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SALUD, NUTRICIÓN Y BIENESTAR Los Dossiers de

LOS NUEVOS TRATAMIENTOS NATURALES VALIDADOS POR LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

E

Dr Jean-Paul Curtay

l Dr. Jean-Paul Curtay es un pionero en terapia nutricional. Creó una de las primeras consultas de nutriterapia (curar mediante la alimentación) en Europa y ha formado a más de 6.000 médicos en universidades de todo el mundo (Bruselas, Lisboa, París, Viena…). El Dr. Curtay es presidente del Greenhealth, un movimiento internacional que persigue promover la salud (especialmente a través de la alimentación y el medioambiente), miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y forma parte part e del equipo editorial de la revista Journ Journal al

Nº 41

MAYO 2017

SALUD NUTRICIÓN BIENESTAR

DISRUPTORES ENDOCRINOS

Los venenos invisibles que alteran a diario nuestras hormonas

of Nutritional and Environmental Medicine , de la British Society for Ecological

Medicine (BSEM). rabaja para difundir la terapia nutricional, para introducir la educación sobre nutrición en las escuelas y con agricultores y la industria alimentaria para evolucionar hacia productos más saludables. ambién es autor y coautor de numerosos libros sobre salud y nutrición (por ejemplo, La nueva guía de las vitaminas , prologada por el premio Nobel de Medicina Jean Dausset, o la Guía familiar de los alimentos que curan, entre otros). Ha estudiado a fondo la alimentación y el modo de vida que han hecho que los ancianos de Okinawa gocen de la mayor longevidad del mundo y las ha adaptado a nuestras costumbres occidentales. El Dr. Curtay es una auténtica “enciclopediaa viviente” sobre salud natural, ciclopedi pero además una de sus mayores cualidades es la pedagogía, el arte de transmitir su saber de manera clara y práctica. Lleva 35 años formando a otros profesionales de la salud, introduciendo la educación nutricional en las escuelas y promoviendo que los agricultores y la industria agroalimentaria evolucionen hacia productos que incorporen los conceptos de bienestar y salud. Vive en el bosque de Fontainebleau y es padre de dos hijos a quienes ha trasladado su amor hacia la naturaleza, el deporte, la lectura, el arte, los conciertos, los viajes y la fotografía. De hecho, también es autor de libros de otras áreas distintas a la salud, como poesía, educación o música.

Por Jean-Paul Curtay

Los disruptores endocrinos (también llamados interruptores endocrinos) son sustancias químicas capaces de funcionar como si fueran hormonas, alterando el equilibrio hormonal, generando la interrupción de procesos controlados por las hormonas o produciendo respuestas distintas a las habituales. En definitiva: alterando la salud, en algunos casos de forma muy grave. Son muy numerosos y pueden actuar incluso en dosis muy bajas. Y además muchos tienen efectos acumulativos, que además se transmiten en algunos casos a las sucesivas generaciones. ¿Y dónde se encuentran? ¡Por todas partes! En los lugares de trabajo, en los medios de transporte, en nuestros hogares, en los alimentos que tomamos… Con el tiempo se ha ido legislando y prohibiéndose algunos, pero ni mucho menos estamos protegidos. La presión de las distintas industrias es muy fuerte y las leyes van muy por detrás de las verdaderas necesidades de la población. poblaci ón. Por eso usted debe reconocerlos, saber cómo afectan afec tan a la salud y, y, sobre todo, protegerse.

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En este Dossier encontrará: encontrará: I. UN DRAMA EN CINCO ACTOS

Primer acto: la primavera silenciosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Segund Seg undoo act acto: o: el die dietil tilest estilb ilbest estrol rol des destil tilaa su ven veneno eno en el vie vientr ntree de las muj mujere eress emb embara arazad zadas as . . . . . . . . . Tercer acto: los senos y los bebés, muy vulnerables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuarto acto: nuestros ríos envenenados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quinto acto: el escándalo de los biberones y los envases para alimentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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II. UNA BOMBA DE RELOJERÍA PARA NUESTRA SALUD

¿Cuáles son las consecuencias en nuestra salud? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¡También los medicamentos! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Mudarse? (Sí, pero… ¿a dónde?) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aumento de los casos de cáncer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusión: la superv rviivencia de las especies está amenazada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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III. CÓMO PROTEGERNOS DE ESTOS VENENOS

Cómo reducir nuestra exposición a los disruptores endocrinos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Podemos deshacernos de los disruptores que hemos almacenado? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Protegerse y “repararse” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ecología y compromiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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I. UN DRAMA EN CINCO ACTOS

|Primer acto: la primavera silenciosa “Fumigamos los olmos y, al llegar la siguiente primavera, ningún petirrojo canta… porque el veneno se ha abierto camino, poco a poco, desde la hoja del olmo a la lombriz, y desde la lombriz al petirrojo ”, escribía Rachel Carson. Esta bióloga del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos especialista en medios marinos, a mediados del siglo pasado, rendía homenaje mediante tres libros a la fabulosa biodiversidad biodiversidad de los mares. Unos años más tarde, en 1962, hizo saltar la señal de alarma con su mundialmente conocido La primavera silenciosa , considerado hoy en día como el libro fundador del movimiento ecologista, pues a partir de ese momento se comienza a desarrollar como nunca antes la preocupación sobre el medioambiente en la sociedad estadounidens estadounidense. e. ,

Por su parte, en 1957, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos Por Unidos (USDA) comenzó a recomendar campañas masivas de plaguicidas para luchar contra una invasión de hormigas rojas. Ese mismo año, el Gobierno federal lanzó por su parte un programa nacional de fumigación aérea con DD, un plaguicida organoclorado para luchar contra la polilla gitana asiática. Y ese mismo año también, las cosechas de arándanos resultan contaminadas por un herbicida, el amitrol, un carcinógeno, lo que ocasionó el colapso del mercado durante tres años. Estos plaguicidas procedentes de investigaciones militares sobre la guerra química pusieron en alerta a la Sociedad para la Protección de las Aves, que solicita a Rachel Carson un estudio sobre el impacto ambiental. Su estudio puso de relieve que el DD era reprotóxico (altera la fertilidad) y cancerígeno (favorece la aparición de un cáncer).

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Por otra parte, más allá de los efectos nocivos directos de estos plaguicidas de síntesis, la destrucción masiva de insectos repercute de manera drástica en la supervivencia de los pájaros, al influir además en sus capacidades reproductivas. Desde entonces hay estudios que han demostrado que el DD ha afectado a las capacidades reproductivas de otras muchas especies, entre ellas los anfibios, los peces, las aves pelágicas, las focas y el oso polar. Aunque los libros de Rachel Carson lograron una gran repercusión mundial, habría que esperar ocho años hasta conseguir que se prohibiera el DD en Estados Unidos, gracias a la contribuci ón de otros actores que también se unieron a esa causa.

Mientras tanto, la autora es atacada violentamente por los lobbies , que cuentan con el apoyo de un sector de científicos relacionados con industrias químicas. Pero Rachel Carson no es la única que se da cuenta del desastre que se avecina. La científica Carol Yannacone presenció la muerte de peces en el lago Yaphank tras una fumigación de DD llevada a cabo por la Comisión de control de los mosquitos del condado de Suffolk, en el estado de Nueva York. Convence a su marido, Victor Yannacone, abogado, para que presente una demanda, con lo que consigue la prohibición local de usar DD. El científico Charles Wurster, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook , había destacado con anterioridad que el uso del DD en los olmos mataba a los pájaros, sin salvar por ello a los árboles. Art Cooley, un profesor del Instituto de Bellport, observa el declive de las águilas pescadoras y otras grandes aves en los alrededores del río Carmans y lo asocia al uso de DD. En 1967, la familia Yannacone se une a Wurster y Cooley para formar el Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (Environmental Defense Fund, o EDF) y lanzar una campaña mayor contra el uso del DD que consigue su prohibición en Estados Unidos. Gracias a ello, las águilas pescadoras y las águilas, especies entonces consideradas en peligro, se salvaron de la extinción. A lo largo de los años setenta y ochenta, el uso de DD en la agricultura queda prohibido en la mayoría de los países desarrollados. Los primeros en prohibirlo fueron Noruega y Suecia en 1970 y Francia en 1971. El DD se sigue utilizando todavía en muchos lugares, entre ellos Marruecos u otros países de África o América del Sur, sobre todo para luchar contra el paludismo. iene efectos de larga duración en el medio ambiente y el organismo años después de haberse ingerido. Es lo que llamamos un COP (“contaminante orgánico persistente”). ras su prohibición en numerosos países (por la Convención de Estocolmo, que busca prohibir el DD y otros contaminantes orgánicos persistentes, ratificada el 22 de mayo de 2001, en vigor desde el 17 de mayo de 2004 y que ha sido firmada por numerosos países), los niveles descendieron, pero a día de hoy cada uno de nosotros sigue siendo portador (tal y como lo puso de manifiesto un estudio realizado en Francia por el Instituto Nacional de Vigilancia Sanitaria. El DD y cientos de otros plaguicidas, entre los que se encuentra el m ás utilizado en el mundo, el glifosato (Round Up) que Monsanto comercializa como “biodegradable” mientras se está importando en las verduras transgénicas para el ganado en Europa sin que ello ni siquiera aparezca en la etiqueta, siguen envenenando el mundo entero (plancton, peces, animales y seres humanos) en este mismo momento. Adicionalmente, numerosos mosquitos y otros objetivos han desarrollado una resistencia al DD que no deja de crecer, sobre todo en África.


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Parece evidente que entre su elevada toxicidad y su eficacia cada vez menor resulta urgente encontrar alternativas en tantos y tantos países que todavía se resignan a utilizarlo, sobre todo contra los mosquitos que transmiten la malaria. Y es que todos somos víctimas, regados por un cóctel de decenas de miles de tóxicos. Rachel Carson hablaba de la tristeza que le daba ver un árbol en el que ya no cantaban pájaros. Por desgracia, aquello no era sino el comienzo de una inminente tragedia mucho peor. Una tragedia en la que cada acto parece más implacable que el anterior. Y ya no hay tiempo para apartar la vista. Los niveles de sustancias tóxicas en la población es un asunto muy preocupante. De hecho, la Comisión Europea ha puesto en marcha la llamada Iniciativa de Biomonitoreo Humano, que ha tenido su primera reunión en diciembre de 2016, con el objetivo de promover y coordinar en todos los países el estudio de la exposición real de los ciudadanos a los productos químicos y sus efectos sobre la salud. Las sustancias tóxicas se van incorporando al organismo humano a través de diferencias exposiciones ambientales. Mediante la biomonitorización se toman muestras biológicas (sangres, orina, pelo, uñas, leche materna…) para ir analizando sus valores en distintos grupos. La mayoría de los países desarrollados van incorporando de alguna forma distintos sistemas de biomonitorización y, según los primeros datos con los que cuenta la Comisión Europea, de los 28 países medidos, España se encuentra en un preocupante sexto puesto respecto a los niveles medidos de concentraciones tóxicas. Los primeros denunciantes… y los demás

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a historia de Rachel Carson recuerda enormemente a la de su contemporáneo el geólogo Clair Cameron Patterson, que fue el primero en conseguir determinar con exactitud la edad de la ierra estudiando la conversión del uranio en plomo y que, al hacerlo, descubrió los peligros del plomo para la salud del ser humano: cardiotóxico, neurotóxico y carcinógeno. Demostró que el contenido en plomo del cuerpo humano aumentó entre 700 y 1.200 veces entre el período precolombino y los tiempos modernos. En 1965 hizo públicas sus conclusiones, pero fue rebatido de forma agresiva por la Ethyl Corporation, desestimado por los tribunales y excluido de las instituciones hasta que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA en sus siglas en inglés), rendida ante la evidencia, estableció una reducción del plomo en la gasolina de manera escalonada en 13 años, de 1973 a 1986. Solos, estos científicos denunciantes, auténticos héroes de los tiempos modernos, que en un principio plantaron cara sin ningún apoyo a los intereses a corto plazo de las multinacionales, terminaron salvando a decenas de millones de personas de la muerte y de enfermedades precoces. Hoy en día se siguen librando esta misma clase de batallas relacionadas con otros tóxicos que han invadido hasta el último rincón del mundo sin que nunca se haya evaluado su peligrosidad antes de ponerlos en libre circulación. Por suerte, cada vez se contabilizan en el frente más y más héroes denunciantes. Algunos que emprenden luchas particulares para vivir de forma más sostenible y otros muchos agrupados en asociaciones que pretenden llevar a cabo acciones comunes en defensa de un mundo más sostenible y saludable.


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Segundo acto: el dietilestilbestrol destila su veneno en el vientre de las mujeres embarazadas

El dietilestilbestrol (DES) era un medicamento, ya retirado de la mayoría de los países, con fuertes propiedades estrogénicas utilizado desde 1938 en las mujeres para tratar tanto abortos espontáneos como partos prematuros. Causó graves secuelas en los hijos de las mujeres tratadas con este medicamento: • En el caso de las niñas, en la pubertad, malformaciones genitales (cervicovaginales, uterinas, pocas veces en las trompas), mayor riesgo de cáncer vaginal y de útero y numerosos casos de infertilidad (más del doble que en el resto), complicaciones en el embarazo y embarazos extrauterinos. • Con respecto a los niños, casos de estenosis de la uretra, quistes del epidídimo, malformaciones de la uretra que se abre en la cara inferior del pene en lugar de en el extremo (hipospadias), descenso incompleto de los testículos (criptorquidia) y casos de hipotrofia testicular, así como una disminución de la calidad del esperma (oligospermia), que también deriva en infertilidad. • En los niños y niñas, se duplican los trastornos mixtos ansioso-depresivos. odavía varias décadas después se observa entre los descendientes de estos “niños DES” un efecto transgeneracional: los nietos de las mujeres tratadas con esta hormona sintética, recetada para prevenir los abortos espontáneos, tienen una exposición entre 40 y 50 veces mayor al riesgo de hipospadias (afección del pene), así como a muchas otras malformaciones. No tenemos aún la perspectiva suficiente como para saber si los bisnietos y sus descendientes continuarán o no siendo víctimas de este medicamento que actúa como disrruptor endocrino procedente de sus ascendientes. En España el primer caso de carcinoma vaginal fue comunicado en 1986. En el Vademecum aparece como fármaco no retirado y que, por lo tanto, se puede seguir recetando. Pánico entre los ostricultores

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os ostricultores constataron en los años setenta una caída drástica de la producción de ostras. Los científicos observan malformaciones cálcicas en conchas deformadas de las ostras, un desploma de la fertilidad, anomalías en los embriones y larvas… Hasta los años ochenta no se localizó a los culpables: los tributilestaños o B, aditivos de las pinturas de los barcos que se utilizan como “antiincrustante”, pero también como plaguicidas, antifúngicos, agentes de tratamiento de la madera, en las fábricas de papel e industrias que utilizan pasta de papel, en la industria textil, en los sistemas hidráulicos industriales como las torres de refrigeración y los sistemas de refrigeración líquida, así como en las fábricas de cerveza. En 1999, la Organización Marítima Internacional (OMI) propuso una resolución internacional que prohibía las pinturas antiincrustantes a base de estaño a partir de 2008. Sin embargo, sus moléculas de degradación permanecerán durante mucho tiempo en los sedimentos de los puertos y en los puntos de inmersión de lodos de drenaje, y en muchos otros ámbitos se siguen utilizando. Los tributilestaños sirven además como: • Fungicidas (antimoho) en la industria del papel, del cuero y textil así como en los circuitos de refrigeración. • Desinfectantes y biocidas en torres de refrigeración y centrales eléctricas, hospitales, etc. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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• Repelentes para ratones. • Control de plagas en fábricas de cerveza y albañilería. • Biocidas para determinados productos para el gran público (almohadas antialérgenos, aerosoles para los pies). • Biocidas para fibras textiles. • Catalizadores que podrían dejar trazas en el cuero, poliuretano, poliacrilato. • Elementos en productos farmacéuticos o determinadas espumas de poliuretano. La Agencia danesa del medio ambiente ha detectado B en productos de gran consumo de PVC, que podrían ser impurezas de compuestos utilizados como aditivos estabilizantes del PVC. Se ha demostrado que tienen efectos reprotóxicos en 70 especies de gasterópodos e inmunosupresores en los peces.

|Tercer acto: los senos y los bebés, muy vulnerables El estudio del líquido amniótico en el que flotan los bebés en el interior del vientre materno, de la sangre del cordón umbilical al nacer o del meconio (las heces del recién nacido) pone de manifiesto que los bebés son expuestos mucho antes de su nacimiento a una cantidad estimada de entre 200 y 300 contaminantes y, entre ellos, numerosos disruptores endocrinos. Encontramos además la práctica totalidad de estos contaminantes en la leche de las madres lactantes que, de esa manera, y muy a su pesar, continúan pasando estos tóxicos a sus hijos. Ya no cabe duda de que los fetos y los bebés son los más vulnerables a sus efectos, que van más allá de trastornos del desarrollo sexual, ya que afectan al crecimiento en general, incluido el del cerebro, siendo responsables de una pérdida que llega hasta los 8 puntos del coeficiente intelectual (CI) , trastornos psicológicos y conductuales, riesgos de alergias, vulnerabilidad a las infecciones, sobrepeso, diabetes, cáncer… Unos estudios recientes van tras la pista de una relación con el alzhéimer y el párkinson. Resulta lógico dado que no solo son disruptores endocrinos, sino que mediante la epigenética (todas las modificaciones que se producen alrededor del ADN) también interfieren con la expresión de los genes, modificaciones duraderas e incluso transmisibles de una generación a otra. Por otra parte, el momento en el que tienen lugar estas exposiciones resulta fundamental. La vulnerabilidad es mucho mayor cuando se producen “ventanas críticas” del desarrollo embrionario, después fetal y a continuación del bebé. Y es que, en estas fases, con sólo unas dosis minúsculas se pueden producir alteraciones profundas y duraderas. Esto tiene otra consecuencia esencial; todo el tema sobre el cuestionamiento de las políticas de protección contempladas hasta el momento, que se basaban en “dosis admisibles”, es decir, que se consideraba que por debajo de cierta cantidad, no existe ningún riesgo. El principio que servía como fundamento de la toxicología desde tiempos del alquimisista y médico Paracelso (según el cual “la dosis hace el veneno”, ya que “nada es veneno y todo es veneno, puesto que la diferencia está en la dosis”, ya no se aplica con los interruptores endocrinos. Este es un punto conflictivo muy sensible con la industria que más o menos se ha adaptado a las IDAs (ingestas diarias admisibles), pero que con respecto a los interruptores endocrinos no quiere admitir este patrón diferente. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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Y máxime cuando: … Muchos de ellos son persistentes en el medio ambiente (COP). … La mayoría están atrapados en las grasas del cuerpo humano al ser lipofílicos (tiene atracción por las grasas). … Entre ellos existe un efecto cóctel. odo ello explica que sigan teniendo efectos nocivos para la salud de un individuo décadas después de producirse la contaminación a través del aire, el agua, los alimentos, los cosméticos, etc. Además, las dosis admisibles no tienen en cuenta el tamaño de los fetos y los niños. Un estudio realizado sobre una clase de interruptores endocrinos que encontramos por todas partes, los retardantes de llama, ha señalado que los niños tienen una concentración media 3,5 veces superior a la de sus madres. El hecho de que los niños estén más cerca del suelo también tendría mucho que ver, ya que inhalan más polvo, que concentra y transmite los interruptores endocrinos. u Lo

que encontramos en los senos femeninos

Una periodista americana, Florence Williams, se encontró en el centro de este drama y le dedicó un libro, Breasts: A Natural and Unnatural History (Senos: una historia natural y antinatural), que tuvo una gran repercusión internacional. En él describe lo que encontramos hoy en día en el vientre de las mujeres embarazadas, en el feto y en las mamas de las madres lactantes: ftalatos, bisfenoles, DD y otros plaguicidas como el clorpirifós, que es el producto más utilizado contra las cucarachas, el malatión, el lindano que se utiliza contra los piojos, fungicidas, dioxinas carcinogénicas, retardantes de llama bromados, derivados fluorados de sartenes antiadherentes y productos industriales de limpieza, parabenos, éteres de glicol y otros aditivos de pinturas, catabolitos de combustión de vehículos, perclorato de combustible para cohetes, etc. odos ellos son disruptores endocrinos asociados a muchos otros contaminantes no disruptores endocrinos como benceno, tolueno, MBE (metil tert-butil éter), cloroformo, percloretileno, tricloretileno y metales pesados (plomo, cadmio, mercurio…). Un estudio realizado con 123 madres observa plomo en el 99,2% de la sangre de los cordones umbilicales y en el 83,2% de la leche materna. Pero esto no es más que el principio: el aire de las viviendas modernas aporta unas cantidades entre 25 y 135 veces superiores de compuestos orgánicos volátiles (COV), según un estudio de la famosa Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos. Los autores señalan una correlación entre las cantidades presentes en el aire y las que encontramos en la leche materna. El bebé tumbado en el colchón de su cuna se “enriquece” de toda una variedad de COV, siendo los colchones nuevos de espuma de poliuretano los más “generosos” en estas sustancias dañinas. Como resulta indudable que la lactancia materna es y seguirá siendo irremplazable en lo que se refiere a sus cualidades nutritivas, inmunitarias y de contribución al desarrollo psicoafectivo, parece esencial y urgente informar a los padres sobre cómo reducir las cargas tóxicas que se transmiten a los bebés, tanto durante el embarazo como durante la lactancia e incluso en la propia casa (mobiliario) al salir a la calle (medios de transporte), etc.


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|Cuarto acto: nuestros ríos envenenados En 2013 se contabilizaron 550 puntos terrestres en Francia contaminados por los PCB (policlorobifenilos) o “piralenos”, prohibidos en ese país desde 1987, pero extremadamente resistentes. Se encuentran en las aguas subterráneas, los ríos y el mar. Y este es sólo un ejemplo de lo que ocurre en todas partes. Al desconocer su toxicidad, los PCB se han utilizado “para todo y en todas partes”, en equipos pesados como transformadores, condensadores eléctricos, radiadores de aceite, aceite para camiones y un sinfín de pequeños aparatos en numerosos productos dispersivos como asfalto, resinas, linóleo, caucho, juntas, pinturas, cera abrillantadora, productos antioxidantes, tinta para imprimir (lo que hace que los encontremos en los cajas recicladas que se utilizan como envases para alimentos sobre cuya toxicidad ha dado la voz de alarma un investigador suizo, de nuevo en lugar de hacerlo las instituciones que deberían protegernos), adhesivos, tejidos… Miles de vertederos están llenos de ellos, filtrándolos en las aguas subterráneas y los ríos. Estos PCB, que las fábricas también han vertido directamente en los cursos de agua, se concentran en los sedimentos de los ríos y costas. Los PCB también se propagan por el aire a partir de otras fuentes y entonces se inhalan, a través del agua, y los animales las bioconcentran (sobre todo en sus grasas), lo que convierte al pescado y el marisco, aunque también en menor medida a los huevos, los lácteos y la carne en las principales fuentes de exposición humana. Nosotros a continuación los almacenamos en nuestras grasas. En un estudio realizado con 1.259 mujeres embarazadas, la sangre del 95% de las participantes contenía PCB. ambién los encontramos en la leche materna, y de esta manera los trasladan a sus hijos.


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Los PCB imitan a los estrógenos interfiriendo con: • La diferenciación sexual in utero, provocando malformaciones genitales, a veces infertilidad, por lo que también son reprotóxicos. • El crecimiento: disminución de la altura y el peso y retraso de la edad gestacional del recién nacido; retraso en el desarrollo de los niños de corta edad. • El desarrollo cerebral e intelectual del niño, que deriva en déficit cognitivo con pérdida de varios puntos de coeficiente intelectual. • La neuroprotección de las personas mayores; una tercera parte de las que están más contaminadas sufren una neurodegeneración más temprana (9 años antes) que la tercera parte de las personas menos contaminadas. • Protección cardiovascular: los PCB modifican desfavorablemente el cociente íntima/media en la pared de las arterias carótidas, aumentando su rigidez. • El riesgo de cáncer, que se incrementa.

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Quinto acto: el escándalo de los biberones y los envases para alimentos Por si todo esto no fuera suficiente, en la primera década del siglo XXI nos topamos con la noticia de que los catéteres de los dispositivos médicos transmiten bisfenol A (BPA), un plastificante que también es disrruptor endocrino. Pues bien, también está presente en las tetinas de los biberones. Más adelante, el problema adquiere una perspectiva completamente diferente cuando nos damos cuenta de que el bisfenol A se encuentra en los envases de plástico para alimentos, los revestimientos internos de las latas de conservas y de refrescos y que migra con facilidad a los aceites, salsas, margarinas, platos preparados que contienen grasas… ambién podemos absorberlo a través de la piel cuando tocamos tickets de compra o recibos de las tarjetas de crédito. Con respecto a los ftalatos, otros disruptores endocrinos, los encontramos en medicamentos, cosméticos, film transparente, detergentes, juguetes, juguetes sexuales…

Pero entonces, ¿qué son los disruptores endocrinos?

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e trata de moléculas químicas, también denominadas xenohormonas, que pueden modificar la producción, secreción o eliminación de las hormonas naturales y/o actuar en su lugar en sus receptores. Eso mismo hacen, por ejemplo, las xenohormonas que imitan los efectos de los estrógenos. Esto explica que puedan modificar la identidad sexual de un bebé in utero, desencadenar malformaciones genitales, trastornos psicodonductuales, infertilidad y cáncer de tipo hormonodependiente.

Los ftalatos pueden representar más del 50% del peso de artículos de PVC blando como los manteles o las cortinas de ducha. Los encontramos en miles de productos normales y corrientes fabricados en PVC: pañales, zapatos y botas, gafas, auriculares, tejidos impermeables, piel sintética, tintas para impresora, detergentes... Están presentes en materiales de construcción, mobiliario y decoración, desde donde se liberan al aire, por ejemplo bajo los efectos de los rayos UV. Al igual que el BPA, migran fácilmente a los alimentos grasos. Los quesos son una de las categorías de alimentos más afectadas. Cada año se producen en el mundo millones de toneladas de BPA y ftalatos que se localizan hasta en hormigas de las regiones más aisladas de la selva amazónica. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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Así es como la tragedia se ha ido desarrollando con los años de la mano de la indiferencia y a veces incluso la complicidad de los poderes públicos. Y no podemos cerrar los ojos. Por uno mismo y por nuestros seres queridos, claro está, pero también por el bien común de todos necesitamos saber defendernos de estos disruptores endocrinos, en primer lugar entendiendo bien las amenazas que representan para la salud. El plaguicida clordecona

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a clordecona , un plaguicida organoclorado que se utiliza principalmente contra un parásito de los bananeros, ya era conocido en los años setenta como un COP (contaminante orgánico persistente) tóxico y llevaba prohibido en Estados Unidos desde 1976. En 1979, la OMS había clasificado la clordecona entre los probables carcinógenos. Francia esperó hasta 1990 para prohibirla. Según el Instituto Científico de Investigación Agronómica de Francia (INRA en sus siglas en Francés), en aquel país, hoy día: • Los suelos, las aguas superficiales y las aguas subterráneas tienen unas concentraciones… ¡100 veces superiores a la norma! • Los alimentos contaminados son la carne, el pescado y el marisco, el ganado vacuno, las aves, los tubérculos y, en menor medida, los productos vegetales que crecen cerca del suelo: cucurbitáceas, lechugas, cebolletas, cebollas… • El prefecto tuvo que prohibir el consumo de determinados pescados y langostas. • Según el Bureau de recherches géologiques et minières , el organismo público francés para la gestión de los recursos de la tierra, debido a la existencia de 1.250 toneladas de clordecona antes de que se prohibiera definitivamente su uso, la contaminación debería desaparecer dentro de… 7.000 años. • Encontramos clordecona en la sangre del 66,8% de las personas sanas y en el 68,7% de las personas enfermas. • El número de nacimientos prematuro s se ha incrementado. • La clordecona está presente en la leche materna del 40% de las mujeres. • La población más afectada son los niños de entre 3 y 5 años. • El riesgo de cáncer de próstata de las personas con unos niveles más altos se multiplica por 2,5. • En las regiones sobreexpuestas, el Instituto nacional de vigilancia sanitaria observa una “notable sobreincidencia del mieloma múltiple”.

II. UNA BOMBA DE RELOJERÍA PARA NUESTRA SALUD

|¿Cuáles son las consecuencias en nuestra salud? Cientos de disruptores endocrinos invaden el aire, el agua, los alimentos, las viviendas, el transporte, los lugares de trabajo, los cosméticos y hasta los juguetes contaminando desde a animales, mujeres, hombres, mujeres embarazadas, fetos, bebés, niños… Pero, ¿qué cambios provoca eso en nuestras vidas? En las mujeres embarazadas, los fetos y los niños, los daños son m últiples. La exposición a los interruptores endocrinos es un factor de: • abortos espontáneos. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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patolog ías del desarrollo del embarazo. malformaciones, sobre todo genitales, y trastornos de la diferenciación sexual. vulnerabilidad a las infecciones. un mayor riesgo de alergias e intolerancias alimentarias. un aumento del riesgo de sobrepeso y diabetes. retraso del desarrollo del feto, incluido el desarrollo cerebral. disminución del CI. un aumento del riesgo de hiperactividad y autismo.

La exposición a los parabenos (que todavía pueden encontrarse en gran cantidad de cosméticos e incluso medicamentos) es un factor de retraso del desarrollo del feto; los éteres de glicol presentes en el disolvente de numerosos productos del hogar, las pinturas, etc., aumentan el riesgo de abortos espontáneos, malformaciones (sobre todo genitales) e infertilidad. El 4MBC, que imita al estrógeno y está presente en las cremas y aceites para el sol no ecológicos, produce malformaciones genitales en los animales. Está fuertemente involucrado en los problemas de diferenciación sexual de los peces y otros habitantes de arrecifes y costas turísticas en donde se bañan turistas Algunos disruptores endocrinos que piensan que con esos productos están protegidos. • Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAP) (humo de cigarrillo, vapor de gasóleo, barbacoas…) Una exposición a los PCB y a varios • Ftalatos (plásticos blandos, botellas de aceite, PVC…) plaguicidas se asocia con una disminución de la fertilidad, retrasos en • Bisfenol A (envases para alimentos, tarrinas de margarina, el crecimiento y malformaciones. revestimientos de las latas de conservas, tickets de compra…) En un estudio brasileño, el 92% • Difenilos Halogenados (desinfectantes) de los chicos que presentaban una malformación genital habían estado • PCB (ríos, peces) expuestos a plaguicidas durante el • DDT (plaguicida prohibido, pero con efecto residual período fetal. en el medio ambiente, y que se encuentra en la carne), atrazina, etileno, tiourea, heptacloro, lindano, clorUn estudio británico llevado a dano, malatión cabo con 447 niñas británicas y sus madres ha demostrado que una • Alquifenoles (detergentes, plásticos, plaguicidas…) exposición in utero a compuestos • Parabeno (cosméticos, medicamentos…) perfluorados (o perfluorocarbonos) podía conllevar el nacimiento de • 4MBC (cremas y aceites para el sol) bebés más pequeños de lo normal, • PBDE (polibromodifenil éteres: retardantes de llama susceptibles después de sufrir obepresentes en alfombras, relleno de cojines, tejidos, sásidad. banas, coches, televisores…) Esto no hace más que confirmar otros estudios, como el publicado en febrero de 2012 que ya había demostrado que la exposición in utero al ácido perfluorooctanoico (PFOA en sus siglas en inglés) favorecía la aparición de sobrepeso a los 20 años de edad en las mujeres.

Otros disruptores endocrinos probables:

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Benceno Xileno Estireno Éteres de glicol Metales pesados como el plomo y el mercurio página 11/24

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| ¡También los medicamentos! Por otra parte, nuevos estudios han llevado a descubrir los efectos como disruptores endocrinos de determinados medicamentos tales como el paracetamol, que aumenta los riesgos de malformación en las mujeres embarazadas, y metales pesados como el plomo (este neurotóxico resulta asimismo reprotóxico al ser factor de alteración de la espermatogénesis) y el mercurio. En la reserva de indios americanos de Aamjiwnang, en el corazón del “ Chemical valley ” de Canadá, se sospecha que productos como el mercurio, las dioxinas o los PCB son responsables de la modificación del índice de masculinidad (razón de sexo) detectado: un estudio realizado por la universidad de Ottawa ha demostrado que el ratio al nacer ha pasado de 1 niño por cada niña en 1984 a 1 niño por cada dos niñas en 1999. Además, el porcentaje de abortos es del 39% frente al 25% habitual, y el 23% de los niños menores de 16 años sufren DAH (rastorno por D éficit de A tención con Hiperactividad) en lugar del 4% habitual. La frecuencia de la hiperactividad, problema asociado a una hipersensibilidad al estrés, disfunción del control de los impulsos y que puede derivar en déficit de atención, también ha experimentado un crecimiento exponencial. En Reino Unido, 0,5/1.000 niños eran diagnosticados a comienzos de los años ochenta, y más de 3/1.000 eran tratados a finales de los noventa. En Estados Unidos asistimos a la misma evolución con unos niveles más altos (12/1.000 hace 35 años y en torno a 35/1.000 a finales de los 90). La frecuencia de los trastornos del espectro autista ha explotado: de 400 a 2.900% en los países industrializados. Hay autores que explican que este aumento se debe a una mejora de los procedimientos diagnósticos. Otros han demostrado que es imposible que únicamente este factor explique dicho repunte. Con respecto a los TDAH, la frecuencia es de 3 a 10 veces mayor en los niños que en las niñas, mientras que en el caso del autismo, es de 4 a 5 veces mayor. Numerosos estudios han demostrado una importante correlación entre una alta contaminación del aire y el riesgo de autismo; por ejemplo, si las mujeres embarazadas han vivido a 300 metros o menos de una autopista, el riesgo se multiplica por dos. Otros han podido relacionar la exposición a los plaguicidas y a los aditivos alimentarios con este riesgo. Estas patologías forman parte de una lista de enfermedades cuya incidencia ha crecido considerablemente en estas últimas décadas, al igual que las patologías inflamatorias digestivas como la enfermedad de Crohn, el sobrepeso y la diabetes y casi todos los tipos de cáncer, lo que apunta a factores medioambientales. Los disruptores endocrinos alteran la permeabilidad digestiva y son proinflamatorios, algo común a todas estas patologías. No pueden ser más que un cofactor, puesto que todas las enfermedades se deben a múltiples factores, pero un cofactor con un peso, según los estudios, cada vez mayor. De esta manera, los disruptores endocrinos se clasifican a día hoy entre los 10 primeros factores de sobrepeso y diabetes. El clorpirifós, el plaguicida más utilizado contra las cucarachas, reduce el volumen de la corteza cerebral y genera trastornos de atención, del lenguaje, de las relaciones sociales y del control de los impulsos.


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El lindano, un plaguicida que se lleva utilizando de forma masiva desde hace más de medio siglo, no solamente en la agricultura para tratar las semillas, los cultivos, los árboles, los suelos y el ganado, sino también en la industria y también en el tratamiento de la sarna, las garrapatas y los piojos (sobre todo en polvos y champús con los que hemos embadurnado a los niños) es: • • • • • •

neurotóxico (para el sistema nervioso) hepatóxico (para el hígado) nefrotóxico (para el riñón) descompensador de epilepsia interruptor endocrino promotor de cáncer.

Pese a su progresiva prohibición en Europa entre 2004 y finales de 2007, sigue estando presente. En 2009 se localizó en la placenta del 28% de las mujeres que dieron a luz en Canarias. Unos investigadores han analizado los niveles de exposición prenatal a los retardantes de llama ( PBDE), midiendo la concentración en la sangre del cord ón umbilical al nacer. A continuación han estudiado el desarrollo neurológico de los niños, primero entre los 12 meses y los 4 años de edad, y después a los 6 años. Los niños que al nacer presentaban las concentraciones más altas de PBDE obtenían los resultados más bajos en las pruebas de desarrollo físico y mental realizadas entre los 12 meses y los 6 años de edad. Estos efectos en el desarrollo destacaban especialmente a la edad de 4 años, momento en el que los resultado de las pruebas del CI y de la aptitud verbal se vieron reducidos entre 5,5 y 8 puntos en aquellos niños que habían tenido la exposición prenatal más alta . Un estudio realizado en 2013 para identificar los riesgos a los que están expuestos los hijos de las cajeras a través de los tickets que contienen bisfenol A identificó cuatro tipos de efectos en los niños que van a nacer, que afectan a la glándula mamaria (mayor riesgo de cáncer), el cerebro (retrasos en el aprendizaje), aparato reproductor femenino (quistes en los ovarios y alteración del ciclo menstrual) y metabolismo (obesidad, colesterol). El xileno , otro derivado del benceno, ampliamente utilizado (450.000 toneladas al año sólo en Estados Unidos) en las industrias de impresión, del caucho y del cuero para producir ftalatos, tambié n se utiliza para limpiar, como plaguicida y como disolvente para la pintura así como en la pintura y el barniz, y sobre todo en los rotuladores indelebles. Está presente en pequeñas cantidades en el combustible para aviación y en la gasolina. Las emisiones por país en el medio ambiente ascienden a miles de toneladas al año. Los estudios realizados con animales muestran que unas concentraciones altas de xileno implican un aumento del número de animales que nacen muertos, así como retrasos en el crecimiento y el desarrollo. En muchos casos, estas mismas concentraciones también tienen efectos negativos en la salud de las madres. El efecto que tienen las exposiciones de la madre a pequeñas concentraciones de xileno en el feto no se conoce a día hoy. Hay estudios que observan alteraciones en el cerebro y en la memoria. En cualquier caso, el xileno se utiliza en medicina; forma parte de la composición de las gotas para los oídos que se emplean para ablandar los tapones de cera.


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u Fertilidad:

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el tema que asusta

Los adolescentes que se echan laca en el pelo sufren un descenso en el número de espermatozoides. Un equipo de investigadores del INSERM, el Instituto de salud e investigación médica de Francia, efectivamente ha demostrado de manera experimental que los ftalatos perjudican la puesta en práctica del potencial reproductor masculino en la especie humana. Otros estudios han demostrado que la exposición de los testículos del hombre adulto a los ftalatos, al bisfenol A, a los parabenos o a los éteres de glicol provoca una inhibici ón de la producción de testosterona y puede ser responsable de la reducción de su tamaño en los adultos. Existen varias familias de éteres de glicol, la mayoría de ellas reprotóxicas. Afectan a la fertilidad masculina y femenina. Pero también son genotóxicos, factores de malformaciones y tóxicos en las células de la médula ósea. Se observa una relación con el cáncer de estómago, de testículos y con la leucemia mieloide, pero su carcinogenicidad no está probada. Diez de ellos son objeto de medidas de restricción de uso en Europa, pero los estudios realizados en Francia demuestran que están presentes en las muestras de orina. Un estudio aparecido en diciembre de 2012 ilustra la relación entre interruptores endocrinos y fertilidad. Este estudio, realizado con más de 26.600 hombres, demostró un descenso significativo de la concentración de espermatozoides en el esperma así como su calidad entre 1989 y 2005 en Francia. Los resultados de este estudio expusieron que en 17 años, la concentración del esperma (millones de espermatozoides por mililitro de esperma) disminuyó en un 32,2% y de manera constante, es decir, una reducción del 1,9% al año. De esta manera, en el caso de un hombre de 35 años, el número de espermatozoides pasó de 73,6 millones/ml a 49,9 millones/ml de media. A este ritmo (que se está acelerando puesto que, en los últimos setenta años, las pérdidas sólo eran del 1% al año) ¿qué quedará de la capacidad humana para engendrar descendientes a finales de este siglo? Y además, una tercera parte de los espermatozoides que sobreviven tienen malformaciones, ya que el estudio ha demostrado una reducción del 33,4% de la proporción de espermatozoides de forma normal en 17 años. En realidad, estos resultados se habrían calculado por lo bajo, puesto que la población estudiada tiende a priori a fumar menos, un factor conocido por dañar enormemente la calidad del esperma. Según los autores del estudio, se contempla seriamente la existencia de un vínculo con los interruptores endocrinos. u Sobrepeso

y diabetes

Unos investigadores han medido el nivel de BPA (bisfenol A) en la orina de 2.838 niños de entre 6 y 19 años de edad, y han indicado a continuación su peso. Resultado: de los niños con el nivel de BPA más alto, cerca de un 22% eran obesos, frente a solamente el 10% de los que presentaban los niveles más bajos. Dicho de otra manera, esto significa que los niños más expuestos al BPA tienen el doble de riesgo de ser obesos que los menos expuestos.


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u Cáncer

La incidencia del cáncer se encuentra claramente al alza. Existen gran cantidad de sustancias que imitan a los estrógenos en circulación: bisfenol A, ftalatos, parabenos, 4MBC… a los que hay que añadir los estrógenos que segregan los animales, presentes en abundancia en la leche de vaca (no hay quien pueda producir leche sin unos niveles altos de hormonas), y que también segregan las mujeres que toman la píldora o tratamientos sustitutivos. Los plaguicidas organoclorados y las dioxinas aumentan el riesgo de cáncer de mama, pero no sólo eso.

|¿Mudarse? (Sí, pero… ¿a dónde?) Un estudio analizó más de cerca el impacto en la salud de las exposiciones a las emisiones atmosféricas de dioxinas de las fábricas de incineración de residuos domésticos. Este estudio, realizado sobre alrededor de 135.000 casos de cáncer observados en las zonas del Alto Rin, el Bajo Rin, el Isère y el arn entre 1990 y 1999, puso de manifiesto la destacada relación que existe entre la exposición a las emisiones atmosféricas de las fábricas de incineración de residuos domésticos y la incidencia de varios tipos de cáncer. Con respecto a las mujeres, queda patente la gran relación estadística entre la exposición a las incineradoras y la incidencia del cáncer en el conjunto de localizaciones, del cáncer de mama y de los linfomas malignos no-Hodgkin. De igual forma, se detecta un importante vínculo con los linfomas malignos no-Hodgkin independientemente del sexo y con los mielomas múltiples sólo en el caso de los hombres. Los niños que viven en las inmediaciones de gasolineras sufren más leucemias. En nuestro país, las gasolinas de 95 y 98 octanos todavía contienen un 1% de benceno, un reprotóxico que ha demostrado ser un factor de la leucemia. Encontramos numerosos derivados del benceno por todas partes: en los ambientadores, que ahora prácticamente nos los imponen en todos lados (en los baños, los taxis, los aparcamientos, los hoteles, en los perfumes que se utilizan para el neuromarketing ), en los rotuladores indelebles (xileno), el poliestireno… El benceno y algunos de sus derivados se integran en nuestros genes y producen errores en la replicación, así como aberraciones cromosómicas. Son genotóxicos y cancerígenos. Las células de la médula ósea son especialmente sensibles a estas sustancias, que también pueden afectar a la fertilidad, causar malformaciones, aumentar las alergias… Los ftalatos provocan tumores hepatocelulares (en el hígado) en los modelos animales y tumores de testículo tras una exposición continuada. Un estudio realizado con 1.100 niñas de entre 6 y 8 años ha demostrado que los ftalatos serían responsables de una pubertad precoz. Ahora bien, este fenómeno, que también está experimentando un crecimiento exponencial, conlleva una exposición más precoz y prolongada a los estrógenos, principales promotores del cáncer de mama. Un estudio de 2010 realizado con 221 mujeres mexicanas permitió constatar que los niveles de ftalatos eran más altos en la orina de mujeres con cáncer de mama que entre las del grupo de control. Por otra parte, el papel que desempeña la clordecona en el gran aumento de los casos de cáncer de próstata en las Antillas ahora sí que es incuestionable, aunque resulta que su exposición también está asociada a un aumento del riesgo de mieloma múltiple. Pero muchos otros plaguicidas que contienen interruptores endocrinos están involucrados. Por ejemplo, el lindano, un promotor de tumores que aunque lleva prohibido en Europa desde 2007 (en Estados UniVisite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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dos aún no lo está ), sigue detectándose incluso en la placenta del 28% de las mujeres embarazadas de las Islas Canarias, que sin embargo viven alejadas de cualquier industria.

|Aumento de los casos de cáncer Los interruptores endocrinos favorecen la aparición de cáncer de tipo hormonodependiente por mecanismos que se avivan los unos a los otros: • • • •

Promoción hormonal mediante efectos que imitan a los estrógenos o a la testosterona. Aumento del número de receptores de hormonas. Efectos proliferativos independientes de las hormonas. Efectos proinflamatorios que intervienen en todas las fases del cáncer (iniciación, promoción, invasión, angiogénesis –proliferación neovascular-, metástasis –propagación del tumor a distancia, en otros órganos-). • Alteración de la permeabilidad digestiva que favorece la inflamación y el sobrepeso. • Aumento del sobrepeso y la diabetes, que también están asociados a un aumento de la inflamación, de la promoción (en especial por la producción en el tejido adiposo de estrógenos gracias a la aromatasa) y a una incidencia mayor de cáncer. • Debilitamiento de las defensas inmunitarias, el primer frente de defensa contra las células cancerosas (más pronunciado en los casos de diabetes).

|Conclusión: la supervivencia de las especies está amenazada Debido a su creciente número, su presencia en cualquier entorno (incluso en los más remotos, como el Ártico o la selva amazónica), su presencia en todos los organismos humanos, su carácter persistente, su almacenamiento en nuestro tejido adiposo, los efectos cóctel, sus graves efectos en prácticamente todos los sistemas (infertilidad, malformaciones, intolerancias alimentarias, alergias, inflamaciones, sobrepeso, diabetes, cáncer…), su modificación de la expresión de los genes, el carácter transmisible de los daños en el ADN de generación en generación (y de ahí la alteración del patrimonio genético de la humanidad y de los animales), los interruptores endocrinos representan una amenaza para la salud mucho mayor que el tabaco o el amianto. Es necesario mirar de frente a la realidad; la supervivencia de numerosas especies está en juego: insectos, peces, anfibios, mamíferos marinos como las focas o los osos polares, mamíferos terrestres y también humanos ven sencillamente su supervivencia amenazada por estos importantes trastornos de la reproducción y la salud tanto a corto como a largo plazo.

III. CÓMO PROTEGERNOS DE ESTOS VENENOS Hay unas cuantas medidas sencillas que permiten no eliminar (por desgracia, en las condiciones actuales resulta imposible), sino reducir enormemente la exposición a los disruptores endocrinos. Y no sólo eso, sino que también existen formas de deshacernos de una parte de los que ya hemos almacenado, en concreto en nuestro tejido adiposo, y algunas herramientas pueden contribuir a protegernos de sus efectos nefastos.


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Por último, las medidas a gran escala, tanto ecológicas como políticas, son imprescindibles (¡y rápido!) si queremos luchar contra la invasión mundial de estos tóxicos que no sólo están tratando de dañar nuestra salud, sino también el patrimonio genético de las nuevas generaciones antes incluso de que nazcan, así como la supervivencia de un gran número de especies entre las que nos encontramos nosotros, puesto que nuestra fertilidad se ha reducido drásticamente. Cada persona puede poner de su parte. Para empezar, este Dossier de alerta está hecho para compartir. ¡Compártalo!

|Cómo reducir nuestra exposición a los disruptores endocrinos u Alimentación

La primera regla consiste en no comprar nunca productos grasos: aceites, salsas, margarinas, platos preparados… o presentados en envases de plástico, latas de conservas o de refresco, que en la actualidad se encuentran revestidos de plástico. Esta medida sigue siendo válida a pesar de la prohibición que está en proceso de aplicación de utilizar bisfenol A en los envases para alimentos, ya que en ellos están presentes numerosos disruptores endocrinos: bisfenoles desde la B hasta la Z, ftalatos y alternativas sobre las que no disponemos de datos toxicológicos. Consuma bebidas en botella de cristal en lugar de en latas. Solo tiene garantías el cristal. En lo que respecta al agua en botella de plástico, evite los PVC que aparecen marcados con el número 3 (PVC), 6 (poliestireno) y 7 (policarbonatos) y en su lugar opte por botellas marcadas con el 4 y el 5. Aquí tiene otros hábitos que debe adquirir para protegerse mejor: • En el caso del pescado, no consuma grandes depredadores como tiburón, pez espada, mero… ya que están demasiado contaminados; no consuma más de una vez por semana depredadores medios como atún y dorada (las mujeres embarazadas y los niños pequeños deberían evitarlos). En su lugar tome peces de pequeño tamaño, sobre todo pescado azul (arenque, caballa, sardina, anchoas sin sal… que son ricos en omega-3 y están menos contaminados; salvo algunas sardinas de estuario que suelen prohibirse por su excesivo contenido en PCB). No es recomendable el consumo de pescado de agua dulce. Los peces más contaminados son el lucio (gran depredador), el siluro/pez gato y las anguilas. • Nunca consuma el hígado o los menudillos de animales alimentados con piensos sintéticos ni sus derivados (fuagrás, patés…). • A excepción de las mujeres embarazadas o los niños en fase de crecimiento, disminuya el consumo de carne a una o dos veces por semana. • Elija huevos ecológicos de gallinas criadas al aire libre (algo que podemos volver a hacer a partir de los controles realizados en las emanaciones de las fábricas de incineración de residuos). • Opte por otros productos ecológicos (los tres productos no ecológicos más ricos en disruptores endocrinos son las lechugas, los tomates y los pepinos). • Las agresiones térmicas, sobre todo en la barbacoa, también pueden generar disruptores endocrinos carcinogénicos como el benzopireno. Se debe evitar cualquier contacto con las brasas, que no deberían estar debajo de los alimentos que se van a cocinar sino en un lateral (barbacoas verticales); también podemos proteger la carne y el pescado con papel vegetal. En cualquier caso, la plancha es menos agresiva. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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• Algunas sartenes antiadherentes pueden liberar disruptores endocrinos. • No utilice vasos de poliestireno (un derivado del benceno) para las bebidas calientes. u Medicamentos

y cosméticos

• No compre cosméticos con parabenos. • Evite los medicamentos gastrorresistentes, así como aquellos que contienen parabenos. • Rechace los medicamentos que contienen tolueno (también reprotóxico), en especial varias presentaciones de vitamina D. • No utilice cremas y aceites para el sol no ecológicos. • Evite los perfumes (hoy en día prácticamente todos son sintéticos). • Pasa lo mismo con la práctica totalidad de productos que utilizan los peluqueros, exceptuando una pequeña minoría, aunque cada vez mayor, de peluqueros ecológicos. • Lo mismo ocurre con los salones de manicura . La acetona para retirar el esmalte de uñas es un derivado del benceno. • En materia de higiene femenina , utilizar compresas o tampones ecológicos, o una copa menstrual. u Ropa

• Elija ropa ecológica , y siempre lave la ropa nueva al menos una vez antes de su primer uso con el fin de eliminar parte de los retardantes de llama y otros contaminantes. • Utilice detergentes ecológicos para lavar la ropa. u Vivienda,

productos del hogar, de limpieza y ambientadores

• Reduzca todo lo posible la madera contrachapada, las alfombras y los tejidos que contengan retardantes de llama y emitan partículas de polvo; estas partículas concentran disruptores endocrinos que terminan inhalándose. • Si tiene alfombras, debe limpiarlas una vez al mes con vapor, o si no pasar una aspiradora con filtro que no libere partículas de polvo. • Emplee mobiliario y decoración de materiales ecológicos, especialmente las pinturas. • Ventile todo lo posible en época de buen tiempo y garantice una buena ventilación en invierno. • Asegúrese de cambiar los filtros de los sistemas de aire acondicionado con regularidad. • Como la combustión de la madera emite muchos disruptores endocrinos, las chimeneas deben cerrarse con un cristal hermético. • Elija productos de limpieza ecológicos, ya que gran cantidad de los productos que se venden en la gran distribución contienen disruptores endocrinos. • No utilice insecticidas químicos. • Aclare bien la vajilla para eliminar restos de detergente. • No utilice ambientadores químicos que contengan derivados del benceno. Puede sustituirlos por aceites esenciales. u Transporte

• En las gasolineras, al repostar, evite inhalar los vapores de la gasolina, ya que contienen benceno, que es genotóxico e incrementa el riesgo de leucemia.


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• Además de partículas tóxicas, los gases del tubo de escape contienen disruptores endocrinos. Dos veces al años se debe comprobar la acumulación de suciedad en los filtros de cabina . • Los vehículos diésel son los más tóxicos. • Elija coches de segunda mano de al menos 6 meses de antigüedad, de forma que ya hayan liberado una gran parte de sus tóxicos. u Trabajo

• Conforme a la normativa sobre prevención de riesgos laborales, infórmese acerca de la presencia o no de disruptores endocrinos en su puesto de trabajo y obtenga las condiciones de protección adecuadas.

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¿Podemos deshacernos de los disruptores que hemos almacenado?

La primera medida de protección es no tener demasiada masa grasa, ya que prácticamente todos estos disruptores endocrinos son solubles en las grasas (liposolubles) y el tejido adiposo los atrapa. De esta forma, cuanto más tejido adiposo tenemos, más disruptores endocrinos almacenamos, y ahora sabemos que a su vez éstos contribuyen a la aparición y empeoramiento del sobrepeso y la diabetes. El problema es que además de tener efectos negativos, por ejemplo proinflamatorios locales o sistémicos (es decir, que afectan a todo el cuerpo), estos disruptores endocrinos son liberados por la lipólisis. Este proceso de liquidación de las grasas de reserva está destinado a aportar combustible a la sangre cuando nuestro organismo sufre alguna carencia. En caso de estrés o pérdida de peso, los interruptores pasan a la sangre y pueden producir daños en el conjunto de los órganos. Por eso, cuando estamos estresados o cuando adelgazamos, es importante que tengamos en cuenta los riesgos tóxicos. El hecho de que cada año mueran miles de aves migratorias (literalmente nubes de pá jaros que caen muertos al suelo como si se tratara de lluvia) se explica por este fenómeno. Se atiborran de grasas antes de la migración y queman estas grasas que les proporcionan energía para el vuelo, pero al quemarlas, los plaguicidas y otros contaminantes (habitualmente disruptores endocrinos) son liberados y pueden morir por una hepatitis tóxica. u Hacer

tratamientos desintoxicantes con regularidad

Practicar deporte con asiduidad aumenta la circulación y, a partir de una determinada intensidad y du-

ración del esfuerzo, quema tejido adiposo y permite liberar estos tóxicos.

Sin embargo, es importante protegerse de ellos, ya sea por medio del deporte o adelgazando. Podemos hacerlo tomando taurina . Se utiliza para combinar el colesterol con los tóxicos liposolubles y evacuarlos por las vías biliares a través del tubo digestivo y las heces. Pero estos tóxicos (como el colesterol, por cierto), corren el riesgo de ser reabsorbidos en el tubo digestivo antes de alcanzar el recto si no se consumen suficientes fibras. Existe por tanto una sinergia protectora entre la ingesta de taurina y el consumo de vegetales: verduras crudas, legumbres, plantas oleaginosas, pan semiintegral (mejor, fermentado) cereales (mejor, sin gluten), fruta… Se ha demostrado que la manzana, por ejemplo, que contiene pectina, es capaz de mejorar la eliminación de contaminantes. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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Consumir más verduras que productos de origen animal tiene una triple ventaja: menos aportes de interruptores endocrinos, una mejor eliminación y también el aporte simultáneo de numerosos protectores: antioxidantes, estimulantes de la desintoxicación (en especial en las hortalizas aliáceas y las crucíferas, que contienen sulforafano), antiinflamatorios y estimulantes de la reparación del ADN. Dado que a diario nos “enriquecemos” de contaminantes a través del aire, el agua, los alimentos, sus envases, la forma de cocinarlos, los medios de transporte, la vivienda, el trabajo y hasta los momentos de ocio, conviene realizar tratamientos de desintoxicación a base de principios eliminadores y neutralizadores como la taurina y el sulforafano. El número de tratamientos puede oscilar entre una vez al año para las personas que viven en los entornos más sanos y una vez al mes para aquellas que están más expuestas a contaminantes. A este tratamiento hay que añadir: • La supresión de productos industriales. • Como mínimo, un litro y medio diario de agua mineralizada, té verde, infusiones de hibisco o rooibos, zumo de granada, arándano o grosella, o batidos de frutas. • Practicar actividad física regular (al menos cinco días a la semana) acorde con su edad y posibilidades físicas. • Si fuera posible, una sesión de sauna de 10 a 15 minutos un par de veces por semana. • Masajes adelgazantes y drenajes linfáticos. • De 2 a 3 g de vitamina C al día.

|Protegerse y “repararse” El impacto que tienen los disruptores endocrinos en los órganos reproductores, el cerebro, el peso o el riesgo de cáncer se puede reducir, aparte de disminuyendo las exposiciones y neutralizando y eliminando los contaminantes, mediante: • Una mejor alimentación, más vegetal y ecológica. • Formas de cocinado de los alimentos no agresivas. • El consumo de “alimentos plus” o superalimentos, que contienen muchos principios activos antioxidantes, antiinflamatorios y desintoxicantes como: - la cúrcuma, el orégano, el ajo, la cebolla y el clavo. - el té verde matcha. - los zumos y batidos de frutas rojas y negras. • Complejos antioxidantes. • Complejos de polifenoles. • Suplementos de cúrcuma sin piperina. • ratamientos de estimulantes de la reparación del ADN asociados con de 2 a 3 g de vitamina C al día y nicotinamida.

|Ecología y compromiso Es esencial que el aire, el agua, los alimentos, la ropa, la vivienda, los medios de transporte, los lugares de trabajo, los juguetes, el ocio, los cosméticos y todo lo que demás sean lo más saludables posible si queremos conservar al mismo tiempo tanto la salud así como el futuro como especie. Visite nuestra web: www.saludnutricionbienestar.com

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Al comprar más limpio, para empezar tenemos un impacto en los distribuidores y los fabricantes, así como en el propio medio ambiente. Le invito además a que apoye a las asociaciones que luchan por esta causa fundamental. ambién puede unirse a las peticiones que circulan sobre este tema. Ahora es todavía más importante hacer oír nuestra voz. Cada uno de nosotros debe actuar para darle la vuelta a la tortilla: a partir de ahora, los fabricantes de alteradores endocrinos son los que deben ser “alterados” por los ciudadanos.

Principales fuentes bibliográcas • www.natura-sciences.com/sante/limiter-perturbateurs-endocriniens672.html • www.disruptingfood.info - www.generations-futures.fr - www.pan-europe.info La primavera silenciosa

• • •

Rachel Carson, Silent spring (Primavera silenciosa), prólogo de Al Gore, Wildproject, 2009 www.unesco.org/new/fr/natural-sciences/ioc-oceans/about-us/special-events/the-legacyof-rachel-carsons-silent-spring/ DES, Véronique Mahé, Distilbène: des mots sur un scandale, 2010, Albin Michel

Preocupación por los hijos de los agricultores • Vídeo Interruptores endocrinos y pubertad precoz en las niñas en el marco de la mesa

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redonda “Interruptores endocrinos: efectos y mecanismos de acción desde la concepción a la madurez” organizada por WECF el 10 de abril de 2012 en la Asamblea Nacional de Francia. El enigma de la pubertad precoz www.lejdd.fr/Societe/Sante/Actualite/Pourquoi-lenombre-de-pubertes-precoces-augmente-502662 La comparecencia de Charles Sultan en el Senado www.senat.fr/rap/r07-176-2/r07-176270.html

Senos y bebés en primera línea • Florence Williams, Breasts: a natural and unnatural history , 2012

• •

www.nytimes.com/2012/09/16/books/review/breasts-by-florence-williams.html?_r=0 www.scientificamerican.com/article/earth-talks-breast-feeding/ Kim SR et al, Volatile organic compounds in human milk: methods and measurements , Environ Sci echnol, 2007, 41 (5): 1662-7 Dursun A et al, Maternal risk factors associated with lead, mercury and cadmium levels in umbilical cord blood, breast milk and newborn hair , J Matern Fetal Neonatal Med, 2015 Apr, 1-8

Biberones y envases para alimentos

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La pequeña guía de salud para el bebé ecológico: www.asefasso.fr/attachments/article/375/ livretbiobebe060315.pdf


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La clordecona

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Evaluación de la exposición de los alimentos a la clordecona en los niños de 18 meses de la Isla de Guadalupe: Informe exhaustivo del Anses realizado en colaboración con la Unidad 625 del Inserm www.observatoire-pesticides.gouv.fr/upload/ bibliotheque/425980915047900278437472711110/RE_Anses_ChlordeconeEnfants_ juin_2011.pdf

Para más información • Téo Colborn, L’homme en voie de disparition, 1998 Los interruptores endocrinos: un reto de salud pública para el siglo XXI

www.appanpc.fr/_docs/7/fckeditor/file/Revues/AirPur/Airpur_79_Duval.pdf

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Los interruptores endocrinos: sustancias tóxicas

www.asef-asso.fr/problematiques-emergentes/nos-syntheses/1553-les-perturbateursendocriniens-des-substances-toxiques-qui-nous-entourent-la-synthese-de-l-asef Los factores medioambientales en la emergencia del autismo

www.autisme.qc.ca/tsa/recherche/etiologie/les-facteurs-environnementaux.html Reseña de estudios sobre la relación entre alimentación, contaminación y riesgos del autismo: Kristen Lyall et al, Maternal lifestyle and environmental risk factors for autism spectrum disorders , Int J Epidemiol, 2014 Apr, 43 (2) : 443–464 El informe EXPPER ( Générations Futures ) www.generations-futures.fr/2011generations/wp-content/uploads/2014/04/rapport_ exppert_3.pdf olga Ünüvar et al, Foetal and Neonatal Endocrine Disruptors , J Clin Res Pediatr Endocrinol, 2012, 4 (2) : 51–60 www.etui.org/fr/Temes/Sante-et-securite/Actualites/Bisphenol-A-une-etude-identifiequatre-effets-sur-la-sante-des-enfants-des-caissieres-enceintes www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3386773/ Artículo de Florence Williams sobre los efectos negativos de los interruptores endocrinos en el cerebro de los niños: http://archive.onearth.org/articles/2013/11/kids-brains-are-at-risk-from-a-barrage-oftoxic-chemicals Libro sobre el impacto de los contaminantes en el desarrollo cerebral del niño: Philippe Grandjean, Only One Chance: How Environmental Pollution Impairs Brain Development and How to Protect the Brains of the Next Generation , 2013 Examen de la Alta Autoridad de la Salud francesa (HAS en sus siglas en francés) sobre los DAH www.has-sante.fr/portail/upload/docs/application/pdf/2015-02/tdah_argumentaire.pdf Estudio sobre las dioxinas y los furanos en la leche materna en Francia, ADEME/ INVS, 2000. Incineración de residuos domésticos en Francia: efectos sobre la salud, INVS, 2009 Interruptores endocrinos y riesgo de cáncer, INSERM, 2008. André Cicolella, Toxique Planète. Le Scandale invisible des maladies chroniques , Éditions du Seuil, 2013.


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• Mayo 2017

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NOTAS


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Las informaciones contenidas en esta publicación se proporcionan únicamente con fines informativos y no pueden ser consideradas como recomendaciones médicas personalizadas. No debe seguirse ningún tratamiento basándose únicamente en el contenido de este Dossier, y se recomienda al lector que para cualquier asunto relacionado con su salud y bienestar, consulte con profesionales sanitarios debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias. El editor de esta publicación no es un proveedor de servicios médicos homologados. El editor no practica la medicina bajo ningún título, ni ninguna otra profesión terapéutica y en ningún caso mantendrá una relación médico-paciente con sus lectores. La editorial no es responsable de la exactitud, fiabilidad, eficacia ni del uso correcto de la información que usted recibe, ni de los problemas de salud que puedan resultar de programas de formación, productos o eventos de los que pueda tener conocimiento a través de esta publicación. Los productos citados pueden tener contraindicaciones. El editor no es responsable de los eventuales errores u omisiones. Ninguna de las informaciones ni de los productos mencionados en este dossier están destinados a diagnosticar, tratar, aliviar o curar ninguna enfermedad.


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Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar

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