Ivar da Coll – Medias Dulces.
MEDIAS DULCES
Hubo una vez una abuela que tenía una nieta brincona, comegalletas y juguetona llamada Julia. Julia. Julia quería mucho a su abuela canosa, desdentada y gran narradora de cuentos. Una tarde, Julia brincaba y la abuela la regañaba. Julia corría y la abuela la regañaba nuevamente, hasta que, cansada de regañarla tanto, le propuso:
Con un hechizado saludo tus amigas brujas. )1edias pens# la 'e$ana. 7o 7o no uso medias. 5n la vida me he puesto unas, y eso no es lo peor% no tengo ni un par. 4ero si una bruja puede volar en escoba y convertir a un príncipe en sapo, )por qu" no va a poder con hechizos conseguir una medias (a 'e$ana $ue a su caldero, busc# en su libro de $#rmulas y comenz# a trabajar.
!en, si"ntate a mi lado, que quiero contarte un cuento. Julia dej# de brincar, de correr, de comer galletas, de jalarle la cola al gato y se sent# encima de la $alda de la abuela callada, calladita para escuchar la historia que le quería c ontar: Hace mucho, mucho tiempo, tanto que s#lo una vieja c omo yo puede recordarlo% bueno, hace mucho tiempo e&isti# una bruja llamada 'e$ana. (a 'e$ana era canosa, desdentada, un poco gorda y jorobada. )*#mo t+ pregunt# Julia. Julia. -í, c omo yo. ambi"n ambi"n había una niña pequeña, pecosa y muy bonita. )*#mo yo /pregunt# nuevamente Julia. 'ueno% respondi# la abuela. 0na, que así se llamaba la niñita de esta historia, no era tan brincona, comegalletas y juguetona como t+. 0na era muy juiciosa. 1ucho, mucho, digamos% que era demasiado juiciosa. 2Huyy, qu" aburrida la pobre 0na3 /coment# Julia. 4ues un día /continu# contando la abuela, a la 'e$anda le lleg# una carta. 5ra una invitaci#n distinta a las dem6s invitaciones que hasta ahora había recibido: Querida Befana: Tus Tus compañeras y amigas brujas hemos organizado una fiesta de medias. Las medias más lindas serán premiadas. Contamos con tu asistencia.
Hizo un intento y no result#, hizo otro y tampoco. 8ntent# por tercera vez, pero como las dos primeras veces, $all#. 9e$initivamente /dijo preocupada 'e$ana, ser" capaz de volar en escoba y de convertir a la gente en sapo, pero no de hacer un par de medias. 5ntonces hizo lo que cualquiera haría si necesitara resolver un problema. 'usc# a su mam6. )1edias / le pregunt# e&trañada su mam6. o, no tengo. )qu" haremos /dijo preocupada la 'e$ana mientras se rascaba la cabeza. 5ntonces la madre tom# la mano de la hija e hizo lo que cualquiera haría si tuviera semejante problema. 'usc# a su mam6, o sea a la abuelita de la 'e$ana. o, no y no /dijo la abuelita. o tengo medias, nunca aprendí a tejerlas, me parecía muy aburrido. 7 como tres brujas pueden m6s que una, reunidas $ueron al caldero a hacer conjuros, intentando conseguir unas medias. 'rincaban alrededor de las llamas y cantaban: !ntr"gamelas caldero y #oy contando hasta tres un par de medias yo $uiero $ue calcen mis fr%os pies.
Ivar da Coll – Medias Dulces.
0l parecer, tres brujas eran capaces de hacer muchos hechizos, pero, de$initivamente, de conseguir un par de medias, no. (a 'e$ana estaba muy triste. o iba poder asistir a su $iesta. )7 0na, abuela );u" pas# con esa niñita tan aburrida /pregunt# Julia con curiosidad. 7a ver6s /dijo la abuela. 7a ver6s. 5l día en que la 'e$ana trataba de conseguir sus medias, ese día, llovi# con tanta intensidad que las calles parecían ríos, mejor a+n, mares. Había charcos por todas partes. (as clases terminaron y todos los alumnos se $ueron a sus casas. odos menos 0na. 5lla era muy estudiosa, digamos que para su edad era demasiado estudiosa. -entada, escribía en sus cuadernos sumas y restas de matem6ticas, $rases muy bonitas, y todo lo iba adornando con dibujos multicolores. 9e pronto sinti# algo m6s $eo que tener una piedra en el zapato o que aguantar las ganas de ir al baño< sinti# aburrimiento. -í, 0na estaba aburrida. odo lo hago bien< siempre soy juici osa y soy la primera de la clase /pens#. -í, tanto juicio me tiene harta.
)Una niña tan juiciosa como t+ haciendo esas tonterías 5ra horrible, pensarlo era horrible. 0na no quería regresar. 0buela, 0na ya no me parece tan% bueno, tan tonta. /4ero, )qui"n la va ayudar );ui"n piensas que podría ayudarla /le pregunt# la abuela. 4ues, pues% -í, señora, la 'e$ana. 4orque ese día de ll uvia, charcos y desorden de 0na, ese día 'e$ana, para olvidar la pena que le producía saber que no iría a su $iesta de medias, sali # a dar un paseo en escoba. !olando de nube en nube, desde lo alto, alcanz# a ver a una niñita que brincaba $eliz entre los charcos. 5ra 0na. (a 'e$ana la sigui#, porque le caus# curiosidad ver c#mo de un momento a otro esa niñita se detenía al pie de un 6rbol a l lorar desconsoladamente. o s" qu" hacer, no s" qu" hacer /gemía 0na. (a 'e$ana se le acerc# y le pregunt#: );u" te pasa 0na le cont# lo sucedido y la 'e$ana la observaba mientras escuchaba atentamente el relato. >4ero, 2qu" medias m6s preciosas tiene esta niña3? pens# la 'e$ana.
5ntonces repentinamente, meti# sus cuadernos entre la maleta y sali# corriendo a la calle. =ealmente no corría, brincaba por entre los charcos. -u $alda, sus zapatos y sus crespos se hacían m6s pesados por el barro que poco a poco los iba salpicando. (os cuadernos de matem6ticas y lenguaje se convirtieron en barquitos y aviones de papel que recorrieron los mares hechos por la lluvia sobre las calles. *uando 0na se apro&im# a su casa se acord# de que tenía mam6, y de que, como todas las mam6s del mundo, se iba a disgustar de ver a su hija ensopada en barro, y adem6s, la regañaría, y para completar terminaría diciendo:
7 antes de que 0na pudiera terminar tranquilamente de contar su historia, dio un grito de $elicidad: 24or los mil calderos3 7a tengo la soluci#n. 0na mir# e&trañadísima a esa viejecita desdentada, un poco gorda y jorobada, que saltaba dando gritos. )(a soluci#n de qu" /le pregunt#.
Ivar da Coll – Medias Dulces.
5s muy sencillo. -i t+, esta noche, antes de i r a dormir, dejas tus medias colgadas de la ventana de tu habitaci#n, yo soy capaz de hacer que tu mam6 no se d" cuenta de lo ensopada que est6s, y sobre todo, de lo mal que te has portado. )9e veras /0na con$iaba en la viejecita, y total, )qu" podía perder Uno de tantos pares de medias que su mam6 le había tejido. ada m6s. 25st6 bien3 /dijo 0na a la 'e$ana. 2rato hecho3 *uando regres# a su casa, su mam6 le bes# los crespos llenos de barro y no se e&trañ# de ver a su hija hecha una sopa< es m6s, no se dio cuenta de nada. 5sa noche, antes de acostarse, 0na colg# de la ventana sus medias. (a 'e$ana podría ir a su $iesta.
7% )sí $ue a l a $iesta, abuela /pregunt# como siempre Julia. 2*laro3 Había tantos pares de medias como brujas asistieron: medias de puntos, medias de rayas, de $lores, de gatos, brillantes, con corazones% en $in, medias, medias y m6s medias, pero ningunas $ueron tan elogiadas como las de 'e$ana.
(a 'e$ana no dio importancia a los tontos comentarios. 5sa noche se sentía $eliz. 'ail# una y otra vez sin cansarse. Hizo lo mejores conjuros y se gan# el primer premio en la competencia de hechizos. 5staba tan $eliz que, a pesar de haber obtenido el tercer puesto en el concurso de medias, se sentía muy agradecida con 0na. Una vez asom# el sol y se hubo terminado la $iesta, las brujas montaron en sus escobas camino a sus casas. (a 'e$ana debía devolver las medias y así lo hizo, pero en agradecimiento las llen# de pastillas y así lo hizo, pero en agradecimiento las llen# de pastillas de chocolate con nueces, caramelos de mente y leche, l6pices de colores, c uadernos de dibujo, pinceles y muñecos de madera. *uando 0na despert# se maravill# de sus medias repletas de cosas tan ricas y, en el $ondo, cerca al tal#n de una de ellas, encontr# la siguiente nota: Querida niña: Espero que las cosas con tu mamá hayan salido bien. Te devuelvo tus medias. Me hiciste muy feliz. Por ltimo quisiera pedirte un favor: !podr"as prestarme otra par esta noche# $racias.
24or todos los sapos3 2;u" medias, chica3 %efana.
0lgunas sentían envidia y no podían ocultarla: 'ueno% me parece haberlas visto en otra parte. @tras a+n m6s perversas comentaban: 5stoy segura de que a la primera lavada no le quedar6n buenas ni a un gato. 5so, si las lava /respondía su compañera. 4orque "sa, "sa es bien descuidada.
2*laro que se las prestar"3 /grit# 0na. 0 la 'e$ana le había encantado usar la medias, se sentía m6s inspirada para realizar sus p#cimas y conjuros nocturnos. (legada la madrugada, montaba en su escoba e iba a devolverlas. 0na le cont# lo sucedido a una amiga que comenz# a colgar medias en su ventana antes de ir a dormir. (a 'e$ana us# un par de "sas. (a amiga de
Ivar da Coll – Medias Dulces.
0na cont# a un amigo, y "ste a su vez a otro, y a otro y a otro, y así hasta que cada vez que 'e$ana tenía in$inidad de pares de medias para escoger, pero como no alcanzaba a dejarles a todos un regala cada noche, decidi# escribir una carta con la siguiente propuesta: &iños: Quiero agradecerles $ue piensen en m% y deseen prestarme sus medias. 'ara recompensarlos por el fa#or $ue han hecho todos los d%as seis de enero llenar" con dulces y regalos un par de medias $ue cuelguen en la #entana de sus habitaciones. Los $uiere Befana. 9e este modo /continu# diciendo la abuela, termina la historia de 'e$ana. 4or eso cada seis de enero ella sale en su escoba cargando a sus espaldas un saco enorme repleto de duces y sorpresas que va depositando entre las medias que los niños han colgado en l a ventana de sus habitaciones. 2Huyyy, abuela3 2;u" cuento tan divertido3 -#lo que quisiera saber: )la 'e$ana siempre devuelve las medias que le han prestado 4ues% )te has dado cuenta de que a veces, en nuestras casas, buscamos desesperadamente un par de medias que $inalmente nunca aparece -í /dice Julia. 'ueno, cuando eso suceda ya sabes qui"n las tiene. 4osiblemente se lo contar6s a tu mam6 y ella no te creer6, pero ten la seguridad de que est6n calzando los pies de la 'e$ana, y que si no las devolvi# $ue porque se qued# dormida y se le olvid# entregarlos, o bien porque le gustaron tanto, tanto, que no quería quit6rselas. Julia bostez#. enía hambre. *omi# con la abuela y cuando termin# volvi# a bostezar% tenía sueño. (a abuela la llev# a su cuarto, le puso la pijama y la arrop# entre las cobijas de su cama. Hasta mañana, Julia. Hasta mañana, abuela.
(a abuela cerr# la puerta y Julia se levant# sin hacer mucho ruido. 'usc# en el armario el caj#n de las medias y escogi# el par m6s bonito, las colg# de la ventana y volvi# a meterse entre las cobijas. >5spero que el seis de enero llegue muy pronto?, pens#. (uego cerr# los ojos y se $ue durmiendo poquito a poco.