahora ha dicho que está fatal y por eso no ha venido. Podemos dar un aplauso a Carmen. El Padre Mario viene de Lisboa, de la ordenación episcopal de un presbítero del Camino, que era Director Espiritual del Seminario R. Mater de Lisboa. Ha ido él, que fue catequista en Portugal. Ha visto a sus “ovejas” y se han visto contentos. Tenemos muchas noticias. Os regalamos esta catequesis de Pablo VI, que os han repartido. Sabéis que ha sido beatificado Pablo VI. A lo mejor no sabíais que estuvo siempre lleno de amor hacia el Camino. Nos hizo un regalo que es impresionante. Hablando con los párrocos, si quieren saber qué es el Camino, basta que les entreguéis esto: el Papa Pablo VI dedicó una catequesis de los miércoles al Camino. Los martes no recibía a nadie porque escribía él personalmente la catequesis del miércoles, que es magisterio para toda la Iglesia. Le habíamos pedido una audiencia sólo para el Camino y no pudo concederla. Pero hizo algo mejor: nos invitó a la audiencia general del miércoles, la que hace para toda la Iglesia, y nos dejo boquiabiertos cuando dijo que iba a hablar para toda la Iglesia del Camino Neocatecumenal. Debía conocer muy bien el Camino cuando 2
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le dedicó la catequesis de la audiencia general. Yo le había escrito un pequeño opúsculo de qué es el Camino, cómo nace, cuál es su misión, etc., y se ve que le impresionó enormemente, porque escribió esto. Vino publicado en el Osservatore Romano para toda la Iglesia. Una aprobación del Camino mayor que la de Juan Pablo II. Escuchad un poquito lo que dice. Os he escrito a mano: “Estamos contentos de haceros un regalo: una catequesis que ofreció el papa Pablo VI al Camino Neocatecumenal. Ha sido tan bueno con nosotros, que no podemos por menos que honrarle en los felices días de su beatificación. ¡¡Leedlo!! es impresionante cómo el Señor le ha ins pirado dedicarnos una catequesis para toda la Iglesia. ¡Gracias!”.
Y firmamos Carmen, P. Mario y yo. Lo hizo en la Audiencia General del miércoles 12 de enero de 1977. Vinieron algunos párrocos, algunos obispos y os he puesto como subtítulo la frase con la que termina la audiencia: “Tanta gente se siente atraída hacia estas comunidades neocatecumenales, porque ve que allí hay una sinceridad, una verdad, hay algo vivo y auténtico: Cristo, que vive en el mundo”
Dice que la gente viene al Camino porque Cristo está en medio. Fijaros qué aseveración: el Papa dice que aquí está Cristo, que por eso viene la gente a escucharnos. Pues mirad lo que dice: Después diremos algunas palabras para esta ocasión y para la finalidad que los reúne y les hace profesar su fe en la Iglesia y, finalmente, les daremos nuestra particular bendición. Repetimos: Comunidades Neocatecumenales de diversos continentes y países.
! Les saludamos ahora, dándoles este pequeño regalo, digamos así, que solemos dar en nuestra Audiencia general, es decir, una palabra; una palabra que querría ser después objeto de meditación, de reflexión o, por lo menos, una prueba de nuestra simpatía para quien la escucha.
Pablo VI escribía muy bien y con mucha precisión. Era famoso en la Iglesia por eso. La presencia en esta Audiencia de un grupo tan notable por su número -sois casi vosotros solos- y por la dignidad de los participantes vuestros dirigentes y, sobre todo, el grupo de obispos, que habéis traído con vosotros- pertenecientes a las Comunidades Neocatecumenales, nos ofrece la ocasión de llamar la atención de nuestros visitantes y de cuantos escuchan esta palabra familiar nuestra, por lo pronto, sobre dos acontecimientos de la Iglesia católica. El primero es el Sínodo del Episcopado de 1974, de hace tres años, que tuvo entonces como tema “La Evangelización”; la evangelización en nuestro tiempo: cómo hacer hoy, para propagar el Evangelio. Este fue el tema del Sínodo del 74, que dio materia a nuestra posterior Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi”, que fue publicada el 8 de diciembre del 75. Si tuviésemos la veleidad de hacer propaganda de nuestros documentos, querríamos casi recomendarlo. (Está hablándonos a nosotros) ¿Por qué? Porque es tan denso, tan tributario de todo lo que dijeron los obispos en el Sínodo -ha querido interpretar, re-
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coger y ordenar todas sus ideas, haciendo accesible su lenguaje, lo más simple posible, pero, al mismo tiempo, lo más importante y claro posible-, que nos hace, repito, recomendarlo especialmente a vosotros, que queréis ser los “neocatecumenales”, es decir que queréis instruir y evangelizar a esa gran muchedumbre de pueblos, que lográis atraer.
Fíjate cómo ha entendido el Papa: vosotros queréis instruir y evangelizar a esa gran muchedumbre de pueblos, que lográis atraer . Creo que haríais un buen servicio, tanto a vosotros, como a vuestros seguidores y discípulos. El segundo acontecimiento es futuro, todavía, pues tendrá lugar este año, empezando el 30 de septiembre: el próximo Sínodo Episcopal. Tendremos aquí unos doscientos obispos, procedentes de todas las partes del mundo, nombrados por sus respectivas Conferencias Episcopales. ¿Cuál será el tema? Nuevamente el tema de la Evangelización, bajo otro aspecto, que es el de la Catequesis, es decir, cómo enseñar la religión, especialmente a los niños, a los adolescentes, a la juventud y también a los hombres maduros, en este momento de nuestra civilización; cómo llegar a ser maestros de catecismo. Son los obispos los que han querido este tema. Lo tomaremos de nuevo y lo desarrollaremos. Esto para deciros cómo vosotros, catecumenales, estáis de actualidad. (Evangelización y catequesis. Mirad cómo nos habla) Esto demuestra hasta qué punto la conciencia de la misión fundamental de la Iglesia, que es la de difundir el mensaje evangélico, según el último mandato de Jesús, al término de su presencia visible sobre la tierra -¿cuáles fueron sus palabras? ¡Id y predicad!, “Id y enseñad a todas las naciones”-, esta conciencia, repito, está vigilante y operante en nuestra Iglesia de hoy. Cuántas veces, al examinar la historia pasada, que ha caracterizado los períodos de la historia de la Iglesia, se dice: “Pero, ¿de qué se ocupaban?”. Había guerra entre ciertos estados, o bien había las famosas cuestiones dogmáticas, etc., que interesaban, sí y no, a la opinión pública y al apostolado pastoral. La Iglesia ha vuelto de nuevo a sus funciones y a sus deberes pastorales. Y el primer deber pastoral es el de anunciar el Evangelio, de ir al encuentro del mundo y decir: “Mira, te traigo el mensaje”; el mensaje que los ángeles trajeron a la tierra: “Gloria a Dios y Paz en la tierra”; y después el mensaje de Cristo de anunciar el Evangelio, es decir, la palabra buena, que Jesucristo nos enseñó. Esta conciencia, repito, está vigilante y operante en la Iglesia hoy y la compromete completamente. Esto es algo maravilloso: ministros, es decir, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, etc. Y fieles, los mismos fieles se transforman en voz que debe propagar este mensaje; el mensaje del anuncio evangélico que hoy, como nunca, es digno de ser anunciado por dos motivos, que parecen contradictorios. Primero: debemos anunciarlo porque el mundo de hoy está sordo y es necesario elevar la voz, es necesario encontrar la manera de hacerse entender, es necesario insistir, es necesario convocar a todos a una nueva escuela, etc. La dificultad se hace provocante, se hace estímulo, que nos incita a transformarnos en maestros de nuestro catecismo, es decir, de la Verdad del Evangelio, que hay que anunciar. El segundo motivo es precisamente el opuesto del pri-
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mero. Quien sabe ver, quien sabe leer en el corazón de las masas, en el corazón del mundo, observa que, en el fondo existe un descontento, una inquietud, una necesidad de una palabra verdadera, de una palabra buena, de una palabra que indique el sentido de la vida, que el mundo no sabe ya cuál es, que no tiene ya la fuerza de definir; vive come miope, o como ciego, en medio de las tinieblas. Nosotros tenemos la linterna; nosotros tenemos la lámpara; nosotros tenemos la Palabra del Evangelio, que es la luz del mundo. El Señor dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”. Exactamente: si somos la luz del mundo, tenemos que ir al encuentro de esta gente perdida, tan resentida, tan cruel; que ha llegado, incluso, a desviarse completamente, sin principios, sin líneas de conducta buena y humana. Debemos ir a su encuentro y decir: ¡Mira! ¡Mira! ¡Este es el sendero; éste es el camino! Repito: por estas dos razones, una la dificultad y otra la oportunidad de anunciar el Evangelio, he aquí que la Iglesia toma la palabra. Estamos, por tanto, en una fase apostólica, misionera, didáctica, nunca tan acentuada en la vida de la Iglesia. Todos debemos estar com prometidos. La edificación del Cuerpo Místico de Cristo en la tierra, que es nuestra Iglesia presente, es deber, como dice el Concilio, no sólo de los curas, de los obispos, etc., sino de todo creyente. Cada uno debe ser testigo, debe saber traducir, al menos con su ejemplo y con su apoyo, etc., el mensaje del que es depositario. No existe un cristiano mudo; no existe un cristiano estéril; no existe un cristiano que viva para sí. Debe vivir para la comunidad, para el Cuerpo Místico, que se llama “la Iglesia”. En esta visión, está claro y es prometedor, el que se vayan multiplicando los esfuerzos, para poner en práctica este inmenso y urgente programa: evangelizar, catequizar. Hay tantas iniciativas paralelas y un poco parecidas a la vuestra que ahora escucha. De este modo asistimos al florecimiento de obras y de medios para dar al anuncio del mensaje evangélico su mejor difusión e interpretación, podríamos decir. Queremos hacer observar que este multiforme fenómeno en la Santa Iglesia no se refiere sólo al aspecto escolástico y didáctico de su actividad. No es sólo enseñanza de maestro a alumno. Se trata más bien, del aspecto más amplio, más pedagógico y más vital, que se refiere, también, al estilo de vida, de forma que la enseñanza de la verdad religiosa es paralela a la enseñanza escolástica; más aún: está unida al testimonio de vida, del que la enseñanza es norma y principio. En segundo lugar hacemos notar que este deber, tanto en el que lo realiza como en el que de él se beneficia, no adquiere la calificación de “peso grave y difícil”, aunque en realidad lo sea. Una de las grandes dificultades con que tropiezan los sacerdotes, ¿cuál es? Que la gente no viene y dice: ¡Qué aburrimiento, oír el sermón, escuchar la lección, aprender el catecismo...! me cansa; prefiero pasear, ir al cine, divertirme, etc. En definitiva: esta Iglesia que enseña, resulta tan aburrida! ¡No es verdad! Digámoslo a nosotros mismos y a nuestro pueblo. Quien ha com prendido el secreto de la Verdad, que nuestras palabras contienen, queda como fulminado por esta Luz, por esta Verdad, y transforma tanto al apóstol, sacerdote o quien sea que lo anuncie, como al discípulo, que la escucha, y le hace exclamar. ¡Ah...! ¡No me imaginaba que fuese tan mara-
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villoso! ¡Ah; es verdad; qué estupendo, fíjate! Se abre, repito, un horizonte de luz y de belleza, que era casi insospechado. La realización de este difícil deber, se convierte en un honor, se convierte en una riqueza, se convierte en una vocación, que nos ennoblece y entusiasma. Me gustaría preguntaros, si hay misioneros entre vosotros: ¿Por qué sois misioneros? Porque sois exaltados por el Espíritu del Evangelio. Qué maravilla es anunciar la Verdad, anunciar el secreto de la Vida, los designios de Dios, las esperanzas que no mueren. Llega a ser algo de tal belleza que uno no puede sustraerse y nos sentimos llamados a ser, también nosotros, apóstoles y anunciadores de esta Verdad. Así el cumplimiento de este deber de anunciar ya no resulta aburrido, como el escuchar ya no es fastidioso; tienen en sí mismos la gratificación del cansancio que comporta; hace felices a sus testigos, los hace seguros, los hace partícipes ya de las primicias del Reino de Dios, que ellos van anunciando. En nuestro lugar, aquí en el centro de la Iglesia, recibimos a muchos, que vienen de lejos, de las misiones. Los recibimos con enorme satisfacción y les dejamos hablar, para recibir su testimonio. Algunos pasan dificultades enormes, que no se explica cómo pueden vivir, subsistir, superar las enfermedades, las enemistades, los peligros, etc. Sin embargo, os lo digo para que os alegréis también vosotros cuando se definen a sí mismos, hablan de una felicidad que no se puede ni comparar con las demás felicidades del mundo. Y, si nos atrevemos a decirles: “Pero usted, ¿se quedaría aquí o prefiere volver?” “Volver, volver”, dicen. Y vuelven, en medio de dificultades enormes, porque son prisioneros de la alegría del Evangelio. Diremos, por tanto, además, que quienes, con corazón sencillo y generoso, se ponen al servicio de la evangelización, experimentan, ciertamente por un secreto e indefectible carisma del Espíritu Santo, una metamorfosis psicológica y moral, que es característica. Es esa metamorfosis, ese cambio que transforma las dificultades en estímulos. Repito lo que decía antes de los misioneros. ¿Por qué vuelven? Porqué hay tanto que hacer; hay pobre gente que consolar; porque hay peligro; “tengo que ir yo a curar a los leprosos; tengo que ir yo a impedir, que esa pobre gente sea víctima de movimientos sociales, o llegue a ser esclava de situaciones insostenibles”. La dificultad, el obstáculo, se convierte en atractivo; lo que antes daba miedo, producía aburrimiento y fastidio, después, por el contrario, llega a ser la fuerza que atrae, que entusiasma, que ata y que hace del apóstol -usemos la gran palabra, aunque empleada en el sentido amplio- “mártir”, es decir, testigo. Es tan impresionante este fenómeno que, quien tiene ojos para ver los fenómenos de la Iglesia -nosotros tenemos esta responsabilidad y esta suerte- no puede menos que dar gracias a Dios, porque me han permitido contemplar esta visión: ver, precisamente, a tantos, que son: los entusiastas del Evangelio, del Evangelio que no se rinde, del Evangelio que choca contra todas las mentalidades, todos los vicios y todos los obstáculos de este mundo. El Evangelio, repito, hace felices a los que lo predican, transforma las dificultades en estímulos, los peligros en atractivos e incluso las derrotas, es decir, el no triunfar en títulos de mérito, aunque parezca una paradoja - “he hecho lo que he podido”- y también de paz, que desciende serena en estos corazones que ni siquiera han tenido la satisfacción del éxito de sus fatigas.
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Ahora podemos entender también el testimonio que nos brindan nuestros visitantes de hoy. Este testimonio se desarrolla en torno al eje de la vida cristiana, que es el Bautismo. La palabra “catecumenado” hace referencia al Bautismo. Catecumenado era el período de preparación al Bautismo. El Bautismo, ahora, no tiene ya, por lo menos difusiva y didácticamente, este desarrollo. Entonces éstos dicen: “bien, lo haremos después del Bautismo”. No ha sido suficiente la gracia santificante. Es más: la gracia santificante no ha hecho más que encender un fuego, que debe ser después luz, que se propaga durante la vida. San Agustín hace una referencia a esto: “¿No podemos anticipar? Hagamos después el Catecumenado”, es decir, la instrucción, la educación, la madurez, todo el arte educativo de la Iglesia, después del Bautismo.
Pensad que éramos atacados en este momento por algunos curas de Roma, que decían que repetíamos el Bautismo. Decían que era herético hablar de catecumenado, que en la tradición de la Iglesia catecúmenos eran sólo los que se preparaban al Bautismo, que nosotros no teníamos derecho a usar esa palabra. El Sacramento de la regeneración cristiana, el cual debe volver a ser, lo que era en la conciencia y en la costumbre de las primeras generaciones del cristianismo. La praxis, la práctica, que es norma de la Iglesia, introdujo la santa costumbre de dar el Bautismo a los recién nacidos. ¿Qué instrucción tienen? He aquí que es necesario el padrino que suple, yo diría habla en nombre del bautizado. Pero el bautizado no saca ningún provecho de esta atestación que el padrino da al sacerdote, dejando que el rito bautismal concentrase ahora litúrgicamente -en efecto la liturgia todavía conserva vestigios de esta iniciación preparatoria- la preparación que, en los primeros tiempos, cuando la sociedad era profundamente pagana, precedía al Bautismo y que se llamaba “catecumenado”. Más tarde la Iglesia concentró este periodo. ¿Por qué? Porque las familias eran todas católicas, eran todas buenas, todas cristianas; la sociedad, en el fondo, estaba orientada cristianamente: aprenderán a lo largo del camino. Pero ahora que la sociedad ya no es uniforme, homogénea, sino que es pluralista, es más, está toda ella llena de contradicciones y de obstáculos al Evangelio en sí mismo, en el ambiente social de hoy, es necesario que este método sea integrado por una instrucción, por una iniciación posterior, como decía, al estilo de vida propio del cristiano, que debe ser hecha después del Bautismo.
Está diciendo a toda la Iglesia qué es el Camino Neocatecumenal Este es el secreto de vuestra fórmula. Es decir: da una asistencia religiosa, confiere una preparación práctica a la fidelidad cristiana y realiza una inserción efectiva en la comunidad de los creyentes, que es la Iglesia, después de que uno ya ha entrado, efectiva y sobrenaturalmente, en la Iglesia; ha sido como una semilla que no ha tenido todavía el bien de desarrollarse. He aquí pues, el renacer de la palabra “catecumenado” que, ciertamente, no quiere invalidar, ni disminuir, la importancia de la disciplina bautismal vigente, sino que la quiere aplicar con un método de evangelización gradual e intensivo, que recuerda y renueva, en cierto modo, el ca-
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tecumenado de otros tiempos. El que ha sido bautizado necesita com prender, pensar de nuevo, apreciar y decir amén a la inestimable riqueza del Sacramento recibido.
Todo bautizado, dice el Papa, necesita comprender, pensar de nuevo, apreciar y decir amén a la inestimable riqueza del Sacramento recibido, porque, si no, no se desarrolla, porque no es automático ni mágico el Bautismo. La gracia crece en la medida que el hombre dice AMÉN a lo que ha recibido. Pero si no dice nada, su Bautismo queda como muerto y no tiene poder sobre su vida. Está como enterrado. Y Nos sentimos la alegría de ver que esta necesidad comprendida hoy por las estructuras eclesiásticas institucionales, las parroquias y las diócesis especialmente, y después todas la otras de las familias religiosas. En este campo estructural, como he dicho, son fundamentales las parroquias. Se proyecta así una catequesis posterior a la que el Bautismo no tuvo: “La pastoral de los adultos” que, como hoy se dice, viene delineando y crea nuevos métodos y nuevos programas. Además nuevos ministerios -¡cuánta necesidad hay de quien asista!: He aquí los catequistas; he aquí las mismas religiosas; he aquí las familias, que se convierten, también ellas, en maestras de esta Evangelización posterior al Bautismo-. (Qué profecía, todavía no había ninguna familia en misión, nada) “La pastoral de los adultos”, como hoy se dice, viene delineando y crea nuevos métodos, nuevos programas y además nuevos ministerios subsidiarios, que sostienen la exigente ayuda hoy al sacerdote y al diácono en la enseñanza y en la participación de la liturgia; formas nuevas de caridad, de cultura y de solidaridad social hacen crecer la vitalidad de las comunidades cristianas y hacen frente al mundo, la defensa, la apología y la atracción. Tanta gente se siente atraída hacia estas Comunidades Neocatecumenales, porque ve que allí hay una sinceridad, una verdad, hay algo vivo y auténtico: Cristo, que vive en el mundo.
Un aplauso. ¿A cuántos párrocos les hemos dado esto, les hemos hecho leer esto? Hemos guardado demasiado silencio, hemos sido poco inteligentes... Después de decir esto, el Papa Pablo VI nos recibió. Preguntó: “¿Quién es Kiko?”. Como yo le había mandado ese pequeño librito sobre qué es el Camino, me dijo: “¡Adelante!” Me puso la mano en el hombro, me miró fijamente con sus ojos azules y me dijo: “Sé humilde y fiel a la Iglesia, que la Iglesia te será fiel”. Esa frase se me ha quedado muy grabada. Había preparado una medalla para cada uno de nosotros, pero Carmen le dijo: “Yo no quiero medalla, quiero que me imponga las manos.” Y dijo el Papa: “Ponte de rodillas”. Y le impuso las manos. Después también a nosotros. Nos dijo Carmen: “Copiones!”. Bien esto es una forma de honrar la memoria de Pablo VI.Se lo voy a regalar al Papa Francisco, porque hay quien piensa que sólo Juan Pablo II nos apoyaba. Pero este Papa Pablo VI fue maravilloso con nosotros. Este del 1977 fue el segundo encuentro. El primer encuentro que tuvo con nosotros fue el día 8 de mayo de 1974, el día de la Virgen de Pompeya, la protectora del Camino en Italia. Y cuando nombró el Camino dijo: “Mirad un fruto del Concilio”. Y dijo otra frase: “Vosotros hacéis apostolado siendo lo que sois”. 8
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En aquel momento teníamos dos enemigos; uno eran las comunidades de base, la teología de la liberación, una serie de grupos que nos detestaban porque decían que no teníamos ningún compromiso social ni político. “¿Qué hacéis ahí reunidos con la palabra?” Burgueses del espíritu, nos llamaban. Y después estaban los integristas, que decían que repetíamos el Bautismo, qué es eso de llamar catecumenado al Camino era herético ! Y el Papa respondió gracias a la Virgen de Pompey. Dijo así: “Vosotros hacéis apostolado siendo lo que sois”. O sea, no hace falta que inventéis un apostolado social, ir a los pobres; siendo lo que sois ya hacéis apostolado. Y después dijo: “Lo que la Iglesia primitiva hacía antes del Bautismo, vosotros lo hacéis después”. Y dijo: “El antes o después es secundario. Lo importante es que vosotros vais a la autenticidad de la vida cristiana y esto es algo que nos consuela enormemente”. Estas fueron las primeras palabras que dijo Pablo VI y con esto nos salvó. Porque un laico predicando por las parroquias de Roma era algo inadmisible, inaudito. Y no se permitía. Podéis imaginar lo que sufrimos. Bien, hermanos. Esto por una parte. La segunda parte de hoy muy importante es que tengo que hablar del Sínodo. Tened paciencia, porque es muy importante. Hemos tenido un Sínodo sobre la Familia que ha creado una gran confusión entre curas y obispos. A este Sínodo no fuimos invitados, ni ninguna familia en misión, ni yo. Tampoco fue invitado el Instituto Pontificio Juan Pablo II para la Familia, que tiene su sede en la Universidad Lateranense, y que nos dio el Doctorado Honoris Causa. ¿Por qué? Os doy unas pinceladas de lo que ha pasado en el Sínodo. Hay un profesor de filosofía de la Universidad La Sapienza de Roma que se llama Stefano Fontana, que ha escrito un artículo titulado: «¿Obispos divididos? Culpa de la (mala) filosofía». Porque en el Sínodo algunos obispos han dicho que hay que dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, y también a las parejas homosexuales, lo cual ha provocado un gran revuelo. ¿Qué sucede? Entonces este profesor dice: ¿Obispos divididos, por qué? Y él dice que ha sido culpa de la mala filosofía en la que han sido formados. Os acordaréis de que hace tres años antes yo fui invitado al Sínodo sobre la Evangelización e hice una intervención donde dije que la Iglesia tenía que recuperar la antropología revelada. Y puse como ejemplo, el versículo de Hebreos, 2,14, que dice: “Así como los hombres participan de la carne y de la sangre, Cristo participó de las mismas para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud”. Y dije a los obispos: ¿Creemos hoy que todos los hombres son esclavos del demonio, por el miedo que tienen a la muerte?. Silencio ! Y recordaréis que para este encuentro os hablé de Hegel y otros filósofos como Kant, Descartes, etc. Una trilogía terrible. Después más tarde vienen Marx, Engels y Lenin, que llevarán el comunismo por todo el mundo. Pensad en China toda bajo el comunismo. Laos, Camboya, Vietnam, aun hoy bajo el comunismo. Un dictadura comunista hoy mismo. El partido comunista de España, de Italia, etc., los socialistas que tienen como base el progresismo inspirado en Hegel. Se llaman progresistas. 9
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¿Qué ha sucedido en el Sínodo con algunos obispos? Este profesor dice que han sido educados en una mala filosofía. Ha habido una corriente que después del 68 ha abandonado la filosofía tomista y ha tomado esta filosofía moderna de Kant y Hegel, etc.. Hegel habla de la dialéctica del espíritu absoluto. Ya hemos hablado de esto otras veces. No voy a hablar ahora. ¿Sabéis por qué voy a leer esto? Para que entendáis por qué existe el Camino Neocatecumenal y qué misión va a tener en la Iglesia sobre todo para los curas, seminaristas y también para todos vosotros. Lo que algunos obispos han dicho dentro del aula del sínodo y ante los micrófonos de los periodistas fuera del aula es consecuencia de lo que se está enseñando desde hace mucho tiempo en muchos seminarios y centros de estudios teológicos. El Papa Benedicto XVI nos dijo que el problema más grande que había en la Iglesia era la teología. ¿Qué se enseñaba en Lovaina, en Tubinga, donde estaba Hans Kung. ¿Qué se enseñaba en Estrasburgo, donde estudiaba Gianvito, que está hoy aquí, al que le dijimos que se levantase y contestase las barbaridades que decían contra el Papa y contra el magisterio de la Iglesia. ¿Qué se enseñaba aquí en Comillas, en los Jesuitas, en la Gregoriana? Porque ahora estamos llegando al punto: todo eso que aprendieron aflora hoy, y tiene unas consecuencias en muchos obispos. Dice este profesor, no lo digo yo ! Por lo demás, tampoco los obispos caen del cielo, sino que han tenido maestros y han sido educados en un cierto contexto de cultura filosófica. Muchos se habrán preguntado cómo resulta posible que sobre cuestiones de tanta importancia para la doctrina y la fe católica los obis pos y los cardenales piensen de modo tan diverso. Estos días del Sínodo, en efecto, lo han puesto en evidencia de manera incluso demasiado manifiesta. Los sacramentos, el pecado, la gracia, el matrimonio ! los fieles se quedan sorprendidos al constatar en los maestros y en los guías opiniones tan diversas sobre estas cuestiones de no poca importancia. Querría ahora buscar una explicación en un elemento que hasta ahora no ha aparecido mucho en el debate en torno al Sínodo. Me refiero a las filosofías de referencia, que cardenales y obispos adoptan para afrontar las cuestiones teológicas. La “Fides et ratio” de San Juan Pablo II dice que no se hace teología sin una filosofía y que si no se asume una filosofía verdadera y conforme a la fe se termina por asumir otra no verdadera y disconforme con la fe. En cualquier caso una filosofía se ha de asumir. ¿Qué filosofía han adoptado los cardenales y obispos que ahora intervienen sobre estos problemas en el aula del Sínodo y también fuera? No es lo mismo si se entiende a Dios como el “Esse Ipsum” (el Ser en sí mismo) de Santo Tomás de Aquino o un “Trascendental existencial” como hace Karl Rahner.
No se si entendéis algo. No es lo mismo admitir la dimensión ontológica de la fe (la dimensión que hace de la fe una cuestión que hace referencia al ser) o bien reconocer en ella solo una dimensión fenomenológica o existencial.
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Teniendo como bagaje esquemas filosóficos diversos, los obispos y cardenales afrontarán los problemas teológicas, incluidos los del Sínodo, de manera diversa! La dimensión católica de la fe requiere, en mi opinión, pero me parece que también según la “Fides et ratio”, la dimensión ontológica. Si la “nueva criatura” que nace del Bautismo no pertenece a un nuevo plano del ser, entonces es una pintura existencial o sentimental. Si, al casarse, los dos cónyuges no dan vida a una nueva realidad, en el plano del ser, realidad que no es la suma de 1 + 1 (y efectivamente “serán dos en una sola carne”), entonces el matrimonio podrá ser existencialmente revisado, rehecho, recelebrado, recontratado. Si hay una realidad nueva –repito: en el plano del ser– no se podrá disolver. La única cosa que se podrá hacer será determinar si existe o no, pero si existe nadie puede hacer nada más! Si se mira bien, toda la vida de fe, y no sólo el sacramento del matrimonio, tiene un aspecto ontológico. La situación de pecado no es sólo una cuestión existencial, sino que es la muerte espiritual del ser de nuestra alma.
Pero si hoy ya no se habla de alma, si la han quitado hasta de la biblia. O sea, ustedes todavía creen, ustedes son ultracatólicos, integristas, conservadores ! ¿Creen estas cosas ustedes? Quien vive voluntariamente en pecado mortal está espiritualmente –o sea, ontológicamente– muerto.
Menos mal que hay gente que cree como nosotros. Si vemos las cosas de esta manera ¿cómo se va a poder, en ese estado, acceder a la comunión?
¿O es que el pecado contra natura que hacen los homosexuales ya no es pecado? ¿Pueden acostarse por la noche y a la mañana ir a comulgar? Esto han pedido algunos obispos, han votado 168 obispos en el Sínodo. El sacramento de la comunión nos mete, ontológicamente, en la vida divina. No es una ceremonia de socialización, un rito sentimentalexistencial. El sacramento de la confesión también tiene naturaleza ontológica, porque sana al alma en pecado, la hace revivir.
¿Ah, pero ustedes creen eso, todavía se confiesan? Pero si no se confiesa en ninguna parte del mundo. Son ustedes unos “carcas”. No es una sesión psicoterapéutica. Las gracias que recibimos en los sacramentos son vida real, vida divina. El ingreso en la Iglesia, con el Bautismo, no es la participación en una asociación, sino el acceso a una nueva dimensión del ser, en el que nos superamos a nosotros mismos y participamos de la vida de la Trinidad. Cuando San Pablo dice “no soy yo el que vivo sino que es Cristo quien vive en mí” expresa esta novedad ontológica de la “nueva criatura”. Por ejemplo: si Dios es un “trascendental existencial”, como afirma Karl Rahner, todos estamos dentro, la pareja casada, la unión de hecho y también la homosexual. No existen los ateos, y no existen los pecadores.
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Habrá solo un camino para pasar del ser cristianos anónimos al ser cristiano “anónimos”; ( Karl Rahner ha hablado de todos los cristianos que existen porque Dios se está comunicando a todos los hombres) un camino que recorrer juntos, sin excluir o condenar ninguna situación particular de vida, porque todas pueden ser un buen punto de partida!
Para que entendáis lo que va a pasar en Sínodo. Dice en otro lugar de Karl Rahner, con la teología de Rahner la Iglesia se rinde al mundo: ! una de las preguntas más interesantes en este clima del Sínodo es la completa victoria de la teología de Karl Rahner en la teología católica. Nadie puede tener duda sobre la enorme influencia que ha tenido el famoso teólogo alemán en el desarrollo de la teología postconciliar. Es famosa una encuesta realizada entre los estudiantes de la Lateranense inmediatamente después del Concilio. A la pregunta “¿Quién es el principal teólogo católico de todos los tiempos?”, los estudiantes no res pondieron que San Agustín, o Santo Tomás, sino Karl Rahner.
Dice bastaría concentrarse sobre la cuestión de la comunión a los divorciados y a los que se han vuelto a casar, que el Papa va a poner ahora a consulta de toda la Iglesia. ¡Hay que responder! ¿Queréis dar la comunión a los divorciados y a los homosexuales? Según la filosofía o teología que tengáis ! ¿Qué pensáis de la Iglesia?. Porque la Iglesia tiene que ser misericordiosa con todos, ¿No? No hay que confundir . Según Rahner, la gracia consiste en la autocomunicación de Dios al hombre. Esta ha tenido su culmen en Jesucristo, pero ya había comenzado antes, desde la Creación y ha seguido la evolución del espíritu, precisamente, hasta la encarnación del Verbo. Esta autocomunicación de Dios no consiste en el hecho de que Dios haya dicho algo sobre sí mismo. Esta consiste en el hecho de que Dios es nuestro “a priori existencial”, el horizonte que da sentido a todos nuestras preguntas y conocimientos y que no puede a su vez ser conocido, porque de otra forma se convertiría en una cosa entre las otras y no sería ya más el horizonte. Dios es el misterio silente que cada hombre, también el que lo niega, presupone, dado que sin ese horizonte no seríamos ni siquiera hombres, o sea libres y responsables. La autocomunicación de Dios está dirigida por tanto a todos los hombres porque tiene al mundo, y no a la Iglesia, como teatro. Dios se revela en el mundo y, ya que el hombre está siempre situado en una historia particular, Dios se revela en la historia; no desde fuera sino desde dentro de la historia.
También decimos nosotros, pero atención a esto. La opinión pública ha quedado completamente sorprendida de una frase dicho por un obispo durante el Sínodo y después la ha pasado el P. Lombardi a los periodistas: “También una relación homosexual puede ser fuente de santificación”. Qué pasa, no os habéis enterado de este Sínodo. No importa! Fijaros que consecuencias tiene para este profesor. Un aspecto consecuencia de esta concepción es que nadie puede saber cuándo es pecador y cuándo no. Sobre esto Rahner es clarísimo. Si Dios es este horizonte que nos precede y que constituye y si nosotros no lo podemos conocer sino únicamente presuponer como un misterio inson-
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dable, nuestra visión de las cosas, incluido el pecado, no podrá ser nunca absoluta. Es imposible desenmarañar lo que es mi responsabilidad res pecto a las redes de condicionamientos de que está formada mi historia personal y que las ciencias humanas ponen a la luz. Y es incluso imposible desenmarañarla del pecado de los otros, como Rahner considera el pecado original. Y sin embargo es precisamente dentro de esta red existencial en la que acontece la gracia de Dios. Puede ser, escribe Rahner, que el convite respetable a la ley moral y religiosa revele en realidad una actitud interior de pecado – como el fariseo -, mientras el rechazo de Dios y la blasfemia expresen una pregunta genuina. Dios, de hecho, se manifiesta como pregunta y no como respuesta. Dentro de una aproximación de este género, la relación de la Iglesia con el mundo cambia de perspectiva. La Iglesia no puede juzgar ya más, ni las situaciones ni a las personas. El mundo por tanto se ha convertido en completamente mundano. Los hombres no se preocupan ya más del juicio de Dios y no están ansiosos por su justificación. Al mismo tiempo, sin embargo, este se ha convertido en el verdadero lugar de la presencia de la gracia de Dios. Es la Iglesia la que debe convertirse al mundo. (¿Habéis oído esta frase alguna vez? Toda una corriente teológica en toda Europa. Dice S. Juan que el que ama al mundo es enemigo de Dios. Es la Iglesia la que debe convertir al mundo) A menudo se halla retrasada en relación a lo que Dios está haciendo en el mundo y a propósito de la homosexualidad es lo que hoy piensan muchos!
Amar a Dios y honrar al prójimo, hoy, en este mundo que está secularizado, es sólo posible la segunda parte: amar al hombre. Solamente hablando del hombre se dice algo de Dios. Solamente hablando del mundo se dice algo de la Iglesia, Frases de Rahner. Si nuestros seminaristas han sido educados en esto os han contaminado y se verá el fruto. En las escuelas teológicas, los laicos, como en Alemania, agentes pastorales que nos odian, todos han estudiado esta teología. Considerando estas y otras doctrinas de la teología de Rahner, se comprenden los presupuestos de tantas opciones que hoy están haciendo muchos en la Iglesia con ocasión de este período sinodal. Estos justifican la admisión de los divorciados vueltos a casar y también de los que conviven homosexualmente a la Santa Comunión. Se trata sin embargo de doctrinas que suscitan fuertes sospechas. Estas están inspiradas en una filosofía – la moderna de Kant, de Hegel y de Heidegger.
Esto basta. ¿Por qué os leído esto? Quieres añadir algo Mario. P. MARIO: Quien quiera profundizar sobre todo esto, sobre todo presbíteros, seminaristas, catequistas, hay un texto muy bueno en español escrito por Ricardo de la Cierva sobre la Iglesia en España en el Siglo XX. Allí explica todo esto y más. KIKO: Yo os he dicho todo esto no para atacar a algunos obispos del Sínodo. Pero después de lo que os he leído os podéis imaginar la batalla que tenemos nosotros. Y os voy a decir una cosa: Os voy a leer ahora, por qué la Iglesia ha hecho examinar las catequesis de Kiko y Carmen, por un grupo de teólogos. Porque resulta que Dios 13
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ha dado al Camino una síntesis teológico-catequética nueva que va a ayudar a la Iglesia. Es importantísimo. Eso lo sabe muy bien Javier Soltil, con Ezequiel, que han tenido todas las reuniones con el Cardenal Bertone. Han pedido, por ejemplo el primer mamotreto de las catequesis, los 15 encuentros, la penitencial, la celebración penitencial, que dice ahí, todo esto. Y después de haber examinado todas las catequesis han mandado una relación. Yo he cogido sólo algunas cosas. Mirad lo que dice la Congregación para la Doctrina de la Fe de las catequesis nuestras. Ha estudiado las catequesis de Carmen, Kiko sobre la Eucaristía, sobre el Éxodo..: Sobre el volumen de las Catequesis Iniciales: Los textos contenidos en estas páginas constituyen un intento apreciable de ofrecer una catequesis kerigmática, plenamente centrada en la Palabra de Dios, que solicita la necesidad de una conversión, la urgencia de una respuesta y el convencimiento de estar activamente insertados en la historia de la salvación, una historia que sigue realizándose, revelándonos la grandeza del Amor de Dios. Se trata de un gran esfuerzo por evangelizar y por hacer que el hombre de hoy dé los primeros pasos hacia una fe madura, destinado especialmente a quienes, a pesar de estar bautizados, viven alejados de Dios y de la Iglesia.
Podéis dar un aplauso. No dice más de las primeras catequesis. Ha sabido coger que están dentro de una Historia de Salvación. Nos han hecho corregir algunas frases que no estaban bien puestas y podían dar lugar a interpretaciones erróneas y nos han dicho qué es lo que teníamos que poner. Ha sido muy poco, gracias a Dios. Lo sabe Javier. Sobre los volúmenes del 2° Escrutinio. He tenido que entregar una carpeta así de gorda, de todos los escrutinios que os he hecho a vosotros, sin poner el nombre. Ponía la pregunta y mi respuesta. Querían averiguar si yo me he metido en el fuero interno, si yo he asaltado vuestra libertad. ¿Qué preguntas, cómo intervengo? He entregado todo. Porque todos los escrutinios que he hecho con vosotros está todo registrado y han querido saber. Entregue todo a la Santa Sede. Después de estudiar todo: la catequesis sobre los bienes, vender los bienes, la catequesis sobre la sal – nos hicieron cambiar la oración de la sal y una serie de cosas que hicimos-, todo el segundo escrutinio. Dice, por si alguno se escandaliza: El juicio global de los volúmenes examinados (han examinado antes el Primer escrutinio, el Shemá) es positivo: no hay elementos o afirmaciones que estén en contraste con la doctrina católica. (Yo, como vuestro catequista, soy ortodoxo, no os he enseñado ninguna herejía) Destaca, además, la seriedad del compromiso de fe al que invitan estas catequesis: se trata, pues, de un auténtico camino cristiano.
tiano.
Dicho por la Santa Sede. Ustedes están haciendo un auténtico camino crisSon apreciables el nivel de las catequesis, el realismo cristiano y evangélico que las inspira, la concreción de las referencias a la antropología y a la situación actual, útiles para abrir a los hombres y mujeres de hoy el camino del Evangelio.
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Podéis aplaudir. Tiene dos frases enormes: Camino cristiano y útil para abrir a los hombres de hoy el camino del Evangelio. Sobre la Iniciación a la Oración: Se reconoce el valor positivo y ejemplar de esta iniciación a la oración, realizada mediante catequesis y celebraciones de la Palabra de carácter bíblico. Hay en ellas páginas de notable realismo espiritual que pueden constituir una ayuda a los catequistas para proponer un serio camino espiritual.
Podéis aplaudir. El Camino no son solamente catequesis didácticas y cosas relacionadas, tiene una espiritualidad, es un camino espiritual, reconocido por la Santa Sede. Sobre el volumen de la Traditio: No se ha encontrado ninguna afirmación o planteamiento contrarios a la doctrina tradicionalmente enseñada por la Iglesia. Es más, en muchos momentos se pone de relieve con gran vigor diversos puntos tantas veces silenciados en otros ambientes cristianos: basta pensar en el verdadero sentido de la “paternidad responsable” o en la crítica al intento de introducir en el gobierno de la Iglesia fórmulas copiadas del sistema democrático.
Atención con la paternidad responsable. En aquel momento se ha negado la Humanae Vitae, en toda Europa. Se nos ha dado el Doctorado Honoris Causa, porque somos de los pocos que hemos obedecido a Pablo VI, que dice: que todo acto conyugal debe estar abierto a la vida, siempre, y que si pones un preservativo estás obligando al cuerpo a hacer un acto contra sí mismo, contra su carácter profético. Muchos curas creían en la Iglesia en que se debe tomar conciencia a los esposos de cómo evitar el número de hijos, así han entendido la paternidad responsable. Considerando que el ideal de una familia católica es tener la parejita, dos niños. Nosotros hemos dicho que no, que la paternidad responsable es que tu vas a contribuir con Dios a dar vida a un ser humano, a un hijo de Dios. Eso es ser responsable. Y atención que es de una enorme responsabilidad el que tú niegues a Dios un hijo, porque psicológicamente no estás bien, porque no tienes mucho dinero, porque no tenéis ganas, y “no te me acerques que no quiero tener más hijos”. Eso lo hemos escrito y lo ha estudiado la Santa Sede y ha dicho que esto es la verdadera paternidad responsable, no lo que dicen por ahí algunos curas o lo que dice la gente. Aquí lo veis: nos han alabado porque la enseñanza que habéis recibido sobre la sexualidad es totalmente católica, católica en lo que hoy entiende la Santa Sede, donde está el Papa. No penséis que sobre esto que se ha escrito del Sínodo quiere decir que el Papa está de acuerdo o algo así. Algunos sectores y algunos obispos. Y esto de los homosexuales no ha tenido quórum y tampoco lo de la comunión a los divorciados. P. MARIO: Sobre todo no creer a lo que dicen los periódicos. Un ejemplo: cuando el Papa volvía de Rio de Janeiro en el avión dijo: si un gay que busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo?. La prensa ha dicho: la Iglesia se abre a los gays, y ha dicho: si uno es gay ¿quién soy yo para juzgarlo? Y hay quitado “que busca al Señor”. Esos trucos los utiliza mucho la prensa. Así que no creáis mucho lo que dicen. KIKO: Esto de la Traditio es muy importante, porque hace una loa de la paternidad 15
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responsable. Vosotros no sabéis la batalla que hemos tenido en la Santa Sede, con los teólogos, con la liturgia, con lo que me han denunciado al Santo Oficio ! Pero el Señor nos ha salvado y este Papa. Porque hay unos sectores en la Iglesia que no nos soportan, que dicen que hay que quitar la Eucaristía a las comunidades. Pero el Papa ha dicho que los artículos 12 y 13 del Estatuto sobre la Eucaristía que celebran las comunidades del domingo la víspera por la noche, es normativo para toda la Iglesia. Dicho por el Papa Francisco, con una carta de Mons Becciu. He sufrido tanto que me he puesto enfermo del corazón. Me ha dicho el médico: “Usted no puede sufrir” (risas en la asamblea). Pues la que me espera ! Es muy importante lo que estáis escuchando. Termino ya para hacer el anuncio. Sobre el volumen de la Redditio: Estas catequesis parecen un válido instrumento para promover la conversión cristiana y para progresar en el redescubrimiento de la vocación cristiana enraizada en el Bautismo. Utilizan la riqueza de la Palabra de Dios, poniendo de manifiesto oportunamente la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y la radical novedad del cristianismo. El uso constante de los textos del Nuevo Testamento favorece una transmisión profunda y viva del mensaje cristiano. Desde el punto de vista estrictamente doctrinal no se ha encontrado ninguna afirmación errónea. La lectura de estas páginas, comparada con la de los volúmenes precedentes, ha suscitado una impresión nueva: se ve claramente cómo avanzando en las diversas etapas del Camino, la doctrina ofrecida a los miembros de las Comunidades es cada vez más clara y precisa, confirmando así la intuición surgida durante la lectura de los primeros textos: el intento de llevar a las almas, paso a paso, hacia la plenitud de la doctrina. En definitiva, la impresión global de este volumen octavo resulta más positiva aún que la suscitada por los volúmenes anteriores.
Aplauso. Bien, hermanos. Quiere decir esto que habéis sido formados en una teología sana. Decía el Cardenal Rilko: “Este examen la Iglesia no lo ha hecho con ningún Movimiento, sólo con vosotros”. Lo han hecho con nosotros porque han entendido que quien tiene la catequesis tiene la Iglesia del futuro. “Es muy importante saber si estos del Camino Neocatecumenal enseñan cosas diversas, cosas erróneas, qué idea tienen de la sexualidad y del pecado, etc.”. Ahora mismo hay una serie de obispos que estudiaron en Lovaina, etc., y que están en la línea de la teología de los “cristianos anónimos”. Algunos obispos piensan que la Iglesia tiene que bajar su nivel, que no tiene que ser como los Neocatecumenales, digamos así. “Doce hijos, ¡qué horror! Familias en China ! que horror”. Nada de eso: bajo nivel, nivel bajito, gente que vaya a Misa y basta. O sea, ¿creéis que estamos haciendo una cosa grande en la Iglesia? Nos van a echar a patadas. Según algunos presentamos una imagen integrista, exigente, dura: “Como si para ser cristiano hubiera que levantarse tempranito y hacer los Laudes y esas cosas” ! Creen que la Iglesia tiene que ponerse a escuchar al mundo. El Cardenal Martini creo la “Cátedra de los no creyentes” y ponía cada semana un pagano, un ateo en la catedral, llena. Porque creen que la Iglesia tiene que escuchar al mundo. Y toda esta gente que tiene estas ideas, no soportan nuestra forma de predicar, porque dicen que nosotros enseñamos un cristianismo radical, 16
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que asaltamos la libertad del hombre, cuando Dios está en todos los hombres, etc. “La autocomunicación de Dios es a todos los hombres. Dios está ya actuando con todos. Tenemos que acompañar el mundo !”. ¿Entendéis? Pero el Papa no piensa así. El otro día me dijo el Cardenal Schönborn que el Papa, el martes pasado se reunió con el secretariado del Sínodo y les dijo: “Habéis cometido un error no invitando a ninguna familia misionera de «los kikos». Ya con esto el Papa se ha distanciado de un cierto grupo que dicen que ha pilotado el Sínodo. Todo un grupo, que quieren nivel bajo, teología de Rahner, etc.. Por eso es muy importante esto que he leído de las primeras catequesis. Tenéis que estudiar bien las catequesis y los seminaristas tienen que ir todos acompañando un equipo de catequistas, para estudiar bien la teología subyacente que tiene el Camino Neocatecumenal. Algunos curas del R. Mater me han dicho, que cuando estaban en Comillas, todo esto que he leído es lo que les enseñaban y que no les afectó porque tenían las catequesis del Camino. Y por eso Rouco les hizo salir de allí. Esta es la realidad. Bien, hermanos, pues estemos contentos de que el Señor nos haya confiado esto. El Cardenal Cañizares me dijo: “Mira Kiko, vosotros habéis recibido de Dios muchos dones, pero uno de los más importante es que habéis recibido una síntesis teológico-catequética, tenéis una antropología muy radicada en la revelación. Escribe el Kerigma, por favor, y yo te hago el prólogo y se lo damos a los obispos del Sínodo”. Y se lo ha dado a todos. Acabó la monición. ¿Quiénes somos nosotros para que Dios nos confíe esto, y nos llame a trabajar? ! Presentación de las comunidades –
Comunidad del Centro Neocatecumenal
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1ª Nuestra Señora del Tránsito
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1ª San José
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1ª San Pedro el Real, La Paloma
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1ª San Sebastián
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1ª San Roque
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1ª Santa Catalina Labouré
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1ª Santas Juliana y Semproniana (Barcelona)
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1ª San Frontis (Zamora)
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Equipo responsable de la diócesis de Getafe
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Equipos itinerantes responsables de España y Portugal
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Seminario Redemptoris Mater de Madrid
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Rectores de los seminarios Redemptoris Mater de España
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Sacerdotes ordenados del Seminario Redemptoris Mater de Madrid
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Equipo itinerante de pintores
! Monición al canto: “Viene el Señor”
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KIKO: En pie. Cantamos como siempre: “Viene el Señor vestido de majestad”. En la formación que el Señor nos ha inspirado para vosotros —lo mismo que ha inspirado la Sinfonía—, que ha inspirado en una gradualidad, lo que nos ha inspirado a Carmen, al P. Mario, y mí, y a los teólogos que nos han ayudado como el P. Farnés, como tantos otros, el Señor nos ha inspirado que vivamos el Adviento de una manera fuerte; es un tiempo litúrgico fuerte. Y la Iglesia quiere —y nosotros— que vivamos esta semana la Escatología, que nos demos cuenta de que no hemos sido creados para la muerte, no para la vejez, sino para el cielo. Y os digo una cosa sobre la vejez: nadie entra en el cielo si no se hace como un niño pequeño. Y gracias a la vejez podemos entrar en el cielo, porque nos vamos haciendo pequeños, nos vamos asemejando a Cristo crucificado. A los ochenta años, a los ochenta y siete, aunque ya no puedes moverte, te tienen que hacer todo, tienes que aprender a ser humilde y pequeño, pequeño. Solamente los niños pueden entrar en el Reino de los cielos, los que son como los niños. O sea, que Dios no ha concebido la vejez como un tiempo monstruoso, de sufrimientos. Es el mundo el que solamente valora la belleza, la juventud, y a los viejos los mata o los arrincona o los mete en asilos monstruosos. Nosotros tenemos otro concepto de la vejez. Hay muchos ancianos que tienen una gracia, como los niños; lo saben bien vuestros nietos cuando ven al abuelo o a la abuela. Todos, gracias a Dios, tenemos que pasar por la vejez. Dios ha pensado cómo asemejarnos a Cristo respetando nuestra libertad. Puedes ver que hay gente anciana que está desesperada. Y en Europa, la cantidad de ancianos que se matan. Matarse, que es lo que quiere el demonio. Matarse, suicidarse, es una forma de blasfemar contra Dios. Es decir: esta vida es un horror y no merece ser vivida. Y se matan. Ya lo decía la Iglesia, que los que se suicidaban iban al infierno, y no podían ser enterrados en lugar santo; esto decía la teología de la Iglesia católica. Sabed que cada un minuto se mata un hombre en el mundo, se suicida un hombre cada un minuto. Por eso el Señor viene, quiere que vivamos el Adviento pensando en el encuentro con Nuestro Señor Jesucristo. Todos tenemos que ir al tribunal de Cristo, todos tenemos que encontrarnos con él. Y la Iglesia quiere que tú, que los cristianos piensen, repiensen, se paren un momento y se preparen al encuentro con el Señor; porque viene el Señor. ! Canto: “Viene el Señor”
KIKO: Ahora voy a intentar llamar a Carmen, que quería venir. Dice que si ya os he soltado el rollo. Te dan un aplauso, escucha. Diles una palabra. ¡Santo Adviento!, ha dicho Carmen que tengáis un Santo Adviento. Gracias, Carmen, gracias, aquí todos te echan de menos, que rezamos por ti. Dice que a ver si rezáis bien, si se hace efectiva la oración. ¡Ánimo chica, dinos algo! Ya colgó, seguro, le encanta colgarme el teléfono. ¡Santo Adviento! ! Monición a la Segunda epístola a los Tesalonicenses 2,1-17; 3,1-15
KIKO: Yo esta noche he hecho el Oficio de Lecturas, por la noche, a las tres y media de la mañana, y no tenía el Bienal y he leído el Anual. Y hoy era la fiesta de San 18
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Francisco Javier. Pero en vez de la lectura de san Francisco Javier he leído la de San Bernardo de Claraval, que hablando del Adviento, habla de las tres venidas de Cristo. La primera venida, que viene en la humillación, pobrecito. Después vendrá en la Gloria, con sus Santos Ángeles. Pero él habla de la venida intermedia. Hay una venida intermedia del Señor, porque dice San Bernardo: «Ha dicho el Señor: ‘Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo, en medio’». Y está viniendo, o sea, que este encuentro forma parte de la venida intermedia del Señor, que viene en los sacramentos, que viene en las celebraciones, que viene en las catequesis. Viene el Señor a nuestro encuentro. Y ¿a qué viene? ¿A qué viene? Pues viene a ayudarnos a la conversión. El año pasado habíamos proclamado la Carta de San Pedro. Después de haber hablado de Hegel, denunciando las mentiras y las falsedades de estos filósofos que quisieran hacer del mundo una inmanencia; como si el mundo estuviese andando automáticamente hacia el bien: ahora hay mayor democracia, mayor derecho de las mujeres, hay mayor conciencia de muchas cosas. Pero es muy fácil inventarse una filosofía más o menos consoladora, cuando no es verdad. Nosotros decimos que la Iglesia tiene que volver a la Revelación. Y leímos el año pasado la Carta de San Pedro, que habla de que este mundo será pasado por el fuego, que todo será consumido por el fuego. Este mundo se acaba, y no como decía Teilhard de Chardin, otro jesuita que ha montado todo un follón enorme, como si hubiera una evolución automática.., cuando la Revelación dice exactamente lo contrario. Ahora, claro, es muy fácil cargarse la Revelación, es fácil que en los institutos teológicos, después que entra el protestantismo y con el estudio histórico-crítico de la Biblia, la han destruido. Han cogido, han diseccionado este libro y ya no saben lo que es verdad, lo que no es verdad; esto viene de no sé cuántos, esto estaba no sé cómo. Y lo han diseccionado para negarlo en definitiva. Pero nosotros no, nosotros os hemos enseñado el amor a la Palabra y os hemos dicho que esto (la Biblia) es Palabra de Dios. Por eso, yo quisiera leeros, para que no os engañe el demonio ni estas falsas filosofías y teologías, para que estemos enraizados en la Palabra de Dios, os leo lo que dice la Epístola a los Tesalonicenses que habla del Adviento, de la segunda venida de Cristo. ¿Y qué dice san Pablo? Suponiendo que san Pablo sea un hombre inspirado por el Espíritu Santo para toda la Iglesia y lo que dice es verdad. Dice: ! Proclamación de la Segunda epístola a los Tesalonicenses 2,1-17; 3,1-15 Comentario a 2 Ts 2,3
«Primero tiene que venir la apostasía». No es verdad que el mundo esté andando de una forma automática, así, independientemente de nosotros hacia un mundo mejor. Eso es falso, al mundo tiene que llegar la apostasía, es Palabra de Dios. Comentario a 2 Ts 2,8
O sea, que será el triunfo del Anticristo en el mundo, todo bajo el poder del demonio. Y solamente la segunda venida de Cristo lo ahuyentará, dice san Pablo. Continúa hasta el final
KIKO: Este texto es impresionante. Dice que después de la apostasía se manifestará 19
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el impío. No se sabe qué es exactamente a lo que se refiere san Pablo de que todavía la retiene. Muchos han dicho que tal vez sea el anuncio del Evangelio a todas las naciones antes de que llegue el triunfo del impío, porque el impío no permitirá que se anuncie; el triunfo del adversario, del malvado, del maligno. Dice que se sentará, que engañará a los pueblos, a las naciones. Hemos visto algo parecido con el Comunismo. Naciones, millones de hombres han negado a Dios. Las blasfemias que ha dicho Lenin contra la Iglesia y contra Dios; y le han adorado, fijaros la cantidad de estatuas de Lenin. Y hay que ver, naciones enteras, toda China, mil millones de chinos son ateos y comunistas, y han seguido a Mao, con el Libro rojo, millones de hombres manifestándose. ¿Y qué dice el Apocalipsis? Por eso no hay que dejarse engañar con mentiras consolantes, para que no hagas nada, porque Dios lleva el mundo con justicia, etc. Dios lleva el mundo, sí, pero no a costa de la libertad humana. Mirad, lo más grande que ha hecho Dios en el mundo ha sido dar al hombre la libertad capaz hasta de matar a Dios. Digamos, es como que el pecado de Adán y Eva dan gloria a Dios infinitamente. Porque, ¿cómo es posible que Dios haya hecho al hombre tan grande tan grande tan grande que lo hace libre, libre, libre hasta el punto de poder matar a Dios, y no lo impide? Un hombre quiere violentar a su hija y Cristo no lo impide. Y no interviene para que no maten a los judíos y para que no haya sesenta millones de muertos en la guerra. No, lo único que hace es dejarse crucificar, ofreciéndose por la humanidad, por los hombres para que puedan cambiar de vida. Lo que decía Bonhoeffer: La debilidad de Dios es lo que nos salva, no la prepotencia de Dios. Dios se hizo en Jesucristo humilde, el último, pobrecito. Es muy profundo esto. Porque el príncipe de este mundo es el demonio. Pero quieren engañarnos, y quieren engañar a la Iglesia con otras filosofías que son falsas. Yo estoy contento de haberos leído estas cosas de la Santa Sede, donde la Iglesia confirma que hemos sido para vosotros buenos catequistas. Y vosotros mismos nos habéis dado crédito, habéis creído porque habéis visto que nunca os hemos mentido. Los que nos han obedecido a nosotros, siempre Dios ha confirmado nuestra palabra, siempre. Y nos habéis obedecido cuando os hemos dicho de levantaros a rezar, cuando os hemos dicho sobre la apertura a la vida, de vender vuestros bienes. No os lo hemos dicho para quedarnos con vuestro dinero ni nunca nos habéis dado nada, nada de eso. Hemos intentado vivir el Evangelio y daros el Evangelio del Señor, de su gloria y de su gracia. Y estamos sorprendidos de los frutos enormes: ochocientas setenta familias que se levantan. El otro día, en la última convivencia, me decía el equipo de Galicia: «Kiko, aquí no hay más que mujeres viejas, no tenemos niños, no hay nada, se está derrumbando la Iglesia en Galicia: mandemos familias aquí que sostengan las comunidades». Hemos llamado a veinte familias: ¿Os queréis ir a Lugo o a Pontevedra? ¿Sí? Y ya están allí, tan contentos. O sea, en vez de ir a Laos, pues se van a Galicia. Y cambian de vida y de lugar y de todo. Y las comunidades ven que hay niños y matrimonios jóvenes; y se levanta la Iglesia de Galicia. Entonces, en este tiempo en el que os hemos llevado poco a poco, que os hemos dado el kerigma de Nuestro Señor Jesús, que os hemos anunciado su manifestación y su gloria, aquí dice san Pablo que «fuisteis elegidos en Cristo, antes de la creación del mundo, para manifestar su gloria, porque Dios os ha escogido desde el principio para la salvación mediante la acción santificadora del espíritu y la fe, en la verdad. Os ha llamado por medio del anuncio del Evangelio para que manifestéis la gloria de Nuestro Señor Jesucristo». O sea, que hemos sido pensados por Jesucristo, por Dios, en Cristo, para que participemos de su gloria eternamente. No he20
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mos sido creados para envejecer y para quedarnos con la artrosis. Como la pobre Carmen, que no tiene bien la circulación sanguínea y le tendrían que amputar la pierna, y para que no podamos movernos ni para que perdamos el pelo y los dientes y no sé qué cosas. No, hemos sido creados para manifestar su gloria. Por eso, tenemos que ver nuestra vida llena de Escatología. Por eso, así como la Cuaresma — os decíamos— es un tiempo que empieza con el Miércoles de Ceniza, y es un camino de preparación a vivir los misterios pascuales que nos dan la salvación y que la hacen presentes, y que refuerzan nuestra fe en nuestro caminar hacia el Reino, el Adviento es un tiempo en el cual la Iglesia nos invita a reconsiderar nuestra dimensión escatológica: que hemos sido creados para el cielo y que nuestra patria es el cielo. Dice el Talmud hebreo, que la vida en la tierra es como estar en un hotel, la vida del hombre en la tierra es estar como en un hotel, porque esta no es nuestra casa, no es nuestra patria, no es nuestra tierra. Nuestra tierra es la Jerusalén celeste, y esta tierra será consumida por el fuego; leed a San Pedro y la Tradición de la Iglesia. Y caerán las estrellas, y el sol se enfriará, y este universo se transformará. Pero fuimos pensados en Cristo para participar de su gloria, que es una cosa enorme. Pero esto hay que decirlo, hay que amonestarlo, hay que reforzar nuestra fe. Por eso es tan importante el tiempo de Adviento. Y la primera semana de Adviento, que está toda llena de lecturas sobre la Escatología, os hemos dicho: romped el sueño, levantémonos por la noche. Y pensemos un momento que si viniera el Señor ahora ¿cómo me encuentro yo? ¿Qué he hecho de mi vida? Dice san Pablo que todos los hombres que mueren —y moriremos todos— iremos al tribunal de Cristo. No sabemos cuándo moriremos, cuándo vendrá el Señor, cuándo le encontraremos. Pero quisiéramos repensar sobre nuestra vida y convertirnos a él profundamente. Y luego, sobre todo, rompemos el sueño porque hemos visto en el Evangelio que dice: «¿Cuándo vendrá el Señor? ¿Será en la primera vigilia de la noche? ¿Será en la segunda vigilia? ¿O vendrá en la tercera o al canto del gallo?». Lo cual quiere decir que había vigilias nocturnas, toda la noche, esperando al Señor. ¿Será en la cuarta vigilia de la noche?, dice el Evangelio. ¿Cuándo viene el Señor? Es tener la cintura ceñida y estar vigilantes, porque el día en que menos lo penséis viene el Señor y os pillará de sorpresa, porque será como un ladrón cuando venga. Y el mundo, cuando diga: «Paz y Seguridad», vendrá el Señor. Viene el Señor —cantamos— vestido de majestad, viene en su gloria. Y está profetizado que en los últimos tiempos, serán tiempos en los que se enfriará la caridad y será el triunfo del impío y del adversario. Y las cosas que sucederán en el mundo serán horrorosas. Y en la época de Stalin, de cada tres rusos, uno fue a la cárcel. Llegaban los coches, oscuros, por la noche. Y de pronto se llevaban a dos, estaban todos aterrorizados. Y desaparecían. Una época de terror, de miedo, se tenían que denunciar unos a otros; un horror todo, todo dificilísimo. La disidencia, como decía Lenin, había que destruir a las chinches, las chinches que querían destruir el Comunismo, el Socialismo; momentos terrificantes. Lo que ha pasado con el Fascismo, con Hitler, que es inimaginable, hace muy pocos años: los Campos de Concentración, los Gulags. Por eso nosotros tenemos que estar despiertos y estar agradecidos a que Dios nos haya elegido con una elección gratuita, en su Hijo, que no merecemos ninguno, no somos mejores que nadie. Pero dice el Señor: «No me habéis elegido vosotros a mí, os he elegido yo». Me impresionaba que el equipo de Hungría me decía esta mañana que ya han hecho cuatro comunidades de paganos; y todos vienen de la predicación por las calles. Porque la Misión ad gentes salen los hermanos todas las semanas a predicar por las calles; las familias, todas las semanas. Y me dicen que la gente que Dios nos 21
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trae son gente buenísima, vienen de la predicación por las calles. Ahora están cerrando las iglesias y nosotros abrimos nuevas iglesias no partiendo de un templo. Ahora mismo, me contaban, que el local que habían abierto, precioso, grande, con una pintura, pues ya no caben, ya no caben y hay que buscar uno más grande. Y dentro de poco habrá que hacer una iglesia como esta, una Domus Ecclesiae. Y aparecen nuevas parroquias partiendo de la comunidad cristiana. Las dos misiones ad gentes, la de Budapest y la de Miskolc, no caben ya los hermanos, llenos de paganos. Pero es maravilloso ver que los hermanos no se cansan. Dicen: «¡Con el frío que hace!». ¡Hace un frío que pela! Y salen a la calle, los jóvenes con sus guitarras, con un folleto, y hablan con la gente que se para. Luego otros van por las casas cercanas que han oído los cantos. O sea, una cosa fantástica, les da Dios esa gracia. A ti no te la da, que eres un egoísta y un soberbio que te pasas la vida juzgando. Los cristianos no juzgan. No tienes ningún espíritu de Cristo, eres un juzgador. Los cristianos no juzgan a nadie, se consideran los últimos y los peores de todos, porque tienen la gracia, la luz del Espíritu Santo. Bien, hermanos, este tiempo de Adviento es un tiempo impresionante, de conversión. Hasta el 17 de diciembre tenemos toda la Escatología, la Iglesia nos ayuda a convertirnos, a repensar en nuestra vida y a repensar en nuestra muerte, a pensar en el encuentro con el Señor. A partir del 17 de diciembre la Iglesia cambia, y nos invita a reconsiderar la Navidad, que Cristo se hizo niño, se hizo hombre, algo maravilloso. ¡Cómo no dar gracias al Señor que se hizo hombre por nosotros! Por eso, hermanos, yo para terminar tengo que anunciaros un momento el kerigma, porque tendría que llamaros a conversión. Dicen los Padres que de nuestro bautismo mana un agua límpida que dice así: ¡Hoy conviértete! Hoy. Todos los días tenemos que convertirnos, todos los días. Y convertirnos: ¿qué es? Pues es creer en Cristo. ¿Y qué tengo yo que creer de Cristo? Que ha mostrado Dios, en Cristo crucificado, la verdad que no hay en tu vida. ¿Y cuál es la verdad? ¡Esta! (señalando la cruz). ¿Es que tú te dejas crucificar por los defectos de tu hija? ¿Por la soberbia de tu marido? ¿Porque no tienes dinero? ¿Por las enfermedades que tienes? ¿Aceptas tu historia como es, tal cual te ha puesto Dios? ¿Tal cual, con la enfermedad que tienes? Esto es la conversión: entrar en la historia, en la voluntad de Dios sin oponerte a ella, sin rebelarte a Dios, sin hacerte tú dios de tu historia, dios de tu familia, dios de tu mujer, dios de tus hijos. ¡Pero hombre: conviértete! ¿Tantos años llevamos aquí y todavía nada? ¿Todavía nada? Pues convertirse quiere decir que hay que mirar a Cristo: «Mirarán al que atravesaron». Tenemos todos que mirar a Cristo crucificado. ¿Y qué nos dice Cristo crucificado? Que ésta es la verdad (señalando la cruz): «¡Esta es mi gloria, el que yo dé la vida por vosotros! ¿Quieres participar de mi gloria?». ¿Quieres tú ser revestido de la gloria de Dios y hacerte tú cristiano, crucificado, semejante a Cristo? Esto es. ¿Sí? Pero para ello tenéis que creer que Cristo tiene poder para darte su Espíritu y hacerte cristiano, hacerte un crucificado. Pues no, aquí hay algunos que aunque yo grite no se convierten, y no aceptan su matrimonio, o no aceptan la enfermedad o no aceptan no tener trabajo o no aceptan no sé qué conflicto con la familia; nada. Bien, Dios tiene mucha paciencia. Pronto levantará la mano de vuestra cabeza y os dejará a vuestro libre albedrío para que obedezcáis al demonio. Mirad que el infierno existe. Si no existiera el demonio, el infierno, no seríamos libres, libres, libres. El infierno eterno existe, lo ha predicado siempre la Iglesia. Y el peligro de condenarnos lo tenemos todos. Por eso dice la Iglesia que es muy importante pensar en la propia muerte, no hace falta ser monje para pensar en tu muerte: tenemos el Adviento para pensar en la muerte, en tu muerte. ¡Que te vas a morir! ¿Y cómo 22
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está tu vida? ¿Qué tienes en las manos? ¿Están vacías? Bueno, pues ahora mismo las puedes llenar si crees. Convertíos y creed a la Buena Noticia: que Dios ha enviado a Jesucristo, su Hijo, para que dé la vida por ti. Y la vida de Cristo tiene tal poder que puede transformar a un indecente como tú, a un burgués como tú, a un tibio como tú, a un soberbio como tú, y puede hacerte un santo, porque quien ha ofrecido su vida por ti es Dios mismo. Y ahora mismo, Jesucristo, dice la Biblia que fue crucificado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. ¿Qué significa que fue resucitado? Que Dios aceptó su oblación, el Padre. Él se ofreció por ti, por tus pecados, y el Padre aceptó que diera su vida por ti. Y su resurrección es prenda de tu justificación, de que ya no te mueres. Ya murió por ti, ya la muerte física es el dies natalis, es un día de fiesta. Por eso los cristianos siempre hicieron de los funerales no un llanto. Como decía el otro día un Padre de la Iglesia, san Juan Crisóstomo: «¿Por qué lloráis? ¿Por qué no queréis moriros si decís todos los días en el Padre nuestro: ‘Venga tu Reino’?». ¿Os es que hemos perdido la fe en el Reino del Señor donde nos esperan nuestros eres más queridos, nos espera Jesucristo, los santos? Vamos a la Jerusalén celeste, no vamos a un agujero. ¿O es que no tenéis fe? ¿O es que Dios os quitó la fe y no crees ya ni el cielo ni en nada? Quizás tendría que retirárosla si continuáis teniendo un corazón duro, un corazón que no quiere convertirse. Entonces hermanos, hoy mirad a Cristo crucificado y pensad: Sí, quiero ser como Cristo. Sí, acepto Señor que me des este espíritu. Y no te canses de mí si mañana caigo, pero ahora mismo yo quisiera que tú me revistieras de tu Espíritu Santo. Y entonces, inmediatamente, Jesucristo te envía hoy su Espíritu Santo que te hace uno con Cristo, uno con el Padre, y te hace vivir dentro, como un templo, la Santísima Trinidad. Esto es el objeto de esta predicación, del anuncio del Adviento. Por eso, hermanos: ánimo, que el Señor está deseando haceros felices. Y a mí también. Yo he sufrido muchísimo, y sigo sufriendo y sufriré más. Pero bueno, el sufrimiento, como decía el Papa Pablo VI, se transforma en un honor, se transforma en un incentivo, porque ¡cómo puedo yo pensar que Cristo ha sufrido tanto y yo nada! ¿Yo soy más grande que Jesucristo? ¡No señor! ¡Cómo es posible! Entonces, ¿qué me pasará? ¿Me perseguirán? ¿Qué calumnia me harán? Qué dirán, ¿qué soy un pederasta o que soy no sé qué cosa o que he robado? ¿Qué cosa dirán en los periódicos? ¿Dónde me llevarán? ¿En qué cárcel acabaré? Si es que yo quisiera ser cristiano, no sé, lo que Dios tenga pensado para mí es mejor, siempre será bueno, porque de todas las persecuciones que hemos tenido el Señor ha sacado cosas grandes y ha sido verdaderamente estupendo. Bien, hermanos, ánimo. Yo lamento que este año no hagamos el encuentro de las Familias en Colón, pero el nuevo arzobispo no lo cree oportuno. Pues muy bien. Ayer leí en el periódico La Razón, del año 2007, que habían calculado que había dos millones de personas en la Plaza de Colón. La Fiesta de las Familias fue una cosa enorme, donde habló Mons. García Gasco, Mons. Cañizares, vinieron de todos los Movimientos, todos unidos, una fiesta de la Familia, el día de la Familia. Y todo lo que se haga por la Familia es poco, porque la destrucción de la familia va en aumento, va en aumento. La sociedad va en aumento hacia la destrucción. Ved cómo se vive hoy en Escandinavia, que no es posible vivir y la sociedad es un horror, porque el 78% de la gente vive sola. Cuando no hay fe en el otro, pues se hace verdad la palabra de Sartre que dice que el otro es un infierno, el otro es un infierno. ¡Mi mujer es un infierno, hombre! ¡Y mi marido también! ¡Y mis hijos a veces! El otro es un infierno. La Virgen nos ha dicho: ¡El otro es Cristo! Es Cristo cuando se tiene fe, cuando no, en el ateísmo total, se juntan, se separan, y al final están solos; todo el mun23
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do vive solo, con la botella de whisky, con una iguana o con serpientes o con un perro; o con cinco perros. Una señora, se le mueren los dos perritos y se suicida. ¡Pero qué tiene esa pobre señora en la vida! Antes tenía la Iglesia. Ahora ¿qué tenía? Dos perritos. Se le murieron y se mató. Los perros duran siete años, más o menos. Te puedes imaginar la cantidad de gente que se suicida, que se va a suicidar. Cuando pobrecita, sus perritos se mueren, pues se tira del quinto piso. Y la señora, pues espachurrada. Pues mira qué bien. Claro. Y la Iglesia ¿qué hizo? La Iglesia, ¿qué hizo por esta hermana? ¡Nada! No tenía ninguna iglesia cercana, no tenía ningún cristiano, no había nada, nada. Nadie que le echara una mano, nadie que le dijera algo, que la pusiera en la verdad. Ánimo para este Adviento. En la Navidad poned el Pesebre con vuestros hi jos. Y durante la primera semana de Adviento —aunque ahora, esta semana, estamos ya a miércoles—, pues mañana, de jueves a viernes, podéis levantaros; y de viernes a sábado también. Dos días os levantáis y mira qué bien. Y si os habéis levantado ya, qué fenómeno, que os hayáis levantado ya me parece maravilloso. Muy bien, pues entonces no hace falta que os levantéis del viernes al sábado. Los Reyes Magos también, las tradiciones nuestras que hemos intentado llevar también a otros sitios que no tenían la tradición del día de los Reyes. En Italia, tienen a una bruja que la llaman la Epifanía (la Befana), y que dejan los calcetines y no sé qué cosas. Una bruja, con una escoba. Ellos en vez de los Reyes tienen la Befana, que es una representación del invierno, pero Epifanía es la fiesta de los Reyes. Pues no digo nada más, que ya son las once y media, gracias a Dios. ¿Os habéis aburrido mucho? ¿Os habéis dormido? Pues no señor, creo que es muy importante lo que está pasando en la Iglesia. Es muy importante este Sínodo, este Sínodo ha comenzado. Ahora va a consultarse, de nuevo, a toda la Iglesia. Y van a salir todos los problemas que hay escondidos, van a salir fuera. Y se va a ver la importancia que tienen 102 Seminarios, 2000 sacerdotes. Y lo importante que es que los sacerdotes tengan su comunidad, que hagan catequesis, que conozcan profundamente la teología del Camino para tener anticuerpos frente a todo esto. O sea, que Dios nos ha preparado a una gran misión en la Iglesia. Si se arma un follón en la Iglesia —os lo digo ya—, que ha habido muchos follones sobre todo en la época de Pío X, con el modernismo, y luego el arrianismo, si se arma un follón, pues desembocará en un Concilio. Y será un Concilio doctrinal, no pastoral. Y ahí se armará una buena. Un Concilio doctrinal, o sea, que habrá que poner las bases de la Revelación que el demonio ha ido disolviendo con el protestantismo, con las nuevas filosofías, con todas las influencias de la Iglesia que han echado ácido corrosivo a la fe de tanta gente. Me decía Antoine de Monicault, en París, que cada día, en la universidad, se decía una más grande. Y me decía: «¿Te has enterado? ¡Dicen que Cristo no ha resucitado!», esa es la última que han dicho. Eso decía Antoine de Monicault, que cada día que iba a la universidad decían una más grande. Un día me dice: «¿Sabes lo que ha dicho un profesor? ¡Que Cristo no ha resucitado!». Las cosas que se decían en la universidad. Tú podías decir algo. ¿Qué se decía es Estrasburgo? ¡Lo que estudiaba éste en Estrasburgo! P. GIANVITO: Decían. Primero: el matrimonio es un contrato, por eso se puede romper tranquilamen24
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te. Segundo: que los curas tienen todos que casarse, no se puede estar sin una mu jer. KIKO: Y decía uno: ¡Estoy de acuerdo! P. GIANVITO: Tercero: que la Iglesia ya ha hablado demasiado sobre la defensa de la vida, defiende demasiado la vida, siempre en contra del aborto. Mejor que hable de la guerra y de no sé qué. Cuarto: la eclesiología. Por ejemplo, después de Montesquieu, el poder legislativo, ejecutivo y judicial, se separaron en la sociedad para que fuese más democrática y dejara de ser tan tiránica. Esto no pasa en la Iglesia, porque en el obispo se unen estos tres poderes. Así que la Iglesia está atrasada con respecto al mundo, y se corre el peligro de que sea una Iglesia tiránica. Así que en la Iglesia hay que separar estos tres poderes. Cada día había una novedad. Tenía un profesor, que explicaba el Símbolo de la Fe, el Credo. Y decía que en la parroquia es suficiente con que haya algunos que crean en el primer artículo, otros en el segundo artículo y otros en el tercero. De esta forma, uniéndoles a todos, podemos decir el Credo. ¡Eso yo no me lo creía! Yo le decía al profesor de Moral: ¡Padre, esto me parece que no es la enseñanza de la Iglesia, no, la Iglesia no dice esto, eso no es el Magisterio de la Iglesia! Se lo dije al profesor de Moral una o dos veces. Después me llamó y me invitó a tomar un café. Y me dijo exactamente: «Yo pienso que el Magisterio de la Iglesia hoy no se puede enseñar, es para gente de otro mundo». Y yo pensé: «Claro, es para gente de otro mundo». Y al final me dijo: «Tú y Juan Carlos Zugazartaza —que estábamos juntos en el mismo curso—, un italiano y un español, habláis así, defendéis al Papa y el Magisterio porque sois italianos y españoles, por eso, si no, no lo haríais». KIKO: Esto es lo que enseñaban a los curas. Nosotros tuvimos una reunión, estuvimos a punto de marcharnos de Estrasburgo, porque era insufrible todas las cosas que decían contra el Papa, contra el Magisterio de la Iglesia. «¡El mundo ha cambiado —esto que decía él—, no se puede hablar al mundo así! Lo que se oye y que se dice de la Iglesia es que son todos unos carcas, todo es horrible!». O sea, toda una situación. Pero después, nos dijeron: «¡No, el Papa está contento de que estéis allí, defendiendo la doctrina católica frente a todo esto!». Bien, hermanos, vamos a terminar cantando como siempre “Llévame al cielo”, que cantamos en este anuncio de Adviento, porque morir es con mucho lo mejor. Una hermana que ha muerto, ya sabéis, está en lo mejor. Y nosotros continuamos en lo peor, aquí. Cantamos esto, cantamos “Llévame al cielo” como una oración: “Llévame al cielo, llévame al cielo, Señor, porque morir es con mucho lo mejor, para estar contigo, estar contigo”. Una cosa que tenemos todos que ver es hasta qué punto, cómo está nuestro amor a Jesucristo. Hay que pedir: ¡Señor, que yo te ame! Amar a Cristo es la única verdad, el resto es todo vanidad; amar a Cristo. Pero, ¿se puede enfriar el amor a Cristo? Sí, se puede enfriar. Por eso tenemos de nuevo que buscar el rostro del Señor. Y gemir. Y gritarle: ¡Ayúdame, Señor, ten piedad de mí que soy un pecador! 25
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! Canto: “Llévame al cielo”
KIKO: Como siempre, hermanos, terminamos nuestro encuentro en la presencia de Jesucristo haciendo una oración al Señor. Todos rezamos interiormente. Abro yo la oración y algunos, si queréis hacer una oración espontánea, que os inspira el Señor, la haremos todos nuestra. Y después, nuestro presidente, el vicario, acogerá nuestras oraciones. Y haremos, todos juntos, rezaremos el Padre nuestro. Oremos. “Señor, yo te doy las gracias por este encuentro, por tu amor, por el tiempo de Adviento, que tú, lleno de ternura hacia nosotros nos das tiempos para ayudarnos. Que en este tiempo de Adviento podamos venir a hacer siempre la oración silenciosa. Tú que has dicho que hablemos contigo, profundamente, que entremos en nuestro cuarto y cerremos la puerta: que podamos entrar en nuestro corazón y cerrar la puerta, y hablar contigo cuando vengamos a los Laudes por las mañanas. Que podamos hacer quince minutos de oración silenciosa. Señor, concédenos a todos, este tiempo de Adviento, el rezar con nuestra comunidad y hacer esta oración de quietud, oración infusa, oración del corazón. Y ahora, Señor, inspíranos tú la oración que nos quieres conceder. Nosotros nos sabemos pedir lo que nos conviene: inspíranos tú qué cosas te tenemos que pedir. Te lo pedimos, Señor”. ! Oraciones espontáneas
KIKO: “Te pedimos, Padre, por Carmen, por todo lo que está sufriendo: cura su pierna, ayúdala. Y si tiene que operarla de nuevo, que toda salga bien, que pueda incorporarse pronto en esta obra los pocos años, el poco tiempo que nos queda. Te lo pedimos, Señor”. VICARIO: “Acoge, Padre de bondad, estas peticiones que te dirigimos, y todas aquellas que tú sabes que necesitamos para caminar en tu camino hacia el cielo. Te lo pedimos, siendo hijos de Dios, unidos a las palabras que tu Hijo nos enseñó”. ! Padre nuestro ! Bendición final
KIKO: Buen Adviento y feliz Navidad. Podemos ir en paz.
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