Fedor Dostoievski
Diario de un escritor y otros escritos
Selección, prólogo y notas
David Landesman
Fedor Dostoievski
Diario de un escritor y otros otros escritos
Una pluma torrentosa La mayo mayorí ríaa de los los lect lector ores es de las las famo famosa sass nove novela lass de Fedo Fedorr Do Dost stoi oiev evsk skii muy muy probablemente desconocen desconocen su inmensa obra periodística, desarrollada a lo largo de toda su vida en distintas revistas rusas, y de su amplísima correspondencia con familiares, editores y amigos. En 187, a beneficio de las víctimas de una !ambruna en la regi"n de #amara, se edit" la primera versi"n de Diario de Diario de un escritor , $ue en sus m%s de mil p%ginas incluía todos los traba&os de no ficci"n publicados por Dostoievski !asta entonces. Los te'tos $ue integran el con&unto de esta obra abarcan una increíble variedad de temas( desde comentarios sobre pintura y literatura !asta el an%lisis meticuloso de la coyuntura política, de los aguafuertes a la cr"nica policial, de la observaci"n social a la autobiografía m%s pura, de las concepciones morales al debate con lectores complacidos o indignados por las columnas columnas del autor. En ellos, Dostoievski da rienda suelta a su pluma torrentosa, $ue lo !ace capa) de escribir miles de líneas a partir de un comentario o de una mera observaci"n en la calle. *no de los mayores atractivos reside en $ue nos permite apreciar la labor de un gran periodista, traba&ando contra relo& y contra censura, día tras día, en publicaciones peri"dicas de la +poca. dem%s, podemos apreciar el -m+todo- del Dostoievski escritor, el laboratorio de su narrativa, la construcci"n del edificio literario con cimientos anclados en !ec!os de la realidad y en la propia vida del autor. o es muy diferente diferente la labor labor del Dostoievski Dostoievski periodista periodista a la del Dostoiev Dostoievski ski escritor, escritor, en cuanto a disponibilidad de recursos de dinero y tiempo, siempre escasos. dem%s de los vaivenes políticos de la +poca $ue afectaron directamente al autor. En una carta dirigida a un amigo en 18//, el autor se refiere a las condiciones en las $ue est% escribiendo una de sus obras mayores, Crimen y castigo castigo( 0... 2s"lo podría !acerlo si tuviese el necesario sosiego espiritual. 3ero a mí me acosan los acreedores4 amena)an con encarcelarme5. 6ida y obra Dostoievski naci" en 181, en osc9. El traba&o de su padre, m+dico militar, lo llev" a conocer desde muy temprano a las -pobres gentes- cuyas e'istencias miserables y sin sentido darían vida a los persona&es de todos sus libros. #u propia infancia fue bastante desgra desgracia ciada, da, deb debido ido al car%c car%cter ter de su pad padre, re, un !ombre !ombre $ue distin distintos tos bi"gra bi"grafos fos !an calificado de( insociable, duro, irascible, insolente, avaro y alco!"lico. adolescente, refiri+ndose a sí mismo dice( 2:ay ni;os En el manuscrito de su novela El adolescente, $ue desde la infancia refle'ionan ya sobre su familia, $ue desde la infancia se sienten !umillados por el cuadro $ue les ofrece su padre...5. #u madre, de un car%cter e'actamente opuesto, muri" cuando Dostoievski tenía s"lo diecis+is a;os. #u recuerdo le inspir" los ideales +ticos y morales $ue lo acompa;arían durante toda su vida. l $uedar viudo, la degradaci"n y crueldad del padre del escritor fueron en aumento. Estos factores, sumados a la atracci"n incontrolable $ue sentía por las &"venes campesinas, campesinas, le atra&eron el el odio de los traba&adores traba&adores de sus tierras, tierras, $ue lo asesinaron asesinaron en 18<=. En estos a;os, Dostoievski estudiaba ingeniería, sin demasiado entusiasmo, y se entregaba de lleno a la lectura de autores como >ogol, 3us!kin, 6ictor :ugo, ?al)ac y Flaubert, entre otros grandes escritores. @on su primera novela, Pobres novela, Pobres gentes, gentes, concluida a los veintitr+s a;os, obtuvo un temprano y resonante +'ito de p9blico y crítica. *n relato autobiogr%fico de este triunfo puede leerse
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Diario de un escritor y otros otros escritos
Una pluma torrentosa La mayo mayorí ríaa de los los lect lector ores es de las las famo famosa sass nove novela lass de Fedo Fedorr Do Dost stoi oiev evsk skii muy muy probablemente desconocen desconocen su inmensa obra periodística, desarrollada a lo largo de toda su vida en distintas revistas rusas, y de su amplísima correspondencia con familiares, editores y amigos. En 187, a beneficio de las víctimas de una !ambruna en la regi"n de #amara, se edit" la primera versi"n de Diario de Diario de un escritor , $ue en sus m%s de mil p%ginas incluía todos los traba&os de no ficci"n publicados por Dostoievski !asta entonces. Los te'tos $ue integran el con&unto de esta obra abarcan una increíble variedad de temas( desde comentarios sobre pintura y literatura !asta el an%lisis meticuloso de la coyuntura política, de los aguafuertes a la cr"nica policial, de la observaci"n social a la autobiografía m%s pura, de las concepciones morales al debate con lectores complacidos o indignados por las columnas columnas del autor. En ellos, Dostoievski da rienda suelta a su pluma torrentosa, $ue lo !ace capa) de escribir miles de líneas a partir de un comentario o de una mera observaci"n en la calle. *no de los mayores atractivos reside en $ue nos permite apreciar la labor de un gran periodista, traba&ando contra relo& y contra censura, día tras día, en publicaciones peri"dicas de la +poca. dem%s, podemos apreciar el -m+todo- del Dostoievski escritor, el laboratorio de su narrativa, la construcci"n del edificio literario con cimientos anclados en !ec!os de la realidad y en la propia vida del autor. o es muy diferente diferente la labor labor del Dostoievski Dostoievski periodista periodista a la del Dostoiev Dostoievski ski escritor, escritor, en cuanto a disponibilidad de recursos de dinero y tiempo, siempre escasos. dem%s de los vaivenes políticos de la +poca $ue afectaron directamente al autor. En una carta dirigida a un amigo en 18//, el autor se refiere a las condiciones en las $ue est% escribiendo una de sus obras mayores, Crimen y castigo castigo( 0... 2s"lo podría !acerlo si tuviese el necesario sosiego espiritual. 3ero a mí me acosan los acreedores4 amena)an con encarcelarme5. 6ida y obra Dostoievski naci" en 181, en osc9. El traba&o de su padre, m+dico militar, lo llev" a conocer desde muy temprano a las -pobres gentes- cuyas e'istencias miserables y sin sentido darían vida a los persona&es de todos sus libros. #u propia infancia fue bastante desgra desgracia ciada, da, deb debido ido al car%c car%cter ter de su pad padre, re, un !ombre !ombre $ue distin distintos tos bi"gra bi"grafos fos !an calificado de( insociable, duro, irascible, insolente, avaro y alco!"lico. adolescente, refiri+ndose a sí mismo dice( 2:ay ni;os En el manuscrito de su novela El adolescente, $ue desde la infancia refle'ionan ya sobre su familia, $ue desde la infancia se sienten !umillados por el cuadro $ue les ofrece su padre...5. #u madre, de un car%cter e'actamente opuesto, muri" cuando Dostoievski tenía s"lo diecis+is a;os. #u recuerdo le inspir" los ideales +ticos y morales $ue lo acompa;arían durante toda su vida. l $uedar viudo, la degradaci"n y crueldad del padre del escritor fueron en aumento. Estos factores, sumados a la atracci"n incontrolable $ue sentía por las &"venes campesinas, campesinas, le atra&eron el el odio de los traba&adores traba&adores de sus tierras, tierras, $ue lo asesinaron asesinaron en 18<=. En estos a;os, Dostoievski estudiaba ingeniería, sin demasiado entusiasmo, y se entregaba de lleno a la lectura de autores como >ogol, 3us!kin, 6ictor :ugo, ?al)ac y Flaubert, entre otros grandes escritores. @on su primera novela, Pobres novela, Pobres gentes, gentes, concluida a los veintitr+s a;os, obtuvo un temprano y resonante +'ito de p9blico y crítica. *n relato autobiogr%fico de este triunfo puede leerse
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Fedor Dostoievski
Diario de un escritor y otros otros escritos
en el artícu artículo lo de esta esta edici"n edici"n del Diario... Diario... dic!a dic!a obra le siguie siguieron ron El doble, Noches blancas y blancas y varios relatos. 3ero su labor literaria se vio interrumpida por los vaivenes políticos. l influ&o de las ideas florecientes en esos a;os, Dostoievski integr" un círculo de socialistas ut"picos, lo $ue provoc" su arresto y posterior condena a cuatro a;os de c%rcel y cumplimiento del servicio militar en #iberia. Aodo el !orror de las prisiones )aristas )aristas aparecer% aparecer% como nunca antes, en su novela Apuntes de la casa de los muertos, muertos, publicada en 18/B, pocos a;os despu+s de su liberaci"n definitiva. @aus" conmoci"n en el pueblo ruso y lo devolvi" al primer plano de la literatura. Estos Apuntes..., Apuntes..., como casi todas sus grandes novelas, fueron publicados en revistas, por entregas. En la d+cada de 18/B, Dostoievski emprendi" el primero de sus muc!os via&es al e'terior, edit" sus propias revistas, sufri" las muertes de su primera esposa y su amado !ermano, y mantuvo constante y desigual luc!a contra la pobre)a y las deudas. En ese lapso, elabor" una de las m%s e'trao e'traordi rdinar narias ias nov novela elass de todos todos los tiempos( tiempos( Crimen y castigo. castigo. %s adelante, despu+s de un desarrollo político $ue lo fue enfrentando paulatinamente a las ideas revolucionarias $ue !abía abra)ado en su &uventud, Dostoievski escribi" otra de sus mayores mayores novelas, novelas, os hermanos !arama"ov C187=188B, notable resumen de su labor creadora, en la $ue se despliegan todas las ideas políticas, +ticas y sociales del autor. fectado por graves problemas de salud, el alco!olismo, dramas amorosos en cantidad y su pasi"n por el &uego, reci+n en sus 9ltimos a;os pudo disfrutar de cierta pa) mientras crecía el reconocimiento por su obra. Dostoievski muri" el 8 de enero de 1881. #us restos fueron despedidos por una multitud, $ue ya lo !abía consagrado como uno de los mayores escritores rusos. Diario de un escritor El Diario El Diario de un escritor se se alimenta de una +poca !ist"rica de transici"n, entre intentos revo revolu luci cion onar ario ioss m%s m%s o meno menoss fall fallid idos os y el naci nacimi mien ento to de los los gran grande dess medi medios os de comunicaci"n, vía "ptima para $ue un pensador como Dostoievski, modelo del intelectual comprometido con su tiempo, transmitiera sus ideas a miles de compatriotas. :ablar de ideas en Dostoievski es !ablar de su sistema filos"fico $ue, progresivamente, se vio m%s y m%s influido por el Evangelio y una visi"n apocalíptica de las cosas. El autor estaba convencido de $ue el fin del siglo 'i' estaría marcado por una tremenda cat%strofe de toda Europa, de la $ue s"lo se salvaría usia, por !aber conservado la palabra incorrupta de @risto. Dostoievski, en su condici"n de periodista, nunca se limit" al registro ob&etivo de la realidad, ni tuvo intenci"n alguna de $ue así fuera. Era un !ombre con un idealismo profundo, casi plat"nico, $ue perseguía la concreci"n de ciertas Gdeas Ccon may9scula en los m%s m%s insign insignifi ifica cante ntess !ec!os !ec!os cotidi cotidiano anos. s. Es en estas estas circu circunst nstanc ancias ias presun presuntam tament entee menores donde el autor encuentra campo para brindar su mensa&e pedag"gico y no pierde oportunidad de emitir su opini"n, sin descuidar la ubicaci"n de todo !ec!o en un conte'to !ist"rico y social. El periodismo de Dostoievski, como gran parte del de su +poca, es un periodismo militante, -una tribuna de doctrina-, en la cual el escriba asume go)oso la tarea de educar y de aleccionar a los lectores, $ue cada ve) son m%s. 3or otra parte, este Diario este Diario... ... nos muestra a Dostoievski actuando directamente sobre la e'periencia cotidiana, lo $ue nos permite acercarnos muc!o m%s al !ombre $ue est% detr%s de tantas obras fundamentales de la literatura universal. un$ue, eso sí, este acercamiento no carece de riesgos. El lector fascinado con la profundidad ambigua y enigm%tica de sus novelas, conoce muy bien la duda y el dilema $ue visten a sus persona&es, para $uienes no !ay nada enteram enteramen ente te defin definiti itivo vo o verdad verdadero ero.. H, en este Diario..., Diario..., se ver% sin duda
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Diario de un escritor y otros escritos
sorprendido por las posturas tan ta&antes y absolutas. El Dostoievski periodista, persona&e favorito y principal del Dostoievski escritor, no duda. ira, cuenta, saca conclusiones, opina y dice $u+ est% bien y $u+ est% mal. #i tanta certe)a puede resultar c!ocante o pretenciosa, estos diarios sin embargo merecen ser leídos en su conte'to, a fin de disfrutar de las dotes del autor para sacar oro de !istorias min9sculas, go)ar de su prosa e'traordinaria, admirarse con su capacidad de observar el mundo y convertir los !ec!os en relato. Itro aspecto de sumo inter+s en estas p%ginas es el $ue nos entrega el perfil del Dostoievski polemista, con sus colegas, sus críticos y con sus lectores. El traba&o periodístico nunca es del todo limpio. El circuito se integra con el autor $ue opina, el lector $ue defenestra y el autor $ue vuelve a plantear su posici"n, m%s seguro $ue antes. @omo si esperara generar reacciones $ue lo motiven a e'poner m%s ideas en el mismo sentido, con nuevos y variados argumentos, de una posici"n casi siempre inamovible. #obre esta edici"n 3ara este libro, !emos elegido te'tos cuyo mensa&e y calidad perduran en el tiempo, m%s all% de coyunturas y premuras propias de toda actividad periodística o de un incesante intercambio epistolar. Encontraremos a$uí el peligro de los malentendidos sobre la palabra escrita en -lgo personal-, tres aguafuertes e&emplares en -@uadritos-, el pensamiento sobre el destino de los artistas noveles en - prop"sito de una e'posici"n-, la indignaci"n ante el drama de los c!icos de la calle en -El ni;o, con @risto, ante el %rbol de avidad-. Aambi+n un minucioso muestrario de los persona&es $ue podemos encontrar al via&ar en barco o en tren, en -@uadritos de via&e-, así como un notable modelo de cr"nica policial&udicial en -El proceso a Jornilova-. *na muy divertida refle'i"n en -lgo acerca de los abogados-, algunas ideas sobre el talento, en el te'to !om"nimo4 la referencia autobiogr%fica en -El nacimiento de un escritor- y un reverencial comentario acerca de Don Kui&ote. dem%s, intercalamos varios de los agudos -3ensamientos anotados-, in+ditos al momento de su muerte, y cuyo tono es acorde con el resto de los te'tos $ue integran este volumen. En la segunda parte de este libro, incluimos fragmentos de algunas de las miles de cartas $ue Dostoievski escribi" a parientes y editores, amigos y enemigos, en las $ue puede apreciarse como pocas veces c"mo traba&aba y c"mo sufría el escritor durante la creaci"n de sus obras maestras. David Landesman
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DIARIO DE UN ESCRITOR ALGO PERSONAL (1!"# En este art#culo, Dostoievski crea un cóctel alucinante compuesto de literatos en$rentados y desterrados, la historia de un e%tra&o cuento sobre un $uncionario 'ue vive dentro de un cocodrilo y una advertencia sobre las alegor#as caprichosas( %s de una ve) me !an instado a escribir mis memorias literarias. o s+4 $ui)%s escribi+ndolas me erigiría un monumento de gloria. 3ero es triste recordar4 a mí, en general, no me gustan los recuerdos. 3ero algunos episodios de mi carrera literaria suelen representarse en mi imaginaci"n con fidelidad e'traordinaria, no obstante lo d+bil del recuerdo. :e a$uí, por e&emplo, una an+cdota( *na ve), cierta ma;ana de primavera, fui a visitar al difunto Hegor 3etr"vic! Jovalevski. +l le gustaba muc!o mi novela Crimen y castigo, $ue por a$uel entonces se estaba publicando en El )ensa*ero +uso. e !abl" con caluroso elogio de ella y me cit" unas palabras, muy estimadas para mí, de una persona cuyo nombre no recuerdo. En a$uel instante entraron en la sala, uno despu+s de otro, dos directores de peri"dicos. *no de estos peri"dicos lleg" luego a tener un n9mero de suscriptores como ninguno lo tuvo a$uí nunca4 pero entonces estaba en sus comien)os. El otro, por el contrario, e&ercía un influ&o notable en la literatura y la opini"n. 3ues bien( con el director de este peri"dico pasamos a otra !abitaci"n y nos $uedamos solos. #in mencionar su nombre, dir+ 9nicamente $ue mi primer encuentro con +l en la vida fue sumamente afectuoso, de&%ndome eterno recuerdo. 3uede $ue a +l tambi+n le suceda lo mismo. Luego tuvimos muc!as divergencias. l volver yo de #iberia, nos vimos ya muy rara ve)4 pero en cierta ocasi"n me di&o, de pasada, unas palabras muy encendidas, dedic%ndome tambi+n una alusi"n en unos versos, $ui)% los me&ores $ue !aya escrito. ;adir+ $ue, por su fac!a y sus costumbres, nadie parecía menos $ue +l un poeta y, por si fuera poco, de los 'ue su$ren. #in embargo, era uno de los m%s apasionados, sombríos y sufrientes de nuestros poetas. ire( nosotros lo !emos atacado a usted me di&o Ces decir, en su peri"dico, a prop"sito de Crimen y castigo. Lo s+ le respondí. MH sabe usted por $u+N 3robablemente, por cuesti"n de principios. 3or @!ernisc!evski. Ho me $ued+ estupefacto. . ., el autor de esa crítica prosigui" el director, me di&o así( 2#u novela es buena4 pero, como en una obra, !ace dos a;os, no tuvo reparo en meterse con los pobres deportados y caricaturi)arlos, pues a!ora voy yo a meterme con su novela5. MDe modo $ue todo se debe a ese est9pido c!isme a prop"sito de El cocodriloN. e'clam+, despu+s de recapacitar un momento. 3ero Mes $ue usted tambi+n se !a creído esoN M:a leído usted esa novelita mía El cocodriloN. o, no la !e leído. 3ues sepa usted $ue todo eso es una mentira, la mentira m%s vil $ue puede concebirse. 3or$ue se necesita tener todo el talento y toda la intuici"n po+tica para leer en esa novela, entre renglones, seme&ante alegoría cívica, y, adem%s, contra @!ernisc!evski. O#i usted supiera $u+ interpretaci"n tan est9pidaP 3ero, a pesar de todo, Onunca me perdonar+ no !aber protestado !ace dos a;os contra esa infame calumnia, cuando empe)" a difundirseP
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Esa conversaci"n mía con el editor de un peri"dico !ace ya tiempo desaparecido tuvo lugar !ace siete a;os, y !asta a!ora yo no !e protestado contra la referida calumnia( unas veces no me acordaba, otras no tenía tiempo. todo esto, esa ba&e)a $ue me atribuían se $ued" grabada en la memoria de algunas personas como un !ec!o indudable, corri" por las revistas literarias, trascendi" al p9blico y me ocasion" m%s de un disgusto. !ora lleg" el momento de decir acerca de eso aun$ue s"lo sean unas palabras, tanto m%s cuanto $ue a!ora es oportuno4 y, aun$ue no pueda aducir pruebas, refutar una calumnia es tambi+n en alto grado probatorio. @on mi largo silencio e indolencia !e parecido, !asta a!ora, confirmarla. @onocí a ikolai >ravrilovic! @!ernisc!evski en el a;o cincuenta y nueve, el primero de mi regreso de #iberia, no recuerdo d"nde ni c"mo. Despu+s nos vimos alguna $ue otra ve), no con frecuencia, y !ablamos, pero muy poco. un$ue siempre, eso sí, nos d%bamos la mano. :er)en me di&o $ue @!ernisc!evski le !abía producido p+sima impresi"n, es decir, su fac!a y sus modales. mí, la fac!a y los modales de @!ernisc!evski me resultaron simp%ticos. *na ma;ana encontr+ en la puerta de mi cuarto, en el tirador, una de las proclamas m%s notables de cuantas se publicaban por entonces, y eso $ue eran bastantes. #e titulaba( - la &oven generaci"n.- o podía concebirse nada m%s est9pido. #u te'to resultaba desconcertante, en la forma m%s ridicula $ue sus autores !ubieran podido idear. O@omo para matarlosP Ho me llev+ un disgusto !orrible y estuve triste todo a$uel día. Aodo esto era a9n tan nuevo, $ue !asta !abría sido difícil descubrir a a$uellas gentes. Difícil, por$ue no se podía creer $ue deba&o de todo ese alboroto se escondiese tal insignificancia. 3ues bien( yo, $ue !acía ya muc!o tiempo $ue no estaba de acuerdo ni con esa gente ni con la tendencia del movimiento, me llev+ un gran disgusto y casi me aboc!orn+ de su torpe)a. 2M3or $u+ !ar%n las cosas de una manera tan est9pidaN5. MKu+ me importaba a mí, despu+s de todoN H, sin embargo, lamentaba su fiasco. De los $ue repartían a$uellas proclamas no conocía a ninguno ni los cono)co !asta !oy4 pero, por eso mismo, me apenaba el $ue ese fen"meno no se me manifestase como el !ec!o aislado, est9pido, de personas con las $ue no se tiene nada $ue ver. llí abrumaba un !ec!o( el nivel de cultura, de ilustraci"n y de cierta comprensi"n de la realidad sofocaba terriblemente. o obstante llevar yo ya tres a;os viviendo en 3etersburgo y de observar otros fen"menos, la proclama $ue !all+ a$uella ma;ana me de&" at"nito, me pareci" como una inesperada revelaci"n( Onunca !asta ese día pude suponer tal vacuidadP l atardecer se me ocurri" la idea de ir a buscar datos a la casa de @!ernisc!evski. unca !asta entonces !abía puesto ni pensado poner los pies en su casa, lo mismo $ue a +l le pasaba conmigo. ecuerdo $ue eran las cinco de la tarde. :all+ a ikolai >ravrilovic! enteramente solo, pues no estaban ni si$uiera las criadas4 sali" a abrirme +l en persona. e recibi" con e'traordinario alboro)o y me condu&o a su despac!o. Rl tom" la proclama como algo desde todo punto conocido y la ley". Eran s"lo die) líneas. ?ueno4 My $u+N pregunt" con leve sonrisa. MEs posible $ue sean tan est9pidos y tan ridículosN Mo se les puede contener y evitar esta ba&e)aN @on muc!a ponderaci"n y gravedad me respondi"( 3ero Musted supone $ue yo me solidari)o con ellos, y me cree capa) de !aber colaborado en la redacci"n de esta !o&aN O@"mo iba a suponerloP le contest+. i si$uiera considero necesario asegur%rselo a usted. 3ero, de todos modos, !ay $ue contenerlos, sea como fuere. #u palabra pesa muc!o en su %nimo y, sin duda, temen su opini"n. Ho no cono)co a ninguno de ellos.
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Aambi+n estoy seguro de $ue así es. 3ero es $ue no !ace falta conocerlos ni !ablar personalmente con ellos. ?asta $ue usted tenga frases condenatorias para su conducta, en alg9n sitio, y $ue llegue a sus oídos. 3uede $ue no surta efecto. dem%s, esas manifestaciones son ineludibles como !ec!os secundarios. H, sin embargo, a todo y a todos nos per&udican. En a$uel instante llam" a la puerta otro visitante, no recuerdo $ui+n. Ho me retir+. @onsidero un deber mencionar $ue le !abl+ sinceramente a @!ernisc!evski, y no dud+ por un momento, como tampoco dudo a!ora, de $ue no fuese solidario con los repartidores de a$uellas proclamas. e pareci" $ue a ikolai >ravrilovic! no le !abía desagradado mi visita4 unos días despu+s me lo confirm" así +l mismo, yendo a visitarme a mi casa. 3ermaneci" conmigo una !ora, y confieso $ue pocas veces !e visto !ombre m%s amable y cordial, tanto, $ue me c!oc" $ue pudieran decir de +l $ue tenía un car%cter !ura;o e insociable. @omprendí de sobra $ue deseaba tratar conmigo y recuerdo $ue eso me !alagaba. Luego de eso fui yo a verlo a su casa y +l me pag" otra ve) la visita. 3oco despu+s, las circunstancias me obligaron a trasladarme a osc9, donde estuve nueve meses. De modo $ue la naciente amistad $ued" truncada. $uel invierno lo detuvieron y deportaron. adie pudo saber nunca por $u+4 yo tampoco. ;o y medio m%s tarde se me ocurri" escribir un cuento fant%stico, algo así como una imitaci"n de a nari", de >ogol. unca !abía yo, !asta entonces, probado fortuna en el g+nero fant%stico. Fue a$uella una travesura literaria, solamente para !acer reír. Gde+, efectivamente, unas cuantas situaciones c"micas, $ue luego se me anto&" desarrollar. un$ue no valga la pena, contar+ el argumento, para $ue se vea lo $ue despu+s sacaron de +l. 3or a$uel tiempo, un alem%n e'!ibía un cocodrilo en el 3asa&e, a tanto la entrada. *n funcionario petersburgu+s, en vísperas de emprender un via&e al e'tran&ero, va al 3asa&e, en uni"n de su &oven esposa y de un amigo inseparable, a ver el cocodrilo. El referido funcionario es !ombre de clase media, pero de esos $ue tienen alg9n dinero4 &oven todavía, pero comido de amor propio4 ante todo, un imb+cil, como a$uel inolvidable mayor Jov%le), $ue !abía perdido la nari). @"micamente convencido de sus grandes aptitudes, de una cultura a medias, se considera poco menos $ue un genio4 pasa en su ministerio por el !ombre m%s in9til del mundo, y a cada paso lo est%n ofendiendo con la general desatenci"n. 3ara des$uitarse de eso, tirani)a a su d+bil amigo, $ue lo odia pero lo aguanta por esta enamorado en secreto de su mu&er. En el 3asa&e, en tanto esa damisela, &ovencita y bonita se entretiene mirando un mono $ue se e'!ibe a la par $ue el cocodrilo, su genial consorte !ostiga al reptil, $ue !asta entonces estuvo muy $uietito y tumbado como un tronco, !asta $ue, de pronto, abre las fauces y se engulle, todo entero, al funcionario. o tarda en averiguarse $ue el gran !ombre no !a padecido da;o alguno4 por el contrario, con la to)ude) $ue le caracteri)a, anuncia desde el interior del cocodrilo $ue se encuentra allí muy bien. #u mu&er y el amigo van a ver a sus superiores, para tratar su liberaci"n. este fin, se estima imprescindible matar al cocodrilo y sacarle de su seno al gran !ombre4 pero para eso !ay $ue indemni)ar al alem%n due;o del reptil. Este, al principio, !ace manifestaciones de disgusto y desesperaci"n ante la perspectiva de $ue su cocodrilo vaya a morirse por !aberse tragado al funcionario entero4 pero al punto comprende $ue el engullido miembro de la burocracia petersburguesa, $ue contin9a en el reino de los vivos, puede ser para +l un +'ito, en lo sucesivo, ante los p9blicos de Europa. 3ide por el cocodrilo una suma enorme y, adem%s, el grado de coronel del e&+rcito ruso. De modo $ue los superiores del funcionario se ven en un aprieto bastante grande, pues es el primer caso de esa índole en $ue entiende el ministerio, y no tiene precedentes. #ospec!an tambi+n si no se !abr% metido el propio funcionario en las fauces del cocodrilo por efecto de alguna tendencia pro!ibida, liberal. todo esto, su esposa empie)a a caer en la cuenta de $ue su
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Fedor Dostoievski
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situaci"n, parecida a la de una viuda., no est% e'enta de inter+s. El engullido funcionario le e'plica entre tanto a su amigo $ue prefiere, sin ning9n tipo de duda, continuar dentro del cocodrilo a reintegrarse al servicio, por$ue a!ora, sin !acer nada, llama la atenci"n de todo el mundo, cosa $ue de otra manera nunca !abría logrado. Gnsiste para $ue su mu&er organice unas veladas, y a esas veladas lo lleven a +l dentro del cocodrilo metido en un ca&"n. Est% seguro de $ue a las referidas veladas asistir%n todo 3etersburgo y todos los dignatarios del Estado, con ob&eto de ver el nuevo fen"meno. @on lo $ue est% convencido de salir ganando. 2Les cantar+ las verdades, les dar+ conse&os a los políticos y lucir+ mi ingenio delante del ministro5, dice, teni+ndose ya por !ombre del otro mundo y con derec!o a dar conse&os y dictar fallos. la prudente, pero venenosa pregunta del amigo( 23ero My si a consecuencia de alg9n proceso, $ue es de esperar, te vieses envuelto en complicaciones imprevistasN5, responde el gran !ombre $ue ya !a pensado en ello, pero $ue con todas sus fuer)as se opondr% a ese fen"meno, muy posible seg9n las leyes de la naturale)a. #u mu&er, sin embargo, se niega a organi)ar veladas con ese ob&eto, no obstante agradarle la idea. 2M@"mo voy a !acer $ue me lleven a casa a mi marido en una ca&aN5, dice. dem%s, cada ve) se encuentra m%s a gusto en a$uella situaci"n de casi viuda. Est% de moda4 despierta inter+s general. El &efe de su marido va a verla y &uega con ella a las cartas... :e a$uí la primera parte de ese cuento &ocoso... o termina. lg9n día lo rematar+, aun$ue ya se me !a olvidado, y tendría $ue volver a leerlo para recordarlo. 6+ase a!ora lo $ue de a$uí sacaron. o bien apareci" el referido cuento en la revista a poca, cuando de pronto, a -o", en su folletín, sali" con una observaci"n e'tra;a. o la recuerdo literalmente, y !abría $ue revolver muc!o para comprobarlo4 pero la idea venía a ser esta, poco m%s o menos( 2En vano, el autor de El cocodrilo emprende ese rumbo, $ue no !a de reportarle !onra ni provec!o5, etc. Luego, algunas frases nebulosas y casuísticas. Ho leí a$uello de una o&eada, sin comprenderlo4 s"lo vi $ue respiraba !i+l, ignorando la causa. $uel nebuloso ata$ue del referido folletín no podía, naturalmente, per&udicarme4 $uienes lo leyeran se $uedarían tambi+n en ayunas, lo mismo $ue yo. 3ero de pronto, una semana despu+s, . . #. me di&o( 2Mo sabe usted lo $ue creenN 3ues est%n convencidos de $ue Cocodrilo es una alegoría, la !istoria del deportado @!ernisc!evski, y $ue usted !a $uerido ponerlo en ridículo5. H aun$ue me asombr+ bastante, no sentí gran in$uietud. O@u%ntas suposiciones no se !acen por el estiloP $uella me pareci" una opini"n suelta y afectada, incapa) de !allar cr+dito, y estim+ desde todo punto de vista, innecesario protestar. unca me lo perdonar+, por$ue esa opini"n se abri" paso. Ho, por lo dem%s, sigo estando convencido de $ue en eso no medi" la calumnia, por$ue Mcon $u+ motivoN Ho no !e re;ido con ning9n compa;ero de letras, por lo menos, en serio. !ora, en este instante, !ablo por segunda ve) de mí mismo en veintisiete a;os de actuaci"n literaria. llí no !ubo m%s $ue ceguera, ceguera mal!umorada, $uis$uillosa, anidada en alg9n cerebro tendencioso. Estoy seguro de $ue ese talento a9n persiste en su error y cree $ue yo $uise burlarme del desventurado @!ernisc!evski. sí como tambi+n lo estoy de $ue serían in9tiles cuantas e'plicaciones le diera para !acerle cambiar de opini"n. 3ero no importa( es una cabe)a muy sesuda. OEn $u+ consistía la alegoríaP #í, desde luego... el cocodrilo representaba a #iberia...4 el aturdido y engreído funcionario..., a @!ernisc!evski. #e lo engulle el cocodrilo y sigue abrigando la ilusi"n de darle lecciones a todo el mundo. El amigo sin car%cter, sobre el $ue e&erce despotismo..., todos los amigos $ue tenía a$uí @!ernisc!evski. La bonita, pero necia mu&er del funcionario, tan lison&eada por su situaci"n de casi viuda... pues... 3ero Oesto es ya tan puerco, $ue no $uiero manc!arme y proseguir la e'plicaci"n de la alegoríaP CH, sin embargo, esta !all" cr+dito, y precisamente lo !all" por esta 9ltima alusi"n( tengo de ello pruebas irrebatiles.
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Es decir, supusieron $ue yo, $ue tambi+n !abía sido deportado y presidiario, me alegraba de la deportaci"n de otro desdic!ado4 y no s"lo eso, sino $ue tomaba de a!í pie para escribir una !istoria c!istosa. 3ero Md"nde estaba la pruebaN En la alegoría. 3ero denme lo $ue $uieran( as memorias de un loco, la .da a Dios, los versos de Fet, lo $ue $uieran, y yo les demostrar+, con s"lo los die) primeros versos $ue ustedes mismos me indi$uen, $ue a$uello es una alegoría de la guerra francoprusiana o un libelo contra el actor >orb9nov4 es decir, lo $ue $uieran, lo $ue manden. ecuerden ustedes c"mo anta;o, a fines del a;o cuarenta, el censor e'aminaba todos los manuscritos, pues no !abía rengl"n ni tilde donde no creyera ver alguna alusi"n a algo. e&or sería aducir algo de toda mi vida como prueba de $ue soy un malvado y despiadado libelista y $ue de mí pueden esperarse esas cosas. 3recisamente, esa precipitaci"n y ligere)a en sacar conclusiones indemostradas atestigua, por el contrario, cierta ruindad de alma de los mismos acusadores, la grosería e in!umanidad de sus ideas. En este particular, ni las m%s ingenuas suposiciones son disculpables. O@"moP Aambi+n se puede ser ingenuamente ruin. MEs posible $ue yo le profesase a @!ernisc!evski un odio personalN 3ara prevenir tal inculpaci"n, ya referí antes nuestro breve y cordial trato. Dir%n $ue eso no importa y $ue yo le odiaba en secreto. 3ero $ue digan las ra)ones de ese odio, si es $ue pueden aducirlas. o !abía ninguna. 3or otra parte, estoy seguro de $ue el propio @!ernisc!evski confirmaría la e'actitud de mi relato referente a nuestro conocimiento, si alguien se lo leyese. OH o&al% permitiera Dios $ue pudiera !acerloP @on tanto fervor se lo deseo, como piedad tuve y O tengo de su desgracia. 3ero Modiar por cuesti"n de ideas, es posibleN O@"moP 3ero Osi @!ernisc!evski no me ofendi" nunca con sus ideasP O#e puede estimar muc!o a una persona y discrepar radicalmente con ella en cuanto a sus ideasP $uí, por lo dem%s, puedo !ablar con alg9n fundamento y & aducir alguna prueba. En uno de los 9ltimos n9meros de a poca $ue, por entonces suspendi" su publicaci"n, apareci" un gran artículo crítico acerca de la c+lebre novela de @!ernisc!evski M /u0 hacer N Era un artículo notable, salido de pluma conocida. MH $u+N 3ues en +l se le rindi" el debido tributo al talento de @!ernisc!evski. De su novela especialmente se !ablaba muy calurosamente. De su descollante talento nadie dud" nunca. #"lo se !ablaba en nuestro artículo de las peculiaridades y desviaciones de ese talento4 pero la misma seriedad con $ue estaba escrito atestigua tambi+n el aprecio de nuestro crítico por las dotes del autor estudiado. !ora convengan en una cosa( de !aberle tenido yo odio a @!ernisc!evski por cuesti"n de ideas, no !abría permitido la publicaci"n en mi revista de un artículo en el $ue !ablaba de +l con el debido respeto, por$ue el director de a poca era yo. #iento muc!o !aber tenido $ue !ablar esta ve) de mí. :e a!í lo $ue se llama escribir evocaciones literarias4 nunca las escribo. Lamento muc!o !aberlo empac!ado al lector4 pero escribo un diario, un diario !asta cierto punto de mis impresiones personales, y al recordar, no !a muc!o, una impresi"n literaria, !ubo de ocurrírseme impensadamente y por asociaci"n de ideas esta otra an+cdota, olvidada, de mi olvidado Cocodrilo.
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$o Con completo realismo, buscar en el hombre al hombre( Este es un rasgo absolutamente ruso, y en este sentido soy ya naturalmente pueblo 1pues mi orientación responde a la hondura del esp#ritu cristiano del pueblo2, no obstante ser desconocido para el actual pueblo ruso((( En el $uturo ya me conocer3( )e llaman psicólogo( Eso no es e%acto( Sólo soy un realista en el sentido superior, es decir, muestro todas las honduras del alma humana( Cde -3ensamientos anotados-
CUADRITOS (1!"# En estos 4agua$uertes4 petersburgueses, Dostoievski da una clase magistral sobre el tipo de observación 'ue caracteri"a a todo gran escritor( A partir de situaciones y escenas rutinarias, construye relatos, descripciones y persona*es de categor#a superior(
I 6erano, polvo y calor, calor y polvo. #e !ace cuesta arriba $uedarse en la ciudad. Aodos emigran. Dentro de unos días !abr% $ue leerse los originales acumulados en la redacci"n... 3ero de&emos los originales para despu+s, aun$ue !ay $ue decir de ellos. nsio aire, libertad, y en ve) de eso, tienes $ue estar a$uí solo, dando vueltas sin rumbo por calles y paseos, llenos de arena y yeso, y te sientes como ofendido. #abido es $ue la mitad del dolor se nos pasa en cuanto tenemos alguien a $uien ec!arle la culpa, siendo lo m%s triste $ue nc !aya a $uien culpar. 3or unos días !e estado cru)ando la avenida 3evski 3rospek, de la parte del sol a la de la sombra. #abido es $ue uno atraviesa la 3evski 3rospek con precauci"n para $ue no lo atropellen. Ae adelantas, miras bien a un lado y a otro, aguardas un instante antes de lan)arte por el peligroso camino, y esperas a $ue se aclaren un poco las dos o tres filas de coc!es $ue, unos tras otros, desfilan. En invierno, dos o tres días antes de avidad, por e&emplo, es sumamente interesante cru)ar4 se corre un gran riesgo, sobre todo cuando una niebla blanca y glacial se cierne sobre la poblaci"n desde el amanecer, de modo $ue no ves a nadie a tres pasos de distancia. :e a$uí $ue te escurres, como Dios te da a entender, por delante de la primera fila de coc!es $ue se aglomeran por la parte del puente 3olitsesi, y celebras no tenerles ya miedo4 relinc!os, cascabeleos y vo)arrones de conductores $uedan a tu espalda4 pero no !ay, sin embargo, margen para la alegría4 no !as !ec!o m%s $ue atravesar la mitad del peligroso paso, y m%s adelante te aguardan m%s peligro y plena incertidumbre. >iras r%pida e in$uieta la mirada en torno, y a toda prisa eval9as el modo de desli)arte ante la segunda fila de coc!es $ue se agolpan por la parte del puente nic!kov. 3ero sientes $ue ni si$uiera tienes tiempo para pensarlo y, adem%s, !ay $ue contar con esa infernal niebla4 s"lo se oyen ruidos de cascos y gritos, pero no se ve nada. @uando !e a$uí $ue, de pronto, se perciben de entre la niebla r%pidos, frecuentes, cada ve) m%s pr"'imos, unos ruidos tremendos, muy parecidos al alboroto $ue armarían seis o siete !ombres $ue con sendos palos estuviesen mac!acando coles en una cuba. Mdonde irN Mtr%s o adelanteN MAendr+ tiempo o no lo tendr+N H gracias $ue no te moviste4 de entre la niebla, a la distancia de un 9nico paso, se destaca el !ocico !9medo de un corcel $ue alienta ec!ando va!aradas, y $ue corre con la misma velocidad $ue el tren correo4 espuma en la boca, alargados los lomos, y las patas vigorosas, ro&as, midiendo acompasada y uniformemente el suelo. *n momento, un grito 3%gina 1B de /<
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desesperado del coc!ero, y todo desapareci" y pas" al vuelo de una niebla a otra( el ruido de los cascos y los gritos, todo volvi" a desvanecerse como una visi"n. 6erdaderamente, como una visi"n petersburguesa. Ae santiguas, y, casi despreciando ya a$uella segunda fila de coc!es $ue tanto te asustara !ace un momento, llegas a la an!elada acera, temblando todavía de la emoci"n, y cosa rara, sintiendo al mismo tiempo, sin saber por $u+, cierta satisfacci"n, y no precisamente por !aber vencido el peligro, sino por !aberlo corrido. #atisfacci"n retr"grada, no lo discuto y, adem%s, en estos t+rminos, enteramente in9til, tanto m%s cuanto $ue, por el contrario, !abría $ue protestar y no e'perimentar satisfacci"n, por$ue el caballo no tiene nada de liberal, sino $ue recuerda a los !9sares o a los tenderos $ue se divierten y, por tanto, la desigualdad, el poder, la tiranía, etc. Lo s+ y no lo discuto4 pero a!ora lo $ue $uiero es terminar. 3ues bien( !ace unos días, con las precauciones propias del invierno, atraves+ la 3evski 3rospek, y de pronto, despertando de mi ensimismamiento, me detuve, pasmado, en la mitad4 no !abía por allí nadie, ni un solo coc!e. El lugar estaba desierto, de modo $ue podías detenerte allí y ponerte a discurrir con un amigo acerca de la literatura rusa. tal punto no !abía riesgo. $uello resultaba !asta ofensivo. M@u%ndo se vio tal cosaN 3olvo y calor, olores sorprendentes, el pavimento ec!ando lumbre y casas en obras. @ada ve) se reforman m%s las fac!adas en orden a la novedad, al chic, a lo característico. e maravilla esta ar$uitectura de nuestro tiempo. H, en general, la ar$uitectura de 3etersburgo es toda ella sumamente característica y original y siempre me caus" impresi"n, precisamente por e'presar toda su falta de car%cter y de personalidad, en todo el tiempo $ue !ace $ue e'iste. De característico en sentido estricto, de particular, puede $ue no tenga m%s $ue esas casuc!as de madera, alternando con edificios enormes, y eso en las calles m%s lu&osas, y $ue c!ocan al verlas, cual montones de le;a, al lado de marm"reos palacios. En lo $ue se refiere a los palacios, son ellos los $ue m%s delatan precisamente la falta de una idea característica, todo lo negativo del período petersburgu+s, desde el principio !asta el fin. En este sentido, no !ay ciudad $ue iguale a 3etersburgo4 en el terreno ar$uitect"nico es el refle&o de todas las ar$uitecturas del mundo, de todos los períodos y modas4 todo lo fue copiando por turno y todo lo !i)o suyo. En estos edificios, lo mismo $ue en un libro, vas leyendo todas las ideas, regular o s9bitamente llegadas a$uí de Europa, y $ue gradualmente nos fueron dominando e invadiendo. !í tienes la impersonal ar$uitectura de todas las iglesias del pasado siglo, y a!í tienes tambi+n la +poca del enacimiento y el tipo, rebuscado como por un tono ar$uitect"nico en el pasado Gmperio, del antiguo estilo bi)antino. H mira luego algunos edificios de !ospitales, institutos y !asta palacios de los die) primeros a;os de este siglo, seg9n el estilo de la +poca de apole"n G, enorme, seudo colosal y tedioso !asta lo increíble, algo ideado y fraguado entonces adrede para e'presar la grande)a de la nueva era, y de la inaudita distancia, $ue aspiraba a lo infinito. ira luego las casas o, me&or dic!o, los palacios de algunas de nuestras familias nobles, sobre todo de los 9ltimos tiempos. !í ya se nota el estilo de los palacetes italianos o el estilo franc+s, no enteramente puro, de antes de la evoluci"n. 3ero allí, en esos palacios venecianos o romanos, !an pasado su vida generaciones enteras de antiguos lina&es, unas tras otras, al correr de los siglos. ientras $ue nuestros palacios s"lo datan de la +poca del segundo Gmperio, aun$ue parecen tener pretensiones de seculares4 demasiado recio y firme parecía entonces el r+gimen, $ue ya se resentía de cansancio, y en la forma de estos palacios se trasluce la fe en +l4 tambi+n el siglo se disponía a morir. Aodo esto sucedía, sin embargo, en vísperas de la guerra de @rimea, y tambi+n, por tanto, de la emancipaci"n de los campesinos. mí me dar% muc!a pena si alguna ve), en alguno de estos palacios, leo la muestra de alg9n restaurante con &ardín de recreos o de alg9n !otel franc+s para via&eros. Finalmente, a!í tienes la ar$uitectura de nuestras enormes fondas contempor%neas, $ue delata ya espíritu pr%ctico, norteamericanismo( centenares de !abitaciones, enorme
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empresa industrial4 inmediatamente se ve $ue tambi+n nosotros tenemos ferrocarril, y $ue de pronto nos !emos vuelto pr%cticos. 3ero a!ora, a!ora... En verdad $ue no sabes c"mo definir nuestra ar$uitectura actual. Es ese un revolti&o llevado a cabo, por lo dem%s, conscientemente, del presente momento. uc!edumbre de casas inmensamente altas Caltas, sobre todo para al$uilar, construidas, seg9n dicen, de muros muy delgados y con muc!a taca;ería en todo4 con fac!adas de una ar$uitectura desconcertante. 3or lo dem%s, yo no soy ning9n folletinista petersburgu+s, y no era mi intenci"n !ablar de nada de esto. Empec+ por los originales de la redacci"n y luego me pas+ a otro asunto.
II 3olvo y calor. Dicen $ue para los $ue se $uedan en 3etersburgo, !ay abiertos algunos &ardines y establecimientos de recreo donde pueden respirar aire fresco. o s+ si se podr% allí respirar, pues nunca estuve en ellos. En 3etersburgo se est% me&or, m%s sofocado, m%s triste. 3aseas, esparces la vista, solo, s"lito... H eso es preferible al aire fresco de los &ardines de recreo petersburgueses. dem%s, en la ciudad descubres de pronto cantidad de &ardines allí donde menos lo esperas. @asi a cada paso te encuentras a!ora, en la puerta de cual$uier casa, a veces puesto allí con yeso y ladrillos, este letrero( 23aso al &ardín del restaurante5. llí, en el patio, delante de un vie&o pabell"n, cuarenta a;os antes cercado por una empali)ada, un espacio de die) pasos de largo por cinco de anc!o. 2Ese es a!ora el &ardín del restaurante5, dir%s. M3or $u+ 3etersburgo estar% m%s triste los domingos $ue los días de traba&oN M#er% por el vodkaN M3or los borrac!osN mí, el griterío de la gente $ue traba&a no me molesta, y a!ora $ue me !e $uedado en 3etersburgo, estoy ya acostumbrado a ella, y eso $ue antes me ponía furioso. Los días de fiesta andan por las calles los borrac!os en pandilla, atrepellan y empu&an a la gente, no por maldad, sino por$ue un borrac!o no tiene m%s remedio $ue atropellar y empu&ar4 despotrican en vo) alta, delante de los ni;os y se;oras, a cuyo lado pasan, no por insolencia, sino por$ue el borrac!o no puede emplear m%s $ue ese feo lengua&e. Lengua&e es precisamente, y todo un lengua&e, de lo $ue pude convencerme no !ace muc!o4 lengua&e oportuno y original, el m%s propio, no ya para un borrac!o sino !asta para $uien s"lo empie)a a estar ac!ispado, de modo $ue no tiene m%s remedio $ue manifestarse en tales casos, y si no lo !ubiera !abría $ue inventarlo. o se crea $ue !ablo en broma. Su)guen ustedes mismos( sabido es $ue en la borrac!era el primer síntoma es $ue se traba la lengua, y las ideas y sensaciones se multiplican por die) aun$ue no sea un borrac!o como una cuba. sí $ue se impuso el !allar un lengua&e $ue pudiera satisfacer esos dos estados contradictorios. Ese lengua&e !ace siglos $ue se encontr" y se adopt" en toda usia. Es, sencillamente, el nombre de un sustantivo $ue no registran los diccionarios oficiales, de manera $ue todo ese lengua&e se compone de un solo vocablo debidamente pronunciado. 3ero un domingo, ya de noc!e, me ocurri" andar algunos pasos al lado de una pandilla de seis artesanos borrac!os, y de pronto me convencí de $ue se pueden e'presar todos los pensamientos, sensaciones y !asta !ondos &uicios con s"lo ese sustantivo $ue, por a;adidura, no tiene nada de comple&o. :e a!í, por e&emplo, a uno de esos su&etos $ue lo pronuncia de un modo en+rgico y ta&ante para e'presar su negativa, rotunda, respecto de algo acerca de lo cual acaban de !ablar. Itro le replica con ese mismo sustantivo, pero ya en tono y sentido muy diversos, precisamente poniendo en duda la &usticia de la negaci"n del primero. *n tercero se indigna de pronto contra el negador, irrumpe violentamente en el di%logo y le suelta el mismo sustantivo, pero ya en son de amena)a e insulto. 6uelve entonces a terciar el segundo interlocutor, indignado con el tercero, con el ofensor, y lo interpela dici+ndole( 26amos, !ombre, Mpor $u+ te metes en nuestra conversaci"nN OEstamos !ablando tran$uilamente y de pronto saltas y te pones a insultar a FilkaP5. H !e
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a$uí $ue todo eso viene a decirse con ese mismo vocablo pro!ibido, con la misma denominaci"n sencilla de un ob&eto, sin m%s aditamento acaso $ue el de al)ar la mano y tomar al otro por el !ombro. 3ero !ete a$uí $ue, de pronto, un cuarto interlocutor, el m%s &oven de la partida, $ue !asta allí no despeg" los labios, buscando probablemente la soluci"n de la primera discrepancia $ue dio lugar a la disputa, entusiasmado, al)ando los bra)os, grita( 2O EurekaP, piensas. MEncontr+N5. 3ues no !ay tal eureka ni tal encontr0, sino $ue repite e'actamente ese mismo sustantivo $ue no figura en los diccionarios, esa misma palabra, una nada m%s, pero con entusiasmo, con un grito de fruici"n, al parecer, demasiado intensa, pues al se'to amigote, el mayor y de gesto agrio, no le hace gracia y en un santiam+n le disipa el entusiasmo al muc!ac!o, repiti+ndole, con mal!umorada y admonitoria vo) de ba&o, pues ese mismo sustantivo $ue est% pro!ibido emplear delante de se;oras, con el $ue, por lo dem%s, e'presa clara y e'actamente( 2M3ara $u+ te entrometes en la conversaci"nN O@ierra el picoP5. H así, sin proferir otra palabra, repitiendo ese vocablo favorito seis veces, por turno, se comprendieron perfectamente. Es un !ec!o del $ue !e sido testigo. 2O3or favor, les grit+ yo de pronto, sin venir a cuento Cme !allaba, en el mismo medio de la pandilla, no !an andado die) pasos y ya !an repetido seis veces esa palabritaP OKu+ vergTen)aP Mo se aboc!ornanN5 Aodos, de pronto, se me $uedaron mirando, como $uien presencia algo inesperado, y guardaron silencio un instante4 yo creí $ue me iban a insultar, pero no me insultaron, y s"lo el m%s &oven, despu+s de ale&arse die) pasos, se volvi" a mí de pronto y me grit", sin detenerse( 3ero Ot9 tambi+n lo comprendes siete veces, cuando nos !as llevado la cuenta !asta seisP #on" una carca&ada general, y los compadres siguieron su camino, sin ocuparse m%s de mí.
III o, yo no !ablo de esos borrac!os ni son ellos los $ue me infunden esa especial triste)a los domingos. :ace poco $ue con gran asombro descubrí $ue !ay en 3etersburgo campesinos, artesanos y obreros completamente abstemios, $ue no beben ni los domingos4 y no fue esto lo $ue m%s me sorprendi", sino el $ue fueran m%s de lo $ue yo supiera. ?ueno4 pues para $ue se vea, a mí me da m%s triste)a mirar a esos $ue a los borrac!os, y no por$ue mi inspiran piedad, $ue tampoco !ay ra)ones para ten+rsela, sino por$ue se me viene a la cabe)a no s+ $u+ idea e'tra;a. Los domingos, al anoc!ecer Clos días de traba&o no se los ve, !ay muc!os individuos de esos $ue est%n traba&ando toda la semana, y los domingos se van de paseo, perfectamente frescos, por esas calles. #alen precisamente a pasear. o !acen otra cosa sino dar vueltas en torno a sus propias casas o ir a !acer una visita con toda la familia. @aminan despacito y con caras la mar de serias, cual si no fueran de paseo4 !ablan apenas unos con otros, sobre todo los maridos con las mu&eres, pero no de&an de ir -endomingados-. 6isten ropas malas y vie&as, las mu&eres, de colores, pero todos van muy aseados y limpitos, como de domingo, puede $ue e' profeso. Los !ay $ue visten en tra&e nacional ruso4 pero otros visten a la alemana y se afeitan las barbas. Lo m%s triste de todo esto es $ue, seg9n parece, piensan con toda seriedad $ue con esos paseos se proporcionan un indudable placer dominical. 3ero M$uieren ustedes decirme $u+ placer puede !aber en pasear por esas calles anc!as, calcinadas, polvorientas, !asta despu+s de puesto el solN 3ues eso, para ellos, es el paraíso4 sobre gustos, no !ay nada escrito. @on muc!a frecuencia llevan ni;os. Aodos ellos, seg9n !e tenido ocasi"n de observar, en su mayor parte son siempre pe$ue;itos, y apenas si pueden andar solos. M#er% por eso por lo $ue se desgracian tantos ni;os $ue no llegan a mayoresN e fi&o entre el gentío en un artesano con un ni;o, solos, sin m%s acompa;amiento. El va vestido de día de fiesta(
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sobretodo alem%n, gastado por las costuras, con los botones caídos y el cuello muy grasiento4 pantalones ocasionales de tercera mano, pero lo me&or recosidos posible4 camisa y corbata, sombrero de copa, muy usado4 rasurada la barba. 3arece algo así como cerra&ero o tip"grafo. La e'presi"n de su rostro es adusta, pensativa, dura, casi mala. Lleva al nene de la mano, y el pe$ue;o le sigue, tambale%ndose. Es una criatura de dos a;os y pico, muy enclen$ue, muy blan$uecino, pero viste un caftancito, botitas, con una cinta ro&a y una pluma de pavo real en el sombrero. Est% el c!ico cansado4 su padre le di&o algo, simplemente decirle, pero pareci" gritarle. El ni;o se a$uiet". 3ero cinco pasos m%s all% volvi" el padre a agac!arse, levant" con muc!o cuidado al ni;o y lo tom" en bra)os. El ni;o, acostumbrado y confiado, se de&" levantar, le ec!" la diestra al cuello, y con infantil asombro se me $ued" mirando. 2O@arambaP, Mpor $u+ voy detr%s de ellos y los miro de ese modoN5. Ho le gui;+ un o&o y le sonreí4 pero +l frunci" el ce;o y se agarr" todavía con m%s fuer)as al cuello de su padre. 3or lo $ue se ve, son muy amigos. e gusta, vagando por las calles, fi&arme en algunos transe9ntes enteramente desconocidos, estudiar sus fisonomías y tratar de adivinar $u+ son, c"mo viven, en $u+ se ocupan y $u+ es lo $ue en a$uel momento les interesa. $uel artesano, con el ni;o, me !i)o pensar $ue no !aría m%s $ue un mes $ue la mu&er se le !abía muerto, y no s+ por $u+ se me meti" en la cabe)a $ue tísica. Del pe$ue;o !u+rfano Csu padre pasa toda la semana traba&ando en el taller cuida, por lo pronto, alguna vecina vie&a del s"tano, donde ellos tienen al$uilado un cuartuc!o, puede $ue un verdadero rinc"n. !ora, en domingo, el viudo, con el ni;o, se va andando !asta le&os, a ver a alg9n pariente 9nico $ue le $uede, probablemente a su cu;ada, con la $ue antes no se trataba muc!o, y $ue est% casada con alg9n suboficial de galones y vive irremisiblemente en alg9n caser"n oficial, pero tambi+n en los s"tanos, aun$ue aparte. La cu;ada puede $ue llore a la difunta, pero no muc!o4 el viudo, seguro, tampoco suspirar% demasiado durante la visita4 pero estar% todo el tiempo !osco, !ablar% poco y a duras penas sacar% la conversaci"n sobre alg9n tema pr%ctico, especial, pero no insistir% muc!o. 3reparar%n, naturalmente, el samovar, y tomar%n un bocado con una ta)a de t+. El ni;o, todo el tiempo estar% sentadito en un banco en un rinc"n, arisco y enfurru;ado. i su tía ni su marido pondr%n en +l gran atenci"n4 pero le dar%n, eso sí, lec!e y bollito, y en ese momento el due;o de la casa, el suboficial, $ue !asta entonces no repar" en +l, le !ar% algo así como una caricia, pero con muc!o descuido y torpe)a, de lo $ue se reir% C+l solo, desde luego, mientras el viudo, por el contrario, precisamente en ese instante, mirar% severo, sin saber por $u+, al c!ico, despu+s de lo cual este $uerr% enseguida !acer una necesidad, y su padre, sin gritos y con cara seria, se lo llevar% por un momento fuera de la sala. #e despedir%n tambi+n grave y dignamente, de la misma manera como conversaron, guardando todas las f"rmulas de la cortesía y el decoro. El padre tomar% de la mano al ni;o y ambos se volver%n a casa. la ma;ana siguiente, el padre se ir% al taller y el c!ico se $uedar% con la vie&a. H así, anda $ue te anda, vas imagin%ndote todos esos cuadritos para distraerte. ada de eso tiene sentido ni 2nada instructivo se puede sacar de a!í5. Eso tambi+n me lleva los domingos, durante el verano, a lo largo de las polvorientas y adustas calles petersburguesas. Mo !ab+is reparado en $ue 3etersburgo tiene calles adustasN O3ues a mí me parece $ue es la ciudad m%s adusta $ue puede !aber en el mundoP decir verdad, tambi+n los días de traba&o se ven muc!os c!icos por las calles4 pero los domingos al anoc!ecer, !ay die) veces m%s. H $u+ fla$uitos todos, $u+ an+micos, y $u+ caritas tan ariscas muestran, sobre todo a$uellos $ue todavía van en bra)os. En cuanto a los $ue ya andan solos, todos son c!uecos, y todos, al andar, se tambalean a este y el otro lado. @asi todos, por lo dem%s, van muy bien vestiditos. 3ero ODios míoP, al ni;o le ocurre lo $ue a las flores, lo $ue a las !o&as $ue le brotan al %rbol en primavera( necesita aire, lu), libertad, comidas a tiempo, y !e a$uí $ue, en ve) de todo eso, lo $ue a$uí tiene es un
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s"tano $ue !uele a coles, y !iede terriblemente por las noc!es, mal alimento, cucarac!as y pulgas, !umedad, paredes c!orreando, y en el patio, polvo y yeso. 3ero la gente ama a sus p%lidos y flacos ni;itos. 6ean allí a una nena de tres a;os, bonita, $ue con un tra&e ligero corre !acia su madre, $ue est% sentada en la puerta, rodeada de vecinas $ue acudieron de toda la casa para darle a la lengua. La madre c!arla, pero no pierde de vista a la ni;a, $ue est% &ugando a die) pasos de distancia. La nena se agac!a a tomar algo, $ui)%s una piedrita, e imprudentemente se pisa la faldita y no acierta a incorporarse, aun$ue lo intenta un par de veces, !asta $ue me dirige r%pida y curiosa mirada4 prueba a levantarse, cae y se ec!a a llorar. La madre se apresta a correr en su ayuda, pero yo me adelanto a levantarla. 9n tiene l%grimas en los o&os, y de pronto va y se arro&a, un poco asustada y presa de pueril turbaci"n, en bra)os de la madre. e acerco, y cort+smente me entero de la edad de la ni;a4 muy fina, pero con muc!a reserva, me contesta la madre. Le digo $ue yo tambi+n tengo una nena así4 pero mis palabras $uedan sin contestaci"n. 2#er%s todo lo bueno $ue $uieras parece decirme en silencio la madre 4 pero si tuvieras en tu casa algo parecido, no estarías a$uí.5 Aodo el parloteo de antes !abía cesado, y todas a$uellas comadres parecían pensar eso mismo. Ho me llev+ la mano al sombrero y seguí mi camino. :e a!í otra ni;a $ue en una populosa bocacalle se solt" de la mano de la madre. decir verdad, la mu&er !ubo de ver de pronto, a unos $uince pasos de distancia, a una amiga $ue iba a visitarla, y suponiendo $ue la c!ica conocería el camino, la solt" de la mano y corri" al encuentro de la amigo4 pero la nena, al encontrarse sola, se asust" y empe)" a llorar, corriendo así detr%s de la madre. *n transe9nte, de pelo cano y enteramente desconocido, un artesano con barba, detuvo en el camino a la mu&er desconocida $ue corría !acia +l, y la tom" de un bra)o( M3or $u+ corre de ese modoN #u ni;a la sigue, llorando. Eso no puede ser, se va a asustar. La mu&er fue a replicarle algo, pero no lo !i)o, y se $ued" pensativa4 sin pi)ca de eno&o o impaciencia, tom" de la mano a la ni;a, $ue ya la !abía alcan)ado, y continu" m%s sosegadamente en direcci"n a su amiga. El artesano se $ued" mir%ndolo todo !asta lo 9ltimo y luego sigui" su camino. @uentos baladíes, muy baladíes, $ue !asta da remordimiento de conciencia anotarlos en un diario. En lo sucesivo procurar+ ser m%s formal.
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Cultura 5Cu3ntos hombres hay 'ue no piensan, sino 'ue viven de ideas 'ue otros les dan ya hechas6 Pero a'u# no sólo se vive de ideas hechas, sino hasta de dolor hecho( Cde -3ensamientos anotados-
A PROP%SITO DE UNA E&POSICI%N (1!"# Despu0s de asistir a la E%posición 7niversal de -iena, donde sol#an presentarse cuadros de los me*ores pintores contempor3neos, Dostoievski re$le%iona sobre el desarrollo de los *óvenes artistas( Ho les tengo miedo a las tesis cuando se apoderan de un artista &oven, sobre todo en los comien)os de su carrera. H, M$u+ creen ustedes $ue es precisamente lo $ue temoN 3ues $ue no logre el fin de la tesis. MEs $ue nuestras personas cultas no se !an percatado todavía de lo $ue puede pasar en los cora)ones e inteligencias de nuestros escritores y artistas &"venesN OKu+ revolti&o de ideas y sentimientos preconcebidosP ?a&o la presi"n de la sociedad, el &oven poeta sofoca en su alma su natural an!elo de e'playarse en formas singulares4 teme $ue condenen su ociosa curiosidad4 reprime, contiene esas formas $ue le brotan del fondo de su alma4 les niega desarrollo y atenci"n y se saca de adentro, entre espasmos, el tema $ue a la sociedad le gusta, $ue es grato a la opini"n liberal y social. 3ero O$u+ error tan !orriblemente candoroso e ingenuo, $u+ error tan crasoP *no de los m%s burdos errores consiste en $ue la denuncia del vicio y la incitaci"n al odio y la vengan)a se estima como el 9nico camino posible para la consecuci"n del fin. 3or lo dem%s, aun en ese angosto camino, cabría desarrollar un gran talento y no !undirse en los comien)os de la carrera4 bastaría con acordarse m%s a menudo de la regla %urea de $ue la palabra $ue se dice... es de plata, y la $ue se calla..., de oro. :ay talentos muy notables, $ue prometían muc!o, pero a los cuales corroy" de tal modo la tendencia $ue acab" por vestirlos de uniforme.
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Cultura ' vida 8ay ciertas cosas, cosas vivas, 'ue es muy di$#cil comprender por e%ceso de cultura( a cultura e%cesiva no siempre es cultura verdadera o *usta( a verdadera cultura no sólo no es enemiga de la vida, sino 'ue est3 siempre de acuerdo con ella, o$reci0ndole nuevas revelaciones 'ue descubre en la misma vida( Cde -3ensamientos anotados-
CUADRITOS DE IA)E (1!*# os via*es en tren o en barco tienen sus particularidades y sus persona*es( En este art#culo, Dostoievski los registra sin piedad, con rigor casi entomológico( -ale la pena apreciar, una ve" m3s, la pro$undidad de su mirada y su capacidad de construir historias a partir de elementos 'ue a la mayor#a le pasar#an inadvertidos( 1. En el tren e refiero a los via&es en ferrocarril o en vapor. De los via&es antiguos, de los via&es en caballería, seg9n le oí !ace poco a un campesino, ya nosotros, !abitantes de la capital, nos !emos olvidado por completo. 3ero tambi+n en ellos pueden encontrarse muc!as novedades $ue no responden al antiguo orden de cosas. Ho, por lo menos, !e oído contar muc!as cosas curiosas a ese respecto, sin faltar los bandidos4 pero como en estos no acabo de creer, me propongo casi todos los a;os !acer un via&e por el cora)"n del país, siguiendo los antiguos caminos, para mi particular edificaci"n y ense;an)a. 3ero !asta a!ora, siempre !emos ec!ado mano del tren. OEaP, ya estamos en el coc!e. Los rusos inteligentes, al mostrarse en p9blico y confundirse con la masa, resultan siempre curiosos para el observador entendido, sobre todo en los via&es. $uí, en los trenes, la gente se encierra en sí misma, adusta, siendo sobre todo característicos en este sentido los primeros momentos del via&e. #e diría $ue los pasa&eros est%n llenos de animosidad recíproca, $ue no se sienten a sus anc!as4 se miran unos a otros con la curiosidad m%s recelosa, me)clada irremisiblemente de !ostilidad, pugnando al mismo tiempo por dar a entender $ue no se fi&an unos en otros ni $uieren fi&arse. Entre los via&eros de las clases intelectuales, los primeros momentos son de confusi"n, y para muc!os representan muc!os instantes de indudable tortura, cosa $ue no sucede en parte alguna del e'tran&ero, precisamente por$ue allí todo el mundo se conoce y enseguida se acomoda a su sitio. En cambio, a$uí, como no intervenga el conductor o alguien $ue nos guíe, no acertamos a valemos ni a encontrar nuestro sitio, fuere donde fuere, aun$ue llevemos el billete en la mano. o !ablo 9nicamente de las disputas $ue surgen por los asientos. #i se les ocurre preguntarle algo imprescindible al vecino, lo !acen en el tono m%s tímido y apocado, cual si se aventurasen a un enorme peligro. El interrogado, como es natural, se asusta en el acto y los mira con una in$uietud nerviosa e'traordinaria4 y aun$ue conteste con no menor timide) y apocamiento $ue el interpelante, ambos, no obstante su mutuo susto, contin9an durante largo rato sintiendo una in$uietud originalísima. 2Oo vayamos a tener problemasP5 El segundo período por el $ue atraviesan los rusos finos $ue van de via&e, es decir, ese período en $ue empie)an a entablarse las conversaciones, sobreviene siempre muy pronto, luego de pasado ese primer período de observarse y mirarse en silencio. o aciertan a empe)ar a !ablar4 pero luego se sueltan de forma $ue a veces pierdes la paciencia. MKu+ !acerN El e'tremo( !e a!í nuestra característica. La culpa de eso la tiene tambi+n nuestra torpe)a4 digan lo $ue digan, entre nosotros escasean !orriblemente los talentos, de
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cual$uier clase $ue fueren, abundando en cambio, la mar de lo $ue se llama la 3urea median#a. La tal medianía es algo cobarde, impersonal y, al mismo tiempo, insolente y violento. Aeme !ablar por no comprometerse, e'altarse y e'pandirse4 las personas de talento, por$ue consideran todo paso independiente como indigno de su inteligencia, y las $ue no lo tienen, por orgullo. El via&ero ruso, en ese primer cuarto de !ora, padece !asta el e'tremo de sentir desasosiego y acoger con alboro)o el instante en $ue alguien, por fin, se decide a romper el !ielo e iniciar algo por el estilo de una conversaci"n general. En el tren, ese romperse el !ielo suele producirse de un modo bastante c!istoso, pero siempre distinto $ue en el barco Cluego e'plicar+ por $u+. veces, sobre esa general medianía, de pronto descuella un talento genial $ue, con su e&emplo, arrastra a todos los dem%s, desde el primero al 9ltimo. #urge inopinadamente un se;or $ue, en medio del tenso silencio y la crispaci"n casi convulsiva generales, recio y sin $ue nadie lo invite, ni si$uiera vali+ndose de ning9n prete'to, es m%s, sin pi)ca de esos rodeos tan indispensables, seg9n nuestra idea de lo $ue debe !acer un gentleman cuando de pronto se encuentra entre gente desconocida, sin ninguno de esos ruines rodeos $ue introducen en la conversaci"n las m%s vulgares e'presiones, y $ue desde la emancipaci"n de los siervos tienen tan arraigados algunos de nuestros se;oritos, cual si estuviesen resentidos por ello, sino todo lo contrario( con el aire del m%s rancio caballero sale cont%ndoles a todos en general, y a ninguno en particular, nada menos $ue su propia biografía, con la completa y desconfiada estupefacci"n de los presentes. l principio, incluso se a)oran y se miran con o&os interrogantes4 aun$ue, en medio de todo, les tran$uili)a pensar $ue, 2en todo caso, no son ellos los $ue !ablan, sino +l5. #eme&ante relaci"n, salpicada de detalles íntimos y a veces !asta portentosos, puede prolongarse media !ora, una !ora, cuanto $uieran. 3oco a poco todos empie)an a sentir el m%gico influ&o del talento4 sienten precisamente $ue no se dan por ofendidos, por m%s $ue lo deseen. todos les c!oca, en primer t+rmino, $ue el !ablador no trate de !alagar a nadie ni de buscarle la gracia, al modo de cual$uier c!arlat%n sin talento, y !abla 9nicamente por$ue nadie puede tener oculto su tesoro. 2Escuc!en ustedes si $uieren, y si no, lo $ue es a mí me da lo mismo, pues s"lo lo !ago por entretenerles.5 :e a$uí lo $ue parece decir, pero no dice si$uiera eso, pues todos se sienten enteramente a sus anc!as, siendo así $ue Cno podía ser de otro modo, cuando empe)" a !ablar todos parecieron sentirse personalmente ofendidos. 3oco a poco va envalenton%ndose, !asta el punto de $ue le interrumpen, le !acen preguntas, le piden pormenores4 todo eso, naturalmente, con la mayor circunspecci"n. El caballero, con muc!a deferencia, aun$ue sin el menor indicio de lison&a, los escuc!a y les contesta en el acto, los rectifica si est%n e$uivocados e inmediatamente les da la ra)"n, por poca $ue tengan. 3ero tanto al rectificarlos como al darles la ra)"n les proporciona un placer indudable, cosa $ue sientes con todo tu ser a cada instante, sin acertar a comprender c"mo !ace a$uel !ombre para conducirse tan bien. #i, por e&emplo, le ob&etan, enseguida, aun$ue s"lo un minuto antes !ubiera dic!o lo contrario, les !ar% ver $ue decía precisamente eso mismo $ue !abían creído necesario !acerle notar, estando completamente de acuerdo con tu opini"n, de modo $ue $uedas satisfec!o sin $ue +l !aya perdido ni pi)ca de su absoluta independencia. Aan complacido $uedas a veces despu+s de alguna triunfante ob&eci"n $ue te pones a mirar al p9blico con el aire de una persona $ue celebra su santo, no obstante todo tu talento, de puro !alagados. OI!P, a$uel !ombre lo !a visto todo, lo sabe todo, !a estado en todas partes, no !ay casa $ue no visite, y anoc!e mismo se despidieron todos de +l. :ace treinta a;os tuvo una entrevista con un c+lebre ministro del reinado anterior, y luego con el general gobernador ?., al $ue fue a $ue&arse de un pariente suyo, el mismo $ue no !ace muc!o se distingui" con sus emorias, y el general fue y le ofreci" un puro. 3ero como a$uel, no lo fum" nunca. Desde luego $ue tiene sus cincuenta a;itos, así $ue puede recordar tambi+n a ?.4 pero la noc!e antes acompa;" al famoso bandido E, $ue acaba de
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!uir al e'tran&ero, y a$uel, en el momento de separarse, fue y le revel" sus íntimos secretos, de modo $ue es el 9nico en toda usia $ue sabe su !istoria con detalles. ientras se trat" de ?., todos permanecieron tran$uilos, tanto m%s cuanto $ue la cosa no pas" de un puro4 pero al nombrar a , !asta los oyentes m%s serios pusieron atenci"n especial, inclin%ndose un po$uito !acia el narrador y escuc!%ndolo con avide), sin pi)ca de envidia por !aber sido amigo del famoso bandido y ellos no. 3or lo dem%s, si ustedes no $uieren creerlo, no lo crean4 !asta salta a la vista $ue el narrador no tiene inter+s alguno en $ue le crean4 pero del proyecto de impuestos sobre el consumo est% enterado a fondo y sabe cuanto acerca de ello !ablaron anteayer los ministros en @onse&o, y !asta muc!o me&or $ue ellos. $uí, una donosa an+cdota referente a los c!istes $ue sobre el particular !i)o 3. Aodos sonríen y muestran la mar de inter+s, por$ue la an+cdota es muy seme&ante a la verdad. *n coronel de Gngenieros le susurra a su vecino al oído $ue no !ace muc!o le contaron la misma an+cdota, y sería raro $ue no fuese cierta, con lo $ue sube un punto el cr+dito del narrador. @on >. !a via&ado miles de veces en el tren4 pero no para a!í la cosa, sino $ue coloca a$uí otra an+cdota $ue nadie conoce, por$ue anda en medio cierto persona&e, el cual $uiere ponerle coto a todo. El tal persona&e !a dic!o $ue no se meter% en nada, pero !asta cierto punto, y como ambos lo !a rebasado, sin duda $ue el persona&e se meter%. El mismo se !all" presente y lo vio todo, y firm" como testigo en el registro de la estaci"n. #e reconciliar%n, naturalmente. De los perros de ca)a y de ciertos perros !abla nuestro caballero, cual si toda su vida no se !ubiera ocupado en otra cosa. Desde luego $ue al final todos comprenden, como dos y dos son cuatro, $ue nuestro !ombre no via&" en la vida con >., ni escribi" cosa alguna en el registro, ni fum" ning9n puro mano a mano con ?., ni tuvo nunca perros de ca)a, ni sostuvo relaciones de ninguna clase con el @onse&o de ministros4 pero, no obstante, !asta el especialista comprende $ue a$uel !ombre lo sabe todo y !asta bastante bien, de modo $ue no es comprometido escuc!arlo. 3ero no lo escuc!an por lo $ue diga, sino por gusto. Es notable, por lo dem%s, $ue en las divagaciones de ese sabelotodo !aya ciertas lagunas( apenas !abla de la cuesti"n escolar, de las universidades, del clasicismo y el realismo, ni de literatura, cual si no tuviese la menor idea de esos temas. Ae preguntas $ui+n podr% ser, y no !allas la respuesta. #abes, sí, $ue es !ombre de talento, pero no puedes adivinar su especialidad. un$ue, desde luego, presientes $ue a$uel tipo, como todo tipo acusado, !a de tener irremisiblemente su especialidad, y si lo ignoras, es tan s"lo por no conocer al tipo. Lo $ue sobre todo desconcierta es su tra)a4 viste con !olgura, y no !ay duda de $ue su tra&e se lo !a !ec!o un buen sastre4 si es verano, ir% infaliblemente de verano4 pero todo lo $ue lleva puesto tiene cierto aire de ve&e), cual si hubiera tenido un buen sastre, pero ya no lo tuviese. lto, seco, !asta flaco4 tiene un aire $ue no parece corresponder a su edad4 mira derec!o4 tiene una tra)a auda) y de dignidad in$uebrantable4 ni pi)ca de arrogancia, sino todo lo contrario( una gran benevolencia con todo el mundo, pero sin almíbar. *na barbita en punta, canosa, no del todo napole"nica, pero del m%s noble corte. En general, modales irreproc!ables, y a$uí los modales van de capa caída. Fuma muy poco, y es posible $ue nada. ing9n e$uipa&e4 un ligero sa$uito, o algo por el estilo, comprado $ui+n sabe cu%ndo en el e'tran&ero, pero ya muy gastado, y se acab". La cosa es $ue, de pronto, de un modo enteramente inopinado, el caballero va y desaparece, y !asta en la m%s insignificante estaci"n, donde nadie ba&a. l irse +l, alguno de los $ue con m%s atenci"n lo escuc!aron y asintieron en vo) alta a sus palabras, sale diciendo sentenciosamente $ue 2no !a !ec!o m%s $ue soltar mentiras5. aturalmente, nunca faltan dos así $ue todo lo contrastaron y discutieron, en tanto !ablaba4 ni otros dos $ue, al contrario, desde el primer momento se dieron por ofendidos, y si callaron y no le ob&etaron al embustero fue 9nicamente de puro indignados. !ora protestan acalorados. El p9blico ríe. lguien $ue !asta allí permaneci" discretamente silencioso, con visible conocimiento del asunto, declara $ue ese es un 2tipo
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especial, de la antigua noble)a, un decente vividor de la gente gorda4 propietario, pero de poco pelo4 un !arag%n $ue vive a e'pensas de su pobre madre4 $ue tiene, en efecto, buenas relaciones y toda su vida no !i)o otra cosa $ue pulular en torno a esa gente4 un tipo sumamente 9til en la vida social, sobre todo en esos pueblos de Dios, adonde a veces gusta de ec!ar un vista)o5. @on esta inesperada afirmaci"n se muestran todos s9bitamente de acuerdo, cesan las discusiones, pero ya se rompi" el !ielo y se entabl" la conversaci"n general. :asta sin necesidad de eso, todos se sienten ya como en su casa, y de pronto sienten una gran libertad. 3ero todo, gracias al talento. 3or lo dem%s, si si$uiera la gente no mintiera acerca de los llamados esc%ndalos fortuitos y algunas cosas inevitables e inesperadas, a veces !arto eno&osas, y, por desdic!a, !arto frecuentes, a9n se podría via&ar en nuestros trenes. @laro $ue con precauciones. Ha !e escrito y publicado una ve), $ue el secreto de via&ar agradable y alegremente en el tren consiste, sobre todo, 2en el arte de de&ar mentir a la gente y tragarse lo m%s posible esas mentiras, $ue entonces tambi+n a uno lo de&an mentir de buen grado si se rinde a la tentaci"n4 de donde se deriva, como ven, una venta&a recíproca5. $uí dir+ $ue sigo siendo de la misma opini"n, y $ue esa afirmaci"n no la !ice ni remotamente en tono !umorístico, sino con toda seriedad. 3or lo $ue se refiere especialmente al mentir y en los trenes, di&e tambi+n $ue no lo tengo por ning9n vicio, sino por el contrario, por una tendencia natural de nuestra nacional -bonac!onería-. Entre nosotros apenas si !ay embusteros de mala intenci"n, sino $ue, por el contrario, todos los rusos embusteros son buena gente. o digo, por lo dem%s, $ue sean santos. o por ello de&a de c!ocarme a veces, y en los trenes mismos, cierta ansia reci+n sentida de conversaciones serias, ansias de maestros en todos los temas sociales y políticos imaginables. H surgen los maestros. Ha escribí tambi+n de ellos4 pero lo $ue m%s me sorprende es $ue en el n9mero de esos individuos tan %vidos de aprender, predominan las mu&eres, y no las de pelo corto, me atrevo a asegur%rselo. Díganme ustedes( Md"nde ven a!ora una se;orita o se;ora sin su libro en la mano, en el tren y !asta en la calleN 3uede $ue yo e'agere4 pero, de todos modos, son muc!as las $ue llevan libros, y no vaya a creerse $ue novelas, sino libros de pedagogía o ciencias naturales( Ocon decir $ue !asta leen a A%cito en traduccionesP En resumidas cuentas( $ue !ay muc!a avide) y emulaci"n, pero... pero todo esto es a9n poco. ada m%s f%cil $ue, por e&emplo, inculcarles las ideas $ue uno $uiera a discípulas así, sobre todo cuando se tiene elocuencia. *na mu&er profundamente religiosa asiente de pronto, en nuestras barbas, a conclusiones casi ateas. 3ero en ese terreno de la pedagogía, Ocu%ntas cosas no les inculcan y cu%ntas no est%n dispuestas a aceptarloP Escalofríos le dan a uno ante la idea de $ue al volver a su casa, enseguida empe)ar% a inculcarles a sus !i&os y a su marido lo $ue a ella le !an ense;ado. Lo 9nico $ue algo la tran$uili)a es pensar $ue $ui)% no !aya entendido bien a su maestro o lo entendiera totalmente al rev+s, y $ue, ya en su casa, !abr%n de salvarla su instinto de madre y de esposa y el buen sentido, tan poderoso en la mu&er rusa desde tiempos inmemoriales. 3ero, a pesar de todo, !ay $ue desear $ue se difunda la cultura, s"lo $ue una cultura s"lida y verdadera, y no sacada de cual$uier libraco y, adem%s, profesada en un coc!e del tren. sí, las ideas m%s plausibles pueden convertirse en algo lamentable. Itra cosa buena $ue tienen nuestros via&es es $ue prescindiendo de diversos casos puedes ir de inc"gnito todo el camino, en silencio y sin !ablar con nadie, si no lo deseas. Los curas son los $ue a veces empie)an a preguntarle a uno 2$ui+n es usted, adonde va, con $u+ ob&eto y $u+ esperan)as tiene5. 3ero, por lo dem%s, tambi+n ese tipo simp%tico parece ir desapareciendo. En cambio, incluso en ese estilo, de a$uel tiempo a esta parte, uno tiene encuentros inesperados como para no dar cr+dito a los propios o&os. . En el barco
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En los barcos se entabla conversaci"n de otro modo $ue en el tren. Las ra)ones de ello son naturales, empe)ando por$ue allí el p9blico es m3s selecto. e refiero, desde luego al p9blico de primera, al p9blico de popa. El de segunda, el de proa, ni si$uiera es p9blico, sino sencillamente el pasa&e. llí va la gente !umilde4 allí es donde se ven sacos y maletas, apretu&ones y oscuridades4 ese es el lugar de las viudas y los !u+rfanos4 allí las madres dan el pec!o a sus crios4 allí se encuentran esos vie&itos $ue viven de una pensi"n, curas trasladados, partidas enteras de traba&adores, la servidumbre del barco, las cocinas. El p9blico de popa ignora siempre en todas partes al de proa, no teniendo de +l ninguna idea. 3uede $ue pare)ca e'tra;a esa opini"n de $ue el p9blico de primera es siempre m%s selecto $ue el de la clase correspondiente en el tren. En realidad, sin duda, no !ay tal cosa y, adem%s, todo ese p9blico, en cuanto se vuelve a su casa y de&a el barco, inmediatamente, en sus nidos familiares, ba&a el diapas"n !asta un tono naturalísimo, mientras $ue en el barco lo levanta, sin $uerer, !asta una arrogancia intolerable, 9nicamente por no ser menos $ue los dem%s. Aodo el $uid de eso se cifra en $ue allí !ay m%s espacio donde acomodarse y m%s tiempo para esparcirse $ue en el tren, o sea $ue, como ya di&e, !ay una causa natural. llí no se va tan apretado como en el tren, no se est% tan e'puesto a convertirse en pandilla ni se ve tan al vuelo, ni su&eto a tantos re$uisitos, a las molestias de los crios $ue se despiertan o lloran4 allí no te ves obligado a mostrar tus instintos de un modo tan natural y apremiante, sino $ue, le&os de eso, todo recuerda a una casa seria4 al poner el pie sobre cubierta, tienes la sensaci"n de ser un invitado. H, sin embargo, est%s obligado a cinco o seis !oras de promiscuidad, a veces un día entero, e infaliblemente sabes $ue !an de llegar !asta el fin &untos y de trabar conocimiento con tus compa;eros de via&e. Las se;oras van siempre me&or vestidas $ue en el tren4 tus !i&os, por poco $ue los estimes, llevan tra&ecitos de verano de lo m%s lindos. @ierto $ue allí tambi+n uno suele trope)arse con pa$uetes y padres de familia $ue parecen estar verdaderamente en su casa, y algunos llevan sus c!icos de la mano, ostentando condecoraciones por si acaso4 pero eso s"lo lo !acen esos tipos inferiores de verdaderos via&eros, $ue toman las cosas plebeyamente en serio. Esos tales no tienen ideas elevadas, sino tan s"lo un vivo instinto de propia conservaci"n. El verdadero p9blico inmediatamente se desentiende de esos individuos lamentables, aun$ue se le siente al lado, y ellos mismos comprenden enseguida cu%l es su verdadero puesto4 y aun$ue ocupan la ubicaci"n $ue !an pagado, ante los dem%s permanecen encogidos y tímidos. En resumidas cuentas( $ue el espacio y el tiempo alteran de un modo radical las condiciones. llí ni el talento puede ponerse de buenas a primeras a referir su biografía, sino $ue tiene $ue buscar otro camino. Es posible $ue no tenga el menor +'ito. llí casi no puede darse el caso de entablar conversaci"n, por la pura imprescindibilidad del via&e. #obre todo, el tono del di%logo tiene $ue ser enteramente distinto, propio de un sal"n, y en eso est% todo el $uid. Desde luego $ue, como los pasa&eros no se cono)can de antemano, es muc!o m%s difícil romper el !ielo $ue en el tren. La conversaci"n general es rara en el barco. Los sufrimientos in!erentes a la tensi"n nerviosa, sobre todo en los primeros momentos, son m%s considerables $ue en el tren. #i eres algo observador, seguro te c!ocar% lo $ue puedan fingir en un cuarto de !ora esas damas elegantes y sus !onorables maridos. @ierto $ue donde m%s ocurre esto es en las e'cursiones de recreo, por decirlo así, veraniegas, en esas e'cursiones $ue duran de dos a seis !oras. llí todo es ficci"n( los modales, las bellas actitudes4 cada cual parece estarse mirando a cada instante en el espe&o. Frases c!illonas y recalcadas, de lo m%s antinatural y antip%tico4 un modo imposible de pronunciar las palabras, como no las pronunciaría $uien se estime un poco4 todo eso se da allí m%s, seg9n parece, $ue en el teatro. 3adres y madres de familia Ces decir, en tanto no se generali)a la conversaci"n se esfuer)an por !ablar entre sí de un modo antinaturalmente recio, pugnando por demostrar con todo empe;o $ue est%n a!í absolutamente como en su
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Fedor Dostoievski
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casa4 pero luego, enseguida, avergon)ados, se rectifican4 se ponen a !ablar de cosas enteramente est9pidas, $ue no pegan ni remotamente con a$uella ocasi"n y a$uel lugar, dirigi+ndose a veces el marido a su mu&er como un caballero desconocido a una se;ora a $uien no conoce, en alg9n sal"n. De pronto, y sin motivo alguno, cortan la conversaci"n y, en general, !ablan a los saltos, miran nerviosos e in$uietos a los vecinos4 atienden las mutuas respuestas con recelo, y !asta con susto, y no es raro $ue unos se avergTencen de otros. #i sucede Ces decir, si la necesidad los obliga $ue se ponen a !ablar entre sí de algo m%s pertinente a la ocasi"n, y de a$uello $ue un marido necesita !ablar con su mu&er en los comien)os de un via&e, de algo casero, por e&emplo, de los c!icos, de si tose isc!enka y de $ue a$uí !ace frío o de si #onec!ka se arremanga demasiado la falda..., se turban y enseguida se ponen a cuc!ic!ear, no sea $ue alguien los oiga, aun$ue lo $ue digan no tenga nada de inconveniente, sino todo lo contrario, revele la plena estima de sí propio, tanto m%s cuanto $ue no son ellos solos los $ue tienen c!icos y desa)ones, sino todo el mundo, aun allí mismo en el bu$ue. 3ero tan sencilla idea no se les ocurre, y !asta, seg9n parece, la tienen por indigna de ellos. Le&os de eso, todo grupo familiar propende, aun con envidia, a tomar todo otro grupo an%logo por algo, en primer lugar, un grado superior a +l, y luego, por algo perteneciente a un mundo especial, como el del ballet, y en modo alguno por seres !umanos $ue pueden tener, como ellos... casa, !i&os, ni;eras, el bolso vacío, etc. Aal idea les resultaría !asta ofensiva, eno&osa4 vendría a defraudar la ilusi"n. En los bu$ues, en el n9mero de $uienes empie)an primero a !ablar alto, puede contarse a las institutrices, claro $ue con los ni;os y en franc+s. Las institutrices de las familias de clase media est%n, en su mayoría, cortadas por el mismo patr"n( todas &ovencitas, todas reci+n salidas del colegio, todas feas, pero sin serlo de remate4 todas vestidas de oscuro, con el talle muy estirado, pugnando por ense;ar el piecito4 todas orgullosamente modestas, pero con el aspecto m%s desenvuelto, indicio de suprema inocencia, consagradas todas ellas con el mayor fanatismo a sus deberes, sin $ue les falte nunca en las manos el librito ingl+s o franc+s de buena lectura, con frecuencia un relato de via&e. iren a esa $ue tiene esa nena de dos a;os en bra)os y llama, sin ba&ar la vista, con severidad no e'enta de cari;o, a la !ermanita de la ni;a, $ue tiene ya seis y est% &ugando a!í Csombrerito de pa&a, tra&e blanco corto con enca&es y encantadores )apatitos infantiles. -iera, vene" ici, e irremisiblemente el cl%sico vene" ici, y cargado irremisiblemente el acento en el "# . La madre, una mu&er gruesa y de familia sumamente distinguida Ca!í tienen a su marido, un se;or de aspecto europeo, aun$ue de propietario rural, de no pe$ue;a estatura, m%s bien gordo $ue flaco, con pelo algo canoso y barba rubia, aun$ue larga, de corte indudablemente parisino, y un sombrero blanco de castor4 la madre observa el momento en $ue la institutri), al tomar en bra)os a ina, se toma un traba&o de m%s, $ue no est% dentro de lo convenido, y para indicarle $ue no lo encuentra bien, en el acto, con una vo) mimosa, $ue e'cluye, sin embargo, la posibilidad de $ue la &oven se !aga la menor ilusi"n sobre ning9n derec!o a m%s familiaridad, le !ace una advertencia, por lo $ue debe llamar a la ni;era, mirando, al decir esto, tran$uila e imperiosamente, en su entorno, en busca de la ama ausente. #u europeo marido llega, incluso, a iniciar un movimiento en ese mismo sentido, cual si fuera a correr en busca del ama4 pero luego lo piensa me&or y contin9a en su sitio, muy satisfec!o, al parecer, de !aber rectificado su primera idea. 3or lo $ue parece, est% en ascuas con su consorte, y, al mismo tiempo, lo toma todo muy a pec!o. La institutri) se da prisa a tran$uili)ar, por lo $ue a ella respecta, a la encopetada dama, asegur%ndole a vo) en cuello $ue 'uiere mucho a Nina Cbes%ndola al mismo tiempo con pasi"n. Luego otro gritito en franc+s a 6iera, con el mismo ici y O$u+ cari;o centellea en los o&os de la leal muc!ac!a aun para la culpable 6ieraP 3or fin acude 6iera, saltando y disculp%ndose con vo) mimosa Cuna ni;a de seis o siete a;os, Oun %ngel todavía, y ya sabe mentirP
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El barco !ace un paseo de seis !oras y la e'cursi"n resulta casi de recreo. 6uelvo a repetirlo( sin duda $ue dos o tres días de via&e, all% por el 6olga, por e&emplo, o de @ronstad a Istende, !arían lo suyo4 la necesidad a!uyentaría el sal"n, se desvanecería el ballet, y los instintos vergon)antemente disimulados saldrían fuera del modo m%s franco, !asta alegr%ndose de poder estallar. 3ero de tres días a seis !oras !ay muc!a diferencia, y en nuestro bu$ue todo se mantuvo primoroso, desde el principio al fin. os embarcamos a las die) de la ma;ana de un magnífico día de &unio, en un amplio y pl%cido lago. La parte de proa del barco va atestada de pasa&eros4 pero ese es un revolti&o del $ue no $ueremos saber4 a$uí, ya lo di&e, est% uno en su sal"n. un$ue !ay tambi+n a$uí gente de esa $ue siempre, en todas partes, nos plantea un problema, de modo $ue no sabemos $u+ !acer( por e&emplo, cierto doctor alem%n, con su familia, compuesta de la mu&er y tres se;oritas a las $ue ser% difícil conseguirles novio en usia. @on ninguna de esas criaturas rigen nuestras leyes. El vie&o doctor se encuentra enteramente en su salsa4 ya se !a puesto su gorra germ%nica de via&e, a cuadros, de una forma est9pida, y lo !a !ec!o así con toda intenci"n, para alardear de independencia4 cuanto menos, tal se nos anto&a a nosotros. 3ero, a cambio de esta perple&idad, tenemos a!í una se;orita muy mona y un coronel de Gngenieros4 una madre ya de alguna edad, con tres !i&as muy elegantes, pertenecientes a la sociedad entre mediana y elevada de las familias petersburguesas de generales, &"venes probablemente instruidas y $ue ya deben de !aber visto mundo. :ay dos calvos( un su&eto flaco y un oficial de @aballería de un conocido regimiento4 pero este se mantiene en cierto altivo aislamiento y guarda un silencio arrogante, sin duda por creer $ue no se !alla en su ambiente, lo $ue, al parecer, nos gusta a todos. 3ero $uien m%s llama la atenci"n es un dignatario. #e trata, por lo dem%s, de una E'celencia de aspecto muy bonac!"n, con gorra y medio uniforme. Aodos saben enseguida $ue es el decano de los funcionarios y, por así decirlo, el patrón del gobierno, llegando a afirmar algunos, $ue a!ora va de visita de inspecci"n. Lo m%s probable es $ue venga acompa;ando a su mu&er y a su familia a alg9n lugar cercano, donde tendr%n su residencia veraniega. #u mu&er es una dama muy guapa, de treinta y seis o treinta y siete a;os4 ostenta el ilustre apellido de #. C$ue todos conocen en el barco y via&a en compa;ía de sus cuatro !i&itas Cla mayor de die) a;os y una institutri) sui)a, y provocando la indignaci"n de algunas de las se;oras presentes, se conduce al estilo de la clase media, aun$ue respinga la nari) de un modo intolerable. 6iste como en día de traba&o, seg9n es moda a!ora entre las madres de familia4 recalca a media vo) una de las !i&as del general, mirando con o&os de envidia el e'$uisito corte del modesto vestido de la se;ora del alto funcionario. trae tambi+n la atenci"n de un modo notable, y !asta e'cesivo, un caballero alto, seco, muy canoso, de unos cincuenta y seis o cincuenta y siete a;os, $ue se !a sentado desenfadadamente, de espaldas a todos, en una de las airosas sillitas del vapor, y mira por la borda correr el agua. adie ignora $ue es Fulano de 9al , $ue fue gentil!ombre del soberano difunto y un !ombre muy elegante en su tiempo. H aun$ue no se sabe lo $ue a!ora sea, es un se;or de la m%s alta sociedad, $ue !a derroc!ado muc!o dinero en su vida, y estos 9ltimos a;os anduvo via&ando muc!o por el e'tran&ero. 6a incluso un tanto descuidado en el vestir, y muestra todo el aspecto de un particular, pero con el empa$ue de un irreproc!able milord ruso y !asta sin me)cla de pelu$uero franc+s, lo $ue representa una positiva rare)a en un verdadero ingl+s ruso. Lo acompa;an en el vapor dos criados, lleva consigo un perro setter de e'traordinaria belle)a. El perro anda sobre la cubierta, y, deseoso de !acer amistad con nosotros, mete el !ocico entre las rodillas del p9blico sentado, esperando turno, visiblemente. H aun$ue resulta algo molesto, nadie se eno&a, y algunos !asta tratan de acariciar al animalito4 pero, desde luego, con aire de entendidos, $ue saben apreciar el valor de un perro de precio, y ma;ana pueden tener otro setter igual. 3ero el perro recibe las caricias con indiferencia, como un verdadero arist"crata, y no
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permanece muc!o tiempo con el !ocico en las rodillas de nadie y, aun$ue mueve la cola, lo !ace simplemente por cortesía mundana, con indiferencia y frialdad. 3or lo visto, el milord no conoce a$uí a nadie4 pero, a &u)gar por su cara adusta y agria, no est% tampoco para buscar amigos, y no por cuesti"n de principios, sino sencillamente por$ue no los ec!a de menos. 3ara el patr"n del gobierno muestra una indiferencia absoluta, indiferencia $ue tampoco responde a principios. 3ero ya se ve $ue de un momento a otro !an de entablar conversaci"n. El dignatario va y viene en torno a la sillita del gentil!ombre, y !ace todo lo posible por !ablarle. o obstante estar casado con una #., parece, en virtud de rectitud innata, reconocerse inferior en bastantes grados al milord , aun$ue claro $ue sin el menor detrimento de su dignidad( trata de resolver a!ora este 9ltimo problema. De pronto, se atraviesa un se;or de segundo grado, y por su mediaci"n ya !an cambiado, casualmente, dignatario y milord , unas cuantas palabritas sin presentaci"n previa. De prete'to !a servido la noticia, comunicada por el se;or de segundo grado, y referente a cierto gobernador vecino, tambi+n conocido arist"crata, $ue en el e'tran&ero, adonde iba a tomar ba;os con su familia, !ubo de romperse una pierna en el tren. uestro general se afecta muc!o y desea saber pormenores. El milord los conoce, y afablemente desli)" dos o tres pares de palabras por entre sus dientes posti)os, por lo dem%s, sin mirar al general ni saber a $ui+n !ablaba, si a +l o al reportero de segundo grado. El general, con impaciencia sincera, se apoya en el respaldo de la silla y aguarda. 3ero el tnilord promete poco, y de pronto calla y olvida lo $ue estaba diciendo. 3or lo menos pone cara de eso. El vivarac!o se;or de segundo grado tiembla por +l, deseando impedir $ue !able. @onsidera su deber sagrado ser $uien presente uno a otro a a$uellos dos encumbrados caballeros. Es de notar $ue esos caballeros de segundo grado se encuentren a menudo en los via&es, sobre todo alrededor de los proceres, y eso por la simple ra)"n de $ue allí no los pueden ec!ar. 3ero, si no los ec!an, es por$ue resultan muy 9tiles, claro $ue cuando se !allan en ciertas condiciones propicias. El nuestro, por e&emplo, llevaba !asta su condecoraci"n al cuello, y, aun$ue iba de paisano, vestía, sin embargo, de un modo algo oficial. sí $ue resultaba en cierto modo decente. $uel se;orito se conducía delante de un vie&o procer de forma $ue parecía decir con s"lo su aspecto( 2ire usted( yo soy de segundo grado, no pretendo codearme con usted. mí usted no puede ofenderme, E'celencia, mientras $ue yo sí puedo distraerle, consider%ndome, incluso, feli) con $ue usted me mire de arriba aba&o, $ue !asta la tumba sabr+ ocupar mi puesto5. #in duda $ue estos caballeros van buscando su provec!o4 pero su tipo puro procede sin fin de lucro, 9nicamente movidos de cierta inspiraci"n burocr%tica y, en ese caso, tales se;ores son 9tiles y sinceramente amables e ingenuos, !asta el punto de desaparecer en ellos el lacayo y producirse de por sí el lucro como un !ec!o y su ineludible consecuencia. Aodos los de cubierta prestaron e'traordinaria atenci"n al incipiente colo$uio de a$uellos dos altos persona&es, y no por$ue $uisieran tomar tambi+n parte en +l, $ue eso !abría sido demasiado, sino tan s"lo ver y oír. lgunos !asta daban vueltas por allí, siendo el $ue m%s se desvivía el europeo marido de la distinguida se;ora. El cual siente $ue no s"lo podría acercarse a los interlocutores, sino tambi+n terciar en el di%logo, pues !asta tiene cierto derec!o a ello4 los generales con los generales, y Europa con Europa. i tampoco podría +l !ablar peor $ue otros, del gobernador lesionado $ue se rompi" una pierna en el e'tran&ero. :asta piensa en acariciar al setter y empe)ar por a!í4 pero ya $ue tiene la mano tendida, la retira y, de pronto, le asalta el invencible anto&o de darle un puntapi+ al perro. 3oco a poco va adoptando un aire solitario y ofendido4 por un momento se ale&a y va a contemplar la brillante superficie del lago. #u mu&er, no se le escapa, lo est% mirando con ironía c%ustica. En vista de eso, no puede contenerse y vuelve al lugar del colo$uio, y va y viene en torno a los interlocutores como alma en pena. OH si esa alma inocente fuera capa) de odiar a
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alguien, odiaría en a$uel instante al se;or de segundo grado, lo aborrecería con todas sus fuer)as, pues si no !ubiese estado allí a$uel su&eto no !abría ocurrido lo $ue sucedi"P OAelegrafiaron desde all%P recalc" el flaco milord , siguiendo con la vista al setter y respondiendo apenas al general, y yo, en el primer momento, fig9rese usted, me $ued+ estupefacto. MEs $ui)% pariente suyoN estuvo a punto de preguntar al general, pero se contuvo y aguard". H fig9rese, la familia en Jarlsbad, y telegrafi"... repite con inco!erencia el milord , recalcando lo de telegrafi". #u e'celencia a9n sigue aguardando, aun$ue su cara revela una gran impaciencia. 3ero el milord , de pronto, cierra el pico y se olvida del di%logo. 3ero, seg9n creo, tiene su posesi"n principal en el gobierno de Aversk, MnoN se decide, por 9ltimo, a preguntar el general, con cierta vergTen)a y recelo. Dos, dos delgaditos( Harkov y ristar&. :ermanos. ristar& se encuentra a!ora en ?esarabia. Harkov se rompi" una pierna y ristar& se encuentra en ?esarabia. El general levanta la frente y es preso de una gran perple&idad. Delgaditos, y las tierras son de su mu&er, una >arunina. O!P e'clama el general. 3or lo visto, le satisface $ue sea una >arunina. !ora comprende. uy buen !ombre e'clama con ve!emencia. Lo conocía, es decir, precisamente esperaba conocerlo a$uí. O:ombre nobilísimoP Ouy buen !ombre, E'celencia, muy buen !ombreP OEso es, usted lo !a calificado definitivamente( muy buen !ombreP intervino el caballero de segundo grado, con calor y entusiasmo no fingido resplandeciendo en sus o&os. ira con desd+n a los dem%s pasa&eros y se siente incomparablemente superior a todos ellos. Eso acaba ya con la paciencia del se;or europeo, $ue merodea en torno al di%logo. Oy, fue cosa de la fatalidadP La fatalidad consisti" a$uí en $ue su mu&er, la dama distinguida, all% en sus tiempos de soltera, era amiga de la esposa del dignatario, $ue por su casa se llamaba #. La dama distinguida se consideraba tambi+n, con motivo de su alcurnia, realmente superior a su marido. l poner antes el pie sobre cubierta, ya sabía ella $ue tambi+n la otra sacaría pasa&e, y contaba con encontr%rsela. 3ero, OayP, $ue ambas se;oras no se encontraron, y desde el primer momento, a la primera mirada, se !i)o evidente $ue no podían encontrarse. OH todo por culpa de a$uel !ombre $ue no era nadieP 3ero a$uel !ombre $ue no era nadie sabía, por su parte, de sobra, los t%citos pensamientos de su mu&er, $ue demasiado tiempo !abía tenido de cal%rselos en sus siete a;os de matrimonio. H, sin embargo, tambi+n +l !abía nacido en rcadia. llí, en a$uel mismo gobierno, !abía poseído !asta setecientas almas. Despu+s $ue las emanciparon, el matrimonio se fue a pasar esos siete a;os en el e'tran&ero. H !elos a$uí $ue a!ora regresaban a la patria, donde llevaban ya cuatro meses comi+ndose los restos de su patrimonio. La dama distinguida no $uería, por lo visto, enterarse de $ue ya no tenía siervos ni dinero. 3ero lo $ue m%s rabia le daba era $ue llevaban allí ya cuatro meses sin lograr encontrarse con nadie. $uel encuentro con la generala !abría sido el primero. 2OH de todo tenía la culpa a$uel !ombre $ue no era nadieP5 ODe $u+ sirve $ue use esa barbita a la europea, si no tiene empleo, ni influencia, ni relacionesP Ounca supo buscarse nada, ni si$uiera casarse supoP OH c"mo pude aceptarlo por maridoP Oe fascin" con la barbitaP El afortunado esposo sabe de sobra $ue eso es lo $ue piensa de +l la dama distinguida, y en a$uel instante crítico. Ella no le !a manifestado su deseo de encontrarse con la generala4
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pero +l sabe muy bien $ue, como no le proporcione ese encuentro, se lo reproc!ar% toda la vida. dem%s, +l tiene empe;o en demostrarle $ue es !ombre capa) de !ablar con generales rusos. Kue no es un cual$uiera, como ella se imagina, sino un !ombre de valía. Oy, el af%n de $ue su mu&er !aya de reconocer su valor espont%neamente constituye, en realidad, el principal ob&eto de a$uella vida frustrada, y !asta todo su ob&eto desde $ue se cas"P @"mo fue así, sería muy largo de contar4 pero así fue y a eso se redu&o todo. H !elo $ue a!ora, de pronto, da un paso y va a plantarse delante del milord . Ho..., general..., yo tambi+n !e estado en Jarlsbad, y fig9rese, general, yo tambi+n sufrí allí una lesi"n en una pierna... M:ablaba usted de ristar& Hakovlevic!N a;ade, dirigi+ndose de pronto al milord , por no poder resistir al general. El general levanta la cabe)a y se $ueda mirando con cierto asombro al reci+n llegado, y le tiembla todo el cuerpo. 3ero el milord ni si$uiera al)a la frente y, sin embargo, O!orrorP, alarga el bra)o, y el se;or europeo comprende claramente $ue el milord , apoyando con fuer)a su mano en su pierna, lo aparta de su lado. Da un respingo, ba&a la vista, y comprende la causa de inmediato( al colocarse aturdidamente entre el banco y la sillita del milord no repar" en $ue este tenía su bast"n sobre el ban$uito y $ue el bast"n !a resbalado y est% a punto de rodar. #e aparta aprisa, cae el bast"n, y milord , mal!umorado, se agac!a a recogerlo. En a$uel instante se oye un grito !orrible( es el setter , al $ue nuestro !ombre, al desviarse, le !a pisado una pata. El setter aulla de un modo insufrible, est9pido4 milord revuelve todo el cuerpo en la silla e increpa al caballero( Le ruego encarecidamente $ue de&e en pa) a mi perro. o !e sido yo. :a sido +l mismo murmura nuestro !+roe, deseando escapar. Oo puede usted figurarse cu%nto me !ace sufrir ese !ombre tan imb+cilP suena detr%s de +l la vo) de su mu&er, !abl%ndole al oído a la institutri)4 pero, m%s bien $ue oírla, lo $ue !ace es presentirla con todo su ser. H !asta es posible $ue su mu&er no !aya dic!o nada. O3ero eso es igualP o s"lo est% decidido a atravesar la cubierta, sino a meterse en cual$uier sitio en la proa y esconderse allí. H, seg9n parece, así lo !ace. 3or lo menos, en toda la !ora restante de via&e no se le vuelve a ver. Despu+s del incidente, el dignatario no puede contenerse y se dirige a su camarote, donde, por indicaci"n del capit%n, tiene ya preparada una partidita de cartas. Aodos conocen el lado flaco de #u E'celencia. El caballero de segundo grado ya lo !a arreglado todo y buscado &ugadores, seg9n lo $ue permiten las circunstancias4 son estos( un funcionario, empleado en las obras de un ferrocarril pr"'imo, y $ue go)a de un sueldo monstruosamente considerable, y algo amigo ya de #u E'celencia4 y el coronel de Gngenieros $ue se !a prestado a ser de la partida. El tal ingeniero se conduce con aduste) Cde puro celoso de su dignidad, pero &uega bien. El empleado de ferrocarriles es algo vulgar, pero no sabe contenerse4 el se;or de segundo grado, $ue es el cuarto, se porta con correcci"n. El general est% muy contento. En cuanto a milord , entre tanto, se !a !ec!o amigo de la generala. :abía olvidado $ue era, por su casa, una #., y no cay" tampoco en la cuenta. !ora, de pronto, la recuerda cuando era una se;orita de diecis+is a;os. La generala lo trata con cierta altive) e indiferencia4 aun$ue en el fondo no !ay tal cosa. penas si lo mira, pero milord cada ve) se vuelve m%s amable4 se anima, en verdad, y !abla con vo) c!illona. En cambio, se esmera para contar Cclaro $ue en franc+s an+cdotas encantadoras y esmaltar la conversaci"n de verdaderas agude)as. OH c"mo domina el c!ismorreoP La generala sonríe cada ve) m%s. El prestigio de una mu&er !ermosa influye lo indecible en milord , $ue cada ve) acerca m%s su silla, y acaba por derretirse y reírse de un modo raro. 3ero eso no lo puede soportar ya la pobre y distinguida dama. @omien)a a sufrir un tic y se retira a su camarote en compa;ía de la institutri) y de ina. #alen a relucir los pa;os mo&ados, se oyen $ue&idos. La institutri) comprende $ue a$uella es una ma;ana perdida y se pone de mal !umor. o
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$uiere !ablar, acomoda a 6iera en una silla y ella toma un libro $ue, por lo dem%s, no lee. 2Es la primera ve) $ue le sucede en estos tres meses piensa, mir%ndola a los o&os, la dolida dama. ODebería !ablar, sí se;or, deberíaP ODebería distraerme, compadecerme4 para eso es la institutri)( para mirar por una, aun$ue la culpa de todo la tiene ese me$uetrefeP5. H sigue mirando, con o&os de rencor, a trav+s de la muc!ac!a. Ella tampoco $uiere !ablarle, por orgullo. La muc!ac!a, en tanto, piensa en el reci+n de&ado 3etersburgo, en las patillas de su primo, en un oficial amigo suyo, en dos estudiantes. 3iensa en la 9nica sociedad donde pueden reunirse las estudiantes y los estudiantes, y a la $ue la !an invitado. 2Oll% ella si est% eno&adaP sentencia definitivamente. 6er+ de continuar a$uí un mes m%s, y si no termino de acostumbrarme, me vuelvo a 3etersburgo. OKu+ diablosP5 3ero !e a$uí $ue, por fin, el vapor llega a puerto, y todos se lan)an a la salida, cual !uyendo de un ambiente viciado. OKu+ día tan tibio, $u+ cielo tan radiante y magníficoP O3ero no miremos el cielo, $ue tenemos prisaP 3risa, muc!a prisa, y el cielo no se !a de ir de a!í. El cielo es cosa casera, el cielo es cosa tonta, mientras $ue la vida pasa... M@"mo no ir al campoN
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Fedor Dostoievski
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Evolu+i,n del ni-o Dos balas cuelgan sobre la in$ancia, una ro*a y otra a"ul, y eso para acelerar el desarrollo, para despertar el pensamiento( :Cual si pretendiese suprimir a la naturale"a; As# se anula la impresión de armon#a del todo en la naturale"a( Pasar3n su vida buscando el detalle, la arista, la particularidad en ese todo( Cde -3ensamientos anotados- EL GUI, @I @G#AI, AE EL V?IL DE 6GDD C187/ En esta crónica social, el autor re$le%iona sobre la e%plotación y la $alta de destino de los chicos de la calle, drama 'ue parece no variar pese al tiempo y las $ronteras( Los ni;os son una cosa rara( se desviven so;ando y pensando. ntes de avidad, y luego ya en oc!ebuena, solía yo encontrarme regularmente, en determinada es$uina de la ciudad, a un ni;ito $ue seguramente no tendría m%s de, pongamos, siete a;os. pesar del frío tan !orrible $ue !acía, iba vestido casi de verano4 pero en torno al cuello llevaba atado un trapo vie&o4 alguien se lo ponía antes de ec!arlo a la calle. Sal#a con sus manecitas, $ue así suena la palabra t+cnica con $ue se designa el pedir limosna. Esa e'presi"n la !an inventado los propios ni;os. De c!i$uillos como el de $ue !ablo !ay una muc!edumbre, le corren a uno detr%s en todas partes y siempre salmodiando alguna reta!ila aprendida de memoria4 pero a$uel no gimoteaba, y en cierto modo !ablaba de una manera inocente y desusada, y sus o&os me miraban confian)udos( debía ser un novato. preguntas mías, me contest" $ue tenía una !ermana, la cual estaba enferma y sin traba&o. 3uede $ue me di&era la verdad, pues s"lo m%s tarde supe $ue c!icos como esos son innumerables4 los ec!an al arroyo a pedir, aun$ue !aga el frío m%s cruel, y cuando no recogen nada $ue llevar a casa los )urran, naturalmente. #i el muc!ac!o !a logrado reunir un par de copecas, se vuelve enseguida a su tugurio con las manecitas entumecidas, y allí se emborrac!a a su costa una partida de esos individuos $ue, como dicen, 2el s%bado, al terminar en las f%bricas, empie)an ya a celebrar el domingo y !asta el mi+rcoles no vuelven al traba&o5. llí beben con ellos tambi+n sus fam+licas y vapuleadas d%divas, y tambi+n llori$uean, en demanda del pec!o materno, sus !ambrientos crios. guardiente, y suciedad, y libertina&e4 pero, sobre todo, aguardiente, es lo $ue allí puede encontrarse. @on las copecas recogidas de limosna envían inmediatamente al muc!ac!o a la taberna m%s pr"'ima para $ue les traiga m%s aguardiente. 3or broma tambi+n, a +l le ec!an aguardiente en la boca, y se retuercen de risa al ver $ue al c!ico le falta la respiraci"n, y le fia$uean las piernas, y casi se a!oga de a$uella impresi"n, $ue le !ace perder el oído y la vista. @uando el c!ico ya es mayor, lo envían a una f%brica4 pero todo cuanto gana tiene $ue llevarlo tambi+n adonde a$uellos su&etos gastan el dinero en aguardiente. Gncluso antes de entrar en la f%brica se !an convertido esos c!icos en unos pe$ue;os delincuentes. ecorren la ciudad entera y conocen los m%s diversos rincones, cuevas, coberti)os y portales donde se puede pasar la noc!e sin ser visto. *n c!ico de esos estuvo durmiendo varias noc!es en una portería, metido en una cuba de madera, sin $ue lo descubriera el portero. En primer lugar, son ladron)uelos. El robo viene a ser para ellos una pasi"n, !asta para los $ue no pasan de los oc!o a;os, y no pocas veces, sin darse ellos cuenta de lo delictivo de su conducta. En resumen( se acostumbran a soportarlo todo... !ambre, frío, golpes, s"lo por una cosa( por su libertad, y no tardan en emanciparse de $uienes los es$uilman para ec!arse a vagabundear por su propia cuenta, por su propio impulso y por su propio placer. uc!os de esos c!icos vagabundos no saben nada, o poco menos, del país en $ue viven ni de la naci"n a $ue pertenecen, ni si e'iste un Dios y un )ar. :asta se cuentan tantos
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infortunios acerca de ellos $ue cuesta traba&o creerlo y, sin embargo, todo esto son !ec!os positivos...
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Padres e .i/os Padres e hi*os((( os parientes no conocen a los parientes( Cde -3ensamientos anotados-
EL PROCESO A 0ORNILOA (1!# En otra de sus poco conocidas $acetas, Dostoievski reali"a una detallada crónica del insólito proceso a una mu*er embara"ada 'ue arro*ó a su hi*astra por la ventana( 9oma posición respecto del caso y alerta sobre los peligros de la 4dulce espera<( 1. #encillo, pero raro El 1Q de octubre, los Aribunales fallaron en el proceso de esa madrastra $ue !ace seis meses, en mayo, arro&" por la ventana, desde un cuarto piso, a su !i&astra, una nena de seis a;os $ue, no s+ por $u+ milagro, no se !i)o nada en la caída y sali" de ella viva y sana. Esa madrastra, la campesina Hekaterina Jornilova, de veinte a;os, se !abía casado con un viudo $ue, seg9n sus declaraciones, siempre la estaba ri;endo, no la de&aba ir .a ver a sus parientes ni recibirlos en su casa, siempre le estaba poniendo como e&emplo a su difunta, etc. En una palabra( 2$ue lleg" la cosa a un punto en $ue de&" de amarle5, y para vengarse de +l resolvi" tirar por la ventana a esa nena, !i&a de a$uella, su primera mu&er. En resumidas cuentas( la !istoria $uitando la milagrosa salvaci"n de la ni;a no puede ser m%s clara y sencilla. Desde este punto de vista, es decir, desde el de la sencille), consideraron tambi+n la cosa los &ueces, y tambi+n del modo m%s sencillo condenaron a Hekaterina Jornilova, 2$ue al consumar su delito tenía m%s de diecisiete a;os y menos de veinte, a dos a;os y oc!o meses de traba&os for)ados, cumplidos los cuales se $uedar% para siempre en #iberia5. H, sin embargo, pese a toda esa sencille) y claridad, !ay en todo eso algo $ue no se !a dilucidado bien. La procesada Cuna mu&er bastante agraciada, al comparecer ante sus &ueces, se !allaba en el 9ltimo mes de embara)o, de modo $ue en la sala no faltaba nunca una comadrona. Aodavía en mayo, al cometer su crimen Cy cuando, por consiguiente, se !allaba la acusada en el cuarto mes de su embara)o, yo escribí en mi Diario Cpor lo dem%s, de pasada y a la ligera, criticando la rutina y los procedimientos rutinarios de nuestros abogados las siguientes palabras( 2H eso es lo $ue desconcierta, pues efectivamente la acci"n de este monstruo de madrastra resulta ya harto e%tra&a, y puede $ue re$uiera un e'amen minucioso y atento, $ue !asta podría conducir a aliviarle la pena a la procesada5. :e a!í lo $ue escribía entonces. !ora sigan con atenci"n los !ec!os. En primer lugar, la procesada se declar" culpable, y eso a raí) de cometido el crimen, denunci%ndose a sí misma. Declar" entonces, en la comisaría, $ue ya el día antes pensaba acabar con la !i&astra, a la $ue !abía cobrado odio por la rabia $ue le tenía al marido, cuya presencia le impidi" llevar a cabo su designio a$uella noc!e. l día siguiente, no bien se !ubo ido a$uel a su traba&o, fue y abri" la ventana, puso a un lado una maceta con flores $ue !abía sobre el alf+i)ar, y le mand" a la ni;a $ue se subiese a la ventana y mirase !acia aba&o. La ni;a, naturalmente, trep" a la ventana, $ui)%s !asta con gusto, pensando ver Dios sabe $u+ al pie de a$uella4 pero no bien se !ubo subido, puesta de rodillas en el alf+i)ar y mirado !acia aba&o, cuando la madrastra fue y le dio un empu&"n por detr%s, y la ni;a vol" por los aires. La delincuente se $ued" mirando caer a la criaturita Cseg9n ella misma !a declarado, luego cerr" la ventana, se visti", cerr" la puerta y se fue a la comisaría a denunciar lo sucedido.
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Aales son los !ec!os. M:ay algo m%s sencilloN H, sin embargo, !ay en ellos algo de fant%stico, MverdadN :an inculpado a nuestros &urados, y no pocas veces, por algunas absoluciones de procesados, efectivamente increíbles. En ocasiones !asta se subleva el sentido moral de las personas imparciales. @omprendemos $ue es lícito compadecer al delincuente4 pero no llamar bien al mal en asunto tan grave como un proceso. #in embargo, !ubo absoluciones casi por este estilo, es decir, $ue casi llamaban bien al mal, o por lo menos, les faltaba poco. #e manifest" tambi+n cierto falso sentimentalismo o incomprensi"n del principio fundamental de la &usticia, incomprensi"n de lo $ue en un &uicio resulta principal, y $ue consiste en definir el mal con toda la claridad posible, denunciarlo y calificarlo de tal mal delante de todo el mundo. Kue luego todo eso de aliviar la suerte del delincuente, de afanarse por su absoluci"n, etc., son ya otras cuestiones muy !ondas y enormes, pero enteramente distintas del !ec!o del &uicio y $ue se relacionan con otro aspecto de la vida social, aspecto $ue dista muc!o de estar a9n definido y formulado entre nosotros, de modo $ue todavía no !emos dic!o sobre el particular la primera palabra. H cuando se confunden ambas ideas distintas, en los Aribunales, resulta una me)cla e'tra;a. esulta $ue el delito no se aprecia como tal delito, antes al contrario, se le dice a la sociedad, y por boca de los &ueces mismos, $ue no !ay crimen alguno sino s"lo enfermedades debidas a la anormal constituci"n de la sociedad, idea e'acta !asta lo genial en algunos casos particulares y en cierta categoría de fen"menos, pero desde todo punto de vista err"nea, en general, pues !ay ciertos rasgos $ue es imposible pasar por alto, ya $ue entonces despo&aríamos al !ombre, lo privaríamos de toda personalidad y vida, e$uipar%ndolo a una bri)na de !ierba $ue se de&a llevar del primer viento $ue sopla4 en una palabra( proclamaríamos una nueva naturale)a !umana, descubierta por alguna nueva ciencia. 3ero esta ciencia no e'iste, ni si$uiera parece $ue vaya a e'istir &am%s. De modo $ue todos esos piadosos veredictos del Surado, en los $ue a veces se niega el delito claramente probado y confirmado por la plena confesi"n del delincuente, 2no es culpable, no lo !i)o, no mat"5, todos esos fallos benignos Csalvo ciertos casos en $ue, efectivamente, est%n &ustificados asombran a la gente y la mueven a burla y perple&idad. 3ues bien( a!ora, al leer la condena de la campesina Hekaterina Jornilova Cdos a;os y oc!o meses de presidio, se me ocurri" de pronto pensar( 2!ora era cuando !ubieran debido absolver, a!ora era cuando debían !aber dic!o( -o !ubo delito, no mat", no la arro&" por la ventana-5. 3or lo dem%s, no apelar+ a las generalidades ni al sufrimiento para desarrollar mi idea. #implemente me parece $ue !asta !abría !abido un motivo legítimo a m%s no poder para absolver a la procesada( su embara)o. o !ay $uien ignore $ue la mu&er en la +poca de su embara)o Cy m%s si es primeri)a, suele estar e'puesta a ciertos e'tra;os influ&os e impresiones $ue obran de un modo fant%stico sobre su espíritu. Esos influ&os toman a veces aun$ue, desde luego, muy raramente formas ins"litas, anormales, casi absurdas. 3ero M$u+ importa $ue s"lo ocurra así en casos muy raros, esto es, $ue se trate de manifestaciones e'traordinariasN En el caso presente !abría sido muy sobrada esa consideraci"n para los llamados a decidir el destino de una criatura !umana. El doctor ikitin, $ue reconoci" a la procesada Cdespu+s de cometido el delito, declar" $ue, a &uicio suyo, Jornilova consum" su delito con entera conciencia de lo $ue !acía, aun$ue admitiendo, sin embargo, $ue pudiera estar ba&o el efecto de la irritaci"n nerviosa y la obsesi"n. 3ero, en primer lugar, M$u+ puede significar en este caso la palabra concienciaN Gnconscientemente, rara ve) !ace nadie nada como no sea en estado de locura, de fiebre, de delirio. MKui)% no saben, por lo menos los m+dicos, $ue cabe !acer algo de un modo totalmente consciente y $ue, sin embargo, no nos sea imputableN H, si no, reparen en los locos( la mayoría de sus actos de locura los reali)an con plena conciencia, y los recuerdan4 m%s a9n( le dan a usted cuenta detallada de ellos, los defienden, discuten con usted, y a
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veces, !aciendo gala de una l"gica $ue a uno lo de&a estupefacto. @ierto $ue no soy m+dico, pero recuerdo $ue, siendo ni;o, oí !ablar de una se;ora de osc9 $ue siempre $ue estaba embara)ada, y en ciertos períodos de su embara)o, sentía una inusitada e irreprimible pasi"n por el robo. obaba ob&etos y dinero a los amigos $ue iba a visitar, y robaba tambi+n en las tiendas adonde entraba a comprar algo. Luego, sus familiares devolvían esos ob&etos y el dinero a sus due;os. H, sin embargo, no era pobre ni muc!o menos, y poseía cultura, y pertenecía a la buena sociedad4 luego $ue pasaban esos días de tan e'tra;a pasi"n no se le !ubiera ocurrido robar cosa alguna. Aodo el mundo decidi" entonces, incluso los m+dicos, $ue se trataba de un fen"meno pasa&ero, consecuencia del embara)o. 3ero ella, no obstante, robaba conscientemente y d%ndose cuenta cabal de lo $ue !acía. @onservaba plena conciencia, s"lo $ue no podía resistir la tentaci"n. :ay $ue suponer $ue la ciencia m+dica no puede !oy mismo decir nada terminante respecto de esos fen"menos. MEn virtud de $u+ leyes se producen en el espíritu !umano seme&antes trastornos, tales influ&os e imposiciones, tales demencias sin locura, y $u+ significan y $u+ papel desempe;a en ellos la concienciaN 3ero basta con $ue se estime indiscutible el !ec!o de $ue la mu&er, durante el embara)o, se !alla e'puesta a raros influ&os. MH $u+ importa tampoco el $ue seme&antes fen"menos se produ)can raras vecesN 3ara la conciencia del &ue) es suficiente, en esos casos, la consideraci"n de $ue pueden darse. #upongamos $ue nos contestan( 23ero es $ue no le dio por robar, como a a$uella se;ora, ni se le ocurri" nada e'traordinario, sino $ue, al rev+s, !i)o precisamente lo $ue procedía, es decir, $ue intent" vengarse, sencillamente, del marido odiado matando a la !i&a de su primera mu&er, con la $ue siempre la estaba aboc!ornando5. 3ero como $uieran( aun$ue sea comprensible, no es, sin embargo, tan sencillo4 por m%s l"gico $ue eso fuere, convendr%n en $ue, de no estar ella embara)ada, no !abría !abido tal l"gica. 6oy a decirles lo $ue !abría !abido( al $uedarse ella sola con su !i&astra, llena de amarga irritaci"n contra el marido, se !abría dic!o( 26oy a tirar a la ni;a por la ventana para vengarme de +l5. Lo !ubiera pensado, pero no lo !ubiese !ec!o. :abría pecado mentalmente, pero no de !ec!o. ientras $ue, embara)ada como estaba, lo pens" y lo !i)o. En ambos casos la l"gica es la misma, aun$ue la diferencia es grande. 3or lo menos, los &urados, al absolver a la procesada, podrían !aber alegado( 2un$ue esos morbosos impulsos sean raros, a pesar de todo, se dan. MH $ui+n sabe si en este caso no se trata tambi+n de uno de esos efectosN5. :e a!í la consideraci"n. 3or lo menos en este caso, todo el mundo se !abría e'plicado la clemencia y no $uedaría lugar a discusiones. MH $u+ importa $ue puedan incurrir en un errorN e&or es e$uivocarse en la clemencia $ue en la severidad, tanto m%s cuanto $ue a$uí no !abría !abido medio de comprobarlo. La procesada !abía sido la primera en declararse culpable4 se confes" tal a raí) del delito y volvi" a repetir su confesi"n medio a;o despu+s, en la udiencia. De modo $ue ir% a #iberia, consider%ndose culpable en lo profundo de su alma. H así morir%, arrepinti+ndose en el postrer instante y dando por perdida su alma4 y no se le ocurrir% pensar $ue ning9n mal influ&o se apoder" de ella estando embara)ada, siendo así $ue +l tuvo toda la culpa de todo y $ue, de no !allarse en tal estado, no !abría !abido delito... o4 de dos errores, muc!o m%s vale elegir el error en la clemencia. Luego se duerme m%s a pierna suelta. 3ero M$u+ estoy diciendoN El !ombre ocupado no se acuerda de la alcoba4 el profesional tiene cien asuntos seme&antes, y duerme como un lir"n cuando se acuesta rendido. Eso otro le sucede al !ombre ocioso, $ue s"lo una ve) al a;o se tropie)a con un asunto así, y ese es el $ue tiene muc!o tiempo libre para pensar. #e preocupa por esas cosas, de puro no !acer nada. En resumen( $ue el ocio es la madre de todos los vicios. H a prop"sito( en la udiencia tenían a mano la comadrona, y fí&ense ustedes, al condenar a la procesada condenaron &untamente con ella a su !i&o, a un nonato. Mo es verdad $ue es cosa raraN #upongamos $ue no lo es4 pero, a pesar de todo, !abr%n de reconocer $ue lo
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parece. 3or$ue, efectivamente, aun antes de nacer, ya lo !an condenado a ir a #iberia con su madre, $ue es la llamada a darle el alimento. 3ero si va con su madre, $ueda privado de padre4 y si se arreglan las cosas, merced a alg9n e'pediente, de forma $ue se $uede a$uí con su padre Cno s+ si podr% conseguirse, perder% entonces a su madre. Es decir, antes de nacer ya se ve privado de familia4 eso, por lo pronto. Luego, cuando sea mayorcito, se enterar% de lo de su madre. un$ue no !aya $ue preocuparse de lo $ue pase entonces, sino considerar sencillamente las cosas. @onsiderarlas sencillamente y a!uyentar toda fantasmagoría. sí se !a de proceder en la vida. :asta pienso $ue todas esas cosas $ue nos parecen muy e'traordinarias, en realidad se producen del modo m%s vulgar y prosaico y !asta indecoroso. 3or$ue, efectivamente, miren ustedes( ese Jornilov vuelve a!ora a $uedarse viudo pues la deportaci"n a #iberia de su mu&er trae consigo la anulaci"n del matrimonio. H su mu&er $ue ya no ser% su mu&er dar% a lu) dentro de unos días un !i&o Cpor$ue seguramente alumbrar% antes de ponerse en camino, y entre tanto estar% !ospitali)ada en la enfermería de la prisi"n, adonde la !abr%n trasladado a estos efectos. puesto cual$uier cosa a $ue Jornilov ir% a visitarla allí, del modo m%s prosaico, y $ui+n sabe si llevando de la mano a esa misma nena $ue la otra arro&" por la ventana. H ambos c"nyuges se pondr%n a !ablar de las cosas m%s sencillas y vulgares, del frío !orrible $ue allí !ace y de las botas de abrigo $ue !a de llevar para el via&e. H es posible $ue se sientan m%s unidos $ue nunca a!ora $ue los van a separar, mientras $ue antes no !acían m%s $ue re;ir. H acaso no se diri&an el uno al otro ni una sola palabra de reproc!e, limit%ndose a lamentar la condena y a compadecerse mutuamente. Esa misma ni;a $ue lan)" por la ventana, seguramente se escapar% de su padre todos los días 2para ir a ver a la m3menka y llevarle bollitos5. 2Aome usted, m3menka. P3pascha le mand" a usted t+ y a)9car, y ma;ana vendr% a verla.5 Lo m%s tr%gico ser% $ue se ec!ar%n a llorar cuando llegue la !ora de despedirse, &unto al estribo del coc!e, y en la estaci"n, entre la segunda y la tercera campanada, y tambi+n se ec!ar% a llorar la nena, con la boca !asta las ore&as, al verlos, y ellos, seguramente, se !ar%n los dos, por turno, sendas reverencias !asta los pies. 23erdona, Jaterina, no me guardes rencor.5 H ella a +l( 23erd"name tambi+n t9, 6asili Gv%novic! Co como se llame4 soy culpable para contigo y mi culpa es muy grande5. H en este momento el ni;ito de pec!o, $ue estar% presente, ya se lo lleve ella, ya se vaya a $uedar con el padre, se ec!ar% a llorar tambi+n. ada, $ue con nuestro pueblo no valen poemas, MverdadN Es el pueblo m%s prosaico del mundo, !asta un punto $ue da l%stima. 3or$ue, díganme ustedes( M$u+ no !abría pasado en este caso en EuropaN OKu+ pasi"n, $u+ vengan)a, y todo con $u+ dignidadP OEaP, ande usted e intente describir este asunto en una novelita, con todos sus pormenores, empe)ando por la muc!ac!a casada con un viudo y siguiendo por la ni;a arro&ada por la ventana en el momento en $ue miraba !acia aba&o y la madrastra pensaba( 2MLa tiroN5, y la tir"... :asta llegar al instante en $ue compareci" ante la udiencia, con la comadrona al lado, para terminar con los 9ltimos adioses y reverencias. H todavía nos salen con a$uello de( 2Ho $uerría escribir, pero no !ay tema5. 3uede $ue esto resultara algo me&or $ue todos esos poemas y novelas nuestros en $ue aparecen !+roes de vida noble y altos sentimientos. iren ustedes, no comprendo d"nde tienen los o&os nuestros novelistas4 por$ue a!í tienen un asunto, a!í podrían describir con todos sus detalles una verdad real. un$ue, despu+s de todo, olvido una antigua regla( no est% la cosa en el argumento, sino en saberlo ver4 si se lo sabe ver, se lo encuentra4 si no, pues como si fueran ciegos, no encontrar%n ning9n tema. OI!, el modo de ver es lo principal4 lo $ue para unos es un poema, para otros es una molestiaP 3ero Mno podrían a!ora suavi)ar algo la condena de JornilovaN Mo !abría forma de !acerloN En verdad $ue a!í !a podido !aber error... O6aya, parece $ue lo !a !abidoP
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. E'carcelaci"n de la procesada Jornilova El de abril de este a;o, en estos Aribunales territoriales, se revis" el proceso de la acusada Jornilova, con nuevos &ueces y nuevos &urados. El anterior fallo, pronunciado el pasado a;o, fue anulado por el #enado, por insuficiencia de peritos m+dicos. Es posible $ue la mayoría de mis lectores se acuerde a9n de ese proceso. La &oven madrastra C$ue a la sa)"n era menor de edad, estando embara)ada4 por rabia contra el marido, $ue siempre la andaba reprendiendo en nombre de su difunta, y despu+s de un violento altercado con +l, fue y arro&" a su !i&astra, ni;a de seis a;os, por la ventana de un cuarto piso a la calle, produci+ndose entonces el casi milagro de $ue la c!ica no se estrellara ni se !iciera el menor da;o4 no tard" tampoco en volver en sí y se encuentra en la actualidad, viva y sana. Esa fero) acci"n de la &oven madrastra fue acompa;ada de tal aturdimiento y rare)a en todos sus dem%s actos $ue, involuntariamente, !acían pensar si no estaría en su sano &uicio al !acer a$uello. Mo se encontraría ba&o la acci"n de una a$ección propia de su estado de embara)oN l despertarse a$uella ma;ana, luego de !aberse ido ya el marido al traba&o, fue y despert" a la c!ica4 luego la visti", la cal)" y le dio el caf+4 despu+s abri" la ventana y arro&" por ella a la ni;a. #in si$uiera mirar !acia aba&o, para ver $u+ !abría sido de la criatura, cerr" la ventana, se visti" y fue a la comisaría. llí declar" lo ocurrido, contestando a las preguntas de un modo grosero y raro. @uando !oras despu+s le anunciaron $ue la c!ica vivía, sin mostrar alegría ni contrariedad y con la mayor indiferencia y sangre fría y como pensativa, !i)o notar( 2OKu+ dura esP5. Luego, en el transcurso de casi un mes y medio, en las dos c%rceles por las $ue !ubo de pasar, sigui" mostr%ndose mal!umorada, grosera, taciturna. H de golpe y porra)o ocurri" $ue todos los otros cuatro meses, !asta el momento de dar a lu), y todo el restante tiempo, durante y despu+s del primer &uicio, la superiora de la secci"n femenina de la prisi"n no acababa de elogiarla4 se !abía manifestado con un car%cter nuevo, mansa, afectuosa, sin ce;o. En resumen( $ue el anterior veredicto !a sido anulado, !abi+ndose dictado otro el de abril, absolviendo a Jornilova. Estuve presente en la vista de la causa y sa$u+ de allí muc!as impresiones. La audiencia dur" el doble de tiempo $ue la ve) anterior. La composici"n del nuevo &urado era muy notable. Llamaron a declarar a una nueva testigo( la directora de la secci"n femenina de la c%rcel. #u declaraci"n, tocante al car%cter de Jornilova, fue de muc!o peso y favorable para la procesada. Aambi+n fue muy importante la declaraci"n del marido de a$uella4 con e'traordinaria probidad no ocult" nada, ni los disgustos $ue le dio ni las ofensas $ue le infiri" a su mu&er, a la $ue disculp". Di&o todo con sinceridad y buena fe. Es un simple campesino, aun$ue vista a la alemana, lea libros y cobre treinta rublos de sueldo al mes. otable fue, adem%s, la elecci"n de los peritos. #e designaron seis doctores, todos conocidos y c+lebres en edicina, y de ellos dieron sendos informes cinco4 tres manifestaron, sin el menor titubeo, $ue el estado morboso in!erente al embara)o pudo influir en la consumaci"n del delito en el caso presente. El doctor Forinskii fue el 9nico $ue discrep" de esa opini"n4 pero, por suerte, no es psi$uiatra, y su dictamen no tuvo trascendencia. El 9ltimo en declarar fue nuestro famoso psi$uiatra Diukov, el cual estuvo !ablando cerca de una !ora, contestando a preguntas del fiscal y del presidente de la #ala. Difícil imaginar comprensi"n m%s sutil del alma !umana y de sus estados morbosos. #orprendieron tambi+n al p9blico la ri$ue)a y diversidad de sus observaciones, sumamente curiosas, reunidas en el transcurso de muc!os a;os. 3or lo $ue a mí se refiere, escuc!+ algunas de las manifestaciones del perito, con vivo entusiasmo. #u dictamen fue plenamente favorable a la procesada4 firme y demostrativamente sent" la conclusi"n del estado, indudablemente morboso, a &uicio suyo, en $ue se encontraba el espíritu de la procesada al cometer su espantoso crimen.
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3ar" la cosa en $ue el fiscal mismo, pese a su terrible discurso, retir" su acusaci"n de premeditaci"n, es decir, la m%s grave de todas. El defensor de la procesada, se;or Lustig, refut" tambi+n muy !%bilmente varias acusaciones, y redu&o a cero la principal, o sea el supuesto odio $ue de antiguo le tenía la madrastra a su a!i&ada, demostrando con toda claridad $ue se trataba de un simple c!ismorreo. Luego, despu+s de un largo discurso del presidente, los &urados se retiraron a deliberar. En menos de un cuarto de !ora redactaron un veredicto absolutorio $ue produ&o casi entusiasmo en el numeroso p9blico. uc!os se santiguaron4 otros se felicitaron mutuamente, estrec!%ndose las manos. El marido de la absuelta se la llev" a su casa a$uella misma noc!e, ya a eso de las once, y ella, feli), volvi" a entrar en su !ogar. l cabo de casi un a;o de ausencia, con la impresi"n para toda su vida de la lecci"n sufrida y la evidencia del dedo de Dios en todo este mundo..., $ue se manifest" ya desde la milagrosa salvaci"n de la ni;a.
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Diario de un escritor y otros escritos
Las in/urias de mis enemi2os Estando prohibido hacer las necesidades en el arroyo, as# como el pasear desnudo por las calles, 5por 'u0 no prohibir tambi0n esto(((6 Se trata tambi0n de una necesidad $#sica, nociva y vulgar( El )inisterio p=blico deber#a de por s# actuar contra ese atentado a la decencia( Cde -3ensamientos anotados-
ALGO ACERCA DE LOS A3OGADOS (1!# El autor opina sobre los abogados en relación a un muy resonante caso *udicial de la 0poca, en el cual se debat#a el grado de culpabilidad de un su*eto 'ue maltrataba brutalmente a su hi*a de siete a&os( 3or lo dem%s, en particular de los abogados, s"lo dos palabras. o !e !ec!o sino tomar la pluma y ya tiemblo. e rubori)o de antemano por la ingenuidad de mis interrogaciones e !ip"tesis. 3or$ue sería !arto ingenuo e inocente el $ue me pusiese a!ora a encarecer lo provec!osa y simp%tica $ue es la instituci"n de la abogacía. !í tenemos a un !ombre $ue cometi" un delito y no entiende de leyes4 est% dispuesto a confesar ya su crimen, cuando interviene el abogado y le demuestra $ue no s"lo est% en su derec!o, sino $ue !asta es un santo. Le muestra las leyes, le ense;a esta u otra sentencia $ue, de pronto le imprime a la cosa otro cari), y termina sacando de su aprieto al desventurado. O@osa simpati$uísimaP #upongamos $ue pudieran ob&etarnos, diciendo $ue eso es !asta cierto punto inmoral. 3ero ante vosotros ten+is a!ora a un pobre !ombre inocente, ya inocentísimo, aun$ue !abía tantas pruebas contra +l y el fiscal las !abía esgrimido de modo $ue, seg9n parece, lo !ubiera podido perder por una culpa a&ena. El !ombre $ue digo es un ignorante, no sabe &ota de leyes y se limita a murmurar( 2o s+ nada de nada5, tanto, $ue acaba finalmente por poner de mal !umor a &ueces y &urados. 3ero surge el abogado $ue !a ec!ado los dientes estudiando leyes, muestra el artículo n9mero tanto del @"digo, se;ala la sentencia tal o cual del departamento de casaci"n del Su)gado, !ace un lío al fiscal y !e a$uí a nuestro !ombre. o, eso es 9til. MKu+ sería a$uí del inocente si no !ubiera abogadosN Aodo esto, lo repito, son consideraciones ingenuas y $ue carecen de toda novedad. 3ero, a pesar de todo, es muy agradable eso de tener abogados. Ho mismo e'periment+ esa sensaci"n cierta ve) $ue, dirigiendo una revista, inadvertidamente, por no !aberla mirado Ccosa $ue a cual$uiera le ocurre, de&+ insertar una noticia $ue no podía publicarse sino con permiso del se;or ministro de la @orte. H !e a$uí $ue de buenas a primeras me notifican $ue estoy procesado. Ho no $uería defenderme4 no se me ocultaba mi delito( !abía faltado a la ley, sin $ue *ur#dicamente pudiera !aber discusi"n alguna. 3ero los mismos &ueces me designaron un abogado Cpersona $ue no me era del todo desconocida y con la $ue !abía tenido ocasi"n de encontrarme antes en cierta #ociedad. H +l !ubo de e'plicarme $ue no s"lo era yo culpable de nada, sino $ue !abía obrado en pleno derec!o, estando +l decidido a apoyarme con todas sus fuer)as. Ho lo escuc!+, naturalmente, con satisfacci"n4 pero al comparecer en &uicio e'periment+ una impresi"n totalmente inopinada( vi y oí c"mo !ablaba mi abogado, y la idea de $ue yo, $ue era perfectamente culpable, me !ubiera convertido de pronto en inocente, se me anto&" tan c!istosa y, al mismo tiempo, tan interesante $ue, lo confieso, a$uella media !ora $ue allí pas+ la cuento como la m%s alegre de mi vida, siendo lo malo $ue no fuera yo &urisperito y no pudiera comprender $ue era del todo inocente. Desde luego $ue salí condenado4 los &ueces tratan con severidad a los literatos4 tuve $ue pagar veinticinco rublos y debí pasar, encima, dos días en prisi"n donde, por cierto, estuve muy bien y !asta con utilidad, ya $ue !ice algunas amistades.
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Fedor Dostoievski
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Es en grado sumo admirable $ue el abogado emplee su traba&o y su talento en la defensa de los desgraciados( es entonces un amigo de la :umanidad. 3ero ustedes abrigan la idea de $ue, a sabiendas, define y &ustifica al culpable4 m%s a9n( $ue aun$ue $uisiera, no podría !acer otra cosa. e dicen $ue los &ueces no pueden privar de defensa a ning9n delincuente, y $ue el abogado !onrado siempre, en tales casos, se conserva !onrado, por$ue siempre encuentra y define el verdadero grado de culpabilidad de su cliente, s"lo $ue no permite $ue le impongan un castigo e'cesivo, etc+tera. sí es, aun$ue tal suposici"n se aseme&e no poco al m%s desaforado idealismo. mí me parece $ue al abogado le es, a pesar de todo, tan difícil evitar la falsedad y conservar inc"lumes su !onor y su conciencia, como a todo !ombre alcan)ar el 3araíso. 3or$ue ya !emos tenido ocasi"n de oír a los abogados &urar, o poco menos, ante los Aribunales, $ue si se encargaron de defender a su cliente fue 9nicamente por estar convencidos de su inocencia. l escuc!ar tales &uramentos, siempre, siempre resuena en nuestro %nimo esta sospec!a repelente( 2OH si mintiera y se !ubiese encargado de la defensa por el dineroP5. H, en efecto, muc!as veces resulta despu+s $ue esos procesados, defendidos con tanto fervor, aparecen plena e indiscutiblemente culpables. o s+ si a$uí se dar%n casos de abogados $ue, $ueriendo mantener !asta el fin su papel de estar convencidos de la inocencia de sus clientes, se !ayan desmayado al escuc!ar el veredicto condenatorio del Surado. En verdad, enseguida se recuerda el refr%n popular( 2El abogado es una conciencia de al$uiler54 pero, sobre todo, ocurre la est9pida parado&a de $ue el abogado no puede nunca obrar en relaci"n con su conciencia, vi+ndose obligado a traicionarla aun$ue no $uiera. Es un !ombre condenado a no tener conciencia. Finalmente, lo importante y serio en todo esto es $ue posici"n tan triste parece impuesta por alguien o por algo, !asta el punto de no considerarse ya una propensi"n, sino algo enteramente normal.
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Ri4ue5a a ri'ue"a es un robustecimiento del individuo, una liberación mec3nica y espiritual y, en consecuencia, un desprendimiento del individuo respecto del todo( Cde -3ensamientos anotados-
EL TALENTO (1!# Al re$le%ionar sobre el talento, Dostoievski intenta encontrar la respuesta a un di$#cil y eterno interrogante> 5el talento domina al hombre o el hombre domina al talento6 MKu+ es el talentoN El talento es, ante todo, una cosa muy 9til. El literato de talento es capa) de e'presarse bien allí donde otro se e'presaría mal. Dices $ue, en primer t+rmino, !ace falta una direcci"n, y despu+s el talento. @onforme4 yo no me proponía referirme al arte, sino tan s"lo a algunas propiedades del talento, generalmente !ablando. Las propiedades del talento, generalmente !ablando, son muy diversas y, a veces, sencillamente insoportables. En primer lugar, 2talento obliga...5, Ma $u+, por e&emploN 3ues, a veces, a las cosas m%s feas. $uí surge una cuesti"n insoluble( Mes el talento el $ue domina al !ombre o el !ombre $uien domina su talentoN mí, seg9n las observaciones $ue !e podido !acer sobre los talentos, vivos o muertos, se me anto&a muy difícil $ue el !ombre pueda dominar su talento, siendo este el $ue, por el contrario, gobierna a su poseedor y, por así decirlo, le tira de la manga Csí, así como suena, arrastr%ndolo a gran distancia del verdadero camino. En no s+ $u+ pasa&e de >ogol, un embustero se pone a contar no s+ $u+, y $ui)% di&era verdad4 pero intercalaba tales pormenores en el relato, $ue no era posible $ue lo fuera. @ito esto 9nicamente a modo de símil, aun$ue !ay talentos especialmente fraudulentos. El novelista A!ackeray, describiendo un !ombre de mundo, embustero y c!istoso, de la buena sociedad y $ue se trataba con lores, dice $ue al salir de una reuni"n gustaba de&ar detr%s de sí un reguero de risas4 es decir $ue se reservaba la gracia me&or para el final, con ob&eto de suscitar la risa. Esa misma preocupaci"n puede acabar por !acerle perder toda seriedad a un !ombre. #in contar con $ue cuando la tal agude)a no sucede espont%neamente, es preciso idearla. e dir%n $ue con tales e'igencias se !ace imposible la vida. H es verdad. 3ero convendr%n conmigo tambi+n en $ue raro es el talento $ue no presenta ese ac!a$ue, casi innoble, $ue siempre influye en el !ombre m%s despe&ado.
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A mis +r6ti+os No persigo honores ni los acepto, y no es en verdad mi intención treparme a las estrellas para orientarme( Cde -3ensamientos anotados-
EL NACI7IENTO DE UN ESCRITOR (1!!# Dostoievski relata a'u# los recuerdos de su e%itosa iniciación como escritor, la alegr#a incomparable 'ue vivió despu0s de producir su primera obra y, lo 'ue es me*or, alcan"ar el triun$o con ella( los !ombres nos suele ocurrir una cosa muy particular. ekr%sov 1 y yo nos !abremos visto apenas en la vida. :abremos tenido nuestras discrepancias, pero una ve) nos sucedi" algo $ue yo nunca !e podido olvidar. En a$uel tiempo CO!ace ya treinta a;osP ocurri" algo tan &uvenil, lo)ano y bueno, una de esas cosas $ue en el cora)"n de los interesados perdura indeleblemente. Aeníamos entonces poco m%s de veinte a;os. 6ivía yo en 3etersburgo y !acía un a;o $ue !abía presentado mi dimisi"n a mi puesto de ingeniero, sin saber por $u+, teniendo delante el m%s vago e incierto porvenir. Era en mayo del a;o cuarenta y cinco. comien)os del invierno me !abía puesto, de pronto, a escribir mi novela Pobres gentes, mi primera obra, pues !asta entonces no !abía escrito nada. Aerminado mi traba&o, no sabía $u+ !acer con +l ni a $ui+n ofrec+rselo. elaciones literarias no tenía ninguna, $uitando, a lo sumo, a D. 6. >rig"rovic!, el cual tampoco !abía escrito nada todavía, salvo un breve boceto, ?aiteros petersburgueses, $ue se public" en un almana$ue. @reo $ue estaba entonces en vísperas de trasladarse al campo con su familia, y vivía a9n por alg9n tiempo con ekr%sov. *na ve) $ue vino a verme, me di&o( 2Ll+veme usted su manuscrito Ca9n no lo !abía leído4 ekr%sov piensa editar el a;o $ue viene una recopilaci"n4 se lo ense;ar+5. Le llev+ el manuscrito4 vi a ekr%sov un momento y le estrec!+ la mano. Ho estaba abrumado por el atrevimiento de !aberle llevado mi obra y me fui de allí lo m%s pronto $ue pude, casi sin !aber cru)ado palabra alguna con ekr%sov. penas contaba con el +'ito, pues a$uel partido de os Anales Patrios, como le llamaban, me daba muc!o miedo. ?ielinski lo !abía leído un par de a;os antes, con deleite, mas se me anto&aba gru;"n y terrible, y... -se burlar% de mis Pobres gentes5, pensaba. 3ero s"lo a ratos, pues lo !abía escrito con pasi"n, casi con l%grimas. 2MGría a resultar a!ora $ue todo eso, todas a$uellas !oras $ue yo pas+, pluma en ristre, escribiendo la novela, era realmente mentira, fantasía, falso sentimientoN5 sí pensaba yo, naturalmente, s"lo a ratos, pues la desconfian)a y la duda estaban siempre al acec!o. La noc!e del día en $ue de&+ allí mi manuscrito fui a ver a un antiguo camarada, $ue vivía muy le&os4 nos pasamos toda la noc!e !ablando de Almas muertas, de >ogol, y leímos ese libro, por en+sima ve). En a$uel tiempo, eso era frecuente entre los &"venes( en cuanto se reunían dos o tres, alguno no tardaba en proponer( 2MKuieren ustedes $ue leamos algo de >ogol, se;oresN5, y, efectivamente, se ponían a leerlo y así se pasaban la noc!e entera. :abía anta;o muc!os, muc!ísimos &"venes $ue parecían penetrados de alguna cosa y como si esperasen algo. Las cuatro eran cuando volvía a casa, las cuatro de una noc!e blanca, casi tan clara como el día.
Poeta ruso apenas mayor que Dostoievski, ya consagrado cuando este comenzó a escribir. Autor de Los últimos cantos , entre otras obras. 1
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Fedor Dostoievski
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:acía un tiempo e'traordinariamente caluroso, y al entrar en casa no me acost+, sino $ue abrí la ventana y me sent+ allí. De pronto, suena la campanilla, con no poco asombro de mi parte. 3ero enseguida irrumpen en el cuarto >rig"rovic! y ekr%sov, se me ec!an encima, me abra)an con verdadero entusiasmo, y poco falt" para $ue ambos se ec!asen a llorar. $uella noc!e !abían recogido mi manuscrito y empe)ado a leerlo, para ver de $u+ se trataba. 2?astar% con leer die) líneas.5 3ero, despu+s de !aber leído las die) líneas, resolvieron continuar leyendo, y así siguieron, ya sin interrupci"n, toda la noc!e, !asta la alborada, en vo) alta y relev%ndose mutuamente cuando se cansaban. 2Le toc" a +l leer lo de la muerte del estudiante me cont" despu+s >rig"rovic!, cuando nos $uedamos solos , y al llegar a ese punto en $ue el padre va corriendo detr%s del coc!e f9nebre del !i&o, noto $ue a ekr%sov le tiembla la vo) una, dos veces, y de pronto no puede contenerse y da una palmada sobre el manuscrito. -O!, $u+ !ombreP- #e refería a usted4 y así transcurri" toda la noc!e. Luego $ue terminamos la lectura, de com9n acuerdo, decidimos venir a buscarle a usted( -MKu+ importa $ue est+ durmiendoN Lo despertaremos. OEsto vale m%s $ue el sue;oP-5. Aiempo despu+s, cuando ya llegu+ a conocer a ekr%sov, recordaba con asombro a$uellas !oras4 es por naturale)a un !ombre reconcentrado, casi receloso, cauto, muy poco comunicativo. Aal, por lo menos, me !a parecido siempre, y a &u)gar por eso, a$uel instante de nuestro primer conocimiento debi" de ser en verdad el arrebato de un sentimiento !ondísimo. Estuvieron conmigo cerca de media !ora, y en a$uella media !ora !ablamos Dios sabe de cu%ntas cosas, entendi+ndonos a media palabra, e'pres%ndonos m%s por e'clamaciones $ue por frases, al vuelo4 !ablamos tambi+n de la poesía, de la verdad y de la situaci"n de entonces, y ni $u+ decir tiene $ue de >ogol, citamos partes de su @nspector y de las Almas muertas4 pero el tema principal fue ?ielinski. 2:oy mismo le llevo su manuscrito, y ya ver% usted...4 es un !ombre...4 Osi usted supiera $u+ clase de !ombre esP O Ha lo conocer% usted, y podr% ver por sí mismo $u+ alma la suyaP5, decía ekr%sov, $ue tenía puestas ambas manos sobre mis !ombros y me )arandeaba, lleno de e'citaci"n. 23ero, bueno, a!ora, a dormir4 acu+stese usted, $ue nos vamos4 pero ma;ana no de&e de ir temprano a vernos.5 O@"mo !ubiera podido yo dormir despu+s de todo a$uelloP OKu+ alegría, $u+ triunfoP nte todo, recuerdo todavía $ue lo $ue m%s estimaba yo era el sentimiento. 2Itros tendr%n +'itos, los pondr%n por las nubes, acudir%n a felicitarlos4 pero a mí esos !an venido a verme con l%grimas en los o&os, a las cuatro de la madrugada, y a despertarme, por$ue eso vale m3s 'ue el sue&o... O!, y $u+ gustoP5 Aales cosas pensaba yo en a$uel instante. O@"mo iba a poder dormirP ekr%sov le llev" el manuscrito a$uel mismo día a ?ielinski. #entía por +l un respeto sin límites4 toda su vida le !abía tenido m%s cari;o $ue a nadie. 3or a$uel tiempo no !abía escrito a9n ekr%sov nada de la importancia de lo $ue luego, de pronto, al a;o siguiente, escribi". #eg9n mis noticias, ekr%sov !abía llegado a 3etersburgo a los diecis+is a;os, enteramente solo. H desde los diecis+is a;os, o poco menos, escribía. En relaci"n a su conocimiento con ?ielinski, no s+ muc!o4 pero ?ielinski le tom" desde el principio gran aprecio e influy" no poco en la orientaci"n de toda su obra. #eguramente $ue !abría !abido entre ellos, no obstante los pocos a;os de ekr%sov y la diferencia de edades, momentos y palabras de esas $ue influyen en nosotros de tal manera $ue nos unen para toda la vida con la)o indisoluble. O:a aparecido un nuevo >ogolP e'clam" ekr%sov, alto, al entrar con mis Pobres gentes en casa de ?ielinski. ustedes les brotan los >ogoles como las setas observ" ?ielinski en tono severo, pero tom" el manuscrito. @uando ekr%sov volvi" por allí a$uella noc!e, lo recibi" ?ielinski sencillamente emocionado( OAr%igamelo usted, tr%igamelo usted enseguidaP
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sí $ue me llevaron a su casa Cera ya el tercer día. ecuerdo $ue al primer golpe de vista me c!oc" muc!o su figura, a$uella nari), a$uella frente4 no s+ por $u+ me !abía imaginado de otro modo a a$uel crítico terrible, tremendo. e recibi" con un gesto de enorme seriedad y reserva. 2?ueno, $ui)% sea esto lo propio del caso5, pens+4 pero no !abía pasado, me parece, un minuto, cuanto ya todo !abía cambiado. $uella seriedad no era la premeditada reserva de un persona&e c+lebre, de un gran crítico $ue recibe a un novel de veintid"s a;os, sino $ue respondía, por así decirlo, al respeto $ue le inspiraban los sentimientos $ue an!elaba comunicarme lo m%s pronto posible, las graves palabras $ue pensaba decirme. ompi" a !ablar con e'altaci"n y ec!ando fuego por los o&os( 23ero Mcomprende usted mismo repiti" varias veces, seg9n su costumbre de !ablar a saltos lo $ue !a escrito ustedN5. C>ritaba siempre de a$uel modo cuando le dominaba un sentimiento en+rgico. 2#"lo con su instinto inmediato, s"lo como artista, !a podido usted escribir eso4 pero M!a podido usted abarcar tambi+n con la ra)"n toda la terrible verdad $ue nos denunciaN o es posible $ue usted, con sus veinte a;os, lo comprenda. Ese desdic!ado funcionario $ue usted nos pinta !a llegado al e'tremo por efecto del continuo servicio4 se !a encontrado, por fin, en el caso de no atreverse a considerarse infeli) por pura sumisi"n, y la m%s leve $ue&a se le anto&a cosa de librepensamiento, eso es, ni si$uiera osa creerse con derec!o a sentirse infeli)4 y cuando un buen !ombre, su general, le da a$uellos cien rublos, $ueda des!ec!o, anonadado de asombro de $ue un !ombre como a$uel, -uestra E%celencia, no Su E%celencia, sino -uestra E%celencia, como +l dice, !aya podido compadecerse de su !umilde persona. OH a$uel bot"n $ue se le cae, al momento de besarle la mano al general, ya no es piedad lo $ue inspira ese desdic!ado, sino !orror, !orrorP O3recisamente en esa gratitud se cifra todo el espantoP OEs una tragediaP O*sted !a llegado a$uí al meollo del asuntoP osotros, publicistas y críticos, no !acemos m%s $ue desvelarnos por e'presar eso con palabras4 pero ustedes los artistas, de un solo tra)o, resaltan palpablemente la esencia misma de la cosa, de modo $ue parece poder toc%rsela con la mano, y aun el lector menos ave)ado a pensar todo, lo comprende enseguida. OAal es el secreto del arte, tal es la verdad del arteP O$uí est% el artista al servicio de la verdadP O usted se le !a revelado la verdad, como a artista $ue es4 !a venido al mundo con ese don4 aprecie usted ese don debidamente, s+ale fiel, y llegar% a ser un gran artistaP5 Aodo eso me di&o entonces. Aodo eso les di&o tambi+n despu+s, !ablando de mí, a otros muc!os $ue todavía viven y pueden atestiguarlo. e separ+ de +l, encantado. e detuve en la es$uina de su casa, contempl+ el cielo claro, el día radiante, la gente $ue pasaba, y sentí plenamente, con todo mi ser, $ue en mi vida !abía surgido un instante solemne, un cambio para siempre4 $ue algo nuevo !abía empe)ado, pero algo $ue ni en mis m%s fogosos sue;os me !ubiese atrevido a imaginar. CH eso $ue entonces yo era un so;ador tremendo. 2M#ería verdad $ue yo era tan grandeN5, pensaba, avergon)ado, en una suerte de tímido +'tasis. 2OI!P o se rían ustedes4 luego no !e vuelto a pensar nunca $ue fuera grande4 pero entonces, M$ui+n podía soportar a$uelloN5 OI!, ya me !ar+ digno de esos elogiosP 3ero O$u+ !ombres esos, $u+ !ombresP #í, son !ombres. Kuiero merecer esas alaban)as4 me esfor)ar+ para ser un !ombre tan e'traordinario como ellos4 ser0 $iel . OI!, y $u+ atolondrado soy a9n, y si ?ielinski supiese lo in9til y torpe $ue soyP H todavía dice la gente $ue esos literatos son soberbios, vanidosos y fatuos. un$ue, despu+s de todo, es verdad $ue s"lo esos !ombres son los $ue !ay en usia, los $ue pesan. Est%n realmente solos, pero tienen a su lado la verdad4 y esta y el bien triunfar%n siempre sobre el vicio y la maldad. sí $ue triunfaremos. OI!, por ellos, con ellosP Aodo esto pens+ entonces. ecuerdo a$uel instante con la mayor claridad. H nunca !e podido olvidarlo. Fue el instante m%s embriagador de toda mi vida. @uando se me venía al pensamiento en los presidios de #iberia, se me levantaba nuevamente el espíritu. un a!ora pienso en +l con fruici"n. H !e a$uí $ue !ace poco, al cabo de treinta a;os, se me !a
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vuelto a representar ese instante, en tanto me !allaba a la cabecera de ekr%sov. e parecía $ue volvía a vivirlo de nuevo. Le record+ el episodio a la ligera, dici+ndole 9nicamente $ue en otro tiempo !abíamos vivido algo en com9n, y pude comprobar $ue me !abía entendido. 6erdaderamente, ya lo sabía yo. l salir del presidio, +l me !abía indicado una poesía suya, dici+ndome( 2Esto lo !ice entonces por usted5. H, no obstante, !emos estado toda la vida separados. En su lec!o de enfermo pensar% a!ora en sus amigos muertos. Sin terminar 'uedan sus cantos( A traición sucumbieron en la $lor de su edad( a maldad acabó con ellos( Desde las mudas paredes, con reproche me miran los retratos de los muertos( Aerrible a$uí esa frase( con reproc!e. MFuimos leales, lo fuimos de verasN ll% $ue lo resuelva cada cual seg9n su &uicio y conciencia. 3ero lean esas apasionadas canciones, y $uiera Dios $ue de nuevo se reanime nuestro amado y apasionado poeta. 3oeta apasionado !asta el dolor...
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enera+i,n a altura de un alma puede medirse en parte, sin m3s, $i*3ndose en hasta 'u0 grado es capa" de inclinarse, y ante 'ui0n, con veneración 1o devoción2( Cde -3ensamientos anotados-
LA 7ENTIRA SE SALA DE LA 7ENTIRA (1!!# (A+er+a de Don 8ui/ote# Con pasión y desmesura, Dostoievski transmite la conmoción 'ue le provocó la lectura de Don /ui*ote y las ideas y sensaciones 'ue la novela de Cervantes sembraron en 0l( Don Kui&ote es un gran libro4 es del n9mero de los eternos, de esos con $ue s"lo de tarde en tarde se ve gratificada la :umanidad. H observaciones an%logas respecto de lo m%s profundo de nuestra !umana naturale)a se !allan en ese libro, en cada p%gina. Ha el solo !ec!o de $ue #anc!o, esa encarnaci"n de la sana ra)"n, de la prudencia y la %urea medianía, se consagrase a ser amigo y compa;ero de aventuras del m%s loco de los !ombres, +l precisamente y no ning9n otro, es notable. #e pasa todo el tiempo enga;%ndole como un ni;o y, no obstante, est% plenamente convencido del gran talento de su amo4 se conmueve !asta lo pat+tico ante su grande)a de alma, cree a pies &untillas en todos los fant%sticos sue;os del caballero, y ni una sola ve) pone en duda $ue a$uel !abr% de con$uistar alg9n día una ínsula para regal%rsela. O@uan de desear sería $ue nuestros &"venes conociesen esa gran obraP o s+ lo $ue a!ora pasar% en las escuelas, con la Literatura4 pero sí s+ $ue ese libro, el m%s grande y triste de cuantos libros !a creado el genio de los !ombres, levantaría el alma de m%s de un &oven con el poder de una gran idea, sembraría en su cora)"n la semilla de grandes problemas y apartaría su espíritu de la sempiterna adoraci"n del est9pido ideal de la medianía, del orondo amor propio y la vulgar sabidur#a pr3ctica. Ese libro, el m%s triste de todos, no olvidar% el !ombre llevarlo consigo el día del Suicio Final. H denunciar% el m%s !ondo, terrible misterio del !ombre y de la !umanidad en +l contenido( $ue la belle)a suprema del !ombre, su pure)a mayor, su castidad, su lealtad, su valor todo y, finalmente, su talento m%s grande, se consumen !artas veces, por desgracia, sin !aber reportado a la :umanidad provec!o alguno, convirti+ndose en un ob&eto de irrisi"n, s"lo por faltarle al !ombre con tan ricos dones agraciado, un don supremo( el genio necesario para dominar la ri$ue)a y poder de esas dotes, gobernarlas y dirigirlas esto es lo principal, no por fant%sticos caminos de locura, sino por la senda recta, emple%ndolos en el bien de la :umanidad. 3ero, desgraciadamente, son tan pocos, tan po$uísimos los genios concedidos a las ra)as y pueblos $ue, con frecuencia, estamos obligados a presenciar esa ironía del Destino( $ue la actuaci"n del m%s noble y ferviente fil%ntropo sea blanco de burlas y pedradas, por no atinar en la !ora decisiva con el verdadero sentido de las cosas y no encontrar una palabra nueva. 3ero este espect%culo del desperdicio de fuer)as m%s grandes y nobles puede, efectivamente, inducir a desesperaci"n a m%s de un amigo de los !ombres, movi+ndole, no a risa, sino a llanto ardiente, empon)o;ando para siempre con la duda su !asta entonces cr+dulo cora)"n. 3or lo dem%s, s"lo !e $uerido aludir a uno solo de los rasgos característicos de Don Kui&ote, a una de las observaciones incontables $ue @ervantes !a !ec!o sobre el cora)"n del !ombre y e'puesto de forma magistral. El !ombre fant%stico, persuadido !asta la locura de la m%s fant%stica ilusi"n $ue pueda imaginarse, se ve de pronto asaltado por la duda $ue amena)a dar al traste con toda su fe. H es notable $ue lo $ue motiva esa duda no sea la incongruencia de su locura naciente, ni
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la descripci"n de a$uellos caballeros $ue corrían aventuras por el bien de la :umanidad, ni el desatino de los sortilegios de los magos, $ue refieren esos libros tan $idedignos, sino algo completamente secundario, lo $ue bruscamente suscita su duda. El !ombre fant%stico siente de pronto el ansia de realismo. o le desconcierta el !ec!o de $ue s9bitamente $ueden tropas enteras encantadas. OI!, eso no le inspira la menor dudaP M@"mo !abrían podido demostrar su !eroísmo esos caballeros magníficos si no se !ubiesen visto en trances tales, si no !ubiesen tenido gigantes y !ec!iceros malignos y envidiosos de su grande)aN El ideal del caballero andante es tan alto, tan bello y 9til, y de modo tal se !a apoderado del cora)"n de Don Kui&ote, $ue se le !ace ya imposible renunciar a la creencia incondicional en +l, pues eso e$uivaldría a traicionar el deber y traicionar el amor a Dulcinea y a la :umanidad. 3ero cuando, al fin, renunci" a todo4 cuando se cur" de su locura y se convirti" en un !ombre listo, no tard" en irse de este mundo, pl%cidamente y con triste sonrisa en los labios, consolando todavía al lloroso #anc!o y amando al mundo con la gran fuer)a de a$uel amor $ue en su santo cora)"n se encerrara, y viendo, sin embargo, $ue no !acía ya falta alguna en la Aierra. o, lo $ue le desconcertaba era, sencillamente, una consideraci"n en todo punto e'acta, en todo punto matem%tica( la de $ue por m%s poderoso $ue un caballero fuese, espada en ristre, a descargar mandobles a diestro y siniestro, !abía de serle, con todo, imposible vencer a un e&+rcito de cien mil !ombres, en el espacio de unas pocas !oras, y aun$ue fuese en un día y, adem%s, no de&ando con vida a ning9n enemigo. 3ero Oasí se dice, no obstante, en esos libros fidedignosP M#e tratar% de una mentiraN 3ero Osi esa fuera mentira, todo lo dem%s lo sería tambi+nP M@"mo salvar la verdadN H !e a$uí $ue entonces, para salvar la verdad, idea +l otra ilusi"n, dos, tres veces m%s fant%stica, ingenua y disparatada $ue la primera( imagina cien mil !ombres !ec!i)ados, con cuerpos de molusco, $ue la aguda espada del caballero puede traspasar con facilidad y rapide) die) veces mayores de las $ue consentirían cuerpos de !ombres corrientes. De esta suerte $ueda satisfec!o el realismo, salvada la verdad, y +l puede seguir creyendo tran$uilamente en la ilusi"n primera y m%'ima, y todo esto gracias a la ilusi"n segunda, muc!o m%s absurda todavía, concebida por +l sencillamente para salvar el realismo de la primera. eco&%monos a!ora en nosotros mismos y e'amin+monos( Mno nos !a ocurrido a cada uno de nosotros, otro tanto en la vida, un centenar de vecesN #upongamos $ue te !as encari;ado con un sue;o, una ilusi"n, una idea, una convicci"n o un !ec!o e'terno $ue !i)o mella en tu %nimo, o finalmente, con una mu&er $ue te encant". @on toda el alma te consagras al ob&eto de tu amor. 3ero, no obstante estar tan enamorados, pese a toda tu ceguera, si !ay en ese ob&eto de tu amor una mentira, una e'celencia, algo $ue t9 mismo e'ageraste y le descubriste en tu primer arrebato de pasi"n, 9nicamente para !acer de eso tu ídolo y postrarte ante +l, a pesar de todo, en secreto, no de&as de sentir cierto esco)or4 la duda te atosiga, importuna tu ra)"n, se pasea por tu alma, y no te consiente $ue vivas tran$uilo con tu sue;o amado. 3ues bien( Mno recuerdas, no te lo confiesas a ti mismo en tu interiorN MKu+ fue entonces lo $ue de pronto te sirvi" de consueloN Mo fuiste y fraguaste un nuevo ensue;o, una nueva patra;a, acaso !orriblemente vulgar, pero en la $ue te diste prisa a poner tu fe s"lo por !aber disipado tu primera dudaN
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CARTAS DE DOSTOIES0I (rela+ionadas +on sus o9ras# Antes, durante y despu0s de la publicación de sus obras, Fedor Dostoievski escribió miles de cartas a parientes, amigos y editores( En ellas cuenta el proceso de creación de sus mayores traba*os, entre la conciencia de ser el me*or y sus eternas dudas sobre su capacidad, con los $antasmas de la miseria y la en$ermedad rond3ndolo siempre( En el via*e in'uietante 'ue proponen estas cartas puede leerse tambi0n la di$#cil relación del autor con los editores, el dinero, los lectores y el 0%ito(
SO3RE CRIMEN Y CASTIGO #* :EI lSGL #emipalatinsk, <1 de mayo de 18Q8 La idea fundamental de mi novela es muy feli)4 la figura del protagonista, nueva y nunca llevada al libro. #e trata, sin embargo, de una figura muy frecuente !oy en la vida real en usia Cseg9n infiero de los movimientos e ideas nuevos, $ue a todos dominan, y estoy seguro de $ue a mi regreso, lograr+ enri$uecer la novela con nuevas observaciones. o !ay $ue precipitarse, amigo mío, sino procurar !acer algo bueno. A9 me escribes $ue yo soy muy vanidoso y $uiero destacarme a!ora con alguna obra de m+rito sobresaliente, y $ue por eso estoy empollando pacientemente, incubando esa obra descollante. #upongamos $ue sea cierto4 pero como yo tengo por a!ora el prop"sito de de&ar a un lado las novelas, y s"lo traba&o en dos novelas cortas $ue no pasar%n de medianas, no !ay $ue !ablar de $ue empollo. MDe d"nde sacas t9 $ue al primer intento se pueda pintar un cuadroN M@u%ndo !as ad$uirido esa convicci"nN @r+eme a mí4 para todo se re$uiere traba&o, una labor gigantesca. Aen la seguridad de $ue cual$uier poema gracioso y ligero de 3usc!kin nos parece a!ora a nosotros tan gracioso y ligero precisamente por lo muc!o $ue lo traba&" y corrigi" el poeta. Esa es la verdad. >ogol tard" oc!o a;os en escribir su Almas muertas. Aodo lo $ue sale de un tir"n est% todavía verde. Dicen $ue en los manuscritos de #!akespeare no se advierten tac!aduras. 3ues por eso, precisamente, presenta tales monstruosidades y pruebas de mal gusto4 si !ubiera traba&ado m%s, le !abría salido me&or. A9, sin duda, confundes la inspiraci"n, la primera moment%nea aparici"n de una imagen o un impulso en el alma del artista Ccosa $ue siempre ocurre, con el traba&o. Ho empie)o por escribir cada escena seg9n se me ocurre en el primer momento, y me recreo muc!o con ella4 pero luego me estoy traba&%ndola por espacio de meses y !asta de un a;o. e de&o entusiasmar por ella varias veces Cpues me gusta la escena, y tac!o a$uí, y pongo all%4 y, cr+eme, la escena siempre sale ganando. #"lo $ue !ay $ue tener inspiraci"n. #in inspiraci"n, naturalmente, no se puede !acer nada. #* :EI lSGL #emipalatinsk, = de mayo de 18Q= A9 me escribes siempre noticias por el estilo de esas de $ue a >onc!%rov le !an dado por su novela siete mil rublos y $ue J%tcov le !a pagado a Aurgu+niev cuatro mil rublos por Nido de nobles, o sea cuatrocientos rublos por pliego. C:e leído, por fin, la novela de 2
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Aurgu+niev. Es magnífica. migo mío, de sobra s+ $ue yo no escribo tan bien como Aurgu+niev4 pero la diferencia, realmente, no es tan grande, y espero, con el tiempo, escribir tan bien como +l. M3or $u+, estando tan apurado, me avengo a cobrar cien rublos por pliego, mientras $ue Aurgu+niev, $ue posee dos mil siervos, cobra cuatrocientos rublosN 3ues por eso mismo de $ue soy pobre y tengo $ue traba&ar a toda velocidad y por el dinero4 así $ue todo lo ec!o a perder. lSGL lJGFWI6G@: JVAJI6 C?orrador, 18/Q Estimad#simo )i*ail Niki$órovich( M3odría yo contar con publicar mi novelita en su El )ensa*ero +uso6 Llevo ya escribi+ndola dos semanas, a$uí en Xiesbaden, y estoy a punto de terminarla. e $uedan a9n dos semanas de traba&o, acaso m%s. 3ero, de todos modos, puedo asegurarle terminantemente $ue estar% lista dentro de un mes, y podr% tenerla en su poder dentro de ese pla)o, sin falta. :asta donde yo puedo &u)gar, esa novela no desentona en modo alguno con la tendencia de su revista4 antes por el contrario. Es un estudio psicol"gico de un crimen. Rpoca, la actual, este mismo a;o. *n &oven de clase media $ue, e'pulsado de la *niversidad, se encuentra en la mayor miseria. Rl sufre el influ&o de algunas raras, prematuras ideas $ue flotan en el aire, y por efecto de su ligere)a y la inconsistencia de sus ideas, resuelve salir por una ve), de su vida de apuros. este fin, decide matar a una vie&a, viuda de un conse&ero, prestamista de dinero. La vie&a es tonta, sorda, enferma, avara. Es mala y destruye una vida !umana, pues es$uilma a una !ermana m%s &oven, $ue le sirve de criada. 2ada vale... M3ara $u+ viveN MLe es 9til a alguienN5. Estas preguntas y otras seme&antes desconciertan al &oven, el cual decide matarla y robarle, con la idea de !acer feli) a su madre, $ue vive en la provincia4 librar a su !ermana, $ue est% de ama de llaves con unos terratenientes, del !umillante asedio del cabe)a de dic!a familia y de las indecentes proposiciones a $ue estar% e'puesta toda su vida4 terminar +l sus estudios en la *niversidad y marc!arse al e'tran&ero, para ser allí toda su vida una persona correcta, seria, $ue cumpla sus deberes para con la :umanidad, con lo $ue, naturalmente, e'piar% su culpa, sobre todo !abida cuenta de $ue el !ec!o de suprimir a una vie&a est9pida, mala y enferma, $ue no sabe si$uiera para $u+ est% en este mundo y $ue $ui)%s estaba llamada a morir de muerte natural dentro de un mes, no constituye propiamente un crimen. un$ue tales crímenes son muy difíciles de consumar, y !uellas e indicios salen con facilidad a la superficie, estando adem%s el asesino e'puesto al albur de la casualidad $ue puede delatarlo, logra nuestro !ombre, en virtud de esa misma casualidad, llevar a r%pido y feli) t+rmino su designio. Aranscurre luego alrededor de un mes, !asta $ue llega la cat%strofe. o !ay $uien sospec!e de +l ni puede !aberlo. H a$uí empie)a a desarrollarse todo el proceso psicol"gico del crimen. El asesino se estrella contra problemas insolubles, inopinados4 e'tra;os sentimientos le torturan el cora)"n. La verdad de Dios y la ley de los !ombres triunfan por fin, y el !ombre termina por comprender $ue debe denunciarse +l mismo. #e ve obligado a ello para e'piar su crimen en #iberia, y de este modo, cuando menos, poder luego reintegrarse al mundo de los !ombres. El sentimiento de ser e'tra;o, de estar divorciado de toda la :umanidad, $ue e'perimenta a raí) de cometer su crimen, lo tortura de manera indecible. Ariunfan la ley de la aturale)a, la ley de los !ombres... H el criminal decide sufrir todos los martirios con tal de e'piar su culpa. e cuesta muc!o traba&o e'ponerle a usted con toda claridad mis pensamientos.
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En mi novela se encuentra, adem%s, una alusi"n a la idea de $ue el castigo &urídico de los delincuentes asusta e intimida a estos muc!o menos de lo $ue el legislador imagina, lo $ue se debe, en parte, a la ra)"n de $ue el propio mal!ec!or, de por sí, pide ya moralmente un castigo. :e tenido !artas ocasiones de observar este fen"meno aun en !ombres totalmente degradados, y con frecuencia, en forma muy primitiva. 3ero yo $uería representarlo en el e&emplo de una personalidad altamente desarrollada, de la nueva generaci"n, para !acer resaltar de un modo m%s claro y comprensible mi idea. @iertos casos, de un pasado muy reciente, me !an convencido de $ue el argumento de mi libro no tiene nada de e'c+ntrico, pues el detalle de $ue el criminal sea un &oven culto tiene su fundamento. El a;o pasado me contaron de un estudiante de osc9 $ue, e'pulsado de la *niversidad a raí) de los sucesos $ue allí ocurrieron, decidi" matar al correo y robar la posta. Aambi+n en nuestros días leemos muc!os e&emplos de ese trastorno moral $ue conduce a los actos m%s crueles. En una palabra( estoy convencido de $ue la actualidad, cuando menos en parte, dar% la ra)"n a mi obra. i $ue decir tiene $ue, en la precedente descripci"n del argumento de mi novela falta a9n el argumento mismo4 pero creo $ue ser% muy interesante, aun$ue respecto de su e&ecuci"n artística no soy el llamado a &u)garlo. @on demasiada frecuencia !e escrito yo cosas malas, muy malas, por la necesidad de darme prisa y tenerlas terminadas en un pla)o fi&o. un$ue, despu+s de todo, !e escrito esas cosas sin prisa y con muc!o fuego. sí $ue procurar+, aun$ue !aya de escribir esta obra para mí solo, escribirla lo me&or $ue pueda. lSGL lJGFWI6G@: C?orrador desde 3etersburgo Estimad#simo )i*ail Niki$órovich( :abiendo recibido su contestaci"n a la carta $ue le escribí desde el e'tran&ero, me creía ya autori)ado para suponer $ue la aceptaci"n de mi novela para El )ensa*ero +uso era cosa !ec!a, por lo $ue me apli$u+ con todo entusiasmo a la labor. 3ero como me !e dedicado e'clusivamente al traba&o referido, no pudiendo poner mano en ning9n otro y, adem%s, no tengo dinero ni nadie a $uien pedírselo, para poder vivir mientras termino la obra, estoy !ec!o, de momento, lo $ue se dice un mendigo. 3erdone usted $ue le cuente estas intimidades. Ha sabía yo $ue era usted una bella persona, pero nunca !asta a!ora tuve el gusto de conocerlo a fondo. e diri&o a usted de escritor a escritor, y le ruego $ue tome cuenta de mi situaci"n. o soy yo solo en el mundo, sino $ue tengo a mi cargo la familia de mi difunto !ermano, $ue se !alla tambi+n en la mayor miseria. dem%s !ay otras obligaciones sagradas $ue no puedo desatender. #in contar con el menor recurso, siempre obligado a es$uilmar los bienes de mis amigos con continuos ata$ues a su bolsa, a correr de ac% para all% tres días enteros para conseguir un rublo prestado, tengo todavía $ue reali)ar un traba&o serio, y me !allo e'puesto a indecibles torturas morales4 me gusta el traba&o en $ue a!ora me ocupo, tengo cifradas en +l muc!as ilusiones, pero me ver+ obligado a de&arlo descansar, a perder un tiempo precioso y andar de ac% para all% siempre !ostigado. *sted es tambi+n escritor, usted cultiva las bellas letras, de modo $ue me comprender%. OH c"mo, en tal situaci"n, me !e de aplicar a un traba&o $ue de suyo es algo po+tico y re$uiere, por tanto, sosiego espiritual y cierta inspiraci"nP uc!o tiempo !ace ya $ue !ubiera podido enviarle las cuatro partes de $ue consta la novela, listas ya para mandarlas a imprenta. Aodo lo tengo planificado, !asta el menor detalle, si todas esas circunstancias $ue le digo no me lo !ubiesen impedido, estando todavía por terminar la segunda parte.
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dem%s, ni si$uiera tengo la certe)a positiva de $ue mi novela vaya a publicarse en su revista, pues en todo caso no se me !a dic!o nada respecto de la fec!a en $ue !aya de empe)ar a publicarse. En tan insufrible situaci"n, me diri&o a usted con el ruego siguiente( Le suplico $ue me ayude. 3or !aberme consagrado e'clusivamente al traba&o destinado a su revista !e tenido $ue renunciar a cual$uier otro $ue pudiera proportionarme recursos, así $ue !asta !e empe;ado mi ropa. 3or todo lo cual le ruego a usted $ue me facilite mil rublos adelantados. @omo ya tengo recibidos de usted trescientos, s"lo le pido en realidad setecientos. De esos setecientos, ruego a usted $ue me envíe a mí cuatrocientos cincuenta, y doscientos cincuenta a *. ?as9nov, al $ue adeudo esa cantidad. L ?W LEJ#D HE>II6G@: X>EL 18 de febrero de 18// 0... En primer lugar, traba&o traba&o como un for)ado. for)ado. Estoy escribien escribiendo do esa novela para El )ensa*ero +uso, +uso, una gran novela, en seis partes. fines de noviembre ya tenía muc!o escrito y terminado4 pero lo $uem+ todo, a!ora puedo confesarlo. o me gustaba. #e me !abía ocurrido una nueva forma, un nuevo plan, y lo empec+ todo de nuevo. Araba&o día y noc!e, y la tarea me rinde muy poco. #eg9n mis c%lculos, tengo $ue enviarle mensualmente a El )ensa*ero )ens a*ero +uso seis +uso seis pliegos. Es terrible, y s"lo podría !acerlo si tuviese el necesario sosiego espiritual. *na novela es una obra po+tica, y se necesita tran$uilidad de espíritu y fantasía para darle altura. 3ero a mí me acosan los acreedores4 amena)an con encarcelarme. :asta !oy no me !a sido posible entenderme con ellos, y no s+ realmente si lo lograr+, aun$ue muc!os son ra)onables y aceptan mi ofrecimiento de pagarles en cinco a;os. 3ero con los dem%s, a9n no estoy en regla. 3uede usted figurarse si estar+ intran$uilo4 eso me destro)a cabe)a y cora)"n, y llevo muc!os días sin poder !acer nada. Onda y ponte a escribir en esas condicionesP veces es desde todo punto, imposible. 3or eso, me es tambi+n difícil tener un momento libre para c!arlar con los vie&os amigos. OH, adem%s, la enfermedadP l principio, a raí) de mi regreso, regreso, me !i)o sufrir muc!o la epilepsia4 epilepsia4 se !abría !abría dic!o dic!o $ue $uería des$uitarse des$uitarse de los tres meses $ue me !abía de&ado en pa). 3ero a!ora, desde !ace un mes, me atormentan las !emorroides. *sted, probablemente, probablemente, no tiene la menor idea de esa enfermedad ni de lo $ue son sus ata$ues. Ho llevo ya tres a;os $ue se !an propuesto atormentarme dos veces al a;o( en febrero y en mar)o. H fig9rese usted( catorce días CP sin poder tomar la pluma, sentado en un div%n. !ora, durante los 9ltimos catorce días, tendr+ $ue escribir cinco pliegos. OH tener $ue estar acostado, cuando se est% org%nicamente sano, s"lo por$ue no puede uno mantenerse en pie ni sentado, pues inmediatamente $ue se levanta del div%n le entran los retorti&ones...P :ace dos semanas se public" la primera parte de mi novela, en el n9mero de enero de El )ensa*ero +uso. +uso. e refiero a Crimen y castigo. castigo. Ha !e oído algunos &uicios !alagadores acerca de ella. #e dicen allí, cosas atrevidas y nuevas. LEJ#D 3RAI6G@: GLG*JI6 osc9, &unio de 18//
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Liubímov, director de El de El )ensa*ero +uso, +uso , no $uiere publicar uno de los cuatro capítulos $ue tiene en su poder, y J%tkov J%tkov confirma confirma su decisi"n. decisi"n. < :e tenido una c!arla con ambos, pero siguen en sus trece. #obre el capítulo de referencia, nada puedo decir. Lo escribí con verdadera inspiraci"n, pero puede $ue me saliera mal4 s"lo $ue sus remilgos no son por el valor literario de a$uel, sino por la moral. En este sentido, yo tengo ra)"n4 el capítulo no contiene nada inmoral, sino todo lo contrario4 pero ellos son de otro parecer y !asta ven en +l indicios de ni!ilismo. Liubímov me !a manifestado definitivamente $ue debo re!acer el capítulo. Aransigí, y el re!acer a!ora ese largo capítulo me !a costado el mismo traba&o $ue !acer otros tres4 pero ya lo re!ice y lo entregu+. 3or desdic!a, no !e podido volver a ver desde entonces a Liubímov, y no s+ si !an $uedado contentos de mi refundici"n o si !ay $ue modificar m%s el capítulo. sí ocurri" con otro capítulo. Liubímov me di&o $ue !abía tac!ado muc!o, aun$ue no me import", pues !abía suprimido un pasa&e $ue no tenía nada esencial. o s+ $u+ pasar% a!ora, pero las discrepancias de opini"n $ue por culpa de esta novela !an surgido entre la Direcci"n y yo empie)an a molestarme. . *. LG*?YI6 8 de &ulio de 18// )i estimad#simo Nikolai Aleksi0yevich( Aleksi0yevich( e !e retrasado en un día4 pero, en cambio, !e reescrito muc!o4 esta ve) creo $ue !abr+ dado en el clavo. El bien y el mal est%n muy separados y es totalmente imposible me)clarlos y emplearlos a la inversa. :e !ec!o tambi+n las enmiendas $ue usted me indic" y creo $ue con creces. prop"sito, le agrade)co a usted el !aberme dado ocasi"n de volver a repasar el manuscrito. 3uedo afirmar resueltamente $ue yo mismo, por mi parte, lo !ubiera corregido. !ora tengo $ue pedirle un gran favor( Opor @risto, de&e usted todo lo dem%s tal y como est%P Ho !e !ec!o todo cuanto usted !a $uerido4 todo est% deslindado, definido y claro. La lectura del Evangelio tiene a!ora otro color. En una palabra( Od+&eme $ue confíe en usted4 tome usted ba&o su protecci"n mi pobre poema, mi buen ikolai leksi+yevic!P El cuarto capítulo se lo enviar+ en seguida, pero no antes del mi+rcoles. #i fuera posible, lo tendría usted el martes. 3ongo todo mi empe;o en no perder tiempo. uy rendidamente suyo. F. Dostoievski . *. LG*?GI6 3etersburgo, = de diciembre de 18// Le escribí a usted, dici+ndole $ue en este mismo mes le mandaría la tercera parte de Crimen y castigo, castigo, pero no antes del día 1Q, si la Direcci"n lo deseaba. En este caso, s"lo podría darle algunos capítulos de unas proporciones no superiores a dos y medio o tres pliegos. #i usted me escribe dici+ndome $ue los envíe, lo !ar+. 3ero yo $uisiera saber si no podríamos seguir este plan( incluir en el n9mero de octubre una advertencia anunci%ndole al p9blico $ue, el final de Crimen y castigo castigo saldr% este a;o, sin falt falta, a, y darl darloo en los los n9me n9mero ross de novi noviem embr bree y dici diciem embr bre. e. Le digo digo esto esto,, 9nic 9nicaa y e'clusivamente, por$ue de este modo sería incomparablemente mayor la impresi"n $ue la
Se refi refier ere e al capí capítu tulo lo ix de la Segu Segund nda a part parte e de Crime Crimen n y castigo , donde donde Sonia Sonia y Raskó Raskólni lnikov kov leen leen el Evang Evangeli elio o. 3
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novela le !aría al p9blico4 perdone usted esta vanidad de autor y no la tome a risa, pues en verdad es perdonable. 3odr% no tener +'ito mi novela4 pero a mí, $ue soy $uien la escribe, se me debe perdonar ya $ue !asta lo necesito, $ue me prometa un triunfo. De otra suerte, no !abría escritor $ue tomase la pluma. En una palabra( $ue $uisiera poder conducir mi novela de modo $ue !iciese una impresi"n nueva y diese tanto $ue !ablar como al principio. De no ser por eso, no me atrevería a molestar a la Direcci"n, por lo $ue aguardo la decisi"n de usted. Lo $ue usted diga, eso !ar+. Entretanto, traba&o sin parar. 3ara salvarme, !e escrito en menos de un mes die) pliegos de una intensa novela para el editor #tellovskii. 3ero O$u+ diferencia de un traba&o a otro...P 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 Dresde, 7 de enero de 1871 Kueridísimo pollon ikol%yevic!( ecibo su cartita y celebro muc!o $ue !aya recibido una citaci"n referente a mis asuntos. Le ruego una ve) m%s $ue lea usted la copia del contrato de edici"n de Crimen y castigo, castigo, por la $ue se enterar% a fondo de todo. !ora voy a decirle lo siguiente( el no !aber usted encontrado a #tellovskii por siete veces es se;al de $ue se !a dado cuenta del ob&eto de sus visitas, y estoy seguro de $ue no $uiere dar el dinero4 pero, al fin y al cabo, no tendr% m%s remedio $ue pagar, por$ue M$u+ otro recurso le $ued $uedaN aN 3ero 3ero Mcu% Mcu%nd ndoo lo !ar% !ar%NN 3rob 3robab able leme ment nte, e, le ser% ser% vent venta& a&os osoo apla apla)a )arr el pago pago indefinidamente, y apelar% a todos los medios. 3or eso no se debe proceder contra +l directamente4 a mi carta C$ue usted le entreg" no me !a contestado. De modo $ue usted se !a tomado un traba&o in9til, y yo me $uedo sin cobrar. 3or esto le aconse&o lo siguiente( sin renunciar a los derec!os de los poderes $ue le !e conferido para cobrar esa cantidad, cosa $ue especialmente le ruego, pues +l debe saber $ue se !a encargado del asunto una persona decente y un !ombre influyente en el medio literario Ceso les mete miedo a esos su&etos, ases"rese con un abogado e'perto, pues no !a de !aber ning9n proceso serio sin un abogado $ue sepa c"mo se puede sacar el dinero, $u+ medios de coacci"n pueden emplearse y c"mo se puede ec!ar mano de la 3olicía4 un !ombre, en suma, $ue est+ al tanto de todas esas cosas pr%cticas. Esos !ombres abundan muc!o en 3etersburgo. $uí se necesita un picapleitos listo. @laro $ue no !a de ponernos una minuta muy elevada. 3ero como se trata de un asunto seguro, puede cobrarnos barato. @uando ese abogadito lo !aya puesto en el trance de pagar pagar o apec!ugar con un proceso, proceso, pudiendo pudiendo salir condenado al pago de una multa convenida, creo $ue se apresurar% a soltar la plata. sí $ue !ay $ue llevar las cosas de un modo, por decirlo así, policíaco, para $ue en seguida se percate de $ue tiene $ue v+rselas con un picapleitos de cuidado. De eso, naturalmente, usted no se puede encargar, por lo $ue convendría $ue buscase un representante. 3ero yo le ruego muy encarecidamente encarecidamente $ue no de&e en su mano la suprema direcci"n de este asunto. El abogado $ue digo deber% proceder en nombre de usted4 mas el dinero lo !a de recibir usted en propia mano y no confi%rselo a nadie. #e lo ruego encarecidamente...
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Se refiere a El jugador . 3%gina QB de /<
Fedor Dostoievski
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SO3RE EL IDIOTA 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 >inebra, 1/ de agosto de 18/7 Ha comprender% usted el fundamento de todas mis esperan)as4 claro $ue todo esto s"lo podr% cua&ar y dar sus frutos con una condici"n( $ue mi novela me salga bien. 3or eso debo poner todo empe;o en la tarea. Oy, amigo mío, cu%nto, pero cu%nto me pesa !aberme entregado !ace tres a;os a esas locas ilusiones de $ue podría pagar todas esas deudas y !aber firmado tantos pagar+sP MDe d"nde saco yo a!ora la energía y vitalidad necesariasN La e'periencia !a demostrado $ue puedo alcan)ar un +'ito4 pero Ma condici"n de $u+N 3ues a condici"n 9nicamente de $ue gusten todas mis obras y despierten el m%'imo inter+s del p9blico4 de lo contrario, todos mis castillos se derrumban. 3ero Mes eso posibleN MEst% sometido a alg9n c%lculoN #* #I?G #IFY LEJ#VDI6 G6I6SGI6 >inebra, 1 de enero de 18/8 De mi traba&o depende toda mi suerte. o s"lo le !e tomado adelantado a El )ensa*ero +uso cuatro mil $uinientos rublos, sino $ue tambi+n le !e prometido a la Direcci"n, ba&o palabra de !onor y en todas mis cartas vuelvo a repetírselo, $ue escribir+ realmente la novela. 3ero pocos momentos antes de enviar el manuscrito a la revista tuve $ue romperlo en su mayor parte, pues ya no me gustaba Ccuando a uno no le satisface su traba&o, no es posible $ue est+ bien. :e destruido la mayor parte del manuscrito. 3ero de esa novela y del pago de mi deuda dependen toda mi vida y todo mi porvenir. :ar% tres semanas pens+ otra novela y me puse a escribir día y noc!e. La idea de la novela es una idea antigua y $ue siempre me sedu&o, pero es tan difícil $ue !asta a$uí no me atreví a desarrollarla4 y si a!ora me !e decidido a ello !a sido por lo desesperado de mi situaci"n. La idea fundamental es la representaci"n de un !ombre verdaderamente perfecto y bello. H esto es m%s difícil $ue todo, especialmente !oy. Aodos los poetas, no s"lo de usia, sino tambi+n de fuera de usia, $ue !an intentado la representaci"n de la belle)a positiva no lograron su empe;o, pues era infinitamente difícil. Lo bello es el ideal4 pero el ideal, tanto a$uí como en el resto de la Europa civili)ada, ya no e'iste. #"lo $uería decir $ue de cuantas figuras bellas !ay en la literatura, la de Don Kui&ote se me anto&a la m%s perfecta. 3ero Don Kui&ote s"lo es bello por ser al mismo tiempo ridículo. Aambi+n los 3ickZicks de Dickens Cse trata de una obra muc!o m%s flo&a $ue el Kui&ote, pero tambi+n poderosa son grotescos, y eso es precisamente lo $ue les confiere su gran valor. El lector e'perimenta piedad y simpatía por el !ombre bueno burlado e inconsciente de su bondad. El secreto del !umor se cifra precisamente en el arte de inspirarle al lector simpatía. Ho no !e encontrado nada seme&ante, nada positivo, y por eso temo tener $ue apec!ugar con un posible fiasco. Detalles aislados puede $ue me salgan bien4 pero me temo $ue la novela resulte aburrida. Aendr% $ue ser muy larga. La primera parte la escribí en veintitr+s días, y ya la envi+. Esa primera parte no producía efecto. Es, naturalmente, un simple proemio4 tiene de bueno $ue no compromete en modo alguno el resto de la obra4 pero no e'plica nada ni plantea ning9n problema. Lo 9nico $ue deseo es $ue despierte alg9n inter+s en el lector, para $ue lea la segunda parte. Esta segunda parte la empie)o !oy y la tendr+ terminada dentro de cuatro semanas Csiempre !e traba&ado muy de prisa, y creo $ue resultar% m%s fuerte e importante $ue la primera. 3ero, $uerida amiga, O!aga usted
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votos por $ue obtenga alg9n +'itoP La novela se titula El idiota y va dedicada a usted, #ofía leks%ndrovna Gv%nov. Ho, $uerida amiga, pido al cielo $ue el libro tenga tanto +'ito $ue sea digno de esa dedicatoria. 3ero yo no soy $ui+n para &u)gar mi traba&o, y menos todavía con lo e'citado $ue estoy... 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 >inebra, 1 de enero de 18/8 :a sido, pues, así( !e traba&ado y me !e atormentado. M#abe usted lo $ue es eso de crearN Oo, usted, gracias a Dios, no lo sabeP 3or encargo y a tanto la línea, no creo $ue usted !aya escrito nunca ni e'perimentado, por consiguiente, ese infernal suplicio. l tomarle yo tanto dinero adelantado a El )ensa*ero +uso COun !orrorP( cuatro mil $uinientos rublos, me !acía la ilusi"n de $ue a principios de a;o la musa no me de&aría en la estacada, sino $ue me encandilarían las ideas po+ticas y así me mantendrían !asta el final del a;o, con lo $ue yo podría salir de todos mis apuros. Aenía tantas m%s esperan)as de $ue así fuese, cuanto $ue en mi cabe)a y en mi cora)"n empe)aban a apuntar g+rmenes de ideas artísticas y a dominar mis sensaciones. 3ero la cosa se $ued" en ciernes, mientras $ue lo $ue yo necesito es una verdadera encarnaci"n, $ue siempre surge inesperada y s9bita, de suerte $ue momentos antes no !abríamos podido sospec!arla4 s"lo cuando en nuestro interior !a cua&ado un cuadro completo es cuando podemos pasar a tratar de darle forma artística. #"lo en ese caso se puede contar, sin miedo a e$uivocarse, con un +'ito. ada4 $ue todo el verano y todo el oto;o me los pas+ discurriendo toda suerte de ideas Calgunas muy interesantes4 pero cierta e'periencia me !i)o sentir la falacia o la dificultad, cuando no la poca fuer)a, de muc!as ideas. :asta $ue, por fin, opt+ por una de ellas, me puse a traba&ar, y ya llevaba muc!o escrito cuando, el pasado de diciembre, fui y mand+ todo al diablo y rompí el manuscrito. Le aseguro a usted $ue la novela !abría podido pasar4 pero a mí me perturbaba, precisamente por ser solamente mediana y no positivamente buena. Ha !acía muc!o tiempo $ue se me !abía ocurrido una idea4 pero me arredraba la de !acer de ella una novela, pues el argumento es bastante difícil, y no estoy yo preparado para tocarlo, pese a ser tentador y gustarme muc!o. Esa idea es la de presentar a un !ombre completamente bueno. mi &uicio, no !ay nada m%s difícil $ue eso, sobre todo en los tiempos $ue corren. @laro $ue usted estar% de acuerdo conmigo. Esa idea se me ocurri" ya antes en cierta forma artística, pero incompleta y no cua&ada y total, como yo $uería. #"lo mi desesperada situaci"n !a podido obligarme a ec!ar mano de una idea todavía verde. Ho me arriesgaba como en la ruleta. O3uede $ue mientras escribo me vaya saliendoP OEso es imperdonableP El plan, en general, lo tengo bien tra)ado4 vislumbro detalles $ue me seducen muc!o y mantienen en mí el fuego. 3ero My el todoN MH el !+roeN 3ues el con&unto se condensa para mí en la figura del !+roe, $ue así !an venido las cosas. Aengo $ue delinear bien esa figura. MI me ir% brotando de la plumaN Fig9rese usted $u+ cosas tan !orribles se !an ido presentando de suyo4 a!ora, adem%s del !+roe, !a surgido una !eroína, así $ue ya son dos figuras principales. H, adem%s de esos !+roes !ay ya otros dos caracteres sumamente importantes, dos casi protagonistas Cfiguras secundarias, $ue !e de describir con muc!a e'actitud, !ay una muc!edumbre4 tenga usted en cuenta $ue la novela !a de tener oc!o partes. De esos cuatro !+roes, !ay dos $ue los veo muy bien4 uno de ellos a9n no tiene forma, y el cuarto, el principal, el verdadero !+roe, todavía est% muy confuso. Kui)% lo tenga muy metido en lo !ondo, pero es terriblemente difícil4 sea como fuere, yo debía !aber dispuesto de doble tiempo para ponerme a escribir. La primera parte, a mi &uicio, resulta flo&a. 3ero creo $ue a9n !ay una salvaci"n, por$ue no !ay nada comprometido, y en
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las partes sucesivas podría arreglarlo todo satisfactoriamente COo!, si me saliese bienP. La primera parte es, en realidad, una simple introducci"n. #"lo !ace falta una cosa( $ue si$uiera despierte el inter+s por lo $ue sigue4 pero sobre este punto yo no puedo aventurar ning9n &uicio. #"lo tengo un lector( mi esposa. ella le gusta muc!o, pero en mis cosas no es &ue). En la segunda parte tendr% $ue $uedar todo definitivamente arreglado Cpero durante muc!o tiempo no se podr% decir nada. :ay allí una escena Cuna escena fundamental4 mas Mc"mo saldr%N un$ue en el boceto me !a salido muy bien. Aodo, pues, $ueda fiado al porvenir4 pero espero de usted un &uicio severo. La segunda parte ser% la decisiva4 es la m%s difícil. Escríbame tambi+n su opini"n sobre la primera parte Caun$ue sinceramente s+ $ue es mala, igual escríbame usted. Le ruego adem%s $ue me diga, en cuanto salga El )ensa*ero +uso, si publica mi novela. Aengo todavía un miedo !orrible por si la !abr+ enviado demasiado tarde. e es absolutamente preciso $ue salga en enero. sí $ue, por el amor de Dios, escríbame usted aun$ue s"lo sean dos líneas. l enviarle a J%tkov la primera parte, le escribí tambi+n sobre la novela lo mismo, m%s o menos, $ue a usted. La novela se titula El idiota. 3or lo dem%s, nadie puede ser &ue) de sí mismo, sobre todo cuando est% e'citado. 3uede $ue tampoco la primera parte sea mala del todo. El no !aber desarrollado en ella el car%cter principal cae dentro de las líneas generales del argumento. 3or eso espero su opini"n con ansiosa impaciencia. 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 >inebra, 18 de febrero de 18/8 :e estado todo en suspenso, con mi cerebro y todas mis facultades puestas en la segunda parte de mi novela, a la $ue ya termin+. o $uería estropearla definitivamente..., pues todo depende del +'ito. !ora ya no aspiro al +'ito, sino tan s"lo a evitar un fiasco definitivo4 en las partes siguientes podr+ enmendarme a9n, pues la novela ser% larga. 3or 9ltimo, envi+ tambi+n la segunda parte Cme !e retrasado muc!o pero creo $ue todavía llegar% a tiempo. MKu+ voy a decirle a ustedN o puedo &u)garme a mí mismo, pues !e perdido ya todo criterio. Estoy satisfec!o del final de la segunda parte. e agrada a mí, pero M$u+ les parecer% a los lectoresN @on lo dem%s me ocurre lo $ue con la primera parte( lo encuentro flo&o. lo m%s $ue aspiro es a $ue el lector no se aburra muc!o... %s no pido. Kuerido amigo( *sted prometi" enviarme su opini"n en cuanto !ubiese leído la primera parte. sí $ue todos los días voy al correo4 pero no !ay allí ninguna carta suya, y eso $ue usted seguro $ue recibi" El )ensa*ero +uso. De donde yo saco la conclusi"n de $ue la novela es flo&a y usted, en su delicade)a, encuentra desagradable y penoso decirme la verdad en mi cara, y por eso difiere el escribirme. 3ero esa verdad es precisamente lo $ue yo necesito. OEstoy muy ansioso por oír el &uicio de alguienP Lo contrario es, sencillamente, un suplicio. 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 ?evey, de &unio de 18/8 H, sin embargo, no puedo emprender cosa alguna !asta terminar la novela. 3ero luego, sea como fuere, volver+ a usia. 3ara terminar la novela tengo $ue estar sentado diariamente, por lo menos oc!o !oras a la mesa de escribir. i deuda con J%tkov la tengo ya medio
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cancelada. Aambi+n li$uidar+ lo $ue $ueda. Escríbame usted, amigo mío4 escríbame, por el amor de Dios. En los cuatro capítulos $ue leer% usted en el n9mero de &unio describo algunos tipos de los m%s e'tremistas, de la moderna &uventud positivista. e consta $ue los !e descrito bien Cpues los cono)co por e'periencia4 nadie, !asta a$uí, los !abía estudiado ni observado4 pero s+ tambi+n $ue todos van a ponerse !ec!os unas furias y a decir( 2bsurdo, ingenuo, est9pido y falso5. l@ILG lJILVHE6G@: #AVSI6 Florencia, 11 de diciembre de 18/8 e !e decidido a tenerlo todo listo para el n9mero de diciembre, así la cuarta parte como el final, pero a condici"n de $ue el referido n9mero se retrase un poco. Aendr+ $ue escribir todo en cuatro semanas, a contar desde !oy. :e comprendido de pronto $ue estoy en condiciones de !acerlo así, sin detrimento de la novela, a lo cual contribuye el $ue todo lo $ue $ueda lo tengo m%s o menos planeado y me s+ de memoria !asta la 9ltima palabra. #i El idiota tiene lectores, $ui)% les sorprenda a estos lo inesperado de su final. #"lo despu+s de recapacitar un poco reconocer%n $ue no podía acabar de otro modo. En general, puede decirse $ue este final es de los logrados, como final, se entiende. o !ablo del valor de la novela en sí4 pero cuando la !aya terminado le escribir+ a usted, como amigo, un día u otro, lo $ue de ella pienso. #* #I?G #IFY LEJ#VDI6 G6VI6SGI6 Florencia, / de febrero de 18/= o estoy satisfec!o con mi obra, pues no digo en ella ni la cent+sima parte de lo $ue !ubiera $uerido decir. uc!as cosas est%n lan)adas allí aprisa y de cual$uier modo4 otras resultan muy deslucidas o, en general, fallidas. 3ero no me !ago ning9n reproc!e y sigo amando !oy mismo esas malogradas ideas. Aampoco, desde el punto de vista del p9blico, el libro resulta de gran efecto4 es por eso $ue la segunda edici"n, si llega a !acerse, me producir% tan poco, $ue apenas tendr+ con ello algo para empe)ar. De 3etersburgo me escriben con toda fran$ue)a $ue El idiota presenta muc!os defectos y $ue, en general, !a merecido &uicios desfavorables4 pero $ue todos cuantos leen el libro lo !an seguido con vivo inter+s. Eso era todo cuanto yo $uería. especto de sus defectos, ni a mí mismo se me escapan. Aan enfadado estoy conmigo mismo por eso, $ue de buena gana !abría escrito una crítica del libro. #tr%&ov me enviar% pronto su opini"n sobre El idiota4 ya s+ $ue no es del bando de mis partidarios. 3or esta ra)"n, la vida en el e'tran&ero se me !ace cada día m%s insufrible. Debe saber usted $ue para poder regresar a usia necesito disponer de seis mil, o por lo menos cinco mil rublos. Ho contaba con el +'ito de El idiota. #i !ubiese sido tan grande como el de Crimen y castigo, tendría esos cinco mil rublos. !ora toda mi esperan)a tengo $ue ponerla en el porvenir. #abe Dios cu%ndo podr+ volver. 3ero no tengo m%s remedio $ue retornar a usia. l@ILG lJILVHE6G@: #AVSI6 Florencia, 1B de mar)o de 18/=
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Estos 9ltimos tiempos, mes y medio, estuve muy ocupado con la terminaci"n de El idiota. Escríbame usted su opini"n, seg9n me prometi"4 la aguardo con ansia. Ho tengo mis ideas propias sobre la creaci"n en arte, y a$uello $ue los dem%s califican de casi fant%stico y e'c+ntrico constituye para mí muc!as veces lo m%s característico de la realidad. La cotidianeidad de los fen"menos y un modo convenido de considerarlos no es, a mi &uicio, realismo, sino todo lo contrario. OEn cual$uier peri"dico !allar% usted relatos de los sucesos m%s reales y al mismo tiempo los m%s e'traordinariosP nuestros escritores todo eso les parece fant%stico4 no entienden una palabra, pues precisamente son realidad, son !ec!os. 3ero M$ui+n va a fi&arse en ellos, a iluminarlos y escribirlosN #on cosas de todos los días y todas las !oras, y en modo alguno e'cepciones. OKu+ estrec!e) y pe$uene) en el modo de considerar y penetrar la realidadP H siempre lo mismo, lo mismo. sí de&amos $ue toda la realidad nos pase por delante de los o&os, sin verla. MKui+n va a fi&arse en los sucesos y a a!ondar en ellosN Del cuento de Aurgu+niev no $uiero !ablar... El diablo sabr% lo $ue !a $uerido decir. M@on$ue mi idiota no es realidad y de la m%s cotidianaN #í4 precisamente a!ora deben darse tales caracteres en nuestras capas sociales divorciadas del terru;o, en esas clases sociales $ue efectivamente se nos anto&an fant%sticas. 3ero Mpara $u+ !ablar de esoN :ay muc!o en la novela escrito a toda velocidad y muc!o malogrado4 pero tambi+n !ay en ella muc!o logrado. Defiendo, no mi novela, sino mi idea... #* :E 6LE H #* #I?G #IFY LEJ#VDI6 G6VI6SGI6 Dresde, 7 de mayo de 187B @on lo 9nico $ue yo puedo contar es con mis traba&os literarios. Ha !ace tres a;os, al salir de usia, me !acía las mismas ilusiones. :abía publicado entonces una novela con muc!o +'ito y se comprende, por tanto, $ue tuviese la esperan)a de escribir otra novela $ue permitiese pagar en un a;o a todos mis acreedores. 3ero como pagu+ a tres de ellos, por a$uella +poca, siete mil rublos de un golpe, los otros cayeron sobre mí( Mpor $u+ !abía yo pagado a a$uellos tres y no a todosN e citaron a &uicio, y yo me di prisa a venirme, con la ilusi"n de escribir en un a;o otra novela y pagar a todos. 3ero tal ilusi"n result" vana. i novela fue un fiasco y adem%s ocurri" algo $ue yo no !abía previsto( como tuve $ue vivir tanto tiempo le&os de usia, perdí el don de escribir regularmente4 así $ue no podía ya contar con una nueva obra Clas dificultades son m%s bien de índole material $ue espiritual, pues mientras viva en el e'tran&ero no puedo formar &uicio personal alguno sobre los m%s vulgares sucesos de la actualidad. un$ue El idiota !aya sido un fiasco, muc!os editores $uerrían comprarme los derec!os para una nueva edici"n4 me !an ofrecido, relativamente, muc!o( mil $uinientos a dos mil rublos...
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SO3RE DEMONIOS 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 Dresde, 1= de diciembre de 18/= 3ero despu+s, dentro de tres días, me pondr+ a traba&ar en la novela destinada a El )ensa*ero +uso. 3ero no vaya usted a creerse $ue yo !ago bu;uelos4 por feo y antip%tico $ue pueda parecer lo $ue escriba, la idea de la novela y su elaboraci"n son para mí, pobre autor, m%s preciadas $ue todo en el mundo. OEste no es ning9n bu;uelo, sino la idea m%s $uerida y m%s ranciaP aturalmente $ue lo ec!ar+ a perder4 pero O$u+ !acerle...P 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 Dresde, 1 de febrero de 187B 6uelven a darme los ata$ues, despu+s de una larga pausa, y a estorbarme mi traba&o. #e me !a ocurrido una idea grande4 no !ablo de la e&ecuci"n, sino de la idea en sí. #e trata de algo por el estilo de Crimen y castigo, pero muc!o m%s apro'imado a la realidad y atinente a la cuesti"n m%s principal de nuestra +poca. Lo tendr+ terminado para el oto;o4 no ando con precipitaci"n. e costar% traba&o darle salida en dic!a +poca4 pero si no lo consigo es igual. Espero ganar con esa novela tanto dinero como con Crimen y castigo, por lo menos. sí $ue tengo el prop"sito de poner a fin de a;o todos mis asuntos en regla y volver a usia. #"lo $ue el tema es demasiado candente. 3ero basta. is interminables cartas van a acabar con usted... l@ILG lJILVHE6G@: #AVSI6 Dresde, de mar)o de 187B Aambi+n yo tengo cifradas grandes esperan)as en la novela $ue a!ora estoy escribiendo para El )ensa*ero +uso. e refiero, no a la parte artística, sino a la tendencia4 $uiero e'presar ciertas ideas, aun$ue se vaya a pi$ue todo lo artístico. Las ideas $ue se !an ido acumulando en mi cabe)a y en mi cora)"n reclaman salida. un$ue s"lo resulte un panfleto, dir+ allí todo lo $ue tengo en el alma. @onfío en el +'ito. un$ue M$ui+n se pone a traba&ar sin esperan)as de +'itoN #* #I?G #IFl LEJ#VDI6 G6VI6SGI6 Dresde, 7 de mayo de 187B :e elaborado ya el plan de una nueva novela cuyo +'ito considero totalmente seguro4 pero no puedo decidirme a escribir a$uí, por lo $ue tendr+ $ue de&arlo para m%s adelante. 3or el momento, estoy escribiendo una !istoria muy rara para El )ensa*ero +uso, al $ue ya le cobr+ un anticipo. M#abe usted, mi $uerida #"nec!ka, lo $ue me escribe sobre mi nueva novela, a$uí compuestaN #e admira usted de $ue pueda yo comprometerme a escribir obras de esa índole en un pla)o determinado. 3ues todavía m%s difícil es el traba&o $ue a!ora estoy !aciendo para El )ensa*ero +uso. Aengo $ue meter en veinticinco pliegos un asunto $ue,
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cuando menos, re$ueriría cincuenta4 pero tengo $ue avenirme a eso, por$ue en tanto est+ en el e'tran&ero, no puedo escribir otra cosa. #* #I?G #IFY LEJ#VDI6 G6VI6SGI6 Dresde, 17 de agosto de 187B #i usted supiera, #"nec!ka, cu%nto cuesta ser escritor, es decir, Ocargar con la suerte del escritorP ire usted( yo estoy seguro de $ue si dispusiese para escribir una novela, de dos a tres a;os lu&o $ue pueden permitirse Aurgu+niev, >onc!%rov y Aolstoi me saldría una obra de la $ue se !ablaría a9n pasado un siglo. o es &actancia( consulte usted su conciencia y los recuerdos $ue tiene de mí y dígame si alguna ve) me !e alabado. La idea de la novela es tan buena y tan principal $ue ante ella me $uito el sombrero. 3ero M$u+ va a salir de a!íN Desde a!ora ya puedo decirlo( en oc!o o nueve meses !abr+ terminado la novela, ec!%ndolo a perder todo. *na obra así re$uiere, por lo menos, dos o tres a;os. C#er%, adem%s, muy larga. 3uede $ue algunos detalles y algunos persona&es aislados no me salgan mal, pero s"lo en boceto. uc!as cosas $uedar%n a medio !acer, y otras resultar%n demasiado proli&as. #er% imposible $ue pueda poner muc!as belle)as en la obra, pues la inspiraci"n depende en muc!os sentidos del tiempo $ue se tiene para el traba&o. H, sin embargo, yo no suelto la pluma. OEs !orrible, viene a ser igual $ue un suicidio conscienteP 3ero no es eso lo principal, sino $ue todas mis cuentas se !an venido aba&o. principios de a;o yo tenía la firme esperan)a de poderle enviar para el 1 de agosto parte considerable de la novela a El )ensa*ero +uso, y de este modo me&orar mi situaci"n. 3ero M$u+ voy a !acer a!oraN l menos !asta principios de septiembre no podr+ enviarle a la revista una cantidad, y pe$ue;a, de original Cyo $uería mandarle muc!o, a fin de tener alg9n motivo para pedirles dinero y en esas condiciones me da empac!o pedirles ning9n anticipo4 la primera de las cinco partes $ue comprender% la obra s"lo !ar% siete pliegos4 Mc"mo pedirles algoN sí $ue todas mis cuentas se !an venido aba&o y no s+, de momento, c"mo voy a vivir. OH en esta disposici"n de %nimo, tome usted la pluma y p"ngase a traba&ar...P lSGL lJGFWI6G@: JVAI6 Dresde, 8 de octubre de 187B Estimado y admirado )i*ail Niki$órovich( :oy envío a El )ensa*ero +uso s"lo la primera mitad de la primera parte de mi novela Demonios, pero en seguida remitir+ tambi+n la otra mitad. La novela constar% en total de tres partes, cada una de las cuales tendr% de die) a doce pliegos. De a!ora en adelante, no !abr% ya m%s retrasos en los envíos. @aso de $ue no vaya usted a mandar mi novela a impresi"n !asta el a;o pr"'imo, no estar% de m%s $ue le e'ponga en unas palabras el argumento de la novela. Entre los sucesos descollantes $ue !an podido influir en mi narraci"n !a de incluirse el c+lebre asesinato de Gv%nov por esc!%yev, en osc9. e apresuro a declarar $ue no s+ de esc!%yev ni de Gv%nov ni de todo ese sonado suceso, m%s $ue lo $ue publicaron los peri"dicos. 3ero aun suponiendo $ue estuviese me&or informado, nunca se me !ubiera ocurrido !acer una simple glosa. i fantasía puede muy bien apartarse del !ec!o real, y mi 3iotr 6er&ovenskii no se parecer% en nada a esc!%yev4 m%s bien creo $ue mi espíritu, sobrecogido por el suceso, !a concebido, mediante la fuer)a de la fantasía, una persona y un tipo adecuados a esa fec!oría. o de&a de ser provec!oso pintar un tipo así4 pero no fue s"lo lo $ue a mí me sedu&o. @reo $ue los e&emplares de esa lamentable variedad !umana no son digno ob&eto del arte. @on gran sorpresa mía, ese persona&e se me anto&a medio grotesco por$ue, aun$ue
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apare)ca en el primer plano de la acci"n, no es bien mirado, sino algo secundario dentro del radio de acci"n de otra personalidad $ue, efectivamente, debe considerarse como el verdadero protagonista de la obra. Este otro persona&e de la novela Cikolai #tavroguin es tambi+n un persona&e siniestro, un malvado. Ho lo tengo por una figura tr%gica, aun$ue muc!os, al leer la obra, e'clamar%n( 23ero M$u+ clase de !ombre es esteN5. Ho me !e aplicado a la elaboraci"n artística de esa personalidad por$ue !ace muc!o tiempo tenía ganas de describirla. mi &uicio, es tan rusa como típicamente !umana. #entiría, por el p9blico, $ue no comprendiese esta figura. H m%s a9n sentiría oír el reproc!e de $ue est% tirado de los pelos, pues yo lo !e pintado con el alma. @ierto $ue tales caracteres se dan rara ve) en tan típica perfecci"n, pero es, no obstante, un car%cter ruso Cde cierta clase social. o vaya usted a formar &uicio, estimado i&ail ikif"rovic!, !asta !aber leído la novela de cabo a rabo. e dice el cora)"n $ue ese persona&e me va a salir muy bien. o entrar+ a!ora en detalles, pues temo no ser e'acto. #"lo le dir+ una cosa( $ue todo ese persona&e lo describir+ mediante sus actos y no apelando a dis$uisiciones, lo $ue !ace esperar $ue resulte una personalidad, una pie)a. #e me resisti" muc!o tiempo el comien)o de la novela. e ocurri" lo $ue !asta a$uí no me !abía sucedido nunca, y fue $ue de&+ por unas semanas el principio y me puse a escribir el final. Aemo tambi+n $ue ese primer capítulo no tenga toda la vida $ue !ubiera podido tener... En los cinco pliegos y medio $ue le acompa;o, apenas si !abía espacio para e'poner el enredo4 pero tanto este como la acci"n toda se descubrir%n y ensanc!ar%n de una ve). *sted puede estar tran$uilo( es evidente $ue mi novela tendr% inter+s, y creo $ue como !a $uedado a!ora, todavía !ar% m%s efecto. 3ero no todos los persona&es van a ser siniestros. Aambi+n !abr% en el libro figuras luminosas. e temo, en general, no estar yo a la altura de muc!as cosas. Kuisiera, por e&emplo, llevar por primera ve) al arte toda una serie de figuras $ue, !asta a!ora, apenas !an !allado representaci"n literaria. @omo ideal de esa clase de persona&es presento yo a Ai&"n #adonskii, un eremita $ue se !a acogido al claustro. Aendr+ alg9n rato al !+roe de mi novela conversando con +l, frente a frente. e tiemblan las carnes4 nunca intent+ nada parecido4 pero cono)co bien ese mundo. l@ILG lJILVHE6G@: #AVSI6 Dresde, = de octubre de 187B o le !e escrito a usted antes por$ue estoy atareado con mi novela. Gba tan mal el traba&o y yo tenía $ue alterar lo escrito tantas veces $ue acab+ d%ndome a mí mismo palabra de no leer ni escribir, ni fi&ar si$uiera en nada la vista !asta !aber terminado lo $ue !abía emprendido. OH estoy empe)andoP @ierto $ue tengo ya muc!o escrito de la mitad de la novela, y a9n podr+ aprovec!ar fragmentos aislados de lo $ue tac!+. 3ero, al fin y al cabo, estoy en el primer capítulo. Esta es mala se;al4 mas yo !ar+ todo lo posible para arreglarlo. Dicen $ue el tono y el estilo de una novela deben salir espont%neos. Eso es cierto4 pero a veces desentonas y tienes $ue volver a templarte. En una palabra, $ue nunca nada me dio tanto $ue !acer como esta cosa. En los comien)os de la labor, a fines del a;o pasado, tenía yo ya por !ec!a la novela y la miraba por encima del !ombro. 3ero luego me entr" verdadero entusiasmo, le tom+ cari;o a la tarea y me puse a escribir a todo trapo, tac!ando casi todo lo $ue llevaba escrito. 3ero en el verano sucedi" otra cosa, y fue $ue surgi" en la novela un nuevo persona&e con !umos de ser nada menos $ue el verdadero protagonista de la obra, de suerte $ue el otro protagonista, el primero Cfigura muy interesante, pero no digno de ser llamado un !+roe, !ubo de ser relegado a segundo t+rmino. e entusiasm+
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tanto con este nuevo !+roe $ue tambi+n me puse en seguida a arreglar todo lo $ue llevaba escrito. H a!ora $ue !e enviado ya a la redacci"n de El )ensa*ero +uso el comien)o de la novela, me acomete de repente un nuevo temor( el de no estar a la altura del tema elegido. H sin embargo yo no introdu)co de buenas a primeras a mis persona&es en la obra. De antemano les tengo asignado su papel en el programa de la novela Ctengo un programa $ue comprende varios pliegos, donde ya est% anotada toda la acci"n, aun$ue sin el di%logo ni las e'plicaciones. 3or lo cual espero $ue el protagonista me salga bien y !asta resulte una figura enteramente nueva y original4 espero y temo al mismo tiempo. Ha es, realmente, !ora de $ue escriba yo, por fin, algo serio. lo me&or se me des!ace todo en el aire, cual pompa de &ab"n. 3ero, sea como fuese, tengo $ue escribir4 con esas reformas !e perdido la mar de tiempo, y escrito, en resumidas cuentas, muy poco... 3ILLI GJILVHE6G@: GJI6 Dresde, = de octubre de 187B :e ec!ado sobre mí un traba&o superior a mis fuer)as. :e empe)ado a escribir una gran novela Cuna novela de tendencia, cosa para mí totalmente inusitada4 al principio creía muy f%cil despac!arla. 3ero !e tenido $ue variar m%s de die) veces mi plan, y !e acabado por reconocer $ue el tema era de los $ue obligan, por lo $ue le !e tomado tirria a la novela. La primera parte la escribí con grandes apuros y la envi+. @reo $ue esa primera parte me !a salido muy flo&a y de poco efecto. 3or la lectura de esa primera parte, no podr% adivinar el lector adonde voy a parar ni c"mo !a de continuar desarroll%ndose la acci"n. En El )ensa*ero +uso le !an !ec!o, desde el principio, una acogida sumamente ben+vola. La novela se titula Demonios Cesos mismos demonios de $ue ya le escribí a usted y lleva un lema sacado del Evangelio. #* #I?G #IFY LEJ#VDI6 G6VI6SGI6 Dresde, mar)o de 1871 e encuentro en estos instantes en un apuro !orrible( traba&o día y noc!e, y a pesar de eso adelanto muy poco, tanto, $ue estoy retrasado con El )ensa*ero +uso. H, sin embargo, tengo puesto en este traba&o toda mi esperan)a. e !an enviado ya setecientos rublos y prometido mil m%s para &unio. @on esos mil podr+ regresar a usia. sí $ue debo traba&ar muc!o4 y, sin embargo, se lo repito, no puedo escribir una línea le&os de mi tierra. lJILG lJILVHE6G@: #AVSI6 Dresde, 18 de mayo de 1871 I ec!o a perder la novela Clo $ue sería un dolor, y ya !e empe)ado a fla$uear, o remonto el vuelo y !ago algo regular. Escribo a la buena de Dios, tal es mi actual divisa.
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SO3RE EL ADOLESCENTE #* E#3I#, >G>IGE6 Ems, Q de &ulio de 187 El aburrimiento de mi vida a$uí se me !ace insufrible. un$ue ya me !e puesto a traba&ar en la novela COo! dolorP, $ue a9n estoy en el boceto, y este se me resiste, no s+ c"mo voy a librarme del tedio. nya, mi traba&o va muy lentamente y el plan me da muc!o $ue !acer. OE'ceso de planP Ese es el mayor defecto. l repasarlo todo, !e visto $ue !e reunido allí materia para cuatro novelas. #eg9n #tr%&ov, ese fue siempre mi defecto. 3ero ya no tengo tiempo. un$ue $ui)%s a9n pueda corregirme. Lo principal es el plan4 luego, el traba&o es f%cil. nya, palomita, mi labor principal tiene $ue estar despac!ada en todo caso para el oto;o... Ems, / de &ulio de 187 En casa traba&o asiduamente en el boceto, pero no acierto a escribir nada. Aeniendo ya el plan, todo el traba&o ir% como sobre ruedas. O#i si$uiera me saliese un plan logradoP 3ero Mser% asíN Kuisiera escribir algo e'traordinario. La sola idea de $ue la revista os Anales Patrios pueda tac!arme algunas cosas casi me parali)a la mano4 pero de esto no se puede !ablar en una carta... Ems, 7 de &unio de 187Q Aodavía no !e empe)ado el traba&o. o s+ c"mo voy a escribir nada. De todos modos, tendr+ $ue estar a$uí todavía cuatro semanas. H M$u+ voy a !acer a$uí yo solo, sin tiN H, sobre todo, $ue no tengo nada pensado, ni si$uiera ultimado el plan en todas sus partes. Despu+s de cuatro Co acaso s"lo tres semanas, cuando salga de a$uí, me ser% totalmente imposible, desde a!ora lo veo, escribir nada4 en 3etersburgo tendr+ $ue andar de ac% para all%, buscando cuarto, y apenas tendr+ tiempo para estar con vosotros, pues enseguida deberemos ponernos en camino. M@"mo voy a traba&ar entoncesN #iempre pensamientos tristes y dudas, siempre solo conmigo mismo... H para colmo me !onra con su visita un ata$ue, Oadi"s todo traba&oP OI!, c"mo me molesta s"lo pensarlo y, sin embargo casi seguramente ser% asíP #in !aber escrito algo de la novela, no puedo volver all%. El o el < no tengo m%s remedio $ue empe)ar a poner en limpio el borrador y tener listo el plan, pues de lo contrario, no podr+ enviar nada a os Anales Patrios. Ems, 1B de &unio de 187Q o creo $ue vaya a estar a$uí muc!o tiempo. H aun$ue no tenga preparado nada de la novela, me volver+ a casa. Es imposible aguantar m%s de lo $ue yo aguanto. Es, literalmente, un potro de tortura, es peor $ue estar en una c%rcel. #i si$uiera pudiera traba&ar, me distraería. 3ero tampoco puedo, pues a9n no tengo plan y tropie)o con dificultades enormes. @uando no se tiene pensada la cosa, no se puede emprender el traba&o. #in contar con $ue la triste)a le $uita a uno la inspiraci"n, y esta es lo principal. O!, si yo pudiera escribir algoP Esto me pone muy in$uieto, pues aun$ue en usia tambi+n estaba solo, sabía, no obstante, $ue en la !abitaci"n contigua estaban los ni;os, y esto s"lo me daba vida y fuer)as. H, sobre todo, sabía yo $ue allí cerca tenía a mi nya, $ue verdaderamente es mi mitad. o te enfades, %ngel mío, por esta triste)a $ue respiran
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mis cartas. #i con la ayuda de Dios logro ponerme a traba&ar, ya ver%s c"mo se me va este malestar. Ems, 1< de &unio de 187Q Lo $ue m%s me movili)a es el fiasco del traba&o. e pongo a escribir, me atormento y dudo, y no me siento con bríos para empe)ar. o se pueden escribir obras literarias por encargo, ba&o la amena)a del l%tigo4 para ello se re$uieren tiempo y libertad. 3ero creo $ue pronto podr+ ponerme a traba&ar seriamente, aun$ue no s+ lo $ue saldr%. @on esta triste)a puede ocurrir muy bien $ue estropee toda la idea. e trastorna de raí) la idea de la novela y de lo $ue vaya a escribir. Ha no puedo seguir alargando el asunto y, adem%s, necesitamos dinero. MKu+ va a ser de nosotros, este inviernoN mí ya todos me !an vuelto la espalda, y yo no !e de correr detr%s de ellos. :asta el diario de #an 3etersburgo, $ue !abía elogiado El adolescente, !a debido recibir luego orden de atacarlo, pues en el 9ltimo n9mero decía $ue el final de la segunda parte no pasaba de mediano. Ha veo $ue la novela est% perdida4 la enterrar%n con todos los !onores y en medio del general desprecio... ?asta, el porvenir dir%, y no renuncio en modo alguno a mis energías para el futuro.
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SO3RE LOS HERMANOS KARAMASOV 6. 6. GSGLI6 1Q de mar)o de 1878 Aengo pensada y pronto empe)ar+ una novela, en la cual, entre otras cosas, figurar%n muc!os ni;os y, para m%s datos, de pocos a;os( de siete a $uince. Las observaciones de un !ombre como usted ser%n preciosas para mí. Escríbame, pues, cuanto sepa de los ni;os( an+cdotas, costumbres, r+plicas, frases, rasgos característicos, circunstancias familiares, creencias, delincuencia e inocencia, nacimiento y educaci"n, etc., etc.4 en una palabra( cuanto usted sepa. H*GE6 11 de &unio de 187= En cuanto a mi novela, le dir+ toda la verdad. La pens+ y me puse a escribirla4 pero a9n dista muc!o de estar terminada4 s"lo est% empe)ada. #iempre me ocurre lo mismo4 empie)o una novela larga a mediados del a;o y estoy ocupado en ella !asta mediados del a;o siguiente. J#JI6 8 de agosto de 188B Estoy terminando los Jarama)ov..., y llega a su fin un traba&o $ue me !a llevado tres a;os, entre pensarlo, coordinarlo y escribirlo... Ll*?YI6 C@on el envío de las 9ltimas p%ginas del manuscrito. 8 de noviembre de 188B OEaP Ha termin+ mi labor. :e traba&ado en ella tres a;os...
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