SALUD, NUTRICIÓN NUTRI CIÓN y BIENES BIENESTAR TAR Los dossier dossie rs de
LOS NUEVOS TRATAMIENTOS NATURALES VALIDADOS POR LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Nº 5
MAYO 2014
Thierry SOUCCAR
SALUD NUTRICIÓN BIENESTAR
E
DEGENERACIÓN MACULAR y CATARATAS
s uno de los mayores especialistas en nutrición y biología del envejecimiento, de renombre internacional. Pertenece al American College of Nutrition y ha escrito más de 15 libros, entre ellos muchos best seller . Gracias a sus libros, y también a su presencia en medios de comunicación como Sciences et Avenir, Le Nouvel Observateur y en LaNutrition.fr , se ha convertido en una pieza clave de la revolución de la nutrición moderna.
Recupere la vista gracias a la naturaleza
Estudió Bioquímica Nutricional en la Universidad de California. Inició después sus propias investigaciones, que le han llevado a trabajar desde hace 20 años junto con las �guras más importantes en nutrición, biología del envejecimiento y medicinas naturales innovadoras y a transmitir su mensaje a un público más amplio.
En este Dossier le voy a explicar cómo prevenir o frenar dos enfermedades de la vista ligadas al paso de los años: las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Mientras que las cataratas se pueden corregir con cirugía (cada año se practican en España 400.000 operaciones, lo que la convierte en la cirugía más practicada y la que, además, tiene mayor lista de espera) 1, la DMAE es sin embargo una terrible enfermedad que afecta a la retina y origina una pérdida progresiva de la visión y para la que hasta ahora la cirugía no ha conseguido resultados convincentes ni duraderos. La degeneración macular asociada a la edad es la principal causa de ceguera en el mundo occidental en personas mayores de 55 años, y que afecta a casi el 6% de la población mayor de 75 años. 2 Pero tengo buenas noticias. A principios del año 2000, se predecía una explosión del número de casos de DMAE debido al envejecimiento de la población. Sin embargo, al analizar los datos de la gran encuesta americana NHANES (Nacional Health and Nutrition Examination Survey) para el periodo 2005-2008, los investigadores constataron constataron que el número de casos en Estados Unidos se había reducido en realidad en un 9% desde 1994. ¿Cómo se explica esto? Probablemente por una reducción del hábito de fumar, una mejor alimentación y una mayor actividad física. Seguramente le resulte extraño leer que la alimentación de los americanos ha mejorado. Y tiene razón al sorprenderse… pues en realidad no lo ha hecho. He consultado las estadísticas sobre consumo de fruta y verdura: en 2002, los americanos consumieron de media la misma cantidad de fruta que en 1994 (1,6 raciones al día por persona) y un poco menos de verduras (3,2 raciones frente a 3,4). 1 2
Datos de 2013 de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO). Barcelona Macula Foudation Foudation (BMF), entidad enfocada exclusiva exclusivamente mente a la investigación de la patología médica y quirúrgica de la mácula, la retina y del vítreo.
Al volver a Franci Franciaa en 1994, ierry Souccar fundó la primera sección de nutrición en francés en la revista mensual Sciences et Avenir , que se convirtió de inmediato en la gran referencia para el público dentro de este campo. ierry Souccar se ocupó posteriormente de las cuestiones de nutrición, salud y biología de esta revista durante 15 años y colaboró también en la revista Le Nouvel Observateur y en numerosos reportajes e investigaciones emitidos por la televisión francesa. El año 2000 ingresa en el American College of Nutrition. En ese mismo año el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos lo premió por su libro Le programme de longue vie (“Programa para una vida larga”), escrito en colaboración con Jean-Paul Curtay y que fue considerado una de las mejores obras de divulgación sobre el envejecimiento. Ha escrito otros 13 importantes libros sobre la salud y la nutrición, entre ellos el best seller Santé, Mensonges et Propa gande (“Salud, mentiras y publicidad”), escrito en colaboración con la abogada Isabelle Robard en 2004, del que se han vendido más de 80.000 ejemplares.
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
Lo que ha cambiado es el consumo de suplementos alimenticios. Así, en 1994 los tomaban cerca de un 40% de la población adulta; diez años después, más de la mitad de los americanos los consumía. Hay que añadir que, precisamente para paliar la falta de determinados nutrientes en la dieta, algunos alimentos de este país se encuentran enriquecidos por varias vitaminas (mediante técnicas como la forti�cación –que se realiza durante el procesamiento de los alimentos- o la bioforti�cación –enriqueciendo el contenido en micronutrientes de los cultivos-). Así, por ejemplo, en Estados Unidos se ha incrementado desde 1998 el contenido de ácido fólico consumido en alimentos como cereales y granos y, en consecuencia, la mayoría de adultos ahora ingieren las cantidades recomendadas de vitamina B9.
• letras que faltan en un texto, di�cultad para distinguir los detalles El primer síntoma clínico de la DMAE es la aparición de una especie de almendras redondas blanquecinas, de forma y tamaño variables, llamadas drusas, que son residuos de fotorreceptores que han sido destruidos. Aparecen tras un examen médico del fondo del ojo. Al evolucionar, la enfermedad puede adquirir dos formas: una llamada seca y otra denominada húmeda.
u Los
L
La DMAE “exudativa” o “neovascular”, también llamada “húmeda” (el 20% de los casos), se caracteriza por la proliferación anormal de pequeños vasos sanguíneos debajo de la retina que pueden sangrar o exudar hacia la mácula. Si no se trata o se hace tarde, puede conducir hacia una degradación irreversible de la visión central.
Sea como fuere, hay que ver en ello la prueba de que estas enfermedades no son inevitables. Al igual que, por ejemplo, la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el Alzheimer, son en gran medida enfermedades del estilo de vida. Así que mejorando nuestro estilo de vida se puede prevenir la enfermedad y, si ya se ha presentado, impedir que avance.
La forma exudativa de la DMAE es menos frecuente que la forma atró�ca, pero conlleva complicaciones funcionales más graves: si no se trata, el desprendimiento de la retina macular, las hemorragias subretinianas y los exudados secos provocan inmediatamente una destrucción de los fotorreceptores, responsable de una disminución grave de la agudeza visual y de una mancha en el centro de la visión.
Pero recordemos en qué consisten estas dos enfermedades.
La puede no manifestarse durante mucho tiempo, y después hacerlo mediante una o varias de las siguientes señales: • peor visión (agudeza, contrastes), sensación de oscuridad (necesidad de una mejor iluminación para leer), neblina o visión borrosa, atenuación de los colores • visión deforme cuando se observan líneas rectas (el borde de un marco, de una ventana…) • percepción de una mancha en la visión central
dos tipos de DMAE
a DMAE “atró�ca” o “seca” se da en el 80% de los casos. Evoluciona en silencio durante varios años, y termina por alcanzar el centro de la retina. En ese momento, la visión que hasta entonces se había conservado relativamente bien se reduce de manera drástica.
Los no sustituyen a los alimentos, pero en el caso de las enfermedades de la vista, los suplementos alimenticios ocupan un lugar muy destacado, como ya verá. Por ello es posible que el que se haya extendido el consumo de suplementos alimenticios en Estados Unidos explique los buenos resultados con respecto a la DMAE.
En el caso de las , la visión es borrosa, normalmente al mirar de lejos. Y además hay otros síntomas: • mayor sensibilidad a la luz • deslumbramiento al conducir de noche • halo alrededor de la luz • desdoblamiento de la visión
t
I
Enfermedades oxidativas
La diabetes, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la exposición larga a los rayos ultravioletas, así como la ingesta prolongada de medicamentos de la familia de la cortisona, favorecen la aparición de . Los tratamientos con rayos X también pueden provocarlas. El tabaquismo también aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar una . La exposición al sol, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, el sobrepeso y la obesidad estarían también implicados. Pero con independencia de su origen, estas enfermedades oculares tienen un principio biológico común:
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
partículas muy reactivas, llamadas , que están continuamente dañando las moléculas vitales.
I
¿De dónde proceden los radicales libres?
Los radicales libres proceden esencialmente de nuestra coexistencia con el oxígeno. Este gas, indispensable para la vida, también es el que nos mata. Porque el oxígeno es muy inestable. Da lugar a partículas muy reactivas, muy agresivas. El simple hecho de respirar o comer genera los famosos radicales libres. In�amaciones de todo tipo y la actividad del sistema inmunitario producen otra clase de radicales. Hasta los contaminantes del aire, los rayos X, los pesticidas, un exceso de hierro, los hidratos de carbono con un índice glucémico alto (dulces, pan blanco, algunos cereales del desayuno, patatas…), el tabaco y, por supuesto, los rayos ultravioletas del sol provocan otro tipo de radicales. El sol derrama sobre nuestras cabezas un intenso rayo en forma de ondas electromagnéticas de longitud y efecto variables. Los rayos infrarrojos (de 800 a 5.000 nm -nanómetros-) no son visibles a simple vista, pero proporcionan calor. La luz visible (de 400 a 800 nm) aporta los colores del arcoiris. Los rayos ultravioletas A (de 320 a 400 nm) y B (de 280 a 320 nm), también invisibles, penetran en la piel y los ojos. Los rayos UVB son bene�ciosos porque nos permiten fabricar vitamina D. Pero todos estos rayos también generan radicales libres. Cuando hay un exceso de radicales libres, todo el material biológico puede resultar dañado. Es lo que llamamos . El estrés oxidativo asociado a la luz solar es el responsable de las quemaduras, arrugas y cáncer de piel, y se encuentra también en el origen de las cataratas y la DMAE. El cristalino es la lentilla del ojo. Recoge la luz y la concentra sobre la retina. Absorbe una gran parte de los rayos ultravioletas y experimenta por ello un importante estrés oxidativo. Cuando dicho estrés es muy intenso, conlleva un oscurecimiento del cristalino por oxidación de las proteínas que lo componen. Es decir: . Por su parte, la retina garantiza la conversión de las señales luminosas en señales eléctricas por medio de fotorreceptores, neuronas sensibles a la luz. La retina tiene la propiedad de renovar continuamente la parte externa de estos fotorreceptores, que es la parte más ex-
t
puesta. Puesto que los ultravioletas son �ltrados por el cristalino, la luz azul (400-500 nm), la más activa, es especialmente la que puede provocar daños en la retina. Al cabo de los años, se pueden producir lesiones oxidativas irreversibles, y aparecen las enfermedades de los ojos. Mientras que la catarata, como sabemos, se puede tratar quirúrgicamente, los médicos se encuentran desarmados frente a la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
I
Los antioxidantes
Es prácticamente imposible detener los daños que generan los radicales libres. Pero sí podemos ralentizarlos, por ejemplo, dejando de fumar, o incluso revisando nuestra alimentación. Para evitar que los radicales libres nos destruyan, todos los seres vivos hemos desarrollado mecanismos de defensa. En el caso del hombre, las principales defensas contra los radicales libres son las enzimas, es decir, proteínas especializadas que están alojadas en las células. Una de las familias de enzimas más importantes es la superóxido dismutasa (o SOD), llamada así porque se encarga de un radical llamado superóxido. Esta enzima necesita zinc, cobre o manganeso para funcionar. La SOD neutraliza el radical superóxido. Pero al hacerlo, lo transforma en otro compuesto no deseado, el peróxido de hidrógeno. Otras dos familias de enzimas se encargarán de dejarlo inoperativo: la catalasa, que se activa por el hierro, y sobre todo la glutatión peroxidasa, que se ocupa del mineral selenio. Por tanto, no nos tiene que faltar ni hierro, ni zinc, ni cobre, ni manganeso ni selenio. Aunque ellos no son los únicos que pueden garantizar una protección e�caz, sino que se deben complementar con otras sustancias antirradicales libres fabricadas por las plantas y/o por los animales. Todas las sustancias que neutralizan los radicales libres se denominan antioxidantes. Las plantas producen miles de compuestos antioxidantes llamados polifenoles. Las plantas y la mayor parte de los insectos y animales (¡el ser humano no!)
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
también sintetizan una sustancia que se “sacri�ca” para detener a los radicales libres desde su formación: la vitamina C. Pero la vitamina C no penetra en las grasas. Por eso, para proteger su cuerpo graso, los vegetales han desarrollado, a lo largo de la evolución, otra molécula: la vitamina E. Numerosos estudios demuestran que las personas que durante años han consumido diariamente vitamina C en abundancia, a través de la alimentación o bien por la ingesta de suplementos alimenticios, pueden reducir a la mitad su riesgo de sufrir cataratas. La vitamina E disminuye también el riesgo de cataratas.
En la naturaleza se han identi�cado más de 600 carotenoides, aunque sólo un número limitado de ellos se encuentra presente en gran cantidad en la sangre y te jidos del cuerpo humano. Los principales carotenoides son el beta-caroteno, el alfa-caroteno, el licopeno, la criptoxantina, la zeaxantina y la luteína.
Las principales fuentes de carotenoides u
Beta-caroteno
Zanahoria, verduras de hoja de color verde oscuro (acelga, berza, espinacas…), verduras crucíferas (col, brócoli, nabos…), guisantes
Alfa-caroteno
Zanahoria, calabaza
Beta-criptoxantina
Pimiento rojo, papaya, naranja, mango, melón
Licopeno
Tomate, guayaba, melón, pomelo rosa
Pero aún hay más sustancias antioxidantes muy e�caces: los carotenoides. Los carotenoides son una amplia familia de pigmentos antioxidantes que fabrican los vegetales, champiñones, algas y algunas bacterias. Proporcionan el color amarillo y rojo a las frutas y verduras. Sin ellos, las zanahorias, los tomates, el melón, la calabaza, la sandía o los pimientos tendrían un tono grisáceo, apagado. En el caso de las verduras de color verde oscuro (brócoli o espinacas) y las hojas verdes de las plantas, el tono de los carotenoides está oculto por la cloro�la, que es verde. En otoño, la cloro�la se degrada, revelando entonces la paleta completa de estos pigmentos, desde el amarillo anaranjado al rojo púrpura. Los carotenoides son fundamentales para las plantas, ya que las protegen de los radicales libres inducidos por una exposición prolongada a la luz solar. Desprovistas de esta protección, las plantas se quemarían en cuanto saliera el sol al amanecer. A diferencia de las plantas, los seres humanos y los animales utilizan continuamente su facultad para desplazarse para optimizar su exposición al sol. Pero ese no es el caso de los repollos, las lechugas o las espinacas de la huerta, que no pueden hacer nada para evitar tener que soportar los rayos del sol durante todo el día, incluidos los días de mucho sol. Los carotenoides, de los que están atiborrados, les proporcionan esta asombrosa resistencia. Ahora que sabe lo importante que son los carotenoides, usted también puede bene�ciarse de su efecto protector comiendo vegetales ricos en ellos.
t
Luteína y zeaxantina Espinacas, calabaza, brócoli y otras verduras crucíferas Si queremos proteger nuestros ojos, debemos tomar esos alimentos como fuente de carotenoides. Algunos carotenoides, como el beta-caroteno, dan lugar a la vitamina A, que estimula la inmunidad y refuerza la visión. Por esa razón, el beta-caroteno a menudo recibe el nombre de “provitamina A”. El licopeno del tomate protege a las células del ojo de los mecanismos que conducen a la catarata. Los carotenoides refuerzan sobre todo las defensas antioxidantes, ya sea de forma directa o modulando el nivel celular de otros antioxidantes como las vitaminas E y C. De esta manera, el beta-caroteno regenera la vitamina E y él mismo es reparado por la vitamina C. Al actuar directamente, los carotenoides neutralizan a los radicales libres, formando con ellos nuevos compuestos mucho más estables.
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
Hoy en día sabemos que todos estos compuestos antioxidantes son los principales protectores de nuestros ojos. Y además, cuanto más se haya arraigado la enfermedad, mayor es la necesidad de antioxidantes.
I
Dosis altas de antioxidantes contra la DMAE
t
maron antioxidantes y zinc experimentaron de media una reducción del riesgo de progresión de la enfermedad del 28%. Estos suplementos también permitieron reducir en un 19% el riesgo de sufrir una pérdida moderada de la visión (únicamente con zinc el riesgo se redujo en un 25%, y únicamente con antioxidantes, en un 20%).
El estudio AREDS (Age-Related Eye Disease Study) es el primer gran estudio que ha determinado la e�cacia de suplementos nutricionales antioxidantes para frenar la progresión de la DMAE que se encuentra en una fase intermedia. En este estudio de 2001, los investigadores hicieron seguimiento a 3.640 personas de edades comprendidas entre los 55 y los 80 años durante una media de 6,3 años. Se dividió a los pacientes en tres categorías en función de su estado.
En el caso de los pacientes de la primera categoría, al tener una probabilidad muy pequeña de llegar a un estado avanzado de la enfermedad durante el tiempo del estudio, no fue posible determinar los efectos del tratamiento. Pero los pacientes de las categorías segunda y tercera, que tenían desde un principio más riesgo de que su enfermedad alcanzara una fase más avanzada (un riesgo un 18 y un 43% mayor, respectivamente), fueron en los que los investigadores pudieron medir los efectos del tratamiento.
Las 1.063 personas de la primera categoría tenían una DMAE en fase precoz (pequeñas drusas extensivas, anomalías pigmentarias o, como mínimo, una drusa de tamaño intermedio).
la asociación de antioxidantes y zinc reduce en un 34% el riesgo de que la enfermedad avance y en un 27% el riesgo de pérdida moderada de agudeza visual.
Los 1.621 pacientes de la segunda categoría tenían una DMAE en una fase intermedia (drusas extensivas de tamaño intermedio, atro�a geográ�ca, sin que se viese implicado el centro de la mácula o, como mínimo, una drusa grande).
En la actualidad, los oftalmólogos suelen recetar a sus pacientes afectados por una DMAE una fórmula tipo AREDS, sobre todo en los casos más avanzados.
Las 956 personas de la tercera categoría tenían una DMAE avanzada o una agudeza visual inferior a 20/32 asociada a una DMAE en un ojo.
USTED PUEDE MEJORAR
Cada día los pacientes recibieron: • o un placebo (pastilla sin ningún efecto) • o un suplemento nutritivo antioxidante que aportaba vitamina C (500 mg), vitamina E (400 UI) y beta-caroteno (15 mg) • o zinc (80 mg en forma de óxido de zinc con 2 mg de cobre en forma óxido de cobre, para evitar los dé�cit en cobre que conllevan dosis altas de zinc) • o antioxidantes más zinc En torno al 70% de los participantes también tomaban un suplemento de vitaminas y minerales que se vende en grandes superficies de Estados Unidos (Centrum, una fórmula que yo, dicho sea de paso, desaconsejo, porque es muy poco equilibrada). en comparación con los pacientes que no recibieron suplementos alimenticios, aquellos que to3
La DMAE se debe a que los radicales libres alcanzan la parte central de la retina, lo que llamamos mácula. Esta zona es muy rica en beta-caroteno y licopeno, pero sobre todo en luteína y zeaxantina. Varios estudios han llegado a la conclusión de que ya sea a través de una alimentación adecuada (espinacas, calabaza, maíz, brócoli, yema de huevo) o tomando suplementos, se puede incrementar el contenido de la retina en luteína y zeaxantina. Al aumentar así la densidad del pigmento macular, disminuye a su vez el riesgo de sufrir DMAE. La luteína y la zeaxantina también impiden que la enfermedad avance en los pacientes que son tratados en una fase precoz.3 Lo mismo ocurriría con las cataratas. Tres estudios epidemiológicos han destacado la reducción del riesgo de cataratas en las personas con altos aportes alimenticios en carotenoides. Al acumularse en el cristalino, lucharían de forma más e�caz contra los radicales libres y
Moeller SM. Associations Between Age-Related Nuclear Cataract and Lutein and Zeaxanthin in the Diet and Serum in the Carotenoids in the Age-Related Eye Disease Study (CAREDS), an Ancillary Study of the Women's Health Initiative. Arch Ophthalmol. Marzo 2008;126(3):354-364.
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
t
prevendrían la enfermedad. También se pueden encontrar protectores entre las grasas alimentarias.
mulación excesiva de desechos que no se han digerido es la que desencadenaría la DMAE.
I
Eso signi�ca que si no tenemos DHA, los ojos ya no pueden garantizar su “mantenimiento de protección” diario. Y al cabo de unos años, afecta a la visión.
El papel de las grasas en las enfermedades oculares
En dos grandes estudios americanos, los hombres y mujeres que consumían mayor cantidad de grasas tenían un riesgo alto de DMAE. Lo mismo se constató en las personas que consumían más cantidad de ácido linoleico, un ácido graso de la familia omega-6 que se encuentra en los aceites de maíz, de semilla de uva y de girasol. Sin embargo, aquellas que consumían más pescado se encontraban protegidas; las personas que tomaban más de cuatro raciones de pescado a la semana reducían el riesgo en un 35%. ¿Cómo se explica este resultado? El pescado azul contiene ácidos grasos de cadena larga de la familia omega-3, en especial DHA y EPA.
Entonces, ¿se puede prevenir o frenar la evolución de la DMAE comiendo pescado o tomando cápsulas de aceite de pescado? Un estudio francés (NAT1) ha demostrado que las lesiones de la DMAE se estabilizaban en aquellos pacientes que tomaban suplementos de DHA. Además, cuando se suministra este omega-3 (en forma de cápsulas de aceite de pescado) a pacientes afectados por la forma “seca” de la DMAE, se frena la progresión de la enfermedad.4 Se están realizando otros ensayos clínicos y estamos ansiosos por conocer sus resultados.
I
La pista de la vitamina B
El cristalino, como ya hemos visto, es la lentilla del ojo. Recoge la luz y la concentra sobre la retina. La retina garantiza la conversión de las señales luminosas en señales eléctricas por medio de fotorreceptores (conos y bastoncillos).
Ya hemos visto que los estadounidenses sufren menos DMAE ahora respecto a 1994, dentro de un contexto en el que se ha incrementado el aporte en vitaminas del grupo B mediante la ingesta de suplementos alimenticios, habiéndose arraigado ya la costumbre entre una gran parte de la población (al contrario que en Europa, que va más retrasada con respecto a este tema).
La retina tiene la propiedad de renovar continuamente la parte externa de los fotorreceptores, que es la más expuesta a la luz. Se trata además de la zona del cuerpo con la actividad metabólica más fuerte. Cada día, el 10% de cada segmento externo se renueva, de manera que va paliando los daños causados por la luz y el oxígeno.
Las vitaminas B6, B9 y B12 reducen una sustancia indeseable, que se llama homocisteína, subproducto de las proteínas alimentarias y que puede acumularse en el cuerpo. Algunos estudios han encontrado una relación entre los niveles altos de homocisteína y el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular, pérdida de memoria e incluso Alzheimer.
El omega 3 DHA (ácido docosahexaenoico) es el principal compuesto de los conos y bastoncillos. Constituye más de la mitad de los lípidos.
Recientemente se ha destacado el mismo tipo de relación con el riesgo de sufrir DMAE: cuanta más homocisteína haya en la sangre, mayor es el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El DHA regenera también la rodopsina de los bastoncillos, una molécula que absorbe la luz. Así, cuando la luz llega a la rodopsina, ésta se “rompe”. El DHA ayuda a reciclar la rodopsina al cabo de cuarenta y cinco minutos. Por último, el DHA aumenta la actividad de una enzima que ayuda a eliminar los desechos de la retina. Hemos visto que los fotorreceptores se renuevan a muy buen ritmo. Los segmentos externos se digieren y eliminan mediante el �ujo sanguíneo. Ahora bien, la acu4
Si desea conocer su nivel de homocisteína, pídale a su médico que lo investigue haciéndole unos análisis de sangre. Sus niveles en sangre no deberían sobrepasar los 12 mmol/l. ¿Pero cómo llega a tener una persona un exceso de homocisteína? En primer lugar existen razones genéticas. Todos tenemos enzimas que se encargan de transformar la homocisteína en una sustancia anodina para evitar que
Querques G, Benlian P, Chanu B, et al. Nutritional AMD treatment phase I (NAT-1): feasibility of oral DHA supplementation in age-related macular degeneration.Eur J Ophthalmol. 2009;19:100–106.
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
se acumule. Estas enzimas utilizan para ello precisamente las vitaminas B6, B9 y B12. Pero algunos tenemos enzimas perezosas. Y contra eso no podemos hacer nada, ¡lo hemos heredado de nuestros padres! Como resultado, la homocisteína puede acumularse y volverse tóxica. Por suerte podemos reanimar a estas enzimas tomando suplementos de las vitaminas citadas y de betaína, a la que también llamamos TMG (trimetilglicina). Pero aunque tengamos enzimas e�caces, podemos acumular demasiada homocisteína simplemente porque la alimentación no nos aporte la cantidad su�ciente de estas tres vitaminas de tipo B, así como de betaína. En ese caso es necesario mejorar nuestra alimentación y, si eso no basta, tomar suplementos de vitaminas.
u Las
vitaminas B6, B9 y B12 en la alimentación
B6
B9
B12
Cereales, germen de trigo, levadura de cerveza, repollo, casquería, carne, aves de corral Verduras de color (especialmente verde) con hojas, zanahorias, aguacates, melocotones, judías verdes, harina integral, huevos Casquería, carne, lácteos, pescado azul, marisco, huevos
Durante un estudio, a mujeres que inicialmente no tenían DMAE (pero que contaban con un alto riesgo de sufrir un infarto) se les suministró todos los días durante varios años un placebo, o bien una combinación de estas tres vitaminas: 2,5 mg de B9, 50 mg de B6 y 1mg de B12. Se dieron un 34% menos casos de DMAE en el grupo de las mujeres que habían tomado los suplementos de vitaminas que en el grupo que había tomado placebo. 5 Los investigadores consideran que un resultado tan positivo se debe, al menos en parte, a que las vitaminas habían disminuido el nivel de homocisteína. Pero es posible que las vitaminas actúen también sobre el riesgo de DMAE a través de otros mecanismos, sobre todo previniendo la neoformación vascular (formación de pequeños vasos sanguíneos), lo que a su vez disminuye el riesgo de DMAE. 5
6
t
Hay que destacar asimismo que la vitamina B2 también es capaz de prevenir las cataratas, pero solamente en las personas a las que les falta esta vitamina. 6
I
Mis recomendaciones
¿Cómo prevenir las enfermedades oculares asociadas con la edad o frenar su progresión? Para empezar: ¡ ! El humo de cigarrillo provoca la mayor invasión de radicales libres en el organismo que pudiera temer. Al dar una calada, miles de moléculas carnívoras se lanzan literalmente sobre nuestra células sanas y destrozan su pared, las mitocondrias (las “centrales energéticas” de las células) e incluso el ADN, es decir, el propio material genético. Ni siquiera comiendo a diario kilos de verduras y frutas de varios colores conseguirá compensar ese daño. Es necesario entonces, aunque sea difícil, esforzarse por controlar al máximo el consumo de tabaco, aunque lo único de verdad e�caz es dejarlo de�nitivamente. Asimismo se debe practicar una pero constante, llevando un control de nuestro peso. Lo siguiente es la
.
Yo recomiendo comer tres veces por semana alimentos ricos en EPA y DHA, como el pescado azul. También encontramos EPA y DHA en la yema de huevo de gallinas alimentadas con linaza. Si padece DMAE, debería considerar las cápsulas de aceite de pescado (de 500 mg a 1.000 mg/día, después de haber contado con la opinión de su médico). Si es vegetariano, sepa que puede obtener DHA y EPA a partir del aceite de nueces, aceite de linaza y aceite de camelina, por nombrar los más comunes. Llegado el caso podrá añadir cápsulas de DHA vegetal. Hay que procurar tener también una alimentación rica en frutos oleaginosos (nueces, avellanas, almendras, aceitunas), marisco, pescado, moluscos y cereales no re�nados. Por supuesto debe tratar de tomar las cantidades óptimas de vitaminas, minerales y antioxidantes que previenen estas enfermedades de la visión.
Christen WG, Glynn RJ, Chew EY, Albert CM, Manson JE. Folic acid, pyridoxine, and cyanocobalamin combination treatment and age-related macular degeneration in women: the Women's Antioxidant and Folic Acid Cardiovascular Study . Arch Intern Med. 2009;169:335–341. Leske M.C : e Lens opacities case-Control Study. Risk Factor for Cataract. Arch Ophtalmol 1991 ;109 :244-251.
u
L o s d o s s i er s d e S a lu d , N u t r i c i ón y B i e n es t a r • DEGENERACIÓN MACULAR • M a y o 2 0 1 4
Los estudios demuestran que es necesario conservar los niveles de carotenoides en una cantidad su�ciente. Su capacidad de protección comienza a partir de los 12 mg al día. Esta cifra se corresponde además con la cantidad que consumían de forma natural nuestros antepasados en la época del paleolítico. Para alcanzar esos niveles, hay que tomar cada día como mínimo 8 raciones de frutas y verduras, lo que en teoría garantiza niveles altos de vitamina C. Aunque incluso haciendo esto, a menudo nos encontramos lejos del objetivo. Quizá le sorprenda y decepcione saber que la alimentación, aunque sea ideal, ya no es su�ciente para cubrir nuestras necesidades de nutrientes. Pero ésa es la realidad. Y no lo es sobre todo porque es pobre en vitaminas y minerales antioxidantes. Consumimos el 70% de nuestras calorías a partir de alimentos transformados y re�nados. Cada español consume al año unos 36,12 kilos de pan (unos 100 gramos al día). Pero después de pasar por el proceso de re�nado, la harina blanca ha perdido el 95% de su vitamina E original. Hasta las frutas y verduras son menos ricas en vitaminas que hace 50 años, si hacemos caso a los investigadores británicos y americanos que han publicado estos resultados, y que cuestionan la utilización masiva de pesticidas. Las frutas y verduras sufren otra desdicha, y es que cuando crecen en un suelo pobre en selenio, surge la di�cultad para alcanzar los aportes que se recomiendan de este mineral, que es sin embargo esencial. A la vista de todo lo anterior, yo de�endo que se tome también un suplemento de vitaminas y minerales, en dosis nutricionales (entre un 50 y 100% de los aportes Las informaciones contenidas en esta publicación se proporcionan únicamente con �nes informativos y no pueden ser consideradas como recomendaciones médicas personalizadas. No debe seguirse ningún tratamiento basándose únicamente en el contenido de este Dossier, y se recomienda al lector que para cualquier asunto relacionado con su salud y bienestar, consulte con profesionales sanitarios debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias. El editor de esta publicación no es un proveedor de servicios médicos homologados. El editor no practica la medicina bajo ningún título, ni ninguna otra profesión terapéutica y en ningún caso mantendrá una relación médico-paciente con sus lectores. La editorial no es responsable de la exactitud, �abilidad, e�cacia ni del uso correcto de la información que usted recibe, ni de los problemas de salud que puedan resultar de programas de formación, productos o eventos de los que pueda tener conocimiento a través de esta publicación. Los productos citados pueden tener contraindicaciones. El editor no es responsable de los eventuales errores u omisiones. Ninguna de las informaciones ni de los productos mencionados en este dossier están destinados a diagnosticar, tratar, aliviar o curar ninguna enfermedad.
t
nutricionales aconsejados) sin hierro, ni cobre, ni manganeso. ¿Por qué hay que dejar de lado estos tres oligoelementos, que hemos visto que activan nuestras enzimas antioxidantes? Sencillamente porque en los suplementos alimenticios aparecen bajo una forma que puede favorecer a los radicales libres mediante una reacción con la vitamina C. ¡Todo lo contrario de lo que se está buscando! Además, si usted padece DMAE tendrá que añadir luteína y/o zeaxantina y omega-3. En las farmacias existen productos con fórmulas salidas del estudio AREDS que contienen luteína, zeaxantina y ácidos grasos omega-3. Si no aportan vitaminas del grupo B, se puede complementar con un suplemento diario. Además, y tras consultarlo con su médico, se puede añadir un suplemento de zinc. En lo que a seguridad se re�ere, unas dosis muy altas de zinc pueden suponer un problema a largo plazo. En el estudio AREDS, el zinc parece haber aumentado ligeramente el riesgo de infecciones urinarias y cálculos renales. Otros estudios han informado sobre un descenso de la inmunidad si se toman dosis altas, y otro estudio, de un riesgo mayor de cáncer de próstata. Yo creo que no se deben ingerir más de 80 a 100 mg de zinc al día. Así que si toma un suplemento antioxidante que contenga zinc y un complemento diario de vitaminas y minerales, vigile que el total de zinc no sobrepase los 100 mg. Cuidado también con las fuentes alimenticias de zinc, como la carne de vaca. Siguiendo estos consejos podrá, de manera natural, disminuir en gran medida el riesgo de cataratas y de degeneración macular asociada a la edad (DMAE), o frenar la evolución de forma signi�cativa si ya se encuentra afectado.
Los dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar ierry Souccar Juan-M. Dupuis Calle Capitán Haya, 35. 28020 Madrid Teléfono: +34 912 194 721
[email protected] Para cualquier consulta relacionada con su suscripción, puede contactar en el teléfono +34 912 194 721 o a través del e-mail
[email protected] Copyright © 2014. Ediciones de Salud, Nutrición y Bienestar, SL