COMENTARIO DE TEXTO PARA TRABAJAR EN CLASE Realizado con aportaciones de los alumnos de 2º Bachillerato A
Desde que asomó por la ventana del automóvil saludando con el sombrero blanco, todos lo reconocieron por la fama de sus retratos. Llevaba un traje de lienzo color de trigo, botines de cordobán con los cordones cruzados, y unos espejuelos de oro prendidos con pinzas en la cruz de la nariz y sostenidos con una leontina en el ojal del chaleco. Llevaba la medalla del valor en la solapa y un bastón con el escudo nacional esculpido en el pomo. Fue el primero que se bajó del automóvil, cubierto por completo por el polvo ardiente de nuestros malos caminos, y no tuvo más que aparecer en el pescante para que todo el mundo se diera cuenta de que Bayardo San Román se iba a casar con quien quisiera. Era Ángela Vicario quien no quería casarse con él. «Me parecía demasiado hombre para mí», me dijo. Además, Bayardo San Román no había intentado siquiera seducirla a ella, sino que hechizó a la familia con sus encantos. Ángela Vicario no olvidó nunca el horror de la noche en que sus padres y sus hermanas mayores con sus maridos, reunidos en la sala de la casa, le impusieron la obligación de casarse con un hombre que apenas había visto. Los gemelos se mantuvieron al margen. «Nos pareció que eran vainas de mujeres», me dijo Pablo Vicario. El argumento decisivo de los padres fue que una familia dignificada por la modestia no tenía derecho a despreciar aquel premio del destino. Ángela Vicario se atrevió apenas a insinuar el inconveniente de la falta de amor, pero su madre lo demolió con una sola frase: -También el amor se aprende. 1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos). 2. 2. a. Indique el tema del texto. (Puntuación máxima: 0.5 puntos). 2. b. Resuma el texto. (Puntuación máxima: 1 punto). 3. Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos). 1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto.
Desde un punto de vista externo, el texto está formado por dos párrafos de una extensión similar. La relación entre ambos viene dada por recurrencias léxico-semánticas (casarcasarse; marido-mujer; padres-hermanas…), elementos anafóricos (Bayardo San Románme parecía demasiado hombre para mí) que consiguen una perfecta cohesión del contenido. Además, apreciamos algunas intervenciones en estilo directo (“También el amor se aprende”). Desde un punto de vista interno, el fragmento está formado por dos partes: - Primera (“Desde… quisiera”). El narrador describe la indumentaria y condecoraciones que llevaba el general Petronio San Román al llegar al pueblo y la impresión que causó en la gente: todos comprendieron que su hijo podría casarse con quien deseara. (Ideas secundarias). - Segunda (“Era…aprende”). Aparece la idea principal, Ángela se ve obligada a casarse con Bayardo San Román, argumentada en que una familia modesta no podía desaprovechar esa oportunidad, a pesar de que no hubiera amor.
Por tanto, atendiendo a la organización del contenido, podemos señalar que presenta una estructura de contraste: muestra, en el primer párrafo, el señorío de Petronio San Román que acredita el que su hijo pueda casarse con quien quiera. En oposición, nos ofrece en el segundo párrafo, por un lado, la situación social más humilde de la familia Vicario que se siente privilegiada al concertarse el matrimonio de su hija con Bayardo San Roman; y, por otro, la negativa de Ángela a desposarse con él por considerarlo superior y por no amarlo. Lo que iguala a las dos familias es que, en ningún caso, el amor parece ser importante. 2. 2. a. Indique el tema del texto. EJEMPLO I
Matrimonio de conveniencia impuesto por los padres a Ángela. EJEMPLO II
El rechazo de Ángela al matrimonio, concertado por su familia, con Bayardo San Román. EJEMPLO III
Imposición de un matrimonio no deseado a Ángela. 2. b. Resuma el texto.
El narrador describe al general Petronio San Román cuando se baja del coche y la impresión de poderío que causa en quienes lo ven. Ángela no quiere casarse con Bayardo y se ampara en que no se conocen y no le ama. Su familia no quiere perder esa oportunidad y la obliga. 3. Realice un comentario crítico del contenido del texto.
Estamos ante un texto narrativo de carácter literario perteneciente a la obra Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, uno de los autores más influyentes del denominado boom de la narrativa hispanoamericana en los años 60. Fue premio Nobel de Literatura en 1982. Crónica de una muerte anunciada es una novela corta en la que se mezclan elementos de la crónica periodística y de la novela policiaca. Presenta una estructura circular y el autor la estructura en cinco partes. En concreto, el fragmento que comentamos pertenece al comienzo del segundo capítulo, dedicado a relatar la llegada de Bayardo San Román y su familia, todo el proceso del breve noviazgo, la boda, la desgracia de la noche de bodas y la acusación final de Santiago Nasar. En mi opinión, incluir dentro de la modalidad narrativa (“desde que asomó por la ventana”) otras técnicas como la descriptiva (“llevaba un traje de lienzo”) y el diálogo (“Me parecía demasiado hombre para mí”), es un acierto, ya que permite al lector situarse en la escena y captar los distintos aspectos en torno al hecho principal (“no tenía derecho a despreciar aquel premio del destino”). Todo ello matizado por el estilo de la crónica, apreciable en las intervenciones que expresan los testimonios recogidos (“Nos pareció que eran vainas de mujeres”). Por lo tanto, la adecuación al género narrativo es magistral. Observamos la presencia de un narrador cronista, amigo del fallecido (lo deducimos al leer la obra), que había vivido en el pueblo, estuvo en la boda y es quien, ahora, intenta reconstruir los hechos, fruto de una investigación personal, para narrar lo sucedido (“todos lo reconocieron”) años después. Así, en tercera persona nos ofrece datos recopilados (“Era Ángela Vicario quien no quería casarse con él”) y presenta la información combinando el estilo indirecto (“el argumento decisivo de los padres...”) y el estilo directo (“Me pareció demasiado hombre para mí”). En cuanto a las
referencias espaciales, no son demasiado explícitas, salvo la llegada al pueblo de la familia en coche, en el primer párrafo, y la mención a la sala de la casa de los Vicario, en el segundo párrafo. Destaca, sin embargo, la técnica de flash back para reproducir el momento en el que impusieron a Ángela casarse con un hombre al que apenas había visto. Es muy significativa, a mi juicio, la amplia descripción del padre de Bayardo San Román en el primer párrafo que ayuda a comprender los valores por los que se regía (“Llevaba la medalla del valor en la solapa y un bastón con el escudo nacional esculpido en el pomo”) y la ostentación de que hacía gala (“...y unos espejuelos de oro...”). La prepotencia que deja traslucir y que el pueblo capta (“no tuvo más que aparecer en el pescante para que todo el mundo se diera cuenta de que Bayardo San Román se iba a casar con quien quisiera”) acentúa todavía más el contraste con la familia Vicario (“una familia dignificada por la modestia no tenía derecho a despreciar aquel premio del destino”). Desde mi punto de vista, el tema del texto, no resalta por su actualidad. En nuestros días, la mujer tiene un papel importante en la sociedad y sus derechos, eclipsados por los del hombre hasta hace poco, se van reconociendo; aunque en algunos aspectos, como el laboral y familiar, todavía queda camino por recorrer. Ello no es óbice para que casos como el que estamos comentando no tengan lugar entre miembros de la nobleza, en familias muy conservadoras (por ejemplo, cuando nacen hijos fuera del matrimonio) o en otras culturas (árabe) y otros países (India, China, Japón...). Los motivos que puedan justificarlos también son, como en el texto, económicos (el argumento que esgrime la familia Vicario) o bien religiosos, sociales...Todas estas son razones que pueden ser humillantes para quienes tienen que acatar las decisiones de sus progenitores y soportar, en muchos casos, la violencia o el maltrato, la soledad y el desarraigo de su tierra. García Márquez nos ha dejado patente cómo Ángela no puede ejercer su derecho a la libertad porque su familia la priva de decisión para elegir con quién casarse y la obliga a contraer matrimonio sin mediar amor entre la pareja. (“También el amor se aprende”). Ella, al igual que su madre y otros personajes de la novela, se casa sin amor y se incorpora así a una tradición ancestral que, la mayoría de las veces, está abocada al fracaso. Queda, por tanto, clara la intención del autor, reflejar los entresijos que regían la sociedad y, de alguna forma, denunciarlos. Consigue, sin duda, su finalidad, al lograr que estemos atentos a todos los detalles y temas que va incorporando a lo largo de los capítulos y que concluyen en un desenlace que conocíamos desde el principio. Quiero señalar la habilidad de conjugar una aparente objetividad (“un traje de lienzo color de trigo”), en el primer párrafo, con la subjetividad implícita en los testimonios que el narrador va vertiendo en el segundo párrafo al seleccionar los que le permiten tomar parte por la protagonista (“Ángela no olvidó nunca el horror de la noche...”), darle voz justificándola en cierta medida (“Me parecía demasiado hombre para mí”) o bien presentar una faceta sesgada de otros (“Nos parecía que eran vainas de mujeres”). De todos los alegatos recogidos, me parece contundente el último: “También el amor se aprende”. Esta idea me recuerda a La zapatera prodigiosa. Federico García Lorca presenta la historia de un matrimonio pactado, debido a circunstancias sociales y económicas, en el que la mujer se debate entre sus verdaderos deseos y la dura e infeliz realidad. Al final, marido y mujer consiguen entenderse y quererse como si ellos mismos hubieran elegido el casarse. Ángela Vicario también se da cuenta de que su verdadero amor fue, a pesar
de todo, Bayardo San Román quien, tras las numerosas cartas que recibe de Ángela, decide ir a verla y retomar su relación. En ambos casos, se cumple la predicción de Pura Vicario (“También el amor se aprende”). Cabe destacar que los matrimonios pactados por razones económicas están presentes en algunas obras de nuestra historia literaria. Es el caso de El sí de las niñas de Leandro Fernández Moratín, quien denuncia la costumbre de concertar bodas y la educación que se daba a las jóvenes que se veían obligadas a mentir. En esta comedia, al final, triunfa el amor gracias a la generosidad de D. Diego que renuncia al casamiento y facilita la unión de los enamorados. Otro ejemplo lo tenemos en La esfinge maragata de Concha Espina, cuya protagonista debe renunciar al amor por tener ya pactado un matrimonio con su primo que resolvería su ruina económica. El cine también se ha hecho eco de esta temática con trasfondo social, prueba de ello son algunas comedias como La proposición, cuya protagonista, una ejecutiva inmigrante canadiense, a punto de ser deportada, convence a su ayudante para que acepte ser su prometido mientras se resuelven los asuntos legales. Caso similar al planteado en Matrimonio de conveniencia: los dos protagonistas optan por casarse para resolver sus problemas particulares. Así pues, la originalidad de este fragmento, y de la novela en general, radica en la habilidad de su autor al haber ido tejiendo la trama. Como lectora, siempre me he sentido atraída e intrigada por saber qué escondía Ángela tras sus palabras y cómo se podría desentrañar el origen del conflicto. La caracterización de los personajes me ha parecido magistral y la multiplicidad de perspectivas, un acicate más para implicarme en la historia. En cuanto a las ideas secundarias, me gustaría incidir, en primer lugar, en el poder que ejerce el dinero y el estatus social en esta novela y que queda de manifiesto en este fragmento (“Bayardo San Román iba a casarse con quien quisiera”) poniendo de manifiesto la dominación de quien se cree superior. Bayardo ni siquiera intenta conquistar a Ángela, sino que se granjea la simpatía de la familia (“...hechizó a la familia con sus encantos”) para, así, conseguir casarse con Ángela por puro capricho. Recordemos que a su llegada al pueblo, al verla, ya decidió que sería su mujer. Y lo que menos se cuestionaba era el amor. Un logro más, de igual forma que se encaprichó de una casa y no cejó en su empeño hasta que la consiguió. En segundo lugar, la valentía de Ángela al oponerse al matrimonio intentando ampararse en la falta de amor a pesar de tener en contra a toda su familia. Para finalizar, comparto con ella el sentimiento y me parece demoledora la respuesta de su madre. El amor no debe imponerse y menos aprenderse. Es importante soslayar los intereses particulares y abogar por la felicidad que emana de la libertad y el respeto, valores y derechos primordiales para todas las personas.