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Anna Traver

21 días para cambiar tu vida … y 3 sencillos pasos para lograrlo

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DÍAS 21

PARA CAMBIAR TU VIDA

... y 3 sencillos pasos para lograrlo

Anna Traver Traver -1www.solventacoaching.com

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ÍNDICE - Introducción

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- ¿Por qué 21 días?

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- PASO 1:¿Qué es lo que quieres cambiar? Objetivo

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- PASO 2: ¿Por qué? Motivación

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- PASO 3: ¿Qué piensas hacer? Plan de acción

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- Conclusión: evalúa resultados... resultados...YY sigue adelante

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INTRODUCCIÓN Ante todo, sé muy bienvenid@ y gracias por estar ahí. Estoy segura de que este mini ebook que tienes entre manos te será de gran valor y que en él encontrarás la guía para llevar a cabo grandes cosas, empezando por las pequeñas. Me llamo Anna Traver, y mi propósito es ayudarte a invertir en tu vida para sacarle el mayor provecho, el mayor rendimiento que sea posible. Ante todo, déjame aclararte que cuando hablo de cambiar tu vida no me re!ero a conjuros mágicos que conviertan sapos en príncipes, ni calabazas en carrozas. No te ofrezco milagros, milagros, ni conejos en chisteras. Lo que te ofrezco es mucho mas real y efectivo:

• Te ofrezco resolver las asignaturas pendientes que te frenan, que no te dejan avanzar como quisieras, que hacen que a tu vida le falle “algo”, que empañan el éxito que has conseguido en otras facetas.

• Te ofrezco descubrir tus mejores recursos, redescubrir los que ya sabes que tienes, y averiguar porqué no te están sirviendo.

• Te ofrezco aprender a invertirlos en el mejor negocio que puedes traerte entre manos, el que te puede dar mayores bene !cios: tu propia vida.

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Todos tenemos asignaturas pendientes. Todos tenemos aspectos que mejorar. Pueden ser retos que nos hacen avanzar o lastres que nos lo impiden. Hay tantas asignaturas pendientes como personas, todas son distintas, porque distinta es la manera como las vivimos, como afectan a nuestras vidas. Pero podríamos dividirlas básicamente en tres: 1. Las que conocemos, están ahí, pero no “molestan”. No afectan demasiado a nuestra vida. Estaría bien no tenerlas, pero tampoco suponen un gran problema. Hablamos de ellas como de asignaturas pendientes, pero en realidad no lo son. Son intereses, a !ciones, cosas que nos gustaría hacer. Podrían ser incluso retos que nos proponemos para mejorar en algo. 2. Las que conocemos, tenemos perfectamente identi!cadas, y sí afectan a nuestras vidas, pero no sabemos como resolver. 3. Las que no conocemos, pero también nos afectan. Sólo sufrimos los efectos, pero no terminamos de identi !car qué es lo que no funciona. Mucho menos sabemos como resolverlo. De estos tres tipos de asignaturas pendientes, las dos últimas son las que yo de!no propiamente como tales, y son éstas las que nos pueden llegar a quitar el sueño. Pueden convertirse en un auténtico sufrimiento, en algo que nos obsesiona hasta condicionar negativamente nuestros pensamientos y acciones. -4-

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Pueden hacer que la balanza de nuestra vida se desequilibre peligrosamente, aunque el resto de facetas sean sólidas y satisfactorias.

Una manzana podrida puede llegar a pudrir todo el cesto

Siempre me he preguntado por qué hay tantas personas aparentemente exitosas que no son para nada felices. Parece que el éxito en la vida es a lo que estamos obligados. Se ha escrito y dicho todo sobre el éxito. Son muchos los que te lo ofrecen, los que te muestran el camino seguro para conseguirlo, y son muchos porque la gente lo quiere, porque aspiramos a ello. Asociamos éxito a felicidad.

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Queremos vidas exitosas, porque creemos que si tenemos éxito seremos felices. Pero el éxito no conlleva necesariamente la felicidad.

Ser popular o famoso te hace querido por las personas, pero no necesariamente te hace más feliz. Para ser más feliz, primero hay que ser querido por uno mismo David Fischman

Todos conocemos casos así, los vivimos en propia carne, o cerca de nosotros. Incluso los vemos en personajes famosos, artistas, millonarios, con vidas personales desastrosas. O personas excelentes, queridas por todos, que no consiguen encontrar la estabilidad sentimental que anhelan. Hay ejemplos para todos los gustos... Tristemente, muchas personas se esconden detrás de la cara exitosa que muestran a la galería, la profesional, la familiar, la social, creyendo que si no piensan en ello, si no hablan de ello, si se refugian tras la máscara, aquello que no funciona en sus vidas desaparecerá, o se arreglará solo. ”Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el refrán.

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Fomentan esa faceta en la que tan buenos son, que tantas satisfacciones les da, se apoyan en ella y evitan aquello que no les gusta, que les duele. Pero ignorarlo no hará que desaparezca. Al contrario, ese con"icto, esa

situación indeseada sigue ahí, latente, y pueden pasar dos cosas:

- Que vaya acumulando energía negativa, como un volcán, y tarde o temprano estalle, destruyendo todo cuanto haya a su alrededor.

- Que se quede dentro, y se vaya extendiendo como una gangrena, lenta pero inexorablemente. De una manera u otra, perjudica, deteriora tu vida, te impide vivir de manera plena, porque no puedes engañarte a tí mismo inde !nidamente. En un momento u otro te quedarás solo con tus pensamientos, sin nadie a tu alrededor a quien le puedas vender la película de lo maravillosamente bien que te va todo. ¿Y qué haces entonces?

¿POR QUÉ 21 DÍAS? Porque está comprobado que es el tiempo que tarda un nuevo hábito en instaurarse en nuestra mente inconsciente, en convertirse en costumbre, por decirlo claramente. Piensa:

- Cuando te cambias el color del pelo ¿cuánto tiempo tardas en dejar de verte rar@ cuando te miras al espejo?

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- Cuando cambias la decoración del salón, ¿cuánto tiempo tardas en habituarte a los muebles nuevos ?

- Cuando cambias el coche, ¿cuánto tiempo tardas en habituarte a los nuevos mandos, a las nuevas prestaciones y sensaciones que te produce?

- Cuando empiezas en un nuevo trabajo, ¿cuánto tiempo tardas en sentirte plenamente integrado, como si hubieses trabajado allí siempre?

Cada día te miras al espejo, entras en el salón nuevo, conduces, o vas al trabajo. Lo haces cada día, incluso varias veces al día, sin falta, hasta que llega un momento en que deja de ser una novedad, te habitúas a lo nuevo y todo vuelve a la normalidad. Incluso te cuesta recordar cómo era antes. Han pasado mas o menos 21 días, unas tres semanas. La novedad se ha convertido en hábito. Pues este proceso ocurre igual con cualquier cosa que quieras cambiar en tu vida, con cualquier comportamiento nuevo que quieras introducir. Te aseguro que después de repetirlo constantemente cada día, durante 21 días, ese nuevo hábito dejará de ser nuevo y pasará a formar parte de tus costumbres cotidianas. Ni te darás cuenta de que está ahí. “Cuando la fuerza de voluntad se convierte en hábito, deja de ser un esfuerzo” -8-

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¿Y es así de fácil? Te preguntarás. ¿Puedo deshacerme de algo que me ha estado incordiando durante años, que he sido incapaz de resolver, en solo 21 días? Tan fácil como tú quieras que sea. Tan fácil como grande sea tu compromiso.

Porque ésa es la clave: COMPROMISO La inmensa mayoría de cambios que nos proponemos hacer en nuestras vidas fallan por falta de compromiso. Estamos interesados en cambiar, nos gustaría, vemos las ventajas que el cambio nos aportaría, pero no estamos realmente comprometidos, no estamos verdaderamente dispuestos a hacer lo que sea para lograr ese cambio. Reconocemos que nos iría bien, que mejoraría nuestra calidad de vida, o nuestra estabilidad emocional, o nuestra salud, o nuestra vida social, o la relación con nuestros hijos, o nuestro trabajo, pero no acabamos de decidirnos, o nos decidimos, pero al cabo de dos días encontramos cualquier excusa y lo dejamos correr. Cuando el patrón se repite varias veces, lo atribuimos a nuestra falta de voluntad, pero ¿es realmente la falta de voluntad lo que nos impide hacer esos cambios? No, desde luego que no. El cambio en sí es un simple “click” en el cerebro. Se produce en un instante. Es una idea. -9-

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Un día, de repente, se te enciende la bombilla y decides que te vas a cambiar el coche, y a partir de ahí se inicia todo un proceso (avalado por razones justi!cadísimas, claro), que culmina con la compra y estreno del "amante vehículo. No te falla la voluntad cuando decides cambiar el coche. No te falla cuando se te mete una idea entre ceja y ceja. Lo que te impide comprometerte al 110% con el cambio que necesitas hacer no es la falta de voluntad, sino tu compromiso, y para que exista éste debe haber motivación.

La motivación es lo que marca la diferencia entre el mero interés y el auténtico compromiso. Si la motivación es su !cientemente fuerte, eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas, no habrá excusa que te detenga. Si no lo es, lo dejarás correr…

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PASO 1: OBJETIVO ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES CAMBIAR? Plantearte esta pregunta es fundamental antes de empezar. Si no sabes exactamente que es lo que quieres cambiar, difícilmente vas a cambiar nada. Probablemente no quieras cambiarlo todo en tu vida, sólo algunas cosas. O quizás estás tan disgustado con tu vida que querrías cambiarlo todo, tener una vida completamente diferente. Si es así, empieza por ahí: analiza y prioriza. Seguro que hay cosas que funcionan bien. Quizás estás tan obsesionado con las que no funcionan, que el estado emocional que sufres no te deja disfrutar de las que sí funcionan. Seguro que has escuchado muchas veces aquel dicho de que los árboles no te dejan ver el bosque...Pues eso: céntrate en lo que realmente no va bien. Si no consigues averiguar qué es, una táctica que funciona muy bien es ver tu situación “desde fuera”, como si le estuviera pasando a otra persona, a un amigo, o a un familiar. A menudo nos resulta muy fácil decirle a otro, en cuatro palabras, qué es lo que no funciona en su vida y lo que tiene que hacer para arreglarlo. Somos muy buenos solucionando la vida a los demás, ¿verdad? Y muy malos solucionando la nuestra.

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Actúa por un momento como si fueras otro... Si sabes exactamente qué es lo que quieres cambiar, ya tienes medio camino recorrido. Pero no del todo. No es su!ciente con saber qué es lo que quieres cambiar. Tienes que tener claro cómo quieres que sea la nueva situación a la que te llevará el cambio. Si quieres cambiar tu vida social porque no te satisface, porque es aburrida, porque no te gusta el círculo de amigos en el que te mueves, debes tener claro cómo te gustaría exactamente que fuera esa vida social, qué clase de amigos te gustaría tener, en qué ambiente te gustaría moverte, qué actividades te gustaría hacer y con qué frecuencia. Si quieres cambiar tu vida profesional porque tu trabajo es aburrido, o demasiado estresante, o te pagan mal, o tu jefe o tus compañeros te hacen la vida imposible, piensa qué clase de trabajo te gustaría tener, con qué horario, en qué condiciones. Si la relación que tienes con tus hijos, tu padre, o cualquier otro familiar te trae por el camino de la amargura, piensa cómo te gustaría que fuera esa relación. No temas imaginarte nada. Sueña. Déjate llevar por lo que sería tu situación ideal. Ya llegará el momento de tocar con los pies en la tierra, y buscar la manera de que tu sueño se haga realidad. Por ahora, solo piensa, y escríbelo. - 12 -

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Plasmar una idea, un pensamiento, al papel (real o virtual), le da consistencia. Deja de ser algo abstracto para convertirse en algo que puedes ver. Sólo son letras, pero tienen un signi !cado, y ese signi!cado lo ves, está ahí. Es el primer paso para hacerlo realidad. Ahora ve por partes: Es más fácil incorporar 1 o 2 pequeños hábitos y mantenerlos, que tratar de eliminar hábitos antiguos. Antes de pensar en erradicar uno, debes tener preparado otro que lo sustituya. Tu mente necesitará ocupar el vacío, y si no le ofreces nada mejor, volverá a lo que ya conoce, aunque sea perjudicial para tí. Probablemente esos pequeños cambios darán resultados espectaculares, pues provocarán una reacción en cadena que afectará al resto de facetas de tu vida. El primer gran cambio que vas a notar es que te darás cuenta de que puedes lograrlo, y el éxito te motivará a continuar. Por el contrario, si tratas de abarcar demasiado en poco tiempo, te desbordarás y abandonarás. Tu autoestima se derrumbará y caerás nuevamente en la espiral de la autocompasión y las excusas. Reforzarás el diálogo negativo que ya tienes contigo mism@ de “¿ves como es verdad que no tengo voluntad?” “¿ves como es verdad que nunca consigo cambiar nada?” ”¿ves como no se puede?” - 13 -

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En de!nitiva, si tu objetivo es demasiado grande, divídelo en subobjetivos mas pequeños, y ve a por ellos uno a uno. Cuando hayas conseguido el primero, la sensación de triunfo hará que vayas a por el siguiente con renovada ilusión. Por eso es importante:

- Saber por dónde empezar y a dónde quieres llegar, marcarte objetivos realistas y asumibles.

- Valorar tus propias fuerzas. - Ser tremendamente honesto contigo mismo y reconocer qué estás dispuesto a hacer para conseguir lo que quieres. Imagina que quieres adelgazar 20 kilos en 6 meses. Para conseguirlo, un nutricionista te marca una dieta X, y un preparador físico te marca un programa de ejercicios Y, pero al poco tiempo te das cuenta de que X e Y son inasumibles para tí, te ves capaz de cumplir con X, pero no con Y, o viceversa, o con ninguno de los dos. De un modo u otro, por las razones que sean, no estás dispuesto a pagar el precio que cuesta tu objetivo. Por tanto, no te queda otra que replanteártelo en función del precio que sí estés dispuesto a pagar. Puede que tengas que aumentar el tiempo a un año para perder esos 20 kilos, o que tengas que conformarte con perder solo 10. O aún mejor,¿porqué no pruebas a reducir tu objetivo objetivos de 21 días?

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Un objetivo demasiado ambicioso, en un tiempo demasiado largo está condenado al abandono y siempre, siempre es mejor replantearse un objetivo y reducir las espectativas, que abandonar. Aguantar un reto durante 21 días es factible, y no tendrás que esperar mucho para comprobar el resultado: si éste es bueno, te animará a ir a por más. Si por el contrario no es el que esperabas, habrás perdido poco tiempo, podrás recti!car y ajustar el plan de acción. ¿No es mejor eso, que marcarte un objetivo a seis meses, o a un año, y ver, semana a semana, mes a mes, como te vas aburriendo, como tu entusiasmo inicial se va desin "ando como un globo?

Y algo SUPER IMPORTANTE:

MÁRCATE OBJETIVOS QUE DEPENDAN DE TI Si escoges objetivos que dependan de otros, o de circunstancias externas, tienes el fracaso asegurado. Los objetivos tipo

- “quiero que mi hijo sea un buen estudiante”, - “quiero que mi pareja vuelva y que todo sea como antes”, - “quiero que mis amigos sean mas divertidos” No dependen únicamente de ti, sino de otras personas, y tú sólo puedes responder por ti. - 15 -

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No puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado. No puedes pretender cambiar el comportamiento de otros porque tú creas que es mejor para ellos o para ti mismo. No puedes hacer tuyos los objetivos de otros. Sólo puedes cambiar tu comportamiento. Es lo único sobre lo que tienes un control verdadero. Tenlo muy presente. Lo que sí es cierto es que cualquier cambio en tu comportamiento tendrá, obviamente, efecto en el comportamiento de otros. Vivimos interrelacionados, estamos en contacto con otros seres humanos e interactuamos de manera mas o menos intensa con los que tenemos a nuestro alrededor, por lo que, de la misma forma en que el comportamiento de otros nos afecta para bien o para mal, el nuestro también in"uye en los demás. Coge papel y bolígrafo e imagina que se te aparece el genio de la lámpara y te concede cambiar tres cosas en tu vida. Sólo tres. ¿Cuales escogerías? Y sobre todo, ¿Por qué escogerías esas tres cosas? La respuesta nos lleva al siguiente paso

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PASO 2: MOTIVACIÓN ¿POR QUÉ? ¿Qué te ha llevado a escoger esos tres cambios y no otros? Piénsalo bien durante unos minutos... Es importante. El por qué es lo que te moverá. La motivación que tengas es la que hará que lo consigas. Sin la motivación su !ciente, ningún cambio, ningún objetivo llegará a buen puerto. Y una vez mas te voy a pedir que seas realmente honesto contigo mismo a la hora de establecer tu motivación: busca qué hay bajo la capa super!cial, qué es lo que en realidad te mueve. Pongamos que desearías ser rico, tener mucho dinero. ¿Por qué quieres serlo? ¿Qué va a aportar a tu vida esa riqueza material? O quieres encontrar pareja estable y casarte. ¿Qué estás buscando en realidad en una pareja estable? ¿Qué va a proporcionar a tu vida? O quizás quieres ser una persona mas popular y sociable, o cuidar mas tu estado físico. El objetivo puede ser el que tú quieras, pero piensa por qué lo has escogido. Puede motivarte evitar el dolor, o buscar el placer, el amor o el miedo.

Pero la herramienta de motivación más poderosa que existe son tus VALORES - 17 -

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“Los valores son nuestro sistema de creencias sobre lo que es bueno o malo, justo o injusto. Rigen nuestra vida. Son como nuestro sistema operativo: si el programa que queremos descargar no es compatible con nuestro sistema operativo, éste lo rechazará y no permitirá instalarlo, por bueno y útil que pueda ser” Anthony Robbins

Si el cambio que quieres realizar, el nuevo hábito que quieres instaurar en tu vida no está alineado con tus valores, no tendrás éxito. Puedes anhelar ser multimillonario, pero si el estilo de vida que te dará esa riqueza no se ajusta a tus mas profundos valores, no serás feliz. Así que el siguiente ejercicio que tendrás que hacer es establecer tu verdadera escala de valores, pues es muy posible que los que tú consideres tus valores no sean los principales, los que realmente te mueven. Deben ser tus valores, no los de tu madre, ni los de tu comunidad, ni los de la empresa que te paga el sueldo. Es muy fácil de decir, pero requiere un buen trabajo de introspección, y, vuelvo a insistir en ello, mucha honestidad contigo mismo. Empieza por preguntarte si los valores que te han guiado hasta ahora son realmente los tuyos, o los que te han impuesto. No siempre es fácil distinguirlo. A menudo nos regimos por conductas que nos han sido impuestas por nuestro entorno social, o familiar.

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Y las acatamos sin discusión, sin plantearnos si al hacerlo estamos siendo nosotros mismos, o quienes los demás esperan que seamos. Adoptamos una serie de valores porque de este modo seremos aceptados, y todos queremos ser aceptados en nuestro entorno, no nos engañemos. No hay valores buenos ni malos. Lo que los hace buenos o malos es la manera en como los vivimos y lo que hacemos con ellos. Tendrás que hacer un poco de “limpieza” y separar el grano de la paja, pues si los cambios que quieres generar en tu vida no son consecuentes con tus valores, nunca te sentirás satisfecho. Tampoco nos regimos por los mismos valores en todos los ámbitos, ni en todas las épocas de nuestra vida. Los valores cambian, evolucionan. No te riges por los mismos en tu profesión que en tu entorno familiar, ni son iguales a los 20 años que a los 50, aunque si te paras a pensar… verás que coinciden más de lo que creías. Piensa si quieres hacer ese cambio por tí, o porque los demás esperan que lo hagas. ¿A quien va a bene!ciar? Lo ideal es que bene!cie a todo el mundo, pero primero tiene que bene!ciarte a tí. Y no por egoísmo, no te confundas. Piensa que si tú eres feliz, harás felices a los que están a tu alrededor. La felicidad se contagia.

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Si por el contrario, justi !cas un cambio en tu vida diciendo que lo haces por los demás (tus hijos, tu familia, o quien sea), pero ese cambio no es congruente con lo que tú quieres en realidad, con lo que tú eres en realidad, terminarás amargándote la vida, amargándoles la vida a ellos, y lo que es peor, echándoles la culpa de tu infelicidad. Por mucho que tu médico o tu pareja te insistan en que tienes que dejar de fumar porque pones en peligro tu salud, no lo harás sólo por complacerles a ellos. Si tú no encuentras la motivación interna que necesitas, por mucho que lo intentes, terminarás fracasando una y otra vez. Podrás decir que no tienes su !ciente voluntad para dejar de fumar, que lo has intentado mil veces pero que no lo consigues nunca. Tu pareja te dirá que no la quieres lo su !ciente si no eres capaz de hacerlo por ella. Tu médico te echará la bronca porque estás poniendo en peligro tu salud. Podrás encontrar mil justi !caciones, que autoalimentarán tu discurso derrotista, pero la única verdad a la que tienes que enfrentarte es que no tienes la motivación interna necesaria para conseguirlo. Porque, en realidad, estás oyendo lo que quieren otros, no lo que quieres tú.

Te están machacando con lo que ellos creen que es bueno para tí, pero tú, en tu fuero mas interno, no lo has asumido así, no es tu objetivo, sino un objetivo impuesto desde fuera. No tienes una motivación propia, interna, que te mueva a tomar acción. - 20 -

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Cuando la encuentres, serás capaz de mover montañas, te lo garantizo. “¡Qué espabilada eres!” - me dirás - “Eso también lo sé yo. Si tuviera esa motivación, ya lo habría hecho, pero ¿cómo la encuentro?” Gran pregunta, y no eres tú solo el que se la hace. Si todo el mundo estuviera motivado, si todo el mundo supiera qué quiere hacer con su vida y por qué quiere hacerlo, otro gallo cantaría... Pero no es así, y así nos luce el pelo.

A veces necesitamos que nos echen una mano desde afuera. Una mano experta, que sepa tocar los puntos adecuados en nuestra mente, despertar nuestro yo inconsciente y remover lo que siempre ha estado ahí, sin siquiera saberlo nosotros. Muchas personas caen en el autosabotaje porque ese hábito dañino que “deberían” erradicar, en realidad está supliendo una necesidad interna, les está dando un bene!cio que no encuentran, o no saben encontrar, de otra manera. Cualquier adicción, por nefasta que sea, le está proporcionando al que la sufre algo positivo. Parece una contradicción, pero es así: el que fuma lo hace porque le proporciona placer, le relaja, le ayuda a controlar la ansiedad, o le facilita socializar con otros. Nadie empieza a fumar con la !rme y única intención de destrozarse los pulmones. Lo hace por otros motivos, que en su momento son mas importantes emocionalmente para él que perjudicarse la salud.

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Hasta que no encuentre cómo satisfacer esas necesidades que satisface fumando de otro modo, no encontrará la motivación necesaria para dejarlo, por mucho que le digan, y por mucho que lo intente. Como te decía hace unas páginas, antes de erradicar un hábito antiguo, debes tener preparado otro que le sustituya, pues la mente necesita ocupar el vacío, y si no tiene nada con que llenarlo, volverá a lo que ya conoce, aunque sea perjudicial. Te voy a contar algo sobre mí. Creo que es un buen ejemplo de hasta que punto la motivación es importante, y por ello me parece oportuno contártelo. Yo soy una gran a!cionada a la Historia, y hace unos años empecé a estudiar la carrera en la Universidad, con gran entusiasmo y brillantes notas. He de decir que compaginaba los estudios con mi trabajo, y mis obligaciones familiares, y que estudiaba a distancia, sola, sin clases presenciales, pero no me importaba porque me encantaba lo que aprendía, y los resultados que obtenía compensaban mi esfuerzo. Pero en el fondo me fallaba la motivación... Y ¿como puede fallarte la motivación cuando haces una cosa que te gusta?, podrás preguntarte. Pues muy sencillo: ser licenciada en Historia y tener un título colgado en la pared no iba a cambiar nada en mi vida, no me iba a dedicar profesionalmente a ello. Tampoco iba ni a favor ni en contra de mis valores. No me aportaba nada que no tuviera ya. - 22 -

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¿Conocimientos, quizás? Los conocimientos están igualmente ahí, en los libros, en Internet, al alcance de quien quiera tenerlos. No hace falta ir a la Universidad para adquirirlos. He aprendido más leyendo y estudiando por mi cuenta temas que me interesaban especialmente, que estudiando para los exámenes de carrera. Todo marchó bien mientras estudié asignaturas que me gustaban, pero cuando tuve que empezar a enfrentarme con los “muermos” que no me gustaban, la cosa cambió. Mi motivación no era su!ciente para mantener el esfuerzo y el entusiasmo, y éste empezó a decaer, y a partir de ahí, la cosa quedó inde!nidamente en suspenso. Aún a veces pienso que retomaré los estudios y terminaré, pero cada vez que cojo los apuntes de Geografía y empiezo a leer...u # !! Vuelvo a dejarlos donde estaban. Este sería un caso de asignatura pendiente de esas que están ahí, pero no molestan. Y los factores que han in "uido en el abandono del proyecto serían:

- Falta de motivación auténtica. - Interés en estudiar, en aprender, pero no compromiso en terminar la carrera.

- Plazo de ejecución demasiado largo (al paso que iba, no hubiese terminado ni en 10 años!!)

- La soledad del estudiante a distancia. No es un factor determinante, pero combinado con los otros, ayuda.

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Y ahora te contaré la otra cara de la moneda. Hace ya muchos años, aprobé unas complicadas oposiciones para entrar en la Administración Pública. Eran unas oposiciones de temario larguísimo y aburridísimo, como todas. Y el trabajo que tendría que desempeñar tampoco me gustaba en absoluto. Ya lo conocía, pues hacía ya un tiempo que trabajaba como interina. Por aquella época en la que un adolescente tiene que elegir el camino que va a seguir en la vida, mis padres estaban un poco hartos de mi propensión a escoger cosas con las que, según ellos, me iba a morir de hambre. Mis elecciones (y también mis talentos, porqué no decirlo) se encaminaban hacia el campo literario y artístico. También me gustaban con locura los animales, la psicología (y todo lo relacionado con el conocimiento de la mente y del comportamiento humano), y ya por aquel entonces, la historia. Nada de todo aquello les parecía bien. Empecé a estudiar Económicas, que sí les parecía bien, pero a los dos años lo dejé porque ni me gustaba ni se me daba bien. Hartos, como decía, de mi irregular trayectoria, me dijeron: “Niña, sácate una oposición, y cuando tengas un trabajo seguro, te dedicas a estudiar lo que te de la gana”. Me resistí durante un tiempo, por lo poco que me gustaba aquello y porque en realidad no era mi objetivo, sino el de ellos, pero !nalmente las preparé y las aprobé con una de las mejores notas a nivel nacional. - 24 -

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Lo que vino después, y las consecuencias buenas y malas de aquel logro, no vienen a cuento ahora. Lo que sí viene a cuento es cómo conseguí un objetivo que a priori ni siquiera quería. Pues por la motivación, ni mas ni menos. Una motivación que estaba directamente ligada a uno de mis valores principales, de entonces, y de ahora: la independencia. Aprobar esa oposición y tener ese puesto signi !caban para mí tener un sueldo ! jo y estable que me permitiría independizarme, hacer mi vida, no depender mas de mis padres ni de nadie , y no tener que volver con la cola entre piernas porque me hubiese quedado sin trabajo y sin medios para mantenerme. Y podía dedicarme por las tardes a lo que realmente me gustara. Por esa independencia estaba dispuesta a pasar el trago de preparar una oposición y a aceptar un trabajo que no me gustaba. En realidad, el objetivo era ser independiente. La oposición y el trabajo de funcionaria eran el medio para conseguirlo.

Y el otro factor fundamental que contribuyó al éxito fue la ayuda de un preparador personal. Hoy lo llamaríamos coach, pero entonces no se utilizaba ese término. Era un especialista en lo suyo (preparar opositores), me costó una pasta, y me machacó sin compasión, pero aprobé y conseguí mi plaza, y mi objetivo.

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PASO 3: PLAN DE ACCIÓN ¿Y AHORA, QUÉ PIENSAS HACER? Ya has visto que teniendo un objetivo claramente establecido, y la motivación necesaria, puedes conseguir lo que te propongas. No te preocupes por el cómo, que cuando los otros dos factores están claros, el cómo aparece solo. Ahora ha llegado el momento de ponerse en marcha. Y ten claro que el tiempo empieza a correr. Una acción sin fecha límite, es sólo una intención. Tu fecha límite son 21 días, así que ya estás tardando... Establece con todo detalle cuales son las acciones concretas que vas a llevar a cabo para conseguir el objetivo. Escríbelas, hazte una lista y ponla en un lugar visible, pero que las instrucciones sean precisas, y, a ser posible, diarias, para que día a día puedas valorar tus progresos. Encabeza la lista con el objetivo que te has propuesto y la fecha en que debes cumplirlo. A partir de ahí, desgrana, uno por uno, cada uno de los pasos que debes seguir, con su correspondiente fecha de cumplimiento. Escribe también los recursos que te hacen falta para cumplir el objetivo, y determina los que ya tienes, y los que debes obtener. Aprende a superar la frustración que te pueda causar el que un día no te salgan las cosas como habías previsto. No pasa nada. - 26 -

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Quien no es capaz de superar la frustración, no conseguirá nunca el éxito en nada. La frustración paraliza. No dejes que te suceda. Sigue adelante con tu plan. A pesar de los obstáculos que te salgan por el camino. A pesar de lo que digan los demás. Explícales lo que quieres hacer, y por qué. Implícales en tu objetivo, pídeles que te supervisen. Quien te quiera y esté a tu lado, te apoyará, te empujará hacia adelante. Quien no lo esté, peor para él. Apártalo de tu camino. Quizás sea el momento oportuno para ver en quien puedes realmente con!ar, quien está contigo, y quien está ahí sólo para ponerte palos a las ruedas.

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CONCLUSIÓN EVALÚA RESULTADOS… Y SIGUE ADELANTE Y no esperes al !nal para evaluarlos. Hazlo a menudo. Te ayudará a ver si vas por buen camino. Sé "exible, sé capaz de cambiar lo que no te está funcionando. Prémiate por lo que sí estés logrando, aunque personalmente pienso que la satisfacción de ver que eres capaz de lograr lo que te has propuesto es el mejor premio de todos. Pero no te duermas en los laureles. Ésto es sólo el principio del camino. ¿Y cual es el !nal? Eso lo decidirás tú. Sólo tú puedes decidir hasta dónde quieres llegar, cual es tu límite. Una vez has aprendido y comprobado que puedes cambiar lo que tú quieras de tu vida, que tienes el sistema para hacerlo, y que sólo depende de ti, eres el dueño de tu destino. “Pero hay cosas que no dependen de mí, que no puedo controlar”, dirás. Y tienes razón. Pero lo que sí está en tu mano, lo que sí puedes controlar es lo que haces con lo que te sucede. Está en tu mano controlar tus emociones, y controlándolas a ellas, podrás controlar tus acciones.

Una vez tienes las herramientas, puedes emplearlas como quieras, puedes construir lo que quieras.

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Solo te pido que las emplees, que no dejes que se oxiden por falta de uso, y, sobre todo, que lo que construyas con ellas sea consecuente con tus valores. No importa si construyes grandes cosas, o cosas sencillas. Si están alineadas con tus valores, te harán feliz. Creo sinceramente que la felicidad es encontrar el equilibrio entre todas las facetas de nuestra vida, es armonía, es estar donde uno quiere estar, ser lo que uno quiere ser. Es mirar a tu alrededor y decirte a ti mismo “Si, ésta es la vida que quiero”. Y para llegar ahí, hay que resolver asignaturas pendientes, soltar lastre. Tu vida es el mejor negocio en el que puedes invertir, el que te va a dar los bene!cios más satisfactorios. Pero antes de invertir, debes tener claro qué bene !cios quieres obtener y por qué, y a partir de ahí, ver qué recursos debes emplear. He condensado en unas pocas páginas un camino que es simple, pero no fácil. Es simple porque los pasos que tienes que seguir son pocos y muy concretos. No es fácil porque esos pasos implican un proceso emocional intenso, un esfuerzo tremendo para enfrentarte a cosas que no te gustan, que te duelen.

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Si has llegado hasta aquí, ya has removido el fondo de la charca, y quizás estás pensando que más valdría no haberlo hecho, y haber dejado el fango tóxico quieto en el fondo. O quizás estás pensando que ya es hora de renovar el agua y que hay que eliminar lo que impide que "uya otra vez limpia y pura.

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